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Nietzsche
Pero ante todo requiere subvertir una cultura que ha cifrado la salvación
en el sacrificio.
Nietzsche
Llevada a su extremo, esa actitud pretende salvar la vida despreciándola;
curarla envenenándola de asco hacia sí misma y, finalmente, resignándose
a su miseria. Por eso, antes que del malestar, Nietzsche se ocupa de los
remedios que resultan peores que la enfermedad.
Nietzsche
Para recuperarse de esa patología moral del malestar, Nietzsche
reivindica la condición trágica en su sentido fuerte y activo, que se ha
ido perdiendo desde la época clásica de los griegos. En la tragedia el
malestar no es una vergüenza, ni una condena, sino el elemento del
esfuerzo y de la lucha, del ejercicio de vivir intensamente.
Nietzsche
¿Qué es “el nacimiento de la tragedia”? Es su intuición y su experiencia de la vida
y de la muerte, nos dice que todo es uno. La vida es como una fuente eterna que
constantemente produce individuaciones y que produciéndolas se desgarra a sí
misma. Por eso la vida es dolor y sufrimiento: el dolor y el sufrimiento de quedar
despedazado lo Uno primordial. Pero al mismo tiempo la vida tiende a
reintegrarse, a salir de su dolor y reconcentrarse en su unidad primera. Y esa
reunificación se produce con la muerte, con la aniquilación de las
individualidades. Por eso es la muerte el placer supremo, en cuanto que significa
el reencuentro con el origen. Morir no es desaparecer, solo sumergirse en el origen
que incansablemente produce nueva vida.
Nietzsche
El nacimiento de la tragedia es una apelación a la vida desbordante,
festiva, que canta y baila, mágica, sin restricción, abismal. Bajo la
denominación de lo dionisíaco construye el mito del origen creador,
pleno, exultante. Como el paraíso, con la ciencia del bien y el mal.
Se trata del “juego del mundo” que, como señaló Heráclito, encierra
lucha, dolor y guerra, que es padre de todas las cosas.
Nietzsche
Pero no renuncia y resignación, ni culpa, ni redención, sino inocencia
del devenir. La resignificación del sacrificio es el punto crítico. Él es la
encrucijada de la violencia y la agresividad inherente a la vida, de la
fiesta y la comunión. Nietzsche silencia la pérdida, la muerte de la
víctima.
Nietzsche