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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura

ISSN: 1315-3617
coyuntura@cantv.net
Universidad Central de Venezuela
Venezuela

Rivadeneyra, Jorge
Reseña de "Origen de la Tragedia" de Friederich Nietzsche
Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, vol. VIII, núm. 1, enero-junio, 2002, pp. 299-302
Universidad Central de Venezuela
Caracas, Venezuela

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Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2002, Vol. VIII, No. 1 (ene-jun), pp. 299-302

es un patrimonio del oprimido, del


MÁS ALLÁ que ha sido sometido, del que sufre,
DE LA TRAGEDIA como se ha venido creyendo. Más
todavía, parece que el sufrimiento
en sí mismo no es trágico; le faltaría
Jorge Rivadeneyra. el dolor sin nombre provocado por
la incertidumbre, por el sinsentido
de las compras a crédito, de la tele-
“¿Hay un pesimismo de los visión, de uno que otro paseo al
fuertes, una tendencia intelectual final de la semana.
a la dureza, al horror, al mal, a la
incertidumbre de la existencia?” De ese modo, no sería trágica
(Friederich Nietzsche, “Origen de la la existencia de países colonizados,
Tragedia”, Obras Inmortales, Tomo en el sentido actual de colonización,
I, Edt. Teorema, Argentina, 1985, esto es dependencia de las grandes
pág. 470). potencias con la máscara del libre
comercio, de la globalización, o
Pesimismo quiere decir que el culturalmente, en el sentido largo de
estado del mundo es el peor posi- la palabra. A pesar de estos doga-
ble, que el dolor es superior al pla- les, los habitantes de los países
cer, que la felicidad es inalcanzable. dependientes tienen sus gracias,
Y este malestar, al parecer propio incluso son poderosos, como los
de los débiles, de acuerdo a Nietzs- chamanes, no sólo porque te hacen
che, también ataca a los fuertes. cualquier maleficio, sino porque
llevan a cabo renombradas fiestas,
¿Qué significa fuerte? En este carnavales, añonuevos, esas abiga-
contexto, seguramente poderoso, rradas algarabías que a pesar de su
lleno de vida y comodidades, pero originalidad y de sus rechinchines,
básicamente el hombre que piensa y parecieran estar hechas de tristeza.
que a causa de sus conocimientos y En ellas la miseria se disfraza de
de su sensibilidad, sabe que la exis- opulencia, y la melancolía se viste
tencia está llena de incertidumbre. de erotismo. Una fiesta no puede ir
más allá de sí mismo, y éstas se
Esta afirmación de Nietzsche agotan en la embriaguez y la orgía.
podría ser la clave de su trabajo Después queda el hartazgo, esa
denominado “Origen de la Trage- hondísima resaca. De las alturas de
dia”. Nótese que aquí la tragedia no la ilusión se cae de golpe en el has-
se refiere a una obra de teatro, sino tío de todos los días.
la vida misma, aun cuando los su-
cesos deben ser interpretados habi- Nietzsche se pregunta de dónde
da cuenta que es imposible leerlos vendrá la tragedia y responde, inter-
al desnudo, sin referentes valorati- rogativamente, qué acaso de la
vos. De todos modos, la tragedia no alegría, de la soledad exuberante,
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del exceso de vitalidad (Ibíd., pág. porque representa vivir de acuerdo


473). ¿De la alegría? ¡Caramba! a las normas sociales, reprimirse
Esto es todo lo contrario de lo que para llegar a ser lo que no se es.
se ha dicho sobre la tragedia; tam- Este principio tiránico, apolíneo,
bién es lo opuesto a la moral que según Nietzsche, no es más que un
predica el cristianismo uno de cuyos velo que oculta el mundo dionisiaco.
principios dictamina que se debe (Nietzsche, Ibíd., pág. 491).
condenar la vida porque la vida
es esencialmente algo inmoral” La tragedia se origina en una
(Ibíd., pág. 476). Quizá por eso, concepción del mundo que se pare-
para enfrentarse contra una de las ce un bolero porque afirma, casi
más antiguas pacaterías anteriores cantando, que la vida es digna de
al cristianismo, se ha inventado el ser vivida. Y la tragedia consiste en
vocablo dionisiaco, que quiere decir perderla. Si la vida no fuera digna
la fiesta, la lujuria y el canto; signifi- de ser vivida, morir sería un alivio.
ca luchar contra la moral, y luchar Por eso, “lamentarse de la muerte
contra la moral es lo mismo que ineludible es en verdad un himno a
romper las ataduras, el optimismo la vida”. Al son de ese himno se
entendido como una domesticada trata de “triunfar con la ayuda del
alegría de vivir. Dionisiaco significa poderoso espejismo de la ilu-
también, “alzarse contra todo lo sión” (Ibíd., Pág. 494), porque en
existente” (Albert Camus, “El Hom- toda empresa., en toda confronta-
bre Rebelde”, Edt. Losada, Buenos ción, hay un espejismo. Si no lo
Aires, 1953, pág 27), es decir morir hubiera jamás tendría lugar el com-
lentamente, aniquilarse. Tal vez eso bate. “Con la ayuda de este espe-
sea la tragedia: un alzarse a sa- jismo de belleza, la voluntad
biendas de que la única posibilidad helénica combatía esta aptitud para
es la derrota. Y este alzarse tiene el el sufrimiento, esta filosofía del mal
encanto de la ilusión, que esconde, y del dolor” (Ibíd., pág. 494).
a su vez, la desesperación de una
muerte próxima. Al respecto, Nietzsche dice que
la vida está dividida en dos mita-
Pero la tragedia también es ese des. Una de ellas es la cotianeidad,
ineludible apareamiento de lo instin- y la otra, la que vivimos en sueños.
tivo con la racionalidad, eso que Aun cuando la primera aparece
Freud llama “principio de la reali- como la más importante, la segun-
dad” y “principio del placer”. Son da es la que sostiene nuestra exis-
antagonistas pero tienen que vivir tencia porque es el mundo
juntos; cada uno de ellos es derro- encantador de las apariencias,
tado y redimido, aun cuando el prin- donde el sueño objetiva la aparien-
cipio de la realidad, es decir el cia, enfrentándose al “eterno dolor
sacrificio, la renuncia, la racionali- primigenio, principio único del mun-
dad, en suma, mantiene la primacía do” (Ibíd. pág. 496).
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Más allá...

Es decir que si la materia prima por las injusticias que se cometen


es el dolor, la alegría sólo es una de en su nombre.
sus máscaras, y de ese modo, to-
das las búsquedas, expediciones y A pesar de que Nietzsche, al
exploraciones de la felicidad sólo comienzo de su obra, se refiere a la
serían una droga que atenúa ese tragedia como constante universal y
dolor primordial. Esta drogadicción no sólo del arte escénico, en la pá-
permite que “el soñador dionisiaco gina 529 anuncia la muerte de la
se vea transformado en sátiro, y en tragedia griega. No obstante, des-
cuanto sátiro se contempla como pués de desaparecer del teatro, ese
dios. En su metamorfosis se ve concepto se ha incorporado al len-
fuera de él” (Ibíd., pág. 517). guaje tan profundamente que
pareciera que la tragedia es parte
Ya se sabe, las generalizacio- constitutiva de la propia existencia,
nes siempre dejan por fuera o no como lo demuestran la literatura y el
explican suficientemente muchos arte, porque tragedia también es la
aspectos de la existencia. Así, ¿en coexistencia de lo malo y de lo bue-
qué deberían transformarse los no, cualesquiera que sea la defini-
latinoamericanos para verse desde ción que se dé a esos adjetivos.
fuera? Y si lo hicieran, seguramente
no se verían como dioses sino con También se diría que la tragedia
sus harapos mentales y laceracio- es llegar al final del camino. Sin
nes sumamente visibles. Pero claro, embargo, esta afirmación presupo-
son inagotables los argumentos a ne que los caminos están hechos
favor o en contra de cualquier pro- de antemano, predeterminados,
blema, como lo demuestran los como el destino. No obstante, en
abogados cuando defienden al ino- tanto que símbolo, final del camino
cente o al culpable con la misma puede significar fracaso de un pro-
elocuencia argumentativa. yecto, por ejemplo del proyecto de
vivir. En todo caso, este llegar al
Decir los abogados es una re- final implica la imposibilidad absolu-
ducción. Esa capacidad de trans- ta de seguir adelante, o de retroce-
formar lo bueno en malo y lo malo der a causa de una contracción
en bueno, también es usual en el ominosa del tiempo y del espacio.
mundo de la política e incluso es Ante esta imposibilidad, pareciera
uno de los atributos del poder. Y que las alternativas están como
también de todo el mundo. De este encerradas en una caja fuerte con
modo, la imposibilidad de establecer tremendas cerraduras. O con más
la verdad vendría a ser otro de los simpleza, que no hay alternativas,
elementos trágicos de la existencia, aun cuando en sentido estricto aún
no por la verdad en sí misma, sino quede la alternativa de la muerte.
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Pero viendo la situación con Esta agonía sin muerte está más
más atención, puede haber, tam- allá de la tragedia porque la tragedia
bién la alternativa de acomodarse a es finita: termina con la muerte.
ese final a fin de sobrevivir a toda
costa, a pesar de todo, de acuerdo Sin embargo, ¿qué es la trage-
al poderoso instinto de conserva- dia y cuál la noción de lo trágico?
ción. Acomodarse, vea, como lo Nietzsche no hace estas distincio-
hizo el amigo de Papillón cuando nes, pero dice a los seres humanos,
éste le invitó a fugarse de la Isla “atrévanse a ser hombres trági-
del Diablo donde cumplían una cos y merecerán la libertad”.
condena de por vida. Acomodarse,
entonces, hasta que se desemba-
race la marrana, acomodarse de
acuerdo al optimismo, o a la demo-
cracia, o al mestizaje en nombre de
algún mejoramiento.

En estos términos, en los del


acomodo al final del camino, la tra-
gedia griega, esa que exigía la
muerte gratuita, deja de serlo por-
que quien debería morir decide
acomodarse a las nuevas circuns-
tancias. Este acomodarse supone,
1) que aún se puede decidir hacien-
do caso omiso del todopoderoso
destino; 2) que quien decide es lo
que es antes y después de haber
caminado hacia el final de camino.

Sin embargo, el que se aco-


moda optimistamente al final del
camino es posible que ya no sea
el mismo que inició el viaje. Es
decir ya no es lo que era ni el que
quería ser. Y este conflicto deja
ser un acomodarse, sólo sería la
careta de la desesperación que no
sabe su nombre, que no quiere
entender que acomodarse es una
agonía que ni siquiera tiene el
premio de la muerte.

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