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COMUNICACIÓN

El reto a lograr el día de hoy es

LEEMOS Y
COMPRENDEMOS
LEYENDAS PERUANAS
Realiza primero la lectura silenciosa del texto. Luego lee en voz alta con entonación adecuada
una o dos veces

LA CIUDAD ENCANTADA DE
HUANCABAMBA
  Cuenta la leyenda que el Inca había hecho construir Huancabamba, la más hermosa ciudad del Imperio. Palacios, plazas,
bellas casas... todo rodeado de una alta muralla de casi tres metros de alto. Algunos decían que las paredes de los palacios
estaban cubiertas de oro y que, al mismo Inti, el dios Sol, le gustaba alumbrarlas para ver sus rayos de luz reflejados en
ellas
Pero un día llegaron los españoles... El dios Sol, al ver que ellos no se daban cuenta de la grandeza de la cultura que
habían encontrado, le pidió al Inca que defendiera y protegiera este lugar por siempre. No se sabe lo que sucedió entonces
pero, como por acto de magia, nadie más pudo ver el esplendor de aquella ciudad. Habia desaparecido.
 
Muchos años después, Juanjo, un pequeño pastorcito, cuidaba sus ovejitas mientras se alimentaban cerca del cerro
Pariaqaqa, cuando vio algo brillante que llamó su atención. Quiso saber qué era y caminó y caminó dejando atrás la bella
campiña. Se había alejado mucho y ya no veía el brillo que tanto lo atrajo; además, se dio cuenta de que se encontraba
perdido.
El pequeño no sabía por dónde regresar.
Su padre siempre le había dicho que no se alejara. Se sentía muy asustado y se puso a llorar.
De pronto, se le apareció un hombre vestido con túnica y capa que llevaba en la cabeza una especie de corona con
plumas y un cetro de oro en la mano, y le preguntó
–¿Por qué lloras, pastorcito?
 
El niño le contó que le había sucedido y el hombre le respondió con una sonrisa:
No tengas miedo, yo soy el Inca, guardián de la Ciudad Encantada de Huancabamba; y tú eres el elegido para poder
verla y hacerles saber a todos que aún existe.
El pastorcito continuaba un poco asustado, pero el Inca lo tomó de la mano con ternura y le pidió que cerrara los ojos.
Cuando los abrió, pudo ver la ciudad en todo su esplendor. ¡Qué belleza!
Palacios, plazas y casas rodeados de una hermosa campiña llena de flores de colores y una gran laguna reflejando los
rayos del sol.
Luego, el Inca le pidió que les contara a todos que la ciudad aún existía y que su espíritu continuaba cumpliendo su promesa
porque la seguía cuidando.
-No me van a creer -le respondió Juanjo.
Entonces el Inca le prometió que permitiría que las personas de alma pura y buen corazón que pasaran por ahí también
pudieran ver la ciudad.
 
Con la ayuda del Inca, el niño regresó a donde estaba su rebaño y comenzó a contarles a todos lo que le había sucedido.
 
Algunas personas no le creyeron, pero, pasado un tiempo, otros niños, algunos ancianos y hasta algún turista también
pudieron ver Huancabamba. Y hasta el día de hoy se cumple lo que dijo el Inca:
-Solamente pueden ver la ciudad aquellos que tienen alma pura y buen corazón.
PERSONAL SOCIAL
El reto a lograr el día de hoy es

EXPLICAR LOS
HECHOS
HISTÓRICOS Y
ORGANIZACIÓN
DE LA ÉPOCA
INCAICA EN EL PERÚ
Leen textos informativos de la época incaica

EL IMPERIO INCAICO
Fue el más grande de Sudamérica. Su extensión fue casi de 2 000 000 km2 entre el océano Pacífico y la selva
amazónica, las actuales regiones del extremo suroccidental de Colombia (nudo de Pasto), pasando por Ecuador, Perú, el
oeste de Bolivia, la mitad norte y central de Chile (río Maulé) y el norte, noroeste y oeste de Argentina (Tucumán).
Se estima que lo conformaba una población de 12 millones. El idioma oficial era el quechua o runa simi.

Antecedentes de la fundación
En el 900 d. C. se inicia la decadencia de las culturas Huari y Tiahuanaco, lo que favorece la fundación. No obstante,
existieron las leyendas de Manco Cápac y la de los Hermanos Ayar.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
El Inca era el máximo gobernante que compartía el poder junto al sumo sacerdote o Willaq Umu. El símbolo del
poder era la mascapaicha, borla de lana roja que rodeaba en la cabeza. Después del Inca continuaban: el Auqui o
príncipe heredero, el Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, los gobernadores o Apunchic, el Tucuyricuc (el
que todo lo ve), era una especie de supervisor, y el Curaca, que era el jefe del ayllu o de la comunidad.
ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA
División en 4 Suyos o regiones (Tahuantisuyo): el Chinchaysuyo (norte), el Collasuyo (sur), el Antisuyo (este)
y el Contisuyo (oeste). La capital del Imperio era Cusco
ORGANIZACIÓN MILITAR
El jefe supremo del ejército era el Inca. En el siguiente mapa se explica la expansión inca
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Existía el Ayllu (forma colectiva y solidaria para trabajar la tierra).
Clases sociales
La Realeza: el Inca, la Coya (esposa del Inca) y los príncipes o auquis.
La Nobleza de Sangre eran descendientes del Inca (ñusta, palla, inga) y funcionarios, gobernadores,
generales, sumos sacerdotes, etc.
La Nobleza de privilegio no eran de la familia real, pero por los servicios prestados alcanzaban tal
jerarquía (jefes militares, sacerdotes y acllas o escogidas).
Los del Pueblo eran artesanos, mercaderes, hatunrunas (agricultores y trabajo de obras públicas),
pescadores, mitmas o mitimaes, entre otros.
Astronomía y calendario
Relacionada con las labores agrícolas y era de carácter religioso. Observaron la posición del Sol y la
Luna para determinar los solsticios y los equinoccios. Tenían un observatorio solar llamado Intihuatana
(quechua: «donde se amarra al Sol»).
El año tenía 360 días y estaba dividido en 12 meses de 30 días. El calendario estaba conformado por
enero (Uchuy Pokoy), febrero (Paucar Varay), marzo (Pachapucuy), abril (Inca Raymi Quilla), mayo
(Amoray Quilla), junio (Inti Raymi), julio (Chacraconacuy), agosto (Chacrayapuy Quilla), septiembre
(Coya Raymi), octubre (Urna Raymi Quilla), noviembre (Aya Marcay Quilla) y diciembre (Cápac Raymi).
ECONOMÍA Y AGRICULTURA INCAICA
En economía, no existió el dinero. Sin embargo, su base económica era la agricultura. El Estado estaba atento a
las necesidades que el pueblo requería (alimentación, vestido, vivienda, etc.).
Por tal motivo, era fundamental que las tierras agrícolas sean trabajadas.
El trabajo era obligatorio y considerado como una función social. Todos debían laborar de acuerdo a sus
capacidades y el trabajo era colectivo, pues intervenían todos los integrantes de la comunidad o ayllu (ayuda
mutua).
Existieron tres modalidades de trabajo comunitario:

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