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LENGUA, MEDIOS DE
COMUNICACIÓN Y TIC
ANTONI NOMDEDEU RULL
Universitat Rovira i Virgili
antonio.nomdedeu@urv.cat
@anomru
Subtemas
Cualquier aproximación al estudio del lenguaje en los medios de comunicación debe partir
del concepto de norma como hecho socio-cultural. El dilema de muchos investigadores es
perfilar esa norma.
La norma no debe entenderse como una política impuesta por una institución, según
criterios de corrección y valoración subjetiva de lo expresado, aunque participen en cierta
medida en su establecimiento.
Es una realidad comprobada de manera objetiva en una lengua, es el conjunto de usos que
seguimos necesariamente por ser miembros de una comunidad lingüística. Los seres
humanos como sujetos sociales necesitan de la adscripción a comunidades o estratos
sociales que le permitan constituir redes de convivencia. Con estos usos lingüísticos
tradicionales –que no son entendidos como correctos en primera instancia–, se constituye la
norma.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
“1) Selección. De una forma u otra debe haber sido seleccionada una variedad
particular como la que va a ser desarrollada como lengua estándar. Puede que sea una
variedad ya existente, como la usada en un centro político o comercial importante, pero
también podría ser una amalgama de distintas variedades. […]
2) Codificación. Alguna institución tal como la Academia tiene que haber escrito
diccionarios y libros de gramática para ‘fijar’ una variedad, de forma que todos puedan
ponerse de acuerdo en lo que es correcto. […]
3) Elaboración funcional. Tiene que ser posible utilizar la variedad seleccionada en
todas las funciones asociadas con el gobierno central y con la escritura, por ejemplo en
el parlamento y en los tribunales, en documentos burocráticos educativos y científicos
de toda clase, y, naturalmente en los diversos géneros literarios. […]
4) Aceptación. La variedad elegida tiene que ser aceptada por la población afectada
como la variedad de la comunidad; de hecho, normalmente como la lengua nacional.
[…] (Hudson 1980: 43).
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
“Hoy se entiende por norma estadística aquella norma de una lengua que, por
comprobación numérica, es la más extendida y aceptada en general por los hablantes.
De este modo, la norma estadística representa un corte transversal sincrónico de una
lengua viva que reúne en sí influencias históricas y normas prescriptivas aceptadas. La
norma estadística se distingue de la prescriptiva en que esta última exige muchos
hechos lingüísticos que no siempre son realizados de hecho por los hablantes. Desde un
punto de vista histórico, la norma estadística precede en las lenguas naturales a la
norma prescriptiva, ya que, si bien una norma prescriptiva puede intentar frenar,
orientar o desviar evoluciones lingüísticas, no puede crear reglas totalmente contrarias
al sistema, es decir, contrarias a la lengua. Por lo tanto, las buenas normas prescriptivas
deben seguir el uso lingüístico real y, en caso de duda, deberían adoptar la forma más
usual (Haensch 1982: 361-362).”
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
En la opinión popular, es un lugar común establecer una relación entre el habla difundida
por los medios electrónicos y las costumbres lingüísticas de una comunidad. Las críticas
básicamente se han dirigido a la acción de la televisión. Por este motivo, existe una
corriente de autores que abogan por el buen uso de la lengua, es decir la utilización de una
variedad lingüística sancionada positivamente por instituciones legitimadoras (Ej. RAE). Los
medios de comunicación han de ser canales de difusión de las normas cultas de una región,
configurándose como verdades métodos propedéuticos de acción formadora.
Hay investigadores que argumentan que todo análisis de la lengua en los medios de
comunicación debe desembocar en la correcta formación de los comunicadores.
Profesores universitarios, filólogos y miembros de academias consideran que los medios de
comunicación propalan vulgarismos, idiotismos, barbarismos y “anormalidades” de la
lengua.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
“El peligro que corre, no sólo nuestra lengua en bocas En España se han emitido criterios muy semejantes a
que no tienen interés alguno en conocerla mejor, sino los expuestos. En este caso, J. A. Fernández (1988) los
el público que recibe, casi como una comunión, los expuso en su artículo “La fonología en la televisión
mensajes que se le quieren transmitir. A mayor española: violencias fonéticas”. Según este autor, en el
influencia de personas mal preparadas, corruptoras español de los medios de comunicación de masas, se
del lenguaje, mayor riesgo de infección en el habla de encuentran “violencias, anomalías, deformaciones,
los telespectadores (Peña 1982: 21).” barbarismos, neologismos, alteraciones,
extranjerismos, etc” (Fernández 1988: 249).
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
En 1990, la revista Lingüística española actual publicó una serie de artículos que insistían
en la presencia de corruptelas en el español de los medios de comunicación. No obstante,
también exponían otro gran tema en torno a la relación lengua y medios. Manuel Alvar y J.
L. Martínez Albertos señalaron la importancia de conocer el español de la radio y la
televisión, pues lo consideraban un elemento muy importante para guardar la unidad de la
lengua:
“La unidad de la lengua es un bien que importa defender en el
seno de la comunidad hispanohablante. Hoy la prensa, la radio y la
televisión ejercen una influencia idiomática superior a la del
sistema docente. Sin exageración puede afirmarse que el destino
que aguarda al español –o cualquier otro idioma– está en sus manos
(Martínez 1990: 186).”
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
No solo los círculos académicos han discurrido sobre el tema. En periódicos, empresas
radiofónicas y agencias internacionales de prensa, se ha gestado un movimiento de defensa
participativa de la lengua.
Por su carácter normalizador, el Manual de español urgente de la Agencia EFE y el Libro del
estilo de ABC gozan de gran acogida entre los comunicadores. Medios como El País, Radio
Nacional de España (RNE) o Televisión Española (TVE) disponen también de libros de estilo.
Este panorama demuestra cómo la lengua de los medios se ha convertido en una gran veta
de investigación.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
El proyecto dirigido por el Dr. Raúl Ávila del Colegio de México, “Difusión Internacional del
Español por radio y televisión: unidad y diversidad de la lengua (DIES-RTV)” –que recoge y
procesa las normas lingüísticas regionales de México, Argentina, Cuba, Radio Vaticana,
Chile, Venezuela, Canarias, Andalucía, España (nacional), Colombia y Uruguay–, trata de
responder a preguntas tales como
Es un hecho habitual que en cualquier reunión de expertos relacionada con la norma del
español e incluso simplemente con el español alguien, generalmente un periodista,
pregunte: “¿Cuál es el papel de los medios de comunicación en la difusión del español
correcto?”. “Fundamental”, replica el experto. “Pero vamos a ver” -insiste el periodista- ,
“¿en los medios se usa bien o mal el español?”. Sea la respuesta del experto positiva o
negativa, nos interesa otra pregunta: “¿Qué significa usarlo bien o mal?”.
¿Hablan mal sus protagonistas simplemente porque usan los rasgos propios del lugar en el
que viven? ¿Deben, pues, evitarlos a toda costa los que se asoman a los medios de
comunicación de esos lugares? La pregunta podría reformularse así: cuando un hablante de
una comunidad cualquiera de España accede a los medios de comunicación, ¿debe
necesariamente renunciar a las peculiaridades lingüísticas propias de su zona si quiere
que su discurso sea calificado de “correcto”?
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Ese español modélico (español estándar, español correcto, español ejemplar, norma
asindótica, etc.) no es, en realidad, una entidad discreta, sino gradual, escalar, y en esa
escala:
a) Hay una serie de rasgos que ocupan el punto más alto. Entre ellos, los que son comunes
a todos los hablantes cultos del mundo hispánico, pero también otros que solo son
usados por una parte de esos hablantes. En tales casos, las variantes peninsulares (en
concreto, las peninsulares norteñas) tienen más posibilidades de ocupar la cima de la
escala que las americanas.
b) Hay otros rasgos que, aunque “suenan” a particularismos y aunque serían colocados en
un nivel inferior a los anteriores resultan tolerables tanto dentro como fuera de la
comunidad que los usa. De sus usuarios probablemente dirían los ajenos que “hablan
distinto” pero no que “hablan mal”. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el seseo, la
aspiración de –s implosiva o el voseo.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
d) Otros regionalismos, por último, son vistos como desviaciones desprestigiadas entre los
hablantes cultos, tanto dentro como fuera de la comunidad en que se practican (“Ayer
cenemos con mi cuñao”; “no vinon a la hora”).
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Desde el momento en que el estándar no puede ni debe ser considerado una norma
prescriptiva sino un tipo de norma sociolingüística en la que tienen cabida los usos
prestigiado por la sociedad, se entenderá que la lengua española exige una norma estándar
flexible y elástica, unitaria en su estructura panhispánica pero abierta a variaciones, toda
vez que en América el componente social va más allá en su presión que la propia corrección
impuesta.
Los ejemplos que siguen constatan la escasa variación gramatical del español y muestran,
en su mayor parte, formas bien asentadas en los hábitos lingüísticos de los hablantes cultos
de buena parte de la población hispanohablante con una tradición histórica que los avala.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
En los verbos, la distinción aspectual del indefinido y perfecto, por motivos no solo
lingüísticos sino también contextuales y pragmáticos, se extiende por amplias zonas de la
geografía americana, como revelan los contextos siguientes:
• “Llené todos los requisitos exigidos por las autoridades sanitarias” (Colombia);
• “¿Qué pasó?;
• “Ya llegué, te traje tu medicina”;
• “¿Que le voy a dar de tomar?”;
Los reclamos publicitarios y las secciones humorísticas permiten, sin embargo, la utilización
de usos lingüísticos más cercanos al habla, con la introducción de formas propias de la
norma popular de los distintos países: “ya que urge que me mandés el nombre que le vamos
a poner”, “si querés te puedo enseñar”; “Armá tú equipo con los quince mejores jugadores
de la historia”, “participá ya”. No podemos obviar, sin embargo, que este uso adquiere en
Argentina y otros países un prestigio en vías de expansión, como demuestran sus usos: “por
favor, sentate”, ¿querés un mate?; ”, “viviría con vos, acá o en cualquier lugar”.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Algunos términos son preferencias léxicas como resultado de una distinta selección y
frecuencia que ofrece el vocabulario común, según registros o niveles lingüísticos:
• “¿Estás enojado?”;
• “¿Tú mamá sabe que vas a unirte a los rebeldes?” (Antes que anochezca);
• “el papá del actual director del Centro Penal de la Unión falleció ayer”;
• “¡que linda sorpresa!”;
• la acepción más común en América de ‘echar de menos’ es para la Academia término
común del idioma, Neves la considera americanismo “Dígale que la extraño”;
• el término auto, “depende del diseño del auto”, está más extendido que carro.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
El español de los medios de comunicación ha sido utilizado por más de un autor para
ejemplificar un supuesto español general.
Este español utilizado en los medios de comunicación ha sido denominado también español
neutro.
Este concepto de español neutro se definía en una enmienda posterior de la ley, que
establecía que "se entenderá por idioma castellano neutro al hablar puro, fonética,
sintáctica y semánticamente, conocido y aceptado por todo el público hispanohablante,
libre de modismos y expresiones idiomáticas de sectores".
No debe sorprender, por lo tanto, que se identifique el español neutro con ese concepto tan
extraño y a la vez tan imposible, de hablar puro.
• Sin embargo, para algunos autores esta neutralización de rasgos conlleva también ciertos peligros.
López Morales (2006) advierte del peligro que supone caer en peligrosos reduccionismos, ya que a
veces "se piensa que la buscada neutralidad se consigue simplificando la lengua y reduciendo el
vocabulario a mínimos insospechados".
• El léxico empleado en este español de los medios de comunicación es bastante uniforme y apenas
presenta variedad léxica. Después de analizar cinco publicaciones on line en español, la profesora
Andión apunta (2008: 137) que la variación léxica entre ellas apenas alcanza el 1,19%, lo que
confirma que los medios de Internet apuestan por un léxico común, por encima de las variedades.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Los nuevos medios están cada vez más adaptados a la dinámica de la globalización, son
cada vez menos locales y más internacionales, y eso hace que se sienta necesario un
español internacional.
El español ocupa el tercer lugar de la lista de las lenguas más usadas en la red, ahora bien,
no todos empleamos el mismo español.
Al hablar sobre la modalidad del español que no es propia de ningún país en concreto y que
puede funcionar bien en todo el ámbito hispánico se utilizan distintas denominaciones: los
traductores hablan del «español neutro», pues sus clientes les piden que traduzcan algunos
textos, sobre todo comerciales, a ese tipo de lengua. También se llama neutro al español
hablado sin acento de ningún sitio en particular.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
El español estándar es, como su nombre indica, el ajeno a los localismos y a las
características propias de una u otra zona dialectales.
El español neutro tiene un claro fundamento comercial: es mucho más barato hacer una
sola traducción al español. Además del audiovisual, los programas o máquinas y sus
respectivos manuales de instrucciones, el uso de una única versión reduce los costos que
conlleva la creación de textos o doblajes complementarios, publicitarios, promocionales,
documentación de ayuda, material de formación, etcétera.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Más concretamente:
Es una modalidad elaborada a partir del diasistema del español que se usa principalmente
con fines comerciales para llegar a un área geolectal amplia. Su creación se debe a un
intento por unificar y rentabilizar el mercado hispanohablante, y así evitar la inversión
que supondría realizar distintas adaptaciones para diferentes países.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
El español neutro aboga por el uso de rasgos dialectales como el seseo o el yeísmo debido a
su amplia extensión en el mundo hispanohablante.
El gran corte y fragilidad que divide al español internacional se da en España, debido a que
el español basado en cualquier variedad americana no es aceptable para muchos españoles,
por lo que es frecuente que películas u otro material audiovisual acabe teniendo 2
versiones: una para España y otra para Hispanoamérica. En el español peninsular de los
medios predomina la pronunciación formal del español de Madrid, la capital.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Así pues, se emplean fenómenos lingüísticos como el seseo o el yeísmo ya que solo se hace uso de 17
fonemas consonánticos obviando tanto el fonema interdental /θ/ como el fonema palatal lateral / ʎ/;
mientras que en las conjugaciones se opta por el uso del tuteo y el ustedeo, relegando las formas
singulares y plurales del voseo a un contexto histórico, arcaico o localizado.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Con respecto al plano morfosintáctico, algunos de los rasgos más notables que se suelen
encontrar son los siguientes: el uso abundante de la falsa pluralización del complemento
directo, la ausencia del complemento directo en ciertos verbos o la ausencia
de sufijos aspectuales especiales y de diminutivos.
Otros aspectos más específicos utilizados son los siguientes: el hecho de que las perífrasis
de relativo u oraciones hendidas siempre se construyen con que, la aparición el
interrogativo cuál como adjetivo, las oraciones interrogativas directas que comienzan
por cómo son continuadas por el verbo ser conjugado más el nexo que.
3.1 El español de los medios de
comunicación, un modelo lingüístico común
Críticas:
La principal crítica del español internacional es que este no engloba a todos los países
hispanos y lo neutro es subjetivo. El español neutro que se utiliza en Hispanoamérica está
basado en el habla de México, quitando gran cantidad de argot y regionalismos, eso aparta
acentos muy marcados como el de Argentina o Venezuela, pero no se neutraliza para
España.
Críticas:
El español neutro, en su intento por crear una variedad no localizada y generalista del
idioma, ha recibido diversas críticas por parte de los lingüistas.