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INTRODUCCION A LA

PSICOFARMACOLOGÍA CLÍNICA.
Maria Rueda Extremera. MUDIMA Universidad a Distancia de Madrid
En 1957, en medio de una investigación, Randall y Sternbach
descubrieron las propiedades miorrelajantes, sedantes y
anticonvulsivas de una sustancia, a la cual se denominó
clordiazepóxido. En realidad su función terapéutica esencial era de
carácter ansiolítico El clordiazepóxido se comercializó en 1960 y
fue seguido, tres años más tarde, por un hermano exitoso y
célebre, el diacepam, al cual siguieron una innumerable cantidad
de productos
Desde 1949, gracias a los estudios de Cade, se conocía el efecto
antimaníaco de las sales de litio. Es en 1954 que comienzan a
determinarse sus niveles plasmáticos para controlar la toxicidad.
Poco después se conocen virtudes similares en la carbamacepina.
Se les reconocía a ella y al litio, efectos antimaníacos. Pero más
precisamente antirrecurrenciales, anticíclicos o estabilizadores del
ánimo
Desde este principio en la década de 1950 hasta la actualidad ha
transcurrido mas de medio siglo, pletórico de avances fármaco
técnicos, caracterizado por el desarrollo explosivo de las
neurociencias. Ya hemos visto como interesa a la psicología la
psicofarmacología. En una doble avenida: biopsicopatología, por
un lado, clínica por el otro.
El tratamiento de los trastornos psicológicos tiene hoy en día un
marcado carácter multidisciplinar, interviniendo distintos
profesionales que contribuyen desde sus respectivas áreas y
enfoques al objetivo de promover la salud mental. Una de estas
vías de intervención es la que aporta la Psicofarmacología,
disciplina que estudia la acción de los fármacos sobre el
comportamiento, las emociones y la función cognitiva de las
personas. 
Los psicólogos del ámbito clínico, aunque no pueden prescribir
fármacos, deben conocer cuáles son los mejores tratamientos a
disposición de los pacientes, de manera que sean capaces de
valorar la conveniencia de un enfoque psicoterapéutico,
psicofarmacológico o combinado en cada caso. En este sentido se
debe abordar las posibilidades que ofrecen psicoterapia y
psicofarmacología de cara a los tratamientos y, desde una
perspectiva integradora, se debe prestar especial atención al papel
del psicólogo en relación con otros profesionales sanitarios
Ello implica que el Psicólogo(a) debe contar con una serie de
conocimientos sobre el uso terapéutico de distintos grupos de
fármacos (antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos, etc.), sus
mecanismos de acción neurobiológica, sus pautas de
administración, así como sus posibles efectos secundarios y
contraindicaciones.
La psicofarmacología clínica, se debe centrar en algunos de los
principales trastornos psicológicos, como son -entre otros- los de
tipo depresivo, psicótico, los problemas de ansiedad, el trastorno
bipolar, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, las
demencias o las adicciones, y analizar las características de los
psicofármacos que se emplean en la actualidad en el tratamiento de
cada uno de ellos. Reflexionando sobre el uso de los tratamientos
farmacológicos disponibles y su posible complementariedad con los
enfoques psicoterapéuticos, tratando de establecer pautas y
criterios para la toma de decisiones en contextos clínicos.
La Psicofarmacología es una disciplina que evoluciona con gran
dinamismo en sus conocimientos; a la velocidad que le van
marcando los avances desarrollados por la Neurociencia, de cuyos
conocimientos básicos se nutre y desde donde avanza con
celeridad en su objetivo último de estudio, que no es otro que la
comprensión integrada del funcionamiento de la estructura
cerebral normal.
Es precisamente en este aspecto de los trastornos
psicopatológicos y no sólo por la aportación esencial de los
avances neurocientíficos elementales, donde interviene
directamente y marca la pauta la propia Psicofarmacología; de
manera habitual en esta disciplina, nuevos conocimientos
incorporados de forma reciente, producto de una investigación
farmacológica, son reemplazados por otros nuevos en cortos
periodos de tiempo. 
Las drogas psicotrópicas o sustancias psicoactivas utilizadas en la
actualidad, bien de forma terapéutica, o en otros casos como
drogas de abuso, afectan a procesos bioquímicos que a menudo
implican a enzimas, receptores neurales de diversa naturaleza,
canales iónicos, neurotransmisores, etc. La acción de un fármaco
concreto, que involucra la participación de estos elementos, y que
produce una respuesta fisiológica determinada ante un desorden
de conducta y/o de un proceso degenerativo específico, es lo que
se entiende en psicofarmacología como mecanismo de acción de
una droga.
La Psicofarmacología se nutre de los descubrimientos y
conocimientos básicos de la Neurobiología y contribuye a la
mejora y entendimiento de los trastornos que se pudieran
presentar en el comportamiento humano en cualquiera de sus
fases vitales; así como también a la explicación, sustentada por
investigaciones, sobre los efectos que la ingestión prolongada o no
de determinados psicofármacos, pudiera tener sobre el normal
desarrollo del organismo, sin olvidar el que pudiera tener como
efecto indeseable o colateral.
.
Hoy en día un psicólogo clínico no está autorizado oficialmente a prescribir
fármacos psicoactivos ni a trabajar con el paciente en un proceso de retirada
de los mismos (esto, en la actualidad, es potestad de otros clínicos, aunque
tal situación pudiera cambiar en un futuro no excesivamente lejano según los
distintos movimientos profesionales que desde diversos estamentos
representativos de la Psicología . Pero siendo ello así, tal hecho no invalida el
que un psicólogo en formación y posteriormente en el ejercicio de su
profesión- obtenga y posea unos conocimientos precisos y suficientes de
Psicofarmacología, que le ayudarán a entender mejor una determinada
sintomatología de un paciente, a sugerir, si fuera el caso, la prescripción
Todo lo expuesto ha hecho que la Psiquiatría haya cambiado en
los últimos años y, pese a que las enfermedades mentales son
reconocidas como una de las principales cargas para la sociedad,
se luche contra la estigmatización de los trastornos psiquiátricos
La Asociación Americana de Psiquiatría) y de la CIE (Clasificación
Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la
Salud-OMS), lo cual ha contribuido al progreso científico y
asistencial en este campo

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