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SESIÓN N° 8

LA ADQUISICIÓN Y CONSERVACIÓN DE
LA POSESIÓN

Docente: Dr. Ronald Palomino Hurtado


ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN

CONCEPTO
Debe advertirse que para algunos autores no puede hablarse
estrictamente de adquisición de la posesión sino de iniciación de la
misma por considerar que la posesión es un hecho durable y no un
derecho.
La adquisición de la posesión requiere un acto de injerencia del
sujeto sobre el bien, ante lo cual se excluye el objeto del ámbito de
poder de los demás. Este acto de injerencia puede ser de carácter
“originario” o “derivativo”
Adquisición originaria de la posesión

Normalmente se realiza mediante un acto de aprehensión


unilateral; si el bien no es poseído por nadie entonces
estamos ante una ocupación; en cambio, si la
aprehensión se manifiesta en contra de la voluntad del
precedente poseedor, estamos ante un despojo.
En cualquiera de los casos se trata de una conducta de
injerencia sobre la cosa o un comportamiento comisivo,
está regulado en el artículo 900° del Código Civil.
Adquisición derivativa de la posesión

La tradición o entrega es el acto bilateral mediante el cual el


poseedor precedente (“tradens”, transferente) introduce en el
poder fáctico al poder sucesivo (“accipiens”, adquirente). La
tradición consta de un consenso bilateral de y de una
ejecución material (Artículo 1351 C.C.), por cuanto no versa
sobre la modificación de relaciones jurídicas.
Tampoco es un negocio (acto jurídico), por cuanto la
tradición incide sobre situaciones de hecho y esta factualidad
da lugar a hipótesis simples, fácilmente verificables y no
retroactivas.
Formas de tradición

a) Puede hacerse tradición mediante la entrega efectiva,


material o corporal de la cosa. Este acto no es un negocio
jurídico porque sus efectos no se fundan en el contenido de
las declaraciones de voluntad del "tradens" y del
"accipiens" sino que es uno de los actos que la doctrina
alemana califica de actos reales y cuya característica es que
sus efectos jurídicos están en función de que se produzca un
determinado resultado de hecho que en el caso que nos
ocupa consiste en que el señorío de hecho sobre la cosa
pase del "tradens" al "accipiens".
Formas de tradición

b) La tradición puede consistir también en un


acuerdo cuando el adquirente se encuentra ya en
una situación que le permita poder ejercer su poder
sobre la cosa (por ej. porque la tiene arrendada).
Tampoco esta tradición consensual es un negocio
jurídico sino un acto real.
Conservación de la posesión

El sujeto conserva la posesión aunque haya perdido el


contacto físico sobre el bien, siempre que se encuentre
en grado de retomar el contacto en cualquier momento.
Se conserva la posesión en aquéllos periodos de tiempo
en los cuales el bien sea temporalmente inidóneo para
sufrir la dominación física o económica del hombre.
En cambio si un tercero adquiere el poder sobre el bien
(falta de abstención de los terceros), el sujeto primigenio
habrá perdido la posesión. Art. 904° Código Civil.
Pérdida de la posesión

La posesión se pierde en el mismo momento en que


se pierde el poder de hecho sobre el bien (elemento
objetivo de la relación posesoria). El que tiene una
injerencia “potencial” pierde la posesión cuando un
tercero aprehende materialmente el bien, ya que ese
comportamiento ajeno conlleva a la posibilidad del
poseedor primigenio de interferir sobre dicho bien.
En cualquiera de los casos es necesaria la pérdida del
poder de hecho.
Clases de posesión

De acuerdo con nuestro artículo 905 del CC:


“Es poseedor inmediato el poseedor temporal en virtud de un título. Corresponde la
posesión mediata a quien confirió el título”.
El poseedor mediato es quien confiere el título quiere decir que, en principio, podría
ser el «propietario del bien» y uno de los poderes que estaría ejerciendo este
propietario sería el de goce o disfrute ya que este atributo implicaría obtener un
beneficio del bien a través de, por ejemplo, la celebración de un contrato de
arrendamiento.
El poseedor inmediato es aquel poseedor temporal en virtud de un título, quiere decir
que este poseedor ejerce uno de los atributos del bien, uno de los cuales podría ser
el uso además, el hecho que este atributo sea ejercido de manera temporal y en virtud
de un título implicaría que este poseedor reconoce a otro sujeto de derecho como
propietario del mismo.
Posesión ilegítima de buena fe y posesión ilegítima de mala fe

 la posesión puede ser legítima o ilegítima. Se entiende


por posesión legítima a la que se asienta sobre un derecho
debidamente constituido en el fondo y en la forma bajo
condiciones que son las establecidas para la validez del acto
jurídico. Por ejemplo, un propietario capacitado para disponer de
sus bienes, enajena un inmueble a un tercero, capacitado a su vez
para adquirir. Se perfecciona la escritura pública de venta
ciñiéndose a las disposiciones legales pertinentes y el adquirente
entra en posesión del bien transferido siendo esta posesión
legítima, pues no existe vicio alguno, ni de fondo ni de forma, que
lo afecta o invalide.
Posesión ilegítima de buena fe y posesión ilegítima de mala fe

 La posesión ilegítima, por el contrario, es la que


presenta vicios o deficiencias sustantivas o
adjetivas. El acto jurídico invalidado por la
incapacidad de una de las partes; la falta de título o
el título nulo; la inobservancia de las formalidades
prescritas por la ley o la imposibilidad de transferir
un bien determinado, son situaciones que tipifican
esta clase de posesión.
Posesión ilegítima de buena fe y posesión ilegítima de mala fe

 Este poseedor ilegitimo de buena fe ejercería uno de los atributos de la


propiedad, tales como el uso (arrendatario) o disfrute o goce (un arrendatario
que a su vez subarriende con el consentimiento del propietario) sin embargo
su posesión sería ilegítima, pero de buena fe en la medida en que, debido a un
error de hecho o de derecho, creyera en la legitimidad de su título viciado.
Contrario sensu, un poseedor ilegítimo de mala fe sería aquel que
conscientemente sepa del vicio que invalida su título y a pesar de ellos siga
ejerciendo uno de los atributos de la propiedad como el uso o el disfrute.
El poseedor de buena fe hará suyos los frutos (artículo 908 del CC) mientras
que el poseedor de mala fe estará obligado a entregar los frutos percibidos y
de no existir a pagar su valor estimado al tiempo que los percibió o debió
percibir (artículo 910 del CC).
Posesión precaria

 El artículo 911° del Código Civil, señala que la posesión precaria es:“La que se
ejerce sin título alguno o cuando el que se tenía ha fenecido”.
El presente artículo prevé dos supuestos. El primero de aquel poseedor, o sea
aquel sujeto de derecho que ejerce uno de los atributos inherentes a la propiedad
(como el uso o el disfrute) sobre un bien sin contar con título alguno que le
confiera alguna calidad posesoria como la de arrendatario, usufructuario,
superficiario, etc. Podría asimilarse este primer supuesto al del poseedor
ilegítimo de mala fe.
El segundo supuesto es de aquel poseedor cuyo título ha fenecido, es decir,
podría tratarse del caso del arrendatario, usufructuario o superficiario a quien el
propietario le confirió un título posesorio pero transcurrido un plazo determinado
este vence. En caso este poseedor siga ejercitando uno o mas atributos inherentes
a la propiedad podría calificárselo también como un poseedor ilegítimo de mala
fe.

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