Está en la página 1de 13

Teología y Ciencia

Pierre Teilhard de Chardin


Pierre Teilhard de Chardin - Su Vida

- Desde su niñez sintió un profundo amor por la geología, mismo que continuó al
momento de convertirse en sacerdote.

- Al iniciar sus estudios para convertirse en Jesuita fue instruido para estudiar
paleontología.

- El amor de Teilhard por la geología, sus estudios religiosos y sus estudios en


paleontología lo llevaron a buscar una conciliación entre la teología y la evolución.

- Estas intenciones, junto con el ambiente anti evolucionista jesuita de la época lo llevaron
a autoexiliarse.
Pierre Teilhard de Chardin - Sus Obras

1. El fenómeno humano: en el que refleja su visión científica.

2. El medio divino: donde se trazan las líneas de una espiritualidad para el cristiano del mundo
moderno.

3. El ensayo denominado La Misa sobre el mundo: un texto de belleza e intensidad espiritual.

4. Como creo yo: donde Teilhard expone las razones y las peculiaridades de su fe.

5. El corazón de la materia: el cual representa una autobiografía intelectual y espiritual retratando su


visión y obra del sentido cosmico, humano y cristico.

6. Ciencia y Cristo: el cual contiene su mensaje esencia.


Ley de complejidad-conciencia

Para Teilhard, el universo, es un universo en evolución según la


denominada ley de complejidad-conciencia y que implica una
estructura convergente del mundo. La energía fundamental del
universo se divide en dos componentes: energía tangencial y
energía radial.
Ley de complejidad-conciencia

En el proceso de cosmogénesis,
la materia del mundo se hace,
en su aspecto externo, en
virtud de la energía tangencial,
cada vez más compleja; y
correspondientemente, en su
aspecto interno, en virtud de la
energía radial, cada vez más
centrada y consciente
Ley de complejidad-conciencia

Con la aparición del homo


sapiens la evolución no
se detiene, continúa, pero
esta solo puede notarse,
ya no en la biosfera, sino
solo en la noosfera. Para
Teilhard, el futuro del y
punto futuro final del
proceso evolutivo es el
Punto Omega,
Ley de complejidad-conciencia

La geogénesis se prolonga en la noogénesis; la noogénesis sube irreversiblemente hacia Omega, centro


personal de derivación universal, que trasciende el tiempo y el espacio, que fundamenta, anima y
consumará el proceso evolutivo.

Así se verá constituido el complejo


orgánico: Dios y mundo, el Pléroma,
realidad misteriosa que no podemos
considerar más bella que Dios pero que
no podemos ni siquiera imaginar como
absolutamente gratuita,
absolutamente accesoria, si no
queremos hacer incomprensible la
creación, absurda la pasión de Cristo y
carente de interés nuestro esfuerzo
Le Mileu Divin

Para el cristiano «moderno» surge el siguiente problema: “El Cristo


evangélico, imaginado y amado en las dimensiones de un mundo mediterráneo,
¿es aún capaz de extenderse a nuestro universo prodigiosamente ampliado? ¿Es
aún capaz de centrarlo? ¿No estará el mundo a punto de revelarse más vasto,
más íntimo, más esplendente que Jehová? ¿No hará que maestra religión salte
por los aires? ¿No eclipsará a nuestro Dios?”
Le Mileu Divin

El atributo esencial del medio divino es la omnipresencia divina. M. Barthélemy-Madaule ha


tratado de definir el exacto significado del concepto-clave de milieu, en un intento de
explicar la omnipresencia. Milieu asume tres significados sucesivos:

a) Ambiente: lugar o ámbito en el que existe o sucede algo.

b) Médium: aquello por lo que o a través de lo cual existe o sucede algo: significado día-
fónico y mediador.

c) Centro: centro de, y centro que está por doquier.

El medio divino es, pues, el universo en cuanto movido y compenetrado por Dios en la
totalidad de su evolución.
Le Mileu Divin

Teilhard va más allá en la determinación de la naturaleza del medio divino, a


la luz de dos verdades cristianas: la encarnación y la eucaristía. En virtud de
la encarnación, por tanto, la omnipresencia divina, de la que resulta
constituido el medio divino, se transforma para nosotros en omnipresencia
de cristificación. A la misma conclusión llega Teilhard considerando la
eucaristía como «comunión de Cristo con la humanidad» y, a través de ésta,
con la totalidad del mundo.
Ciencia y Cristo

El hombre, en sus esfuerzos por unirse a Dios, ha intentado hasta


ahora dos vías: o la vía de la evasión al «más allá», o la vía de la
fusión monística en las cosas, en el «más acá»; pero si, en un
cosmos en cosmogénesis, emerge el Omega crístico, se produce
una convergencia: «Dentro del Medio Divino se efectúa una
rigurosa composición [...] entre las fuerzas del Cielo y las fuerzas de
la Tierra. Se produce una perfecta conjunción entre el antiguo Dios
en lo alto y el nuevo Dios en el futuro».
Ciencia y Cristo

Su reflexión cristológica avanza a través de tres planos:

• Desde un Omega como punto de maduración planetaria.

• Pasando por un Omega divino, personal y trascendente.

• Hasta llegar al Cristo de la revelación como verdadero y real


Omega de la evolución.
El Cristo Universal

Teilhard anota en su Diario: «San Bruno, dice el P. de Grandmaison, quiso imitar al Cristo-
solitario; san Francisco vio y quiso hacer reinar al Cristo-pobre; santo Domingo, al Cristo-
verdad; san Ignacio, al Cristo-cabeza. ¿Quién será capaz de encontrar el medio de hacer
reinar al Cristo Alfa y Omega, al Cristo de san Pablo, al Cristo universal? Ojalá sea yo, con mi
vida y con mi muerte, el ínfimo precursor de ese hombre y de ese movimiento [...]»

• El Cristo Omega es el Cristo entrevisto como punto personal terminal al que tienden
todas las cosas y que a todas ellas dará cumplimiento y recapitulación.

• El Cristo Evolutivo es el Cristo entendido como principio energético-amorizante que


anima el proceso del mundo y el devenir del fenómeno humano.

“Fuera de la iglesia hay una inmensa cantidad de bondad y de belleza que, sin duda, no se
consumarán sino en Cristo…”

También podría gustarte