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Problemas Sociales y

«Problemas Sociales»:
construyendo una definición.
Juan Pablo Correa Salinas
Psicólogo UC
Magister y Doctor © en Psicología Social UAB
Características de un problema social (Clemente, 1992):

O 1. Responde a una definición compartida por una


amplia mayoría de personas.
O 2. Los que definen la existencia de un problema
social son grupos conocidos de personas
interesados en su solución.
O 3. En la definición de todos los problemas sociales
se juegan valores sociales en competencia.
O 4. Los problemas sociales son cuestiones públicas,
es decir, no son de las personas sino de las
sociedades.
Definición de problema social empleando la teoría de la influencia
(Miguel Clemente, 1992):

O Existe un problema social cuando un grupo de influencia es consciente


de una condición social que afecta a sus valores, y que puede ser
remediada mediante una acción colectiva”. (Clemente, 1992)

O Grupo de influencia = grupo o colectivo mayoritario que tiene un impacto


significativo dentro del debate público o en la política social.

O Conciencia de una condición social = No basta con tener conciencia de la


existencia de una situación indeseable. También es necesaria la consciencia
de que esa condición se ha originado en causas sociales y se puede superar a
través de la acción colectiva. La conciencia debe ser mayoritaria.

O La condición social de la que se habla debe ir en contra de los valores del


grupo de influencia.
Dificultades planteadas por la definición de problema social que
propone Miguel Clemente (basándose en Sullivan y otros, 1980):

O Si bien es cierto la presentación que hace Clemente de


la teoría de la influencia es correcta en su forma
general, no es menos cierto que no aclara por qué
considera justificado aplicarla a la construcción /
definición de los problemas sociales. En este sentido:
O i) No ofrece una definición de los problemas sociales,
más allá de señalar que son el resultado de un
proceso de influencia.
O ii) No entrega razones que fundamenten lo que dice
cuando afirma que los problemas sociales son el
resultado de un proceso de influencia.
Si aplicamos la definición de Problema Social que propone Clemente
a un objeto social como la tortura, el resultado es el siguiente:

O «Existe la tortura (como problema social) cuando un grupo de


influencia es consciente de una condición social que afecta a
sus valores, y que puede ser remediada mediante la acción
colectiva”.
O Parece evidente que para definir un objeto social como la tortura,
emplear la Teoría de la Influencia no resulta adecuado, pues la
tortura no es el producto explícito y exclusivo de un proceso de
influencia. En este sentido:
O i) La existencia de la tortura no implica consciencia colectiva
mayoritaria de su existencia.
O ii) Si se tortura a una persona en un calabozo clandestino, esa tortura
existe, aunque nadie llegue nunca a enterarse de ello.
O Sin embargo, la tortura constituye un problema social en muchas
sociedades, incluida la nuestra.
Si aplicamos la definición de Problema Social que propone Clemente
a un objeto social como la conciencia mayoritaria de la existencia de
un problema social, el resultado es el siguiente:

O Existe consciencia mayoritaria de la existencia de


un problema social cuando un grupo de influencia
[mayoritario] es consciente de una condición
social que afecta a sus valores, y que puede ser
remediada mediante la acción colectiva.
O En este caso la definición calza con las características
del objeto definido, esto es, con un tipo específico de
consciencia colectiva.
O Sin embargo, la consciencia mayoritaria de la
existencia de un problema social no es un problema
social.
Desde este punto de vista, necesitamos distinguir entre dos asuntos
muy distintos:

O A) La construcción semántica de «problemas sociales». Proceso


estrictamente lingüístico que se realiza por medio de afirmaciones
como «el embarazo adolescente afecta negativamente el desarrollo
de un proyecto de vida autónomo entre las mujeres chilenas».

O B) La construcción causal de problemas sociales. Proceso social


desarrollado a través de un conjunto de prácticas sociales
vinculadas a los procesos de integración social, transmisión
cultural y socialización, en donde el lenguaje interviene de
múltiples maneras (incluidos los procesos de influencia), no
obstante no se trata sólo de un asunto lingüístico ni, mucho
menos, de un proceso de construcción exclusivamente semántica.
El lenguaje participa de múltiples maneras en al construcción de
realidades sociales, incluidos los llamados problemas sociales.

O La construcción de «problemas sociales» puede incidir en la


construcción de problemas sociales. A veces en forma directa, otras
en forma indirecta. Por ejemplo:
O La discusión de la sociedad española respecto a si hablar de
«inmigrantes ilegales» o de «inmigrantes sin papeles» forma parte del
proceso de construcción causal (declarativa) de un determinado tipo
de inmigración (la de las personas pobres que llegan a Europa
buscando una vida mejor) como inmigración ilegal o inmigración sin
papeles. En este caso, la construcción semántica incide directamente
(aunque no en forma exclusiva) en la construcción causal del
problema. La diferencia es significativa. Si se trata de inmigrantes
ilegales, la respuesta estatal es la cárcel o la deportación. Si se trata de
inmigrantes sin papeles, la respuesta es la tramitación de los papeles
correspondientes, con los beneficios que les están asociados.
La construcción semántica de «problemas sociales» también puede
incidir de manera indirecta en la construcción causal de problemas
sociales:

O Por ejemplo, el desarrollo de un proceso de influencia para instalar la


homosexualidad como un problema social a través de afirmaciones del
tipo «la homosexualidad es vergonzante», no genera el problema social
de la homosexualidad sino el de la homofobia, que es algo
completamente distinto.
O La consciencia mayoritaria de «problemas sociales» genera por sí sola
«problemas sociales», pero eso no habrá de producir necesariamente
uno o más problemas sociales. En aquellos casos en los que la
construcción semántica de «problemas sociales» colabora en la
producción causal de problemas sociales, muchas veces «los
problemas» que se enuncian no coinciden con los problemas
producidos por ese mismo enunciado. Esto es, el problema social que
la construcción semántica ayuda causalmente a construir (ej: la
homofobia) no es aquel al que hacía referencia el «problema social»
mencionado (ej: la homosexualidad).
La definición empleada por Clemente y otros confunde la
construcción semántica de «problemas sociales» con la construcción
causal de problemas sociales, al afirmar que la existencia de los
primeros es condición necesaria para la existencia de los segundos:
O Como decíamos: necesitamos distinguir entre las relaciones
semánticas que ocurren entre partes del lenguaje (una afirmación y
la evidencia que la fundamenta, por ejemplo) y las relaciones
causales que se producen entre el lenguaje y aquellos objetos que no
forman parte de él, o entre objetos no lingüísticos exclusivamente,
por ejemplo: el choque de dos placas tectónicas (Rorty).

O Los problemas sociales son construidos causalmente en la


interacción social a través de variables múltiples (económicas,
culturales, institucionales, etc.). En todos los casos interviene el
lenguaje, empleado tanto en su dimensión de entendimiento (acción
comunicativa) como en su dimensión de influencia (acción
estratégica). Afirmaciones y declaraciones juegan un papel
destacado en esta tarea.
Los valores en la producción colectiva de problemas sociales y
«problemas sociales»:

O Los valores son el resultado de la acción de


valorar (valoración). Sin valoraciones no hay
valores. Toda valoración es una acción y, por
ende, se orienta a determinados fines. Los
«conflictos de valores» son el resultado de la
interacción social sobre la base de fines opuestos
que distintos grupos sociales buscan realizar.
O Los fines humanos están involucrados tanto en
la producción (causal) como en la identificación
(semántica) de los problemas sociales.
Una nueva definición de problema social que supere las deficiencias
de la anterior necesita:

O Asumir una perspectiva objetivista (en el sentido planteado por


Clemente) que realice la tarea de especificar lo que es un problema
social, independientemente del proceso a través del cual fue
construido.
O Distinguir con claridad entre un problema social y un «problema
social», especificando en cada caso la manera directa o indirecta
en que los «problemas sociales» participan en la construcción
causal de problemas sociales, en conjunto con otras variables de la
interacción social.
O Reconocer la dimensión normativa (valórica) presente en la
construcción causal de problemas sociales, así como en la
construcción semántica y teórica de los «problemas sociales». En
otras palabras, asumir la tarea crítica que supone el desarrollo de
una teoría social bien elaborada.
Nueva definición de problema social elaborada a partir de la teoría
del reconocimiento (Honneth, Fraser):

O Existe un problema social cuando las


condiciones en las que se desarrolla la vida
humana en sociedad dificultan la distribución
equitativa de los bienes disponibles entre los
participantes, independientemente de si se
trata de recursos económicos o patrones
institucionalizados de valor cultural (Fraser),
generando desigualdades de estatus,
disparidad participativa (Fraser), situaciones
de menosprecio o identidades reificadas
(Honneth) en todas o algunas áreas de la vida
social.
En opinión de Nancy Fraser:

O La norma (o principio) de «igualdad de estatus» o


«paridad participativa» exige dos condiciones para
cumplirse (Fraser y Honneth, 2003, p.42 y
siguientes):
O a) La distribución de los recursos materiales debe
hacerse de manera que garantice la independencia y
la voz de todos los participantes.
O b) Los patrones institucionalizados de valor
cultural deben expresar el mismo respeto a todos los
participantes y garantizar la igualdad de
oportunidades para obtener la estima social.
Sentido de la propuesta de Nancy Fraser:

O A diferencia de la concepción del reconocimiento como dimensión


fundamental del proceso de autorrealización (que atribuye a Taylor
y Honneth), Fraser lo entiende como una cuestión de justicia.

O La ausencia de reconocimiento o el reconocimiento negativo no


implicarían un problema por distorsionar la «relación práctica con
el yo» del sujeto (Honneth) sino, más bien, porque es injusto que a
un individuo o un grupo se le niegue el estatus de interlocutor
pleno en la interacción, como consecuencia de patrones
institucionalizados de valor cultural, en cuya elaboración no han
participado en pie de igualdad y que menosprecian sus
características distintivas o aquellas que se les adjudican.
Ventajas de su propuesta según Fraser (p.37 y siguientes):

O 1. Permite justificar las reivindicaciones de reconocimiento como


moralmente vinculantes en las condiciones modernas de pluralismo
de valores (es decir, cuando existe más de una idea de «la vida
buena»).

O 2. Al concebir el «reconocimiento erróneo» (o negativo) como


subordinación de estatus, ubica el problema en las relaciones
sociales, no en la psicología individual o interpersonal. Así, el
reconocimiento erróneo es una cuestión de impedimentos
externamente manifiestos y públicamente verificables. La
reparación supone superar la subordinación. Esto implica cambiar
las instituciones y las prácticas sociales, reemplazando los patrones
de valor cultural que impiden la paridad de participación por otros
que la promuevan.
Ventajas de su propuesta según Fraser (p.37 y siguientes):

O 3. Evita el punto de vista que sostiene que todo el


mundo tiene el mismo derecho a la estima social. Lo
reemplaza por la idea según la cual todo el mundo tiene
el mismo derecho a tratar de alcanzar la estima social en
justas condiciones de igualdad de oportunidades.

O 4. Al interpretar el reconocimiento erróneo como una


violación de la justicia, facilita la integración de las
reivindicaciones de reconocimiento con las
reivindicaciones de redistribución de recursos y de la
riqueza.
¿Cómo podemos distinguir las reivindicaciones de reconocimiento
justificadas de las no justificadas (Fraser)?

O Fraser propone la paridad participativa (igualdad de estatus) como


norma de evaluación. Esta norma está por encima de ambas
dimensiones de la justicia: la distribución y el reconocimiento.
O En cualquier caso los reclamantes deben demostrar que los acuerdos
vigentes les impiden participar en la vida social en calidad de igualdad
con los otros. Los reclamantes deben demostrar que los acuerdos
económicos y/o los patrones institucionalizados de valor cultural les
niegan las condiciones para participar con los demás en condiciones
igualitarias.
O También los remedios propuestos se pueden evaluar con el criterio de
paridad participativa. Los reclamantes deben mostrar que sus
propuestas sentarán las condiciones objetivas para establecer la paridad
que se les niega. Además deben mostrar que sus propuestas no crean ni
empeoran en forma injustificada otras paridades.
O
Deliberación democrática y paridad participativa:

O Las reivindicaciones de reconocimiento sólo pueden


justificarse en condiciones de igualdad participativa, entre
cuyas condiciones está el reconocimiento recíproco. Hay
círculo, pero no es vicioso. Esta situación expresa el carácter
reflexivo de la justicia. Esto implica realizar reivindicaciones
de primer orden (redistribución y reconocimiento) y de
segundo orden (metanivel en el que se juzgan las
reivindicaciones de primer orden). Se trata de reivindicar
entonces un razonamiento público verdaderamente
democrático. El enfoque propuesto incluye un metanivel de
deliberación sobre los procesos de deliberación.
O A diferencia de otros enfoques, el dialógico permite el
dinamismo histórico pues impone la paridad de las prácticas
sociales de la crítica, incluyendo la deliberación sobre las
formas de interacción que deban existir.
Enfoques más recurrentes de la política pública / social
chilena vinculados a la producción, gestión y disolución de
problemas sociales:

O Normalización.
O Satisfacción de necesidades.
O Administración de conflictos.
O Reconocimiento, protección y promoción de
identidades colectivas. Taylor: políticas de
la dignidad igualitaria y políticas de la
diferencia.
O Profundización y ampliación de libertades.
O Reconocimiento y realización de derechos.
FIN

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