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Universidad Santo Tomás

Facultad de Sociología
Sociología Contemporánea
Joan Camilo Ochoa Bejarano
PARCIAL TERCER CORTE
Manuel Antonio Baeza
- “La fórmula sociológica clásica empleada por P.Berger y T.Luckmann (2001) en orden a
decir que la realidad no es otra cosa que una realidad socialmente construida, sitúa el
problema en una dimensión correcta, en cuanto identifica atinadamente el estatus
particular de este tipo de realidades y con él –lo queramos o no- el estatus del conjunto
de las ciencias sociales” (pp. 32)
Esta es una apreciación correcta. Siempre que partamos de la afirmación de que en el momento en
que existe un sujeto histórico, el movimiento de la totalidad se encuentra determinado como un
para sí. Esto quiere decir que afirmar esto no presupone la primacía ontológica de lo subjetivo u
objetivo, sino que más bien los incorpora como dos momentos especulativos de lo mismo, la
realidad.
- “Los imaginarios sociales son múltiples y variadas construcciones mentales (ideaciones)
socialmente compartidas de significancia práctica del mundo, en sentido amplio,
destinadas al otorgamiento de sentido existencial.”
Lejos de lo que se podía interpretar con esta afirmación, ella es una muy materialista. El motivo
de ello es que al abordar la construcción mental (llámese ideal) con significancia práctica ( lo
material), se está revalidando este movimiento concreto de lo real, donde lo inmediatamente
objetivo se subjetiva y lo inmediatamente subjetivo se objetiva.
- “Dicho de otra manera, son los imaginarios sociales los que constituyen el sustrato del
sentido común presente en una sociedad, o si se prefiere, son la gramática intersubjetiva
necesaria para lograr que la comunicación y la cooperación fluyan.”
Nuevamente se hace una afirmación correcta a pesar de que necesita algo de precisión. Es cierto
que los imaginarios son el sentido común presente en una sociedad, pero precisamente son
originados a raíz de un cierto nivel de desarrollo social y económico (productivo) de las
sociedades. Es allí donde recae la vitalidad o no de una cierta red de imaginarios de significado.
- “Los imaginarios sociales no están de ninguna manera exentos de oposiciones
provenientes de la heterogeneidad propia de una sociedad; reconociendo una pluralidad
siempre presente de configuraciones socio-imaginarias, el monopolio de las
homologaciones puede resultar del logro de hegemonía de un imaginario sobre otro(s)”
A pesar de que un significado subjetivado sobre grupos, individuos o cosas, dependa de las
condiciones materiales e históricas concretas de las sociedades en mención, esto no quiere decir
que sea transformable ese “sujeto” en mención por apenas tener una determinada concepción.
- “Los imaginarios sociales son, a priori, ambivalentes con respecto a la sociedad misma:
son y no son funcionales a ésta, por el hecho de no contar jamás con una “eficacia
política” o decisional propia. Se trata aquí sobre todo de la relación entre imaginarios
sociales e ideología.”
Hablar de “sociedad” cuando se quiere poner en tela de juicio la funcionalidad o no de
determinada forma de la conciencia, es decir un imaginario social, es una formulación poco
realista. La ideología adopta formas que no necesariamente son generadas por la “sociedad” en su
conjunto ni es la “sociedad” la que recibe sus afectos. Surge de unas condiciones materiales
concretas y beneficia o afecta de acuerdo a unos intereses particulares que dan su origen, aún más
hablando de política y siendo mediada por el estado.
- “Surge así, al menos en términos de hipótesis histórica, la posibilidad de desarrollo de un
potencial transformador por imaginarios sociales autónomos, perfectamente capaces de
instituir relaciones sociales de un modo más ―democrático‖, sin el peso de lo
―naturalizado‖ desde matrices de significación exógenas con respecto a las mayorías.”
No quiero negar el papel histórico de la personalidad o de la “autonomía” en estos términos. Pero
las transformaciones las hacen las masas sobre las condiciones materiales, no un individuo
mágicamente. Tampoco niego la casualidad, pero defiendo que es la necesidad la que prima por
encima de ella.

“El imaginar y el pensar no surgen –ya lo insinuábamos en el argumento anterior- desde la nada
pues allí está presente la experiencia social significada y acumulada en la memoria social,
incluso extraviada en el plano del inconsciente. Cada vez que la imaginación se echa a andar se
produce una relación inconsciente con modelos de base, arquetípicos, auténticos
―acercamientos psíquicos‖ con figuras de la experiencia humana y social más remota,
mitologizadas (Gusdorf, 1984), que tienen un valor de ejemplaridad no consciente para el tiempo
presente”
La materia antecede a la idea. Como la materia sólo puede captarse en tanto multiplicidad de entes
empíricos, la materialidad es siempre materialidad mediada

“Tras haber planteado muy sucintamente estos ocho argumentos básicos no cabe sino reiterar la
importancia de instalar de una vez por todas una sociología profunda que no vacile ya más en
abordar fenómenos sociales de una mayor complejidad, y que a nuestro juicio comienzan por
integrar la dimensión subjetiva de la vida social, vale decir aquello que inspira y precede todo un
conjunto de figuras ya presunta o realmente objetivadas (léase en nuestras conceptualizaciones y
categorías habituales: Estado-nación, democracia, estratificación social, religión, conductas
trasgresoras, etc.) con las cuales el sociólogo tradicional tiende a trabajar directamente”
La verdad objetiva existe y la ciencia se encarga de desarrollar el proceso para llegar a ella.
La subjetivación de los fenómenos sociales, carece de importancia al estudiar un fenómeno en
concreto, pues se parte de identificar elementos objetivados que dan origen al fenómeno e
igualmente elementos objetivados consecuenciales. La verdad objetiva existe y la ciencia se
encarga de desarrollar el proceso para llegar a ella.

Ulrich Beck
- “Al utilizar las antiguas categorías (como clase, familia, roles de género, industria,
tecnología, ciencia, estado-nación, etcétera) dan por supuesto lo que tratan de demostrar;
que seguimos viviendo, actuando y muriendo en el mundo normal de la modernidad del
estado nación.”
Resulta de interés que se el autor trate de hacer una crítica a la permanencia de estas categorías de
la modernidad en la ciencia. La razón de esto es que quizá se esté dando una importancia
exagerada a categorías surgidas recientemente que se visten de una posición “enmascarada” de ser
posterior a las condiciones sociales de la modernidad.
- “La sociología del riesgo es una ciencia de potencialidades y de juicios sobre
probabilidades”
El papel que podría tomar la sociología al diseñar herramientas y un método científico estricto,
sería de vital importancia para la sociedad en general. La razón es que transformaría
significativamente el hecho de estar bajo control sobre la multiplicidad de posibilidades que
ponen en riesgo a todos los individuos.
- “Los riesgos no pueden entenderse fuera de su materialización en mediaciones concretas,
sean estas científicas políticas, económicas o populares.”
En efecto, aunque los riesgos sean una percepción futura, y por lo tanto, ideal, estos nacen con
una relación de pasado y presente en lo espacio temporal. Cada sociedad, partiendo de sus
condiciones materiales concretas se enfrenta a riesgos de los que puede resultar afectada o puede
enfrentar.
- La distinción, socialmente muy relevante, entre quienes adoptan las decisiones sobre los
riesgos y quienes tienen que afrontar las consecuencias de las decisiones de otros. (…)
Desde luego, el control que se tiene sobre las afectaciones de un riesgo social, es también un
factor de clase. A pesar de que se pueda apelar a formas de organización social como la
ciudadanía para hablar de causas y consecuencias, es una cuestión de posesión el poder decidir
para evitar o simplemente ser afectado por el riesgo.
- “si se adopta la perspectiva de John Major, según la cual sólo el conocimiento cierto
puede impulsarnos a actuar, se tiene que aceptar que la negación de los riesgos provoca
que éstos crezcan de forma inconmensurable e incontrolable”
Por ello mismo es que la producción científica, partiendo de aceptar que ya es un negocio
estructurado, debe ser articulada con el actuar político, para que de este modo se puedan tomar
decisiones asertivas sobre el futuro de la población nacional y mundial, sobre todo de aquellos
que tienen una imposibilidad material de actuar significativamente.
- “Después de todo, una de las características más importantes de la teoría de la sociedad
del riesgo, hasta ahora apenas entendida por la ciencia o por la política, es la de abrir -al
menos intelectualmente- circunstancias aparentemente rígidas y ponerlas en movimiento”
Ligada con el comentario anterior, el conocimiento preciso sobre todo lo real, natural y fabricado
por el humano, puede permitir dinamizar estas circunstancias que mantienen la vida social en un
plano de poder y afectaciones a individuos vulnerables.

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