Begoña Carrascal Dpto. de Lógica y Fª de la Ciencia UPV/EHU Esquemas argumentativos
No existe hasta la fecha una única teoría de la
argumentación universalmente aceptada pero las distintas corrientes coinciden en considerar como centrales a la hora de producir, analizar y evaluar argumentaciones en lenguaje natural, el estudio de los siguientes elementos: ‘puntos de vista o tesis’, ‘premisas no expresadas (implícitas)’, ‘esquemas argumentativos’ o estructura interna de la argumentación, ‘diagramas o estructuras argumentativas’ o forma externa de la argumentación y ‘falacias’. El estudio de los esquemas argumentativos constituye, por tanto, una de las líneas de investigación principales en las teorías de la argumentación. Esquemas argumentativos
Un esquema argumentativo representa un modo específico de
apoyo de la tesis o punto de vista a debate, sobre la base de unas premisas propuestas. Por una parte se presupone que la premisa o argumento que sostiene la tesis de una argumentación debe ser una premisa aceptable o razonable para los participantes en esa actividad, pero además, es necesario que esta premisa esté ligada, de una forma adecuada, a la tesis que defiende; es decir, que mediante la aplicación del esquema argumentativo adecuado, se produzca una transferencia de la aceptabilidad o plausibilidad de la premisa a la tesis en cuestión. En lógica formal los esfuerzos para ligar las premisas y la conclusión se han concentrado en los problemas relativos a la consecuencia lógica y la verdad pero poco se ha avanzado en relación a las inferencias plausibles o a la transmisión de aceptabilidad aunque, es claro, que algunas clases de razonamientos no deben su ‘validez’ a su forma lógica. Esquemas argumentativos Hoy en día, muchos teóricos de la argumentación piensan que el modelo deductivo tradicional no puede aplicarse para analizar argumentos ordinarios, otros, sin embargo, abogan por el deductivismo, es decir, un tipo de análisis deductivo para todo tipo de argumentos, introduciendo, en todo caso, el concepto de grado de certeza Rescher (1976, 1977) de la inferencia en el paso de las premisas a la conclusión. En la práctica, sin embargo, los elementos que se utilizan para el análisis de argumentos se basan en sistemas lógicos tradicionales (como pueden ser la lógica proposicional o la lógica de predicados) y no hay realmente referencias claras a la idea de grado de certeza o trasmisión de la idea de plausibilidad. ¿Modelo deductivo? Como hemos señalado, la alternativa al modelo deductivo, no es fácil y a pesar de ser tema recurrente entre los lógicos informales, no existe consenso sobre a qué tipos de argumentos y qué criterios de evaluación deberían utilizarse en caso de adoptar modelos interpretativos y evaluativos diferentes para los distintos tipos de argumentos (deductivos, inductivos, conductivos y abductivos), Un análisis de los esquemas argumentativos es necesario para iluminar de alguna manera estos conceptos centrales en argumentación y cuyo estatus es vago e intuitivo, ya que nos puede proporcionar información sobre los principios, criterios o presuposiciones que se emplean cuando se intenta justificar o refutar
Otro tipo de propuestas consisten en la evaluación de los
argumentos desde un punto de vista pragmático, es decir, de acuerdo con el contexto de diálogo apropiado para cada caso. Kienpointner (1987) por ej., opina que la forma de evaluar los diferentes esquemas argumentativos tiene que ser diferente de la forma en que se evalúan los argumentos en lógica formal ya que no parece posible construir un algoritmo que decida la validez de argumentación expresada en lenguaje natural mediante su traducción a un lenguaje formal. Si no se hace uso del contexto en cada caso particular no parece haber forma de diferenciar entre argumentos correctos y falaces. Por otra parte, desde el ángulo de los que consideran la argumentación desde un punto de vista dialéctico, es común presentar cada esquema argumentativo acompañado de un conjunto de preguntas críticas cuyo objetivo es pasar el peso de la prueba al otro participante en el diálogo. Una de las bases de la evaluación del argumento estaría, por consiguiente, en la observación de las obligaciones que cada participante tiene para aprobar, refutar o cuestionar una proposición particular. Blair (1991) remarcó que el principal problema en cada tipo de argumento es definir a que nos referimos cuando decimos que las premisas son suficientes o adecuadas en relación con la conclusión. Su respuesta es que un argumento es aceptable cuando cumple con la carga de la prueba que se le supone basándose en los que se presupone o acepta sin más cuestiones por parte del antagonista en la discusión. Definición de esquema argumentativo de van Eemeren y Grootendorst (1992)
Una forma más o menos convencional de representar la
relación entre lo expresado en el argumento y lo expresado en la tesis. Remarcan la palabra convencional en oposición a lógica. Lo que significa que el esquema no necesariamente obliga a los participantes en la discusión a aceptar necesariamente la conclusión incluso aceptando las premisas. Esta forma de ver los esquemas argumentativos remarca, por tanto, su función más retórica o persuasiva, que lógica. Historia
El término esquema argumentativo fue usado por primera
vez por Perelman y Olbrechts-Tyteca en La Nouvelle Rhétorique (1958) pero históricamente otros autores se han referido a esa misma noción con diferentes términos. Los esquemas argumentativos se definen y categorizan de forma diferente en las distintas teorías de la argumentación, de acuerdo a sus objetivos particulares. Usos de los esquemas
Los esquemas argumentativos han sido considerados como:
1. instrumentos o medios para construir argumentos. 2. instrumentos para la evaluación de la argumentación. 3. punto de partida para la descripción de la competencia argumentativa de los usuarios de una lengua. Medio Para Construir Argumentos
Por lo que respecta a los esquemas argumentativos
considerados en el primer sentido, tenemos los sistemas de topos clásicos desarrollados por Aristóteles, Cicerón y Boecio.
Aristóteles incluye tópicos específicos para cada uno de los
tres géneros de discurso que considera y tópicos generales que se pueden utilizar en todos los géneros. Medio para construir argumentos
Los tópicos específicos son premisas específicas para cada
género. Aristóteles distinguía 28 tópicos generales, alguno de los cuales se puede asimilar a un esquema argumentativo utilizado en las modernas teorías de argumentación. Cicerón también propuso principios argumentativos abstractos en sus Topica agrupándolos en tres clases. Boecio en su De differentiis topicis hace una síntesis del sistema de tópicos de Aristóteles y del de Cicerón. Medio para construir argumentos
En el siglo XIX, Whately (1846) presenta una clasificación
de formas argumentativas distinguiendo dos categorías: argumentos a priori entre los que incluye argumento de causa a efecto, y argumentos de signo y de ejemplo. Posteriormente Perelman y Olbrechts-Tyteca tratan de dar una descripción de técnicas discursivas para mejorar la práctica argumentativa incluyendo asimismo una clasificación de esquemas argumentativos, agrupándolos en dos clases principales: argumentos basados en el principio de asociación y argumentos basados en el principio de disociación. Mejora en la evaluación: Hastings
Como representantes de la corriente que propone clasificar
los esquemas argumentativos con vistas a una mejor evaluación de la argumentación tenemos a Hastings (1962) que parte del modelo propuesto por Toulmin (1958) y que presenta 9 formas de razonamiento junto con otras ‘pautas’ de razonamiento. Mejoras en la evaluación: Academia
Podemos también citar a Schellens (1985) y los manuales
americanos dedicados a mejorar el debate académico. Entre sus representantes más notorios está Freeley (1992). Aunque hay esquemas comunes en sus respectivas clasificaciones, estas difieren notablemente a la hora de elegir los criterios de clasificación. Mejoras en la evaluación: Pragmadialéctica En este grupo podemos situar también a la corriente pragma-dialéctica de la escuela holandesa liderada por Van Eemeren y Grootendorst (1984). En pragmadialéctica la respuesta para la suficiencia de las premisas con respecto a la tesis que se sostiene es relativa a posible respuesta a los retos o preguntas críticas a los que se pueden someter a las premisas y a la conclusión. En la actualidad esta escuela propone tres tipos de esquemas argumentativos (signo, comparación y causa-efecto) con sus correspondientes preguntas críticas que supuestamente sirven, entre otras cosas para caracterizarlos. Argumentación por signo o sintomática Jon es un profesor experimentado. Preparar las clases le lleva poco tiempo. María es americana y por tanto estará preocupada por los costes del proyecto. Y es una propiedad verdadera de X. Porque Z es una propiedad verdadera de X. y (implícito) Z es característico o sintomático de Y. Preguntas 1. ¿Seguro que no hay también “no-Ys” que tengan la característica Z? 2. ¿Hay Y-s que no tienen la característica Z? Argumento por similaridad
El método que propongo funcionó el año pasado, por lo tanto este
año también funcionará. No hay porque darle a Mikel 10 euros de paga. A su hermano sólo le dábamos 5. Y es una propiedad verdadera de X. Porque Y es una propiedad verdadera de Z. y (implícito) Z es comparable a X. Pregunta: ¿Hay diferencias significativas entre Z y X? Mejoras en la evaluación: Walton Walton (1996) hace un estudio de los esquemas argumentativos asociados a lo que el denomina argumentación presuntiva. Propone generalizaciones de naturaleza abstracta para diferentes esquemas que luego pueden ser aplicados a situaciones concretas. Cada esquema se acompaña de un conjunto de preguntas críticas que pueden ser planteadas por un antagonista en cada caso concreto y cuyo nivel de refinamiento podría ser determinado en cada caso por los participantes en el diálogo argumentativo. Mejoras en la evaluación: Walton
Utilizando un determinado esquema argumentativo el
protagonista de la argumentación invoca un método particular de crítica en un proceso dialéctico en el cual ciertas reacciones son relevantes y otras no. Si el oyente acepta las premisas y el argumento es verdaderamente una instancia de un esquema argumentativo apropiado (pasa el filtro de las preguntas críticas), debería aceptar la conclusión. Esta forma de descripción de los esquemas argumentativos es normativa. Clasificación de Walton
• Argumento de signo • Causa-efecto
• Ejemplo • Consecuencia • Clasificación verbal • Analogía • Contra la persona • Compromiso • Posición a conocer • Gasto • Etótico • Popularidad • De evidencia a hipótesis • Experto • Sesgo • Precedente • Correlación a Causa Evaluación de la competencia Entre los representantes de la tercera corriente, la que intenta clasificar los tipos argumentativos para evaluar la competencia de los usuarios de una determinada lengua, encontramos a Kienpointner. Kienpointner (1987) escribió una panorámica histórica u analítica sobre el tema. Sin embargo muchos de los tópicos de la época antigua y medieval, aunque coinciden con algunos de los tipos de argumentación que nosotros asociamos con esquemas argumentativos actuales, son presentados de una forma confusa asociados con doctrinas lógicas no actuales. Evaluación de la competencia Este mismo autor, Kienpointner, en 1992 hace una clasificación de 60 esquemas argumentativos basada en el tipo de justificación utilizada en el argumento para transmitir la inferencia de las premisas a la conclusión. Su tipología tiene 3 categorías principales: 1. argumentos en los que la justificación está en uso. 2. esquemas argumentativos inductivos. 3. argumentación mediante ejemplo, analogía y argumentos de autoridad. Conclusiones Aunque, tal y como se ha señalado, hay aspectos que comparten las distintas clasificaciones de esquemas argumentativos que existen en la actualidad, las diferencias entre ellas, sin embargo son importantes, por ejemplo en relación al modo empleado a la hora de clasificar, o en relación al número de esquemas argumentativos propuestos. Consideramos que es importante y necesario poner cierto orden en las tipologías propuestas por los distintos autores, definiendo de forma lo más precisa posible cada uno de los esquemas argumentativos y estableciendo para ello las preguntas críticas necesarias para el reconocimiento de cada esquema argumentativo particular. Bibliografía
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