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DAÑO

EXTRAMATRIMONIAL

 DOCTOR: ESPINOZA RANGEL, JOSÉ CARLOS


DAÑO AUTORIZADO: LAS INMUNIDADES

El código Civil hace referencia al mismo como hecho dañoso


justificado

Según el Código Civil Peruano


Artículo 1971.- Inexistencia por responsabilidad.

• No hay responsabilidad en los siguientes casos:


• 1. En el ejercicio regular de un derecho.
• 2. En legítima defensa de la propia persona o de otra o en
salvaguarda de un bien propio o ajeno.
• 3. En la pérdida, destrucción o deterioro de un bien por causa de la
remoción de un peligro inminente, producidos en estado de
necesidad, que no exceda lo indispensable para conjurar el peligro
y siempre que haya notoria diferencia entre el bien sacrificado y el
bien salvado. La prueba de la pérdida, destrucción o deterioro del
bien es de cargo del liberado del peligro.
EL EJERCICIO REGULAR DE UN DERECHO

• Si una persona es titular de un


derecho, quiere decir que, cuenta
con un conjunto de atribuciones
que incluyen diversos mecanismos
de actuación.
• En tal sentido, el ejercicio regular
del derecho se da cuando el titular
pone en práctica las atribuciones
que este otorga dentro de sus
propios límites.
• Esta figura se da cuando se produce el
ejercicio de un derecho regulado en un
Código, bien sea civil, penal, tributario, etc.
• Como mencionamos, este hecho está
exonerado y excluido por el artículo 1971 del
Código Civil, el mismo que no contempla el
abuso del derecho ni el uso antijurídico del
mismo.
• La jurisprudencia peruana indica: “El hecho de
presentar una demanda, constituye un ejercicio
regular de derecho, por lo que, resulta
improcedente demandar indemnización por
daños y perjuicios, debido al perjuicio provocado
por interponer la demanda”. Este es un claro
ejemplo que implica la realización de actos
amparados por las normas.

• Del mismo modo, nuestra legislación indica que, la


denuncia policial que genera un proceso penal no
constituye un ejercicio abusivo del derecho, sino
el ejercicio regular de este. Por lo tanto, en este
caso, tampoco existe la responsabilidad
extracontractual.
• El derecho de dañar. Entre todos los actos humanos
potencialmente dañinos, hay en primer lugar que
distinguir aquéllos en los que el hecho mismo de
dañar está permitido por el Derecho y aquéllos en
los que no está permitido dañar pero que pueden
producir un daño no querido por la ley.
• Estos últimos a su vez se dividen en culpables (en
sentido amplio, que comprende el dolo) y no
culpables.
• Y lo interesante consiste en que los primeros aquéllos
en los que estamos autorizados para dañar a un
tercero están efectivamente excluidos del campo de
la responsabilidad extracontractual, mientras que los
segundos están siempre comprendidos en ese
campo pero sólo dan lugar al pago de una
indemnización (en un sistema subjetivista) si los
daños fueron resultado del dolo o de la culpa.
CAS. N 1848-2009 ANCASH
LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL
PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA

• La aplicación indebida de los artículos 1970, 1971 del Código Civil, así
como de los dispuesto en los artículos 1351, 1361 y 1362 del citado Código
Civil, toda vez que, en la sentencia de vista se han aplicado indebidamente
los artículos 1970 y 1971 del Código Civil concordante con el artículo 1985 del
mismo cuerpo normativo, con la finalidad de eximir de responsabilidad
extracontractual a los demandados, quienes han actuado de manera
deliberada y malintencionada al interponer en su contra una demanda de
interdicto de retener y recobrar y que al haberse declarado infundada
dicha demanda, se pone al descubierto la mala fe procesal de aquellas
personas, por lo que, en virtud del artículo 4 del Código Procesal Civil es
posible demandar el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados,
sin perjuicio del pago de las costas y costos del proceso. Además se ha
incurrido en aplicación indebida de los artículos 1351, 1361 y 1362 del Código
Civil citados en el fundamento veintiuno de la sentencia de vista, ya que dichos
preceptos están encuadrados dentro de las obligaciones contractuales y
no en la responsabilidad extracontractual que se debate en el presente
proceso.
• Tercero: En efecto, para llegar a dicha conclusión la
Sala Superior ha merituado lo actuado y las
sentencias recaídas en el referido proceso de
interdicto de retener y recobrar, signado con el
expediente N 2001-0043, en el que expresamente se
exime del pago de costos y costas a los hoy
demandados al haber tenido motivos atendibles para
litigar, de la que se ha inferido que los demandados
no han actuado de mala fe, sino en ejercicio regular
de su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
previsto en el artículo I del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, por lo que, de acuerdo a lo
dispuesto en el inciso 1) del artículo 1971 no hay
responsabilidad civil en el ejercicio regular de un
derecho.
• Cuarto: A ello debe agregarse que la sentencia de vista ha
concluido que no se configurado daño al recurrente, al tener
en consideración que el certificado médico de fecha ocho de
octubre del dos mil dos, en el que se indica que el recurrente
presenta “cefalea permanente por secuelas de
traumatismos cráneo cervical con tratamiento quirúrgico
antiguo y síndrome ansioso depresivo actual”, no acredita
que haya sido resultado del proceso judicial entablado en
su contra, dado que la fecha de presentación de esta
demanda indemnizatoria es anterior en dos meses a la fecha
de expedición del referido certificado médico. Finalmente en
lo que se refiere a la producción de daños materiales, la Sala
Superior ha merituado las anotaciones efectuadas en el acta de
inspección judicial llevada a cabo en este proceso, obrante a
fojas trescientos sesenta y seis, en el que el A quo no advirtió la
producción de daños en el predio materia de inspección, más
aún cuando a criterio de las instancias judiciales de mérito no se
ha acreditado con exactitud las parcelas que les corresponde a
cada parte.
• Quinto: En tal sentido, de lo actuado en este
proceso se ha determinado que los demandados
al interponer la demanda de interdicto de retener
y recobrar contra el hoy recurrente procedieron
en ejercicio regular de un derecho, siendo de
aplicación el supuesto de inexistencia de
responsabilidad civil previsto en el inciso 1 del
artículo 1971 del Código Civil de manera que esta
norma resulta pertinente y aplicable en función de los
hechos acreditados en el proceso, que resultan
incontrovertibles en esta sede de casación, por lo
que la causal de aplicación indebida del artículo
1971 inciso 1) del Código Civil deviene en
infundada, careciendo de objeto la referencia del
artículo 1970 del Código Civil, que define la
responsabilidad por riesgo, en razón de no haber
sido aplicada para resolver la presente litis.
EN LEGÍTIMA DEFENSA DE LA PROPIA PERSONA O DE OTRA
O EN SALVAGUARDA DE UN BIEN PROPIO O AJENO.

• Se refiere al supuesto en que una persona ejerce


su derecho de defensa ante una agresión
injustificada. En este caso, la responsabilidad
civil por daños no se genera, puesto que, la
legítima defensa es una reacción necesaria
contra una vulneración injusta, actual y no
provocada.
• El precedente de esta figura es que exista una
agresión ilegítima y se caracteriza por la
capacidad y derecho que tiene una persona para
retener el ataque en forma contundente. Por otro
lado, se debe tener en cuenta que, para ejercer este
supuesto, la persona quien padece el daño, no lo
debe haber provocado anteriormente.
• Esta causa de justificación ampara a quien,
frente una agresión ilegítima y actual, actúa
para lograr impedir o repeler la agresión de
modo proporcionado. Dicha defensa puede
darse sobre sus bienes jurídicos o los de un
tercero.
• Esta figura excluye de la posibilidad de otorgar
una indemnización a toda persona que se
defiende ante una agresión ilegítima.
• Este hecho se desarrolla, cuando no exista
manera de contar con la adecuada e inmediata
intervención de órganos competentes del
ordenamiento.
PARA EJERCER ESTA DEFENSA DEBEN PRESENTARSE
LAS SIGUIENTES CARACTERÍSTICAS:

• El peligro debe ser actual.


• El peligro debe amenazar un interés directo y
plenamente tutelado por el derecho.
• La amenaza debe ser injusta.
• El recurso de defensa debe ser necesario e
inevitable.
• La reacción debe ser proporcional a la agresión.
DAÑOS A TERCEROS.

• Puede ocurrir que, al intentar la legítima


defensa, quien se defiende cause daños a la
persona o bienes de terceros, ajenos al
agresor. Esta situación supone que hay una
agresión efectiva, pero que el dañado es una
persona ajena al agresor.
REFLEXIONES DE LA LEGÍTIMA DEFENSA ENTORNO
AL CASO DEL ENTRENADOR DE MUAY TAI

• A partir del caso planteado y tomando en consideración


la breve descripción de los presupuestos de la legítima
defensa, podemos advertir dos resultados concretos
que se podrían imputar a Pavel Fedotov. Primero: la
muerte de uno de los delincuentes que asaltaron la
pollería; y segundo: las lesiones graves producidas a
una de las comensales de la pollería, Natalie Fiorella
Vela Marcos. A continuación, analizaremos cada
imputación y determinaremos si existe responsabilidad
penal y/o civil.

• https://www.youtube.com/watch?v=fCMlEUhaOII
A) LEGÍTIMA DEFENSA Y LESIONES PRODUCIDAS AL
AGRESOR

• En caso se compruebe que la bala, que hirió mortalmente a uno


de los asaltantes de la pollería, provino del disparo que realizó
Pavel Fedotov, consideramos que el entrenador de Muay Tai no
tiene responsabilidad penal por la muerte de su agresor, puesto
que se ha configurado todos los presupuestos amparados por
la legítima defensa. Existió una agresión ilegítima desde el
momento en que los tres delincuentes entraron al local con
armas de fuego poniendo en peligro a todos los comensales, y
que continuó con la sustracción de las pertenecías de los
clientes y dueño del negocio. Asimismo, hubo una necesidad de
defensa, la cual fue racional (no había otra manera de repeler el
ataque, ya que los delincuentes tenían ventaja numérica y,
también, tenían armas de fuego), no hubo una provocación por
parte del entrenador para que se produjera la agresión y actúo
con voluntad de defensa.
• Sin embargo, cabe precisar sobre el momento en que
estamos habilitados de hacer uso de la legítima
defensa. El uso de la misma se inicia desde el
instante en que se configura la puesta en peligro,
real e inminente, de un bien jurídico propio o de
tercero; y termina cuando se consume la agresión
y/o el riesgo cesó. Es importante considerar este
criterio porque no está bajo el eximente de la legítima
defensa los casos en que se continúe violentando al
agresor que ha sido detenido, asegurado o
incapacitado, de forma que la puesta en peligro o la
lesión al bien jurídico ha finalizado por completo; si se
continúa contratacando, sería un ensañamiento
contra el agresor, lo cual no está amparado por el
derecho, por lo que podría existir responsabilidad
penal y civil por los actos que desbordan la legítima
defensa.
• Por otro lado, a raíz de los acontecimientos policiales producidos en
este último año, es necesario mencionar que no se desvirtúa la
legítima defensa si el defensor utiliza un arma de fuego y su
licencia para portar armas está vencida. Si bien el uso y
adquisición de un arma requiere una evaluación previa para un
uso responsable de la misma, debemos señalar que estamos
ante un supuesto excepcional y de peligro inminente; por ello, la
jurisprudencia nacional ha señalado que el tener caducada la
licencia constituye una irregularidad administrativa, por lo que
se trata de una tenencia irregular. Mientras que en el supuesto de
aquella persona que hace uso de la legítima defensa (cabe aclarar,
tras haberse configurado todos los presupuestos mencionados)
mediante el uso de un arma sin licencia, solo podría ser imputado
por el delito de tenencia ilegal de armas, mas ello no tendría
por qué descartar de plano la configuración de su actuar bajo
la legítima defensa.
B) LEGÍTIMA DEFENSA Y LESIONES PRODUCIDAS A
TERCEROS

• El segundo resultado producido en el marco de la


legítima defensa son las lesiones graves causadas a
Natalie Fiorella Vera Marcos, cliente de la pollería de
Chorrillos. Al respecto, cabe mencionar que la familia
de Natalie está solicitando indemnización para cubrir
los gastos médicos. En esa línea, si tras realizarse
las investigaciones policiales se comprueba que,
efectivamente, la bala que hirió a Natalie provenía
del arma utilizada por el entrenador de Muay Tai, nos
preguntamos si éste último tendría algún tipo de
responsabilidad sobre las lesiones que causó.
• Bajo la Teoría general del delito, es decir,
desde la óptica penal, los actos de legítima
defensa de bienes jurídicos propios o de
terceros no son antijurídicos, ya que se trata
del ejercicio de un derecho, por lo que no
generan responsabilidad penal ni civil,
debido a que los daños causados se
encuentran legitimados. Incluso en el artículo
1971 inciso 3 del Código Civil se señala que
cuando se causa un daño en defensa de
bienes propios o de terceros no existirá
responsabilidad civil, por cuanto ese daño es
permitido por el ordenamiento jurídico.
• No obstante, dadas las circunstancias del caso, es difícil sostener que las
lesiones producidas fueron producto de la legítima defensa a un tercero; es
decir, que el entrenador de Muay Tai utilizó su arma para defender a Natalie
del asalto. De las imágenes de la cámara de seguridad del
establecimiento, se observa que en el momento en el que Pavel
Fedotov utiliza su arma, los delincuentes se encontraban amenazando
a otras personas y Natalie, asustada junto a su hermana menor, se
encontraba en una mesa distinta. Además, momentos antes de la
reacción de Pavel Fedotov, los asaltantes habían amenazado y
arrebatado las pertenencias de Natalie y su hermana. Por otro lado, se
debe evaluar si la intención del entrenador era defender
específicamente a Natalie de la agresión de los asaltantes, o,
realmente, su intención era repeler el ataque que se producía hacia él y
sus acompañantes (la campeona de Muay Tai Valentina Shevchenko y su
hermana). Por otro lado, la lesión causada a Natalie es mayor a la que
causaron los asaltantes, quienes sustrajeron de manera violenta sus
bienes pero sin herirla, y quién renunció a defenderse por ponderar su
vida frente a sus pertenecías personales. Según Villavicencio Terreros,
en estas situaciones “importa la voluntad de defensa de quien auxilia
[Pavel Fedotov] y del agredido [Natalie Fiorella Vera Marcos], pues
nadie puede imponerle a otro su defensa si este no desea defenderse o
quiere prescindir de la ayuda de un tercero”. Estos indicios, permiten
descartar el hecho de una legítima defensa de tercero.
• Asimismo, sostenemos que los casos en que una persona, en
ejercicio de la legítima defensa, lesione los bienes jurídicos de
terceros neutrales (como el caso de Natalie) se encuentran fuera
de la eximente de la legítima defensa. El tercero neutral
damnificado por la defensa de aquel que repele una agresión
ilegítima, sufre daños a su integridad o patrimonio
injustificadamente, sin que nadie se responsabilice por ello. Se
trata de ciudadanos que no han atacado a aquel que hace uso
de la legítima defensa, ni tampoco el defensor ha tratado de
proteger una lesión hacia el tercero. Incluso, existen supuestos
de legítima defensa a terceros, en que el tercero no quiere ser
defendido porque significa un aumento a la exposición al
peligro en que se encuentra, además, realiza una ponderación y
considera que el defensor puede ocasionar un mayor daño al
que quiere evitar.
• Además, debemos evaluar el grado de previsibilidad de causar
daños a terceros con el ejercicio de la legítima defensa. Para
ello, consideramos criterios como la experiencia en el uso de
armas, el tipo de arma utilizada, el escenario en que se encuentra
(un lugar solitario o un espacio público), entre otras circunstancias
que podrían variar según el caso al que nos enfrentemos. En esa
línea, podemos determinar que la lesión a Natalie fue una
consecuencia previsible, es decir, que en el momento que
Pavel Fedotov decidió hacer ejercicio de su derecho a la
legítima defensa, tuvo la posibilidad de prever que podía
causar daños a terceros. No obstante, al entrenador de Muay
Tai no se le podía exigir otra conducta, es decir, que no ejerza su
derecho a la legítima defensa, puesto que estaba en riesgo la
integridad física y el patrimonio de él y sus acompañantes. En
consecuencia, no tiene responsabilidad penal, puesto que su
actuar está cubierto por una causa de inculpabilidad o
exculpante. Sin embargo, su acción al ser típica, antijurídica
pero no culpable, Pavel Fedotov podría encontrarse obligado al
resarcimiento de los daños causados a Natalie por el disparo
que efectuó, siempre que se compruebe que la bala que la hirió
provino del arma que utilizó el entrenador ruso.
EN LA PÉRDIDA, DESTRUCCIÓN O DETERIORO DE UN
BIEN POR CAUSA DE LA REMOCIÓN DE UN PELIGRO
INMINENTE, PRODUCIDOS EN ESTADO DE
NECESIDAD, QUE NO EXCEDA LO INDISPENSABLE
PARA CONJURAR EL PELIGRO Y SIEMPRE QUE HAYA
NOTORIA DIFERENCIA ENTRE EL BIEN SACRIFICADO
Y EL BIEN SALVADO. LA PRUEBA DE LA PÉRDIDA,
DESTRUCCIÓN O DETERIORO DEL BIEN ES DE
CARGO DEL LIBERADO DEL PELIGRO.
• El Código Civil no define los bienes sino que se
limita a dividirlos en dos clases: muebles e
inmuebles.
• Aun cuando enumera las cosas que son
consideradas bienes de uno u otro tipo, esta
enumeración no se encuentra cerrada.
• El inciso 10 del artículo 886 dice que son
bienes muebles todos los que no son
inmuebles; lo que deja abierta la puerta para
agregar en esa categoría otros bienes no
enumerados en los incisos 1 al 9, siempre que no
se encuentren comprendidos en la enumeración
de los inmuebles que hace el artículo 885.
LA PROPORCIONALIDAD
• En este inciso encontramos una referencia expresa y muy
precisa a la proporcionalidad.
• No basta que el bien ajeno destruido para salvar el propio sea
equivalente al nuestro: la regla solo excluye de la
responsabilidad a aquél que daña o destruye un bien de
notoriamente menor valor que el bien propio que se pretende
salvar. ¿Cómo debe interpretarse esta norma?
• Podría pensarse que el criterio de valor está referido al valor
original de uno y otro bien; pero también puede entenderse que
ese criterio se refiere a la diferencia entre el valor de "lo
salvado" (es decir, el menor daño sufrido por el agente, que podría
ser nulo si los esfuerzos de salvamento no dan resultado) y el valor
de lo "dañado" (es decir, el monto efectivo del daño,
independientemente de cuanto valga el bien afectado).
• También puede suceder que el valor de un bien no sea el
mismo antes del daño que después: un bien reparado a veces
puede ser menos valioso que un bien en estado original.
• Este hecho surge cuando una persona se encuentra
amenazada por un peligro inminente. Por lo tanto, se
requiere sacrificar un bien jurídico menor, a fin de
evitar un perjuicio mayor.
• El supuesto en el presente caso es cuando el bien
jurídico menor pertenece a un tercero. En este caso,
no se puede sacrificar el bien jurídico menor de un
tercero si no existe situación de peligro inminente,
de no ser así se sacrificaría un bien por otro y no
constituirá una causa excluyente de indemnización.
• Suele ser definido como el sacrificio del bien
jurídicamente inferior, a favor de uno superior.
• Nuestra norma ampara esta situación y recalca el
hecho de la existencia de una notoria diferencia
entre ambos bienes jurídicos protegidos.
CONCLUSIONES

• Es importante conocer aquellos daños que pueden generar el pago


de una indemnización derivada de la responsabilidad civil. El daño
como tal, supone siempre el acontecimiento de un hecho que
lesiona un interés o derecho jurídicamente protegido de cada
persona.
• Estos perjuicios mencionados, pueden llegar a darse en nuestro día
a día. Por lo tanto, es necesario saber cuándo pueden exigirse a ser
pagados, y cuándo corresponden ser exonerados.
• Finalmente, debemos tener presente que, los supuestos
contemplados en el artículo 1971 del Código Civil (inexistencia de
responsabilidad), no son cláusulas abiertas. Esto quiere decir que,
no se pueden insertar circunstancias adicionales o variantes, y
deben ser respetados.

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