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Los datos biográficos de Tales de

Mileto son una mezcla de opiniones, hechos


atribuidos a su persona, y citas con mayor o
menor grado de verosimilitud, recogidas de
diversos autores de épocas bastante posteriores,
reinterpretados y expuestos a la luz de la
mentalidad del narrador.
Tales de Mileto nació en la ciudad de Mileto
(griego Μίλητος, turco: Milet) c. 624 a. C., una
antigua ciudad en la costa occidental de Asia
Menor (en lo que actualmente es la provincia
de Aydın en Turquía), cerca de la
desembocadura del río Menderes. La mayoría
de los historiadores lo presentan como genuino
milesio (aunque, según Diógenes Laercio,
doxógrafo griego, fue admitido en la ciudad
jonia de Mileto, a orillas del mar Egeo, después
de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo).
Nacido o no en Mileto, es incuestionable que
residió en aquella ciudad, y que fue allí donde
desarrolló su filosofía, sus investigaciones
científicas y sus intervenciones políticas.
Era hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula), y quizás tuvo
ascendencia fenicia. Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente con Egipto y
Babilonia, es probable que Tales visitara Egipto en alguna etapa de su vida, y allí
podría, por un lado, haber recibido enseñanzas de los sacerdotes, quienes registraban
con mucho celo todo evento astronómico o meteorológico excepcional por motivos
religiosos y que poseían, por consiguiente, copiosa información al respecto; y, por el
otro, haber adquirido conocimientos matemáticos, que los egipcios habían desarrollado
a un nivel práctico con el fin de medir y delimitar las parcelas de tierra cuyos límites
solían borrarse con las continuas crecidas del río Nilo.
,
Mileto, la ciudad de la Jonia griega se encuentra hoy en las costas de la actual Turquía
Podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros, y una
fuente lo vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y
educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis, pero estos datos en absoluto
son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de la época de Tales.
De los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos científicos. Sí es
más seguro que el filósofo Anaximandro haya sido su discípulo, así como
Anaxímenes el de este.
Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio
consejero político de jonios y lidios.
Entre las anécdotas que de Tales se cuentan, refiere Heródoto (I, 75) que logró
desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Heródoto mismo
descree de esto, pero modernos especialistas no descartan por completo su veracidad).
Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) cómo una vez que,
habiéndosele reprochado su pobreza y su falta de preocupación por los asuntos
materiales, y luego de haber previsto, gracias a sus conocimientos astronómicos, que
habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente temporada, compró durante el
invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época
de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos
pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta. Quizás la
anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto: que predijo a los
jonios el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por
el conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse
ocurrió, en efecto, en medio de una batalla, lo que llevó a los contendientes a
detenerse y a avanzar un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una
advertencia divina.
También es muy conocido lo que cuenta Platón en su diálogo Teeteto
(174 A): que, al caer Tales en un pozo por ir mirando el movimiento de las
estrellas, una campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo
«que tenía ansias de conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba... justo a
sus pies se le escapaba»5
Apolodoro, en sus Crónicas, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años;
Sosícrates, que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.6
Actualmente se acepta que murió cerca del año 546 a. C.
Obras

Simplicio de Cilicia escribió: «Se dice de Tales que no dejó nada escrito, excepto la
llamada Astrología náutica (Ναυτιχῆς αστρολογίας)».7
En cambio Diógenes Laercio escribe: «Según algunos, nada dejó escrito, pues dicen
que la Astrología náutica que se le atribuye es de Foco Samio [...] Pero, según otros,
escribió dos obras: Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio».6
Así, son tres las líneas de opinión: que solo escribió la Astrología, que solo escribió
Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio y que no escribió nada. De cualquier manera,
lo cierto es que, de haber escrito algo, sus escritos se perdieron pronto, y, respecto de
las pocas fuentes que citan presuntos dichos de Tales, no puede determinarse con
certeza si tales fuentes tenían en sus manos o bien escritos de Tales o bien fuentes
secundarias o si solo repetían tradiciones orales.
Aportes matemáticos

Se atribuyen a Tales varios descubrimientos matemáticos registrados en los


Elementos de Euclides: la definición I. 17 y las proposiciones I. 5, I. 15, I. 26 y
III. 31.
Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de un método de comparación de
sombras que Tales habría utilizado para medir la altura de las pirámides
egipcias: el milesio se percató de que se podría saber la altura exacta de las
pirámides midiendo la sombra de estas en el momento del día en que su sombra
era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Este método fue aplicado
luego a otros fines prácticos de la navegación.8 Se supone además que Tales
conocía ya muchas de las bases de la geometría, como el hecho de que
cualquier diámetro de un círculo lo dividiría en partes idénticas, que un
triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las
propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas
por una línea recta perpendicular.
Filosofía
Se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente por haber
sido quien intentó la primera explicación racional a distintos fenómenos del
mundo de la que se tiene constancia en la historia de la cultura occidental. En su
tiempo predominaban aún las concepciones míticas, pero Tales buscaba una
explicación racional, lo que se conoce como «el paso del mito al logos», donde la
palabra griega logos alude en este contexto a «razón», uno de sus significados en
castellano. ,
La filosofía de Tales de Mileto no se conoce de primera mano, pues no ha
sobrevivido ningún escrito de Tales (de hecho, ni siquiera es seguro que haya
escrito algo). Las afirmaciones registradas que se le atribuyen probablemente
hayan llegado a los transmisores por segunda mano o incluso por tradición oral;
entre las ideas que se le atribuyen, no es posible establecer a ciencia cierta cuánto
es realmente de lo que Tales dijo como tampoco si Tales se expresó en los mismos
términos en que sus ideas se han transmitido. En cuanto a su filosofía, contamos
con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en su descripción, diferencia los
dichos atribuibles con alguna certeza al mismo Tales («Tales dijo que...») de los
hechos dudosos («dicen que Tales dijo que...») y de sus propias opiniones («quizá
Tales quiso decir que...»). Aristóteles lo considera, en su relato de las ideas
metafísicas (Metafísica, libro A) como el primero que se dedicó a investigar las
primeras causas y los primeros principios, señalándolo así como el primer filósofo
y fundador de la filosofía natural.
Cabe destacar que en su época, estos primeros filósofos (los presocráticos) no
trataban acerca de ética, política o moral, de hecho se les considera físicos
porque teorizaban racionalmente sobre el origen del universo, se dedicaban al
estudio de la naturaleza y empezaron a estudiar el campo de las matemáticas,
geometría y aritmética.8
La explicación universal y racional que sostuvo Tales fue que el agua es origen
de todas las cosas que existen, el elemento primero:
La mayoría de los primeros filósofos consideró que los principios de todas las
cosas eran solo los que tienen aspecto material […] En cuanto al número y a la
forma de tal principio, no todos dicen lo mismo, sino que Tales, el iniciador de
este tipo de filosofía, afirma que es el agua, por lo que también declaró que la
tierra esta sobre el agua. Concibió tal vez esta suposición por ver que el alimento
de todas las cosas es húmedo y porque de lo húmedo nace del propio calor y por
él vive. Y es que aquello de lo que nacen es el principio de todas las cosas. Por
eso concibió tal suposición, además de porque las semillas de todas las cosas
tienen naturaleza húmeda y el agua es el principio de la naturaleza para las cosas
húmedas.
En cuanto al alma, la considera como dadora de vida, movimiento y divina. Como
en la época en la que vive, todavía no se diferenciaba entre seres vivientes y no
vivientes. Tales atribuye vida al agua, porque como el agua se mueve sola (véanse
los mares o los ríos), esta debe tener alma, puesto que el alma es lo que hace
moverse las cosas. Y también es divina (está llena de dioses) porque el alma es
divina para él. «Así por lo tanto, el agua para Tales es, el origen de todo, está llena
de dioses y tiene vida propia». Y de manera parecida que con el agua, razona para
con las piedras imán. Como estas se mueven solas, piensa que están vivas, o que
«hay algo vivo en ellas».
Algunos afirman que el alma se haya entreverada en el todo. Posiblemente por este
motivo es por el que Tales pensó que todo estaba lleno de dioses.
Parece que también Tales, según cuentan, supuso que el alma era algo capaz de
producir movimiento, si es que afirmó que la piedra imán tiene alma porque mueve
al hierro.
Y por último, de nuevo Aristóteles en Acerca del cielo y Séneca en Cuestiones
naturales afirman que Tales sostenía que la tierra sobre la que pisamos es una
especie de isla que «flota» sobre el agua de forma parecida a un leño y por ello la
tierra a veces tiembla. Al no estar sostenida sobre unas bases fijas si no que como
está flotando sobre el agua, esta la hace tambalearse.
Importancia de su labor
Con todo esto, se puede entender claramente por qué se considera a Tales de
Mileto como el primer filósofo de Occidente, y es que, como ya hemos dicho, fue
el primer hombre occidental (del que se sabe) que trató de conocer la verdad del
mundo mediante explicaciones racionales y no fantásticas o místicas, como hasta
entonces se hacía en la Antigua Grecia por medio de los mitos. Y por lo tanto,
Tales es verdaderamente importante para la Historia de la filosofía occidental. Fue
el iniciador de la misma y con ello, creó un legado de búsqueda y amor a la
sabiduría, que continuará inmediatamente con Anaximandro y Anaxímenes, y que
llegará a su esplendor, en la Antigua Grecia; más de un siglo después con
Sócrates, Platón y Aristóteles: tres filósofos que se han convertido en los pilares
del pensamiento que hoy conocemos bajo el nombre de filosofía occidental.

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