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INVESTIGACION

SOBRE LA FILOSOFIA EN LA SOCIEDAD


ESCLAVISTA GRIEGA

Filósofos
Tales de Mileto
Biografía
Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de
opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con mayor o
menor grado de verosimilitud, recogidas de diversos autores de
épocas bastante posteriores, reinterpretados y expuestos a la luz
de la mentalidad del narrador. Nació y murió en Mileto c.
624 a. C., una antigua ciudad en la costa occidental de Asia
Menor (en lo que actualmente es la provincia de
Aydin en Turquía), cerca de donde desemboca el río Menderes.
La mayoría de los historiadores lo presentan como un genuino
milesio (aunque, según Diógenes Laercio, doxógrafo griego, fue
admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del mar Egeo,
después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo). De todas
formas, naciera o no en Mileto, lo que está claro que residió en
aquella ciudad y que fue allí donde desarrolló su filosofía, sus
investigaciones científicas y sus intervenciones políticas.
Era hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula),
ambos oriundos de Fenicia y descendientes de Cadmo y Agenor.8
Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente
con Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara Egipto en
alguna etapa de su vida, y allí podría, por un lado, haber recibido
enseñanzas de los sacerdotes, quienes registraban con mucho
celo todo evento astronómico o meteorológico excepcional por
motivos religiosos y que poseían, por consiguiente, copiosa
información al respecto; y, por el otro, haber adquirido
conocimientos matemáticos, que los egipcios habían
desarrollado a un nivel práctico con el fin de medir y delimitar las
parcelas de tierra cuyos límites solían borrarse con las continuas
crecidas del río Nilo.
Podrían haber sido condiscípulos suyos Solón y Ferécides de
Siros. Además, una fuente lo vincula con Pitágoras, a quien
habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los
sacerdotes de Menfis y Dióspolis. Sin embargo, estos datos no
son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de
la época de Tales. De los babilonios pudo también haber
obtenido conocimientos científicos. Sí es más seguro que el
filósofo Anaximandro haya sido su discípulo, así
como Anaxímenes el de este.
Tanto Heródoto  como Diógenes Laercio lo señalan como un
sabio consejero político de jonios y lidios.
Entre las anécdotas que de Tales se cuentan, relata Heródoto que
logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército
de Creso (Heródoto mismo descree de esto, pero modernos
especialistas no descartan por completo su
veracidad). Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política  cómo
una vez que, habiéndosele reprochado su pobreza y su falta de
preocupación por los asuntos materiales (demostrándolo con la
anécdota de que, por ir mirando las estrellas para sus estudios
astronómicos, se cayó en un pozo), para dejar de ser motivo de
burlas previó, gracias a sus conocimientos astronómicos, que
habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente
temporada, compró durante el invierno todas las almazaras o
prensas de aceite de Mileto y Quíos y con ese monopolio las
alquiló al llegar la época de la recolección, con lo que acumuló
una gran fortuna y mostró que los filósofos podían ser ricos si así
lo desearan, aunque su ambición marcha por otros derroteros.
Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos
refiere Heródoto: que predijo a los jonios el año en que sucedería
un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el
conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el
año 585 a. C. El eclipse ocurrió, en efecto, en medio de una
batalla, lo que llevó a los contendientes a detenerse y a avanzar
un acuerdo de paz, por temor de que el evento fuera una
advertencia divina.
La anécdota del pozo la cuenta Platón, por boca de Sócrates, en
su diálogo Teeteto que, al caer Tales en un pozo por ir mirando el
movimiento de las estrellas, una campesina tracia se reía
mientras el filósofo se excusaba diciendo «que tenía ansias de
conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba... justo a sus
pies se le escapaba»9
Apolodoro, en sus Crónicas, afirma que murió a la edad de
setenta y ocho años; Sosícrates, que murió en la olimpiada LVIII,
a la edad de noventa años.10 Otra fecha en la que se afirma que
murió se da en el año 585 a. C., aunque actualmente se acepta
que murió cerca del año 546 a. C.
Filosofía
Uno de los temas principales que ocupó su estudio fue el arjé o
principio de las cosas. En griego clásico, es el «principio» u
«origen» de todo lo que es, tanto en sentido temporal como de
fundamento ontológico. Para Tales de Mileto, el principio
constitutivo del mundo era el agua, y por eso so las cosas estaban
formadas por ella. Tuvo que todas

Heráclito Biografía
La fuente principal de la vida de Heráclito nos llega a través del
historiador Diogenes Laercio en su obra Vidas, opiniones y
sentencias de los filósofos más ilustres.
Heráclito "floreció" en la 69ª Olimpiada, 504–501 a. C.12 Hijo de
un tal Heración o Blisón, Heráclito se crio en el seno de una
familia aristocrática hereditaria del cargo de Basileos c. 540 a. C.
en Éfeso, parte del Imperio Persa, en lo que hoy es Turquía. Tal
cargo Heráclito se lo cedió a su hermano.1314 Diógenes relata
que Heráclito era un misántropo. Creía que Hesíodo, Pitágoras,
Jenófanes y Hecateo no sabían nada y que Homero y Arquíloco
merecían ser derrotados.15 No fue discípulo de nadie, aunque se
dice que lo fue de Jenófanes. Diógenes Laercio relata que cuando
Heráclito era niño había dicho que "no sabía nada", pero luego
afirmó que "sabía todo".16 Odiaba a los atenienses y a sus
compañeros efesios,17 deseando a los últimos riquezas como
castigo por sus malos caminos y que se ahorcasen por desterrar a
su líder más destacado.181910 Debido a ello, se retiró a los
montes a vivir como un ermitaño.20 Es probable que interviniera
en los asuntos de la ciudad en el período en que el gobierno de
Persia había dado lugar a la autonomía.21
La vida de Heráclito como filósofo fue interrumpida por una
hidropesía. Los médicos que consultó no pudieron prescribir una
cura.20 Diógenes enumera varias historias sobre la muerte de
Heráclito en dos versiones. En una Heráclito se curó de la
hidropesía y murió de otra enfermedad.22 Sin embargo, en un
relato, el filósofo se enterró en un establo esperando que el calor
húmedo del estiércol le sacara la humedad nociva, mientras que
otro dice que se trató con un linimento de estiércol de vaca y,
después de un día propenso al sol, murió y fue enterrado en el
mercado. Murió hacia el año 470 a. C. Según Neantes, después
de mancharse con estiércol, Heráclito fue devorado por perros.
Filosofía
A tenor de lo que se desprende de los diversos fragmentos,
Heráclito explicó la práctica totalidad de los fenómenos naturales
atribuyendo al fuego el papel de constituyente común a todas las
cosas y causa de todos los cambios que se producen en la
naturaleza. Las cosas nacen del fuego por la vía descendente
(fuego, aire, agua, tierra) y vuelven a él por la ascendente (tierra,
agua, aire, fuego). La importancia que concedió a la afirmación
de que todo está expuesto a un cambio y un flujo incesantes
(«Todo fluye y nada permanece») seguramente fue exagerada
por Platón, quien contribuyó de manera decisiva a forjar la
imagen del filósofo efesio. Frente a la armonía del cosmos
pitagórico y la inmutabilidad del ser de Parménides, Heráclito
concibió un universo en perpetuo devenir
. El motor de esa eterna mutabilidad es la oposición de los
contrarios; tal oposición es causa del devenir de las cosas y, al
mismo tiempo, su ley y principio; pero los contrarios se ven
conducidos a síntesis armónicas por el logos, proporción o
medida común a todo, principio normativo del universo y del
hombre que, en varios aspectos, resulta coextensivo con el
elemento cósmico primordial, el fuego, por lo que algunas
interpretaciones los identifican.
Cada par de opuestos es una pluralidad y, a la vez, una unidad
que depende de la reacción equilibrada entre ambos. La salud y
la enfermedad, la saciedad y el hambre, el día y la noche, la vida
y la muerte o el bien y el mal son interdependientes y solidarios,
no existirían de no existir su contrario; el equilibrio del universo
se mantiene merced a la interacción sin fin entre los opuestos,
que da lugar a cambios que se compensan recíprocamente,
garantía de que el cambio en una dirección acabará por conducir
a otro cambio en la dirección contraria, evitando una
preponderancia caótica y manteniendo la estabilidad total del
cosmos.
En este sentido, el logos puede interpretarse como una lógica o
ley armónica interna que revela la coherencia subyacente en las
cosas y el equilibrio del cosmos; una lógica íntima que los
hombres deben tratar de comprender, ya que la sabiduría
consiste en entender cómo se conduce el mundo, y ese
entendimiento ha de ser la base de la moderación y el
autoconocimiento, que Heráclito postuló como ideales éticos del
hombre. Después de Parménides y Heráclito (fallecidos ambos
hacia el 470 a.C.), diversos pensadores trataron de llegar a una
síntesis ecléctica. Así, los pluralistas como Empédocles
transfirieron la inmutabilidad del ser de Parménides a los «cuatro
elementos»; Anaxágoras, a las homeomerías; y los atomistas
como Leucipo y Demócrito, al átomo; pero en todos ellos estará
también presente, de algún modo, el perpetuo devenir de
Heráclito en las fuerzas que incesantemente combinan y
gobiernan tales elementos. Ya en tiempos modernos, el genial
Hegel reconoció haberse inspirado en el pensamiento de
Heráclito, cuya obra comentó admirablemente.
Leucipo Biografía
Muy poco se sabe de su vida. Incluso el filósofo Epicuro y su
alumno Hermarco consideraron la posibilidad de que Leucipo no
hubiera existido, lo cual dio lugar a numerosos debates.
Se considera que lo más probable es que naciera en Mileto Asia
menor, aunque también se han propuesto las posibilidades de
Abdera, Melos, Elea o Clazómenas. Posteriormente, se trasladó a
Elea, donde habría sido discípulo de Parménides y de Zenón de
Elea Algunas fuentes afirman que alrededor de 440 o 430 a. C.
Leucipo fundó una escuela en Abdera, con la que su alumno
Demócrito estaba estrechamente asociado. Perteneció a la
misma escuela jónica de filosofía naturalista que Tales,
Anaximandro y Anaxímenes. Apolodoro el Epicúreo asegura que
Leucipo fue maestro de Demócrito.
Lo que se sabe de su pensamiento se encuentra en fragmentos
de obras de otros autores, tales como Aristóteles, Simplicio de
Cilicia o Sexto Empírico. Se dice que Demócrito inventó a Leucipo
como su maestro para ganar prestigio y para que respaldara su
teoría, ya que se suponía que Leucipo era un gran físico (es decir,
un filósofo interesado especialmente en lo que hoy se denomina
física), discípulo de Parménides, de Zenón de Elea o de Pitágoras.
No se poseen ninguna de las obras de Leucipo. Estrictamente
hablando, sus doctrinas están incluidas en los de Demócrito,
haciendo prácticamente imposible distinguir las ideas de ambos
respectivamente. No obstante, Aristóteles y Teofrasto le
atribuyen explícitamente a Leucipo la invención del atomista.

Demócrito
Biografía
Su nombre significa «escogido del pueblo», era conocido por el
sobrenombre de Milesio o Abderita. Nació en la LXXX Olimpiada
(460–457 a. C.) según Apolodoro de Atenas y en el LXXVII
Olimpiada (470 a. C.) según en Trasilo, en la ciudad de Abdera
(Tracia), capital de una poli griega situada en la actual costa norte
de Grecia, al este de la desembocadura del río Nestos, cerca de la
isla de Tasos, aunque se dice también que fue de la colonia jónica
de Mileto, perteneciente de Teos. Su padre Hegesístrato o
Atenócrito pertenecía a una familia noble. Demócrito fue
discípulo de Leucipo, probablemente también fue natural de
Abdera, y tal vez Anaxágoras, siendo cuarenta años mayor que él.
Anaxarco y Protágoras fueron además oriundos de Abdera.

Estudió con magos y eruditos caldeos que el rey Jerjes I de Persia


dejó en la casa de su padre, cuando se hospedó en el hogar de
este durante su campaña militar contra los griegos en las guerras
médicas. Siendo todavía muy joven, aprendió de ellos sobre todo
astrología y teología. Su padre repartió su herencia a sus hijos,
siendo Demócrito el menor de sus tres hermanos,
correspondiéndole cien talentos que gastó en numerosos viajes a
países lejanos, para satisfacer su sed de conocimiento, en los
cuales habría aprendido de magos persas, sacerdotes egipcios y
caldeos. Se dice que viajó por Egipto, donde vivió cinco años y
adquirió conocimientos de geometría, así como que visitó
Etiopía, Mesopotamia, Babilonia, Caldea y Persia y que incluso
llegó a la India en busca de los conocimientos de los
gimnosofistas. Teofrasto también habló de él como un hombre
que había visto muchos países. Clemente de Alejandría pone en
boca la siguiente cita al filósofo: «He visto, dice en el pasaje
aludido, la mayor parte de los climas y de las naciones. He oído a
los hombres más sabios, y nadie me ha superado en la
demostración de la composición de las líneas, ni aun los egipcios,
que se llaman a sí mismos arpedonaptas, entre los cuales he
residido por espacio de ocho años».
Viajó por toda Grecia para adquirir un mejor conocimiento de sus
culturas. Menciona a muchos filósofos griegos en sus escritos, y
su riqueza le permitió comprar sus escritos. Leucipo, el fundador
del atomismo, fue la mayor influencia sobre él. También alaba a
Anaxágoras y fue amigo de Hipócrates. Al regresar, vivió
pobremente y mantenido por su hermano Damasco.
En Atenas fue ampliamente ignorado pese haber ganado cinco
certámenes filosóficos. No obstante, la obra de Demócrito fue
ampliamente conocida. El mismo Aristóteles la citó en su
Metafísica y en otras obras. De él decía que «no sólo parece
haber pensado cuidadosamente en todos los problemas, sino
haberse distinguido del resto [de los filósofos] por su método La
razón de que no adquiriera fama fue que él mismo «no se cuidó
de ser conocido; y aunque él conoció a Sócrates, Sócrates no lo
conoció a él». Asimismo, asistió a escuchar a los pitagóricos. Es
famosa la anécdota que Platón detestaba tanto a Demócrito que
quería que todos sus libros fuesen quemados, pero se lo
impidieron los pitagóricos Amiclas y Clitias aludiendo que era
inútil pues sus escritos circulaban en muchas partes. Platón
criticó sus teorías cosmológicas en su diálogo Timeo, pero nunca
citó su nombre explícitamente.
Demócrito (centro) y Protágoras (derecha) por Salvator Rosa
(1663).
Demócrito fue conocido en su época por su carácter
extravagante. Se dice de él que presentía el futuro y se le
adjudicaron numerosas leyendas. Una de ellas dice que se
arrancó los ojos en un jardín para que no estorbara en sus
meditaciones la contemplación del mundo externo.
Protágoras fue su discípulo directo y también lo era Nausífanes,
quien fue a su vez maestro de Epicuro.
Hiparco de Nicea asegura, según Diógenes Laercio, que
Demócrito murió de forma indolora a los ciento nueve años de
edad. Todos los autores de la antigüedad que hayan hecho
referencia a su edad, coinciden en que vivió unos cien años.
Según Aulo Gelio, Tertuliano y Cicerón, Demócrito se privó
voluntariamente de la vida. Existen dos fechas sobre su
fallecimiento: en 420 a. C.,30 o, la que actualmente se toma
como verdadera, en 370 a. C.

Filosofía de Leucipo y Demócrito


Señala la entrada «Leucipo» de la edición de 1963 que tal autor
introdujo tres conceptos: «1) el de vacío absoluto, 2) el de
átomos que se mueven en dicho vacío, y 3) el de necesidad
mecánica». Estos son los tres principios básicos del atomismo
clásico (es decir, el que defendían el propio Leucipo y Demócrito,
que sería criticado por Epicuro en su tercer punto).
Gracias a un texto que se ha conservado se admite que Leucipo
fue el primero en establecer los principios de causalidad y razón
suficiente: «Ni una sola cosa surge sin causa, todo surge sobre
alguna base y en virtud de la necesidad», leemos en la edición de
1963 de la entrada de tal autor. Por su parte, Epicuro había
dejado dicho que «nada nace de lo que no existe, puesto que, si
así fuera, cualquier cosa habría nacido de cualquier cosa, sin
necesitar para nada semilla alguna» (Epístola de Epicuro a
Heródoto, 38). Y si nada sale de la nada también es cierto que
nada va hacia la nada, porque «si las cosas que van
desapareciendo se consumieran pasando a lo que no existe,
entonces también todas las cosas habrían perecido, al no existir
las cosas en que disolverse» (Epístola de Epicuro a Heródoto, 39).
Y Lucrecio llegaría a decir: «Nada nace nunca de la nada por
voluntad de los dioses» (famosa tesis cuya máxima es ex nihilo
nihil gignitur).
En el atomismo el ser se muestra como ser corpóreo desplegado
en un no-ser vacío. Básicamente se trata de una infinitud de
corpúsculos eternos e indestructibles vagando eternamente por
el vacío insondable que a su vez alberga los infinitos mundos. Los
átomos –leemos en la entrada «Atomística» de la edición de
1963– son comprendidos como «las partículas últimas,
indivisibles, las mínimas posibles, en realidad infinitamente
pequeñas», «de hecho infinitesimales», como añade la edición
de 1980; e «imposible de dividirse más», como leemos en la
entrada «Átomo y núcleo atómico» de la edición de 1955. En la
misma entrada, en la edición de 1971, se añade que los átomos
son «pequeñísimas partículas, indivisibles, eternas e inmutables
que se encuentran en incesante movimiento y se diferencian por
su forma y magnitud, por el orden en que están dispuestos y su
situación». La diversidad de cualidades es explicada por las
diferencias en «la combinación de los átomos» («combinación»,
es decir, symploké, un término que ya empleó Demócrito antes
que Platón, el cual lo enfocó, curiosamente, hacia una dirección
mucho más materialista que la del atomista de Abdera, como
hemos explicado en el comentario crítico de la entrada
«Platón»).
En la entrada «Lucrecio» se afirma que «Ni un solo átomo puede
ser destruido». Los átomos son, pues, «cuerpos indivisibles y
completos» (Epístola de Epicuro a Heródoto,). La indivisibilidad
de los átomos fue sostenida «hasta finales del siglo XIX por la
mayoría de los sabios», anota la entrada «Átomo y núcleo
atómico» de la edición abreviada de 1955.
Así pues, lo lleno (ser) y el vacío (no-ser) componen la unidad
que posibilita el movimiento, la concatenación y la dispersión de
los átomos. Sin lo lleno y el vacío «son imposibles la combinación
y dislocación de los átomos», como se anota en la entrada
«Lucrecio» de la edición abreviada de 1955. El vacío es un
concepto que implica la Idea ontológica del no-ser independiente
de los corpúsculos y «anterior» a ellos. Si el infinito de los
átomos es discreto, el del vacío es continuo y es pensado como el
receptáculo de los átomos. La presencia del vacío –como sostenía
Lucrecio– es la condición necesaria de la formación de las cosas,
de la rerum natura. A su vez, para que el átomo sea posible es
necesario que no contenga vacío entre sus partes, como poros o
intersticios, pues se trata de un macizo compacto e
impenetrable.
Así pues, «hay que dar por garantizado también que el universo
es infinito tanto en el número de cuerpos como en la magnitud
del vacío» (Epístola de Epicuro a Heródoto, 41). Y ello es así
porque «si el vacío fuese infinito y, en cambio, los cuerpos
limitados, no permanecerían quietos en ningún sitio los cuerpos,
sino que andarían errantes por el vacío infinito al no disponer de
los medios que les sirvan de soporte y acogida en los rebotes. Y si
el vacío fuera limitado, entonces los cuerpos infinitos no tendrían
lugar alguno donde instalarse»
Los átomos están conformados y mutuamente trabados, esto es,
en continua codeterminación. Los infinitos átomos se mueven en
el infinito vacío en múltiples direcciones y en ocasiones chocan
los unos con los otros (no del todo porque siempre, por mínimo
que sea, hay un vacío que hace posible a los átomos en su
individualidad; luego «sin chocar nunca entre sí», como matiza la
entrada «Demócrito» de la edición de 1963). Y así se forman
torbellinos de átomos de los que surgen infinitos mundos «que
nacen y mueren» –en palabras de Demócrito– sin el concurso de
divinidad alguna sino de modo natural mediante la ley de la
necesidad.
La diferencia entre los átomos está en el peso, la velocidad de
movimiento y en la recíproca disposición de los cuerpos.
Aristóteles señalaba que los átomos se distinguen por la forma
(como la «A» de la «N»), por el orden (como «AN» y «NA») y por
la posición (como «Z» de «N»). Forma, orden y posición se
corresponden respectivamente con ritmo, contacto y revolución.
Los átomos están en continuo movimiento distribuidos por un
vacío que los separa e individualiza, moviéndose, según la
concepción de Demócrito, en las direcciones más variadas. Los
cuerpos compuestos no son otra cosa que agregados de átomos
y sus propiedades son producto de la naturaleza y disposición de
los átomos. De la unión de los átomos se componen los cuerpos
y de su descomposición llega su extinción. «La desaparición de
las cosas no es más que la desagregación de los átomos», leemos
en la entrada «Lucrecio» de la edición abreviada de 1955.
Aristóteles advirtió la siguiente contradicción: si los átomos son
extensos, ¿cómo es que no pueden dividirse? Y sin son
inextensos, ¿cómo de ellos puede venir la extensión?
Demócrito es determinista e incluso fatalista. Niega todo tipo de
casualidad, cosa que considera invención de los hombres al no
entender la conexión causal de los fenómenos. Los hombres se
creen libres porque ignoran las causas que los determinan. Para
Demócrito la casualidad es producto del no saber, «resultado de
la ignorancia», se apunta en la edición de 1980. Demócrito
identifica causalidad y necesidad. Es decir, hay causalidades, pero
no casualidades.
Epicuro, en cambio, afirmaba que en su movimiento rectilíneo los
átomos pueden desviarse arbitrariamente, casualmente, es decir,
por azar (he aquí su doctrina del clinamen, término al que en el
diccionario no se hace referencia y que suele traducirse como
«declinación»). Tal desviación espontánea del átomo respecto a
la línea recta está interiormente condicionada, añade la edición
de 1963. Con semejante tesis Epicuro trataba de acabar con el
fatalismo como consecuencia del férreo determinismo de
Demócrito, según el cual la necesidad excluye al azar. Con la
doctrina del clinamen Epicuro evita el fatalismo consiguiendo
que los cuerpos se desvíen de la línea recta y las conciencias
libres huyan de la necesidad, de ahí que Marx afirmase que
Epicuro introducía «un principio activo» en el atomismo frente a
la interpretación fatalista de Demócrito. Lucrecio profundizaría
en este «principio activo» y así –como leemos en la entrada «La
diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la
filosofía de la naturaleza de Epicuro»– «fundamentó la libertad y
la posibilidad de acción del hombre sobre la necesidad exterior y
la lucha contra ella». Según Epicuro, sin la hipótesis del clinamen
los mundos serían imposibles. A su vez, la introducción del
clinamen está pensada contra la multidireccionalidad de los
átomos que defendía Demócrito.
A pesar de que tradicionalmente se ha diagnosticado de
pluralista al atomismo antiguo al postular éste la existencia de
infinitos átomos en movimiento sobre un vacío infinito, desde el
materialismo filosófico podemos afirmar que tal atomismo –al no
rebasar los átomos y el vacío (de hecho, al considerarlos como el
fondo de la realidad, lo que existe «por naturaleza» y no «por
convención», que sería el caso de Demócrito pero no de
Epicuro)– al ser mundanista no es pluralista sino monista, es
decir, se trata de un caso de formalismo primogenérico al
establecerse la unidad del espacio vacío y las relaciones entre los
átomos sin superar el contexto ontológico-especial (lo que
implica que no hay regressus hacía la ontología general crítica);
de hecho ni siquiera se rebasa el primer género de materialidad
(M1), pues éste se pone como fundamento de la realidad
(átomos y vacío son materiales primogenéricos). Dicho de otro
modo: el formalismo primogenérico de Demócrito significa que la
realidad objetiva no es Nous, ni Dios, ni nada que no sea M1.
No obstante, cabe una interpretación pluralista del atomismo al
postular éste la existencia de infinitos mundos y con ellos la Idea
de mundo se ha volatizado al insertarse en un acosmismo, pues
la pluralidad de mundos (en rigor, infinitud de mundos) es la
negación del mundo como unidad y, en consecuencia, tal
multiverso implica la negación del monismo. La existencia de
infinitos mundos que sostiene Demócrito hay que interpretarla
«no como mera infinitud numérica o existencial (como si los
mundos fuesen los elementos de una clase de mundos de
infinitos elementos en acto) sino, sobre todo, como una infinitud
esencial, en la cual las peculiaridades de nuestro mundo se
disuelven. De este modo, los efectos corrosivos del atomismo
clásico, en lo que se refiere a la valoración de nuestro propio
mundo, lograrían uno de sus niveles más altos». (Gustavo Bueno,
La metafísica presocrática, Pentalfa, Oviedo 1974). «Mientras los
infinitos átomos de Demócrito, de infinitas formas y danzando en
infinitas direcciones, predicen infinidad de mundos distintos
entre sí –es decir, revelan un desinterés evidente por nuestro
mundo y sus figuras engañosas, porque son unas entre infinitas–
los infinitos átomos de Epicuro, de formas finitas y cayendo
paralelamente, prefiguran infinitos mundos, numéricamente
distintos, es cierto, pero esencialmente idénticos, semejantes
entre sí (a lo sumo, enantiomorfos, dextrógiros o sinestrógiros,
según que el clinamen se produzca a la derecha o a la izquierda)»
(Gustavo Bueno, La metafísica presocrática,).
Aunque la tesis fuerte materialista del atomismo estaría en su
destrucción del teleologismo y no en el corpuralismo como
definición de la materia. La crítica al teleologismo es la crítica al
monismo cósmico, ya que los infinitos átomos combinándose
fatalmente (según Demócrito) o azarosamente (según Epicuro)
en el vacío infinito destruyen la unidad y el orden, y es tanto
como hablar de Ápeiron (algo ya más acorde con el regressus
crítico a la Materia ontológico-general). Sin embargo, esta
negación del monismo cósmico se lleva a cabo desde una
metafísica dogmática, formalista y univocista, pues reduce todo a
la corporeidad incorruptible de los átomos y a la extensión
infinita del vacío (que también sería primogenérico en tanto
extensión). Por eso diagnosticamos al atomismo como un
formalismo primogenérico.
En resumen: «El atomismo es una metafísica general por la
sustantivación de lo lleno como materia ontológico general y por
la sustantivación del vacío; es la crítica a la metafísica especial, al
monismo cósmico, por su tesis del espacio infinito, en el que
desaparece la posibilidad de hablar de la unidad del Cosmos. El
atomismo clásico, en este punto, constituye ya la crítica más
certera que desde dentro haya podido recibir la metafísica del
monismo cósmico» (Gustavo Bueno, La metafísica presocrática,).
El diccionario afirma que las audaces y revolucionarias ideas
sobre la esencia de la Naturaleza de Demócrito «anticiparon en
varios siglos el desarrollo de la ciencia». Pero, sin embargo, el
atomismo antiguo bloqueó el avance de la química, ya que la
indivisibilidad que se le atribuía al átomo impedía avanzar hasta
los neutrones, protones, quarks, asimismo, la tesis de la ciencia
moderna del plenum energeticum es el contramodelo del vacío
absoluto (y al mismo tiempo acaba con los átomos como
individuos separados e indestructibles). Pues «Precisamente en
el carácter universal del atomismo metafísico se encuentran los
motivos que bloquean el desarrollo del atomismo categorial,
concretamente químico. Por decirlo así, el atomismo metafísico
prueba demasiado. Si toda realidad fuese atómica (en el sentido
antiguo) no sería posible el atomismo químico por la sencilla
razón de que esta categoría sólo se constituye
gnoseológicamente envuelta en otras categorías e ideas que
atraviesan a sus términos, relatores y operadores, y que hacen
posible que estos mismos puedan cerrarse en una construcción
científica… El atomismo científico sólo podía desarrollarse, no ya
cuando teniendo como modelo general el atomismo metafísico
se dispone a proceder a aplicarlo al campo químico, sino cuando
precisamente sabía (ejercitativo o representativamente) que hay
otras categorías (físicas, lógicas) cuya estructura no es atomística,
es decir cuando precisamente se estaba destruyendo el
atomismo metafísico. El átomo químico incluye en su interior
componentes no atomísticos (en el sentido de Demócrito, la
simple extensión) y en su exterior, del mismo modo, un marco no
atomístico, que se ha ido recuperando al ritmo mismo del
desarrollo de la teoría atómica hasta culminar con la ruptura del
átomo y su inserción en el concepto de campo, en los conceptos
de la mecánica ondulatoria… En la Historia del atomismo
científico figura como precursor, mejor que Demócrito,
Empédocles, por su Idea de elemento, mucho más próxima a los
elementos de la ciencia química de lo que puedan estarlo los
átomos de Demócrito. Los cuatro elementos de Empédocles, por
su número finito, y por su naturaleza, están más cerca del
racionalismo de la Química clásica que de los infinitos átomos de
Demócrito. Y los alquimistas que aislaron el mercurio o lo
trataron como elemento (“generador de las propiedades
metálicas”) y el azufre (“propiedad de combustibilidad”) están
más en el curso del atomismo científico que el propio Galileo»
(Gustavo Bueno
Platón

Nacimiento y familia
Platón nació hacia el año 427 a. C. en Atenas o en la isla de Egina,
en el seno de una familia aristocrática ateniense.3 Era hijo de
Aristón, quien se decía descendiente de Codro, el último de los
reyes de Atenas, y de Perictione, cuya familia estaba
emparentada con Solón. Era hermano menor de Glaucón y de
Adimanto, hermano mayor de Potone (madre de Espeusipo, su
futuro discípulo y sucesor en la dirección de la Academia) y
medio-hermano de Antifonte (pues Perictione, luego de la
muerte de Aristón, se casó con Pirilampes y tuvo un quinto hijo).
Critias y Cármides, miembros de la dictadura oligárquica de los
Treinta Tiranos, que usurpó el poder en Atenas después de la
guerra del Peloponeso, eran, respectivamente, tío y primo de
Platón por parte de su madre.14 En consonancia con su origen,
Platón fue un acérrimo antidemócrata (véanse sus escritos
políticos: República, Político, Leyes); con todo, ello no le impidió
rechazar las violentas acciones que habían cometido sus
parientes oligárquicos y rehusar participar en su gobierno.15
Nombre
«Platón» fue, al parecer, el apodo que le puso su profesor de
gimnasia y que se traduce como aquel que tiene anchas
espaldas, según recoge Diógenes Laercio en Vida de los filósofos
ilustres. Su nombre verdadero fue Aristocles.16
Árbol genealógico de Platón según descrito por Diógenes Laercio
Educación
Platón era un luchador y su nombre viene por su espalda ancha.
Herma del Museo Capitolino, Roma.
Espeusipo, sobrino de Platón, elogia la rapidez mental y la
modestia que tuvo de niño, así como su amor por el estudio.17
En su juventud se habría interesado por artes como la pintura, la
poesía y el drama; de hecho, se conserva un conjunto de
epigramas que suelen ser aceptados como auténticos, y la
tradición refiere que había escrito o tenía interés en escribir
tragedias, afán que habría abandonado al comenzar a frecuentar
a Sócrates,18 —nótense las duras críticas que Platón hace de las
artes en República—, fundamentando su parcial expulsión del
Estado ideal. También, según se ve en su teoría educativa,
siempre se interesó por la gimnasia y los ejercicios corporales, y
ciertas fuentes refieren que se habría dedicado a las prácticas
atléticas; habría participado asimismo en algunas batallas de la
guerra del Peloponeso y de la guerra de Corinto, pero no hay
información al respecto más que simples menciones del caso.

En cuanto a su formación intelectual temprana, Aristóteles


refiere que, antes de conocer a Sócrates, Platón había tratado
con el heraclíteo Crátilo y sus ideas de que todo lo sensible está
en devenir y, por tanto, de que no es posible el conocimiento
científico acerca de ello; pero que luego, influido por Sócrates y
su enseñanza e insistencia en inquirir y definir qué es cada cosa
para poder hablar de ella con propiedad, se convenció de que
había realidades cognoscibles y, por tanto, permanentes, y
decidió que no eran de naturaleza sensible —el ámbito de lo que
siempre deviene y nunca es— sino de naturaleza inteligible. Este
es, según Aristóteles, el origen de la teoría de las Ideas, y su
información nos permite reconstruir algo del itinerario
biográfico-intelectual de Platón
Según Diógenes Laercio, Platón conoció a Sócrates a la edad de
20 años,21 aunque el historiador W. K. C. Guthrie se muestra
convencido de que ya lo frecuentaba con anterioridad. De
cualquier modo, puede acordarse en que el primer encuentro se
produjo entre el 412 y el 407 (es decir, entre los quince y los
veinte años de Platón). A partir de allí, fue uno de los miembros
más cercanos del círculo socrático hasta que en 399, Sócrates,
que contaba unos setenta años, fue condenado a la pena de
muerte por el tribunal popular ateniense, acusado por los
ciudadanos Ánito y Meleto de "impiedad" (es decir, de no creer
en los dioses o de ofenderlos) y de "corromper a la juventud". La
Apología nos muestra a Sócrates frente al tribunal, ensayando su
defensa y acusando a sus opositores de la injusticia que estaban
cometiendo contra él; luego de ser declarado culpable, Sócrates
menciona a un grupo de amigos que están en la tribuna, entre
ellos Platón. Sin embargo, Platón mismo hace que Fedón diga, en
el diálogo que lleva su nombre y al referir a Equécrates la tarde
última de Sócrates con sus amigos antes de beber la cicuta, que
"Platón estaba enfermo, creo”. A propósito de su ausencia, W. K.
C. escribe: "Juzgarlo de forma desfavorable por ello sería injusto,
ya que no solo debemos esa circunstancia a Platón mismo, sino
que el conjunto del Fedón, por no decir nada de otros diálogos,
deja fuera de toda duda la indudable realidad y la fuerza de su
devoción a Sócrates. Sus sentimientos pudieron haber sido tan
intensos que no fuera capaz de soportar el espectáculo de ser
testigo de la muerte real del mejor, el más sabio y el más justo de
los hombres que conoció".
Luego de la pérdida de Sócrates, Platón, que tenía solo
veintiocho años, se retiró con algunos otros de los discípulos de
su maestro a Megara, Sicilia, a la casa de Euclides (socrático,
fundador de la escuela megárica). De allí habría viajado a Cirene,
donde se reunió con el matemático Teodoro (personificado en el
Teeteto) y con Arisitipo (socrático también, fundador de la
escuela cirenaica) y a Egipto, aunque estos dos últimos viajes son
puestos en duda por muchos especialistas. Se tienen por más
seguros, en cambio, los viajes a Italia y a Sicilia, no solo porque
hay más testimonios, sino por la decisiva Carta VII, sobre la base
de la cual se reconstruye el resto de sus travesías. En su viaje a
Italia habría tenido contacto con elatas y pitagóricos, dos de las
principales influencias que acusan sus obras, en especial con
Filolao, Eurito y Arquitas de Tarento, quien era, a la vez, político y
filósofo en su poli. En el 387 a. C. viajó por primera vez a Sicilia, a
la poderosa ciudad de Siracusa, gobernada por el tirano Dionisio;
allí conoció a Dión, el cuñado de Dionisio, por quien se sintió
poderosamente atraído y al que transmitió las doctrinas
socráticas acerca de la virtud y del placer. Según un relato
tradicional, al final de su visita, Platón habría sido vendido como
esclavo por orden de Dionisio y rescatado por el cirenaico
Anníceris en Egina, polis que estaba en guerra con Atenas.
Academia y vejez
Mosaico del siglo i hallado en Pompeya que representa a la
Academia de Platón. Actualmente en el Museo Arqueológico
Nacional de Nápoles.
A la vuelta de Sicilia, se estima que, al poco tiempo, Platón
compró una finca en las afueras de Atenas, en un emplazamiento
dedicado al héroe Academo, y fundó allí la Academia. Esta
funcionó como tal ininterrumpidamente hasta el año 86 a. C. al
ser destruida por los romanos, siendo restituida y continuada por
los platónicos hasta que en el 529 d. C. fue cerrada
definitivamente por Justiniano I, quien veía en las escuelas
paganas una amenaza para el cristianismo y ordenó su
erradicación completa.27 Numerosos filósofos se formaron en
esta milenaria Academia, incluyendo el mismo Aristóteles
durante la dirección de Platón, junto a quien trabajó alrededor de
veinte años, hasta la muerte de su maestro. Vale la pena recordar
cierta descripción de W. K. C.28 respecto de la Academia: «... No
se parece en nada a ninguna institución moderna, Los paralelos
más cercanos son probablemente nuestras antiguas
universidades con las características que han heredado del
mundo medieval, en particular sus conexiones religiosas y el
ideal de la vida en común, La santidad del lugar era grande, y se
celebraban otros cultos allí, incluidos los de la misma Atenea.
Para formar una sociedad que tuviera su tierra y sus locales
propios, como hizo Platón, parece que era un requisito legal el
registrarla como thíasos, es decir, como asociación de culto
dedicada al servicio de alguna divinidad. Platón eligió a las
Musas, que ejercían el patronazgo de la educación, Las comidas
en común eran famosas por su combinación de alimentos sanos y
moderados con una conversación que valía la pena recordar y
anotar. Se cuenta que un invitado dijo que los que habían cenado
con Platón se sentían bien al día siguiente». En la Academia, que
no aceptaba personas sin conocimientos matemáticos previos, se
impartían enseñanzas sobre distintas ciencias (aritmética,
geometría, astronomía, armonía, puede que también ciencias
naturales) a modo de preparación para la dialéctica, el método
propio de la inquisición filosófica, la actividad principal de la
institución; asimismo, también era principal actividad, en
consonancia con lo expresado en República, la formación de los
filósofos en política, de modo que fueran capaces de legislar,
asesorar e incluso gobernar (se sabe de varios platónicos que,
luego de estudiar en la Academia, se dedicaron efectivamente a
estas actividades
Platón también recibió influencias de otros filósofos, como
Pitágoras, cuyas nociones de armonía numérica y
geomatemáticas se hacen eco en la noción de Platón sobre las
Formas; también Anaxágoras, quien enseñó a Sócrates y que
afirmaba que la inteligencia o la razón penetra o llena todo; y
Parménides, que argüía acerca de la unidad de todas las cosas y
quien influyó sobre el concepto de Platón acerca del alma.
Platón murió en el 347 a. C., a los 80/81 años de edad,
dedicándose en sus últimos años de vida a impartir enseñanzas
en la academia de su ciudad natal.
Filosofía
La teoría de las ideas
La teoría de las ideas o teoría de las formas es uno de los aportes
a la filosofía más importantes hechos por Platón. A grandes
rasgos, establece una distinción marcada entre lo percibido a
través de los sentidos y lo que es posible conocer por medio del
intelecto, que son las ideas o formas de las cosas. La palabra
“idea” viene del griego eidos (εἶδος) y puede traducirse por
“forma”, “aspecto”, “tipo” o “especie”, según quién la utilice.
La presentación más exhaustiva de esta teoría está en el
Parménides, una de las obras platónicas consideradas del
período de vejez. También aparece una explicación más accesible
en la República, a través de la alegoría de la caverna. Sea en uno
u otro, la distinción se realiza entre el mundo visible de los
sentidos y el invisible o inteligible, donde habitan las ideas.

En el mundo visible están las cosas que conocemos por medio de


los sentidos. Estas cosas son como imágenes o huellas de las
formas o ideas de las cosas del mundo inteligible, que es
inaccesible por medio de los sentidos.
En el mundo inteligible están las ideas de las que los objetos
sensibles son copias. Las ideas son el objeto de estudio de la
dialéctica como ciencia suprema, y los objetos sensibles se les
parecen porque, según Platón (y de un modo poco claro),
“participan” de las ideas y se les asemejan de modo imperfecto,
degradado.
Aristóteles biografía
Primeros años
La juventud de Aristóteles por Charles Degeorge (1875).
Aristóteles nació en 384 a. C. o 383 a. C., durante el primer año
de la olimpiada XCIX en la ciudad de Estagira, la actual Stavros
(razón por la cual se lo apodó el Estagirita), no lejos del actual
Monte Athos, en la península Calcídica, entonces perteneciente
al Reino de Macedonia (actual región de Macedonia de Grecia).
Su padre, Nicómaco, pertenecía a la corporación de los
asclepiadeos, es decir, que profesaba la medicina, y fue médico
del rey Amintas III de Macedonia, hecho que explica su relación
con la corte real de Macedonia, que tendría una importante
influencia en su vida; y su madre, Festis, era oriunda de Calcis y
también estaba vinculada a los asclepiadeos.
En la época del rey Arquelao I de Macedonia, al ser su padre
médico del rey Amintas III de Macedonia, ambos residieron en
Pella, y Aristóteles no pudo permanecer mucho tiempo en aquel
lugar, ya que sus padres murieron cuando él era aún muy joven, y
se trasladó probablemente a Atarneo. En 367 a. C., cuando
Aristóteles tenía 17 años, falleció su padre, y se hizo cargo de él
su tutor Proxeno de Atarneo, que lo envió a Atenas, por
entonces un importante centro intelectual del mundo griego,
para que estudiase en la Academia de Platón. Allí permaneció
por veinte años.

Periodo en la Academia
Bajorrelieve de Platón enseñando a Aristóteles, por Luca della
Robbia (c. 1439).
Para completar la educación de Aristóteles, Proxeno lo envió a
Atenas para inscribirle a la Academia, habiéndose extendido ya
su fama y la de Platón por el mundo griego.
Aristóteles conoció a Platón cuando tenía 17 años de edad,18 y
permaneció en la Academia desde 367 o 366 a. C. hasta 347 o
346 a. C., justo con el momento en el que coincide el segundo
viaje que realiza Platón a Sicilia.19 Debido a que Aristóteles
acudió a la Academia durante su periodo de máximo esplendor,
pudo desarrollarse de forma adecuada. Eudoxo ejerció la primera
influencia decisiva sobre Aristóteles, ya que pudo ejercer su
influencia en la exigencia «salvar los fenómenos»,20 lo que es lo
mismo, «hallar un principio que explicase los hechos
conservando intacto su modo genuino de presentarse». El propio
Platón le llamaba «el lector» debido a su afán de formarse
mediante escritos en lugar de hacerlo de forma oral (como se
hacía en la Academia).
Debido a que las ideas filosóficas de Eudoxo diferían de la
filosofía platónica y concluían en aporías, Aristóteles hizo caso
omiso de las mismas, pero sí se relacionó con Espeusipo, Filipo
de Opunte, Erasto y Corisco. Tanto Espeusipo como Filipo de
Opunte fueron escolarcas de la Academia, Heraclides Póntico la
rigió cuando Platón hizo su tercer viaje a Sicilia, Filipo publicó la
obra Leyes, y Erasto y Corisco asociaron sus nombres con
Aristóteles. Durante este periodo de juventud escribió varios
diálogos y el Protréptico, una exhortación a la filosofía muy
popular dirigida al público general. Ninguna de estas obras se ha
podido conservar salvo algunas en fragmento
Aristóteles participó probablemente en los Misterios eleusinos,
escribiendo sobre ellos: "La experiencia es aprender
Formación de su filosofía
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas. La
historia tradicional registra que Aristóteles partió por su
decepción a que la dirección de la Academia pasara al sobrino de
Platón, Espeusipo, aunque esto es improbable, pues un
macedonio no podía heredar bienes atenienses. Es posible que
temiera los sentimientos contra los macedonios en Atenas en ese
momento y se fue antes de la muerte de Platón.
Aristóteles se trasladó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde
vivió aproximadamente tres años bajo la protección de su amigo
y antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era
gobernador de la ciudad. Cuando Hermias fue asesinado,
Aristóteles se mudó a la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos,
donde permaneció dos años. Allí continuó con sus
investigaciones junto a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose
en zoología y biología marina. Además se casó con Pitias de Aso,
la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del mismo
nombre.

Alejandro Magno y el Liceo


Alejandro Magno y Aristóteles. El filósofo fue su formador
intelectual y le inculcó sus conocimientos en la etapa adolescente
por más de dos años. Se considera que esas enseñanzas fueron
elementos decisivos para los objetivos que se propuso Alejandro.
Su sobrino, Calístenes, quien fue su biógrafo, lo acompañó en la
campaña contra Persia. Las cartas entre Alejandro y Aristóteles
quedaron registradas en el libro de Pseudo Calístenes, Vida y
Hazañas de Alejandro de Macedonia.
En 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles
para que fuera tutor de su hijo de 13 años, que más tarde sería
conocido como Alejandro Magno, en la localidad de Mieza.
Aristóteles viajó entonces a Pella, por entonces la capital del
imperio macedonio, y enseñó a Alejandro durante dos años, al
menos, hasta que inició su carrera militar. Durante el tiempo de
Aristóteles en la corte macedonia, dio lecciones también a otros
dos reyes futuros: Ptolomeo y Casandro.
En 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia
escuela, el Liceo (llamado así por estar situado dentro de un
recinto dedicado al dios Apolo Licio A diferencia de la Academia,
el Liceo no era una escuela privada y muchas de las clases eran
públicas y gratuitas. A lo largo de su vida, Aristóteles reunió una
vasta biblioteca y una cantidad de seguidores e investigadores,
conocidos como los peripatéticos (, 'itinerantes', llamados así por
la costumbre que tenían de discutir caminando). La mayoría de
los trabajos de Aristóteles que se conservan son de este período.
Escribió muchos diálogos, de los cuales solo han sobrevivido
fragmentos. Los trabajos que han sobrevivido están en forma de
tratado y no estaban destinados, en su mayor parte, a una
publicación
Durante este período, murió su esposa, Pitias, y Aristóteles
empezó una nueva relación con Herpilis, se cree que, como él,
nativa de Estagira. Aunque algunos suponen que no era más que
su esclava, otros deducen de las últimas voluntades de
Aristóteles que era una mujer libre y probablemente su esposa
en el momento de su muerte. En cualquier caso, tuvieron
descendencia juntos, incluyendo un hijo, Nicómaco, que nombra
como padre a Aristóteles y a quien dedicó su ética a Nicómaco
Aunque poco se sabe de su aspecto físico, Aristóteles fue descrito
como calvo, de piernas cortas, ojos pequeños, balbuciente,
elegante al vestir y sobre la base sus propias opiniones, su falta
de hábitos ascéticos.31 Era un hombre práctico y un observador
cuidadoso. De mente alta y buen corazón, dedicado a sus seres
queridos y justo con sus rivales.32 Diógenes Laercio declaró que
tenía inclinación a la burla y cita algunas expresiones que
testimonian su fácil ingenio.
Muerte
Cuando Alejandro murió en 323 a. C., es probable que Atenas se
volviera un lugar incómodo para los macedonios, especialmente
para quienes tenían las conexiones de Aristóteles. Según se
cuenta, declaró que "no veía razón para dejar que Atenas pecara
dos veces contra la filosofía" (clara alusión a la condena de
Sócrates). Aristóteles dejó Atenas y se estableció a Calcis, en la
isla de Eubea, donde murió extrañamente al año siguiente a la
edad de 61 o 62 años, en 322 a. C., por una enfermedad de los
órganos digestivos. Su testamento fue conservado por Diógenes
Laercio.
Filosofía
Para Aristóteles, la forma se encuentra en la sustancia y, por
tanto, el Mundo que vemos, percibimos y experimentamos es el
único existente, es decir, es el mundo sensible, del cual forman
parte todas las sustancias individuales que se conocen y que son
compuestas de materia y forma.
Escepticismo
Pirrón o Pirrón de Elis (c. 360 a.C- c. 270 a.C.) Nació en Élide o
Elis, Grecia. Filósofo griego, considerado el fundador del
escepticismo antiguo o pirronismo. Estudió junto al discípulo de
Demócrito, Anaxarco y participó en la expedición de Alejandro
Magno a la India. Al regresar, fue nombrado gran sacerdote de la
Elis. Fundó la escuela escéptica, cuyos mayores exponentes
fueron: Enesidemo de Cnosos, Timón el Silógrafo, Agripa y Sexto
Empírico.

Pirrón nació en el seno de una familia humilde establecida en


Elis, polis en la que paso gran parte de su vida. Durante su
juventud llevó a cabo numerosos viajes, en los cuales adquirió
diversos conocimientos. Se especula que, en el transcurso de la
expedición a la India, estudió de cerca las filosofías y enseñanzas
de los brahamanes hindúes y los magos persas, conocimientos
que influyeron profundamente en su pensamiento filosófico. Tras
haber estudiado por largo tiempo y formado su propio
pensamiento filosófico, fundó una escuela en la que trasmitió sus
conocimientos y teorías oralmente.
Filosofía
Pirrón, según el pasaje, responde lo siguiente: (1) todos los
fenómenos observables son indiferenciados, inestables y no fijos
por su naturaleza; (2) las percepciones de los sentidos no pueden
decir la verdad sobre los fenómenos observables ni pueden
mentir, porque los fenómenos observables están más allá de la
capacidad de los sentidos para comprenderlos realmente; 3 uno
debe, por lo tanto, abstenerse de emitir juicios o sacar
conclusiones sobre lo que se percibe, y negarse a aceptar
cualquier afirmación sobre la base de que no son ni verdad ni
mentira, sino simplemente la observación de una persona basada
en la experiencia y la creencia. Al no comprometerse con ninguna
conclusión, se liberaría la mente para alcanzar un estado de
ataraxia, libre de agitación y angustia psicológica.
Esta es una interpretación simplificada del pasaje de Aristocles,
cuyo significado sigue siendo objeto de debate, ya que las
palabras griegas originales podrían interpretarse en el sentido de
que la realidad en sí misma es incognoscible o de que los seres
humanos carecen de la capacidad de conocer lo que puede ser
conocido. En cualquier caso, el único aspecto del pasaje que está
claro es la afirmación relativa a la tercera pregunta de que el
resultado de una respuesta sin juicios a las percepciones de los
sentidos da lugar a la paz mental. Esta afirmación se considera
generalmente original de Pirrón.
Al rechazar cualquier dogma, parece que Pirrón afirmaba que
uno se liberaba de la falsa creencia de que podía entender la
realidad y, además, ya no se vería arrastrado a discusiones y
argumentos inútiles sobre lo que es o no es cierto. Cuando se
presenta una afirmación como "este es un buen libro", uno debe
considerar las razones para aceptar y rechazar esa afirmación por
igual y no concluir nada en absoluto, excepto que la persona X
hizo tal afirmación. No se puede negar que la persona X haya
hecho la afirmación, pero se desconoce si esa afirmación es
cierta o cuál puede ser la calidad del libro. Un libro puede ser
considerado "bueno" por la persona X pero no por la persona Y,
por lo que estar de acuerdo o no con la afirmación no tiene
sentido porque no es ni verdadera ni falsa, sino solo la opinión de
la persona X.
Porfirio

Tiro, 234-Roma, c. 305) Filósofo neoplatónico. Se formó en


Atenas; en Roma fue discípulo de Plotino, tras cuya muerte
dirigió su escuela. Se conservan fragmentos de cuatro tratados
suyos y es autor de una Introducción a los inteligibles, sobre la
doctrina de Plotino (cuyas Enéadas editó y cuya Vida escribió), de
una Introducción a las categorías (primer comentario
neoplatónico a Aristóteles) y de quince libros (perdidos) contra
los cristianos.
Filosofía
Porfirio fue, además, un pensador profundamente religioso, que
quiso defender la religión tradicional greco-romana, oponiéndose
para ello con vigor al cristianismo entonces en gran expansión, y
sin miedo, en cambio, a acoger las novedades de religiones
orientales y de Egipto que no contradecían su visión filosófica.
Plotino

No se sabe con certeza dónde nació Plotino. El sofista griego


Eunapio de Sardes sostiene que nació en Licón, mientras que el
lexicógrafo Suidas dice que fue en Licópolis (actual Asyut). Lo que
sí se sabe es que fue natural de la provincia de Egipto bajo
dominación romana, naciendo el 203 o 204 d. C. De su infancia
se conoce más bien poco, como suele pasar con muchos grandes
pensadores griegos clásicos. Se sabe que, ya siendo adulto, en
232 entró en el círculo del filósofo Amonio Saccas en Alejandría.
Este gran personaje fue también mentor de Orígenes, Longino y
Erenio.
En 242 Plotino se embarcó en una expedición bélica comandada
por el emperador Gordiano III a Persia. El propósito de ello era
tener un mayor conocimiento del pensamiento filosófico de
Oriente Medio, pero, lamentablemente, la expedición fue un
fracaso, el emperador acabó siendo asesinado y Plotino se vio
forzado a refugiarse en Antioquía.
Poco tiempo después lograría llegar hasta la capital del imperio,
abriendo una escuela en Roma en torno el año 246. Allí gozó muy
pronto del favor de la nobleza romana, incluyendo al mismísimo
emperador Galieno y a su esposa Cornelia Salonina.
Plotino trató de llevar un estilo de vida lo más ascético posible y,
por esto, no disponía ni de grandes riquezas ni de muchos lujos.
Pese a ello era una personalidad muy generosa y desinteresada,
además de caritativa. Se dice que solía acoger en su casa a niños
huérfanos y les hacía de tutor. Era vegetariano, no se casó y
nunca dejó que lo retrataran, por miedo a que esa
representación fuera simplemente “una sombra de otra sombra”
Pero pese a no querer ser representado ni tampoco redactar una
autobiografía ni nada por el estilo su discípulo Porfirio no pudo
evitar plasmar sus vivencias en “Vida de Plotino”. Sería este
alumno quien se encargaría de sistematizar y publicar la principal
obra de Plotino, sus “Enéadas”. Durante los seis años que estuvo
al lado de Plotino, Porfirio aseguró que vio que su maestro tuvo
contactos con un Dios omnitrascendente un total de cuatro
veces.
Es a partir del 254 en el que Plotino comienza a dejar por escrito
sus obras. En total, llegó a escribir 54 tratados ordenándolos en
seis libros de nueve capítulos y que componen su obra principal
de las “Enéadas”. Es este libro el considerado uno de los tratados
más importantes de la Antigüedad Clásica, al lado de los de
Platón y Aristóteles. Plotino fallecería en torno el 270 d.C. a
consecuencia de complicaciones de una dolorosa lepra, a los 66
años de edad en la región italiana de Campania.

Filosofía
a obra principal de Plotino son las “Enéadas”, una compilación de
tratados que empezó a escribir a partir del año 253 hasta pocos
meses antes de su fallecimiento. Como hemos comentado, la
tarea de recopilar los tratados y organizarlos en libros fue hecha
por su discípulo Porfirio, agrupándolos en seis grupos de nueve,
dando un total de 54 tratados. Estas Enéadas recogen las
lecciones que Plotino impartía en su escuela de Roma.
Plotino elaboró una estructura teológica en la que veía el
universo como el resultado de una serie de emanaciones o
consecuencias de una realidad última, la cual es eterna e
inmaterial. Esta realidad la denominaría “lo Uno”. De esta misma
surge otro principio divino, por debajo de lo Uno: el Nous.
A su vez, del Nous emana el Alma, otra entidad divina que está
por debajo de las dos anteriores. Plotino coincidía con Platón en
que el cuerpo es una prisión para el alma y que ésta trata de
volver al origen creador, al Uno.
A continuación, veremos más a fondo estas realidades de la
doctrina de Plotino, realidades que su discípulo Porfirio
denominaría hipóstasis. Este término no sale tal que así en los
textos de las Enéadas, escritos del puño y letra de Plotino, sino
que son un término introducido por Porfirio para organizar mejor
todo el corpus teórico de su maestro.
Lo Uno
La idea de “lo Uno” de la teoría de Plotino es un tanto difícil de
describir. Se ha entendido como un concepto que se refiere a la
unidad, a lo más grande e, incluso, una idea cercana a la de Dios
como entidad única e infinita. Unido con su personalidad y su
figura propiamente mística, Plotino, lejos de especificar a qué se
refiere con Uno exactamente prefiere mantenerlo con un cierto
aire de misterio.
Lo Uno es el principio y, a la vez, el final. Es la unidad que funda
la existencia de todas las cosas. El Uno está más allá del Ser y,
debido a ello, no es posible definirlo de forma específica puesto
que, para empezar, no se puede conocer de primera mano.
La conceptualización de Plotino sobre “lo Uno” es religiosa, y él
mismo promovía una especie de monoteísmo en torno a esta
idea. No obstante, se diferencia del cristianismo puesto que el
Uno sería más bien una suerte de Dios personal, una entidad
muy alejada de la del Dios como entidad omnipotente,
omnisciente y omnipresente.
Para empezar, Plotino considera que “lo Uno” no se puede
definir, no se puede predicar atributo alguno sobre él. Tratar de
definirlo implica hacer una vulgar imitación de esta entidad,
imperfecta y limitada, algo muy alejado de lo que realmente es.
Lo Uno es una entidad que crea, pero no lo hace por propia
voluntad, sino por emanación. Lo Uno, en tanto que es como
Dios, es la causa de todo lo demás y, al crear, no pierde ni gota de
su propia sustancia. Las creaciones que surgen de su emanación
se estructuran de forma jerárquica, en sucesivos grados de
imperfección: Nous, alma y materia. La materia es la antítesis de
la idea de lo Uno.
Pero pese a ser su antítesis la materia refleja a “lo Uno”, puesto
que este último no deja de ser su fuente, y trata de volver a él. El
ser humano también siente la necesidad de regresar a lo Uno,
pero de acuerdo a Plotino debe evitar el autoengaño en que ha
caído al entregarse a la pluralidad de objetos y acciones, y debe
buscar la verdad en sí mismo y negar todo objeto y mediación.
El Nous
Nous es el segundo nivel de realidad o hipóstasis. Esta idea es de
difícil traducción, aunque hay quienes se refieren a él como
“espíritu” y otros como “inteligencia”. Plotino explica el “Nous”
partiendo de la semejanza entre el Sol y la Luz. El Uno sería el
equivalente al Sol, mientras que el Nous lo sería para la Luz.
La función del Nous como luz es la de que el Uno se pueda ver a
sí mismo, pero como el Nous es la imagen del Uno, es la puerta
por la que nosotros podemos contemplar el Uno. Plotino afirma
que el “Nous” se puede observar simplemente haciendo que
nuestras mentes se concentren mirando en dirección opuesta a
la de nuestros sentidos. Para entenderlo mejor, el Nous es esa
inteligencia que nos permitiría acercarnos a la idea particular que
tiene Plotino de Dios, en este caso lo Uno.
El alma
La tercera realidad expuesta en la propuesta de Plotino es el
alma, la cual es de naturaleza doble. En un extremo, ésta está
ligada al Nous, esto es la inteligencia pura, que tira de él. En el
otro extremo, en cambio, el alma se asocia al mundo de los
sentidos, del cual es creadora y, también, plasmadora.
Idea de felicidad
La idea de la felicidad es uno de los aspectos más interesantes en
la filosofía de Plotino y se considera que es ésta la visión que ha
inspirado nuestro concepto occidental de felicidad. Fue de los
primeros en introducir la idea de que la “eudaimonia” (felicidad)
solo se puede alcanzar dentro de la conciencia.
Según él, un individuo tiene una vida feliz cuando en su vida
manda la razón y la contemplación, a diferencia de lo que
pensaban el resto de filósofos de su tiempo quienes opinaban
que felicidad era más bien ausencia de tristeza o un estado
anímico entre alegría y tristeza normales.
Hipatia de Alejandría
Hipatia nació en Alejandría, Egipto, en el año 355 o 370.
Hija y discípula de Teón, un ilustre matemático del Museo
(institución fundada por Tolomeo dedicada a la investigación y la
enseñanza) y astrónomo notable.
Superó a su progenitor en saber, en astronomía y en su
dedicación a la filosofía.
Destacó como estudiosa de las ciencias y la filosofía, materias a
las que se dedicó desde joven. Obtuvo la cátedra de filosofía
platónica, por lo que le llamaban "la filósofa”. Hipatia cultivó
varias disciplinas: filosofía, matemáticas, astronomía, música... Se
la reconoce como la primera mujer matemática de la que se
tiene conocimiento. Representante de la Escuela neoplatónica de
Alejandría a a inicios del siglo V. Seguidora del filósofo romano
Plotino, trabajó en los estudios lógicos y las ciencias exactas.
Enseñaba a sus discípulos en su propio hogar. Fue educadora de
aristócratas cristianos y paganos que posteriormente tendrían
altos responsabilidades, como por ejemplo el obispo Sinesio de
Cirene, Hesiquio de Alejandría y Orestes, prefecto de Egipto.
Autora de obras sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró
el diseño de los astrolabios e inventó un densímetro. Su trabajo
más extenso fue en álgebra. Escribió un comentario sobre la
Aritmética de Diofanto en el que incluía soluciones alternativas y
nuevos problemas. En ocho libros, escribió un tratado sobre la
Geometría de las Cónicas de Apolonio (a quien se deben los
epiciclos y deferentes para explicar las órbitas irregulares de los
planetas).
Junto a su padre trabajó en la revisión, mejora y edición de los
Elementos de la Geometría de Euclides, cuya edición se emplea
hoy en día. Autora de un Canon de Astronomía, dedicándose
además a revisar las Tablas Astronómicas de Claudio Tolomeo,
conocidas por su inclusión en el Canon Astronómico de Hesiquio.
También cartografió cuerpos celestes, confeccionando un
planisferio.
Su fidelidad al paganismo en pleno auge del catolicismo
teodosiano como nueva religión del Estado romano y su trágica
muerte, la convirtieron en una «mártir de la ciencia» y en
símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del
cristianismo como religión única del Imperio, que actuaba con
intolerancia no sólo contra los paganos, sino contra la disidencia
de cualquier tipo, ya fueran herejes o judíos, muy numerosos en
Alejandría. Hypatia se negó a traicionar sus ideas y convertirse al
cristianismo por lo que fue acusada de conspiración contra el
líder cristiano de Alejandría. Estuvo casada con un filósofo
llamado Isidoro manteniéndose virgen.
Hipatia murió en marzo de 415 o 416 en Alejandría, linchada a
los 45 o 60 años por una turba de cristianos tras ser acusada de
bruja y de engañar a la gente de la ciudad y al prefecto con sus
encantamientos. La descuartizaron con conchas marinas y sus
restos fueron paseados, en señal de triunfo, por la ciudad hasta
llegar al Ciraneo (supuestamente el crematorio) donde los
incineraron. Su asesinato parece demostrado que fue instigado
por el obispo Cirilo.
Filosofía
Su filosofía se basaba especialmente, en la creencia que las ideas
(Mundo de las ideas) son más reales que el mundo material que
nos rodea. La corriente neoplatónica, que siguió Hipatia, era
heredera de esta línea de pensamiento de la que el principal
representante es Plotino.
El estoicismo
Zenón de Citio
336 a. C. - 264 a. C.),1 fue un filósofo helenístico de origen étnico
fenicio. Nació en Citio, Chipre, en aquel tiempo colonia griega. Se
le considera el fundador de la escuela filosófica estoica, que
inició hacia el 300 a. C. en Atenas, donde desarrolló su vida
intelectual. Su base fue la moral de los filósofos cínicos. Ponía
énfasis en el bien racional que se obtenía a través de una vida
virtuosa, es decir, acorde a la naturaleza. Su filosofía fue muy
exitosa ya desde su época y floreció aún más durante el
helenismo y durante el periodo imperial de Roma, entre el siglo
IIa. C. y el siglo II d. C.
Vida
Zenón fue discípulo de Palemón Crates de Tebas y de Estilpón de
Megara. Fue comerciante, como lo fuera su padre, hasta los 45
años, momento en el que funda su escuela. Se ha propuesto que
era de origen fenicio.
Su pensamiento toma elementos de Heráclito, de la escuela
cínica, de Platón, y algunos de Aristóteles, y combate sobre todo
la escuela contrincante de su tiempo: la de Epicuro.
Acostumbraba a dar lecciones en público en el pórtico pintado de
Atenas —la stoa poikilé— de donde tomó el nombre su escuela
(la traducción de «pórtico» en griego es στοά, stoá). Zenón y sus
discípulos Cleantes y sobre todo Crisipo fueron los tres miembros
principales del primer período del estoicismo. Zenón, de forma
similar al epicureísmo, subdividió la filosofía en lógica, física y
ética (y, al parecer, impulsó a sus seguidores a dominar la
retórica).
Se dice que no tenía reservas en dar sus lecciones a gente de la
más baja clase social. Asimismo, tenía relación amistosa con el
rey Antígono II Gónatas de Macedonia siendo invitado a los
banquetes reales pese a su carácter no dado a los placeres. Era
admirado y emulado por el mismo rey por su buen carácter. Dice
Plutarco que sólo deseaba, al igual que Cleantes o Crisipo, una
vida tranquila, aunque fuera lejos de su patria, dando discursos y
lecciones. Por su cualidad de extranjero nunca pudo dedicarse a
la política en Atenas, aunque sí recomendaba esta actividad.
Era de carácter tolerante pues no se enfurecía por los insultos.
Gustaba mucho de los higos. Juraba por la alcaparra, así como en
su época juraban por una determinada legumbre. Creó muchas
nuevas palabras y términos en el griego que hablaban sus
contemporáneos. Ateneo señaló de él que "nunca había usado
de una mujer y siempre de muchachos, según refiere Antígono
Caristo en la vida del mismo
Según Numenio tuvo una fuerte polémica con Arcesilao, filósofo
de su época, fundador de la Academia Media. En esta "guerra"
llegaron ambos a lanzarse fuertes insultos e injurias. Arcesilao
estaba envidioso del éxito de las nuevas doctrinas estoicas, en
especial de la llamada representación comprensiva. Zenón
tampoco permaneció digno (pese a su buen carácter) pues atacó
a lo escrito por Platón, y no a lo que argüía Arcesilao
(supuestamente para no verse rebatido, pues Platón ya había
muerto).
De sus escritos se conservan sólo fragmentos. Algunos sostienen
que terminó voluntariamente con su vida en el año 264 a. C.
Filosofía
dividió la investigación filosófica en tres apartes lógica, física y
ética; para este la lógica acepta que el conocimiento sea
obtenido a través de los sentidos, es por esto que para los
estoicos el conocimiento no es innato es percibido por medio de
los sentidos. La física de Zenón parte del logos que conforma
todas las cosas del universo y es regido por las leyes universales;
la ética de la escuela estoica, es una ética racionalista, que tiene
en cuenta los conceptos de la lógica y la física, lo cual les hace
acordes a la divinidad, por lo cual estos conocen la importancia
del dominio del alma y las emociones dañinas; el control de las
emociones es una de las características más importantes de la
escuela estoica.
Epicúrea
Filosofo Epicuro
Biografía
Epicuro (341 a.C. – 270 a.C.), filósofo. Nació en la isla de Samos
en el seno de una familia ateniense. Su padre, un maestro, le
relegó la educación de Epicuro a varios filósofos; por su parte su
madre, Que retrata, era adivina. Tuvo que trasladarse a Atenas a
los 18 años para cumplir su servicio militar. Luego Epicuro
desarrolló un gran espíritu crítico, siempre buscó enseñanzas
más allá de las enseñanzas tradicionales de las escuelas, por eso
se dedicó a cultivarse en la lectura de distintos filósofos. Así, fue
alumno de un hombre llamado Pánfilo; discípulo de Platón,
Epicuro adoptó las bases del idealismo platónico, aunque luego
las consideró un fraude.
Después, comenzó a enseñar en Colofón. Luego de tener una
cantidad considerable de discípulos, en el año 311, fundó una
escuela filosófica en Mitilene, en la isla de Lesbos. Con cierta
experiencia se convirtió en director de una escuela en Lampsaco.
Volvió a la ciudad de Atenas, aquí divulgó sus doctrinas a un fiel
grupo de seguidores.
Sus discípulos comenzaron a ser nombrados como los filósofos
del jardín, esto porque sus reuniones tenían lugar en el patio de
la casa de Epicuro. Con relación a esto, se crearon una cantidad
de comentarios que buscaban manchar la reputación de Epicuro,
afirmaban que en este jardín se compartían ideas trasgresoras de
la sociedad. A pesar de ello, la escuela tomó fama en Atenas y
sus alrededores, así que, estudiantes provenientes de Grecia y
Asia Menor acudieron para incorporarse a la escuela de Epicuro,
atraídos por el carácter e inteligencia de Epicuro.
Construyó una relación de amistad con Nausífanes, un filósofo
atomista discípulo de Demócrito y de Pirrón, él fue una gran
ayuda a la formación intelectual y filosófica de Epicuro, aunque
muchos años después Epicuro dirigió contra él duras críticas e
insultos. A partir de ese momento, se fue formando el
epicureísmo, un sistema de filosofía muy conocido, pero también
discutido por los modernos tratadistas del epicureísmo, en esta
doctrina se sostiene fuertemente la idea que el placer constituye
el bien supremo y la meta más importante de la vida. Con esto se
refieren a los placeres intelectuales.
Por otro lado, para Epicuro la verdadera felicidad se consigue por
medio de la serenidad que resulta de la dominación del miedo,
es decir, de los dioses, de la muerte y de la vida futura. El fin
último sobre la naturaleza es eliminar esos temores. Otro de sus
aportes a la filosofía, fueron que Epicuro, siguiendo el
planteamiento atomista, reflexionó que el universo era infinito y
eterno y que consistía sólo en cuerpos y espacio. En suma, afirmó
que algunos cuerpos son compuestos y otros son partículas
atómicas, o indivisibles, elementos estables de los que están
formados los compuestos.
El pensamiento de Epicuro también impactó la rama de la
biología, podemos decir que Epicuro fue uno de los pioneros de
la doctrina moderna de la selección natural, afirmando que las
fuerzas naturales producen organismos de diferentes clases y
que sólo las clases capaces de superarse a sí mismas y
reproducirse han sobrevivido. En el tema psicológico también
afirmó que las sensaciones son provocadas por un continuo flujo
de imágenes abandonadas por los cuerpos e impresionadas en
los sentidos. Para él todas las sensaciones son fiables de una
forma absoluta, y que no debemos realizar falsas
interpretaciones ellas.
Filosofía
Desde Epicuro no se pretende ver la filosofía simplemente como
una teoría conjunta de doctrinas, sino como esa forma de vida
que el hombre puede tomar para alcanzar el conocimiento de las
cosas, para llegar a la felicidad.
La filosofía epicúrea es la que el hombre vive a diario en la
búsqueda de la vida sana y virtuosa, a partir del conocimiento
correcto de la naturaleza y de la prudencia frente a los placeres y
deseos, buscando así remediar los dolores que atacan el alma,
para alcanzar la ataraxia; por esto el pensamiento epicúreo se
convierte en una forma da vida
Veamos ahora con más detalle cada una de las partes de la
filosofía de Epicuro:
A) La canónica.
La canónica es la parte de la filosofía que examina la forma en la
que conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo
falso.
Según Epicuro la sensación es la base de todo el conocimiento y
se produce cuando las imágenes que desprenden los cuerpos
llegan hasta nuestros sentidos. Ante cada sensación el ser
humano reacciona con placer o con dolor, dando lugar a los
sentimientos, que son la base de la moral. Cuando las
sensaciones se repiten numerosas veces se graban en la memoria
y forman así lo que Epicuro denomina las "ideas generales"
(diferentes a las platónicas).

Para que las sensaciones constituyan una base adecuada, sin


embargo, deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual
que las ideas, o de otro modo nos conducirán al error. Diógenes
Laercio, además de las sensaciones, los sentimientos y las ideas
generales, menciona un cuarto proceso de conocimiento: las
proyecciones imaginativas, por las cuales podemos concebir o
inferir la existencia de elementos como los átomos, aunque éstos
no sean captados por los sentidos.
Todos esos aspectos, sin embargo, son sólo los principios que
rigen nuestro modo de conocer la realidad. El resultado de su
aplicación nos lleva a concluir la concepción de la naturaleza que
se detalla en la física, segunda parte de la filosofía epicúrea.
B) La física.
Según la física de Epicuro toda la realidad está formada por dos
elementos fundamentales. De un lado los átomos, que tienen
forma, extensión y peso, y de otro el vacío, que no es sino el
espacio en el cual se mueven esos átomos.
Las distintas cosas que hay en el mundo son fruto de las distintas
combinaciones de átomos. El ser humano, de la misma forma, no
es sino un compuesto de átomos. Incluso el alma está formada
por un tipo especial de átomos, más sutiles que los que forman el
cuerpo, pero
no por ello deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el
cuerpo muere, el alma muere con él.
Con respecto a la totalidad de la realidad Epicuro afirma que
ésta, como los átomos que la forman, es eterna. No hay un
origen a partir del caos o un momento inicial. Tal y como leemos
en la Carta a Herodoto: "Desde luego el todo fue siempre tal
como ahora es, y siempre será igual."
Toda esta concepción atomista procede claramente de
Demócrito, pero Epicuro no duda en modificar la filosofía de
aquel cuando le conviene, pues no quiere aceptar el
determinismo que el atomismo conllevaba en su forma original.
Por ello introduce un elemento de azar en el movimiento de los
átomos, una desviación de la cadena de las causas y efectos con
lo que la libertad queda asegurada.
Este interés por parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es
fruto de la consideración de la ética como la culminación de todo
el sistema filosófico al cual se han de subordinar las restantes
partes. Estas son importantes tan sólo en la medida en que son
necesarias para la ética, tercera y última división de la filosofía.
C) La ética.
La ética, como ya se ha dicho, es la culminación del sistema
filosófico de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la
felicidad, basada en la autonomía o autarkeia y la tranquilidad
del ánimo o ataraxia. En la medida en la que la felicidad es el
objetivo de todo ser humano, la filosofía es una actividad que
cualquier persona, independientemente de sus características
(edad, condición social, etc.) puede y debe realizar.
C1) Lo que se debe evitar
Para exponer la ética de Epicuro podemos fijarnos en dos
grandes bloques. Por un lado, todo aquello que su filosofía
pretende evitar, que es, en definitiva, el miedo en sus diversos
modos y maneras, y, por otro lado, aquello que se persigue por
considerarse bueno y valioso.
La lucha contra los diversos miedos que atenazan y paralizan al
ser humano es parte fundamental de la filosofía de Epicuro; no
en vano, ésta ha sido designada como el "tetrafármaco" o
medicina contra los cuatro miedos más generales y significativos:
el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el
miedo al fracaso en la búsqueda del bien:
a. - El miedo a los dioses. Es absurdo, nos dice Epicuro, pues
éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se
mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que
comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses
deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues
viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de
amistad.

1b. - El miedo a la muerte. Es igualmente absurdo e irracional. Es


un temor que se produce por dos motivos: o bien la imaginación
nos lleva a pensar que existen cosas terribles tras la muerte o
bien es fruto de la consideración de que yo, como individuo, voy
a dejar de existir para siempre. Ambos pensamientos, sin
embargo, son infundados. Por un lado, Epicuro es un
materialista, y lo único a lo que le concede una vida eterna es a
los mismos átomos, pero no al producto formado por las
combinaciones entre ellos.
Por otro lado, la muerte no es un mal. Siendo como es la pérdida
de la capacidad de sentir, Epicuro afirma: "La muerte no es nada
para nosotros. Cuando se presenta nosotros ya no somos". No
siendo un mal en el momento en el que se presenta, menos daño
puede hacer mientras estamos vivos y sólo la presentimos. En
ese caso es el temor y la angustia que produce la fuente del
sufrimiento, y no la muerte. Deberá ser el razonamiento el que
nos muestre lo infundado de tal temor. La actitud del sabio es la
de vivir razonablemente en lugar de desperdiciar el tiempo que
tenemos anhelando un tiempo de vida infinito que nunca
lograremos alcanzar:
El recto conocimiento de que la muerte nada es para nosotros
hace dichosa la mortalidad de la vida, no porque añada un
tiempo infinito, sino porque elimina el ansia de inmortalidad.
Nada temible, en efecto, hay en el vivir para quien ha
comprendido que nada temible hay en el no vivir.
1c. - El miedo al dolor. es otro de los objetos de ataque de
Epicuro. Se trata de un miedo infundado ya que todo dolor es en
realidad fácilmente soportable. Si se trata de un dolo intenso su
duración será breve sin duda, mientras que, si el dolor es
prolongado, su intensidad será leve y podrá ser fácilmente
sobrellevado.

1d. - Finalmente el miedo al fracaso. en la búsqueda del bien y de


la felicidad en la vida está relacionado con el ideal de autonomía
del sabio epicúreo. Quien considera que la felicidad depende de
factores externos equivoca su juicio y se somete a cosas que
están fuera de su control, como la opinión de los demás, las
recompensas externas, etc. Por el contrario, gozando de la
autonomía propia del sabio, es posible para cada uno lograr un
estado de ánimo equilibrado y gozoso con muy pocos medios (no
debe olvidarse que la mayoría de las filosofías helenísticas surgen
como respuesta a un mundo en continuo cambio y conflicto y
pretenden proporcionar al individuo la coherencia e
independencia que la poli clásica había perdido).
C2) Lo que se debe perseguir
Con respecto a aquello que la filosofía de Epicuro considera
bueno y valioso no puede ensalzarse lo suficiente el placer y la
amistad.
1. En la búsqueda del placer es necesario distinguir aquellos
deseos que son naturales y necesarios (como el placer de calmar
el hambre o la sed), de aquellos que son naturales y no
necesarios (como el placer de seguir comiendo y bebiendo,
aunque el hambre y la sed hayan sido satisfechos), y también de
aquellos que no son ni naturales ni necesarios (como el placer de
obtener glorias, honor, etc.). Epicuro siempre sostuvo la
importancia de distinguir entre los placeres aquellos que eran
verdaderamente beneficiosos de aquellos que podían generar
una dependencia y que terminaban por causar insatisfacción,
bien porque fuesen irrealizables o bien porque eliminaban la
autonomía del individuo. "Reboso de placer en el cuerpo cuando
dispongo de pan y agua, y escupo sobre los placeres de la
abundancia, no por sí mismos, sino por las molestias que los
acompañan."
2. Finalmente Epicuro exalta la amistad entre los seres humanos
como una de las mayores virtudes y uno de los mejores placeres
de los que se puede gozar. La amistad proporciona un apoyo en
un mundo hostil y extraño. Es una ayuda no tanto por lo que los
amigos hagan efectivamente por uno, como por el hecho de
saber que podamos contar con ellos, en caso de ser necesario. La
amistad llevó a Epicuro a fundar su propia escuela entendida
como un lugar de encuentro, de disfrute, de diálogo y de estudio
así como de recuerdo gozoso de los amigos que ya han
desaparecido.
3. La clave del modo de vida epicúreo, de tener que ser resumida
en tres palabras, vendría a ser: gozar, saber y compartir. Esos tres
factores, como nos muestran las palabras de Epicuro, están
íntimamente relacionados: Gozar el placer de estar vivo, saber
discernir lo que es verdaderamente valioso, y compartir en la
amistad tanto la vida como el conocimiento.
De todos los bienes que la sabiduría procura para la felicidad de
una vida entera, el mayor con mucho es la adquisición de la
amistad.

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