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MONOPOLIO ESTATAL JUDICIAL

EL SERVICIO DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.

El fin de la administración de justicia como servicio a la


comunidad, mediante la solución de las controversias que surgen
al interior de la sociedad, es restablecer la paz social y facilitar el
desarrollo de la sociedad.
Cuando entre dos individuos surge una controversia, dos
intereses distintos impulsan al Estado a interponerse a través de
la labor del juez entre los contendientes:
1. Interés en mantener la convivencia social; el litigio debe
cesar lo más pronto a fin de que no se prolongue la
amenaza a la tranquilidad de la convivencia.

2. Interés en la actuación del derecho objetivo; que el


litigio sea decidido según el derecho, a fin de que la
voluntad jurídica del Estado quede confirmada en el caso
concreto.
La satisfacción de los dos intereses indicados
se produce simultáneamente con el
pronunciamiento de la sentencia, la cual por
una parte resuelve el litigio y por otra actúa la
ley.

Sin embargo, no significa que los dos


intereses deban en todos los casos quedar
satisfechos en el mismo momento.

Podría suceder que estos dos intereses se


encuentren en conflicto entre sí y que la
satisfacción de uno excluya o aleje la
satisfacción del otro, no será posible llegar a
una solución justa
Por eso se sostiene que el Estado, en lugar de satisfacer los
intereses en conflicto mediante una rápida solución de la
controversia. se limita a imponer a los litigantes una solución
cualquiera de su controversia.

EL MONOPOLIO ESTATAL JUDICIAL.

La tendencia mayoritaria de la población siempre ha sido


aceptar que la única forma “legal” y “válida” de solucionar
una controversia es la que realiza el Juez, porque forma
parte de un cuerpo especializado en administrar justicia.
PODER PUBLICO DEL ESTADO

*.Por ello, se sostiene que el poder público del Estado, por


medio del órgano jurisdiccional, es el único legitimado para
resolver los conflictos que surgen entre los miembros de una
sociedad.

Al haberse apropiado de la facultad de éstos de solucionar


sus conflictos para ejercerlo a través de un órgano
especializado que forma parte de él, esto es, el Poder
Judicial.
Esta tesis, conocida como “Tesis del Monopolio Estatal Judicial”,
sostiene:

Que los particulares deben someter todas sus controversias a


conocimiento del órgano jurisdiccional por ser la administración
de justicia un servicio público de exclusividad estatal.

Por tanto, la renuncia a instaurar la acción judicial confiando a un


tercero ajeno a este poder del Estado la solución de la
controversia sería inconstitucional por violar la soberanía del
Estado.
De esta forma, la idea de solucionar conflictos mediante un
proceso, acudiendo ante el Poder Judicial a través de la
interposición de la respectiva demanda ante este órgano
especializado en administrar justicia, mediante el desarrollo del
proceso judicial.

Se arraigó y se ha mantenido como imperante, quedando como


verdad inmutable hasta nuestros días.
La tesis del monopolio estatal de la administración de justicia se
manifiesta en el uso recurrente del órgano jurisdiccional como
mecanismo de resolución de las controversias por parte de buen
sector de la población al considerarlo como el único mecanismo
legítimo para resolver los problemas que se presentan en la
sociedad.

Lo que genera una sobrecarga procesal que se convierte en uno


de los principales problemas que afecta al Poder Judicial.

Tanto en nuestro país como en otros Estados de la comunidad


internacional y particularmente de América Latina, ya que se
encuentra abrumado por una gran cantidad de causas sometidas
a sus fallos.
Si a esto sumamos:
- El retardo y morosidad en la resolución de las causas.
- La falta de una adecuada infraestructura física de los locales
judiciales.
- La generalizada percepción de inmoralidad y corrupción,

El ciudadano común percibe al órgano de administración de


justicia como la formalización de la injusticia, lo que trae como
consecuencia la falta de credibilidad en el sistema judicial en su
conjunto.

Todo esto ha llevado a un consenso y a un convencimiento


compartido de que sin un Poder Judicial eficiente no hay
democracia, entendida en su aspecto que el Estado brinde al
ciudadano mecanismos concretos y eficaces de protección y
respeto de sus derechos.
Si el Estado no logra ser eficiente, entonces comenzarán a
presentarse problemas y a cuestionarse a las instituciones que
forman parte de él.

Así, el Estado se torna ineficiente:


- Sin brindar adecuadamente los servicios de protección y justicia,
- Dejando de cumplir su función garantizadora del derecho.
- Haciendo que los individuos vuelvan al estado de la naturaleza.
- Con el agravante de que nos encontramos ante un Estado
ineficiente que no sirve pero sí perjudica, pues en vez de ser un
agente promotor de seguridad jurídica, crea inseguridad.
- Los individuos pierden fe en el Estado y van abandonándolo
paulatinamente conforme toman conciencia que es un estorbo y
no una solución a sus conflictos.

-Buscando escapar de su esfera de acción y actuando de manera


contraria al llamado ordenamiento formal, logrando tomar justicia
por propia mano, constituyendo una sub clase extralegal que vive
al margen de la sociedad.

Por ello, existen países en vías de desarrollo donde la extra-


legalidad siempre ha sido predominante. *
- Esta problemática ha intentado ser aliviada no sólo por
procedimientos como la reforma del Poder Judicial.

- Sino por los mismos usuarios del sistema judicial los que
han generado en los últimos tiempos nuevas y verdaderas
opciones de solución al problema de la administración de
justicia en nuestro país y la consecuente abolición del
monopolio estatal de administración de justicia.

- Buscando como consecuencia:


a. Descongestionar el despacho judicial.
b. Mejorar el servicio de administración de justicia y buscar
la pacificación de la sociedad civil.
recurriendo a Medios Alternativos de Resolución de
Conflictos en el ámbito extrajudicial, tales como los
tribunales arbitrales y los centros de conciliación.

Actualmente se presenta una tendencia al interior del Estado


que se orienta en la delegación de parte de estas funciones
de resolución de conflictos en la colectividad para que ésta
recurra a otro tipo de mecanismos distintos al Proceso
Judicial.
El Estado debe promocionar la Conciiación

El Estado se encarga de incentivar o promocionar lo que


respecta a la conciliación.

Se constituye en una forma más simple, directa y expeditiva


de búsqueda de soluciones procurando en lo posible
mantener y restaurar la armonía entre las partes
involucradas.
En esta orientación:
*El Acuerdo Nacional, suscrito el 22 de julio del 2002 conformado
por un conjunto de 31 políticas de Estado constituidas como un
compromiso asumido por:
-Los partidos políticos.
- Las organizaciones sociales.
- El gobierno.

Que fueron concebidas en un espacio de diálogo y concertación


orientadas en función de un proyecto a largo plazo de desarrollo
en democracia.

Éstas políticas de Estado fueron resultado del consenso y


definen en la práctica un programa nacional de desarrollo.
La vigésimo octava disposición Política de Estado establece
como obligación del Estado la difusión de:

La conciliación.
La mediación.
El arbitraje.

En general los mecanismos alternativos de resolución de


conflictos como una forma de garantizar el acceso a la justicia,
entendido como el logro de una resolución adecuada a las
controversias que se presentan en la sociedad.
Por su parte, el artículo 149º de nuestra actual Constitución
Política reconoce a las comunidades nativas y campesinas la
posibilidad de ejercer funciones jurisdiccionales para resolver
conflictos dentro de su ámbito territorial y de conformidad con
su derecho consuetudinario, reconociéndose la posibilidad de
que sus costumbres tengan valor jurídico.
la Transacción Extrajudicial análisis comparativo frente a la
Conciliación Extrajudicial:

1) Concesiones recíprocas: Rasgo particular de la


Transacción, significa necesariamente que las partes deben
ceder respecto de sus posiciones originales para lograr un
acuerdo que en otra medida satisface sus intereses, siendo más
importante que iniciar o continuar un litigio.

No puede haber Transacción, a pesar de llamar así a un


acuerdo, si una de las partes impone a la otra su voluntad sin
sacrificar algo, o si simplemente renuncia a su pretensión.
Dichas concesiones no tienen que guardar equivalencia en
valor, no siendo relevante que se busque el “punto medio”
entre las cesiones de las partes. Solamente basta que cada
parte le conceda algo a la otra sin que necesariamente lo que le
cede ésta a aquella tenga la misma medida
Además, las concesiones no tienen que limitarse a
prestaciones derivadas del asunto dudoso o litigioso, sino
pueden ser diferentes y variadas, distintas al objeto de la
controversia.

Podrían incluso combinarse entrega de bienes con servicios, y


entre ambos de distinta clase y características. Se permite jugar
con prestaciones de dar, hacer y no hacer, aceptándose incluso
conductas mixtas.

Las partes tienen amplio margen discrecional de regulación


sobre sus nuevos compromisos surgidos de la Transacción,
pudiendo mezclar figuras contractuales típicas con atípicas, en
lo que se denomina “libertad de configuración interna”.
En consecuencia, la finalidad primordial de la Transacción es:

Finiquitar un conflicto, a veces extinguiendo obligaciones, y


otras generándolas, pero siempre dirigidas a la solución del
conflicto, sea este sobre un asunto dudoso o litigioso, y
provocando la certidumbre sobre los derechos involucrados
de manera definitiva.
VALOR DE COSA JUZGADA.

La Transacción Judicial, tiene calidad de cosa juzgada, al


constituirse como incuestionable y final.

Tiene el valor y los efectos de una sentencia que pone fin al


proceso.

Igual trato tiene la Transacción Extrajudicial incorporada en


un proceso mediante una resolución del juez que recoja la
voluntad de las partes

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