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DOCTORADO EN CIENCIAS PARA LA FAMILIA

MATERIA: TEMAS SELECTOS DE INVESTIGACIONES DE LA FAMILIA II

NOMBRE(S) Y CORREO – E:
APELLIDO(S) JUAN FELIPE DE JESUS jfelipemar@hotmail.com
COMPLETO(S): MARTÍNEZ PADILLA
FECHA: 27 DE ABRIL DEL 2021

Leer el capítulo “La familia”, por Ralph Linton, en Martín L., E, (1993). Textos de sociología
de la familia. Una relectura de los clásicos (Linton, Tönnies, Wener y Simmel), pp. 47-68
(lectura 1), y realizar un ensayo en el cual se mencionen los siguientes puntos (mínimo cinco
[5] cuartillas):

1. ¿Qué significado tiene para sus miembros pertenecer a una unidad intermedia entre el
individuo y la sociedad, como la familia, y cuál es la importancia de las funciones en el
estudio de estas unidades?

2. ¿Cuál es la importancia de los factores culturales en la determinación de funciones de


origen biológico en la familia?

3. Señalar algunas funciones características de las sociedades occidentales, en relación


con lo económico, el cuidado de los ancianos y frente a los extraños.

4. ¿Cuáles son las dos bases principales sobre las que se organizan las sociedades,
¿cuáles son las ventajas y desventajas en cada caso y de qué manera estas formas de
agrupamiento ayudan para una clasificación de las sociedades?

5. ¿Cómo afecta la localización de una unidad de familia en su funcionalidad, en qué casos


se llama matrilocal y en cuáles patrilocal?

6. ¿Qué factores económicos y de orden sexual tienen un peso más considerable en


relación con la ascendencia en las sociedades con base familiar consanguínea?

7. ¿En cuáles casos se impone el dominio masculino, en cuáles el femenino en las


relaciones matrimoniales, y cuál es el mejor sistema desarrollado para asegurar la
continuidad de estas relaciones?

8. ¿Qué tipo de causalidad resulta fundamental para explicar por qué una sociedad escoge
una alternativa de solución a situación determinada y qué tipo de consideraciones pueden
ayudar a elaborar esta explicación?

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ENSAYO SOBRE
La Familia
Textos de sociología de la familia. Una recolectura de los clásicos (Linton, Tönnies, Wener
y Simmel)

Introducción

La familia a través de los tiempos, ha significado el núcleo más importante de la sociedad,


ya que este representa el microcosmos en el cual, los individuos acceden al mundo físico,
por lo que, a través de esta unidad, como fase intermedia entre el hombre y la sociedad,
se forjan los cimientos de su personalidad. Esta última, es conformada básicamente por
tres factores influyentes: herencia genética, modelo familiar y estímulos del exterior. La
primera es intrínseca, ya que esta viene integrada en el «paquete genético» heredado
por los padres; la segunda es adquirida a través de la observación, con base a los
modelos familiares que percibe en su contexto, donde sus padres son los principales
protagonistas, ya que éstos ayudan a moldear dicha personalidad por medio de sus
creencias, actitudes y comportamientos y finalmente, las influencias que recibe del
exterior a través de interactuar con su mundo social. Asimismo, los parientes, como
ascendencia consanguínea, contribuyen en buena medida a complementar la formación
del individuo.

Por lo anterior, resulta de suma importancia el estudio de la familia como la unidad


intermedia entre el hombre y la sociedad, ya que esto permite analizar, reflexionar y
comprender su funcionamiento en el entorno individual, familiar y social.

Desarrollo

Profundizar en el aspecto cultural de las diferentes sociedades, representa acceder a un


mundo extraordinariamente diversificado, ya que las diferencias entre cada etnia, país o
continente, son muy disímbolas. Toda sociedad ha señalado ciertas funciones a sus
unidades familiares. En la mayoría de los casos, se derivan de las funciones que son
determinadas biológicamente de la pareja adulta hereditaria, sin embargo, estas
funciones derivadas, no pueden ser consideradas como parte del patrón familiar, a
menos que se les otorgue reconocimiento y aprobación sociales.

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Cada sociedad, en sus diferentes latitudes, ha creado sus propios usos y costumbres,
que, a la vista de un desconocido, podrían parecerle extraños y difíciles de comprender.
A manera de referencia, prácticamente, todas las sociedades tienen sus propios tabúes
para el aspecto sexual bajo específicas circunstancias entre cónyuges reconocidos
socialmente como tales. Como ejemplo, en Madagascar, la mayor parte de tribus, el sexo
es una conducta prohibida durante los tres meses posteriores al nacimiento de una niña,
y durante seis después del de un varón. En otra latitud, el maya de los tiempos actuales,
lo prescribe durante la siembra del maíz, con la firme creencia de que esta práctica,
permitirá asegurar una cosecha segura y abundante. Por su parte, en el pueblo de los
Nayares, a los esposos o padres, no se les concede espacio alguno en su sistema social.
Sus mujeres contraen matrimonio de acuerdo con la ley hindú, pero, lo hacen con un
extranjero y dicho matrimonio se da por terminado a los escasos tres días por medio de
un divorcio con todas las formalidades. El marido no vuelve a aparecer en escena. La
mujer tiene un control total de la situación, y puede despedir a su amante con el simple
detalle de devolverle su último regalo. Asimismo, tiene la libertad de tener los amantes
que desee, y al hombre tampoco se le exige fidelidad. La verdadera unidad familiar está
compuesta por la mujer y sus hijos.

De igual forma, en el aspecto cultural, cada sociedad ha seleccionado y señalado a sus


unidades familiares, un cierto número de diferentes funciones, mismas que son
determinadas culturalmente y que en ninguna sociedad agotan las potencialidades de
funcionamiento de dicha unidad.

En referencia a algunas funciones características de las sociedades occidentales, se


señalan dos particularidades básicas: una sociedad organizada sobre una base conyugal
y otra organizada bajo una base consanguínea. La primera está compuesta por la familia
tradicional, conformada por los cónyuges, sus hijos y rodeados de sus respectivos
parientes. La segunda sociedad es la consanguínea, misma que está formada por un
grupo de parientes, rodeados por una secuela de parejas.

Es importante enfatizar que, al conformarse la sociedad conyugal, lo hacen dos


individuos usualmente de personalidades diferentes; con costumbres, hábitos, creencias

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y conductas ya completamente formados y que han aprendido a través de sus propios
modelos familiares. Al unirse en matrimonio -formal o informal-, necesariamente pasarán
por un período de ajuste, donde dos mentalidades y filosofías de vida, buscarán
conjuntarse para tratar de vivir una vida funcional.

De acuerdo a lo descrito en la lectura para este ensayo, Ralph Linton indica que «a
medida que van creciendo, los vástagos van incorporándose más y más dentro de la
unidad de la familia. A una edad temprana comenzarán a tomar parte activa en el trabajo
de ésta». Sin embargo, la aseveración de Linton, no ocurre en todas las sociedades, y
menos en la actual, en la cual, los hijos de la presente era digital, viven más a la sombra
de la protección de sus padres, por lo tanto, su incorporación a la vida laboral se presenta
a edades más tardías.

Asimismo, en la sociedad o escenario planteado por Linton, indica que «la importancia
de los hijos aumenta con la edad, y su contribución es con frecuencia tan importante
como la de sus padres para cuando llegan a su completo desarrollo». Efectivamente,
esta postura es correcta en ese entorno descrito por el autor.

Una familia formada bajo las bases de una sociedad conyugal, idealmente, busca
establecer su propio «nido», en el cual, separado de sus consanguíneos, desea crear su
propio modelo familiar, independiente del que ha tenido con sus padres. El problema con
los ancianos es que, si han cohabitado con los cónyuges y éstos deciden irse a vivir de
manera autónoma, podrían quedar limitados en sus sustento y protección.

Las familias, ya sea formadas por una sociedad conyugal o consanguínea, de manera
intrínseca, buscarán protegerse mutuamente frente a los embates de cualquier extraño
que pretenda vulnerar la integridad física, psicológica o patrimonial de sus intereses
tangibles o intangibles.

De acuerdo a Linton, las dos bases principales sobre las que se organizan las
sociedades, son las que están configuradas sobre cimientos de ascendencia patrilineal
y de residencia patrilocal lejana.

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La ascendencia patrilineal, concepto que desde la antropología y la sociología significa
una forma de filiación que se funda en las relaciones familiares del padre, que transmite
el nombre, los privilegios y la pertenencia a un clan o clase. Esto significa que existen
familias que rigurosamente continúan con las costumbres, creencias y rituales que han
sido transmitidos de generación en generación. Como ejemplo, se cita a un patriarca
cuya profesión ha sido la de ser médico y esta carrera profesional es continuada por el
hijo y trasladada también al nieto. Otro ejemplo referencial es el nombre, mismo que es
utilizado de generación en generación: Ignacio López abuelo, Ignacio López hijo e
Ignacio López nieto.

Esta tradición patrilineal, tiene la ventaja de preservar a través del tiempo y de


consiguientes generaciones lo ya referido en costumbres, nombres, creencias, etc. Por
lo contrario, y como desventaja, esta práctica rigidiza las relaciones y las iniciativas
familiares, ya que impide el libre albedrío y limita la facultad de elegir lo que mejor le
parezca al miembro familiar en cuestión.

Cuando se produce el nacimiento de un hijo, la presencia de la madre es indispensable


para procurar su bienestar, durante los primeros dos o tres años de su vida, por lo menos.
Cuando la residencia patrilocal es cercana, el rompimiento de la relación conyugal no
separa al hijo ni de su madre, ni de su familia consanguínea. Si se trata de un hijo de
corta edad, la madre podrá llevárselo consigo, pero al cabo de cierto tiempo su grupo
consanguíneo podrá reclamarlo apoyándose en los derechos que socialmente tiene
sobre él. Si es ya mayor, podrá visitar a su madre tantas veces como quiera hacerlo, a
pesar de vivir con su propio grupo consanguíneo.

La situación es diferente cuando la residencia patrilocal es lejana. En caso de separación


del matrimonio, el grupo consanguíneo del hijo deberá permitir que éste se vaya con su
madre o incorporarlo definitivamente al grupo; si el niño elige ir a vivir con su madre, es
muy probable que nunca vuelva a su grupo.

Linton afirma que la fórmula más corriente para asegurar la continuidad de las relaciones
matrimoniales es hacer un contrato entre los grupos consanguíneos de los cónyuges
más bien que entre los mismos individuos que contraen el matrimonio.

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Bajo este acuerdo contractual, los cónyuges se ven obligados a continuar unidos bajo
presión de ambas partes, ya que su separación lesionaría el honor y, muy
frecuentemente, la condición económica de los dos grupos contratantes.

La localización de una unidad de familia sí es factible que afecte su funcionalidad.


Cuando la pareja decide formar su propio núcleo familiar, usualmente, desean conformar
su propio espacio de convivencia, separado de sus respectivos entornos familiares. Sin
embargo, este anhelo no siempre es factible de realizar por múltiples factores o
circunstancias. En ocasiones, la nueva pareja se queda a vivir en casa de los padres de
uno de ellos, lo que inevitablemente, tarde o temprano, impactará en su vida conyugal,
por la carencia de espacios íntimos y privados, así como las diferencias en hábitos y
costumbres.

Asimismo, en muchas ocasiones, cuando una familia consanguínea es de tipo


aglomerada, es decir, que viven muy apegados al núcleo familiar formado por sus
progenitores, al momento de contraer matrimonio, buscan ubicarse a poca distancia de
la casa paterna/materna, creándose con esto, los conceptos de matrilocal o patrilocal, lo
que significa vivir cerca del hogar de la madre o el padre, respectivamente.

Las sociedades que adoptan como base la familia consanguínea, usualmente muestran
un mayor interés en todo lo que esté relacionado con la ascendencia que aquellas
adoptan el grupo conyugal.

Este mayor interés se explica porque la ascendencia tiene una mayor importancia para
la determinación de los miembros de las unidades de familia consanguínea y
relativamente, menor para la determinación de los miembros de unidades conyugales.
En todas las sociedades, existen ciertas relaciones de sangre que constituyen una
barrera para el matrimonio, pero relativamente son pocas las sociedades en que
relaciones especiales de esta índole hagan necesario el matrimonio. Aun cuando se
insista en el casamiento entre primos cruzados, es decir, entre los hijos de un hombre y
los de su hermana, esta forma casi siempre va acompañada de una tendencia a
considerar el grupo consanguíneo como la familia auténtica.

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Dada la prohibición casi universal del matrimonio entre hermanos y hermanas, reales o
adscritos socialmente, la importancia que se concede a la ascendencia unilineal es una
consecuencia casi inevitable del establecimiento de las unidades de familia sobre la base
de la consanguinidad. Tales prohibiciones hacen imposible que el grupo consanguíneo
se perpetúe sin ayuda de uniones externas.

En épocas anteriores, del siglo pasado, el dominio del hombre se presentaba usualmente
en familias cuyo modelo era de tipo autoritario. El varón, como proveedor absoluto, era
quien aportaba prácticamente todos los recursos que eran requeridos en el hogar para
la subsistencia de sus integrantes, ejerciendo para tal efecto, una disciplina rígida y férrea
en detrimento del entorno y la dinámica familiar. Como resultado de tal práctica, la mujer
se caracterizaba por asumir una postura sumisa y abnegada y dedicarse casi en
exclusiva a la administración del hogar y el cuidado de los hijos.

Sin embargo, en las últimas décadas, la mujer como resultado del decremento de la
fecundidad, su progresiva y creciente inserción en el mercado laboral, así como su
expansión en la vida profesional y académica, ha venido a ocupar un lugar
preponderante no solo en el mundo cotidiano, sino en el propio hogar, lo que ha
significado que, en muchas relaciones conyugales, la mujer es quien ejerce el predominio
en la vida familiar.

Como resultado de estas últimas circunstancias, se han creado diversos tipos de


relaciones en la pareja: simétrico, asimétrico y complementario. El primero es cuando
ambos integrantes reúnen un perfil similar en el nivel socioeconómico, jerarquía laboral,
educación, etc. Esta similitud, cuando no es asertivamente canalizada, puede producir
continuos enfrentamientos al querer cada uno de ellos, asumir el dominio en el hogar y,
claro, el otro no está dispuesto a ceder tal posición. El segundo es cuando uno de ellos,
cuenta con un perfil superior al otro y frente a esta circunstancia, se aprovecha y pretende
someter a su arbitrio a su compañero de vida. El tercero es cuando ambos reconocen
que cuentan con fortalezas y debilidades y de manera funcional, se complementan con
sus virtudes y logran alcanzar una vida funcional.

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Por lo anterior ¿cuál sería el mejor sistema que permitiera asegurar la continuidad de
estas relaciones? El mejor sistema será aquel donde la pareja sea capaz de comunicarse
asertivamente; de que exista un esquema de nutrición relacional mutuo, es decir, aquel
en el cual, de acuerdo a Calixto (2017), existan tres características entre la pareja que
permiten crear una relación estable: apreciación, reconocimiento social e inteligencia.

Apreciación. La persona amada debe gustar en su físico. Al cerebro humano le agrada


la simetría facial. A la mayoría de las mujeres les resulta atractivo los hombres con
mentones grandes y voz grave; que su cuerpo se perciba proporcional, musculoso y con
hombros anchos. Los varones admiran de la mujer, además de la simetría de la cara, el
busto, una cadera amplia y hombros breves (Calixto, 2017, p. 19).

Reconocimiento social. La pareja -el hombre o la mujer-, se percibe como atractivo


cuando es admirado en su entorno social. Es exitoso, y esto se basa en ser trabajador y
talentoso en el ejercicio de su profesión. Es halagado y admirado por las personas o
cuenta con talentos que lo catalogan como diferente en el mundo social (Calixto, 2017,
p. 20).

Inteligencia. la inteligencia se valora por dos aspectos: 1) el sentido del humor, las risas
compartidas y la calidad de tiempo que pasan juntos. 2) la manera de enfrentar los
problemas y encontrar soluciones. Una pareja inteligente, está presta a ayudar de
manera inmediata, no difiere las responsabilidades (Calixto, 2017, p. 20).

El porqué una sociedad escoge una alternativa de solución a una situación determinada,
solamente puede explicarse en términos de la situación o de las circunstancias que
existan en el momento de la elección, es decir, en términos de causalidad histórica. El
tipo de consideraciones de tipo funcional pueden ser útiles para limitar la escala de
variabilidad de las alternativas, pero rara vez, si acaso, las limitan a tal punto que llegue
a excluirse totalmente la selección.

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Conclusiones

La lectura de este texto, ha permitido realizar una reflexión sobre la importancia que
representa la familia como parte integral e intermedia entre el hombre y la sociedad.
Derivado de esta unidad, dos individuos de personalidades y procedencia en frecuentes
ocasiones disímbola, se unen para formar un matrimonio, para lo cual, requerirán de un
determinado tiempo que les permita realizar ajustes y acuerdos consensuados con la
finalidad de construir una relación sana y funcional.

La nueva familia, implicará casi de manera ineludible, la involucración de las familias de


procedencia y esta situación, no siempre resulta en los mejores términos, lo que provoca
diferencias en la relación. Asimismo, esta circunstancia da origen a los conceptos de
matrilocal o patrilocal, lo que significa, que, a pesar de haber formado una familia nuclear,
los contrayentes aun desean continuar viviendo cerca del nido paternal/maternal.

Asimismo, se identifica una pregunta que resulta trascendente en una relación de pareja
y que plantea el cuestionamiento sobre el dominio masculino y el femenino y cuál es el
mejor sistema para asegurar la continuidad de las relaciones.

Frente a esta cuestión, se describe la tipología típica que se presenta en la relación de


pareja: simétrica, asimétrica y complementaria. Al respecto se enfatiza que las tres tienen
sus propias ventajas y desventajas, el problema se centra en utilizar cada uno de ellos
de manera rígida e inflexible y provocar con esta práctica serias desavenencias en la
relación conyugal.

Una relación de pareja es difícil y llena de desafíos y más cuando ambos deciden
conformar una familia, ya que pasarán de una etapa de poco compromiso, como es el
noviazgo, a un espacio de mayor trascendencia que representa la formación de un nuevo
hogar con sus muchos retos, pero también lleno de satisfacciones.

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Referencias bibliográficas:

- Enrique Martín López, Textos de sociología de la familia. Una recolectura de los


clásicos ‘Linton, Tönnies, Wener y Simmel’. Ediciones Rialp.

- Calixto, E. (2017). Un clavado a tu cerebro. Ciudad de México: Aguilar.

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