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JELIN-Pan y Afectos

Jelin realiza una conceptualización de familia con perspectiva de género y análisis crítico de la
distinción entre el mundo privado y el ámbito público para cuestionar la imagen idealizada de la
familia nuclear.El concepto clásico de Familia parte de un sustrato biológico ligado a la
sexualidad y a la procreación. La familia es la institución social que regula, canaliza y confiere
significado social y cultura a estas dos necesidades. Incluye también la convivencia cotidiana,
expresada en la idea del hogar y del techo: una economía compartida, una domesticidad
colectiva, el sustento cotidiano, unidos a la sexualidad legítima y a la procreación.
La convivencia, sexualidad y procreación son las tres dimensiones que conforman la definición
clásica de familia.
Estructuras:
 monoparental,
 ampliada,
 ensamblada: algunx de la pareja tiene un hijx de otra unión,
 nuclear (clásica),
 homo-parental
 Ampliada/extendida: madre, hijo, abuelxs, tíos..

Vivimos en un mundo donde se ha ido imponiendo un modelo de familia “ideal”: la familia


nuclear y neolocal (caracterizada por la convivencia de una pareja heterosexual monogámica y
sus descendientes), donde la sexualidad, la procreación y la convivencia coinciden en el espacio
privado de un hogar conformado en el momento de la unión matrimonial. Este modelo es parte
de una imagen que se ido construyendo en la historia social de Occidente. La familia nuclear es
el sinónimo de la familia, anclada en la “naturaleza humana” inmutable, lo cual conlleva a una
concepción particular de la moralidad (cristiana) y la normalidad.
Esta naturalización obstruyeron y ocultaron dos fenómenos:
1. Siempre existieron formas alternativas de organización de los vínculos familiares, otras
formas de convivencia, otras sexualidades y otras formas de llevar adelante las tareas de
procreación y reproducción.
2. La familia nuclear arquetípica está muy lejos de cualquier ideal democrático: se trata de
una organización social patriarcal, donde el “jefe de familia” concentra el poder, y tanto
los hijos y las hijas como la esposa-madre desempeñan papeles anclados en la
subordinación al jefe.

Todas las personas tienen familiares y viven en redes de responsabilidades y solidaridades


familiares.Lo que presenciamos en la actualidad es una creciente multiplicidad de formas de
familia y de convivencia. Esta diversidad está ligada a transformaciones sociales, económicas y
culturales. La familia debe ser vista como parte de un entramado de instituciones y prácticas
sociales, donde el Estado y la legislación, las creencias y prácticas religiosas, los
comportamientos económicos y otras formaciones sociales actúan simultáneamente para
configurarla. Aunque en la vida cotidiana la familia es percibida como el ámbito del amor, en
realidad hay sólo un vínculo que idealmente se basa en el amor: la elección de pareja. Todos los
demás vínculos familiares son adscriptos: padre y madre, hermanos/as, abuelos/as están
definidos independientemente de los sentimientos o de la voluntad de cada persona.
El afecto dentro de la familia se construye socialmente, sobre la base de la cercanía en la
convivencia, de las tareas de cuidado y protección, de la intimidad compartida, de las
responsabilidades familiares que las demás instituciones sociales (la escuela, iglesia, Estado)
controlan y sancionan. Hay vínculos de afecto y hay responsabilidades sociales de
protección material, simbólica y afectiva ligada a estos vínculos.

El mundo Urbano (y buena parte del mundo rural) ha ido construyendo dos esferas sociales: el
mundo de la producción y del trabajo, y el mundo de la casa y la familia. El sexo y la edad son
los criterios básicos para la diferenciación en el trabajo cotidiano.
En el modelo de familia nuclear, existen expectativas sociales diversas para el trabajo de
hombres y de mujeres (H trabaja fuera, la M es la responsable de la domesticidad) y diferencias
por edad (niños/as y ancianos/as dependientes). Se define al hombre como el responsable por el
mantenimiento económico de la familia. La mujer es la principal responsable de las tareas
reproductivas, tareas que se diferencias en tres niveles:
1. Reproducción biológica: plano familiar gestar y tener hijos, y en el social se refiere a los
aspectos sociodemográficos de la fecundidad.
2. Reproducción cotidiana: organización y gran parte de las tareas domésticas que
permiten el mantenimiento y la subsistencia de los miembros de su familia.
3. Reproducción social: tareas dirigidas al mantenimiento del sistema social,
especialmente el cuidado y la sociabilización temprana de los niños y las niñas,
transmitiendo normas y patrones de conductas aceptadas y esperadas.

Las mujeres también (y en creciente) desarrollan tareas productivas en el mercado de trabajo.


En nuestra actualidad, hay una separación entre la unidad productiva con la unidad de residencia
y de consumo.
En Occidente, “casa y trabajo” comienzan a separarse a partir de la Revolución Industrial y de
la aparición de la fábrica como lugar de producción diferenciado y basado en el trabajo
asalariado. A partir de esta transformación, las condiciones en que se desarrolla la familia se
modifican y ésta va perdiendo su papel productivo para ocuparse principalmente de las tareas de
la reproducción. Si la estructura productiva no puede sustentar un tipo de familia, como es el
caso del campesinado en muchas regiones del mundo, este tipo de familia y de organización
doméstica entra en crisis y tiende a desaparecer. Sin embargo, existen estrategias familiares
adaptativas a las cambiantes condiciones económicas y productivas. Las familias campesinas
cuando entran en crisis al establecerse nuevas formas de producción agrícolas, entre otras,
elaboran estrategias para mantener el “modo de vida campesino” cuando su base económica
decae. Para ello se requieren recursos monetarios adicionales. El trabajo asalariado de los/as
jóvenes sirve entonces para mantener un modo de vida y no un modo de producción. Los hijos y
las hijas migran (para realizar trabajo agrícola asalariado, pero más a menudo a actividades
urbanas) y envían remesas a su familia de origen. El modelo funciona en la medida en que se
mantiene el vínculo de responsabilidad familiar de los migrantes. Jelín escribe sobre esta
situación para justificar que la familia no es solo la unidad doméstica y se mantiene en las
distancias. Dice: cuando la distancia entre casa y trabajo es extrema, el “cemento” reside en un
vínculo de responsabilidad familiar, con distintos grados de cercanía afectiva, que
paradójicamente se mantienen cuando la convivencia cotidiana deja de ser viable y se torna
imposible. A pesar de las distancias seguimos hablando de familias.

Los cambios en la participación económica de las mujeres no están acompañadas por un cambio
en las responsabilidades entre los miembros de la pareja ni en las instituciones públicas que
deberían intervenir en las actividades ligadas al cuidado.La familia no podrá ser democrática en
tanto no se democratice la provisión y el acceso a los servicios colectivos necesarios para las
tareas cotidianas de la domesticidad.

La organización social de las actividades domésticas ligadas al mantenimiento y la reproducción


de la población incluye la producción y el consumo cotidiano de alimentos y otros bienes y
servicios de subsistencia, así como las actividades ligadas a la reposición generacional, es decir,
tener hijos, cuidarlos y sociabilizarse, y atender a los ancianos. Para llevar adelante las tareas y
las actividades ligadas al mantenimiento de sus miembros, todo unidad doméstica requiere
recursos humanos y materiales. Como en toda organización, la obtención de estos recursos es
problemática, y la unidad doméstica debe desarrollar mecanismos para su adquisición o
creación, para su defensa, para su recreación continua y para su administración. Los recursos
pueden provenir de distintas fuentes: el trabajo remunerado y no remunerado de los miembros,
las transferencias de instituciones formales reconocidas para este fin (fundamentalmente el
Estado, a través de las transferencias monetarias y en servicios), la ayuda de organizaciones
sociales “solidarias” (ong), los ahorros propios y otras fuentes de ingreso (rentas, inversiones,
etc) y las transferencias informales basadas en redes de ayuda mutua e intercambio (incluyendo
las remesas de miembros de la familia migrantes a otros lugares).

ROBLES- El concepto de Familia y la formación académica del Trabajo Social:


El autor recoge algunos resultados de la investigación “Representaciones del concepto de
Familia en estudiantes de T.S”, con el fin de conocer cuáles son los aspectos que contribuyen a
conformar determinados habitus, en tanto categorías de percibir y apreciar la realidad, es decir,
las determinaciones contextuales que inciden en el modo de comprender las familias. En este
sentido, para conceptualizar la institución familia, dirá que el derecho la ha comprendido, como
“conjunto de personas entre las cuales existen vínculos jurídicos, interdependientes y
recíprocos, emergentes de la unión intersexual, la procreación y el paren­tesco”, sin embargo
dicha definición viene caduca al no adecuarse a los hechos societales significativos que han
operado transformadoramente en las familias podemos mencionar: la defensa de los derechos de
las minorías sexuales; la lucha de las mujeres por la igualdad de género; los movimientos
feministas; la adopción; el derecho al aborto; el divorcio; la incorporación sostenida de la mujer
al ámbito productivo; entre otras.
El matrimonio ha sido la institución por excelencia que ha reforzado aquella idea tradicional de
familia, erguida sobre los pilares del parentesco, la convivencia y la sexualidad (heterosexual).
Desde tales parámetros, difícilmente pudiera hablarse libremente de relaciones concubinarias,
uniones homosexuales, parejas divorciadas, familias ensambladas, mujeres sin pareja que
adoptan un niño, etc. Estas modalidades de relación e interacción vienen imponiéndose en el
escenario colectivo, recreando la concepción tradicional y patriarcal que de la familia se tenía.
La familia patriarcal convive en la actualidad con otras configuraciones familiares, aunque el
imaginario social perpetúe la representación de la familia nuclear como ideal familiar,
casualmente llamada “familia tipo”.
De jong plantea la necesidad de “comprender a cada familia en la materialidad de su existencia,
como un producto histórico cultural particular y singular en su constitución” y enfatiza que la
familia tradicional, como ideario de la modernidad, prácticamente ya no existe. La familia no es
un producto ideal sino un producto real que se constituye “como puede”, históricamente y en
relación a un tiempo y un espacio determinados (como espacio instituido socialmente e
instituyente en la vida de los sujetos). Por esta razón, la autora alerta sobre la necesidad de
abandonar criterios de normalidad para referirnos a la familia y enfatiza que frente a la
heterogeneidad de formas que la familia adquiere se pretende una homogeneización de la
organización familiar.
Asistimos a un proceso de profundas transformaciones sociales, políticas, económicas y
culturales; las políticas neoliberales aplicadas desde la última dictadura militar hasta fines del
pasado siglo han impactado fuertemente en las organizaciones familiares, alterando sus
dinámicas internas y obligando a nuevas modalidades de producción y reproducción material y
social de la vida. La Argentina ha sufrido un proceso de deterioro de tal magnitud, que ha
impactado negativamente en su economía, su producción cultural, su desarrollo socio-
comunitario y, por supuesto y como no podía ser de otro modo, en el lazo social y la dinámica
de los grupos familiares. Esto ha convivido junto a otros cambios singulares en la dinámica
societaria, entre los cuales podemos mencionar la recuperación del estado de derecho en la vida
institucional del país y el advenimiento de medidas de franco progresismo. Se observan signos
de una evidente problematización de los criterios de normatividad que han dominado las
reflexiones pasadas en torno a las familias, que se traducen en la sanción de la ley de
matrimonio igualitario, los debates en torno a la despenalización del aborto y la cada vez más
masiva adhesión que recogen, como ejemplo paradigmático de cambio social, las marchas del
orgullo de la comunidad LGBT.
Si bien en la investigación realizada se vislumbran representaciones de los estudiantes de TS
que reproducen ciertos estereotipos sobre las funciones socialmente asignada por ejemplo al
padre, como proveedor y a la madre como continente afectiva, se visualiza que el impacto de la
formación académica, en tanto espacio privilegiado de análisis crítico de la realidad, posibilita
repensar a la familia como una construcción social, poniendo en evidencia la posibilidad de
revisión de los habitus por medio de los procesos de formación académica.

DIAZ TENORIO Consideraciones teórico-metodológicas para el abordaje de la familia

La familia puede ser analizada como institución y como grupo social. Como institución social
no pudo ser reemplazada por ninguna otra, dado su papel rector en el proceso de socialización
de los individuos, proceso cambiante a través del tiempo y en las distintas sociedades. Su
carácter institucional la ubica en una estrecha relación con la sociedad, ya que es el espacio de
vínculo entre individuo y sociedad y, además es el espacio privilegiado para la acción de
políticas sociales y económicas.Como grupo social, la familia constituye un sistema de
relaciones de diferentes características (afectivas, consanguíneas, cohabitacionales, etc.) que
garantizan la reproducción social y la satisfacción de necesidades de sus miembros, y regulan su
desarrollo.Las autoras coinciden en que la familia no existe, es una abstracción conceptual, lo
que conocemos son formas muy variadas y cambiantes de relaciones interpersonales en torno a
dos ejes de vinculación: los de afinidad y los consanguíneos. Por otra parte, la investigación del
grupo familiar implica distinguir dos niveles de análisis: el nivel subjetivo y el objetivo. En el
primero, es necesario reconocer que la familia abarca una red de relaciones mucho más amplia
que las limitadas al espacio del hogar y, también, cumple otras funciones que trascienden sus
fronteras. Por lo que, cada persona construye su modelo de familia a partir del lugar que ocupa
en el sistema de relaciones grupales, en cada etapa del ciclo de vida familiar. En el plano
objetivo, debe incluirse el análisis de las condiciones materiales de vida (conjunto de bienes y
recursos que constituyen premisas básicas para el desarrollo de las funciones familiares), así
como las características del contexto. De manera que, para valorar a la familia, se debe
examinar los cambios sociales que se dieron en los últimos años y que impactaron en la
dinámica de diferentes instituciones y grupos de la sociedad.
Las transformaciones sociales trascienden los marcos de nuestro país y se ubican en un contexto
internacional caracterizado por una tendencia reciente a la globalización. En cuanto a la
globalización cabe destacar que se acentúa cada vez más su carácter neoliberal. Se legitima un
modelo de crecimiento económico que no genera empleo y origina una mayor heterogeneidad
en el mercado de trabajo.Las modificaciones producidas en las condiciones de vida, resultado
del proceso crisis-reajuste, influyen marcadamente en la familia, grupo medular del entramado
social. El grupo familiar atenúa, concentra e intenta resolver múltiples contradicciones que
surgen en y durante la crisis. Desde la solución de problemas materiales más acuciantes hasta la
reestructuración de valores y normas morales y conductuales, todo pasa de una u otra forma por
la familia.
La diversidad de familias existentes posee determinados recursos materiales, intelectuales y
afectivos de partida para enfrentar las contradicciones que genera la crisis; cada familia es una
individualidad específica, pero todas sufren cambios en esta década por las condiciones
cambiantes del medio social. La familia fue protagonista de un conjunto de tensiones y
contradicciones gestadas en el nivel macrosocial. Las condiciones del entorno pueden fortalecer
o debilitar a la familia, sus efectos dependen de la integración de múltiples factores económicos,
psicológicos y sociales. Por lo que, analizar las funciones de la familia exige tomar en cuenta la
interrelación entre sus miembros y su interacción como grupo unitario con el resto de la
sociedad. (las autoras poseen una concepción celular de la familia, como organismo social que
contribuye al funcionamiento del sistema).
Las autoras afirman que el concepto de función comprende las actividades que cotidianamente
realiza la familia, las relaciones sociales que establecen en la realización de estas actividades
(relaciones intra y extrafamiliares) y los efectos producidos por ambas. Estas actividades,
relaciones y sus efectos (o sea, las funciones familiares) operan simultáneamente en los niveles
micro, meso y macrosocial.
Tres funciones que realizan las familias: la biosocial, la económica y la cultural.
1-La función biosocial está relacionada con las actividades sexual, reproductiva, amorosa y
afectiva. Vinculos de cariño y apoyo paterno/materno-filiales y entre los distintos miembros de
la familia. Al micro-nivel, satisface las necesidades afectivas, de procreación y sexuales de los
miembros ;y al macro-nivel, permite la reproducción de la población y brinda modelos sociales
de comportamiento sexual masculino y femenino.
2-La función económica asegura la existencia física y el desarrollo de todos los miembros a
través de la organización del presupuesto, el abastecimiento y el consumo, del desempeño del
trabajo doméstico y de la asistencia a instituciones de educación, salud y servicios .En el nivel
social, la función económica permite la reposición de la fuerza de trabajo. Esta función también
valora a la familia como unidad productiva.
3-La función cultural permite la satisfacción de necesidades superiores (o espirituales) del
grupo a través de las actividades recreativas, educativas, de superación y en el uso del tiempo
libre de la familia. En ella se estudian las relaciones y la comunicación entre los distintos
miembros de la familia. Aporta el desarrollo de determinados valores del grupo y sus miembros.
Mientras que su efecto al macro-nivel representa la transmisión de valores culturales e
ideológicos.
Estrategias Familiares: El concepto de estrategias familiares fue definido de modo diferente
por distintos autores. Los autores señalan que el concepto supone la existencia de cuatro
requisitos:
1-Las personas activan las estrategias como miembros de la familia (su número, composición,
jerarquía, organización), los bienes que controlan y las actividades que pueden realizar.
2-Objetivos a largo plazo, definidos de antemano. Para la familia es la búsqueda del mayor y
mejor éxito en su adaptación al entorno.
3- Incertidumbre del entorno, sin el cual no hay estrategia sino acto reflejo, hábito adquirido,
rutina normativa.
4- Existencia de otros sujetos capaces de influencia e interacción social. (otras familias)
Se entiende por estrategia los modos de usar recursos para la consecución de objetivos, teniendo
en cuenta los cambios del entorno. Incluyen desde las costumbres y las rutinas más
inconscientes a los cálculos más concienzudos, y suelen ser una mezcla variable de ambosPara
implementar estas estrategias de colocación, la familia acude a sus recursos económicos,
sociales (redes de amistad y parentesco, contactos), políticos (poder en el ámbito público),
culturales y simbólicos.
Muchas estrategias han sido usadas a lo largo de toda la vida por familias pobres pero las
familias recurren cada vez más a ellas en períodos de crisis económica generalizada,
desempeñando una función como mecanismo amortiguador del deterioro de las condiciones de
vida. Clasifica las estrategias familiares en 3 grupos: 1) las estrategias destinadas a la
generación de recursos; tienen por objetivo proteger el nivel de ingresos del hogar para
satisfacer las demandas del consumo familiar. Las familias buscan intensificar la participación
de sus miembros en la actividad económica, conformando diferentes arreglos laborales y
domésticos. 2) las estrategias que se orientan a mejorar la eficacia de los recursos; están
destinadas a moderar el descenso de los niveles de consumo material y bienestar familiar a raíz
de una disminución generalizada de recursos: cambios en las pautas globales de consumo,
hábitos de compras, pautas dietéticas, etc. 3) dirigido a la manipulación del ciclo doméstico, se
encuentra el cambio en la composición de la familia para aumentar su potencial de ingresos o
modificar la relación entre necesidades y recursos. Pe: aumento de hogares extensos
Desde esta perspectiva, se asigna a las estrategias el potencial de contrarrestar o reducir el
deterioro de los niveles de bienestar causados por la recesión económica y las políticas de ajuste
y estabilización.Varios autores consideran como principal respuesta a la crisis la participación
femenina en el mercado laboral. Ésta implica cambios en la dinámica familiar, por lo cual,
muchas veces estas estrategias mejoran la situación de los hogares pero no la de los individuos
(mujeres con doble carga laboral).
En el análisis de las estrategias, es necesario no reducir a las mismas sólo en relación con los
ingresos ya que las acciones que los sectores populares llevan a cabo para su reproducción se
basan en el presupuesto de la inestabilidad, del no saber. Más que superar la pobreza, están
basadas en evitar que termine la existencia como seres humanos. .
En el caso cubano, en los años noventa, las estrategias llevadas a cabo por la familia
fueron:
1- Elevación de ingresos monetarios provenientes del trabajo asalariado (desempeño de dos o
más empleos, vínculo laboral después de la jubilación)
2-Satisfacción de necesidades con los recursos disponibles (modificación de los patrones de
consumo; cambios en hábitos de compras; venta de bienes personales y artículos de poco uso).
3-Cambios en la dinámica interna de las familias (nuevas redistribuciones en las tareas del
hogar)
4-Empleo de redes formales e informales de relaciones de ayuda y cooperación (aumento de
personas acogidas por la seguridad social; reanudación de relaciones con familiares en el
exterior, etc).
Además que las estrategias pueden presentarse de forma aislada, parcial, combinada o
simultánea, pero que para su mejor comprensión es posible clasificarlas del siguiente modo.
- Respuestas activas: análisis crítico de la situación y elaboración de estrategias creativas y
constructivas (como el trabajo por cuenta propia)
- Respuestas pasivas: parálisis, inmovilismo, resignación, conformismo, etc.
- Respuestas evasivas: fuga, escapismo, adicciones (alcoholismo, drogadicción, etc).
- Respuestas antisociales: transgresión de normas sociales y legales (delincuencia, prostitutas)..
Las estrategias familiares deben ser entendidas en sentido amplio y no estrictamente
relacionadas con los aspectos económicos del funcionamiento familiar. No sólo se trata de las
acciones encaminadas a la elevación de los ingresos, sino de todo el conjunto de acciones
orientadas a enfrentar un evento o situación que modifica el comportamiento habitual o, al
menos, el que venía produciéndose con anterioridad.
En cuanto a su direccionalidad, las estrategias familiares pueden estar dirigidas a la adaptación o
la transformación de la realidad grupal ante las circunstancias eventuales. Las estrategias
pueden incluir tanto acciones conscientes y predefinidas como espontáneas o inconscientes, sin
que ello modifique esencialmente sus efectos para el grupo familiar y la sociedad en su
conjunto.

EROLES “Familia y T.S”

La vida cotidiana y sus contextos.


Como ámbito de la con-vivencia social, la cotidianidad se presenta como el espacio donde se
manifiestan e interactúan necesidades, condicionamientos, afectos, valoraciones, relaciones
humanas y vínculos personales.
Dimensión situacional de la vida cotidiana está estrechamente vinculada con los contextos
significativos que definen la realidad social. Hay una heterogeneidad de cotidianidades; es muy
importante su problematización y desmitificación. Los contextos nos permiten realizar una
lectura adecuada del cotidiano, al generar condicionamiento situacionales (aquí y ahora), que le
otorga sentido y direccionalidad.. Cinco contextos significativos.
1. El contexto histórico-cultural: valores, estilos de vida, significaciones. Nuestra
cultura popular, lo que nos da identidad. Cultura de los sectores hegemónicos; cultural
alternativa; resistencia.
2. El contexto familiar: modo de ser familia. No existe un único y mejor modo de ser
familia, sino diversidad de formas igualmente valiosas de integrar el grupo familiar.
las funciones familiares.
- la identidad familiar (quién soy). Derecho a la identidad y de las situaciones que lo
dificultan.
- la satisfacción de necesidades sociales básicas y la calidad de vida.
- vulnerabilidad y/o riesgo social. Factores sociales que configuran cuadros de
particular gravedad, en cuanto a la plena vigencia de los derechos o las posibilidades de
autogestión del propio destino.
- las situaciones límites. Configuran problemas sociales emergentes de circunstancias
que modifican abruptamente la vida del grupo familiar.
- Las patologías intrafamiliares. Ciertos cuadros patológicos, que impiden el ejercicio
de las funciones familiares (por ejemplo, padres discapacitados mentales). La violencia
familiar puede ser una forma o expresión patológica.
- La vulneración de la ética sexual dentro del grupo familiar. Ciertas situaciones de
particularidad gravedad –vinculadas con la sexualidad- que ocurren en el ámbito
familiar y que deben ser superadas, porque hieren la conciencia moral de los sectores
populares.
3. El contexto laboral y productivo: marco en el cual el hombre se realiza y desarrolla,
el trabajo define aspectos significativos en la vida personal y familiar, la
autodeterminación, calidad de vida, autovalorización. Se vinculan dos problemáticas:
socio-económicas (producción de bs, empleo- desempleo, capacidad laboral,
retribución salario-ingreso, relaciones humanas empresa-trabajadores) y socio
valorativa (capacidad de autodeterminación, valoración y autovaloración y solidaridad
organización de los trabajadores- ayuda mutua)
4. El contexto urbano: la ciudad como determinante de las condiciones de vida y marco
de las relaciones, actitudes, conflictos y valores. Ámbitos de interrelación: barrio,
municipio, escuela, parroquia, etc. Situaciones problemáticas como el medio ambiente,
anonimato y soledad, consumismo, tráficos ilícitos, marginación, etc.
5. El contexto político-organizativo: las posibilidades abiertas para el hombre y la mujer
y la familia inserta en una comunidad para desarrollar actitudes y participar en
estructuras políticas-organizativas de base, que expresan solidaridad, capacidad de
autogestión de los sectores populares y sirven de cauce a la constante promoción de
nuevas alternativas..

Las estructuras: en paralelo a estos contextos que definen la vida cotidiana, en donde se
expresan las crisis vitales y los conflictos propios de las personas, las familias y los grupos
sociales, las situaciones problemáticas, también se expresan a nivel de estructuras políticas,
económicas y educativo-culturales.
 Estructuras políticas (sistema político partidario y político-gubernamental, distintas
jurisdicciones: nacional, provincial y municipal),
 Estructura económicas (sistema productivo, de servicios y sistema financiero),
 Estructura educativo-culturales (sistema de enseñanza en distintos niveles y una vasta
red de instituciones culturales).

La vida cotidiana como práctica popular: en cuanto práctica que el pueblo realiza la vida
cotidiana se traduce en situaciones (demandas) y en situaciones problemáticas. La práctica de la
satisfacción de necesidades se traduce en :
1. Estrategias de demanda: solicitar asistencia a las áreas de política social del Estado
nacional, provincial o municipal o ong, iglesia o grupo de base.
2. Estrategia de supervivencia: formas de lucha y resistencia de los sectores populares para
generar alternativas propias de espacio vital; hábitat, trabajo, servicio, solidaridad,
autoayuda.
3. Formas organizativas: modalidades de agrupamiento en defensa de los intereses
populares.

La vida cotidiana como ámbito de intervención del trabajo social: esta visión de la vc y sus
contextos significativos, son el encuadre necesario del trabajo social en su dimensión
microsocial de la intervención. Se requiere de una visión integral. Persona, familia, comunidad,
son dimensiones de un mismo proceso bio-psico-social y cultural. El contexto incide en el
ejercicio de las funciones de la familia, su estructura, su dinámica y vínculos internos.
Condiciona, pero no determina; además del contexto interviene el factor de la historia de vida de
cada uno

PAUTASSI: De eso no se habla: el cuidado en la agenda pública

El cuidado debe ser considerado como un trabajo, aunque socialmente no se lo reconozca como
tal. Cuidar implica la atención y satisfacción de aquellas necesidades que tienen las personas
dependientes (cuya autonomía funcional es reducida).Es un trabajo porque implica tiempo,
desgaste de energía y genera valor, para la sociedad en gran escala y para quienes se benefician
en forma directa. Permite la reproducción de la fuerza de trabajo que necesita la sociedad
capitalista. Tiene características particulares:
 Son actividades que dependen de relaciones interpersonales íntimas-relación cara a
cara;
 Tienen un componente ideológico y moral; hay modelos de buenas prácticas de cuidado
en cada momento determinado, son reforzadas a través de distintas instituciones y
normas sociales;
 Existe la creencia extendida y errónea de que las mujeres están naturalmente dotadas
para llevar adelante estas tareas;
 La necesidad del cuidado suele ser urgente;

¿Quiénes cuidan? Tanto los varones como las mujeres son capaces de hacerlo; ambos sexos
tienen idéntica obligación legal de asumir el cuidado. Pero son las mujeres las que
mayoritariamente asumen la responsabilidad. Esto ha llevado en muchos casos a que las
mujeres se especializaran en tareas de cuidado; por ejemplo, son en mayor proporción mujeres
que trabajan en oficios y profesiones que implican el cuidado del otro.
La presencia de niños y niñas en la familia aparece como un condicionante para la participación
económica femenina, por lo que muchas veces se quedan encargadas del cuidado y del trabajo
doméstico; las mujeres dedican mucho tiempo al cuidado de otras personas a lo largo de su vida.
No se han producido grandes avances en la incorporación de los varones a las tareas de cuidado.
Es en el seno de las familias donde se provee gran parte del cuidado, ya que el Estado se ha
desligado de sus responsabilidades de cuidado en muchos aspectos. Cada familia según su nivel
socio-económico tiene distintas posibilidades y desiguales oportunidades de cuidado. Son muy
pocas las mujeres trabajadoras que efectivamente cuentan con beneficios de cuidado infantil y
otros beneficios de la seguridad social derivados de la condición de empleo asalariado
registrado.
La legislación refuerza estereotipos en torno a la maternidad y desestima los derechos,
funciones y roles de los progenitores varones para con sus hijos/as.
En el escenario actual se puede decir que nos encontramos ante una crisis del cuidado:
momento histórico en que se reorganiza simultáneamente el trabajo salarial remunerado y el
doméstico no remunerado; afecta la continuidad y el equilibrio de los tradicionales arreglos de
cuidado. Hay más cantidad de personas dependientes de cuidado (al haber aumentado la
esperanza de vida hay más viejos + tardía emancipación de los hijos del hogar para algunos
sectores = mayor carga global de cuidado) pero menor proporción de personas en condiciones
de ejercer esa función.
Cuidar es una responsabilidad social y una obligación legal que debe ser compartida por
varones y mujeres por igual. Recibir cuidados es un derecho, cuya universalización es
responsabilidad de todos (Estado-familias-Tercer sector).
A raíz del conflicto que se desata entre cuidar y permanecer en el mercado laboral han surgido
políticas y acciones de conciliación familia-trabajo: derecho de los progenitores a armonizar dos
ejes centrales de sus vidas, y también se encuentra en juego el derecho de los niños/as a ser
criados y educados. Son políticas públicas que tratan de facilitar al personal la conciliación vida
laboral-familiar. Tienen sus limitaciones al estar circunscriptas al ámbito de los empleos
formales, y a su vez no fomentan una distribución del trabajo de cuidado entre varones y
mujeres.
Es necesario destacar en la ecuación la responsabilidad del Estado en su ausencia de políticas
específicas al cuidado. Debe garantizar una infraestructura de cuidado. Su rol es central pero
también implica a otros actores (sindicatos, ongs, etc.). Muchas veces la inexistencia de estas
políticas explica una de las razones por las cuales se reproducen los círculos viciosos de
pobreza. También se ha demostrado que su ausencia conlleva a que las personas sean menos
productivas en su trabajo y/o exista una subutilización de la fuerza de trabajo femenina. Una
distribución desigual del cuidado limita y condiciona las oportunidades sociales de las mujeres,
en especial su autonomía económica.
Colocar el cuidado en la agenda pública requiere comenzar a superar los silencios; esta
problemática aparece invisibilizada por circunscribirse al ámbito de lo privado; también
porque:1- Posee un componente afectivo y moral;2- Está naturalizado, relacionado con
características adjudicadas al género femenino, 3-Se piensa al cuidado como altruista y
desarraigado, se lo desvincula de lo económico; 4-Tiene carácter elástico: las mujeres continúan
haciéndolo aún en condiciones adversas y lo realizan renunciando a tiempos de ocio y /o
descanso.

KAEN- La Vida cotidiana en una unidad domestica Familiar


La autora realiza un análisis a partir de entrevistas que realizaron estudiantes en sus prácticas
pre profesionales en el año 2002, se propone analizar la vida cotidiana de una unidad doméstica
familiar, intentado recuperar las representaciones sociales y los sentidos que los mismos
articulan para poner en juego estrategias cotidianas tendientes a la reproducción de sus
condiciones de vida. La profundización de la pobreza y la crisis en el año 2002 atraviesa la
trama cotidiana de la vida de las personas que integran una unidad doméstica de los sectores
populares. La cotidianidad se desenvuelve en una instancia temporo-espacial donde se producen
las relaciones y las distintas formas de interacciones fundamentales entre las personas y la
sociedad. Reflexiona en torno a los elementos contextuales en que se inscribe la vida cotidiana
de los sectores pobres, por ello realiza una reconstrucción de los escenarios que signaron a la
realidad de América Latina y de la Argentina .Se toma la década de los ’90 ya que que marcó un
nuevo ordenamiento político-económico y social que propicio la profundización del modelo
neoliberal dando un giro considerable en las relaciones entre Estado y sociedad, cuyo impacto
social aún perdura en los escenarios actuales. La lógica que sustentó el modelo neoliberal giró
en torno al aumento de la producción más que en distribuir la riqueza. En este marco un amplio
sector de la población quedó excluido de la economía moderna, de los frutos del bienestar y de
los derechos de ciudadanía política. La riqueza aumenta con menos utilización de fuerza de
trabajo y para un sector restringido de consumidores. De este modo se agudizan las asimetrías
sociales y cada vez es más ancha la brecha que existe entre los ricos y pobres. Frente a esto
encontramos a un Estado cada vez más ausente de la cuestión social y los derechos de
ciudadanía.
Tenti Fanfani nos habla de las formas de exclusión y precarización laboral que expresan en la
experiencia del desempleo prolongado, la sensación de inestabilidad, la ausencia de futuro
asegurado generan una sensación de impotencia y una destrucción de las defensas psicológicas
asociada a una desorganización generalizada de la conducta y de la subjetividad. Así, las
condiciones de vida de la exclusión hacen estragos en el proceso de construcción de la
subjetividad. De allí que para muchos de ellos se ha roto el lazo entre el presente y el futuro. La
exclusión social se manifiesta y al mismo tiempo se refuerza mediante la segregación espacial-
territorial. En consecuencia muchos hombres y mujeres, niñas y niños tienen una existencia
totalmente al margen, sin ningún significado para el conjunto mayor de la sociedad. Son los
que están demás y que en la medida que así lo auto perciban, no tienen razones de encontrarle
un sentido a la vida. Es en este marco de la cotidianidad que “muchos niños nacen y crecen en
espacios sociales y en hogares donde no cumplen ninguna función estratégica para el conjunto
(desempleados, subempleados, empleados del sector informal pobre etc.).
Vida Cotidiana: Según Héller la vida cotidiana alude a la vida del hombre entero, es decir el
hombre que participa con todos los aspectos de su individualidad, de su personalidad. Aquín
sostiene que el sentido común en la vida cotidiana se vincula con esquemas de interpretación y
los modos en que percibimos nuestra vida. Por otra parte algunas interpretaciones dan cuenta de
la forma en que los sujetos naturalizan su mundo cotidiano. Al hablar de construcción social del
sentido común, es para referir a la orientación que imprimen ciertos aparatos formales como la
escuela, pero también informales –clubes, grupos barriales etc. Tales aparatos constituyen
verdades usinas de construcción de pautas de conducta, y asimismo de identidad. Pero el sentido
común predominante no significa que haya un solo sentido común: la diferenciación social de
nuestras sociedades compone situaciones de vida muy disímiles, y por tanto también supone
diferencias en las significaciones.
Unidad Domestica: nos permiten comprender las organizaciones que integradas
mayoritariamente por familias, cubren las necesidades cotidianas de mantenimiento y
reproducción, y que por lo tanto ponen en marcha dispositivos administrativos para tal fin.
Significar a la familia desde el Trabajo Social supone pensar a la familia no solo como el grupo
de personas ligadas por lazos de parentescos, sino también y especialmente, como grupos
domésticos. Hablar de unidades domésticas, es pensar en espacios de co-residencia en los que se
desarrollan actividades de mantenimiento de los miembros que las componen.
Estrategias de Subsistencia: conjunto de prácticas sociales que nacen alrededor de la pobreza,
tanto las organizaciones formales como las informales se articulan formas de relacionamiento y
organización entre los individuos entre si, para articular recursos en pos de la satisfacción de
diversas necesidades.
MALLARDI- “Cotidiano y relaciones familiares”
El texto propone un análisis que posibilite una aproximación a las relaciones familiares tomando
en consideración la categoría de vida cotidiana y que permita recuperar el significado histórico y
social de la familia y sus múltiples expresiones y estrategias que a su interior se desarrollan. La
Vida cotidiana, hace referencia al conjunto de prácticas que los sujetos realizan para su
reproducción y que a su vez son la base para que el proceso social e histórico que incluye al
cotidiano de todos siga reproduciéndose. Se hace referencia a una relación dialéctica entre lo
particular de cada sujeto como su vinculación con lo universal y la articulación entre el plano
objetivo y subjetivo. Desde este punto de vista la familia será considerada como una relación
social particular, cuya finalidad se define histórica y socialmente en la tensión de las tendencias
sociales vigentes y las posturas de las personas involucradas. Por esta razón, las familias debe
ser analizada y reflexionada en relación con sus múltiples determinaciones históricas:
económicas, culturales, políticas, sociales e ideológicas. En cada situación particular las familias
se definen a partir de aquellas formas que en la sociedad se consideran familias y las decisiones
que toman al respecto en la organización de la vida cotidiana las personas involucradas.
El cotidiano se constituye en el espacio de las relaciones familiares en donde sus integrantes
convergen, se relacionan, y en donde desarrollan acciones necesarias para garantizar su
reproducción cotidiana. En esta búsqueda cotidiana de organizarse para garantizar la
reproducción de la familia en su conjunto y la de sus integrantes, se produce una relación
permanente con el contexto, donde entran en juego la disponibilidad de recursos, en sus
distintas expresiones, como así también las decisiones que se toman; que se fundan en una
racionalidad que puede estar, o no, problematizada por los sujetos. Dichas decisiones y acciones
que se toman implicará una estrategia familiar de vida (EFV-Torrado). Se refiere a aquellos
comportamientos de los agentes sociales de una sociedad dada, que -estando condicionadas por
su posición social- se relacionan con la constitución y mantenimiento de las unidades familiares
en el seno de las cuales pueden asegurar su reproducción biológica, preservar la vida y
desarrollar todas aquellas prácticas, económicas y no económicas, indispensables para la
optimización de las condiciones materiales y no materiales de existencia de la unidad y de cada
uno de sus miembros.
En las particularidades que adquieren las estrategias familiares de vida, se torna necesario
recuperar tres aspectos centrales:
1. Relación dialéctica: existentes entre las unidades familiares y la reproducción social,
existe una “autonomía relativa” de los actores respecto a los factores macrosociales, por
lo cual estos pasan a constituirse en condicionantes de la vida cotidiana de los sujetos.
2. Analizar las EFV con una lógica que configura los comportamientos familiares:
vinculada a determinaciones de clase, pueden ser no reconocidas por los actores
involucrados.
3. EFV deben ser consideras en términos históricos: comprender su complejidad.

Para desentrañar la complejidad de las estrategias familiares de vida hay que abordar los
siguientes aspectos:
1-Inserción en el mundo del trabajo y obtención de los recursos de subsistencia:
inserción/participación de sus miembros en el mundo del trabajo y las estrategias desarrolladas
para garantizar los recursos necesarios para la reproducción cotidiana. Estos recursos pueden
provenir desde distintos espacios, siendo producto del trabajo remunerado o no, como
transferencias de instituciones formales, estatales o de sociedad civil y/o de transferencias
informales basadas en redes de ayuda mutua e intercambio Transferencias monetaria, entre otras
etc. Es importante analizar la inserción desde la cuestiones de clase, o fracciones y género. La
incorporación desigual al mercado de trabajo de hombres y mujeres, donde las segundas tienen
experiencias marcadas por la precariedad y mayores niveles de desprotección. Esta
determinación debe tener en cuenta cuando se analiza ya que en los sectores subalternos, la
inserción laboral se asocia a la extensión de las tareas realizadas en el ámbito familiar: tareas
domésticas y de cuidado en el ámbito de la familia, sean niños, enfermos o adultos mayores.
También hay que tener en cuenta las trayectorias de las personas en el mundo del trabajo como
la clase trabajadora se encuentra fragmentada, como así también heterogeneizada y
complejizada.
2-Organización del cuidado: la noción de cuidado involucra al conjunto de actividades
destinado a atender las necesidades de las personas dependientes, por su edad o por sus
condiciones/capacidades. La organización del cuidado debe ser vista además en el marco de las
prácticas necesarias para los procesos de reproducción social en general y de reproducción de la
fuerza de trabajo en particular. Involucra el análisis de las políticas públicas y las tendencias a la
consideración de las prácticas de cuidado como una cuestión exclusivamente privada que
refuerza los procesos de familiarización de la política pública. Al interior de la unidad familiar,
el cuidado es asumido principalmente por las mujeres, esto se encuentra vinculado a la división
sexual del trabajo y a la naturalización de la capacidad de las mujeres para cuidar. Frente a la
invisibilización de esta situación, lo que se sugiere es considerar el concepto de economía del
cuidado ampliado que contemple no solo el trabajo no remunerado al interior de los hogares
sino también la provisión pública y privada de servicios del cuidado. Asimismo, es preciso
instalar la organización del cuidado como una cuestión de derechos, en donde corresponde al
Estado avanzar en la definición de políticas públicas y estrategias organizacionales que tiendan
a garantizar el acceso desmercatilizado al cuidado.
3- Segregación urbana, condiciones de vida y vivienda: propone un análisis vinculados a las
condiciones de vida de las personas en estrecha relacion con la apropiación desigual de la
riqueza socialmente producida. En consecuencia, comprender las condiciones de vida y sus
implicancias en la realidad cotidiana, requiere trascender del ámbito directo de la reproducción
y la unidad domestica y pensar las relaciones sociales y determinaciones socio históricas en las
cuales dicha cotidianeidad se desarrolla, lo que implica considerar el conjunto de
determinaciones que se asociaam a la apropiación desigual del espacio urbano. De este modo,la
ciudad entendida como producto social, se manifiesta a través de diversas materialidades que
dan cuenta de un espacio fragmentado, diversificado y segregador que expresa las diferencias y
distancias sociales entre sus habitantes. Entonces, la segregación urbana se puede definir como
el conjunto de procesos objetivos y subjetivos, vinculados a la génesis y desarrollo de la
cuestión social en las sociedades capitalistas, que se constituyen en el fundamento de la
apropiación desigual del espacio urbano. La precariedad habitacional de ser considerada como
una de las expresiones contemporáneas de la “cuestión social”, donde aspectos vinculados a la
precariedad de la calidad de los materiales utilizados para su construcción y la ausencia de
servicios públicos básicos en el espacio geográfico en el cual se encuentran, articulan con
procesos de segregación urbana desarrollados en el marco de la urbanización capitalista.
4-Procesos de salud-enfermedad: Se busca romper con el paradigma dominante de
enfermedad, que la conceptualiza como un fenómeno biológico e individual, e indagar sobre los
procesos sociales y su vinculación con la salud-enfermedad de las poblaciones. Recuperar el
carácter social de este proceso implica pensarlo dentro de un marco cultural, donde convergen
valores, representaciones, roles y expectativas de los sujetos involucrados, en tanto cada unidad
familiar define cotidianamente como afrontar este proceso, no de manera aislada, sino en
relación al contexto que la determina. Hay que diferenciar entre la enfermedad como realidad
objetiva, estado reconocido y clasificado, y la enfermedad como padecimiento, donde se
enfatiza cómo es vivida la enfermedad, recuperando las trayectorias y percepciones de los
sujetos afectados. Adquiere relevancia la ubicación de las personas en la estructura social y las
mediaciones en su vida cotidiana, como, la inserción o no en el mundo del trabajo, las
condiciones de trabajo, la relación hábitat y salud, el acceso de la alimentación, el acceso o no al
sistema de salud, entre otros aspectos.
5-Socialización y aprendizajes:. El saber cotidiano es el conjunto de conocimientos que es
necesario internalizar sobre la realidad para desenvolvernos en la VC, es el resultado de un
complejo proceso en el cual convergen las determinaciones sociales e históricas en donde se
inserta el sujeto. Cuáles son las implicancias y los alcances del saber cotidiano es diferencial a
partir de la ubicación del sujeto en la estructura social, como así también las particularidades de
la sociedad en la que se inserte. En el espacio de la VC, en cuanto a la apropiación de normas y
valores, se encuentra tensionado por aquellos que reflejan las necesidades humano-genéricas y
una moral alienante, vinculada a la presencia de prejuicios, teniendo nuevamente el grupo, en
nuestro caso la familia, y los sujetos en una relativa autonomía para escoger unos y otros. Las
costumbres, tradiciones y estereotipos son parte de los fundamentos de las decisiones cotidianas
de los sujetos, tienen un sustrato moral que refuerza su vínculo con la reproducción social. Las
familias constituyen el espacio propicio para la reproducción de valores y estereotipos
vinculados a la dominación patriarcal, atravesado por las relaciones cotidianas en general y las
de poder en particular. Se torna necesario identificar las particularidades que adquieren en la
unidad familiar los procesos de sociabilización y aprendizaje en el ámbito de la educación,
formal o informal, como otros espacios comunitarios, políticos, religiosos y/o culturales.
EROLES- Derechos Humanos

Cuando hablamos de qué son los derechos humanos, nos lleva al concepto de → dignidad
humana. Como aquella característica esencial que hace de cada persona un ser original e
irrepetible que merece respeto y reconocimiento por parte de la sociedad y del Estado. El
verdadero hecho fundamental de la Doctrina Internacional de los Derechos Humanos es la
aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948, a
partir de la cual surge la llamada “Carta de los Derechos Humanos” . Los principios de los
derechos humanos:
1. Son universales: todos tenemos los mismos, sin ninguna distinción (principio de
igualdad);
2. Son indivisibles: todos los derechos tienen el mismo valor (sean políticos, civiles,
económicos, sociales o culturales), el respeto por unos no legitima la violación de otros;
3. Son inalienables: no pueden ser dispuestos negativamente por la persona que los
detenta, son irrenunciables.

Los derechos humanos abarcan todas las esferas en que se desarrolla nuestra existencia y
convivencia social; son un concepto complejo y extenso. Esto hace que sea necesario un
abordaje interdisciplinario para tratar las cuestiones relativas a ellos, para no caer en
reduccionismos. Necesidad de trabajo interdisciplinario que evite la fragmentación.
Las esferas de derechos humanos:
ESFERAS DERECHOS Y VULNERACIONES
VALORES
Personal Derecho a la vida. Derecho muerte ilegitima, desaparición,
a la integridad física. tortura, gatillo fácil, violencia.
Derechos civiles, identidad. Manipulación, sustitución de
Bio-ética. identidad, otras.
Política (socio-política) Derechos políticos. Inaccesibilidad a la ciudadanía.
Pluralismo. Democracia. Dictadura/autoritarismo.
Ejercicio del poder. Corrupción.
Participación política. Dependencia/pasividad.
Resolución pacifica de Confrontación agresiva.
conflictos.
Publica (socio-económica) Plena vigencia de los Marginación, nuevos pobres.
derechos sociales (trabajo, Exclusión social. Necesidades
salud, vivienda), ciudadanía básicas insatisfechas. Injusticia
social. social.
Pública (comunitaria) Desarrollo Humano. Necesidades reales insatisfechas.
Ciudadanía Integral.
Familiar Derechos humanos Situaciones problemáticas, que
específicos: niñez, afectan a los sujetos en la vida
adolescencia, ancianidad. familiar y social. Desigualdad y
Personas con necesidades maltrato.
especiales. Igualdad y
dialogo.
Cultural – educativa Educación para la paz, el Discriminación, interrupción de
desarrollo y la programas y servicios.
participación. Identidades Invisibilidad de sectores y etnias.
culturales.
Perspectiva de genero Coparticipación conyugal. Machismo, abuso de poder,
Solidaridad violencia familiar, desigualdad.
intergeneracional. Igualdad.
Religiosa Libertad de cultos, Paternalismo, fundamentalismo
pluralismo. Diálogo religioso.
interreligioso.
Psico-social Actitudes en el conjunto Actitudes discriminatorias,
social. Favorables a la intolerancia, xenofobia, elitismo.
integración. Cultura de los
Derechos Humanos.

Clasificación de los derechos humanos.

DERECHOS CIVILES DERECHOS DERECHOS DERECHOS DE LA


Y POLITICOS ECONOMICOS, COLECTIVOS HUMANIDAD
SOCIALES Y
CULTURALES
- Derechos Trabajo, educación, Derecho medio Derecho a la paz.
personalísimos (vida, vivienda, seguridad ambiente.
integridad física, libertad social, salud,
personal, identidad). recreación, Derecho al desarrollo
sindicalización, Derecho a social y humano.
- políticos: libertad de huelga, convenios de
expresión, prensa, autodeterminación de
trabajo, salario justo, los pueblos.
derechos electorales, protección
asociación. Derecho al patrimonio
maternidad, asistencia
cultural de la humanidad.
- garantías contra social, participación.
Derecho a la
intervención arbitraria Derechos específicos
participación política.
del Estado (habeas y de grupos
vulnerables: niño, Derecho a la solidaridad.
corpus, debido proceso
defensa, habeas data). mujer, familia,
aborígenes, Derecho a la no
- derechos civiles ancianidad, personas discriminación.
(nombre, nacionalidad, c/ discapacidad,
matrimonio, familia). jóvenes migrantes,
minorías.
Exigibilidad: derecho de toda persona a demandar para sí, para su grupo familiar y para su
comunidad local, el acceso a una calidad de vida adecuada al nivel de desarrollo humano y
progreso económico y social alcanzado por su comunidad.
Cuando trabajamos con derechos se presentan situaciones dilemáticas: los derechos entran en
tensión; lo importante es poder argumentar por qué se interviene en la dirección que se
interviene, hacerse cargo de las decisiones que se tomen. Dimensión Ética. Los trabajadores
sociales también podemos vulnerar derechos; y a la vez intervenir con personas que vulneran
derechos.
Derechos y ciudadanía; corrernos de la perspectiva jurídica. No se trata del derecho en sí, sino
en la accesibilidad a ese derecho, ver la forma cómo se concretiza ese derecho. Cómo pasar de
los derechos a la realidad. Estrategias para acceder a los derechos, es fundamental conocer las
políticas.

FERRARA, FLOREAL “Concepto de Accesibilidad”


Concepto de accesibilidad: grado de acceso, de facilidad con que cuenta la población para usar
los recursos de salud; se relaciona a la situación económica y a las condiciones sociales. Lo
ideal es fortalecer la autonomía, pero a veces hace falta el acompañamiento. Desafío para el
trabajo social, es conocer las condiciones de vida y las dificultades de accesibilidad y
visibilizarlas. Contribuir a fortalecer la construcción de la subjetividad en torno a derechos. En
la mayoría de los casos se tratan cuatro formas de accesibilidad (cuando no se da al menos una
de ellas ya se convierten en barreras):
1. Accesibilidad geográfica: medida por la posibilidad que tiene la población para
acceder a los recursos de salud, según sea la distancia que la separa y las dificultades
para llegar a ellos; se mide en tiempo o en distancia. En el caso de los servicios de
emergencias debe lograrse una gran accesibilidad. Generalmente los que más necesitan
de los bienes y servicios sanitarios son aquellos que menos han podido elegir su destino
geográfico. Habitan donde pueden y precisamente allí es donde no están o están muy
lejos de los recursos de salud. La accesibilidad geográfica es una consecuencia de la
estructura social y por ende de la existencia de las clases sociales dominantes. El tiempo
y la distancia tienen valor económico, que puede ser pagado por quien posea esa
facilidad para adquirirla. La accesibilidad geográfica para con los bienes y servicios
de salud se encuentra especialmente determinada por las condiciones que dicta la
pertenencia a determinada clase social.
2. Accesibilidad cultural: buena parte de los componentes que deben entenderse dentro
de esta accesibilidad cultural, pueden circunscribirse al análisis de la relación social
paciente-médico. Es indispensable que dicha relación se nutra con un diálogo que sea
un encuentro interpersonal. El médico aparece como ejerciendo la autoridad y el
paciente en una situación de dependencia, lo que ratifica la condición asimétrica del
encuentro. A continuación discute sobre la libre elección del médico, ¿es algo bueno o
malo? ¿favorece a la accesibilidad cultural o no? Vuelve a hacer hincapié en el poder
médico, en la objetivación de los enfermos, las relaciones entabladas a través de una
vinculación inquietante: uno que sabe, que posee, que conoce, tiene el poder para
actuar; el otro que duda, sufre está desconocido para sí mismo, ansioso, angustiado, sólo
puede pedir ayuda. No puede haber relación paciente-médico seriamente ejercida, con
hondo sentido histórico-científico, si no se transforman las condiciones estructurales
que determinan esta vinculación inquietante.

ROTONDI: Ciudadanía Fragilizada- Genero y Ciudadanía


La ciudadanía de las mujeres puede entramparnos en el debate de la igualdad aparente tanto
desde el capitalismo como desde el patriarcado. La construcción acerca de quién es el ciudadano
y cuáles son los espacios del ejercicio de la ciudadanía, aparecen a imagen y semejanza del
varón.La distancia entre la igualdad formal y la igualdad real fragiliza la ciudadanía de las
mujeres, y deriva de las formas de organización social y política, tanto del capitalismo como del
patriarcado. Esta fragilidad impacta en términos políticos, económicos y culturales. Y se
expresa en las particulares formas de exclusión, segregación ocupacional y representaciones
estereotipadas que devalúan los trabajos de las mujeres, y en la distribución del poder.

En el caso de la ciudadanía de las mujeres, desde los enfoques de género un elemento de estudio
es la forma de subordinación de la relación hombre/mujer y la necesidad de vincular y
profundizar en las construcciones sociales de ambos géneros. Aludimos a relaciones de poder
asimétricas y naturalizadas que definen el lugar que ocupan las personas en la sociedad desde el
punto de vista de su pertenencia a una clase, pero, además, respecto del género, la situación
etaria, la etnia y la opción sexual. Estas diversas subordinaciones se encuentran sostenidas por
instituciones sociales de las cuales formamos parte, y en el marco de las que circulamos a lo
largo de nuestra vida; instituciones que producimos y reproducimos, incorporamos y hasta
desconocemos.
O´Donnell subraya el concepto de ciudadanía de baja intensidad como una situación de
carencia de la ciudadanía en condiciones de pobreza y alto grado de desigualdad en la mayor
parte de los países de América Latina y el resto del Tercer Mundo. La existencia de una
correspondencia entre la asimetría en la distribución de los recursos -no solo económicos- y la
ciudadanía de baja intensidad (promueve una ciudadanía pasiva) Hugo Quiroga constata la
incompletud de los ciudadanos argentinos, aquellos que excluidos de los circuitos económicos o
sociales no pueden ejercer los atributos correspondientes a su condición. La incompleta
ciudadanía acondiciona el ejercicio efectivo de los derechos. En el caso de las mujeres en
general y de las mujeres pobres en particular, este hecho cobra especial relevancia.
La discusión sobre el concepto de ciudadanía se encuentra en el centro del debate sobre la
cuestión social, es decir, en el medio de la controversia sobre el desempleo a largo plazo, la
precarización del trabajo y las nuevas y viejas formas de desigualdad. Nos enfrentamos así a la
paradoja de las sociedades democráticas con ciudadanos incompletos que no pueden ejercer
plenamente los atributos correspondientes a esa condición
El reclamo desde una condición de ciudadanos aporta a la consolidación y expansión de la
ciudadanía ya no solo desde derechos políticos formales, sino de derechos sociales, civiles. Las
luchas desde el movimiento de derechos humanos fueron claramente, desde los 70 en Argentina,
luchas ciudadanas, de algún modo se fue instalando desde los sujetos conceptos y categorías que
fortalecieron discursos vinculados a la noción de derecho y a la no discriminación por rasgos
particulares de sujetos, que en definitiva aportaron a la construcción ciudadana. En 1993, a
partir de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, las mujeres revolucionaron el concepto
de derechos humanos. Se rompió con la violencia como algo privado y reconoció el problema
de la violencia de género como un atentado a los derechos humanos que plantea relación con las
condiciones de igualdad, desarrollo social y justicia. Lo que llegó, quizá para quedarse
definitivamente, a través del movimiento de derechos humanos, y de los respaldos de las
herramientas que dejaron las convenciones y conferencias mundiales, es la conciencia de
derechos, y quizá desde ahí pueda analizarse la consistencia de la estabilidad del actual régimen
democrático.
Plantearse desde la intervención profesional objetivos que tiendan a democratizar la familia y
las organizaciones, o que expongan la violencia como problema social, se constituye en un
imperativo para encarar la discriminación de género.
La idea de ciudadanía que surge en el periodo moderno está en crisis; la idea de ampliación de
ciudadanía a través del estado está casi en desuso, y ha sufrido retrocesos, desmantelamientos,
desarticulación de estructuras institucionales y de programas de aplicación; en definitiva, de
formas de afiliación y de integración. La acción que como trabajo social podemos desarrollar es
la intervención en la construcción de relaciones sociales re politizadas y de saberes que apunten
a consolidar bases democráticas de los ciudadanos con menor capital. La opción de resolver las
tensiones entre la democracia y la ciudadanía incompleta nos lleva a la necesidad de enfatizar y
extender los derechos fundamentales. Ampliar derechos será entonces una estrategia de
reafilación de los sectores desafiliados.
Fortalecer la acción con una perspectiva de género, desde espacios públicos, sin duda es un
aporte en la construcción de identidad ciudadana. Acciones de perfil socioeducativo, de
promoción e inclusive asistenciales en ámbitos comunitarios, son aspectos centrales de la
intervención, en tanto se encuentre presente la mirada desde las ciudadanas y los ciudadanos.
Repensar la idea de ciudadano/a con relación a la de sujetos/as sociales, apostando a procesos de
democratización desde cada posición específica y desde luchas otrora dirimidas en espacios
“privados”, puede ser un desafío a compartir. La construcción de redes de articulación que
permitan poner vallas a la exclusión es una alternativa y una tarea a emprender en los diversos
espacios. La pobreza no es un problema social de los pobres; la desigualdad de género, la
desigualdad ciudadana no son aspectos focalizados de la realidad social, y en ese sentido la
búsqueda de redes capaces de interponer recursos colectivos. Es necesario recuperar la
vinculación entre lo público y lo privado, en el reconocimiento de necesidades que se enuncian
como individuales y que deberían colectivizarse para buscar resoluciones que politicen los
problemas cotidianos gestando organizaciones.
ROSARIO AGUIRRE –“Trabajar y tener niñxs”
En el mundo del trabajo la conquista de la igualdad formal no se traduce en el efectivo ejercicio
de los derechos y en prácticas igualitarias si estas efectivamente no se ponen en práctica. Si bien
se han aprobado disposiciones que reconocen la igualdad entre hombres y mujeres, algunas de
estas son desconocidas por la población y otras se eluden y son violadas. La realidad da cuenta
de la persistencia de diferencias salariales y poco cambios en la segregación ocupacional El
pensamiento feminista ha realizado una contribución fundamental a las teoría sobre ciudadanía
ya que incorporó las relaciones de género. Esto generó tensiones teóricas del concepto ya que se
observó las simplificaciones cuando analizaban los procesos de adquisición y difusión de
derechos. Acceso diferenciado de los habitantes de un territorio dado a los derechos civiles,
políticos y sociales; la ciudadanía no se adquiere al mismo tiempo por todos y las mujeres
forman parte del grupo de los marginados del derecho. ¿Por qué?
La noción liberal de ciudadanía instala un concepto de razón y cultura asociada a los hombres,
y por lo tanto al mundo de lo público; y a la emoción más propia de las mujeres, naturalizando
su pertenencia al ámbito privado y la vida doméstica. Las mujeres no fueron consideradas
ciudadanas porque fueron construidas como esposas y madres; la familia no tuvo un lugar
dentro del lenguaje de los derechos y deberes de los ciudadanos: esposa e hijos dependientes
quedan excluidos de los derechos civiles y políticos. Esto limitó la capacidad civil de actuar de
las mujeres casadas, consolidando su estatus legal subordinado al marido-ciudadano→ debilidad
originaria de la ciudadanía de las mujeres; no eran portadoras de intereses autónomos, sino de
aquellos de la familia, definidos a partir de los intereses y poderes de los maridos-ciudadanos.
Cuando fueron consideradas como ciudadanas, no se produjo al mismo tiempo una redefinición
de la división del trabajo entre los sexos en la familia. Los beneficios de la ciudadanía social son
desiguales en hombres y mujeres debido a que las políticas de bienestar se han centrado en
aquellos que participan en el mercado, manteniendo las relaciones de subordinación en la esfera
familiar. Se debe exigir la incorporación de las mujeres al trabajo con los mismos derechos y
beneficios que los hombres y al mismo tiempo reconocer el valor del trabajo de cuidados y su
sostenimiento por parte del Estado. En la última década se puede decir que en Latinoamérica las
mujeres han obtenido reconocimiento cultural, sin embargo, más difícil resulta el
reconocimiento de los derechos sociales.

Una cantidad masiva de mujeres se han incorporado al trabajo remunerado (es un avance, más
participación en el ámbito público-otra imagen del rol de las mujeres-mayor autonomía). Pero
esta doble presencia (porque deben continuar realizando las tareas domésticas que se les asigna
socialmente) genera conflictos intrafamiliares. Las trabajadoras madres deben recurrir a una
compleja red de estrategias para poder cumplir con su trabajo y atender sus responsabilidades
familiares.
A su vez, la integración de las mujeres al mercado, presenta diferencias marcadas según estrato
socio-económico; las mujeres de los hogares pobres tienen las mayores dificultades para
incorporarse al trabajo remunerado.
La presencia de niños en el hogar reduce la participación de las mujeres en el mercado de
trabajo: la tasa de actividad de las mujeres con niños pequeños es la más baja. A los hombres, la
presencia de niños no los afecta, sino que más bien tienden a incrementar su fuerza de trabajo.
Si bien el efecto inhibitorio de los hijos sobre la participación laboral es limitado a una fase de
la vida, su impacto en la posición económica de las mujeres suele ser a mayor plazo; también el
cuidado de personas mayores puede actuar como una restricción.
A Nivel macrosocial→ se plantea la cuestión de cómo encarar las obligaciones familiares, lo
que tiene que ver con la división del bienestar entre Estado/familia/mercado/comunidad? Nivel
microsocial→ reparto de responsabilidades entren los integrantes de las familias, ya que las
reponsabilidades respecto del cuidado de los niñxs siguen recayendo sobre las mujeres.

Constituir como derecho para todos la posibilidad de obtener un lugar para el cuidado, ya que la
cobertura de servicios públicos en este ámbito es escasa (tanto para el cuidado infantil como
para las personas mayores). Así, los conflictos generados por el trabajo fuera de la casa deben
continuar siendo resueltos por estrategias individuales circunscriptas a la esfera privada.

La oferta privada de servicios de cuidado se dirige a aquellos hogares que tienen capacidad de
pago como para adquirirlos vía mercado. La provisión de servicios de cuidado no ha llegado a
configurarse como un derecho social. Los problemas más graves los tienen las mujeres de bajos
ingresos, debido a que no pueden comprar estos servicios. El pleno goce de los derechos
ciudadanos de las mujeres requiere reconsiderar las relaciones entre las distintas esferas
(familia/mercado/Estado/comunidad) a fin de determinar los derechos y responsabilidades en
relación a las funciones de cuidado. El Estado debe generar alternativas ante los cambios
familiares; buscar la desfamiliarización, acompañar a la familia en el cuidado, le hace más fácil
la reproducción de la vida cotidiana de la familia, quintándole todo el peso a la familia.

ROZAS PAGAZA: La intervención del trabajo social y su relación con políticas sociales
Pautassi plantea una diferencia sustantiva entre: - un sistema integrado de seguridad social,
caracterizado por una preponderancia del Estado en su provisión, regulación y financiamiento
en materia de salud, vivienda, previsión social, trabajo, infancia (entre otros aspectos) y, - la
noción de 'protección' social, que se enmarca en una intervención del Estado acotada y sin la
integración que caracterizaba al sistema de seguridad social, en el cual ya no se asocian la
noción de garantías y derechos sino de asistencia estatal a destinatarios identificados como
grupos sociales considerados vulnerables. Esta misma autora señala que en los últimos años se
observa que la noción de 'protección social' es vinculada, en la comunicación de políticas
sociales y programas sociales, con la concepción de derechos. Aunque la retórica que acompaña
a dichos programas expresa explícitamente la necesidad de atender derechos, cuyo alcance es
significativo, en algunos casos pueden ser asociados con políticas de corte focalizado.
Las formas de protección atravesadas por las concepciones de universalización y de derechos
intentan establecer un quiebre con las políticas neoliberales propias de las décadas precedentes.
Sin embargo, la lógica de derechos convive con la persistencia de condicionalidades asociadas
con el cumplimiento de determinados requerimientos.
El Trabajo Social se desarrolla con la aparición de la cuestión social y la ampliación de las
políticas sociales. El concepto de cuestión social hace referencia a las desigualdades sociales
que estructuran a la sociedad moderna y que afectan a las personas en la producción y
reproducción de sus condiciones de vida. En este marco las políticas sociales son funciones
estratégicas en tanto acciones de gobierno necesarias para incrementar la protección social, en
un sentido amplio. Sin embargo la ampliación y la producción de los derechos sociales no
dependen solamente de las argumentaciones teóricas y prácticas de los cientistas sociales –entre
ellos, los trabajadores sociales-; sino que son fundamentalmente producto de las luchas sociales
y conquistas que se han alcanzado históricamente.
La intervención profesional, no sólo pone en acto decisiones que se estructuran en la cadena de
poder de las instituciones, sino también descubre los problemas específicos y quizá ocultos en el
circuito entre demanda y respuesta. Por ello la lógica de la política social no sólo debe ser
pensada en términos de transferencia; existe otra, poco visible que se refiere a la construcción de
redes que involucra a familias, comunidades, organizaciones sociales, etc. Es en ese lugar en
donde se articulan acciones entre programas, agentes profesionales y destinatarios. Es necesario
perfeccionar los mecanismos de articulación y sostenimiento de redes de contención
fundamentales para garantizar el acceso a los derechos sociales y culturales. De este modo, la
integralidad puede ser pensada como una función que incide en la capacidad de la sociedad para
construir ciudadanía activa, eliminar barreras y promover una cultura solidaria.
Es preciso pensar la política social como producto de disputa y lucha donde diversos actores
ponen en juego y pujan por incidir en una determinada forma de entender y solucionar los
problemas sociales. Una transformación en la estructura de representaciones sobre los
beneficiarios, sostenido en el neoliberalismo que hoy convive contradictoriamente con la
perspectiva de derechos e inclusión social de las políticas sociales. Es innegable un conjunto de
medidas cristalizadas en los programas de transferencia de ingresos, como la Asignación
Universal por Hijo. Son avances importantes pero, persisten una multiplicad de programas que
siguen una lógica de superposición que exhiben la tensión respecto al discurso y la
transformación de los procedimientos en su desarrollo. Hay un camino a recorrer que debería
incluir ente otras cosas, la recomposición de los deteriorados servicios en calidad y
accesibilidad.
GONZALES- Ensayos sobre ciudadanía:
La autora utiliza la expresión sectores de clase medios, altos y bajos, que designan la ubicación
de individuos y familias de acuerdo a su posición en la estructura social.
1.Las familias asalariadas, son aquellas en las que sus miembros se relacionan
individualmente con el mercado de trabajo a cambio de salarios y beneficios sociales, en
Argentina la estabilidad laboral y la posibilidad de acceso a sistemas más o menos organizados
de bienestar social, dio lugar a que este tipo de familias ampliara las filas de la clase media. Un
cierto poder adquisitivo, acompañado del achicamiento del grupo familiar como efecto del
ingreso de las mujeres al mercado laboral formal y de estrategias familiares respecto del número
de hijos, hizo que estos grupos domésticos se acerquen al ideal parsoniano de familia nuclear
reducida. Las familias de clase media no asalariada por su lado pueden identificarse con la
empresa familiar, en la que sus miembros desarrollan actividades productivas para la económica
de intercambio en la misma unidad domestica. La capacidad asociativa a capacidad asociativa
de demanda fue una característica de estos sectores, pero conjuntamente con ella creció una
tensión entre un tipo de ciudadanía particularista y la ciudadanía politica, es decir, una
ciudadanía social fragmentada, en la que se crea conciencia de derechos pero no como
ciudadanos de una nación, sino como ciudadanos en tanto miembros de una colectividad
determinada. Cabe agregar el peso que los régimen dictatoriales han tenido en los procesos de
desciudadanización civil politica y social, incrementado por la recesión económica y el
achicamiento del estado durante los actuales regímenes democráticos. En este sentido
desciudadanización y empobrecimiento van de la mano, y se enlazan con la perdida a la
posibilidad asociativa del sindicato, el colegio profesional o cualquier otra asociación.
2- Las familias de clases bajas u organizaciones sociales de la pobreza: Aquellas que se
originan como consecuencia de la migración de las familias del campo o de poblaciones rurales
a las ciudades, se localizan en los cordones suburbanos, engrosando actualmente el mercado
informal de mano de obra, es decir individuos que no encontrando trabajo estable, pasan a
formar un sector subocupado en el servicio domestico, changas y otras actividades no
calificadas. Han integrado la principal clientela de precarios servicios estatales, los cuales
dependen en gran parte para su subsistencia, pero también de las variaciones de las coyunturales
económicas, con lo cual sus vidas cotidianas tienen como horizonte permanente la
incertidumbre, suplida en el mejor de los casos por relaciones informales de intercambio en las
que los parientes juegan un rol importante. Ello explica también, la persistencia de la familia
numero ya que los hijos son considerados como posibilidad de soporte afectivo y mano de obra
para el sostenimiento del grupo familiar. Dada la precariedad de su capital económico y cultural
son también más proclives a procesos de aculturación que refuerzan la pérdida de identidad,
aumentando la inestabilidad y los conflictos al interior de la unidad domestica. Aquí se habla de
una ciudadanía de baja intensidad, como una situación de carencia de la ciudadanía,
caracterizada por un alto grado de desigualdad respecto de los derechos civiles, sociales y
políticos. Una fuerte” mentalidad asistida” seria una rasgo de las organizaciones de la pobreza
aunque en las últimas décadas se ha visto el aumento de mov. Sociales urbanos que luchan
colectivamente por sus demandas.
3- Familias de los sectores sociales altos de la elite: Se trata de redes de familias notables,
estrategias familiares de acercamiento a las estructuras de poder. La revitalización de este tipo
de elites de poder es la contracara de los procesos de empobrecimiento y desciudadanización
mencionados anteriormente.
Las familias son organizaciones sociales en donde los individuos buscan satisfacer necesidades
materiales y afectivas, en la intervención profesional hay que vislumbrar que detrás de cada
demanda hay un reclamo por un derecho, la idea de derecho remite a la ciudadanía y pensar la
ciudadanía relación a la práctica del trabajo social implica un modo de ver y de hacer la
profesión.

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