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Sarduy - Barroco - y - Neobarroco (1) - 1-5
Sarduy - Barroco - y - Neobarroco (1) - 1-5
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EL BARROCO Y EL NEOBARROCO
I. LO BARROCO
No seguiremos el desplazamiento de cada uno de los elementos Charpentrat3, oel barroco es, ante todo, como es sabido, libertad, conftanza
resultaron de este estallido que provoca una verdadera falla en el en una naturaleza de preferencia desordenadar. El barroco en tanto que
miento, un corte epistémicol cuyas manifestaciones son simultáneas inmersión en el pánteísmo: Pan, dios de la naturaleza, preside toda obra
explícitas: la Iglesia complica o fragmenta su eje y renuncia a un barroca auténtica.
do preestablecido, abriendo el interior de su edificio, irradiado, a vari El festín barroco nos parece, al contrario, con su repetición de volutas,
trayectos posibles, ofreciéndose en tanto que laberinto de figuras; de arabescos y máscaras, de confitados sombreros y espejeantes sedas, la
ciudad se descentra, pierde su estructura ortogonal, sus indicios apoteosis del artificio, la ironía e irrisión de la naturalezLla mejor expre-
turales de inteligibilidad -fosos, ríos, mrrallas-; la literatura renu sión de ese proceso que J. Rousseú ha reconocido en la literatura de toda
a su nivel denotativo, a su enunciado lineal; desaparece del centro úni una «edad»: la arfficializacitín.Llamar a los halcones «raudos torbellinos
en el trayecto, que hasta entonces se suponía circular, de los as de Noruegar,, a las islas de un río «paréntesis frondosos/al período [son] de
para hacerse doble cuando Kepler propone como figura de ese d su corriente», al estrecho de Magallanes ode fugitiva plata/la bisagra aun-
zamiento la elipse; Harvey postula el movimiento de la circulación s que estrecha, abrazadora/ de un Océano y otro», es señalar la artificiali-
guínea y, finalmente, Dios mismo no será ya una evidencia cen zaciór¡ y este proceso de enmascaramiento, de envolvimiento progresivo,
única, exterior, sino la infinidad de certidumbres del cogito de irrisión es tan radical, que ha sido necesaria para udesmontarlo» una
dispersión, pulverización que anuncia el mundo galáctico de las operación análoga a la que Chomskys denomina de metametalenguaje. La
nadas. rnetáfora en Góngora es ya, de por sí, metalingüística, es decir, eleva al
Más que ampliar, metonimización irrefrenable, el concepto de t «:uadrado un nivel ya elaborado del lenguaje, el de las metáforas poéticas,
co, nos interesaría, al contrario, restringido, reducirlo a un esquema (Jue a su vez suponen ser la elaboración de un primer nivel denotativo,
ratorio preciso, que no dejara intersticios, que no permitiera el abusd *normol» del lenguaje. El desciframiento practicado por Dámaso Alonsoo
el desenfado terminológico de que esta noción ha sufrido recien cnvuelve a su vez -muñecas rusas-, al comentarlo, el proceso gongorino
y muy especialmente entre nosotros, sino que codificara, en la rle artificialización. Es este comentario siempre multiplicable -este mismo
de lo posible, la pertinencia de su aplicación al arte latinoarn loxto comenta ahora el de Alonso, otro quizá (ojalá) comentará éste- el
actual. rrrejor ejemplo de ese envolvimiento sucesivo de una escritura por otra que
lonstituye -ya 1o yeremos- el barroco mismo.
La extrema artificialización practicada en algunos textos, y sobre todo
2. Antt¡'rcto r,n algunos textos recientes de la literatura latinoamericana, bastaría pues
¡rirra señalar en ellos la instancia de lo barroco. Distinguiremos, en esta
Si en su mejor gramática en español -la obra de Eugenio d'Ors-, nl'tificializaciór\ tres mecanismos
de precisar el concepto de barroco, veremos que una noción
explícita o no, todas las definiciones, fundamenta todas las tesis: es
bar:roco en tanto que retorno a lo primigenio, en tanto que naturaleza, ¡r) La susrirución
d'Ors2, Churriguera <(rememora el caos primitivo", «voces de (lr¡¿ndo en Paradiso JoséLezama Lima llama a un miembro viril
"el agui-
voces de trompetas, oídas en un jardín botánico. No hay paisaje
iirrr clel leptosomático macrogenitoma,,, el artificio barroco se manifiesta
de emoción más característicamente barroca... el barroco está
¡ror medio de una sustitución que podríamos describir al nivel del signo:
te animado por la nostalgia del Paraíso Perdido"... el barroco r.l si¡¡nificante que corresponde al significado ha sido escamo-
ingenuo, lo primitivo, la desnudez...r, Para d'Ors, como señ¿la "virilidad"
I f icrrr: Cl¡ap(ttfir. Lc miragc barog.aParís, Minuit, 1967.
t .1. li,rrusset La li¡¡hanre tlc l'áge baroque en.France,PaÁs, Corti, 1953.
I Se trata del paso de una ideología a otra ideologla, y no del paeo de unu idcologlr '' NoÉm Ohornnky, S,yntactic Strucrurc¡, La Haya, Mouton, 1957; trad. fr. Structures
cienci4 es decir, de un corte espietemológico, eofi¡o el que tierrc hrgan por ejemplo, cn ,\t¡ttkt¡tiq¡mr,l'nll¡r. Scuil. ltXit), O. (i. r¡. 4.
e¡rtre la ideologla dc Rit:lrlr¡ y ln cierrr:ia de lVlarx, ', l)6mero Alorro. l/mrión ot pn»a da nl,a,t' Soladaic,r, cle Lrris «le Cóngoro. M¡drid. Sociedad
t Eugerrio d'Oft, h óffitN Mcdrid. Agrrllen 1904, rle l,lrtrr«llor y Publirar,iorre¡. 106(i,
1388 Ensagaq,, Otros ensagos 1389
fff":.3^:,",,::u::o1Tí",
cante "c1!¡y-;'il;
no,nal, denotad o, de oC áliz" en ningún momenro
er sir En la exuberancia barroca de Gran sertón: veredas, de Joáo Gui-
fuera de cákz- esté presente.
_ J;ld;;?;f_. ffi ;:::drr:I nraráes Rosa, son detectables, como sostenes oratorios, los dos pro-
r:cdimientos antes mencionados, pero fundidos en una misma op""r-"iór,
,r|":ff ffiTjrrXf,Oación heteroséneaale.sóyá de. objetos «vaciados»
no nos rctórica: el significado
a ningún.igoifi"rao "Diablo" ha excluido del texto toda denominación
so' la tectura
so, ta ,,a;,t es
lecture radial ar'pt*o"n;ññuo;'##;T-.:d'fiHfii:Jr
^"o11-tj],t_.111--","," rlirecta -sustitución; la cadena onomástica que lo designa a lo largo de la
* a.$ a ;.*"ffi; Ii ;1,n#:-*,o rrovela -proliferación- permite y suscita una lectura radial de atributos,
[:ffi;: "';Jfi'.:l':, ::* ::.
Iil{1:::mpletarersentidoe.b;;;;;;:;i";i::plJ##H:l
y esta variedad de atribuciones que lo señala va enriqueciendo, a media
r¡rre lo adivinamos, nuestra percepción del mismo. Llamarlo de otro modo
del significani" ,,r."r,t.- tt
;::i,::1::;1.¡"^.T:di.a^cenarla-terminand;;l;Hfi
" ti.#)ffiáii;il':,J"r,ffi: ffiil:
"rll,o,r, r,s ya abundar en su panoplia satánica, ampliar el registro de su poder.
H^y finalmente en la proliferaciór¡ operación metonímica por excelencia,
il,#j:"'im:"'.,:,1^TTli*::
pero esre primer núcleo de sentido'áií"á*,das, un vaso, quizá un prat
queda p;;;;rdr,"?r"á!Joi,*r, l¡r clefinición mejor de lo que es toda metáfor4 la reahzaabn eñ el nivel de la
?#;:,,Ir:::::Í:-::: *i;;;;;;;"mp,o,
rv, pucs
pues jun,o ¡l'lxis -del desciÍiamie¡rto gue es toda lectura- del proyecto y la vocación
;tffi";;ffi:"::iilioi'ffi
SemántiCamente
COh, Junto a esos eSOS Ob r¡lc nos revela la etimología de esa palabra: desplazamiento, traslado, tropo. La
:,T"?;,:T|"#X*,":":H"'H,: ¡rrrrliferaciór¡ recorrido preüsto, órbita de simfitudes abreüadas, exigá para
a la contradicción
.,*"*";qr" ;;'ü'&':""":[T,*[
,"
l:: ,no,
desementirse, a anura"." f;:
lritr:cr adivinable lo que obliter4 paÍa rozar con su perífrasis el significante
Io.,oi"o.. Á:r ;;ffi#:iii_o¡" exr:luido, expulsado, y dibujar la ausencia que señal4 esa traslación, ese reco-
" ,¿I""ü"r,il ltirlo alrededor de lo que falta y cuya falta lo constituye: lectura radial que
ptementarias de un s en rido, p ;; ;;; ;;
i:Hl;á'*1,lT:tg,i;r.áj,,z;;;.runcionancámounidades
::;: Hff #r"T r'ont¡ota, como ninguna otra, una presenci4 la que en su elipsis señala la marca
thrl significante ausente, ése a gue la lectura, sin nombrarlo, en cada uno de
ii#f,::r11"i;i""ili:.':¿3lt;;;;;";;;?,"-"1il,!',j,,ud.roe
invatidarlo,dérogarrerrospecrivamente"l:;ü:d-:l;:.1"",TTr1"#i rrts virajes hace referenci4 el expulsado, el que ostenta las huellas del exilio.
srempre inconcruso" irrearizabre,
a" h rig"ifi"""iór. i;, ;;;ilrrciones,
hm: ff:,T::'J,:._-:-Ti?,;;;; ''\ rtíí:f:X#r*:K
Neruda, suscián esta misáa,J",*.
r"áJi
1*,d*cza en ta deryq de pe r') La condensación
-pulverización, dispersión ¿" ."",iáJ_'-l"i corro Arriloga al proceso onírico de condensación es una de las prácticas del
g*oot Itarroco, permutación, espejeo, fusión, intercambio entre lds elementos
Guayaquil, sflaba de lanz4 -'lirréticos, plásticos, etc.- de dos de los términos de una cadena significan-
filo
de estrella ecuatorial, lr. t'ltoque y condensación de los que surge un tercer término que resume
cerrojo abierto lertr/r¡rticamente los dos primeros. Figura central del joycismo, dá toda obra
de las tinieblas húmedas Itirlir'¿r, blasón de la descendencia lewiscarrolliana,-la condensación, y su
que ondulan 6¡¡'¡lr:ión rudimentaria, la permutación fonética, que al nivel del sirgno,
como unatrenza de mujer purlrlamos formalizar del siguiente modo
mojada:
puefta de hierro *rlt
por el sudor amargo "JJu lbrmutación Conden¡ación
que moja los racimos,
que gorea el marfil en los ramajes
I ,,,,,,*ro'. Uonu,,orflllñr, erc. )
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Sntel*-3§¡162
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