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Faria: critica tiene dos argumentos centrales. Una con respecto al problema sintáctico del hipérbaton, y
otra sobre “lo remoto de los términos y metáforas” de la supuesta oscuridad de Góngora.
Defensa de Góngora frente a Farias (en los comentarios a Camoens). 12 secciones: 10 para responder a
Farias. Dice que Farias es un intelectual que en lo poético se muestra un ignorante.
El apologético abre proceso a quien se atrevió a juzgar a Góngora, a quien osó actuar como juez del
andaluz sin tener los requisitos ni la calidad necesarios. Por eso lo va a ridiculizar, y para eso actuará a
veces como crítico, a veces como juez. Por difamador lo ha de procesar ante el auditorio.
Faria es incapaz de entender y penetrar la poesía de Góngora, y eso no le puede disculpar Espinoza
Medrano. Le interesa crear consciencia en el auditorio de que Faria no es el crítico eminente por el que
se tiene, y a quien todos celebran e imaginan, sino que es un triste gramático y un torpe bachiller,
pedante e ingreído, impulsado por la envidia. Charlatán y palabrero, envidioso y fatuo.
En la defensa, Espinosa Medrano no solo recurre a la antigua retórica sino también a conceptos
modernos, contemporáneos suyos, tales como los involucrados en la teoría de la historia del arte.
Puso en debate el problema del hipérbaton y llegó a la conclusión de que Góngora no empleó en sentido
estricto el hipérbaton, este viene a ser la forma denominada “tmesis”
El lunarejo se opone a la crítica de Faria que considera anti poética la peculiar sintaxis de Góngora. Las
razones de la sintaxis gongorinas son, para espinoza medrano, expresivas; el “trabajo”, el artificio
realizado es inalienable de la composición poética.
Faria sugiere una prosificación del verso, con lo cual se perdería el sentido poético. Según lo expuesto
por Espinosa Medrano, Faria toma el problema sintáctico del hipérbaton abstrayéndolo de su situación
concreta en la secuencia del poema.