BORRADOR,
[Nunca voy olvidar esas evsiones puntillosasy angus
fiantes a Tos ocho, alos eve afi: eada lunes la pro
fevoraexaminaba los euadernos, eras pasion, ltnicn
tetvidad que en verdad disfrutabe, Su hjacion calig
THenestoped avid de algunos de nosotros. al menos
huestas tandes de domingo, ELeuaderno de borrador
tra ef cuaderno verdadero: la letra inestale. grande,
ina mancha de grafit desleido. Pero haba. que fingit
‘tin excrtura, cambiar la letra, El euaderno en limpio
‘Gra cat un dibujo, una aboriosaartesania que rompia
los dedos.
Para mia letra siempre fae un problems Ain vac
to-tiemblo~al momento de trazaralgu
tes: obedezco,inconscientemente, a vejaslecciones
nal aprendidas, Desde hace un tiempo lev un diario
{que aquellaesritn profesora reprobaria: mi letra es
{mbigua, mis o menos adulta pero también infantil
de redondeos imperfeetos. Pero no tengo na letra, en
Tealidad. Me pas lo que le pasaba a Mario Levrero en
[Bldiseuyso acto: «Letra grande, yo grande. Letra ci
‘a, yo chio. Letra linda, yo lindo». Tambien me gusta
‘hus avertenci de Sylvia Plath en una ear a su ms:
Tetra me sale medio torcda solo se debe a
dre: «Si
“qucesta noche he bebido demasiada sidra»
‘Nove siborrador esta palabra bella, pero hay be~
teza en los boreadores, esa belleza rapa que busca-
26
Borrader
‘pa Baudelaire. Yo escribo hoceteand, sin planes, ala
made una frase que no siempre llega. Pero ave
tebe frase legay Hama a otra y asi. Un buen poema,
‘Grembergo, nana queda en limpio: de algunamane=
fasiompre conserva la suciedad del borrador,ellado
logit. Yesobusco al lee, tambien: huellas, mares,
borrones.
Hace ya algunos aos mi amigo Andrés Anwander
‘ne dijo que el asunto de la pigina en blanco le pare=
THasbaurdo. Para mila pagina esti siempre enteramen-
fe cerita Io que yo hago es borraren la pagina negra,
hijo, medio inspirado porlascervezas. Desde enonces
pienso qu escribir es sacary no agregar. Eseritoresel
ff ort. Es también lo que observa Julio Raméa Ri
Fey en este fragmento de La tntaci del facaso
spa novela no es como una flor que ereee sino como
Ain pres que se alla lla no debe adquirir su forma a
pani de un cleo, de una semilla, por adicin flo
Jackin, sino a parti de un volumen herbéxeo, por cor
fe ysustraccidne, Corea, podar encontrar tna forma
tueyaestaba abi, Por eso me gusta tanto este verso de
‘Gonzalo Millan: «El dolore allay se detalla»
ali, 2008
2
rrrGUATRO PERSONAS
{Quétan solitario es el abajo de un eseritor?
Me lo pregunta un amable desconocido, por pura
ccuriosidad, al final de wna sesin de Teetaras. Le res.
pond vacilando, no estoy seguro. Pienso en el lugar
feomnin del eseritor encerzado largas horas, luchando
feon sus convieciones, con sus deseos. Recuerdo ese
Fragmento tan dramatic yen cierto modo eXmico en
aque Kafka confiesa el deseo de reeluirse en una cue
‘a, solamente con una limparay sus materiales dees-
‘ritura: «Me tenexin la comida y mela dejarian sem
pre lejos de donde yo estuvierainstalado, detrés dela
puerta mas exterior dela eueva, Ira buscatla, en ex
Inisén, a través de todas las bovedas, seria mi inion
jrnosausentamos del mundo ya veces pa
san dias completos en que sélo salimos a compra ei-
jgarvoso pasear al pero (aunque en esos casos es el
petro quien nos pases a nosotros). Pero no estoy =
fguro de que eseribr sea un oficio solitario. Al menos
para mila escritura siempre ha tenido un lado colect
‘Vo. Me eriécompattiendo los textosy sineeramente no
‘reo que hays mejor taller lterario que las reuniones
deamigosen orno aun manuserto ya unas cervezas
“Amigos dispuestos a escuchar, a suger, a dserepar&
tachar; amigos cuyas opiniones a veces mofian ines
peraday decisivamente lo que eseribims.
34
1.
Cuara personas
Armamos nuestros primeros libros gracias a esas
sesioes extensas, entretenidasy tambien dur
Aquietantes, porque no era fiel aceptar que ol poem
escrito en tajinada soleded empezaba.a convertiveen
{un texto mss bien colectivoy un poco ajeno. "Tampoco
feraagradable comprobar que los demas pasaban de lar
0 por una frase o por un verso que crelamos importan
{e,Huboun tiempo en que nosjuntabamos casiadia
aleeryhastareewerdo ma noche en que nos reaimos
on el propésito de true unos textos de Joan Bros
‘a, pesar de que ninguno de nosotros sabia catain.
[No debe ser tan dificil, deefamos, armados apenas eon
‘un diceionario de cien paginas, cuando no habiainer-
not ni los atajos de Google. HT resultado fue, natural:
‘mente, desastrosoy divert.
Pero estaba hablando de los interlocutores, que se-
‘gin Natalia Ginzburg suelen ser tres. 0 cuatro personas
fen quienes confiamos aciegas y cuys opinin nos re-
sua importance, En su caso esas cuatro personas eran
dos amiga, un ertico yen espeial su hijo mayor, con
| quien se daba una extrana escena, porque después de
‘escuchar os relatos de su madre el hijo la tapabaa in
sultos ¢injurias. Rseuchar esos insultos sigifieaba
paras autora, eariosamence, que el texto estaba bien
1 opinién de Natalia Ginzburg coincide eon ese
famoso poem de Bara Pound: «Yo junto estas palabras
ra custo personas/ Algunosmas pueden oirlas/Oh
rd, lo siento por ti / Tino conoces a esas cuatro
personas». nmi caso los interlocutores son seiso sic
teo quis mis. Ahora que lo pienso, cuando presen-
t&en publico mi nueva novela quiseredactar un texto
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___Noter!
agradecind ala gente que habia etd ct mamta,
ter atin ev tmarga ve refer hacer implemen
Touma gent
muda ierario ene maaan yay gent que
cree ulin esertores npn pleando yaandose
SNS god oo ay Ma, aves, Pero tambien
con mandssldario, an mundo donde se compar
{0 Slempre me imprsiona win roundamente o-
KKegwot clinbajodeun decor detent deus
tm, yarmemado me avi pensar que mes abor
Sonne nadamisquen lesen sled alga
Jans Peron ovo eso eros ineviocuors
sis pfonesa ina quan sensionaente ae
Fis alas pad iro,
Siptiembre, son
36
eg
LA LITERATURA DE LOS HIJOS
La hija seam Pilar y
dre fue un graneseritory qu
Din pensSen eseribirn libro, pero con el pasodelos
alos ese pensamiento se fue convrtiendo en una es
pevie de condena. Qué se hace con los libros esri-
tos por el padre? ;Solamente lerlosy aceptarlos? La
‘mera existencia de esas novelas es un Hamado aesri-
bir la historia propia el padre ha vivido deforma nu
‘eros se ha multiplicado en narradores y en perso-
rsjes, ha compartido las experiencias que los dems
_guardaron bajo lave, ha eubierto la itimidad conn
Sifeentes manos de pintura.Esnecesario leer esol
tyros y también es necesario dejar de lerlos. Olvidar
Jos olenarlos de notas en los margenes. Corregilos,
sobre todo: corregirlos eon amory distancia
‘Ademiés de sus novelas, José Donoso eseribi w
diario donde registr6, minuciosamente, sus ttimos
trcinta nos de vida, Los sesentitantos euadernos del
diario fueron guardados en una universidad y some>
tidos a un plazo que pareeia prudente: seria posible
‘eonsultarlos transeu
el ator. La liberacin de esos archivos ha desperta-
do una que otra escaramuza debido a fragmentos en
que el aucor habla mal de algunos colegas. Pero eso
{importa muy poco si pensamos en I eseena de ahija
leyendo ese largo velatoajenoy ala vez propio. Porde-
3