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RVD - Iron Dogz MC 08 - BITTER TASTE OF SIN Rene Van Dalen
RVD - Iron Dogz MC 08 - BITTER TASTE OF SIN Rene Van Dalen
Sky
Él me destrozó el corazón.
Destruyó mi confianza de la manera más cruel imaginable.
Sus aterradoras amenazas me hicieron huir de él y de su club.
Juré que nunca volvería.
Pero aquí estoy. De vuelta donde dije que nunca volvería a poner un
pie.
Si pudiera evitarlo, lo haría. Desafortunadamente, hay más en juego
que solo yo.
Quiere una segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrar
que ha cambiado.
Brindarle una oportunidad requiere confianza.
Confianza que dudo en darle.
Porque esta vez no soy la única que podría salir lastimada.
Nota de la Autora:
Ten en cuenta que este libro contiene factores desencadenantes para
lectores sensibles. Tiene lenguaje gráfico, sexo, violencia, consumo
de drogas e infidelidades en sus páginas.
Por lo tanto, sé consciente de los factores desencadenantes anteriores
antes de continuar.
Otra cosa, recuerda que mis libros están ambientados en Sudáfrica y
escritos en inglés sudafricano. También utilizo palabras en afrikáans
y zulú.
Como ocurre con todos mis libros, camino totalmente por el lado
oscuro.
Ven y camina conmigo.
Capítulo 1
Skylar
Hace Diez Años
Hawk
Todos los días desde que hicieron esa prueba, tuvo que evitar
contarle la noticia a Ice y Bulldog. Tenía tantas ganas de decírselo,
pero DC insistió en que tenían que esperar hasta que ella terminara
el primer trimestre. Por si las cosas salieran mal.
Nunca pensó que perderían a su bebé. De alguna manera sabía que
este niño, su hijo, estaba aquí para quedarse. Y hoy por fin iba a
decirles a sus hermanos que iba a ser padre.
Esperó deliberadamente hasta que todos estuvieran en la iglesia
antes de entrar. Sentándose, apoyó un antebrazo junto al bloque de
acero y recogió el martillo brillante sobre la mesa frente a él. El
martillo chocó contra el bloque con un sonido resonante y el ruido
cesó inmediatamente.
Hawk miró alrededor de la habitación a los rostros de sus hombres.
Algunos de esos hombres, como su tío Bulldog, habían estado con él
desde su nacimiento, otros llegaron más tarde. Eran sus amigos, sus
hermanos de armas y su familia.
Juntos habían cambiado el club de lo que solía ser a la hermandad
que era hoy.
Liberarse del pasado del club había tenido un precio que pagaron
con sangre. Un precio que habían estado dispuestos a pagar sin
importar el costo. Un precio que todavía estaban pagando con las
pérdidas que habían sufrido. Un precio que seguirían pagando
cuando finalmente se enfrentaran a los Harrison. Algo que todos
aceptaron era… que no todos saldrían ilesos de la pelea.
Pero junto a los malos tiempos también hubo buenos tiempos. Como
los hijos de sus hermanos y sus damas. Y ahora, por fin, era su turno.
Le tocaba a él compartir sus buenas noticias con sus hermanos, con
su familia.
Carraspeando, de repente se sintió cohibido, pero lo superó.
—Antes de pasar al tema de hoy, hay algo que necesito compartir
con vosotros.
Sin pensarlo clavó la mirada en Bulldog. Su tío frunció el ceño
mientras lo miraba. Manteniendo sus ojos como si le hablara sólo a
él, les dio la noticia.
—Voy a ser padre, mi dama está embarazada.
Un silencio sepulcral se mantuvo durante tal vez un segundo antes
de que Ice saltara, echara la cabeza hacia atrás y aullara como un
poseído. Al minuto siguiente todos sus hermanos se levantaron y
aullaron de alegría ante la noticia.
Bulldog se acercó a él, lo sacó del asiento y lo abrazó con fuerza.
Hawk apoyó la frente en su ancho hombro mientras lo apretaba.
—Estoy muy feliz por ti, hijo—susurró su tío antes de darle dos
palmadas en la espalda y alejarse.
Ice no le dio la oportunidad de recuperarse antes de abrazarlo y
hacer lo mismo.
—Estoy muy feliz por ti, hermano mío—le dijo y luego le dio una
palmada en la espalda, fuerte.
Eso continuó mientras todos sus hombres tomaron su turno para
felicitarlo.
—¿Qué tan avanzada está?—preguntó Sin en voz muy baja.
El corazón de Hawk dolió por la tristeza sombría en los fríos ojos
azul cristalino de su hermano. La veía cada vez que uno de los
hermanos hacía este anuncio en particular. O cuando llevaban a sus
bebés a la casa club para presentarlos a los hermanos. Hasta este
mismo momento había sentido lo mismo. Había sentido esa pérdida
profundamente.
—Cuatro meses, hermano. Esperamos para decíroslo hasta que ella
terminó el primer trimestre.
Deseó poder ignorar la orden de Sin de no buscar a Skylar Copeland.
Sería jodidamente fácil que Ziggy y Skelly la buscaran. Cada vez que
se lo ofreció, Sin se negó. Y no dio ninguna razón por la que no
quería que encontraran a su mujer y a su hijo. Tal vez era hora de
empezar a presionarlo para que la buscara, a ella y al niño antes de
que la mierda enloqueciera con los Harrison. Si Ziggy y Skelly
pudieran encontrarla, también podrían hacerlo los secuaces de
Winifred. Y eso sería un puto desastre.
Tomando la decisión de discutirlo con Sin lo antes posible, volvió a
sintonizarse con lo que estaba sucediendo alrededor de la mesa.
—¿Qué quieres, jefe, un niño o una niña?—gritó Bollywood desde el
otro extremo de la sala.
Todos empezaron a gritar al mismo tiempo y la mayoría gritaba
'niño' pero él simplemente sonrió y les hizo señas para que se
callaran.
—Quiero una niña. Una pequeña copia al carbón de su madre.
Rostros atónitos le devolvieron la mirada, pero no todos. Kahn
sonreía y asentía porque tenía niñas. Y por primera vez desde la
muerte de Penny, Rider tenía una sonrisa en el rostro mientras
asentía con la cabeza.
—Vas a tener que vigilarla como un halcón (NdelT: Hawk), jefe—
bromeó Bollywood con una amplia sonrisa—. Ella será hermosa y te
saldrán canas cuando tenga edad suficiente para tener una cita.
—No sucederá, hermano, ella nunca tendrá una cita y le dispararé al
primer cabrón que la mire—declaró Hawk firmemente.
Bulldog comenzó a reírse alegremente y a golpear la mesa con la
mano. Cuando finalmente se calmó, todavía estaba sonriendo.
—Sabes que tienes dos primas de la persuasión femenina, ¿verdad?
Y estuviste allí cuando Gail empezó a salir y yo quería dispararle al
cabrón con el que se casó, ¿verdad? Bien y mira dónde estamos hoy,
soy un puto abuelo. Estoy vigilando a Genna y hasta ahora he tenido
suerte porque he asustado a más de un imbécil que intentaba llegar
hasta mi bebita.
Ice aulló de risa mientras sacudía la cabeza de un lado a otro.
Bulldog lo fulminó con la mirada desde el otro lado de la mesa.
—Honestamente, no crees que hayas asustado a esos bastardos,
¿verdad, papá?—preguntó cuando finalmente recuperó el aliento.
No le dio tiempo a Bulldog para responder—. Genna es la piel de
Judas y ella misma los ha estado asustando. Ella se ve como
mantequilla, pero no se derretirá en tu boca, es fuerte y resistente y
tiene un culo terco. El hombre que finalmente rompa ese duro
caparazón suyo tendrá que tener nervios de acero porque ella lo
llevará de la polla si no tiene cuidado.
Bulldog gruñó pero sabiamente no estuvo en desacuerdo con él
porque todo lo que Ice había dicho era verdad. Genna era
definitivamente la piel de Judas.
Golpeando la mesa con la palma, la atención volvió a él.
—Bien. Suficiente tiempo de familia. Volvamos a los negocios.
Las sonrisas y las risas desaparecieron al instante mientras se
concentraban en las últimas noticias. No es que hubieran muchas. La
maldita perra vieja todavía estaba desaparecida y el hombre de Dom
dentro de la organización no había informado nada nuevo.
—He tenido noticias de Kid y son las mismas de siempre. Todavía
están buscando, pero no han encontrado rastros de Winifred ni de
ninguno de los que sabemos que todavía son leales a ella y a los
Harrison. Es como si hubieran desaparecido de la faz del puto
planeta. Lo cual no me gusta nada. Sin embargo, no se rinde y tiene
equipos buscando todos los días. Face se ha puesto en contacto con
sus conexiones del bajo mundo, pero hasta ahora no le han dado
nada de valor.
Recostándose en su silla, cruzó los brazos sobre el pecho.
—Hotdog y Barracuda informaron que el problema en Richards Bay
se ha solucionado de forma permanente. Perdimos dos hombres y la
dama de Barra. Todavía están investigando con quién se reunió en
Durban y Hotdog me aseguró que pronto tendrían una respuesta.
Maddox le está dando seguimiento. Los dos puestos vacantes se
pasarán a los demás presidentes, quienes informarán a sus hombres
en caso de que alguien esté interesado en trasladarse a Richards Bay.
Si hay alguien aquí que esté interesado, puede reunirse con Ice una
vez que hayamos terminado aquí.
Se hizo silencio cuando terminó. Un buen silencio.
—Bien. Sigamos. —Señaló a Wolf—. Tenías algo de lo que querías
hablarnos, hermano. Vamos a oírlo.
Wolf miró a Scar, quien asintió rápidamente.
—Sí, Prez. Mi dama quiere saber si puede seguir adelante con la
contratación de un par de bandas durante las próximas semanas.
Quiere hacer una especie de actividad de fin de verano en The Thirsty
Dog. Y aparentemente tiene contacto con una banda indie de Estados
Unidos que podría estar interesada en tocar un par de noches
después de que terminen su gira local.
Los murmullos comenzaron inmediatamente. Algunos entusiastas,
otros no tanto. Se dio cuenta de que los solteros eran los más
entusiastas.
—¿De los Estados Unidos?
—¿Quién?
—¿Conocemos a la banda?
—¿Qué pasa con la seguridad?
Scar golpeó la mesa con sus anillos y se hizo el silencio.
—Todos estamos muy ansiosos por nuestras mujeres después de lo
que le pasó a Kellen, pero no podemos encerrarlas para siempre. Mi
dama se está empezando a cabrear mucho porque tuvieron que
cancelar todas las promociones y bandas y están perdiendo dinero.
No es que el dinero sea más importante que sus vidas, pero es su
negocio y sus clientes están empezando a irse a otra parte. Si ellas
pierden dinero… nosotros perdemos dinero, dinero legítimo. ¿Qué
pasa si seleccionamos una o dos bandas, hacemos que Ziggy
verifique sus antecedentes y partimos desde ahí? De esa forma
sabemos exactamente quién viene y estamos preparados para
cualquier eventualidad. He estado pensando que tal vez deberíamos
permitir que algunos de los hermanos sean vistos en el pub para
asegurarnos de que ninguno de los otros clubes tenga la idea de que
hemos abandonado a nuestras mujeres y al pub.
Hawk inmediatamente se inclinó hacia delante y miró a Scar con el
ceño fruncido.
—¿Han tenido problemas que no conozco?
Scar negó con la cabeza.
—No problemas reales todavía, Prez, pero ha habido algunas
insinuaciones. Leo dijo que ellas se encargaron del asunto, pero a
Wolf y a mí no nos gusta hacia dónde se dirige esta mierda.
Él tenía razón, a él tampoco le gustaba.
—Bien. ¿Qué opináis de las sugerencias de Scar y Wolf? ¿Volvemos a
pasar el rato en el pub y traemos un par de bandas? ¿O lo
mantenemos como está ahora?
Por lo general, cuando lanzaba preguntas como éstas sobre la mesa,
había muchas discusiones, pero no hoy. Se hizo prácticamente
silencio mientras los hombres se miraban entre sí y luego a Wolf y
Scar. Hubo algunos murmullos bajos pero eso fue todo.
Kahn golpeó la mesa para llamar su atención.
—Los que estéis a favor de volver a ir al pub levantad la mano.
Muchas manos se alzaron. Kahn las contó y anotó.
—¿Los que estéis en contra?
De nuevo se levantaron algunas manos. Y nuevamente las contó y
anotó.
—¿Aquellos que estéis a favor de contratar una banda?
Casi todas las manos en la habitación se alzaron.
Kahn miró a Hawk y se encogió de hombros. Definitivamente era
una victoria aplastante.
—Danos los números, Kahn.
—Tenemos 42 hermanos con derecho a votar, y eso incluye a los
nómadas que ahora tenemos en nuestra mesa. La votación fue la
siguiente. 25 votaron a favor de volver a abrir el pub. 10 votaron en
contra y 7 se abstuvieron.
Un estruendo de satisfacción comenzó, pero Ice golpeó su mano
contra la mesa y al instante todo volvió a estar en silencio.
—La votación para contratar una banda fue casi unánime con 3
abstenciones.
Kahn se sentó y Hawk le hizo un gesto de agradecimiento.
—Entonces está decidido. Los que queráis pasar el rato en el pub
podéis hacerlo, pero con ciertas reglas. Viajáis en manada y regresáis
en manada. Nadie viaja solo, si no hay un grupo de hermanos que te
acompañen, te quedas donde carajo estás. Aquí o allá, pero te quedas
en el lugar. ¿Estoy siendo claro?
—Sí, Prez.
—Absolutamente, Prez.
—Ningún problema, jefe.
Él asintió una vez.
—Bien. Wolf, Scar, podéis informar a vuestras damas que le pasen a
Ziggy las bandas que quieren contratar. Una vez que haya hecho las
verificaciones de antecedentes, nos sentaremos con ellas y
decidiremos cuál.
Wolf comenzó a reírse y a sacudir la cabeza y Hawk lo fulminó con
la mirada, pero eso no borró la sonrisa del rostro del hombre.
—Lo siento, Prez, pero eso no va a suceder. Mi dama aceptará las
verificaciones de antecedentes porque está tan consciente de su
seguridad como yo. Pero no tenemos ni la más mínima esperanza de
influirles sobre qué banda elegir. A menos que la banda esté
relacionada con la vieja perra y sea totalmente inaceptable,
tendremos que dejarlas elegir a quien quieran.
Le martillaba la cabeza y todo lo que quería hacer era volver con su
dama porque hoy no se sentía bien. Estaba vomitando demasiado. Y
p q y
quería que esta mierda terminara para poder irse.
—Bien. Hacemos las verificaciones de antecedentes y eliminamos las
no deseadas. Hacedle saber a Ice sus decisiones finales y partiremos
desde ahí—gruñó Hawk.
—Sin, Beast y Jagger, quiero que revisen su seguridad actual y vean
qué podemos hacer para hacerlo más segura…— Estaba a punto de
continuar cuando alguien comenzó a golpear la puerta.
Sin ya estaba en la puerta antes de que nadie pudiera moverse. La
abrió y vio a Damon, que parecía asustado.
—Prez, lamento irrumpir, pero tu dama no está bien. La tía Beryl me
envió a buscarte, quiere que regreses a la casa ahora mismo.
Hawk se levantó del asiento y corrió hacia la puerta antes de que el
prospecto terminara.
DC no era alguien que se quejara, pero esta mañana no se veía nada
bien.
La preocupación era un gran nudo en su estómago mientras corría
hacia su moto. Sus neumáticos levantaron pequeñas piedras y polvo
mientras salía a toda velocidad por las puertas y bajaba hasta su
casa. Gracias a Dios, la tía Beryl vivía en la propiedad y estaba ahí
para su mujer.
Saltó de la moto en el momento en que la apoyó sobre el soporte,
entró como un trueno en la casa y subió las escaleras hasta sus
habitaciones.
DC estaba de rodillas junto a la taza del inodoro con la tía Beryl
detrás de ella retirándole el cabello. Su tía miró aliviada cuando él
entró corriendo y se arrodilló junto a ellas.
—Creo que debemos llevar a nuestra chica a ver a un médico hoy.
No puede guardar nada dentro y no es bueno para ella ni para el
bebé. No pude conseguir una cita con su doctora, así que llamé a
River y ella me dio el número de la suya. Ya hice una cita. Ella nos
verá a las dos.
—Estoy bien. Tengo una cita con mi doctora para principios de la
próxima semana—murmuró DC desde donde yacía con la cabeza
apoyada en el brazo sobre la taza del inodoro.
—No estás bien, cariño. Te despertaste y corriste al baño esta
mañana y ahora son más de las doce y todavía estás vomitando. Eso
no es nada bueno. Vamos a ver a la doctora hoy y eso es todo—dijo
Hawk en voz baja pero firme.
No iba a correr ningún riesgo con ella, ni con su bebé.
Esta vez mantendría sus ojos en su mujer las veinticuatro horas del
día, los siete días de la semana si fuera necesario.
No la estaba perdiendo, ni a ella, ni a su hijo.
Capítulo 4
Sky
—Lee, te lo juro, si dices “lo que sea” una vez más no seré
responsable de mis acciones. —Mi criatura me estaba volviendo loca.
—Madre, tengo casi diez años, y eso significa que pronto seré una
adolescente, y lo que sea es lo que decimos los adolescentes cuando
no estamos de acuerdo contigo.
No pude contener la risa aunque lo intentara. Y no lo intenté. Mi loca
hija me miró con disgusto y suspiró.
—Deja de creer las tonterías con las que tus amigas te están llenando
la cabeza. Si sus padres les permiten tener teléfonos sólo porque
supuestamente son adolescentes, esa es su prerrogativa. Tu madre,
sin embargo, dice que no. Y ambas sabemos que mi palabra es ley
dentro y fuera de esta casa.
Ella resopló con altivez y puso cara de fastidiada.
—Sólo me gustaría señalar que esto no es una casa, es un autobús,
un autobús de gira—espetó ella.
—Autobús de gira o no, es nuestra casa mientras estamos de gira y
eso es todo. —Le lancé una mirada que decía que ya era suficiente de
su parte y ella hizo eso que los niños hacen tan bien… soltó un
suspiro triste y sus hombros se hundieron con desánimo mientras se
deslizaba más en el asiento.
E hizo un puchero, ese precioso morrito que me volvía loca.
Miré a Ness por encima de su cabeza y levanté una ceja. Nos
comunicamos en silencio.
—Mi hija es un dolor de cabeza—dije con la mirada.
—Tu hija es adorable pero está llena de mierda—decía la suya.
Vanessa, o Ness, como la llamaban todos, era la niñera y maestra de
Lee. A ella le encantaba el carácter de la niña y ha estado con
nosotros por un tiempo.
Y estaba de acuerdo con ella. Mi hija era adorable pero también
estaba muy mimada. Era algo que intentaba combatir con todas mis
fuerzas, pero la mayoría de las veces era una batalla perdida contra
mi familia de sangre y mi familia de banda. La mayor parte de la
banda ha estado en su vida desde antes de que ella naciera o entró
en ella cuando era una bebé.
Cuando dejé Sudáfrica era una chica asustada, embarazada y con el
corazón roto. Me preocupaba estar completamente sola en un país
nuevo sin familia cerca. No debería haberme preocupado. La mejor
amiga de mi madre, la tía Carleigh, y su marido, el tío Bill Beckman,
me recibieron con los brazos abiertos. No pasó mucho tiempo hasta
que me convirtiera en parte de su familia. Hasta que sintiera como si
Bryce, o Bry como siempre lo llamaban, y sus hermanas Lara y
Carlene fueran mis hermanos.
Mis padres habían venido para estar conmigo en el nacimiento de mi
bebé. Ella era la niña más afortunada por haber nacido en un
ambiente tan amoroso. Cuando llegó el momento de nombrarla, Bry
insistió en que tenía que llamarla Moon (NdelT: Luna) porque nació
en una noche de luna llena. Insistió en que, como el padrino, tenía
derecho a elegir su nombre. Yo quería llamarla Lilou en honor a un
personaje de mi película favorita. Después de una discusión familiar
muy ruidosa, llegamos a un acuerdo y mi pobre hija fue registrada
como Lilou Moon Copeland Beckman. Pero todos la llamábamos
Lee.
Luego de algunas discusiones que no entendí, el tío Bill me había
cambiado el apellido a Beckman. Me convertí en Skye Beckman poco
después de mudarme a Savannah.
Mi familia de sangre y mi nueva familia me apoyaron mucho
durante todo el embarazo y continuaron haciéndolo después de que
ella naciera. Fue gracias a su apoyo incondicional que pude
comenzar una nueva vida. Al principio había sido muy difícil
sacarme a Sin de la cabeza cuando lo veía todos los días en el rostro
y los ojos de mi pequeña. Pero con el tiempo se volvió más fácil.
Unirme a la banda de Bry no había sido parte de mis planes, pero
después de una noche de borrachera y karaoke hilarante, me
convencieron.
Todo empezó cuando Parker, que estaba de visita, me retó a cantar
una canción. Y después de beber alcohol por primera vez en meses,
me sentí súper valiente y confiada. Subí al escenario y tontamente, o
no, dado como resultó después, elegí la canción de Beth Hart, I'll
Take Care Of You. Era, y sigue siendo, una de mis favoritas y la canté
con todo mi corazón.
Y la casa se vino abajo con los aplausos.
Bry y su banda estaban en mi puerta temprano al día siguiente con el
video que me había tomado cantando.
En pocas palabras, me convencieron de que me necesitaban para
cantar en la banda. Hasta entonces el nombre de la banda había sido
Watership pero después de que me uní nos convertimos en Indigo
Moon. Bry estaba tan enamorado de su ahijada que nombró a la
banda en su honor. Por el color de sus ojos y su segundo nombre.
Con el nuevo nombre, la nueva formación y las nuevas canciones, la
banda comenzó a atraer seguidores.
Y aquí estábamos, años, varios álbumes y giras después, todavía
vigentes.
Bry, Andy, Lulu, Gordy y yo éramos los miembros originales. Lulu y
Gordy se fueron un año después de que me uniera a la banda para
unirse a una banda country de Nashville, su ciudad natal. Después
de varias audiciones fueron reemplazados por Mo y Lenny. Nuestro
sonido cambió y se convirtió en un rock alternativo con aires de
blues que a todos nos gustaba. Bry, Lenny y yo nos convertimos en
los principales compositores de la banda y hemos tenido cierto éxito
con nuestras canciones. Poco después de que Mo y Lenny se unieran,
Regional Talent Management se acercó a nosotros y firmamos con
ellos.
En aquel momento no éramos completamente desconocidos. Pero si
queríamos un contrato discográfico significaba que teníamos que
empezar a hacer giras y no sólo a tocar cerca de casa. Teníamos que
estar frente a más personas y construir una base de fans más grande.
Pero yo tenía a Lilou que estaba a punto de cumplir dos años.
Me negué a dejarla en casa con una niñera y nuestra gerente negoció
que se agregara una cláusula adicional al contrato. Me iría de gira
con mi bebé y su niñera. Sorprendentemente nadie dijo que no y mi
niña estaba feliz, lo que significaba que yo estaba feliz. Después de
nuestra primera gira exitosa, firmamos con Regional Records y
teníamos un contrato para un álbum. Después de eso, todo se
convirtió en una bola de nieve.
No éramos súper famosos pero tampoco unos desconocidos.
Y así fue como Lee se convirtió en parte de la banda. Ella creció en la
carretera, porque durante esos primeros días de la banda hacíamos
muchas giras. Y cuando digo muchas me refiero a la mayor parte del
año.
Era agotador y nos dejaba exhaustos.
En este momento ella era la única niña en la gira porque está siendo
educada en casa para poder viajar conmigo. Andy, Mo y Lenny
extrañaban a sus hijos y por eso la malcriaban. Su tío Bry era el
mayor culpable. Él la malcriaba muchísimo. Y no tenía excusa
porque no tenía hijos, hasta donde sabíamos, ni una mujer estable.
No importaba cuántas veces los amonestara, todavía intentaban
darle todo lo que quería. Tal vez fuera porque extrañaban a sus hijos
o tal vez intentaban compensar el hecho de que ella no tenía padre.
No lo sabía.
No es que mi hija no supiera quién era su padre. Lo sabía.
Cuando empezó a preguntar por su papá, le hablé de él. Nunca le
oculté su identidad. Sabía exactamente quién era y que era miembro
de un club de moteros, el Iron Dogz MC en Sudáfrica.
Ella no era ajena a los MC ya que Evie, una amiga mía, trabajaba en
un club en Savannah donde vivíamos. A través de ella conocí a
algunos de los hombres del Shadow Wraiths MC. Siempre nos
invitaban a las barbacoas familiares pero la mayoría de las veces
rechazaba la invitación muy amablemente. De ninguna manera
volvería a acercarme a otro motero.
Y dejadme deciros que eso era una mierda porque había algunos
especímenes muy buenos dando vueltas por Savannah.
El club y los hombres intrigaban a mi pequeña. Cada vez que nos
invitaban a uno de sus eventos y yo lo rechazaba, ella se ponía de
mal humor durante horas. Sabía que no se trataba del club en sí, sino
más bien de su padre.
No importa cuánto dolería tenerlo en nuestras vidas, sabía que
eventualmente tendría que darles a ella y a él la oportunidad de
conocerse. A medida que ella crecía, me lo insinuaba cada vez más.
Mi mayor temor era que él la negara o amenazara su vida como lo
había hecho antes. Si lo hiciera, destriparía al bastardo en el acto.
Sabía que no podría lograr reunirme con él sola. Por eso Bry y yo
habíamos hecho un pacto. Nos acompañaría cuando llegara el
momento de presentarle a mi hija a su padre.
No hace falta decir que tendría que ser Bry porque Morgan todavía
lo odiaba y trataría de convertirlo en pulpa si estaban cerca uno del
otro.
Sabía que verlo abriría viejas heridas y sacaría a relucir todas esos
viejos dolores y resentimientos. Pero no podría evitarlo por mucho
más tiempo.
Con el paso de los años mi ira se había desvanecido. Me tomó un
tiempo, pero había superado mi rabia, rechazo, traición y depresión.
Salí más fuerte del otro lado y ahora la única emoción que sentía al
mirar la foto al lado de la cama de Lilou era tristeza. Tristeza porque
él la había negado. Tristeza porque no había estado allí para verla
nacer y por no haber estado presente para verla convertirse en la
encantadora niña que era ahora.
Su foto, que normalmente estaba en su mesita de noche de la casa,
nos acompañaba cuando salíamos de gira. No es que hiciéramos
tantas giras como antes. Ralentizamos nuestra agitada agenda
cuando los chicos empezaron a tener familias. Ahora hacíamos giras
cortas entre cuatro y cinco veces al año, a lo sumo.
De los cinco que formábamos la banda, sólo Bry y yo no estamos
seriamente involucrados con nadie. A él le gustaba su libertad y,
aunque salía con frecuencia, todavía no estaba listo para sentar
cabeza.
Había empezado a salir con un tipo antes de que nos ofrecieran la
gira. Conocí a Ravinder Sharma cuando salí del centro comercial
después de comprar con Lee y descubrí que mi SUV tenía dos
neumáticos pinchados. Era increíblemente guapo y encantador, se
presentó como Ravi y se ofreció a ayudar. Una vez que
reemplazamos los neumáticos, nos invitó a tomar un café en la
cafetería del centro comercial. Acepté. Ravi pidió verme otra vez y
empezamos a salir casualmente. En nuestra cuarta cita supe que él
no encajaba bien conmigo. No le gustaba la banda, ni mi forma de
vestir en el escenario. Se volvió posesivo y agresivo y no me gustó la
forma en que intentó obligarme a hacer lo que quería. Cuando rompí
con él usé la gira como excusa. Le expliqué que la banda estaba a
punto de salir de gira, que teníamos mucho trabajo que hacer para
prepararnos y que no tenía tiempo para una relación. Decir que no
estuvo contento conmigo era decirlo suavemente. Su ira realmente
me asustó y me alegré mucho de haber insistido en conocerlo antes
de tener sexo.
Pero lamentablemente no desapareció como esperaba.
Siguió apareciendo en lugares donde yo estaba y me asusté tanto
que agradecí cuando finalmente nos fuimos de gira. Eso también
había asustado a Bry y le había ordenado a nuestra seguridad que
estuviera atento a él.
La gira a la que nos sumamos era muy importante para nosotros
como banda.
Habíamos firmado como teloneros principales de Sweet Sacrifice, un
grupo de rock muy famoso. Habían estado en pausa durante dos
años pero habían regresado con un nuevo álbum increíble.
Firmamos con el mismo sello y habíamos estado de gira con ellos
y g
antes. No como el show de apoyo principal sino como uno de los
show de su gira. Eran una gran banda y un maravilloso grupo de
personas.
Cat DeLuca Orloff, su vocalista, y yo nos hicimos buenas amigas en
esa primera gira que hicimos juntas. El hecho de que ambas
tuviéramos hijos en la gira había cimentado nuestra amistad. Y
seguimos siendo amigas cuando ella se recluyó después del horror y
la angustia de su última gira.
Y aquí estábamos, siendo parte de su gira de regreso. Tocamos en
diez grandes ciudades de Estados Unidos y terminamos en Nueva
York antes de partir hacia Europa.
Desde Nueva York volábamos a Birmingham y luego a Londres. De
Londres íbamos a París y luego a otras cinco ciudades antes de
terminar en Roma. Las fechas no eran muy cercanas y viajamos por
Europa en el autobús de la gira, al igual que en Estados Unidos.
Desde Roma volábamos a Sudáfrica para tocar en dos fechas, una en
Ciudad del Cabo y la otra en Johannesburgo. Mientras estuviéramos
allí no usaríamos autobuses ya que volaríamos de una ciudad a otra.
Después del concierto final en Johannesburgo, la banda regresaría a
Estados Unidos, excepto Lee, Bry y yo, que íbamos a visitar a mi
familia.
Hacía años que no estaba en casa y estaba deseando que llegara el
momento.
Por un lado, estaba emocionada de actuar en mi país, pero por otro,
estaba nerviosa por encontrarme con personas que pudieran
reconocerme.
Tenía mucha razón en estar nerviosa.
Ellos fueron lo primero que vi cuando subí al escenario en Ciudad
del Cabo.
El Iron Dogz MC estaba justo frente al escenario en el círculo
dorado.
Y allí, mirándome, había un rostro que nunca olvidaría.
Spider.
El tipo muy lindo que me había protegido de los bastardos que me
habían puesto las manos encima la noche que me alejé de Sin.
Hubo una sensación de remolino en mis entrañas cuando lo miré
antes de apartar la mirada.
Ahora era mayor y más musculoso. Ya no era el joven bonito que
había sido, ahora era un hombre increíblemente guapo. Hizo que mi
vientre se agitara y estoy segura de que su apariencia tenía el mismo
efecto en muchas otras mujeres.
Sentí sus ojos sobre mí durante toda la actuación. Me pregunté si
pensaba que le resultaba familiar o si simplemente le gustaba la
música.
No pensé que hubiera ninguna posibilidad de que me reconociera.
Ya no me parecía a la chica a la que tuvo que proteger esa horrible
noche hacía mucho tiempo atrás. Y tampoco sonaba como ella.
Había cambiado deliberadamente mi acento sudafricano por uno
americano.
En aquel entonces yo era un poco gordita (mi madre lo llamaba mi
fase de gordura de bebé), con el pelo largo y oscuro que me llegaba
hasta la mitad de la espalda y me vestía de forma bastante
conservadora para la cultura motera.
Después de que nació Lee, trabajé duro para perder peso y cambiar
mi apariencia. Nunca más quería volver a ser esa chica perdida y
abandonada. Nuestra manager, Trish Gale, alteró totalmente mi
apariencia y cambió mi nombre a Relix. Sólo Relix, nada más. Era un
juego de palabras con mi nombre escrito al revés. Fue tan genial.
Pero la banda pronto lo redujo a Lix. Les dio horas de burlarse de
mí, pero no me importó.
Me gustaba mi nueva yo, incluido el nombre.
Mi pelo largo fue lo primero que desapareció. Estaba cortado en
capas desiguales que caían justo debajo de mis hombros. Cuando lo
corté y coloreé por primera vez, era de un rosa intenso, ahora era de
un rojo intenso con matices de un púrpura casi berenjena. El mes
j p p j
que viene podría ser azul, el siguiente podría ser morado. Lo
cambiaba según me llevaba el espíritu.
Un tatuaje de rosas comenzaba en mi pecho, fluía por mi hombro
izquierdo hasta mi espalda y bajaba por mi brazo. No era mi único
tatuaje, sólo el único visible. Mi maquillaje era pesado, oscuro y
dramático. Unas pestañas postizas negras de un kilómetro de largo
con delineador de ojos negro hacían que mis ojos verde musgo
resaltaran. Mis labios eran de un rojo oscuro intenso que acentuaba
el arco de Cupido en mi labio superior. Tenía varios piercings en las
orejas y un aro con un diamante en la nariz.
Mi ropa le gritó al mundo que era una chica rockera. Esta noche
llevaba un corsé índigo y rojo intenso que mostraba mi tatuaje y
unos vaqueros rotos que moldeaban mi culo. Un cinturón de cuero
negro lleno de tachuelas rodeaba mis caderas y en mis pies llevaba
mis botas góticas negras favoritas que elevaban mi altura hasta cerca
de un metro ochenta.
Afortunadamente, el motero que no quería ver no estaba con los fans
en la puerta del escenario cuando nos fuimos y solté un suspiro de
alivio, pero, curiosamente, también había un dejo de pena por
alguna razón. No estaba segura de por qué y tampoco lo analicé.
Cuando la gira abandonó la ciudad, me sentí segura de que no lo
volvería a ver.
Horas más tarde, seguía dándole vueltas en mi cabeza mientras
empacaba las cosas de Lee para asegurarme de que no quedara nada
cuando Bry y Mo irrumpieron en mi habitación de hotel.
Ninguno de los dos dijo una palabra, ni yo tampoco. Éste era un
viejo truco suyo. No me contaban sus novedades hasta que
preguntaba. Y siempre cedía y preguntaba.
Como lo hice ahora.
—Está bien, decidme. ¿Qué es lo que prácticamente os hace saltar de
emoción?
Bry sonrió ampliamente y arqueó las cejas hacia mí.
—¿Recuerdas que hace una semana estábamos hablando con Evie
por Skype y ella dijo que Leo, su mejor amiga, había estado
preguntando por nosotros?
Asentí pero estaba confundida. Nunca conocí a Leo, pero sabía de
ella. Conocía a su familia y los había conocido porque eran parte del
Shadow Wraiths MC, y sabía que ella estaba casada con un motero
sudafricano. Y lo más importante es que sabía que Leo era una gran
admiradora nuestra.
—¿Qué pasa con eso?
—Bueno, acabo de recibir una llamada de Leo. Quería saber si
estaríamos dispuestos a tocar cuatro noches en su local antes de
regresar a Estados Unidos. Está dispuesta a pagarnos muy
generosamente. Es un lugar pequeño, muy exclusivo, al que solo se
puede acceder por invitación. Significa que podremos visitar a la
familia y tocar algunas noches en un pequeño lugar exclusivo. Ella
dijo que podíamos invitar a algunos fans pero que preferiría que lo
mantuviéramos de incógnito. Estuvimos de acuerdo con ella, no
queremos que se convierta en una pesadilla de seguridad ni para
ellos ni para nosotros. Entonces sin fans. Mo y los chicos ya hablaron
con sus esposas y les dieron luz verde para quedarse un poco más.
Fruncí el ceño confundida.
—Parece demasiado bueno para ser verdad.
Mo intervino antes de que Bry pudiera decir otra palabra.
—Dije exactamente lo mismo pero Leo mandó fotos del lugar. Y es
perfecto, Lix. Otra ventaja su seguridad es excelente. Todo el lugar
está bajo vigilancia CCTV las 24 horas del día, los 7 días de la
semana. Hay guardias y patrullas día y noche. Podemos relajarnos
sabiendo quién entra y si te causa problemas. Eso por si ese bastardo
sigue por aquí, sabes a lo que me refiero.
Asentí lentamente. Sonaba muy bien y si el dinero fuera tan bueno
como decían entonces estaría feliz de actuar.
Otra ventaja era que le daría a Lee algo de tiempo a solas con mis
padres y hermanos. Sólo tenía que tener cuidado de no toparme con
p y q p
el maldito Iron Dogz MC.
No es que ninguno de ellos me reconociera.
Esa chica ya no existía.
Si en aquel entonces hubiera sido la mujer que soy ahora, Crystal
habría terminado con la cara rota. Y con una vagina rota después de
que le metiera mi pesada bota gótica en su chocho enfermo.
Maldita puta.
Ella y Monika eran las dos personas que no podía olvidar ni
perdonar. No sólo arruinaron mi relación con Sin, sino que fueron la
razón por la que mi hija crecía sin un padre. Lo que nos hicieron a mí
y a mi bebé era imperdonable.
Oh, no penséis que no culpo a Sin por lo que pasó, lo hago. Debería
haber confiado en mí, confiar en quiénes éramos el uno para el otro.
No lo hizo. Le creyó a esas putas en lugar de a mí.
En lo que a mí respecta, tuve suerte de escapar. Y mi hija también.
Mientras sea posible, mantendré a mi hija a salvo de la inevitable
decepción que vendrá cuando finalmente lo conozca. Sólo puedo
imaginar lo que le habrán hecho diez años de dura vida.
Probablemente ya no se vería tan guapo como entonces. La bebida,
las drogas, el sol y el viento le habrían pasado factura a lo largo de
los años. Y tal vez se verá tan rudo y desgastado como algunos de
esos temibles matones moteros que ves en los programas de
televisión.
—¿Entonces, qué piensas?—interrumpió Bry mis oscuros
pensamientos.
Me encogí de hombros.
—Si todo sale bien y el dinero es tan bueno, realmente no tengo
ningún problema. Le dará a la familia tiempo con Lee sin que yo esté
detrás de ellos.
Si tan solo hubiera hecho mi tarea. Si tan solo hubiera preguntado el
nombre del lugar. Si tan solo hubiera preguntado y luego buscado
en Google.
No hice ninguna de esas cosas.
Con la prisa y la emoción de tocar en Johannesburgo, mi ciudad
natal, se me olvidó por completo.
Nuestro último show fue en el enorme estadio FNB y no fuimos los
únicos teloneros. El promotor había contratado a tres bandas locales
para que actuaran antes que nosotros. Nosotros, junto con Sweet
Sacrifice, no llegamos al estadio hasta más tarde. Habíamos hecho
nuestras pruebas de sonido más temprano ese día y habíamos
regresado al hotel para descansar antes del show. Como grupo de
apoyo no teníamos tanta prensa que hacer como el grupo principal.
Una hora antes de subir al escenario nos llevaron en helicóptero
desde nuestro hotel en Sandton. Nos quedamos un rato después de
nuestra actuación para ver a Cat y los muchachos antes de volar de
regreso al hotel donde nos trasladaron a los vehículos que nos
llevarían a la fiesta posterior.
La fiesta era en un club de la ciudad y realmente no quería
quedarme mucho tiempo, así que cuando Sweet Sacrifice se fue,
nosotros también. Cat y la banda iban a un exclusivo safari por unos
días y querían irse a dormir relativamente temprano. Yo sólo quería
acostarme antes de que saliera el sol.
Todo estaba organizado para una escapada rápida por la mañana.
La seguridad de la gira se aseguraría de que todos saliéramos sin
que nos siguiera una caravana de prensa.
Lee, Ness y yo reservamos un alojamiento Airbnb exclusivo cerca de
mis padres. Trisha, nuestra gerente, hizo la reserva con un nombre
falso para garantizar nuestra privacidad. Los dueños no tenían idea
de quiénes éramos. Lo único que sabían era que dos mujeres y una
niña se alojarían con ellos.
Bry y los muchachos se dirigían a un complejo hotelero por un par
de días antes de regresar para tocar en el lugar de Leo. Todo
nuestros equipos habían regresado a Estados Unidos con el del resto
de la gira excepto las guitarras. Romy, nuestra asistente, alquiló el
resto de lo que necesitábamos en una empresa local de alquiler de
equipos que se encargó de entregarlo en el lugar. Ella iría al
complejo hotelero con los chicos para descansar, pero continuaría en
contacto con Leo y su compañera, Chris.
Bry había hecho arreglos con Leo para que la banda se montara e
hiciera pruebas de sonido el día antes de nuestro primer show. No
me necesitaban durante los preparativos y sólo iría si era realmente
necesario.
Lo único en lo que podía pensar era en pasar tiempo con mi familia.
Pasar el rato con mi hermano, mi hermana y sus familias.
Habían venido a Estados Unidos de visita hacía ocho meses, pero no
había estado en casa desde que me fui hacía casi diez años.
No podía esperar a llegar a casa para pasar tiempo con todos. Iba a
ser asombroso.
No sabía lo que me esperaba.
Capítulo 5
Sin
A veces, en medio de un día ajetreado o incluso mientras tenía
relaciones sexuales con algún cuerpo sin rostro, ella aparecía en su
cabeza y todo se estancaba. Era entonces cuando se marchaba.
Dejaba lo que estaba haciendo y se alejaba. La única cura era un
largo viaje en su moto a ninguna parte, un viaje que expulsara a los
demonios de su mente y le diera cierta apariencia de cordura por un
corto tiempo.
Porque cuando llegabas al fondo del asunto... él estaba loco.
Enamorado como un loco de una mujer que lo odiaba.
Enamorado como un loco de una mujer que huyó de él con su hijo
creciendo dentro de ella.
Increíblemente enamorada de una criatura de la que ni siquiera
conocía el sexo.
Era una locura no aceptar la oferta de Ziggy de buscarlos. Había sido
tentado muchas veces, pero entonces algo sucedía en el club y su
decisión de mantener a su mujer y a su hijo a salvo de cualquier
daño se fortalecía.
En este momento, después de descubrir que DC estaba embarazada,
una vez más estaba luchando con la tentación de buscarlos. Pero, ¿y
si ella era feliz con otro bastardo y él, al alterar su vida, le causaba
problemas a su hijo?
¿Pero qué pasaría si no lo hiciera y los malditos Harrison los
atraparan?
No podía correr el riesgo. Cerrando los ojos, respiró profundamente
y caminó hacia la oficina de Ziggy. Tocando la puerta abierta, entró
y saludó con la cabeza a Bollywood antes de mirar a Ziggy.
—Encuéntralos.
Fue todo lo que tuvo que decir para que su hermano levantara
ambos brazos al aire y gritara de emoción.
—¡Al fin, joder! He estado esperando años para que vinieras y me
dijeras esa palabra. No te preocupes, hermano, estoy en ello.
Girando su silla, comenzó a escribir furiosamente en su teclado y
luego acercó su silla a otra estación de trabajo para comenzar a
escribir allí también.
—Está bien, estoy realizando dos búsquedas. Una por su nombre y
otra para ver adónde va su familia cuando se van de vacaciones.
Supongo que irán a visitarla. Incluso si se cambió de nombre, la
encontraré rastreando a su familia. Aunque va a tomar algún tiempo
porque han pasado casi diez años, hermano. Comenzaré otra
búsqueda en hospitales una vez que tengamos un destino.
Encontraré a tu hijo y a tu mujer, no te preocupes, hermano.
Bollywood estaba sentado con los ojos y la boca muy abiertos,
mirándolo. Fingió no darse cuenta y se centró en Ziggy.
—Gracias, Zig. Llámame tan pronto como encuentres algo, por
pequeño que sea.
Se fue antes de que Bollywood pudiera empezar a hacerle preguntas
que no quería responder. Necesitaba montar pero no podía. La mejor
opción era resolverlo en el ring. Ahora sólo necesitaba un saco de
boxeo.
Mirando a su alrededor en busca de un cuerpo para liberar su
agresión y ansiedad, se sacudió cuando una mano pesada se posó
sobre su hombro. Al darse la vuelta, encontró a Bullet sonriéndole
malvadamente.
—Zig me dijo que quizás necesites calmar algo de agresión en el
ring, Mfethu (NdelT: mi hermano). ¿Tiene razón?
—Joder, sí.
—Vamos, me encargo.
Salieron juntos y se dirigieron al gimnasio y al ring donde ambos
estaban a punto de sangrar. Sin no era un hombre fácil de vencer en
el ring, pero tampoco lo era Bullet.
Una hora más tarde ambos estaban sudando a mares y sangrando
pero finalmente él se sentía más tranquilo.
Cuando subió a su habitación esa noche todavía no tenía noticias de
Ziggy. No es que hubiera esperado que fuera tan fácil.
Lo que no esperaba era la orden de salir con Ice a la mañana
siguiente. Se dirigían a Bloemfontein para arreglar algunas cosas en
la sede de allí. Hawk se quedaría cerca de su dama, quien al parecer
no estaba pasando el mejor momento con su embarazo. Beast se
quedaría con su Prez. Para asegurarse, Sin eligió a los hombres para
el viaje entre los hermanos solteros. Ice sería el único con una familia
en el viaje y su trabajo era mantenerlo a salvo, sin importar qué.
Se suponía que pasarían una noche en Bloem, pero la mierda en el
club requirió dos días para solucionarse. Bloemfontein tenía un espía
en su sede y Klippies, el presidente, le había pedido ayuda a Hawk
para descubrir quién era el bastardo. Con lo que estaba pasando era
muy posible que el cabrón fuera un policía encubierto porque el club
sufría redadas constantemente. Los cerdos aparentemente buscaban
drogas, en las que ninguna de las sedes del Iron Dogz MC estaba
involucrada. Klippies tenía una organización bastante limpia y el
material ilegal estaba tan escondido que ningún simpatizante, puta
de club o prospecto lo descubriría jamás.
Significaba que el culpable sólo podía ser un hermano, una dama o
una novia.
Después de la mierda en Richards Bay, a Sin no le sorprendería
descubrir que era una de las mujeres. Incluso un hermano y eso sería
una puta mierda, porque significaba que se había escapado de los
ojos penetrantes de Ziggy, Hawk y Klippies.
A la mañana siguiente, un mensaje de texto de Ziggy confirmó sus
sospechas. Su espía era una de las mujeres, la novia de uno de los
miembros parcheados.
Era policía encubierta y estaba en la brigada antidrogas local. Fue
fácil hacerla hablar una vez que tuvieron su verdadera identidad. Se
enteraron de todo. Cómo se había acercado a Metal en un pub y lo
había utilizado para entrar a la casa club. Su oficial superior la hizo
buscar drogas pero nunca encontró ninguna. Así que para mantener
el interés de la brigada, porque de ello dependía su ascenso, mintió.
De ahí los múltiples allanamientos. Siguió haciéndoles creer que
llegaban demasiado tarde. Que la droga había sido trasladada. Pero
la cosa no se detuvo allí; cuando parecía que su investigación iba a
ser cerrada, les dijo a los cerdos que había visto cajas de armas
cargadas en uno de nuestros camiones. Ese camión había sido
detenido y registrado pero no encontraron armas, porque no había
ninguna puta arma.
Klippies y Metal estaban fuera de sí de rabia. Metal porque una
mujer por la que sentía algo lo había traicionado a él y a su club.
Klippies porque odiaba tener un 'maldito cerdo' bajo su techo.
Ice se mantuvo tranquilo mientras interrogaban a la perra hasta que
ella admitió que lo había hecho por un ascenso. No le importaba
estar jodiendo la reputación de los hombres del club o del propio
club. Nada de eso le importaba mientras consiguiera su ascenso.
Estaba condenadamente engreída porque sabía que no podían
hacerle nada.
Pero ella no había contado con Ice o Ziggy.
Cuando terminaron con ella y la perra se levantó para irse, Ice la
llamó.
—Antes de que te vayas, una cosa más. Grabamos todo lo que se dijo
aquí hoy y acabamos de enviar una copia a tu comandante de
estación. Vete a la mierda y nunca jamás vuelvas por aquí otra vez.
Tu culo tiene prohibido poner un pie dentro de las sedes y negocios
del Iron Dogz MC en el país y, si alguna vez tuviéramos sedes fuera
del país, también tienes prohibido el acceso a ellas. Y si pensabas
que, como policía, eso te daría derecho a entrar en nuestro mundo,
estás equivocada. Nuestros abogados se pondrán en contacto con tus
oficiales superiores. ¡Ahora vete!
La perra casi salió corriendo de la oficina, con la cara blanca como
una sábana y los ojos muy abiertos por la sorpresa.
y j y p p
¿Qué diablos pensó? ¿Que iban a ignorarlo y dejarla salir ilesa?
No había manera en el infierno.
—Mira como corre la pequeña cerdita—dijo Bullet con una sonrisa y
de repente todos se estaban riendo. Me sentí bien después de la
tensión de los últimos días.
—Esto tomó demasiado tiempo—refunfuñó Ice—. Quería estar en
casa esta noche pero eso no sucederá. No viajaremos de noche, no
ahora. Salimos al amanecer.
Ninguno de ellos tenía ganas de fiesta pero se quedaron y tomaron
un par de cervezas con sus hermanos antes de irse a la cama.
Sin finalmente se relajó cuando atravesaron las puertas de sus
instalaciones. Llevó a Ice de regreso a casa con su dama y sus hijos
sano y salvo. Estaba muy cansado y todo lo que quería era una
ducha y su cama.
Ziggy lo estaba esperando cuando entró con las alforjas al hombro y
el casco en la mano. La expresión de su rostro le dijo que había
encontrado algo.
—¿Los encontraste?
—Sí, pero eso no es todo lo que encontré. —Ziggy parecía muy
preocupado.
—Ella está jodidamente casada, ¿verdad? —Eso era lo peor en lo que
a él concernía.
Pero Ziggy negó con la cabeza.
—No, hermano, no lo está. Hawk te quiere en su oficina ahora
mismo.
Antes de que Sin pudiera decir otra palabra, le hizo señas a Devon
para que se acercara.
—Lleva la mierda de Sin a su habitación.
Sin le entregó sus cosas sin decir una palabra y luego siguió a Ziggy
por el pasillo hasta la oficina de Hawk. Su presidente no era el único
en la oficina. Bulldog y Spider, también estaban allí.
—Spider, que bueno verte, hermano mío. ¿Cómo te trata Ciudad del
Cabo? —dijo y abrazó a uno de sus mejores amigos antes de sentarse
en la silla a su lado.
—Ciudad del Cabo es genial, hermano. Pero no es por eso que estoy
aquí. Tengo algo de información para ti, pero por lo que tengo
entendido, Zig tiene algo de lo mismo. —Había una expresión
extraña en el rostro de Spider que no podía interpretar del todo.
Hawk se inclinó sobre el escritorio y centró esos ojos ámbar en Sin.
—Mientras estabas en Bloem Zig encontró la información que
buscabas. Déjame ser el primero en felicitarte, hermano. Tienes una
niña, Lilou Moon.
De repente se quedó sin aliento y sólo pudo mirar a su presidente.
Tenía una hija. Una niña pequeña y se llamaba Lilou. Y entonces lo
golpeó.
—Soy padre de una niña. Una mujer. Tengo una hija. —Le temblaba
la voz y sentía que las lágrimas ardían en sus ojos. No le importó que
se desbordaran y corriesen por sus mejillas.
—Es hermosa, Sin, igual que su madre—dijo Ziggy en voz baja y
puso en su mano una tablet con una foto de una niña sonriente, su
niña. Tenía su cabello rubio oscuro y sus ojos. Su nariz era la de su
madre pero la sonrisa era toda de él. Cuando sonreía, claro. En los
últimos diez años no había sonreído ni reído mucho.
Ahora, ahora lo hacía. Estaba sonriendo entre lágrimas mientras
miraba y miraba y miraba. Memorizando su carita y sus ojos
brillantes.
—¿Dónde están?—preguntó en voz muy baja mientras se secaba las
lágrimas de la cara.
—Y ahí es donde entro yo—dijo Spider—. Hace aproximadamente
una semana y media fui al concierto de Sweet Sacrifice en Ciudad
del Cabo con algunos de mis hermanos. Estábamos en el círculo
dorado y ya sabes lo jodidamente caro que es eso, así que quería la
mejor vista posible. Estábamos justo en frente del escenario
esperando que comenzara el show principal de apoyo. La banda
p q p p p y
subió al escenario y empezó a tocar y fue entonces cuando sucedió.
La vi, a tu chica. No podía creer lo que veía, pero allí estaba ella,
justo delante de mí. Sólo la reconocí por los ojos, esos grandes ojos
verde musgo que tenía. Mantuve mis ojos en ella…
Sin no le dejó terminar.
—¿La seguiste? ¿A dónde fue? ¿Dónde vive? ¿Se encuentra bien?
¿Viste a mi hija?
Spider le dio una palmada en el hombro.
—Tranquilo, hermano, hay más. Prepárate, Sin, porque no vas a
creer esta parte. Tu dama ahora es conocida como Relix, cantante
principal de la banda Indigo Moon de Savannah, Estados Unidos, y
joder, hermano, ella sabe cantar. ¿Sabías eso?
Su boca quedó abierta mientras miraba a Spider completamente
confundido. ¿Su mujer era cantante? ¿Desde cuándo? ¿Y era de
Savannah? En los Estados Unidos de América? ¿La misma Savannah
que el Shadow Wraiths MC llamaba hogar?
—Está bien, aquí es donde entro yo—dijo Ziggy y su atención volvió
a él.
—Skylar se mudó a Savannah cuando se fue de aquí para vivir con la
mejor amiga de su madre y su esposo, Carleigh y Bill Beckman.
Beckman usó su influencia y consiguió que le cambiaran el apellido
a Skye Beckman. Tuve que profundizar mucho para obtener los
detalles. Tuvo a Lilou en el hospital de Savannah y su madre y su
padre estuvieron allí durante el parto. Bryce Beckman es el padrino
de su hija y Parker Copeland-DeLandis es su madrina. Se unió a la
banda de Bryce un par de meses después y ha estado con ellos desde
entonces. Lilou está siendo educada en casa. Tiene una tutora/niñera,
Vanessa “Ness” Monroe, que sale de gira con ellos. Y aquí es donde
quiero patearte el culo porque ella ha estado muy cerca todo este
tiempo. Ella es cercana a los Shadow Wraiths, Ness es la hermana de
Magic. ¿Recuerdas a Magic? Y la mejor amiga de Skylar en Savannah
es Eva “Evie” Jurgenson, la maldita mejor amiga de Leo. Si nos
hubieras dejado buscarlas, podríamos haberlas vigilado todo el
tiempo, idiota.
Ziggy levantó una mano cuando Sin intentó decir una palabra y él se
calló y dejó que el hombre hablara.
—Ahora el resto. La banda es popular y les está yendo muy bien.
Han firmado con Regional Records y con Regional Talent
Management, una subsidiaria de la compañía discográfica. Parece
que son una buena empresa para trabajar.
—A título personal, Skylar no ha tenido ninguna relación seria que
yo pueda encontrar. Ha salido pero nada más. Salió con alguien hace
un tiempo, pero rompió antes de irse de gira. Hay muchos chismes
entre los fans acerca de que él es un acosador. Son muy expresivos al
respecto. Encontré un par de tuits donde se menciona su nombre.
Ziggy se quedó en silencio y Sin se giró en su silla para mirarlo.
—Escúpelo, hermano, no me dejes aquí colgado imaginando lo peor.
La preocupación le carcomió las entrañas cuando Ziggy evitó sus
ojos para mirar a Hawk. Girando la cabeza, él miró a su presidente.
—¿Prez? ¿Qué es? Joder, dímelo.
—El nombre del que se tuitea es Ravinder Sharma, hermano. Hay
una foto muy granulada que les tomó una fan en una cafetería.
Realmente no se puede ver la cara del tipo, sólo el perfil, y no con
claridad. Incluso después de que Zig la limpiara, no estamos seguros
de que sea él.
El hielo se deslizó por su columna.
—¿Me estás diciendo que el bastardo que estamos buscando ha
estado en Estados Unidos todo este tiempo cerca de mi mujer y mi
hija? ¡Dios! ¡Mierda! ¿Dónde están? Por favor, dime que mi familia
está a salvo, Prez—suplicó Sin.
Hawk asintió de inmediato.
—Están a salvo. Visitan a sus padres pero no se quedan con ellos.
Están en un B&B muy exclusivo y tienen seguridad a su alrededor.
Pero hermano, debes prepararte para más. ¿La banda que contrató
p p p ¿ q
Leo? Es su banda. Han estado tocando en el Thirsty Dog desde
anoche.
No podía procesarlo todo a la vez, así que lo dividió en su cerebro.
Tenía una hija y se llamaba Lilou. Su dama era la cantante principal
de una banda popular que estaba de gira por Sudáfrica. El maldito
Sharma tenía la vista puesta en su familia. Y finalmente, su dama
estaba justo aquí, en el escalón de su puerta principal. Ella no lo
sabía todavía, pero él estaría moviendo sus culos al complejo donde
podría mantener a salvo a las dos personas más importantes de su
vida.
El cansancio con el que había estado luchando desapareció mientras
se enderezaba en la silla.
—Necesito una ducha y ropa limpia antes de ir a buscar a mis chicas
—gritó mientras se levantaba.
—Sin, hijo, vas a tener que tomártelo con calma con ella—habló
Bulldog finalmente—. No os separasteis en las mejores
circunstancias y no quiero que te hagas ilusiones. La lastimaste y la
amenazaste cuando estaba en su momento más vulnerable. Lo que
hiciste no es algo que sea fácil de olvidar o perdonar.
Sin dejó caer la cabeza avergonzado. Después de diez años todavía
se avergonzaba de su comportamiento. Y llevaba esa vergüenza en
su alma. Necesitaba pedirle perdón y esperaba que ella le diera una
segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrar que ya no era
el imbécil que solía ser.
—Lo único que quiero hacer es pedirle perdón y que considere
darme una segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrarles
a ambas que he cambiado, que yo…
—Estás olvidando algo, hermano—lo interrumpió Hawk—. Viven
en Estados Unidos, Sin. Al final de sus vacaciones regresarán a su
casa en Savannah.
Mierda.
No iba a permitir que eso lo detuviera.
—Lo sé, Prez, pero cruzaré ese puente cuando llegue allí. Ahora
mismo tengo que rogarle que me perdone, una vez que lo haga
puedo dar el siguiente paso y luego el siguiente y el siguiente y el
siguiente. Hasta que finalmente las tenga de vuelta conmigo, donde
pertenecen. Son mías, mi dama y mi hija y lucharé contra el cielo y el
infierno para mantenerlas a salvo.
Su presidente lo miró con esos ojos fríos y extraños y luego sonrió.
—Bien. Te tomó putos años sacar finalmente la cabeza de tu culo.
Ahora sal y asegúrate de que tu familia esté a salvo y, si es necesario,
tráelas. ¿Me oyes? No lo dudes, tráelas. Ice y River se mudarán a su
casa la próxima semana, por lo que la casa de la piscina estará vacía.
Es tuya si la necesitas.
Y precisamente por eso Hawk Walker era el mejor presidente de
todos los tiempos.
—Gracias, Prez. Voy a hacer todo lo posible para convencerla de que
me acepte de nuevo. No va a ser fácil, pero nada que valga la pena es
fácil.
Volviéndose hacia Spider, sonrió.
—¿Vas a venir conmigo, hermano? Voy a necesitar tu sensatez a mi
alrededor esta noche.
Spider sonrió.
—No hay nada que me dé mayor placer que ver cómo te patean el
culo. La chica que echaste a patadas a la calle ahora es una mujer, y
hermano, en qué mujer se ha convertido. No digo nada más. Todo lo
que quiero es ver tu cara cuando la mires.
El bastardo empezó a reír y los demás se unieron y se dio cuenta de
que todos sabían algo que él no. Pero no le importaba. Lo que sea
que ellos supieran, él pronto lo sabría también.
Tomó la ducha más rápida conocida por el hombre y se vistió a toda
prisa. Pero luego dudó. Quería lucir bien para su chica. Mirándose al
espejo, sacudió la cabeza. Sus vaqueros estaban usados pero limpios,
su camiseta negra era nueva así que estaba bien y sus botas estaban
limpias. Se había cortado el pelo antes de ir a Bloem, así que tenía su
estilo corto habitual.
Su cabello era más corto de lo que solía ser y ahora tenía una barba
corta, más una sombra de barba que una barba verdadera, y estaba
salpicada de gris. Tenía los ojos fríos y llenos de sombras. Sombras
de cosas en las que preferiría no pensar. No cuando estaba a punto
de ver a la mujer que amaba.
La única mujer que había amado en su vida.
Pero en su corazón ahora había un lugar especial, un lugar para su
pequeña, para Lilou. Por un lado, no podía esperar a conocerla pero,
por el otro, estaba terriblemente asustado. ¿Y si él la asustaba? Era
un motero rudo, algo a lo que ella no estaba acostumbrada.
Y luego tuvo que reírse de sí mismo.
—Por el amor de Dios, imbécil—se dijo al espejo—. Ella ha estado
rodeada de moteros antes, recuerda, los Shadow Wraiths.
Sacudió la cabeza, se pasó la mano por la cara, agarró el chaleco, se
lo puso y se lo acomodó sobre los hombros.
Estaba más preparado de lo que nunca iba a estar.
Cuando salió por la puerta, Spider estaba apoyado contra la pared
exterior, esperándolo.
—Vamos a montar, hermano—dijo con una sonrisa y un guiño.
Sin estuvo tentado de golpearlo en la parte posterior de la cabeza
como siempre solía hacer Ice, pero se detuvo justo a tiempo. Spider
ya no era ese chico. Era un oficial del club y un hombre digno de
respeto.
—Salgamos de aquí, hermano. —Intentó sonreír pero no podía
mover los labios.
Aún no.
Si todo salía como debería, estaría sonriendo ampliamente durante
mucho tiempo.
Y de repente sintió ganas de rezar a cualquier deidad que escuchara
su súplica. Y lo hizo en silencio.
Por favor, que acepte verme, escucharme, oírme. Por favor, haría cualquier
cosa por ellas.
Por ella y mi hija.
Cualquier cosa.
Sólo permite que me dé la oportunidad de demostrar que ya no soy el
hombre que solía ser.
Que soy digno de ser un padre para mi hija y un marido para ella.
Porque eso es lo que él quería.
A ella.
A ellas.
Para siempre.
Subiendo a la moto, miró las estrellas en el cielo mientras se ponía el
casco.
Brillaban sobre ellos tres esta noche por primera vez en casi diez
años. Había pensado en mantenerlas fuera de su vida, a salvo. Pero
el lugar más seguro para ellas era aquí, a su lado, donde pedazos de
mierda como Sharma no pudieran tocarlas.
Sólo pensar en el bastardo y lo que le había hecho a Deena fue
suficiente para ponerlo en movimiento. Tenía que llegar a su mujer y
hacer las cosas bien.
Mientras estaba perdido en su cabeza, un grupo de sus hermanos se
había reunido a su alrededor. Con Bullet y Spider a cada lado de él,
salieron del complejo.
No les tomó mucho tiempo llegar al Thirsty Dog y gruñó ante el
estado del estacionamiento. Estaba repleto. Filas de motos y coches
lo llenaban de lado a lado. Por suerte para ellos, los Iron Dogz tenían
su propia zona de aparcamiento reservada y custodiada por uno de
los prospectos. Llevó la moto al lugar mientras sus hermanos hacían
lo mismo. De pie al lado de su moto, colocó los guantes dentro del
casco y lo colocó en el asiento. Con la cantidad de motos que vio,
dudaba que hubiera cajas de seguridad disponibles para sus cascos y
chaquetas.
—Sin. —Al levantar la vista, vio al prospecto de servicio parado
junto a su rueda delantera. Señaló su casco—. Chris dijo que le dijera
a los hermanos que vinieran que no dejaran nada en sus motos que
pudieran llevarse. Han tenido algunos problemas con civiles que
intentaron robar mierda de las motos. Tiene una caja fuerte
reservada para el club.
¿Qué carajo?
Sin frunció el ceño mientras miraba a Bullet y a Spider igualmente
enojados.
—¿Por qué mierda no sabemos sobre esto?—gruñó Sin.
—Lo siento, jefe, sucedió anoche y Scar y Spook se encargaron de
ello. Escuché a Scar decir que sacaría el tema en la iglesia la semana
que viene—le explicó rápidamente Damon, el prospecto.
—¿Intentaron robarle a un miembro de un MC o a un civil con
moto?— preguntó Spider con un pequeño ceño fruncido.
—Intentaron quitarle las alforjas a la moto de un Sinner, jefe. ¿Creo
que su nombre es Jinx?
—Fox (NdelT: Mierda)—murmuró Bullet—. Ese ladrón es un muerto
caminando. Jinx no es conocido por tener un hueso indulgente en su
cuerpo.
Sin recogió su mierda y comenzó a caminar hacia el frente del pub.
Los hombres lo siguieron, todos excepto Spider, que se quedó atrás y
habló en voz baja con el prospecto. No sabía de qué se trataba y no le
importaba. Tenía una mujer a quien ver.
Al abrir las puertas, chocó contra una pared de sonido.
Las notas graves lo golpearon justo en el pecho y vibraron alrededor
de sus pulmones. Y entonces una voz ronca y sexy lo agarró por la
polla y le provocó escalofríos.
¿Era su mujer la que cantaba? No podía ser. Esa voz no se parecía en
nada a su voz al hablar.
En nada en absoluto.
Sacudiendo la cabeza para aclararla, entró en el lobby del pub y se
dirigió hacia la chica detrás del mostrador. No tuvo que decir una
palabra mientras dejaba sus cosas encima. Sus hermanos se pusieron
a su lado y todos sus cascos y chaquetas se unieron a los suyos. Al
observar a la chica, notó la forma en que ella seguía lanzando
pequeñas miradas a Bullet mientras colocaba sus cosas en una gran
canasta de malla de alambre. Ya había muchos cascos y chaquetas
allí, pero la chica sabía lo que estaba haciendo por la forma en que
apiló cuidadosamente sus cosas.
—La chica siente algo por ti, hermano—dijo mientras golpeaba a
Bullet en el costado con el codo.
Bullet esbozó una pequeña sonrisa antes de que su rostro volviera a
su habitual máscara sin emociones.
—Ya no más chicas blancas, Mfethu. La familia está organizando
reuniones con las familias de chicas elegibles. Mi hermano decidió
que era hora de que tomara esposa. Una esposa tradicional.
Mientras hablaba, Sin se olvidó por completo de la chica detrás del
mostrador y se volvió hacia su hermano. Decir que estaba atónito era
una palabra demasiado simple.
—Dios, Bullet, ¿qué vas a hacer? Una chica tradicional no va a
encajar en el club, lo sabes, ¿verdad? —dijo suavemente.
Bullet suspiró profundamente.
—Lo sé, Sin, lo sé. No hablemos de esto ahora. Esta noche se trata de
tu mierda, no de la mía.
Los problemas de sus hermanos le hicieron pensar en el resto del
club. ¿Cuántos de los hermanos estaban pasando por cosas de las
que no hablaban? ¿Cuántos de ellos necesitaban ayuda para tomar
decisiones difíciles que los afectarían a ellos y al club?
Necesitaba investigar eso. Como Sargento de Armas, su trabajo era
cuidar del club, y cuidar del club significaba cuidar de sus
hermanos.
Pero esta noche eran sus propios problemas los que necesitaban su
atención.
Respiró hondo, lo dejó escapar con una fuerte ráfaga y siguió a
Spider al interior del pub.
Permitió que sus hermanos separaran la multitud y le abrieran un
espacio cerca del frente del escenario.
Y entonces la vio y dejó de respirar.
La mujer en ese escenario no se parecía a su Skylar.
Atrás había quedado la chica de cabello oscuro y un poco gordita
que había llamado suya. Esta mujer tenía el cabello rojo oscuro con
un toque de púrpura que le llegaba justo debajo de los hombros. Sus
labios pintados de un rojo oscuro intenso resaltaban porque su piel
era muy pálida. Su chica solía tener un bronceado claro, esta mujer
no estaba bronceada en absoluto. Su piel era como porcelana fina.
Sus ojos estaban maquillados oscuros con toda esa mierda que usan
las mujeres. Algo que su chica casi nunca usaba, y si lo hacía, era
mínimo. Un flequillo puntiagudo caía sobre su frente y cejas, unas
cejas que eran más finas de lo que solían ser. Cuando sacudió la
cabeza, su cabello voló a su alrededor y un mechón se enganchó
sobre el piercing en su nariz. Una mano blanca de dedos largos
rematada con uñas de color rojo oscuro lo apartó. Pulseras, muchas
pulseras, las delgadas muñecas estaban cubiertas y un pesado anillo
de plata rodeaba su dedo medio.
Ella bailó un poco mientras cantaba y sus ojos estaban fijos en ella.
Todo en ella lo excitaba… su voz, su cabello, su cuerpo. Su increíble
culo y sus largas piernas estaban cubiertas con unos ajustados
vaqueros negros. Un corsé brillante negro y rojo intenso abrazaba su
espectacular pecho. La tela negra y roja resaltaba los montículos de
color blanco pálido que asomaban por la parte de arriba. Un tatuaje
se curvaba sobre su hombro, en la parte superior del brazo y
desaparecía en el corsé. Y eso le cabreó porque algún cabrón tuvo
que haberla tocado para hacerle ese tatuaje. Se preguntó si su ropa
escondía más. Su mirada se posó en sus zapatos y casi sacudió la
cabeza. Otra cosa que la chica que recordaba nunca habría usado.
Botas negras hasta la pantorrilla decoradas con cadenas, hebillas y
calaveras envueltas amorosamente alrededor de la parte inferior de
sus piernas y las suelas gruesas y el tacón alto empujaban su altura
cerca del metro ochenta.
Era otra persona. Alguien tan jodidamente sexy que tenía su polla
retorciéndose en sus pantalones y eso lo cabreaba muchísimo. Lo
cabreaba porque sabía que no era el único hombre entre la multitud
que se excitaba con ella.
Sus ojos estaban clavados en la mujer mientras cantaba, con la
cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados.
La canción terminó, ella bajó la cabeza y sonrió a la multitud que
aullaba.
Y entonces una voz que no había oído en años llegó por el sistema de
sonido y su corazón se aceleró. Era su voz pero el acento era
americano.
—Hola a todos, somos Indigo Moon y estamos muy felices de estar
aquí con todos vosotros. Soy Lix, y allá en la guitarra tenemos a Bry,
en el bajo está Mo, el hombre salvaje en la batería es Andy y por
último, pero no menos importante, en el teclado y la guitarra
tenemos a Lenny. Estaremos actuando aquí durante dos shows más.
¡Así que pongamos manos a la obra y a divertirnos un poco!
El hombre al que llamaba Bry se acercó a ella y los dos chocaron los
hombros antes de que él tocara una cuerda y comenzara la siguiente
canción.
Sin estaba hipnotizado. Hipnotizado por una mujer que no reconocía
en absoluto.
Hasta que las luces del escenario brillaron en sus ojos. Unos ojos
verdes como el musgo que no había podido olvidar.
Fue hacia el final de una canción cuando se cansó de esperar.
Empujó a los cabrones que bailaban delante de él al frente del
escenario y entonces sucedió.
Ella lo vio.
Sus miradas se encontraron y todo a su alrededor desapareció.
Eran sólo él y ella.
Él lo vio todo en sus ojos.
Al principio hubo shock pero cambió, se volvieron duros y
decididos.
Ninguno de los dos apartó la mirada mientras ella cantaba la última
canción de la noche. Su mano derecha se movió como por su propia
voluntad y cubrió el tres tatuado sobre su corazón… el número de
sus pecados.
Pronto borraría el último de esos pecados.
Se quedó allí, rodeado de sus hermanos, y sabía en el fondo de su
alma que no las dejaría ir a ella ni a su hija, nunca más.
No importaba que él pudiera leer en sus ojos su decisión de dejarlo
atrás. Él no permitiría que eso sucediera. No tenía otra opción. Eran
ella y su hija o nada. Y nada que no estaba en las cartas para él o
para ella. Ella simplemente no lo sabía todavía.
Sus ojos ardieron con ira hacia él y finalmente, finalmente pudo
sonreír.
Y lo hizo. Sonrió, tan jodidamente amplio que sentía como si sus
mejillas fueran a romperse.
Capítulo 6
Skylar/Lix
El Primer Show
El Segundo Show
Fue durante la penúltima canción que sucedió.
Lo vi abriéndose paso entre los hombres y mujeres que bailaban
frente al escenario y entonces él y los hombres que lo acompañaban
estaban allí.
Justo enfrente mirándome.
No podía apartar la mirada, sus gélidos y brillantes ojos azules me
mantenían cautiva.
Todo a mi alrededor desapareció y quedamos solo él y yo.
Me sorprendió verlo, pero estaba decidida a no caer en su mierda
nunca más. Sabía que mis ojos eran duros cuando le devolví la
mirada mientras cantaba.
Desafortunadamente, nuestra última canción de la noche era una
maldita canción de amor. Miré a Bry para intentar cambiarla, pero él
simplemente negó bruscamente con la cabeza y continuamos.
Y mis ojos nunca dejaron los suyos mientras cantaba sobre nunca
olvidar a un amante.
Se me apretó el estómago y me dolió el corazón cuando levantó la
mano y la apoyó en su corazón, como diciendo que nunca me había
olvidado.
La gente había notado nuestras miradas fijas y los vi tomando fotos
de lo que para ellos debía parecer como que estaba cantándole al
motero delante del escenario.
Finalmente todo terminó y pude escapar.
Sólo que no lo hice.
Cuando salí del escenario, él y dos de sus hermanos del club saltaron
al escenario y me siguieron.
Tank estaba a punto de ir a lo He-man sobre sus culos cuando le di
unas palmaditas en el brazo.
—Lo conozco, Tank. Está bien.
Entré al salón verde con él justo detrás de mí. Me di la vuelta y con
las manos en las caderas esperé a que hablara. De ninguna manera
iba a iniciar esta maldita conversación.
—Diez años, he estado esperando diez años, cariño, y finalmente
estás aquí y podemos hablar de la mierda que pasó en el pasado.
Incliné la cabeza y levanté una ceja. ¿Realmente pensaba que era tan
fácil? Ni siquiera cerca.
—¿Has estado esperando? ¿Por qué esperarías, Sin? Tú eres quien
nos echó. Eres quien amenazó con hacernos daño. ¿Por qué diablos
estás aquí? Hace diez años no significamos nada para ti, ¿qué
cambió?
Su mano golpeó su pecho con tanta fuerza que sonó como un trueno
en la habitación silenciosa.
—Yo. Cambié. Ya no soy ese imbécil egocéntrico. Cometí errores,
grandes, no, no grandes, jodidamente enormes errores, y te perdí a ti
y a nuestro bebé. Perdí a las dos personas más importantes de mi
vida porque era un maldito imbécil. Cuando finalmente me recuperé
y me di cuenta de lo que había hecho, ya no estabas. Te busqué,
créeme que lo hice hasta el día que tu padre vino a verme y me dijo
que te dejara ir. Que eras feliz sin mí. Y lo hice, te dejé ir. Le dije que
no te buscaría. Pero, cariño, me juré que si alguna vez te cruzabas en
mi camino movería el maldito cielo y el puto infierno para
convencerte de que me dieras una segunda oportunidad. Para que
me dejaras demostrarte que he cambiado. Que soy un mejor hombre
ahora. Lo único que te pido es que me des una oportunidad. Dame
la oportunidad de ser el padre de mi hija. Dame la oportunidad de
demostrar que soy lo suficientemente bueno para ser tu hombre.
Dame la oportunidad de corregir mis errores.
Se quedó en silencio y yo me quedé allí. Aturdida y en silencio. ¿Mi
padre le había pedido que me dejara ir?
Spider no se quedó aturdido o en silencio.
—Maldición. En todos los años que te conozco, hermano, nunca te
escuché defender tu caso. Simplemente aceptaste el castigo que te
impuso Bounty y te quedaste callado. Siempre admiré la forma en
que aceptaste tu castigo y como silenciosamente cambiaste tu vida.
Se volvió hacia mí y me guiñó un ojo.
—Es genial verte de nuevo, cariño. No podía creer lo que estaba
viendo cuando te vi en ese escenario en Ciudad del Cabo. Vine hasta
aquí para decirle a mi hermano que te había visto pero él ya sabía
que estabas aquí. Y ahora aquí estamos.
De repente sonrió y me guiñó un ojo.
—Y él es sólo un hombre, parado frente a su chica, diciéndole que
todavía la ama.
Sin lo golpeó en el vientre con el dorso de la mano mientras los
hombres apiñados en la habitación soltaban risitas. Demonios,
tampoco pude detener la sonrisa. ¿Quién diría que un motero podría
citar una frase de una película romántica? Había cambiado la frase
pero aun así la reconocí.
Siempre me había encantado esa película.
p p
Pero amar la película y aceptar lo que Sin quería eran dos cosas muy
diferentes.
—Mi hija es la persona más importante en mi vida. Su bienestar es lo
único que me importa. Así que asegúrate de querer ser parte de su
vida. Si no, es mejor que te vayas ahora y nos dejes en paz.
Comenzó a negar con la cabeza antes de que yo terminara.
—Nuestra hija es tan importante para mí como lo es para ti. Puede
que no haya estado presente para ayudarte a criarla, pero he
pensado en ella cada minuto de cada día desde que te fuiste. No es
que supiera que nuestro bebé era una niña, pero no me importaba.
Ella es mía y quiero conocerla—gruñó él obviamente muy enojado.
Miré a Bry y él asintió. Apretando los dientes miré a Sin.
—Bien. Así es como sucederá esto. Lilou cumplirá diez años el
viernes de la próxima semana y le celebraremos una fiesta de
cumpleaños en casa de mis padres. Puedes venir…
No me dejó terminar.
—No. Ni siquiera sabía la fecha de su maldito cumpleaños, Sky. No
tenía idea de qué tan avanzada estabas cuando te fuiste. Perdí todo
este tiempo. —Pude ver una fría determinación en sus gélidos ojos
azules—. Quiero conocerla antes de su cumpleaños y quiero
presentarla a mis hermanos y a sus familias.
Levantó una mano para silenciarme cuando comencé a farfullar de
ira.
—Espera, déjame terminar. El club ya no es lo que era. Ahora somos
una familia. Todos hemos cambiado para mejor. Muchos de mis
hermanos tienen damas e hijos y les encantaría conocer a Lilou. Ella
estará a salvo en el club, al igual que tú y cualquiera que quieras
traer.
No sabía cómo me sentía acerca de esto. Todo lo que sabía sobre el
club era lo que había visto esa noche.
—¿Esperas que lleve a mi hija al lugar donde me rompiste el corazón
y me humillaste? Creo que no—grité mientras luchaba por mantener
la calma.
El enorme negro detrás de Sin que había estado observando en
silencio levantó una mano para llamar mi atención.
—Él te está diciendo la verdad. Tú y tu pequeña estaréis a salvo en el
club. Ven y compruébalo tú misma, el domingo tendremos un día
familiar, ¿por qué no traes a tu pequeña y conoces a algunas de las
mujeres?
—¿Quién eres?—pregunté bastante groseramente, lamento decirlo.
Levantó una ceja y me sonrió. Para nada molesto por mi tono
sarcástico.
—Soy Bullet, el hermano de Sin.
Asentí y le di una rápida sonrisa. Bullet era increíblemente hermoso.
Había sido deslumbrante antes de que esa sonrisa curvara sus labios
llenos. ¿Con esa sonrisa? Al hombre le tienen que tirar bragas desde
todos lados.
—Esa es realmente una muy buena idea, Bullet—coincidió Spider
antes de volverse hacia mí—. Mis padres estarán allí, al igual que mi
hermana y mi hermano con sus hijos. Vamos a comer una braai
familiar antes de que tenga que regresar a Ciudad del Cabo.
Sabía lo que significaba una braai familiar. Sólo familiares y amigos.
Igual que con los Shadow Wraiths.
Al mirar bien el chaleco de Spider, vi que ahora era un oficial del
club. Al parecer era el tesorero de Ciudad del Cabo. Y eso me hizo
mirar el chaleco de Sin.
Él también era oficial. Ahora era el sargento de armas. Como me
había explicado años atrás el Sargento de Armas era el protector del
club. Parece que en los diez años que estuve fuera le habían dado
mucha responsabilidad. Debían confiar en él.
Significaba que ahora era un miembro de confianza del club.
¿Pero debería confiar en él?
—Creo que deberíamos ir a la braai—dijo Bry de repente.
Me giré para fruncirle el ceño y él levantó ambas manos.
—Hermanita, sabes que se ha estado muriendo por conocer al
hombre de las fotografías durante putos años. Tienes que concederle
esto. Es su derecho y por mucho que quieras decir que no lo es, lo es.
Y nos da la oportunidad de comprobarlos. De asegurarnos de que
sean lo suficientemente buenos para nuestra niña.
La tensión era una banda dolorosa que recorría mis hombros y mi
nuca.
Sabía que tenía razón. Mi niña llevaba años preguntando por él.
¿Y qué tan justo era que se viera tan condenadamente bien? Me
esperaba un motero arruinado y aquí estaba, luciendo mayor pero
increíblemente guapo.
Tenía pequeñas arrugas alrededor de esos increíbles ojos azules
brillantes y canas en la barba y en las sienes. Su cabello estaba
mucho más corto de lo que solía usarlo antes. Estaba bronceado por
el sol, pero no arrugado como esperaba. Y obviamente hacía ejercicio
a juzgar por sus musculosos antebrazos y los bíceps que estiran las
mangas de su camiseta. Un pequeño tatuaje asomaba por la manga
de su brazo izquierdo, pero apenas podía ver el final de un rizo
bastante adornado. Sus hombros parecían más anchos y su camiseta
se pegaba a un abdomen apretado. Sus vaqueros se apoyaban en sus
caderas estrechas y se moldeaban alrededor de unas piernas largas y
unos muslos musculosos.
Tenía la constitución de un nadador o un gimnasta, no era tan
musculoso como algunos de sus amigos. No es que pareciera
pequeño al lado de ellos, en absoluto. Había ganado volumen y se
había ensanchado y le quedaba muy bien. Sus ojos eran claros y
brillantes cuando se centraron en mí.
Cerré los ojos y respiré profundamente para calmar mi estómago
revuelto.
Tomé una decisión y esperé con todas mis fuerzas que fuera la
correcta.
—El sábado es nuestra última noche aquí y lo más probable es que el
show se extienda debido a los bises y demás. Llegaré tarde a casa y
no me levantaré temprano. Podemos estar allí alrededor de las doce.
¿Estará bien?
—¡Perfecto!—respondió Spider antes de que Sin pudiera decir una
palabra.
Lanzándole una mirada enojada, se concentró nuevamente en mí.
—No puedo esperar hasta el domingo, no puedo—dijo muy, muy
quedamente.
Lo miré y abrí la boca pero no me dio oportunidad de hablar.
—Quiero conocerla mañana. Podemos hacerlo en casa de tus padres
o en el lugar donde te alojas. Tu elección.
Estaba enojada con él… ¡otra vez!
—Son dos días, has esperado diez años, ¿cuántos son dos días más?
—gruñí.
—Un segundo más es demasiado tiempo—gruñó él en respuesta—.
Y quiero conocerla antes de presentarla al resto del club. Es lo
correcto, ¿no crees?
Mierda.
No quería estar de acuerdo con él pero lo estaba.
Mi bebé necesitaba conocerlo antes de conocer al resto de su club.
No quería que ella se enfrentara a muchos extraños cuando
conociera a su padre por primera vez.
Así que me aguanté y estuve de acuerdo.
—Bien, podemos hacerlo mañana. Creo que es mejor si nos
encontramos en un lugar neutral, no en casa de mis padres. Ven a
comer. Me da la mañana para prepararla. Y será mejor que estés
preparado para responder muchas preguntas.
Bry y los muchachos de la banda se rieron y los moteros les
fruncieron el ceño.
—Hombre, debería dejarte ir sin estar preparado, pero no quiero que
parezcas un idiota—dijo Bry encogiéndose de hombros cuando Sin
gruñó.
—Nuestra niña estaba muy por delante en la fila el día que
repartieron su capacidad intelectual. Tiene preguntas que se ha
estado preparando para hacerte durante años. He visto esa lista y
permíteme decirte que seas honesto con ella. Esa chica puede ver a
través de las mentiras y si le mientes una vez, ella terminará contigo.
Créeme, ya ha sucedido antes.
Sin frunció el ceño.
—¿Quién le mentiría? Eso es simplemente estúpido.
Bry soltó un resoplido despectivo y quise darle una patada porque
sabía lo que se avecinaba.
—Lix salió con ese imbécil hace un tiempo y cada maldita palabra
que cruzó sus labios fue mentira. De alguna manera Lee lo sabía y se
aseguró de que él supiera que ella lo sabía. Es un pedazo de mierda
que todavía estamos tratando de sacarnos de la suela de nuestros
zapatos, desafortunadamente.
Mierda. Bry y su bocaza.
—Bry…
No pude decir más.
—Sé lo de Sharma—dijo Sin mordiendo las palabras—. No puedo
discutirlo contigo ahora, pero lo hablaremos mañana. Todo lo que
puedo decir es que él no es quien crees que es y es muy, muy
peligroso. Me alegra ver que tienes seguridad, pero la iremos
ampliando. No voy a correr ningún riesgo con mis chicas.
—¿Qué? —Mi gruñido enojado provocó que Sin sacudiera
ferozmente la cabeza.
—No, Sky, no discutas conmigo sobre tu seguridad. Lo entenderás
cuando te lo explique, déjalo así por ahora, por favor.
Lo dejaría pasar por ahora, pero sólo por ahora. El bastardo tendría
que dar explicaciones mañana.
q p
—Está bien, pero mañana me vas a decir qué pasa o mi hija y yo nos
subimos a un avión y nos vamos de aquí. ¿Comprendido?
—Absolutamente. Dame tu teléfono.
Mi bolso yacía en el sofá, abrí el bolsillo lateral, saqué el teléfono, lo
abrí y se lo entregué. Lo vi mientras ingresaba su número y se
llamaba.
—Tengo tu número. Te llamaré mañana por la mañana—dijo
mientras me lo devolvía.
Antes de que pudiera evitarlo, se inclinó y presionó sus labios contra
los míos en un suave beso con la boca cerrada.
Escuché un suave gemido retumbar en su pecho cuando levantó la
cabeza y luego hizo algo que solía hacer todo el tiempo.
Apoyó su frente contra la mía y cerró los ojos mientras respiraba
profundamente.
—Extrañaba esto, extrañaba respirar tu aroma hasta mi alma—
susurró él.
Y se fue. Salió por la puerta antes de que pudiera decir una palabra.
Mi mano fue directa a mi boca, las yemas de mis dedos sobre los
labios. Todavía podía sentir sus labios, el cosquilleo de su barba y su
frente presionada contra la mía.
Se sentía demasiado familiar.
Estaba en muchísimos problemas.
Cerré los ojos y en mi mente lo vi claramente.
La puta, desnuda encima de Sin.
Eso fue suficiente para borrar la sensación de sus labios y el toque de
su frente, dejándome fría y temblando. Lo que no pude borrar
fueron sus palabras.
Ninguna de ellas.
Capítulo 7
Sin
Alejarme de Sky ahora que la había encontrado de nuevo fue una de
las cosas más difíciles que había hecho en su vida. Pero tenía que
hacerlo. Ella necesitaba tiempo. Tiempo para darse cuenta de que no
iba a ninguna parte. Tiempo para acostumbrarse a su nueva
realidad. Una realidad que no tenía idea que se avecinaba para ella y
su hija.
Eran suyas. Suyas para protegerlas. Suyas para amarlas y adorarlas.
Ya no era el idiota egoísta que solía ser. Era un hombre cambiado.
Un hombre que sabía lo que quería y que apreciaría a sus chicas
como el regalo que eran.
Diez años atrás había permitido que las jodidas reglas que Flash
Warne les había machacado a golpes como prospectos influyeran en
sus decisiones. Decisiones que le costaron todo. Pero no todo era
culpa de Warne. Romper el corazón y la confianza de su mujer, fue
obra suya. Él cargaba con esa culpa.
Incluso si fueron las reglas de Warne las que lo llevaron hacia su
destrucción.
El club ante todo.
Los hermanos antes que las putas.
Las novias y las damas eran coños, igual que las putas.
Debían respetarse a los miembros antiguos y a los oficiales. Su palabra era
ley.
La palabra de Warne era ley.
El tiempo les había mostrado exactamente cuán podrido hasta la
médula había estado Flash Warne. La misma sangre podrida corría
por las venas de su hija y gracias a Dios nunca la había tocado. Ella
lo había intentado muchas veces con él, pero no había aceptado sus
ofertas.
Mientras era simpatizante se había follado a las putas del club, pero
después de conocer a Sky nunca volvió a tocarlas. Por alguna razón,
Jane lo había tomado como un desafío y constantemente intentaba
meterse en su cama.
Después de que su vida implosionó, evitó a las putas del club y a
todas las mujeres que iban a la casa club a divertirse. Eso significaba
que si su dama alguna vez regresaba al club no habría una sola
mujer allí que pudiera decir que había tenido su polla. Y esperaba
con todas sus fuerzas que ella regresara pronto a su club como su
dama.
A pesar de que la había besado y tocado su frente con la de ella y
escuchado su respiración entrecortada, conocía a su mujer. Eso no
haría ninguna diferencia. No la haría perdonar ni olvidar.
Si él luchaba con la idea de ella con otros hombres, ¿cuánto más
luchaba ella con la visión de él con la puta?
Si alguna vez la hubiera visto con otro hombre, lo habría puesto de
rodillas antes de levantarse y matar al cabrón.
Con toda la rabia que llevaba en las entrañas, su hermana y la puta
podían agradecer a su buena estrella que no las hubiera vuelto a ver.
Al parecer, su madre se había mudado al otro lado de Pretoria
después del divorcio y su padre le dijo que las perras se habían ido
con ella. Adiós y hasta nunca. En lo que a él concernía, su única
familia era su padre, sus hermanos y las familias de ellos.
Y ahora finalmente podría añadir a su familia, a su mujer y a su
bebé.
Mientras regresaba a la casa club con sus hermanos a su alrededor,
no podía quitarse a Sky de la cabeza. Su aspecto. La forma en que
sonaba. La forma en que olía. Todo en ella era muy diferente de los
recuerdos que tenía. Y esos recuerdos que tanto había apreciado
palidecieron frente a la mujer en la que se había convertido.
Había madurado hasta convertirse en alguien que él no conocía pero
que quería conocer. Quería saber todo sobre ella, pero no quería
saberlo por Ziggy. Quería que ella se lo dijera.
Que le diera su confianza permitiéndole conocerla.
Ella era una llama vibrante y seductora que lamía su mente y su
polla.
Se sentía atraído por su independencia y madurez y por el hecho de
que no se había echado atrás ante él.
Cuando estaban juntos, él no quería que ella fuera independiente.
No le gustaba que tomara decisiones sin él. Como un idiota, quería
tomar todas las decisiones por los dos. Y lo hacía. Ella lo había
aceptado, pero había sido porque lo amaba. No porque pensara que
él sabía más y no porque ella renunciara a su independencia. No,
todo se trataba de él, de lo que él quería y de lo que lo hacía feliz.
Esa había sido su Sky, le encantaba hacer felices a quienes amaba.
Él había sido feliz pero no estaba tan seguro de que Sky hubiera sido
feliz. No con la forma en que la había mantenido alejada de gran
parte de su vida.
No les dijo una palabra a sus hermanos cuando entraron a la casa
club.
Estaba tranquila, sólo unos pocos hermanos estaban en la sala
común y en el bar. Se dio cuenta de que Kobus estaba detrás de la
barra cuando pasó y subió las escaleras de dos en dos. Todo lo que
quería hacer era llegar a su habitación y darse una ducha.
Sería la tercera del día.
Ocurría cada vez que la gente se acercaba demasiado o si lo tocaban.
Y ser parte de la multitud frente al escenario significaba que la gente
había estado cerca, demasiado cerca. Era algo que no podía soportar,
que alguien lo tocara sin su consentimiento. La idea hizo que la rabia
lo carcomiera casi de inmediato y supo que una ducha no iba a ser
suficiente.
Necesitaba el toque limpiador del agua a su alrededor.
Además, la fatiga de nadar innumerables largos lo ayudaría a
dormir. No había dormido bien desde la última vez que durmió al
lado de su mujer. La mayoría de las noches su sueño se veía
interrumpido por pesadillas. Pesadillas violentas. Cuando estaba
muy cansado, se escapaba de ellas, la mayor parte del tiempo.
Colocando el casco sobre el escritorio, se quitó el chaleco y lo colgó
en el respaldo de la silla. Sentado en el costado de su cama, se quitó
las botas y los calcetines moviendo los dedos de los pies antes de
levantarse y agarrar la toalla que colgaba a los pies de la cama.
Una cama de hierro forjado increíble que Beast le había hecho
después de haber destruido todo en su antigua habitación en un
ataque de ira.
La habitación en la que se encontraba ahora no era aquella en la que
había traicionado a la mujer que amaba. Incluso después de haber
destrozado cada mueble de esa habitación, la ropa de cama y las
cortinas, todavía no podía soportar estar entre esas paredes. Por eso
se había mudado a una de las habitaciones más pequeñas de la casa
club. La habitación no tenía un baño completo, solo un nicho
minúsculo con ducha, inodoro y lavabo. No había necesitado más
porque era el único que usaba la habitación. Nunca había traído
mujeres a su dormitorio. Cuando la necesidad de correrse se volvía
demasiado, salía y encontraba una mujer civil con ideas afines con
quien follar. Y eso era todo, una follada. Nunca las miraba a la cara,
nunca las besaba, ni se las comía. Las sujetaba, usaba los dedos y la
polla para darles placer, se corría y se marchaba. Nunca se quitaba la
ropa. Era un caso de abrir la cremallera, ponerse un condón, follar
hasta que ambos se corrieran, sacar su polla, tirar el condón, cerrar la
cremallera, lavarse y marcharse.
No había estado buscando una mujer o una relación. Y se aseguraba
de que cada una de las mujeres con las que follaba lo supiera de
antemano.
Cuando se convirtió en oficial, se había mudado nuevamente al
primer piso, a una habitación mucho más grande con un baño
completo bastante grande. Su habitación daba al frente de la casa
club y tenía una buena vista desde el techo hasta la puerta principal.
Le gustaba poder mirar por la ventana para comprobar la puerta y a
sus hermanos patrullando el muro. Lo hacía sentirse seguro.
Y necesitaba sentirse seguro. Necesitaba saber que sus hermanos
estaban seguros.
Tirándose una toalla sobre un hombro, salió, cerró la habitación, bajó
las escaleras y salió por la puerta trasera. La noche estaba llena del
sonido de los grillos y los pájaros nocturnos mientras caminaba
hacia la piscina. Ingresó el código, abrió la puerta y se volvió hacia el
hombre silencioso detrás de él. Había sido consciente de que lo
seguían desde el principio.
—No tienes que seguirme, hermano, no voy a hacer ninguna
estupidez. Ahora no. Estoy demasiado nervioso para dormir. Voy a
nadar un par de largos antes de volver arriba.
Spider se encogió de hombros mientras se quitaba la camiseta por la
cabeza.
—Tal vez tuve la misma idea. ¿Sabes lo que hago todas las mañanas?
Levanto el culo antes del amanecer y voy a la playa. Estoy en el agua
montado mi tabla mientras el sol asoma en el horizonte. No más
borracheras nocturnas, ni putas, ni perras anónimas. Ahora vivo
limpio, hermano. Tengo que hacerlo o Kid tendrá mi culo. El
hermano se ha convertido en una fuerza a tener en cuenta. Cuando
asuma el cargo de presidente, tendrá la sede tan hermética que ni
una puta hormiga podrá meterse allí. Orca prácticamente le deja
hacer lo que quiere.
Sin se deslizó en el agua y hundió la cabeza mientras Spider se
desnudaba hasta quedar en bóxers y saltaba a la piscina junto a él.
—He oído que está limpiando la casa. Es algo bueno. Necesitamos
deshacernos de los bastardos que todavía se aferran a las viejas
costumbres. Hawk tiene suerte de tener a los ancianos que tiene, no
todas las sedes pueden decir lo mismo. ¿No sé si has oído hablar de
la mierda en Richards Bay?
Spider se apartó el largo cabello de la cara mientras asentía.
—Lo he oído—dijo mientras se alejaba nadando.
Sin no se quedó esperando y se puso en movimiento lentamente.
Estaba en su décimo largo cuando se dio cuenta de que Spider ya no
estaba en la piscina con él. Pataleando, nadó de regreso a donde
estaba sentado al lado de la piscina con una toalla alrededor de sus
hombros.
—¿Te sientes mejor ahora?—le preguntó mientras Sin se acercaba a
él y ponía sus manos en el borde de la piscina.
—Sí, de hecho, lo hago.
—¿Cuántas jodidos largos puedes hacer? Estoy completamente
agotado y parece que ni siquiera has empezado todavía—le
preguntó Spider mientras respiraba pesadamente.
Sin se encogió de hombros mientras salía de la piscina para sentarse
junto a su amigo.
—No sé. Simplemente nado hasta que ya no puedo más.
—No te esfuerces hasta que te ahogues, imbécil. No puedo perder a
mi mejor amigo porque decidió que prefería nadar con los peces que
con nosotros.
Sin se rio y sacudió la cabeza mientras se ponía su toalla sobre los
hombros.
—No tengo deseos de morir. Sólo necesito nadar para silenciar la
mierda que tengo en la cabeza. A veces sucede rápidamente, otras no
tanto.
—Estoy si necesitas hablar, hermano, siempre—dijo Spider mientras
agitaba el agua con los pies.
—Lo sé. —Sin giró la cabeza y miró a su amigo—. Mi cabeza está
jodida esta noche. No puedo creer que la mujer que vi esta noche sea
la misma que huyó de mí. Es muy fuerte, lo pude ver en sus ojos y
no va a ceder ni un milímetro. Quizás conozca a mi hija y comience
una relación con ella, pero Sky ya está lista marcharse.
Spider soltó una carcajada.
—Realmente no puedes culparla, ¿verdad?
Encogiéndose de hombros Sin no dijo nada porque no había nada
que pudiera decir. Sky no bajaría la guardia hasta estar segura de
que él había cambiado. No antes.
—Sabes que nunca te presioné para que hablaras en aquel entonces,
cuando ella desapareció y tú descarrilaste. Pero necesitas hablar con
alguien y ese alguien bien podría ser yo. Necesitas deshacerte de lo
que te dejaron en la cabeza. Han pasado diez años, hermano. Es hora
de que te saques toda esa mierda de la cabeza. —Spider se inclinó
hacia él y chocó su hombro contra el suyo—. Soy un gran oyente y a
veces incluso doy muy buenos consejos. Ponme a prueba, hermano.
Sus manos se cerraron en puños sobre sus muslos mientras la mala
mierda pasaba por su cabeza. Spider tenía razón. Antes de conocer a
su hija tenía que sacarlo todo a la luz. Y tal vez si lo hiciera
comenzaría a sentirse limpio otra vez. Hacía diez años que no se
sentía limpio.
—No recuerdo mucho de esa noche—empezó lentamente—.
Recuerdo haber bebido. Recuerdo que mi hermana me dijo que mi
chica me había engañado y que iba a tener un hijo de Rook.
Recuerdo a la perra dándome una bebida. Recuerdo vagamente
haber bebido whisky directamente de la botella y esnifar coca.
Después nada, absolutamente nada. Hasta que mi chica entró en la
habitación contigo. Recuerdo a la puta encima de mí. Recuerdo que
dije muchas cosas jodidas pero no las recuerdo a todas. Recuerdo ver
esos animales ponerle las manos encima, escuchar la voz de la perra
de mi hermana. Y recuerdo no sentir nada. Y luego la nada hasta que
me desperté a la mañana siguiente.
Las palabras llegaban más rápido ahora.
—A partir de ese día tengo un problema con que las personas me
toquen. No puedo soportarlo. Siempre siento que necesito ducharme
porque estoy sucio. Me ducho mucho. Aquí no me follo a nadie, lo
sabes. Encuentro mujeres que no me conocen, a quienes puedo
controlar. Ahora lo que más me importa es el control, hermano.
Aprendí sobre bondage y lo uso todo el tiempo. Siempre están
p g y p p
atadas y con los ojos vendados. Sin tocarme, en absoluto. Me las follo
mientras estoy completamente vestido. Puedo soportar follarles la
cara mientras están de rodillas frente a mí o tomarlas por detrás.
Pero no puedo soportar que haya nadie encima de mí, mirándome,
tocándome. Me asusta muchísimo.
Su corazón y su respiración se aceleraban mientras le contaba sus
miedos a su mejor amigo.
—Estoy jodidamente petrificado porque no podré ser quien solía ser
para mi mujer. Ya no soy normal, no después de lo que me hicieron
esas putas. No quiero atarla pero al mismo tiempo eso me excita
como nada desde que la perdí.
El brazo de Spider de repente pasó sobre sus hombros, abrazándolo
con fuerza. Y no se sentía mal, no sentía como si se le estuviera
saliendo la piel.
—¿Sientes que te toco, hermano?—le preguntó en voz baja—.
Siempre he podido tocarte. Nunca te alejaste de mí como lo haces
con todos los demás. Creo que es porque confías en mí para que te
cubra las espaldas. Así como confiaste en mí para cuidar de tu mujer
en aquel entonces. —Negó con la cabeza cuando Sin intentó hablar,
silenciándolo.
—Lamento mucho no haber regresado para echar a esa puta de tu
habitación. Esa es una carga que llevaré toda mi maldita vida.
Debería haber sabido que algo andaba mal. Debería haberte
respaldado cuando estabas tan jodidamente vulnerable. Y te fallé.
Todos te fallamos. Pero hermano, escúchame y escucha con atención,
nunca más te fallaré. Si me necesitas aquí estaré. Estaré a tu lado
cuando le expliques esta mierda a Sky. Y si me necesitas, me quedaré
más tiempo. Kid lo entenderá.
—Gracias, hermano, y nunca, ni una sola vez, pensé que me habías
fallado. Tuviste mi espalda en el momento en que te diste cuenta de
lo que había sucedido. Estuviste a mi lado cuando su padre me dijo
que ella estaba feliz y que necesitaba dejarla ir. Si no fuera por ti,
podría haber hecho algo jodidamente estúpido ese día.
Era todo un poco cursi, pero pasó su brazo alrededor de los hombros
de Spider y se sentaron en el borde de la piscina, abrazados,
mirando el agua. Spider fue el primero en romper el silencio.
—No creo que debas preocuparte por no poder hacer el amor con tu
mujer cuando llegue el momento, hermano. No si le cuentas lo que
has pasado y lo que necesitas de ella ahora. Nunca se sabe, puede
que a ella le guste el tipo de juegos que te gustan ahora.
Retirando su brazo, se inclinó hacia adelante y se cubrió la cara con
ambas manos, frotándosela con fuerza.
—¿Crees que me creerá? Podría pensar que es algo que inventamos
para que me perdone—preguntó entre sus dedos.
Spider se rio suavemente.
—Estás olvidando algo, Sin. ¿Recuerda que Bounty insistió en que te
hicieran un análisis de orina y te extrajeran sangre para detectar
drogas? Esos resultados con fecha estampada están archivados,
hermano. Ahí está tu prueba si la necesitas. Sabes que mi padre dará
un paso al frente y hablará con ella por ti si no nos cree. También lo
harán Ice y Hawk. Todos estuvimos allí, hermano, y te respaldamos.
Y también está tu padre.
—Sí, me había olvidado de las pruebas. O tal vez simplemente no
quería recordar ese momento de mi vida. Me he esforzado mucho en
dejarlo todo atrás, pero persiste como un maldito mal olor—dijo,
suspiró y se quitó la toalla.
—Necesito nadar más si voy a dormir esta noche.
Con eso se deslizó nuevamente dentro del agua y esta vez su nado
no fue tranquilo ni lento. Corrió por el agua fría. Todo lo que veía,
todo lo que sentía era el frío azul que lo rodeaba, borrando los
recuerdos, por ahora.
Cuando finalmente dejó de nadar, Spider estaba recostado en una de
las tumbonas. Bullet, Boots y Spook estaban allí con él y todos tenían
una cerveza en la mano mientras conversaban. Saliendo del agua,
atrapó la toalla que Bullet le arrojó, una seca, no la que había tenido
antes sobre los hombros.
—No sé cómo lo haces—dijo Bullet sacudiendo la cabeza mientras
Sin se acercaba a ellos—. Me cansas solo de verte nadar.
—Sí, hace que me duelan los malditos músculos. —Spook sonrió
mientras tomaba un sorbo de su cerveza.
—Callaos, todos—gruñó Sin mientras se dejaba caer en la tumbona
vacía—. Simplemente sois unos vagos. La natación es buena para la
salud y mantiene el cuerpo en excelente forma. —Golpeándose los
abdominales con una mano, les guiñó un ojo—. Y a las mujeres les
gustan los hombres que cuidan sus cuerpos.
—No hables mierda, hermano—gruñó Boots y agitó una mano hacia
donde estaba escondida la casa club detrás de los árboles—. A esas
perras de ahí les importa un carajo tu aspecto, siempre y cuando
puedan follar con un hombre que lleve un chaleco. Todos lo hemos
visto, las hemos visto prácticamente rogando por ello a algún motero
gordo al que creen que pueden joder para que les dé su parche. Es el
parche en nuestras espaldas lo que ellas se follan, no a nosotros.
Sin clavó la mirada en Boots y entrecerró los ojos.
—¿Qué está pasando contigo? ¿Pasó algo que debería saber?
Su amigo sacudió la cabeza pero no lo miró a los ojos.
—Sólo la mierda habitual, hermano. Pensé que había encontrado una
mujer buena pero todo era una maldita fachada. Era una zorra
buscona de parche, como las putas de club. Gracias a la mierda, lo
descubrí antes de profundizar demasiado.
Con los codos sobre los muslos y las manos entrelazadas entre las
rodillas, Sin miró a sus amigos. Y tomó una decisión.
—Estoy involucrando a Ziggy. De ahora en adelante, cualquier coño
que os haga tener pensamientos serios será investigado. Y si es una
fiestera, será investigada en cuanto seáis vistos con ella más de una
vez. Quiero su nombre, hermano. Ella pasa a la lista como
indeseable. Los hermanos necesitan saber que está buscando un
parche. No todo el mundo está tan consciente de esas perras como
nosotros.
—¿Qué pasa con Lix? Vi cómo la observabas y luego la seguiste
detrás del escenario con Spider y Bullet. ¿La vas a investigar
también? —le preguntó Spook de repente.
Sin no pudo leer su expresión, estaba completamente cerrada. Le
levantó la barbilla y luego lo expuso todo. Bueno, no todo, pero sí
algo.
—Ziggy comenzó a investigarla incluso antes de llegar al Thirsty
Dog, Spook. Ella es la razón por la que Spider voló a Johannesburgo.
Prez sabe todo lo que hay que saber sobre ella. Créeme cuando digo
que escarbaron profundamente. Está limpia y no está aquí para
causar problemas al club. —Dudó por un segundo antes de soltarles
el resto.
—Ella solía ser mi dama, hace diez años. Tenemos una hija juntos y
haré todo lo posible para que vuelva a ser mi dama.
—¿Qué?
—¿Qué carajo, Sin? ¿Quién es ella?
Ambos hombres ya no estaban recostados en las tumbonas sino
sentados frente a él. Sabía que Spider y Bullet se habían acercado y
apreciaba su apoyo.
—Ella era mi chica y la cagué, la engañé. Basta con decir que ella
huyó con mi hija en su vientre después de que las amenacé a ambas
violentamente, con cosas realmente malas. Esta noche fue la primera
vez que la vi en diez años. Tengo que humillarme mucho para
ganarme su perdón. Y mañana conoceré a mi hija por primera vez y
estoy tan jodidamente nervioso que no dormiré. Ziggy me ha
mostrado fotos de ella y es tan hermosa que me rompe el maldito
corazón.
Spook inclinó la cabeza y lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Me estás diciendo que es la chica de cabello oscuro y curvas que
vi contigo en Pretoria? Recuerdas, te pregunté por ella en ese
momento y me dijiste que era sólo una chica que recogiste para un
polvo rápido. ¿Era ella?
La vergüenza se posó como un jodido manto sobre sus hombros
mientras asentía brevemente.
—Ja, era ella. Llevábamos un tiempo saliendo y estábamos a punto
de mudarnos juntos. La mantuve alejada del club por alguna razón
que ni siquiera sé. Simplemente no la quería aquí. No quería que
nadie supiera de ella. Llevábamos juntos casi cuatro años cuando la
cagué. Iba a pedirle que se casara conmigo, le había conseguido el
anillo de mi abuela y todo. Nunca tuve la oportunidad.
—¿Tienes una criatura, una hija? —Boots parecía muy enojado—.
¿Por qué carajo esa perra te la ocultó? Eso no es justo, no es justo en
absoluto.
La rabia que siempre estaba luchando por controlar aumentó
rápidamente cuando saltó y agarró a Boots por la camiseta,
acercándolo.
—Nunca más vuelvas a llamar perra a mi dama. Ella hizo lo que
tenía que hacer para salvarse y salvar a mi bebé de mí. Yo era una
amenaza para su seguridad. ¿Me has entendido?
De repente, Boots sonrió y asintió.
—Ahora puedes relajarte, Sin. Obtuve la respuesta que necesitaba.
—Joder, ¿estás jugando tus malditos juegos mentales otra vez? —
Spider le golpeó el bíceps.
Él se encogió de hombros.
—Tenía que saber si él sentía algo por ella o no. A veces un hombre
tiene un hijo con una mujer y lo único en lo que puede pensar es en
que la criatura es de su sangre. Ahora sabemos que no se trata sólo
de la niña. Se trata de ambos.
Se volvió hacia Sin.
—Todo lo que necesites, lo tienes, hermano. Tengo tu espalda.
Spook todavía parecía como si estuviera tratando de descifrar algo.
Entonces su boca se abrió y jadeó.
—¡Oh, joder! Recuerdo cuándo la mierda se puso fea. Fue hace
mucho tiempo pero recuerdo los rumores sobre esos cabrones que
Warne invitó a la fiesta. Pusieron sus manos sobre una chica civil
que tuvo que ser rescatada de ellos. Yo estaba bastante borracho esa
noche y al día siguiente tú te veías como la mierda. Fue entonces
cuando te acusaron de consumir drogas duras en el club. Tu castigo
fue subir al ring con Hawk. Te molió a palos ese día.
Todo lo que Sin pudo hacer fue asentir.
—Joder, hermano—susurraron ambos hombres con expresiones de
asombro en sus rostros.
—La chica civil, era ella, ¿verdad?
—Sí.
Ambos respiraron pesadamente y sacudieron la cabeza.
—No sé exactamente qué pasó o por qué hiciste lo que hiciste, pero
te respaldo, Sin. —Spook le dio una palmada en el hombro y dio un
paso atrás. Boots hizo lo mismo y estaba a punto de hablar cuando
Spider gruñó.
—A la mierda esto. No voy a permitir que nadie piense que
engañaste a tu chica y amenazaste con arrancarle a tu hija de su
vientre sólo porque estabas borracho y drogado. No está pasando. —
Metió una mano en el pecho de Sin cuando intentó intervenir,
negando con la cabeza. Sus ojos azules estaban muy enojados.
—No, somos tus mejores amigos y ellos merecen saber la verdad. —
Se volvió hacia los demás—. Sin fue drogado. Le dijeron que su chica
había estado follando con Rook y que estaba embarazada de su hijo.
Luego su hermana lo drogó y su mejor amiga lo violó. Las drogas
que le dieron lo jodieron completamente. No tenía idea de lo que
estaba haciendo o diciendo. No fue hasta que se despertó al día
siguiente y no pudo recordar lo que había hecho la noche anterior
que nos dimos cuenta de lo que había sucedido. Bounty y Bulldog se
encargaron de ello. Le hicieron análisis de sangre y orina. Sin
embargo, ya era demasiado tarde para salvar su relación. Su chica
desapareció y su familia se negó a revelar su paradero. Ninguno de
nosotros los culpó. Yo habría hecho lo mismo si fuera una de mis
hermanas. Hawk quería buscarla pero Sin no se lo permitió. Pensó,
erróneamente debo añadir, que no merecía el perdón, ni conocer a su
hijo. Y ahora aquí estamos. Ella ha regresado, pero no por mucho
tiempo, y nuestro hermano tiene un período muy corto para
convencerla de que le dé una segunda oportunidad.
Al principio sus amigos parecían atónitos, después enojados y luego
decididos.
Bullet dio uno de esos profundos ajá suyos.
—Y creo que nuestro hermano no tiene ni la más puta idea de cómo
va a convencerla para que le dé esa oportunidad. Tendremos que
ayudarlo a convencerla.
¡Ay carajo!
—¡No! No necesito ayuda, hermanos. Me encargo de esto. Sé lo que
tengo que hacer. —Sin intentó descarrilar el tren fuera de control que
veía dirigiéndose hacia él.
No funcionó.
Lo ignoraron y empezaron a idear una estrategia. Una estrategia que
consistía principalmente en que los cuatro estuvieran a su lado en
todo momento. Y ayudarlo a contarle a su mujer lo que le habían
hecho hacía tantos años.
¡Ayudándolo, maldito infierno!
No estarían ayudando, estarían cabreando a su mujer.
La historia era suya para contarla cuando pensara que era el
momento adecuado.
Si ahora se oponía, simplemente irían con alguien de rango superior.
Significaba que, sin importar lo que hiciera o dijera, irían con Hawk
e insistirían en estar detrás de él, y Sin conocía a su presidente. En
estos momentos su cabeza estaba totalmente concentrada en su
dama y en el difícil momento que estaba pasando con su embarazo.
Le tranquilizaría saber que Sin no estaba solo.
Mierda.
A veces tener amigos era un puto dolor de cabeza.
—Bien. Pero hay reglas. Podéis respaldarme y acompañarme a la
reunión. Pero eso es todo. No entráis, no ésta primera vez. Me
pertenece a mí y a mi hija. Más adelante os la presentaré. Cuando se
sienta cómoda con quién soy y lo que hago, la traeré.
Todos y cada uno de ellos asintieron con la cabeza.
Ahora la siguiente parte.
—Le contaré a mi mujer sobre el resto, cuando estemos solos y
nuestra hija no pueda escucharnos. Mi niña no necesita saber que
quería matarla incluso antes de que naciera.
—Eso es jodidamente duro, hermano. No habrías cumplido tu
amenaza, nunca. Todos lo sabemos y estoy seguro de que cuando se
lo cuentes a tu dama, ella también lo entenderá. Vivía contigo,
seguramente te conocía lo suficiente como para saber que no eras tú
quien hablaba. Fueron las drogas y el veneno que esas perras te
susurraron al oído.
Spider sonaba tan seguro que alivió un poco la tensión en el pecho
de Sin.
—Eso espero, de verdad lo espero.
Se quedaron un poco más en la piscina antes de que los mosquitos
los persiguieran hasta hacerlos regresar al interior.
Los dejó en la barra y subió a ducharse.
Otra ducha, pero ésta era para quitarle el agua de la piscina.
Más tarde, mientras yacía en la cama mirando al techo, agarró la
tablet que estaba sobre su mesita de noche. Fue fácil hacer clic para
abrir las fotos que Ziggy había descargado para él.
Sus chicas.
Tan jodidamente hermosas.
Se quedó dormido con la tablet en el pecho.
Todavía estaba allí cuando se despertó por la mañana.
Había tenido una buena noche, sin pesadillas.
Capítulo 8
Hawk
Acostado de lado con la cabeza entre las manos, observaba a su
mujer dormir tranquilamente. Finalmente dormía sin tener que
correr al baño para escupir las tripas cada pocos minutos.
La medicación estaba funcionando y sus mejillas habían recuperado
algo de color. Los médicos le habían asegurado que no le pasaba
nada a su dama ni al bebé. Ambos estaban fuertes y todo iba bien.
Aún no le han hecho una ecografía pero la tenían programada para
su próxima visita. No podía esperar para ver a su bebé.
Todos se rieron de él cuando dijo que iban a tener una niña.
No le importaba. Si tuviera algo que decir, eso es lo que tendrían
primero. Y luego trabajarían para tener niños. Niños que
mantendrían a su hermana a salvo. Sonrió cuando pensó en su trato.
Si este bebé era un niño, lo intentarían hasta que consiguiera a su
niña. En su mente podía ver a sus muchachos, toda una maldita
manada de ellos. ¿Y eso no enojaría a su dama? Pero eso sólo
sucedería si no tuvieran una niña primero.
Se rio suavemente para sí mismo.
—Deja de quedarte ahí mirándome como un mirón. ¿Y por qué
carajo te estás riendo? —murmuró su dama, sin abrir los ojos.
—Por nada, cariño, simplemente me encanta mirar lo que es mío.
—Eres un neandertal, lo sabes, ¿verdad?
—Lo sé y no me importa. —Él colocó la mano sobre su pequeño
vientre—. Me encanta la forma en que tu cuerpo cambia a medida
que llevas a nuestro hijo. Tus tetas son jodidamente espectaculares,
ahora son más grandes y tu coño está todo caliente, suave y húmedo.
Ella soltó una carcajada.
—Simplemente estás cachondo y quieres comprobar si tengo ganas
de vomitar o no. Para tu información, no tengo ganas de vomitar
esta mañana y mi coño está listo y esperando para recibir esa gran
polla tuya.
Hawk ni siquiera esperó un segundo antes de desnudarla. Su mujer
se rio de él mientras probaba su coño con los dedos. Estaba mojado,
jodidamente mojado.
—Gracias a la mierda que estás lista para mí, cariño. Te extrañé,
extrañé mi pequeño coño.
Con esas palabras, se deslizó dentro de su coño caliente y húmedo
como el infierno. Ella abrazaba su polla maravillosamente.
—Resiste, pajarito, esto va a ser rápido.
Sus gemidos cuando él comenzó a moverse le dijeron que ella estaba
tan lista como él.
Los brazos femeninos alrededor de sus hombros y las piernas
alrededor de su cintura lo apretaron con fuerza y él se levantó con
las manos, manteniendo las caderas entre sus muslos mientras
bombeaba dentro de ella. Estocadas cortas para atormentar y otras
largas para ir bien profundo.
—Más, mi vikingo, dame más.
Y lo hizo.
La folló duro y profundo y siguió cuando ella se corrió en una
avalancha de músculos tensos que apretaron su polla. Continuó
hasta que el calor, los estremecimientos y su coño palpitante lo
llevaron a su propio clímax. Empujándose con fuerza, se derramó
profundamente dentro de ella, sacudiéndose violentamente mientras
su semen le recubría las entrañas.
Sólo entonces dobló los brazos y lentamente se dejó caer sobre ella,
pero no del todo, mantuvo la mayor parte de su peso fuera de ella.
—Te quiero muchísimo, pajarito—susurró contra sus labios antes de
besarla.
Un suave toque de labios. Los deslizó sobre los de ella, dejándola
sentir su barba. A ella le encantaba su barba.
—También te amo, mi vikingo—murmuró, había satisfacción en su
voz.
Se quedaron allí tumbados durante unos minutos, acariciándose
antes de que Hawk se alejara de ella.
—No te muevas, cariño, conseguiré una toallita y te limpiaré.
Agarró la toallita, la calentó con agua caliente, estrujó la mayor parte
del agua y volvió a limpiarla. Como siempre, le encantaba mirarla
después de terminar de follarla. Su coño estaba rojo e hinchado y a él
le encantaba ver su semen deslizarse de ella. Eso lo hacía sentir más
posesivo de su dama. Ella era suya, estaba llena de su hijo y de su
semen.
Siempre sería suya. Siempre.
Lamentablemente no podía pasar todo el día en la cama con ella,
aunque quisiera.
Había recibido un mensaje de Spider anoche. Sin iba a encontrarse
con su hija hoy. Su hermano iba a necesitarlos a su alrededor cuando
regresara al club... sin ella. Sería mortal alejarse de su hija. De nuevo.
—Tengo que llegar a la casa club. Hoy no será fácil para Sin y quiero
estar ahí cuando regrese de conocer a su hija.
DC se sentó contra la cabecera.
—¿Nos vamos a involucrar en esto? Estoy feliz de atraerla al círculo
de damas si eso ayuda a Sin.
Hawk no le había ocultado nada cuando le contó a su dama sobre la
situación de Sin. Ella sabía todo lo que él hacía.
—Creo que sí. Si pudieras hablar con las damas y prepararlas, sería
de gran ayuda.
Ella asintió.
—Está bien, considéralo hecho.
Se ducharon, desayunaron juntos y ella estaba hablando con su
tienda cuando él le quitó el teléfono, la besó profundamente, le
devolvió el teléfono y se marchó.
Ella no iba a ir hoy pero estaría trabajando desde casa.
Gracias a Dios, joder.
La quería cerca. Si por él fuera, trasladaría la puta tienda de tatuajes
a la propiedad del club.
No iba a suceder pero podía soñar.
La lluvia arreciaba cuando abrió las puertas del garaje y con un
suspiro se metió en su maldita jaula.
Atravesando las puertas del recinto, comprobó automáticamente la
situación en el interior. Tan temprano en la mañana estaba tranquilo,
sólo los guardias y los prospectos deambulaban por ahí.
Sin embargo, su gran camioneta SUV estaba estacionada frente a la
puerta principal. Sin aún no se había ido. Y a juzgar por la jaula, iba
a tener compañía en el viaje para ver a su mujer y a su hija.
Eso era bueno. Iba a necesitar a sus hermanos.
Sin
Su pierna saltaba nerviosamente debajo de la mesa mientras bebía
café. Había bajado temprano para evitar las prisas de la mañana y
encontró a la tía Beryl ya ocupada con el desayuno. Ahora que había
tantos en la casa club, las comidas se volvían un poco caóticas.
No es que tuviera hambre. No podría comer nada.
Spider había bajado poco después de él y se sentó frente a él
bebiendo café y sonriéndole a su tía mientras ella agitaba una
espátula en su dirección.
—No estoy contenta con vosotros, muchachos, escabulléndose a
Ciudad del Cabo. No puedo vigilar a mis muchachos cuando estáis
tan lejos. ¿Quién va a mantenerte a raya y controlarte para que no
dejas embarazada a una chica hippie en la playa?
—Ah, tía Bee, no seas así. Las chicas hippies son geniales, tienen esa
vibra relajada que funciona muy bien. Si sabes a lo que me refiero. —
Él movió las cejas arriba y abajo y ella sacudió la cabeza con una
sonrisa mientras se volvía hacia la cocina.
—Siempre el bromista. Recuerda mis palabras, muchacho, alguna
chica, hippie o no, vendrá y te derribará de la tabla de surf. Y
ninguna broma te salvará. —Ella mezcló queso y un poco de mierda
verde con los huevos que estaba revolviendo y el aroma hizo que su
estómago retumbara. De repente sentía un hambre voraz.
La tía Bee no les dio la oportunidad de servirse; ella les sirvió y puso
sus platos en la mesa frente a ellos.
—Comed antes de que las hordas caigan sobre nosotros.
Apenas había terminado su frase cuando entraron Bullet, Boots y
Spook.
—Sentaos, muchachos, el desayuno está listo—ordenó ella.
Spook les sirvió café y luego se sentó con los demás. El silencio
reinaba mientras comían. Cuando terminaron, Boots recogió los
platos sucios y los llevó al fregadero. Se acercó a la mesa con café
recién hecho y dejó la cafetera sobre la mesa. Sin sabía que hoy iba a
necesitar esa segunda taza de café.
Su Prez entró sacudiendo la cabeza como un perro y esparciendo
gotas de agua por todas partes.
—Jodidamente lloviendo. Buenos días—gruñó mientras se acercaba
a la tía Bee, la besaba en la mejilla y le daba un abrazo.
—¡Estás mojado! ¿Saliste a caminar bajo la lluvia antes de entrar? —
dijo ella mientras le pasaba las manos por los hombros. Cuidándolo
como siempre. No era nada extraño ya que ella había ayudado a
criarlo.
—Tuve que comprobar a los prospectos en el garaje y pasó de
lloviznar a llover a cántaros mientras caminaba de regreso a la casa
club. Es sólo agua, no me derretiré—gruñó mientras llenaba su taza,
una taza reservada solo para él, y se sentaba a la cabecera de la mesa.
De nuevo, un lugar en el que sólo él se sentaba.
Miró alrededor de la mesa y refunfuñó a través de su barba. En los
últimos meses esa barba se había vuelto formidable. Cuando le
preguntó por qué ya no era corta, simplemente sonrió y le guiñó un
ojo. DC había bromeado diciendo que le iba a trenzar la barba como
la de Jack Sparrow y todos estaban esperando a ver si sucedería.
Ziggy llevaba un libro de apuestas y quien ganara se llevaría una
buena suma de dinero caído del cielo.
—No tengo nada nuevo sobre el puto Sharma. Me alegra ver que
estás teniendo cuidado y tomando la camioneta para ir a ver a tu
hija. Damon y Adder te seguirán en una de esas pequeñas cajas de
mierda para vigilar tu retaguardia. No los pierdas. Su único
propósito es garantizar que nadie te siga. El B&B está de camino a
Tuks, cualquiera que los observe supondrá que son estudiantes de
camino a clase. Adder sabe qué hacer si ve que alguien te sigue. —Él
sonrió—. Los estudiantes son jodidamente malos conductores, los
accidentes ocurren.
Las risas resonaron en la cocina y la tía Bee los miró sacudiendo la
cabeza.
—Chicos malos, todos vosotros, haciendo que los prospectos
choquen deliberadamente contra una pobre persona desprevenida.
Hawk se encogió de hombros.
—Si eso impide que un imbécil siga a mi hermano hasta su mujer y
su hija, entonces me importa una mierda. Estamos asegurados y
quien sea chocado recuperará su coche como nuevo. Probablemente
mejor que nuevo una vez que lo hayamos terminado.
Ella simplemente le sonrió y volvió a cocinar.
Cuando la habitación comenzó a llenarse, Hawk inclinó la cabeza
hacia la puerta y todos lo siguieron. En su oficina, con la puerta
cerrada tras ellos, expuso las reglas del día.
Nadie se va solo. Sin permanece a la vista de al menos uno de sus
hermanos todo el tiempo. Si notáis que alguien no encaja, agarráis a
p q g j g
las mujeres y regresáis a la casa club.
Sin podía vivir con las reglas porque sabía que mantendrían a su
familia segura.
Treinta minutos más tarde estaban en camino y su tensión nerviosa
estaba por las nubes.
Cuanto más se acercaban al lugar donde se alojaban sus chicas, más
tenso se ponía.
—Hermano, relájate, todo estará bien—intentó tranquilizarlo Spider
y él hizo su mejor esfuerzo para creerle.
Y entonces estaban conduciendo por el camino de entrada y
estacionando. Al menos había dejado de llover pero no parecía que
fuera a aguantar mucho tiempo.
—Bien, llevemos a nuestro hermano con su familia—ordenó Bullet
mientras se bajaba del lado del conductor.
Sin le dirigió una mirada que habría hecho estremecer a cualquier
hombre. No a su hermano, él simplemente sonrió.
Lo mismo hicieron los demás y prácticamente lo rodeaban mientras
caminaba hacia el frente de la mini mansión.
Tenía el pie en el último escalón cuando la puerta principal se abrió
de golpe y un torbellino salió. Su cabello rubio volaba mientras
corría hacia él.
—¡PAAAPIIIII!—gritó ella.
Y después saltó. Se lanzó del escalón superior y vino volando hacia
él. Sin se apoyó en su pie trasero y abrió los brazos para atraparla
justo antes de que estrellara contra su pecho.
Instintivamente sus brazos la rodearon, abrazando a su bebé contra
su pecho por primera vez desde que fue concebida. Todas las dudas
que tenía sobre conocerla habían desaparecido, se habían esfumado.
Sus brazos estaban alrededor de su cuello y sus cortas piernas
alrededor de su cintura. Ella se aferraba a él con la cara hundida en
su cuello.
—Mi papi, mi papi, mi papi, mi papi—siguió repitiendo las palabras
casi como si fuera un mantra. Uno que ella conocía muy bien.
Las lágrimas corrían sin control por sus mejillas y su barba mientras
la abrazaba con fuerza.
—Niña, te quiero mucho, mucho, mucho—susurró
entrecortadamente.
Levantando la cabeza, lo miró, le dedicó una sonrisa llorosa y luego
le llovieron besos por todo el rostro antes de que acunara su cara
entre sus manitas.
—Yo también te amo, papi. Esperé y esperé y esperé por ti, tanto
tiempo. Sabía que vendrías por mí, lo sabía. Voy a cumplir diez años
la semana que viene y vamos a celebrar una fiesta en casa de la
abuela. Ven con tus amigos. Y quiero ir en tu moto y ver la casa club
y…
—Lee, dulzura, dale a tu papá un segundo para respirar, cariño. —
La voz de Sky llegó a la burbuja en la que él y su niña estaban
envueltos. Había lágrimas en su voz, y Sin supo que ella estaba tan
afectada por la entusiasta bienvenida de su hija como él.
Sosteniéndola en sus brazos, miró más allá de su hija a su mujer
parada en lo alto de las escaleras. Tenía los ojos rojos y parpadeaba
furiosamente.
—Entremos, niña. Necesitamos sentarnos para que tú y yo podamos
charlar y conocernos.
Su pequeña soltó una dulce risita y se encogió un poco de hombros.
—Pero papi, ya te conozco. Eres mi papi, mamá me contó todo sobre
ti cuando era pequeña.
Mierda.
Su corazón no iba a lograrlo. Su hija era tan jodidamente dulce.
—Y tus amigos también deben venir. —Ella se giró en sus brazos
para mirar a su madre.
—Pueden entrar, ¿verdad mami?
Sky dudó quizás un segundo antes de asentir.
—Sí, ellos también pueden entrar. —Vio la resignación en sus ojos
mientras agitaba una mano hacia la puerta abierta—. Por favor,
entrad y poneos cómodos.
Lilou, o Lee como la llamaba Sky, no lo soltó, y él no quería soltarla,
mientras subía los escalones hasta la puerta principal y entraba. Ella
lo abrazó mientras él se sentaba y luego movió su trasero hasta
sentarse en su regazo, agarrando el brazo que él tenía alrededor de
ella.
Sus hermanos entraron y vio la sorpresa en sus ojos. Estaba seguro
de que los suyos tenían exactamente la misma mirada. No tuvo
mucho tiempo para pensar en sus hermanos cuando una pequeña
mano presionó su mejilla y volvió su rostro hacia el de ella.
—Tengo una lista de preguntas que quiero hacerte. —Ella le dio
unos golpecitos en la mejilla mientras se deslizaba de su regazo—.
Quédate aquí, volveré en un instante.
Sin sólo pudo mirarla fijamente en atónito silencio. Una risa
masculina que no conocía hizo que su cabeza se moviera hacia la
cocina donde estaba el guitarrista de la banda, Bry.
—Te dije que nuestra chica era brillante. Prepárate, esa lista lleva
años confeccionándose y vas a tener un par de momentos muy
incómodos. —Sonrió mientras arrastraba una silla del comedor, la
giraba y se sentaba a horcajadas—. He estado esperando años para
ver esto, no voy a perderme ni un solo instante.
Lee regresó corriendo, con una libreta en una mano y un bolígrafo
en la otra.
—Lee, cariño, ¿estás segura de que quieres comenzar con las
preguntas hoy? ¿No quieres charlar con tu papi para empezar? —
preguntó Bry de manera muy poco sincera.
—Las preguntas primero, las charlas después—dijo ella con aire
solemne mientras una vez más se acomodaba en su regazo,
apoyándose contra su pecho y abriendo la libreta.
—Primera pregunta. ¿Estás casado o tienes una novia seria?
Eso era fácil.
—No, cariño, no estoy casado y la única novia que he tenido es tu
madre.
Hizo un pequeño tilde en la libreta.
Spider soltó una carcajada desde donde observaba en el sillón frente
a ellos. Sin le frunció el ceño pero el bastardo lo ignoró. Bullet, Boots
y Spook hicieron lo mismo, ocultando sus sonrisas.
—¿Tengo abuelos?
Esa fue una pregunta complicada.
—Tienes un abuelo al que conocerás el domingo. Él y tu abuela se
divorciaron antes de que tú nacieras y ella ya no está en nuestras
vidas.
Una sonrisa iluminó su rostro.
—Otro abuelo, eso es bueno. ¿Tienes hermanos y hermanas?
Sin trabajó duro para no fruncir el ceño al pensar en su hermana.
—Tengo una hermana, pero ella no es una buena persona, así que no
la veo en absoluto.
Por encima de la cabeza de Lee vio la forma en que la cabeza de Sky
se sacudía como si estuviera sorprendida de que él y la perra de su
hermana no estuvieran en contacto.
Su hija asintió sabiamente y garabateó en su libreta.
—¿Tienes trabajo?
—Sí, sí lo tengo. Trabajo en el equipo de construcción de mi club.
—Bien. Mamá dice que es bueno que una pareja tenga profesiones y
fuentes de ingresos separadas.
¿Qué carajo le estaba enseñando su mujer a su hija? ¿No era
demasiado joven para esta mierda?
—¿Vives en tu club?
—Sí. Tengo una habitación en la casa club. —Ella frunció el ceño
cuando él dijo eso. ¿Por qué frunció el ceño?
Spider levantó una mano y ella le apuntó con su bolígrafo como si le
diera permiso para hablar.
Una risa ahogada vino de sus hermanos.
—En realidad, tu papi está a punto de mudarse. Su otro trabajo es
proteger a nuestro presidente y a su dama, y para eso necesita estar
cerca de ellos. Se mudará a lo que hemos llamado la Casa de la
Piscina en la casa de tu tío Hawk. —explicó Spider con una sonrisa
de idiota.
—¿El tío Hawk tiene hijos? —Todos escucharon el interés en su voz.
¿Estaba buscando amigos?
Spider negó con la cabeza.
—Aún no, en este momento su dama está embarazada, así que en
unos meses tendrán un bebé en la casa. Pero mi hermana mayor, tu
tía Gail, vive al lado y tiene dos niñas y gemelos, Alice tiene ocho
años y April seis. June y Jethro son los gemelos pero todavía son
bebés. Y el tío Ice y la tía River no viven lejos de la casa grande y su
hijo Duncan tiene seis años y los gemelos son bebés. Habrá muchos
amigos cerca cuando vayas a visitar a tu papi.
Lilou asintió mientras garabateaba furiosamente en la libreta.
—¿Es peligroso tu club?
Cómo responder a esa pregunta… era condenadamente difícil. La
honestidad era la única manera que conocía. Ignoró la expresión
ligeramente enojada en el rostro de Sky y le dijo a su hija la verdad.
—Mi club no es peligroso, cariño. —Él levantó una mano cuando ella
quiso hablar y ella inclinó la cabeza para escucharlo—. Pero en el
mundo actual hay peligro en todo lo que hacemos, por eso somos
cuidadosos y nos mantenemos seguros a nosotros mismos y a
nuestras familias.
—Bien, es bueno estar seguros. Mami tiene que tener
guardaespaldas porque a veces las personas se vuelven locas.
g p p q p
Él asintió, pero se le revolvió el estómago. Tenía que contarle a Sky
sobre Sharma, pero no delante de su hija.
—¿Me llevarás a dar un paseo en moto cuando no esté lloviendo?
El grito ahogado de Sky fue fuerte y su pequeña dio un suspiro muy
adulto.
—Mami, sabes que papi me mantendrá a salvo—dijo con una
vocecita exasperada.
—Solo te llevaré si tu mami dice que está bien, y solo conduciremos
en la propiedad del club, no en la vía pública. Es muy peligroso.
Sky se mordía el labio inferior y no había forma de pasar por alto el
brillo de sus ojos. ¿Por qué su respuesta la haría llorar?
No tuvo oportunidad de pensarlo cuando la siguiente pregunta le
dio un puñetazo justo en el estómago.
—¿Soy hija única?
Dios.
—Sí, bebé.
—Si te lo pido muy amablemente, ¿tú y mami me harán un
hermano?
Puta mierda.
Pasándose una mano por la mandíbula, miró a Sky cuyo rostro
estaba rojo como una remolacha. No era el único que se estaba
retorciendo.
—Eso es algo que tu mami y yo tendríamos que discutir.
—¿Pero si soy realmente buena y pido un hermano para mi
undécimo cumpleaños? ¿Al menos pensarás en ello?
No tenía escapatoria, pensó impotente. La cabeza de Sky estaba en sus
manos y la sacudía de un lado a otro con evidente incredulidad
mientras Bry sonreía como si fuera la cosa más divertida del mundo.
El hijo de puta.
—Lo pensaré, ¿de acuerdo?
Ella asintió levemente y garabateó algo en la libreta.
—Bien. Ser hija única no es algo bueno. Y es solitario. Después del
hermano podemos intentar tener una hermana, eso me gustaría. Tal
vez si no eres demasiado mayor, podamos intentar tener otro
hermano.
—¡Dios, niña!—gruñó mientras sus hermanos y Bry se desternillaban
de risa.
—He elegido algunos nombres, pero podremos hablar de ellos una
vez que mi hermano esté en camino.
Sin la soltó y se frotó la cara con ambas manos, con fuerza. Si su hija
supiera cuánto le gustaría tener más hijos con su madre. Toda una
maldita tribu de niños. Niños como la pequeña mierda precoz en su
regazo.
Ella cerró la libreta, se deslizó de su regazo, tomó su mano y tiró de
ella.
—Ven a ver mi habitación. —Su cabeza se volvió hacia su madre—.
¿Está bien si le muestro a papi mi habitación?
Sky asintió con una expresión de preocupación en el rostro y
permitió que su hija lo guiara por el largo pasillo. Decir que se
sorprendió cuando entraron fue quedarse corto. La habitación no se
parecía a una habitación normal de hotel/B&B.
—Mamá y yo siempre traemos un par de cosas mías de casa cuando
vamos de gira. Mira, tengo mis luces de hadas alrededor de la
habitación, mis almohadas especiales que me hizo la abuela y tengo
al señor Snugglebutt—dijo, agarró un peluche blanco y esponjoso, y
lo abrazó contra su pecho antes de volver a dejarlo sobre la pila de
almohadas de colores.
—Pero éste es mi mayor y mejor tesoro y me acompaña a
dondequiera que vaya. —Agarró un marco plateado que estaba
sobre la mesita de noche y lo giró para que él pudiera ver.
Su aliento salió entrecortado por la sorpresa cuando tomó el marco
que ella le tendía. Era una foto de él, de pie junto a su moto con su
chaleco del Iron Dogz, sonriendo a la cámara. Parecía relajado y feliz
y sabía por qué. Era por la mujer detrás de la cámara.
—Me había olvidado de esta foto—dijo suavemente—. ¿Siempre
supiste quién era yo?
Ella asintió vigorosamente.
—Mami me contaba historias tuyas cuando era pequeña. Tengo una
foto grande tuya en casa, pero es demasiado grande para llevarla de
gira. Mamá la hizo hacer cuando yo todavía estaba en su barriga.
Está en la pared encima de mi cama.
Sin estaba a punto de perder su mierda cuando una manita se
deslizó dentro de la suya.
—Estoy tan, tan feliz de que estés aquí. He estado pidiendo
conocerte durante mucho tiempo pero la banda ha estado tan
ocupada que no hemos tenido la oportunidad de irnos de
vacaciones. Y cuando mami no está trabajando en la banda, escribe
canciones para otros cantantes. Ella es realmente buena. Los artistas
siempre le piden canciones. Estaba muy emocionada cuando la
banda se anotó en esta gira porque regresaríamos a casa y finalmente
podría conocerte. Mami no estaba segura de si querrías vernos, pero
yo lo sabía, sabía que querrías verme—terminó con voz muy baja.
Sin cayó de rodillas frente a ella y tomó su carita preocupada.
—Estoy muy, muy feliz de estar aquí contigo, pequeña. He perdido
años sin estar contigo pero todo eso se acabó. Eres mía y te amo—
dijo suavemente antes de besarla en la frente.
Sus brazos rodearon su cuello y lo abrazó con fuerza y él la abrazó
contra su pecho. Se abrazaron antes de que ella se alejara.
Levantándose, la tomó de la mano y la llevó de regreso al salón.
Se sentó, la acercó a él y ella inmediatamente volvió a subirse a su
regazo.
—Ahora podemos charlar—dijo mientras se deslizaba contra su
pecho y lo rodeaba con sus brazos.
Inmediatamente él mencionó la braai familiar. Quería asegurarse de
que Sky no pudiera eludir su visita a la casa club.
—Os invité a ti y a tu mami a una braai familiar el domingo en el
club. ¿Te gustaría venir?
Aplaudiendo con entusiasmo, asintió vigorosamente.
—¿Habrá otros niños allí?
—Es un día de braai familiar, cariño. Eso significa que solo están
invitados familiares y amigos y todos traerán a sus hijos. Algunos
son mayores que tú, otros de la misma edad y otros más jóvenes.
Hay muchos niños en el club. Tenemos piscina, sala de juegos y
mucho espacio para correr.
Una amplia sonrisa iluminó su rostro.
—Nos encantaría ir. ¡Y puedo invitar a algunos niños a mi fiesta de
cumpleaños! No seremos sólo yo y muchos adultos. Me gustaría
mucho.
Sin sabía que era un ataque furtivo, pero a la mierda, estaba
luchando por su vida aquí y tiempos desesperados exigen medidas
desesperadas. Incluso si son un poco turbias.
—Si te gusta la casa club, tal vez, si tu madre está de acuerdo,
podamos celebrar tu fiesta de cumpleaños allí.
Sus ojos y su boca se abrieron y luego un grito estridente que casi le
revienta los jodidos tímpanos salió de su boca mientras lanzaba los
brazos al aire.
—¡¡¡SÍÍÍÍÍÍ!!!!
Sky se había levantado de su asiento y sacudía la cabeza de un lado a
otro.
—No absolutamente no. No está sucediendo. No celebrarás tu
cumpleaños en un club de moteros. No.
Estaba frenética y él vio claramente su miedo y repulsión.
Mierda. Debería haber esperado hasta que ella hubiera visto cómo
estaba el club ahora. No como ella lo recordaba.
Tenía que arreglar esto y rápido.
—Cariño, el club no está como lo recuerdas. Te lo juro. No digas que
no ahora. Espera hasta que hayas conocido a todos el domingo y
luego decide.
Esperar su respuesta fue un infierno. Y la rígida niña en sus brazos
obviamente sentía lo mismo mientras esperaban. Finalmente ella
respondió con los labios apretados. Sabía que ella lo hacía por Lee,
no por él.
—Ya veremos el domingo.
Lee se relajó y él también.
—Ahora es mi turno de hacer las preguntas. —Sin dirigió su
atención a su bebé.
En realidad ya no era una bebé. Cumpliría diez años dentro de una
semana. Antes de que se diera cuenta, su hermosa niña iba a cumplir
dieciséis años y él iba a perder la cabeza cuando los chicos
comenzaran a prestarle atención.
Jodido infierno.
Fue más fácil cuando él le hizo preguntas sobre su vida. Sobre la
escuela, sus amigos, vivir en la carretera con su madre, su familia en
Savannah y todo lo que se le ocurrió preguntar.
Debería haber hecho una maldita lista de preguntas como ella.
El tiempo había pasado tan condenadamente rápido que odiaba irse.
Pero tenía trabajo que hacer y cosas que preparar para el domingo.
Tenía que conseguir que las mujeres estuvieran de su lado para que
lo ayudaran a convencer a Sky de celebrar el cumpleaños de Lilou en
el club.
Al menos entre ellos, él y Lee habían derribado la determinación de
Sky y pasarían el día siguiente juntos. Movería cosas para que eso
sucediera y dejaría la seguridad del club en las capaces manos de
Beast mientras estaba con su familia.
Estaba lloviendo mucho cuando se fueron y se sintió tan miserable
por dejar atrás a sus chicas como el día gris que lo rodeaba.
p j g q
No había otra opción que lograr que Sky lo amara nuevamente.
Él todavía la amaba.
Sólo tenía que demostrarle que era digno de amar.
Digno de amar y de arriesgarse.
Y mientras demostraba que era digno de ella y de su hija, las
mantendría a salvo de cualquier daño.
Nadie les tocaría ni un puto pelo de la cabeza. Si lo intentaran,
morirían.
Capítulo 9
Sky
La seguí cuando Lee gritó y salió corriendo de la casa, lanzándose
hacia Sin. Me dolía el corazón por ellos, por nosotros. En todo el
tiempo que estuve con él, nunca lo había visto tan destrozado como
ahora. Lloró abiertamente mientras sostenía a nuestra hija en sus
brazos. Me di cuenta de que el hombre que estaba frente a mí no era
el mismo hombre del que había huido hacía diez años.
Era más frío y duro, sí, pero de alguna manera más abierto y
vulnerable. Me confundió por completo.
Los recuerdos que tenía de él antes de esa fatídica noche eran los de
un hombre seguro de sí mismo, posesivo y fuerte. Le gustaba salirse
con la suya y yo cedía ante él porque lo amaba. Era demasiado joven
para darme cuenta de que debería haber sido más firme. No había
sido un felpudo pero le di todo y exigí muy poco a cambio.
Ya no era esa chica. La chica que había depositado todas sus
esperanzas y sueños para el futuro en un hombre. Era una mujer con
una carrera, una hija y un futuro que me había construido. Sin un
hombre. Y estaba condenadamente orgullosa de lo que había
logrado.
Eso no impidió que mi corazón se alegrara al ver a mi hija con su
padre. Vi como él se enamoró de ella. La había amado antes de
conocerla porque era suya, pero ahora estaba enamorado de ella, de
la persona que la niña era.
Verlos juntos me hizo tragarme las lágrimas porque si no fuera por
sus decisiones de mierda, habrían tenido esto desde el principio.
Parpadeando furiosamente, me lo tragué todo y me concentré en
ellos dos y no en mis horribles recuerdos.
Fue más tarde, cuando él comenzó a responder sus preguntas con
absoluta honestidad, que supe que estaba en problemas.
Esos penetrantes ojos azules eran serios, claros y honestos.
¿Cómo sabía que estaba diciendo la verdad?
Lo podía ver en sus ojos. Recordaba cómo sus ojos solían tener la
misma mirada cuando le decía la verdad a ella.
Y entonces, lo único en lo que nunca quise pensar se abrió paso hasta
el frente de mi cerebro y no lo solté.
Si sabía que estaba siendo honesto por la mirada de sus ojos, ¿cómo
me había mentido sobre las zorras de club?
En aquel entonces, sus ojos se veían exactamente como ahora cuando
lo enfrentaba por el hedor a perfume barato que se adhería a él. No
dudó en hablarme de los bailes eróticos o de las mujeres que
intentaban aferrarse a él. Mujeres a las que, según me había
asegurado, alejaba y nunca tocaba.
Y le había creído por lo que solía llamar sus ojos honestos.
Cuando se negaba a decirme algo porque era asunto del club, sus
ojos solían ser de un azul más oscuro. Era casi como si el azul hielo
se redujera y el azul oscuro tomara el control.
Ahora no estaba tan segura de si sus ojos habían sido honestos o no.
Lee nunca compartió lo que había escrito en su libreta que había
etiquetado como Preguntas Para Mi Papi.
Era como un diario en el que escribía sus pensamientos privados.
Para mí eran sólo eso, sus pensamientos privados y no me
entrometía. Era una niña sin complejos que se sentía lo
suficientemente cómoda como para acercarse a mí cuando tenía
preguntas. Sabía que le respondería con sinceridad.
Excepto las preguntas sobre el hombre en el sofá. Las había
suavizado, dándole a mi hija el hombre que solía conocer y sin
decirle nunca una palabra sobre la verdadera razón por la que
rompimos.
Hasta donde Lee sabía, dejé Sudáfrica para seguir una carrera en la
música mientras Sin se quedaba en su club. Le dije que tuvimos una
pelea enorme y nos separamos antes de saber que estaba
embarazada.
Recientemente comenzó a preguntar por qué nunca nos pusimos en
contacto una vez que descubrí que estaba embarazada. No he
respondido esa pregunta, pero sabía que volvería a surgir, y después
de hoy sería muy pronto.
Y fue justo en ese momento, cuando realmente no estaba
escuchando, que ella lanzó la bomba.
Pidiendo algo que siempre ha querido, un hermano.
Ella pidiéndole un hermanito casi me hizo tragarme la lengua y mi
cara se sintió como si estuviera en llamas, el sonrojo era muy intenso.
Y entonces el bastardo no dijo “lo siento cariño, no puedo darte eso”,
¡dijo que era algo que él y yo discutiríamos!
¿En qué maldito mundo?
¿Y mi hija tomó eso como la respuesta final?
¡No!
Ella fue más allá y pidió un bebé para su undécimo cumpleaños.
Dejando caer la cabeza entre las manos, la sacudió de un lado a otro
con incredulidad mientras la escuchaba decirle que ser hija única no
era algo bueno.
Dios, ayúdame.
Me alegré mucho cuando su conversación tomó un rumbo diferente
y se relajó.
No debería haberlo hecho.
Lo siguiente que supe fue que Lee gritó sí porque le ofreció la casa
club como lugar para su fiesta de cumpleaños. No, simplemente no.
Mi hija no estaba celebrando su cumpleaños con un grupo de
moteros degenerados.
Dos pares de penetrantes ojos azules me inmovilizaron mientras Sin
defendía su caso. Pidiéndome que esperara hasta haber estado en la
casa club para la braai familiar antes de tomar una decisión final.
Mirando los ojos suplicantes de mi pequeña, traté de ser dura, pero
fue inútil.
Tenía que ser justa. Tenía que ver si era verdad. Tenía que ver si el
club había cambiado sus costumbres y la forma más fácil de juzgar
era conocer a las mujeres con las que se relacionaban estos hombres.
Entonces estuve de acuerdo. Estuve de acuerdo con la braai familiar
y conocer a los hombres y mujeres del Iron Dogz MC.
Me reservaría mi opinión hasta entonces.
Y todavía no le había contado a mi familia acerca de haberme
reunido con él, ni de presentarle a Lee.
No esperaba ese momento con ansias, en absoluto.
Por supuesto que pidió pasar el sábado con nosotras. Por supuesto
que lo hizo. Y acepté porque la expresión del rostro de mi hija era
desgarradora. Ella esperaba que yo dijera que no.
No pude, simplemente no pude.
Así que aquí estábamos.
Sentadas en la terraza del B&B, que por cierto no tenía otros
huéspedes, esperando a que llegara Sin. Tank y Hanson estaban en
algún lugar vigilándonos, así que me sentía lo suficientemente
segura como para sentarme afuera.
Una vez más se detuvo en el enorme SUV. La cosa era gigante y
después de haber observado las precauciones de seguridad de Cat,
supe que no era un vehículo común y corriente. Era mucho más. Se
trataba de un vehículo que protegería a sus ocupantes de un ataque.
Una vez más Lee corrió hacia él y se trepó a Sin como a un árbol. A
él no le importó. Simplemente la abrazó, la besó en la sien y luego en
la frente.
Y luego hizo algo que me hizo sentir un poco resentida y excluida.
Tocó su frente con la de ella, cerró los ojos y la inspiró.
La alegría en su rostro era mucho más que alegría.
Me quedé de pie al lado de las dos mochilas y esperé a que tuvieran
su momento porque si estaba siendo honesta conmigo misma, y
siempre trataba de serlo, se merecían ese momento entre ellos.
Sin había venido al show la noche anterior y se paró a un lado del
escenario, observándome. Después, insistió en acompañarme hasta
el coche y luego me preguntó si estaría bien si visitáramos a su padre
hoy. Quería presentarle a su hija antes de la braai familiar.
Decir que me sorprendió un poco que Carl Smith padre fuera a ir a
una braai familiar de un MC era decirlo suavemente. Y tenía
curiosidad por ver si había cambiado después de divorciarse de su
horrible esposa, así que dije que sí.
Observé con cautela mientras Sin caminaba hacia mí, con Lee
apoyada en su cadera como si fuera una niña pequeña. Era como si
ni siquiera sintiera su peso y dejadme deciros que llevar a una niña
de nueve años en tu cadera no es fácil. El hombre había ganado algo
de músculo a lo largo de los años.
—Hola, cariño—dijo suavemente mientras se inclinaba y tocaba sus
labios con los míos. Y no se apartó de inmediato, por supuesto que
no, apoyó su frente contra la mía y me respiró, como solía hacerlo.
Y mi estúpido y maldito corazón se aceleró. Latió insanamente
rápido.
—Hola—intenté hablar con voz fuerte, pero en lugar de eso salió
entrecortada y baja.
—¿Mis chicas están listas para partir?—preguntó con una pequeña
mueca en sus labios. No una sonrisa, sólo un leve levantamiento.
—Lo estamos—dijo Lee—. Quiero ir a ver a mi abuelo.
—Entonces vámonos, dulce niña. Vamos a meterte a ti y a tu
hermosa mami en la jaula para que podamos salir a la carretera—
respondió Sin con una pequeña sonrisa.
No era una sonrisa tan amplia como recordaba, pero una sonrisa al
fin y al cabo.
Lee y yo nos sentamos atrás con Sin mientras Bullet y Spider
ocupaban los asientos delanteros. Tank y Hanson se quedaron atrás
para cuidar a Ness, no quería dejarla sola. Ella se había mantenido
alejada para darnos tiempo con Sin. Intenté convencerla de que no
era necesario, pero ella no cedió.
Estuve mayormente en silencio mientras conducíamos hacia la casa
que odiaba visitar. Sentí que Sin me lanzaba miradas por encima de
la cabeza de nuestra hija, pero evité sus ojos. Él sabía lo que sentía
por sus padres. Su padre nunca me había dicho, ni hecho nada, pero
tampoco me había protegido de la crueldad de su esposa e hija.
Y entonces atravesamos una valla alta de hierro forjado y
estacionamos frente a los garajes.
La casa ya no se parecía en nada a la de antes. Se le habían realizado
algunos trabajos estructurales. Se había añadido una amplia terraza
al frente y estaba pintada de blanco con el techo negro. Sobre los
garajes dobles se había construido un apartamento al que se accedía
por una escalera de madera.
La casa estaba rodeada por el jardín más fantástico que jamás
hubiera visto. Había árboles y plantas en flor por todas partes y
varios senderos serpenteaban hacia las profundidades del
exuberante jardín. Atrás había quedado el aburrido pavimento y el
césped de antes. Ahora parecía un país de las maravillas.
Obviamente alguien había dedicado mucho tiempo a ello.
—A mi padre le encanta la jardinería—dijo Sin mientras yo miraba
con asombro—. Una vez que mi madre se fue, rompió todo y
empezó de nuevo. He pasado muchas horas aquí con él y ha valido
la pena. Todos comentan sobre su jardín.
—Es como un país de hadas—susurró Lee asombrada mientras Sin
la ayudaba a salir del vehículo alto.
Inmediatamente dio la vuelta, abrió la puerta, se inclinó para
desabrocharme el cinturón de seguridad y me ayudó a salir. No me
soltó la mano, sino que me llevó hasta donde Lee nos estaba
esperando.
La terraza se extendía a lo largo de la parte delantera de la casa y
tenía cestas colgantes llenas de fuchsias2 en flor y helechos
exuberantes. Muebles de mimbre con cojines mullidos estaban
agrupados en ambos extremos y había más plantas en soportes
esparcidos por todos lados. La puerta verde oscuro se abrió y allí
estaba él, el padre de Sin. Era mayor, obviamente, pero seguía
siendo un hombre muy guapo. Y Sin se parecía a él, sólo una versión
más joven de él.
No hubo tiempo para sentirme torpe o incómoda porque Lilou fue
directo al grano.
—¡Abuelo! ¡Te pareces a mi papi! —dijo ella, se arrojó sobre él y le
rodeó la cintura con los brazos.
Él se inclinó y la abrazó con fuerza.
—Es tan bueno conocerte finalmente, cariño—le dijo él con ternura
mientras le besaba la frente.
—¡Lo sé! —Mi precoz hija se rio—. He estado esperando desde
siempre para conocerte a ti y a mi papi. —Ella siguió hablando
mientras él le pasaba un brazo por los hombros y le sonreía—. Sabes
que el viernes es mi cumpleaños y cumpliré diez años y a los diez
algunos niños ya no creen en las hadas, pero yo sí, y creo que quizás
las tengas en tu jardín. ¿Tienes hadas, abuelo?
Inclinó la cabeza como si estuviera pensando un poco.
—Bueno, como sabes, a las hadas no les agradamos mucho los
humanos. Hemos destruido gran parte de la naturaleza y les resulta
difícil sobrevivir en lo poco que queda. Por eso, hago todo lo posible
para crear un lugar donde estén seguras y felices. Un jardín feliz
siempre tiene hadas, cariño, siempre.
¿Quién diablos era este hombre? Ciertamente no era el hombre que
recordaba. Sus ojos, tan parecidos a los de Sin, se centraron en mí y
vi una profunda tristeza allí.
—Es tan bueno verte de nuevo, Skylar . Eres bienvenida a mi casa—
dijo él.
Tuve que tragar dos veces antes de poder responderle.
—Es bueno verlo a usted también, señor Smith. Gracias por
recibirnos.
Frunció el ceño y luego miró a Sin antes de volver a mirarme. ¿Qué
demonios fue eso?
No tuve oportunidad de preguntar.
—Entrad. Lo instalé todo debajo del gazebo en el jardín trasero.
Espero que hayáis traído apetito, señoras, sé que mis muchachos lo
han hecho. —Le sonrió a Bullet y Spider cuando se unieron a
nosotros en la terraza—. Me alegro de verte de nuevo, Spider,
muchacho.
No estrechó la mano de Spider y Bullet, los abrazó. ¿Qué diablos le
había pasado al hombre silencioso y reservado que solía conocer?
Definitivamente las cosas habían cambiado por aquí. Y parece que
para mejor.
El jardín trasero era tan espectacular como el delantero, si no más.
Se escuchaba el sonido del agua por todas partes. Un arroyo
serpenteaba más allá del gazebo para caer en una serie de pequeñas
cascadas y desaparecer más profundamente en el jardín. Las abejas
zumbaban y las mariposas revoloteaban alrededor de las plantas en
flor. El gazebo en sí era una ornamentada construcción de hierro
forjado con un techo de tejas pintado de negro, igual que la casa.
Estaba elevado para tener vistas a partes del jardín y al arroyo.
Habían puesto una mesa y a un lado había un carrito cubierto.
Era como si hubiera entrado en el set de una película, tan perfecto.
La comida perfecta, las bebidas perfectas, todo era perfecto y me
sentía incómoda.
¿Por qué?
Porque Sin seguía mirándome y supe que muy pronto nos
sentaríamos y hablaríamos sobre el elefante en la habitación.
La razón por la que había hecho lo que nos hizo.
—Ven, cariño, demos un paseo por el jardín y veamos si podemos
ver un hada o dos—dijo Carl y Lilou saltó y agarró su mano.
Antes de que salieran del gazebo, se giró y miró a Sin. Se limitó a
mirarlo, sin decir una palabra, antes de llevarse a Lilou, que hablaba
sin parar.
Escuché sus voces apagarse mientras se alejaban de nosotros. Spider
y Bullet solo se habían quedado el tiempo suficiente para tomar un
par de bocadillos antes de dejarnos para regresar al frente de la casa.
Para estar atentos a las cosas, dijeron.
Y ahora estábamos solos.
Jugueteé con mis dedos en mi regazo, sin querer mirarlo, pero su
mano cálida y callosa cubrió las mías y detuvo mis dedos.
—Mírame, Sky. —Su voz era suave pero firme y miré a sus ojos que
eran en de un color azul cristalino.
—Tengo algunas cosas que necesito decirte. Cosas que nunca te dije
cuando estábamos juntos porque pensé que tenía tiempo. Tiempo
para decírtelas después.
—¿Qué cosas?—dije frunciendo el ceño.
—Cosas como mi apellido, no es Smith. —Puso los dedos sobre mis
labios cuando jadeé en shock y traté de hablar, silenciándome—.
Cuando me hice amigo de Spider y comencé a andar con los Iron
Dogz, mi madre se puso furiosa. Ella insistió en que usara otro
apellido para no avergonzar a la familia. No tenía idea de por qué
pensaba que estar en el club los avergonzaría o de qué serviría un
cambio de apellido. Ni siquiera era legal. Y ninguna de sus amigas
de la sociedad me habría reconocido de todos modos. Fue estúpido,
pero en aquel entonces todavía me importaba lo que ella pensara, así
que hice lo que me pidió. Spider y yo estábamos borrachos cuando
nos decidimos por Smith, nos pareció muy divertido y así me
convertí en Carl Smith. Te conocí años después. No te lo oculté a
propósito, nada de eso. Estaba tan acostumbrado a ser ese tipo que
ni siquiera me di cuenta de que no sabías sobre el estúpido cambio
de apellido. En ese momento me perdí el hecho de que mi familia
estaba muy feliz de no contarte nada. Lamento no habértelo dicho
nunca, debería haberlo hecho, desde el principio. Tengo el mismo
nombre que mi padre, por eso mi familia me llamaba Junior. Mi
nombre es Carl Jaegar Schneider. Algún antepasado nuestro vino a
Sudáfrica desde Alemania allá por el siglo XVIII.
Se quedó en silencio mientras yo lo miraba fijamente. Su madre
realmente necesitaba que le dieran una patada en el coño con una
bota pesada. ¿Cómo pudo hacerle eso a un chico? Quitarte tu
apellido es quitarte una parte de quién eres. Y en realidad su padre
también. ¿Por qué le había permitido hacerle eso a Sin?
—Ese es realmente un nombre genial—dije en lugar de decirle lo que
pensaba de su madre y su padre.
—Cuando era joven y estúpido pensaba que no lo era, ahora estoy
de acuerdo contigo. —Se quedó en silencio por un momento—. Me
gustaría que Lilou tuviera mi apellido.
Mierda. Aquí vamos.
—Después de lo que nos hiciste, de lo que amenazaste con hacernos,
¿cómo puedes pedirme eso?
Me enojé al instante y tragué fuerte para mantener dentro todo lo
que quería gritarle. Dentro donde Lee no podría escucharlo y
resultar herida.
Una mirada extraña cruzó su rostro.
—Hay cosas que no sabes. Cosas que sucedieron esa noche y que me
han perseguido durante putos años—dijo en voz baja mientras
sostenía mis manos cuando intenté alejarme—. Necesito que me
escuches y no me digas ni me preguntes nada hasta que termine.
Sólo puedo decirte esto una vez y si me interrumpes no sé si podré
decirte lo que necesito. ¿De acuerdo?
Asentí porque necesitaba una explicación, me debía una explicación.
Necesitaba saber por qué hizo lo que hizo.
—Esa tarde había regresado de un viaje. Estaba cansado, enojado y
todo lo que quería hacer era ir a casa contigo, ducharme y acostarme
en la cama. No nos habían dicho que habría una fiesta en el club
hasta que regresamos. El jodido Warne nos ordenó que nos
quedáramos, al menos durante un par de horas antes de que
pudiéramos irnos. Me quedé. Debería haberme ido, pero me quedé y
tomé un par de cervezas con mis hermanos. El otro club llegó y las
tensiones eran jodidamente altas porque eran escoria, escoria
absoluta. Pero Bounty buscaba hacer alianzas para mantener seguro
al club, así que teníamos que cooperar.
Apretó los dientes y respiró hondo un par de veces antes de
continuar.
—Ya estaba ligeramente borracho cuando Monika entró con la puta
de su amiga. Ella me dijo que tenía que hablar conmigo
urgentemente. La llevé a un lado y me dijo que habías estado
follando a Rook y que estabas embarazada de su hijo. No le creí. En
realidad me reí de ella, pero luego empezó a decir mierda sobre que
él te llamaba y te enviaba mensajes a mis espaldas. Por alguna razón
comencé a dudar. Y ahí fue cuando todo se fue a la mierda.
Sus manos estaban tan apretadas alrededor de las mías que era
doloroso, y temblaban. Estaba temblando al revivir esa noche. De
repente sentí mucho, mucho miedo por lo que iba a decir.
—Estaba en shock, cabreado y dolido y la perra me dio una bebida,
para el shock me dijo. La bebí. No la bebí, me la tragué. Poco
después el mundo se volvió confuso. No recuerdo mucho del resto
de la noche, pero recuerdo haber bebido y consumido drogas,
mucha coca. Y luego nada. Nada hasta que Spider abrió mi puerta,
esa parte sí la recuerdo. Era como si estuviera mirando el mundo a
través de una neblina. No sé lo que dije o hice. No recuerdo haberme
follado a esa puta. No recuerdo haberte amenazado a ti, ni a nuestro
bebé. Simplemente nada, jodidamente nada y todavía no lo
recuerdo. En mis pesadillas tengo destellos de esa noche, pero no los
suficientes para entender lo que pasó. La única forma de que supe lo
que pasó fue porque Spider me lo contó y por los videos de
vigilancia que tenía el club. Es un espectáculo de terror con el que
tendré que vivir el resto de mi vida. Nunca debí haberla escuchado.
Debería haberme ido a casa, contigo. Tantas cosas que debería haber
hecho y no hice.
Decir que estaba atónita no sería suficiente. La conmoción y el horror
me congelaron en mi silla. Cuando finalmente pude moverme, giré
mis manos debajo de las suyas y las agarré. Lágrimas que no pude
detener llenaron mis ojos y gotearon por mis mejillas mientras mis
recuerdos me golpeaban.
—Tus ojos, tus ojos aquella noche—susurré—. Tus pupilas estaban
dilatadas. Tan grandes que casi no se notaba el azul. Y la ira era
aterradora. Hui de ti y tenía tanto miedo que desaparecí. Pensé que
tú y tu club vendrían a buscarme. Que nos harías daño. Tenía que
llevar a mi bebé a un lugar seguro, eso es todo lo que importaba.
Sin soltó un gemido torturado y trató de soltarme las manos, pero se
las sujeté y las apreté. Estaba mirando al suelo, ni siquiera me
miraba.
—Mírame, Sin—dije suavemente. Levantó la vista y nuestros ojos
llenos de lágrimas se encontraron—. ¿Me buscaste?
Él asintió.
—Pero no para hacerte daño, cariño. Te estaba buscando para
pedirte perdón, pero ya no estabas y tus padres se negaron a
decirme nada. Los vigilé durante semanas hasta que enviaron al club
una carta de un abogado amenazando con procesarlos. Tuve que dar
un paso atrás pero no me rendí. Seguí vigilando, esperando que
regresaras a casa. Seguí vigilando hasta el día que tu padre vino a
verme y me dijo que te dejara ir, que eras feliz. Se negó a decirme si
teníamos un niño o una niña o dónde estabas, dijo que no merecía
saberlo. Él tenía razón.
Negué con la cabeza.
—No era su decisión.
—Él estaba cuidando de ti, cariño. En aquel entonces el club estaba
involucrado en muchas cosas malas. Algunas de las cosas que
hacíamos eran malas, realmente malas. Bounty y Bulldog nos
sacaron de algo de esto, pero fue sólo después de que Hawk se hizo
cargo que finalmente nos libramos de toda esa mierda oscura.
Podía entender eso, no es que me hiciera feliz, pero lo entendía.
Había algo más que necesitaba saber.
—¿Lo que te pasó provocó el divorcio de tus padres?
Él asintió, sin decir una palabra más.
—¿Y tu hermana? ¿Qué le ocurrió a ella?
La rabia floreció en sus ojos, el azul oscuro superó al azul hielo.
—Unos días después de esa noche, mi padre las escuchó a las tres
hablar sobre lo que habían hecho. Me acerqué para confrontar a mi
hermana y también las escuché. Ni siquiera intentaron mentirme. Mi
padre escuchó todo y se enfureció cuando se dio cuenta de que su
esposa había jugado un papel importante en lo que me habían
hecho, después las echó. A todas. Se fueron y no sé, ni me importa,
qué pasó con ellas. Arruinaron nuestras vidas, me quitaron a mi
bebé y no sintieron ningún puto remordimiento. Si él no las hubiera
echado, las habría lastimado, familiares o no, mujeres o no, las
habría lastimado.
Me dolía tanto el corazón que todo lo que quería hacer era hacerme
una bolita y llorar y llorar. Pero no lo hice, tenía que pensar en Lee.
Así que sorbí las lágrimas y respiré profundamente.
—Después, ¿por qué no me buscaste?
—Porque no pensé que fuera lo suficientemente bueno para ti, para
ninguna de las dos.
—Ese es un argumento estúpido—gruñí y él sonrió.
—Sí, lo fue, pero estaba tan dañado por todo eso que lo creía. Creía
que habría un hombre mejor para vosotras que las amaría y las
mantendría a salvo. Me dolió mucho ver a mis hermanos encontrar a
sus mujeres y comenzar a tener hijos cuando yo sabía que mi mujer
estaba en algún lugar del mundo con mi hijo. Muchas veces quise
pedirle a Ziggy que te encontrara, pero cada vez pasaba algo y me
decía que estabas más segura lejos de mí. Me equivoqué.
Jodidamente mal.
Soltando mis manos, se sentó hacia adelante y enmarcó mi rostro
con sus manos.
—Tienes que escucharme, cariño. Lo que voy a decirte
probablemente te cabreará, pero tienes que saberlo. —Sus ojos eran
tan serios que me inmovilizaron—. Tu acosador no es un buen
hombre. Su nombre no es Ravinder Sharma, es Dinesh Sharma
Maharaj y es parte de un sindicato del crimen. Creemos que te
apuntó porque tú y Lilou sois mías. Es un hombre realmente malo,
Sky, un asesino y un violador. Y lo sé porque lastimó a dos de las
mujeres del club.
El horror se apoderó de mí.
—¿Está seguro?—pregunté suavemente. No necesitaba preguntar
porque veía la verdad en sus ojos.
Se aferró a mi cara y mis manos rodearon sus muñecas.
—Tuvimos un par de citas pero no tuve relaciones sexuales con él. Se
volvió posesivo y espeluznante y rompí con él. Luego empezó a
seguirme y me sentí aliviada de irme de gira porque pensé que lo
había dejado atrás. ¿Crees que nos siguió? ¿Estamos a salvo?
Su frente cayó sobre la mía y nuestros ojos se encontraron.
—Nunca dejaré que les pase nada a mis chicas, nunca, daría mi vida
por vosotras—gritó.
—No quiero que mueras por nosotras, quiero que vivas por nosotras
—gruñí en respuesta.
La risa lo sacudió y colocó sus labios contra los míos, besándome
suavemente.
—Mi chica, siempre tan fuerte—dijo contra mis labios—. Te amo,
cariño, siempre te he amado y siempre te amaré.
Mierda. Mierda. Mierda. No podía responderle. Simplemente no
podía. No todavía, de todos modos.
—No espero que me digas que me amas, Sky. Realmente no lo
espero. Sólo quiero que sepas que te amo y que amo a nuestra hija.
Las dos sois mi vida.
Estaba a punto de responder cuando la risa de Lee sonó cerca del
gazebo y nos separamos. Mi garganta estaba seca como el polvo y
tomé mi vaso de jugo y lo bebí. Sin se sentaba frente a mí y me
miraba. Una pequeña sonrisa curva sus labios.
Estaba en problemas, muchísimos problemas. El dolor y la rabia
todavía estaban conmigo, pero él era el hombre del que me había
enamorado hacía mucho tiempo.
Lee saltó las escaleras y se arrojó hacia mí.
—¡Vimos hadas, mamá! Te juro que las vimos. Son pequeñas y
volaban alrededor de las rosas y una de ellas era una niña, era
brillante y rápida, muy rápida. Realmente sólo puedes ver un
destello de luz mientras vuela a tu alrededor. Cuando compremos
una casa tenemos que pedirle al abuelo que nos ayude a plantar un
jardín para poder tener hadas como él. El abuelo dice que está bien,
que nos ayudará. Y necesitamos un arroyo porque las hadas del
agua también necesitan su lugar y también están las abejas, ¡tenemos
que plantar muchas flores para ellas y flores para las mariposas y
muchas otras cosas! —dijo sin aliento y luego pasó de mis brazos a
los de Sin.
—¿Tienes un jardín en la casa club, papi?
Él asintió.
—Sí y tenemos algo realmente maravilloso. Tu tío Jagger construyó
una piscina secreta. Te llevaré a verla. No todo el mundo puede
nadar allí, pero si se lo pedimos amablemente, estoy seguro de que
nos dejará.
Ella sonrió y lo abrazó.
—Te amo, papi—dijo ella y le besó ambas mejillas antes de arrojarse
en una silla.
—Yo también te amo, niña. —Sin le sonrió.
Definitivamente estaba en problemas aquí.
Pasamos el resto del día relajándonos y conociéndonos. Resultó que
el padre de Sin era un buen hombre y no el cobarde que solía pensar
que era. Había llevado a Lee al jardín para que Sin y yo tuviéramos
tiempo de hablar. Una charla que había aclarado muchas de mis
dudas. Ahora sólo era cuestión de analizar lo que me había dicho.
Aunque puede que tardara un poco. Había mucho que analizar.
Nos fuimos a última hora de la tarde y regresamos al B&B para
poder prepararme. Lee y Ness no se quedarían con mis padres esta
noche, se quedarían en el B&B porque yo necesitaba hablar con mi
familia y si ella los veía primero estaría hablando efusivamente de su
padre. Tenía que decírselo con calma y con suerte aceptarían mis
decisiones. Con un poco de suerte.
Era nuestra última noche en Thirsty Dog y realmente estaba
deseando que llegara.
Y el hecho de que Sin estuviera allí mirando no tenía nada que ver
con eso.
No. No en absoluto.
¡Ja!
Capítulo 10
Sharma
Los bastardos pensaban que estaban a salvo, que sus perras estaban
a salvo.
No lo estaban. Ninguno de ellos estaba a salvo.
Los Harrison tenían planes para ellos. Para todos ellos. Planes que
dejarían a sus mujeres vulnerables y fáciles de atacar. Pronto tendría
más juguetes para jugar.
Deena Michaels había sido una decepción. Nada de fuerza alguna.
DC era diferente. Ella no sería una decepción. Ella pelearía.
Me encantaba una mujer que se defendía. Era mucho más
satisfactorio cuando las rompía. Y ella se rompería. Como lo hicieron
todas.
Él se aseguraría de ello. Sabía exactamente dónde presionar para
romperla. Pero primero jugarían.
El timbre del teléfono lo sacó de su ensoñación.
—Sí.
La odiosa voz de la vieja perra gruñó en su oído.
—No te mueves hasta que te lo diga. ¿Entendido, Maharaj?
Maldita bolsa vieja.
—Entendido, esperaré. La perra de América está aquí y estamos
listos para secuestrar a la niña cuando des la orden.
Un gruñido de satisfacción.
—Tengo un comprador para ella, así que ninguna marca,
¿entendido?
—Entendido. ¿Tienes un cronograma para mí?
—Aún no es momento de actuar. Pronto te haré saber cuándo.
—¿Vendrás a recogerla?
Una risa fría.
—No es necesario, tú la entregarás. Tengo mucho que hacer aquí.
La línea se cortó y quiso tirar el maldito teléfono, pero en lugar de
eso lo dejó con cuidado. Tenía un juguete con el que podía descargar
su ira. Un juguete que nadie echaría de menos.
Amaba tanto a las putas. Eran fáciles de conseguir y muy fáciles
deshacerse de ellas. Y el hecho de que ella se pareciera un poco a la
mujer que odiaba lo excitaba aún más.
Pensar en su sangre mezclándose con su semen calentó su sangre.
Se quitó la chaqueta y la colgó con cuidado sobre el respaldo de la
silla. Lenta y cuidadosamente se quitó el resto de la ropa, la dobló y
la colocó cuidadosamente en la silla y luego caminó hacia el
dormitorio cubierto de plástico donde la puta lo esperaba.
Su polla estaba dura pero no la tocó.
Aún no.
No hasta que pudiera cubrirla con su sangre.
Sólo entonces llegaría el momento.
Capítulo 11
Sin
Apenas durmió y se levantó antes del amanecer, con el corazón
acelerado. Lo único que lo calmaría era nadar. Bajó y nadó hasta que
el sol volvió el mundo cálido y dorado. Tenía frío cuando finalmente
salió, se secó, se puso los vaqueros y caminó de regreso a la casa
club.
Ignoró a las chicas de club que preparaban ensaladas bajo la
dirección de la tía Bee mientras caminaba por la cocina.
—Buenos días, tía Bee. —Iba a subir las escaleras cuando ella lo
llamó.
—¿A qué hora llegarán Sky y Lilou, Sin?
Podía sentir a las malditas putas escuchando.
—Las recogeré más tarde. —No dio detalles porque había aprendido
a no confiar en nadie.
—Tengo muchas ganas de conocerlas. Toma un poco de café antes
de subir—le ordenó antes de volver a lo que estaba haciendo.
Con la toalla alrededor del cuello, se sirvió café y luego subió las
escaleras.
Hoy acabaría con él o reiniciaría su corazón.
Esperaba y rezaba para que fuera el segundo.
Sky
Me desperté con una niña de nueve, casi diez saltando sobre mí.
—¡Despierta, despierta, despierta! Necesitamos levantarnos y
prepararnos porque mi papi llegará pronto.
—¡Lilou! Detente. Todavía es temprano. Tu padre estará aquí a las
diez, son sólo las seis y anoche trabajé. —Levanté el edredón y la
diablilla se arrastró a mi lado y me rodeó con sus brazos.
—Estoy muy emocionada de ver todo y conocer a más amigos de
papi. Y habrá otros niños. Extraño a los niños de la banda, aunque
todos son más jóvenes que yo—refunfuñó ella contra mi hombro.
La estreché contra mis brazos y nos abrazamos.
—Lo sé, cariño, créeme, lo sé. Dormiremos un poco y cuando
abramos los ojos será el momento de levantarnos y prepararnos. ¿De
acuerdo?
Ella suspiró mientras se acomodaba contra mí.
—Está bien, pero sólo una pequeña siesta. Tenemos que lucir muy
bien hoy.
Con un suspiro cerré los ojos y me volví a dormir.
Unas horas más tarde estábamos listas y ante la insistencia de Lee y
Ness me vestí con un mix entre mi personalidad rockera y una perra
motera. Tenía que admitir que me quedaba muy bien.
Debajo de mi ropa llevaba un sexy conjunto de bragas y sujetador de
encaje negro. Mis vaqueros eran de un lavado oscuro y los combiné
con unas Doc Martens negras. Una camisola de seda cubría mi
sostén y encima una camiseta que tenía más agujeros que tela.
Estaba diseñada para dejar mi hombro y mi brazo al descubierto,
mostrando el tatuaje. Mi maquillaje no era tan pesado como el que
usaba en el escenario, pero aun así causaba sensación.
Estaba usando mi color de labios rojo favorito. No se movería en
todo el día ni se embadurnaría si besara a alguien. No es que fuera a
besar a nadie.
Deslicé varias pulseras en mis muñecas y mis anillos favoritos en los
dedos.
Anoche me había cambiado los aretes y el aro en la nariz y
combinaban con mi atuendo. Lo único que faltaba era algo que
ponerme alrededor del cuello. Abriendo mi bolsa de joyas saqué algo
que no había usado en diez años.
Había sido un regalo de Sin.
Abrochándome la correa detrás del cuello, coloqué el disco plateado
en el hueco de mi garganta y respiré profundamente cuando mi
corazón se aceleró. Frotando mi dedo sobre el grabado a cada lado,
articulé las palabras en silencio.
Para siempre.
Tuyo.
Maldición. Quizás no debería usarlo. Hoy no. Le daría una idea
equivocada. ¿O era la idea correcta? Realmente no lo sabía. Estaba
tan confundida.
Estaba a punto de quitármelo cuando el grito de Lee me hizo saber
que su padre había llegado.
Recogiendo mi chaqueta vaquera y el bolso, salí de la habitación
hacia el salón donde podía escuchar sus voces. No eran los únicos
que estaban allí. Ness, Romy, Bry, Mo, Andy y Lenny estaban
charlando con Sin y su habitual grupo de chicos malos.
Lee estaba donde esperaba que estuviera, pegada al lado de su
padre.
Sus ojos se pusieron calientes mientras los pasaba sobre mí y se
mordía el labio inferior.
Un lugar que no debería sufrir espasmos ni mojarse lo hizo y tuve
que esforzarme mucho para mantener mi respiración regular.
—Buenos días, cariño. Luciendo hermosa como siempre—dijo en
voz baja mientras se inclinaba hacia mí y presionaba sus labios
contra los míos.
—Buenos días. —Y de nuevo salió esa jodida voz entrecortada.
Carraspeando, miré a mi alrededor para incluir a todos en el saludo.
—Si todos terminamos con la mierda de buenos días, buenos días,
buenos días, ¿podemos salir a la carretera?—se quejó Bry—. No tuve
tiempo de tomar un café y Sin dijo que el café en la casa club es
excelente. Así que moved los culos. Salgamos de aquí, gente.
Y eso es lo que hicimos. Salimos de allí y nos pusimos en camino.
Cuanto más nos acercábamos a la casa club, más nerviosa me ponía,
hasta que Sin movió su mano desde donde la tenía en el respaldo de
mi asiento y la deslizó debajo de mi cabello, agarrando mi nuca. Su
pulgar acarició suavemente hacia arriba y hacia abajo, hacia arriba y
hacia abajo, tranquilizándome al instante.
No recordaba las sólidas puertas de acero, la caseta de vigilancia o
los enormes muros frente a los que nos detuvimos. Todo era nuevo.
Bullet abrió la ventanilla, chasqueó los dedos y la puerta se abrió.
Pasamos y ya nada parecía igual.
Donde antes todo había sido césped irregular con un camino
polvoriento que conducía a la casa club, ahora estaba pavimentado
con áreas de estacionamiento claramente designadas. Bullet se
detuvo debajo de los árboles a un lado y Bry y Andy se detuvieron a
nuestro lado.
—Quédate quieta hasta que pueda ayudarte—ordenó Sin mientras
salía.
Hice lo que me pidió mientras miraba a mi alrededor. Mi puerta se
abrió y él me ayudó a salir, luego metió la mano y ayudó a Lee a
saltar.
Su complejo no era lo que esperaba. Estaba limpio, ordenado y muy
bien cuidado. Un espeso césped verde se extendía a lo largo del
costado del edificio hacia la parte trasera, donde podía ver varios
árboles grandes. Al otro lado había grandes edificios parecidos a
almacenes. Sólo uno de ellos tenía las puertas abiertas y vi varios
coches y motos aparcados dentro y fuera del mismo. Había hombres
moviéndose por allí y todos nos observaron cuando comenzamos a
caminar hacia la casa club.
La casa club se veía igual y no. La insignia o parche o logo o como se
llamara del club estaba encima de la puerta principal, al igual que en
las puertas. En la parte delantera había una terraza con sillones
esparcidos por todas partes. Había hombres descansando pero todos
se pusieron de pie cuando nos acercamos. Ninguno de ellos dijo una
palabra mientras Sin nos guiaba adentro con Spider y Bullet
siguiéndonos.
g
Uno de los prospectos les había mostrado a Bry y a los demás otro
camino hacia la parte trasera del edificio.
Aparentemente el presidente de Sin quería reunirse con nosotras
primero.
Realmente no quería cruzar esas puertas. Y Sin debió saberlo porque
tomó mi mano entre las suyas y me atrajo hacia él, soltó mi mano y
puso un brazo alrededor de mi cintura. Sosteniendo la mano de Lee,
atravesó las puertas dobles abiertas y entró al edificio.
Jadeé mientras miraba alrededor de la gran área abierta. Ya no era
como una mazmorra. Estaba iluminada y limpia, muy limpia. No
hay ningún olor extraño. Había sofás, sillones y mesas esparcidos
por todos lados; a través de una abertura vislumbré mesas de billar y
demás. El bar también era diferente, con todos accesorios modernos
de cristal, cromo y madera relucientes. Podría haber sido un bar en
cualquier club del mundo.
Las paredes estaban cubiertas de fotografías enmarcadas de moteros
y de un par de chalecos. Un gran estandarte del Iron Dogz MC
cubría la totalidad de una pared. Fue entonces cuando me di cuenta
de que no había ventanas en ninguna parte. Un conjunto de amplias
escaleras industriales de acero situadas en un extremo subían al piso
superior, tal vez más de uno. No podía ver.
Entramos en un pasillo y mi corazón comenzó a latir furiosamente,
pero no me parecía familiar. No había tantas puertas como el
horrible pasillo que recordaba.
Spider se puso delante de nosotros y llamó a una puerta cerrada.
—¡Ja! ¡Entrad, carajo! —gritó una voz ronca.
Spider se rio mientras abría la puerta.
—Parece que estás teniendo una mañana un poco difícil, Prez—dijo
mientras entraba y se hacía a un lado.
—Cállate, Spider, o te enviaré de regreso a Ciudad del Cabo en
pequeños pedazos—lo amenazó la montaña barbuda de un hombre
detrás del enorme escritorio.
Spider se rio y sacudió la cabeza como si el hombre no acabara de
amenazarlo con matarlo.
Daba miedo y era muy intimidante. Si lo hubiera visto en cualquier
lugar de la calle habría evitado cruzarme en su camino. Hasta que vi
la tierna forma en que sostenía a la hermosa mujer sentada en su
regazo. Ella era pequeña comparada con él, tenía cabello negro muy
rizado y ojos casi negros, y llevaba un chaleco. Eso significaba que
era su mujer, su dama. Ella me dio una sonrisa de bienvenida
cuando me miró a los ojos, luego miró a Lee y su rostro se suavizó.
Lo mismo pasó con el motero barbudo y duro. Sus extraños ojos
ámbar se posaron en mi hija y sonrió y de repente me di cuenta de lo
increíblemente guapo que era. Con su corte de pelo y barba al estilo
vikingo era como si hubiera salido del pasado o de una película. Era
condenadamente sexy.
—Me gustaría presentarte a mi familia, jefe. Ésta es mi Sky y mi hija,
Lilou, pero todos la llaman Lee—nos presentó Sin con evidente
orgullo.
La mujer se bajó del regazo de su hombre, corrió hacia mí y me
abrazó. ¡Ella me abrazó!
—Bienvenida a casa—dijo, dio un paso atrás y se volvió hacia Lee.
—Dios mío, muy pronto serás más alta que yo. Y eres tan hermosa.
—Ella sonrió, luego abrazó a mi hija y le dijo lo mismo, bienvenida a
casa. Decir que estaba confundida era decirlo suavemente.
El hombre enorme se levantó y caminó hacia nosotras. No nos tocó,
simplemente acercó a la mujer a su costado y nos sonrió.
Sin volvió a hacer las presentaciones.
—Sky, Lee, éste es mi presidente y su dama, Hawk y DC.
Con esos ojos ámbar su nombre le sentaba a la perfección. Me
preguntaba qué significaba DC. Fue como si ella pudiera ver mi
pensamiento y arrugó la nariz.
—DC es culpa de mi padre. Me llamaba su demon child (NdelT: niña
demonio) cuando era pequeña, con el tiempo se convirtió en DC, se
quedó y ahora es como todos me llaman.
—El mío es Skylar, pero la mayoría de la gente me llama Sky.
—O Lix—dijo Spider meneando las cejas y la mano de Sin se giró
hacia atrás y lo golpeó en el pecho.
—Cuida esa boca, hermano—gruñó él pero Spider solo se rio y se
puso fuera de su alcance.
—Bienvenidas a la casa club del Iron Dogz MC. Ambas sois muy
bienvenidas aquí y todos estábamos ansiosos por conoceros
finalmente. —La voz de Hawk era profunda y suave. Me preguntaba
si cantaba. Sonaba como si pudiera cantar.
—Gracias por invitarnos aquí hoy. —Sonreí pero creo que vio la
preocupación y el miedo en mis ojos.
—Tienes mi palabra de que aquí no os pasará nada a ninguna de las
dos. Sois familia y los miembros de la familia están protegidos,
siempre. —Miró por encima de nuestras cabezas a alguien detrás de
nosotros.
—Bullet, hermano, hazle saber a la tía Bee que las chicas están aquí,
ella ha estado quemando mi teléfono toda la jodida mañana con sus
jodidas llamadas de '¿ya llegaron?'—gruñó él.
—Oye, hermano, no más palabrotas. Ahora tenemos orejas pequeñas
aquí y pronto tendrás orejas pequeñas en tu casa y su primera
palabra no puede ser la palabra que empieza con J. Nunca olvidarás
eso—lo amonestó Spider burlonamente.
Hawk miró a Lee.
—Lo siento, dulce niña, no estaba pensando—se disculpó.
Y, por supuesto, eso era lo que mi hija necesitaba. Ella agitó una
mano de manera indiferente y se encogió de hombros.
—Eso no es problema, escucho esa palabra TODO el tiempo. Mi tío
Bry tiene la boca sucia, mi abuela lo dice y que necesita que le laven
la boca con jabón. Él dice que es demasiado rápido para que ella lo
alcance y tiene razón, puede correr muy rápido. A veces tenemos
carreras cuando estamos de gira. Vemos quién puede correr más
g q p
rápido alrededor de los autobuses y el que gana recibe un premio. —
Su atención se centró en DC—. ¿Vas a tener un bebé? Quiero un
hermano, pero mis papis tienen que volver a estar juntos antes de
que eso suceda. ¿Qué deseas? ¿Un niño o una niña? —Ella no le dio
oportunidad de responder mientras seguía divagando—. Me
gustaría una hermana pero primero quiero un hermano. Papá dice
que un hermano tiene que proteger a sus hermanas, pero como yo
seré mucho mayor que él, lo protegeré hasta que sea grande como
mi papá. Y cuando…
Tenía que intervenir o nos enteraríamos de que ella quería un
hermano y por qué.
—Lee, cariño, estás divagando y estamos aquí para reunirnos con la
familia de tu papi, no para tener discusiones sobre si tener o no
bebés.
Ella soltó un pfff.
—Bien, hablaremos más tarde entonces.
Escuché a Spider soltar una carcajada detrás de mí que rápidamente
ahogó. Lo mismo a Sin. Me mordí el labio y negué con la cabeza. Mi
hija ha estado rodeada de adultos demasiado tiempo.
Hawk se estremeció con una risa oculta, pero mantuvo la cara seria.
DC ni siquiera intentó ocultar su risa.
—Tú y yo vamos a tener una laaaaarga charla muy pronto, chica. Me
gustas, me gustas mucho—dijo y le guiñó un ojo a Lee, quien le
sonrió y levantó el pulgar.
—Salgamos para que podáis conocer a la familia. —Hawk hizo un
gesto con la mano hacia la puerta.
Sin me rodeó con un brazo y susurró.
—Nuestra hija es jodidamente increíble. Gracias, cariño.
Estuve aturdida todo el camino hacia el patio.
Había mesas de picnic dispuestas en un cuadrado sobre una amplia
zona pavimentada, y había más mesas esparcidas bajo los enormes y
viejos árboles del césped. Una lapa al lado era en realidad un bar al
j p p
aire libre atendido por dos jóvenes. Las largas mesas colocadas a lo
largo de la pared del fondo estaban cubiertas de comida. Un gran
artilugio parecido a una tienda de campaña mantenía alejados a los
insectos.
Todos los hombres llevaban chalecos y también algunas mujeres.
Obviamente eran las damas. Vi a Leo y Chris casi de inmediato,
sonreí y las saludé con la mano.
Un fuerte silbido hizo que el silencio descendiera y que se juntaran.
De repente las mesas se llenaron e incluso había personas parada
detrás de los que estaban sentados. Había mucha gente. Más de la
que esperaba.
Hawk rodeó a su dama con el brazo y miró a su gente. Se hizo
silencio cuando empezó a hablar.
—Es bueno veros a todos aquí hoy. Hemos estado pasando por
momentos oscuros y hace tiempo que no nos reunimos como familia.
Hoy somos bendecidos por el regreso de dos personas muy
importantes para nuestra familia. Hace diez años pasó algo aquí que
dejó una mancha sobre nosotros, sobre nuestro club. Una mancha
que sólo recientemente hemos podido borrar. En ese día oscuro
nuestro hermano perdió a su familia pero hoy la recuperó. Quiero
que le deis una cálida bienvenida al Iron Dogz a Sky y Lee, la dama
y la hija de Sin.
Había expresiones de asombro por todos lados, me congelé bajo el
brazo de Sin pero él me abrazó fuerte y miré hacia abajo para ver a
Lee con ambos brazos alrededor de su cintura. Inclinando su cabeza
hacia mí, me besó en la sien.
—Tranquila, cariño, tranquila—susurró.
Al minuto siguiente, los hombres echaron la cabeza hacia atrás y
aullaron como una manada de lobos o más bien una jauría de perros.
Algunos de los niños se unieron y también algunas mujeres. Por
supuesto que a nuestra niña le encantó e inmediatamente hizo lo
mismo.
Sin la miró y sacudió la cabeza mientras se reía con ganas y nos
abrazaba.
Vi la sorpresa en los rostros que nos observaban. No podía ser sólo
porque Sin de repente tuviera una dama y una hija. Pero luego, por
la forma en que lo miraban, me di cuenta de que era porque nunca lo
habían visto reír tan libremente.
Hawk levantó los brazos y se hizo el silencio.
—La otra noticia es que la dulce hija de Sin y Sky cumplirá diez años
la próxima semana. Mi dama y yo decidimos que hoy haríamos una
pequeña celebración previa al cumpleaños. Lee, cariño, hoy es para
ti. Conoce a tu familia, haz nuevos amigos y diviértete, pequeña.
Lloré, incapaz de detener las lágrimas sin importar cuántas veces
intenté parpadear, sorberlas o secarlas.
Lee y Sin me dieron palmaditas en la espalda tratando de calmarme.
Eso ayudo. Mucho. Por suerte no me convertí en un panda. Por eso
siempre debes usar rímel y delineador de ojos a prueba de agua.
Sin empezó a presentarnos a sus amigos y muy pronto todos los
nombres corrían juntos por mi cabeza.
Lee se había escapado con los otros niños a la piscina. Estaba
preocupada hasta que me aseguraron que habría un prospecto de
guardia como salvavidas mientras estaban en la piscina y que
algunas de las madres también estarían cuidando a los niños.
Bry, los muchachos y Romy se adaptaron muy bien. No me
preocupaba cómo encajaría Ness, ella se sentía tan a gusto con los
Iron Dogz como con los Shadow Wraiths. Después de todo, era su
tipo de personas.
Sin nos sentó en una mesa y pronto se nos unieron Leo, Chris y sus
hombres, Wolf y Scar. Spider y Bullet se sentaron con nosotros al
igual que el padre de Sin. Él estaba sentado charlando con una
señora que se había presentado como tía Beryl, la tía de Hawk. Era
una dama encantadora, cálida y acogedora. Y tenía muchas historias
divertidas sobre todos los hombres de la mesa.
Estábamos riendo y comiendo bocadillos de una bandeja que había
sobre la mesa cuando un hombre corrió hacia nuestra mesa.
—Sin, hay una mujer en la puerta que dice que es tu hermana y que
tiene un paquete para ti. Sabemos que está en la lista de personas
prohibidas, así que intentamos que nos diera el paquete y se fuera.
Ella se negó y dijo que tenía que dártelo a ti y sólo a ti. Ella no se irá.
¿Qué quieres que hagamos?
Mientras hablaba, Sin se había puesto rígido a mi lado y pude ver lo
mismo en los otros hombres en la mesa. Spider y Bullet se
levantaron inmediatamente.
—Nosotros nos encargaremos, hermano. Quédate aquí con tu dama
—gruñó Spider.
Pero Sin negó con la cabeza. Tenía una mirada cruel en los ojos.
—Ella vino aquí, hermanos. Le he advertido que se mantenga
alejada. Lo que le pase ahora depende de ella, no de nosotros. Deja
entrar a esa perra, Wrench—gruñó mientras se levantaba.
El tipo, aparentemente llamado Wrench, se dio la vuelta y se alejó
corriendo.
Los ojos de Sin eran suaves y cariñosos cuando se inclinó sobre mí.
—Quédate aquí, cariño. Me encargaré de esto.
Ni en un maldito millón de años. Iba a estar allí con él. De ninguna
manera iba a enfrentarse a esa perra solo. Me levanté y negué con la
cabeza cuando él frunció el ceño.
—No hay nada que puedas decir que me haga perderme esto. Ella
arruinó mi vida y hoy entró donde no debería haberlo hecho. Es mi
turno—gruñí.
Al minuto siguiente, DC estaba a mi lado y su brazo rodeó mi
cintura.
—Me quedaré con tu dama, Sin. Sabes que ella está a salvo conmigo.
Id y ocupaos del asunto antes de que vuestra niña salga de la
piscina.
Un grupo de hombres rodeó a Sin mientras caminaba por el costado
del edificio. Estaba a punto de seguirla cuando DC sacudió la cabeza
y me llevó hacia la puerta trasera.
—Es más rápido si vamos por aquí y estaremos en la terraza con una
buena vista sobre sus cabezas.
Leo, Chris, River y tía Beryl nos siguieron a través de la casa club
hasta la terraza.
Los hombres estaban delante de un Audi deportivo rojo cuando
salimos por la puerta principal.
La perra estaba parada junto a la puerta abierta del coche. Estaba
claro que estaba enojada y todos lo supimos al escuchar las crueles
palabras que le lanzó a Sin.
—No me gusta que me hagan esperar fuera de la puerta y me traten
como si fuera una sirvienta cuando te estoy haciendo un maldito
favor. Podría haber tirado su culo a un lado de la carretera pero no,
vine aquí, donde no quiero estar, para traértelo.
Ella miró enojada la parte trasera del coche. Las ventanillas del coche
estaban ligeramente tintadas pero pude ver a alguien en la parte
trasera del coche. Alguien pequeño.
Había un niño sentado en la parte trasera del coche. Un niño
asustado. Tratando con todas sus fuerzas de ocultar su miedo detrás
de las miradas de enojo que nos lanzaba a todos.
Ella continuó diciendo sus vilezas mientras yo caminaba hacia las
escaleras. Todo lo que sabía era que tenía que llegar al coche y salvar
a ese niño de ella.
Fue entonces cuando me di cuenta de lo que estaba diciendo.
Y mi corazón se rompió. Se rompió por mí, por Sin, por Lilou y por
el niño en la parte trasera de ese coche.
—Esa perra de Crystal tuvo una maldita sobredosis. Está muerta y
yo me quedé con el pequeño bastardo porque mamá está en un
crucero con su último ricachón. No me haré responsable de esa
pequeña basura llorona hasta que finalmente mi madre decida
volver a casa. Es su culpa que él esté vivo. Crystal quería deshacerse
de él pero no se lo permitió. No es que haya sido la abuela del año ni
nada por el estilo. Ahora su culo está en un maldito crucero de lujo
mientras yo estoy atrapada con ese asqueroso. Es un monstruo
maloliente y espeluznante. Es tu bastardo. Es tu turno de cuidarlo.
Se volvió hacia el coche, abrió la puerta trasera, arrebató una
mochila maltrecha de los brazos al niño y la arrojó al suelo. Luego
agarró al niño del brazo y empezó a arrastrarlo fuera del coche.
El lenguaje que salía de su boca era horrendo.
Sin se quedó congelado en el lugar. Yo no. Bajé corriendo las
escaleras y empujé a los hombres mientras ella lo sacaba del coche.
—Quítame las malditas manos de encima, perra estúpida. Puedo
salir del maldito coche yo solo—gruñó él mientras se sacudía del
agarre que ella tenía en su brazo.
Por la facilidad con la que lo sacó me di cuenta de que lo tenía en la
parte trasera del coche sin un asiento especial ni cinturón de
seguridad.
Maldita perra descuidada.
Por la expresión de su rostro supe que estaba a punto de lastimar al
niño. Ella lo atrajo hacia ella y luego lo empujó mientras aún estaba
inestable sobre sus pies. Su objetivo era hacerlo caer al suelo frente a
Sin.
No si pudiera evitarlo.
Corrí hacia adelante y lo atrapé antes de que cayera, luego acerqué
su cuerpo demasiado delgado y tembloroso hacia mí y lo abracé. Él
maldijo y luchó contra mí al principio, pero se calmó cuando le
susurré.
—Shhh, cariño. Te tengo. Estás a salvo conmigo. Estás a salvo ahora
—susurré mientras lo abrazaba fuerte contra mí. Intentó alejarse
pero lo sujeté.
Se sintieron como horas antes de que dejara de tirar contra mí y se
calmara. Su respiración era rápida y temblaba de miedo. Mientras lo
sostenía y él se calmaba, los temblores disminuyeron, pero el miedo
seguía ahí. Volvió su rostro hacia mi costado para ocultar sus
lágrimas y en ese momento, en ese momento exacto, se volvió mío.
Sentí a las otras mujeres mientras nos rodeaban, brindándonos su
apoyo.
Cuando finalmente levanté la vista me encontré con los ojos
sorprendidos de Monika. Ella no me reconoció a mí, sino a la estrella
de rock. El niño tenía razón, era una perra estúpida.
—Lix—susurró ella asombrada—. Tú eres Lix, ¿qué estás haciendo
aquí? ¿Por qué estás con ellos?
Ella puso cara de repugnancia mientras señalaba a los hombres.
Sí, definitivamente era una perra estúpida. No estaba cuidando su
boca porque pensaba que estaba a salvo. Ni siquiera cerca.
Inclinándome lo miré a los ojos, ojos como los de su padre. Unos ojos
muy asustados pero desafiantes me devolvieron la mirada. Incliné
mi cabeza hacia Leo y él le dio una mirada rápida antes de volver a
mirarme.
—Quédate con Leo un minuto mientras me ocupo de esto. ¿De
acuerdo?
Miró a Monika y asintió levemente. Podría estar asustado, pero su
espalda estaba recta como una barra de acero mientras esperaba ver
qué iba a hacer.
Spider y Bullet estaban sujetando a un Sin que maldecía enfurecido,
mientras Hawk estaba gruñendo sobre la perra. Ella no les estaba
prestando atención. Toda su atención estaba puesta en mí.
Bien. Estaba a punto de ver su mundo sacudido, y no en el buen
sentido.
Me acerqué a ella entrando directamente en su espacio personal.
—Hola, perra, mucho tiempo sin verte. —Sonreí cuando sus ojos casi
se le salieron de las órbitas y su boca se abrió y cerró en shock
cuando finalmente me reconoció—. Oh, mírate. No te diste cuenta de
que era yo, ¿verdad? —Ladeé la cabeza hacia un lado mientras la
miraba de arriba abajo—. Pero te conozco, oh sí, te conozco. Y hoy,
en este instante, nos ocuparemos del asunto que te ha estado
esperando durante diez años. Cometiste un gran error, perra, un
error realmente grande hace diez años.
La conmoción se desvaneció lentamente y ella se echó a reír. La
perra tuvo la osadía de reírse.
—¡Maldición! Realmente eres tú. Veo que finalmente has adelgazado
tu gordo culo, aunque no lo suficiente. No es suficiente para el gusto
de mi hermano. Le gustan delgadas y desagradables, como Crystal.
Y perra, siempre has sido demasiado cobarde para hacerme algo.
Huiste como un conejo asustado con tu asqueroso bastardo la última
vez que nos cruzamos, y lo volverás a hacer. Me aseguraré de ello.
Ni siquiera te extrañó. Estaba demasiado ocupado follándose a
Crystal y jugando a las casitas con ella y su desagradable
descendencia como para extrañarte.
Ella nunca cambiaría. Una vez una perra mentirosa, siempre una
perra mentirosa e intrigante.
Me puse justo en su cara. En. Su. Cara.
—Voy a meter mi bota tan adentro de tu chocho enfermo que será
necesario que un ginecólogo te la quite, perra—gruñí.
No esperaba las risas que provocó mi comentario. Estaba hablando
muy en serio. Estaba a punto de hacer exactamente lo que había
amenazado cuando DC me apartó suavemente del camino y tomó
mi lugar.
Su cabeza se inclinó hacia un lado mientras miraba a la perra sucia
de arriba a abajo. Lo que sea que vio en los ojos de DC la asustó
muchísimo y trató de dar un paso atrás. Pero no tenía adónde ir
porque de repente Sin estaba allí, la agarró de los brazos y los
arrastró detrás de su espalda, manteniéndola cautiva. El infierno
ardía en sus ojos.
—Amenazaste a nuestra familia. Nadie amenaza a nuestra familia—
dijo DC con una voz oscura y helada—. Y peor aún, mentiste sobre
nuestro Sin. No deberías haber mentido. No nos gustan los
mentirosos. —Ella soltó una risita extraña—. Necesitas huir,
pequeña rata, huir muy, muy lejos. No es que escapar te vaya a
ayudar porque te encontraremos, y cuando lo hagamos… nos
divertiremos mucho con tu piel.
Sin la sacudió y ella soltó un chillido de miedo.
—Antes de que ella huya y se esconda, quiero saber todo lo que sabe
sobre mi hijo—dijo entre dientes apretados.
—No hay problema, hermano. Nos encargaremos de ello—gruñó
Hawk mientras atraía a DC hacia él y la rodeaba con sus brazos,
luego se inclinó y le susurró algo.
Spider y Bullet agarraron a Monika, la amordazaron y le ataron los
brazos a la espalda rápidamente antes de arrastrar a la mujer que
luchaba hacia los almacenes.
Hawk habló en voz baja para que sólo Sin y yo pudiéramos oír.
—Lleva a tu dama y a tu hijo y haz que se instalen. Parece que al
niño le vendría bien un baño y algo de comida, hermano. Solo Dios
sabe lo que le han hecho. No tengo un buen presentimiento sobre
nada de esto.
Sin respiró entrecortadamente.
—¿Cuándo terminará este infierno, Prez? No sabía nada de él, si lo
hubiera sabido lo habría encontrado y se lo habría quitado a esas
perras. Habría estado a salvo conmigo y no con una puta
cocainómana y mi jodida madre. No pude protegerlo. Una vez más
fallé en proteger lo que es mío.
No pude escuchar más. No había fallado. Su familia le había fallado.
Gran diferencia.
No podía dejar que se quedara ahí y se culpara por algo sobre lo que
no tenía control. Acercándome a él, le rodeé la cintura con el brazo.
—Disparates. No fallaste. Tu madre y tu hermana te fallaron. Lo que
nos hicieron es horrendo, incluso inimaginable. Tu hijo te necesita
ahora. Apuesto a que le contaron una historia horrible sobre ti.
Necesita saber que es querido, sin importar cómo fue concebido. Él
q q p
necesita saber que lo quieres y que lucharás para conservarlo.
Llevémoslo a tu habitación, lo limpiamos y luego le presentamos a
su hermana. Ella nos ayudará a tranquilizarlo, sabes que lo hará. Ella
quería un hermano y aquí estamos. Ella tiene un hermano.
Sin sacudió la cabeza, luego la dejó caer sobre mi hombro y me
abrazó con fuerza.
—Pero él no es tuyo, cariño. Se suponía que sería nuestro. Tuyo y
mío—susurró entrecortadamente.
—¿Quién dice que no es mío?—pregunté suavemente.
Apartó la cabeza de mi hombro, con la sorpresa clara en su rostro
antes de sonreír. Esa amplia y hermosa sonrisa suya me encantaba.
Levantándome y abrazándome fuerte contra él, nos hizo girar en un
círculo.
—¡Te amo, mujer, muchísimo!—gritó con la cabeza echada hacia
atrás y me reí.
El horror de hacía diez años había resurgido y me estaba riendo.
Jodidamente riendo.
¿Y por qué?
¿Por qué me reía cuando debería llorar?
Porque esta vez triunfaríamos sobre nuestros problemas. Esta vez los
enfrentaríamos juntos, no separados.
Mientras me bajaba me quedé en sus brazos porque lo que vendría
después no sería fácil.
—Vamos a preguntarle a tu hijo su nombre y llevarlo arriba para que
se limpie—le dije en voz baja.
—Él es nuestro hijo ahora, cariño, no sólo mío—dijo Sin lo
suficientemente alto como para que todos lo escucharan, incluido su
hijo.
Nos volvimos hacia el niño que estaba junto a Leo mirándonos.
Tenía los puños cerrados y su rostro frío y cerrado. Sería un largo
camino para lograr que confiara en nosotros. Y habría que empezar
con buen pie. Su postura decía que estaba listo para salir corriendo.
Su ropa estaba sucia y parecía que no se había bañado en mucho
tiempo. Su cabello era un desastre fibroso y anudado que le llegaba
hasta los hombros. Sabía que era rubio, pero más allá de eso era
imposible distinguir el tono.
Pero no sólo estaba sucio. Estaba delgado. Demasiado delgado para
un niño de nueve años. Sus ojos azules ardían de miedo y odio y eso
me rompió el corazón. No nos conocía. No sabía que no tenía nada
que temer.
Por el miedo abyecto en sus ojos supe que la perra le había estado
contando mentiras horribles sobre los hombres y mujeres del club.
Agachado frente a él, Sin lo miró en silencio. No lo tocó, sólo lo miró
a los ojos antes de hablar.
—Soy Sin, tu padre. —Hizo un gesto hacia mí—. Ésta es mi dama,
Sky. Y estos son mis hermanos del club y sus mujeres. Te los
presentaré a todos, pero primero necesito saber tu nombre. ¿Cómo te
llamas?
El niño miró a Sin, con el rostro lleno de desafío. Su voz era áspera y
estaba llena de resentimiento.
—No me conoces, ni siquiera sabes mi puto nombre. Crystal dijo que
me echaste. Dijo que nos odiabas a ella y a mí y que por eso nunca
viniste a verme. —Señaló el coche—. Esa perra dijo que me harías
trabajar por mi comida. Y ella dijo… ella dijo… que yo…—Tragó
saliva antes de pronunciar las siguientes palabras—. Ella dijo que
tendría que chupar pollas y tomarla por el culo mientras me quedara
aquí. —Sacudió la cabeza violentamente—. Joder, no lo haré. No lo
haré. Mataré al primer cabrón que me toque. No me asustas.
Hubo jadeos horrorizados de las mujeres y gruñidos furiosos de los
hombres. Me quedé atónita en silencio.
Sin retrocedió, se levantó y con las manos cubriéndose el rostro gritó
de rabia. Dejando caer las manos miró a su hijo.
—Escúchame y escúchame atentamente, hijo. Ella es una maldita
mentirosa. Nadie en este club jamás te pondría una puta mano
encima. No hacemos cosas jodidas como esa. Matamos a los
cabrones que las hacen. No tienes que trabajar ni follar para
conseguir comida o un lugar donde quedarte, nunca jamás. ¿Me
oíste? Dime que me oíste—dijo Sin mordiendo las palabras.
Sus ojos estaban enormes después del arrebato de Sin, pero ahora se
entrecerraban mientras lo miraba fijamente. Finalmente estaba
empezando a creernos y asintió lentamente.
Los ojos de Sin eran fríos y duros y se habían vuelto del azul más
oscuro que jamás había visto.
—Lleva a nuestro chico arriba. Voy a obtener respuestas de esa puta,
incluso si tengo que matarla. Ella va a hablar. En este puto instante.
Con eso, se dirigió furioso hacia donde los demás habían
desaparecido.
Dejé escapar un suspiro mientras lo veía alejarse furioso, y luego
miré al chico. Estaba visiblemente sorprendido mientras miraba a
Sin.
—No te preocupes por tu padre, él estará bien. Subamos a limpiarte.
Tu hermana y los otros niños están en la piscina y deberían estar
listos para venir a comer algo.
Levantó la cabeza cuando le dije que tenía una hermana.
Le sonreí.
—Veo que no sabías que tenías una hermana. Ella es unos meses
mayor que tú, pero os parecéis tanto que todos pensarán que sois
gemelos. Su nombre es Lilou, pero sus amigos la llaman Lee. ¿Cómo
te llamas?
Me miró con ojos cautelosos antes de responder.
—CJ, mi nombre es CJ. ¿Realmente la va a matar?
—No, cariño. Él simplemente está muy, muy enojado con ella. Lo
que hizo estuvo muy mal y estoy seguro de que eso es lo que él le
dirá.
¿Qué más podría decir?
No estaba segura de si Monika seguiría respirando por mucho más
tiempo. Tenía mucho de qué responder.
El niño cuya mano sucia y callosa había estrechado entre la mía
había sido ocultado a su padre, que lo habría amado. Lo habían
escondido del hombre que le habría dado un buen hogar, un hogar
seguro.
En lugar de eso, habían jugado con la vida de ambos.
Y todavía no podía entender por qué.
¿Por qué su madre y su hermana le harían esto?
El único que tal vez podría arrojar algo de luz sobre la cuestión era
Carl, el padre de Sin. Tan pronto como tuviera a nuestro chico
instalado, lo enfrentaría.
Mi corazón se contrajo ferozmente cuando me di cuenta de que era
verdad, él era nuestro.
Nuestro hijo.
Nuestro hijo, porque después de una mirada a esos asustados ojos
azules me había enamorado de él. Enamorada de un niño perdido
que necesitaba amor desesperadamente.
Y sería amado. Yo personalmente me ocuparía de ello.
Capítulo 12
Sin
Una rabia como nunca antes había sentido se agitaba dentro de él
mientras caminaba por el garaje hasta donde Bullet tenía a la perra
de su hermana empujada contra la pared del fondo. Hoy había
demasiados ojos en el complejo para arrastrarla a sus celdas.
—¿La perra ha dicho algo?—gruñó desagradablemente.
—Lo de siempre, cómo nos van a encerrar los cerdos cuando ella les
diga. Bla, bla, bla. —Spider se encogió de hombros perezosamente
mientras se apoyaba contra uno de los vehículos con los brazos
cruzados sobre el pecho, observando a la perra mientras intentaba,
sin éxito, alejarse de Bullet.
—Bien. Hagamos esto. —Dio un paso hacia ella pero DC tiró de su
brazo y él se detuvo para mirarla. Tenía una sonrisa cruel en sus
labios mientras le guiñaba un ojo.
—Déjame con ella, Sin. Te conseguiré todas las respuestas que
necesitas.
Encogiéndose de hombros, agitó una mano hacia la ahora
repentinamente petrificada perra. DC se frotó las manos, levantó una
y golpeó a su hermana en la mejilla. El rojo floreció casi
instantáneamente y ella dio un grito ahogado de sorpresa.
—Mira eso. Definitivamente una buena piel para jugar. Empieza a
hablar. Dile a mi hermano lo que quiere saber.
—No sé lo que quiere saber—gimió ella lastimosamente.
Nadie se apiadaría de ella, no hoy.
—¿Por qué? ¿Por qué jodiste mi vida? Eras mi hermana. Te cuidé.
Empieza desde el principio y no pares hasta que te lo indiquemos.
La perra no podía mirarlo a los ojos y él sabía que estaba a punto de
mentir. Hoy no.
—Si miente, tienes mi permiso para jugar con su piel… como
quieras.
DC dio saltitos y aplaudió, luego sacó un cuchillo del bolsillo y lo
abrió con un fuerte chasquido.
—La verdad, ninguna de tus jodidas mentiras, dinos la verdad. —Sin
inclinó la cabeza hacia DC con una sonrisa cruel—. O nuestra DC
aquí comenzará a jugar con tu piel. No quieres que ella haga eso.
Cualquiera que te mire una vez que ella haya terminado de jugar
huirá horrorizado. —La perra era vanidosa, hablaría.
Y lo hizo. Ella empezó a vomitar casi de inmediato.
—Fue mamá, todo fue su culpa. Estaba enojada con papá y contigo.
Se suponía que él debía convencerte de que no salieras con moteros.
No lo hizo. —Todo salió a borbotones. Sus ojos se llenaron de odio
mientras explicaba las razones de sus viles planes.
—Tú eras su chico de oro. Su chico de oro educado del que se jactaba
ante sus amigas. El que llegaría lejos. Y entonces te juntaste con los
moteros y sus sueños comenzaron a desmoronarse. Al principio ella
le rogó a nuestro padre que hablara contigo, luego lo amenazó y él
seguía diciendo que te cansarías de hacerte el chico malo, pero no te
cansaste. Siempre estabas con tus supuestos amigos. Y entonces
regresaste a casa con esa perra gorda que estaba encantada de hacer
lo que tú quisieras. Querías ser motero y ella hacía todo lo posible
para permitirte tener lo que querías. Eso volvió loca a mamá. La
odiaba porque debería haberte detenido.
No podía creer lo que estaba escuchando. Sonaba como una puta
historia de terror.
—Nuestra madre empezó a planear cómo deshacerse de ella. Por
supuesto, no tenías ni puta idea y nos hiciste el favor. Contigo
saliendo con el club y manteniendo a tu perra gorda alejada de ellos,
lo hiciste muy fácil. Y cuando le dije a mamá que tu perra estaba
embarazada, se le ocurrió el resto del plan. Estaba planeando dejar
su gordo culo con algunos de esos cabrones en la fiesta para darle
una lección, pero mi querida madre tenía un plan mejor. Ella me dio
las drogas. No sé de dónde las sacó. No me importaba tampoco. Las
puse en tu bebida y la mezclé con un poco de coca. El resto dependía
de Crystal.
Cada palabra que ella decía abría un camino en la mente.
Aumentaba la ira.
—Mamá le había prometido que serías suyo, siempre y cuando
consiguiera que te la follaras donde la perra pudiera entrar. Lo único
es que nunca esperó que Crystal quedara embarazada. Eso no era
parte del plan. —Ella se rio salvajemente—. La estúpida puta
drogadicta pensó que todo lo que tenía que hacer era decirte que
estaba embarazada de tu hijo y que te casarías con ella y la
convertirías en tu dama. La convencimos de que esperara hasta que
naciera el niño. En el momento en que ese pequeño idiota salió de su
coño, volvió a consumir drogas. Era una patética puta necesitada
que hacía todo lo que madre le decía. Vivían en un piso que ella
apenas podía permitirse. Yo pagaba el alquiler la mayor parte del
tiempo porque ella usaba todo el dinero que tenía para drogas.
Limpiaba la casa de madre para pagar el alquiler. Principalmente se
ganaba el dinero a costa de su proxeneta traficante de drogas. Y
luego nuestra madre tuvo que buscarse un ricachón e irse con él a un
crucero de lujo por el mundo. Crystal es hábil cuando se trata de
encontrar dinero para drogas, y encontró el dinero que mamá me
había dejado para pagar a los sirvientes. Compró drogas y sufrió una
sobredosis. El pequeño idiota la encontró y llamó a la policía. Tenía
que sacarlo antes de que hicieran demasiadas preguntas. Entonces
mentí y dije que había estado visitando a su madre y que había
venido a recogerlo para llevarlo de regreso con su padre. Tú. La
policía debería hacerte una visita pronto. No estaban contentos con
el estado en el que se encontraba ni con que lo hubieras dejado con
una drogadicta. Y después de las pistas que les dejé, te investigarán
a ti y a tu pequeño club de criminales.
Ella se encogió de hombros, le guiñó un ojo y sonrió cruelmente.
—Diviértete en la prisión, hermano.
Mientras la repugnante historia brotaba de su vil boca, Sin
permaneció en silencio. Sin decir una palabra ni dejar que ninguna
emoción se reflejara en su rostro. Él no le daría esa satisfacción.
Hacía diez años había cortado todos los lazos con ellas dos después
de lo que le habían hecho a Sky. Hoy era la gota que colmaba el vaso.
La proverbial gota que derramaba el vaso.
Su madre y su hermana no eran nada para él. Absolutamente nada.
Las preguntas que estaban causando estragos en su cabeza eran por
qué su padre no le había advertido. ¿Por qué no había dicho nada
hacía diez años cuando su maldito mundo terminó? ¿Por qué seguía
en silencio?
Tantas malditas preguntas.
Estaba tan perdido en su cabeza que no se dio cuenta de que todos lo
estaban mirando hasta que Bullet habló.
—¿Qué quieres que hagamos con ella, hermano?
Mirándola por encima, se encogió de hombros.
—Me importa un carajo. Haced lo que queráis, ella no es nada para
mí.
Se dio la vuelta y se alejó.
—La mantendremos en hielo por un tiempo, hermano—gritó Spider.
Sus gritos se ahogaron y a él no le importó lo suficiente como para
darse vuelta y descubrir por qué.
Necesitaba respuestas de su padre.
Pero primero tenía que cuidar de su hijo y para ello iba a necesitar el
consejo de Ice. Su hermano sabría qué hacer si los cerdos vinieran
husmeando. No es que les permitiera quitarle a su hijo. Eso nunca
iba a pasar.
Tomando las escaleras de dos en dos corrió hasta su habitación
donde su dama estaba cuidando a su hijo.
Al hijo de los dos.
Respirando profundamente, abrió la puerta y entró.
Su hijo estaba limpio, vestido con ropa limpia que le quedaba
grande. Y parecía que Sky incluso le había cortado el pelo para
emparejarlo.
Una mirada fue suficiente para saber que era suyo, innegablemente
suyo.
Se parecía mucho a él a esa edad.
Sky le sonrió desde donde estaba sentada en la cama junto a él.
Había tanta tristeza en esa sonrisa que le dolía el corazón.
—Sin, cariño, este es CJ, nuestro chico. Me mostró su certificado de
nacimiento. Su nombre completo es Carl Jaxson Flowers, pero
prefiere CJ.
La incertidumbre en los ojos de su hijo dolía muchísimo.
Él sonrió.
—Bienvenido a casa, CJ. No sabía sobre ti, pero estoy feliz de tenerte
aquí con nosotros, donde perteneces.
El niño miró alrededor de la habitación con el ceño fruncido.
—¿Dónde me quedaré?
Sky estaba allí delante de él.
—Ésta es la habitación del club de tu padre, para cuando está aquí.
No vivimos aquí, es sólo para los hermanos.
—Entonces, ¿dónde vives?
Sky le lanzó una mirada.
—Lee y yo vivimos en Estados Unidos. Mi trabajo está ahí.
—Así que no vas a estar aquí. Estaré a solas con él.
Mierda. ¿Qué decir y cómo decirlo?
—La llamaste tu dama, sé que eso significa que es tu esposa o algo
así. ¿Por qué no vive contigo? ¿Estáis divorciados? —Unos fríos ojos
azules lo observaron con demasiada experiencia de vida para un
niño de nueve años.
—Estaba a punto de pedirle que se casara conmigo cuando sucedió
algo malo. Yo…
Antes de que pudiera continuar, la puerta se abrió de golpe y Lee
entró corriendo.
—Tíos, es hora… ¡guau! ¿Quién es él? Se parece a ti, papi.
Sin suspiró. Había llegado el momento de las explicaciones.
Y eso no iba a ponerlo en la mejor posición con su hija.
Capítulo 13
Sin
—Ven aquí, princesa. —Él le hizo una seña, ella cerró lentamente la
puerta y se acercó a él.
Todo el tiempo sus ojos estuvieron puestos en el chico sentado en la
cama, al igual que los de él en ella.
Una vez que la tuvo en su regazo y con sus brazos alrededor de ella
se preparó para comenzar la jodida historia de sus vidas.
—Su nombre es CJ y es tu hermano.
Su cuerpo se puso rígido en sus brazos y su cabeza giró para poder
ver sus ojos.
—¿Engañaste a mi mamá? —La conmoción y el horror inundaron su
rostro.
Estaba a punto de decir que sí cuando Sky intervino.
—No, cariño, no fue un verdadero engaño. Lo drogaron y sin su
consentimiento sucedieron cosas.
La mano de su princesa se levantó diciéndole claramente a su madre
que dejara de hablar. Las cejas de Sky se arquearon pero dejó hablar
a nuestra chica.
—Sé sobre las Roofies (NdelT: la droga de la violación). Ness me
explicó lo que pasó cuando tuvo ese susto con el tío Mo hace un año.
—Ella se giró y le acunó las mejillas, entrecerró los ojos y lo miró
fijamente.
—No se aceptan bebidas abiertas de las personas. Ni siquiera de
personas que conoces. Esa es una regla. Tienes que recordarla, papi.
Dios. Esta niña. Sky había hecho un buen trabajo con ella. Todavía
estaba pensando en lo orgulloso que estaba de ella cuando
nuevamente se giró para mirar a su madre y a CJ.
—¿Cuántos años tienes?
—Nueve—le gruñó CJ.
—Yo también, pero el viernes cumpliré diez años. ¿Cuándo
cumplirás diez?
—Dentro de cuatro meses a partir de hoy—gruñó él.
—Bien, eso significa que soy la mayor—dijo con demasiada
satisfacción en la voz.
Volviéndose hacia su madre, volvió a tener la voz mandona y los
ojos entrecerrados.
—¿Estamos felices o tristes porque tengo un hermano?
Sky sacudió la cabeza y levantó las manos mientras miraba hacia el
techo.
—¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué me diste una niña tan
mandona?
Mirando hacia abajo, señaló con el dedo a Lee.
—Bajando el tono, niña. Y sí, estamos felices. Tu padre no sabía nada
de CJ hasta hoy, así que es muy nuevo para todos nosotros. A CJ le
tomará un poco de tiempo adaptarse y conocernos, especialmente a
su mandona hermana.
Su chica suspiró.
—No soy mandona, sólo sé lo que quiero.
Sky arqueó las cejas y le dio una mirada de complicidad que la hizo
reír.
Sin observó a su hijo prestar atención a la conversación entre las
mujeres absolutamente confundido. Era obvio que la perra que lo
había criado no le había permitido tener una opinión o voz en el
asunto. Esa mierda iba a cambiar. Quería que su hijo tuviera
confianza. La suficientemente confianza para sentirse seguro de
hacer preguntas y para expresar sus opiniones.
Tenía un trabajo increíble por delante. No sólo tenía que convencer a
Sky para que se arriesgara con ellos, sino que tenía que demostrarle
a su hijo que lo quería. Pero primero tenía que hacerle saber que su
apellido iba a cambiar, y quería lo mismo con Lilou.
—Tu partida de nacimiento, ¿dónde está? ¿Puedo verla?
Sky estaba a punto de entregársela cuando él sacudió levemente la
cabeza. Quería que CJ se la trajera. Moviendo a Lee para que
estuviera sentada sobre su muslo, esperó. Su hijo se inclinó, tomó el
trozo de papel de la mesita de noche y se lo acercó con cautela. No
extendió la mano para quitárselo. En lugar de eso, le hizo una seña
para que se acercara. Su chico se acercó arrastrando los pies, pero no
demasiado. Al tomarlo, miró lo que obviamente no era un
documento legal. No hay sellos de Home Affairs a la vista.
El nombre de Crystal estaba allí al igual que el nombre que usaba en
el club, Carl Smith.
Ja, definitivamente no era legal.
—No creo que éste sea tu certificado de nacimiento legal, CJ.
—Es el único que pudimos encontrar. Monika dijo que lo íbamos a
necesitar. La abuela se lo dio a Crystal cuando quiso inscribirme en
la escuela. Pero ella estaba... enferma el día de la inscripción, así que
la abuela me llevó a la escuela y me inscribió.
Algo no estaba bien. ¿Por qué una escuela aceptaría un documento
que no tenía sellos oficiales? Era algo que Ziggy debía investigar. Al
igual que quería saber sobre la custodia. Si los cerdos vinieran a
investigar esta mierda, tendrían un problema.
—¿Por qué no es legal? —Su chico se inclinó con el ceño fruncido
para mirar el papel. Al hacerlo, él y Lee se acercaron más. Quedó
atónito por su parecido.
—No tiene sellos oficiales y ese no es mi nombre legal. Es el nombre
que uso aquí en el club. Mi nombre legal es Carl Jaegar Schneider.
No sé por qué Crystal te registró con su apellido, pero pronto
solucionaremos eso.
Lee se rio.
—Eso hará que mi nombre sea aún más largo. Ya tengo cuatro
nombres en mi certificado de nacimiento, así que cuando
agreguemos su apellido, serán cinco. Eso es demasiado. Vamos a
tener que tomar algunas decisiones, mamá—dijo ella con voz de
adulta.
Sky tenía los ojos cerrados y sacudía la cabeza. Mientras CJ miraba
entre ella y Lee como si esperara algún tipo de reprimenda. Cuando
eso no sucedió, sus ojos volvieron a Sin.
—¿Crees que este documento sea el equivocado? Quizás la abuela
tenga el indicado. Sé dónde esconde todos sus papeles importantes.
Si vamos a su casa puedo mostrarte dónde están.
Mierda.
Sin negó con la cabeza.
—No, esa no es la forma en que manejamos las cosas en el club, hijo.
Le llevaré esto a mi presidente y lo discutiremos con nuestros
abogados y partiremos de ahí. Estamos haciendo esto legalmente.
Nadie va a venir aquí y usar esta mierda para alejarte de mí. Nadie.
CJ suspiró.
—A la abuela no le va a gustar. La oí decirle a Crystal que ella era
sólo mi cuidadora y que yo le pertenecía. Crystal siempre hacía lo
que ella le decía que hiciera. Siempre.
—Tú eres mi hijo, CJ. Adalein no te alejará de mí, no otra vez. Nos
adelantaremos a esto haciéndonos pruebas de ADN y solucionando
el papeleo legal antes de que ella regrese a Sudáfrica. Ahora mismo
está en algún lugar del océano y no puede tocarte. Y no te preocupes
por esa perra que te trajo aquí. No hablará con nadie, al menos
durante un tiempo.
Sin puso suavemente la mano en la espalda de su hijo y le dio unas
palmaditas suaves. Apretó los dientes con ira cuando sintió que los
músculos del chico se tensaban. No le dejó la mano encima.
—¿La mataste? —El niño volvía a tener miedo.
—No, no la maté pero sí la encerramos. Ella se quedará con nosotros
mientras solucionamos esto. No quiero que se escape y diga un
montón de mentiras que tendrían al Departamento de Bienestar
Social y a los cerdos encima de nosotros.
Un fuerte golpe en su puerta hizo que todos miraran hacia ella.
—Adelante—gritó Sin.
La puerta se abrió y Beast asomó la cabeza.
—Hermano, Prez dice que bajes con tu familia, es hora de comer. —
Miró a CJ y luego sacudió la cabeza.
—Joder, hermano, se parece a ti. Esos dos podrían ser gemelos.
Le jodía la cabeza tener dos hijos de dos madres diferentes. Ambos
deberían haber sido de Sky. Si hubiera confiado en ella y hubiera
mantenido su polla dentro de los pantalones, lo habrían sido.
Empujando el pensamiento inútil al fondo de su mente, le sonrió a
Beast.
—Sí, se parecen, tendremos una batalla tratando de convencer a la
gente de que no lo son.
Beast sonrió.
—Quizás con el próximo bebé tengas suerte y se parezca a tu dama.
Sin le señaló con el dedo y sonrió.
—Me gusta esa idea. Lo pensaré, hermano.
—Quiero una hermana, ahora que tengo un hermano—soltó Lee.
Sky se levantó de la cama sacudiendo la cabeza.
—Ya basta de hablar de bebés. Vamos a comer algo y presentarle a
CJ a nuestros amigos.
Ella hizo que los niños la rodearan y salieran por la puerta y él los
siguió, cerrándola detrás de él.
Alcanzó a Sky y le rodeó los hombros con el brazo, atrayéndola
hacia él. Ella trató de protestar, pero él no aceptó nada mientras
seguían a sus hijos escaleras abajo.
Sus hijos.
Sonaba totalmente bien en su cabeza. Sus hijos.
Si ella le diera una oportunidad, serían una familia.
Una familia con todas la de la ley.
Sentado a la mesa almorzando con Sky y sus hijos, y sintiéndose de
la manera en que se sentía, supo que con lo que él había crecido no
era una familia. Y su padre respondería algunas preguntas difíciles
muy pronto. Hoy no. Pero pronto.
Más tarde, presentar a un CJ muy asustado a sus hermanos y a sus
damas salió tan bien como se podía esperar. El niño estaba nervioso
y pegado a Sky y a Lee.
Fue presentarle a su abuelo lo que casi resultó en una pequeña
situación.
Sky no estaba contenta con la forma en que reaccionó su padre
cuando le dijeron que Crystal era la madre del niño. Intervino para
aligerar la tensión y se dio cuenta de que no podía esperar para
recibir sus respuestas.
—Papá, necesito que vengas conmigo. Sky, cariño, vigila a los niños,
volveremos en unos minutos. —No le dio a ninguno de los dos la
oportunidad de estar en desacuerdo.
Besando a Sky en la boca, tomó el brazo de su padre y lo llevó de
regreso al interior. Tenía que encontrar un lugar privado para esta
charla y estaba a punto de dirigirse a su habitación cuando Ice y
Hawk se unieron a ellos.
—Mi oficina, hermano—ordenó Hawk mientras pasaba junto a ellos
y avanzaba por el pasillo.
Sin le indicó a su padre que lo siguiera y cerró la marcha con Ice.
Una mirada al rostro de Hawk lo hizo prepararse por lo que se
avecinaba. Su presidente no era alguien que se andaba con rodeos.
Acomodándose en la silla junto a su padre, esperó.
—La palabra es tuya, Sin. Solo quería que tuvieras un espacio seguro
para tener esta discusión. Y estamos aquí si necesitas comentar algo
con un oyente imparcial. Ice está aquí para brindarte asesoramiento
legal en caso de que lo necesites. —Hizo un gesto con la mano
mientras se recostaba en su sillón.
Volviéndose hacia su padre, le hizo la pregunta que le había estado
jodiendo la cabeza.
—¿Por qué papá? ¿Por qué no me dijiste que mi madre odiaba lo que
estaba haciendo con mi vida? ¿Por qué no me advertiste que estaba
jodidamente loca?
Carl lo miró y desvió la mirada. Se quedó en silencio durante lo que
parecieron horas cuando en realidad fueron segundos.
Finalmente se volvió hacia él.
—Cuando conocí a tu madre, ella era increíblemente frágil.
Necesitaba a alguien que la cuidara y la apoyara. Estaba
perdidamente enamorado de ella y pensé que era el hombre
adecuado para el trabajo. Y entonces naciste tú. —Sacudió
lentamente la cabeza como si no lo pudiera creer.
—Ella cambió, fue como un maldito giro de 180 grados. La nueva
mujer en mi casa estaba totalmente concentrada en ti y se perturbaba
si me acercaba a ti. Los médicos dijeron que era un comportamiento
posparto normal y que se le pasaría. Hice lo mejor que pude para
ayudarla a superarlo. Nada cambió. La mujer malvada
aparentemente estaba ahí para quedarse. Hubo momentos en los que
ella era la chica que amaba, pero no muchos. Quedó embarazada de
nuevo y nació Monika. Durante unos meses la mujer de la que me
había enamorado volvió pero no por mucho tiempo. Vivíamos en la
misma casa pero eso era todo. Ella estaba totalmente concentrada en
vosotros dos, y cuanto más crecíais, más intensa se volvía esa
atención. Durante vuestros años escolares, se unió a todos los grupos
o clubes relacionados con la escuela y se hizo amiga de algunas de
las madres más involucradas. Tenía ideas extrañas sobre cómo
proteger a sus hijos de influencias y amigos indeseables. No causaste
problemas durante tus años escolares, pero en el momento en que te
p p q
matriculaste todo cambió. Se suponía que irías a la universidad
donde iban los hijos de sus amigas. En lugar de eso, fuiste a una
universidad tecnológica. En todo momento la desafiaste, arruinaste
sus planes. Luego te mudaste a la residencia para alejarte de sus
quejas constantes e hiciste amigos fuera de su esfera de influencia. A
ella no le gustó eso. No le agradaban tus amigos en absoluto.
Sin había sido consciente de que su madre estaba demasiado
involucrada en las cosas que sucedían en la escuela, pero en su
mayor parte lo ignoró. Hasta que recibió la carta de aceptación de la
universidad, una universidad a la que no había solicitado asistir. Por
suerte se había postulado a otras instituciones. Ir a una universidad
diferente a la que ella había planeado que él asistiera había sido una
decisión consciente de ir a un lugar que estaba fuera de la esfera de
influencia de su madre.
—Te hiciste amigo de Spider y ese fue el principio del fin para ella.
Fue un infierno en casa durante un tiempo después de que te ayudé
a comprar tu primera moto. Ella estaba segura de que ibas a morir o
quedar mutilado en un accidente. Fue un duro golpe para su ego
que su chico de oro fuera visto andando con un grupo de criminales.
Sus palabras, no las mías. Ella quería que fueras a la universidad de
su elección, pero por supuesto no lo hiciste. Eso hizo que perdiera su
posición como líder de su grupo de amigas. Sus hijos e hijas fueron a
las universidades que sus padres eligieron para ellos, hicieron las
conexiones correctas mientras tú andabas en moto viviendo tu vida
lejos de su influencia. Ella tenía un plan para atraerte de regreso a
través de la hija de Imogen Whitten cuando arruinaste ese plan. Te
enamoraste de Skylar Copeland. No podía aceptar que quisieras una
joven gordita en lugar de la elegante socialité que ella había elegido
para ti. Las cosas estuvieron tranquilas mientras vosotros dos salíais,
pero ella explotó cuando os mudasteis juntos. No sabía que tenía
planes de deshacerse de Sky. Si lo hubiera sabido te lo habría
advertido. Y entonces ya era demasiado tarde. Hicieron lo que
hicieron y Sky y tu bebé desaparecieron.
Sacudió la cabeza lentamente.
—Debería haber hecho más. Debería haberte protegido de ella.
Debería haber protegido a Sky de ellas. Conocer a CJ fue un shock,
pero empeoró al saber que Crystal era su madre. Nunca supe de él,
ni siquiera sospeché que ella cruzaría esa línea. Debería haberlas
vigilado. Debería haber investigado la mierda que te hicieron. No lo
hice, si lo hubiera hecho podríamos haber encontrado a CJ antes y
ahorrarle muchas adversidades, y esa es mi gran carga para
soportar. Lo siento mucho, hijo, debería haber hecho algo, cualquier
cosa, para detener a esa perra.
Su padre estaba equivocado. En ese momento ya era demasiado
tarde para hacer algo.
—No había nada que tú o yo pudiéramos haber hecho para cambiar
el resultado de ese espectáculo de terror, padre. Al menos ahora
tengo a mi hija y a mi hijo aquí conmigo. Y si tengo suerte, los tendré
conmigo por el resto de mi vida. —Sin se acercó y le dio unas
palmaditas tranquilizadoras en el antebrazo a su padre.
Su padre se puso de pie, levantó a Sin de su asiento y lo abrazó. Lo
abrazó fuerte, condenadamente fuerte. Dándole palmaditas en la
espalda, se alejó y volvió a sentarse.
Ice carraspeó e inmediatamente llamó la atención de Sin.
—Ziggy y yo investigamos un poco. No hay registros de que Carl
Jaxson Smith o Carl Jaxson Schneider haya sido registrado como un
recién nacido. Ziggy está investigando los antecedentes de Crystal y
nos avisará si encuentra algo. Que CJ no esté registrado será un poco
jodido de arreglar, pero se puede hacer. Tan pronto como tenga el
nombre verdadero y los datos de Crystal, enviaré un correo
electrónico solicitando los detalles de nacimiento al hospital en el
certificado de nacimiento falso. Esperamos que sea allí donde nació.
De lo contrario, buscaremos un registro de nacimiento con el nombre
legal de Crystal. Arreglaremos esto, hermano, no lo dudes ni un
segundo, lo arreglaremos para que sea tu hijo legalmente. Puede que
sean necesarias pruebas de ADN, pero las haremos. He enviado a
Adder y Kobus al piso de Crystal para que me consigan su cepillo de
dientes o su cepillo para el pelo. Una vez que los tengamos, pasamos
al siguiente paso y hacemos las pruebas de ADN.
Escuchar a Ice explicar lo que tenían que hacer hizo que la tensión
que había estado en sus entrañas se aflojara un poco.
—Gracias, hermano. Realmente aprecio que hagas esto por mí en un
día en el que deberías estar con tu familia.
Ice sonrió.
—Estoy haciendo esto porque tú también eres mi familia, Sin. Y
River me patearía el culo si no lo hiciera. Somos hermanos, y los
hermanos se apoyan unos a otros, pase lo que pase.
Hawk señaló con el dedo a Ice con una sonrisa.
—Lo mismo digo. DC ha amenazado con afeitarme la mitad de la
barba si no solucionamos esta mierda. Así que vamos a arreglar esta
mierda. No me vería bien con media barba.
—No, no lo harías—dijo Ice y se rio.
Dios. Era muy afortunado por tener los hermanos que tenía.
—Gracias, Prez, VP, no tenéis idea de lo que esto significa para mí.
Siempre supe que tenía un hijo en algún lugar con Sky, pero conocer
a CJ... y darme cuenta de lo que ellas nos habían hecho. Me está
costando mucho entenderlo.
—No te culpes, Sin. Es una situación jodida se mire como se mire.
Pero lo solucionaremos como hemos solucionado un montón de
mierda a lo largo de los años.
Su Prez sacudió lentamente la cabeza con una sonrisa triste.
—Parece como si cada hermano que encuentra a su mujer tuviera
que pasar por alguna mierda antes de poder reclamarla como su
dama. Me pasó a mí, a Ice y a casi todos los hermanos que
reclamaron una mujer. Sólo tienes que seguir adelante porque al
final las recompensas superan con creces las dificultades que
enfrentarás. Y habrá dificultades, hermano, casi lo puedo garantizar.
Pero te conozco, sé de qué estás hecho y sé que las superarás.
Juntó las manos y miró al padre de Sin.
—Tenemos algunos asuntos del club de los que ocuparnos
rápidamente con Sin. El prospecto te llevará de regreso a la braai.
Relájate y disfruta, sabes que Sin es mi hermano y haré todo lo que
esté en mi poder para protegerlo a él y a su familia. Eso te incluye.
Eres su familia, lo que significa que también eres la nuestra. Toma
una copa, charla con algunas personas y Sin volverá pronto.
Y así sin más su padre fue despedido. No se lo tomó a mal,
simplemente puso una mano en el hombro de Sin y la apretó antes
de salir.
Hawk esperó hasta que la puerta se cerró detrás de él y varios
segundos después antes de hablar.
—Tenemos a la perra encerrada en el trastero vacío del garaje por
ahora. La trasladaremos más tarde esta noche, cuando no tengamos
tantos ojos alrededor. Ziggy y Bollywood están investigando si tiene
conexiones con alguno de nuestros enemigos. Me comuniqué con
Rick y él se encargará de la investigación sobre la muerte de Crystal.
Está investigando al viejo con el que tu madre está follando y se
comunicará con nosotros cuando tenga respuestas.
Sus ojos ámbar clavaron a Sin en su lugar.
—Te quiero a ti y a tu familia en los terrenos del club a partir de esta
noche, sin excusas. Cualquier cosa que tengas que hacer para que tu
dama esté de acuerdo, hazla. No los quiero ahí donde no podamos
protegerlos adecuadamente. Sharma es peligroso y tiene la vista
puesta en ella y en tu hija. Usa eso si tienes que convencerla para que
se mude a la casa de la piscina. Su seguridad puede venir con ella,
les organizaremos alojamiento. ¿Tienes alguna idea de cuándo el
resto de la banda dejará el país?
De hecho la tenía.
—Todos ellos, excepto Bry, se irán mañana por la noche. Tienen un
vuelo directo a Atlanta con uno de conexión a Savannah. El vuelo de
Bry es dentro de una semana.
Su presidente asintió con el ceño fruncido.
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—¿Puedes convencerlo de que se vaya mañana por la noche?
—No lo creo, Prez. Es extremadamente protector con ella. Y voy a
necesitarlo cuando su familia se entere de que volvemos a estar
juntos.
Tanto Hawk como Ice parecían confundidos.
—¿No saben que estás de vuelta en la vida de Sky y Lee? —Ice no
parecía nada feliz.
—Sky se lo dirá después de que la banda se vaya. Creen que ella
pasará el día con ellos antes de que se vayan mañana. De hecho, está
funcionando a mi favor porque me ha dado tiempo para aclarar toda
la mierda del pasado. Ella sabe lo que me pasó a mí, a nosotros, y lo
comprende. Ahora sólo tengo que hacer que se enamore de mí otra
vez.
Ambos hombres se rieron.
—Joder, hermano, no tienes que hacer nada de esa mierda. Tu dama
te ama, sólo está siendo cuidadosa. Mantente firme y todo saldrá
bien para ti.
La sonrisa de Hawk desapareció.
—No es el momento ideal para tener una familia porque estamos
rodeados de peligro, pero tampoco es el peor momento. Vas a
necesitar a tu dama mientras terminamos esta mierda con los
Harrison. Los hermanos saben que no todos estaremos vivos cuando
esto termine. Y estamos dispuestos a pagar ese precio para mantener
seguros a nuestros seres queridos. Cuando llegue el momento de
calcular el coste, será bueno tener un lugar donde te reciban con
amor. Una dama que te comprenda y comprenda tu papel en el club
es ese tipo de lugar.
Golpeando sus manos contra el escritorio, se puso de pie y estiró la
espalda.
—Ya basta de cosas malas. Unámonos a nuestras mujeres y a nuestra
familia y pasemos un buen día. Los días malos pronto estarán con
nosotros, no convirtamos un buen día en uno malo con cosas sobre
las que no podemos hacer nada en este momento.
Salieron de la oficina y regresaron a la braai.
Los ojos de Sky estaban puestos en él mientras se acercaba a la mesa.
Mirando hacia el final de la mesa, vio los ojos de su padre. Al menos
no se había ido.
Deslizándose en el asiento al lado de Sky, inmediatamente colocó su
brazo sobre el respaldo de su silla.
—¿Estás bien?—le preguntó ella en voz baja.
—Ja, cariño, estoy bien. —Mirando a su alrededor no vio a los niños
—. ¿Dónde están nuestros hijos?
Ella sonrió.
—Se fueron con Jagger y Sunny. Tu hija lo convenció para que le
mostrara su piscina secreta para poder investigar la posibilidad de
que allí vivieran hadas. CJ los siguió después de atreverse a decir
que las hadas no existen. Eso sólo hizo que su hermana estuviera
más decidida a demostrarle que existen.
Él estaba sonriendo incluso antes de que ella terminara de explicar.
—Si existieran las hadas, entonces la piscina de Jagger es un lugar
donde las encontrarías. —Él tomó su mano entre las suyas y
suavemente extendió sus dedos para deslizar los suyos entre ellos.
Entrelazando sus manos.
Luego se sentó y disfrutó pasar tiempo con su mujer, sus amigos y la
familia de su club.
Por lo general, era uno de los hombres de guardia durante los días
familiares. Él lo planeaba de esa manera. Lo hacía para evitar ver a
sus hermanos con sus familias y sufrir el dolor en el pecho por no
tener a su familia con él.
Ahora era uno de los afortunados. Un hermano con una familia.
Mo estaba contando historias de cosas que le habían sucedido a la
banda mientras estaban de gira y que hicieron que todos se rieran a
carcajadas. Especialmente las historias que involucran las diversas
escapadas de Bry de groupies depredadoras con el matrimonio en
mente.
Que todavía no se hubiera visto atrapado en la situación del padre
de un bebé era un maldito milagro. El hombre tomaba demasiados
riesgos.
La risa feliz de Lee inmediatamente llamó su atención y observó
mientras ella arrastraba a CJ de regreso a la mesa.
Su chica tenía su mano entrelazada con la de él y su chico tenía una
expresión de resignación en el rostro. Sin ocultó la sonrisa, no quería
enojar a su hijo. Por la mirada en sus ojos no haría falta mucho.
—Papi, las encontramos. Vi los destellos de luz como en el jardín del
abuelo. CJ dijo que era sólo el sol en el agua, pero sé lo que vi y vi
hadas—terminó apresuradamente ella.
CJ la miró y lentamente sacudió la cabeza de un lado a otro. En el
momento en que Lee se volvió hacia él, se detuvo y la miró con
expresión inocente.
—No creas que no vi eso, hermanito—soltó ella.
—No soy tu hermanito, soy tu hermano. Tienes que dejar de decir
mierdas—espetó CJ enojado.
—Cuida tu lenguaje, cariño, ya hablamos de esto—dijo Sky en voz
muy baja pero firme y su chico suspiró y asintió con resignación.
Ella ya estaba asumiendo el papel de su madre y parecía que él lo
aceptaba. No sería la última vez que tendría que reprenderlo o
recordarle que cuidara su lenguaje, pero era un comienzo. Un
comienzo para que aceptara a Sky como su madre. Porque eso es lo
que ella iba a ser.
La madre de CJ.
Ya era la madre de Lee.
Y maldita sea, pronto iba a ser su dama.
Y finalmente su esposa.
Capítulo 14
Sin
La rabia le carcomía las entrañas mientras intentaba mantener la
calma. Calma por su hijo que estaba sentado como un hombrecito
enojado y encorvado en la parte trasera de la maldita camioneta y su
hija que agarraba la mano de su hermano como si fuera su
salvavidas. Sky hervía silenciosamente a su lado y Ness, la niñera de
su niña, estaba más o menos igual. Le habían dado la versión corta
del show de mierda antes de hacer las maletas y salir a la carretera.
Decir que la reunión con los padres y hermanos de Sky había sido
un show de mierda era decirlo suavemente.
Su padre lo había desaprobado fríamente y había dejado en claro
que no lo quería cerca de su nieta. Como si tuviera algo que decir en
el maldito asunto. Ella era su hija, no la del viejo bastardo.
La mierda empeoró cuando Sky les hizo saber que ella y Lilou se
mudarían a una casa en el complejo del Iron Dogz MC con él y CJ.
Ella no les dijo que era por su seguridad, no tuvo la puta
oportunidad porque antes de que pudiera explicar por qué era
necesario, comenzaron los gritos.
El hijo de puta de su hermano había hecho tantos comentarios
jodidos sobre él y sobre la ascendencia de CJ que nunca iba a dejar
que ese hijo de puta cruzara las puertas de su casa. No por la mierda
que dijo sobre él, podía soportar eso, sino por lo que había dicho
sobre su hijo. Su hermana tuvo algunas cosas que decir, sobre todo
lo inútil que él era. Un criminal asqueroso, un motero perezoso y
bueno para nada.
No importaba que tuviera su propio puto negocio como ingeniero
consultor, trabajara en la empresa constructora del club y nunca
hubiera sido arrestado ni acusado de nada. Obviamente ella no
había hecho los deberes sobre sus antecedentes.
Nada de eso le había importado, podía soportar los insultos. Lo
único importante fue la amenaza de que le quitarían a sus hijos. Eso
había hecho que su cabeza casi explotara, pero mantuvo la calma.
Tuvo que mantenerla. Por sus hijos.
Durante las amenazas y los insultos, su hijo y su hija permanecieron
a ambos lados de él como pequeñas estatuas. Los cabrones no los
habían tomado en cuenta cuando comenzaron con sus insultos y
amenazas. Simplemente los soltaron.
La madre de Sky había intentado en vano calmarlos pero no había
funcionado. Y cuanto más le gritaban a su mujer más quería él reunir
a su familia y sacarlos de allí.
Se las había arreglado mientras Sky intentaba en vano que la
escucharan. Había hecho frente a la mierda que le decían. Lo que no
pudo soportar fue que Lee les gritara que dejaran de pelear. Ese fue
el momento en que rompió su promesa a Sky de dejarla encargarse
de su familia.
—¡SUFICIENTE!—gritó él e ignoró a los cabrones repentinamente
silenciosos.
Mirando a Sky, señaló la puerta con la cabeza.
—Nos vamos. Haz lo que tengas que hacer y lleva tu culo a la jaula.
Había tomado de la mano a sus hijos y los había llevado a la terraza
donde se dejó caer en cuclillas frente a ellos.
—Me importa un carajo lo que dijeron esos cabrones allí dentro, los
dos sois míos, mis hijos, y nadie va a decir ni hacer nada que os
lastime nunca más. Os doy mi palabra.
Las lágrimas todavía corrían por las mejillas de Lee cuando se arrojó
sobre él.
—Te amo, papi y nunca te dejaré. No me importa lo que digan. Si
intentan llevarme, huiré. ¡Lo haré! ¡Huiré!
—No, cariño, no, no digas cosas así. Eres mía y nunca te quitarán de
mi lado. Jamás. Lo prometo por mi vida. —La abrazó con fuerza
mientras mantenía sus ojos en CJ—. Lo mismo ocurre contigo,
j g
muchacho, eres mío y tampoco nadie jamás te quitará de mi lado. Te
lo prometo.
Las emociones que pasaron por su rostro habían pasado casi
demasiado rápidas para procesarlas. Pero él las vio.
Vio miedo y esperanza luchando por la supremacía. Al final ganó la
esperanza, pero por un margen muy, muy estrecho. El miedo
todavía estaba ahí en el fondo de sus ojos.
Se juró que su hijo sabría lo que significaba ser amado. Estar a salvo
del daño. Nadie volvería a llamarlo el bastardo de un motero
asqueroso y una puta cocainómana. Más le valía a Morgan Copeland
mantenerse alejado de él si quería seguir respirando.
Mientras sostenía a sus hijos en la terraza, escuchó cómo Sky ponía
de vuelta y media a su familia.
Especialmente a su hermano y hermana.
Su madre había tratado de suavizar los ánimos de todos, pero su
mujer no estaba dispuesta a aceptar nada de eso. Ella les dijo en
términos muy claros que nos estábamos tomando el tiempo para
resolver nuestros problemas y que si no podían ver la manera de
apoyarla, debían mantenerse alejados.
Y luego lanzó la bomba final.
—Mi hija y mi hijo celebrarán su fiesta de cumpleaños juntos en el
club el sábado por la tarde. No estáis invitados. No quiero que sus
caras críticas se acerquen a mis hijos en su primera fiesta de
cumpleaños como hermanos. Y necesitáis asimilar esto y creerlo.
Creed lo que voy a decir porque no lo volveré a repetir. CJ es mi hijo.
Mío.
Hubo un pesado silencio antes de que ella continuara, y esta vez
tenía carámbanos en su voz.
—Si alguna vez vuelves a decir una palabra sobre él, Morgan, te daré
una patada en los huevos tan fuerte que te dará vueltas la cabeza.
Eres mi hermano mayor y estuviste allí cuando necesité ayuda con
urgencia, pero lo que hiciste hoy… simplemente no tengo palabras.
Estoy sin palabras. Lo que hiciste no se parece al hombre que sé que
eres. Y Parker, no te atrevas a amenazarme con quitarme a mis hijos
nunca más. Me acercaré a ti como la madre feroz que soy y si piensas
que le tengo miedo a tu pequeño bufete de abogados, piénsalo de
nuevo. Ya no soy la niña indefensa que solía ser. Ahora tengo una
enorme maquinaria detrás de mí que te enfrentará y te arrepentirás
de haberme amenazado con quitarme a mis hijos.
Continuó casi sin respirar.
—No puedes decirle a Sin si puede o no ver a sus hijos. Eso no es
asunto tuyo, papá. Es mi asunto y mi decisión. Sólo mía. Estoy
viendo hacia dónde va esto entre Sin y yo. Hemos hablado, sé lo que
necesito saber y eso es todo lo que voy a decir sobre el tema. O
apoyas mi decisión o no. Eso depende de ti. Tienes mi número si
quieres hablar conmigo.
Su dama salió de la casa y, aunque estaba enojada hasta el cielo,
también tenía el corazón destrozado. Estaba tan segura de que su
familia la apoyaría y aceptaría a CJ. No había estado tan segura
sobre él, pero esperaba que la escucharan antes de juzgar. No lo
habían hecho.
Ahora estaban aquí, conduciendo hacia el complejo con toda la
mierda de las mujeres guardada en la parte trasera de la camioneta.
Sus hermanos montaban con ellos, tres delante y tres detrás,
protegiendo su preciado cargamento.
Al llegar a la propiedad, condujo directamente a la casa de la
piscina.
No se habían mudado después de la braai familiar como él había
planeado porque la tía Bee insistió en prepararles la casa. Esta
mañana le había dado su tarjeta de crédito para comprarle a CJ algo
de ropa y un par de cosas para personalizar su habitación. Llevaría a
su hijo de compras una vez que las cosas se calmaran. Había tanto
que quería darles a ambos.
Él y CJ se habían quedado en la casa club después de llevar a Sky y
Lilou de regreso al B&B. Su hijo había estado nervioso hasta que vio
la pequeña cama que habían trasladado a su habitación para él.
Después de la ducha, se puso un pijama raído y se metió en la cama.
Se durmió casi al instante.
Fue cuando estaba sentado allí mirando a su hijo que se dio cuenta
de que el niño no había derramado una lágrima por su madre
muerta. Ni siquiera parecía preocupado por su muerte. Tendría que
vigilar a su hijo y estar preparado si se venía abajo.
Al detenerse frente a la casa, se volvió hacia su familia.
—Bien, tropa, este será nuestro hogar por un tiempo. Tía Bee y las
chicas lo limpiaron esta mañana y prepararon vuestros dormitorios.
¿Queréis investigar?
La pesadez que los había acompañado en el camino a casa
desapareció cuando los niños comenzaron a luchar para quitarse los
cinturones de seguridad y, una vez libres, corrieron hacia la casa.
Ness los seguía de cerca. Tía Bee se quedó riendo en el último
escalón y abrió los brazos para abrazarlos. Lilou la abrazó, al igual
que CJ, un poco de mala gana, pero él la abrazó.
—Vamos, cariño, vamos a ver nuestro nuevo alojamiento—bromeó
Sin mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
Su chica no se movió, en cambio las lágrimas comenzaron a correr
por sus mejillas. Inclinándose, le desabrochó el cinturón y la arrastró
hacia su regazo.
—Cariño, no llores, por favor no llores. Nada de lo que pasó hoy
merece tus lágrimas. Fue malo, no voy a endulzarlo. Fue
jodidamente malo, pero mañana será mejor y pasado mañana será
aún mejor. Te lo prometo.
—Lamento mucho que hayan sido tan idiotas contigo y con CJ.
Nunca pensé que dirían cosas tan horribles. Ni una sola vez pensé
que harían una mierda así. Sabía que iba a ser difícil pero no esto,
nunca esto.
Dejando caer la cabeza sobre su hombro, ella lloró suavemente
mientras él le frotaba la espalda y hervía porque no había nada que
pudiera decir o hacer que la hiciera sentir mejor. Eran su familia y la
p q j y
habían decepcionado. Una cosa que sí sabía es que no volvería a
suceder. Estaba a salvo detrás de puertas vigiladas con hombres
patrullando los terrenos y no se permitiría la entrada a nadie que
pudiera molestarla.
—Sky, cariño, tenemos que entrar. Necesito ver cuánto daño le ha
hecho tía Bee a mi tarjeta de crédito—bromeó suavemente.
—Oh, vaya, esa no fue una buena idea. —Ella sonrió, se secó las
mejillas con las manos, se bajó de su regazo y regresó a su asiento.
Todavía estaba sonriendo cuando entraron a la casa. Había estado
aquí visitando a menudo a Ice y River, pero la tía Bee había
cambiado las cosas. Convirtiéndolo en su hogar, no en el de River.
Siguió silenciosamente a Sky mientras ella iba a buscar a los niños.
Los encontraron en sus habitaciones. Una habitación con un jardín
de hadas para Lilou y una habitación de un chico motero para CJ.
Sin la llevó hasta su habitación y la empujó delante de él.
—Esta es nuestra habitación.
Eso fue todo lo que dijo mientras la veía deambular por la habitación
tocando aquí y allá.
La ropa de cama era blanca. Había un montón de almohadas blancas
colocadas contra el cabecero y se preguntó por qué diablos
necesitaban tantas almohadas.
Una manta de color rojo intenso era el único toque de color en el
dormitorio blanco y de madera oscura. Las cortinas eran de un
blanco puro y estaban atadas hacia atrás para mostrar las cortinas
interiores transparentes y relucientes. Había estado en esta
habitación una vez antes, pero por su vida no podía recordar cómo
era.
—Esto es perfecto—dijo Sky mientras regresaba hacia él.
Y entonces ella lo sorprendió. Se puso de puntillas y lo besó. En la
boca.
No duro. Sin lengua. Sólo un suave encuentro de labios.
—Quiero intentarlo. Tú y yo. Quiero intentarlo pero todavía no estoy
lista para el sexo. Si te parece bien, me gustaría que durmiéramos
juntos en esta cama. Podemos abrazarnos, pero eso sería todo.
¿Puedes darme eso?—preguntó ella suavemente.
No lo dudó.
—Lo que quieras, cariño. Cualquier cosa por ti. Es más de lo que
jamás esperé que me dieras.
Los brazos femeninos le rodearon el cuello y él la abrazó con fuerza
contra él. Su calidez lo empapó cuando ella apoyó la mejilla contra
su pecho soltando un suave suspiro.
—Me perdí esto. Extrañaba que me abrazaras. —La voz de su mujer
era un suave susurro.
—Y yo extrañaba abrazarte, mi Sky—susurró, dejando caer la cabeza
para que descansara sobre la de ella.
—También extrañaba eso, extrañaba que me llamaras tu Sky.
Abrazarla, saber que ella era suya hizo que la mierda por la que
acababan de pasar se desvaneciera, pero no mucho, sólo lo suficiente
como para que la ira ardiera a fuego lento.
Todavía estaba allí. No muy lejos. Lista para estallar en cualquier
momento. Pero no con su mujer, ni con sus hijos.
La rabia estaba reservada para sus enemigos y aquellos que lo
cabreaban. Era así de peligroso y sabía que tendría que subir al ring
con uno de sus hermanos o nadar para eliminarla. Subir al ring no
era una opción así que tendría que ser nadar.
Aflojando los brazos, dio un paso atrás y sonrió a su mujer.
—Los prospectos te traerán las maletas y toda la mierda. Tengo cosas
que atender en la casa club, así que te daré algo de espacio para que
te instales. Tienes mi número, llama si necesitas algo. ¿De acuerdo?
Ella sonrió mientras lo soltaba y luego lo ahuyentó hacia la puerta
abierta.
—Ve, estaremos bien. Desempacaremos y luego exploraremos
nuestro nuevo hogar. No puedo esperar para ver los jardines, se
veían espectaculares.
Le dio un fuerte beso en la boca y se fue. Miró a los niños y ni
siquiera lo notaron. Estaban demasiado ocupados revisando las
bolsas con mierdas que tía Bee había apilado en sus camas mientras
Ness los vigilaba. La puerta que conectaba sus habitaciones estaba
abierta de par en par, lo que le facilitaba mantener la vigilancia. Ella
lo notó y él le hizo un movimiento rápido con la mano mientras se
marchaba en silencio.
Entrando a la jaula, ahora descargada, condujo de regreso al
complejo. No pudo nadar. Hawk lo llamó a la oficina en el momento
en que llegó.
Su presidente lo observó de cerca cuando entró y se sentó junto a
Boots en el sofá, el único espacio libre ya que los otros oficiales
también estaban en la oficina.
—¿Cómo te fue, hermano?
Sin suspiró y se encogió de hombros.
—Fue una puta mierda, Prez. Se dijeron cosas que tomarán toda una
vida perdonar u olvidar. Lo bueno del día es que tengo a mi dama y
a mis hijos instalados a salvo en la casa de la piscina.
—Mierda—murmuró Boots y Sin asintió.
—¿Cómo le fue a tu tarjeta de crédito? Tía Bee estaba comprando
frenéticamente antes de irse de aquí—le preguntó su presidente con
una sonrisa maliciosa.
—Dios, Prez, hay malditas bolsas de compras por todas partes. No
tengo idea de cuánto gastó y dudo un poco en comprobarlo. Creo
que me llevaré una sorpresa desagradable cuando revise los saldos
de mi cuenta más tarde. —Sin sacudió la cabeza y se rio con sus
hermanos. Todos recordaban lo que pasó cuando ella consiguió la
tarjeta de Hawk cuando redecoró su habitación. El plástico sufrió. A
lo grande.
—Deberías haberle dado un presupuesto, Sin. La tía Bee nunca ha
conocido una tarjeta de crédito que no pudiera agotar en cuestión de
horas—se burló Ice.
Sin se encogió de hombros.
—Ella puede intentarlo. Le di la que tenía el límite más bajo. Sólo
tiene cincuenta mil.
—¡Qué! —Boots lo miró boquiabierto al igual que los otros
hermanos. Los únicos que no se sorprendieron fueron Ziggy y Rider.
Conocían sus finanzas y lo que él hacía.
—¿Qué? No he gastado dinero en nada más que en mi moto en diez
años. Tengo mucho dinero en inversiones y esas mierdas y en
cuentas que abrí para mi dama y mi hija. —Se volvió hacia Rider—.
Eso me recuerda que debemos sentarnos y abrir una cuenta para CJ.
—Podemos hacerlo hoy si tienes tiempo—estuvo de acuerdo Rider.
—Esperad un minuto, hermanos—dijo en voz baja su Prez—. Ziggy
encontró información y es por eso que estamos aquí. Oigámosla, Zig.
Abriendo el portátil sobre el escritorio, Ziggy golpeó las teclas y
luego asintió hacia la pantalla en la pared. En la pantalla aparecía
una foto de lo que obviamente era una Crystal más joven antes de
convertirse en adicta y puta. Solía ser una chica muy bonita.
—Ésta es una foto de Nadine Rademan tomada antes de que
comenzara a consumir drogas y se convirtiera en una stripper
llamada Crystal Flowers. Sus padres son agricultores adinerados del
distrito de Bethlehem en el Estado Libre. Su hermano trabaja en las
granjas familiares con su padre. Su hermana está casada con su
novio de la secundaria, que es hijo de un granjero vecino. Nadine
vino a Pretoria para estudiar gestión de empresas agrícolas. Creo
que el plan era trabajar con su familia. Conoció a Monika, se juntó
con las personas equivocadas y abandonó los estudios. Sus padres
intentaron ayudarla, pero después de varios períodos en
rehabilitación y un año de cárcel por prostitución, finalmente se
dieron por vencidos y cortaron los lazos con ella. Monika y Crystal
siguieron siendo amigas durante su caída en desgracia, por así
decirlo.
Dejó de hablar y miró directamente a Sin.
—Encontré el registro de nacimiento de tu hijo, hermano. Pero
también encontré un registro presentado por tu madre.
La pantalla parpadeó y ahí estaba. El verdadero registro de
nacimiento de su hijo. Al lado había otro. El que le había presentado
la perra de su madre.
—Parece que Crystal estaba limpia y sobria durante el embarazo y se
dio cuenta de que iba a perder a su hijo por las maquinaciones de
Adalein. Su patrocinadora en la clínica ambulatoria de rehabilitación
la ayudó a registrar a CJ después de su nacimiento. Este registro se
realizó antes del fraudulento que presentó Adalein Schneider.
Quiero que mires de cerca las firmas en ambas solicitudes. Creo que
el segundo fue falsificado o Crystal estaba drogada cuando lo firmó.
Sin miró fijamente el formulario en la pantalla.
Nombre de la madre - Nadine Rademan.
Nombre del padre - Carl Jaegar Schneider. Su nombre legal. Incluso
tenían su número de identidad. No estaba seguro de cómo lo
consiguieron, pero estaba allí.
Nombre del niño - Carl Jaxson Schneider.
La puta loca había hecho una cosa bien.
Leyó el otro formulario y su sangre volvió a hervir. Lo había hecho
la primera vez que vio el trozo de papel de mierda que CJ pensaba
que era su certificado de nacimiento. Lo hacía de nuevo ahora,
leyendo las mentiras que su madre había puesto en el formulario.
Nombre de la madre - Crystal Flowers
Nombre del padre - Carl Smith
Nombre del niño- Carl Jaxson Flowers.
—¿Quién cargaría a un chico con un apellido tan jodido como
Flowers (NdelT: flores)?— gruñó Beast—. Lo más probable es que el
niño tuviera que luchar a diario para demostrar que no era una
maldita margarita.
Sin no pudo detener la sonrisa incluso si lo intentó. Sabía que Beast
hablaba en serio, pero la forma horrorizada en que dijo margarita era
demasiado divertida.
—Creo que te refieres a mariquita, hermano—dijo Jagger sonriendo.
—Lo que carajo sea. Ya sabes a lo que me refiero, los intolerantes
siempre llaman a los hombres homosexuales con algún maldito
nombre de flor—gruñó él—. No tengo un puto problema con la
orientación sexual de nadie, pero todos sabemos que los niños
pueden ser brutales. ¿Y a su edad, cargar con un nombre así?
Significa sólo una cosa, peleas, y muchas.
Ziggy carraspeó y volvieron a centrar su atención en él.
—Creo que Beast podría tener razón. Encontré sus registros
escolares y Carl Flowers tiene muchas reprimendas por pelear. Su
abuela lo suavizó con dinero donado para varias cosas en la escuela.
Sus boletines de calificaciones muestran que es jodidamente
brillante, siempre entre los mejores de su clase. Sus notas de
socialización están jodidas. Son tan bajas que hizo que el inspector
de la escuela solicite una evaluación psicológica. Y eso no es nada
bueno, en absoluto. Necesitamos que te lo asignen legalmente lo
antes posible.
—Ya estoy en eso—dijo Ice—. Ahora que tengo el registro y el
certificado de nacimiento legal, puedo probar la patria potestad de
Sin. No debería tener ningún problema en que te asignen la custodia,
Sin.
—Gracias, Ice. Sky ha estado en contacto con la gerente de la banda
y han asignado un equipo de abogados para ayudar si tenemos
algún problema para que nos asignen la custodia.
Ice frunció el ceño.
—¿Nos? ¿Eso significa que quieres que Sky tenga la custodia
compartida contigo?
Sin frunció el ceño, se rascó la cabeza y luego trató de explicar.
—No, eso no es exactamente lo que tenemos en mente. Sky y yo
queremos poner mi nombre legal en el certificado de nacimiento de
Lilou y al mismo tiempo ella quiere adoptar a CJ. Queremos que
ambos niños sean legalmente nuestros.
—¿Habéis vuelto a estar juntos otra vez?—dijo Bulldog hablando
por primera vez.
—Vamos a intentarlo. La amo y haré cualquier cosa para convencerla
de que me dé una segunda oportunidad.
—Bien. La cagaste hace diez años y si recuerdas te dije que con el
tiempo ella podría perdonarte y darte otra oportunidad. Ésta es esa
oportunidad. No la desperdicies.
—No lo haré, Bulldog. Me doy cuenta de lo que perdí y ahora tengo
la oportunidad de recuperarlos. No lo arruinaré otra vez. Puedes
contar con ello. — Sin se lo prometió en voz baja a sí mismo y a
Bulldog.
Bulldog asintió pero no dijo nada más.
—Bien. —Hawk se relajó en su asiento—. Ahora que lo hemos
ordenado como queremos. Pasemos al siguiente montón de mierda
que tenemos que palear. Tenemos antenas en todo el país y hasta
ahora no ha habido avistamientos de Winifred o Sharma. Nuestro
siguiente paso es…
Antes de que pudiera continuar, su teléfono empezó a sonar, luego
el de Bulldog y después el de Ice. Y entonces el de Jagger se iluminó
como un maldito árbol de Navidad cuando las alarmas comenzaron
a sonar. Leyó lo que había en su teléfono mientras saltaba.
—¡Mierda! Prez, tenemos un vehículo tiroteando y lanzando bombas
molotov a las oficinas. Lo mismo en el patio de los contenedores.
¡Estamos bajo ataque! —Tenía su teléfono en alto y estaba llamando
mientras hablaba—. Ziggy, danos algunas vistas de las situaciones.
Ziggy había limpiado la pantalla y las cámaras de las diferentes
ubicaciones se conectaron. Las puertas de las oficinas parecían haber
sido embestida pero habían resistido. La caseta de vigilancia estaba
llena de agujeros de bala y el cristal de seguridad estaba estrellado
pero no roto. Las llamas lamían las puertas, pero ellos observaban a
los guardias de seguridad empuñando extintores y apagándolas. En
el patio, los hombres habían estado alerta y apenas había daños
aparte de los agujeros de bala que marcaban las paredes y la caseta
de vigilancia. La bomba molotov había fallado y se había extinguido
rápidamente.
Hawk estaba de pie y escribiendo en el teléfono cuando la puerta se
abrió y los lugartenientes comenzaron a entrar.
Miró a su Prez que tenía la vista clavada Wolf y Scar.
—¿Dónde están vuestras damas?
Los dos se miraron y un miedo como ningún otro que Sin hubiera
visto jamás cruzó por sus rostros.
—En el pub, jefe, con mi hijo—respondió Wolf—. ¿Qué está
sucediendo? ¿Están en peligro?
—Aún no lo sabemos. Hubo ataques a nuestras oficinas y al patio de
contenedores. Envié una alerta a nuestros otros negocios. Los clubes
están cerrando mientras hablamos. La tienda de DC está cerrando y
los Road Warriors estarán vigilando. Necesitamos asegurar a todos
en Thirsty Dog y cerrar el camino de acceso. Quiero…
No pudo terminar su pensamiento porque su teléfono sonó y frunció
el ceño.
—¿Sí? —Mientras escuchaba perdió todo color y parecía como si
hubiera dejado de respirar.
—Estamos en camino, hermano. Mantente con vida hasta que
lleguemos allí.
Sus ojos habían cambiado mientras hablaba, volviéndose de un
amarillo brillante y furioso. Mirando a Ice y Bulldog tragó con
dificultad. Su voz era diferente a como la había escuchado antes.
Apretada, ronca y llena de angustia.
—La tía Bee volvió al centro comercial con Snow para comprar
bicicletas para los niños. Ellos... ellos la atacaron cuando ella salió
hacia su coche. El coche explotó cuando ella entró y… y ella… ella
no lo logró. Breker y Dollar llevaban las bicicletas a la parte de atrás
y resultaron heridos con la explosión. No estoy seguro de qué tan
mal. Snow todavía estaba dentro de la tienda y sólo tiene heridas
superficiales. Bok y Kite recibieron disparos. Bok no lo logró. Kite
resiste.
Bulldog cayó en su silla con un fuerte gemido mientras Ice se
agachaba a su lado, abrazándolo y las lágrimas corrían por su rostro.
Ante sus ojos, su Prez cambió. Se convirtió en el hombre que todos
temían.
—Quiero que los encuentren. Los quiero vivos—gruñó—. Mataron a
la mujer que era como una madre para mí, para todos nosotros.
Pagarán y pagarán con su jodida sangre.
Nadie dijo una palabra, pero todos asintieron.
La maldita cabeza de Sin quería estallar. Era culpa suya que la tía
Bee hubiera abandonado el complejo. Estaba comprando para sus
hijos. No debería haber estado cerca de una tienda.
Todavía estaba atrapado en su cabeza cuando un puño golpeó su
pecho. El dolor lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió al
presente.
—Deja esa mierda—le gruñó su Prez—. Necesito que pienses, no que
te culpes por cosas que ninguno de nosotros podría haber previsto o
detenido. Vas a sacar la cabeza del culo y me ayudarás a atrapar a
estos cabrones. ¿Me estás escuchando?
—Sí, Prez. Los atraparemos, a todos y cada uno de ellos—le
prometió Sin con los dientes apretados.
—Ice, hermano, lleva a tu padre a casa, necesita a tu madre ahora
mismo—dijo Hawk con voz suave. Ice respiró hondo y ayudó a su
padre a ponerse de pie. Bulldog se puso de pie, se secó las lágrimas
de las mejillas y carraspeó.
—Me voy a casa a darle la noticia a mi dama y luego volveré.
Cuando regrese espero algunas respuestas y un plan sobre cómo
acabar con estos hijos de puta de forma permanente. Han ido
demasiado lejos, demasiado lejos. No tienen idea de quiénes solían
ser y quiénes son los Iron Dogz. Pronto aprenderán esa lección como
otros la aprendieron antes que ellos.
Ice acompañó a su padre mientras salía de la oficina, cerrando la
puerta detrás de él.
Ziggy gritó de repente.
—¡Sí! ¡Malditos hijos de puta, tomad eso!
En la pantalla estaban las puertas exteriores del Thirsty Dog y en el
camino de entrada frente a él había una jaula ardiendo ferozmente.
—Bullet, Bones y Mamba estaban en el pub con Leo y Chris. Cuando
sonó la alerta, reunieron a los hombres y se prepararon para
tenderles una emboscada a los cabrones si intentaban algo. Los
estúpidos imbéciles lo intentaron. Parece que la jaula en la que
estaban estaba cargada con explosivos o con un montón de bombas
molotov. Explotó cuando los hermanos la convirtieron en un
colador. Desafortunadamente, no hay supervivientes.
—Wolf, Scar, tomad la camioneta y traed a vuestras mujeres y a
cualquier otra persona en el pub—dijo Hawk mordiendo las
palabras—. Nadie se queda en la propiedad. Hoy no vamos a perder
más vidas. Las vidas son más importantes que los edificios. Siempre
podemos reconstruirlos.
La puerta de la oficina se abrió de golpe y DC entró corriendo, con el
rostro pálido y los ojos oscuros enfocados en su hombre.
—Hubo disparos contra la tienda. Nadie resultó herido por el cristal
a prueba de balas que insististe en instalar. Los Warriors tenían a
uno de los tiradores pero murió. ¿Qué está pasando, mi vikingo?
Su Prez tomó a su dama entre sus brazos y la abrazó mientras le
daba la noticia. Su horrorizado jadeo y lágrimas hicieron que todos
agacharan la cabeza. Dándoles tanta privacidad como pudieran.
Los hermanos permanecieron en silencio mientras ella lloraba contra
su pecho. Luego levantó la cabeza, se sorbió la nariz y respiró
profundamente mientras se acomodaba en sus brazos.
—Tenemos que hacerles pagar, mi vikingo. Tienen que pagar—dijo
con la voz llena de lágrimas.
Hawk miró a sus hombres alrededor de la oficina antes de hablar. Y
cuando lo hizo fue para declarar la guerra.
—Si lo que quieren es guerra, entonces la conseguirán. Los
mataremos a todos.
Capítulo 15
Hawk
Le dolía el corazón mientras miraba el cuerpo cubierto con una tela
sobre la mesa de acero inoxidable .
Se había negado a permitir que Bulldog viera a su hermana así.
Quería que la recordara siempre sonriente y feliz. La mujer que los
había ayudado en algunos de los peores momentos de sus vidas. Ella
había sido una madre para él después de que la suya se enfermara y
finalmente falleciera. Ella le tomó la mano cuando perdió a su hijo y
a su padre. Fue su forma de hablar sincera lo que finalmente lo hizo
reclamar a DC como su dama.
¿Qué carajo iba a hacer sin ella en su vida?
¿Quién iba a mimar a su princesita y ser su Nana?
¿Cómo carajo se suponía que iba a superar esto?
¿Cómo?
Cruzando los brazos sobre el pecho, se paró junto a la maldita mesa
fría y miró la figura envuelta sin vida. Hacía frío en la habitación
pero no lo sentía. No sentía el frío e ignoraba el olor a muerte que
flotaba en el edificio.
Respirando profundamente, extendió lentamente la mano para
levantar el borde de la tela blanca.
—Yo no haría eso—rompió el silencio una voz suave.
Hawk se dirigió a la puerta y frunció el ceño ante la mujer vestida
con una bata verde claro que estaba allí de pie.
—Esto no es asunto tuyo—gruñó él.
—Deberías recordarla como solía ser. No como es ahora.
—Soy su familia, estoy aquí para hacer la identificación del cuerpo
como lo exige la ley. Si terminaste de predicar, puedes perderte.
—Alguien con autoridad debería estar aquí contigo. ¿Dónde están
los oficiales que manejan el caso?
Hawk la ignoró, apretó los dientes y retiró la tela.
Necesitó todo su control para no retroceder horrorizado.
Su rostro había sido borrado. Le habían arrancado las extremidades
y su pecho estaba abierto. La habían quemado y su ropa había
quedado completamente incinerada.
Lo único que reconoció fue su cabello, pero no quedaba mucho de él.
Volviendo a cubrir el cuerpo con la tela, se alejó de la mesa. Ambas
manos estaban apretadas alrededor de su nuca mientras permanecía
mirando al suelo. Cuando tuvo control de sí mismo, dejó caer las
manos y levantó la mirada, pero tuvo que tragar varias veces antes
de poder sacar las palabras a través de sus labios.
—Quiero que se realicen pruebas de ADN y dentales. No puedo
decir si es mi tía o no. No puedo hacer la identificación. —Su voz
sonaba fría e insensible, incluso para él.
—La policía encontró su bolso con una identificación en el lugar,
señor. Y según las declaraciones del dueño de la tienda y de los
transeúntes en el lugar, su tía estaba subiendo a su coche cuando
estalló la bomba. Le aconsejaría que no alargue esto
innecesariamente y le dé a su familia el cierre que necesita.
Hawk resopló.
—No intentes decirme lo que mi familia necesita, no los conoces.
Haz las pruebas o traeré a alguien que las haga. ¿Me has entendido?
Observó cómo sus fosas nasales se dilataban y sus dientes se
apretaban con irritación antes de asentir brevemente.
—Haré lo que me pida, señor Walker.
Se giró y sus zapatos chirriaron sobre el frío suelo de baldosas.
Entonces se le ocurrió. ¿Cómo se había enterado de las declaraciones
que le habían tomado los cerdos? Su trabajo consistía en examinar el
cuerpo y determinar la causa de la muerte. Eso era todo. ¿Por qué el
interés en el caso de su tía?
Él todavía estaba tratando de resolverlo cuando ella volvió a entrar.
—Si voy a hacer las pruebas necesito una muestra de ADN
comparable y su historial dental. Si puede hacer que me los envíen,
haré todo lo posible para tenerle respuestas a la brevedad. Hay un
enorme retraso en los laboratorios, pero priorizaré mi solicitud.
Puedo hacer el examen dental, pero preferiría contratar a un dentista
forense experto. Por lo general, cuando la policía tiene pruebas
sólidas de la identidad de la víctima, el estado no paga por pruebas
adicionales. Intentaré gestionarlo, pero no estoy segura de tener
éxito.
Hawk asintió brevemente.
—Pagaré. Cualquier cosa que necesites llámame y te la conseguiré—
dijo con una última mirada al montículo cubierto con la tela sobre la
mesa.
Estaba caminando hacia la puerta cuando ella volvió a hablar.
—Lamento mucho su pérdida, señor Walker.
Su agradecimiento fue gruñido por encima del hombro. Tenía que
salir de esa habitación, ir al sol donde sus hermanos lo esperaban.
El cuerpo frío que yacía sobre esa mesa no era su tía. En sus
recuerdos ella sería para siempre la mujer vibrante y risueña que lo
había criado. Su madre en todo, menos en sangre.
Sin estaba apoyado contra la pared afuera de la puerta escribiendo
en su teléfono cuando él salió. Inmediatamente apagó el teléfono y lo
deslizó en el bolsillo interior de su chaleco mientras se enderezaba.
—¿Prez?— El dolor y la culpa impregnaban la voz de su hermano.
Mierda. Todavía pensaba que era su culpa que los cabrones llegaran
a su familia.
Hawk negó con la cabeza.
—No puedo decir si es ella o no, hermano.
Sin frunció el ceño y esos ojos helados se entrecerraron.
—¿Crees que podría no ser ella?
Hawk sacudió la cabeza con un suspiro.
—No, hermano, Snow, Dollar y Breker estaban en la tienda con ella
mientras Bok y Kite estaban afuera mirando. Según los cerdos, Snow
había recogido los cascos de las bicicletas y se dirigía hacia la puerta,
cuando vio lo que sucedía. Según el escuadrón antiexplosivos,
Dollar y Breker tuvieron suerte de sobrevivir. La bomba explotó en
cuanto tía Bee subió al coche.
Su jodida garganta se sentía apretada mientras forzaba más palabras
a través de ella.
—Tenemos que esperar hasta que Kite, Breker y Dollar puedan
hablar. Entonces sabremos más.
Sin levantó bruscamente la barbilla y se puso a su lado mientras
caminaban por el largo pasillo.
Salir a la luz del sol se sentía mal.
Estaba mal que él pudiera caminar hasta aquí mientras ella yacía en
la maldita mesa de adentro.
Los Harrison deberían haberse marchado. Lo que les esperaba a ellos
y a sus familias ahora era culpa de ellos.
El Iron Dogz MC de antaño estaba de regreso y buscaba la sangre de
sus enemigos.
Y tendrían su sangre.
Cada puta gota.
Capítulo 16
Sky
El ambiente en el club estaba lleno de tristeza, pero ella percibía la
rabia debajo de la tristeza. Estos hombres rudos habían perdido a
alguien a quien amaban muchísimo y lloraban de la única manera
que sabían.
Preparándose para vengar su muerte.
Me asustaba muchísimo.
Y luego estaba el otro problema. Sin.
Nunca lo había visto tan cerrado y frío. El único momento en el que
se relajaba aunque fuera un poco era con los niños. Con ellos trataba
de actuar normal pero conmigo no. Casi no me hablaba y si lo hacía
era para ladrarme órdenes.
Me había excluido por completo de su vida.
No compartíamos cama, ni casa. Se quedaba en la casa club todas las
noches y sólo bajaba a la casa para ver a los niños. Era como si nos
culpara por lo que le había pasado a ella. Era una tontería porque la
culpa la tenía su maldito club. Ni los niños, ni yo.
Me entristecía que tía Bee y uno de sus hermanos hubieran sido
asesinados, pero no cargaría con la culpa de eso.
Después de días de ser tratada como si no existiera y de ser
mantenida como una maldita prisionera en la casa, ya había tenido
suficiente.
Llamé a mi agente y Trish se puso a trabajar de inmediato.
Mi nuevo equipo de seguridad encabezado por Callum O'Leary
llegó temprano, dos días después de que hablara con Trish y ella se
comunicara con Cat y el sello discográfico. Logré que atravesaran la
puerta después de una pelea a gritos, pero finalmente llegaron.
Cuando Callum cruzó la puerta, fui directo a sus brazos. Un abrazo
era exactamente lo que necesitaba. Había estado muy aislada y sola
desde que Bry se había ido a casa.
—Gracias por venir, Cal—dije suavemente.
—No hay problema, Lix. Te tenemos ahora. Mis hombres están
estableciendo un perímetro y estableceremos un centro de mando en
tu comedor. Cuando digas la palabra, el avión tendrá combustible y
estará listo para partir.
Un chillido de alegría infantil sonó cuando Lee entró volando en el
salón.
—¡Tío Cal! ¿Qué estás haciendo aquí? Ya no estamos de gira.
Cal la levantó y la abrazó antes de dejarla junto a CJ, que estaba de
pie al lado del sofá, mirándolo.
—Éste es mi hermano CJ—lo presentó Lilou de manera muy
solemne—. CJ, este es el tío Cal, él está a cargo de la seguridad de la
tía Cat y de la nuestra cuando salimos de gira.
CJ parecía confundido mientras miraba a Cal con el ceño fruncido.
—Hola, CJ.
CJ no dijo una palabra, sólo lo miró. Luego me miró.
—¿Lee y tú os vais?
Mierda.
—No, cariño, no nos vamos. Acabo de llamar a mi propia seguridad
para que nos cuide para que los hombres de tu padre puedan volver
a ayudar al club.
No parecía convencido, pero aceptó mi explicación mientras se
acercaba a Cal y le tendía la mano. Cal le tomó la mano
solemnemente y se la estrechó.
—Me alegra que estés aquí para ayudar a mi madre. Mi padre está
muy ocupado con los asuntos del club en este momento—dijo CJ en
voz baja mientras retrocedía al lado de Lee.
Estaba a punto de decir más cuando escuchamos el sonido de varias
motos. Momentos después, la puerta se abrió de golpe y un Sin,
furioso, irrumpió en el salón con tres de sus hermanos detrás de él.
No he estado en el club desde el día familiar así que no estaba segura
de quiénes eran. Aunque reconocí las caras.
Todos estaban muy enojados. Bueno, no eran los únicos.
—¿Qué carajo está pasando aquí? ¿Y quién carajo es éste?
Reprimí mi ira mientras lo enfrentaba.
—Este es Callum O'Leary. Ahora está a cargo de mi seguridad. Le
pedí que viniera y tomara el relevo de tus hombres para liberarlos
para cualquier cosa que pudierais necesitar.
Si las miradas mataran, estaría muerta. Los ojos fríos como el
infierno de Sin me congelaron en el lugar antes de mirar a Cal.
—No eres necesario aquí. Vuelve al lugar de donde mierda viniste.
Puedo cuidar de mi familia. No necesito que tú lo hagas.
Cal tranquilamente cruzó los brazos sobre su amplio pecho.
—He sido contratado por Regional Records y Lix para servir como
su jefe de seguridad. No acepto órdenes tuyas. Mi equipo y yo nos
haremos cargo de la seguridad de la señora Beckman a partir de
ahora.
Sin resopló.
—¿Crees que confiaré en ti después de que hiciste un trabajo tan
jodidamente estelar cuando Sharma vino tras ella?
Cal sonrió pero la sonrisa no llegó a sus ojos oscuros y muertos.
—Lix no era parte de mi contrato en ese momento. Eso ha cambiado.
Ella lo es ahora y te aseguro que lo tenemos cubierto. Recibí un
informe completo sobre el desastre en el que se encuentra tu club y
le aconsejaré a mi cliente que regrese a las instalaciones en los
Estados Unidos, donde ella y los niños estarán a salvo de vuestros
enemigos. Mientras ella esté allí, un segundo equipo perseguirá al
señor Sharma y solucionará el problema.
Oh, mierda. Cat no estaba jugando.
—Lix, cariño, Cat te quiere en las instalaciones, como dije. Tú y los
niños estaréis a salvo allí hasta que se solucione este pequeño
problema de ellos.
—Cal...—No tuve la oportunidad de responder.
Sin llegó primero y, por supuesto, no de una manera agradable.
—Perra, si crees que me estás quitando a mis hijos, estás cometiendo
un gran maldito error. No se van, puedes irte cagando a los Estados
Unidos, no me importa, pero ellos no se van.
A mi lado escuché a Lee jadear en estado de shock y CJ soltó un
pequeño gruñido de hombre cuando se paró frente a mí.
—¡No llames perra a mi madre, ni le digas palabrotas, cabrón!—le
gritó a su padre.
Lo agarré por el hombro y lo empujé hacia mí e hice lo mismo con
Lee.
—CJ, cariño, cuida las palabras y no le hables así a tu padre—lo
amonesté severamente.
—Lo hago cuando se porta como un jodido idiota—gruñó mi
hombrecito—. Crees que no veo una mierda, Sin, pero lo hago. Veo
lo que le has estado haciendo a mamá. —Agitó su mano hacia los
sorprendidos moteros—. Podéis iros todos a la mierda, el tío Cal se
ocupará de nosotros. Si tú confías en él, yo confío en él, mamá.
De repente Lee intervino. Leí la voz de mi niña y ella estaba triste,
muy triste pero al mismo tiempo enojada.
—Estoy de acuerdo con CJ. Has tratado a mamá como si fuera su
culpa que los hombres malos mataran a la tía Bee. ¡No lo es! No
pedimos bicicletas ni ninguna otra de las mierdas que compró.
Estábamos felices de estar aquí contigo, pero ahora nunca estás aquí
y cuando estás tratas a nuestra madre como una mierda. Quiero que
te vayas. No te necesitamos ahora que tenemos al tío Cal. Él cuidará
de nosotros.
Me arrodillé, agarré a mis bebés y los abracé con fuerza.
g y
—Hijos, escuchadme. Basta de malas palabras, no quiero volver a
escucharlas. Vuestro padre está bajo una enorme presión en este
momento, así que le dejaremos hacer lo que tiene que hacer. Los tres
nos sentaremos con el tío Cal y trabajaremos en un plan para
mantenernos a salvo. No nos iremos hasta después del funeral de la
tía Bee, le debemos mucho. Ella hizo mucho por nosotros y de esta
manera podemos agradecerle y mostrarle nuestro respeto. Ahora
quiero que los dos vayáis a vuestras habitaciones y cerrad las
puertas. Quedaos ahí hasta que vaya a buscaros. ¿De acuerdo?
Ambos me abrazaron fuerte y se fueron sin mirar a Sin.
Me levanté lentamente y lo enfrenté. Su rostro estaba hermético. Está
bien, no me importaba mucho en este momento.
—Me importan una mierda los nombres que me pongas, pero si lo
vuelves a hacer delante de mis hijos te daré una patada en los
huevos tan fuerte que te dará vueltas la cabeza. Ahora tú y tus
pequeños amigos moteros podéis daros la vuelta y largaros de aquí.
No eres bienvenido en esta casa.
Él sonrió.
—Estás en propiedad del club. No soy yo quien se irá, serás tú.
Asentí y sonreí.
—Hecho. Saldremos dentro de dos horas. —Me volví hacia Cal—.
Que reposten el avión y que presenten un plan de vuelo para
Ciudad del Cabo. Voy a llevar a los niños a la playa.
—¡No te llevarás a mis hijos!
—Intenta detenerme, Sin. Tendré tantas agencias policiales aquí que
te dará vueltas la cabeza. Y no creo que a tu presidente le guste que
todas esas agencias estadounidenses investiguen vuestros negocios,
¿verdad?
Frotándose la cara con las manos, gimió como si sufriera una agonía.
Luego levantó ambas manos como para apaciguarme.
—Lo lamento. —Tenía los ojos cerrados mientras respiraba
profundamente y luego me miró y sus ojos por primera vez en días
estaban libres de rabia—. Dios. Estoy perdiendo el control y me
desquité contigo. Y no has hecho nada para merecerlo. Lo siento,
cariño, lo siento mucho. No quise decir nada de la mierda que acabo
de decir. Soy un jodido imbécil notable.
Lo único que pude hacer fue asentir, nada más porque estaba
totalmente de acuerdo. Estaba siendo un imbécil notable.
—Me disculparé con los niños y no tienes que ir a ningún lado. Yo
me iré. Por favor quédate aquí donde estás a salvo. Incluso con tu
equipo no estarás segura si sales de la propiedad. Estarás en
carreteras abiertas y a estas personas les importa una mierda a quién
lastimen, siempre y cuando puedan llegar hasta ti. Si pudieron matar
a la tía Bee y a Bok en medio de un estacionamiento concurrido, no
dudarán en raptarte de un aeropuerto o de un hotel. Cualquiera que
tenga vínculos con el club está en peligro en este momento. Te amo a
ti y a mis hijos, no puedo perderos.
Hundiéndome en el sofá, me cubrí la cara con las manos y me tragué
las lágrimas. Había llorado demasiadas veces por este hombre,
demasiadas.
—Como les dije a los niños, asistiremos al funeral pero después nos
iremos. No me quedaré donde no soy bienvenida y mis hijos
tampoco. Sé que tú y tus amigos están pasando por un momento
horrible, pero…
Se sentó a mi lado y tomó mis manos entre las suyas.
—Te juro por mi vida que nada de lo que dije es lo que realmente
siento. Estoy jodido, Sky, totalmente jodido. Yo le pedí que fuera a
comprar para los niños. Que fuera por mí. Nunca debí haberle
pedido eso. Nunca. Por mi culpa, mi presidente no sólo perdió a una
mujer que era como una madre para él, sino que perdimos a un
hermano. Yo…
—Oh, cállate la puta boca—gruñí enojada y él retrocedió en shock
porque rara vez decía malas palabras. Al menos no en voz alta.
—¿Le dijiste que saliera a comprar esas bicicletas? No. Esa fue su
decisión. ¿Les dijiste a esos hijos de puta que la atacaran? No, esa fue
su decisión. Entonces, ¿cómo es que todo esto es culpa tuya? No eres
Dios, así que no podrías haber cambiado sus decisiones. Eres sólo un
hombre que ha sufrido una pérdida. Eso es todo. Eso es
absolutamente todo. Supéralo—le espeté.
Me miró fijamente.
Alguien se rio suavemente y miré para ver quién era. Era uno de los
moteros. Un hermoso hombre de piel color caramelo me sonrió. Miré
el nombre que aparecía en su chaleco, Bollywood. Le sentaba
absolutamente bien porque era tan hermoso como una estrella de
cine de Bollywood.
—Díselo tú, cariño. Ha estado deambulando como una maldita nube
de tormenta cargando con toda esa culpa inútil. La tía Bee era una
ley en sí misma, nunca dejaba que ninguno de nosotros le dijera qué
hacer. Ella le patearía el culo si estuviera aquí, te lo aseguro.
Sonreí y asentí con la cabeza.
El zumbido de un teléfono hizo que mi cabeza girara hacia Cal.
Tenía un teléfono de aspecto extraño pegado a su oreja y escuchaba
atentamente.
—Ya lo tengo, jefe. No, no creo que ella vaya a caer en la trampa—
dijo, luego escuchó y sonrió.
Quitándose el teléfono de la oreja, hizo algo y luego lo dejó sobre la
mesa de café.
—La jefa quiere hablar. Puedes hablar libremente, es un teléfono
seguro—dijo mientras daba un paso atrás, con los brazos cruzados
sobre el pecho y las piernas ligeramente separadas mientras me
miraba.
—¿Lix? ¿Estás ahí, chica? —La voz de Cat llegó claramente.
—Estoy aquí, Cat.
—Está bien, esto es lo que he hecho. He desplegado uno de los
furtivos equipos de operaciones encubiertas de Cal para descubrir
qué mierda está pasando. Pasaron desapercibidos y comenzaron a
investigar. Lo que tenemos hasta ahora es que se está gestando una
guerra entre dos sindicatos del crimen. El club de tu hombre está
atrapado entre los dos. Su club está afiliado al sindicato dirigido por
un hombre llamado Dominick Maingarde que aparentemente no es
tan malo como los otros, los Harrison. Una mujer llamada Winifred
Harrison solía ser la jefa del sindicato local, pero Maingarde la
derrocó. Y debido a las conexiones del club de tu hombre con
Maingarde se han convertido en un objetivo. Tienes que empacar
con los niños y venir a mi complejo, Lix. Te juro que allí estaréis a
salvo.
Sin frunció el ceño mientras se inclinaba hacia el teléfono.
—¿Quién mierda eres tú? Mi dama y mis hijos no van a ninguna
parte. Están a salvo aquí.
—Mi nombre es Cat DeLuca-Orloff y he estado donde está Lix ahora.
Tuve un acosador con afiliaciones al sindicato del crimen y mi
esposo murió salvándonos a mí y a nuestros hijos. No quiero que mi
amiga sufra lo que mis hijos y yo hemos sufrido. Mi complejo es una
fortaleza, un lugar seguro para que ella y los niños esperen a que
termine esta guerra en la que estáis involucrados.
Sin se pasó una mano por la barba. Ya no era un sombra, ahora era lo
suficientemente larga como para llamarla barba.
—Lamento tu pérdida, Cat, pero no puedo arriesgarme y dejar que
mi familia viaje. Simplemente no puedo. Sabemos que nos están
vigilando y en el momento en que los vean abandonar la seguridad
de la propiedad, atacarán. Necesito tiempo para lidiar con esto. Si
Sky quiere irse una vez que nos hayamos encargado de la amenaza,
entonces no me interpondré en su camino. Tienes mi palabra.
—Puedo tener un helicóptero allí en una hora. Los recogerán y los
llevarán a donde los espera mi avión. No estarán en la carretera—
dijo Cat.
—Si has tenido experiencia sobre cómo operan estas personas,
entonces sabrás que eso no los disuadirá. Derribarán el helicóptero y
perderé a mi familia. No está sucediendo. —Sin tomó mi mano entre
las suyas y la apretó con fuerza, condenadamente fuerte.
—Pueden llegar a ella en esa maldita casa de la misma manera que
pueden llegar a un helicóptero—dijo Cat con los dientes apretados.
La sonrisa de Sin era fría.
—Pueden, pero ella no estará aquí. No te preocupes por Sky, los
niños o tu equipo. Los llevaremos a un lugar seguro. Un lugar muy
seguro donde no se les puede tocar y desde donde podemos
desempeñar nuestro papel en esta guerra. Lo que estoy a punto de
contarte es información privilegiada, pero creo que es información
que necesitas saber y siento que puedo confiar. Los Harrison se han
ganado muchos enemigos y estamos trabajando juntos para
eliminarlos a todos. Una vez que hayamos terminado, el Harrison
Crime Syndicate ya no existirá. Ni aquí, ni en Inglaterra, ni en Rusia,
ni en Estados Unidos, en ninguna parte.
—Mierda—maldijo Callum en voz baja mientras levantaba el
teléfono—. Si se avecina un golpe tan grande, te quiero a ti y a los
muchachos de vuelta en los Estados Unidos y en el complejo, Cat.
Voy a enviar al equipo de operaciones encubiertas a tu ubicación
para escoltarlos hasta el avión. Despegará tan pronto como estéis a
bordo. Me quedaré con Lix y los niños hasta que estén en un lugar
seguro. Regresaremos a casa una vez hecho esto. Ni se te ocurra
discutir conmigo. Prepárate. El equipo está en camino hacia ti.
Dicho esto, apagó el teléfono y lo deslizó en su bolsillo.
—Lo siento, Lix, Cat y los muchachos son mi primera prioridad. Son
mi familia y le hice un juramento de sangre a Niko de que siempre
los protegería. Mi equipo y yo iremos contigo a donde tu hombre te
vaya a esconder, pero luego tendremos que regresar a casa.
—Lo entiendo totalmente, pero Cal, si estás preocupado por Cat,
quiero que vayas con ella. Los hermanos de Sin están aquí y
estaremos a salvo con ellos.
Pero Cal negó con la cabeza.
—No nos vamos. Como dije, os escoltaremos a su lugar seguro antes
de partir.
Sin se puso de pie y le tendió la mano a Cal, quien no dudó en
estrechársela.
—Gracias por cuidar de mi familia. No olvidaré esto. Si alguna vez
necesitas algo, cualquier cosa, tienes mi número.
Cal asintió brevemente. Sin se volvió para mirarme.
—Tengo que irme, pero primero voy a hablar con los niños.
Caminó por el pasillo hacia sus habitaciones y suspiré mientras mis
hombros se hundían y trataba de desaparecer entre los cojines del
sofá. Acabábamos de tener una gran pelea justo en frente de Cal y
los otros hombres. Y ninguno de ellos parecía ni un poco
avergonzado. Excepto yo, por supuesto.
¿Pero por qué diablos estaba avergonzada? No hice el ridículo, ese
sería Sin.
Cal me dio un golpecito con los dedos en la frente mientras salía.
Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse y luego él se había
marchado.
Me senté gimiendo y estaba a punto de levantarme cuando una
mano apareció frente a mí.
—Parece que te vendría bien dormir un poco, cariño. —Bollywood
se paró sobre mí tendiéndome una mano, levanté la mía para
tomarla y él me levantó. Nuevamente gemí mientras soltaba su
mano.
—Gracias por tu ayuda. —Sonreí—. Necesito café. ¿Alguien más?
Hubo asentimientos de cabeza por parte de los moteros. Dejándolos
en el salón me dirigí a la cocina a preparar café. Lo necesitaba para
mantener los ojos abiertos.
Sin
Las puertas de los niños estaban cerradas como Sky les había
pedido. Conteniendo el aliento, llamó a la puerta de Lee.
—Adelante. —Su voz era suave y triste y le dolió muchísimo
escucharla.
Abrió la puerta y entró. CJ estaba sentado en la cama junto a su
hermana, con una brazo sobre sus hombros. Cerrando la puerta
detrás de él, se acercó y se agachó frente a ellos, lo que lo puso a la
altura de sus ojos.
—Lo lamento. Me pasé de la raya y lamento mucho haber dicho
todas esas cosas. No quise decir nada de eso. Ni una sola palabra. Mi
cabeza está confundida y me desquité con vosotros y con vuestra
madre. Os prometo que nunca volverá a suceder. Os amo a ambos y
amo a Sky. No quiero perderos, sois mi mundo—trató de explicar él.
—¿Por qué? ¿Por qué dices cosas así si no lo dices en serio? —dijo
Lee frunciendo el ceño confundida.
—Los adultos hacen cosas raras—murmuró CJ—. Y mienten todo el
tiempo.
Maldición. Esto no iba a ser fácil pero tenía que aceptarlo.
—Me siento culpable por la tía Bee. Le pedí que fuera a comprar por
mí y por eso estaba donde esos bastardos podían llegar hasta ella.
Siento que es mi culpa, aunque sé que no lo es. No tenía derecho a
hablarle a vuestra madre como lo hice. No estuvo bien y no volverá a
suceder. Jamás.
Esperó a que aceptaran o rechazaran sus disculpas.
—Tienes que pedirle perdón a mamá y será mejor que no lo vuelvas
a hacer—dijo Lee con una expresión enojada.
—Lo mismo digo—gruñó CJ—. Si lo vuelves a hacer…—Sin no le
dio la oportunidad de terminar.
—Esto nunca volverá a suceder, tenéis mi palabra.
Sus hijos asintieron y luego Lee se arrojó hacia él y lo abrazó con
fuerza. Sin se arrodilló mientras la abrazaba, sosteniéndola con un
brazo y abriendo el otro para CJ. No tuvo que esperar mucho para
que su hijo se uniera a su hermana en sus brazos.
—Os amo, niños—murmuró contra sus cabellos.
Estaba a punto de decir más cuando su teléfono sonó. Era el tono
que le había asignado a su presidente. Sacando el teléfono del
q g p
chaleco, leyó el mensaje y lo volvió a guardar en el bolsillo.
—Tengo que irme, bebés, tengo que ocuparme de asuntos del club.
Cuando se puso de pie, su hija lo miró con el ceño fruncido.
—No somos bebés y ¿qué son asuntos del club?
Era un momento tan bueno como cualquier otro para explicarles los
asuntos del club.
—Lo siento, cariño, los asuntos del club son solo eso, asuntos del
club. Habrá cosas del club que nunca te contaré porque son asuntos
del club. Ni siquiera puedo contarle a tu mami, no está permitido. Si
lo hago, me meteré en problemas con mi Prez y el resto del club.
Ella entrecerró los ojos mientras pensaba en ello.
—Entonces es como una especie de sociedad secreta. ¿Como en mis
libros de cuentos?
Reprimió la sonrisa.
—Algo así, Lee.
Ella sonrió de repente.
—Entonces, si un día compro una moto y viajo con el club, ¿conoceré
los asuntos del club?
Mierda.
—No, lo siento, cariño, el club no permite miembros femeninos.
Su rostro se convirtió en una nube de tormenta.
—No es justo.
—Lo sé, pequeña, pero esas son las reglas. Se hicieron hace mucho
tiempo y no van a cambiar. —Le dio un rápido abrazo y se retiró
hacia la puerta, captando la sonrisa de CJ cuando la abrió.
—Tengo que irme, sed buenos con vuestra madre. Regresaré esta
noche.
Dejó la puerta abierta mientras caminaba rápidamente por el pasillo.
— Algún día seré motera—escuchó a Lee decir enojada.
—No, no lo serás. Papá dijo que nada de chicas. Yo seré el motero y
tú serás una dama—dijo CJ muy sabiamente.
—Lo seré y nadie me va a detener—espetó su chica enojada.
Simplemente sintió en sus entrañas que su chica le iba a dar un
infierno por las reglas del club.
Luego sonrió.
Él iba a disfrutar viéndola patear culos a medida que creciera.
Pero ella no se uniría al club.
Mierda, no.
Tampoco iba a convertirse en la dama de algún cabrón.
No estaba pasando.
Al encontrar a su dama en la cocina apoyada en la encimera
tomando café, le quitó la taza de la mano y la dejó. Acercándola a
sus brazos, selló sus labios sobre los de ella y suspiró en su boca
cuando ella se relajó y se abrió para él.
La estaba besando por primera vez en días.
Su corazón se aceleró y su polla reaccionó de inmediato.
Tirando de sus caderas contra su cuerpo donde podía sentir lo duro
que estaba por ella, le dio una última lamida al labio inferior antes
de levantar la cabeza.
—Tengo que irme, mi Sky. Volveré tan pronto como pueda. ¿De
acuerdo?
Ella se lamió el labio, saboreándolo antes de responder.
—De acuerdo. Mantente a salvo, por favor.
Le dio un último beso profundo y después tuvo que irse.
Su Prez lo necesitaba.
Capítulo 17
Hawk
Recostado en su sillón, Hawk observó cómo sus hombres llenaban la
capilla. Sólo los guardias de servicio estaban excusados. Cuando
Kahn le indicó que todos estaban presentes, levantó la barbilla hacia
Sin. El hermano cerró la puerta con llave y después se sentó a su
lado. Su rostro estaba inexpresivo, el único indicio de emoción era el
color de sus ojos. Eran de un azul cristalino mientras su mirada
recorría a sus hermanos. Esos ojos siempre estaban moviéndose,
siempre comprobando. Siempre alertas.
Hawk sabía que más de uno de los hermanos se sentía incómodo
ante esa mirada fría. Antes de que apareciera Skylar Beckman,
muchos se habían preguntado si tenía algún sentimiento. Ahora
sabían que sí. Y esos sentimientos lo convirtieron en un hombre muy
peligroso.
Aislando sus pensamientos errantes, Hawk golpeó el acero con el
martillo.
La iglesia estaba en sesión.
—Hermanos, os llamé porque tenemos algunas decisiones que
tomar. Estamos a punto de ir a la guerra y nuestras mujeres y niños
serán vulnerables. Habéis sido informados sobre nuestro Santuario y
mi sugerencia es que traslademos a nuestras familias a la seguridad
que éste brinda. Necesitaremos los próximos días para prepararnos
para lo que podría resultar un asedio. Quiero que todos los
hermanos que viven aquí en la casa club tengan un bolso preparado.
Si tenéis cosas que tienen algún valor sentimental, empacadlas. Lo
mismo con los hermanos que viven fuera de la casa club. Empacad
vuestras mierdas y traedlas. Los prospectos se asegurarán de que
vayan al almacenamiento del Santuario.
Hubo gestos de asentimiento por todos lados, incluso por parte de
los nómadas.
—Jagger, quiero que nos desconectes de los servicios públicos por
completo. Por el momento, no entra agua de la red de suministro
municipal. En el futuro próximo, funcionaremos con la energía
alternativa que has instalado para el club. Quiero que seamos
intocables en ese frente.
Jagger asintió.
—Estoy en ello, Prez.
—Scar, elegirás un equipo de francotiradores. Has estado
entrenando a varios de los hermanos pero necesito a tus mejores
hombres en el equipo.
—Entendido, Prez—dijo Scar levantando la barbilla.
—Mantendremos el negocio de los camiones en funcionamiento con
un personal mínimo y, cuando podamos, los reemplazaremos con
hermanos. Todo el personal que no trabaje tendrá licencia
remunerada y Kahn y Rider se encargarán de ello. Quiero cerrar los
clubes de striptease, anunciaremos que haremos algunas reformas
muy necesarias. Cerrar los clubes nos hará perder un montón de
dinero, pero no podemos vigilar a las strippers y a nuestras familias.
Estaremos demasiado presionados. En lo que respecta a nuestros
proyectos de construcción, el más importante es el resort. No quiero
que el enemigo rastree a nuestros equipos allí, así que lo cerraremos
durante una semana o dos, hasta que tengamos esta situación bajo
control.
Puzzle levantó la mano y Hawk le dio la palabra.
—La madre de Breker pidió que se le permitiera volver a casa para
recuperarse. Estoy pensando que deberíamos enviar a Kite y Dollar
allí también. Estarán bien cuidados y nadie los buscará allí. La dama
de Dollar puede acompañarnos; quizá se acomode mejor allí que
aquí.
Hubo silencio una vez que terminó.
—Pienso que es una buena idea—dijo Ice—. Nadie esperará que
enviemos afuera a nuestros heridos. Esperarán que estén aquí en
nuestra enfermería.
—Levantad la mano los que estéis de acuerdo. —Hawk no quiso dar
su opinión para no influir en la votación.
—Unánime—dijo Kahn mientras garabateaba en su cuaderno.
—Tan pronto como nuestros hermanos sean dados de alta del
hospital, serán trasladados al resort. Tenemos que hacer que parezca
que vinieron aquí, así que usaremos la entrada trasera oculta para
sacarlos cuando esté oscuro. —Hawk golpeó la mesa con la mano y
pasó al siguiente asunto.
—Stone, tú y tus hermanos seréis nuestros ojos y oídos afuera.
Quiero que patrulles los caminos que rodean la propiedad del Iron
Dogz. Jagger tiene cámaras y cosas alrededor del perímetro pero
tenemos vecinos que no tienen el mismo nivel de seguridad. Los
bastardos usarán sus tierras para llegar hasta nosotros. Quiero ojos
puestos en la viuda y sus hijos en nuestra frontera norte, no quiero
que les pase nada por nuestra culpa.
—Me encargo, Prez. Personalmente vigilaré a la vecina y a sus hijos.
Es la granja de caballos, ¿verdad? —preguntó Stone con el ceño
fruncido.
—Sí, pero no creo que haya mantenido el negocio después de la
muerte del marido—respondió Jagger—. Hablé con ella sobre las
cercas y estuvo feliz de dar permiso para que se levantaran porque
eso también aseguraba su propiedad. Iba a ponerse en contacto
conmigo para que le diera un presupuesto del resto de la propiedad
pero todavía no he sabido nada de ella.
Stone asintió.
—Anotado, hermano. Me ocuparé de eso por ti.
Hawk llegó al asunto que inmediatamente lo cabreó con solo
pensarlo.
—Antes de trasladar a nuestras mujeres y niños al Santuario, hay
que reubicar a las prostitutas. Preferiría matarlas, pero ahora no es el
momento. Quiero que las trasladen a las celdas del calabozo. No me
importa lo que les pase mientras estén allí, siempre y cuando no
estén en el mismo lugar que nuestras familias. Lo he discutido con
g q
Sin y vamos a dejar ir a la perra de su hermana. Si se queda, verá
cosas que no queremos que vea. La sacarán esta noche.
La mano de Rider se levantó.
—Trasladaré a las putas, Prez.
—Iré con él, jefe. —Wrench también levantó la mano.
—Bien. Ahora sigamos adelante.
Hawk estaba feliz de seguir adelante porque solo pensar en esas
perras le hacía hervir la sangre.
—¿Qué hay de la comida?—finalmente habló Bulldog. Había estado
muy callado y retraído.
Carraspeando, Hawk respiró hondo para hablar.
—La tía Beryl estaba a cargo de abastecer los almacenes y su último
reporte fue con Kahn. Sé que aún no había terminado de abastecerse
de mierda congelada, ni de alimentos perecederos. Tendremos que
hacer el pedido en línea y recibirlo o enviar un grupo a Makro para
comprar al por mayor. Soy un poco cauteloso a realizar pedidos en
línea ya que no podemos controlar las entregas. Creo que
enviaremos un camión junto con suficientes hermanos como
guardias para comprar lo que necesitamos.
—Si ordenamos lo que queremos con anticipación, podemos ir allí a
recogerlo, ¿verdad?—preguntó NikNak.
—Creo que sí, hermano, pero no estoy seguro. La tía Bee solía hacer
toda esta mierda. —Hawk tragó para mantener la ronquera fuera de
su voz.
—Suzy y yo nos haremos cargo. —Bulldog parecía como si prefiriera
hacer cualquier cosa menos continuar donde lo había dejado su
hermana.
Sin embargo, Hawk tenía otro trabajo para ellos.
—Necesito que tú y la tía Suzy armen el Santuario, Bulldog. Ella
conoce el club por dentro y por fuera y, contigo como respaldo,
lograremos que la gente se instale con la menor cantidad de
problemas. Esta guerra podría ser corta o podría prolongarse
durante meses. Pase lo que pase, quiero que nuestra gente esté a
salvo.
Bulldog asintió pero no dijo una palabra.
Hawk miró la lista que tenía sobre la mesa frente a él. Había tratado
todos los puntos que había anotado excepto uno.
—Jagger, hermano, ¿cómo nos va con las verduras frescas y esa
mierda?
Jagger sonrió.
—El señor Bekker está a cargo de los cultivos, Prez. Charlaré con él y
me comunicaré contigo.
Hawk asintió, contento de que alguien ajeno a la hermandad se
ocupara del asunto. No podía disponer de un hombre para cuidar
los cultivos, no ahora.
—Eso es todo lo que tengo por hoy. Si alguien piensa en algo que me
he olvidado, decídselo a Kahn y lo solucionaremos.
Miró alrededor de la mesa y de la habitación a sus hermanos y se le
hizo un nudo en el estómago al pensar que al final de esta maldita
guerra no todos estarán aquí. Ya cuatro de ellos no estaban
presentes. Uno de los cuatro nunca volvería.
—Se nos avecina un infierno, hermanos, y yo, por mi parte, quiero
que esta guerra termine con nosotros como vencedores. Nos
mantenemos unidos como hermanos y luchamos por nuestras
creencias, por nuestro honor, por nuestra hermandad y por nuestras
familias. No permitiremos que la escoria de la tierra triunfe y nos
borre del mapa. Esta es la tierra del Iron Dogz MC, pagada con
sangre y no se la entregaremos a nadie. —Golpeó el acero con el
martillo y lo dejó suavemente sobre la mesa. Lo señaló y luego a las
fotografías y recuerdos de las paredes.
—Ésta es nuestra historia, nuestras raíces y haremos lo mismo que
quienes nos precedieron. Lucharemos por lo que nos pertenece.
Cualquiera que piense que nos rendiremos sin luchar pronto
descubrirá que cometió un error al enfrentarse al Iron Dogz MC.
Señaló una lata cerrada que había estado en medio de la mesa.
—En esta lata hay un parche para cada uno de nosotros, desde el
presidente hasta el prospecto. Lo coseréis en vuestro chaleco esta
noche. Vosotros, no vuestra dama, novia o una de las chicas de club,
lo haréis vosotros. Lo coseréis en el lado izquierdo del chaleco,
encima de vuestro nombre, donde solía estar el antiguo diamante del
uno por ciento. Una vez que esta guerra termine, lo agregaremos a
nuestro parche trasero.
Hawk extendió una mano para agarrar la lata y fue pasada por la
mesa hasta él. Abriéndola lentamente, sacó el parche y cuando lo
giró para mostrárselo a los hombres, hubo un silencio atónito antes
de que las preguntas comenzaran a volar. Hawk levantó la mano y
consiguió el silencio que deseaba.
—Parece el diamante del uno por ciento, pero hay una diferencia.
Mirad de cerca. Este parche tiene la sangre de nuestros hermanos y
hermanas perdidos empapando el símbolo de nuestra libertad.
Seremos para siempre sangre de su sangre y los vengaremos. A
partir de este día este parche estará en nuestros chalecos. No
significa que volvamos a ser un club uno por ciento, en absoluto.
Servirá de advertencia a quienes pretendan atacarnos. Nuestros
enemigos han olvidado nuestra historia, han olvidado los fuegos que
forjaron este club. Pero yo no lo he hecho, ni mis oficiales, ni
nuestros ancianos. Nuestros enemigos vendrán e intentarán
matarnos a todos. No tendrán éxito porque somos los Iron Dogz y
no somos tan fáciles matar.
Hawk le pasó la lata a Ice, quien tomó un parche y la pasó. La lata
dio vueltas hasta que regresó a Hawk. Quedaban un par de parches
en la parte inferior.
—Los parches que quedan son para nuestros hermanos que ahora
mismo nos protegen las espaldas y para los que están en el hospital.
Esta noche se los entregaremos. Ahora, salgamos de aquí y tomemos
una cerveza o lo que carajo queráis mientras cosemos nuestros
nuevos parches.
Con eso, golpeó el bloque de acero con el martillo y el sonido resonó
en la silenciosa habitación. Sin abrió la puerta y la habitación se
vació lentamente.
No todos se fueron. Stone y Venom se unieron al resto de los
oficiales en la mesa.
—¿Estás seguro de que quieres volver a poner el diamante en
nuestros chalecos, jefe?—le preguntó Stone.
Hawk levantó la barbilla.
—Nuestros enemigos han olvidado quién y qué es el Iron Dogz MC.
Se han olvidado de que podemos morder. Es hora de hundir los
dientes en ellos y arrancarles la garganta. Si no lo hacemos, siempre
estaremos mirando por encima del hombro y estoy terminando con
esa maldita mierda. No soy el único que se siente así.
—¿Tenemos aliados entonces, Prez?— Venom se inclinó hacia
adelante, con interés en sus ojos oscuros.
—Sí, hermano. Hemos ideado un plan de acción que nos librará de
la familia Harrison para siempre. Mientras nosotros y nuestros
aliados locales nos ocupamos del problema en Sudáfrica, nuestros
aliados internacionales se ocuparán de ellos en sus países.
Stone se quedó sumido en sus pensamientos mientras su dedo
jugaba con el anillo en el tabique de su nariz, luego sonrió. Una
sonrisa muy cruel.
—Entiendo. Estamos fingiendo ser blancos fáciles. Entran
irrumpiendo y soltamos la trampa. Entonces los borraremos de la faz
de la tierra. ¿Estoy en lo cierto?
Hawk le devolvió la sonrisa cruel y los demás hombres también.
—Ese es el plan, hermano. Beast ha trabajado duro para preparar
nuestra pequeña sorpresa y brindarles a nuestros hermanos en los
muros una protección adicional. Scar y su grupo han instalado
puestos camuflados para francotiradores alrededor del complejo y
ha estado entrenando a algunos de los hermanos sobre armas que
Army tenía almacenadas. Una vez que los más vulnerables de
nosotros estén a salvo en el Santuario, daremos el siguiente paso.
Invitando a los cabrones dentro de nuestras paredes.
Venom miró alrededor de la habitación.
—Tenemos tanta historia sobre y dentro de estos muros, Prez. Habrá
algunos daños, eso es inevitable, ¿tenemos planes para salvar todo
esto?
—Los prospectos y algunos de los parches junior comenzarán a
empacar tan pronto como terminemos aquí. Tenemos varios
contenedores ignífugos preparados—respondió Ice.
—Bien. —Venom asintió.
Los dos nómadas parecían intimidantes mientras estaban sentados a
la mesa y Hawk se alegró de haberlos llamado. Iban a necesitar sus
habilidades.
—¿Puedes darme más información sobre la viuda de al lado, jefe?
¿Está bien con el club o podría ser un problema? —Stone hizo girar
el anillo en su pulgar una y otra vez, pero sus ojos estaban enfocados
en Hawk.
—Puedo responder a eso. —Jagger tamborileó con los dedos sobre la
mesa—. Cuando le hablé de las vallas, me ayudó mucho y no nos
tuvo miedo en absoluto. Había tenido problemas con intrusos y
estaba preocupada por la seguridad de sus hijos y de sus caballos. El
marido murió en un accidente hace un tiempo y ella dirige el lugar
desde entonces. He estado vigilando, pero muy ocupado con un
montón de cosas, así que no he cumplido.
—¿Crees que podría vendernos?—preguntaron Ice y Boots casi al
mismo tiempo. Se sonrieron el uno al otro.
—No, no está interesada en vender. Después de la muerte de su
marido, vendió la mayoría de los caballos, pero se quedó con dos
sementales de calidad y algunas yeguas. Creo que está criando con
ellos, pero como dije, no he hablado con ella desde hace tiempo.
—Es interesante. —Stone asintió brevemente—. Pasaré mañana y
tendremos una charla. Os informaré mañana por la noche.
—No te quiero allí las veinticuatro horas del día, Stone, haz una lista
de turnos para tus hombres. Estaréis patrullando en las jaulas, no en
vuestras motos. Os quiero lo más invisible posible. —Hawk sabía
que eso enojaría a los hombres, pero no cedería.
Stone suspiró y asintió.
—Está bien, jefe, me encargo. Pero visitaré a la viuda en mi moto,
ella necesita saber que tiene nuestra protección incluso si no la
quiere.
Jagger sonrió de repente.
—Sólo un aviso, hermano. La viuda no es pan comido, es una tipa
dura.
Una sonrisa de respuesta apareció en el duro rostro de Stone.
—Me gustan mis mujeres duras.
La risa rompió la tensión en la mesa.
—No creo que haya nada más que discutir. Vayamos a la barra a
tomar esa cerveza y comencemos a coser estos pequeños bastardos
en nuestros chalecos—dijo Hawk mientras se levantaba del asiento.
Al salir, recogió el teléfono de la canasta afuera de la puerta.
Tenía varias llamadas perdidas. Al revisar encontró dos de Ciudad
del Cabo, una de Orca y otra de Kid.
Llamó a Kid primero. Eso estaba mal, pero confiaba en su mejor
amigo más que en nadie.
—Gracias por devolverme la llamada, Hawk. El grupo de mi dama
escuchó rumores de que iba a haber un golpe en el complejo. No
estamos seguros de si es en el tuyo o en el nuestro, por lo que Orca
ha ordenado un bloqueo total. War ha hecho lo mismo, al igual que
el grupo de Face. Todos han sido llamados a venir y estamos listos
para recibirlos. Te aconsejo que hagas lo mismo lo antes posible.
Parece que nuestra jugada está funcionando.
Tenía razón, parecía que la jugada estaba funcionando.
—Estamos en ello, hermano. Las mujeres y los niños están siendo
trasladados al Santuario al amparo de la oscuridad. —Aunque el
teléfono era seguro, no se arriesgaba dar plazos.
—Bien. Tengo cosas de las que ocuparme aquí, hermano, mantén el
lado brillante hacia arriba3.
—Igualmente, Kid. Hablamos pronto—dijo Hawk y terminó la
llamada.
Moviéndose a su asiento habitual en la sala común, se sentó y aceptó
la cerveza que le entregó el prospecto. En la maltrecha mesa de café
frente a él había un cuenco con hilo y agujas, dejó la cerveza y
comenzó a coser el nuevo parche a su chaleco.
Sin se sentó a su lado, haciendo lo mismo, pero sus ojos seguían
deslizándose por la habitación, comprobando todo constantemente.
—¿Cómo se las arreglan tu dama y tus hijos?
—Casi lo jodo otra vez, jefe—murmuró mientras clavaba la aguja en
el cuero—. Me disculpé y lo arreglé, pero estuvo cerca.
Habiendo cometido muchos errores con su dama, sabía lo fácil que
era arruinarlo todo.
—¿Cuánto tiempo tendremos su equipo de seguridad con nosotros?
—¡Mierda! No te he dicho las novedades porque fuimos
directamente a la iglesia. El equipo que llegó esta mañana no fue
enviado por su sello discográfico. Cat Deluca-Orloff envió al equipo
de su empresa de seguridad privada encabezado por Callum
O'Leary, el director de la empresa. También tiene un equipo de
operaciones encubiertas aquí con órdenes de encontrar y eliminar a
Sharma. Le conté a O'Leary sobre los ataques contra los Harrison y él
ordenó al equipo de operaciones encubiertas que escoltara a Cat de
regreso a su complejo en los Estados Unidos. Ella quería que mi
dama y mis hijos también fueran, pero la rechacé. Quiero a mi
familia cerca hasta que termine esta mierda. O'Leary se quedará
hasta que tengamos a mi dama y a los niños encerrados a salvo y
luego él y su equipo regresarán a los Estados Unidos. Según tengo
entendido, el marido de Cat fue asesinado por un acosador con
conexiones con los sindicatos. O'Leary no quiere correr ningún
riesgo con ella y sus hijos.
—Bien. Con él y su equipo vigilando la casa podremos liberar a
algunos de los hermanos. Jagger necesita ayuda para trasladar a los
perros a sus nuevos caniles. No los quiero aquí cuando los hijos de
puta vengan.
Sin asintió mientras seguía cosiendo y vigilando. Había sido el mejor
hombre para el puesto que quedó vacante cuando Kid se trasladó a
Ciudad del Cabo.
A su alrededor, sus hombres se sentaban en los sofás y las sillas
haciendo lo mismo que él, cosiendo sus nuevos parches. Al menos ya
no estaban en silencio, sino que volvieron a hablar gilipolleces y a
reírse de las malas habilidades de costura del otro.
Poniéndose el chaleco, se pasó las manos por el frente, se puso de pie
y se lo acomodó alrededor de los hombros. El parche negro con rojo
se sentía como si le estuviera quemando un agujero en el pecho. Era
un símbolo de lo que habían perdido y de lo que estaban dispuestos
a hacer para vengar esas pérdidas. El símbolo negro del uno por
ciento4 estaba en un charco rojo, rodeado por un contorno de
diamante negro seguido de un contorno rojo.
Dando unas palmaditas al parche, tomó su cerveza y se dirigió a su
oficina. Todavía tenía cosas que hacer antes de poder volver a casa
con su dama.
Sentado en su escritorio, hizo la llamada telefónica que había
prometido hacer si la mierda estaba a punto de estallar.
—Sí. —La voz fue cortante.
—Está a punto de suceder, Rick. Hemos recibido información de que
un ataque al complejo es inminente.
—¿Las familias? ¿Están a salvo?
—Nos estamos encargando de ello mientras hablamos. No estarán
en la línea de fuego si esos imbéciles siguen adelante con el ataque al
complejo.
Dio un gruñido que sonó molesto.
—¿Cómo está mi hermana? No sonaba tan bien la semana pasada.
Ahora fue el turno de Hawk de enfadarse.
—Está bien. Su doctora le ha recetado medicamentos que la ayudan
con las náuseas. Ya no pasa el día vomitando.
—Es bueno escuchar eso. Estuve jodidamente preocupado por un
tiempo.
—Aquí igual. Me asusté muchísimo—dijo Hawk en voz muy baja.
—Tengo que irme, hermano. Llama si necesitas algo, cualquier cosa.
Estaré monitoreando la situación y si detectamos algún rumor estaré
en contacto. Manteneros a salvo.
Terminó la llamada de su manera brusca habitual.
Hawk dejó el teléfono y suspiró. Su día aún no había terminado.
Ziggy se uniría a él pronto. Tenían programada una conferencia
telefónica con las otras partes involucradas en el derribo de los
Harrison.
La otra cosa en su agenda era hacer los preparativos para los
funerales. No es que pudiera hacer nada con respecto al funeral de
su tía hasta que regresaran las pruebas en las que había insistido.
O sobre el de Bok.
La familia del hermano se acercó y les devolvieron el cuerpo. Tenía
un testamento y quería ser incinerado y que sus cenizas fueran
esparcidas en la granja de su familia. No quería un funeral ni la
habitual escolta del club. Su última petición fue que fuera sencillo y
el club se lo concedería. Celebrarían su vida una vez que hubieran
solucionado la mierda que los rodeaba.
Pasando las manos por el escritorio que solía ser el de su padre, se
preguntó si había sentido el peso del parche del presidente en su
pecho. Se preguntó si lo había sentido cuando estaba luchando por
cortar los lazos con la mierda oscura y sucia en la que el club había
estado involucrado. Nunca pensó en preguntarle, estaba demasiado
ocupado siendo un imbécil egocéntrico en ese momento. Ahora ya
era demasiado tarde.
Todavía estaba perdido en su cabeza cuando Ziggy entró y sin decir
una palabra comenzó a prepararse. No hablaron mientras marcaba y
como por arte de magia todas las partes quedaron conectadas.
No hubo bromas.
Nada de mierdas del tipo ¿cómo estáis? Fue directo al negocio.
Una vez que todos estuvieron al tanto sobre las últimas situaciones,
la llamada finalizó.
Se había dado el siguiente paso. Tan pronto como los Harrison, a
través de Sharma, atacaran el Iron Dogz, los demás harían su parte.
Ziggy volvió a tomar sus cosas en silencio y se marchó.
Hawk estaba a punto de salir de la oficina cuando su teléfono sonó,
al ver el identificador de llamadas se sentó nuevamente.
—Acabamos de hablar, Dom. ¿Por qué me llamas personalmente?
—Acabo de recibir un informe de Gideon, su hombre adentro
finalmente se reportó. Se le ha ordenado a Sharma atacar lo antes
posible. Iremos al escondite de la vieja bruja tan pronto como
sepamos que la atención de Sharma está puesta en vosotros. Tienes
que estar preparado, amigo mío, y tener cuidado. No quiero tener
que conocer a un nuevo presidente.
Hawk resopló.
—No te preocupes por nosotros, Dom. Estamos más que preparados
para el cabrón. ¿Y desde cuándo somos amigos? Somos más como
enemigos amistosos.
La risa de Dom cruzó la línea y él también se rio.
—Joder. Con toda la mierda por la que hemos pasado para intentar
enderezar nuestras vidas, somos más cercanos que enemigos
amistosos. Una vez que esta guerra haya quedado atrás, quiero
sentarme contigo y tus mejores hombres. Tenemos un par de cosas
de interés mutuo que me gustaría discutir. No es algo que quiera
hacer por teléfono.
Tirando de su barba, Hawk se preguntó qué estaría haciendo el
hombre ahora.
—Hablaremos de nuevo después de que hayamos solucionado
nuestros problemas. Ten cuidado por ahí.
—Bien. Cuídate y cuida a tu gente, Hawk. Hablamos pronto.
Con eso Dominick Maingarde cortó.
Con un gruñido descontento, Hawk se levantó y salió de la oficina.
Se iba a casa. Necesitaba tener a su dama en los brazos. Necesitaba la
paz que ella le daba. Necesitaba poner la mano sobre su vientre y
sostener a su hijo.
Era todo lo que importaba ahora.
Mañana llegaría muy pronto.
Capítulo 18
Sky
Anoche, Sin había llamado para hablar con los niños antes de que se
fueran a la cama. Ambos se sintieron decepcionados porque tuvo
que trabajar, pero lo manejaron.
Yo... no tanto.
Sabía que su club estaba siendo atacado por gente muy mala, pero
no sabía por qué. Y luego estaba el problema con Ravi Sharma.
Todavía me molestaba haber permitido que un gángster se acercara
a mi hija. Debería haber sido más inteligente, más cuidadosa. Estaba
enojada conmigo misma por haber caído en uno de los trucos más
antiguos del manual.
El caballero blanco cabalgando para rescatar a la pobre damisela con
dos neumáticos pinchados. Debería haber dicho no, gracias y haber
llamado a Bry. En lugar de eso , me enamoré de sus frases de
mierda.
Finalmente me quedé dormida y tuve un sueño muy inquieto.
Me desperté a medias cuando él levantó el edredón y se deslizó en la
cama a mi lado. Olía a la ducha que había tomado, cítrico y fresco y
me acurruqué contra él, dejando escapar un suspiro de satisfacción.
Lo último que recuerdo es que me susurró dulcemente al oído.
—Te amo, mi Sky.
Ya era mañana y estábamos a punto de discutir.
Boots entró mientras yo estaba preparando el desayuno para todos
nosotros y empezaron a hablar de tener que enviar un camión para
comprar suministros. Sin era el encargado de seleccionar el grupo
que iría a comprar dichos insumos. Él iría con ellos.
Estaban discutiendo cuál de las mujeres estaría disponible para
acompañarlos. Aparentemente la tía Suzy, Gail y Genna no estaban
disponibles porque estaban preparando el alojamiento al que nos
mudaríamos esta noche. DC estaba supervisando a los prospectos y
a las chicas del club empacando cosas en la casa club y, de todos
modos, debido a que estaba embarazada, no se le permitía
abandonar el complejo. Leo y Chris estaban asegurando y cerrando
su pub. River, Tori, Harmony, Vash y Martie estaban empacando las
salas de juegos y la sala de computación de los niños.
Eso nos dejaba a Sunny y a mí. Sunny no estaba disponible porque
estaba ocupada en su santuario de grandes felinos.
De todas las mujeres del club yo era la única que no tenía trabajo que
hacer. Apestaba. Quería ayudar. Esperé una pausa en su
conversación para lanzar mi bomba.
—Puedo ir. Me siento culpable por no estar haciendo nada para
ayudar.
La cabeza negando de Sin me hizo saber que no iba a ser fácil de
convencer.
—No. No vas a poner un pie fuera de las puertas—me gruñó.
—Estaré a salvo contigo y tus amigos, y los niños estarán a salvo con
Cal y sus hombres. Necesitas a alguien que organice y lleve un
seguimiento de las compras. Puedo hacer una lista maestra y
dividirla entre nosotros, de esa manera lo haremos más rápido que
tener una única lista y a todos corriendo por la tienda.
Boots me miró, luego a Sin y asintió brevemente.
—Ella tiene razón, Sin. Ninguno de los hermanos ha hecho nunca
esta mierda. La tía Bee solía encargarse y nunca pensamos en cómo
nos alimentaba todos los días. Ni siquiera sabría por dónde empezar.
Mi hombre gruñó y luego soltó un resoplido.
—Joder, odio esto. No quiero ponerte en peligro sacándote de
nuestra propiedad. Ese imbécil está ahí afuera y probablemente esté
vigilando. Realmente no quiero correr el riesgo de que intente
agarrarte cuando estamos en público.
Puse mi mano en su antebrazo y lo apreté.
—Estarás conmigo y también todos tus hombres. Estaré a salvo. Y si
dividimos la lista, lo haremos muy rápidamente.
—Bien—estuvo de acuerdo de mala gana—. Puedes venir con
nosotros pero te quedarás donde pueda verte en todo momento. No
te desviarás, ni irás a buscar nada. Nos mantenemos juntos.
Asentí con una gran sonrisa. Cualquier cosa con tal de salir de la
casa una o dos horas.
—¿Podemos ir nosotros también?—se escuchó una voz de repente—.
Te ayudaremos a ti y a mami a hacer las compras rápidamente.
Maldición. Eso podía ser un problema. No, no podía,
definitivamente era un problema.
—Lo siento, Lee, esta vez no. Es demasiado peligroso para ti y para
CJ estar ahí fuera ahora mismo. —Por el sonido de la voz de Sin , ella
no iba a convencerlo. No esta vez.
—Soy una muy buena compradora, puedes preguntarle a mami. En
casa y cuando estamos de gira tenemos que ser muy rápidos cuando
vamos de compras. Siempre tenemos una lista y disfraces. Es tan
divertido. Por favor, papá, déjanos ir contigo. Prometo que
estaremos bien.
Sin negó con la cabeza.
—Es peligroso ahí fuera, cariño. Te quiero a ti y a tu hermano aquí,
donde sé que estaréis a salvo.
—¿Qué pasa si viene aquí mientras tú y mamá estáis fuera?—
preguntó CJ.
Oh chico. Escucharlo llamarme mamá me hizo sentir blando el
corazón. ¿Y escuchar a Lee llamar a Sin papá? Algo muy especial.
—Tendrá que pasar a todos los guardias para llegar hasta vosotros
dos. No lo logrará.
—¿Pero y si lo logra? Queremos ir porque contigo estaremos a salvo.
No se iban a rendir, eso era muy obvio.
—Niños—intervine tratando de ser la voz de la razón—. Es
demasiado peligroso para vosotros dos venir con nosotros. Vamos a
estar apurados para hacer las compras y ¿qué pasa si nos
separamos? El club no puede controlar quién entra o sale de la
tienda. No podemos correr el riesgo de que un tipo malo pueda
colarse.
Lee sonrió y negó con la cabeza.
—Nadie se va a meter con papá y su club. Estaremos a salvo
mientras estemos con vosotros.
Miré a Sin y él me miró. Él levantó una ceja.
Malditos niños.
—Si, y es un gran si, os permitimos venir con nosotros, habrá reglas.
¿Lo entendéis? —Les di a los dos mi mirada más severa.
Las dos pequeñas mierdas chocaron sus hombros y luego asintieron
vigorosamente.
—Estaremos con vosotros todo el tiempo, lo prometemos—dijo Lilou
y CJ asintió vigorosamente.
Si éste era un ejemplo de cómo los dos iban a confabularse contra
nosotros , estábamos fritos.
Una hora más tarde, ambos niños estaban sujetos en el asiento
trasero de la camioneta. Bullet conducía con Sin en el asiento del
pasajero y yo estaba sentada detrás de Bullet desde donde podía ver
a los niños detrás de mí y a los hombres delante de mí.
Cal no estaba contento y tampoco se anduvo con rodeos para
decirlo, pero al final tuvo que rendirse porque era decisión de Sin. Él
y sus hombres se quedaron atrás para asegurarse de que nadie se
colara a escondidas mientras hacíamos las compras.
Debimos haber sido una vista bastante intimidante cuando entramos
al supermercado. Pero ninguno de nosotros se dio cuenta. Todos
tenían sus órdenes. Nos dividimos en grupos y empezamos a
comprar.
Bullet, Puzzle y Sin estaban con los niños y conmigo, me sentía
segura con ellos acompañándonos por la tienda. Nos topamos con
un pequeño obstáculo al doblar la esquina de un pasillo. Una dama
de cabello gris intentaba valientemente empujar un carrito cargado,
pero tenía dificultades. Antes de que uno de los hombres pudiera
dar un paso al frente y ayudar, CJ estaba allí.
—Disculpe, ¿puedo ayudarle a empujar su carrito?—preguntó
cortésmente.
—Oh, eso es muy dulce de tu parte. —Ella me sonrió mientras se
alejaba del carrito—. Tienes hijos muy hermosos y muy educados.
Eso no se encuentra muy a menudo hoy en día.
Sonreí.
—Gracias.
No iba a decir más, pero mi chica habladora se enganchó, tomó el
brazo de la dama y caminó por el pasillo con ella, charlando sin
parar.
Puzzle inmediatamente se acercó detrás de ellos y me hizo un
asentimiento de cabeza leve. Mantendría sus ojos en los niños. CJ se
quedó atrás a mi lado. Seguía revisando mi lista y cargando el
carrito, pero tenía un ojo puesto en Lee.
La anciana que se presentó como Beatrice se volvió hacia mí con una
sonrisa.
—Muchas gracias por permitir que su hijo me ayude hoy. Voy a
entrar al baño de allí. Disfrute de sus compras. —Saludó levemente a
CJ mientras él estacionaba su carrito afuera del pasillo que conducía
a los baños.
—Mamá, yo también tengo que ir—dijo Lilou—. Seré rápida, lo
prometo.
Estaba a punto de dejar el carrito e ir con ella cuando la dulce
anciana negó con la cabeza.
—Está bien, querida, la vigilaré mientras estemos allí.
No estaba tan segura de dejarla ir. Sin embargo, Sin tenía un plan,
inclinando su cabeza hacia los baños envió a Puzzle por el pasillo y
me quedé atónita al verlo entrar al baño de mujeres . Un minuto más
tarde salió y le dio a Sin el visto bueno.
Sin asintió y entendí que el baño era seguro.
—Está bien, cariño, pero date prisa. Estaré aquí en este pasillo y tu
papá vigilará la puerta. ¿De acuerdo?
Ella asintió rápidamente y saltó detrás de la anciana que se apoyaba
pesadamente en su bastón.
Seguí mirando hacia el baño mientras le ordenaba a Bullet que
sacara paquetes de papel higiénico del estante y los cargara en el
carrito. Estaba empezando a ponerme nerviosa. Lee estaba tardando
demasiado. Eso era muy propio de ella.
Dejando el carrito en medio del pasillo caminé rápidamente hacia el
baño y abrí la puerta. Estaba vacío.
—¡Lee!—llamé.
Sin respuesta.
Corriendo por el baño, abrí todos los cubículos. Nadie.
Ella se fue.
—¡¡¡SIN!!!
Debía haber estado justo afuera porque cuando grité la puerta se
abrió violentamente.
—¡Ella no está! ¡Ambas se han ido! ¡Alguien se llevó a mi bebé! —Me
quedé congelada mientras él y Puzzle revisaban una vez más los
cubículos.
—¡Jefe! Tengo la ropa de la vieja perra colgada detrás de la puerta
del cubículo para madres y bebés. Hay una ventana aquí y hay un
largo cabello rubio atrapado en el cerrojo—gritó Puzzle antes de salir
corriendo del cubículo con una bolsa—. Creo que se les estaba
acabando el tiempo y se olvidaron de esta mierda. He enviado un
mensaje a todos los que están afuera.
—Ve, me pondré en contacto con Hawk. Encuentra a mi hija y
tráeme a esa vieja perra.
—Ya lo tienes, jefe—dijo Puzzle con los dientes apretados mientras
me daba unas palmaditas en el hombro antes de salir corriendo.
Sin estaba al teléfono, enviando mensajes y luego estaba hablando
con Hawk.
Lo único en lo que podía pensar era en mi pequeña niña en manos
de un maníaco. Mi dulce bebé.
Estaba temblando mucho y todo lo que quería hacer era salir
corriendo del baño y encontrarla. Pero Sin no me dejó. Y luego un
par de brazos delgados se enroscaron alrededor de mi cintura y se
apretaron fuerte, muy fuerte.
—Papá la recuperará—susurró con voz llorosa—. Te prometo,
mamá, que él la recuperará y que le hará daño a la gente mala. Lee
es inteligente, sabe que papá y los hermanos vendrán por ella. Ella
estará bien. Sé que lo estará.
Lo abracé y me incliné para darle un beso en la frente.
—Tienes razón, cariño, tu padre la recuperará y le patearemos el
trasero a esa vieja por llevarse a nuestra chica.
CJ echó la cabeza hacia atrás con el ceño fruncido.
—No creo que ella fuera realmente mayor. Una anciana jamás habría
podido engañar a mi hermana.
Asintiendo, levanté la vista cuando la mano de Sin tomó mi barbilla
y levantó mi rostro hacia él.
—Los enviaré a los dos de regreso a la casa club. Y no discutas
conmigo, mi Sky. Los necesito a los dos a salvo mientras recupero a
nuestra hija. Vamos a salir de aquí.
Tomando la bolsa que habían dejado, nos sacó del baño y nos llevó
hasta la puerta principal. La tienda había sido cerrada y Bullet estaba
en las puertas con el gerente de la tienda.
—Rick y su equipo están a cinco minutos, hermano. Pidió que lo
esperáramos—dijo Bullet en voz baja.
Sin dejó caer la bolsa al suelo y la señaló.
—Quien se la llevó dejó esto atrás. No la he abierto pero sospecho
que es el disfraz que llevaba la perra.
Unas luces azules intermitentes llamaron mi atención y miré hacia el
exterior del edificio. Varios vehículos se detuvieron y salieron
hombres con equipo táctico. Uno de ellos habló con uno de los
hombres que estaban afuera antes de llegar a las puertas. El gerente
las abrió para ellos.
—¿Qué puedes decirme, Sin?—dijo el hombre al frente con voz
entrecortada.
—Se llevaron a mi hija, Rick. Justo delante de mis narices. —Señaló
la bolsa—. Había una anciana con ella en el baño. Cuando la
buscamos encontramos esto en el cubículo de madres y bebés. Creo
que la olvidaron con las prisas por salir de aquí.
—¿Sabes quién podría ser?
Antes de que Sin pudiera responder, yo lo hice.
—Tengo un acosador y ha estado amenazando a mi familia. Su
nombre es Ravinder Sharma. Creo que se llevó a mi hija.
Ojos fríos se volvieron hacia mí y él asintió brevemente.
—Voy a enviar a mi dama y a nuestro hijo de regreso a la casa club,
luego saldré a la carretera para encontrar a mi hija y nadie me
detendrá—gruñó Sin y la atención del policía volvió directamente a
él.
—No me cagues esto, Sin—le advirtió en voz baja.
—No voy a hacerlo, hermano—dijo Sin con el mismo tono de voz y
mis ojos se abrieron en estado de shock.
El policía obviamente estaba en la nómina del Iron Dogz o algo así.
—Me encargaré de la investigación de este lado. Asegúrate de
dejarme un par de cuerpos para enjuiciar una vez que hayas
terminado—dijo antes de darse la vuelta y comenzar a ladrar
órdenes.
CJ y yo fuimos escoltados a la camioneta. Sin abrazó a CJ antes de
subirlo al vehículo que nos esperaba. Estaba atado al asiento junto a
uno de los hombres. Girándome, Sin me besó fuerte en los labios y
luego me abrazó con fuerza.
—La traeré a casa, cariño, lo juro por mi vida.
—Quiero que ambos regreséis a casa con vida. Ten cuidado. Trae a
nuestra hija a casa—susurré entre lágrimas contra su cuello.
No dijo una palabra, simplemente me subió a la camioneta y me
puso el cinturón de seguridad. Dio un paso atrás y cerró la puerta de
golpe.
No nos vio salir. Estaba corriendo hacia una moto que esperaba con
el teléfono en la oreja incluso antes de que saliéramos del área de
estacionamiento.
¿De dónde vino la moto?
¿Adónde iba?
¿Habían oído algo?
No iba a enterarme hasta mucho más tarde.
Sin
La rabia ardía en sus entrañas pero tenía que controlarla por su
mujer y su hijo. Quería quitarles el miedo de los ojos pero no tenía
nada que darles. Todo lo que sabía era que tenía que ponerlos a
salvo antes de que los hijos de puta intentaran llevárselos también.
Mientras buscaban a Lee, se envió una alerta a todos sus aliados y
las motos habían estado llegando al área de estacionamiento de la
tienda. La escolta que enviaría con su dama y su hijo sería
impenetrable. Dejó a Spook a cargo de ponerlos a salvo y se
concentró en encontrar a su hija.
—No quería interrumpir mientras estabas con los cerdos y tu dama,
jefe. —Bollywood se acercó en su moto mientras él pasaba la pierna
por encima del asiento de la moto de Spook—. Noté una maldita
furgoneta verde pálida en el estacionamiento del personal en la parte
trasera de la tienda. Parecía fuera de lugar y tomé la matrícula. Se la
envié a Zig y me la devolvió como robada. Le pedí a Crash que
estuviera atento mientras patrullábamos por aquí. Él acaba de
contactarme. Está siguiendo la furgoneta en la pequeña jaula de
mierda que ha estado usando para seguirnos hasta aquí.
—¿Crees que son ellos?— Sin no quería cometer un error—. No
puedo cometer un error, hermano. Se han llevado a mi pequeña. Sin
malditos errores.
—No estoy seguro, jefe, porque no vi subir a nadie al vehículo.
Necesitaremos el video de la tienda para eso y nos llevará
muchísimo tiempo conseguirlo. Creo…
Fue interrumpido por su teléfono y se lo llevó a la oreja.
—¿Qué tienes para mí, hermano? —Frunció el ceño mientras
escuchaba y luego sonrió—. Envía las coordenadas a Prez también.
Nosotros estamos en camino. Mantén los ojos bien abiertos,
hermanito y quédate donde estás hasta que lleguemos. No queremos
asustarlos.
—Vamos, jefe. Crash los siguió hasta un almacén vacío cerca de
Tembisa. Son cinco, cuatro hombres y una mujer. Los vio llevando a
Lee adentro. Esos cabrones debieron haberla drogado. Tenemos un
viaje de treinta minutos para llegar hasta ella, así que salgamos de
aquí y violemos algunas leyes.
Sin aceleró la moto y estaba a punto de salir cuando su teléfono
vibró contra su pecho. Al sacarlo vio el nombre de su Prez y de
inmediato respondió.
—Estamos a punto de irnos, Prez. Crash se comunicó con nosotros
con una ubicación—dijo él rápidamente.
—Beast, Scar y Adder están de camino al lugar, hermano. Están más
cerca que tú. Si Beast cree que tienen que entrar antes de que llegues,
lo harán. Pon tu culo en la carretera.
—En eso, Prez.
Finalizando la llamada, deslizó el teléfono en el bolsillo mientras
salía. La única razón por la que salieron a una velocidad tranquila
del maldito estacionamiento fueron los reductores de velocidad.
Pero una vez que cruzaron la puerta, dejó que Bollywood tomara la
iniciativa. Su hermano lo llevaría hasta su bebé.
Condujeron rápido y una vez en la carretera ignoraron el límite de
velocidad. Sin sabía que Ziggy se aseguraría de que ninguno de ellos
tuviera problemas con la ley.
En su mente vio la hermosa sonrisa de su pequeña.
Estaría rompiendo cabezas si esos cabrones le hubieran dañado un
pelo de la cabeza.
Hombre o mujer, le importaba un carajo.
Capítulo 19
Beast
El miedo por la hija de su hermano lo acompañó hasta el almacén.
Era padre de dos niñas y sabía exactamente por lo que estaba
pasando Sin en ese momento.
El miedo.
El miedo desgarrador de que algún maldito pervertido estuviera
tocando a su bebé. Lo había pasado con sus hijas y no se lo desearía
a nadie.
Redujeron la velocidad antes de llegar al almacén y estacionaron las
motos a la vuelta de la esquina, en el área de estacionamiento de un
pequeño bloque de oficinas. Luego corrieron con sus bolsas al
hombro. Bolsas que nadie sospecharía que contenían rifles de
francotirador y otros armamentos útiles.
Redujeron la marcha cuando se acercaron a la entrada del almacén,
pegándose a la valla donde la maleza le llegaba casi a la altura de los
hombros.
—Vosotros dos, buscad puntos altos con vista al edificio mientras
me comunico con Crash. —Se puso los auriculares, los encendió y
esperó hasta que dos clic le indicaron que estaban conectados.
Entre un paso y el siguiente, los dos hombres desaparecieron entre la
hierba alta y los khakibos5 que rodeaban el almacén. Vio a Crash casi
de inmediato. El pequeño cabrón tenía la espalda apoyada contra el
costado del almacén detrás de una pila de tambores y les hizo un
gesto que se alejara con la mano. Él supo por qué en el momento en
que escuchó los pasos. El estúpido bastardo que patrullaba el
exterior del edificio no hacía ningún esfuerzo por disfrazar sus pasos
mientras prácticamente pisaba fuerte hacia donde se escondía Crash.
No llegó muy lejos cuando el hermano salió de su escondite y lo
derribó. Lo hizo en silencio y Beast rápidamente se unió a él,
ayudando a esconder al gordo cabrón detrás de los tambores.
Crash levantó cuatro dedos.
—Tres hombres y una mujer. Tienen a Lee atada en una de las
oficinas. Ella aún no se ha despertado—dijo en voz muy baja.
Avanzaron silenciosamente por el costado del almacén hacia las
oficinas. Cuanto más se acercaban, más fuertes se hacían las voces
del interior. Estaban discutiendo.
—Dijo que no tocáramos a la que atrapamos. Lo sabes. Te matará si
le haces daño a esa niña.
Sonó una risa fea.
—No le haré daño a la perra, solo jugaré con ella. Ella tendrá que
aprender de todos modos, así que ¿por qué no puedo enseñarle uno
o dos pequeños trucos?
—Deja de ser tan idiota. Nos matará a todos si juegas con la niña—
dijo una voz de mujer que sonaba aburrida.
—Mierda. Siempre me deja jugar con los niños antes de entregarlos.
Dice que es una introducción a sus nuevas vidas. —De nuevo la risa
fea.
Beast no esperó a escuchar más. Tocando sus auriculares dio la
orden.
—Si tenéis un tiro claro, eliminadlos. Uno de esos cabrones está a
punto de hacerle daño a la niña.
—Entiendo. Tengo una oportunidad clara—gruñó Scar.
—Aquí igual. A la cuenta de dos.
Ninguno de los dos dijo una palabra más.
Dos disparos sonaron en rápida sucesión y un grito femenino agudo
vino desde adentro cuando Beast y Crash atravesaron la puerta
lateral rota. La mujer tenía una pistola en la mano y Beast no se
arriesgó, le disparó en el pecho. A su lado, Crash se hizo cargo del
otro bastardo. Beast comprobó rápidamente a los hombres, estaban
muertos. Dos disparos en la cabeza y uno directo al corazón.
La hembra resultó gravemente herida pero aún estaba viva cuando
Beast se inclinó sobre ella.
—Todooos... van... a morir... quemarse... en... fuegos... infierno—dijo,
después se sacudió y se quedó en silencio.
La perra estaba muerta.
Buen viaje.
Crash corrió hacia la puerta cerrada de la oficina mientras Beast
revisaba a los hombres y a la mujer caídos.
Minutos después salió con Lilou en brazos. La chica todavía estaba
desvanecida
Gracias, joder. No había escuchado ninguna de las jodidas mierdas
que los imbéciles habían estado diciendo. Escuchó las motos
mientras salían.
Sin se bajó de la moto en segundos y corrió hacia Crash.
El hermano le entregó la niña a su padre y tenía un puto nudo en la
garganta cuando Sin la abrazó contra su pecho con lágrimas en los
ojos mientras sus labios se movían, susurrándole. No podía oír lo
que estaba diciendo pero de alguna manera lo sabía.
Sabía que Sin le estaba diciendo que estaba a salvo.
Que él siempre vendría por ella, sin importar qué. Que la amaba.
Lo mismo que él diría, y había dicho, a sus propias hijas.
Capítulo 20
Sin
Mientras sostenía el cuerpo inerte de su pequeña en los brazos,
silenciosamente envió una oración de agradecimiento a los dioses
por mantenerla a salvo y devolvérsela prácticamente ilesa. Los hijos
de puta la habían drogado pero eso había sido lo peor hasta donde él
podía ver. No era un hombre religioso y, francamente, nunca lo
sería. Después de toda la mierda que había hecho por el club, no
había manera de que el Gran Hombre le permitiera poner un pie en
el cielo.
Eso estaba bien, había hecho las paces con quién y lo que era hacía
mucho tiempo.
Él era un guerrero. Un guerrero para su club.
Y tal vez ser un guerrero le daría un lugar con Odín en el Valhalla
junto con el resto de sus hermanos. Estaba seguro de que Army
estaba sentado a la mesa de Odin con una gran jarra de cerveza
mascullando sobre lo que deberían y no deberían hacer.
Sonrió contra el cabello de su chica ante sus fantasiosos
pensamientos. Debía ser el estrés lo que lo estaba convirtiendo en un
maldito imbécil delirante.
—Vamos a llevarte a casa con tu mamá y tu hermano, cariño—le
susurró mientras se dirigía hacia la mierda de jaula que Crash había
estado conduciendo.
La recostó en el asiento trasero y la ató lo mejor que pudo. Luego se
quitó el chaleco y la camiseta, la dobló y la colocó debajo de su
cabeza para que su cara quedara levantada del asiento. No quería su
carita donde había estado el culo de otra persona. Retrocediendo,
cerró la puerta suavemente y volvió a ponerse el chaleco sobre su
pecho desnudo.
Crash atrapó las llaves de la moto de Spook cuando se las arrojó y le
levantó la barbilla para hacerle saber que entendía. Iría en moto de
regreso a la sede del club.
De pie junto a la jaula miró a sus hermanos.
—No hay manera de que pueda agradeceros lo suficiente, hermanos
míos. Si alguna vez me necesitáis, estaré ahí, sin hacer preguntas.
Adder resopló.
—No hicimos más de lo que tú hubieras hecho por nosotros, Sin. Es
lo que los hermanos hacen unos por otros.
Beast sonrió y le dio una palmada en la espalda.
—Nuestro prospecto tiene razón. Somos hermanos y como
hermanos estamos unidos. Salgamos de aquí antes de que lleguen
los cerdos y acabemos todos tras las rejas. —Miró a Crash—. Usaste
guantes, ¿verdad?
Crash sonrió y levantó las manos mostrándole los guantes que aún
llevaba puestos.
—Sí, y no habrá pistas de motos, ni ninguna señal de que estuvimos
aquí cuando terminemos, jefe.
—Bien. —Se volvió hacia Sin—. Vamos a llevarte a ti y a tu angelito
de regreso a la casa club, Sin.
Sin no dudó. Se deslizó dentro de la jaula y la puso en marcha, sus
cejas se alzaron cuando el motor rugió poderosamente. Alguien
había manipulado el motor. Sospechaba que habían sido Wrench o
Slim, esos dos siempre estaban haciendo mierda en las jaulas del
complejo.
Durante todo el camino hasta la casa club siguió mirando por el
espejo retrovisor y por encima del hombro a su bebé. Ella no se
movió en absoluto y él estaba empezando a preocuparse. Sacando el
teléfono, llamó a su Prez.
—¿Estás en camino, hermano?
—Ja, jefe, ¿puedes hacer que Zulu nos espere cuando lleguemos allí?
Mi pequeña no se ha movido en absoluto y estoy jodidamente
preocupado.
—Ya está hecho, Sin. Zig te está siguiendo en las cámaras de tráfico
hasta que podamos detectarte en nuestras propias cámaras. Falta
poco, hermano, ya casi estás en casa. ¡Ánimo!
—Gracias, Prez.
Deslizando el teléfono nuevamente en el chaleco, apretó los dientes y
se concentró en llevar a su hija a casa sana y salva.
El alivio lo invadió cuando finalmente cruzó las puertas y aparcó
frente a las escaleras de la casa club.
Su dama, DC, Hawk y Zulu estaban esperando. Apenas había
detenido la jaula cuando su Sky corrió hacia la puerta trasera e
intentó abrirla. Inclinándose sobre el respaldo de su asiento, abrió la
puerta, la jaula no tenía un maldito cierre centralizado, después se
dio la vuelta y salió.
Su dama estaba luchando por desabrochar los cinturones de
seguridad que él había cruzado sobre el cuerpo de su hija para
mantenerla segura.
—Espera, cariño, yo me encargo—le dijo mientras la apartaba
suavemente. En poco tiempo desabrochó los cinturones de
seguridad y levantó el cuerpo inerte de Lee en sus brazos.
Con Sky casi corriendo a su lado, subió las escaleras y siguió a Zulu
hasta la enfermería. Su corazón se apretó mientras dejaba a su hija en
la cama de hospital. Sky estaba allí con él tomando su pequeña mano
fláccida.
—Dadme algo de espacio para revisarla—dijo Zulu en voz baja pero
autoritaria.
Pasando su brazo por los hombros de su dama, la apartó de la cama
y apoyó la espalda contra la pared desde donde podía observar. Los
brazos de Sky rodearon su cintura y su rostro se estrelló contra su
pecho. Estaba temblando como una hoja y él la acercó más, la abrazó
y dejó caer la barbilla sobre su cabeza.
Ver a Zulu trabajar con su bebé tenía rabia y miedo luchando en su
pecho.
Miedo a que lo que le habían dado la lastimara o incluso la matara.
¡Dios no lo quiera!
Rabia porque esos hijos de puta habían llegado a su familia durante
su vigilancia.
Se juró que no volvería a suceder.
Nada, ni nadie, volvería a tocar a su familia.
Los encerraría en una maldita mazmorra profunda y oscura si fuera
necesario.
Frotando un lado de su cara contra el cabello de su mujer, suspiró
ante sus estúpidos pensamientos. Ni su mujer ni sus hijos serían
encerrados jamás. Él nunca les quitaría su libertad. Ya habían
perdido suficiente tiempo entre ellos. No haría nada que los hiciera
huir de él. Nunca más.
Zulu finalmente se enderezó y los miró. El estómago de Sin se apretó
ante la expresión seria en su rostro.
—Bien. Encontré dos sitios donde inyectaron algo. Sospecho que al
principio le inyectaron un sedante de acción corta. Pero cuando
empezó a recuperarse antes de lo esperado, le dieron una dosis de
sedante para adultos. Fue imprudente y si no la hubieseis
encontrado podría haber sido catastrófico. Por suerte llegaste a ella
pronto y la trajiste de vuelta aquí. Le pondré una vía intravenosa
para contrarrestar los efectos. Tiene hematomas en la espalda
compatibles con haber sido arrastrada. Creo que fue por haber sido
arrastrada por la ventana del baño de la tienda. Tiene algunos
moretones en el lado derecho de la cara que coinciden con alguien
que la golpeó. Sin un examen en profundidad no puedo decir si ha
sido tocada sexualmente. A juzgar por el estado de su ropa, no lo
creo. Si quieres estar seguro, podemos llamar a la doctora Jules para
que la examine más a fondo.
q
Zulu pasó una mano por el cabello de Lee antes de alejarse de la
cama, dejándoles el camino libre. Sky estuvo allí en un segundo,
tomando la mano inerte de su bebé, estrechándola entre las suyas y
sosteniéndola contra su pecho.
—Gracias, gracias por cuidar de mi bebé—le susurró ella a Zulu con
los ojos fijos en el rostro de su hija—. No es necesario que llames a
otro médico, confío en tu evaluación y estoy de acuerdo contigo. Su
ropa está desarreglada y arrugada, pero no de una manera que
sugiera que la han desvestido y vuelto a vestir. —Ella le dedicó una
rápida sonrisa—. Ella insistió en usar el mono esta mañana, bromeó
diciendo que iba a empacar la compra y que tenía que usar la ropa
adecuada. Como tenía calor en la tienda, bajó la parte de arriba y se
la amarró a la cintura. Las mangas sueltas le molestaban y CJ hizo
algo con una bandita elástica para mantenerlas fuera de su camino.
La bandita sigue puesta, si la hubieran tocado se la hubieran
quitado.
Sin dejó escapar un suspiro de alivio y Zulu también.
—Gracias, hombre, realmente aprecio lo que estás haciendo por mi
hija. —Sin le estrechó la mano antes de ocupar su lugar al otro lado
de la cama—. ¿Cuánto crees que falta para que se despierte?
—Unos treinta minutos a una hora como máximo. Los
medicamentos que le he recetado la harán reaccionar. Aunque se los
estoy suministrando poco a poco. No quiero que su sistema se vea
comprometido al obligarla a reaccionar demasiado rápido.
Entendía la lógica.
—Bueno. Y de nuevo, gracias, Zulu.
—No es necesario dar las gracias, Sin. Sois mi familia y, como tu hija,
ella también es mi familia. Yo cuido de mi familia.
Un fuerte golpe en la puerta hizo que ambos se volvieran, pero Zulu
llegó primero y la abrió.
Su presidente y su dama estaban afuera de la puerta con CJ entre los
dos. Podía ver a Ness preocupada tratando de mirar a su alrededor.
—Tenemos un hermano muy preocupado aquí, Sin. ¿Podemos
entrar? — preguntó Hawk.
Él no respondió, simplemente se acercó y le tendió la mano a su hijo.
CJ la tomó y lo llevó hacia donde Sky estaba sentada al lado de la
cama. Su mujer no dudó y atrajo a su hijo a su regazo, rodeándolo
con su brazo libre y abrazándolo fuerte.
—¿Está… está bien? ¿La lastimaron? —Su voz era condenadamente
baja y visiblemente luchaba por no llorar.
—Ella está durmiendo, cariño, sólo está durmiendo. Tiene un par de
rasguños en la espalda de cuando la arrastraron para sacarla de la
tienda pero nada más. Estamos esperando a que despierte.
Los hombros de su hijo se hundieron aliviados y los ojos de Sin se
dirigieron a su Prez y a Zulu. ¿Qué carajo significaba eso?
¿Significaba que su hijo había sido abusado sexualmente? ¿O era que
sabía lo que era el abuso sexual? Y luego la pregunta fue respondida
sin que él tuviera que volverse loco tratando de encontrar una
manera de preguntarle eso a su hijo.
—Aprendimos sobre el abuso sexual en la escuela. Tenía miedo de
que… le hicieran eso. —Apoyó la cabeza contra el pecho de Sky y su
mujer lo miró con los ojos muy abiertos. Mientras el hijo de ellos
(porque era de ellos, no sólo suyo) continuó lágrimas de rabia
llenaban sus ojos.
—Crystal era una mala madre pero siempre me mantuvo a salvo de
los hombres malos. Intentaba con todas sus fuerzas no consumir
drogas, pero cada vez que se limpiaba, la vieja perra la volvía a
enganchar. Crystal dijo que la querían débil para poder llevarme sin
que ella luchara. Me dijo que lucharía por mí. Íbamos a huir cuando
se fueron en el crucero pero luego murió y Monika me trajo aquí. No
creo que se suponía que ella hiciera eso.
La voz de su hijo estaba vacía de cualquier sentimiento cuando
finalmente habló sobre lo que había estado pasando entre él y su
madre. Mordiéndose el labio para evitar gritar su rabia al puto cielo,
se agachó junto a la silla y tomó las manos de CJ entre las suyas.
—Eres nuestro hijo y nadie te va a quitar de nuestro lado. Lo juro por
mi vida. Y si no estoy presente para protegerte, mis hermanos darán
un paso al frente y te mantendrán a ti, a tu hermana y a tu madre a
salvo. Ahora eres parte de la familia del Iron Dogz MC, CJ.
Finalmente estás en casa, donde perteneces.
Su chico le dio una mirada larga e intensa antes de asentir y luego
miró a Hawk antes de volver a mirarlo.
—¿Cuántos años debo tener para poder convertirme en un
prospecto?
La conmoción y la alegría lucharon por la supremacía, pero Sin hizo
que su rostro no mostrara nada.
—¿Quieres convertirte en un Iron Dogz? ¿Por qué?—le preguntó
Hawk muy seriamente mientras se agachaba junto a Sin.
Su chico guardó silencio durante unos segundos.
—Porque no soy lo suficientemente fuerte para proteger a mi
familia, pero si soy un Iron Dogz no estaré solo y mis hermanos me
harán más fuerte. Y quiero ser como mi padre.
Hawk asintió lentamente.
—Hay algunas cosas que debes entender antes de tomar la decisión
de unirte al club. Necesitarás que uno de los hermanos defienda tu
caso, como un mentor. Convertirse en un Iron Dogz no es fácil, y el
hecho de que tu padre sea un oficial del club no te otorgará ningún
trato especial. Al contrario, te resultará mucho más difícil. Hay algo
más que tendrás que hacer antes de que siquiera lo consideremos.
Necesitas obtener una educación.
—Pero…
Hawk no lo dejó terminar.
—Todos mis oficiales han ido a la universidad o a un Instituto
Superior. Si tu objetivo es convertirte en oficial, tendrás que hacer lo
mismo.
—Bueno. Soy inteligente y me gusta aprender. Cuando termine la
escuela obtendré un título y empezaré a cumplir funciones de
y p p
prospecto.
Hawk le revolvió el pelo mientras se levantaba.
—Si sigues así, hablaremos dentro de unos ocho años. Entonces
veremos cómo te sientes sobre convertirte en un Iron Dogz.
DC había observado desde un lado con una mano sobre su panza y
Sin se preguntó qué estaba pensando. ¿Se imaginaba a su hijo algún
día siguiendo los pasos de su padre? ¿O estaba pensando en criar a
una pequeña DC para que siguiera los suyos?
Un maldito pensamiento aterrador.
Joder. No iba a pensar en esa mierda ahora. Al mirar a su dama, se
dio cuenta de que no estaba tan contenta como él de que CJ quisiera
ser un Iron Dogz.
Mierda.
Poniendo las manos sobre los oídos de CJ, lo fulminó con la mirada a
él y a Hawk luego susurró por encima de su cabeza.
—Escuchadme cuando digo esto porque no estoy bromeando. No
hay putas de club cerca de mi chico. No hay ritos de iniciación en los
que una zorra sucia toma su virginidad cuando todavía es un
adolescente. Quemaré vuestro mundo hasta los cimientos después
de matar a esa puta.
DC soltó una risa suave.
—Y estaré allí ayudándola a hacerlo. Habéis sido advertidos.
—Cariño... —Sin trató de aplacarla, pero ella simplemente apartó las
manos de los oídos de CJ y lo miró con determinación en sus ojos.
No podía prometerle nada porque había sido un adolescente y sabía
que las hormonas adolescentes hacían estragos casi
incontrolablemente. Joder, él había estado follando cualquier coño
dispuesto hasta que la conoció. Ella fue la mujer que lo cambió, la
que lo hizo conformarse con una sola.
Hoy no era el día para explicarle esa mierda a su dama.
Llegaría el momento en que su chico empezaría a fijarse en las
chicas. Y por la forma en que su hijo estaba creciendo, muchas chicas
se fijarían en él. Incluyendo zorras de club y simpatizantes.
Mierda.
Sin apartó ese pensamiento de la mente y se concentró en su bebé.
Sus párpados temblaban.
¿Estaba a punto de despertar?
Asomándose por la puerta, gritó llamando a Zulu. El hermano había
estado cerca porque apareció casi de inmediato.
—Creo que está empezando a despertar.
Zulu se acercó a un lado de la cama y comenzó a hacer lo suyo.
Levantarle los párpados, escuchar su corazón y cosas así.
—Está a punto de despertarse, no falta mucho.
Y no pasó mucho tiempo antes de que sus párpados se abrieran y
mirara a su alrededor, adormilada. Sus ojos se fijaron en su madre y
frunció el ceño.
—Mami—susurró con una vocecita áspera—. Esa vieja perra me
golpeó.
El hecho de que su secuestradora la hubiera golpeado no era
gracioso, pero la expresión de enojo en su rostro y su voz cabreada
lo hicieron sonreír. Su chica era fuerte, eso le gustaba.
Zulu estaba allí con un vaso de agua y una pajita, se lo entregó a Sky.
CJ se había bajado de su regazo para pararse junto a ella mientras
acercaba la pajita a los labios de Lee.
—Bebe despacio, cariño. Pequeños sorbos—dijo ella suavemente.
Lee tomó un sorbo de agua y la mirada turbia en sus ojos comenzó a
desvanecerse lentamente. Mirando alrededor de la habitación, sus
ojos se fijaron en él. Cuando Sky le quitó la pajita de la boca, esbozó
una pequeña sonrisa torcida.
—Sabía que me encontrarías, papi—susurró ella y el corazón de Sin
se hinchó en su pecho.
p
Su chica, que lo había conocido recientemente, creía en él. Eso le
hacía sentirse como de tres metros de alto e igual de ancho. Como un
puto superhéroe. Su superhéroe.
Inclinándose sobre ella, la besó en la frente.
—Siempre te encontraré, cariño. Siempre.
—¿Cómo te sientes, bebé? —La voz de Sky estaba llena de
preocupación.
—Como aquella vez que tuve una gripe grave. Toda mareada. —Sus
ojos se fijaron en CJ y sonrió dulcemente—. Estás aquí, me
preocupaba que te atraparan a ti también.
Él simplemente negó con la cabeza y luego le dio unas palmaditas en
la rodilla a su hermana para tranquilizarla. Sin tenía la sensación de
que estos dos iban a ser como un par de gemelos. Muy unidos y una
fuerza a tener en cuenta.
—¿Cuándo podremos llevarla a casa?—le preguntó su dama a Zulu.
—Quiero mantenerla aquí al menos otras dos horas antes de que la
traslademos. Todavía quiero contactar a la doctora Jules para pedirle
su opinión. ¿Os parece bien? —preguntó mientras miraba entre ellos.
Sin dejó esa decisión en manos de su mujer.
—Sí, absolutamente. No tengo ningún problema en que busques una
segunda opinión. Aunque confío en tu opinión, para que lo sepas.
Gracias por cuidar de nuestra hija—dijo ella dulcemente.
Todavía estaba concentrado en su dama cuando la pesada mano de
su presidente aterrizó sobre su hombro.
—Una vez que hayas terminado aquí, te quiero en mi oficina, Sin.
Tenemos cosas que hacer—gruñó en voz baja antes de sacar a su
dama de la habitación, dejando entrar a Ness antes de cerrar la
puerta detrás de ellos.
A Sin le hubiera encantado pasar tiempo con su familia, pero tenía
que informar a su presidente.
Ahora los asuntos del club tenían que ser lo primero. Lo
compensaría con su familia más tarde. Acercándose a la cama, se
p
inclinó sobre su bebé y la besó en la frente.
—Tengo que ir a ocuparme de algunos asuntos, cariño. Descansa y te
veré más tarde, ¿de acuerdo?
Ella sonrió dulcemente y asintió.
—Está bien, papi. Gracias por encontrarme y traerme a casa.
Si su corazón se hiciera más grande, explotaría en su pecho.
Sus hijos eran sus putos tesoros.
Mirando a su dama, sonrió ante la expresión de su rostro.
Los tesoros de los dos.
Dejando un beso en la cabeza de CJ, se inclinó y besó a su mujer en
la boca.
Sólo un beso tierno con la boca cerrada.
No la besaría como quería delante de sus hijos. No cuando todavía
eran tan jóvenes. Cuando fueran mayores tendrían que lidiar con
eso.
Estaba sonriendo cuando salió de la habitación. La sonrisa no duró
mucho.
La expresión desapareció de su rostro mientras caminaba por el
pasillo hacia la oficina de Hawk.
Los malditos Harrison se estaban volviendo arrogantes.
Lo suficientemente arrogantes como para secuestrar a su hija en una
tienda concurrida.
¿Qué harían a continuación?
Capítulo 21
Hawk
Sentado detrás del escritorio, sus pensamientos estaban una vez más
con su padre.
¿Bounty habría hecho las cosas de manera diferente? ¿O habría
hecho lo mismo?
¿Se habría enfrentado cara a cara con una organización criminal del
tamaño de la familia Harrison?
Y entonces se dio cuenta de que su padre había hecho exactamente
eso.
Bounty se había enfrentado al Maingarde Syndicate, que en esencia
había sido una fachada apenas disfrazada de los Harrison. Lo habían
asesinado a él y a varios más, pero al final su sacrificio no había sido
en vano.
El club había sobrevivido bajo su liderazgo con Bulldog y los
ancianos como sus asesores. Él había estado trastabillando durante
algunos años, pero finalmente se recuperó y se convirtió en el
hombre que su padre esperaba que fuera.
El presidente del Iron Dogz MC.
Y hoy daría el siguiente paso en el camino de su presidencia.
El fuerte golpe en su puerta lo hizo levantar la cabeza.
—Está abierto.
La puerta se abrió y sus oficiales entraron, tomando asiento
alrededor de su escritorio.
Las habituales bromas entre los hombres estuvieron ausentes.
Estaban en silencio y todos tenían sus ojos puestos en él, la
determinación estaba escrita en sus rostros y en sus ojos.
Sin fue el último en entrar y cerró la puerta con llave antes de tomar
asiento.
Hawk no se anduvo con rodeos. Se los dijo directamente.
—He recibido información de que los Harrison llegarán a la casa
club en los próximos tres o cuatro días. Quiero que estemos listos
para recibirlos mañana por la noche.
Sus hombres asintieron, la tensión era espesa en el aire.
—Voy a llamar a los hombres a la iglesia esta noche. Finalizaremos
todos los planes mientras estamos en la mesa. Hay algo más que
quiero hacer. Quiero parchear a Adder y Kobus antes de que la
mierda se desencadene, eso significa esta noche. ¿Alguna objeción?
Los hombres negaron con la cabeza.
—¿Tenemos un nombre de carretera para Kobus?—preguntó Ziggy
de repente con el ceño fruncido.
—No, no lo tenemos. Pensé que como él es parte de tu equipo, te lo
dejaría a ti. —Hawk sonrió cuando Ziggy gruñó de frustración.
—No soy bueno con esa mierda, jefe. Dame un teclado y puedo
hacer milagros pero ¿nombres? No soy bueno en absoluto.
—Piensa en las cosas que hace o ha hecho y continúa desde allí—
intervino Boots.
Ziggy asintió con el ceño fruncido y Hawk prácticamente pudo ver
su cerebro funcionando.
Dirigió su atención a Sin.
—Sin, hermano, te voy a pedir que actualices a todos sobre cómo le
está yendo a Lee durante la iglesia. ¿Estás de acuerdo con eso?
—Sí, Prez, no hay problema.
—¿Está bien, hermano? —Beast y Kahn tenían expresiones similares
en sus rostros.
—Ja, está bien. La niña está cabreada y un poco mareada pero eso es
todo. Llegasteis a ella antes de que ese hijo de puta de Sharma
pudiera ponerle las manos encima. —Sin negó con la cabeza—.
Nunca podré pagar lo que Crash, Scar, Adder y tú hicieron hoy por
mi hija. Como dije, cualquier cosa, en cualquier momento y en
cualquier lugar, llamadme y allí estaré.
Beast negó con la cabeza.
—Te lo agradezco, Sin, pero no es necesario. Somos familia y como
familia nos apoyamos mutuamente, pase lo que pase. —De repente
sonrió y le guiñó un ojo—. Y hermano, ahora eres parte de un club
muy pequeño y exclusivo. El de los hombres que pueden formar un
club de chicas.
Se oyeron risas y fue bueno ver a Sin reír con ellos. Fue bueno
escuchar reír a sus hombres. Necesitaban la risa.
Hawk golpeó el escritorio y se hizo el silencio.
—La iglesia será esta noche a las ocho. Id, haced lo que tengáis que
hacer y regresad a tiempo para la iglesia. Y preparad a vuestras
damas y novias porque va a ser largo. Tenemos mucho que discutir y
planificar. —Hawk golpeó el escritorio con la punta de los dedos—.
Eso es todo por ahora. Nos vemos en la iglesia.
Permaneció sentado mientras los hombres salían. Ice y Bulldog
también se quedaron.
—¿Estás listo para esto, hijo?—le preguntó Bulldog en voz baja.
—Lo estoy. Como club nunca hemos estado más fuertes ni más
enfocados. De una manera jodida, tenemos que agradecerles a los
Harrison por eso, no es que se lo agradezca a los hijos de puta.
Preferiría matarlos a todos—gruñó Hawk.
—Aunque estoy seguro de que también se concentrarán en las
demás sedes, creo que lo harán principalmente en la de nosotros.
Elimínanos y las demás sedes caerán. Al menos eso es lo que ellos
piensan. —Ice sonrió fríamente—. Se llevarán una gran sorpresa.
Nos llevó algo de tiempo, pero finalmente tenemos hombres en
quienes confiamos al frente de todas las sedes.
Hawk asintió con la cabeza.
—Todavía hay un par de cambios que quiero hacer, pero tendrán
que esperar. Primero nos ocuparemos de los Harrison.
—Suzy y yo hemos estado pensando. —La tristeza en la voz de
Bulldog hizo que a Hawk se le contrajera el estómago—. Con la
creciente amenaza de los Harrison, no queremos un servicio para
Beryl en este momento. Queremos esperar y darle la despedida que
se merece. Hemos estado recibiendo llamadas y correos electrónicos
desde lugares tan lejanos como EE. UU. y Australia. Todos de
personas que la conocieron a lo largo de los años y quieren asistir al
funeral para presentar sus últimos respetos.
Hawk no le dejó continuar.
—Cualquier cosa que tú y la tía Suzy quieran. Lo hacemos a vuestra
manera.
—¿Estás seguro, hijo? Ella fue como una madre para ti y no
queremos excedernos.
Hawk le dedicó una sonrisa triste.
—Sí, lo fue, pero también era tu hermana. Tendremos el funeral una
vez que se resuelva la mierda con los Harrison. La tía Bee merece
una gran despedida, no algo apresurado. Volverá a perseguirnos si
la cagamos.
Su risa alivió un poco la tristeza.
Bulldog se puso de pie y se estiró, su espalda crujió audiblemente.
—Necesito un maldito masaje—murmuró mientras caminaba hacia
la puerta—. Os veré más tarde, muchachos.
Ice y Hawk se miraron mientras escuchaban sus pasos desaparecer
por el pasillo.
—Nos estamos haciendo viejos—dijo Ice y suspiró.
—Todo el mundo envejece alguna vez, primo. Es la vida. —Hawk
sonrió—. Antes de que estemos en jodidas pantuflas y caminando
con bastones, voy a hacer más bebés. No puedo esperar a conocer el
que crece en el vientre de mi dama.
Ice se recostó en su silla y sonrió.
—¿Ya has descubierto lo que vais a tener?
—No, mi dama no quería saberlo pero estoy trabajando en ello.
Quizás cuando vayamos al próximo chequeo.
Hawk frunció el ceño cuando Ice se rio de él.
—¿Qué?
—No hay manera de hacer cambiar de opinión a una mujer una vez
que ha decidido lo que quiere.
Hawk le guiñó un ojo y sonrió.
—Tengo mis maneras.
Todavía estaban sonriendo cuando salieron de la oficina.
Ice se dirigió a casa mientras Hawk hacía lo mismo. Quería pasar
algún tiempo con su dama ante de tener que regresar a la iglesia.
OFICIALES
Presidente - Cole “Hawk” Walker – Su dama - Jasmine “DC”
Michaels/Crow
Vice Presidente - Gray “Ice” Walker – Su dama - River “Blue”
Anderson
Sargento De Armas - Carl “Sin” Smith/Schneider – Su dama - Skylar
“Sky/Lix” Copeland
Ejecutor - Joseph Maximilian “Beast” Van Den Bergh - Su dama -
Tori Keating
Capitán de Ruta - Lodewyk “Boots” Schoeman
Seguridad & Tecnología - Ryan “Jagger” Du Plessis – Su dama -
Sunny Wolmarans
Oficial de Información - Nolan “Ziggy” Porter
Tesorero - Marnus “Rider” De Ridder – Su dama - Penelope “Penny”
De Ridder
Secretario - Edwin “Kahn” Naidoo – Su dama - Lavashni “Vash”
Naidoo
Capellán - Gabriel “Bulldog” Walker – Su dama - Susan “Suzy”
Walker
OFICIALES SECUNDARIOS
Armero - Joshua “Scar” Quinn
Médico - Hannes “Zulu” Botha
LUGARTENIENTES
Warren “Spook” Hoffmann (Herido)
Shane “Wolf” Edwards - Su dama - Leona “Leo” Jordan
Jason “Scar” Quinn – Su dama - Amaliah Christina “Chris/Liah”
Marx
Christoph “Buzz” Esterhuizen
Duma “Bullet” Baloyi
Chrisjan “Ratel” Meintjes (Herido)
Johan “NikNak” Bezuidenhout
Arjun “Bollywood” Kumar
Eli “Bones” Cox
Kobus “Mamba” Schutte
SOMBRAS DE LOS
LUGARTENIENTES
Franco “Breker” Malan (Herido)
Neville “Puzzle” Nel
Koenraad “Smous” Van Zyl
MIEMBROS
Clayton “Dollar” O’Donnell – Novia – Deena Michaels
Kevin “Wrench” Clarkson
Sam “Crash” Du Plessis
Terrance “Terror” Makhubela
Brian “Sludge” Vermeulen – Su dama – Martie Vermeulen
Jacobus “Bok” Pretorius (Asesinado) – Su novia – Denise “Snow”
White
Steven “Zipper” Prescott
Ben “Banger” Viljoen
Nico “Mes” Van Der Westhuizen
Arno “Vissie” Visser
Hannes “Zulu” Botha
Owen “Drifter” Maharaj
William “Kite” Randal (Herido)
Kobus “Mouse” Pretorius
Leon “Adder” Johnson
PROSPECTOS
Devon Peterson
Damon Peterson
ANTIGUOS
Gabriel “Bulldog” Walker – Ocupa el cargo de Capellán
Ted “Taxi” Cox
Koos “Buffel” Bosman
Kobus “Krokodil” Schutte
NOMADAS
Presidente - Grant “Stone Hughes
VP - Vusi “Venom” Kumalo
Jace “Firecracker” Fisher
Leon “Leeu” Grobler
Michael “Jakkals” Jacobs
Sibusiso “Sprint” Ndlovu
FAMILIA
Beryl David – La hermana viuda de Bounty y Bulldog Walker
(Asesinada)
Gail & Johan Van Der Walt – La hija mayor de Bulldog y su esposo.
Sus hijos – Alice, April y los gemelos June y Jethro
Genna Walker – La hija menor de Bulldog
Engela “Slim” Esterhuizen – La hermana de Buzz Esterhuizen
Duncan Martins – El hijo de River con Dylan “Sparrow” Martins,
adoptado por Ice
Gabriel & Granger Walker – Los gemelos de Ice y River
Penelope “Penny” De Ridder – La dama/esposa de Rider
(Asesinada)
Delene De Ridder – La bebé de Rider y Penny
Harmony Pretorius – La dama/esposa de Kobus “Mouse” Pretorius
Jake Pretorius – El hijo de Kobus con Belinda Jean “Brandi”
Markham. Adoptado por Harmony
Quinn Edwards – El hijo adoptado de Shane “Wolf” Edwards y
Leona “Leo” Jordan
Frieda Naomi Adams Malan – Madre de Franco “Breker” Malan
Magrieta “Grietjie” Beukes – La dama de Neville “Puzzle” Nel
Deena Michaels – La novia de Clayton “Dollar” O’Donall
Colmillo
Corrección
La 99
Edición
El Jefe
Diseño
Max
Notas
[←1]
Cuando un grupo de hombres, uno tras otro como los vagones de un tren, follan con
un hombre o una mujer, normalmente por detrás.
[←2]
[←3]
Slang motero. Significa mantente erguido, no te estrelles. Lo de lado brillante se
refiere al lado brillante de una moto. Cuando tienes un accidente ese lado brillante
queda abajo. Se respetó la frase original porque es una frase muy muy motera.
[←4]