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Rene Van Dalen

BITTER TASTE OF SIN


Iron Dogz MC 08
Sinopsis:
Sin
Diez años de arrepentimiento.
Diez años de vergüenza.
Diez años de rabia.
Diez años de desesperanza.
Diez años esperando una señal.
Y entonces, finalmente, recibió la señal que estaba esperando. La
mujer que tenía su corazón había regresado y él haría cualquier cosa
por ella, por ellos.
Por su perdón. Por una segunda oportunidad. Por la oportunidad de
ser una familia.
Sin embargo, el Iron Dogz MC estaba en guerra. Una guerra como
ninguna que hubieran librado antes. Una guerra con un enemigo
feroz. Un enemigo enfocado en su destrucción total.
Sangraría y mataría para proteger lo que era suyo.

Sky
Él me destrozó el corazón.
Destruyó mi confianza de la manera más cruel imaginable.
Sus aterradoras amenazas me hicieron huir de él y de su club.
Juré que nunca volvería.
Pero aquí estoy. De vuelta donde dije que nunca volvería a poner un
pie.
Si pudiera evitarlo, lo haría. Desafortunadamente, hay más en juego
que solo yo.
Quiere una segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrar
que ha cambiado.
Brindarle una oportunidad requiere confianza.
Confianza que dudo en darle.
Porque esta vez no soy la única que podría salir lastimada.
Nota de la Autora:
Ten en cuenta que este libro contiene factores desencadenantes para
lectores sensibles. Tiene lenguaje gráfico, sexo, violencia, consumo
de drogas e infidelidades en sus páginas.
Por lo tanto, sé consciente de los factores desencadenantes anteriores
antes de continuar.
Otra cosa, recuerda que mis libros están ambientados en Sudáfrica y
escritos en inglés sudafricano. También utilizo palabras en afrikáans
y zulú.
Como ocurre con todos mis libros, camino totalmente por el lado
oscuro.
Ven y camina conmigo.
Capítulo 1
Skylar
Hace Diez Años

Me quedé mirando la prueba de embarazo que estaba sobre la


encimera del lavabo donde la había dejado caer.
No podía ser verdad. Tenía que ser un error. Según la prueba no
había ningún error. Estaba embarazada.
Durante los últimos tres meses y medio mi voz interior me ha estado
gritando pero la ignoré, fingí que no la escuchaba, que no era cierto,
que no estaba embarazada.
No es que fingir solucionara nada.
Ignoré las señales de que algo no estaba bien. Atribuí la fatiga, las
náuseas y los senos sensibles al estrés. La falta de mi período…
estrés.
Estaba estresada porque mi hombre casi nunca estaba en casa. Solía
llamarme todo el tiempo, pero ahora cuando lo hacía era para
decirme que no iba a estar en casa y nada más. Sin decirme que me
amaba, sin hacer planes para salir a cenar o ir a ver una película…
nada.
Y ahora esto.
Hemos tenido mucho cuidado porque Carl, o Sin (NdelT: pecado),
su nombre de carretera, insistía en que no quería tener hijos hasta al
menos los treinta y tantos. Según él, quería disfrutar de la vida y
parte de eso era ser un miembro parcheado del Iron Dogz MC.
Amaba el club y la libertad que le daba. En lo más profundo de mi
corazón me molestaba el hecho de que, mientras él era el que tenía la
libertad, yo era la que estaba sentada en casa como un pequeño
secreto sucio.
No me quería cerca de su club. Traté de persuadirlo para que
cambiara de opinión pero se negó a reconsiderarlo.
¿Y la razón?
Según él, había un par de manzanas podridas y no quería que
supieran de mí. Me aseguró que una vez que se solucionara me
llevaría al club y me presentaría a sus amigos.
¿Le creí? Absolutamente. Él nunca me mentía.
Conocía y odiaba a las mujeres fáciles que andaban con los hombres
en el club. Aunque él me aseguraba que nunca las tocaba, a veces
olía su fuerte perfume en él y me cabreaba. Odiaba que lo tocaran
cuando era mío y no podía hacer nada para que pararan. Él sabía
cómo me sentía y siempre me explicaba el motivo del perfume, no
me ocultaba nada.
En los tres años que llevamos juntos siempre me ha dicho la verdad,
pase lo que pase.
Cuando lo conocí era lo que se llama un simpatizante. Pasaba el rato
en el club, iba a sus fiestas y demás. Justo antes de nuestro primer
aniversario encontramos un fantástico dúplex y nos mudamos
juntos. Todo era perfecto y estábamos felices. Llevábamos poco más
de dieciocho meses juntos cuando empezó a ser un prospecto en el
club y fue entonces cuando todo empezó a cambiar.
Me dijo que tenía que demostrar que hablaba en serio acerca de
unirse al Iron Dogz MC y eso significaba que pasaría tiempo fuera
de casa porque ahora estaba a la entera disposición de todos los
hermanos del club. Me prometió que no sería para siempre, sólo un
año. Fue un año difícil pero me quedé con él. A veces llegaba a casa
maltratado y magullado y yo tenía mucho miedo por él, pero él se
reía. Me decía que era parte de convertirse en un Iron Dogz. Nunca
supe de dónde vinieron esas lesiones porque me dijo que eran
'asuntos del club' .
Aprendí a odiar esas tres palabras.
Cuando terminó su año como prospecto, lo parchearon y
desapareció durante dos días. Cuando volvió a casa apestaba a
p p
alcohol, humo de cigarrillo y un perfume de un olor terriblemente
dulce. ¿Y la razón por la que olía a ese perfume? Todos los
prospectos habían conseguido bailes eróticos de las strippers que
estaban en la fiesta, pero nada más. Me juró que no había puesto la
mano encima de otra mujer. Lo único que había hecho era beber
demasiado y luego se desmayó y durmió la mayor parte del día
siguiente.
Le creí porque habíamos hecho un pacto cuando empezamos
nuestra relación. Sin importar lo doloroso que pudiera ser, siempre
nos diríamos la verdad.
Sabía que si hubiera hecho trampa me lo habría dicho. Así era él.
Un hombre honesto que odiaba los secretos.
Desafortunadamente, eso no le impedía ocultarme cosas porque eran
asuntos del club.
Mientras esperaba que terminara su año como prospecto, me aferré
al hecho de que una vez que estuviera parcheado me presentaría a
sus amigos en el club.
No lo hizo. Me dio la misma razón que antes, mala gente en el club.
Y ya llevaba casi un año como miembro parcheado del Iron Dogz
MC y todavía mantenía esa parte de su vida separada. A veces me
enviaba mensajes de texto a altas horas de la noche para decirme que
estaba ocupado con asuntos del club y que se quedaría en su
habitación en el casa club.
Sí, tenía una maldita habitación en el club. Una habitación que nunca
había visto y me preocupaba.
Últimamente eso ha estado sucediendo todo el tiempo y solo recibo
mensajes de texto, no llamadas telefónicas. Me asustaba porque no
sabía en qué estaba involucrado. Lo único que sabía era que los
rumores que rodeaban a su club no eran buenos. Nada buenos en
absoluto. Él insistía en que eran un montón de mentiras, pero
todavía me preocupaba por él.
Y ahora estaba jodidamente embarazada. Y él no estaba ni cerca de
los treinta. Dentro de dos semanas cumpliría veintiocho años. Cerca,
pero no treinta.
¿Cómo se lo iba a decir?
Tenía miedo porque sabía que se iba a enojar. Y le iba a costar
aceptar que fue un accidente. Estaba tomando la píldora y la tomaba
como un reloj todas las tardes a las seis. Debería haber estado
protegida. No lo estaba. No tenía explicación de por qué había
sucedido esto, excepto que probablemente habíamos caído en ese
mínimo porcentaje donde la protección fallaba.
No iba a ser el único que iba a estar furioso por el bebé.
Por alguna razón, yo no le agradaba a su familia. Su madre no
ocultaba el hecho de que pensaba que no era lo suficientemente
buena para su precioso hijo. Su padre estaba callado la mayor parte
del tiempo y no decía mucho, dejando que su esposa hablara. Su
hermana Monika y su mejor amiga Crystal nunca dejaban pasar la
oportunidad de hacerme sentir incómoda e inoportuna. Eran lo
suficientemente astutas como para no hacerlo cuando él estaba cerca.
He aprendido a lidiar con eso, pero todavía temía esos momentos en
que teníamos que asistir a cenas familiares.
¿Por qué no les agradaba? ¿Qué había hecho para desagradarles
tanto? Se lo había preguntado a Carl tantas veces que empezó a
cabrearlo y la última vez que le pregunté se negó a responderme. Su
negativa me dolió y al mismo tiempo me enojó.
Entonces ya no pregunté más.
Había muchas preguntas que se negaba a responder. Muchas
preguntas que ya no le hacía.
¿Cómo obtuvo el nombre Sin? ¿Cuál era su trabajo en el club?
¿Quiénes eran sus amigos en el MC? ¿Sus hermanos tenían novias?
¿Alguna vez me llevaría con él y me presentaría a sus amigos? ¿Qué
hacían cuando iban a todos esos viajes?
Él eludía las preguntas. Normalmente desviaba mi atención
llevándome a la cama.
Sin embargo, últimamente, cuando empezó a pasar cada vez más
tiempo en el club y a no regresar a la casa, comencé a tener dudas
sobre nosotros. Tampoco teníamos relaciones sexuales con
regularidad. Siempre estaba cansado. ¿Un hombre de veintisiete
años que estaba demasiado cansado para tener relaciones sexuales?
Increíble.
¿Todavía me amaba? Solía decírmelo todo el tiempo, últimamente
no tanto.
A veces tenía una mirada en sus ojos que daba mucho miedo. La
mirada nunca estaba dirigida a mí, pero de todos modos estaba ahí.
Era una mirada fría y calculadora que me atravesaba como una
espada.
Odiaba esa mirada.
Fuertes golpes en la puerta me sacaron de mi cabeza y arrebaté la
prueba de la encimera del lavabo solo para dejarla caer al suelo. La
recogí, la metí en el gabinete donde estaría fuera de la vista y corrí
escaleras abajo.
Cuando abrí la puerta principal deseé haberlos ignorado.
La hermana de Carl, Monika, y su mejor amiga Crystal estaban en el
umbral con sonrisas falsas en el rostro. Crystal era una zorra y nunca
ocultó que quería a mi hombre. Le coqueteaba escandalosamente
cada vez que venían de visita. No es que Carl le prestara atención, en
absoluto. De hecho, la evitaba cuanto podía.
Monika estaba sonrojada y parecía un poco avergonzada.
—Hola, lamento interrumpirte sin llamar primero, pero es una
especie de emergencia. Yo…mmm…empecé mi período y no tengo
nada conmigo. ¿Me puedes ayudar?
Inmediatamente abrí más la puerta.
—Claro, entra. Hay tampones y protectores de bragas en el gabinete
del baño de arriba—dije y agité una mano hacia las escaleras.
Crystal se quedó abajo conmigo y yo hice el papel de anfitriona,
ofreciéndole algo de beber que ella rechazó. Sentándose como en su
casa en el sofá, comenzó a tocar su teléfono y a ignorarme. Las
tonterías de siempre.
Tomando un vaso del estante lo llené con agua y lo bebí de pie en la
cocina.
Sólo entonces recordé la prueba.
Casi dejo caer el vaso vacío, lo apoyé y estaba a punto de correr hacia
el baño cuando Monika entró a la cocina con un fajo de papel
higiénico en la mano.
Extendió el fajo hacia mí y vi la prueba sobresaliendo. Las náuseas
me invadieron y tragué pesadamente.
—¿Qué demonios es esto? —Su voz era aguda y casi chillona.
Crystal entró corriendo, miró por encima de su hombro y puso cara
de asco y enojo.
Respiré profundamente y dije la verdad.
—Es una prueba de embarazo positiva. Acabo de enterarme de que
estamos esperando un hijo.
Los ojos de Monika se entrecerraron.
—¿Sin no lo sabe?
En ese momento me alegré de que no tuviera los mismos ojos que los
de Sin. Tenía los ojos marrones de su madre.
—No. Está ocupado con los asuntos del club y no estará en casa esta
noche. Se lo diré cuando vuelva mañana.
Debería haber sabido que ella no lo dejaría pasar.
Sacudió la cabeza de un lado a otro y luego la actitud de perra
desapareció por completo para ser reemplazada por una dulce
sonrisa. Algo que solo le mostraba a su familia, nunca a mí. Debería
haber sospechado del cambio brusco, pero me preocupaba quitarle
la prueba de las manos.
—Tengo una idea—dijo mientras arrojaba la prueba sobre la
encimera de la isla. La agarré y me la metí al bolsillo, feliz de
sacársela de las manos.
—No te preocupes por eso, Monika. Se lo diré cuando llegue a casa.
Ella sacudió lentamente la cabeza de un lado a otro.
—No, tengo una idea mejor. Estuve hablando con una de las chicas
del club y nos invitó a la fiesta que harán esta noche. Deberías venir.
Sin volverá del viaje y podrás sorprenderlo con la noticia.
Comencé a negar con la cabeza y estaba a punto de derribar su plan
cuando ella jugó la carta contra la cual no tenía defensa.
—Si no vienes a la fiesta y se lo dices, me iré a casa ahora mismo y se
lo contaré a mi madre. Imagínate lo enojado que estará Sin cuando
no sea el primero en saberlo. Se cabreará por completo.
La maldita perra, me tenía acorralada.
—Bien. Iré, pero te garantizo que no estará contento. No quiere que
ande por el club.
Crystal resopló.
—Lo superará. Una vez que le digas ya no estará enfadado contigo.
Te apuesto que estará fanfarroneando ante sus hermanos toda la
noche.
Mierda. Eso esperaba, de verdad.
Monika aplaudió y me sonrió.
—Tengo el mejor plan. Nosotras entraremos primero y lo
prepararemos para ti. No te preocupes, no le diremos nada, sólo lo
tranquilizaremos un poco. Siempre es más fácil de manejar cuando
está tranquilo—dijo su hermana guiñándole un ojo a Crystal con una
mirada muy cómplice y ambas sonrieron.
Tenía un mal presentimiento sobre esto y sabía que tenía que
cortarlo de raíz. Se lo diría cuando volviera a casa, no en su club
mientras estuviera en una fiesta, rodeado de sus amigos.
—Realmente creo que es mejor si espero a que regrese a casa.
—¡No! ¡Díselo esta noche o se lo digo yo a mi madre! —La voz de
Monika se elevó mientras me gritaba.
Levanté las manos para calmarla.
p
—Está bien, está bien, iré a la maldita fiesta y se lo diré. Iré
temprano.
Cristal negó con la cabeza.
—No puedes llegar demasiado temprano porque entonces no podrás
cruzar la puerta tan fácilmente. Dales a todos la oportunidad de
tomar unas cervezas. Cuando llegues, diles a los hombres de la
puerta que Sin te invitó. Fácil.
—Vamos, Skylar—me engatusó Monika—. Va a ser perfecto. Vais a
tener el bebé más bonito que jamás haya existido.
Finalmente cedí.
Ella hizo que pareciera una muy buena idea.
Solté el aire que había estado conteniendo.
—Está bien, lo haré.
Ambas dieron pequeños gritos de emoción antes de que Monika
comenzara a exponer su plan.
—Tienes que esperar mi mensaje. No será temprano. Siempre se
ocupan de los asuntos del club antes de que comience la fiesta.
Cuando esté en pleno apogeo y haya tenido algo de tiempo para
relajarse, te enviaré un mensaje de texto. Como dijo Crystal, no
tendrás problemas para cruzar la puerta, solo diles que Sin te invitó
y te dejarán entrar.
De repente ella frunció el ceño.
—Sabes dónde está la casa club, ¿verdad?
Asentí, pero ya estaba teniendo serias dudas sobre el plan porque no
me parecía correcto decírselo en el club. Sería mejor si esperara y se
lo dijera en la intimidad de nuestra casa. Tal vez vio que mi
resolución flaqueaba porque me agarró las manos y me las apretó
con fuerza.
—No lo pienses demasiado, Skylar. Simplemente sigue el plan y
todo funcionará exactamente como debe ser. Ya verás. No habrá
ningún problema.
Ella me dio otra sonrisa brillante, me abrazó y luego dio un paso
atrás todavía sonriendo.
—No puedo esperar a ver la cara de mi madre cuando sepa que será
abuela. Estará encantada.
—¿Eso crees? —No estaba tan segura de eso. A la mujer no le
agradaba en absoluto.
—Estará encantada con este bebé, solo espera y verás—dijo con una
pequeña sonrisa.
Las dos se fueron poco después y pasé el resto del día y la noche
muy preocupada.
En primer lugar iría a la casa club donde él nunca quiso que fuera. Y
en segundo lugar le iba a decir que estaba embarazada. Algo que
sabía que él no quería hasta mucho más adelante en su vida.
Me vestí con cuidado, quería lucir bien para él. Me puse una
camiseta sin mangas fluida de color negro que disimulaba mis
caderas demasiado anchas y la pequeña barriga que ahora tenía. La
combiné con unos vaqueros negros y botas al tobillo de tacón
moderado. Me apliqué un maquillaje ligero y me cepillé mi largo
cabello. No lo até, lo dejé suelto, como a él le gustaba, colgando hasta
la parte superior de mi trasero. Mirándome al espejo pensé que me
veía bien pero miles de mariposas revoloteaban dentro de mi
vientre.
Quizás no debería ir. Quizás esto era algo incorrecto.
Y entonces llegó el mensaje de texto y ya era demasiado tarde para
echarme atrás.
—Por favor, no me dejes arruinar esto—me susurré a mí misma.
Eran alrededor de las once cuando finalmente llegué a la puerta del
complejo del Iron Dogz MC. Los tipos que atendían la puerta me
miraron con ojos ardientes y sonreí nerviosamente.
—Hola, dulzura, ¿qué puedo hacer por ti?—preguntó un tipo
atractivo con un chaleco de cuero como el de Carl mientras se
inclinaba por mi ventanilla abierta, con una mano encima del techo
de mi coche.
—Sin me invitó—respondí nerviosamente.
—Afortunado hijo de puta. —Él sonrió y me hizo un gesto para que
avanzara—. Pasa y estaciona donde veas que están estacionados
todos los demás coches. Y, cariño, si Sin está demasiado ocupado
para ti, ven a buscarme. Nunca estaré demasiado ocupado para
alguien tan hermosa como tú—me dijo con un guiño.
No pude evitar la pequeña sonrisa, su admiración me hizo sentir
bien. Al cruzar la puerta, jadeé cuando me di cuenta de que el lugar
estaba lleno. Esta no era una pequeña fiesta en un club. Había coches
y motos aparcados en largas filas brillando bajo las luces de
seguridad. Estaba tan nerviosa que sentía como si el corazón me
latiera a cien latidos por minuto. Todo lo que quería hacer era darme
la vuelta y salir corriendo como si los sabuesos del infierno me
persiguieran.
Resoplé para mis adentros. Perros y sabuesos… la misma maldita
cosa.
Finalmente encontré un lugar para estacionar y me quedé sentada
respirando profundamente durante aproximadamente un minuto
antes de bajarme del coche. Pasando el bolso sobre mi cabeza para
colgarlo sobre mi cuerpo, me dirigí a las puertas principales. A
medida que me acercaba podía sentir los ojos sobre mí. Los hombres
en la terraza observaron mientras me acercaba y nerviosamente los
saludé con la cabeza y una pequeña sonrisa mientras subía las
escaleras. Me di cuenta de que no todos llevaban chalecos del Iron
Dogz MC. Algunos eran diferentes.
Uno de los hombres que llevaba un chaleco diferente se paró frente a
mí y trastabillé hasta detenerme casi justo contra su pecho.
—Hola, cariño, ¿te perdiste o algo así?—me preguntó mientras sus
ojos se deslizaban hacia abajo y luego hacia arriba por mi cuerpo.
Negué con la cabeza rápidamente.
—No, estoy aquí para ver a Sin. Él me invitó.
y q p
Un chico rubio que parecía de la misma edad que Sin empujó a los
hombres fuera de su camino hasta que se paró frente a mí. Era muy,
muy hermoso.
—Hola, cariño, soy Spider, el amigo de Sin, ¿te escuché bien? ¿Fuiste
invitada por él? —Parecía un poco confundido.
—Mmm... sí. —Estaba condenadamente nerviosa y, si era sincera
conmigo misma, ahora que estaba aquí tenía miedo. Estaba
jodidamente asustada.
Una mujer alta, rubia, muy maquillada y apenas vestida que estaba
colgada de uno de los hombres comenzó a reírse de manera
desagradable. Ella me miró de arriba abajo y puso cara de
repugnancia.
—Está un poco ocupado en este momento. Llevó a esa nueva rubia a
su habitación hace aproximadamente una hora. Si esperas un poco,
debería terminar con ella en unos treinta minutos más o menos. A
nuestro Sin le gusta tomarse su tiempo con las damas… si sabes a lo
que me refiero—dijo con un guiño de complicidad.
Mi corazón se saltó un latido y mi vientre se revolvió siniestramente.
¿Qué? ¿Qué estaba diciendo?
El que se llamaba Spider la señaló con un dedo.
—Déjate de tonterías, Jane.
Tomando mi mano , me llevó a través de las puertas hacia la casa
club.
Mi boca se abrió en estado de shock y mis ojos daban vueltas
mientras observaba la fiesta salvaje que se desarrollaba a nuestro
alrededor. La gente tenía sexo abiertamente... ¡por todas partes! Miré
a mi alrededor frenéticamente tratando de encontrar a Monika o
Crystal, pero el lugar estaba tan lleno que no había manera de
encontrarlas. Dejé de mirar a mi alrededor porque realmente no
quería encontrarme con ninguno de los ojos que podía sentir sobre
mí.
Me concentré en la ancha espalda de Spider mientras se abría paso
entre la multitud.
Bordeando la barra abarrotada finalmente nos alejamos de toda la
gente y me condujo por un largo pasillo. Al final se detuvo frente a
una puerta y se volvió hacia mí.
—¿Estás segura? ¿Estás segura de que quieres verlo porque si la
perra de afuera no estaba mintiendo no estará feliz de vernos,
cariño?
No podía hablar así que solo asentí. Esperaba y rezaba para que
Monika y Crystal estuvieran en la habitación con él. Esperando a que
yo llegara.
Con un rápido movimiento de cabeza, Spider golpeó la puerta con el
puño y comenzó a abrirla.
Cuando la abrió de par en par, mi mundo y mi corazón se hicieron
añicos.
Las luces parecían brillantes como el día e iluminaban al hombre que
amaba, mi hombre, acostado en la cama, desnudo, con Crystal
desnuda encima de él. No hacía falta ser neurocirujano para saber lo
que estaban haciendo. Escuché mi grito de asombro y desconsuelo
sobre sus fuertes gemidos.
—Maldita sea, Sin. ¿Qué mierda? ¿Invitas a esta chica a la fiesta pero
te follas a otra perra? Eso no está bien, hermano—exclamó Spider
mientras intentaba empujarme hacia la puerta, pero no lo dejé.
Apartándolo del camino, entré a la habitación y me quedé allí,
observando los envoltorios de condones vacíos en el suelo y el
condón usado atado entre esos envoltorios. Lo que quedaba de mi
corazón destrozado se rompió en mil pequeños pedazos y cayó al
suelo para quedar sangrando entre las pruebas de su infidelidad.
Sin, porque este hombre ya no era mi Carl, giró la cabeza lentamente
y nos miró fijamente.
—Vete a la mierda, Spider, estoy ocupado—gruñó mientras se
empujaba con sus manos para incorporarse. Crystal se ajustó pero
no se apartó de él.
Sus pupilas estaban dilatadas como cavernas oscuras y vacías,
apenas quedaba nada de azul a su alrededor. Sus palabras eran casi
ininteligibles y era muy obvio que estaba borracho y drogado.
Estaba drogado, algo que el hombre que yo conocía no hacía. De
repente quedó muy claro que nunca lo había conocido en absoluto.
—Date con ese idota cuando te lagues, menrosa—dijo él arrastrando las
palabras.
—¿Cuándo te mentí, Sin?—pregunté suavemente.
—¡Ahora!—gritó mientras empujaba a la perra que sonreía
astutamente y saltaba de la cama. Se balanceó peligrosamente
mientras nos enfrentaba—. Ahora me va a menir. Monika y Crystal me
lo contaron todo. ¡Te atraparon con Jason y planeas plantarme a su
maldito batado! ¡Maldita menrosa! ¿Crees que no habría sabio que no era
me hijo? ¡Lo hubiera sabido! —deliraba borracho, parado desnudo
con un condón vacío colgando de su polla. Una polla que ya no
estaba dura, al menos eso.
—Dios, Sin, cálmate—gruñó Spider—. ¿De qué carajo estás
hablando?
Sin me señaló con un dedo acusador.
—De ella. Estoy hablando de que ella vena aquí para decime que está
embarzada de mi hijo mientras ha estado follándose a Jason a mis espaldas.
Ese pedazo de basura en su vientre no es mío. Gracias, Dios—gruñó,
sonando de repente medio sobrio.
Cuando me miró, sus ojos estaban vacíos, fríos y duros. Me dio la
mirada que odiaba.
—Vete a la mierda y si te vuelvo a ver te arrepentirás porque te haré
sangrar mientras te saco a ese bastardo del vientre, maldita puta—
gruñó e hizo ademán de venir hacia mí, pero Spider lo detuvo con
una mano contra el pecho. Estaba tan borracho y drogado que no
hizo falta mucho para detenerlo.
Las lágrimas corrían por mis mejillas y goteaban de mi mandíbula
mientras me retiraba lentamente, pero antes de irme miré a Crystal
sonriendo y luego a él. Sabía que mi repugnancia era claramente
visible en mi rostro.
—Cuando empezamos, juramos no mentirnos, por muy doloroso
que fuera. Me has estado mintiendo durante años. —Moví una mano
por su habitación—. Por las pruebas que hay en tu cama, en el suelo
y en la papelera, me has estado engañando todo el tiempo. Al
contrario de la mierda que dijeron tu hermana y esa puta, nunca he
tenido sexo con nadie más que contigo. He cumplido mi palabra,
pero tú no. Y ahora tengo que hacerme pruebas para no transmitirle
alguna enfermedad horrible a mi hijo. —Me di la vuelta pero luego
giré en redondo y siseé entre lágrimas.
—Ah, y no te preocupes, SIN, NUNCA volverás a verme, ni a mi
hijo. No eres digno de mi tiempo, de mi amor, ni del niño que llevo
en mi vientre. Eres una excusa horrible de un hombre y compadezco
a cualquier mujer que caiga por tu lengua mentirosa como lo hice yo.
Las putas son bienvenidas a tu polla infiel.
Dicho eso, me di la vuelta y sólo entonces me di cuenta de que
teníamos audiencia. Monika estaba rodeada de hombres que vestían
chalecos de cuero y tenía una sonrisa cruel en el rostro. Me abrí paso
a empujones pasando a su lado.
—Eso es, puta, corre, corre. ¡Aléjate de mi familia o te arrepentirás!
—gritó detrás de mí.
Mientras me abría paso entre la multitud de hombres, me llamaron,
me agarraron, me pellizcaron el culo y uno incluso me agarró una
teta con tanta fuerza que grité de dolor. De repente, las manos
desaparecieron cuando Spider saltó a mi lado con un grito enojado y
le dio un puñetazo en la cara al bastardo que me había lastimado.
—Dejadla en paz, malditos animales. Si la tocáis de nuevo, juro que
os mataré—gritó mientras me agarraba por la cintura y se abría paso
a través del club, llevándome afuera.
Me solté de su agarre tan pronto como atravesamos la puerta y corrí
como si los sabuesos del infierno me persiguieran. En lo que a mí
concernía, era así. Todavía podía escuchar las burlas y amenazas de
tirar un tren1 conmigo (lo que sea que eso significara) mientras
saltaba a mi coche y salía a toda velocidad de allí.
No quería volver a ver a ninguno de ellos nunca más. Ni siquiera a
Spider y él había sido el único buen tipo allí.
Saqué el teléfono del bolso que todavía estaba alrededor de mi
cuerpo y marqué. Cuando mi padre respondió lo único que pude
hacer fue llorar. No me salió una sola palabra.
—Cariño, ¿qué pasó? ¿Qué ocurre? ¿Es Carl? ¿Tuvo un accidente con
esa maldita moto suya? —Mi padre siguió tratando de obtener
respuestas mientras yo lloraba y lloraba.
—Yo... yo estoy... vo... vo... volviendo... a casa—solté finalmente
entre los sollozos.
—Te estaré esperando, cariño—gruñó mi padre.
Apagué el teléfono, lo dejé nuevamente en el bolso y me concentré
en llegar a casa sano y salva. Tenía una pequeña y preciosa vida que
proteger.
Las puertas estaban abiertas de par en par, entré y estacioné detrás
de los coches que ya estaban allí. Los coches de Morgan y Parker.
Mis padres habían llamado a mis hermanos.
La puerta de mi coche se abrió y casi caigo en los brazos de mi
padre. Sollocé contra su gran pecho como si mi corazón se estuviera
rompiendo, y así era, lo habían hecho añicos. Sin posibilidad de
reparación.
—¡Él… él… él… él es un mentiroso y un tramposo! —dije finalmente
y sentí a mi padre ponerse rígido—. ¡Lo... lo... lo encontré... en la
cama... co... con... Crystal!—dije entrecortadamente mientras lloraba
en el amplio pecho de mi padre.
—¡Cabrón!—maldijo Morgan enojado.
Mi padre no dijo una palabra, se giró y, rodeándome con un brazo,
me llevó a la casa donde mi madre y mi hermana nos esperaban.
Pasé de los brazos de mi padre a los de mi madre, abrazándola
mientras sollozaba en su hombro. Ella pasó su mano por mi cabello
con dulzura y me dio unas palmaditas en la espalda mientras me
abrazaba con fuerza. Finalmente las lágrimas se calmaron y las
manos de mi madre se posaron a ambos lados de mi cara.
—Parker, prepárale un poco de té, cariño, y agrega mucha azúcar—
ordenó mi madre mientras levantaba mi rostro y besaba mi frente—.
Nuestra niña sufrió un shock y necesita un poco de dulzura. —
Obviamente había escuchado lo que le había dicho a mi padre.
Llevándome al sofá, me sentó y luego ella y mi padre ocuparon los
espacios a cada lado de mí, rodeándome con sus brazos. Estaba en
casa, donde estaba segura y donde me amaban.
Me tomaron de las manos mientras todo salía a borbotones.
Cómo me había enterado que estaba embarazada. Cómo llegaron
Monika y Crystal y encontraron la prueba y cómo dijeron que me
ayudarían a contárselo. No quería usar su nombre en absoluto así
que se convirtió en ÉL, nunca dije su nombre. Cuando le expliqué lo
que había pasado en el club, mi padre y mi hermano se levantaron
de un salto y empezaron a caminar de un lado a otro.
—Voy a matarlo. Voy a matarlo—seguía murmurando mi hermano.
Mi padre no estaba mucho mejor; parecía que iba a estallar de rabia.
Mi madre agitó una mano con impaciencia para silenciar sus
murmullos y amenazas.
—¿Por qué le dijeron que te acostaste con Jason cuando sería tan
fácil desmentirlo?—me preguntó con un pequeño ceño confundido.
Me sorbí la nariz con fuerza y Parker me entregó un puñado de
pañuelos. Me soné la nariz ruidosamente y después les conté cómo
Jason se vio arrastrado a sus mentiras.
—Sabéis que Jason y Megan son buenos amigos nuestros. Hace unas
cuatro semanas me llamó. Quería mi ayuda para elegir un anillo
para Megan y para organizar una noche romántica para ellos. Soy
p g yp g p y
una buena amiga así que por supuesto que dije que sí. Me recogió y
encontramos el anillo más hermoso, luego ordenamos que llevaran
flores a su habitación de hotel y organizamos una cena muy especial.
Me llevó de vuelta al apartamento y entró a tomar una cerveza.
Jason quería contarle que le estaba pidiendo a Megan que se casara
con él. ÉL me envió un mensaje de texto para decirme que no llegaría
a casa hasta tarde y, cuando Jason se iba, llegaron Monika y Crystal
y lo vieron. Monika quería saber qué hacía en el apartamento. Le dije
que vino a verlo pero ÉL me había enviado un mensaje de texto para
decirme que llegaría tarde. Entonces Jason se había marchado. No lo
he visto a él ni a Megan desde entonces porque salieron de viaje con
su club. Y ahora Monika le dijo a su hermano que mi bebé es de
Jason y él… él hizo todas esas cosas y amenazó con sacarme a mi
bebé de mi vientre si alguna vez me volvía a ver. Me echó y…y los
hombres…en su…su club…ellos…ellos me tocaron. Y él miraba. Él
se quedó allí observando, y los dejó…—No pude continuar.
Simplemente era demasiado.
Dejando caer la cabeza sobre mis rodillas, cerré los ojos con fuerza,
pero aun así las imágenes de esos hombres se entrometieron. El
salón estaba en un silencio sepulcral. Sentí que la tensión aumentaba
cuando les conté lo que había sucedido. Y no había sido porque
estuviera embarazada.
—Necesitamos sacarte. Esta noche—gruñó Parker enojado.
Parker y Morgan son bastantes años mayores que yo y como soy la
más joven siempre me han protegido.
Cuando comencé a salir con ÉL, mi familia no estaba del todo
entusiasmada porque estuviera con un motero. Pero eso cambió
cuando vieron la forma en que se preocupaba por mí. Lo aceptaron
de todo corazón.
Pero ese ya no era el caso. Había amenazado mi vida y la vida de mi
hijo por nacer. Ahora ÉL era el enemigo en lo que a mi familia
concernía.
Estaban sólidamente de mi lado y no sólo porque éramos familia.
Sabían que yo nunca haría lo que me habían acusado de hacer, como
q y q
ÉL debería haberlo sabido. Sabían cuánto lo amaba. Y
desafortunadamente todavía lo amaba, a pesar de que me había
destrozado el corazón y roto el alma en pedazos tan pequeños que
nunca más podrían volver a unirse.
Sabía que a partir de ese día en adelante a mi corazón siempre le
faltarían piezas. Sanaría pero nunca volvería a ser la misma.
—Estoy de acuerdo—gruñó Morgan—. Parks y yo iremos a empacar
tus cosas. Las guardaremos en mi garaje por el momento. Sólo hasta
que encuentres un lugar. Puedes quedarte conmigo si quieres.
Estarías a salvo allí—me ofreció generosamente mi hermano mayor.
No sé de dónde vino la fuerza pero enderecé la columna y me senté
erguida. Sabía lo que tenía que hacer. Por mí y por mi hijo por nacer.
Tenía que protegernos. De él y su club.
—Voy contigo.
Seguí hablando mientras mi familia me miraba con caras de
preocupación.
—Siempre pensé que era una locura, pero ahora sé por qué ella lo
hizo—dije suavemente y viendo la confusión de mi familia, les
expliqué.
—Hace un tiempo vi algo en Facebook o tal vez fue en alguna de las
páginas de libros que sigo. No puedo recordarlo ahora. El hombre de
esta mujer estaba trabajando en una propuesta muy importante para
su empresa e iba a trabajar hasta tarde. Él estaba trabajando desde
casa y ella pensó que lo sorprendería con una cena porque había
estado trabajando largas horas. Cuando llegó a su apartamento entró
y al escuchar ruidos en el dormitorio fue silenciosamente a
investigar. Ella lo encontró en la cama con otra mujer. Estaban tan
ocupados que no la oyeron y ella se fue sin molestarlos. Por suerte
para ella, no estaba viviendo con ese bastardo infiel—grité—. Dejó
las llaves del apartamento y la cena que había preparado en la
encimera de la cocina y se fue a casa. Luego bloqueó su número, lo
eliminó de sus contactos y eliminó todas sus cuentas de redes
sociales. Llamó a sus amigos y ellos la ayudaron a empacar sus
cosas. A la mañana siguiente rescindió su contrato de arrendamiento
y retiró la mitad del dinero de su cuenta bancaria conjunta, canceló
todas sus cuentas y sus tarjetas de crédito. No es que tengamos
cuentas conjuntas o tarjetas de crédito conjuntas pero en fin. Llamó a
su jefe y renunció con efecto inmediato, se despidió y se mudó a una
nueva ciudad. Cuando el imbécil finalmente salió de su fiesta sexual
y se puso al día con el trabajo, encontró las llaves y la comida
podrida en su cocina, ella ya se había ido.
Dejé de hablar y mi familia me miraba con ojos sorprendidos. Mi
madre nos sorprendió a todos cuando de repente aplaudió y se
levantó de un salto.
—Perfecto. Sé exactamente dónde va a desaparecer nuestra chica.
Necesito hacer una llamada. Vosotros cuatro id y empacad sus cosas.
Agarrad la bakkie y el remolque y no te dejéis nada atrás. Limpiad el
lugar con lejía para que cuando entre en razón lo único que tenga
para recordarla sea olor a lejía. —Ella soltó una risa malvada y mi
hermana se unió a ella, chocando esos cinco.
—Nos encargamos, madre. Tú lo organizas de este lado mientras
empacamos sus cosas.
Trabajamos toda la noche y alrededor de las tres de la tarde del día
siguiente finalmente habíamos terminado. Todo lo que tenía estaba
apilado en el segundo garaje de Morgan. Afortunadamente, Parker
había conservado todas sus cajas cuando se mudó y las usamos para
empacar mis cosas. Decidí que todo lo que no se pudiera guardar en
una caja debía dejarlo atrás.
Mi ropa, zapatos y artículos de tocador estaban empacados en el
coche de mi padre.
Mi madre nos estaba esperando con una sonrisa muy satisfecha
cuando entramos cansados a la casa. Estaba exhausta, ella me llevó
al sofá y caí en él con un fuerte gemido.
—Tienes un lugar donde quedarte—dijo mientras se sentaba a mi
lado—. Me va a romper el corazón que estés tan lejos mientras mi
primer nieto crece en tu vientre, pero tu seguridad es nuestra
principal prioridad. Esos moteros nunca te encontrarán.
—¿Dónde? —Mi voz sonaba triste y cansada.
—Irás a ver a la tía Carleigh en Savannah. —Levantó una mano
cuando comencé a protestar—. Bryce se mudó a una casa con el resto
de su banda la semana pasada y su cabaña está vacía. Dijo que la
tendrá lista para cuando llegues.
Me dio unas palmaditas tranquilizadoras en mis manos apretadas.
—Tu visa aún es válida y una vez que estés allí, el tío Bill se
encargará de todos los trámites que puedas necesitar para una
estancia prolongada. Dice que no nos preocupemos por nada. He
reservado tu vuelo. Te vas a Estados Unidos mañana por la noche.
Ahora ve a descansar mientras Parker y yo ordenamos tu equipaje.
Me iba a Estados Unidos. Un lugar donde nunca nos encontraría.
Donde estaríamos a salvo de su club.
—¿Les dijiste?
—Sí, Sky, lo hice. Necesitas personas a tu alrededor que te amen y se
preocupen por ti. Ellos te cuidarán por nosotros. Tu padre y yo
iremos a estar contigo cuando nuestro precioso nieto venga al
mundo. Haremos del viaje unas vacaciones. Si alguien nos controla,
parecerá que estamos de vacaciones y visitando a unos amigos en
Estados Unidos.
—Iré una vez que las cosas se calmen y pasaré un tiempo contigo y
el bebé. —Parker me pasó un brazo por los hombros, me abrazó y
me besó en un lado de la cabeza.
—Organizaré mi agenda para dejar libre cuando llegue el bebé, así
podré ir a mimarlo. Y a ti, por supuesto—dijo Morgan sonriendo
mientras me revolvía el pelo.
Las lágrimas se acumularon en mis ojos mientras miraba a mi
familia.
—Los amo mucho, muchachos. No quiero irme, pero sé que aquí no
será seguro para mí por un tiempo. Ni siquiera sé si ÉL…—No pude
terminar la frase y nadie me lo pidió.
Mi familia había terminado con Carl “Sin” Smith.
Al igual que yo.
De ahora en adelante éramos solo mi bebé y yo.
Éramos los únicos que importábamos.
Nadie más.
Al menos ya no.
Capítulo 2
Sin
Su cabeza golpeando como un tambor de acero lo despertó.
Gimiendo, se dio la vuelta y se quedó helado. Había una mujer rubia
en la cama con él, y estaba jodidamente desnuda.
Maldito infierno.
¿Qué había hecho?
Tratar de recordar sólo empeoraba el dolor de cabeza. Y entonces la
reconoció. La perra en su cama era Crystal, la mejor amiga de su
hermana.
¿Qué carajo?
¿Qué carajo había hecho?
Y entonces parte de eso volvió rápidamente.
El infierno en el que lo habían arrojado anoche.
Recordó la llegada de Monika y Crystal y la insistencia de su
hermana en que tenía que hablar con él en privado. Era su hermana,
así que por supuesto la llevó aparte para escuchar lo que tenía que
decir. Lo que ella le dijo destrozó sus sueños y su corazón. Su chica,
la que amaba, lo había estado engañando con su puto primo y ellas
los habían pillado en el acto. Jason las había amenazado para que
guardaran silencio, pero Monika dijo que no podía hacerle eso a él, a
su propio hermano. Que tenía que decírselo.
Al principio no quería creerle, pero cuanto más le explicaba más
sentido tenía. Las llamadas perdidas que Sky había estado
recibiendo últimamente y los mensajes de texto que borraba antes de
dejar el teléfono. Cuando él le preguntó, ella le dijo que era Parker
enviándole mensajes de texto sucios nuevamente. Su hermana tenía
un sentido del humor muy perverso y él sabía que le había enviado
mensajes de texto sucios a Sky porque ella le había reenviado un par
de cosas a él que lo hicieron reír y negar con la cabeza.
Según Crystal, los mensajes de texto habían sido de Jason
organizando un encuentro con Skylar cuando él se marchaba. Y en
los últimos meses se había marchado muchas veces porque había
estado ocupado con los asuntos del club. Habían hecho tantos viajes
últimamente que todos habían montado más que nunca. La mayoría
de las noches estaba tan cansado que se quedaba dormido en su
habitación de la casa club en lugar de ir a casa.
Debería haber ido a casa. Aunque ya era demasiado tarde. Se acabó,
jodidamente se acabó.
Mirando a la perra en la cama con él y la evidencia de su estupidez
en el suelo, reprimió el aullido de repugnancia mientras se levantaba
de la cama. Subiéndose los vaqueros por las piernas, se cubrió el culo
desnudo y se subió la cremallera. Apretando los dientes ante el dolor
punzante en su cabeza, rápidamente se deshizo de la mierda del
suelo y luego pateó el costado de la cama. Cuando ella no se movió,
lo hizo de nuevo.
La perra se giró con una sonrisa, se llevó las manos a la cabeza y
quitó la sábana de una patada como diciendo 'aquí estoy, ven y
fóllame, él no quería nada de lo que ella le ofrecía.
—Es hora de que te vayas. —Su voz salió ronca de su garganta seca
como el infierno.
—Vuelve a la cama, cariño, consumiremos un par de líneas más y
luego te haré sentir muy bien. Como hice anoche. —Ella sonrió con
su cara hinchada y manchada de maquillaje y su estómago se
revolvió de asco.
Su memoria estaba en blanco. No recordaba haber consumido
drogas con ella, ni habérsela follado.
Esto era malo, jodidamente malo.
—Sal de mi puta cama y vete a la mierda. Tienes lo que viniste a
buscar, ahora lárgate—le gruñó mientras recogía su vestido y se lo
arrojaba a la cabeza.
Quitándose el vestido de la cara, le dedicó una sonrisa ladina.
—No puedo esperar para decirle a Monika que ahora seremos
hermanas de verdad, como siempre hemos planeado.
Él soltó una risa desagradable y sacudió su dolorida cabeza ante su
estupidez.
—¿Qué carajo te pasa? No existe un nosotros, ni ahora, ni tampoco
en el futuro. ¿Crees que no sé lo que eres? ¿Cómo te has estado
follando a mis hermanos del club? Lo sé todo, y de ninguna manera
repetiré lo de anoche. Está terminado. Finiquitado. Ahora saca tu
culo de puta de mi cama y lárgate. Será mejor que te hayas ido
cuando termine en el baño—gruñó él mientras cerraba
violentamente la puerta del cuarto de baño detrás de él sin darle
oportunidad de decir otra palabra.
De pie dentro del baño, su estómago se revolvió y la bilis le subió a
la garganta cuando vio la bolsita vacía junto a las reveladoras
manchas blancas en la encimera. Apretando los dientes, tragó con
fuerza hasta que su estómago se calmó. Agarrando una toallita, la
mojó, limpió la encimera y luego la enjuagó una y otra vez,
asegurándose de que se hubieran acabado todas las drogas antes de
tirar el paño usado al lavabo. Al mirar sus ojos inyectados en sangre
en el espejo, se encogió y miró hacia otro lado. Ni siquiera podía
mirarse a los ojos, ¿cómo iba a mirar los ojos de su chica?
Todo lo que sabía ahora era que tenía que limpiarse, ir a casa y
hablar con Sky. Necesitaba escuchar la verdad y sabía que ella no le
mentiría. Anoche aparentemente había permitido que su culo
borracho lleno de cocaína y su rabia tomaran decisiones por él. En lo
más profundo de sus entrañas sabía que lo había jodido. La pregunta
era por qué, ¿por qué había permitido que Monika y la puta lo
irritaran hasta el punto de que todo lo que quería hacer era vengarse
de Sky? Lastimarla tanto como ella lo había lastimado a él.
Monika le había dicho que Sky estaba de camino al club y que tenía
un plan para vengarse de ella. Un plan que él había aceptado.
Recordaba esa parte.
Toda la mierda en el suelo y en el cesto de basura habían sido
preparados para hacerle pensar que él era un tramposo tan
p p p p q p
cachondo como ella.
Pero no todo había sido un montaje.
El condón usado que estaba en el fondo del cesto de basura no lo era.
¡Mierda!
Ahora, a la dura luz del día, sobrio y con dolor de cabeza, sabía que
las cosas no eran lo que parecían. Tenía una horrible sensación en el
estómago de que había sido engañado. Engañado por su propia
sangre, por su hermana.
Mierda.
Se enjuagó la cara con agua fría y se quedó de pie con las manos
agarrando el lavabo, mirándose al espejo mientras el agua goteaba
de su barbilla y su estómago se revolvía. Los ojos inyectados en
sangre y la piel pálida contaban la historia de su noche.
Recordó haber bebido algo que Monika le había dado, por el shock le
había dicho ella. Sus recuerdos se volvieron confusos después de
eso. Tenía un vago recuerdo de haber bebido whisky directamente
de la botella y haber esnifado coca en las tetas de alguna perra. No
estaba seguro de quién eran las tetas o si había hecho eso más de una
vez. No podía recordar cómo llegó a su habitación, ni a follarse a
Crystal.
¡Había estado consumiendo drogas duras en la jodida casa club! Era
un delito grave y se preguntó si alguien lo había visto hacerlo.
Pero ese no era el peor de sus pecados.
Había engañado a su mujer.
Y porque sabía que ella iba camino a verlo, y que llevaba en su
vientre lo que le habían dicho que era el hijo de otro hombre, había
seguido el plan de su hermana para que pareciera que la había
estado engañando con Crystal.
Al menos ese había sido el plan. Al parecer no se había apegado al
plan. Había ido más allá y se había follado a la zorra. Eso lo convirtió
en el que había hecho trampa.
Y su pecado final, el peor pecado. Lo más imperdonable ante sus
ojos.
Había negado a su hijo y amenazado su vida. Incluso cuando
Monika le había estado diciendo que el niño era de Jason, él sabía
que no lo era. Su instinto le había dicho que era suyo y lo había
ignorado.
Tres.
El número de sus pecados.
Pecados que quedarían grabados para siempre en su mente y en su
corazón.
Al abrir la puerta del baño, suspiró aliviado cuando encontró la
habitación vacía e inmediatamente trabó la puerta. Arrancando
rápidamente la ropa de cama de la cama, arrojó todo en el cesto en la
esquina de la habitación. Una vez hecho eso, fue al baño para
ducharse y eliminar los pecados de su cuerpo.
Se sentía increíblemente frágil y avergonzado.
La mejor manera de adelantarse al show de mierda era contarle a su
presidente lo que había hecho. Y eso era admitir haber consumido
drogas duras en la propiedad del club.
Una hora más tarde llamó a la puerta de la oficina de Bounty.
Bounty no era el único en la oficina cuando entró.
Bulldog, Ice, Spider y Hawk estaban con él y las entrañas de Sin se
contrajeron de vergüenza y miedo. La vergüenza se multiplicó
cuando encontró los ojos de su mejor amigo y vio el disgusto y la
decepción en ellos. Apartó la mirada rápidamente, concentrándose
en su presidente.
—¿Qué puedo hacer por ti, Sin?—preguntó Bounty con voz muy
tranquila. No encontró ni rastro de ira. Pero tampoco le pidió que se
sentara.
De pie frente al escritorio de su presidente, Sin decidió que la mejor
manera de hacer esto era decirlo. Ser sincero.
—Anoche la cagué, Prez. Yo... yo esnifé coca aquí, en la casa club. —
Una vez que hubo confesado, sacó la bolsita vacía del bolsillo y la
dejó sobre el escritorio.
El silencio fue casi ensordecedor y pasó un rato antes de que Bounty
dijera algo.
—Spider me dijo que anoche hiciste algo más que esnifar cocaína.
Según él, arrojaste a tu chica a los lobos y si él no la hubiera
protegido, había muchas posibilidades de que le hubiera hecho
daño. —Los ojos helados se encontraron con los de Sin y él dejó caer
los suyos avergonzado.
—Hubo serias amenazas de tirar un tren con ella. Y a los hombres
que hicieron esas amenazas, a quienes por cierto, tu hermana los
alentaba a hacerlo, no les habría importado si ella estaba dispuesta o
no. Anoche tuvimos una fiesta abierta, Sin, y había hombres en los
que no se puede confiar cuando hay mujeres. Algo que sabías muy
bien porque lo comentamos en la iglesia. Pero echaste a tu chica
inocente y esos cabrones le pusieron las manos encima. Si tu
hermano aquí no hubiera estado con ella habría sufrido lo
inimaginable. ¡Y eso en mi puta casa club! ¡Bajo mi maldito techo!
¡Tus jodidas decisiones podrían habernos llevado a todos a la cárcel
por violación!
Dejando caer la cabeza entre las manos, apretó las palmas contra los
ojos doloridos mientras fragmentos de recuerdos regresaban a él.
Recuerdos que había pensado que eran un sueño inducido por las
drogas. Agarrándose la cabeza, estaba desesperado por borrar las
imágenes de los hombres manoseando a su chica mientras ella salía
de su habitación. Y el sonido de Monika riéndose y burlándose junto
con los hombres, pero no podía. Porque no había sido un sueño.
Había sido real. Y no había hecho nada para protegerla. No había
hecho nada para impedir que su hermana animara a los hombres.
Nada.
Peor aún, debió haberlos visto poner sus manos sucias sobre Sky,
pero le dio la espalda y volvió a la cama para desmayarse junto a la
puta.
p
—La cagué. No lo uso como excusa, pero estaba muy borracho y
drogado. Mi hermana me dijo que mi chica me había engañado con
mi primo y al principio no le creí. Fue cuando dijo que ella iba a
tener el bebé de mi primo y que vendría aquí para decirme que era
mío que perdí el control, Prez. Simplemente lo perdí e hice cosas que
nunca debí haber hecho. Y por lo que hice mi chica nunca más me
hablará, ni me perdonará. ¿Y si es mi hijo del que está embarazada?
—Negando con la cabeza, agitó una mano para silenciar el gruñido
enojado de Spider—. No, no si, sé que es mi hijo del que está
embarazada. Sky nunca me mentiría y como estaba jodidamente
drogado lo olvidé. Olvidé la promesa que nos hicimos cuando
empezamos a salir. Que nunca nos mentiremos, sin importar cuánto
daño podía causar la verdad, siempre seríamos honestos el uno con
el otro.
Sacudiendo la cabeza de un lado a otro sintió que sus ojos
empezaban a arder con lágrimas no derramadas.
—Permití que mi hermana me obligara a hacer algo que no puedo
creer que haya hecho. No puedo recordar todo lo que hice pero sé
que fue malo. Y eso no es propio de mí. Simplemente no lo entiendo.
¿Por qué? ¿Por qué dejé que Monika...?
Y entonces cayó en la cuenta. La bebida, la bebida que Monika le
había dado. La confusión y la rabia lo habían devorado una vez que
la terminó. La maldita rabia que lo tuvo haciendo cosas que nunca
habría hecho. La distancia que sentía de todos y de todo lo que lo
rodeaba y los grandes vacíos en su memoria. ¿Sabía lo que había en
la bebida? ¿Le había hecho esto su propia hermana? ¿O alguien más
la había estado manipulando para llegar a él?
Sin embargo, encontrar las respuestas dependía de él, no de su club.
Él la confrontaría después de confrontar a Jason. Llegar a él iba a ser
un problema porque su primo era un miembro parcheado del
Sinners Sons MC. Tenían una tregua muy frágil con el otro club 1% y
si él y Jason llegaban a las manos eso no sería bueno.
Pero primero tenía que arreglar la mierda con su club.
—¿Cómo soluciono esto, Prez? —Su brusco susurro sonó tan roto
como su alma.
—No lo sé, hijo. Realmente arruinaste tu vida, eso es seguro. —La
respuesta de Bounty no ayudó en absoluto al ardor en sus ojos. De
hecho, lo empeoró.
—Tienes que ir con tu mujer y contarle lo que nos dijiste. —La voz
de Bulldog era áspera y enojada—. No creo que te acepte de nuevo,
pero al menos tendrás la oportunidad de estar en la vida de tu hijo.
Y con suerte, con el tiempo, ella te perdonará y aprenderá a confiar
en ti nuevamente, entonces tal vez, si tienes mucha suerte, tendrás
una segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrar que hay
más en ti que el maldito imbécil que está hoy aquí en esta oficina. —
Su voz se volvió fría y dura—. Si ella fuera mi hija, me aseguraría de
que nunca más te acercaras a ella o a su hijo, y esa es la puta verdad.
Se sentía como si le hubieran arrancado el suelo bajo los pies.
Conocía a su padre y no había manera de que Gilbert Copeland le
permitiera acercarse a su niña. Y lo mismo su madre, su hermano y
su hermana. Se asegurarían de que nunca más la volviera a ver, ni a
su hijo.
—Tengo que salir de aquí. —De repente se sentía desesperado por
irse. Por llegar a Sky y pedirle perdón.
—No, no irás a ninguna parte. Tenemos que abordar tus
transgresiones contra el club y para eso vamos a necesitar una iglesia
completa. Hoy es domingo, estás confinado en la casa club hasta que
podamos resolver esto. Lo siento, Sin, pero son las reglas del club y
lo sabes. Llama a tu chica, habla con ella, mira dónde estás y
continúa desde allí. —Bounty imponía la ley y no podía hacer nada
más que obedecer.
La noche en que aceptó y se puso su chaleco, se convirtió en parte
del club y estaba sujeto a sus reglas.
De repente se preguntó por qué había insistido tanto en mantener a
Skylar alejada de sus hermanos. ¿Por qué no quería que ella los
conociera? ¿O que viniera adonde pasaba la mayor parte de su
tiempo? No es que tuviera nada que ocultar, ni que se avergonzara
de sus hermanos. Estaba orgulloso de ser un Iron Dogz, orgulloso de
su club y de sus hermanos.
Entonces, ¿qué diablos le pasaba?
—Querías el oro y el moro—gruñó Spider de repente y fue entonces
cuando se dio cuenta de que había expresado sus pensamientos en
voz alta.
—No te mereces a esa chica, Sin. Hemos sido amigos desde antes de
que empezaras a rondar por el club. Fuimos prospectos,
conseguimos nuestro parche juntos y ninguno de nosotros sabía que
tenías una chica. Ni siquiera yo, tu maldito mejor amigo. Ella era un
secreto que nos ocultaste y te he visto con las putas de por aquí.
Puede que ya no te las folles, pero casi nunca te niegas a un baile
erótico y permites que las perras se sienten en tu regazo y te toquen
todo el tiempo. Eso, cabrón, en mi opinión, es hacer trampa. Has
estado engañando a tu chica durante putos años, Sin, tal como ella
dijo.
Sacudió violentamente la cabeza de un lado a otro. No, no era cierto,
él nunca la había engañado. ¿Y cuándo había dicho que él la había
estado engañando? No podía recordarlo. Debía ser uno de esos
jodidos vacíos en su memoria.
—Es una línea muy fina, hermano—continuó Spider—. Si ella
permitiera que los hombres la tocaran y le hicieran bailes eróticos,
¿cómo te sentirías? ¿Qué harías si la encontraras con un bastardo
follándosela? ¿Qué harías si el cabrón que tenía su polla dentro se
volviera hacia ti, te diera una sonrisa desagradable y siguiera
follándola?
Sin sintió que su labio superior se levantaba en un gruñido enojado
ante la idea.
Spider lo señaló con el dedo, su rostro contraído por la ira.
—Toda esa mierda le pasó a ella anoche. Y tú permitiste que le
pasara. En realidad, tú lo hiciste posible. Estoy jodidamente
decepcionado de ti. Eres uno de mis mejores amigos y esta mierda
me mata, simplemente me mata porque en el fondo sé que no es
propio de ti. No es quién eres, así que ¿por qué carajo permitiste que
sucediera esa mierda?
Sin se encogió internamente cuando aceptó la verdad.
—Soy exactamente lo que me llamaste. Un jodido estúpido. No
quería que ella viniera aquí y viera cómo son las zorras con los
hermanos. Es una buena chica. No quería que no confiara en mí
cuando estuviera aquí sin ella. Y permitir los bailes eróticos y esa
mierda... le conté todo eso. Ella era consciente de esa parte de la vida
del club y yo sabía que no estaba contenta con eso. Si hubieras
prestado atención, habrías notado que solo sucedió unas pocas veces
después de que me parchearon y después no volvió a ocurrir. Las
perras todavía me tocan pero me alejo tan pronto como puedo. Me
follé a zorras de club mientras era un simpatizante, pero eso fue
antes de conocer a mi chica. Esa mierda se detuvo en el momento en
que la vi por primera vez. Sabía que ella era mía y no quería
arruinarlo. —Gimió profundo y fuerte cuando comprendió la
desesperanza de su situación—. Y ahora lo he hecho, lo he jodido.
He jodido completamente mi vida.
Pasándose las manos bruscamente por el cabello, gimió de dolor y
desesperación.
—Estoy jodido—susurró él.
Y lo estaba. Completamente.
Tres días más tarde, después de enfrentarse a Hawk en el ring como
castigo y obligarlo a ver el video de lo que había sucedido afuera de
su habitación, finalmente se le permitió salir del complejo. Con
Spider a su lado, corrió hacia su dúplex sólo para encontrarlo vacío
de las posesiones y presencia de Sky. El lugar había sido limpiado a
fondo y su chica ya no estaba.
Se quedó allí y respiró el abrumador olor a lejía. No quedaba ni
rastro de su olor. Lo habían fregado hasta dejarlo limpio. Incluso el
interior de los armarios y los cajones donde guardaba su ropa habían
sido fregados.
Era como si ella nunca hubiera estado allí.
Y era culpa suya porque la había amenazado a ella y a su bebé.
Había amenazado sus vidas.
¿Cómo carajo pasó eso?
Spider fue llamado a la casa club y él se dirigió solo al complejo de
los Sinners Sons MC. Se sentía extraño montar solo. Por lo general,
tenía a sus hermanos a su alrededor, cuidando su espalda.
Pero no esta vez. Esta vez estaba solo.
Esperaba con todas sus fuerzas que su primo estuviera en la casa
club porque no quería ir a la casa de Megan para hablar con él. No
quería que ella escuchara nada de lo que estaba a punto de
preguntarle.
Al llegar a las puertas cerradas del complejo de los Sinners, tuvo que
esperar mientras el hermano en la puerta pedía permiso para dejarlo
entrar. Sus clubes no tenían el tipo de relación en la que podían
simplemente entrar de visita.
Finalmente la puerta se abrió y él entró, estacionando al final de una
larga fila de motos relucientes.
Jason, o Rook, como lo llamaba su club, lo estaba esperando con una
sonrisa en el rostro.
—¡Holaaaa primo! ¿Qué estás haciendo de este lado de la división?
—bromeó.
Sin no dijo una palabra mientras caminaba hacia él, muy consciente
de que algunos de sus hermanos estaban mirando. Cuando llegó a
su lado, lo abrazó fuerte antes de que se separaran.
—Hola, Rook. Necesitamos hablar en privado—dijo Sin en voz muy
baja.
La sonrisa de su primo desapareció inmediatamente y asintió hacia
un grupo de mesas de picnic mientras sus ojos entrecerrados
contemplaban el rostro magullado de Sin.
—Vamos a sentarnos y puedes decirme por qué carajo caminas como
si tuvieras dolor y te ves como si te hubieran caído una tonelada de
ladrillos en la cara.
De ninguna manera podría decirle a su primo que era justicia del
club por una falta. Eso era asunto del club y él no podía saberlo. Pero
el resto se lo podía contar.
No intentó endulzar por qué estaba allí y se lo dijo tan pronto como
se sentaron uno frente al otro.
—Monika dice que te has estado follando a mi mujer y la dejaste
embarazada de tu hijo.
Rook pareció sorprendido y luego furioso.
—¿Qué? ¿Qué carajo?
Negó con la cabeza mientras miraba a Sin.
—Y le creíste a esa perra, ¿verdad? Dios, Sin, tu hermana es una
perra mentirosa, siempre lo ha sido. Desde que éramos niños, ha
estado mintiendo para librarse de los problemas y endilgárselo a los
demás.
Sin quería interrumpir pero el hombre estaba furioso y levantó
ambas manos para callarlo.
—¡No, Sin! No, vas a escucharme ahora. ¿Sabías que tu preciosa
hermanita se ha estado follando al inútil marido de mierda de mi
hermana? No, por la expresión de tu cara puedo ver que no lo
sabías. Los encontré en la casa de Steffi, en su maldita cama. ¿Y sabes
lo que me dijo esa puta cuando los eché a los dos? Que se vengaría.
Entonces esto es lo que ella quiso decir. Quiere que mi dama se
entere de esta mierda y pierda la puta cabeza. —Rook sacudió la
cabeza y resopló—. Para desgracia de su culo intrigante, mi dama
me conoce, sabe que mi polla es suya y sólo suya. Nunca le faltaría el
respeto follándome a tu mujer, que además es una buena amiga
suya. Y no hay manera de que Sky alguna vez le haga eso a una
amiga o a ti. Es demasiado leal y honorable.
Mientras lo explicaba todo, Sin se dio cuenta de lo mal que lo habían
manipulado. De lo mal que lo había jodido.
—La cagué, Rook. Monika y Crystal vinieron a verme a una fiesta en
el club. Había estado bebiendo con mis hermanos y no estaba del
todo sobrio, pero tampoco estaba completamente borracho. En pocas
palabras, me dijo que mi dama te estaba follando y que estaba
embarazada de tu hijo. Me quedé estupefacto y enojado. Al principio
no le creí, pero eso cambió. —Respiró hondo antes de expresar sus
sospechas.
—Me dio un trago, para el shock, me dijo. No recuerdo mucho
después de eso, sólo fragmentos, pero lo que sí recuerdo es la rabia
que sentía y la necesidad de vengarme. Y todo el tiempo ella estuvo
allí, animándome a hacer cosas que nunca haría. A beber, consumir
drogas y follarme a una puta. No sólo engañé a mi dama, sino que
cuando ella entró a mi habitación, amenacé su vida y la de nuestro
bebé. Vi como los hombres de un club visitante le ponían las manos
encima y no hice nada para protegerla. Si no fuera por Spider, no sé
qué le habría pasado. —Sin cerró los ojos y sacudió la cabeza—. No,
eso es mentira, sí sé lo que le habría pasado. Simplemente no me
importaba. Era como si fuera otra persona, alguien que no sentía
nada por nadie. Había una ira fría dentro de mí que… que hacía que
no me importara.
Su primo no dijo una palabra, solo lo miró fijamente con los ojos
entrecerrados y helados.
—La amo, Jase. La amo y dije e hice toda esa mierda. ¿Cómo carajo
pude hacer eso? ¿Cómo? No es lo que soy.
Rook lo miró fijamente cuando él se quedó en silencio, miró a su
alrededor y luego asintió.
—Sé que ese no eres tú y desafortunadamente sé por qué hiciste lo
que hiciste. No puedo decir más porque es asunto del club. Pero te
prometo que tan pronto como mi Prez me dé el visto bueno te daré
la información que necesitas. Por ahora, todo lo que puedo decirte es
que no aceptes ninguna bebida sin abrir de tu hermana, ni de nadie
más. Si lo haces y le añaden lo mismo… una segunda dosis puede
matarte.
Quedó atónito y miró a su primo en estado de shock.
Poniendo una mano sobre el antebrazo de Sin, él continuó.
—Tu padre y mi madre son hermanos y nuestras madres son
amigas, pero tu familia y la mía son completamente diferentes. Tu
madre... ella no es buena gente, hermano. Odio hacerte esto, pero no
te sorprendas si ella tuvo algo que ver en esta mierda. A ella nunca le
gustó Sky y siempre te quiso con alguna perra de alta sociedad. Le
dijo a mi madre que te animaría a terminar con Sky y a convertir a la
hija de su amiga en tu esposa.
¿Qué?
—¿Mi madre dijo eso? Sé que no le agrada mucho Sky, pero sabe
que la amo y que planeo casarme con ella. Incluso le pedí el anillo de
mi abuela.
Rook sacudió la cabeza y suspiró profundamente.
—Sólo ten cuidado, primito, están pasando cosas malas con las
mujeres en tu casa. No puedo decirte más, porque es asunto del club,
pero ten mucho cuidado.
Cuando salió del complejo de los Sinners, las cosas que Rook le
había dicho se arremolinaban en su cabeza y sabía que tendría que
confrontar a su hermana y tal vez incluso a su madre.
Que le den a su puta vida.
Al entrar en la casa de sus padres, tuvo que controlar su
temperamento cuando escuchó a su hermana y a Crystal, la maldita
puta, reírse de cómo habían ahuyentado a Sky. Cómo ahora estaba
abierto el camino para que Crystal y Sin finalmente estuvieran
juntos. Cómo Sin iba a ser el padre del bebé de Crystal y no del de
Sky.
¿Qué? Eso no está pasando.
Su madre lo vio primero y su risa se apagó cuando vio los moretones
en su rostro.
—¡Cariño! ¿Qué te pasó? ¿Quién te hizo eso? ¿Fue esa cualquiera y
su familia? ¿Ese horrible hermano suyo te hizo esto? —Ella corrió a
su lado y trató de tocarle la cara, pero él la empujó. Y no con mucha
delicadeza.
—Sky no tuvo nada que ver con esto. Fue asunto del club. —Dirigió
sus ojos hacia su sonriente hermana y su engreída amiga.
Señalando a Monika y luego a Crystal, gruñó con saña.
—Ellas son parte de la razón por la que recibí esta paliza. Me
emborraché y esnifé coca con ellas, en realidad sobre las tetas
desnudas de Crystal, a la vista de todo el club. Permití que la historia
de mierda que me contaron arruinara mi puta vida. Fui un imbécil,
estaba borracho, drogado hasta el culo y eso me costó todo. Sky está
embarazada de mi hijo, no de Jason. Ahora ella y mi bebé se han ido
porque la engañé y la humillé delante de mis hermanos. Y para
colmo, la amenacé a ella y a mi hijo con violencia si alguna vez la
volvía a ver.
Al volver los ojos hacia su madre, notó lo pálida y preocupada que
estaba. Ella literalmente se estremeció cuando miró sus ojos furiosos.
Sabía que cambiaban de color cuando estaba a punto de perder la
cabeza. Y ahora mismo estaba muy cerca.
—Debido a esas dos putas de allí, has perdido cualquier posibilidad
de conocer a tu primer nieto—dijo él con los dientes apretados. Si no
los apretaba fuerte, empezaría a bramar de rabia.
—¡No te atrevas a llamar putas a tu hermana y a Crystal!—espetó su
madre—. Monika los encontró a ella y a Jason en tu cama, en tu casa.
Ella no quería decírmelo pero se lo sonsaqué. Jason la amenazó con
hacerle daño si le decía a alguien que ese pequeño bastardo que lleva
la zorra era suyo. Conoces a tu primo, es un criminal peligroso y
también lo son los hombres de su club. El bastardo que lleva dentro
no es mi nieto.
No tenía idea de cómo su madre podía ser tan estúpida. Pero claro,
su hermana era su pequeña, siempre había sido su favorita.
—He hablado con Jason, cara a cara. Le preguntó qué diablos estaba
pasando. ¿Y sabes lo que me dijo? La verdad. Y la verdad es algo que
no te va a gustar. Se encontró con Monika y Ben, el marido de Steffi.
En la casa de ellos, en su cama. Y cuando Jason los echó, ella lo
amenazó. Le dije que se vengaría.
Observando atentamente a su madre vio que no estaba sorprendida,
ella sabía sobre Monika y Ben y la confrontación con Jason. Sintió
como si una banda elástica se apretara cada vez más en su estómago
y tuvo un mal presentimiento. Un maldito presentimiento.
—No me importa lo que Jason diga o haga—dijo Monika, llena de
falsa bravuconería—. Ben y yo nos amamos y estaremos juntos para
siempre.
—Tienes que escucharnos, Junior, tuviste suerte de escapar, cariño.
Sky no es la mujer para ti. No me importa lo que diga Jason, es un
criminal mentiroso. No creo ni una palabra de su boca. —Su madre
tenía una expresión extraña en el rostro—. Monika y Ben se
enamoraron y no hay nada de malo en amar a alguien.
Él sonrió y no fue una buena sonrisa.
—Tienes razón, no hay nada malo en el amor. Lo que está mal es
tomar a alguien que pertenece a otra persona. Hasta que Monika
interfirió en nuestras vidas, Ben pertenecía a Steffi y Sky me
pertenecía a mí. Ahora Steffi y yo estamos sufriendo por su culpa.
¿Sabías que ella me drogó? Mi Prez me mostró la evidencia en un
video de cómo lo hizo.
Un silencio sepulcral reinaba en la cocina y pudo ver que la
preocupación comenzaba a aparecer en sus rostros. Nunca pensaron
que lo averiguaría. Lo más probable es que hubieran pensado que no
recordaría lo sucedido. No sabían que había cámaras por toda la casa
club.
—Y solo un aviso, Jason está furioso y busca venganza. Y mi club
también. Si fuera vosotras, tendría mucho cuidado con lo que digo o
hago durante las próximas semanas. Especialmente tú, Monika.
Mirando a su madre y luego a su hermana, sacudió la cabeza.
—Me voy y no volveré. No puedo estar cerca de ninguna de vosotras
ni un segundo más. Especialmente no de esa puta de allí.
—Ella no estará aquí por mucho tiempo, hijo—gruñó su padre
entrando por la puerta trasera abierta. De pie, con los brazos
cruzados sobre el pecho, miró a las mujeres y luego sacudió
lentamente la cabeza hacia su esposa.
—Te he advertido más de una vez que ibas a ahuyentar a nuestro
hijo y ahora finalmente lo has logrado—dijo y volvió los ojos hacia la
puta.
—Recoge tu mierda y vete, Crystal. No vuelvas nunca más, no eres
bienvenida en mi casa.
—P... pero... pero tío Carl...—tartamudeó la zorra en estado de
shock.
No le dio oportunidad de terminar.
—No soy ninguna puta familia tuya. Recoge tu mierda y lárgate de
mi casa. ¡Ahora!
Crystal salió de prisa de la cocina atemorizada, agarró el bolso y
salió corriendo por la puerta principal abierta. Estaba tan enojado
que no la había cerrado cuando entró.
—¡Papi!—lloró Monika.
—Cállate, Monika, no me interesan tus mentiras. Tú y tu madre ya
habéis hecho bastante daño—espetó su padre.
—No es lo que piensas, Carl. No conoces toda la historia. Crystal…
—intentó hablar su madre
Él no la dejó terminar.
—Llegué antes que nuestro hijo y estuve afuera todo el tiempo que
esas dos te contaron su sucia historia. Imagínate mi sorpresa y
repugnancia cuando escuché que habías animado a Monika a
tenderle una trampa a nuestro hijo. Escuché todo, Adalein, cada puta
palabra. Tú y Monika preparasteis esto entre las dos. Creo que es
mejor para todos si haces las maletas y te mudas con tu hija. No te
quiero en mi casa mientras decido lo que voy a hacer.
q q y
Su madre se levantó de golpe de su asiento.
—Ésta es tanto mi casa como la tuya. No me voy.
Su padre soltó una risa asqueada.
—¿Recuerdas cuando compramos la casa? ¿Recuerdas que insististe
en que usara la mitad de las ganancias de la venta de nuestra antigua
casa para comprarla? Tú querías tu mitad para invertirla. Estuve de
acuerdo y te di la mitad del dinero. Eso significa que ésta es mi casa,
pagada con mi dinero. Ambas necesitáis hacer las maletas e iros
antes de que pierda la cabeza y arroje vuestros culos a la calle.
Las bocas de su madre y su hermana se abrieron en estado de shock.
Ninguna de las dos esperaba que las cosas salieran como sucedieron.
—Junior… —Su padre intentó hablar con él, pero le hizo señas para
que se callara.
—Lo siento, papá, pero ese hombre ya no existe. Está muerto. El
único nombre al que responderé es el de mi club, Sin. No pondré un
pie en esta casa si ellas dos están aquí. Si me necesitas llámame, pero
sólo por ti, papá. Sólo por ti. Ya no tengo madre, ni hermana.
Con eso se dio la vuelta y comenzó a caminar.
—Avísame si hay algo que pueda hacer para ayudar, Sin—dijo su
padre y todo lo que pudo hacer fue levantar una mano para hacerle
saber que lo había escuchado.
Necesitaba llegar a la casa de los padres de Sky.
Ojalá escucharan lo que tenía que decir.
♠♠♠
Durante las últimas semanas prácticamente había acampado en la
calle de los Copeland. Le negaron la entrada a su propiedad y se
negaron a hablar con él. Finalmente llegó a un punto crítico cuando
recibió una carta de un abogado amenazándolo con procesarlo si no
dejaba de acosar a la familia Copeland.
Ni siquiera los abogados del club pudieron hacer nada al respecto.
Tuvo que abandonar el vecindario.
No es que lo hiciera. Mantuvo vigilancia desde lejos pero nunca
volvió a ver a su chica.
No tenía idea de qué tan avanzada estaba Sky cuando vino a verlo,
así que hizo una suposición y calculó cuándo nacería el bebé.
Pero se equivocó. Y se lo perdió.
Se perdió el día en que los Copeland desaparecieron y solo
reaparecieron seis semanas después.
En vano intentó hablar con ellos, preguntarles por el bebé. Su hijo.
Pero incluso con eso la cagó. Y finalmente, muchos meses después,
tuvo que darse por vencido y dejarlos en paz.
Derrotado regresó a la sede del club y juró que nunca habría otra
mujer para él. Nunca más volvería a creer ciegamente en lo que le
dijeran. Nunca más tocaría a una mujer en la casa club ni dejaría que
lo tocaran.
Había terminado con las putas, para siempre. Lástima que la
decisión había llegado demasiado tarde.
Demasiado tarde para su mujer y su hijo.
Ni siquiera sabía si tenía un hijo o una hija y eso lo mataba. Lo
mataba porque era su culpa.
Él fue quien la había amenazado con actos violentos si alguna vez la
volvía a ver. Él fue quien la había engañado y se lo había refregado
en la cara. Todo lo que había pasado era culpa suya. De principio a
fin.
No merecía saber si tenía un hijo o una hija.
Si pudiera regresar y cambiar todas sus decisiones, lo haría.
Haría las cosas de otra manera.
La llevaría al club. Se la presentaría a sus hermanos y amigos. La
llevaría a las fiestas y se quedaba a su lado toda la noche,
asegurándose de que se divirtiera y se sintiera cómoda estando en su
club.
Y cuando viniera a decirle que estaba embarazada, lo celebrarían
juntos.
Celebrarían haber hecho una vida.
Se arrepintió de sus decisiones. De muchas de ellas. Tenía
remordimientos.
La vida se extendía sombría y vacía delante de él. Ella era la
indicada, y debido a sus acciones la había perdido. Se había ido y
también su hijo por nacer.
Un niño cuyo sexo o nombre desconocía.
Un niño al que había negado y que ahora había perdido.
Sus acciones le habían costado su pequeña familia.
Lo único que le quedaba era el club.
El club y sus hermanos.
Todo lo que le quedaba en el mundo estaba tatuado en su piel.
Su nombre en el interior de su bíceps izquierdo, cerca del corazón.
Un tres tatuado en su pecho.
El número de sus pecados.
Capítulo 3
Sin
En La Actualidad

Aparentemente relajado, aunque no era así, estaba sentado con los


brazos cruzados sobre el pecho y observaba a sus hermanos mientras
escuchaban a Hawk. Ellos habían llegado a última hora de la tarde
después de sus cortas vacaciones en Zinkwazi y caminaron
inmediatamente hacia la iglesia. Bueno, no inmediatamente, pero
casi.
Su Prez había sido súper protector con su dama durante todo el
camino a casa y no tenía que preguntarse el motivo. Sus mujeres
estaban amenazadas por ese pedazo de mierda que todavía no
habían localizado. Y eso tenía a todos muy tensos. Como Sargento de
Armas, su trabajo era garantizar la seguridad de su presidente y de
su dama. Tan pronto como terminaran con la iglesia, agregaría
hombres a su equipo de protección. No estaría de más ser cuidadoso.
Gracias a Dios, nadie más que sus hermanos más cercanos sabía
sobre Sky y su hijo.
Y eso los mantenía a salvo. Dondequiera que estuvieran.
Volvió a sintonizar con el informe que Hawk estaba dando sobre su
reunión con los presidentes de las dos principales sedes de KZN,
Durban y Richards Bay.
—Tenemos problemas en Richards Bay, pero confío en Barracuda, es
un buen hombre y solucionará sus problemas. Lo preocupante es
que su ex podría tener vínculos con el Harrison Syndicate.
Barracuda lo investigará e informará a Hotdog. He puesto a Hotdog
a cargo de los clubes de KZN, ellos le reportarán y él me reportará a
mí. Es más fácil para Durban responder a una llamada de ayuda que
para nosotros. Estoy pensando en hacer lo mismo en otras áreas. Me
dejará más tiempo para concentrarme en hacer que el club supere la
batalla con Winifred y su maldita familia.
Hubo asentimientos y gruñidos de acuerdo. Todos eran conscientes
de que su presidente pasaba largas horas en su oficina y de viaje
ocupándose de sus negocios y preparándolos para el inminente
enfrentamiento con los Harrison.
En lo que a Sin se refería, su Prez debería delegar más en los
hombres de la mesa y dejar que le ayudaran a aliviar la carga que
llevaba. Y no había mejor momento que ahora para empezar a poner
en marcha eso.
Carraspeó y todos los ojos se volvieron hacia él.
—Tengo una sugerencia, Prez. ¿Por qué no nos delegas más tareas
cotidianas a nosotros, tus oficiales, y de esa manera puedes
concentrarte en planificar el exterminio de los Harrison? —Sin puso
su idea sobre la mesa y de inmediato hubo asentimientos de cabeza.
No era el único que veía que su Prez necesitaba ayuda.
—Estoy de acuerdo—dijo Ice—. Estamos aquí para ayudar y
últimamente has estado cargando demasiado sobre tus hombros,
Prez. Necesitas algo de tiempo de inactividad al igual que nosotros.
—Levantó una mano para impedir que Hawk hablara—. Y no digas
que acabas de tener un largo descanso. No nos olvidemos que te
encargaste de los negocios mientras viajabas hasta la playa y
mientras estaba allí. Es posible que hayas tenido algo de tiempo para
relajarte, pero todos te conocemos. El club estuvo dando vueltas en
tu cabeza todo el tiempo que estuviste allí.
Hawk enarcó una ceja y sonrió.
—No todo el tiempo, hermano.
—Oh, créeme, lo sabemos, Prez. Oímos y vimos demasiado—soltó
Boots con una risa burlona.
Señalándolo con el dedo, Hawk de repente se puso muy serio.
—No le menciones esa mierda a mi dama.
—Nunca, jefe—dijo Boots—. Me gusta mi polla justo donde está.
j j g p j
La risa rompió la tensión por un momento hasta que volvieron al
trabajo.
Terminó siendo otra noche muy larga.
♠♠♠
Después de unos días de sus actividades habituales, se sentía como
si nunca hubieran estado en la playa. Un día llevaba al siguiente y,
sin que ninguno de ellos se diera cuenta, había pasado una semana y
todavía no tenían nada sobre Sharma. El bastardo había
desaparecido tan rápidamente como había aparecido. Sus
informantes afirmaban no haber oído nada en las calles y Sin no
sabía si les creía. Algunos de ellos habían estado demasiado
nerviosos y dispuestos a correr ante el menor ruido. Habían
desembolsado mucho dinero por absolutamente nada.
Y luego, de la nada, y cuando menos lo esperaban, Gideon Acheson
llegó a la tienda de tatuajes de DC y los sorprendió. Había venido
para escoltar a su hombre, Kellen Paxton, de regreso a Ciudad del
Cabo.
¿Se sintieron ofendidos porque era gay? Diablos, no, en absoluto. Su
orientación sexual no era de su incumbencia. Lo único que sí les
preocupaba eran los negocios que tenían con él y su jefe, Dominick
Maingarde.
Lo que les sorprendió fue que él había reclamado a alguien justo
cuando estaban a punto de entrar en un momento muy peligroso.
Y desde esa visita sorpresa, Dom y Gideon habían estado en silencio.
No le gustaba para nada.
Era como si la presión aumentara constantemente y supiera que en
algún momento sería demasiado alta y explotaría. Ojalá no en sus
caras.
Las condiciones de hacinamiento en la casa club tampoco ayudaban
a aliviar la tensión.
Hawk había prohibido todas las fiestas por el momento y los
hermanos estaban empezando a ponerse ansiosos. Necesitaban algo
para romper la tensión y, para ser honesto, el aburrimiento. Había
mucho que podía hacerse alrededor de la casa club y en la
propiedad.
Iba a sugerir una braai familiar la próxima vez que se sentaran a la
mesa y, con suerte, al jefe le parecería bien.
Pero antes de que pudiera poner en práctica su idea, tuvieron
noticias de Dom. Y no fueron buenas noticias en absoluto.
Su hombre dentro del bando de los Harrison se había acercado para
advertir a Dom que había rumores sobre un ataque a objetivos
blandos. Y estaba previsto que sucediera pronto. La noticia aumentó
aún más las tensiones en la mesa y en el club.
El trabajo de Sin se convirtió en lo único que le importaba. Velar por
la seguridad de su Prez y del club era en todo lo que pensaba
durante las veinticuatro del día, los siete días de la semana. No
podía recordar cuándo fue la última vez que se había tomado un
tiempo para buscar una mujer y, honestamente, estaba bien usando
su mano cuando necesitaba alivio. No tenía el tiempo ni las ganas de
buscar una mujer dispuesta en este momento.
Cuando finalmente supieron de Dom, se alegró de haber
intensificado la protección de DC. Kellen, el hombre de Gideon,
había sido secuestrado y torturado antes de que pudieran rescatarlo.
Era preocupante que hubiera estado en Johannesburgo
encargándose de la tienda de DC mientras estaban de vacaciones.
¿Lo habían mantenido vigilado mientras estuvo aquí y nadie se dio
cuenta?
Si ese fuera el caso no era algo bueno, nada bueno.
Su Prez insistía en dejar a su dama por las mañanas y recogerla una
vez que terminara su día de trabajo. Significaba que un grupo
grande viajaba dos veces al día a un destino conocido y eso los hacía
vulnerables a un ataque. Sus movimientos eran demasiado
predecibles.
De alguna manera tenía que convencer a DC para que redujera sus
citas, pero era más fácil decirlo que hacerlo. Era una artista muy
p q y
solicitada y sus citas se reservaban con meses de antelación.
Pero entonces recibieron noticias que hicieron mucho más fácil
convencer a DC.

Hawk
Todos los días desde que hicieron esa prueba, tuvo que evitar
contarle la noticia a Ice y Bulldog. Tenía tantas ganas de decírselo,
pero DC insistió en que tenían que esperar hasta que ella terminara
el primer trimestre. Por si las cosas salieran mal.
Nunca pensó que perderían a su bebé. De alguna manera sabía que
este niño, su hijo, estaba aquí para quedarse. Y hoy por fin iba a
decirles a sus hermanos que iba a ser padre.
Esperó deliberadamente hasta que todos estuvieran en la iglesia
antes de entrar. Sentándose, apoyó un antebrazo junto al bloque de
acero y recogió el martillo brillante sobre la mesa frente a él. El
martillo chocó contra el bloque con un sonido resonante y el ruido
cesó inmediatamente.
Hawk miró alrededor de la habitación a los rostros de sus hombres.
Algunos de esos hombres, como su tío Bulldog, habían estado con él
desde su nacimiento, otros llegaron más tarde. Eran sus amigos, sus
hermanos de armas y su familia.
Juntos habían cambiado el club de lo que solía ser a la hermandad
que era hoy.
Liberarse del pasado del club había tenido un precio que pagaron
con sangre. Un precio que habían estado dispuestos a pagar sin
importar el costo. Un precio que todavía estaban pagando con las
pérdidas que habían sufrido. Un precio que seguirían pagando
cuando finalmente se enfrentaran a los Harrison. Algo que todos
aceptaron era… que no todos saldrían ilesos de la pelea.
Pero junto a los malos tiempos también hubo buenos tiempos. Como
los hijos de sus hermanos y sus damas. Y ahora, por fin, era su turno.
Le tocaba a él compartir sus buenas noticias con sus hermanos, con
su familia.
Carraspeando, de repente se sintió cohibido, pero lo superó.
—Antes de pasar al tema de hoy, hay algo que necesito compartir
con vosotros.
Sin pensarlo clavó la mirada en Bulldog. Su tío frunció el ceño
mientras lo miraba. Manteniendo sus ojos como si le hablara sólo a
él, les dio la noticia.
—Voy a ser padre, mi dama está embarazada.
Un silencio sepulcral se mantuvo durante tal vez un segundo antes
de que Ice saltara, echara la cabeza hacia atrás y aullara como un
poseído. Al minuto siguiente todos sus hermanos se levantaron y
aullaron de alegría ante la noticia.
Bulldog se acercó a él, lo sacó del asiento y lo abrazó con fuerza.
Hawk apoyó la frente en su ancho hombro mientras lo apretaba.
—Estoy muy feliz por ti, hijo—susurró su tío antes de darle dos
palmadas en la espalda y alejarse.
Ice no le dio la oportunidad de recuperarse antes de abrazarlo y
hacer lo mismo.
—Estoy muy feliz por ti, hermano mío—le dijo y luego le dio una
palmada en la espalda, fuerte.
Eso continuó mientras todos sus hombres tomaron su turno para
felicitarlo.
—¿Qué tan avanzada está?—preguntó Sin en voz muy baja.
El corazón de Hawk dolió por la tristeza sombría en los fríos ojos
azul cristalino de su hermano. La veía cada vez que uno de los
hermanos hacía este anuncio en particular. O cuando llevaban a sus
bebés a la casa club para presentarlos a los hermanos. Hasta este
mismo momento había sentido lo mismo. Había sentido esa pérdida
profundamente.
—Cuatro meses, hermano. Esperamos para decíroslo hasta que ella
terminó el primer trimestre.
Deseó poder ignorar la orden de Sin de no buscar a Skylar Copeland.
Sería jodidamente fácil que Ziggy y Skelly la buscaran. Cada vez que
se lo ofreció, Sin se negó. Y no dio ninguna razón por la que no
quería que encontraran a su mujer y a su hijo. Tal vez era hora de
empezar a presionarlo para que la buscara, a ella y al niño antes de
que la mierda enloqueciera con los Harrison. Si Ziggy y Skelly
pudieran encontrarla, también podrían hacerlo los secuaces de
Winifred. Y eso sería un puto desastre.
Tomando la decisión de discutirlo con Sin lo antes posible, volvió a
sintonizarse con lo que estaba sucediendo alrededor de la mesa.
—¿Qué quieres, jefe, un niño o una niña?—gritó Bollywood desde el
otro extremo de la sala.
Todos empezaron a gritar al mismo tiempo y la mayoría gritaba
'niño' pero él simplemente sonrió y les hizo señas para que se
callaran.
—Quiero una niña. Una pequeña copia al carbón de su madre.
Rostros atónitos le devolvieron la mirada, pero no todos. Kahn
sonreía y asentía porque tenía niñas. Y por primera vez desde la
muerte de Penny, Rider tenía una sonrisa en el rostro mientras
asentía con la cabeza.
—Vas a tener que vigilarla como un halcón (NdelT: Hawk), jefe—
bromeó Bollywood con una amplia sonrisa—. Ella será hermosa y te
saldrán canas cuando tenga edad suficiente para tener una cita.
—No sucederá, hermano, ella nunca tendrá una cita y le dispararé al
primer cabrón que la mire—declaró Hawk firmemente.
Bulldog comenzó a reírse alegremente y a golpear la mesa con la
mano. Cuando finalmente se calmó, todavía estaba sonriendo.
—Sabes que tienes dos primas de la persuasión femenina, ¿verdad?
Y estuviste allí cuando Gail empezó a salir y yo quería dispararle al
cabrón con el que se casó, ¿verdad? Bien y mira dónde estamos hoy,
soy un puto abuelo. Estoy vigilando a Genna y hasta ahora he tenido
suerte porque he asustado a más de un imbécil que intentaba llegar
hasta mi bebita.
Ice aulló de risa mientras sacudía la cabeza de un lado a otro.
Bulldog lo fulminó con la mirada desde el otro lado de la mesa.
—Honestamente, no crees que hayas asustado a esos bastardos,
¿verdad, papá?—preguntó cuando finalmente recuperó el aliento.
No le dio tiempo a Bulldog para responder—. Genna es la piel de
Judas y ella misma los ha estado asustando. Ella se ve como
mantequilla, pero no se derretirá en tu boca, es fuerte y resistente y
tiene un culo terco. El hombre que finalmente rompa ese duro
caparazón suyo tendrá que tener nervios de acero porque ella lo
llevará de la polla si no tiene cuidado.
Bulldog gruñó pero sabiamente no estuvo en desacuerdo con él
porque todo lo que Ice había dicho era verdad. Genna era
definitivamente la piel de Judas.
Golpeando la mesa con la palma, la atención volvió a él.
—Bien. Suficiente tiempo de familia. Volvamos a los negocios.
Las sonrisas y las risas desaparecieron al instante mientras se
concentraban en las últimas noticias. No es que hubieran muchas. La
maldita perra vieja todavía estaba desaparecida y el hombre de Dom
dentro de la organización no había informado nada nuevo.
—He tenido noticias de Kid y son las mismas de siempre. Todavía
están buscando, pero no han encontrado rastros de Winifred ni de
ninguno de los que sabemos que todavía son leales a ella y a los
Harrison. Es como si hubieran desaparecido de la faz del puto
planeta. Lo cual no me gusta nada. Sin embargo, no se rinde y tiene
equipos buscando todos los días. Face se ha puesto en contacto con
sus conexiones del bajo mundo, pero hasta ahora no le han dado
nada de valor.
Recostándose en su silla, cruzó los brazos sobre el pecho.
—Hotdog y Barracuda informaron que el problema en Richards Bay
se ha solucionado de forma permanente. Perdimos dos hombres y la
dama de Barra. Todavía están investigando con quién se reunió en
Durban y Hotdog me aseguró que pronto tendrían una respuesta.
Maddox le está dando seguimiento. Los dos puestos vacantes se
pasarán a los demás presidentes, quienes informarán a sus hombres
en caso de que alguien esté interesado en trasladarse a Richards Bay.
Si hay alguien aquí que esté interesado, puede reunirse con Ice una
vez que hayamos terminado aquí.
Se hizo silencio cuando terminó. Un buen silencio.
—Bien. Sigamos. —Señaló a Wolf—. Tenías algo de lo que querías
hablarnos, hermano. Vamos a oírlo.
Wolf miró a Scar, quien asintió rápidamente.
—Sí, Prez. Mi dama quiere saber si puede seguir adelante con la
contratación de un par de bandas durante las próximas semanas.
Quiere hacer una especie de actividad de fin de verano en The Thirsty
Dog. Y aparentemente tiene contacto con una banda indie de Estados
Unidos que podría estar interesada en tocar un par de noches
después de que terminen su gira local.
Los murmullos comenzaron inmediatamente. Algunos entusiastas,
otros no tanto. Se dio cuenta de que los solteros eran los más
entusiastas.
—¿De los Estados Unidos?
—¿Quién?
—¿Conocemos a la banda?
—¿Qué pasa con la seguridad?
Scar golpeó la mesa con sus anillos y se hizo el silencio.
—Todos estamos muy ansiosos por nuestras mujeres después de lo
que le pasó a Kellen, pero no podemos encerrarlas para siempre. Mi
dama se está empezando a cabrear mucho porque tuvieron que
cancelar todas las promociones y bandas y están perdiendo dinero.
No es que el dinero sea más importante que sus vidas, pero es su
negocio y sus clientes están empezando a irse a otra parte. Si ellas
pierden dinero… nosotros perdemos dinero, dinero legítimo. ¿Qué
pasa si seleccionamos una o dos bandas, hacemos que Ziggy
verifique sus antecedentes y partimos desde ahí? De esa forma
sabemos exactamente quién viene y estamos preparados para
cualquier eventualidad. He estado pensando que tal vez deberíamos
permitir que algunos de los hermanos sean vistos en el pub para
asegurarnos de que ninguno de los otros clubes tenga la idea de que
hemos abandonado a nuestras mujeres y al pub.
Hawk inmediatamente se inclinó hacia delante y miró a Scar con el
ceño fruncido.
—¿Han tenido problemas que no conozco?
Scar negó con la cabeza.
—No problemas reales todavía, Prez, pero ha habido algunas
insinuaciones. Leo dijo que ellas se encargaron del asunto, pero a
Wolf y a mí no nos gusta hacia dónde se dirige esta mierda.
Él tenía razón, a él tampoco le gustaba.
—Bien. ¿Qué opináis de las sugerencias de Scar y Wolf? ¿Volvemos a
pasar el rato en el pub y traemos un par de bandas? ¿O lo
mantenemos como está ahora?
Por lo general, cuando lanzaba preguntas como éstas sobre la mesa,
había muchas discusiones, pero no hoy. Se hizo prácticamente
silencio mientras los hombres se miraban entre sí y luego a Wolf y
Scar. Hubo algunos murmullos bajos pero eso fue todo.
Kahn golpeó la mesa para llamar su atención.
—Los que estéis a favor de volver a ir al pub levantad la mano.
Muchas manos se alzaron. Kahn las contó y anotó.
—¿Los que estéis en contra?
De nuevo se levantaron algunas manos. Y nuevamente las contó y
anotó.
—¿Aquellos que estéis a favor de contratar una banda?
Casi todas las manos en la habitación se alzaron.
Kahn miró a Hawk y se encogió de hombros. Definitivamente era
una victoria aplastante.
—Danos los números, Kahn.
—Tenemos 42 hermanos con derecho a votar, y eso incluye a los
nómadas que ahora tenemos en nuestra mesa. La votación fue la
siguiente. 25 votaron a favor de volver a abrir el pub. 10 votaron en
contra y 7 se abstuvieron.
Un estruendo de satisfacción comenzó, pero Ice golpeó su mano
contra la mesa y al instante todo volvió a estar en silencio.
—La votación para contratar una banda fue casi unánime con 3
abstenciones.
Kahn se sentó y Hawk le hizo un gesto de agradecimiento.
—Entonces está decidido. Los que queráis pasar el rato en el pub
podéis hacerlo, pero con ciertas reglas. Viajáis en manada y regresáis
en manada. Nadie viaja solo, si no hay un grupo de hermanos que te
acompañen, te quedas donde carajo estás. Aquí o allá, pero te quedas
en el lugar. ¿Estoy siendo claro?
—Sí, Prez.
—Absolutamente, Prez.
—Ningún problema, jefe.
Él asintió una vez.
—Bien. Wolf, Scar, podéis informar a vuestras damas que le pasen a
Ziggy las bandas que quieren contratar. Una vez que haya hecho las
verificaciones de antecedentes, nos sentaremos con ellas y
decidiremos cuál.
Wolf comenzó a reírse y a sacudir la cabeza y Hawk lo fulminó con
la mirada, pero eso no borró la sonrisa del rostro del hombre.
—Lo siento, Prez, pero eso no va a suceder. Mi dama aceptará las
verificaciones de antecedentes porque está tan consciente de su
seguridad como yo. Pero no tenemos ni la más mínima esperanza de
influirles sobre qué banda elegir. A menos que la banda esté
relacionada con la vieja perra y sea totalmente inaceptable,
tendremos que dejarlas elegir a quien quieran.
Le martillaba la cabeza y todo lo que quería hacer era volver con su
dama porque hoy no se sentía bien. Estaba vomitando demasiado. Y
p q y
quería que esta mierda terminara para poder irse.
—Bien. Hacemos las verificaciones de antecedentes y eliminamos las
no deseadas. Hacedle saber a Ice sus decisiones finales y partiremos
desde ahí—gruñó Hawk.
—Sin, Beast y Jagger, quiero que revisen su seguridad actual y vean
qué podemos hacer para hacerlo más segura…— Estaba a punto de
continuar cuando alguien comenzó a golpear la puerta.
Sin ya estaba en la puerta antes de que nadie pudiera moverse. La
abrió y vio a Damon, que parecía asustado.
—Prez, lamento irrumpir, pero tu dama no está bien. La tía Beryl me
envió a buscarte, quiere que regreses a la casa ahora mismo.
Hawk se levantó del asiento y corrió hacia la puerta antes de que el
prospecto terminara.
DC no era alguien que se quejara, pero esta mañana no se veía nada
bien.
La preocupación era un gran nudo en su estómago mientras corría
hacia su moto. Sus neumáticos levantaron pequeñas piedras y polvo
mientras salía a toda velocidad por las puertas y bajaba hasta su
casa. Gracias a Dios, la tía Beryl vivía en la propiedad y estaba ahí
para su mujer.
Saltó de la moto en el momento en que la apoyó sobre el soporte,
entró como un trueno en la casa y subió las escaleras hasta sus
habitaciones.
DC estaba de rodillas junto a la taza del inodoro con la tía Beryl
detrás de ella retirándole el cabello. Su tía miró aliviada cuando él
entró corriendo y se arrodilló junto a ellas.
—Creo que debemos llevar a nuestra chica a ver a un médico hoy.
No puede guardar nada dentro y no es bueno para ella ni para el
bebé. No pude conseguir una cita con su doctora, así que llamé a
River y ella me dio el número de la suya. Ya hice una cita. Ella nos
verá a las dos.
—Estoy bien. Tengo una cita con mi doctora para principios de la
próxima semana—murmuró DC desde donde yacía con la cabeza
apoyada en el brazo sobre la taza del inodoro.
—No estás bien, cariño. Te despertaste y corriste al baño esta
mañana y ahora son más de las doce y todavía estás vomitando. Eso
no es nada bueno. Vamos a ver a la doctora hoy y eso es todo—dijo
Hawk en voz baja pero firme.
No iba a correr ningún riesgo con ella, ni con su bebé.
Esta vez mantendría sus ojos en su mujer las veinticuatro horas del
día, los siete días de la semana si fuera necesario.
No la estaba perdiendo, ni a ella, ni a su hijo.
Capítulo 4
Sky
—Lee, te lo juro, si dices “lo que sea” una vez más no seré
responsable de mis acciones. —Mi criatura me estaba volviendo loca.
—Madre, tengo casi diez años, y eso significa que pronto seré una
adolescente, y lo que sea es lo que decimos los adolescentes cuando
no estamos de acuerdo contigo.
No pude contener la risa aunque lo intentara. Y no lo intenté. Mi loca
hija me miró con disgusto y suspiró.
—Deja de creer las tonterías con las que tus amigas te están llenando
la cabeza. Si sus padres les permiten tener teléfonos sólo porque
supuestamente son adolescentes, esa es su prerrogativa. Tu madre,
sin embargo, dice que no. Y ambas sabemos que mi palabra es ley
dentro y fuera de esta casa.
Ella resopló con altivez y puso cara de fastidiada.
—Sólo me gustaría señalar que esto no es una casa, es un autobús,
un autobús de gira—espetó ella.
—Autobús de gira o no, es nuestra casa mientras estamos de gira y
eso es todo. —Le lancé una mirada que decía que ya era suficiente de
su parte y ella hizo eso que los niños hacen tan bien… soltó un
suspiro triste y sus hombros se hundieron con desánimo mientras se
deslizaba más en el asiento.
E hizo un puchero, ese precioso morrito que me volvía loca.
Miré a Ness por encima de su cabeza y levanté una ceja. Nos
comunicamos en silencio.
—Mi hija es un dolor de cabeza—dije con la mirada.
—Tu hija es adorable pero está llena de mierda—decía la suya.
Vanessa, o Ness, como la llamaban todos, era la niñera y maestra de
Lee. A ella le encantaba el carácter de la niña y ha estado con
nosotros por un tiempo.
Y estaba de acuerdo con ella. Mi hija era adorable pero también
estaba muy mimada. Era algo que intentaba combatir con todas mis
fuerzas, pero la mayoría de las veces era una batalla perdida contra
mi familia de sangre y mi familia de banda. La mayor parte de la
banda ha estado en su vida desde antes de que ella naciera o entró
en ella cuando era una bebé.
Cuando dejé Sudáfrica era una chica asustada, embarazada y con el
corazón roto. Me preocupaba estar completamente sola en un país
nuevo sin familia cerca. No debería haberme preocupado. La mejor
amiga de mi madre, la tía Carleigh, y su marido, el tío Bill Beckman,
me recibieron con los brazos abiertos. No pasó mucho tiempo hasta
que me convirtiera en parte de su familia. Hasta que sintiera como si
Bryce, o Bry como siempre lo llamaban, y sus hermanas Lara y
Carlene fueran mis hermanos.
Mis padres habían venido para estar conmigo en el nacimiento de mi
bebé. Ella era la niña más afortunada por haber nacido en un
ambiente tan amoroso. Cuando llegó el momento de nombrarla, Bry
insistió en que tenía que llamarla Moon (NdelT: Luna) porque nació
en una noche de luna llena. Insistió en que, como el padrino, tenía
derecho a elegir su nombre. Yo quería llamarla Lilou en honor a un
personaje de mi película favorita. Después de una discusión familiar
muy ruidosa, llegamos a un acuerdo y mi pobre hija fue registrada
como Lilou Moon Copeland Beckman. Pero todos la llamábamos
Lee.
Luego de algunas discusiones que no entendí, el tío Bill me había
cambiado el apellido a Beckman. Me convertí en Skye Beckman poco
después de mudarme a Savannah.
Mi familia de sangre y mi nueva familia me apoyaron mucho
durante todo el embarazo y continuaron haciéndolo después de que
ella naciera. Fue gracias a su apoyo incondicional que pude
comenzar una nueva vida. Al principio había sido muy difícil
sacarme a Sin de la cabeza cuando lo veía todos los días en el rostro
y los ojos de mi pequeña. Pero con el tiempo se volvió más fácil.
Unirme a la banda de Bry no había sido parte de mis planes, pero
después de una noche de borrachera y karaoke hilarante, me
convencieron.
Todo empezó cuando Parker, que estaba de visita, me retó a cantar
una canción. Y después de beber alcohol por primera vez en meses,
me sentí súper valiente y confiada. Subí al escenario y tontamente, o
no, dado como resultó después, elegí la canción de Beth Hart, I'll
Take Care Of You. Era, y sigue siendo, una de mis favoritas y la canté
con todo mi corazón.
Y la casa se vino abajo con los aplausos.
Bry y su banda estaban en mi puerta temprano al día siguiente con el
video que me había tomado cantando.
En pocas palabras, me convencieron de que me necesitaban para
cantar en la banda. Hasta entonces el nombre de la banda había sido
Watership pero después de que me uní nos convertimos en Indigo
Moon. Bry estaba tan enamorado de su ahijada que nombró a la
banda en su honor. Por el color de sus ojos y su segundo nombre.
Con el nuevo nombre, la nueva formación y las nuevas canciones, la
banda comenzó a atraer seguidores.
Y aquí estábamos, años, varios álbumes y giras después, todavía
vigentes.
Bry, Andy, Lulu, Gordy y yo éramos los miembros originales. Lulu y
Gordy se fueron un año después de que me uniera a la banda para
unirse a una banda country de Nashville, su ciudad natal. Después
de varias audiciones fueron reemplazados por Mo y Lenny. Nuestro
sonido cambió y se convirtió en un rock alternativo con aires de
blues que a todos nos gustaba. Bry, Lenny y yo nos convertimos en
los principales compositores de la banda y hemos tenido cierto éxito
con nuestras canciones. Poco después de que Mo y Lenny se unieran,
Regional Talent Management se acercó a nosotros y firmamos con
ellos.
En aquel momento no éramos completamente desconocidos. Pero si
queríamos un contrato discográfico significaba que teníamos que
empezar a hacer giras y no sólo a tocar cerca de casa. Teníamos que
estar frente a más personas y construir una base de fans más grande.
Pero yo tenía a Lilou que estaba a punto de cumplir dos años.
Me negué a dejarla en casa con una niñera y nuestra gerente negoció
que se agregara una cláusula adicional al contrato. Me iría de gira
con mi bebé y su niñera. Sorprendentemente nadie dijo que no y mi
niña estaba feliz, lo que significaba que yo estaba feliz. Después de
nuestra primera gira exitosa, firmamos con Regional Records y
teníamos un contrato para un álbum. Después de eso, todo se
convirtió en una bola de nieve.
No éramos súper famosos pero tampoco unos desconocidos.
Y así fue como Lee se convirtió en parte de la banda. Ella creció en la
carretera, porque durante esos primeros días de la banda hacíamos
muchas giras. Y cuando digo muchas me refiero a la mayor parte del
año.
Era agotador y nos dejaba exhaustos.
En este momento ella era la única niña en la gira porque está siendo
educada en casa para poder viajar conmigo. Andy, Mo y Lenny
extrañaban a sus hijos y por eso la malcriaban. Su tío Bry era el
mayor culpable. Él la malcriaba muchísimo. Y no tenía excusa
porque no tenía hijos, hasta donde sabíamos, ni una mujer estable.
No importaba cuántas veces los amonestara, todavía intentaban
darle todo lo que quería. Tal vez fuera porque extrañaban a sus hijos
o tal vez intentaban compensar el hecho de que ella no tenía padre.
No lo sabía.
No es que mi hija no supiera quién era su padre. Lo sabía.
Cuando empezó a preguntar por su papá, le hablé de él. Nunca le
oculté su identidad. Sabía exactamente quién era y que era miembro
de un club de moteros, el Iron Dogz MC en Sudáfrica.
Ella no era ajena a los MC ya que Evie, una amiga mía, trabajaba en
un club en Savannah donde vivíamos. A través de ella conocí a
algunos de los hombres del Shadow Wraiths MC. Siempre nos
invitaban a las barbacoas familiares pero la mayoría de las veces
rechazaba la invitación muy amablemente. De ninguna manera
volvería a acercarme a otro motero.
Y dejadme deciros que eso era una mierda porque había algunos
especímenes muy buenos dando vueltas por Savannah.
El club y los hombres intrigaban a mi pequeña. Cada vez que nos
invitaban a uno de sus eventos y yo lo rechazaba, ella se ponía de
mal humor durante horas. Sabía que no se trataba del club en sí, sino
más bien de su padre.
No importa cuánto dolería tenerlo en nuestras vidas, sabía que
eventualmente tendría que darles a ella y a él la oportunidad de
conocerse. A medida que ella crecía, me lo insinuaba cada vez más.
Mi mayor temor era que él la negara o amenazara su vida como lo
había hecho antes. Si lo hiciera, destriparía al bastardo en el acto.
Sabía que no podría lograr reunirme con él sola. Por eso Bry y yo
habíamos hecho un pacto. Nos acompañaría cuando llegara el
momento de presentarle a mi hija a su padre.
No hace falta decir que tendría que ser Bry porque Morgan todavía
lo odiaba y trataría de convertirlo en pulpa si estaban cerca uno del
otro.
Sabía que verlo abriría viejas heridas y sacaría a relucir todas esos
viejos dolores y resentimientos. Pero no podría evitarlo por mucho
más tiempo.
Con el paso de los años mi ira se había desvanecido. Me tomó un
tiempo, pero había superado mi rabia, rechazo, traición y depresión.
Salí más fuerte del otro lado y ahora la única emoción que sentía al
mirar la foto al lado de la cama de Lilou era tristeza. Tristeza porque
él la había negado. Tristeza porque no había estado allí para verla
nacer y por no haber estado presente para verla convertirse en la
encantadora niña que era ahora.
Su foto, que normalmente estaba en su mesita de noche de la casa,
nos acompañaba cuando salíamos de gira. No es que hiciéramos
tantas giras como antes. Ralentizamos nuestra agitada agenda
cuando los chicos empezaron a tener familias. Ahora hacíamos giras
cortas entre cuatro y cinco veces al año, a lo sumo.
De los cinco que formábamos la banda, sólo Bry y yo no estamos
seriamente involucrados con nadie. A él le gustaba su libertad y,
aunque salía con frecuencia, todavía no estaba listo para sentar
cabeza.
Había empezado a salir con un tipo antes de que nos ofrecieran la
gira. Conocí a Ravinder Sharma cuando salí del centro comercial
después de comprar con Lee y descubrí que mi SUV tenía dos
neumáticos pinchados. Era increíblemente guapo y encantador, se
presentó como Ravi y se ofreció a ayudar. Una vez que
reemplazamos los neumáticos, nos invitó a tomar un café en la
cafetería del centro comercial. Acepté. Ravi pidió verme otra vez y
empezamos a salir casualmente. En nuestra cuarta cita supe que él
no encajaba bien conmigo. No le gustaba la banda, ni mi forma de
vestir en el escenario. Se volvió posesivo y agresivo y no me gustó la
forma en que intentó obligarme a hacer lo que quería. Cuando rompí
con él usé la gira como excusa. Le expliqué que la banda estaba a
punto de salir de gira, que teníamos mucho trabajo que hacer para
prepararnos y que no tenía tiempo para una relación. Decir que no
estuvo contento conmigo era decirlo suavemente. Su ira realmente
me asustó y me alegré mucho de haber insistido en conocerlo antes
de tener sexo.
Pero lamentablemente no desapareció como esperaba.
Siguió apareciendo en lugares donde yo estaba y me asusté tanto
que agradecí cuando finalmente nos fuimos de gira. Eso también
había asustado a Bry y le había ordenado a nuestra seguridad que
estuviera atento a él.
La gira a la que nos sumamos era muy importante para nosotros
como banda.
Habíamos firmado como teloneros principales de Sweet Sacrifice, un
grupo de rock muy famoso. Habían estado en pausa durante dos
años pero habían regresado con un nuevo álbum increíble.
Firmamos con el mismo sello y habíamos estado de gira con ellos
y g
antes. No como el show de apoyo principal sino como uno de los
show de su gira. Eran una gran banda y un maravilloso grupo de
personas.
Cat DeLuca Orloff, su vocalista, y yo nos hicimos buenas amigas en
esa primera gira que hicimos juntas. El hecho de que ambas
tuviéramos hijos en la gira había cimentado nuestra amistad. Y
seguimos siendo amigas cuando ella se recluyó después del horror y
la angustia de su última gira.
Y aquí estábamos, siendo parte de su gira de regreso. Tocamos en
diez grandes ciudades de Estados Unidos y terminamos en Nueva
York antes de partir hacia Europa.
Desde Nueva York volábamos a Birmingham y luego a Londres. De
Londres íbamos a París y luego a otras cinco ciudades antes de
terminar en Roma. Las fechas no eran muy cercanas y viajamos por
Europa en el autobús de la gira, al igual que en Estados Unidos.
Desde Roma volábamos a Sudáfrica para tocar en dos fechas, una en
Ciudad del Cabo y la otra en Johannesburgo. Mientras estuviéramos
allí no usaríamos autobuses ya que volaríamos de una ciudad a otra.
Después del concierto final en Johannesburgo, la banda regresaría a
Estados Unidos, excepto Lee, Bry y yo, que íbamos a visitar a mi
familia.
Hacía años que no estaba en casa y estaba deseando que llegara el
momento.
Por un lado, estaba emocionada de actuar en mi país, pero por otro,
estaba nerviosa por encontrarme con personas que pudieran
reconocerme.
Tenía mucha razón en estar nerviosa.
Ellos fueron lo primero que vi cuando subí al escenario en Ciudad
del Cabo.
El Iron Dogz MC estaba justo frente al escenario en el círculo
dorado.
Y allí, mirándome, había un rostro que nunca olvidaría.
Spider.
El tipo muy lindo que me había protegido de los bastardos que me
habían puesto las manos encima la noche que me alejé de Sin.
Hubo una sensación de remolino en mis entrañas cuando lo miré
antes de apartar la mirada.
Ahora era mayor y más musculoso. Ya no era el joven bonito que
había sido, ahora era un hombre increíblemente guapo. Hizo que mi
vientre se agitara y estoy segura de que su apariencia tenía el mismo
efecto en muchas otras mujeres.
Sentí sus ojos sobre mí durante toda la actuación. Me pregunté si
pensaba que le resultaba familiar o si simplemente le gustaba la
música.
No pensé que hubiera ninguna posibilidad de que me reconociera.
Ya no me parecía a la chica a la que tuvo que proteger esa horrible
noche hacía mucho tiempo atrás. Y tampoco sonaba como ella.
Había cambiado deliberadamente mi acento sudafricano por uno
americano.
En aquel entonces yo era un poco gordita (mi madre lo llamaba mi
fase de gordura de bebé), con el pelo largo y oscuro que me llegaba
hasta la mitad de la espalda y me vestía de forma bastante
conservadora para la cultura motera.
Después de que nació Lee, trabajé duro para perder peso y cambiar
mi apariencia. Nunca más quería volver a ser esa chica perdida y
abandonada. Nuestra manager, Trish Gale, alteró totalmente mi
apariencia y cambió mi nombre a Relix. Sólo Relix, nada más. Era un
juego de palabras con mi nombre escrito al revés. Fue tan genial.
Pero la banda pronto lo redujo a Lix. Les dio horas de burlarse de
mí, pero no me importó.
Me gustaba mi nueva yo, incluido el nombre.
Mi pelo largo fue lo primero que desapareció. Estaba cortado en
capas desiguales que caían justo debajo de mis hombros. Cuando lo
corté y coloreé por primera vez, era de un rosa intenso, ahora era de
un rojo intenso con matices de un púrpura casi berenjena. El mes
j p p j
que viene podría ser azul, el siguiente podría ser morado. Lo
cambiaba según me llevaba el espíritu.
Un tatuaje de rosas comenzaba en mi pecho, fluía por mi hombro
izquierdo hasta mi espalda y bajaba por mi brazo. No era mi único
tatuaje, sólo el único visible. Mi maquillaje era pesado, oscuro y
dramático. Unas pestañas postizas negras de un kilómetro de largo
con delineador de ojos negro hacían que mis ojos verde musgo
resaltaran. Mis labios eran de un rojo oscuro intenso que acentuaba
el arco de Cupido en mi labio superior. Tenía varios piercings en las
orejas y un aro con un diamante en la nariz.
Mi ropa le gritó al mundo que era una chica rockera. Esta noche
llevaba un corsé índigo y rojo intenso que mostraba mi tatuaje y
unos vaqueros rotos que moldeaban mi culo. Un cinturón de cuero
negro lleno de tachuelas rodeaba mis caderas y en mis pies llevaba
mis botas góticas negras favoritas que elevaban mi altura hasta cerca
de un metro ochenta.
Afortunadamente, el motero que no quería ver no estaba con los fans
en la puerta del escenario cuando nos fuimos y solté un suspiro de
alivio, pero, curiosamente, también había un dejo de pena por
alguna razón. No estaba segura de por qué y tampoco lo analicé.
Cuando la gira abandonó la ciudad, me sentí segura de que no lo
volvería a ver.
Horas más tarde, seguía dándole vueltas en mi cabeza mientras
empacaba las cosas de Lee para asegurarme de que no quedara nada
cuando Bry y Mo irrumpieron en mi habitación de hotel.
Ninguno de los dos dijo una palabra, ni yo tampoco. Éste era un
viejo truco suyo. No me contaban sus novedades hasta que
preguntaba. Y siempre cedía y preguntaba.
Como lo hice ahora.
—Está bien, decidme. ¿Qué es lo que prácticamente os hace saltar de
emoción?
Bry sonrió ampliamente y arqueó las cejas hacia mí.
—¿Recuerdas que hace una semana estábamos hablando con Evie
por Skype y ella dijo que Leo, su mejor amiga, había estado
preguntando por nosotros?
Asentí pero estaba confundida. Nunca conocí a Leo, pero sabía de
ella. Conocía a su familia y los había conocido porque eran parte del
Shadow Wraiths MC, y sabía que ella estaba casada con un motero
sudafricano. Y lo más importante es que sabía que Leo era una gran
admiradora nuestra.
—¿Qué pasa con eso?
—Bueno, acabo de recibir una llamada de Leo. Quería saber si
estaríamos dispuestos a tocar cuatro noches en su local antes de
regresar a Estados Unidos. Está dispuesta a pagarnos muy
generosamente. Es un lugar pequeño, muy exclusivo, al que solo se
puede acceder por invitación. Significa que podremos visitar a la
familia y tocar algunas noches en un pequeño lugar exclusivo. Ella
dijo que podíamos invitar a algunos fans pero que preferiría que lo
mantuviéramos de incógnito. Estuvimos de acuerdo con ella, no
queremos que se convierta en una pesadilla de seguridad ni para
ellos ni para nosotros. Entonces sin fans. Mo y los chicos ya hablaron
con sus esposas y les dieron luz verde para quedarse un poco más.
Fruncí el ceño confundida.
—Parece demasiado bueno para ser verdad.
Mo intervino antes de que Bry pudiera decir otra palabra.
—Dije exactamente lo mismo pero Leo mandó fotos del lugar. Y es
perfecto, Lix. Otra ventaja su seguridad es excelente. Todo el lugar
está bajo vigilancia CCTV las 24 horas del día, los 7 días de la
semana. Hay guardias y patrullas día y noche. Podemos relajarnos
sabiendo quién entra y si te causa problemas. Eso por si ese bastardo
sigue por aquí, sabes a lo que me refiero.
Asentí lentamente. Sonaba muy bien y si el dinero fuera tan bueno
como decían entonces estaría feliz de actuar.
Otra ventaja era que le daría a Lee algo de tiempo a solas con mis
padres y hermanos. Sólo tenía que tener cuidado de no toparme con
p y q p
el maldito Iron Dogz MC.
No es que ninguno de ellos me reconociera.
Esa chica ya no existía.
Si en aquel entonces hubiera sido la mujer que soy ahora, Crystal
habría terminado con la cara rota. Y con una vagina rota después de
que le metiera mi pesada bota gótica en su chocho enfermo.
Maldita puta.
Ella y Monika eran las dos personas que no podía olvidar ni
perdonar. No sólo arruinaron mi relación con Sin, sino que fueron la
razón por la que mi hija crecía sin un padre. Lo que nos hicieron a mí
y a mi bebé era imperdonable.
Oh, no penséis que no culpo a Sin por lo que pasó, lo hago. Debería
haber confiado en mí, confiar en quiénes éramos el uno para el otro.
No lo hizo. Le creyó a esas putas en lugar de a mí.
En lo que a mí respecta, tuve suerte de escapar. Y mi hija también.
Mientras sea posible, mantendré a mi hija a salvo de la inevitable
decepción que vendrá cuando finalmente lo conozca. Sólo puedo
imaginar lo que le habrán hecho diez años de dura vida.
Probablemente ya no se vería tan guapo como entonces. La bebida,
las drogas, el sol y el viento le habrían pasado factura a lo largo de
los años. Y tal vez se verá tan rudo y desgastado como algunos de
esos temibles matones moteros que ves en los programas de
televisión.
—¿Entonces, qué piensas?—interrumpió Bry mis oscuros
pensamientos.
Me encogí de hombros.
—Si todo sale bien y el dinero es tan bueno, realmente no tengo
ningún problema. Le dará a la familia tiempo con Lee sin que yo esté
detrás de ellos.
Si tan solo hubiera hecho mi tarea. Si tan solo hubiera preguntado el
nombre del lugar. Si tan solo hubiera preguntado y luego buscado
en Google.
No hice ninguna de esas cosas.
Con la prisa y la emoción de tocar en Johannesburgo, mi ciudad
natal, se me olvidó por completo.
Nuestro último show fue en el enorme estadio FNB y no fuimos los
únicos teloneros. El promotor había contratado a tres bandas locales
para que actuaran antes que nosotros. Nosotros, junto con Sweet
Sacrifice, no llegamos al estadio hasta más tarde. Habíamos hecho
nuestras pruebas de sonido más temprano ese día y habíamos
regresado al hotel para descansar antes del show. Como grupo de
apoyo no teníamos tanta prensa que hacer como el grupo principal.
Una hora antes de subir al escenario nos llevaron en helicóptero
desde nuestro hotel en Sandton. Nos quedamos un rato después de
nuestra actuación para ver a Cat y los muchachos antes de volar de
regreso al hotel donde nos trasladaron a los vehículos que nos
llevarían a la fiesta posterior.
La fiesta era en un club de la ciudad y realmente no quería
quedarme mucho tiempo, así que cuando Sweet Sacrifice se fue,
nosotros también. Cat y la banda iban a un exclusivo safari por unos
días y querían irse a dormir relativamente temprano. Yo sólo quería
acostarme antes de que saliera el sol.
Todo estaba organizado para una escapada rápida por la mañana.
La seguridad de la gira se aseguraría de que todos saliéramos sin
que nos siguiera una caravana de prensa.
Lee, Ness y yo reservamos un alojamiento Airbnb exclusivo cerca de
mis padres. Trisha, nuestra gerente, hizo la reserva con un nombre
falso para garantizar nuestra privacidad. Los dueños no tenían idea
de quiénes éramos. Lo único que sabían era que dos mujeres y una
niña se alojarían con ellos.
Bry y los muchachos se dirigían a un complejo hotelero por un par
de días antes de regresar para tocar en el lugar de Leo. Todo
nuestros equipos habían regresado a Estados Unidos con el del resto
de la gira excepto las guitarras. Romy, nuestra asistente, alquiló el
resto de lo que necesitábamos en una empresa local de alquiler de
equipos que se encargó de entregarlo en el lugar. Ella iría al
complejo hotelero con los chicos para descansar, pero continuaría en
contacto con Leo y su compañera, Chris.
Bry había hecho arreglos con Leo para que la banda se montara e
hiciera pruebas de sonido el día antes de nuestro primer show. No
me necesitaban durante los preparativos y sólo iría si era realmente
necesario.
Lo único en lo que podía pensar era en pasar tiempo con mi familia.
Pasar el rato con mi hermano, mi hermana y sus familias.
Habían venido a Estados Unidos de visita hacía ocho meses, pero no
había estado en casa desde que me fui hacía casi diez años.
No podía esperar a llegar a casa para pasar tiempo con todos. Iba a
ser asombroso.
No sabía lo que me esperaba.
Capítulo 5
Sin
A veces, en medio de un día ajetreado o incluso mientras tenía
relaciones sexuales con algún cuerpo sin rostro, ella aparecía en su
cabeza y todo se estancaba. Era entonces cuando se marchaba.
Dejaba lo que estaba haciendo y se alejaba. La única cura era un
largo viaje en su moto a ninguna parte, un viaje que expulsara a los
demonios de su mente y le diera cierta apariencia de cordura por un
corto tiempo.
Porque cuando llegabas al fondo del asunto... él estaba loco.
Enamorado como un loco de una mujer que lo odiaba.
Enamorado como un loco de una mujer que huyó de él con su hijo
creciendo dentro de ella.
Increíblemente enamorada de una criatura de la que ni siquiera
conocía el sexo.
Era una locura no aceptar la oferta de Ziggy de buscarlos. Había sido
tentado muchas veces, pero entonces algo sucedía en el club y su
decisión de mantener a su mujer y a su hijo a salvo de cualquier
daño se fortalecía.
En este momento, después de descubrir que DC estaba embarazada,
una vez más estaba luchando con la tentación de buscarlos. Pero, ¿y
si ella era feliz con otro bastardo y él, al alterar su vida, le causaba
problemas a su hijo?
¿Pero qué pasaría si no lo hiciera y los malditos Harrison los
atraparan?
No podía correr el riesgo. Cerrando los ojos, respiró profundamente
y caminó hacia la oficina de Ziggy. Tocando la puerta abierta, entró
y saludó con la cabeza a Bollywood antes de mirar a Ziggy.
—Encuéntralos.
Fue todo lo que tuvo que decir para que su hermano levantara
ambos brazos al aire y gritara de emoción.
—¡Al fin, joder! He estado esperando años para que vinieras y me
dijeras esa palabra. No te preocupes, hermano, estoy en ello.
Girando su silla, comenzó a escribir furiosamente en su teclado y
luego acercó su silla a otra estación de trabajo para comenzar a
escribir allí también.
—Está bien, estoy realizando dos búsquedas. Una por su nombre y
otra para ver adónde va su familia cuando se van de vacaciones.
Supongo que irán a visitarla. Incluso si se cambió de nombre, la
encontraré rastreando a su familia. Aunque va a tomar algún tiempo
porque han pasado casi diez años, hermano. Comenzaré otra
búsqueda en hospitales una vez que tengamos un destino.
Encontraré a tu hijo y a tu mujer, no te preocupes, hermano.
Bollywood estaba sentado con los ojos y la boca muy abiertos,
mirándolo. Fingió no darse cuenta y se centró en Ziggy.
—Gracias, Zig. Llámame tan pronto como encuentres algo, por
pequeño que sea.
Se fue antes de que Bollywood pudiera empezar a hacerle preguntas
que no quería responder. Necesitaba montar pero no podía. La mejor
opción era resolverlo en el ring. Ahora sólo necesitaba un saco de
boxeo.
Mirando a su alrededor en busca de un cuerpo para liberar su
agresión y ansiedad, se sacudió cuando una mano pesada se posó
sobre su hombro. Al darse la vuelta, encontró a Bullet sonriéndole
malvadamente.
—Zig me dijo que quizás necesites calmar algo de agresión en el
ring, Mfethu (NdelT: mi hermano). ¿Tiene razón?
—Joder, sí.
—Vamos, me encargo.
Salieron juntos y se dirigieron al gimnasio y al ring donde ambos
estaban a punto de sangrar. Sin no era un hombre fácil de vencer en
el ring, pero tampoco lo era Bullet.
Una hora más tarde ambos estaban sudando a mares y sangrando
pero finalmente él se sentía más tranquilo.
Cuando subió a su habitación esa noche todavía no tenía noticias de
Ziggy. No es que hubiera esperado que fuera tan fácil.
Lo que no esperaba era la orden de salir con Ice a la mañana
siguiente. Se dirigían a Bloemfontein para arreglar algunas cosas en
la sede de allí. Hawk se quedaría cerca de su dama, quien al parecer
no estaba pasando el mejor momento con su embarazo. Beast se
quedaría con su Prez. Para asegurarse, Sin eligió a los hombres para
el viaje entre los hermanos solteros. Ice sería el único con una familia
en el viaje y su trabajo era mantenerlo a salvo, sin importar qué.
Se suponía que pasarían una noche en Bloem, pero la mierda en el
club requirió dos días para solucionarse. Bloemfontein tenía un espía
en su sede y Klippies, el presidente, le había pedido ayuda a Hawk
para descubrir quién era el bastardo. Con lo que estaba pasando era
muy posible que el cabrón fuera un policía encubierto porque el club
sufría redadas constantemente. Los cerdos aparentemente buscaban
drogas, en las que ninguna de las sedes del Iron Dogz MC estaba
involucrada. Klippies tenía una organización bastante limpia y el
material ilegal estaba tan escondido que ningún simpatizante, puta
de club o prospecto lo descubriría jamás.
Significaba que el culpable sólo podía ser un hermano, una dama o
una novia.
Después de la mierda en Richards Bay, a Sin no le sorprendería
descubrir que era una de las mujeres. Incluso un hermano y eso sería
una puta mierda, porque significaba que se había escapado de los
ojos penetrantes de Ziggy, Hawk y Klippies.
A la mañana siguiente, un mensaje de texto de Ziggy confirmó sus
sospechas. Su espía era una de las mujeres, la novia de uno de los
miembros parcheados.
Era policía encubierta y estaba en la brigada antidrogas local. Fue
fácil hacerla hablar una vez que tuvieron su verdadera identidad. Se
enteraron de todo. Cómo se había acercado a Metal en un pub y lo
había utilizado para entrar a la casa club. Su oficial superior la hizo
buscar drogas pero nunca encontró ninguna. Así que para mantener
el interés de la brigada, porque de ello dependía su ascenso, mintió.
De ahí los múltiples allanamientos. Siguió haciéndoles creer que
llegaban demasiado tarde. Que la droga había sido trasladada. Pero
la cosa no se detuvo allí; cuando parecía que su investigación iba a
ser cerrada, les dijo a los cerdos que había visto cajas de armas
cargadas en uno de nuestros camiones. Ese camión había sido
detenido y registrado pero no encontraron armas, porque no había
ninguna puta arma.
Klippies y Metal estaban fuera de sí de rabia. Metal porque una
mujer por la que sentía algo lo había traicionado a él y a su club.
Klippies porque odiaba tener un 'maldito cerdo' bajo su techo.
Ice se mantuvo tranquilo mientras interrogaban a la perra hasta que
ella admitió que lo había hecho por un ascenso. No le importaba
estar jodiendo la reputación de los hombres del club o del propio
club. Nada de eso le importaba mientras consiguiera su ascenso.
Estaba condenadamente engreída porque sabía que no podían
hacerle nada.
Pero ella no había contado con Ice o Ziggy.
Cuando terminaron con ella y la perra se levantó para irse, Ice la
llamó.
—Antes de que te vayas, una cosa más. Grabamos todo lo que se dijo
aquí hoy y acabamos de enviar una copia a tu comandante de
estación. Vete a la mierda y nunca jamás vuelvas por aquí otra vez.
Tu culo tiene prohibido poner un pie dentro de las sedes y negocios
del Iron Dogz MC en el país y, si alguna vez tuviéramos sedes fuera
del país, también tienes prohibido el acceso a ellas. Y si pensabas
que, como policía, eso te daría derecho a entrar en nuestro mundo,
estás equivocada. Nuestros abogados se pondrán en contacto con tus
oficiales superiores. ¡Ahora vete!
La perra casi salió corriendo de la oficina, con la cara blanca como
una sábana y los ojos muy abiertos por la sorpresa.
y j y p p
¿Qué diablos pensó? ¿Que iban a ignorarlo y dejarla salir ilesa?
No había manera en el infierno.
—Mira como corre la pequeña cerdita—dijo Bullet con una sonrisa y
de repente todos se estaban riendo. Me sentí bien después de la
tensión de los últimos días.
—Esto tomó demasiado tiempo—refunfuñó Ice—. Quería estar en
casa esta noche pero eso no sucederá. No viajaremos de noche, no
ahora. Salimos al amanecer.
Ninguno de ellos tenía ganas de fiesta pero se quedaron y tomaron
un par de cervezas con sus hermanos antes de irse a la cama.
Sin finalmente se relajó cuando atravesaron las puertas de sus
instalaciones. Llevó a Ice de regreso a casa con su dama y sus hijos
sano y salvo. Estaba muy cansado y todo lo que quería era una
ducha y su cama.
Ziggy lo estaba esperando cuando entró con las alforjas al hombro y
el casco en la mano. La expresión de su rostro le dijo que había
encontrado algo.
—¿Los encontraste?
—Sí, pero eso no es todo lo que encontré. —Ziggy parecía muy
preocupado.
—Ella está jodidamente casada, ¿verdad? —Eso era lo peor en lo que
a él concernía.
Pero Ziggy negó con la cabeza.
—No, hermano, no lo está. Hawk te quiere en su oficina ahora
mismo.
Antes de que Sin pudiera decir otra palabra, le hizo señas a Devon
para que se acercara.
—Lleva la mierda de Sin a su habitación.
Sin le entregó sus cosas sin decir una palabra y luego siguió a Ziggy
por el pasillo hasta la oficina de Hawk. Su presidente no era el único
en la oficina. Bulldog y Spider, también estaban allí.
—Spider, que bueno verte, hermano mío. ¿Cómo te trata Ciudad del
Cabo? —dijo y abrazó a uno de sus mejores amigos antes de sentarse
en la silla a su lado.
—Ciudad del Cabo es genial, hermano. Pero no es por eso que estoy
aquí. Tengo algo de información para ti, pero por lo que tengo
entendido, Zig tiene algo de lo mismo. —Había una expresión
extraña en el rostro de Spider que no podía interpretar del todo.
Hawk se inclinó sobre el escritorio y centró esos ojos ámbar en Sin.
—Mientras estabas en Bloem Zig encontró la información que
buscabas. Déjame ser el primero en felicitarte, hermano. Tienes una
niña, Lilou Moon.
De repente se quedó sin aliento y sólo pudo mirar a su presidente.
Tenía una hija. Una niña pequeña y se llamaba Lilou. Y entonces lo
golpeó.
—Soy padre de una niña. Una mujer. Tengo una hija. —Le temblaba
la voz y sentía que las lágrimas ardían en sus ojos. No le importó que
se desbordaran y corriesen por sus mejillas.
—Es hermosa, Sin, igual que su madre—dijo Ziggy en voz baja y
puso en su mano una tablet con una foto de una niña sonriente, su
niña. Tenía su cabello rubio oscuro y sus ojos. Su nariz era la de su
madre pero la sonrisa era toda de él. Cuando sonreía, claro. En los
últimos diez años no había sonreído ni reído mucho.
Ahora, ahora lo hacía. Estaba sonriendo entre lágrimas mientras
miraba y miraba y miraba. Memorizando su carita y sus ojos
brillantes.
—¿Dónde están?—preguntó en voz muy baja mientras se secaba las
lágrimas de la cara.
—Y ahí es donde entro yo—dijo Spider—. Hace aproximadamente
una semana y media fui al concierto de Sweet Sacrifice en Ciudad
del Cabo con algunos de mis hermanos. Estábamos en el círculo
dorado y ya sabes lo jodidamente caro que es eso, así que quería la
mejor vista posible. Estábamos justo en frente del escenario
esperando que comenzara el show principal de apoyo. La banda
p q p p p y
subió al escenario y empezó a tocar y fue entonces cuando sucedió.
La vi, a tu chica. No podía creer lo que veía, pero allí estaba ella,
justo delante de mí. Sólo la reconocí por los ojos, esos grandes ojos
verde musgo que tenía. Mantuve mis ojos en ella…
Sin no le dejó terminar.
—¿La seguiste? ¿A dónde fue? ¿Dónde vive? ¿Se encuentra bien?
¿Viste a mi hija?
Spider le dio una palmada en el hombro.
—Tranquilo, hermano, hay más. Prepárate, Sin, porque no vas a
creer esta parte. Tu dama ahora es conocida como Relix, cantante
principal de la banda Indigo Moon de Savannah, Estados Unidos, y
joder, hermano, ella sabe cantar. ¿Sabías eso?
Su boca quedó abierta mientras miraba a Spider completamente
confundido. ¿Su mujer era cantante? ¿Desde cuándo? ¿Y era de
Savannah? En los Estados Unidos de América? ¿La misma Savannah
que el Shadow Wraiths MC llamaba hogar?
—Está bien, aquí es donde entro yo—dijo Ziggy y su atención volvió
a él.
—Skylar se mudó a Savannah cuando se fue de aquí para vivir con la
mejor amiga de su madre y su esposo, Carleigh y Bill Beckman.
Beckman usó su influencia y consiguió que le cambiaran el apellido
a Skye Beckman. Tuve que profundizar mucho para obtener los
detalles. Tuvo a Lilou en el hospital de Savannah y su madre y su
padre estuvieron allí durante el parto. Bryce Beckman es el padrino
de su hija y Parker Copeland-DeLandis es su madrina. Se unió a la
banda de Bryce un par de meses después y ha estado con ellos desde
entonces. Lilou está siendo educada en casa. Tiene una tutora/niñera,
Vanessa “Ness” Monroe, que sale de gira con ellos. Y aquí es donde
quiero patearte el culo porque ella ha estado muy cerca todo este
tiempo. Ella es cercana a los Shadow Wraiths, Ness es la hermana de
Magic. ¿Recuerdas a Magic? Y la mejor amiga de Skylar en Savannah
es Eva “Evie” Jurgenson, la maldita mejor amiga de Leo. Si nos
hubieras dejado buscarlas, podríamos haberlas vigilado todo el
tiempo, idiota.
Ziggy levantó una mano cuando Sin intentó decir una palabra y él se
calló y dejó que el hombre hablara.
—Ahora el resto. La banda es popular y les está yendo muy bien.
Han firmado con Regional Records y con Regional Talent
Management, una subsidiaria de la compañía discográfica. Parece
que son una buena empresa para trabajar.
—A título personal, Skylar no ha tenido ninguna relación seria que
yo pueda encontrar. Ha salido pero nada más. Salió con alguien hace
un tiempo, pero rompió antes de irse de gira. Hay muchos chismes
entre los fans acerca de que él es un acosador. Son muy expresivos al
respecto. Encontré un par de tuits donde se menciona su nombre.
Ziggy se quedó en silencio y Sin se giró en su silla para mirarlo.
—Escúpelo, hermano, no me dejes aquí colgado imaginando lo peor.
La preocupación le carcomió las entrañas cuando Ziggy evitó sus
ojos para mirar a Hawk. Girando la cabeza, él miró a su presidente.
—¿Prez? ¿Qué es? Joder, dímelo.
—El nombre del que se tuitea es Ravinder Sharma, hermano. Hay
una foto muy granulada que les tomó una fan en una cafetería.
Realmente no se puede ver la cara del tipo, sólo el perfil, y no con
claridad. Incluso después de que Zig la limpiara, no estamos seguros
de que sea él.
El hielo se deslizó por su columna.
—¿Me estás diciendo que el bastardo que estamos buscando ha
estado en Estados Unidos todo este tiempo cerca de mi mujer y mi
hija? ¡Dios! ¡Mierda! ¿Dónde están? Por favor, dime que mi familia
está a salvo, Prez—suplicó Sin.
Hawk asintió de inmediato.
—Están a salvo. Visitan a sus padres pero no se quedan con ellos.
Están en un B&B muy exclusivo y tienen seguridad a su alrededor.
Pero hermano, debes prepararte para más. ¿La banda que contrató
p p p ¿ q
Leo? Es su banda. Han estado tocando en el Thirsty Dog desde
anoche.
No podía procesarlo todo a la vez, así que lo dividió en su cerebro.
Tenía una hija y se llamaba Lilou. Su dama era la cantante principal
de una banda popular que estaba de gira por Sudáfrica. El maldito
Sharma tenía la vista puesta en su familia. Y finalmente, su dama
estaba justo aquí, en el escalón de su puerta principal. Ella no lo
sabía todavía, pero él estaría moviendo sus culos al complejo donde
podría mantener a salvo a las dos personas más importantes de su
vida.
El cansancio con el que había estado luchando desapareció mientras
se enderezaba en la silla.
—Necesito una ducha y ropa limpia antes de ir a buscar a mis chicas
—gritó mientras se levantaba.
—Sin, hijo, vas a tener que tomártelo con calma con ella—habló
Bulldog finalmente—. No os separasteis en las mejores
circunstancias y no quiero que te hagas ilusiones. La lastimaste y la
amenazaste cuando estaba en su momento más vulnerable. Lo que
hiciste no es algo que sea fácil de olvidar o perdonar.
Sin dejó caer la cabeza avergonzado. Después de diez años todavía
se avergonzaba de su comportamiento. Y llevaba esa vergüenza en
su alma. Necesitaba pedirle perdón y esperaba que ella le diera una
segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrar que ya no era
el imbécil que solía ser.
—Lo único que quiero hacer es pedirle perdón y que considere
darme una segunda oportunidad. Una oportunidad de demostrarles
a ambas que he cambiado, que yo…
—Estás olvidando algo, hermano—lo interrumpió Hawk—. Viven
en Estados Unidos, Sin. Al final de sus vacaciones regresarán a su
casa en Savannah.
Mierda.
No iba a permitir que eso lo detuviera.
—Lo sé, Prez, pero cruzaré ese puente cuando llegue allí. Ahora
mismo tengo que rogarle que me perdone, una vez que lo haga
puedo dar el siguiente paso y luego el siguiente y el siguiente y el
siguiente. Hasta que finalmente las tenga de vuelta conmigo, donde
pertenecen. Son mías, mi dama y mi hija y lucharé contra el cielo y el
infierno para mantenerlas a salvo.
Su presidente lo miró con esos ojos fríos y extraños y luego sonrió.
—Bien. Te tomó putos años sacar finalmente la cabeza de tu culo.
Ahora sal y asegúrate de que tu familia esté a salvo y, si es necesario,
tráelas. ¿Me oyes? No lo dudes, tráelas. Ice y River se mudarán a su
casa la próxima semana, por lo que la casa de la piscina estará vacía.
Es tuya si la necesitas.
Y precisamente por eso Hawk Walker era el mejor presidente de
todos los tiempos.
—Gracias, Prez. Voy a hacer todo lo posible para convencerla de que
me acepte de nuevo. No va a ser fácil, pero nada que valga la pena es
fácil.
Volviéndose hacia Spider, sonrió.
—¿Vas a venir conmigo, hermano? Voy a necesitar tu sensatez a mi
alrededor esta noche.
Spider sonrió.
—No hay nada que me dé mayor placer que ver cómo te patean el
culo. La chica que echaste a patadas a la calle ahora es una mujer, y
hermano, en qué mujer se ha convertido. No digo nada más. Todo lo
que quiero es ver tu cara cuando la mires.
El bastardo empezó a reír y los demás se unieron y se dio cuenta de
que todos sabían algo que él no. Pero no le importaba. Lo que sea
que ellos supieran, él pronto lo sabría también.
Tomó la ducha más rápida conocida por el hombre y se vistió a toda
prisa. Pero luego dudó. Quería lucir bien para su chica. Mirándose al
espejo, sacudió la cabeza. Sus vaqueros estaban usados pero limpios,
su camiseta negra era nueva así que estaba bien y sus botas estaban
limpias. Se había cortado el pelo antes de ir a Bloem, así que tenía su
estilo corto habitual.
Su cabello era más corto de lo que solía ser y ahora tenía una barba
corta, más una sombra de barba que una barba verdadera, y estaba
salpicada de gris. Tenía los ojos fríos y llenos de sombras. Sombras
de cosas en las que preferiría no pensar. No cuando estaba a punto
de ver a la mujer que amaba.
La única mujer que había amado en su vida.
Pero en su corazón ahora había un lugar especial, un lugar para su
pequeña, para Lilou. Por un lado, no podía esperar a conocerla pero,
por el otro, estaba terriblemente asustado. ¿Y si él la asustaba? Era
un motero rudo, algo a lo que ella no estaba acostumbrada.
Y luego tuvo que reírse de sí mismo.
—Por el amor de Dios, imbécil—se dijo al espejo—. Ella ha estado
rodeada de moteros antes, recuerda, los Shadow Wraiths.
Sacudió la cabeza, se pasó la mano por la cara, agarró el chaleco, se
lo puso y se lo acomodó sobre los hombros.
Estaba más preparado de lo que nunca iba a estar.
Cuando salió por la puerta, Spider estaba apoyado contra la pared
exterior, esperándolo.
—Vamos a montar, hermano—dijo con una sonrisa y un guiño.
Sin estuvo tentado de golpearlo en la parte posterior de la cabeza
como siempre solía hacer Ice, pero se detuvo justo a tiempo. Spider
ya no era ese chico. Era un oficial del club y un hombre digno de
respeto.
—Salgamos de aquí, hermano. —Intentó sonreír pero no podía
mover los labios.
Aún no.
Si todo salía como debería, estaría sonriendo ampliamente durante
mucho tiempo.
Y de repente sintió ganas de rezar a cualquier deidad que escuchara
su súplica. Y lo hizo en silencio.
Por favor, que acepte verme, escucharme, oírme. Por favor, haría cualquier
cosa por ellas.
Por ella y mi hija.
Cualquier cosa.
Sólo permite que me dé la oportunidad de demostrar que ya no soy el
hombre que solía ser.
Que soy digno de ser un padre para mi hija y un marido para ella.
Porque eso es lo que él quería.
A ella.
A ellas.
Para siempre.
Subiendo a la moto, miró las estrellas en el cielo mientras se ponía el
casco.
Brillaban sobre ellos tres esta noche por primera vez en casi diez
años. Había pensado en mantenerlas fuera de su vida, a salvo. Pero
el lugar más seguro para ellas era aquí, a su lado, donde pedazos de
mierda como Sharma no pudieran tocarlas.
Sólo pensar en el bastardo y lo que le había hecho a Deena fue
suficiente para ponerlo en movimiento. Tenía que llegar a su mujer y
hacer las cosas bien.
Mientras estaba perdido en su cabeza, un grupo de sus hermanos se
había reunido a su alrededor. Con Bullet y Spider a cada lado de él,
salieron del complejo.
No les tomó mucho tiempo llegar al Thirsty Dog y gruñó ante el
estado del estacionamiento. Estaba repleto. Filas de motos y coches
lo llenaban de lado a lado. Por suerte para ellos, los Iron Dogz tenían
su propia zona de aparcamiento reservada y custodiada por uno de
los prospectos. Llevó la moto al lugar mientras sus hermanos hacían
lo mismo. De pie al lado de su moto, colocó los guantes dentro del
casco y lo colocó en el asiento. Con la cantidad de motos que vio,
dudaba que hubiera cajas de seguridad disponibles para sus cascos y
chaquetas.
—Sin. —Al levantar la vista, vio al prospecto de servicio parado
junto a su rueda delantera. Señaló su casco—. Chris dijo que le dijera
a los hermanos que vinieran que no dejaran nada en sus motos que
pudieran llevarse. Han tenido algunos problemas con civiles que
intentaron robar mierda de las motos. Tiene una caja fuerte
reservada para el club.
¿Qué carajo?
Sin frunció el ceño mientras miraba a Bullet y a Spider igualmente
enojados.
—¿Por qué mierda no sabemos sobre esto?—gruñó Sin.
—Lo siento, jefe, sucedió anoche y Scar y Spook se encargaron de
ello. Escuché a Scar decir que sacaría el tema en la iglesia la semana
que viene—le explicó rápidamente Damon, el prospecto.
—¿Intentaron robarle a un miembro de un MC o a un civil con
moto?— preguntó Spider con un pequeño ceño fruncido.
—Intentaron quitarle las alforjas a la moto de un Sinner, jefe. ¿Creo
que su nombre es Jinx?
—Fox (NdelT: Mierda)—murmuró Bullet—. Ese ladrón es un muerto
caminando. Jinx no es conocido por tener un hueso indulgente en su
cuerpo.
Sin recogió su mierda y comenzó a caminar hacia el frente del pub.
Los hombres lo siguieron, todos excepto Spider, que se quedó atrás y
habló en voz baja con el prospecto. No sabía de qué se trataba y no le
importaba. Tenía una mujer a quien ver.
Al abrir las puertas, chocó contra una pared de sonido.
Las notas graves lo golpearon justo en el pecho y vibraron alrededor
de sus pulmones. Y entonces una voz ronca y sexy lo agarró por la
polla y le provocó escalofríos.
¿Era su mujer la que cantaba? No podía ser. Esa voz no se parecía en
nada a su voz al hablar.
En nada en absoluto.
Sacudiendo la cabeza para aclararla, entró en el lobby del pub y se
dirigió hacia la chica detrás del mostrador. No tuvo que decir una
palabra mientras dejaba sus cosas encima. Sus hermanos se pusieron
a su lado y todos sus cascos y chaquetas se unieron a los suyos. Al
observar a la chica, notó la forma en que ella seguía lanzando
pequeñas miradas a Bullet mientras colocaba sus cosas en una gran
canasta de malla de alambre. Ya había muchos cascos y chaquetas
allí, pero la chica sabía lo que estaba haciendo por la forma en que
apiló cuidadosamente sus cosas.
—La chica siente algo por ti, hermano—dijo mientras golpeaba a
Bullet en el costado con el codo.
Bullet esbozó una pequeña sonrisa antes de que su rostro volviera a
su habitual máscara sin emociones.
—Ya no más chicas blancas, Mfethu. La familia está organizando
reuniones con las familias de chicas elegibles. Mi hermano decidió
que era hora de que tomara esposa. Una esposa tradicional.
Mientras hablaba, Sin se olvidó por completo de la chica detrás del
mostrador y se volvió hacia su hermano. Decir que estaba atónito era
una palabra demasiado simple.
—Dios, Bullet, ¿qué vas a hacer? Una chica tradicional no va a
encajar en el club, lo sabes, ¿verdad? —dijo suavemente.
Bullet suspiró profundamente.
—Lo sé, Sin, lo sé. No hablemos de esto ahora. Esta noche se trata de
tu mierda, no de la mía.
Los problemas de sus hermanos le hicieron pensar en el resto del
club. ¿Cuántos de los hermanos estaban pasando por cosas de las
que no hablaban? ¿Cuántos de ellos necesitaban ayuda para tomar
decisiones difíciles que los afectarían a ellos y al club?
Necesitaba investigar eso. Como Sargento de Armas, su trabajo era
cuidar del club, y cuidar del club significaba cuidar de sus
hermanos.
Pero esta noche eran sus propios problemas los que necesitaban su
atención.
Respiró hondo, lo dejó escapar con una fuerte ráfaga y siguió a
Spider al interior del pub.
Permitió que sus hermanos separaran la multitud y le abrieran un
espacio cerca del frente del escenario.
Y entonces la vio y dejó de respirar.
La mujer en ese escenario no se parecía a su Skylar.
Atrás había quedado la chica de cabello oscuro y un poco gordita
que había llamado suya. Esta mujer tenía el cabello rojo oscuro con
un toque de púrpura que le llegaba justo debajo de los hombros. Sus
labios pintados de un rojo oscuro intenso resaltaban porque su piel
era muy pálida. Su chica solía tener un bronceado claro, esta mujer
no estaba bronceada en absoluto. Su piel era como porcelana fina.
Sus ojos estaban maquillados oscuros con toda esa mierda que usan
las mujeres. Algo que su chica casi nunca usaba, y si lo hacía, era
mínimo. Un flequillo puntiagudo caía sobre su frente y cejas, unas
cejas que eran más finas de lo que solían ser. Cuando sacudió la
cabeza, su cabello voló a su alrededor y un mechón se enganchó
sobre el piercing en su nariz. Una mano blanca de dedos largos
rematada con uñas de color rojo oscuro lo apartó. Pulseras, muchas
pulseras, las delgadas muñecas estaban cubiertas y un pesado anillo
de plata rodeaba su dedo medio.
Ella bailó un poco mientras cantaba y sus ojos estaban fijos en ella.
Todo en ella lo excitaba… su voz, su cabello, su cuerpo. Su increíble
culo y sus largas piernas estaban cubiertas con unos ajustados
vaqueros negros. Un corsé brillante negro y rojo intenso abrazaba su
espectacular pecho. La tela negra y roja resaltaba los montículos de
color blanco pálido que asomaban por la parte de arriba. Un tatuaje
se curvaba sobre su hombro, en la parte superior del brazo y
desaparecía en el corsé. Y eso le cabreó porque algún cabrón tuvo
que haberla tocado para hacerle ese tatuaje. Se preguntó si su ropa
escondía más. Su mirada se posó en sus zapatos y casi sacudió la
cabeza. Otra cosa que la chica que recordaba nunca habría usado.
Botas negras hasta la pantorrilla decoradas con cadenas, hebillas y
calaveras envueltas amorosamente alrededor de la parte inferior de
sus piernas y las suelas gruesas y el tacón alto empujaban su altura
cerca del metro ochenta.
Era otra persona. Alguien tan jodidamente sexy que tenía su polla
retorciéndose en sus pantalones y eso lo cabreaba muchísimo. Lo
cabreaba porque sabía que no era el único hombre entre la multitud
que se excitaba con ella.
Sus ojos estaban clavados en la mujer mientras cantaba, con la
cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados.
La canción terminó, ella bajó la cabeza y sonrió a la multitud que
aullaba.
Y entonces una voz que no había oído en años llegó por el sistema de
sonido y su corazón se aceleró. Era su voz pero el acento era
americano.
—Hola a todos, somos Indigo Moon y estamos muy felices de estar
aquí con todos vosotros. Soy Lix, y allá en la guitarra tenemos a Bry,
en el bajo está Mo, el hombre salvaje en la batería es Andy y por
último, pero no menos importante, en el teclado y la guitarra
tenemos a Lenny. Estaremos actuando aquí durante dos shows más.
¡Así que pongamos manos a la obra y a divertirnos un poco!
El hombre al que llamaba Bry se acercó a ella y los dos chocaron los
hombros antes de que él tocara una cuerda y comenzara la siguiente
canción.
Sin estaba hipnotizado. Hipnotizado por una mujer que no reconocía
en absoluto.
Hasta que las luces del escenario brillaron en sus ojos. Unos ojos
verdes como el musgo que no había podido olvidar.
Fue hacia el final de una canción cuando se cansó de esperar.
Empujó a los cabrones que bailaban delante de él al frente del
escenario y entonces sucedió.
Ella lo vio.
Sus miradas se encontraron y todo a su alrededor desapareció.
Eran sólo él y ella.
Él lo vio todo en sus ojos.
Al principio hubo shock pero cambió, se volvieron duros y
decididos.
Ninguno de los dos apartó la mirada mientras ella cantaba la última
canción de la noche. Su mano derecha se movió como por su propia
voluntad y cubrió el tres tatuado sobre su corazón… el número de
sus pecados.
Pronto borraría el último de esos pecados.
Se quedó allí, rodeado de sus hermanos, y sabía en el fondo de su
alma que no las dejaría ir a ella ni a su hija, nunca más.
No importaba que él pudiera leer en sus ojos su decisión de dejarlo
atrás. Él no permitiría que eso sucediera. No tenía otra opción. Eran
ella y su hija o nada. Y nada que no estaba en las cartas para él o
para ella. Ella simplemente no lo sabía todavía.
Sus ojos ardieron con ira hacia él y finalmente, finalmente pudo
sonreír.
Y lo hizo. Sonrió, tan jodidamente amplio que sentía como si sus
mejillas fueran a romperse.
Capítulo 6
Skylar/Lix
El Primer Show

Tank me llevó desde la casa de mis padres donde habíamos dejado a


Lee y Ness al Thirsty Dog. El lugar no estaba en la ciudad sino en las
afueras, en una zona más rural y de repente comencé a preocuparme
por conducir a casa después del show. Estaba condenadamente
oscuro aquí afuera, sin farolas en absoluto. Y si no recordaba mal,
estaba demasiado cerca del recinto del Iron Dogz MC. Pero tal vez
mi memoria no era muy confiable ya que solo había estado allí una
vez.
Y en lo que a mí concernía, eso era demasiado después de lo que
pasó.
Finalmente vi luces adelante y dejé escapar un suspiro de alivio. El
pub estaba iluminado por luces de seguridad y reflectores y pude
ver cámaras y más luces a lo largo de la alta valla de seguridad. Eso
me calmó un poco los nervios. Era obvio que Ravi no podría colarse
aquí para sorprenderme. Odiaba esas sorpresas porque no eran nada
buenas. El hombre era espeluznante, algo de lo que me di cuenta
demasiado tarde. Había escondido demasiado bien ese lado
espeluznante detrás de su cara bonita.
Deteniéndose frente a la puerta, Tank bajó la ventanilla cuando el
guardia se acercó y fue cuando se acercó al coche que me di cuenta
de lo que llevaba puesto.
Un chaleco. Llevaba un maldito chaleco.
Sin saberlo, nos habíamos apuntado a tocar en un bar de moteros.
Un bar obviamente propiedad de algún club. No es que fuera la
primera vez que tocábamos en un bar de moteros, pero tenía razones
para evitar los bares de moteros en Sudáfrica.
—Hola, lo siento, pero esta noche estamos cerrados. Es una fiesta
sólo con invitación—dijo el tipo mientras nos miraba.
Me incliné sobre la consola central y sonreí.
—Lo sé. Estoy con la banda, ellos ya están aquí esperándome. Soy
Lix.
Sus ojos se abrieron pero aun así lo comprobó, golpeándose la oreja
mientras se giraba y entonces pude echarle un vistazo a su espalda.
No pude evitar que mi boca se abriera. Lo que vi era un perro
gruñendo con ojos rojos mordiendo una gruesa cadena.
Era un parche con el que estaba muy familiarizada.
El Iron Dogz MC, Johannesburgo.
¡Joder, joder, joder, joder, joder, joder!
La mejor amiga de Evie estaba casada con un maldito Iron Dogz.
¿Cómo no lo sabía?
Fácil, nunca lo pregunté. Debería haber preguntado.
Ahora era demasiado tarde.
No había planeado estar cerca del club en este viaje. Quizás en algún
momento en el futuro, como cuando Lee cumpliera quince o
dieciséis años. Pero no ahora.
El tipo se giró con una sonrisa y mis ojos se posaron en el parche con
su nombre, Crash. Habló a través de un Tank todavía silencioso.
—Lo siento, señorita Lix, si conduce hacia adelante cuando se abra la
puerta, la llevaremos adentro lo más rápido que podamos. Llegará a
una segunda puerta donde otro grupo de guardias la dejará pasar.
Leo dijo que le diga que hay estacionamiento para usted en el área
reservada, uno de los prospectos le indicará. Disfrute su velada.
Sonreí.
—Gracias, Crash. Espero que tengas la oportunidad de venir a ver el
show.
Me dio una amplia sonrisa.
—La estaré viendo actuar mañana por la noche, señorita.
—Lix, Crash, mi nombre es Lix, no señorita. —Le guiñé un ojo
mientras Tank avanzaba, observé por el espejo lateral cómo la gran
puerta pesada se cerraba detrás de nosotros.
—Estoy contento con la seguridad. Nadie superará fácilmente a
estos tipos—murmuró Tank.
Sólo pude asentir con la cabeza.
Condujimos lentamente hasta la siguiente puerta y una vez más nos
detuvimos antes de que esta vez dos hombres, no solo uno, nos
hicieran señas para que pasáramos. Obviamente había más de un
hombre de guardia en la primera puerta, pero no los había visto.
Conduciendo por un camino arbolado finalmente llegamos al pub
completamente iluminado. Las motos estaban estacionadas en filas
brillantes y miré a mi alrededor buscando al prospecto que nos
guiaría hasta nuestro lugar de estacionamiento.
Un tipo muy joven apareció y nos hizo señas para que siguiéramos
adelante y condujimos cuando desenganchó una cadena que colgaba
entre dos postes para dejarnos entrar a un área de estacionamiento
reservada muy bien iluminada. Había un par de motos y algunos
coches y reconocí los dos SUV blancos que Bry había alquilado para
que la banda viajara. Tank estacionó el SUV mucho más pequeño en
el espacio libre al lado de ellos y salió. Abriendo la puerta trasera,
saqué mi pesado bolso y me lo colgué cruzado sobre el cuerpo
Un carraspeo a mi lado me hizo girar la cabeza. Me había olvidado
por completo del prospecto. Tank estaba a un lado, vigilando.
—Hola, señorita Lix, mi nombre es Devon y estaré de servicio aquí
esta noche. Leo me pidió que le dijera que el resto de la banda está
en el salón verde preparándose y Adder la acompañará hasta el
lugar. Él está esperando allí. —Señaló a un hombre parado a un lado
con las manos entrelazadas detrás de la espalda.
—Gracias, Devon, y solo soy Lix. —Sonreí y un sonrojo tiñó sus
orejas. Las luces eran tan brillantes que podía verlo claramente.
Eché un vistazo rápido a mi alrededor antes de cerrar la puerta y
caminar hacia el hombre que esperaba. Tank lo siguió sin decir una
palabra.
Sonreí mientras me acercaba a él.
—Hola Adder, soy Lix.
Él asintió y sus labios apenas se curvaron antes de inclinarse hacia
adelante y tomar mi pesado bolso. Una mano señaló la puerta. Bien,
no se podía hablar con éste. Mis ojos se fijaron en su chaleco de
prospecto y me pregunté por qué había elegido esta vida. Como
solía preguntarme por qué alguno de ellos la había elegido.
Pero claro, mi única visita al complejo de los Iron Dogz me había
mostrado exactamente por qué los hombres elegían esta vida.
Libertad.
Tenían la libertad de hacer lo que querían, cuando querían y con la
frecuencia que querían.
¿Quieres tener sexo delante de todos? Puedes. ¿Quieres beber hasta
desmayarte? Puedes. ¿Quieres drogarte? Puedes. ¿Quieres reír y
pasar el rato con tus hermanos? Puedes. ¿Quieres compartir una
mujer con tus amigos? Puedes.
Había estado con los Shadow Wraiths y, aunque no había asistido a
ninguna de sus fiestas abiertas, sabía que allí sucedía lo mismo.
Siempre me aseguraba de dejar las fiestas familiares mucho antes de
que se volvieran salvajes.
Mi única experiencia con moteros me había dejado cicatrices tan
profundas que me tomó años taparlas y no tenía intención de volver
a ser vulnerable de esa manera nunca más.
Me quedaría con los hombres suaves y seguros con los que había
estado saliendo en el pasado. Ravi había sido la única excepción y
mira cómo resultó.
No, era mejor que me apegara a lo seguro y evitara lo emocionante.
Al cruzar la puerta pude escuchar a Lenny reír y seguí el sonido por
el pasillo hasta donde estaban. Cuando entré por la puerta abierta
p p p
hubo gritos de bienvenida y les sonreí a mis hombres locos.
Después de recibir abrazos de todos, me apropié del único baño y
comencé mi rutina de arreglarme. Mientras me ponía la ropa, realicé
mis ejercicios para la voz y continué mientras me ponía el maquillaje
pesado. Con el tiempo se había vuelto más fácil y ahora podía
hacerlo casi en piloto automático.
Finalmente había terminado y el momento de comenzar el show
había llegado.
Tank tenía reglas de última hora para mí. No saltar del escenario
hacia la multitud, no estrechar la mano de los fans, no ir a ningún
lado sin él y cuando saliéramos del escenario él estaría esperando
para acompañarme al salón verde. No ir con los fans después del
espectáculo.
Estaba de acuerdo con todas sus reglas. No iba a correr ningún
riesgo.
Mis nervios me estaban carcomiendo viva mientras esperaba para
subir al escenario.
No quería verlo... pero al mismo tiempo quería.
¿Cómo se vería ahora? ¿Su estilo de vida lo había envejecido como
sospechaba? ¿O era uno de esos hombres afortunados que lucían
bien sin importar nada?
Esto era una locura. Nada bueno saldría de verlo. Simplemente
perturbaría nuestras vidas si lo metiéramos en ella ahora. No estaba
lista. Aún no. Y tal vez nunca más lo estaría.
Bry me dio unas palmaditas en el hombro, devolviéndome al
presente. Era hora de convertirme en la intérprete y dejar mi mierda
personal a un lado del escenario.
El público era fantástico y nos alimentamos de su entusiasmo. Nos lo
pasamos absolutamente genial.
Después de la canción final, abandoné rápidamente el escenario y,
una vez fuera del escenario, dejé escapar un suspiro de alivio. Me
sentía aliviada porque no había visto a Sin entre la multitud y
dejadme deciros que miré, miré atentamente.
El viaje de regreso a casa de mis padres transcurrió sin incidentes.
Maldito Ravi Sharma y sus mierdas de acosador.
No importa lo enojada que me pusiera el hecho de necesitar
seguridad las 24 horas del día, estaba muy feliz de que nuestra
compañía discográfica se hubiera asegurado de que estuviera
protegida. Lo que lo hacía más fácil era que conocía a los hombres
porque su compañía generalmente se encargaba de la seguridad del
tour. Tank y Hanson eran buenos tipos y muy buenos en su trabajo.
He hecho dos, ahora tres giras con ellos y nunca he tenido ningún
problema.
Y dejadme deciros que hay fans locos dispuestos a hacer cualquier
cosa para llegar a sus ídolos. Pero mi acosador no era un fan, era un
ex enojado que no aceptaba un no por respuesta. Según Trisha,
nuestra agente, los ex son malas noticias, por eso la seguridad
adicional.
En parte tenía razón; algunos ex definitivamente eran malas noticias,
mientras que otros desaparecían de tu vida como la niebla bajo el sol
de la mañana y nunca más los volvías a ver.
Y ahí iba de nuevo; haciendo afirmaciones que podrían darse la
vuelta y morderme el culo.
Teníamos tres shows más por delante y con suerte el hombre que
estaba ocupando demasiado espacio en mi cabeza en este momento
no aparecería. Dándome un pequeño respiro. No sabía cuánto
tiempo tendría ese respiro porque mi bebé se estaba acercando
rápidamente a un punto en el que iba a insistir en conocerlo.
Esperaba aguantar hasta que ella cumpliera dieciséis años, pero
conocía a mi hija y no tenía mucho tiempo.
La semana que viene cumpliría diez años y, a diferencia de otros
años, este año no había hecho una lista. Tenía el presentimiento de
que iba a pedir conocer a su padre. Y con toda honestidad, no era
algo que pudiera negarle. Ella tenía derecho a conocerlo como él
tenía derecho a conocerla.
Si tan solo no fuera un motero mentiroso e infiel.
Con toda esa mierda dando vueltas en mi cabeza, fue una sorpresa
cuando Tank se detuvo en el camino de mis padres. Estacionamos
detrás del coche de Morgan y miré hacia donde él y mi padre
estaban esperando en la terraza. Las luces de seguridad iluminaban
el patio delantero.
—Quédate en el coche, Lix, espera a que te abra la puerta—me
ordenó Tank y asentí.
Todavía estaba manipulando el cinturón de seguridad cuando la
puerta se abrió y Tank llenó el espacio. Me quité el cinturón de
seguridad y me giré para sacar las piernas. Me acompañó hasta la
terraza y me entregó a mi padre y a mi hermano con un breve
movimiento de cabeza.
—Estaremos aquí vigilando, cuando estés lista para salir llámame y
entraré a buscarte. No salgas sin que Hanson o yo te acompañemos
hasta el coche, ¿de acuerdo?
Asentí.
—Está bien, no hay problema. Voy a entrar y recoger a Lee y Ness.
No tardaremos, lo prometo.
De repente sonrió.
—No importa cuánto tiempo tardes, cariño. Tómate tu tiempo, aquí
estaremos.
Le lancé una sonrisa por encima del hombro mientras el brazo de
papá se curvaba alrededor de mis hombros y me guiaba adentro.
—¿Como les fue?—preguntó mi madre tan pronto como entré a la
sala de la televisión donde ella y Ness estaban tumbadas en los
sofás.
—Fue una muy buena noche. —Sonreí y luego hice una mueca—. Lo
único un poco jodido es... que el pub probablemente sea propiedad
del Iron Dogz MC.
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Morgan se sentó en el sofá junto a Ness, que de repente se sonrojó.
Interesante.
Mi hermano mayor estaba divorciado desde hacía aproximadamente
un año. Tiene dos hijos con su ex y compartían la custodia. Sharon
no era una mala mujer, simplemente no era la adecuada para él.
Eran amigos que tenían hijos juntos. Siempre sospeché que mi
hermano mayor se había conformado cuando se casó con ella. Pero
ella también. Me gusta mucho y me alegré de que el divorcio hubiera
sido indoloro y amistoso.
—¿Qué demonios dices? ¿Estaba el bastardo allí? —gruñó Morgan
enojado.
Papá le hizo señas para que se callara y él refunfuñó en voz baja. Lo
más probable es que mi hermano mayor nunca perdonara a Sin por
lo que había hecho. Especialmente porque ahora tenía sus propios
hijos.
—Cuéntanos qué pasó—dijo mi padre en voz baja.
—Llegamos allí y noté que el guardia en la puerta llevaba un chaleco
y cuando se giró vi que era miembro del Iron Dogz MC. El lugar
estaba lleno de ellos y de muchos otros moteros. No tuvimos ningún
problema con ninguno de ellos. Les encantó la música y eso fue
todo. El show terminó y Tank me trajo a casa. No lo vi, no creo que
estuviera allí.
—Bien, no creo que estés lista para enfrentarlo todavía—dijo mi
madre con una pequeña sonrisa curvando sus labios—. Sin embargo,
pronto mi nieta te pedirá un regalo que no podrás negarle. Ella lo
quiere en su fiesta de cumpleaños.
Mi madre dejó caer la bomba y me quedé helada. Mierda, sabía que
vendría y aun así la noticia me atravesó.
—He estado investigando sobre el Iron Dogz MC—gruñó Morgan—.
A diferencia de hace diez años, parece que se han vuelto tan
legítimos como pueden serlo los moteros. Su reputación ha mejorado
desde que Hawk Walker asumió el control tras la muerte de su
padre. Tienen negocios legítimos y están muy involucrados en su
comunidad. No tienen otras redes sociales, solo la página de
Facebook. Su página no proporciona mucha información, así que no
estoy seguro de si todavía está en el club. No pude encontrar ningún
rastro de Carl Smith o Sin Smith.
Era más de lo que sabía porque había evitado buscarlo a él y al club
en internet.
—Es tarde y realmente necesito dormir un poco. —No quería
discutir esto ahora—. Hablaremos de esto mañana después de haya
hablado con Lee. Si ella insiste en que lo quiere en su fiesta, entonces
lo haré realidad. Pero no quiero hablar de eso ahora, estoy
demasiado cansada.
Afortunadamente, mi madre me respaldó y salí de allí antes de que
Morgan y papá pudieran comenzar una lista completa de pros y
contras.
Habíamos tenido una muy buena noche. La banda estuvo brutal y
mi voz había sonado genial.

El Segundo Show
Fue durante la penúltima canción que sucedió.
Lo vi abriéndose paso entre los hombres y mujeres que bailaban
frente al escenario y entonces él y los hombres que lo acompañaban
estaban allí.
Justo enfrente mirándome.
No podía apartar la mirada, sus gélidos y brillantes ojos azules me
mantenían cautiva.
Todo a mi alrededor desapareció y quedamos solo él y yo.
Me sorprendió verlo, pero estaba decidida a no caer en su mierda
nunca más. Sabía que mis ojos eran duros cuando le devolví la
mirada mientras cantaba.
Desafortunadamente, nuestra última canción de la noche era una
maldita canción de amor. Miré a Bry para intentar cambiarla, pero él
simplemente negó bruscamente con la cabeza y continuamos.
Y mis ojos nunca dejaron los suyos mientras cantaba sobre nunca
olvidar a un amante.
Se me apretó el estómago y me dolió el corazón cuando levantó la
mano y la apoyó en su corazón, como diciendo que nunca me había
olvidado.
La gente había notado nuestras miradas fijas y los vi tomando fotos
de lo que para ellos debía parecer como que estaba cantándole al
motero delante del escenario.
Finalmente todo terminó y pude escapar.
Sólo que no lo hice.
Cuando salí del escenario, él y dos de sus hermanos del club saltaron
al escenario y me siguieron.
Tank estaba a punto de ir a lo He-man sobre sus culos cuando le di
unas palmaditas en el brazo.
—Lo conozco, Tank. Está bien.
Entré al salón verde con él justo detrás de mí. Me di la vuelta y con
las manos en las caderas esperé a que hablara. De ninguna manera
iba a iniciar esta maldita conversación.
—Diez años, he estado esperando diez años, cariño, y finalmente
estás aquí y podemos hablar de la mierda que pasó en el pasado.
Incliné la cabeza y levanté una ceja. ¿Realmente pensaba que era tan
fácil? Ni siquiera cerca.
—¿Has estado esperando? ¿Por qué esperarías, Sin? Tú eres quien
nos echó. Eres quien amenazó con hacernos daño. ¿Por qué diablos
estás aquí? Hace diez años no significamos nada para ti, ¿qué
cambió?
Su mano golpeó su pecho con tanta fuerza que sonó como un trueno
en la habitación silenciosa.
—Yo. Cambié. Ya no soy ese imbécil egocéntrico. Cometí errores,
grandes, no, no grandes, jodidamente enormes errores, y te perdí a ti
y a nuestro bebé. Perdí a las dos personas más importantes de mi
vida porque era un maldito imbécil. Cuando finalmente me recuperé
y me di cuenta de lo que había hecho, ya no estabas. Te busqué,
créeme que lo hice hasta el día que tu padre vino a verme y me dijo
que te dejara ir. Que eras feliz sin mí. Y lo hice, te dejé ir. Le dije que
no te buscaría. Pero, cariño, me juré que si alguna vez te cruzabas en
mi camino movería el maldito cielo y el puto infierno para
convencerte de que me dieras una segunda oportunidad. Para que
me dejaras demostrarte que he cambiado. Que soy un mejor hombre
ahora. Lo único que te pido es que me des una oportunidad. Dame
la oportunidad de ser el padre de mi hija. Dame la oportunidad de
demostrar que soy lo suficientemente bueno para ser tu hombre.
Dame la oportunidad de corregir mis errores.
Se quedó en silencio y yo me quedé allí. Aturdida y en silencio. ¿Mi
padre le había pedido que me dejara ir?
Spider no se quedó aturdido o en silencio.
—Maldición. En todos los años que te conozco, hermano, nunca te
escuché defender tu caso. Simplemente aceptaste el castigo que te
impuso Bounty y te quedaste callado. Siempre admiré la forma en
que aceptaste tu castigo y como silenciosamente cambiaste tu vida.
Se volvió hacia mí y me guiñó un ojo.
—Es genial verte de nuevo, cariño. No podía creer lo que estaba
viendo cuando te vi en ese escenario en Ciudad del Cabo. Vine hasta
aquí para decirle a mi hermano que te había visto pero él ya sabía
que estabas aquí. Y ahora aquí estamos.
De repente sonrió y me guiñó un ojo.
—Y él es sólo un hombre, parado frente a su chica, diciéndole que
todavía la ama.
Sin lo golpeó en el vientre con el dorso de la mano mientras los
hombres apiñados en la habitación soltaban risitas. Demonios,
tampoco pude detener la sonrisa. ¿Quién diría que un motero podría
citar una frase de una película romántica? Había cambiado la frase
pero aun así la reconocí.
Siempre me había encantado esa película.
p p
Pero amar la película y aceptar lo que Sin quería eran dos cosas muy
diferentes.
—Mi hija es la persona más importante en mi vida. Su bienestar es lo
único que me importa. Así que asegúrate de querer ser parte de su
vida. Si no, es mejor que te vayas ahora y nos dejes en paz.
Comenzó a negar con la cabeza antes de que yo terminara.
—Nuestra hija es tan importante para mí como lo es para ti. Puede
que no haya estado presente para ayudarte a criarla, pero he
pensado en ella cada minuto de cada día desde que te fuiste. No es
que supiera que nuestro bebé era una niña, pero no me importaba.
Ella es mía y quiero conocerla—gruñó él obviamente muy enojado.
Miré a Bry y él asintió. Apretando los dientes miré a Sin.
—Bien. Así es como sucederá esto. Lilou cumplirá diez años el
viernes de la próxima semana y le celebraremos una fiesta de
cumpleaños en casa de mis padres. Puedes venir…
No me dejó terminar.
—No. Ni siquiera sabía la fecha de su maldito cumpleaños, Sky. No
tenía idea de qué tan avanzada estabas cuando te fuiste. Perdí todo
este tiempo. —Pude ver una fría determinación en sus gélidos ojos
azules—. Quiero conocerla antes de su cumpleaños y quiero
presentarla a mis hermanos y a sus familias.
Levantó una mano para silenciarme cuando comencé a farfullar de
ira.
—Espera, déjame terminar. El club ya no es lo que era. Ahora somos
una familia. Todos hemos cambiado para mejor. Muchos de mis
hermanos tienen damas e hijos y les encantaría conocer a Lilou. Ella
estará a salvo en el club, al igual que tú y cualquiera que quieras
traer.
No sabía cómo me sentía acerca de esto. Todo lo que sabía sobre el
club era lo que había visto esa noche.
—¿Esperas que lleve a mi hija al lugar donde me rompiste el corazón
y me humillaste? Creo que no—grité mientras luchaba por mantener
la calma.
El enorme negro detrás de Sin que había estado observando en
silencio levantó una mano para llamar mi atención.
—Él te está diciendo la verdad. Tú y tu pequeña estaréis a salvo en el
club. Ven y compruébalo tú misma, el domingo tendremos un día
familiar, ¿por qué no traes a tu pequeña y conoces a algunas de las
mujeres?
—¿Quién eres?—pregunté bastante groseramente, lamento decirlo.
Levantó una ceja y me sonrió. Para nada molesto por mi tono
sarcástico.
—Soy Bullet, el hermano de Sin.
Asentí y le di una rápida sonrisa. Bullet era increíblemente hermoso.
Había sido deslumbrante antes de que esa sonrisa curvara sus labios
llenos. ¿Con esa sonrisa? Al hombre le tienen que tirar bragas desde
todos lados.
—Esa es realmente una muy buena idea, Bullet—coincidió Spider
antes de volverse hacia mí—. Mis padres estarán allí, al igual que mi
hermana y mi hermano con sus hijos. Vamos a comer una braai
familiar antes de que tenga que regresar a Ciudad del Cabo.
Sabía lo que significaba una braai familiar. Sólo familiares y amigos.
Igual que con los Shadow Wraiths.
Al mirar bien el chaleco de Spider, vi que ahora era un oficial del
club. Al parecer era el tesorero de Ciudad del Cabo. Y eso me hizo
mirar el chaleco de Sin.
Él también era oficial. Ahora era el sargento de armas. Como me
había explicado años atrás el Sargento de Armas era el protector del
club. Parece que en los diez años que estuve fuera le habían dado
mucha responsabilidad. Debían confiar en él.
Significaba que ahora era un miembro de confianza del club.
¿Pero debería confiar en él?
—Creo que deberíamos ir a la braai—dijo Bry de repente.
Me giré para fruncirle el ceño y él levantó ambas manos.
—Hermanita, sabes que se ha estado muriendo por conocer al
hombre de las fotografías durante putos años. Tienes que concederle
esto. Es su derecho y por mucho que quieras decir que no lo es, lo es.
Y nos da la oportunidad de comprobarlos. De asegurarnos de que
sean lo suficientemente buenos para nuestra niña.
La tensión era una banda dolorosa que recorría mis hombros y mi
nuca.
Sabía que tenía razón. Mi niña llevaba años preguntando por él.
¿Y qué tan justo era que se viera tan condenadamente bien? Me
esperaba un motero arruinado y aquí estaba, luciendo mayor pero
increíblemente guapo.
Tenía pequeñas arrugas alrededor de esos increíbles ojos azules
brillantes y canas en la barba y en las sienes. Su cabello estaba
mucho más corto de lo que solía usarlo antes. Estaba bronceado por
el sol, pero no arrugado como esperaba. Y obviamente hacía ejercicio
a juzgar por sus musculosos antebrazos y los bíceps que estiran las
mangas de su camiseta. Un pequeño tatuaje asomaba por la manga
de su brazo izquierdo, pero apenas podía ver el final de un rizo
bastante adornado. Sus hombros parecían más anchos y su camiseta
se pegaba a un abdomen apretado. Sus vaqueros se apoyaban en sus
caderas estrechas y se moldeaban alrededor de unas piernas largas y
unos muslos musculosos.
Tenía la constitución de un nadador o un gimnasta, no era tan
musculoso como algunos de sus amigos. No es que pareciera
pequeño al lado de ellos, en absoluto. Había ganado volumen y se
había ensanchado y le quedaba muy bien. Sus ojos eran claros y
brillantes cuando se centraron en mí.
Cerré los ojos y respiré profundamente para calmar mi estómago
revuelto.
Tomé una decisión y esperé con todas mis fuerzas que fuera la
correcta.
—El sábado es nuestra última noche aquí y lo más probable es que el
show se extienda debido a los bises y demás. Llegaré tarde a casa y
no me levantaré temprano. Podemos estar allí alrededor de las doce.
¿Estará bien?
—¡Perfecto!—respondió Spider antes de que Sin pudiera decir una
palabra.
Lanzándole una mirada enojada, se concentró nuevamente en mí.
—No puedo esperar hasta el domingo, no puedo—dijo muy, muy
quedamente.
Lo miré y abrí la boca pero no me dio oportunidad de hablar.
—Quiero conocerla mañana. Podemos hacerlo en casa de tus padres
o en el lugar donde te alojas. Tu elección.
Estaba enojada con él… ¡otra vez!
—Son dos días, has esperado diez años, ¿cuántos son dos días más?
—gruñí.
—Un segundo más es demasiado tiempo—gruñó él en respuesta—.
Y quiero conocerla antes de presentarla al resto del club. Es lo
correcto, ¿no crees?
Mierda.
No quería estar de acuerdo con él pero lo estaba.
Mi bebé necesitaba conocerlo antes de conocer al resto de su club.
No quería que ella se enfrentara a muchos extraños cuando
conociera a su padre por primera vez.
Así que me aguanté y estuve de acuerdo.
—Bien, podemos hacerlo mañana. Creo que es mejor si nos
encontramos en un lugar neutral, no en casa de mis padres. Ven a
comer. Me da la mañana para prepararla. Y será mejor que estés
preparado para responder muchas preguntas.
Bry y los muchachos de la banda se rieron y los moteros les
fruncieron el ceño.
—Hombre, debería dejarte ir sin estar preparado, pero no quiero que
parezcas un idiota—dijo Bry encogiéndose de hombros cuando Sin
gruñó.
—Nuestra niña estaba muy por delante en la fila el día que
repartieron su capacidad intelectual. Tiene preguntas que se ha
estado preparando para hacerte durante años. He visto esa lista y
permíteme decirte que seas honesto con ella. Esa chica puede ver a
través de las mentiras y si le mientes una vez, ella terminará contigo.
Créeme, ya ha sucedido antes.
Sin frunció el ceño.
—¿Quién le mentiría? Eso es simplemente estúpido.
Bry soltó un resoplido despectivo y quise darle una patada porque
sabía lo que se avecinaba.
—Lix salió con ese imbécil hace un tiempo y cada maldita palabra
que cruzó sus labios fue mentira. De alguna manera Lee lo sabía y se
aseguró de que él supiera que ella lo sabía. Es un pedazo de mierda
que todavía estamos tratando de sacarnos de la suela de nuestros
zapatos, desafortunadamente.
Mierda. Bry y su bocaza.
—Bry…
No pude decir más.
—Sé lo de Sharma—dijo Sin mordiendo las palabras—. No puedo
discutirlo contigo ahora, pero lo hablaremos mañana. Todo lo que
puedo decir es que él no es quien crees que es y es muy, muy
peligroso. Me alegra ver que tienes seguridad, pero la iremos
ampliando. No voy a correr ningún riesgo con mis chicas.
—¿Qué? —Mi gruñido enojado provocó que Sin sacudiera
ferozmente la cabeza.
—No, Sky, no discutas conmigo sobre tu seguridad. Lo entenderás
cuando te lo explique, déjalo así por ahora, por favor.
Lo dejaría pasar por ahora, pero sólo por ahora. El bastardo tendría
que dar explicaciones mañana.
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—Está bien, pero mañana me vas a decir qué pasa o mi hija y yo nos
subimos a un avión y nos vamos de aquí. ¿Comprendido?
—Absolutamente. Dame tu teléfono.
Mi bolso yacía en el sofá, abrí el bolsillo lateral, saqué el teléfono, lo
abrí y se lo entregué. Lo vi mientras ingresaba su número y se
llamaba.
—Tengo tu número. Te llamaré mañana por la mañana—dijo
mientras me lo devolvía.
Antes de que pudiera evitarlo, se inclinó y presionó sus labios contra
los míos en un suave beso con la boca cerrada.
Escuché un suave gemido retumbar en su pecho cuando levantó la
cabeza y luego hizo algo que solía hacer todo el tiempo.
Apoyó su frente contra la mía y cerró los ojos mientras respiraba
profundamente.
—Extrañaba esto, extrañaba respirar tu aroma hasta mi alma—
susurró él.
Y se fue. Salió por la puerta antes de que pudiera decir una palabra.
Mi mano fue directa a mi boca, las yemas de mis dedos sobre los
labios. Todavía podía sentir sus labios, el cosquilleo de su barba y su
frente presionada contra la mía.
Se sentía demasiado familiar.
Estaba en muchísimos problemas.
Cerré los ojos y en mi mente lo vi claramente.
La puta, desnuda encima de Sin.
Eso fue suficiente para borrar la sensación de sus labios y el toque de
su frente, dejándome fría y temblando. Lo que no pude borrar
fueron sus palabras.
Ninguna de ellas.
Capítulo 7
Sin
Alejarme de Sky ahora que la había encontrado de nuevo fue una de
las cosas más difíciles que había hecho en su vida. Pero tenía que
hacerlo. Ella necesitaba tiempo. Tiempo para darse cuenta de que no
iba a ninguna parte. Tiempo para acostumbrarse a su nueva
realidad. Una realidad que no tenía idea que se avecinaba para ella y
su hija.
Eran suyas. Suyas para protegerlas. Suyas para amarlas y adorarlas.
Ya no era el idiota egoísta que solía ser. Era un hombre cambiado.
Un hombre que sabía lo que quería y que apreciaría a sus chicas
como el regalo que eran.
Diez años atrás había permitido que las jodidas reglas que Flash
Warne les había machacado a golpes como prospectos influyeran en
sus decisiones. Decisiones que le costaron todo. Pero no todo era
culpa de Warne. Romper el corazón y la confianza de su mujer, fue
obra suya. Él cargaba con esa culpa.
Incluso si fueron las reglas de Warne las que lo llevaron hacia su
destrucción.
El club ante todo.
Los hermanos antes que las putas.
Las novias y las damas eran coños, igual que las putas.
Debían respetarse a los miembros antiguos y a los oficiales. Su palabra era
ley.
La palabra de Warne era ley.
El tiempo les había mostrado exactamente cuán podrido hasta la
médula había estado Flash Warne. La misma sangre podrida corría
por las venas de su hija y gracias a Dios nunca la había tocado. Ella
lo había intentado muchas veces con él, pero no había aceptado sus
ofertas.
Mientras era simpatizante se había follado a las putas del club, pero
después de conocer a Sky nunca volvió a tocarlas. Por alguna razón,
Jane lo había tomado como un desafío y constantemente intentaba
meterse en su cama.
Después de que su vida implosionó, evitó a las putas del club y a
todas las mujeres que iban a la casa club a divertirse. Eso significaba
que si su dama alguna vez regresaba al club no habría una sola
mujer allí que pudiera decir que había tenido su polla. Y esperaba
con todas sus fuerzas que ella regresara pronto a su club como su
dama.
A pesar de que la había besado y tocado su frente con la de ella y
escuchado su respiración entrecortada, conocía a su mujer. Eso no
haría ninguna diferencia. No la haría perdonar ni olvidar.
Si él luchaba con la idea de ella con otros hombres, ¿cuánto más
luchaba ella con la visión de él con la puta?
Si alguna vez la hubiera visto con otro hombre, lo habría puesto de
rodillas antes de levantarse y matar al cabrón.
Con toda la rabia que llevaba en las entrañas, su hermana y la puta
podían agradecer a su buena estrella que no las hubiera vuelto a ver.
Al parecer, su madre se había mudado al otro lado de Pretoria
después del divorcio y su padre le dijo que las perras se habían ido
con ella. Adiós y hasta nunca. En lo que a él concernía, su única
familia era su padre, sus hermanos y las familias de ellos.
Y ahora finalmente podría añadir a su familia, a su mujer y a su
bebé.
Mientras regresaba a la casa club con sus hermanos a su alrededor,
no podía quitarse a Sky de la cabeza. Su aspecto. La forma en que
sonaba. La forma en que olía. Todo en ella era muy diferente de los
recuerdos que tenía. Y esos recuerdos que tanto había apreciado
palidecieron frente a la mujer en la que se había convertido.
Había madurado hasta convertirse en alguien que él no conocía pero
que quería conocer. Quería saber todo sobre ella, pero no quería
saberlo por Ziggy. Quería que ella se lo dijera.
Que le diera su confianza permitiéndole conocerla.
Ella era una llama vibrante y seductora que lamía su mente y su
polla.
Se sentía atraído por su independencia y madurez y por el hecho de
que no se había echado atrás ante él.
Cuando estaban juntos, él no quería que ella fuera independiente.
No le gustaba que tomara decisiones sin él. Como un idiota, quería
tomar todas las decisiones por los dos. Y lo hacía. Ella lo había
aceptado, pero había sido porque lo amaba. No porque pensara que
él sabía más y no porque ella renunciara a su independencia. No,
todo se trataba de él, de lo que él quería y de lo que lo hacía feliz.
Esa había sido su Sky, le encantaba hacer felices a quienes amaba.
Él había sido feliz pero no estaba tan seguro de que Sky hubiera sido
feliz. No con la forma en que la había mantenido alejada de gran
parte de su vida.
No les dijo una palabra a sus hermanos cuando entraron a la casa
club.
Estaba tranquila, sólo unos pocos hermanos estaban en la sala
común y en el bar. Se dio cuenta de que Kobus estaba detrás de la
barra cuando pasó y subió las escaleras de dos en dos. Todo lo que
quería hacer era llegar a su habitación y darse una ducha.
Sería la tercera del día.
Ocurría cada vez que la gente se acercaba demasiado o si lo tocaban.
Y ser parte de la multitud frente al escenario significaba que la gente
había estado cerca, demasiado cerca. Era algo que no podía soportar,
que alguien lo tocara sin su consentimiento. La idea hizo que la rabia
lo carcomiera casi de inmediato y supo que una ducha no iba a ser
suficiente.
Necesitaba el toque limpiador del agua a su alrededor.
Además, la fatiga de nadar innumerables largos lo ayudaría a
dormir. No había dormido bien desde la última vez que durmió al
lado de su mujer. La mayoría de las noches su sueño se veía
interrumpido por pesadillas. Pesadillas violentas. Cuando estaba
muy cansado, se escapaba de ellas, la mayor parte del tiempo.
Colocando el casco sobre el escritorio, se quitó el chaleco y lo colgó
en el respaldo de la silla. Sentado en el costado de su cama, se quitó
las botas y los calcetines moviendo los dedos de los pies antes de
levantarse y agarrar la toalla que colgaba a los pies de la cama.
Una cama de hierro forjado increíble que Beast le había hecho
después de haber destruido todo en su antigua habitación en un
ataque de ira.
La habitación en la que se encontraba ahora no era aquella en la que
había traicionado a la mujer que amaba. Incluso después de haber
destrozado cada mueble de esa habitación, la ropa de cama y las
cortinas, todavía no podía soportar estar entre esas paredes. Por eso
se había mudado a una de las habitaciones más pequeñas de la casa
club. La habitación no tenía un baño completo, solo un nicho
minúsculo con ducha, inodoro y lavabo. No había necesitado más
porque era el único que usaba la habitación. Nunca había traído
mujeres a su dormitorio. Cuando la necesidad de correrse se volvía
demasiado, salía y encontraba una mujer civil con ideas afines con
quien follar. Y eso era todo, una follada. Nunca las miraba a la cara,
nunca las besaba, ni se las comía. Las sujetaba, usaba los dedos y la
polla para darles placer, se corría y se marchaba. Nunca se quitaba la
ropa. Era un caso de abrir la cremallera, ponerse un condón, follar
hasta que ambos se corrieran, sacar su polla, tirar el condón, cerrar la
cremallera, lavarse y marcharse.
No había estado buscando una mujer o una relación. Y se aseguraba
de que cada una de las mujeres con las que follaba lo supiera de
antemano.
Cuando se convirtió en oficial, se había mudado nuevamente al
primer piso, a una habitación mucho más grande con un baño
completo bastante grande. Su habitación daba al frente de la casa
club y tenía una buena vista desde el techo hasta la puerta principal.
Le gustaba poder mirar por la ventana para comprobar la puerta y a
sus hermanos patrullando el muro. Lo hacía sentirse seguro.
Y necesitaba sentirse seguro. Necesitaba saber que sus hermanos
estaban seguros.
Tirándose una toalla sobre un hombro, salió, cerró la habitación, bajó
las escaleras y salió por la puerta trasera. La noche estaba llena del
sonido de los grillos y los pájaros nocturnos mientras caminaba
hacia la piscina. Ingresó el código, abrió la puerta y se volvió hacia el
hombre silencioso detrás de él. Había sido consciente de que lo
seguían desde el principio.
—No tienes que seguirme, hermano, no voy a hacer ninguna
estupidez. Ahora no. Estoy demasiado nervioso para dormir. Voy a
nadar un par de largos antes de volver arriba.
Spider se encogió de hombros mientras se quitaba la camiseta por la
cabeza.
—Tal vez tuve la misma idea. ¿Sabes lo que hago todas las mañanas?
Levanto el culo antes del amanecer y voy a la playa. Estoy en el agua
montado mi tabla mientras el sol asoma en el horizonte. No más
borracheras nocturnas, ni putas, ni perras anónimas. Ahora vivo
limpio, hermano. Tengo que hacerlo o Kid tendrá mi culo. El
hermano se ha convertido en una fuerza a tener en cuenta. Cuando
asuma el cargo de presidente, tendrá la sede tan hermética que ni
una puta hormiga podrá meterse allí. Orca prácticamente le deja
hacer lo que quiere.
Sin se deslizó en el agua y hundió la cabeza mientras Spider se
desnudaba hasta quedar en bóxers y saltaba a la piscina junto a él.
—He oído que está limpiando la casa. Es algo bueno. Necesitamos
deshacernos de los bastardos que todavía se aferran a las viejas
costumbres. Hawk tiene suerte de tener a los ancianos que tiene, no
todas las sedes pueden decir lo mismo. ¿No sé si has oído hablar de
la mierda en Richards Bay?
Spider se apartó el largo cabello de la cara mientras asentía.
—Lo he oído—dijo mientras se alejaba nadando.
Sin no se quedó esperando y se puso en movimiento lentamente.
Estaba en su décimo largo cuando se dio cuenta de que Spider ya no
estaba en la piscina con él. Pataleando, nadó de regreso a donde
estaba sentado al lado de la piscina con una toalla alrededor de sus
hombros.
—¿Te sientes mejor ahora?—le preguntó mientras Sin se acercaba a
él y ponía sus manos en el borde de la piscina.
—Sí, de hecho, lo hago.
—¿Cuántas jodidos largos puedes hacer? Estoy completamente
agotado y parece que ni siquiera has empezado todavía—le
preguntó Spider mientras respiraba pesadamente.
Sin se encogió de hombros mientras salía de la piscina para sentarse
junto a su amigo.
—No sé. Simplemente nado hasta que ya no puedo más.
—No te esfuerces hasta que te ahogues, imbécil. No puedo perder a
mi mejor amigo porque decidió que prefería nadar con los peces que
con nosotros.
Sin se rio y sacudió la cabeza mientras se ponía su toalla sobre los
hombros.
—No tengo deseos de morir. Sólo necesito nadar para silenciar la
mierda que tengo en la cabeza. A veces sucede rápidamente, otras no
tanto.
—Estoy si necesitas hablar, hermano, siempre—dijo Spider mientras
agitaba el agua con los pies.
—Lo sé. —Sin giró la cabeza y miró a su amigo—. Mi cabeza está
jodida esta noche. No puedo creer que la mujer que vi esta noche sea
la misma que huyó de mí. Es muy fuerte, lo pude ver en sus ojos y
no va a ceder ni un milímetro. Quizás conozca a mi hija y comience
una relación con ella, pero Sky ya está lista marcharse.
Spider soltó una carcajada.
—Realmente no puedes culparla, ¿verdad?
Encogiéndose de hombros Sin no dijo nada porque no había nada
que pudiera decir. Sky no bajaría la guardia hasta estar segura de
que él había cambiado. No antes.
—Sabes que nunca te presioné para que hablaras en aquel entonces,
cuando ella desapareció y tú descarrilaste. Pero necesitas hablar con
alguien y ese alguien bien podría ser yo. Necesitas deshacerte de lo
que te dejaron en la cabeza. Han pasado diez años, hermano. Es hora
de que te saques toda esa mierda de la cabeza. —Spider se inclinó
hacia él y chocó su hombro contra el suyo—. Soy un gran oyente y a
veces incluso doy muy buenos consejos. Ponme a prueba, hermano.
Sus manos se cerraron en puños sobre sus muslos mientras la mala
mierda pasaba por su cabeza. Spider tenía razón. Antes de conocer a
su hija tenía que sacarlo todo a la luz. Y tal vez si lo hiciera
comenzaría a sentirse limpio otra vez. Hacía diez años que no se
sentía limpio.
—No recuerdo mucho de esa noche—empezó lentamente—.
Recuerdo haber bebido. Recuerdo que mi hermana me dijo que mi
chica me había engañado y que iba a tener un hijo de Rook.
Recuerdo a la perra dándome una bebida. Recuerdo vagamente
haber bebido whisky directamente de la botella y esnifar coca.
Después nada, absolutamente nada. Hasta que mi chica entró en la
habitación contigo. Recuerdo a la puta encima de mí. Recuerdo que
dije muchas cosas jodidas pero no las recuerdo a todas. Recuerdo ver
esos animales ponerle las manos encima, escuchar la voz de la perra
de mi hermana. Y recuerdo no sentir nada. Y luego la nada hasta que
me desperté a la mañana siguiente.
Las palabras llegaban más rápido ahora.
—A partir de ese día tengo un problema con que las personas me
toquen. No puedo soportarlo. Siempre siento que necesito ducharme
porque estoy sucio. Me ducho mucho. Aquí no me follo a nadie, lo
sabes. Encuentro mujeres que no me conocen, a quienes puedo
controlar. Ahora lo que más me importa es el control, hermano.
Aprendí sobre bondage y lo uso todo el tiempo. Siempre están
p g y p p
atadas y con los ojos vendados. Sin tocarme, en absoluto. Me las follo
mientras estoy completamente vestido. Puedo soportar follarles la
cara mientras están de rodillas frente a mí o tomarlas por detrás.
Pero no puedo soportar que haya nadie encima de mí, mirándome,
tocándome. Me asusta muchísimo.
Su corazón y su respiración se aceleraban mientras le contaba sus
miedos a su mejor amigo.
—Estoy jodidamente petrificado porque no podré ser quien solía ser
para mi mujer. Ya no soy normal, no después de lo que me hicieron
esas putas. No quiero atarla pero al mismo tiempo eso me excita
como nada desde que la perdí.
El brazo de Spider de repente pasó sobre sus hombros, abrazándolo
con fuerza. Y no se sentía mal, no sentía como si se le estuviera
saliendo la piel.
—¿Sientes que te toco, hermano?—le preguntó en voz baja—.
Siempre he podido tocarte. Nunca te alejaste de mí como lo haces
con todos los demás. Creo que es porque confías en mí para que te
cubra las espaldas. Así como confiaste en mí para cuidar de tu mujer
en aquel entonces. —Negó con la cabeza cuando Sin intentó hablar,
silenciándolo.
—Lamento mucho no haber regresado para echar a esa puta de tu
habitación. Esa es una carga que llevaré toda mi maldita vida.
Debería haber sabido que algo andaba mal. Debería haberte
respaldado cuando estabas tan jodidamente vulnerable. Y te fallé.
Todos te fallamos. Pero hermano, escúchame y escucha con atención,
nunca más te fallaré. Si me necesitas aquí estaré. Estaré a tu lado
cuando le expliques esta mierda a Sky. Y si me necesitas, me quedaré
más tiempo. Kid lo entenderá.
—Gracias, hermano, y nunca, ni una sola vez, pensé que me habías
fallado. Tuviste mi espalda en el momento en que te diste cuenta de
lo que había sucedido. Estuviste a mi lado cuando su padre me dijo
que ella estaba feliz y que necesitaba dejarla ir. Si no fuera por ti,
podría haber hecho algo jodidamente estúpido ese día.
Era todo un poco cursi, pero pasó su brazo alrededor de los hombros
de Spider y se sentaron en el borde de la piscina, abrazados,
mirando el agua. Spider fue el primero en romper el silencio.
—No creo que debas preocuparte por no poder hacer el amor con tu
mujer cuando llegue el momento, hermano. No si le cuentas lo que
has pasado y lo que necesitas de ella ahora. Nunca se sabe, puede
que a ella le guste el tipo de juegos que te gustan ahora.
Retirando su brazo, se inclinó hacia adelante y se cubrió la cara con
ambas manos, frotándosela con fuerza.
—¿Crees que me creerá? Podría pensar que es algo que inventamos
para que me perdone—preguntó entre sus dedos.
Spider se rio suavemente.
—Estás olvidando algo, Sin. ¿Recuerda que Bounty insistió en que te
hicieran un análisis de orina y te extrajeran sangre para detectar
drogas? Esos resultados con fecha estampada están archivados,
hermano. Ahí está tu prueba si la necesitas. Sabes que mi padre dará
un paso al frente y hablará con ella por ti si no nos cree. También lo
harán Ice y Hawk. Todos estuvimos allí, hermano, y te respaldamos.
Y también está tu padre.
—Sí, me había olvidado de las pruebas. O tal vez simplemente no
quería recordar ese momento de mi vida. Me he esforzado mucho en
dejarlo todo atrás, pero persiste como un maldito mal olor—dijo,
suspiró y se quitó la toalla.
—Necesito nadar más si voy a dormir esta noche.
Con eso se deslizó nuevamente dentro del agua y esta vez su nado
no fue tranquilo ni lento. Corrió por el agua fría. Todo lo que veía,
todo lo que sentía era el frío azul que lo rodeaba, borrando los
recuerdos, por ahora.
Cuando finalmente dejó de nadar, Spider estaba recostado en una de
las tumbonas. Bullet, Boots y Spook estaban allí con él y todos tenían
una cerveza en la mano mientras conversaban. Saliendo del agua,
atrapó la toalla que Bullet le arrojó, una seca, no la que había tenido
antes sobre los hombros.
—No sé cómo lo haces—dijo Bullet sacudiendo la cabeza mientras
Sin se acercaba a ellos—. Me cansas solo de verte nadar.
—Sí, hace que me duelan los malditos músculos. —Spook sonrió
mientras tomaba un sorbo de su cerveza.
—Callaos, todos—gruñó Sin mientras se dejaba caer en la tumbona
vacía—. Simplemente sois unos vagos. La natación es buena para la
salud y mantiene el cuerpo en excelente forma. —Golpeándose los
abdominales con una mano, les guiñó un ojo—. Y a las mujeres les
gustan los hombres que cuidan sus cuerpos.
—No hables mierda, hermano—gruñó Boots y agitó una mano hacia
donde estaba escondida la casa club detrás de los árboles—. A esas
perras de ahí les importa un carajo tu aspecto, siempre y cuando
puedan follar con un hombre que lleve un chaleco. Todos lo hemos
visto, las hemos visto prácticamente rogando por ello a algún motero
gordo al que creen que pueden joder para que les dé su parche. Es el
parche en nuestras espaldas lo que ellas se follan, no a nosotros.
Sin clavó la mirada en Boots y entrecerró los ojos.
—¿Qué está pasando contigo? ¿Pasó algo que debería saber?
Su amigo sacudió la cabeza pero no lo miró a los ojos.
—Sólo la mierda habitual, hermano. Pensé que había encontrado una
mujer buena pero todo era una maldita fachada. Era una zorra
buscona de parche, como las putas de club. Gracias a la mierda, lo
descubrí antes de profundizar demasiado.
Con los codos sobre los muslos y las manos entrelazadas entre las
rodillas, Sin miró a sus amigos. Y tomó una decisión.
—Estoy involucrando a Ziggy. De ahora en adelante, cualquier coño
que os haga tener pensamientos serios será investigado. Y si es una
fiestera, será investigada en cuanto seáis vistos con ella más de una
vez. Quiero su nombre, hermano. Ella pasa a la lista como
indeseable. Los hermanos necesitan saber que está buscando un
parche. No todo el mundo está tan consciente de esas perras como
nosotros.
—¿Qué pasa con Lix? Vi cómo la observabas y luego la seguiste
detrás del escenario con Spider y Bullet. ¿La vas a investigar
también? —le preguntó Spook de repente.
Sin no pudo leer su expresión, estaba completamente cerrada. Le
levantó la barbilla y luego lo expuso todo. Bueno, no todo, pero sí
algo.
—Ziggy comenzó a investigarla incluso antes de llegar al Thirsty
Dog, Spook. Ella es la razón por la que Spider voló a Johannesburgo.
Prez sabe todo lo que hay que saber sobre ella. Créeme cuando digo
que escarbaron profundamente. Está limpia y no está aquí para
causar problemas al club. —Dudó por un segundo antes de soltarles
el resto.
—Ella solía ser mi dama, hace diez años. Tenemos una hija juntos y
haré todo lo posible para que vuelva a ser mi dama.
—¿Qué?
—¿Qué carajo, Sin? ¿Quién es ella?
Ambos hombres ya no estaban recostados en las tumbonas sino
sentados frente a él. Sabía que Spider y Bullet se habían acercado y
apreciaba su apoyo.
—Ella era mi chica y la cagué, la engañé. Basta con decir que ella
huyó con mi hija en su vientre después de que las amenacé a ambas
violentamente, con cosas realmente malas. Esta noche fue la primera
vez que la vi en diez años. Tengo que humillarme mucho para
ganarme su perdón. Y mañana conoceré a mi hija por primera vez y
estoy tan jodidamente nervioso que no dormiré. Ziggy me ha
mostrado fotos de ella y es tan hermosa que me rompe el maldito
corazón.
Spook inclinó la cabeza y lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Me estás diciendo que es la chica de cabello oscuro y curvas que
vi contigo en Pretoria? Recuerdas, te pregunté por ella en ese
momento y me dijiste que era sólo una chica que recogiste para un
polvo rápido. ¿Era ella?
La vergüenza se posó como un jodido manto sobre sus hombros
mientras asentía brevemente.
—Ja, era ella. Llevábamos un tiempo saliendo y estábamos a punto
de mudarnos juntos. La mantuve alejada del club por alguna razón
que ni siquiera sé. Simplemente no la quería aquí. No quería que
nadie supiera de ella. Llevábamos juntos casi cuatro años cuando la
cagué. Iba a pedirle que se casara conmigo, le había conseguido el
anillo de mi abuela y todo. Nunca tuve la oportunidad.
—¿Tienes una criatura, una hija? —Boots parecía muy enojado—.
¿Por qué carajo esa perra te la ocultó? Eso no es justo, no es justo en
absoluto.
La rabia que siempre estaba luchando por controlar aumentó
rápidamente cuando saltó y agarró a Boots por la camiseta,
acercándolo.
—Nunca más vuelvas a llamar perra a mi dama. Ella hizo lo que
tenía que hacer para salvarse y salvar a mi bebé de mí. Yo era una
amenaza para su seguridad. ¿Me has entendido?
De repente, Boots sonrió y asintió.
—Ahora puedes relajarte, Sin. Obtuve la respuesta que necesitaba.
—Joder, ¿estás jugando tus malditos juegos mentales otra vez? —
Spider le golpeó el bíceps.
Él se encogió de hombros.
—Tenía que saber si él sentía algo por ella o no. A veces un hombre
tiene un hijo con una mujer y lo único en lo que puede pensar es en
que la criatura es de su sangre. Ahora sabemos que no se trata sólo
de la niña. Se trata de ambos.
Se volvió hacia Sin.
—Todo lo que necesites, lo tienes, hermano. Tengo tu espalda.
Spook todavía parecía como si estuviera tratando de descifrar algo.
Entonces su boca se abrió y jadeó.
—¡Oh, joder! Recuerdo cuándo la mierda se puso fea. Fue hace
mucho tiempo pero recuerdo los rumores sobre esos cabrones que
Warne invitó a la fiesta. Pusieron sus manos sobre una chica civil
que tuvo que ser rescatada de ellos. Yo estaba bastante borracho esa
noche y al día siguiente tú te veías como la mierda. Fue entonces
cuando te acusaron de consumir drogas duras en el club. Tu castigo
fue subir al ring con Hawk. Te molió a palos ese día.
Todo lo que Sin pudo hacer fue asentir.
—Joder, hermano—susurraron ambos hombres con expresiones de
asombro en sus rostros.
—La chica civil, era ella, ¿verdad?
—Sí.
Ambos respiraron pesadamente y sacudieron la cabeza.
—No sé exactamente qué pasó o por qué hiciste lo que hiciste, pero
te respaldo, Sin. —Spook le dio una palmada en el hombro y dio un
paso atrás. Boots hizo lo mismo y estaba a punto de hablar cuando
Spider gruñó.
—A la mierda esto. No voy a permitir que nadie piense que
engañaste a tu chica y amenazaste con arrancarle a tu hija de su
vientre sólo porque estabas borracho y drogado. No está pasando. —
Metió una mano en el pecho de Sin cuando intentó intervenir,
negando con la cabeza. Sus ojos azules estaban muy enojados.
—No, somos tus mejores amigos y ellos merecen saber la verdad. —
Se volvió hacia los demás—. Sin fue drogado. Le dijeron que su chica
había estado follando con Rook y que estaba embarazada de su hijo.
Luego su hermana lo drogó y su mejor amiga lo violó. Las drogas
que le dieron lo jodieron completamente. No tenía idea de lo que
estaba haciendo o diciendo. No fue hasta que se despertó al día
siguiente y no pudo recordar lo que había hecho la noche anterior
que nos dimos cuenta de lo que había sucedido. Bounty y Bulldog se
encargaron de ello. Le hicieron análisis de sangre y orina. Sin
embargo, ya era demasiado tarde para salvar su relación. Su chica
desapareció y su familia se negó a revelar su paradero. Ninguno de
nosotros los culpó. Yo habría hecho lo mismo si fuera una de mis
hermanas. Hawk quería buscarla pero Sin no se lo permitió. Pensó,
erróneamente debo añadir, que no merecía el perdón, ni conocer a su
hijo. Y ahora aquí estamos. Ella ha regresado, pero no por mucho
tiempo, y nuestro hermano tiene un período muy corto para
convencerla de que le dé una segunda oportunidad.
Al principio sus amigos parecían atónitos, después enojados y luego
decididos.
Bullet dio uno de esos profundos ajá suyos.
—Y creo que nuestro hermano no tiene ni la más puta idea de cómo
va a convencerla para que le dé esa oportunidad. Tendremos que
ayudarlo a convencerla.
¡Ay carajo!
—¡No! No necesito ayuda, hermanos. Me encargo de esto. Sé lo que
tengo que hacer. —Sin intentó descarrilar el tren fuera de control que
veía dirigiéndose hacia él.
No funcionó.
Lo ignoraron y empezaron a idear una estrategia. Una estrategia que
consistía principalmente en que los cuatro estuvieran a su lado en
todo momento. Y ayudarlo a contarle a su mujer lo que le habían
hecho hacía tantos años.
¡Ayudándolo, maldito infierno!
No estarían ayudando, estarían cabreando a su mujer.
La historia era suya para contarla cuando pensara que era el
momento adecuado.
Si ahora se oponía, simplemente irían con alguien de rango superior.
Significaba que, sin importar lo que hiciera o dijera, irían con Hawk
e insistirían en estar detrás de él, y Sin conocía a su presidente. En
estos momentos su cabeza estaba totalmente concentrada en su
dama y en el difícil momento que estaba pasando con su embarazo.
Le tranquilizaría saber que Sin no estaba solo.
Mierda.
A veces tener amigos era un puto dolor de cabeza.
—Bien. Pero hay reglas. Podéis respaldarme y acompañarme a la
reunión. Pero eso es todo. No entráis, no ésta primera vez. Me
pertenece a mí y a mi hija. Más adelante os la presentaré. Cuando se
sienta cómoda con quién soy y lo que hago, la traeré.
Todos y cada uno de ellos asintieron con la cabeza.
Ahora la siguiente parte.
—Le contaré a mi mujer sobre el resto, cuando estemos solos y
nuestra hija no pueda escucharnos. Mi niña no necesita saber que
quería matarla incluso antes de que naciera.
—Eso es jodidamente duro, hermano. No habrías cumplido tu
amenaza, nunca. Todos lo sabemos y estoy seguro de que cuando se
lo cuentes a tu dama, ella también lo entenderá. Vivía contigo,
seguramente te conocía lo suficiente como para saber que no eras tú
quien hablaba. Fueron las drogas y el veneno que esas perras te
susurraron al oído.
Spider sonaba tan seguro que alivió un poco la tensión en el pecho
de Sin.
—Eso espero, de verdad lo espero.
Se quedaron un poco más en la piscina antes de que los mosquitos
los persiguieran hasta hacerlos regresar al interior.
Los dejó en la barra y subió a ducharse.
Otra ducha, pero ésta era para quitarle el agua de la piscina.
Más tarde, mientras yacía en la cama mirando al techo, agarró la
tablet que estaba sobre su mesita de noche. Fue fácil hacer clic para
abrir las fotos que Ziggy había descargado para él.
Sus chicas.
Tan jodidamente hermosas.
Se quedó dormido con la tablet en el pecho.
Todavía estaba allí cuando se despertó por la mañana.
Había tenido una buena noche, sin pesadillas.
Capítulo 8
Hawk
Acostado de lado con la cabeza entre las manos, observaba a su
mujer dormir tranquilamente. Finalmente dormía sin tener que
correr al baño para escupir las tripas cada pocos minutos.
La medicación estaba funcionando y sus mejillas habían recuperado
algo de color. Los médicos le habían asegurado que no le pasaba
nada a su dama ni al bebé. Ambos estaban fuertes y todo iba bien.
Aún no le han hecho una ecografía pero la tenían programada para
su próxima visita. No podía esperar para ver a su bebé.
Todos se rieron de él cuando dijo que iban a tener una niña.
No le importaba. Si tuviera algo que decir, eso es lo que tendrían
primero. Y luego trabajarían para tener niños. Niños que
mantendrían a su hermana a salvo. Sonrió cuando pensó en su trato.
Si este bebé era un niño, lo intentarían hasta que consiguiera a su
niña. En su mente podía ver a sus muchachos, toda una maldita
manada de ellos. ¿Y eso no enojaría a su dama? Pero eso sólo
sucedería si no tuvieran una niña primero.
Se rio suavemente para sí mismo.
—Deja de quedarte ahí mirándome como un mirón. ¿Y por qué
carajo te estás riendo? —murmuró su dama, sin abrir los ojos.
—Por nada, cariño, simplemente me encanta mirar lo que es mío.
—Eres un neandertal, lo sabes, ¿verdad?
—Lo sé y no me importa. —Él colocó la mano sobre su pequeño
vientre—. Me encanta la forma en que tu cuerpo cambia a medida
que llevas a nuestro hijo. Tus tetas son jodidamente espectaculares,
ahora son más grandes y tu coño está todo caliente, suave y húmedo.
Ella soltó una carcajada.
—Simplemente estás cachondo y quieres comprobar si tengo ganas
de vomitar o no. Para tu información, no tengo ganas de vomitar
esta mañana y mi coño está listo y esperando para recibir esa gran
polla tuya.
Hawk ni siquiera esperó un segundo antes de desnudarla. Su mujer
se rio de él mientras probaba su coño con los dedos. Estaba mojado,
jodidamente mojado.
—Gracias a la mierda que estás lista para mí, cariño. Te extrañé,
extrañé mi pequeño coño.
Con esas palabras, se deslizó dentro de su coño caliente y húmedo
como el infierno. Ella abrazaba su polla maravillosamente.
—Resiste, pajarito, esto va a ser rápido.
Sus gemidos cuando él comenzó a moverse le dijeron que ella estaba
tan lista como él.
Los brazos femeninos alrededor de sus hombros y las piernas
alrededor de su cintura lo apretaron con fuerza y él se levantó con
las manos, manteniendo las caderas entre sus muslos mientras
bombeaba dentro de ella. Estocadas cortas para atormentar y otras
largas para ir bien profundo.
—Más, mi vikingo, dame más.
Y lo hizo.
La folló duro y profundo y siguió cuando ella se corrió en una
avalancha de músculos tensos que apretaron su polla. Continuó
hasta que el calor, los estremecimientos y su coño palpitante lo
llevaron a su propio clímax. Empujándose con fuerza, se derramó
profundamente dentro de ella, sacudiéndose violentamente mientras
su semen le recubría las entrañas.
Sólo entonces dobló los brazos y lentamente se dejó caer sobre ella,
pero no del todo, mantuvo la mayor parte de su peso fuera de ella.
—Te quiero muchísimo, pajarito—susurró contra sus labios antes de
besarla.
Un suave toque de labios. Los deslizó sobre los de ella, dejándola
sentir su barba. A ella le encantaba su barba.
—También te amo, mi vikingo—murmuró, había satisfacción en su
voz.
Se quedaron allí tumbados durante unos minutos, acariciándose
antes de que Hawk se alejara de ella.
—No te muevas, cariño, conseguiré una toallita y te limpiaré.
Agarró la toallita, la calentó con agua caliente, estrujó la mayor parte
del agua y volvió a limpiarla. Como siempre, le encantaba mirarla
después de terminar de follarla. Su coño estaba rojo e hinchado y a él
le encantaba ver su semen deslizarse de ella. Eso lo hacía sentir más
posesivo de su dama. Ella era suya, estaba llena de su hijo y de su
semen.
Siempre sería suya. Siempre.
Lamentablemente no podía pasar todo el día en la cama con ella,
aunque quisiera.
Había recibido un mensaje de Spider anoche. Sin iba a encontrarse
con su hija hoy. Su hermano iba a necesitarlos a su alrededor cuando
regresara al club... sin ella. Sería mortal alejarse de su hija. De nuevo.
—Tengo que llegar a la casa club. Hoy no será fácil para Sin y quiero
estar ahí cuando regrese de conocer a su hija.
DC se sentó contra la cabecera.
—¿Nos vamos a involucrar en esto? Estoy feliz de atraerla al círculo
de damas si eso ayuda a Sin.
Hawk no le había ocultado nada cuando le contó a su dama sobre la
situación de Sin. Ella sabía todo lo que él hacía.
—Creo que sí. Si pudieras hablar con las damas y prepararlas, sería
de gran ayuda.
Ella asintió.
—Está bien, considéralo hecho.
Se ducharon, desayunaron juntos y ella estaba hablando con su
tienda cuando él le quitó el teléfono, la besó profundamente, le
devolvió el teléfono y se marchó.
Ella no iba a ir hoy pero estaría trabajando desde casa.
Gracias a Dios, joder.
La quería cerca. Si por él fuera, trasladaría la puta tienda de tatuajes
a la propiedad del club.
No iba a suceder pero podía soñar.
La lluvia arreciaba cuando abrió las puertas del garaje y con un
suspiro se metió en su maldita jaula.
Atravesando las puertas del recinto, comprobó automáticamente la
situación en el interior. Tan temprano en la mañana estaba tranquilo,
sólo los guardias y los prospectos deambulaban por ahí.
Sin embargo, su gran camioneta SUV estaba estacionada frente a la
puerta principal. Sin aún no se había ido. Y a juzgar por la jaula, iba
a tener compañía en el viaje para ver a su mujer y a su hija.
Eso era bueno. Iba a necesitar a sus hermanos.
Sin
Su pierna saltaba nerviosamente debajo de la mesa mientras bebía
café. Había bajado temprano para evitar las prisas de la mañana y
encontró a la tía Beryl ya ocupada con el desayuno. Ahora que había
tantos en la casa club, las comidas se volvían un poco caóticas.
No es que tuviera hambre. No podría comer nada.
Spider había bajado poco después de él y se sentó frente a él
bebiendo café y sonriéndole a su tía mientras ella agitaba una
espátula en su dirección.
—No estoy contenta con vosotros, muchachos, escabulléndose a
Ciudad del Cabo. No puedo vigilar a mis muchachos cuando estáis
tan lejos. ¿Quién va a mantenerte a raya y controlarte para que no
dejas embarazada a una chica hippie en la playa?
—Ah, tía Bee, no seas así. Las chicas hippies son geniales, tienen esa
vibra relajada que funciona muy bien. Si sabes a lo que me refiero. —
Él movió las cejas arriba y abajo y ella sacudió la cabeza con una
sonrisa mientras se volvía hacia la cocina.
—Siempre el bromista. Recuerda mis palabras, muchacho, alguna
chica, hippie o no, vendrá y te derribará de la tabla de surf. Y
ninguna broma te salvará. —Ella mezcló queso y un poco de mierda
verde con los huevos que estaba revolviendo y el aroma hizo que su
estómago retumbara. De repente sentía un hambre voraz.
La tía Bee no les dio la oportunidad de servirse; ella les sirvió y puso
sus platos en la mesa frente a ellos.
—Comed antes de que las hordas caigan sobre nosotros.
Apenas había terminado su frase cuando entraron Bullet, Boots y
Spook.
—Sentaos, muchachos, el desayuno está listo—ordenó ella.
Spook les sirvió café y luego se sentó con los demás. El silencio
reinaba mientras comían. Cuando terminaron, Boots recogió los
platos sucios y los llevó al fregadero. Se acercó a la mesa con café
recién hecho y dejó la cafetera sobre la mesa. Sin sabía que hoy iba a
necesitar esa segunda taza de café.
Su Prez entró sacudiendo la cabeza como un perro y esparciendo
gotas de agua por todas partes.
—Jodidamente lloviendo. Buenos días—gruñó mientras se acercaba
a la tía Bee, la besaba en la mejilla y le daba un abrazo.
—¡Estás mojado! ¿Saliste a caminar bajo la lluvia antes de entrar? —
dijo ella mientras le pasaba las manos por los hombros. Cuidándolo
como siempre. No era nada extraño ya que ella había ayudado a
criarlo.
—Tuve que comprobar a los prospectos en el garaje y pasó de
lloviznar a llover a cántaros mientras caminaba de regreso a la casa
club. Es sólo agua, no me derretiré—gruñó mientras llenaba su taza,
una taza reservada solo para él, y se sentaba a la cabecera de la mesa.
De nuevo, un lugar en el que sólo él se sentaba.
Miró alrededor de la mesa y refunfuñó a través de su barba. En los
últimos meses esa barba se había vuelto formidable. Cuando le
preguntó por qué ya no era corta, simplemente sonrió y le guiñó un
ojo. DC había bromeado diciendo que le iba a trenzar la barba como
la de Jack Sparrow y todos estaban esperando a ver si sucedería.
Ziggy llevaba un libro de apuestas y quien ganara se llevaría una
buena suma de dinero caído del cielo.
—No tengo nada nuevo sobre el puto Sharma. Me alegra ver que
estás teniendo cuidado y tomando la camioneta para ir a ver a tu
hija. Damon y Adder te seguirán en una de esas pequeñas cajas de
mierda para vigilar tu retaguardia. No los pierdas. Su único
propósito es garantizar que nadie te siga. El B&B está de camino a
Tuks, cualquiera que los observe supondrá que son estudiantes de
camino a clase. Adder sabe qué hacer si ve que alguien te sigue. —Él
sonrió—. Los estudiantes son jodidamente malos conductores, los
accidentes ocurren.
Las risas resonaron en la cocina y la tía Bee los miró sacudiendo la
cabeza.
—Chicos malos, todos vosotros, haciendo que los prospectos
choquen deliberadamente contra una pobre persona desprevenida.
Hawk se encogió de hombros.
—Si eso impide que un imbécil siga a mi hermano hasta su mujer y
su hija, entonces me importa una mierda. Estamos asegurados y
quien sea chocado recuperará su coche como nuevo. Probablemente
mejor que nuevo una vez que lo hayamos terminado.
Ella simplemente le sonrió y volvió a cocinar.
Cuando la habitación comenzó a llenarse, Hawk inclinó la cabeza
hacia la puerta y todos lo siguieron. En su oficina, con la puerta
cerrada tras ellos, expuso las reglas del día.
Nadie se va solo. Sin permanece a la vista de al menos uno de sus
hermanos todo el tiempo. Si notáis que alguien no encaja, agarráis a
p q g j g
las mujeres y regresáis a la casa club.
Sin podía vivir con las reglas porque sabía que mantendrían a su
familia segura.
Treinta minutos más tarde estaban en camino y su tensión nerviosa
estaba por las nubes.
Cuanto más se acercaban al lugar donde se alojaban sus chicas, más
tenso se ponía.
—Hermano, relájate, todo estará bien—intentó tranquilizarlo Spider
y él hizo su mejor esfuerzo para creerle.
Y entonces estaban conduciendo por el camino de entrada y
estacionando. Al menos había dejado de llover pero no parecía que
fuera a aguantar mucho tiempo.
—Bien, llevemos a nuestro hermano con su familia—ordenó Bullet
mientras se bajaba del lado del conductor.
Sin le dirigió una mirada que habría hecho estremecer a cualquier
hombre. No a su hermano, él simplemente sonrió.
Lo mismo hicieron los demás y prácticamente lo rodeaban mientras
caminaba hacia el frente de la mini mansión.
Tenía el pie en el último escalón cuando la puerta principal se abrió
de golpe y un torbellino salió. Su cabello rubio volaba mientras
corría hacia él.
—¡PAAAPIIIII!—gritó ella.
Y después saltó. Se lanzó del escalón superior y vino volando hacia
él. Sin se apoyó en su pie trasero y abrió los brazos para atraparla
justo antes de que estrellara contra su pecho.
Instintivamente sus brazos la rodearon, abrazando a su bebé contra
su pecho por primera vez desde que fue concebida. Todas las dudas
que tenía sobre conocerla habían desaparecido, se habían esfumado.
Sus brazos estaban alrededor de su cuello y sus cortas piernas
alrededor de su cintura. Ella se aferraba a él con la cara hundida en
su cuello.
—Mi papi, mi papi, mi papi, mi papi—siguió repitiendo las palabras
casi como si fuera un mantra. Uno que ella conocía muy bien.
Las lágrimas corrían sin control por sus mejillas y su barba mientras
la abrazaba con fuerza.
—Niña, te quiero mucho, mucho, mucho—susurró
entrecortadamente.
Levantando la cabeza, lo miró, le dedicó una sonrisa llorosa y luego
le llovieron besos por todo el rostro antes de que acunara su cara
entre sus manitas.
—Yo también te amo, papi. Esperé y esperé y esperé por ti, tanto
tiempo. Sabía que vendrías por mí, lo sabía. Voy a cumplir diez años
la semana que viene y vamos a celebrar una fiesta en casa de la
abuela. Ven con tus amigos. Y quiero ir en tu moto y ver la casa club
y…
—Lee, dulzura, dale a tu papá un segundo para respirar, cariño. —
La voz de Sky llegó a la burbuja en la que él y su niña estaban
envueltos. Había lágrimas en su voz, y Sin supo que ella estaba tan
afectada por la entusiasta bienvenida de su hija como él.
Sosteniéndola en sus brazos, miró más allá de su hija a su mujer
parada en lo alto de las escaleras. Tenía los ojos rojos y parpadeaba
furiosamente.
—Entremos, niña. Necesitamos sentarnos para que tú y yo podamos
charlar y conocernos.
Su pequeña soltó una dulce risita y se encogió un poco de hombros.
—Pero papi, ya te conozco. Eres mi papi, mamá me contó todo sobre
ti cuando era pequeña.
Mierda.
Su corazón no iba a lograrlo. Su hija era tan jodidamente dulce.
—Y tus amigos también deben venir. —Ella se giró en sus brazos
para mirar a su madre.
—Pueden entrar, ¿verdad mami?
Sky dudó quizás un segundo antes de asentir.
—Sí, ellos también pueden entrar. —Vio la resignación en sus ojos
mientras agitaba una mano hacia la puerta abierta—. Por favor,
entrad y poneos cómodos.
Lilou, o Lee como la llamaba Sky, no lo soltó, y él no quería soltarla,
mientras subía los escalones hasta la puerta principal y entraba. Ella
lo abrazó mientras él se sentaba y luego movió su trasero hasta
sentarse en su regazo, agarrando el brazo que él tenía alrededor de
ella.
Sus hermanos entraron y vio la sorpresa en sus ojos. Estaba seguro
de que los suyos tenían exactamente la misma mirada. No tuvo
mucho tiempo para pensar en sus hermanos cuando una pequeña
mano presionó su mejilla y volvió su rostro hacia el de ella.
—Tengo una lista de preguntas que quiero hacerte. —Ella le dio
unos golpecitos en la mejilla mientras se deslizaba de su regazo—.
Quédate aquí, volveré en un instante.
Sin sólo pudo mirarla fijamente en atónito silencio. Una risa
masculina que no conocía hizo que su cabeza se moviera hacia la
cocina donde estaba el guitarrista de la banda, Bry.
—Te dije que nuestra chica era brillante. Prepárate, esa lista lleva
años confeccionándose y vas a tener un par de momentos muy
incómodos. —Sonrió mientras arrastraba una silla del comedor, la
giraba y se sentaba a horcajadas—. He estado esperando años para
ver esto, no voy a perderme ni un solo instante.
Lee regresó corriendo, con una libreta en una mano y un bolígrafo
en la otra.
—Lee, cariño, ¿estás segura de que quieres comenzar con las
preguntas hoy? ¿No quieres charlar con tu papi para empezar? —
preguntó Bry de manera muy poco sincera.
—Las preguntas primero, las charlas después—dijo ella con aire
solemne mientras una vez más se acomodaba en su regazo,
apoyándose contra su pecho y abriendo la libreta.
—Primera pregunta. ¿Estás casado o tienes una novia seria?
Eso era fácil.
—No, cariño, no estoy casado y la única novia que he tenido es tu
madre.
Hizo un pequeño tilde en la libreta.
Spider soltó una carcajada desde donde observaba en el sillón frente
a ellos. Sin le frunció el ceño pero el bastardo lo ignoró. Bullet, Boots
y Spook hicieron lo mismo, ocultando sus sonrisas.
—¿Tengo abuelos?
Esa fue una pregunta complicada.
—Tienes un abuelo al que conocerás el domingo. Él y tu abuela se
divorciaron antes de que tú nacieras y ella ya no está en nuestras
vidas.
Una sonrisa iluminó su rostro.
—Otro abuelo, eso es bueno. ¿Tienes hermanos y hermanas?
Sin trabajó duro para no fruncir el ceño al pensar en su hermana.
—Tengo una hermana, pero ella no es una buena persona, así que no
la veo en absoluto.
Por encima de la cabeza de Lee vio la forma en que la cabeza de Sky
se sacudía como si estuviera sorprendida de que él y la perra de su
hermana no estuvieran en contacto.
Su hija asintió sabiamente y garabateó en su libreta.
—¿Tienes trabajo?
—Sí, sí lo tengo. Trabajo en el equipo de construcción de mi club.
—Bien. Mamá dice que es bueno que una pareja tenga profesiones y
fuentes de ingresos separadas.
¿Qué carajo le estaba enseñando su mujer a su hija? ¿No era
demasiado joven para esta mierda?
—¿Vives en tu club?
—Sí. Tengo una habitación en la casa club. —Ella frunció el ceño
cuando él dijo eso. ¿Por qué frunció el ceño?
Spider levantó una mano y ella le apuntó con su bolígrafo como si le
diera permiso para hablar.
Una risa ahogada vino de sus hermanos.
—En realidad, tu papi está a punto de mudarse. Su otro trabajo es
proteger a nuestro presidente y a su dama, y para eso necesita estar
cerca de ellos. Se mudará a lo que hemos llamado la Casa de la
Piscina en la casa de tu tío Hawk. —explicó Spider con una sonrisa
de idiota.
—¿El tío Hawk tiene hijos? —Todos escucharon el interés en su voz.
¿Estaba buscando amigos?
Spider negó con la cabeza.
—Aún no, en este momento su dama está embarazada, así que en
unos meses tendrán un bebé en la casa. Pero mi hermana mayor, tu
tía Gail, vive al lado y tiene dos niñas y gemelos, Alice tiene ocho
años y April seis. June y Jethro son los gemelos pero todavía son
bebés. Y el tío Ice y la tía River no viven lejos de la casa grande y su
hijo Duncan tiene seis años y los gemelos son bebés. Habrá muchos
amigos cerca cuando vayas a visitar a tu papi.
Lilou asintió mientras garabateaba furiosamente en la libreta.
—¿Es peligroso tu club?
Cómo responder a esa pregunta… era condenadamente difícil. La
honestidad era la única manera que conocía. Ignoró la expresión
ligeramente enojada en el rostro de Sky y le dijo a su hija la verdad.
—Mi club no es peligroso, cariño. —Él levantó una mano cuando ella
quiso hablar y ella inclinó la cabeza para escucharlo—. Pero en el
mundo actual hay peligro en todo lo que hacemos, por eso somos
cuidadosos y nos mantenemos seguros a nosotros mismos y a
nuestras familias.
—Bien, es bueno estar seguros. Mami tiene que tener
guardaespaldas porque a veces las personas se vuelven locas.
g p p q p
Él asintió, pero se le revolvió el estómago. Tenía que contarle a Sky
sobre Sharma, pero no delante de su hija.
—¿Me llevarás a dar un paseo en moto cuando no esté lloviendo?
El grito ahogado de Sky fue fuerte y su pequeña dio un suspiro muy
adulto.
—Mami, sabes que papi me mantendrá a salvo—dijo con una
vocecita exasperada.
—Solo te llevaré si tu mami dice que está bien, y solo conduciremos
en la propiedad del club, no en la vía pública. Es muy peligroso.
Sky se mordía el labio inferior y no había forma de pasar por alto el
brillo de sus ojos. ¿Por qué su respuesta la haría llorar?
No tuvo oportunidad de pensarlo cuando la siguiente pregunta le
dio un puñetazo justo en el estómago.
—¿Soy hija única?
Dios.
—Sí, bebé.
—Si te lo pido muy amablemente, ¿tú y mami me harán un
hermano?
Puta mierda.
Pasándose una mano por la mandíbula, miró a Sky cuyo rostro
estaba rojo como una remolacha. No era el único que se estaba
retorciendo.
—Eso es algo que tu mami y yo tendríamos que discutir.
—¿Pero si soy realmente buena y pido un hermano para mi
undécimo cumpleaños? ¿Al menos pensarás en ello?
No tenía escapatoria, pensó impotente. La cabeza de Sky estaba en sus
manos y la sacudía de un lado a otro con evidente incredulidad
mientras Bry sonreía como si fuera la cosa más divertida del mundo.
El hijo de puta.
—Lo pensaré, ¿de acuerdo?
Ella asintió levemente y garabateó algo en la libreta.
—Bien. Ser hija única no es algo bueno. Y es solitario. Después del
hermano podemos intentar tener una hermana, eso me gustaría. Tal
vez si no eres demasiado mayor, podamos intentar tener otro
hermano.
—¡Dios, niña!—gruñó mientras sus hermanos y Bry se desternillaban
de risa.
—He elegido algunos nombres, pero podremos hablar de ellos una
vez que mi hermano esté en camino.
Sin la soltó y se frotó la cara con ambas manos, con fuerza. Si su hija
supiera cuánto le gustaría tener más hijos con su madre. Toda una
maldita tribu de niños. Niños como la pequeña mierda precoz en su
regazo.
Ella cerró la libreta, se deslizó de su regazo, tomó su mano y tiró de
ella.
—Ven a ver mi habitación. —Su cabeza se volvió hacia su madre—.
¿Está bien si le muestro a papi mi habitación?
Sky asintió con una expresión de preocupación en el rostro y
permitió que su hija lo guiara por el largo pasillo. Decir que se
sorprendió cuando entraron fue quedarse corto. La habitación no se
parecía a una habitación normal de hotel/B&B.
—Mamá y yo siempre traemos un par de cosas mías de casa cuando
vamos de gira. Mira, tengo mis luces de hadas alrededor de la
habitación, mis almohadas especiales que me hizo la abuela y tengo
al señor Snugglebutt—dijo, agarró un peluche blanco y esponjoso, y
lo abrazó contra su pecho antes de volver a dejarlo sobre la pila de
almohadas de colores.
—Pero éste es mi mayor y mejor tesoro y me acompaña a
dondequiera que vaya. —Agarró un marco plateado que estaba
sobre la mesita de noche y lo giró para que él pudiera ver.
Su aliento salió entrecortado por la sorpresa cuando tomó el marco
que ella le tendía. Era una foto de él, de pie junto a su moto con su
chaleco del Iron Dogz, sonriendo a la cámara. Parecía relajado y feliz
y sabía por qué. Era por la mujer detrás de la cámara.
—Me había olvidado de esta foto—dijo suavemente—. ¿Siempre
supiste quién era yo?
Ella asintió vigorosamente.
—Mami me contaba historias tuyas cuando era pequeña. Tengo una
foto grande tuya en casa, pero es demasiado grande para llevarla de
gira. Mamá la hizo hacer cuando yo todavía estaba en su barriga.
Está en la pared encima de mi cama.
Sin estaba a punto de perder su mierda cuando una manita se
deslizó dentro de la suya.
—Estoy tan, tan feliz de que estés aquí. He estado pidiendo
conocerte durante mucho tiempo pero la banda ha estado tan
ocupada que no hemos tenido la oportunidad de irnos de
vacaciones. Y cuando mami no está trabajando en la banda, escribe
canciones para otros cantantes. Ella es realmente buena. Los artistas
siempre le piden canciones. Estaba muy emocionada cuando la
banda se anotó en esta gira porque regresaríamos a casa y finalmente
podría conocerte. Mami no estaba segura de si querrías vernos, pero
yo lo sabía, sabía que querrías verme—terminó con voz muy baja.
Sin cayó de rodillas frente a ella y tomó su carita preocupada.
—Estoy muy, muy feliz de estar aquí contigo, pequeña. He perdido
años sin estar contigo pero todo eso se acabó. Eres mía y te amo—
dijo suavemente antes de besarla en la frente.
Sus brazos rodearon su cuello y lo abrazó con fuerza y él la abrazó
contra su pecho. Se abrazaron antes de que ella se alejara.
Levantándose, la tomó de la mano y la llevó de regreso al salón.
Se sentó, la acercó a él y ella inmediatamente volvió a subirse a su
regazo.
—Ahora podemos charlar—dijo mientras se deslizaba contra su
pecho y lo rodeaba con sus brazos.
Inmediatamente él mencionó la braai familiar. Quería asegurarse de
que Sky no pudiera eludir su visita a la casa club.
—Os invité a ti y a tu mami a una braai familiar el domingo en el
club. ¿Te gustaría venir?
Aplaudiendo con entusiasmo, asintió vigorosamente.
—¿Habrá otros niños allí?
—Es un día de braai familiar, cariño. Eso significa que solo están
invitados familiares y amigos y todos traerán a sus hijos. Algunos
son mayores que tú, otros de la misma edad y otros más jóvenes.
Hay muchos niños en el club. Tenemos piscina, sala de juegos y
mucho espacio para correr.
Una amplia sonrisa iluminó su rostro.
—Nos encantaría ir. ¡Y puedo invitar a algunos niños a mi fiesta de
cumpleaños! No seremos sólo yo y muchos adultos. Me gustaría
mucho.
Sin sabía que era un ataque furtivo, pero a la mierda, estaba
luchando por su vida aquí y tiempos desesperados exigen medidas
desesperadas. Incluso si son un poco turbias.
—Si te gusta la casa club, tal vez, si tu madre está de acuerdo,
podamos celebrar tu fiesta de cumpleaños allí.
Sus ojos y su boca se abrieron y luego un grito estridente que casi le
revienta los jodidos tímpanos salió de su boca mientras lanzaba los
brazos al aire.
—¡¡¡SÍÍÍÍÍÍ!!!!
Sky se había levantado de su asiento y sacudía la cabeza de un lado a
otro.
—No absolutamente no. No está sucediendo. No celebrarás tu
cumpleaños en un club de moteros. No.
Estaba frenética y él vio claramente su miedo y repulsión.
Mierda. Debería haber esperado hasta que ella hubiera visto cómo
estaba el club ahora. No como ella lo recordaba.
Tenía que arreglar esto y rápido.
—Cariño, el club no está como lo recuerdas. Te lo juro. No digas que
no ahora. Espera hasta que hayas conocido a todos el domingo y
luego decide.
Esperar su respuesta fue un infierno. Y la rígida niña en sus brazos
obviamente sentía lo mismo mientras esperaban. Finalmente ella
respondió con los labios apretados. Sabía que ella lo hacía por Lee,
no por él.
—Ya veremos el domingo.
Lee se relajó y él también.
—Ahora es mi turno de hacer las preguntas. —Sin dirigió su
atención a su bebé.
En realidad ya no era una bebé. Cumpliría diez años dentro de una
semana. Antes de que se diera cuenta, su hermosa niña iba a cumplir
dieciséis años y él iba a perder la cabeza cuando los chicos
comenzaran a prestarle atención.
Jodido infierno.
Fue más fácil cuando él le hizo preguntas sobre su vida. Sobre la
escuela, sus amigos, vivir en la carretera con su madre, su familia en
Savannah y todo lo que se le ocurrió preguntar.
Debería haber hecho una maldita lista de preguntas como ella.
El tiempo había pasado tan condenadamente rápido que odiaba irse.
Pero tenía trabajo que hacer y cosas que preparar para el domingo.
Tenía que conseguir que las mujeres estuvieran de su lado para que
lo ayudaran a convencer a Sky de celebrar el cumpleaños de Lilou en
el club.
Al menos entre ellos, él y Lee habían derribado la determinación de
Sky y pasarían el día siguiente juntos. Movería cosas para que eso
sucediera y dejaría la seguridad del club en las capaces manos de
Beast mientras estaba con su familia.
Estaba lloviendo mucho cuando se fueron y se sintió tan miserable
por dejar atrás a sus chicas como el día gris que lo rodeaba.
p j g q
No había otra opción que lograr que Sky lo amara nuevamente.
Él todavía la amaba.
Sólo tenía que demostrarle que era digno de amar.
Digno de amar y de arriesgarse.
Y mientras demostraba que era digno de ella y de su hija, las
mantendría a salvo de cualquier daño.
Nadie les tocaría ni un puto pelo de la cabeza. Si lo intentaran,
morirían.
Capítulo 9
Sky
La seguí cuando Lee gritó y salió corriendo de la casa, lanzándose
hacia Sin. Me dolía el corazón por ellos, por nosotros. En todo el
tiempo que estuve con él, nunca lo había visto tan destrozado como
ahora. Lloró abiertamente mientras sostenía a nuestra hija en sus
brazos. Me di cuenta de que el hombre que estaba frente a mí no era
el mismo hombre del que había huido hacía diez años.
Era más frío y duro, sí, pero de alguna manera más abierto y
vulnerable. Me confundió por completo.
Los recuerdos que tenía de él antes de esa fatídica noche eran los de
un hombre seguro de sí mismo, posesivo y fuerte. Le gustaba salirse
con la suya y yo cedía ante él porque lo amaba. Era demasiado joven
para darme cuenta de que debería haber sido más firme. No había
sido un felpudo pero le di todo y exigí muy poco a cambio.
Ya no era esa chica. La chica que había depositado todas sus
esperanzas y sueños para el futuro en un hombre. Era una mujer con
una carrera, una hija y un futuro que me había construido. Sin un
hombre. Y estaba condenadamente orgullosa de lo que había
logrado.
Eso no impidió que mi corazón se alegrara al ver a mi hija con su
padre. Vi como él se enamoró de ella. La había amado antes de
conocerla porque era suya, pero ahora estaba enamorado de ella, de
la persona que la niña era.
Verlos juntos me hizo tragarme las lágrimas porque si no fuera por
sus decisiones de mierda, habrían tenido esto desde el principio.
Parpadeando furiosamente, me lo tragué todo y me concentré en
ellos dos y no en mis horribles recuerdos.
Fue más tarde, cuando él comenzó a responder sus preguntas con
absoluta honestidad, que supe que estaba en problemas.
Esos penetrantes ojos azules eran serios, claros y honestos.
¿Cómo sabía que estaba diciendo la verdad?
Lo podía ver en sus ojos. Recordaba cómo sus ojos solían tener la
misma mirada cuando le decía la verdad a ella.
Y entonces, lo único en lo que nunca quise pensar se abrió paso hasta
el frente de mi cerebro y no lo solté.
Si sabía que estaba siendo honesto por la mirada de sus ojos, ¿cómo
me había mentido sobre las zorras de club?
En aquel entonces, sus ojos se veían exactamente como ahora cuando
lo enfrentaba por el hedor a perfume barato que se adhería a él. No
dudó en hablarme de los bailes eróticos o de las mujeres que
intentaban aferrarse a él. Mujeres a las que, según me había
asegurado, alejaba y nunca tocaba.
Y le había creído por lo que solía llamar sus ojos honestos.
Cuando se negaba a decirme algo porque era asunto del club, sus
ojos solían ser de un azul más oscuro. Era casi como si el azul hielo
se redujera y el azul oscuro tomara el control.
Ahora no estaba tan segura de si sus ojos habían sido honestos o no.
Lee nunca compartió lo que había escrito en su libreta que había
etiquetado como Preguntas Para Mi Papi.
Era como un diario en el que escribía sus pensamientos privados.
Para mí eran sólo eso, sus pensamientos privados y no me
entrometía. Era una niña sin complejos que se sentía lo
suficientemente cómoda como para acercarse a mí cuando tenía
preguntas. Sabía que le respondería con sinceridad.
Excepto las preguntas sobre el hombre en el sofá. Las había
suavizado, dándole a mi hija el hombre que solía conocer y sin
decirle nunca una palabra sobre la verdadera razón por la que
rompimos.
Hasta donde Lee sabía, dejé Sudáfrica para seguir una carrera en la
música mientras Sin se quedaba en su club. Le dije que tuvimos una
pelea enorme y nos separamos antes de saber que estaba
embarazada.
Recientemente comenzó a preguntar por qué nunca nos pusimos en
contacto una vez que descubrí que estaba embarazada. No he
respondido esa pregunta, pero sabía que volvería a surgir, y después
de hoy sería muy pronto.
Y fue justo en ese momento, cuando realmente no estaba
escuchando, que ella lanzó la bomba.
Pidiendo algo que siempre ha querido, un hermano.
Ella pidiéndole un hermanito casi me hizo tragarme la lengua y mi
cara se sintió como si estuviera en llamas, el sonrojo era muy intenso.
Y entonces el bastardo no dijo “lo siento cariño, no puedo darte eso”,
¡dijo que era algo que él y yo discutiríamos!
¿En qué maldito mundo?
¿Y mi hija tomó eso como la respuesta final?
¡No!
Ella fue más allá y pidió un bebé para su undécimo cumpleaños.
Dejando caer la cabeza entre las manos, la sacudió de un lado a otro
con incredulidad mientras la escuchaba decirle que ser hija única no
era algo bueno.
Dios, ayúdame.
Me alegré mucho cuando su conversación tomó un rumbo diferente
y se relajó.
No debería haberlo hecho.
Lo siguiente que supe fue que Lee gritó sí porque le ofreció la casa
club como lugar para su fiesta de cumpleaños. No, simplemente no.
Mi hija no estaba celebrando su cumpleaños con un grupo de
moteros degenerados.
Dos pares de penetrantes ojos azules me inmovilizaron mientras Sin
defendía su caso. Pidiéndome que esperara hasta haber estado en la
casa club para la braai familiar antes de tomar una decisión final.
Mirando los ojos suplicantes de mi pequeña, traté de ser dura, pero
fue inútil.
Tenía que ser justa. Tenía que ver si era verdad. Tenía que ver si el
club había cambiado sus costumbres y la forma más fácil de juzgar
era conocer a las mujeres con las que se relacionaban estos hombres.
Entonces estuve de acuerdo. Estuve de acuerdo con la braai familiar
y conocer a los hombres y mujeres del Iron Dogz MC.
Me reservaría mi opinión hasta entonces.
Y todavía no le había contado a mi familia acerca de haberme
reunido con él, ni de presentarle a Lee.
No esperaba ese momento con ansias, en absoluto.
Por supuesto que pidió pasar el sábado con nosotras. Por supuesto
que lo hizo. Y acepté porque la expresión del rostro de mi hija era
desgarradora. Ella esperaba que yo dijera que no.
No pude, simplemente no pude.
Así que aquí estábamos.
Sentadas en la terraza del B&B, que por cierto no tenía otros
huéspedes, esperando a que llegara Sin. Tank y Hanson estaban en
algún lugar vigilándonos, así que me sentía lo suficientemente
segura como para sentarme afuera.
Una vez más se detuvo en el enorme SUV. La cosa era gigante y
después de haber observado las precauciones de seguridad de Cat,
supe que no era un vehículo común y corriente. Era mucho más. Se
trataba de un vehículo que protegería a sus ocupantes de un ataque.
Una vez más Lee corrió hacia él y se trepó a Sin como a un árbol. A
él no le importó. Simplemente la abrazó, la besó en la sien y luego en
la frente.
Y luego hizo algo que me hizo sentir un poco resentida y excluida.
Tocó su frente con la de ella, cerró los ojos y la inspiró.
La alegría en su rostro era mucho más que alegría.
Me quedé de pie al lado de las dos mochilas y esperé a que tuvieran
su momento porque si estaba siendo honesta conmigo misma, y
siempre trataba de serlo, se merecían ese momento entre ellos.
Sin había venido al show la noche anterior y se paró a un lado del
escenario, observándome. Después, insistió en acompañarme hasta
el coche y luego me preguntó si estaría bien si visitáramos a su padre
hoy. Quería presentarle a su hija antes de la braai familiar.
Decir que me sorprendió un poco que Carl Smith padre fuera a ir a
una braai familiar de un MC era decirlo suavemente. Y tenía
curiosidad por ver si había cambiado después de divorciarse de su
horrible esposa, así que dije que sí.
Observé con cautela mientras Sin caminaba hacia mí, con Lee
apoyada en su cadera como si fuera una niña pequeña. Era como si
ni siquiera sintiera su peso y dejadme deciros que llevar a una niña
de nueve años en tu cadera no es fácil. El hombre había ganado algo
de músculo a lo largo de los años.
—Hola, cariño—dijo suavemente mientras se inclinaba y tocaba sus
labios con los míos. Y no se apartó de inmediato, por supuesto que
no, apoyó su frente contra la mía y me respiró, como solía hacerlo.
Y mi estúpido y maldito corazón se aceleró. Latió insanamente
rápido.
—Hola—intenté hablar con voz fuerte, pero en lugar de eso salió
entrecortada y baja.
—¿Mis chicas están listas para partir?—preguntó con una pequeña
mueca en sus labios. No una sonrisa, sólo un leve levantamiento.
—Lo estamos—dijo Lee—. Quiero ir a ver a mi abuelo.
—Entonces vámonos, dulce niña. Vamos a meterte a ti y a tu
hermosa mami en la jaula para que podamos salir a la carretera—
respondió Sin con una pequeña sonrisa.
No era una sonrisa tan amplia como recordaba, pero una sonrisa al
fin y al cabo.
Lee y yo nos sentamos atrás con Sin mientras Bullet y Spider
ocupaban los asientos delanteros. Tank y Hanson se quedaron atrás
para cuidar a Ness, no quería dejarla sola. Ella se había mantenido
alejada para darnos tiempo con Sin. Intenté convencerla de que no
era necesario, pero ella no cedió.
Estuve mayormente en silencio mientras conducíamos hacia la casa
que odiaba visitar. Sentí que Sin me lanzaba miradas por encima de
la cabeza de nuestra hija, pero evité sus ojos. Él sabía lo que sentía
por sus padres. Su padre nunca me había dicho, ni hecho nada, pero
tampoco me había protegido de la crueldad de su esposa e hija.
Y entonces atravesamos una valla alta de hierro forjado y
estacionamos frente a los garajes.
La casa ya no se parecía en nada a la de antes. Se le habían realizado
algunos trabajos estructurales. Se había añadido una amplia terraza
al frente y estaba pintada de blanco con el techo negro. Sobre los
garajes dobles se había construido un apartamento al que se accedía
por una escalera de madera.
La casa estaba rodeada por el jardín más fantástico que jamás
hubiera visto. Había árboles y plantas en flor por todas partes y
varios senderos serpenteaban hacia las profundidades del
exuberante jardín. Atrás había quedado el aburrido pavimento y el
césped de antes. Ahora parecía un país de las maravillas.
Obviamente alguien había dedicado mucho tiempo a ello.
—A mi padre le encanta la jardinería—dijo Sin mientras yo miraba
con asombro—. Una vez que mi madre se fue, rompió todo y
empezó de nuevo. He pasado muchas horas aquí con él y ha valido
la pena. Todos comentan sobre su jardín.
—Es como un país de hadas—susurró Lee asombrada mientras Sin
la ayudaba a salir del vehículo alto.
Inmediatamente dio la vuelta, abrió la puerta, se inclinó para
desabrocharme el cinturón de seguridad y me ayudó a salir. No me
soltó la mano, sino que me llevó hasta donde Lee nos estaba
esperando.
La terraza se extendía a lo largo de la parte delantera de la casa y
tenía cestas colgantes llenas de fuchsias2 en flor y helechos
exuberantes. Muebles de mimbre con cojines mullidos estaban
agrupados en ambos extremos y había más plantas en soportes
esparcidos por todos lados. La puerta verde oscuro se abrió y allí
estaba él, el padre de Sin. Era mayor, obviamente, pero seguía
siendo un hombre muy guapo. Y Sin se parecía a él, sólo una versión
más joven de él.
No hubo tiempo para sentirme torpe o incómoda porque Lilou fue
directo al grano.
—¡Abuelo! ¡Te pareces a mi papi! —dijo ella, se arrojó sobre él y le
rodeó la cintura con los brazos.
Él se inclinó y la abrazó con fuerza.
—Es tan bueno conocerte finalmente, cariño—le dijo él con ternura
mientras le besaba la frente.
—¡Lo sé! —Mi precoz hija se rio—. He estado esperando desde
siempre para conocerte a ti y a mi papi. —Ella siguió hablando
mientras él le pasaba un brazo por los hombros y le sonreía—. Sabes
que el viernes es mi cumpleaños y cumpliré diez años y a los diez
algunos niños ya no creen en las hadas, pero yo sí, y creo que quizás
las tengas en tu jardín. ¿Tienes hadas, abuelo?
Inclinó la cabeza como si estuviera pensando un poco.
—Bueno, como sabes, a las hadas no les agradamos mucho los
humanos. Hemos destruido gran parte de la naturaleza y les resulta
difícil sobrevivir en lo poco que queda. Por eso, hago todo lo posible
para crear un lugar donde estén seguras y felices. Un jardín feliz
siempre tiene hadas, cariño, siempre.
¿Quién diablos era este hombre? Ciertamente no era el hombre que
recordaba. Sus ojos, tan parecidos a los de Sin, se centraron en mí y
vi una profunda tristeza allí.
—Es tan bueno verte de nuevo, Skylar . Eres bienvenida a mi casa—
dijo él.
Tuve que tragar dos veces antes de poder responderle.
—Es bueno verlo a usted también, señor Smith. Gracias por
recibirnos.
Frunció el ceño y luego miró a Sin antes de volver a mirarme. ¿Qué
demonios fue eso?
No tuve oportunidad de preguntar.
—Entrad. Lo instalé todo debajo del gazebo en el jardín trasero.
Espero que hayáis traído apetito, señoras, sé que mis muchachos lo
han hecho. —Le sonrió a Bullet y Spider cuando se unieron a
nosotros en la terraza—. Me alegro de verte de nuevo, Spider,
muchacho.
No estrechó la mano de Spider y Bullet, los abrazó. ¿Qué diablos le
había pasado al hombre silencioso y reservado que solía conocer?
Definitivamente las cosas habían cambiado por aquí. Y parece que
para mejor.
El jardín trasero era tan espectacular como el delantero, si no más.
Se escuchaba el sonido del agua por todas partes. Un arroyo
serpenteaba más allá del gazebo para caer en una serie de pequeñas
cascadas y desaparecer más profundamente en el jardín. Las abejas
zumbaban y las mariposas revoloteaban alrededor de las plantas en
flor. El gazebo en sí era una ornamentada construcción de hierro
forjado con un techo de tejas pintado de negro, igual que la casa.
Estaba elevado para tener vistas a partes del jardín y al arroyo.
Habían puesto una mesa y a un lado había un carrito cubierto.
Era como si hubiera entrado en el set de una película, tan perfecto.
La comida perfecta, las bebidas perfectas, todo era perfecto y me
sentía incómoda.
¿Por qué?
Porque Sin seguía mirándome y supe que muy pronto nos
sentaríamos y hablaríamos sobre el elefante en la habitación.
La razón por la que había hecho lo que nos hizo.
—Ven, cariño, demos un paseo por el jardín y veamos si podemos
ver un hada o dos—dijo Carl y Lilou saltó y agarró su mano.
Antes de que salieran del gazebo, se giró y miró a Sin. Se limitó a
mirarlo, sin decir una palabra, antes de llevarse a Lilou, que hablaba
sin parar.
Escuché sus voces apagarse mientras se alejaban de nosotros. Spider
y Bullet solo se habían quedado el tiempo suficiente para tomar un
par de bocadillos antes de dejarnos para regresar al frente de la casa.
Para estar atentos a las cosas, dijeron.
Y ahora estábamos solos.
Jugueteé con mis dedos en mi regazo, sin querer mirarlo, pero su
mano cálida y callosa cubrió las mías y detuvo mis dedos.
—Mírame, Sky. —Su voz era suave pero firme y miré a sus ojos que
eran en de un color azul cristalino.
—Tengo algunas cosas que necesito decirte. Cosas que nunca te dije
cuando estábamos juntos porque pensé que tenía tiempo. Tiempo
para decírtelas después.
—¿Qué cosas?—dije frunciendo el ceño.
—Cosas como mi apellido, no es Smith. —Puso los dedos sobre mis
labios cuando jadeé en shock y traté de hablar, silenciándome—.
Cuando me hice amigo de Spider y comencé a andar con los Iron
Dogz, mi madre se puso furiosa. Ella insistió en que usara otro
apellido para no avergonzar a la familia. No tenía idea de por qué
pensaba que estar en el club los avergonzaría o de qué serviría un
cambio de apellido. Ni siquiera era legal. Y ninguna de sus amigas
de la sociedad me habría reconocido de todos modos. Fue estúpido,
pero en aquel entonces todavía me importaba lo que ella pensara, así
que hice lo que me pidió. Spider y yo estábamos borrachos cuando
nos decidimos por Smith, nos pareció muy divertido y así me
convertí en Carl Smith. Te conocí años después. No te lo oculté a
propósito, nada de eso. Estaba tan acostumbrado a ser ese tipo que
ni siquiera me di cuenta de que no sabías sobre el estúpido cambio
de apellido. En ese momento me perdí el hecho de que mi familia
estaba muy feliz de no contarte nada. Lamento no habértelo dicho
nunca, debería haberlo hecho, desde el principio. Tengo el mismo
nombre que mi padre, por eso mi familia me llamaba Junior. Mi
nombre es Carl Jaegar Schneider. Algún antepasado nuestro vino a
Sudáfrica desde Alemania allá por el siglo XVIII.
Se quedó en silencio mientras yo lo miraba fijamente. Su madre
realmente necesitaba que le dieran una patada en el coño con una
bota pesada. ¿Cómo pudo hacerle eso a un chico? Quitarte tu
apellido es quitarte una parte de quién eres. Y en realidad su padre
también. ¿Por qué le había permitido hacerle eso a Sin?
—Ese es realmente un nombre genial—dije en lugar de decirle lo que
pensaba de su madre y su padre.
—Cuando era joven y estúpido pensaba que no lo era, ahora estoy
de acuerdo contigo. —Se quedó en silencio por un momento—. Me
gustaría que Lilou tuviera mi apellido.
Mierda. Aquí vamos.
—Después de lo que nos hiciste, de lo que amenazaste con hacernos,
¿cómo puedes pedirme eso?
Me enojé al instante y tragué fuerte para mantener dentro todo lo
que quería gritarle. Dentro donde Lee no podría escucharlo y
resultar herida.
Una mirada extraña cruzó su rostro.
—Hay cosas que no sabes. Cosas que sucedieron esa noche y que me
han perseguido durante putos años—dijo en voz baja mientras
sostenía mis manos cuando intenté alejarme—. Necesito que me
escuches y no me digas ni me preguntes nada hasta que termine.
Sólo puedo decirte esto una vez y si me interrumpes no sé si podré
decirte lo que necesito. ¿De acuerdo?
Asentí porque necesitaba una explicación, me debía una explicación.
Necesitaba saber por qué hizo lo que hizo.
—Esa tarde había regresado de un viaje. Estaba cansado, enojado y
todo lo que quería hacer era ir a casa contigo, ducharme y acostarme
en la cama. No nos habían dicho que habría una fiesta en el club
hasta que regresamos. El jodido Warne nos ordenó que nos
quedáramos, al menos durante un par de horas antes de que
pudiéramos irnos. Me quedé. Debería haberme ido, pero me quedé y
tomé un par de cervezas con mis hermanos. El otro club llegó y las
tensiones eran jodidamente altas porque eran escoria, escoria
absoluta. Pero Bounty buscaba hacer alianzas para mantener seguro
al club, así que teníamos que cooperar.
Apretó los dientes y respiró hondo un par de veces antes de
continuar.
—Ya estaba ligeramente borracho cuando Monika entró con la puta
de su amiga. Ella me dijo que tenía que hablar conmigo
urgentemente. La llevé a un lado y me dijo que habías estado
follando a Rook y que estabas embarazada de su hijo. No le creí. En
realidad me reí de ella, pero luego empezó a decir mierda sobre que
él te llamaba y te enviaba mensajes a mis espaldas. Por alguna razón
comencé a dudar. Y ahí fue cuando todo se fue a la mierda.
Sus manos estaban tan apretadas alrededor de las mías que era
doloroso, y temblaban. Estaba temblando al revivir esa noche. De
repente sentí mucho, mucho miedo por lo que iba a decir.
—Estaba en shock, cabreado y dolido y la perra me dio una bebida,
para el shock me dijo. La bebí. No la bebí, me la tragué. Poco
después el mundo se volvió confuso. No recuerdo mucho del resto
de la noche, pero recuerdo haber bebido y consumido drogas,
mucha coca. Y luego nada. Nada hasta que Spider abrió mi puerta,
esa parte sí la recuerdo. Era como si estuviera mirando el mundo a
través de una neblina. No sé lo que dije o hice. No recuerdo haberme
follado a esa puta. No recuerdo haberte amenazado a ti, ni a nuestro
bebé. Simplemente nada, jodidamente nada y todavía no lo
recuerdo. En mis pesadillas tengo destellos de esa noche, pero no los
suficientes para entender lo que pasó. La única forma de que supe lo
que pasó fue porque Spider me lo contó y por los videos de
vigilancia que tenía el club. Es un espectáculo de terror con el que
tendré que vivir el resto de mi vida. Nunca debí haberla escuchado.
Debería haberme ido a casa, contigo. Tantas cosas que debería haber
hecho y no hice.
Decir que estaba atónita no sería suficiente. La conmoción y el horror
me congelaron en mi silla. Cuando finalmente pude moverme, giré
mis manos debajo de las suyas y las agarré. Lágrimas que no pude
detener llenaron mis ojos y gotearon por mis mejillas mientras mis
recuerdos me golpeaban.
—Tus ojos, tus ojos aquella noche—susurré—. Tus pupilas estaban
dilatadas. Tan grandes que casi no se notaba el azul. Y la ira era
aterradora. Hui de ti y tenía tanto miedo que desaparecí. Pensé que
tú y tu club vendrían a buscarme. Que nos harías daño. Tenía que
llevar a mi bebé a un lugar seguro, eso es todo lo que importaba.
Sin soltó un gemido torturado y trató de soltarme las manos, pero se
las sujeté y las apreté. Estaba mirando al suelo, ni siquiera me
miraba.
—Mírame, Sin—dije suavemente. Levantó la vista y nuestros ojos
llenos de lágrimas se encontraron—. ¿Me buscaste?
Él asintió.
—Pero no para hacerte daño, cariño. Te estaba buscando para
pedirte perdón, pero ya no estabas y tus padres se negaron a
decirme nada. Los vigilé durante semanas hasta que enviaron al club
una carta de un abogado amenazando con procesarlos. Tuve que dar
un paso atrás pero no me rendí. Seguí vigilando, esperando que
regresaras a casa. Seguí vigilando hasta el día que tu padre vino a
verme y me dijo que te dejara ir, que eras feliz. Se negó a decirme si
teníamos un niño o una niña o dónde estabas, dijo que no merecía
saberlo. Él tenía razón.
Negué con la cabeza.
—No era su decisión.
—Él estaba cuidando de ti, cariño. En aquel entonces el club estaba
involucrado en muchas cosas malas. Algunas de las cosas que
hacíamos eran malas, realmente malas. Bounty y Bulldog nos
sacaron de algo de esto, pero fue sólo después de que Hawk se hizo
cargo que finalmente nos libramos de toda esa mierda oscura.
Podía entender eso, no es que me hiciera feliz, pero lo entendía.
Había algo más que necesitaba saber.
—¿Lo que te pasó provocó el divorcio de tus padres?
Él asintió, sin decir una palabra más.
—¿Y tu hermana? ¿Qué le ocurrió a ella?
La rabia floreció en sus ojos, el azul oscuro superó al azul hielo.
—Unos días después de esa noche, mi padre las escuchó a las tres
hablar sobre lo que habían hecho. Me acerqué para confrontar a mi
hermana y también las escuché. Ni siquiera intentaron mentirme. Mi
padre escuchó todo y se enfureció cuando se dio cuenta de que su
esposa había jugado un papel importante en lo que me habían
hecho, después las echó. A todas. Se fueron y no sé, ni me importa,
qué pasó con ellas. Arruinaron nuestras vidas, me quitaron a mi
bebé y no sintieron ningún puto remordimiento. Si él no las hubiera
echado, las habría lastimado, familiares o no, mujeres o no, las
habría lastimado.
Me dolía tanto el corazón que todo lo que quería hacer era hacerme
una bolita y llorar y llorar. Pero no lo hice, tenía que pensar en Lee.
Así que sorbí las lágrimas y respiré profundamente.
—Después, ¿por qué no me buscaste?
—Porque no pensé que fuera lo suficientemente bueno para ti, para
ninguna de las dos.
—Ese es un argumento estúpido—gruñí y él sonrió.
—Sí, lo fue, pero estaba tan dañado por todo eso que lo creía. Creía
que habría un hombre mejor para vosotras que las amaría y las
mantendría a salvo. Me dolió mucho ver a mis hermanos encontrar a
sus mujeres y comenzar a tener hijos cuando yo sabía que mi mujer
estaba en algún lugar del mundo con mi hijo. Muchas veces quise
pedirle a Ziggy que te encontrara, pero cada vez pasaba algo y me
decía que estabas más segura lejos de mí. Me equivoqué.
Jodidamente mal.
Soltando mis manos, se sentó hacia adelante y enmarcó mi rostro
con sus manos.
—Tienes que escucharme, cariño. Lo que voy a decirte
probablemente te cabreará, pero tienes que saberlo. —Sus ojos eran
tan serios que me inmovilizaron—. Tu acosador no es un buen
hombre. Su nombre no es Ravinder Sharma, es Dinesh Sharma
Maharaj y es parte de un sindicato del crimen. Creemos que te
apuntó porque tú y Lilou sois mías. Es un hombre realmente malo,
Sky, un asesino y un violador. Y lo sé porque lastimó a dos de las
mujeres del club.
El horror se apoderó de mí.
—¿Está seguro?—pregunté suavemente. No necesitaba preguntar
porque veía la verdad en sus ojos.
Se aferró a mi cara y mis manos rodearon sus muñecas.
—Tuvimos un par de citas pero no tuve relaciones sexuales con él. Se
volvió posesivo y espeluznante y rompí con él. Luego empezó a
seguirme y me sentí aliviada de irme de gira porque pensé que lo
había dejado atrás. ¿Crees que nos siguió? ¿Estamos a salvo?
Su frente cayó sobre la mía y nuestros ojos se encontraron.
—Nunca dejaré que les pase nada a mis chicas, nunca, daría mi vida
por vosotras—gritó.
—No quiero que mueras por nosotras, quiero que vivas por nosotras
—gruñí en respuesta.
La risa lo sacudió y colocó sus labios contra los míos, besándome
suavemente.
—Mi chica, siempre tan fuerte—dijo contra mis labios—. Te amo,
cariño, siempre te he amado y siempre te amaré.
Mierda. Mierda. Mierda. No podía responderle. Simplemente no
podía. No todavía, de todos modos.
—No espero que me digas que me amas, Sky. Realmente no lo
espero. Sólo quiero que sepas que te amo y que amo a nuestra hija.
Las dos sois mi vida.
Estaba a punto de responder cuando la risa de Lee sonó cerca del
gazebo y nos separamos. Mi garganta estaba seca como el polvo y
tomé mi vaso de jugo y lo bebí. Sin se sentaba frente a mí y me
miraba. Una pequeña sonrisa curva sus labios.
Estaba en problemas, muchísimos problemas. El dolor y la rabia
todavía estaban conmigo, pero él era el hombre del que me había
enamorado hacía mucho tiempo.
Lee saltó las escaleras y se arrojó hacia mí.
—¡Vimos hadas, mamá! Te juro que las vimos. Son pequeñas y
volaban alrededor de las rosas y una de ellas era una niña, era
brillante y rápida, muy rápida. Realmente sólo puedes ver un
destello de luz mientras vuela a tu alrededor. Cuando compremos
una casa tenemos que pedirle al abuelo que nos ayude a plantar un
jardín para poder tener hadas como él. El abuelo dice que está bien,
que nos ayudará. Y necesitamos un arroyo porque las hadas del
agua también necesitan su lugar y también están las abejas, ¡tenemos
que plantar muchas flores para ellas y flores para las mariposas y
muchas otras cosas! —dijo sin aliento y luego pasó de mis brazos a
los de Sin.
—¿Tienes un jardín en la casa club, papi?
Él asintió.
—Sí y tenemos algo realmente maravilloso. Tu tío Jagger construyó
una piscina secreta. Te llevaré a verla. No todo el mundo puede
nadar allí, pero si se lo pedimos amablemente, estoy seguro de que
nos dejará.
Ella sonrió y lo abrazó.
—Te amo, papi—dijo ella y le besó ambas mejillas antes de arrojarse
en una silla.
—Yo también te amo, niña. —Sin le sonrió.
Definitivamente estaba en problemas aquí.
Pasamos el resto del día relajándonos y conociéndonos. Resultó que
el padre de Sin era un buen hombre y no el cobarde que solía pensar
que era. Había llevado a Lee al jardín para que Sin y yo tuviéramos
tiempo de hablar. Una charla que había aclarado muchas de mis
dudas. Ahora sólo era cuestión de analizar lo que me había dicho.
Aunque puede que tardara un poco. Había mucho que analizar.
Nos fuimos a última hora de la tarde y regresamos al B&B para
poder prepararme. Lee y Ness no se quedarían con mis padres esta
noche, se quedarían en el B&B porque yo necesitaba hablar con mi
familia y si ella los veía primero estaría hablando efusivamente de su
padre. Tenía que decírselo con calma y con suerte aceptarían mis
decisiones. Con un poco de suerte.
Era nuestra última noche en Thirsty Dog y realmente estaba
deseando que llegara.
Y el hecho de que Sin estuviera allí mirando no tenía nada que ver
con eso.
No. No en absoluto.
¡Ja!
Capítulo 10
Sharma
Los bastardos pensaban que estaban a salvo, que sus perras estaban
a salvo.
No lo estaban. Ninguno de ellos estaba a salvo.
Los Harrison tenían planes para ellos. Para todos ellos. Planes que
dejarían a sus mujeres vulnerables y fáciles de atacar. Pronto tendría
más juguetes para jugar.
Deena Michaels había sido una decepción. Nada de fuerza alguna.
DC era diferente. Ella no sería una decepción. Ella pelearía.
Me encantaba una mujer que se defendía. Era mucho más
satisfactorio cuando las rompía. Y ella se rompería. Como lo hicieron
todas.
Él se aseguraría de ello. Sabía exactamente dónde presionar para
romperla. Pero primero jugarían.
El timbre del teléfono lo sacó de su ensoñación.
—Sí.
La odiosa voz de la vieja perra gruñó en su oído.
—No te mueves hasta que te lo diga. ¿Entendido, Maharaj?
Maldita bolsa vieja.
—Entendido, esperaré. La perra de América está aquí y estamos
listos para secuestrar a la niña cuando des la orden.
Un gruñido de satisfacción.
—Tengo un comprador para ella, así que ninguna marca,
¿entendido?
—Entendido. ¿Tienes un cronograma para mí?
—Aún no es momento de actuar. Pronto te haré saber cuándo.
—¿Vendrás a recogerla?
Una risa fría.
—No es necesario, tú la entregarás. Tengo mucho que hacer aquí.
La línea se cortó y quiso tirar el maldito teléfono, pero en lugar de
eso lo dejó con cuidado. Tenía un juguete con el que podía descargar
su ira. Un juguete que nadie echaría de menos.
Amaba tanto a las putas. Eran fáciles de conseguir y muy fáciles
deshacerse de ellas. Y el hecho de que ella se pareciera un poco a la
mujer que odiaba lo excitaba aún más.
Pensar en su sangre mezclándose con su semen calentó su sangre.
Se quitó la chaqueta y la colgó con cuidado sobre el respaldo de la
silla. Lenta y cuidadosamente se quitó el resto de la ropa, la dobló y
la colocó cuidadosamente en la silla y luego caminó hacia el
dormitorio cubierto de plástico donde la puta lo esperaba.
Su polla estaba dura pero no la tocó.
Aún no.
No hasta que pudiera cubrirla con su sangre.
Sólo entonces llegaría el momento.
Capítulo 11
Sin
Apenas durmió y se levantó antes del amanecer, con el corazón
acelerado. Lo único que lo calmaría era nadar. Bajó y nadó hasta que
el sol volvió el mundo cálido y dorado. Tenía frío cuando finalmente
salió, se secó, se puso los vaqueros y caminó de regreso a la casa
club.
Ignoró a las chicas de club que preparaban ensaladas bajo la
dirección de la tía Bee mientras caminaba por la cocina.
—Buenos días, tía Bee. —Iba a subir las escaleras cuando ella lo
llamó.
—¿A qué hora llegarán Sky y Lilou, Sin?
Podía sentir a las malditas putas escuchando.
—Las recogeré más tarde. —No dio detalles porque había aprendido
a no confiar en nadie.
—Tengo muchas ganas de conocerlas. Toma un poco de café antes
de subir—le ordenó antes de volver a lo que estaba haciendo.
Con la toalla alrededor del cuello, se sirvió café y luego subió las
escaleras.
Hoy acabaría con él o reiniciaría su corazón.
Esperaba y rezaba para que fuera el segundo.
Sky
Me desperté con una niña de nueve, casi diez saltando sobre mí.
—¡Despierta, despierta, despierta! Necesitamos levantarnos y
prepararnos porque mi papi llegará pronto.
—¡Lilou! Detente. Todavía es temprano. Tu padre estará aquí a las
diez, son sólo las seis y anoche trabajé. —Levanté el edredón y la
diablilla se arrastró a mi lado y me rodeó con sus brazos.
—Estoy muy emocionada de ver todo y conocer a más amigos de
papi. Y habrá otros niños. Extraño a los niños de la banda, aunque
todos son más jóvenes que yo—refunfuñó ella contra mi hombro.
La estreché contra mis brazos y nos abrazamos.
—Lo sé, cariño, créeme, lo sé. Dormiremos un poco y cuando
abramos los ojos será el momento de levantarnos y prepararnos. ¿De
acuerdo?
Ella suspiró mientras se acomodaba contra mí.
—Está bien, pero sólo una pequeña siesta. Tenemos que lucir muy
bien hoy.
Con un suspiro cerré los ojos y me volví a dormir.
Unas horas más tarde estábamos listas y ante la insistencia de Lee y
Ness me vestí con un mix entre mi personalidad rockera y una perra
motera. Tenía que admitir que me quedaba muy bien.
Debajo de mi ropa llevaba un sexy conjunto de bragas y sujetador de
encaje negro. Mis vaqueros eran de un lavado oscuro y los combiné
con unas Doc Martens negras. Una camisola de seda cubría mi
sostén y encima una camiseta que tenía más agujeros que tela.
Estaba diseñada para dejar mi hombro y mi brazo al descubierto,
mostrando el tatuaje. Mi maquillaje no era tan pesado como el que
usaba en el escenario, pero aun así causaba sensación.
Estaba usando mi color de labios rojo favorito. No se movería en
todo el día ni se embadurnaría si besara a alguien. No es que fuera a
besar a nadie.
Deslicé varias pulseras en mis muñecas y mis anillos favoritos en los
dedos.
Anoche me había cambiado los aretes y el aro en la nariz y
combinaban con mi atuendo. Lo único que faltaba era algo que
ponerme alrededor del cuello. Abriendo mi bolsa de joyas saqué algo
que no había usado en diez años.
Había sido un regalo de Sin.
Abrochándome la correa detrás del cuello, coloqué el disco plateado
en el hueco de mi garganta y respiré profundamente cuando mi
corazón se aceleró. Frotando mi dedo sobre el grabado a cada lado,
articulé las palabras en silencio.
Para siempre.
Tuyo.
Maldición. Quizás no debería usarlo. Hoy no. Le daría una idea
equivocada. ¿O era la idea correcta? Realmente no lo sabía. Estaba
tan confundida.
Estaba a punto de quitármelo cuando el grito de Lee me hizo saber
que su padre había llegado.
Recogiendo mi chaqueta vaquera y el bolso, salí de la habitación
hacia el salón donde podía escuchar sus voces. No eran los únicos
que estaban allí. Ness, Romy, Bry, Mo, Andy y Lenny estaban
charlando con Sin y su habitual grupo de chicos malos.
Lee estaba donde esperaba que estuviera, pegada al lado de su
padre.
Sus ojos se pusieron calientes mientras los pasaba sobre mí y se
mordía el labio inferior.
Un lugar que no debería sufrir espasmos ni mojarse lo hizo y tuve
que esforzarme mucho para mantener mi respiración regular.
—Buenos días, cariño. Luciendo hermosa como siempre—dijo en
voz baja mientras se inclinaba hacia mí y presionaba sus labios
contra los míos.
—Buenos días. —Y de nuevo salió esa jodida voz entrecortada.
Carraspeando, miré a mi alrededor para incluir a todos en el saludo.
—Si todos terminamos con la mierda de buenos días, buenos días,
buenos días, ¿podemos salir a la carretera?—se quejó Bry—. No tuve
tiempo de tomar un café y Sin dijo que el café en la casa club es
excelente. Así que moved los culos. Salgamos de aquí, gente.
Y eso es lo que hicimos. Salimos de allí y nos pusimos en camino.
Cuanto más nos acercábamos a la casa club, más nerviosa me ponía,
hasta que Sin movió su mano desde donde la tenía en el respaldo de
mi asiento y la deslizó debajo de mi cabello, agarrando mi nuca. Su
pulgar acarició suavemente hacia arriba y hacia abajo, hacia arriba y
hacia abajo, tranquilizándome al instante.
No recordaba las sólidas puertas de acero, la caseta de vigilancia o
los enormes muros frente a los que nos detuvimos. Todo era nuevo.
Bullet abrió la ventanilla, chasqueó los dedos y la puerta se abrió.
Pasamos y ya nada parecía igual.
Donde antes todo había sido césped irregular con un camino
polvoriento que conducía a la casa club, ahora estaba pavimentado
con áreas de estacionamiento claramente designadas. Bullet se
detuvo debajo de los árboles a un lado y Bry y Andy se detuvieron a
nuestro lado.
—Quédate quieta hasta que pueda ayudarte—ordenó Sin mientras
salía.
Hice lo que me pidió mientras miraba a mi alrededor. Mi puerta se
abrió y él me ayudó a salir, luego metió la mano y ayudó a Lee a
saltar.
Su complejo no era lo que esperaba. Estaba limpio, ordenado y muy
bien cuidado. Un espeso césped verde se extendía a lo largo del
costado del edificio hacia la parte trasera, donde podía ver varios
árboles grandes. Al otro lado había grandes edificios parecidos a
almacenes. Sólo uno de ellos tenía las puertas abiertas y vi varios
coches y motos aparcados dentro y fuera del mismo. Había hombres
moviéndose por allí y todos nos observaron cuando comenzamos a
caminar hacia la casa club.
La casa club se veía igual y no. La insignia o parche o logo o como se
llamara del club estaba encima de la puerta principal, al igual que en
las puertas. En la parte delantera había una terraza con sillones
esparcidos por todas partes. Había hombres descansando pero todos
se pusieron de pie cuando nos acercamos. Ninguno de ellos dijo una
palabra mientras Sin nos guiaba adentro con Spider y Bullet
siguiéndonos.
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Uno de los prospectos les había mostrado a Bry y a los demás otro
camino hacia la parte trasera del edificio.
Aparentemente el presidente de Sin quería reunirse con nosotras
primero.
Realmente no quería cruzar esas puertas. Y Sin debió saberlo porque
tomó mi mano entre las suyas y me atrajo hacia él, soltó mi mano y
puso un brazo alrededor de mi cintura. Sosteniendo la mano de Lee,
atravesó las puertas dobles abiertas y entró al edificio.
Jadeé mientras miraba alrededor de la gran área abierta. Ya no era
como una mazmorra. Estaba iluminada y limpia, muy limpia. No
hay ningún olor extraño. Había sofás, sillones y mesas esparcidos
por todos lados; a través de una abertura vislumbré mesas de billar y
demás. El bar también era diferente, con todos accesorios modernos
de cristal, cromo y madera relucientes. Podría haber sido un bar en
cualquier club del mundo.
Las paredes estaban cubiertas de fotografías enmarcadas de moteros
y de un par de chalecos. Un gran estandarte del Iron Dogz MC
cubría la totalidad de una pared. Fue entonces cuando me di cuenta
de que no había ventanas en ninguna parte. Un conjunto de amplias
escaleras industriales de acero situadas en un extremo subían al piso
superior, tal vez más de uno. No podía ver.
Entramos en un pasillo y mi corazón comenzó a latir furiosamente,
pero no me parecía familiar. No había tantas puertas como el
horrible pasillo que recordaba.
Spider se puso delante de nosotros y llamó a una puerta cerrada.
—¡Ja! ¡Entrad, carajo! —gritó una voz ronca.
Spider se rio mientras abría la puerta.
—Parece que estás teniendo una mañana un poco difícil, Prez—dijo
mientras entraba y se hacía a un lado.
—Cállate, Spider, o te enviaré de regreso a Ciudad del Cabo en
pequeños pedazos—lo amenazó la montaña barbuda de un hombre
detrás del enorme escritorio.
Spider se rio y sacudió la cabeza como si el hombre no acabara de
amenazarlo con matarlo.
Daba miedo y era muy intimidante. Si lo hubiera visto en cualquier
lugar de la calle habría evitado cruzarme en su camino. Hasta que vi
la tierna forma en que sostenía a la hermosa mujer sentada en su
regazo. Ella era pequeña comparada con él, tenía cabello negro muy
rizado y ojos casi negros, y llevaba un chaleco. Eso significaba que
era su mujer, su dama. Ella me dio una sonrisa de bienvenida
cuando me miró a los ojos, luego miró a Lee y su rostro se suavizó.
Lo mismo pasó con el motero barbudo y duro. Sus extraños ojos
ámbar se posaron en mi hija y sonrió y de repente me di cuenta de lo
increíblemente guapo que era. Con su corte de pelo y barba al estilo
vikingo era como si hubiera salido del pasado o de una película. Era
condenadamente sexy.
—Me gustaría presentarte a mi familia, jefe. Ésta es mi Sky y mi hija,
Lilou, pero todos la llaman Lee—nos presentó Sin con evidente
orgullo.
La mujer se bajó del regazo de su hombre, corrió hacia mí y me
abrazó. ¡Ella me abrazó!
—Bienvenida a casa—dijo, dio un paso atrás y se volvió hacia Lee.
—Dios mío, muy pronto serás más alta que yo. Y eres tan hermosa.
—Ella sonrió, luego abrazó a mi hija y le dijo lo mismo, bienvenida a
casa. Decir que estaba confundida era decirlo suavemente.
El hombre enorme se levantó y caminó hacia nosotras. No nos tocó,
simplemente acercó a la mujer a su costado y nos sonrió.
Sin volvió a hacer las presentaciones.
—Sky, Lee, éste es mi presidente y su dama, Hawk y DC.
Con esos ojos ámbar su nombre le sentaba a la perfección. Me
preguntaba qué significaba DC. Fue como si ella pudiera ver mi
pensamiento y arrugó la nariz.
—DC es culpa de mi padre. Me llamaba su demon child (NdelT: niña
demonio) cuando era pequeña, con el tiempo se convirtió en DC, se
quedó y ahora es como todos me llaman.
—El mío es Skylar, pero la mayoría de la gente me llama Sky.
—O Lix—dijo Spider meneando las cejas y la mano de Sin se giró
hacia atrás y lo golpeó en el pecho.
—Cuida esa boca, hermano—gruñó él pero Spider solo se rio y se
puso fuera de su alcance.
—Bienvenidas a la casa club del Iron Dogz MC. Ambas sois muy
bienvenidas aquí y todos estábamos ansiosos por conoceros
finalmente. —La voz de Hawk era profunda y suave. Me preguntaba
si cantaba. Sonaba como si pudiera cantar.
—Gracias por invitarnos aquí hoy. —Sonreí pero creo que vio la
preocupación y el miedo en mis ojos.
—Tienes mi palabra de que aquí no os pasará nada a ninguna de las
dos. Sois familia y los miembros de la familia están protegidos,
siempre. —Miró por encima de nuestras cabezas a alguien detrás de
nosotros.
—Bullet, hermano, hazle saber a la tía Bee que las chicas están aquí,
ella ha estado quemando mi teléfono toda la jodida mañana con sus
jodidas llamadas de '¿ya llegaron?'—gruñó él.
—Oye, hermano, no más palabrotas. Ahora tenemos orejas pequeñas
aquí y pronto tendrás orejas pequeñas en tu casa y su primera
palabra no puede ser la palabra que empieza con J. Nunca olvidarás
eso—lo amonestó Spider burlonamente.
Hawk miró a Lee.
—Lo siento, dulce niña, no estaba pensando—se disculpó.
Y, por supuesto, eso era lo que mi hija necesitaba. Ella agitó una
mano de manera indiferente y se encogió de hombros.
—Eso no es problema, escucho esa palabra TODO el tiempo. Mi tío
Bry tiene la boca sucia, mi abuela lo dice y que necesita que le laven
la boca con jabón. Él dice que es demasiado rápido para que ella lo
alcance y tiene razón, puede correr muy rápido. A veces tenemos
carreras cuando estamos de gira. Vemos quién puede correr más
g q p
rápido alrededor de los autobuses y el que gana recibe un premio. —
Su atención se centró en DC—. ¿Vas a tener un bebé? Quiero un
hermano, pero mis papis tienen que volver a estar juntos antes de
que eso suceda. ¿Qué deseas? ¿Un niño o una niña? —Ella no le dio
oportunidad de responder mientras seguía divagando—. Me
gustaría una hermana pero primero quiero un hermano. Papá dice
que un hermano tiene que proteger a sus hermanas, pero como yo
seré mucho mayor que él, lo protegeré hasta que sea grande como
mi papá. Y cuando…
Tenía que intervenir o nos enteraríamos de que ella quería un
hermano y por qué.
—Lee, cariño, estás divagando y estamos aquí para reunirnos con la
familia de tu papi, no para tener discusiones sobre si tener o no
bebés.
Ella soltó un pfff.
—Bien, hablaremos más tarde entonces.
Escuché a Spider soltar una carcajada detrás de mí que rápidamente
ahogó. Lo mismo a Sin. Me mordí el labio y negué con la cabeza. Mi
hija ha estado rodeada de adultos demasiado tiempo.
Hawk se estremeció con una risa oculta, pero mantuvo la cara seria.
DC ni siquiera intentó ocultar su risa.
—Tú y yo vamos a tener una laaaaarga charla muy pronto, chica. Me
gustas, me gustas mucho—dijo y le guiñó un ojo a Lee, quien le
sonrió y levantó el pulgar.
—Salgamos para que podáis conocer a la familia. —Hawk hizo un
gesto con la mano hacia la puerta.
Sin me rodeó con un brazo y susurró.
—Nuestra hija es jodidamente increíble. Gracias, cariño.
Estuve aturdida todo el camino hacia el patio.
Había mesas de picnic dispuestas en un cuadrado sobre una amplia
zona pavimentada, y había más mesas esparcidas bajo los enormes y
viejos árboles del césped. Una lapa al lado era en realidad un bar al
j p p
aire libre atendido por dos jóvenes. Las largas mesas colocadas a lo
largo de la pared del fondo estaban cubiertas de comida. Un gran
artilugio parecido a una tienda de campaña mantenía alejados a los
insectos.
Todos los hombres llevaban chalecos y también algunas mujeres.
Obviamente eran las damas. Vi a Leo y Chris casi de inmediato,
sonreí y las saludé con la mano.
Un fuerte silbido hizo que el silencio descendiera y que se juntaran.
De repente las mesas se llenaron e incluso había personas parada
detrás de los que estaban sentados. Había mucha gente. Más de la
que esperaba.
Hawk rodeó a su dama con el brazo y miró a su gente. Se hizo
silencio cuando empezó a hablar.
—Es bueno veros a todos aquí hoy. Hemos estado pasando por
momentos oscuros y hace tiempo que no nos reunimos como familia.
Hoy somos bendecidos por el regreso de dos personas muy
importantes para nuestra familia. Hace diez años pasó algo aquí que
dejó una mancha sobre nosotros, sobre nuestro club. Una mancha
que sólo recientemente hemos podido borrar. En ese día oscuro
nuestro hermano perdió a su familia pero hoy la recuperó. Quiero
que le deis una cálida bienvenida al Iron Dogz a Sky y Lee, la dama
y la hija de Sin.
Había expresiones de asombro por todos lados, me congelé bajo el
brazo de Sin pero él me abrazó fuerte y miré hacia abajo para ver a
Lee con ambos brazos alrededor de su cintura. Inclinando su cabeza
hacia mí, me besó en la sien.
—Tranquila, cariño, tranquila—susurró.
Al minuto siguiente, los hombres echaron la cabeza hacia atrás y
aullaron como una manada de lobos o más bien una jauría de perros.
Algunos de los niños se unieron y también algunas mujeres. Por
supuesto que a nuestra niña le encantó e inmediatamente hizo lo
mismo.
Sin la miró y sacudió la cabeza mientras se reía con ganas y nos
abrazaba.
Vi la sorpresa en los rostros que nos observaban. No podía ser sólo
porque Sin de repente tuviera una dama y una hija. Pero luego, por
la forma en que lo miraban, me di cuenta de que era porque nunca lo
habían visto reír tan libremente.
Hawk levantó los brazos y se hizo el silencio.
—La otra noticia es que la dulce hija de Sin y Sky cumplirá diez años
la próxima semana. Mi dama y yo decidimos que hoy haríamos una
pequeña celebración previa al cumpleaños. Lee, cariño, hoy es para
ti. Conoce a tu familia, haz nuevos amigos y diviértete, pequeña.
Lloré, incapaz de detener las lágrimas sin importar cuántas veces
intenté parpadear, sorberlas o secarlas.
Lee y Sin me dieron palmaditas en la espalda tratando de calmarme.
Eso ayudo. Mucho. Por suerte no me convertí en un panda. Por eso
siempre debes usar rímel y delineador de ojos a prueba de agua.
Sin empezó a presentarnos a sus amigos y muy pronto todos los
nombres corrían juntos por mi cabeza.
Lee se había escapado con los otros niños a la piscina. Estaba
preocupada hasta que me aseguraron que habría un prospecto de
guardia como salvavidas mientras estaban en la piscina y que
algunas de las madres también estarían cuidando a los niños.
Bry, los muchachos y Romy se adaptaron muy bien. No me
preocupaba cómo encajaría Ness, ella se sentía tan a gusto con los
Iron Dogz como con los Shadow Wraiths. Después de todo, era su
tipo de personas.
Sin nos sentó en una mesa y pronto se nos unieron Leo, Chris y sus
hombres, Wolf y Scar. Spider y Bullet se sentaron con nosotros al
igual que el padre de Sin. Él estaba sentado charlando con una
señora que se había presentado como tía Beryl, la tía de Hawk. Era
una dama encantadora, cálida y acogedora. Y tenía muchas historias
divertidas sobre todos los hombres de la mesa.
Estábamos riendo y comiendo bocadillos de una bandeja que había
sobre la mesa cuando un hombre corrió hacia nuestra mesa.
—Sin, hay una mujer en la puerta que dice que es tu hermana y que
tiene un paquete para ti. Sabemos que está en la lista de personas
prohibidas, así que intentamos que nos diera el paquete y se fuera.
Ella se negó y dijo que tenía que dártelo a ti y sólo a ti. Ella no se irá.
¿Qué quieres que hagamos?
Mientras hablaba, Sin se había puesto rígido a mi lado y pude ver lo
mismo en los otros hombres en la mesa. Spider y Bullet se
levantaron inmediatamente.
—Nosotros nos encargaremos, hermano. Quédate aquí con tu dama
—gruñó Spider.
Pero Sin negó con la cabeza. Tenía una mirada cruel en los ojos.
—Ella vino aquí, hermanos. Le he advertido que se mantenga
alejada. Lo que le pase ahora depende de ella, no de nosotros. Deja
entrar a esa perra, Wrench—gruñó mientras se levantaba.
El tipo, aparentemente llamado Wrench, se dio la vuelta y se alejó
corriendo.
Los ojos de Sin eran suaves y cariñosos cuando se inclinó sobre mí.
—Quédate aquí, cariño. Me encargaré de esto.
Ni en un maldito millón de años. Iba a estar allí con él. De ninguna
manera iba a enfrentarse a esa perra solo. Me levanté y negué con la
cabeza cuando él frunció el ceño.
—No hay nada que puedas decir que me haga perderme esto. Ella
arruinó mi vida y hoy entró donde no debería haberlo hecho. Es mi
turno—gruñí.
Al minuto siguiente, DC estaba a mi lado y su brazo rodeó mi
cintura.
—Me quedaré con tu dama, Sin. Sabes que ella está a salvo conmigo.
Id y ocupaos del asunto antes de que vuestra niña salga de la
piscina.
Un grupo de hombres rodeó a Sin mientras caminaba por el costado
del edificio. Estaba a punto de seguirla cuando DC sacudió la cabeza
y me llevó hacia la puerta trasera.
—Es más rápido si vamos por aquí y estaremos en la terraza con una
buena vista sobre sus cabezas.
Leo, Chris, River y tía Beryl nos siguieron a través de la casa club
hasta la terraza.
Los hombres estaban delante de un Audi deportivo rojo cuando
salimos por la puerta principal.
La perra estaba parada junto a la puerta abierta del coche. Estaba
claro que estaba enojada y todos lo supimos al escuchar las crueles
palabras que le lanzó a Sin.
—No me gusta que me hagan esperar fuera de la puerta y me traten
como si fuera una sirvienta cuando te estoy haciendo un maldito
favor. Podría haber tirado su culo a un lado de la carretera pero no,
vine aquí, donde no quiero estar, para traértelo.
Ella miró enojada la parte trasera del coche. Las ventanillas del coche
estaban ligeramente tintadas pero pude ver a alguien en la parte
trasera del coche. Alguien pequeño.
Había un niño sentado en la parte trasera del coche. Un niño
asustado. Tratando con todas sus fuerzas de ocultar su miedo detrás
de las miradas de enojo que nos lanzaba a todos.
Ella continuó diciendo sus vilezas mientras yo caminaba hacia las
escaleras. Todo lo que sabía era que tenía que llegar al coche y salvar
a ese niño de ella.
Fue entonces cuando me di cuenta de lo que estaba diciendo.
Y mi corazón se rompió. Se rompió por mí, por Sin, por Lilou y por
el niño en la parte trasera de ese coche.
—Esa perra de Crystal tuvo una maldita sobredosis. Está muerta y
yo me quedé con el pequeño bastardo porque mamá está en un
crucero con su último ricachón. No me haré responsable de esa
pequeña basura llorona hasta que finalmente mi madre decida
volver a casa. Es su culpa que él esté vivo. Crystal quería deshacerse
de él pero no se lo permitió. No es que haya sido la abuela del año ni
nada por el estilo. Ahora su culo está en un maldito crucero de lujo
mientras yo estoy atrapada con ese asqueroso. Es un monstruo
maloliente y espeluznante. Es tu bastardo. Es tu turno de cuidarlo.
Se volvió hacia el coche, abrió la puerta trasera, arrebató una
mochila maltrecha de los brazos al niño y la arrojó al suelo. Luego
agarró al niño del brazo y empezó a arrastrarlo fuera del coche.
El lenguaje que salía de su boca era horrendo.
Sin se quedó congelado en el lugar. Yo no. Bajé corriendo las
escaleras y empujé a los hombres mientras ella lo sacaba del coche.
—Quítame las malditas manos de encima, perra estúpida. Puedo
salir del maldito coche yo solo—gruñó él mientras se sacudía del
agarre que ella tenía en su brazo.
Por la facilidad con la que lo sacó me di cuenta de que lo tenía en la
parte trasera del coche sin un asiento especial ni cinturón de
seguridad.
Maldita perra descuidada.
Por la expresión de su rostro supe que estaba a punto de lastimar al
niño. Ella lo atrajo hacia ella y luego lo empujó mientras aún estaba
inestable sobre sus pies. Su objetivo era hacerlo caer al suelo frente a
Sin.
No si pudiera evitarlo.
Corrí hacia adelante y lo atrapé antes de que cayera, luego acerqué
su cuerpo demasiado delgado y tembloroso hacia mí y lo abracé. Él
maldijo y luchó contra mí al principio, pero se calmó cuando le
susurré.
—Shhh, cariño. Te tengo. Estás a salvo conmigo. Estás a salvo ahora
—susurré mientras lo abrazaba fuerte contra mí. Intentó alejarse
pero lo sujeté.
Se sintieron como horas antes de que dejara de tirar contra mí y se
calmara. Su respiración era rápida y temblaba de miedo. Mientras lo
sostenía y él se calmaba, los temblores disminuyeron, pero el miedo
seguía ahí. Volvió su rostro hacia mi costado para ocultar sus
lágrimas y en ese momento, en ese momento exacto, se volvió mío.
Sentí a las otras mujeres mientras nos rodeaban, brindándonos su
apoyo.
Cuando finalmente levanté la vista me encontré con los ojos
sorprendidos de Monika. Ella no me reconoció a mí, sino a la estrella
de rock. El niño tenía razón, era una perra estúpida.
—Lix—susurró ella asombrada—. Tú eres Lix, ¿qué estás haciendo
aquí? ¿Por qué estás con ellos?
Ella puso cara de repugnancia mientras señalaba a los hombres.
Sí, definitivamente era una perra estúpida. No estaba cuidando su
boca porque pensaba que estaba a salvo. Ni siquiera cerca.
Inclinándome lo miré a los ojos, ojos como los de su padre. Unos ojos
muy asustados pero desafiantes me devolvieron la mirada. Incliné
mi cabeza hacia Leo y él le dio una mirada rápida antes de volver a
mirarme.
—Quédate con Leo un minuto mientras me ocupo de esto. ¿De
acuerdo?
Miró a Monika y asintió levemente. Podría estar asustado, pero su
espalda estaba recta como una barra de acero mientras esperaba ver
qué iba a hacer.
Spider y Bullet estaban sujetando a un Sin que maldecía enfurecido,
mientras Hawk estaba gruñendo sobre la perra. Ella no les estaba
prestando atención. Toda su atención estaba puesta en mí.
Bien. Estaba a punto de ver su mundo sacudido, y no en el buen
sentido.
Me acerqué a ella entrando directamente en su espacio personal.
—Hola, perra, mucho tiempo sin verte. —Sonreí cuando sus ojos casi
se le salieron de las órbitas y su boca se abrió y cerró en shock
cuando finalmente me reconoció—. Oh, mírate. No te diste cuenta de
que era yo, ¿verdad? —Ladeé la cabeza hacia un lado mientras la
miraba de arriba abajo—. Pero te conozco, oh sí, te conozco. Y hoy,
en este instante, nos ocuparemos del asunto que te ha estado
esperando durante diez años. Cometiste un gran error, perra, un
error realmente grande hace diez años.
La conmoción se desvaneció lentamente y ella se echó a reír. La
perra tuvo la osadía de reírse.
—¡Maldición! Realmente eres tú. Veo que finalmente has adelgazado
tu gordo culo, aunque no lo suficiente. No es suficiente para el gusto
de mi hermano. Le gustan delgadas y desagradables, como Crystal.
Y perra, siempre has sido demasiado cobarde para hacerme algo.
Huiste como un conejo asustado con tu asqueroso bastardo la última
vez que nos cruzamos, y lo volverás a hacer. Me aseguraré de ello.
Ni siquiera te extrañó. Estaba demasiado ocupado follándose a
Crystal y jugando a las casitas con ella y su desagradable
descendencia como para extrañarte.
Ella nunca cambiaría. Una vez una perra mentirosa, siempre una
perra mentirosa e intrigante.
Me puse justo en su cara. En. Su. Cara.
—Voy a meter mi bota tan adentro de tu chocho enfermo que será
necesario que un ginecólogo te la quite, perra—gruñí.
No esperaba las risas que provocó mi comentario. Estaba hablando
muy en serio. Estaba a punto de hacer exactamente lo que había
amenazado cuando DC me apartó suavemente del camino y tomó
mi lugar.
Su cabeza se inclinó hacia un lado mientras miraba a la perra sucia
de arriba a abajo. Lo que sea que vio en los ojos de DC la asustó
muchísimo y trató de dar un paso atrás. Pero no tenía adónde ir
porque de repente Sin estaba allí, la agarró de los brazos y los
arrastró detrás de su espalda, manteniéndola cautiva. El infierno
ardía en sus ojos.
—Amenazaste a nuestra familia. Nadie amenaza a nuestra familia—
dijo DC con una voz oscura y helada—. Y peor aún, mentiste sobre
nuestro Sin. No deberías haber mentido. No nos gustan los
mentirosos. —Ella soltó una risita extraña—. Necesitas huir,
pequeña rata, huir muy, muy lejos. No es que escapar te vaya a
ayudar porque te encontraremos, y cuando lo hagamos… nos
divertiremos mucho con tu piel.
Sin la sacudió y ella soltó un chillido de miedo.
—Antes de que ella huya y se esconda, quiero saber todo lo que sabe
sobre mi hijo—dijo entre dientes apretados.
—No hay problema, hermano. Nos encargaremos de ello—gruñó
Hawk mientras atraía a DC hacia él y la rodeaba con sus brazos,
luego se inclinó y le susurró algo.
Spider y Bullet agarraron a Monika, la amordazaron y le ataron los
brazos a la espalda rápidamente antes de arrastrar a la mujer que
luchaba hacia los almacenes.
Hawk habló en voz baja para que sólo Sin y yo pudiéramos oír.
—Lleva a tu dama y a tu hijo y haz que se instalen. Parece que al
niño le vendría bien un baño y algo de comida, hermano. Solo Dios
sabe lo que le han hecho. No tengo un buen presentimiento sobre
nada de esto.
Sin respiró entrecortadamente.
—¿Cuándo terminará este infierno, Prez? No sabía nada de él, si lo
hubiera sabido lo habría encontrado y se lo habría quitado a esas
perras. Habría estado a salvo conmigo y no con una puta
cocainómana y mi jodida madre. No pude protegerlo. Una vez más
fallé en proteger lo que es mío.
No pude escuchar más. No había fallado. Su familia le había fallado.
Gran diferencia.
No podía dejar que se quedara ahí y se culpara por algo sobre lo que
no tenía control. Acercándome a él, le rodeé la cintura con el brazo.
—Disparates. No fallaste. Tu madre y tu hermana te fallaron. Lo que
nos hicieron es horrendo, incluso inimaginable. Tu hijo te necesita
ahora. Apuesto a que le contaron una historia horrible sobre ti.
Necesita saber que es querido, sin importar cómo fue concebido. Él
q q p
necesita saber que lo quieres y que lucharás para conservarlo.
Llevémoslo a tu habitación, lo limpiamos y luego le presentamos a
su hermana. Ella nos ayudará a tranquilizarlo, sabes que lo hará. Ella
quería un hermano y aquí estamos. Ella tiene un hermano.
Sin sacudió la cabeza, luego la dejó caer sobre mi hombro y me
abrazó con fuerza.
—Pero él no es tuyo, cariño. Se suponía que sería nuestro. Tuyo y
mío—susurró entrecortadamente.
—¿Quién dice que no es mío?—pregunté suavemente.
Apartó la cabeza de mi hombro, con la sorpresa clara en su rostro
antes de sonreír. Esa amplia y hermosa sonrisa suya me encantaba.
Levantándome y abrazándome fuerte contra él, nos hizo girar en un
círculo.
—¡Te amo, mujer, muchísimo!—gritó con la cabeza echada hacia
atrás y me reí.
El horror de hacía diez años había resurgido y me estaba riendo.
Jodidamente riendo.
¿Y por qué?
¿Por qué me reía cuando debería llorar?
Porque esta vez triunfaríamos sobre nuestros problemas. Esta vez los
enfrentaríamos juntos, no separados.
Mientras me bajaba me quedé en sus brazos porque lo que vendría
después no sería fácil.
—Vamos a preguntarle a tu hijo su nombre y llevarlo arriba para que
se limpie—le dije en voz baja.
—Él es nuestro hijo ahora, cariño, no sólo mío—dijo Sin lo
suficientemente alto como para que todos lo escucharan, incluido su
hijo.
Nos volvimos hacia el niño que estaba junto a Leo mirándonos.
Tenía los puños cerrados y su rostro frío y cerrado. Sería un largo
camino para lograr que confiara en nosotros. Y habría que empezar
con buen pie. Su postura decía que estaba listo para salir corriendo.
Su ropa estaba sucia y parecía que no se había bañado en mucho
tiempo. Su cabello era un desastre fibroso y anudado que le llegaba
hasta los hombros. Sabía que era rubio, pero más allá de eso era
imposible distinguir el tono.
Pero no sólo estaba sucio. Estaba delgado. Demasiado delgado para
un niño de nueve años. Sus ojos azules ardían de miedo y odio y eso
me rompió el corazón. No nos conocía. No sabía que no tenía nada
que temer.
Por el miedo abyecto en sus ojos supe que la perra le había estado
contando mentiras horribles sobre los hombres y mujeres del club.
Agachado frente a él, Sin lo miró en silencio. No lo tocó, sólo lo miró
a los ojos antes de hablar.
—Soy Sin, tu padre. —Hizo un gesto hacia mí—. Ésta es mi dama,
Sky. Y estos son mis hermanos del club y sus mujeres. Te los
presentaré a todos, pero primero necesito saber tu nombre. ¿Cómo te
llamas?
El niño miró a Sin, con el rostro lleno de desafío. Su voz era áspera y
estaba llena de resentimiento.
—No me conoces, ni siquiera sabes mi puto nombre. Crystal dijo que
me echaste. Dijo que nos odiabas a ella y a mí y que por eso nunca
viniste a verme. —Señaló el coche—. Esa perra dijo que me harías
trabajar por mi comida. Y ella dijo… ella dijo… que yo…—Tragó
saliva antes de pronunciar las siguientes palabras—. Ella dijo que
tendría que chupar pollas y tomarla por el culo mientras me quedara
aquí. —Sacudió la cabeza violentamente—. Joder, no lo haré. No lo
haré. Mataré al primer cabrón que me toque. No me asustas.
Hubo jadeos horrorizados de las mujeres y gruñidos furiosos de los
hombres. Me quedé atónita en silencio.
Sin retrocedió, se levantó y con las manos cubriéndose el rostro gritó
de rabia. Dejando caer las manos miró a su hijo.
—Escúchame y escúchame atentamente, hijo. Ella es una maldita
mentirosa. Nadie en este club jamás te pondría una puta mano
encima. No hacemos cosas jodidas como esa. Matamos a los
cabrones que las hacen. No tienes que trabajar ni follar para
conseguir comida o un lugar donde quedarte, nunca jamás. ¿Me
oíste? Dime que me oíste—dijo Sin mordiendo las palabras.
Sus ojos estaban enormes después del arrebato de Sin, pero ahora se
entrecerraban mientras lo miraba fijamente. Finalmente estaba
empezando a creernos y asintió lentamente.
Los ojos de Sin eran fríos y duros y se habían vuelto del azul más
oscuro que jamás había visto.
—Lleva a nuestro chico arriba. Voy a obtener respuestas de esa puta,
incluso si tengo que matarla. Ella va a hablar. En este puto instante.
Con eso, se dirigió furioso hacia donde los demás habían
desaparecido.
Dejé escapar un suspiro mientras lo veía alejarse furioso, y luego
miré al chico. Estaba visiblemente sorprendido mientras miraba a
Sin.
—No te preocupes por tu padre, él estará bien. Subamos a limpiarte.
Tu hermana y los otros niños están en la piscina y deberían estar
listos para venir a comer algo.
Levantó la cabeza cuando le dije que tenía una hermana.
Le sonreí.
—Veo que no sabías que tenías una hermana. Ella es unos meses
mayor que tú, pero os parecéis tanto que todos pensarán que sois
gemelos. Su nombre es Lilou, pero sus amigos la llaman Lee. ¿Cómo
te llamas?
Me miró con ojos cautelosos antes de responder.
—CJ, mi nombre es CJ. ¿Realmente la va a matar?
—No, cariño. Él simplemente está muy, muy enojado con ella. Lo
que hizo estuvo muy mal y estoy seguro de que eso es lo que él le
dirá.
¿Qué más podría decir?
No estaba segura de si Monika seguiría respirando por mucho más
tiempo. Tenía mucho de qué responder.
El niño cuya mano sucia y callosa había estrechado entre la mía
había sido ocultado a su padre, que lo habría amado. Lo habían
escondido del hombre que le habría dado un buen hogar, un hogar
seguro.
En lugar de eso, habían jugado con la vida de ambos.
Y todavía no podía entender por qué.
¿Por qué su madre y su hermana le harían esto?
El único que tal vez podría arrojar algo de luz sobre la cuestión era
Carl, el padre de Sin. Tan pronto como tuviera a nuestro chico
instalado, lo enfrentaría.
Mi corazón se contrajo ferozmente cuando me di cuenta de que era
verdad, él era nuestro.
Nuestro hijo.
Nuestro hijo, porque después de una mirada a esos asustados ojos
azules me había enamorado de él. Enamorada de un niño perdido
que necesitaba amor desesperadamente.
Y sería amado. Yo personalmente me ocuparía de ello.
Capítulo 12
Sin
Una rabia como nunca antes había sentido se agitaba dentro de él
mientras caminaba por el garaje hasta donde Bullet tenía a la perra
de su hermana empujada contra la pared del fondo. Hoy había
demasiados ojos en el complejo para arrastrarla a sus celdas.
—¿La perra ha dicho algo?—gruñó desagradablemente.
—Lo de siempre, cómo nos van a encerrar los cerdos cuando ella les
diga. Bla, bla, bla. —Spider se encogió de hombros perezosamente
mientras se apoyaba contra uno de los vehículos con los brazos
cruzados sobre el pecho, observando a la perra mientras intentaba,
sin éxito, alejarse de Bullet.
—Bien. Hagamos esto. —Dio un paso hacia ella pero DC tiró de su
brazo y él se detuvo para mirarla. Tenía una sonrisa cruel en sus
labios mientras le guiñaba un ojo.
—Déjame con ella, Sin. Te conseguiré todas las respuestas que
necesitas.
Encogiéndose de hombros, agitó una mano hacia la ahora
repentinamente petrificada perra. DC se frotó las manos, levantó una
y golpeó a su hermana en la mejilla. El rojo floreció casi
instantáneamente y ella dio un grito ahogado de sorpresa.
—Mira eso. Definitivamente una buena piel para jugar. Empieza a
hablar. Dile a mi hermano lo que quiere saber.
—No sé lo que quiere saber—gimió ella lastimosamente.
Nadie se apiadaría de ella, no hoy.
—¿Por qué? ¿Por qué jodiste mi vida? Eras mi hermana. Te cuidé.
Empieza desde el principio y no pares hasta que te lo indiquemos.
La perra no podía mirarlo a los ojos y él sabía que estaba a punto de
mentir. Hoy no.
—Si miente, tienes mi permiso para jugar con su piel… como
quieras.
DC dio saltitos y aplaudió, luego sacó un cuchillo del bolsillo y lo
abrió con un fuerte chasquido.
—La verdad, ninguna de tus jodidas mentiras, dinos la verdad. —Sin
inclinó la cabeza hacia DC con una sonrisa cruel—. O nuestra DC
aquí comenzará a jugar con tu piel. No quieres que ella haga eso.
Cualquiera que te mire una vez que ella haya terminado de jugar
huirá horrorizado. —La perra era vanidosa, hablaría.
Y lo hizo. Ella empezó a vomitar casi de inmediato.
—Fue mamá, todo fue su culpa. Estaba enojada con papá y contigo.
Se suponía que él debía convencerte de que no salieras con moteros.
No lo hizo. —Todo salió a borbotones. Sus ojos se llenaron de odio
mientras explicaba las razones de sus viles planes.
—Tú eras su chico de oro. Su chico de oro educado del que se jactaba
ante sus amigas. El que llegaría lejos. Y entonces te juntaste con los
moteros y sus sueños comenzaron a desmoronarse. Al principio ella
le rogó a nuestro padre que hablara contigo, luego lo amenazó y él
seguía diciendo que te cansarías de hacerte el chico malo, pero no te
cansaste. Siempre estabas con tus supuestos amigos. Y entonces
regresaste a casa con esa perra gorda que estaba encantada de hacer
lo que tú quisieras. Querías ser motero y ella hacía todo lo posible
para permitirte tener lo que querías. Eso volvió loca a mamá. La
odiaba porque debería haberte detenido.
No podía creer lo que estaba escuchando. Sonaba como una puta
historia de terror.
—Nuestra madre empezó a planear cómo deshacerse de ella. Por
supuesto, no tenías ni puta idea y nos hiciste el favor. Contigo
saliendo con el club y manteniendo a tu perra gorda alejada de ellos,
lo hiciste muy fácil. Y cuando le dije a mamá que tu perra estaba
embarazada, se le ocurrió el resto del plan. Estaba planeando dejar
su gordo culo con algunos de esos cabrones en la fiesta para darle
una lección, pero mi querida madre tenía un plan mejor. Ella me dio
las drogas. No sé de dónde las sacó. No me importaba tampoco. Las
puse en tu bebida y la mezclé con un poco de coca. El resto dependía
de Crystal.
Cada palabra que ella decía abría un camino en la mente.
Aumentaba la ira.
—Mamá le había prometido que serías suyo, siempre y cuando
consiguiera que te la follaras donde la perra pudiera entrar. Lo único
es que nunca esperó que Crystal quedara embarazada. Eso no era
parte del plan. —Ella se rio salvajemente—. La estúpida puta
drogadicta pensó que todo lo que tenía que hacer era decirte que
estaba embarazada de tu hijo y que te casarías con ella y la
convertirías en tu dama. La convencimos de que esperara hasta que
naciera el niño. En el momento en que ese pequeño idiota salió de su
coño, volvió a consumir drogas. Era una patética puta necesitada
que hacía todo lo que madre le decía. Vivían en un piso que ella
apenas podía permitirse. Yo pagaba el alquiler la mayor parte del
tiempo porque ella usaba todo el dinero que tenía para drogas.
Limpiaba la casa de madre para pagar el alquiler. Principalmente se
ganaba el dinero a costa de su proxeneta traficante de drogas. Y
luego nuestra madre tuvo que buscarse un ricachón e irse con él a un
crucero de lujo por el mundo. Crystal es hábil cuando se trata de
encontrar dinero para drogas, y encontró el dinero que mamá me
había dejado para pagar a los sirvientes. Compró drogas y sufrió una
sobredosis. El pequeño idiota la encontró y llamó a la policía. Tenía
que sacarlo antes de que hicieran demasiadas preguntas. Entonces
mentí y dije que había estado visitando a su madre y que había
venido a recogerlo para llevarlo de regreso con su padre. Tú. La
policía debería hacerte una visita pronto. No estaban contentos con
el estado en el que se encontraba ni con que lo hubieras dejado con
una drogadicta. Y después de las pistas que les dejé, te investigarán
a ti y a tu pequeño club de criminales.
Ella se encogió de hombros, le guiñó un ojo y sonrió cruelmente.
—Diviértete en la prisión, hermano.
Mientras la repugnante historia brotaba de su vil boca, Sin
permaneció en silencio. Sin decir una palabra ni dejar que ninguna
emoción se reflejara en su rostro. Él no le daría esa satisfacción.
Hacía diez años había cortado todos los lazos con ellas dos después
de lo que le habían hecho a Sky. Hoy era la gota que colmaba el vaso.
La proverbial gota que derramaba el vaso.
Su madre y su hermana no eran nada para él. Absolutamente nada.
Las preguntas que estaban causando estragos en su cabeza eran por
qué su padre no le había advertido. ¿Por qué no había dicho nada
hacía diez años cuando su maldito mundo terminó? ¿Por qué seguía
en silencio?
Tantas malditas preguntas.
Estaba tan perdido en su cabeza que no se dio cuenta de que todos lo
estaban mirando hasta que Bullet habló.
—¿Qué quieres que hagamos con ella, hermano?
Mirándola por encima, se encogió de hombros.
—Me importa un carajo. Haced lo que queráis, ella no es nada para
mí.
Se dio la vuelta y se alejó.
—La mantendremos en hielo por un tiempo, hermano—gritó Spider.
Sus gritos se ahogaron y a él no le importó lo suficiente como para
darse vuelta y descubrir por qué.
Necesitaba respuestas de su padre.
Pero primero tenía que cuidar de su hijo y para ello iba a necesitar el
consejo de Ice. Su hermano sabría qué hacer si los cerdos vinieran
husmeando. No es que les permitiera quitarle a su hijo. Eso nunca
iba a pasar.
Tomando las escaleras de dos en dos corrió hasta su habitación
donde su dama estaba cuidando a su hijo.
Al hijo de los dos.
Respirando profundamente, abrió la puerta y entró.
Su hijo estaba limpio, vestido con ropa limpia que le quedaba
grande. Y parecía que Sky incluso le había cortado el pelo para
emparejarlo.
Una mirada fue suficiente para saber que era suyo, innegablemente
suyo.
Se parecía mucho a él a esa edad.
Sky le sonrió desde donde estaba sentada en la cama junto a él.
Había tanta tristeza en esa sonrisa que le dolía el corazón.
—Sin, cariño, este es CJ, nuestro chico. Me mostró su certificado de
nacimiento. Su nombre completo es Carl Jaxson Flowers, pero
prefiere CJ.
La incertidumbre en los ojos de su hijo dolía muchísimo.
Él sonrió.
—Bienvenido a casa, CJ. No sabía sobre ti, pero estoy feliz de tenerte
aquí con nosotros, donde perteneces.
El niño miró alrededor de la habitación con el ceño fruncido.
—¿Dónde me quedaré?
Sky estaba allí delante de él.
—Ésta es la habitación del club de tu padre, para cuando está aquí.
No vivimos aquí, es sólo para los hermanos.
—Entonces, ¿dónde vives?
Sky le lanzó una mirada.
—Lee y yo vivimos en Estados Unidos. Mi trabajo está ahí.
—Así que no vas a estar aquí. Estaré a solas con él.
Mierda. ¿Qué decir y cómo decirlo?
—La llamaste tu dama, sé que eso significa que es tu esposa o algo
así. ¿Por qué no vive contigo? ¿Estáis divorciados? —Unos fríos ojos
azules lo observaron con demasiada experiencia de vida para un
niño de nueve años.
—Estaba a punto de pedirle que se casara conmigo cuando sucedió
algo malo. Yo…
Antes de que pudiera continuar, la puerta se abrió de golpe y Lee
entró corriendo.
—Tíos, es hora… ¡guau! ¿Quién es él? Se parece a ti, papi.
Sin suspiró. Había llegado el momento de las explicaciones.
Y eso no iba a ponerlo en la mejor posición con su hija.
Capítulo 13
Sin
—Ven aquí, princesa. —Él le hizo una seña, ella cerró lentamente la
puerta y se acercó a él.
Todo el tiempo sus ojos estuvieron puestos en el chico sentado en la
cama, al igual que los de él en ella.
Una vez que la tuvo en su regazo y con sus brazos alrededor de ella
se preparó para comenzar la jodida historia de sus vidas.
—Su nombre es CJ y es tu hermano.
Su cuerpo se puso rígido en sus brazos y su cabeza giró para poder
ver sus ojos.
—¿Engañaste a mi mamá? —La conmoción y el horror inundaron su
rostro.
Estaba a punto de decir que sí cuando Sky intervino.
—No, cariño, no fue un verdadero engaño. Lo drogaron y sin su
consentimiento sucedieron cosas.
La mano de su princesa se levantó diciéndole claramente a su madre
que dejara de hablar. Las cejas de Sky se arquearon pero dejó hablar
a nuestra chica.
—Sé sobre las Roofies (NdelT: la droga de la violación). Ness me
explicó lo que pasó cuando tuvo ese susto con el tío Mo hace un año.
—Ella se giró y le acunó las mejillas, entrecerró los ojos y lo miró
fijamente.
—No se aceptan bebidas abiertas de las personas. Ni siquiera de
personas que conoces. Esa es una regla. Tienes que recordarla, papi.
Dios. Esta niña. Sky había hecho un buen trabajo con ella. Todavía
estaba pensando en lo orgulloso que estaba de ella cuando
nuevamente se giró para mirar a su madre y a CJ.
—¿Cuántos años tienes?
—Nueve—le gruñó CJ.
—Yo también, pero el viernes cumpliré diez años. ¿Cuándo
cumplirás diez?
—Dentro de cuatro meses a partir de hoy—gruñó él.
—Bien, eso significa que soy la mayor—dijo con demasiada
satisfacción en la voz.
Volviéndose hacia su madre, volvió a tener la voz mandona y los
ojos entrecerrados.
—¿Estamos felices o tristes porque tengo un hermano?
Sky sacudió la cabeza y levantó las manos mientras miraba hacia el
techo.
—¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué me diste una niña tan
mandona?
Mirando hacia abajo, señaló con el dedo a Lee.
—Bajando el tono, niña. Y sí, estamos felices. Tu padre no sabía nada
de CJ hasta hoy, así que es muy nuevo para todos nosotros. A CJ le
tomará un poco de tiempo adaptarse y conocernos, especialmente a
su mandona hermana.
Su chica suspiró.
—No soy mandona, sólo sé lo que quiero.
Sky arqueó las cejas y le dio una mirada de complicidad que la hizo
reír.
Sin observó a su hijo prestar atención a la conversación entre las
mujeres absolutamente confundido. Era obvio que la perra que lo
había criado no le había permitido tener una opinión o voz en el
asunto. Esa mierda iba a cambiar. Quería que su hijo tuviera
confianza. La suficientemente confianza para sentirse seguro de
hacer preguntas y para expresar sus opiniones.
Tenía un trabajo increíble por delante. No sólo tenía que convencer a
Sky para que se arriesgara con ellos, sino que tenía que demostrarle
a su hijo que lo quería. Pero primero tenía que hacerle saber que su
apellido iba a cambiar, y quería lo mismo con Lilou.
—Tu partida de nacimiento, ¿dónde está? ¿Puedo verla?
Sky estaba a punto de entregársela cuando él sacudió levemente la
cabeza. Quería que CJ se la trajera. Moviendo a Lee para que
estuviera sentada sobre su muslo, esperó. Su hijo se inclinó, tomó el
trozo de papel de la mesita de noche y se lo acercó con cautela. No
extendió la mano para quitárselo. En lugar de eso, le hizo una seña
para que se acercara. Su chico se acercó arrastrando los pies, pero no
demasiado. Al tomarlo, miró lo que obviamente no era un
documento legal. No hay sellos de Home Affairs a la vista.
El nombre de Crystal estaba allí al igual que el nombre que usaba en
el club, Carl Smith.
Ja, definitivamente no era legal.
—No creo que éste sea tu certificado de nacimiento legal, CJ.
—Es el único que pudimos encontrar. Monika dijo que lo íbamos a
necesitar. La abuela se lo dio a Crystal cuando quiso inscribirme en
la escuela. Pero ella estaba... enferma el día de la inscripción, así que
la abuela me llevó a la escuela y me inscribió.
Algo no estaba bien. ¿Por qué una escuela aceptaría un documento
que no tenía sellos oficiales? Era algo que Ziggy debía investigar. Al
igual que quería saber sobre la custodia. Si los cerdos vinieran a
investigar esta mierda, tendrían un problema.
—¿Por qué no es legal? —Su chico se inclinó con el ceño fruncido
para mirar el papel. Al hacerlo, él y Lee se acercaron más. Quedó
atónito por su parecido.
—No tiene sellos oficiales y ese no es mi nombre legal. Es el nombre
que uso aquí en el club. Mi nombre legal es Carl Jaegar Schneider.
No sé por qué Crystal te registró con su apellido, pero pronto
solucionaremos eso.
Lee se rio.
—Eso hará que mi nombre sea aún más largo. Ya tengo cuatro
nombres en mi certificado de nacimiento, así que cuando
agreguemos su apellido, serán cinco. Eso es demasiado. Vamos a
tener que tomar algunas decisiones, mamá—dijo ella con voz de
adulta.
Sky tenía los ojos cerrados y sacudía la cabeza. Mientras CJ miraba
entre ella y Lee como si esperara algún tipo de reprimenda. Cuando
eso no sucedió, sus ojos volvieron a Sin.
—¿Crees que este documento sea el equivocado? Quizás la abuela
tenga el indicado. Sé dónde esconde todos sus papeles importantes.
Si vamos a su casa puedo mostrarte dónde están.
Mierda.
Sin negó con la cabeza.
—No, esa no es la forma en que manejamos las cosas en el club, hijo.
Le llevaré esto a mi presidente y lo discutiremos con nuestros
abogados y partiremos de ahí. Estamos haciendo esto legalmente.
Nadie va a venir aquí y usar esta mierda para alejarte de mí. Nadie.
CJ suspiró.
—A la abuela no le va a gustar. La oí decirle a Crystal que ella era
sólo mi cuidadora y que yo le pertenecía. Crystal siempre hacía lo
que ella le decía que hiciera. Siempre.
—Tú eres mi hijo, CJ. Adalein no te alejará de mí, no otra vez. Nos
adelantaremos a esto haciéndonos pruebas de ADN y solucionando
el papeleo legal antes de que ella regrese a Sudáfrica. Ahora mismo
está en algún lugar del océano y no puede tocarte. Y no te preocupes
por esa perra que te trajo aquí. No hablará con nadie, al menos
durante un tiempo.
Sin puso suavemente la mano en la espalda de su hijo y le dio unas
palmaditas suaves. Apretó los dientes con ira cuando sintió que los
músculos del chico se tensaban. No le dejó la mano encima.
—¿La mataste? —El niño volvía a tener miedo.
—No, no la maté pero sí la encerramos. Ella se quedará con nosotros
mientras solucionamos esto. No quiero que se escape y diga un
montón de mentiras que tendrían al Departamento de Bienestar
Social y a los cerdos encima de nosotros.
Un fuerte golpe en su puerta hizo que todos miraran hacia ella.
—Adelante—gritó Sin.
La puerta se abrió y Beast asomó la cabeza.
—Hermano, Prez dice que bajes con tu familia, es hora de comer. —
Miró a CJ y luego sacudió la cabeza.
—Joder, hermano, se parece a ti. Esos dos podrían ser gemelos.
Le jodía la cabeza tener dos hijos de dos madres diferentes. Ambos
deberían haber sido de Sky. Si hubiera confiado en ella y hubiera
mantenido su polla dentro de los pantalones, lo habrían sido.
Empujando el pensamiento inútil al fondo de su mente, le sonrió a
Beast.
—Sí, se parecen, tendremos una batalla tratando de convencer a la
gente de que no lo son.
Beast sonrió.
—Quizás con el próximo bebé tengas suerte y se parezca a tu dama.
Sin le señaló con el dedo y sonrió.
—Me gusta esa idea. Lo pensaré, hermano.
—Quiero una hermana, ahora que tengo un hermano—soltó Lee.
Sky se levantó de la cama sacudiendo la cabeza.
—Ya basta de hablar de bebés. Vamos a comer algo y presentarle a
CJ a nuestros amigos.
Ella hizo que los niños la rodearan y salieran por la puerta y él los
siguió, cerrándola detrás de él.
Alcanzó a Sky y le rodeó los hombros con el brazo, atrayéndola
hacia él. Ella trató de protestar, pero él no aceptó nada mientras
seguían a sus hijos escaleras abajo.
Sus hijos.
Sonaba totalmente bien en su cabeza. Sus hijos.
Si ella le diera una oportunidad, serían una familia.
Una familia con todas la de la ley.
Sentado a la mesa almorzando con Sky y sus hijos, y sintiéndose de
la manera en que se sentía, supo que con lo que él había crecido no
era una familia. Y su padre respondería algunas preguntas difíciles
muy pronto. Hoy no. Pero pronto.
Más tarde, presentar a un CJ muy asustado a sus hermanos y a sus
damas salió tan bien como se podía esperar. El niño estaba nervioso
y pegado a Sky y a Lee.
Fue presentarle a su abuelo lo que casi resultó en una pequeña
situación.
Sky no estaba contenta con la forma en que reaccionó su padre
cuando le dijeron que Crystal era la madre del niño. Intervino para
aligerar la tensión y se dio cuenta de que no podía esperar para
recibir sus respuestas.
—Papá, necesito que vengas conmigo. Sky, cariño, vigila a los niños,
volveremos en unos minutos. —No le dio a ninguno de los dos la
oportunidad de estar en desacuerdo.
Besando a Sky en la boca, tomó el brazo de su padre y lo llevó de
regreso al interior. Tenía que encontrar un lugar privado para esta
charla y estaba a punto de dirigirse a su habitación cuando Ice y
Hawk se unieron a ellos.
—Mi oficina, hermano—ordenó Hawk mientras pasaba junto a ellos
y avanzaba por el pasillo.
Sin le indicó a su padre que lo siguiera y cerró la marcha con Ice.
Una mirada al rostro de Hawk lo hizo prepararse por lo que se
avecinaba. Su presidente no era alguien que se andaba con rodeos.
Acomodándose en la silla junto a su padre, esperó.
—La palabra es tuya, Sin. Solo quería que tuvieras un espacio seguro
para tener esta discusión. Y estamos aquí si necesitas comentar algo
con un oyente imparcial. Ice está aquí para brindarte asesoramiento
legal en caso de que lo necesites. —Hizo un gesto con la mano
mientras se recostaba en su sillón.
Volviéndose hacia su padre, le hizo la pregunta que le había estado
jodiendo la cabeza.
—¿Por qué papá? ¿Por qué no me dijiste que mi madre odiaba lo que
estaba haciendo con mi vida? ¿Por qué no me advertiste que estaba
jodidamente loca?
Carl lo miró y desvió la mirada. Se quedó en silencio durante lo que
parecieron horas cuando en realidad fueron segundos.
Finalmente se volvió hacia él.
—Cuando conocí a tu madre, ella era increíblemente frágil.
Necesitaba a alguien que la cuidara y la apoyara. Estaba
perdidamente enamorado de ella y pensé que era el hombre
adecuado para el trabajo. Y entonces naciste tú. —Sacudió
lentamente la cabeza como si no lo pudiera creer.
—Ella cambió, fue como un maldito giro de 180 grados. La nueva
mujer en mi casa estaba totalmente concentrada en ti y se perturbaba
si me acercaba a ti. Los médicos dijeron que era un comportamiento
posparto normal y que se le pasaría. Hice lo mejor que pude para
ayudarla a superarlo. Nada cambió. La mujer malvada
aparentemente estaba ahí para quedarse. Hubo momentos en los que
ella era la chica que amaba, pero no muchos. Quedó embarazada de
nuevo y nació Monika. Durante unos meses la mujer de la que me
había enamorado volvió pero no por mucho tiempo. Vivíamos en la
misma casa pero eso era todo. Ella estaba totalmente concentrada en
vosotros dos, y cuanto más crecíais, más intensa se volvía esa
atención. Durante vuestros años escolares, se unió a todos los grupos
o clubes relacionados con la escuela y se hizo amiga de algunas de
las madres más involucradas. Tenía ideas extrañas sobre cómo
proteger a sus hijos de influencias y amigos indeseables. No causaste
problemas durante tus años escolares, pero en el momento en que te
p p q
matriculaste todo cambió. Se suponía que irías a la universidad
donde iban los hijos de sus amigas. En lugar de eso, fuiste a una
universidad tecnológica. En todo momento la desafiaste, arruinaste
sus planes. Luego te mudaste a la residencia para alejarte de sus
quejas constantes e hiciste amigos fuera de su esfera de influencia. A
ella no le gustó eso. No le agradaban tus amigos en absoluto.
Sin había sido consciente de que su madre estaba demasiado
involucrada en las cosas que sucedían en la escuela, pero en su
mayor parte lo ignoró. Hasta que recibió la carta de aceptación de la
universidad, una universidad a la que no había solicitado asistir. Por
suerte se había postulado a otras instituciones. Ir a una universidad
diferente a la que ella había planeado que él asistiera había sido una
decisión consciente de ir a un lugar que estaba fuera de la esfera de
influencia de su madre.
—Te hiciste amigo de Spider y ese fue el principio del fin para ella.
Fue un infierno en casa durante un tiempo después de que te ayudé
a comprar tu primera moto. Ella estaba segura de que ibas a morir o
quedar mutilado en un accidente. Fue un duro golpe para su ego
que su chico de oro fuera visto andando con un grupo de criminales.
Sus palabras, no las mías. Ella quería que fueras a la universidad de
su elección, pero por supuesto no lo hiciste. Eso hizo que perdiera su
posición como líder de su grupo de amigas. Sus hijos e hijas fueron a
las universidades que sus padres eligieron para ellos, hicieron las
conexiones correctas mientras tú andabas en moto viviendo tu vida
lejos de su influencia. Ella tenía un plan para atraerte de regreso a
través de la hija de Imogen Whitten cuando arruinaste ese plan. Te
enamoraste de Skylar Copeland. No podía aceptar que quisieras una
joven gordita en lugar de la elegante socialité que ella había elegido
para ti. Las cosas estuvieron tranquilas mientras vosotros dos salíais,
pero ella explotó cuando os mudasteis juntos. No sabía que tenía
planes de deshacerse de Sky. Si lo hubiera sabido te lo habría
advertido. Y entonces ya era demasiado tarde. Hicieron lo que
hicieron y Sky y tu bebé desaparecieron.
Sacudió la cabeza lentamente.
—Debería haber hecho más. Debería haberte protegido de ella.
Debería haber protegido a Sky de ellas. Conocer a CJ fue un shock,
pero empeoró al saber que Crystal era su madre. Nunca supe de él,
ni siquiera sospeché que ella cruzaría esa línea. Debería haberlas
vigilado. Debería haber investigado la mierda que te hicieron. No lo
hice, si lo hubiera hecho podríamos haber encontrado a CJ antes y
ahorrarle muchas adversidades, y esa es mi gran carga para
soportar. Lo siento mucho, hijo, debería haber hecho algo, cualquier
cosa, para detener a esa perra.
Su padre estaba equivocado. En ese momento ya era demasiado
tarde para hacer algo.
—No había nada que tú o yo pudiéramos haber hecho para cambiar
el resultado de ese espectáculo de terror, padre. Al menos ahora
tengo a mi hija y a mi hijo aquí conmigo. Y si tengo suerte, los tendré
conmigo por el resto de mi vida. —Sin se acercó y le dio unas
palmaditas tranquilizadoras en el antebrazo a su padre.
Su padre se puso de pie, levantó a Sin de su asiento y lo abrazó. Lo
abrazó fuerte, condenadamente fuerte. Dándole palmaditas en la
espalda, se alejó y volvió a sentarse.
Ice carraspeó e inmediatamente llamó la atención de Sin.
—Ziggy y yo investigamos un poco. No hay registros de que Carl
Jaxson Smith o Carl Jaxson Schneider haya sido registrado como un
recién nacido. Ziggy está investigando los antecedentes de Crystal y
nos avisará si encuentra algo. Que CJ no esté registrado será un poco
jodido de arreglar, pero se puede hacer. Tan pronto como tenga el
nombre verdadero y los datos de Crystal, enviaré un correo
electrónico solicitando los detalles de nacimiento al hospital en el
certificado de nacimiento falso. Esperamos que sea allí donde nació.
De lo contrario, buscaremos un registro de nacimiento con el nombre
legal de Crystal. Arreglaremos esto, hermano, no lo dudes ni un
segundo, lo arreglaremos para que sea tu hijo legalmente. Puede que
sean necesarias pruebas de ADN, pero las haremos. He enviado a
Adder y Kobus al piso de Crystal para que me consigan su cepillo de
dientes o su cepillo para el pelo. Una vez que los tengamos, pasamos
al siguiente paso y hacemos las pruebas de ADN.
Escuchar a Ice explicar lo que tenían que hacer hizo que la tensión
que había estado en sus entrañas se aflojara un poco.
—Gracias, hermano. Realmente aprecio que hagas esto por mí en un
día en el que deberías estar con tu familia.
Ice sonrió.
—Estoy haciendo esto porque tú también eres mi familia, Sin. Y
River me patearía el culo si no lo hiciera. Somos hermanos, y los
hermanos se apoyan unos a otros, pase lo que pase.
Hawk señaló con el dedo a Ice con una sonrisa.
—Lo mismo digo. DC ha amenazado con afeitarme la mitad de la
barba si no solucionamos esta mierda. Así que vamos a arreglar esta
mierda. No me vería bien con media barba.
—No, no lo harías—dijo Ice y se rio.
Dios. Era muy afortunado por tener los hermanos que tenía.
—Gracias, Prez, VP, no tenéis idea de lo que esto significa para mí.
Siempre supe que tenía un hijo en algún lugar con Sky, pero conocer
a CJ... y darme cuenta de lo que ellas nos habían hecho. Me está
costando mucho entenderlo.
—No te culpes, Sin. Es una situación jodida se mire como se mire.
Pero lo solucionaremos como hemos solucionado un montón de
mierda a lo largo de los años.
Su Prez sacudió lentamente la cabeza con una sonrisa triste.
—Parece como si cada hermano que encuentra a su mujer tuviera
que pasar por alguna mierda antes de poder reclamarla como su
dama. Me pasó a mí, a Ice y a casi todos los hermanos que
reclamaron una mujer. Sólo tienes que seguir adelante porque al
final las recompensas superan con creces las dificultades que
enfrentarás. Y habrá dificultades, hermano, casi lo puedo garantizar.
Pero te conozco, sé de qué estás hecho y sé que las superarás.
Juntó las manos y miró al padre de Sin.
—Tenemos algunos asuntos del club de los que ocuparnos
rápidamente con Sin. El prospecto te llevará de regreso a la braai.
Relájate y disfruta, sabes que Sin es mi hermano y haré todo lo que
esté en mi poder para protegerlo a él y a su familia. Eso te incluye.
Eres su familia, lo que significa que también eres la nuestra. Toma
una copa, charla con algunas personas y Sin volverá pronto.
Y así sin más su padre fue despedido. No se lo tomó a mal,
simplemente puso una mano en el hombro de Sin y la apretó antes
de salir.
Hawk esperó hasta que la puerta se cerró detrás de él y varios
segundos después antes de hablar.
—Tenemos a la perra encerrada en el trastero vacío del garaje por
ahora. La trasladaremos más tarde esta noche, cuando no tengamos
tantos ojos alrededor. Ziggy y Bollywood están investigando si tiene
conexiones con alguno de nuestros enemigos. Me comuniqué con
Rick y él se encargará de la investigación sobre la muerte de Crystal.
Está investigando al viejo con el que tu madre está follando y se
comunicará con nosotros cuando tenga respuestas.
Sus ojos ámbar clavaron a Sin en su lugar.
—Te quiero a ti y a tu familia en los terrenos del club a partir de esta
noche, sin excusas. Cualquier cosa que tengas que hacer para que tu
dama esté de acuerdo, hazla. No los quiero ahí donde no podamos
protegerlos adecuadamente. Sharma es peligroso y tiene la vista
puesta en ella y en tu hija. Usa eso si tienes que convencerla para que
se mude a la casa de la piscina. Su seguridad puede venir con ella,
les organizaremos alojamiento. ¿Tienes alguna idea de cuándo el
resto de la banda dejará el país?
De hecho la tenía.
—Todos ellos, excepto Bry, se irán mañana por la noche. Tienen un
vuelo directo a Atlanta con uno de conexión a Savannah. El vuelo de
Bry es dentro de una semana.
Su presidente asintió con el ceño fruncido.
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—¿Puedes convencerlo de que se vaya mañana por la noche?
—No lo creo, Prez. Es extremadamente protector con ella. Y voy a
necesitarlo cuando su familia se entere de que volvemos a estar
juntos.
Tanto Hawk como Ice parecían confundidos.
—¿No saben que estás de vuelta en la vida de Sky y Lee? —Ice no
parecía nada feliz.
—Sky se lo dirá después de que la banda se vaya. Creen que ella
pasará el día con ellos antes de que se vayan mañana. De hecho, está
funcionando a mi favor porque me ha dado tiempo para aclarar toda
la mierda del pasado. Ella sabe lo que me pasó a mí, a nosotros, y lo
comprende. Ahora sólo tengo que hacer que se enamore de mí otra
vez.
Ambos hombres se rieron.
—Joder, hermano, no tienes que hacer nada de esa mierda. Tu dama
te ama, sólo está siendo cuidadosa. Mantente firme y todo saldrá
bien para ti.
La sonrisa de Hawk desapareció.
—No es el momento ideal para tener una familia porque estamos
rodeados de peligro, pero tampoco es el peor momento. Vas a
necesitar a tu dama mientras terminamos esta mierda con los
Harrison. Los hermanos saben que no todos estaremos vivos cuando
esto termine. Y estamos dispuestos a pagar ese precio para mantener
seguros a nuestros seres queridos. Cuando llegue el momento de
calcular el coste, será bueno tener un lugar donde te reciban con
amor. Una dama que te comprenda y comprenda tu papel en el club
es ese tipo de lugar.
Golpeando sus manos contra el escritorio, se puso de pie y estiró la
espalda.
—Ya basta de cosas malas. Unámonos a nuestras mujeres y a nuestra
familia y pasemos un buen día. Los días malos pronto estarán con
nosotros, no convirtamos un buen día en uno malo con cosas sobre
las que no podemos hacer nada en este momento.
Salieron de la oficina y regresaron a la braai.
Los ojos de Sky estaban puestos en él mientras se acercaba a la mesa.
Mirando hacia el final de la mesa, vio los ojos de su padre. Al menos
no se había ido.
Deslizándose en el asiento al lado de Sky, inmediatamente colocó su
brazo sobre el respaldo de su silla.
—¿Estás bien?—le preguntó ella en voz baja.
—Ja, cariño, estoy bien. —Mirando a su alrededor no vio a los niños
—. ¿Dónde están nuestros hijos?
Ella sonrió.
—Se fueron con Jagger y Sunny. Tu hija lo convenció para que le
mostrara su piscina secreta para poder investigar la posibilidad de
que allí vivieran hadas. CJ los siguió después de atreverse a decir
que las hadas no existen. Eso sólo hizo que su hermana estuviera
más decidida a demostrarle que existen.
Él estaba sonriendo incluso antes de que ella terminara de explicar.
—Si existieran las hadas, entonces la piscina de Jagger es un lugar
donde las encontrarías. —Él tomó su mano entre las suyas y
suavemente extendió sus dedos para deslizar los suyos entre ellos.
Entrelazando sus manos.
Luego se sentó y disfrutó pasar tiempo con su mujer, sus amigos y la
familia de su club.
Por lo general, era uno de los hombres de guardia durante los días
familiares. Él lo planeaba de esa manera. Lo hacía para evitar ver a
sus hermanos con sus familias y sufrir el dolor en el pecho por no
tener a su familia con él.
Ahora era uno de los afortunados. Un hermano con una familia.
Mo estaba contando historias de cosas que le habían sucedido a la
banda mientras estaban de gira y que hicieron que todos se rieran a
carcajadas. Especialmente las historias que involucran las diversas
escapadas de Bry de groupies depredadoras con el matrimonio en
mente.
Que todavía no se hubiera visto atrapado en la situación del padre
de un bebé era un maldito milagro. El hombre tomaba demasiados
riesgos.
La risa feliz de Lee inmediatamente llamó su atención y observó
mientras ella arrastraba a CJ de regreso a la mesa.
Su chica tenía su mano entrelazada con la de él y su chico tenía una
expresión de resignación en el rostro. Sin ocultó la sonrisa, no quería
enojar a su hijo. Por la mirada en sus ojos no haría falta mucho.
—Papi, las encontramos. Vi los destellos de luz como en el jardín del
abuelo. CJ dijo que era sólo el sol en el agua, pero sé lo que vi y vi
hadas—terminó apresuradamente ella.
CJ la miró y lentamente sacudió la cabeza de un lado a otro. En el
momento en que Lee se volvió hacia él, se detuvo y la miró con
expresión inocente.
—No creas que no vi eso, hermanito—soltó ella.
—No soy tu hermanito, soy tu hermano. Tienes que dejar de decir
mierdas—espetó CJ enojado.
—Cuida tu lenguaje, cariño, ya hablamos de esto—dijo Sky en voz
muy baja pero firme y su chico suspiró y asintió con resignación.
Ella ya estaba asumiendo el papel de su madre y parecía que él lo
aceptaba. No sería la última vez que tendría que reprenderlo o
recordarle que cuidara su lenguaje, pero era un comienzo. Un
comienzo para que aceptara a Sky como su madre. Porque eso es lo
que ella iba a ser.
La madre de CJ.
Ya era la madre de Lee.
Y maldita sea, pronto iba a ser su dama.
Y finalmente su esposa.
Capítulo 14
Sin
La rabia le carcomía las entrañas mientras intentaba mantener la
calma. Calma por su hijo que estaba sentado como un hombrecito
enojado y encorvado en la parte trasera de la maldita camioneta y su
hija que agarraba la mano de su hermano como si fuera su
salvavidas. Sky hervía silenciosamente a su lado y Ness, la niñera de
su niña, estaba más o menos igual. Le habían dado la versión corta
del show de mierda antes de hacer las maletas y salir a la carretera.
Decir que la reunión con los padres y hermanos de Sky había sido
un show de mierda era decirlo suavemente.
Su padre lo había desaprobado fríamente y había dejado en claro
que no lo quería cerca de su nieta. Como si tuviera algo que decir en
el maldito asunto. Ella era su hija, no la del viejo bastardo.
La mierda empeoró cuando Sky les hizo saber que ella y Lilou se
mudarían a una casa en el complejo del Iron Dogz MC con él y CJ.
Ella no les dijo que era por su seguridad, no tuvo la puta
oportunidad porque antes de que pudiera explicar por qué era
necesario, comenzaron los gritos.
El hijo de puta de su hermano había hecho tantos comentarios
jodidos sobre él y sobre la ascendencia de CJ que nunca iba a dejar
que ese hijo de puta cruzara las puertas de su casa. No por la mierda
que dijo sobre él, podía soportar eso, sino por lo que había dicho
sobre su hijo. Su hermana tuvo algunas cosas que decir, sobre todo
lo inútil que él era. Un criminal asqueroso, un motero perezoso y
bueno para nada.
No importaba que tuviera su propio puto negocio como ingeniero
consultor, trabajara en la empresa constructora del club y nunca
hubiera sido arrestado ni acusado de nada. Obviamente ella no
había hecho los deberes sobre sus antecedentes.
Nada de eso le había importado, podía soportar los insultos. Lo
único importante fue la amenaza de que le quitarían a sus hijos. Eso
había hecho que su cabeza casi explotara, pero mantuvo la calma.
Tuvo que mantenerla. Por sus hijos.
Durante las amenazas y los insultos, su hijo y su hija permanecieron
a ambos lados de él como pequeñas estatuas. Los cabrones no los
habían tomado en cuenta cuando comenzaron con sus insultos y
amenazas. Simplemente los soltaron.
La madre de Sky había intentado en vano calmarlos pero no había
funcionado. Y cuanto más le gritaban a su mujer más quería él reunir
a su familia y sacarlos de allí.
Se las había arreglado mientras Sky intentaba en vano que la
escucharan. Había hecho frente a la mierda que le decían. Lo que no
pudo soportar fue que Lee les gritara que dejaran de pelear. Ese fue
el momento en que rompió su promesa a Sky de dejarla encargarse
de su familia.
—¡SUFICIENTE!—gritó él e ignoró a los cabrones repentinamente
silenciosos.
Mirando a Sky, señaló la puerta con la cabeza.
—Nos vamos. Haz lo que tengas que hacer y lleva tu culo a la jaula.
Había tomado de la mano a sus hijos y los había llevado a la terraza
donde se dejó caer en cuclillas frente a ellos.
—Me importa un carajo lo que dijeron esos cabrones allí dentro, los
dos sois míos, mis hijos, y nadie va a decir ni hacer nada que os
lastime nunca más. Os doy mi palabra.
Las lágrimas todavía corrían por las mejillas de Lee cuando se arrojó
sobre él.
—Te amo, papi y nunca te dejaré. No me importa lo que digan. Si
intentan llevarme, huiré. ¡Lo haré! ¡Huiré!
—No, cariño, no, no digas cosas así. Eres mía y nunca te quitarán de
mi lado. Jamás. Lo prometo por mi vida. —La abrazó con fuerza
mientras mantenía sus ojos en CJ—. Lo mismo ocurre contigo,
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muchacho, eres mío y tampoco nadie jamás te quitará de mi lado. Te
lo prometo.
Las emociones que pasaron por su rostro habían pasado casi
demasiado rápidas para procesarlas. Pero él las vio.
Vio miedo y esperanza luchando por la supremacía. Al final ganó la
esperanza, pero por un margen muy, muy estrecho. El miedo
todavía estaba ahí en el fondo de sus ojos.
Se juró que su hijo sabría lo que significaba ser amado. Estar a salvo
del daño. Nadie volvería a llamarlo el bastardo de un motero
asqueroso y una puta cocainómana. Más le valía a Morgan Copeland
mantenerse alejado de él si quería seguir respirando.
Mientras sostenía a sus hijos en la terraza, escuchó cómo Sky ponía
de vuelta y media a su familia.
Especialmente a su hermano y hermana.
Su madre había tratado de suavizar los ánimos de todos, pero su
mujer no estaba dispuesta a aceptar nada de eso. Ella les dijo en
términos muy claros que nos estábamos tomando el tiempo para
resolver nuestros problemas y que si no podían ver la manera de
apoyarla, debían mantenerse alejados.
Y luego lanzó la bomba final.
—Mi hija y mi hijo celebrarán su fiesta de cumpleaños juntos en el
club el sábado por la tarde. No estáis invitados. No quiero que sus
caras críticas se acerquen a mis hijos en su primera fiesta de
cumpleaños como hermanos. Y necesitáis asimilar esto y creerlo.
Creed lo que voy a decir porque no lo volveré a repetir. CJ es mi hijo.
Mío.
Hubo un pesado silencio antes de que ella continuara, y esta vez
tenía carámbanos en su voz.
—Si alguna vez vuelves a decir una palabra sobre él, Morgan, te daré
una patada en los huevos tan fuerte que te dará vueltas la cabeza.
Eres mi hermano mayor y estuviste allí cuando necesité ayuda con
urgencia, pero lo que hiciste hoy… simplemente no tengo palabras.
Estoy sin palabras. Lo que hiciste no se parece al hombre que sé que
eres. Y Parker, no te atrevas a amenazarme con quitarme a mis hijos
nunca más. Me acercaré a ti como la madre feroz que soy y si piensas
que le tengo miedo a tu pequeño bufete de abogados, piénsalo de
nuevo. Ya no soy la niña indefensa que solía ser. Ahora tengo una
enorme maquinaria detrás de mí que te enfrentará y te arrepentirás
de haberme amenazado con quitarme a mis hijos.
Continuó casi sin respirar.
—No puedes decirle a Sin si puede o no ver a sus hijos. Eso no es
asunto tuyo, papá. Es mi asunto y mi decisión. Sólo mía. Estoy
viendo hacia dónde va esto entre Sin y yo. Hemos hablado, sé lo que
necesito saber y eso es todo lo que voy a decir sobre el tema. O
apoyas mi decisión o no. Eso depende de ti. Tienes mi número si
quieres hablar conmigo.
Su dama salió de la casa y, aunque estaba enojada hasta el cielo,
también tenía el corazón destrozado. Estaba tan segura de que su
familia la apoyaría y aceptaría a CJ. No había estado tan segura
sobre él, pero esperaba que la escucharan antes de juzgar. No lo
habían hecho.
Ahora estaban aquí, conduciendo hacia el complejo con toda la
mierda de las mujeres guardada en la parte trasera de la camioneta.
Sus hermanos montaban con ellos, tres delante y tres detrás,
protegiendo su preciado cargamento.
Al llegar a la propiedad, condujo directamente a la casa de la
piscina.
No se habían mudado después de la braai familiar como él había
planeado porque la tía Bee insistió en prepararles la casa. Esta
mañana le había dado su tarjeta de crédito para comprarle a CJ algo
de ropa y un par de cosas para personalizar su habitación. Llevaría a
su hijo de compras una vez que las cosas se calmaran. Había tanto
que quería darles a ambos.
Él y CJ se habían quedado en la casa club después de llevar a Sky y
Lilou de regreso al B&B. Su hijo había estado nervioso hasta que vio
la pequeña cama que habían trasladado a su habitación para él.
Después de la ducha, se puso un pijama raído y se metió en la cama.
Se durmió casi al instante.
Fue cuando estaba sentado allí mirando a su hijo que se dio cuenta
de que el niño no había derramado una lágrima por su madre
muerta. Ni siquiera parecía preocupado por su muerte. Tendría que
vigilar a su hijo y estar preparado si se venía abajo.
Al detenerse frente a la casa, se volvió hacia su familia.
—Bien, tropa, este será nuestro hogar por un tiempo. Tía Bee y las
chicas lo limpiaron esta mañana y prepararon vuestros dormitorios.
¿Queréis investigar?
La pesadez que los había acompañado en el camino a casa
desapareció cuando los niños comenzaron a luchar para quitarse los
cinturones de seguridad y, una vez libres, corrieron hacia la casa.
Ness los seguía de cerca. Tía Bee se quedó riendo en el último
escalón y abrió los brazos para abrazarlos. Lilou la abrazó, al igual
que CJ, un poco de mala gana, pero él la abrazó.
—Vamos, cariño, vamos a ver nuestro nuevo alojamiento—bromeó
Sin mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
Su chica no se movió, en cambio las lágrimas comenzaron a correr
por sus mejillas. Inclinándose, le desabrochó el cinturón y la arrastró
hacia su regazo.
—Cariño, no llores, por favor no llores. Nada de lo que pasó hoy
merece tus lágrimas. Fue malo, no voy a endulzarlo. Fue
jodidamente malo, pero mañana será mejor y pasado mañana será
aún mejor. Te lo prometo.
—Lamento mucho que hayan sido tan idiotas contigo y con CJ.
Nunca pensé que dirían cosas tan horribles. Ni una sola vez pensé
que harían una mierda así. Sabía que iba a ser difícil pero no esto,
nunca esto.
Dejando caer la cabeza sobre su hombro, ella lloró suavemente
mientras él le frotaba la espalda y hervía porque no había nada que
pudiera decir o hacer que la hiciera sentir mejor. Eran su familia y la
p q j y
habían decepcionado. Una cosa que sí sabía es que no volvería a
suceder. Estaba a salvo detrás de puertas vigiladas con hombres
patrullando los terrenos y no se permitiría la entrada a nadie que
pudiera molestarla.
—Sky, cariño, tenemos que entrar. Necesito ver cuánto daño le ha
hecho tía Bee a mi tarjeta de crédito—bromeó suavemente.
—Oh, vaya, esa no fue una buena idea. —Ella sonrió, se secó las
mejillas con las manos, se bajó de su regazo y regresó a su asiento.
Todavía estaba sonriendo cuando entraron a la casa. Había estado
aquí visitando a menudo a Ice y River, pero la tía Bee había
cambiado las cosas. Convirtiéndolo en su hogar, no en el de River.
Siguió silenciosamente a Sky mientras ella iba a buscar a los niños.
Los encontraron en sus habitaciones. Una habitación con un jardín
de hadas para Lilou y una habitación de un chico motero para CJ.
Sin la llevó hasta su habitación y la empujó delante de él.
—Esta es nuestra habitación.
Eso fue todo lo que dijo mientras la veía deambular por la habitación
tocando aquí y allá.
La ropa de cama era blanca. Había un montón de almohadas blancas
colocadas contra el cabecero y se preguntó por qué diablos
necesitaban tantas almohadas.
Una manta de color rojo intenso era el único toque de color en el
dormitorio blanco y de madera oscura. Las cortinas eran de un
blanco puro y estaban atadas hacia atrás para mostrar las cortinas
interiores transparentes y relucientes. Había estado en esta
habitación una vez antes, pero por su vida no podía recordar cómo
era.
—Esto es perfecto—dijo Sky mientras regresaba hacia él.
Y entonces ella lo sorprendió. Se puso de puntillas y lo besó. En la
boca.
No duro. Sin lengua. Sólo un suave encuentro de labios.
—Quiero intentarlo. Tú y yo. Quiero intentarlo pero todavía no estoy
lista para el sexo. Si te parece bien, me gustaría que durmiéramos
juntos en esta cama. Podemos abrazarnos, pero eso sería todo.
¿Puedes darme eso?—preguntó ella suavemente.
No lo dudó.
—Lo que quieras, cariño. Cualquier cosa por ti. Es más de lo que
jamás esperé que me dieras.
Los brazos femeninos le rodearon el cuello y él la abrazó con fuerza
contra él. Su calidez lo empapó cuando ella apoyó la mejilla contra
su pecho soltando un suave suspiro.
—Me perdí esto. Extrañaba que me abrazaras. —La voz de su mujer
era un suave susurro.
—Y yo extrañaba abrazarte, mi Sky—susurró, dejando caer la cabeza
para que descansara sobre la de ella.
—También extrañaba eso, extrañaba que me llamaras tu Sky.
Abrazarla, saber que ella era suya hizo que la mierda por la que
acababan de pasar se desvaneciera, pero no mucho, sólo lo suficiente
como para que la ira ardiera a fuego lento.
Todavía estaba allí. No muy lejos. Lista para estallar en cualquier
momento. Pero no con su mujer, ni con sus hijos.
La rabia estaba reservada para sus enemigos y aquellos que lo
cabreaban. Era así de peligroso y sabía que tendría que subir al ring
con uno de sus hermanos o nadar para eliminarla. Subir al ring no
era una opción así que tendría que ser nadar.
Aflojando los brazos, dio un paso atrás y sonrió a su mujer.
—Los prospectos te traerán las maletas y toda la mierda. Tengo cosas
que atender en la casa club, así que te daré algo de espacio para que
te instales. Tienes mi número, llama si necesitas algo. ¿De acuerdo?
Ella sonrió mientras lo soltaba y luego lo ahuyentó hacia la puerta
abierta.
—Ve, estaremos bien. Desempacaremos y luego exploraremos
nuestro nuevo hogar. No puedo esperar para ver los jardines, se
veían espectaculares.
Le dio un fuerte beso en la boca y se fue. Miró a los niños y ni
siquiera lo notaron. Estaban demasiado ocupados revisando las
bolsas con mierdas que tía Bee había apilado en sus camas mientras
Ness los vigilaba. La puerta que conectaba sus habitaciones estaba
abierta de par en par, lo que le facilitaba mantener la vigilancia. Ella
lo notó y él le hizo un movimiento rápido con la mano mientras se
marchaba en silencio.
Entrando a la jaula, ahora descargada, condujo de regreso al
complejo. No pudo nadar. Hawk lo llamó a la oficina en el momento
en que llegó.
Su presidente lo observó de cerca cuando entró y se sentó junto a
Boots en el sofá, el único espacio libre ya que los otros oficiales
también estaban en la oficina.
—¿Cómo te fue, hermano?
Sin suspiró y se encogió de hombros.
—Fue una puta mierda, Prez. Se dijeron cosas que tomarán toda una
vida perdonar u olvidar. Lo bueno del día es que tengo a mi dama y
a mis hijos instalados a salvo en la casa de la piscina.
—Mierda—murmuró Boots y Sin asintió.
—¿Cómo le fue a tu tarjeta de crédito? Tía Bee estaba comprando
frenéticamente antes de irse de aquí—le preguntó su presidente con
una sonrisa maliciosa.
—Dios, Prez, hay malditas bolsas de compras por todas partes. No
tengo idea de cuánto gastó y dudo un poco en comprobarlo. Creo
que me llevaré una sorpresa desagradable cuando revise los saldos
de mi cuenta más tarde. —Sin sacudió la cabeza y se rio con sus
hermanos. Todos recordaban lo que pasó cuando ella consiguió la
tarjeta de Hawk cuando redecoró su habitación. El plástico sufrió. A
lo grande.
—Deberías haberle dado un presupuesto, Sin. La tía Bee nunca ha
conocido una tarjeta de crédito que no pudiera agotar en cuestión de
horas—se burló Ice.
Sin se encogió de hombros.
—Ella puede intentarlo. Le di la que tenía el límite más bajo. Sólo
tiene cincuenta mil.
—¡Qué! —Boots lo miró boquiabierto al igual que los otros
hermanos. Los únicos que no se sorprendieron fueron Ziggy y Rider.
Conocían sus finanzas y lo que él hacía.
—¿Qué? No he gastado dinero en nada más que en mi moto en diez
años. Tengo mucho dinero en inversiones y esas mierdas y en
cuentas que abrí para mi dama y mi hija. —Se volvió hacia Rider—.
Eso me recuerda que debemos sentarnos y abrir una cuenta para CJ.
—Podemos hacerlo hoy si tienes tiempo—estuvo de acuerdo Rider.
—Esperad un minuto, hermanos—dijo en voz baja su Prez—. Ziggy
encontró información y es por eso que estamos aquí. Oigámosla, Zig.
Abriendo el portátil sobre el escritorio, Ziggy golpeó las teclas y
luego asintió hacia la pantalla en la pared. En la pantalla aparecía
una foto de lo que obviamente era una Crystal más joven antes de
convertirse en adicta y puta. Solía ser una chica muy bonita.
—Ésta es una foto de Nadine Rademan tomada antes de que
comenzara a consumir drogas y se convirtiera en una stripper
llamada Crystal Flowers. Sus padres son agricultores adinerados del
distrito de Bethlehem en el Estado Libre. Su hermano trabaja en las
granjas familiares con su padre. Su hermana está casada con su
novio de la secundaria, que es hijo de un granjero vecino. Nadine
vino a Pretoria para estudiar gestión de empresas agrícolas. Creo
que el plan era trabajar con su familia. Conoció a Monika, se juntó
con las personas equivocadas y abandonó los estudios. Sus padres
intentaron ayudarla, pero después de varios períodos en
rehabilitación y un año de cárcel por prostitución, finalmente se
dieron por vencidos y cortaron los lazos con ella. Monika y Crystal
siguieron siendo amigas durante su caída en desgracia, por así
decirlo.
Dejó de hablar y miró directamente a Sin.
—Encontré el registro de nacimiento de tu hijo, hermano. Pero
también encontré un registro presentado por tu madre.
La pantalla parpadeó y ahí estaba. El verdadero registro de
nacimiento de su hijo. Al lado había otro. El que le había presentado
la perra de su madre.
—Parece que Crystal estaba limpia y sobria durante el embarazo y se
dio cuenta de que iba a perder a su hijo por las maquinaciones de
Adalein. Su patrocinadora en la clínica ambulatoria de rehabilitación
la ayudó a registrar a CJ después de su nacimiento. Este registro se
realizó antes del fraudulento que presentó Adalein Schneider.
Quiero que mires de cerca las firmas en ambas solicitudes. Creo que
el segundo fue falsificado o Crystal estaba drogada cuando lo firmó.
Sin miró fijamente el formulario en la pantalla.
Nombre de la madre - Nadine Rademan.
Nombre del padre - Carl Jaegar Schneider. Su nombre legal. Incluso
tenían su número de identidad. No estaba seguro de cómo lo
consiguieron, pero estaba allí.
Nombre del niño - Carl Jaxson Schneider.
La puta loca había hecho una cosa bien.
Leyó el otro formulario y su sangre volvió a hervir. Lo había hecho
la primera vez que vio el trozo de papel de mierda que CJ pensaba
que era su certificado de nacimiento. Lo hacía de nuevo ahora,
leyendo las mentiras que su madre había puesto en el formulario.
Nombre de la madre - Crystal Flowers
Nombre del padre - Carl Smith
Nombre del niño- Carl Jaxson Flowers.
—¿Quién cargaría a un chico con un apellido tan jodido como
Flowers (NdelT: flores)?— gruñó Beast—. Lo más probable es que el
niño tuviera que luchar a diario para demostrar que no era una
maldita margarita.
Sin no pudo detener la sonrisa incluso si lo intentó. Sabía que Beast
hablaba en serio, pero la forma horrorizada en que dijo margarita era
demasiado divertida.
—Creo que te refieres a mariquita, hermano—dijo Jagger sonriendo.
—Lo que carajo sea. Ya sabes a lo que me refiero, los intolerantes
siempre llaman a los hombres homosexuales con algún maldito
nombre de flor—gruñó él—. No tengo un puto problema con la
orientación sexual de nadie, pero todos sabemos que los niños
pueden ser brutales. ¿Y a su edad, cargar con un nombre así?
Significa sólo una cosa, peleas, y muchas.
Ziggy carraspeó y volvieron a centrar su atención en él.
—Creo que Beast podría tener razón. Encontré sus registros
escolares y Carl Flowers tiene muchas reprimendas por pelear. Su
abuela lo suavizó con dinero donado para varias cosas en la escuela.
Sus boletines de calificaciones muestran que es jodidamente
brillante, siempre entre los mejores de su clase. Sus notas de
socialización están jodidas. Son tan bajas que hizo que el inspector
de la escuela solicite una evaluación psicológica. Y eso no es nada
bueno, en absoluto. Necesitamos que te lo asignen legalmente lo
antes posible.
—Ya estoy en eso—dijo Ice—. Ahora que tengo el registro y el
certificado de nacimiento legal, puedo probar la patria potestad de
Sin. No debería tener ningún problema en que te asignen la custodia,
Sin.
—Gracias, Ice. Sky ha estado en contacto con la gerente de la banda
y han asignado un equipo de abogados para ayudar si tenemos
algún problema para que nos asignen la custodia.
Ice frunció el ceño.
—¿Nos? ¿Eso significa que quieres que Sky tenga la custodia
compartida contigo?
Sin frunció el ceño, se rascó la cabeza y luego trató de explicar.
—No, eso no es exactamente lo que tenemos en mente. Sky y yo
queremos poner mi nombre legal en el certificado de nacimiento de
Lilou y al mismo tiempo ella quiere adoptar a CJ. Queremos que
ambos niños sean legalmente nuestros.
—¿Habéis vuelto a estar juntos otra vez?—dijo Bulldog hablando
por primera vez.
—Vamos a intentarlo. La amo y haré cualquier cosa para convencerla
de que me dé una segunda oportunidad.
—Bien. La cagaste hace diez años y si recuerdas te dije que con el
tiempo ella podría perdonarte y darte otra oportunidad. Ésta es esa
oportunidad. No la desperdicies.
—No lo haré, Bulldog. Me doy cuenta de lo que perdí y ahora tengo
la oportunidad de recuperarlos. No lo arruinaré otra vez. Puedes
contar con ello. — Sin se lo prometió en voz baja a sí mismo y a
Bulldog.
Bulldog asintió pero no dijo nada más.
—Bien. —Hawk se relajó en su asiento—. Ahora que lo hemos
ordenado como queremos. Pasemos al siguiente montón de mierda
que tenemos que palear. Tenemos antenas en todo el país y hasta
ahora no ha habido avistamientos de Winifred o Sharma. Nuestro
siguiente paso es…
Antes de que pudiera continuar, su teléfono empezó a sonar, luego
el de Bulldog y después el de Ice. Y entonces el de Jagger se iluminó
como un maldito árbol de Navidad cuando las alarmas comenzaron
a sonar. Leyó lo que había en su teléfono mientras saltaba.
—¡Mierda! Prez, tenemos un vehículo tiroteando y lanzando bombas
molotov a las oficinas. Lo mismo en el patio de los contenedores.
¡Estamos bajo ataque! —Tenía su teléfono en alto y estaba llamando
mientras hablaba—. Ziggy, danos algunas vistas de las situaciones.
Ziggy había limpiado la pantalla y las cámaras de las diferentes
ubicaciones se conectaron. Las puertas de las oficinas parecían haber
sido embestida pero habían resistido. La caseta de vigilancia estaba
llena de agujeros de bala y el cristal de seguridad estaba estrellado
pero no roto. Las llamas lamían las puertas, pero ellos observaban a
los guardias de seguridad empuñando extintores y apagándolas. En
el patio, los hombres habían estado alerta y apenas había daños
aparte de los agujeros de bala que marcaban las paredes y la caseta
de vigilancia. La bomba molotov había fallado y se había extinguido
rápidamente.
Hawk estaba de pie y escribiendo en el teléfono cuando la puerta se
abrió y los lugartenientes comenzaron a entrar.
Miró a su Prez que tenía la vista clavada Wolf y Scar.
—¿Dónde están vuestras damas?
Los dos se miraron y un miedo como ningún otro que Sin hubiera
visto jamás cruzó por sus rostros.
—En el pub, jefe, con mi hijo—respondió Wolf—. ¿Qué está
sucediendo? ¿Están en peligro?
—Aún no lo sabemos. Hubo ataques a nuestras oficinas y al patio de
contenedores. Envié una alerta a nuestros otros negocios. Los clubes
están cerrando mientras hablamos. La tienda de DC está cerrando y
los Road Warriors estarán vigilando. Necesitamos asegurar a todos
en Thirsty Dog y cerrar el camino de acceso. Quiero…
No pudo terminar su pensamiento porque su teléfono sonó y frunció
el ceño.
—¿Sí? —Mientras escuchaba perdió todo color y parecía como si
hubiera dejado de respirar.
—Estamos en camino, hermano. Mantente con vida hasta que
lleguemos allí.
Sus ojos habían cambiado mientras hablaba, volviéndose de un
amarillo brillante y furioso. Mirando a Ice y Bulldog tragó con
dificultad. Su voz era diferente a como la había escuchado antes.
Apretada, ronca y llena de angustia.
—La tía Bee volvió al centro comercial con Snow para comprar
bicicletas para los niños. Ellos... ellos la atacaron cuando ella salió
hacia su coche. El coche explotó cuando ella entró y… y ella… ella
no lo logró. Breker y Dollar llevaban las bicicletas a la parte de atrás
y resultaron heridos con la explosión. No estoy seguro de qué tan
mal. Snow todavía estaba dentro de la tienda y sólo tiene heridas
superficiales. Bok y Kite recibieron disparos. Bok no lo logró. Kite
resiste.
Bulldog cayó en su silla con un fuerte gemido mientras Ice se
agachaba a su lado, abrazándolo y las lágrimas corrían por su rostro.
Ante sus ojos, su Prez cambió. Se convirtió en el hombre que todos
temían.
—Quiero que los encuentren. Los quiero vivos—gruñó—. Mataron a
la mujer que era como una madre para mí, para todos nosotros.
Pagarán y pagarán con su jodida sangre.
Nadie dijo una palabra, pero todos asintieron.
La maldita cabeza de Sin quería estallar. Era culpa suya que la tía
Bee hubiera abandonado el complejo. Estaba comprando para sus
hijos. No debería haber estado cerca de una tienda.
Todavía estaba atrapado en su cabeza cuando un puño golpeó su
pecho. El dolor lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió al
presente.
—Deja esa mierda—le gruñó su Prez—. Necesito que pienses, no que
te culpes por cosas que ninguno de nosotros podría haber previsto o
detenido. Vas a sacar la cabeza del culo y me ayudarás a atrapar a
estos cabrones. ¿Me estás escuchando?
—Sí, Prez. Los atraparemos, a todos y cada uno de ellos—le
prometió Sin con los dientes apretados.
—Ice, hermano, lleva a tu padre a casa, necesita a tu madre ahora
mismo—dijo Hawk con voz suave. Ice respiró hondo y ayudó a su
padre a ponerse de pie. Bulldog se puso de pie, se secó las lágrimas
de las mejillas y carraspeó.
—Me voy a casa a darle la noticia a mi dama y luego volveré.
Cuando regrese espero algunas respuestas y un plan sobre cómo
acabar con estos hijos de puta de forma permanente. Han ido
demasiado lejos, demasiado lejos. No tienen idea de quiénes solían
ser y quiénes son los Iron Dogz. Pronto aprenderán esa lección como
otros la aprendieron antes que ellos.
Ice acompañó a su padre mientras salía de la oficina, cerrando la
puerta detrás de él.
Ziggy gritó de repente.
—¡Sí! ¡Malditos hijos de puta, tomad eso!
En la pantalla estaban las puertas exteriores del Thirsty Dog y en el
camino de entrada frente a él había una jaula ardiendo ferozmente.
—Bullet, Bones y Mamba estaban en el pub con Leo y Chris. Cuando
sonó la alerta, reunieron a los hombres y se prepararon para
tenderles una emboscada a los cabrones si intentaban algo. Los
estúpidos imbéciles lo intentaron. Parece que la jaula en la que
estaban estaba cargada con explosivos o con un montón de bombas
molotov. Explotó cuando los hermanos la convirtieron en un
colador. Desafortunadamente, no hay supervivientes.
—Wolf, Scar, tomad la camioneta y traed a vuestras mujeres y a
cualquier otra persona en el pub—dijo Hawk mordiendo las
palabras—. Nadie se queda en la propiedad. Hoy no vamos a perder
más vidas. Las vidas son más importantes que los edificios. Siempre
podemos reconstruirlos.
La puerta de la oficina se abrió de golpe y DC entró corriendo, con el
rostro pálido y los ojos oscuros enfocados en su hombre.
—Hubo disparos contra la tienda. Nadie resultó herido por el cristal
a prueba de balas que insististe en instalar. Los Warriors tenían a
uno de los tiradores pero murió. ¿Qué está pasando, mi vikingo?
Su Prez tomó a su dama entre sus brazos y la abrazó mientras le
daba la noticia. Su horrorizado jadeo y lágrimas hicieron que todos
agacharan la cabeza. Dándoles tanta privacidad como pudieran.
Los hermanos permanecieron en silencio mientras ella lloraba contra
su pecho. Luego levantó la cabeza, se sorbió la nariz y respiró
profundamente mientras se acomodaba en sus brazos.
—Tenemos que hacerles pagar, mi vikingo. Tienen que pagar—dijo
con la voz llena de lágrimas.
Hawk miró a sus hombres alrededor de la oficina antes de hablar. Y
cuando lo hizo fue para declarar la guerra.
—Si lo que quieren es guerra, entonces la conseguirán. Los
mataremos a todos.
Capítulo 15
Hawk
Le dolía el corazón mientras miraba el cuerpo cubierto con una tela
sobre la mesa de acero inoxidable .
Se había negado a permitir que Bulldog viera a su hermana así.
Quería que la recordara siempre sonriente y feliz. La mujer que los
había ayudado en algunos de los peores momentos de sus vidas. Ella
había sido una madre para él después de que la suya se enfermara y
finalmente falleciera. Ella le tomó la mano cuando perdió a su hijo y
a su padre. Fue su forma de hablar sincera lo que finalmente lo hizo
reclamar a DC como su dama.
¿Qué carajo iba a hacer sin ella en su vida?
¿Quién iba a mimar a su princesita y ser su Nana?
¿Cómo carajo se suponía que iba a superar esto?
¿Cómo?
Cruzando los brazos sobre el pecho, se paró junto a la maldita mesa
fría y miró la figura envuelta sin vida. Hacía frío en la habitación
pero no lo sentía. No sentía el frío e ignoraba el olor a muerte que
flotaba en el edificio.
Respirando profundamente, extendió lentamente la mano para
levantar el borde de la tela blanca.
—Yo no haría eso—rompió el silencio una voz suave.
Hawk se dirigió a la puerta y frunció el ceño ante la mujer vestida
con una bata verde claro que estaba allí de pie.
—Esto no es asunto tuyo—gruñó él.
—Deberías recordarla como solía ser. No como es ahora.
—Soy su familia, estoy aquí para hacer la identificación del cuerpo
como lo exige la ley. Si terminaste de predicar, puedes perderte.
—Alguien con autoridad debería estar aquí contigo. ¿Dónde están
los oficiales que manejan el caso?
Hawk la ignoró, apretó los dientes y retiró la tela.
Necesitó todo su control para no retroceder horrorizado.
Su rostro había sido borrado. Le habían arrancado las extremidades
y su pecho estaba abierto. La habían quemado y su ropa había
quedado completamente incinerada.
Lo único que reconoció fue su cabello, pero no quedaba mucho de él.
Volviendo a cubrir el cuerpo con la tela, se alejó de la mesa. Ambas
manos estaban apretadas alrededor de su nuca mientras permanecía
mirando al suelo. Cuando tuvo control de sí mismo, dejó caer las
manos y levantó la mirada, pero tuvo que tragar varias veces antes
de poder sacar las palabras a través de sus labios.
—Quiero que se realicen pruebas de ADN y dentales. No puedo
decir si es mi tía o no. No puedo hacer la identificación. —Su voz
sonaba fría e insensible, incluso para él.
—La policía encontró su bolso con una identificación en el lugar,
señor. Y según las declaraciones del dueño de la tienda y de los
transeúntes en el lugar, su tía estaba subiendo a su coche cuando
estalló la bomba. Le aconsejaría que no alargue esto
innecesariamente y le dé a su familia el cierre que necesita.
Hawk resopló.
—No intentes decirme lo que mi familia necesita, no los conoces.
Haz las pruebas o traeré a alguien que las haga. ¿Me has entendido?
Observó cómo sus fosas nasales se dilataban y sus dientes se
apretaban con irritación antes de asentir brevemente.
—Haré lo que me pida, señor Walker.
Se giró y sus zapatos chirriaron sobre el frío suelo de baldosas.
Entonces se le ocurrió. ¿Cómo se había enterado de las declaraciones
que le habían tomado los cerdos? Su trabajo consistía en examinar el
cuerpo y determinar la causa de la muerte. Eso era todo. ¿Por qué el
interés en el caso de su tía?
Él todavía estaba tratando de resolverlo cuando ella volvió a entrar.
—Si voy a hacer las pruebas necesito una muestra de ADN
comparable y su historial dental. Si puede hacer que me los envíen,
haré todo lo posible para tenerle respuestas a la brevedad. Hay un
enorme retraso en los laboratorios, pero priorizaré mi solicitud.
Puedo hacer el examen dental, pero preferiría contratar a un dentista
forense experto. Por lo general, cuando la policía tiene pruebas
sólidas de la identidad de la víctima, el estado no paga por pruebas
adicionales. Intentaré gestionarlo, pero no estoy segura de tener
éxito.
Hawk asintió brevemente.
—Pagaré. Cualquier cosa que necesites llámame y te la conseguiré—
dijo con una última mirada al montículo cubierto con la tela sobre la
mesa.
Estaba caminando hacia la puerta cuando ella volvió a hablar.
—Lamento mucho su pérdida, señor Walker.
Su agradecimiento fue gruñido por encima del hombro. Tenía que
salir de esa habitación, ir al sol donde sus hermanos lo esperaban.
El cuerpo frío que yacía sobre esa mesa no era su tía. En sus
recuerdos ella sería para siempre la mujer vibrante y risueña que lo
había criado. Su madre en todo, menos en sangre.
Sin estaba apoyado contra la pared afuera de la puerta escribiendo
en su teléfono cuando él salió. Inmediatamente apagó el teléfono y lo
deslizó en el bolsillo interior de su chaleco mientras se enderezaba.
—¿Prez?— El dolor y la culpa impregnaban la voz de su hermano.
Mierda. Todavía pensaba que era su culpa que los cabrones llegaran
a su familia.
Hawk negó con la cabeza.
—No puedo decir si es ella o no, hermano.
Sin frunció el ceño y esos ojos helados se entrecerraron.
—¿Crees que podría no ser ella?
Hawk sacudió la cabeza con un suspiro.
—No, hermano, Snow, Dollar y Breker estaban en la tienda con ella
mientras Bok y Kite estaban afuera mirando. Según los cerdos, Snow
había recogido los cascos de las bicicletas y se dirigía hacia la puerta,
cuando vio lo que sucedía. Según el escuadrón antiexplosivos,
Dollar y Breker tuvieron suerte de sobrevivir. La bomba explotó en
cuanto tía Bee subió al coche.
Su jodida garganta se sentía apretada mientras forzaba más palabras
a través de ella.
—Tenemos que esperar hasta que Kite, Breker y Dollar puedan
hablar. Entonces sabremos más.
Sin levantó bruscamente la barbilla y se puso a su lado mientras
caminaban por el largo pasillo.
Salir a la luz del sol se sentía mal.
Estaba mal que él pudiera caminar hasta aquí mientras ella yacía en
la maldita mesa de adentro.
Los Harrison deberían haberse marchado. Lo que les esperaba a ellos
y a sus familias ahora era culpa de ellos.
El Iron Dogz MC de antaño estaba de regreso y buscaba la sangre de
sus enemigos.
Y tendrían su sangre.
Cada puta gota.
Capítulo 16
Sky
El ambiente en el club estaba lleno de tristeza, pero ella percibía la
rabia debajo de la tristeza. Estos hombres rudos habían perdido a
alguien a quien amaban muchísimo y lloraban de la única manera
que sabían.
Preparándose para vengar su muerte.
Me asustaba muchísimo.
Y luego estaba el otro problema. Sin.
Nunca lo había visto tan cerrado y frío. El único momento en el que
se relajaba aunque fuera un poco era con los niños. Con ellos trataba
de actuar normal pero conmigo no. Casi no me hablaba y si lo hacía
era para ladrarme órdenes.
Me había excluido por completo de su vida.
No compartíamos cama, ni casa. Se quedaba en la casa club todas las
noches y sólo bajaba a la casa para ver a los niños. Era como si nos
culpara por lo que le había pasado a ella. Era una tontería porque la
culpa la tenía su maldito club. Ni los niños, ni yo.
Me entristecía que tía Bee y uno de sus hermanos hubieran sido
asesinados, pero no cargaría con la culpa de eso.
Después de días de ser tratada como si no existiera y de ser
mantenida como una maldita prisionera en la casa, ya había tenido
suficiente.
Llamé a mi agente y Trish se puso a trabajar de inmediato.
Mi nuevo equipo de seguridad encabezado por Callum O'Leary
llegó temprano, dos días después de que hablara con Trish y ella se
comunicara con Cat y el sello discográfico. Logré que atravesaran la
puerta después de una pelea a gritos, pero finalmente llegaron.
Cuando Callum cruzó la puerta, fui directo a sus brazos. Un abrazo
era exactamente lo que necesitaba. Había estado muy aislada y sola
desde que Bry se había ido a casa.
—Gracias por venir, Cal—dije suavemente.
—No hay problema, Lix. Te tenemos ahora. Mis hombres están
estableciendo un perímetro y estableceremos un centro de mando en
tu comedor. Cuando digas la palabra, el avión tendrá combustible y
estará listo para partir.
Un chillido de alegría infantil sonó cuando Lee entró volando en el
salón.
—¡Tío Cal! ¿Qué estás haciendo aquí? Ya no estamos de gira.
Cal la levantó y la abrazó antes de dejarla junto a CJ, que estaba de
pie al lado del sofá, mirándolo.
—Éste es mi hermano CJ—lo presentó Lilou de manera muy
solemne—. CJ, este es el tío Cal, él está a cargo de la seguridad de la
tía Cat y de la nuestra cuando salimos de gira.
CJ parecía confundido mientras miraba a Cal con el ceño fruncido.
—Hola, CJ.
CJ no dijo una palabra, sólo lo miró. Luego me miró.
—¿Lee y tú os vais?
Mierda.
—No, cariño, no nos vamos. Acabo de llamar a mi propia seguridad
para que nos cuide para que los hombres de tu padre puedan volver
a ayudar al club.
No parecía convencido, pero aceptó mi explicación mientras se
acercaba a Cal y le tendía la mano. Cal le tomó la mano
solemnemente y se la estrechó.
—Me alegra que estés aquí para ayudar a mi madre. Mi padre está
muy ocupado con los asuntos del club en este momento—dijo CJ en
voz baja mientras retrocedía al lado de Lee.
Estaba a punto de decir más cuando escuchamos el sonido de varias
motos. Momentos después, la puerta se abrió de golpe y un Sin,
furioso, irrumpió en el salón con tres de sus hermanos detrás de él.
No he estado en el club desde el día familiar así que no estaba segura
de quiénes eran. Aunque reconocí las caras.
Todos estaban muy enojados. Bueno, no eran los únicos.
—¿Qué carajo está pasando aquí? ¿Y quién carajo es éste?
Reprimí mi ira mientras lo enfrentaba.
—Este es Callum O'Leary. Ahora está a cargo de mi seguridad. Le
pedí que viniera y tomara el relevo de tus hombres para liberarlos
para cualquier cosa que pudierais necesitar.
Si las miradas mataran, estaría muerta. Los ojos fríos como el
infierno de Sin me congelaron en el lugar antes de mirar a Cal.
—No eres necesario aquí. Vuelve al lugar de donde mierda viniste.
Puedo cuidar de mi familia. No necesito que tú lo hagas.
Cal tranquilamente cruzó los brazos sobre su amplio pecho.
—He sido contratado por Regional Records y Lix para servir como
su jefe de seguridad. No acepto órdenes tuyas. Mi equipo y yo nos
haremos cargo de la seguridad de la señora Beckman a partir de
ahora.
Sin resopló.
—¿Crees que confiaré en ti después de que hiciste un trabajo tan
jodidamente estelar cuando Sharma vino tras ella?
Cal sonrió pero la sonrisa no llegó a sus ojos oscuros y muertos.
—Lix no era parte de mi contrato en ese momento. Eso ha cambiado.
Ella lo es ahora y te aseguro que lo tenemos cubierto. Recibí un
informe completo sobre el desastre en el que se encuentra tu club y
le aconsejaré a mi cliente que regrese a las instalaciones en los
Estados Unidos, donde ella y los niños estarán a salvo de vuestros
enemigos. Mientras ella esté allí, un segundo equipo perseguirá al
señor Sharma y solucionará el problema.
Oh, mierda. Cat no estaba jugando.
—Lix, cariño, Cat te quiere en las instalaciones, como dije. Tú y los
niños estaréis a salvo allí hasta que se solucione este pequeño
problema de ellos.
—Cal...—No tuve la oportunidad de responder.
Sin llegó primero y, por supuesto, no de una manera agradable.
—Perra, si crees que me estás quitando a mis hijos, estás cometiendo
un gran maldito error. No se van, puedes irte cagando a los Estados
Unidos, no me importa, pero ellos no se van.
A mi lado escuché a Lee jadear en estado de shock y CJ soltó un
pequeño gruñido de hombre cuando se paró frente a mí.
—¡No llames perra a mi madre, ni le digas palabrotas, cabrón!—le
gritó a su padre.
Lo agarré por el hombro y lo empujé hacia mí e hice lo mismo con
Lee.
—CJ, cariño, cuida las palabras y no le hables así a tu padre—lo
amonesté severamente.
—Lo hago cuando se porta como un jodido idiota—gruñó mi
hombrecito—. Crees que no veo una mierda, Sin, pero lo hago. Veo
lo que le has estado haciendo a mamá. —Agitó su mano hacia los
sorprendidos moteros—. Podéis iros todos a la mierda, el tío Cal se
ocupará de nosotros. Si tú confías en él, yo confío en él, mamá.
De repente Lee intervino. Leí la voz de mi niña y ella estaba triste,
muy triste pero al mismo tiempo enojada.
—Estoy de acuerdo con CJ. Has tratado a mamá como si fuera su
culpa que los hombres malos mataran a la tía Bee. ¡No lo es! No
pedimos bicicletas ni ninguna otra de las mierdas que compró.
Estábamos felices de estar aquí contigo, pero ahora nunca estás aquí
y cuando estás tratas a nuestra madre como una mierda. Quiero que
te vayas. No te necesitamos ahora que tenemos al tío Cal. Él cuidará
de nosotros.
Me arrodillé, agarré a mis bebés y los abracé con fuerza.
g y
—Hijos, escuchadme. Basta de malas palabras, no quiero volver a
escucharlas. Vuestro padre está bajo una enorme presión en este
momento, así que le dejaremos hacer lo que tiene que hacer. Los tres
nos sentaremos con el tío Cal y trabajaremos en un plan para
mantenernos a salvo. No nos iremos hasta después del funeral de la
tía Bee, le debemos mucho. Ella hizo mucho por nosotros y de esta
manera podemos agradecerle y mostrarle nuestro respeto. Ahora
quiero que los dos vayáis a vuestras habitaciones y cerrad las
puertas. Quedaos ahí hasta que vaya a buscaros. ¿De acuerdo?
Ambos me abrazaron fuerte y se fueron sin mirar a Sin.
Me levanté lentamente y lo enfrenté. Su rostro estaba hermético. Está
bien, no me importaba mucho en este momento.
—Me importan una mierda los nombres que me pongas, pero si lo
vuelves a hacer delante de mis hijos te daré una patada en los
huevos tan fuerte que te dará vueltas la cabeza. Ahora tú y tus
pequeños amigos moteros podéis daros la vuelta y largaros de aquí.
No eres bienvenido en esta casa.
Él sonrió.
—Estás en propiedad del club. No soy yo quien se irá, serás tú.
Asentí y sonreí.
—Hecho. Saldremos dentro de dos horas. —Me volví hacia Cal—.
Que reposten el avión y que presenten un plan de vuelo para
Ciudad del Cabo. Voy a llevar a los niños a la playa.
—¡No te llevarás a mis hijos!
—Intenta detenerme, Sin. Tendré tantas agencias policiales aquí que
te dará vueltas la cabeza. Y no creo que a tu presidente le guste que
todas esas agencias estadounidenses investiguen vuestros negocios,
¿verdad?
Frotándose la cara con las manos, gimió como si sufriera una agonía.
Luego levantó ambas manos como para apaciguarme.
—Lo lamento. —Tenía los ojos cerrados mientras respiraba
profundamente y luego me miró y sus ojos por primera vez en días
estaban libres de rabia—. Dios. Estoy perdiendo el control y me
desquité contigo. Y no has hecho nada para merecerlo. Lo siento,
cariño, lo siento mucho. No quise decir nada de la mierda que acabo
de decir. Soy un jodido imbécil notable.
Lo único que pude hacer fue asentir, nada más porque estaba
totalmente de acuerdo. Estaba siendo un imbécil notable.
—Me disculparé con los niños y no tienes que ir a ningún lado. Yo
me iré. Por favor quédate aquí donde estás a salvo. Incluso con tu
equipo no estarás segura si sales de la propiedad. Estarás en
carreteras abiertas y a estas personas les importa una mierda a quién
lastimen, siempre y cuando puedan llegar hasta ti. Si pudieron matar
a la tía Bee y a Bok en medio de un estacionamiento concurrido, no
dudarán en raptarte de un aeropuerto o de un hotel. Cualquiera que
tenga vínculos con el club está en peligro en este momento. Te amo a
ti y a mis hijos, no puedo perderos.
Hundiéndome en el sofá, me cubrí la cara con las manos y me tragué
las lágrimas. Había llorado demasiadas veces por este hombre,
demasiadas.
—Como les dije a los niños, asistiremos al funeral pero después nos
iremos. No me quedaré donde no soy bienvenida y mis hijos
tampoco. Sé que tú y tus amigos están pasando por un momento
horrible, pero…
Se sentó a mi lado y tomó mis manos entre las suyas.
—Te juro por mi vida que nada de lo que dije es lo que realmente
siento. Estoy jodido, Sky, totalmente jodido. Yo le pedí que fuera a
comprar para los niños. Que fuera por mí. Nunca debí haberle
pedido eso. Nunca. Por mi culpa, mi presidente no sólo perdió a una
mujer que era como una madre para él, sino que perdimos a un
hermano. Yo…
—Oh, cállate la puta boca—gruñí enojada y él retrocedió en shock
porque rara vez decía malas palabras. Al menos no en voz alta.
—¿Le dijiste que saliera a comprar esas bicicletas? No. Esa fue su
decisión. ¿Les dijiste a esos hijos de puta que la atacaran? No, esa fue
su decisión. Entonces, ¿cómo es que todo esto es culpa tuya? No eres
Dios, así que no podrías haber cambiado sus decisiones. Eres sólo un
hombre que ha sufrido una pérdida. Eso es todo. Eso es
absolutamente todo. Supéralo—le espeté.
Me miró fijamente.
Alguien se rio suavemente y miré para ver quién era. Era uno de los
moteros. Un hermoso hombre de piel color caramelo me sonrió. Miré
el nombre que aparecía en su chaleco, Bollywood. Le sentaba
absolutamente bien porque era tan hermoso como una estrella de
cine de Bollywood.
—Díselo tú, cariño. Ha estado deambulando como una maldita nube
de tormenta cargando con toda esa culpa inútil. La tía Bee era una
ley en sí misma, nunca dejaba que ninguno de nosotros le dijera qué
hacer. Ella le patearía el culo si estuviera aquí, te lo aseguro.
Sonreí y asentí con la cabeza.
El zumbido de un teléfono hizo que mi cabeza girara hacia Cal.
Tenía un teléfono de aspecto extraño pegado a su oreja y escuchaba
atentamente.
—Ya lo tengo, jefe. No, no creo que ella vaya a caer en la trampa—
dijo, luego escuchó y sonrió.
Quitándose el teléfono de la oreja, hizo algo y luego lo dejó sobre la
mesa de café.
—La jefa quiere hablar. Puedes hablar libremente, es un teléfono
seguro—dijo mientras daba un paso atrás, con los brazos cruzados
sobre el pecho y las piernas ligeramente separadas mientras me
miraba.
—¿Lix? ¿Estás ahí, chica? —La voz de Cat llegó claramente.
—Estoy aquí, Cat.
—Está bien, esto es lo que he hecho. He desplegado uno de los
furtivos equipos de operaciones encubiertas de Cal para descubrir
qué mierda está pasando. Pasaron desapercibidos y comenzaron a
investigar. Lo que tenemos hasta ahora es que se está gestando una
guerra entre dos sindicatos del crimen. El club de tu hombre está
atrapado entre los dos. Su club está afiliado al sindicato dirigido por
un hombre llamado Dominick Maingarde que aparentemente no es
tan malo como los otros, los Harrison. Una mujer llamada Winifred
Harrison solía ser la jefa del sindicato local, pero Maingarde la
derrocó. Y debido a las conexiones del club de tu hombre con
Maingarde se han convertido en un objetivo. Tienes que empacar
con los niños y venir a mi complejo, Lix. Te juro que allí estaréis a
salvo.
Sin frunció el ceño mientras se inclinaba hacia el teléfono.
—¿Quién mierda eres tú? Mi dama y mis hijos no van a ninguna
parte. Están a salvo aquí.
—Mi nombre es Cat DeLuca-Orloff y he estado donde está Lix ahora.
Tuve un acosador con afiliaciones al sindicato del crimen y mi
esposo murió salvándonos a mí y a nuestros hijos. No quiero que mi
amiga sufra lo que mis hijos y yo hemos sufrido. Mi complejo es una
fortaleza, un lugar seguro para que ella y los niños esperen a que
termine esta guerra en la que estáis involucrados.
Sin se pasó una mano por la barba. Ya no era un sombra, ahora era lo
suficientemente larga como para llamarla barba.
—Lamento tu pérdida, Cat, pero no puedo arriesgarme y dejar que
mi familia viaje. Simplemente no puedo. Sabemos que nos están
vigilando y en el momento en que los vean abandonar la seguridad
de la propiedad, atacarán. Necesito tiempo para lidiar con esto. Si
Sky quiere irse una vez que nos hayamos encargado de la amenaza,
entonces no me interpondré en su camino. Tienes mi palabra.
—Puedo tener un helicóptero allí en una hora. Los recogerán y los
llevarán a donde los espera mi avión. No estarán en la carretera—
dijo Cat.
—Si has tenido experiencia sobre cómo operan estas personas,
entonces sabrás que eso no los disuadirá. Derribarán el helicóptero y
perderé a mi familia. No está sucediendo. —Sin tomó mi mano entre
las suyas y la apretó con fuerza, condenadamente fuerte.
—Pueden llegar a ella en esa maldita casa de la misma manera que
pueden llegar a un helicóptero—dijo Cat con los dientes apretados.
La sonrisa de Sin era fría.
—Pueden, pero ella no estará aquí. No te preocupes por Sky, los
niños o tu equipo. Los llevaremos a un lugar seguro. Un lugar muy
seguro donde no se les puede tocar y desde donde podemos
desempeñar nuestro papel en esta guerra. Lo que estoy a punto de
contarte es información privilegiada, pero creo que es información
que necesitas saber y siento que puedo confiar. Los Harrison se han
ganado muchos enemigos y estamos trabajando juntos para
eliminarlos a todos. Una vez que hayamos terminado, el Harrison
Crime Syndicate ya no existirá. Ni aquí, ni en Inglaterra, ni en Rusia,
ni en Estados Unidos, en ninguna parte.
—Mierda—maldijo Callum en voz baja mientras levantaba el
teléfono—. Si se avecina un golpe tan grande, te quiero a ti y a los
muchachos de vuelta en los Estados Unidos y en el complejo, Cat.
Voy a enviar al equipo de operaciones encubiertas a tu ubicación
para escoltarlos hasta el avión. Despegará tan pronto como estéis a
bordo. Me quedaré con Lix y los niños hasta que estén en un lugar
seguro. Regresaremos a casa una vez hecho esto. Ni se te ocurra
discutir conmigo. Prepárate. El equipo está en camino hacia ti.
Dicho esto, apagó el teléfono y lo deslizó en su bolsillo.
—Lo siento, Lix, Cat y los muchachos son mi primera prioridad. Son
mi familia y le hice un juramento de sangre a Niko de que siempre
los protegería. Mi equipo y yo iremos contigo a donde tu hombre te
vaya a esconder, pero luego tendremos que regresar a casa.
—Lo entiendo totalmente, pero Cal, si estás preocupado por Cat,
quiero que vayas con ella. Los hermanos de Sin están aquí y
estaremos a salvo con ellos.
Pero Cal negó con la cabeza.
—No nos vamos. Como dije, os escoltaremos a su lugar seguro antes
de partir.
Sin se puso de pie y le tendió la mano a Cal, quien no dudó en
estrechársela.
—Gracias por cuidar de mi familia. No olvidaré esto. Si alguna vez
necesitas algo, cualquier cosa, tienes mi número.
Cal asintió brevemente. Sin se volvió para mirarme.
—Tengo que irme, pero primero voy a hablar con los niños.
Caminó por el pasillo hacia sus habitaciones y suspiré mientras mis
hombros se hundían y trataba de desaparecer entre los cojines del
sofá. Acabábamos de tener una gran pelea justo en frente de Cal y
los otros hombres. Y ninguno de ellos parecía ni un poco
avergonzado. Excepto yo, por supuesto.
¿Pero por qué diablos estaba avergonzada? No hice el ridículo, ese
sería Sin.
Cal me dio un golpecito con los dedos en la frente mientras salía.
Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse y luego él se había
marchado.
Me senté gimiendo y estaba a punto de levantarme cuando una
mano apareció frente a mí.
—Parece que te vendría bien dormir un poco, cariño. —Bollywood
se paró sobre mí tendiéndome una mano, levanté la mía para
tomarla y él me levantó. Nuevamente gemí mientras soltaba su
mano.
—Gracias por tu ayuda. —Sonreí—. Necesito café. ¿Alguien más?
Hubo asentimientos de cabeza por parte de los moteros. Dejándolos
en el salón me dirigí a la cocina a preparar café. Lo necesitaba para
mantener los ojos abiertos.
Sin
Las puertas de los niños estaban cerradas como Sky les había
pedido. Conteniendo el aliento, llamó a la puerta de Lee.
—Adelante. —Su voz era suave y triste y le dolió muchísimo
escucharla.
Abrió la puerta y entró. CJ estaba sentado en la cama junto a su
hermana, con una brazo sobre sus hombros. Cerrando la puerta
detrás de él, se acercó y se agachó frente a ellos, lo que lo puso a la
altura de sus ojos.
—Lo lamento. Me pasé de la raya y lamento mucho haber dicho
todas esas cosas. No quise decir nada de eso. Ni una sola palabra. Mi
cabeza está confundida y me desquité con vosotros y con vuestra
madre. Os prometo que nunca volverá a suceder. Os amo a ambos y
amo a Sky. No quiero perderos, sois mi mundo—trató de explicar él.
—¿Por qué? ¿Por qué dices cosas así si no lo dices en serio? —dijo
Lee frunciendo el ceño confundida.
—Los adultos hacen cosas raras—murmuró CJ—. Y mienten todo el
tiempo.
Maldición. Esto no iba a ser fácil pero tenía que aceptarlo.
—Me siento culpable por la tía Bee. Le pedí que fuera a comprar por
mí y por eso estaba donde esos bastardos podían llegar hasta ella.
Siento que es mi culpa, aunque sé que no lo es. No tenía derecho a
hablarle a vuestra madre como lo hice. No estuvo bien y no volverá a
suceder. Jamás.
Esperó a que aceptaran o rechazaran sus disculpas.
—Tienes que pedirle perdón a mamá y será mejor que no lo vuelvas
a hacer—dijo Lee con una expresión enojada.
—Lo mismo digo—gruñó CJ—. Si lo vuelves a hacer…—Sin no le
dio la oportunidad de terminar.
—Esto nunca volverá a suceder, tenéis mi palabra.
Sus hijos asintieron y luego Lee se arrojó hacia él y lo abrazó con
fuerza. Sin se arrodilló mientras la abrazaba, sosteniéndola con un
brazo y abriendo el otro para CJ. No tuvo que esperar mucho para
que su hijo se uniera a su hermana en sus brazos.
—Os amo, niños—murmuró contra sus cabellos.
Estaba a punto de decir más cuando su teléfono sonó. Era el tono
que le había asignado a su presidente. Sacando el teléfono del
q g p
chaleco, leyó el mensaje y lo volvió a guardar en el bolsillo.
—Tengo que irme, bebés, tengo que ocuparme de asuntos del club.
Cuando se puso de pie, su hija lo miró con el ceño fruncido.
—No somos bebés y ¿qué son asuntos del club?
Era un momento tan bueno como cualquier otro para explicarles los
asuntos del club.
—Lo siento, cariño, los asuntos del club son solo eso, asuntos del
club. Habrá cosas del club que nunca te contaré porque son asuntos
del club. Ni siquiera puedo contarle a tu mami, no está permitido. Si
lo hago, me meteré en problemas con mi Prez y el resto del club.
Ella entrecerró los ojos mientras pensaba en ello.
—Entonces es como una especie de sociedad secreta. ¿Como en mis
libros de cuentos?
Reprimió la sonrisa.
—Algo así, Lee.
Ella sonrió de repente.
—Entonces, si un día compro una moto y viajo con el club, ¿conoceré
los asuntos del club?
Mierda.
—No, lo siento, cariño, el club no permite miembros femeninos.
Su rostro se convirtió en una nube de tormenta.
—No es justo.
—Lo sé, pequeña, pero esas son las reglas. Se hicieron hace mucho
tiempo y no van a cambiar. —Le dio un rápido abrazo y se retiró
hacia la puerta, captando la sonrisa de CJ cuando la abrió.
—Tengo que irme, sed buenos con vuestra madre. Regresaré esta
noche.
Dejó la puerta abierta mientras caminaba rápidamente por el pasillo.
— Algún día seré motera—escuchó a Lee decir enojada.
—No, no lo serás. Papá dijo que nada de chicas. Yo seré el motero y
tú serás una dama—dijo CJ muy sabiamente.
—Lo seré y nadie me va a detener—espetó su chica enojada.
Simplemente sintió en sus entrañas que su chica le iba a dar un
infierno por las reglas del club.
Luego sonrió.
Él iba a disfrutar viéndola patear culos a medida que creciera.
Pero ella no se uniría al club.
Mierda, no.
Tampoco iba a convertirse en la dama de algún cabrón.
No estaba pasando.
Al encontrar a su dama en la cocina apoyada en la encimera
tomando café, le quitó la taza de la mano y la dejó. Acercándola a
sus brazos, selló sus labios sobre los de ella y suspiró en su boca
cuando ella se relajó y se abrió para él.
La estaba besando por primera vez en días.
Su corazón se aceleró y su polla reaccionó de inmediato.
Tirando de sus caderas contra su cuerpo donde podía sentir lo duro
que estaba por ella, le dio una última lamida al labio inferior antes
de levantar la cabeza.
—Tengo que irme, mi Sky. Volveré tan pronto como pueda. ¿De
acuerdo?
Ella se lamió el labio, saboreándolo antes de responder.
—De acuerdo. Mantente a salvo, por favor.
Le dio un último beso profundo y después tuvo que irse.
Su Prez lo necesitaba.
Capítulo 17
Hawk
Recostado en su sillón, Hawk observó cómo sus hombres llenaban la
capilla. Sólo los guardias de servicio estaban excusados. Cuando
Kahn le indicó que todos estaban presentes, levantó la barbilla hacia
Sin. El hermano cerró la puerta con llave y después se sentó a su
lado. Su rostro estaba inexpresivo, el único indicio de emoción era el
color de sus ojos. Eran de un azul cristalino mientras su mirada
recorría a sus hermanos. Esos ojos siempre estaban moviéndose,
siempre comprobando. Siempre alertas.
Hawk sabía que más de uno de los hermanos se sentía incómodo
ante esa mirada fría. Antes de que apareciera Skylar Beckman,
muchos se habían preguntado si tenía algún sentimiento. Ahora
sabían que sí. Y esos sentimientos lo convirtieron en un hombre muy
peligroso.
Aislando sus pensamientos errantes, Hawk golpeó el acero con el
martillo.
La iglesia estaba en sesión.
—Hermanos, os llamé porque tenemos algunas decisiones que
tomar. Estamos a punto de ir a la guerra y nuestras mujeres y niños
serán vulnerables. Habéis sido informados sobre nuestro Santuario y
mi sugerencia es que traslademos a nuestras familias a la seguridad
que éste brinda. Necesitaremos los próximos días para prepararnos
para lo que podría resultar un asedio. Quiero que todos los
hermanos que viven aquí en la casa club tengan un bolso preparado.
Si tenéis cosas que tienen algún valor sentimental, empacadlas. Lo
mismo con los hermanos que viven fuera de la casa club. Empacad
vuestras mierdas y traedlas. Los prospectos se asegurarán de que
vayan al almacenamiento del Santuario.
Hubo gestos de asentimiento por todos lados, incluso por parte de
los nómadas.
—Jagger, quiero que nos desconectes de los servicios públicos por
completo. Por el momento, no entra agua de la red de suministro
municipal. En el futuro próximo, funcionaremos con la energía
alternativa que has instalado para el club. Quiero que seamos
intocables en ese frente.
Jagger asintió.
—Estoy en ello, Prez.
—Scar, elegirás un equipo de francotiradores. Has estado
entrenando a varios de los hermanos pero necesito a tus mejores
hombres en el equipo.
—Entendido, Prez—dijo Scar levantando la barbilla.
—Mantendremos el negocio de los camiones en funcionamiento con
un personal mínimo y, cuando podamos, los reemplazaremos con
hermanos. Todo el personal que no trabaje tendrá licencia
remunerada y Kahn y Rider se encargarán de ello. Quiero cerrar los
clubes de striptease, anunciaremos que haremos algunas reformas
muy necesarias. Cerrar los clubes nos hará perder un montón de
dinero, pero no podemos vigilar a las strippers y a nuestras familias.
Estaremos demasiado presionados. En lo que respecta a nuestros
proyectos de construcción, el más importante es el resort. No quiero
que el enemigo rastree a nuestros equipos allí, así que lo cerraremos
durante una semana o dos, hasta que tengamos esta situación bajo
control.
Puzzle levantó la mano y Hawk le dio la palabra.
—La madre de Breker pidió que se le permitiera volver a casa para
recuperarse. Estoy pensando que deberíamos enviar a Kite y Dollar
allí también. Estarán bien cuidados y nadie los buscará allí. La dama
de Dollar puede acompañarnos; quizá se acomode mejor allí que
aquí.
Hubo silencio una vez que terminó.
—Pienso que es una buena idea—dijo Ice—. Nadie esperará que
enviemos afuera a nuestros heridos. Esperarán que estén aquí en
nuestra enfermería.
—Levantad la mano los que estéis de acuerdo. —Hawk no quiso dar
su opinión para no influir en la votación.
—Unánime—dijo Kahn mientras garabateaba en su cuaderno.
—Tan pronto como nuestros hermanos sean dados de alta del
hospital, serán trasladados al resort. Tenemos que hacer que parezca
que vinieron aquí, así que usaremos la entrada trasera oculta para
sacarlos cuando esté oscuro. —Hawk golpeó la mesa con la mano y
pasó al siguiente asunto.
—Stone, tú y tus hermanos seréis nuestros ojos y oídos afuera.
Quiero que patrulles los caminos que rodean la propiedad del Iron
Dogz. Jagger tiene cámaras y cosas alrededor del perímetro pero
tenemos vecinos que no tienen el mismo nivel de seguridad. Los
bastardos usarán sus tierras para llegar hasta nosotros. Quiero ojos
puestos en la viuda y sus hijos en nuestra frontera norte, no quiero
que les pase nada por nuestra culpa.
—Me encargo, Prez. Personalmente vigilaré a la vecina y a sus hijos.
Es la granja de caballos, ¿verdad? —preguntó Stone con el ceño
fruncido.
—Sí, pero no creo que haya mantenido el negocio después de la
muerte del marido—respondió Jagger—. Hablé con ella sobre las
cercas y estuvo feliz de dar permiso para que se levantaran porque
eso también aseguraba su propiedad. Iba a ponerse en contacto
conmigo para que le diera un presupuesto del resto de la propiedad
pero todavía no he sabido nada de ella.
Stone asintió.
—Anotado, hermano. Me ocuparé de eso por ti.
Hawk llegó al asunto que inmediatamente lo cabreó con solo
pensarlo.
—Antes de trasladar a nuestras mujeres y niños al Santuario, hay
que reubicar a las prostitutas. Preferiría matarlas, pero ahora no es el
momento. Quiero que las trasladen a las celdas del calabozo. No me
importa lo que les pase mientras estén allí, siempre y cuando no
estén en el mismo lugar que nuestras familias. Lo he discutido con
g q
Sin y vamos a dejar ir a la perra de su hermana. Si se queda, verá
cosas que no queremos que vea. La sacarán esta noche.
La mano de Rider se levantó.
—Trasladaré a las putas, Prez.
—Iré con él, jefe. —Wrench también levantó la mano.
—Bien. Ahora sigamos adelante.
Hawk estaba feliz de seguir adelante porque solo pensar en esas
perras le hacía hervir la sangre.
—¿Qué hay de la comida?—finalmente habló Bulldog. Había estado
muy callado y retraído.
Carraspeando, Hawk respiró hondo para hablar.
—La tía Beryl estaba a cargo de abastecer los almacenes y su último
reporte fue con Kahn. Sé que aún no había terminado de abastecerse
de mierda congelada, ni de alimentos perecederos. Tendremos que
hacer el pedido en línea y recibirlo o enviar un grupo a Makro para
comprar al por mayor. Soy un poco cauteloso a realizar pedidos en
línea ya que no podemos controlar las entregas. Creo que
enviaremos un camión junto con suficientes hermanos como
guardias para comprar lo que necesitamos.
—Si ordenamos lo que queremos con anticipación, podemos ir allí a
recogerlo, ¿verdad?—preguntó NikNak.
—Creo que sí, hermano, pero no estoy seguro. La tía Bee solía hacer
toda esta mierda. —Hawk tragó para mantener la ronquera fuera de
su voz.
—Suzy y yo nos haremos cargo. —Bulldog parecía como si prefiriera
hacer cualquier cosa menos continuar donde lo había dejado su
hermana.
Sin embargo, Hawk tenía otro trabajo para ellos.
—Necesito que tú y la tía Suzy armen el Santuario, Bulldog. Ella
conoce el club por dentro y por fuera y, contigo como respaldo,
lograremos que la gente se instale con la menor cantidad de
problemas. Esta guerra podría ser corta o podría prolongarse
durante meses. Pase lo que pase, quiero que nuestra gente esté a
salvo.
Bulldog asintió pero no dijo una palabra.
Hawk miró la lista que tenía sobre la mesa frente a él. Había tratado
todos los puntos que había anotado excepto uno.
—Jagger, hermano, ¿cómo nos va con las verduras frescas y esa
mierda?
Jagger sonrió.
—El señor Bekker está a cargo de los cultivos, Prez. Charlaré con él y
me comunicaré contigo.
Hawk asintió, contento de que alguien ajeno a la hermandad se
ocupara del asunto. No podía disponer de un hombre para cuidar
los cultivos, no ahora.
—Eso es todo lo que tengo por hoy. Si alguien piensa en algo que me
he olvidado, decídselo a Kahn y lo solucionaremos.
Miró alrededor de la mesa y de la habitación a sus hermanos y se le
hizo un nudo en el estómago al pensar que al final de esta maldita
guerra no todos estarán aquí. Ya cuatro de ellos no estaban
presentes. Uno de los cuatro nunca volvería.
—Se nos avecina un infierno, hermanos, y yo, por mi parte, quiero
que esta guerra termine con nosotros como vencedores. Nos
mantenemos unidos como hermanos y luchamos por nuestras
creencias, por nuestro honor, por nuestra hermandad y por nuestras
familias. No permitiremos que la escoria de la tierra triunfe y nos
borre del mapa. Esta es la tierra del Iron Dogz MC, pagada con
sangre y no se la entregaremos a nadie. —Golpeó el acero con el
martillo y lo dejó suavemente sobre la mesa. Lo señaló y luego a las
fotografías y recuerdos de las paredes.
—Ésta es nuestra historia, nuestras raíces y haremos lo mismo que
quienes nos precedieron. Lucharemos por lo que nos pertenece.
Cualquiera que piense que nos rendiremos sin luchar pronto
descubrirá que cometió un error al enfrentarse al Iron Dogz MC.
Señaló una lata cerrada que había estado en medio de la mesa.
—En esta lata hay un parche para cada uno de nosotros, desde el
presidente hasta el prospecto. Lo coseréis en vuestro chaleco esta
noche. Vosotros, no vuestra dama, novia o una de las chicas de club,
lo haréis vosotros. Lo coseréis en el lado izquierdo del chaleco,
encima de vuestro nombre, donde solía estar el antiguo diamante del
uno por ciento. Una vez que esta guerra termine, lo agregaremos a
nuestro parche trasero.
Hawk extendió una mano para agarrar la lata y fue pasada por la
mesa hasta él. Abriéndola lentamente, sacó el parche y cuando lo
giró para mostrárselo a los hombres, hubo un silencio atónito antes
de que las preguntas comenzaran a volar. Hawk levantó la mano y
consiguió el silencio que deseaba.
—Parece el diamante del uno por ciento, pero hay una diferencia.
Mirad de cerca. Este parche tiene la sangre de nuestros hermanos y
hermanas perdidos empapando el símbolo de nuestra libertad.
Seremos para siempre sangre de su sangre y los vengaremos. A
partir de este día este parche estará en nuestros chalecos. No
significa que volvamos a ser un club uno por ciento, en absoluto.
Servirá de advertencia a quienes pretendan atacarnos. Nuestros
enemigos han olvidado nuestra historia, han olvidado los fuegos que
forjaron este club. Pero yo no lo he hecho, ni mis oficiales, ni
nuestros ancianos. Nuestros enemigos vendrán e intentarán
matarnos a todos. No tendrán éxito porque somos los Iron Dogz y
no somos tan fáciles matar.
Hawk le pasó la lata a Ice, quien tomó un parche y la pasó. La lata
dio vueltas hasta que regresó a Hawk. Quedaban un par de parches
en la parte inferior.
—Los parches que quedan son para nuestros hermanos que ahora
mismo nos protegen las espaldas y para los que están en el hospital.
Esta noche se los entregaremos. Ahora, salgamos de aquí y tomemos
una cerveza o lo que carajo queráis mientras cosemos nuestros
nuevos parches.
Con eso, golpeó el bloque de acero con el martillo y el sonido resonó
en la silenciosa habitación. Sin abrió la puerta y la habitación se
vació lentamente.
No todos se fueron. Stone y Venom se unieron al resto de los
oficiales en la mesa.
—¿Estás seguro de que quieres volver a poner el diamante en
nuestros chalecos, jefe?—le preguntó Stone.
Hawk levantó la barbilla.
—Nuestros enemigos han olvidado quién y qué es el Iron Dogz MC.
Se han olvidado de que podemos morder. Es hora de hundir los
dientes en ellos y arrancarles la garganta. Si no lo hacemos, siempre
estaremos mirando por encima del hombro y estoy terminando con
esa maldita mierda. No soy el único que se siente así.
—¿Tenemos aliados entonces, Prez?— Venom se inclinó hacia
adelante, con interés en sus ojos oscuros.
—Sí, hermano. Hemos ideado un plan de acción que nos librará de
la familia Harrison para siempre. Mientras nosotros y nuestros
aliados locales nos ocupamos del problema en Sudáfrica, nuestros
aliados internacionales se ocuparán de ellos en sus países.
Stone se quedó sumido en sus pensamientos mientras su dedo
jugaba con el anillo en el tabique de su nariz, luego sonrió. Una
sonrisa muy cruel.
—Entiendo. Estamos fingiendo ser blancos fáciles. Entran
irrumpiendo y soltamos la trampa. Entonces los borraremos de la faz
de la tierra. ¿Estoy en lo cierto?
Hawk le devolvió la sonrisa cruel y los demás hombres también.
—Ese es el plan, hermano. Beast ha trabajado duro para preparar
nuestra pequeña sorpresa y brindarles a nuestros hermanos en los
muros una protección adicional. Scar y su grupo han instalado
puestos camuflados para francotiradores alrededor del complejo y
ha estado entrenando a algunos de los hermanos sobre armas que
Army tenía almacenadas. Una vez que los más vulnerables de
nosotros estén a salvo en el Santuario, daremos el siguiente paso.
Invitando a los cabrones dentro de nuestras paredes.
Venom miró alrededor de la habitación.
—Tenemos tanta historia sobre y dentro de estos muros, Prez. Habrá
algunos daños, eso es inevitable, ¿tenemos planes para salvar todo
esto?
—Los prospectos y algunos de los parches junior comenzarán a
empacar tan pronto como terminemos aquí. Tenemos varios
contenedores ignífugos preparados—respondió Ice.
—Bien. —Venom asintió.
Los dos nómadas parecían intimidantes mientras estaban sentados a
la mesa y Hawk se alegró de haberlos llamado. Iban a necesitar sus
habilidades.
—¿Puedes darme más información sobre la viuda de al lado, jefe?
¿Está bien con el club o podría ser un problema? —Stone hizo girar
el anillo en su pulgar una y otra vez, pero sus ojos estaban enfocados
en Hawk.
—Puedo responder a eso. —Jagger tamborileó con los dedos sobre la
mesa—. Cuando le hablé de las vallas, me ayudó mucho y no nos
tuvo miedo en absoluto. Había tenido problemas con intrusos y
estaba preocupada por la seguridad de sus hijos y de sus caballos. El
marido murió en un accidente hace un tiempo y ella dirige el lugar
desde entonces. He estado vigilando, pero muy ocupado con un
montón de cosas, así que no he cumplido.
—¿Crees que podría vendernos?—preguntaron Ice y Boots casi al
mismo tiempo. Se sonrieron el uno al otro.
—No, no está interesada en vender. Después de la muerte de su
marido, vendió la mayoría de los caballos, pero se quedó con dos
sementales de calidad y algunas yeguas. Creo que está criando con
ellos, pero como dije, no he hablado con ella desde hace tiempo.
—Es interesante. —Stone asintió brevemente—. Pasaré mañana y
tendremos una charla. Os informaré mañana por la noche.
—No te quiero allí las veinticuatro horas del día, Stone, haz una lista
de turnos para tus hombres. Estaréis patrullando en las jaulas, no en
vuestras motos. Os quiero lo más invisible posible. —Hawk sabía
que eso enojaría a los hombres, pero no cedería.
Stone suspiró y asintió.
—Está bien, jefe, me encargo. Pero visitaré a la viuda en mi moto,
ella necesita saber que tiene nuestra protección incluso si no la
quiere.
Jagger sonrió de repente.
—Sólo un aviso, hermano. La viuda no es pan comido, es una tipa
dura.
Una sonrisa de respuesta apareció en el duro rostro de Stone.
—Me gustan mis mujeres duras.
La risa rompió la tensión en la mesa.
—No creo que haya nada más que discutir. Vayamos a la barra a
tomar esa cerveza y comencemos a coser estos pequeños bastardos
en nuestros chalecos—dijo Hawk mientras se levantaba del asiento.
Al salir, recogió el teléfono de la canasta afuera de la puerta.
Tenía varias llamadas perdidas. Al revisar encontró dos de Ciudad
del Cabo, una de Orca y otra de Kid.
Llamó a Kid primero. Eso estaba mal, pero confiaba en su mejor
amigo más que en nadie.
—Gracias por devolverme la llamada, Hawk. El grupo de mi dama
escuchó rumores de que iba a haber un golpe en el complejo. No
estamos seguros de si es en el tuyo o en el nuestro, por lo que Orca
ha ordenado un bloqueo total. War ha hecho lo mismo, al igual que
el grupo de Face. Todos han sido llamados a venir y estamos listos
para recibirlos. Te aconsejo que hagas lo mismo lo antes posible.
Parece que nuestra jugada está funcionando.
Tenía razón, parecía que la jugada estaba funcionando.
—Estamos en ello, hermano. Las mujeres y los niños están siendo
trasladados al Santuario al amparo de la oscuridad. —Aunque el
teléfono era seguro, no se arriesgaba dar plazos.
—Bien. Tengo cosas de las que ocuparme aquí, hermano, mantén el
lado brillante hacia arriba3.
—Igualmente, Kid. Hablamos pronto—dijo Hawk y terminó la
llamada.
Moviéndose a su asiento habitual en la sala común, se sentó y aceptó
la cerveza que le entregó el prospecto. En la maltrecha mesa de café
frente a él había un cuenco con hilo y agujas, dejó la cerveza y
comenzó a coser el nuevo parche a su chaleco.
Sin se sentó a su lado, haciendo lo mismo, pero sus ojos seguían
deslizándose por la habitación, comprobando todo constantemente.
—¿Cómo se las arreglan tu dama y tus hijos?
—Casi lo jodo otra vez, jefe—murmuró mientras clavaba la aguja en
el cuero—. Me disculpé y lo arreglé, pero estuvo cerca.
Habiendo cometido muchos errores con su dama, sabía lo fácil que
era arruinarlo todo.
—¿Cuánto tiempo tendremos su equipo de seguridad con nosotros?
—¡Mierda! No te he dicho las novedades porque fuimos
directamente a la iglesia. El equipo que llegó esta mañana no fue
enviado por su sello discográfico. Cat Deluca-Orloff envió al equipo
de su empresa de seguridad privada encabezado por Callum
O'Leary, el director de la empresa. También tiene un equipo de
operaciones encubiertas aquí con órdenes de encontrar y eliminar a
Sharma. Le conté a O'Leary sobre los ataques contra los Harrison y él
ordenó al equipo de operaciones encubiertas que escoltara a Cat de
regreso a su complejo en los Estados Unidos. Ella quería que mi
dama y mis hijos también fueran, pero la rechacé. Quiero a mi
familia cerca hasta que termine esta mierda. O'Leary se quedará
hasta que tengamos a mi dama y a los niños encerrados a salvo y
luego él y su equipo regresarán a los Estados Unidos. Según tengo
entendido, el marido de Cat fue asesinado por un acosador con
conexiones con los sindicatos. O'Leary no quiere correr ningún
riesgo con ella y sus hijos.
—Bien. Con él y su equipo vigilando la casa podremos liberar a
algunos de los hermanos. Jagger necesita ayuda para trasladar a los
perros a sus nuevos caniles. No los quiero aquí cuando los hijos de
puta vengan.
Sin asintió mientras seguía cosiendo y vigilando. Había sido el mejor
hombre para el puesto que quedó vacante cuando Kid se trasladó a
Ciudad del Cabo.
A su alrededor, sus hombres se sentaban en los sofás y las sillas
haciendo lo mismo que él, cosiendo sus nuevos parches. Al menos ya
no estaban en silencio, sino que volvieron a hablar gilipolleces y a
reírse de las malas habilidades de costura del otro.
Poniéndose el chaleco, se pasó las manos por el frente, se puso de pie
y se lo acomodó alrededor de los hombros. El parche negro con rojo
se sentía como si le estuviera quemando un agujero en el pecho. Era
un símbolo de lo que habían perdido y de lo que estaban dispuestos
a hacer para vengar esas pérdidas. El símbolo negro del uno por
ciento4 estaba en un charco rojo, rodeado por un contorno de
diamante negro seguido de un contorno rojo.
Dando unas palmaditas al parche, tomó su cerveza y se dirigió a su
oficina. Todavía tenía cosas que hacer antes de poder volver a casa
con su dama.
Sentado en su escritorio, hizo la llamada telefónica que había
prometido hacer si la mierda estaba a punto de estallar.
—Sí. —La voz fue cortante.
—Está a punto de suceder, Rick. Hemos recibido información de que
un ataque al complejo es inminente.
—¿Las familias? ¿Están a salvo?
—Nos estamos encargando de ello mientras hablamos. No estarán
en la línea de fuego si esos imbéciles siguen adelante con el ataque al
complejo.
Dio un gruñido que sonó molesto.
—¿Cómo está mi hermana? No sonaba tan bien la semana pasada.
Ahora fue el turno de Hawk de enfadarse.
—Está bien. Su doctora le ha recetado medicamentos que la ayudan
con las náuseas. Ya no pasa el día vomitando.
—Es bueno escuchar eso. Estuve jodidamente preocupado por un
tiempo.
—Aquí igual. Me asusté muchísimo—dijo Hawk en voz muy baja.
—Tengo que irme, hermano. Llama si necesitas algo, cualquier cosa.
Estaré monitoreando la situación y si detectamos algún rumor estaré
en contacto. Manteneros a salvo.
Terminó la llamada de su manera brusca habitual.
Hawk dejó el teléfono y suspiró. Su día aún no había terminado.
Ziggy se uniría a él pronto. Tenían programada una conferencia
telefónica con las otras partes involucradas en el derribo de los
Harrison.
La otra cosa en su agenda era hacer los preparativos para los
funerales. No es que pudiera hacer nada con respecto al funeral de
su tía hasta que regresaran las pruebas en las que había insistido.
O sobre el de Bok.
La familia del hermano se acercó y les devolvieron el cuerpo. Tenía
un testamento y quería ser incinerado y que sus cenizas fueran
esparcidas en la granja de su familia. No quería un funeral ni la
habitual escolta del club. Su última petición fue que fuera sencillo y
el club se lo concedería. Celebrarían su vida una vez que hubieran
solucionado la mierda que los rodeaba.
Pasando las manos por el escritorio que solía ser el de su padre, se
preguntó si había sentido el peso del parche del presidente en su
pecho. Se preguntó si lo había sentido cuando estaba luchando por
cortar los lazos con la mierda oscura y sucia en la que el club había
estado involucrado. Nunca pensó en preguntarle, estaba demasiado
ocupado siendo un imbécil egocéntrico en ese momento. Ahora ya
era demasiado tarde.
Todavía estaba perdido en su cabeza cuando Ziggy entró y sin decir
una palabra comenzó a prepararse. No hablaron mientras marcaba y
como por arte de magia todas las partes quedaron conectadas.
No hubo bromas.
Nada de mierdas del tipo ¿cómo estáis? Fue directo al negocio.
Una vez que todos estuvieron al tanto sobre las últimas situaciones,
la llamada finalizó.
Se había dado el siguiente paso. Tan pronto como los Harrison, a
través de Sharma, atacaran el Iron Dogz, los demás harían su parte.
Ziggy volvió a tomar sus cosas en silencio y se marchó.
Hawk estaba a punto de salir de la oficina cuando su teléfono sonó,
al ver el identificador de llamadas se sentó nuevamente.
—Acabamos de hablar, Dom. ¿Por qué me llamas personalmente?
—Acabo de recibir un informe de Gideon, su hombre adentro
finalmente se reportó. Se le ha ordenado a Sharma atacar lo antes
posible. Iremos al escondite de la vieja bruja tan pronto como
sepamos que la atención de Sharma está puesta en vosotros. Tienes
que estar preparado, amigo mío, y tener cuidado. No quiero tener
que conocer a un nuevo presidente.
Hawk resopló.
—No te preocupes por nosotros, Dom. Estamos más que preparados
para el cabrón. ¿Y desde cuándo somos amigos? Somos más como
enemigos amistosos.
La risa de Dom cruzó la línea y él también se rio.
—Joder. Con toda la mierda por la que hemos pasado para intentar
enderezar nuestras vidas, somos más cercanos que enemigos
amistosos. Una vez que esta guerra haya quedado atrás, quiero
sentarme contigo y tus mejores hombres. Tenemos un par de cosas
de interés mutuo que me gustaría discutir. No es algo que quiera
hacer por teléfono.
Tirando de su barba, Hawk se preguntó qué estaría haciendo el
hombre ahora.
—Hablaremos de nuevo después de que hayamos solucionado
nuestros problemas. Ten cuidado por ahí.
—Bien. Cuídate y cuida a tu gente, Hawk. Hablamos pronto.
Con eso Dominick Maingarde cortó.
Con un gruñido descontento, Hawk se levantó y salió de la oficina.
Se iba a casa. Necesitaba tener a su dama en los brazos. Necesitaba la
paz que ella le daba. Necesitaba poner la mano sobre su vientre y
sostener a su hijo.
Era todo lo que importaba ahora.
Mañana llegaría muy pronto.
Capítulo 18
Sky
Anoche, Sin había llamado para hablar con los niños antes de que se
fueran a la cama. Ambos se sintieron decepcionados porque tuvo
que trabajar, pero lo manejaron.
Yo... no tanto.
Sabía que su club estaba siendo atacado por gente muy mala, pero
no sabía por qué. Y luego estaba el problema con Ravi Sharma.
Todavía me molestaba haber permitido que un gángster se acercara
a mi hija. Debería haber sido más inteligente, más cuidadosa. Estaba
enojada conmigo misma por haber caído en uno de los trucos más
antiguos del manual.
El caballero blanco cabalgando para rescatar a la pobre damisela con
dos neumáticos pinchados. Debería haber dicho no, gracias y haber
llamado a Bry. En lugar de eso , me enamoré de sus frases de
mierda.
Finalmente me quedé dormida y tuve un sueño muy inquieto.
Me desperté a medias cuando él levantó el edredón y se deslizó en la
cama a mi lado. Olía a la ducha que había tomado, cítrico y fresco y
me acurruqué contra él, dejando escapar un suspiro de satisfacción.
Lo último que recuerdo es que me susurró dulcemente al oído.
—Te amo, mi Sky.
Ya era mañana y estábamos a punto de discutir.
Boots entró mientras yo estaba preparando el desayuno para todos
nosotros y empezaron a hablar de tener que enviar un camión para
comprar suministros. Sin era el encargado de seleccionar el grupo
que iría a comprar dichos insumos. Él iría con ellos.
Estaban discutiendo cuál de las mujeres estaría disponible para
acompañarlos. Aparentemente la tía Suzy, Gail y Genna no estaban
disponibles porque estaban preparando el alojamiento al que nos
mudaríamos esta noche. DC estaba supervisando a los prospectos y
a las chicas del club empacando cosas en la casa club y, de todos
modos, debido a que estaba embarazada, no se le permitía
abandonar el complejo. Leo y Chris estaban asegurando y cerrando
su pub. River, Tori, Harmony, Vash y Martie estaban empacando las
salas de juegos y la sala de computación de los niños.
Eso nos dejaba a Sunny y a mí. Sunny no estaba disponible porque
estaba ocupada en su santuario de grandes felinos.
De todas las mujeres del club yo era la única que no tenía trabajo que
hacer. Apestaba. Quería ayudar. Esperé una pausa en su
conversación para lanzar mi bomba.
—Puedo ir. Me siento culpable por no estar haciendo nada para
ayudar.
La cabeza negando de Sin me hizo saber que no iba a ser fácil de
convencer.
—No. No vas a poner un pie fuera de las puertas—me gruñó.
—Estaré a salvo contigo y tus amigos, y los niños estarán a salvo con
Cal y sus hombres. Necesitas a alguien que organice y lleve un
seguimiento de las compras. Puedo hacer una lista maestra y
dividirla entre nosotros, de esa manera lo haremos más rápido que
tener una única lista y a todos corriendo por la tienda.
Boots me miró, luego a Sin y asintió brevemente.
—Ella tiene razón, Sin. Ninguno de los hermanos ha hecho nunca
esta mierda. La tía Bee solía encargarse y nunca pensamos en cómo
nos alimentaba todos los días. Ni siquiera sabría por dónde empezar.
Mi hombre gruñó y luego soltó un resoplido.
—Joder, odio esto. No quiero ponerte en peligro sacándote de
nuestra propiedad. Ese imbécil está ahí afuera y probablemente esté
vigilando. Realmente no quiero correr el riesgo de que intente
agarrarte cuando estamos en público.
Puse mi mano en su antebrazo y lo apreté.
—Estarás conmigo y también todos tus hombres. Estaré a salvo. Y si
dividimos la lista, lo haremos muy rápidamente.
—Bien—estuvo de acuerdo de mala gana—. Puedes venir con
nosotros pero te quedarás donde pueda verte en todo momento. No
te desviarás, ni irás a buscar nada. Nos mantenemos juntos.
Asentí con una gran sonrisa. Cualquier cosa con tal de salir de la
casa una o dos horas.
—¿Podemos ir nosotros también?—se escuchó una voz de repente—.
Te ayudaremos a ti y a mami a hacer las compras rápidamente.
Maldición. Eso podía ser un problema. No, no podía,
definitivamente era un problema.
—Lo siento, Lee, esta vez no. Es demasiado peligroso para ti y para
CJ estar ahí fuera ahora mismo. —Por el sonido de la voz de Sin , ella
no iba a convencerlo. No esta vez.
—Soy una muy buena compradora, puedes preguntarle a mami. En
casa y cuando estamos de gira tenemos que ser muy rápidos cuando
vamos de compras. Siempre tenemos una lista y disfraces. Es tan
divertido. Por favor, papá, déjanos ir contigo. Prometo que
estaremos bien.
Sin negó con la cabeza.
—Es peligroso ahí fuera, cariño. Te quiero a ti y a tu hermano aquí,
donde sé que estaréis a salvo.
—¿Qué pasa si viene aquí mientras tú y mamá estáis fuera?—
preguntó CJ.
Oh chico. Escucharlo llamarme mamá me hizo sentir blando el
corazón. ¿Y escuchar a Lee llamar a Sin papá? Algo muy especial.
—Tendrá que pasar a todos los guardias para llegar hasta vosotros
dos. No lo logrará.
—¿Pero y si lo logra? Queremos ir porque contigo estaremos a salvo.
No se iban a rendir, eso era muy obvio.
—Niños—intervine tratando de ser la voz de la razón—. Es
demasiado peligroso para vosotros dos venir con nosotros. Vamos a
estar apurados para hacer las compras y ¿qué pasa si nos
separamos? El club no puede controlar quién entra o sale de la
tienda. No podemos correr el riesgo de que un tipo malo pueda
colarse.
Lee sonrió y negó con la cabeza.
—Nadie se va a meter con papá y su club. Estaremos a salvo
mientras estemos con vosotros.
Miré a Sin y él me miró. Él levantó una ceja.
Malditos niños.
—Si, y es un gran si, os permitimos venir con nosotros, habrá reglas.
¿Lo entendéis? —Les di a los dos mi mirada más severa.
Las dos pequeñas mierdas chocaron sus hombros y luego asintieron
vigorosamente.
—Estaremos con vosotros todo el tiempo, lo prometemos—dijo Lilou
y CJ asintió vigorosamente.
Si éste era un ejemplo de cómo los dos iban a confabularse contra
nosotros , estábamos fritos.
Una hora más tarde, ambos niños estaban sujetos en el asiento
trasero de la camioneta. Bullet conducía con Sin en el asiento del
pasajero y yo estaba sentada detrás de Bullet desde donde podía ver
a los niños detrás de mí y a los hombres delante de mí.
Cal no estaba contento y tampoco se anduvo con rodeos para
decirlo, pero al final tuvo que rendirse porque era decisión de Sin. Él
y sus hombres se quedaron atrás para asegurarse de que nadie se
colara a escondidas mientras hacíamos las compras.
Debimos haber sido una vista bastante intimidante cuando entramos
al supermercado. Pero ninguno de nosotros se dio cuenta. Todos
tenían sus órdenes. Nos dividimos en grupos y empezamos a
comprar.
Bullet, Puzzle y Sin estaban con los niños y conmigo, me sentía
segura con ellos acompañándonos por la tienda. Nos topamos con
un pequeño obstáculo al doblar la esquina de un pasillo. Una dama
de cabello gris intentaba valientemente empujar un carrito cargado,
pero tenía dificultades. Antes de que uno de los hombres pudiera
dar un paso al frente y ayudar, CJ estaba allí.
—Disculpe, ¿puedo ayudarle a empujar su carrito?—preguntó
cortésmente.
—Oh, eso es muy dulce de tu parte. —Ella me sonrió mientras se
alejaba del carrito—. Tienes hijos muy hermosos y muy educados.
Eso no se encuentra muy a menudo hoy en día.
Sonreí.
—Gracias.
No iba a decir más, pero mi chica habladora se enganchó, tomó el
brazo de la dama y caminó por el pasillo con ella, charlando sin
parar.
Puzzle inmediatamente se acercó detrás de ellos y me hizo un
asentimiento de cabeza leve. Mantendría sus ojos en los niños. CJ se
quedó atrás a mi lado. Seguía revisando mi lista y cargando el
carrito, pero tenía un ojo puesto en Lee.
La anciana que se presentó como Beatrice se volvió hacia mí con una
sonrisa.
—Muchas gracias por permitir que su hijo me ayude hoy. Voy a
entrar al baño de allí. Disfrute de sus compras. —Saludó levemente a
CJ mientras él estacionaba su carrito afuera del pasillo que conducía
a los baños.
—Mamá, yo también tengo que ir—dijo Lilou—. Seré rápida, lo
prometo.
Estaba a punto de dejar el carrito e ir con ella cuando la dulce
anciana negó con la cabeza.
—Está bien, querida, la vigilaré mientras estemos allí.
No estaba tan segura de dejarla ir. Sin embargo, Sin tenía un plan,
inclinando su cabeza hacia los baños envió a Puzzle por el pasillo y
me quedé atónita al verlo entrar al baño de mujeres . Un minuto más
tarde salió y le dio a Sin el visto bueno.
Sin asintió y entendí que el baño era seguro.
—Está bien, cariño, pero date prisa. Estaré aquí en este pasillo y tu
papá vigilará la puerta. ¿De acuerdo?
Ella asintió rápidamente y saltó detrás de la anciana que se apoyaba
pesadamente en su bastón.
Seguí mirando hacia el baño mientras le ordenaba a Bullet que
sacara paquetes de papel higiénico del estante y los cargara en el
carrito. Estaba empezando a ponerme nerviosa. Lee estaba tardando
demasiado. Eso era muy propio de ella.
Dejando el carrito en medio del pasillo caminé rápidamente hacia el
baño y abrí la puerta. Estaba vacío.
—¡Lee!—llamé.
Sin respuesta.
Corriendo por el baño, abrí todos los cubículos. Nadie.
Ella se fue.
—¡¡¡SIN!!!
Debía haber estado justo afuera porque cuando grité la puerta se
abrió violentamente.
—¡Ella no está! ¡Ambas se han ido! ¡Alguien se llevó a mi bebé! —Me
quedé congelada mientras él y Puzzle revisaban una vez más los
cubículos.
—¡Jefe! Tengo la ropa de la vieja perra colgada detrás de la puerta
del cubículo para madres y bebés. Hay una ventana aquí y hay un
largo cabello rubio atrapado en el cerrojo—gritó Puzzle antes de salir
corriendo del cubículo con una bolsa—. Creo que se les estaba
acabando el tiempo y se olvidaron de esta mierda. He enviado un
mensaje a todos los que están afuera.
—Ve, me pondré en contacto con Hawk. Encuentra a mi hija y
tráeme a esa vieja perra.
—Ya lo tienes, jefe—dijo Puzzle con los dientes apretados mientras
me daba unas palmaditas en el hombro antes de salir corriendo.
Sin estaba al teléfono, enviando mensajes y luego estaba hablando
con Hawk.
Lo único en lo que podía pensar era en mi pequeña niña en manos
de un maníaco. Mi dulce bebé.
Estaba temblando mucho y todo lo que quería hacer era salir
corriendo del baño y encontrarla. Pero Sin no me dejó. Y luego un
par de brazos delgados se enroscaron alrededor de mi cintura y se
apretaron fuerte, muy fuerte.
—Papá la recuperará—susurró con voz llorosa—. Te prometo,
mamá, que él la recuperará y que le hará daño a la gente mala. Lee
es inteligente, sabe que papá y los hermanos vendrán por ella. Ella
estará bien. Sé que lo estará.
Lo abracé y me incliné para darle un beso en la frente.
—Tienes razón, cariño, tu padre la recuperará y le patearemos el
trasero a esa vieja por llevarse a nuestra chica.
CJ echó la cabeza hacia atrás con el ceño fruncido.
—No creo que ella fuera realmente mayor. Una anciana jamás habría
podido engañar a mi hermana.
Asintiendo, levanté la vista cuando la mano de Sin tomó mi barbilla
y levantó mi rostro hacia él.
—Los enviaré a los dos de regreso a la casa club. Y no discutas
conmigo, mi Sky. Los necesito a los dos a salvo mientras recupero a
nuestra hija. Vamos a salir de aquí.
Tomando la bolsa que habían dejado, nos sacó del baño y nos llevó
hasta la puerta principal. La tienda había sido cerrada y Bullet estaba
en las puertas con el gerente de la tienda.
—Rick y su equipo están a cinco minutos, hermano. Pidió que lo
esperáramos—dijo Bullet en voz baja.
Sin dejó caer la bolsa al suelo y la señaló.
—Quien se la llevó dejó esto atrás. No la he abierto pero sospecho
que es el disfraz que llevaba la perra.
Unas luces azules intermitentes llamaron mi atención y miré hacia el
exterior del edificio. Varios vehículos se detuvieron y salieron
hombres con equipo táctico. Uno de ellos habló con uno de los
hombres que estaban afuera antes de llegar a las puertas. El gerente
las abrió para ellos.
—¿Qué puedes decirme, Sin?—dijo el hombre al frente con voz
entrecortada.
—Se llevaron a mi hija, Rick. Justo delante de mis narices. —Señaló
la bolsa—. Había una anciana con ella en el baño. Cuando la
buscamos encontramos esto en el cubículo de madres y bebés. Creo
que la olvidaron con las prisas por salir de aquí.
—¿Sabes quién podría ser?
Antes de que Sin pudiera responder, yo lo hice.
—Tengo un acosador y ha estado amenazando a mi familia. Su
nombre es Ravinder Sharma. Creo que se llevó a mi hija.
Ojos fríos se volvieron hacia mí y él asintió brevemente.
—Voy a enviar a mi dama y a nuestro hijo de regreso a la casa club,
luego saldré a la carretera para encontrar a mi hija y nadie me
detendrá—gruñó Sin y la atención del policía volvió directamente a
él.
—No me cagues esto, Sin—le advirtió en voz baja.
—No voy a hacerlo, hermano—dijo Sin con el mismo tono de voz y
mis ojos se abrieron en estado de shock.
El policía obviamente estaba en la nómina del Iron Dogz o algo así.
—Me encargaré de la investigación de este lado. Asegúrate de
dejarme un par de cuerpos para enjuiciar una vez que hayas
terminado—dijo antes de darse la vuelta y comenzar a ladrar
órdenes.
CJ y yo fuimos escoltados a la camioneta. Sin abrazó a CJ antes de
subirlo al vehículo que nos esperaba. Estaba atado al asiento junto a
uno de los hombres. Girándome, Sin me besó fuerte en los labios y
luego me abrazó con fuerza.
—La traeré a casa, cariño, lo juro por mi vida.
—Quiero que ambos regreséis a casa con vida. Ten cuidado. Trae a
nuestra hija a casa—susurré entre lágrimas contra su cuello.
No dijo una palabra, simplemente me subió a la camioneta y me
puso el cinturón de seguridad. Dio un paso atrás y cerró la puerta de
golpe.
No nos vio salir. Estaba corriendo hacia una moto que esperaba con
el teléfono en la oreja incluso antes de que saliéramos del área de
estacionamiento.
¿De dónde vino la moto?
¿Adónde iba?
¿Habían oído algo?
No iba a enterarme hasta mucho más tarde.
Sin
La rabia ardía en sus entrañas pero tenía que controlarla por su
mujer y su hijo. Quería quitarles el miedo de los ojos pero no tenía
nada que darles. Todo lo que sabía era que tenía que ponerlos a
salvo antes de que los hijos de puta intentaran llevárselos también.
Mientras buscaban a Lee, se envió una alerta a todos sus aliados y
las motos habían estado llegando al área de estacionamiento de la
tienda. La escolta que enviaría con su dama y su hijo sería
impenetrable. Dejó a Spook a cargo de ponerlos a salvo y se
concentró en encontrar a su hija.
—No quería interrumpir mientras estabas con los cerdos y tu dama,
jefe. —Bollywood se acercó en su moto mientras él pasaba la pierna
por encima del asiento de la moto de Spook—. Noté una maldita
furgoneta verde pálida en el estacionamiento del personal en la parte
trasera de la tienda. Parecía fuera de lugar y tomé la matrícula. Se la
envié a Zig y me la devolvió como robada. Le pedí a Crash que
estuviera atento mientras patrullábamos por aquí. Él acaba de
contactarme. Está siguiendo la furgoneta en la pequeña jaula de
mierda que ha estado usando para seguirnos hasta aquí.
—¿Crees que son ellos?— Sin no quería cometer un error—. No
puedo cometer un error, hermano. Se han llevado a mi pequeña. Sin
malditos errores.
—No estoy seguro, jefe, porque no vi subir a nadie al vehículo.
Necesitaremos el video de la tienda para eso y nos llevará
muchísimo tiempo conseguirlo. Creo…
Fue interrumpido por su teléfono y se lo llevó a la oreja.
—¿Qué tienes para mí, hermano? —Frunció el ceño mientras
escuchaba y luego sonrió—. Envía las coordenadas a Prez también.
Nosotros estamos en camino. Mantén los ojos bien abiertos,
hermanito y quédate donde estás hasta que lleguemos. No queremos
asustarlos.
—Vamos, jefe. Crash los siguió hasta un almacén vacío cerca de
Tembisa. Son cinco, cuatro hombres y una mujer. Los vio llevando a
Lee adentro. Esos cabrones debieron haberla drogado. Tenemos un
viaje de treinta minutos para llegar hasta ella, así que salgamos de
aquí y violemos algunas leyes.
Sin aceleró la moto y estaba a punto de salir cuando su teléfono
vibró contra su pecho. Al sacarlo vio el nombre de su Prez y de
inmediato respondió.
—Estamos a punto de irnos, Prez. Crash se comunicó con nosotros
con una ubicación—dijo él rápidamente.
—Beast, Scar y Adder están de camino al lugar, hermano. Están más
cerca que tú. Si Beast cree que tienen que entrar antes de que llegues,
lo harán. Pon tu culo en la carretera.
—En eso, Prez.
Finalizando la llamada, deslizó el teléfono en el bolsillo mientras
salía. La única razón por la que salieron a una velocidad tranquila
del maldito estacionamiento fueron los reductores de velocidad.
Pero una vez que cruzaron la puerta, dejó que Bollywood tomara la
iniciativa. Su hermano lo llevaría hasta su bebé.
Condujeron rápido y una vez en la carretera ignoraron el límite de
velocidad. Sin sabía que Ziggy se aseguraría de que ninguno de ellos
tuviera problemas con la ley.
En su mente vio la hermosa sonrisa de su pequeña.
Estaría rompiendo cabezas si esos cabrones le hubieran dañado un
pelo de la cabeza.
Hombre o mujer, le importaba un carajo.
Capítulo 19
Beast
El miedo por la hija de su hermano lo acompañó hasta el almacén.
Era padre de dos niñas y sabía exactamente por lo que estaba
pasando Sin en ese momento.
El miedo.
El miedo desgarrador de que algún maldito pervertido estuviera
tocando a su bebé. Lo había pasado con sus hijas y no se lo desearía
a nadie.
Redujeron la velocidad antes de llegar al almacén y estacionaron las
motos a la vuelta de la esquina, en el área de estacionamiento de un
pequeño bloque de oficinas. Luego corrieron con sus bolsas al
hombro. Bolsas que nadie sospecharía que contenían rifles de
francotirador y otros armamentos útiles.
Redujeron la marcha cuando se acercaron a la entrada del almacén,
pegándose a la valla donde la maleza le llegaba casi a la altura de los
hombros.
—Vosotros dos, buscad puntos altos con vista al edificio mientras
me comunico con Crash. —Se puso los auriculares, los encendió y
esperó hasta que dos clic le indicaron que estaban conectados.
Entre un paso y el siguiente, los dos hombres desaparecieron entre la
hierba alta y los khakibos5 que rodeaban el almacén. Vio a Crash casi
de inmediato. El pequeño cabrón tenía la espalda apoyada contra el
costado del almacén detrás de una pila de tambores y les hizo un
gesto que se alejara con la mano. Él supo por qué en el momento en
que escuchó los pasos. El estúpido bastardo que patrullaba el
exterior del edificio no hacía ningún esfuerzo por disfrazar sus pasos
mientras prácticamente pisaba fuerte hacia donde se escondía Crash.
No llegó muy lejos cuando el hermano salió de su escondite y lo
derribó. Lo hizo en silencio y Beast rápidamente se unió a él,
ayudando a esconder al gordo cabrón detrás de los tambores.
Crash levantó cuatro dedos.
—Tres hombres y una mujer. Tienen a Lee atada en una de las
oficinas. Ella aún no se ha despertado—dijo en voz muy baja.
Avanzaron silenciosamente por el costado del almacén hacia las
oficinas. Cuanto más se acercaban, más fuertes se hacían las voces
del interior. Estaban discutiendo.
—Dijo que no tocáramos a la que atrapamos. Lo sabes. Te matará si
le haces daño a esa niña.
Sonó una risa fea.
—No le haré daño a la perra, solo jugaré con ella. Ella tendrá que
aprender de todos modos, así que ¿por qué no puedo enseñarle uno
o dos pequeños trucos?
—Deja de ser tan idiota. Nos matará a todos si juegas con la niña—
dijo una voz de mujer que sonaba aburrida.
—Mierda. Siempre me deja jugar con los niños antes de entregarlos.
Dice que es una introducción a sus nuevas vidas. —De nuevo la risa
fea.
Beast no esperó a escuchar más. Tocando sus auriculares dio la
orden.
—Si tenéis un tiro claro, eliminadlos. Uno de esos cabrones está a
punto de hacerle daño a la niña.
—Entiendo. Tengo una oportunidad clara—gruñó Scar.
—Aquí igual. A la cuenta de dos.
Ninguno de los dos dijo una palabra más.
Dos disparos sonaron en rápida sucesión y un grito femenino agudo
vino desde adentro cuando Beast y Crash atravesaron la puerta
lateral rota. La mujer tenía una pistola en la mano y Beast no se
arriesgó, le disparó en el pecho. A su lado, Crash se hizo cargo del
otro bastardo. Beast comprobó rápidamente a los hombres, estaban
muertos. Dos disparos en la cabeza y uno directo al corazón.
La hembra resultó gravemente herida pero aún estaba viva cuando
Beast se inclinó sobre ella.
—Todooos... van... a morir... quemarse... en... fuegos... infierno—dijo,
después se sacudió y se quedó en silencio.
La perra estaba muerta.
Buen viaje.
Crash corrió hacia la puerta cerrada de la oficina mientras Beast
revisaba a los hombres y a la mujer caídos.
Minutos después salió con Lilou en brazos. La chica todavía estaba
desvanecida
Gracias, joder. No había escuchado ninguna de las jodidas mierdas
que los imbéciles habían estado diciendo. Escuchó las motos
mientras salían.
Sin se bajó de la moto en segundos y corrió hacia Crash.
El hermano le entregó la niña a su padre y tenía un puto nudo en la
garganta cuando Sin la abrazó contra su pecho con lágrimas en los
ojos mientras sus labios se movían, susurrándole. No podía oír lo
que estaba diciendo pero de alguna manera lo sabía.
Sabía que Sin le estaba diciendo que estaba a salvo.
Que él siempre vendría por ella, sin importar qué. Que la amaba.
Lo mismo que él diría, y había dicho, a sus propias hijas.
Capítulo 20
Sin
Mientras sostenía el cuerpo inerte de su pequeña en los brazos,
silenciosamente envió una oración de agradecimiento a los dioses
por mantenerla a salvo y devolvérsela prácticamente ilesa. Los hijos
de puta la habían drogado pero eso había sido lo peor hasta donde él
podía ver. No era un hombre religioso y, francamente, nunca lo
sería. Después de toda la mierda que había hecho por el club, no
había manera de que el Gran Hombre le permitiera poner un pie en
el cielo.
Eso estaba bien, había hecho las paces con quién y lo que era hacía
mucho tiempo.
Él era un guerrero. Un guerrero para su club.
Y tal vez ser un guerrero le daría un lugar con Odín en el Valhalla
junto con el resto de sus hermanos. Estaba seguro de que Army
estaba sentado a la mesa de Odin con una gran jarra de cerveza
mascullando sobre lo que deberían y no deberían hacer.
Sonrió contra el cabello de su chica ante sus fantasiosos
pensamientos. Debía ser el estrés lo que lo estaba convirtiendo en un
maldito imbécil delirante.
—Vamos a llevarte a casa con tu mamá y tu hermano, cariño—le
susurró mientras se dirigía hacia la mierda de jaula que Crash había
estado conduciendo.
La recostó en el asiento trasero y la ató lo mejor que pudo. Luego se
quitó el chaleco y la camiseta, la dobló y la colocó debajo de su
cabeza para que su cara quedara levantada del asiento. No quería su
carita donde había estado el culo de otra persona. Retrocediendo,
cerró la puerta suavemente y volvió a ponerse el chaleco sobre su
pecho desnudo.
Crash atrapó las llaves de la moto de Spook cuando se las arrojó y le
levantó la barbilla para hacerle saber que entendía. Iría en moto de
regreso a la sede del club.
De pie junto a la jaula miró a sus hermanos.
—No hay manera de que pueda agradeceros lo suficiente, hermanos
míos. Si alguna vez me necesitáis, estaré ahí, sin hacer preguntas.
Adder resopló.
—No hicimos más de lo que tú hubieras hecho por nosotros, Sin. Es
lo que los hermanos hacen unos por otros.
Beast sonrió y le dio una palmada en la espalda.
—Nuestro prospecto tiene razón. Somos hermanos y como
hermanos estamos unidos. Salgamos de aquí antes de que lleguen
los cerdos y acabemos todos tras las rejas. —Miró a Crash—. Usaste
guantes, ¿verdad?
Crash sonrió y levantó las manos mostrándole los guantes que aún
llevaba puestos.
—Sí, y no habrá pistas de motos, ni ninguna señal de que estuvimos
aquí cuando terminemos, jefe.
—Bien. —Se volvió hacia Sin—. Vamos a llevarte a ti y a tu angelito
de regreso a la casa club, Sin.
Sin no dudó. Se deslizó dentro de la jaula y la puso en marcha, sus
cejas se alzaron cuando el motor rugió poderosamente. Alguien
había manipulado el motor. Sospechaba que habían sido Wrench o
Slim, esos dos siempre estaban haciendo mierda en las jaulas del
complejo.
Durante todo el camino hasta la casa club siguió mirando por el
espejo retrovisor y por encima del hombro a su bebé. Ella no se
movió en absoluto y él estaba empezando a preocuparse. Sacando el
teléfono, llamó a su Prez.
—¿Estás en camino, hermano?
—Ja, jefe, ¿puedes hacer que Zulu nos espere cuando lleguemos allí?
Mi pequeña no se ha movido en absoluto y estoy jodidamente
preocupado.
—Ya está hecho, Sin. Zig te está siguiendo en las cámaras de tráfico
hasta que podamos detectarte en nuestras propias cámaras. Falta
poco, hermano, ya casi estás en casa. ¡Ánimo!
—Gracias, Prez.
Deslizando el teléfono nuevamente en el chaleco, apretó los dientes y
se concentró en llevar a su hija a casa sana y salva.
El alivio lo invadió cuando finalmente cruzó las puertas y aparcó
frente a las escaleras de la casa club.
Su dama, DC, Hawk y Zulu estaban esperando. Apenas había
detenido la jaula cuando su Sky corrió hacia la puerta trasera e
intentó abrirla. Inclinándose sobre el respaldo de su asiento, abrió la
puerta, la jaula no tenía un maldito cierre centralizado, después se
dio la vuelta y salió.
Su dama estaba luchando por desabrochar los cinturones de
seguridad que él había cruzado sobre el cuerpo de su hija para
mantenerla segura.
—Espera, cariño, yo me encargo—le dijo mientras la apartaba
suavemente. En poco tiempo desabrochó los cinturones de
seguridad y levantó el cuerpo inerte de Lee en sus brazos.
Con Sky casi corriendo a su lado, subió las escaleras y siguió a Zulu
hasta la enfermería. Su corazón se apretó mientras dejaba a su hija en
la cama de hospital. Sky estaba allí con él tomando su pequeña mano
fláccida.
—Dadme algo de espacio para revisarla—dijo Zulu en voz baja pero
autoritaria.
Pasando su brazo por los hombros de su dama, la apartó de la cama
y apoyó la espalda contra la pared desde donde podía observar. Los
brazos de Sky rodearon su cintura y su rostro se estrelló contra su
pecho. Estaba temblando como una hoja y él la acercó más, la abrazó
y dejó caer la barbilla sobre su cabeza.
Ver a Zulu trabajar con su bebé tenía rabia y miedo luchando en su
pecho.
Miedo a que lo que le habían dado la lastimara o incluso la matara.
¡Dios no lo quiera!
Rabia porque esos hijos de puta habían llegado a su familia durante
su vigilancia.
Se juró que no volvería a suceder.
Nada, ni nadie, volvería a tocar a su familia.
Los encerraría en una maldita mazmorra profunda y oscura si fuera
necesario.
Frotando un lado de su cara contra el cabello de su mujer, suspiró
ante sus estúpidos pensamientos. Ni su mujer ni sus hijos serían
encerrados jamás. Él nunca les quitaría su libertad. Ya habían
perdido suficiente tiempo entre ellos. No haría nada que los hiciera
huir de él. Nunca más.
Zulu finalmente se enderezó y los miró. El estómago de Sin se apretó
ante la expresión seria en su rostro.
—Bien. Encontré dos sitios donde inyectaron algo. Sospecho que al
principio le inyectaron un sedante de acción corta. Pero cuando
empezó a recuperarse antes de lo esperado, le dieron una dosis de
sedante para adultos. Fue imprudente y si no la hubieseis
encontrado podría haber sido catastrófico. Por suerte llegaste a ella
pronto y la trajiste de vuelta aquí. Le pondré una vía intravenosa
para contrarrestar los efectos. Tiene hematomas en la espalda
compatibles con haber sido arrastrada. Creo que fue por haber sido
arrastrada por la ventana del baño de la tienda. Tiene algunos
moretones en el lado derecho de la cara que coinciden con alguien
que la golpeó. Sin un examen en profundidad no puedo decir si ha
sido tocada sexualmente. A juzgar por el estado de su ropa, no lo
creo. Si quieres estar seguro, podemos llamar a la doctora Jules para
que la examine más a fondo.
q
Zulu pasó una mano por el cabello de Lee antes de alejarse de la
cama, dejándoles el camino libre. Sky estuvo allí en un segundo,
tomando la mano inerte de su bebé, estrechándola entre las suyas y
sosteniéndola contra su pecho.
—Gracias, gracias por cuidar de mi bebé—le susurró ella a Zulu con
los ojos fijos en el rostro de su hija—. No es necesario que llames a
otro médico, confío en tu evaluación y estoy de acuerdo contigo. Su
ropa está desarreglada y arrugada, pero no de una manera que
sugiera que la han desvestido y vuelto a vestir. —Ella le dedicó una
rápida sonrisa—. Ella insistió en usar el mono esta mañana, bromeó
diciendo que iba a empacar la compra y que tenía que usar la ropa
adecuada. Como tenía calor en la tienda, bajó la parte de arriba y se
la amarró a la cintura. Las mangas sueltas le molestaban y CJ hizo
algo con una bandita elástica para mantenerlas fuera de su camino.
La bandita sigue puesta, si la hubieran tocado se la hubieran
quitado.
Sin dejó escapar un suspiro de alivio y Zulu también.
—Gracias, hombre, realmente aprecio lo que estás haciendo por mi
hija. —Sin le estrechó la mano antes de ocupar su lugar al otro lado
de la cama—. ¿Cuánto crees que falta para que se despierte?
—Unos treinta minutos a una hora como máximo. Los
medicamentos que le he recetado la harán reaccionar. Aunque se los
estoy suministrando poco a poco. No quiero que su sistema se vea
comprometido al obligarla a reaccionar demasiado rápido.
Entendía la lógica.
—Bueno. Y de nuevo, gracias, Zulu.
—No es necesario dar las gracias, Sin. Sois mi familia y, como tu hija,
ella también es mi familia. Yo cuido de mi familia.
Un fuerte golpe en la puerta hizo que ambos se volvieran, pero Zulu
llegó primero y la abrió.
Su presidente y su dama estaban afuera de la puerta con CJ entre los
dos. Podía ver a Ness preocupada tratando de mirar a su alrededor.
—Tenemos un hermano muy preocupado aquí, Sin. ¿Podemos
entrar? — preguntó Hawk.
Él no respondió, simplemente se acercó y le tendió la mano a su hijo.
CJ la tomó y lo llevó hacia donde Sky estaba sentada al lado de la
cama. Su mujer no dudó y atrajo a su hijo a su regazo, rodeándolo
con su brazo libre y abrazándolo fuerte.
—¿Está… está bien? ¿La lastimaron? —Su voz era condenadamente
baja y visiblemente luchaba por no llorar.
—Ella está durmiendo, cariño, sólo está durmiendo. Tiene un par de
rasguños en la espalda de cuando la arrastraron para sacarla de la
tienda pero nada más. Estamos esperando a que despierte.
Los hombros de su hijo se hundieron aliviados y los ojos de Sin se
dirigieron a su Prez y a Zulu. ¿Qué carajo significaba eso?
¿Significaba que su hijo había sido abusado sexualmente? ¿O era que
sabía lo que era el abuso sexual? Y luego la pregunta fue respondida
sin que él tuviera que volverse loco tratando de encontrar una
manera de preguntarle eso a su hijo.
—Aprendimos sobre el abuso sexual en la escuela. Tenía miedo de
que… le hicieran eso. —Apoyó la cabeza contra el pecho de Sky y su
mujer lo miró con los ojos muy abiertos. Mientras el hijo de ellos
(porque era de ellos, no sólo suyo) continuó lágrimas de rabia
llenaban sus ojos.
—Crystal era una mala madre pero siempre me mantuvo a salvo de
los hombres malos. Intentaba con todas sus fuerzas no consumir
drogas, pero cada vez que se limpiaba, la vieja perra la volvía a
enganchar. Crystal dijo que la querían débil para poder llevarme sin
que ella luchara. Me dijo que lucharía por mí. Íbamos a huir cuando
se fueron en el crucero pero luego murió y Monika me trajo aquí. No
creo que se suponía que ella hiciera eso.
La voz de su hijo estaba vacía de cualquier sentimiento cuando
finalmente habló sobre lo que había estado pasando entre él y su
madre. Mordiéndose el labio para evitar gritar su rabia al puto cielo,
se agachó junto a la silla y tomó las manos de CJ entre las suyas.
—Eres nuestro hijo y nadie te va a quitar de nuestro lado. Lo juro por
mi vida. Y si no estoy presente para protegerte, mis hermanos darán
un paso al frente y te mantendrán a ti, a tu hermana y a tu madre a
salvo. Ahora eres parte de la familia del Iron Dogz MC, CJ.
Finalmente estás en casa, donde perteneces.
Su chico le dio una mirada larga e intensa antes de asentir y luego
miró a Hawk antes de volver a mirarlo.
—¿Cuántos años debo tener para poder convertirme en un
prospecto?
La conmoción y la alegría lucharon por la supremacía, pero Sin hizo
que su rostro no mostrara nada.
—¿Quieres convertirte en un Iron Dogz? ¿Por qué?—le preguntó
Hawk muy seriamente mientras se agachaba junto a Sin.
Su chico guardó silencio durante unos segundos.
—Porque no soy lo suficientemente fuerte para proteger a mi
familia, pero si soy un Iron Dogz no estaré solo y mis hermanos me
harán más fuerte. Y quiero ser como mi padre.
Hawk asintió lentamente.
—Hay algunas cosas que debes entender antes de tomar la decisión
de unirte al club. Necesitarás que uno de los hermanos defienda tu
caso, como un mentor. Convertirse en un Iron Dogz no es fácil, y el
hecho de que tu padre sea un oficial del club no te otorgará ningún
trato especial. Al contrario, te resultará mucho más difícil. Hay algo
más que tendrás que hacer antes de que siquiera lo consideremos.
Necesitas obtener una educación.
—Pero…
Hawk no lo dejó terminar.
—Todos mis oficiales han ido a la universidad o a un Instituto
Superior. Si tu objetivo es convertirte en oficial, tendrás que hacer lo
mismo.
—Bueno. Soy inteligente y me gusta aprender. Cuando termine la
escuela obtendré un título y empezaré a cumplir funciones de
y p p
prospecto.
Hawk le revolvió el pelo mientras se levantaba.
—Si sigues así, hablaremos dentro de unos ocho años. Entonces
veremos cómo te sientes sobre convertirte en un Iron Dogz.
DC había observado desde un lado con una mano sobre su panza y
Sin se preguntó qué estaba pensando. ¿Se imaginaba a su hijo algún
día siguiendo los pasos de su padre? ¿O estaba pensando en criar a
una pequeña DC para que siguiera los suyos?
Un maldito pensamiento aterrador.
Joder. No iba a pensar en esa mierda ahora. Al mirar a su dama, se
dio cuenta de que no estaba tan contenta como él de que CJ quisiera
ser un Iron Dogz.
Mierda.
Poniendo las manos sobre los oídos de CJ, lo fulminó con la mirada a
él y a Hawk luego susurró por encima de su cabeza.
—Escuchadme cuando digo esto porque no estoy bromeando. No
hay putas de club cerca de mi chico. No hay ritos de iniciación en los
que una zorra sucia toma su virginidad cuando todavía es un
adolescente. Quemaré vuestro mundo hasta los cimientos después
de matar a esa puta.
DC soltó una risa suave.
—Y estaré allí ayudándola a hacerlo. Habéis sido advertidos.
—Cariño... —Sin trató de aplacarla, pero ella simplemente apartó las
manos de los oídos de CJ y lo miró con determinación en sus ojos.
No podía prometerle nada porque había sido un adolescente y sabía
que las hormonas adolescentes hacían estragos casi
incontrolablemente. Joder, él había estado follando cualquier coño
dispuesto hasta que la conoció. Ella fue la mujer que lo cambió, la
que lo hizo conformarse con una sola.
Hoy no era el día para explicarle esa mierda a su dama.
Llegaría el momento en que su chico empezaría a fijarse en las
chicas. Y por la forma en que su hijo estaba creciendo, muchas chicas
se fijarían en él. Incluyendo zorras de club y simpatizantes.
Mierda.
Sin apartó ese pensamiento de la mente y se concentró en su bebé.
Sus párpados temblaban.
¿Estaba a punto de despertar?
Asomándose por la puerta, gritó llamando a Zulu. El hermano había
estado cerca porque apareció casi de inmediato.
—Creo que está empezando a despertar.
Zulu se acercó a un lado de la cama y comenzó a hacer lo suyo.
Levantarle los párpados, escuchar su corazón y cosas así.
—Está a punto de despertarse, no falta mucho.
Y no pasó mucho tiempo antes de que sus párpados se abrieran y
mirara a su alrededor, adormilada. Sus ojos se fijaron en su madre y
frunció el ceño.
—Mami—susurró con una vocecita áspera—. Esa vieja perra me
golpeó.
El hecho de que su secuestradora la hubiera golpeado no era
gracioso, pero la expresión de enojo en su rostro y su voz cabreada
lo hicieron sonreír. Su chica era fuerte, eso le gustaba.
Zulu estaba allí con un vaso de agua y una pajita, se lo entregó a Sky.
CJ se había bajado de su regazo para pararse junto a ella mientras
acercaba la pajita a los labios de Lee.
—Bebe despacio, cariño. Pequeños sorbos—dijo ella suavemente.
Lee tomó un sorbo de agua y la mirada turbia en sus ojos comenzó a
desvanecerse lentamente. Mirando alrededor de la habitación, sus
ojos se fijaron en él. Cuando Sky le quitó la pajita de la boca, esbozó
una pequeña sonrisa torcida.
—Sabía que me encontrarías, papi—susurró ella y el corazón de Sin
se hinchó en su pecho.
p
Su chica, que lo había conocido recientemente, creía en él. Eso le
hacía sentirse como de tres metros de alto e igual de ancho. Como un
puto superhéroe. Su superhéroe.
Inclinándose sobre ella, la besó en la frente.
—Siempre te encontraré, cariño. Siempre.
—¿Cómo te sientes, bebé? —La voz de Sky estaba llena de
preocupación.
—Como aquella vez que tuve una gripe grave. Toda mareada. —Sus
ojos se fijaron en CJ y sonrió dulcemente—. Estás aquí, me
preocupaba que te atraparan a ti también.
Él simplemente negó con la cabeza y luego le dio unas palmaditas en
la rodilla a su hermana para tranquilizarla. Sin tenía la sensación de
que estos dos iban a ser como un par de gemelos. Muy unidos y una
fuerza a tener en cuenta.
—¿Cuándo podremos llevarla a casa?—le preguntó su dama a Zulu.
—Quiero mantenerla aquí al menos otras dos horas antes de que la
traslademos. Todavía quiero contactar a la doctora Jules para pedirle
su opinión. ¿Os parece bien? —preguntó mientras miraba entre ellos.
Sin dejó esa decisión en manos de su mujer.
—Sí, absolutamente. No tengo ningún problema en que busques una
segunda opinión. Aunque confío en tu opinión, para que lo sepas.
Gracias por cuidar de nuestra hija—dijo ella dulcemente.
Todavía estaba concentrado en su dama cuando la pesada mano de
su presidente aterrizó sobre su hombro.
—Una vez que hayas terminado aquí, te quiero en mi oficina, Sin.
Tenemos cosas que hacer—gruñó en voz baja antes de sacar a su
dama de la habitación, dejando entrar a Ness antes de cerrar la
puerta detrás de ellos.
A Sin le hubiera encantado pasar tiempo con su familia, pero tenía
que informar a su presidente.
Ahora los asuntos del club tenían que ser lo primero. Lo
compensaría con su familia más tarde. Acercándose a la cama, se
p
inclinó sobre su bebé y la besó en la frente.
—Tengo que ir a ocuparme de algunos asuntos, cariño. Descansa y te
veré más tarde, ¿de acuerdo?
Ella sonrió dulcemente y asintió.
—Está bien, papi. Gracias por encontrarme y traerme a casa.
Si su corazón se hiciera más grande, explotaría en su pecho.
Sus hijos eran sus putos tesoros.
Mirando a su dama, sonrió ante la expresión de su rostro.
Los tesoros de los dos.
Dejando un beso en la cabeza de CJ, se inclinó y besó a su mujer en
la boca.
Sólo un beso tierno con la boca cerrada.
No la besaría como quería delante de sus hijos. No cuando todavía
eran tan jóvenes. Cuando fueran mayores tendrían que lidiar con
eso.
Estaba sonriendo cuando salió de la habitación. La sonrisa no duró
mucho.
La expresión desapareció de su rostro mientras caminaba por el
pasillo hacia la oficina de Hawk.
Los malditos Harrison se estaban volviendo arrogantes.
Lo suficientemente arrogantes como para secuestrar a su hija en una
tienda concurrida.
¿Qué harían a continuación?
Capítulo 21
Hawk
Sentado detrás del escritorio, sus pensamientos estaban una vez más
con su padre.
¿Bounty habría hecho las cosas de manera diferente? ¿O habría
hecho lo mismo?
¿Se habría enfrentado cara a cara con una organización criminal del
tamaño de la familia Harrison?
Y entonces se dio cuenta de que su padre había hecho exactamente
eso.
Bounty se había enfrentado al Maingarde Syndicate, que en esencia
había sido una fachada apenas disfrazada de los Harrison. Lo habían
asesinado a él y a varios más, pero al final su sacrificio no había sido
en vano.
El club había sobrevivido bajo su liderazgo con Bulldog y los
ancianos como sus asesores. Él había estado trastabillando durante
algunos años, pero finalmente se recuperó y se convirtió en el
hombre que su padre esperaba que fuera.
El presidente del Iron Dogz MC.
Y hoy daría el siguiente paso en el camino de su presidencia.
El fuerte golpe en su puerta lo hizo levantar la cabeza.
—Está abierto.
La puerta se abrió y sus oficiales entraron, tomando asiento
alrededor de su escritorio.
Las habituales bromas entre los hombres estuvieron ausentes.
Estaban en silencio y todos tenían sus ojos puestos en él, la
determinación estaba escrita en sus rostros y en sus ojos.
Sin fue el último en entrar y cerró la puerta con llave antes de tomar
asiento.
Hawk no se anduvo con rodeos. Se los dijo directamente.
—He recibido información de que los Harrison llegarán a la casa
club en los próximos tres o cuatro días. Quiero que estemos listos
para recibirlos mañana por la noche.
Sus hombres asintieron, la tensión era espesa en el aire.
—Voy a llamar a los hombres a la iglesia esta noche. Finalizaremos
todos los planes mientras estamos en la mesa. Hay algo más que
quiero hacer. Quiero parchear a Adder y Kobus antes de que la
mierda se desencadene, eso significa esta noche. ¿Alguna objeción?
Los hombres negaron con la cabeza.
—¿Tenemos un nombre de carretera para Kobus?—preguntó Ziggy
de repente con el ceño fruncido.
—No, no lo tenemos. Pensé que como él es parte de tu equipo, te lo
dejaría a ti. —Hawk sonrió cuando Ziggy gruñó de frustración.
—No soy bueno con esa mierda, jefe. Dame un teclado y puedo
hacer milagros pero ¿nombres? No soy bueno en absoluto.
—Piensa en las cosas que hace o ha hecho y continúa desde allí—
intervino Boots.
Ziggy asintió con el ceño fruncido y Hawk prácticamente pudo ver
su cerebro funcionando.
Dirigió su atención a Sin.
—Sin, hermano, te voy a pedir que actualices a todos sobre cómo le
está yendo a Lee durante la iglesia. ¿Estás de acuerdo con eso?
—Sí, Prez, no hay problema.
—¿Está bien, hermano? —Beast y Kahn tenían expresiones similares
en sus rostros.
—Ja, está bien. La niña está cabreada y un poco mareada pero eso es
todo. Llegasteis a ella antes de que ese hijo de puta de Sharma
pudiera ponerle las manos encima. —Sin negó con la cabeza—.
Nunca podré pagar lo que Crash, Scar, Adder y tú hicieron hoy por
mi hija. Como dije, cualquier cosa, en cualquier momento y en
cualquier lugar, llamadme y allí estaré.
Beast negó con la cabeza.
—Te lo agradezco, Sin, pero no es necesario. Somos familia y como
familia nos apoyamos mutuamente, pase lo que pase. —De repente
sonrió y le guiñó un ojo—. Y hermano, ahora eres parte de un club
muy pequeño y exclusivo. El de los hombres que pueden formar un
club de chicas.
Se oyeron risas y fue bueno ver a Sin reír con ellos. Fue bueno
escuchar reír a sus hombres. Necesitaban la risa.
Hawk golpeó el escritorio y se hizo el silencio.
—La iglesia será esta noche a las ocho. Id, haced lo que tengáis que
hacer y regresad a tiempo para la iglesia. Y preparad a vuestras
damas y novias porque va a ser largo. Tenemos mucho que discutir y
planificar. —Hawk golpeó el escritorio con la punta de los dedos—.
Eso es todo por ahora. Nos vemos en la iglesia.
Permaneció sentado mientras los hombres salían. Ice y Bulldog
también se quedaron.
—¿Estás listo para esto, hijo?—le preguntó Bulldog en voz baja.
—Lo estoy. Como club nunca hemos estado más fuertes ni más
enfocados. De una manera jodida, tenemos que agradecerles a los
Harrison por eso, no es que se lo agradezca a los hijos de puta.
Preferiría matarlos a todos—gruñó Hawk.
—Aunque estoy seguro de que también se concentrarán en las
demás sedes, creo que lo harán principalmente en la de nosotros.
Elimínanos y las demás sedes caerán. Al menos eso es lo que ellos
piensan. —Ice sonrió fríamente—. Se llevarán una gran sorpresa.
Nos llevó algo de tiempo, pero finalmente tenemos hombres en
quienes confiamos al frente de todas las sedes.
Hawk asintió con la cabeza.
—Todavía hay un par de cambios que quiero hacer, pero tendrán
que esperar. Primero nos ocuparemos de los Harrison.
—Suzy y yo hemos estado pensando. —La tristeza en la voz de
Bulldog hizo que a Hawk se le contrajera el estómago—. Con la
creciente amenaza de los Harrison, no queremos un servicio para
Beryl en este momento. Queremos esperar y darle la despedida que
se merece. Hemos estado recibiendo llamadas y correos electrónicos
desde lugares tan lejanos como EE. UU. y Australia. Todos de
personas que la conocieron a lo largo de los años y quieren asistir al
funeral para presentar sus últimos respetos.
Hawk no le dejó continuar.
—Cualquier cosa que tú y la tía Suzy quieran. Lo hacemos a vuestra
manera.
—¿Estás seguro, hijo? Ella fue como una madre para ti y no
queremos excedernos.
Hawk le dedicó una sonrisa triste.
—Sí, lo fue, pero también era tu hermana. Tendremos el funeral una
vez que se resuelva la mierda con los Harrison. La tía Bee merece
una gran despedida, no algo apresurado. Volverá a perseguirnos si
la cagamos.
Su risa alivió un poco la tristeza.
Bulldog se puso de pie y se estiró, su espalda crujió audiblemente.
—Necesito un maldito masaje—murmuró mientras caminaba hacia
la puerta—. Os veré más tarde, muchachos.
Ice y Hawk se miraron mientras escuchaban sus pasos desaparecer
por el pasillo.
—Nos estamos haciendo viejos—dijo Ice y suspiró.
—Todo el mundo envejece alguna vez, primo. Es la vida. —Hawk
sonrió—. Antes de que estemos en jodidas pantuflas y caminando
con bastones, voy a hacer más bebés. No puedo esperar a conocer el
que crece en el vientre de mi dama.
Ice se recostó en su silla y sonrió.
—¿Ya has descubierto lo que vais a tener?
—No, mi dama no quería saberlo pero estoy trabajando en ello.
Quizás cuando vayamos al próximo chequeo.
Hawk frunció el ceño cuando Ice se rio de él.
—¿Qué?
—No hay manera de hacer cambiar de opinión a una mujer una vez
que ha decidido lo que quiere.
Hawk le guiñó un ojo y sonrió.
—Tengo mis maneras.
Todavía estaban sonriendo cuando salieron de la oficina.
Ice se dirigió a casa mientras Hawk hacía lo mismo. Quería pasar
algún tiempo con su dama ante de tener que regresar a la iglesia.

Iglesia - Más Tarde Ese Día


—Todos sabemos por qué estamos aquí esta noche, pero primero
nuestro hermano Sin tiene algunas noticias sobre su pequeña.
Sin asintió brevemente.
—Como sabéis, a mi pequeña la secuestraron esta mañana mientras
estábamos comprando en Makro. Gracias a la rapidez de reacción de
Bollywood y Crash, pudimos enviar a Beast, Scar y Adder a su
ubicación. Ellos la salvaron y mi dama y yo estaremos eternamente
agradecidos con todos los que nos ayudaron a traerla a casa. —Miró
a Hawk—. Eso es todo, Prez. Eso es todo lo que quería decir.
Se oyeron aullidos cuando terminó. Hawk golpeó la mesa y el
silencio volvió a reinar.
—Ha llegado el momento de que nosotros, como club, dejemos
sentada una posición y destruyamos a nuestro enemigo. Nos han
quitado tanto que ahora nos toca a nosotros quitárselo a ellos. —
Hawk miró la sala abarrotada—. Recibimos información de que el
complejo será atacado en los próximos días. No tenemos el día, ni la
hora exacta. Significa que debemos estar preparados ahora mismo,
desde este mismo momento. Vuestros oficiales y yo hemos armado
equipos para encargarnos de ciertos preparativos, algunos de
vosotros han sido parte de ellos. Ahora escucharemos a cada uno de
esos oficiales para saber si estamos listos o si necesitan más ayuda
para llevarnos a donde debemos estar.
Miró a su Ejecutor y asintió.
—Danos tu informe, Beast.
—Mi equipo y yo teníamos varios trabajos que hacer. Nuestro
trabajo más importante fue fortificar la puerta y después de
conversaciones con los oficiales decidimos construir una puerta
secundaria, una puerta que solo se usará si la primera falla. Me
preocupaba la seguridad de los hermanos que estaban en nuestros
muros, por lo que colocamos placas de acero a intervalos regulares
para que sirvieran de protección en caso de que sean atacados. Con
la ayuda de Scar, diseñamos y construimos puestos camuflados para
francotiradores6 para su equipo. Fueron instalados y ocultados
anoche. Mi equipo y yo estamos listos para ayudar donde sea
necesario.
Hubo asentimientos por todos lados.
—El siguiente es Jagger. ¿Qué tienes para nosotros?
—Nuestra mayor preocupación eran los animales. Los
necesitábamos a salvo y eso es lo que hizo mi equipo. Construimos
caniles en el Santuario. Transportamos a los primeros perros y los
instalamos. No podemos tener ningún animal en la casa club
durante la batalla, por lo que todas las mascotas y perros guardianes
serán llevados a los caniles.
Miró a Hawk antes de continuar.
—Mientras mi equipo de construcción los construía, mi equipo
técnico y yo reforzamos nuestra seguridad. Hemos agregado
suficientes cámaras para que cada centímetro de nuestra propiedad
esté bajo vigilancia ahora. Incluso tenemos cámaras en la propiedad
de la viuda, no es que ella lo sepa, pero era necesario. Sus vallas son
una mierda. Hemos asegurado el Thirsty Dog tanto como hemos
podido. Sin hombres en el lugar, hicimos lo que pudimos para
mantener alejados a los hijos de puta. Los clubes de striptease tienen
cámaras y contratamos seguridad para vigilarlos. No espero ningún
problema allí porque están en lugares muy visibles. El patio de
contenedores y el de camiones han sido fuertemente asegurados y
contamos con seguridad armada en ambos. Lo mismo en nuestras
oficinas. Los Warriors se están ocupando de Mainline Ink II, ya que
pertenece a uno de los suyos. Skelly me avisó que está todo bajo
control. — Respiró hondo—. Al igual que Beast, si alguien necesita
ayuda con alguna tarea, mis equipos y yo estamos disponibles.
Hawk señaló a Scar.
—Scar.
—Cuando Army murió y encontramos su alijo de armas, nunca
pensé que llegaría el momento en que las necesitaríamos. Ahora me
alegro muchísimo de que estuviera tan preparado. Hemos instalado
un punto de distribución en la parte trasera del garaje. Estamos listos
para distribuirlas inmediatamente. Daremos un breve curso de
formación a quienes estarán armados con lanzagranadas y
lanzacohetes. Ojalá no los necesitemos, pero prefiero estar
preparado. Mi equipo de francotiradores está listo. Tan pronto como
Prez dé el visto bueno atacaremos.
—Boots, hermano, ¿qué tienes para nosotros?—dijo Hawk.
—Tengo conductores listos para comenzar a llevar a las mujeres y a
los niños al Santuario. Lo haremos al amparo de la oscuridad y
utilizando luces infrarrojas. Todos hemos entrenado con gafas de
visión nocturna y estamos preparados. Una vez que tengamos a
todos a salvo, guardaremos las jaulas y comenzaremos a desmontar
las motos. Se nos ocurrió un plan para que pareciera que todos
estábamos aquí en una fiesta o lo que sea. Hemos estado
recolectando silenciosamente los trastos en los que Wrench y Slim
han estado trabajando para que parezca que todavía están en
funcionamiento. Estarán estacionadas frente a la casa club como
señuelos. Desafortunadamente no podemos estar completamente sin
transporte, por lo que algunas de las motos serán de las buenas.
Tened en cuenta que vuestra moto podría resultar destruida, así que
no estacionéis a vuestra bebé favorita afuera. Eso es todo, Prez.
Estamos listos.
Hawk se sentó hacia adelante, con los codos sobre la mesa y los
dedos entrelazados, golpeándose la barbilla.
—Estoy seguro de que os estaréis preguntando si tenemos un plan
sobre cómo lidiar con estos cabrones cuando vengan. Lo tenemos. Es
sencillo.
Él sonrió mientras se relajaba en su sillón.
—Intentarán atravesar o superar los muros. Esos cabrones que hay
ahí fuera son gruesos y están reforzados con acero, no van a caer
fácilmente. Eso deja la puerta. Una puerta es siempre el punto débil
de una pared. Creo que vendrán por la puerta principal, pero incluso
si no lo hacen y van por la puerta trasera, estamos preparados. Una
vez que tengamos a todas las mujeres y niños asegurados, el equipo
de Scar colocará un campo minado en la parte de afuera de la puerta
trasera y después esa puerta se soldará. —Hizo una pausa y miró a
Sin antes de continuar.
—A nuestro hermano Sin se le ocurrió este plan y es jodidamente
diabólico. Les dejamos volar la puerta, dejamos que todos entren y
luego cerramos la puerta secundaria, atrapándolos dentro. Después
matamos a todos y cada uno de eso cabrones. —Cuando hubo un
murmullo de sorpresa, Hawk gruñó con saña.
—Vienen aquí sabiendo que hay mujeres y niños en este edificio.
Tendrán órdenes de matarnos a todos, de llevarse a los niños para
venderlos como esclavos sexuales, lo mismo con algunas de las
mujeres. Aquellas que sean consideradas demasiado mayores para
generar ganancias serán violadas y asesinadas. Antes de sacar a las
mujeres y a los niños de aquí, los golpearán y violarán, muy
probablemente junto a los cuerpos ensangrentados de quienes
intentaron protegerlos.
No se escuchó ningún sonido cuando volvió a hacer una pausa.
—Esto no está sucediendo bajo mi mando. No me importa si tiran las
armas y caen de rodillas. Ellos mueren. Si Sharma sobrevive, me lo
traerán.
Una mano se levantó detrás, cerca de la puerta.
Hawk asintió hacia el hombre y éste se puso de pie.
Era Banger, uno de los hombres parcheado de los Flying Herons.
—¿Qué pasa con la tía Frieda en el Lodge? ¿Estarán a salvo ella y
nuestros hermanos heridos?
Jagger respondió antes de que Hawk pudiera hacerlo.
—Hemos tenido mucho cuidado de mantenerlo fuera del radar. Sólo
la compañía de tu padre ha estado entrando y saliendo de la
propiedad y, hasta donde sabemos, los Harrison no se han dado
cuenta de que ahora es parte del club. La Reserva Natural ha
reforzado la seguridad después de un par de intentos de caza furtiva
y ahora tienen puestos de vigilancia en la cima de la colina que
domina las propiedades. Funciona para ellos y para nosotros. El
resort es seguro.
Banger asintió y volvió a sentarse.
—¿Cuándo planeas trasladar a las mujeres y a los niños, jefe?—
preguntó Sludge.
—Tan pronto como oscurezca mañana por la noche.
—De acuerdo, jefe, mi familia estará lista para partir—dijo con un
rápido movimiento de cabeza.
Había llegado el momento de darles la última noticia.
—Mientras estábamos aquí, mi dama convocó a una reunión de
todas las mujeres. Nos están esperando en la sala común. Voy a salir
y darles un breve resumen de lo que sucederá mañana por la noche.
Todas las nuevas novias serán mantenidas en la oscuridad con
respecto a la mayoría de nuestros planes. Estoy seguro de que
comprendéis que debemos tener cuidado. Si tu dama o tu chica es
del tipo nervioso, tú tomas el control. No se permitirán arrebatos
histéricos ni preguntas estúpidas. Lo expondré y se hará a mi puta
manera. ¿Estamos claros?
—Sí, jefe.
—Sí, Prez.
—No hay problema, Prez.
No hubo una sola voz disidente. Sus hombres estaban con él.
—Bien, hay un asunto más. Ya hablé con los oficiales y todos están
de acuerdo conmigo. Quiero parchear a Adder y Kobus esta noche.
¿Alguien no está de acuerdo?
Nadie habló y hubo cabezas asintiendo por toda la habitación.
Kahn se puso de pie.
—Levantad las manos por Adder.
Un bosque de manos se levantó y Kahn garabateó en su cuaderno.
—Levantad las manos por Kobus.
De nuevo un bosque de manos y el garabateo.
Volviéndose hacia Hawk, asintió brevemente.
—Unánime, Prez, para ambos.
—Tráelos, Beast.
Sin abrió la puerta, Beast desapareció por unos minutos y regresó
con dos hombres muy preocupados siguiéndolo hasta la capilla. Los
hizo pararse a la cabecera de la mesa y luego él ocupó su lugar
nuevamente.
Ziggy estaba junto a Kobus y Scar estaba junto a Adder.
—Quitaos los chalecos—gruñó Hawk.
El shock apareció en ambos rostros pero casi en un abrir y cerrar de
ojos desapareció del rostro de Adder. Se quitó el chaleco, Scar se lo
arrebató y lo puso sobre la mesa. Ziggy hizo lo propio con el de
Kobus.
—Tenemos una situación aquí y decidí solucionarla—dijo Hawk,
mirando a los dos hombres.
—Hermanos, esta noche se convirtieron en parte de la hermandad
del Iron Dogz MC. Vuestros hermanos os votaron. Aceptad vuestros
chalecos y responsabilidades. Normalmente os habríamos dado los
parches para que os los cosierais. Lamentablemente esta noche no
tenemos tiempo, así que ya fue hecho por vosotros.
Ziggy ayudó a Kobus con su chaleco y Scar hizo lo mismo con
Adder.
—Sin embargo, tuvimos un pequeño problema. Uno de nuestros
hermanos no tenía nombre de carretera. Le dije a Ziggy que se
encargara de ello. Veo que lo hizo, pero no sé el significado del
nombre que eligió. ¿Te importaría explicarlo, hermano?
Ziggy sonrió.
—Nuestro hermano aquí es muy, muy exigente con el equipamiento
que utiliza. Casi me volvió loco quejándose, así que pensé que era
apropiado darle el nombre del equipamiento informático del que se
quejaba. Así que es Mouse.
Kobus, ahora Mouse, sacudió la cabeza con una sonrisa mientras
pasaba una mano por el parche con su nombre.
—Bienvenidos al club, hermanos. Vuestros mentores os informarán
de lo que está sucediendo, aunque estoy seguro de que Adder ya lo
sospecha porque ha sido parte del equipo de Scar. No tendremos
vuestra fiesta de bienvenida esta noche, pero no os preocupéis, la
tendremos pronto.
Golpeando el martillo se puso de pie.
—Salgamos de aquí y comencemos a hacer las cosas.
Tenían mucho que hacer y muy poco tiempo para hacerlo.
Todos se apartaron de su camino mientras caminaba hacia la puerta,
Sin la abrió y lo siguió a él y a Ice.
Casi de inmediato oyó voces elevadas, las voces de las mujeres en la
sala común. Algunos de ellas parecían asustadas, pero eso a él le
importaba una mierda. Nadie le gritó a su dama embarazada, y
mucho menos estas perras.
Su mal genio estaba a punto de encenderse cuando entró en la sala
común y vio a las mujeres gritándole a su dama. Las perras la tenían
rodeada, pero él estaba feliz de ver que las damas de sus oficiales
estaban allí con ella. Leo, Chris y una de las fiesteras, Snow, estaban
paradas delante de ella, frente a las mujeres que chillaban, listas para
enfrentarse a quien intentara pasarles por encima.
Sus hermanos se dispersaron por la habitación, algunos fueron hacia
sus mujeres mientras que otros se quedaron atrás, formando una
barrera entre las mujeres y las salidas.
Empujando a las mujeres sin demasiada suavidad, caminó hasta
donde estaba su dama con los brazos cruzados y sus ojos negros
brillando con fuego. Estaba enojada y a punto de explotar. No quería
que eso sucediera, no quería que Crow se asomara y provocara cosas
que no podrían encubrir.
Incluso con él parado junto a ella, los gritos continuaron, sólo que
ahora estaban dirigidos a ambos. ¿Quién diablos se creían que eran
estas perras?
Antes de que pudiera decir una palabra, Beast silenció a las perras.
—¡CERRAD LA PUTA BOCA!
Mirando alrededor de la habitación, identificó a las perras que
estaban causando el problema. Entre ellas no había ninguna dama,
eran novias, novias muy nuevas, además. Gracias a Dios les habían
confiscado los teléfonos y registrado el equipaje. Tenía que
agradecerle a Jagger por eso. Mientras estaba allí, mirando a las
mujeres ahora silenciosas, tomó una decisión, no daría detalles esa
noche. Los hermanos con damas y novias de mucho tiempo llenarían
los espacios en blanco para sus mujeres y el resto podría irse a la
mierda.
Estaría hablando con los hermanos que habían traído a esas perras.
Descubriría si realmente eran novias o simplemente compañeras de
follada. Si fueran lo último, iba a perder la puta cabeza.
—Os han informado que necesitáis hacer las maletas. Hacedlas esta
misma noche. Aquellas de vosotras que no lleven el parche de un
hermano tendrán los ojos vendados. La venda sólo os será quitada
una vez que estéis instaladas en vuestra nueva habitación. No se os
permitirá salir de la habitación, ni de la sala común/comedor. No
salgáis de vuestra área designada. Las alarmas se activarán si lo
haces y quedaréis encerradas en vuestra habitación durante la
estancia. Habrá guardias donde vayáis; están ahí por protección. No
interfiráis con sus deberes. Si lo hacéis, quedaréis encerradas en
vuestra habitación. Mi dama, a la que le habéis estado faltando el
respeto, está a cargo de cada una de vosotras y os asignará tareas.
No volváis a levantarle la voz nunca más, si lo hacéis quedaréis
encerrada en vuestra habitación hasta que yo decida dejaros salir.
Cualquier pregunta que tengáis, hacédsela a vuestro hombre, él se la
pasará a un oficial si no puede o no quiere responderla. Por último,
hace unos días os dieron la opción de iros. Elegisteis quedaros eso
significa que ahora estáis en MI casa, sujetas a MIS putas reglas.
¿Entendéis la idea ahora? Hacéis lo que os digo u os encerraré hasta
que tenga ganas de dejaros ir.
Miró a una sonriente DC.
—¿Algo más que quieras que diga, pajarito?
Ella negó con la cabeza.
—No, mi vikingo, lo has cubierto todo.
—Bien. El bar estará abierto durante las próximas dos horas.
Celebrad con nuestros nuevos hermanos, pero no demasiado. Veré a
todos los hermanos aquí mañana a las nueve.
Dicho esto, se giró, rodeó a su dama con el brazo y la atrajo hacia su
costado. Tomaría una copa con sus hombres y luego la llevaría a
casa. Quería irse a dormir junto a ella en la cama de su casa, no en el
club.
Se quedaron exactamente a tomar una copa. Él tomó un whisky y su
dama una botella de agua.
Con un silbido agudo, llamó a sus llamados perros demoníacos y
sacó a su dama a la noche.
El aire de la noche era penetrante y fresco después del
amontonamiento en la sala común.
—Sabes que vamos a tener problemas con algunas de esas perras,
¿verdad?—dijo su dama mientras caminaban hacia su gran jaula.
—Lo sé. Mañana hablaré con los hermanos que las trajeron—gruñó
él mientras colocaba su culo en el asiento del pasajero y cerraba la
puerta.
Sus perros esperaron pacientemente a que él bajara la puerta trasera
y ambos saltaron. A los perros les encantaba viajar atrás y la única
vez que su dama lo permitía era en el corto viaje a casa. Cerrándola
con fuerza, caminó hacia el lado del conductor y se deslizó detrás del
volante.
—¿No podemos echar a las perras antes de mudarnos?— preguntó
ella con una mirada de disgusto.
—Ojalá pudiéramos, pero ya saben demasiado.
Extendiendo la mano sobre el asiento, la atrajo hacia él y la colocó
justo a su lado mientras salía del complejo.
—No pensemos en la mierda del club ahora, cariño. Quiero llegar a
casa, prepararnos un baño, recostarme y relajarme contigo en mis
brazos.
Su dama apoyó la cabeza contra su hombro y puso su pequeña mano
sobre su muslo. Se los acarició un par de veces y luego lo apretó.
Y así, su mundo se calmó.
Mañana llegaría bastante pronto. Ahora todo lo que necesitaba
estaba en la jaula con él.
Su dama y su bebé.
Capítulo 22
Sin
Después de la jodida mierda en la sala común, no quería quedarse ni
un segundo más. Mientras caminaba hacia la enfermería, habló en
voz baja con Zulu antes de reunir a su familia, sacarlos por la puerta
lateral y subirlos a la camioneta que los esperaba.
—No les he dado las gracias a todos—dijo Sky mientras conducían
hacia la puerta—. Espero que no piensen que estoy siendo grosera.
Sin se acercó, llevó una de sus delicadas manos a su muslo y la
mantuvo allí.
—Nadie va a pensar eso, cariño, lo entenderán. —Su pulgar acarició
el dorso de su mano con dulzura.
Una rápida mirada por encima del hombro le mostró que ambos
niños estaban desplomados en sus asientos, casi dormidos.
—Cuando lleguemos a casa, acomodaremos a los niños antes de
hablar del día de hoy. ¿De acuerdo? —Él la miró antes de volver a
mirar el camino cuando ella asintió.
Al llegar a las puertas de la casa de Hawk, usó el control remoto
para abrirlas y luego condujo lentamente a través del doloroso cerco
eléctrico. Las brillantes luces de seguridad iluminaron la jaula pero
dejaban a los guardias en la sombra. Exactamente como Jagger lo
había planeado. Hasta donde él sabía, sólo había tres controles
remotos para la puerta y le habían dado uno. Sabía que estaban
frente a la cámara y que los estarían vigilando durante todo el
camino hasta la casa. Eso calmó la rabia que aún ardía en sus
entrañas porque le habían arrebatado a su bebé delante de sus
narices. Aquí, en la tierra del Iron Dogz, su familia estaba a salvo y él
lucharía hasta la muerte para que siguieran así.
Si Sharma hacía lo que pensaban que haría, tendría la oportunidad
que quería, la oportunidad de matar a ese cabrón.
Estacionó frente a la casa, le apretó la mano y salió, se sorprendió al
ver a Adder saliendo de la oscuridad.
—¿Por qué no estás celebrando en la casa club, hermano?
Adder se encogió de hombros.
—No me gusta las fiestas, jefe. Prefiero estar aquí, donde me
necesitan.
Sin lo entendía completamente.
Si no fuera por este hombre que mató a un tipo hoy, lo impensable le
habría sucedido a su bebé. Tenía una deuda de gratitud con Scar y
Beast que nunca podría pagar. No es que ninguno de ellos quisiera
que le pagaran. Eran hermanos y los hermanos se cuidaban unos a
otros y a sus familias. Sabía que probablemente enojaría a Adder si
intentaba agradecerle de nuevo, así que no lo hizo.
En lugar de eso, llevó a su familia adentro. Cal estaba esperando con
Ness. Las mujeres llevaron a los niños a sus habitaciones para
acostarlos mientras Sin actualizaba a Cal sobre el día. Sin mencionar
a los cabrones muertos. No era necesario, el hombre lo sabía.
Después se fue para hablar con su equipo.
Y entonces él y su dama estaban en su dormitorio.
Al fin solo. Solos con diez años de anhelo y arrepentimiento entre
ellos.
Acercándose, le tomó la cara entre las manos y dejó caer su frente
sobre la de ella. No hizo nada más, sólo se quedó allí, sujetándola.
Cuando finalmente habló, su voz era suave y ronca.
—Nunca podré borrar lo que te hice, no mientras viva. No importa
cuánto quiera desear que todo lo que pasó desaparezca, eso
significaría que también desearía que CJ no existiera y no puedo
hacer eso. Sólo ha sido mío durante unos días, pero lo amo, como
amo a Lee. Si te arriesgas conmigo, con nosotros, te doy mi palabra
de honor que no volverá a suceder. Prefiero cortarme la polla antes
que traicionarte de nuevo.
Estaba a punto de decir más pero ella le tapó la boca con los dedos,
haciéndolo callar.
—No hay necesidad de nada tan drástico. No quiero que desees que
el pasado desaparezca, Sin, nos trajo hasta aquí, al día de hoy.
Nunca debí haber permitido que Monika me manipulara como lo
hizo. Lo mismo va para ti. Éramos jóvenes y estúpidos y ambos
cometimos errores. Dejemos esos errores en el pasado, donde
pertenecen, y concentrémonos en el futuro. Tenemos dos hijos
maravillosos que necesitan que seamos los mejores padres posibles.
Respiró hondo y se mordió el labio inferior antes de continuar.
—Quiero ver si podemos ser más, más que dos amigos que tienen
una hija juntos. No puedo decir que no ha habido nadie más en mi
vida porque eso sería mentira. Lo que puedo decir es que nunca los
amé, no como te amé a ti.
Sin dejó caer la cabeza y presionó sus labios contra los de ella, con
fuerza, antes de enderezarse y mirarla a los ojos.
—No he tenido una relación desde ti. Ha habido mujeres, pero
ninguna tuvo más de una o dos horas de mi tiempo. No tenía nada
que darles porque mi corazón ya lo había dado. Nunca he dejado de
amarte, mi Sky, y nunca lo haré. Eres mi 'Única', cariño.
Su respiración se entrecortó y parpadeó, él quería sonreír, pero no lo
hizo. Aún no.
—Sé que te va a tomar un tiempo volver a amarme pero tengo
paciencia, esperaré. Te enamorarás de mí otra vez. Ya lo hiciste una
vez antes, te obligaré a hacerlo de nuevo. —Sabía que era
condenadamente arrogante pero no estaba mintiendo. Ella volvería a
enamorarse de él.
Sky le lanzó una mirada burlona y él sonrió. Pero sólo para ella, la
sonrisa era sólo para ella.
—Eres un culo tan arrogante. —Su lengua se asomó mientras se
lamía el labio inferior y su polla se contrajo.
—Lo soy, mi Sky, pero soy tu culo arrogante.
Sus hermosos labios llenos se curvaron en una sonrisa mientras sus
manos se alzaban para sujetar sus muñecas. Las deslizó por sus
antebrazos, sus bíceps, sus hombros, hasta su cuello. El calor lo
inundó, haciendo que su corazón se acelerara.
Después de años sin nada, su dama lo estaba tocando nuevamente y
como antes su toque lo excitaba. Lo prendía fuego.
Deslizando los pulgares bajo la mandíbula femenina, le levantó la
cara y se zambulló para cubrir sus labios con los de él. Pasó la punta
de la lengua por la unión de sus labios y gimió cuando ella los abrió
para él. Lentamente, oh, muy lentamente, se deslizó dentro del calor
húmedo de su boca. Temblando cuando sus lenguas se encontraron
y se entrelazaron una alrededor de la otra. El beso era suave,
húmedo y lento. No quería apresurarlo, quería saborear cada
segundo que tenía dentro de su boca. Una boca que no había
saboreado, ni besado en mucho tiempo.
Mientras la besaba, sus manos se abrieron camino hasta su cuello,
sus dedos acariciaron su piel, conociéndola de nuevo. Suavizando el
beso se apartó, pero no demasiado, sólo lo suficiente para dejar un
poco de espacio entre sus labios.
—Extrañé besarte—murmuró él antes de eliminar el espacio entre
ellos para besarla nuevamente.
Esta vez no fue lento, ni suave. Fue duro, profundo y abrumador.
Dejando caer las manos sobre su culo, la apretó contra él, dejándola
sentir lo duro que lo estaba poniendo. Él gruñó en su boca cuando
ella abrió más las piernas y se frotó contra él. Su polla estaba
infernalmente dura mientras se frotaban y besaban. Levantando la
cabeza, miró sus ojos brillantes.
—¿Quieres más, cariño?
En lugar de responderle, sus manos fueron a la parte delantera de
sus vaqueros. Sintió ganas de aullar cuando ella puso la mano sobre
su polla y la apretó. Dejándolo deseando más. Lentamente le
desabrochó los vaqueros, los abrió y le bajó el bóxer, permitiendo
que su polla se liberara. Él se estremeció cuando su mano se deslizó
por su duro tronco y volvió a subir. Su pulgar pasó por el pre-semen
que goteaba de la hendidura, lo untó por todas partes, lubricándolo
y facilitando el deslizamiento de su mano.
Su cabeza estaba inclinada hacia abajo, observando mientras ella lo
acariciaba. No podría haber evitado que sus caderas empujaran
contra su mano incluso si lo hubiera intentado. Había pasado
demasiado tiempo desde que sus manos habían estado sobre él.
Dándole un último apretón en el culo, subió las manos por sus
caderas y las deslizó dentro de la cintura de sus vaqueros,
moviéndolas hasta que llegó al botón y la cremallera. Usando una
mano, lo desabrochó y bajó la cremallera mientras deslizaba la otra
hacia abajo, dentro de sus bragas y finalmente, tenía una mano sobre
ella.
En los labios hinchados de su coño. Y estaba mojada, jodidamente
mojada.
La acarició con los dedos antes de deslizar dos a través de la
humedad para acariciar sus labios interiores. Extendiendo la
humedad, deslizó los dedos hacia arriba y hacia abajo por el clítoris.
Usando la mano libre, empujó frenéticamente sus vaqueros y bragas
por sus caderas, bajándolos lo más que pudo. Necesitaba entrar allí.
Lo necesitaba ahora, en este instante.
Extendiendo la mano libre hacia atrás, se bajó los vaqueros y el
bóxer, liberándose de la ropa. Su Sky todavía lo estaba bombeando
pero él le apartó las manos.
—Espera, espera, cariño—susurró él.
Agarrando su rígida y dolorida polla, la apuntó hacia su coño y la
deslizó lentamente sobre sus labios.
—Mierda. Joder, extrañaba esto. Te extrañaba—susurró él mientras
comenzaba a deslizarse entre los labios de su coño.
Su mujer empujó las caderas hacia él y gimió cuando su polla se
deslizó sobre su clítoris.
—Te quiero adentro, Sin. Por favor, no me atormentes.
Cualquier cosa, lo que sea que ella quisiera, se la daría. Mientras su
polla se deslizaba sobre su clítoris, él dobló las piernas y empujó las
caderas hacia adelante, abriéndola y empujando la punta dentro de
ella. El calor húmedo lo rodeó y gimió. Necesitaba estar más
adentro, mucho más adentro.
—No puedo llegar lo suficientemente profundo así, mi Sky—
murmuró mientras la levantaba, con su polla todavía dentro de ella
y arrastraba los pies hacia la cama. Acostándola, se mantuvo dentro
de ella mientras se agachaba y le quitaba los zapatos, después agarró
los dobladillos de sus vaqueros y tiró.
Gracias a la mierda, los vaqueros salieron fácilmente, lo mismo sus
bragas.
Separándole las piernas, miró fijamente su coño mojado estirado por
la punta de su polla durante tal vez dos segundos, dos segundos
demasiado largos. Deslizando el pulgar a través de su humedad, le
acarició el clítoris y al mismo tiempo embistió.
Enterrándose profundo, muy profundo en el único coño en el que
iba a estar por el resto de su vida.
Su Sky dio un pequeño grito y él se quedó helado.
¿La había lastimado? ¿Fue demasiado rudo?
A ella le encantaban los juegos bruscos.
—¿Te lastimé?
—No. No, no lo hiciste. Eres grande y ha pasado un tiempo desde…
Rápidamente le puso una mano sobre la boca cuando sus demonios
comenzaron a levantar la cabeza.
—Nadie más en esta habitación excepto tú y yo. No quiero saber
sobre el pasado. Sólo estamos tú y yo, nadie más. —Ella asintió
debajo de su mano, su lengua le lamió la palma y él se estremeció.
Retirándose lentamente, observó mientras sus ojos se abrían
ampliamente y su lengua le lamía frenéticamente la palma. Dio un
par de estocadas cortas, recubriéndose la polla con sus jugos.
Mirándola a los ojos, se retiró casi por completo y volvió a entrar de
una estocada. Una y otra y otra vez.
Sacando la mano de su boca, estrelló la suya contra la de ella, su
lengua se sumergió, imitando el ritmo frenético de su polla. Su boca
estaba húmeda y sus lenguas se deslizaban una contra la otra
mientras se besaban salvajemente, robándose el aliento.
Por el agarre y las contracciones de las paredes de su coño, supo que
ella ya estaba cerca, tan cerca como él.
Deslizando una mano entre sus cuerpos, le frotó bruscamente el
clítoris y sus piernas se apretaron más alrededor de su culo mientras
estrellaba sus caderas contra las de él. Se apartó del beso cuando
estaba jadeando y la observó mientras ella lo observaba.
No quería perderse nada.
Se corrió como un maldito tren de carga. Un clímax que comenzó en
sus extremidades y se disparó a través de sus músculos y venas para
salir a chorros de la punta de su pene. En torno a su polla
eyaculando, las paredes femeninas se apretaron casi imposiblemente
y le ordeñaron hasta la última gota de semen mientras ella se corría
en oleadas. Siguió moviéndose a través de los jugos de los dos,
escuchando el sonido que hacían.
Era el sonido de ellos. Un sonido que había perdido hacía diez años.
No volvería a perderlo.
Levantando la cabeza, arrastró suavemente la nariz por el costado de
la de ella y le dio un suave beso en los labios. Ella cerró los ojos, a él
no le gustó eso. No le gustaba que no lo estuviera mirando. Que
estuviera cortando la comunicación entre ellos.
—Mírame—gruñó, observando cómo sus párpados se agitaban antes
de abrirse lentamente.
Sus ojos se encontraron y se sostuvieron.
—Mío. Esto es mío, sólo mío. —Su voz sonaba áspera y ronca.
Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa, una pequeña sonrisa
de complicidad.
—Si lo mío es tuyo entonces lo tuyo es mío. Es lo justo—dijo ella
todavía con esa pequeña sonrisa.
Una sonrisa se escapó de su control y le dio un rápido beso.
—Siempre será tuyo, cariño.
Se deslizó hacia afuera y hacia adentro, su polla todavía semidura.
Empujando las caderas contra las de ella, su hueso púbico encontró
su clítoris sensible haciéndola gemir y retorcerse debajo de él. Ella
siempre había sido sensible después del sexo y a él le encantaba.
Todavía le encantaba. Siempre le encantaría.
Retirándose, se arrodilló entre sus piernas abiertas y observó cómo
sus fluidos combinados escapaban de ella. La visión de su
eyaculación dentro de ella era algo que no había pensado que
volvería a ver.
—Me encanta observar mi semen saliendo de tu coño. —Pasó un
dedo por sus pliegues y frotó la humedad sobre el clítoris.
—¿Qué? —Ella se sacudió tratando de sentarse—. ¿Qué estás..? Oh
diablos. No usamos condón. —Ella intentó empujarlo pero él no se
movió—. ¿Estás... te han hecho la prueba?
—No quería nada entre nosotros, mi Sky. Y nunca te tomaría sin
condón si no estuviera limpio, cariño. Me han hecho la prueba. ¿Qué
pasa contigo? —Se puso justo en su cara—. No quiero nada entre
nosotros nunca más.
—Estoy limpia pero no estoy tomando la píldora, Sin—le gruñó ella
—. No quiero quedar embarazada, al menos no ahora.
Dejó caer la cabeza sobre sus tetas y respiró profundamente,
tratando de evitar que la euforia que sentía se mostrara en su rostro.
No estaba tomando la píldora porque no había planeado tener
relaciones sexuales. Su jodido corazón latía más rápido sólo
sabiendo eso. Tenía nuevamente el control cuando levantó la cabeza.
—Está bien, mañana te conseguiremos la pastilla del día después de
Grietjie. Hawk hizo que abasteciera la enfermería en caso de que
alguien la necesitara. Usaremos los malditos condones hasta que
consigas la píldora o cualquier método anticonceptivo que funcione
para ti. Pero una vez que estés protegida, no volveré a ponerme un
trozo de látex en la polla—gruñó él.
—Me alegro de que no estés siendo un bastardo controlador, Sin—
dijo ella sarcásticamente.
—No estoy siendo controlador, mi Sky. Sólo te deseo jodidamente
mal. Voy a follarte cada vez que pueda y ambos sabemos que estarás
embarazada antes de que puedas parpadear. Te dejé embarazada de
Lee mientras tomabas la píldora. Mis nadadores son súper
poderosos. —Él le sonrió mientras ella resoplaba y luego se reía.
—Mierda. Tienes razón, esos malditos nadadores tuyos son
peligrosos.
Él movió las cejas mientras le dedicaba una sonrisa pícara.
—Vamos a ducharnos y limpiarnos, cariño—dijo mientras se
levantaba de la cama.
Todavía estaba casi completamente vestido, a excepción de sus
vaqueros abiertos. Se quitó el chaleco, lo dobló con cuidado y lo
colocó sobre la cama, luego agarró su camiseta detrás del cuello, se la
quitó y la dejó caer al suelo. Inclinándose, se desabrochó los
cordones de las botas y se las quitó junto con los calcetines. Se quitó
los pantalones y el bóxer y se quedó desnudo frente a su mujer.
Sus ojos lo observaron cuando él retrocedió hacia la cama, tomó su
mano y la atrajo hacia él. Le quitó el resto de la ropa rápidamente y
entonces la tuvo desnuda y sus manos le acariciaron la espalda hasta
su delicioso culo.
—Vamos a llevarte a la ducha, mujer, eres una tentación demasiado
grande en este momento—gruñó él.
De pie bajo la cascada de agua, Sin dejó caer la cabeza hacia atrás y
permitiendo que el agua le recorriera la cara y el cuerpo antes de
alejarse y arrastrar a Sky al agua. Vertiendo gel de ducha en la palma
de su mano, comenzó a lavarla lenta y minuciosamente. No usó el
guante corporal ni ninguna otra mierda con la que había sido
abastecida la ducha. No quería.
q
Memorizó su cuerpo mientras la lavaba. Al llegar a su coño, se
enjuagó la mano, vertió otro poco de gel en la palma y deslizó la
mano entre sus piernas. La enjabonó lentamente, la limpió y la
enjuagó con cuidado, asegurándonos de que no quedara ni una
partícula de jabón. Mientras deslizaba los dedos por sus pliegues,
sintió que se mojaba, no con agua, no, se ponía resbaladiza. Él no
continuó, sino que le dio una pequeña palmada en el coño y retiró la
mano.
Ella lo miró antes de tomar el gel de ducha y verterlo en su mano.
Tuvo que contenerse mientras sus manos comenzaban a recorrer su
cuerpo.
A lavarlo.
Minuciosamente.
Gimió profundamente cuando le lavó las pelotas con cuidado y
ternura. Dejó su polla para el final. Entonces la prodigó con atención.
Atención que lo tenía duro como una piedra.
Enjuagándole el jabón, de repente se inclinó y lamió alrededor de la
punta. Él se estremeció y gimió al sentir su boca sobre él.
—Será mejor que sepas lo que estás haciendo porque estoy
pendiendo de un hilo, cariño—gimió él bruscamente.
Ella no dijo una palabra, simplemente se arrodilló y se tragó el
glande mientras su mano comenzaba a acariciarle las pelotas.
Haciéndolos rodar y tirando de su saco.
Él agarró su cabello, observando como su polla entraba y salía de su
boca. Agua y saliva goteaban de sus labios y corrían por su barbilla,
haciendo que él gimiera al verlo. Gimió aún más fuerte cuando su
mano cayó sobre su coño y comenzó a frotarse frenéticamente el
clítoris. Sus caderas empujaban hacia la mano en su coño mientras él
se empujaba más rápido dentro de su boca húmeda. Su clímax lo
golpeó de la nada, se metió profundamente en su garganta y se
corrió con un fuerte gruñido. Ella gimió alrededor de su polla y él la
sintió jadear y estremecerse mientras se corría también.
Se retiró lentamente de su boca pero se detuvo con la punta apoyada
en su labio inferior. Su lengua salió y comenzó a lamerlo hasta
dejarlo limpio. Era algo que ella solía hacer, que le encantaba hacer,
cuando estaban juntos. Ninguna de las mamadas que había tenido
después de ella había sido como ésta. Habían sido una forma rápida
de correrse y alejarse.
Esto no era eso en absoluto. Esto era él haciendo el amor con su boca
y la boca de su mujer haciendo el amor con su polla.
—Dios, mi Sky. Extrañé muchísimo esto, te extrañé muchísimo.
Ella lo miró con los labios rojos, húmedos e hinchados. Tenía gotas
de agua adheridas a las pestañas, oscureciéndolas y resaltando sus
ojos verde musgo. Le encantaba la mirada de felicidad en esos ojos.
Siempre le había encantado.
Extendiendo la mano hacia ella, lentamente la puso de pie. Sus ojos
permanecieron clavados en los de él mientras Sin bajaba la cabeza y
lamía los restos de su semen de sus labios. Él sonrió contra su boca
cuando ella gimió suavemente. A él le gustaba saborearse en ella y a
ella le gustaba que él no dudara en besar y lamer sus labios después
de haberlo tenido en su boca.
—Te amo, mi Sky—le susurró contra el oído. Escuchó su respiración
entrecortada y se apresuró a tranquilizarla.
—No espero que me lo digas, al menos no todavía. Nos tomaremos
nuestro tiempo, cariño.
Estirando el brazo, cerró el agua, la levantó y, abriendo la puerta de
la ducha, la dejó sobre la alfombra. Sacó una toalla del toallero y la
envolvió. Tomando otra, se secó superficialmente y se la envolvió
alrededor de la cintura.
Ella permaneció exactamente donde la había dejado, la secó rápida
pero con suavidad. Tomando una toalla más pequeña, le secó el
cabello y luego se pasó la misma toalla por el suyo. Cuando terminó
la arrojó en el cesto al lado de la ducha.
Levantando a su dama, la llevó a su habitación y la acostó en la
cama.
Los recuerdos de su rutina nocturna lo hicieron buscar la loción que
ella siempre usaba después del baño o de la ducha. La vio en el
tocador, la fue a buscar y se puso a frotar crema humectante en su
cuerpo. Por primera vez pudo ver sus tatuajes con claridad. Trazó
las rosas sobre la parte superior de su pecho y después pasó un dedo
por el nombre de Lilou en uno de los pétalos en su seno. Ella tenía
poesía en su costado sobre la que le preguntaría en otro momento.
Pasando las manos suavemente por sus costillas, descendió.
Cuando llegó a su vientre, ella intentó detenerlo pero él le apartó las
manos.
—Ya no me veo como antes. —Ella evitó sus ojos mientras hablaba
—. Tengo estrías a diferencia de las mujeres con las que has estado.
Sin decir una palabra, se inclinó y comenzó a besar cada una de esas
líneas plateadas. Adorándolas con besos y pequeños mordiscos.
—No sé qué carajo te preocupa, mi Sky—dijo entre besos—. Estas
marcas significan que llevaste a mi bebé dentro de ti. Son marcas que
dicen que creaste una vida. Son la historia de cómo hiciste crecer a
mi bebé dentro de ti. Amo todas y cada una de ellas. Estas marcas
son hermosas, son vida.
Su mujer resopló.
—Vosotros, los hombres, estáis tan llenos de mierda—masculló ella.
Escondiendo una sonrisa contra su vientre, besó la suave piel y la
acarició, sin decir una palabra.
Retrocediendo, terminó de ponerle crema y devolvió el frasco al
tocador.
Mientras se secaba la última humedad de la piel, sacó una camiseta
limpia de la cómoda y un par de pantalones deportivos cortados. Se
puso los pantalones antes de regresar a la cama y la vistió
suavemente con su camiseta.
—Tengo pijamas, ¿sabes?—dijo ella.
—Te quiero usando mi camiseta, cariño, me da acceso a tu coño y me
gusta verte con algo mío.
Retirando el edredón, levantó suavemente a su mujer y la acomodó
en la cama, luego se deslizó a su lado y la atrajo hacia su pecho. Sus
manos acariciaron su espalda y bajaron hasta su culo, donde levantó
la camiseta. Agarrándolo, la acercó a él hasta que sintió su coño
caliente en su muslo. Dejando caer la cabeza, frotó la barbilla sobre
su coronilla, su cabello todavía estaba húmedo y sabía que se
enojaría por la mañana. Odiaba despertarse con la cabeza
despeinada. Él sonrió anticipando su temperamento por la mañana.
Solía conducir a un polvo increíblemente caliente.
—Vamos a descansar un poco, tal vez incluso dormir. Voy a
despertarte, atarte a la cama y tomarme mi tiempo para volver a
conocer este cuerpo. Voy a besarte por todas partes, lamerte y
comerte lentamente, tan jodidamente lento que te derretirás antes de
que termine. Y una vez que te corras, meteré mi polla en tu súper
caliente coño y te follaré duro y lento hasta que ambos no podamos
soportarlo más. Luego te llenaré con mi semen y me volveré a
dormir con mi polla muy dentro de ti.
Esperó a ver si ella iba a oponerse a que la ataran.
Ella gruñó adormilada.
—Eso no suena como si estuvieras teniendo cuidado de no llevar
esos súper espermatozoides tuyos a mis óvulos. Estaré embarazada
por la mañana.
Él sonrió contra su cabello mientras la veía en su mente, atada y con
los brazos extendidos, a su merced mientras bombeaba su semen
dentro de ella.
—Sé que estás sonriendo, puedo sentirlo. No voy a quedar
embarazada ahora, Sin. Mañana tomaré esas píldoras y tú vas a usar
condones hasta que pueda volver a tomar anticonceptivos.
—De acuerdo, cariño—murmuró él.
De nuevo el resoplido.
—Recuerdo ese tono—masculló contra su pecho.
Luego hizo algo que solía hacer, besó el pezón más cercano a ella y
un escalofrío lo recorrió. Su mano que había estado descansando
sobre su culo se deslizó más abajo y comenzó a acariciarla,
deslizando un dedo justo dentro de la raja de su trasero y
moviéndolo hasta el calor de su coño. Recorrió esa hendidura, arriba
y abajo, arriba y abajo y sintió que su polla se contraía y comenzaba
a endurecerse.
—Tienes nuevos tatuajes. —Su mano que había estado sobre su
vientre subió por su pecho y su dedo trazó el ornamentado tres
tatuado sobre su corazón—. ¿Por qué un tres? ¿Qué significa?
La vergüenza lo recorrió, no quería decírselo pero mentir tampoco
era una opción. Honestidad. Con ella siempre sería honesto incluso
si la perdiera por eso.
—Me lo hice cuando no pude encontrarte. Es para que nunca
olvidara el número de mis pecados.
—¿Cuáles son esos pecados? —Ella levantó la cabeza y apoyó la
barbilla en el dorso de la mano para mirarlo.
Sus fosas nasales se dilataron mientras respiraba. Preparándose para
decirle la fea verdad.
—Engañé al amor de mi vida. Amenacé la vida de mi amor y la de
mi hijo por nacer. Y consumí drogas en la casa club, faltándole el
respeto a mi presidente y a mis hermanos—dijo él en voz baja.
Sacando su mano de debajo de su barbilla, una vez más delineó el
tres con el dedo.
—Es hermoso pero innecesario. Ambos hemos hecho penitencia por
nuestros pecados, es hora de dejarlos ir. —Su voz era tan baja que
casi era inaudible, pero la escuchó.
—Nunca podré hacer suficiente penitencia por lo que te hice. Nunca
—dijo con voz tan baja como la de ella.
—Hace diez años, incluso hace cinco años, habría estado de acuerdo
contigo, pero ahora no. —Su lengua delineó el tres y cuando habló,
su aliento sobre la humedad lo hizo temblar—. Lo que hiciste nos
marcó profundamente a ambos, pero tú has cambiado y yo también.
Somos mayores y más sabios, no tan estúpidos como en aquel
entonces. Tenía tanto miedo de perderte que hacía todo lo posible
para complacerte. No sé cómo pensamos que nuestra relación iba a
funcionar; estaba condenada desde el principio. Tu hermana
simplemente usó las grietas que ya estaban allí para rompernos por
completo.
Escucharla hablar sobre el final de su relación con tanta calma no se
sentía bien, pero tenía que admitir que ella tenía razón.
—Tienes razón, nunca hubiéramos durado, no como yo era entonces.
Ya no soy ese hombre. Después de lo que me pasó, necesito tener el
control, pero no como solía controlarte a ti. Eso estuvo mal. Aprendí
de mis errores de la manera más difícil. Perderte a ti y a nuestro bebé
fue el punto de inflexión para mí. Fue entonces cuando me hice los
tatuajes.
—¿Tatuajes? ¿Te hiciste más de uno? —Ella levantó la cabeza como
para empezar a inspeccionar sus tatuajes. No le preguntó sobre su
necesidad de control. Tendría que hablar con ella sobre su necesidad
de controlar lo que sucedía en el dormitorio. Pero no ahora.
Levantando el brazo izquierdo lo sostuvo en alto para que ella
pudiera ver el ornamentado tatuaje en forma de pergamino que iba
desde la parte superior de su axila hasta el codo.
—Es mi nombre—susurró ella y extendió la mano para tocarlo—. Es
tan hermoso. ¿Por qué? ¿Por qué te hiciste esto?
Arrastrándola sobre su pecho, la abrazó.
—Lo hice para poder tenerte cerca de mi corazón todos los días de
mi vida. —Arrastró la nariz por el costado de la de ella—. No sé
cómo pasamos del sexo alucinante a hablar del pasado. Tal vez sea
porque tú y mis hijos os habéis visto arrastrados a la mierda que se
cierne sobre el club. No quería que nuestra mierda os tocara, ni a ti,
ni a Lilou y por eso nunca os busqué. Pensaba que si no lo hacía
estaríais a salvo de cualquier daño. Me equivoqué.
Ella lo miró a los ojos y los de ella se oscurecieron cuando la tristeza
los llenó.
—¿Alguna vez habrías venido a buscarnos?
Lamiendo su labio inferior, la besó. Deslizó la lengua dentro y
atormentó la de ella antes de retirarse, morderle el labio, pero no
demasiado fuerte y soltarla.
—Ya te estaba buscando, cariño. Ziggy te había encontrado pero aún
no me lo había dicho cuando Spider vino a verme. No importa en
qué parte del mundo estuvieras, iba a ir a buscarte y te traería a casa.
—¿Y si estuviera casada? —Una ceja levantada le hizo saber que
tenía que andar con cuidado al responder esta pregunta.
—Si eras feliz, lo habría odiado, pero me habría marchado, pero sólo
después de conocer a mi hija. De ella no habría podido alejarme.
Ella apoyó la cabeza sobre su pecho y suspiró.
—Nadie podría jamás ocupar tu lugar en mi corazón, Carl—susurró
ella contra su piel. Se estremeció al escuchar su nombre legal en sus
labios y su brazo la rodeó con más fuerza, sosteniéndola contra él.
No la dejaría ir, nunca.
—Lo mismo aquí, mi Sky, nadie podrá jamás ocupar tu lugar en mi
corazón. Es tuyo, para siempre y más allá.
Levantándola, la colocó encima de él, la envolvió en sus brazos e
incluso enganchó sus piernas sobre las de ella, enjaulándola.
Era la primera vez desde que lo violaron que tenía a una mujer
encima de él y su ritmo cardíaco se disparó. Estaba a punto de darse
la vuelta cuando la miró a los ojos y su corazón se calmó. Estaba a
salvo con ella. Siempre estaría a salvo con ella.
—No quiero volver a perderte, mi Sky—susurró.
—Yo tampoco quiero perderte. —Su voz era un suave murmullo
contra su piel.
Y entonces se dio cuenta de que no le había hablado de mudarse al
Santuario.
—Estabas con Lee cuando tuvimos la reunión con las familias. Iba a
decírtelo pero luego nos desviamos. Bien, esto es lo que sucederá
mañana, trasladaremos a las mujeres y a los niños a un lugar seguro
después de lo que sucedió hoy. —Ella se puso rígida en sus brazos y
él le dio un apretón—. Necesitamos hacer las maletas para los niños
y para nosotros para unos días y estar listos para mudarnos mañana
por la noche. No será por mucho tiempo, sólo hasta que
solucionemos esta mierda.
Ella permaneció en silencio durante tanto tiempo que él empezó a
preocuparse. No debería haberlo hecho.
—Sé que las cosas no están bien en tu club en este momento y que tú
y tus hermanos estáis en peligro. Por favor ten cuidado y regresa con
nosotros. —Él escuchó el miedo en su voz y se apresuró a
tranquilizarla.
—No me va a pasar nada, cariño. Nos ocuparemos de esos cabrones
y seguiremos viviendo nuestras vidas como queremos…
pacíficamente.
La besó de nuevo, luego rodó hacia su costado todavía abrazándola,
escuchándola respirar suave y regular mientras se quedaba dormida.
En sus brazos donde debería haber estado durante años.
Al final él también se quedó dormido y no la soltó. La abrazó
mientras dormían.
Capítulo 23
Sky
Mis ojos se abrieron de golpe mientras jadeaba por respirar. El placer
irradiaba desde mi coño y fue entonces cuando me di cuenta de lo
que estaba pasando.
Sin estaba entre mis muslos, lamiendo y chupando mientras me
aferraba a su cabello.
Estaba agarrando su cabello… mientras dormía. Se me escapó un
gemido cuando me chupó el clítoris y lo mordió suavemente. Mis
caderas se levantaron pero su pesada mano sobre mi vientre me
mantuvo en el lugar mientras seguía adelante. Seguí llevándome
arriba, más y más arriba.
Su lengua me apuñaló, lamiendo dentro de mi coño, y me tapé la
boca con la mano para evitar que mis fuertes gemidos despertaran a
los niños.
Me retorcí en la cama mientras él usaba la boca, la lengua, los
dientes y la barba para volverme loca.
El orgasmo rodó sobre mí como una ola y cada músculo de mi
cuerpo se tensó. Arrastrándolo con fuerza contra mi coño, lo
mantuve chupando donde lo necesitaba y me estremecí mientras su
talentosa boca seguía trabajando en mí.
Y entonces se había ido. Pero no por mucho tiempo. Jadeé cuando
me giró sobre mi vientre y levantó mis caderas.
—Sobre manos y rodillas, cariño—gruñó arrastrando su boca
húmeda por mi columna.
Temblando, obedecí.
Se elevó sobre mí empujando entre mis músculos todavía con
espasmos hasta que estuvo profundamente asentado. Se sentía como
si fuera más grande, más largo y estuviera más profundo en esta
posición. Gemí.
Mi orgasmo había tensado mis músculos vaginales y sentía cada
protuberancia, cada gruesa vena. Su brazo descendió junto a mi
cabeza para sostenerlo mientras cubría mi espalda. Apartándome el
cabello hacia un lado, descubrió mi cuello y lamió lentamente hasta
mi mandíbula. Se me puso la piel de gallina y me estremecí.
—¿Estás lista, cariño?—susurró contra mi nuca.
No pude responder, todavía estaba demasiado eufórica. Mi
asentimiento fue entrecortado.
Retirándose lentamente, lo escuché reír en voz baja cuando me
estremecí. Me vengaría por eso.
Ese fue mi último pensamiento coherente cuando la sensación de él
entrando y saliendo de mi coño hinchado me hizo perseguir el
orgasmo que crecía dentro de mí. Mis caderas se movían al mismo
ritmo que las suyas mientras nos estrellábamos contra las del otro.
Mi espalda se arqueó y dejé caer la cabeza en la almohada para
amortiguar los sonidos que escapaban de mi boca. Estábamos
jadeando, gimiendo y gruñendo. Por encima de esos sonidos
animales estaba el sonido húmedo de nuestros cuerpos uniéndose.
Una y otra vez.
Agarrándome por la cintura, me arrastró hacia arriba y hacia atrás
contra él. Mi pecho se apoyó contra el suyo mientras sus muslos me
abrían de par en par. Levantando mis brazos, los colocó alrededor de
su cuello.
—Sostente, cariño—gruñó y su boca se cerró sobre el costado de mi
cuello, mordiendo y luego chupando con fuerza la piel sensible.
Sus manos recorrieron mi cuerpo, pellizcando mis pezones, tirando
de ellos, retorciéndolos. Gemidos y jadeos salían de mí mientras lo
montaba. Deslizó una mano sobre mi vientre hacia mi montículo, sus
dedos se dividieron alrededor de su polla entrando y saliendo.
Acarició los labios de mi coño estirado con esos dedos mojados antes
de retirarlos y deslizar dos sobre el clítoris.
Esos dedos pellizcaron y luego frotaron el manojo de nervios. El
fuego me atravesó y tuve que moverme más rápido. Al igual que él.
g y q p g q
—Dedos en tu clítoris, muéstrame cómo te gusta—gruñó contra mi
hombro y obedecí de inmediato.
Mis dedos reemplazaron los suyos y ambas manos se posaron en
mis caderas, apretándome con tanta fuerza que supe que iba a tener
moretones en forma de dedos. No me importaba, amaba sus manos
sobre mí.
Mientras me frotaba el clítoris, él me levantó y me dejó caer contra
su rígida polla. Los músculos de sus muslos trabajando mientras sus
caderas enviaban su polla dentro y fuera de mí.
No iba a durar.
Los dedos de mis pies se encogieron, mi mano se convirtió en una
garra en su cuello y mi cabeza se disparó hacia atrás contra su
hombro cuando eso me arrolló. Un orgasmo tan potente que hizo
que estrellas brillaran delante de mis ojos y mi boca se abriera en un
grito.
Agarrando mi barbilla, me giró la cabeza y estrelló su boca sobre la
mía capturando mi grito mientras yo me tragaba su fuerte gruñido y
nos corríamos juntos. Su polla se sacudía en lo profundo de mí,
haciéndome temblar y tratar de acercar el culo a su ingle.
Las réplicas fueron asombrosas y me atravesaron cada vez que me
movía. Me encantó la forma en que gemía contra mi cuello cuando
apretaba mis músculos alrededor de su polla.
Me abrazó, sus brazos alrededor de mi cintura y sobre mis senos
mientras nos estremecíamos y temblábamos juntos. Cuando
empezamos a bajar, sus manos comenzaron a acariciarme,
tranquilizándome a mí y a él, sospecho.
Lenta, muy lentamente, nos bajó a la cama, colocándonos de costado,
mientras mantenía su polla dentro de mí.
Finalmente nos acomodamos con el edredón hasta la cintura.
Mi pierna estaba sobre su muslo para mantenerme abierta para él.
Suave, oh, muy suavemente, acarició mi coño prendido fuego e
hinchado que todavía estaba lleno de él, recogiendo nuestros juegos
y pintándolos sobre ambos con los dedos.
Todavía estaba duro.
—Te sentí, te corriste conmigo. ¿Por qué sigues duro? —le pregunté.
Empujando su cara contra mi cuello, gimió profundamente.
—Eres por ti, mi Sky. Te mueves y estoy jodidamente duro. Se siente
jodidamente increíble estar dentro de ti y voy a quedarme así por un
tiempo. Está bien porque quiero irme a dormir con la polla bien
adentro de ti.
—Necesito limpiarme, cariño—murmuré.
—No, duermes con todo mi semen dentro de ti. No puedo dejarte ir,
no esta noche. —Su voz era apagada mientras besaba mi cuello.
Gruñí.
—Esto va a ser muy sucio.
Su risa me hizo estremecer.
—Esta noche nos gusta sucio. Duérmete, cariño. Te tengo.
Sí, efectivamente, me tenía.
Y me dormí, como me ordenaron.
Capítulo 24
Sin
Cuando despertó estaba duro y dentro de su mujer.
Decir que estaba atónito sería correcto. Debió haber empujado su
erección matutina dentro de ella mientras ambos todavía dormían.
Era la mejor sensación del puto mundo despertar con Sky en sus
brazos y su polla dentro de ella.
Comenzó a moverse lentamente mientras le acariciaba el clítoris. Su
mujer no lo decepcionó, comenzó a moverse con él, suaves gemidos
saliendo de ella. Ella se echó hacia atrás y lo agarró del muslo para
acercarlo más.
—Más—murmuró ella.
Colocándola boca abajo, se extendió sobre ella, le separó las piernas
y con las manos debajo de las caderas comenzó a follarla en serio.
Escuchar sus gemidos amortiguados por las almohadas hizo que él
bombeara con más fuerza. Había estado sujetando sus caderas para
mantenerla en el lugar, pero ahora deslizó ambas manos sobre su
vientre hasta su coño y empujó su clítoris contra su polla mientras
entraba y salía de ella. Clavando los dientes en su hombro, la sujetó
mientras ella enloquecía debajo de él.
Su mujer se puso aún más húmeda y salvaje cuando él aumentó la
presión de sus dientes sobre su piel. Sus gemidos se hicieron más
cortos, más como gruñidos cuando su coño comenzó a contraerse a
su alrededor.
Cuando sus embestidas se volvieron irregulares, le frotó el clítoris y
luego lo apretó.
Sky gritó contra la almohada mientras empujaba el culo hacia él y
estallaba, llevándolo al límite. Su semen comenzó a salir a chorros de
él. Empujando profundamente dentro de su celestial coño mojado,
pintó las paredes que se contraían espasmódicamente con su semen.
Un profundo gemido lo abandonó mientras se desplomaba sobre
ella. Su polla se ablandó, él se retiró lentamente y se desplomó a su
lado. Besando su hombro, deslizó una mano entre sus piernas
abiertas y acunó su coño. Levantando la cabeza, apoyó la mejilla
contra su omóplato y observó cómo su mano se movía entre sus
piernas. Una sensación de posesividad y paz lo invadió.
—Este coño es mío, siempre ha sido mío y siempre será mío—dijo
con voz ronca contra su hombro mientras arrastraba los dedos a
través de sus jugos.
Siguió jugando, deslizando los dedos por los labios de su coño y
hundiéndolos dentro de ella antes de retirarlos y volver a acariciarla.
—Necesitas parar—gimió ella mientras se estremecía casi
continuamente—. No puedo volver a hacerlo.
—Cariño, puedo hacer esto todo el día y hacer que te corras una y
otra vez. Lamentablemente hoy no tenemos tiempo. Necesitamos
darnos una ducha antes de que los niños se levanten. Quiero
disfrutarte en la ducha antes de que tengamos que afrontar el día. —
Él sonrió y besó su hombro cuando ella gimió, y no con placer.
—Hace mucho tiempo que no tengo relaciones sexuales, cariño. Mi
pobre coño está muy hinchado y dolorido. Él quiere jugar pero
necesito interrumpirlo. No más jugar esta mañana. —Ella se
estremeció cuando él le acarició el clítoris y sonrió contra su piel.
Con una pequeña palmadita final retiró la mano.
—Está bien, cariño, le daremos un descanso a tu coño hasta más
tarde. Será mejor que estés preparada para tomar mi polla esta
noche; va a estar muy hambrienta. —Le dio un último beso en el
hombro y dejó caer la cabeza sobre la almohada cerca de ella,
encontrándose con sus ojos centelleantes con una sonrisa.
—Ese monstruo siempre tiene hambre—espetó ella.
Él negó con la cabeza y acarició su delicioso culo con una mano.
—Sólo de ti, mi Sky. Solo de ti.
Ella lo miró fijamente. Él no sabía lo que buscaban sus ojos pero
parecía que lo encontró cuando sonrió.
Zurrando su delicioso trasero, se sentó.
—Vamos a llevarte a la ducha antes de que lleguen los niños.
Tomando su mano, la levantó y su mujer gimió fuerte.
—Maldita sea, tengo dolores en donde no sabía que tenía músculos
—se quejó cuando él la atrajo hacia él, la levantó y la llevó al baño.
Una vez que se ducharon y se vistieron, Sin revisó su teléfono en
busca de novedades. No había recibido ninguna durante la noche, lo
cual era bueno. Significaba que no había habido disturbios y que
estaban siguiendo adelante con sus planes.
Tuvo tiempo de tomar una taza de café con Sky y desayunar con los
niños antes de irse. Tuvo una breve conversación con Cal sobre la
mudanza planeada para esa noche. Cal y su equipo partirían hacia el
aeropuerto poco después.
Llegó a la casa club quince minutos antes de las nueve. Lo
suficientemente temprano para tomar una taza de café de la cocina
antes de entrar a su capilla. Iba a necesitar el café.
Ice y Hawk ya estaban allí. Sus propias tazas de café humeantes
sobre la mesa frente a ellos.
—Buenos días, hermano, te ves muy relajado esta mañana—bromeó
Ice con una sonrisa.
Sin sonrió y se encogió de hombros.
—Dormí bien.
Sus hermanos se echaron a reír y él negó con la cabeza.
—Idos a la mierda, imbéciles—gruñó mientras se sentaba junto a su
presidente.
Hawk le dio una palmada en la espalda.
—Simplemente feliz por ti, hermano. Parece una buena mujer y le
gusta a mi dama.
Sin asintió.
—Hace diez años cometí el mayor error de mi vida, Prez. Estoy
arreglando lo que rompí y no la dejaré ir, ni a ella, ni a mis hijos. Son
míos.
Ice se inclinó hacia adelante.
—¿Qué pasa con su carrera, Sin? Ella es la vocalista de una banda
popular. ¿Cómo vas a manejar que se vaya durante meses?
Recostándose en su silla, Sin miró entre su Prez y su VP.
—Iré con ella. Scar puede ayudarme mientras estoy fuera. Si es
necesario, volaré de un lado a otro. Sky y mis hijos son las personas
más importantes en mi vida y tengo que ponerlos en primer lugar,
pase lo que pase.
Hawk le tendió la mano a Ice con una amplia sonrisa.
—Paga, hijo de puta. Lo dije y ahora me debes doscientos.
Gruñendo algo, Ice sacó la billetera y arrojó dos billetes de cien
rands sobre la mesa que Hawk tomó y deslizó en su bolsillo.
—¿Apostasteis sobre mí?
—Por supuesto. No seríamos tus hermanos si no lo hiciéramos. —
Hawk le dio una palmada en la espalda, agarró la taza y tomó un
trago.
Se sentaron y bebieron el café mientras esperaban. Su capilla
comenzó a llenarse lentamente y después de un gesto de Kahn para
hacerle saber que todos estaban presentes, la puerta se cerró.
Hawk golpeó el bloque de acero y los murmullos cesaron.
—Como club hemos estado bajo ataque durante demasiado tiempo.
Nuestras mujeres y familias han sido secuestradas, heridas y
violadas. Hemos perdido hermanos, una dama y a la tía Beryl.
Hemos sufrido su pérdida como club y como familia. Nuestros
enemigos nos han hecho daño, ahora nos toca a nosotros hacerles
daño. Destruirlos.
—Todos habéis sido asignados a un equipo. Un oficial o
lugarteniente será el líder. Recibes tus órdenes de él y no intentas
debatir esas órdenes con él. Haces lo que tu líder te dice que hagas
cuando te dice que lo hagas. Si trabajamos juntos sobreviviremos a lo
que viene. Ignoras las órdenes y no haces lo tuyo y dejarás a ti y a
tus hermanos vulnerables.
—Casi puedo garantizar que habrá muchos más de ellos que de
nosotros, por eso debemos seguir las órdenes. Tenemos un plan, un
buen plan, y lo cumplimos.
Miró alrededor de la silenciosa habitación.
—¿Alguna pregunta?
No se levantaron manos, Hawk asintió y se volvió hacia Sin.
—Sin será el hombre al que acudir si tenéis alguna pregunta.
Necesitamos estar preparados para estos hijos de puta. Nuestra
información dice que atacarán en dos o tres días. No vamos a confiar
en eso, comenzaremos a prepararnos para el ataque tan pronto como
terminemos aquí. Quiero que todo esté en su lugar cuando se ponga
el sol. Esta noche trasladamos a las mujeres y a los niños al
Santuario. Después del maldito espectáculo de anoche, aquellos de
vosotros que trajeron nuevas perras son responsables de sus
acciones. Las mantenéis bajo control y las vigiláis u os enfrentaréis a
un castigo si ellas cruzan la línea. ¿Me habéis entendido?
Hawk miró fríamente alrededor de la habitación y Sin pudo ver que
varios de los hombres bajaban la cabeza, evitando sus ojos.
Obviamente eran ellos los que tenían las nuevas perras.
—Dije, ¿me habéis entendido?—espetó él.
—Sí, jefe.
—Ja, Prez.
Respuestas sumisas vinieron de toda la habitación.
—Bien. No volveremos a hablar de esta mierda. —Recostándose en
su sillón, le hizo un gesto a Sin para que se hiciera cargo.
Sin asintió con la cabeza a Ziggy. Instantáneamente la pantalla se
iluminó con un mapa grande de la propiedad Iron Dogz y al lado la
lista de equipos. El mapa se había dividido en zonas. Cada zona
estaba resaltada en un color diferente. A cada equipo se le había
asignado un color correspondiente a su zona.
—Echad un vistazo, encontrad vuestro nombre, equipo y la zona a la
que os han asignado. Memorizadlo, porque será la última vez que
veréis este mapa. Hay una razón por la que estáis en un equipo
específico, no intentéis cambiaros por otra persona. El líder de tu
equipo te dará tus órdenes para esta noche. No todos transportarán a
las mujeres y a los niños, algunos de vosotros seréis su protección.
Otros vigilarán el recinto y la propiedad. Las patrullas serán
supervisadas por Jagger como siempre. Él seleccionará a los
hombres de los equipos. Stone y sus hombres seguirán patrullando
fuera de nuestros muros por el momento. Veréis que hay una
rotación de guardia en el Santuario. Podríais pensar que es un
trabajo fácil, pero no lo es. Si todo se va a la mierda aquí, el trabajo
de quienquiera que esté en la rotación, será cerrar el Santuario y
proteger a nuestras mujeres y niños hasta que los refuerzos puedan
llegar hasta él. —Sin miró a sus hermanos, desde los más jóvenes
hasta los oficiales, todos estaban jodidamente preocupados.
—Ceñíos al plan, seguid las órdenes y lo lograremos. Scar y Bullet
distribuirán no solo armas y municiones, sino que también
entregarán chalecos antibalas. Lo usaréis, carajo. Cualquiera que sea
sorprendido sin su chaleco estará en mi lista de mierda y no quieres
que eso suceda. Como vuestro SAA soy responsable de la seguridad
de nuestro club, lo que significa que soy responsable de todos y cada
uno de vosotros. Haced lo que os digo y facilitadme el trabajo.
Sin miró a su presidente, pero éste se limitó a agitar la mano como
diciendo “sigue adelante”.
—¿Tenéis alguna pregunta?
—Si todos estamos aquí detrás de los muros, ¿qué pasará con las
casas y cabañas?—preguntó Vissie, uno de los nuevos parches de los
Herons.
—Estarán vigilados hasta que tengamos que volver a llamar a los
que están de guardia. Somos cautelosamente optimistas de que no
serán tocadas. Nos quieren a nosotros, no a nuestros hogares. Os
aconsejo a aquellos de vosotros que tengáis artículos sentimentales o
valiosos que los guardéis en la bóveda. Aprovechad hoy para
hacerlo, no esperéis hasta más tarde, no habrá tiempo.
Esperó más preguntas pero no hubo ninguna. Recostándose en su
silla, asintió hacia Hawk.
—Todos sabéis qué hacer. Cuando salgáis de aquí, reuníos con el
líder de vuestro equipo para obtener más instrucciones. Tenemos
unas horas antes de comenzar a transportar a las familias al
Santuario. Usadlas para poner vuestras cosas en orden. No creáis
que esto va a ser fácil, no lo será. Sé que Ice se aseguró de que todos
tuvieran una última voluntad válida en caso de que sucediera lo
peor. Somos hermanos. Nos cuidamos unos a otros y a las familias
de cada uno. Pero dicho esto, no quiero perder a ninguno de
vosotros, así que mantened los ojos y los oídos abiertos y tened
mucho cuidado. Si tenéis que salir, no lo hagáis solo. Cuatro
compañeros en todo momento y, si es posible, utilizad una puta
jaula. —Se volvió hacia Wolf.
—¿Hay algo que debamos hacer en el pub?
Wolf negó con la cabeza.
—No, jefe. Lo que se podía hacer, se ha hecho.
—Bien. Bueno, hermanos, esto es todo. Salgamos y hagamos las
cosas.
Ice golpeó una mano sobre la mesa.
—¡Iron Dogz por siempre, por siempre Iron Dogz!—gritó.
El canto fue retomado por todos excepto Hawk. Se sentaba a la
cabecera de la mesa sonriendo, luego echó la cabeza hacia atrás y
aulló.
Y así fue como acabaron con la iglesia. No con el habitual acero
sobre acero.
Con aullidos.
DC
Horas antes, todos los hombres habían salido de la iglesia y se
habían ido en distintas direcciones. Mi hombre se había encerrado en
su oficina después de darme un beso. Un beso largo y duro que me
había dejado las rodillas un poco temblorosas.
Me había encargado de hacer listas de lo que había que empacar
para guardarlo en la bóveda. Por eso estaba sentada en la barra
bebiendo agua mientras enumeraba todos los recuerdos de la sala
común. Lo siguiente serían las cosas en las paredes de los pasillos, en
las oficinas y en nuestro dormitorio. Y por último estarían todas las
cosas de la capilla. Allí se exponían los recuerdos más importantes
del club.
Quizás eso debería empacarse primero. Me senté, golpeándome el
labio con el bolígrafo cuando sentí a alguien detrás de mí.
—Mmm, DC, ¿puedo hablar contigo un minuto? —Una voz suave
vino detrás de mí.
Mirando por encima del hombro, fruncí el ceño ante una Snow que
parecía perdida. Me volví completamente.
—Absolutamente. ¿Cómo puedo ayudar?
Le temblaba la mano mientras me tendía un palo que yo conocía
muy bien.
—No sé qué hacer. Él… él se ha ido y no sé qué hacer—susurró
mientras las lágrimas llenaban sus ojos.
No entendía. ¿Quién se había ido?
—¿De quién es el bebé, Snow? —Iba a destripar a ese bastardo si la
hubiera abandonado.
Se le escapó un sollozo, sacudió bruscamente la cabeza y se lo tragó.
—Es el bebé de Bok. —Su voz se había endurecido como si esperara
que yo estuviera enojada con ella o algo así.
Mierda. Me levanté de la silla y la rodeé con mis brazos.
y
—Lo siento mucho, Snow. ¿Qué puedo hacer?
Me abrazó fuerte durante unos segundos, después me soltó y se
alejó, secándose los ojos y respirando profundamente.
—Apenas habíamos comenzado una relación. Era reciente y ambos
no queríamos decir nada hasta que estuviéramos seguros el uno del
otro. Ahora es demasiado tarde. Nunca sabrá que tuvimos un hijo.
¿Cómo voy a hacer esto sola, DC? No soy material de madre. Soy
una chica fiestera. —Sus ojos estaban inundado de lágrimas cuando
terminó.
—Disparates. Cuando entraste aquí la primera vez supe que eras
una buena persona. Por eso comencé a hablar contigo. Me gustas,
Snow. Todos te ayudaremos a criar a tu bebé. No estarás sola.
Secándose los ojos, asintió levemente, pero sus ojos me dijeron que
no estaba segura.
—Yo… traté de quedarme en su habitación pero… pero sus cosas ya
no están. Se siente mal estar aquí. Y ahora no puedo volver a casa.
No quiero estar aquí ahora, DC. Por favor, ¿puedes hablar con Hawk
y pedirle que tal vez me envíe a otro lugar por un tiempo? Sólo hasta
que recupere la cabeza.
Sonreí porque sabía lo que tenía que hacer.
—Conozco el lugar perfecto al que debes ir. Estarás protegida y
segura hasta que Hawk resuelva los problemas del club. Déjame
hacer algunas llamadas y hablaremos de nuevo. ¿De acuerdo?
Ella resopló ruidosamente y asintió.
—De acuerdo.
—¿Por qué no das un paseo por la parte de atrás mientras hago las
llamadas? —La mujer necesitaba tomar un poco de aire fresco
porque estaba demasiado pálida. La miré mientras salía.
Sacando el teléfono, llamé a mi padre. Ya tenía una embarazada en
su complejo y estaba seguro de que podría hacer frente a otra. Al
menos Snow no era un mocosa mimada.
Una hora más tarde lo había arreglado y Alien, Rover y Slide estaban
en camino a recogerla. Ahora solo me quedaba informar a mi
hombre. No iba a estar contento, pero a la larga entendería que era lo
mejor.
Saliendo al patio, me reuní con Snow en la mesa de picnic y le di la
noticia. Su sonrisa era temblorosa pero estaba ahí. Ella se fue a hacer
las maletas y yo fui a buscar a mi hombre.
Sólo tomó un momento convencerlo de que era mejor enviar a Snow
con los Warriors. Ella no tenía un hombre que la protegiera, ni a ella,
ni a su bebé y no quería dejarla vulnerable. Él aceptó.
Observé la cara de Alien cuando vio a Snow por primera vez. Sus
ojos fríos se calentaron. Mi amigo se prendó de ella. Me gustaba él
para ella. Era un buen hombre.
Entre él, Rover y Linda cuidarían bien de Snow y su bebé.
Me paré en los escalones mientras se alejaban. Snow me saludó con
un gesto triste y se alejó. Con un suspiro volví a entrar para seguir
haciendo las malditas listas.
Devon y Damon me odiarían porque serían ellos quienes me
ayudarían a empacar todas estas cosas. Y creedme que había mucho.
Años de cosas de valor.
Y no iba a correr ningún riesgo de que se dañaran durante el
próximo enfrentamiento con los Harrison. ¿Agujeros de bala en los
chalecos de los originales? No, no podía permitir eso. Incluso si
fueran un grupo de malvados hijos de puta. Eran parte de la historia
de mi club y por lo tanto debían ser protegidos.
Mientras todos eran llevados al Santuario, nosotros estábamos
empacando. Kahn había encontrado un proveedor y hacía unos días
le entregaron cajas ignífugas. Estábamos listos para la gran
mudanza.
Frotando mi mano sobre mi vientre de embarazada, recé en silencio
para que todos nuestros preparativos resultaran en vano.
En mi cabeza, Crow resopló burlonamente. Él vendrá y morirá,
lentamente.
Si viene, es lo que se merece. Mi respuesta fue silenciosa pero ella me
escuchó.
Él vendrá.
Ella tenía razón. Vendría.
Respiré profundamente y volví a mis listas.
Estaríamos preparados, sin importar lo que pase.
Capítulo 25
Sin
El transporte de las mujeres y los niños se había realizado sin
problemas. Lo habían logrado mucho más rápido de lo que
pensaban. Cal y su equipo se quedaron el tiempo suficiente para
acompañar a su familia a la casa club antes de partir hacia Lanseria,
donde los esperaba un avión.
Sky y los niños fueron algunos de los primeros en instalarse en sus
habitaciones en el Santuario. Los niños estaban fascinados por el
hecho de que vivirían en una cueva por un tiempo. Ness, la niñera
de Lee, y Genna rápidamente quitaron a todos los niños de las
manos de sus padres y los tuvieron en la sala de juegos,
manteniéndolos entretenidos.
No estaba contento con que su dama, DC y Chris regresaran a la casa
club para ayudar a los prospectos a empacar los recuerdos del club,
pero tenía que aceptar que con tres pares de manos más sería mucho
más rápido. DC había insistido en que ella tenía que ser la que
empacara los cuadros que colgaban en la oficina de Hawk y en su
dormitorio.
Lo único que lo tranquilizaba era que podían llevarlas al Santuario
por la escalera secreta de la oficina de Hawk. Además, con Beast
supervisando la casa club, sabía que su hermano se encargaría de
que estuvieran a salvo si la mierda se ponía fea.
Junto con Hawk, Ice y Jagger, montaron a lo largo de las vallas
perimetrales, revisándolas por última vez antes de regresar al
complejo para pasar la noche. Se sintió aliviado cuando finalmente
completaron el circuito y regresaron al complejo. Algo le dijo que su
presidente estaba más seguro dentro de sus muros que montando
para comprobar cosas que él y Jagger podían manejar.
Estacionando la jaula en el garaje, salió y siguió a su presidente
afuera.
Las luces de seguridad iluminaban la noche haciéndola tan brillante
como el día, pero de alguna manera dejaban en la sombra a los
hombres que patrullaban en la pasarela alrededor de los muros. En
la sombra era donde estaban más seguros. O detrás de las
protecciones de acero que el equipo de Beast había instalado.
Todos llevaban auriculares para permitir que Ziggy, o cualquiera de
los otros hombres, pudiera hablar con ellos sin tener que llamar a sus
teléfonos.
Cuando Hawk se detuvo y miró hacia la puerta, supo que algo
estaba pasando.
—Dile a Stone que entre y llame a sus hombres también. No quiero a
nadie ahí fuera que esos cabrones puedan usar como moneda de
cambio. —No nos estaba hablando a nosotros sino a Ziggy.
Los ojos de Hawk parecían dorados cuando se volvió hacia nosotros.
—Stone y sus hombres han visto varias jaulas moviéndose hacia el
club. Creo que podríamos tener la primera ola viniendo hacia
nosotros, y vienen jodidamente temprano.
Jagger inmediatamente tocó su auricular y estaba hablando con su
equipo mientras se daba la vuelta y corría hacia la parte trasera de la
propiedad. Había instalado su centro de operaciones en la puerta
trasera clausurada desde donde tenía una vista de gran parte de la
propiedad. Harían entrar a las patrullas más cercanas al complejo, al
igual que a los guardias de las casas. Entrarían pero sólo después de
hacer una comprobación final. No había manera de asegurar las
casas más de lo que ya lo habían hecho. Los techos de paja de la casa
de Hawk, de la de huéspedes y de la casa de la piscina habían sido
empapados con retardante de fuego. No estaban seguros de si
funcionaría, sólo el tiempo lo diría.
Sin tenía que comunicarse con los equipos, pero primero quería que
su presidente llegara sano y salvo a su oficina.
El hombre era condenadamente testarudo, por supuesto, y no hizo lo
obvio, como ir a su oficina donde estaría fuera de la línea de fuego.
No, el bastardo se subió al muro.
Observaron cómo Stone conducía a los nómadas al interior del
complejo y los llevaba hacia atrás, donde estacionarían sus motos,
con suerte fuera de la línea de fuego. Luego vinieron los vehículos
todo terreno y las bakkies e hicieron lo mismo, dirigiéndose a la parte
trasera de la propiedad.
Las puertas se cerraron cuando los últimos hombres estuvieron a
salvo dentro.
Mirando a través de la puerta cerrada hacia el puesto de guardia en
lo alto de la pared, frunció el ceño cuando vio a Beast. Parecía que el
hermano estaba dando órdenes mientras avanzaba a lo largo del
muro. Sin sabía que era parte de sus deberes y esperaba con todas
sus fuerzas que hubiera enviado a las mujeres y a los prospectos al
Santuario antes de verificar cómo estaba su equipo.
La comunicación con el Santuario se realizaba a través de Ziggy,
quien tenía su centro de operaciones instalado allí. Bollywood y
Mouse lo habían ayudado a mover sus cosas la noche anterior. El
último informe indicó que el Santuario estaba asegurado, lo que
significaba que se habían cerrado las puertas blindadas, colocado
rocas falsas en el lugar para disfrazar la entrada y barrido el camino
para borrar todas las huellas de neumáticos. La única manera de
entrar ahora era a través de la oficina de Hawk.
Escaneando el patio del complejo vio a Beast dirigiéndose a la casa
club. Lo estaba mirando pero su atención estaba en su Prez mientras
hablaba por su enlace de comunicación.
—Rider, ¿tú y Wrench encerrasteis a esas perras?
Podía escuchar la respuesta.
—En este momento vamos de camino al calabozo, jefe.
Lamentablemente tuvimos que retrasar su salida con todas las
mujeres y niños que estaban allí. Tuvimos que esperar hasta que
Suzy los llamara a la sala de prensa para una sesión informativa.
Debería haberlo hecho…
Rider no terminó porque fue entonces cuando se desató el infierno.
La parte trasera de la casa club explotó espectacularmente al mismo
tiempo que otra granada golpeaba el garaje y enviaba escombros
volando por todas partes.
Sin comprobó dónde estaba Beast y llegó justo a tiempo para ver al
hermano corriendo hacia la casa club en llamas.
—¡Mierda! ¡Beast acaba de entrar corriendo a la casa club, jefe!
Hawk ya estaba gritando órdenes a los hermanos que habían sido
asignados al equipo de extinción de incendios.
—Scar, tú y tu equipo acabad con las amenazas. Estás al mando. —
Hawk estaba repartiendo órdenes mientras revisaba la tablet que
Ziggy le había dado. Sus atacantes eran claramente visibles gracias a
las cámaras infrarrojas.
—Joder. Estamos rodeados—maldijo brutalmente Ice mientras
avanzaba por el sendero, hablando con los hombres.
Sin se quedó con su Prez mientras enviaba mensajes a Doc, Orca,
War, Dagger y Dom para que estuvieran en alerta máxima y para
informarles que la sede de Johannesburgo estaba bajo ataque.
La guerra había comenzado.
Rider
Mientras llevaba a las tres perras escaleras abajo, lo único que quería
era encerrarlas y volver a subir para asegurarse de que DC y las
otras mujeres bajaran al Santuario. Jane les había dado un infierno
cuando se dio cuenta de que DC estaba embarazada. La maldita
zombi se espabiló de repente y comenzó a gritarle amenazas y odio.
Tuvo que arrastrarla desde la sala común hasta las escaleras del
calabozo.
Se había enojado muchísimo cuando se dio cuenta de que DC, Chris
y Sky todavía estaban en la casa club ayudando a los prospectos a
asegurar sus cosas en las cajas ignífugas.
De repente las escaleras parecieron rodar bajo sus pies y al segundo
siguiente el sonido de una detonación golpeó sus oídos. Toda el
calabozo tembló y las rocas comenzaron a llover, el polvo se elevó a
y p
su alrededor convirtiéndose en una nube casi impenetrable y
comenzó a toser. Arrastrándose la camiseta hasta la boca y la nariz,
trató de encontrar a Wrench.
Mierda.
—¡Wrench! ¿Estás bien, hermano?
Él no respondió y Rider empujó a las perras frente a él hacia el
interior del calabozo. A través del polvo vio a Wrench tendido boca
abajo entre unas rocas.
Mierda. Tenía que llegar hasta él pero primero tenía que encerrar a
las perras.
Debería haber mantenido su atención en ellas.
Ese fue su último pensamiento cuando vio a Jane blandiendo una
piedra hacia su cabeza.
Jane
Jane miró al hombre que yacía sangrando entre las rocas. Ella había
hecho eso. Lo había golpeado por lo que vio.
La pequeña puta de arriba.
La pequeña puta embarazada. Embarazada del que debería haber
sido de Jane.
Mirando a las dos perras temblorosas y asustadas que estaban con
ella, giró la cabeza y escuchó el crujido de su cuello. Estaba libre.
Libre para llevarse al bebé.
Frunciendo el ceño, se preguntó de dónde venía ese pensamiento.
¿Cómo iba a llevarse al bebé?
Corta. Algo dijo en su cabeza.
Oh. Eso es lo que ella iba a hacer. Lo cortaría y se lo llevaría.
Entonces sería suyo. Su bebé. El bebé de ella y Hawk.
Tambaleándose sobre sus pies, se arrodilló junto al hombre que
sangraba y tomó su arma. La iba a necesitar. Él ya no lo necesitaba.
Mientras subía las escaleras tambaleándose, sintió más que vio a las
otras dos siguiéndola. Hacía más calor cuanto más subía. Al abrir la
puerta, se rio cuando vio las llamas.
Estaba ardiendo. La casa club estaba ardiendo.
La vio a través del humo, la pequeña perra embarazada. Iba
corriendo hacia las oficinas. Jane recordaba la oficina.
La oficina de su Hawk estaba en esa dirección.
Riendo como una maníaca, se tambaleó tras las tres mujeres. Ella se
rio aún más cuando se dieron la vuelta.
Les agitó el arma y gruñó cuando dos de las mujeres se pararon
frente a la perra embarazada, protegiéndola.
—Dame. —Tuvo dificultades para decir las palabras.
—Vete a la mierda, perra. No vas a pasar por encima de mí, ni de
Sky.
Jane tuvo algunas dificultades para entender por qué Sky protegería
a la perra preñada.
—Dámela—gruñó de nuevo.
Su cabeza se sentía extraña, como si estuviera llena de nubes,
muchísimas nubes. Detrás de ella, las dos que la habían seguido
tosían y tosían. Volvió a girar la cabeza, escuchando cómo su cuello
crujía, crujía y crujía.
—La necesito. Dame.
—No te doy una mierda. —Fue la respuesta gruñida seguida de una
tos.
De repente, el sonido de los disparos fue muy fuerte y Jane frunció el
ceño ante el arma que tenía en la mano.
No eran de su arma.
Girándose lentamente, frunció el ceño a las dos que estaban en el
suelo.
—¿Qué haces?—le gruñó a la figura borrosa.
—Lo que debería haberse hecho desde el puto principio—gruñó la
figura.
—¿Qué haces?—susurró Jane mientras se hundía en el suelo y todo
se oscureció.
Beast
—Chris, agarra a DC y a Sky y muévete, cariño. Entra en la oficina,
no hay salida ni por delante ni por detrás. ¡Vamos! —gritó Beast
mientras pasaba por encima de las perras.
Condujo a las tres mujeres a la oficina y cerró la puerta detrás de
ellas.
—No sé cómo abrir la puerta, Beast—gruñó DC—. Si lo hubiera
sabido, habríamos salido de aquí hace mucho tiempo.
—No te preocupes, la abriré. Tenemos que ser rápidos porque
necesito encontrar a Rider y Wrench. Se suponía que debían meter a
esas tres en las celdas.
Beast hizo un rápido trabajo para abrir la puerta a las mujeres. Puso
su mano sobre el hombro de Chris, deteniéndola antes de que
pudiera cruzarla.
—Cuando bajes, encuentra a Tori y a mis hijas. Diles que las amo,
por favor. —Miró hacia la puerta cerrada de la oficina antes de
mirarla a ella—. Cuida a DC, ella tiene autorización para abrir la
puerta blindada al pie de las escaleras. Asegúrate de que esté cerrada
correctamente una vez que hayáis entrado.
Carraspeó.
—Y Chris, lamento mucho cómo te jodí las cosas.
—Todo está perdonado, Beast, hace tiempo, lo sabes. Me ocuparé de
DC y de tu dama, lo prometo. Ten cuidado al volver a salir, tu
familia te necesita.
Beast asintió mientras la soltaba y daba un paso atrás.
DC le sonrió y luego le guiñó un ojo mientras atravesaba las puertas
y comenzaba a descender hacia la oscuridad. Tan pronto como ellas
desaparecieron, cerró la pesada trampilla de acero y luego las
puertas.
Era hora de encontrar a Rider y Wrench.
Esperaba con todas sus fuerzas que todavía estuvieran vivos.
Cuando pasó por encima de las perras, vio que una de ellas se
movía. La decisión fue instantánea. Arrastrándola a una oficina,
cerró la puerta con llave y luego se metió en el baño al lado de la sala
común.
Se quitó el chaleco, lo dejó a un lado y luego se quitó la camiseta, la
mojó bajo el grifo, la escurrió y se la envolvió alrededor de la nariz y
la boca. Volviendo a ponerse el chaleco, salió, pero se desvió
rápidamente hacia el almacén, donde agarró una jarra de agua de
cinco litros y dos toallas pequeñas. Después, lentamente se abrió
paso entre las llamas y el humo hasta la puerta del calabozo. Estaba
cerrada.
Con suerte, eso significaba que el fuego no había llegado hasta allí
todavía.
El alivio lo recorrió cuando abrió la puerta y no encontró llamas ni
humo. Aunque el aire estaba lleno de polvo. Cerrando la puerta
detrás de él se quedó de pie por un segundo dejando que sus ojos se
acostumbraran a la semioscuridad. Las luces de emergencia se
habían encendido a lo largo de la pared que conducía a la oscuridad.
No era posible bajar corriendo los escalones de piedra ya que había
rocas por todas partes. La explosión debió de soltarlas.
Encontró a sus hermanos tirados entre las rocas en el suelo del
calabozo, ambos tenían heridas sangrantes en la cabeza.
Maldito infierno.
Golpeando su auricular escuchó crujidos. Eso es todo lo que
consiguió, muchos chisporroteos.
Intentó llamar a Ziggy. Nada.
Estaban solos. Debajo de la jodida casa club en llamas.
Al menos no había humo en el calabozo. Todavía.
Revisando rápidamente las celdas decidió que el lugar más seguro
para sus hermanos sería la que estaba justo al fondo. Había sufrido
el menor daño y no podía ver ninguna grieta en el techo. Con suerte,
eso significaba que no se caería.
Tomando a Wrench lo llevó a la celda, lo acostó en el camastro y
regresó por Rider. Una vez que los tuvo en los camastros usó uno de
los paños de cocina para limpiar la sangre de sus cabezas y revisar
sus heridas. Wrench tenía un corte desagradable en un lado de la
cabeza y Rider tenía uno en la parte posterior de la cabeza.
Mientras lo limpiaba, Rider gimió y sus párpados se abrieron.
—¿Qué carajo pasó?—gimió mientras miraba alrededor de la celda
—. ¿Se escaparon?
Beast sonrió y negó con la cabeza.
—No, hermano, están encerradas en una oficina de arriba. —Señaló
el techo—. Y todo allá arriba está en llamas.
Los ojos de Rider se abrieron como platos.
—¿Cómo carajo vamos a salir si la casa club está en llamas?
Beast se encogió de hombros porque no lo sabía.
—No estoy seguro, hermano. Volveré a subir en un minuto para
comprobar si podemos salir por la puerta lateral. Es la salida más
cercana. Si puedes cuidar a Wrench, iré ahora.
Rider se sentó lentamente y gimió mientras se sujetaba un lado de la
cabeza.
—Espero que esa maldita perra arda con el edificio—gruñó mientras
se levantaba lentamente—. Me encargo de Wrench, sube y encuentra
una manera de salir de aquí. No quiero convertirme en carne de res
ahumada.
Beast estaba sonriendo mientras subía rápidamente las escaleras.
Carne de res ahumada. Eso había sido jodidamente divertido.
Pero no sería gracioso si el humo los alcanzara.
Abriendo la puerta con cuidado, se asomó y vio el largo pasillo hacia
las oficinas envuelto en llamas. Mirando hacia otro lado, calculó la
probabilidad de que pudieran pasar a través de las llamas y llegar a
la puerta. Si tuvieran un extintor de incendios podría ayudar.
Extintor de incendios.
Sacudiendo la cabeza, se maldijo a sí mismo por ser estúpido. Había
muchos alrededor de la casa club y sabía que había uno en las
escaleras al lado de la puerta oculta del calabozo. Cerrando la puerta
detrás de él, se agachó entre las llamas mientras subía corriendo las
escaleras en llamas. El extintor estaba justo donde lo recordaba.
Agarrándolo, volvió a bajar.
Reuniéndose con sus hermanos, le explicó rápidamente su plan a
Rider.
Beast llevaría a Wrench mientras Rider despejaba el camino.
Cuando salió por la puerta lateral detrás de Rider, su cabello y sus
cejas estaban chamuscados y tenía una quemadura desagradable
donde un trozo de puerta en llamas había caído contra su pierna.
Él apenas lo notó.
Afuera de la casa del club se estaba desencadenando el infierno.
Cayó de rodillas junto a Rider, ambos tosiendo con fuerza.
De repente, el peso de Wrench desapareció de su espalda y le
vertieron agua.
—Te tengo, hermano, te tengo. Te llevaré a un lugar seguro en un
minuto. Scar nos está despejando el camino—dijo Mes, uno de sus
nuevos hermanos mientras se acercaba a Wrench para echarle agua
también. Apie, uno de los otros hermanos, estaba haciendo lo mismo
con Rider.
—Nos asustasteis muchísimo. Os vi aparecer saliendo a trompicones
de la casa club y pensé que erais malditos fantasmas o algo así—
murmuró Apie mientras limpiaba la cara de Rider.
—Bien. Vamos—gritó Mes—. Tenemos quizás dos minutos antes de
que esos cabrones se den cuenta de lo que está pasando.
q q p
Y entonces estaban corriendo. Mes y Beast llevaban a Wrench entre
ellos mientras Apie estaba encima de Rider.
Corrieron durante lo que pareció una jodida eternidad, pero de
repente se liberaron del humo, los ojos llorosos de Beast se aclararon
y pudo ver de nuevo. Estaban detrás de su fragua. Agachándose, se
tomó el tiempo para hacer un balance de lo que sucedía a su
alrededor. Había un golpe constante como un puto gong sobre los
sonidos de disparos y gritos.
—¿Que está sucediendo?—le preguntó a Mes.
—Como era de esperar, están tratando de derribar la puerta
mientras lanzan granadas por encima de las paredes. Hemos
eliminado un par de sus vehículos, pero siempre vienen nuevos. Son
como malditas hormigas, hermano.
—Necesito volver a subirme a la pared—gruñó Beast.
—Solo lo harás una vez que haya limpiado tus heridas. —Zulu se
agachó a su lado y le examinó la pierna. Sin decir una palabra más,
comenzó a cortar la pernera de sus vaqueros para llegar a la
quemadura en su pierna. Lo peor era su muslo y pantorrilla.
—No se ve tan mal. Voy a limpiarlo, ponerle un poco de gel para
quemaduras y cubrirlo. Déjame ocuparme de Wrench y Rider y
luego estaré contigo.
Inmediatamente se dirigió a Wrench y pasó un par de minutos con él
y luego ordenó a los hombres que lo llevaran a su área triage donde
Grietjie lo cuidaría. Beast quedó atónita al escuchar que Grietjie
estaba aquí arriba, en medio de la pelea. Su hombre debía estar
enloqueciendo por eso.
—Rider, también te quiero allí. Estás herido necesita puntos.
Rider negó con la cabeza.
—No, estoy en la pared con Beast. Necesitamos a todos los hombres
que tenemos para acabar con esta mierda.
Zulu no discutió. Reparó a Rider e hizo lo mismo con Beast. Ambos
rechazaron la inyección analgésica que quería darles.
Le dolía la pierna y sabía que Rider debía tener la madre de todos los
dolores de cabeza, pero ambos se dirigieron a las escaleras de la
puerta trasera, el punto de acceso más cercano a donde estaban.
Mirando por encima de la pared a los cabrones que rodeaban el
complejo, Beast gruñó enojado.
Los bastardos no tenían idea de lo que les esperaba. El Iron Dogz
MC no se tumbaría y moriría. Lucharían hasta el último hombre.
Su primera tarea era llegar a su Prez. Moviéndose con cuidado por el
camino, se dirigió hacia donde estaba Hawk.
Su Prez estaba en el puesto de guardia fuertemente asegurado en lo
alto del muro dirigiendo la defensa del complejo con la ayuda de la
información de Ziggy que los mantenía al tanto de la situación.
—Joder, hermano, pensé que te habíamos perdido cuando esa
maldita bomba golpeó la casa club. —Hawk lo abrazó y le dio una
palmada en la espalda.
—Soy más fuerte que sus malditas bombas, Prez. Por suerte entré
allí. Encontré a tu dama, Chris y Sky siendo retenidos por Jane. Las
saqué de allí por las escaleras. Encerré a las perras locas en una
oficina y luego fui a buscar a Rider y Wrench. Un puto techo cayó
encima de ellos en el calabozo y las perras se escaparon. Wrench
todavía está inconsciente pero ahora está con Zulu y Grietjie, así que
está en buenas manos.
Miró por el cristal a prueba de balas hacia donde una jaula
fuertemente blindada seguía golpeando la puerta, tratando de
abrirla a la fuerza.
—¿Qué necesitas que haga, Prez?
—Algunos de esos cabrones saltaron la pared de atrás, Scar y sus
hombres se están encargando de ello mientras hablamos. Quiero que
tú y Rider revisen si hay otras grietas. Perdimos comunicación con la
sección de Ratel hace unos minutos. Los combates fueron intensos en
ese lado. Reúne a tus hombres y ayúdalos, la casa club es una causa
perdida y ya no es una prioridad.
Beast asintió.
—En ello, Prez.
Con su equipo, Beast se dirigió rápidamente a la sección que sabía
que Ratel y sus hombres estaban protegiendo. Menos mal que fueron
a respaldarlos.
Los atacantes tenían un puto lanzallamas.
Tocando su nuevo auricular dos veces se conectó con Scar.
—Necesitamos que saquen el puto lanzallamas de la sección de
Ratel, Scar. Tienen a los hermanos inmovilizados y están a punto de
asarlos vivos.
—Dame dos segundos. —Se escuchó un crujido y luego un fuerte
clic.
—Poned vuestros culos a cubierto, Beast. Va a lo Guy Fawkes ese
cabrón.
Al minuto siguiente, la bakkie con el lanzallamas montado en la
parte trasera explotó en una bola de llamas que se elevó hacia el
cielo. Se oyeron aullidos a su alrededor.
Todavía estaban celebrando cuando llegó la orden que todos
esperaban.
—La puerta ha sido rota. Id a vuestras posiciones. Esperad mi orden.
Su Prez parecía frío y muy decidido. Como todos ellos.
Era hora de que llegara a las puertas para asegurarse de que su plan
se desarrollara sin problemas. Llegó justo a tiempo para evitar que
los hombres de la puerta la cerraran demasiado pronto. Necesitaban
a todos los hijos de puta dentro.
La espera fue insoportable. Todos querían que se cerrara la puerta,
pero todavía había hombres afuera. Hombres que disparaban contra
los hermanos en los muros.
Finalmente no pudo esperar más. Lo más probable es que los
hombres de afuera escaparan. Eso no se podía evitar.
—¡CERRAD LA PUERTA!
¡
Sin hacer ruido, la pesada puerta comenzó a deslizarse para cerrarse.
Beast miraba con el puto corazón latiéndole en la garganta. Tenían
esta única oportunidad de atrapar a los cabrones dentro.
Finalmente, la pesada puerta se cerró con un siniestro sonido sordo.
La trampa se había puesto en marcha.
Capítulo 26
Sin
Corrió por la pasarela. Yendo de equipo en equipo para comprobar
sus fuerzas y si necesitaban apoyo. El equipo de Ratel había recibido
bastantes golpes, pero los hombres insistieron en que se quedarían.
Cuando llegó junto a Jagger, conversaron mientras observaban los
monitores. Necesitaban hombres fuera de las murallas para limpiar a
los rezagados. Y para impedir que esos bastardos quemaran las
casas y las cabañas.
Tocando su auricular llamó a Hawk.
—Necesitamos equipos fuera de los muros para limpiar, Prez. No
podemos permitir que irrumpan en las casas o les prendan fuego.
Jagger tenía una fuga construido en la pared trasera. Podemos
enviar a Stone y a su equipo.
—Hazlo y dile a Jagger que hablaremos de su puta fuga más tarde.
Sin le sonrió a Jagger, quien simplemente se encogió de hombros.
Tocando de nuevo su auricular llamó a Stone.
—Estoy escuchando, hermano.
—Reúne a tu equipo, carga toda la munición que necesites y dirígete
a la puerta trasera. Tenemos una salida al exterior. Lleva a tu equipo
y limpia a los cabrones que están afuera. Algunos se dirigen a las
casas y a las cabañas. Derribarlos a todos. Y cuidado con el campo
minado que hay detrás.
—Jodido Jagger, el bastardo siempre tiene una vía de escape lista.
Vamos por nuestras motos ahora. Mantén a esos cabrones alejados
de nosotros, hermano.
—Te respaldamos. Mantente bajo.
Mientras Sin hablaba con Stone, los hombres a su alrededor
comenzaron a disparar para crear un paso seguro para los nómadas.
La puerta oculta en la pared se abrió cuando se acercaron y corrieron
hacia ella. Sin observó desde la pared cómo inmediatamente
liquidaron una jaula llena de hombres y continuaron. Observó el
tiempo suficiente para estar seguro de que los nómadas lo tenían
bajo control.
Tenía que regresar al lugar donde se estaban librando los combates
más encarnizados.
En frente de su casa club en llamas.
Permanecer fuera de la vista mientras corría de un lugar seguro a
otro no era posible y muy pronto las balas llovieron a su alrededor.
Un ardor en el muslo le hizo saber que una de esas malditas balas
había dado en el blanco. Mientras descansaba detrás de una placa de
acero comprobó rápidamente la gravedad de su herida. Le alegró
saber que no era grave. Sólo un roce. Envolviéndola con su pañuelo,
se preparó para correr hacia la siguiente placa de acero.
Al revisar los chalecos antes de volver a correr, se quedó congelado
en el lugar.
Sharma estaba allí, protegido por cuatro de sus hombres y
avanzaban hacia la parte trasera de los garajes. Sonrió sombríamente
mientras golpeaba su auricular.
—¿Ves al grupo dirigiéndose hacia los garajes, Adder?
—Sí, jefe. Vamos a asegurarnos de que no lleguen allí.
Las palabras apenas habían salido de él y los hombres que rodeaban
a Sharma comenzaron a desplomarse.
Uno después del otro.
Hasta que Sharma fue el único que quedó en pie. El cobarde
inmediatamente corrió de regreso al coche que tenía ambas puertas
traseras abiertas de par en par. Antes de llegar allí, el coche explotó
espectacularmente provocando explosiones en los demás que lo
rodeaban.
La explosión había arrojado al pedazo de mierda a metros de
distancia y no se movía.
Su patio estaba lleno de cuerpos heridos y sangrantes que se
retorcían. Y había algunos que yacían inmóviles, tal vez gravemente
heridos, tal vez muertos. No es que le importara. Estos hombres
habían venido aquí para matarlos a todos, para esclavizar a sus
mujeres y niños y hacerles cosas atroces. La muerte era demasiado
suave para esos cabrones.
—¡CONSEGUID A SHARMA! —La orden de Hawk resonó en el
aire.
No estaba usando su auricular sino gritando por encima del ruido de
las llamas y los disparos.
Antes de que pudiera responder, vio a un grupo de hermanos
convergiendo en la posición de Sharma. Agarrándolo por las piernas
comenzaron a arrastrarlo hacia la parte trasera de los almacenes que
aún estaban en pie. Cuando desaparecieron detrás de la seguridad
del edificio, Sin se centró una vez más en el caos en el patio
delantero.
Según las instrucciones de Hawk, las fuerzas en el muro se habían
dividido en dos. Un grupo permanecía en las murallas mientras el
otro ahora se enfrentaba al enemigo en el suelo. Las peleas eran
feroces y sin piedad.
Sin se unió a sus hermanos en el suelo y luchó hombro con hombro
con Bones y Mamba. Estaban tan cerca usando sus cuchillos que
ninguno de ellos quería herir a un hermano por error.
Con el cuerpo dolorido y cubierto de sangre, lentamente giró en
círculo. No quedaba nadie con quien luchar. El aliento salió de sus
pulmones, limpió el cuchillo en sus vaqueros y lo deslizó
nuevamente en la funda en su cadera, luego se inclinó con las manos
en las rodillas, respirando profundamente.
La cabeza de Sin se levantó, a lo lejos se escuchaba el sonido de
sirenas, muchas sirenas.
—¡Mierda! —Mamba se enderezó de golpe—. Tenemos a los cerdos
y a quienquiera que esté viniendo. Activemos el plan B.
Sin ignoró el dolor en su pierna mientras corrían hacia las puertas
principales. Varios de sus hermanos se unieron a ellos e
inmediatamente comenzaron a preparar el escenario que querían
que encontraran los cerdos.
La puerta oculta fue nuevamente retraída y cubierta. Varios
hermanos heridos estaban estratégicamente apoyados contra las
paredes. Los puestos de francotirador fueron quitados y escondidos.
Las motos señuelo que habían estacionado en el garaje habían sido
destruidas por las granadas que explotaron en el interior. Estaban
destrozadas hasta quedar irreconocibles y nadie sospecharía que
habían sido chatarra desde el principio. Lo mismo con el par de
jaulas que había allí.
Ice y Hawk se veían tan mal como Sin, Mamba y Bones cuando se
unieron a ellos frente a la puerta abierta.
Los primeros en llegar fueron los bomberos y les hicieron señas para
que pasaran. Luego los médicos y paramédicos de rápida respuesta
seguidos por varias ambulancias.
Al poco tiempo, los bomberos rociaban agua sobre los edificios en
llamas. Los heridos estaban siendo atendidos y los muertos tapados
con mantas plateadas. Había muchos muertos.
Sin temía caminar entre esas filas para ver si algunos de sus
hermanos estaban debajo de esas mantas.
Por el momento no se apartaría del lado de su Prez. Su trabajo era
cuidar su espalda. Hawk caminó a través del caos y Sin vio hacia
dónde se dirigía. Un hermano cubierto de sangre y quemaduras y
gimiendo continuamente estaba siendo cargado en una camilla en la
parte trasera de una ambulancia. El doctor estaba trabajando en él y
los paramédicos le estaban cortando la ropa.
Hawk agarró el brazo de uno de los paramédicos.
—¿Como está?
—Tiene quemaduras en la mayor parte del lado izquierdo del
cuerpo, una herida de bala en la parte superior del tórax.
Necesitamos llevarlo a una unidad de trauma. Si tiene familia te
aconsejo que se lo hagas saber. Está en estado crítico.
Uno de los paramédicos estaba a punto de cortarle la parte trasera
del chaleco cuando el hombre en la camilla protestó en voz alta y Sin
reconoció inmediatamente la voz. Ratel, pero ¿cómo carajo le habían
disparado y quemado? Cuando lo dejó en la pared estaba bien. ¿Qué
carajo había pasado? De repente, Zipper apareció allí y les impidió
cortarle el chaleco. Ratel dejó de luchar cuando le habló y luego
comenzó a ayudar al paramédico a quitárselo.
Quitarle el chaleco sonó jodidamente doloroso y el paramédico
estaba a punto de dejarlo caer al suelo cuando Hawk saltó hacia
adelante, lo atrapó con una mano, lo dobló con cuidados y lo colgó
de antebrazo. Había quemaduras en él, sus parches estaban
quemados.
—Cuida de mi hombre. Estaré en el hospital tan pronto como todo
esto se haya calmado. Dile que su familia está viniendo.
Buzz vino corriendo hacia la ambulancia, con miedo en el rostro, las
personas que trabajaban en Ratel intentaron evitar que llegara hasta
él y era obvio que estaba a punto de golpearlos para llegar hasta su
hermano.
Sin se interpuso.
—Es su hermano, joder. Dejadlo ir con él.
—No hay espacio. Necesitamos trabajar en él a medida que
avanzamos. No podemos hacer nuestro trabajo si él se interpone en
el camino—explicó el doctor.
—Me mantendré fuera de vuestro camino pero voy con mi hermano,
él me necesita. —Buzz no cedió ni un centímetro y, con una mirada
al paramédico, el tipo cedió.
Vieron cómo la ambulancia atravesaba la puerta destrozada, con la
sirena a todo volumen y un vehículo liderando el camino.
Fue entonces cuando finalmente llegaron los malditos cerdos. Y
como era de esperar, empezaron queriendo arrestar a cada uno de
ellos.
Hawk se paró frente al cabrón a cargo y le gritó en la cara mientras
agitaba los brazos ante el daño que los rodeaba.
—¿Fuimos atacados en nuestra casa y entras aquí queriendo
arrestarnos? ¿Qué carajo de clase de policía eres? ¡Haz tu maldito
trabajo correctamente para variar!
El bastardo tenía una expresión en su rostro que a Sin no le gustó.
Para nada. Especialmente cuando tomó su arma de fuego.
Todos estaban parados frente a él, obviamente desarmados.
¿Iba a dispararles?
Ice trató de calmar los ánimos pero el bastardo no escuchaba.
—Todo lo que veo es un grupo de forajidos que han estado
matándose y peleando entre ellos. Todos vosotros merecéis estar tras
las rejas.
—¡ARRESTADLOS A TODOS! ¡SI SE RESISTEN, DISPARAD!—gritó
por encima del ruido, volviéndose hacia sus hombres.
Sus hombres estaban confundidos. Ninguno de ellos se movió.
—¡YO ESTOY A CARGO AQUÍ! ¡HACED LO QUE DIGO O
VUESTROS CULOS SALDRÁN POR LA PUERTA MAÑANA!
¿Quién mierda era este imbécil?
A medida que los cerdos, lenta y renuentemente, comenzaron a
esposarlos, llegaron más cerdos.
Y esta vez eran los buenos.
El equipo de Rick junto con la unidad de pandillas.
—¿Qué carajo está pasando aquí?—espetó Rick mientras saltaba de
su vehículo.
El bastardo se empujó en la cara de Rick.
—Estoy a cargo de esta escena del crimen. Estos son mis prisioneros.
Explícate tú.
—No estás a cargo de nada. La unidad de pandillas tomará el
control a partir de este mismo instante. —Se volvió hacia los cerdos
y bramó—. ¡Quitad esa esposas a mis jodidos hombres en este puto
minuto!
—¿Tus hombres? ¡Estos son criminales notorios! ¿Cómo pueden ser
tus hombres? —bramó el cerdo.
—Escucha, pequeño hijo de puta. —Rick estaba plantado frente al
cerdo—. Eres insignificante y, por lo tanto, no estás al tanto de las
investigaciones. Así que súbete a tu pequeño coche de policía y
vuelve a tu estación de policía. No creas que no sé que estás fuera de
tu jurisdicción tratando de hacerte cargo del caso para construir tu
supuesta reputación. A partir de hoy, estarás sentado en el mismo
escritorio en el que te sientas ahora hasta que te jubiles. A partir de
este momento estás bajo investigación. Mantén la puta boca cerrada
y lárgate de aquí.
Rick le dio la espalda y se acercó a donde estaba Hawk.
—Joder, Hawk, no os veis muy bien. —Miró alrededor del complejo
con clara sorpresa en el rostro. —¿A cuántos perdiste?
Hawk sacudió la cabeza y suspiró profundamente.
—No lo sé todavía, hermano. Estaba a punto de ver a mis hermanos
cuando llegó ese pedazo de mierda. Si no te importa, me gustaría
encargarme de ello ahora.
Rick asintió lentamente.
—La unidad trabajará con los paramédicos para llevar a los cabrones
heridos a asistencia carcelaria. Ojalá pudiera enviarlos directamente
al hospital de la prisión, pero eso sorprendería a algunos, así que
seguiremos las reglas. —Miró a su alrededor y luego se inclinó hacia
Hawk—. ¿Lo tienes?
Todo lo que Hawk hizo fue levantar ligeramente la barbilla. Eso fue
suficiente para Rick.
—Continúa, hermano, ve a ver a tus hombres. Haré que mis
hombres trabajen en la escena. Haremos el informe mañana o
incluso pasado dependiendo de qué tan grave sea la situación. Lo
lamento por la casa club y otras mierdas, pero al menos estás vivo. Y
ni siquiera tengo que preguntar por mi hermana, sé que la habrás
enviado a un lugar seguro antes de que esta mierda sucediera.
Atiende a tus hombres y hablaremos más tarde.
Con eso, se alejó dando órdenes a sus hombres.
Sin siguió a Ice y Hawk mientras se dirigían hacia la fila de cuerpos
cubiertos con la tela plateada. Hawk estaba a punto de agacharse
para levantar la primera cubierta cuando Crash se paró frente a él.
—Déjame, jefe—dijo en voz muy baja mientras levantaba la cubierta
de la cara.
No era uno de ellos.
Continuaron lentamente por la fila. Al no encontrar a ninguno de los
hermanos, varios suspiros de alivio llenaron el aire.
Todos se dieron las vuelta cuando dos ambulancias más salieron
corriendo por las puertas con sirenas chirriantes. Fue entonces
cuando Sin vio a Wolf sosteniendo dos chalecos en sus brazos.
Maldito infierno.
Dos hermanos más.
Hawk inmediatamente se acercó y Wolf le entregó los chalecos. Sin
se mordió el labio cuando leyó los nombres. Sludge y Spook. Sludge
tenía una dama e hijos. Y Spook era un amigo, un buen amigo.
—¿Qué tan mal?—dijo Hawk.
—Heridas de bala. Sludge recibió dos en el abdomen y Spook recibió
un disparo en el hombro y en el muslo. Estaban sangrando mucho y
los están llevando a ambos a cirugía—dijo Wolf con los dientes—. El
maldito Sludge saltó frente a mí y recibió los disparos destinados a
mí. El cabrón apuntó debajo del chaleco pero no volverá a apuntar a
nada nunca más. Lo maté y luego me ocupé de mi hermano. El
paramédico dijo que estaba mal. Con Spook lo que más les
preocupaba era el sangrado.
Hawk miró alrededor del complejo y la rabia brilló en sus ojos.
p j y j
—Vamos, quiero ver cuántos de mis hombres han resultado heridos.
Y una vez que la maldita ley desaparezca, visitaré a Sharma y le
enseñaré por qué nunca debería haberse metido con el Iron Dogz
MC.
Ninguno de ellos emitió ningún sonido, todo lo que hicieron fue
asentir. Ahora no era el momento de llamar la atención, ya tenían
suficiente.
Lentamente recorrieron el recinto y, a medida que caminaban, su
séquito crecía. Cada vez más hombres se unían a ellos. Finalmente
terminaron en la enfermería de Zulu. La enfermería que se había
instalado rápidamente era un conjunto de oficinas prefabricadas que
habían ubicado apartadas contra el muro del complejo.
Afortunadamente, había estado lo suficientemente lejos de la casa
club y de los edificios para quedar a salvo durante el ataque.
Todos los catres que se habían instalado estaban llenos. Rider estaba
sentado en una cama y finalmente Grietjie le estaba atendiendo la
herida en la cabeza. Zulu se acercó inmediatamente a Hawk.
—Tenemos varias heridas menores de bala, algunas heridas de
cuchillo y Wrench tiene una herida en la cabeza y conmoción
cerebral, Prez. Rider tiene una herida en la cabeza y sospecho que
tiene una conmoción cerebral leve. No hemos perdido a nadie aquí.
Debes tomar asiento y los hombres que están contigo también, Prez.
Necesitamos ocuparnos de vuestras heridas antes de que sigáis
adelante.
Estaba a punto de decir más cuando hubo una conmoción en la
puerta.
—Por el amor de Dios, Fire, deja de decir que estás bien cuando
ambos sabemos que no lo estás. Te dispararon y te caíste de la moto.
Ahora siéntate en esta puta mesa hasta que el doctor pueda
atenderte. Y cállate la puta boca. —Stone arrastró a uno de sus
hombres hasta una mesa y lo levantó sobre ella.
Fire se sentó con actitud terca. Había sido arrastrado ida y vuelta
hasta el puto infierno y tenía una mano sobre el hombro,
sosteniendo su camiseta empapada de sangre.
—Estoy jodidamente bien. Aun así maté al hijo de puta que me
disparó, ¿no? —Estaba a punto de gritarle un poco más a Stone
cuando vio a Grietjie acercándose a él.
—Oh, mira, tengo mi propia enfermera bonita—dijo y se dejó caer
dramáticamente sobre la mesa.
Grietjie lo miró con las cejas arqueadas y negó con la cabeza.
—Si estás listo para coquetear entonces realmente estás bien. Y
quizás quieras dejar de decir tonterías antes de que mi hombre entre
aquí.
Fire sonrió.
—Me arriesgaré, enfermera bonita.
—Mi nombre es Grietjie, no enfermera bonita. Puzzle es mi hombre
y no es conocido por ser amigable. Has sido advertido.
Hawk sonrió ante su amistoso combate antes de sentarse y dejar que
Zulu se ocupara de sus heridas. Una vez que todos fueron revisados
también, llegó el momento de volver a salir.
Tenían mucho que hacer antes de que pudiera ir al hospital.
Una nube de denso humo negro se cernía sobre el recinto y se
elevaba en el aire. Los daños habían sido cuantiosos.
La casa club era una maldita ruina humeante.
El garaje estaba perdido, se había quemado hasta los cimientos.
El hermoso estudio de Tori ya no existía. Había recibido un disparo
directo a juzgar por las vigas de acero deformadas.
Los caniles, la fragua de Beast y los almacenes habían sufrido daños,
pero serían fáciles de reparar.
La lapa había desaparecido y las mesas de picnic eran montones de
madera quemada. Su piscina estaba casi vacía ya que Jagger había
instalado una bomba para los bomberos cuando empezaron a
quedarse sin agua. Los hermosos y viejos robles se habían quemado
y a algunos les arrancaron las ramas durante la explosión, pero
sobrevivieron. Con cuidado todos rebrotarían.
Había un par de grietas anchas en el muro perimetral, no se veía tan
mal pero dependería de Jagger evaluar el daño y decidir las
reparaciones.
Mientras caminaban hacia la casa club, Beast cojeó hacia ellos y
carraspeó antes de hablar en voz baja.
—Tenemos tres cuerpos allí, Prez. Dos tienen mis balas dentro. Uno
podría tener el cráneo roto. Encerré a las perras en la oficina de
Ziggy cuando fui a buscar a Rider y Wrench.
Hawk permaneció en silencio durante aproximadamente un
segundo antes de levantar una mano y llamar a alguien. Sin se giró y
vio a Rick acercándose a ellos.
—Tenemos una pequeña situación, hermano—dijo Hawk en voz baja
—. Tenemos cuerpos allí que necesitan desaparecer.
—¿Cuántos?
—Tres. Dos tienen balas. Iban a encerrar a mi dama en el edificio en
llamas y tuvimos que ocuparnos de eso.
La rabia brilló en los ojos de Rick, pero su rostro no mostró ninguna
emoción.
—No te preocupes por eso. Los atacantes cargarán con los muertos.
—Estaba a punto de continuar cuando el sonido de motos que se
acercaban lo silenció.
Volviéndose hacia la puerta, observaron cómo motos y jaulas
llegaban y se estacionaban afuera de la puerta abierta, lejos del
camino de las ambulancias y de los cerdos. Doc Michaels y Dagger
entraron juntos.
—Que le den a mi vida—murmuró Rick en voz baja.
—Me alegro de verte aquí, hijo—dijo Doc con una sonrisa mientras
golpeaba el hombro de Rick.
—No provoques ninguna mierda, papá—le advirtió Rick antes de
alejarse.
—Trajimos ayuda. Dinos qué necesitas que hagamos y
comenzaremos—dijo Dagger mientras estrechaba la mano de Hawk.
—Necesitamos limpiar esta mierda, pero los cerdos no nos dejarán
tocar nada hasta que hayan terminado su investigación. Rick tiene
que acompañarlos, así que en este momento exacto no podemos
hacer nada más que esperar. Ni siquiera puedo ofrecerles una
cerveza, hermanos. —Señaló a la casa club—. Todo voló por el puto
aire y se convirtió en humo.
—Podemos ayudar a despejar el lado de afuera de tus muros.
Necesitas ojos y tus vallas deben ser revisadas. Habrá grietas y
cuanto antes se puedan solucionar, mejor—le ofreció Dagger.
—Te lo agradezco, hermano. No puedo irme hasta que todos mis
hombres hayan sido atendidos. —Hawk señaló hacia donde estaban
subiendo a dos más de sus hermanos en una ambulancia.
El aire a su alrededor se volvió repentinamente cargado de
preocupación.
—¿Perdiste algún hermano, Hawk?—preguntó Doc.
—Tenemos algunos hermanos gravemente heridos y uno con graves
quemaduras. Han sido transportados al hospital y cuatro de mis
hombres los han seguido para estar con ellos hasta que pueda ir allí.
Nos enviarán novedades a medida que las reciban. Hasta ahora no
hemos sabido nada de ellos, lo tomo como una buena noticia.
—¿Y las mujeres y los niños? ¿Están a salvo? —El sobrino de Dagger
estaba entre esos niños, por lo que Sin sabía por qué preguntaba.
—Los saqué antes del ataque. Están en un lugar seguro y sólo
volverán a casa cuando sepamos que es seguro—lo tranquilizó
Hawk.
—Bien. Saldremos de aquí y nos encargaremos de patrullar las
carreteras alrededor de vuestra propiedad y el perímetro. ¿En algún
lugar deberíamos pisar con cuidado? —Dagger levantó las cejas
mientras preguntaba y los hombres a su alrededor soltaron risitas.
—Sí, sería mejor evitar la parte trasera del complejo. El terreno allí es
un poco inestable. —Jagger se había acercado a ellos mientras
hablaban y puso una mano en el hombro de Dagger.
Sin se reía cuando unos brazos lo rodearon y lo levantaron.
—¡Qué carajo!
Cuando estuvo de pie, se giró listo para golpear al bromista en la
cara. En lugar de golpearlo, lo agarraron con un fuerte abrazo y su
espalda recibió dos jodidamente fuertes palmadas que lo hicieron
estremecerse.
—Me alegro de que todavía estés con nosotros, primo. —Su primo
Rook sonrió—. Vi todo el jodido humo y me preocupé cuando
llegamos y no te vi.
—Tengo un par de agujeros pero nada grave, primo. Gracias por
venir a ayudar. —Sin se alegró mucho de ver a su primo.
—No hay problema, siempre te ayudaré, lo sabes. —Rook miró a
Dagger, su presidente—. ¿Qué quieres que haga, Prez?
Dagger miró entre Sin y Rook con una pequeña sonrisa.
—Os parecéis tanto que podríais ser hermanos, cabrones. También
tenéis la misma mirada jodida en los ojos.
La sonrisa desapareció cuando dio sus órdenes.
—Toma a diez de los hermanos y patrulla minuciosamente la
carretera que rodea la propiedad del Iron Dogz. Informa sobre
cualquier jaula o movimiento sospechoso. Ten mucho cuidado ahí
fuera. Sin aquí acabará con mis pelotas si pierde a su familia—
terminó Dagger en broma.
—Entendido, Prez. —Le dio unas palmaditas en el hombro a Sin y
comenzó a alejarse llamando a los hombres a medida que avanzaba.
—Nunca me di cuenta de que os parecíais tanto—dijo Hawk
frunciendo ligeramente el ceño—. Eso hace que muchas de las
preguntas que tenía en el pasado ahora tengan posibles respuestas.
Hablaremos una vez que las cosas estén solucionadas.
Sin frunció el ceño confundido y luego asintió.
—Está bien, Prez.
Rick y un cerdo con mucho bronce sobre sus hombros vinieron
caminando hacia ellos y todos observaron en silencio.
—Hawk, este es el comandante Xolisi, él supervisará el transporte de
los hombres que arrestamos a las celdas y dirigirá la investigación.
Tiene un par de preguntas.
Hawk asintió lentamente.
—Señor Walker, lamento que nos conozcamos en circunstancias tan
graves. Realmente solo tengo una pregunta. Algunos de los
detenidos insisten en que usted ha hecho prisionero a su líder. ¿Es
eso correcto?
Hawk negó con la cabeza.
—No señor, no lo es. Vimos a Sharma correr hacia un vehículo fuera
de la puerta, no pudimos seguirlo porque habían volado nuestras
motos. No tengo idea de dónde está.
El comandante tenía una mirada que decía que no le creía a su Prez.
—Veo que tienes muchas cámaras de seguridad colocadas. ¿Quizás
podríamos echar un vistazo a las imágenes para confirmarlo? —
preguntó.
Su Prez señaló la casa club.
—Todo se incendió, lo siento.
—¿No tiene respaldo?
—Somos moteros, ¿por qué necesitaríamos mierda como esa aquí?
Dirigimos nuestros negocios, andamos en moto y mantenemos la
nariz limpia. Las únicas cámaras que se suben a la nube son las de
nuestros negocios.
—Entiendo. —Luego sus ojos se centraron en el parche en el hombro
de Hawk—. También veo un parche del uno por ciento en su
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chaleco, señor. Significa que su club no es tan inocente como usted
pretende.
Todos se llevaron la mano al nuevo parche y lo acariciaron.
—Es un parche en recuerdo de nuestros caídos, comandante. Eso es
todo. —Los ojos de su presidente eran fríos y duros mientras lo
miraba y el cerdo desvió la mirada primero.
—Entiendo. Si tengo alguna pregunta, por supuesto volveré con
usted. —Miró alrededor del complejo—. Lamento la pérdida de
vuestro hogar.
Se alejó sin decir una palabra más.
—Cuidado con él, hermano. —La voz de Rick era muy baja—. Está
en la vía rápida hacia el puesto más alto. No estoy seguro de qué
lado de la cerca está todavía, pero esto se está investigando.
Sin observó las expresiones que pasaban por los ojos de su
presidente. Estaba enojado.
—Necesito arreglar el alojamiento de mis hombres. Vamos a caminar
hasta mi casa porque no hay nada que podamos hacer aquí con
todos estos imbéciles arrastrándose por todos lados. Dejaré atrás a
los hombres para que vigilen las cosas. Habrá hombres en los muros.
—Ve, consigue que tus hombres se limpien y descansad un poco. No
me iré de aquí hasta que se despeje la escena. Y el pequeño problema
que teníais ya ha sido solucionado, así que descansa tranquilo. —
Con un movimiento de cabeza que los incluyó a todos, Rick se alejó.
—Ese podría convertirse en un problema—dijo Doc en voz baja, con
los ojos fijos en el Comandante.
—Nos ocuparemos cuando llegue el momento. —Dagger también
tenía sus ojos puestos en el hombre.
—Si, lo haremos. Por ahora, necesito ocuparme de mis hermanos.
¿Podrías colocar guardias en mis muros y vigilar a estos bastardos,
Doc?
—Me encargo, hijo. Ve, cuida de tus hombres. Dagger y yo
mantendremos nuestros ojos en la situación aquí. Te llamaré si surge
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algo. —Doc abrazó a Hawk. Luego le dio una palmada en la espalda
y se alejó.
—Trajimos suficientes jaulas para cargar a los heridos y llevarlos a tu
casa. Rick nos despejará el camino. Idos, hermanos, descansad un
poco y regresad cuando salga el sol. Podréis ver qué necesita
atención inmediata y qué puede esperar. —Dagger también lo
abrazó y se alejó.
Su presidente parecía jodidamente cansado y cada vez que sus ojos
iban a la casa club, Sin veía el dolor en ellos. La casa club había sido
parte de la historia de su familia y ahora ya no estaba.
Eso tenía que ser jodidamente doloroso.
Ice tenía la misma mirada. De dolor. Muchos recuerdos habían sido
destruidos. Buenos y malos. Quizás eso fuera algo bueno.
Podrían reconstruir la casa club y empezar de nuevo. Crear nuevos
recuerdos sin que los viejos eclipsaran todo lo que hacían. El fuego
había purificado el lugar. Una vez que lo hubieran derribado, Jagger
y él se sentarían con los oficiales y diseñarían un club como ningún
otro.
Sería una puta fortaleza.
El nuevo hogar del Iron Dogz MC.
Mientras seguía a su presidente por el camino, ya estaba trazando
planes en su cabeza.
Capítulo 27
Hawk
Los heridos habían sido distribuidos entre su casa, la casa de
huéspedes y la casa de Bulldog. Zulu y Grietjie los vigilaban a todos.
Crash había sido enviado a buscar a Genna ya que necesitaban su
ayuda para cuidar a los hombres.
Sentado en la mesa del comedor miró a sus oficiales y hombres que
parecían tan jodidos como él. Había llegado el momento de pasar
lista de los que habían resultado heridos.
—Kahn, hermano, ¿puedes darnos un resumen de nuestros heridos?
Él asintió mientras abría su siempre presente cuaderno.
—Tenemos a Breker y Kite recuperándose en el Flying Herons.
Dollar está con Deena en la casa club de los Warriors. Ratel está en la
unidad de cuidados intensivos para quemados y estamos esperando
un parte médico. Sludge pasó por la cirugía al igual que Spook,
ambos están en la UCI. Rider y Wrench tienen heridas en la cabeza y
conmoción cerebral. Beast tiene quemaduras en el muslo, la
pantorrilla y la espalda baja. Fire tiene una herida de bala y
raspaduras por caer de su moto. Sin, Mamba y Bones tienen varias
heridas superficiales de cuchillo y Sin tiene una herida de bala en el
muslo. Ice y Hawk tienen varias heridas de cuchillo en los brazos y
el pecho. —Levantó la vista y sonrió—. Boots, Jagger y yo no
tenemos heridas, sólo algunos moretones. Scar, Adder y Terror
tienen algunos rasguños y moretones. Bullet presenta una herida de
bala en el hombro y algunos hematomas. Puzzle, Smous, Banger y
Mes tienen heridas superficiales y están un poco golpeados. Zipper
tenía cortes y hematomas y Crash y Drifter tienen heridas de
cuchillo y hematomas. Esos son todos, Prez.
Hawk se sentó en silencio mientras Kahn recitaba la lista de sus
heridos.
Levantó la barbilla cuando Sin levantó una mano.
—Quiero saber cómo le dispararon y quemaron a Ratel. Estaba bien
después de que les quitaron el lanzallamas de encima. Lo dejé en el
muro y no tenía ni una puta marca. ¿Alguien vio lo que pasó?
—Mes y yo lo vimos. —Banger se levantó—. Estábamos alejándonos
del muro y cruzando la parte trasera de la casa club cuando ese
cabrón apareció de la nada. Le disparó a Ratel y le arrojó un maldito
Molotov. Gracias a la mierda, se rompió en el suelo y no sobre él. Sus
vaqueros y su camiseta se prendieron fuego, fue jodidamente rápido.
Él inmediatamente se dejó caer pero era jodida gasolina. Maté al
cabrón, luego Mes y yo le caímos encima para apagar las llamas.
Aunque ya estaba gravemente quemado. Estará enojado por su
cabello cuando despierte, ya no tiene la mitad. Mes lo sofocó antes
de que llegara a su cuero cabelludo, afortunadamente la barba le
protegió el rostro. Es principalmente su brazo, pierna y el costado
del cuello. Su mano izquierda está bastante mal porque siguió
intentando apagar las malditas llamas. Si esa maldita cosa se hubiera
roto en su pecho… ya no estaría. Tuvo mucha suerte y se lo diré
cuando la mierda se ponga pesada durante su recuperación.
Podríamos haberlo perdido esta noche.
—Todos estaremos ahí para él, hermano—dijo Hawk en voz baja.
Banger asintió mientras se sentaba.
Hawk estaba a punto de continuar cuando sonó el teléfono que
estaba sobre la mesa. No dudó en responder.
—Hawk.
—La tenemos—dijo Dominick Maingarde con frialdad—. Ella estará
disponible para conversar si así lo deseas.
Lo expresó con mucho cuidado. Hawk tomó una decisión rápida.
—No, no hay conversaciones. Dile que ya está terminado, eso es
todo.
Hubo un momento de silencio.
—Bien. Te llamaré pronto.
Se cortó la comunicación. Dejando con cuidado el teléfono, miró
hacia sus hombres.
Levantando un puño en el aire, sonrió, una sonrisa llena de maldita
alegría.
—La tienen. Finalmente esto está llegando a su fin, hermanos.
Los aullidos fueron instantáneos. Todos se abrazaban y aullaban y
era un caos absoluto hasta que Beast silbó fuerte.
Cuando se hizo el silencio, Hawk se dio cuenta de por qué había
silbado. El teléfono estaba sonando y vio que la llamada era de Kid.
Agarrándolo, respondió.
—Kid, hermano mío, ¿estás bien?
—Estamos bien, Prez, aquí no hay ningún disturbio. ¿Cómo te va ahí
arriba?
Se quedó en silencio por un momento antes de responder.
—Tenemos algunos hermanos gravemente heridos en el hospital. La
casa club, los garajes y el estudio de Tori ya no están. Hay daños en
algunos de los otros edificios, pero no demasiado. No tuvieron
oportunidad de saquear ni incendiar las casas, ni las cabañas.
Estamos golpeados pero no vencidos, hermano.
Kid soltó un gruñido enojado.
—Estaremos allí para ayudar a reconstruir, Prez. Avísame cuando
estéis listo e iremos a ayudar.
—Te lo agradezco, hermano. Te avisaré si necesitamos ayuda.
Nuestra empresa constructora es de primer nivel, así que estaremos
bien.
—Es bueno escucharlo, Prez, pero iremos de todos modos. Mi dama
quiere saber si las mujeres y los niños están bien. Le dije que están en
el lugar más seguro pero no descansará hasta que tú lo confirmes. —
Kid parecía un poco enojado.
Hawk sonrió.
—Dile que todos están perfectamente a salvo. No estaban ni cerca de
la lucha.
—Ella me está poniendo caras de enojo, Prez. Te dejaré. Llama si
necesitas algo.
Hawk cortó la llamada y dejó el teléfono sobre la mesa.
Sabía que sonaría mucho durante los próximos días cuando los
Harrison desaparecieran.
Por ahora tenía que cuidar de su club, de sus hombres, sus mujeres y
sus niños.
—Tan pronto como los cerdos se vayan y estemos seguros de que se
han ido, traeremos a nuestras mujeres y niños a casa. A partir de hoy
sólo las damas serán permitidas en el recinto. Las novias en el
Santuario serán enviadas a su casa. Las chicas de club ya han sido
trasladadas a una vivienda en Midrand. Discutiremos en la mesa
acerca de su regreso una vez que la casa club haya sido reconstruida.
Se recostó y miró fijamente la mesa antes de levantar la vista y
continuar.
—Hemos perdido hombres y mujeres que significaban mucho para
nosotros, para cada uno de nosotros. Nuestras mujeres y niños
fueron atacados y heridos. Nuestro medio de vida fue atacado y
nuestra casa club quemada hasta los cimientos. Y si somos honestos,
todo empezó con una puta de club. Ella quería más y cuando no lo
consiguió hizo alianzas que nos trajeron hasta aquí, hasta el día de
hoy.
Hawk se preguntó en silencio si debía decírselo y decidió que debía
hacerlo.
—Esa puta murió esta noche. Ardió en las llamas que se llevaron
nuestra casa. Antes de hacerlo, intentó matar a Rider, a Wrench, a mi
dama, a la dama de Sin y a la de Scar. Nuestro hermano Beast se
aseguró de que eso no sucediera, los salvó a todos. Tenemos una
deuda de gratitud con él que nunca podremos pagar. La mancha de
quienes traicionaron al club se borró esta noche. Se ha hecho borrón
y cuenta nueva. Depende de nosotros reconstruirlo y hacerlo mejor
y p y j
que antes. Lo que le pasó al club en los últimos años es una lección
que aprendimos por las malas. Una lección que no debemos olvidar.
Hubo asentimientos y palabras de acuerdo por todos lados.
—No estoy diciendo que debamos estar jodidamente paranoicos
acerca de quién entra por nuestras puertas, no es eso. Lo que estoy
diciendo es que deberíamos tener más cuidado con a quién
invitamos a nuestro hogar.
De nuevo hubo gestos de asentimiento.
—Por esta noche esto es todo lo que quería decir para hacerle saber
dónde estamos todos. En el futuro inmediato, el Santuario será
nuestra casa club. Nos reuniremos allí una vez que las mujeres y los
niños hayan regresado a su hogar. —Miró las ventanas iluminadas
—. Está saliendo el sol y no hemos descansado. Idos, buscad un
lugar para recostaros y descansar. Hoy va a ser un día infernal.
Golpeó la mesa con una mano y los hombres que habían estado
parados alrededor y apoyados contra las paredes se alejaron.
Por supuesto, sus oficiales permanecieron sentados.
No se irían hasta que él lo hiciera.
Sky
No podía creer este lugar al que llamaban Santuario. No se parecía a
nada que hubiera visto antes. ¿Recuerdas cuando haces un recorrido
por una cueva y te quedas con la boca abierta porque es increíble?
Esa soy yo en este instante.
Sin nos llevó a un túnel oscuro que se abría a una enorme caverna
donde estaban estacionadas una fila de motos y otros vehículos.
Había luces a los lados de la caverna iluminando el área y vi dos
grandes puertas dobles de acero en el otro extremo. Las mujeres y
los niños que habían llegado antes que nosotros fueron llevados a
través de esas puertas.
—¿Qué hay al otro lado de las puertas, papá? —CJ las miraba
fascinado.
—El Santuario. —Sin estaba distraído, pude ver que su mente estaba
en otra parte.
—¿Qué es un Santuario y por qué nos vamos a quedar en uno? —CJ
estaba mirando con el ceño fruncido a Sin que no estaba escuchando.
Su atención estaba en el hombre que le hacía señas para que se
estacionara.
Miré por encima del respaldo de mi asiento y encontré los ojos de
Ness. Como siempre nos comunicamos sin palabras. Respondió la
pregunta de CJ, convirtiéndola en una experiencia de aprendizaje.
—Un Santuario es un lugar seguro. Es un lugar al que las personas
que están en peligro pueden acudir en busca de protección. El Iron
Dogz MC nos está brindando su protección y nos está poniendo en
su Santuario para que los malos no puedan alcanzarnos. Nos
quedaremos aquí mientras vuestro padre y sus hermanos hacen que
sea seguro para nosotros estar afuera.
CJ asintió lentamente.
—¿Están todos los Santuarios bajo tierra?
—No, en absoluto. Los Santuarios existen desde hace mucho tiempo.
Una vez que estemos instalados, estudiaremos los Santuarios como
un proyecto. Creo que será interesante conocer sus historias.
CJ miró a Lee y arrugó la nariz.
—No sabía que íbamos a tener escuela.
Su hermana sonrió.
—Ness hace que aprender cosas nuevas sea divertido. Espera y
verás.
Sin estacionó y los hombres que esperaban abrieron nuestras puertas
al instante y rápidamente nos ayudaron a salir del coche. Sin
descargó silenciosamente nuestras maletas. Lee estaba acostumbrada
a ayudarnos a descargar nuestro equipaje debido a las giras y agarró
su bolso con ruedas y su mochila de la pila. CJ siguió su ejemplo y
Ness y yo hicimos lo mismo. No sostuve mi bolso por mucho tiempo
antes de que Sin me lo quitara.
—Lo siento, cariño, estoy distraído esta noche. Os llevaremos a
nuestras habitaciones y os instalaremos.
Mirando a los niños que esperaban, inclinó la cabeza hacia la puerta.
—Seguidme, tropa. Vayamos a nuestras habitaciones y
acomodémonos.
Mientras caminaba me explicó un poco sobre el fascinante lugar.
—El Santuario está dividido en varias áreas diferentes. Contamos
con el área de estacionamiento, la sala común, el área de cocina, los
cuartos de juegos, las habitaciones y los baños. Hay un área que está
prohibida para todos los que no usan el parche del Iron Dogz MC.
Es sólo para los miembros. Escuchareis a los guardias y no causareis
problemas al intentar colaros dentro.
Me preguntaba por qué el área del club estaba prohibida. Pero no
pensé en ello por mucho tiempo mientras atravesábamos las puertas.
Estábamos en una caverna más pequeña con túneles que se
bifurcaban desde ella. Sin nos llevó hacia lo que parecía el túnel
principal. Había luces a intervalos regulares a lo largo del techo del
túnel que no era muy largo. Al salir del él me quedé con la boca
abierta. Estábamos en una enorme caverna que había sido habilitada
como sala de estar y comedor. Grandes sofás y sillas de cuero
estaban agrupados alrededor de una enorme pantalla en la pared.
Debajo, sobre una mesa larga y estrecha, había un gran plato de
cerámica en tonos azules y verdes que contenía un par de mandos a
distancia.
El comedor tenía mesas largas con bancos a cada lado, obviamente
para sentar a tantos como fuera posible a la vez. En una caverna más
pequeña junto al comedor había una cocina que parecía pertenecer a
un restaurante de lujo, no a una cueva.
Todos nuestros ojos estaban enormes mientras seguíamos a Sin por
otro túnel. Este era más ancho y tenía luces a los lados y giraba
lentamente hacia la derecha. Empezaron a aparecer puertas de acero
a intervalos con números en el centro. Sin siguió adelante antes de
poner su palma contra una puerta al final del túnel. No había manija
en la puerta y se abrió con un fuerte clic.
Sin se hizo a un lado y nos indicó que entráramos.
Entré y lentamente giré en círculo. Era como si estuviera dentro de
un globo de roca redondo. Las paredes curvas tenían estrías de
diferentes colores, desde gris pálido hasta marrón arena y rojo
oscuro. Había una alfombra en el suelo que imitaba esos colores, un
sofá, dos sillas de cuero color canela, una mesa de café de madera y
un televisor sobre una mesa estrecha de madera. Había cuatro
puertas en las paredes. Los niños inmediatamente comenzaron a
explorar y gritaron emocionados cuando descubrieron que su
habitación tenía literas. Habían abierto las otras puertas para revelar
dos dormitorios y un baño.
Sin me acercó a su lado mientras Ness llevaba sus maletas a la
habitación contigua a la de los niños. Nuestro dormitorio estaba
frente a ellos, al lado del baño. Dejé que Sin me llevara al interior de
la habitación y me quedé mirando la habitación pequeña pero de
techo alto. Al otro lado había una cama de madera con ropa de cama
blanca y mesitas de noche a cada lado. Los únicos muebles restantes
eran una cómoda y un armario. La alfombra del suelo era gruesa y
similar a la del salón pero con más toques de blanco.
—Esto es adorable. ¿Quién lo decoró? —pregunté mientras ponía mi
bolso al pie de la cama.
La tristeza cruzó por el rostro de Sin antes de que la ocultara.
—La tía Beryl decoró todas las habitaciones y diseñó la cocina. A
veces solía venir aquí para 'escaparse' de la locura en la casa club.
No sabía qué decir así que me quedé callada.
Sin se sacudió visiblemente.
—Necesito hablar con todos vosotros antes de irme—dijo saliendo
de la habitación y lo seguí mientras llamaba a los niños y a Ness.
Atrayéndome hacia él, se paró con su brazo alrededor de mi cintura
y frotando su gran mano sobre mi cadera. Una y otra vez.
—Hay algunas cosas que tenéis que hacer por mí mientras estoy
fuera—les dijo a los niños—. Tenéis que escuchar a vuestra madre y
a Ness y hacer lo que os digan. Aquí abajo tenemos que seguir las
reglas aunque no nos gusten. No se corre en los túneles ni en la zona
común. Manteneos fuera de las áreas restringidas. No distraigáis a
los guardias, ellos están aquí por vuestra seguridad y necesitan estar
muy atentos para realizar su trabajo. Hay una gran área de juegos
donde podéis correr, trepar y hacer todo tipo de cosas divertidas, no
llevéis vuestros juegos al área común. —Estaba hablando muy en
serio y los niños escuchaban atentamente. Y Ness y yo también—.
Todo lo que necesitáis para sobrevivir está aquí abajo. Y no
desperdiciéis agua. Jagger se enoja si la desperdiciamos. —Él sonrió
ligeramente y ambos niños sonrieron y asintieron vigorosamente.
—Por último, cuando los otros oficiales y yo salgamos esta noche, las
puertas del Santuario estarán cerradas y habrá un persona de
guardia. Sé que esto es extraño y posiblemente aterrador, pero lo
hago para manteneros a salvo. Os amo niños y no quiero que nadie
os lastime.
Lee agarró su mano libre.
—¿Y tú, papi? ¿Estarás a salvo?
Él inmediatamente sonrió y la atrajo hacia él.
—Sí, niña, lo estaré. No te preocupes, ¿vale?
Ella asintió, rodeó su cintura con ambos brazos y lo abrazó.
CJ parecía un poco perdido y curvé mi brazo alrededor de sus
hombros y lo atraje a nuestro grupo.
—Los tres sois mi mundo. Os amo—dijo Sin en voz muy baja, luego
se volvió y me besó, suave y dulcemente. Después besó a Lee y CJ en
la frente y nos abrazó con fuerza.
—Me tengo que ir. Volveré tan pronto como pueda. —Miró a los
niños—. Escuchad a vuestra madre y a Ness y sed buenos con ellas.
Después de un último abrazo a cada uno de ellos, tomó mi mano y
me sacó al túnel. Cerrando la puerta, me empujó contra ella,
apoyando sus caderas contra mí.
—Prométeme que tendrás cuidado—susurré.
—Te lo prometo, cariño. —Sus labios cubrieron los míos y su lengua
se deslizó por mis labios abiertos. El beso no fue duro ni
desesperado, pero fue caliente y mi respiración se aceleró.
Levantando la cabeza apoyó su frente contra la mía, nuestros ojos se
encontraron. Los suyos eran casi completamente azul hielo y muy
hermosos. Nos miramos fijamente durante varios segundos antes de
que él suspirara y diera un paso atrás.
—Tengo que irme, cariño. La huella de tu palma abrirá la puerta al
igual que la de Ness y la de los niños.
Sostuve su mano mientras él se alejaba y nuestros brazos se estiraron
hasta que dio un paso más y nuestros dedos se separaron.
—Mantente a salvo y regresa con nosotros—susurré mientras se
alejaba.
No sé si me escuchó o no porque siguió caminando hasta que
desapareció por la esquina.
Me sequé las lágrimas de las mejillas, inspiré y puse la palma de la
mano sobre el lector. La puerta se abrió y regresé a nuestro hogar
temporal. Los niños estaban en su habitación desempacando y Ness
también. Ella me miró a través de la puerta abierta y me hizo ese
pequeño levantamiento de barbilla que he visto a los hombres
hacerse. Siempre pensé que era algo de Ness, pero ahora sabía que
era algo de motero rudo. O tal vez una cosa de alfa rudo.
Fui a mi habitación, desempaqué rápidamente, dejé a los niños al
cuidado de Ness y fui a buscar a DC.
Treinta minutos después, DC, Chris y yo estábamos de vuelta en la
casa club ayudando a Devon y Damon, los prospectos, a empacar los
últimos recuerdos del club en cajas. Los prospectos las cargaban en
la parte trasera de un camión pequeño y las descargaban en una sala
de almacenamiento al otro lado del complejo.
Acabábamos de terminar la última que contenía dos cuadros
enormes cuando escuchamos una conmoción afuera.
—Quedaos aquí hasta que tengamos ésta resguardada. Vendremos a
buscaros y os llevaremos al Santuario—dijo Damon mientras
tomaban la caja y la sacaban por la puerta.
Estaba apoyada en la barra y DC estaba a mi lado frotándose su
barriga cuando dos hombres entraron por la puerta, escoltando a
tres mujeres extrañamente tatuadas. Condujeron a las mujeres que
arrastraban los pies hacia el pasillo que llevaba al otro lado de las
oficinas.
Pero una de esas mujeres se detuvo de repente y empezó a chillar de
forma ininteligible. Sus ojos estaban enfocados como láseres en DC y
trató de abalanzarse sobre ella. Uno de los hombres la agarró por la
nuca y la empujó violentamente hacia el pasillo. La mujer siguió
peleando y mirando hacia atrás gritándole a DC. Pude reconocer el
nombre de DC y el de Hawk junto con la palabra bebé, pero no tenía
idea de lo que estaba pasando.
Había odio en esos ojos brillando de manera insana.
—¿Qué demonios fue eso?—pregunté en voz baja mientras
desaparecían.
DC simplemente sacudió la cabeza y sonrió.
—Eso es lo que te pasa cuando cabreas a las damas—gruñó Chris.
—Mi culo se está cansando. Esperemos en la oficina de Hawk. —DC
se frotó el trasero mientras se alejaba y nos reímos mientras la
seguíamos por el pasillo.
Al minuto siguiente, todo el edificio tembló y una fuerte explosión
rasgó el aire. El polvo y el humo llenaron el pasillo y todas
empezamos a toser.
—¿Qué carajo fue eso?—gruñó DC.
—Creo que fue una bomba. —Chris tosió y se secó los ojos—. Me
arden los ojos y este humo me hace toser.
—Creo que necesitamos encontrar un lugar seguro para esperar al
prospecto o encontrar una manera de salir de aquí. —Me sequé los
ojos llorosos y estaba a punto de taparme la nariz con la camiseta
cuando tres apariciones polvorientas se materializaron entre el
humo.
Las mujeres de aspecto extraño habían regresado y tenían armas.
Armas que agitaban de manera no muy segura.
La más alta y de aspecto más insano de las tres agitó su arma hacia
DC.
—Dame—gruñó con una voz que sonaba como si no se usara muy a
menudo.
Chris y yo inmediatamente nos paramos frente a ella y empujamos a
DC suavemente hacia la puerta abierta de la oficina detrás de ella.
—Vete a la mierda, perra. No vas a pasar por encima de mí, ni de
Sky—espetó Chris.
—Dámela—gruñó ella de nuevo mientras giraba su cuello de
manera extraña, haciéndolo crujir con fuerza.
—La necesito. Dame.
—No te doy una mierda—gruñó Chris y empezó a toser y a resollar.
El humo se estaba volviendo muy denso y me puse la camiseta sobre
la nariz y la boca y vi a Chris haciendo lo mismo. Mirando por
encima del hombro miré a DC, ella había hecho lo mismo.
Teníamos que alejarnos de estas locas y salir de aquí.
De repente, el sonido de disparos fue muy fuerte y la extraña mujer
frunció el ceño ante el arma que tenía en la mano.
Las dos mujeres detrás de ella se dejaron caer lentamente al suelo y
se quedaron inmóviles.
Girándose lentamente, frunció el ceño a las dos que estaban en el
suelo. Una enorme figura borrosa salió de entre el humo y reconocí a
Beast con un suspiro de alivio.
—¿Qué haces?—le gruñó ella a la figura borrosa.
—Lo que debería haberse hecho desde el puto principio—gruñó el
tipo mientras golpeaba la culata del arma contra un costado de su
cabeza.
—¿Qué haces?—susurró ella mientras caía.
Beast la ignoró.
—Chris, agarra a DC y a Sky y muévete, cariño. Entra en la oficina,
no hay salida ni por delante ni por detrás. ¡Vamos! —gritó Beast
mientras pasaba por encima de los cuerpos como si no estuvieran
allí.
Nos llevó a la oficina y cerró la puerta detrás de él.
—No sé cómo abrir la puerta, Beast—gruñó DC—. Si lo hubiera
sabido, habríamos salido de aquí hace mucho tiempo.
La miré confundida. ¿Qué podría ser más fácil que abrir una puerta,
me preguntaba?
—No te preocupes, la abriré. Tenemos que ser rápidos porque
necesito encontrar a Rider y Wrench. Se suponía que debían meter a
esas tres en las celdas.
Todo era tan confuso y entonces dejó de serlo. Beast hizo algo y
apareció una puerta. Había un pasaje secreto. Una salida secreta
para ponernos a salvo. El alivio me invadió.
Cuando Chris estaba a punto de pasar, Beast le puso la mano en el
hombro.
—Cuando bajes, encuentra a Tori y a mis hijas. Diles que las amo,
por favor. —Miró hacia la puerta cerrada de la oficina antes de
mirarla a ella—. Cuida a DC, ella tiene autorización para abrir la
puerta blindada al pie de las escaleras. Asegúrate de que esté cerrada
correctamente una vez que hayáis entrado.
Carraspeó.
—Y Chris, lamento mucho cómo te jodí las cosas.
Chris le dedicó una brillante sonrisa y sacudió la cabeza.
—Todo está perdonado, Beast, hace tiempo, lo sabes. Me ocuparé de
DC y de tu dama, lo prometo. Ten cuidado al volver a salir, tu
familia te necesita.
Beast asintió, dejó caer la mano y dio un paso atrás.
DC le sonrió y luego le guiñó un ojo mientras atravesaba las puertas
y comenzaba a descender hacia la oscuridad.
La seguí con Chris cerrando la marcha. Detrás de nosotras se
escuchó un fuerte sonido metálico y escuché el sonido muy apagado
de las puertas por las que habíamos entrado cerrándose, por un
segundo estuvo tan oscuro que no pude ver nada.
Y entonces se encendió la primera luz y me cagué en los pantalones.
Nuestro camino de regreso estaba bloqueado por una enorme
trampilla de acero, las puertas estaban en algún lugar detrás de ella.
Y estábamos de pie en una escalera de acero suspendida en la
oscuridad.
Una escalera que estaba atornillada a la roca por un lado mientras
que el otro colgaba sobre un abismo negro que parecía interminable.
—Santa mierda—murmuré mientras me agarraba a los rieles.
—No mires a la oscuridad—dijo DC por encima del hombro—.
Sujétate y concéntrate en donde pones los pies. Un paso a la vez,
Sky. Eso es todo lo que se necesita, un paso a la vez.
—No me gustan las malditas alturas—murmuré mientras daba
pasos cautelosos.
—Dice la mujer que sale a un escenario frente a miles de personas.
Eso es mucho peor que esto—murmuró Chris detrás de mí.
—¿Qué crees que pasó allí arriba?—pregunté mientras la seguía
escaleras abajo.
—Los bastardos atacaron la casa club. Gracias a Dios pudimos sacar
todos los objetos de valor antes de esa explosión. —La voz de DC
resonó en la oscuridad.
—¿Quién era esa mujer y por qué quería matarte? —Ahora era tan
buen momento como cualquier otro para preguntar.
—Ella y las otras dos solían ser las compañeras de follada de Hawk.
Luego me conoció y las echó. No estaban contentas y trataron de
matarme. No me gustó y ese fue el resultado de que no me gustara
que intentaran matarme. —Su voz era fría mientras explicaba.
No hice más preguntas porque obviamente era un tema delicado. Y
realmente no quería saber cómo ellas consiguieron todos esos
tatuajes.
A medida que descendíamos, las luces se encendían y apagaban
después de que pasábamos. Tenían sensores de movimiento o
sensores integrados en los escalones. No me importaba cuál fuera
mientras hubiera luz.
Y entonces, por fin, tras un descenso que me tuvo el corazón en la
boca llegamos al fondo. Y, por supuesto, había una pesada puerta de
acero que nos impedía el paso.
DC pulsó un código en el pequeño panel y la puerta se abrió
silenciosamente. Esperaba entrar al Santuario, pero no era allí donde
estábamos. Estábamos en una pequeña antecámara con otra puerta
de acero que nos impedía el paso. Ésta tenía una pequeña ventana de
cristal insertada. Nuevamente DC pulsó un código y la puerta se
abrió.
Todavía no estábamos en el Santuario. O debería decir en la parte
del Santuario que había visto.
Estábamos en una caverna muy grande. En el centro, debajo de una
enorme araña de hierro forjado que estaba suspendida del techo con
pesadas cadenas, había una larga mesa de hierro forjado con sillas a
su alrededor y varias sillas más alrededor del perímetro de la
habitación.
DC rápidamente se dirigió hacia una puerta de acero ubicada en la
pared de roca a nuestra izquierda. Después de introducir el código,
la puerta se abrió. No estaba prestando atención porque seguía
mirando por encima del hombro con asombro.
Chris me empujó suavemente a través de la puerta. La cerró y se
apoyó en ella, mirándome atentamente.
Miré alrededor de la habitación en la que estábamos.
Era un dormitorio, como el mío pero mucho más grande. Tenía que
ser más grande porque la cama era enorme.
Debía ser la habitación de DC y Hawk, lo que significaba que
estábamos de vuelta en el Santuario.
En la parte en la que vivíamos actualmente.
Ahora sabía exactamente lo que Sin había querido decir con que
algunas partes estaban prohibidas.
—Ahora entiendo el comentario de prohibidas. —Asentí y sonreí—.
Claro, muy claro.
DC y Chris sonrieron y me guiñaron un ojo.
Capítulo 28
Sky
No pensé más en la parte secreta del Santuario. Estaba demasiado
preocupada por lo que estaba sucediendo en la superficie. La
explosión había sido aterradora y no saber dónde había estado Sin
cuando ocurrió me estaba asustando.
—Realmente no entiendo lo que está pasando. Sin me explicó que
Ravi estaba vinculado a un sindicato del crimen, pero ¿por qué haría
todo esto? ¿Por qué me atacó en Estados Unidos? No tenía nada que
ver con el club hasta hace poco. No entiendo en qué carajo estaba
pensando él. —Realmente no estaba hablando con DC y Chris. Era
más bien yo diciendo en voz alta lo que daba vueltas en mi cabeza. Y
tratando de encontrarle sentido.
DC me respondió de todos modos.
—Raj, o Ravi como lo llamas, es un bastardo asqueroso. Se metió en
el club de mi padre y tuvimos una relación corta que terminé. Yo fui
su primer objetivo. El club se dio cuenta de que no era quien decía
ser y desapareció. Imagina nuestro horror cuando reapareció, drogó
y violó a mi hermana menor y la dejó embarazada. Desapareció de
nuevo sólo para reaparecer en los Estados Unidos, persiguiéndote.
DC parecía absolutamente asqueada y se estremeció antes de
continuar.
—¿Pero sabes qué es lo que más me horroriza? Y nunca he hablado
con nadie sobre esto. Es el hecho de que estamos emparentados. Su
padre era primo de mi abuelo, lo que convierte a Raj en primo
segundo de mi madre o algo así. Realmente no sé cómo funciona
todo el asunto de la familia. Todo lo que sé es que él y yo
compartimos sangre Sharma y él me convirtió en un objetivo de
todos modos, y eso me asusta muchísimo.
Chris y yo nos quedamos sentadas en un silencio estupefacto.
Un silencio que rompí.
—¿Tu hermana lo sabe?
DC negó con la cabeza de un lado a otro muy lentamente.
—No, no lo sabe. Tenemos madres diferentes, así que no es necesario
decírselo. Dollar la ama y reclamó al bebé como suyo. Mi padre hizo
saber que Dollar dejó embarazada a su niña y que la tomaría como
su dama.
Chris ladeó la cabeza y soltó.
—Entonces, para que esto funcione, Raj tiene que morir. Muere y
nadie se entera.
—Eso esperamos, pero podría habérselo dicho a la perra vieja para la
que trabaja. Y Winifred Harrison definitivamente utilizará ese
conocimiento para conseguir lo que quiere—gruñó DC enojada.
Me quedé atónita ante la astucia del hombre que conocía como Ravi.
Al principio parecía un hombre muy agradable. Hasta que se volvió
posesivo, espeluznante y acosador. Era simplemente repugnante. Me
estremecí en reacción.
—Me tengo que ir. Es tarde y Lee y CJ no dormirán hasta que les lea.
Se ha convertido en algo nuestro desde que CJ se unió a nuestra
familia.
Me puse de pie y estiré mis músculos doloridos. No había sido
completamente honesta con ellos. Sí, les leía a los niños todas las
noches, pero Ness también. Lo que realmente quería era ducharme,
meterme en la cama y preocuparme por Sin.
—Quiero revisar la sala común en caso de que alguien necesite algo.
—DC se bajó de la cama con un gemido y se estiró.
Chris no dijo nada mientras nos seguía.
Varias mujeres estaban sentadas charlando en una de las mesas del
comedor. La televisión estaba encendida en el salón y había algunas
mujeres viendo algún programa de moda. No había niños presentes,
así que supuse que todos se habían ido a la cama.
Los monitores para bebés estaban ubicados en el medio de la mesa
junto con varias botellas de vino y copas.
La señora a la que todos llamaban tía Suzy estaba sentada a la
cabecera de la mesa y nos miró con los ojos entrecerrados, pero no
dijo nada. Nos sentamos y Chris inmediatamente tomó una botella
de vino, me levantó una ceja y, ante mi asentimiento, sirvió dos
copas.
—Ness llevó a tus hijos a sus habitaciones después de cenar con
ellos. Hicimos macarrones con queso para los niños y tengo la
famosa lasaña de Beryl en el horno para nosotras, las damas y los
guardias. —La tía Suzy tomó un sorbo de vino y agitó su copa hacia
las mujeres alrededor de la mesa—. Todas las que están en la mesa
son damas o familiares, las novias han decidido no acompañarnos.
Creo que nos evitan porque nos tienen miedo. —Ella soltó un bufido
poco elegante y las mujeres se rieron.
DC tenía los brazos cruzados sobre la mesa frente a ella y suspiró.
—Me hubiera encantado una copa de vino esta noche.
—No va a suceder, cariño, así que deja de pensar en eso, más bien
piensa en la deliciosa lasaña con queso que vas a comer en unos
minutos—dijo la tía Suzy con una suave sonrisa.
Por la forma en que interactuaban las mujeres alrededor de la mesa
pude ver que en realidad eran una familia.
La lasaña era realmente cremosa y estaba deliciosa y poco después
me disculpé y con una copa de vino llena me dirigí a nuestras
habitaciones.
Revisé a los niños, besando a ambos en la frente antes de asomarme
a la habitación de Ness. Estaba profundamente dormida y cerré la
puerta. Ahora que había regresado, ella merecía descansar tranquila.
Hundiéndome en el sofá, miré algo de televisión sin sentido y me
bebí el vino, cuando el segundo bostezo casi me rompió la
mandíbula, cedí.
Me duché, me metí en la cama y me quedé allí, mirando el techo. Un
techo que en realidad era el techo de una cueva.
q
Recé en silencio para que Sin estuviera a salvo dondequiera que
estuviera.
Mis ojos comenzaron a cerrarse, alargué la mano y apagué la
lámpara.
No estaba completamente oscuro porque había dejado la luz del
baño encendida para que sirviera de luz de noche para los niños.
Tumbada en la penumbra finalmente me quedé dormida.
Me había ido a dormir pensando en Sin y me desperté pensando en
Sin.
Dom
Más Temprano Esa Misma Noche
Dominick Maingarde levantó la vista cuando su mano derecha,
Gideon Acheson, entró en su oficina.
—Está bajando ahora mismo. Llegaron antes de lo que esperábamos.
—Se detuvo frente a su escritorio y esperó. No tuvo que esperar
mucho.
—¿Estamos listos?
Gideon le dedicó una sonrisa fría.
—Lo estamos. Mitch se reportó hace veinte minutos con las
coordenadas. Los equipos nos están esperando.
Sin decir palabra, apartó el sillón del escritorio y se levantó.
Dirigiéndose al baño, abrió la puerta oculta. Su equipo táctico y sus
armas de fuego estaban cuidadosamente dispuestos. No le tomó
mucho tiempo vestirse y cuando regresó a la oficina, Gideon
también estaba listo.
Bajaron en silencio hasta el estacionamiento subterráneo. Los
equipos estaban reunidos en el garaje al que solo unos pocos tenían
acceso.
—Solo tengo un pedido. Traedla viva. —Sus hombres asintieron.
Dándose la vuelta, subió a la parte trasera del vehículo que lo
esperaba.
Gideon se deslizó por el otro lado.
No tuvo que decir una palabra. Sólo un leve movimiento de su
barbilla hizo que el vehículo se moviera.
Sintiendo los ojos de Gideon sobre él, giró la cabeza y miró a su
mejor amigo.
Ninguno dijo una palabra. No tenían que hacerlo.
Esta noche, de una forma u otra, el régimen de terror de Winifred
Harrison iba a terminar.
Capítulo 29
Sin
Caminando detrás de su Prez y VP, su nariz se arrugó ante el olor a
quemado que aún flotaba en el aire. Mientras dormían, los hermanos
del Road Warriors MC y del Sinners Sons MC habían vigilado su
complejo. Tenían una enorme deuda de gratitud con ellos y,
conociendo a su presidente, la deuda se pagaría diez veces más.
Cruzando las puertas destrozadas, le dolió el puto corazón al
contemplar la destrucción de su hogar.
La casa club era un montón de escombros. Lo que la maldita bomba,
el misil, o lo que mierda haya sido, no había destruido, lo hizo el
fuego. La escalera de acero se había derretido y deformado porque el
fuego había ardido con mucha intensidad. Parte del piso superior se
había derrumbado hacia las oficinas, provocando que las paredes
exteriores se doblaran y cayeran. Lo peor era la zona de la cocina
donde había explotado la bomba. La explosión había derribado las
paredes. Los escombros estaban esparcidos por una amplia zona,
algunos pedazos habían sido arrojados incluso hasta la piscina.
Había mucha mierda de madera en la casa club. Cosas como los
muebles y la barra. Todo había desaparecido.
Mientras caminaban por su casa club en ruinas, nadie había dicho
una palabra. Siguieron a su silencioso presidente mientras
inspeccionaba cada edificio.
Finalmente se detuvo en el patio delantero y con las manos en las
caderas contempló las ruinas de la casa club.
Sin observó cómo se alzaban los hombros mientras respiraba
profundamente de forma audible, lo contenía y luego lo dejaba
escapar.
Dándose la vuelta, los miró de frente, sus ojos ámbar ardían de rabia
y determinación.
—Vamos a reconstruirla. —Señaló con el dedo la casa club en ruinas
y luego los otros edificios también en ruinas—. Esto, todo esto, son
sólo ladrillos y cemento, algo que podemos reemplazar fácilmente.
Lo que no podemos reemplazar son los hermanos y hermanas que
perdimos. Nuestro club lleva demasiado tiempo bajo una nube
oscura. Todo termina aquí, hoy.
Se levantaron aullidos cuando todos dieron su apoyo a su
presidente.
Levantó ambas manos y se hizo silencio.
—Agradecemos a nuestros hermanos del Road Warriors MC y del
Sinners Sons MC por venir en nuestra ayuda. No olvidaremos sus
manos amigas en nuestro momento de necesidad.
Miró a su alrededor a los hombres silenciosos y asintió brevemente.
—Conseguimos el visto bueno para empezar a limpiar. No vamos a
andar jodiendo, ni perdiendo el tiempo. El equipo debería empezar a
llegar pronto. Boots y Rider supervisarán la limpieza. Si necesitáis
algo o tenéis alguna pregunta, dirigíos a ellos. Jagger y Sin
supervisarán la reconstrucción. Cualquier sugerencia de mejora debe
ser llevada a ellos. Ice y yo nos dirigimos al hospital para controlar a
nuestros hermanos heridos y os enviaré una actualización tan pronto
como la tenga.
Cuando Hawk guardó silencio, una mano se alzó y él le levantó la
barbilla al hermano.
—¿Quién monta detrás de ti, Prez? No puedes salir solo. —Mamba
no apartó la mirada cuando Hawk lo inmovilizó con esos ojos suyos.
—Beast seleccionará un equipo para viajar con nosotros. No será un
equipo grande ya que no tenemos muchas motos disponibles.
Aquellos que no sean seleccionados se ocuparán de limpiar el lugar.
Necesitamos reconstruirlo, hermanos. Cuanto antes empecemos,
antes terminaremos.
Sin tuvo que concedérselo a su Prez, sabía exactamente cómo hablar
con sus hombres.
Extrañaba a Sky y a los niños y después de tanta muerte y
destrucción quería verlos, abrazarlos. Pero tenía que esperar. Tenía
que esperar hasta que cayera la noche para poder ir con ellos.
No era el único que tenía que esperar y eso lo hizo un poco más
llevadero.
Incluso su presidente tuvo que esperar y él pudo ver claramente
cómo la espera carcomía al hombre.
Horas más tarde se echó hacia atrás el casco y miró alrededor del
patio. Habían hecho enormes progresos. Un grupo había comenzado
en el muro y había retrocedido desde allí hacia las ruinas de la casa
club, recogiendo escombros. Otro había comenzado en el garaje,
retirando los cascos quemados y los pedazos de motos. El grupo de
Sin había comenzado a limpiar alrededor de la casa club. Los
contenedores se estaban llenando a medida que se arrojaban más y
más escombros en ellos.
Cuando llegaron las seis, detuvo todo el trabajo y envió a los
hombres a limpiarse. Con Bullet, Bones y Mamba caminó hasta la
casa de la piscina. Estaba sucio y listo para una ducha caliente, ropa
limpia y volver a ponerse el chaleco. Se había sentido desnudo sin él
todo el día.
Estaba vestido y listo para dirigirse a la casa de Hawk cuando sintió
que su teléfono zumbaba dentro de su chaleco.
Mierda. Lo había tenido en silencio todo el día. Al ver el nombre de
su dama respondió rápidamente.
—Mi Sky.
—Oh, gracias a Dios. He estado tan preocupada por ti. ¿Estás bien?
—Ella sonaba al borde de las lágrimas y él quería patearse por no
haber ido antes. Su cabeza había estado todo el día ocupándose de
los asuntos del club cuando debería haber recordado a su familia.
Era un maldito idiota.
—Lo siento mucho, cariño. Anoche y hoy han sido un infierno. No
quiero hablar de eso ahora. Te lo diré más tarde cuando estemos
solos en nuestra habitación.
Escuchó la forma en que su respiración se aceleraba antes de hablar.
—Sabemos que algo terrible le pasó al marido de Martie. Los
hermanos vinieron a buscarla anoche. Nadie está hablando. ¿Está...
está bien?
—Su condición es crítica, mi Sky. Ice y Hawk fueron al hospital hoy
y ahora mismo estoy de camino a la casa de Hawk para recibir
novedades. —Mantuvo su voz tranquila, tratando de no
preocuparla.
Ella guardó silencio y él empezó a preocuparse.
—¿Y tú? ¿Estás bien? —Su voz sonaba tensa.
Mierda.
—Un par de cortes y hematomas, pero nada importante, cariño.
Un suspiro de alivio recorrió la línea.
—No puedo esperar a verte, para comprobar por mí misma que
estás bien. Los niños te mandan cariño, se divierten pero están
preocupados por ti. Estamos preocupados por ti—terminó en un
susurro.
—Estoy bien, mi Sky. Hemos estado ocupados limpiando el
complejo hoy. Hay mucho trabajo que tenemos que hacer.
—¿Qué tan malo es?
—Es malo, perdimos la casa club, los garajes y el estudio de Tori. —
Ella dio un grito ahogado de sorpresa—. Por favor, no le digas nada
porque no sé si Beast se lo ha dicho todavía—le advirtió Sin.
—No lo haré. ¿Qué pasa con las casas?
—Tuvimos suerte, no perdimos ninguna.
Ella permaneció en silencio durante un largo rato. Y cuando habló su
voz sonó mejor, menos estresada.
—DC dijo que saldremos de aquí cuando oscurezca. No puedo
esperar.
Sintió que su boca se curvaba en una sonrisa.
—Ya no falta mucho, cariño, no falta mucho. Me tengo que ir.
Hablaremos pronto. Te amo, mi Sky.
Terminó la llamada antes de que ella pudiera contestar. No quería
escucharla dudar para decirle que lo amaba.
Él sabía que lo amaba. Ella sólo tenía que darse cuenta, pero
recuperar su confianza era el gran obstáculo.
El tiempo se le acababa, ella estaba aquí de vacaciones y pronto
regresaría a Estados Unidos y él no podría ir con ella. Tenía a CJ y
mierda que resolver respecto a su puta madre.
Incluso si él la convenciera de darles otra oportunidad, ella tendría
que regresar a Estados Unidos. Lejos de él, donde podría
convencerse de que estaba mejor sin él. Mierda.
Definitivamente no podía ir a Estados Unidos en este momento.
Tenía que resolver todas las cuestiones legales relativas a la custodia
de CJ antes de que reapareciera su puta madre. Tal vez no debería
haber dejado que Monika se fuera, pero ya era demasiado tarde para
preocuparse por esa mierda. La enfrentaría cuando reaparecieran.
Y reaparecerían. Era un hecho.
Sacudiendo sus pesados pensamientos, tomó el camino que
bordeaba la piscina hasta la casa principal. Hawk ya estaba sentado
en la mesa del comedor con Ice y Beast y Sin se unió a ellos.
—¿Cuáles son las noticias sobre nuestros hermanos, Prez? —Vio la
preocupación en sus ojos y se preparó.
—No es bueno, Sin. Sludge sigue ahí, pero todavía está en la lista
crítica. Los médicos no quieren decir mucho excepto que si aguanta
hasta esta noche, sus posibilidades serán mejores. Las quemaduras
de Ratel son peores en la pierna que en el brazo. Los médicos me
aseguraron que no perderá el uso de sus manos, la izquierda está
peor que la derecha pero con terapia tendrá movilidad. El chaleco le
protegió el pecho y la espalda. Tiene quemaduras superficiales en el
cuello, la cara y la cabeza. Le han afeitado el pelo y la barba en
algunos lugares y se ve jodidamente horrible. Va a perder la cabeza
cuando se despierte. Por ahora lo mantienen sedado debido al dolor.
p
Su médico dijo que su pronóstico de recuperación es realmente
bueno. Estará en la unidad de quemados por un tiempo antes de que
lo trasladen a un centro de cuidados. —Por alguna razón, Hawk
parecía enojado—. No irá a un puto centro, volverá a casa y si
tenemos que contratar a un terapeuta y esas mierdas, lo haremos.
Todos asintieron con la cabeza.
—Ja, mira a Scar, si lo hubiéramos dejado en alguna maldita
institución, quién sabe si se habría recuperado por completo—gruñó
Beast.
—Cuidamos de nuestra familia. Ya comencé a hacer averiguaciones.
—Ice, como siempre, era la fría voz de la razón.
Hawk asintió y guardaron silencio mientras más hombres entraban.
Cuando Kahn finalmente asintió con la cabeza a Hawk, golpeó la
mesa con la mano y se hizo el silencio.
—Hoy lo logramos, al igual que nuestros hermanos en el hospital.
Sludge está en estado crítico pero luchando. Las quemaduras de
Ratel le darán batalla pero se recuperará. A los hermanos no se les
permiten visitas excepto familiares en este momento. Martie y Buzz
nos mantendrán informados. Les estoy asignando dos hermanos a
cada uno de ellos. Se rotarán para que siempre haya alguien
cuidando a nuestros hermanos. —Miró alrededor de la habitación—.
Veo a muchos de nuestros hermanos heridos aquí esta noche. No os
excedáis.
Hubo asentimientos y 'sí, jefe' por todos lados.
—Ahora vamos a lo de esta noche. Esta noche sacaremos a las
mujeres del Santuario. Las novias serán sacadas primero y enviadas
a casa. No se quedan. Ellas se van. ¿Soy claro? —gruñó mientras los
hombres murmuraban.
—Sí, Prez—sonó de la mayoría de los hombres.
—Hay una razón para mi decisión, hijos de puta. Estamos
reconstruyendo y todos vamos a trabajar muchas horas. No tendréis
tiempo para mantener feliz su coño. Sabéis tan bien como yo que la
mayoría de esas mujeres a las que declaraste como vuestras novias
y j q
no son más que coños. Vinieron aquí para pasar un buen momento y
no habrá buenos momentos por un tiempo. Ziggy ha estado
investigando a fondo a cada una de ellas y tenemos un par de
señales de alerta. Hablaré con esos hermanos en privado.
Una mano se levantó y Sin miró a su presidente antes de volver a
mirar a Bones.
—Lamento interrumpir, pero traje a mi chica porque ha sido mía
durante años, Prez. No la quiero por ahí donde algún hijo de puta
pueda ponerle las manos encima para joderme. Respetuosamente
solicito que se le permita quedarse.
Hawk miró a Taxi, que era el padre de Bones.
—Ha estado corriendo detrás de las faldas de esa chica desde que
tenía cinco años, Prez. Estoy respaldando su petición. No puede
volver a la casa, no estará a salvo. —Taxi miró a su hijo antes de
volver a mirar a Hawk.
—¿Vas a convertirla en tu dama?—le preguntó Hawk.
Bones se pasó ambas manos por la cara y suspiró.
—Le pregunté antes de que esta mierda sucediera y ella me dijo que
lo pensaría. Mi chica es cautelosa por una mierda que pasó hace
unos años. Pero será mi dama incluso si tengo que esperar durante
putos años por ella.
Hawk inclinó su cabeza hacia un lado mientras miraba a Bones y
luego sonrió.
—Ella tiene permiso para quedarse, pero sólo porque Taxi la avaló.
Sigue adelante y conviértela en tu dama.
—Gracias, Prez. Estoy trabajando en ello. —El alivio estaba escrito
en todo el rostro de Bones.
—¿Qué pasa con las chicas del club, Prez?—preguntó uno de los
nómadas con una sonrisa y un guiño.
Hawk suspiró mientras negaba con la cabeza.
—Se quedan donde están. Os lo dije cuando las mudamos, cabrones.
Sientes la necesidad, entonces las visitas pero no creáis que volverán
para quedarse. Abordaré la situación más adelante, no ahora. Hemos
terminado de hablar de esa mierda. Avancemos.
La reunión fue rápida a partir de ese momento. Todos sabían qué
hacer cuando se fueran. Devon y Damon estaban esperando con dos
jaulas para transportarlos al Santuario.
Un Santuario que no sólo contenía a su familia sino también una
celda con Sharma encerrado dentro.
No podía esperar a tener a Sharma en sus manos. Él lo tendría, todos
lo tendrían, muy pronto.
Su presidente no lo había mencionado durante la reunión por una
muy buena razón. Seguridad. No lo mencionarían, ni hablarían de él
hasta que estuvieran en la mesa del Santuario.
Cuando las puertas blindadas se abrieron y entró en el Santuario,
tuvo que prepararse. Sus hijos le saltaron encima a toda velocidad y
tuvo que apretar los dientes mientras el dolor lo atravesaba. Pero no
se los hizo saber, lo ocultó. Cuando encontró los ojos de su dama
supo que ella lo había visto y estaba preocupada.
Inclinándose, porque la jodida herida en su muslo no le permitía
agacharse, juntó a sus bebés y los abrazó. Estaba tan jodidamente
agradecido de poder abrazarlos.
A diferencia de Sludge, que estaba luchando por su vida en este
momento. Y si perdía esa pelea, sus hijos nunca más volverían a
tener sus brazos alrededor de ellos. Eso lo mató. Sludge pudo haber
sido un marido de mierda en algún momento, pero había cambiado
y era un buen padre.
—¿Nos llevarás a casa, papá?—le preguntó CJ con preocupación en
sus ojos.
—Sí, amigo. ¿Podéis ir y ayudar a Ness a empacar vuestras cosas
mientras hablo con vuestra madre?
Ambos niños asintieron vigorosamente y después de más apretones
y abrazos salieron corriendo con Ness siguiéndolos de cerca.
Y entonces era él y su Sky. La tomó entre sus brazos y la abrazó
mientras dejaba caer el rostro en su cuello.
—¿Estás bien?—susurró ella y él sólo pudo asentir.
Su voz no funcionaba, no en ese momento.
—Estás herido, lo vi cuando los niños te saltaron—dijo en voz muy
baja mientras la gente los rodeaba.
Cuando finalmente encontró su voz fue para advertirla.
—Más tarde, cariño, ahora no.
Ella asintió brevemente mientras tomaba su mano y lo llevaba hacia
la cocina.
Bulldog y Suzy estaban sentados en una mesa en el comedor y se
unieron a ellos.
—¿Estás bien, hermano?—dijo Bulldog y le frunció el ceño.
—Un par de dolores. Nada serio—lo tranquilizó él mientras se
sentaba.
Sky puso una botella de agua frente a él y él la besó en la sien
mientras ella se sentaba a su lado.
—Vamos a sacar a las novias primero—dijo en voz baja y Bulldog
asintió brevemente—. Ziggy encontró un par de señales de alerta y
Prez hablará con los hermanos involucrados. No estoy seguro de qué
se trata, pero lo descubriremos una vez que volvamos a la mesa.
—¿Alguna noticia de Ciudad del Cabo?—preguntó Bulldog con el
mismo tono de voz.
—No, hasta donde yo sé. Pero he estado limpiando todo el día y
Prez aún no ha tenido tiempo de hablar con los oficiales. —Sin miró
hacia donde Ice y Hawk observaban a las mujeres con los ojos
vendados siendo conducidas fuera de las puertas y cargadas en las
jaulas que esperaban.
Su equipaje estaba siendo registrado antes de que los prospectos lo
cargaran. No sabía lo que buscaba su Prez.
Captó el ligero levantamiento de barbilla que Damon le dio a Hawk
antes de cargar un gran bolso rosado en la parte trasera de la jaula.
Algo estaba pasando con la dueña de ese bolso. Pero no iba a entrar
en eso ahora. Tenía a su mujer a su lado y a sus hijos ocupados
empacando para poder irse a casa. Esta noche estarían bajo el mismo
techo, seguros y protegidos una vez más.
Sky puso su mano sobre la de él que yacía sobre la mesa y entrelazó
sus dedos, él se inclinó y ella le dio un suave beso en la boca. Su Sky
solía hacer cosas así todo el tiempo antes de que él la jodiera. Que lo
estuviera haciendo ahora era una buena señal. Esperaba con ansias
que fuera una buena señal.
Y como si estuviera leyendo sus pensamientos, Suzy hizo la
pregunta que tenía en mente. Pero también la que él debía hacer, no
ella.
—¿Cuándo volverás a Estados Unidos, Sky?
Sky se tensó.
—Tengo dos semanas más antes de tener que regresar. La banda irá
pronto al estudio de grabación. Bry y yo tenemos que trabajar en
algunas canciones y ensayar el nuevo material antes de grabar. Y
tengo que volver para una cita con mis abogados. Vamos a agregar el
nombre de Sin al certificado de nacimiento de Lee, y su apellido en
su pasaporte debe cambiarse una vez hecho esto.
—¿En cuánto tiempo crees que podrás volver? —Suzy no dejaba de
hacer preguntas.
Le molestó porque esto era algo que los dos deberían discutir antes
de hablarlo con alguien más.
Sky la miró y se encogió de hombros.
—Espero que no pase mucho tiempo. Mis abogados van a intentar
acelerar el proceso pero me advirtieron que podría llevar meses. Y
durante ese tiempo no podremos viajar porque Lee no tendrá un
pasaporte legal.
Bulldog se inclinó hacia adelante.
—Ella tiene doble ciudadanía, creo que podrías conseguirle un
pasaporte sudafricano.
Sin intervino antes de que Sky pudiera responder. Ya había
terminado con ellos haciendo preguntas personales que no eran
asunto suyo.
—Ice se está encargando de ello.
Bulldog agitó un dedo entre los dos, con una expresión muy seria en
su rostro.
—¿Y vosotros dos? ¿Qué está pasando aquí? Sabéis que tenéis dos
hijos que están rezando para que saquéis la cabeza de vuestros culos
y…
Ya había terminado. Levantando una mano, detuvo a Bulldog en
seco.
—Aprecio la preocupación, hermano, porque sé que viene de un
buen lugar, pero no es tema de discusión.
Se puso de pie y arrastró a Sky con él.
—Vamos a controlar a los niños. Hablaré contigo más tarde.
Con eso se alejó y Sky no dijo una palabra mientras venía con él.
—Lo siento, cariño. Bulldog y Suzy no se meten en nuestra mierda
porque sean entrometidos es porque se preocupan por nosotros.
Su mujer se rio suavemente y le apretó la mano.
—Son como unos padres, Sin. Te ven como suyo y no quieren que
salgas lastimado. Entiendo totalmente de dónde viene su
preocupación.
Él dejó de caminar, la abrazó y ella levantó la cabeza para mirarlo a
los ojos.
—Han sido mis padres sustitutos durante muchos años, cariño.
Cuando me rompí después de cagarla contigo, ellos estuvieron ahí
para ayudarme. Me vieron en mi peor momento y les preocupa que
lo pierda si nosotros no... —Le puso una mano en la boca.
—Éste no es el lugar ideal para hacer esto pero necesitas escucharme.
No me voy porque te dejo. Me voy para que nuestra hija y yo
podamos volver a ser una familia contigo y CJ. Te amo, Sin. Nunca
he dejado de amarte. Estuve herida, asustada y furiosa durante
mucho tiempo, pero ya todo eso quedó atrás. De ahora en adelante
dejaremos de mirar hacia atrás a las cosas malas y miraremos hacia
adelante a todas las cosas buenas.
Dejando caer la cabeza, la besó, fuerte y rápido antes de levantar la
cabeza nuevamente, pero no demasiado.
—¿Qué pasa con la banda? Dependen de ti.
Poniéndose de puntillas, juntó sus labios con los de ella y los arrastró
de un lado a otro contra los de él.
—He hablado con Bry y arreglaremos algo. Los muchachos están
felices por nosotros y no serán idiotas al respecto.
Cerrando los ojos, respiró profundamente, muy profundamente y
luego los abrió para mirar sus cálidos ojos verdes.
—Te amo muchísimo, mi Sky.
—Yo también te amo.
Un fuerte grito los hizo separarse y encontraron a Lee y CJ bailando
como locos, gritando y aullando.
Sin atrajo a Sky a su lado y se rio de sus hijos locos. No podía dejar
que esto continuara por mucho tiempo porque tenían que ponerse
en marcha.
—Calmaos, niños. Necesitamos llegar a casa porque me estoy
muriendo de hambre. —Sin hizo un gesto hacia sus habitaciones—.
Vamos a recoger las cosas y a ponernos en camino.
CJ dejó de saltar y agarró la mano de su hermana.
—Vamos. Papá se muere de hambre y yo también.
—Eso es una gran mentira, te comiste un plato enorme de sobras
hace apenas veinte minutos—dijo Lee mientras lo seguía a sus
habitaciones.
—Soy un hombre en crecimiento, necesito mucha comida—
escucharon decir a CJ mientras los niños desaparecían en la
habitación. Podían escuchar a Lee decirle algo, pero las gruesas
paredes lo amortiguaron.
Sin sacudió la cabeza y le sonrió a su mujer.
—Vamos a tener mucha mierda con esos dos a medida que crezcan.
Sky sonrió serenamente.
—Eso espero.
Sólo su Sky esperaría con ansias las peleas entre hermanos y las
mierdas de adolescente. Mirando a su hermosa mujer, se imaginó
cómo se vería con su hijo creciendo dentro de ella. Se había perdido
eso con Lee.
Fue en ese instante que algo que habían olvidado lo golpeó y se puso
rígido.
¿Se enojaría?
Apretándola contra él, dejó caer su cabeza junto a la de ella y habló
en voz baja. No quería que nadie escuchara lo que estaba a punto de
decir.
—Mi Sky, se nos olvidó la píldora del día después.
Sus brazos lo rodearon con más fuerza y asintió levemente.
—Lo sé, pero no estoy preocupada. Si sucede, sucede. Si no,
podemos intentarlo de nuevo. Quiero tener bebés contigo, Sin. Bebés
que tú y yo criaremos juntos—susurró ella.
Sus brazos se apretaron mientras intentaba fundirla con él.
—No puedo esperar a tener bebés contigo, mi Sky. Quiero al menos
dos más—le gruñó al oído.
—Bueno. Puedo tener dos antes de llegar a los cuarenta.
Su aceptación inmediata hizo que su jodido corazón latiera tan
fuerte que estuvo a punto de estallar en su pecho como un maldito
alien. Si no hubieran estado parados en medio de una cueva llena de
sus hermanos, sus mujeres y sus hijos, la habría apoyado contra la
pared de roca y se la habría follado duro. La última vez que la dejó
embarazada fue mientras tomaba anticonceptivos. Esta vez no había
barreras en su camino. Iba a trabajar para dejarla embarazada antes
de que regresara a los Estados Unidos. Tenía dos semanas para
lograrlo.
Iban a estar follando. Mucho.
—Prepárate, cariño, vamos a hacer el primero antes de que regreses
a Estados Unidos.
Su risa puso una sonrisa en su rostro y finalmente se recompuso lo
suficiente como para acompañarla a través de la puerta abierta a sus
habitaciones.
Ness y los niños estaban allí con sus bolsos a sus pies, sonriéndoles a
los dos.
Ambos niños tenían las manos en alto, con los pulgares hacia arriba.
Ness parecía un poco triste pero no tenía tiempo para pensar en el
motivo en este momento.
Tenía que empacar a su pequeña familia y regresar a la casa de la
piscina.
Una casa que sería su hogar temporal hasta que él y Jagger pudieran
resolver la logística para construir la casa de sus sueños.
Una casa que él y Sky habían diseñado y planeado hacía mucho
tiempo.
En aquel entonces sólo habían planeado tres dormitorios.
Necesitarían más con los dos bebés adicionales que planeaban tener.
Sky necesitaría un espacio donde pudiera tocar y escribir su música
y tal vez incluso un pequeño estudio de grabación. Y él necesitaba
una oficina para su mierda.
Su cabeza daba vueltas con todos los planes que estaba haciendo.
Tantos planes después de años de no hacer ninguno. Había vivido el
día a día, sin importarle si vivía o moría. Ahora le importaba. Le
importaba muchísimo.
Soltando a su dama, agarró algunos de los bolsos que esperaban e
inclinó la cabeza hacia la puerta.
—Tomad algunos bolsos y vámonos. Necesito algo de comida en mi
barriga y estoy seguro de que también tenéis hambre.
Ambos niños gritaron que sí y agarraron bolsos, les indicó que
salieran por la puerta y les sonrió a Sky y Ness.
—Vamos a nuestro hogar, señoras.
Se sentía tan jodidamente bien decir la palabra hogar y expresarla en
ese sentido.
Finalmente tenía una familia y los llevaba a su hogar.
Capítulo 30
Sky
No podría haber detenido el grito de asombro incluso si lo hubiera
intentado. Mi hombre estaba cubierto de cortes y moretones y tenía
un vendaje enorme en el muslo.
Tenía puntos. ¡Puntos! ¿Cómo diablos eso no era importante?
—¿En qué universo todo esto se consideraría 'nada importante'?—le
gruñí a mi maldito hombre sonriente.
Quería retorcerle el puto cuello.
—Es superficial, no te preocupes, cariño.
Iba a golpearlo muy fuerte si seguía diciéndome que no me
preocupara.
Caminando lentamente a su alrededor observé los numerosos cortes
en sus brazos, en la cintura. Afortunadamente ninguno en el pecho y
la espalda, pero había hematomas, grandes hematomas
Y no nos olvidemos de la herida de bala en el muslo. He oído hablar
de personas que se desangran por heridas en las piernas. ¿Cómo
podía quedarse ahí y decirme que no era nada serio?
Estaba desnudo, dejándome inspeccionar cada centímetro de su
hermosa piel. Una piel maltratada, magullada y cortada hasta la
mierda. Aunque no había nada malo con su polla. Esa parte de él se
mantenía alta y orgullosa.
Mis ojos estaban clavados en su polla cuando su mano cortada y
maltratada se curvó alrededor de ella y lentamente comenzó a
acariciársela. Era la cosa más erótica que jamás había visto. No es
que haya visto muchas cosas eróticas. No me gustaba ver
pornografía y los romances que leía eran los más eróticos que había
tenido en mi vida. Hasta el momento que Sin reapareció.
Todo en él me gritaba sexo. No sé por qué, simplemente lo hacía.
Tal vez era porque ahora sabía exactamente cómo se veía desnudo.
O cómo su polla era gruesa y larga y se curvaba ligeramente hacia su
ombligo cuando estaba dura. Me encantaba esa curva, golpeaba en
todos los lugares correctos. Siempre me había encantado y todavía lo
hacía.
Sin no tenía la constitución de un tanque, era alto y delgado, pero
fuerte. Era muy obvio que hacía ejercicio y levantaba pesas. Sabía
acerca de levantar pesas gracias a los muchachos de la banda.
Cuando empezamos, nos volvimos un poco locos y vivíamos la vida
de una estrella de rock. No pasó mucho tiempo antes de que nos
diésemos cuenta de que no era para nosotros. Comíamos sano,
hacíamos ejercicio y nos manteníamos alejados de los excesos que
tan libremente estaban disponibles.
Levantar pesas se había convertido en parte de nuestras rutinas de
ejercicio y por eso reconocí los signos en el cuerpo de mi hombre.
Reconocí el trabajo que había puesto en su cuerpo. Tenía la forma
triangular que todo hombre que no hacía ejercicio quería y
envidiaba, los hombros anchos y las caderas estrechas. Luego estaba
esa V que toda mujer en esta buena tierra quería lamer y morder.
Tenía un poco de vello en el pecho sobre los pectorales y un camino
de gloria subiendo hasta el ombligo por el que quería pasar las uñas.
Un culo redondo con muslos y pantorrillas musculosas completaban
la imagen de la perfección.
Quería lamer sus tatuajes y morder cada parte de él.
El culo firme, los pectorales abultados, su vientre. Su polla.
Todo.
De.
Él.
—En la cama, Sin, ahora mismo—le ordené y sonreí cuando la
pasión estalló en sus ojos azules. El azul oscuro rápidamente superó
al azul hielo en esos ojos.
—Mi amor quiere jugar, ¿verdad? —Siguió acariciándose la polla,
arrastrando el pulgar a través de la humedad que goteaba de la
pequeña hendidura y untándola sobre la punta.
—Sí, quiere y te quiere boca arriba en la cama. Esta noche me toca
jugar y saborear. Si hago algo que te haga sentir incómodo, dime que
pare y lo haré. —Me senté en la silla debajo de la lámpara alta y
señalé la cama.
Lentamente se acercó a la cama y se sentó, todavía acariciándose la
polla. Un lento movimiento de subir y bajar la mano.
Mantuve mis ojos en él mientras me quitaba las botas y los calcetines
y los dejaba junto a la silla. Lo siguiente en caer fue mi camiseta, me
levanté y desabroché el botón de mis vaqueros, bajé la cremallera y
los deslicé lentamente por mis muslos.
Me paré con las piernas ligeramente separadas y las manos en las
caderas con mi conjunto de bragas y sujetador de encaje azul oscuro.
Un azul que elegía usar porque el color me recordaba a sus ojos
cuando estaba excitado. El sostén empujaba mis senos hacia arriba
haciéndolos lucir increíblemente exuberantes. Las bragas terminaban
en lo alto de mis caderas y dejaba la mayor parte de mi culo
desnudo. Todo era de encaje y no dejaba nada a la imaginación.
Levantando las cejas le hice un gesto con la mano.
—Muévete al medio de la cama y acuéstate—ordené.
Lentamente, muy lentamente, obedeció y me mordí el labio para no
sonreír. Lo que él me estaba dando significaba mucho para mí. Me
estaba dando el control. Algo que nunca hizo.
Cuando finalmente estuvo ubicado como quería, me paré sobre la
pesada caja de madera al pie de la cama y lo miré.
Señor, se veía tan bien.
Lo suficientemente bien como para comérselo.
—Cariño, me estás matando, vuélvete, quiero ver tu culo—gruñó Sin
con las fosas nasales dilatadas.
Me volví lentamente sonriendo ante su profundo gemido. De
espaldas a él, arrastré las manos sobre mi culo y espalda y
lentamente me desabroché el sostén, luego dejé que las correas se
deslizaran por mis brazos. Llevando las manos al frente, lo alejé
despacio de mis senos y lo dejé caer al suelo.
Mirando por encima del hombro, me lamí el labio superior, después
me mordí el inferior y batí las pestañas.
—Joder, cariño, inclínate. —Su demanda gruñida se adaptaba a mis
propósitos.
Separando aún más las piernas, lenta, oh, muy lentamente, me
incliné. Gracias al yoga era muy flexible. Terminé con la cabeza entre
las rodillas y lo miré desde mi posición al revés.
Su gemido fue profundo y necesitado, los ojos clavados en mi coño
que estaba cubierto por el encaje obviamente mojado de mis bragas.
Deslicé lentamente las manos por mis pantorrillas, mis muslos y me
detuve cuando estaban en el pliegue al lado de mi coño, entonces me
enderecé despacio. Con las manos en las caderas, comencé a
arrastrar mis bragas por mis piernas, inclinándome nuevamente
mientras las empujaba hacia abajo. Manteniéndome inclinada, me
quité las bragas, las pateé hacia un lado y me acaricié el interior de
los muslos.
Mi hombre respiraba con dificultad y podía oír su mano trabajando
en su polla.
Poniendo una mano sobre mi coño, me enderecé y me volví
lentamente. No quité la mano, me quedé mirándolo.
—¿Te gustó el espectáculo? —Mi voz era sensual y jadeante
—Me encantó, mi Sky. ¿Tienes más para mí? —Su voz era un
gruñido chirriante que me hizo humedecerme desde lo más
profundo. Me encantaba su voz, se convertía en un gruñido áspero y
ronco cuando teníamos sexo.
—Tengo mucho más para ti, pero necesitas sostener tu polla y no
acariciarla. No quiero que te corras todavía. —Añadiendo mi mano
libre a la que acunaba mi coño, pasé los dedos por mi humedad y los
levanté hasta mis pezones, pintándolos lentamente con mi crema.
La mano que sostenía su polla se apretó con fuerza alrededor de la
base y supe que tenía que hacer eso para evitar correrse.
Mordiéndome el labio inferior seguí jugando.
Jugué con mis pezones duros, tirando de ellos, haciéndolos rodar,
pellizcándolos, mi respiración igual que la suya. Dejando una mano
sobre mi pecho, me acaricié el cuello con la otra. Arrastrando un
dedo sobre mis clavículas de un lado a otro, lentamente lo deslicé
por el centro de mi cuerpo. Sobre mi ombligo, a través del vello
recortado de mi montículo hasta encontrar el clítoris.
Le di un suave golpecito antes de deslizarlo hacia abajo y hundirlo
en los labios de mi coño, reuní mi humedad, regresé al clítoris y
comencé a acariciarlo. Se sentía tan, tan bien.
—Abre tus piernas para mí, cariño. Las necesito muy abiertas para
poder verte jugando con tu clítoris. Eres tan jodidamente hermosa
que no soporto no tocarte—gimió él.
Le permití tomar el control un poco mientras abría mis piernas y me
masturbaba. Cuanto más lo hacía, más gemía él. Y cuanto más gemía
él , más quería sentirlo dentro de mí.
No podría tener eso todavía.
¿Por qué?
Porque aún no lo había saboreado y necesitaba su sabor en la boca.
Una boca que lo deseaba y se hacía agua.
Lamiéndome los labios, finalmente subí a la cama y caminé hasta
que mis pies estuvieron a cada lado de sus caderas.
Me rodeó la pantorrilla con una mano y me sujetó mientras me
observaba empujando dos dedos profundamente dentro de mi coño
y follarme. Sus caderas se arquearon como si su polla intentara
alcanzar mi coño goteando.
—Agrega otro dedo, estira mi coño, muéstrame cómo mi polla te
estirará cuando la meta dentro de ti. Muéstrame cuánto te va a
encantar que te meta mi gran polla hasta el fondo—gruñó con los
dientes apretados y le entregué el control. Su mano ya no acariciaba
su polla, la sacudía con fuerza. Separé las piernas, incliné las caderas
hacia adelante y metí tres dedos dentro mientras me frotaba el
clítoris.
Mis ojos estaban en su polla, sus ojos en mi coño.
—Voy a correrme—gemí mientras mi mano se movía cada vez más
rápido, mis jugos cubrían mis dedos y el dorso de mi mano y
goteaban sobre su polla.
—Todavía no, todavía no, espera, cariño. En el momento en que
empieces a correrte, bajas y empujas ese coño sobre mi polla. ¿Me
has oído? ¿Estás lista, cariño? ¿Estás lista para caer sobre mi polla?
Sólo pude asentir porque lo estaba, estaba muy lista para caer sobre
su polla.
El primer espasmo me golpeó y mis piernas colapsaron mientras
sacaba la mano de mi coño. Su mano me mantuvo firme mientras
bajaba y me llenaba con su dura polla que comenzó a correrse en el
momento en que la punta se hundió en mi coño.
Sus manos golpearon mis caderas, arrastrándome cerca y
abrazándome fuerte contra él mientras nos corríamos y nos
corríamos. Sentía su polla dura y caliente sacudiéndose dentro de mí
y gemí por las sensaciones que creaba. Mi orgasmo había apretado
mi coño y él empujando su polla dura e hinchada a través de los
músculos tensos había sido materia de un orgasmo de fantasía.
Nuestros gemidos eran fuertes, nuestras respiraciones ásperas y
entrecortadas mientras yacíamos allí, con nuestros pechos pegados.
—Joder, mi Sky, eso estuvo tan jodidamente caliente que ni siquiera
puedo explicarte lo mucho que me volaste la cabeza. Verte así fue
como si cada fantasía que alguna vez tuve sobre ti cobrara vida.
Observar cómo te masturbabas fue un puto sueño hecho realidad.
Voy a querer eso otra vez, cariño. Ahora que me lo has dado, debes
saber que está en lo más alto de mi lista de cosas para hacer contigo.
—Su voz todavía era ronca y baja mientras me hablaba al oído.
De repente me sentí un poco cohibida.
—Nunca había hecho esto antes. Sin embargo, me sentí bien, así que
seguí adelante. Iba a chuparte la polla y luego pasó esto—susurré.
—Me encantaría tu boca en mi polla, pero digo que lo que acabamos
de hacer fue jodidamente excepcional.
Luego dijo algo que significó todo para mí.
—Quiero irme a dormir contigo encima de mí, mi polla todavía
dentro de ti así cuando despierte puedo volver a follarte. —Sus
brazos me abrazaron con más fuerza, una mano se deslizó sobre mi
culo y me arrastró hacia él—. ¿Estás de acuerdo con eso?
Lo estaba totalmente. Dormir así significaba que mi hombre se
estaba curando.
—Sí, estoy totalmente de acuerdo con eso, cariño—murmuré
adormilada.
—Bien. Quiero sentir mi coño toda la noche—murmuró él.
Me quedé dormida encima de él. Su polla todavía estaba dura
dentro de mí y, si lo hubiera pensado, mis ojos se habrían abierto de
par en par por el asombro. Pero no pensé en eso. Todo lo que sabía
era que tenía su gran polla dentro de mí y estaba tendida encima de
él. Una mano me agarraba el trasero y la otra estaba en mi nuca,
abrazándome.
Me fui a dormir al cielo de Sin. Y me desperté con Sin embistiendo
mi dolorido coño.
—Bien, finalmente te has despertado, cariño. ¿Sientes mi polla?
¿Sientes lo duro que te estoy follando? —gruñó mientras levantaba
mis piernas sobre sus hombros, abriéndome de manera increíble.
Sólo pude gemir y jadear.
—Tómame, toma todo lo que te estoy dando. Mi coño, mi mujer,
toda mía—gruñó mientras se recostaba y arrastraba la parte inferior
de mi cuerpo hacia sus muslos para hundirse aún más profundo
dentro de mí.
Sabía que iba a estar dolorida por el ritmo exigente que marcaba.
Me abría las piernas mientras levantaba las caderas y metía su gran
polla dentro de mí. Deslizando una mano hacia abajo, zurró mi
clítoris y solté un suave grito de sorpresa por lo bien que se sentía.
Después del golpe, lo frotó con fuerza, lo pellizcó y volvió a frotarlo.
—Me voy a correr, Sin—gemí.
—Aún no. Necesito ir más profundo. Necesito estar tan profundo
que nunca olvidarás lo que se siente al tomarme así. Quiero
imprimir mi polla dentro de mi coño. Quiero que hoy me sientas
cuando camines o te sientes. Y esta noche quiero lamerlo—gruñó
mientras comenzaba a moverse increíblemente más rápido.
Sus caderas eran como una maldita máquina.
Un frotada más a mi clítoris y me perdí.
Mi orgasmo se precipitó desde los dedos de mis pies y manos hasta
el centro de mi cuerpo. Apretando cada músculo de mi cuerpo
mientras me arqueaba y abría la boca para gritar. El grito nunca
escapó porque su mano se cerró sobre mi boca y lo ahogó. Siguió
follándome a través de los espasmos y luego su cabeza cayó hacia
atrás, su ingle se estrelló contra mi coño aún apretado provocando
otro orgasmo más pequeño.
Su polla estaba muy profunda, muy, muy profunda cuando se
hinchó y empezó a correrse. Los tendones y venas de su cuello se
abultaron, su garganta se movió mientras soltaba un profundo
gemido. Nos mantuvo así.
Él de rodillas, mi culo contra su ingle con mis piernas tan
jodidamente abiertas de par en par que estaba empezando a
dolerme.
Lenta y suavemente cerró mis piernas pero no las bajó. En lugar de
eso, se las colocó sobre un hombro, manteniéndolas cerradas con su
polla todavía dentro de mí. Las sensaciones fueron increíbles cuando
me apreté a su alrededor.
—Si así es como va a ser el sexo entre nosotros cada vez, vamos a
matarnos—dije jadeando.
Su risa hizo que su polla se moviera dentro de mí y gemí ante la
sensación.
—No te rías, hace que tu polla se mueva y estoy demasiado sensible
en este momento. —Él sonrió y agitó sus caderas, yo jadeé y mis ojos
se abrieron como platos.
Sentí como si estuviera al borde de otro orgasmo. Eso no podía ser.
Nunca he sido una chica de orgasmos múltiples, ni siquiera con él
cuando estábamos juntos. Siguió moviéndose, entrando y saliendo a
través del estrecho canal que mis piernas cerradas habían creado.
—Necesito otro tuyo, mi Sky. Puedo sentirlo dentro de ti. Tienes otro
esperando para salir.
Siguió follándome lentamente, construyéndolo. Su pulgar estaba
sobre mi clítoris, acariciándolo suavemente.
Se movía suave y lento y me empujaba cada vez más alto. Su suave
polla cambió de opinión y se endureció mientras entraba y salía de
mí.
Lo mantuvo muy lento.
—Escucha nuestro sonido, cariño. Escucha lo mojada que estás.
¿Puedes sentirme empujando mi semen dentro de ti? ¿Sientes lo
desordenado que está tu coño en este momento? Me encanta. Me
encanta inundar este estrecho coño con mi semen y mantenerlo
dentro con mi polla. Me siento como un maldito hombre de las
cavernas ahora mismo, pero me importa un carajo. Sólo quiero verte
cubierta con mi semen. Cuando te haya llenado con mi bebé, me
correré sobre tu vientre y tus tetas y te lo frotaré. Te marcaré como
mía. Nunca te dejaré ir, mi Sky. Te amo mucho. Siempre te he amado
muchísimo, mi Sky, mi única.
Sin nunca había sido un hombre de muchas palabras pero los años lo
habían cambiado. Ahora me hablaba mientras me hacía el amor.
Contándome lo que quería y cómo se sentía. Eso hacía que mi
corazón se disparara.
p
—Te amo, Sin. Siempre te amé, siempre.
Sostuve sus ojos y sentí su polla sacudirse dentro de mí cuando
comenzó a correrse. Me frotó el clítoris y mi orgasmo me recorrió,
suave, lento y largo. No tan intenso como antes, pero aun así un
placer como nunca había sentido.
—Te amo, cariño—dijo con un profundo suspiro mientras movía mis
piernas hacia un lado y se inclinaba para recostarse contra mi
espalda. Sus brazos me rodearon, su rostro acarició la parte posterior
de mi cuello, lo besó suavemente y luego dejó escapar un largo
suspiro, como si estuviera aliviado.
—Estoy en mi hogar, finalmente estoy en mi hogar. —Su voz sonó
quebrada y junté mis manos sobre las suyas.
—Finalmente ambos estamos en el hogar, mi amor—susurré
mientras las lágrimas llenaban mis ojos.
Nos quedamos en silencio, sin movernos, sin decir nada porque
ambos sabíamos exactamente lo que queríamos decir.
Estábamos donde siempre debimos haber estado, juntos.
Estábamos en nuestro hogar.
Capítulo 31
Sin
Estaba jodidamente contento de no tener que caminar por el
complejo porque su polla se sentía en carne viva y no creía que fuera
capaz de soportar el roce de del bóxer.
No es que se estuviera quejando de su dolor de polla. No, para nada.
Era una buena llaga. Una muy buena llaga.
Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro mientras cruzaba las
puertas abiertas y estacionaba la moto junto a las que ya estaban
estacionadas en una ordenada fila contra la pared exterior. Se
mantenían apartados de los hombres que Jagger había contratado.
Hombres que limpiaban el lugar con palas mecánicas7 y llenaban los
contenedores con los escombros resultantes.
El garaje estaba a punto de ser derribado por completo al igual que
las ruinas del estudio de danza de Tori. Habían contratado dos palas
mecánicas para el trabajo más delicado de limpiar el terreno de la
casa club y los hermanos se ocupaban en persona. Ninguno de ellos
quería ojos en sus secretos subterráneos.
Caminando hacia donde Ice y Hawk estaban parados en el césped,
levantó la barbilla a ambos a modo de saludo.
—Buenos días, Prez, esto ya se ve mejor.
Hawk asintió.
—Su capataz dijo que hoy terminarán a las cinco, lo que nos
conviene. No quiero exponer demasiado de la casa club antes de que
desaparezcan. Hoy la mayoría de las vigas y demás elementos serán
retirados del lugar y mañana nos ocuparemos del resto.
Sin asintió lentamente mientras observaba cómo una pala arrojaba
un montón de basura en un contenedor antes de regresar para
recoger otra carga.
—¿Recibiste el mensaje para la iglesia esta noche?—preguntó Ice y
Sin frunció el ceño.
Sacando el teléfono del bolsillo de los vaqueros, sacudió la cabeza.
Por alguna maldita razón lo tenía en silencio. Ni siquiera podía
recordar cuándo lo había puesto.
Tenía un montón de mensajes. Uno de ellos de su Prez sobre la
iglesia.
El otro montón... de su maldita madre y hermana.
Los hojeó y se enojó cada vez más a medida que los leía.
—Malditas perras. ¿Por qué no pueden mantenerse fuera de mi puta
vida? —murmuró él y estaba a punto de enviarle un mensaje
mordaz a su madre cuando Ice le arrebató el teléfono.
—¿Qué carajo, hermano?
—No vas a responder ningún mensaje a esas mujeres. Lo tengo bajo
control—dijo Ice con calma.
—Ella dice que es la tutora legal de mi hijo, Ice. No puedo dejarlo
pasar porque ambos sabemos que está mintiendo. —Sin quería
llamar a la perra, bajar por la línea y arrancarle su puta lengua
mentirosa de la boca. Si tan solo fuera así de fácil.
—Sí, sabemos que miente y vamos a dejar que te siga enviando estos
mensajes porque es evidencia en el caso que estoy construyendo
contra ella y tu hermana. Te está amenazando con cosas que ningún
tribunal va a tolerar. Eres el padre del niño, y eso tiene más
fundamento que una abuela que ha estado suministrándole drogas a
su madre, manteniéndola subordinada y a su nieto en las
circunstancias más abyectas. Hemos documentado el estado de tu
hijo cuando Monika lo trajo aquí. No te preocupes por eso, hermano.
Te cubro la espalda y la de tu hijo, no te defraudaré, tienes mi
palabra. —Ice le tendió el teléfono y Sin se lo quitó, deslizándolo en
el bolsillo interior del chaleco.
—Simplemente no puedo soportar que piense que me tiene
acorralado—murmuró mientras metía las manos en los bolsillos de
los vaqueros.
Echaba humo en silencio mientras observaba a los hombres trabajar.
Estaba inquieto, tenía que hacer algo, cualquier cosa para deshacerse
de la mierda que tenía en la cabeza.
Después de una noche increíble con su Sky, odiaba tener que lidiar
con su jodida familia y sus mierdas.
—Tengo un trabajo para ti—dijo Hawk de repente—. Lleva a un par
de hermanos y revisa el Thirsty Dog.
Con un movimiento de cabeza, Sin se dirigió a su moto y llamó a dos
de sus hermanos que estaban en el muro para que lo acompañaran.
Bullet y Wolf se unieron a él en sus motos.
—Prez quiere que revisemos el Thirsty Dog, no es que crea que sea
necesario revisarlo. Sólo me está dando algo que hacer antes de que
pierda el control. Tengo problemas familiares que me cabrean—les
explicó Sin.
—Vamos a montar, hermano. Revisé el Thirsty Dog esta mañana.
¿Por qué no nos dirigimos hacia Harties y quitamos algunas de esas
telarañas que se acumulan en tu cabeza? —preguntó Wolf mientras
pasaba una pierna por encima de su moto.
Parecía una idea excelente.
Minutos más tarde cruzaron las puertas y tomaron la carretera hacia
la represa. Era un gran día para dar un paseo e hizo lo que Wolf dijo
que haría.
Quitó las telarañas de su cabeza.
Con sus hermanos a su lado, se sentó en la terraza de Zeffers, bebió
una cerveza y contempló el agua azul verdosa de la represa.
—¿Quieres hablar de eso, hermano?—le preguntó Bullet en voz baja.
Sin suspiró y sacó el teléfono del chaleco, localizó los mensajes y sin
decir palabra le entregó el teléfono a Bullet. Una vez que terminó de
leer, se inclinó y se lo entregó a Wolf.
—Esto es una jodida mierda, hermano. —Wolf sacudió la cabeza de
un lado a otro—. Está jodidamente loca si cree que algún tribunal le
dará a tu hijo.
—Leíste lo que dijo. Tiene un acuerdo de tutela firmado por Crystal.
—Sin tomó su cerveza y bebió un gran trago.
—Gilipolleces—gruñó Bullet—. Ella está mintiendo e incluso si no lo
está, los nombres en ese documento serán falsos, por lo que no será
válido. Déjala gritar y hacer estallar tu teléfono tanto como quiera.
Ella no se quedará con tu hijo, hermano.
—¿Por qué quiere al niño? ¿Qué gana al quitártelo? —Wolf parecía
tan confundido como se sentía Sin.
—No tengo ni puta idea. Ni siquiera sabía que tenía un hijo hasta
que mi hermana entró al recinto con él. Lo que sí sé es que no lo va a
recuperar. Es mi hijo y se quedará conmigo y mi dama. Ice dijo que
se lo dejara a él, que lo tiene bajo control.
Wolf asintió.
—Si Ice dice que lo tiene bajo control, entonces lo tiene. No dejará
que te jodan a ti y a tu familia, hermano. Mira lo que hizo por mí y
por mi dama. Nos consiguió a nuestro hijo sin ninguna mierda de su
jodido padre. Sólo espera y deja que él se encargue. Haz lo que te
dijo, ignora a la perra.
—Gracias, hermanos, gracias por acompañarme y ayudarme a
superar esto. No quería volver a casa con mi dama con esta mierda.
Se sentirá mal, y si ella está mal, los niños están mal. No puedo
permitir que eso suceda.
Bullet se rio y sacudió la cabeza.
—Aún me cuesta creer que tengas dos hijos, dos niños de casi diez
años. Hace tres meses estábamos saliendo con coños civiles y aquí
estás con una dama y dos niños.
Sin le guiñó un ojo.
—Y trabajando duro para hacer más de ellos. Quiero una puta casa
llena de niños con mi dama. Tenemos muchos años perdidos que
recuperar.
Sus hermanos se rieron con él y poco a poco dejó que la paz del agua
y la brisa lo llenaran. Cuando regresaron, estaba relajado.
Era una buena sensación, una muy buena sensación.
Pasó la tarde en la casa club y tomó su turno en con la pala mecánica.
Trabajaron hasta que el sol se ocultó tras el horizonte. Los terrenos
del garaje y del estudio de Tori que habían sido derribado hasta los
cimientos, estaban limpios y listo para la reconstrucción.
El siguiente paso era completar la limpieza de la casa club. Tomaría
más tiempo porque debían tener cuidado de no exponer demasiado.
La trampilla de su Santuario estaba oculta por pesadas vigas y
escombros, y afortunadamente cuando las paredes interiores se
derrumbaron, lo hicieron hacia adentro y encima de la entrada al
calabozo y el inspector de incendios no se había dado cuenta. O tal
vez le habían dicho que no se diera cuenta. Sin sabía que Ice tenía
conexiones en todas partes y Hawk también. Estaba seguro de que
habían pedido favores para que la persona adecuada inspeccionara
el sitio.
Estaba cubierto de polvo y hollín negro y agradablemente cansado
cuando regresó a casa.
Esperaba darse una ducha, comer algo y pasar tiempo con sus hijos
y su dama antes de tener que dirigirse al Santuario para ir a la
iglesia.
Ella estaba ocupada en la cocina cuando él entró.
Besándola como si no la hubiera visto en años, suspiró de
satisfacción.
—Estás sucio—murmuró ella contra sus labios sonrientes—. Ve a
darte una ducha y tendré la cena lista cuando hayas terminado.
Dejando caer las manos, las juntó sobre su delicioso trasero y tiró de
ella hasta que su polla descansó contra su montículo.
—¿Quieres ducharte conmigo?—dijo y meneó las cejas haciéndola
reír.
—No. Vete, sal de aquí diablo tentador. Todavía tengo algunas cosas
que terminar antes de que la cena esté lista. —Ella lo apartó y él se lo
permitió con una sonrisa.
Estaba a punto de provocarla otra vez cuando dos niños muy
mojados entraron corriendo por la puerta trasera, goteando agua por
todos lados.
—¡Papá! Escuchamos tu moto. Hemos estado nadando. ¿Quieres
venir a nadar con nosotros? —Lee se arrojó sobre él y sintió el agua
empapar su camiseta y vaqueros. CJ chocó contra el otro lado de él y
tenía dos niños pegados, uno a cada lado.
—Vuestro padre está sucio, se va a duchar y luego cenaremos.
Vosotros debéis regresar a la piscina y traer todas vuestras cosas. No
las dejéis tiradas y Ness no las recogerá por vosotros. Esta noche
saldrá con Genna. Volved rápido para que podáis ducharos antes de
cenar—ordenó su dama con voz severa. Las caras de ambos niños
cayeron, lo soltaron de mala gana y abatidos regresaron a la piscina.
Podía oír sus murmullos desvaneciéndose mientras se alejaban.
—Ve, cariño, dúchate—le ordenó ella, él estaba sonriendo cuando se
alejó.
Le gustaba su dama mandona.
Ella podría darles órdenes sobre cosas en su casa, pero él sería quien
los cuidaría fuera de ella. En el dormitorio se turnarían porque a él le
gustaba que ella se volviera mandona con él. Después de lo que le
había pasado, nunca pensó que sería capaz de ceder el control a otra
persona. Y ahora lo hacía y le gustaba. Un puto montón.
Era un cabrón muy afortunado.
Por suerte ella le había dado una segunda oportunidad cuando no se
la merecía. Además tenía dos hijos increíbles y hermanos que se
preocupaban por él y su familia.
Nunca pensó que sería ese hombre.
Un hombre afortunado.
Y ahora lo era. Era esa clase de hombre.
Un hombre afortunado.
Cenaron en la mesa del comedor que habían puesto sus hijos. No fue
silencioso como la mayoría de las cenas que él había tenido cuando
era niño. Los niños hablaban constantemente, le contaban sobre su
día, le hacían preguntas y, en general, se comportaban como niños.
Se sentó en la cabecera de la mesa y tomó la mano de su dama que
estaba sentada a su derecha y se la llevó a los labios, besando sus
nudillos.
Sus hijos los observaron con ojos cálidos y felices.
—¿Amas a mamá? —Lee inició la inquisición, que en realidad no era
una inquisición en absoluto.
—Sí.
—¿Os vais a casar?
—Sí.
—¿Vais a tener más bebés?
Casi sonrió ante la expresión del rostro de Sky.
—Sí.
—¿Dónde vamos a vivir?
—Viviremos aquí hasta que haya construido nuestra casa.
La boca de CJ se abrió.
—¿Vas a construirnos una casa? ¿Sabes cómo?
—Sí, sé cómo y sí, voy a construirnos una casa.
—Si tú y mamá van a tener más bebés, necesitaremos una casa
grande—dijo Lee de manera adulta—. Y como seré la hermana
mayor, necesito una habitación grande.
CJ no se quedó atrás.
—Soy el hermano mayor, así que también necesito una habitación
grande.
—Disminuid un poco la velocidad, muchachos. —Sky intentó
detener la inminente discusión sobre quién debería tener la
habitación más grande—. Tenemos un largo camino por recorrer
antes de casarnos. Lee y yo tenemos que regresar a Estados Unidos
para poner nuestros documentos en orden. Tenemos mucho que
hacer allí. Vender o alquilar nuestra casa, decidir qué nos llevaremos
y tenerlo listo para ser enviado. Tendréis que tener paciencia.
Él intervino antes de que ella pudiera continuar para explicarles el
resto a sus hijos.
—Desafortunadamente, CJ y yo no podremos ir con vosotras cuando
os vayáis. Va a tomar un poco de tiempo porque tengo que ordenar
el pasaporte de CJ y algunas otras cosas antes de que podamos
reunirnos con vosotras. Empezaremos a trabajar en nuestra casa con
el tío Jagger y sus equipos, y cuando lleguemos a los EE. UU. a
recogeros, todo estará bien.
Lee parpadeó furiosamente intentando contener las lágrimas.
—No quiero volver. Quiero quedarme aquí contigo y con CJ y
construir nuestra casa.
Levantándose de su silla, se agachó entre la de ella y la de CJ.
—Hija, me encantaría tenerte conmigo pero necesitas ir con tu mami
para poder darte mi apellido. ¿Recuerdas?
Su pequeña resopló un poco y asintió.
—Lo recuerdo.
—Sentirás que está tardando una eternidad, cariño, pero te llamaré
todos los días y hablaremos por video todo el tiempo. CJ y yo
grabaremos videos de lo que sucede aquí para que no te pierdas
nada. Estarás tan ocupada que antes de que te des cuenta estaremos
contigo para ayudarte a empacar. Tal vez podamos pasar unas
vacaciones familiares mientras estemos allí.
De repente todas las lágrimas desaparecieron y apareció una
brillante sonrisa.
—Mamá y yo tenemos muchos lugares favoritos que mostrarte.
Podemos ir a Disney, al Space Needle, al puente Golden Gate, a la
Estatua de la Libertad, al Central Park y…
—Despacio, cariño. No podemos ir dando vueltas de un lado a otro
del país, será muy caro. Pero lo que podemos hacer es elaborar una
lista de nuestros lugares favoritos y luego elaborar un plan de viaje.
Un plan que no nos hará ir de un lado al otro del país. —Sky se
estiró la mano a través de la mesa para tomar la de ella y se la
estrechó suavemente.
Volviendo a su asiento, él apoyó la mano en el centro de la mesa.
—Manos sobre la mía, todos. —Esperó hasta que sus manos
descansaron sobre las suyas y luego añadió su mano libre encima—.
Bien, de ahora en adelante cada vez que planeemos algo como
familia lo terminaremos así. Esta será nuestra manera como familia
de darnos la mano. ¿Todos estáis de acuerdo con el plan y listos para
sacudir?
Sonrisas y asentimientos vinieron de los niños y Sky sonrió.
Levantando sus manos, las agitó hacia arriba y hacia abajo dos veces
antes de lanzarlas al aire.
Los niños se rieron como locos y él se rio de su entusiasmo.
Después de ver un programa loco en la televisión que ambos niños
querían ver, llegó la hora de dormir. Sky se encargó de Lee y él de
CJ.
Acostar a su hijo era uno de sus momentos más preciados. Leerle era
otro. Cómo el niño podía dormir después de leer esa maldita mierda
de Goosebumps8, no lo sabía. Lo que sí sabía era que su hijo era un
joven fuerte y resistente. Estaba condenadamente orgulloso de él.
Sus ojos comenzaban a cerrarse más de lo que permanecían abiertos
y Sin puso el marcapáginas en el libro y lo cerró.
Inclinándose, empujó el suave cabello rubio de CJ hacia atrás y lo
besó en la frente.
—¿Me quedaré contigo por los siglos de los siglos, papi?—dijo muy,
muy suavemente su hijo.
Su corazón se rompió ante la incertidumbre en su voz.
—Sí. Nadie volverá a separarte de mí. Eres mi hijo y te amo. Nunca
olvides eso. Te amo, CJ.
—Yo también te amo, papi—susurró y levantó los brazos para
abrazarlo.
Sin fue quien parpadeó mientras tomaba a su hijo en sus brazos y lo
abrazaba jodidamente fuerte.
—Nunca te dejaré ir, mi bebé—susurró contra su cabeza, lo besó en
la sien y lo recostó en su cama.
Colocando el edredón sobre su hombro, pasó una mano por su
suave cabello una vez más antes de levantarse y atravesar la puerta
que comunicaba con la habitación de Lee. Su pequeña estaba
acurrucada de costado, con el edredón levantado sobre el hombro,
igual que su hermano, pero sus ojos estaban puestos en él. Sky pasó
su mano por la de él cuando entró a la habitación de CJ para darle
las buenas noches a su hijo mientras él hacía lo mismo con su hija.
Inclinándose, besó su sien mientras pasaba una mano por su suave
cabello y luego le besó la frente.
—Te amo, mi niña—susurró.
—También te amo, papi—susurró mientras sus ojos se cerraban.
Tenía los ojos húmedos cuando su mujer tomó su mano y lo sacó de
la habitación, entornando la puerta detrás de ellos.
Ella lo llevó al salón y lo abrazó mientras él trataba de contener las
lágrimas. La rabia le pisaba los talones a las lágrimas.
Los había perdido a los tres durante diez años. Y si no hubiera sido
por la intervención del destino, los habría perdido por el resto de su
vida.
Ardía de odio.
Él nunca perdonaría ni olvidaría.
Nunca.
Capítulo 32
Hawk
Casi todos los hermanos estaban reunidos alrededor de la mesa del
Santuario. Los no presentes se encontraban realizando guardias en
sus hogares y en los perímetros de la propiedad. Jagger y Ziggy
tenían la cámara enfocada en la pantalla grande contra la pared. Sus
ojos no eran los únicos que seguían mirando la pantalla. Todos
seguían cautelosos y comprobando para asegurarse de que nadie
vendría por ellos.
Su martillo estaba nuevamente sobre la mesa junto con el bloque de
acero.
La mesa de madera que había hecho construir su abuelo ya no
estaba. Se había quemado con el edificio.
Pero Hawk estaba de acuerdo con eso.
Una nueva mesa significaba un nuevo comienzo. Un comienzo
limpio. Bueno…razonablemente limpio.
Sonriendo, agarró el martillo y golpeó el bloque dos veces.
Aquí abajo el sonido resonó debido a la curvatura de la caverna.
Los hombres dejaron de conversar y todas las miradas se volvieron
hacia él.
—Salimos vivos, hermanos. Tenemos hermanos gravemente heridos
en el hospital, es cierto, pero el informe de esta noche fue bueno.
Tanto Sludge como Ratel están progresando bien. Su estado todavía
se considera grave, pero los médicos son cautelosamente optimistas.
Hubo asentimientos y murmullos de alivio.
—Pasando al negocio. Estamos avanzando en la limpieza de la casa
club. Si todo va bien debería estar lista mañana por la noche. Sé que
estamos presionando mucho, pero hay que hacerlo. Tenemos que
empezar a reconstruir antes de que algunos de los clubes piensen
que pueden mudarse a nuestro terreno. Eso no está pasando. Todo
volverá a la normalidad a partir de mañana. Los clubes de striptease
volverán a abrir y nuestros camiones volverán a circular. Jagger
tendrá un horario para las tareas de patrulla mañana. —Observó
cómo sus hombres asimilaban su mensaje. Podrían haber ganado
esta pelea, pero siempre habría alguien que quisiera lo que ellos
poseían. Tenían que estar siempre alerta.
Estaba a punto de continuar cuando Ziggy levantó una mano y él le
levantó la barbilla para darle la palabra.
—Tengo una llamada entrante, Prez. Es de Dominick Maingarde.
—Retenla un segundo—volviendo a la mesa, explicó rápidamente.
—Maingarde debería llamarnos para darnos una actualización sobre
su infiltración en el escondite de Winifred Harrison y, con suerte, su
captura. Permaneced en silencio hasta que el hombre termine de
hablar.
Obtuvo asentimientos y levantamiento de barbilla en lugar de
palabras. Le convenía.
—Adelante, Zig.
Dominick Maingarde apareció en la pantalla. No era el habitual
hombre de negocios impecablemente vestido el que estaban viendo.
Estaba vestido con pantalones militares negros, una camiseta negra y
botas de combate negras. El blanco de un vendaje asomaba en el
cuello de su camiseta y estaba muy pálido, más pálido de lo
habitual. Sus ojos azules ardían en un rostro cansado.
—Buenas noches, Hawk. Tenemos al sujeto bajo nuestra custodia.
Perdí a dos hombres y nuestro hombre que estaba encubierto resultó
gravemente herido, tanto física como mentalmente. Fue capturado y
torturado para conseguir información. No es que les haya dado
nada, nunca se quebró. —Miró hacia un lado y apretó los dientes
antes de continuar.
—El interrogatorio del sujeto aún no ha comenzado. Si alguno de
vosotros decide unirse a nosotros, esperaremos su llegada. Hubo un
intento de llevarse a mi hermana pero fracasaron. Ahora se
p
encuentra en un lugar seguro donde permanecerá hasta que la
situación se normalice. Hasta donde sé, no hubo disturbios en
ninguno de los complejos de nuestros aliados. Parece que hemos
roto su dominio sobre la ciudad. Sabré más mañana por la noche.
—Es bueno escucharlo, Dom, muy bueno escucharlo. Te ves un poco
deteriorado, hermano. —Hawk observó al hombre atentamente. No
mostraba ninguna emoción.
—Han sido 48 horas muy largas, Hawk. Estoy a punto de darme una
ducha y descansar un poco. Volveré a hablar contigo mañana.
Con eso la pantalla se puso negra.
—Bastardo grosero—dijo Ice frunciendo el ceño ante la pantalla
negra.
—El bastardo siempre ha sido grosero—gruñó Beast—. Incluso
cuando éramos niños, era una pequeña mierda grosera.
Hawk ignoró los comentarios y volvió al asunto.
—Todos lo escucharon. Winifred Harrison ha sido capturada. Por
fin. A mi dama y a mí nos hubiera encantado vengarnos, pero no la
llevaré a Ciudad del Cabo. No quiero que nuestro hijo esté expuesto
al monstruo malvado. No soy el único al que apuntó. ¿Hay alguien
aquí que quiera ir a Ciudad del Cabo?
La mano de Rider golpeó la mesa de acero y las tensiones en la
habitación aumentaron.
—Yo. Yo voy a Ciudad del Cabo. La perra me quitó a mi mujer y a
mi hijo. Tiene que pagar y la haré pagar—dijo mordiendo las
palabras a través de sus labios apretados.
Una mezcla de emociones se agitaba en los ojos de su hermano.
Dolor, rabia, culpa, todo estaba ahí claramente.
—¿Estás seguro, Rider?—tuvo que preguntar Hawk.
—Lo estoy, Prez.
—Bueno. Zig, hazle saber a Dom que uno de los nuestros volará y
que lo espere para comenzar.
—Hecho, Prez. Dom está enviando su avión privado. Rider lo
abordará en Lanseria y volará al aeropuerto Cape Town
International, donde abordará un helicóptero que lo trasladará al
edificio Maingarde. Una vez hecho esto, regresará por la misma ruta.
—Ziggy hacía clic y tecleaba apenas levantando la vista.
—Tengo algunos informes sobre objetivos en otras partes del
mundo, Prez.
Si es posible, la tensión aumentó aún más.
—Escuchemos lo que tienes.
Ziggy carraspeó.
—El complejo de los Harrison en las afueras de Londres se incendió
en las primeras horas de esta mañana. Los cerdos dicen que no hubo
sobrevivientes. Se cree que todo el clan Harrison estaba en la
residencia para las celebraciones del cumpleaños del cabeza de
familia.
—Mierda.
El sentimiento provino de varias gargantas alrededor de la
habitación. Ninguno de ellos esperaba que mujeres y niños
estuvieran en la línea de fuego. Pero claro, esos bastardos no habían
dudado en atacar a sus propias mujeres y niños. Al menos no había
sido una decisión del club. Esas muertes reposaban en la conciencia
de otra persona.
—Los informes de Rusia son muy parecidos. Al parecer, la familia
Kolinic estaba enfrascada en una disputa territorial con la familia
Demidov. Perdieron. Su complejo fue volado en pedazos y no se
reportaron supervivientes. Los Demidov se apoderaron oficialmente
de su territorio hoy.
—Maldita sea, me alegro de que esos bastardos no estén mirando en
nuestra dirección—exclamó Bollywood.
—Y espero que siga siendo así. —Hawk miró a Zig y preguntó sin
preguntar si había más.
—Hace un par de horas hubo un incendio en una casa en
Washington DC. —Zig miró a Beast antes de continuar—. Los padres
de Tori y sus invitados no lograron salir.
—¿Sabemos quiénes eran esos invitados? —Beast parecía muy
cabreado.
—Aún no estoy seguro, hermano. Los informes todavía están
llegando. Te avisaré cuando tenga más. —Ziggy siguió tecleando, ya
inmerso en lo que estaba buscando. A su lado Mouse hacía lo
mismo. Bollywood tenía un portátil abierto frente a él pero su
atención estaba en la pantalla contra la pared. Esta noche su trabajo
era vigilar a sus familias.
—Entonces, para resumir. Winifred Harrison y su banda, la familia
Harrison, la familia Kolinic y los padres de Tori han sido eliminados.
No habrá celebraciones hasta que estemos seguros de que no hubo
supervivientes. Ya sabemos que si uno de ellos sobrevive,
perseguirán a quien consideren responsable de esta mierda. Y
sabemos que seremos contados entre los que consideren
responsables. Eso significa que estaremos atentos y preparados para
cualquier cosa. Se intensificarán las patrullas y nuestras familias
tendrán guardias.
Hawk giró el cuello y éste crujió siniestramente. Necesitaba un
maldito masaje. Pero no todavía. Primero tenían que tratar con
Dinesh Sharma Maharaj.
—Todos sabemos lo que viene después. Sharma. Su interrogatorio
comenzará una vez que terminemos aquí. Debido al tamaño de la
sala de interrogatorios, no todos estarán con nosotros, pero podrán
verlo en la pantalla. —Señaló con la mano la pantalla de la pared—.
Ziggy desplegará una lista ahora. Si vuestro nombre está en ella,
estaréis en la habitación con nosotros. Aún no voy a cerrar nuestra
reunión. Puede que surjan preguntas una vez que hayamos
terminado con ese cabrón. Necesitaremos un equipo de limpieza una
vez que hayamos terminado. Dejaré eso en manos de los voluntarios.
Miró a Zig y asintió. La lista apareció en la pantalla.
Hawk.
Ice.
Beast.
Jagger.
Sin.
Rider.
Scar.
Wolf.
Bullet.
Devon.
Damon.
Hubo miradas de sorpresa cuando sus hermanos vieron los nombres
de los prospectos. Hawk habló antes de que alguien pudiera
cuestionar la lista de nombres.
—Todos los hombres de esa lista han perdido a un miembro de su
familia o tuvieron un familiar herido por culpa de los Harrison o de
Sharma. Por eso están en la lista.
Lentamente las cabezas empezaron a asentir. Sus hermanos estaban
de acuerdo con él. No estaba seguro de si los gemelos estaban
preparados para lo que iba a pasar, pero habían pedido estar
presentes y él se los concedería.
—Entonces, vamos a ver cómo nuestros hermanos rocían el
Shawarma9 con un delicioso glaseado de miel. Luego lo cortarán en
pequeñas rebanadas y lo servirán en un pan de pita. ¿Podemos
tomar una cerveza mientras miramos? —preguntó Bollywood con
una amplia sonrisa y brillantes ojos de color amarillo verdoso.
La risa resonó en la caverna, levantando instantáneamente la
tensión.
—Su nombre es maldito Sharma, no Shawarma, idiota—soltó Bullet
entre carcajadas.
Bollywood se encogió de hombros mientras se reía con sus
hermanos.
Hawk negó con la cabeza mientras reía con los ojos puestos en
Bollywood. El hombre le guiñó un ojo y Hawk supo que lo había
hecho a propósito para aligerar el momento.
—Hay cervezas en la cocina si queréis. Aquellos cuyos nombres
estén en la lista me seguirán. Para el resto, Kahn está a cargo
mientras estemos fuera.
Hawk empujó su silla hacia atrás y se puso de pie.
—Hagamos esto, hermanos.
Beast, como su ejecutor, lideró el camino y los demás lo siguieron.
El único sonido era el de sus botas golpeando el suelo de roca
mientras caminaban.
Antes de entrar a la sala de interrogatorios, Hawk llevó a los
gemelos a un lado. Ambos parecían decididos pero él vio la
inquietud en sus ojos.
—Veréis cosas que la mayoría de los prospectos nunca llegan a ver.
Por lo general, sólo se interroga con hermanos parcheados presentes
porque han jurado respetar las reglas del club. La regla de oro aquí
es que nunca debes hablar con nadie que no sea un hermano sobre
cualquier cosa que veas o escuches detrás de esa puerta. Si en algún
momento sentís que necesitáis iros, podéis hacerlo. Nadie va a decir
una maldita palabra si queréis marcharos. Es vuestra elección y la
respetaremos. ¿Me habéis entendido?
—Sí, jefe—vino de ambos muchachos.
Joder, eran tan jóvenes, ni siquiera tenían veinte años todavía.
Hawk se giró y atravesó la puerta abierta hacia la habitación cubierta
de plástico negro.
Sharma estaba en el medio de la habitación atado a la silla cubierta
de plástico que con solo presionar un botón se convertía en una
especie de cama. Estaba tranquilo, demasiado tranquilo para lo que
debía saber que le esperaba.
q p
Estaba a punto de decirle a Sin que empezara cuando Boots llamó a
la puerta.
—Jefe, tenemos un rezagado que insiste en que tiene que estar aquí
contigo. ¿Puedes salir y arreglarlo, por favor?
No pudo leer la expresión de Boots. Mirando a Sharma, salió de la
habitación y caminó por el pasillo hasta la pesada puerta. Cuando la
abrió el jodido Doc Michaels con Tiny y Skelly a su lado estaba
parado al otro lado de la puerta. ¿Cómo carajo entraron a su
Santuario?
No tenía por qué hacer la pregunta, lo sabía. Ziggy.
—No vas a hacer esto sin mí, Hawk. Jodió a mis hijas y necesito
venganza—gruñó Doc.
Hawk no dijo una palabra, sólo les hizo señas para que lo siguieran.
No se perdió la sonrisa en el rostro del jodido Sharma cuando Doc,
Tiny y Skelly entraron. El cabrón los quería aquí. Esto se iba a poner
feo.
Ocupando el espacio al lado de Ice, cruzó los brazos sobre el pecho y
apoyó los hombros contra la pared para ponerse cómodo.
Quería destripar a ese cabrón, no había duda de ello, pero dejaría
que Sin fuera por él primero. El hermano necesitaba esto después de
que secuestraran a su hija.
Sin se acercó a la silla y en lugar de rabia al rojo vivo estaba frío, frío
como una capa de hielo congelada.
—A mi modo de ver, sólo tienes una opción. —Los ojos de Sin
habían cambiado, volviéndose de un pálido azul hielo—. Habla,
dame todo lo que te pregunto o sufre.
Sharma sonrió.
—No elijo ninguna de los dos. ¿Qué tal si te doy otra opción? Me
desatas y me liberas. Y como ofrenda de paz, retiraré a los
escuadrones que están listos para matar a todos vuestros seres
queridos.
Sin no mostró ninguna emoción, ninguna en absoluto.
—¿Qué escuadrones serían? ¿Los que esperabas que enviaran los
Harrison? ¿O los que te prometió la familia Kolinic? —Sin levantó
una ceja y luego se encogió de hombros—. Lamento darte la triste
noticia. El complejo de los Harrison se incendió y se llevó a todos los
que estaban dentro. ¿Y la familia Kolinic? Parece que los Demidov
enloquecieron y los mataron a todos.
De repente, Sin golpeó con un dedo el centro de la frente de Sharma.
—Mételo dentro de esta cabeza tuya, nadie vendrá. No queda nadie
que pueda acudir en tu ayuda. Estás completamente solo. —Soltó
una risa fría—. ¿Y si pensaras que la querida y vieja Winifred
vendría corriendo en un caballo blanco? No está pasando. La vieja
perra se topó con Dom Maingarde. Ella no irá a ninguna parte,
bueno, al menos no hasta que él termine de jugar con ella, claro está.
Entonces se unirá a su familia en el infierno.
Finalmente Sharma empezaba a preocuparse.
—Mientes. Sólo quieres que hable. Estás mintiendo.
—¿Y sabes qué más sé? —Sin dio un paso atrás y negó con la cabeza
—. No, no quiero decírtelo porque es una noticia que Doc debe
darte.
El miedo comenzaba a aumentar en los ojos del cabrón.
—Doc, hermano, ¿quieres darle la noticia?
Doc no dijo una palabra hasta que se acercó a Sin y cruzó los brazos
sobre el pecho.
—Mientras atacabas el complejo del Iron Dogz MC, los Road
Warriors derribaron el bastión Sharma. Todos los varones de tu
familia han sido exterminados. Todas las mujeres que participaron
en lo que le hicieron a mi familia también se han ido. Las otras
mujeres y niños fueron escoltados fuera de los edificios donde los
habían mantenidos cautivos y puestos en libertad. Imagina mi
sorpresa cuando algunas de ellas se dieron la vuelta y se unieron a
mis hombres. Fueron bastante crueles, déjame decirte. Nunca había
visto a tantos bastardos morir sin sus pollas.
Todos los hombres en la sala sisearon de ira. Sabían, sin que nadie
les dijera, por qué esas mujeres hicieron lo que hicieron.
Doc se inclinó un poquito hacia adelante.
—Ya ves, Raj, nadie vendrá a salvarte el culo. Estás sólo en esto. Tu
organización está oficialmente aniquilada y desaparecida. Los
buitres están picoteando los huesos mientras hablamos. —Doc se dio
la vuelta pero luego se volvió lentamente—. Ah, y antes de que lo
olvide, dile adiós a tu polla mientras puedas. Esta noche dejarás tus
pelotas.
—Eina (NdelT: ay), eso va a doler. —La nariz de Devon estaba
arrugada en una expresión de dolor.
Estallaron risas mientras los hombres se agarraban reflexivamente la
polla.
—Haz lo que quieras. Me follé a tus dos hijas y les encantó—le lanzó
Sharma a Doc y Hawk quería explotar.
Doc se dio la vuelta antes de que Hawk pudiera moverse y el dorso
de su mano con el anillo golpeó el costado de la cara de Sharma,
cortándole la mejilla y los labios.
La sangre inmediatamente fluyó por su mejilla bien afeitada y goteó
sobre su camisa blanca. El cabrón iba vestido de traje cuando lo
derribaron.
Sharma sacudió la cabeza con una sonrisa y luego se lamió la sangre
de los labios.
—Debería haber retenido a esa pequeña puta tuya por más tiempo.
Debería haber puesto a mi hijo en ella para que cada vez que lo
mires me veas en sus ojos. Me hubiera encantado hacerte sufrir así.
Doc se rio en su cara.
—Por el amor de Dios, imbécil, ¿aún no has unido los puntos? DC
tiene sangre Sharma y no hay un solo día que la mire y no la ame. Si
hubieras tenido un hijo con mi Deena, habría pasado lo mismo. El
j p
niño habría sido amado todos los días de mi vida y de la de él. No
culpo a los niños por los pecados de sus padres o de sus madres.
Ellos son los verdaderos inocentes.
—¡Mientes!—gritó Sharma—. Convertiste a DC en una asesina. Lo
hiciste porque odias a la familia Sharma por lo que te hicieron y te
vengaste dejándola matar a su familia.
Doc volvió a reír, pero Hawk estaba furioso. Quería golpear la cara
del cabrón hasta convertirla en pulpa y continuar hasta que no
pudiera respirar por la nariz o la boca porque estaban muy dañadas.
—Mi DC ha llevado la ira con ella desde su nacimiento. No fue
entrenada en ella, es algo genético. —Doc se encogió de hombros
mientras explicaba, no sólo a Sharma sino también a Hawk—. Mi
abuelo llevaba esa misma ira. Aparentemente salta generaciones sólo
para aparecer cuando la familia está en peligro y necesita un
demonio. Tienes mucha suerte de que ella no esté aquí esta noche.
Habría eliminado todos los tatuajes que hizo en tu cuerpo con un
cuchillo afilado. A mi niña le encantan sus cuchillos.
Doc le dio la espalda a Sharma, se acercó a Hawk y se apoyó contra
la pared junto a él. Cruzando los brazos sobre el pecho observó a
Sharma con expresión aburrida.
Sin se paró frente al pedazo de mierda con el ceño fruncido. Hawk
se preguntó qué diablos hacía dudar a su hermano.
—Estoy aquí y pienso que en realidad no necesitamos nada de ti. Tu
organización ha desaparecido. Tus hombres están muertos o
encerrados. Las mujeres que mantuviste cautivas han sido liberadas
y están recibiendo atención. Entonces, ¿qué más hay? En lo que a mí
respecta, nada. —Sin se encogió de hombros y se volvió para mirar a
Hawk.
—¿Prez?
—No se me ocurre ni una puta pregunta que tenga para él. —Hawk
fingió como si no le importaba una mierda, pero en su interior había
una tina de ira ardiendo al rojo vivo.
—¿Alguien tiene alguna pregunta? —Sin se volvió lentamente para
mirar a los hombres alineados alrededor de la habitación.
—Sí. —Rider se alejó de la pared y caminó hacia la silla.
—¿Hiciste que mataran a mi esposa a propósito o fue solo un daño
colateral cuando tu asesino intentó eliminar a Sunny?
Sharma cometió un error. Un gran maldito error.
—Ella no era nada, sólo un estorbo—dijo y se rio.
No debería haberse reído. No delante de Rider. No sobre la muerte
de su esposa y su hijo.
Ninguno de ellos lo había visto agarrar el cuchillo del estante en la
puerta.
De repente estaba ahí. En su mano.
Con varias cuchilladas feroces dejó la camisa blanca colgando
ensangrentada y en jirones alrededor de la cintura de Sharma. Sin no
movió un músculo para detenerlo. Dio un paso atrás para darle
espacio.
Y entonces Rider se puso a trabajar.
No había expresión en su rostro cuando presionó el botón que hizo
que la silla se transformara en una cama. El pánico floreció en la cara
del hijo de puta sobre la cama. Ya era demasiado tarde para él.
A continuación le cortó la ropa hasta dejar al hombre desnudo y
vulnerable.
No se detuvo ahí. Murmurando oscuramente para sí mismo,
comenzó a quitar los tatuajes del cuerpo de Sharma. Dejando caer los
trozos de piel sobre el suelo cubierto de plástico con repugnantes
sonidos de chapoteo.
El bastardo estuvo gritando hasta que se desmayó por el dolor o tal
vez por la pérdida de sangre. Eso no detuvo a Rider. Lo siguió
desollando. Los ojos llenos de concentración mientras trabajaba.
Tuvo especial cuidado con el gran tatuaje del dragón. Era obvio que
quería quitárselo de una sola pieza. Bullet se acercó para ayudarlo a
girar al cabrón para que pudiera ponerlo de espaldas. El hermano
ayudó estoicamente a Rider mientras le quitaban todos los tatuajes y
los dejaban caer al suelo.
Había sangre por todas partes. En el techo, las paredes, el suelo y en
todo el cuerpo de Rider y de Bullet.
Rider se inclinó sobre el imbécil inconsciente y le dio unos golpecitos
en un lado de la cara, y tampoco con suavidad.
—No queremos que mueras todavía. Necesito mostrarte tu polla
antes de que te la meta por la garganta. —Rider sonrió mientras
daba un paso atrás y buscaba algo en el estante de las herramientas.
Su sonrisa fue maníaca cuando encontró lo que estaba buscando.
Una botella pequeña. Al abrirla agitó la botella abierta bajo la nariz
del bastardo. Hubo una sacudida y un aullido de dolor cuando se
despertó.
—Hola. —Rider estaba sonriendo con una sonrisa amistosa que era
jodidamente terrible—. ¿Estás listo para lo que viene?
Rider inclinó la cabeza y asintió como si escuchara una voz en su
cabeza o como si alguien le estuviera hablando, alguien que ninguno
de ellos podía ver ni oír.
Su hermano estaba desvariando. Tenían que retirarlo.
Rápido.
Doc llegó hasta él antes de que Hawk pudiera. Gentilmente, muy
gentilmente, sacó el cuchillo del puño cerrado de Rider.
—Ya se acabó, hijo. Has vengado a tus muertos. Déjame ser quien dé
este último paso. Esta parte de nuestra venganza me pertenece. —Su
voz era suave y tranquilizadora y Rider pareció casi desinflarse
frente a sus ojos.
Scar y Beast inmediatamente se acercaron, lo tomaron de los brazos
y lo empujaron hacia atrás y se interpusieron entre ellos. Hawk
hubiera preferido que se fueran, pero sabía en su corazón que Rider
tenía que estar con ellos hasta el final.
Y ese final llegó más rápido de lo esperado.
g p p
Doc estaba inclinado sobre Sharma, hablándole suavemente al trozo
de carne que gemía cuando lo golpeó.
El cuchillo descendió cortándole la polla y la sangre brotó de entre
las piernas del hombre que gritaba.
Nadie se movió.
Los gritos parecieron durar muchísimo tiempo. Luego se detuvieron.
El flujo de sangre disminuyó, se volvió lento hasta que finalmente
goteó.
Doc permaneció con dos dedos contra la yugular de Sharma,
esperando.
Con una sonrisa, dejó caer la mano y se alejó.
—Está muerto.
El silencio reinó en la maldita habitación.
Quedaba una última cosa por hacer.
Hawk se acercó al hombre muerto.
—Él no merece el honor de un entierro. Quiero que su cuerpo sea
quemado y sus cenizas divididas y esparcidas por todo el país. A
cada sede que haya perdido a un hermano o a una mujer se le dará
una parte de las cenizas para que se deshaga de él. No recibe
ninguna lápida, ni últimas palabras, ni lágrimas, no recibe nada. Al
igual que él quería que no tuviéramos nada.
Alejándose del cuerpo, se alegró de haber insistido en que todos se
pusieran las botas de agua que su dama había insistido en comprar.
Sus botas se habrían arruinado y habría odiado deshacerse de ellas.
Estaban empezando a amoldarse bien.
—Scar, Beast, tomad a Rider y Bullet y llevadlos a las duchas. Toda
la ropa va al contenedor para incinerarlas. Le mostraré a Doc y a su
gente otra habitación. Salgamos de aquí para darle espacio al equipo
de limpieza.
Caminó hacia la puerta abierta, se quitó las botas de agua y pisó el
suelo limpio del lado de afuera de la puerta. Recogiendo sus botas,
lo condujo a la pequeña habitación donde Doc podía limpiarse.
Después de limpiarse, lideró el camino de regreso hacia los
hermanos que esperaban alrededor de la mesa.
Un pesado silencio se cernía sobre la habitación y había varias
botellas de whisky y brandy sobre la mesa.
Hawk sirvió un trago de brandy y se lo entregó a Doc, luego se
sirvió uno para él. Chocaron sus vasos y se los bebieron de un trago.
Se estremeció.
La repentina tensión en la habitación le hizo saber que Rider y Bullet
habían vuelto con ellos.
Sirvió dos tragos y se los entregó a sus dos hombres.
Rider estaba pálido, demasiado pálido.
Su hermano ahora tenía en sus manos la sangre del asesino y de
quien había ordenado el asesinato. Podía ver en sus ojos que estaba
pasando por un momento difícil. Tal vez no por lo que había hecho,
sino porque debería estar sintiendo de nuevo el horror de su
pérdida.
No se equivocaba. La pérdida de Rider estaba muy fresca en su
mente. Tenía lágrimas corriendo por sus ojos y mejillas, goteando
sobre su barba, sin importarle quién lo viera. Hawk no dudó. Lo
tomó entre sus brazos y lo abrazó. Los brazos de Rider le rodearon la
cintura y su hermano comenzó a sollozar contra su pecho.
Los sonidos eran jodidamente desgarradores y Hawk sintió que sus
propios ojos se llenaban de lágrimas.
Mirando por encima de la cabeza inclinada de Rider, vio que no
había ni un solo ojo seco en la habitación. Varios hermanos se
sorbían la nariz y se limpiaban los ojos mientras servían y bebían
tragos. Tratando de ahogar el dolor que sentían emanando de su
hermano.
—Te tenemos, hermano, pase lo que pase, te tenemos.
Hawk no tenía idea de por qué lo hizo, pero lo hizo. Besó a su
hermano en la sien y lo abrazó mientras aullaba su dolor.
Cuando finalmente se detuvo y trató de alejarse, no lo dejó.
Sosteniéndolo con el brazo extendido lo miró hasta que Rider
levantó la vista y lo miró a los ojos.
—Eres mi hermano, siempre. Como hermanos compartimos nuestro
dolor, no lo ocultamos. Todo lo que necesites me lo pides y si puedo
dártelo lo haré, y el resto de tus hermanos también.
Hawk hizo una pausa porque no sabía si debía decir lo que quería
decir.
Pero entonces. Honestidad, siempre honestidad en el club y fuera del
club.
—Mi deseo para ti es que encuentres la paz, hermano. Encuentra la
paz para ti y para Delene, es lo que Penny hubiera querido para
vosotros.
Rider no dijo una palabra y Hawk pudo ver que sus palabras no eran
las que su hombre quería escuchar. Al menos no ahora. Quizás más
tarde pensaría en ello y se daría cuenta de que era verdad.
Penny hubiera querido que su hombre y todos ellos encontraran la
paz.
Con la jodida perra vieja atrapada tal vez finalmente la tendrían.
Paz.
Capítulo 33
Sky
Sin llegó a casa tarde, muy, muy tarde y olía abrumadoramente a
whisky. Podía olerlo cuando entró silenciosamente en nuestra
habitación. Me quedé acostada en la penumbra y lo observé mientras
él, en silencio, se quitaba la ropa y caminaba desnudo hacia el baño.
Escuché la ducha y no me levanté para unirme a él.
Esperé.
No tardó mucho.
Su cuerpo estaba helado cuando se deslizó en la cama a mi lado.
—¿Estás bien, cariño?
Se puso rígido cuando se dio cuenta de que estaba despierta. Puse
una mano sobre su pecho frío y la dejé descansar allí. No estuvo sola
mucho tiempo antes de que la cubriera con la suya.
—No, mi Sky, no, no estoy bien pero lo estaré porque te tengo. Mi
hermano Rider no estará bien por mucho tiempo. Nuestros
enemigos le quitaron a su dama embarazada y esta noche todo fue
demasiado para él. Se quebró. —Respiró entrecortadamente—.
Nunca quiero ser él, cariño. No puedo perderte otra vez. Si lo hago,
no sé qué carajo me pasaría.
Me apoyé en el codo, me incliné sobre él y besé su cuello.
—Si algo tuviera que pasarme , seguirás adelante, mi amor. Seguirás
adelante gracias a nuestros hijos. Te necesitarán, tal como yo los
necesitaría si te perdiera. —Apoyé mi cabeza en su pecho y besé su
pectoral—. No te dejaré ir, mi Sin, nunca jamás.
Sus brazos me rodearon con más fuerza y me abrazó como si nunca
fuera a dejarme ir. Estaba bien con eso, no iba a dejarlo ir tampoco.
Lentamente el calor de mi cuerpo se filtró en él y pude sentir su frío
cuerpo calentándose.
Le acaricié los brazos y el pecho, apaciguando los demonios en la
mente y en el cuerpo de mi hombre.
—¿Quieres hablar acerca de ello?
—No puedo, cariño, es asunto del club—dijo con un suspiro.
—Está bien, entonces ¿qué puedo hacer para mejorarlo? —Después
de una larga conversación con DC y las otras mujeres, finalmente
había entendido lo que era un asunto del club, no me gustó, pero lo
entendí.
Denegabilidad plausible. Grandes palabras para poder decir no sé
nada.
—Estoy jodidamente cansado, mi Sky, el solo hecho de que me
abraces ya me hace sentir mejor. Sólo necesito dormir. —Su voz
comenzó a desvanecerse mientras hablaba.
Sabía que estaba cansado porque me había mantenido despierta la
noche anterior y casi no dormimos. Luego se había ido temprano por
la mañana y ahora ya estamos en un nuevo día y acaba de llegar a
casa.
Tumbada casi encima de él, seguí pasando suavemente la mano
sobre su pecho y hombro, una y otra vez hasta que escuché su
respiración profundizarse y finalmente calmarse. Cerrando los ojos,
acurruqué mi cara en su cuello y lo rodeé con mis brazos y piernas.
Con un suave suspiro me relajé y dejé que el sueño me llevara.
Estaba acostada de lado frente a Sin cuando desperté.
Me quedé ahí mirándolo dormir. Mientras dormía perdía el ceño
fruncido y la máscara fría y dura que siempre usaba, lo hacía parecer
más joven y suave. La suavidad desaparecería en el momento en que
se despertara. El ceño fruncido y la máscara dura volverían.
Mis ojos recorrieron los planos de su rostro. Quería pasar un dedo
por sus cejas relajadas, bajar por su nariz recta y acariciar sus labios.
Al estar tan cerca de él ahora podía ver los hilos grises en su cabello
rubio y en su barba.
Mis dedos ansiaban acariciar su barba, una barba que él mantenía
bien corta. Estaba levantando la mano para tocarla cuando de
repente su mano tomó la mía y la colocó en su mejilla,
manteniéndola allí.
—¿Te gusta lo que ves, cariño?—me preguntó con voz entrecortada.
Me alegré de ver que la máscara que usaba a diario aún no había
regresado.
—Sí. Me gusta despertarme y verte a mi lado. Han sido necesarios
diez años para recuperar esto y no lo dejaré. Jamás. Quiero envejecer
con esta cara en la almohada junto a la mía—susurré mientras dejaba
que mis dedos exploraran. Su barba era suave y mientras la
acariciaba, tomó mi mano y me dio un suave beso en la palma.
—No he tenido a nadie en mi cama desde que te fuiste. Aprendí una
dura lección que nunca olvidaré. —Su mano acarició suavemente un
lado de mi cara y luego la acunó—. Ésta es la cara con la que quiero
irme a dormir y despertarme por el resto de mis días en esta tierra.
Te amo, mi Sky.
—Yo también te amo, Sin. Siempre has tenido mi corazón. —Las
lágrimas llenaron mis ojos y traté de apartarlas con un parpadeo,
pero de todos modos se derramaron.
—No llores, por favor, no llores, no soporto cuando lloras. —Sus
pulgares limpiaron las lágrimas de debajo de mis ojos y parpadeé
para contenerlas.
Pasó los pulgares suavemente debajo de mis pestañas inferiores,
tomó mi cara entre sus grandes y ásperas manos y simplemente me
miró con esos hermosos ojos azules.
—Todos los días desde que me diste esta segunda oportunidad, he
agradecido a los dioses por ser misericordiosos conmigo. No
merezco tu amor pero lo aceptaré de todos modos porque soy un
cabrón egoísta. Tú y nuestros hijos sois las personas más importantes
en mi vida. Mi club cuenta con mi lealtad, siempre, pero tú y los
niños son lo primero, pase lo que pase.
Y por supuesto eso me hizo llorar de nuevo.
p p
Frotando el pulgar sobre su pómulo, sonreí entre lágrimas.
—Tú y nuestros hijos significan lo mismo para mí, sois las personas
más importantes en mi vida. ¿Has pensado en lo que sucederá
cuando mi agente haga pública nuestra historia?
El ceño había vuelto.
—¿Por qué haría eso? Es nuestro maldito asunto. —Y también el
gruñido.
—La banda es popular y tenemos muchos fans. Cuando anuncie que
me mudaré a Sudáfrica pero que no dejaré la banda, habrá
preguntas y mucha especulación. Mi idea es hacer un comunicado
de prensa sobre mi próximo matrimonio con el padre de mi hija. Así
nos adelantaremos a los malditos periódicos sensacionalistas. De
todos modos, estarán por todas partes por el hecho de que eres un
motero. Quizás tengamos que darles un par de fotos sólo para
mantenerlos alejadas de nosotros. —Miré sus ojos y no estaban
felices—. No durará mucho, te lo prometo, seguirán adelante cuando
surja la siguiente historia.
—¿Por qué estamos hablando de esta mierda en nuestra cama,
cariño?— gruñó él.
—Porque éste es un espacio seguro para los dos. Es un espacio
amoroso donde podemos hablar de cualquier cosa. No es sólo el
espacio donde hacemos el amor. —El brillo en sus ojos me dijo que
tenía otras ideas.
Levantándose, rodó hasta estar encima de mí y abrí las piernas,
dejándolo acomodarse entre mis muslos. Su polla estaba dura contra
mi coño repentinamente muy mojado.
—¿Y qué pasa si quiero follarte, cariño? ¿Qué pasa si quiero follarte
tan fuerte que me sentirás durante todo el día? ¿Sigue siendo un
espacio seguro? —Bajó la cabeza y atrapó mi labio inferior entre los
dientes, lo mordió lentamente, un dolor pequeño, no grande y lo
soltó con una lamida.
Mi respiración se había acelerado y lamí mi labio palpitante.
—No importa cómo quieras follarme, siempre será un espacio
seguro.
La palabra espacio apenas había salido de mis labios cuando él se
empujó dentro de mí. Mi cabeza volvió a hundirse en la almohada y
jadeé ante la repentina intrusión. No estaba teniendo ningún
cuidado.
Tampoco esperó a que lo alcanzara.
Sus embestidas eran rápidas y fuertes y llegaban profundamente,
haciéndome estremecer mientras empujaba mis caderas hacia las
suyas, estocada tras estocada.
Fue salvaje.
Fue duro.
Fue rápido.
Y fuimos nosotros.
—Ya estoy muy cerca, cariño—jadeé a través de las embestidas.
—Me encanta follarte duro. Me tomas tan profundo—gruñó él
mientras estrellaba la ingle contra la mía.
—Me encanta cuando estás tan mojada que puedo escuchar mi polla
deslizándose dentro y fuera de tu coño—siguió hablando y
follándome.
—A mi chica le encanta mi polla dura, le encanta que la folle con
fuerza—gruñó cuando sus dientes agarraron mi labio y lo
retuvieron.
Mi orgasmo se construyó rápido y siguió creciendo, más y más.
—Sí, sí, sí—gemí mientras me esforzaba por alcanzar el placer.
Sus embestidas se volvieron salvajes y gruñó con cada estocada. Su
boca sobre la mía, compartiendo el aliento.
Me llevó cada vez más alto.
Y entonces la ola se rompió, sentí que su polla empezaba a sacudirse
dentro de mí y me arrastraba con él.
Su polla se sacudía mientras se corría. Me apreté en torno a ella, cada
músculo de mi cuerpo tensándose al máximo.
El orgasmo se precipitó sobre mí, me estremecía y gemía,
aferrándome a él. Montando juntos la ola de nuestro placer.
Apoyándose en sus antebrazos, se recostó sobre mí, con su polla
todavía dentro de mí y sacudiéndose cada vez que una contracción
recorría mi coño. Dejando caer la cabeza, apoyó su frente contra la
mía y sonrió. Una sonrisa complacida.
—Jodidamente amo que pueda hacer que te corras tan rápido,
cariño. Esta noche me tomaré mi tiempo para jugar con mi coño.
Quiero comerte y hacer que te corras una y otra vez antes de
deslizarme lentamente en tu coño goteando. Voy a follarte despacio
y mucho tiempo hasta que ninguno pueda respirar y solo entonces
dejaré que te corras.
Mi jadeo fue respuesta suficiente.
Soltó una suave risa masculina de satisfacción y me besó la punta de
la nariz.
—A mi chica le gusta esa idea, puedo sentirla alrededor de mi polla.
Lenta, muy lentamente, giró las caderas, frotando mi sensible clítoris
con cada rotación. Se sentía tan condenadamente bien que no quería
que abandonara mi cuerpo nunca.
Arrastrando mis piernas más arriba contra sus costados, levantó mis
caderas un poquito para obtener más fricción donde quería.
Mi coño dio pequeños pulsos de placer mientras nos movíamos
juntos.
—Si seguimos así, llegaremos a la segunda ronda, cariño. No
tenemos tiempo para más porque tengo que irme pronto. ¿Te duchas
conmigo?
—Sí.
De muy mala gana se retiró de mí, se recostó sobre sus pantorrillas y
separó mis piernas.
Una sonrisa de satisfacción brilló cuando abrió mi coño.
—La mejor puta vista del mundo. Mi semen saliendo del coño de mi
mujer. Ojalá tuviera tiempo para jugar, pero no esta mañana. —Se
inclinó, me besó el clítoris y luego, con una mirada muy reacia en el
rostro, cerró mis piernas.
—Vamos a ducharnos antes de que me sumerja allí y nunca salga a
tomar aire.
Arrastrándome fuera de la cama, me llevó al baño.
Nos duchamos.
Sin que sucedieran cosas sexys.
Estábamos en la mesa del desayuno con los niños y Ness cuando
hizo algo tan maravilloso que quise saltar y hacérselo allí mismo, en
la mesa del desayuno.
—Lee, niña, mañana es tu cumpleaños y sé que estabas deseando
celebrarlo en la casa club. —Sacudió la cabeza lentamente—. Con el
incendio y todo lo demás que pasó, no podemos hacer eso ahora.
El labio de nuestra niña comenzó a temblar y supe que sus lágrimas
estaban cerca.
—No llores, cariño, porque aquí vienen las buenas noticias. Hablé
con mi Prez y él está de acuerdo conmigo que necesitas una fiesta.
Entonces esto es lo que va a pasar. Celebraremos tu fiesta aquí, en
nuestra casa, y el tío Hawk dijo que podemos usar la piscina para
que puedas tener una fiesta en la piscina con todos los niños.
Mi hija dio un pequeño grito de alegría, prácticamente levitó de su
silla y se estrelló contra el pecho de Sin.
—Gracias, papi, gracias. Tenía muuuuuchísimas ganas de celebrar
mi fiesta en el club, pero tenerla aquí en casa es aún mejor.
—De nada, hija. Pero hay un pequeño problema. No tenemos mucho
espacio, por lo que no podemos organizar una fiesta con el club para
ti. Será una fiesta sólo para niños, padres y familias.
Ella asintió rápidamente varias veces.
—Lo entiendo, papi, y no me importa. Podemos celebrar la gran
fiesta con el club para el cumpleaños de CJ cuando la casa club esté
lista—dijo mientras le lanzaba una gran sonrisa a su hermano.
Los ojos de CJ se abrieron y parpadeó varias veces mientras miraba
entre Sin, Lee y yo.
—Debería estar lista para entonces, ya que vamos a trabajar muchas
horas para terminarla.
Sin la sentó en su regazo.
—Ahora volvamos al asunto. Tú y CJ tenéis que ayudar a vuestra
madre y a Ness a organizar esta fiesta. No hay mucho tiempo, así
que Genna y la tía Suzy os ayudarán. ¿De acuerdo?
Ella asintió vigorosamente.
—Las ayudaremos.
—Bien. Ahora salta porque tengo que llegar al club. Tengo mucho
que hacer hoy.
Abrazándolo fuerte y besando su mejilla, Lee saltó de su regazo y
volvió a sentarse en su silla. La niña brillaba de alegría y CJ también
parecía feliz.
Después de besar a los niños en la frente y revolverles el cabello, Sin
caminó hacia mi silla.
Levantándome, me sostuvo en sus brazos y me miró, solo me miró.
—Te amo, mi Sky—dijo mientras bajaba la cabeza y me besaba.
Suave y con un poquito de lengua.
El mejor beso.
Y me preparó para el resto de mi día.
Un muy buen día.
Capítulo 34
Sin
Había niños por todas partes.
Además de los putos padres de Sky.
Su madre se acercó y su padre se disculpó y ella los invitó por el bien
de Lee. A él no le gustó pero lo aceptó. Estaría vigilándolos y si
daban un paso en falso serían jodidamente historia.
Serpentinas de color rosa brillante colgaban de los árboles e iban
desde la casa hasta la piscina. Había globos rosas y plateados y party
packs10 (lo que sea que fuera eso) sobre una mesa larga. En otra mesa
había un enorme pastel blanco y rosa con mierda brillante encima.
En otro había dulces, snacks, patatas fritas, salsas y todo tipo de
porquerías.
Sin permaneció con su Prez observando la locura que se había
apoderado del área de la piscina.
—Nunca pensé que habría una fiesta infantil en esta piscina. Pensé
que había perdido mi oportunidad cuando perdí a mi hijo—dijo
Hawk en voz baja—. Y ahora mira esta mierda. Tengo una dama
embarazada y el año que viene haremos esto para nuestra hija. Y
después, lo mismo todos los años.
Tuvo que sonreírle a su presidente, que creía firmemente que iban a
tener una niña.
—¿Y si es un niño, jefe? Entonces toda esta mierda se volverá azul
con muñecos de acción y mierdas por el estilo.
Hawk le lanzó una mirada asesina y Sin se encogió de hombros.
—¿Cuándo te enteras de lo que vais a tener?
—Tenemos una cita para una ecografía la próxima semana, el día
antes del funeral de la tía Beryl. Jodidamente apesta que ella no esté
aquí para ver todo esto. Le hubiera encantado. Siempre me
molestaba con que le diera nietos. —La tristeza llenaba los ojos de su
Prez.
Sin permaneció en silencio por un momento antes de hablar.
—Creo que aquellos que hemos perdido están con nosotros cuando
experimentamos las alegrías de la vida. Cuando encontramos el
amor, en el nacimiento de un hijo, en todas esa cosas. Ella está
contigo, jefe, siempre estará contigo.
Hawk no dijo una palabra, simplemente puso su mano sobre el
hombro de Sin y apretó. No eran necesarias las palabras.
La tarde transcurrió entre una mezcla de rosa y palteado brillante.
Su niña estaba pasando el mejor momento de su vida y él estaba feliz
de poder darle eso. Una fiesta con los niños de la familia de su club.
El sol se estaba poniendo y el frío de la tarde había ahuyentado a
todos los niños de la piscina. Ness y Genna estaban guardando todo
con la ayuda de Devon y Damon, quienes habían sido los salvavidas
designados para ese día.
Antes de que pudiera parpadear, la fiesta había terminado y las
jaulas se marchaban con niños gritándose unos a otros desde las
ventanillas abiertas.
Se veía y se sentía tan jodidamente normal que tuvo que recordarse
que esa no era la norma.
Incluso mientras los niños reían y jugaban en la piscina, había
patrullas alrededor de la casa y en el perímetro de la propiedad del
club. No relajarían la seguridad, al menos no durante mucho tiempo.
Reuniendo a su familia los llevó a la casa.
Poco después, los niños estaban bañados y vestidos con sus pijamas.
Se quedaron dormidos en el sofá y Sin los llevó a ambos a la cama y
los acomodó.
Ness se había ido a casa con Genna porque iban a salir, lo que
significaba que podían irse a la cama temprano.
A él le gustaba eso.
Todo el día había estado esperando tener a su dama boca arriba con
las piernas bien abiertas para poder darse un festín.
Y se iba a dar un festín.
Estaba medio dormida en el sofá cuando él la levantó y la llevó a su
habitación, cerrando la puerta con el pie detrás de él.
Colocándola de pie junto a la cama, no dijo una palabra mientras
comenzaba a desvestirla. Mientras le quitaba una prenda tras otra,
depositaba besos en su piel. Él sonrió contra su vientre cuando ella
gimió suavemente.
Cuando finalmente la tuvo desnuda, le rodeó las caderas con los
brazos y la levantó sobre la cama. Ella cayó hacia atrás y su cabello
rojo oscuro brilló contra la ropa de cama blanca.
—Me encanta tu cabello rojo, cariño, pero debo admitir que extraño
el pelo largo. —Trazó una línea desde su rodilla hasta el interior del
muslo, luego alrededor de su cadera y regresó por la parte exterior
de su pierna.
Ella se retorció bajo sus manos mientras él la acariciaba, evitando
tocar su coño. Cuando terminó, estaba tan sensibilizada que no
podía quedarse quieta.
De pie junto a ella, se desnudó lentamente, observando cómo lo
miraba.
Su polla estaba dura como una roca y palpitaba junto con los latidos
de su corazón. La agarró y la bombeó un par de veces antes de
soltarla, no quería estar muy cerca.
Subiéndose a la cama, la levantó, la movió al centro y la acomodó
como quería. Tomando sus manos, las puso sobre su cabeza.
—No muevas las manos hasta que te lo diga. Se quedan ahí arriba
por ahora. ¿De acuerdo?
Su respuesta fue un “sí” entrecortado y él sonrió.
Colocando su boca sobre la de ella, la besó, jugando con su lengua y
lamiendo sus labios. Metió y sacó la lengua una y otra vez, imitando
la forma en que la iba a empujar dentro de su coño. Pronto, muy
pronto.
Dejando su boca, arrastró la lengua por el costado de su cuello.
Luego mordisqueó, lamió y besó hasta llegar a sus pezones. Arrastró
la lengua sobre la punta de uno y luego del otro, después los chupó.
Juntando sus suaves tetas, puso la lengua en ambos pezones a la vez.
Eso tuvo a su mujer jadeando y retorciéndose debajo de él.
Con una última lamida y succión, avanzó por el centro de su cuerpo.
Arrastró la lengua hacia abajo y alrededor del ombligo, después
trazó una línea hasta la parte superior de su montículo. No estaba
completamente sin vello, tenía una pequeña y prolija franja. Ella lo
mantenía corto. Pasó un dedo a través de él, haciéndola estremecer.
—Me encanta que no estés completamente sin vello. Me gusta
mucho esto. —Miró su dedo con los ojos entornados.
—Tócame, por favor, por favor, tócame—suplicó su mujer,
haciéndolo sonreír.
Él ignoró su súplica. Aún no era el momento adecuado.
Lamiendo y mordiendo sobre y alrededor de su montículo, separó
sus piernas lo más que pudo y lentamente se acomodó sobre su
vientre entre sus piernas.
Pasó la yema de un dedo por su raja llorosa, penetrando ligeramente
los labios de su coño y acariciando hacia arriba y hacia abajo, una y
otra vez.
Ella quería más pero eso fue todo lo que él le dio, sólo la punta del
dedo.
La atormentó hasta que estuvo tan mojada que comenzó a gotear.
Eso es lo que había estado esperando. Usando ambas manos, la abrió
para poder ver su pequeño clítoris rojo e hinchado y su abertura
goteando.
Y finalmente puso la lengua y la arrastró lentamente por su coño
bien abierto, lamiendo su abertura y su clítoris. Dándole una pasada
rápida antes de lamer los lados de los labios de su coño. Siguió
pintando su coño con la lengua. Reunía sus jugos, los pintaba sobre
ella. Presionando con más fuerza, arrastró la lengua sobre su
abertura varias veces antes de hacer círculos en su clítoris y cerrar los
labios alrededor de él. Lo chupó con fuerza, dando golpecitos con la
punta de la lengua mientras chupaba.
—Oh, Dios mío, oh Dios mío, esto es tan bueno. No pares, no pares
—gimió ella.
Con una última chupada, la soltó, empujó la lengua profundamente
dentro de ella y la movió. Un suave grito salió de su mujer cuando él
comenzó a follarla con la lengua. Sin sacarla, añadió dos dedos,
estirándola mientras la follaba con la lengua y los dedos.
Cuando ella comenzó a estremecerse, se retiró y besó la parte
superior de su montículo. Ella gimió de frustración y Sin sonrió. No
la dejaría correrse todavía.
Tenían tiempo.
Lamiendo su vientre, se llevó la piel a la boca, la sostuvo entre los
dientes y chupó con fuerza. La soltó y pasó un dedo por la marca
roja. Quería marcarla en todas partes.
Moviéndose hacia abajo, se llevó la parte carnosa de su montículo a
la boca, la mordió y chupó. Levantando la cabeza, pasó la lengua por
la marca roja.
Le lamió el clítoris, una y otra vez, sin chuparlo hasta que ella
comenzó a levantar las caderas tratando de metérselo en la boca.
Finalmente cedió, cerró los labios sobre su clítoris y chupó.
Inmediatamente comenzaron los escalofríos, él se incorporó y apretó
su boca sobre la de ella, dándole un beso húmedo, suave y profundo.
Retrocediendo, lamió sus labios, luego chupó su labio inferior antes
de bajar las caderas que había estado manteniendo alejadas de ella.
Su polla se posó contra la parte superior de su montículo y siseó ante
la sensación de piel contra piel.
—¿Estás lista, cariño? Voy a follarte lento. Muy, muy lento.
Su cabeza rodó de un lado a otro sobre las almohadas y él sonrió
mientras levantaba lentamente las caderas, bajaba una mano y
colocaba su polla contra su coño.
Lenta, pero inexorablemente, la empujó dentro del coño más
húmedo y caliente en el que jamás hubiera estado. Era incluso mejor
de lo que recordaba. Y tenía muy buena memoria en lo que a esto se
refería.
Lenta, muy lentamente, comenzó a moverse, saliendo y entrando.
Mantuvo el ritmo pausado por mucho que ella lo instara a moverse
más rápido. Lento. Esto era con lo que había soñado.
Estar dentro de ella y follarla lentamente. Sin dejar que ninguno de
los dos lo acelerara.
Quería prolongarlo el mayor tiempo posible.
Y lo hizo.
La humedad dentro de ella aumentó y aumentó, mojando su ingle y
sus pelotas y le encantó.
Los sonidos húmedos que hacían juntos lo excitaron hasta tal punto
que quiso acelerar las embestidas pero no lo hizo.
—¿Escuchas eso, cariño? ¿Escuchas cómo suena cuando empujo mi
polla dentro de tu coño mojado? Cuanto más te mojas, más mi verga
gotea dentro de ti. Cuando me corra, nuestros jugos desbordarán
bajando por tu culo y voy a mirar. Tan jodidamente sexy—susurró
él.
—Amo tu polla dura, amor. Métemela más fuerte, por favor, por
favor. Lo necesito más rápido y fuerte—suplicó su mujer.
Retirándose lentamente, capturó su mirada y cuando tuvo su
atención, volvió a entrar, fuerte y profundo. Luego se quedó inmóvil
mientras ella jadeaba y se retorcía.
—¿Te gusta eso?
—Sí. Hazlo de nuevo, por favor, cariño, hazlo de nuevo.
Y él lo hizo.
Siguió así. Retirándose lentamente y estrellándose con fuerza y
profundamente.
No pasó mucho tiempo antes de que ella estuviera al borde del
abismo. Pero él no quería que se corriera todavía, así que se empujó
profundamente y se mantuvo inmóvil.
— Nooo—gimió ella—. Muévete, por favor muévete.
Inclinando la cabeza, lamió un pezón, luego lo chupó. Después hizo
lo mismo con el otro. Debajo de él, ella intentaba levantar las caderas
pero él se la sujetó.
—Ahora, cariño, ahora puedes tocarme—susurró contra su teta
mientras chupaba la suave carne, marcándola.
Sus manos fueron a sus caderas tratando de hacerlo moverse.
Sonriendo contra ella, deslizó las manos debajo de su espalda y las
curvó sobre sus hombros.
—Espera, cariño, abrázame.
Sus piernas subieron y rodearon su espalda, sus brazos alrededor de
su cuello y él comenzó a follarla lento, duro y sin pausas.
Estaba tan jodidamente mojada que los sonidos de la carne húmeda
chocando entre sí resonaban por toda la habitación. Los olió, olió su
sexo.
Deslizándose profundamente, sintió que su coño comenzaba a
contraerse. Ella estaba cerca.
Acelerando un poco, siguió estrellándose bien adentro. Le estaba
costando muchísimo aguantar. Tenía muchas ganas de correrse, pero
apretó los dientes y la esperó.
Esperó mientras la sentía acercarse a la cima.
Y entonces ella estaba allí y su coño se apretó increíblemente
alrededor de su dolorida polla dura como el acero.
Finalmente podía dejarlo ir.
Sacó y metió la polla, una y otra vez hasta que su clímax tensó sus
músculos y comenzó a correrse profundamente dentro de ella. La
fuerza del orgasmo hizo que su polla se sacudiera violentamente
mientras su semen brotaba a chorros.
Él la abrazó mientras se corrían juntos.
Cuando los espasmos y estremecimientos se calmaron un poco,
retiró las manos de sus hombros, las apoyó a los lados y empujó su
torso hacia arriba, manteniendo la polla adentro.
—Esa fue la primera parte de mi fantasía, cariño—susurró contra sus
labios—. Ahora viene la siguiente, observar mi semen saliendo de tu
pequeño coño.
Ella se sonrojó maravillosamente y no dijo una palabra.
Se retiró de ella lentamente, se alejó y le separó las piernas.
Levantando un poco sus caderas, usó ambas manos para separar los
labios de su coño hinchado y de un color rosa oscuro.
Y ahí estaba.
Su semen, saliendo lentamente de su mujer.
Casi con reverencia extendió un dedo y lo hizo girar en sus jugos
combinados, se lo llevó a los labios y lo chupó. Sus ojos se cerraron
mientras los saboreaba.
Su mujer jadeó y él perezosamente levantó los párpados y sonrió.
Haciéndolo una vez más, esta vez puso el dedo en sus labios, ella
abrió la boca y le chupó el dedo.
—Saborea, cariño. Esto, este sabor, somos nosotros. Tú y yo juntos
para siempre—gruñó.
Cuando retiró el dedo, ella asintió.
—Sí, tú y yo, juntos para siempre —dijo con un pequeño y suave
gruñido.
—Te amo muchísimo, mi Sky.
—Te amo, mi Sin. Siempre te he amado y siempre te amaré.
Tendiéndose a su lado, la atrajo hacia sus brazos y su Sky colocó la
cabeza sobre su pecho. Deslizando la mano por su espalda y su
cabello, la abrazó.
Durante una guerra sangrienta finalmente había encontrado su
corazón perdido.
Nada ni nadie se lo iba a arrebatar nunca más.
Había aprendido la lección de la manera más difícil.
Perdiendo a su mujer y a su hija.
Esa pérdida todavía ardía en su corazón, pero ahora estaba atenuada
por la alegría de tenerlas de regreso.
También estaba la alegría inesperada de descubrir que tenía un hijo.
Un hijo que su mujer aceptó con todo su corazón sin importar cómo
llegó a existir.
Bajo este techo dormían sus hijos.
En sus brazos, contra su corazón, tenía al amor de su vida. El que
había perdido y vuelto a encontrar.
Finalmente su corazón roto volvía a estar sano y latía con fuerza.
Ya no tenía en la lengua el sabor amargo del pecado y la pérdida.
El único sabor que tenía era el de ellos.
El de su amor.
Y era todo lo que siempre había deseado.
Capítulo 35
Dom
Él la observaba en los monitores.
La veía retorcerse tratando de aflojar las ataduras. Un esfuerzo inútil.
Ella no iba a ninguna parte. No hasta que terminaran con ella.
Dirigiéndose a los dos hombres y a la mujer que se había unido a
ellos desde el Iron Dogz MC, inclinó la cabeza hacia la puerta.
—¿Listo para hacer esto?—preguntó, su mirada en el hombre joven
con ojos muertos.
Conocía su historia, sabía que la perra había tenido algo que ver en
la muerte de su esposa y su hijo nonato. Lo que no sabía era cuán
estable estaba ahora. Si lo juzgara solo por los ojos, habría dicho que
estaba sólido. Pero los finos temblores que recorrieron su cuerpo
contaban una historia diferente.
—¿Estás seguro de que quieres estar aquí, Rider?
El hombre respiró hondo y luego asintió.
—Ja, tengo que llevar esto a cabo. Tengo que saber que ya está hecho
y que nadie más estará donde yo estoy gracias a ella.
—Suficientemente bueno. Sígueme.
Dom abrió el camino. Su escaneo de retina abrió la última puerta.
Hacía frío y estaba ligeramente húmedo cuando descendieron al
calabozo debajo de la casa de su familia. Todavía le jodía la cabeza
que estuviera allí y hubiera estado desde antes de que él hubiera
nacido. Algún antepasado había hecho una mierda en la que no
quería pensar ahora.
Finalmente llegaron a la celda que contenía a la bruja que habían
venido a ver.
Su cabeza se volvió hacia la puerta cuando entraron. Su cabello
rubio, normalmente limpio, parecía sudoroso y andrajoso. El miedo
y el desafío luchaban en sus fríos ojos azules.
Mirando alrededor de la celda, sonrió. No fue una buena sonrisa.
—Recuerdo esta celda al igual que la recuerda Gideon. Hemos
pasado demasiadas horas aquí porque tú lo ordenaste.
Dom caminó alrededor de la mesa de acero a la que estaba atada
mientras hablaba.
Golpeó la mesa de acero entre sus pies atados.
—Gideon, yo, y muchos otros, estuvimos atados a esta misma mesa
mientras jugabas tus malvados juegos con nosotros. —Él se encogió
de hombros—. Pensé que sería un buen detalle presentarte la mesa
para que puedas saber cómo se siente el frío acero contra tu espalda
desnuda. Pero la idea de ti completamente desnuda hizo que Gideon
se atragantara, así que elegimos la opción con ropa interior. No
puedo decir que no esté de acuerdo con él. Creo que nuestros
visitantes necesitan la historia completa de por qué estás aquí, en
esta mesa, hoy.
Dom caminó hacia la pared de la que colgaban esposas de acero sin
brillo. Empujó un dedo contra la esposa y la hizo oscilar, mirándola
mientras hablaba.
—Te casaste y luego mataste a mi abuelo por su dinero. Estoy seguro
de que fue un shock para ti cuando se leyó el testamento y mi padre
era el único heredero. Entonces hiciste matar a mis padres para
poder poner tus manos sobre mí, la fortuna y conexiones de los
Maingarde. Mi educación en tus manos comenzó poco después. Me
trajiste aquí y me esposaste a esta pared para que observara mientras
tú y tus hombres torturaban y violaban a hombres y mujeres. Tu
plan de convertirme en una copia tuya fracasó, así que intensificaste
mi supuesta educación. En lugar de estar esposado a la pared, estaba
atado sobre la mesa. No te aburriré repasando los muchos horrores a
los que sometiste mi cuerpo y mi mente. Basta decir que aprendí a
jugar. Y al aprender a jugar me convertí en un monstruo. Un
monstruo que observaba y esperaba su turno. Y finalmente ese día
ha llegado.
Volvió a la mesa y sonrió.
—Finalmente es mi turno, Winifred y traje a algunos amigos que
también han estado esperando su turno. Estoy segura de que los
reconoces. —Él se encogió de hombros—. Podría advertirte que te
prepares, pero ambos sabemos que no hay manera de prepararte
para lo que viene.
Dicho esto, dio un paso atrás, se quitó la chaqueta del traje y la colgó
de un perchero junto a la puerta. Lenta y metódicamente, se
arremangó hasta el codo cada una de las mangas de su camisa
blanca mientras caminaba sin prisas de regreso a la mesa. Con una
última mirada a Rider, su atención volvió a la bruja sobre la mesa.
—Que empiecen los juegos.
Epílogo I
Hawk
Era un hermoso día.
El sol se reflejaba en el brillante cromo de las motos que circulaban
en formación detrás del coche fúnebre. Un coche fúnebre que
transportaba a la mujer que había sido como una madre para él. A su
lado viajaba Bulldog, detrás de ellos viajaban Ice y Spider y detrás de
ellos estaba la jaula que transportaba a la familia. Las siguientes tres
jaulas llevaban a las damas y a los miembros de la familia del club.
Hoy los hermanos viajaban solos.
Detrás de la última jaula iban Kid, Sin y Beast, seguidos por el resto
del club. Luego montaban sus sedes que habían venido a presentar
sus respetos. A continuación venía un club tras otro que estaban aquí
para hacer lo mismo.
Cuando llegaron a la cima de una colina, Hawk miró hacia atrás.
La fila de motos parecía interminable y se perdía en la distancia.
A tía Beryl le hubiera encantado.
Le hubiera encantado que los moteros pararan el tráfico. Ella había
sido una rebelde de corazón.
Y que buen corazón.
En su bíceps izquierdo ondeaba la banda que DC le había atado.
Grandes flores de colores sobre un fondo negro. No sabía dónde lo
había encontrado su mujer, solo sabía que tenía cajas con esas cosas
esperando mientras las motos comenzaban a llegar al complejo.
Como de costumbre, su mujer había estado preparada.
Finalmente, la enorme iglesia apareció a la vista y siguieron al coche
fúnebre hasta el recinto.
El pastor Radebe había pedido que usaran esta iglesia específica, su
iglesia, porque la tía Beryl había sido parte de su congregación. Algo
que él no sabía. Pero cuando pensó en ello no se sorprendió. Había
sido una buena mujer con un corazón tierno.
Tragando más allá del nudo en su garganta, detuvo la moto en su
lugar y observó cómo sus hermanos se colocaban formando una
guardia de honor de motos a través de las cuales la llevarían
adentro.
Se quedó mirando cómo llegaban los civiles y entraban a la iglesia.
Un montón de ellos. Y luego estaban los clubes. Hombres y mujeres
vestidos con vaqueros y cuero pasaron junto a él, todos asintiendo o
levantando la barbilla.
No sabía cómo carajo iba a superar esto. Incluso con su pajarito a su
lado iba a ser una jodida tortura.
Su dama se acercó caminando hacia él y sintió una sonrisa en sus
labios mientras la miraba. Ella estaba vestida hoy según ella. Llevaba
tacones, pero fue el vestido lo que lo hizo negar con la cabeza. Era
negro y ajustado, mostrando claramente su vientre de bebé. Todo lo
que quería era curvar sus manos sobre ese vientre y aferrarse.
Ayer habían tenido una visita a la doctora y todavía no podía
entender lo que había visto.
Su mano deslizándose en la de él lo devolvió al presente.
—¿Estás bien? —Él miró su vientre y retrocedió para encontrarse con
sus ojos oscuros.
Su sonrisa iluminó su maldito mundo.
—Estoy bien, mi vikingo, estamos bien. —Ella acarició con una
mano el nuevo parche de su chaleco.
Quería responder pero se les había acabado el tiempo.
Era hora.
Con Bulldog, Ice, Spider, Johan y Kid, se cargó al hombro la maldita
caja que contenía lo que quedaba de su tía y la llevó a la iglesia.
Lentamente y con reverencia la dejaron en el suelo y Suzy, Gail,
Genna y DC se acercaron y colocaron flores encima. Flores que se
parecían mucho a las que llevaban en los bíceps. No sabía cómo
carajo se llamaban pero eran muy bonitas.
Tomando la mano de DC, la llevó al banco de la familia y se sentó,
manteniendo su mano en la suya.
El pastor Radebe se acercó al atril de madera y miró hacia el
auditorio abarrotado.
—Damos la bienvenida a nuestra congregación a la familia y amigos
de nuestra hermana Beryl Walker Davids. Hoy es un día muy triste
para nosotros, ya que decimos nuestro último adiós a un alma
maravillosa. Beryl y su esposo Anthony se unieron a nuestra
congregación casi al mismo tiempo que yo. Yo era un pastor joven y
nervioso y Anthony y Beryl se hicieron amigos y me brindaron su
apoyo. Fue un honor para mí apoyarlos mientras Tony luchaba
contra el cáncer. Cuando perdió esa batalla, fue un honor para mí
darle sepultura. Y hoy, con el corazón lleno de dolor, estoy aquí para
despedirme de nuestra hermana, tía, amiga, confidente y luz guía.
Por otro lado, siento absoluta alegría porque se unirá a nuestro
Padre y a Tony en el cielo. Beryl era amiga de mi esposa y de mí y la
extrañaremos.
Miró el atril y se pasó el dedo por debajo de los ojos antes de mirar
hacia arriba.
—Beryl tenía deseos muy específicos para este día. Quería algo
simple y breve. No quería que su familia y amigos escucharan un
sermón interminable. Así que no tendremos eso. —Él sonrió cuando
sonaron las risas—. Varios miembros de su familia se acercarán para
decir unas palabras. Beryl deseaba ser incinerada para que no
hubiera una ceremonia de sepultura. Su familia pidió que en lugar
de flores se enviaran donaciones a un orfanato de vuestra elección.
Sé que Beryl era voluntaria de varios en Pretoria. Encontraréis una
lista en la parte posterior del programa.
Carraspeó y miró a la familia.
—Su hermano, sus sobrinos, su sobrina y sus amigos dirán ahora
unas palabras.
El pastor dejó el atril y se sentó en la silla a la izquierda del mismo.
Bulldog se levantó lentamente y caminó hacia el atril con el rostro
impasible mientras miraba a las personas que lo observaban.
—No debería estar aquí hoy. Mi hermana no debería estar en esa
caja. Pero no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Ella se
fue y nosotros, los que quedamos atrás, tenemos que encontrar una
manera de hacer las paces con eso. Para mí, ahora mismo, esa paz no
es posible. Pero estoy seguro de que con el tiempo aceptaré y la
encontraré. Beryl era la columna vertebral de nuestra familia. Ella
fue quien nos cuidó a todos. Bee y Ant no podían tener hijos propios
y estaban en el proceso de intentar adoptarlos cuando a él le
diagnosticaron cáncer en etapa cuatro. Cuando falleció, ella se centró
en la familia, en nuestros hijos a los que trataba como si fueran
suyos. Especialmente a Hawk y Kid. Ella crio a esos dos demonios
para que fueran los hombres fuertes que son hoy. Extrañaré a mi
hermana, pero cada vez que mire a mis hijos y a esos dos muchachos
la recordaré. Descansa en paz, hermanita.
Bulldog salió del escenario, tocó la parte superior del ataúd y se
sentó junto a Suzy, que lloraba suavemente.
Ice se levantó y caminó hacia el ataúd, lo tocó y luego subió al
escenario.
—Tía Bee fue mi segunda madre. Era estricta pero nos amaba
incluso cuando éramos unos idiotas. Agradezco que me haya visto
encontrar a mi dama y formar una familia. Ella siempre nos instaba a
encontrar una buena mujer y darle nietos. Amaba a los niños y fue
una madre increíble para todos nosotros. Cuando el club atravesó
tiempos oscuros, ella dio un paso al frente y se convirtió en la madre
del club para todos los hombres. No hay un solo hombre en el club
cuya vida ella no haya tocado. Era la primera en dar un paso al
frente y decirte que saques la cabeza de tu culo y arregles lo que has
roto. Ninguno de nosotros discutía con ella. No nos atrevíamos. Sus
golpes con la espátula son legendarios.
Ice sonrió y sacudió la cabeza.
—Hacía la mejor lasaña que he probado en mi vida. Te decía la
verdad incluso cuando no querías escucharla. Te perdonaba cuando
no podías perdonarte a ti mismo. Era más grande que la vida y la
extraño todos los días. Te amo, tía Bee.
Spider negaba con la cabeza mientras las lágrimas corrían por su
rostro. Se negaba a dar un paso adelante y Hawk se inclinó, le puso
una mano en el hombro y apretó. Su primo estaba sufriendo.
Spider se secó los ojos, se levantó y caminó hacia el atril.
—La amaba y siempre lo haré. Me golpeó el culo más veces de las
que puedo recordar porque cuando era niño yo era un terror.
Cuando creces con un padre y un hermano mayor como el mío,
siempre buscas formas de llamar la atención, de ser como ellos. Tía
Bee es quien me dijo que fuera yo mismo, que no intentara ser mi
padre o mi hermano. Ella fue la primera que apoyó mi decisión de
trasladarme a Ciudad del Cabo. No importaba lo mal que la cagara,
ella siempre estuvo ahí para ayudarme a recoger los pedazos. Me
duele saber que nunca conocerá a mi dama, ni abrazará a mis hijos.
Si lo que dijo el pastor es cierto, rezo para que me mire desde el cielo
de vez en cuando para comprobarme. Te saludaré, tía Bee. Te amo y
te extraño.
Las lágrimas corrían por su rostro y él, enojado, se las secó y se
sorbió la nariz mientras regresaba a su asiento.
Kid lo arrastró para abrazarlo antes de que subiera al escenario.
—Mis padres eran abusivos y terminaba más en la casa de Hawk
que en la mía. La tía Bee intervino y me cuidó de la misma manera
que cuidó a Hawk. En lo que a ella concernía, éramos sus hijos. Más
de una vez dio un paso al frente y me protegió de cualquier daño.
Ella era mi madre más que la mujer que me había dado a luz. Tía Bee
me animó a trasladarme a Ciudad del Cabo. Me dijo que tenía que
reclamar a mi dama y dejar atrás mi mierda. Sus palabras
exactamente. —Kid sonrió y se encogió de hombros—. No se
ignoraban los consejos de nuestra tía Bee, normalmente tenía razón.
Me alegra que ella supiera que encontré a mi mujer y que iba a ser
padre. Me entristece que se haya perdido el nacimiento de mi hija,
p q y p j
pero sé que nos estaba cuidando. Nunca olvidaré su amabilidad, su
amor, su compasión y su dedicación a todos los niños del club.
Fuimos realmente bendecidos por tenerla en nuestras vidas. Te amo
y te extraño, tía Bee.
Kid bajó del escenario, tocó el ataúd y volvió a sentarse.
Genna se inclinó y besó a su madre antes de levantarse y subir al
escenario. Sonrió y sacudió la cabeza.
—Mamá, Gail, River, DC y Noe me delegaron para hablar en
nombre de todas las mujeres de la familia. No tengo mucho que
decir porque mis hermanos ya lo dijeron todo. Sólo tengo una cosa
más que agregar. La tía Bee era una mujer con un plan. Un plan para
ver a todos sus hijos felizmente casados con buenas mujeres y
hombres. Me alegro de que estuviera aquí para ver a mi hermana y
mis hermanos encontrar el amor de sus vidas y formar sus familias.
Creo que se desesperó con Spider y conmigo porque no estábamos
preparados para sentar cabeza. Pero sé que cuando llegue el
momento para cualquiera de nosotros, ella estará allí de alguna
manera para indicarnos la dirección correcta. Especialmente a Spider
porque mi hermano va a necesitar toda la ayuda que pueda
conseguir. —Ella le sonrió a Spider, quien le dio una pequeña
sonrisa y sacudió la cabeza.
—Mi madre dijo algo esta mañana que quiero compartir con todos
porque es la verdad. Dijo que tía Bee era amor, un amor que
compartía incondicionalmente con su familia y amigos. Todos
aprendimos de su ejemplo. La familia lo era todo para ella y tuvimos
el privilegio de tenerla como parte de nuestra familia. Un privilegio
que compartimos con todos en el Iron Dogz MC, desde el presidente
hasta el prospecto más humilde y la chica de club, ellos eran su
familia, sus hijos e hijas. Amaba ferozmente y luchaba por aquellos a
quienes amaba con la misma ferocidad. Discutía con sus seres
queridos cuando pensaba que lo necesitaban. Era honesta y directa.
Daba consejos sin barnizar la verdad. Deja atrás una familia que
lucha por su pérdida. Pero somos una familia que se recuperará
porque eso es lo que ella esperaría de nosotros. Y ninguno de
nosotros se atrevería a decepcionarla. Te amo y te extraño, tía Bee. Y,
por favor, intenta no cabrear a los ángeles mientras organizas el cielo
a tu entera satisfacción.
Hubo una carcajada cuando Genna salió del escenario y tomó su
lugar junto a Suzy.
Respirando profundamente, Hawk besó a su dama en la sien y se
puso de pie. No tenía ni puta idea de lo que iba a decir porque ya lo
habían dicho todo.
De pie detrás del atril, miró hacia un mar de caras. Civiles y del club.
—Cuando perdí a mi madre, ella me tomó de la mano. Cuando perdí
a mi hijo, ella me tomó de la mano. Cuando perdí a mi padre, ella
me tomó de la mano. El día que le dije que finalmente había
encontrado a la mujer que iba a convertir en mi dama, me dio una
colleja y me dijo que ya era hora. —Hawk sonrió mientras la gente
reía—. Cuando DC y yo le dijimos que estábamos embarazadas, nos
abrazó, sólo nos abrazó. Siempre recordaré la calidez y fuerza de sus
abrazos. Esos abrazos te decían que ella te amaba y te respaldaba. Al
igual que mi hermano Kid, me alegra que supiera que había
encontrado a mi mujer. Me alegra que supiera que estábamos
embarazadas. Me duele el corazón porque nunca podrá abrazar ni
malcriar a mis bebés. Cada persona de esta familia y del club se
asegurará de que todos nuestros hijos sepan quién era ella. Le
hablaremos de su enorme capacidad de amor y de su compasión por
los niños que han perdido a sus padres o que han sido abandonados
por los imbéciles que se hacen llamar sus padres. Tía Bee fue mi
último vínculo con mi madre y mi padre y ahora se ha ido, como
ellos. —Hawk señaló alrededor de la iglesia—. Estoy aquí en un
lugar de culto y todavía lo diré. Nunca perdonaré ni olvidaré cómo
la arrebataron de quienes la aman. Nunca. Fuiste mi madre cuando
la necesité, tía Bee. Siempre estaré agradecido de haberte tenido en
mi vida para enseñarme a ser un hombre. Incluso cuando a veces
olvidé esas lecciones y me desvié del camino. Nunca más las
olvidaré y se las enseñaré a mis hijos. Te doy mi palabra de honor. Te
amo, tía Bee y te extraño todos los días.
Hawk parpadeó para contener las lágrimas y permaneció en silencio.
—La dama de mi hermano Sin aceptó cantar hoy en honor a la tía
Bee. No es una canción de tristeza sino de alegría. La familia y yo
queremos agradecer a Sky por aceptar cantar para nosotros en tan
poco tiempo.
Necesitaba salir de ese maldito escenario y lo hizo. Sentándose junto
a su dama, tomó su mano entre las suyas y al instante sus entrañas
se calmaron.
Estaba tan atónito como todos los demás cuando el telón al fondo
del escenario se abrió para mostrar a Sky y toda su banda. No tenía
idea de que los muchachos habían volado para hacer esto por su tía.
Sonrisas y risas surgieron de los que estaban en el club cuando
sonaron los acordes iniciales. Porque conocían la canción. Era la
favorita de ella.
La banda estaba haciendo una versión de Katmandu de Bob Seger.
Muy pronto toda la puta iglesia estaba meciéndose y cantando,
agitando las manos en el aire con grandes sonrisas en sus caras. Era
una manera jodidamente épica de celebrar la vida de su tía. Ahora
todo lo que tenía que hacer era superar la fiesta posterior y el puto
discurso que se esperaba que diera.
Cuando la canción llegó a su fin, él, Bulldog, Ice, Spider, Kid y Johan
llevaron a tía Bee al coche fúnebre. Eran sólo ellos, nadie más. No se
quedaron a ver cómo el coche fúnebre se alejaba, sino que regresaron
a la iglesia.
Su tía se había ido y el cuerpo en ese ataúd en la parte trasera del
coche fúnebre no era ella.
Ella estaba en la canción que escucharon cantar en la iglesia y en las
personas que la amaban y celebraban su vida.
Dos horas más tarde, Hawk estaba nuevamente de pie en un
escenario. Esta vez era un escenario instalado en el campo frente a su
complejo. Sky y su banda habían interpretado un par de canciones
antes de dejarle el escenario.
Vio que ninguno de los presidentes de los grandes clubes 1% se
había ido. Todos estaban aquí y mirándolo. Sabía que se estaban
preguntando sobre el parche del uno por ciento que el Iron Dogz
MC tenía ahora en sus chalecos. Preguntándose si tenían un nuevo
enemigo al que enfrentarse.
No tendrían mucho tiempo para preguntarse.
Se hizo el silencio cuando tocó el micrófono.
—Hoy pusimos a descansar el corazón de nuestro club. Y sabiendo
quién era mi tía, sé que ahora mismo está con su hombre
mirándonos, sacudiendo la cabeza y frunciendo el ceño. Ella siempre
nos advertía que no bebiéramos demasiado. —Hawk se rio con sus
hombres y se encogió de hombros—. A veces esas advertencias
funcionaron, pero la mayoría de las veces no. A mis hombres y a mí
nos encantan las fiestas. —Se escucharon aullidos y Hawk levantó
una mano y los hombres se calmaron.
—El club no sólo perdió a mi tía sino que también perdimos a un
hermano durante el ataque. Nuestro hermano, Bok Pretorius, deja
atrás a una familia afligida y una hija. Como club lloramos con ellos.
Su pérdida también es la nuestra.
Pasándose una mano por la barba, Hawk miró a sus hombres y
luego a su dama que estaba parada al costado del escenario antes de
regresar la mirada.
—Los Iron Dogz han estado involucrados en una guerra durante
años. Era una guerra que no queríamos. No salimos a buscar mierda,
vinieron a por nosotros. Y vinieron por nosotros porque querían lo
que teníamos. La guerra nos quitó, constantemente. Teníamos
traidores y ratas en nuestra casa, pero los detectamos y tomamos
medidas para eliminar las amenazas. Y a pesar de que hicimos lo
que había que hacer, perdimos a dos de las mejores y más brillantes
almas de este club. La dama de nuestro hermano Rider, Penny, y
nuestra tía Bee. Como club honraremos su memoria y la forma en
que lo haremos será mediante un rally solidario. Un rally benéfico
que se realizará cada año en este día. Estará abierto a todos los que
quieran viajar con nosotros, sean moteros o civiles. Todo el dinero
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recaudado se destinará a apoyar los orfanatos de nuestra ciudad.
Aún no le hemos puesto un nombre al evento, pero lo haremos
pronto y Ziggy os lo hará saber a todos.
Silbidos y aullidos desgarraron el aire y Hawk tuvo que esperar
hasta que se calmaran antes de poder continuar.
—La guerra nos llevó a esto. —Golpeó el parche en su chaleco y se
hizo un pesado silencio.
—Hace años, el Iron Dogz MC llevaba el parche 1% con orgullo,
pero lo quitamos cuando elegimos otro camino. La guerra que
acabamos de librar nos hizo recorrer un camino tan cercano al
anterior que decidimos restablecer el parche. Pero con una
diferencia. Aquellos de vosotros que usáis el parche la notarán
inmediatamente. —Se dio unos golpecitos en el pecho—. Este
parche, el nuestro, está empapado de la sangre de aquellos que
perdimos. No significa que volvamos a ser 1%, en absoluto. Lo que
significa es que si vienes por nosotros, haremos lo que tengamos que
hacer independientemente de la ley.
Sus hombres se volvieron locos aullando, silbando y pataleando y
vio que muchos de los otros clubes se unían.
Había llegado el momento de pasar a las buenas noticias del día.
—Junto con la tristeza de este día, también tenemos una noticia
fantástica. Quiero hacer llegar la felicitación del club a nuestro
hermano Kid y a su dama Noe que hace dos días tuvo una niña.
Obviamente Noe y su preciosa bebé no pudieron estar aquí hoy,
pero les deseamos lo mejor y esperamos darle pronto la bienvenida a
la familia del Iron Dogz MC.
Miró a Sin y Sky.
—Felicitaciones a nuestro hermano Sin por reclamar a Sky, a quien
algunos de vosotros conocéis como Lix, como su dama. ¡Joder al fin!
Le damos la bienvenida a ella, a Lee y a CJ a la familia del Iron Dogz
MC. Y hermanos, pensad, tenemos una maldita banda famosa como
parte de nuestro club. Y sabéis lo geniales que son porque los
escuchasteis tocar hace unos minutos.
Silbidos y aullidos volvieron a desgarrar el aire. Hawk levantó las
manos y se hizo el silencio.
—Tengo más buenas noticias.
Extendió la mano hacia un lado e hizo una seña a DC para que se
acercara a él. Ella caminó suavemente hacia el escenario y hubo
aullidos de lobo proviniendo de unos sonrientes Spider, Banger,
Crash y Bollywood. Los cabrones.
Hawk la acercó a él y la rodeó con sus brazos, ambas manos sobre su
vientre.
—Mi dama y yo fuimos a hacernos uno de esos escáneres ayer.
Joder, hermanos, me dejó alucinado. Pensamos en guardarnos la
noticia para nosotros, pero luego pensamos que no, hoy era un buen
día para compartirla porque la tía Bee está muy cerca de nosotros.
Me complace mucho deciros que tengo el mismo súper esperma que
mi primo Ice, bastardos. —Hawk se estremeció de risa pero continuó
—. ¡Vamos a tener gemelos y son niños!
Se desató el pandemónium. Bulldog saltó al escenario y los envolvió
en un abrazo con Suzy corriendo y uniéndose al abrazo. Pronto se
les unieron Spider, Ice y Kid. Los hombres se volvieron locos,
aullaron y Hawk se unió a ellos, echando la cabeza hacia atrás y
aullando de alegría y de tristeza.
Al final todo se calmó y se lo pudo oír de nuevo.
—Mi dama y yo decidimos darles a nuestros muchachos nombres
que reflejen el espíritu de nuestro club. Un club que ha pasado por
tiempos oscuros pero que está resurgiendo de las cenizas más fuerte
que nunca. Si tenéis una bebida en la mano, os pido que se la
levantéis por nuestros muchachos, Asher y Phoenix Michaels
Walker.
Se alzaron vasos y botellas, silbidos, aullidos y gritos volaron hacia
el cielo cada vez más oscuro.
Hawk abrazó a su dama y a sus hijos mientras su familia celebraba
las nuevas vidas que pronto se unirían a ellos.
Levantó una mano y lentamente volvió a caer el silencio.
—Gracias y una última cosa. Quiero que celebréis la vida de la tía
Bee. Recordad, ella no querría que bebierais y montarais.
Disponemos de camas para aquellos que quieran descansar antes de
partir. Disfrutad de la noche.
Con eso finalmente podría alejarse de sus responsabilidades y
concentrarse en su dama. Ella había bajado del escenario antes que él
y la perdió de vista durante unos minutos. Mirando a su alrededor,
la vio con Rider y se dirigió hacia ellos. Le pasó el brazo por encima
del hombro, la atrajo hacia él y la besó en un lado de la cabeza.
El dolor brillaba en los ojos de Rider y lo lamentaba por él. Penny
había sido su única mujer, la única mujer hecha especialmente para
él. Sin ella estaba perdido. Gracias a Dios que tenía a su pequeña
hija, Delene, para mantenerlo con los pies sobre la tierra.
—Tengo un favor que pedirte, Prez. —Rider parecía jodidamente
serio y sabía lo que se avecinaba. Todos lo estaban esperando.
—Lo que sea, hermano. ¿Qué puedo hacer por ti?
—Necesito irme, jefe. Me estoy muriendo aquí. No puedo entrar a
casa, ni dormir en nuestra cama, ni mirar a mis hermanos con sus
damas y sus hijos. Y ver crecer el vientre de DC me tiene tan jodido
con emociones que preferiría no mencionar. Quiero irme, si eso
significa que tengo que recibir una paliza, no me importa, la
aceptaré. Sólo necesito estar lejos de donde la perdí a ella y a mi hijo.
Hawk extendió la mano y la puso sobre el hombro de Rider.
—No te voy a perder, hermano. Ni hoy, ni nunca. He hablado con
Scar, la casa de la playa es tuya y de Delene mientras la necesites. Ve,
ordena tu cabeza y cuando estés listo tu lugar estará aquí
esperándote. Y antes de que digas que no puedes quedarte en tu
casa, lo sé y tendremos una cabaña lista para ti y tu niña para
cuando regreses. Chris y Tori se encargarán de ello por ti. Estarán en
contacto cuando llegue el momento de los muebles y esas cosas. Te
sugiero que les dejes toda esa basura a ellas. Será un nuevo
comienzo para ti y Delene.
Cuando Rider intentó hablar, Hawk negó con la cabeza.
—No digas nada, hermano. Es un honor para mí cuidar de ti y de tu
bebé. Eres mi familia, nunca lo olvides.
—Gracias por comprender, Prez. —Rider esbozó una pequeña
sonrisa triste antes de alejarse.
DC puso ambos brazos alrededor de su cintura y él escuchó un
suave resoplido. Poniendo un dedo debajo de su barbilla, le levantó
la cara para poder mirar sus ojos oscuros.
—Extraño su sonrisa. Era la chica más dulce que he conocido. Él
nunca superará su pérdida—susurró ella.
—Él no superará su pérdida, cariño, pero el dolor disminuirá con el
tiempo. Con el tiempo empezará a vivir de nuevo porque tendrá que
hacerlo. Delene necesita que él sea su padre y eso lo traerá de
regreso con nosotros. Volverá, no pronto, pero volverá.
Hawk esperaba con todas sus fuerzas tener razón. Rider estaba roto,
todos podían verlo y no se estaba curando. El club no podía hacer
eso por él. Tenía que hacerlo por sí mismo.
Y él tenía su propia vida de la que ocuparse.
Gemelos que llegarían dentro de unos meses.
Malditos gemelos.
Y niños.
DC se había reído de él cuando les dijeron que los gemelos eran
niños.
Pequeña mierda. Aunque la risa era a costa de ella. Iba a quedar
embarazada de nuevo tan pronto como él pudiera convencerla de
que intentaran tener una niña.
Y era jodidamente bueno persuadiendo a su dama.
Por primera vez en ese día una verdadera sonrisa cruzó por su
rostro.
Una sensación de satisfacción lo invadió mientras estaba junto a su
dama observando a sus hombres y mujeres.
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Su club podría haber caído de rodillas, pero no estaba roto.
Se estaban reconstruyendo y se levantarían más fuertes que nunca.
Resucitarían de las cenizas como un fénix.
Más fuerte que nunca.
Epílogo II
Sin
La emoción le hervía en la sangre mientras el avión se dirigía hacia
la terminal. Estaban en casa. Finalmente.
CJ y él se habían reunido con sus chicas en Estados Unidos hacía casi
dos meses. Se lo pasaron genial pero ya era hora de volver a casa.
Mirando a través de los dos asientos del medio, se encontró con los
ojos de su dama y sonrió. Ella le devolvió la sonrisa y le dio un
pequeño meneo de emoción.
Le había llevado meses solucionar toda la mierda legal, pero en el
momento en que lo hicieron sus chicas empezaron a hacer las
maletas. Un contenedor lleno de basura femenina había sido enviado
a Durban, llegaría después que ellos, pero estaba bien. Su casa aún
no estaba lista.
Entre la reconstrucción de la casa club, el garaje, el estudio de Tori y
el Flying Heron Lodge, sus equipos de construcción se habían visto
muy limitados. Significaba que su casa había quedado relegada al
final de la fila.
Se había ido antes de que se terminara la casa club y también se
había perdido el nacimiento de los gemelos de Hawk y DC. Los
nombres que habían elegido para los niños eran épicos.
Asher y Phoenix Michaels Walker.
Nombres fuertes para niños que algún día liderarían el club cuando
su padre dimitiera.
Sin esperaba que su propio hijo estuviera allí para aconsejarlos
cuando llegara ese día.
No pasó mucho tiempo antes de que se le otorgara la custodia total
de CJ. Ice y sus contactos se habían asegurado de ello. El dolor en el
trasero habían sido todos los obstáculos que tuvieron que superar en
los Estados Unidos para obtener su nombre en el certificado de
nacimiento de Lilou y cambiar su apellido por el de él. Aunque todo
valió la pena. Sus hijos ahora tenían su apellido y eran legalmente
suyos.
Sky adoptaría a CJ, convirtiéndolo legalmente en su hijo. Ojalá fuera
antes de que llegara el nuevo bebé.
Su dama estaba embarazada de cuatro meses y él se maravillaba de
ello todos los días. Ella acababa de empezar a desarrollar un
pequeño bulto, no muy grande, pero él podía verlo y besarlo.
Esta vez experimentaría todo lo que se había perdido la última vez.
Extendiendo la mano a través de la división de los asientos, tomó la
de ella entre las suyas. Los niños inmediatamente colocaron sus
manos encima. Poniendo su mano libre sobre la de ellos, sonrió y
lanzó sus manos al aire.
—¡FAMILIA!—gritaron los niños y los demás pasajeros los miraron
y sonrieron.
Le sonrió a su familia. Todavía se sentía irreal que fueran suyos. Su
pequeña familia. Una familia que finalmente estaba trayendo a casa.
Pasar por la aduana y toda esa mierda le pareció una eternidad.
Debido a que Sky y Lee tenían pasaportes estadounidenses, tuvieron
que pasar por un puesto diferente al de él y CJ.
Él y su hijo recogieron su equipaje y lo colocaron en dos carritos
cuando finalmente las chicas se unieron a ellos. Empujando los
carritos a través de las puertas, su cabeza se levantó bruscamente
cuando escuchó los aullidos.
Sus malditos hermanos estaban aquí.
Los vio de inmediato. Un grupo de hombres de aspecto peligroso
con chalecos de cuero y amplias sonrisas.
Sus hermanos. Bullet, Spook, Boots, Wolf, Scar, Beast, Puzzle y
Zipper habían venido a darles la bienvenida a casa.
Los niños no dudaron. Corrieron hacia el grupo y pronto los
balancearon por el aire y abrazaron. Lo rodearon a él y a Sky y la
bienvenida fue lo suficientemente ruidosa como para que los cerdos
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del aeropuerto se dieran cuenta. Eso no era bueno. Tenían que salir
de allí antes de que uno de esos bastardos decidiera hacer algo
estúpido, como decirles que se callaran.
—Hermanos, el vuelo fue largo y nos gustaría llegar a casa. Vamos a
salir de aquí.
Scar lanzó una mirada a los cerdos, sonrió y asintió.
—Tienes razón, hermano. Vamos a llevarte a casa.
Bullet y Spook habían traído la jaula grande y pronto estuvieron
cargadas. Cuando salieron a la carretera tenían tres hermanos
delante y tres detrás durante todo el camino a casa.
La paz se instaló en el pecho de Sin cuando atravesaron las puertas
de las instalaciones del Iron Dogz.
Y allí, frente a ellos, estaba la nueva casa club. Viajar a Estados
Unidos antes de que estuviera terminada le provocaba curiosidad
por ver qué habían hecho. Las puertas de entrada estaban en el
centro del edificio y el acero pulido brillaba bajo el sol de última
hora de la tarde. Los garajes estaban terminados y también el estudio
de Tori. Mirando el complejo nunca dirías que se había quemado
hasta los cimientos. Todos los rastros del ataque habían sido
borrados.
La fila de motos relucientes frente a la casa club le hizo saber que sus
hermanos estaban adentro.
Esperando.
Sabía qué esperar, pero Sky y los niños no y no iba a advertirles. La
bienvenida del Iron Dogz era algo especial.
Entrar por las puertas y no oler los olores habituales fue extraño. Al
igual que el nuevo diseño. Había sido parte del equipo de diseño,
pero verlo terminado era increíble. Le hubiera encantado caminar y
echar un vistazo, pero eso tendría que esperar.
Su presidente y su dama estaban de pie debajo de una enorme
pancarta que decía Bienvenido a casa, sonriéndoles. Hawk echó la
cabeza hacia atrás y aulló y sus hermanos hicieron lo mismo. Sin ni
siquiera tuvo que pensar en ello cuando se unió a los aullidos.
Y entonces estaban rodeados por su familia, su familia Iron Dogz.
Sin embargo, mantuvo un ojo en su dama.
El médico en los Estados Unidos había dicho que estaba sana, pero
todavía estaba preocupado.
Su presidente lo abrazó y le dio una fuerte palmada en la espalda.
—Jodidamente feliz de que estés en casa, hermano—gruñó él.
—Yo también, Prez. Los extrañé a todos, bastardos. —Sin sonrió
mientras se alejaba pero mantenía sus ojos en Sky.
Hawk la miró y luego a él.
—¿Algo que necesites decirme, hermano? —Él frunció el ceño.
Sin sonrió.
—Nada, Prez. No se ha sentido muy bien pero está mejorando.
Mirando a Sky y luego a él, Hawk inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿Me estás diciendo lo que creo que me estás diciendo, hermano?
Sin asintió y sonrió ampliamente.
—Si estás pensando que mi dama está embarazada, entonces sí.
Tiene cuatro meses de gestación.
Agarrándolo, Hawk lo abrazó con fuerza.
—Joder, estoy muy feliz por ti, hermano mío.
Alejándolo, Hawk silbó y todos se volvieron hacia ellos. Pasando un
brazo sobre el hombro de Sin, acercó a Sky y la rodeó con el otro
brazo.
—Nuestro hermano trajo más buenas noticias. La familia Iron Dogz
está creciendo. Están esperando un hijo. —Hizo el anuncio y luego
empujó a Sin junto a su dama. Envolviéndola en sus brazos, sonrió
mientras sus hermanos los rodeaban aullando de alegría. Se rio
cuando vio a Lee y CJ en el círculo aullando con su familia.
Porque eso es lo que era el Iron Dogz MC para ellos.
Su familia.
Después de tomar un par de tragos con sus hermanos, interrumpió
las celebraciones porque su damas estaba cansada y los niños
empezaban a decaer. Ya era hora de llevarlos a la casa.
Spook, Boots y Bullet salieron con ellos y Bullet se deslizó en el
asiento del conductor de la camioneta mientras los otros dos se
subían a sus motos.
—Te llevaré a casa, Mfethu (NdelT: mi hermano). No estás
conduciendo después de estar en un avión durante putas horas y
beber esos tragos—dijo Bullet con un guiño a Sky.
Sin lo dejó pasar. Todo lo que quería era llevar a su familia a la casa
y si sus hermanos los llevaban, sería suficiente para él.
Bullet no condujo hasta la casa de la piscina como esperaba.
Cruzaron la puerta trasera y tomaron el camino que conducía a las
cabañas.
Donde había comenzado a construir su nuevo hogar. Quería que su
hogar estuviera cerca de la de sus mejores amigos y le gustaba la
comunidad rural que tenían.
¿Por qué mierda iban allí? ¿Su Prez tenía a alguien más alojado en la
casa de la piscina y se iban a quedar en una de las cabañas?
Sky lo miró con preguntas en los ojos y él sólo pudo encogerse de
hombros. No tenía idea de lo que estaba pasando.
El camino tenía una curva y podía ver las cabañas, pero desde ese
ángulo no se podía ver la casa que estaba construyendo para su
familia. Bullet tomó el camino más largo y se preguntaba en qué
cabaña se alojarían cuando de repente hizo clic.
No se alojarían en una cabaña. Sus hermanos habían terminado su
casa mientras él estaba en Estados Unidos.
Mientras conducían por la larga carretera con curvas, apareció a la
vista. La casa que había estado construyendo para su familia. Parecía
que ya estaba terminada. Y a juzgar por todas las motos estacionadas
en el camino de entrada y en la carretera, los bastardos se habían
escapado mientras Bullet, Spook y Boots conducían y los mantenían
ocupados.
Su Prez y DC estaban en las escaleras sonriendo ampliamente
mientras se detenían.
—¡Pensé que la casa no estaba terminada!—jadeó Sky mientras él la
ayudaba a salir de la jaula.
—No lo estaba cuando me fui, cariño. Mis hermanos la terminaron
para nosotros. —Tenía un jodido nudo en la garganta que le
dificultaba hablar.
Con un brazo alrededor de su dama y un niño a cada lado de ellos,
caminaron lentamente por el camino de entrada y subieron los
escalones que conducían a la amplia terraza. DC estaba
prácticamente saltando de emoción. Detrás de ellos estaban Jagger,
Sunny y Crash, Wolf y Leo, Scar y Chris, Beast y Tori, Ice y River con
Bulldog y Suzy, Kahn y su dama Vash. Y varios de sus otros
hermanos y sus mujeres.
DC dio un paso adelante y le tendió un llavero del Iron Dogz MC
que contenía un manojo de llaves. Sky lo tomó con los ojos llenos de
lágrimas. Su dama lloraba con mucha facilidad en estos días.
—Éstas son las llaves de tu reino. Íbamos a dejar las partes finales
hasta que regresaras, pero luego, por alguna razón, Chris se
obsesionó y quería que te mudáramos antes de que regresaras.
Ahora me alegro de que hayamos dejado que nos intimide, ya que
estás embarazada y no deberías levantar cosas pesadas—terminó DC
con una sonrisa y un guiño.
Su Sky estaba atónita y solo pudo negar con la cabeza mientras los
niños saltaban como locos.
—Gracias Prez, DC, a todos los que colaboraron en hacer esto por
nosotros. No tenéis idea de lo que esto significa para nosotros. —Sin
no sabía qué más decir.
—¡Papá! ¿Podemos entrar? ¿Puedo abrir la puerta primero? ¿Por
favor? —CJ saltó frente a él y suavemente tomó las llaves de su Sky y
se las entregó a su hijo.
CJ y Lee corrieron hacia la puerta de madera tallada y con la ayuda
de Jagger quitaron el cerrojo y empujaron la pesada puerta para
abrirla.
Sin no lo dudó. Puso un brazo alrededor de la espalda de Sky, se
inclinó y deslizó el otro debajo de sus muslos, levantándola en sus
brazos como una novia. Los brazos de su chica instantáneamente le
rodearon el cuello.
Entre fuertes aullidos y gritos de su familia, llevó a su dama a través
del umbral, a la casa de sus sueños.
Fin
EVIL BEAUTIFUL
Un híbrido Maingarde/ Iron Dogz
Se publicó como una historia corta, pero se reeditó como una novela
completa.
Será el primer libro de la nueva serie Maingarde.
La serie Iron Dogz no está terminada y continuará.
THE IRON DOGZ MC
SEDE JOHANESBURGO

OFICIALES
Presidente - Cole “Hawk” Walker – Su dama - Jasmine “DC”
Michaels/Crow
Vice Presidente - Gray “Ice” Walker – Su dama - River “Blue”
Anderson
Sargento De Armas - Carl “Sin” Smith/Schneider – Su dama - Skylar
“Sky/Lix” Copeland
Ejecutor - Joseph Maximilian “Beast” Van Den Bergh - Su dama -
Tori Keating
Capitán de Ruta - Lodewyk “Boots” Schoeman
Seguridad & Tecnología - Ryan “Jagger” Du Plessis – Su dama -
Sunny Wolmarans
Oficial de Información - Nolan “Ziggy” Porter
Tesorero - Marnus “Rider” De Ridder – Su dama - Penelope “Penny”
De Ridder
Secretario - Edwin “Kahn” Naidoo – Su dama - Lavashni “Vash”
Naidoo
Capellán - Gabriel “Bulldog” Walker – Su dama - Susan “Suzy”
Walker

OFICIALES SECUNDARIOS
Armero - Joshua “Scar” Quinn
Médico - Hannes “Zulu” Botha
LUGARTENIENTES
Warren “Spook” Hoffmann (Herido)
Shane “Wolf” Edwards - Su dama - Leona “Leo” Jordan
Jason “Scar” Quinn – Su dama - Amaliah Christina “Chris/Liah”
Marx
Christoph “Buzz” Esterhuizen
Duma “Bullet” Baloyi
Chrisjan “Ratel” Meintjes (Herido)
Johan “NikNak” Bezuidenhout
Arjun “Bollywood” Kumar
Eli “Bones” Cox
Kobus “Mamba” Schutte

SOMBRAS DE LOS
LUGARTENIENTES
Franco “Breker” Malan (Herido)
Neville “Puzzle” Nel
Koenraad “Smous” Van Zyl

MIEMBROS
Clayton “Dollar” O’Donnell – Novia – Deena Michaels
Kevin “Wrench” Clarkson
Sam “Crash” Du Plessis
Terrance “Terror” Makhubela
Brian “Sludge” Vermeulen – Su dama – Martie Vermeulen
Jacobus “Bok” Pretorius (Asesinado) – Su novia – Denise “Snow”
White
Steven “Zipper” Prescott
Ben “Banger” Viljoen
Nico “Mes” Van Der Westhuizen
Arno “Vissie” Visser
Hannes “Zulu” Botha
Owen “Drifter” Maharaj
William “Kite” Randal (Herido)
Kobus “Mouse” Pretorius
Leon “Adder” Johnson

PROSPECTOS
Devon Peterson
Damon Peterson

ANTIGUOS
Gabriel “Bulldog” Walker – Ocupa el cargo de Capellán
Ted “Taxi” Cox
Koos “Buffel” Bosman
Kobus “Krokodil” Schutte

NOMADAS
Presidente - Grant “Stone Hughes
VP - Vusi “Venom” Kumalo
Jace “Firecracker” Fisher
Leon “Leeu” Grobler
Michael “Jakkals” Jacobs
Sibusiso “Sprint” Ndlovu
FAMILIA
Beryl David – La hermana viuda de Bounty y Bulldog Walker
(Asesinada)
Gail & Johan Van Der Walt – La hija mayor de Bulldog y su esposo.
Sus hijos – Alice, April y los gemelos June y Jethro
Genna Walker – La hija menor de Bulldog
Engela “Slim” Esterhuizen – La hermana de Buzz Esterhuizen
Duncan Martins – El hijo de River con Dylan “Sparrow” Martins,
adoptado por Ice
Gabriel & Granger Walker – Los gemelos de Ice y River
Penelope “Penny” De Ridder – La dama/esposa de Rider
(Asesinada)
Delene De Ridder – La bebé de Rider y Penny
Harmony Pretorius – La dama/esposa de Kobus “Mouse” Pretorius
Jake Pretorius – El hijo de Kobus con Belinda Jean “Brandi”
Markham. Adoptado por Harmony
Quinn Edwards – El hijo adoptado de Shane “Wolf” Edwards y
Leona “Leo” Jordan
Frieda Naomi Adams Malan – Madre de Franco “Breker” Malan
Magrieta “Grietjie” Beukes – La dama de Neville “Puzzle” Nel
Deena Michaels – La novia de Clayton “Dollar” O’Donall

CHICAS DE CLUB – LAS CHICAS DE


LA TÍA BERYL “CTB’S”
Sandra “Sandy” Louw
Lorraine “Lori” Watson
Marilise “Leesie” De Wet
Suretha “Sooz” Jakobs
EL CONO del SILENCIO
Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición

El Jefe
Diseño

Max
Notas

[←1]
Cuando un grupo de hombres, uno tras otro como los vagones de un tren, follan con
un hombre o una mujer, normalmente por detrás.
[←2]
[←3]
Slang motero. Significa mantente erguido, no te estrelles. Lo de lado brillante se
refiere al lado brillante de una moto. Cuando tienes un accidente ese lado brillante
queda abajo. Se respetó la frase original porque es una frase muy muy motera.
[←4]

Algo parecido a esto.


[←5]
[←6]

Hablamos de cosas así.


[←7]

Hablamos de estas máquinas.


[←8]

Habla de estos libros.


[←9]

Amo esta comida. La forma en que se prepara la carne lo hace


único. Probadlo.
[←10]

Hablamos de esto. Seguro en cada país recibe un nombre. Acá son


bolsitas con sorpresas para entregar a los niños que asisten a la fiesta.

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