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5-8-2023 VÍAS DE

ADMINISTRACIÓN
FUNDAMENTOS DE ENFERMERIA

FATIMA CONCEPCION MARTINEZ GARCIA


3 “A”
INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CHIAPAS.
VIAS DE ADMINISTRACION.

Las vías de administración de los medicamentos han sido tradicionalmente divididas en tres
grandes categorías:

ENTERAL. En ésta, el fármaco se deposita en el tubo digestivo para ser absorbido a través de la
mucosa gastrointestinal, pasar a la circulación sistémica y ser distribuido en el organismo e incluye
las vías de administración oral con deglución, sublingual y rectal.

PARENTERAL. En ésta, el fármaco se deposita por medio de una inyección en el torrente sanguíneo
(intravenosa) o en un tejido (muscular, subcutáneo) de donde es absorbido, e incluye las vías
intravenosa, intramuscular, subcutánea e intradérmica, principalmente.

TÓPICA. En ésta, el fármaco se deposita directamente en el lugar donde va a ejercer su efecto


terapéutico, e incluye la administración de fármacos por inhalación, en la piel (cutánea), y en
mucosas (de la boca, ojos, oídos, nariz, vagina, uretra y recto).

FORMAS FARMACEUTICA.

• Polvos medicinales: sus componentes se presentan en forma pulverizada. Pueden estar o


no dosificados, mantener su pureza o estar mezclados con excipientes. Distinguimos los
polvos de uso tópico para aplicación dérmica y granulados para ingestión.
• Comprimidos: como su nombre indica, se comprimen en formato de pastilla
medicamentos en origen pulverulentos o granulados. Destacan por su dosificación exacta,
por su facilidad de conservación y envasado, así como por la comodidad de su
administración.
• Píldoras: a diferencia de los comprimidos, las píldoras son muy pequeñas y se tragan
enteras. Su peso no excede los 30 miligramos. Normalmente, disimulan el mal sabor mejor
que los comprimidos.
• Cápsulas: una forma farmacéutica de administración polivalente que sirve tanto para
polvos y líquidos. Su clasificación se divide en cápsulas de oblea y cápsulas de gelatina.
• Ampollas: tubos de cristal destinados a contener un medicamento líquido o en polvo para
soluciones inyectables o en vía oral. Además de las ampollas se pueden emplear los viales
para dosis múltiples. También existen unas ampollas especiales denominadas ampollas
bebibles.
• Jarabes: líquidos que contienen azúcar en una solución muy concentrada. Existen los
jarabes simples y los jarabes medicinales. Se conservan en frascos pequeños en lugares
oscuros y frescos.
• Inyectables: tienen forma de jeringuilla y penetran en tejidos hipodérmicos (inyección
hipodérmica), musculares (inyección intramuscular) y en el torrente sanguíneo (inyección
intravenosa).
• Emulsiones: mezcla heterogénea de dos líquidos inmiscibles. Como forma farmacéutica,
las emulsiones son semisólidas y estables.
• Colirios: se trata de líquidos acuosos que se administran sobre la conjuntiva ocular en
forma de gotas. Son transparente, tienen la misma presión osmótica que las lágrimas, son
neutros, se envasan en frascos cuentagotas y son estériles.
• Supositorios: se definen como formas farmacéuticas sólidas de forma cónica u ovoide,
alargada que puede ser absorbida por los líquidos de la mucosa rectal.
• Pomadas: formas farmacéuticas de aplicación dérmica. Su consistencia blanda se debe al
excipiente con el que se mezcla el medicamento. Las pomadas también abarcan las
cremas, las pastas dérmicas y los ungüentos. De igual forma, distinguimos entre pomadas
emolientes, protectoras y curativas.

¿Qué es un indicador de calidad?

Son instrumentos de medición, de carácter tangible y cuantificable, que permiten evaluar la


calidad de los procesos, productos y servicios para asegurar la satisfacción de los
clientes.

NOM-072-SSA1-2012, ETIQUETADO DE MEDICAMENTOS Y DE REMEDIOS HERBOLARIOS.

Establece los requisitos que deberá contener el etiquetado de los medicamentos y los remedios
herbolarios que se comercializan o suministran en el territorio nacional, sus instructivos y
el etiquetado de las muestras médicas de los mismos.

NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-073-SSA1-2005, ESTABILIDAD DE FÁRMACOS Y


MEDICAMENTOS.

El objetivo de los estudios de estabilidad, es proporcionar evidencia documentada de cómo la


calidad de un fármaco o un medicamento varía con el tiempo, bajo la influencia de factores
ambientales como: temperatura, humedad o luz. Los estudios permiten establecer las
condiciones de almacenamiento, periodos de re análisis y vida útil.

NOM-220-SSA1-2016, INSTALACIÓN Y OPERACIÓN DE LA FARMACOVIGILANCIA.

El uso terapéutico de un medicamento o vacuna se basa en criterios de eficacia, calidad y


seguridad, considerados desde la perspectiva de la relación beneficio/riesgo. De manera
general, los medicamentos y vacunas son seguros cuando sus riesgos se consideran aceptables con
relación al beneficio profiláctico terapéutico que aportan, es decir, cuando el patrón de
reacciones adversas resulta tolerable.

La Farmacovigilancia se considera como una más de las actividades de la salud pública, destinada
a la detección, identificación, cuantificación, evaluación y prevención de los posibles
riesgos derivados del uso de los medicamentos y vacunas en seres humanos.

Vías de administración

- Vía oral
- Vía intramuscular
- Vía ótica
- Vía rectal
- Vía intravenosa
- Vía peridural
- Vía sublingual
- Vía subcutánea
- Vía intraarticular
- Vía enteral
- Vía oftálmica

Medicamento oral

La administración por vía oral consiste en el paso de los medicamentos desde la cavidad bucal al
estómago o la porción proximal del intestino delgado para su posterior absorción.

Vía oral

Se pueden administrar por vía oral como líquidos, capsulas, tabletas o comprimidos
masticables.

Es la más conveniente, segura y menos costosa.

Sus limitaciones es la absorción, metabolización, interacciones.

Formas orales solida

Comprimidos: Formas farmacéuticas sólidas que contienen, en cada unidad, uno ovarios principios
activos. Pueden ser no cubiertos, recubiertos, o de varias capas.

Cubierta entérica, liberación prolongada, efervescentes, bucales.

Tipos de sistemas

- Sistema de liberación acelerada: Disolución rápida de los fármacos sin necesidad de


administración de líquidos.

Tipos de sistemas

- Sistema de liberación diferida:

Retardadas: diseñadas para salvar el pH gástrico o para evitar gastrolesividad del fármaco. No
prolongan el efecto terapéutico.

Pulsátil: liberación secuencial del medicamento

- Sistema de liberación prolongada: Diseñados para prolongar la concentración plasmática


del fármaco o para mejorar las características farmacocinéticas del medicamento.

Capsulas

Son preparaciones de consistencia sólida formadas por un receptáculo duro oblando, que
contienen una unidad de medicamento.

Tipos de capsulas

• Cápsulas duras: formadas por la tapa y la caja.


• Cápsulas blandas o perlas: receptáculo de una sola pieza. Cápsulas decubierta resistente a
los jugos gástricos. Cápsulas de liberación modificada.
Otras formas orales solidas

• • Polvos: El principio activo está disperso en un excipiente


pulverulentantibióticos, fermentos lácticos, antiácidos etc.
• Granulados: Agregados de partículas de polvos del principio activo
• Píldoras, tabletas
• • Preparaciones sólidas y esféricas, destinadas a ser deglutidasíntegramente.
• Tabletas: Son pastillas para deslizar en la cavidad bucal.
• • Liofilizados: Son dosis unitarias, muy porosas e hidrófilas y fácilmente
dispersables en agua.

Cuando no se debe utilizar la vía oral

• Cuando una persona no puede ingerir nada debido a una lesión de tráquea, esófago o por
intolerancia.
• Cuando un medicamento se debe administrar rápidamente o en una dosis muy precisa o
muy grande.

Administración de medicamentos por vía oral

- • Verificar que los datos del registro del medicamento y el nombre del
- paciente correspondan a la orden médica.
• Verificar nombre y presentación del medicamento.
• Verificar caducidad.
• Verificar dosis y hora de administración.
• Hablar al paciente por su nombre y explicar lo que se le va a hacer.
• Asegurarse que el paciente ingiera el medicamento.
- • Registrar el medicamento al término del procedimiento en el formato
- establecido.

5 correctos

• Medicamento correcto.
• Dosis correcta.
• Vía correcta.
• Hora correcta.
• Paciente correcto

Preparación y administración de tratamiento.

DEFINICIÓN

Administración de fármacos por vía oral.

OBJETIVOS

• Preparar y administrar los distintos fármacos, en estado líquido o sólido por vía
digestiva, con fines terapéuticos y/o diagnósticos, en dosis y horarios indicados.

PERSONAL
• Enfermera
• Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.

MATERIAL

• Fármacos en la presentación prescrita.


• Batea
• Dosificador
• Triturador
• Jeringa
• Agua o líquido adecuado según tipo de fármaco.
• Vasos/sobres
• Guantes no estériles.
• Servilleta o celulosa

EJECUCIÓN

Preparación del personal

• Asegurar que todo el material necesario esté a mano.


• Higiene de manos.
• Colocación de guantes.

Preparación del paciente

• Identificación del paciente.


• Informar al paciente y familia del procedimiento a realizar. i
• Fomentar la colaboración del paciente según sus posibilidades.
• Preservar la intimidad y confidencialidad.

Procedimiento

 Comprobar: el fármaco prescrito, dosis correcta prescrita y adecuada para el paciente,


momento correcto, vía correcta, identidad del paciente.
 Asegurarse de que no existe contraindicación o alergia al fármaco prescrito.
 Comprobar la caducidad del fármaco.
 Etiquetar el sobre/vasito de la dosis con al menos dos identificadores inequívocos del paciente
para verificar la identidad. No son válidos aquellos identificadores que pueden ser variables
(ej. número de cama y unidad de ingreso).
 Verificar que el sobre/vasito sólo contiene medicamentos por vía oral.
 Preparar el fármaco, sin tocar los comprimidos.
 Usar guantes en caso de manipular fármacos de quimioterapia.
 Valorar el estado de conciencia y la capacidad de deglución del paciente, de no poder tragar,
triturar los comprimidos a excepción de las fórmulas retardadas, o avisar a su médico, para
cambiar la medicación por otra presentación del mismo (jarabes, sobres…).
 Si está indicado triturar el fármaco:

o Se sugiere, el uso de un triturador o de otro equipo adecuado, no poroso, que pueda


limpiarse fácilmente y que evite la contaminación cruzada.
o Todos los equipos deben limpiarse y secarse después de cada uso.

o Para los medicamentos citotóxicos, utilizar un equipo para cada persona.

 Higiene de manos del paciente. Verificar a pie de cama que el tratamiento a administrar y la
identidad del paciente son correctos.
 Entregar la medicación al paciente comprobando que la toma y prestándole ayuda, si precisa. i
 Tener en cuenta que algunos medicamentos no deben ser mezclados entre sí.
 Dejar al paciente en posición cómoda, permitiéndole el fácil acceso al timbre y objetos
personales.
 Retirar todo el material.
 Retirar los guantes.
 Higiene de manos.
 Valorar la tolerancia y los posibles efectos adversos comunicándoselos al médico si los
hubiera.

CONSIDERACIONES ESPECIALES

 Comunicar eventos adversos.

REGISTRO

Anotar en el registro correspondiente en la historia clínica digital:

• Procedimiento realizado.
• Fecha y hora de administración del medicamento.
• Fármaco administrado, presentación y dosis.
• Cualquier evento adverso del medicamento.
• En caso de no administrar la medicación, motivos por los que no se administra.
• Respuesta del paciente al procedimiento.

ADMINISTRACION DE MEDICAMENTOS VIA SUBLINGUAL.

Objetivo

 Administrar fármacos debajo de la lengua con el fin de conseguir la incorpora ción del
fármaco al torrente circulatorio y así obtener un efecto más rápido.

Material

Procedimiento

 Formar al paciente y a la familia.


 Lavar las manos y ponerse los guantes desechables.
 Solicitar al enfermo que levante la lengua e introducir el fármaco debajo deésta. Pedirle que
cierre la boca y que intente no tragar saliva durante unosminutos.
 Comprobar su correcta absorción.
 Registrar en la hoja de comentarios de enfermería los efectos indeseables que
 se pudieran producir.

Observaciones
 Mantener observación estricta del paciente debido a la rápida absorción de estavía.
 Conocer acción y efectos secundarios del fármaco administrado, ante posibles complicaciones.
 Si existe la posibilidad, administrar el fármaco por esta vía después de las comi das ya que la
vascularización de la zona es máxima.
 Vía especialmente útil para administración de nitritos y fármacos hipotensores.
 Educar al paciente y familia respecto a la administración en previsión al alta.

Antes de administrar el fármaco asegurarse de la "regla de los 5 correctos":

- Fármaco correcto.
- Dosis correcta.
- Vía correcta.
- Hora correcta.
- Paciente correcto

VIA DE ADMINISTRACION DE MEDICAMENTOS VIA INTRADERMICA.

DEFINICIÓN

Administración de fármacos por vía intradérmica.

OBJETIVOS

• Preparar y administrar con seguridad medicamentos mediante inyección en las capas


superficiales de la piel, entre la dermis y la epidermis con fines diagnósticos,
terapéuticos y/o preventivos.

PERSONAL

• Enfermera

MATERIAL

• Medicación prescrita.
• Batea
• Guantes no estériles.
• Aguja para preparar medicación.
• Aguja de 25 G., 9,5-16mm. y bisel corto.
• Jeringa graduada de 0.5-1ml.
• Algodón o gasa.
• Solución antiséptica incolora.
• Rotulador
• Contenedor para material corto-punzante.

EJECUCIÓN

Preparación del personal

• Asegurar que todo el material necesario esté preparado.


• Higiene de manos.
• Colocación de guantes.
Preparación del paciente

• Identificación del paciente.


• Informar al paciente y familia del procedimiento a realizar. i
• Fomentar la colaboración del paciente según sus posibilidades.
• Preservar la intimidad y confidencialidad.

Procedimiento

• Comprobar el fármaco prescrito, dosis correcta prescrita y adecuada para el paciente,


momento correcto, vía correcta, identidad del paciente.
• Asegurarse de que no existe contraindicación o alergia al fármaco prescrito.
• Comprobar la caducidad del fármaco.
• No administrar fármacos etiquetados incorrectamente.
• Se recomienda el uso de técnica estéril para la preparación de inyecciones
intradérmicas.
• Desinfectar tapón del vial.
• Cargar la dosis prescrita en la jeringa y desechar la aguja utilizada sin taparla en
contenedor de objetos punzantes y/o cortantes.
• Conectar la aguja de calibre 25 G para la administración del fármaco.
• Determinar con el paciente la zona para administrar la medicación: cara interna de
antebrazos o en su defecto la parte superior del tórax o en las escápulas y comprobar
que sea la piel fina, sin vello ni manchas.
• Limpiar la piel con la solución antiséptica, siguiendo un movimiento en espiral del
centro a la periferia aproximadamente 7 cm y esperar a que esté seca.
• Asegurar que no hay aire en la jeringa y empujar el émbolo hasta que vea aparecer la
solución en el bisel.
• Tensar la piel con la mano no dominante tirando hacia arriba con el dedo pulgar o
tensándola entre los dedos índice y pulgar para evitar molestias y que la aguja penetre
en tejido subcutáneo.
• Colocar la jeringa de forma que la aguja quede paralela a la piel y con el bisel hacia
arriba.
• Introducir la aguja con el bisel hacia arriba formando un ángulo inferior a 15º y
avanzar unos 2mm, con lo que el bisel queda visible bajo la superficie cutánea.
• Inyectar el fármaco, sin aspirar, comprobando que se forma pápula o vesícula.
• En caso de no aparecer la vesícula, es que se ha realizado la punción muy profunda;
repetir la prueba.
• Si sangra la zona después de retirar la aguja o si no se ha formado la vesícula, se debe
repetir la inyección a una distancia mínima de 10 cm.
• Retirar suavemente la aguja con el mismo ángulo que se insertó, sin limpiar, frotar ni
masajear la zona. El masaje tras la inyección puede dispersar la medicación.
• Si la inyección intradérmica se realiza para determinar el Test de la Tuberculina
(Mantoux) o pruebas de alergia, señalar la zona dibujando un círculo alrededor del
perímetro de inserción (de entre 2 y 4 cm de diámetro) para facilitar la lectura
posterior de la reacción.
• Informar al paciente que no se lave, ni toque la zona de la punción hasta que no se
realice la lectura de la prueba. i
• Desechar el material en el contenedor adecuado.
• Retirarse los guantes.
• Higiene de mano.
• Valorar la tolerancia y los posibles efectos adversos comunicándoselos al médico si los
hubiera.

CONSIDERACIONES ESPECIALES

• Comunicar eventos adversos.


• La lectura del Test de la Tuberculina será a las 48 y 72 horas tras la inyección y se
realizará la medición sobre la parte indurada, no sobre el eritema.

REGISTRO

Anotar en el registro correspondiente en la historia clínica digital:

• Procedimiento realizado.
• Fecha y hora de administración del medicamento.
• Fármaco administrado, presentación y dosis.
• Cualquier evento adverso del medicamento.
• En caso de no administrar la medicación, motivos por los que no se administra.
• Respuesta del paciente al procedimiento

ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR VÍA SUBCUTÁNEA

La inyección subcutánea es una de las maneras más habituales de administración parenteral de


medicación, no solo utilizada para inyectar vacunas, heparinas o insulinas, sino también para otras
situaciones en la que se considera como vía de elección.

Para la administración de medicamentos por vía subcutánea elegiremos zonas donde el panículo
adiposo sea de mayor espesor, para garantizar así ́ la máxima absorción del fármaco. Tanto para la
punción con palomilla como con jeringa se recomiendan las mismas zonas de inyección.

Valoraremos el grado de postración del paciente para asegurar su comodidad, estando indicadas
en el paciente encamado aquellas zonas libres y exentas de presión, favoreciendo el confort y
evitando posibles complicaciones. En caso de pacientes autónomos, utilizaremos las zonas que
aseguren su autonomía. Además debemos facilitar la administración de la medicación al cuidador,
utilizando zonas accesibles y asegurando la colocación de los dispositivos de tal manera que sean
visibles y fáciles de manejar.

No deberíamos elegir nunca regiones previamente radiadas, por ser zonas dañadas que no
aseguran la absorción correcta de los fármacos, ni lugares próximos a articulaciones o
prominencias óseas, por ser zonas que presentan un menor espesor en el tejido subcutáneo y
tienen, por tanto, una menor capacidad de absorción. Tampoco elegiremos las zonas donde exista
edema, inflamación, infección, cicatrización, lunares o cualquier otro tipo de lesión que no
garantizan la absorción. Y en la mujer, no pincharemos en el tejido mamario, para no interferir en
el drenaje linfático.

En pacientes con riesgo de agitación a los que vayamos a colocar catéteres subcutáneos,
seleccionaremos la zona escapular, al ser una vida poco accesible para el paciente y por lo tanto
menos susceptible de arrancamientos.

Técnica general de administración de fármacos por vía subcutánea

Explicar el procedimiento al paciente y responder a las dudas que pueda tener.

Proceder al lavado de manos y preparación del material.

Ponerse guantes (no es necesario que sean estériles).

Seleccionar el lugar de punción según las indicaciones vistas anteriormente.

Para realizar la técnica, colocaremos al paciente en una posición cómoda, y en caso de seleccionar
un miembro, moverlo para disponer de una visualización completa de la zona antes de puncionar.

Desinfectar la zona elegida con antiséptico.

Pellizcar la zona de piel elegida con la mano no dominante.


Introducir en el pliegue la aguja con la jeringa montada, con el bisel hacia arriba y formando un
ángulo de 45º.

Introducir la cantidad de fármaco prescrito.

Retirar la aguja, limpiar la piel de restos de medicación y colocar un apósito si es necesario.

Finalmente, Registrar la técnica.

• Pellizco administración subcutánea


• Pliegue administración subcutánea
• Angulo inyección subcutánea
• Angulo de inyección subcutánea

Formas de administración de fármacos por esta vía

Administración en bolo

De forma puntual (medicación de dosis única) o periódica-intermitente (uno o varios fármacos


pautados o a demanda).

Para ello utilizaremos:

Jeringas con aguja (o presentaciones precargadas): vacunas, insulinas, heparinas de bajo peso
molecular, eritropoyetina, interferones, citotóxicos, etc.

Palomilla: por ejemplo para control de síntomas.

Infusión continua

Bombas de infusión: para administración de insulina, control de síntomas o sedación.

Por gravedad: hipodermoclisis.

Aunque las dos formas de administrar medicación subcutánea se pueden complementar entre sí,
utilizando la infusión continua para administrar medicación de forma sostenida y la infusión en
bolos para administrar medicación de rescate, la infusión continua tiene usa serie de ventajas
respecto a la infusión intermitente:

• Menor riesgo de infección al no realizar manipulación de la vida.


• Concentración plasmática uniforme.
• Posibilidad de administrar volúmenes más grandes.
• Admite administrar distintos fármacos dentro de la misma infusión (excepto mezclas de
fármacos incompatibles).
• Permite una mayor autonomía y del paciente y por consiguiente una mejor calidad de
vida.

VIA INTRADERMICA.
Las inyecciones intradérmicas (ID) se administran en la dermis justo debajo de la epidermis.

Las inyecciones intradérmicas (ID) tienen el tiempo de absorción más largo de todas las vías
parenterales porque hay menos vasos sanguíneos y no hay tejido muscular. Este tipo de
inyecciones se utilizan para las pruebas de sensibilidad porque la reacción del paciente es fácil de
visualizar y se puede evaluar el grado de reacción. Ejemplos de inyecciones intradérmicas incluyen
tuberculosis (TB) y pruebas de alergia.

Sitios anatómicos

Los sitios anatómicos más comunes utilizados para las inyecciones intradérmicas son la superficie
interna del antebrazo y la parte superior de la espalda debajo de la escápula. La enfermera debe
seleccionar un sitio de inyección que esté libre de lesiones, erupciones, lunares o cicatrices que
puedan alterar la inspección visual de los resultados de la prueba.

Descripción del Procedimiento

Limpie el sitio con un hisopo con alcohol o un hisopo antiséptico durante 30 segundos con un
movimiento firme y circular. Permita que el sitio se seque. Permitir que la piel se seque evita
introducir alcohol en el tejido, lo que puede ser irritante e incómodo.

Use una jeringa de tuberculina, calibrada en décimas y centésimas de mililitro, con una longitud de
aguja de 1/4 pulgadas a 1/2 pulgadas y un calibre de 26 o 27.

La dosis de una inyección intradérmica suele ser inferior a 0.5 mL, y el ángulo de administración
para una inyección ID es de 5 a 15 grados. Usando su mano no dominante, extienda la piel tensa
sobre el sitio de la inyección. La piel tensa proporciona fácil entrada para la aguja y también es
importante para los adultos mayores, cuya piel es menos elástica.

Sostenga la jeringa en la mano dominante entre el pulgar y el índice, con el bisel de la aguja hacia
arriba en un ángulo de 5 a 15 grados en el sitio seleccionado. Coloque la aguja casi plana contra la
piel del paciente, con el lado biselado hacia arriba e inserte la aguja en la piel. Mantener el lado
biselado hacia arriba permite una perforación suave de la piel y la inducción de la medicación en la
dermis. Avanzar la aguja no más de un octavo de pulgada para cubrir el bisel. Una vez que la
jeringa esté en su lugar, use el pulgar de la mano no dominante para empujar el émbolo para
inyectar lentamente el medicamento.

Una vez completada la inyección de ID, debe aparecer una ampolla (pequeña ampolla) debajo de
la piel. La presencia de la ampolla indica que el medicamento se ha colocado correctamente en la
dermis.

Retirar cuidadosamente la aguja del sitio de inserción utilizando el mismo ángulo en el que se
colocó para no perturbar la ampolla. Retirarse en el mismo ángulo que la inserción también
minimiza las molestias al paciente y el daño al tejido. No masajear ni cubrir el sitio. Masajear el
área puede extender la solución al tejido subcutáneo subyacente. Deseche la jeringa en el
recipiente para objetos punzantes. Si le administra una prueba de TB, aconseje al paciente que
regrese para una lectura en 48-72 horas. Deseche los suministros usados, quítese los guantes,
realice la higiene de las manos y documente.
VIA INTRAMUSCULAR.

La inyección intramuscular es una técnica utilizada para aplicar un medicamento dentro de un


músculo. Este tipo de inyección puede ser aplicada en los glúteos, en los brazos o en el muslo para
la administración tanto de vacunas como de medicamentos, como Voltaren, Benzetacil o complejo
de vitamina B, por ejemplo.

Las inyecciones intramusculares deben ser aplicadas por un profesional de la salud, como un
médico o un enfermero para garantizar que la técnica se realiza de forma correcta.

Cuando la inyección intramuscular se aplica de forma incorrecta, puede lesionas estructuras


cercanas, como nervios o vasos sanguíneos, causando síntomas y complicaciones, como dolor,
alteraciones de la piel, infecciones e incluso parálisis de miembro inferior.

Materiales

• Medicación prescrita
• Batea
• Aguja para la preparación del medicamento.
• Aguja de calibre y longitud adecuada.
• Jeringa (la cantidad de fármaco a administrar será la que determinará su capaci dad).
• Guantes no estériles (solo en caso de aislamientos de contacto)9,10
• Celulosa o gasa non estéril
• Contenedor para material punzante
• Antiséptico homologado (ver observaciones)

Procedimiento

Antes de la administración

1. Siguiendo los cinco principios de administración de la medicación, verificar: fár maco, dosis, vía,
hora y paciente correcto. Asegurarse de que no existe contraindicación o alergia al .2. Comprobar
la fecha de caducidad.

3. Presentarse e identificarse.

4. Comprobar la identidad del paciente, según el procedimiento de aplicación en el Sergas.

5. Respetar la intimidad del enfermo y guardar la confidencialidad de sus datos.

6. Informar al paciente y/o el cuidador principal del procedimiento que se va a realizar y solicitarle
su colaboración, a ser posible, recalcando su utilidad, usando un lenguaje comprensible y
resolviendo sus dudas y temores. En el caso de pacientes pediátricos explicarle el procedimiento a
los padres

7. Solicitar su consentimiento de forma verbal, siempre que sea posible.

8. Asegurar que todo el equipo necesario está a mano.

Administración de la medicación
9. Higiene de manos rutinario o uso de solución hidroalcohólica.

10. Preparar la medicación que se va a administrar. Comprobar integridad del fármaco y la


ausencia de partículas en suspensión. Algunos medicamentos están disponibles en jeringas
precargadas y se deben seguir las instrucciones del fabricante.

11. Si procede, desechar la aguja utilizada en el recipiente de material punzante o cortante.

12. Conectar la aguja de calibre adecuado para su administración.

13. Determinar con el paciente el área para administrar la medicación: dorsoglútea,ventroglútea,


vasto lateral externo o deltoides.

14. Colocar el paciente en la posición idónea para alcanzar la relajación de la zonamuscular


elegida.

15. Palpar la zona de punción para descartar hematomas o signos de endurecimientoo infección.

• Aplicar presión manual en el lugar de la inyección diez segundos antes de insertar la aguja.

• En el caso de aplicar antiséptico sobre la piel (ver apartado observaciones), realizar movimientos
en espiral hacia fuera y dejar secar el tiempo necesario según el producto utilizado.

• Insertar la aguja en la profundidad deseada, en un ángulo de 90° con unmovimiento rápido y


seguro, con la aguja separada de jeringa o con la aguja yla jeringa conectadas.

• Aspirar (5-10 segundos) en la inyección en la región glútea, debido a la cercanía de la arteria


glútea. No es necesario en otras áreas.

En el caso de aspirar sangre, retirar la aguja y reiniciar el procedimiento con Un nuevo equipo
estéril.

16. Administrar lentamente el medicamento, cerca de 10 segundos por ml, para permitir que sea
absorbido por el músculo14

17. Retirar la aguja rápidamente en el mismo ángulo en el que fue insertada.

18. Aplicar celulosa o gasa seca y ejercer presión en la zona, sin masajear.

19. Desechar la aguja en el recipiente de material punzante o cortante, y el resto del material.

20. Realizar higiene de manos con jabón o con solución hidroalcohólica.

21. Valorar la tolerancia y los posibles efectos adversos y comunicárselos al médico, si los hubiera.

22. Firmar la administración de la medicación en el lugar correspondiente y registrar las


incidencias en el caso de producirse.

Observaciones
• La aguja usada para cargar la medicación no será la misma que se usará para administrárselo al
paciente (reduce el malestar del paciente).

• Evitar las interrupciones a las enfermeras durante la preparación y administración de


medicamentos.

• Para elegir el lugar de inyección hay que considerar, entre otros: edad, tipo de medicación,
volumen que se va a administrar (si > 2ml, no en deltoides).

• No hay información suficiente sobre la necesidad de desinfección alcohólica de la piel antes de la


inyección intramuscular, siendo necesarios estudios adicionales. Tampoco con respecto al
producto o a la concentración de antiséptico a utilizar22. Algunas guías de hospitales Españoles
recomiendan el uso de alcohol 70º, clorhexidina alcohólica 2% o la clorhexidina alcohólica al 0,5
%23,24

• En el caso de vacunas vivas atenuadas está contraindicado el uso de alcohol o productos en


base alcohólica. En neonatos usaremos clorhexidina en base acuosa.

• En una revisión hecha en el año 201626 se recomienda desinfectar la piel en el caso devacunas
vía parenteral ya que se trata de una intervención de bajo coste para prevenir un evento de muy
baja prevalencia pero de coste significativo.

• No administrar inyecciones intramusculares en zonas inflamadas o edematosas, con cicatrices o


lunares, marcas de nacimiento u otras lesiones.

• La administración IM puede estar contraindicada en pacientes con alteración de los mecanismos


de la coagulación, enfermedad vascular periférica oclusiva, choque, después del tratamiento
trombolítico y durante un infarto agudo de miocardio, puesto que la absorción periférica está
alterada.

• Nunca administrar el fármaco en un vaso sanguíneo.

• Rotar las zonas de punción en aquellos pacientes que requieran tratamiento prolongado.

• Si durante la administración del medicamento el paciente refiere dolor intenso irradiado por la
extremidad, suspender la inyección y cambiar la zona de punción.

• La aguja debe de ser lo suficientemente larga para que el medicamento sea inyectado en el
músculo y prevenir complicaciones como los granulomas.

• En pacientes obesos, presionar y tensar la piel de la zona de punción con el dedo índice y pulgar
de la mano no dominante; se recomienda la zona ventro-glútea para evitar administrar la
medicación en tejido subcutáneo.

• En pacientes con escaso tejido adiposo o los bebés recién nacidos hacer un pliegue cutáneo con
los dedos pulgar e índice de la mano no dominante para realizar la punción.

• Administrar siempre los medicamentos a temperatura ambiente.


• En el caso de administración de fármacos que irritan el tejido subcutáneo o pueden causar
manchas en la piel, utilizar la técnica de inyección IM en Z). Anotes de la inyección mover
lateralmente la piel y tejido subcutáneo sobre el músculo liberando la tensión tras la retirada de la
aguja y jeringa para formar un camino de zigzag. No ejercer masaje en el punto de punción

• Es importante saber que algunos medicamentos pueden cristalizar en el interior de la aguja si


demoramos mucho su administración.

• La enfermera que prepara el medicamento es la que debe administrarlo. Nunca administre un


medicamento preparado por otra persona.

• En el paciente pediátrico: la persona que cuida al niño debe estar siempre presente. En lactantes
se recomienda dar el pecho durante e inmediatamente después del procedimiento. En niños
mayores, se aconseja la distracción con juguetes, vídeos o música.

• Si existe alguna duda, no administrar y consultar.

• Según la pirámide de uso adecuado de guantes de la OMS, no está indicado como norma en
inyecciones intramusculares ni subcutáneas el uso de guantes, salvo heridasen el paciente o en el
trabajador.

• Entre las complicaciones asociadas con la inyección IM se encuentran: contracción muscular,


parálisis, lesión de nervio periférico, irritación local, dolor, infección, hematomas, neuropatías,
sangrado, nódulos persistentes, daño permanente en el nervio ciático con resultado de parálisis,
fibrosis, absceso, necrosis de tejidos.

Registros

• Se realizarán en la aplicación informática (GACELA, SILICON, IANUS, HCEPRO...), en la hoja de


enfermería o en cualquier otro sistema de registro con el que cuente la unidad.

• Se deberá anotar medicamento administrado, dosis, hora, y la respuesta del paciente, así como
los eventos adversos y/o efectos secundarios si los hubiera. En el caso de no administrar algún
medicamento, anote el motivo.

• Registrar en el plan de cuidados del/de la paciente las acciones derivadas del procedimiento

VÍA INTRAVENOSA

Es un tipo de vía parenteral en la que el fármaco es administrado a través de diferentes venas del
cuerpo y pasa directamente al torrente sanguíneo, esquivando cualquier proceso de absorción
como ocurre en otras vías.

Por tanto, somos capaces de conocer con mayor precisión la concentración de fármaco en sangre,
observar la respuesta del paciente a estos con mayor rapidez ( efectos deseables y no deseables) y
conocer la dosis necesaria en cada caso.

Necesita de gran asepsia, puesto que aumentan los riesgos de ocasionar enfermedades que pasen
a vía sistémica de forma inmediata.
En esta vía se debe mantener un control exhaustivo del paciente, de sus constantes y reacciones.

Podemos distinguir tres campos fundamentales de administración intravenosa:

INYECCIÓN INTRAVENOSA DIRECTA.

Es la administración del medicamento tal y como viene presentado, pudiéndose inyectar el


contenido de la ampolla o el vial reconstituido directamente en la vena.

Lo podemos administrar desde la jeringa usando la aguja de administración intravenosa o bien en


el punto de inyección que disponen los equipos de administración intravenosos; palomita,
catéter…..

La administración del fármaco por tanto sería en bolo, pero también entran en esta vía aquellos
fármacos que diluimos de forma discreta con una cantidad adicional de solución salina o agua para
inyectables que es en la mayor parte de los casos. Este práctica de diluir el fármaco la
consideramos más que recomendable, porque además de minimizar los posibles efectos negativos
que pueda ocasionar el fármaco por sí mismo en el paciente, nos ayuda a conservar en mejores
condiciones el acceso venoso que hemos conseguido, disminuyendo las posibilidades de irritación
química de la vena en la que estamos administrando el fármaco, sobre todo en soluciones ácidas,
alcalinas o hipertónicas (fleboirritantes).

Como recomendación diremos que los fármacos que se presente en una capacidad de 1 o 2 ml,
debemos diluirlos en jeringa de 10ml hasta completar esta, si la presentación del fármaco es más
de 2 ml, usaremos la jeringa de 20ml hasta completar esta para su administración.

La velocidad de administración debe ser lenta de forma general, como mínimo en 1- 2 minutos en
unos casos y en 3-5 minutos en otros. En algunos casos en concreto, la administración en bolo
intravenoso muy rápido sin diluir pasa a ser parte fundamental para el tratamiento debido a la
corta vida media del fármaco (adenosina).

INFUSIÓN INTRAVENOSA DILUIDA.

Se considera así, cuando el medicamento se administra diluido con una pequeña cantidad de
solución intravenosa (en general 50-100 ml) o en algunos casos aparece ya en esa presentación y
se administran durante un período de tiempo limitado. En este tipo de administración
necesitamos normalmente la canalización de la vía a través de catéter.

Generalmente la dosis prescrita se diluye en un suero de las cantidades que hemos mencionamos
y es administrado por lo general en un período de quince-treinta minutos.

Muchos de los fármacos que en hospitalización son considerados fármacos de infusión intravenosa
diluida, en la urgencia extrahospitalaria pasan a ser de administración directa (diluidos en jeringa),
por la necesidad de obtener resultados con mayor premura.

INFUSIÓN INTRAVENOSA POR GOTEO.


Necesitamos la canalización de un catéter venoso, puesto que la infusión intravenosa llevara un
tiempo considerable y las cantidades que manejamos son ya importantes.

El medicamento se diluye en soluciones intravenosas de gran volumen (500-1.000 ml) y se


administra de forma continuada, para introducir un volumen determinado en una cantidad de
tiempo determinada con mayor exactitud, podemos usar las bombas de perfusión continuas.

Actualmente en algunos casos, la infusión continua también puede realizarse con pequeños
volúmenes de solución intravenosa mediante bombas de jeringa.

En la aplicación de medicación por goteo intravenoso, además de preparar la sustancia a


administrar, hay que calcular la velocidad de perfusión. Para ello se debe de tener en cuenta que:
1 ml = 1 cc = 20 gotas = 60 microgotas

A partir de aquí podemos hacer el cálculo de la velocidad de perfusión mediante reglas de tres o
aplicando directamente la siguiente fórmula:

PRINCIPIO ACTIVO NOMBRE COMERCIAL IV DIRECTA IV DILUIDA IV CONTINUA OTRAS VÍAS SUEROS
Ácido Tranexámico AMCHAFIBRÍN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Adenosina ADENOCOR SÍ NO NO SF
Adrenalina ADRENALINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Amiodarona TRANGOREX SÍ SÍ SÍ SG5%
Atenolol TENORMÍN SÍ SÍ NR SF-SG5%
Atropina ATROPINA SÍ NR NR IM, SC SF-SG5%
Bemiparina HIBOR SÍ NO NO SC
Bicarbonato Sódico VENOFUSÍN SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Biperidino AKINETON SÍ NR NR IM
Butilescopolamina BUSCAPINA SÍ NR NR IM, SC
Calcio cloruro CLORURO CÁLCICO SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Clorazepato dipotásico TRANXILIUM SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Clorpromacina LARGACTIL NO SÍ SÍ SF
Cloruro mórfico CLORURO MÓRFICO SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Dexametasona FORTECORTÍN SÍ SÍ NR IM SF-SG5%
Dexclorfeniramina maleato POLARAMINE SÍ NR NR IM
Diazepam VALIUM SÍ SÍ NR IM SF-SG5%
Diclofenaco sódico VOLTAREN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Digoxina DIGOXINA SÍ SÍ NR SF-SG5%
Dobutamina DOBUTAMINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Dopamina DOPAMINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Enalapril RENITEC SÍ SÍ NO SF-SG5%
Fitomenadiona KONAKIÓN SÍ SÍ NO IM
Flumazenilo ANEXATE SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Furosemida SEGURIL SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Glucagón GLUCAGEN SÍ SÍ NO SC
Glucosa (33-50%) GLUCOSMÓN SÍ SÍ NO
Haloperidol HALOPERIDOL SÍ SÍ SÍ IM, SC SG5%
Heparina sódica HEPARINA SÓDICA SÍ SÍ SÍ SC SF-SG5%
Hidrocortisona ACTOCORTINA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Insulina rápida ACTRAPID SÍ SÍ SÍ SC SF-SG5%
Isoprenalina ALEUDRINA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Labetalol TRANDATE SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Lidocaína LIDOCAINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Manitol MANITOL SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Meperidina DOLANTINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Metamizol Magnésico NOLOTIL NO SÍ SÍ IM SF-SG5%
Metilergotamina METHERGIN SÍ NO NO IM
Metilprednisolona SOLU-MODERIN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Metoclopramida PRIMPERAN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Midazolam DORMICUM SÍ NR NR IM SF-SG5%
Naloxona NALOXONE SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Neostigmina NEOSTIGMINA SÍ NO NO IM, SC SF-SG5%
Nitroglicerina SOLINITRINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Omeprezol LOSEC NO SÍ NO SF-SG5%
Piridoxina BENADON SÍ NO NO IM
Cloruro potásico CLORURO POTÁSICO NO SÍ SÍ SF-SG5%
Propranolol SUMIAL SÍ NO NO SF-SG5%
Salbutamol VENTOLÍN SÍ SÍ NR IM, SC SF-SG5%
Sodio cloruro 20% SODIO CLORURO NO SÍ SÍ SF-SG5%
Sulpiride DOGMATIL NR NR NR IM
Tiamina BENERVA SÍ NR NR IM SF-SG5%
Tramadol ADOLONTA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Verapamilo MANIDON SÍ SÍ SÍ SF-SG5%

VIA VENOCLISIS

NORMA Oficial Mexicana NOM-022-SSA3-2012, Que instituye las condiciones para la


administración de la terapia de infusión en los Estados Unidos Mexicanos.

La terapia de infusión intravenosa es un procedimiento con propósitos profilácticos, diagnósticos o


terapéuticos que consiste en la inserción de un catéter en la luz de una vena, a través del cual se
infunden al cuerpo humano líquidos, medicamentos, sangre o sus componentes

Representa un importante apoyo durante el proceso asistencial de los pacientes,


independientemente de la complejidad del problema de salud. Diferentes publicaciones y otros
documentos, revelan que en México entre el 80 y el 95% de los pacientes hospitalizados reciben
tratamiento por vía intravenosa y que en los Estados Unidos de Norteamérica se colocan
anualmente más de 5 millones de catéteres venosos centrales y más de 200 millones de catéteres
venosos periféricos.

Históricamente la terapia de infusión intravenosa ha contribuido, de manera importante, en el


desarrollo de mejores tratamientos para la atención a la salud. Sin embargo, este procedimiento
también ofrece serios riesgos para los pacientes, para el personal y para las instituciones
prestadoras de servicios de salud, en virtud de que se ve incrementada la estancia hospitalaria
(días camas) y el gasto por las complicaciones adyacentes.

La literatura mundial ha descrito ampliamente complicaciones infecciosas y otros problemas como


extravasación, infiltración y oclusión, como una amenaza a la integridad del paciente ya que
cuando éstas se agravan, se asocian a una morbilidad considerable y a un mayor riesgo de muerte.

A este respecto, en el país se han desarrollado una serie de iniciativas que ponen de manifiesto el
interés por mejorar la seguridad de la atención que se ofrece a los pacientes entre ellos la CPE,
incorporó en 2002 a nivel nacional el indicador de “Vigilancia y Control de Venoclisis Instaladas” en
el Sistema INDICAS, mismo que las instituciones de salud públicas, privadas y sociales, miden y
utilizan para mejorar esta práctica. En el año 2004, la CONAMED en colaboración con CPE emitió
un documento llamado: “Recomendaciones Específicas para Enfermería sobre el Proceso de
Terapia Intravenosa”. Adicionalmente, en diferentes organizaciones se imparten diplomados con
reconocimiento universitario sobre el tema de la terapia de infusión intravenosa.

Esta norma para la administración de la terapia de infusión intravenosa se ha desarrollado con el


propósito de establecer las condiciones necesarias y suficientes que favorezcan una práctica
clínica homogénea, que coadyuve a lograr una atención segura y libre de riesgos, asimismo,
instituye los criterios mínimos para la instalación, el mantenimiento y el retiro de los accesos
venosos periféricos y centrales, para contribuir a la mejora de la calidad en la atención de los
pacientes.

Objetivo

Establecer los criterios para la instalación, mantenimiento, vigilancia y retiro de vías de acceso
venoso periférico y central, así como, los requisitos que deberá cumplir el personal de salud que
participa en la administración de la terapia de infusión intravenosa con fines profilácticos,
diagnósticos y terapéuticos, para disminuir las complicaciones y costos asociados a esta práctica.

Campo de aplicación

Esta norma y sus disposiciones son obligatorias para los establecimientos para la atención médica
y personal de salud del Sistema Nacional de Salud que realicen la terapia de infusión intravenosa.

CONCEPTO.

La venoclisis es el procedimiento mediante el cual se administran líquidos, nutrientes o


medicamentos de manera directa en la sangre de un paciente. Para hacerlo es necesario
cateterizar una vena a través de la cual se colocará la infusión a administrar al enfermo.

La venoclisis es un procedimiento muy común, especialmente entre pacientes hospitalizados. Esto


se debe a que es la forma más rápida y efectiva de administrar líquidos y fármacos, además de
nutrientes en el caso de personas que no puedan ingerirlos por sí mismas.

Existen diversos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso a utilizar (acceso central o
periférico), así como de acuerdo a la finalidad de la misma. Por ejemplo, existen procesos de
venoclisis para hidratación, nutrición y administración de medicamentos.
Por lo general, los accesos venosos se mantienen por varios días, aunque en ocasiones pueden
emplearse tan solo durante un período corto de tiempo. Esto sucede por ejemplo en los
procedimientos ambulatorios de sedación, donde el acceso venoso se retira poco después de
concluir el procedimiento.

ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS

La venoclisis es de gran utilidad cuando se necesita administrar medicamentos directamente en el


torrente sanguíneo del paciente, a fin de alcanzar concentraciones terapéuticas lo más rápido
posible.

Cuando un fármaco se administra por vía oral, transcutánea o incluso mediante inyección
intramuscular, es necesario que se absorba desde el sitio de administración hasta el torrente
sanguíneo. Este proceso puede tomar desde algunos minutos hasta varias horas, e incluso días,
dependiendo de la formulación del medicamento.

Por el contrario, al administrar el medicamento directamente en el torrente sanguíneo no es


necesario que este se absorba. De esta manera, las concentraciones plasmáticas terapéuticas del
fármaco se alcanzan casi inmediatamente.

Esto es algo muy útil en situaciones de emergencia, así como en aquellos casos donde es necesario
un control estricto dosis-respuesta, como por ejemplo durante la anestesia general.

ADMINISTRACIÓN DE FLUIDOS

Además de la administración de medicamentos, la venoclisis es muy útil para la administración de


fluidos y electrolitos de manera rápida y segura. De hecho, si no existiera la venoclisis sería
imposible realizar transfusiones de sangre y hemoderivados.

Una vez más, al infundir por venoclisis los líquidos, se evita el proceso de absorción, por lo que los
líquidos administrados van directo al espacio intravascular. Esto es algo especialmente útil en
pacientes gravemente enfermos, donde la resucitación con fluidos debe llevarse a cabo de manera
efectiva y rápida.

ADMINISTRACIÓN DE NUTRIENTES

Finalmente, en los casos de pacientes inhabilitados para nutrirse por vía oral, la venoclisis permite
la administración no solo de fluidos sino también de nutrientes como glúcidos, lípidos e incluso
aminoácidos.

Esta modalidad de nutrición, conocida como nutrición parenteral, es de uso frecuente en las
unidades de cuidados intensivos (UCI), donde muchos pacientes no pueden ser nutridos por la vía
digestiva debido a diversas causas.

TIPOS DE VENOCLISIS
Existen dos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso empleado: venoclisis periférica, y
venoclisis central. Por su parte, de acuerdo a la finalidad de la venoclisis, este procedimiento se
puede dividir en:

– Venoclisis para administración de medicamentos.


– Venoclisis para hidratación parenteral.
– Venoclisis para nutrición parenteral.

Cada uno de estos tipos de venoclisis tienen características particulares, por lo que no se
recomienda administrar medicamentos siguiendo el mismo procedimiento mediante el que se
administra nutrición. Al mismo tiempo, ciertos tipos de hidratación deben mantenerse aparte de
infusiones de medicamentos, hemoderivados u otros compuestos.

VENOCLISIS PERIFÉRICA

Un proceso de venoclisis se considera periférico cuando los catéteres por los cuales se administra
la infusión intravenosa (algunos autores usan el término “endovenosa”) se encuentran en venas
de pequeño calibre del antebrazo o la mano.

En estos casos la velocidad de infusión está limitada por el diámetro de la vena cateterizada, de
manera que mientras más pequeño el vaso, más lenta la velocidad de infusión.

Por otra parte, ciertas soluciones muy concentradas o irritantes (como el caso de soluciones con
potasio, nutrición parenteral o quimioterapia) no pueden administrarse por venoclisis periférica
dado que el volumen de sangre en el que se diluye el medicamento es muy pequeño y se
presentan complicaciones como la flebitis.

Las venoclisis periféricas suelen emplearse por períodos de tiempo relativamente cortos, que van
desde pocos minutos hasta unos cuantos días (por lo general no más de 3 o 4).

VENOCLISIS CENTRAL

Cuando se cateterizan vías de gran calibre ubicadas en el cuello o el tórax (yugulares internas,
subclavias) así como en las piernas (venas femorales), se dice que se emplea un acceso venoso
central para la venoclisis.

Estas venas se caracterizan por ser de gran tamaño y manejar un volumen de sangre considerable.
Además son una vía directa al corazón, dado que la punta del catéter se encuentra muy próxima a
la desembocadura de la vena cava superior en la aurícula derecha (accesos venosos en venas
yugular interna y subclavia) o directamente dentro de la cava inferior (catéteres femorales).

Las venoclisis centrales son de gran utilidad para pasar grandes volúmenes de líquido en poco
tiempo, dado que el diámetro del vaso así lo permite. Además, mediante ellas es factible
administrar soluciones muy concentradas o irritantes, dado que de inmediato se diluyen en un
volumen considerable de sangre, pasan rápido al corazón y de allí se dispersan en la circulación
general.
Dado que se emplean catéteres más gruesos y largos, las venoclisis por acceso venoso central
suelen permanecer por más tiempo, desde varios días hasta semanas o incluso meses, como en el
caso de los catéteres de larga permanencia para administración de quimioterapia.

VENOCLISIS PARA ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS

La venoclisis para administración de medicamentos es, como su nombre lo indica, aquella


empleada para suministrar fármacos y otros agentes terapéuticos directamente en el torrente
sanguíneo.

Es importante destacar que no cualquier medicamento se puede administrar por esta vía, por lo
que es necesario contar con formulaciones específicas para uso intravenoso. De otra manera se
podrían ocasionar daños importantes al paciente.

Las venoclisis para administración de medicamentos pueden ser tanto periféricas como centrales.
Las más usadas para este fin son las periféricas, aunque en ciertos casos como la quimioterapia se
emplean accesos venosos centrales.

VENOCLISIS PARA HIDRATACIÓN PARENTERAL

En los casos donde es necesario hidratar o rehidratar a un paciente sin emplear el tracto digestivo
se puede hacer uso de las venoclisis para hidratación parenteral.

Para estos casos, los profesionales de la salud cuentan con soluciones estériles preparadas para
este fin, las cuales se pueden administrar directamente en la vena del paciente para aportar
líquido y electrolitos.

La mayoría de las soluciones de hidratación intravenosa pueden administrarse por vías periféricas
(venoclisis periférica), siendo esta la vía de elección en más del 60% de los casos.

Sin embargo, en casos especiales como cirugías de gran envergadura, trauma masivo, pacientes
oncológicos y personas internadas en UCI se puede hacer uso de accesos venosos centrales para
administrar hidratación parenteral.

VENOCLISIS PARA NUTRICIÓN PARENTERAL

La venoclisis para nutrición parenteral es aquella que se usa para administrar nutrientes
directamente en el torrente sanguíneo sin tener que pasar por la vía digestiva. En estos casos se
prefiere el acceso venoso central, dado que la concentración y volumen de la nutrición parenteral
no es tolerada por las vías periféricas.

Todas las formulaciones para nutrición parenteral están específicamente diseñadas para poder ser
administradas por esta vía. La nutrición parenteral es delicada y debe ser administrada solo por
profesionales debidamente calificados, que conozcan detalladamente cada uno de los
componentes de los compuestos que se van a proporcionar.

En algunos casos y por períodos muy breves de tiempo se puede administrar nutrición parenteral
por vía periférica. Sin embargo, la cantidad de nutrientes, el volumen de infusión, el tiempo total
de administración y la cantidad de días en que se puede usar son muy limitados.
MATERIALES

En general se requieren pocos materiales para una venoclisis. Entre estos se cuentan los
siguientes:

– Guantes estériles.
– Torniquete.
– Gasas o algodón.
– Adhesivo médico.
– Antisépticos (usualmente alcohol o solución de iodo-povidona).
– Catéteres para uso intravenoso (periféricos o centrales).
– Equipo de infusión (macrogotero o microgotero).
– Jeringa (opcional).
– Soluciones para infusión parenteral.
– Frascos para preparación de soluciones (opcional).
– Bomba de infusión (opcional).
– Obturadores, llaves de tres vías, conectores o extensores de vía (opcional).

Cada uno de estos materiales será empleado para colocar una venoclisis. En los casos donde se
indica que es opcional, se debe a que se puede prescindir de ellos sin comprometer la ejecución
del procedimiento, o a que solo se necesitan en ciertos casos especiales.

PROCEDIMIENTO

El procedimiento para administrar una venoclisis es relativamente sencillo, siendo el paso más
delicado la cateterización de la vena, especialmente en los casos de vías venosas centrales.

INFORMACIÓN AL PACIENTE

Antes de empezar con la venoclisis se debe informar al paciente sobre el procedimiento a realizar
paso a paso, ya que eso ayuda a que el paciente se sienta más seguro y, con ello, se evita
aumentar su ansiedad o estrés.

LAVADO DE MANOS

Antes de comenzar cualquier procedimiento sanitario es necesario desprenderse de los anillos y


otros objetos que adornen las manos y pasar a lavarlas. Se debe seguir el procedimiento típico de
lavado de palmas, dedos, uñas y pulgar con agua y jabón o solución alcohólica. Luego se pasan a
secar desechable.

PREPARACIÓN

Antes de comenzar a trabajar con el paciente se prepara la solución a infundir. Después, se instala
el equipo de infusión -denominado también sistema de suero- y se purga para garantizar que no
haya aire en el sistema.

Una vez preparado el equipo, se coloca un torniquete en el brazo o antebrazo donde se planea
colocar la venoclisis. Mediante inspección y palpación, se elige el sitio idóneo para la punción de la
vena. Lo ideal es que esté lejos de pliegues, en un vaso recto y que se dilate con la colocación del
torniquete.
Una vez seleccionada la vena, el sanitario se debe colocar guantes estériles y procederá con la
punción.

PUNCIÓN (O CATETERIZACIÓN)

El siguiente paso es preparar el área donde se procederá a la cateterización de la vena,


limpiándola con solución antiséptica utilizando una gasa o algodón. Este procedimiento debe
llevarse a cabo con un movimiento circular desde el centro de la zona donde se va a llevar a cabo
la punción hacia fuera, y siempre con una sola pasada de la gasa o algodón sobre la piel.

Después, con un catéter de tamaño adecuado (bien sea de teflón o tipo mariposa), se procede a
cateterizar la vena.

Una vez confirmado que se ha cateterizado exitosamente, se procede a colocar un obturador, llave
de tres vías o extensor (o alargadera) en el extremo libre del catéter. Si no hay disponibles, se
puede conectar la vía directamente al equipo de infusión. Por último, se asegura la vía periférica
con adhesivo médico (esparadrapo).

ADMINISTRACIÓN DE LA SOLUCIÓN

Una vez asegurado el catéter, la solución se puede administrar por gravedad o con la ayuda de una
bomba de infusión. En algunos casos se puede preparar el medicamento a infundir directamente
en una jeringa de 10 o 20 cc y conectar la misma al catéter para infundir la solución.

En los casos de accesos venosos centrales, los pasos son muy similares, con la salvedad de que no
se usan torniquetes y se debe cateterizar la vía de acuerdo a los procedimientos diseñados para
accesos venosos centrales.

Una vez hecho esto, el procedimiento para administrar fluidos por vía periférica o central es
prácticamente idéntico.

LAVADO POSTERIOR DE MANOS

Una vez finalizado el proceso de venoclisis se pasa a retirar los guantes y al correspondiente
lavado de manos, aplicando la misma técnica de la que se hizo uso al principio del procedimiento.

PRECAUCIONES

Si bien es un procedimiento rutinario que se realiza cientos de veces por día en el entorno
hospitalario, la venoclisis no está libre de complicaciones. Por lo tanto, se deben tomar ciertas
precauciones a fin de limitar al máximo la posibilidad de fallos o complicaciones.

En este sentido es muy importante que el operador esté bien entrenado, conozca la anatomía y el
procedimiento para la venoclisis. Así mismo, se debe contar con todo el material necesario, que
debe estar disponible y preparado al momento de iniciar el procedimiento, de manera que no se
presenten inconvenientes por falta de material.

La precaución más importante es ceñirse estrictamente a las reglas de asepsia y antisepsia, dado
que se está accediendo directo al torrente sanguíneo. Así pues, cualquier bacteria que contamine
el catéter o la solución a infundir irá directamente a la sangre, con consecuencias potencialmente
mortales.
Por otra parte, se debe tener especial cuidado de no perforar la vena en su cara posterior,
especialmente en casos de accesos venosos difíciles. De suceder esto, se debe estar preparado
para limitar la formación de hematomas.

En los casos de accesos venosos, se debe tener especial precaución durante la punción a fin de
evitar neumotórax (accesos subclavios) y hematomas (todos los accesos centrales). Por su parte,
las soluciones a infundir deben ser manejadas con extremo cuidado para evitar su contaminación.
Cualquier remanente se debe descartar.

Por último, los accesos venosos se deben inspeccionar diariamente y retirar el catéter ante el
primer signo de complicación (dolor, enrojecimiento, pus).

VIAS DE TRANSFUSION.

NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-253-SSA1-2012, PARA LA DISPOSICIÓN DE SANGRE HUMANA


Y SUS COMPONENTES CON FINES TERAPÉUTICOS.

Con el fin de garantizar la autosuficiencia, cobertura universal y seguridad de la sangre y sus


componentes, debe actualizarse el marco jurídico en la materia, fomentar una coordinación
eficiente de los bancos de sangre y los servicios de transfusión del país, con criterios de
integración en redes de atención, así como, promover la donación voluntaria, no remunerada y
regular como una fuente segura de obtención de la sangre y componentes sanguíneos;
implementar técnicas de laboratorio con mayor sensibilidad y especificidad y fomentar el uso
adecuado y racional de los productos sanguíneos.

Esta Norma debe contribuir a la confianza general en cuanto a la donación de sangre y


componentes sanguíneos, dando protección a la salud de los donantes, receptores y el personal
de salud, conseguir la autosuficiencia, reforzar la seguridad de la cadena transfusional, de manera
suficiente y que pueda lograrse un mejor nivel de atención, adoptando las medidas necesarias
para alcanzar los objetivos planteados.

La donación voluntaria no remunerada y regular, la selección adecuada del donante y el


mejoramiento de las pruebas de laboratorio, han permitido que en las últimas dos décadas
hubiera una reducción importante del riesgo de transmisión transfusional de agentes infecciosos.
Con el fin de disminuir los riesgos de transmisión de agentes infecciones transmisibles por
transfusión, esta Norma actualiza las metodologías de laboratorio con pruebas más sensibles y
específicas que se aplican a los donantes. Con el fin de incrementar la seguridad transfusional, se
instauran las bases para la hemovigilancia.

Extracción de la sangre

Se ha producido una disminución gradual en las transfusiones en todo el mundo debido a los
programas de manejo de sangre del paciente. La información más reciente muestra que el total de
componentes transfundidos en 2019 fue de aproximadamente 15 millones (1), por debajo de los
16 millones de unidades de hemoderivados transfundidos en 2017 en los Estados Unidos (2). Si
bien la transfusión es probablemente más segura que nunca, el riesgo (y la percepción del riesgo
por parte del público) exige el consentimiento informado siempre que se realiza.
En los Estados Unidos, la recolección, el almacenamiento y el transporte de la sangre y sus
derivados están estandarizados y regulados por la FDA (Food and Drug Administration), la AABB
(antes conocida como American Association of Blood Banks) y a veces por autoridades sanitarias
estatales o locales. La investigación sistemática de donantes incluye un cuestionario extenso y una
entrevista sanitarias, determinación de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la presión arterial,
y determinación de la hemoglobina (Hb). En algunos posibles donantes, la donación se difiere
transitoria o permanentemente (véase tabla Algunas razones para la diferir o rechazar la donación
de sangre ). Los criterios de postergación de la donación protegen a los futuros donantes de los
posibles efectos adversos de la donación, y a los receptores de las enfermedades

Las donaciones de sangre entera se limitan a una vez cada 56 días, mientras que las donaciones de
concentrado de eritrocitos (donaciones de 2 veces la cantidad normal de eritrocitos en una sola
sesión, con el retorno del plasma separado al donante) se limitan a una vez cada 112 días. Las
donaciones de plaquetas se limitan a una cada 72 h con un máximo de 24 por año. Con raras
excepciones, los donantes de sangre no reciben retribución económica. (Véase también la
American Red Cross para obtener información sobre la elegibilidad de los donantes).

En la donación de sangre convencional, se extraen alrededor de 450 mL de sangre entera en una


bolsa de plástico que contiene un conservante anticoagulante. La sangre entera o los
concentrados de eritrocitos preservados con citrato-fosfato-dextrosa-adenina pueden conservarse
durante 35 días. Los concentrados de eritrocitos pueden conservarse durante 42 días si se agrega
una solución de adenina-dextrosa-salina adicional.

La donación autóloga, que utiliza la sangre del propio paciente, es menos preferida como método
de transfusión. Cuando se realiza antes de una cirugía programada, se obtienen hasta 3-4
unidades de sangre entera o concentrados de eritrocitos en las 2-3 semanas previas a la cirugía. El
paciente recibe entonces suplementos de hierro. Esta donación autóloga electiva puede
considerarse cuando es difícil obtener sangre compatible porque el paciente ha formado
anticuerpos contra antígenos de los eritrocitos o tiene un tipo de sangre poco frecuente. También
existen procedimientos especiales de recuperación de sangre para recoger y autotransfundir
sangre que se pierde en un traumatismo y durante la cirugía.

TABLA

Algunas razones para la diferir o rechazar la donación de sangre*

Referencias generales

1. Jones JM, Sapiano MRP, Mowla S, et al: Has the trend of declining blood transfusions in the
United States ended? Findings of the 2019 National Blood Collection and Utilization Survey.
Transfusion 61(Suppl 2):S1–S10, 2021. doi: 10.1111/trf.16449

2. Jones JM, Sapiano MPR, Savinkina AA, et al: Slowing decline in blood collection and transfusion
in the United States - 2017. Transfusion 60(Suppl 2):S1–S9, 2020. doi: 10.1111/trf.15604

Estudios complementarios previos a la transfusión

La evaluación de sangre del donante incluye


• Tipificación de antígenos ABO y Rho(D)
• Detección de anticuerpos
• Pruebas de marcadores de enfermedad infecciosa (véase tabla Estudios complementarios
para detectar la transmisión de enfermedades infecciosas)
• Pruebas de compatibilidad

Prueba para detectar antígenos A, B y Rho(D) en los eritrocitos del receptor

Cribado del plasma del receptor en busca de anticuerpos contra otros antígenos eritrocíticos

Incluye una prueba de compatibilidad cruzada para asegurar que el plasma del receptor sea
compatible con los antígenos de los eritrocitos del donante

Las pruebas de compatibilidad se realizan antes de la transfusión; sin embargo, en una


emergencia, las pruebas se realizan después de autorizar la salida de sangre del banco de sangre.
Las pruebas también pueden ayudar a diagnosticar reacciones transfusionales.

El agregado de una prueba de compatibilidad cruzada a la tipificación ABO/Rh y la investigación de


anticuerpos aumenta la detección de incompatibilidad sólo en el 0,01%. Por lo tanto, muchos
hospitales evalúan compatibilidad cruzada electrónica en lugar de compatibilidad cruzada física en
un tubo de ensayo en pacientes con detección de anticuerpos negativos. Si el receptor presenta
un anticuerpo antieritrocítico clínicamente significativo, la sangre donada se limita a unidades de
eritrocitos negativos para el antígeno correspondiente; se realizan más pruebas de compatibilidad
combinando el plasma del receptor, los eritrocitos del donante y antiglobulina humana. En
receptores sin anticuerpos antieritrocíticos clínicamente significativos, una prueba cruzada rápida,
que omite la fase de antiglobulina, confirma la compatibilidad ABO.

Una transfusión de emergencia se realiza cuando no hay tiempo suficiente (por lo general, < 60
min) para las pruebas de compatibilidad completas, porque el paciente presenta shock
hemorrágico. Cuando el tiempo lo permite (se requieren alrededor de 10 min), puede
administrarse sangre específica para tipo ABO/Rh. En circunstancias más urgentes, se transfunden
eritrocitos tipo O si el tipo ABO es incierto, y sangre Rh-negativa a las mujeres de edad fértil si el
tipo Rh es incierto; de otro modo se puede utilizar sangre O Rh-negativa o Rh-positiva.

Puede solicitarse “tipo e investigación de anticuerpos” cuando no es probable que se requiera una
transfusión, por ejemplo, en una cirugía programada. Se tipifica la sangre del paciente para
antígenos ABO/Rh y se investigan los anticuerpos. Si no hay anticuerpos y el paciente necesita
sangre, puede autorizarse la administración de eritrocitos específicos del tipo ABO/Rh o eritrocitos
compatibles sin la fase de antiglobulina de la prueba de compatibilidad cruzada. Si hay un
anticuerpo inesperado, es preciso realizar todas las pruebas.

Tipificación ABO y Rh

La tipificación ABO de la sangre del donante y el receptor se realiza para evitar las transfusiones de
eritrocitos incompatibles (véase figura Tipos de eritrocitos compatibles). Como regla, la sangre
para transfusión debe tener el mismo tipo ABO que la del receptor. En situaciones de urgencia,
cuando hay dudas sobre el tipo ABO o no se lo conoce, pueden emplearse concentrados de
eritrocitos tipo O Rh-negativo (no sangre entera—véase Reacción hemolítica transfusional aguda),
que no contiene antígenos A ni B, para pacientes de cualquier tipo ABO.

Tipos de eritrocitos compatibles

La tipificación Rh determina si los eritrocitos tienen factor Rho(D) (Rh-positivos) o no (Rh-


negativos). Los pacientes Rh-negativos siempre deben recibir sangre Rh-negativa, excepto en
emergencias potencialmente fatales en las que no se dispone de sangre Rh-negativa. Los pacientes
Rh-positivos pueden recibir sangre Rh-positiva o Rh-negativa. En ocasiones, los eritrocitos de
individuos Rh-positivos reaccionan débilmente a la tipificación Rh convencional (D débil, o Du,
positivo), pero aun así se los considera Rh-positivos.

Detección de anticuerpos

La investigación de anticuerpos antieritrocíticos inesperados se realiza de manera sistemática en la


sangre de futuros receptores y en muestras maternas antes del parto. Los anticuerpos inesperados
antieritrocíticos son específicos para los antígenos del grupo de sangre de los eritrocitos distintos
de A y B (p. ej., Rho[D], Kell [K], Duffy [Fy]). Es importante la detección temprana porque estos
anticuerpos pueden causar reacciones transfusionales hemolíticas graves o enfermedad
hemolítica del recién nacido y complicar mucho las pruebas de compatibilidad y demorar la
obtención de sangre compatible.

La prueba de antiglobulinas indirecta (prueba de Coombs indirecta) se utiliza para investigar


anticuerpos antieritrocíticos inesperados (véase figura Prueba de la antiglobulina indirecta [de
Coombs indirecta]). Esta prueba puede ser positiva en presencia de un anticuerpo inesperado
contra un grupo sanguíneo o cuando hay anticuerpos libre (no unidos a eritrocitos) en las anemias
hemolíticas autoinmunes. Se mezclan eritrocitos reactivos con el plasma o el suero del paciente,
se los incuba, se los lava y se los investiga con antiglobulina humana para detectar aglutinación.
Una vez detectado un anticuerpo, se determina su especificidad. Conocer la especificidad del
anticuerpo es útil para evaluar su significación clínica, seleccionar sangre compatible y tratar la
enfermedad hemolítica del recién nacido.

Prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta)

La prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta) se utiliza para detectar anticuerpos
IgG contra eritrocitos en el plasma del paciente. Se incuba el plasma del paciente con eritrocitos
reactivos; después, se agrega suero de Coombs (anticuerpos contra IgG humana o anti-IgG
humana). Si se produce aglutinación, hay anticuerpos IgG (autoanticuerpos o aloanticuerpos)
contra los eritrocitos. Esta prueba también se utiliza para determinar la especificidad de un
aloanticuerpo.

Prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta)

La prueba de antiglobulinas directa (prueba de Coombs directa) detecta anticuerpos que han
recubierto los eritrocitos del paciente in vivo (véase figura Prueba de la antiglobulina directa (de
Coombs directa)). Se la solicita cuando se sospecha anemia hemolítica de mecanismo inmunitario.
Se investigan directamente los eritrocitos del paciente con antiglobulina humana y se observa si
hay aglutinación. Un resultado positivo, si se correlaciona con los hallazgos clínicos y los
indicadores de hemólisis en las pruebas de laboratorio, sugiere anemia hemolítica
autoinmunitaria, hemólisis inducida por fármacos, una reacción transfusional o enfermedad
hemolítica del recién nacido.

Prueba de la antiglobulina directa (de Coombs directa)

La prueba de antiglobulina directa (de Coombs directa) se utiliza para determinar si hay
anticuerpos de unión a eritrocitos (IgG) o complemento (C3) en las membranas eritrocíticas. Se
incuban los eritrocitos del paciente con anticuerpos contra IgG y C3 humanos. Si hay IgG o C3
unidos a la membrana de los eritrocitos, se produce la aglutinación—un resultado positivo. Un
resultado positivo sugiere la presencia de autoanticuerpos contra los glóbulos rojos. Puede ocurrir
un falso positivo y no siempre equivale a hemólisis. Por lo tanto, los resultados siempre deben
correlacionarse con los signos y los síntomas clínicos.

Prueba de la antiglobulina directa (de Coombs directa)

Se realiza la titulación de anticuerpos cuando se identifica un anticuerpo antieritrocítico


inesperado, clínicamente significativo, en el plasma de una embarazada o de un paciente con
enfermedad por aglutininas frías. El título de anticuerpos maternos se correlaciona bastante bien
con la gravedad de la enfermedad hemolítica en el feto incompatible y a menudo se utiliza para
guiar el tratamiento de la enfermedad hemolítica del recién nacido, junto con ecografía y estudio
del líquido amniótico.

Técnica de la transfusión

ADVERTENCIA: antes de iniciar la transfusión, debe obtenerse el consentimiento informado y debe


verificarse en la cama del paciente su pulsera de identificación, la etiqueta de la unidad de sangre
y el informe de la prueba de compatibilidad para asegurarse de que el hemoderivado es el previsto
para ese receptor.

La utilización de una aguja de calibre 18 (o mayor) impide la lesión mecánica y la hemólisis de los
eritrocitos. Siempre debe utilizarse un filtro estándar para la infusión de cualquier hemoderivado.
Sólo debe permitirse la introducción de solución fisiológica al 0,9% IV en la bolsa de sangre o en la
misma tubuladura que la sangre. Las soluciones hipotónicas lisan los eritrocitos, y el calcio de la
solución de Ringer lactato puede provocar la coagulación.

La transfusión de 1 unidad de sangre o de hemoderivado debe completarse en 4 h; la duración


más prolongada aumenta el riesgo de proliferación bacteriana. Si la transfusión debe
administrarse lentamente debido a insuficiencia cardíaca o hipervolemia, pueden dividirse las
unidades en alícuotas más pequeñas en el banco de sangre. En los niños, puede administrarse 1
unidad de sangre en pequeñas alícuotas estériles usadas en varios días, lo que minimiza la
exposición a múltiples donantes.

Es importante la observación estricta, en particular durante los primeros 15 min, que incluye el
registro de la temperatura, la presión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria. La observación
periódica continúa durante toda la transfusión y después de ella, con evaluación del estado de
líquidos. Se mantiene al paciente tapado y caliente para prevenir escalofríos, que pueden
interpretarse como una reacción transfusional.

Se desaconsejan las transfusiones programadas durante la noche.

Complicaciones de la transfusión

Las complicaciones más frecuentes de la transfusión son

• Reacciones febriles no hemolíticas


• Reacciones de escalofríos

Los gran mayoría de las complicaciones graves, que tienen muy altas tasas de mortalidad, son

• Reacción hemolítica aguda (RTHA) debida a incompatibilidad ABO


• Enfermedad de injerto contra huésped (EICH)
• Sobrecarga circulatoria asociada a transfusiones (TACO)
• Lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión (LPART)

Otras complicaciones incluyen

• Reacciones alérgicas
• Alteración de la afinidad por el oxígeno
• Reacción transfusional hemolítica tardía
• Infecciones
• Púrpura postransfusional

El reconocimiento temprano de síntomas sugestivos de una reacción transfusional y la rápida


comunicación al banco de sangre son esenciales. Los síntomas más comunes son escalofríos,
rigidez, fiebre, disnea, mareo, urticaria, prurito y dolor en el flanco. Si aparece cualquiera de estos
síntomas (distintos de urticaria y prurito localizados), debe detenerse la transfusión de inmediato
y mantener la vía IV abierta con solución fisiológica normal. Hay que enviar el resto del
hemoderivado y muestras coaguladas y anticoaguladas de sangre del paciente al banco de sangre
para investigación. NOTA: no debe reiniciarse la unidad en cuestión ni iniciar la transfusión de
ninguna unidad entregada previamente. Deben diferirse otras transfusiones hasta conocer la
causa de la reacción, a menos que haya una necesidad urgente, en cuyo caso deben utilizarse
eritrocitos tipo O Rh-negativos.

La hemólisis de los eritrocitos del donante o del receptor (en general, del primero) durante la
transfusión o después de ésta puede deberse a incompatibilidad ABO/Rh, anticuerpos plasmáticos
o eritrocitos hemolizados o frágiles (p. ej., por sobrecalentamiento de sangre almacenada o
contacto con soluciones IV hipotónicas). La hemólisis es más frecuente y más grave cuando los
eritrocitos incompatibles del donante son hemolizados por anticuerpos del plasma del receptor.
Las reacciones hemolíticas pueden ser agudas (dentro de las 24 h) o tardías (de 1 a 14 días).

Reacción transfusional febril no hemolítica


Puede producirse reacciones febriles sin hemólisis. Los anticuerpos dirigidos contra el HLA de los
leucocitos en la sangre de un donante por lo demás compatible son una posible causa. Esta causa
es más frecuente en pacientes politransfundidos o en multíparas. Las citocinas liberadas de los
leucocitos durante el almacenamiento, en especial en los concentrados de plaquetas, son otra
causa posible.

Clínicamente, las reacciones febriles consisten en un aumento de la temperatura ≥ 1° C, escalofríos


y, a veces, cefaleas y dorsalgias. Son frecuentes los síntomas simultáneos de una reacción alérgica.
Como la fiebre y los escalofríos también anuncian una reacción transfusional hemolítica grave,
todas las reacciones febriles deben investigarse como en el caso de una reacción transfusional
hemolítica aguda, como cualquier reacción transfusional.

La mayoría de las reacciones febriles se tratan de manera eficaz con paracetamol y, si es necesario,
difenhidramina. Los pacientes también deben ser tratados (p. ej., con paracetamol) antes de
futuras transfusiones. Si un receptor ha experimentado más de una reacción febril, se utilizan
filtros leucorreductores especiales en futuras transfusiones; la mayoría de los hospitales utilizan
hemoderivados almacenados previamente, sometidos a leucoreducción (depleción de los
leucocitos).

Reacción transfusional hemolítica aguda (RTHA)

En los Estados Unidos, mueren alrededor de 20 personas por año como resultado de reacciones
transfusionales hemolíticas agudas. Por lo general, la reacción transfusional hemolítica aguda se
debe a anticuerpos del plasma del receptor contra antígenos de los eritrocitos del donante. La
incompatibilidad ABO es la causa más frecuente de reacciones transfusionales hemolíticas agudas.
Los anticuerpos contra antígenos de grupos sanguíneos distintos del sistema ABO también pueden
causar reacciones transfusionales hemolíticas agudas. Las causas habituales son el error de
etiquetado de la muestra pretransfusión del receptor en el momento de la extracción y no
efectuar una prueba de compatibilidad de la sangre del receptor previsto con el hemoderivado
inmediatamente antes de la transfusión.

La hemólisis es intravascular, lo que causa hemoglobinuria con diversos grados de lesión renal
aguda y, posiblemente, de coagulación intravascular diseminada (CID). La gravedad de la reacción
transfusional hemolítica aguda depende de

• Grado de incompatibilidad
• Cantidad de sangre administrada
• Velocidad de administracion
• Integridad de los riñones, el hígado y el corazón

Por lo general, aparece una fase aguda dentro de la hora de iniciada la transfusión, aunque puede
producirse en un momento tardío durante la transfusión o inmediatamente después de ella. El
comienzo suele ser brusco. El paciente puede referir molestias y ansiedad. Puede haber disnea,
fiebre, escalofríos, rubor facial y dolor intenso, sobre todo en la región lumbar. A veces se produce
un shock que causa pulso débil y rápido, piel fría y pegajosa, hipopresión arterial y náuseas y
vómitos. La hemólisis aguda puede ser seguida de ictericia.
Si la reacción transfusional hemolítica se produce mientras el paciente está bajo anestesia general,
el único síntoma puede ser la hipotensión, la hemorragia incontrolable de los sitios de incisión y
las mucosas causada por coagulación intravascular diseminada D asociada y la orina oscura que
refleja una hemoglobinuria.

Si se sospecha una reacción transfusional hemolítica aguda, uno de los primeros pasos es volver a
comprobar las etiquetas de identificación en la muestra y el paciente. El diagnóstico se confirma
con una prueba de antiglobulina directa positiva, la determinación del nivel de hemoglobina
urinaria, y de LDH (lactato deshidrogenasa sérica), bilirrubina y haptoglobina séricas. La hemólisis
intravascular produce hemoglobina libre en plasma y orina; las concentraciones de haptoglobina
son muy bajas. Después, puede haber hiperbilirrubinemia.

Tras la fase aguda, el grado de lesión renal aguda determina el pronóstico. La diuresis y el
nitrógeno ureico en sangre decreciente suelen presagiar la recuperación. La insuficiencia renal
permanente es inusual. La oliguria prolongada y el shock son signos de mal pronóstico.

Si se sospecha una reacción transfusional hemolítica, debe detenerse la transfusión e iniciar el


tratamiento de apoyo. El objetivo del tratamiento inicial es alcanzar y mantener una presión
arterial y un flujo sanguíneo renal adecuados con solución fisiológica al 0,9% por vía IV y
furosemida. Se administra solución fisiológica IV para mantener una diuresis de 100 mL/h por 24
h. La dosis inicial de furosemida es de 40 a 80 mg (de 1 a 2 mg/kg en niños), con dosis ulteriores
ajustadas para mantener una diuresis > 100 mL/h durante el primer día.

El tratamiento farmacológico de la hipotensión debe hacerse con cautela. Están contraindicados


los fármacos presores que reducen en flujo sanguíneo renal (p. ej., adrenalina, noradrenalina,
dopamina en alta dosis). Si se requiere un fármaco presor, en general se usa dopamina en dosis de
2 a 5 mcg/kg por minuto.

Debe consultarse con un nefrólogo lo antes posible, en particular si no hay respuesta diurética
dentro de las 2 a 3 h de iniciado el tratamiento, lo que puede indicar necrosis tubular aguda.
Puede estar contraindicado el tratamiento adicional con líquidos y diuréticos, y la diálisis temprana
puede ser útil.

Enfermedad de injerto contra huésped (EICH)

Por lo general, la enfermedad de injerto contra huésped asociada con transfusión (véase también
Rechazo de injerto y enfermedad injerto contra huésped) se debe a la transfusión de productos
que contienen linfocitos inmunocompetentes a un huésped inmunosuprimido. Los linfocitos del
donante atacan los tejidos del huésped porque el sistema inmunitario del huésped no puede
destruir los linfocitos del donante. La enfermedad de injerto contra huésped puede producirse
ocasionalmente en un paciente inmunocompetente que recibe sangre de un donante (en general,
un familiar cercano) que es homocigoto para un haplotipo del antígeno leucocitario humano (HLA)
para el que el paciente es heterocigoto.

Los signos y síntomas son fiebre, erupción (erupción de propagación centrífuga que se convierte
en eritrodermia ampolloso), vómitos, diarrea acuosa y sanguinolenta, linfadenopatías y
pancitopenia secundaria a aplasia de la médula ósea. La ictericia y el aumento de los niveles de las
enzimas hepáticas también son frecuentes. La enfermedad de injerto contra huésped se produce
de 4 a 30 días después de la transfusión y se diagnostica sobre la base de la presunción clínica y las
biopsias de piel y médula ósea. La enfermedad de injerto versus huésped tiene > 90% de
mortalidad, porque no se dispone de ningún tratamiento específico.

La enfermedad de injerto contra huésped se previene mediante irradiación (para dañar el DNA de
los linfocitos del donante) de todos los hemoderivados transfundidos. Se efectúa

• Cuando el receptor está inmunocomprometido (p. ej., pacientes con síndromes de


inmunodeficiencia congénita, cánceres hematológicos o trasplantes de células madre
hematopoyéticas; recién nacidos)
• Cuando se obtiene sangre de un familiar de primer grado
• Cuando se transfunden componentes HLA compatibles, excluidas las células madre

El tratamiento con corticoides y otros inmunosupresores, incluidos los usados para el trasplante
de órganos sólidos, no es una indicación de irradiación de la sangre.

Sobrecarga circulatoria asociada a la transfusión

Aunque la sobrecarga circulatoria asociada con la transfusión pasa inadvertida y no se registran


todos los casos, ha sido reconocida como la causa más común de muertes relacionadas con la
transfusión informada a la FDA (1). La alta carga osmótica de los hemoderivados arrastra volumen
hacia el espacio intravascular en el curso de horas, lo que puede causar una sobrecarga
circulatoria asociada con la transfusión en pacientes susceptibles (p. ej., aquellos con insuficiencia
cardíaca o renal). Los eritrocitos deben infundirse lentamente. Debe observarse al paciente, y si
aparecen signos de insuficiencia cardíaca (p. ej., disnea, estertores), es preciso detener la
transfusión e iniciar el tratamiento de la insuficiencia cardíaca.

El tratamiento típico consiste en un diurético como la furosemida en dosis de 20-40 mg IV. A


veces, los pacientes que requieren un volumen más alto de infusión de plasma para revertir una
sobredosis de warfarina pueden recibir simultáneamente una dosis baja de furosemida; sin
embargo, la primera elección en estos pacientes es el concentrado de complejo protrombínico.
Los pacientes con alto riesgo de sobrecarga circulatoria asociada a transfusión (p. ej., aquellos con
insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal grave) son tratados en forma profiláctica con un
diurético (p. ej., furosemida, 20-40 mg IV).

Lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión (LPART)

La lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión es una complicación infrecuente causada
por anticuerpos anti-HLA o antigranulocíticos del plasma del donante, que aglutinan y desgranulan
los granulocitos del receptor dentro del pulmón. Aparecen síntomas respiratorios agudos, y la
radiografía de tórax tiene un patrón característico de edema pulmonar no cardiógeno. Esta
complicación es la segunda causa más frecuente de muerte relacionada con transfusiones. La
incidencia es de 1 en 5.000 a 1 en 10.000 transfusiones, pero muchos casos son leves. Es probable
que la lesión pulmonar aguda relacionada con transfusiones de leve a moderada pase inadvertida
con frecuencia. El tratamiento de sostén general suele llevar a la recuperación sin secuelas a largo
plazo. Hay que evitar los diuréticos. El uso de sangre donada por hombres reduce el riesgo de esta
reacción. Los casos deben ser reportados al servicio de medicina transfusional del hospital o al
banco de sangre.

Reacciones alérgicas

Las reacciones alérgicas a un componente desconocido son frecuentes, en general debido a


alérgenos del plasma del donante o, con menor frecuencia, a anticuerpos de un donante alérgico.
Estas reacciones suelen ser leves e incluyen urticaria, edema, mareos ocasionales y cefaleas
durante la transfusión o inmediatamente después de ella. La fiebre es frecuente. Menos a
menudo, puede haber disnea, sibilancias e incontinencia, lo que indica un espasmo generalizado
del músculo liso. Rara vez aparece anafilaxia, particularmente en receptores con deficiencia de
IgA.

En un paciente con antecedentes de alergias o una reacción transfusional alérgica, puede


administrarse un antihistamínico en forma profiláctica justo antes o al comienzo de la transfusión
(p. ej., difenhidramina 50 mg por vía oral o IV). NOTA: nunca deben administrarse fármacos
cuando se está transfundiendo sangre.

Si se produce una reacción alérgica, se detiene la transfusión. Por lo general, un antihistamínico (p.
ej., difenhidramina 50 mg IV) controla la urticaria y el prurito leves, y puede reanudarse la
transfusión. En cambio, una reacción alérgica moderada (urticaria generalizada o broncoespasmo
leve) también requiere hidrocortisona (100-200 mg IV), y una reacción anafiláctica grave exige
tratamiento adicional con adrenalina 0,5 mL de una solución 1:1.000 por vía subcutánea y solución
fisiológica al 0,9% por vía IV junto con evaluación por el banco de sangre. No debe realizarse
ninguna transfusión más hasta completar la evaluación.

Los pacientes con deficiencia grave de IgA requieren transfusiones de eritrocitos lavados,
plaquetas lavadas y plasma de un donante con deficiencia de IgA.

Alteración de la afinidad por el oxígeno

La sangre almacenada durante > 7 días muestra una disminución del ácido 2,3-difosfoglicérico
(DPG) en los eritrocitos, y el 2,3-DPG está ausente despues de > 10 días. Esta ausencia determina
una mayor afinidad por el oxígeno y liberación más lenta de oxígeno en los tejidos. Hay poca
evidencia de que la deficiencia de 2,3-DPG sea clínicamente significativa, excepto en las
exanguinotransfusiones en recién nacidos, en pacientes con drepanocitosis que presentan
síndrome torácico agudo o accidente cerebrovascular, y en algunos pacientes con insuficiencia
cardíaca grave. Después de la transfusión de eritrocitos, el 2,3-DPG se regenera en 12-24 h.

Reacción transfusional hemolítica tardía

A veces, un paciente que ha sido sensibilizado a un antígeno eritrocítico tiene muy bajos niveles de
anticuerpos y pruebas pretransfusión negativas. Después de la transfusión con eritrocitos que
presentan este antígeno, puede haber una respuesta primaria o anamnésica (por lo general, en 1-
4 semanas) y causar una reacción transfusional hemolítica tardía. Por lo general, una reacción
transfusional hemolítica tardía no se manifiesta de manera tan florida como la reacción
transfusional hemolítica aguda. Los pacientes pueden ser asintomáticos o tener febrícula. Rara vez
aparecen síntomas graves (p. ej., febrícula, ictericia). En general, sólo se produce destrucción de
los eritrocitos transfundidos (con el antígeno), lo que determina un hematocrito decreciente y un
ligero aumento de lactato deshidrogenasa y bilirrubina y una prueba de antiglobulina directa
positiva. Como la reacción transfusional hemolítica tardía suelen ser leve y autolimitada, a
menudo no se la detecta, y el indicio clínico puede ser un descenso inexplicable de la hemoglobina
a la concentración pretransfusión que se observa 1 o 2 semanas después de la transfusión. Las
reacciones graves se tratan de manera similar a las reacciones agudas.

Complicaciones infecciosas

La contaminación bacteriana de concentrados de eritrocitos es rara y se debe, posiblemente, a la


técnica aséptica inadecuada durante la recolección o a bacteriemia asintomática transitoria del
donante. La refrigeración de los eritrocitos suele limitar la proliferación bacteriana, excepto la de
microorganismos criófilos como el género Yersinia, que pueden producir concentraciones
peligrosas de endotoxina.

Todas las unidades de eritrocitos son inspeccionadas antes de administrarlas para detectar
proliferación bacteriana, que se manifiesta por cambio de color. Como los concentrados de
plaquetas se conservan a temperatura ambiente, tienen mayor posibilidad de profileración
bacteriana y producción de endotoxina si están contaminados. Para minimizar la proliferación, el
almacenamiento se limita a 5 días. El riesgo de contaminación bacteriana es de 1:2.500. Por lo
tanto, las plaquetas se evalúan de manera sistemática para detectar bacterias.

Rara vez se transmite sífilis por sangre fresca o plaquetas. Almacenar la sangre durante ≥ 96 h a 4-
10° C destruye las espiroquetas. Si bien las normas federales exigen una prueba serológica para
sífilis en la sangre donada, los donantes infectados son seronegativos en estadios tempranos de la
enfermedad. Los receptores de unidades infectadas pueden presentar el exantema secundario
característico.

Puede producirse una hepatitis después de la transfusión de cualquier hemoderivado. La


inactivación viral por tratamiento con calor de la albúmina sérica y las proteínas plasmáticas y el
uso de concentrados de factor recombinantes han reducido el riesgo. Se requieren pruebas para
hepatitis en toda la sangre donada (véase tabla Estudios complementarios para detectar la
transmisión de enfermedades infecciosas). El riesgo estimado de hepatitis B es de 1:1 millón; de
hepatitis C, < 1:2 millones. Como su fase virémica transitoria y enfermedad clínica concomitante
probablemente impiden la donación de sangre, la hepatitis A (hepatitis infecciosa) no es una causa
significativa de hepatitis asociada con transfusión.

En los Estados Unidos, la infección por HIV se debe casi totalmente a HIV-1, aunque el HIV-2
también es preocupante. Es preciso investigar anticuerpos contra ambas cepas. También se
requiere estudio de ácidos nucleicos para antígeno de HIV-1 y antígeno p24 de HIV-1. Además, se
interroga a los donantes de sangre acerca de conductas que podrían exponerlos a alto riesgo de
infección por HIV. No se ha identificado HIV-0 en donantes de sangre. El riesgo estimado de
transmisión de HIV por transfusión es de 1:1.500.000 a 2.000.000.

El citomegalovirus (CMV) puede transmitirse por los leucocitos de la sangre transfundida. No se


transmite a través de plasma fresco congelado. Como el CMV no causa enfermedad en receptores
inmunocompetentes, no se requiere investigación sistemática de anticuerpos en la sangre donada.
Sin embargo, el CMV puede causar enfermedad grave o letal en pacientes inmunocomprometidos,
que deben recibir hemoderivados que son negativos para CMV en pruebas de anticuerpos o con
depleción de leucocitos en sangre por filtración.

El virus linfótropo de linfocitos T humano 1 (HTLV-1), que puede causar linfoma/leucemia de


linfocitos T del adulto y mielopatía asociada con HTLV-1/paraparesia espástica tropical, induce una
seroconversión postransfusional en algunos receptores. Se investigan anticuerpos contra HTLV-1 y
HTLV-2 en toda la sangre donada. El riesgo estimado de resultados falsos negativos en las pruebas
en sangre donada es de 1:641.000.

Nunca se ha informado que la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob se transmita por transfusión, pero


la práctica actual impide la donación de una persona que haya recibido hormona de crecimiento
de origen humano o un trasplante de duramadre o que tenga un familiar con enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob. La Variante de esta enfermedad Leucoencefalopatía espongiforme bovina no se
ha transmitido por transfusión sanguínea. Sin embargo, puede retrasarse permanentemente la
donación de personas que han pasado un período significativo en el Reino Unido y algunas otras
partes de Europa (véase tabla Algunas razones para la diferir o rechazar la donación de sangre).

El paludismo se transmite fácilmente a través de eritrocitos infectados. Muchos donantes no


saben que tienen paludismo, que puede ser latente y transmisible durante 10-15 años. El
almacenamiento no torna segura la sangre. Debe interrogarse a los futuros donantes sobre
paludismo o si han estado en una región donde éste es prevalente. Se posterga la donación
durante 3 años en caso de donantes con diagnóstico de paludismo o que sean inmigrantes,
refugiados o ciudadanos de países con paludismo endémico, y se pospone la donación durante 1
año en los viajeros a países con paludismo endémico.

Rara vez, se ha transmitido babesiosis, enfermedad de Chagas y virus del Nilo Occidental por
transfusión.

Se informó que la infección por el virus del Zika se transmitió a través de hemoderivados en Brasil.
Por lo tanto, la FDA ha ordenado realizar pruebas para detectar el virus del Zika en los Estados
Unidos Y sus territorios. En lugar de las pruebas para Zika, también se podrían usar tecnologías de
reducción de patógenos aprobadas para plaquetas y plasma; sin embargo, su uso es actualmente
muy limitado, y esta tecnología aún no está disponible para los eritrocitos.

Púrpura postransfusional

La púrpura posterior a la transfusión es una complicación muy rara en la que el recuento de


plaquetas desciende rápidamente de 4 a 14 días después de una transfusión deeritrocitos, lo que
causa trombocitopenia de moderada a grave. Casi todos los pacientes son mujeres multíparas que
típicamente recibieron transfusión de glóbulos rojos durante un procedimiento quirúrgico. La
etiología exacta es incierta. Sin embargo, la hipótesis más aceptada es que un paciente que es
negativo para el antígeno plaquetario humano 1a (HPA1a) desarrolla aloanticuerpos debido a la
exposición al antígeno HPA1a del feto durante el embarazo. Debido a que los eritrocitos
almacenados contienen micropartículas de plaquetas y dado que la mayoría (99%) de los donantes
son HPA1a positivos, las micropartículas de plaquetas de la sangre del donante pueden
desencadenar una respuesta de anticuerpos en pacientes previamente sensibilizados (respuesta
anamnésica). Debido a que estas micropartículas de plaquetas se unen a las plaquetas del
receptor (y por lo tanto las recubren con el antígeno HPA1a), los aloanticuerpos destruyen las
plaquetas del receptor y causan trombocitopenia. El trastorno se resuelve espontáneamente a
medida que se destruyen las plaquetas recubiertas de antígeno.

Los pacientes desarrollan púrpura junto con sangrado de moderado a grave, generalmente del
sitio quirúrgico. Las transfusiones de plaquetas y glóbulos rojos empeoran la condición.

El diagnóstico diferencial generalmente incluye trombocitopenia inducida por heparina (TIH),


aunque esta no se asocia con hemorragia. El diagnóstico se realiza documentando los anticuerpos
HPA1a en el plasma del paciente y la ausencia del antígeno correspondiente en las plaquetas del
paciente.

El tratamiento consiste en inmunoglobulinas IV en altas dosis (1 a 2 g/kg en una sola dosis o


divididas en 2 dosis) y evitar la transfusión adicional de plaquetas o eritrocitos. El intercambio de
plasma puede considerarse en casos graves y, para pacientes con sangrado significativo, las
plaquetas de donantes HPA1a-negativos podrían transfundirse si están disponibles.

Complicaciones de la transfusión masiva

La transfusión masiva es la transfusión de un volumen de sangre superior o igual a una volemia en


24 h (p. ej., 10 unidades en un adulto de 70 kg). Cuando un paciente recibe reposición hídrica
estándar con concentrado de eritrocitos (coloides) más cristaloides (solución de Ringer lactato o
solución fisiológica) en un volumen tan grande, se diluyen los factores de coagulación y las
plaquetas del plasma, lo que produce una coagulopatía (coagulopatía dilucional). Esta
coagulopatía empeora la coagulopatía por consumo debida al propio trauma importante (es decir,
como resultado de la extensa activación de la cascada de la coagulación) y conduce a una tríada
letal de acidosis, hipotermia y sangrado.

Se han desarrollado protocolos para transfusiones masivas en los que el plasma fresco congelado y
las plaquetas están indicados en un período más temprano durante la reanimación antes de que
se desarrolle la coagulopatía, en lugar de tratar de "reponerlos". Se ha demostrado que tales
protocolos disminuyen la mortalidad, aunque todavía se están desarrollando las proporciones
ideales de eritrocitos, plasma y plaquetas. Un ensayo no mostró una diferencia de mortalidad
significativa entre administrar una unidad de plasma y un concentrado de plaquetas por cada 2
unidades de eritrocitos y una unidad de plasma y un concentrado de plaquetas por cada unidad de
eritrocitos .

La hipotermia secundaria a la transfusión rápida de grandes volúmenes de sangre fría puede


causar arritmas o paro cardíaco. Se evita la hipotermia usando un equipo IV con un dispositivo de
intercambio térmico que calienta ligeramente la sangre. Otros medios de calentar la sangre (p. ej.,
hornos de microondas) están contraindicados debido a la posibilidad de daño y hemólisis de los
eritrocitos.
Por lo general, la toxicidad del citrato y el potasio no preocupa ni siquiera en caso de transfusión
masiva; sin embargo, sus efectos tóxicos pueden amplificarse en la hipotermia. Los pacientes con
insuficiencia hepática pueden tener dificultad para metabolizar el citrato. Puede haber
hipocalcemia, pero rara vez requiere tratamiento (que consiste en 10 mL de una solución de
gluconato de calcio al 10% por vía IV diluido en 100 mL de D5W en agua, administrados en 10
min). Los pacientes con insuficiencia renal pueden tener aumento de potasio si son transfundidos
con sangre almacenada durante > 1 semana (la acumulación de potasio suele ser insignificante en
la sangre almacenada durante < 1 semana). La hemólisis mecánica durante la transfusión puede
aumentar el potasio. Puede haber hipopotasemia alrededor de 24 h después de la transfusión de
eritrocitos más antiguos (> 3 sem), que captan potasio.

VIA OTICA.

CONCEPTO:

Son las maniobras que se realizan para introducir gotas en el conducto auditivo externo.

OBJETIVOS:

• Ablandar cerumen.
• Aliviar dolor.
• Tratar enfermedades.

PRINCIPIOS:

• La membrana timpánica con sus características de inervación es un medio útil para la


absorción.
• Dirigiendo la corriente hacia la pared del conducto se evita lastimar la membrana
timpánica.

PRECAUCIONES:

• Si el gotero es de vidrio, verificar que la punta no esté áspera.

EQUIPO:

· Charola con cubierta que contenga: · Torundas.

· Tarjeta cárdex. · Equipo para aseo del conducto auditivo


externo.
· Medicamento indicado.
· Riñón con agua jabonosa.
· Gotero estéril.

PROCEDIMIENTO:

1. Verificar orden médica.


2. Lavarse las manos.
3. Preparar el equipo y llevarlo a la unidad del paciente.
4. Identificar al paciente.
5. Dar preparación psicológica
6. Dar preparación física:
· Dar posición de decúbito dorsal con la cabeza girada de lado.
7. Limpiar secreciones, si es necesario.
8. Tomar el gotero y cargarlo con el medicamento.
9. Traccionar el conducto auditivo de la siguiente forma:
· En niños: Tomar la oreja del lóbulo y jalar ligeramente hacia arriba y atrás.
· En adulto: Tomar la oreja del pabellón, jalando ligeramente hacia atrás y arriba
para enderezar el conducto.
10. Aplicar el medicamento gota a gota en las paredes del oído.
11. Colocar el gotero en el riñón con agua jabonosa.
12. Indicar al paciente que mantenga la posición por espacio de cinco minutos y colocar una
torunda seca si está indicado.
13. Repetir el procedimiento en el oído contrario, si está indicado.
14. Dejar cómodo al paciente.
15. Retirar el equipo y darle los cuidados posteriores a su uso.
16. Hacer anotaciones en la hoja de registros correspondientes: Además de la regla de los 5
correctos.
· Oído correcto.
· Reacciones del paciente.

OBJETIVO

Preparar y administrar al paciente la medicación prescrita por vía oftálmica, con fines diagnósticos
y/o terapéuticos, en la dosis y horarios indicados, manteniendo la seguridad y asepsia.

PRECAUCIONES

 Comprobar nombre del paciente, medicación correcta, dosis, hora y vía de


administración
 Comprobar que el paciente no es alérgico al medicamento prescrito.
 Conocer efectos de los medicamentos y sus posibles efectos adversos.
 Aplicar siempre las gotas oftálmicas antes que las pomadas en caso de coexistencia de
los dos tratamientos.
 Las gotas se absorben más rápidamente que las pomadas, pero su duración de acción
es menor.
 Comprobar la existencia de prótesis oculares o lentes de contacto.
 Los medicamentos administrados por vía oftálmica, pueden tener una absorción
sistémica, por lo que se deben vigilar posibles efectos derivados de la absorción
sistémica.
 Cuando se administren dos o más medicamentos por vía oftálmica, se debe establecer
un intervalo de 5 minutos entre medicamentos.
 Valorar el grado de colaboración del paciente y sus capacidades físicas y psíquicas.

PREPARACIÓN DEL PACIENTE

 Informar al paciente del procedimiento a realizar y solicitar su colaboración.


 Colocar al paciente en la posición requerida; en decúbito supino en la cama o sentado
en silla con la cabeza ligeramente hiperextendida.
 Retirar prótesis oculares y lentes de contacto en caso de que las hubiera.
 Realizar lavado de ojos si es necesario.

MATERIAL

 Guantes no estériles.
 Gasas estériles.
 Medicamento prescrito.
 Suero fisiológico 0,9%
 Bolsa para residuos.

PROCEDIMIENTO

 Realizar lavado de manos con un jabón antiséptico.


 Preparar y comprobar el medicamento antes de la administración, que el paciente, la
medicación, la hora, la vía de administración y la dosis son los establecidos en la
prescripción médica.
 Si el paciente conoce la técnica, proporcionar el medicamento al paciente.
 Preservar la intimidad del paciente.
 Colocar una gasa sobre el pómulo y hacer un desplazamiento hacia abajo, exponiendo
el saco conjuntival, donde se va a dirigir el medicamento.
 Solicitar al paciente que mire hacia arriba, reduciendo así el parpadeo.
 Aplicar el medicamento:

 Gotas oftálmicas:

 Desechar la primera gota antes de instilar el medicamento.

 Con la mano que nos queda libre, sostener el cuentagotas en posición


invertida lo más cerca posible del saco conjuntival, pero sin que haya
contacto con el párpado.

 Instilar el número de gotas prescrito en el saco conjuntival y pedir al


paciente que cierre suavemente los ojos.

 Colocar la tapa del colirio y anotar fecha de apertura. Se debe mantener


resguardado de la luz y del calor excesivo.
 Pomada:

 Desechar la primera porción de la crema para evitar la contaminación de


la mucosa.

 Aplicar un cordón de pomada de aproximadamente 1 cm, a lo largo del


borde del parpado inferior desde el ángulo interno al externo.

 Evitar tocar el parpado o el ojo con el aplicador de la pomada.

 Indicar al paciente que cierre el ojo suavemente durante un minuto.

 Retirar el exceso de pomada de los parpados con una gasa.

9. Dejar al paciente en una posición cómoda, permitiendo el acceso al timbre y objetos


personales.

10. Recoger el material utilizado.

11. Retirar guantes.

12. Realizar lavado de manos con jabón antiséptico.

13. Registrar el procedimiento realizado.

VIA NASAL.

Administrar medicamentos por vía Nasal

Definición:

Se define como el acto de preparar e instilar medicación líquida o pulverizada en la mucosa o el


orificio nasal para efectos locales o sistémicos.

Cabe mencionar dos grupos de fármacos utilizados por vía intranasal: los de instilación nasal y los
administrados por vía nasal. En el primero, el fármaco en forma líquida se introduce gota a gota en
la cavidad nasal. Se utilizan principalmente para infecciones y congestión nasal. El segundo, que
tiene como objetivo efectos sistémicos, tiene un inicio de acción rápido, una aplicación indolora y
ausencia de interferencia hepática.

Fundamentos:

Ventajas de la vía nasal de administración de fármacos:

El rico plexo vascular de la cavidad nasal, de fácil acceso, permite que los fármacos administrados
tópicamente alcanzar rápidamente niveles sanguíneos efectivos evitando los catéteres
intravenosos.

1. Alta permeabilidad de la mucosa nasal en comparación con la epidermis o la mucosa


gastrointestinal.

2. Tejido subepitelial muy vascularizado.


3. Absorción rápida, generalmente en media hora.

4. Dado que la mucosa nasal está cerca del cerebro, el fármaco para el líquido
cefalorraquídeo (LCR) las concentraciones pueden exceder las concentraciones
plasmáticas. La administración IN puede lograr rápidamente concentraciones terapéuticas
de fármacos en el cerebro y la médula espinal (SNC).

5. Evitación del efecto de primer paso que se produce después de la absorción de fármacos
en el tracto gastrointestinal.

6. Evitar los efectos de la estasis gástrica y los vómitos, por ejemplo, en pacientes con
migraña.

7. Facilidad de administración por parte de los pacientes habitualmente familiarizados con


gotas y aerosoles nasales.

8. Mayor biodisponibilidad de los fármacos que en caso de vía gastrointestinal o vía


pulmonar .

9. Ruta más factible para el suministro de péptidos.

10. El volumen de una fosa nasal es de aproximadamente 0,25 a 0,3 ml, aunque algunos
médicos utilizan hasta 1 ml por fosa nasal y aceptar la escorrentía y la pérdida de fármaco
a este volumen más alto.

Desventajas de la vía nasal de administración de fármacos:

1. La administración de fármacos por vía nasal está limitada, sin embargo, a volúmenes muy
pequeños (25-200 μL) y, por tanto, solo es aplicable a fármacos potentes con alta
solubilidad en agua.

2. El ingrediente activo debe tener un peso molecular <1 kDa para ser absorbido.

3. La vía nasal de administración de fármacos no es adecuada para fármacos que son


irritantes o dañinos para la mucosa nasal.

4. Las enfermedades de la nariz pueden resultar en una absorción deficiente.

5. La dosis es limitada debido al área relativamente pequeña disponible para la absorción.

6. Los compuestos que llegan al epitelio nasal rara vez logran tiempos de contacto
prolongados con la superficie celular debido a la presencia del moco que recubre la
mucosa, que es constantemente propulsada por los cilios de las células epiteliales. Cuando
este líquido periciliar interactúa con el flujo de aire, los compuestos extraños en el aire se
ven obligados a moverse hacia la nasofaringe hasta que se tragan, en un proceso llamado
aclaramiento mucociliar.

7. Se sabe poco del efecto del resfriado común sobre la administración transnasal de
fármacos, y es probable que la instilación de un fármaco en una nariz tapada o con un
exceso de rinorrea acuosa pueda expulsar el medicamento de la nariz.
8. La vía de administración nasal no es aplicable a todos los medicamentos. La absorción de
fármacos polares y algunas macromoléculas es insuficiente debido a la mala
permeabilidad de la membrana, el aclaramiento rápido y la degradación enzimática en la
cavidad nasal.

9. Aunque es poco probable que una dosis esporádica dañe el epitelio y / o los cilios, las
aplicaciones crónicas pueden provocar problemas de toxicidad más graves y, en última
instancia, dañar los cilios y comprometer las defensas del organismo.

10. Nunca instilar medicaciones oleosas por la nariz

Objetivos:

1. Facilitar el drenaje de las secreciones


2. Aliviar la congestión nasal
3. Detener el sangrado
4. Humedecer la mucosa nasal
5. Tratar y prevenir infecciones
6. Ayudar en el tratamiento hormonal.
7. Anestesiar localmente

Equipos y Materiales:

 Presentación del medicamento: Gotas, Spray, Aerosol, Isotónicas.


 Equipo Medicamento preparado con un gotero limpio o un atomizador
 Pañuelo facial
 Una almohada pequeña (opcional) y una toallita (opcional)
 Guantes limpios (si el paciente tiene un drenaje nasal extenso)
 Registro de administración de medicamentos (RAM) ya sea electrónico o impreso.

Técnicas y Procedimientos:

La habilidad de administrar medicamentos nasales no se puede delegar al personal auxiliar de


enfermería. Instruya al personal auxiliar de enfermería a que esté atento a los posibles efectos
secundarios de los medicamentos e informe su aparición. xxx

1. Verifique la exactitud e integridad de cada medicamento a administrar con el pedido de


medicamentos del proveedor de atención médica.

2. Verifique el nombre del paciente y el nombre del medicamento, la dosis y la vía y hora de
administración (Los 5 correctos).

3. Vuelva a copiar o reimprimir cualquier parte del registro de adm. de medicamentos si


fueran dificil de leer o esten dañados.

4. Consulte el historial médico para determinar qué seno se ve afectado si se administran


gotas nasales.

5. Evaluar el historial médico del paciente (por ejemplo, historial de hipertensión,


enfermedad cardíaca, diabetes mellitus, hipertiroidismo) y el historial o alergias a
medicamentos y alimentos. Asegúrese de que las alergias a alimentos y medicamentos del
paciente se enumeren en el RAM y se muestren de manera destacada en su registro
médico según la política de seguridad.

6. Realice la higiene de las manos. Con una linterna, inspeccione el estado de la nariz y los
senos nasales. Palpe los senos para detectar dolor a la palpación.

7. Evaluar el conocimiento del paciente sobre el uso y la técnica de la instilación nasal y la


voluntad de aprender a autoadministrarse.

8. Revisar la información pertinente relacionada con la medicación: acción, propósito, dosis y


vía normales, efectos secundarios, tiempo de inicio y acción máxima e implicaciones de
enfermería.

9. Realice la higiene de las manos y prepare la medicación. Compare la etiqueta del


medicamento con RAM al menos 2 veces mientras prepara el medicamento. Esta es la
primera y segunda verificación de precisión.

10. Lleve la medicación al paciente a la hora correcta y verifique la dosis y método a


administrar indicado

11. Identifique al paciente usando dos identificadores (por ejemplo, nombre y fecha de
nacimiento o nombre y número de historia clínica) de acuerdo con la política de la
institución. Compare los identificadores con la información del registro médico o RAM del
paciente.

12. Compare los nombres de los medicamentos en la etiqueta con el Registro de


Administración de Medicamento una vez más junto a la cama del paciente. Esta es la
tercera verificación de precisión.

13. Explique el procedimiento al paciente con respecto a la posición y las sensaciones que
puede esperar, como ardor o escozor en la mucosa o sensación de asfixia cuando el
medicamento se filtra en la garganta.

14. Disponga los suministros y medicamentos al lado de la cama. Aplique guantes limpios si el
paciente tiene secreción nasal. NOTA: Si el paciente tiene alergia al látex, utilice guantes
sin látex.

15. Enrolle o agite suavemente el recipiente.

16. Indique al paciente que se limpie o se suene la nariz suavemente a menos que esté
contraindicado (p. Ej., Riesgo de aumento de la presión intracraneal o hemorragias
nasales). Enseñe al paciente sobre el propósito del medicamento, la dosis, el tiempo para
instilar y los posibles efectos secundarios.

17. Administre gotas nasales:

1. A. Ayude al paciente a colocarse en decúbito supino y coloque la cabeza


correctamente.
1. Para acceder a la faringe posterior, incline la cabeza del paciente hacia
atrás.

2. Para acceder al seno etmoidal o esfenoidal, incline la cabeza hacia atrás


sobre el borde de la cama o coloque una almohada pequeña debajo del
hombro del paciente e incline la cabeza hacia atrás (consulte la
ilustración).

3. Para tener acceso al seno frontal y maxilar, incline la cabeza hacia atrás
sobre el borde de la cama o almohada con la cabeza hacia el lado a tratar.

2. Sostenga la cabeza del paciente con una mano no dominante.

3. Indique al paciente que respire por la boca.

4. Sostenga el gotero 1 cm (pulgada) por encima de las fosas nasales e instile la


cantidad de gotas prescritas hacia la línea media del hueso etmoidal.

5. Haga que el paciente permanezca en decúbito supino durante 5 minutos.

6. Ofrezca pañuelo facial para secar la secreción nasal, pero advierta al paciente que
no se suene la nariz durante varios minutos.

18. Administre un aerosol nasal:

1. a. Cebe el aerosol nasal si así lo indica el fabricante. Ayude al paciente a colocarse


en decúbito supino y coloque la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante.

2. b. Ayude al paciente a colocar la boquilla de pulverización en las fosas nasales


adecuadas, apuntando la boquilla hacia un lado y lejos del centro de la nariz.
Cierre suavemente la fosa nasal opuesta con un dedo.

3. c. Haga que el paciente rocíe el medicamento en la nariz mientras inhala.

4. d. Ayude al paciente a sacar la boquilla de la nariz e indíquele que contenga la


respiración durante unos segundos y luego exhale por la boca.

5. e. Ofrézcale pañuelo facial, pero advierta al paciente que no se suene la nariz


durante varios minutos.

19. Ayude al paciente a que se coloque en una posición cómoda después de que se absorba el
medicamento.

20. Limpie la punta de la botella con un paño limpio y seco y vuelva a colocar la tapa; deseche
los suministros sucios en un recipiente adecuado; quítese y deseche los guantes y realice
la higiene de las manos.

21. Documente el nombre del medicamento, la dosis, la vía y la hora de administración en


MAR.

22. Observe al paciente por la aparición de efectos secundarios 15 a 30 minutos después de la


administración. Pregúntele si puede respirar por la nariz después de la administración de
descongestionantes. Puede ser necesario que el paciente ocluya una fosa nasal a la vez y
respire profundamente.

23. Evalúe la respuesta del paciente a los medicamentos en momentos que se correlacionen
con el inicio, el pico y la duración del medicamento. Evalúe al paciente tanto para el efecto
deseado como para los efectos adversos. Vuelva a inspeccionar el estado de los conductos
nasales entre instilaciones.

24. Utilice Teach Back (Retroalimentación) para determinar la comprensión del paciente y la
familia sobre los medicamentos nasales. Dígale al paciente: “Quiero estar seguro de
haberle explicado el uso correcto de su aerosol nasal. ¿Puedes decirme cuál es el mejor
momento para usar este spray? ¿Qué efectos secundarios puede tener al usar el aerosol?
" Si el paciente se autoadministra medicamentos en casa, diga: "Muéstreme cómo va a
tomar este medicamento en casa".
VIA POR SONDA NASOGASTRICA.

La administración de medicamentos por sonda nasogástrica (SNG) es una práctica habitual en el


ámbito hospitalario cuando no es posible la administración oral.

Sin embargo, al administrar los medicamentos por esta vía se plantean dos problemas:

La necesidad de administrar el medicamento a través de la sonda, un tubo fino que puede


obturarse.

La posibilidad de que se produzcan interacciones entre los medicamentos y la nutrición enteral


que pueden comprometer el perfil farmacocinético del medicamento y su acción farmacológica.

En esta guía se revisan las principales interacciones descritas al administrar medicamentos por
sonda a los pacientes que reciben nutrición enteral y se exponen unas recomendaciones generales
prácticas que ayuden a prevenirlas.

Para cada uno de los medicamentos de administración por vía oral, incluidos en la guía
farmacoterapéutica del Hospital Universitario Reina Sofía, se indica si pueden o no administrarse
por SNG, la manipulación de la forma farmacéutica más idónea en cada caso y/o valoración de
otras alternativas disponibles.

INTERACCIONES FÁRMACO- NUTRICIÓN ENTERAL

La administración simultánea de medicamentos y preparados de nutrición enteral (NE) conlleva el


riesgo potencial de que se produzcan interacciones clínicamente significativas, que pueden
comprometer el perfil farmacocinético del medicamento y su acción farmacológica, así como
provocar cambios físico-químicos en el preparado nutricional administrado.

Estas interacciones dependen del tipo de fármaco, de la formulación de la nutrición y de los


tiempos en los que se administre (continua o intermitente)

Problemas derivados de una actuación incorrecta:

 Disminución de la dosis del fármaco administrada


 Alteración de las características farmacocinéticas
 Disminución del efecto terapéutico
 Aumento de los efectos adversos
 Obstrucción de la sonda
 Aparición de efectos secundarios intestinales
 Suspensión del soporte nutricional
Para evitar este tipo de problemas es necesario seleccionar el medicamento y forma farmacéutica
que tenga menor probabilidad de provocar complicaciones y administrarlo de manera correcta.

Los mecanismos de interacción medicamentos-nutrición enteral se clasifican en:

1. Interacción físico-química
2. Interacción farmacéutica
3. Interacción fisiológica
4. Interacción farmacológica
5. Interacción farmacocinética

Interacción físico-química

Se produce cuando la combinación del medicamento con el preparado nutricional conduce a una
alteración de las características físico-químicas (cambios en la viscosidad o formación de
precipitados) del preparado o de la forma farmacéutica.

El resultado puede ser la oclusión de la sonda, alteraciones en la biodisponibilidad del fármaco y/o
nutrientes, o bien inactivación de los mismos.

La interacción físico-química puede producirse por:

 Fenómenos de adsorción del fármaco a algún componente del preparado


nutricional (frecuentemente fibra) o a la sonda de alimentación: lovastatina
cuando se administra con cantidades importantes de fibra disminuye su
absorción.
 Formación de complejos insolubles entre el fármaco administrado y minerales
presentes en el preparado de NE: quelación de las tetraciclinas, bifosfonatos y
fluorquinolonas con cationes divalentes y trivalentes presentes en la fórmula
enteral.
 Alteraciones en el pH por la administración de soluciones de fármacos con
valores de pH extremos (inferiores a 4 o superiores a 10) junto con la NE. Como
consecuencia, puede incrementarse la viscosidad del preparado o formarse un
precipitado, con riesgo de oclusión de la sonda. Con frecuencia nos encontramos
con escasa información acerca del pH de las formas farmacéuticas líquidas
empleadas habitualmente.

Además, se debe considerar que en el yeyuno el pH es neutro-alcalino por lo que estará


contraindicado administrar formas farmacéuticas con pH ácido.

Fármacos con valores de PH extremos

 Fármaco con pH £ 3,5 Fármacos con pH ³ 10


 Fluoxetina solución Magnesia hidratada solución
 Zidovudina solución Almagato suspensión
 Cefixima suspensión Aminofilina solución
 n-Acetilcisteína sobres
 Metoclopramida jarabe
 Parafina suspensión
RECOMENDACIONES GENERALES PARA LA ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR SONDA
NASOGÁSTRICA

1. Consideraciones sobre la vía de administración: Siempre que sea posible administrar fármaco
por VIA ORAL.

2. Consideraciones generales sobre el fármaco:

a. Relacionar el lugar donde actúa el fármaco con la localización del extremo distal de la sonda:
Ejemplo: no administrar antiácidos por yeyumostomía porque actúan en el estómago.

b. Averiguar si se debe administrar con o sin alimentos el fármaco.

c. Los medicamentos con pH < 3.5 o pH > 10 precipitan con la NE y tienden a obstruir la sonda por
eso es necesario separar lo máximo posible su administración de la NE.

3. Consideraciones sobre la forma farmacéutica:

a. Debe procurarse el empleo de formas farmacéuticas LIQUIDAS, ya que no requieren


manipulación. Se deben considerar otros factores antes de administrar una formulación líquida
como la viscosidad, contenido en sorbitol y osmolalidad.

Para evitar las complicaciones derivadas de la administración de formulaciones líquidas con alta
osmolaridad podemos recurrir a diluir la solución con una cantidad adecuada de agua.

VIA VAGINAL.

PROCEDIMIENTO PARA LA ADMINISTRACIÓN DE UN MEDICAMENTO POR VÍA VAGINAL


MATERIAL REQUERIDO

 Medicamento a administrar.
 Guantes.
 Gasa.
 Batea.
 Empapador.

Técnica y procedimiento

 Preparación del material necesario.


 Lavado de manos y uso de guantes.
 Indicar al paciente qué hacer o cómo administrar el medicamento.
 Preservar la intimidad de la mujer.
 Coloque al paciente en decúbito supino con las rodillas dobladas y los pies planos
sobre la cama (posición de litotomía).
 Los medicamentos (supositorios o tabletas vaginales) se introducen en el cuerpo a
través del canal vaginal en la medida de lo posible. Se puede utilizar un aplicador y, si
es necesario, un lubricante como vaselina líquida. El paciente debe permanecer en
posición supina con las caderas ligeramente elevadas durante aproximadamente cinco
minutos después de la administración.
 Los ungüentos y cremas vaginales se administran con un aplicador. El aplicador debe
encajarse en el tubo introduciéndolo en la vagina con un movimiento hacia abajo
(mirando hacia el ano) y luego horizontalmente hacia adentro y presionando el tubo.
 Supositorios vaginales: también colocados en un aplicador.
 Las tabletas vaginales deben tener forma ovoide, elípticas o esféricas, sin esquinas ni
bordes afilados.
 Se aconseja al paciente tomar el medicamento preferentemente antes de acostarse,
de lo contrario acostarse por un tiempo (al menos 5 minutos), para que el
medicamento no se derrame ni se caiga.
 Evitar el uso de tampones y talco.
 Se recomienda usar ropa interior de algodón y cambiarla todos los días.
 Registro de la administración del medicamento.

VIA RECTAL.

Este procedimiento pretende documentar las acciones que se van a realizar para la administración
segura y eficaz de los medicamentos por vía rectal con fines terapéuticos, preventivos o
diagnósticos.

La vía rectal es anatómicamente el segmento terminal del tubo digestivo (15-19 cm). Tiene una
estructura que consta de una capa serosa peritoneal, una túnica muscular, una capa submucosa
(irrigada por el plexo venoso hemorroidal) y una capa o túnica mucosa.

La absorción del fármaco se realiza a través del plexo hemorroidal, lo cual evita en parte el efecto
de primer paso o paso por el hígado, antes de incorporarse a la circulación sistémica.

La vía rectal es especialmente útil en las siguientes situaciones:

 Paciente incapaz de ingerir la medicación por vía oral.


 Medicamentos que irriten a mucosa gástrica o que son destruidos por las enzimas
digestivas.
 Medicamentos que por su sabor u olor son intolerables por la vía oral.

Medios materiales

• Guantes no estériles. (10-12


• Gasas (opcional).
• Batea.
• Medicamento/substancia que se va administrar.
• Aplicador o sonda rectal si es preciso.
• Lubricante hidrosoluble.
• Cuña.
• Sabana.
• Utensilios para la higiene: esponja con jabón, toalla, empapador…

Procedimiento
1. Comprobar la identidad del paciente.

2. Respetar la intimidad del enfermo y guardar confidencialidad de sus datos.

3. Informar al paciente y/o al cuidador principal del procedimiento a realizar y solicitar su


colaboración, a ser posible, recalcando su utilidad, usando un lenguaje comprensible y resolviendo
sus dudas y temores. En el caso de pacientes pediátricos explicar el procedimiento a los padres.

4. Solicitar su consentimiento de forma verbal, siempre que sea posible.

5. Identificar a los profesionales sanitarios que van a intervenir en el procedimiento.

6. Siguiendo los cinco principios correctos de la administración de la medicación(5) verificar:


fármaco, dosis, vía, hora y paciente correcto. Asegurarse de que no existe contraindicación o
alergia al fármaco. Seguimiento y monitorización de posible reacción alérgica medicamentosa
(RAM) o efectos adversos (EA).

7. Preparar la medicación para su administración de forma individualizada, la persona que la


prepare será la encargada de administrarla, exceptuando los casos de elaboración o mezcla por
parte del servicio de farmacia.

8. Realizar lavado higiénico de manos o uso de solución hidroalcohólica.(10-12)

9. Poner guantes.(10-12)

10.Antes del inicio del procedimiento, ofrecer la posibilidad de ir al baño.

11.Colocar el paciente en la posición de Sims (decúbito lateral izquierdo con la pierna derecha
flexionada por encima de la izquierda), siempre que sea posible

12.Cubrir con una sábana de manera que solo queden expuestas las nalgas para proteger su
intimidad.

13. En caso de administración de un enema, colocar un empapador para proteger la cama y, en


caso de ser necesario, una cuña.

14.Separar las nalgas del paciente con la mano no dominante exponiendo el ano.

15. Pedir al paciente que realice inspiraciones lentas y profundas para relajar el esfínter anal.

16. Introducir el supositorio con el dedo índice o cánula lubricada en el recto suavemente y
dirigirlo en dirección al ombligo; en el caso de administrar supositorios superar el esfínter anal
interno (unos 7 cms en el adulto y unos 5 cm nos niños).(1, 6, 8)

17.Retirar el dedo índice. Mantener apretadas las nalgas del paciente hasta que ceda el tenesmo
rectal (dos o tres minutos).

18. Indicar al paciente que retenga la medicación; si no aguanta el espasmo, o en pacientes


pediátricos, apretaremos las nalgas. Para favorecer la retención del enema, colocar al paciente en
decúbito lateral izquierdo; para expulsarlo cambiaremos al decúbito lateral derecho. (1, 6, 8)
19. Pedir al paciente que permanezca acostado en decúbito lateral o supino durante unos diez o
quince minutos para que se absorba el medicamento. Estas posturas favorecen la retención del
supositorio.

20. Una vez finalizado limpiar la zona rectal y permitir que el enfermo descanse en una posición
cómoda.

21.Recoger el material usado y desecharlo en el contenedor adecuado.

22.Retirar los guantes y higienizar las manos.

Observaciones

• Las desventajas de la administración rectal incluyen la variación significativa de la dosis necesaria


para producir los efectos necesarios, el retraso o absorción limitada, debido a la pequeña
superficie del recto, la presencia de materia fecal o

estreñimiento.(1, 2, 5, 6. 8)

• Las contraindicaciones generales para la administración de cualquiera enema son: pacientes con
patología anorrectal (hemorroides, fisuras, abscesos…) o una intervención quirúrgica muy reciente
en la zona perineal o abdominal y pacientes cardíacos. Tampoco se recomienda la administración
de enema ante la sospecha de

apendicitis, peritonitis o cualquier tipo de patología a nivel abdominal.(2, 8)

• Las formas de administración rectal se usan para conseguir efectos locales. El fármaco se
introduce en el organismo directamente (supositorios) o con la ayuda de algún mecanismo
(lavativa, sonda rectal...).

• Si el supositorio es de efecto laxante, se administrará 30 minutos antes de las comidas, ya que el


aumento del peristaltismo facilita su acción. Indicar al paciente que defeque cuando aparezca la
sensación. Si no es laxante, se administrará entre las comidas y se intentará retenerlo.(1, 8)

• Un supositorio blando se pega al envoltorio, así es más difícil de introducir en el ano. Para
aumentar la consistencia del medicamento podemos colocarlo unos minutos en el frigorífico o
bajo un chorro de agua frío.(1, 8)

• El objeto de afilar una parte del supositorio es que al introducirlo en el ano por la parte
recortada, cuando está totalmente introducido, el esfínter anal presiona sobre la parte afilada,
empujando el supositorio hacia arriba en el interior del recto, donde se encuentran los plexos
venosos que se encargarán de la absorción del principio activo. Se deben administrar por la parte
plana del supositorio.(8, 13, 14)

• Si fuera necesario fraccionar el supositorio, lo haremos longitudinalmente.(8) Los supositorios


tienen una forma cónica o ovoidea alargada, de tal manera que si se parten transversalmente, no
se estaría introduciendo el 50% de la dosis.

• En el caso de utilizar una solución rectal (microenema medicamentoso) insertar la cánula en el


ano, previamente lubricada, presionar manteniendo el microenema en posición inclinada y
retirarlo sin dejar de ejercer la presión.
• En el caso de cánula comprimir el tubo para expulsar el medicamento a través del ano al recto.
Para las pomadas de uso interno se debe introducir profundamente el aplicador. Suspender el
procedimiento si se advierte resistencia al introducir la cánula, no forzar y notificar al médico.

• Los enemas de retención, se pondrán siempre entre las comidas y la una temperatura de 40
grados para no estimular el peristaltismo. Procurar aguantar ellíquido unos 30 minutos.
Administrarlo con una sonda lo más fina posible para producir menos presión sobre el recto y
menos sensación de defecar.

• Enema de eliminación: procurar contener el líquido unos 15 minutos y no más de

30.

• Vigilar durante la técnica la aparición de respuesta refleja vagal. No utilizar en pacientes


cardiópatas porque se puede provocar una reacción vagal por estimulación del sistema nervioso
parasimpático.

• Asegurarse de que el fármaco no impacta en la masa fecal, pues no se absorbería


correctamente.

• El vaciamiento del intestino se debe evitar aproximadamente 1 hora después de la inserción del
supositorio para permitir la completa absorción.

• Extremar precauciones en caso de hemorroides, actuando con suavidad y delicadeza.

Registros

• Se realizarán en la aplicación informática GACELA, en la Hª Clínica electrónica, ella hoja de


enfermería o en cualquier otro sistema de registro con el que cuente la unidad.

• Se deberá anotar el medicamento administrado, la dosis, la hora, y la respuesta del paciente, así
como los eventos adversos y/o efectos secundarios si los hubiera. En el caso de no administrar
algún medicamento, anote el motivo.

Deberíamos anotar también la persona que administra el medicamento, si esdistinta de la que


hace la anotación en la aplicación informática (15).

• Registrar en el plan de cuidados del paciente las acciones derivadas del procedimiento.

VIA INTRATECAL.

La vía de administración intratecal es un tipo particular de administración parenteral, que consiste


en inyectar el medicamento directamente en el licor espinal. De esta manera, es posible
administrar el ingrediente activo deseado cerca de los receptores presentes en el nivel espinal,
con el que debe interactuar para obtener la acción terapéutica deseada.

Naturalmente, la administración intratecal de un medicamento debe realizarse única y


exclusivamente por personal especializado en este campo.

Los fármacos más comúnmente administrados por vía intratecal son:


• Anestésicos locales (considere, por ejemplo, anestesia espinal);
• relajantes musculares;
• contra el cáncer;
• Analgésicos opioides.

Tipos de administración intratecal

Como se mencionó, la administración intratecal planea inyectar el medicamento directamente en


el licor espinal. Sin embargo, la inyección directa no es la única forma de administración intratecal
conocida.

De hecho, hoy en día, el uso de infusorios intratecales es particularmente generalizado.

Los infusorios intratecales, también conocidos como bombas intratecales, son dispositivos
médicos especiales que permiten que el medicamento se administre en pequeñas dosis de forma
continua o a intervalos regulares, según corresponda.

La bomba intratecal generalmente se coloca debajo de la piel en el área abdominal. Luego, el


medicamento llega al licor espinal a través de un pequeño catéter, que se coloca en el nivel
espinal y está en comunicación con la misma bomba.

La bomba está equipada con un tanque que, cuando es necesario, es suministrado por el médico a
través de una inyección a nivel abdominal: la aguja de la jeringa luego llegará a la bomba en
correspondencia con su tanque para permitir que se llene.

El infusor, por lo tanto, tiene la tarea de almacenar y transportar el medicamento en el licor


espinal.

Básicamente, podemos distinguir dos tipos diferentes de infusorios intratecales:

Bombas de infusión continua intratecal : como puede entenderse por el mismo nombre, este tipo
de bomba permite una administración intratecal del fármaco continuo y constante durante el día;

Bombas de infusión intratecal programadas : estos infusorios, a través de una regulación realizada
con una computadora externa especial, permiten la administración de diferentes dosis de
medicamento en diferentes momentos del día.

Obviamente, la inserción de la bomba intratecal y el catéter se realiza mediante un método


invasivo a través de una pequeña operación quirúrgica. Sin embargo, la administración intratecal
con la ayuda de infusori de este tipo está particularmente indicada en todos aquellos pacientes
que necesitan una administración de medicamentos frecuente, y en ocasiones continua, para
controlar los síntomas de la patología que padecen. De hecho, la inserción del infusor intratecal
permite al paciente no ser sometido a inyecciones continuas y, a la larga, molestas y dolorosas.

Entre los diferentes fármacos para los cuales es necesario recurrir a la administración intratecal,
los más comúnmente administrados a través del infusori anterior son los analgésicos opioides
utilizados en el tratamiento del dolor crónico y los relajantes musculares (como el baclofeno)
utilizados en el control de la espasticidad típica. se manifiesta en diversas enfermedades
neurodegenerativas, como, por ejemplo, la esclerosis múltiple.

La administración intratecal tiene ventajas considerables:

• Permite administrar el medicamento cerca del sitio de acción en el que debe actuar;
• Facilita el paso de la sustancia activa a través de la barrera hematoencefálica (BEE);
• Permite un inicio más rápido de la acción;
• Permite administrar dosis de medicamentos mucho más bajas que las que deben usarse
en otras vías de administración, obteniendo sin embargo el efecto terapéutico deseado y
evitando el llamado efecto de primer paso;

Dado que la administración intratecal permite inyectar dosis más pequeñas del fármaco, también
permite disminuir los efectos secundarios que pueden ocurrir si la sustancia activa se administra a
través de otras vías, enteral o parenteral.

DESVENTAJAS

Las desventajas que pueden resultar de la administración intratecal son:

• Dolor percibido por el paciente durante la inyección;


• Reacciones en el lugar de la inyección;
• Necesidad de contactar personal especializado en instalaciones especiales para la
inyección o para llenar el infusor;
• Posibilidad de complicaciones quirúrgicas al realizar la intervención para la inserción del
infusor intratecal;
• Dificultad de intervención en caso de administración accidental de dosis excesivas de
fármaco (eventualidad, sin embargo, poco frecuente, ya que la administración intratecal
del medicamento solo puede ser realizada por personal especializado).

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