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Vías de Administración
Vías de Administración
ADMINISTRACIÓN
FUNDAMENTOS DE ENFERMERIA
Las vías de administración de los medicamentos han sido tradicionalmente divididas en tres
grandes categorías:
ENTERAL. En ésta, el fármaco se deposita en el tubo digestivo para ser absorbido a través de la
mucosa gastrointestinal, pasar a la circulación sistémica y ser distribuido en el organismo e incluye
las vías de administración oral con deglución, sublingual y rectal.
PARENTERAL. En ésta, el fármaco se deposita por medio de una inyección en el torrente sanguíneo
(intravenosa) o en un tejido (muscular, subcutáneo) de donde es absorbido, e incluye las vías
intravenosa, intramuscular, subcutánea e intradérmica, principalmente.
FORMAS FARMACEUTICA.
Establece los requisitos que deberá contener el etiquetado de los medicamentos y los remedios
herbolarios que se comercializan o suministran en el territorio nacional, sus instructivos y
el etiquetado de las muestras médicas de los mismos.
La Farmacovigilancia se considera como una más de las actividades de la salud pública, destinada
a la detección, identificación, cuantificación, evaluación y prevención de los posibles
riesgos derivados del uso de los medicamentos y vacunas en seres humanos.
Vías de administración
- Vía oral
- Vía intramuscular
- Vía ótica
- Vía rectal
- Vía intravenosa
- Vía peridural
- Vía sublingual
- Vía subcutánea
- Vía intraarticular
- Vía enteral
- Vía oftálmica
Medicamento oral
La administración por vía oral consiste en el paso de los medicamentos desde la cavidad bucal al
estómago o la porción proximal del intestino delgado para su posterior absorción.
Vía oral
Se pueden administrar por vía oral como líquidos, capsulas, tabletas o comprimidos
masticables.
Comprimidos: Formas farmacéuticas sólidas que contienen, en cada unidad, uno ovarios principios
activos. Pueden ser no cubiertos, recubiertos, o de varias capas.
Tipos de sistemas
Tipos de sistemas
Retardadas: diseñadas para salvar el pH gástrico o para evitar gastrolesividad del fármaco. No
prolongan el efecto terapéutico.
Capsulas
Son preparaciones de consistencia sólida formadas por un receptáculo duro oblando, que
contienen una unidad de medicamento.
Tipos de capsulas
• Cuando una persona no puede ingerir nada debido a una lesión de tráquea, esófago o por
intolerancia.
• Cuando un medicamento se debe administrar rápidamente o en una dosis muy precisa o
muy grande.
- • Verificar que los datos del registro del medicamento y el nombre del
- paciente correspondan a la orden médica.
• Verificar nombre y presentación del medicamento.
• Verificar caducidad.
• Verificar dosis y hora de administración.
• Hablar al paciente por su nombre y explicar lo que se le va a hacer.
• Asegurarse que el paciente ingiera el medicamento.
- • Registrar el medicamento al término del procedimiento en el formato
- establecido.
5 correctos
• Medicamento correcto.
• Dosis correcta.
• Vía correcta.
• Hora correcta.
• Paciente correcto
DEFINICIÓN
OBJETIVOS
• Preparar y administrar los distintos fármacos, en estado líquido o sólido por vía
digestiva, con fines terapéuticos y/o diagnósticos, en dosis y horarios indicados.
PERSONAL
• Enfermera
• Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.
MATERIAL
EJECUCIÓN
Procedimiento
Higiene de manos del paciente. Verificar a pie de cama que el tratamiento a administrar y la
identidad del paciente son correctos.
Entregar la medicación al paciente comprobando que la toma y prestándole ayuda, si precisa. i
Tener en cuenta que algunos medicamentos no deben ser mezclados entre sí.
Dejar al paciente en posición cómoda, permitiéndole el fácil acceso al timbre y objetos
personales.
Retirar todo el material.
Retirar los guantes.
Higiene de manos.
Valorar la tolerancia y los posibles efectos adversos comunicándoselos al médico si los
hubiera.
CONSIDERACIONES ESPECIALES
REGISTRO
• Procedimiento realizado.
• Fecha y hora de administración del medicamento.
• Fármaco administrado, presentación y dosis.
• Cualquier evento adverso del medicamento.
• En caso de no administrar la medicación, motivos por los que no se administra.
• Respuesta del paciente al procedimiento.
Objetivo
Administrar fármacos debajo de la lengua con el fin de conseguir la incorpora ción del
fármaco al torrente circulatorio y así obtener un efecto más rápido.
Material
Procedimiento
Observaciones
Mantener observación estricta del paciente debido a la rápida absorción de estavía.
Conocer acción y efectos secundarios del fármaco administrado, ante posibles complicaciones.
Si existe la posibilidad, administrar el fármaco por esta vía después de las comi das ya que la
vascularización de la zona es máxima.
Vía especialmente útil para administración de nitritos y fármacos hipotensores.
Educar al paciente y familia respecto a la administración en previsión al alta.
- Fármaco correcto.
- Dosis correcta.
- Vía correcta.
- Hora correcta.
- Paciente correcto
DEFINICIÓN
OBJETIVOS
PERSONAL
• Enfermera
MATERIAL
• Medicación prescrita.
• Batea
• Guantes no estériles.
• Aguja para preparar medicación.
• Aguja de 25 G., 9,5-16mm. y bisel corto.
• Jeringa graduada de 0.5-1ml.
• Algodón o gasa.
• Solución antiséptica incolora.
• Rotulador
• Contenedor para material corto-punzante.
EJECUCIÓN
Procedimiento
CONSIDERACIONES ESPECIALES
REGISTRO
• Procedimiento realizado.
• Fecha y hora de administración del medicamento.
• Fármaco administrado, presentación y dosis.
• Cualquier evento adverso del medicamento.
• En caso de no administrar la medicación, motivos por los que no se administra.
• Respuesta del paciente al procedimiento
Para la administración de medicamentos por vía subcutánea elegiremos zonas donde el panículo
adiposo sea de mayor espesor, para garantizar así ́ la máxima absorción del fármaco. Tanto para la
punción con palomilla como con jeringa se recomiendan las mismas zonas de inyección.
Valoraremos el grado de postración del paciente para asegurar su comodidad, estando indicadas
en el paciente encamado aquellas zonas libres y exentas de presión, favoreciendo el confort y
evitando posibles complicaciones. En caso de pacientes autónomos, utilizaremos las zonas que
aseguren su autonomía. Además debemos facilitar la administración de la medicación al cuidador,
utilizando zonas accesibles y asegurando la colocación de los dispositivos de tal manera que sean
visibles y fáciles de manejar.
No deberíamos elegir nunca regiones previamente radiadas, por ser zonas dañadas que no
aseguran la absorción correcta de los fármacos, ni lugares próximos a articulaciones o
prominencias óseas, por ser zonas que presentan un menor espesor en el tejido subcutáneo y
tienen, por tanto, una menor capacidad de absorción. Tampoco elegiremos las zonas donde exista
edema, inflamación, infección, cicatrización, lunares o cualquier otro tipo de lesión que no
garantizan la absorción. Y en la mujer, no pincharemos en el tejido mamario, para no interferir en
el drenaje linfático.
En pacientes con riesgo de agitación a los que vayamos a colocar catéteres subcutáneos,
seleccionaremos la zona escapular, al ser una vida poco accesible para el paciente y por lo tanto
menos susceptible de arrancamientos.
Para realizar la técnica, colocaremos al paciente en una posición cómoda, y en caso de seleccionar
un miembro, moverlo para disponer de una visualización completa de la zona antes de puncionar.
Administración en bolo
Jeringas con aguja (o presentaciones precargadas): vacunas, insulinas, heparinas de bajo peso
molecular, eritropoyetina, interferones, citotóxicos, etc.
Infusión continua
Aunque las dos formas de administrar medicación subcutánea se pueden complementar entre sí,
utilizando la infusión continua para administrar medicación de forma sostenida y la infusión en
bolos para administrar medicación de rescate, la infusión continua tiene usa serie de ventajas
respecto a la infusión intermitente:
VIA INTRADERMICA.
Las inyecciones intradérmicas (ID) se administran en la dermis justo debajo de la epidermis.
Las inyecciones intradérmicas (ID) tienen el tiempo de absorción más largo de todas las vías
parenterales porque hay menos vasos sanguíneos y no hay tejido muscular. Este tipo de
inyecciones se utilizan para las pruebas de sensibilidad porque la reacción del paciente es fácil de
visualizar y se puede evaluar el grado de reacción. Ejemplos de inyecciones intradérmicas incluyen
tuberculosis (TB) y pruebas de alergia.
Sitios anatómicos
Los sitios anatómicos más comunes utilizados para las inyecciones intradérmicas son la superficie
interna del antebrazo y la parte superior de la espalda debajo de la escápula. La enfermera debe
seleccionar un sitio de inyección que esté libre de lesiones, erupciones, lunares o cicatrices que
puedan alterar la inspección visual de los resultados de la prueba.
Limpie el sitio con un hisopo con alcohol o un hisopo antiséptico durante 30 segundos con un
movimiento firme y circular. Permita que el sitio se seque. Permitir que la piel se seque evita
introducir alcohol en el tejido, lo que puede ser irritante e incómodo.
Use una jeringa de tuberculina, calibrada en décimas y centésimas de mililitro, con una longitud de
aguja de 1/4 pulgadas a 1/2 pulgadas y un calibre de 26 o 27.
La dosis de una inyección intradérmica suele ser inferior a 0.5 mL, y el ángulo de administración
para una inyección ID es de 5 a 15 grados. Usando su mano no dominante, extienda la piel tensa
sobre el sitio de la inyección. La piel tensa proporciona fácil entrada para la aguja y también es
importante para los adultos mayores, cuya piel es menos elástica.
Sostenga la jeringa en la mano dominante entre el pulgar y el índice, con el bisel de la aguja hacia
arriba en un ángulo de 5 a 15 grados en el sitio seleccionado. Coloque la aguja casi plana contra la
piel del paciente, con el lado biselado hacia arriba e inserte la aguja en la piel. Mantener el lado
biselado hacia arriba permite una perforación suave de la piel y la inducción de la medicación en la
dermis. Avanzar la aguja no más de un octavo de pulgada para cubrir el bisel. Una vez que la
jeringa esté en su lugar, use el pulgar de la mano no dominante para empujar el émbolo para
inyectar lentamente el medicamento.
Una vez completada la inyección de ID, debe aparecer una ampolla (pequeña ampolla) debajo de
la piel. La presencia de la ampolla indica que el medicamento se ha colocado correctamente en la
dermis.
Retirar cuidadosamente la aguja del sitio de inserción utilizando el mismo ángulo en el que se
colocó para no perturbar la ampolla. Retirarse en el mismo ángulo que la inserción también
minimiza las molestias al paciente y el daño al tejido. No masajear ni cubrir el sitio. Masajear el
área puede extender la solución al tejido subcutáneo subyacente. Deseche la jeringa en el
recipiente para objetos punzantes. Si le administra una prueba de TB, aconseje al paciente que
regrese para una lectura en 48-72 horas. Deseche los suministros usados, quítese los guantes,
realice la higiene de las manos y documente.
VIA INTRAMUSCULAR.
Las inyecciones intramusculares deben ser aplicadas por un profesional de la salud, como un
médico o un enfermero para garantizar que la técnica se realiza de forma correcta.
Materiales
• Medicación prescrita
• Batea
• Aguja para la preparación del medicamento.
• Aguja de calibre y longitud adecuada.
• Jeringa (la cantidad de fármaco a administrar será la que determinará su capaci dad).
• Guantes no estériles (solo en caso de aislamientos de contacto)9,10
• Celulosa o gasa non estéril
• Contenedor para material punzante
• Antiséptico homologado (ver observaciones)
Procedimiento
Antes de la administración
1. Siguiendo los cinco principios de administración de la medicación, verificar: fár maco, dosis, vía,
hora y paciente correcto. Asegurarse de que no existe contraindicación o alergia al .2. Comprobar
la fecha de caducidad.
3. Presentarse e identificarse.
6. Informar al paciente y/o el cuidador principal del procedimiento que se va a realizar y solicitarle
su colaboración, a ser posible, recalcando su utilidad, usando un lenguaje comprensible y
resolviendo sus dudas y temores. En el caso de pacientes pediátricos explicarle el procedimiento a
los padres
Administración de la medicación
9. Higiene de manos rutinario o uso de solución hidroalcohólica.
15. Palpar la zona de punción para descartar hematomas o signos de endurecimientoo infección.
• Aplicar presión manual en el lugar de la inyección diez segundos antes de insertar la aguja.
• En el caso de aplicar antiséptico sobre la piel (ver apartado observaciones), realizar movimientos
en espiral hacia fuera y dejar secar el tiempo necesario según el producto utilizado.
En el caso de aspirar sangre, retirar la aguja y reiniciar el procedimiento con Un nuevo equipo
estéril.
16. Administrar lentamente el medicamento, cerca de 10 segundos por ml, para permitir que sea
absorbido por el músculo14
18. Aplicar celulosa o gasa seca y ejercer presión en la zona, sin masajear.
19. Desechar la aguja en el recipiente de material punzante o cortante, y el resto del material.
21. Valorar la tolerancia y los posibles efectos adversos y comunicárselos al médico, si los hubiera.
Observaciones
• La aguja usada para cargar la medicación no será la misma que se usará para administrárselo al
paciente (reduce el malestar del paciente).
• Para elegir el lugar de inyección hay que considerar, entre otros: edad, tipo de medicación,
volumen que se va a administrar (si > 2ml, no en deltoides).
• En una revisión hecha en el año 201626 se recomienda desinfectar la piel en el caso devacunas
vía parenteral ya que se trata de una intervención de bajo coste para prevenir un evento de muy
baja prevalencia pero de coste significativo.
• Rotar las zonas de punción en aquellos pacientes que requieran tratamiento prolongado.
• Si durante la administración del medicamento el paciente refiere dolor intenso irradiado por la
extremidad, suspender la inyección y cambiar la zona de punción.
• La aguja debe de ser lo suficientemente larga para que el medicamento sea inyectado en el
músculo y prevenir complicaciones como los granulomas.
• En pacientes obesos, presionar y tensar la piel de la zona de punción con el dedo índice y pulgar
de la mano no dominante; se recomienda la zona ventro-glútea para evitar administrar la
medicación en tejido subcutáneo.
• En pacientes con escaso tejido adiposo o los bebés recién nacidos hacer un pliegue cutáneo con
los dedos pulgar e índice de la mano no dominante para realizar la punción.
• En el paciente pediátrico: la persona que cuida al niño debe estar siempre presente. En lactantes
se recomienda dar el pecho durante e inmediatamente después del procedimiento. En niños
mayores, se aconseja la distracción con juguetes, vídeos o música.
• Según la pirámide de uso adecuado de guantes de la OMS, no está indicado como norma en
inyecciones intramusculares ni subcutáneas el uso de guantes, salvo heridasen el paciente o en el
trabajador.
Registros
• Se deberá anotar medicamento administrado, dosis, hora, y la respuesta del paciente, así como
los eventos adversos y/o efectos secundarios si los hubiera. En el caso de no administrar algún
medicamento, anote el motivo.
• Registrar en el plan de cuidados del/de la paciente las acciones derivadas del procedimiento
VÍA INTRAVENOSA
Es un tipo de vía parenteral en la que el fármaco es administrado a través de diferentes venas del
cuerpo y pasa directamente al torrente sanguíneo, esquivando cualquier proceso de absorción
como ocurre en otras vías.
Por tanto, somos capaces de conocer con mayor precisión la concentración de fármaco en sangre,
observar la respuesta del paciente a estos con mayor rapidez ( efectos deseables y no deseables) y
conocer la dosis necesaria en cada caso.
Necesita de gran asepsia, puesto que aumentan los riesgos de ocasionar enfermedades que pasen
a vía sistémica de forma inmediata.
En esta vía se debe mantener un control exhaustivo del paciente, de sus constantes y reacciones.
La administración del fármaco por tanto sería en bolo, pero también entran en esta vía aquellos
fármacos que diluimos de forma discreta con una cantidad adicional de solución salina o agua para
inyectables que es en la mayor parte de los casos. Este práctica de diluir el fármaco la
consideramos más que recomendable, porque además de minimizar los posibles efectos negativos
que pueda ocasionar el fármaco por sí mismo en el paciente, nos ayuda a conservar en mejores
condiciones el acceso venoso que hemos conseguido, disminuyendo las posibilidades de irritación
química de la vena en la que estamos administrando el fármaco, sobre todo en soluciones ácidas,
alcalinas o hipertónicas (fleboirritantes).
Como recomendación diremos que los fármacos que se presente en una capacidad de 1 o 2 ml,
debemos diluirlos en jeringa de 10ml hasta completar esta, si la presentación del fármaco es más
de 2 ml, usaremos la jeringa de 20ml hasta completar esta para su administración.
La velocidad de administración debe ser lenta de forma general, como mínimo en 1- 2 minutos en
unos casos y en 3-5 minutos en otros. En algunos casos en concreto, la administración en bolo
intravenoso muy rápido sin diluir pasa a ser parte fundamental para el tratamiento debido a la
corta vida media del fármaco (adenosina).
Se considera así, cuando el medicamento se administra diluido con una pequeña cantidad de
solución intravenosa (en general 50-100 ml) o en algunos casos aparece ya en esa presentación y
se administran durante un período de tiempo limitado. En este tipo de administración
necesitamos normalmente la canalización de la vía a través de catéter.
Generalmente la dosis prescrita se diluye en un suero de las cantidades que hemos mencionamos
y es administrado por lo general en un período de quince-treinta minutos.
Muchos de los fármacos que en hospitalización son considerados fármacos de infusión intravenosa
diluida, en la urgencia extrahospitalaria pasan a ser de administración directa (diluidos en jeringa),
por la necesidad de obtener resultados con mayor premura.
Actualmente en algunos casos, la infusión continua también puede realizarse con pequeños
volúmenes de solución intravenosa mediante bombas de jeringa.
A partir de aquí podemos hacer el cálculo de la velocidad de perfusión mediante reglas de tres o
aplicando directamente la siguiente fórmula:
PRINCIPIO ACTIVO NOMBRE COMERCIAL IV DIRECTA IV DILUIDA IV CONTINUA OTRAS VÍAS SUEROS
Ácido Tranexámico AMCHAFIBRÍN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Adenosina ADENOCOR SÍ NO NO SF
Adrenalina ADRENALINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Amiodarona TRANGOREX SÍ SÍ SÍ SG5%
Atenolol TENORMÍN SÍ SÍ NR SF-SG5%
Atropina ATROPINA SÍ NR NR IM, SC SF-SG5%
Bemiparina HIBOR SÍ NO NO SC
Bicarbonato Sódico VENOFUSÍN SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Biperidino AKINETON SÍ NR NR IM
Butilescopolamina BUSCAPINA SÍ NR NR IM, SC
Calcio cloruro CLORURO CÁLCICO SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Clorazepato dipotásico TRANXILIUM SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Clorpromacina LARGACTIL NO SÍ SÍ SF
Cloruro mórfico CLORURO MÓRFICO SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Dexametasona FORTECORTÍN SÍ SÍ NR IM SF-SG5%
Dexclorfeniramina maleato POLARAMINE SÍ NR NR IM
Diazepam VALIUM SÍ SÍ NR IM SF-SG5%
Diclofenaco sódico VOLTAREN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Digoxina DIGOXINA SÍ SÍ NR SF-SG5%
Dobutamina DOBUTAMINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Dopamina DOPAMINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Enalapril RENITEC SÍ SÍ NO SF-SG5%
Fitomenadiona KONAKIÓN SÍ SÍ NO IM
Flumazenilo ANEXATE SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Furosemida SEGURIL SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Glucagón GLUCAGEN SÍ SÍ NO SC
Glucosa (33-50%) GLUCOSMÓN SÍ SÍ NO
Haloperidol HALOPERIDOL SÍ SÍ SÍ IM, SC SG5%
Heparina sódica HEPARINA SÓDICA SÍ SÍ SÍ SC SF-SG5%
Hidrocortisona ACTOCORTINA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Insulina rápida ACTRAPID SÍ SÍ SÍ SC SF-SG5%
Isoprenalina ALEUDRINA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Labetalol TRANDATE SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Lidocaína LIDOCAINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Manitol MANITOL SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
Meperidina DOLANTINA SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Metamizol Magnésico NOLOTIL NO SÍ SÍ IM SF-SG5%
Metilergotamina METHERGIN SÍ NO NO IM
Metilprednisolona SOLU-MODERIN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Metoclopramida PRIMPERAN SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Midazolam DORMICUM SÍ NR NR IM SF-SG5%
Naloxona NALOXONE SÍ SÍ SÍ IM, SC SF-SG5%
Neostigmina NEOSTIGMINA SÍ NO NO IM, SC SF-SG5%
Nitroglicerina SOLINITRINA NO SÍ SÍ SF-SG5%
Omeprezol LOSEC NO SÍ NO SF-SG5%
Piridoxina BENADON SÍ NO NO IM
Cloruro potásico CLORURO POTÁSICO NO SÍ SÍ SF-SG5%
Propranolol SUMIAL SÍ NO NO SF-SG5%
Salbutamol VENTOLÍN SÍ SÍ NR IM, SC SF-SG5%
Sodio cloruro 20% SODIO CLORURO NO SÍ SÍ SF-SG5%
Sulpiride DOGMATIL NR NR NR IM
Tiamina BENERVA SÍ NR NR IM SF-SG5%
Tramadol ADOLONTA SÍ SÍ SÍ IM SF-SG5%
Verapamilo MANIDON SÍ SÍ SÍ SF-SG5%
VIA VENOCLISIS
A este respecto, en el país se han desarrollado una serie de iniciativas que ponen de manifiesto el
interés por mejorar la seguridad de la atención que se ofrece a los pacientes entre ellos la CPE,
incorporó en 2002 a nivel nacional el indicador de “Vigilancia y Control de Venoclisis Instaladas” en
el Sistema INDICAS, mismo que las instituciones de salud públicas, privadas y sociales, miden y
utilizan para mejorar esta práctica. En el año 2004, la CONAMED en colaboración con CPE emitió
un documento llamado: “Recomendaciones Específicas para Enfermería sobre el Proceso de
Terapia Intravenosa”. Adicionalmente, en diferentes organizaciones se imparten diplomados con
reconocimiento universitario sobre el tema de la terapia de infusión intravenosa.
Objetivo
Establecer los criterios para la instalación, mantenimiento, vigilancia y retiro de vías de acceso
venoso periférico y central, así como, los requisitos que deberá cumplir el personal de salud que
participa en la administración de la terapia de infusión intravenosa con fines profilácticos,
diagnósticos y terapéuticos, para disminuir las complicaciones y costos asociados a esta práctica.
Campo de aplicación
Esta norma y sus disposiciones son obligatorias para los establecimientos para la atención médica
y personal de salud del Sistema Nacional de Salud que realicen la terapia de infusión intravenosa.
CONCEPTO.
Existen diversos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso a utilizar (acceso central o
periférico), así como de acuerdo a la finalidad de la misma. Por ejemplo, existen procesos de
venoclisis para hidratación, nutrición y administración de medicamentos.
Por lo general, los accesos venosos se mantienen por varios días, aunque en ocasiones pueden
emplearse tan solo durante un período corto de tiempo. Esto sucede por ejemplo en los
procedimientos ambulatorios de sedación, donde el acceso venoso se retira poco después de
concluir el procedimiento.
ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS
Cuando un fármaco se administra por vía oral, transcutánea o incluso mediante inyección
intramuscular, es necesario que se absorba desde el sitio de administración hasta el torrente
sanguíneo. Este proceso puede tomar desde algunos minutos hasta varias horas, e incluso días,
dependiendo de la formulación del medicamento.
Esto es algo muy útil en situaciones de emergencia, así como en aquellos casos donde es necesario
un control estricto dosis-respuesta, como por ejemplo durante la anestesia general.
ADMINISTRACIÓN DE FLUIDOS
Una vez más, al infundir por venoclisis los líquidos, se evita el proceso de absorción, por lo que los
líquidos administrados van directo al espacio intravascular. Esto es algo especialmente útil en
pacientes gravemente enfermos, donde la resucitación con fluidos debe llevarse a cabo de manera
efectiva y rápida.
ADMINISTRACIÓN DE NUTRIENTES
Finalmente, en los casos de pacientes inhabilitados para nutrirse por vía oral, la venoclisis permite
la administración no solo de fluidos sino también de nutrientes como glúcidos, lípidos e incluso
aminoácidos.
Esta modalidad de nutrición, conocida como nutrición parenteral, es de uso frecuente en las
unidades de cuidados intensivos (UCI), donde muchos pacientes no pueden ser nutridos por la vía
digestiva debido a diversas causas.
TIPOS DE VENOCLISIS
Existen dos tipos de venoclisis según el tipo de acceso venoso empleado: venoclisis periférica, y
venoclisis central. Por su parte, de acuerdo a la finalidad de la venoclisis, este procedimiento se
puede dividir en:
Cada uno de estos tipos de venoclisis tienen características particulares, por lo que no se
recomienda administrar medicamentos siguiendo el mismo procedimiento mediante el que se
administra nutrición. Al mismo tiempo, ciertos tipos de hidratación deben mantenerse aparte de
infusiones de medicamentos, hemoderivados u otros compuestos.
VENOCLISIS PERIFÉRICA
Un proceso de venoclisis se considera periférico cuando los catéteres por los cuales se administra
la infusión intravenosa (algunos autores usan el término “endovenosa”) se encuentran en venas
de pequeño calibre del antebrazo o la mano.
En estos casos la velocidad de infusión está limitada por el diámetro de la vena cateterizada, de
manera que mientras más pequeño el vaso, más lenta la velocidad de infusión.
Por otra parte, ciertas soluciones muy concentradas o irritantes (como el caso de soluciones con
potasio, nutrición parenteral o quimioterapia) no pueden administrarse por venoclisis periférica
dado que el volumen de sangre en el que se diluye el medicamento es muy pequeño y se
presentan complicaciones como la flebitis.
Las venoclisis periféricas suelen emplearse por períodos de tiempo relativamente cortos, que van
desde pocos minutos hasta unos cuantos días (por lo general no más de 3 o 4).
VENOCLISIS CENTRAL
Cuando se cateterizan vías de gran calibre ubicadas en el cuello o el tórax (yugulares internas,
subclavias) así como en las piernas (venas femorales), se dice que se emplea un acceso venoso
central para la venoclisis.
Estas venas se caracterizan por ser de gran tamaño y manejar un volumen de sangre considerable.
Además son una vía directa al corazón, dado que la punta del catéter se encuentra muy próxima a
la desembocadura de la vena cava superior en la aurícula derecha (accesos venosos en venas
yugular interna y subclavia) o directamente dentro de la cava inferior (catéteres femorales).
Las venoclisis centrales son de gran utilidad para pasar grandes volúmenes de líquido en poco
tiempo, dado que el diámetro del vaso así lo permite. Además, mediante ellas es factible
administrar soluciones muy concentradas o irritantes, dado que de inmediato se diluyen en un
volumen considerable de sangre, pasan rápido al corazón y de allí se dispersan en la circulación
general.
Dado que se emplean catéteres más gruesos y largos, las venoclisis por acceso venoso central
suelen permanecer por más tiempo, desde varios días hasta semanas o incluso meses, como en el
caso de los catéteres de larga permanencia para administración de quimioterapia.
Es importante destacar que no cualquier medicamento se puede administrar por esta vía, por lo
que es necesario contar con formulaciones específicas para uso intravenoso. De otra manera se
podrían ocasionar daños importantes al paciente.
Las venoclisis para administración de medicamentos pueden ser tanto periféricas como centrales.
Las más usadas para este fin son las periféricas, aunque en ciertos casos como la quimioterapia se
emplean accesos venosos centrales.
En los casos donde es necesario hidratar o rehidratar a un paciente sin emplear el tracto digestivo
se puede hacer uso de las venoclisis para hidratación parenteral.
Para estos casos, los profesionales de la salud cuentan con soluciones estériles preparadas para
este fin, las cuales se pueden administrar directamente en la vena del paciente para aportar
líquido y electrolitos.
La mayoría de las soluciones de hidratación intravenosa pueden administrarse por vías periféricas
(venoclisis periférica), siendo esta la vía de elección en más del 60% de los casos.
Sin embargo, en casos especiales como cirugías de gran envergadura, trauma masivo, pacientes
oncológicos y personas internadas en UCI se puede hacer uso de accesos venosos centrales para
administrar hidratación parenteral.
La venoclisis para nutrición parenteral es aquella que se usa para administrar nutrientes
directamente en el torrente sanguíneo sin tener que pasar por la vía digestiva. En estos casos se
prefiere el acceso venoso central, dado que la concentración y volumen de la nutrición parenteral
no es tolerada por las vías periféricas.
Todas las formulaciones para nutrición parenteral están específicamente diseñadas para poder ser
administradas por esta vía. La nutrición parenteral es delicada y debe ser administrada solo por
profesionales debidamente calificados, que conozcan detalladamente cada uno de los
componentes de los compuestos que se van a proporcionar.
En algunos casos y por períodos muy breves de tiempo se puede administrar nutrición parenteral
por vía periférica. Sin embargo, la cantidad de nutrientes, el volumen de infusión, el tiempo total
de administración y la cantidad de días en que se puede usar son muy limitados.
MATERIALES
En general se requieren pocos materiales para una venoclisis. Entre estos se cuentan los
siguientes:
– Guantes estériles.
– Torniquete.
– Gasas o algodón.
– Adhesivo médico.
– Antisépticos (usualmente alcohol o solución de iodo-povidona).
– Catéteres para uso intravenoso (periféricos o centrales).
– Equipo de infusión (macrogotero o microgotero).
– Jeringa (opcional).
– Soluciones para infusión parenteral.
– Frascos para preparación de soluciones (opcional).
– Bomba de infusión (opcional).
– Obturadores, llaves de tres vías, conectores o extensores de vía (opcional).
Cada uno de estos materiales será empleado para colocar una venoclisis. En los casos donde se
indica que es opcional, se debe a que se puede prescindir de ellos sin comprometer la ejecución
del procedimiento, o a que solo se necesitan en ciertos casos especiales.
PROCEDIMIENTO
El procedimiento para administrar una venoclisis es relativamente sencillo, siendo el paso más
delicado la cateterización de la vena, especialmente en los casos de vías venosas centrales.
INFORMACIÓN AL PACIENTE
Antes de empezar con la venoclisis se debe informar al paciente sobre el procedimiento a realizar
paso a paso, ya que eso ayuda a que el paciente se sienta más seguro y, con ello, se evita
aumentar su ansiedad o estrés.
LAVADO DE MANOS
PREPARACIÓN
Antes de comenzar a trabajar con el paciente se prepara la solución a infundir. Después, se instala
el equipo de infusión -denominado también sistema de suero- y se purga para garantizar que no
haya aire en el sistema.
Una vez preparado el equipo, se coloca un torniquete en el brazo o antebrazo donde se planea
colocar la venoclisis. Mediante inspección y palpación, se elige el sitio idóneo para la punción de la
vena. Lo ideal es que esté lejos de pliegues, en un vaso recto y que se dilate con la colocación del
torniquete.
Una vez seleccionada la vena, el sanitario se debe colocar guantes estériles y procederá con la
punción.
PUNCIÓN (O CATETERIZACIÓN)
Después, con un catéter de tamaño adecuado (bien sea de teflón o tipo mariposa), se procede a
cateterizar la vena.
Una vez confirmado que se ha cateterizado exitosamente, se procede a colocar un obturador, llave
de tres vías o extensor (o alargadera) en el extremo libre del catéter. Si no hay disponibles, se
puede conectar la vía directamente al equipo de infusión. Por último, se asegura la vía periférica
con adhesivo médico (esparadrapo).
ADMINISTRACIÓN DE LA SOLUCIÓN
Una vez asegurado el catéter, la solución se puede administrar por gravedad o con la ayuda de una
bomba de infusión. En algunos casos se puede preparar el medicamento a infundir directamente
en una jeringa de 10 o 20 cc y conectar la misma al catéter para infundir la solución.
En los casos de accesos venosos centrales, los pasos son muy similares, con la salvedad de que no
se usan torniquetes y se debe cateterizar la vía de acuerdo a los procedimientos diseñados para
accesos venosos centrales.
Una vez hecho esto, el procedimiento para administrar fluidos por vía periférica o central es
prácticamente idéntico.
Una vez finalizado el proceso de venoclisis se pasa a retirar los guantes y al correspondiente
lavado de manos, aplicando la misma técnica de la que se hizo uso al principio del procedimiento.
PRECAUCIONES
Si bien es un procedimiento rutinario que se realiza cientos de veces por día en el entorno
hospitalario, la venoclisis no está libre de complicaciones. Por lo tanto, se deben tomar ciertas
precauciones a fin de limitar al máximo la posibilidad de fallos o complicaciones.
En este sentido es muy importante que el operador esté bien entrenado, conozca la anatomía y el
procedimiento para la venoclisis. Así mismo, se debe contar con todo el material necesario, que
debe estar disponible y preparado al momento de iniciar el procedimiento, de manera que no se
presenten inconvenientes por falta de material.
La precaución más importante es ceñirse estrictamente a las reglas de asepsia y antisepsia, dado
que se está accediendo directo al torrente sanguíneo. Así pues, cualquier bacteria que contamine
el catéter o la solución a infundir irá directamente a la sangre, con consecuencias potencialmente
mortales.
Por otra parte, se debe tener especial cuidado de no perforar la vena en su cara posterior,
especialmente en casos de accesos venosos difíciles. De suceder esto, se debe estar preparado
para limitar la formación de hematomas.
En los casos de accesos venosos, se debe tener especial precaución durante la punción a fin de
evitar neumotórax (accesos subclavios) y hematomas (todos los accesos centrales). Por su parte,
las soluciones a infundir deben ser manejadas con extremo cuidado para evitar su contaminación.
Cualquier remanente se debe descartar.
Por último, los accesos venosos se deben inspeccionar diariamente y retirar el catéter ante el
primer signo de complicación (dolor, enrojecimiento, pus).
VIAS DE TRANSFUSION.
Extracción de la sangre
Se ha producido una disminución gradual en las transfusiones en todo el mundo debido a los
programas de manejo de sangre del paciente. La información más reciente muestra que el total de
componentes transfundidos en 2019 fue de aproximadamente 15 millones (1), por debajo de los
16 millones de unidades de hemoderivados transfundidos en 2017 en los Estados Unidos (2). Si
bien la transfusión es probablemente más segura que nunca, el riesgo (y la percepción del riesgo
por parte del público) exige el consentimiento informado siempre que se realiza.
En los Estados Unidos, la recolección, el almacenamiento y el transporte de la sangre y sus
derivados están estandarizados y regulados por la FDA (Food and Drug Administration), la AABB
(antes conocida como American Association of Blood Banks) y a veces por autoridades sanitarias
estatales o locales. La investigación sistemática de donantes incluye un cuestionario extenso y una
entrevista sanitarias, determinación de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la presión arterial,
y determinación de la hemoglobina (Hb). En algunos posibles donantes, la donación se difiere
transitoria o permanentemente (véase tabla Algunas razones para la diferir o rechazar la donación
de sangre ). Los criterios de postergación de la donación protegen a los futuros donantes de los
posibles efectos adversos de la donación, y a los receptores de las enfermedades
Las donaciones de sangre entera se limitan a una vez cada 56 días, mientras que las donaciones de
concentrado de eritrocitos (donaciones de 2 veces la cantidad normal de eritrocitos en una sola
sesión, con el retorno del plasma separado al donante) se limitan a una vez cada 112 días. Las
donaciones de plaquetas se limitan a una cada 72 h con un máximo de 24 por año. Con raras
excepciones, los donantes de sangre no reciben retribución económica. (Véase también la
American Red Cross para obtener información sobre la elegibilidad de los donantes).
La donación autóloga, que utiliza la sangre del propio paciente, es menos preferida como método
de transfusión. Cuando se realiza antes de una cirugía programada, se obtienen hasta 3-4
unidades de sangre entera o concentrados de eritrocitos en las 2-3 semanas previas a la cirugía. El
paciente recibe entonces suplementos de hierro. Esta donación autóloga electiva puede
considerarse cuando es difícil obtener sangre compatible porque el paciente ha formado
anticuerpos contra antígenos de los eritrocitos o tiene un tipo de sangre poco frecuente. También
existen procedimientos especiales de recuperación de sangre para recoger y autotransfundir
sangre que se pierde en un traumatismo y durante la cirugía.
TABLA
Referencias generales
1. Jones JM, Sapiano MRP, Mowla S, et al: Has the trend of declining blood transfusions in the
United States ended? Findings of the 2019 National Blood Collection and Utilization Survey.
Transfusion 61(Suppl 2):S1–S10, 2021. doi: 10.1111/trf.16449
2. Jones JM, Sapiano MPR, Savinkina AA, et al: Slowing decline in blood collection and transfusion
in the United States - 2017. Transfusion 60(Suppl 2):S1–S9, 2020. doi: 10.1111/trf.15604
Cribado del plasma del receptor en busca de anticuerpos contra otros antígenos eritrocíticos
Incluye una prueba de compatibilidad cruzada para asegurar que el plasma del receptor sea
compatible con los antígenos de los eritrocitos del donante
Una transfusión de emergencia se realiza cuando no hay tiempo suficiente (por lo general, < 60
min) para las pruebas de compatibilidad completas, porque el paciente presenta shock
hemorrágico. Cuando el tiempo lo permite (se requieren alrededor de 10 min), puede
administrarse sangre específica para tipo ABO/Rh. En circunstancias más urgentes, se transfunden
eritrocitos tipo O si el tipo ABO es incierto, y sangre Rh-negativa a las mujeres de edad fértil si el
tipo Rh es incierto; de otro modo se puede utilizar sangre O Rh-negativa o Rh-positiva.
Puede solicitarse “tipo e investigación de anticuerpos” cuando no es probable que se requiera una
transfusión, por ejemplo, en una cirugía programada. Se tipifica la sangre del paciente para
antígenos ABO/Rh y se investigan los anticuerpos. Si no hay anticuerpos y el paciente necesita
sangre, puede autorizarse la administración de eritrocitos específicos del tipo ABO/Rh o eritrocitos
compatibles sin la fase de antiglobulina de la prueba de compatibilidad cruzada. Si hay un
anticuerpo inesperado, es preciso realizar todas las pruebas.
Tipificación ABO y Rh
La tipificación ABO de la sangre del donante y el receptor se realiza para evitar las transfusiones de
eritrocitos incompatibles (véase figura Tipos de eritrocitos compatibles). Como regla, la sangre
para transfusión debe tener el mismo tipo ABO que la del receptor. En situaciones de urgencia,
cuando hay dudas sobre el tipo ABO o no se lo conoce, pueden emplearse concentrados de
eritrocitos tipo O Rh-negativo (no sangre entera—véase Reacción hemolítica transfusional aguda),
que no contiene antígenos A ni B, para pacientes de cualquier tipo ABO.
Detección de anticuerpos
La prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta) se utiliza para detectar anticuerpos
IgG contra eritrocitos en el plasma del paciente. Se incuba el plasma del paciente con eritrocitos
reactivos; después, se agrega suero de Coombs (anticuerpos contra IgG humana o anti-IgG
humana). Si se produce aglutinación, hay anticuerpos IgG (autoanticuerpos o aloanticuerpos)
contra los eritrocitos. Esta prueba también se utiliza para determinar la especificidad de un
aloanticuerpo.
La prueba de antiglobulinas directa (prueba de Coombs directa) detecta anticuerpos que han
recubierto los eritrocitos del paciente in vivo (véase figura Prueba de la antiglobulina directa (de
Coombs directa)). Se la solicita cuando se sospecha anemia hemolítica de mecanismo inmunitario.
Se investigan directamente los eritrocitos del paciente con antiglobulina humana y se observa si
hay aglutinación. Un resultado positivo, si se correlaciona con los hallazgos clínicos y los
indicadores de hemólisis en las pruebas de laboratorio, sugiere anemia hemolítica
autoinmunitaria, hemólisis inducida por fármacos, una reacción transfusional o enfermedad
hemolítica del recién nacido.
La prueba de antiglobulina directa (de Coombs directa) se utiliza para determinar si hay
anticuerpos de unión a eritrocitos (IgG) o complemento (C3) en las membranas eritrocíticas. Se
incuban los eritrocitos del paciente con anticuerpos contra IgG y C3 humanos. Si hay IgG o C3
unidos a la membrana de los eritrocitos, se produce la aglutinación—un resultado positivo. Un
resultado positivo sugiere la presencia de autoanticuerpos contra los glóbulos rojos. Puede ocurrir
un falso positivo y no siempre equivale a hemólisis. Por lo tanto, los resultados siempre deben
correlacionarse con los signos y los síntomas clínicos.
Técnica de la transfusión
La utilización de una aguja de calibre 18 (o mayor) impide la lesión mecánica y la hemólisis de los
eritrocitos. Siempre debe utilizarse un filtro estándar para la infusión de cualquier hemoderivado.
Sólo debe permitirse la introducción de solución fisiológica al 0,9% IV en la bolsa de sangre o en la
misma tubuladura que la sangre. Las soluciones hipotónicas lisan los eritrocitos, y el calcio de la
solución de Ringer lactato puede provocar la coagulación.
Es importante la observación estricta, en particular durante los primeros 15 min, que incluye el
registro de la temperatura, la presión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria. La observación
periódica continúa durante toda la transfusión y después de ella, con evaluación del estado de
líquidos. Se mantiene al paciente tapado y caliente para prevenir escalofríos, que pueden
interpretarse como una reacción transfusional.
Complicaciones de la transfusión
Los gran mayoría de las complicaciones graves, que tienen muy altas tasas de mortalidad, son
• Reacciones alérgicas
• Alteración de la afinidad por el oxígeno
• Reacción transfusional hemolítica tardía
• Infecciones
• Púrpura postransfusional
La hemólisis de los eritrocitos del donante o del receptor (en general, del primero) durante la
transfusión o después de ésta puede deberse a incompatibilidad ABO/Rh, anticuerpos plasmáticos
o eritrocitos hemolizados o frágiles (p. ej., por sobrecalentamiento de sangre almacenada o
contacto con soluciones IV hipotónicas). La hemólisis es más frecuente y más grave cuando los
eritrocitos incompatibles del donante son hemolizados por anticuerpos del plasma del receptor.
Las reacciones hemolíticas pueden ser agudas (dentro de las 24 h) o tardías (de 1 a 14 días).
La mayoría de las reacciones febriles se tratan de manera eficaz con paracetamol y, si es necesario,
difenhidramina. Los pacientes también deben ser tratados (p. ej., con paracetamol) antes de
futuras transfusiones. Si un receptor ha experimentado más de una reacción febril, se utilizan
filtros leucorreductores especiales en futuras transfusiones; la mayoría de los hospitales utilizan
hemoderivados almacenados previamente, sometidos a leucoreducción (depleción de los
leucocitos).
En los Estados Unidos, mueren alrededor de 20 personas por año como resultado de reacciones
transfusionales hemolíticas agudas. Por lo general, la reacción transfusional hemolítica aguda se
debe a anticuerpos del plasma del receptor contra antígenos de los eritrocitos del donante. La
incompatibilidad ABO es la causa más frecuente de reacciones transfusionales hemolíticas agudas.
Los anticuerpos contra antígenos de grupos sanguíneos distintos del sistema ABO también pueden
causar reacciones transfusionales hemolíticas agudas. Las causas habituales son el error de
etiquetado de la muestra pretransfusión del receptor en el momento de la extracción y no
efectuar una prueba de compatibilidad de la sangre del receptor previsto con el hemoderivado
inmediatamente antes de la transfusión.
La hemólisis es intravascular, lo que causa hemoglobinuria con diversos grados de lesión renal
aguda y, posiblemente, de coagulación intravascular diseminada (CID). La gravedad de la reacción
transfusional hemolítica aguda depende de
• Grado de incompatibilidad
• Cantidad de sangre administrada
• Velocidad de administracion
• Integridad de los riñones, el hígado y el corazón
Por lo general, aparece una fase aguda dentro de la hora de iniciada la transfusión, aunque puede
producirse en un momento tardío durante la transfusión o inmediatamente después de ella. El
comienzo suele ser brusco. El paciente puede referir molestias y ansiedad. Puede haber disnea,
fiebre, escalofríos, rubor facial y dolor intenso, sobre todo en la región lumbar. A veces se produce
un shock que causa pulso débil y rápido, piel fría y pegajosa, hipopresión arterial y náuseas y
vómitos. La hemólisis aguda puede ser seguida de ictericia.
Si la reacción transfusional hemolítica se produce mientras el paciente está bajo anestesia general,
el único síntoma puede ser la hipotensión, la hemorragia incontrolable de los sitios de incisión y
las mucosas causada por coagulación intravascular diseminada D asociada y la orina oscura que
refleja una hemoglobinuria.
Si se sospecha una reacción transfusional hemolítica aguda, uno de los primeros pasos es volver a
comprobar las etiquetas de identificación en la muestra y el paciente. El diagnóstico se confirma
con una prueba de antiglobulina directa positiva, la determinación del nivel de hemoglobina
urinaria, y de LDH (lactato deshidrogenasa sérica), bilirrubina y haptoglobina séricas. La hemólisis
intravascular produce hemoglobina libre en plasma y orina; las concentraciones de haptoglobina
son muy bajas. Después, puede haber hiperbilirrubinemia.
Tras la fase aguda, el grado de lesión renal aguda determina el pronóstico. La diuresis y el
nitrógeno ureico en sangre decreciente suelen presagiar la recuperación. La insuficiencia renal
permanente es inusual. La oliguria prolongada y el shock son signos de mal pronóstico.
Debe consultarse con un nefrólogo lo antes posible, en particular si no hay respuesta diurética
dentro de las 2 a 3 h de iniciado el tratamiento, lo que puede indicar necrosis tubular aguda.
Puede estar contraindicado el tratamiento adicional con líquidos y diuréticos, y la diálisis temprana
puede ser útil.
Por lo general, la enfermedad de injerto contra huésped asociada con transfusión (véase también
Rechazo de injerto y enfermedad injerto contra huésped) se debe a la transfusión de productos
que contienen linfocitos inmunocompetentes a un huésped inmunosuprimido. Los linfocitos del
donante atacan los tejidos del huésped porque el sistema inmunitario del huésped no puede
destruir los linfocitos del donante. La enfermedad de injerto contra huésped puede producirse
ocasionalmente en un paciente inmunocompetente que recibe sangre de un donante (en general,
un familiar cercano) que es homocigoto para un haplotipo del antígeno leucocitario humano (HLA)
para el que el paciente es heterocigoto.
Los signos y síntomas son fiebre, erupción (erupción de propagación centrífuga que se convierte
en eritrodermia ampolloso), vómitos, diarrea acuosa y sanguinolenta, linfadenopatías y
pancitopenia secundaria a aplasia de la médula ósea. La ictericia y el aumento de los niveles de las
enzimas hepáticas también son frecuentes. La enfermedad de injerto contra huésped se produce
de 4 a 30 días después de la transfusión y se diagnostica sobre la base de la presunción clínica y las
biopsias de piel y médula ósea. La enfermedad de injerto versus huésped tiene > 90% de
mortalidad, porque no se dispone de ningún tratamiento específico.
La enfermedad de injerto contra huésped se previene mediante irradiación (para dañar el DNA de
los linfocitos del donante) de todos los hemoderivados transfundidos. Se efectúa
El tratamiento con corticoides y otros inmunosupresores, incluidos los usados para el trasplante
de órganos sólidos, no es una indicación de irradiación de la sangre.
La lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión es una complicación infrecuente causada
por anticuerpos anti-HLA o antigranulocíticos del plasma del donante, que aglutinan y desgranulan
los granulocitos del receptor dentro del pulmón. Aparecen síntomas respiratorios agudos, y la
radiografía de tórax tiene un patrón característico de edema pulmonar no cardiógeno. Esta
complicación es la segunda causa más frecuente de muerte relacionada con transfusiones. La
incidencia es de 1 en 5.000 a 1 en 10.000 transfusiones, pero muchos casos son leves. Es probable
que la lesión pulmonar aguda relacionada con transfusiones de leve a moderada pase inadvertida
con frecuencia. El tratamiento de sostén general suele llevar a la recuperación sin secuelas a largo
plazo. Hay que evitar los diuréticos. El uso de sangre donada por hombres reduce el riesgo de esta
reacción. Los casos deben ser reportados al servicio de medicina transfusional del hospital o al
banco de sangre.
Reacciones alérgicas
Si se produce una reacción alérgica, se detiene la transfusión. Por lo general, un antihistamínico (p.
ej., difenhidramina 50 mg IV) controla la urticaria y el prurito leves, y puede reanudarse la
transfusión. En cambio, una reacción alérgica moderada (urticaria generalizada o broncoespasmo
leve) también requiere hidrocortisona (100-200 mg IV), y una reacción anafiláctica grave exige
tratamiento adicional con adrenalina 0,5 mL de una solución 1:1.000 por vía subcutánea y solución
fisiológica al 0,9% por vía IV junto con evaluación por el banco de sangre. No debe realizarse
ninguna transfusión más hasta completar la evaluación.
Los pacientes con deficiencia grave de IgA requieren transfusiones de eritrocitos lavados,
plaquetas lavadas y plasma de un donante con deficiencia de IgA.
La sangre almacenada durante > 7 días muestra una disminución del ácido 2,3-difosfoglicérico
(DPG) en los eritrocitos, y el 2,3-DPG está ausente despues de > 10 días. Esta ausencia determina
una mayor afinidad por el oxígeno y liberación más lenta de oxígeno en los tejidos. Hay poca
evidencia de que la deficiencia de 2,3-DPG sea clínicamente significativa, excepto en las
exanguinotransfusiones en recién nacidos, en pacientes con drepanocitosis que presentan
síndrome torácico agudo o accidente cerebrovascular, y en algunos pacientes con insuficiencia
cardíaca grave. Después de la transfusión de eritrocitos, el 2,3-DPG se regenera en 12-24 h.
A veces, un paciente que ha sido sensibilizado a un antígeno eritrocítico tiene muy bajos niveles de
anticuerpos y pruebas pretransfusión negativas. Después de la transfusión con eritrocitos que
presentan este antígeno, puede haber una respuesta primaria o anamnésica (por lo general, en 1-
4 semanas) y causar una reacción transfusional hemolítica tardía. Por lo general, una reacción
transfusional hemolítica tardía no se manifiesta de manera tan florida como la reacción
transfusional hemolítica aguda. Los pacientes pueden ser asintomáticos o tener febrícula. Rara vez
aparecen síntomas graves (p. ej., febrícula, ictericia). En general, sólo se produce destrucción de
los eritrocitos transfundidos (con el antígeno), lo que determina un hematocrito decreciente y un
ligero aumento de lactato deshidrogenasa y bilirrubina y una prueba de antiglobulina directa
positiva. Como la reacción transfusional hemolítica tardía suelen ser leve y autolimitada, a
menudo no se la detecta, y el indicio clínico puede ser un descenso inexplicable de la hemoglobina
a la concentración pretransfusión que se observa 1 o 2 semanas después de la transfusión. Las
reacciones graves se tratan de manera similar a las reacciones agudas.
Complicaciones infecciosas
Todas las unidades de eritrocitos son inspeccionadas antes de administrarlas para detectar
proliferación bacteriana, que se manifiesta por cambio de color. Como los concentrados de
plaquetas se conservan a temperatura ambiente, tienen mayor posibilidad de profileración
bacteriana y producción de endotoxina si están contaminados. Para minimizar la proliferación, el
almacenamiento se limita a 5 días. El riesgo de contaminación bacteriana es de 1:2.500. Por lo
tanto, las plaquetas se evalúan de manera sistemática para detectar bacterias.
Rara vez se transmite sífilis por sangre fresca o plaquetas. Almacenar la sangre durante ≥ 96 h a 4-
10° C destruye las espiroquetas. Si bien las normas federales exigen una prueba serológica para
sífilis en la sangre donada, los donantes infectados son seronegativos en estadios tempranos de la
enfermedad. Los receptores de unidades infectadas pueden presentar el exantema secundario
característico.
En los Estados Unidos, la infección por HIV se debe casi totalmente a HIV-1, aunque el HIV-2
también es preocupante. Es preciso investigar anticuerpos contra ambas cepas. También se
requiere estudio de ácidos nucleicos para antígeno de HIV-1 y antígeno p24 de HIV-1. Además, se
interroga a los donantes de sangre acerca de conductas que podrían exponerlos a alto riesgo de
infección por HIV. No se ha identificado HIV-0 en donantes de sangre. El riesgo estimado de
transmisión de HIV por transfusión es de 1:1.500.000 a 2.000.000.
Rara vez, se ha transmitido babesiosis, enfermedad de Chagas y virus del Nilo Occidental por
transfusión.
Se informó que la infección por el virus del Zika se transmitió a través de hemoderivados en Brasil.
Por lo tanto, la FDA ha ordenado realizar pruebas para detectar el virus del Zika en los Estados
Unidos Y sus territorios. En lugar de las pruebas para Zika, también se podrían usar tecnologías de
reducción de patógenos aprobadas para plaquetas y plasma; sin embargo, su uso es actualmente
muy limitado, y esta tecnología aún no está disponible para los eritrocitos.
Púrpura postransfusional
Los pacientes desarrollan púrpura junto con sangrado de moderado a grave, generalmente del
sitio quirúrgico. Las transfusiones de plaquetas y glóbulos rojos empeoran la condición.
Se han desarrollado protocolos para transfusiones masivas en los que el plasma fresco congelado y
las plaquetas están indicados en un período más temprano durante la reanimación antes de que
se desarrolle la coagulopatía, en lugar de tratar de "reponerlos". Se ha demostrado que tales
protocolos disminuyen la mortalidad, aunque todavía se están desarrollando las proporciones
ideales de eritrocitos, plasma y plaquetas. Un ensayo no mostró una diferencia de mortalidad
significativa entre administrar una unidad de plasma y un concentrado de plaquetas por cada 2
unidades de eritrocitos y una unidad de plasma y un concentrado de plaquetas por cada unidad de
eritrocitos .
VIA OTICA.
CONCEPTO:
Son las maniobras que se realizan para introducir gotas en el conducto auditivo externo.
OBJETIVOS:
• Ablandar cerumen.
• Aliviar dolor.
• Tratar enfermedades.
PRINCIPIOS:
PRECAUCIONES:
EQUIPO:
PROCEDIMIENTO:
OBJETIVO
Preparar y administrar al paciente la medicación prescrita por vía oftálmica, con fines diagnósticos
y/o terapéuticos, en la dosis y horarios indicados, manteniendo la seguridad y asepsia.
PRECAUCIONES
MATERIAL
Guantes no estériles.
Gasas estériles.
Medicamento prescrito.
Suero fisiológico 0,9%
Bolsa para residuos.
PROCEDIMIENTO
Gotas oftálmicas:
VIA NASAL.
Definición:
Cabe mencionar dos grupos de fármacos utilizados por vía intranasal: los de instilación nasal y los
administrados por vía nasal. En el primero, el fármaco en forma líquida se introduce gota a gota en
la cavidad nasal. Se utilizan principalmente para infecciones y congestión nasal. El segundo, que
tiene como objetivo efectos sistémicos, tiene un inicio de acción rápido, una aplicación indolora y
ausencia de interferencia hepática.
Fundamentos:
El rico plexo vascular de la cavidad nasal, de fácil acceso, permite que los fármacos administrados
tópicamente alcanzar rápidamente niveles sanguíneos efectivos evitando los catéteres
intravenosos.
4. Dado que la mucosa nasal está cerca del cerebro, el fármaco para el líquido
cefalorraquídeo (LCR) las concentraciones pueden exceder las concentraciones
plasmáticas. La administración IN puede lograr rápidamente concentraciones terapéuticas
de fármacos en el cerebro y la médula espinal (SNC).
5. Evitación del efecto de primer paso que se produce después de la absorción de fármacos
en el tracto gastrointestinal.
6. Evitar los efectos de la estasis gástrica y los vómitos, por ejemplo, en pacientes con
migraña.
10. El volumen de una fosa nasal es de aproximadamente 0,25 a 0,3 ml, aunque algunos
médicos utilizan hasta 1 ml por fosa nasal y aceptar la escorrentía y la pérdida de fármaco
a este volumen más alto.
1. La administración de fármacos por vía nasal está limitada, sin embargo, a volúmenes muy
pequeños (25-200 μL) y, por tanto, solo es aplicable a fármacos potentes con alta
solubilidad en agua.
2. El ingrediente activo debe tener un peso molecular <1 kDa para ser absorbido.
6. Los compuestos que llegan al epitelio nasal rara vez logran tiempos de contacto
prolongados con la superficie celular debido a la presencia del moco que recubre la
mucosa, que es constantemente propulsada por los cilios de las células epiteliales. Cuando
este líquido periciliar interactúa con el flujo de aire, los compuestos extraños en el aire se
ven obligados a moverse hacia la nasofaringe hasta que se tragan, en un proceso llamado
aclaramiento mucociliar.
7. Se sabe poco del efecto del resfriado común sobre la administración transnasal de
fármacos, y es probable que la instilación de un fármaco en una nariz tapada o con un
exceso de rinorrea acuosa pueda expulsar el medicamento de la nariz.
8. La vía de administración nasal no es aplicable a todos los medicamentos. La absorción de
fármacos polares y algunas macromoléculas es insuficiente debido a la mala
permeabilidad de la membrana, el aclaramiento rápido y la degradación enzimática en la
cavidad nasal.
9. Aunque es poco probable que una dosis esporádica dañe el epitelio y / o los cilios, las
aplicaciones crónicas pueden provocar problemas de toxicidad más graves y, en última
instancia, dañar los cilios y comprometer las defensas del organismo.
Objetivos:
Equipos y Materiales:
Técnicas y Procedimientos:
2. Verifique el nombre del paciente y el nombre del medicamento, la dosis y la vía y hora de
administración (Los 5 correctos).
6. Realice la higiene de las manos. Con una linterna, inspeccione el estado de la nariz y los
senos nasales. Palpe los senos para detectar dolor a la palpación.
11. Identifique al paciente usando dos identificadores (por ejemplo, nombre y fecha de
nacimiento o nombre y número de historia clínica) de acuerdo con la política de la
institución. Compare los identificadores con la información del registro médico o RAM del
paciente.
13. Explique el procedimiento al paciente con respecto a la posición y las sensaciones que
puede esperar, como ardor o escozor en la mucosa o sensación de asfixia cuando el
medicamento se filtra en la garganta.
14. Disponga los suministros y medicamentos al lado de la cama. Aplique guantes limpios si el
paciente tiene secreción nasal. NOTA: Si el paciente tiene alergia al látex, utilice guantes
sin látex.
16. Indique al paciente que se limpie o se suene la nariz suavemente a menos que esté
contraindicado (p. Ej., Riesgo de aumento de la presión intracraneal o hemorragias
nasales). Enseñe al paciente sobre el propósito del medicamento, la dosis, el tiempo para
instilar y los posibles efectos secundarios.
3. Para tener acceso al seno frontal y maxilar, incline la cabeza hacia atrás
sobre el borde de la cama o almohada con la cabeza hacia el lado a tratar.
6. Ofrezca pañuelo facial para secar la secreción nasal, pero advierta al paciente que
no se suene la nariz durante varios minutos.
19. Ayude al paciente a que se coloque en una posición cómoda después de que se absorba el
medicamento.
20. Limpie la punta de la botella con un paño limpio y seco y vuelva a colocar la tapa; deseche
los suministros sucios en un recipiente adecuado; quítese y deseche los guantes y realice
la higiene de las manos.
23. Evalúe la respuesta del paciente a los medicamentos en momentos que se correlacionen
con el inicio, el pico y la duración del medicamento. Evalúe al paciente tanto para el efecto
deseado como para los efectos adversos. Vuelva a inspeccionar el estado de los conductos
nasales entre instilaciones.
24. Utilice Teach Back (Retroalimentación) para determinar la comprensión del paciente y la
familia sobre los medicamentos nasales. Dígale al paciente: “Quiero estar seguro de
haberle explicado el uso correcto de su aerosol nasal. ¿Puedes decirme cuál es el mejor
momento para usar este spray? ¿Qué efectos secundarios puede tener al usar el aerosol?
" Si el paciente se autoadministra medicamentos en casa, diga: "Muéstreme cómo va a
tomar este medicamento en casa".
VIA POR SONDA NASOGASTRICA.
Sin embargo, al administrar los medicamentos por esta vía se plantean dos problemas:
En esta guía se revisan las principales interacciones descritas al administrar medicamentos por
sonda a los pacientes que reciben nutrición enteral y se exponen unas recomendaciones generales
prácticas que ayuden a prevenirlas.
Para cada uno de los medicamentos de administración por vía oral, incluidos en la guía
farmacoterapéutica del Hospital Universitario Reina Sofía, se indica si pueden o no administrarse
por SNG, la manipulación de la forma farmacéutica más idónea en cada caso y/o valoración de
otras alternativas disponibles.
1. Interacción físico-química
2. Interacción farmacéutica
3. Interacción fisiológica
4. Interacción farmacológica
5. Interacción farmacocinética
Interacción físico-química
Se produce cuando la combinación del medicamento con el preparado nutricional conduce a una
alteración de las características físico-químicas (cambios en la viscosidad o formación de
precipitados) del preparado o de la forma farmacéutica.
El resultado puede ser la oclusión de la sonda, alteraciones en la biodisponibilidad del fármaco y/o
nutrientes, o bien inactivación de los mismos.
1. Consideraciones sobre la vía de administración: Siempre que sea posible administrar fármaco
por VIA ORAL.
a. Relacionar el lugar donde actúa el fármaco con la localización del extremo distal de la sonda:
Ejemplo: no administrar antiácidos por yeyumostomía porque actúan en el estómago.
c. Los medicamentos con pH < 3.5 o pH > 10 precipitan con la NE y tienden a obstruir la sonda por
eso es necesario separar lo máximo posible su administración de la NE.
Para evitar las complicaciones derivadas de la administración de formulaciones líquidas con alta
osmolaridad podemos recurrir a diluir la solución con una cantidad adecuada de agua.
VIA VAGINAL.
Medicamento a administrar.
Guantes.
Gasa.
Batea.
Empapador.
Técnica y procedimiento
VIA RECTAL.
Este procedimiento pretende documentar las acciones que se van a realizar para la administración
segura y eficaz de los medicamentos por vía rectal con fines terapéuticos, preventivos o
diagnósticos.
La vía rectal es anatómicamente el segmento terminal del tubo digestivo (15-19 cm). Tiene una
estructura que consta de una capa serosa peritoneal, una túnica muscular, una capa submucosa
(irrigada por el plexo venoso hemorroidal) y una capa o túnica mucosa.
La absorción del fármaco se realiza a través del plexo hemorroidal, lo cual evita en parte el efecto
de primer paso o paso por el hígado, antes de incorporarse a la circulación sistémica.
Medios materiales
Procedimiento
1. Comprobar la identidad del paciente.
9. Poner guantes.(10-12)
11.Colocar el paciente en la posición de Sims (decúbito lateral izquierdo con la pierna derecha
flexionada por encima de la izquierda), siempre que sea posible
12.Cubrir con una sábana de manera que solo queden expuestas las nalgas para proteger su
intimidad.
14.Separar las nalgas del paciente con la mano no dominante exponiendo el ano.
15. Pedir al paciente que realice inspiraciones lentas y profundas para relajar el esfínter anal.
16. Introducir el supositorio con el dedo índice o cánula lubricada en el recto suavemente y
dirigirlo en dirección al ombligo; en el caso de administrar supositorios superar el esfínter anal
interno (unos 7 cms en el adulto y unos 5 cm nos niños).(1, 6, 8)
17.Retirar el dedo índice. Mantener apretadas las nalgas del paciente hasta que ceda el tenesmo
rectal (dos o tres minutos).
20. Una vez finalizado limpiar la zona rectal y permitir que el enfermo descanse en una posición
cómoda.
Observaciones
estreñimiento.(1, 2, 5, 6. 8)
• Las contraindicaciones generales para la administración de cualquiera enema son: pacientes con
patología anorrectal (hemorroides, fisuras, abscesos…) o una intervención quirúrgica muy reciente
en la zona perineal o abdominal y pacientes cardíacos. Tampoco se recomienda la administración
de enema ante la sospecha de
• Las formas de administración rectal se usan para conseguir efectos locales. El fármaco se
introduce en el organismo directamente (supositorios) o con la ayuda de algún mecanismo
(lavativa, sonda rectal...).
• Un supositorio blando se pega al envoltorio, así es más difícil de introducir en el ano. Para
aumentar la consistencia del medicamento podemos colocarlo unos minutos en el frigorífico o
bajo un chorro de agua frío.(1, 8)
• El objeto de afilar una parte del supositorio es que al introducirlo en el ano por la parte
recortada, cuando está totalmente introducido, el esfínter anal presiona sobre la parte afilada,
empujando el supositorio hacia arriba en el interior del recto, donde se encuentran los plexos
venosos que se encargarán de la absorción del principio activo. Se deben administrar por la parte
plana del supositorio.(8, 13, 14)
• Los enemas de retención, se pondrán siempre entre las comidas y la una temperatura de 40
grados para no estimular el peristaltismo. Procurar aguantar ellíquido unos 30 minutos.
Administrarlo con una sonda lo más fina posible para producir menos presión sobre el recto y
menos sensación de defecar.
30.
• El vaciamiento del intestino se debe evitar aproximadamente 1 hora después de la inserción del
supositorio para permitir la completa absorción.
Registros
• Se deberá anotar el medicamento administrado, la dosis, la hora, y la respuesta del paciente, así
como los eventos adversos y/o efectos secundarios si los hubiera. En el caso de no administrar
algún medicamento, anote el motivo.
• Registrar en el plan de cuidados del paciente las acciones derivadas del procedimiento.
VIA INTRATECAL.
Los infusorios intratecales, también conocidos como bombas intratecales, son dispositivos
médicos especiales que permiten que el medicamento se administre en pequeñas dosis de forma
continua o a intervalos regulares, según corresponda.
La bomba está equipada con un tanque que, cuando es necesario, es suministrado por el médico a
través de una inyección a nivel abdominal: la aguja de la jeringa luego llegará a la bomba en
correspondencia con su tanque para permitir que se llene.
Bombas de infusión continua intratecal : como puede entenderse por el mismo nombre, este tipo
de bomba permite una administración intratecal del fármaco continuo y constante durante el día;
Bombas de infusión intratecal programadas : estos infusorios, a través de una regulación realizada
con una computadora externa especial, permiten la administración de diferentes dosis de
medicamento en diferentes momentos del día.
Entre los diferentes fármacos para los cuales es necesario recurrir a la administración intratecal,
los más comúnmente administrados a través del infusori anterior son los analgésicos opioides
utilizados en el tratamiento del dolor crónico y los relajantes musculares (como el baclofeno)
utilizados en el control de la espasticidad típica. se manifiesta en diversas enfermedades
neurodegenerativas, como, por ejemplo, la esclerosis múltiple.
• Permite administrar el medicamento cerca del sitio de acción en el que debe actuar;
• Facilita el paso de la sustancia activa a través de la barrera hematoencefálica (BEE);
• Permite un inicio más rápido de la acción;
• Permite administrar dosis de medicamentos mucho más bajas que las que deben usarse
en otras vías de administración, obteniendo sin embargo el efecto terapéutico deseado y
evitando el llamado efecto de primer paso;
Dado que la administración intratecal permite inyectar dosis más pequeñas del fármaco, también
permite disminuir los efectos secundarios que pueden ocurrir si la sustancia activa se administra a
través de otras vías, enteral o parenteral.
DESVENTAJAS