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EL ALTAR EN EL QUE DIOS SE AGRADA Por: Dr.

Miguel Puig PhD

Altar significa lugar de sacrificio, de culto, de adoración, monte de Dios, lugar de


cobertura, lugar de holocausto, lugar de ofrenda, Jehová Nissi, Jehová Shalom y morada
de Dios.

El altar es el lugar donde se quema el holocausto. El holocausto representa el pecado y


la inmundicia del hombre y debe quemarse de la misma manera en nuestras Iglesias.

La adoración y la alabanza deben producir arrepentimiento, sanidad interior (alma y


espíritu), sanidad del cuerpo y liberación.

Los adoradores deben adorar en total y absoluta santidad sin mancha ni arruga ni cosa
semejante, para que la adoración que salga por su boca, a través de los instrumentos o
durante la danza, sea respaldada por la unción de Dios. Un altar santo promueve que
Dios sea manifestado en la vida de las personas quienes a su vez son recipientes de la
pura Gloria de Dios.

Somos la luz de este mundo.

Las 7 velas del candelero (minora) son figura de los 7 altares de Adoración
que debemos tener en nuestra vida, y esos altares son:

(1) Altar personal: Debemos levantar un altar de intimidad personal con Dios,
presentándonos en sacrificio vivo santo y agradable ante EL; todos los días de nuestra
vida. Muchos les llamamos devocional diario.

Romanos 12:1-2 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta.

(2) Altar Matrimonial Es cuando la pareja levantan un altar de intimidad con Dios y
juntos oran, alaban y adoran a Dios en su hogar o donde se encuentren. Debemos tener
matrimonios donde el centro sea Jesucristo. El matrimonio que ora unido se mantiene
unido y fuerte. Es el mejor momento para ponerse de acuerdo y todo lo que como pareja
aten en la tierra es atado en el cielo.

Mateo 18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en
los cielos.
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(3) Altar Familiar: La familia, todos los días, debe levantar un altar donde adoren los
padres, los hijos y todas las personas que viven en el hogar o estén de visita. Este altar
debe ser la llave que abra, marque o decrete las bendiciones del día para toda la familia.
Este altar debe ser dirigido por el sacerdote del hogar (esposo) o la esposa en acuerdo
con su esposo o en ausencia de este. El altar familiar mantiene la funcionalidad de la
familia y la protección y provisión de Dios. De la misma manera; la familia que ora
unida se mantiene unida y fuerte.

Levíticos 26:5 Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la


sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros (provisión), y habitaréis seguros en
vuestra tierra (en el hogar).

Números 15:14 Y cuando habitare con vosotros extranjero, o cualquiera que estuviere
entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere ofrenda encendida de olor grato a
Jehová, como vosotros hiciereis, así hará él.

(4) Altar de Discipulado: Es cuando abrimos las puertas de nuestro hogar para permitir
que otras personas lleguen a adorar a Dios y a recibir la palabra (Hogar de Amor).
Cuando la casa se convierte en altar de bendición para otros, mantenemos el arca de
Dios en el hogar y la gloria de Dios reside permanentemente en la familia. Las iglesias
primitivas comenzaron en casas y usualmente las iglesias modernas también comienzan
en casas. Recordemos que al fin de los tiempos la iglesia perseguida terminará
reuniéndose en las casas.

2 Samuel 6:11 Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y
bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.

Hechos 2:46-47 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan


en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y
teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que
habían de ser salvos.

(5) Altar del Ministerio: El creyente levanta un altar de adoración cuando sirve en un
ministerio. Adoramos a Dios cuando le servimos. Todos los hijos de Dios son creyentes
pero no todos son siervos. El siervo es el que sirve y servir significa rendir un servicio;
así como Jesús lo hizo al ministrar y finalmente dar su vida por nosotros. Servir es un
privilegio y produce un gozo que solo unos pocos descubren y aprenden a disfrutar.
Recodemos también que todo servicio a Dios es recompensado por EL.

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Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y
para dar su vida en rescate por muchos.

Colosenses 3:23-24 23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la
herencia, porque a Cristo el Señor servís.

(6) Altar de la Iglesia: El Cuerpo de Cristo levanta un altar de adoración, cada vez que
se reúne en asamblea a celebrar a Jesús, bajo la dirección del Espíritu Santo. Es en el
altar que se levanta en la iglesia donde el pueblo se inclina y adora y derrama su corazón
ante el Padre. Es en altar de la iglesia donde el pueblo, unánimes juntos, alaba a Dios
con cánticos de agradecimiento por SUS favores. Es en el altar de la iglesia donde el
pueblo le ministra a Dios y se prepara espiritualmente para ser ministrado por EL.

Éxodo 4:31 Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de
Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

(7) Altar Celestial: Levantamos un altar celestial cundo vamos al Señor en


arrepentimiento genuino y clamamos por el perdón de Dios, por alguna falta cometida,
contra el Padre que nos ama con todo SU corazón; para que vuelva el gozo de la
salvación. Levantamos un altar celestial cuando derramamos nuestra alma a EL en
nuestros momentos especiales de intimidad personal; en nuestros ayunos y nuestras
vigilias. También levantamos un altar celestial cuando en momentos difíciles de
angustia, inseguridad, indecisión o desasosiego nos apartamos con Dios para que EL
simplemente escuche nuestro gemir y derrame de SU amor en nosotros.

Salmo 51:10-12 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu


recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

Restaurando el altar personal

Restauramos el altar personal, cuando miramos hacia dentro de nuestro ser y ordenamos
lo que esta fuera del orden divino. Restauramos el altar cuando no doblamos rodillas
ante Baal ni ante ninguna tentación que interrumpa nuestra vida de adoración. De
hecho; nuestra vida debe ser una vida de continua adoración. Vivimos vidas de continua
adoración cuando lo que hacemos, decimos y pensamos; en todas las áreas de nuestra
vida; glorifica a Dios. Solo así vamos a llegar a ser esos verdaderos adoradores en
espíritu y verdad que Dios está buscando.

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Espíritu de Baal

Baal: Significa; entre otras cosas; idolatría, dominio tirano, prepotencia, orgullo, dueño
absoluto. Este espíritu de Baal impide que la familia levante y mantenga un altar de
adoración a Dios y trata de ser dueño absoluto y mandar sobre la vida espiritual de la
familia. Baal provoca pleitos, desata rebelión, desata orgullo e intenta engañar con
gracia no genuina (imita la gracia). Baal intenta controlar el pueblo de Dios impidiendo
o contaminando la verdadera adoración en el altar de la iglesia. Baal también significa
mal maestro (tiene enseñanza propia para derribar el altar de Dios), es destructor,
sinvergüenza y quejoso. Baal es un espíritu que se mueve con sutileza, pero sus planes
son de muerte. La iglesia debe estar apercibida y una vez que discierna este espíritu
debe desenmascararlo y extirparlo de raíz, con guerra espiritual y educación al pueblo.

El adorador y la iglesia

Debemos tener conciencia espiritual de lo que Dios nos manda a hacer en este tiempo y
mantener la santidad en SU Altar y en SU Iglesia.

Personas en santidad vienen a ser adoradores en santidad y adoradores en santidad


influencia a la iglesia a la santidad, y una iglesia en santidad es un altar levantado por un
pueblo que agrada a Dios. Espiritualmente eso es vital, porque el adorador que no viva
rectamente ante Dios, puede contaminar negativamente al pueblo con una vida no santa,
palabras que no edifiquen, malas actitudes, malos testimonios y cánticos, danzas o
música no sincera y contaminada con lo impureza.

Todos debemos ser adoradores que adoremos en santidad porque de una misma fuente
no puede salir agua dulce para Dios y salada para los hombres; pero sobre todos; los
adoradores de oficio y consagrados al altar, tienen que estar apartados del mundo y no
claudicar entre dos pensamientos. Deben darle prioridad a la adoración a Dios. Los
adoradores muchas veces tienen como prioridad un trabajo, una carrera universitaria, un
negocio o una empresa, y todo esto es bueno y necesario, pero tienen que poner a Jesús
primero en sus vidas y entonces todas las demás cosas les serán añadidas.

Salmo 95:1-7 1 Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la


roca de nuestra salvación. 2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle
con cánticos. 3 Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. 4
Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son
suyas. 5 Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca.
6 Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.

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