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Universidad Nacional de Rosario

Facultad de Humanidades y Artes Lengua Española I


Escuela de Letras

Ficha de trabajo
¿Qué es una gramática del español?

1. La actividad gramatical y el juicio de gramaticalidad

[la actividad gramatical...] supone la posibilidad de atribuir propiedades a una formación de


lenguaje sin tomar en cuenta a quien la profiere ni su eventual destinatario ni las circunstancias
del proferimiento. De donde se sigue que algunas de estas propiedades serán ajenas a las
circunstancias, es decir, serán constantes [... ]
Es posible estudiar los datos de lengua desconectándolos de las condiciones particulares, y
siempre cambiantes, de los actos de enunciación. Por ejemplo, se puede estudiar una frase en
sí misma, sin saber nada de quien la enuncia, sin suponer siquiera que la enuncie un sujeto
particular, que esté dirigida a un sujeto particular y en circunstancias particulares.

Milner, J-C. (2000 [1989]). Introducción


a una ciencia del lenguaje. Buenos Aires: Manantial, p. 45.

2. Gramaticalidad y corrección
(2. I.)
Las construcciones del tipo de las subrayadas:
El hombre nuevo y el antiguo. ¡Qué casa, la de Juan!

tienen el núcleo tácito.


Kovacci, O. (1994). El Comentario Gramatical.
Madrid: Arco/Libros, p. 108

El verbo y sus complementos pueden ser sutituidos por el proverbo hacerlo que, en cambio, no
incluye a los circunstanciales:

(5) a. Ayer revisé la carta en mi casa y hoy lo hice en la oficina.


b. *Ayer revisé la carta en mi casa y hoy lo hice el otro documento

Di Tullio, A. (2005). Manual de Gramática del Español.


Buenos Aires: La isla de la Luna. p. 116

(2.II)

Aunque existen restricciones y casos particulares, los compuestos sintagmáticos de nombre y


adjetivo suelen pluralizar sus dos segmentos: boinas verdes (y no boina verdes), cabezas rapadas
(y no cabeza rapadas), pieles rojas (y no piel rojas). Alternan con frecuencia en el singular las dos
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soluciones gráficas: una palabra o dos, con la consiguiente repercusión en el plural: arcoíris~
arcos iris; bajorrelieves ~ bajos relieves; camposantos~ campos santos; caraduras~ caras duras;
cubalibres~cubas libres; guardiaciviles ~ guardias civiles; Nochebuenas ~ Noches Buenas;
padrenuestros ~ padres nuestros. Aunque se recomienda la primera variante, ambas se
documentan y se consideran correctas.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010).


Nueva Gramática de la Lengua Española. Manual. Madrid: Espasa, p. 38.

Cuando se usa el voseo, ciertas variantes del modo subjuntivo (cuando pongás) y el imperativo
negado (no me contés) son evitadas por los hablantes de mayor nivel socio-cultural. De modo
que se prefiere las formas verbales del tuteo: “cuango pongas” y “no me cuentes”,

Marín, M. (2011). Una gramática para todos.


Buenos Aire: Voz Activa, p. 168.

2.III

Lo gramatical no es lo CORRECTO. La diferencia entre gramaticalidad y corrección es, en lo


fundamental, la misma que sustenta la oposición que se suele establecer entre los aspectos
CONSTITUTIVOS y los aspectos REGULATIVOS de muchas disciplinas. Mediante los primeros,
que son internos, describimos las pautas que describen los fundamentos de algún sistema.
Mediante los segundos, que son externos, regulamos conscientemente una serie de
comportamientos preexistentes.
El concepto de ‘corrección’ se diferencia del de ‘gramaticalidad’ en que es un concepto
relativamente externo a los principios que regulan el sistema lingüístico. Es interesante hacer
notar, en este sentido, que las únicas oraciones incorrectas que mencionan las gramáticas
normativas son las que los hablantes usan efectivamente. Es decir, las gramáticas normativas
no hacen, por lo general, referencia a las secuencias que el sistema lingüístico excluye en
función de sus propios fundamentos.
Bosque, I. y J. Gutiérrez-Rexach (2009).
Fundamentos de sintaxis formal. Madrid: Akal, pp. 28-29.

3. Gramática, variación y estándar

De las reflexiones anteriores se deduce claramente que, cuando preguntamos si es gramatical


en español una determinada construcción, solemos centrarnos en el significado de la expresión
es gramatical, pero a veces omitimos las varias interpretaciones que puede tener la expresión
en español. Una interpretación posible es entender que la pregunta se refiere al español
estándar; otra posibilidad es entender que se refiere a una variante particular que estamos
analizando (digamos, la de una región o la de una época determinada); la tercera posibilidad es
entender que la pregunta alude a una cualquiera de las variantes (geográficas, históricas o
sociales) del español.
Si alguien me pregunta por la gramaticalidad de una secuencia y contesto que me parece
agramatical, mi interlocutor podría tal vez replicarme: «No me refiero a tu español. Me refiero
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al español». En esta respuesta (ciertamente, poco cortés) parece entenderse por español «el
español estándar actual», pero también podría ser «el conjunto de todas las variantes que esta
lengua permite y ha permitido a lo largo de su historia y a lo ancho de su extensión
geográfica». Este último es un concepto difícil de interpretar (más aún de evaluar) en la
investigación gramatical, y no solo por el hecho evidente de que esa información no está
disponible para nadie. Es más importante resaltar que tal suma de subsistemas contiene pautas
sintácticas mutuamente excluyentes. Sabemos que algunos esquemas que eran posibles en
alguna etapa del idioma (por ejemplo, el correspondiente a la secuencia Lo no vi, posible en el
español medieval) dejaron de serlo en otra porque no encajaban en estructuras formales no
configuradas antes. Lo mismo cabría decir de algunas opciones dialectales. Los sistemas
gramaticales no se articulan, pues, sumando o superponiendo conjuntos de variantes.

Bosque, I. y J. Gutiérrez-Rexach (2010).


Fundamentos de sintaxis formal. Madrid: Akal, pp. 43-44.

Si lo que se describe habitualmente en los estudios gramaticales es, en la mayor parte de las
ocasiones, una determinada variedad, la estándar, se está dando la impresión de que es la única
variedad accesible a los métodos científicos, por ser la más regular y sistematizable; y se está
haciendo de la descripción prescripción [Moreno 2000: 56].

Cit. en Demonte, V. (2005). La esquiva norma del español. Sus fusiones y relaciones con la variación
y el estándar. En Álvarez, R. y Monteagudo, H. (Eds.), Norma lingüística e variación. (pp. 13-29).
Santiago de Compostela: Consello da Cultura Galega/ Instituto da Lingua Galega.

La norma-estándar [...] es un constructo sociocultural [...] que puede incluso basarse en alguna
variedad lingüística empíricamente detectable en la sociedad, pero, precisamente por ser
blanco de un intenso investimento de codificación (establecimiento de reglas gramaticales que
muchas veces no existen en ninguna de las variedades, sino que remiten a alguna tradición más
antigua, como, en el caso del portugués, la gramática latina), de representación gráfica
(legislación sobre la ortografía oficial), de producción lexical (creación de un amplio
vocabulario técnico-científico, literario, etc., para dar cuenta de una “alta cultura”) y de un
intenso investimento político-ideológico (lengua del poder, del Estado, de la administración, de
la escuela, etc.), el estándar no es “una variedad” como otra cualquiera.

Bagno, M. (2017). Diccionário crítico de sociolinguística.


San Pablo: Parábola, p. 334, trad. propia.

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