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Universidad Nacional de Rosario

Facultad de Humanidades y Artes Lengua Española I


Escuela de Letras

Orientaciones de lectura
Las categorías gramaticales
Propuesta: Ma. Cecilia Milan y Lucía Romanini

Lectura:
Bosque, I. (1998 [1989]). Las “partes de la oración”. Características generales. En Las
categorías gramaticales. Madrid: Síntesis.

El trabajo en el campo de la gramática supone, como hemos visto hasta aquí, decisiones de
naturaleza epistemológica y metodológica, y también, en relación con ellas, decisiones
acerca de las formas discursivas que se emplean. Este documento propone un recorrido
que profundiza en un aspecto central de las decisiones teórico-metodológicas que, como
también hemos planteado, está atravesado por la existencia de diferentes puntos de vista.
Nos referimos al problema de la delimitación de las categorías. Categoría es un término
que aparece como polisémico, incluso si nos limitamos a las acepciones empleadas en el
ámbito de la gramática. Aquí proponemos un recorrido que delinea en primer lugar el
problema de los diferentes valores del término categoría y luego se detiene, siguiendo los
ejes que organizan el texto citado arriba de Ignacio Bosque (1998 [1989]), en un tipo
específico de categorías, que la gramática tradicionalmente ha llamado categorías
gramaticales o clases de palabras.

1. Sobre el término categoría

Empecemos por detenernos en los textos que siguen, que corresponden a dos ediciones
diferentes de la entrada categoría del DLE:

categoría (Del lat. categorĭa, y este del gr. κατηγορία, cualidad atribuida a un objeto).
1. f. Cada una de las clases establecidas en una profesión, carrera o actividad.
2. f. Condición social de unas personas respecto de las demás.
3. f. Uno de los diferentes elementos de clasificación que suelen emplearse en las
ciencias.
4. f. Fil. En la lógica aristotélica, cada una de las diez nociones abstractas y generales,
es decir, la sustancia, la cantidad, la cualidad, la relación, la acción, la pasión, el lugar,
el tiempo, la situación y el hábito.
5. f. Fil. En la crítica de Kant, cada una de las formas del entendimiento, es decir, la
cantidad, la cualidad, la relación y la modalidad.
6. f. Fil. En los sistemas panteísticos, cada uno de los conceptos puros o nociones a
priori con valor trascendental al par lógico y ontológico.
7. f. Gram. accidente gramatical.
~ gramatical.

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1. f. Gram. accidente gramatical.


2. f. Gram. parte de la oración.
www.rae.es
[consultado 15/02/2015]

categoría
Del lat. tardío categorĭa, y este del gr. κατηγορία katēgoría.
1. f. Cada una de las clases establecidas en una profesión, carrera o actividad.
2. f. Condición social de unas personas respecto de las demás.
3. f. Calidad o importancia de alguien o algo. Una persona con categoría
humana. La gran categoría de un vino.
4. f. Cada una de las clases o divisiones establecidas al clasificar algo.
5. f. Fil. En la lógica aristotélica, cada una de las diez nociones abstractas y
generales establecidas, a saber, la sustancia, la cantidad, la cualidad, la
relación, la acción, la pasión, el lugar, el tiempo, la situación y el hábito.
6. f. Fil. En la crítica de Kant, cada uno de los conceptos puros o innatos del
entendimiento que hacen posible el conocimiento de la experiencia.
7. f. Fil. En los sistemas panteísticos, cada uno de los conceptos puros o nociones a
priori con valor trascendental a la par lógico y ontológico.
8. f. Gram. categoría gramatical.
categoría gramatical
1. f. Gram. Propiedad gramatical que se expresa a través de los morfemas
flexivos. El género, el número y el caso son categorías gramaticales.
2. f. Gram. clase de palabras.
de categoría
1. loc.adj. De importancia, valor o elevada condición. Un negocio de
categoría. Una persona de categoría.

http://dle.rae.es
[consultado 30/05/2017]

Como se puede observar en la tercera acepción del primer texto, uno de los valores del
término categoría corresponde a “los elementos de clasificación que suelen emplearse en
las ciencias”, esto es, los conceptos específicos que las disciplinas proponen para dar
cuenta de sus objetos de estudio. Ese sentido es compartido entonces por todas las
disciplinas y, en esa acepción, son categorías de la gramática todos los términos que ésta
emplea para dar cuenta de las estructuras lingüísticas: adjetivo, verbo, género, número,
persona, sujeto, objeto, oración, sintagma, morfema, y un amplio etcétera. Ahora bien, en el
ámbito de la gramática, categoría tiene además, en algunos casos formando parte de
expresiones que incluyen adjetivos –en particular, categorías gramaticales– otros sentidos
más específicos.

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➊ ¿Qué definiciones de las presentadas en cada entrada se atribuyen al ámbito de la


gramática? ¿Qué diferencias se encuentran entre una y otra versión de la
entrada?

En la siguiente cita, tomada del prólogo del libro citado de Ignacio Bosque, se hace
referencia a las acepciones del término categorías gramaticales:

El término categorías gramaticales se emplea con varios sentidos en la bibliografía


lingüística, o mejor dicho, no todos los autores lo utilizan para designar el mismo
concepto. Ello no supone en realidad un grave inconveniente porque los problemas
terminológicos nunca son los verdaderamente importantes en ninguna disciplina.
Unos autores utilizan el término categorías gramaticales para designar los conceptos
que recubren los morfemas flexivos, es decir, género, número, persona, tiempo,
aspecto, etc. Otros lo utilizan para referirse a cualesquiera unidades de la gramática,
es decir, tanto a las unidades que acabamos de citar, como a las partes de la oración
(= categorías sintácticas en algunas terminologías) y las funciones sintácticas. En este
libro usaremos el término para recubrir dos conceptos: las llamadas partes de la
oración o categorías léxicas, es decir, unidades sustantivo, verbo o preposición, y
también las llamadas categorías sintagmáticas, es decir, unidades como sintagma
nominal, sintagma verbal o sintagma preposicional.

Bosque, I. (1998[1989]). Las categorías gramaticales.


Madrid, España: Síntesis, pp. 11-12.

➋ Identifiquen los diferentes sentidos con los que se emplea en la cita la expresión
categorías gramaticales. ¿Qué otras expresiones menciona Bosque para cada uno
de los sentidos?

La última pregunta planteada en la consigna anterior, que se detiene en el empleo de


diferentes expresiones para un mismo concepto, se relaciona con el problema relativo a
los diferentes puntos de vista teóricos, al que ya nos hemos referido. Como hemos
señalado, cada punto de vista constituye y delimita sus objetos y, por lo tanto, sus
categorías de análisis, que pueden –y suelen– coincidir parcialmente con las que emplean
otros puntos de vista, pero suelen también diferir en muchos casos en los conceptos y en
los términos usados para nombrarlos. A ello se refiere la siguiente cita de Bosque, que se
detiene además en la existencia de mayores diferencias en el ámbito de la sintaxis:

Se ha señalado alguna vez que los desacuerdos que existen entre los gramáticos que
trabajan en el terreno de la sintaxis son verdaderamente sorprendentes si se comparan
con los que existen entre fonetistas y fonólogos, o entre especialistas en semántica

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léxica, morfología o pragmática. Estos investigadores también mantienen diferencias,


pero puede decirse que son mínimas comparadas con las que oponen a los sintactistas
que trabajan en distintos modelos. Si nos preguntamos por qué razón es posible la
cooperación fructífera entre aquellos investigadores mientras que están tan alejados
(cuando no prácticamente incomunicados) los que estudian la sintaxis desde puntos de
vistas distintos veremos que la respuesta inmediata es evidente y casi trivial, pero poco
satisfactoria: independientemente de algunas cuestiones metodológicas que afectan al
grado de explicitud del trabajo científico, las unidades básicas de análisis se comparten,
con pocas diferencias, entre los estudiosos de aquellas disciplinas, pero entre los
sintactistas poco acuerdo hay más allá de que existen estas categorías léxicas
(nombres, adjetivos, etc.) y de que la sintaxis debe presentar generalizaciones sobre la
forma en que se combinan formando unidades más complejas. En el resto de la teoría
gramatica (en realidad, toda ella) es difícil encontrar puntos de acuerdo compartidos
por los estudiosos de la gramática en todos los marcos teóricos. (Bosque, 1998[1989]:
12)

2. Las “partes de la oración”

Bosque se centra en las categorías gramaticales entendidas como categorías léxicas –que
tradicionalmente han sido llamadas “clases de palabras”– y como categorías sintagmáticas,
que, como veremos más adelante, constituyen expansiones de las anteriores; por ejemplo:
(libro> el libro de biología). El autor examina criterios de clasificación propuestos desde
distintos enfoques teóricos y dialoga con ellos, expresando sus acuerdos, reparos y
objeciones. Las consignas que siguen se orientan a que identifiquen los aspectos centrales
de esas propuestas teóricas y adviertan los argumentos con los que éstas son discutidas.

➌ Bosque afirma que “La paradoja habitual sobre las categorías gramaticales es
precisamente que no existe autor ni escuela que no reconozca la dificultad de
obtenerlas formalmente, mientras que a la vez son unidades básicas de análisis
en casi todos los marcos teóricos” (p. 24). ¿En qué consiste una paradoja? ¿Por
qué consideran que se trata de una imagen que Bosque encuentra adecuada
para explicar el problema de las categorías gramaticales?.

➍ Las comillas del título del capítulo marcan cierto distanciamiento por parte del
autor respecto de esa denominación. ¿En qué argumentos se basa ese
distanciamiento?

Proponer una categorización supone establecer explícitamente criterios para ello y


determinar a su vez la forma en la que esos criterios se relacionan y jerarquizan. De
acuerdo con los criterios por los que se opte y la forma en la que éstos se jerarquicen, se
obtendrán diferentes propuestas de categorización. Así, por ejemplo, la categoría adjetivo
incluirá diferentes elementos, según los criterios a partir de los cuales se la defina. Uno de

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los casos que toma Bosque para dar cuenta de esta afirmación es el que permite organizar
la siguiente serie de elementos: su, cualquier, bonito, más, parlamentario, veinticinco. Si se
tiene en cuenta como criterio central la posibilidad de “modificar” o “incidir” sobre un
sustantivo, todos los elementos de la serie podrán ser considerados adjetivos, solución por
la que han optado muchas gramáticas. Ahora bien, como plantea Bosque, cabe
preguntarse en qué consiste ese “modificar” o “incidir” y si es de la misma naturaleza en
todos los casos. Esa pregunta, y la respuesta a la que algunxs gramáticxs han llegado, ha
llevado a proponer otras clasificaciones, en las que, por ejemplo, mi no forma ya parte de
la misma categoría que bonito o parlamentario sino que forma serie con el o ese. Aportan
argumentos para esa clasificación datos como los siguientes:

(1) El libro está sobre la mesa/ Mi libro está sobre la mesa/ Ese libro está sobre la mesa
(2) *Libro está sobre la mesa
(3) *Libro verde está sobre la mesa

Como se ve, la presencia de un elemento de la serie de mi/ el/ ese es lo que determina en
las secuencias propuestas, la buena formación de la estructura. En cambio, la presencia de
un adjetivo como verde (o como parlamentario o bonito) no afecta la gramaticalidad de la
serie. La oposición entre (1) y (3) es un argumento que ha sido empleado para sostener la
necesidad de reconocer dos categorías diferentes: adjetivos, por un lado, y determinantes,
por el otro.

➎ Releven en el texto de Bosque otros ejemplos que permitan dar cuenta de las
diferencias en la categorización de los elementos. Identifiquen los argumentos
que se han dado a favor de cada análisis.

Excurso: sobre “la gramática tradicional”

A lo largo del texto de Bosque aparecen diferentes referencias a “la gramática tradicional”.
El autor emplea esa expresión, como lo hacemos aquí, entre comillas, estrategia que
señala, como hemos visto arriba, un distanciamiento. Ese distanciamiento es necesario
porque se trata de una expresión de límites difusos, que resulta difícil de aprehender y que
no constituye una totalidad de la que puedan realizarse afirmaciones que resulten válidas
en su conjunto. La tradición gramatical del español comprende autores y puntos de vista
que, naturalmente, no siempre coinciden en los análisis que proponen. Recuperamos a
continuación un pasaje del texto de Bosque en el que reflexiona sobre el lugar de esos
estudios en relación con los estudios gramaticales actuales:

No se pueden negar desde ningún marco teórico las aportaciones de la llamada


“gramática tradicional” a la comprensión de nuestro sistema lingüístico, de la misma

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forma que se debe reconocer que muchos de sus instrumentos de análisis no tienen la
precisión de otros que se manejan actualmente, afortunadamente para el progreso de
la disciplina. En este punto, y aunque no es frecuente hacerlo, nos parece importante
distinguir entre “gramática tradicional” y “gramática escolar”. La primera es la
gramática de los gramáticos tradicionales; la segunda es la gramática que se enseña en
no pocas aulas –y en diversos niveles académicos– haciéndola pasar por la primera.
Muchos análisis gramaticales “escolares” que pretenden ser “tradicionales” presentan
con frecuencia simplificaciones, razonamientos y resultados que seguramente no
hubieran admitido Bello, Cuervo, Lenz, Fernández Ramírez, Hanssen o Gili Gaya. De las
obras de esos autores no se deduce, desde luego, que el análisis gramatical deba
convertirse en un etiquetado aséptico, automático, irreflexivo y nada enriquecedor de
las secuencias que van apareciendo antes nuestros ojos. Ni que decir tiene que en esa
identificación mecánica raramente cabe siquiera la reflexión sobre las preguntas más
elementales, y no por ello más simples [...]
Nada resta un ápice de validez a las mejores observaciones de los gramáticos
tradicionales. Nada obligaba tampoco a esos gramáticos a contestar a preguntas que
no podían formularse entonces.
(Bosque, 1998[1989]: 13-14)

Como puede observarse en la cita, Bosque advierte sobre los límites de los análisis
tradicionales, pero señala también la productividad que continúan teniendo algunos de
esos análisis para formular preguntas sobre el sistema lingüístico. Las consignas que
siguen proponen una reflexión en torno a los alcances y los límites de algunas
clasificaciones tradicionales.

➏ La siguiente cita muestra uno de los lugares en los que el autor se detiene en el
problema mencionado: “Muchas veces [la incidencia sintáctica] es el criterio
único y determinante, aunque resulte tan poco útil como en el caso citado de
incluso” (p. 27). ¿Qué se critica aquí de la gramática tradicional? ¿Qué
propiedades tiene incluso que le permiten a Bosque utilizarlo como argumento
de su crítica?

➐ ¿Qué otras referencias a la gramática tradicional se pueden relevar en el texto?


Identifiquen los alcances y límites que en cada caso el autor le atribuye a las
propuestas analizadas e identifiquen la forma en que en general juzga los
aportes de esos puntos de vista.

3. Clasificaciones

El análisis que Bosque propone toma como punto de partida cuatro clases binarias, que,
con más o menos variaciones, han sido empleadas ampliamente en la tradición gramatical
para agrupar las diferentes categorías: clases de palabras variables e invariables; clases

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abiertas y cerradas; clases llenas y vacías y clases mayores y menores. Cada una de esas
clasificaciones se sostiene sobre criterios de diferente naturaleza, cuyos alcances y límites
son también disímiles. Esto es, permiten, como hemos visto hasta aquí, aprehender
algunas propiedades del funcionamiento lingüístico, pero presentan también claras
limitaciones.

➑ Determinen los criterios sobre los que se sostiene cada clasificación binaria e
identifiquen las críticas que pueden hacérsele a cada una.

3.1. Criterios morfológicos

➒ En particular, en cuanto a la clasificación binaria que propone la existencia de


categorías variables y categorías invariables, Bosque considera que es
mayormente adecuada, pero advierte que deja de lado tres aspectos referidos a
la morfología flexiva. Analicen estos aspectos y brinden ejemplos que permitan
explicar cada uno de ellos.

➓ ¿Qué lugar se le atribuye a la morfología derivativa en relación con el


establecimiento de las clases?

3.2. Criterios semánticos

Nos detenemos en el siguiente fragmento en el que Bosque opone criterios semánticos


que la gramática actualmente no considera adecuados para el análisis frente a otros
criterios que, aunque son también de naturaleza semántica, resultan, en cambio,
pertinentes.

El adjetivo semántico se suele usar con varios sentidos. Cuando se afirma que los
criterios “semánticos” no son útiles para la identificación de las clases de palabras se
quiere decir habitualmente que no es cierto que los sustantivos denoten
“sustancias”, los adjetivos “cualidades”, los verbos “procesos” o “estados” y las
preposiciones y conjunciones “relaciones”. Esta afirmación es impecable. No
obstante, también son criterios semánticos el “poseer capacidad referidora”, el
“poder ser predicado”, el “poder cuantificar”, el “poseer argumentos” y otros
semejantes. Si dijéramos que estos “criterios semánticos” también son inútiles en la
categorización gramatical estaríamos seguramente yendo demasiado lejos.
(Bosque, 1998[1989]: 36-37)

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⓫ ¿Qué criterios son considerados pertinentes y cuáles no? ¿Qué elementos del
texto explicitan esta distinción?

⓬ ¿Por qué descartar la segunda serie de elementos sería “ir demasiado lejos”?
Identifiquen en el desarrollo del capítulo los argumentos que permiten sostener
esa afirmación.

3.3. Criterios sintácticos

Tomamos, una vez más, como punto de partida, una cita del texto de Bosque:

Es principio aceptado por todas las escuelas lingüísticas que la determinación de las
clases de palabras debe establecerse mediante criterios gramaticales. Nadie discute
pues hoy en día que “la gramática sólo puede reconocer categorías formales. Para
que una categoría tenga una existencia real desde el punto de vista gramatical es
preciso que se defina con criterios de forma y no por criterios puramente
semánticos” (Hjelmslev, 1928: 302). No existe, sin embargo, el mismo acuerdo sobre
cómo se determinan esos criterios o sobre las preferencias que deben existir entre
ellos. (Bosque, 1998 [1989]: 41)

Como se lee en el pasaje citado, los criterios formales, entre los que se encuentran los
criterios sintácticos, constituyen la base del análisis gramatical. Los criterios sintácticos han
jugado, por lo tanto, un rol central en la delimitación de las categorías gramaticales. Sin
embargo, las propuestas que toman como base exclusivamente criterios de naturaleza
sintáctica –fundamentalmente, la posición y la función, aspectos que trabajaremos con
detenimiento más adelante– presentan también algunas limitaciones en relación con los
resultados que permiten obtener.

⓭ Identifiquen los argumentos que Bosque formula en relación con los límites que
presentan las categorizaciones que se organizan sobre la base de criterios de
naturaleza sintáctica.

Entre los puntos de vista que proponen categorizaciones de base sintáctica, se encuentran
aquellos que Bosque identifica como de “orientación funcionalista”. Semejante orientación
se encuentra en la propuesta de Ana María Barrenechea (1971), que forma parte de la
bibliografía del Módulo I de la materia.

⓮ ¿Qué diferencias es posible identificar en cuanto al posicionamiento sobre la


denominación “partes de la oración” entre las propuestas de Barrenechea y
Bosque?

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⓯ ¿A qué problemas considera Barrenechea que es necesario dar respuesta para


abordar el problema que enuncia en términos de “las clases de palabras como
clases funcionales”?

⓰ ¿Qué argumentos propone para sostener la propuesta de una clasificación


funcional? ¿A qué clases de palabras da lugar esa clasificación?

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