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Comparación entre Platón y Tomás de Aquino

Desde el punto de vista antropológico, ambos pensadores comparten que el ser humano es un
compuesto dual de cuerpo y alma de los cuales, solo el primero es mortal. Sin embargo, Platón
considera que su unión es accidental, mientras que Tomás de Aquino la considera sustancial, es
decir, el alma ha sido creada y colocada por Dios.
Para Platón, el alma está formada por una parte racional, que descansa en el cerebro, es la única
inmortal y sus virtudes son la sabiduría y la prudencia; también está compuesta por la parte
irascible, localizada en el pecho cuya virtud es la fortaleza; y por la parte concupiscible, que se
encuentra en el vientre y su virtud es la templanza. Para Tomás de Aquino, el alma se divide en
cinco potencias: la vegetativa, la sensitiva, la motriz, la apetitiva y la intelectiva.

Para ambos existen dos realidades, una realidad física, que es finita, mutable e imperfecta, y otra
realidad intangible; la cual es perfecta, infinita e inmutable. Esta última es muy importante, pues en
el mundo platónico se localizan las Ideas y según el mundo tomista, las Ideas y Dios. Además,
ambos consideran que en el mundo hay un ente superior, infinito, sabio, bueno y perfecto. Según
Platón este ente es el Demiurgo, que gestiona el universo y lo modifica a su gusto, dónde las Ideas
son las que gestiona la materia. Para Tomás de Aquino, Dios es el creador del universo y es el que
confiere a todas las cosas su esencia.

Además, los dos coinciden que es el alma la que adquiere el conocimiento. Para Tomás de Aquino,
este solo tiene su origen en los sentidos y para Platón se alcanza a través del entendimiento y la
razón. Ambos tienen distintos grados de conocimiento, aunque están más diferenciados en la
filosofía platónica (la doxa y el episteme). Platón sostenía que el conocimiento intelectual humano
es distinto del sensorial, siendo este primero, proveniente del mundo de las Ideas, mientras que para
Tomás de Aquino; el conocimiento es individual y personalizado porque no todos ven lo evidente.
Además, la epistemología de Tomás de Aquino se centra principalmente en el desarrollo
demostrativo de la existencia y esencia de Dios. Sin embargo, Platón se centra en alcanzar la Idea
del Bien mediante la dialéctica, estableciendo los distintos niveles de ideas.
Platón estudia la virtud o la areté para averiguar cuál debía ser la mejor vida para el ser humano,
mientras que Tomás de Aquino se plantea cuál es el fin del hombre, que según él, es la felicidad
natural que nos conduce a la sobrenatural. Además, Platón se cuestiona si la virtud puede llegar a
aprenderse. Finalmente determina que es un don divino y una opinión verdadera.
También expone tres virtudes del individuo (sabiduría, templanza y valentía), mientras que Tomás
de Aquino distingue tres tipos de leyes (natural, positiva y eterna). Ambos coinciden que el hombre
tiende a buscar la verdad y vivir en sociedad, además de perseguir el Bien. Por otra parte, coinciden
en que la existencia del mal se debe a la libertad del ser humano.

El ciudadano de la polis según Platón, debe ser educado en las Ideas de Justicia e Igualdad, pues ha
de entender el fin de la felicidad para el Estado. Sin embargo, solo se puede ser feliz alcanzando la
Idea Suprema o Idea del Bien, porque quien la conoce no obrará mal, ya que es más beneficioso.
Para Tomás de Aquino, lo fundamental es alcanzar la felicidad sobrenatural, que se traduce a la
visión de Dios, la Iglesia debía ocuparse de conducir a la felicidad mediante la ley revelada, y el
Estado debía asegurar el bien común mediante las leyes positivas.
Platón determina que el régimen perfecto es el gobierno de los más sabios. Según él, solo así se
consigue que reinen la justicia y la armonía entre todas las clases. Tomás de Aquino, sin embargo,
considera que su régimen político ideal es la monarquía. A Platón le escandalizaría esto, pues
proponía que los más ricos accediesen al poder y además este se regulase con los votos de una
población sin acceso a la educación.

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