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Autismo

¿Qué son los trastornos del espectro autista?


Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por
diferencias en el cerebro. Algunas personas con TEA tienen una diferencia conocida, como
una afección genética. Todavía no se conocen otras causas. Los científicos creen que los
TEA tienen múltiples causas que, al actuar juntas, cambian las maneras más comunes en las
que las personas se desarrollan. Todavía tenemos mucho que aprender sobre estas causas y
cómo estas afectan a las personas con TEA.

Puede que las personas con TEA se comporten, comuniquen, interactúen y aprendan de
maneras que son distintas a las de la mayoría de las personas. Muchas veces no hay nada en
su apariencia que las distinga de las demás. Las capacidades de las personas con TEA
pueden variar de manera significativa. Por ejemplo, algunas personas con TEA podrían
tener destrezas de conversación avanzadas, mientras que otras podrían no expresarse
verbalmente. Algunas personas con TEA necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otras
pueden trabajar y vivir con poca ayuda o nada de ayuda.

Los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida, aunque los
síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran síntomas de TEA en los
primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los síntomas no aparezcan hasta los 24
meses o después. Algunos niños con TEA adquieren nuevas destrezas y alcanzan
indicadores del desarrollo hasta alrededor de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de
adquirir nuevas destrezas o pierden las que ya tenían.

A medida que los niños con TEA se convierten en adolescentes y adultos jóvenes, podrían
tener dificultades para formar y mantener amistades, para comunicarse con personas de la
misma edad y adultos, o para entender qué conductas se esperan de ellos en la escuela o el
trabajo. Puede que lleguen a proveedores de atención médica porque también tienen
afecciones, como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad,
que se presentan con más frecuencia en personas con TEA que en personas sin TEA.
Los distintos tipos o grados del autismo
Se diferencian 5 grandes tipos de autismo, por lo que las personas que lo padecen pueden
situarse en cualquier punto del espectro:

 Autismo.
 Síndrome de Rett.
 Síndrome de Asperger.
 Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller.
 Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Autismo.
Es un trastorno que habitualmente comienza durante los 3 primeros años de vida, siendo los
padres los primeros que comienzan a identificar en su hijo comportamientos diferentes a los
niños de su edad. Algunos de estos síntomas extraños son: nula o muy escasa comunicación
verbal, el niño es muy poco sociable y solitario, o bien no muestra interés en identificar
objetos o llamar la atención de los padres.

Síndrome de Rett.
La característica diferencial de este tipo de autismo es que se presenta casi con
exclusividad en niñas y tiene carácter regresivo. Las personas afectadas comienzan a
sufrir un proceso degenerativo y progresivo del sistema nervioso que se manifiesta en
forma de alteraciones en la comunicación, la cognición y la motricidad (tanto fina como
gruesa) alrededor de los 2 años. Estas niñas tienen un desarrollo psicomotor normal, al
menos en apariencia, hasta entonces. De cualquier modo, diversos estudios demuestran que,
incluso en el periodo asintómático, se produce una reducción del tono muscular (hipotonía).

Síndrome de Asperger.
Es el tipo de autismo más difícil y, en ocasiones, tardío de diagnosticar, porque las personas
afectadas no tienen ningún tipo de discapacidad intelectual ni rasgo físico que las
identifique. El déficit se encuentra en el campo de las habilidades sociales y el
comportamiento, siendo lo suficientemente importante como para comprometer
seriamente su desarrollo e integración social y laboral.

Problemas de interacción social, falta de empatía, poca coordinación psicomotriz, no


entender las ironías ni el doble sentido del lenguaje, y la obsesión con ciertos temas, son
algunas de las características más habituales en el Asperger.

Trastorno desintegrado infantil a síndrome de Heller.


Suele aparecer sobre los 2 años, aunque en ocasiones no se hace evidente hasta pasados los
10. Coincide con los otros tipos de autismo en afectar a las mismas áreas (lenguaje, función
social y motricidad), pero se diferencia en su carácter regresivo y repentino, hasta el
punto de que en ocasiones el mismo niño se da cuenta del problema, mostrando su
preocupación a los padres.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.


Es una etiqueta diagnóstica que se utiliza en aquellos casos en que los síntomas clínicos
son demasiado heterogéneos como para ser incluidos en alguno de los otros tipos.
También se presentan trastornos de reciprocidad social, problemas severos de
comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y
estereotipadas.

Signos y síntomas de los trastornos del espectro autista


Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por
diferencias en el cerebro. Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la
comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos.
Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o
prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también podrían
tener algunos de estos síntomas. Sin embargo, en las personas con TEA, estas
características pueden dificultar mucho la vida.

Destrezas de comunicación e interacción sociales


Las destrezas de comunicación e interacción sociales pueden ser un desafío para las
personas con TEA.

Algunos ejemplos de características de la comunicación social y de la interacción social


relacionadas con los TEA son:
 Evitar mirar a los ojos a otra persona o no mantener el contacto visual
 No responder cuando lo llaman por su nombre, hacia los 9 meses de edad
 No mostrar expresiones faciales como de felicidad, tristeza, enojo y sorpresa, hacia
los 9 meses de edad
 No participar en juegos interactivos simples como dar palmaditas con las manos
(pat-a-cake), hacia los 12 meses de edad
 Usar pocos o ningún gesto, hacia los 12 meses de edad (por ejemplo, no decir adiós
con la mano)
 No compartir intereses con otras personas, hacia los 15 meses de edad (por ejemplo,
no mostrar un objeto que le guste)
 No apuntar a algo interesante para mostrarlo, hacia los 18 meses de edad
 No notar cuando otras personas están lastimadas o molestas, hacia los 24 meses de
edad
 No notar a otros niños ni jugar con ellos, hacia los 36 meses de edad
 No jugar a ser otra cosa, como un maestro o superhéroe, hacia los 48 meses de edad
 No cantar, bailar ni actuar para usted, hacia los 60 meses de edad

Conductas o intereses restrictivos o repetitivos


Las personas con TEA tienen conductas o intereses que pueden parecer inusuales. Estas
conductas o intereses distinguen a los TEA de las afecciones que solo se definen por
problemas con la comunicación y la interacción sociales.

Los ejemplos de conductas e intereses restrictivos o repetitivos relacionados con los TEA
pueden incluir:
 Poner juguetes u otros objetos en fila y molestarse cuando se cambia el orden
 Repetir palabras o frases una y otra vez (esto se llama ecolalia)
 Jugar con juguetes de la misma manera todo el tiempo
 Enfocarse en partes de los objetos (por ejemplo, en las ruedas)
 Irritarse con cambios mínimos
 Tener intereses obsesivos
 Tener que seguir ciertas rutinas
 Aletear las manos, mecer el cuerpo o girar en círculos
 Reaccionar de manera inusual a la forma en que las cosas suenan, huelen, saben, se
ven o se sienten

Otras características
La mayoría de las personas con TEA tienen otras características relacionadas. Estas podrían
incluir:
 Retraso en las destrezas del lenguaje
 Retraso en las destrezas de movimiento
 Retraso en las destrezas cognitivas o de aprendizaje
 Conducta hiperactiva, impulsiva o distraída
 Epilepsia o trastornos convulsivos
 Hábitos de alimentación y del sueño inusuales
 Problemas gastrointestinales (por ejemplo, estreñimiento)
 Estados de ánimo o reacciones emocionales inusuales
 Ansiedad, estrés o preocupación excesiva
 No tener miedo o temer más de lo normal

Es importante señalar que es posible que los niños con TEA no tengan ninguna de las
conductas mencionadas como ejemplos o que tengan algunas.

Pruebas y diagnóstico de los trastornos del espectro autista


 Dificultad en el diagnóstico: No hay pruebas médicas específicas para diagnosticar
los trastornos del espectro autista (TEA). Se basa en la evaluación del desarrollo y
comportamiento del niño.
 Detección temprana es crucial: Aunque algunos TEA pueden detectarse a los 18
meses, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo hasta más adelante, lo
que puede retrasar la ayuda temprana necesaria.
 Importancia del diagnóstico temprano: Diagnosticar el TEA lo antes posible
asegura que los niños reciban los servicios y apoyo necesarios para alcanzar su
máximo potencial.

Pasos en el proceso de diagnóstico:


1. Monitoreo del desarrollo: Observar el crecimiento del niño y comunicarse
con los proveedores sobre sus habilidades.
2. Pruebas del desarrollo: Evaluaciones formales que observan de cerca el
desarrollo del niño, recomendadas en ciertas edades por la Academia
Estadounidense de Pediatría.
3. Diagnóstico relacionado con el desarrollo: Una evaluación más profunda
realizada por especialistas para determinar si el niño cumple con los criterios
para un diagnóstico de TEA.

Los resultados de la evaluación del desarrollo también pueden determinar si el niño


necesita servicios de intervención temprana, incluyendo consejería y pruebas genéticas en
algunos casos.

Tratamiento y servicios de intervención para el trastorno del espectro


autista

Los tratamientos actuales para el trastorno del espectro autista (TEA) tienen como objetivo
reducir los síntomas que afectan la vida diaria y la calidad de vida. Esto varía según cada
individuo, ya que cada persona con TEA tiene sus propias fortalezas, desafíos y
necesidades de tratamiento únicas. Por lo tanto, los planes de tratamiento suelen involucrar
a múltiples profesionales y adaptarse a cada persona.
Estos tratamientos pueden ser administrados en diversos entornos, como educativos, de
salud, comunitarios o en el hogar, o en combinación. Es fundamental que los proveedores
se comuniquen entre sí, así como con la persona con TEA y su familia, para garantizar que
se cumplan las metas y se monitoree el progreso del tratamiento de acuerdo con las
expectativas.

A medida que las personas con TEA pasan de la escuela secundaria a la adultez, pueden
necesitar servicios adicionales para mejorar su salud, funcionamiento diario y participación
social y comunitaria. Algunas podrían requerir apoyo para continuar su educación,
completar capacitación laboral, encontrar empleo, así como para obtener vivienda y
transporte.

Existen varios tipos de tratamiento disponibles, que pueden clasificarse en categorías como
conductuales, del desarrollo, educativos, socio-relacionales, farmacológicos, psicológicos y
complementarios y alternativos.

Los enfoques conductuales se centran en cambiar comportamientos mediante la


comprensión de lo que los desencadena y lo que sucede después. El análisis conductual
aplicado (ABA) es un tratamiento notable que alienta los comportamientos deseados y
desalienta los no deseados, con un seguimiento del progreso.

Los enfoques del desarrollo buscan mejorar habilidades específicas relacionadas con el
desarrollo, como el habla y el lenguaje, así como destrezas para vivir de forma
independiente. La terapia ocupacional y el Modelo Denver de Inicio Temprano son
ejemplos de estos enfoques.

Los tratamientos educativos, como el enfoque TEACCH, se llevan a cabo en entornos de


clase y se basan en la consistencia y el aprendizaje visual para maximizar el potencial de las
personas con autismo.
Los enfoques socio-relacionales se centran en mejorar las habilidades sociales y establecer
vínculos emocionales, y pueden involucrar a padres o mentores.

No existe un medicamento que trate los síntomas principales del TEA, pero algunos
pueden ayudar a manejar síntomas concurrentes como la ansiedad o la depresión.

Los enfoques psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual, pueden ayudar a las


personas con TEA a manejar problemas de salud mental como la ansiedad o la depresión.

Los tratamientos complementarios y alternativos, como la terapia con animales o la


atención quiropráctica, pueden utilizarse junto con otros enfoques más tradicionales.

Es fundamental discutir cualquier tratamiento complementario o alternativo con un médico


o proveedor de atención médica antes de comenzarlos.

Referencias

 Lord C, Risi S, DiLavore PS, Shulman C, Thurm A, Pickles A. Autism from 2 to 9


years of age. Arch Gen Psychiatry. 2006 Jun;63(6):694-701.

 VIU Universidad Internacional de Valencia. (29 de agosto de 2022). Los distintos tipos
de trastorno del espectro autista (TEA): características y formas de intervención en el
aula. Recuperado de
https://www.universidadviu.com/es/actualidad/nuestros-expertos/los-distintos-tipos-de-
trastorno-del-espectro-autista-tea

 Hyman, S.L., Levy, S.E., Myers, S.M., & AAP Council on Children with Disabilities,
Section on developmental and behavioral pediatrics. (2020). Identification, evaluation,
and management of children with autism spectrum disorder. Pediatrics, 145(1),
e20193447.
 Handleman, J.S., Harris, S., eds. Preschool Education Programs for Children with
Autism (2nd ed). Austin, TX: Pro-Ed. 2000.

 National Research Council. Educating Children with Autism. Washington, DC:


National Academy Press, 2001.

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