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RAYMOND ARON

ISTORIA y DIALECTICA
E LA VIOLENCIA

.4 MONTE A.vnx EDlTORES. C. A.


PREFACiO

I lite han llevado a escribir este libro,


L que
AS CIRCUNS"FANCIAS
110 había concebido ni proyectado de (1)1f('1I101l0 el!
la.forma en que lo presento al lector, Invitado hace alías P01'
1:1 Universid ad de Aberdeen a dictar lo« Gifford Lectures
(1962-1965), escogí como tema la Conciencia histórica en
el pensamiento y la acción, Me babi« prolwusto dos objeti-
vos: exa-millar lJ,ueva/·nenta los p-roblemas t(('I1 conocimiento
bislórico, conjrontand o el método )1 los resultados de la
filosofía analítica de los anglo-americanos con la manera de
filosofar de neokentianos y feuol17enólogos alemanes, en los
cuales me babia insPirada en la Introducción 1.\ la Filosofía
I\. de In Historia; escribir el libro que aniusciaba eu la última
!)(ígintJde la Introducción, el cual habría de tratar de {a
acció" CI/. {a bistoria.
E[ estudio de la Cri cica de la Razón Dialéctica me t)({l'edó
IJecesariopar« la prejlflmciÓIl de estas conjercncias " la obra
que de ellas babrla de resultar, La Crítica, en efecto, consti-
TItulo orl81nol luye 7/1/(1 espec!« de Suma, puesto que abarca la problemática
HISTOIRE ET OIALECTIQUE DE LA VIOLENCE
l'/I/.Ut'tl de la cual. )10 habla tratado {!'J1 la Introducción algllmos
Traducclén de IIrj)('cfos. El(lhord 1/11((teort« de la Comprehcnsión (1/1 el Sf!11-
OSWALDOBARRETO
¡ido en que, siguiendo a Di/the'y )' Weber, )10 había tomado
<p tOITIONS GALUMARO, Parls es! e I ér 1/1¡110.
® De la ediciÓn en español
MONTE AVILA EDITORES.C. A. . Se interroga sobre los limites de lo cornpreheusible o (fe lo
Caracas I venezuela 1I1tdigible, como lo babia becbo [asper« con la rea1idad social
Portada I Vlctor Vieno : bisfórica. Si' e111pUlía (m elaborar una ti pologia ti e los COI1-
Impreso en Venezuela por Editorial Arte, Caracas JUNIos prácticos, es decir, de las dijerentes modalidades do

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relaciones recíprocas entre el individuo J' los colectivos, de borrador. DU1'(/11delos años siguientes, en diversas ocasio-
una tiPología de las distintas inserciones de lo colectivo nes, di [orm a a algunas de las lecciones, al tiempo que segula
las conciencias e, inuersamente, de las conciencias en los r('flexional1do sobre el tema de las Gifford Lectures, lJr0l11t11-
vos. Fi1taI11H!11Ie, sin dar aún respnesta -resp/'vatla al segun riadas pero 110 redactadas.
do tomo-, se l}ropone como objetivo [inal !« inteligibilid Decidí) fi11'!llmente) terminar la crítica de la Crítica y pu-
de una bistori(/:).Itiende a fundar la Ve'rclad, O la posibilidad blicar la, obra como primer tomo de la'S Gifford Lectures; la
Verdd'd, de /{¡JIU totaiizacion del devenir, sin abandonar, ron,h·o,n,tacióu. entre la filoslJ/ía al1!(l;Lítica de la bisteria JI la
obstante, el camino que había llevado (1 'neolum.li(/1J1os JI !('u01ne1'1>ologíadel conocimiento bistorico seguirá en el se-
'1nenólogos a una couclnsián opnesta: cuanto más la g/ll1do tomo; un« teoría de la acción. bistórica, o de la política
lJrehensión del pasado expresa la historicidad del P"~"n",'ldJ'l cm la historia, terminara (o' deberá terminar si tengo tiempo
más se identifica COIIla percepción de una coyuntura para ello) la serie. Precisamente porque la Crítica contiene
parte del actor " menos escapa al perspectivismo. Una una teoría de la c01JtprehellsióII y de la eccién histórica
sojl« semejante lJarece justificar la [árnml», conside -com prehensión iusetmrab!« de la acción puesto que ésta,
C01110triuial, de que cada generación, cada época reescribe /)royecciólI hacia el porvenir) estructura la situación de la cual
historia, porqtu: se da otro pasado, en [uucián del porvel1' se Selltl'ra1'/egán.dola-, la exposición de esta síntesis engloban-
lsacia el cual se orienta y que determina Ita-ser ,'a presen te, acom[Jmiada de observaciones :),objeciones, me permitirá,
(non-étre déja la), ~Vt proLJio p,·esente. C0ll10 conelauion, aislm· las interrogentes cuyas 'resp1Iesta.~
E11, la primera lectura, la Crítica me habia fastidiado. buscaré en los t01110Ssignie1'1.tes.
desp"oporción entre el gran oolnnnen (" la dificultad) La Critica 11.0ha tenido, al menos en lo inmediato, ni la
libro " las ideas válidas me había exasperado. Luego sentí misma repercusión ni la misma infl1le'11cia que El ser y la
especie de mala conciencia al ju.zgar seuerautente se n.01Inn'T' nada. Ha desalentado a numerosas lectores, entre los que se
empresa) sin baberme obligado a un esfuerzo de compreben cuentan, incluso, adm,iradores de Sartre. Fue blanco, por
siá», Relei la Crí cica, l,luma en mano; trabajé sobre el tex jJtlrte de Claude Lévi-Strauss, de 11:11 ataque vehemente al
como se trabaja el texto de 1m filósofo clásico; terminé que Sartre respondiá, algtmos años después, más qua C011una
encontrar interés y casi lJlacer en este juego conceptual argtnnettt acián, C0171(110 d enuncia poli tica del estructnralis-
trecortado de descripciones, a memcd» arbitrarias O gronutas. mo. Segul» siendo 1ma especie de momnnento barroco ego-
a veces /1tlgnr(mée.l', casi uunc« indiferen./ios. Entre la n1'/1IHI"r, bit/dor JI casi monstruoso. En alg1i1na ocasión, lo he COn! Pfl-
y la segund» serie de las Gifford Lectures, consagré 1/:1/ rado con el tratado de Sociología General de Pareto, a pesar
de 7/,11. año eutero ti la i/lterpretación de la Crítica. Los de SU inspiración com pletamente opuesta: expresiólI de una
tores, entre los que se contaban tnunerosos candidatos a bersonalid ad rica, compleja, contradictoria, la obra derrota
Escuela Normal Superior, obtuoieron, seg/¡11se me ha d a 111/0S,sed uce a otros, fascina lJrobablemente a 1tIlOS y a
algtilf benejicio, " asimilaron más fácilmente la materia otros; aceptada o rechazada total mente, 'más que sometida a
esta obra, C01/ toda seguridnd, indigesta. No obstante, 11//(1 dlscusiá» metódica. Cuescián, tal vez, de 1111 lJel1samiel1to
negaba alfil publicacióJ/ de la estenografía del curso, conuen que p'YetC/'tdeser totalizante, que rechaza los procedimientos
cid o por la exlJerienCül ele que numca llegaría a redactar COII/U'I1C'S tiel análisis: descom !Josició1', ti edncctou, reconstruc-
libro) cnya exposicióll ()r((¡! rep,'esel1tabq t((¡nls610 1t17U es ción, JI reclame J entonces, lógica o, existencialmente, una reac-
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cián global: actuó como si aceptam o no la dialéctica J, I s /fmltifttdinarios y de la to-ma de la Bastilla. El mdiuid-no
mejor, reclama que se permanezca en el interior del cam L.~capa a la soledad participando "' 'una accián colecti,,!a de
dialéctico originalmente ofrecido a la experiencia vivida. la clfol SO'JI- agentes todos los parttCtpa11tes, porqne pemg'uen
No creo bersonal ntente que esto S(/(I realmente así, inclu el mismo y 1Ínico objetivo, todos e11 conjunto J' cada I/f/O es-
si, como lo l)iellSo, la realidad humana, la existencia, /Jol1táneamente. QZI~,imp01'ta q_lIeel imlmlso inIcial, ~ara per-
revela tan sólo a 1/11 conocimiento 110 totalmente asimil /Irluorsp, que la accton, para triunjar, se organice, primero, y,
al de las ciencias físicas o [isico-qnimicas. La conciencia luego, se petrifiqu~, en, instit1t.~ió1't, si el imp!¡{so ~nicíol, la
lo vivido sólo se vuelve conocimiento cuando este vivido comunidad en accton, la rebelion. contra la d¡spers¡ó/1 de los
objetiva JI a través de procedhttientos de encuestas JI ueri il/dividuos JI el peso de los colectivos, siguifica rl comienzo
cació 1/ (o cOl1fil'lI1acióJ1) que 110 difierell esencialmente do la btnnanidad,
los irrocedimientos de todo saber universalizable. El marxismo de Sartre, en los dias posteriores a la guerra,
Por lo demás, COI1el correr de los 0170S,la Crítica esca llegaba demasiado tarde: ¿Qué aberració/11 lo llevaba a e111 pe-
poco a poco a la cuarentena O a In cita bor extractos. fiarse en cO'l/.f1l11dir"el socialinno que venia del frío", la re-
il1/glés sr han LJlIblic(ldo dos resúonenes del libro 3. La relac voluciá« hacha desde arriba, el acceso al poder del partido
entre El ser y la nada y la Critica ha sido objeto de 'UJl.T"IJl'.Lrn
gracias a la presencia del Ejé'rcíto Rojo, COI1el bunnanismo
o", donde 'WIOS afinlulr/l. la discolJ,tiu,'t(,idad radical otitre revolucionarlo o la realización del hombre JJOI' la revol1tción?
tesis sobre la, libprt(1({ de! primer lib"o )1 las del segundo EIJ cambio, la teoría del gmpo e1t f1¿sión, JI de la "Imlti/ud
cOlJlbatien/f:e amll11ciaba.el Cfl1'áctar esponténeo del izquierdi««
mietrtras ót1'QS afinnan, por el contrario, la co'ntiJ1luitlfltl
1110 de los ai'ios 60.
C01J1jJotibilidad entre éstas JI aquélla«. Ntumerosos articul
han sido consagrad os a la ucausa célebre": el ti abate ('1/ En 10~1Estados Unidos, a.tguJ1,Ossociólogos, inspirados por
[ean-Paul Sartre J' Clnud e Lévi-Strnuss 4.
el esjJiritn de la época, descubren en la Critica el euengelk:
de la emancipacián humana, la uneua teoria que ItI sociología
En 1968 los acontecimientos dieron a la Crítica u.J11 al uecesuaba pa.ra realizar S7t vocación de pemar esta emancipa-
!Jolítico ane los lec/ores, en la mayori» de los casos, 110 ción JI contribuir a ella. "The human f1dttre is not, f1llM a-
discernido en el momento en que fuera pllblicarla. A camieu- mental/y, to be an extrapolation oi the jJas!; iudeed, man is
zos de los aiios 60, 1(1atencián en Francia se COI/CPJI J(!fiJ1cd by Sartre as a flight out 01 the j}fesent ;17tO tbe
todavía en. las te117pest1/0~as relaciones entre Sartre y el Par- Íut ure. Por tbe very activitJ, u/bic]: is kIJ01lJiJlg, tue are
tido Conuuusta, relaciones cuya mberestructura estaba re remind ed, cbauges Ihat wbich u/ould be IWOIIIll. Tbis is,
presentada /)01' el diálogo entre ex~sieJ1cin'isJJJo :)1 'JJ/((rXiS11J Pcrbaps tbe essentia! insigbt oi existentiallsm i tbat. man
leninismo. La apocaliPsis rellolllciOl1or;(1, o psel/do-revol1lc retai/lS t.he capacítJI to inuen t its 011/111 linos. T he tt totaliza-
uaria, )' la i!'IlsióII de las iornadas de Mayo hicieron posible tion" of al/J' ()'IIeiustance is capable oi tmnscendance throu,gh
otra lectura. EjJisté11101/" brojesor de Psicología en Nunterre, tbe interaction oi knou/cr amI hruno in tbe next, TI:Je [u»:
tocado (pero 110salvado) por la Gracia, escribió: Esas ideas damentallogic of sociology becomes, in tbis light; tbe gratn-
que conmovieron a Francia. Entre esas ideas ocupaban 1111 lIIaJ' 01 cmancipation" 5.
lugar il1lpor/;(lJ1,tl'la opostcián e'l,tre serie :v grupo, la descl'ijJ- Después de 1/.1/,05 uein ie aiios de dirílogo f;losófico-poUtico
ciÓl1 del grupo en fU$ión, Irr fe11.Q-mel1CJlogla de los lJ1.ovimiel/- COn a/ ¡untido C011Z,'IU1iÍsta y la ortodoxia marxista-leninista
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-JI la Crítica marca uu momento, quizás la conclusion, 'lIl1los illstitnciollales, sin que 1I1/11.ca la exteriorizacién de la
este diálogo-«, Sartre de-viene, con el favor tic las ~J/fl!rioridado la interionzación de la exterioridad s1tlJrhno la
cunstancias, en el beraldo (¿y el héroe?)" de los reuolu . ~J1leligjbilidad de la realidad f!Jistórico-social. Con toda segu-
rios insurgidos al mismo tiem.po contra el conseruatinno rJ{lad,101110por una realizacián superior, en el orden teórico,
rocrático de MOSC7(JI el imjJerialis1110de WashiJ/gton. ¿ ti movimiel1to dialéctico (todavía abstracto) que muestro
entendido? ¿Q, 111/1')1 por el contrario, la alianza contra {,/ illleligibilidad ele la realidad btnn aua J' que alcanza el um-
tura entre una filosofía de la libertad y Stali11 (o sus bra! de la Historia, de la cual el 'marxismo sería la Verdad
ros) se rompe, [inahnetite, el día en que la bistoria (la '),([lIe, en sí 111,islI1a,sería el ad-uenimiento de la verdad. Pero,
lidad histórica) ojrece al filósofo, bajo las modalidades ;1/ /10 sellorar esta realización teórica de las in teuciones poli-
la nueua izquierda, 1« encamación, vanamente soñada, de {leaS de Sartre, peY1nanezco fiel a la intencián de ten pensa-
libertad en. acto JI en acción? miento que 110ha sepa,rado nunca com.prensión. y acción, fi-
En fu 11ció" misma de su filosofía, Sartre filósofo, 110 losofía )1 lJol!tica.
8a extrlnsecas o extranjeras a S1f, obra tales resonancias p Es cierto que ni La Náusea. ni El Ser y la Nada nigerla» una
ticas de la Crí cica. Toda comjn'eltsióu es acción, puesto que mlcrp1'ctaciól1 del devenir del hombre a través del tiempo, 1/.Í
situación '110existe, C7'1 C1Ia/1total, más que por la lI'rrnll!rJ'lIn
baieclan orientarse en esta dirccció1~. Las estructuras /ttmda-
de la conciencia hacia el fu,tu,ro. Negarse a «[irma« la nrentales (le la existencia, la libe'rtad, la elección que cada uno
cía, la libertad incondicionol del botnore, es C011UJlf¡er ti
bace de sí "'1ÍS'11M, pertenecía17 e11 111(1')101' grado a la posteri-
modo de ver, 11-0sólo 7111 error sino uma falta. No escoger: dad Idc"'/¿cgaardiana que" la poste1'idad marxista de Hegel.
hombre es escoger al contra-hombre. Negar la dialéctica El Ser y la Nada amlf,11,ciaba 7t'11amoral (de la cual parece que
afirmar la antidlaléctica. En otros términos, la escogencia l xisteu centenares de pági-nas mannscritas¡ qne nunc« ba sido
losófica se ldentijica o, cuando menos, no se separa de conchuda. De esta inacabada situació11 sale la Crítica, que
escogencia política; ambas expresan una escogencia exis
cial, la deter minaclón de sí por sí o cierta escogencia del tiene como sentido JI objeto, entre otros sentidos y objetos,
bor la conciencia. De esta manera se explica la propen Íuud ar la imposibilidad de una moral antes de la Revolución,
de Sartre a condenar moralmente y a llenar de iniurias a quizás hasta la imposibilidad, si la Beuolucién demuestra ser
que aSUII7CIIposiciones políticas diferentes a las suyas 11. Íinal utente iniposib!«, de toda moral uiuenciada. (La Crítica
Ciertamente, el Sartre filósofo concede probablemente 111 permita [uud ar la moral, mostrar lo que debería ser).
jJrecio, mayor alcance a la demostración, a la puesta en Llegado a la política cuando Jla habla adquirido gloria lite-
delicia de la c01l1prehellSibilidad o intl'iigibilidad de toda reali- raria, Sartre 1I1111caha aceptado p,'esentar S11S juicios, en y
dad bu mana eu cuanto tal, es decir, a la experiencia crítica ~Ob1'ela bistoria que se hace, como opiniones entre otras po-
q~/e,l)el'lJ1ite reCO~,st!f1IÍ~'la dialéctica que va de la praxis ;11- SIbles, susceptibles de errores -POI' falta de il1Jormación o
dlv/(llIal a, l~ l),:a~tlco-me'/'te~ ~e la, dialéctica constittiyente como consecuencia de la incouzpatibílidad. eventual entre
de la praxIS individ.na! a la d/(Ilecfica constttuida de los COI/- objetivos ig'lIal111mte valorizados o entre objetivos y medios
necesarios. Siem,jJ1'eha vincnlaclo S11o$ tomas de posiCión con su
• El autor jUC81l con In hornofonfn de Ins dos palnbms HórOJ (héroe) f~losofía o, si se prefiere, sie'1l1p'reha dado a sus tomas de po-
(heraldo). (NDLT). slciÓ17111/1ai11terpretación. filosófica.
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La Crítica se presta, en cousecuencia, a varias lecturas. cr rigltrosamet1ta teórico). Entre las dife'rentes lecturas po-
relaciá» con el pensamiellto ele Sartre, el libro p"esellla s¡bh's,he retenido, sobre todo, dos: la trasjiguracián del mar-
doble interés. Interés especulativo: la teoria de los rrl117'¡~"'" !J\,is/JIOen marxismo comprehensivo, a [in de elaborar el estatu-
lmícticos elabora el estatuto de los colectivos en el i ID de los colectivos, las relaciones de las concieucias individ-ua-
de una filosofía que 110 conoce, a nivel ontolágico, sino In con los colectivos; por otra parte, al paso, posible o i111 po-
ciencias individ nales, el para-si O la praxis. Interés prá ~/blc,de este marxismo comprehensivo, a la acción en la bisto-
o político: ¿Cómo puede la praxis, eutram ped« en lo ria ya/a inteligibilidad de una Historia en tanto que ad-ueni-
co-inerte, alienada sin que por ello esté determinada, 1111('1110 de la verdad,
rar la alieuacián? ¿Cómo crear lI11a sociedad en donde La primera lectura sirve de introducción al segundo tomo
praxis afirme S1l libertad por otro medio que 110se« UII (feJlomenología de la bistoria y filoso/fa analítica) j la segun-
yecto reuoluclonario, es decir, por 1/.11111edio distinto del da, a la acción en la historia, en ausencia de una interpreta:
bate ')' de la violencia? ciÓ/l de la Historia; ambas, en consecnenci«, a la Conciencia
La Critica también presenta interés en relaclán COII bistorico en el pensamiento )J en la accián,
marxismo o, más getterabmenbe, en relació" con, toda fil [ancas, agosto 1972.
de la bistoria que pretenda totalizar el pasado Inf,111a110
miras en la. salvflció'll colectiva. ¿Logra Sartre, ,)1 110'1'
'medios, mostror 110 sólo la Í11teligibilidad de la historia,
la lJosibilidr161de una Historia i:nteUgi.ble')/verdadera? ¿ el, Sheridnn (James l!.). Sartre, The 1'fld;(lit C01I1/0r.I;0/I, Ohio Universicy
reconciliar 1I11'1aoniologla de la conciencia, condenada a Press, Athenes, Ohio, 1969. pp. 154.156.
libre, con 1t11a óntica de la conciencia en,t1'a'Jll.padaa11lo R. D. Laing, D. G. COOPéI, ReoJO'¡ and Violooc«, A ¿leflde 01 Sartre'!
iico-iuerte o alienad.a en las series o las instituciones? PhiloJophy, Tavisrock publicaríon, Londres, 1964. y Desnn (Willrid)
imede acaso concebir una totalizaclén. histórica que con StJ1lrt"s 11/orx;s'1II,New York. Doublcdny, 1965.
ve la singularidad de las experiencias viueucladas? ¿La Por ejemplo, Mary Warnock, The Philo,soph> 01 Sartre, Hutchinson Unív,
Library, 1965, y Walter Odajnyk, MarxiJ11/ and OXiJItIt1I;alúlII. New York,
prcI:JellsiólI[und amental de /111 marxismo de combate p/l Doubleda}', 1965.
acaso, conducir a una totalización de la blstoria unive Por ejemplo, Lnwrence Rosen, "Language, Hisrory and the logic oC inquiry
siu que desaparezcan en la totaíizacián la experiencia in Lévi-Srrauss nnd Sartre", HiJlory tlllá rIJt'OIY, Vol. X, N0 3, 1971,
ciada, los sujrimientos J' las esperan-zas, los sacrificios pp. 269·294.
proezas del hombre, es decir, todo aquello que la com p (El futuro humano 00 tiene por qué ser fundamenmlmenre unn exrropo-
sián histórica, según Sartre, se propone sahmr? lación del pasado; en realidad, Sartre define al hombre como un vuelo que
se escapa del present« 01 (u turo. Porque la real actividad que es conocer,
La interpretacián que esbozo en los tres capítulos sig1lie se nos recuerda, transforma aquello que quisiéramos conocer. Esta es quizá
fes se desentiende de las relaciones -que analizo breuemen In imuición esencial del existcncialismoj que el hombre conserva In capacidad
eu el último capItulo- entre la Crítica J/ El Ser y la Nad de invenrar sus propias leyes, La "rotalízncién" de una Instancia cualquiera
las cuales exigirlan estudios más largos ')' arduos. Por ills es capaz de trascender, a ITl\Vts de 1:1 inrecaccíén entre conocedor y conocí-
miento, en In insmncln siguiente. La lógico Iundnmentnl de In Sociologln
tes, la cxposicián se. separa del vocabulario sartriauo, con deviene, enfocada de esta forma, la gramática de la cmnncipru:i6n.) Roben
ventaja da cierta claridad, al JnC110S «poreure, y el riesgo W. Friedrlchs, A lociolog')' o/ Jociclog.y, New York. Free Press, 1970, p. 280.
falsear el sentirlo del texto (en la medida en. que éste prete: Por ejemplo, la Iórmula: "los nnricollluniscas son unos perros".

14 15
b LA CRITICA

LAStes de
TRF.S palabras del titulo, crütca, razón. dialéctica, proceden-
una larga tradición. no se prestan inicialmente a una
definición unívoca. Quizás sea necesario leer lodo el libro para cap-
tur su significación, a la vez exacta y total. No obstante, la expo-
sición no deja de exigirnos que escojamos un comienzo: me parece
normal comenzar por el término crf,Uco, que, por otra parte, re-
e luma que sean elucidados, al menos provlsiorialmente, los otros
dos términos, razón y diaMctica.
El propio Sartre escribe en el prefacio que lógicamente las
Cuestiones de Método deberían venir después de la Cdlioa de la,
T{n;¡:ón. dlaféoUcfL, ya que esta última obra "está dirigida a consti-
tulr las fundaciones criticas" de la primera. Pero agrega que él
1 'me que "es la montaña de cuartillas termine en el parto de los
montes", S6lo un lector superficial podría ser vlctima de semejante
vrror. Las "consideraciones metodológicas" de Cuestiones 1 se des-
prenden de la Critlca o se fundamentan en ella. No constituyen
SIllO tina escasa parte de las tesis y temas de la Crítica. Podemos
decir, simplificando, que la primera, obra de circunstancias, se
desarrolla al nivel de la metodología, mlenuas que la segunda re-
monta a las C undaciones criticas y ontológicas a la vez, como ten-
dremos ocasión de verlo. Pero Cuestiones DOS oí rece más y menos
q~le aquella metodología de la que Critica suministra las funda-
L)(mes: más, porque Sartre consagra lo esencial de sus esfuerzos a
refular un marxismo degenerado, fosilizado, convertido en "idealis-
ino volun tarista" j menos, porque no elabora rigurosa y detallada-
l!lenle la metodología de las ciencias anll'opol6gicas.
Nada impide utilizar las Cuestiones para esclarecer la Crüica, en
It~medida eu que tul texto polémico, destinado a un público mar-
~Isla, se lee más cómodamenle y disimula las dificultades. Eso no
Illvalida el hecho de que la Critica se basta a si misma y que, en
<.:ambio,Cuestiones 00 sugiere ni siquiera el fio y la amplitud de

17
la empresa sartríana -empresa de inspiración kantiana, puesto tos el) evidencia pueden ser necesarios? ¿~ué es racionalídad
debería efectuar, respecto a la Razán dtalécuc«, lo que la e/ 1)IIC5
, . l' ctica• . y cun'1 su rIIn amen l or'.)
cuáles SOI1 SIlS l'Imites
de la Razón pura habría efectuado respecto a In Razán analu e 111LlI!'primera cuestión, Sl. es que laa tinterpreto exactamente, se le- ,

r ·1('1'IILOdel
Pero como nadie en la tribu de Jos filósofos sabía. untes ele 'C' '11 conocimiento 110 de una historia cualquiera. no de IIn Irag-
aparición del libro, en qué se distinguia 1ll1A Razón dialéctica de <
pasa d o h umano, SIOO. dee una
una hitistoria 11110, mejor
. diIC110.
Razón analítica, ni tampoco si y cómo la distinción de las dos
nes se justificaba, la Critica (o búsqueda de las fundaciones)
Jl:~ lo unidad de la H~storia (unidad el" la Hist?,ria ~o~oc!da, que
. llllica In de la Historia real, a causa do la relación dialéctica entre
bién dcv iene investigación sobre la misma Razón dialéctica. I hacer y el conocer). La segun d a y Iti tercera cuestión
111 . , se requieren
.
trata de mostrar, ni mismo tiempo. la realidad, los llmites y la ~('(Jprocamente, aunque el orden inverso hubiere sido más lógico.
dez de la Razón dialéctica, razón cuya metodología, esbozada .\SI. lambión, la cuestión de la unidad de la Iltstoria debería venir
Cuestlones, aparece como consecuencia e ilustración. c1l'spués elc la de la dialéctica (o libertad) ): de la l~ecesidad. El
El propio Sartre presenta Sil empresa crltica como destinada, IJrden seguido por Sartre, en este 1"\10, esta detcrmlnado por su
les que nada. a Fundar el materialismo histórico: ..... 11e dich referencia al marxismo.
repito que la única tnlcrpretacltm cálida de la hlstoria es el m Si partiéramos del sarlrismo o de la filosofía sartriana de la ]i-
rialismo lnstárico. No se trata, pues, de re-exponer aquí lo que bertad, la Iormulacióu del problema crítico devendría más clara
han hecho mil reces: además, tampoco ése es mi tema. Pero, v más sallsfactoria. Lo decimos una vez 1)01' todas -y tendremos
qulere resumlr esta intl'oducci6n; se poclría declr que el ía ocasión de repetirlo-: el origen de torla rof'lexlón no es y no
lismo liistáríoo es Sil propia prueba en el medio ele la raoton puede ser sino Ia 1Jra.'l:isindividual, libre y traslúcida. "La i!ialpctica
dialéctioa. pero que no [unda esta racíoualldad, inclllso y sobre como lógica vil'iente de lo (lOoión... sr' deS('II.lJI'e el1 el tnmscureo
,~osi res!if,l/ye la 11tstona de su desrt1'rol1ooomo Razón consti de la praxis y como 1m rnom.entQ neoesario de ésta ... , y de-
hl marxismo OSItI 1,ropia, hWoriá tomando conciencia de si; si l1¡cwe método te,Ó'r¡oo y orácuoo cuando 1" acC'ió" que se aslá
es por su cU11Ie71ic[umaterial, que no está 1JL/pstoen lela de j1¡/cio desarrollando se da sus ptopta« luces. EIl el trmlSC'II'/'SO de esta ac-
1J1lede (/,<;1."1'/0" (C p. ]34). ción, el individuo descubre la dialéotlca como ironsporenoia 1'Ocio-
UIl texto ele estas cnracterístícas plantea múltiples interrogan ual en tanto que él la hace, y como necesidad obsoluta en tanto que
¿por qué el materialismo histórico es su propia prueba (por ,w'le escapa, es decir, simple 11 Ilanamente, en /(11110 que los otros
tino retorno u cierto spinozismo)? ¿En qué consiste el material la hacen ... " (p. 133) 4
histórico cuya evidencia se impone de por sí y por sí? ¿Se reduce La libertad, praxis de cada LUlO, choca, pues, contra la necesidad
fórmulas vagas o vacías. lales como "el hombre hace su hi que para él crea la libertad del otro. La "rectproctdod de las obli-
pero sobre la base de determinadas condiciones materiales"? gaciones y ele las autonomias" traduce esta dialéctica, arraigada eu
qué consiste el "contenido material" del materialismo hist6rico 1111 nominalismo radical: la evidencia, la transparencia son suminis-
no debe ser pueslo en tela de juicio: las contradicciones del ca tradas inicialmente y ante lodo a la praxis individual. como un mo-
lismo, la lucha de clases. las relaciones de producción? Aun cua mento ele su propio desenvolvimiento. Del encuentro COIl el Otro
tal COI11~ In veremos m(IS larde~, el libro no da respuesta categ6ri ~llrge una necesidad 5. El lercer momento corresponde n la cues-
a estas Interrogan les, la ausenCIa de respuesta no nos impide tión planleada en el primero: ¿El conocimiento de una Ilisloria tilia
prcndor la propia empresa sartriana, Basta con admitir la diseri l'~ acaso posible? En efeelo, si parLo de la praxis individual, di~léc-
naci6n entre el marxismo, en tanto que intel'prelación con bea y totalizan te, el mundo bumano se disuelve en una. pJuraltdad
sustallcial ele la lJistoria, y las formas o esquemas de inte7i Indefinida de dialécticas o totalizaciones singulares. mlenlras que
intrínsecas ni marxismo. o aun las condiciolles 1u!cesarías 1Jara la verdad del marxismo el\ige, en LanLo C'JlIO condici6n de posibili-
el marxismo pueda ser t'e1'da.dero. dad. "la tolalizacióll de Zas 1otnlizaciones concretas efectuadas por
Al mismo Liempo, las cuestiones edUcas, así Sartre Jas form ""(1 m.ultiplicldad ele singlllaridades loloTizan/es" (p. 132).
a prop6sito del marxismo, dejan de depender de ésLe. Si invertimos el orden de las lres cucsliones planleadas hace poco,
esencialmenle le6ricas: ¿En qué condicioJleS el conocimiento la ompresa el'ÍLica se manifiesla bajo lIna ILl7. distinLa, vinculada al
It1W histori(/ ~ es posible? ¿Dentro ([le el1files IImiles los vfncnl mnl'Xismo más por accidente biogr~fioo Q poliliOtl fine por nalura-
J ,q 19
leza. Olvidemos por un instante la adhesión de Sartre al marx Al estilo de los psiquiatras e historiadores alemanes (Jaspers,
y reportémonos con el pensamiento a El Ser y la Nada. Substit Dillhey, Max Weber), Sartre afirma la originalidad de las ciencias
mes el término de praxis por el de para-sí. El hombre, o mejor, humanas, historia, sociologia, etnolog¡a~ etc, Como ellos. (unda
conciencia es libertad. Los comentaristas han juzgado muchas I'sln originalidad en los caracteres propios, esto es, humanos, del
ces paradójica la adhesión de Sartre, no al marxismo-leninismo, s Ihjelo. No se explica la conducta de los hom.bres en la ron~a .como
al marxismo o a cierto marxismo hegelíanízado O existencialísta. .1 explica los comportami~ntos de las. hormigas o los movímtentos
Crftica está orientada a resolver la paradoja, tratando un prob rk los electrones. Sociología de hormigas, no de hombres, ~quella
que se le plantearla a Sartre incluso en el momento en que se ( ue descuide la radical alteridad del en-sí y del para-si, la libertad
sinleresara por el marxismo y la Revolución, a saber: ¿cuál
naturaleza del conocimiento que podemos adquirir del mundo
J,I para-sí, siempre condicionada. nunca determinada por la situa-
dc,1l (por lo demás definida por el proyecto, o sea, la libertad del
mano, del mundo que entretejen innumerables acciones de p.lra-sí) o aun el carácter totalizador de la praxis. de la conciencia
ciencias libres (llamémoslas praxis a partir de ahora)? ¿En qué rct iva o actuante.
Iiere el conocimiento ele la libertad (o del para-sí) del conocimien Dilthey v Weber hubieran aceptado la definición que da Sartre
de las cosas (o del eu-sí)? Sartre apenas si se ocupa de epis de la comprehensión en el texto que acabamos de citar (p. 26). La
logla y quizá nunca hubiera sido llevado, si las circunstancias no significación terminal" equivale al objetivo, las condiciones en
hubieran obligado u un diálogo con el marxismo-leniniamo, a i que se da el comienzo constituyen la situación. EIt lugar de C011-
rrogarsc sobre la metodología de las ciencias humanas y a lorrnarse con la relación medio-fin 8, característica de la acción
IIn prolegómeno a toda antropología futura. Lo que no impide racional con respecto a 1111 objetivo (Zweckr(/(./ol7ttl), emplea una
mo lo rnostrnremcs 011 el Capítulo VI- que El Sel' IJ la Nada oen Iormulación que se presta para una apli.cación I1l~S amplia: el
ga ya en germen buena parte de los análisis de la Crítica y que /I/'o!leclo de la conciencia hacía un P?rven1r 'lile esta. por hacerse.
mundo humano cortstüuido por relaciones giratorias del en-sí, d proyecto que se comprehende a partir de las. e0nd¡<1I~)Ines que se
para-sí y del para-los-otros exija una modalidad específica ele in clan al comienzo, sin que por ello éstas determinen el Hn. La eS~'a-
prelación y cle conocimiento. Esta modalidad a nivel rnetodol I('gia de un jefe militar, al igual que la ~Ondl1Clade un neurótico.
la encuentra en la oomprehensíon. y se refiere expllcitarnenta pertenece al dominio de tal comprehensión.
que 10~psiquiatras e historiadores alemanes han llamado co
henstán" {Cuesüones, p. 96), indispensable para captar el sen Max Weber probablemente no habría llamado dialéctico ni al
de una conducta humana. Sartre agrega: "No ... se trata con proyecto de la conciencia ni al conocimiento que de él obtengamos,
ni de 1m don particular ni de una facultad especial de tntuíctán Pero, aparte de esta reserva de vocabulario, no habría visto mayor
es/e conocimtento es simplemente el movimiento dialéctico 'posici6n entre su propia teoría de la eomprehensión y la de Sartre,
explica el acto por su significación terminal a patlir de los lal como se presenta en el texto citado. En tanto que epístemólogo
ciones en que ha comenzado". Los analistas anglosajones hablan del saber histórico-sociológico, Sartre pertenece II la línea de los
explicacíón o de explicitaclén teleológica. La conjunción entre r¡lósofos en su mayoría alemanes, proceden les del idealismo pero
materialismo y la compreLtensi6n de los psiquiatras e h prcocup~dos, a fines del siglo pasado y a comienzos de éste, por
lundar las ciencias del espíritu (Geístenoíseensohoiten); por lograr
elemanes da como resultado lo que propongo llamar un marxism 1.1 reconciliación del conocimiento riguroso, por una parte. con la
comprehensloo (Vers/ehendel marxismlls).
Ilcrmenéutica o captación de los significados inm¡\nent~s a la reall-
El origen de este marxismo comprebensivo se descubre fácilmen dad humana, por la otra. El marxismo de Sartr~. devenido comp;e-
en la encuesta biográfica. Sartre, alumno de la Escuela S h"I1Sioo liene como fundamento la existencia humana o, aun,
ha revisado con Nizan una tradllcción de la PSicopatología . I~I J¡O"T~b,.e .. , para sí mismo 11para los otros ... ser significllnte,
de Jaspers 0, Por otro parte, no ignora a Dilthey, Max Weber IJ/les ntl1lCCL se puede comprender el menor de SI/S gestos sin reba-
Slmmal, a quienes probablements 110 ha leído o estudiado, pero snr el presente puro U e:\'plic~rlo 170/' el porvelllr; Es, (/d:rnás, 1m
de los cuales oonoce las Ideas fllndamentales por intermedio de "reacio/' de signos, en III medida en que, (ldel(jni(llldos~ siempre (1
mi tests secundaria? y de mi pequeño libro sobre Lo Sociología ale- ~Imismo, utiliza ciertos objetos para designor otros olijoto« ausen-
mana contempOI·éÍ11.ea. le.<;o [utueo«. Pero tanu: !lnll operaolón como la. otra se reducen (11
20 21
puro y simple rebasamiento: rebasar las condiciones ureseutee .. 'be fenolllenolóaic;aroeLlte. Experiencia al mismo tiempo que
cambto ulterior es la misma coso que rebasar el objeto tn
.\11 ( I~'~t11
'. '3 por ser loma "'d'e conciencia. (e1 J H lIistoria. VIVICo
.. I por ca ela
hacia IIn(/ ausencta. El hombre constnuje signos porque C!I:! l r!1I(, pOI' lodos. A partir del proyecto o de la prt/xis (para-si actuan-
cante en Stl misma realidad. y es significante porque el>re l,
111)') critica sigue, e11 11M descripción Ieuomenológica, la objetiva-
miento dialéc! leo de todo lo que es simplemente ciado. Lo que s:
t.~ Ide lo subjetivo y l:,t ~~teriorizaciól~ de _las ob ~eUvidades;. pone
mamas lihertad es [a irreductibilidad del orden cultural al l.' l\ icleneia la Irreductibilidad de la historia (realidad) a las inten-
natural", (Cuestiones, p. 96) ~~111l'S de los actores, al mismo tiempo que mantiene la lnteligibili-
El método regresivo-progresivo, vaivén entre las condiciones ,'lO .'
1 el de la historia entera. ne_1 . no el e 1lec Iro, onto 16gica-
d erec 110, SI .
proyecto, no presenta ninguna originalidad radical respecto al ~I::.ntereductible a las praxis. r uescn éstas desviadas, alienadas o
todo comprc:hensl\'o, espontáneamente utilizado por los his PI isioneras de otras o de sus obras comunes. .
res o los etnógrafos cuando, unos y otros, se afanan por captar o En un determinado momento, parece 'lile Sartre alude a la dis-
consütuír las experiencias vividas. Una conducta una obra tilldón entre los dos tipos de ciencias, a fUI de rechazarla radical-
decisión 110 entrega su o sus significaciones sino po~'referenci~: II1lll1e. En realidad, se trata de tina cuestión de vocabulario. En el
lo a la s!11l3CiÓJ1en la que se encuentra el autor, como al p comienzo de la Critica, en el capítulo titulado "Crltica de la expe-
I~OI' mecho del cual el mismo autor define su situación. re riencia crítica", introduce el término intelección, que acerca y dís-
1~1 proyecto transfonna la situación que 10 condiciono. lingue (la compreuensián (definido en Cuesuonee) y escribe: "De
, El método sartrlano comporta" sin embargo, una originalidad: hecho, acostumbramos oponei Ia hueleccum (reservada a los proce-
u~fasls puesto en el urouecto. Caen bajo el fuego de la crl duntentos de la Razón analitíco) (1 la com7mt1wT/sión (que el1cont:ra-
trlana los soclélogos que ignoran o desconocen, en las :'1.l1;11::1.J~1. l/amos únicamente en las ctenoiae humanas),
que estudian, la II1ILTIanidad ele los hombres, es decir. el ser "Es/a ll'i.stinc'¡Ón -pOI' oom1Ín que sea- ·110prelientllrJillgtÍn sen-
l~r~!leclo, No (llI.n el hOD~hre se deñna esencialmente por la h lid". No ha.y lntelígibílidad en las oieuoias de la 'l1tttllraleza: cua'tl-
rlCIdac~r , 1~lIes extsten sociedades sin historia, pero se den ne •. e/o fa praxis es'tam1JCl Sil sello sobre 'l11 sector de la (Jx.te,.i~ridacl de
la posl.b¡/¡d(ul permanente de vivír históricamente las I'Iq)/""(I/,' lncrria, produce ?J descubre la nacestdad 001/10 Im'posibllidad da
tlesquiclan alJeces las sociedades de repeuotán" (Ouest que los hechos considerados sean otros que los que S011••• la Ra-
pp. ~03-1.o~,nota), en otros términos, por la posibilidad pennane .1)/1 $e hace entonces slsiema de inercia para encontrar las suce-
de historicidad que la misma historia revela a posteriorí. sumes en exterioridad y 'para producir y descubrir a la 'vez las 'ne-
La conciencia sanriana engloba a la vez la racionalidad rrsldades como su única umdod exterior. La necesidad como su-
d~ Weber ~ la cxperieucía vivenclada de Dilthey. Presenta el , rS/Ó'1 en exterioridad (las instantes S01l exteriores unos a OtlOS !I
racl.c r lotahz~nte (? englobant_e) ele esta última y la orlen lió imposible que se sucedan en 1m orden diferente) no es más que
hacia un mus allá de la primera, Devenida praxis v ,{ t!,'iplrillt ¡Jrodl/ciendo y descubrlendo w 1)1'01)10 limite, es decir.
(lrabajo~ por naturalización marxista, sigue siendo proyecto, produciendo !J descubriendo la imposibilidad de pensar en la exte-
cendencía, éxtasis, fuera de sí misma a cada instante. nada Iioridad" (pp. 160-161) 9.
respecto al en-sí. La Crüica tiene como resultado o conclusión e Esle texto, que parece rechazar la distinción entre ciencias na-
lemol6gica. t1n~ teoría mnn.isla-e:\isle~(·~a]ista de la c01111)l'eh turales y ciencias humanas, transfiere esta distinción a I1n nivel
y de las ciencras humanas Pero se sltua a un nivel Ll'asce Irnscendenlal u onlol6gico. El vocabulario empleado implica que
() hasta ontológico. Para un soci61ogo o lln epislemólogo lal la Inteligibilidad sea incompatible con la necesidad, que en otros
\Ia~ Weber, importA menos afirmar la comprehensibiliclad ele Icrmino;' una demosLraci6n malemc\lica. () UI) cálculo i6gico no
aCCIones o de las.. ?br~s Illul1anas que precisar las condiciones !losea llúlguna inteligibilidad. Extraño \'ot'ubuluriu. sin du_da, pues
verdad o de verlfICacI6n de ]os juicios históricos o sociol dell1ostl'uciólI v cálculo conducen a conclusiones que nadIe pneelc
Ahora bieu, In experiencia crílica ele Sartre uo tl'opiel:il con Ittcionall11enlc' rechazar y que, no obstante, SarLre bautiza inillleli-
pl'Ob.lemá~oa, T0elo sl1ce~le C?n10 si tuviera por objetivo funclar Q;ihles. La explicación me parece la slglliclIle: la intelección (de
mtcllgenclu de tOtJtl la Ilistona, del I/Iet/M !wglllCl,rto de la In cllal la comprehenslóll es una especie) sa VillC~llll ul proyecto, al
tlad. La experiel1cia crllica no de.mlles/./'{l, ello. -n/ues/m: lio 1'1:\7.011 pensamienlo pensante, desaparece oon la necesidad que impide

22 23
pensar, en la medida misma en que el pensamiento implica la . Isa extensa y el pensamiento; en el subsuelo oscuro de la filosofía
bertad, la totallzación activa y no la sumisión pasiva a una l :rtriana subsiste un cartesianismo que él mismo ha asumido en
dad inscrita en la. sucesi6n de los instantes o en la hilera de 'lila comparaci6n entre la libertad del Dios de Desearles. a quien
posiciones exteriores unas a otras, inscritas, en resumen, en '..) limita ni la misma verdad, y la libertad del para sí, que no
cosas. ;lllede escapar a su destino de ser, en último análisis, responsable
Ciertamente, la praxis actúa en las ciencias de la naturaleza h sí. En otros momentos, aflora la distinción kantiana entre los
do organiza la materia, elabora las variables O abarca de un IlIiciosanalíticos y los juicios si~lé.licos. La intelec~i6n .intrlns~c~ .no
golpe una serie de proposiciones ligadas. Pero allí no actúa s .víste sino dentro y por el movímíento de la concrencia: los JUICIOS
para negarse o para descubrir sus propios limites, a saber, los li Illnllticos, idénticos, en cadena, por esencia, constiluyen un es-
les de su Libre proyecto. Si se habla de comprender una demos '1l1elelo mecánico que la conciencia soporta, incluso si ella mis-
ci6n matemática o una prueba experimental, es porque la com 1la lo ha constituido. La Razón dialéctica, en cambio, debe
hensi6n representa, en este caso, el propio proceder del nensamiei definirse "como la inteligibilidad absoluta de 1/110 nocedad irreduc-
lo y su orientacíón, al mismo tiempo que pone de mani ¡T)le en cuanto ésta es 'una irreductible nonedad. Es 10 contrario
novedad irreduotlble dentro del orden del saber y d~ sus (TI'[esfuerzo positivista y analítico 'lile trata de ilununar los hechos
nes prácticas" (p. 149). La novedad, en este caso, consiste eu IIlIevos reduciéndolos a hechos antiguos la exigencia de Int,elígi-
substltuclón de una hipótesis vaga por un conocimiento dem JO/dad puede parecer aqu) paradójica /,0 nuevo pareoe, en
trado. cuanto que es nuevo, escapar al mtelecto: se acepta 1(1cualidad
La Razón dlalécuca encuentra en la praxls individual el /lneva como una a:parición briüo o, en e7 mejor de los casos, se
ele la lntelígfbilldad que "da la perleota evidencia de lo 11'l/,eVO supone que SI./I 11'I'ed-uctibilidacles provisional y que el análisis que
pO'I'tll'de lo (I'ni.'lgl/o:hace asistir a la producción trtmsparente de ella se l1aga descubrirá después elementos ltnMguos" (p. 147).
práouoa ele lo 'n'uevo (1 narur de 70S factores antenorment« Estas expresiones S0U suficientes para poner en evidencia que la
dos y a la luz de la totalización" (p. 159, nota). Esta in ' novedad, creación de la praxis. difiere radicalmente de los juici,0S
intrínseca no se encuentra fuera del reino humano. Al menos, sintéticos y CJ ue las fundaciones orí: leas ele In Razón dlaléctica nada
a la conciencia COII evidencia, puede a lo sumo estar presente tienen en común con el esfuerzo crítico pUl' demostrar la posibilidad
titulo de hipótesis, cuando se trata de la naturaleza. Sartre con' rle juicios sintéticos a priori, "El agente práatico es transparente
gra algunas páginas a la dialéctica de la naturaleza ele En n ~'I>conw unidad unificante ele si misma y de su medio ambiente"
(p. 124) Y las tres leyes de ésta (ley de la conversión de la can (p. 150). Esta inleligibilidad se vincula con la cualidad. con la no-
en calidad y viceversa, ley de la lnterpenetracíón de los centrar vedad, con la singularidad. El pensamiento humano en tanto que
ley .de la nega.c~6n de la negación). En la medida en que la d nraxis "se caracteriza [undamentolmente como la illteligellcia de lo
léctica se manífiesta como conciencia de la prasie individual lIf1el'O(como reorganización perpetua de lo dado cm función de
seemos la certidumbre inmediata de que la acción humana al' netos tlumtnodos por su fin)" (p. 150) 10. Lo que Sartre llama sinté-
nos la acci6n individual, presenta el carácter de la dialécU~a. tico con relación a analítico es la totalización por la conciencia, el
camente la experiencia podría enseñarnos si este mismo proyecto hacia el porvenir, la reorganización de un conjunto cou
afecta algunos fenómenos de la naturaleza. Habría que agrega relación a un fin perseguido. Este movimiento de trascendencia
d~via, ~ue una dia.16c.lica ~e la .naturaleza, que Sartre cous activa o reorganizadora se confunde con la experiencla que la
l~polétlca, devendría imposible SI la totalización y la trascend praxis Liene de si misma. La praxis encuentra a conLinuaci6n u las
era del proyecto se mostraran Inseparables del para-sí al nivel relaciones analíticas, la exterioridad apremiante, la estructura de
tológíco. las máquinas, surgida de la actividad organizadora. a la vez prác-
¿C?m.o habría 911e ~nt~rl?l'~lar, en efecto, la oposición entre 1 lica y sintética. Pero el análisis de las relaciones de exterioridad
exterioridad y la interiorización, entre relaciones analltlcas de nocesaeías o de la necesidad exterior no dará ()lIelllu elel movimien-
terioridad y relaciones sil~télicas de interioridad? Sartre emplea d lo sintético es decir, de la aventura singutnr de una conciencia o
~'ersas Fórmulas CJl1e no ~I~mpre sugieren la misma idea o la m de la hnn;aniclad¡ una y otra f:tll1d¡.\menltllmenle homogéneas
imagen. A veces, el espm ~11 se orienta hacia la oposición entre I (p. ]43).

24 25
La dlstinclón metodológica de los psiquiatras e historiadores r Itlnizaclora. totallzación libre; luego, la illteligi!JI/íclClc/ de lo que
ll~un;s .ucviene pues, la de In Razón analítlca respecto o la " g. comprehensible, la presencia. en otros términos. de esquemas
d.lal~ctl(.·a, de la necesidad respecto a la evidencia, de la ex ~l()t ~1~tTiblesde la comprehensíón en los conjuntos humanos que no
ridad respecto a la interioridad. Las dos caractedslicas de 111l 1~1lser relacionados con la intencionalidad de 1111 agente; en
comprC/Uf/lsió/I -puesta en relación de los elementos con el
más o menos írreductlble a la suma o reunión ele los eleme
I~:~~\l l~lali~ación posible de l?da la Hislori~ hllmana.o}<\ unidad
d,' In Historia humana que, teniendo como on'T~" )a. pi ax~sde ~e.res
reorgantzacíón pc,rmall.enLe ele las LoLalizacioues con respec , 'll'leos ,
IIt!!U se l'oresenta diseminada en una l11uiLlpllclclad indefinida
porvenJr- continúan siendo las de la tntelecoton, No por ello dt' lolalizaciones singulares.
~SL~lde tener una extensión más vasta que lA cornprehensíón.
última supone la referencia a una praxis individual. u la [/11
lJal~dad de. ~IJl agente. de una persona o de un grupo. En cam * $: •

la Intelección, no la comprehensíón, encuen tra la d ialécLi


ausencia de la praxis individual: "acciones sin auente orod \sí definida, la crítica sartriana e\ oca, según me parece, mucho
sin'l pro, uctor, 10101tzaciones sin totallzador, '" contl'o-filln",,.n
,t •.,. un-nos la crllica kan liana que el proyecto de Dilthey, el de una
clrcularidades i1lfernales" (p. 161). crítica de la Razón histórica, Como Dilthey, Sartre se afana en
Todavía aqui tropezamos COI1 un problema implícíto en la poner en evidencia los conceptos, los unluersales necesarios para la
de In comprchenstón, sea ésta la. de Dilthey O la de Max intelección del mundo histórico. Como Dilthey, quiere salvar la
La explicitacíón teleológica de una conducta individual se i ,inglllnridad ele cada existencia, de ouda época, no reducir )0 nuevo
1'01'decirlo así, pOI' ~¡ll1.isma.¿Cómo designar el acto que yo a lo conocido, no explicar lo concreto por lo abstracto. Como
C:lll este momento, inclinado sobre tina mesa rodeado de li Dilthey, sueña con ir de la btogealta a,l~ Hisl~ltia 1I111;'(,,,,Std, ambas
produciendo contlnuamente garabatos azules Isobre papel bla «oulunto en totallzación y aventura uruca. DJ1Lhey, incluso eu la
S~II decir que yo escribo? Y si mi mujer pregunta CJlIé estoy sl'gllllda mitad de su vida, nunca ha ido más allá del proyecto:
ciando, responderé que escribo el primer capítulo de un libro so demasiado historiador. demasiado positivlsta también, no lo bas-
o! peusumiontu político de Sartre. El contenido mismo de mi tante ñlósofo, para rebasar el estadio de los e~boz?s o It~slntuicio-
ción no se determina sino por su finalidad. En este sentido la IICS. Sartre, en cambio, ignora lo bastante lu I-~slonn-reahc1ad, c?mo
Iiuición de In acción humana es teleológloa. A partir de ~SLO, pura imaginar su totalización, lllósofo y novehsL~~,logra es;:nbll' la
metodólogo se pregunta cómo conocer la finalidad de la acción historia total ele una existencia (Flaubert) y concíbe los universales
los otros y el epistemólogo se pregunta si y dentro de qué pnictico-inertcs, ('(JI) ayuda de los cuales la historia, tal y.com.o
la realidad socio-histórica se comprende ni medo como se I't"",n','t.> ..
se ha desenvuelto. sigue siendo. en derecho, integralmente inteli-
de la acción del escritor. ~ible (pero flO comprehensible). . .
. La crltica, en ,c.1senLíc1~ sUI'Lri.'U1o.torna aquí su distancia exac Digamos aún, para emplear términos ligeramente. dísüntos, que
I~p;~to a In. cr~ll~nkanlla~l~. El p.lln~o de partida no es el [ui 1.1crítica tiende n mostrar la il1teligihiliclad de toda IlIs.L?na, aum¡,.'e
suüéttco (1 pnor! SIIlO la actividad síntética. unificadora. de la solo fragmentos de ést~ se prestan H la comp.rehensiOll. es ~e~Il',
cieD~ia, tal COmO J~/ Ser y la Nada la ha definido. El objetivo 11 '(' aclaran por la íntencíonalidad de agentes. SI los J¡om.l~res:sUpIC-
consiste en mostrar o demostrar en Cjué condiciones esla acLivid Jan la historia que hacen. la distinción entre tnteleccíóu Y. COl~-
sintética es posible: h~ ~l~moslracióll kan liana (inLerpretada prehensión desaparecería. Ahora bien, ellos no sa~en la lustona
SUl:tre) I'epos~ sO~l'e l!1l JUICIO de hecho (ininteligible por consigll qlle hacen y. aunque el mar'l:iSI11O debe darles la ocaSión el.esn.berlo.
Le).. I~I.exp~nen:1R Llene, h~gar (p. 136). Es UD heCho tj no fu la han necesariameHte ignorado. Si la Waxis loma C?I1ClenCllt, cn
I,~s J~~ICI()S .SII1.tfot IC'O~ a ¡)/"IOI'I, en !a .me~i?a eu CJue :,ill ellos la expc- plena lucidez y transparencia. de SlI proyeclo, la accI6n efeclllad.a
llel~CUl ~c.d~.lInposlblc: La praxIs indiVIdual transparenLe, modelo ell las cosas, )' bA.jtlla mimda de los olros, no conserva ya ~a e"l-
de lIl~el~glbdlcl,~d,.no tiene, plles, nE'ce~icladalguna ele fundamenlo, clencia de su significaci6n. " .. ,La il1teligibi7id(~d de la praxIs ¡;el1-
HelJ~lIcl(' 1111lrllmlte regresIvo eOIl mll'as El descubrir 11\1/ Ll ••,;UUJ(] crrcí a estrelutrse G'Olltr" el reStlllado de esl,(l pn\'os, (/ In ve.:: lal 001110
que contradico en apal'icnoia la esLruct:I.1I'Hillil1edial'a de la 1))'0.1'/$ c'~/(jb(l 'Pro-y(3clado y siempre oLro, 1/ esle resu{t,(lc/o, en ttmlo qlle

26 27
otro (es decir en tanto que unido CI todo por la exterioridad r esencia (o teniendo como esencia el no tener esencia alguna),
bién) se dará como no habiendo podido ser diferente de lo que pI' se somete. en tanto que dialéctica, a ninguna ley, natural o
lit! '
(p. 159, nota). La libertad necesaria (la praxis no puede no ser ickul.
bre) encuentra libremente la necesidad: la diversidad exterior I.~Icritica sartriana, extraña al marxismo-leninismo, ¿conserva
munica al proyecto una parle de la necesidad que la consli 1" tUI parentesco con la crítica del propio Marx? Sabemos que éste
como exterioridad. Evidencia del proyecto y necesidad del 111 pleó durante lodo su itinerario de sabio y de revolucionario el
tado, reconciliación dialéctica de la libertad totalizadora y de :1'rlT1inOcrítica. En el transcurso de los primeros años 40, en la
dispersión inevitable, fundan, o deben Iundar, la inLeligibilidad \ I.,pera )' en los días inmediatamente posLeriores a su matrimonio,
la Historia. obra necesaria de hombres libres. Mediante este .ulIlIlciabu un cierto número de obras que habrían de criticar, su-
dirniento, la crltlca de la Razón histórica, o puesta en t>\Nrlo,~~ ('l,iyamenle, la religión, la polltica, el arte mismo. El Capital lleva
de la inteligibilidad de la realidad humana a parLir pero más rolllO sub-título Crítica de la Economía Político. Una fórmula fa-
de la comprehensibilidad de las praxis, responde a las exigen musa de la Introducción a la cdlica de lo filosofla del derecho de
de lo 'lile he llamado el marxismo comprehensivo. 1I1 gel, revela la doble finalidad que perseguía: el arma de la crítica
El marxismo, tanto el de la II como el de la 111 Internación (,ollcluye con la critica de las armas. La crítlca desenmascara la
La sido interpretado oficialmente dentro del marco de una n.alidad descubriéndola inadecuada a su concepto; 110 por ello, la
positivista o materialista, en todo caso obíeuvísta. Las leyes do III't'ión es menos necesaria para ejecutar la decisión del pensamiento
Illstorla a parecían como las tendencias necesarias elel m v reconciliar al ser con la razón. Solidaridad marxista entre COIn-
vi miento. Esas leyes o pretendidas leyes pasaban por sobre la jnchonsión y acción a nivel mismo de la historia que se hace. Sobre
beza de los adores; dialéctica tan s610 por cuanto el observad .-stc puntó, Sartre puede declararse fiel a la intención de Marx.
perclbía, O creía percibir en ella, la relación de los mementos Esto no impide que, segím las épocas, Marx haya concebído la
particular la cenu'adlcclón, la negación y la negación de la ' (I'ÍUcade otra manera. En un resumen, luevltable y voluntariamen-
ción, que estructuran la lógica de la acción humana. Es tl tosco, se distinguen tres momentos ° iuterpretacionesr crítica del
praxls Como el hombre descubre la dialéctica: quitarle a ésta vocabularto hegeliano, lo más a menudo feuerbachtnno, crltica his-
caracteres humanos y proyectarla en la naturaleza equivale a tétrica que se orienta a explicar las obras pOI' las clases que expre-
pojarla do su racionalidad y de su inteligibilidad. Deve ~ 111 o las relaciones de producción que las determinan o condlclo-
ley de las cosas por un decreto arbitrario, se degrada en necesí nun, en Hu, crítíca de la economía polít lea, es decir, desenmasca-
ciega, lnlnteligible. rumíento de la falsedad de la representación que la economía bur-
Es verdad que Sartre habiendo planteado categóricamente ~ 11 -sa da del capitalismo y desenmascaramiento simultáneo de la
nominalismo dialéctico -la praxis individual es y sigue siendo \ erdad ideológica de esta representación como típica de la per-
cielo y orig?n ,de. toda praxis-:--,.no logrará encontrar sin díf'icul l'('pci6n del mundo capitalista por aquellos que obtienen heneficio
la macro-dialécuce del movuníento global. La experiencia crí l· tal mundo.
tiene precisamente por objeto encontrar la inteligibilidad de vlthusser u trata de establecer un carie epistemológico entre la
praxis individual en los colectivos. a la vez que la posibilidad l't1lica hegelíano-feuerbachiana y la ciencia o teoría de la historia
una macro-dialéctica o de una unificación totalizadora de las (lile constituirla el aporte decisivo de Marx. En realidad, la lectura
zaciones dispersas. Cuando Sartre presenta Sil empresa COtUodest ( (' los Crundrtsse, en donde se reencuentran los lemas }' conceptos
d~ a establecer la Fundación del marxismo (o la posibilidad de del manuscrito económico-filosófico, basta para demostrar que el
Verdad de la interpretación marxista, que él da por evidente), omi (orte 110 aparece nunca de manera radical en el espíritu de Marx.
agl'e~nr explicitamente que busca estas fundaciones a partir de s Lu noción hegeliana de alienación (El1t(iussel'llng o Entfremdllng)
propia .filosofía o de ~1I .propia ontología, la del para-sí, del. "".,,,,,,,,,, sil'\'e de instrumento a la crítica de la religión tanto COmo de la
ele la Il~)el'l~lc1.l\'lttlllpllca, pue~, las paradojas: funda la necesi Illcrc:ancía-fetiche. El hombre proyecta en el más allá, en tina He-
de In l~lsl~ma global sobre la ]¡b~,rtad de los agentes individ (ióll trascendente, la esencia propia que 110 realiza aquí abajo. En
la dl.altlCl'CU aparece con la acción individual, no con el di(¡ 1C¡llna cuando menos analógica, deviene prislonerc de las mercan-
totaliza la dtverstdad con miras en un fin que ha de venir; 1i ('las, del mercado y de sus leyes; pierde e0ncienoia de si mismo
28 29
como última realidad, esencial: deja ele comunicarse con su ¡ dad hegellana de Marx, de la cual Lukács es considerado, a justo
junte directamente; las relaciones de producción se ínter IltlltlO, como el más ilustre representante,
entre él y su semejante. Las mercancías aparecen como cosas ! poro, con lodo, a nivel trascendental, Sartre HU se remonta al
si, cuando en realidad no son más que trabajo cristalizado, hombre sino a la praxis, La evidencia, la traslucidez de ésta, cons-
tema del retorno al hombre concreto. una vez desenmascaradas • Iltl1)'e'la base primera de la crítica. que combina la primada meto-
alienaciones religiosas o económicas. sirve de hilo conductor d,,16gica de la reflexión con el principio antropotágico según el
humanismo de Mnrx, I/TI(I de las interpretaciones del pensa lllal la persona concreta se define por la ma terlalldad. La pmsis
de ~lar", una dc las vertientes de su pensamiento. ~t' "frece por sí misma a sí misma. en su c\ idencia, en Sil totaliza-
La otra tendencia se manifiesta en la critica histórica y eco «11111 temporal; no exige ni fundamento ni prueba. Es ella, sector
mica: los conceptos dc infraestructura y superestructura, a olltológico, la que presenta nna estructura dialéctica. inteligible en
ele SIIS equívocos. permiten cuando menos plantear las CII ~II evidencia al actor, en Sil necesidad ni observador, as! fuere este
Ya que los hombres hacen su historia pero no saben In historia I 11 uctor después de su acto, De esta manera, Sartre, en tanto quc
hacen. hay que cavar más allá de lo vivenciado, más , e ritico trascendental. se empeña en mostrar que la historia en lera
ele los sistemas <le pensamiento o de creencias, con el fin de ('lllItil1lt3siendo reductible a lus J1I'(lXil;, disuelve las pretendidas rea-
e11 evidencia la base del sistema social. La imputación de una lídados en si del mundo histórico-social; en tanto que crltíco mar-
trina =-religiosn, juridica, Hlosóftca=-, a una clase, () a un xrstu, sigue 01 movimiento de la conclencia CJUO se objetiva. se
determlnade de relaciones de producción. represento una aliena, se pierde y, nunca despojada de Sil libertad, se arranca de
dad de críuca marxista, la materia obrada para afirmarse en ht rebelión.
Esta llega, Ilnalmente, a su forma últlma, la más acabada, en Esta dualidad de la crltica caracteriza la tentativa misma, marxis-
Capital, puesto que allí desenmascara la economía política b 1110 sartrizarlo o Sartre a la búsqueda de una reconctltaeíón entre
Sil, toma de coneíencín cientllicameute I!nlsa del régimen capita rl absoluto del para-51 y la Verdad irrebusublo del marxismo. ¿G6-
la. Las diversas modalidades de crítica se encuentran reconcili 1110 puede concordar una fílosofla de la libertad individual con l111a
en esta obra: 19) crftica Feuerbachiana de la rneroancla-Ietiche: iuterpretacíón marxista ele la lristorla? ¿C6mo una hlsloria, reducti-
criüca histórica que pone al descubierto la infraestructura, las f ble en derecho a las conciencias iudividunles, pueele comportar al
zas y las relaciones ele producción, dejando de lado las apari mismo tiempo 1111 sentido englobante que se coníudo con la Verdad
en que viven los hombres, inclusive los hombres de ciencia, rll'l hombre y del devenir? La odisea hegeliana ele la conciencia
voces, conscientes o inconscientes, de la clase dominante: 39) dl'hería dar respuesta a estas Interrogantes, suministrar el equiva-
II nte de una deducción trascendental. mostrar la necesidad ele la
de la economía política, que funda la verdad de una ciencia, .t1ienaci6n, los límites de la intelección, las condiciones de la totalí-
modo de producción capitalista, ciencia histórica al mismo ¡ación ele la Historia una.
que económica, CJIIC da cuenta ele la realidad capital isla. y de , El estatuto de esta crítica es problemútico. ¿Se sitúa tal críLica
interpretación parcial que de ella ofrecen los economistas vn un momento determinado de la historia? ¿Supone, al igual que
sicos, lit crittca kantiana, una ciencia segura ele S11 verdad pero no de
De estas tres críticas, Sartre retiene, sobre todo, la primera, ~us fundamentos? ¿O la existencia de un cierto orden social que la
biendo aceptado como evidente. sin otra forma de proceso, la filosofía, como resulta obvio, 110 hubiera podido criticar antes de
dad de El Capüal, no tiene la ocasión de recurrir a la crítica del ltue se estableciera (El Capital supone el capitalismo)? La critica
cer lipa, La segunda -la crítica por imputación, Valéry '?l'triana implica. Iógícamente, la prioridad del materialismo histó-
burgués- no es rechazada en su principio, pero denuncia los I~{'o,puesto que busca discernir el esquema ele su inleligibilidad,
dos zdanovíanos a que dio lugar, Finalmente, en la medida en I~I materialismo histórico, a su vez, implica las Illosoñas de Hegel
la Crtttca, análisis trascendental de las condiciones de posibil ~ de Marx. Pero, si oreemos al propio Sartre, In Crítica implíca
de una Histotía y del conocimiento de una Historia, comporta ta Inllcho más: ". , .tampoco ella puede aparecer untes ele los abusos
bíén una critica marxista de las ilusiones humanas con miras a r¡I/r lum obscurecida la 11011iónmisma de Nu:imllllidC/d (1.;(/I6cIlOO y
retorno a In Intcrsubietívídad anténuca. ella pertenece a la pos 'lue han nroducido un nuevo clinol'c1o enbre la praxis !I el conoei-

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miento que la aclara. La Crítica, en efecto. toma Sil sentido et r1cxión discriminaloria, se desenvuelve en el mismo sector onto-
lógico y 110ce de la necesidad real ele separar 10 verdadero í(~.tparta.
C gi;o de la acción (o la conciencia activa). de la cual emana y
El conooimiento es dialéctico porque también lo es la
falso, de limitar el alcance de las actividades totalizantes para
les SIL oolldez. Dicho de otra manera, la experiencia crílica 110 s~"iidad: experienoia vivenciada, conocimiento de esta experiencia
de tenei IlIgar en nuestra historia antes de que el idealismo r\~cuciacJa, conciencia critica de conocimiento, estos tres momen-
niollo hoy(/ esclerosado a la 11e::; la prácticas !I los métodos e ~()~pertenecen a la misma aventura, la de la temporalización o de
molágico». No Pllede tener lugar sino cama expresión intel la historia humana.
del reordeuomterüo que caracteriza a este one world que es
nuest ro. el período poststaliníano" (p. 141). 1(: * *
El autor de la Cruica rellene del historicismo la idea, por
parte hoy ya trivial, de que el historiador o el sociólogo fratemos, para el caso en que el lector considerara oscura esta
también a un grupo (Cuesuoues, p. 56) o a un tiempo (p. e\posición, de exponer por segunda vez, en otro lenguaje, el pensa-
forman parle, ambos. de la propia historia. La Crüica, impos nllcnlo de Sartre.
antes de lu destulinización, deviene posible hoy pura cualqui Volvamos al punto de partida metodológico o reflexivo: la praxis,
" ... En cualquier otda (pero más o menos explícitamente. según \ orsión ligeramente marxizada del para-sí sartrlano. Esta praxis
ctrcunsmncias} la totottzaoíán eiectúa el divorcio ele la praxis IIltlividunl, transparente para ella misma, se constituye por el enlace
y sin prl1lClrJio !I el pensamiento esclerosado 0, ell otras pa1 uiseparable de una negación y de un proyecto, negación de un
el oscurecimiento de 10 (lialéct-/oa, que es un mome'nto de la «lemento dado que ella totalizo negándolo, proyecto de un porve-
oidad. lotallzante y del inundo. Con esta controdtccíán, vi'vicla ell nir a partir del cual se comprende la negación. Tot,alizació71, tem-
malestar y a 'V(?,()(1S (m el desga1'ramient,0, 1)I'eso/'ibe a cada IJOrallz.ación, 11ouacián, estos tres términos definen la praxis 'ir¡cli-
0011'10 portielllr /'I/(liddtLal, el uolaer a poner (m tela de julo'/o ruiual y, al mismo tiempo, la d'ia1éolilca. Así Sart re, pOI' primera
herramientas nueleotuoles, lo que representa, de hecho, un vez, según parece, en la historia de la filosofía, Loma como modelo
moment,o, más detallado, más integrado y más rico, de 1(1 a've1l1 de In dialéctica no el diálogo, sino In oonciencla individual, solita-
humana' (pp. 14t-J42). rln 13 inclusive. La dialéctica de la conciencia individual se pone
Cabe preguntarse si esta contradicción, caraoterlstica de la sil l'lI marcha desde el momento en que encuentra [rente a sí misma al
ci6n stallniana o poststaliníana, no resulta de la condlclón otro, In materialidad suficiente para constituir este otro.
del hombre. En lodo caso, salvo algunos análisis (como el del Por el hecho de que la praxis individual presenta lodos los ca-
a la personalidad o el de la dictadura del proletariado), el pr I cteres do la dialéctica y es transparente para ella misma (al menos

lomo de la Crülca, "experiencia diolécttoa que, en Sil mome (;11 derecho), la eomprehensión, o conocimiento de la dialéctica (o
regresivo, 110 puede en/regamos mas que las condiciones está/ tilma de conciencia de la dialéctica por si misma), se beneficia de
de la posibilid(/d de IlIta totallxacián: es decir. de lIlla lús! la misma evidencia (que Sartre llama, de vez en cuando, apodicti-
(p. 155), parece, en derecho, posible en cualquier momento I idnd), Este conocimiento inteligible capta a la vez la novedad y

Liempo histórico, puesto que pone en evidencia una dialéctlca los lazos de inLerioridad de la totalización por la que cada con-
tática, eterna por decirlo así, la de la conciencia que se pie ('Icncia se proyecta hacia el porvenir. Siendo la praxls individual el
se halla de nuevo, se entrampa y se libera, objetiva Sil in pr"nrllu ll1odelo de la dialéctica, de la inteligibilidad, de la evidencia, no
e interioriza su objetivación. l;;¡be asombrarse de que, en último análisis, "el lugar de nuestra
En cambio, lo que Iilosóficarnenta importa es que la experi (·.\¡Jel·i(meiaorinoa no es otra cosa que la identidad- [uudamentol
crítica, experiencia reflexiva, presenta la misma estructura CJl1e ele UM ctda si71g11Ia,.y de la historia humana" (p. 156). Ciertamente,
experiencia (Jite ella refleja. La crítica es dialéctica. como es el ..¡ Sabio hegcUano. al final de la Historia (real), piensa también el
léctica la existencia o la conciencia que ella critica. "La dlcléc; !iISlema total del Saber, pero no habría podido pensar el sistema
como lógica ctoieníe de la acción, no puede aparecerse a u,nq ,Illles de que, en el curso de los siglos, otros hombres hubieran con-
contemplativa: se descubre en el tramcHI'so de la praxis y l'cbido las diversas posibilidades. teóricas y prácticas, del Hombre
tln momento necesario de ésta" (p. 133). La Criüca, en tanto CJ y de la Fílosoña.

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En cambio, la prasts, o concienoia actuante, l10 necesita en sin"nlar a la Historia nniversal, es preciso darse como hipótesis
alguno In historín pasada para realizar 511 perfección. Libertad deO1 ~. 1
I l·OIlOclmlcntotata. .. .
soluta, es perfecta desde el origen .. \ la crltica le corresponde I 1'11 cuanlo a la Verdad de la HistOI'18que Sartre Intenta estable-
plicar la alienación y la necesidad inerte de la historia. l'l' (p. ]42). ~ bien es forn~al y, en. ese. C~s?~se confunde con ,la
que la 1'1axis ofrece 01 modelo de la dialéctica, de aquello de e ,ctiencia critica que confirma la inteligibilidad de lod~ la His-
(lile el conocimiento se define como comprehensión, la cuestión t:·ia o bien es substancial y, en ese caso, no aparecerá SIOO en el
plantea inmediata '1 lógicamente: ¿Oc qué tenemos intel (,,1;1I',clolomo, que "tratará de establecer gue !tay una historia
¿En qué se opone esta al conocimiento analítico? Sartre ulil í~'~/lnn(Lcon una verdad y una inteligibilidad" (p. 156). En ausen-
oposición ele los lazos de interioridad y de las relaciones de exte ,ü ele este segundo tomo, no conocemos más que 1.0. verdad forma!,
ridad. Lazos de interioridad, la captación por la conciencia de la inteligibilidad del universo humano. totalización y tcmporali-
elementos de una situación; relaciones de exterioridad, event ;¡;tC'Íc'>n.
mente necesarias. la determinación de un electo por una en lisa. vos queda, para terminar con esto. con esta elucidación, di~lin.
inlcrioridad resulta de la actividad sintética de la conciencia: !!lIir totalidad y totalízacíón. ce ••• La totolízaolán /.iene el m,~lO
exterioridad, de las consecuencias de este acto n de la cristal ",1(/11110 que la totalidad; a traoés de 1(1$mult.l1JlIciclades prosigue
objetiva de lo que él abarcaba de una vez. 1"(' traba¡o sintéuco que hace de cada ptu te tina m(lnifes/,aci~n del
La Crltloa atribuye la transparencia y la evtdencía del para-si coniun!o U que vincula nl conjunto consigo mismo por medíacicn
la praí\:is y al conocimionto, también éste praxis, del sector 011 rlf' las partes. Pero es un acto en curso y que no puede detenerse
gico donde se despliega una dialéctica en acto. Como C011500\1 ~;" que 74 1nullipl1oidacl retome a su estatuto original" (p. 138~.
de esto, entre el "131111tO de partida eplslemológ·¡co", "In oeritd» Aunque Sartre no consagra a la noción ele totalidad ~1I1 an~1isls 1'1-
{/7Jeclíclica (de) si 1I como conctencs« de talo cual objeto" (p. ~l"'(lSO y detallado, la idea se desprende con bastante claridad, 111
y la Historia universal se sitúa el conjunto de la sociedad, de tutnllzación conduce a la rotalídad cuando se deUene; como la tota-
cultura y del devenir de ambas. Ahora bien, mediante un n lidad, difiere de las partes o de la suma de ellas, de las cuales es
decreto, Sartre decide que huy (JIIE.' escoger entre todo o n lit síntesis, presente y efieaz en cada una ele ellas. " ... El ·todo
Esle conjunto c.lebeser enteramente inteligible o no serlo en m (1'01110 acto /otaliza nte} deoiene la relación ent re los partes"
alguno 14: "Es esto precisamente lo que clesdp el prime¡ momen (p. 139, nota). " ... La inteligibilidacr ele la Rnzón dtotécuoo ... tU)
1'\ nada más que el movimiento mismo de la totolizaoíon" (p. 139).
debe decidirse, /,eglÍn que la experiencia dialéctica sea o no
ble" (p. 141). De otro modo caemos en el eclecticismo. "D Esta última fórmula suscita inmediatamente lino interrogante.
Por qué hablar aquí de razón? En la Iílosofla sartriana,. c~, efecto.
mos. al llmitc extremo (pero es/o es imposible) suponer (file
lo sabemos" (p. 145). la inteligibilidad de la dialéctica 00 se separa del movimiento de
la tolalización, todos los conceptos, praxis, /otalizoció'.l. temporali-
En resumen, Sartre quiere dejar establecido que no hay ación, dialéctica, son intercambiables puesto que deSignan aspec-
para la intelección en cl sector ontológico que exploran las cienci llls indisociablcs, complementarios. de la conciencia. ella ~i~a
humanas, por un lado, y, por el otro, que la entera Historia l\(.·ti\'a,y que la inteligibilidad resulta de la estructura ontológica
vuelve comprehensible en la medida en que se acerca a la a de este sector (el de la conciencia o del hombre en tonto que co~·
tura de una conciencia. Para conciliar estas dos proposiciones, a licncia y acción). Pero ¿por qué Razón? Hay dos respuestas POSI-
roa que la totalización de y por ]a conciencia individual no difí btes. O bien la Historia universal conduce al advemmlento de la
en naturaleza de la totalízacíón de y por la historia human \ ordad y en ese caso la Razón dialéctica 110S remite a la Yernunit
" .. .El experimentador debe, si In Unidad de la Histoi la exlst d(.' Heg~l; o bien el conocimiento dialéctico se opone esencialmente
captar su propia 'Vida.~omo el Todo y como la Parte. como el al conocimiento analltíco de las ciencias de la naturaleza o ele las
de las parles con el Todo, !I como la relaoián de las partes I iencias humanas, Inconscientes de la dialéctica. En este caso, la
ellas, en el movimiento dialéctico ele la Untjicactán; debe llazón dialéctica equivale a un modo de conocimiento que Sartre,
saliar do SI( vida smgular a la TIiSloria 1)0'/' la simple negaciÓII ~ 11 C uestion es, designa como comprehenslón y CI"e se amplia en
t.ioa ele l~, negación, qlle 7a 15 c1et,ermina'· (p. 143), Para saltar de ) 111lelección.
:¡5
Cada una de estas dos interpretaciones -ambas conformes Ver Nota "A" al final del Iibro.
el pensamiento de Sartre- presenta dificultades. La primera, En 5US primeros páginas, Sartre indica que sus proposicícnes tcdavín no
que s6lo el segundo lomo la Justificaría y el primer tomo pa están demostradas. De hecho, nunca serán demostrados sino por lo exigencia
berlo hecho imposible; la otra, porque, en tanto que modo de de lo experiencia que In conciencia-praxis tiene de sr misma.
cimiento, la intelección, en el supuesto de que difiera efecli Se trata, evídenrememe, de UD orden reflexivo no cronológico.
11
del conocimiento analítico (tal como la comprehensión C/., a este respecto, D'une sainte [amille el l'eatr«, París, Gallimard, L969.
weberiana difieren de la explicación), no cae dentro del Sollroria pero en situación dentro del mundo.
cuanto tal, de una Razón, ni siquiera de una racionalidad. "Pero si la Historia es un« tOI<JIÍZtlciónque se ten¡ por,,/iza, la prop¡« cultur«
pr~xfs. en tanto que lotalizaci6u. en el tiempo. es inteligible; el es lompor,tlizallle , temporalizad«, a pesar de la 'incollgruellcia' q/l8 earac-
íoriador re-produce, en su propia conciencia, la praxis tO"UJlki1:111 teriz« mis conocimientos , quizás los CO/lOCi"';8/110I,en glllem/, en 1"
de los Montañeses y los Cirondinos, de Robespierre o de Dan Culrur" objetiva de este siglo" (p. 144).
capta la inl.eligibili?ad de ellas. Pero ¿cómo se asegura de La l' ¿A que: palabro se vincula el pronombre la? Probablemente n In vidn
dad de su intelección con respecto a la intelección de otro singular.
riador? En la medido en que se limita a re-producir, en la
totalizante de historiador, la praxis de un actor histórico esta
producción, suponiéndola verdadera, no es por ello mism~ raci
o expresión ele una Razón. Ni la dialéctica, ni la inteliglbilldad
la dialéctloa merecen ser bautizadas como racionales, al
que 110 se llame racional ,c?/alquier prarui.s y cualquier ¡,;U¡r¡U(Jl.TT.LI.f:l'11
de ~ll~. Hasta que la Crüica no haya puesto al descubíerte el
vemmronto de la Verdad a través de la Historia universal la R
dialéctica no significa más que el couoeimiento -acti;idad di
léctica- de la praxi« humano, eUa misma dialéctica.

NOTAS:

1. P.arn evirnr la repericién del tirulo completo, o conformarme con los


ciales, me he decidido, finalmente, a designar las Cueniones de mótodo
CueSliOJ/(I1,y la Critie« de la rarólI dialéctica, por Crllica.
2. ct. injr«, Cap. V.
3. De acuerdo con <:1 resto del libro, historia habría debido escribirse en
caso, Historia. La mayúscula se impone cuando Sanee designa el con]
localizado de la avenrura humana.
4. En realidad, la acción hecha, posada, deviene
doble sentido siguiente: que ya no puede ser otra que lo que
y que deviene en condición inerte o material de In nueva /1ro.'(;s.
:; . Lo mnrerial idad suscita orrn necesidad.
6. Este lo ignoraba. te hablé de ello en la únicn conversación que tuve
él, en Basilen, en 1960.
7. ~tn tesis versaba sobre La liloso/la critica de Ja hiJlor;o (Dil'¡'ey,
S"nmal, ¡\1ax 1Irabo,).
8. Sartre nnrtlizn esta relación en El Ser ~ la Nada, p. 250.

36 37
( 1\1'1 rULO n

1() l'HACTICO-INEllTE
() EL INFIERNO DE LA vro.. CUOTJ lJlANA

• po .. C,ll,í-: existe algo en vez de nada? se preguntaba la me-


I_, taflsica tradicíonal antes de que Kunt y, luego, Borgson
l ubíeran sugerido que la pregunta carece de sentido o no com-
1'01'111 respuesta. ¿Por qué la humanídnd llene 11110 hlstorla]', se
pregllnla Sartre. Pregunta inevitable dentro de su Hlosoíla que,
11 tunto que pregunta trascendental, no deju de sor paradójlca.
1','1I('11)OS lu experiencia de sociedades el iversas, ele íustltuciones
,:ll1lbillt1tes: el historiador o el sot'ió1ogn buscan las modalidades
\ las causas, de esta dlvcrsldud, de estos oumbios, poro ¿por
qll(' ("1 f'ilósofo debería buscar el ¡ undamento ele ollas, o deducir
1I uecosidad a priori, mediante anállsls conceptual?
La pregunta resulta de la conjunción elel sartrisrno }' el mar-
r-mo o, si s(; prefiere, del exlstenciulismo )' 01 historicismo. Ile-
IlIlIS dicho. y tendremos ocasión de repetirlo. que el sartrismo
tif'lle C:OIl1Cl punto de partida, COl1l0 principio Inmutable, Iuera
,1< duda )' ele crítica, 11\conciencia. libre y truslúcida, modelo
d, In dialéctico, o mejor. dialéctica por esencia -tempornliza-
ion, proyecto, captación globalízantc de lo dado por referencia
1 I 11 objetív o que trasciende 10 vlvcnciado y 10 real exterior.
I 1 conciencia sartríuna gozo ele In misma libertad que el Dios
d, Descartes; no necesita a los otros para realizarse. POI primem
':, proboblemcnt« .m filósofo descubr« la dtalcotlca ('n In
vlcdad.
Desde el momento en que la conciencia se basta a sí misma.
11 historia debe venirle de afuera, ) ante lodo corno obstáculo
I negación. Libertad en la inmediatez, deviene esclava al par-
Itl'ipar en el devenir. El nacimiento ele la hlstorla se confunde
I lit la calda. La lunnanidad tiene como proyeclo encontrar nue-
umente 11\libertad en y por la. Historia. Pero esta libertad. que
~('lit\ladll el fiu de la H.istoria (o de la prehislorlll), la conciencía
dI cada uno la posee en el origen y 110 puede alienarla en te-
39
ramenle.. El esquema sartrlano va del paraíso individual , crmanente del hombre o. m,ás generalmente, del ser v.ivi~nle.
bertad de In conciencia translúcida), perdido y conservado. ~'IPtl, en peligro dentro del universo, debe hacerse materia mer-
paraíso, -proyecto colectivo, pasando por la calda en lo '~n'ra subsistir, para rnodlflcar el medio material que lo cir-
lico-inerte o en In Histeria. Las dos tendencias (o los dos 1~I(I'JI~la,.. ,. .E! hombre de la necesidad es rllla touútdcd orgánica
genes) del ~cnsall1.icnto de, Sartre, más que unirse, se yuxtapon t (' se conuierte pe"petuamente en Sil propia he¡ ramicmta en el
El para-SI no tiene que hacer con los otros (el infierno ,//1 ,(io de la exterioridad", (p. 167). "La acción del cuerpo vi-
los otros), 01 marxista entrevé la reconciliaci6n de Jos ' r~' nh: sobre lo inerte puede ejercerse tlirectamente o por me-
C:!n~resí gracias al dominio adquirido sobre la naturaleza. I¡'"rió" de otro cuerpo inerte, En este caso llamamos herramiema
alla ele las luchas de clases, gracias al desarrollo de las CI :/ 101i/l/el mcd~(lrio. (p. 167). Función orgánica, necesida~ ~ 1?ra-
productivas: ignora la conciencia solitaria y soberana, < tio: se hallan rigurosamente entrelazadas en un orden dialéctico:
; (111 el organismo, en efecto, el tiempo dialéctico ha entrado
t 11 d ser, puesto que el ser viviente no puede perseverar sino
• • • ti lIov:índosc; esta relación temporal del Iuturo al pasado, a tra-
\t'S del presento, no es más que la relación Iuncíonal de la to-
¿~ómo pasa In Critica del sartrisrno al marxismo, f rlíclad consigo misma: "ella es Sil propio porvenir, por encima
n! dJt~logo,.de In coneieucia-díaléotíca a la dialéctica de las l'( ,¡, IItI presente de desintegración reintegrada" (pp. 167-168).
Clel!OI8s? Este puso se efectúa, me parece, en tres momentos q (,:1esquema ele inteligibilidad caracterlstico de In dialéctica)
desíguun tres conceptos: mfllerialirlac1 (o alteridad} vturanda« dI' In conciencia (o del para-sí en El Sor !I 1(1 Nada} se des-
cases. ' F •
euhre, pues, con las totalidades orgánicas, esto es, COI1 el SCI'
Me. parece que 01 primer momento =-análisls de la totall \ rvieulc. l~ste presenta una estructura id6nticu ti In conciencia
OI'gÓ~1It'U y de In necostdnd-> no aporta nada que modifique IlIj~IlIU, Identidad que da a la filosofía sartrlana una apurienctn
sartrismo o que le sea peoullnr. Se trata de una traduccíén ,JI' materialismo. "Así, e11 la medida en que el ('//("'1'0 es //111-
longna]« bl()16~icCl ~t'l pnrn-sl. I~l ser viviente constituye , ¡,í". '1/ ¡rmC'icín necesidad !/ la necesidad praxis, se! pued« c~ecl,.
L~tulldllc1orgánica. ~,s ti leotadc pOI' una necesidad; ésta se mu qu¡ el trabajo humano, es decir, la praxis ortginu! medtaiue 'A
fiesta como unn carencia que padece la totalidad orgáulcu uu! produce y reproduce Sil oida, es entel'(muml(' dlalécllca ... ;
constituye lu neguclóu elo ella. te". Primera relación totallza I la unidad del provecto da al campo prácttco tilla utlldad cas!
de este ser mateual, IItI hombre, con el conjunto matcrlal ¡tlt¡ltica, el momento capital del trabajo en aquel cm que el 01'-
cual turma /)(/rlc',.. La necesidad I'S uegaclán de negación ",IIMno se hace inerte (el hombre pesa sobre la palanca, ctc.)
la medida cm que' se denuncla como IIna carencia en el tmra transjormar la inercia que lo circunda" (pp. 173-174).
del org01lism~;. es posl! iuidad ('ti la medida en que por "'''le análisis, que pone de manifiesto In estructura dialéctica
lot~lidad orgfltllca Ile,nde a conservarse como 101" (p. 166) 1 ·1 propio ser viviente, permite una fórmula en la que sartrlsmo
que ,aPareco lo necesidad ('01110 negaci6n de la negación? ~ marxismo parecen reconciliarse plenamente": In dlalécticn de-
,~c.dlda en que comprendemos el argumento, la fU1L como "lágica c1rl trabajo", "determínnctán del presente 1)01
nífiesta una carencia, una laguna de una totalidad o «<1,:1,\,,,,,_ , porcenti, ¡Jelmuiucián e1ltre lo inerte y 10 orgánico, negactán,
ahora bien, esta lIe~ucj611 puede ser, a su vez, negada por el I on¡ radlcclone« superadas, 1Iegaclón de la negacíán; ('ti rr.wmen,
~1entos materiales, lI1orgá.mcos. La totalidad orgánica se maní Ifllal;::aclón en CIII'SO: tales son los mamen/os de 1111 trabaio, el/al-
fiesta. en cuanto, n. t~ta"dacl y hace que el medio arnbíent 'II/;(JI'{I (/'1(' sea" (p. 174). .
mate n ~1 parezca IIIflll~t(l, como campo total de posibilidades Hcccncillación quizás más aparente que real. La dlaléctica de
ra sacln,J's~ (p. 166). l!.~la contrndicci6n entre tolalidad orgá II lIecesidad. prcsente en toelos tos seres vivos, ~'egetnles y. ani-
y mlltol'I~"d!ld (~I ser \'I\'!Cllle se sosliene, se l'cconstilllye lomn IlInles, no comporla, en cl1anto tal, la coucicnclI\ de ~¡ misma.
del mediO amblenLe lo qlle l:equiel'e para satisfacer sus necesi J.a identidad de estructura entre la vida y la eonClencia no
d~des, y toma Ulla ml,llel'in Illorg<lnica, el oxígenó, para llena ¡U'al'ren la identidad de ser o de esencia. De suponer quc esla
lus lagunas de la lolnJld"cl ol'g<ínlctl) marca eJ estaluto ol'igin idonUdad Cuera postulada o afirmada, rcsllllaría () bien uml es-
40 41
pccie de metahslca de la conciencia difusa a lraves de la rociclad que no implica u no excluye ni el acuerdo ni la
I({I(I
o podría ser, tamblén, en sentido opuesto, una desvulorizac
la, conciencia, epifenórneno de la dialéctica \ ital, inconscienle Itllt 11'umto que trabajador. en tanto que prusls, "e! 110mbre '"
misma en los niveles inferiores. ,. materto! en medio de I/n mundo matertal: quiere cambiat
POI lo demás. esta, interprelación biológica de la lit 1;;,lIItlO que lo aplasta, es decir actuar lIIeclla~lie la mplc/_i(l
el orden ele la materinlldad: esto es, cambiarse a SI mls-
y del trabajo H 'pal'tl: de la necesidad no desempeña ni I

papel ,~n In contlnuaclón de la cxperiencía critica (Fuera ~I / I


,,,,,' (1" 191), Cada tino aparet'~ c~mo no .110mb re, SIllO ' 'el u
sien
(lPOS1C10~ ft~ndamental entre lo orgánico y lo inorgánico. la .. cual, obrero de carretera, jardinero o mle!ecluol, c:ada, uno
I,a concl~nclH ) la Illltlcli,alidad), Sartre descarta la preg l su proyecto de cambiar el mundo y cambiarse n 'il mlsl~!);
(oPOI'(JII~' ha) lodos organizados en vez de materia inorg¡\ ,,11111 11110 separado de Jos otros pues lo que \'0 en pCISccllClon
Ln COl1SIc]NII, proctslonalmentc 110 científica, Se conforma " 11 propio objeto: cada uno iutegrando el proyecto del otro
decretar que "si hay lodos organizados. la dloléctlca es su 1II -u propio proyecto, pues lo que éste totaliza el mundo entero:
d~ l"trli,g~ú¡lit1ad" (p. 175), Preposición que no deja de p 1 [1(1,1 lino. igualmente, reconociendo en el otro el sor de 'pr?ye~lo,
1 rlccir, lino humanidad semejante a In suya. Lo obletivacióu
C:IC'rtu~l1fICIIILac1poro In leo ría de la Razón díalécüca: en
di cudn lino por el otro no constituye el objetivo de nadie sino
SI la dialéctíc» co~stitllye ,el esquema de intellgibllldad pec 1" «ursecucucta ele esta estructuru Iuudamcntal. "El IIJ1 ('8 la
u I(~s Ioclns orgnntzados, SI los seres vivos constituyen todns /lIoc(lIrcidll de> 1111(1 mOI'CaIlC;(1, de WI obleto ele ('0111>111110, de
~~lnlza~los, In misma biologln cae dentro del cnmpo de In Ro
cllull',{'IIt'n lo que 111) dclaría ele sorprender u Jos biólogos,
111111//{'/,/'{/11Il('I1I(1, o 7(1 c/,('acióll de III~()lJJ~IO c/c arte' (p' 1~2),
",lI'lIdo coda uno proyecto, la reciprocidad pcrlectn exige
V(!~1Clclos.aun cuando retengan algunos elementos de una 1:1rcullzacióu ele cuatro condiclones: 1) qua c1 otro sea medio
S()(lu h()I¡~II1, do (PIO ht Buz6n que opera 011 bíologin no di 1'1/ 10 mismo medldn en que yo mismo ln so)': 2) que yo rcco-
de In Razóu ele las 01 ras ciencias de la naturaleza, Illi/t'a al otro como praxts. incluso si lo íntegro 011 mi proyecto
D~s<:lIlel1c1límonos do las cousecueuclas eventuales de esta Ifllalbmdor; 3) "(!IW reconozca 1;/1 movimiento 1111010 SII,S propios
(",ICCIÓn en 1C'lIglltljc biológico de la dialéctica del para-sí, y IIII('s ('/1 el mocinüetüo mismo uor el aual ma pruyedo hacia
probemos ~II~U la estructura dlaléctica no exige la pluralidad 1,.,\ nito»; 4) (fue me descubra como objeto y oomo ¡tlslI'~m/(:nto
I()~ sc;res \ 1\ ientes: IIIHl vez más, uf nivel m{ts elevado de r/, ,\lI~' filies por el acto mismo que lo conslltt/ye pum /1m 1"/(,,\
traccíón, ella se descubre en el trabajo del individuo a I UIIIII instrumento objetivo" (p. 192),
Pel:o no su trata siJ~o ele una ubsuuccíón, y de una abstracci El reconocimiento recíproco de los individuos como Irabnju-
peligrosa en la medida en que sugeriría la visión molecular d It'S, praxls. proyectos totalizadores, deja abie!'~a la ~lllernati"a
g~n y e,scll~i,u del llbernlísmo, ~~le pretende' "aplica/ el p;' 1, lu positividad y de la negatividad: aceptacíon reciproca del
JJ!O de IIICI( la {l. 1((1;IqJ('!¡ positsoistas de exterioitdad a las I I\CCto del otro (o iutercambic), cooperación de los proyectos
c!ones /¡tllII(/n(lT~ (p. 179~. El de.,cubrimiento elel olmo quo '111l', II pesar de todo. COlll.inúnll separados. por unll parte; fV POI,
hl S"I y 1(/. \ (/l/~1 rc\ estlll lIU canlcler lrágico -Iél mirada I1Ir,t parlc, el rechazo reciproco de' los proyectos () 111 tll~)I\ !>,l
olro me hncm oble~o-: se ~l~elve, en la Crítica, el segundo dl,arrollall n partir ele un reconocimiento o cll' 111111 rct'lprocl-
menlo ele In ('\pcncncm t'nUca, momenlo nellllO y no trúgi lad 'lue 110 se confunde ya con la lucha 11 mUl'rle, 'Jo es
Los hombres en el trabajo se descllbren muluamenle sin \ (rdad que cada conciencia persiga la mllerle elel olI'O (p, 192),
por ello se clcscllbrnn ,C0ll10 ami~os o enemigos. Reco;loceo I )l'\ cnicln proxis o trabajo. la cOl1oiencin ~c (,lICllclltra con
dprocHn~ollte su ltUIl1UlIlclncl, en consecuencia, la praxis tota lZQI:lOJi. Iru. afectada en el rondo de si misma por estc CllcllcnLro, pero
que cl~flllC, II cllda 11!IO de ellos. Cada uno devieno un o 'pamda para siempre de él por 1<\ LOlalizaci6u singlllnr de su
on el llllcl'lor cid IIIlIVel'SO lolalizado po\' el otro (lranSpc)síc:ió•• proyeclo, .
ele la obj~1!\'aciól~ por la mirada en El Se,. JI la 'Nada), uada un Estoy escribiendo eu mi mesa y miro n lnlVt'S de la venlana.
l~lIecle ~el yll' de. InSII'l!11lonlO paru el proyecto del olro, pero Ibierla' veo en el jarc1in a 1111 Lrabajadot Y [l 1111 obl'ero de
1eoonOCl11uenlú IIlIl1CdllllO de la h1.lmanidad del otro crea 111 I'Hl'rete;'a, Cada lino de nosotros percibe el mundo a lnlVés de
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la lotalización de su propio proyecto. Cada uno igualme J)etengámonos un instante. ¿La Historia tiene por f undamento
puede comunicar con uno de los otros dos y ex~llIir de I 1I'lterialidad (1 la escasez? La respuesta snrtriana no da lugar
relación al tercero. Este, a su vez, puede consLilulrse en 11 : J~rI\'ocos: la relación con lu materialidad sola 110 caracteriza
dor entre los otros dos. Por intermedio del escritor, jard •'\ l1Il historia humana •
en Sil smgu I01'1'ela d 2,es l·o re Iacion
.. con 1a
y obrero de carretera comunican. Por intermedio del ::I'I:critl Ij In escasez la que da a "la lllstorta, lomada (1 este
nero, obrero y. escritor en~ttentran. un lenguaje común. Ja 11 " f·I... 1m sentido terrible y desesperante; se revela, en ejecso,
y obrero arrojan el escritor hacía la soledad del intelect , los hombres están unido« por esta negación incite y de-
Illera de In socied.ad que, trabaja. Cada lino puede ser, por :~,(I/'¡(1ro que les toma su substancia (es decir, su Irabajo) pam
no, el tercer mediador, SIO que, a esta altura de la t /(('(,r1o conira lodos hlljo forma de inercia activa y de totall-
crftica, el l?~C~I:0 ~e ~rija en jefe o en juez. ¿Qué se ;,1' ¡tÍ" por exterminio" (p. 200), ¿Por qué esta. negación demo-
COIl este anul!sls? 1 ersl~"e. a I?l' pa~ecer, dos objelivos: subs 11J1ll'U?Porque, hecho conttngente, la escasez rema sobre nuestro
la tragedia Sin apelacíón y sin salida de las conciencias JlIIII(·to y tiraniza u la humanidad. "SI7I la escasez•.~e pIWc/C con-
una de las cu~les busca la muerte del otro, por una so~i , /'11 perfectamente 11110 praxis dialéctica y hasta el mismo
elcJI,neulal (cq~lIvnlenlc al estndo de naturaleza), ni paol 1"t1l(1jo: liada lmpedirí«, e/l c[ecto, el"e los producto» nocesa-
beh~osa, a. Iin de que sea posible roí n legra r al ,'c \ al organismo fuesen prúcticamente tnagotahle; y que sea
!nedlalll~ cierto rodeo, una escatologla marxista; por otra '1 , rstu jo, (/ pesar de todo, IIIIll aperaclon práct ira para erran-
introducir relaciones inLerindividuales que presentan el , CI/'Im (1 la üerro" (p, 201),
carácter dialéctico de In praxis individual. Las relaciones vntes de interrogarnos sobre el papel 'lile desempeña la esca-
los proyectos deben pertenecer al cuerpo de la Razón día ~ '/ en la experiencia crítico o en lu interpretación de la exis-
y apnrecer, entonces, (,'01110 relaciones ele interioridad, ni t"lIt'ia social (lo que equivale a lo mismo, pues Lo que In expe-
111,,10 'lile las relaciones constitutivas de lu totalidad ¡';UlIJII.;¡.
It, ncia crltica acompaña el movimiento que, a nivel trnscenden-
I~ero, simultáneamenLe, la totalldad de esas relaciones no 1" \'0 de la praxis individual n la lltstoria), retengamos los
tmí n~lnCA sino 011 UIIII totalizaoíón efectuada por IIn individ rhvcrsos aspectos elol hecho repenttnamente introducido para
la ,s()el~dad nunca se confundirá con una totalidad orgánica, desencadenar la dialéctica. llecho y no nrcesldad, Sartre afirma
tallzactón y no totalidad. la cito precedente lo atesligua- que el trabajo no implica la
, I';s~e segundo 1~10melllo nos ofrece unidades parciales, u vscusez: ufil mación sorprendente a primera vistu, ya que el tra-
dentro dcl cambio o la. cooperación de dos proyectos; ti bajo exige tiempo y que nadie dispone de un tiempo indefinido.
en .I~"~chll de pro~ectos Incompatíblos. unificación en mi carn 1., los productos Iueran "inagotables", la necesidad no le vendría
perceptivo d~1 jardinero y del obrero de carretera. que o ya al hombre desdo afuera, del medio ambiente. Sr podría objetar
se conoce.~l s::~~ gracias ", mi, .0 ya me excluyen de su dia !JII! no llegarían 11 ser Inagotables los productos sin que el mismo
La matena sirvo ~le medio e Instrumento n las praxis que pacio fuera ilimitado -hipótesis incompatible con el medio
re".on0c811 en Sil dispersión y su cooperación posible, Ni la ;lIllbicnLc planetario do UIlU especie viviente, Dejemos estas
tona. de. donde In, necesidad, extrae lo que requiere para sal IIhsl.'rvacioncs: In ccntlugencin ele In escasez resulta de III posi-
facersc: 111 la phu:ahdad cOnS.tlll1~en la negatividad, motor de u h lidad de concebir pero no ele imaginar una. humanidad liberada
dlalécticn específicamente Illstórlca, es decir. do 1111 mov di la maldición de olimlnar sin tregua IIna fracción de sI misma,
acumulativo a través de! tiempo. Para que la historia nazca. fa toda la aventura IlImuma -al menos hllsta ahol'a- es una en-
lodavlo 111) tercer lérmrno, , IInccida lu('1I(/ contra la escasez." Pero qued(/ el hecho ele
La ,concienoia. inol.llso. devenida praxis por medio de /'1" las tres C/I(/"'Ol> TUl/·tes de la humanidad sigile" estando slIh-
~eeesldad ~ d~I trabajO, sigue siendo posili\'idad. libertad, p t/1imclltadas, (/eSTJués de milelllos de ITisloriu" (p, 201).
) ceto, ~otalizacI6n. Pora qnc uclvenga algo como la historia ~I) podemos decir que la eSCllsez que gobierna tuda. la historia
neees,an~ un principio negativo la llegaci6n de esLa li Illllnann (en el sentido en quc la Historia y lu Humanidad serian
conslltutlva de hl prupia hllmanidad. Esta negaci6n lleva el n
bre de escose;:;. (1IlOpletamente distinla,s de lo CJue so~ en Ull me?io malerial ?c
productos inagotables ') haga necesario el de\'eOlr de las sOCle-
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darles: la repotíción, a un nivel extremo de pobreza, ele e que esle mismo hombre aparee» como radlcalmen-
1(11110
Iormas sociales arcaicas lo ntostigua. "La IJistoria nace dI' (1' 0/1'0 {c« derir, portador pam nosotros clr 11/1(1 amenaza
brusco dcseuutlíbrk: (/I/(' resquobm¡o a la sociedad en todo« tí Nad«. ('/1 electo. -11; las groudc« fieras 111 10/1
l/!IIt'l/e)...
niceles: In escasez [unda la postbtiídad de la htstorío IlIIm (;, rolllos- puede ser más terrible para el hombre que I/IUI
1/ solamont» Sil posibilidad. ('11 ostr scntldo: 'lile puede ser ",,1(' IIIlelip,cnlc. c(//1111:0ra. cruel. que SlIp/CIa romprrndr¡ !I
cida (pOI' odaptacíén interna de lo« organismos). den 1/'0 de 111:' t 1 [racasai la tnteltgencta humana. !I cuyo obicttvo serlo '1)/'{'-
/01> llmltcs. ('om(l I/n coutubno. \Ii(!nlras se permanece 01 (lS 1/11( IIlc' 1(1 denuuccián del hombre" (p. 208). El hombre. CI1
/('1'1'(110, 110 !t(l!! nlngún absurdo lógico (es decir. dialécfico) ti .IIllUi('nLc dc In escasez, deviene peligro PUI(I el hombre.
concehlr 1111(1 tieno ,')i11 Illstotla, donde ccgeturlan gil/pos /¡ nu 11.I/.U de muerte. ~n hay lugar para toclos sobre esta tierra.
nos que han quedado ell el ciclo de '(1 repettcton • 11 nmún habitáculo. Algunos de los ,h lentes deben perecer
.m rtda COII técnlcas e instrumentes rudimentanm, ~ igno , 1J('l'{'CCI' ('11 manos ele sus semejantes. Cada 11110 inlerioriza la
perfect(/menle IIIIOS (/ otros" (p. 203). ; IIllil'ión de escasez y ve en el otro a Otro, UIl contru-hombrc.
¿Por qué concede Sartre tanta ímportaucía a la escasez illhllllléU10,por cuyas manos le vendrá la muerte. \0 es C'JUC'
la contingencia de ésta? Lo contingencia de la escasez ,,)(111,\ los coníllotos entre individuos y grupos tongan lI11a causa
salvar In conüngeucia -o In l1o-necesidad- de la illlill,c1iata de orden económico. E!. In escasez la que ha transfor-
salvar, C'nloncc~, indirectamente, In libertad original, i 1111 In al otro CI1 contra-hombre y, corno conscoucncin, originado
del hombro Il1ISIl1U,Puesto que el hombre se confunde con la \ iulcncin, In lucha. "Nosotros consideramos. pues, al lIim'[ mf,~-
libertad, la O\lCnt11l'8colectiva de la humanidad debe gua /1111 de la neceetdad 11por la necesidad; (/IU' Io escasez $(1 vive
el mismo ca rácr 01' de llbertad. La necesidad le viene al hom ¡I//I( 11('(1
1/1('11 III por la arciÓ11 maniqueístn ti (IIU' la étlr« S('
ele la matcrlalídad, In contíngencta de la necesidad, aun si IIIll1ijJe'l/(/ como tmnemttoo destrurtnv» hay que destruir el /11(/1.
I Ieocsidad de astil contingenoia uparece a cada Instante, sal ~ 11 ('sir' 11;1)(,1,lgualmenl«, (/11(' M' debe r!('/i/lir 1(1 violcuein
guardu In llbcrtnd (JIre está CI1 el origen de In dialéctica h. ("'11/11 (',"111(1/111(1 de la acción 1111171(111(1 bajo
el relllo (¡,,¡ mrmi·
I'ICt\. '¡III ¡S111o 11 dent /'() del uuuro de /(/ (',w'(1se;:,"
(p. 209),
Salvaguarda de la libertad original, lu escasez preserva tambl \Jalt:riulidud y escasez constituyen, por decirlo asl, ol Iunda-
las oportunidades dol porvenír. Si In escasez ha suscitado la 11/ uto ontológico o el origen trascendental de la lucha de clases,
el" tocios oontru tocios. la lucha lit: clases: si el hombre lila uiismn expresión social del hecho de que C'I hombre de-
venido el enernigo del hombro por falta de recursos parn IIl'lll un lobo para 01 hombre desde que hoy CSCflSPZ de ali-
c,l desarrollo de las luerzas producttvas puede triunfar ItI IItOS, escasez ck herramientas y. por consiguiente, exceso de
sivamcnte sobre la escasez y, en consecuencia, sobre In '1IIIItIbl't's, algunos ele los cuales condenados u desaparecer paro
de clases y In cxplotncíóu elel hombre por el hombre. 'ftl [nr lugar II otros, Este fundamento trusccudcntul ~.n() conduce
l~illnlll1entl', y allí CI'CO ver lo esencial, la escasez modifi "Mtre, sin CJUt tenga conciencia de ello, a la lucha darw iniana
radicalmente el carácter de In rcciprocidad, del encuentro en PI" la vida. en In cual I\llnl'x y Engels hablan visto a veces una
las praxis. En el momento anterior de la experlencía crítica, 1O,,1irmación de su propia Lcorla. nI parecerles la IlIt:ha de clases
prn:l'IS sc rcconoclan ulln a olra, alln si este reconocimiento lllla t:\prcsi6n ele la conellrrencia hiológica? Si bien In semejanza
silh () o negalh·o pOI' turno, loleraba tanlo el conflicto' 1111 dejn lugol' n duelas. Sartre no suscribiría semejal1te ucerca-
jnt~rcambio o la cooperaci6n. Pero no por eso la' IJlIl'lllo. El quiere rcsolver un problemu {Jue le plnnlea su propia
deJabn de s~r humnna en lodos los casos: cada ¡JI'axis reCJOrlnCI •• Id"soflo. ¿Por qlló el hombre, ell dere(' lO, l'econoc: al ~lOmbre
n la otra como tnl, sepllradn, poru idéntica en su esencia. '1 l'l otro y. dr J¡rcJ¡o, lo niega a cada instante? ¿Como la
cendentalmenle, ....~fll rsa rel(/ción hllmana de "eci1Jl'ocidad 1(/ /JI(/,I is, pura actividad, se degrada Oll inercia y ele d6nde le ,'iene
7aciÓ~1 In/lllmm/(J rlil ('scnsez 110 e:\'Ist/rla" (p, 207). O ;ún ' ,11 pash i,clad que la niega r, no obslante, lcrrninu por consli-
l~rlnlJ)Os má,s preciso~: "En ltl 1)III'a reci]1J'ocidad, al 01,/,0' q !tllrla? ¿POI' <1ué' In Hisloria se desenvuelve en la violencia sin
'\ o es Lamblén el mIsmo. En la reciprocidad modificada Iltll' el homhre seo violento por naLnralezn? (Por ('orecol' de nn-
In escasez, ('l mismo se ?JOS apnrecf' Coma el ('ollf,ra-J¡cnn llllalezn. el hompl:e es violento en tanLo qlle sel' histórico). La

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escasez, dcus ex machina, da respuesta' a todas estas )I'odnctivas, que dísmínuye el número de trabajadores ne-
La violencia "es la inhumanidad constan/e ele las eOIl ;t!l' 1 oS 1181'8 obtener el mismo producto. Marx no ha Visto la
man(/s ('JI tanto que' esc-asez intertorizada, en pocas ( ,11 ~II de In escasez. unidad negativa por 1~ cual .lod~s los hom-
que bncc que cada lino cea e12 cada lino a 011'0 y wdns las sociedades se integran a la rrusma historia en tanto
ripio del Mar (p. 22]). ' bJl LllcmilYos unos de oLros. Ni Dühring ni Engels discer-
1II1( 11 que o el lb' 10m re era \10 Iento en Ia H'· . y no por na-
ístorta
Sartre se pregunta si esta teoría de la escasez concuerda o '1,
11111
con el mar~ism(). EII lIlI primer sentido, una respuesta afl
¡¿arece posible En ~a ideologia alemana, en. efecto. ~ rtre.ul dar a la lucha de clases un Iundameuto trascen de~la,I
tllr:deza.
Engels e\ ocan los dias que vendrán inmediatamente tÍllcipio de inteligibilidad en la escasez. ¿consoltda el marxismo
de In Revolución ) escriben que, en caso de subsislir la :~I lino 61 lo cree y lo pretende? La escasez aparece en fjligran~,
ría, "el sucio estiércol recomenzaría". Texto de i (i: IItlll elel marxismo, como contrapartida del desarrollo necesano
slll:triana: la necesidad crea la penurja y ésta la lucha; el o' 1'; Iucrzas de producción. Pero el exceso, Il1~S que la cs~asez,
arrollo de las fuerzas productlvas, la victoria sobre la [lJ!UliI ('11 primc~ plano, .el .exceso de la pro<!uccl6n con relación a
crean las coud iciolles lndlspensa bies del social ismo. t: na In lIL'l'csidaelcs incomprirnibles ele los uubajadorcs, exceso que se
recouocldn esta ('()111 1111ídad, restringida a una idea trivial 'nJ1 '1)itl cl detentor de Jos medios de producción (propietario d.e
recen dos diferencias en este estadio de la experlenctn crlt l'SII.I\,()So capitalista). El marxismo de Marx, pues, POllC en eV1-
entre marxlsuro y surtrismo. dllH'in menos la escasez, constante de la situación humana, que el
LE! escasez, ha]o In [OI'lUU de desproporción entre necesi \,\,., Sil: cuyo modo de extorsión y repartición varia de un régimen
y l'OClll'SOS,pertenece al pcnsamlento y ni lenguaje de la " uro. gl óulnsls cm 01 exceso y no en In ponurla lleva n muchos
nomla burguesu .•. El estudto analitioo de las mstducíones ele murxlstas on 01 poder, en la Unión Soviética y China, a negar 01
casez se //01/1(/ ('oOllO!nffl polütco" (p. 225, Ilota). m marxlsmo, 111 iblcma del número tic hombres una VO~ que 01 socinlismo ha
cambio, no parte ni de la escasez ni de Roblnson en I 'Illo lnstaurado. Tal fue la doctriua oficial 011 China Popular du-
\:~)Iltra el !11cdio materlul, sino de fuerzas y relaciones ele prod 1,11111' varios años 4. MHS generalmente, la violencia no desapareceré
C~6~l,parlo de l,u~,r ormaclones sociales. Esto obliga a Sartre a 'illlll cuando desaparezca la escasez. Pero ¿CUÚI1e1o y cómo dcsapa-
l~al que el análisls trascendental (y dlaléctíco] de la escasez .. I,r ít In escasez? Violento por naturaleza, el hombre condonarla
llene nada ('11 común con el análisis de la economla burguesa 1.1 I J istoria (1 11 na dolencia eterna. Violento en lo Historia, "por
que, por el contrario, "ltbera la nezatiotdad como molor i ca ISIlde In escasez", el hombre mantiene la esperanza de escapar
(:ifo ~!e lt~ dial,c1cliclI }¡i.\16,.i('(I y (ctanél isis) le da Sil 1I 1,1 violencla a condición dc que la escasez pueda SOl' supe-
~/.dad Jibld).~n e!
efecto, descubrimiento esencial del ma unlu. ¿Pero cómo superarla que no sea por la llmltacíóu de la na-
l.didad, por la ollminacíón, por consigllien~c, ~e aquellos que po-
slgll~ Siendo: ' .. (:1 1ral)azo como reulidad histórica y como
Ilzacián de heuumtcntus e eternunadas en UII medio social 1/ r111.11l vivir, si ya 110 de aquellos que ya viven?
renal y~ d~~(,f1~itl(ldo.es ,~'l jll?ldamell/O real de la organ .
ele la» reku 101Il.\ soctolo» (tbtd]. Pero el análisis trascenden
[unda el descnbrimientn del marxismo: "en medio de lo
• • •
todn« las estructuras de Ilna sociedad detennlnnda reposan l'ura lo suceso o I\OS son conocidas las tres condiciones truscen-
Sil modo de producción" {lbul}. Engels trataba de recons I males de la Historia: la materialidad, la pluralidad de las con-
de manero mlís o mCI~os detallada y verosímil. el origen de I 'licias y lo escnsez. esta úllima sirviendo ele vínculo, ~or as!
lu~lll~.de dasas a partir dc la descomposici6n de la comunid .¡ (ido a las olras dos: el ser viviente necesila de lo maletlll para
~nmJtlvA: 110 busc'abn un "principio dialéctico de inteligibilida \ I\'i.. y: como con~ccllencia del ~úmero de hab!lantcs, la I!'ateria
] 01' otru porte, Marx y Engels tenlan tendenci<l a ponel' el, \ ioue escasa y cada ser deVIene un Cl\emlgo potenCial del
cuenla del capitalismo el exceso de hombres, exceso absolll "11'11. O todavía: la reciprocidad de las praxis, que como tales se
que evocaba a Mnlthus en rLlncl6n de la fertilidad de lu eS¡:lec•• 1¡'{!Ol1oc'ense trallsforma en no-reconocimienlo; In pro.ds del olro,
humana, o exceso relativo, creado por el desarrollo de las 1lllll'nazfI para mi vida, deviene al1ti-dialéctica, inhumanidad.
4IJ 49
Do estos tres términos, el más importante, el tercero, no
peña ya un papel explícito cn el anállsls del mundo hist6ri , Icromos a Ilora •a I empresario v~, no ya ,al obrero. Tambiéu, la ins
CI)II~I( . -rto modo In tiranía de In rnuquma, ql1e. a caco<, -
Una vez por todas, condiciona la dolencia dE' ese mundo. ('n (.'1(,1ns con diicion es de trabajo
1 nlll!l:CC'1Ol'll" ti que, mejor
cI ['utilizadaI
manidad, sin que intervenga visiblemente en lo sucesivo.
por doquiera. en ninguna parle aparece. En cambio, los dos
I 1'- <
(llIltl lr<l~ ll1P~tidores. lo amenaza de quiebra, ~? se
J

l' r ,11" (~ los proletarios que explota sino tambll'~ por os dml(~lI1-
me ~o a- i
I'OS -la materia sobre In cual la praxis coloca su marca o su 111nu pOI :1 'C ot1'OS que él. aun cuando los mismos; ca a uno
y que deviene materia obrada y In pluralidad, en In cual hlO (it' Sil t a;tc; a los otros por cuan lo todos son esclavos del me-
pro,ti:; se encuentro a la vez perdida y aisladn- se manífics nllf! ('1111 rc~~~() de I~ competencia, Alteridad circulante o rccu-
cada instante, causas)' al mismo tiempo expresiones de lo al lillllSIlHI 111ISI liberal llamarla mercado y que Sartre c1escl'!bt COI1
< l

ción de la conciencia. de lo práctico-inerte donde se' enlru lit 111 ctlll(' ,ciflcactón 110 es "una metamorfosis del ;ndlvldu~ ('11
libertad. hOlI'IIl: a I ell 1 ~ iado a men udo se ['lOa río creer. es [a necesidad
I ('01110 e emasi
CCI" " ni miembro de tlTl <11'1/1>0
' d(' las
socio. / ,, a tl races a, , "es0--
Tmdulr.cllmos primero Ins ideas directrlcos en lenguaje vulgar. ,/ 1I111)()lll', o ur
prasl« o conclencta que traba]a, objetivándose en la materia, sc' qu el' /0 sociedad de ¡;;V;I' Sil per/encllc/O (1 grupo y. a r
fine como libre \ll'OyectCl, Ahom bien, la máquina, slmboln ','111tt'a'i/ ~I In sor/('(}a;¡ entera COl/lO !tll es~otllto molecular. Lo
ma teríu obradu, In 1rad ucido q lIizá el libre proyecto ne:> una 11' (~, ( , [1(1('(' en tanto que individuo, contilllw Melle/o. ('/1 /0 111111e-
T", I '~)(;";'\iS /('(1111 (In/)o;o
humano: pero. ti través de' ni/a ('m~r~sn
oiencln, de aquel que In ha concebido y construido, pero. 1111<1
en rUl1C'iÓIl,deviene <:1destl no do los obreros, servidores de (,:::,"/:('Irl 'dc' ";V;I' ,W' apodera de el tina espectr ele rigidez ~1l(,C(/' fl
; 111,1 «nnel« los ;'c,wlfados de S'" acto (l las leyes ('.\'//'(111(1.'1 (e fI
í
materia obrndu (/)CI'(j obradn por 011'08), La máquina
y los obreros oboe 00011. sirven a In cosa 'lile otros han oread Jtli"¡~jll-tot(l¡'¡zaclora, S" o/}jeUuaClólI "$ lIIor/iJIt:~Ic1(1 desel,." (////e/,,,
mntCI'hl que otros han hurnanlando, l~slH mfl\lui,w no sólo 1)t1/',1 pode» 111('1'/(' de la objetivaoión d" los (l/ros, (pp, 243- ...~:~, I 1_
1)1'(1.'(1,~ llbrcs ni l'UllgO ele sirvientes, Jo oscluvos de la mnterta. l'lrnnlu de In máquina (o materia obrada), tlranln do OS:I~ (
'1110 transforma las relaciones ele producción, quila el empleo a \,1 l xtrunjeras que arrebatan a la proxts individual. el d~mlr't ~
trnbnjudores devenidos inútllcs, cxcedentnrins, golpea al ~'I .entido de su acción, Tal me parece sor. 011 lengl'óJC ,lls
1,1luterpretación de In alienación y de I~l reIflcarl ~I, (.0 U ._
1 v~¡~d~;
Sl'gUII In lóglcn inhumnua de lit materialidad, ni carnp
echado ele su explotaclón dc.'v(IlIidn llO relllnblC', al artcsano il "1 111 práctico-inerte. De estas dos tiranias, una tiene r?s,o
U,IIIl'ia marxislu, In otra unu lesonancl, 'o tan
~ sartrlauaI como ,.mOI\IS-
ele rcsistir la ('Ol1C'llrl'(lt1ciud,·1 indllstrial. Nosolros utilizamos el ti r '\ c1is el'sión de las pl'axl,~. la relacI6n enlre os cmpl esarlos.
~rnn. nn "e,rf/'mio Je/lgu(lJ(· ... "clol/c'" la misma proposlrióll 1111('
flllalidad (1 /n "('('('sidad /(1/1 illdis()l"lJJemtmte que ya no se ~;JIII\:iicl()¿Pa ios mismos ap,remios,
1.ld.1 con Sil proyecto Illcompatl
11110 e con o (,
~bí(l
~xtralljl~Olo~Il~~~o~
IhH I'cnliznr
(~~,d~~~
si es ,,/ hombre o la mríqllill(1 l/lIip/I PS p/'oyl'c/o p/,(1clico" (p,
IlIs pl'Clyectus siendo los mismos: adaplarsc a In Il1nql ¡ Y, 'í 'no e

El hombrc huce Sil histol iu sobre In basc de condiciones clacl 1111 U'O 'eelol esta eslructura molecular le l)tucce u ~nrlrc, s.
según la fórmllla mnrxista. Ahol'Q bien. las "condiciones dadas" , 1 I} • 1'1 dí' 111estructura capitalisla-prolelano, cCllolllzn-
'J' 1(1 L
las re\'ela In í'\periencin cdlicn: s(~ confllndon a cada inslanle 111 IIlInana. a es I o
bl l'c;, l' r u:1$ llU se IIllen en
la materialidad obrada, con In malcria en la cual la /)/'{Ixis
dejado su mal'CIl, que elln conserva pasivamente, La pmxi$ se
objetivado y cs ('On rcll\ci6n n e~la objeti\'aci6n CJue la pl'axis
,1, I-colonizado, cutlndo meno rel
1111 proyecto único. C?~1p~ra 1e a del a
l., n. ésto es \' segl1ll'l\ SlellClO mo e o (C
r l:
as ~ ,t 'ind i\Í(l\la 1. Ahora
a IIJclial{'ctica \ el" la
_
lanza hacia un nlle\'o proyeclo, l'í'hnc;arnienlo de Jo dado y "{\{1,ras. lihertad, , , . , ' serialiduc1
nizacióll del medio, \Ialcl'inlíclnd como medlacl6n entr~ las eO.I~~ll~lill~;~~I1Y l~s princi-
t, 1110 osll'ucltlnt molecular de la sociedad., e '1 f l' ,'6 •
"La materia, como /'erept(Ír/llo de /)l'fÍcticas pasiL'/Uldlls, es/ti l lios de In ca'lda en lo práctico-inerte, 01 ongen l( el n n llel~nC:Ibn )
dlso/1l1Jlemelll(' ligad(l a la pmxis L'llllc!n. 7(1cual se adapta, n/
mo tiempo. a las cOlldiciolles ma/erinles y a 7as signif,f;{",r:1I,7u,.
, ,
dI' la masificaci6n, Cada IlIlO d'eVlene esc Iavo (e' 1 U "111l! ena 'r. o""ra-
I . ., d las cosas acarrea no
• Ir. a COSI ICRClOn
lel/lfIs y r(mll('va e/ .w'lltido de ellas. las lle-collslilllye /,eh(lSr;l1nnlfl'_I.1 I1a, 1 La hnmanlzaclon
b. '
e
somelimiento
l.
Il otms e 1 el en cs a e os. a,
11' si
nsí !Jl'(1 1)01'(/ tl'arlsforOlarlas" (p, 2,'37), It os 110m, ti
'OS, ,SIllOtoSuE'n eslp sentido lo pI'lIOUco-inerle. aunque
tomo 511 tUS flmlen , ~ ,
50
revelado por la oxperiencla crítica, no equivale a un momento ,I¡I planificación y del, Merc~do, de ello no s~be D.ada y no quiere
la dialéclica sino a In antidialécLica: la necesidad se co dl, '1' nuela. De 10 que el considera un error Illosóíico, ve emerger,
partir de la libertad, In antl-dlaléctíea de lo pníclico-inerte a ~I \ il<lble, irresistiblemenle, la inhumanidad. Que los errores de
de la libertad (o de la dialéctlca constituyente), 1111 Ihis político o sociológico puedan, más fácilmente todavía. sus-
Hemos expuesto. hasta el presente, el lema del avnsallam ¡J~:. el empleo de medios inhumanos al servicio de IIn fin grandio-
~e las praxis por la materialidad y la serialidad en un lengi (l 1 no parece siquiera sospecharlo o inquietarse por ello. Más
Simple, casi vulgar. Recobremos un lenguaje más cercano al ':h 1¡llIle, al final del capitulo consagrado a la caída "de la libre
nU,estro autor, esto ~s'. más Iilosóííco y, al mismo tiempo, qt .I¡r( 's individual en lo práctico-inerte, en el momento en que des-
m~s oscuro. En la. pugl~n ~8, Sa,~ll'e se sitúa con respecto ti '. I IIl1n vez más, el sentido filos6fico de su empresa y del
dcgg~r en los términos sigtuentes: ¿Cómo fundar la praxis, en :11~Iillo humano, aparecen algunas Fórmulas en donde resalla la
to, SI no cabe per el/ ella más que el momento ineseucial IIII\IIIU idea: " ... la experiencia práctico-tnerte res] la que cada
p~'~ceso rodtrulmcnte i,II,,11I1(/110::' ¿Cómo presentarla como '11 [hace] ('I! SIl trabaio como e1l la vida públtca (y, ell 111('110/
Clon . real !I material, si. a través de ella, es todo el Ser r
"' tul«, privada), y... ella caracteriza], ell resumidas cuentas,
totaliza? El hombre, entonces, devendría lm lo que 11'" sti« oula colidiona" (p. 372). Henos aquí, pues. con dos expe-
Biemel, cementando los libros de Ileidegger, llamo "el lit lirias con trad tetonas, la de la libre praxís, experiencia translúcida
de .Ia Obert ur« del Ser". Es!« comparación no es lncongruen e11 udn 11110 por sí mismo, la del universo de In activlclud-pasividad,
lJeldegger hizo el elogio del marxlsmo es porque ve en esta (1'1t' constituyo para los Individuos definidos (a partir de su Iun-
soff(/ IIna mm/era de manlfesl(//, romo dioe Woe1l1ens riun, ele Sil clase) un campo que no pueden dejar. ..¿Podl'mos,
del existencíalismo heídeggettano}: 'que el Ser es Otro /111 's..~('g,ín los ctrcunsumcias, paso: de la ('onc/e7loio Il'ansllÍclJn de
(!I que) al hombre ... no es él mismo sino pOI' el Se/' ({1Ie no 1I111'.~/ra oof,trid(/,cl a la percepción grotesca o monstruosa de lo
él', Pero toda fllosofítl que subordlne lo humano ni Otro 111',lrtir'o-/1U!lte?" (pp. 372-373). A esta pregunta, que 01 propio
el hombre. sea 1/1/ IcleClNsnlO exlstenolalísta o marxist«, tlene ~".II1't. se formula, responde "que 110 sólo lo 'podemos, sino quo
[undamento !I pOI' oonseauencta el odio del hombre: la 1I '"l1sla/llememte lo hocemos. No cabe 10 menor dile/a ele que ('11 el
ha 7Jl'ol)a~()('/1 am!)os Ol/SOS. lJay (file escoger: el hombre es "/(llIIl'lItO del traba¡« -yen la medida en oue perdura, 11IcJI/.~oen
m~/'o sf mismo o prnnero Otro 'lile si. r si se escoge la segunda II ('l/SO de 1/1/(/ tarro pnrceiaria-«, la simple 'necesidad de 1111 ront rol
trlna, se es scnclllamente olrtlma y complioe de la altenocton " ,'11 ,.¡ caso del sometimiento total del IlIdivirf,1O o lo máqutna
Pero 1(/ ollenaotán sólo exlste !"i el hombre es primero acción' , /lt'l'Ín[i;:;nda. 1(1necesidod de un ojo, de una mano. ('n espero de
1I.1}{.'~tad
es la quo [undo la seroidumbre, es el lazo directo de ' /, automattzaclán, la aoctán 5 aparece tododo cuando ml'/I0S-
I'/o/'ldad. como tlpo orlglna! de las relaciones humanas {JI/e f , "11/0 adaplar/ó" del cuerpo a tina situación ele urgencia" (p. 373).
la relacián humana de cxt erlcrídrul", . . Los simplistas del marxismo 110n suprimido tranquílamentc
Este texto - ~ yo citarla fácilmenle decenas de otros del mi momento de In praxis Individual, como experiencia oruúnal de
c8l'áctcr-, cOIlIi.rmn e ilustra la intransigencia del Sartre-Fíl I dialéctica o. ell otras palabras, como dtalécüca que ,~(' 1'('0[;::;(/ Pl1
(('1 Surtre uuténtico), que forma un extraño contraste con el lu , xperiencía práctlco. No han visto que es p.re7iso c(1!ls?rvar lo
tunismo del Sartre político. El lino no concede nada al mar I tildad fundamental de este momento o supnrmr la realidad de
(al menos nndu 'lile le importe), el otro concede todo o casi t 1.1 ilicnacíón" (p. 373). (subrayado por mí, R..\.). Li\ alien,u~i611
ya ~ Stalin, yu a Thorez o a ~roglialLi y, a veces, hasln a los en IIpone el momento ele la Uberlad original. de la praxis tr~nsl.lI('Jda.
recldos de la Comllna esludlnlllll. El primero concederiÍ de '), olro modo no quedaría sino la experiencin ele lo pníctlcO-lIlertc,
sada! con indiferencia, la verdad evidenle de los análi~i's de !J • la actividad-pasividad, tal como la vivimos coLidiallu,:",ente, que
CapItal. En cambio, cuando se trata de la übertad ele la ('ol1cienc 11'1 se podría reconocer como experiencia del aH\snllomlCl1to.
:J0llO.~) detol'lnlnisll1o O .al ma~erialismo, (.'omúnmellte asocia Ciertamenle, "e/. momento de libel'/.ad, como T);(kllcll IInif¡c~1I'C
~alxlsmo, un rechazo mc~ndlcional. La primada de la Heoi , hansZúcidn, es el momento de la tmmpa. Plolllelllldos(' como 'Ibre
sobl~ el Ser, tnl le pare,c~ ~I filósofo el fundamenlo ele su hlllnan IlIiI\is IlltTlcleLl/ol, cont,,.¡buye por su pm·te, en el/{/. 111)(1/'(/ '.odos, tI
mo. En ouanto 11 los anultsls de El Capital, a los méritos respeoli """/i::;(lr el mllndo del Otro" Ohid). Recobrando conoiencia de
52 53
1
nuestra Iibert~cl en lo práctico-inerte, corremos el peligro de . 1 lud Inerte que niega su propia esencia, a saber, la creación
rar que esta libertad realiza nuestro avasallamiento. que ti. I~ \' In translucidez. La alienación no desaparecerá, pues, como
el mundo alienado, que constituye la "mistiflcación Iundum pll j.\ 'filosorla de Hegel, con la supresión de la dualidad entre su-
objeto, conciencia y mundo, con el saber absoluto del ruó-
Poro no es la libre praxis la que constituye esta mistlficación.
engañadora expcri~nc.ia de la libertad no' es la del acto, sino 'la
l>l! r~ultado materializado. En la materialidad y la serinlic1ad
~,
t
1'/.11 "

I~"
~IUC piensa el sistema y se piensa a si mismo como pensando
,I~temas. La s.upre~i6n sartri,anu de I.a. a.lienaci6n ~n la ~u-
dlaléctlca se transf 011111\ necesariamente en contra-dlaléctíca Il íón de que siga siendo posible-e- cxigmn una transformación
b.ertacl en a' asallamiento. Y, sin embargo, la praxis iodh'iduai p'.
I las relaciones interhurnanus, no un retorno dI'e esptrítu , a SI•
siendo el mom()n~o originnl de la experiencia y con sen <1 n ~,: /IIn, UIlU vez recorrido el ciclo entero de SIIS, creaciones. pos!bles.
.'IISI!\11 te la capacidad de recobrarse, aun cuando, en lo I.el que es más. la referencia a El Ser y la ~ ada acentúa aun In
inerte, no s: desempeña sino para negarse y no actúa sino ,1j!llllicllción antropológico-social de la alienación sartriana, Ya no
soportar, bajo una forma u otra, el avasallamiento en (~Imundo '1 Ir.tla ele la odisea de la conciencia; ni siquiera se trata, como en
las cosas y de los hombres reducidos a moléculas. J'I s,'" y la Al(/da. de la vana ambición del para-sí do alcanzar la
¿Es preciso decir que toda objetívacíón acarren al' lilll'da solidez del en-sí. "Cienamen!c, 1(1praxis se da sus luces; es
"¿Voh1crlanlos a Ilegal, que hace de la ollenaclán 11/1 ca dl'l ti que siempre es cQllciencia (de) sí. Pero esta cOllciellcla 110
l..'mISI(/III(' de 1(1oújt'lIvación, cualqulem (file .sea? Si U 110. Huy / -ma ntulo puede cOII/m Ia afirll1(1('1ó1l /mictica ele qut: soy esto
COl.ISfd~I:(I/', 1'11elect», que 1(1relación original de la praxis com 1/" /1(1 uecho (y que se lile escapa rOIl.';/itllyéndome IIl1lletll(//(lIIIC'II-
la",::actOn con 1(/ maleria1i,lrll.l como pasividad oblig(l ,,1 lunn " ('PIIIO otro). Rs la necesidad de est« rrlacián !11IIc1amCIII011t1 que
a!Jlr>lItwrsc: ('11 al medio que 110 es (.,1suyo 1/ II presentar ulla 1 1" unlt« oompronder f0l' qué f!l hombre se pl'ol/oclo. ('omo lo 110
¿,ni hlol:g(ll'l/ca como 11'1.1 propia realidad objal/I)(i. Es esta rel «111' h 0, en (1/ niedso de. En-si-Pam-s'. L(I al/e1lación fundamental no
ele Inlcl'lOr!datl COII 1" extenondoá t« que origil1ari(lIltelll(' oons / ;'111', rOll1o El Ser y la Nada JJoclrl(/ ""('('1'/0 ('1"(Je,', d« 11/1(( escogen-
!le ((1 praxis COI'I/O relación del organismo COIl su. medto amb , /ti 1"'('11.(11(/1; viene ele 1<1relacián de I'I/redor/dad que ulle "l liomhre
matennl, y l/O rahe eluda ele que (,1 hombre -desde el trlOIll 1'111//11 organtsmo /)/(íclfeo 1"011 el medio qua 10 rodea. (pp, 285-286.
mismo ,en qut no se designa más romo simplo reproductor de 1101 a).
vida. smo como el oonjunto de los produoto« (file reproducirán 'n soy, auténttcumentc, mi acto, pero, aun cuando yo permane~-
t:ld(/-; S(' de~'cubl'c (10/110 Otro ell el mundo de 1(/ oblettotdad: 1 consciente (ele manera no rética) de mi acto, no tomo conoci-
~lIale~'1{/totaltzada, como objetiv(lción tnerte !I que SC' perp»! tÍ(1 IIlilnto ele mí mismo sino en el resultado de este acto, resultado que
/~le/'(,.~(I, ('S cm e~(,clo 1111 no-hombro e incluso, si se qulerc, 1I ,nilo <.'11 ItI materia, se sustrae y me revela 1\ mí mismo otro cid
contra-hombre. Cada 11110 de nosotros P(1S(/Sil vida grabando '1" soy. Análisis 'llIe seria más convincente si mi acto, fuera de
1(/.\,cosas Sil i1l!(lgclI.m(lltl/ic(I, que 1(' [asctna 11le ext roda .\i prcte 11 proyección en a materialidad,.!oc definiera por ,un cOllt?n.ic1n
comprenderse mediante ella, aUIl cuando 110 sea más quo el tll.tlqlliel'a, Ahora bien, este acto, libertad pura, praxis translúcída.
mi~"lo 1,0/~/í=(ldor (/11(' /1l"l)a a esta obJelivación" (p. 285). ,lp.IIl'CC, en cllanlo Lal, despojado de lodo contenido, En lunlo qlW
hsta ~alt!mn. frase,. tle particular belleza, da un accnto pale 11.l1',I·si, no es nada. Se aüena proyect(\ndose en In motcrialidad
a. la obJetlvacI61~-u~lenacI6n, efectivamente fatal, en lus e10s 1"'11), r llera de esla proyección, es sólo en la medida en (lile no es:
lId?s de estt' R~Jell'·(). La alienación consliluye rculmente, en l' Illcln\'!n, es posibilidad permB.I~entc de negar )o.l'enl. r (e pl'O) ec-
Cl'llica, un carncler constan~e de la objetivación. Entre el sí )' 1111\1' hacia el pO)'\'ellir, proyecclOll que L10 se realw..a SIT:'oen lo mn-
110, es,pu.es el sI el qne conviene rclener primero, No se d"~,',rp",,, l. ri.didad )' , en consecnencia, al precio dc la ulicnBclón. , )
de alIJ, Slll embargo, que esta objetivación-alienación mnrqlle <.jl'gunda observación: esta alienación por proyec<:íon en a tna-
retorno. al pensal1liento hegeliano, separándose del marxismo. l! Ilalidad no debc nada a la escasez. Una vez Illú<;, la escasez parece
a,lienacI6n sartriulla se define en lérminos éUeos sociol6gicos i 1II'l:l'saria menos para el origellljue pam el fill (posible.o necesario)
,!...
SI\le. a conciencia, acto puro, libertad translúcida, se proyecta ti, lo historia. por el hecho de que la lotalídacl orgnnlca debe lo-
<:esnl1a~nenle el1 el mllndo de lAScosas y de los individuol:> múlt' Itllll dol medio las materias (jue necesita pum lllanLellerse y que
el sentido de su aclo se le escapa y aUn se entrampa el! 1.11lWl1a se realiza mediantc el trabajo, el hombre no pnede n(J

54
objelivarse y esta objetivación acarrea una especie de , los a las órdenes que les da la propia máquina y que deben
epa subst ituye la conciencíu pura del sí-mismo por la cono 111,II(bcdecidas puesto que, a f~lta de maote~imiento o, f~1I1ciona-
SI en las cosas que a cada lino remiten una imagen desviada Ct·r 110, la máquina se del.en,dna y las lOl~lidade~ ?rgul1lcas (l~s
rosa de él mismo, La demostración de la alienación neces~rill subsistir. En el medio organico, la uraxis
recurrir n 1(1 l'S('(lIU!Z hace otro tanto más dificil el fin de In
nación.
h(r
Itll hres) no podrian
I plimero, vivir y asegurar la reproducción de la vida, En el
dt ('íiCl ~ocial, el servicio de las máquinas deviene el equivalente
• • • :¡:l 1111imperativo c~t~g6rico. pu~slO que, a Ialta de obedecerle, los
La líbertad de desobedecer aceptando

~I .análisis ele lo práctico-inerte 8 comporta cuatro mo


t
1 IIhres no sobrevlvirían.
ucrte se presenta, en esta fase del análisis, como carente de
~gll"Il'¡tei6n. La praxis en cuanto tal, en cuanto totalidad orgánica,
principales, la dcterminacíón de cuatro conceptos: exigencia, lielll por exclusivo fin el mantenimiento de In vida: ella 1t0 puede
soclal, ser social, colectivo, Es obvio que no se trata de cuat r"I',lzarlo,
mentes hisfórÍC'os (el análisis se sitúa a nivel trascendental 1_1 temu del hombre sometido por SIIS obras, slcrx o de lus máqui-
apenas cta pus sucesivas de In calda. Estos cuatro conceptos Ilil S(' presta n variaciones que son casi todas conocidns. Sartre'
llevamos de la praxis tndtotduot al individuo serialtzado. Me 1" I rata con ayuda de su vocabulario y en el interior de 511 sisle~a,
c,e que Sartre, a lb largo de sus páginas, se propone algunos I 1 1ll!l(l"inA da órdenes a cualquier hombre y, como ()OllS(lC'IICllCIO,
llVOS que 110 formula cxplfeitumente pero que podemos y ele 1 I 11h 1'('1'0, reducido a una tarea que cualquiera puede ejecutar, con-
despejar, Dosoa cncoutrnrso, aqul o allá, con ternas rnarxi dI-liado n 1111(1 "larca universal", deviene otro que {,I mls-
slcmpro, ,mOS11'll1'In coruputlbilldad entre sus proplos temus V 11111 (lo que quiere decir: despojado de SIl slngulurldad). OtI'OS,
del I1lnrXISnlO,Además, ha lomado como punto de partida lu .
1111 1"1. han pensado, querido, construido la máqulun quo los ~o-
}?uN7'icl 11(1" libertad Inooudicionnl pero vacíe. El hom
110 tlenc ni naturulezu ui esencia, N libertad, pero la li
hit ruu: obedece, entonces, a otros 110 a 61. Flnuhucutc devenida
11I1I1',io obrHela o máquina, la praxis ele esos 01 ros, que exip.('
c~ nada d~lorl11il1n~10,es ilimitada potencia de negación, Ni
lit (·1, se ha transformado r-n inercia () pasivtdud I)IW somete
1111~Ifl~a, 111 mornl 111Inmoral: cscogencía pura, Encontrar al I
socializado, ('11 su existencin cuotidiana, a partir de la a 1 la alteridad ele Sl1S servidores,
me parece ser vi segundo objetivo de la experiencia ~i el tema ni los variaciones ofrecen tino particular originnlldnd,
llustrnndo () desc,ribi~ndo los diversos aspectos de la condici6n IIN" <.'1 concepto de exigencia no deja por ello ele cumplir, CII la
l11a~t~~n lo pníellclJ-llIerle, S(~I:tl'e no se propone renunciar a la ( tirn, una [unción Illosélica. Introduce un principio de dirección
peclflc,d~d, cl~ la comprchensíón y de la intelección, esto es, una Antropología que carece de él. Siendo la llbertad de cada
Rt\z~1l dlalóctlen. Seguirnos las etapas del avasallamiento de I 'lit ieucia totalmente igual, ¿por qué una conciencia podría 1('gi-
c~ncl('ncln,s por, In materia obrada y descubrimos que las conci 1, wunente ciar órdenes a otra? "Lo que IItI hombre esnera de otro
cius son~elldus, I~ltc~raclas en ~?ojuntos sociales, siguen siendo 1 1111)11(',cuando la Telnció" entre ellos es humana, se dpfitl(' en la
prehcnslbles o Intellgtbles, Flnalments, quizá el último , "I/))'()cidad, pues la espera es un acto liunuino i ., 'IlJngllllO praxis,
-el ser ne clasc- Inspire todo el movimiento. Sartre había el I cuanto ta7, puede siquiera [ormular 1111 impe/'{ltil'o, simplemente
licio ampliamente, en S~ISescritos de circunstancia, las relaci 1I '''/11(' la oxtgencia 110 entra en la csiruct lira d,· In r('ci¡J~oridad·.'
entre la clase )' el partido. La Crllica funda. medianle el amí (p 253), Si convenimos en que las relaciones de las praxis consu-
trnseendClltal, la verdad de esla relación. 1~!\'lIl, en la Critica, el eqllivalente del estado de nallll'alC';r.a en los
Comencemos por el conceplo de eXigem;ia, (Los texlos mils rll JSClfosclásicos, diremos que la llberlad, igual en todos por cl1anto
I'eced~r~s se encuentran en la pt\gina 253). En una primera Icell Illtlll en cada uno, excluye la auloridad del hombre sobre el hom-
SUjlerflClfIl, cllconLnllnus que Sartre define la exigencia como el hl", El imperativo caleg6rico viene de afllera, ele la mílquina o
su lado de la dialéctica de la prn:ris y de la materialidad, LB dI In materialidad, pero viene necesariamente pllesl~ que 16 pro-
JI~. ~b;n. do l,II10 () "Mios hpm~I'Cs, gobierna la praxis de olros iI 1I l.:t'Íón en In malerinlidlld '! la alltidiuléclicll sobrcvlonen noccsu-
bIes, Est()s sirven ti los mneplll1as, en lugar de servirse de ellas. IIil111Cl110,

56 57
La sumisión n In maleria oh" '1 .
original tanto ele la alienación c~~ a lepresenta, pues. la l: JI lMas palabras, refutar cierto concepción de la especie hu-
ciclad ('11 1re las concienci~s p. o de la rllptura de In II '\ destinoda por naturaleza a la lucha de lodos contra todos,
cial a la vida en sociedad' . elo. como est~ sl!misión. 11l.1111I;,l\0. he aquí la alternativa [undmental: (J 'cada 1111') stgu,
so.brevivencia. el hombre e~
mismo manera que debe nutrir
;~~~!d~~l
cbnd andlspensable.
o .e, ece a la mác¡um
1) '111 " ~'. lo (lile significa que 1" C/lt'isiólI de los 110",1)1'(');('1; natural

,,1 111' " (,\ ln división de los hombres, colllO resultado c/d modo ele
Uva categórico se confunde c;: ~ara. VJVlr:el origen del i IfOdl/l'rióII- la que hace aparecer al lnterés (}JClI ttcvla. () gelleral,
definición ele IOJ)/'a.ri¡, y de la le, ?ngen del avasallam' " 1 /lltlil id,/(} o ele 1(1clase) como un mOl/Hilito /('(/1 de 10111I 1(/C#01ll'1I
0

rir a la sociedad rnl


< • mIsma. en sus re acion entre las
eslructu .
praxis va a
. bl /'11 I(),~ ltolll/)r(',\" (p. 277). Si se admite la primera hipótesis, se
~csliculantc y dernonface. ras inevíta es, un '1('\)'1' udcu dos consecuencias: el interés, el hombro interesado, si-
L~ exigencia representa el su tít .ú . . , ~U( ,1( nclo un dato natural, opaco. ininteligible. Se renuncia a la
del 1I11peratho caleg6rico El . (s. uta pi cUCo-merle o a 1111111,.bilidncl de In historia humana. En segundo lugar. "r! eOIl/IIII-
110 de la propiedad (lal C~J~O 'í~e~fti:;e
parece el sustítute lu ,( 1(/ historío. ell tanto que los coníltctos de ¡1I/(Ole~eS SOII ('/
la reconsn ucción hipotélica del d . Jdn-Jacques nOllsseau mol n (/( cll«, se IlIlIId" enteramente C'r! lo absurdo; (011 1'(1 rttcuku .
C'go[sm.o. tu I como Jo suponen Jos evernr . e la human idad) y .11/1 "I'iS/lIO 11{) (!S ya más (JI/e ¡lila IIipdle.,ls irraclonu]' (ibid). Sien-
explicar el orden soci~1 . . econOllllslas o los liberales ti" lIillll'l'O (JI nntagonismo eh: intereses. el modo de producción tle-
"ColIsFdu/(/do en .vl mi~l/;o JI~SIi~ICaruna delerminada organ m ';1 1esponsu bi Ildad no de la lucha de elnses 011 cuan lo tul. :,¡ no cll'
niduo Mene lIecesíclad~s d 11 a sim'l~/(J 11llhre ao.fil)ldad, 1m
dlanle tmbato, pero ;/~ ?~os.
Sil °f P'fy~clO, 1'001,::,(/ obje:
la 1,1 111U caruclerlstica que reviste esta lucha en ('1\(111 perloclo el" In
hl torln.
brc no adquiere un interés 'Si~~ n ugun .~lerés" (p. 2(1), El l 1111 Ve7. 11111S. la demostración ele Sartre persigue el mismo ohjl:l-
propielario que so idenliflc¡l ~onf!ll1c1ténclosecon las cosas.
intereses. Asimismo (>1 directora
d
t mJSI110~on el ccnjunln
hombre que tiene ;" ser fuera e unn fábnca; e, igualmenle.
11\0 eliminnr In naturaleza humana. excluir la t'1\lIHn "(I/I/I'(t! de lit
rh .ilklurl entre los hombres y los grupos, decretar unn radlcul hctc-
rO",l'III'Ic!ud (\111re ln Illosolla marxista V unu concopclón de inspira-
terés es el M'J'-eIlICl/'{lI//cllle-!UrJ ,e :/ e,n lo prfr.clioo-inerle. "RI (HlIl darwinlana o liberal (n sus ojos, lucha por lo vldn de los dar-
condiciona la praxt« como' la- ~-$I-ell-lIna-COS(l en Ianlo
~cnciu de la lllnq¡Jinn. o 'der'~~r~ntlt'~ ~~/(rgól'iC~" lbid). La r \\ .IIitllIOS y concurrencia de los sujetos económicos dNh un ele la
111;\11111 inspirución). Se vuelve contra los marxlstas que vacilan:
al servicio de las fl111qllinas f mnl SOCIa conslllllldo en l
vos caleg6rlcos. Desde el ~ ~~ onm,l a para las praxis cn i..... ,·''''·n- o, ',I/( l(/ '''1/ do! I"terés y la cOI1CepCiOIl tnarxisla eI(> 1(/ IIislm ifl.
~c ('ollfundan con cosas o °f::n~ 011 qld lal~s o cIJales indi , t1'fÍl. {'III/'e IIIUl e.~p('cie c[e> I/Illlcr!ali$lrto l)j076giro !J (·1 /tIalet/tt-
1, 1/111 Itislól ieo, Ponen ell la Ilccl'slelad 110 sé (fué O/)(/( iclad 1l'l/ebro-
mi creses; forman una socieclacr d:lllOS ~I. s~stema social,
linos n olr()s. nlros los unos ,,"ombres mtercsados, opues '/ (,umdo /(1 1,(1/1 I:llello pelfect(/tIICIIIC illlnleligIIJ1(o. 110m/mm tI
, ", ilJllIll'ligllJilinad: /'"alldacl obj('lil'CI. !l •. ~alis/('c1lOs. ('c)I/,\iclcrflll
dalios unos ele los olr~s a c~lIs~a~t os OlJ'~s y. no obstante,
ciÓI/ de intcrc:'S rOlllporln ~/e~ _e/ll.~ltenda~ ese~ei~1. "La , ," forma Inerte !J oscura exleriorid(ld ('11 1'1 iIJU°¡jorirlad. ('U/II()
la mas//icnrlón c!e 101;IndlJ:duos a IlIt,el del mIaras IIIdil)id ,1 illt(',.r,~" (p. 277). La prioridad de In exislcnciu sobre la l'S(\u<:Ía
práclica a (1(II'c!S de los (//liagon' ('11 cuanto lales ti su C011lUl/írnrítt. tradllce. en la etÍlica. por la primadu de la p/'lI",is. ado pum,
maleria qll(' l('presen/an Jl (p.96~)0.~ o de. las COlIl)eniencias de ,111'( toclllS las del('rminaciones qlle la limilnn ) 11\ c1t'sfif!urlln El
análisis OllcueJllru de lluevo el m' ci~ parlu de esta definición. 11I1II1bl'einleresado nace de la confusi6n enlre prCI;d.~ Y materialidad.
luci6n abslracta de In eC01l0mía e 10 Iconcurreneial, la ,1, la propiednd II In cun! el individuo se asimlln r d" I()s Sf'res
medio concmrencial deviene l. como, ,a ven los liberales. Pero e ,lt't'livCJs de lo:. cuales deviene participanle o ((lI{' se realizan

ded'ne7a~ICJ:/
idéntica de cada 11110pOI' lodos siempre 011'0 !I slem , It) por él. ... , , \'0 es In dll)ersidad ele intereses la (/11(' IlCJce /lacer
¿Qué se persigue c.:OI) esta f< e. o ,os por cada 11110" (p. llis cOII/licIOS; SOIJ los cO/lflicloli 70S l/lle produce 11 101í í/l/(,/,t!.~('!:; ell
ele inlerés (grusoramenle resunfd1 ucel6n trascendenlal del con 1" l/ledida el1 (IIII? la mlllclia ubrada MI illlpc)/l" ti 1m. grllpOI; (,IJ
según rezo la fÓJ'lnulfl "cancel 01 POWI: D0solros)? Sllrl re se pl'()[)()J1~. '",.lta como l'('ol¡tl(1(! IlIdepellllif'llte pOI' la im'polencla 7Jl'0/);sIOll(/l
, al' a poteca hedonista y nt '/111' IIaoe ele Sil re7ación de fuerza" (p, 278),
5.'/
El interés de; los proletarios no está dado inmedialamen entra líem po para hacer lo tino y lo 011'0, tai otro se IIlI
nace del hecho de que existen proletarios, en número mÁs o e /((1 , "rl'ol 'Ir1O moto tal otro toca vioU'l, tal otro se ocupa del [ar-
eleva~o. Con condlcloues ele vida más o menos similares na la'" lit'
['otlas estas acüutdadas se constlhujen ,sob re. I(/ ua$~
l. le CIf-
,.e c
conflicto con los capitalistas y por él. Los patronos actú~n ,1", 'as par/íclIlares 1) COIl.S/ i! l/yen la uart icularídad objetiua de
"IIIIICI • 11 I I 11- "
1/10. /)('1'0,., (11mi~'tno liempo e as 110 IOcell s no , reo zar par ..
naments s~gúl1 la ley de su interés, en otras palabras, con 1111/11
la prosperldad de ~u. empresa, los mismos puesto que a( o el ser de clase ell fa medida en que se mantIenen, a pesa)
todos el mismo ObJCII~o. otros puesto que el mismo cad /1 :~. den! ro del marco de exigencias i.rrebasahles" (p. 2~.t). .
opone UIIOSa ?tros. En la medida en que deben tra d ~ como cada individuo, al escoger libremente su d~s~no sm-
equipo, despedir a los obreros inútiles o reducir los salarios 1 JIU supera Y no puede superar su ser de clase, a~Im.Ismo los
preservar la. rClllllbili~l.ad de su empresa, no pueden no chocar gU1,11luos que comparLen tina situación definida > semejante no
los prolet.anos, lA,:"blen ellos Jos mismos)' otros: los mismos In! II 1,
I 111.on su práctica y en su leona, 'd' una con ICI'6n au!cna el a. T{I 1
In comunidad pasrvu del destino, otros porque según las SlipII,ISO del anarco-sindlcallsmo de los obreros prnfesionales que
~as, según el nivel de calificación, el interés de tino divergc t llc 111 podido superarse a ellos mismos: "ttobio 'lile p(,lf(,ccloll~nS('
111terés clol ni 1'0. HU(/n/ido instrulrse tnsu utr a los obreros mJ ('afifkndos .... btüirsr,
• d 1
A pa.rtil' ele esta alleuaoión en la materialidad. de esta 111 .,
1/011111 ln 1I"ldad obrera y acercar el dla e a toma d e I p? d er .. "
~ICl,In~ mtcrescs, IlIdividllules y colectivos, en )' por el conf'lict 1c(1 ,,/1/;('(1/)(1/1 al hombre' real, ara hado, eDil el obrero p/'O/(',~I(1Il"', )
.~n(1.lisISrccC)rr~ las etapas sucesivas. Ser social, Ser colectivo. It~ltI iC/('IIU,{icnclón [alsa (no con relaoián a los pa! 1'011OS, s1110 C?1l
~0('1(I1 !J r?"'Clwo. n:1l estilo, ordinario, diremos que cada I f('flll ¡,In a las masas) ero un lI/'nit.a insunembl«, 'porqll(> era ellos mis-
su se," ,socml; ('11 oí rus /)ulttbras, que lleva en 61, in terlortzadus, tl1lO 11, ~Ise 1J/'efi('re, la expresión/eó/'ica y !?1'lícilca de SIIS relocío
C?J~clICIOlles en las ~"H es se desenvuelve su existencia, n:stas II('~ nrác! ico-íncl tes con los dermis obreros. (pp, 298-299) ".
el I('I,()I1CIIrosultn 11 P1'l1110l'(I de la "práctica crlslal izada de las 1 11 unálisis semejante -poniendo o un Indo 01 v(~c~blll.al'l() n~
racumes preoedentos" (p. 2R9). "Declamas, sigt/ielldo a H Jl,e''>l'lllll, 11 los ojos del sociólogo, ni diflcultad 111 orlgiualidud. 5111-
11:1 Ser y In Nada, qu« ((1 esencia es el ser pasado rebasado. y tn 110 se cuusn ele multlpllcar los ejemplos por In proClclIpuciólI de
t'~(o, ('/1 C'feclo, lo que, primero, es el aurero, 1,¡¡esto que él upe" tal' la demostrncióu y lo. confirmaci6n de dos L~sís on~olbg¡cus:
sido p/'('f(/lJrlcad(~, ('11 1I1Insocledad. capitalista, medían/e lu '1 bertud de la /JI nxts Sil bsiste, ¡ncllIs~) ~11 .10 pl'llcl!co-lIlcl'te: In
heclu), tt« cristalizado. y Sil praxis persollal, como libre ,1I,,/ñ,~II~. tI',ll<lad es del dominio de una Razón dialéctica y escapa a In l~n-
productloa, rebasa (1 SIl vez este ser prefabricado en el movim 1011 unulltica. El descubrimiento de nuestro ser social atcrronza
mmno l¡1I('.('lIa ¡11I1)/'!mc al/.OIIlO () a la mfÍqllil1a-:I/ellsil¡o" (pp. p, lIle nos revela n nosotros mismos In ignoTUncia .en .q~1Ccs.~a:
292) ". La libre /)I'(I.~¡i) subsiste con relación al pasado. dcvcn 111 , tI(. nosotros mismos. Para el grupo como para el indiv iduo ~(
usencm, Poro esta libertad, desplcgnndose en lo prúctico-inorle. 1" I cll' defi/lir el Se/' inerte por el tipo ele opctén ,míctíclI (/11(' .'wre
)ucd~ I'Cbl~Sar (·1 pasad() por cuanLo éste, someliendo las praxi,~
ItlS ~xlge~clas ele las máquinas. ha limitado por adelantado el
iIÓ ,/(// lo que se es" (p. 301). Pero "esta objetlvlclad prelalmc~d(1
11' f, impiele a la pmxis 0;"1' lilm' /empo/alizaci611 y r~orf.{anlza('¡ótl
"enlr posible y cOIlc!cnad() el proyeclo del hombre, transformad d 1l.IZ del campo pr(;clico eOIl mir?s el~ fin~$ ~e.scttl}/('rto!; " pl(/u-
COnl!a-h0!l1bre por el servicio de In máqllina. a no crear nunca I ¡1m; e/l el transcurso ele la praxIs misma (Ibld).
): mas ollu de 10 qlle ~e o~rece el pasado, El individuo ""'"""_ «)1 rOl> conceplos pertenecen lodavta {I lo práctico-inerte, ~or
lIbre, pero, en lo PI'IlC'II('o-lI1erte, no logrará ntmca salir del in lJ"1l1plo el de 1;0101', al cual 5arlTe consagra, de pasada,. Ilnn lalga
de la inercia qlle se ha infiltrado en él al mismo liompo que 11' la (pp. 301-30:3). Este lam~ién .lleva C()!IS~gO la d~lUltcla? de ~n
se cnLrumpubu en la s()('ialidad, ' ItI, 'rlad lranslúcida V de la mercla. Se dlsllngue clt:! la eX.lgencIH
. Así se c()l1t·!lin I~ libertad. inalienable y la necesidad de alicll JOI 'lile no tnldllce el simple y llano it~pel'al ivo dc la, máqllll1a. D~
e:~61l (~ lu allonflclón qlle Introduce la necesidad de la COD I I /l/(lxls, el valor conserva la translUCidez de In libcl ~ad pla.nte{\~
dlaléc~lCn) .. Cada IIIlO se hace obrero libremente pero con tll "'l! olla misma, pero no por ello deja de llevar consIgo la merCla
y la diverSIdad de estns libres docisiones. lodns e~ conjllnto deo lo pl'(\clico-illcrle. El sistema de valores que elabol'lln lo~ pen-
¿an el ser so('inl ele 0lase: l •• " Tal obrpl'O lee. tal otl'O milita, "ldoros en enda época resulLa de la pi'a'"¡s, pero de In pm:\'ls que
(,O 61
s~ descubro a sI misma en el mundo de la allenacíón. Los \l1, "El campo eslstc: para decirlo lacio, es (~Iuulen 110$ iodca
II1:,gan .y confirman, ti la \'07.. opresión y explotación. El valor ¡l1.1 ~ "mi die/Olla; no lengo sino que echar IIna mirada 1101 la ocnta-
allel~oclólI de In pmxts misma Lo" valores están ligados a h 11,,11 ,; (/1110$ ((IU' SOl! hombres y CIlII01> conductores M)/I autos. 1111
tencia del campo prrictico-inerte, III otras palabras, al in ' ,1 de ¡Jolicm• que regu 1a 1a ('11'('11
...¡d(
,... ' 7aC/01I" ell 11110('sqlll/I(/.' !l. mas
mo lo negación de su negación. El nnúlisis que burdamente (lgllI '1/1' )('gllla(/or automénco c/e la mislIl(/ ctrculactán COII luces
1111nlOSpersigue. según parece. los objetivos siguientes: sol Ir'?' 11 ¡'(lleles, cien exigencias qtu: sII1Jen de la tlerrn hac!« mI. pa-
dar la autouomla r In positlvidad relativa de los sistemas de \ I"I~. IUlla /1('(/1oncs, (1/ tchc« 1mperat! ('OS, 1)t'()/¡11Jicl()II(,$; rolect /ro.\
(Ia~.morales SOIl, ni ll1i,sm? tiempo. crítica y cousagrnci6n del 1.11 j IInlll de! Crhlil Lyotllwis, caj», igl(',\io, inmuobie« de habita-
social); superar la anutesls grosera de la infraestructura
estructura mostrando ('1 origen de los valores en las éSll'Ill'!
v In :!;, 1/ 1(llIllJit'Il, 'lila ser;alidnd visible: 1u'IwlIns que hacen la ('01"
11t/1I/! ele 1111 almacén). Im~1mmen/os (proclamando COII Sil t'oz P('-
fllndamcmlalcs ele la praxis, indtvtdual o colectivo, :rlJil (1(/(/ 1(1forma de srl'~il'se di>(1171).'" (1('(/10'>, calzadas, (',~/.(lC~ÓIIde
, Ln deducción trnscendcutnl sÍlún los conceptos de' las cic..'lIc'i In.\I /1fI/'ac/ade 1l1l10b{(~, e~c,).,. Dent ro ele ¡Jo,co" {)a}(I/'(' (1 1(/
ciules, pone dC,mallin~slO las serlalidades esenciales, halla In I rnll 1IM'r(; su cosa. comprare ese ('oll'rfllio, 1111penádtco, y e/ <;0"-
íad de In 1)1'(1,\'1,\, confirmn pi papel ele la Razón dlaléclicn 11111(/ 1)/(;('ti('o-inf'l'le que m(' asedia y me deslgn{l .0;(' desclll)/'ira di'
cUllduce al ser ele clase, (',\,/S y no praxis: "relacitm Inerte (11 :, /" 11/( a partir del campo total, es decir, de la '1'/('/'1'(1, C'omo el
Me) Sal/. ,\'IIS (.'aJllrll'Clclas de clase. solu e 70 base de ciertas r.' /w (llm-ltI!!.(I/· de todos los En-otros-lusures {n 1(1 seri« (k Ind(l,\ ((1"
III/'{I$ (p. 30-1), 1\ ystn ulturn de la experlencia dialéctica. In .1(1/il'~ ti" sertes]" (pp, 362-363),
pertenece n Jo prnct lco-t nerte. Tl'i\laliclttcl del infierno o infierno de In trtvlulldad. tlPOI' qllé esta
0(·1 S('/, di' rlns« se pusu <11 couccptr, último ele lo prácüco-l tfitll~II~lIrncióll, gtotcsca o mOOSlI'lIOSII, de nuestro mundo coudtn-
01 00/('('111'0, r~1t In jerga surtrtuna, {'sle se defino C0n10 "la
Il(j~ Porque mi libertad, total y translúclda, se hulln eutrtunpadn 011
(1 dobl« .'w¡¡llr!o e/e 1/11 objelo matorial, illol'g(Íllico '1 obrado
III IUl "da de los seres sociales, prislmreru do ItI mutcrlulldad, ella
1//1fI 1II111flel/(lid~/d que ('11('11('11(1'(/('1/ t;{ ,~II unidatl de' (lxlel'lol'l
mlsum expresión ele otras praxis, cada IIIHI otra respecto a las otras,
(1" ,319). ¡"11 estllo \ III,gul' S(' 1111111111';\coloctivos a lodos los coujr
s(!cllIles <jul',I'('('il>('11 Sil nnidud del cvterior y que dejan 11 10$ ('111111IIIIl1 sometlda u la cxlgeucia de las nuiquiuus, perdida ('11 111)[1
viduos efcctivarm ..'lllC scpnrudos unos de otros, solitnrios en In S('l indefinida, alienada en el sentido en ((11(' continúu siendo libre
il
Los rndlo-c~cl,lChns (.·l)llsliluyE'1I 1111 colecLivo; reciben e1el I~('III 1111 l';CI'Ct' 1o1Ilibertad sillo en d interior ele los limites fijadoll
ele In llIalcl'IIt1ld~d, Sil unidad transiloria y pasiva, También el 11111'1,1 cOII;unto pníclico-inerle, Esta, contra-c1ialéclica, !lO se des-
caeJo (:ol)elll'l'CIICIlII ('ol1stiluyc 1111 ('jumplo ele colectivo, pueslo 1'lIh"l sino n In expcl'i('ncia critica y no revela su sentido ...ino a la
cadu C:()Illl~rad()l" ('lldu vende~I()I', dcsempeílH Sil papel y lodos 11.1ZC1II dialéctica: In l'lazón analitica confllndiría esta ('ontrn-cliall'c-
los, ~e Insellall c!<nlro de, 1In slstemu que dNermina su ('onclll(.,t tie.1 ('(In la realidad misma, Pero "i el hombre 110 Plldiera salir el"
IUllflCal su vo!tllltncl, Id mer('ado, tolalidad deslotalizad'l nlla qucdada para siempre maldito, condenado ni illficI'1I0, Dio-
('omo lino, formo ele ,dispersión, Ni estado de naluraleza, ,;i' h'ctll¡1 ('(lllstituyellte (o 11'a:I:is indi\'idllal), práctico-inerte (o contro-
mocll,lo, SIIl() !n()c!II11dnd específica ele relaciones interindividu dlílh líen): ¿dónde encontrar la salvación como no sen en lino
en ~o pr:k~ico-in('rtc, I~a ,opinión pllblica, también, en sus mani },/lru\·;.,· ('oll'cfira, capaz de arrancar a los incli\'idllos tanto ele:' la
lO('lones cll\'pr<¡o<; (<.>1~un,co p~1' ejemplo), represC?ntn un col(.>('t 1I11I1t rilllidacl como c1(' In soledad?
ul'I'us}raclos pur la misma nnSlCdad, los individuos no actúan
('Om~I1, Sc~pf)J'ton. ('11 la ~lteridocl (la separaci6n de ego y ele
el Il1!SI110 Impulso 0,01 111151110sentimiento, Al límite, el sistema
n61'0Ico ~11 su lotahclnd, puede scr considerado como un ('uJee
~¡d~d~)bJ(~/n,\orl(ll, llllifl('ndo y ml'llliple, unificado en la mlllli el, NolO "U" ni finnl dd volumen,
en tllIHO que aVelJl/ml singJllar,
Lo pdICUc'o-inerte, en Ílltimo análisis, 110se dislingue del mil el. NOIll "C" ul flnnl del libro,
en ('( cllnl se desenvllelve nuestra vida cotidiana: infernal y Doctrlnn nbnnclonncln ho}' dIo,

6.'
Claro eslá que 13 palabra acción designa aquí In libre praxis indivIdual
C]. Nota 'TI" nI {in del volumen.
Oua fórmula sorprendente: Bl 11116"'J ~J la olda /JegallVil d« la &0111 1..\ HOCA DE SlSIFO
un DI 111111/(10do 1111 ((11"1 el/ 1<11110qflt! (JJ hombre u reijic« p.trll
cirlo" (p. 2M). 11
de La Bastilla al Kremlin

V (1 quea
\~JC)!' ocupamos del segundo mov irnlcnto de la dialéctica,
Vilele lo práctico-inerte u In praxis constituida y co-
IlIi mm con In rebelión, tal como nos liemos ocupado del
prHllCro, aquel mediante el cual la dialéctica se transforma en
nlllícllnl(>clicll, sin que por ello In praxis, entrampada en un mundo
ell hombres cosiíloados y cosas humaulzadns, pierda su libertad.
( ulu uno ele nosotros (J,S un ser social, pero sigue siendo libre
plll )' en la manera en que se hace lo que es: burgués o judío,
1I'lIIno libremente mi ser burgués o mi ser judío.
1)(' In materia donde la praxis se ha entrampado, un ejemplo
~ I lamoso ofrece uno ilustración simplificada y simb6lica. Desdo
~II "(.'11tuna, el escritor ve unos individuos, frente a 10 iglesia
d, Suint-Ccrmaln-des-Prés, en rilo india, esperando el autobús.
l·,1.1 cola de hombros y mujeres presenta las características prlncí-
p.d·s ele In5 agrupaciones seriales. Esos individuos, cercanos rl-
'11.tlllcnte unos de otros, coutiuúan siendo uno colección de 50-
lulllcles Nada tienen en común, aparte de un objetivo que los
II(lile Y los opone. La unidad les llega del exterior, de la máquiua
III\'(IS servicios esperan y cuyo rocaududor ejecutará, interpre-
I.Uot lo le)'. La malcrlalidad que los reúno -él autobús al cual
llulos quloron subir- borra las singularidades que hacen de mí
~ tic' usted un SCl' humano único, írremplaznble. Cada cual se
1I c111('c a la calidad de "pasajero del autobús", calidad que sirve
P la reunirlos a Lodos, pero en la alteridad, pues el puesto que
lllltl Ilcglle a obtener se le escapará al otro. Asi como los com-
¡Ir dores de fuerza de trabajo en el mercado son semejantes en
a altt:ridad =-cumplen lodos la misma funci6n en el mercado,
!l<:I,¡ la conducta de cada uno depende de In del otro y la de
r,l último depende todada de otro, sin que nunca se dé
Illlla totnlizaclón CII una acción com6n-, asimismo los pasajeros
r l'l autobús devienen por así decirlo, rivales en y por su

64 6.5
intenc}ón idé,~tica (~~ co~ún), de encontrar UD lugar 'lInero deviene principio de fuerza, de orgullo, de con-
autobús, ¿Quien sll~m\ a éste? Los que lleguen primero, PI nI'1 "ITe aquí más y In á S .!_" , ¿Q UIié n
\J mm> 110 1la \ lvíd
I\'I o
orden de SlI respectiva llegada, Para nada se loma en JI 111/• lOunifestaciotlcs de"Jd
masas en on de Ia mu l'utu d se nescu..1 bre
~r~enoia, no I?~~ ninguna preocupación sobre la necesidad •• 1 misma a medida que crece y se desborda?
tallvamente distinta de IIn trabajador o de una mujer mu "
11 '1llgunu jerarquía, ninguna organización en el s~no dcl grupo
La escasez -todos los que esperan DO podrán subir-
fll I "
Isi6n Entre A v B animados ambos por el mismo proyecto,
( dL \ íene el tercio01' regulador. Pero B puec1e, en e 1 'instante
una selección y una selecci6n que podríamos decir anónima
cons~r"a o elimina ütornos, no seres humanos en su cuai ~igue, devenir el tercio regulador entre A y C. La completa
propia.
\ ldad es el resultado de la comunidad de acción. de la
. La ~ola de pasajeros que esperan el autobús nos ofrece :~'ll)lItaneidad de todos y cada uno, de la mediación entre los
sl":lbohzadas y simplificadas, las características de la '
unidad llega del, exterior, mediante la materialidad, la esn lrllll\ íduos que es realizada menos por talo, cual que por el
)1 'pill grupo, por el proyecto común CjIlC los junta y, esta vez.
molecular (están Juntos y 110 se ven), la escasez (no todo el
enco~1raní puesto); In selección parece la decisión de un d 1" une,
~lespJacludo y carent~ ~e sentido: seis puestos y diez ViR I ,1 libertad que definla a la praxis inclívi.duul .110 desapa~ccc
cuatro tornarán el siguiente autobús, 111 esta praxis común -primero. etapa de In dialéctica constituldn.
Este ejemplo simplifica 01 auálisís de la serie hasla la ouri ,,:1urupo nace de la libertad, de una resolución que las eircunstan-
La multitud que I.oma P?r asalto La Bastilla logra realizar da .. pueden favorecer pero no determinar. 1'01' un lado, la osea-
montc la ~1~rltpno~611. nn.lltcsis de la serie: el grupo, Los M 110 posee intríusoca inteligibilidad o necesidad racional. 110-
del autobús, los capitalIstas, los consumidores, los radíoesouc dIO contingente, hace aparecer la historia; por ~I otro lado, la
care~en ele WO!l(~CfO común, Todos tienen, dentro de cierta 1'1'1,"1'11_ 1I lullón que Arranca al tndlvídno ele Jo práotlco-iuorte, '1110 SIIS-
el mismo proyecto, poro UIl proyecto Indlvlduul: subir en el e lI.l el grupo a partir de las series '1"0 disuelve, nace de la
mo autobús, pagar el más bajo salario posible, comprar In m hlx-rtud humana. Pero la ooroctenenco esc11rin! elel grupo C'/1
~ercllncíu, CS~lICJ¡(II' la misma voz. Estas idénticas volun /II"id" es la brusca resurrección de la libertad. No es que /r(lija
juntan, a proxImidad o, ti distancia, sin unir, separan aquel ti iatlo 1I1111cade ser la condición misma del acto !I la máscam
~Jlllon~s acercan. A cada lino lo abandonan a si mismo, n '1" dlslmlll(1 la ouenaotán, pero hemos rI,'1I() cámo h« df,tJellldo
Int.en~lones, a In soledad de su proyecto, siempre distinto en , 11 ", rampo práoüco-tnerte, la manera como el hombre alienado
obJet.'vo extreme nI del otro y al otro del otro. En cambio, ti /)(' 'vivir ,SIL condena a 1Jf'/7"'l11idod, !/. f/1IO 1111('111 C', la única
mlllt~tlld que se apodera de La Bastilla tiene o me'or es 1/II111CI'(I que tiene de descubrir la necesidad de sus alicu~lC;¡olles
praxis común, persigue el mismo objetivo, vibra ~on las I unpotenctas. (,0 explosián de la rebelión romo liquidaCIón del
emociones, actúa con un mismo sentimiento. , .Iecl/uo no proviene directamente de la alienación que la libonad
Pa.ra hablar ~o~ propie~ad',las conciencias no se fusionan: ti scubre, ,,1 de la libertad que es padecula CO/110 impotencia:
su misma esencta , In COIIClenclUsartriana se ha lla I uecesm io que se produzca tl1l0 coincídencta de ctrcunsttmcías
I~ condenada a In soledad al mismo tiempo que a la 1 1, táricas, tm cambio bien preciso en la sil IIlICiÓII, IIn. peligro de
sl,endo la una implicncíón de la otra. Pero esta soledn~l 1/ urrte, la otolencía. Los tejedores ele Lyon /10 S" WW,,'OIl cont ru
"Jd~I~1no excluye la comunidad de acción, Es en y mediante l., alienación y la explotaci6n: combatían para impedir {a degra-
accron, y mediante In acc!ón solamente, que se constituye ,l"clón constan le en los salarios, es decir, ('11 de!llIifitw, por el
lI~solros, n~ VIvIr c~da ~~nclcncin el mismo proyecto, al tener "torno al statu quo". pero, frente al peugro ('om~n, ~a libe,,?d
mrras el rmsmo obJ?,to, To~los a La Bastilla" reemplaza a ,,, sustrae (1 70 alienación y se afi,."w ('omo elicacío comttn.
un le llega su lurno . No eXIste turno individual pues jos po \hor(/ bie1l es justamellte esa caracLol'fstica de libertad la que
sh~gulal'es han desaparecido en el ardo!' d'el combate ¡'(Ice 'nacel' 'e11 cad(l tercero la captación del 011'0 (df' quien a111es
~xlste la so~ecci6n, hay IlIgar para todo el mllndo. En lo . "I(! 011'0) como el mismo: [ti Ziberlad es, a {ti voz, mi slllgldal'ldad
merla, el numero condenaba a la selecci6n; en el grupo en fus 11 mi ubir'lIidad, En el otro qtw actlÍa conmigo, mi 71bm'tad '10
66 67

L
...
puede reconocerse sino como la misma, es decir, como
ridad y ubiculdad (pp, 425 Y 426), , no ser intercambiables, se re(}llie~en
I,/HI
I(
tales términos,
, , mepara
parece, uno S a otros " La acción comun,
. 'el
El análísís e1el grupo prosigue extensamente por el hecl ,(JI , liblcOlLnle, segun espuesta a una amenaza VlVI a;
que Sarlre se propone, como de costumhre, poner en eví ITI ~I\is constiluida. surge como. r mediante el combate, contra
simulláneamenle, In estructura ontológica, epistem,ológica y
del grupo, etapa decisiva de la experiencia crítica. Est
CI ,,1(1, renliza vt:\rdaderar:nen~
' .',.'lcrioriclad
!~~ activa' en consecuencia, co~-
ontol6gica: relación entre la praxis individual y las otr\ls
IllI
IIHl' . 1 ' de manera mexora ble -ya no la violencia
que es 19uO m . .
relación, en ambos casos, entre lo práctico inerte (o dd la
y la comunidad (o del grupo), Estructum epistemológica:
I t
JI :i\
11,1
la vio encia
I
,,' rte sino la violencia activa que
i,,:.c~itu ,en ~o pr!lCti~O-l~eaJ' descubrir la violencia c~u,e
conClenCla á e b~l illldescllbrir In imposibilidad ele VIVIr
menta In razón dialéclica capta la dialéctica totalizante; lo dl.l Ipor~a, o•• ro s len, a
sición se mantiene entre la totalización en acto y el 1 \ ida ímposible. 11 . talmente en momentos
totalizado (en realidad, el grupo 110 es mi objeto; es In estn ""1 1 clialéctiC'tIconstituidal s: !~l~r~'~to~' ~~~esivos _ele10 práctic,o-
comunitaria de mi acto), Estructura ética: la libertad se Sil' ('~i\os. eompara~lei ad' al' ctica a la antidialéclicn). Sartre dis-
a la alienación en y mediante el proyecto común, el grupo III! 1II (o tránsito ce a la e los principulcs: el juramento
fusión, lu rebelión, '1
. a 'ecer cuatro mamen
litl~lIl'. u mi ,pe 1,' . rnídad-terror, luego viene a 01'gen I_
Detengúmonos un instante, en este punto, La Iibcrtad 110 11"' crea la sltuncl,6n d~ f,atectQPa de la estructuración del grupo
sustrae u lu pasividad alienante (o a la alienación en la :::/1' /(111 filiO marca a pTlIT_IÓra endurece, haciéndose in.~liIucióll;
sino mediante In acoión, Esta, a su vez, no se iogn 111 fusión; la o~g~n.lzlacInL s~ mo autoridad. luego r-omo lietero-
Con ocasión de una amenaza o de una agresión exte» or, y, ..~I1 se prcsen ta irucia men e o
cousrgutemo, mediante In rebelión y la lucha, El grupo oom /' I amtenio y burocracta. , I l de
1'1I11( ,( 011" " Ji sls revoluoionaria, a orna -:..
a exislir en el installto en que descubre a 110 enemigo, 1';1grupo en fusión, la apdoca.P' , el I'101UUlIloperfecto, cl
esto !'nomenlo, In ética que Sartre ha querido escribfr rlf'!mll. 1..1 1I,,~t1a, II represen . t u, 1)01'
t
eclrlo aSI, lena mente COII los otros:
. Él d
I • ,

de El Se» y La Nada, y a la que ha renunciado provisional 111'11 idoal, de la l~ber~a6d~~~I,z I~r~:~ ,~¡mlcUcn 1/ no ,~llbsl(/I1t:i(l1
devieno sor una poiltlca 1, ¿Qué lección da al hombro lo III ,¡11 lufe, SI n orgaruzact n, n~sot que multiplicidad uüertorísa-
deveuidn polltlca o la política devenida condición, si no lifrre. ubicllid(/d del yo en an o l' conmigo mi libertad 71()
valento de In moral? Jndiscutiblemente, una lecci6n do ti" (p. /120), "En el otro qUt (lci;;~a es docir como singulu-
vlsmo y qulzás de violenola. Puesto que el hombre se
alienado en lo práctico-inerte (que se asemeja u la vida cotldi
/I/U dC' rec01~oc~rsa r: cor:;t aV:lenci~ contra 'cl enemigo, de
,,111r! !I ub'C'l/fdad (p, 14_"l~lencia materializada en lo práctico-
de todos nosotros), la humanidad comienza con la rebelión, G
asume Sil humanidad, al final de El Diablo y Papá Dios,
:lflll'm. cspernnz,n ('on~ra,
1111 rh., la multitud
t· d 'a simboliza el esfuerzo ,de la
I ev ~ uClonar de las rácticas cristalizadns
muerte a dos de sus semejantes, La teoría del grupo aporta ""111 inidad para rebas~(, elt paslllaoserialidaS y lo materialidad,
especie de Iundamento o deducción trascendental de una [il 111 soportar el someurmen o ti. d 4 La ublcuidnd del grupo
de la violencia. 01 mismo tiempo que de la IlIcha de I <IS momentos perfectos no ,uran 'lodos la auscnci \ total de
(on el senlido marxista)',
'" f cada ULlO y del proyecto comunJ el(D'te ex"tremo de In fllsi6n.
¿Por CJué la multitud revolucionuria que lomo La BasUlla JI 1 "y de organIza·, c'6nI "marcad e I Inu, , '1
d' léclicn con ,tlllllC :l,
Pal'a
le aparece u Sal'lre como ruptura con la pasividad, como R,r"U'.."a_ ' ,
' lcrrntno II1lCla) .. , 1 'fumljvo
o'
e a la
l' temor de su propia
d' 1
ISO UCI
'6n nI
de la humanidad? Porque, por primera vez, los individuos !J 1I el grupo dure, debe tene. Libremenle. Ite adherido al
a la pasividad de su se/' ro/activo. Durante todo el perlado l¡,i mo tiempo que de SIIS edemlgos'61 en él Pero si me queda
asumen su condición, se hacen libremente Jo qlle lo cristal
de las prácticas anteriores les ha hecho, Con la rebeli6n "IJ','''~_
d
; 111 po, me uni l\ él, he aCl~La c~1 mIsmo, n'o puedo I'cspo,nder
Inl libertad, entera, a p,esar ai i ual qne la 1ihertad Cal'tesHloa,
a la vez su SOl' y su soledad, actúan en comtln y fonnan rI mI. La libertad sarlnal'l~, < , : enda instante, pone todo en
primer grupo -primero en el orden de la experiencia oríli 11 111('11 se encadena ella rrnsma, , cuando decido libremenle'
pero lambi611 esencial: el grupo de oombale, Acción., %leno 1I la de jllioio. Como, (;onsec~~~~~l\; una causa, debn temer el
I S('I)gcr mi camp(I), mlS COll'lp •
68
69
futl!ro o, si se pr~fiere, no puedo l,ener la seguridad de lu . ni jefes ni ejecutantes: o.ingWla división del trab~jo -ape-
ma~ana como quiero .h?)' que ac~ue. mañana. ~ n liberta I1 1.1) huy repartición de tareas -que no sea accidental y
obJ¡~a a lem~r 011 traición y me impide ligarme. como no IIIIS ;:oria. Todos, por turno,
1 mandan y obedecen, observan. y
mediante un Jll~amento que ~Iltorice a los otros a castigar 1111:" JI, asisten al cañón o utilizan el fusil. El grup~ se.orgamza
caso ele deserción. La sanción que sobre mí caiga la ,Id iC1Sa la eficacia. No por ello recae en 10 práctíco-inerte.
querido de antemano, ella expresará mi libertnd ' ((l~·t:1I1:'llisiS de un equipo de fútbol en acción permit~ discernir
ya que, a falta de poder disponer de mi porvenir, sólo 11 unción radical entre el ser colectivo y la accI6n de WI
encadenarme transf'lriendo al grupo la libertad soberana In \ I~I) En cualquier drupa más allá de ItI ilusión llrica o de
nHI',ltoncl'so apoyándose en el juramento de cada 11110. 1'(1111/ • -'" E>'
Ib~ lIomentos perfectos, los individuos en iacer .lO Os 1a
no el ~bid
C1'I1pOfraternal puesto que cada lino se reconoce en el . IIIUcosa sino cada cual la tarea (1110 sirva más eflcazmen-
y I'econoc~ al otro la posibilidad de reconocerse en él. Fra 1111" d
te . 1 la empresa común. Esta no esa parece en a orgamzacron
l' .,
elad terrorista puesto que el grupo recibe la misi6n ele per , 11 forma en que Lodo objelivo común está ausente en aquellos
01 Jl1I'am~nto de todos y eliminar sin piedad a los traidores eu
('11\ 1 unidad llega ele I exteri
extenor', por .ínterrne di10 de un s~r ~asJJ)o,
.
1) potenciales, a todos aquellos cuyo coraje llegare a Ilnqu dI' tilia situación idéntica en el campo de lo p~áctico-lOerte.
todos a los que la traiclón tentare. a todos los que I ,rganización de un grupo en esta fase, es semeJan.te a la de
In esperanza en el combate. La espontaneidad crea los 1111 ('qllipo, todos para 11110 y uno para .todos. El equipo ofre~e.
perfectos de.!a apocalipsis revolucionaria; el juramenlo hlt.!.!1l del grupo en fusión, un segundo ejemplo de acción ?omun,
la libre robellón a . través del tiempo, du a esta rebollón la gn In 1(·cipl'Ocic1adígualltarln entre praxis que preservan la libertad
do la dUI'.llc,ón e introduce en ella un elemento de inercia. d. cada 11 na de ellas,
Los I'eslst~?tes llevaban C011 altos, el veneno que les ,"'"'ut>.·,,.... 1"11 ,,1 g/'ll'/)O en fusión, cada in~ividllo po.d!a hacer cualquier
de SIIS debilidades y les garnutizabu su proplu f nd, (.'1" 1 Ninguno dosornpeñaha e!;encull () donl1lllVllmeot~ un 'papel
que correr el nesgo de traicionar, escogerían libremente la dclmido, una función específica. ~I. lugar d.e es~~ índlstínción
1)0 ,esta 1111111era, mediante 01 juramento, los rebeldes ellcndcl_ ,j.'lIt' 1\ ser ocupado por una repartición precisa, fl)ada ~e ante-
Sil libertad y consagran su compromiso con la sumisión anl mano, de las [unciones de cada uno. El centro-medio recibe con-
a los testigos q~1C el propio grupo, soberano por la voh ~I nus que no coinciden con las del centro-delantero; ~as de-
ele todos y .terrorlSla por la necesidad del combate, infligirá n fl I~"S saben lo que tienen que hacer para el portero, aSI como
que se hubieren negado a obedecer hasta el Iinal la voluntad f t, cuenta con ellas. Esta dílercnciación de los proyectos
grupo. i"d" iduulcs coutlnúa siendo medlana por el proyecto común.
~!prÍl!ler momento ~IOS c1~jll todavía en el nivel del grupo E\tl subsiste por cuanto el equipo sigile teniendo un o~jeto único,
fusión . .) odas las praxis n~tllun conjunlamenta y oonst iluyon q ucer, al lograr enviar el ?~16Clc1e~trodel 31:CO adversario. A~em(ls,
grupo. . .. 1Ie consentido llbrcment« en la liquidaoión de mi l', el interior de lo aceren comun, el miembro d~1 equrpo no
SOIl(l como '!bre praxis t..10'/lstllllyertte y este libre consent alillHl su libertad. gn el marc-o fijado por las obhgaclOnes impues-
regreso a 11U como _lIbre 1'I'imacia de la libertad del Otro. t..IS, conserva un margen d~ a ",üol1omín, ~jetllta e interpreta. ~lIn=
mi flbe/'ta~, es decir, como dereoho del grupo sobre mi (1 mario, en el sentido estrict-o del término, hombre de ~ma Ifun 1
(p. 450). NI organismo, ni totaltdad material, carente de (,. '11, 110 se entrampa en la pasividad: In Iunción lo vl.ncll a a
y de ser, el grupo no se garantiza a sí mismo sino por la nn.,r"'¡_ {"(JIlÍlmlosin rlegradarlo a robot. SimultáneamenLe, apalecen. las
p~r. el lerror. Este se. vuelve, en ausencia de peligro d nociones cOl'relnU\'lis de derecho y deber. Cada cual ll~ne
VIVIdocomo tal, el sustituto que aglutina al grupo que mant II derecho de reclamar el concurso del oLro en la exacLa medida
lu unidad de los indi\'iduos en el grupo. ' 111 que el otro tiene el deber de aportarle ese concurso. Una
Una vez garanti:.mda la duraci6n por la (calemidad-terror \ /. IlHís la deducci6n traSCEndental (unda los conceptos de la
grupo de combate debe someterse u una segunda necesidad' P ¡lítica 'o descubre el senlido auténtico do ellos.
p;url.domomenlo de la experiencia crítica de la dialéel iea ' De la 1"(/xls o de la libertad, nadi~ seda cap~z de hacer
lllulda: la organización. En la mullilud que torna La Bastl ~lIrgir derecho o deberes. Aq uel personaje de La Nausea que se
70 71
,.

cree con derechos 1105 parece el canalla por excelencia. 1 1 clarado criminal de antemano una
la libertad, mientras se manifieste en su gratuidad Pllt"n 1I1'lhcnable'6libeb~~~'r~~~n~~ido la legitimidad del Ica,Sligoqlt1e
imponer deberes. Derechos y deberes suponen el proyecto' I c1escrCIn., 1 resa común que e jurarnen o
y In cooperación entre individuos, mediatizados por el P<,~¡tl' ~l¡nO conLra el,los, ES'dad~(pp 453)- h~ consagrado sola-
común. e n)" ele la lUmam a • , Loará t r de
"(,111111111;;0 -onserva para el equipo de Juego e caál lC e .
Entre derecho y deber, la reciprocidad excluye toda PI' \ que ( b ' d irirla ese CIlI'. e er sino
de unn noción o de la otm.Tengo el deber de reclamar "~I~~lIiJO,IEI eq\l~~~ ~l~ ~~~ ad~m~oe~li~lIl6nomo, se pr~s6'cnladri
a lo que el equipo () la empresa común me da ti )Jr1lr {1" mO,me ob"elivo común -la construccí n, e
por espíritu legllleyo, sino por el cuidado de realizar cabal
mi tarco, En una época de penuria, el que realiza tr
~1I11.1 l)l'rSeCUcl~ng~~d~nobideeer a los ingenieros Y, a ,Ii direc-
SIl('i ,111, Jll(~1 c,n Ufrente al patronato. como clase opnrmc a y ex-
'611 \ reve al se,
musculares recibirá una ración superior a In de los otros: d(, , 1
que 110 obstante, 110 scní IIn privilegio, puesto que
esta alimentación suplemelllaria para servir a la comu
11 •
,lot,ld t. " 8
r unizado !>i 11Csiendo esencuu-
I I"ft Ilt'OS termmos, 01 gdrupobO,g n la me ida en que, u pesar
• .' 1 uipo e Ira ajo e "
El equipn se compone ele jugadores en acción, I1l1nCII Illtlll¡ (J¡stll1lo.a ,e6CJ lIt . s traduce lino voluntad comun.
CII dos installlas In mismo figlll'Q, se organiza, se desorgan cllI 1.1 dlíereuclnci n en as áreas, 1 iurarnento Pero esta dlíercn-
reorganiza a cado instnnto. Cada jugador totaliza nl eqllipu 1I11i1 libre decisión peld1ettdd:p~~~c~r J pl:og;esiv'amenlc, a me.elida
ccncloncta. NillgllllO de eslus tolnlizaciones fugitivas so ori da ('(11re el l'Ies~o e :s, deviene insl itución. Si 01 jura-
en totalidad, pues ninguna de ellas tiene el bCllofte'io ell' 11\11 la Il\'ganiza~16n se os:llca ¿;, mí sino por aquellos C]IlC me
vnlldez suporlor a las IIll'lIS,lel equipo 110 existo sino en y por 11111110 no 1.1n SIdo presln ~ Se 61 como 110 sea el equlvuleuto
innllmorables lotl'tlizaciollCS giratorias, cada una so COI"'''.''''",,_ hall precedido, ¿qlle quedr . ? Puede el juramento censor-
con In otra y lodns, por medlnción, C'(JJI la empl'esn com , ~Htlliall~l del ?Onlru~o rouSsetd1~~t~~(\io a un grl1po de combate?
A es las ullurn», surge, digamos que por sí misma, una va ..11 IllL?gl'lc1udSI "10 ~Sl O d~ trabaje un encrnlgo, ,ll falta elel
(':1!;11 qué d¡fiel'on lns ('xig(·lw;rl.'l de la máquina de los ~j\(I II('COSllo., acaso. e g up . 'In en lo prúctlco-inertci'
Impuestos u los miembros dol eCJllipo? La máquinn, ígua ('II,tI Si' desintegrarla Y'bs.l~merglltra respuesta a la objeción corn-
exige una divisi6n elel trabajo. una diferenciaci6n de las t Probablemente perct liemos () I arte el jll~ndor y, por la
111111 reclprocldnd de las uraxis obreras. cada lino. de las el Iwollldo In forma en qUf' por fln~citl 1:'1 primero dispone de
corno respuesta a In otra y todas adaptándose tinas u otras, 111m, ul trauaja,d?r. C~l~P en S\ll1t~:,reta~ió;1 que lo es negado al
Se responden'! pl'ill1cl'amenlc que los jugadores de fútbol u margon de Iuíciattva 01,de d Pensamienlo Sartre coucuerdn
delluen por su accián y llO por su ser. Los obreros son pe 111111
SiI a hendamos
ionc amo esta inca k 5 e Este p <último opone, , '1 men le,
rgua
dores del sel'-c1e-c:lnsc qne los hace prolelarios. cada cllul .1 vnuosarnente con Fr,) A, Hrye '6' del margen de autonornia de-
mancnl pero lodus dentro eI,,1 campo de lo práctico-inerte, a libertud r n,o:liuerlllc eJl UJ~I ~eglas generales no prohíben a
qlle se sustraigan, lIlediante Itl rebelión común que cimienlll 111" al IOdtVld~o, La c;.'. ~ón eficaz de los m"dins. el doler-
juramenlo, o 111 alicIlud6n pash'n, Eso es cierto, pero los jugad I s l' últimu elegIr lu com. !oac L orden precisa, detallada. con
ele fútbol, ele\ eniclos profesionales, no escapan a la 111 11M Iibr~menle su acclán;Jin: del dirigen le, Queda por saber
de asalnriaclos, Tnmbiéll ellos. en esle caso, son pOlladores rrle al eJecutanle en mdql de 1111 sistema moderno de
'1 f' dentro e marco . "
su ser-dc-c1use. se asumen como profesionales en el interior la es uncIOnes. . lib lad de interpl'elaClOn,
campo de la pnsh ¡dad alienante, Por olra parte, los obreros producción, toleran esta [ er. . t dE' In e:o.-neríel1cÍlt critica,
\lIlcs d e pasal a ...
,1" ase slgulell 'd eel de In Ol'ganlzacl
"I~ Ó I
el trabajo constituyen también un equipo en acci6n, lodos 11 y e
lino y uno para todos, IIll'oyemos la radical heterogenel a 'dencia Se' tleSl)rende del
1 • idad "6' cIlIe con aVIexisle sino , ' " 1
¿~)c d6nde ,vieJle !H c1ifcl'cuc:inenlre el equipo de lrabajo ) '11~al1;smo -lelerogene
' .. 'La ordaJ1l:¿OCl n no
mecllanle . as
eCJlllpOobroro? Pel'clbo dos respuestas pOSibles, La orgall IIlahsls autcnor.. CJ d' rsas de sus miembros¡ no consltLuye
pel,dlll'n l'O!l'lO gl'llpO jlll'umcnlado; los miembros del grupo, Iljlnlizaciones múltIples elY lVle a de Itll mganislllCl viviente.
' t l' I'el'} ft a maner á
1.11 objeto, tllIU ti I < d
afán do pl'oJ¡¡biI'Sb llS:11'll'lflliuna, conLra 511 voluntad presenl 1,,( concepcl '6n Olganl o ' 'c'sta l. e a SOCl'ed "..d "(Imele.
1 ...
Ill1tl voz m s.

73
-
el error do ignorar el origen olllológicn, exclusivo. de loda
humana CI1 I.a !'mtis individual. La organización
y por "cl obicuvo de una praxis, no devendría tola
~ltI~ .flJándose en una casi-cosa, escapando a las
se lo 1.1¡¡,11 m elo nos deslizamos a< la actividad
I1cll e:
pero la padece. O todavía: de la pasividad activa del
que
.'
1".1 ,1 IInúlisis de Jo práctico-inerte, "J amos VIsto la paSIVIdad
nos ha rcvc-•

1ud l' . )1110 produccién regulada de la inercia [urad« !/ como


indivldnules que la hacen y la deshacen a cada instante tot d(/lI/, .~:, ele la ac/il'Ídacl comúll: !J tombién liemos tellldo. '?
incesantemcnte destotalizada y retotalizada. ,a /1/ /1 :"('1'0 dentro elel campo ele lo prácüco-ínerte, de la., ae/IVI-
1 /( • • ••
Esta última observación nos permite captar la lógica del 1 1 I "IIJ(/ como resultado de la alicnactán: es necesario COI1I>1-
¡~ImOmt'lIlO.lIiguicnle. El conflicto entre lo individual y lo ~dC' I ,I(l~, ¡,;s';tuC;óll en. lItl grupo descendlente como el paso de
11\"0. no estú resuelto y no puede ser resuello. La organ¡
no ~Iene. es.tnllllo onlológico y no puede tenerlo. t • '; 1/1 (1 la otra' (p. 583). .' id d
a I',,~Í\ídnd activa: el individuo se .ha~e pasivo p~r actíví a •
('!l tnteüortdad, se manifiesta medial/le 1111 doble fracaso
d¡I 111 I llbrcmeule encadenar 511 propia• libertad, l cI casugar . 1 ., de 1ante-.
tido: ('S /lO 'po~lel sollr de él !I no poder tntegrarse en él,. ('1/ IIlnllll, {I encargar a los otros el castigo (e lo a \ 10~CIOIl (C S."
pa~abf(/s. '~' ~Isolp('rlo e/l sI (inerctn ¡lirada). ni disolve.rlo l'tI IIIlc'nlu. Actividad pasiva: el obrero se halla alícnudo pCIO
Itlllcl~d /)mcl,/('a .\/('11(10la cOl/trndicdÓII absoluta de la Imie/(ul ~111,11I"I'nalu libertad de asumir, de unn m'lllcru. u 011'0, .su cO."-
~OIcJ{!,ICtl): ,\ () obstante. el Sel'-1I00 del grupo estste: ('S 1IÍ1111l1 U 1ienacla. El obrero se sil úa cle,~tro ~e In In~potellClt~serlal
l1Ien'!o ,!,/'(/da. que cn cada lino es ln misma, es dectr, 111 Il hu arrebatado no su libertad ludlvldual. SII10 In libertad
/)/'U/)/(I 1,!Jerl(ul deocnk!« otra por la mediaoiÓ'1I del
• (p. 566). " ... {Jo contradicción prohuid« del. gru1Jo -que ('.1
JI' -upcrur su sornetiruieuto, La instit lId?n muren 01.r~l()mCnl(),ell
(111 In pUi>1\ idad act íva del juramento vrra a In actividnd pnsrvu
1/101110/10 1/('gll a resoluer -('Ol/.~;";Ie en qu« su unidad (11,1¡1~dl,,¡cllIooIlLl'amp~,do en lo pr{l(:.:lic~l-i~~crlcy, ~o,.,d('nado /
1(/ 'p1'axls =». 1/ aú» mds exactamente, la ohietiv(lcióll viví: llbrorncnto Sil servidumbre. La dCPUIl\Cl01lmnnillestn íodav 11\ ..
rI(~ su. pl'UXIS.. , 1>(1)'(/ los no-agru nados !/ para los al ros 1.1 [r.ucrnldnd-tcrrot, pero: "En /(/ CfHlIll'lIC'Íóndeuumdn, ni 'ooloc-
(11Il(//(>,~', l1~/,,,(',:sal'¡os. (I/I(/dos, etc.), el grupo es objeto. Ifl'() 1I/(1II111('8Ia bajo cuerda la Itrrposillilldacl ('/1 qua S(' ha-
In/~lli~l(f(l "1pivlll.e. Y, como lo 11('1110,9piMo, debo in teriorlz« r ll" d grupo de se¡ sujeto (ool/{ra,;alr!c"LII' n In que creia
v!Jjct.,v,c!(td . (p. 56'!). "1\sl, o! gl'l/po se hace para hacer " IJII,kllC;m) !J Sil gmdo de realidad depende 1'11 nroporcsán direc!«
deshace ¡'(tc/(mdos(" (p. .573). . ,/. 1'\/(/ m;,<;III(/ Im·posibilldad. Es a tal /í/IITQ (/II€' ¡el/e1rri SIIII estruc-

.. .Se' orgunlzn con miras ('11 la eficacia, pero corre el peligro 111/11\ SI/S I('I/cs U Sil propla rigidez ..... (p. ,377).
c1lsoh'ersc n fuerza ele ol'gqnizul'se. Ya no se trata de la ame 1..1 institución nos va a descubrir otros dos ~ollc.:~plos osen-
que. se. t'~III¡U ~(lbre el cqllipo de c()mbate, la 0\ cnlllul dn~n~,.lj_ I jI II'S al ClI'c1enpolíLico. lo autoridad y la ~ul)( "(IIII~'. ~n el grupo
de indIvIduos Incapaces de soportar las pruebas o en el e 1'1 IlIsión, lino y otro se lurnaban en el mando. Id .Jore ora ésle
ele. juegu, In Íl~diseiplill(l. de.1 jllgador eslrello qlld se aJan~ 1I ,'quél, era {·Io bien yo. desig~ado por .105 otl'U,\ mus <tu:. p?~ él
Im!lar, ~Il !Ut:;UI.ele contrrbllll al éxito de tocios. Un peligro 1111,IllCl va que no mandaba SU10 en Vlrllld del\ rceonoclI'!ucnto
Slllll. .11111 s, JJ1s,d,n~o. ~lm~l~aza nI equipo: ,la pelrificación elo IJIII I¿'\ tlnín de los olros. El objetivo común que HllImnbll
~)rg~lnlz:~c,6n en InSlrl~lelon, del funcionario en hombre de u loclos los miembros del grupo en elisión Ira<.:íude t'a(.~a.lino
rnstlluclon, en hombre Illslilucionlllizado. ¿Cómo se realiza o a d t(.'rcol'o regulador (posible) enlre yo ~ cl1alqlller olro. 1 clCI.}a
l1az~ Con .reul.lzars~ esta convel'sibn, o mejor, esta calda? En '11 'lI1izaci6n ha repartido las larea<; pum ~arnnliznr la ncc~ol1
guuJc .()('(lrnnnc!, d,lrlu~lloS que ~I funcionario se comporla '¡lataz contra el enemigo o con miras ell la ell1pre~a c:omun.
~lomblc. ~Ic la Inslltll(.'I,6n ~ parLl1' del instan le en qlle, al cu l' . .' II hobía garanlizado, nnles elo In (lr~alllzaci61l. la
1111amel o
Sil fl1l1C'1 Ol1, y~ 110 es el 1~lsm~ quien se expresa, no realiza ya rlilraci6n del apocalipsis re\'o 1llcionario. E"1 JlIl'llmen
. lo cla. '\< la .- 01'
CJue .cl~ escn,c,al Iray en el, S1ll0 CJue padece, por decirlo asl, II.llIlzaci6n llll ser común e impide que se pi<;I'~laen I~I p~·áOL~OO.
c()lIcllCI(Jl1~II~lel~t() ele los oLros. \' aquí ya eslamos de nnovo den 1IIl'rle incluso CUllndo la organizul'illll 'j,.c oSlfl('LI en. l1lS~I.ttl(,16n.
de ,I? pní.utlco-IIlCl'le. Algunas pn\cticas necesarias para la I ill~LitIlCióll qnc refuerza las venlajas de 1" Ol'gal1lZaCIOI1,llU-
~aclon se dnn Iln csta}ulo PI'Í1clico-il1erte. A pUI·li.. ele 11t1'lIl;lambié~ los peligros que ésln I'cprcsenlo -ti saber, l~ ni-
momenlo, In wo.\'ls comUll se impone a la praxis individual h'l'idad creciente (.jul'·e los miembros del grupo. Cutlnto mas se
74 75
diferencian los iudividuos, más obediencia prestan a s I medida en que constituye la única arma común eficaz
mento a fin de limitarse al cumpümienlo de su función 11 (11 1'\ los factores de dispersión.
necesidad tienen de que un "órgano" especial mantenga ~Iy ti 1010 concuerdan la absoluta soberanía de la praxis índiv idual
y se encargue del mando. Este ya no le corresponde sucesív (\uloridad de un órgano especlalizado -quc puede llegar a
.1 UIlO y otro. COI1IO sucede en el grupo en [usi6n, sino que ) .111 de un jefe -sobre el grupo entero? En rigor, In soberanía
II('CC en forma permanente.a una institución especializada. , II 1lfe continúa siendo cuasi-soberanía. pues la soberanía de la
de abordar este ;~sllnt~. reflexionemos sobre la naturaleza tlt \1 inseparable de la libertad. no desaparece nunca. Pero
soberanía en la Illosofla sartríana de la libertad. plIl( ..., al [urarnento
111 1'1" ~racias a la líbenad-terror, cado , uno se
La libre praxis constituye el eqllivalente del estado ti,> 11 r, s mctldo a la autori ad del grupo, al poder que (.,1ejerce s~bre
111, lIIJ(.'mbros. La soberanía del Poder. la autoridad de esle.
leozn de los filósofos clásicos. En el estado de noturaleza ~tI~III1.1 simplemente de In fijaei6n de la cuasi-soberanía e.n una
nivel de las praxts indh lduales. no puede existir sobol'onfa, :;1 r\ I I rción y en un jefe. Es por el juramento que )'0 he alienado
c1~d. o poder" 1), cuando menos, ninguna está en posibiluJll'''.'' ~li "I"'mnía en beneficio del grupo, así como el hombre de
dl1>fllltarlos mas que otra, Los filósofos clásicos admitlun In J. 1, Housseau In alienaba por. el Contrato. La alit·.nac:i6,nen In
~lInldacl nat urn I de las fuerzas individuales. Sartre parte h,ll mídad-terror presenta el nesgo do funda,: ulla, Iilosoíin de In
Igllaldad esencial de' las libertades: COlwllerda con ellos . ¡ ,,11. nciu: la a licuación por el cont ra lo. una r Ilosof'ia do In dcmo-
:HII'f{t ni 11('ol'clar ni 11110 I~\ misma soberanía que ni ;H~~:~ él:l ,111 (eventualmente totalitaria).
10m »re es .'107;('/'(1/10. )' ('1/ la medsda ('n (/1111 el campo 111(/'
l.u interrupción de In circularidad de los cuasi-soberanos, la en-
(:s "WI/~I~lI ('(1111110 sootal, la so!>el'{ln(fI dol l7uNl>ldllo .q(> ex! (',IIIWdólI de In cuasi-soberanía en un hombre, es (,1 resultado do
sln I1ntltr> alg/lllo sobre lodos los Individuos: estos orf!.l1t1fsnla 111 amenaza de eoríalldad y dispersión. Lo. soberanía. "es la reinie-
1//(/(.el'/(l1(18 (7"IJI'11 .~('I' 1I11'ljlcado,scomo sus medios ('n ri/!d ncián Instlll/clonal de la pxler/orld"d de lall lnstttuclone« 0,
IO/lIl dr' SIl aoclán soherann, La única limilaci6n el" In SllIlf'UI_
1°' hombre .'101)/(' todo« los Otros es la sim.ple recipmrfc!c/((
(~cir. (a ~'lIt(,l'a. ,yobr'l'm¡fa de todos y ele cada lino liobre'
1'11 la medida en que. éstas son medtoolones ,.('II/c(ln/es entre los
luuulnrs pasivtzado« es la '¡nll/;~l/clotl(/l/z(/(.)ión de 110 hombre
('(111111 mediaciótl entre las tnstl! uclolles" (p. 595). O míu: "El
IW(i relacsán origino), ('1/(l'r/(10 es vl/lida fuera de toda mstttu El/'/IIt' tnsntuctonol I'(lZÓU constituida, dialécuoo iml/ada y ya
('f{lIft'(I~e " ronstn utr a ca el" hombre romo tul ahsoluto ti, 1 inda 1)01' la se;'jalidad, se aprehendo, ('U la unidod prácura
rualquici 011'0 hombre ..... (p. 588). Si convenimos en así ti" oberano, como I(lzón const iI uyl'tlte" (p. 596). Al mismo tiempo.
¡/I.~~lIlIci(S~1 .(sfll'triuI1R) y eslado civil de los fil6sofos clásicos, In "11 cunsl-soberanla. arrogándose un poder absoluto pum luchar
h~~16norlginal de las praxis deviene el equivalenle de In 11'lItl,l In dispersión, tratando a los miembros del grupo (¿debemos
cion de los hombl'C's ('11 el estado de naturaleza. SI'''11 i1 hablando de grupo?) como objetos. usa legítimamenle la
¿De dénde yro:icl1cl1. tm~on?es, la soberanía. lo autoridad. 1" zu, o mejor, se define como fuerza integrativn. "J~f1 es/e
pod~r? Del gl upo: por conslgulCnte, del juramento. E) o trn , Udo, la [uerza es a la vez el derecho y ('1 deber (le la
del Jllrnm.tnlo CÓI1l0 In PI'(/¡\'is se ha libremente encadenado. UII/,n-iclllcl: es 1(/ concentraciándel Terror ('11 1(/10 solo rOlllo
con el objeto de vencer que 1'1grupo se ha organizado Es ""'/", ront ro la lIerialinoc]" (pp, 602-603).
llenar In laguna 'lIlC, deja el olvido del juramenlo n el desfn 1.. la leoría de la soberanía nos lI('va n una teorla del "Eslado
~"Ic~to .del sor ~omun que la organización se ha petrificado "/111) pel'len('cf' a Ja categoría de los glllpOS iTlslilllciontllizados
II1Mltllt·lón. Por 11Itim~,C!S.~arn pl'evenir la disolllci6n en la ser (It ,()IJ(>raTlfa e~pecffica" (p. 612), y Iiene como larca, c1t'nlro de
dad. '!Lle surge ) se Jllstlflca la aUloridad. "La autoridad no ,sI,; grupos, la manipulación de Ia.s serinlic1ades illcrlcs. En unu
l'!1anl.flcslu ell Sil clesarrollo completo sino al nivel de las i rklt IIninnc1a sociedad, compuesla inexlricablomonle de grupos y
IllllClones: es IIl'OOSIU'ioque las inslituciuI1CS apal'''z''on es dI ~cl'iéS, el Estado no es legílimo ni ilegrllmo: cs, Obedezcn
, t o (eI Itl sena. I'd
. rcnuc'Jlnlen
lID
1 ac1 y de la impotencia
~... pura
, jl(>lt¡ltC no puedo hacer ()l;a cosa -I() ~uc c?n,fiere al E~tado
gl ar el Poder y lt~eglll'nrle cn dereoho su per~anenc'a 1111,1 psoudo-legilimidad sena!., Seda legitimo l~nleamc~le SI me
(p. 587). Lit allt(ll'iclad reposa sobre la inercia y la SC)'i~11 l¡'('i¡lIoC'Íern en él. El tercero Irrebasahle -el Jefe- ejerce Ilna
76 77
cuasi soberanía leglüma desde el momento en que In menos falsa, slogans. etc, El grupo Institucionallzado aclúa
dentro del gmpo, que persigue el fin común, une los ind 1I1~';:'IIC un objetivo) y este objetivo consiste en provocar tal
eu una empresa que sigue siendo la empresa de todos, file' 11 comporlumienlo en los individuos, Pero este comporta-
contrario, desde el momento en 'lile el grupo se disuelve .' ,,1 io será asumido por cada uno con una falsa conciencia ele
grupos y series se mezclan. el Estado, grupo insLiluc!oun
ha perdido la legitirnídad que únicamente el juramento o
I~b':\ id. pues en realidad coincide con el comportamiento de
h '( iros. El grupo, por su acción, determina la conducta de cada
\ ivenciado dentro del grupo, podía conferirle, Ir,l' )lOr In conducta de los otros v crea In ilusión fascinante de'
1111" , •
Sartre halla, por esta vía oblicua, una leoría marxisla In q:rínlidad totalizada.
Estado, "medioctán entre ronflictos interiores de la clas« t JI eoncurso praclicado en los Estados Unidos, ilustra el rneca
nante, ('11 In7l10 (/'1(' estos ron/licios amenazan con dcb nhlllll del cxtcro-condícíonamlento 8, El organizador (manipula-
[rente a las clases domlnadas. Encama U realiz« (,1 tuterés dur IIl' las series) da a conocer al público, al tinal ele la semana,
de la clase domlnan!e ptn encima de los antagonismos y fu' dll'Z discos más comprados: este anuncio basta para provocar
fos do los intereses par/le t/T(Iros, " la clase dirigente 1111,1 1111('\'3 ola de compras. Un jurado otorga el premio Concourt
Estado" (p. 611), El Estado, lal como lo conocemos, no A 1111 libro: ni menos cien mil personas compran In obra coronada,
!n, soberanfa caractcrlstlca del grupo revolucionario, PI no porque ésta les interese particularmente, no porque la consi-
11111(:n sobcrnuln (o lep;ílimldad de la nutoridad) tiene por di 11 huona, sino porque otros (el jurado) la han distinguido,
la llbertad y, por conslguicntc, la 1Jrtlxlli común y 01 jurum y plll'qllc otros, millares, también van ELadquirirla, La lista de los
.\1 punto en que liemos llegado de In experiencia critlca, 01 Esl {,\¡tIlS ele la semana, el premio Concourt, tiene como rasgo común
grupo hISliIIICi()Iltllí~:1c1(), responde o las necesidades creadas 1,1 I vtero-ccndtclonamtcnto: cad n lino compra pOl'qlle los otros
la OI~lOlUl7.n de dispersión, n,clúa sobre la seríalldad por 01 dom 111111 decidido hacer lo mismo y cada tino se deja fascluar pOI'
manipula Ins SOI'll'S y se tnsortn como una p/'{/,ri\~ a llcuante 111 Iulsn totulldad de 111 serie, Los "diez dlsoos" devienen
lo práctloo-Incrto. la hstu-tlpo, expresión Ilusorla de la serie totalleada, as! corno
Ln clase dominnn!c necesita 01 Estado, noceslta lucluso 1,1 libro premiado parecerla escogi~o por la (')rlJxiS ~orn(¡I1,clla!ldo
el Estado adqUiera, clorta autonomla en relación con ella y ('" renlidad cada lino sopor la pasivamente a pr(/XIS del marupu-
ga, P?r es~~' mecho, IlIlU nce~la('i6n pasiva por parle de lad"r, mediada por las series y por la fascinación de la serie
oprimidos. Sc' coloca ¡UI/'(/ .~I como la nación misma' trutn IlItlllizada,
deoenir, como grupo lnsnt ucionnl y soberano. el in~entor l.n publicidad y In propaganda se apoyan en el extero-condl-
obletloo común (1 lodos, e/ plnnificndor de las oprraci t'l '1Illlllienlo, )':1 oyente comprará el disco que tiene éxito y se
que permtt irán lograrlo y C'! manipulador de todas las series, sllItírú culpable (falta de gusto) si no lo ha adquirido al mismo
(p, 61~~, P~ro no por ~SIOsupera su propia contrudicclón, 11, IIIP() que los demás, De igual manera, ti un nivel superior,
lend? , ren liza r Sil política como medio para fomentar el t manipulador (propaganda) propagará las conductas racistas
propicro a la soberanía en lugar de colocar su soberanía ni 11 Ihiplicando los signos y las expresiones de ellas; presentará n
vicio ele una política" (llJid), (.111,1 11110 el espectáculo del antisemitismo de los otros y, median-
Esla teoría, do inspíracíón marxista, evita In burda f I I',t<; procedimiento, redoblará el antisomitismo de lodos. pues
clel,Estado de clase, r~slitt1yc cierta autonomía al grupo inslit l rndivlduo resislini cada vez menos este movimiento pasivo,
nahzado, 1JraXI$ IlntflCanle, cuyas decisiones son cOl1dicion ~l riol, que mima la práctica común 7,
por los inlereses de la clase dominanle, sin que por ,,110 1:1 grupo soberano, el manipulador, el ESlado, aumenla su COI1-
intereses expliqllon In acción eslalal. I .,1 sobre las series, sobre los individuos enlrampados en 10
De esle amHisis se desprenden dos consecuencias: UIl ('f\1~('A'n. "l.ltlico-inorle, "amnenln la impotencia de cada 11110 al mismo
lluevo, el de cxtel'o-condicionamienLo; IIna comparaci6n, la IIt'llIpO que manUene el esquema engañoso de la ceremonia
Estad,o burgués y la del Estado soviético, La 1J/'fIxis eslatal eo IOI"liznnte" (p, 623) para ~anteller y reforzar, su pode:, se
esenClalmenle en maniplllar lus series o diebo en leuguaje eo lll~('nin en mantener la serialldad y prevenlr la accIón organizada
en usar la propagundn, la publloidad. la difusi6n de iu'fo t'l'yu manifestaci6n eal'icatlll'esca ofrecen los desfiles militares.
78 79
La organización, por su misma perfección, es el reSllltado I ulla sociedad socialista en constlucción ... " (p. 627). "En
acción truscendenle del soberano y del estatuto de ...yr,"t·.",_~_, ,¡,It (:Jciedad 'en calíente'v v., en donde las luchas de clase son
cionamiento de lodos. El Estado, en cuanto tal, actúa apová ul1' , I lodas las fonnas- perpetuamente activas corltra el esta-
en el extero-condicíonamiento de los gobernados. - .....11.11:1(' serialidad (en los oprimidos y en los opresores), la con-
Esto explica al mi~rno tiempo por qué entre el estado b 1111';.1 cid soberano sed una politica ... " (Ibid). No olvidemos que
y el estado proletnrio, a veces el primero parece ser el I!IH contradicción particular opone el grupo soberano -como
opresivo, el menos violento. El Estado, grupo soberano con . ""/tlCl que' se sitúa para sS de lo Ífldioidllal y de lo untoersal
~16n espccíñca, 110. ~e explica sin burocracia, sin una organ 1/'' ;, clase dominante que lo produce y lo alimenta (le paga)
)~rarCJ~llza~ll. petrificada en una institución. Aun cuando '{I \JI aparalo. La dependencia del soberano es real, lo hemos
nivel inferior In hurocrncía se halle en contacto con las " Il" -pelo Igualmente real es esta perpetua aIirmacl 'ó11 d e atl t 0-
COl
no estaría en capacidad de servir de mediación, pues, por
lado, separa .Ias senes ~l(' 1111 ,wupo soberano, y por el otro
'~":/Il
I e/1 lodos los escalones" (p. 628). Sartre agrega inmediata-
~: ntr . claro está: "Estas consideraciones no pretenden probar
llene por objeto, por flll polltico, mantener las series en In 1,1 ,"pcrioridad del grupo de soberaní~ en las dcmocrac,~s .bur-
potoncía y la ultericlad. "En el mundo del Otro. que es (>1m gil! as, sin~, mO~lrnr que extrae su VIda de las contradicciones
del ~ob¡ef/lo" (p. 625), no existe comunicación auténtlca clllt expresa (¡¡'Id).
(,/'axI'I d~ gobernados y praxis de grupo soberano. La jera \ pesar dc esta reserva, el análisis descubre en el stalinismo
)lIrOCI,(,tl('Hcl('vICIl~ 01 universo d iab6lico de la sospecha. .. (tUllo lu conclusión necesaria de la burocracia como la conlr~dlc-
cada grado de In Jer~rqll¡~l. cada uno os soberanía poslbl« ciun lnterna el absurdo de la noción de dictadura del proletariado.
los .ng(l~ll~sdel grado lid ol'~oro tercero regulador posible rn,""",.... ". Tal ide~ es el! sí misma absurda, como compromiso bastardo
la inlciativa elo la nglla.(llón y de In lormación de un ('lllll' el grupo ncllvo y soberano y la serialldad pasiva" (p. 630).
~ [)(II' temor ~I(' l'UCC'l'SOsospechoso n SIlS superiores" (p. Flj!rupo soberano 110 puede nunca constitulrso 011 hlpcrorgaulsrno.
!' ren Le Il 511S IgllflJ es, se obligo a In inorcia (por fidolidad a Heina sobre y por In pasividad de las series. "El terror buro-
[uramcnto) pura obtener III de los otros. " ... Disuelve en (.1 rl.lti('o y 01 culto de la personalidad manifiestan una vez más la
iudlvtduulldnd flrgnllic:n como factor inoontrolable de rnul n-luclón dc la dlalóctlca constltuyente con la dialéctica oonsliluidu,
(~ad. se fundo con sus puros en la unidad orgánica del SIl 1 rlr-cir, la necesidad para una acción común en cuanto tal ...:
sm encontrnr otra ~nrRnlrn contra Sil existcnoía indiv tI, reflejarse prácticamente o~ sr misma para con~l'olar~c ~ .Ulllfl-
In libre Indivklualldad ele otro" (p. 626). La burocracia t'tr'i(' sin tregua baj.o la forma II1s_uperable..de la ~~nl.d~dindividual.
In forma exl~'ernll e10 ItI pctriílcnclón ínsütucíonal del grupo l· \ erdad que Stalin era el Partido y el Estado (ll)/d). Pero esta
rano, supresión rotal de la humanidad salvo en In cú de \{ dad misma pone \ iolentarnente en evidencia una verdad más
In jC'I'aI'CJlIín;1:\ aftrmación de la soberanía práctica de) 111 1(lInda: la "contradicción violenta" entre las dos dialécticas,
sohre el hombre y (,1 1lI111llcIlirnientoconcertado del estatuto ( III-.títuyente (In praxis individual) y constituida (In- praxis co-
ce-Inerte en la base implican necesariamente la rninernlizací m IU) La Razón constituida -del gmpo en fusi6n al culto de
hombre a todos los niveles, salvo al nivel del príncípe. La 1.1 Jl('rsol1alidad- extrae su inteligibilidad de la Razón constltu-
riencia cntica conduce fI la interpretaci6n dialéctica el;1 ~(lIt(' (o praxis individual). Pero esta última establece I?s I~mites
nismo. rl In Razón constitllida, CJue no se sustrae a lo prác~lco-rnerte
El Eslado clemoc:n\licn burgués resiste más fácilmenle a SIIIIIa través de la rebeli6n, no se conslituye nunca SIOOen un
tOl~1 bl1l'ocrntizaci6n. Ciertamente, un sistema electoral, c t 1 I-organismo y, parA obrar eficazmente. debe ('oncentrar su
C]lIlcm que sen, pertenece nI dominio dc lo pdclico-inerlc I (i6n en instituciones Y finalmente en un hombre, condenando al
eXlero-condicionamiento. El ESlado no liene otril legilimidal llJl\lno tiempo a todos los demás al somelimien~o ~lel que se .hnbí~n
In Ijll,; resldta dc Sil aceplnci6n por las masas. Lo qlle no i 1\ .luido en el instante perfecto del apocalipSIS revolllclonano.
que Olta71doel ¡¡;'~tado el> un aparato de sometimiento eu 'Encuentra la dialéctica In pmeba de su verdad en la circula-
.soC'ledfidcle.~{!,ar,·atl(l1101' conflictos ele clase, la bu.rocracia IIdild? I'l:n lodo caso, circularidad in",6\1118: la domocrallzaci6n
I/aza ('otMt(/'llle elr¡/ s(J!:Jel'(I'f/o- puecZe ser más ltic/lmente (' IIIIsLestaliniana, suponiendo que se haga efectiva, ¿por qué ha-
80 81
brla de producir más y m . I 1 I de realizarse como puro esquema prácttoo de la unión"
dor entre las series y losek~:,ious~e grupo soberano. casi

..
~ 111 "16). Tomemos la cópula -.es- en su pleno sentido. El sin-
~~ ito es la clase obrera; no la representa, la encarna, La re-
... ~~',..nt3ci6n. la elección, nos reenviarla a la serie, a lo práctico-
P,l rte. por consiguiente. Pero el sindicato es la clase obrera,
~1)i110 Stalin era el partido. El sindicato ya ha recorrido las
cl/..final
al
;I,~r~icl~~C~I:áfalr~~~~~~nCRI~~~~lida)~~s
de este circnlío P r
hu llevado ni
uyenle; parece
1.II)11S de la dialéctica constituida, lejos ya del momento inicial
, decisivo que lo ILO constituido radicalmente otro que el
visión
COl1S
cíclica de lu I··t ~ o este aoabamiontn implicad
a"'i¡1,DIU.
;('1 M clase serial y pasivo. En otros términos, el sindicato sigue
misma "pasión inútil'" piS. m·t·,, 1I1~aJepelici6n. indefinida ~i("do la clase obrera en la medida en que conserva en él
1:1 ¡Im.rís común, que, en el momento de la rebelión o del
~rlm~:m~ebyel~; para d'PC~I~~tl:~~r~:~e rebell~6~:á~~Ojl~:.~el¡i~e~~ ~I"PO en rusión, ha realizado la unión de las praxis individuales
se enea ella mediante s . ) l'lI( ;ullinadas a un solo y mismo objeüvo.
sobre sus adversarios se 01' " u J.ura,me~lo. 1 ara lriu
tuar transfiere a' .gnlllzn y se institucionallzn: pura LJlII'C el ser-de-clase -condici6n más (J menos semejante de los
UI1 cuasl-organislTlo la . blll l'
, •
praxis común. Finalmente la r ll í responsa 1 le ad de fll,rtros dentro de la dispersión-e- y el sindicato -objetivación del
l'" I'''.'IM de acci6n- subsiste siempre, vírtualrnente, el grupo de
un1l1ipotcllcia en la liberl'ad 1 e le 16n die todos desemboca en
E' e e uno so o l .mbate, los obreros que se unen contra su opresión y sus
sn otro sentido, In dialéctica d b .
praxu consthuyente y prnxls ~o~ ~~\
d
puesta en evidencla, en la hist 1" e~el1l ca slInpl,emelllc 011
I.(~t, e colectlvos y gru
fll'lI.!SOrcsen nnn praxis común, previa a toda organización, Iuern
dt roda lusütuclón. "Seremos, pues, llevados -como determina-
abstractos ele hl experiellt'i~l crl .s 1 a representaban
UI mo ('i"lI1sillcr6nicn- a considerar la clase obrera -en tal momento
lit I proceso histórico- u la vez como gl'l1po de organlzacíón
mOmCtllO~abstractos, part icula~!I~n~n%bS ?lIjcla por combinar institucionalizado (los "cuadros"), como grupo en Iusióu o jura-
t~mentc íuteresa a Sartre: In da I)e ,1 e" caclsoque más el 1111 litado (lit constituci6n de los soviets en 1905 aparecía como un
tiene como objetivo ontr . se. espl~l.:s e todo, la e
del partido con rela~i6n tie 1~tlls, fundar Cdos6ficamenle el pa lntermedíario entre el grupo juramentado y el grupo organizado)
rcl~ci611del Ser con la pra.l'lls.C: ase. Esta relación se 1 ra nsf orrnn ~ limo serialidad todavía inerte (denlro de ciertos sectores) pero
profundamente penetrada por la unidad negativa de las agrupa-
En el curso de la exposi
veces In clase O. '"
i6
C 11 precedente hemos encontrado 1I111esjuramentadas" (p. 647).
llllO está en s~ el;;~ ~~"I~cr:1vt'1 en tanto que pasividad:
En cierta manera, esta triple realidad de In clase no nos aporta
ci611en la cual se' encUCllll'llnecllla d~l~ ella ~stá en él. La sit 1I,1I1a que la experiencia anterior no nos haya ciado ya a conocer:
111 l',ds proletaria () el ser-de-clase, presente en cada lino como
lmhuJudn y la scríalldad c1~le c?n «nonamrento por la ma lila lino se encuentra presente eu ella; el grupo de combate
aun cuando asuma Iibr~monlOc,rmI,na'd,¡~I pl:oletariaclo como
I1 IJN/xls C0111 (11' , captada en su impulso original, en el grupo en
que se ció In rebelión, no lo (\I'~,"con ~lClfn-llbe.l'tad, que u lusión; el sllld/o(llo. o ])1'(1.1'15 objetivada e instituoionalizada, que
social. En el transcurso del scll~~a e o a s,el'~'1dllmbl:eele Sil Igl1Csiendo encarnaci6n de la clase obrera en la medida en
surgido el grupo' ahora bien {'stgcln,dr¡omdovl,m,endtodialéctico C¡l)cconserva algo de la praxlli común o del juramento que ha
' .' cI 1 '. . ,( I ere
P 1(1.\1$ C a pasividad como la id el el e ser e '",·1aas e como JI rpetuado el apocalipSiS revolucionario. Nos basta con agregar
IInidad de dispersión. 'En la me J~dl a e acci6n difiere de (JlIl no hay prioridad temporal de In C'xis o de la praxls, del
descubre n sí mismo contra la ~I a .en que el proletnriado r-de-clase o del grupo de combate, )' con poner en relación
patronato que Jo explota, devien gr¡sl6n dCJue p,adece, contra lllléctica estos tres términos: el grupo de combate, siempre
para resistir o combaür Pero e vo unta comun y se organ
tintas, comienzo o fin de la
es /(1 clase obrera ob ietlvad
clf~tg ~/'tlpO <ld~pt~ dos formas
ctlC~ constituida. "El sind¡
ttnenazado con la degeneraci6n organizacional o internacional,
u] mismo tiempo que con la dispersión serial; el sindicato, igual-
(1 I)eces burocratizada ~}p,.o • a, .oxtel~orlzacla, inslituciollol
IIll!nte amennzauo siempre por la pelrificaci6n que lo lransfor-
• Irreconoc!b7e a sus prO'pios ojos y lnaría en grupo soberano y lo separaría radicalmenle, O bien
82 83
de los obreros en lo pdcLlco-inerte, o bien del momento en rda la clase combatiente. En él, la clase combatiente se
[os indívlduos, nI. romper con la servidumbre, han asumido )' qll( ~basnclo hacía la unión combatiente. El la descubre como
lizado su hurnanided. De los tres términos, el que sc beu ~il i~dad serial en la medida en que el grupo se totaliza por
de cierto privilegio es el grupo de combate, pues el gru Itl~~\I"dónde la serialidad" (p. 653)~ El grupo. en el .cual se
produce y se define como modo de cxlstencia, "libre ,Ir las praxis en una voluntad común, se forma a parur de la
de las libres relaciones humanas; a partír del juramento, n,..,,,I.I. ,\:11 nr~í6n obrera; los obreros encuentran su unidad en el grupo,
el /u;m?)re como libre ;ndiuiduo común"; es "el [in absot I epI, l1('uclltra en ellos una multiplicidad, amenazadora para él:
pura libertad liberando o los hombres de la alienación" Il'ltrt tales obreros se cierne constantemente la amenaza de 0)-
639). ~J grupo el~ fusión es forma fundamental y cnuci6n
cual9.~lIer grupo JlI~amenLado (p. 642). No hay nada CII
~::rlll 1.1 lucha y Sil objetivo común para caer de nuevo en la
J\ tdad satisfacerse con lo que pueden obtener lIle et nune,
análisis que nos aleje del segundo movimiento dialéclico P·lcll 11110' por sl mismo )' sin consideración de lodos.
que, c?n cl apocalipsis revolucionario, coloca e] comienz~ (.1 vdónde quiere llegar Sartre? A la comprehensión de I.a plu-
humanidad en In rebelión y el juramento. es decir. en la l,d';¡Jac!-ullidad, de la lnmanencia-trascendencla .de I~ acción de
común.
,li1 " que aparece, ya como apocalipsis revol."clOnnrJU, ~a como
Pero la dialéctlca de los tres términos introduce un "h, rnnla sindical y que. en tanto que acción, se define s610
"elalivameIJtc 111I~V(), el de campo com ún, que no se coníu ~'I1I"I negación d~ la serialídad o de) ser pasivo ele los ob~er~s
con lo práctlco-tnorts y que, a su vez, nos conducirá a t'llll'illllpudos 011 lo práctico-inerte. Grupos de combate,. sindl-
c?ncepto, el .de praxis-proceso. El campo común no se r ('¡litiS n partidos, obreros no juramentados (que no han Jurado
III a lo pl'ÓetICCJ-1I1crtcni a la proxls, poro comporta Ihl,lidnd al grupo de combate) constituyen cada 11110.ele c!los
teniente la doble dialéetlca, aquella por la cual la 1" Ilas(' obrera, pero la constituyen también con ~Il dlnl~ollca.
oonstituyente se iuvicrto en cOllll'ndialécttiC8, aquella por 111 vluuu bien lit conlradlocíón no puede dejar de !>1I1'~lr. do tíempo
la praxt« so s~lstr~o ~ lo pníclico-inertc y COI'l'C el peligro l'1I tiempo, 'entre grupo en fusión y soberanía sindical. Esta por-
clegr~dllrSe en inslituclón peu'iflcada. Al mismo Iíompo, 01 en 1'lIlt al grupo como "deI9t'minoclórr parlicular de lr~ clos» (en
comuu deviene el lugar de aparición de una realidad 1'(l/lst'Clle/leja como limitación y finitud)" (p. 655). Míentras que
ni e.ris nl praxis, sino intermediario entre las dos, portic ,1 ~lllpO 01; fllsi(l11 concede "ncacio~es ~ la sobera.nía sindical"
de ~l1nbas: Ju pr(l.t./'~-1}ro(.'(!so o clase misma en tauto que 1,[1/(/). La clase-npocalipsls Loma conciencra .de .sl 1~1lsmaen .La~-
léctlca dcl ser, del grupo y de la illstitllción. "La clase o 1" qllc' grupo de combato y . rech~za la ln~1l~lICI6ndol sl.ndl-
~lO es ni, pl~rn ~om~aLívidn9' ni pura dispersión pasiva, ni 1',11 I ti del partido como petríílcación y serialldad. La rlgidez
aparato instltuciormltzadn. Es una relación compleja y m6vil rlt la instituclón le parece traición tanLo como Inl 1(' parece la
diferentes formas prácücns, cada una de las cuales In tli'pl'rsi6n ele los obreros pasivos. .
enteramente y entro las cuales el vínculo verdadero es la I .slu dialéctica, luterior a la clase o constitutiva de ésta, sigue
lízación (como movimiento inducido por cado una de las o Illltlo inteligible. pern plantea una interrogante. Lu, comprehcn-
y que retorna de cada lino de las otras)" (p. 652). SltllI de la praxis individual, la de la pra.tls comun, que nos
Este análisis funda In prioridad del grupo, conforme al r nvin a \111 sujeto y se efectúa a partir de un ~roye('Lo de
Junto de la Crluca, no la del partido. Pues éste reprod I 1I último. Cuando la praxis se constituye por In dlaléctlca de
su seno, de .cierta manera, la dialéctica del grupo de com 1.1 -orialídad, del grupo y de la institución, ¿d6nde se enctlen.tra
~ ~e I~ I1;Sllll1c16n,aun cnando Sartre tome como ejemplo ',1 uieto? ¿Dónde el proyecto? ¿Y c6mo llega I~\ comprehensión
a lO~tlLlI~16n y del sobcran~ e.1 sindicato y el "permanen ,1 vuptar la unidad de este proyecto? La acción ele la clase
(ru~c~onano permanent(' del SindICato). Los soviets, no el pa "!JI'( ra pueele conducir a un resultado que no responde ~l. ~ro-
stal!TIlzado, se definen como grupos de combate: .... ,El }. l'ltJ de nadie. Al lUismo tiempo, el pllnto}e Vlstii pos~tlvlsla
cl~fJOe la Jll~ba que concluclr{l, sus exigencias, se descubre ilrlquicl'e Sil verdad, que no es olra que el limite 1!('{!,{I/IIJO de
mIsmo en elorta 'temperaturn' inLerior con respecLo a su 1" Ha::;ótt dinléctlca consfi[lIld(l, en el momenlo,l"l/ '111(', NI ('fpcto
fllera-de-si serial. Es la clase sufriente pel'O, j\Jstamenle, es "11 ('asas por lo demlÍs 11umerosos, pero rigurosamente dari-
84 R')
ni~os-, el nroceso obie! ivo, consulerado en U11 nivel de I ti burguesía tiene UD ser-de-clase en la serialldad lo mismo
Hístoüa !j del punto de patuda al punto de llegada, 11' lu clase obrera. Los burgueses viven su ser en la dispersión:
~1I s,t mtsmo como resultado no dialéctico de liria dia II1 1.1 lino tiene su-ser-fuera-de-sí, los otros 10 hacen lo que él es;
mtcmor que ee IIfI desviado a sí misma (p. 659). ~~I.des J otros a la. v_ez, descubren su alteridad al des~l1brir la
,¡I .lítu ele su condlción: condenados a una concurrencia. a una
Fuera de esta hlpótesis -detenimiento del proceso total
comprehe~si6n-, .Ia dialéctica de los tres términos por la 1I helad que encierra a cada uno en una praxis compulsiva y
s~ det~rm!m\l~ reciprocamente serialídad, apocalipsis revoluct , I1I iria. El equivalente de la institución soberana de la clase
r!o ~ institución. constituye la clase obrera en tanto que "1,,, 1,1, más que por las organizaciones patronales, estaría re-
hi'.8cI6n. en curso. pero Inacabada, "La acción es controlada IJI "lItado por el Estado.
I~ medida en que, por ejemplo. la serie (como colectivo 1" que falla es el grupo de combate y su espontaneidad:
cional) es árbitro y mediación en los conflictos entre c1i"'~~-'- 11 hnrguesía no liene ni el número ni la voluntad de trascen-
locales y grupos ".espontáueamente" formados: esto quiere ,1, lo real que suscita el apocalipsis del grupo en [usión. La
1, I :.!lIcsío vive en la seríalídad o en la dispersión, en la pctri-
~..r ~.~e la acción flOal. (sea praxis ordenada o desorden de II( oll'iúJI de la institución soberana. Dispone de las masas o
i ICUCI,lno comprehensible) es un proceso de tres dimen 1: manipula, pero utilizando el extero-condicionarnleuto: pone
d e las cuales cada una encuentra su sentido en las otras
,'1 1I1O"il11 ionton grupos Fascistas o a la r uorza del orden.
(~. ~65). n:sla !olnlizat'ión (>11 curso, totalizacíón sin lolali \0 por ello la burguesía carece de práctica. también es una
p~oplamente hablando, llega a ser totalizada, es decir com /11 IrI....pero con respecto a la clase obrera. Burguesía y prole-
~l,du, P~I' 01 testigo situado o el historiador si lu di
~á t~18llzl'lnle de. las tres dimensiones rinde cuenta dol
t. ctei cornprehonslhh, CI inteligible de la clase obrera
1.1 iudo no existen en tanto que oluses, ti 110 su constituyen en
tuulu que 'P1'(/~:I$. sino una contra olmo Cclectlvo, IH burguesía
lalmeute . presente en cada una ele estas dimensl ' " dispersa en la serialtdad exactamente como In cluse obrera.
1 enSlones, 110 ( upo soberano. licne su ser fuera de ella. misma, 011 01 Eslado.
menos cierto que se trata ele la comprehensi6n más bien IIII! ntrus que In clase obrera tiene el suyo en el sindlcuto el el
un ~roc~so que do una praxis, desde el momento en que JI. 11ido. La hurguesla-praxls es voluntad de opresión untes de
t~lallz~~l6n: p~r. Sil complejidad en el espacio social El n 1- e proceso ele explotación.
U!menSIOIICS,escapo t<\nto, a los agentes como al testigo. 1\1 '-Iurlrc se encuentra accídentalmeute con In controversia entre
bien. el proceso traza ('1 límíte de la comprehensión a lo.l~t'nio Di.ihring y Federico Engels sobre la prioridad respectiva
con perderse,. yn en In anlidinléelica (la serialidad pura) va d lu opresión y de la explotación, de lo polltlco y de lo eco-
li 110 dlalécll~tl (la razón analltica, la yuxtaposición de 'I~s lilll1lico, de lo violencia y de la plusvalía .• xhora bien, con todo
e lOS, In relación de causas y efectos). , «lcuciu. Sartre, ti pesar de haber tratado u Dührlng ele "imbé-
. La alls:n~ia de sujeto, en el caso de la praxis-proceso " se encuentra a su lado en el debate. Pretende rechazar
Jada· subsistir
. di 1'"
una carencia, IIn \'8("10. en el de sarro11o de l'R ti determinismo snciológico y económico a fin de afirmur, tina
P enen~la la CCll7n,. s~ no apareciera otra solución al rooolen. \t . más, la prioridad, ontológica y epistemológica. cit.' In I}/'(IX;.\.
del ~IIJet~, un pnncrpio d.e int~ligibilidad de la clase J¡slin Prioridad que ya conocemos y que la escasez ha fundado de-
In dialéctica de las .Ires dimenSIOnes: el enemigo. La inleli i
dad de la clase deriva de la lucha de clases pero LO' • g
I utivnmentc: mientras la escasez condicíonc el nrnbiento, el hom-
'l es enemigo del hombre. La hostilidad precede a la cxplo-
la clase. se eons l'lluye en praxis a partir de ' su dispersión
,VClsa en "i6n; el proceso de explotación desarrolla. en (,1 campo co-
multipltcldad de SI1S dimensiones, con miras en la lucha y h 1111,el sentido de la lucha de clases, pero eso no impide
cllRbntoencuentra
¡a urguesía. frente 1'1 ella. opresiva. explotadora otrn el
'
TIt. ésta aporte. si no ideas nuevas, al menos implicaciones to-
'10viu 110 percibidas. Las contradicciones objetivas y materia-
Up an.c\lisis de lu burguesía y de la dialéctica trinitaria de se sitúan en el plan de la antídíaléotíca, hacia lo cual se
t.fta Izabl.61~deberla sentir aquí de contrapeso al análisis de eJe hZII y se vuelca In dinlóclica constituyente (pp. 670-671). El
e ase o rora -con una dlferen()ia, a mi parecer, esencial. ilI1allsissooiol6gico del sistema cápilali~la nO represen la mils qlle
86 87
UIl segundo momento en la Histeria. Por otra parte. lodo /0 opresión como la serialiclad de la clase burguesa es ~IIS('-
de la colonizaclón en términos de desarrollo inevitable de e/t Me de los a11aratosJmicHCos que se 110dado, El CC01l0mlsmo
proceso -loda teoría del tipo de la oloohardisoüon 10 ~~"t"lso pOI que hace e la explotaci6n IIn determinado resul-
r~sllltado del encuentro de dos civilizaciones-, omite lo '1 y sólo eso cllando en realidad ese resultado flO puede
eial, la praxis d~1 colonizador. "El racismo que se propone tIlIl;tcllerse ni el' proceso de! capital desarrollarse si 110 se llalla n
colono de .\rgelw es la conquista de Argelia que lo ha 11111"11 idos por el proyecto de explotar" (p. 687).
puesto y producido, ('S la práctica cotidiana que 10
(1
I)l>lcngúmonos un instante .. Una imerpretací '6 n semejan . le, Ia
y lo reactualiza (1 cada instan/e a través de la ru.t ar utart IIIClrdinaci6n de la explotaclón a la opresión, de la lucha de
(p. 672) ...... Todas las relaciones entre colonos y ~/tI({ s a la luello, del proceso de explotación al proyecto de ex-
(1 / raoés del slstema colonial son actualización de caracteres \11,1.\1'. del determinismo social a las vol~ntades humanas, ¿rclt.:
tlco-lncrtes introducidos IJ deitnldos por acciones com :,. ncle n la intención auténtica del marxismo del propio Marx.
~l se preltero ...• la sociología y el economismo deben \; creo que sea dudosa La respuesta. Marx tendlu a mostra~ al'
Igualt~en!e PII la Iltstorta" (pp. 613-674). " ... El tés mino (,lpita]ista prisionero del capitalismo, encamación de} capital.
ohardlsatlon y el pseudo-concento que recubre deolenen pi rSClnificaci6naccidental d~ una fuerza no hllmtln~. li:he Tlalévy
[cctamente imütles: wclendlrlTl el uno como el otro e)t ¡a que el marxismo ensenaba a detestar IIn régimen en lugar
Plídi;01I1Ptlle al proceso. Pero 7(1 única realidad intc7igi/¡lr. eh detesta r hombres y que en ese sentldo despersonalizaba la
praxis de 70S hombres, concede oocaciones o los dos '1 Itl( 1111 (le clases. El capitnllsmo llamaba alodio pero no a los CA-
(1 dos U7JOS de (/CC;($/1 IIIIlIJ dlsunto« la acción pasada "'''I''''~,''- lil.dislas. Sartre hace lo contrario. Imputa a los colonos, a los
!I la acción 7J!'C/iCnl,,"(p. (74). Y. on conoiusíán: "H.~mo,~ 11II1'~IICSCS, u Los proyectes de unos y ~ll'OS la inl~ll~al1idllcl que
II'(/a~ mt, con ,,1 ejemplo sim1Jle de 70 colorüzaolán, (file nhsurva en el régimen colonial o el régimen capitalístn.
I'llloclr)'I/de los ()/}I'(N!O/'('S y de los oprimidos era, de 1111 ex/ I ~I praxl« lndlvidual conslltuye, lo hemos dicho y. repelido u
(11 OlIIO, una lucha y que esta lucho, ('omo doble praxis "nI,·r,,,,·,,,,. 1111 elido que la experiencia progresaba y . quo .el mlsm? Sartre
ora In que ga/,(/11IFzfll?fl ruando menos has/a 70 fase IIIS II! repetía, el principio, el modelo de la díaléctlca C~IISllll1yen~e,
ounial-« (:' des(/r/'()~'o riguroso del proceso de explotacián (p. ~I "11' qué la -aroxi« individua 1 nos conduce .a Ull~ [¡]o~so[ía111S~
Multlplico 1(\5 cítus porque se trata de un tema central li lea íundnda en la lucha de clases y In violencia? En El Se/
snr,ll'lSII1Cl,mris que del marxtsmo. " ... lle querido estudtar '1 J (/ Nada, 01 pesimismo venla de la relación original de las COII-
1)/'{/(;/!C(I !J el sistema del colcnialísmo para dar a entender 11 ncias, cada una objetivada por la mirada de .In otra y p~r
1111 c'fc'mJIloslmpl» la lmportnncln que puede haber en subst I a ubjet ivación arrancada n ella misma. despojada de SlI lt-
con 1(1,Ilístor!a las interpretaciones económicos y sociotoe ..~- II!rtad, Cada para-sí hace del Otro un en-si y le arre~al~ ~I
es decir, (le manera w'/wral. Iodos los dctermínísmoe ., , «llticlo ínlimo de sí mismo. La Crítica parte de la praxi« indi-
que ."acC'r ast licias COll palabras Ion precisas y oerdaderas lual y descubre el ambiente de la escasez en el cual cada
praxis y IlIcha,.: O bien sr. concede al discurso sus sign 1" I\:is llega a ser el enemigo de la otra: no hay lugar, no hay
clones !I se dl:fl,lIt' 1(/ ¡J/O.\:,Scomo proyecto organizado/ ,lllIlll'l1tación, no hu)' vida posible para lodos. Pll~SIO qll~ el !lom-
rebasa l~s cOlld'CIOIIC'S,~a/e,.,ale.~ hacia IIn fin, tiuonbténdoea 1 l' cs el enemigo del hombre, ¿c6mo escapan u la hístoria al
el traba/o cm la matcrta lnorgánlca como reestructuracián del "Inudo de la violencia? . .
po práctico !I /'Plmlficoción de los medios con mims en 10 Si esta dialéctica individual funda el reinado de la vlolencia,
s(,(,l/clón elel fin, Es 1J('C:(,llarlo, enfonces, que la palabra lucha 1, I funda la inleligibilidad de los procesos hisl6l'icos. ¿C6m.o p~s~r
('lases lome Sil mds 1)1cwoselltldo: dioho con otra~ palabras el la inleligibilidad microscópica de los individl10s a 1:- JI1lehgl-
cuando .<leIl'ate de /In des{/l'l'o71orconÓTnlco en el Itlte,.i~r lllliflad macrosc6pica ele la dialéctica del campo t'0n:tUI1~ de. las
1m ml,mlo pata, (/11/1 ('ualldo 7a constitución 1'1'ogresioa del I1I s dimensiunes de la serialidac1, del grupo y de la Illslllucl6n?

letal'iado .~e lwga (1 partir de las capas más miserables de 1.1 IlIeha de clases ofrece un intermediario pueslo (]11~ cada clase
nla8t' oampesina, (/1111 cuando e7 obrel'o oenda "llbremellle" I t'onsliluyc por lo lucha en 1"axis-proceso, 1)/,o.• IS conlra la
fuerza de Ir(/bfljo, es lmwiso qtl(' la explotación sea inse'/)(//,(I "Iru clase, prooeso por Calta ele UD proyeolo individual o común,

89
88
"El hombre es violento -en toda la Historia y hasta ., r (lié escoger IIn campo contra
(hasta la supresión de la escasez si tiene lugar, y si esiu , lo primera cuestlODS ~po da} varias respuestas. La verdad
si6n se produce en ciertas circunstancias)- contra el cont ln clase obreta=-, de
al d la vícllma: In mhada de Jos
lltrl IlIá se encuentra del la o ~ ia de nll~sLros privilegios y
bre (es decir contra cualquier otro hombre) y contra htllll I dos nos hace tomar cOD~lencl I . esta mirada
numo en tanto que éste tiene la posibilidad permanente ,1 ,clll I.~I la intolerable injusticia de el~os. Es rajo • bjetivo
venir un contra-hombre. resta violencia ... se denomina c\ e a , . d la praxis toma como o
110' tro deshumamza o que d . La afirmación -re-
cuando define el propio vínculo de fraternidad; lleva el n
de opresión cuando se ejerce sobre lino o más individue, ,It\;'\r In humanidad e.n todos J ci a e~d~d e<vidente, lndiscutl-
impone I1n estatuto irrebasabla en f unción de la ~:I!l,~cnb dib¡rsadelc~~I~:~~:mo flls~fi~a la elección ~olíltica.
(p. 689). Torrar 11 opresión: violencia del apocalipsis rev hll trre asa e dos motivos siguen sienc o e\-
nario, con objeto de perpetuar el proyecto liberador o vi 1'1 ru, a pesar ?e lodo. eslos e la opresión precede a la ex-
de la clase dominante R fin de perpetuar la dominaciólI , trin t(!S u 18 C,."t~C(l .. Puesto ~I clase obrera, después de la re-
siva. No existe tercer término. Mientras dure la escasez .. lit t ion, liada gal anuza que b rano inslilllcionul, hará m~n~s
11110 debo escoger Sil violencia, no puede escoger la ~'nltll·lon, encarnada en e\ s~ ~ás u los hombres. La supenon-
loneta sino u condición de salir de la historia o cerrar .1~1I ,1<' In \ iolencia y respe ara ítalisrno se deduce con facilidad
ojos Frento a Sil destino. I da 1 cltll socialismo 1sobre fll carde J las relaciones de producción
,h I ,11Il\lisis (verdac ero ~ . a so Pero desde el momento en 'lile
Destino apurontornoutn despiadado para las "almas s
de los liberales, indispensable, sin embargo, para In intcllgi Ut'l1110 de .uno ti ?lro dr i llnen·resi6n la demostración
II1 \plolaol6n c1cll'lvla ~ I~ op s~br~ el capitalismo parece ("OSI
mismo d~
dad de In 11isloria. O hlen In sociedad 00 comporta sino 111 ,"porloridad (C socra Ismo .
tratos, SOl' serial, y se pierde entonces en una serlalidud f
011 unu disperslór¡ Inerte, In mismn Illstorln pierde lada Íllllll1sihlo. . i i aumentos 011 lnvor ele esta
gibtlldud, o bien la rolaolón entre las clases es efectiva l.u Criuca aporta multltuc e e . r~ a la' Razón consutulda,
antagonlsmn y, en este CIISO, cada una da su unidad a 111 tl' rs, Al final ele la parte co.nSbgla l~eSH y burocracia stalillitUln
la '·l)mptlll\~i6n entre ~omot':~::bl~,r~ la primera (pp. 62?-628~.
La roclprocldnd de antagonismn garantlza la unidad de las
111111(\ un gll·o más bien a.° d . del proletariado, la ldenti-
ses 011 1I1111 1"o:ds y, al mismo tiempo, la inteligibilidad
cópica do la llislOl"iu en tanto que lucha de clases. "Nuestro
.......".,.,.
I 1 imposihllidad de
,1,,,1 en profundidad
uds d,cl~ lI~.~lpO lnstltuclonallzadc
e to 1 g empresa revolucionaria.
incita-
en lu
torl« l/OS es i7ltel/g/lJ/f' porque (..s dialéctico, y es dtolécttca
que In lucha C],. clase» IIOS produce como rebasando lo i 11' 11 II condenar como vana a l ir el socialismo, llega IlllSII\
del colectivo hnci« los grupos dialécticos de combate (p. 111 dida en que .6r~la,.pnrb ~o~;~á~~~ay la rebasa tan s610 para
La IIIChu, la reciprocidad en el antagonismo da n cada II Iin de la petn ~caclOn ~? n ísmo destinado quizás n la de-
10111"11 el camino (le un reVISlO 1 •
-<)lu)('clica de los tres dimensiones (serialldad, grupo, inst
d6n)- la unidad ele IIn proyecto, Pero si estos proyeclos el m L rucia serial.. . e una evidencia: desde el
\ iolentnmcntc }' 110 se imponen el uno al otro sino por la Ln otro lugar, SArtre. mlsr:'~~ le~~c~~~ de 18 serinlidad y de In
lencia, ¿por qué escoger u uno en lugar de otro? Hobbes 11, mento en que la alienación P u inará las causas últimas de
h ucriulidad, ninguna re"olt;~}on e Iml .edad socia(istll f'/imlnorf;
lurnaba partido por 1111 campu conlm el otro. ¿Por CJué pref
la violencia de la fraternic1ad-lerror, que acabará en el
I ,llicnaci6n. ·'¿En qué mr~,e a una? sOElI ud
medida los o1Jje-
de la personalidad. ti In violencia opresiva y dif lisa de la , I (¡tomismo bajo todas sus fotrmas (In~lacl.ó~ serrín disueltos (.'/1
.. os ele 1111l?S ro a '", , ( I
eruciA burguesa? P<ll" otra pllrte, a esta cuesti6n moral o ", l"ol"ctlvos, ll/gI1 d d . t . 1 ·etiva donde las re (le 011eS ('1/-
11/11 verdadera cotllunl .a ' '!t,?'SII JJ 1 ';nes reale~ '/ en qué mc-
lítica se ag,·ega lIlla cuestión te6rica. Toda compl'ehensión pa
II( los Ilombr"s se,.á7l laselmllca.~d·eií,tll1n~lla de ·C·O;,ti111wr siendo
de UIl proyeclo. Inda lolalizuoión eomprehensiva
la ca placiém ele un pm)'eclo: ¿Cómo totalizar los proyectos
supone, pu
di"(/ 1" necesidad. pa N' lo at!~dróla reoltl"l'oncia. (as f ligas !I, por
lradiolorios de los closos? ¿C6mo imaginar, en la rea lidad (1 IUI(/Jidatl deslolallzada m~ltl s como límites dc 10 11l1lficació71 ver-
el cOllocimionto, UllU lolalizt\ci6n sin totalizador? 1" lanto las IlIIlclorZes-olJle o 1 d . ·61 de las formas cnpj~
lIndera?' ¿Debe identificarse a esaparlCl 1

90 91
talislas de la alienación con la supresión de todas las (1I1(.'re.(/1 mismo tiempo, afirmar contra ItIS clases explota-
de alienación? (p. 349, nota 1). Illfl' 1, dl'l'('cho a la herencia y negar (1 las anttguas clases
Aun cuando se niega a aceptar la inocencia de ningún ,1",l/llJI"tllIles S1l pretendido derecho de sangre ... ; su derecho t debe1
• . I
IlO
• •
ceso, Sartre acepta en general la verdad de la proposición I mérito 1/ IIn nnCl1nlCm o '71/(' se 1 me-
¡,oI r" .. .
'/IU' gPO llOc/m/cnto
trivial, de que In ifldustrializaci6n no puede dejar de • (p. 719). . .
millones de vidas humanas. "Y, sin duda alguna se nos t l' l'spíritu objetivo de la clase obrera, en cambio, la designa
(1 decir que la acumulacián (como proceso) no 'podla r I ti proyecto revolucionario. "Ahora bien, esta comurehen-
costar 11Iil101W,) de otdas humanas, que exigío la miseria del I~. pdctica del acto obrero por los obreros (por oscura que
como condición del enriquecimiento social. Sin duda algun ,\'1011 h ser y por errónea que siga Siendo) es precisamente el es-
es verdad en gcneral s , pero sabemos que nunca lo es com 1'11 /11 oú/'elivo de la clase obrera en cuanto es inventado como
menle en detalle- ... " (p. 738). ¿No podría decirse la m ., necesaria. d e su des-hurnani
pi"II lila urgencia. y negación l d ..
es- lUmal11C1R
de la r~vo.lución socialista. ) si ésta no pudo evitar "la ~\I ntutiva por doquiera de disolución de la nHcridac~.... vquel
lubIe anadlduJ'a de In burocracia, del terror de1 culto a la 11' dice: 'No haré más que los oLfOS pRJ'Il 110 obligur n los
S?Il.al le
· 1a el",lIcnSc> fin " se I e pasó la mano"' a Stalin
lucieron los burgueses del siglo XIX? Denunciar al trotskis
~II' él huccr más de lo que ellos pueden J'
poro lI"O Otro ~()
1111 obllgllC a hacer más de lo que yo puc o',. ese ya es dueño
mo Ull traidor merecedor del peor de los castigos, ¿no es dI I lnunanlsmo dialéctico. no como teoría SI110 como prácü-
u los burgueses cuando designan al oprimido como LlIl LlI (pp, 742-743). ..
"~Jl1bro, "merecedor de Sl1 opresión?". ¿No ha ido lodavía J I cSj1irilll objetivo de la clase obrera so manifiesto. com,o
lejos Stalin '1"0 los burgueses más lurtseos en la Iransflgu n.I/.('1II dialéctlcn en In lucha contra la burgueslu. La rcciproct-
de la opresíóni'
dtld ·¡llltugonismo, en la lucha de clases, en términos c?mune~,
Flleru do .Ios .UII{tllsls murxlsta«, lomados por hipótesis ('''11tituvc cl Iundumento de la inteligibilidad de la hlstorla .. Q\II-
verdaderos sin CJlIO la C'¡/iO(l, los confirma o los desrnien ZII ,i 11() exlstiera la escasez, la hislorla sería inteltglblc 5111 re-
p,ercibo 11111S que un solo motivo válido para proferir 01 (¡'II'IIl'ill a IIIIA dlnléctloa que se confunde con In III~hn dt'
nado.tI la bIII'g1Iesía, la violencia terrorista del uno a la v (·I."PS. PeJ'C) la historia, tal como la hace la escasez I 11t{11'i 0-
terrorista de la otra: ('1 espíritu de clase. Entre la exls, rna riz.ulu, debe MI inteligibilidad a In acción que 110 un~, .ella
de. s~I', y In praxis, acción efectiva, Sartre intercala el es IlIi~llIu,a los hombres sino contra otros hombres, n los oprirnldos
objeiíoo de clase, manera común n un ser-de-clase de asumir II 111m los opresores, uniénd?se I~nos y .olro~ .Ol~. el grupo de
sjgll¡fjcaci~l1. ~...()S burgueses participan lodos en el espíritu (1 I bate. Una vez más, In dialéctica, In I~lo".glbdldad. !a es~e-
In b~lrgl~esla,.SI!' que por ello tengan una voluntad o una 1111 I se confunden con la loma de conciencia de la violencia.
comun: 111tcrio nzan , cada lino por Sil cuenta en la soledad
la id~a. 911e los convierto el~ uno de su ciase. No entremos
el a~a"sls:, po~ lo demás sutil y A muchos títulos penetrante.
In dtsttnciá», Ideología y cspírttu de la burguesía.
u~a fórmula que ha hecho fortuna: "La burguesía de la Empleo, Ilquí y allñ, la palabra "esencia", aun cuando 01 el h?mbre ni la
mltatl del sl!Jlo. ado/?'fl onl.€' 1fl ~ida 11lIfl octltud de purlta conciencia pose.in, en ltrminos rigurosos. esencia en 111 (il0S0(1I1 de ~1l1'1~e.
laico. cl!ya. s/g11lficaC'ldn es mmedWlamellte opresiva: la disli Con este ,úmino designo los carecterlsticas consubstencinles de In eoncrencia.
T,a dISI.IIlC/Ó1'. es flllll:llalllra: el !)urgl/é,~ es disLinguido por e In identidad de In conciencia y de la libertad, la solednd, ere,
lo ha suprimído (>/1 1,1 I(I.~11eresidades ... Ahora bien esta Según Conlol y Rtbnlka (UJ ~Cf'iIJ de Ssrtre, Gallimnrd. 1970, pp 425 y
e.s opresiL'a: mediante ella, ant» todo. los burgueses' afirman 735), ét e~cribirá esra moclll después de su Flallberl. • ,
Sel'-O,ll'o (!11 ,ClflrlÓII COI1 los e:\'plotados..... (p. 717). " ... En Es obvio que el mnrxismo 1/0 es una filosofla de In vlolenCltl.. El problema
veo mmedlala1l1(,1l!r' la pníclica inventada por el 111<,,<11.,,"_ consisrc en Sllbcr si Sllrue, .11 dar como fundnmenro ni marxismo la hum ,1,
?¡¡flad NII"lial¡/~ 1" f'sbelió" JI 01 illrd1Uemo, no desemboco en uno filosoHo
SubmynJo por mí. ItA.
de la violencia.

92
4. III lector reconocerá los "momentos pedectos" que figuren en ¡..,
en 1I11/1IIJ/lill/l0 J Terror de Merleau-Ponry, Sartre hablaba dI': I¡\I'IIULO IV
/llIr/.clOI con sus compañeritos de la Escueln Normal Superior.
O" COI JUNTOS PRACTICOS
"ccmpañeritcs" de 111 Escuela Normal, creemos pertinente recordar
centraba (.'1propio autor del libro, as! como Simooe de Bt'lluvoir' y el marxismo-leninismo y el izquierdismo
~ ,1111(.
Nlzan. (N del T.)
, . Cl, Pro A. Hnyek, Th« COfl/film/ofl o/ Líber/y, Chicago Univ. Prcu
en mis Illlldel Poliliqllt1J, Gallimard, 1972, pp. 195.215. '
6. ¿Hobró que decir "cxtero·condicionnroieOlo" (p. 614) o
n"miento"? (p. 624)
7. Nadn sería más fácil que explicar 111mulrirud revolucionaria por el
condicionamiento (los nutores comra.revolucionarios lo hao hecho).
postula Jn dlíercnein de naturaleza entre multitud revolucionaria y
de: mnotinndo~ no revolucionnrio~.
¿
.F seguldomedida la experiencia crítica, cuyo desarrollo hemos
i\ QUI~
en los dos capítulos precedentes, responde a las
:.J
8. El segundo tomo pondrn en movimienro a todos los universales. 11' nones planteadas al comienzo, en particular u la de mayor
9. Me pregunto si lo hn leído. Illlplll'ltlllcia? "¿ 13:11qué condiciones el conoci micnt () de II/Itl
10, De "rlocbard" desclnsndo que Vive de la memdicidad y el vaga hi Iliria cs posible?"
Durante In guerrn de Argelia se teorizó en Frnncin sobre el I un sólo disponemos del tomo 1 de una obra que d~berl,a eOI11-
miento y 111 mendicidad exrrcm« de In muyodu de la pobluci6n (Ol,ont. purt.tr dos, lilsLc lomo nos conduce al umbra I de la hlstorla pero
como ronsecucnclu de 111colOnización (N. del T.), 1111 lo trnspasa. En la medida en que Sartre se comprometía
ti ,,',olvor el problema que todos los autores desde Ilegal, neo-
kunhnnos o analistas, han declarado insoluble -01 de una to-
11I11/ilt'iÓIl hlstóríca, de una interpretación verdadera del mo-
\ nuicnto global de las ideas y de los acontecimientos-e, lJl1i~a-
1111 IItl' 01 segundo t01110,que probablemente nunca será escrito,
1IIIIuilirla Iormarnos un juicio sobre el éxito o el Iracnso.
l.a lucha de cIases, último momento de la experiencia crítica,
111 s suficiente para fundar la totallzacíón de IItla Historia, en
~ 1, oportunidad, totalización sin totalizador y sin saber abso-
"tl stn1
sin totalizador debe, slmullánearneute,
totallzación dar Utl
~'lIlido y afirmarse final, verdadera. "JJ(, dado el ejemplo ,dal
"lId/llt/siollismo eOIl la intencíán de mostrar el sentido minimo
'/ debe tener la Iucha de clases para (//IC' se pueda escribir
ti dla que es el motor de la Historia (en IlIg(// de' decir s11ll-
/I[ mente que ese motor se encuentra ell el proceso económico
IJ 11 SItS contradícclones objeti~as)" (p. 730), En estos términos,
111 íotellzacíón histórica a partir de la lucha de clases supone
'111< ésta no sea solamente causa o causa ~r¡ncipl1l ele la aveu-
tUlu humana sino causa que revela o suscita el sentido, causa
) razón al :nismo tiempo. podría decirse, ",., La llIstoria es
11.'!I'{lglble si fas diferentes prácticas 'l,ue ~(' pu~detl descubrir y
'IJ(I/ el1 1/11 momento de la temporalizacián ll1stó1'ica aparecen
94 95
al. fin como pa.,cialmenle totolizantes y como reunidas y I ,ebeli6n cae poco a poco, por intermedio d; la p:axis común,
dulas en sus 17l1Smasopostciones y sus diversidades por l. In práctico-inerte. El segundo tomo deben a abrir otra pers-
1~/~=ac;óll inteligible y S;II apel~cjón". (p. 754). Totalización .rl lI\'a: Sísiío impulsarla su roca hasta la eima de la mon-
ligible puede ser, pero ¿por que sin apelación? ¿Cómo podría P\n La rebelión llevarla al reconocimiento recíproco de la praxis
tutallzaclón, en el curso del tiempo histórico. hallarse sin :,IIHI n la rcccnstltucíón de las series o a la recaída en 10 prác-
ción antes del último instante? ¡il ·inerte.
1"1:1primer tomo no ha fundado ni la verdad del l.sla dialéctica acumulativa, esta conclusión feliz de las luchas
lIi slqulera la posibilidad del marxismo como Verdad de la rk dases, ¿son acuso posibles? Los lazos necesarios que la ex-
torillo " ... No es la historia real c7f' lo especie humana la ue
q. 11I'1it'nciacrítica debía revelar y que ho revolado efectivamente
tendemos res!!lu;r. es la Verdad de la historia la que (1111 cl caso ele la necesidad del culto de la personalidad),
de establecer (p. l'J2). Ni esta Verdad, ni la posibilidad 'pt rrnilen también fundar la posibilidad, cuando no la necesi-
de tal verdad, han sido establecidas. La conciencia indlvl ~i.ltl.de In dlaléctíca acumulativa, del advenimiento histórico de
si~mpl:e situada en el campo histórico, no puede totalizar 1.1 \'erdud? Para tratar de responder, reportémonos a lo que
ITlsto~la. Un. observador c~lerior no existe y no puede fepresenta, en lo esencial, la Critica, a saber, el amíllsis Iras-
=-Iucro ele DIOS (que no existe y que con su existencia aten ,I ciental de 1(/ soctalidad.
contra el fundamento r!<> la Crüica, a saber, la libertad del
~I o de la proxls).
. Vamos a elaborar un poco uno distinción entre uno
* • •
lIpa eslrítin" .Y. una d/nlfClf~(I cll7lómlca, o mejor, entre IIn
lécuca I'epet;"I",t'O y una r11nZór.llcaacumulaiioa. El mismo '>¡Hlre ofrece múltiples definiciones de la experiencia critica:
hace esta dlstlnoíóu, pOI'O de pusada: ce, •• 1t1 experkmoia I scojnmos la que me parece lTIl\S cercana n 10 que ella es eíec-
IIClI, cm su momento regresivo, no puede entregarnos más li\ .uncnte. El fin de la experiencia critica es el establecímieuto
l(l,~' coudlcume« esltílic'(Is de la pOSibilidad de mili 101 d,1 estatuto ontológico de los colectivos. Cuestión típicamente
ctán, es decir, de 1111(/ historío" (p. 155). La experiencia 'alldana y en modo alguno marxista. Parafraseando a Kant,
!J. complementaria deberla "poder mostrarnos si las contra p' dríamos decir: ¿C6mo son posibles los colectivos en una filo-
cl~nes y las luchas sociales, la praxis común e individual, el ,olla que en último análisis no conoce sino una sola evidencia,
bajo como productor de herramientas, la herramienta como b de la conciencia, que toma como modelo de la inteligibilidad
cllI~loru de hombres y como regla de los trabajos y de 1,1 conciencia Individual, -transltlcida, como postulado, y ex-
lnclones humanas, etc., componen la unidad de un movi IJII sta siempre a la mala fe, no sierva de un inconsciente? ¿D6n-
l()lnli~~dor Intollgtblc (1'01' lo tonto. orientado)" (ibid). dl '\C' sitúan los colectivos, en qué consiste lo social en cuanto
La oxpenencia Invcrsn y complementaria" se disimula l.1I desde el momento en que el para-sí, o 11\ 7"1l~·ls.o la con-
cutre las brumas del porvenir, No pretendamos describirla vi 'ncía indlvidual, continúa siendo el pvlnclpio último, exclusivo,
C¡llesea posible ~oncebirla., La Crülca nos cuenta, en una ' c)¡, la comprehcuaión y de la acción? Dlfloultad fficilmente inteli-
(e no~ela [lIosó.fLcn,In odisea de la conciencia que se alieno gible: la libertad CJ1le Sartre atribuye a la conciencia (a su con-
«l .0b.Jelo, se I?lOrde cu lo Pl'flclico-inerle, la materialidad y "jt ncia) se parece a In que Descartes atribuye a Dios. Pero el
serialídad, se libera .~t1ego, de In servidumbre o, mejor aún, diOS cartesiano no \ íve en sociedad. El hombre-Sartre o el hom-
In .lrampo qu~ la cine y la encierra, por la rebelión se 1fl' de Sartre vive en sociedad. De :\ puertas cerradas a la
CJ!llsta o si misma para el combata y, finalmente, para ( ttca el terna existencial no ha cambiado, aun cuando dé
pierde SIlS razones de ,"cncel': La rebelión, para no suc (trigen'a múltiples variaciones. Tema que Marx -CJ11e lo conoció
ante los golpes de sus enemigos, deviene rovolución: ésto < I meditar sobre llegel- no ha retenido durante mucho tiempo.
s?brcvlvc sino por lo organización y, luego, la instituci6n; Onlolóulcamente social, el hombre, según Marx, no se entrampaba
Es~t1~o,el Soberano nacen o renacen de la revolución lriun f:1l lo práctico-inerle, se alienaba históricamente en sus obras;
tralcionnda por su triunfo. La concienoia que se ha liberado ln< luchas de clases, la revolución, le abrlan la esperanza de la
9(Í fJ7
r~conciljaci6u. cpn sus semejantes. La teoría de los conjunlos de la onlología de El Ser y lo Nada, por una política.
~IOOS. o análisis tr~sc('nden tal de la socíalidad, comp<>rtn ,lll'lIl'''l. ltdad se ha confundido a través de los siglos, con la
mterpretacíones, desigualmente profundas una sociológica la
nCHI 1
,ci6n en lo práctico-inerte; '·d
la humaní a el comIenza
. o re-
propiamente filos6fica. Según la primer~, la teoría de íos .¡¡¡tll' la n s610 en y con la rebelión. La moral de Sartre
Juntos prácticos equivale a una tipologla descriptiva de las ,'()11lI'nza"11 mismo tiempo una po l'tuca, . pero, e omo esta
mas de sociabilidad, para emplear el lenguaje de George tl~\ t '~¡~ ti~ne como expresión la rebelión, sugiere una moral, pues
viteh, o. de las SOOil'dlld~s IlIn,damentales (p. 305), como pi 1I1il' <1 exaltar la acci6n re."olt1ClOn~rta.en cuanto tal: Tan s?lo
el propio Sartre. Esta tipologla descriptiva en el mejor lit r('rencia a In universalidad le impide ~ esta él1ca~pollti~a
casos bu~n~ para el siciólogo 2, no realiza ~I proyecto del In cbeli6n el deslizarse en el culto Iascista de la violencia.
fo. Este último se propone [undar la intelíaibilidad seguir dl...,11l1~ltóneamente,el descubrimiento, por deducción trascenden-
lamente, en realidad, 01 curso de la ~xperjen~ia l de los conceptos r undameníales de toda soc,.ologla o de to-
-al mismo tiempo que In esclarece- que va de In ~~1 lubtlen (tnterés, oalor, fratemidad, /crro.r), ueue como con-
vacla, sin más contenido que el absoluto vertiginoso de la 1 l'l Illlcia la descalificación, en tanto que ~Jlo~o~ía moral o po-
tad, Q la cOII:ienci~ ~ocial¡zada y, en un segundo lillll de hu. teorías que plantean como prln~lplo tal o ~~al d.
de la cOI~ciel1ClUsocra lizada, entra mpada por consiguíeule, l~I<' conceptos. La teoría moral o económica que utiliza e
recuperación de la libertad. De la conciencia vuela a lo ('1 1 ll'pt() de interés es objeto de una cI·~hca, emparentada .a ~a
tlco-ínerto, pasando por la exigencia, el interés el valor \'l"1 con lu crítica kantlana y con la orltica marxístn. La CII/lea
ser sootat: .de lo libertad en el grupo en fllsi6~ al culld 111 h'~Cllmuscara y In silúa: aquellos que elaboran lln~ leol'(a [un-
la personalidad, pasando por el iuramento la f raterntdtul eh"l.1 en 01 concepto de interés no tienen con~lol1cla de exp~e-
,'e1ToI',In organizaoiólI, el So7,emno.' , Slll una humanidad alienada y de conceptualtzar una pr~lCu:a
De ~stl1S dos Intorprctncíones es la segunda, evldentemen \ 11111 illterpretaci6n de la práctica que suponen la COllClC~Cla
q~e ~as in~eresa ~¡f.antor, la que confiere a la empresa S\l ·~ll eutrampada en lo práctico-inerte, ptisioncl"tl de h~ rnaterlalí-
gínalldad, El llnáltslS trascendental de la socialidad, ele ' <1:111. 1,It deducci6n trascendenlal de conceptos soclO16glcos. ,Y
con. estu segunda lnterpretación, tiene tres funciones: pri l1l1lítit:OSconsagra indirectamente la prlmacla d? .una ~olfll.ca
elucidar el estatuto ontológloo de los colectivos, poner M I re una moral, o de la rebeli6n en tanto que ~llIca respue~ta

táneamente cm evidencia la realidad y la irrealidad de los 1I111111lmelltc válida a In alienaci6n de la concicncra en lo SOCIO-
tivos, recordar una vez m{IS que la conciencia incluso 011 liel\(1
pnda 011 lo prtictlco-inorte, continúa siendo ont~16gicamente 11 cuanto a la tercera función del análisis t~asce.ndental, nos
xls O~lIStit iujente, libertad, para-si; en segundo lugar, 1I l a la memoria una idea. constantemente Implicada en la
el origen trascendental ele conceptos socio16gicos y \:\IHlsici6n de los capltulos precedentes: In Razón deb.e ser ~a-
t~le!) como ('.tlgcl}('~a. interés, valor, f ratemldad, I error, h ica porque primero lo es la realidad. ~esde VICO, to os
0/6n, etc.; por .ulltmo. en tercer lugar, elucidar la natu ,1I11Il'lIosque han reflexionado sobre la historia dentro de una
y trazar .los limites ~c la r~z6n dialéctica que s610 se apl (11Ita linea de pensamiento han aíirmado, de un modo II olro¡
una realidad, ella misma dialéctica. 1111 especie de parentesco entre la naturaleza ~e .10 rea ,Y el
La segunda función, lo que he llamado la deducción 1I1'Iclude aproplaci6n de lo real por el conoclrOlento .. En e
dental de los conceptos claves, toma su signífícacíón exacta I l,(j del sarlrismo, es evidente que este parentesco llene su
el marco de la problemática sartriana, Una moral debería 11, lite en las tesis ontológicas de El Ser y la .N_nda,las ~uales
t~espllés. de El Ser !I la Nada. Flnalmente, Sartre parece PI"supone 19 Crütco. La prttxls individual e~ectua una ~m~era
1econOOldo que El Ser y lo Nada no conducía a una l.'hdiznci6n en cada instante de su exu¡teocla; el conOClmlento
a ne lu s~cicd~d nc:l~lfd.(~xt:ltlye quizás toda moral. En el
e .Ia allenacl6n, nmguna moral es posible, como no sea
ti, I notor y el del cspectador pertenecen al mismo géllero, por-
t¡11( cada lino es, por lurno, conocienle y ac~uante, po.rq~lC el
mOla.1 de la rebeli6n. 0, pora expresar la misma jdea en 01 t11llocimieulo y la acci6n p.er~enecen. a 1l1~ mismo movUl~lenlo.
térmmos, la C,.f/ioa sustituye una moral, en tanlo que \, podda haber un conoclmlento dJaléctlco de la natUluleza.
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sino a condición de que esta misma fuera. como tal. día
. Enconlraremos más adelante las [unciones filos6fictls del . no constituye una objeción, puesto que ~arlre, .precisa-
sis trasceudentnl de la socio7idad. Consideremos ahora \O(I~~l no se satisface con las descripciones, satisfactorias .para
ItI! I 'll~i6Iogos. Queda por saber si la traducción en una Je~g~
lisis al nivel inferial , en la justa medida de In medioc I ~ . de dalas fácilmente accesibles al observador desprejui-
los ~oci6Iogos~ a saber. en tanto que t.ipologf(l desoript¡ It'l"t'lonlribuye n la claridad o a la confusión. Claro está que
c,ol1)untos praoucos. Luego, buscaremos las relaciones ei,I(," ~'l da un acento patético a la desoripclón. Lo práctlco-
tl.l~ologla con el estatuto ontol6gico de los colectivos y la
('1011 lrasceodental de los conceptos. 'l
1.1 ~g~Jlle en nada difiere de nuestro mundo habitual, aparece.
Hit rl ¡ oscura claridad de la materialidad y Jo berialida~, ~omo
La tipología descl'iplíva de los conjuntos prúoticos se b::' ) e:pccic de infierno y. en cierto sentido, c~mo el m{l~rno
:llrededor de la dicotomía serie-grupo: en un extremo, 105 UI'
ieros que hacen cola delante de la iglesia de Sl1int-Cermai Ola' 111femal que • pueda• suponerse ' puesto que quienes In habitan
igllrlmn Sil maldición,
espera del aUlú.bús; en el otro extremo, la mulutud ebr
Sil fuerza unnnlme, el grupo en fusión que toma La °11lJ11llmOS algunos de los conjuntos pr(ICUl:OSque pel't~necol1
por asalto, El primer ejemplo simboliza lo práct i I I práctico-inerte: los viajeros que esperan el autobús, los
el segundo la rebelión, el nacimiento de Prometeo. :llh"'ros índustrialcs que están dentro ~e I~ clase t'l)m~ ~a. cla~,e
tl'Om~s tu~bién, una dlstincíón más compleja, aun cuande di uro de ellos es "inercia común como síntesis de la multiplicidad ;
nos Simbólica, entre tres t6l'minos: el ser-do-clase, en Cllanto 1" «nnpradoros y vendedores de una me,rca,ncía en el ,"!,e~cado:
o. manera de ;-xiSIir; el grupo instlt IIdollOliz(l(lo, el sindicato lo, radloescuchas o los lectores de un p~rr6d,co; los. movllnlen~os
ejemplo, y, flllnlmente, el grupo de combate, huelguistas. d, ipinión que arrastran centenas de mtllarcs,. de ml~lunos de m-
vrets, evcntu~lm~lIt~ el mismo partido, a condición de que "(\lrte,,.'- ,I! IclIIOS; el régimen capitalista eu ~11 totalidad. G9ué hemos
algo de su inlclntlvn, de su primera actividad. upn-ndklo cuando seguimos con ale~cl6n al agrupamiento. -~o~
J.!I 111 pompa de serial klad y ,~atoJ'1alidoad:- ele cst?s.? rvei sos
. La dicotomIa, serie-grupo, la oposici6n entre el agrupami
Inert~ )' la multitud en acción tiene, mAnifiestamente, una s « ufuntos en una misma categoría? ¿QL~O,llenen do similar .e~l~s
fiCflcl6n, UI1 alcance pulítico y filos6fico a In vez. Esta di l'IIIIjlllll05práotlcos que loman, en IH vislón sartrlnna, IIn IOSLtO
fun~a la distinci6n entre la clase como ser y el partido (1,rhólico? ,
n('el~n> o señ?ln 01 comicm~() que va de In exis prolelO1'¡a n lodos éSOSconjuntos deben algo a las exigencias de las mu-
praxis COTIIUnlsta. Una clase es, un partido actúa. IpIIIUS;el autobús formula las exigencias l~ las cuales se, SOl~)(!-
¿De esta op~sici6n, qll~, traducida al lenguaje común, In los viajeros: lo mismo hacen las máqulnas-transíerencía con
os11\ afeotada m de oscurtdsd ni de excesiva suuleze I obreros de In Renaulí: lo mismo aún acontece con In planta
eXl,rae,l's~ l!n8 lipologla de los conjuntos prácticos, In~ll' dI nidio (1 de tclevtstón, lo mismo, finalmente, con el sistema
I 'lIómico en Sil totalidad, relleno de máquinas y~ comparable
pala td socI6Iogo? Problema este que se subdivide en dos sub-
IHU un lodo 11 una máquina, materia trabajada. Estas '"!'áqul-
ulemas: ~Lo~ (:o~l)tl.nlosdel domini~ de lo práCLlc:o-inel'to,
necen lo0.os, autcnuca~lonle, a un ITIlSmotipo? ¿el hecho de 1II~ llevun el sello humano y )05 hombres padecen la tiranía.
parl.os. bajo la categoría de. lo práctico-iuerlC agrega algo al dt ~IIS obras. El segundo elemento común a. todos eslos. con-
nocrmientn o a In elaborUOl6n propiamente sociol6glca? Por Illlus proviene ele In serialidad, concepto en. SI ml~mo e(JlII\oco
1)lll'Stoq ue presenta, cuando menos, tres sen tidos el Iferen tes: 7)(1-
parte, ¿hasta qué. punto es fecunda. utilizable, la oposici6n
dlcal entre la sene y ~I grupo, entre la exls y lo praxis? ro "',dad (o impotencia), a7teridad, reificación
ular). Que esté esperando el autobús, ° que ponga
(o estructura
(T
mtyc
JO-I{I
demos colocar los conjuntos reales, sin vllc'ilaci6n, en un 1
o en el otro? I1 aparato de radio, usted padece la espera o _la escuc l~, s,le,c
Sa~emos que In categoda de )0 práctico-inerte se define \ t,I en libertad de dar vuelta al bot6n y dejar de C)I¡ In \ oz.
1'1 ro usted sigile siendo impolente en ese mismo acto de. le-
t~s6rlc~n;ente, (ont:oI6g¡came~lc, Cjuiz6s sea necesario cleoir) cltll7.0: la voz qlle IIsted no quiere escllch~r, a l~ que usted qlll~re
.. nnlld.'al.éctlca, la allenacl6n de la praxis el' In materia
It 'ponder sigue resonando en otros oldos, Illsoportable e 1Il-
.v la senalldad. Categoría dialéctica y no sociol6gica, esta o \lllcible, puesto que otl'OSla seguirán captando aun cuando usted
100
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se sustraiga a ella. Obreros en la fábrica e d UlllSabJe de lo que otro, inserto también por fuerza en el
mercado, .raeU.oescllcbas, lodos sufren la im'pot~~ra ores (I.iII livo de los jlldío.s, haya podido decir o hacer. En ese colee-
mJ-lnCOnclcncla, frente a las ' . . la, en 11 (n, ~ (Iue el otro crea atribuyéadole una exis, quizás ficticia, corro
~elu~'ac~~~ v!dienle, CJluc penel~~q~~aios Cjh~g::~~e~Ju~lI 11"I,,¡tnlente en persecuci íó
n (le
l'
un yo-mismo que nunca a l' cansare,
~con6mic~~mdl ~re~ 3d 3 fcompra, en cuya allsenci~ la "m \~lldl'nndo al trabajo de Sísílo si decido asumirlo, deserto si lo
, ejarra e nnclonar. ~llrfl/.(l o lo Ignoro 3. En fin, la mayoría de los colectivos, consü-
Esta pasiv idad se acompañ d I 'el tllld." por una situación social -los obreros, los colonos->, no
esperan el autobús son ot a e a ten ad. Los viajeros pfl llltan sino una unidad de fuga, una totalización por recu-
ieros los 111105 a los otros [ros Icon respecto a los otros, ex rrt 111 hI y, debido a este hecho, nunca terminada; el obrero"
persos, escuchan al mis~o g~:::enle, 10~ ~adioescu~has, q nllll('" es éste o aquél, sino siempre otro, y olro ele este otro,
el espectáculo. De la . po, participan coniuntame
plll,IO que la totalizaclón no se detendría o no se reallzaria sino
inevihlblomlmtc dentro ~~Isla ~rn~ra, In alteridad se in 1)11 1I momento en que una voluntad, una praxi«. uniera, con
que cada lino pertenece as le aciones entre los obreros
0111 IS en un proyecto, a esos otros, iguales en su alteridad. No
otras, u un grupo ierár . a una empresa en concurreneín
ducción entre otros E qurco I entre otros, a un sector de la Ilrdl'lldo que esta enumeración do los sentidos de In alteridad
deviene otro elel o~'o nL~~ .u1~r, en
llegar por eso a unir . el
¡ti
Iar ioescuc las hacen
categoría, cada
lo m
'C I xhausüva, he querido, simplemente, ilustrar In mallera, del
hlldll('lor o del pintor. la utilizaci6n de algunas palabras, de
n"f1llullcia ontológica y patética, a (in de sustituir 01 mundo
a través del resultado s~o bu l1~a manera distinta a como lo
y aisladas dcoisiones La ~Itd?cl ndoprevisto, de las innu
lidad: todos Iguales en cuanter¡ a proviene de su falsa
ti 1110 al común de los mortales por el mundo sartriano, mundo
l!l ueulanto, viscoso. infernal.
que se ignorau y se dlfero o. ('ompl'ododes, lodos otros, PI 1':1tercer sentido ele In serialidad reenvía a la estructura molecu-
lino. Cualqulem que sea el c~~~u7
ld en to ~s los aspectos, .
que discernir en él la altcrid l ~Ot prá~tlco, nada es más
lar u, incluso, u In soledad del Individuo entre SIIS semejantes.
(,Ida uno de nosotros permanece solo; cuando esperu el autobús,
en la. Crütcn múltiples signifj~a~io~~:
trabajo de distingllÍr pero que el •
mIS S() e'?ncepto n.·""·....._
,que u¡rtle no se
u andu viaja en el compartimiento de un vagón con descono-
culos, cuando observa la pantalla de televisión mientras que en
' e mngun rnoc o coincíd 1,1 mismo instante otros millares de sus semejantes también la
.E n 1111 primor sentido I l" I eu. "b vrvau, cuando compra pan y carne en 1111 almacén -la
Jlrca que el hombre dev~o I~l s. Imr,rtonble-, In alteridad
Iare; en lengllaje común un h ala e 10m ro el otro del
uu-rcancía comploturnente preparada, estereotipada,
dc nnlernano refleja, podríamos decir, el anonimato
anónima, que
del compra-
de uno de sus semejante;' el °lmbr¡ .no d rc70nocC' la humar d(,r intercambiable. átomo de un colectivo que se bnutlza con el
un 110 hombre. el coloni~ad 10m.)1 e eVlen~ para el I "A esto /1;0('1, descu-
para el burgués. Al límite tod Pd' .8. ~I . colonizador,
siderada como una forma' ate a rscrumnacron puede ser
el I
""llIbre de "clientes" o de "consumidores".
mus que Ta mal ella inanimada no es defillida por la eusumota
de las pO/tlel/Tl/s que la rom ponen (éstas PII('({C/I ser inertes
tante se sitúa al extremo o .. re..
Ei
nocimienlo del hombre por cl'l~~~b de sta l~edgaCión de
sentí o m.enos i
1I IIpi(/
t) 1 it'ientes, inanimadas o humanas), sino dentro dl' las relactones
'1'11 las Ullen entre si y con el Itl1irel'so. También podemus obser-
radio. sucumbo a la inerclu ~~~~~~td~~I .ei~ucho pasivamen (11r. ele esta 111(IIIera elemental, 1(1 Nntltralcza de /(/ reificación:
go, en el interior del coiecli'vo ot~.~1 I rro y cre~dor, el IIfl es lino melnmo,.fosis del il1dlvldllo en cosa como sr podrf(1 creer
estos dos polos se coloctllI divo" 'dCllleyo mismo. ti. masiado a melllldo, es la necesid(ld qtle se le im ¡J01lr' (1/ m'iem-
portantes: a cada inslante ine [Sb1 senll os m(,s () menos JI 1) de un grupo social, a tmvés de las esl fIIclurfl$ elC' /0 sociedad,
elel que vo SO}' su mirada' m xOlr~ .emente, el otro me hace r/ "ivlr su perte1lencia al grupo y, a través de él. (1 /a sociedad
., e o )Jetlva y me esca t .
para con"crtirlo en mi-roslro- . l 1_ • mo ea rnl t llera como IIt1 cstat ulo molecular (p. 243).
y lo altera al totalizarlo envls. o-por-e :olr~, me sutiliza mi Esta descripción onlol6gico-literaria de la condición social
derivado del prirnero- esto t S,U cix-penencra. Quizás -sen " tiC' la sociedad aplanada~, sosegada, Liene C0l110 fin, ya Jo
sor sino fuera ele mi, ballti~
J
](1). enlí~do a no tener nUllcn
zac o JUC o por 01 medio, b"llloS vislo, introducir la rebeli6n y la humatÚdad on la rebe1i6n,
102 103
es decir, la humollidad de la vlolenc¡ .
por ahora de In Iinalldad polítieo-r.l\. Pe.ro SI nos ueserllelOd_ vil la libertad cartesiana o sartriana de cada uno, el resul-
la Iransfigurnci6n de lo eolidiano IIos6fica de esta ,I,l de la falla de un proyeclo común a los átomos tanto como
la vida cotid!ana, ¿qué lipología de l~ si se prefiere, I~ erit 1,It ';,1 ausencia de un jefe que manipule de manera soberana
rana un soc.,6Iogo, sin otra intenci6;\los conjuntos senales dll rdaciones complejas entre estos átomos. ¿Cuándo ofrece la
{c~omeno16g1~o, a partir de estos I~que no Iuera la in ,1111 I ínvislble la mejor solución? ¿Cuándo se nos presenta el
nos, .cualro upos de series o conju ~xlos? ~erc,bo, cuando 111,IlIli,tjmo sociol -la economía devenida máquina IIII1tla-
PrlTl~ero que lodo, el tipo que 1~I~s sena les. /1'; como preferible a la organizaclón voluntarla, a la planifi-
!a nO<;16nmisma de serie: la fila d ~lIlZa ~arlre para in "'u'liln? La respuesta no surgirá del análisis existencial u ontológico.
autobús. Es evidente que estos as( . pasajeros en la pa (. r IS movimientos de opinión, el pánico, constituyen un tipo
sigue eslando s.olu en mecüo de Plo~Jeros se ignoran, cada Ii unto de conjunto serial: innumerables individuos se dejan arras-
completo (desPludada necesídad el, otros; una vez el 811
m~s espt'rarán el próximo auto ele Ú escasez), Jos pasa]
:fiI por un sentimiento que comparten posicamente, por decirlo
'1 1 por una emoción, suscitada del exterior, que se amplifica pro-
c"lcle~le~enle, a la colidianid~d ~Odl!Userie semejante p ;,,,, .ivamente en cada uno por el hecho mismo de invadir a un
tal nll1gun curúclor ulerrndol' o . l!rna, no presenta en CII ~101 111 número, No obstante, esta ola humana sigue siendo más
cOllversación con . los desconocidos d'lfel'Oal. ,¿Debo ~rererir qUl nunca pasiva, padece su propio arrebato fuera de sí, luu
problc:ma ha sel'vldo de lema a nunl(~~ autobús ~ el SIlencio? si, 1\ n dentro de Sil ciego furor como lo era untes, tranquila y
H.omalns hasta 13utC)I',La serio -agrll t()SO~novelistas, desdo J dl-persa: nadie la asume ni la orienta hacia 1111 objetivo.
Y,du~s que no tionen nad« (file lIoollamlento ocasional de i \ icne, finalmente, el tercer tipo, el más interesante y, tanto para
con~ll.lllye ~1Il (.'()[ocllvo, 110 exlsto nin /;" en .c.onj~tnro- S.lltro corno para nosotros, aquel hacia el cual tlendcn lodos los
Hpal~Z()fl como 01 símbolo do In eXisr\'n ,Cn"flOl1tl\,O. a menos uuulisis: 01 ser-de-clase. El colectivo -clase obrcra- se define
11116nl"?tI, ()llola, merlOScupllulíslll JI II una esis, no por IIn8 praxís, por !1M mnuora de sor, IlO por
IDe Jg~,nl manera, los rndloesclIClhas 1111 hacer o 1111 proyecto. La conciencia de onda obrero se
) I1l1mOlosOs.soportall, con mayor (y lelespecladores, dispe d"fino como obrera, eslo es, lleva en olla, en un grade 11 otro,
CJIIO golpea los oídos, las imúgenes qu ) ,me~or pasividad, la I.,~ oxtgencias, los valores, las ideologlall, las asptractones
pod:fa ,s,"c:edtll'de 01ro mallera? Ace ~ I'ascman fa mirada, ruus () menos comunes a lodos los que viven In condlclón obrera.
1) cstét.'~ 1\ dol hombre I1lHSa o de l~ !(,moslo. como crltlon 1 f.Sl' trata do un avasallamiento, do una CAldo en lo práctlcu-
C~la cr~tlCa.despojada de Sil \'ocabulart máqull1ns liránicas, 11 -rle, o simplemente de lo que los sociólogos descubren o ana-
d inléctlco CjIlO va de la praxts a lo 11, separada del movtm
1, "'11 bajo el nombre de socialización, lo que se da cuando el
gran (~riginalidad y apenas si COIllPorrrÓCtico-ille,.re, no llr1'C;I'~ Ildi\'iduo -que nunca es hombre universal pero sí, por siempre
í 111(" VIva permanentemenle la praxis 1\ lección alguna. A \, r socialmente pnrticularizado-e- interioriza tanto los imperativos
rate y la exallnci611 del combale . ~I ~'olecliva, esto es, el rgidos ele la sociedad global como las exigcncius, impuestas
jstnlllto .~oleclllar, que. por otra' par"ldividuo debe aceptar 1'" Sil situación. y las reacciones tanto a Sil sil Ilación como a otras
as, condlclolles .de la vlda privado. le', crea, simuIIAnno,<,,, illlnciones de la sociedad global?
. El lereer conJunlo serial -los me Estos cinco agrupamientos serial~s () colectivos. qll~ ucabo de
mnumerables compradores o consum·l'l\nismos del mercndo, ""merar presentan, con toda segundad, algunas slInlhllldes; .cap-
mCllt.e por la sel'iulielad y la estrllctt:~.()res- se define t,lelOS bajo tina cierta mirada, lodos revelAn UD clt'm.elllu de mer-
ItI cI!Slancin Clltre los aetos de cad~\ molecular, as! como "in, de impotencia, de soledad individual, de {'onccl6n por partl'
íJltcrJd~ por nudie, de la conducla el uOo y el resultado, ¡JI la máquina o ele la obra objetivada, 10 cllal <¡e pr~stu para
ei leorla (~e la "muno invisible". Adl todos. Todos eonocel
U OCO~10ml~tndeue, de vez en cllan'lora o. no al líbcmlislI
lll1a descripci6n patética o (1 lll1a crítica ~le la s()cleda~l de
11l,\sas, racionalizada. )' hasta para tina (,dlle" de la SOCiedad
e as m1S!11aS las conduotas individuales cto, dejar por cuenta I 11 cllanto tal.
oomo mlls o mellOS neceslll'io siendo é ~'\IYO resullado se I'ove Descripciones o críLicas expresan sentimiento:. qll~ el individllo
S ,¡ neoesidad, COlltl'aclic \ i"e con mayor o menor ruerza o frecuencia, senlimicnto de pa-
/0-1
lO)
dec,er la presión, irresistible e inatrapable de . I;¡( de las sociologías DOS enseña que hay hombres y no
SOCIal, creado por todos y dirigido por nadie' ex er~n Ifl\1 IInbre universal, sociedades y no una sociedad -así la biolo-
fad de~dtro ?~la multitud, sentimiento de I{all'a~se de 1.1'\ fije los lími les de variaciones de los individuos (Jue
ograr I entificar al carcelero puest é \ t 'lIecen a la especie homo SO'P;(,11S; así disciernan los psicélo-
la ,m~ma sociedad. El carcele~o es t~d~Jt~j ~~I~dse confd~dc ~" pl1lsiones fundamentales, por doquiera y siempre presentes
maquina y In burocracia, somos u d o y na le, ~1I 1,1~ profundidades de la conciencia o del inconsciente; as! los
asumimos, por turno el pnpel d ste, , y yo, puesto que
Según los casos esta e' . "e pnsionero y 01 de ca 'tl1!1hJgos establezcan las invariantes del espíritu humano o elel
C) rellg'/oyO Ella ~ '1' lxper~~ncIQ reviste t1l111significación nrd, 11 social. Como la conciencia -origen del análisis trascenden-
" 1I Ie a critica de IQ. modernidad J l.tI ('S vacía, libertad en y por 01 vacío (como In líbertad del
por Ias oomuntdades estrechas y cálid l' a nos Di " cartesiano, sustraldo incluso a la necesidad de lo Verdadero).
sonales en el seno de círc I tri 0)5, por as relaciones
e' " '1 1I os es ec lOS en donde cad 1,1 IIl-'H\I'Se de la conciencia con los seres sociales (ser-de-clase,
s y sigue sienc o irrocrnplazabls nara el t T' a dl II,tción, etc.) deviene alienación o avasallamiento, La caída
mente en té' ' , J 1 . o ro, Iaspone,
('11 In práctico-inerte equivale a tina descripción patética del
limie~to de l;al~~~,O~ici~)C,~~r~j~d~nae~pe~ienc~aó religiosa: el
IIlI\ ítable proceso de socialización.
t'otl~llIiclo ya untes de que se p:i~~~e s~~ r:( n, en IIn u '0 cabe la menor duda de que el ser-ele-clase no entra en
son Impuestas. inexcrahles y arbitra' , y cuyas reglas
me a ellas sin ' nas. sin que yo pueda 3Ulill1lll" 111' -rstema conceptual arlstotéllco. Ni género, ni especie: lodos
infiltrado 'e~
otro que yo,
Il1T;
í~~~:1er~le~:~~:d~nn~siquiera, p,lIesto que se
1'111 propio SOl, a In vez
1" obreros no tienen las características que atrlbulmos a los
,,111 Ll'OS, como no tienen lodos los judios las caracteristlcas que
(,1 observador, benévolo u hostil, les atribuye, Pero esl e ser-de-
La ()}1l<lloglu sarlrinnn corn l d H' ~ r lusr, esta ex/s, corresponde exaotumento al ethos de 1·...10x Weber;
~I~~;do
'
IOqS l1~l~n~ ,dlcl PI(;'6'nsd'lllni~nt~r:ligi(~;~.eg!:{·II~lr~bll~enl~1i
() sune e n e recuperarse " d dó d
dl'll'lll1inndos hombres. en unu sltuacíón dada, hall lnteriorizad«
ande V(I -('on In difer ',d. . II ~ n e viene uuperativos, formas ele pensar y de actuar que derivaban, sin

conciencia del sin-sentido 1 ~~cla 1
~"e elle SJn-s~nlido y 111'I'l'sidad absoluta, del medio en el cual han nacido, El col ce-
tl\ o resulta de la inleriorización de lo social por el Individuo
aceptación decidida y lúcida done uccn a ~I,~al\'~.clón sino a
una pasión inútil", El 'MlsRllam~ e~ta {OíldIClon" El hombre I obrero se halla en la clase porque la clase se halla en (,1
total dentro do una marafia d le~ o e e It ",.~'.tIS,de la li LI [rancés pertenece a Francia porque Francia lo ha marcado con
el análisis ele El Sl'I '/ fa "/dlazo~ y colectívos, no con "1 ,;('110 (al sociólogo le corresponde decidir si y en qué medida
I ser-de-clase difiere o no por naturaleza, del ser-de-nación), La
de él. El hombre "nace libro"o :~msm CJIl?b'por ello se d " eiallzuclón, para el sociólogo no significa avasallamiento, puesto
~seall, es I!brc (o mejor, es libertad) ~~~~:Ila Je~~-Jaeqlles 1]lll' 61 no conoce más que hombres socializados,
por doquiera se hnlla entre reías" ~. )e arlre. Ah?rn
doquiera se encuentra avasallado ¿P' ,on l~ngLluje sartriano, Proponer la equivalencia de 10 práctico-ínerte con el f1\ nsalln-
De los cinco ejemplos de " ~I que e~le nvusnllamí 1t!Í<111lo conduce [nexomblemeutc a volver imposible la llberación,
tinguido arriba es el último agJl!pa~lenl() serial que hemos 11,1 se proponga Sartre 01 objetivo opuesto, La desviación d(11
11 uilisls deriva de una afirmación categ6rica (p. 420), tlplcamentc
nuestra interroganle, El ho~,b~'e s~,1"~-~.ase, i el que respond
rejas", porque Sartre hu escogido'
zación, al nivel trascendental.
t
nCJlllera se halla
LO erpre~a~' e proc,eso de snr'uu.
'",trinlls: "El libre desarrollo de una prasís no puede ser mó-;
'lile total o totalmente alienado" ~ "¿Cómo podría desarrollarse
avasallamiento, • como proceso ele alienacién o una nroxis sino a partir de lo l'xis interiorizada y ele las exigen-
as objetivas? Por instanles -se dirla que n pesar suyo-. Sorlre
En el punto de partida se encuenlra no In I f lwlve a la fórmula que ~lar'< reprochara a Hegel: loda objcti-
como en Jean-JacC[l1cs ROllsscau' I J llbOlira, eZll hllma tción es alienaci6n, Recordemos un rragmenlo del te\to que ya
en otras palabras la libertad ,SLOO el dlO11! /'(' SI7I lIfftU
I'emos cilado: "¿Regresaremos a Hegel, quien hace de la alienaci6n
translúcida, Ahor~l bicn lodo ~urj
lotla, e la conciencia va
1111 carácter conslnnte de lo objetivación, cunlguiel'R (JlIe ésto sea?
neceu n una ('luse '1 tm'l s o~ d10dm)res qllo COllocemos
I
" Socle a , a ~Ina religión, La m
< Sí y no, Es preciso. en efecto. lomar en consideraci6n qlle la I'ela-
.106 107
ció n original de la praxis como totalización con la ( se refiere esencialmente a los judlos desjudai-
'ón ,'tldfa
mo pasividad ohlíg« al hombre ti objetlvarse en el medio am I/J 1/1SI'
que no asumen su condicíón mas,
que por diIglll ld a el.' sin
.
=
I

~Jllt' ~() el ~tlyo y ~ l?resenlar una totali~ad inorgánicR ;1.11\1,spontáneamente nada que los disLingu de sus compalflot.as.
su propia realidad objetiva, Es esta relación de la inte ¡lllr cdios creyentes o alados a las tradiciones llevan consigo
con In e~l~,noridQc1 111 que originalmente constituye In l,tl' ;(J~I de cast-nacíén, comparable al ser-de-clase.
como relación del organismo con el medio material que 11111 I1plro el término de casi-na.ci.6n a falta ~e ,un eoncept~. ~\le
cunda: no cabe clllc~a de que el hombre ~a partir del III 'lIe adecuadamente la condlcíón de los jud •.os. cuya relígíón
en que c?sa de designarse corno simple reproducción de su dD ' 'C[Jara de la nación y que desde hace SIglos \'1\'('1) en In
y se designa como el conjunto de los productos que
.11' ( s «
irn es decir dentro de enrieIad ac es po l'utcas
, no ju . el'las,
(~l.l!S\I nda- se descubre como Otro en el mundo do dC1t1 'IIIII'IC'I' ~tro lé;mino abstracto etnia, comunidad religiosa,
I¡vldad,;la mn~criu totalizado. como objetivaclón inerte \
11.1 ti
I'S )ondería mejor a un destino) singular. a un co lectl CCtIV(~Sl~ .
perpetua por incrr-ia, es ('11 efecto uu no-hombre y hastu ~;'. , I\Cl1t(.'. cuyo ser, en última instancia, no penCI!'n u los. III(~.'-
9ul~r~. un ~on/I:r,-"omlm)" (p. 285), Entre el .sí y el no ci ,i~11I IS sino desde el exterior,. com.o ."na, desl~nnctón Ill:bllr,allf\
IIISllf~~'u~nus. bien el sí, aunque la alienación {'ausacl~ por (J¡olmedio ambiente, sin otra lntcríorlzación, sin 'lile h!s Inl~m-
mat~ll!\ trabajada, desplaza, con respecto a Hegel el origen del colectivo interioricen algo que no sea esta designación.
I)1'
sC"?;ldo de In alienación, fruto de toda objetivación. lni' fr('c'ucllt('mente desvaloriza dora que I101ngu.ena, .. - .
',ocios los hombres SOIl. 11 la vez, libres y esclavos, libres, pI ",Sil' nnállsls de la l'xIs o del ser-de-clnse, haciendo abstracción
(PI{ nada ¡)IIede nrrcbutnr n In ccncienoia In libertad CIliO la eJ¡ I.L relercncia n lo practico-inerte, recoge, en lo fundamental,
I~tllyt:, ese nvos, puesto que soportan las coacciones e e In ,,1 .In(tllsis que hacen los sociólogos. Tiene el 111~'I'It() ele ,dlslplll'
I'lu~iclnd,de las máquiuas Industriales y sociales. Sooiallzados, 111'Ilusiono» del esc/lcIalismo o de los estoreoüpos nacionales.
)~I',l.orlul'(:)s do In (,:\'1:; pOI' la cual 1111 coleotivu se deflno y ""dos I cncmos ten den ela a 1 ransíonnnr los seros-ele-clase' -pro-
1(\ translorma (m objeto. . It Iuindo, hUl'gllesía~ en cosas o en esencias, a prcstnrles 1I1lU
, Dos ojemp.los retlenon lo uteuoión do Sartre, los obreros y l'l)lI~i~\CIICiHtlll que el individuo se encontl'.ada },"lOp;I'Umentl'ele-
Judíos,. el primero en virtll~1 ele su alcance político, el 11-1111 inado por In pal'lIc.lpación en ese cnl~d t vo. 1~d()s empll'llInos
en \ Ir tud do Sil valor ejemplar. de caso extremo. SI'I' p' 1 descuido el lenguaje de los sstereottpos lH1CI0I1.t1CS: 10,\ ale-
dío ~l s~r ouro.m, ¿culw decir que es In mismo? Sí y no, 1111l1('S, los judíos, los americanos son esto, aquello. ..
habría .d.I!CroI1ClUradical sino a condícíón de reducir 01 juda ':1 sCI-dc-r1(11I(', que Sartre toma corno slmbolo dc lo pasividad
a In vrsion que ele elln tienen los otros. Si el jndio se '11 Jo práctlco-iuerte, represent~. en mi opini?n. 11110 ~c .. l~s
c~ch!si.mlllen.tc por el hecIJu de que los olros lo baulizan j t( I (,tivos -entre otr05--, expresl6n o caraclcdsllca do In s~cla!l-
SI.1111 ser-de-judlo rcsulta de la mimda que los Otros echan 1., ¡ún ele la concicncin () del individuo, 01 no !Joder I1In~l,lll
n~•. clllolIl'e,s ~I. coJecti\() los judEos de,'ienc raclicall'nente 11 libre, ninguna conciencin ejercer su lihertad, (n . Sil. ¡JI'a.\'ls)
g'lIal, () casI. Ciertamente, el juego de espejos entre los col 1111 a partir de una situación social, ella misl1~n 1I1~~I:J(ll'Iz~dn,n 7
vos ~c enCU('ntra en todos los casos. El ser-de-clasc t I~l'ncias, impcl'atÍ\'os, valores. Solamente Dltls es( Og~IIU. 'll-
tanl~lén eleme~tos quc reslllt~\~ .de la interiorización, por ,1hll'S eterna:; >' "alores, toda conciencio llega u In CClll(.'lenCIR,dt'
proplOS ohreros, elo aquellos JUICIOS que los burgueses emi ~ncinlizada <l, 'ii se prefiere. jllramclI/oc1o, inmersa. ('1) lo pn~(:-.
sO~l'e ellos. Los obreros se hacen obreros porque los hurg\ 11'"-inerle' ella se asume por la negaci6n o la aceptocl.6n, a pal tll
I.os,\'ell como tales:. ,l', Igualment? los bllrgucses se asumen (l d \111 ser' colectivo Cjue Ile\'a consigo. O. si se prdl~r~ el len-
I el1.egt\11 pUl' ~eacclOl1 n las acltlndes que adoptan Jos "IJaje sarLriano, In conciencia no lético de sí cs socIalizada, In
11, los peC]lIcno-burglleses respecto a ellos. Pero la sil "'Hlcicncin devenidu consciente de si mismll no se o?lIme en
cl6n -ubl'el'O o blll'gués- esté\ dada objetivamente la situaci ,,1 \'lIclo sino mr.clianle reflexi6n sobre lo qllC lIc\'tt consigo.
~"dlir~s¡:~t(lrít\.(.'xclllsi"amen~e ~e la opinión de los n~-jllellos. si I'or 1~ demás, este ser-de-clase, tal como hast~ ohora lo hemos
IlIali7.udo -situaci6n, inleriol'izflci6n de ést~•. lllll'ado de IOi> otros
o.) un¡~o:sel-comlÍn-o-¡os-JlI~I,?S el ser considerados como
pOlOS OllOS, De IIecho, el análtsls sartrirulo 7, en Reflexiones 'Jllt. influye en la conoiencia de los indl\'lduos toman de sil
/()!)
10R
sltuacíén y de sí misrnos-, conduce, en la dialécliea Sil l por lo tanto consciente (así f uern ('00 mala Ce), tic la
a otro concepto, el ele espíritu ele clase, intermediario 1
I¡tI' I "II('laddel obrero Asimismo, el colono, u los ojos del antl-
exl« y .10 pr~xis,. ~nlre la pasividad y la libertad: los lnd htlJl HIIl,lista
<
se define • por el proyecto el'e oprlmlr, de exp . Iotar
-¿o ciertos indiv Icluos?- de este colectivo se quieren a ('OI~:::I',lgcr'1a:de negarle toda humanidad. b:1 con~epto de proyecto
1I10S. cOII.form~s C~)Il una manera ele ser, transforman su el JII¡, eotonas transplanía en lenguaje existcncialisía los estéreo-
destinación. 1 aSI, Sartre halla de nuevo un concepto ,1, 1 nacionales o los prejuicios esencialistas. ¿Cuáles colonos
las ciencias ~oci~lcs de ayer, si no en las de hoy, el' de IlP( 11 este proyecto o lo hacen suyo? Filosóficamenle, el
de .clase. Es cierto que él no habla del espíritu de pUlIlI,"10 no equivale a l'a esencia, pero, en l' a prae tiica, se
. pres t a
I/(,r,~n, y que prob~blcmenlc rechazaría esta noción, ale u (¡ mismos abusos. Nada ~e h,a sorpren dido
Prll\l~ rná di'
1 o. ~~s, cuan o ?~a
oposición (1I1tl:elo ,sltuaci61,' objetiva que determina la erase i", /(l//exioncs sobre /0 cuestián /'ldw, c!uc,ln SIl~'lIlrtlld progresl\.n
ausencia de situación común II todos los miembros de una
dad. 1'(11'0 bosta con colocar una nación entre las nac
I I Illlisemila mirado por Sartre, y el judio, mirado E or el anti-
e ~1I11 l. i~ste, ;, también el colono, y también el burgués, de,fin.idos
car 1.1 interiorizaoi6n de ciertos valores, de ciertos IU 11 proyecto o su espíritu objetivo hasta en su ser 111limo,
~()lIdll(..ta: ~It' una lengua, por otra parle de LOdos los miem ~rH .'11 finalmente un rostro tan lleno de muecas comu 01 1'051 ro
!<l colectividad nacional, para admitlr que ésta se halla dI us nntugonistas El sus propios ojos. el.Es verdad que el antlse-
indlvirluos .COlnO éstos se hallan en eIJa. Aquellos para qu P1l11 S(' revela enteramente en su antlsemltlsmo? ¿Que ('1'1 (·1 lodo
(:1 proleta rindo ca rece de pal da pueden considerar con [n pudre el unllsernitlsmo? D. e igual manera, In uctltud del colono
libe~'lucl que IInH educacíón orientada a dlfundlr una concí W pI'('lo a los mdlgenas, la del burgués respecto n los obreros,
".nc10nnI 110 es 1~IIISque 1111recurso de gobierno o de mlst 'n \ islen siempre el carácter ideal-lipa C)IlC les presta la descrlp-
cI611 (,101cual se sirve la clase dil'igente en SlI empeño de rnan ~;illllpscudo-Ionornenológica? La Ienomenologla, que debla l\~cnl1-
su reino. A pesar de lodo, entre el espíritu de una clase 711 lo concreto, las parüculartdades, termine Clfl'ccienclo las mejores
llspírlll1 du una nación se revela tan s610 una diferencia j11 rllicacioncs a los relralos-oal'ioaluras que endurecen las relu-
grado 0. clones entro colectivos, entre los individuos socializados, de por
Ahoru bien, con <.'1 concepto de espíritll-de-uoo-olase '1 mcllnados a este endurecimiento.
s~ procura el.mnlo es necesario para cometer, con blle;19 1.11 efecto desde el momento en que carla uno asume su espe-
('IOIlOllI, el mlsl~)o error del pensamiento esencialista o ele tlllddad so~inl, se da por proyecto ln I'lJU lízación de lu idea ~ la
estercotlpos nucionnles. En efecto, a partir del momento en id -ologta de su colectivo, las relaciones entre lo~ eolecllv?s tlen~
(JI ser-de-e!nsc se. vuelve espírltu de clase, o una idea o ídeol 11 11 ¡l sustltuir las relaciones entre personas, u SI se prcf'iere, las
(.~eI (.,?Ieellvo nruma In forma en que los individuos viven 1, «clones entre personas soportan a cada instante lo influencia
s.lll~ncI6n y" po(~r{omos d?cir, la asumen pasivamente, ya ,it lurrnantc ele las representaciones que los miembros de, cada
It~11It~lo n;'~lll:~rl(.'dad ~Iel intérprete. Sin entregarse a ningún -otivo tienen del otro, Píerre, consciente de Sil burguesía, se
dio empmco', por simple intuición o por poderes que l IlIuniea con Paul, en quien él ve llll obrero frentc ~I. cual
(o) pert(,lle(~CI~, dcercta CJlle el burgués niega la humanidod al th'no lllla scnsaci6n de molestia, de culpabilidad, de sllper!or!dad
ro, que valo:,za cll.nn,to le aisla de la común humanidad, I I parece. efectivamente, la trugi-comedia socin~, e~ Illfl~rn(l
que el esplntll obJellvo del obrero es, por sllpuesto exaCla I .Ido pM los colecl h'05, insin."ados en ca(~a conclcncl~l, crJsta~
()p~lesto al de la bll~gt!csía, inclinado a lo universal. 'etc. Dej "zudos en prejuicios o estereollpos, en f1I1lcl6n de los (..uales los
alh ~I eco ?e la, b,.blJoteca rosa del populismo, revisado por 1I1<lividllOSjuzgan y aClúan',.EI fenomen61ogo ~n~lIsflgllra e.l~
ma rXISI1l0-CxlsteneIl11Ismo. P UI ecto esencial, o en espmtu de clase, delel mmndo mallz
. ~o. t¡lIO nos imporla ~s q uc Sartre, con este rodeo, termina rh, ftl actitud haoia la cl1al se inclina una parte importante de los
Im~la! II los que él mismo denuncia, El burgués, o el Illicmbros elel colectivo. Como éslos, efecLivamcnte, dcs?e el
obJel,lvo elel bur~l.'és, no deviene menos caricaturesco que ill~lanle en qlle quieren ser diferentes de los olros~ se a[lrman
obrelo -() el ospmtu elel obrero- vislo por el tllás reacciona ,Ilpol'iorcs a ollos -la igual~ad denlro de la (.~¡fe~'enc~aparece s('r
de los b11l'gucses. El burgués se define desde ahora por la nega dl:sconocic1a n los seres SOCiales-, la cOlDedm se IlnnsCormn en
/JO 111
ll'ngedia: TO~R dlferencíacíón deviene jerárquica, En 01 cxt I me parece ser el prir:ner filósofo CJue,en OCc:ic1:Dlehay.a
el supenor llIega In humanidad del inferior, Basta COIIlu .~II urlo sin reserva la multitud revolucionaria, In cabeza del di-
caso extremo, con sustituir la conciencia de superioridad ¡(h:tI~.1ele UnR cárcel en vías de desaparición colgada ~~ una
uegaclón .de la humanidad del otro, para hallar de nuevo f' el primoro en haber saludado en el grllpo en fusión el
\ OI'SO social de lo pr:\clico-inorte, ofrecido a la mirada de '
1.\11 I del in divi di"lit) a a autenüca Ilumam ida el .
}' propt:esto por ~I,n nuestra mirada, Universo infernal do .l{~ modelo de la d ialéctica, a los ojos de ~art:e, no. es .e1 diálogo,
y la Nad«, modiílcado pOI' la Crítica: la objetivaci61J 1 l.ición entre conclencias, sino la SOIlcleoelll sohtaTltl,. I~ l~la-
~)lrf?~e completa con la inserción de los colectivos en la con 1:' 1 1.11\ por la mirada de lo que a el se ofrece, la lImr~cacl6n
indh idunl )' In dcsvalortzanu- objetivación de linos {I unpo gracias al proyecto que reúne los datos con nuras en
pOI: otros, Pero .cle este IIniverso que Sartre ha converlido I I uvenir. Libre como el Dios de Descartes, soberana en 51
infierno :-:81 asimilar toda socializaci6n a la calda en la 1111. I puesto que no es acechada sino por la mala fe, sin
) In pnslvlclud, al decretar la alternutiva entre la total li In avasa 11di'
1111" a a por e inconsciente, ., Insegura, sin . em bal'go , de
Y, ,el nvaSa"ami?n~o total, ni confundir la voluntad de dif , 11 1~1l1:1 puesto que nunca es lo que es, nadu y absoluto 01
('IO!Io de supcrlorldnd por la cual cada colectivo se afirma con II~I 1110 li~I11PO,la conciencia o la praxis i~ldividllal no sale d,t: su
lución ~ los ot~'()s COII la negación de la humanidad del 011'0- 111\I prisión sino para perderse, por decirle usl, en la m~lltllucl.
('st~ 1I111\'er501 11 Icrna 1 c6mo va a salir el hombre? ¿Va el gr ' i~1J)lo~ ele Desearles -Iu conoiencia de Surlre- debe rCSI~llarSC
ubrir UI10 vín de' salvación? La oposlción radical de la serie I~. n ,11 aislamiento 11 apleboyarse 9, Antes de 1940, parecía oncnl~l".
gll'u!)n ~SOr{1 ill~lifkuda ('11 tanto que lipologl., o en 'tnnt'(J bl 11.11 la (,1 primer término de la alternativa; desde que el eXI!;-
11 terno liva ontológioo-existencial? kili iulismo hu devenido un humanismo, hu ?scogiclo el segundo.
1'111) ni mismo tiempo, hu escogido el humanismo de l~ vlolencin.
Si I1 hurnunldad cornlcnzu COII la rebeltón y la frul(;!l'nlc1ncl-lerl"O~',
('1'11 leliza lgunlmcnte con la violencia. Un fil6sofo fasci~la s~~scribl-
1111 lúeilmcntc esta tesis del "oomicnzo de la humanidad .
:'~()me~,os como plinto de partida la distinción a P~I('CJlógieamcllle, el movimient,O del por ul contra .. de J~ .cou-
trivial, 1t'lO.cenle,entro In ('l'i,(/ y In praxis, entre e III lid" sollturla al grupo en Iusión, de la conclencin ¡lldIVldu~1
)' In urast« de clase,
1'1'I11t'ipiode toda realidad social- a la m~llliLUdlIevu~ln h~c.la
Llevo conmigo IIn sor de clase y lo reconozco obieüvado 1111 ub",livo común por una volurund espontánea se e~ph~a lúcil-
In ,mlradn, lus doclnracioncs del otro, Este me cÍa ¿or .' 1111 Illt, La admiración de Sartre por la comuna cstudlantll de, I.a
.~IJI.do.ncll· 110 estoy, lile hace responsable de lo que no !:l't lxmu, en mayo ele L968, y la admiración que por, e,l análisis
soh~al'lo ele otros 'lile )'0 ignoro. Puedo asumir, huir o i n ~,II 1HIIlO del grupo en Iusión manifiesta Epislemon, .se Slll111 den~ro
d~Slll1~ (JII(' mí' Imponen los otros por cI hecho de que n~ ven d~ 1.1 lógica ele la Cii! ica, filosofía de la espontaneidad rev o!ucw-
',1 mas que un ejemplar ele los judíos o un miembro de 11.1 1 I nuis que del Imuxlsmo-Ienin,ismo, as! el libro se eOl'pel~e,en
e n~l' obrera o hlll;gIlCS~,P,ara el judío, en el seno de una "u,cn:.,.- JII Ilfi('ur simult~íneam.el~te lanto este cO":,o nyll~lIa. La JIlSl.I(lca~
~n Inmensa lll,a):~l"Inno IlIdla, I~ rebelión no constituye una el' I ell.1mnrxismo.lentlllsmo no aparece Sino al rl~al .de ~n dlaléc
za o ,una pOSibilidad; 110 honra pam él m{ls escogencia que lit sUl'triana, muy cerca de la recaída en lo pl'l\ctIC.o-lll~rle.
llSllmlr el Judaísmo que le impone la "discriminaci6n" 1't'ru, a pesar de lodo, la mullitud revolucionarla llene la
mundo CJtle lo rodea. Por el contrario, la c:lase oprimido o 1I.lIlIrulczaefhnem dc los inslantes perfeclos; grupo de c~mbale,
piOlAda I?uedc oscogcr enlrc el sometimiento a In ineroia Illl,l' organizarse para vencer, Una vez organizado, ¿baJO .qué
'1 <'oICCllvo-clasa·obrera. In di~pel'sión y la mulliplicidad a 1 ( lI¡]icicmes conserva la humanidad que hu tomaelo de la rebeh6n?
e e la clIal se conslilu)'c, por lotnlización objeUvanle e \(1.; parece que la Crítica da como modelo de IIna, ol'ganlza,ci6n
~ada, ~1-ser-d('-clllsc, ("s decir, el avasallnmiento- y la ([lIt' toclavla escupa a lo pl'ácllco-inerte, quemallllene.lallber-
n aCl.:lón comím, do la ollal el gn1po en fusión ,.""WI>Q"", Illd ele la J)/'a~'is, el equipo de fútbol. Cadu uTlOdo los JugElc1~ros
m'jgen Il'sscenclenlnl y, aparenlemenle, la forma pura, (1l11'i('I'VU IIn mnrgen de iniciativa, aun cuando lodos perslgall
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el mismo objetivo. Cada uno responde libremente a la i ,d n la clase. Entre el juramenlo Y el contralo, una simili-
de Su compañero de eq.uipo, cada uno cuenta con lodos y ,11I¡1. '~l,"cinl: la idea de que la sociedad nace a partir de una
cuentan con cada uno. StO que, por ello. ninguno aliene su a IlId ti original de una praxis constituyente, y de que el dPoder
mía. en beneficio de otro O de un Soberano. Si lib- 1.\ obre sob;e el hombre o mejor, la existencia misma e las
equipo al estrato, la distinci6n se manifiesta con ,IC:' 1:;~iclades, deriva en derecho de la 1Inanimidad esencial:
entre la exls y la praxis: el estrato de los obreros de ele que el r~gimen establezca las reglas según las .cuales
° de los empleados de nivel intermedio no consLiluve P()('os ejercen una autoridad sobre todos, es .necesano que
hayan suscrito esas mismas reglas, es decir, que hayan
una. manera ?e ser, no configura una manera de hacer' .
acción ~olecllva. Pero si sustituimos el estrato de los ni to lá colectividad misma. Sartre encuentra al lIosol ros, creador
de Iábrica, por los obreros que trabajan conjuntamente d'~ "olcclividad libre, en el grupo en Iusíón del apocalipsis re-
taller ¿telldríamos que asimilarlos al equipo o al estrato? TlI ohl iClnario; J. J. Rousseau, en el contrato.
ellos. tal como sucede con los miembros de un equipo se \ 1 oposici6n entre la multitud que se. apo.dera. de La Bastilla
e.n cuenta lIll~)S. ~ o,lros en su ~rabajo. Probablemente c~da ( \ JI .\sumblea del pueblo ilustra, a un nivel Inlerlor, el c~nlrasle
llene. monos Iniciativa en la ejecución de su tarea que el j (J 11I~ recuerdos o de los mitos hist6ricos. El lino suena con
de fUlb.ol. aunque éste se someta a una disciplina y t~"J '¡,¡ 1917. el otro con las asambleas del ~uebl? ,en el ágora
eSlrateFlIl (:1 entrenador es responsable de la estrategia). ¿ 11 1I1 el foro, con las ciudades burguesas aun vivientes en el
nece o equipo de trabajo u la misma categoría que el eCjtli SH.~ICI xv [n. A un nivel superior, la oposie.i6n c?lIellcrda con la
JlI~go o I?e~mano.c~ todavía dentro de lo práctico-in 111' existe entre la paz y la guerra, la vlO~enCl(l y la ley. La
parece .d.iflcll decidir sobre esta cuestión recurriendo Ú 1¡('lun._. '1111 kln de nacimiento del gr,uPo y de lo SOCiedad ~vent\1~L1m~nle
ni análisis de la organieacíón. El grupo de trabajo se asi 1 ih,,' es IIn Juramento median le el cual cada. lino Jura fl(:lchdacl
grupo d? oombule organizado 0011 dlferencíactóu de ta il l!idos y legilima por adelantado. las sauciones CJlle recaerán
8c~ntllaCl61l de IR autoridad organlaacíonal. Después de la SilI 10 el en caso de traícióu. Antes del contralo, el hombre gmm
I,UC1611, el gl'UPO de trabajo no puede desaparecer ni (h. llbcrtnd: únicamente puede alienar ésta mediante IIn acto
IlIlId~JlIentalm.enle de naturaleza, es inevitable que, lihn' y. en' consecuencía, voluntario y pacífico: el conlr~~o.. El
lrabaj,o organizado bajo un régimen de opresión y el 111ubre, antes de la rebelión, se halla en~ran:'pndo en lo pla~tleo-
"!·gunlza.clo en ~I ardor revolucionario, el fi 16sofo descubra hu rtl', no puede sustraerse a. lo prác~lcO-lI1erlc sino modiante
diferencia esencial. 1111ruptura violenta, la rebelión. Mediante ~I contralo,. el CHl-
La teoría del juramento suministra u mi modo de ver In JI, luno acepta por ad~lanlado que se le obligue a ser. libre, es
pues la u la c~lesli6!1, el principio de diferenciaci6n. El ' el. Ir, a permanecer fiel al compro!"iso .que lo ha hech~ Ciudadano.
ocupa en In Iilosoffa de Sartre el lugar del contrato en . J \J «llnnte el juramento. el revolucionario se sO~'lele pOI adelantado
sseau: principio de lodo orden social que pueda rsc .1 liS rigores de la disciplina )' de la depuración, dcsconf!a de 511
)1 pin libertad, que no puede alienar (el hombre es. llhertad),
hll~ano, Y,.por ?SlC hocl.'~ mis~o, equívoco Y quizás ína 111ro. al tanto de que corre peligro de traicionar ~u juramento.
pala la observación ernpmca. NI el juramento ni el contra il! \ libremenle que pagará el precio de su traíción Y afirma
en cuan lO tales, acontecimientos originales o históricos.
mente, los rcVOIUel?nIlI'lOS,cada partido revolucionario, II l' él mismo quiere ese castigo. Lo uno conduce n la <¡oberanía

en cierto modo el juramento de fidelidad que funda la , la ley. lo otro al reino del terror.
dad y acepta. POI'.adelantado el lerror. En este sentido -Se trata acaso de un retomo a la oposiCi6n entre Tlobbes y
grupo revol uciona 1'10, cada equipo de guerrilleros renue~a I ¡;¡sscau entre nn estado de naturaleza definido por In guerra
su cuenta, elcctivarnente, el juramento de fidelidad. El diodos' conlra todos y un estado de naturaleza en donde se
~e Housseau escapa a la .exper.iencia, aunque toda expresión ¡"pande la libertad risueña y anárquica. de cada uno? En un
\ oluntad nacional, de resistencia a la opresión extranjera \, utido de eso se trata. La escasez convierte al hombre en
Lituya el equivalente del contrato; la voluntad de vivir co~jll IlIcmig~ del hombre; el hombre carece de nalllra.l~za;. es, pues,
mente responde a la voluntad de combatir conjuntamente, Ilhertad pura y, como tal, no merece ningún oalilicativo, ni el
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de bueno, ni (.'1 de malvado; pero mientras reine la e . e de los revolucionarios) y su proyecto (si se admite que
ludo sucede como si el hombre fuera un lobo 10 para el h 1Il(1:~:m)rolongaba el proyecto revolucionario del grupo): ¿Pero
En apariencia, el contraste subsiste: según Ilobbes, la . 1.1 , !abcr si era así como sucedían las cosas? ~n ~·Igo.r. la
constituye por el sometimienlo al Soberano, sometim ,,'111. tcncia o no persistencia del contrato en las tn~hlllclolles
me~tc decidido por los individuos que prefieren la o ~I'III: se presta a una determinación objetiva o rncional: ley
al r~esgo de mllcrt~. Con 01 juramento revolucíonarío, en ca r\ I lI'iLaria, constitución. Acto legal, el contrato se prolo.nga ?n
la II~erl~d renuncia \'oluntariamellte a sí misma. COIl miras erío de la ley. Consagración de un acto rcvolucionano,
la eflcacl~ y el c~mbate, pero no se aliena; C0l110 no dispone
su porvenrr, autoriza a los otros para que dispongan de él. I
\:1II::~)
IlIl
puede prolongarse el juramen.to? ¿Quié~ puede d~cir si _yen
e medida los compañeros de Lenin se considemn obligados por
gl1hle. contraste, fácilmente explicable, pues con lo lino se lJ '1' IlInunenlCl de reconocer el proletariado y el partido en Slali~?
exorcizar el demonio de la gl.lerra civil y con lo otro se fJ ,11 I IIC es más, si "las contutdiccumes hItemos del mundo soC'/~-
mantenerlo (,\11 Vida y ('011 gloria. No lo olvidemos. la Iratern ), I/m"l," de rultecr, a traoés de los inmen,so.\ P,.o~,.(.'sos /,,,011-
~.c;l'Or,.o pesar de todo, conduce al CUIIO de la personal ; los. la exigencia objet iva de lm~ d~s[¡!!/'ocr(//lzacIÓ~. eli'. IWO
R.\ cterto qu« SI(l111I era el Partido !/ el Estado. O. 111';.<; d, I "lItrnl/;::;nc/ólI, de 11110 democrmtzacián (p. 629), ~nmec1l~tn;
(//U' (.[ P~/rtl(!o !I el Estado eran Stalin" (p. 630) "11m
l' se plantea el problema de saber ¿en qué se chreren~,urtl
la eXI'."'/('l1CIO histórica ha reociado '1"(' el primer moment« :I~¡II ~dcmocrtllizuciÓn" de la democracia oC(1idenlol?~¿cómo ovilnrá
1(/ socwd(ld sf)('I(/(i.~/(/ en COllSlrtlOcidn /la podía ser 011'0 -si 1 ulda en la serialidad, el hetero-cond ioionumlcn lo, en u~la
~e consldem en, ,,1 1'/(1110(odatlfa abs! racto del 1Joder- t¡ tU' ,;\I~bra, los colectivos, caracterlsticos no ele lIll, régimen social
m~~[s()11I1~/('(~~o('/(I('¡ÓTl, rlf' In burooraota, el Te/'ror !1 el culto (1 II pu1'1 lcular, sino de la sociedad en cuan I () lal? ,' ,
/~elso/l(,!td(l~ (Ihid). En resumen, el grupo revolucionarín mC)1l(ll. ,)(' nuevo podernos escoger entre dos respuestas: In el rI ol'e~,clu
llan pura SI IllISIIIO In I'm:,,[s. la Iuerza, y se inslilllclonnli'l.tl «ibsiste bi~u sea gracias a la sustílucíón ele los c()~ectlvos
uu ()OJ1J 1111 lo de sorlcs. El ubsolntlsrno ele Stalin en 01 culto a hu-rtes por equipos (pero hay "equipos" en Lodas. las SOCiedades
porsounlldad no es lnforior en nada al absoluusmo del So \ tudns los conjuntes prácticos no pueden revesür In Iorma ~I(I
de TTobbcs.
vquípos), bien sea por la perststencia del jllram~Jlto rcw~luci()lIUI:'~.
Oueda Lln~cliro.rollcia: el grupo revolucionario que ha mon il! luso en In época del culto de la personalidnd. ¿l ,e~(), qlld n
zado .In acción slglle cncuruando la rebelión y el jurarnen I1I -dc decidir sobre esto? Definir lndeílnldamcntc un reguucn por
)0 deja de encarnar, deja de pertenecer a la dialéctica
f proyecto de SIlS Iundadores es comet~r el, crro~ que Marx
yen te, cae (m lo ¡míclico-inerte. Cracias a este rodeo. volve
n. llobbes " a J. J. Rousscnu: un poder legftlrno supone el "n'n....
111puluba 1I los historiadores burgueses o ideallstns: lu~g(\r I UI~ 1
1"mbro o u un régimen a partir de la idea que él uene e e SI
ümlento, fu voluntad de \'Í\ ir conjuntamente, slmbclizada IIII!HO no 'sobre la base del ser real (una vez hechas todas las
el contrato: supone, en In Crltlcn, el equivalente de este cont I ('r\'~s sobre la definición de este "ser real"), .
cada vez reuov ado: supone, mejor dicho, la renovación del j l,,, cierto CI"e In recaída en lo práctico-inerle COllllCIIZU !lo. con
mento. ¿~las, cómo discernir si se da la renovación o la . l'lI tlCI'ón. Es.a,
I a1>ar(.'c('
renovación del juramento? I organización sino con la lOS . • mismo
,,1
I IllpO que In cristalización de un orden Jer~r(I~Il~() qlle toma
. Del conl roto se clespre~de IIn orden leglUmo, pues lo que I distancias, por decirlo asl, respeclo a Ins l!l( 1\,duos'l ¿~610
CIudadanos se comprOll1clleron unánimemente a someterse n P',elría la or~an;::;lIcióll evilar deslizarse, poco a poco. 10el:.1 .0
J~y ,m~yorilnrin, Nada semeJante en Sartre, pll<:Slo CJue los 1 \ /'/'ó Lsla ," Il su vez,, hacia. el grU1Jo
CC~"11Ienlos de In d~mocracltI formal (elecciones, represen I I tlCI n, y 1: I b haCIa
d ISO/)C'/'{/IIU, I .
, I~slado, ni legítimo ni iJegllimo, el Esta o a ~un o ec ece~
~clle.n:cen a lo seno 1, n lo rm\cUco-inerLe. implican el I . ].IVIC'] uo s I)OI'cJueno pueden hacel'.' otra coso. SIII
COndlcl0nnmienlo y c;,.clllyen la total expansión de fu Ji ., me t 1,.'recollocerse
l 11 l'
,I? O e eIos cosas ," UD'" . o la orr'anrznclón
b
se voe
l' \ e necesann.-
. .
Como C?llsceuol1cia. las instlluciones, el grupo revoluci 1,'UI l e 11M
' /'(I L/('I.
'O'lal v en este caso , la recaída• enl' o pracllco-lIlerlc
m0':lupoJlzan el EstncJo )' no so c1ifercJJcian elel despotismo J' b'
o.lll'<1ece n una inexorable dialécLicll descenc lente'; IJ 1011 se
y Simple l1las que pOI' su origen (encarnan el libre jll""''''''''''_ ')Jlede evilol' eslll recaída. En el primer caso, el hombre no sale
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de la caverna, del avasallamieot l
salidas hacia el sol de La B tltl' YI o~ra, cuando más, ¡¡(lnidad que retira a la clase y a los sindicatos. Pero esta
hacia la comunión del cornbs t a, iacia la fie~la re\'oluc rJu¡),(liIl1. en el plano de la descripción sociológica, no ofrece
,tantd6s¡',ele los cuales conservaa ej' /~~:~d~OSy j!uneros dl:lIlll11lic1adcon respecto a la que encontramos en Lenin o en
os as grises de lo práctico' t d emoo ,rJl! "dlilogos empíricos. El lazo entre el partido y el grupo de
la pr6xima salida. Doctrina ci~njr ": lJra~le la larga es h (,;lIt (es decir, la rebelión en su fase inicial, el grupo en
sel,lido estricto más que en el t~ot~t~ UOI~) IPermbanento, r'(1,~:11) lII1c6 posible combinar una Illosofía de la espontaneidad
a a, soledad y al avasallamiento sin a, ~ 10m r~ no II~ I .. masas con una justificación, indirecta y reticente, del
vencida, vencida ya por la vi .e. o por una rebcl16u "11 lidl) lotalitario. Estos compromisos con el marxismo-leninismo
segundo caso, queda por indo ct~lHl~ya por la derrota, p: I ,illllllan el pesimismo sartriano de El Ser y la lada, el cual
Clones y has la las inslitu " icar, 51 no preCIsar, las 11';"1.1, II pesar de todas las concesiones de origen politlco, en la
ción de In reheli6n y In eI(te~ que representarían la Crrlll'(I,
una atenuación ele la i~er~i~mlOaclOn, ~, si esto no I Itlendo por pesimismo la fatalidad de la alienación, 11I'e"a
qne parecen Inscparn bles de 'Indel ~lodmdlsmo y d.e la l'~III,'si{)J1de la contradicción irresoluble, entre el para-sí y el
tiple. socic a compleja, difusa, 1'11 I "La alienación ¡ utulamental no prooiene, cumo podría ha-
El pensamienlo surll'iann oscila '1 CIII. creer El Ser y la Nada, equivocadamente, de IIna escogencia
allernaliva, más cerca en I r e~le os dos tórminos ele PI ,tlllIl: proviene de la relación uniooca ele i'/'llel"ÍOI'idad que
gundo, condenndo H su ~. pro un o del primero que del 1111 al hombre como organismo práctico eOIl el medio que lo
demasiado del marxis,~05~~~~/1 segundo para 110 distan rlll/' u" (pp. 285-286, nota), Esta Iórrnula, oscura para el no-especia-
mero en virtud de Sil lntima t Il~mo,'6slempre ele regreso ul Ji sirve ele conclusión a un análisis perfectamente claro:
sacie",,«(1d, sor 1aIista e,'radlc{l/'(;
. meI mact ." n" . -c 'E tI qu mee,ida
é i .. ¡;¡ agetuo prácttco (el hombre) es un organismo (un ser vi-
¿En qué medida LO$ oh:elo~ : /,/O!"lsmo. bajo todas SlIS f \1 lile) que s« rehusa por 11/1(/ acción !I cuya oaptactán objetiva
cián, serán disl/ollos ('ti. JU1U; v(~'ICI;V~S, sIgnos, de nuestr« d, ,1 mismo lo descubre como objeto humunado, resultado de
('11 donde 'as línieas relact , e OG,(!/CIcomunIdad Inlersn 111111 operació7t, sea ésta 1171(1 estatua, 11710 uulqtún« o Sil intt'rh
entre ello» I "ones lea es serán. las de / 1m ticulur. Esta materiallclad inerte del hombre, como [undamento
Itll1nalla á;. '~)e~::In;'~~~:l"m:~ida la n,eces/dad para IodO: 1/(/".",_ tll lodu conocfmIf>lIl,o de sí por sI, es, pues 1/1la alienacián del
la reonrrenctn, las fu as 1 ,~n~ totalldad (]r'stotallzada manu fll/lllcimiento (/L mi~'lIlotiempo que L/II cOlloclmie1lto de la CllIetlO-
Id
limites de la 1I1lifjo(J~(Ó u. !~d tan;o, las unidades-objeto.s (iblcI),¿Qn(' revolución podria suprimir esta "alienación
('apila/istas de alienaciÓl:' d1:ell a erar.
de l,oel as 7as f armas d" a/iellació
( 'Je aoaso
i: desaparición dl'
IG enüitcars l
1'/1'11"
I ularnental", que resulta de la proyección ele In praxis CII In
IIlllcl'ialielad; materialidad por cuyo intermedio la praxis se conoce
"(.3 e eOll a SIlI"
pregllllla, el senlido común S 11 p. 49, nota). A esta ú 11 'í misma, se conoce alienada y adquiero 110 conocimiento aliena-
no. S~rlre ha dado al sonlrd ar,tre ,responden al mismo li d ele sí misma?
Motol'lulidnd, sCl'inlidad ine . o ,com~tn argumenlos Irrofut

pl'{Jl'IS no so desarrolla r:
de I~ soeialielad, y lndavía"%aás(;°d~tltuyell ~Ie,menlos inmed
con total libe 'l. soclRJldad moderna,
~s decir, en el combate', Una \ e' I aá SIII'lonegando la sociali
• • •
ele In violenoia. z m s, egamos a IIna fil La tipología descriptiva de los conjuntos pnicticos nos ha ~l~-
En realidad, Sartre se mantiene 1 e," , 'Itlo, imperceptiblemente, a la experiencia crílica o al amíhslS
no que marxisla. Gracias a la d.' ~n ~ 'dtl1ca,mucho mas sarl I lscendenlal de la sociedad. Inevitable retorno: en tanlo que for-
clase (In clase obrera como IS Inel n e lres términos 1I11I!; de sociabilidad, series y grupos le parecerían al SOCiólogo
unidad no lotalizada de m el~~ri~o! Como unidad de situad I pos ideales, enlre los cuales se sitúa la mayoda de los conjuntos.
0lbreros.~ y grllpo-,ie-combate lI(1~~1~ld~d),) if'st~1I0j~n (sindi :ntre transfigura esta distinción en una allernativa ontológica
e parll o, recuperaci6n organizad sOdlelSl' un. a fllos6fica \ ('XiSlel1cial al mismo tiempo: pasividad y acoi6n. exis y praxIs,
a e os SOViets, y le aCLI ,dienación y rebelión. Los dos tipos ideales dirigen los movimienlos
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1 \

de la dialéctica de la p .' I ., . tcncialismo un siLio al margen del marxismo, Illosofia irre-


inerte a la reb~lión a íu,\I~ a . o I?racuco-inerte, de lo
I ~1:11 de nuestro tiempo, Pero. en senLido opuesto, ¿Cómo des-
mente?) ,al culto de' la p~~s~~~'\~~d~nes y, qlliz~ís (¿CI Iln~,l-cr la diferencia de tono a medida que la experiencia
La odisea de lu conciencia ,. f l' (llt~ so desliza de In rebelión al culto de la personalidad? Con
Pl'Úft~cos,¿condl1cen, l.'1t el 1;[(1::0 ~~olfti~~o
o a IZCJluerdismo? En el momento en '1
~fn c1~.
le od~ur :O~ ,f Il¡.elión y el juramento
I1 1111~iún
comtenxa la humanidad: en el grupo
se expresa la actividad pura, todavía no afectada por
~\~~D-¡,'In d{'duc(.,!ón ,trascendental derU~ujlo
('~ a, en apanenCla, lu colaboraclé
e pd:oh/"
. , 1Jf'1·~/..,,~I.
¡" iJl' rl'ia o la pasividad. Tal vez la rebelión se degrade inevila-
~ JIll'nte en revolución y el grupo en lnsutución, pero no por
d partido comuntsi» Sart f' n, a pesa¡ Iln 1 ~t.\ degradaci6n necesaria deja de ser alienación o símbolo
pertenece nI 11crílldo ' o;l_s~~li~.Jrlnu .exp](~itamente que I
del culto de ti persol~alidnd In~l'
Imposible antes do In
mismo en que el rnarxísm ' P~SI • e para lodos desde el
"1' 1.1 alienaci6n, El hombre es libertad: ahora bien, es en la
«(~I"linn -aclo puro- donde esta llbertad se manifiesta sin
del partido COlllullisLa' Tr~~o:°l, ídcnllsmo
cillt':~I1~~(,\~1 voh ~qlll\ ,)('0, El hombre doju de ser el enemigo del hombro cuando
(l'(I IIOce nl otro como IIn socio en una empresa. común y cuando
Sil propio ('!'flicn, [)c;>s('ubdelld(; r ns~ sta l~lonll, se C()l1
lo de la persol1alid'lcl I bí ctldospeCLlvamonle que (" .1Iulqllicr otro deviene tercero mediador entre otros dos, Ningún
e HI a marca o una fa . , Jlh "011'111no sea el que todos designan espoutúnenmentc con
proyecto socialista el filósofr _ se inevItable
estampar el selln de la necestd eTPebnabn toda su virtuosidl1d f)h "1 ele una turca singular, Ningunn instilución que establezca
horrores había negado a t ' Be so re un poder absoluto lIJlI icrurquia y que reduzca prusls a [unción. Se trata de In
1(.!rere táe n dI'() o (/ postorior},
< n enornlcntC' y que ( 11' 11I1L'llologlnde In multitud revolucionaria, Por eso, 110 se equi-
a h ora exorCizaba
'
\'11 I Epistemoll al VOl' en ella la descripción nnücipuda del
Esta lecturn de In CrU'
Ílllica poslblo. CiCl'lfln101l10' I~~~.
é',sta oblicue el trlunfo 501,1"
1t~(~I~~IJ~llim(¡s
te
visto,
a e e u ext« y la
nn 1111'\ uuientn del 22 (le marzo, Sartre había de entrevistarse
I'IBS con Cohn-Bcndn, jcfe que no queriu serlo. hombre entre
en

In< hombres, tercero mediador, por algunos instantes n UlgUllUS


significa que 01 partidn lrÍl~nr=q~~~~, lo que en, cierto <.'llIallas, entre los cstlldiantes 'lile, por decenas, centenas, millares
",0 siempre es, en cuanto tal or le ,8 clase. 1 oro el pa 1., c~l1ían por expresar en alta voz, alegre' y sin reserva alguna.
Esta se encarna en el ' ~ doquiera y SIempre, la
vez, coincide con los so\'Frupo e' c:omb?te y este último. a 1, "lll lodos ellos sentían o anhelaban sentir.
ele ~rgnllizal'sc com'!) , pa'~'i~io('oc la l~lllllllU,d r?Vol."cional·ill, .Scria necesario decir que Sartre ha debido Inverth tesoros de
pnrlidn con 1111 (in siendo . cm lr a a lnsllll1CI611 sindl solbtic:a para justtflrar 11 01 marxismo-leninismo, Stalin, los campus
Hiede degradurso ~II inslll t1P¡6'OIlLI~mll1le.aocíón, pero 1 d, concentración, por no querer percibir otra ellcarnuci6n de
¡ ti necesidad del culto o la lI~e..n' ~I! ¿fal' de loer en la 1.1 \ oluntad revolucionaria? ¿Decir que> no tuvo paciencia para
(.'~I c11~ la exaltación de In l'!b i,(~lUlcll'i ' nado impedlu clesel • 1'1 mI' el izqllit·rdislllo, In rebelión, de Ilcl1crdo con S1IS scnlimien-
('Ión Ulfatigabl(" de 1111 1'0.~ l. 11, ,.e comba le, ele Ja rCCl! I J) o diría, imitllndolo, que sí y no, "~[omenlo perrecto", el
, IIpO en fllsión !lC> puede dmar, tiene In pureza dc la ilusi6n
poclrfu llegar n admitir fa ~I (lo I sle,:!pl'e vano pero CJ
11 u:a, deja exallul\l(;s recuerdos que hOnln surgir clespu~'s, olras
y, por consiguienle, sin (ue ~11'°1u Sin renunci~1' n sí m
humanidad, En reSllmen IJ e .'/' lombre renunCIe n su If ¡'clicllIes surgidas igualmenle de la imposibiJidad de VIVir un~
izqnierdisla COI11Q '\ Lu;a< I 'L' 1('(1 sC' pr~sla tunlo 1\ IIna lect \ Ida imposible. Otras rebeliones, porq1le ésla se ha llevado a SI
lC .tI J
t', llé! (10 Ins ' cc lira mt\r)nsta-Jenin' 1
dos lmdllCo con ' ',", 15 R.
elo Sartre, conl'ormt\ndose 11l', "Il1~YOI fIdelidad 01 pcnS8m
Illismll a la perdici6n, vtolima de sus enemigos o ele lu l1.ecesidad
di sobrevivir, Soeialmcllle, es 01 paso de la organilf.ocl6n a la
gunlas no implican IIna re us IIglllosa!11,eute al lexlo? Tales lilución 10 que martn la cuIda en lo práctico-incrte, In inslau-
pretación marxistn_leninisLiueslu calte~onca, En favor de la in 1 Il'ión de L1na jcrnrqllíl\ inerle y auloritaria. la condena de la
soberano el 1)ap Id" se] puee e Ill\'ocur Ja nocesidad d.,. I '.Iyoda a una I1m.d¡, pasi\'u, a IIna obediencia an6nima, Humana-
, .' e eC1SI\'0 (el gru lb' \(:111c, la lragedia de la rebelión comienza inmediatamenle, en el
~,'rmlno en la cliaI6ctic."1 de I ,11 po ce com ale. como
IlIstitución, eOIl las pror'~lIcionfl, Ctse ~blrera-e;t:is )' del sinclic.'a
es c.e esll Cl necesarias para
1IHl11Knlomismo on que el apocalipsis se acaba. Cada tillO de
Ill)soLrns se despoja de su Iiberlad a fin de asegl1l'arse conLra
1]0 /2/
ella, a fin de garantizarse a sí mismo su propia fidelidad. ' .. di "dual y el culto a la personalidad. <? la
simplificar, hemos escrito varias veces, el hombre o la co (nle. la prll;-·n~.10 1\ I lo ue no aporta el primer
es libertad, pero hay que entender bien que ni el
conciencia son a la manera como son las cosas. La Ji
pertenece a la conciencia instantánea o, lo que es más, la
111 c1cncia exigma,
í'~:I~:
~. 11 la superación
clland~ menos'l
la dial~ctica que Ilustra c~n :1
.~ de Sísifo. ¿Es acaso
1~esarrollo de las fuerzas
ele. la . escase: ~on la ropiedad colectiva de los
tituye. Lo que me obliga a prestar juramento es que s610 ¡11 luctivas, por consdlgl1l~6nte) e la l:¡cl,a de clases tolalizará. la
puedo responder de mi mismo puesto que mi praxis se lOS de pro UCCI n qu ,. '['
¡lI~II'U~en
J¡1~lllm\entera. (unel' Io Ie ssentido , direcclón y conclusión a mismo
tará mañana como lo haco hoy, sin que su decisión presen
aprisione. (IL 111)0.?
Aquí 1111 cabe equivocarse: el problema existía pura
antes ele que la guerra, In ocupación, la Cestapo y la
dieran a todos el sentidu de la conciencia angustiada por Sil
pla libertad. Conservo el recuerdo de una conf erencla de . . sibles, del pasado humano,
Snrt re en 1938, en las veladas Iilosófícas de Gabriel Marcel, Puede tener una VISión rotalizante, entre OUI1S POI'. 10$ sociélogos no
. d ordino.rio son su IClenu:s 11 ,
tenía precisamente como tema el juramento In. Para entonces "EsII1SconsideraCiones, que e . llaib ilid d de las sociedades funda.
CI1 éste una especie de mistiflcacíóu. hor
¿Si
nocesítaré jurar? ¿Y qué quedará mañana de juramento, si
quiero, por pueden, evideOleme~le, bfunddar la IOt~e!lri~i:ncs vaglU y tratar de ímpul-
mentales. & necesano a an onar esas "
quiero? Todo jurarneutn, en último allálisis, parecerla 1111 j I -ricncin dialéctica basta este terreno . \
sur a expc. . dío
monto de borracho: inútil CIIFIIldll estoy en ayunas, Imp
cuando la botella me fascina. Lo persona no tiene ni vida i
"En realidad, el ser-judlo de cada !ÓU I •
de los mlernbros de esta ngrupaci n pe ([ICO'I
a',
/18r/1I1I1/(IIllr.jllltra.de'lf.I!/,.cl.I)I'"
lnterre' no es evídentemenre
,
rinr, puesto que la concíencta os esencialmente oonoionoiu un "grupo" (p. 3(8). , 'iU nm ((ldu uno, el sar-on-e!
algo, rrascendencta do lo dado hacia el porvenir, ni unidad En tul caso, o/ Jcr·rom,m·¡{e.c!alll no es m ,p d ,t nto
II'OVós del tiempo, puesto que 01 yo es I1n objeto noemáuco, li d d 1 ser 11II.0IrO./llgllr de ca a uno. en a
nJo¡{,o,dlJ.c1I1Jlli cs. en reo 1 a. , c:. • de los Otros y el
horizcnte común de nocsis sucesivas, en número indeñuldo . do como el Otro por In sene progresiva .'
El humunismn de Sartre -lo ((IIC' (:1 mismo ha llamado humo que es IISlgDA . que él aSlgnn o
Ser-Otro de Clldtl uno 1\ su pues 10 en su sene, en mruo
mo después de J 9-15- no conoce ni vida espiritual (en el sen los Otros. (p. 356).
religioso) ni a nadie. Cada uno es lo que hace y hoy no
Unidimensional, dirla Herbert Marcuse. raxn
lo que hará mañana. Tenernos entonces que la Iratorn és . habrln debido escribirse: "El desarrollo de una P •
dev lene terrorista no por accidente, sino por necesidad. El ~~ ~~e~Cese~:~:' que tOlolmeOle libre o totnlmenle alienada". At menos,
1'1'l10110 110 puede, 11 monos que lo hagu de molo fe, jurnr
11O beberá más, ni el jugador que no iugará más, ni el mili ése me parece ser el sentido de 111 Enlse. 6. I respecto {\
que no traicloIl31,.í¡ pero puedo, gracias H su juramento, trans Creo que S nr ere ha reconocido la. insuficiencln tic su an I SIS
Sil voluntad actual a los otros y querer 01 castigo que los O este punto. . . d I anállsls trasccndcnrnl. LII scclelcgtn
le infligirán con perfecto derecho, puesto que no harán En lodo CllSO, ni nivel sartrrano e. ndo eSI1I5.lirercncias.
cosa que ejecutar In decisión impuesta por Sil juramento ...... HU.. . I llar
crnpiricn luce resa I en mayor o menor gr , I '//er pues en In
Ln rebelión comienza al grito de: libertad () muerte. Con / b 1 vo francesa J ellCJ1II1I ,
Hemos traducido como a/1 11 c~afJll o Z I connomción que do o este
con el juramento: fidelidad o muerte. Es mi hermano, mi expresión de Aron se jucgn l'Vldeoc:mdenrlccon'a:lI11 o se" tos «!SUOtOS mM
puilcro, el {Jlle, en contra del fl1luro impre\'isble, en con I ue ha desempeña o a (111
\'oc:lblo e I pape q '6
• R
tlrlicutarmente en la evo.
mi propia libertad, me da la garantía de no fallarme a mí desposeídos de 11, sociedad, e~. la rl'Vol~cl n, P 1 "cncannlhlrSc" del ca.sle.
¿C6mo escoger enLre las dos lecturas, la marxista-leninista y I '6 Francesa. fuI! connotaClon no eXiste en ~ (N J I T)
izquierdista? Ellas se implican entre si, como la Iiberturl y UCIn nudo es un[vocameole peyonlllvo. . 8 .•
llano, donde el se , I lobo nO mata n su scme.
lIecesidad, la dialéclica y In anlidialécLic:a, el grupo en fusi In, Símboto mul escogido ya que, en In rc"l.dlltl, e
y In fl'alernidad-lerl'()r, la organizaci6n y la iustitnci6n y, fi ¡nale vencido.
f2J
11
Justificar en d ~entido preciso de que nada d
políllcnmente lo Ilevcba n rompe 1 p e.lo que conden3ba (~rlruLO V
(11 d ( con e anido Comunista o
C:SIRltlto e rcprescmonte de In I b n
')
J -. .... CIlSCo rera y el socinlismo L. \ ¡mAl) DE ORO DE LA CONCIENCIA 11ISTOlHCA
n liI semana . '. .
s,artre,
SI.~len[C, lome el mismo tema )' discutl ,
os
13. :'cr.e~os más adelante cómo In cscogencia aislen' , d .
,"dlvldual. ClO a una unIdad ..,

L\ 'lI~onit\
de IOIi conjuntos ¡míet leos es parte integrante de
1" 'lile he llamado el mmxi.mw comnrehenstco. Los dos parles
Ol l., obra están dirigidos a crlllcar el marxísmo-lcnlnísmo, tal
I !l1I lo utilizaban I los comunistas
durante la fase stalinista.
Cutico, una vez más, hecha doble sentido: refutación
CII 1I11
di IIl1n inrorpretación grosera, ca ríeaturesca y, por otra parle,
(11 lamento dialéctico, a partir ele la libertad individual, de las
1l'~IS marxistas (o aún, CI1 términos di fe reu les, puesta en cviden-
II d(.' los esquemas ele iutcllgibilidad que hacen posible ('1 mate-
11 tismo histórico).

~al'lrc se propone reintegrar al interior del marxismo, presentado


l"lI1() "la Iilosofta Irrcbasablc de nuestra época ", lodo lo adquirido
p, las ciencias humanas, se propone también esquivar la salida
Illalivlsla do los ueu-kanllanos, crlticos de la Razón históricu,
,ti rlescubriruos tilia Raz6n dialéctica que serln, al mismo tiempo,
l' principio de In inteligibilidad en In historia y el ndvenimlento
d, 1" Verdad por In Hlstorla.

* • •
'Si la filoso/fa debe se/' (1 la vez totaltzacíán del saber. método,
Ir/,,(/ reguladora, arma ofensÍila y conumtdad ele lengua]«; .si
• ta H¡;/sión del mundo" es también un Instrumento qtu: despliega
11labo¡ en el se/lo ele las sociedades ('al'colllida.~: .\/ esta con-
• pe/áll singl/{(II' de l/n hombre o de 1111 g/,,/JO de hombres de-
I (11(' la culturo y. en ocoslones. 1(/ nauualeza de toda tmn
I fase, es eotdente que las épocas de creacián fllos6fica.\ ~Oll
'/1'(1$. Entre los siglos XVp 11 XX. oca tres, que designaré
'rm nombres célebres. Están el m011}pnto de Descartes y de
l ock«. el de Kant y Hegel, y, [iualmente, el de Ma¡s. Estas tres
, •
1-11
125
/ilOSO/tás tlerienC!n cada UII "'
de todo p(!nsamiel~/o ,a en Sil respccttco tumo el /)/,óclka tuvo como "C',\1I1Iadola transformación de ésta en
son irreIJasables hasta P:;~lt~ula,. y el horizonte de /o~la y 1" IIIplrismo sin principios, !J de aquélla en 1m Saber 1JIlI'O y
p.\'p!'esíÓ~ 110 haya sido l'ebas~a)/fO'l(nento htstorto« del e 11"/. ¡¡('(lelo." El marxismo, ell tanto que tnterpretacíán ¡Ilosó-
Esta Interpretación d I r'l p, 17), p. I del hombre y de la historia, debía necesartamente rell('-
mento de la 1 't.' e a I osofía como expresión de Ilt'I/I\ precol1repclOl1el; de 1(1 planificación: esta imagen inmll-
lLS olla se remonta a H I S
d e tilia manora burda v .< ege .. pero artre la ¡tJí,! del idealismo y de lo dolencia ejerció sobre los hecho»
Doscarles-Locke se '''II:a'cteOI~ngor, casi ridícula, El 11I1t! ,iolencia idealista, Duran/e años el intelectual morxtsta creyó
n.cge I-Kant
'u ~ ' ...c U' riza. pOI' un diI~Iogo,
igualmente 1I el "~,' M 1I1Ja a $11 parndo ciclando la experiencía, desentendién-
5610 la filosofía irrebasablc d,camente ~rarx, I'epresentol'i ~tl I de los detalles engorrosos, simplificando groseramente los
uun a pesar de que ~Iarx aO nlle~~'a época. Fílosofla ¡ da y, sobre lodo. concepíunltzando ('1 aooniecimíento antes de
aJ estudio oconómico, Illstól'icPartll. d~ 184~, se haya huI ¡fa I'stllCliado". (pp, 25-26), Al marxismo-leninismo, que, apo-
1~l1geJs (a quien Sartre trata
yoría de los marxistas ) "
d o sOCIOIÓgICC), y haya el
Llrnmentc, como lo hace
rll I , en sus esquemas universales, abstractos, conoce lo real an-
Ir' dI' haberlo estudiado, Sartre lo bautiza, siguiendo a Lukács,
('ritos propinmclll~ '{jlos6trJSlf1os), In responsabilidad de' CWl1) nscudo-jílosolía e idealísmo coluntnrísta (p. 28), Se dos-
E ~ l' ICOS,
. ¿ n que orma el marxismo "t I l', " l
SICSl!-, 01 método que suministra
¿ omo puede pasa r
°r Iza, e ,saber? ¿En qué
a as crcncins de la na tura
pi rcle de ello que "11110 de los caraotrres 'III(ís SOl preudentes
¡I, uues! ro pOC(/ es (/VC la historia s,' hace ,\in conocerse' (p.
é

~!)) Poro, Inmedlatamentc, Sartre agrega: "SI' dlrá, ,~IIIduda,


nenle como teorla 'el/or una ~~J,e~l'eTtlll~dol'lIde In Razón? 11" ~iemprc ha sucedido lo mismo; y ('/J/O ('I'{/ verdad busto 1(1
suministrando ti las c,;m~ pm,,,:~ ,levo ucíonnrla (el marxismo \f inda mitad del siglo pasado, JJlISf(l Marx. el/ 11/1(1 1'(l1a/)l'o,
tos 1 netas SO('¡a es tanto probl ' /" () la [uerza !/ la riqueza del nUlI'!\'i,~'mo (,OllSi"',," en (lile IIrI
s Y CSqllcnlas, y Sllll1inislm tamb', ~,!,a5 como
orgullos revolucionaríos alllé ti 16n una \'151611elel rnun li'¡, la tent atluo '/IU15 radiooi por esclarecer el tuoceso histárlco
011 lodo el mundo) eier 11 ,ICOSy ,a lIumcrosos IJ1 ,'11 ~II totaltdad, Y hace !la veinte año« que, al contrarlo, SIl
Unidos, que SCglll; ¿u~~~e"na l~lf1uenola mediocrc en los Esl M'/II111'(1 oscurece 1(1 Iústorto: SI/cede que ha dejado de tli'vl,'
lórico", En 'la Unión SO\'i6tfc~r enacen, ~ uuestrn "momento l'lIlI ella 1/ pretende, 1'01 0011s('/,001Ismo IJ'II1'o('1 áttco , reduci) ('1
('11Iturn, la PUl'Uliza Nunc l' el mnlxlsmo, más que nn { III}io a la itlell/idad', (lb/cI),
ni en 1867, en el ';~omen H e mal'.~¡smo ha totalizado el U marxismo, "f'llosof'la lrrobasable elo nuestra época", mono-
después. Lo CJlle es más lo ,de p~l~IICaI'SOEl Capila/, ni Iarn Jlfllizado por una burocracia obsedída por la planificación, hu
filosofía --en el ~cnlici~ e mar xrsmo so me unloja monos d, vcnerndo en IclenlilmlO roiuntaiteta, no produce nada más, os-
K
obra de Descarlcs o dc n que aplicamos esa palabrn !I l rece el conocimiento de nuestra propio historia. Dobla per-
negalldo 'n filosofía (al me anl- <l1l7 IIna manera de fiI
la diferenoiA entro I1 I nos l.(!ue, slguelldo n Kojc\'e se
1I11llT al hombre conocor la hisloria que haco, En ronliclncl, nnclo
, ogo V IvIurx) , III cambiado, Ot'spu('s cumo unles, la historia sc huce sin cana-
1...11 nfll'moeión sobro el o " " I rse, La regoncración del marxismo, tul como S~\I'tre In ltugicrC'
de nuestro mom~IlLo hist6~~rxlsm() como "¡~'l'obasablc fl \ lo emprende en la C/flie(l, tienc por principio lo que he IIn-
de la afirmación sobre 'h ICOI VA ,acampunada dial ......,,,..,,,,uc .... filUdo I1n marxismo comprehcII!/ivo, o UIl marxismo fllndado sobrC'
realidad, Sartro apunta m<en~~ceroslS de In leoría marxi compl'ehensi6n (en el sentido sal'll'iano ele esle lúrmino. sen-
~os. soci610gos occidentales (ue al marxism? tal como lo ul litio quc, en el plano epislemológico, IlO (lifiero fundamenlal-
IIltlmos lal como se eXPI'csab' a IoSI marXistas Icnlnistas y ll¡l'nlo del sen licio dilLheya no), "C lIalq lIicl'a qUl' sea !tI cliscipli1lf1
\,'$1 I
,1 110 se la deleuido'
'. prec' an en !1 ó!)oca s la l'Illlunn., '
"El 'JIIslderlldlJ, rws 110ciom's /luís ('Iemen/alr'/J s('rían illcompl'ehen-
d Olle cambiar ('{ mundo j)~:~mer~l,e porque es/a filo,lwfía se 'Ihles sin la inmediata comprehensi6n del pl'oyocto qu(' las slIb-
o de la filoso/fa' 01" IW lene elJ miras 'el devell I,ellde, ele 1(1 neg(lllvirlael como base del proyecto, d" la frasce7l-
II/gar e/l P71a ulla 'L':"d:JJ~~'aes y, 9uiere ser práctica, h(/ [Pllcla C011l0 e:rlstencía fuera-de-si en ,elación con el O/ro-
de 1/./1 I(ulo !I la praxi.s dRI 01eSCISIón que ha ,arrojado la / 'III('-S[ o que 1I0S es dado !/ tellc.mos que soportar y el Oll'o-qlle-el
ro, ,. La s('paraClóll entrC' la IlOmhre, del rebasamienlo como medl(1('Íó11 elltl'(' !J ,,, signi-
126
/27
/icadC'Íóll práouoa. de 1(/ uccesidacl /iIlOlll/f?r¡te
ra- e-si-en-el di' como
J ,,, , I? Si ésta DO se hace efectiva sino fuera de la producci6n
I . -~1I/m o ae /111 01 ganismo práct leo' (p 1.0-)
[ dHlrXJsl110 integrnudo 011 &1 una leoría de ln ~o or, u.tl rinl ¿para qué entonces la propiedad colectiva de los ins-
,1m al' esta teorla en la libertad el prorteC'LOo el 'd e pro dUCCI'6?n
11111IlIlenlos
Ietener, a peSAr de tod I ' .. ' , "\.ll'lre acepta el esql1em~ marxista de] devenir hist6r~co (fuer-
IiLulivas del '" o, as propOSICiones mus gcnorals, l' relaciones de produccíón, lucha de clases, proletariado, ola-
lucid marxismo
rec ucr o •'1 lo es enciat, en Sil acepción corriente
,metal de ~ '
'1 c l' contenido ele Cucsuone» ~ 1 cendente, etc.). Constata que este esquema, manejado por
in'ebasable"? Q Id I'Lll'CJI.:rntas, lleva al voluntarlsmo en la acción, al dogmatismo en
t e ¿lQlllé CJJII~clJn del marxismo., "filosofía
oc 0, a I( ea 110 dem 't 1 l' , ' ue u, 11 I 'orín, a una explicación metafísica de los acontecimlentos, a
que el pl'olelariaclo repr~~::tatl aexl~IC,ilu.lTlen~epelro implíCita, 1;11 Ipretacíones arbitrarias de hombres )' obras, insertados por
pertenece el porvenir t e US~ ascenc ente, n la dl do en conjuntos colocados sobre lo real y no elaborados
sielón clefonsivn es y' s¿
luego la id i el ,,'
s~b~
la dhurgl]lesJa.reducída ti una
O~11 Cune u por la Illstorla. ()
(pll vistas a la comprehensión de lo singular y del lodo, Más
gl ,todavln: los marxistas-leninlstas terminan por olvidar la hu-
¡'¡slórir'o (, ea: I~ av ia '!Ienos ngurosa, de que "rf motel' 111. uídad del hombre o la libertad de la praxis y de la fórmula
(,;, 2..J), surmn strn) ,(1 únlca il/tf'f]Jl'c>trtclólI t'(U¡df1 de 1(/ h .
dI' I';ngcls rellenen Lall s610 la segunda parte: "medio dado que
Sartre resume esta rnlsmu ' t " '6 ' lo ccndlcicna"; olvidan la primera: "los hombres hacen su his-
('11 frases como éstas: "FI' J 111 [1pi elaci 11, citundo u
L 11111,1", El hombre, rebnsamíento y libertad, desaparece del mar-

(' uüelect ual" (p. 3(1)c 0r


1('/';01gobielllo ('1/ ",' ,,"1 1 moao e e producctán de la I
l d~l(:~Cl~T~!Ic)eI'·.la nida 110,",(11,
\I'lIIo-lellinismo, cristalizado bajo In Iorma del stalinismo.
hto ha servido para CJlIe Sartre reintroduzca en su marxismo
.'1/11 tese, vas los tesis ('1; }/Ies~(/~l\ 111, ,lIe dlrlu: que 0('('1)t - mrxismo auténtico si se CJuiere- el pluralismo que los neo-
hombres mismos ,,,,('(.;/ Sil "/t
por IW,~l'ls en carta a Mar:\': kuutianos, Dilthey y Weber, descubrían a nivel de In propia
10.\ condicionf1' \' b -t s 01/(1, pero ('1/ .'111 medio dado rt dldad histórica, en tanto que dato inmediato de la compre-
rlo ros, I, o I 0.\

' j ante . este text"o 110 es el e Ios 111 1'i16n,o como una consecuencia necesaria de lo equívoco, del
en pue,(e S('I o sieto de 11/1IIIef()Sa~' intC'l'pretat'iones .
('/{'~t
o, /{Iy que (nleuder que el lb/ ' uuúcter iudef'inido de lu realidad humana ofrecida al historiador
si, ,!or otra parte, ('S fa Utstorta la (file ro m re .l/l~c(~e 1(1 I
l·s ele 't S p, (0)
'Itare a (0 ,
n II sociólogo.
, I UHA1.ID.\I) DE I <\S SICNlFICACIONES: "", Cada aoto y cada pa-
y J'~laeio~I~~(:II~C1;1'~~:~~c~I~,den la. cO,nll'~dicción ?nll'e' f 111111(1 tlenen UlIlI multiplicidad Jerarquizada de significaciones,
I~s an(¡lisis de m
Capital q,lle ~~dPta, tnoluso, sm reticen
J, /. /j esta plrtlmide, la slgni/icaoió11 inferior y más general sirve
prl'itus bien dotados I ,c,u},a. ev I encra se Impone a los ti ma/'eo a la signific(lción superior y más concreto pero, aun
las fórmll/as mlll'\.~~n~ SI;:~O ~~~~ildes~crs~lumOlllal'i.os,Poyo ti ('I/Imdo ésta nunca puede 8(/I/rse del marco, es imposible dedtl-
Sll propio lellguaje 3, Una I~' ,~ar/~~. SII1 tradUCIrlos slCJuiera l' la de él () a él /,pdlldr!a, " Convendrla estudia,. esos caraete-
c¿.lobl'e texto de lar\; en SOI\ a, sd
l emba rgo: cuando ellu I con()t'cf,os sol:Jrl' la base del mo'v/miento ('0011ó1I11co pel'o sin
"El reinu ele In libertad n una n?la el tomo lIT de El d ,\(,Olloce/' su especificidad" (p, 69),
se acaba el trnbaJo impl1es(~com~Tza. do ,heclto, sinu C111í IIU1EDUC'l'IOILTD/\D DE 1.0S SISTli:MAS WEOt..ócICOS: "Este ejemplo
terioJ'; sc ellcuentJ'tl cl1tonc~s POI a li~cdldid y la finalidad
I III/('stra lIasla q/lé p,mto el mar:rísmo cOfltem'pord71eo se equivo-
clllcc.i6n material p~'op¡amenl~ ')?Sl 11" a e a esfera de la 1 I ('¡umdo descuida el contenido particular de 1111 sistema cul-
que siembra In incertidumbre' C,!~la • agrega IIna observa 1"1'(/1 y lo reduce inmediatamente a la Imlversalidad de lino Ideo-
lodos /11/ l1I(IJge71 d(.' libert(/d I:e I Oí' pronto como exista I'~I(/ de e/ase. VII sislema es /In hombre alienado que quiere
modo: l/na /i/oso/la de la liherta a, e mar.\'IS1110 se habrd I,IJasar su alienación y se enreda en 1)alabras alienadas, es 'ltTIa
nemas nillg,tn medio n';ng,íll ins"c/ ocupará Sil lllgar, Pero no 1('111(1 de conciencia que se enCtlenlra destliada por sus propios
periencia concreta q;U! nos pe ';"7npnto il,/te/eclual, llillgll1la Ir'strumentos !J que es transformada 1)or 1(/ cultura e'/'l u1Ia Wel-
/11080[1(/" (p, 32), [1;1 sartJ'ism nny,¡
co['cebtr esl(I _libertad ni
cuentJ'a desgllarnecido hastn 0, I oso la dc In Itberlud, ¿se
I nschauung particular, r es al mismo tiem1JO una lucllO del
¡11!llsamiento oonll'(/ SI/S inslrumentos sociales, un esfuerzo por
ese punto para concebir la li t/;rigirlos. por despojar/os de ct/anto contengan en €'Xceso, pOI
128
129
obligarlos a 110 ser sino Sil expresián. La consecuencia tic; .'üca se ocupa en tres ocasiones en las Cuestiones y ofrece
contradicciones es que un sistema ideológico es 1111 il'rcdllcl ~k
,1'
1M
suluci6n o UIIIl pseu el o-so1'6
UCI n.
(subrayado por mí, RA.) (p. 76). 111' 1 critica hecha al marxismo contemporáneo nos es dada a
lRREDUCTIDTLID.\D 'f\~lOIEN DE LOS CA)[POS DE .\CCION, de los I',rer ahora: " ... arrojar hacia el lado del azar todas las de-
pOS socio-pollticos a la inf raestructura económica: "E" l'OI 'llaelOnell concretas de la vida humana y,.. no C011sel var,
uno de estos grupos, el mootmiento original es desl)iar!IJ 1; ,,¡~lolalizaolón
histórica. nada que sea Sil abstracto esqll~(eto
las necesidades de la expreslán y de la accián, 1)01' 1" IImlt
obieuoo del campo de 10,s instrumentos (tcóricos 11
'1' IIlliversuliducl" (p. 58),
(llll11IO la parle del azar,
Aceptemos que hay que reduc
¿pero cómo?: "Cuando se nos Ice:
d al
por 1(1 sobreotcencí« de la« SII!II'ifioaciolles caducas 'I I~ IlI1leólI, en 1(/1110 que i'ncliuidllO no 0/'(1 sll10 1m (/c.oidente; 10
mll~igiicd(1d ele las significaciones I1l1eoas (mI/y f recl/eill era necesarto ('1'(1 la dtotaáu:« 711lll/.al' como 1'égnnen liqlll-
POI lo ~ell1(ís. las segundas se expresan a través de! las pr/1II
\ parl~r d~ esto., 1111a (f~l'L'a ,~'l'1I0S impone; se trata de
'1'\)1 de la Revolllclón, milI! poco se motil'a 7westl:o interés, pues
1¡/I '1/)/'(' lo habuunos sabido" (IZ);d), La líqutdación de la He-
la ongma{/(Tad /~'/'~dIlCI/bl(' de los grupos socto-nouuoo« :'; lución por UII genero I ¿era necesaria? La Revolución Rusa no
~nodos If de dejinlrlos en su complejidad mlsma, (1 traoés h conocido 111111 liquidación semejante, ~nn vez c~nsu~ados
IIICOI1l pleto desarrollo !I Sil obiet inaoián desviada" (pp.
Los personas, los sistema!' ideológicos. los grupos socio-
y sus luchas conservan, dentro de este marxismo co
I~:
1 hechos el historiador da esta conclusión como inevitable.
adelll~tado, cuando más la dará C0ll10 probable. Pero. esta
pllluabiliclad de la dictadura milil~r no responde ~ las" exigen-
('.~/]ec;1lcldad, (JI igina7idacl, lrrcd uclibi7 idad. i , del cxlstenclallsmo o del marxismo comprchenstvo: Lo qu«
UI~ concepto gnralllizn lu rccoucíliaolón (011 derecho) entro :111 ~i('rm"os //los/rar (',~ que Napoieán era 7/eces~"¡o, que al
(;ond~OI?n?nll?I:IIOpor l(i~ relaciones de producción y la plllllol ,/¡'.wll'rollo da la RC'uol1w/rJll ha forjado a! mismo uenvpo la ne-
dc estas srgtu flcac!Cll1esirred uottbles: las 1I'If!d 1(1('/0110$. "V alér« r, -ulad d(' ta d/O/flcl'lll'(/ !I 1(/ persolUl7lda(/ ('IILer" de nqll,el q:ue
~m uüeleciuo! pe_querio-bm'gllés, sin lugar (/ dudas, Pero ti I}('ría (>j('I'('(''''a; es mostrar tambté» que el proceso "~SIÓrlCO
mt~leCltl(l1 pequeño-burgué« tlO es Volér!J, La ;llsllflnialloín 1/(/ preocupado nl genernl Bonapa~'le personalmente, ,Prc'vlOs, po-
risttoo del marxismo c07ltemport1neo cabe en esas dos { d I('S y ocastones (JI/e Ir' petmttieron-« !I s6lo a el- apresu-
(p,. <14): Para c?mpr~nder el. singular existente, Volél'y o 11 esta ¡¡(Iltldad/in; es mostrar, CIl l/na pala,lJra, que no se ~r~/a
b;.'t, es necesano reintroduelr en el medio abstractamcnto d 1111 unlccrsal (lbs/ rocto. de 11110 sltuacíán tan mal d~fm~tla
ludo, burgués o capitalista, múltiples mediaciones entre '1 [ucran posibles rarlos Bonapartes, sillo de una totalizacíén
la e1el psicoanálisis, n fin do interpretar la cxperiel;cia del Il('r('la l'n la cua! esta burguesia real, 11Cc11l1 ele hombres res-
Flaubert, cuya vida transcurre en el seno de esta fu 1, '/ l'it,iCIII('.~, dehia Iiquidnr esta Reoolucíán, y en dunde esta
burguesa, con una madre emparen lada COII la nobleza y /1' ,:nlllció1I creaba tiO propio ltoutdador ('11 La 'persona ne Bo-
poc1ru hijo de veterinarto. (pp. 44-45). 1I 'IHlI'I,e. el} ,si II pata sI -es d('cil' ?Jara af¡lw7!os lJUrglle5:C>S 11
Ji'ín~lmellle: <IEl e:\'Ístrllciallsmo 1/0 'puede dejar de (/fll'mm " 'l/S propios CIJO ,y" (pp. 58-59) Qnc la Revoluc16n haya CIeado
('spoc/flcidad del acontecimicnlo hístórico' Irofa de resfilu 1I propio liqllidlldnl', que Bonaparlc hnyn IIcvndo en sI 01 mundo
SIL jU7lción !I sus mlílliples dimensiones'" (p. 8]). Ahol'tl Illljeo de In Hevolllci6n Francesa, podrlamos ehrlo por sUP lesto. d
desde hace cien años, Jos mUl'xislas "Lienen tenclencia u no
ce~erle mucha impprlancia"; la máquina de vapor, no la
(,llll' en los heohos l,l haya tenido la ocnsión -él ,~07o-1 c s-
1,lblocer la dicladl1l'o, lo sabemos desput1s de consumarse os l~-
l
IIlC!ÓI~Francesa seria el, aco.lltccimienlo del siglo XVTlr. El u lOS, Nadie lo hllbiera previsto on 1792. Augusto C~I~le esll-
L.~clmlonLoya no tandna ninguna otra función denlro del
XIS~O, a. menos q.ue sea In ~e verifioar los análisis a prior;
I Iba que la hisloria designaba E
a Hache para. esta fu~clOn, sur-
I da por l3onnpnrtc. Una bala hubiera podido ~dba,~r ~ 'f~na-
lA SllUACI(lJ1. Gracias a esle llpo de análisis Sartre cncuonlra 1 rt(' en el puente de Arcole ("hu~iern. podl o SI~1 Icar
n.uevo I,a problemálica tradicional del c1eler:nioismo y de In (lIe el conjlmlo de In coyunlura Illst6nca no exclwn os-
llng~nCtn: ~~ las grandes III1~as del devenir (para empicar la 1.1 muerto ell combale). Esla l~isma ?o)'1I111l1ra, .lomad~ cn
presI6n COIl16ute), por oposICi6n a los accidentes. De esta 'liS rasgos fundamentales, no haCia illevlloble la dlCtadula do
130 111
Bonaparte, Que el liquidador ha asid • JI rtSta met,odológlco, de la 'recrprocidad: ele sus perspectivas').
l()anelección en I~ I?olel'fa hisl6ric: de e~teesJ~/t~tda~;:r¿lldae \ lcclr cardad, la identidad de estos dos procesos totoltzadores
o consecuencias '" por demostrarse. Pero, precisamente, la experiencia porte
PI .Sartre seO .irnit,El c?n este razonamiento, que era el d I ;/ ('lita 1lipótesis y cada momento de la regresión (y de la
ejanov. , mas bien se bu '1 " e 1" .!!resión, luego) la pone directamente en tela de juicio. La
xistas hayan hecho m,;chos pI a porque no creo (fue los I" \t'Cllción de esta regresi6n sería interrumpida a cada momento
.,Di' estos hombre 1 ro.gresos en esta cuest ián" (p.
" Wl'cisomente, la identidad ontológica y la reciprocidad melo-
tauraotán y (file, :a~~'(>clllc;:,l;,~im~o, s'íri,d% 'dl/chado bajo la
hubiera sido así ° no liubi ar, 1~1I. el". a o el trono. 7UllID..... ,/, o~lca no se recelaran en cada oportunidad como un hecho
dado Sil golpe de Estado: ;Otlt~~!t'~~,
¡¡' :Yap'?leól/ no "
1/ ,11110 tillO Verdad inteligible y necesaria" (pp. 156-157). Iden-
11.l.ld onlol6gica de una vida singular y de la historia humana:
un general de Imperio? .y M I?'
mOl> señalado (file /¡~b(~¡ i~f IIs,~e: ca: y Pl/nubert, de quien
ligo SI Sil padre 1" t'S, pues, la hipótesis inicial a partir de la cual Sartre se pro-
JI Il' fundar el materlalismo histórico sobre una racicnalldad que
('Sccplicismo y la fe? S' d eért°derlzao e conliicto entre
bt 1, espu s eso se d' 1I .lonomina dialéctica.
lOS l/O pueden modificnr el des 7l d I Ice que esos Tumbién el existcncialismo se propone situar ni hombre en
vas y de las relaciones de r d al;o o e as fuerzas prod
clase y en los conílictos que lo oponen a las otras clases a
P asado , .""C ~.
está dioiond P o uccién en el transcurso del SI

110 debe ser el únlco obieto


(J caer senclllamenta
rO~T/I,
1C/('1I¡¡0 tillO P" 77 d P
(~n.
en el 'ec (e a I~~·tor¡ahumana,
ero si este d p.ul ir del mono y las relaciones do producción, "Pero él puede
;'1/1/1/,(11' esta 'situación' a pa.rtir de la existencia, es decir, de
el marxismo deuten» IIJI ¡."OnOl'nis.mo"que que1'famos /11 ('omprehclIslónj se hace .cuestlonado 11 cuestión ell tanto que
'6 S ,1'II71lanl$mO (p 85) I I "I'.~tI,m(ldor. No opone, como Kierkegaard. a. Hegel, la singula-
01 n que artro torna po' . , ..a p
quiera el J11twiLn de la I 'di dllnaLperogrullada 110 tiene ridad Irracional de) 'individuo al Saber 1/.1l'iversal,Pero se propone
• \ 01 a, as sangrías de I l' introduotr en el Saber m.ismo 1I en la ImloBI\wllc1ac/de lo« 00/1-
po IoÓ ureas, los regímenes polir l. ''f as guanos 1'1 ,,/o.~ la Irreuasable singula.ridad de la aoentura humano" (p.
1'1'0110 de las fuol'zas pl'ocllleliV~~osplan I.n luido en el el
ele In epopoya napoleóriíe l. .' .or ,Ollo. lado, en tu IliS).
ceses del siglo pasado ht~bier~~ e~aerte,nclas vividas por los EII resumen, la eomprehensión de la exigencia, pura aprehen-
Ahora bien esta epopeya SI o diferentes de lo que Inc ti ,. las slgniflcncioues múltiples en su novedad y su totnllzacióu,
guiar y (1l1¡~0, Napoleón <áO~1:Uvez, in a~sen,eia ~el hombre IITlulIlU una nueva racionalldad. "El COllUoimicJllto dialéctico del
fue? Este hombre sin ular p~rl.e, ¿ la~l'Ia Sido SImilar a lo J, nubte, después de TTegel y Marx, exige 117W llueva raciol1o-
/l/lId. \ falta de construir esta raolonolidad ell la experiencia,
no era invulllernblc a 1as balas. nl'~~'andlaldr¡ de la Revolu
abstracto del dovenír a la h' tori o e esqueleto u...¡,,·"''''''· " atrevo a asegurar que hoy 110 se dtce ni se escribe nada
racicnal a lo Irracional se renls o~la coucreta,. no se salta '/Henuestros semejantes, ni en el este 111 cm (,1 oeste, 11i 1L111J
,IS(', 111 /1110 palabra siqllie/'a, que 110 sea un ('1'1'01' grosero" (p.
del delermi,nismo) per~ 110 a I~nf~~ej¡libilid~eJ,clad (en el seut i I)~. El marxismo 5, revisado por Sartre, desembarazado del me-
Como método el mar~ismo' gl . . nicismo. del positivismo, del economismo, 110 sólo conduce
rece más pl'óxim'o de Diíu compre 1C051VO de Sartre me
mile, es cierto. los nnÁliSi~e~c~n~e .Web¡r que de Marx. El la comprehensi6n. tal como la entendían los neo-kantianos ale-
hace ningún uso de ellos E ml~os e e El Capital, pero I umcs, sino a una racionalidad nueva, cuyo modelo scrla la com-
psicoanáliSis, y se fija c~mon Cb~~lO, emplea gustosamente jll'Cohensi6nde la exislencia por sí misma.
gr.al de IIna exislencia singllla~ J~¡IVObla compr~hensi6n i
DIILhey, ya lo he dicho, bi6 raf' au, erl, ~or ejemplo.
IIna homogeneidad entre e~sle ~ ~or ?xce¡lencI8, Sarlre sueña
• • •
Esla deberla ser lOlali.zabl~ 1 cla S)I1ffll 8rt( e historia un Parece ser qlle nadie ha acordado mucha atenci6n al conceplo
expe,.lencla adlira no es ot,.(~oC~o agué la.. El .lugnr de ..,••,,..,,. rll lh\z6n dialéetiell, a esle lipo inédito de racional q~le pcrmi-
de ulla vida singular ron 1 l' t $n. que la Idellt/(lad fl/miama I f'iu la regeneraci6n del marxismo y devolvel'Ía 1m senlido puro
n l/S ,01'10 hl/mana (o, desde un pll
132 I.n
a las expresiones de In tribu' ni j ,
se jactan de c' ~' d', ~s. ~arxlstas ortodoxos l r \Incnte. bajo, un~ forma II otra, en cada un_a de. ell~~, pero
teucra O e clentl[lclda I .I
-:-porque se preocupan más "1 (-: ru os an tI'! I en lo ímagiuario, nocma de un acto de unaginacron. En
ción concreta de la historia pOI e ccntenrdo (de la in \1' 110 cada acción hlstóríca se presenta como lotallzación en
bíliclad, por la estructlll'a fo) q,lldC,Por Jo esquemas de 1:'''..'1 ;lIInca acabada, Una organización se reduce a una serie
rma e rnaleri li l', •
C,~I Icrl'tlll1piclu de Lotalizaciones inacabadas, en donde cada uno
y otros, sarlJ'lal'c)s o unliSal'tl'ianos han ~ 'da sJmo ~lIstor¡
en comprender la rU('ionali 1 d d' , .enl o a misma 1IJ111 " atlos de uno ele los actores responde al acto ele otro, com-
exislencia por sí misma. en iuléctica, comprehensi6n di I 'o () ndvcrsario. Una institución inclusive sigue siendo reduc-
,Tra,temos de intorprelar, Sartre rct ' iW'" eu derecho, u las totulizaciones individuales que constituyen
h.lslonclsmo alcmdn (1 parti¡ el orna ,n la Pl'o?lcmúlica 11 ' uurn y garantizan su Iunclonamlento. Cada 11110 de nosotros
siana de la conciencia, C una leona husserlIana r ~,,"lll a el campo dentro del cual moldea su proyecto y éste se
Lu pr(/xls, otra vel'sió 1 I ' 11,1I1~1 oruiu en objeto dentro del campo unificado por el otro,
loda reflexi6n el [ nd n ue parn-st, sigue siendo el t>:~11 rl'nolllcnologla ele In conclencla, de la prusls totaliza 11le.
• un
T..u praxts es, en tanto oue amento ont 16' d d, l1l la especificidad de la realidad del conocimiento hist6-
o ~IC,O e toda expa
lIulmenle entro !llll'élllesls lel cllll, dial dl/C(I, Pongamos p ril •"
¡é, ctico se aplíe'u simllIt~íneame~~~e~l, e, 1~daz6o:el caníct Ik dónde viene la radical heterogeneidad de In realidad CJ lIC
(~ lo viwl1C'indo, ) ti '" o "!\'I ~ y al conoci l rsunto del conocimiento analítico y de la qua es asunto del
hlstoria-subel! se le b 1 s~ llal~ de In hJstorm-realidad o lltllClcimienlu dialóctico? (Voluutariamento evitamos In palabra Rn-
1l0cil11iento e~' dinléel';~'llza a 11ISL(,lllUIOcomo dialéctiC(I' el /"') La nposlclón entro las relaciones de estertortdad y las re-
En este sentido -lo r~o ·rorqus ,n realidad lo es igw;' la 1IIIIt"; de iJlI",inridacl nos remite, a mi parecer, a Desearlos:
extensa. yuxtaposición de los elementos en el espacio, por
°,
do Vico: C()llOccmos In ¡~~~t~; "la, ~re pel't?~~Qe a la pos te
cernas la naturaleza, porque el 1 arma }dlsllllla de c61110
no la nallll'alezn, 10m rre la hecho la hislo
l'IIS:!
1111I parte; totallzación
tI rciu,
innovadora y signí Ilcautc pa ra In con-
por In otra. A lo largo de centenas y centenas ele
1',1~III11S. no he encontrado otro origen de lu discriminación 011-
¿En qué l'ol1sislo el t'ur/lete!' di 1\ 'r d
Y. como C'onsectJ('ncia del' con ,a ,co ICO e la llistoria vi llllc'lgica entre h analllica y la dialécticn que In del para-sí
Sabomos CJIIC In t'Ollci~11' o~Jln,ento que de ella Ion I en-51. de la praxis, orgánica o humana. y de la naturaleza.
lizaci6n. Ltl llbcrlncl co Olt~tSI1rlr1tnnn es libol,tud, Pl'O)focto Discrlminaolóu ontológlca, en efecto, cuya resultante viene a
1]' <, liS J uya a es ' dI' lu distinción entre lus dos razones, Entre el para-si y el en-
a mcclIdn en que tenemos del' encl~ ~ a ccnctencta.
que a lino so le CSC'\ ti echo n ntnblllr una esenoíu ti I cutre In libertad ) la cosa, ningún inlermediario es si<]uicru
de la Cl'fNca dirie , • P perpoluamellte. Ciertamente In ('JlIl:cbible, El pura-si, devenido ]Jmxis, ha lomado una apu-
p , ro nn poco del pal'(l-~( d ,,', S '
010. aun en el momento en ( ItI . e. l:. • ('/' !I /" 11 licia Onl bio16git'a (111 necesidad), ora prlLClica (el tmbajo), 01'11
de la vida, conserva los 1 . I~e a praxIs ,!tende a estar úllica (rebeldla, Ineha de ciases), no ha cambiado ontológicu-
[O!(¡f/ZlIcióll, El aClllal'''~ oSeI u~g0,s ele 'a chuléeticH, IJlt'lltr, La nadi?aC'Íón 110 figul'l\ expllcilamenlc, signifiCA la hllidtl
nlLuado desde el exlerinr CJlllva e nunca o un efecto 11' lu conciencio fuenl dc sí misma, vanamente tClltnda a renli-
a?<ll'cu pora dcsign~lr 011 {~o~"lcaus~s" El campo qlle ]0' m r~e como cosa () a igualarse a Dios, La 1)fax;/; se niega menos
nlbles y dontl'o de un umbic lob~ellvo, 0011 los !l)cdioli el 1 si misma de lo quo niega 01 mundo en el cllal se inserto
poder sintético de la p"(/\'i~ n e ado. se organIza grocias se enlrampa. Se suslrae ,,1 mundo más que <l si misma, il1-
IIl1evlI orgUIlizaci6n

por ,'a" llllsma
~cro lolera,
7) 'G .'
en cada instante , n,,\ a v tolaliza. La resonancia del análisis cambio 1111 poco, pero
su Lactllar .aolerio1' . o pOI' ot.18 pra:rls II.\IS, nllnca prisioncl'U 1 búsCjueda ele lo inaccesible caracteriza 11 In praxis como ni
l'el a pra.tls lota liza, llO crea Il1tí " J(/IO-,~í, Cnda pr(/xis lolaliza en y por Sil proyecto. Inlalización
1 ba~les orgánicas, seres viViente:
go l~rnn a los elemenlos. La ob'
ale .
/otaltdades, Existen
e os cl1ale~, el todo,
'''o\'isiollal que se deshace inevitablemente, Totalizaci6n y des-
lotalizaoi6n se suceden inde[inidamente sin llegar a una to-
totalidad. radicalmente disl inta ' r¡ de arte tamblen existe
<l a suma de sus partes, pl'csen
lalidad, i!lCOmpotible con la Iibe,rlac~de los J>royet't?s; asil'!1isl~(),
I pura-sI num';l se alcanza a SI mIsmo y evenclrra en-SI, esto
134
13>
es, dejaría de nadizar, esto es de .'
porveuu, si reposara en r '. proyectarse Itbremen O1inaci60 del efecto por la causa, las relaciones matemá-
praxis como tOlalización in~o\:dsm~. Para-sí cor:n~. n I~ III enLre las variables se comprueban necesarias. pero como
contradicen sin ser por el m a ora. las dos dehntclOues (lr.11 '). al nivel del en-si. despojados ele inteligibilidad interna
énfasis en in negatividad ont lr;n~nto eqluivalentes, una h dI ~'videncia,
óntica, o ogica y a olea en la posili " to no impide que subsista el carácter paradójico de este sis-
Si, como lo creo la heter id d
sola la oposición g~oseológi~~()g::t a I oULol?gi~a funda
el conocimiento dialéctico ó re e CODocumenlo anal¡
ri, ; () de este vocabulario. Admitamos la heterogeneidad onto-
,1 del para-sí y del en-sí, de la praxis y de In materialidad,
\~I litamos incluso que las realidades sociales sean en derecho re-

d JO
si.bilidad de una dinléctic' ~c puede Sartre admitir la dil. bles a actos de conciencia y que la contra-dialéctica en
cibe F. Engels? A decí a da naturaleza tal como lu la IIIC se proyecta la dialéctica no se comprenda sino por
posibilidad por motivos Irdever ad, n.o sIo pu~de. >: reserva r",('rl'ncia a la dialéctica. La inteligibilidad inmediata de mi
oc esta prudencia se res pru eucla,' 1:a jus.LJficación r prt '. la inLeligiblilidad intrínseca, atribuida a lo praxis del 01 ro.
gen .de .toda dinI6cli¿a, d~ta t~dJo10~ términos siguientes: el !I/II,{nll el carácter comprehensioo del conocimiento (lo que
COIICIClllcln.aun cuando el ho br sentido, se encuentra CQ Itl\ IIUllislas norteamericanos llaman la explicación teleológlca): In
tonces, lornándose hacia la C~I I.e s~a un ser ?rgllnico. Es. ('XI 'rienda vivida no se confunde con un conocimiento. La evi-
como Se doscubro prlnct ,O ciencra, no hacía la natu dcu ia de ciertas relaciones especiales no es dada a la concicnciu
lécticas. Pero, (;n un se t
pueden aparocor "0010 ~g. lé'
~l~lc) ~~~I'IlClUraen. las. rolacionos
mpo, las 1elnclones nat
1111I en algunos casos simples: la ciencia se desarrolla en y por
In demostración que conduce a la evidencia, sin que siempre
"dia
t ante, re Iacianos dlalécü clicas '. ¿~ué sigm. ifiroa, en ese pu 11\ de ella.
POI' In P/'{l.¡;i.9? Una estru caso que .no envan de la totall .Succde de otra manero cuando se trata ele conocer no ya Itl
rllP~l1l'O, novación, PI'ese~~\I{~ 11 d~T'~~dlente a, IR de la Iol'allza uuturulezu, sino las mismas experiencias vividas? Sí y no. Ln cvl-
nacíén do éstas por '1 uélla
del hambre por lu ~nIll0l~t~c~6gaCI~n
equilibrio orgáu ico) Esta . I /r!
t:
. o en as partes y ele
la negación (1.""-,,,"'....
sl~ón o aquélla
(I! tela de la experiencia 110 nos da, sin embargo, 0'1 conocí-
1111('11 lo, ya se trate de nuestra experiencia vivida o de I~\oxpe-
li, ncia de los otros, Se puede decir, ciertamente, que compren-
cuerda mal COII In o,'llol f JIlS 1.l(:aOl ~ de la pruoenotn (1 HOS la naturaleza por intermedio de las variables y de las
vie~e do la propia con~~~I~c~:rlr!a~a: SI toda inteligibilidad nlrcloncs que eonstrutmos y que tal vez lo inLeligibilidud de
léollcas son inteligibles ' SI UOlcamente las relaciones 111 naturaleza queda ininteligible para nosotros. Por el contrario.
(. en cuantn tales la' l . , emprendemos nuestro acto o el acto de otro a partir de sus
.Jucl. r~b".I~lelluna forma dialéctica no" ads ~e acrones natu [llll'S, ponemos explicita o implícitamente en evidencia una re-
inte Igl illdud intrinseca la I l id quieren por ello
sí y del en-sí no (_:onc;w;da le. ero~enel ~d. ontológica del lul'itlll inherente a la conducta o a la conciencia del actor. Es
materialismo de algunos pnsn·:~n cierta ~~Icllllad con el e " este sentido que Dilthey o Weber, hace medio siglo, W. TT.
gnoscol6gica entre las dolo R~' de la Cnflca. La discrimina l'lu}' o G. von Wright, en nuestros días, interpretan lu comprehen-
heterogeneidad ontológica. zoncs no puede prescindir de Mon histórica. Ni unos ni otros han asimilado esta comprehen-
SIO!) a tilla Razón. esencialmente diferente de la Razón analítica.
,!--npraxis, en cuanto lotalizac'ó 11 '. '1 le operaría en las ciencias de la naturaleza.
evidencln, conciencia de sí mi 1 n,( eva ~n SI misma su
que de su obi eL' sma no rética), al mismo Dcl carácter comprehensible o inteligib1e las experiencias vivl-
inteligibilidad {nt~¡n;~~~nIEs que los .hechos, ciegos, r! IS -es to es, de la realidad histórica o hurnana+-, Sartre deduce
I~ inteJjgibilidad de la P/'o~· este sentido, la evidencia dia I ~icamente cierlos rasgos especlficos del conocimiento de esln
II·alidad. Uientras se. Iimüa a esto, no hace sino recoger id~~!>
clenoias ele la nalUl'<lleza ci~~~~l~br:.f°nel ab la necesidad CJIlC
159) enLre la e"¡dencia v la . o e a oran:. La .anL1tcsis dc' la lradición de VICO., ~-Iegel, Dilthey, Weber., Puede L~l'T!blOJI
duda 7, se iJlSe1'11llógicamente ]ecesldad, l¡>arad6j,ca SII1 la lindar los rasgos específicos de la comprehensl6n-conoclmlento
o
él
yecto de lo praxis Itn Leuid e 11ro.del sIstema sartrinno: el
nllS0l0 su propia evidencia.
11'lcol6giea en los caracteres de la realidad hl1mana, en la 011-
Iqlogía de la conciencia o de la -pra:ds. Pero ¿cómo pasar de
136 lJ7
R I
Ticiida d elo la cumpl'elleusi6n
esta e':SpCCI de la e ' neia Y el medio, 01 ülósof o~no"el,islu o[,ree,e, por instantes.
, azon, n menos que la libre praxls no y e a eoncleneia lIHi~-jmágenes, con toda segundad ímpresionístas y, no obs-
inclusn si la praxis es In de r-nLier? sea, en cuanto tal,
lit I convincenles,
Permanezcamos, por el
7~s
d~jS~~:~~~g_j~ comprehe~~6~tdc e;~s e~o~~~~tas .Lo·se(lln,,,¡,
111}. l. mismo talento de novelista enriquece, poeliza (así se trate,
:;\ s, ele una poesía negra) las deseripcio~es de lo s~cial ,ul
de Flaubcrl fI cl~l ~~r~~o,
veroslmil si no verdadero. ~~rl~~rc-
de los puritanos, ele los
. no dc,,!c!1CJ
¡I, I d" lo vívanciado. ya se trate
tí I Iralernidad-lerror,
de la multitud revolUCIonarla.
del extero-condicionamienlo de las series
1~11l10 de uua encuesta cuyos ,~dj. si, no verrr,ca~10, sino '¡~:~Itdit()\'es. A veces la pasión política, eu.torpeciendo la ínter-
namenle do los ern olend procec rrntentos no difieren (rt1ldélll• nos re~llerda el l'i~sgo .de arbilran,edad" in~epa~able ~c
si Jos precedimienlo1s lie,~!ne:1 otras d!,sc,ipli~1as científicas. P II t olllprehensl6n de lo vlvenclUdo. El pSlcoanullsls exístencial
l' I hubcrt no es, te6ricamenle, ni más ni menos demostrado
de las ciencias naturales, no CO~)l~~i~1 ol,gmahdnc1, respecto a
~~It lIulquier olro psicoanálisis de un pcrsomlje hist6rico que
nu.z6n esencialmente otra respect 'Y,ll el ~qlllvalente de mili I se tenderá en el diván del terapeuta En cambio, la com-
Aquí y nlltí Sartre se af ' ec o a a Razon allalítica.
¡JI( hl'l1sión de los colonleudores o de los burgueses, de los obre-
l'ompl'cJ¡cnsiól; dol '11;. r :1ci"a en demostrar C) mostrar IJ
del oro español 110 se ~o~a ~ eCOll?fl1ICO o de la infl ro 11 de los revoluciolHtrios por su proyecto. so desliza inexo-
~ÓII cliuléC-lictI, En real' 1 ¿¡PI ende SIl10 con la ayuda de In IlIhlllllcllle hacia una visióu maniquea, Ln existencia del opreso:
Ideas ll'Í\:iAles: en );ir~(c¡; i 1:0 va más a~lá. ~el hallazgo de l lit fine por el proyecto de oprimir, La escasez inleriorizndu
proceso h,st(¡l'ico) pulsa ior 1"lIbar, ,el dctei rnmrsmn sooinl ! du 1 cada 11110 la voluntad de combatir al olro. El hombre. n
ues que SOIf del do;·"ll1io
1r,~l11bl'esreaccionan unto
i jOCIClIlOSde gnlP?S humanos,
(:, m6lodo. regreslvo-progl'eSiVb¡
el, pecho de Sil vocación universal, devenldo hobbcslauo por la mal-
dtcíón ele lu escasez, Llene por enemigo a Sil semeJante: la opre-
~1(l1\ ), 1'01' cOllsiguiente, la lucha de clases coinciden, nI mismo
(.'1011 de la herencia
cll~ds y que los hacen lu
de l'O,l:1I Ub?nICcl~tenl() perturbador en
~J::~ns~~s ~l C crden,ias que llevan
1i~1 1pO (l lIe la ex~loln?i611, si no ,antes, con el, ,l:omienzo ,lrE\S-
«-ndenta de la Historia. A la sutil comprehenslon ele lo viven-
tl:UI o por licios humanos r co ' , mun o rurnnno está cudo so sustituye. entonces. mediante re(erencia ul proyecto
nizadas por actos pasados ('1 sa,i lITIOSI naturales, otras
J:.
du pOI' IIIS llosas ' lus" . aC('1 11 e e os, h(lmbres está • rpludo pOI' el filósofo-juez de un tribunal popular, In condena-
111111 ele unos, la abs()lucl6n de otros. A despeoho de los campos
pOI' mediación de I~s h Cb)SL1S !l°d detormlnun el devenir
diución de los h()mh~es ~~~I r,s y e ,Sil libre praxts. Doble
Ih concentración, Stalln tenia 1It1 proyecto líboradcr: todo colo-
11' ulor. a despecho ele sí mismo, tiene un proyecto de opro-
hombres. u materia y de In materia por
I '11 '0,
En segundo lugar el lodo I Finalmente _) el> allí donde la Crlt jca vivirá una segunda
dcterminu la decisió;l do e el -e mercado, el stock de
pOI' las decisiones t
de todos: a a no tanto como es el
viftl, qlle rouusc los 1f1l1'Iles'd' no, IRay 6llndo, en ese 1110('Clnismu
II \ tHltud 11 partir de 1968-. Sarlre salva la primera pArte de
la rÓI'Jnllll\: "Los hombres hacen In hisloria pero no saben In
A . e a az n a tít' n IlIslo!'Íu que hacen", J.H sociologla positiva. empir'icu. microsc6-
¿ qué conclnsiones tlliles ,í' .
no, Ica , I ica, no puede dejar de darse el sistema social o, si se prefiere,
esta experiencia crítico? "'1 pal a'óts clel~clas humnnns ~UIIIUI"" 11. puede dejar de lomar el sislema social como ulgo dado. Las
tendencia a bacer hincapié 'e S,CI ogo tIene, profesiona Iaciones parciales son verdaderos dentro de un marco dado,
respecto o lo individuul. 1<'1in'd' ~d trascendencia de lo social
qlle ~)? hu esoogido ni 'desedd~ lIO cntm. en relEleiol1es sooin
1.1)5 cambios que explica el sociólogo afectan ~ormalmenle, u U!'
\ Ib-sislemA Q basla ti 1111 aspeelo do 11/1 sub-slstemu. El enCasls
COaCClOJl gue slifre el individuo 'QLo SocIal se define por llllcsl(l CII la ]JI'(lxiS, la rebelión, la lotalizaci6n, liene, cuando ma-
l'(jl~~'í0C¡lIOnI afirmur la red\1ctibilidl~cl u'~trió ~engll razón CJ I lS 01 valor de lIU contra-veneno.
S?6C1a a In prax;s. nos recuerd on o glCll del esq El soci6logo sienle intensamente el peso de lus instituciones que
<'! ~ de Jo social no interesa a con razón que 111inlen Illoldean a los individuos. instiluciones cuyo funcionamienlo es
l'Iol'Izaél6n de toda conducta Dmenos ~I sociólogo que la e\
, e esl¡1 IIlcesante dialéctica de asegUl'aoo por éstos, Por la reducción CII1lol6gica de toda soclnli-
],8
dad a la praxis. Sartre aporta una ideología, si DO una , no racional. Ahora bien, ella debe-
fllndamento de una sociología prorneteíea. el hombre se sli s~ c~l1~e:l~d:deroalestilo del Dios cartesiano. I úl
t ,lll!ible,
a cada Instante, haciendo la sociedad que lo ha hecho. 11< Illldar
a racio , IJI si nos atenernos a as , _
Comprehensi611 de lo vivenciado al nivel de 10 vi ,Il1 ·¡erlo que el seglln~o tomol ~ aria la experiencia crítica
la Razón cJiaU'clica no es más que la explicitaci6n l' Jóginas de I~ Cr~ltco, p~o o g La Lucha de clases, re-
del ponsamiento o de la conducta humana, Yen la Historia la IItll' ~1l1l1 totalización Sin tOlal~ado~, izada daría una estrnc-
aparece corno Razón (en cl senUdo ele la Vemunjt 1 h'C 1III necesario de la escase.z m,tenlo:~au:; con la condición
Los hombres, es verdad, piensan los electrones y éstos no )\1": \ una dirección ,a I~ hiStoGa '~'el de lo vívenclado ,_y
la física cuántica, La sociología marxista no se sitúa IUr. IIl' se supere a SI mIsma.: m no ruede existir cquiva-
dl' I JlO abandona nunca ese OI~el~,. [iJ~al sin totalizador no
a In Historia como la Física cuánüca con respecto a los
trenes. ¿Por qué la conciencia de un movimiento a cada 3:1 del saber absoluto" L~ tot,ahzade~oí~ lucha de clases, E,sta.
lnnte innovador CJ tOlalizador habría de marcar al mismo le.
ap,ll-
eenu sino coninevit la hble
qllldaC16nl lid d de las perspectivas
la p lira la, 1
el advenimiento de la Verdad? Más bien lino se pregll dI
ftodo , '1
hace mevi a
1 clase vien íend o en la otra< el enemigo ydese
y cómo la dial6clicIl, de acuerdo con semejante definición. 111'.nllpallb es, cae u , ión que hay que mantener 0d : ~
dría fundar el conocimiento de lln(1 Historia? ¿Quién, a eX(:CPI_ mlllldo u In luz de una old,esléclica estática parece contra eCII
de Dios, podría tolalizar In inllumel'flble mulliplicidad ele
lolulizuolollos indi vídua les?
In 1. l.a ralalidad d,e ,,1 el
111 untlctpado I,a, necesic a
1 deIR dialéctica acumulutiva y hasta
-,
Es una verdad que el pasado histórlco no pueda sor' otro ~\dtl¡r su poslblhdad: I 'dad que' haya vencido IIIIRl-
\0 t'S Iúcll concebir uuu Hl1n~m, riera ha servido pum de-
(11 que hn sldn, POI'O 110 pOI' eso el aoonlecimiento de
necesario con "ospecto al (:)on.iunto de lo que le h" PI'(~cocfjalb 11Il1l1t·
_,ti
Ia escasez.
". . 'ésta Ior
Pero ni srqrn
de In robolióu , y (eI I gru'up1)
mnslrur que el impulso llberac 01 rrlamento en organización e
pOI' lu simple 1'117.611 d,' que hu tenido lugar, I~oll'e In I {'II IllSI611 se metamorfoseará ne~e6sE , se prefiero plurulldnd
y la necesidad no hay reconciliaoión, post Bventllm, sino l'htltllCI'6 n. S" l' 1 d y ' objetivaci
,0110 le Ud 'ó ele n, las o,praxis
SI '1' Iza'd as en má-
cnstu , <
efecto de lo CJ1le Bergsol1 llamaba la '¡¡usión 1'(Jll'ospeotlvn ele clt, los indlvlduos y ormnaoi n, st (los rasgos caractorlstlcos
[atnüdad. El historiador puede, .'etrospeclivamente, vivir y I Ijlllll'lS sobre las misma ' s praxis ']' es1 os áctlco-lnorte se In Illt
I ral1
mlür el sClullmienlo según 01 cual lo 'lile ha sucedido no ', , I 'oso (le o pra • 1 'el
( 1 I mundo SOCIO on, I,ar re'volucionario, en In socledac surgi n
dejar de suceder: In libre creación de los hombres, In h P.ll'O II poco en el p~ltl' ~ , ,
haciélldo,ve. aparecc, una vez más. como desenvolvimiento o el.I proyecto revolllclonauo, I ionario slno 11 condtolón
ceso necesurlo. La novela licne como finalidad, vutre 110 evitaría el fr~cust re~o l~~~O' "el hombre es total-
la reconciliación, en el espírilu del lector, de la Ilbertad
los persnnajcs con los decretos del Destino, impuesto a cada 111 lile libre () lotulme,nte,~. leda
3I
ek renunciar 11 las anlíteslsl, (e 5,; ~"ás' pl'eCiSllllll'nle, d~ber'(\
'1Jraxi/> en la existencin de
por el entrecruzamiento de las decisiones, La reconciliación ti onocer en la objetivación e a 'me'clio de las máquinas,
lica no implica la computibilidad lógica 11 1 da uno hga ,a n ,
'd la de los otros, (' No en le es eludo n I,a ~Slrecie
Sarlre habla indiferenlemente, seglUl me parece, de dial 11' ulIa alienacl6n SI!1()IIn delsa b~: posibilidad de ehmlOar la
constituyente y Razón (.'onstituyentc, de dialéctica conslituida
RllZÓll constituida, •\!tOI'¿\ bien, la dialéctica constituyente se
"llllana otr~ condic~6nl: n\j~~Í\~~~ione~, ni siquicl'U In edscas
rinliclad. III lampo,c.:o as ~ El Ser I la Yada, era con en~ a
d,
funde, en úllimu instancia, con la praxis individual, origen 1 I concicncin. sartl'lana, e 1 Y)), o en-sí. En lu CI ¡Llca.
la reflexi6n y func!tllnenlo de loda historicidad, ¿En qué l lllla "posi611 inutl "1" ',a,I pl'elenc el' ser recuer I()~
en lo PI'[í"Cllco'lIler t e•
litio es racional la libc,'lacl de la proxís? ¿Qué racionalidad conclenado A rebehonesb \ anas y a I Dios cUl'tcsiallo, Sartre
mi proyecto. en lunto que libre y totalizador? l\lienlras la ] " t"n 'dso eranal 1"
1'11' prelen( el' ser C\
como eni ego ll'oseen " el en 1a I de
1
zación de los proyectos múltiples suponga un totalizador 1I all'ibuldo unu rcahela ,on o ogdlca, ne a sus ojos, avasalla-
qué alribllirle una rl'lelonalidad? La dialéctica constilu Ilusserl' la Sl1CHl '1' IzaCI'ón de ego d d eVle.ba de quO '1 el 1()mb ro pu d'lel'o
pm,ris, no prcsenta cElmcteríslicas diferenles a las de IlllcnLo'Jann-}acques HOllsse}au IU°oc'ledad )' la civilizaci6n,
('''c:onlrar' Ia lib el't a el natura en a s .
140
141
, ¿qué mJlugro le permitida a la conclenol ' .(r 1 iciclad del conocimiento del pasado), se impone con evi-
lIlahennble íuera de la alienación el el a eJ~rcer su
inexj'orable d~ lo serlalidad y de I~ obJ'~li~~~~6:tad ej5 t
~I~I ill bajo una reserva: I.JO homogel1eidad cutre 1(1 expcliencia
Irl historia l'10/e1a por el octor ¡'¡stór¡co y la expenencut ele
d e as máquinas?
,. .. - e os 1 ¡¡"toria pensada por el Ilistoriador 13. La tolalizaci6n de la
~,\ lild6n Francesa por el historiador de hoy no difiere escn-
\11 Il nte de la totalizaci6n por el aristócrata o el jacobino. Que
1111toriador se inclina hacia una o hacia otra, no cabe la menor
En La Pensée Suuoage Lé . S and.1 La reconstrucción de la Revolución por el historiador ¿Sl'
Iícíl desde ml;chos puntos' de ~::~t~ra~i! C~:~gróQl~ .capílll II ude con nnn experiencia vivida del acontecimiento? Sartre,

clialéclica,
tii:d~~:
~~~,I~t!.~6~I~:C~~~~/í:C¡::rl~ed:ol~
.)
d:"E:;; 'o
a In voz, contra la noción misma de
(!t 1 me parece, responde aflrmatlvamente a esta pregunta. Lé-
10SlrallSS se permite el derecho de suponer verdadera esta res-
fil (1, (lile, sin embargo, constituye un problema.
1) esta primera tesis -no hay historia, conocimiento orca-
ComCllc(.·mos por el primer lema I ' eÓ» leIel sino para una conciencia iotalizante y. en consct'llcllcin.
recupera 1111 argumento clásl .' e. mas fued. La poi ji da e histórica ella misma pasamos a una segunda: el cono-
-en el sentido de con' . :ICO pOI otra parle: '~O hay 1 1111 nto histórico so define por oierLo código o sistema de codl-
'lllceslóll- sino pora I1~CI'tt~~od d~1 LPasal?Os~gun el ordon Jl( al Ión, gl códlgo del conocimiento hlstórlcu consiste 011 una
historiador no 11(1 síd .1.S Olla 0(. II ristoria contada
(l'llIologlo (P.S., p. 342). Había cierta verdad prosaica, desola-
pólesís, 01 hecho hisl6~io vívida como tal por nadie. " ...
¿dónde ha sucedido al ro~ os lo qu~ l'o~lmenle ha sucedido. ,Ir, 1, en In untígun enseñanza de las fechas. El cOlluC'ilnionln
IIIUI guerra se dlsuolvo g Cada episodIo de una revolución III~t()l'icose define por el establecimiento de Ioohas y, en oouse-
(1 indi"jeluuios" 0(1' ti p el~OrE'II tltud de movimientos psi
['11, ncía, por 01 ardo n ele suceslén oon que el historiador
1,. hechos que él ha construido y, luego, seleccionado. Pero 1111
alíncn
en 6po~as pusados' (i~"diSolllci6sn d~l e¡~~\~e,nlido que yo
n lo tlllIiIl'W, de couslrucción del bl t .J" o 0'1 lo que O~Jll
((uligo definido pOI' las fechas, esto es, por el orden de sucesión,
lli' puede pretender una validez absoluta, incol1tliClionnl.SPgl111
no os más ciado (11C lo o je o. . .. E hecho hist
1.1 dimensión temporal escogida, las fechas aparecerán o dosapu-
del eleven ir hislórlco e s .01rosl'; es el. historíador, o el
corno ba' o < ,,]IIICn o constituye por ""/'0''''''11' 1(' vrún: ('1 historiador do la Revolución cuenta en días, 011 me-
El hl J ,<lmanaza de una regresión al infínlt " St on años: millares de páginas tratarán ele los ncontccírulcntos
IISIOllador scleccíon 1 I 1 1 1 o . han tenido lugar entre 1789 y 1815: "Para codificur ciertos
truyo. ce o En tfllllo que I~ I ?Sl ~.oclOS, e igualmente
•• los
condena a eSl'O~OI'1'(' ion~s '~S o~la aspira a la significaci6n, fll lodos de la historia utilizamos muchas fechas, y menos pum
viduos dentro e10 esosggrt ' épocas'l grupos de hombres e i II'm,". (P.S .. p. 313). Las diferentes escogencias se muestran, pIlCS,
ras discolltinuas, sobr~ IInIJ~~'),/ a iacerlos resaltar, COl11o 111 tvrogáneas: la historia de In tierra o de la especie hu mai 111,
tela de rondo" (P.S., p.. '341)
la hístoría • 5,',10 In 11'IS'l ona-para
.'
O muo a,~enas. bue,no para servir
aun:P La nunca es!
1I • ccdífica en millones o en millares de millones de años.
l' rtenece a una clase distinta a la de lu historia de la Rc\()ln-
" I historia
. '1 In Francesa, codiñcada en días o meses; ésta difiere. a Sil vez,
serlo, pcrmnncce inovilablem l' ar~li' .1Un cuando diga '11 In historia de las civllizaciones, al estilo de Spcngler () ':oyn-
I~O~O de In parcialidad" (lb id).e J1a~~la,. lo que todavía es l, l" que cuenla o codifica en siglos. No habría ni tiempo Imeal
\ l~ldo la misma Revolnción F' J cobmo y el noble no I 11 sistema lmico de codificaci6n. "La hisloria es un conjunto

que la tolalización ele las r


mIsma. Basla, plles, COIl a re I~ncesa, no pueden escribir
gal, chlo lo I~ace. Levi-Slrn
no vale mós ni es mejor nnumeJa es lolallzncloncs posi
d ~conlinuo, formado por campos de llistorin, de los ou.alcs cada
11111) es definido por una frecuencia propia y por un sistema. el"

pa~ci.ales pam con~llIir con (q1ue


eXlslldo en la f Ol'l11a011 l1e
~i aR una ~e las totalizQci
a evoluc16n Francesa no
"¡dificaci6n diforente para el antes y para el después". (P.S.
1I 344). "Para circunscribirnos a un solo ejemplo, el sislema
clúsioo (111 ('llanto rUl1da~:n~~ dO~Ih~bla.d? ella". El argu
e lslonCISIl10 (deno ido pOI'
t]l' codificación quo uLilizamos en prehistoria no os preliminar
"'speato al que nos sirve para la hLc¡loriamoderna y con Lempo-
142 143
r ánea: cada códlgo remite R un sistema. de " . mI) trascendental. De hecho, Sartre combina, 011 LID sistema
e~. al. menos teóricamente, aplicable a I SI . 111\l1.ldiClOrio,una Hlosoíía trascendental que opone radical-
h~~ona humana. Los acontecimientos si;n1ficativao~ vIrtual , I'!ltl' ego y (111('r, hombre y naturaleza, civilizado y primitivo,
eI!t>ono quedan como tales para otro" (ib'l) Q . para rflj'l búsqueda de una solución revolucionaria a la alienación del
lllora.
• valido
1 el eCII.
'" no que dau
computae oras me parecen signif ti
"
11.11 necesariamenle"
le. ouizás
I
.. ' me
siem
\'Ir: en los otros y en el mundo ele las cosas. La Critica pretende
h~n(hrlo posibilidad del marxismo -lo que Léví-Strauss traduce
p6~gOI y para el historiador delC~l:~~~Oati:mv;z para el ~Il los siguienles términos: " ... El problema planteado por la
'lila mente, según el c6dlg íd ,0, (;J/fir(l de la Ra:::ó11Dialéctica puede ser reducido a éste: leo
temporal la cantidad d inf o .e6scogl o, segun la di qll,' ('()l1diciones el mito de la Revoluci6n Francesa es posible?"
,,' e In OI'maCIn y el valor de la I
var ~n en sentido contrario: la historia bi tif. . exp (1 s . p. 336). -Posibilidad del marxismo o posibilidad de la
contiene una informaci6n ri . IOgr rca y nnleccl~L !tl'\ "luci6n Francesa, las dos fórmulas sugieren la misma idea;
en una historia de uiv I ca,. pero no se. ~xplica sino i
informaci6n de la hist;ri Sll~en?r, q~,e s~CI"rlCn una parte el -eurso al análisis trascendental para conferir una dignidad
nlc)sófica al acontecimiento-advenimiento (pvé71emenL-avérlCmenl)
tkla, explica lo que aql~élia l~~vil.J;febJor, pero, en con (lile.; ;ignifical'ia para el hombre la auto-reallzncíón. Pero esta edad
este cuadro se esboza una d bl irm ~ . a a contar. Den
distintas unas ele otras co l~
ti la del jacobino;
i 1'1 uralhda1dIde .111.5 historias,
)oJ' otnl o o es a e~ fI!'lst6craln
ru oro de la conciencia histórica
!t(11I1bro
tal vez ha pasado ya. "El
llamado de izquierda se aferra ti un período de la historia
" cde al nivel l. 1 parte, una historia de cierto I'cllllemporánea que le arrecia el privilegio de una congruencia
h • < superior ser a la
tistoria de la lucha de' ola '
d
d vez nega n y explicada.
l'nl e los imperativos práctlcos y los esquemas de inlerpretaci6n"
(1 ').. p. 331). En esta "congruencia", por mi parle, nunca he
suma a Jo lutelígibílldad d ,1~
mo nivel que la historia oie~ o e razas no se suúa al
r,llCa
Nadie pone en duda I e esta ~ uma o ruega su signi
la Revolución FI'rt dl'Jlldo de ver el mito "tranquilizante" del hombre de izquierda.
(,)II(.<1a por determinar la relación entre In hlstoria qua viven los
hechos según lo arn )litl~d ldgar diferente que ocupan los h, 'ubres, la que reconstituyen los historiadores y aquella con Cjue
Iorla fragmenta tos 1con te In visión, Nadie niega que III~fil6sos sustituyen a la precedente.
n In continuo (quizás d~~~,~s) y ¿UEl, en este sentído, no
El argumento central de esta primera objeción -In historla
l' msiderada como un modo de codificación según el orden de la
miento. Cada uno ndmít o IYlgúsque cualquier otro
siglo, el milenio- I~' ca que, ~e . n la referencia -el MIlcsi611no goza de ningún privilegio ni de valor explicatlvo-«
Ilcs t ivos o 110. Sobre do contecimientos aparecen como Iltl presenta dificultad. incluso si el análisis, marginal dentro
dI I libro, no llega hasta 01 final.
ultcrtor: . al .. mismo nlve pre . queda . lugar para 1111
. 1 s¿espuntos,
La críuca de la noción de Razón dialéctica conlleva un cierto
proceso, COIl pluralidad de I . cll~o a.~etllrse, sin. otra forma
t 'IIIIVOCO, por cuanto Lévl-Strauss toma algunos conceplos sarlria-
noble y la e1eljacobino conde as lllstlol'~S c.ontrad,ctorins, la
por lino 11 otro 14. e l' Ó nae o e tlstoriador a lomar llt,~ sin precisar el sentido que les atribuye. Admite la exigencia
de rango superior.' ec ll1h~le' acaso, hflSl~ 9ué. punto la eh 1" toializaolón, pero ¿va esta exlgenoia más allá de la idea
una his.lori~ ele rang¿ inferior? una anli-historín con respect 11 ivlal en que el eln6grufo o el soeiólogo debe colocar cada
I .ictica, cada Institución, para comprenderla o explicarla, dentro
Lo hlstorla-conoctmlani¿ no . el 1 lodo de In sociedad? La totalización de la cultura de una
y 110 goza de ningún arivil ,constlt~lye .UM ~ie.ncia como
oOlllinlliclac1de la c:odi{ioaci6~'~' La I hl~lon,~' deílnida por la "poca, en y por una filosofía (suponiendo que esta lolalizaoi6n,
tll' insplración hegeliana, lenga una validez cualquiera), parece
n,o corrcsponde un objeto diSli~~~~(ftgsCO es un método al cvterior y extranjera a la concepci6n rigurosa que se hace Lévl-
ción de la historio-conocimionto . ", I? ~67). La trans )!rnuss de las tareas de la ciencia. Considera igualmente que
parcial, en verdad su rema ' .reconst,'lucl n de un !r,clo conocimienlo del olro es dialéctico\ (p. 331) pero ¿qué sig-
In transfiguraci6n de I~ HislO~o herd dmfis fin IH garBn r"[¡ca dialéctica en este caso? Probab emente, Lévi-Slrauss se
\' crdad. Lo definici6n del Illa-rea I a en advenimiento de
H11manidad por la Historia, lombre por su historicidad de tdiere a la teleología inleligible, inmanente a la conducta humana,
representa el último avatar dei cllle, en el análisis onlol6gico-lrascendental de Sartre, se traduce
144 14.5
POI' el térmíun "pl'oyecto" 'E
hay ue "a l' l • o praas. n cuanto a la rrc, de un extremo a oLI'O de la Critica, se arana en demos-
,q pucar a razón dialé li I ' ,
cle?ades dislinlas a las Ilucstras"c (,ca 3~3)conocIl1l1elltc> :11 uc el universo socio-histórico se reduce, en derecho, a la
quizás más verbal que efectí P', qtleda oq Ir,11 ,11), en otras palabras, a la experlencia vi vicia, a la couoiencíu.
conocer la dualidad de la 1~1' ya que lé\'i-StraIlSs se ni
dialéotica (como yo mis s l ajones y parece asilllilur lu
¡Jr(ll....lrausS liende a la demostración exactamente opuesta, esto es.
1):1\ dl'J11()~traci6n de que hay "huy una razón humana que tiene
senlido diltheyano) o a I~ 1
o, la~o) ,a 1 comprehensión J • I/nJ1('S)' que el hombre no conoce" (P.S" p, 334), La lengua
los procedimienLos d~r
riencia inmedi~lta o ex ~riellc~xpene~cla
antIJis:~, lota"zadora
(C lo \'iveneinc)o
que viene c!CS¡;U
¡~(
111' 11'.1 tnnto a la Razón annlltica de los antiguos gramáticos
)~;ICI a la Razón constituyente de la prast« individual y a la dla-
t' I l'OI~sl,itllidn, de las csll'lIclu,l'as. Dla!écLicR en acto (sis-
t\ pesar de estas díflcult el J b"
claramente No ha d n a es, a o Jecl6n princípal se li'1I1l' mtcligtbles. inmanentes al objeto) y, sin embargo, no cons-
, y os l\azones' ce LA . '6
razones es I'eluliva, 110 abs l t . ,;(' 1, ~posl71 11 elllrt:! 1lt'lIfl,
recubre de esta m'lIler " o u a, !. término Haz6n dio I última instancia lu Illosoflu de la. historia, o quizás hasta el
analíUca debe "'lce; a a oSf esfl.'Cr7.0s perpetuos que In cml ímicnLo histórico, según Sartre, se realizaría en la aprehensión
1cnguaje,
. 'ti e In sociedad
. p ra reel ormarse
l < '.
si preto nr 1o (al'
I cuentn tot .hznnte del entero devenir humano por una 1)/,(/xls. La bio-
las dos razones no está f(' el ed pens¡,unJen Lo; y la dlst iIlclón g,.d III ele la humanidad =-advenimionlo de In humantdad-> apa-
distancia tem O' l 111 U a. a nuesrro pareccr sluo Sul:,r,,11ta
de la vida" rp S <

q uc ~i)anl In rnzón ana lítica de 'la j IIl~1


(1, 11;1 de golpe a la conciencia que la abarcara. Lévi-Strauss,
tituir el concepto '~l:P.Íla'
me parece n lo
t- f32,.6),·ó QIHzá debería Lévi-Stnlt
•l Z I~ (10 CtICU" por lIociones más
1'11 cnmbln, se fija como último objetivo la puesta en evidencia
di los esquemas inteligibles del pensamiento humano, reductibles
qu .lS a las leyes do In Iísico-químíca. Oc la antüesís epistemo-
si611 16 glob'[ll" ". C,]u~,(~ quiera designar, tales corno "ca IU!'ll·tI pasarnos, pues, a una antítesls metafisica: especificidad
, m utrlon totaltzonie" E f
s~)na no hay y 110 pueda hab á'. sn e ecto, según toc!a Sil 1I1 I ,Iúgka del reino humano, por una parle: materialismo, por
CIencia, as! el len un 'o la ' ~r m s que una sola Razón " 1.1 tra.
desaero u lu c1laf¿'ctfc;1 q~I~CI~~~e1 y el IP~lIsall1icnlo luncen Cabe preguntarse por <]11(' Lévi-Strauss ha consagrado a la
recoge nunca defjnilival~ente, s a 110 e ('1(1 de recoger ) (lítica el capitulo final de L(/ Pensée S""t'oge cuando nada lo
Lo naz6n nllnlflicn, 011 efe 'l .. l ' ,,1, I~abu a ello: en ningún momento el análisis de La Pensée
-lo que oonstiluye el d e o, ( escOlllpOIIC' y l'eCOI11 .~I/l11 ng(l so cruza con la tentativa de la Crítica. Personalmente,
'L
CI8-. a aprehensi6n . proce
Íobal sel'>' ,y • el únic o prócer l01', eIe 111 \ ,e1os motivos, ambos ele orden filos6fico.
la si~~icllte etapn, Nc) ~ola~,e~~e SlllURe,n6el .punto de partida arece 'lile L(,\ i-Strauss ha sido impresionado por dos pasajes
~0110 , 0, en otrns palabras, )roce~' az ~ descompone y d, lu Cl'1fic(/ C'n los que Sa1'1ro ahond~, la separaci6n entre pl'iml-
sino qUE! se niegn a trata !1 l eb segull las rcgllls curt(.'~ 11 11 Y civili7.ado: uno en donde niega el pensamiento al salVAju
ciencia, de manero difere;L.t 10m re, en tanlo que obioto '1 sabe demustrar ni invesLigador el (ulIcionnmiento de lus
difol'oncin e:;enci(/I enLro IJl'a~'i? como trale las hormigas fa. A 1I~llIs de matrimonio y dol sislema de ptlrenlesCJo pRrticularcs
responde, en la Cl'ffic(J a di;ti~ ~Wlu/'~le::.(/. hombre y a " Sil grupo lrnzundo UlI diagrama sobre la arello (p. 505). olro
una Hazón aclaplarla al ~c)oOCi' ' clón, Igualmente esencia tI, donde emplea la expresi6n de humanidad c!esmirriacla (y)
y una Razón adapladn al ml.~nl? de lo lIulluloidad (dio ti. JO/me (p. 203), fI propósito de las sociedades arcoicas, incapacus
lítica), Esla dualidad, que r~~:~~mlento d~ .'a eXlcl'ioriclad ell proyeclo hisL6rico, ellya dialéctica se expresa y se agota en 1a
maLeria y vida illteligellcia e ' ~ !a'ÓPoslcl6n bergsonianu I (Jclici6n,
ra~ieulmenle. PensamientCl y cll1 I.'CI ':, Lévi-Stra uss la
<
Quizá los dos pasajes relativos a los "primitivos" llO Lienen
!11ISIl10S, u su propio nivel 'N onClencla, no se explican por ",rlo el alcance qlle le atribuye Lévi-Strauss. Sartre podría, sin
U1teligibi]jdad. Todu cicnci~ J ')~ poseen a ,,~'ll\'el?ar~ su Il1hiar nada importante a su pensamienLo, inLerpretar de olm
los esquemas de il1leligibilida~ elinde'l ser loducCIOl1lsta", IlIanera "el lrabajo manual controlado por 1In pensamienLo sinLéli-
de lo que Os dado I'nmed' t IlU s a tí de la expel'iollcia \' ¡" del primitivu que explica su sisLema de parenLesco, 'En último
la amente.
,IIJtllisis, él qtúel'e decir que el etn610go elabora la leorla de las
146
/47
"estructuras elementales del parentesco" , tr ~(l11de Ilnivlcrsalidnd. Prolonga la lradiCdiÓn C~11l1lllistador~de
vo aplica las reglas de tal teoría , ' mren las que el . 1)0
en e momento mismo en que enuncia as naciones
"desmirriada" de las coleCLividad' EH c~~nto a la hu ¡1I1 lamadas occídentales, Y en que transmite a los parias de la
humanidad ' 1 d I es repetíüvas, ella UH~"'~.'_
, lO turnana e as colectividades h' té , h'); , la misión de salvación, sacrificada por los proletarios de
mientras la escasez persista
estéril, de la rebeli6n y d; t
I al l~ eneas,
a ,[1 ~ert~ancla, dramática
definición de In esencia humoo prs culo-mer,te" Ciertamen
t p:IISCS ricos ante las promesas de la abundancia,
111'111 alguna frase de Lévi-Strauss se deslizó la confesión de que
rl 11I1I'\ismoha constiluido el punto de partida común de su
In definici6n por In /¡jstoric;dad~lpor a tOcb,~l,dadse ).I 1l1liento y el de Sartre, Esta observación plan Lea dos pro-
tructuras formales del es Iri dí co~o a úsqueda de
s~ciedades. se opone o fa ~i~lécJt~cerntbJi~ a través de todas \lit I 1.IS:
¿Tiene sentido dentro del marxismo In distinción entre
1)
d,uil~~o entre Lch'i-Strauss v Sor ca ,lo~a ízante del _proyecto. unalll ica y Razón dialéctica? ¿La habrían aceptado Marx
llllZllll
slg~lfjcaei6n ejemplar. yendo cad~e reviste, por decirlo así, ) rlll!~lls'~¿Aparece romo compatible con el modo de pensar de
el Iln de una de las filos fí d' uno de los Interlocutors,
'el ' loas e nuestro tiempo. I el I 1111 ,')
~e ,uclcnc o el alcance Cine el hist ri d ' . a e oln610*, 2')¿Derivan efectivamente del marxismo las filosofíns ele Sartre
ultima lusc, algunos mi lares d 0_ u or (o el ftlósofo) da a ,el Lévi-Sll'aUSS? ¿Representan acaso dos posibles desarrollos
de la especie hnmunn: lu del e r,j;;OSf cuando más, del devenir
trasccnclcnlolIsmo como' 01 pr ,~, so o, que prolonga tonto I ~I,( mismo?
1 u respuesta al primer problema exigiría largos unúllsls. Hcpor-
plenamente hombre sino en )oo~lesl~mo y n~ r~c.onoce al homb lo IIIIIIlOS solamente u dos textos característicos, uno de Engols, otro
de sí mismos y en busca deS sOCledl~e1es, históricas, inSali~f('('h
O . ' 511 rea izaolón. d, Mnrx, con el Iln de reservar la hípótesis ele un desacnerdo
e aqul mismo se desprend I t ;'1111(' In filosofía del 11110 y la del otro (o do IIn des(.'()nuclmicnlo
Strauss s610 no quería me al' e e,¡ o ro motivo del diálogo. LéVl p .r parte ele Ellgels de In auténtica filosonu de SIl amigo),
primiLivo contra el ci~lliznd 1(~rOII a ti d~cir, tornar la c1ef'0I1S11dll
"i¡lhemos que Engels, en el Anti-Dil/trlng, oxpouc las leyes
r
las sociedades histórlcns. ~e o,'o e ~s SOCIedades repetíuvas contra
u In histol'Ía-conocimie~L~ l;'; PI?lI ,como epistemólogo, qllitar!t
cronológica y el relato crenn 1/ es ~gl? usurpado, La ol'dellaci6D
!Il11lí'c:Ucas'lile valen en la naturaleza y que constituyen. por de-
lirio asl, leyes naturales (contradicci6n, negación de la n('gl\cI6n.
u.msformncíón ele la cantidad en calidad). Sabernos que Sartre
gunas ocasiones. Iu lluslón lírica sdnsae,61~ ~e ~omprender y en al- \ luida de afirmar u negar la dtalécttca de In nalurall·'l.n. u fin
visto, no hay historia-conocim' e te parlt~lpal. Pero, como homal r] no oponerse claramente a una tesis explícita del marxismo-
c.oclificllciones históncas no c~nd°n en SI.. La pluralidad de IIJ 1,uinismo. Retiene la dialéctica de la naturaleza a título de posl-
tiende a conferlr un valor ex l' e ~ a mnguno de ellos, h lidad, poro, en realidad, incluso si las leyes de In unturalezu
inleligibles hacia los cual liP icativo supenor a Jos esq )1: -sentau un ct1rlÍc:ler dialéctico (lo que significa inteligibilidad
historia, In Critica dcvi~n~" ,en'~d la etnologia. Filosofía cll' it trinsccu como resullante de la estructura de los \ [uculos entre
mer orden si se quiero un, ocumenlo .etnográfico de I1 momentos (l los elementos). éste no se descubre sino al cobC"l
li~mpo". Es ~/crdRd que si E~ri1~~~1erd \ m'tolo~[a de n\l I la e~ploraci6n. al ritmo en !]ue la Raz6n unnllticl\, por lu C\
mIento salvaje por el solo h I a e arlre excluye el 1) riencin y el razonamiento. explica los fen6menos,
la etnología, para inclllir tal ~~el0 de, ofrecedmos liD equivalen ~Sc compadcce. en lo pro[undo, la posibilidud de "~a c1ialé~Li~n
él -curiosa illversión ele In ' ~samlenlo, ebe diferenciarse rI, la naturaleza (co11ceslón hecha a Engels y al mllrxlsmo-lelllllls-
c~pone las reglas del parenl~~¿~c'~b pr¡cedente (el primiLi\'() C) oliO) con la inspimcióll, si no la lelra de la CrItica? 11e dicho
dlrerente del polil~cnico qll~ I slo re a arena, no sería en n lile me inclino por una l'espuesla negativa, Todl'\ la ontología
esa paradoja elel mí.\'1no , el:' lace el) el plzafJ'6n), Dei ,Il' El Ser 1/ [o Nado, la radical helerogeneidad del po m-sí y del
sigue siendo, con lodo lo :~I
r6nnuln verdadern de la ./ 't l ~tro y mantengámonos
o og a ~e nuestro liempC)",
C1~tgllllosn de Occidente E~ ~ °lcurre. II1térptete de la (;onc'
II-.Sí. de 'In prll.vls y de la naturaleza. de la 11lte,.¡ol'Ídacl y
t

,le In exterio,.idad sugiere el origen común de la realidad y de


1,1 Haz611dialéclica. La. realidad humana no so revolo sino a una
!lIsta, alribllye a un pe~samie~~ o que se preten~e marxista Huz6n dialéctica porque ella misma es dinlécticll. Si In Razón
o germano-franco-mglés llua
148 149
1 se manifiesta, en rigor, en la exposici6n de los conceptos,
~la~L~ca, lal cabo do su exploración, descubriera ]a
li 1 ,3 ~ll'a?cza, ¿qué quedaría de la originalidad el 1 1I¡1111 esUlo del primer volumen, Las demostraciones -ya se trate
rna ectíca ¿Por qué no limitar d d e a 1: I explotaci6n o de la baja tendoncial de la tasa de bene-
comprobación del carácter di¿I:~licOe~ro , e esta hi~ólesis. ~tl'11 ,no deben nada a la dialéctica o, aún menos. a la razón
mo mantener lu separaci6n enlre el e c!ert,as relaciones?
di, l llc..'tt.
~~n~fJofalrapable, y el en-sí, cristalii':J~-~~ ~~ms~~e d~~po d \ ez, si se quiere poner de manifiesto el aspecto dialéctico
h 1 1l1.1J',ismo es necesario indagar en otra direcci6n: ¿no repte-
¿lIabrla admitido ~Iarx e El e ' ~ 1 II el movimiento global de la historia lino dialéctica? Las
Rozón dialéctico? Con to'da l~~emiela apitol er~, la obra de t( 1.t(lkC;Íonl·s internas del l'égin1en capitalista se encaman, por
como Marx lo practica en l g, d, el análisis conceptual (1. do así. en una clase, el proletariado, que, por Sil acción, tiene
merece,
,
si se (II1I'''I'C
~...
el co)s'frn~eros capítulos de El e '
él I icauvo de d' lé , \1" Il ión para ejecutar el juicio pronunciado por la razón (\ er-
supon~, por decirlo así. lu inteli ibilidad el l la ecl!co: el 111 (1) Y superar las contradicciones, El carácter cllnléctlco del
a partir ele nociones mu 'lg e a realidad PI'I""'I.,-- IIl uniento global de la historia se dcscomponclrla, a su vez, en
t
uso, dinero' supone ,1 Y, srrnp ~s: trabajo, valor de
gl'hl e entre ' los conceptos
...1 mismo uempolr dicci
°
UIl
UlInn"I>

rden tntrinsecn,
' , '
1,llllll'ntos múltiples, ligados lógicamente linos ('011 otros: la his-
tn 1 se presentaría ante el observador bajo la (01'11111 de conjuntos
ción do tules contl'Hclí('ci~n~~I,J1ll~nlCclOnes e,nll'e ellos Y ~I~Illfil'ntivos, totall ...ables, si no totalidades (el modo de pro-
menos qua responda ti una n~(J "1 TercQJwt 110 tiene \ a ¡[lln'ión capitalista constituye un conjunto semejante): los hOIl1-
depende exolusivnmuntn de 1 ies« a~d pero a medida del In (1 las clases, por 511 reacción al contexto objetivado, serian
mecllo lntcgrndo 011 ella El 11 CRnl1 ad de trabajo social 1" ('I'l'ndul'es do I() nuevo: los conjuntos significativos, 1110C'IOS de
eu c~nsecLlencia, la dismi'nu~i()J~lImQnl~ d~ la pl'OdUClivi IlIo<lm:cI6", por ejemplo, lejos de sucederse según una ley ele
C('SilI'lO para lu producción '1 1 del ti abajo SOCI~¡J promedio
ésta -lo que conduce (.'Itftn~{ t' mercancía, reduce el valor
la fuerza do trnbnlo '[\ d'ISI1"O ~ n1lercanlcía esui oonstitulcln
llIrn dívorsldud .. ~c, cncadenarlan linos a otros. cOlltradicióndCl!le;
\ .1 prugresión histórica seria el resultado de estas ('otllrncliceloncs;
I 1 «iclnlismo conservarle las adquisiciones del capnnlísmo, pero,
me(1ltd a en C1 110 se vuelvo,. 'unuirC'. e va 01' do estu f uerza ('1 ~I 1('1t\S a In propiedad colectiva de los medios ele producclón,
tanto menos cuanto más p,~~;~l~lc~ 1~~z~ILa i fuerza de trabajo prhniriu las contradicciones que aquél lleva en su seno.
Puede llamnrs« dialéctica esta ,m smo tiempo, 1,)m' lo Ir lstórtcamentc dado, lejos de parecerse n una polva re·
es del dominio de ninguna R ' especie de contradicción ) dI de hechos, se organice por sí mismo en conjuntos sigllificativos,
Razón científica o nnulílic:1 l~~~ dlferenfe por naturaleza ele entre esos conjuntos y la
cla, dependo de la cnntid~d
sano paro producirlo el
d: t:
1, 1
o, chic, e va~or de una lile
aJO SOCIal promedio
1 , implica todavía la couslradicci6n
\, «ación de la pr(Jxis proletaria para suprimir las contradicciones

c' 1 11' en ella se encnrnan, ¿Habría visto el propio Marx, en esta


las mercancíns indispensable: p:'
en la medida en qu~ 'disl~i~I~1 el ~ fuerza de trabajo dismi
lleTPob necesario para prod
estas relaciones elementales par la e o re ro y su Iarnilin.
I cligibilidac1 del movimiento global de In historia, la C\PI('SiÓIl
I una dialéctica histórica lal como F, Engels tiende a hacerlo
111 (.1 Allli-Diillrillg? Vacilo sobre la respuesta a dar u esta
moralista. de una especie de ,1 ezcan , cargadas, a los ojos I q~lIl1tn: los textos no permiten afirmar que ~lnl"\ pensara
"mano invisible", malóf¡(,u v n~lbrgar Ironía. que descubran , ~pc(:to 11 esto de modo distinto al de su amigo, Por otra parle,
Pertenecen, d
con loclo al do ' ,en actora, todo eso es nt\,.,n... nos limitamos a la obra científica de :t-.larx, se trale dI' los
razonamiento, ' mlOlO e os modos ordinarios IImdrisse o de m Cn/Jita1, nada prueba fJue conciba la dialéc-
At'1I1 más, los esqllemas (' U' el Illt de esla forma ni que habría suscrito al Dialnal () mutcria-
vol1lmcn de El C~pil(/' ert~~~~olt'a os ?e) segundo y elel 1t'l\1n hist6rico tal como lus marxislas-Ieninistas lo hlln extraído
I~~del~s, Ya se trat!.' do F.l Cil'cllla ni,ul metodo! hoy clásico, cit,
c~on Simple ° ampliada, ~larx c, o~ del c:apltal, de la rcproc)J
Clo de cIJo COlnO los O('OIIC ',: plOcede, Slll tener clara cOlle
\¡ I \lI/i-DtI/lrin{!,.
I':n tod() caso, ui ~lal'x ni Engels, aun ClI el caso de que
II1Ibicl'UI1c!eSl'IWLlIdoIR tesis de la dialéctica de la mllmaleza, no
lizQtliólI ele' las JlHltel11{ltica;mL~ta~ fl111oder,nos. inclinados u lu 11 habrían admitido In oposición entre las dos Razones, analitioa o
, , a In lIenOta de In dialéctica
1,51
150
dialéctica, radicalmente dif en último análisis, a actos de las prcl.t;s individuales,
que suscribieran semeiants ereutes; el materialismo les
!llenlc, estas prácticas se entrampan en lo práctico-inerte,
brf~a:l sbalbe~dPOSitiVO,Jreuní;~~~lc~~~dí~l~~t:Smdo~ÓgiC~b' x lit nao en la serialidad y la materialidad y, prisioneras de sus
a eci o una a nl' ,
Y, la critica del capiLalis~~mla entre el conocimientos:
ISPOlll le
:1' vuélvense entonces objeto de la Razón analítica. Pero la
dialéctica al oponer lo real ~ aun cuando ésta continúe ~~C'll'lJ sigue siendo inmanente al proyecto de cada uno y el
conceplo por In acción hllmsJl:u concepto y a la real lid\,(I imiento de la Verdad humana ooincidlrá con la reclproci-
Jad (le los proyectos, cada uno libre y respetuoso de la ]i-
,No vayamos más leios ni :
l\llarx el punto ele paJrt'd dPletenclamos resolver, ¿Se hl'lrlUc1 del otro.
curtosa, segmamente fal~ ~ S ~ !a l'eflexi61~de Sarlre? 1 t advenimiento ele la Verdad del hombre tiene, a mi parecer,
su Juventud; su pensami~'\ artre apenas SI ha lerdo a .11 lllllh'alente en el marxismo: la gestlón de la economla por
j<llt del en-sí y el par8-si~ ~/r~furdo -d la helerogeneidad prodllt'lores asocíados inplica, al igual que el advenimienlo sar-
ee lira de Nietzsche onna o muy lempra Ir!nlln de la Verdad, la elimlnaoión del poder del hombre sobro
antes de expres~l'se ~I c'c~o expresión espontánea de S~/l(). l,l h nnbre, de la explotación del hombre por el hombre, El
COlllucto de Husserl y 11 ,lguaJo fenomenol6gico y elah mbl1ltl Lévi-StJ'a\ISS,cuando se concedió el derecho de imaginar
oue
"'J
Sar tI"
re la querido eidegger .' Es a par t'Ir d el existen,,'
ora "0;1 Interpretaci6n global de la historia, imagina que la lucha
u~,funldamel~to Il'nsoenclel~t~J~~~;J~r;~rbln ,el marxismo la dl' da~c:. y In esclavitud (o las modalidades rnús o menos sutiles
, 1, e mlln(lSmo hu sid I I e con su propio ele In esclnvttud), contemporáneos COI1 el descubrimiento de In
Lcvl-Slrauss, éste lo ha i~l~ ~lIn~ de partida de la • 1 uura, terminarán quizá por borrarse algún día, al cubo de la
l? a como Sartre intenta horple~a ,o de manera lotalmen 11'( lu{/('ación de la sociedad, La misma técnica, que ha vuelto ine-
Ilsmo, g) Ita encontrad )1 HSlml~(lrloo integrarlo al "itllblo In [crarquia, los privilegios do los fuertes. el avasallu-
del sentido más nll~ío ft~11 e ti"xls!no I~ lección de la bú 1111 uto de la gran mayoría. volverla inútil, casi annt.:rónict\. en In
cado Marx a Froud ora (e o vlvencíado. El mismo ha mulida en que las máquinas reemplazan a las mallos y las com-
nido sino In mitad el YI reprooJmdo n Sartre el no h b ' )lItMIllI'astl los cerebros, la oposici6n entre los soberbios y los
n' I
1I o ro. en efecto
e u ensenunza d
se qued i b
am os maestros Ni
a 01
\uuuildes, entre los que eletentun el saber y los que se limitan
f~~crse 011 el pt;nlo de vi:l~ d~1
l e tatamcnto dado nunca ~s el b senll"O, pero el
o ~divenciado, TlII) 11 n-aliznr tareas innumerables Y parcelarias, Pero esta visión.
qlll es sugerida por la Lerolótl I7IQltglLl'nl, dol Colegio de Francíu,
uras son actos fallidos que h "ueno, " .Las lit IllIl11eCC al margen de la obra cíentilica de Léví-Strauss. mien-
p. ,336), Mientras Sart e I f" an lnun(ado' socialmente" ti I que toda la Crf/ ¡na tiene por objeto conlerir U semejante
~Plclledmol6gicOdo la P~'(1:l'iS~I~ ~Ia~,dd el privilegio ontológ \1~ltll1la dignidad de la verdad y fundarla sobre las bases ele
ver ti ero en las conciencias ~ con enu a encontrar el •., ... 11 I pretendida Razón dialéctica.
l'l'!enle a una hlslorin do le' e 'etdaderas o falsas, y lleg~ ~i dejamos de lado esta visión global del viacrucis de 11\
vlOdtilllOS, de colonlaadorss d~f'"~d'poblada de monstruos Iltllnanidad, la obra clorullíca de Lévi-Slnwss, {'ti WI sell/ldo.
y e colonizados reducid 1111 os por la voluntad de
.Iparece como más marxista que In Crítica, a pesar de las deeln-
sumisíón '1 el violenlo r~s " una alternativa entro la a t.I('iolles snrtrianas de udhesión al marxismo. filosofía irrebasablc
al e~lilo de Marx, tratarla Pcl1~10, un discípulo de Lév
senudo del capitalismo no k oner en evidencia el ver'rlll(fpj'B III n\lestro Uempo.
En Las Estructuras elemclltale~ del parentesco, Lévi-Stram¡~
~~~I dcsCjllcmn iJllcligib]~ dcl ~~odo~J~'OYCClOS~o los aulores tll's(;lIbre el sislelna de intercambio de mujeres, así como Ñ[arx
el 1) el Jo profundo: Freud y M ,1 pro~uco16n, No hay ei ]lone en evidencia, en El Capilal, el sistcma de inLcrcambill
e unc leJal'eI a Sll arx 1011 Iluslrado la
Tamb'
, 1 len , Sarlre de cierta
mallcra
Ina respe c tiva, Lévi-Slrauss d( bienes, La comunicaci6n, o inlercambio de mensajes, condi-
n5 como
d' l'1Q negado el' nera ' ,pero 11o 1o Iogra sino a Ilona todos los olros inlercambios, Aun cuando Lévi-Strauss no
no a mlle en la CrItica nÍl~~ó~1SC:lente?ll El Ser !I la IUl intentado relacionar los sislemas de parentesco (o régimen
Sistema mteligible que no de los inlercambios de mujeres) con los modos de producción
/52 /5 i
(o régimen de los inlereambios de bienes), tal tentativa , tro u un nivel ínterrnedío. pueden aplicar el
tradioe en modo alguno el espíritu de la antropología e.'itn 1IIlOS), U no ,) o " , .lamarse sus seguidores. pero
Ciertamente, al pasar de las cstrucu.ras del parentesco !~I',cln pl'og!'es~voi~:~r:s~~~el~a~e~ invnrian~es, ,el otro dhacía, ~)¡~
mitos, Lévi-Stranss parece haberse alejado del marxisms. MIl1t1ll ~~ onen a v nir humano (o la l()tahzaclón en, e~enll,
apunta a los modos de producción, ni siquiera a los dif wh/.¡1CIc>n dell de, el I'gihilidades ocultas a las conclencl~s; ell
sistemas de intercambio, sino a las invariantes elel espíritu 1111(1 extrae as 111 e I s inteli ibles, Liende hacía u
a las formas de inleligibilidad, más allá de In diversidad ':n más ~llá de. lo~. esq~~~ió ico dflas realidades sociales:
sociedades r sus milos, CdÜCH de la Razón impura y ya nI' 1:' ('orlslltuyenlt, (lIIFt~n l '{~glc8 de la Razón que no ex-
análisis de los modos ele organización social. A pesar de ~I 11110 aspira a ~n~: C\~ICdee I~oracionalidad de lu h~Ullani~lad,
diver~elloia innegable, In empresa no excluye, n un nivel i dll I 111 11I1I,gl1naab~i~le,~a parspectlva de una reconciltación lejana
el analisis de los modos de producción y de los sistemas de 1 uro ,CJlllcre", de la Verdad necesaria, ,
lesco. Si cl lenguaje para él sigue siendo el ejernpln privt lit 1,1 libre plOXIS y '6 1 Crüic« el reino del exrs-
eje una "razón humana que tiene sus razones que el 110m 1 los momentos en titile apareci lal',erda a";n no había irrum-
1, t 'naba y a nueva izq < _ I , 1•
conoce", todos los lenguajes (en 01 sentido vago de este tú tl'''1 HI ismo errm .' ( isina) Dos anos mas tare e,
todos los Sistemas de ccmunlcaclén contienen, lmpllcüs pitio on. ItI ~scelln de In )":l~~~~'HIS(l~~~~ISec~incidlt\ oou In l,nncla
una razón que la ciencia tiene como tarea descifro r, Los In pllbhcaclón de La 1 e , " I d~cir que el estructuralismo,
las ortodoxos, más allá de este desciframiento de los l~lr Ic'lurnllsta (¿E!i l1,aso n~~esalI'.ada que ver con los humores
se afanarán en encontrar la primacía de las relaciones de 101110 método o tcor u, ,I~O ~cnc , e en 1.(1 Néusea hacía
ción ", ni menos, Iflli correlaoloncs entro los sistemas en dI 1<1 inleUigenlsio l?aI'lSlIla,), Sartr~;e ~~em re había definido al
interior de cada tipo de sociedad, Ellos se cpondrrin la Lévi-St el, humanista uu objeto de burla, C!¡ In "pePrsoll"" era recusado
[uunhre pOI' su 1taCCI, (]
' ne no conoc :¡ ll.. .... •
001110 pnlnclplo ele reflexión
'J
en la intol'prclaci6n ele nuestro tiempo, pues deben salvagi
In congrueueta entro "esquemas de interpretación e im 1 I In vanguardln: scgulu tOI1~ance; 'la la responsabilidad de Sil
1, couciencia o la pl'(Jxl,~" no rans.~clso" ("1'(1") o a IIn hablar, o
práctlcos''. En la mcdída en que (.>1mar"lisrno se define 811t(' '1 de SI' acción a \111, v ,
como una filosofía do In historia cOlltcmporílnen, el pensa p IISal~llen o ~ • ',1 1"1 rnoralismo de Sil p('nsnl~lellt(), por
.1 In inconsciente en (', I \, cerca del nco-kantísmo el, de
ele Lévl-Strnuss deviene. en efecto, anU-marxisla,
en 'tlle 01 marxismo. ul igual 'lile el freudismo, descubre
I':n In
il crtido Ci"C ~\lora, pltl,eC a
la f enorneuologia do uyci q l~~ ~ C
nr slas dodl'inns u lo moda, solidas
sentido ele lo que viven los hombres. más alió o más fiel!
aquello de lo cual tienen la experiencia, la filiación con rl~,,'I)ealll rll I freudismo () ele ~(!li~gi.lISl1~t\C"¡lIcoy de L(I Pensée Snlll)a~('
ni marxismo subsista, La posible explicación de las estru Causa fumosa, ~I ,cllll~OgO ?e b61'ca que a nivel de la ontologln,
.ulquirln una slgnlflcacl?l~1 sl~ord~r no (;hstante que Lévi-Strn~lss
del espíritu humano por leyes físico-qllímicas. sugeridas ni
ele La Pensée Sauvnge, conduce a un materialismo radical que d
justlllcn. Me p~rcce 1I rel hisl~l'ia o la re~lllcía a un milo
I r utaba cierta f Ilosorr~ eoin~icnlo o la conclonoia histórica.
marxistas-leninistas dohoríun Acoger más gustosnrnouts 'lile
\1I1)<':U hn negado cl (ano, , . enta a 1111 sentido fuerte,
heterogeneidad olllnlógkH enll'e In naturaleza y In cultura,
J a ll()ción de cOI1t'iencia hlSll61'1~a plesel '8 Yna cierta manera de
\ un sentl 'elo el el,
4 'b'l Sc''''ún
¿.,
e prunero,
, d]
eSI
1 evenir CIertA , t'l d
ac I u
• • • I 'nsar el pueslo de nuestra sdocle ac eln ecle la lradici6n, sentido
(n 'lo que respecta tlI pasa ,
o'' res'bpe o1 del Ic~ado de Ios slg '1 os
El cliúlogo Sartre-L6vi-Strauss, bajo la sombl'EIaugusta de NI dt 'n continuidad. presen,c,u ~~mPlI2b,alceal In!l~
E e sen lICIO (I.l 1 ,"
g"nond,
v
se en.liendc
1
ti IIllostrQ presente, e lle los hombres (IC una
ha sido lo 111.1S a menllelo interpretado por referencia a la oposi
pqr concicncia l1Istoncl,\
' 11 la conClenCI
l'
el")
"n'
al1 mismo liempo (e1 su ser
sincronra-diucl'onía, sistema-historia, La oposici6n decisiva me , d a ('U tura a qUlcrel • l' 1 1
I'?ce ~¡\s profunda: Sartre ha querido fundar la \'erdad de .!(·neracI6n o ~ IIn sim lemenle toda\ ia, de lIemp? y cle
f,losofla murxista ele la historia, Lévi-Strauss «uiere fundar de Sil develllr, o, más1 ' p t' 1 débil locln~ las SOCiedades,
\ erclad c:icmLífica e1el twálisis de I()s sistemas (de parentesco Imbio, En esl,e lsegunc ~ ~~l,.:~ °lienen
Illcluidas las Socle' acle5 prullI \ < ,
;Inn conciencia hist6rica,

154 (55
. Lé",i-Straus:" 011 efecto, no nie a el v I I1 de In historia, que para él representa una amenaza y 110
histórico ni la conciencia histórica ~e los p~.or'tidel
respeto la IlistOl'ia pero no 'le e d mu vos, .. promesa.
('onCJibe como una Invesu . , once e un valor pnvl " f, t ' predominio de lo sincr6nico sobre 10 diacrónico no excluye
lIJ1a desplíegn el ubnnico d~ah:~~o~~dplementaria de lo "'"Iitlo de 10 historicidad o de la historia pura. "La virtud de
5l rt:hi\'OS consiste en ponernos en contacto con la pura histo-
Ila otro en el espaclo'u.
Y la ]"f
(11 erencra
Iades humanas en el
e lid .. ellos (los archives) constituyen el acontecimiento en
.o q ue pa rece, puesto nue <:1 lri .' s menos grandE'
Imugen do las sOcieclaaes desa ~~o:~~~~orse t(
rula en r('stil tllllingenciu radical (ya que únicamente la Interpretación, que
~ \ )lm,\ parte ele él, puede dar la razón por íundamento): pOI
I~ome~tos que correspondieron para ella:~1 tares como. flleron
el elnogrnfo hoce cuanto esl/. al p esente, mientras Ilun parte, dan una existencia Hsica a la historia, pues s610 en
«tapas hist6ricas que han I~r~c~d~dlo canjc para reconstituir :1111''l' supera la contradicción entre un paso do acabado y un prc-
actuales" (P.S.. p. 339) Si las . en e tiempo a las r (lItl (11 cl que tal pasado sobrevive. Los archivos SOI1 el ser
prc'slan poco para el r~loto tlist s~.c,eda~es. primtivas. o frias 11< I liado del acontecer.
tal"to 'd)(lJ'fJIIC cambian l11el10S,() ~l~~~/:fP,ldame~te dicho, no , I ll{'(mtramos pues. gracias a este acercamiento indirecto ('11 01
ra tan OCllmenlos, . apr o, como porqlle 11.1cid pensamiento salvaje. esa historia pura con lo ('1101 los
111111\totérnícos ya 110S hablan confronlado". Incluso si la
La cOllciencio histórica de estas . . ti !ti "1111 mil ion es falsa, no por eso dejo de exhibir. ou estado
resultu, en Sil forll1u ele S?CH? acles llamadas un'al
1• .1 moc J crnas ' 1.'11
oaces • unn
l' cSCOgCIlClU
I onpues t a a J a eIo las s"",a.. pUI'II \' bajo la forma más evidente (tanto más, podrlu decirse,
CI as IClleen efecu < ......
r.111II1(1 que es Inlsa), los caracteres propios del acontecimiento
1l1lSl'I1ltSC(¡JI uyudu de IIII sisrem I~n,ment~ u pensarse a
ac:ol1lcdmjl~lllC) o, aún, 11 1:.' .n, ~~ASI(IC~tono y u explllsar I hl uuico, los cuales licuen S11 raíz, por una parte. en In contlngen-
los cambios, "Eslo lucha eOI1~~~l~~~IIJl\.('11slit~l11u. a despeche ele cía ,por la otra, en su poder de suscitar oruocioncs ...
cs Il'úglcunlClIlt' ilnsuudo con 01 OIJ' 10
900 sobreviviontes de 11I1n troint
t
~SlOl'la IR y 01 siste. I,os slstcmas clasiflcatorics perrnlten, pues, In Iutogrnclón ele>
111 "i~lol'la; incluso y sobre todo la do aquella que so podría
e cmp.o e aproximachlmeam
pudos cOllfllS111110lltC 011 1111 elllnel111d\lnblls ll11tl'Oliaulls. I't'llgnJ- ('n'l I robolde ni sistema. Pues no cabe engañarse: los milos
orgal.li~uc16n social sea reducida I~l(¡gu .el'llarn~ntal... aunque J¡ 1I,I"llllcos, que relatan por cornpunclón Iútlles incidentes y que
l'on~lclollCS de c-:istondu im ca,os en .vlI'lud de las nllevU " nternecen sobre insignifieanles aldeas, no recuerdan, en materin
¡Jresl,om's laicas y rcllgi()sas (it~cslas ,1 tos II1df~enas, y por I lit histortn, sino lo menuda historia, In ele los más anodinos cm-
subsiste. Cuando yu no e' J í. sop~>rtan, la acutud espeoulatíss 1\1 las.,. no la de los Burckhardí o los Spengler, sino la de los
dones ImcJlcion'lles se elab mr s posible mnutcna- las interpreta- l. 1lIIIre y los La Force" (P.S .. pp. 321-323).
'. ,.' . '"
mei as, están IlIsplladas
' .. ornn otras que
en motivací
l' I
,a. Igua. que las p I'ensamlento clasificatorio, acontecimiento o historicidad pura:
:¡ vstos dos procedimientos se agrega, en In conciencia históricn
110) Y eSC)t1emus,Estructllras social, 10llCS (en el sentido SllllSSUJii.
yu.\taptlestas (,'11 el espae',' S es, quc antes (ueron sitnplcme~ (11 los primiti\'os, un tercero, a saber, los esqucllIus hi~lóricos
1I IIIs "Iementos del devenir. ''La leyenda imoca un doble c1c\'cnir:
dencia, 01 ,mismo tiempo lJll~~lu~nel p~lr.sta~. ah?ru ,en c:orre~pod-
lales pr~plas de cada Iribu, .. · N d;,cac,oncs anlJ'll.alcs y ve". 11110, puramente cSlruclmal, que pasa dc un sistema dualista ti 1111
ele ~etenorad611 llegara u illlemlln ,~ dnda q~le. SI 01 p I tema lripartito. con retomo al dualismo anlerior; otro, a la
servir C:01110 plinto de rnrlidn )ara npllSc, ~se sincretismo \ z tslruell1l'al e histórico, que consiste t'n la abolici6n ele uno
borar un sistema glohn CtI . ,1 una sOC:ledad nueva, para I!lnrunda conmoci6n de la estructura primitiva, que resulta de acon-
Indo~"(P.S., pp. 207-2]()), ~J~i~~~~ctoi t~~os se, encontrarían oj I limienlos históricos o concebidos como lales: migrnciCllles. guerrn,
se piensan a sI mismus esta" ,a casI lealono, con cuya Ilmnza. Ahora bien, la organizaci6n social de los Osage, lal como
recompuest(l. r L1cra Illcl liSo eleStc,e~~des, deb.e ser COlllinll Ita podido ser observada en el siglo XIX. Inlegraba elr hecho
rcagrupamiento: hllbiendo desAUs ~1l~~nstJanCI.as ~x.cepcionales "lIbos aspeclos.,," (P.S" p. 93).
cua} ?Iasc, Ilay CJuc llenar la laPalec,e? os ~l1d.1VldllO~de lu He citado extensamente Y comparado algunos lextos ele Lévi-
le ultimo, (~scncialll1cnle sill('r(lIli~ul1a, di econsl tJlUlr el slstoma. l.ill'auss para hacerlos decir lo que el autor no quería t¡lliztl decir,
o, po ece os embates del ti ,1] menos en esoS términos: la ('()neiencia hisl6rk:a de las socie-
156
dades arclliCllli, a despecho del predominio que concede al f BSe Inl cunl porque me parece realmente delirante. tll lu (Or~íge
() a la clasificaci6n no ignora ni el acontecimiento pUI'O ni (..t(() esra r • "LA 1;11~0es t" muene: IIfleslmS ideas ""Ieulel 1011 /a Idl
In una nOIQ lO
gulaclón estrneturn ( del devenir, ella integra al sistema los purfjJl~ l~d" n/l/sr/u ,lII/eJ qu«
. 110S0lros•
cimienlos o el devenir con ayuda de mitos o leyendas N "E" ni final del libro. I f
el origen .. \1 mismo tiempo, se explica el parentesco en (./ ora Iilo Mien tanto como polltica- el esuuuro de una ~D!0108 11 eno-
milos ele los primitivos y la Crütoa. Sartre, en efeclo, prulIClnÓcg'~ea IpO:eue tal vez parecer equívoco a la luz del mnrxrsrno,
tOcno I
criterio ele la conciencia histórica para distinguir a los "prim N "F" ni final del volumen.
I I , o~
de los "civilizados". En realidad, él 110S ofrece no una i \!cuIOClon de las cosas por los . hombres y de los hombres por tllS cosas,
concreta de In historia, sino IIn esquema abstracto de los / Nota "G" 111 final del libro. ,
haciendo 11110 historia tal 'lile pueda manifestarse en Sil (C~bc rt'(Onocer al hombre grande: el derecho ni absurdo.
bajo la forma de totalidad sincr6nica (P.S., p. 336). ¿Por que e/ Crllw,. p. 159, nora, .
de ser este mito carncterfstico de la conciencia histórica (./ Nota "11" 01 finol dellltbro. naruraleza que no es percibida
sociedades modernas cuando en realidad, según el propio .• 1 'enda natura construye una d

También
. I a CI . gunn conClcnC"l.
. • ,_ •
.J..U clencl
'1\ ht'stóricn no tiende a In repro.
I
Slrauss, estas sociedades han escogido definirse 110 por el s .. vivldu por nlOd . ido: puede llegar n juicios verdaderos sobre e o 11
o In sincrol1la sino por la historia auténtlea (completament« lección del pasll o "IVI • id d
troria al milI) sartrtano)? 1':1 vacíe totérnico, en las grandes . d e ndencia entre relato y renli a .
1111.1CSP''CIC e corr spo ti do sen tornnr punido: el árbitro, o
lizaciemos do r':lIropu y de Asia, provendría del hecho que h necesario, además, que no tomar par I .
de mi no uiferírfo de los combatientes. .
han escogido el expllcarse a sí mismas por la historia y por quren (unge . dosigne
, por R nz6 11 tl'In lé'cncn In npeehensión tic los SlblCml1~I
OSLU empresa iucompnüblo COII la ele clasificar las cosas y A menos .que bi103r10S. que el fonólogo descubre CII lus ICIl8L111~ y e
,11.' oposiCiones
soros por medio de gl'llpOS finitos (P. S.. pp. 307-308).
Las clvlllzaclollos que hau lomado el partido do la historia 1.'11161080
el. en. los
El p.ISRJC de In
milOSc· l'
r uca
(
p.
18") discuudo
;J
en lu Pellstio SIIIIIIII)/O
inclinan qulzú por las milologías hlsrórtcas. No obstante.
podrla el COllol:ÍllIiento elel pasado liberarse do estos milos? (p. 326). no define nl hombre pOf In hisloricld~J. pero esperu qu~
qué In sección en la historia liabrla de exigir la fe en la" Mm"'''n. Sartre (p. l02 >. I h
1 IlisloriR realice II umnn . ,
ldad El hombre sin historin debe ser hombre
"d d
da entro los lmpcrntlvos prácticos y los esquemas de in n 1 nrdndo el proyecto de universo" o .
tación", como si fuera necesario esperar para emprender o cm pum que: senqueso vhll~u '0 nqul no signifien conocimiento seAún el orden
IH Es evidente ,stOrl,.', ••
el porvenir para esperar? La Ie en esta congruencia, variante '6n
l Ie In sures: , sino cambios, accntecumenms.
progresismo, marca quizá lo edad de oro de la conciencia
tórica. ¿Y no es qUiZ{IS el mismo Sartre quien da testimon
que esta edad de oro se ha consumado? Ninguna macro-día
tica, ningún determinismo global en la Critica garantiza el e
plimiento del proyecto universallstn- 110 le queda al hombre
que la inquieto seguridad ele su libertad. ¿Por qué maleficio
encuentra la libertad otra salida, abierta ante ella, que In
la violencia?

NOTAS:

l. y unn pnrrc lo udllzI' toduvln hoy.


2. " ... Porqfle las circ/llllll1l1cias que lo han on.gendrado nlill no elMI/
rndns" (p. 29).
3. Bstas observuciones son vRlldns pura Cllesliotl8S.

J58 J59
01 LA LIBERTAD A LA VIOLENCIA

A tla.NOS de mis amigos se asombran de que yo prosiga un


dlálogo con un il1lerlocutor que, por su parte, rehúsa el dlá-
111 ,." Las injurias que esporádicamente me dispensa no se com-
IlIuk'cen ciertamente con la regla de la reciprooidad, suprema
1II'In ética [crmuluda 011 la Critica, o ponen de mantñesto, cuando
111'!lOS, el deseo de una reciprocidad exclusivamente nntagónioa.
1,I('s consejos no me desalientan: a dlferenciu do aquellos que
111\ rodean, he conservado mi admiraoíón de juventud por la
1'\' raord lnarla fertilidad de: su espíritu, por su poder de oonstruc-
('1 11\ en lo abstracto, sin desconocer su soberbia indiferencia
!'ltr lu vcrlílcaclón, por el buen uso de la razón, Sus furores
I'OCO me dañan, por lo excesivos que son; lo acepto tal corno es,
il luso CII su violencia y su desmesura,
El intercambio desigual -invectivas contra arguOIelltos- res-
hmde, por lo demás, a la lógica de nuestra reciprocidad, Como
¡ , he sugerido en las páginas precedentes, y como Sartre lo
1.,1 escrito varias veces, el pensamiento es acción, conciencia do
I1 acción y hasta parte integrante de la acción. En rigor, detrús
« cada toma de posición o compromiso particular se discierno
1 la voluntad exístencial, una manera de escogerse a sí mismo,
d( situarse en medio de los opresores o de los oprimidos, Aún
1 as. si nos remontamos de la Crítica a El Ser y {(I Soda, cada
1 110 de nuestros gestos, cada uno de nuestros juicios expresaría la
Idnci6n con el Ser por la cual la conciencia síugular ha determi-
1 ido su dest ino total, Sartre no traiciona. pues, a su filosofía,
, la descubre (y pone de maniílesto su terrol'ismo) cuando, con
IIIOlivo ele mi actitud en mayo del 68, me declara "indigno de
• uscñar". El resto de la entrevista, la denuncia símultánea del
(,eneral De Galllle y de mí mismo, es más bien asunto de mala
literatura, Asunto tal vez de una veleidad de competir, en la
tll'~lrllcoión del otro, con Marx, temible adversario en tales lides,
161
Lo que sí es ele observar es ( d di' , mi.Hlle, para transformarse en juez de los vivos y los muertos.
concede el beneficio de la d I)e, es e e mismo origon no I¡JI hllsla con que los colonos hayan oprimido o explotado, es
autí-comunlstas son unos pe~l~o~: ~c;lo como bhabia escrito' <¡ " ~llrio ,\ue todo en ellos sea definido por la voluntad de opre-
al movírntento de rna o d I 6 " SI pensa a que In 11< ' ,
él no puede, no debe ~leja~ de 80;e colocaba entre aquo ,¡IJll ) exp oiacion. , '
combate el mal Para criticar I lar o, combatir, como su od I'l.rtcnCce esta problem{¡Lica de la historia, del oonoclmlenlo
. • 1 e comumsmo e " 1< In ucción en la historia, al pasado? De prescindir del tiem-
su 1a d o; para criticar a los est l' I
ponerse del lado de ellos.'
,s pi eCISo ponerse
uc ian es y a eohn-Bendit, hay q i" transcurrido. nuestra edad, se me dice que corro el ~elig~o
l. ,Iclllur como Trissotin I y. lo que es peor, como uu Trissotln
La teoría de la comprehensi6n
d~ fundamento
:11 1;\ emprende contra un monumento, contra lino gloria na~ional.
a esta inler ret~ r:pues.t? en la Clítica. ~11'Yl> ()lIii'n puede ignorar las numerosas tonterías que se deslizan a
misma pone n] desnudo I P e 6n militante. La c:onclllSIL
'1' o ' os errores (que
exp IcanR~ qlle, transforrnnu una Iilosof] d 11Ilí~b " J'
e p~l('onl1álials
ín
l1li I.II~() de ese "enorme" libro? ¿De qué puede servir argu-
111 II¡lr'~ Vnlo más dejar de un lado las escorias y leer esos ccn-
en l1n~ fIlosofltl de la violencia Al il e, a I eraCIOB humana 1, unrcs de !)úginas. enriquecedoras a In larga, donde están dise-
comunistas. los despoja ele si' ,amar perros a los an"
'16 f' '
I so () qiueu se expresa con tal a
,11 tumanidad .E I I I
" 'd' G s e 10m )rc n el
q. 1II1II,IClos análists que en ciertas versiones 1I0Slluminan, en otras nos
1, udian, o Instruyen, o fascinan, Puede ser, No obstunte, semejante
a" comprender al otro eu su alterid 19res~vl ad verbal, tnl rechalO
voluntad do SIlS udversarlos? ¿E ae'l allecb"0cer la ~osible buena
Iltitll(1 no está exenta de un cierto rasgo ele desprecio. Hasta el pre-
" nlv, uíngún estudie serio ha sido cunsagrado ti In CdUca en [ran-
cscrJb~ ol()~ios tan s610 nccl:ol6 ~ 10m Ire o, el fil6sofo quien , .risí abunden los comentarios sobre el debate Surtl'e-Lóvi-Strullss.
otro 1111 que el dé justiflcar estag ..~~s? ¿No Llel~e su filosolla \ , orco, pues, COl1trfll'Ío a mi propio pel'somljc este diálogo "liberal"
al menos en parte deriva de aqu' 61lu?nern
, I <.. n Aquíde SOl ( d'
o acaso
., {'sta, II um prender al t111'O desdo su punto de vista, aun cuando la
eso, me eil'clIl1snibil'(, !l lu rela "6 . no iscutiró sobre 11 , lprocldnd seu 1I11Ingónica): hasta lomo este dlúlogo por 1111 tes-
entre la fllosorla del terror y ele't 11: que escapa n toda c1ud,
en nombre ele 1111 hurnanism 01 rOrtSm~ ~n acción, el todo
11I1I1l11'ÍO de amistad o por expresión de lo que, dentro de mi
1'1 opiu ética, se llama fidelidad. Desde hace UIlC)S cuarenta años,
preseuctn en onda uno ele . o fdodado umcarnente sobre Ja
total e inntrapable. una na a creadora, de tina lIbertad I "..,i 1111 hemos vuelto ti elltablar aquellos dlálogos lrentc ti Irenle,
Illl' Slmnuc de Bcauvolr ha relatado y que solían terminar con
Ni los recuerdos de J'uvcntud
para explicar mi interés por la'
nuestros puntos de partida n
el,~ . I ' ,
mIsten? del hombro bastaD
nuca. L~ su~ple verdad es qu,
I111"cnmaradila . , ." Y:\ Sartre 110 siente In neoesldad de someter
11'1 ideas n la pl'llcba de los otros; probablemente 110 lea mis
1IIH.'lItlll'ios () no busque siquiera comprellderlos. ¿QlIé importar
tros. nuestras problemática; sol~eslras refcrenelas. nuestros mues- I ..ta conversaci6n con un interlocutor prcsentt'. y a la vez allsentc.
ell El Ser '/ {(/ N(/c¡'1 'e .. , ' en. gran parte, los mismos, Uav
/,,, •• I mll1lSeOnCIaS de I 1 I '. ,! IHe ha procurado un placer muy vivo,
lOSO 10 de {(/ hI'itori(/ S' " •
¿ 16 Pt~
a tlllOC lIeelon 1I ..
cidll se eirctlllscrihe emplear su lenguaje, la /lllrodllO-
lus, estrllctlll'ns ele In ncción '1)~~o, no por ell,O d~ja de analizar • • •
"
estilo comparable al de Sartre
mlts, compomble. en ciertos as
e~a~; en la IlIstona medianh' UII
Ser y /n ~ada, y lo 'lile 811 Sill10ne de Ueu\I\ oir escribe en algún hlgal que antes de la
de la percepci6n )' de la com )~i,ctos! a l~ Cl'~tlca, El l'elflli\'iS~ .!Ilena de 1939. época para la cual ella misma y Sartre poco he
q.ue corriontcmellte se da de ~i t el~sI6nllust6nc~ -interprelnci6 IItcresnban en política, no esperaban nada de las rerormas
~n !/umonismo y Terrol', con 7sls- o ace~tua Merleall-Pont lI\1'dales o progresivas y pOl1lan loda Sil esperanza (cuando se
Justicia polftica que por otra muas a unA Interpretaci6n de
j~arraigu de la co'nclcncia e I .P~t~' recuso, Sartre insiste sob
llSl6l'ico; de allí él saca eoncll~IS. rIca en Ull. sujeto 19ualmenl
dejabnll lIovar de la espel'anza) en Ilnu conmoción global, r('ponlina,
\ i(llenta; en llllf'l pulabro, en la revoluci6n (sea, clIal fuere el
en ello la cnnden ....cl.6n el I ,slones contranas a las mías' \' 'l'ntido de este término) 2, Una vez tomado el partIdo de la revo-
. l d n JO manlclueísmo I l1 I . IlIción, Sartre :-.c condenabn a un diálogo, paradójiCO e inevila-
e i mlen o el oll'O el1 su alte 'd 1 S )' un amac o al recon hle. con el purLido oomunista y el marxismo, EI1 Francia, al menc)s
, rt ae, altre ve allí UDa razón válid
162 163
hasta estos últimos años, no existía otro partido consagrado luz M la libertad pro-!/eolan t e "
clescltbre más que ~ l~ ente la roca no se descubre corno
Revoluci6n, otra filosofía de la Revolución, y el partido ~~I ~( ,. U lo Nodo, p. ?68). ~ler am al rla. "El hombre tia ellcuentm
Revolución había degradado esta filosofía hasta
marxismo-leninismo. Silunción que no dejaba de presentar ." ~ \ lable .sino a quien I mpo qUIdere esc1'ba-'od" (,'bid " p . 569). Se puede
e SIl I el. did
ventajas, puesto que la incompatibilidad entre el ex Int~I,,(I¡/O SLIIO en e c~ d i Iica la contrariedad en la me 1 a
J/ incluso, que la liberta Im~ b tá ulos en que no se hace
y el materialismo vulgar lustiñcaba la cooperaci6n pero dcu 11(' TlO se actúa sino superan o o s ces ~enos cierto que In
la adhesión: fraternidad, entonces, sin terror. De cualquier
el marxismo, al menos el de Marx, se imponía a Sartre
et
I I ,Ictllando sobre las cosas, Peblig~~i6n del exterior. para dar

~II !lid para TlO ser nunca una o . r e sino en siluaci6n. o en


10 Hlosoíia de In Revoluci6n, a la cual debía referirlle Il~: \ nlido a la sítuación, no se cÜ~ede en-sí y de ma/erlalldad
el momento en que abandonaba la reflexión solitaria y "" ...... 11&-
~II,I'"palabras, .denlro de lIdemios demás por el cual devcn-
un puesto, hombre entre los hombres, en el combate por limita mi poder) y di de alleridad lal como
libertad. lqll rro que yo, a l'ienac Io,: Este me 110 Nada comprendc '
tres
A despecho de una opinión corriente, la Hlosoña de m Ser ~Cl ll'~' In describe on. El.. Ser !I ( a e no r~ciben Sil significa-
lo Nada, incornpatlbla con el marxismo-leninismo, no excluía
partido revolucionario, POI' el contrarío, la concepción dE' la Ji
(::;Ias,
los ylensi~ios ~a
SlgOl!llanl~~i~~aci6n ya mla a (nacionali-
('¡Olt ele rm propio Prl¡oyec)lo, Rn~lmente, el Otro, "como centro
bertad, lal como Sartre In desarrolla en El Ser y la Nocla. me . " aspeclo I SICO 'len
I 11\7.... y, las sigoi Iiiceciones ".'
parece conduoír dlalécücamenta ti una filosofía de la RevolnclÓfL da' di n,forencia al cua remi . 11 ~Le tle hf'I'11O a mi IIbertacZ
La libertad, tal como la analiza Sartre en El Ser !J In Na. . d 1 ouo "a11OI'/aun 1m, "
.,\ existenCIa e , dl '1 bello o ieo. matICO, etc,
y, todavía más, 011 Materialismo y Revorltción se halla siempre
en situación, Aun cuando la misma situación no sen definida H('me, en efecto, (Iql~t ~'u o o :de~'co me es impllesto pOI:el
¡i/M .. p. R06). Este scr-llldlo, ~o p la 111~et)o cllllIl.'tl.'J11)1l- ('XI,~/('
como lnl sino por 01 proyecto, éste no puede dejar de choca !l11II. "As], algo de mI -seglltl e:, mí uesto que est« ser uue
¡.
en ciertos casos, con In situación que él mismo ha definido. 11/ "s/1I0 de lo dado, al menos ?~do • 'No obs/.an/e, no ,,1I~do,
"La sít unolán; producto C01n1l71 de la contingencia del lm .11111 rs padeciclo. es .~j~ ~er eX~~Jfo'; 'selltlrme mhu'I'O o 7J(lrla;.
y de la Hbertad, es 1m fenómeno ambiguo en el cual le es impo- dI ninguna manera, sen/1rme J ruedo reaccionar rontro esas
sihle ni pura-si dtsccmtr el aporte de 1(1libertad !J del exlstí'n" 1""/(1 /a/ 'Pullto esto es osi que 1 01' ejemplo. ('S "nll pura !I
bruto .. , Ileme (/(/111, al pie de esta roca que se me presetú "",lIlbldones declara/IC10 que la ,ra~¡~i~nmcnte axis/en individuos,
como 'no escalable', Eso significa que la roca se me prpsl'n"
bajo la luz de una escalada protject ada -proyecto secundario qu
,11/)1(' i1rwglnnclÓIl coleotlVa:
I es!« maru' 1'0, efl~u~n/ro ,a~o'h,
qt:t de repente, la alienación tolal
cobra sentido a partir de 1m proyecto inicial que es mi ser-cn-e" ti, 111; persolla". (Ibld,. p t oder: únicamente los otros
mundo. As;, la roca se p(.'rfiln sobre el resto del mundo po El en-si, las cosas Ii"!it~!~~cs ~ol~ sentido relalivo: la prohl-
efecto de la escogencia lnlcial de mi libertad. Pero, por ot~ lunüan nueslra I,iberladdl' .~~ ~ e"reslauranle prohihido para los
parte, a(/II(.'I/o que mi libertad no puede decidir es sI la rOC« lución que proviene e ex en~, . so, no pierde 1 Sil propia
"por escalar" $e preslard o no a la escalada. Eso for-ma parl(' tI 1I dios" ",10 se encama en 1nJ UnlfeT l' ~/(.'s de /I1i pr01J;a esco-
ser brulo de la roca, Empero, la roca sólo puede manifestar 1111'1'-0 'de coerción sino den,!r? de .05 I1noll'/IIICI' cirrlln.stalll'itl, ltl
resistencia a la escalada si es integrnda por la libertad en ti - pre lera en CH ., l'
I'"clo '/ seglín qlle yo 1" rlo en cler/os casoS par ICU-
"situación" cuyo tema general es la pscalada, Para el slmpl I Ida a' 1" muer/P, o que, pO~bel c,on ra :'e a de/C'I'Inllw,zos /Ipos
paseante 'lile va por el cnmlno y cuyo libre proyecto es la 1)11 " res, yo cOllsid ele" prefen e y a muerco más ade 1" anle: , . , Los
ordenacI6n estética del paisaje, la roca no se revela ni com ,1, vida etc," (pp. 607-608), uo ~oa los CIlCI/('II/roell la /lber-
escalable n; como no escalable: se manifiesta solamellle cam 'r
IIlcos límites filie U11lJ libertad el1~tleS ~-a 111) ptlecle ser limitad.o
bella o fea. Asf, es imposible determinar en oaila coso pal'liclllO
lo que co/'responde o la libertad y lo que oo/,/,pspoTlde (JI se
'1In Asf corno el pemomiento, seglm 1';1 ';0
d H ,,!lecle ser llmitada
III~ 1'0': el /:Jensamie11to'I'a~1 l~6libe~oaVielle como flni/lld 111I l'I'l1(1,
brllto del ¡Jaro-sE11, Lo dado en s1 oomo resistencia o como ayud , pOI' la l·t
~ItIO ,/ Jel a d" y su 17nltacl n PI
1{í5
164
!prll1:lrmepara 61 en objeto ni tratarlo como objeto sin C1..uese me
del hecho ~1Il: '!O puede 110 ser llbre, es decir, ue 1" ':lpe como sujeto. Las condiciones prácticas de la reciprocidad
condena a se! lihre; y, conw [lnltuti edema del) I
s.leTido ltbertod, ella es para otras libel/~es q'ul! la ~e~d? 11" ,Inlagónica arriba señaladas, se desarrollan, eventuulmente en
¡'bl'er~elll~" a la luz de sus propios fines" (p. 608)
en mi opinión. no agrega otros límites ontológicos Q' mi llb
la le
1'1uncer y el actuar mientras la exclusión del reconocimienlo
l' iproc(l y ~imlllláneo afecta el intercambio de las miradas.
aun Icuando ace~túa la limitación de los poderes de I I e innlmenle, el concepto de comprehensión (que la edUca deli-
en C muncl~ soclal de In alienación. as en los siguientes términos: para captar el sentido de una
,La rnayona de los conceptos de la Critica a arecian , Iducta humana, es preciso disponer de lo que los psiquiatras
I~I Ser y la Nada. Si la noción de utensilios o
ocupa el mismo lugar en la Crll ico la'
d. t.' pues,
, e InS rumeutos
I ,istoriadores alemanes han Llamado comprellel1slól1) nparecia
1!..11.¡Jmenle en El Ser y la Nada (p. 548). Siendo el para-si deli-
otros término.s (la rnnterialidnd I~s 61s~a ld)eaEsle expresa JI 1, como proyecto, fuga hacia los posibles, realizaci6n de tareas,
para el para ' d d ' . m qULD8S • mundo comprehensi6n (en el sentido común del término) del Otro
'6 < 1 ( -I~" un rnun o e tareas por realizar Oc allí I
el n (e mee 10 n fin "olnculo en el . 7 .' u ,11 :'11 hacer y 511 actuar se refiere evidentemente al fin que lo
tncrcta cm lo dinámico" (1' 250) '. t'~6mllel~/~ ... relaricí'l d, Icrminn, aun cuando s610 fuera por su no-ser actual. En \lIUI
el ml]ndo no accede nI se,: sino' pl~r1l~11 l~::~I_~~nal puesto JI isión, la palabra comprellende/' figura en el texto entre comillas
uclemu? es lnmedtutn l' inseparablemente COSd_llIl~rlf¡/¡~sto tp. 548).
con miras ti \IIlU 1I'II'OU <lIIC la Ira' d . dI' Sartre acaba de com~an\r su teoria de In escllgentia orlgluul de
proyoclándoso hncin 1111pos¡blc~ sC~:~lIldoCl~1
e p~í~-sí detel'mlna
m
da por si mismo (de Sil "carácter inteligihle",
UIlO para cmplear
queda In cosa, p111'U cxtcrtnrldad al Sel'vicl~lecl~ll~ b? evapo"_'
I

IIlll'Vall1cnle el concepto kantiano que le fascimtbn CII Sil [uven-


pura cesoldud, (1 cxtertnrldarl, se opone el mIsa ¿rI' .\ ,osea 111(1)con 111 concepción lelbntztana. Se ufana on hacer intellgi-
011 '('l"~('(/,l)(1I"'W' del mundo
~nIL;~¡,lco'()n~¡sle hacia "l~t~ °"1'/(1:
(51) [ b'
(Sitiad I,h'~ los dos aspectos, uparenlElmenlc opuestos poro complcmen-
, que ClS (1 mll1l(O futuro" ( turios, de esta alección total. Por una parle: "MI pl'oyeclo tí/llllw
porvenir
b'
desconocido
1 dI·
dev ic ,P:.... _..~ úsquedu d
rene, sin ruptura ni contradlcci 1 ¡nlcla( -IJltes ('S, (1 la 'uez, lo ItriO Y 10 011'0- (',~ slc'mprc'.
usquec a o porvenir humano o histórico en la Crllie· l'1 , ,1110 lo u('r('IIIOS, el esbozo ele una solución al pmlJI"m(l t/,l( ser.
J '/'fI esto ,~n',wi61l no IjS concab¡do primero !I realizada III('go:
tocfo°~~~(¡n~li~~~) aml'Íli.sISolltdo16giCOSparcc;'il L
d~I~IUI)cal('li'IOc'~'l(I'S
I

, 1 " 1I ar, e Juego e los e J 1 vunus esta solución, la hacemos existít COII nuestro compromiso
rruracas nos cncicrrn en 1111(\ coutradi ,, spe os (J e e ;.\mo y. elllo"o(;'I>, no sf'ríamos capaces da opr('IIC'lIder{a .\1110
(pp. 479 a 199). ";\~i bamb I d IC~lOn aparentemente insnl
°
ser-mirado. cayendo d~1 WI o NI SI11 tregua del ser-mlratln réndo!«. Asl, siempre eslamDs enteramente presentes a tIOSO-
I mismos, ]Jera precisametlle
liS porque estamos Pllle/'amenlr pre-
siempre eSI(1I11OS.CI/(llqllic~O en el 01:'0 rol' re~oll1c;;ollC!S alte!
estado de tnestobíltdad con r:~"~ sea a ~I~tltud adoptado. IIles, TlO 1Jodemos ps'/)erar tener una concienc;a lIIllI(íl ka '/ de-
Ideal tmpoeíble de 1(1opreh« I ~J)(!CI.o al prollmo; perseguimos , dlado de 10 (/ue SfnlI0S" (pp, 540-541). La escogcncin de mí
$11 obieuvídad: P(//'{I (mpl{'{/; ~',". SI~III1I(11áa de Sil (Ibert(ul !I luismo es, plles, al mismo tiempo, lOlal y no ,"\}'cptib\C'
con relllciólI al 011'0 01'11e/l (.~;::tsI071eS e lean "'aM. esla 11: ser conocida por mí. aun cuando "el mI/licio liD"!. rcmi-
aprelH'ndrmos ('01110' objelu '1' ~ c/e lIanscelltle1lcia (cllt/1ldrJ I ('xlIclamenle, por IW mismo articulación. la illlag('ll de' 10
estado de 1rfllIs(/scendclIc/a ((!( o .Jmllegram~$ al mundo). (1/'(.' 'IIU somos" (p. 5..11). Por otra parle, si ¡wmos nllestra ('s(·ogcnciu.
. d . lIa1l(~O o sentmlOs como t la no podría se\' definitiva sin despojarnos de I1I\C'stralibertad.
l ('1) enc/a q/le /lOS 'T(l/Is('ielldc»,
~'e b t' ' P('IO, /lIngU/lO
' de esos do' 1111(/
'si \~í.aunque "perpetuamenle comprometido" en 1H1csl"(I C'~cog('"ci(l",
as a a SI miSlllo' y nllncu ~ 1 ' .. r; t'stamos pel/lC'/lIamellll' conscientes de que Ilosotros lI1ismo,~ po-
en Ul1 plan de i Il~ldac1 es fO~ ~mos co ocamos cnlnr·'·I'I!,mp.lIl.
de la liberlad de I~s oll'os 'acul'I.(=~.II, e~ dond.e ,el recunocill ,/ 'III()'<~ il1vertí, /ulIsc(lmel1lc esta escogenclll y c(lmIJla/' ron/colmen-
de nueslra libel'lüd" (Sll'brayac1~)I~ :1 I¡CODOcumento por
esta Imposibilidad ClIllol6gicu n~ o~ m., ~.A,) (p. 479). ): ,."ln,III.
los pl/l'S /)/'OyeC'lfl7nos 01 pon.:eni/' con l1uestl'o propio ser !I lo
lO('/IIO/; /J('l'pel W17l1ellle ('0'/1 Illtesl/'o /ibc,t/.(¡c] exislellclal ... perpa-
pd,ctica: no puedo I'o('mloccr e n e I PIOJlmo q~!l.~'a ,imposibi
e <1a ununaSUjeto 1II(/"/('III(~ amenazf,lc1os COII lo ,wdizacicSn de Illtest."" esrog('l'Ilc/a (lC-
sill (rn

/66
tual, perpetuamente amenazados 0011 escogernos- y en . o comprender
o comprehensíón para designar esta interprc-
,
cuencta, eDil davenir d ¡sttntos de 10 que somos ' (p.> 111111 'n
de una conducta por sus fines o por un proyecto global.
cogencia absoluta pero frágil, puesto que no esclaviza la li l. C:nlO cambio, los conceptos de díalécííca,
, , d e R az 6n, dila,lé ,ctiica 11"
a la cual ,t,odos est~mos condenados. No por ello 1I figuran en El Ser !J la Nada, 10nov~ei60" a UlI j~IlCIO. mas,
la separacion cartesiana de los instan les de modo I el vocabulario que en el fondo. La dialéctica no es mis que
escogel~c~uen .o~,}ns.~an~c"T" no pueda actual' sobre mi esc:OI!Ir>nI-= l ;11'0 nombre dacIo a UD aspecto del para-~í-prax,s o de IEI com-
en el Jn~tanLe T1, 1 ero la nueva escogencJa, que inv 1, 1hcnslón de In praxis, El para-si en El Ser !I la Nada ~m
escogencia precedente, rompe la continuidad del tiempo y 111\ dialéctico como la praxis ele la Critica, puesto que lu día-
surgir al mismo tiempo el instante "limitado por una doble
~, cO?lo tal, f racturn o~ la unidad ex-estática de nuestro
l: tica se define. en uno de sus extremos, por el p~oye:to fr'
1"11 el otro, por la totaiizactán, y por cuanto aqu~l Impl!ca n
,P,'eclsame,nte por ser libro y pcrpelunmenlo recobrado uuoctán, In cual no aparece ella misma lotal~z(l~la, smo ~'
libertad, ~nt cscogencia tiene por límite la libertad misma. es l. 11Iz. del proyecto. En cuanto al paso d~ ,In" dialéctica n ).1
está poseída por 01 espectro del inslants", llilz.ón dialéctica, éste se explica por la dcfmlclon, de la Razón
,Sart~e confronto este análisis de la libertad y de la I «la inicialmente: "Nadie -ni siquiera los empuistas-« 11(1{[(I-
cm ~xJ~lencial Con el de Leibniz para encontrar nu ~,;t/(lonunCa Razón al simple ,ordenamiento -cualcl,!!e,.~, que ~ea "
la prioridad existencial ele la existencia sobre la esencia, El ti, nuestros 'pensClmlelltos, hs necesario, para 1111 rocicnollsmo",
de Adán compromete la entera persona de Adán --Sarlre '1/1(' este ordenamiento reproduzca el orden del ser, I?e ,esta ma-
cue!'da e~n .Leibnlz en este punlo-, pero el gesto de If 1'(1, la Ra~ón es IIna deusrminada relacióll ~el C01l0cmuenlo COtl
segun L<:lbnlz. resulta de la esencia de Adán; en conSCl(:uenlall. , ser. De este punto de vista, si la relacíoll de ',a to/al/z.lIc/ólI
~le¡ segun, Surtrc, no soporta la responsabilidad de Sil
SI la esencra de Adán es algo que le ha sido dado In
"i,\/.ól'ioa 11 de In Verclad lo/allztlt&le debe poder estsn», s: -: !'
[ación es 1111 doble moctmiento el1 el cOI1~dl/llcnt(J !I ~ 11 "el S( ~.
reemplaza a ,la libertad, Adán no se defino en 'modo a rti legüuno llamar (1 est(l, monediza " e.'~clóll I//I~ Razán (~n-
P?I' _una eseucm . " sino por In eseogencia de SIIS Iines, por tlru, Prefacio, p. 10), Segun esta eleCIl'UCI6n"l~lI~ea de ,~az~n
guruento de una lemporulizaoión ex-estática que nada tiene draléctlca agrega a la idea de dialéctica In umca In~lC)Vnclonde
COI11~ln~()II 01 orden lógtco. Como consecuencia, el orden IItH1 relación esencial entro el pensamiento y su objeto.
cxplicacíór, psic()lógica en Leibniz va del pasado al La tentativa sartriuna. tal como la Interpreto, se 'pre~elltn
111101llrasque, para Sartre, la interpretación parte del futuro limo una transfiguración ontológica de In que los pSlq~lIalras
548), y d~ aquí ,C!"l1nUlI~.a oposición (que la Cntica r
I

historiadores alemanes presentan como UII modo espeoílico (~e


en lenguaje "!odlflcado): , "la comprehensión de 'tUI acto -rprehensión de la realidad humana, Es cierto que In proplu
portír de SI/S ¡'~WS originales pltl/lteados por la libertad del I.'oría ele In 0011l7Jl'C/'t'IIS/Ó7I derivaba de uua ontologln, que b~Cll
~' 110 e_s IIl1a Intele~ci6~:' 10 (p. 548), En la Crítica, subsLi «idía remontarse a Vico (el hombre no conoce plenn~n~nle smo
Irueleocíón ,~()Il ,expllO,aclolI o deducción. La idea clavo de lo que ha hecho) o H Hegel (la dialéctica e1el conocimiento re-
compre,he,us,o!! sigue slen~? la misma: "La vista del proyecto »oduce la dialéctica del ser, una y otra, cllulóctlca de las Ideas)
tal pel1~,lIt6 com11,:ender la estl'llclu.rn singl~/ar consid lero un Jaspers, un Dilthey. un Max Web~r, rellenen la com-
(lb/ti), SI!l que lo s,ngl!lIlr se deduzca del conJunlo, sin que prehensi6n el1 cuanlo modalidad del eOllocllTIlCuL!)d~( ltombrro
e~cogencla lolal ~etcl'mule ca?~ condllcta singular, o excluya (lor el hombre, sin suponer o exigir una ontolog'8'd sln( opon'!!
(;Islones voluntarias en oposIC16n con los fines funda lina Raz6n él otra, Sarlre, por su parle. remof!ta e a teor a
que ha escogido,
IcO-kan tí,ana o ,sem'I-I)osiliva 1I de la comprehensI6n H .lll1tl 1 onln- ' 1
S¡Il"~l'e,asienta en W Ser !I lo Nada las dos ouracleristicHs 1I'gía, S'In, embnrto los dos I)royeclos -poner . , en eVlcencla a
los rSlq~unlras e historiadores alemanes hablan alribuido a h 'specificidacl de a comprehensión en las CI~nolus,humanlls ,0 e~
pre lfflsl6n -inlerpretación de un acto o de una conduclta la l logia por una parle, y poner en eVldencla las relaCiones
sus In~s; de IIna idea, de un aolo o de una conducta "')l~e~{r?~a~cnlrc el pensHmienlo y S\I oujelo. por otra parte-
tln conjunto y llna lotaliclad- y utiliza espontáneamente ei igucn siendo disLintos,
168
No que por ello sean . dí 1
dudes del conocimiento
~lIleclan ser discernidas
d:
no s:
r\menle separables. La!> es
ctb
ano, en la suposición
lllll1pOsici6n,composlcióu, deducción, eso es cuaulo el sugiere
~ procedimienlos de la Razón analítica, procedimienlos que
e sujeto, se desprend~n d e en ti una voluntad A.II~Illll!1 la caplaci6n de lo singular. ele lo nuevo, del conjunto
(~al objeto. Lo que no 'im e. una manera ti otra. del ser IldiCO ,~. Ahora bien, no cabe la menor duela de que la Iisica
como lo conduce S 'Ir pide que el segunde ~ \[Jliea el oOllociltlicnlo que yo adquiero, Ilie el tlllllC. de este
I l' al le \':1 va m I ~1l11 iris por encima de los montes del Luberon, pero explico
~)I~s Fu.nmero y lo 110\ e' 11 élifjcul~~I~{~S
t.
m;~ob~I~1
de as e,Xi
emente II1SI "1' llllldicionos (neocsurias y-o suricientes) en las que aparece 1111
¡¡frl1 iris. De igual muuera, uinguna psicología C) antropolo-
gí" ",plica. () (J()mpronelc siquiera, mi expC'I'iol1cia totalment e (mi-
'" ... '" li. ,unlilalivnmenle singular, ele la gal1ltl de los colores. La com-
V' ·lll1l~i611 retiene algo ele las experioneil\s vividas por mí mismo
¿Qué consecuencias n' . 1 ,1' los otros, 110 lo retiene lodo: en tanto que oonocimiento,
comprehensión) cal rea para la teoría epist ló' ,(t lo\ clIcapllr parle de la singularidad, definilivamente e\'aporac1a
lécl/('o, rllnclame~t()s1~ll1do proyecto, la ontologfamdcFlc~ de lit ,dl. que ha dejado de estar presente.
lejos este estudio el COlllClClnllCnto dialéctlcof Sin II .\1 r dId es que la objetinlción, característica de lodo conocimiento,
Il ., -e ella r 'Ovar ~ ~ I

Imll(1mOIlClS a algunas ()hscr\'ne;i~~~'imos para el siguienle lo'_' JII dIfiera según tenga por objeto el electrón o el paciente
Sartre (.·aracteríza la dialóctl .' ('11,,1 div¡~n del psicoanalista, o, aun, In decisión del jefe cuando
p~)r 01 proyecto, In
crn en siluación
e 1 1 •
.~. C!ICU, salida del para-sí
T' lOlclllZHCIÓll, In sinllularidad
rene, pites leude ~
el: el
loa
1
1)/~1It
a e~p{.rtt
l'lI In guerra, elabora un plan ele butalln.
l011 el todo, en un caso, Y 01 proyecto,
La relación elel elemento
la dolí bcnll'ión. la escogeu-
('~:;IIIl~¡;fic~~i6c~)moPar~cJoJ1lr.s, Ifl~ gone~~~:dade~O'JeorSno(~(01n glltur da. en ,,1 otro. marcan el COllOc;lTIien!o t:omprchensivo y le
.
mientes compareblas
'

'1~~I:dlllanalltlca).
..,n

q;lc
C
f) ras )\) 11 ., ,
'1 I ( a iras, contra lodos los
dr;s()h~e5 1c las bCienCias naturales
JI ce!) os

{er~lc
"1 d 111 q\lizl\s 11110 rcluclón ospeoíñca con Sil objeto. La Ul1lolo!!ill
d, In cosu, por una parle, y In ontolngla del pura-sí o de la
JI/uds, pOI' la utra, (.'rislalizlln lo clistitlClón epislemológica bajo
e e tal He' 1 ., nun o orraría I .' I ma de una nntllevis. de una exclusión recíproca. incompatible
turn S' \ o Il1c,on, la singularidad de tat 'dll le ,sen LIcio prop
d. . I.n CI11)argo, Iluda 1(' im ide S 1 eo ogla, de tal cut I 111 (,1 desarrollo efectivo del saber sobre ('1 mundo v sobre 1'1
e Sil. Iilosolla, la relutogracíé Pd 1 a Sartre, en el marco mism lu-mbre. .
nJ!tllfll(.'Q .en las ciencias hun~)n o os procedimientos ele la raz6a
~:.tt ICigltl"n~js y. necosarlos en II~s~n~J,~s procedimienlos devíe-
1)11 e e a Il1lel"loridael In aliena'6 I a en que la exlerioriza.
Se objetarú que de
lullld) a no ser sino la
redllcir In diali'C'lica (carácter de la reu-
expresión del proyecto ele la totalizaclón
mediante (11 ellol se define la 17m.ris. desconoceríamos otros dos
lC)~ o lus instilucionos I;Oll'¡ficuch;sc~l" de I)a praxts, los cusl-obje-
r Isgos ele la I'l'ulidtld clíaléclicn: la'l ('fllltrudicciones. In ilega-
0rs 1:II<:tlln.l semeJanle a la oe 1 an a a realidad Ilumune I1n.
1 mil es do ('sI '.
" e ClmOC'11111e1110 as cosas. r...e basl
anallt' . n con sello - lar los I Ión y 11\ I1cgat'ión de la negaci6n, por 111111parle, y el sentido
y S~I•b• o~el ¡nado a ella I~. ICO, surgido ele In diuléclica ulllmo ele la lolu!i:.r.aC'ib1l -lolnlizución hist6rica. )' Verdad loltl-
lil.tlnle-. por la olra. 8foctivarnenlo -lo hemos nfirmado cuando
de In
r'111; s...mls,I:n0• el rechazo snrlriull()
'. CIenCIas Itumanas deriva d
.' .
s explIcacIones CllIlsales en lli~tllt¡nrnos las l(.'sis dc Engels sobro la dlalbt'lica. ele In nnlurn-
k~a- Sarlre nl:lona en cierlas QCaSillltl'S como si las rclacionel>
1~Ic:a de la causalidad. AII~ e~ Una concepción "realisla'~ I~eta
mlllr tina casi-causalidad y con le¡le lerreno. le bastaría ~on R~ lialéclieas no c\iglel'nn ni prm:is. ni pro)'cC"lo. ni liberlad, sino
lile se redujeran a IIn mo\ imienlo cllyos dif erellles términos
~~ 'por, objeto las reg1llaridades o erar IIn conocimiento que ten
'l conl radirían (o hasla. e\'enlllalmente. Sl' npondrlan simplemente
n()~~cladl mismo )n interpreta,
S .
in )~'ot~J¡'d cdom)o I~ com~rehcnsióOí
a, a slllgu landad v la I!lOS II olms). lIe dicho asimismo que, (..'11 mi opiuión, esla concc-
,Ión al marxislllo-leninismo concuerda mal con su pensamiento.
. 11I:lrese haue el· I f'. 6 . r,a dial6cUcu biológica de la carencia, ele la lIecesidad y de In
CIOI1C'W 1111IIII'al
unae l'epro~ellt(lCi6n
a H1Z n anallLicn y de los
e~oolar . (1bJOLos de la Ilegación de la necesidad por el ltpocleramicnto del mundo ex-
, casi caricnLlIl'csOR,
170 17/
te,rl?r, ofrece el ejemplo de una dialéctica de totalidades 1'1 de que Sartre está permanentemente jugando con anti-
garncas, no de praxis. lllt
,,1 < ('onceptuales: activic lad-nasí
ad-pasívi d a d , para-si-en-a
l-en-sí ~ pra,ns.-lI1erc1a.
., .
Si esta dialéctica .~s e1el dominio de la Razón dialéctica l. -I)/"{L\:is interiorldad-exterioi'ldad, sene-grupo, sujeto-objeto, pa-
gamo~ a la conclusión absurdo de que la ciencia que • 1~.a_para-~I-prÓjimo. Algunas de estas oposiciones lienen una re-
anal!I!Camen~e tal dialóctica (así sea dentro del ouadru d r,lllllllcia tlpicarnente hegeliana: extertorización de lo interior l>
?n~hSJS de sistema o ele un análisis cibernético) no logre ,e ,11
. 1 riorización de lo exterior. • ""1
c. para-s ¡ se exteríonza ., en 1u ma-
jelivo.• \ louiort, una dialéctica de In naturaleza o bien no Sil l:'..ilídad que le remite la imagen ~o. su acto, gTab~d() en _las
dentro del campo de la Razón dialéctica y no perlenecería I,IS y desfigurado. Pero estas OpOSICIones no constituyen S100
mlSI110 oategorfa ele In dialéctica humana, o bien caería er (111'1 descripción del ser-en-el-mundo, del para-s! soclalízado en
\ am~nte. dentro, c!el campo de la Razón dialéctica y, no ni mundo de los objetos. Descripción Ienomenológlca que no
la cl.enclo anallliea ele la naturaleza la habría puesto<H):Hau. Í<lll1wbn parle del contenido de El Ser !J 1(1 Nf~~a, pero q~e exi-
dellcl~ y bastarin para explicarla. 111: ItI dialéctica del para-sí y del para-el-prójimo (relación re-
DeJe~os ?e, Indo .Ia . dialéctica de la naturalezar pregu
IlnCJI~()s SI las (OJlln~dloolones ocupan 1I11 lugar centra en la
;11 roca tanto como oposición). El para-sí del cual cada 01.1'0h~ce
1111 objeto, UI1 casi-en-si, ni mirarlo, se prolonga en I.ma dlnléctica
~~l1Ca sarlri~na. SI la contradicción ~e identifica coo la ell los colectivos, de los diferentes mnneras que tiene el para-
clon:, es obvio que la dil1léclic:l va ele contradicción en ,1 le ser o de actuar con los otros.
dicc!on o, 1.0 ~lle es rnñs, que la prasls niega la siluación I'or esto vacllaría en escribir, C0l110 lo hace Lawronce Rosen en
percibe, dehmlta: determina por 01 propio acto de evadirse I "1 excelente articulo 17 que unly iolion eoents pose ti contra-
un futuro 110 existente. 'rI" i011 is llililory made. Hay historia desde el mom~n~o en que
B:1l las sociedades, prtrntuvas falla esta ucgaclón, lo que el pnrn-sí en el mundo ele la pluralidad y ele la materialidad cons-
empohrece, las paraliza y las encierra en una historln tiluyc una perpetua poslbilida~1 do. negación, de. r~lpl'II:~l. de eren-
l~e!'o, desprcocupúlldol)os incluso de la distinción entre p li ,11. Lo que se opone a In historia es la repeucton. No hobrla
SI.cl~.mes contradictmins y conceptos o ideas incompaliblos, (/'11' (/ofi11ir al 1101II1Jre 1101' la /¡islOl loidad. -yn que ha!1 socteáo-
11811tlS, n~ me parece que la esencia de la dialécuca i ti. sill !Jis/oria- sillo por 1(/ posibilIdad permll1lerlle de ,;Ivi)"
1,IOa r~laclóll. 16gica. entr~ lo que es negado (o 11 111 tóricamente las fl111/lIr09 que' proiundomente sacuden a veces
contenldc, siempre indefinido, del proyecto. La dialéclicu 1/ ln« soctedade« de repetición. l~slo definición es neoesanamentr
tnano: enuncio llega al nivel de In historia deviene com .1 priori, es deoi: lI(1C(' ('11 el seno de I17W socl~dad /¡¡SI?riO(/
(/1/('
negaeión I'~cfproca de unus clases por otras: ~presores y nn'r.m, .. /11(' es ('n
!I sS misma el resultado di' translormaciones SOCIales.
dos, colonlzadores y colonos, cada uno de estos oonjun P. Ir) vuelvo para «plícarse o las sociedades sin histort« de la
P81:tc sc:nc y en parte grupo, se afirma oponiéndose, cl ."';\Illll manera '1"t' la pr01Jia hlstorta regresa a ésta 'para /rrJ~M-
serie-obJeto cuando recibe su unidad de la mirada del otro tI morfas -desde el extcrtor. primero, y, luego, en y 1)0,. la /11-
grupo, CUAndo forja su uuidad por \I11Q voluntad común do ' /, ¡[o"¡zación de 1(1 estertortdad' [Cuestiones. pp. 103-10-1, nota).
peral' este estatuto en y por la rucha. La Historia, advenimi La historia no nace de la contradicción sino do la permanente
de la V~r~ad, que el segundo tomo debería reconstítulr, pon (l sihilidad de negación )' rebasamiento. Esta negación resulta,
en 1ll0VUnlenlo los Ilnlversnles, analizados en el primero que 1'1 su contingente necesidad, del ser en el mundo y de lo con-
descubren en una dialéctíea estáuca y aparentemente r~pelili 'll'lIcia condenada a la libertad, libremente avnsallada y va:
PII~S~O que el para-sI se entn'l~pn .necesariamente, por una dlamenle libre. El movimiento de In negación por el pa~a-sl
c~slda~1 con~II:lgenle, el1 I~) pn\eLlco-merle y por cuanto el gr 'l manifiesta pues ell 11M serie de oposiciones, de lérm1llos
p.'6lra sobreVIVIr, se organlZU y la organización suscita la insti I 1"JIIlrarios qll~ sirv~n para designar, para describir, pa.ra e?m-
(,"1 n y la soberanía.

l' Seri;s y grupos 10 se oponen, no oomo proposiciones co rII· l nder la alienaci6n de la U~ortad y In libert~d en la allenacl~lI.
contingenoia de La. neceSidad y la neeesldad de l~ ~on~n-
e Ictoflas sino como maneras de ser del individuo en el colcct ~I ncia, la exteriorización de ~a inlerioridad. y .la inleno~lz~cI6n
maneras Cuyas características pueden decirse contrarias. No I (t, lu exterioridad. La circularidad de las PIaXIs. El movlmlenlo
I
172 17i
d~1 para-sí se. expresa, se revela en aceren recíproca de los , conceptos, o el método. o el modo de pensar, que permita
minos conlrnrtos. En este sentido, la contrariedad cnnnd r~ 1(1 conciencia captar las significaciones prinoipales r la unidad
1~ contradicción, s~ i1?serla en el propio corazón de' la dial o "ell silber propios do la época. ¿Es posible una totalizaclón sCIll.e-
sl!l.que por ello d,eJe esta de. tener como origen y como (mita IlIle. estando dada no simplemente la inmensidad sino la. dis-
~J¡cI6n a la. p,.a.I'I:~, la t1lLel'l~ad,. la materialidad y C¡lIiz:í~, J' 'l~i6n del saber? En todo caso, el hecho es que los marxistas
Iundar la violencia de In historia, la escasez. pl 'enlizan esta totalizaoión y que In mayoría de los no-marxistas,
~c esta dialéctica de los contrarios (u del para-sí, de la ¡u- 'Inglo-americanos en particular. comprenden por filosofía el
tend,ad. de la I~l~terialidad y de la escasez) no resulta, n 11;.tlisis del lenguaje científico o del lenguaje cotidiano. ucor-
altll!A del. ol!úllslS (~) de la c~periencin crltlca), ninglll111 '!"lldo a veces a la reflexión sobre la existencia humana tina
gresión, rungun movnmeuto hacía adelante. Si el lector :1;1 ión de ~nbid~rí~. El marxismo hegelianlzado, del. cual el
Le!1Cr IIna. il11~l'esi6l1 distinta, esto so debe ul empleo du IIl,lr\ismo existencialista de Sartre representa una modalidad per-
11.11110 lulallznC:lón, el cual presenta, CII realldad, múltiples ,( .il, ocupa un puesto ('11 In escena contemporánea (1110 se
tldos. .lfllplia un pOCO en circunstaucias favorables, quiero decir: cuando
~adn conciencia totaliza el olimpo dr Sil percepción (1 de 111' acontecimientos (exterioridad) hacen posible que intelec-
~lccl6n, cada 17ra.\'I.\. totaliza, desde ~I/ punto de clsta. los 111,.[05 que vacilan ante In adhestón al marxismo-leninismo se in-
J unla.s a los q IIC pertenece, La estructura de una CJrgani d len por el marxismo.
l'elu~16n ele parontesco ti ejército, está hecha de la l'SllllOt'J.tl1 r,Sc avecina la totalización de la Historia ul primero ti ,,1 sc-
petrifloada c)e las relaciones entro los individuos. ele la illonla 1(11 Ido sentido? Se sitúa, a mi parecer, entre los dos, por cuanto
qUE' se ha II1sel'~nclo en las conciencias, no sin que cada .I!.. ego ni primero (la captaci61~ global de .I/lla. conc:iel~ci:\. esto
(~e ellas asuma libremente su alienación o sus funciones )' es. cnptacíón global pero parcial) la expenoncia, analizada en
Itc~, (J ~II uioncr«. el conjunto incesantemanto totalizado y el JI S('1' y la Nada, de la recuperación del pasado. En CUI1~lto nI
talizaclo, totalidad 110 orgánica que cada conciencia totaliza \1 uido del pasado, le viene siempre del presente, (~e mi pre-
(! 1I0 est~~ totn lizacic)JJ.es l~llllti pies constl tuyan una lota lldad i ~lllle. es decir, del porvenir, puesto que sólo éste. nu pl'()yect~),
) defl 111 Ü\ a. La totalización que efectúa el para-si o la l tlifica mi ser actual. Sartre, en efecto, establece lino cspeciu
reduce, pues, en lenguaje no surtriano. u una captación di homogeneidad, un parentesco esencial entre con?cimienlo
pero In pi Iunlídad misma de las captaciones globales basta d( si y conooimlento hístórico, por intermedio de 1111pasado,
most rnr y demostrar el carácter parcial de cada una de (l¡ los otros y de nuestro pasado común inscrito en 01 "os-
I:u totalización d? la Tlistortn, en esta perspectiva, no podrl JI Hu objetivo", que osni en mi como yo estoy en él. ") n sólo.
~111() "~I(( lCHnlizatn(¡n de u/la historía. Por definici6n, el his 1'11 ejecro, puedo decldír (/ cada momenlo solne 01 alcance del
"? I'ctlCl~e lodo, los gemidos de las víctlmas Se' pierden en /U/HlelO: no y(/ discunendc, (/('libel'a1ulo y apreciando ('11 cada C{ISO
\ ~d.o al !g~,nl CI.ue In soberbia de los vencedores; la expcr ,. importancia de '(11 o cual acontectmtcnto anterlor. ~ill() /)/0-
vlvírln, umcn, lnauupablo, más rico que lodos los I'nlnr'¡'I1DD '1' atándome hacia mis oblettooe, yo salvo el pasado c01lm/~o !I
!m\s p.reclo~a que todos. los triunfos, mi alegria un día de dt'cido Don /a acción sobre Sil slgnili('(/ció1l" (I~1 Sr/ !J 1(1 \l(le/a
infanCia, mi desesperación en ,,1 instante de la muorto de I 379). O aún: .c ••• EI o/den de mis escogellcios ell el. /)O/('cnir
SOl' CJllerido, nadie los rotendrt\ y ¿por (Jllé esLos dosgarrflll1i "11 a determlna.r /ltl ordell de mI p(lsado ... P(lsado rlelenle. 1}a-
mel'<:cedan. 501' sah'ndos? t'\ingul1a síntesis logrará nuncn 1 \C/do casi-muerlo, soúrevivenc/as, aml)'¡giiedc/(/es, (mll/loml(/s: e/
la sll1gnlanclncl de la persona y la Historia universal. I mjull/,o de estas capas de pasric1ad ('$ orgarl1zado por la lII11dad
Cuando Snrtre define al marxismo oorno In "totalizaciól'l ti 11'11 pl'oyecto (pp. 580-581).
saber", ¿se IrAta todavía de la misma lotalización? N~ se En forma cuando menos, análoga, la escugencin por cada lino de
d~l todo, o de Jo tota lidad. del saber. Ninguoa cunciendo , I pasado ~onngllra tl prefigura la escogencia hist6rica. "Si la.~so-
~Ina e Inlegra la inlegndldad de lo (jue los llombres ele l edades huma1las son hislóricas, no es de¡,ido Sim1)lcmenle 1I qlle
opoca,llltn acntnuladl'l como saber. Lo que el filósofo /I('nel'~ un pm..ado, sillo (¡/ 'I('('ho de que lo fecl/par'ml a ti/lila di' mo-
clebena aportar de acuerdo con esta fórmula, es el 'ltlmenlo" (p. 581). Si se plan lea de nuevo la homogeneidad enLre

174 175
el1ir oara 1" actores) que éstos han hecho, inlMcionahnente
la l'ecupe~uci611 activa, vivida, de Sil pasado por cada uno 1111\
1 l'(l111 ro t" SIlS
inlenciones, SU porvenir'd everu id o nuestro pa-
reouperación del pasado por la conciencia histórica, tenemos I1 lo: esta descripción, común a El Ser y la Nada y a la ~'fl-
r~sllJ~ad? el, ~pl~zamie~t~ d~, la ~ignificaci6n d~1 pasado "I,clIICciólI, [ustifica uno de los dos sentidos de la Razón día-
la propia historia contmue. Sena, asi, necesaria tina histo¡ 1 1 uca: una detcrminada relaci6u del conocimiento con el ser
mana concluida para que 1m determinado aconfeclm (~JI esle caso, el ser del ser hístórico). . ." ' . ,
'?mO c!e !Jo Bastlll«, pOI' ejemplo, recibiera un sentido 1'11 cambio, la imposibiüdad de una sIgnlflcacl6n def~nll1Va,
IIt'o. Nadie, en ('f('('lo, nteg« que Lo Bastilla fue 1 l. misma imposibilidad de cualquier sit~laci6n qU,e, no esté situada,
1789: .he 0111el hecho tnmutobie. Pero ¿debe verse en este dalizad(/, parece desprenderse del mismo análisis. Para pasar de
tectmlento Ull(/ ¡'CI'IIClfa sin consecvenota, 1m desencaden 11 lump,'C'lll'l1SiólI de los psiquiatras e historiadores alemanes
to de lo popular C011/rauna fortaleza medio desmantelada , 'I"icne5. releniendo proyectos y totalizaci6n. n~ explic(/n me-
la Conoencián 18, empeñado en darse 1/11 pasado publicitario' lIIicnlllcntc. no c1elcrminaJl el presente a ~ar.l1r del pasado,
Iransformar, en hazaña, .. ? Aquel que hoy quisiera decidl,.' 1 11 que proceden mediante el doble pl'Ocedinuenlo regresivo-
eso olotdaría .ql~(, tombién el historiador es histórico. es 111)~I'L'sivo- ti In Razón dtaléctíco, es uocesarlo que se agregue
que se ¡'i.\lol'wllza aclarando "la historío" a la luz de sus
uecto« .Y de los de la sociedad, Así, es necesario afirmar
L\ erdad totallzante él la totalización hlstóricu. 0, para cmplenr
1;1 l'\pl'e<¡ión utilizada cn otras circ\lI1stancias. es necesario que
d. seutldo del pasado social está perpetuamente ten aplazam 1.1 inlt'llglbillduc1 de lA hístcria c?n?l1zeu a In lol~1l7:ncI6n, de
to ~p, 582), Es verdad que la muerte transforma lo v 11111/ lllslorio. Ahora bien, el movimiento del conoclmlonto 1111-
destino, Lo que ha sido )'R no puede no haber sido, plil'¡l 01 nrovtrnicnto en el ser e inversamentc; ('1 ('onncimien~o
hecho bruto, Inmutable: La Bastilla fue tomada el 14 de ,11 IWI l Iistoriu no es posible sino a oondioi6n de q\~e lu l1Isl~r~n
ele 118~. Por nll] nnduvo [uan Sin Tierra. Pero Rlchellcn, " unif'ique en 1:111 devenir, tenga 1111 sentido, SI 110 dcíinl-
xy, ~1 abuelo, trascendenclns transoendldas, objetos para Ihn -si [uera definitivo la liberlnd dCSOplll'ocorlu-, ni menos
clell<?1I1s,no ,POI' ello han adquirido un sentido definitivo, pi nvisiolllllment(' definitlvo o, para hablar con términos de Marx,
I? 1,lbc,rltlcl., lu (.'u¡m<.:idnd. de proyecto, ya no
~01:t!l~l,(I. so uoubo lA preh istorin. Con la [uohn dc clases, ¡Jl~O!'Pre~nclu
1111{'
resistu .1 1:1~1~nlflctlCIÓIl que las subjetívídades les acordarán. Ji In luz de In escasez inlcriorizacla. en tanto que oposición 11'1'0-
c~tas subjetivldades, en cambio, conservan SIl libertad. Y la" dlllllbll' l' inc\piuhle entre opresores Y oprimidos. constituye
bién, ~Iospués ele mi muerte, mi vida, devenida destln II motor, el resorte. el principio p1'QxlJológico del movimíento
quedo igualmente en suspenso, en aplazamiento, pues la reI- I stórico, me pan'cc, ontonces, que es el fin de lu lucha de
puesta .0 eS,t"!;pregunta: "¿Cuál será, en definitiva, el destino eJe ll.lses de lu opresión, incluso más que el Ilu do lu cxplotll
Hobcspl.erre? , depende de la respuesta que se dé a esta preguD 11111, 'In que ocnbluln la prehistoria y haría posible, eu conse-
la pre\'Hl; "¿Tiene IIn sentido la historia?", es decir, debe coD ieucin. hablar lIO solamente ele dlaléctlca slno de Raz611 día-
cl~lrse (s (Iclll'l'(,~) o, solamente, terminarse (se termlner}. Este
problema no esta resuelto -probablemente
tod~s .. las :csp~lCslas qll~ se ofrecen (incluyeado
010.
es insoluble- pues
In del idcalll-
la historia del Egipto es la historia de la egiplología")
I ct ica.
. . ..
Son ellas mismas históricas, 1';11vez esle :ulálisis do! paso de la comprehensi6n a In dia-
.' La compre~e~si6n del pasado por referencia al porvenir quf" I 'l'lictl,cll' In diol¿'clica a la Raz6n dialóctica, arroje una luz
I~do, la ,ll1stol'1clclad de las sociedades gracias a la continulI rt 1 Ilcva sobre el dil\locro enlre Lévi-StrallSS V Sartre, por una parle,
cup,erRcI6n del posado por cl presente, orientado hacia el pot \ sobre cierlos mod~os filosóficos de los disentimieTllos polílicos
v,enlr, de los muertos por los vivos, la transfiguraci6n signj[i~
Ilva .del h,echo bruto (\ la luz de 011'0 presente, vivenciado II1II'C Sartre y yo. por la olra.
\Igunas de las oposiciones, filosóficas y epi,slemoI6~icus. entrc
(luendo; fll1olmcnte. el esfuerzo que hace el hisloriador I.l'\ i-Slruuss y Sarlrc son Y seguirán siendo Irreductibles. Toda
L'uI~scrvarlc III pa.sado su dimensi6n de escogencia y de "'I',\Vel¡;¡''IIIIII ~(l(;iednd, por estrecha que sea (a IgtU1ElS decenas de hombres
pala. no desconocer, en ,consecllellois, que nuestro
177
176
y mujeres, desprovistos de lodo, le descubren sentido a la iunf el tro do él sobre el filósofo,
tencia y 01 mundo tan sólo dentro de su colectividad si "sa:;, cuando el político lriu ~nenencl énfasis en la estructura
". , ,A sus propios ojos, cada una de las decenas o cente \~11~~iC~d~o~~~dl~lC!llj~~~cd~tle ~pd~et~~do~eclt~vopr~;i/e;~~r l~~~~l
millares de sociedades que han coexistido sobre la tierra y
se han sucedido desdo que 01 hombre hizo su aparición, ~I\I vatis~O, olvi andO. r l~S a se mantie~o en él, y por la cual,

valido de una certidumbre moral para proclamar que en 11 1<\ SOCIedad ~cce. e a sel y gracias a la negación del oh-
-:tun cuando se redujese a una pequeña banda nómada 11 nbién, la HIsltona'órgO;r::':píl'iCO confunde con la sociedad.
'110 Inerte que e SOC1 o . r ese nivel de polé-
tina aldea perdida cn Jo profundo de los bosques- se "v........
I El diálogo 110 ~csc~ende nece~anaJ:n~~p~l'ienCia vivida y la
saba lodo el sentido y la dignidad de que os capaz Jo
humana" (P.S" p, 329). En la medida en que la Razón dial' nrl '[1 vulgar. LévI-SlI8USS no n"l~a concicncia al comienzo o el
se consagra a la búsqueda de una Verdad totalizante de la l .pt~ci6ndgllob~1 de
l' nnino e a inves igacio
Jo d,~~ocl~~lífica. Tampoc~ Sartre niega las
d b los derechos los modos
torta, reanudando con la ambición hegeliana rnediauto In
de conoeptos parcialmenle mnrxlstas, desvalortza implfcí fl ~llIaddudes do conducta, los erds ¿la
e el orden 'impuesto a
millares y millares do sociedades, a millones y mili ,It pf'lre~les:o, 10r tSldlills di ~ohab~la 'más que una polvareda
hombres que no sobrevivirán, dentro de esta Verdad tata la' eoncrencias, a ata. elOC~~\al~zable aun cuando esté disperso
más que a título de medios, antecedontas o condiciones de d actos y no un conJlln. Ilo~ también series y grupos,
advenimiento. I]illtl'e 01 postulndo de lgua! dlgnlclad de loe/as ('JI una pluralidad de col¡ctl\:os, ~'o ellmluen la 1'/,lIxis, el pro-
sociedades. por desiguales que hayan sido en volumen, por turno. El que esos co sCtl~OSse empeña Incesantemente en
éxito, duración, y In Rozó" dialéclic(l, que alcanza una Ve 1/11 lo o el para-SI, como al', re l'f' ue tantos esfuerzos y tantas
totulizante siguiendo el movimiento de Iotalización en uostrarlo, no me parecj q~le f.~IS~i~~es (no en el sentido ele Sar-
oxtste, en ofecio, una contradlccíón que no proviene de un págin~s. No s61lo lOL~~s iSel~~ I(l~ll'kheimillnos), costumbres, l'ilO~,
entendido, sino de escogencias existenciales. irreductibles (' i I ,SIno en e SOIJ 1(10 e 1 trabaio son arbi-
patibles. l eencias, formas de ~al'elll~s~o y ~~I~:a~~a~,an d¿ la libertad

De esta primera ccntradtcctón 11fI,;(lS, y en ese sdnlld~l:ib~:il'l~s,!~lllln~ libertad personalizada),


deriva una segunda, en In
se trala, f\ la vez, do Jo real por excelencia y de la orlen f.
~,ll,nque 1\0 se, pucd. a, 11 del 'determinismo natural en (JUlll1t~
del conocimienlo que pretende ser científico. A los uruversaíes , uo 'lile tambión
, id . I lele
ropla \' loacI
I '6'
h; <.
cada pmxls conserva, pues. l' SI
que Sartre analiza y describe fenomenológicnmcnle, tradu 110 un,pI en su p 1 ú baio de la alienación, en o mas
l qlllere, hasta en o I~' s J ncidnd al menos teórica (u
en 01 ro lenguaje, Lévl-Strauss podría, en rigor, aceptarlos en 1I indo de la trnrnpa SOCH11, la cnp 'a '10 mismo que, eu El
medida en que ese vocabulario esotérlco se limite a
la presencia ele los colectivos en los individuos. de los i ontológíca), de a!'I'Bl1CarSC (;~ee~~iOm::i~~e'I1Cial, as! fuera con res-
en los colcotivos, ni mismo tiempo que las diversas moda SIl y la d
toda, 1~I~gllnb f'~'li\'al11enle a la conciencia, siempre
Il'clo, al ser: Op,I'1S10naa e I I osible conversión.
de esta inserción rocíproca de individuos y colectivos. Poro
SII'UIISSapenas si so interesa por esas descripciones a las dueim de SI rmsma y ele Sil ~ , 'vida el otro 110 excluye
Sartre concede un interés extremo, ya que tienden a m(!,~lr.1I Si 01 lino no cxolulye IIl,rporlcnrast:bsislenY dos oposicioncs en
la inteligibilidad de toda realidad hístórlco-soclal y, al s estructuras (en e senll. o v:gR~zones da enentu de la otra,
tiempo, la permanencia de la libertad en las formas más profundidad: ¿.cuál d~ ~osl do ilíd científico? Por otra parle,
I uál aporta un conocuruen o va I o,,. d be alcanzar para
de la alienación. Pmblema trpicamenle sartrinno -vinclll . '1 ' r que el conocimiento e
una ontolog[a del pura-si, extraño a Lévi-Sll'auss, Todavía dónde se sltúa e sle t e tanLo las sociedades como
"plicar la realidad llllTIana, cs o S,
Sartre se inclina a concederle privilegio al conocimiento 11
en lanlo que conooimiento de la dialéctica, mientl'as qlle el 1I historia? ,lO 1 H 6 Haléctica tionde a confllnd.irse co~
nocimiento de las instituoiones, ele las estructuras, de los s Hemos" vlslo que l'smaa en azS\1nc. mOVlmle 'n.to Ilacia el porVellll',
, l1adl-
I
mas de conducta, tiene por objeto la inercia «ne provi a concIencIa m d ' l d ena misma haCIa un no-ser
menle ha inmovilizado el impulso de la praxis. Extremando tue eslá pOI' ser, momen e e °
I.ación de lo da °EIY Plo-yet 0:1 ia negaci6n, momento decisivo

17R 179
d~ la dlaléctíca según la interpretación corriente, es, pues. nes sino confrontándolas con aquéllos o aquéllas que el actor
tnnseco al para-sí y n la praxis, inseparable de In conci ~Il el estratega ha condenado definitiva~e~le al no-~er. ~I ~u-
CJlIe se temporaliza, se hu ce haciéndose y hace posible que IltO de la cornprehensión, tenga como objetivo u~a. eXIs~enc~a 10-
en-sí acceda al ser y al conocimiento. De aquí se h\'idual o una época. alimenta a veces la ar:nblcl6n, m~v¡ta.ble
dentro del pensamiento sartriano, una prioridad del , imposible, de vivir la existencia que reconsutuye, o, ma~ bien.
el en-sí. por consiguiente, de la Razón dialéctica la d' hacerse la ilusión, ante él y ante los otros, de que la V.IV~ de
analítica. La captación global de lo dado por In percepción le la comparte. Pero aún es necesario que este conocimiento
presenta .relaciones de exterioridad que se prestan para In I mprehensivo sea conocimiento; que pueda, pues, ser verdad.
compostcíón y la recomposición, para el análisis y la ded r, ::, otros términos, aun cuando el carácter dialéalico de la rea-
tan s6lo en In detención del proyecto, la deslCltalización de "dad se transfiera al conocimiento que de ella lomamos, es-
totalización, la renuncia a la comprehensíón en f.lVor de In rumos también en el deber de establecer la ocrdad de este co-
plioaoión.
I u-imiento, El psicoanállsls existencial, tal como Sartre lo prac-
Esta prioridad de la vida sobre el conocimiento no i '<1, recurre a procedimientos comparables a los de l~das las
todavía que la Razón dlalécuca, cu tanto que modo de con, lnografias y psicoanálisis, no sin scrv~r~c de co~ecplos pr~plament.e
miento, .pue~a explicarla Razón ~I~alllicu, Ante todo, la primaclf rlrianos: pasividad, actividad, paslV.ld~d .acllva .. ,acllvldad pasr-
de aquélla so.bre ésta no se manifiesta 011 su pureza y eVidell¡ ,1 Comprehcnsión marcada por In dialéctica on,glJlnl de J~ c~n-
más qU? a n!v~1 onlol6gioo. La experienela orltlca nos mues ciencia, que exige, sin embargo, los procedlrnientos ol'cl,tnar~os
In praxis SOCIf\IIZada, en l rampad a, IlparCllltemcllte prlsioneru ti la investlgación y de la prueba para escapar a la a~'bltrarte-
los derechos y I?s deberes, de iusttucionas crlstaiizadas, preo- ! Id de la intuición o del impresionismo. En este scnll.do. UI1l-
cupad.a por sus intereses, sometida a un grupo soberano, 11 lá -umcntc la Razón dialéctica confirma 1" verdad de la interpre-
vez aislada de los otros y perdida en los conjuntos. Sartre ImJIi I u-ión comprehensiva. ,
la praxis,. a despecho d~ ~odo, dueña de, sI. misma, bajo las ('ll~ Si la comprehensi6n psicoanalitica utiliza los universales (en
sllper,plles~as. de materialldnd y de serialidad, que las ooucíon n-ulldad abstraídos de In Ontología de ~l Sr". /1 la Nada o de
cías íntcrlorlzan pero que nunca las absorben enteramente, I1 Crüica], lo sociología no siempre tiende a In compreheusión
Admitamos que esta descripci6n fenomenol6gicu de las estru , en el momento mismo en que se propone retener alglln~s
Imus, l~n.lo de la concicncla como de los colectivos. porlclIezca l.ll'uclores elo la realidad dialécüca, emplea todos los procedí-
al dominio ele la Rnzón dialéctico. Pero aún no Se' trata sin mientes característicos de las ciencias de la n(llUra~cza: construye
d; un saber fil()~6fico o ~c una verdad ontológtca. Admitamo. II objeto. elabora modelos (mercado perfect~ del llbcralísmo, a~-
aun que la relación del historiador con el pasado con el (/lIal
no t.iene relación exi~tencial, monleuga un pal'entesco en prct-
í igonlsrno y ascensión en los extremos, organigrama ?~
las orgaru-
('te iones), sustituye las experiencias vívidas por opuuones cuan-
Iundídad con la relación vlvencíada de III conciencia individual tlricables y busca las correlaciones o las relaciones causales e~tre
con su pasado. Lo que OC) impide que 111hlstorlador le qllcM I,I~ variables. Es verdad que, en cierto sentido, todas las cien-
In larca de reconstituir pacientemente a través de los testlm das sociales o humanas podrían descubrir su objeto el1 ctert as
nios, las palabras y los actos, la existencia de otro o de colectiv~ uspectos de la realidad social descrita en la Crlll~a, con la
sOI'¡e~ CJ. grupos. Subsiste nl~o ele l.a dlaléctlea original de Jj unicu condición de ellrninar algunos pasajes (el an{tl¡C¡I~~cl mer-
conciencia en la cornprehensíón de SI de los 011'05 o del de\'enlt vido o de la acción del oro del Nuevo Mundo cXlgl~'¡lI. una
histórico: e,l \':\i~én entre los eleme~tos y el todo (aquéllos uq I'azón dlalóctíca). Que la acción de los hombres sea m~dlatll.ada
tlOnen sentldo S1I10 denlro de éSle, y éste no puede ser (1ol1ll Pllr las cosas y In de las cosas por los hombres, ~emeJunlc pro-
prendido sino por UJI análisis indefinido de aquéllos). En ei p Isición central bastil para juslificar la ref ~rel~c~ll a las. expe-
momentos de In narraci6n se impone al hisloriador la ne.::esi lencias vividus. a las escogencias colectivus o IndiVIduales, .1Il~llISO
de ,colocarse en el momento de la decisión y de reslituír a 'Ilundo el historiador apllflta a o sigue l~n pl:o~eso; aSllnls~o,
p,oslbles, Cuya renlidRd dependía de una pra4'tls, su ser de .IlIl()l'iza el despreocuparse ele las experienCias vIVld.os por los ¡n-
SIbies. La crílica estratégica no comprende los Hclos o las '11\ic1uos cuando el soci610go apunta Q los mecantsmos por los
180 181
cuales la "mano invisible" produce ciertos resultados I('sliza ele su praxis a la Historia universal, recnrriendc a u-'it-
tes pata los actores, o, aun, c!l.'aodo apunta a la estructura ( '''lles abstractos, lomados del modo de pensar OCCIdental .
l<:tlla de ~l!a lengua, ~e un sistema de parentesco, de un 11 \~~'oche (jite no toca a la comprehensíón de los .psiquia,l,ras e
gimen polJtJ~o, ~(lr rígido que sea el conjunto de las p lr toriadores alemanes, quienes muy por el contrarío, se fijaban
clones y obllgacicnes, apenas si existe sociedad que no cm,,,,,,, I lI10 objetivo llegar hasta el prójimo, hacerse capaces de cap-
casos de cuernos o de mcesto. Estos casos ilustran uno :1:1 la diversidad de maneras de .pensar, ~e seo~r, ,~e actuar,
sentidos ,CJue,Sartre atribuye a la permanencia de la I (,1111 toda seguridad, la eomprehensión-empatla (o E¡nf~hlung) co-
e,n la alJenaCJ~Il, En ca,:"b~o, ni un sistema de reglas, ni el peligro de encontrarse a sí misma en el otro, bajo pretexto
slstem~ r0~1016glCoo semántico de una lengua (aunque todo ~l' escapar al ego para ir al encuentro del pr6i,imo, La com-
t~ma Impllc~ II~ para-sí que lo utilice) remiten a una praxis I'lchensi6n del Otro en su alteridad, la del etnólogo qll~ su-
utuyentc, ru siqureru a UIlU proxts constítutda. Una lengua ll't'mn, recompensa a la desambientaei6n, vive a~ mlsm.o uempo
1111 sistema de parentesco constituye una totalidad cuya eslructura 1 existencia de los Bororo y la de Sil propia sociedad, o,
no puede ,co~prcnder. ('1 lingüista o el etnólogo sino median lIando menos, Liene la sensación de comprender c6mo se puede
los prccedlmícntos típicos ele la Razón analltica, descompClsici6a , r Bororo y c6mo se puede ser francés en 19~3, esta compre-
y re~ompos~cl~I1, aun eU,and,o la explica?i?n final ponga en c>vf: 1, usióu, siempre amenazada de fracaso ante la inatrapable alte-
dencía un conjunto de le~null(Js en oposicíón binuria, o, en otl'lll n.lnd, o de [raoaso por In asimilacíón ílegitlma del otro al
palabras, una estructura Intrínseca ni objeto y desconocida del uusmo, constituye la operación inicial y final del etnógrafo y
sujeto, estructura que reproduce algunos caracteres de lo dinléc- ,1 I historiador,
uca.
L~s ciencias humanas estudian también objetos socia los que.
• • •
o blcn no presentan estructurn dialéctlca en el sentido surtrinno l.as consecuencias de In transfiguración ontológica de In com-
(los procesos, los mecanismos de la mano invisible, ctc.), () hiea ehensíón en Razón dialéctica, tal como las hemos comentado
presentan una oculta estructura dialéctica que, ti diferenc:in de
las estructuras despejadas por el trabajo del pslcoanalistn. se
II.l'Itn el presente, no implican todavía que el gusto de la Re-
nlución y el disgusto ele las reformas devengan \'crd~cl
des; 11breo II tra vós de 11M encuesta estricta mon le ana lítlca. Iilosóflca, que entre Razón y violencia se s~lle 1l111l exlr~na
.'t con esto so cae, o~ I~,ism() tiempo, la doble pretenslón so rliunza, que el otro -el conservador, el reformista, el (,IIICdice
triana, a saber, que umcaments la Razón dialéctica permite Un al apocalipsis revolucionario-e, tome los rasgos ~estLCulantes
:omprcnelcr la historia humana y que equivale, en el orden pntJ> I I contra-hombre .
.seofógico, a una Razón, radicalmente heterogénea respecto iI la N 1III ea he desconocido los caracteres especlíicos de In bísto-
Razón unalltlon do las cionoius, Nada nos impide el que rcserv l'll'iclud del hombro en plan elo conocer y actuar, tal como
mus. un campo a, I~ comprehe.osi6n en aquellos casos en qu 'litre 105 describe en El Se/' y 7(1Nada a nivc! 0IlloI6J?:i?o.~n
110Simporta n? el101111ardel objeto conocido algunos de los rat' ¡<¡loria está en el hombre como el hombre esta en la historia,
gos c~lr~cterlsLlC{)sde In dialéctica, no olvidar 'lile los hombres - l Ja hace haciéndola. se libera de ella al proponerse un por-
han, VIVido nuestro pasado como su porvenir y qno lo han hech ouir u la luz del cual se da otro pasado, Sobre, algunos puntos,
ltaclénd~se, y tíl",'lbi6n, fjna~menle, cuando nos proponemos J11 por 10 demás rllndnmenlnles. hemos díscutldo sin Iin, ('01110 Jn
nos explicar l!U sistema de intercambio de mujeres, de presentell (llenta Simone de Beauvoir, sin llegar nunca 11, estar de ~cller dO
~ de mcrca~clas que comprender cómo los Otros han podido eD! a convencernos 1!, Sartre mantenía su concepción de la liberta ,
contra~ senlldo y salvaclOn en una existencia que aparece a llll de la elección por cada uoo de su propio ser. negand? toda
tros oJos sin-sentido y pel'C'lici6n. Illlrencia psicol6gica, El para-sí comenzaba en lan~~ ~!uc IIb~rtad
I:évi-SlntIISS roproollO a Sartre haborse sepamdo de lus ( \ lIcia, Yo le respondia: "Nuuco ht\s visto a ll" nlOo , L~ llbor-
Id, para él, existía, acluaba. se realizaba e~ la fuga haCia ade-
socledndes y encerrarse en el rogito sin salir nunca de (~1.
proche en parte justificado por la forma como Sarlre en b Illle del proyecto. Aun cuando se temporah7:a y. por ~se hecho,
del runc1amenlo-de-Ia -posi bi 1 iclacl-de-Ia-vel'dad -del -Olar~;smo, liega la instantaneidad de la libertad carteSIana, la libertad nu
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crea a nadie ni en permanencia, sigue siempre abierta , de una parle dique ya es y la limitación
nuevos futuros, cspontaneidad aún más que eseogencia, en In p,'IlC la aceptación
, e o
el ida en g uc el moti vo, lu coufron lución en tre el por y el ,'" el cambio. , . " ,[ llu cn la teoria de la
tra, mucho más que determinar el proyecto, emergen de 1,';:,LaInterpretación deja ,SUbSls6'llr un1·1 pllroyectos lodos libres,
' di 1" '1:> r que y c 010 os , 11
Según Simone de Beauvoir, Sartre se niega a admitir "qu« ",ll.ón la eclt~a, G, o ued , m oner tina Historia, e a
serva cualquier identidad con su propio pasado"!J, Tengo rli~pcrS()s Y, ~1!sC()d"lllttR' gL1edi~íléc~fca? (La inteligibilidad dc l,a
experiOllr'iLL cOlllptelUl1lflnle dístintn ele lo que Iambiéu llamo 11l1,rna condición e a az ,n l' ibilid el weberiana no garantl-
bertad. Cada LlIlO nace con Sil herencia eromos6mica, en Sil 11I,~II)/;(I, cCJt1ivnlclnle "61e Ila, 116nl~ Igtn~1lIaR Verdad lOl~lizanle), En
' '1 t la izaci n 11S rica d
dio, a medías determinado o habiéndose ya determinado a I,rla n!. ~ ~ 1 libertades, a causa o a pesar ,e
días antes de llegar a una conciencia rética de sí. El esfl Lllrl1~ l~l'mln()l;'1[(ra (!ue, ,¡S unas a otras en camino hacia
por nlcanzur In iibernción, lo sitúo no ('11 In espolllllnl'iclud ~I caraetel',~ so uto, S\~~(l~\del~otalizanle no deben expresarse,
para-sí, sino en In decísíóu reflexionada a partir de UII 1111I conclusión Y, lt~t\ I'f '. l L~ diulú¡'lica constituida el,cbe,
jeto, que es y 11(1es !/O, del cnnl no soy el dueño in a tuur do muncru 1I~(" eren e, " ') íales (IUC, [inal-
I 1,Indo menos, permitir las l,olaltzaelon~~a P~~rdad totaliznntc.
cloual. De nlll 111dialéclku de In libertad y la Iídelldne], de
la llaga de las desdichas que 01 tiempo no clcatriza, de alll n ¡'lile, SO integrun POI; si 'd~~tn~6 °clc lo dadu social por el
(\Ieclianle qué rodeo a, na I~UCIII~n cuanto tal? La respuesta,
retorno de! In mula cOJlcicnt'in ni recuerdo de las OCUSi()¡
perdidas, de las falta!. cometidns, de la palabra que ha brin ~l(tlP() de a~cióll dcv('n~I,~,a, rnCIO~j~lCra vista, casi no deja lugar
JI"!' paradójica que pur,eZtLl a p '1 ncia Primera proposición:
bklo ser dicha y no lo Iuc, del juicio 'lite ya hubiera d( hi
I1 dtlc1a~: pOI' il1t('II'm(,'~tn¡ ele tllllU¡;l~c~le libre o totalmente alle-
publicar y que he I'cser\'udo para conversaciones entre amigos.
r (,m,m; no pu~c e ~?l s no '~iea ré lica osible es In rebelión.
Nunca me he sentido "condenado 11 la libertad", más blell COD n:tc (l, Ante lo al,e'I~Il(.'16~6In Iu b' squ~la d¿ In llbortad, alienada.
denado a una llberacíón siempre ineonclltsa, u tal punto lilllillll
,1 rechazo de In 1\ len!'Cl nI' H b\'I'o' 1 nace el.. h imposibilidad
las coaccioues externns nuestro poder y las coaccionas intornÜ I no per I a,
did O aun:",
a re e I I
t '1 TI' '''' ar ,u! , In raciona lld ..l
I 011
nuestro esfuerzo ele dcsprendlrntento. Así como ItI identifi(.'ad6'l\ di' vivir lino existcncla imposlb 0,, C)(d~Vlu'ólJ(le' lo dado: ahora
de In linda -distnncin de sí ti sí de In conciencia (SCI' lo IJIW
no se es y no sel lo que se os)- con el no ser, tal corno 10
1, léctí ige a na IZUCI In,
mtrinseca de la e11 'ellca ex} ] con lu realidad social, cuya
llit'u, como I~ daco 1se c(~nl~tIt\~~untod ~Ie nadizaclón, la nadl-
define la lradición filosófica, me hA parecido siempre un jltego I trucíura está trazac 1\ pOI , le e uivalenclas a la robellón.
dc palabras, el ubsoluto ele In liberlad supone tino conci('nc'_
sin c1clerminnci611 biol6gica que se procura razones pero no la
I'Il'Íón c()~\d\tce. ,iJor una s~:'hl Revo?ución, La ;obeli6n \'cncicln
I lite no tnunfa sIno l~n ,y I~ In en la scrialidad, lo práclico-inorle
obedece, 1{'(lITea, en efeclo, "1 Iec~~{ 'rnposible que el grupo ha qnerido
euncrclamenl(', en 11 VI( a t ,
¿Es In Hevolución In ll'ullsposici6n social () coleclivn dl' fa
libertad sarlriana? En cierlo sentido, exisle Ulla nfinidud entl '1pOl'ur, r'l .. aún el vlnculu entro Haz61t
llIlA y otm: ambns Itic,'gall lo eludo nI orientarse Imeia \In po Pm Olt'?~ caminos \'crnos per I al ~~ In e
lÍl/cn llega nI umbral
venir descollocido, Ambas se definen por la nadización y cl prQo \ violcltclu, EII el momento en q " I 1 'h de closes, con
yecln. el re('!tazo de lo qltc es y In voluntad de reali~¡:H I le la historio lOlalizante,Ó) aCbml1ltl~~pl:ta~:~na ele In volunlad
tarea que se manifiesta como 1111 \lacIo a la ]JI'(/i\'is COtlSlitUYl'n tI prioridad eJe la lpr~t ~ S~) r cl t
e~cedo;'te por parte de los
o al grupo, I\.ún más, si el para-sí encuentra (l pos(('/'ivri de oprimir sobre ~ a uena:se el b' rada mostmcla, demoslra-
melitos para l'tleionalizal' una escogencia ya !teclta, ¿por qué ele privilegiados, ha ~Ido, cle(.;eladl~, 1e tl~ha e:le clllses. por el unla-
1 Id molor ele la I\lstol'ttl, l.~ pOt al' 'ere la muerte
saber el gl upo adónde va untes de ponerse "n camino? (. I ' cada tino de los cua es <¡lit <
qué unn c1aso o un pu rtido debería conocc!' () imaginar ,1 ~llI1ismo de os grupos, I 'mienlo dialéctico c\tyn conclu-
illcn que pro) cela edificar anles de derrumbar el que ya ex lel otro, por ¡tl qlle p1'(!gr~sllde 1110~~rdad lotalizanlc, Es la conlin-
Veo, puos, IlIla homología enlre el absolutismo ele la Ilbt't' 16n !lloren c,l ad,ven~ml~nt'~tHn~n~c In e (tú ha convertido al ho~'
y el absolulismo de 'a He\ olución, mientras que la reforma ~l!t1(lta de lu ,escllslezl",lele b' l' por ]eslo. sitt embargo. la ItI!;-
J,re en enemIgo (e 10m le, (1

184 IR)
~~~tc,
el:" Id~f:~~m~;:'~~i~i~~~~~o ~~ ha desarrollado b~sla el
dcfm}rú por la violencia hast~ ellÍi~Udhea, or .Ia violeue li
1, la Crítico:
:IIIt !'OS
"Paro
!J librl'ados,
los Itom,bres que esLdll frente tL lIosotrOi>,
nadie ticne el poder ni el privilegio
II"r/tl a lIadle, cada uno está en posesiólI de lodos los dereciv»
ele dor

el día en que el marxismo de' el prehistoria, ,,,/11'(' 1Iosol ros; Y nuestra especie, cuando Ull dla lraya terminado
al no poder nadie (.·on~ebir la rf~so~a ed~risaí'bntlesdlra his " hacerse, no se defÍllirn como la sllmo de los IlOúllantes c1¡>1
ele una sociedad libre sin clases' a . ~ erta , , .110, sino como la unidcld infinita de sus reciprocidades". Un
la reciprocidad ele In~ praxi; . YIsm e~PllotaclOn,.fundada
·· el' . e me uso SI a rnatería tr b .
~I "0 más que franquear: el colonizador, explllsado por la re-
e l pr 6jrrno ejan subsistir un elemento de al' '6 o a 1 lión de los colonizados, va a inlerioriznr, a Sil vez, la violencia
En tr 1' . ienaci n. ti ( lo amenaza y devenir indígena. "Proclamada por unos. re-
lo Jclialé~~fcnN~ll1d~·ci('.n el rnun~o ?~
la escasez y de las pr!lllida por los otros, la violencia va de 1m lado a otro: 1111
anúlisis con 'la lucho \slt~ ~achzaclOl1, ~e id~nli(jca en úl ,/" I'slalla en Metz. el día siguiente en Burdeos; 11(/ pasado por
I~rica, origen de In ;liuiéclic~' con la violencia .. f:-o erllxis tI "i. mañana pasartÍ de nueoo por alltí, es ('1 juego de 111
cional sino en In medid ' no merece el calificativo de na \t,,'ija. Uegado nllestro turno, em.prendemos, paso (1 I)(/~O, e!
totalizantc. Il:sla Vcrclt~d~ ~n s~:lI~c~or ell~ se, re~Jiza .la Verdad I ""lila que 17"I'a (rl indigenalo. Pero para dl'l'enil completa-
lucha de clases, o por la lucha
opresores, esto os or In
d
11, se I ~al~za SJJ10 por la
. l. c. os oprimidos contra los
11' ,,(e hldlgella, sería necesario que nuestro suelo [uera OC"l}(ltlo
I"r [os (lile ayN fueron colonizados !I que muriéramos dt: wm-
es vlolencln, y la Viol~ncin Ve~~ladnc]ai La .. Razón dialt',(.·tica 111('. Eso 110 suoederá: no, es (11 colonialismo drs"aj(l(lo (,1 (I'U'
on que otra Hlosoflu lollllm~nlo' e e marxismo, hasta el dla I tllwra nos posee, él es auie» pronto nos ('(/ba.lgal'(í, soberbiu !I
la libertad I'oalizada' no de In
lencia, ponga lórrnillo ni 1110m
y CI La
llliP~Tldlblc
II~oy, una Hlosofia de
rea izándose pOI' la vio-
I llOcho.,. ¡OCllO mios de silencio degradan/ y lodo ('n 11'"10;
11,,,,, el sol c1lOeguccedol' ele 1,(1 toruu» e/ll(í el! ('1 o(>nll, Iodo
l1o..,solnI110I1lC'termumd». ento del I11HrXHimo, concluido "1 ,I plII,s hnJo Sll.~ rayos; bajo psta luz, ni .Yi({Il'Í(JI'{/ 1111(1 sonrisa
C' 1(' 1Jal'ezca S1'11cera, ni WI solo ros/ro ave no ('sl(\ pill¿n/'('(I}('(l(ZO
El Prefacio ni libro de Frantz F 1 11(11'(/dlsfrazor Io oálera o el miedo .. , Francia, ('11 O¿I'O.\ /.i('ltIpos.
tierra, CXpl'OSHblljo ~1IH1fOl'lm: .'. anon, JOS condenados de 14
la humnnlznclón del hombre c~llem~, en ~n lenguaje filos6fico. 1111' ('1 nombre de 1m 1)0Is; cllidéml)1l0S ele que 110 S('(/, ('n 1fJfH.
últlma escena ele El 0;(//)/0 1 ;'?ll~
vlo!el,1C!~,. ya ilustrada en la , I nombre di> l¡nll 7lelLrOsis" 15. La interiorización de la violencia
rll.1 colonizado por el colono no C'oncllLy(J la dialéctlcn: lu vio-
11II11I(lIIic!ad más {IN; ele 1(1'~n ,~lten ~IUSj Encontramos /llwstrd
cuenim más lIl/tÍ de los Sil )/~r e y (/ G eseeperocián, él/a en I -ncla de los colonos, es decir de los Irancescs, unos enutra otros,
sembradores dr olento. é¡' e! lalOs, !I la. mlle/'t~, Ilemos sido 101 este momento de la dlalécuca justificará. en ciertu modo, lo!'.
de ella hace brotar (1 cada in tempestad, HIJO de lo violc'ncla lIomenlos que la habrán precedido: el hombre salc1n\ renovado.
brc a costa rlc' LI ,/' I Sla1l1'e .~U hllmanidad: éramos "om- qllizÁ sca necesario decir: el hombre nncerá- de esla c1iuJ(·c-
• (', C' S(' /(/('(' 10m br('
".ombre. de mc;jor ('al/dad"!t "E í" . úa cosla nllc~lra. Olto I¡l'a de la violencia, () de esta violencia qlle es cllnl('ctictl y
JI d\'cnil11iento del hombre, "¿Nos Cllramos. acclso? SI. La dolefl-
Ilel1lOS /leo-colonl(/listas .... "l·) 111M /)a a"(1-
S]) Ilt IIS, lOlldadosos,
prulcnd'llbewlcs .. ,,,,, , 1(1. como 1(/ lanza (le Aquiles, puede c1calriulr las II(',.;da/) (/IU'
C I loca d os f)(n ('/l/a iIlCOllseCIIC'II". .. ... WIl c.~...
C'01IseCIl('lItc en/rc 11osotros (la, CIIOI () mala fe: Twda mb ltI ca lisa do. Afloro estamos encadenados, 11l1111il/adulo, ('nferlno!>
(,1 Pllropeo 'no 1/(1 I)f)dld~' ~:::(':.~; ',;tma'¡'lista .racista, f?"CSIO c¡1I '[l' mledu: en lo más bajo,.. Cada día 1'('/ ro('edplIIos ante la
~;Iavos y monsl/'llo/l. lIas/a /all/o I om re SIIl? fabricando ~ 11('/('(/, pero puedell estal seguros de (/11(' 110 [a ('uíllJ/'('mos: 10i>
J(IIl,le iml'oslllm 1)(1 fll(, dl'Sl'lIm(lSc:~aj~"bo f~n IIlcll'i?edna(to, sedm Tlalllrlf,,1¡ nos lIeccs/lo1l ... Es c7 IHlimo momento dl' lo dia/ele-
cu ')re Sil l'erdad I ell ' ... oy C 111 gOlla t ;r(l: IIsledes condenllll esla gllC'I'r(/, perO lod(/da 110 se (/1(('I'ell
cel rodo, c1escllbr(' '~'II tI('I~;f,I'l!smo 1:lstall!e. I~uest,.o cluú, la" " declararse solidarios de los coml,atien/('·t¡ a,.gc/l1Ios: 110 /(mg(/II
IIl1a m/lloria Toc!av[ (l(. /lO era ni mas ni mellos (/11 "'ledo, euel/lan C01I los colonos !I eOIl los mercellarfoS: los 01,11-
contra lIosoil'os, qlle~/laP~1~:;~li7r~st,e los otl'OS se haoen hombre , (II'(Ín a dar el paso. Qttlzás, entonces, leL espalda cOIIIl'a el IltUJ'O,
géncl'O humano 1 (/ NI/e d. 10 que somos 70S enemigos dt11 libCI'lI/'{in, al fin, esl.lI Imeva violencia qlle ("11 IIsledes suscitan
gémg". Y, IIn t;OC~l más le.~~(,II:re su l)e1'd-a~,(!ra Ila/.ltrale::.a: un. I/ntiguas fechorlas 11I1ltO tiem:po rumiadas. Pero ('slo perlell(,('('
J , n lln lenguaje qne recl1erc1n
TRi
186
a otra hlstoria. _\ 1(/ del hambre. Se acerca 6/ tiempo
seguro, ell que nos IlIIíremos a oquello» que 1(1hacen" ~8. '
Que el lector perdone la extensión de esta cita: al lexto
r lo sabe?) que la historia humana H\ anza enmascarada,
¡'lIinn de las civ ilizaciones y los cadáveres de los inocentes.
1', .; Estados se edlílcan por la violencia y se mantienen por In
sobre

le lalla una cierta elocuencia, a pesar de la mezcla de ,,""A." r;ltrza de\·enida. i~slitl1('ióo. camllnaj~ de una violencia que
a pesar de excesos retóricos, a veces grotescos. "lIoy basta IIt.I de ser percibida por aquellos mismos que la pa~ecen; .Ia
'lile dos franceses se encuentren para que haya entre ellos tI,licia deserta elel campo ele los vencedores. como 5J la dia-
cadáver .... , ¿Quién C(lIlSCl'\'O semejante recuerdo del año " ll'dic:u im irtiera los papeles sin llegar a la reciprocidad del
La anunciada guerra civil, promesa de curación. no tuvo 1 I,'l'onocimielltu dentro de la igualdad. No pienso siquiera que
Los Iraucoses no han len ido ni que matarse, ni que II compromiso valga siempre más que la lucha, ni que la in-
los ~ampo~. Curaron ~e su neurosis argelina. no desencade dependencia argellnu hubiera podido ser arrancada de otro m~)-
la violencia que habían interiorizado, sino, muy por el e In que por la violencia. Lo que detesto no es la escogencia
tra~·I? concediendo u In violencia exterior lo que ella redlll11:~ //1 el IIlIne, en tal coyuntura, n favor ele lo violencia y contra
legítimamente. UII \" ncomodo 29, es una filosofía de la violencia en sI y ~or sí
'.le. esoogido este ejemplo ele loma de posición frente al uoon Inismu, 110 de In vlolencia como medio, a veces nec.esano. de
I~cllnlellto! po.r cuanto yo había adoptado la misma: yo re cono- "" \ polltlca racional ". Ftlosofla que afirma tOIlOI' 1111 Iundarneu-
11' ontológico y lino Iunción () lIlIO eficacia psicológica.
~Ia I,~ ~~gltllnldad clcI, combnte liI?radn por los "rebeldes arge-
Iln:os . sl,n negar .que, ('Slos, al comienzo. no representaban quizA La violencia, como la lanza de Aquiles, puede cicatrizar lus
mas TIC ,una .mll1ol'ta de 1111 pueblo colonizado. En el mundo It ridas que ha causado". Es posible. Dos amigos, repentina-
~ el,l a I'runcla do 1,965 (fecha do las elecciones que llevaron urente lrrltados lino contra el 011'0. Se' encuentran nuevamente,
.1 Cuy :"lollol a M?tlgnon), la accesión de .\I'gclln a la hule- unidos y agotados, después de la pelea. Quizn más vale ex-
~el~dellcl:l. m~ pnrccm, u la vez, Inevltable, conforme a la "[us- pulsar los "humores peanles", los resenlimienlos ncurnulados, .u
l~cla polltica . tal como In apreciaban, para la época, mayorlta tl.l\'6:. de la cólera salvaje, de los gritos de furor, que reprtmtr
1·la~lente. aquellos que podemos llamar, a Ialtu de un término 1.1agresividad respecto al otro, o expresarla posivament:. u. tra-
mejor, los representantes de la "conciencia francesa", y final. I n, de una cólera domada, y guardar rencor. contra SI mismo
me~ltlC,.. ya slIpe~ado In lucha, coinpntlble con el interés )' el , contra los otros, por no haber "dado vida o Sil violencia".
pOI \ enn del P~IS, N() obstante, aun cuando ele acuerdo, Sartre Si, la vloloucia l'epl'jmiclu envenena n veces lu sangre, poro In
r. yo, sO,bre .!;12?tnd:p~nd.encia de Argolla, no hnbléramos podido I iolencia desencadenada, la de In Revolución Francesa, la de
I.,~jornadas de junio, la ele la Comuna, ¿no hall acaso onvene-
entcndertH!s : diulóctlca de In Violencia, referencia irónica a
las almas tiernas de los liberales (aun cuando el liberalismo no 1 ido en igual Ionun a la conciencia nacional? Nunca he logra-
tenga nado que ver con el asunto), estas dos anotaciones, una ,JI) leer sin ultcrarme aquel pasaje de los Souoenirs en donde
de las cllB!es Iundameutul, la otra marginal, revelan e ilustran Ylexis de Tocquev ille, desde febrero de 1848, juzga inevitable
'?clo nI. mismo U(:.\1I1PO: dlvergoncla política y oposición filo~6 1111 enfrentamiento violento COn la multitud parisiense y se resig-
rl~a. Digamos ante todo :-parn no volver más a ello- que la 1111 por adelantado, Al mOllos( él 110 vela en ostn batalla un ~11~-
violencia de esas c)(pre~lones me repugna desde el momenl mento de la dialéctico ele a 1'taz6n. Lamentaba que la "leja
en ql~e no vao acolllpanadas de una acción del mismo cstilQ. ~ orgullosll nobleza hllbie!oe sido violentamente eliminada y no
F!ancls. Jeal1so~, al organizar Ulla red de apoyo al Frente d preservada en un nuevo papel, al mismo tiempu que se le des-
Llbe~llclóll NaCIonal, uolll(lba en conformidnd COIl la dial(,tlica p!ljaba de sus pri\ ilegios. Los inlelectllales [rnncese~, a pal'lir de
sUl'tl:mml. La declal'llci611 que Sartre hubiera podido hacer cod la Tercera República, tl'llnsfiglll'arol1 la Hevolllci6n l·rancesn ~omo
OC8,s16n ~:I proceso inlenl~do conlm lo red de ]esnson respondl.
a la. I?g,cs de su pellSUIl1JCnto. Personalmente, para la época. 'fd
i ella no IllIbiern cosLado veinte años de guerras exlranJeras
. una guerra civil de reP7lici6n, como contraparLi~a de sus ad-
c~lc~,b,nl al mismo tiempo contra la O.A.S. y contra la gllerra el llisiciones, apenas consoltdadas al cabo de un SJglo. En cada
\1 . No es que yo sea, como Sarlre finge creerlo incondi !Ilta ele las circunstancias en que Francia pareela amenazada por
nalmente hostil ti In \'iolencia. Nhly por 01 contrario, 'sr (¿y 'In In nuevo episodio de esta guel'l'a civil -Frente Popular, Li-

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,,'Jltinuidad del tiempo en que se histol'ializaba y dejabn entera
beración, crisis (\rgclil~n y O.A.S., acontecimientos de 1968-, 1, posibilidad de conversión (o de otra escogencia), Se justificaba
habe~ deseado reducir el volumen de la violencia. No p 1 Illbién por la responsabilidad que fundaba: hablar bajo la tor-
bera)¡so:'0' ~ menos que con este término se designe el 1111'.1, entregarse> ni cansancio, es también escogerse librcmente
..11 mamqucismo y a que se ponga fuera de la ley al \
I .esto que otros no han hablado, han resistido a lo tortura. puesto
o la ~olllntad, nunca plenamente realizada, de ver el mundo
lile soy yo quien ha escogido hablar o sentarme al borde del
los OJOS del otro. As! definido, conviene muy poco a las al
buenas: en cuanto a la dialéctica de la violencia, pracli , mino.
con la. pluma en la mano, en gabinete, no en la clandesün o se deduce la Críl jca de El Se' !I ((1 1\ ada. Durante años,
n~ ,n~ngo eI(, In tortura posible, prefiero no enjuiciarla, por , alre ha querido elaborar una moral a partir de Sil ontología
dificil que me resulta comprenderla, quiero decir. imaginarme d. 11,1 elaborado una Ilílosolia de la historia o los univ ersales abs-
de adentro In experiencia vivida por aquel que la desarrolla (l Idos de una filosofía de la historia. St1~ compromisos políticos
palabras. 1 han orientado en ese sentido. pero le basta con describu fe-
¿No se ~ratn,. 11(,(\SO, del gusto por la Revolución que Silllone IIl1neno16gicamcnte las estrllcturas [undarnenlales de la situación
de BCOIIVOII'nuibuye o Sartre, antes incluso de que ésto snliera llllnlizndu por la mirada, de las relaciones con el prójimo )' de
de. la caverna ele la especulación hacia el tumulto de la pe- I colectivos, sustituir el paro-si por In praxis, para sugerir 01
lllica? Por supuesto que IIIlB interpretaclón de toda la CrlllClJ " I 101' superficial la falsa idea de una eonversión radical. La
sobre la base. de este humor, 110 exigirla del comentador un (1lllca se empecina, de acuerdo COIl la lectura que de olla
exceso de sutileza. Dejarla escapar lo esencial: las est rllctlll'll h 'mus hecho. en mantener la primacía ontológica, opistomológiclI,
do la ltbertad, en m Ser !I la Nada y en la Crülca. Algunos di' la '/)I'(I.d8 () dlnléctlca consliluyenlo; de In dlnléclica ele In COII-
comeuludorcs han sustentado la tesis, errónea u mi entender, d l'll'!\cin indlvldual, por consiguiente. El hombre social. sometido
1I11f\ ruptura 01111'0 los dos libros, lLs cierto que del uno ni otro , (1.\'1{!,("IIr:lfI,\', que al'irmn colore» y que se apoga ti 1,,1 erese»,
el tono cambia y In Crtnoo parece describir el avasallamlento de IIIC está en una clase o penetrado pOI' ella, átomo de lino, serie
In pras!« 0011 In misma íngenlosldad desplegada en El Ser y lo 1I actor de 1111 grupo, deriva ontológtcnmcute de In 'PI'(lxls 'f
Nada ).),\1':1 domostrar lo absoluto de la libertad. Al loer liten 1 IIIgll110 de los colectivos, series o grupos, suprime a ('sta 011
tarnente h~ Crütca, se "e que efectivamente liende a la misma .uunto tnl. ¿C6mo resolver esta aparente eontrndlcción entre In
demostrucléu tlUO .hl S('I' !I ((1 Nada: la libertad sobrevive. 11 pe- .bsoluto de la liberlad y lo práctico-inerte, la inscripción inc-
sar elel 11vasal 11I11Ion lo cn lo práctico-inerte. \ nuble ele In pr(lxis on la materia, la comprehensióu, escamoten-
La liI~ertnd no CSlt\, limitada sino por sí misma y por 111 d I 1 por 01 prójimo, del sentido de nuestra acción, esta dlnléctlca
los otros, leernos en El Ser !I la Nada. Pero este absoluto de aI, la materialidad y la serialidad? O bien esta dialéctica es tan
la Itberttu! ~I no contradice la limitación de nuestro poder. Esta I -rmancnrc como In dialéctica del para-si ) parn-el-prójimo, <}(,I
loca, q.~I.e no pod~~os c,scalar no determina nuestra impolencia; Ira-si sujeto que deviene objeto por In mirado del otro, o
110 es incscalable en SI, obstáculo exterior contra el cual ch0c:8
(') para-sí: deviene obstáculo para el proyecto del escalador
l
11(.:11 In praxis no puede ser sino totalmente libre n totalmente
llenada. Algunos textos, una nota que he citado nntes ", con-
PUl' o~ro Indo, In libertad sartriana pretende ser radicalmente rerdan con el primer término de la alternativo. Finalmentr,
extranjera u In libertad estoica, a la libertad interior, a la U. \'1111 toda su pasión no pasiva, Sartre escoge el segundo tórmino,
~erlad de pensar a despecho de las coacciones exteriores, 11 la iucluso si ciertas estructuras de alíenación. inseparable de la
~,b~rl~d ,de s.oportor en ~o indif,ol'encia lo que nu depende d lIi\loriolidad y de la serialidad, no dcsapareccn con las clases.
iosotros; la libertad .sartnana existe en tanto que hacer, actuat Il capitalismo, la opresi6n. La historia. lal como la vivimos,
Lo absoluto de lu libertad no toleraba sin cierta paradojo 101 ,Ik'ctada por In escasez, liene como motor y eomo sentido In
obstáculos que ella misma so creaba o que el Otro le creablli l icha de clases. se ídentilica con la dialéctica de la violencia.
~,I conc~Plo (~e ab~oluto se justificaba, a pesar de todo, por ~ 'i¡¡rtre rechaza lanto el liberalismo (lo 'lile 61 entiende con
csc?genl!J(l eXlstonclal de cada conciencia por si misma eJl re» l'\C lérmino) como las reformas, no hlegCl ele IIn exnmen de
lacI6n COI1 el ser. escogcncia existencial que se reprodl1cía en l.
J () J
190
la coyuntura singular. sino por principio; Sl1 escogencía de la 1 lllsformado en perro. Es cierto que Sartre puede escribir en
lencia y de la llevoluclón es Iilosóflca tanto como poli ¡"169 el texto, por lo demás particularmente bello, titulado.EL
Durante mucho tiempo le he reprochado elevar opiniones "riolismo que l'el1fa del [rio, sin peligro de caer en el reino
líticas a la dignidad filosófica, así corno su gusto verbal nlno, El anlicomunismo tolerable varia de acuerdo con el hu-
Revolución. Sil indl~lgellcia por I?s cr!menes cometidos I Ir parisiense y las expectativas de la juventud.
bre de las buenas Ideas (revolucionarias) su severidad a
crimeues cometidos ell. l1om.brc de las :naJas: en una pal
le repl'O~laaba fundar Illosóficamente la escogencia, conscien Pongamos de lado estas perversas querellas. La G/ílica, según
\ oluntaria, de In actitud "dos varas distlntas paru medir" ¡ lonel Abel 34 o ~1. Cransíon 35, encuentra su público y ejerce-
~qul~'oca.bu y tenia I:nzón al mismo tiempo: le reprochaba l.' sil influencia en el Tercer Mundo porque Sartre s; ala, se
l"!pll(.'aClOneSde Sil filosofía partiendo de las implicaciones oc loleresa, se une (por el peusamienlo) a los grupos todavía JlO bu-
~ma.. QU~(h, por saber si una Iilosolle que comporta semejuntea I ('ralizados, y hasta no organizados, que, por ese hecho. ofrecen
Implacuc.IOIICS,In escogencia ststemútico de la violencia o ele la .• los individuos una vía de acceso a la acción histórica. Quizá
Revolución, merece que la consideren una dialéctica del hombre, 1", izquierdista!> de las sociedades induslrializados, 111 leerlo o
aunque, a dll.erC'nclu de los Iilósofos Iascistas de la violeucía, se '11 haberlo leído han aplicado la lección que parece darles la
de como IU?WWl1ll'1" 11IIm:lIlidnd. no como un todo (la SlIma (dUo(l. Si el diálogo con la G1'iNco s610 tuviera como objeto
de los hnbiluntos del planeta), SITIO como la "unidad infinita h [nrmulaclón Illcsófíca de las Ideas que conmovieron CI Franoio.
de sus rcciproctdades'', unlversalista. entonces, en sus aspiracle- I " p{Iginns que preceden, aun cuando poco numerosas en cO,m-
nes y valores, HI extremo opuesto de Jos fascismos. pnraclón oon las de la misma Grf'tica, no mereocrían haber Sido
¿Cómo puede llegarse, entonces, a conclusiones cercanas? \'00
dos rtlZ01l0S prlnolpulus: In concepclón absolutlsta do lu lihurtad l' .erltas.

(o de la negación): 01 rechazo a aceptar la socialización iueví Ahora bien, aunque 110 corresponde al autor dirimir sobro se-
labio ele In /)/'{I.\'18, ti (,o~l1pflnlr los regímenes reales () pnsiblet. iuejante ClICSI16n.11(1 me parece inmodesto afirrnar que los pr~)-
unos COI1 Olr~)S,cOII.ol fin ele escoger, según tiempos y lugares. hlcmas abordados -HUII cuando Sartre los trata COII un vocablllnl'l()
losóflco que ha pasado de moda, h:gelinno y fenomenoI6~¡co. ,110
t~1Io cual VII1de IabOI'IICiólI.El sujeto, sea individuul o culec- uiotzschoano y eSlructuralista- subslsten, as! algunos analtstas 111-
11\'0, S(' lince tul () cuul haciendo, no libertad vacía, sino mallcra
de ser, de pensar. de querer; nunca cosa, siempre capaz de re- leses y ¡tmcric'allos crean de buena gana haberlos resuelto
cuperarse y de desprenderse, nunca capaz tampoco, corno lo Las proposiciones triviales' "EL hombre hace In historia poro
t ,tíl hecho por ella", "El hombre hace In h!stor!a pero no sabe
es Sartre, según Simonc de Bcauvoir, de negar su identidad con
S!I pasad u y lunzarse COIIIOnuevo hacia un lluevo porvenir 1.1 historia que lince". "EI hombre hace la historia sobre la b~se
l' condiciones dadas" llevan en ellas, de manera Impllcl.to,
lodos somo) herederos. de los demás y de nosotros mismos, Y
si s610 hay herencia pura IIn ser libre de cuestionarla el elles· 11 dialéctica de la exterioridad y de la interioridad, de la 50Cla-
tionamiento no tiene sentido sino con respecto a la' hcreJlcl.. hdad y de la historicidad, de la comprehensi6n inmediata ~ada
Ninguno, individuo o colectividad, se libera de un golpe DI . I ser en situaci6n )' de la objetivación necesaria de la realadnd
completamente. La conversión kantiana, mediante la cual el ho~ humana con el fin de explicarla, o incluso, de voh:er, lueg.o de
!1I1 largo rodeo de exploraci6n, a u~~ .comprehensl6n, ennque-
bre rompe con, el .mal radical, pertenece al universo religioSO!
I ida y mediatizada, de la coyuntura 100clalmente dada. La trans-
In\~l1~I~U en tcm.lII.'os prc?fanos! deviene ilusión o mito para -guractón ontológica de la comprehensi6n lleva a Sartre a una
el lndív iduo, principio de violencia en la historia. Demos un pasO
más. Postulemos que cado uno escoge el partido de los opreso" "posición radical, '1 en cuanto tal indefendible, de dos Ra.zo!,es.
~ el de 11)8, oprimi.do.s y que, en . lugar de escoger entro el
glmen do tipo sovléüco y el régimen de capitalismo democrA;,
re. \() s6lo llega hasta desconocer el parentesco de los pl'oc~dlmlen-
IS de indagaci6n, trátese de cosas o de !lombres, s~no que
ttco, no haya 111115 que dos campos, el de los verdugos V el d lI:cpla con reticenoia lo que la fenoroen~logla de la. ahel~acl6n
las víctimas: y héme aquí, junto con todos los anticomunisláiJ 1,. porl11ilil'ía aceptar -los modelos, los Sistemas, las invariantes,
193
192
I . en de los posibles humanos? Más
las generalidades, falla de las cuales la comprehensíé.,
!I dos históricos, y e mnrg 1 10 dirá finalmente, bajo
historiador, del economista o del etnólogo no diferiría de la l' I estas Interroganles. caca uno ,, '
prehensi6n del hombre políttco, del comentarista o del produ ,.1.1 ~()epiaresponsabilidad, consciente de su ¡IIsig.mrlcancla en, m~-
,11 Pd' t mil millones v medio de sus semejantes, oonscien e
La versión sartriana y ontológica de la comprehensión tilO e res , -'1 lodo está en juego, Cada lino ~
ni historiador o al etnólogo, como se lo reprocha Uvi-Strauss, • lIulmenle d~ que. pala, e tiéndase mi compromiso podrín
no ver al otro sino en relaei6n con él, a no acertar. en (.'oa. zgu a sí rmsmo comprome Y , menos
secuencia, en lo que para (·1 historiador o el etnólogo constíu¡ 1 \;,denarme, cualesqt,tiera que se~n las ¡;nss:I~~~f6~asd;-~1I alma
su misión por excelencia y la recompensa del dislanciamiento • 1) sea el Príncipe que se Juega , 'r'
'111~ IY . lv ión de la Ciudad y a quien el éxito justí ica.
tomado respecto a su propio ego. a saber. el rcconoC'imil'nt I ,1 a sn \nCI , d d d I Prlnclpe
de In alteridad. \cci6n en la historia qel sujello'l ,del ,CllI al a(1~soria política:
Asimismo, In Verdad totalizante, reducida a la lucha de duses, h I partido: de In Iilosoffa de. ~ ustona a a 1, 1\ los e ne han
con lo vagu perspectiva de la reciprocidad no anlagónlca, ca l nican:'enllc tomarán POlarcaonma~~icl~d ~~n~~o~\c~!t;clos hiz10nacer
riceturiza las filosofías clásicas de la historia. ¿Es necesario su- 1\ nunciac o 8 VIVIr en ,
perar In escasez )' podemos hacerlo sin prohibir los nncillliclltos, , cuyo destino quieren asumir.
esto es, sin matar u aquellos cuyo número reproducirla indefi-
nidamente la escasez? ¿CÓIllO obedecer n lns reglas de una re
clprocidad dentro de la igualdad? ¿Es cornpat ible una rooipro- '~O't'AS,
oidad plenamente igualltnrla con In objettvación por cada uno de
)(1 subjotividad del otro, con IHs necesldades de la crgantzación, I
l. Personnje de: LdJ (lIMIII/IIJ JIII'lIlleJ, e:omcdlu de" Mollow, (N, . Ilel T,), lección
con la Iatalldad de la institución, con el snrgimíeuto dol SObOI'OIlOP 2, Por rern ernmenro, o, si se quiere decir con rermmcs snnnnnos, por e "
¿Puede In neclói: 011 In lristorla 110 degenerar on violencia desde cxISlenc~l, he preferido slempre lss reíormns 11 In Rcv~lllcl¡Ó,~ ~I\ :~;~
el momento mismo en que se determina oon respecto a In única verdad no sin haber procedido a una larga. encuesta. - le e 01 l '6
alternaüva entre opresores y oprimidos, dominantes y domina de Murx, ' 11/ ellld/lIl, los ccooomrsres-«
" pnru ID forrnurme
murme sobre m• e (.'(CIn
dos, sin saber siquiera si toda sociedad implico o no, un UD 'C' I caso de que fuero necesario, Hubrln onhcluJo que
o para recu icar a en l l' corpororme Jo.
grado o 011 otro. unu dicotomfn semejan le? ¿Y 01 poder cfc(·tivo 111 verdud del marxismo me Indicara el campo a eun In ,
del hombre no se ejerce únicamente sobre e) grado y el modo causa ti lu cual hubrla de servir, ..
de dominación o ele opresión? ¿No e> preciso leer más bien "el ser brul~ del en-si ?
•\1 término de la Off/lea, 011 análisis de la conciencia hist6rica. L L:IS rn6quinns. lo práctico inerte en In C"¡,,rn.
en el pensamiento y en lo acción, muy lejos de haber sido rea- '\ , La GX,I de clase, en lo erllÍ(a. ,
lizado. sigue siendo IInA larca o un proyecto. Taren epi'itcmD- La diSllnción riltlicnt entre pod" y Itb",nd C~ poco "'.~rxl)lil, "torne"
lógica. puesto que las ciencias humanas no siempre tratan al
h
,
Pierde o loma (Perd 0/1 prelld), Me parece que el senil o eXige
hombre como n hormigo y por cuanto perderían lodo COlltllcto 11. el Noc.\ "1" al final del libro, . Lelb ''Z
con la forma como los hombres se comunican unos con otros. ' no disculC una de 1M tres cnracterisricas del acto libre segun ,1 DI •
si eliminaran de Sil objeto la humanidad; la conciencia, la libertad,
1) S arrre r La Jibermd sarmana C5
be delermlnarse rlldo,,,,lme,,le a rea nar un acto. '1
Proyecto necesario '1i el hombre. tú, lector, y yo, escritor. est \\ sn r, Id d o decisión después de uno delibernción raClonl1,
embarcado en una Q\ entura colectiva en la cual participa BC'" espontllnCI n , n , f ma derivada de 111
dnmos que en la Cr/liea, imeltucioll es una ,or ívid l '
li"amenle. así sen absteniéndose de acluar. Orgullo monstruoSO 10, Recor f _ prllxIs lndivi ua o comun,
rotll"relJtmSióll en ausenCIDde re ercnClI1II una . b t ' d "1
del sujelo sarlriallo o e:-:ll'aña modestia del filósofo que niega 11,
1" • d
Tomtlzación, IOmlidnd destotahza n pertenecen )'D
ni voca u ano e e
su yo y qllC JlO le ntribnye su obra. pOI' pel'somd que ellA sea.
poco importa, Bien sabemos que hemos vivido, que lodavla
12
vl S6f " 111 Nnda. CE,. por ejemplo. pp, 494-495.
O incluso fenomenológica. ,
vimos en una época llena de sonido y de furia, ¿Lo que el- , 'd MÓlodo se presenm como In realización del primer proyecto.
signifíca? ¿Si oigo signfioa? No nos lo dirán los fUlul'óltlgoS. 11, , eflllJ/tOl11!J f
sin el EunclllmentOontol6gico que aporta la ren Izatl·
,. 'ón del segundo
,
¿C6mo decirlo sin interrogarse sobre la pluralidad de los mllll
19'5
194
14. Por ejemplo. p. 489, :1 propósito de 1115estructuras, OBSERVACJONES FINALES
15. Sintérico en el sentido knnrinno.
16. C/. Nom "J" gJ linal del libro.
17. HiJlo". #1111Th,ory, X, 3, 1971, p. 283.
18. ¿Por qué la Convención?
19. E$to fórmu In. ha sido emp~cllda, creo yo, por León Brunschvic. Se la lito
~cnlm también en la páglnn 35 de lo 1'IJlrod,,,,i611 11 la /;Iolo/Ia J, ._
biuori«. -
20. C/. Nota"K" ni (ioal del libro.
21. Aunque Lévi·Sln1U55 discierne alll un parentesco con el modo tic pensar
de los Meloneslos.
22. no lo ~ue concierne ni psicoanólisis y ni Inconsciente, se ha convencido
pro~reslv~ente. Yo le decía: "Si tu onlologlo re prohibe aceptar lo noci60
de I~co~clentc, tic acuerdo: encuentra otro concepro; pero el saber, la
HE asemeja
SUCElHOO, en el Prefacio de este libro, .q.ue la Crftic~ se
a 110 monumento barroco, incl~slf.lcable, ~xt~a~o ~
experlenCln, los modos de interpretación del psiconn6.llsis, no puedeJ Di tildas las escuelas, exterior a todos los movlmientos Hloséftcos,
Ignorarlos, ni rechuzarlos", El concepto tic maln fe: le pcrmili6 Int"grll I vpresión de una personalidad pOlenl~1 original. Tal vez, al. cabo
una porte del psicoanálisis. d( esta exposlcién y de las observacíones críticas, ha p,o?ldo el
23. III texlO. es reproducido en el libro de Michel Connu y Michel Rybalh. I ctor discernir, a pesar de todo. los problemas -más clásicos ~e
Las eternos J, Sartre, p. 419. Se lIRIO de una enrrevisra concedida n Made- 1I que da a pensar la forma de escritura- a los cua~es se emp~na
leínc Gobeil, publicada en 1:1 edición americano de VogtlO, N9 146, julio Snrtre en dar solución, En estas úILi,:"~spáginas, quisiera precisar
1965, pp. 72-73. ,~los problemas y, 11 rnodo do .translcl6n ni ~cgllllCl0 lomo, .~oma-
24. Ltt~ DII7lJflés d, la terr« París, MlISpero, Nos. 27·28, 1961; Preíacío, p 21. 11' algunos conce.p~os de la Illosoffa analitica a!lglo-~lmel.l.cal1a.
25. lbid., pp. 25.26. filosofía que se sitúa al extremo opuesto de la Hlosoíla existen-
26. lbld., p. 26.
I lulista de la Crítica.
27. 'En los dos sentidos de In pnlubra (OlllolldrIJ si},lníflm mnto oír como enrea- En lenguaje analítico, la Criuc« persigue el siguiente objetivo:
derse, ncordnrse}. (N. del 1'.). /,/l/clamenfn,. 07llo1óglomnellte el /lIdividualismo 1IIetodofóglro. Por
28, ~nm In época, Merleau-Ponry lenra la misma posición mla. Me escribió, al upueslo que ni Sir Karl Popper ni Frederic Hayek, en ~I su-
final del año 60. en 10$ momenlOs en que preparaba unn moción de respun- mesto de que hayan leido el libro, cncontrarlan allí su lI~lVerso
tu n In de 10$ "121".
familiar. Esto 110 impide que tanlo el uno como el otro meg':1cn
29. Tuve con Frnntó: Panon, en Túnez, uno conversaclén durante lo 8uerrll ele la realidad ontológica de los colectivos, ímpllclta o explí~ltn-
Argelin. Vivfn la violencia de manera completamente distinta 11 Sartre. rente, Ahora bien Sartre también pretendo reducir toda reahdn~
30. Asr concebían Clausewil2 o Lenin la violencia. humana, socio-hist6rica, a la ¡:Jro:ds individual, única ontológi-
31. C¡. Nora "L" 01 final del libro. v.unente real o, cuando monos, ungen ontológico de los CO~lJI~n-
32. C!., J~J)rd, página y también p. (texto y 00111 de la p6glnll 28' los prá.cucos o de In contra-dialéctica, en los que In praxi« 111-
de lo Crlticd). dividual se allena y parece desaparecer.
33. C¡, Nota "M" nl final del libro. Siendo toda realidad hist6rico-social reductible, en ?erecho,
34. Arrículo publicado en el número 13, volumen LXXXIX de Commol/II',J ntológicarnente, a la praxis individual, y definiéndose esla. por
(17 de junio de 1966) y reproducido en Lévi-Stmuss, ThB AI/lbropoloti1t I proyecto, la comprehennán deviene el modo normal, SI. no
as b6f'O, rhe MIT Press, Cnmbridge. Mass y Londres, 1970. ¡"tilico de los conocimientos antropológicos. La ~eori.a sartríana
05. En I1t/(olll/l". "Sarre and violente", lulio de 1967. de la' com.prehensión deriva de los psiquiatras e. hts.lol'laclores ala-
Inaues cuya enseñanza ha recogido, directa o indirectamente.
Pero la teoría de la comprehenstán, común dentro de los
Ileo-kanlianos de fines del siglo pasado, es recuperada por buen
196 197
ll~mero de analist~s! ella se p~'esenta bajo una Iorma que por una curiosa paradoja, si el indix idualismo metodológico
ddal!'0s l1a~nr positiva ° prosaica. ¿Comprender una acción l.: los analistas se inclina p~r. una filosofla histórica de la ,]1-
In "Ida corriente, 00 es acaso captar primero el fin persegl ' 1 -rtad hum?lln, por una ,poüll~a de r?fo~~as. ~Ol' una accI,6n
Asimismo, el hístoriador que se pregunta por qué Hitler He se inspira en la del ingemero, el individualismo ontológico
a la Unión Soviética en junio de 1941 ¿no se verá lrresistl :1. Sartre debe fundar un cierto marxismo. una interpretación
mente llevado a reconstruir In deliberación del Führer, el Jialéctica de la totalización histórica. La reconciliación elel indt-
ttuo que esperaba al~anzar con el medio escogido en rl I,dllalism,o ontoJúgico y la totalizacián dialéctica no es más que
de _la coijuntura dada? VVilllnm JI, Dray y Georg Henrlk v .,tra forma de designar la misma turca: reconciliación del e,ds-
Wnghtl I11l1Cstn111 ,Y demuestran, con argumentación do CSI:t: I""clallsmo y el marxismo. Reconclltaclón ('lile exige menos una
~nallllco! la ,nec~~,dad o Ir,' v?lidez de la cfmpl'elwllsión en Il'interpretación del exístenclalismo que del marxismo.
cunnlo ~l1leple~aclOn o explicación de la acción por sus finca, J. El individualismo, sea metodológico 11 ontológico, debe
y: ,ni mismo tiempo, POII('11 en evidencia algunos rasgos (Jspe t lIc()nlrar los hechos sociales o colectivos que constituyen el ob-
ClrICOS,de las c,iencias históricas o de la sola historia. Es 'erdad 1I Lo de las ciencias llamadas humanas, Sartre los encuentra
'lile 11l los nnalistus de In escuela de Dray ni G, JI, von Wrighl • fccli\'amente, pero en conformidad con Sil inspiración, como
presentan su tesis en lenguaje ontológico; quizá se negarían a sultado de un proceso ontológico, La (Ua:d$ se aliena y no
darle "~a significación ontológica, quizá juzgarían lo contrO\'l'rsla I'lll'de dejar de alienarse. puesto que e In ejerce su libertad
ontológica carenLc, d,e sentklo, Provisionalmente. en lo que 11 I 1, si se prefiere, ella existe su libertad) encarnándose en la
esto respecta, me limito a dos proposiciones incuestionables: Sar muteriu, objctlvándose en sus obras y en la mirada ~el, otro,
lre funda onlológicamento (JI individualismo metodológico de él l lngnmos momeutáneamente abstracción ele los dos movimientos
c.I~d\lc~ el papel de,císivo de ItI expllcitacíón tcleológica, o' In ex- contrarios de allell(lclón y rebelión, de sígnifioación política ante
pllcaclóu pOI' los rlnes, ClI las clenclns humanas -explic.ítndón todo' consldercmos los conceptos n través de l()s cuales pus"
teloológíca que los analistas (In mayoría de los cuales 110 cono- 1,1 e~p(:!ricncia dlaléctica, universales do la condición social de
cen el hístoricismo alemán sino por intcrmcdlo de Oroce y do la conciencio (o de la conciencia socializada): se revela que el
Collingwood encuentran con Sil método,' , individuallsmo ontológico no excluye ninguno de los hechos co-
) Los sostene.dores del indlviduallsmo metodológico, Sir Karl -ct¡vos o de los oonjuntos sociales (o de los soctetol [acts)
I (ll~per. por ejemplo, refutan In teoría que ha sido simétrtcument ronslituidos o considerados por las ciencias sociales: el ser-de-
designada eO,mo holismo metodoláglco y de la cual segÚD , lusc, presente en la conciencia de cada lino de los miembros
ello~, ('1, marxismo repr~Sel1La un caso ejemplar. Ellos aceptnrian le la clase, reglas de la orgallización y de la Insll/ución, colecti-
Il1Ú~ Iácllmenta la realidad de los socletal [acts, de los hechos \'OS ora vecinos de la exis. ora de la uraxle (de In pasividad ()
sociales, do los conjuntos irreductibles, epislemol6gica y untoló- de la activldad) lrctero (y extero) condiclonnmicnto, multltud
~,¡~umol'\t~,,a los hechos individuales, si no les pareciera que la (ltspersn () rnult ilucl en acción, Waxis concentrada en un grl/l'0
I!I~d,ll~libl"dac) de, ~os conjuntos sociales llevara en germen los soberano () ni extremo, en un 11lcUo/dllo (culto de la persona-
c~I ~'Ies elel hlstorícisrno, esto es, de acuerdo con cierta eleC. lidad), p,.a~ls-J)I'()rl'l)u, sustituto dentro del marco del indlvl-
nición de la palabra, de tina interpretación de la historia ('limo rlnaltsmo ontológico, de un movimiento histórico global que de-
1111 movimi,en~o, irresistible de In totnlidad, cuyo delerminism errnlnn los individuos en lugar de ser determinado por ellos y
UC se desarrolla según su ser lolal, no según una prax/s, in-
ñlobal los IOdlV1dl1ostendl'lan que soportar, impotenles, En rea
Idad. tal como lo han demnslrndo claramente otros anAlista ¡ ¡vidual n común, En olros términos. el individualismo onlológlco,
In escogencia del colecllvl$IIIO, o 1'11 olras palabras de III irre- JI)r intermedio, d~ I.l\ conlra-dial,éctica (pl'I'¡clico-incrtc) y ?e la
d,llcLibilidad de los colectivus n los individuos, no' aClIl'ren 16- lialéclica constltlllda. ele las senes, de los grupos y su dlaléc-
g~~a~entc la adhesión al hisloricismo, tal y como lo tlIlil'nd Ilca, poclda salisfacer las exigencias del colecth ismo metodol6gi-
SIL Farl P0,Pl?er, La querella melodológica entre el individualistnO
y o colccllvlsmo no se confunde con la problemnlic'!! filos6fic
1) de los nOEllistas anglo-americanos,

Sartre se preocupa muy poco por satisfacer osas exigencias,


de las leyes o del determinismo hist6rico, \llly por el c(:lI\lrario, liene como pl'eocllpl\ci6n ontológica salvlIl'

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la llbertad y por preocupacíón epistemológica salvaguardar 1 es la antítesis que subsiste. Lévi-Sírauss en su polémica COII
inteligibllldnd ele lo que uo se compreude a partir de la ~~\rtre Y éste en la Cd' Ica, llevan sus tesis hasta el Iin. El primero
logia de la conoíencía individual. lIeña COI1 una ciencia del hombre comp~rabl~, en su es~ruetur(l,
El sociólogo transige r~pecto a la salvación de la libertacl. ~ una ciencia de Jos insectos o una microbiologla. Afirma, ~1
Sa~tre garantiza .Ia salvación de dos maneras. Admitamos la f I r !lal de La Pensée $(1 11 vage. por lo m:n?~ u titulo de. hi-
lalidad. ~e la all.enación cn lo práctico-inerte: cada uno si I ,tesis, un materialismo que funda la posibílidad de una cien-
determinándose ~Ibremente a parlir de su ser-de-clase. bllrg~ IIU semejante. Basta sin embargo, con reportarse al articulo que
lJ~gando el ser-libre del obrero o negando su propia "dislrib l
Ir,lla ,
de Jos relaciones entre antropo l'ogia e lustona
. . t . as ¡ como
016n". obrero negando In negación do su ser-libre por el b u ,1 la Lecon innnguraíe (/1/ Col7c!ge de France. pura el.ar~e cuenta
?lIés ? mil)' por el contrar~o, escogiéndose humillado, ofendi:;! del lugar concedido provisionalmente o no, al conocimiento 1111-
som~hdo al poder paternal Isla del patrón, haciéndose, incluso lilano del hombre. 'o, incluso, a la comprehensión de los otros
esquirol, colaborador del patrón, inscrito en el sindicato ficticio In su intencionalidael. La historia, escribe Lóvi-Strnuss en el ar-
creado por el enemigo de clase. Por otra parle, las praxis. en. uculo que acabamos dc citar, apunta específicamente a ~o \ i-
trampud~s en .10 práctico-Inerte, conservan siempre la cuplwiclnd \t'nciado, a la ooucienciu que los actores toman de sí rmsmos,
d~ reboI161~,de comenzar o recomenzar la humanidad. Ahora .le las regtus que obedecen, de las costumbres que p.raolioan,
b~en, lnmblé~l el sociólogo se Interesa por la forma como los ~ n renunciar por ello o captar, más allá de lo vivenciado, los
dlr~re.nLes miembros de .1Inll clase viven su sltuación y la in- "'nUdos ocultos en el inconsciente social o realizados por los
lenor.lzan (o, SI se . quiere, viven Sil ser-de-clase), y como lores sin que ninguno de ellos los haya pensado por adela n-
rCIlCCIO?an,ante su situaclón. Tampoco él excluye la libertad udo.
de Jos indlvlduos con respecto a las instituciones: se encuentran Sartre, por su lado, no excluye ni las ostruoturas de las lenguas
C.II efecto, qlliell~s violan las reglas, do tal manera que éstas n.; lit las de las formas de parentesco. La lengua, dentro de Sil
tienen otra re~lad.a~, para el metod61ogo individunlísta, que istema conceptual, se vuelve una modalidad de lo p~ácticCl-illcr-
la de los actos lndívidualos, que las respetan o las violan. Il, pero. por este mismo hecho, .instrllmento do la .1lberLad mu-
. ~I. ~eglllldo punto =-salvaguardar epislemol6gicamenle la inte- ho más que coacción que se ejerce sobre ella. Ninguna nece-
lagl?J1Jdad de In realidad no comprehensible a partir ele la dla- idad por 10 demás de ser discípulo ele Chomsky y poseer los
lé~llCH cO!lslilnyente, esto .~s, la de In l'm:ds individual -pluntcl1 tos
socre de la grumáiicu geueratlva paro af'irmur lo libertad .(cm~l-
problemas de una complejidad totalmente díferente, Sería impor- netencia) caracteríslicn de todo locutor de lodo concrencru,
tante, CII electo, dislinguir entre la inleligibilidad en derecho (otro pura componer un número indefinido de enuncindos con IIn
nombre de la reductibilldad ontológica) y la inleligibilidad de ,Iock limitado de fonemas y morfemas, siguiendo un número
1,Ieclao,que r~sull~ ?e. un cOl1ocimien,lo conducido metodológi- hmitado de reglas de sintaxis. En este sentido, las eslrucllll'u.s
eamente. Nadie, ni. srqurera Sartre, sostiene que la explicación de le la lengua son ton conciliables oon la libertad de la 1JltJ.'CI.~
los ~en6m?nos sociales se encuentra por doquiera y siempre en según la ontiende Sartre como los estructuras elementales dcl
las lI~lencIOl~es de los actores, nadto sostiene tampoco que 1115 parentesco. En 01 caso de la lenfllu. loc1.av.íam(IS .(Jlle, ~n el ~lc
CIenCIas sociales pueden dejar radicalmenle de lado la Sllbjcti- Ins relaciones de parenlesco. e conOCimiento cle~lllflcO p~0-
vid~d de los aclares y e:<plicar los fenómenos sociales de manera ~resa por el annlis!5 de los di(erenles aspectos fonétiCOS,.semun-
e~l~lclamenle objelivi~la. 1.lacieod.o~bSlracción de las experiencias licos, sinlácticos de las lenguas y no por la comprehenslón p~r-
VIVidas por las conCienCias socIalizadas. Es en In importancia licipunle ele los loculores, lo que no. e)(?I~lye la comprehensI6n
dUo se otorga a UJlO u olro procedimlelllo como se afirman y del modo pcculiar ele hablar de IIn In(lIVldl1~)o ~e, un grupo.
isli~gllell. las diversas QcliLudes cionlÍficas, las diversas esCU~ Más nllá de los malentendidos y del extreml~m() Inull.1 de am-
los filos6flcas. bos. la oposición subsiste en profundidad. EplstemoI6glcamea:lo.
~studiar a los hombres como se estudian las honnigas () Cli' hay lugar para el análisis eslructural y para la comprebensl6n
• tudlarlos 011 Sll laumanidnc1, dejando n IIn lado la illlencionnlicllld (para la Raz6n analítica y para la Razón dialéctica) según la
de los actores o, muy por el conlrario, fijando en olla la miradA. orientaci6n de la curiosidad y según el objelo al cual se apllola
200 201
. E~ el segundo \ ul~lmen, hallaremos de nuevo el problema ¡ro)ecto, tiene por esencia el no tener e!)e~cia, o en otras pa-
lC'~1llcoque fcnomenologos y analistas plantean, más que en I bras, el innovar, cl crear, el hacer advenir al s~r lo que .~o
mrnos dííerentes, en un vocabulario distinto. Queda 01 hecho t'. Cierlamenle, In conciencia, en la Fenom(!no~oglO. es también
que ~artre, en flln.oi6n de Sil onl~log(a, da a la comprehensi6Q ('reaelora, se crea a sí misma a través de la clivel's~dad de sus
l~ll.e(lluglca,llIlll primucín .tIue Lévi-Strauss reserva para el lln4 1 ICIlI'l1tlCiones sucesivas. El movimie~Lo de UII período a otro
lisis. La primada ontológica de la praxis acarrea la de la COrn .mtiene en sí mismo una trama racional, por el ,hecho de las
P~ChCIISióllo Haz?11dialéctica; In primacía, epístemolégíen y fJul r:luciones inteligibles entre el concepto de IIn período y el del
zas hasta cutológica, de las e~truclll"OS tiene como consecuencf-. ,dodo siguiente. Incluso sin la conclusión en el ~aber absoluta,
110 )'11 ~Xcllur la cornprehensión .dc lo vivenciado en el punl histona sería dialéctica: el devenir de las SOCiedades repte-
el? 'p~l'llda.o e,l1. cl ele 1J?~~da, sino colocar en el centro de Ja ,,'nluda el de los ideus. No veo cómo podría se~ lo. ~,ismo . C!I
nc tividad cieutlfica el anúlisis de las estructuras, nC1 siendo cap- 1.1 dialéctica sortri,tlna, 'lile .ex.clll~e Loda. delermUlaCI?n unucí-
~lI.blcel seutldo tic lo vivido al nivel de lo vivido, sino en "una jludo, toda coacción, toda llmltación, y llene como último re-
Inz611 lI~lmanu.:. que ('1 hombre no COll(JCe",eu las eslruetnras -ortc la 1)/,QX;S indlvidual. anterior y superior a toda ley y n toda
ele lns tnSUt~IllI(l~ICS () de In lengua 'lile explican los sentido \ l'rdud.
que .Ias concrencms viven o buscan sin desentrañar el \'erdaclC:'r~ Pura que la historia humané! ad'\"iera lino unidad, a despecho
~(11111do. It. lo absoluto de IR. libertad que 11 impulsa, es necesano, pues .
. }. Si. Sartre puede conceder 1111 lugar a la ciencia analítica, I"C conduzca a una verdad que, ~etloacti\'a!11~nLe, le, ~onfÍl'rn
.1:S1no sea tocio el lugar que los estructuralistas reivindican para '/1(1 significación. Si prestamos crédito a las últimas ptlgl.lI11S~lc
1'111\. la. pl1~Sll1 en evidencia de los colectivos no basta para l. Criuca, es In lucha de clases, bnjo In doble forma inlerlor
la C()Il~rlla(,lón entre el individualismn ontológico y 11\ rilosofla , exlerior -b\lIlgucses-proleLal'Íos, colon izadorcs-coloulzados+,
~1If116c'Llcaele In 1.lIstorla, on el sentldo en 'lile esta expresión es l.t que marca 01 1I111hml de la hlstortu, la que pcrmilll'R reumr
1~ltorl?reLadaC01Tlonle! nen Le, Sartre lo logra, o creo lograrlo, dis- \ poner en movlmicnto los 1I1livcl's~les elaborados por lu teoría
11.l1gl1le~d()entre totalidad y tolalizaclón. e identificando, pOI' de- Il los conjuntos prácticos '. Es p~slhl('; pero, o bien ~s~a. lucha
cirlo aSI, In totallznclón con 1<1actlvldnd de la conciencia indivi- lv clases es eterna, como lo sugieren dos ele los tlnullsls sar-
dua 1. Ilunes: la materialidad, la inscripción inevitable ,de mi aclo, en
, La cOI~ciel,1Ciu. CII cuantn tul, totulizu, capta en una sola 11t1- lit materia: la objt'1l"uci6n inevitable de 1111 pro.:I'IS por In mlr,,;
luda al Jardinero )T al obrero de carretera. unifica hl silllación du elel otro, de mi palabra por la Interpretación que le dará
l'~"1 respecto ni purvoulr hacia el cilla I se proyectil. COI1SeClICU- (.1 otro. En esta primera hip6Lesis, la lucha do olnsos de-
cm de e~LI), In totulizaoión dlfierc radicalmente de !tI totalldad. \ lene una invariaute de las sociedades humanas complejas, no 01
L1l1n Ienlrdac_l C(~le('1IVII 11I1nt'~1consti tuyo I1n organ ismo: se presta resorte de la unllicuclón del devenir humano. O bien la Revo-
para In LOla¡'zHC:I~nP()I' parte de múltiples conciencias pero no de- lución, la de hoy y lu de mañana, pondrá fin :l In luchu o!llre
\ len~' nunca IImelad orgánica, ser-en-sí. El concepto ele lota- I!>fcsores y oprimidos, será el Iin en IIn doble sentido:
l¡zue~6~ s~":agl1ul'da la primada. el monopolio onlol6gico de la 1 la concluirá y aparecerá o posteriori como aquello hnclfl .10
)/'(f..I:/s Indlvldunl. ¿Hace acaso posible IIna filosofía dialéctica de 'llIe tendía el pasado. Nada en el primer tomo de la Crítica
{
ti hislorin o, dit,ho do olro moclo, 111111 totalizaci6n del devenir? pcrmite retener d segundo l6rmino de In allernaLlva., como no
"eo dos dificnltades fl.1ndamontflles. Las relaciones enLre los .,ea a líllilo de pOSibilidad o esperanza, Nada permIto dar tUI
t·l~menl()S de ItI l(,'tnlizaci~11 no tienen un carlÍclor delerminado, c'olll'enido definido n esta esperun:t.¡\, puesto que hoy no po-
aUII monos un cal'ucler raclollal (ya remita lo racional al entendi- cIemos siquj(~ra concebir lo qm' serÁ. IIl1a filosofla de la libertad
miento o a la \ 'emlmlt). la negación pnleüca de lo dado por más allá del marxismo y de la aUenaci6n.
d proyecto 110 tielle naela en comúu con la contradicción enlre 1::1marxismo de Sartre puede pasar por Iln des~ll'oll() .de los
dus proposi~iones o la ~ont~~riedad enlre dos conceplos. Cómo {'sbozos filosóficos dol joven Marx. Este consagro su vlda de
podda, ~mpltcar In lotnhzacJOn por la parte de la conciencia ~ubio a llenar ele (.olltenido socio-hist6rico el esquema de ~Illa
IIIIR Iogles CLllllCJlliern cllando la libertad, de donde emana el l'nnciencia qlle Sl' libera de su aliellaci6n rebac;ando el caplto-
20'
lism~. Sartre, un siglo. después de la ,publicación de El Cap .le los observadores situados a nivel ele la realidad humana. Ló-
no tiene nada que decir sobre los regimenes socio-económicos I',cnmellle, la totalizaclón aparece, entonces, como rigurosamente
nuestra época. A~1n9ue obse!"v~ la recons~ittlciÓn del grupo , )Illradictorla con una filosofía de la historia que preiendia abar-
bera';l~ en cl soclahsmp slalt~lzad?, mantiene el imperativo I ir el lodo de la historia humana: no en el sentido en que nada
c?!lcllclonal d~ .Ia rebelión anll-ca~ltalista invocando, con distrao.. i '¡brln sido omitido de cuanto Ita conmovido a una conciencia
cion, los análisis de Marx y con insistencia hechos evidentes dt 11 un momento del pasado. sino en el senLido en que la co~-
opresión y de explotación. ,rchensi6n retendría y sintetizarla lodo lo que, el~ e~ deve~n
La s~lsLil~lCi~n,d~ la lot~lidad por la lolalizaci6n que ha~
la conclCnclu. individual, mas allá de esas dos dífioultades, ..lee
! .umano, merece ser conservado u accede a la dignidad his-
,ricn. La filosofía de la historia de Hegel es total cn el sen-
acaso compatible con una filosofía dialéctica de la historia 'en udo en que no desatiende ninguno de los conceptos, ninguna
el.senlido de Hegel o de Marx? Ya la definición del advcnl_ .le lns encarnaciones de la conciencia, ninguna de las épocas
miento de la Verdad por el fin de la opresión (o de la lucha Idispensables pura la comprehensi6n de la verdad de In huma-
de. c1a~es) parece ser de ínspiracíón kantiana: se trata de un lIidad u través del tiempo. Esta totalización pertenece a UI/O
prlnciplo regulador, ele una idea de In Razón y OU de un uni- c'll11cioncia, pero n una conciencia no oomprornet ida, 111 el ,,1 su-
versal concreto. Pero lo esencial no está quizás allí. ¿Conserva 1 io.
e! .concepto ele totulizaoión el mismo sentido cuando Jesign8 la Nada indica que lo conciencia sartrlunn -qllO, en 01 segundo
visión englobante de la prasis individual. la unificación del sao 111100, pondrá los universales en movimiento p¡~ro seguir la lucha
bcr por ~I m.arxismo y ln recuperación del pasado humano por cll: c1ases- pretenda pasar por la de un sabio. Además, supo-
una conCLCnCIA.?La expcrlcnciu dialéctica conduce, en las últi- uicndo q uo comprenda In aventura humano como comprende
mas páginas elo la Ciuio«, o la interrogante sobre la posibilidad una existencia lndlvidual. no menos radicalmente diferirá de la
~lc 1111:' ln(tdizlwióll siu .t()t~lli7.aclor. Interrogante a la cual 110 es .omprehcnsión primarln, la ele una onnclenclu .qm1 so proyecta
írnposlble responder en 1'<)I"I11a aflrrnatíva, según me parece. a con- hacia (;,1 porvenir y, al mismo tiempo, determina Sil slluuclón.
dicióu de no idcntiflonr la comprehensión del historiador con Un modelo semejante se desprende, al parecer, .clel unáltsls sor-
la del act~)r histórlcu, 0, aun, la comprehensióu de la praxi« triOI1Uele la percepción (la obsesión de la mirada del Otro].
('()m~ro~olld(l y In de' lo r>~·n.:ds desvinculada. En otras palabras, 'na conciencia no percil)(' a un rógimen oconórnico-soclal lo-
,,1 historiador no ve las dificultados de Luis XIV ni al estilo tullzándolc, loma de él tina vista parcial. tumbién global en el
de los de la Fronda, ni ni estilo de los partidarios de Mazarinor .eutido vago en que retiene de él algunos rasgos que considura
com~rende u IIn~s )' ti al ros, SItS conflictos y la soluci6n de sus lominantes esenciales .• \ [oruort, ninguna conciencia puede lo-
cO!1f1ictos. Suponiendo q~1C se quiera mantener el arraigo del tullzar la (listoria humana, incluso comparada, según la expre-
sujeto de In comprehcnslón retrospectiva cn la historia es la 16n de Dilthey, con la biograña de la humanidad. sino es~u-
inconcl.usi6n elel .devcnir lo que justifica el carácter pro~isiollal icndo los aspectos de esta aventura. que confieren un s(.'n~ld()
de .Ia II1lerp.relocI6n, no la incapacidad del intérprete, sea éste d conjunto. Una totalízación semejante, ya se trate ele 11M. VIda,
vecino o lejano, de elevarse por encima de los proyectos in- de un régimen o de la historia en lera, exige dcsglusallllClIlos,
compatibles de los autores. málisis, comparaciones, exige, en olras palabras. la Razón ann-
El 'pro~lema pora. pasar del individualismo ontológico a tuíca incluso si la propia comprehensión -supremu recompensa
una historia global radica en el concepto de totalizaci6n y en los del ~sfuerzo- se forja la ilusión, más o menos bien lundada.
avatares que sufre u lo largo de la Crüica. En la medida en que le revivir lo que otros han vivido.
I~s c~njlllllos históricos, los colectivos práctico-inertes o inslítu En rigor, en el caso del psicoanálisis exi~lencial d~ una per-
clOnaltzados son totalizados sin ser tOlalidaeles cada conciendA -ona la comprchensión alcanza nna especIe de Ilmclnd en la
loma una. visi6n ele lu que acontece, globaJiz~lLe si se quiere, tOlaliznci6n, por el hecho .d.e que Sartre ~oslula. en El Ser y la
pe~o parCIal, una entre olras. Por definici6n, ninguna puede ser Vada una escogencia lll1lÍ1caclora a partll" de la cual se acla-
vel dad, puesto CJlIO cada unu es la verdad de unrt conciellcia I"an I~s diversos epjsodios ele un deslino. Todavlu El Mio/a de In
'! puesto qlle 110hay observador por encima de la mnltiplieidad [ILmi1ifl ilnstra el carácter propiamenle indefillido de esta lota-

204 205
lización, aun cuando ésta posca el privilegio de un l In ocasión de las cel:emonias con,sagrada~ u ~iel'kegu<lI:d; la corn-
ti,una decisión original y determlnante. ¿D6nde estaría, en I'rehensi6n retrospecuva del conjunto histórico debería no des-
biograf'la de la Humanldnd, el equivalente de esta decisión? Itc.'nder ni los acontecimientos, ni la calidad única de las expe-
La es~asez, da una especi~ de respuesta a la pregunta _p ; encías viv idas: en una palabra, realizarla In síntesis de lo sin-
gunta Illosólica )' no retórica. Contingente, la escasez \ uel ular } de lo universal, elcl ('xislenciafll>t1lo, que no conoce más
necesaria la lucha de clases; interíorlzada por las eoneicnc~ Il'alidades que las individuales, y del marxismo, que abarca el
hace de cadu 11110 el enemigo del otro, de todos el enemigo di 'slemn del capitalismo en [uncionamiento, condenado a muerte
cada 11110, Deu» e,~ maolüna, pone la historia en mo\-i11'licnto. I,or SIIS propias contradicciones.
precil~il~ la ~()nciel1c:in, illl'!1cdialamenle consciente ele si misrn, Síntesis imposible, en último análisis. Una rotalizaclóu ele la
trans úcida, libre por fatalidad, en este mundo humano, no-hu historia no es lino percepción o una visión, sino una narración
mallo. don(~e se aliena por una necesidad contingente y COllller ¡'onceptual. Emana evídenternentc de una lnspiración, de UIlO
\ a d cada rnstante la libertad de recuperarse. POI' lmprcclsn que '~C(lgcllc:ia 11111<1al11(.'lIlu1. da quizás al lector 111 seusución dl' 11110
se ma~lenga, In idea de una victoria sobre la escasez sugiere imprehensión global. Lo que no impide que tenga por iuétodo
nI hOYl~()tlto 11!1U conversión de lo historla -convClrsi6n que no LI selección '1 la. reconstrucción, por instrnmcntn el lenguaje ),
determlnarfa Slt10 Iuvorecerla la modificación radical del medíe 1I conceptualización, por objetivo lo verdad ele la narración. SI
~'con6mi~o, ,Cllnlqllicrn que sea ItI función que Sartre se reserva 1 \ erdad ele' la narración depende de In Verdad advenida, esta
para atribuirla, en el segundo tomo de In Crítico, n la hip6tesls rltlmn gobierna selección y reconstrucción, determina, CI1 otras
n la utopía de In victoria sobre la escasez el fin de la palabras, lo que elel pasado escapará ni olvido. No quedará grau
prehistoria s610 puede venir de una Revoluclón ;uténlica de una osa dcl pasado si las modalidades de la lucha de clases SOI1
Hev?ltlción, el! otras pa I¡¡bras, que no recorra, lino ,:ez más, las (micas que interesan 11 la totalízación, u partir de la Verdad,
el Ciclo descondento, degraduclón-allenaotón, ele In praxis común r r-ducida u In utopíu, de' IIl1a reciprocidad no antugóuicn.
ni grupo sob,erano, El fin de la prehistoria, podría decirse. seria 3, Los sustentadores del individualismo metodológico se equl-
IIIH\ Revolución que no devorara a S11S hijos, \ ocnn probablemente cuando croen 'lile el colectlvismo método-
La Crltlca se, presta a una lectura pesimista: nos presentaría lózlco conduce más C) menos ncocsartamento u lus fllosoflas ele
1I11l\ nueva versión del mito de Síslfo. Asl como, según J,-r hthistoria {Jue ellos detestan, Hegel, Mar-, o Toynbee. ¿Tienen
nOll5SI:IIIII, las leyes deben, permanentemente, resistir u la gruve- ruzón cuando OI'(.'el1 que el indivíduallsmo melodológico impide
c!ad ele las cosas para preservar la igualdad, la rebelión, según que se sucumba t\ la tentación de tales filosofías? I~l lndlvidun-
Sartre, rc-comcnzarln, en toda ocasión propicia. la humanidad en ismo ontclógíco de Sartre, en cuanto a (,1, agrega, n las posibles
lucha contra la ,<lliel1~lC¡ón por la materia, la malignidad de los impllcacicnes de 11M Iilosolía históric~~ animada de ~I'ClellSI(JTl('S
hom bres, las cxigencras de In orzanizaclón o de la i nst ítución totallturtas. las implicaciones de una Iilosoffu ele In [íbertad va-
COI,llra esta, Í1,llerpl'cl~ción pesimista e izquierdista, una inlerpre- In, sin límites ni crilerios,
tocaón opllmlsta, mllS compatible C()11 el marxismo-leninismo, Elltro el pensamiento de In, I~~stol'it\. el c:onol'Íl1Ii~lllo de In
tomaría a Sil cargu Ins adquisiciones del socialismo soviético 'oc:ieclad, por I1na parle, la <1o<:lslon y lit tlc('ión POl1tICO, p~)r In
(p!'opiedad colectiva de los insl1'l1menlos de producci6n) y pon- Itra, se establece ine\'itablemente uno cone:\Íón ti Vl'('eS C\"?~l\-
dl'1l1 SIl espcrnnza en la demoCl'Qlizaci6n (alllt cualldo el proce- le, necesarltl y. el1 olrns ocasiones, sulil, disimulada, ~I {'ntlcn
dimienlo de la democracia formal pertenezca, según la Clf11ca .lel historicis111o por Sil' Kol'I Popper persigue corno objetIVO, cnll'l'
nI orden serinl y al extero-condieionamicnlu) "lros objetivos, la refulación de lo que, en olI'O lugar 4" ~le llamado
En lodo caso, si la lolallzaelón relrospeclivo a la luz de la lIna polílicn de In Ra7.ón (pOI oposici6n ti 11M p()lIlIC¡~ elel en-
IlIcha ele ,:Iases condujere n una conversi6n, no superal'Ía el abis· tendimienlo), No COllocemos, y no podemos CO~l~'(,Ol', S1I1C! fl:ag-
Il'lo entre el indhidualismo ontológico (y metodológico, por otr8 lIlentos del mediu en que vivimos; nos lllca <:r1,lICar las IIl,SOlu-
purto) y nos filosoffa ele In historia, a la vez marxisla y sarlrinos dones recibidas del pasado y que hall de\'emelo conlmna5 u
L na lotalizac:ión semejante no puede realizar el proyecto esbo- Iluestra idea de lo raeioIHt! o ele lo jllstu, El ingeniero cons-
zado por Sartre en la conferencia pronunciada en la Unesco, lruye. CO[llrola ) repara las múquinas no transforma las leyes

'06 20?
del universo. El actor hlstórioo, igualmente, observa, enjuicia 11 la fa ",losa Iórrnula ele lt?usseau: obligar a ser libre. La. Lran~·
form~: no convierte ni a hombres ni a sociedades, Aclitud' rl~lIraelon inmedi~La del Juramen~o en terror (formulación fi-
f?rml~hl que no excl~I~'e,en ciertos casos, la escogencia revoluci Itsófica de la practica de los resistentes y de los guerrilleros)
na: SI una clase dirigente se ha revelado incapaz de a~,,,"'''''' el" una primera justificación a la obsesión sartriana de la \0;0·
el orden o el progreso, para emplear conceptos de Auguste 1, ncia.
Le, I~ e~cogenC:la de In. Revolución no contradice In polltica elel El rechazo de toda segunda legitimidad, derivada, comparable
tendlrnícnto. La rebelión contra una intolerable injusticia 1\ la ley mayoritaria cn Rousseau, aporta una segunda justifica-
la contradice. Iller stehe lch, ieh kann nichl anders. ,Íln. Los estados, los grupos soberanos, las dcmocraclas repre-
.EI, d~slizamiel1lfJ d~1 milenarism.o mal;xista y del mesionism ntatív as no son ni leglUmas, están dadas como hechos a los
pi olctarío ~n lu política del Purtido-Prlnclpe (1 en el culto • IIldi"iduos que las padecen o las obedecen. De este rechazo
In pllJ'sonuh.dael no exige más que lino breve repetición ele ,. desprende 110 una prtmacie del progreso sobre el orden, sino
11110 primacía ele la vlolcncin sobro la ley. A menos 'lile la
t~n~a CC)!IOCldo.1..:1desllzamtcnto de lo Razón dlaléctlca f) del ~~
d~vl~uallsn}o. ontológico en una filosofía de la violencia -!nO- 1 v se vincule al juramento original. constitutivo de una praxis
vll~lIento 1I PICC!del pensamiento sa rtriano, el isimulado a medias I nnún, la \ iolcncia, destructora del orden, goza de una especie
balo la profusión del anólisis- amerita IIn comentario más de- 11. prh lleglo moral, de superioridad de valor, sobre la violencia
tallado, I,labilizadu eu In ley (en el sentído sartriano -'1 en el sentido
\ ulgar igunlmentc-, siempre hay llll elemento de violencia en
Hemos dicho que el [urumento desempeña en la filosofiu po-
lítlca de Sartre, en la Crltlc« inclusive, un papel compnrable
I ley eslablecic.1a). El partido revolucionario lleva consigo la
iolencia ele In fraternidad, al mismo tiempo que la esperanza
al .~lel,,('~1/lraIO en la filosofía d.e J .. J. O,ollsseull, Ambos, y Lévl- di' la humanidad, puesto que sin él los hombres se resignarían
Strauss con ol.los, parten ele la Idea segun In cual In legitimidad
11 la servidumbre,
d~1 P?dcr deriva, en último uuálisis, de un acto de unanlmldnd.
Unánlme . el acto por el cual la ciudad es afirmada como una Sartre, de puso, puede perfectamente admitir que 01 socia-
l~.()rsus clUda~anos reu~idos; unánime la praxis común en In '1"C I"mo, en su primero [use, imponga más ohligaciones () restric-
cada uno deviono mediador en su ocasión, y, unida por el ju- 1'lI)11eSa los individues que las democracias burguesas una vez
)'~mento de todas 111~conciencias separudns pero orlentaclns ha- ,slubilízaclns. Poco le importa. 1;;1 no saca de a.11I ninguna con-
era 1!1I mismo objetivo, marca el nacimiento slmuluinoo ele' 111 lusión. No describe ni las Iustltuciones del oapitalismo ni lns
rebelión y de la humanidad, dvl régimen que habrá de sucederle. Contra la vlolencín crls-
rlizada en una sociedad de clases, In violencia deviene el re-
. E.n cuanto ~ J.-j, R,ousst'UU, él funda la ley de la ITIllyoría "III'SO,y 01 único I'OCllrSO,como si la liberación razollnbl~ sobre
sobre lo nnanimldud ] 01' otra parte, no deduce sin transicl6n. hs respectivas promesas de la rof'orrna y de la revolución, ln
ele lus. condielones últimas de legittrnldad, los imperativos de ,ompnración de los méritos respectivos de los diversos regtmenos
la acción y, aun menos, los de la rebelión. Tiene cOllciencia 10 merecieran el interés del fil6sofo.
de la heterogeneidad entro el último problema planteado (.'11 el
Contrato social y I~s problemas sociológicos del Esplrltll de las La violencia --dominación de algunos sobre otros, o sobre In
leyes. Lo que oonvicne hacer, lüc el 11/lnO, deriva mucho mRs 1~l't1nmayoría constitutlva de cualquier régimen econ6mico o po-
d~l. saber acumulado por ),lonlesCJuiou. ele In experiencia hís- lltioo couocido-«, la negación del régimen existente equivale a
tonca. que de la leor.la pura de la legitimidad, así sea esta única 1.1violencia revolucionaria contra la violencia institucional. La
la que aclara el sentido de In historia total ele la humanidad- iolencia rcvoluctonaria, por poslulado, proyecta un porvenir no
Todo sucede en la Critica comu si Sartre saltara directa- ioleulo sin que nada permita oonferir n esle postulado ulla
~elltt';: de In leoda pura de la legillrnic1ad al hnpera~ivo de ac- plausibilidad cllslqLliem. El fascismo tambiíll1 partía de la ubi·
cl6n. que, por esle hecho, deviene imperativo t'evolllcionnrlo, l'llidad de la violencia pura predicar a los amos, designados por
la historia o por ellos mismos, una violencia \'ictoriosa. El sar-
La hbertad implica el terror, en raz6n de su propia estructura:
no" puede asegurarse conlra sí misma sino otorgando a los otrOS Irismo parte de la lIbicuid~d de la vio!enci~ Y sueña co~ ~Ii.
pOi adelantado el derecho a castigar In traición, lo que eqlllvllle Il1inal'la radicalmenle c()n muas a ulIa reciprOCidad no antagonlca.
209
208
La voluntad de unívcrsallsmo no impide que la praxts re I ue ha creado y sus sobrinos o sus parientes más l~jllll~S reco-
clonaría se encarne finalmente en la voluntad de un solo I ~()ceráll en ellas los rasgos lamillares de lo dorninación del
breo A pesar de su inspiración, la filosofía sartriana ele la violera hombre por el hombre.
cia corre el peligro de dar las mismas lecciones que las filo~
fías detestadas por Sartre el hombre. "OTAS:
Tal vez -así lo sugiere el Prefacio del libro de Fanon- Sartre
cree en lo virtud catártica de la víolencía. El humillado 561 t. Druy, Willinm H" LúWI alld Explanation 1/1 HIJI()r~. Oxford Univ, P~s.
llega a recuperar la estima de sí por La violencia contra Londres, t95 7. Georg Heru:ik von Wright, explamlllon ,/IIa UmJerJIa"dmg,
aquel que lo ha privado, podríamos decir, de su ser. De Illro Cornell Univ. Press, hhaca, 197t.
modo, volverá su violencia contra sí mismo y se odiará. odiundo Alllbropologie structurale, París, 1958, pp. 3·33 Articulo publicndo en la
a los otros. Dejemos a los especialistas la tarea de comentar Rltl/le ,1, IIIlJlaplJ'JJlqlle el de mora/e en 19"9. ..
la tcorla psicológica de la violencia y de ponerla en relación El segundo lomo seria, entonces, menos une flIosoflll de In HISIOW\ Univer-
con In violencia de Sartre como hombre, violencia verbal en el sal que una filosofla de la Hisrorill Modeco\L
silencio elel gabinete, que se niega a dar la cara y al diálogo Jnlrodt/(Iit)// tI la plJlloJopbuf de l'bistoir«, Gllllim(\rd. 19~8, pp. 330 ss
Violencia y Razón, tal es el título dado por dos escritores in-
gleses 11 1111 reSlIltICII c.lc la Crítica y del libro sobre [ean Cenot.
¿Hay acaso un vínculo accidental o necesario entre estos dos
términos]' Acabamos de recordar los motivos Hloséflcos C\IH' lle-
van a Sartre, un In Crütea, (1 fundar una polltica de n vio-
lencia. ¿Pc¡Hllca de la Razón? SI, tan s610 en la medida en que
lo Haz611 dluléctlca se confunde con la 'praxis, con la /1I1UI'llld,
COI1 la negación 011 otros términos de lo dado y con el proyecto
de un porvenir indotorrnlnado. Semejante ooncepción de ItI li-
bertad condena toda condenación de la utopía, La praxis u Rnzón
dialéclica es creadora: nada ni nadie estaría en capacidad de
restrlnglr, en pensamiento o en acción, Sil poder de creación
Este poder se transfiere, por IIn postulado indefinido. a la his-
toria humana.
¿Transferencia legítima? ¿Cabe comparar la capacidad nova-
dora, en historia, con In de los escritores que, con un stock li-
mitado de palabras y de reglas de sintaxis, componen un nú-
mero indefinido de enunciados o de obras? ¿O es necesario cmn-
lararla con la diversidad de las relaciones de parentesco en
\ as sociedades primitivas, reductibles a un pequeño número de
tipos, compuestos n partir de un pequeño número de elementos?
Las costumbres y las maneras, en su inagotable riqueza, evocan
las obras; los regímenes económicos o polfticos, por Sil eslructura
sugieren una tipología.
Hasta hoy, ha sido el artista, y s610 él, quien ha cl'clldo,
inagotablemente, formas lluevas. En cuan lo al Príncipe, indi-
vidual o colectivo, tal vez actúa R cada instante dentro de (.'0·
YUl~tlll'as únicas, pero no escapa, en último análisis, R In (.'00
dlcíón histórica del hombre: crea ciudades, ignora las ciudadeS
211
210
'iOTA A

Dos pasnjes del libro, uno 01 comrenzo, con motivo de In definición de la


xperlencln crlclcn. 111 otro o propósilo de Lévl-Srrauss, comportan el 1150 de 105
I~rmlnos IH idonci«, lIo(osidm{ y a(Jodlrli,idlld. Dos noms (p. 150 y p. 159.)
rntan de annlizar los relaciones de lo evidencia y de In necesidad o, aun del
'lllvimicnlo sintético del cual tenemos In incuición plenaria y de su huello
material. LII notn de la pagina 150 distingue 111 "evidencia inruiuvn (y dialéc-
rica}", por una parte, y In "domosrraclón geométricn", por lo erra, "Aqu! sólo
cuestión de comprender el neto generador, lo slntesi! que reúne hu palizadas
o que mantiene unidos los elementos nbstractcs del espacio, Lo nuevo es el
rusuo deindo por unu rernpomllzación tOtaliudorn en In ubsoluta disperSión merte
que representa d espacio. Es ininicllglble 011 ""1/0 que 11\ inercia dispersivc que
Illn reúne 110 dfilldu uad« por IS mismo )' sólo es In reproduccién fijad(l del neto
:cnerndor". La evidencia intuitiva y dialéctica capta el acto sintético, In praxir
I re.ldor.l de novedad. El acto unificndor n sintético es el de In conciencin o
nraxn, se exterioriza en el ()~p:tcio y tlejn 011( un rastro. El ejemplo sencillo
-clcccíonado eru el .te una recto que, si nrravlesn un círculo en un punto, encnn-
ruó necesnrlarneute otro punto del círculo para salir de él.
". . El agente comprende su operoción parcial n partir de unll doble prd_'l:il
rutlll (trazar la recta. cerrar el circulo) ... el geómctlll no se Interesa en los
.1(tOSsino en sus huellas". Lo tlcmoscmción geornérricn "destruye 111 unidad sensible
~ cualhatlvu del círculo 110111111 en beneficio de 111 lner« divl~lbllllhd de los
'lugares geométricos". "Lo que interesa (al geómetra) es enconrrar las relaciones
le exterioridad r,ldicnl bajo el sello de interioridad que se estampa :1 lll.i Iigurns
.,1 engendrarlas. Pero, como consecuencln de ello, la inteligibilidad desaparece."
1.1 inteliglbilidad desaparece nl mismo tiempo que el movimiento, lo síntesis. In
novedad, Pero la separaci6n de la evidencia y de In necesidad demostrada, no
l'Ior eso deja de ser menos parodójicn: puede ser dialécticaniente evidente que
1.\ J'T.Jxis se exteriorice, pero ¿c6mo puede ser evidente de nnremnno que mi
"r¡lxil libre se exteriorice (actúe) de tal mnnern particular? Es posible que 1.\

2T3
alienación sen apcdlcticnmente necesario (necesaria DO en el sentido CBUSI . NOTA B
en el senrido de una necesidad dialéctica): ¿La Historia de In aliena ~: " ... en repetidas ecaslones, Sartre califica de Irl1nJpflr4111D o translécid« n In prl1:;C;s
h bi dld' • ncron -
u iera po o ser acaso dístinta de lo que ha sido, si ha sido una aventuro? - Individual. Cabe pregunrarsc por los sentidos que él atribuye a estos adjetivos.
. U~o segunda diliculllld tiene su origen en el empico que se hace u vece\ de n efecto, lu conciencia de algo es siempre conciencia no tética de si; no por
1(:~1n0 nec~~,dacl ~ or~1IS.dc epodtcticidad, particularmente en la nota de 110 se conoce a la manero como el otrO la conoce. Plaubert DO se sabia
páSlna ) 59. La evidencia tiende ti rechazar la apodicricídad en In misma med.1a l idiot« dtl /11 [anuli«, al menos según la interprernción que el propio Sartre
en •que I In necesrdad. tiende
.. a rechuzar la evidencia" . En el cuadro
~ k antlnno
. d e l.di IIJeCtic In existencia del autor de La &!fJC/lCIÓII SDIItlm41111,1.Tmnslucídcz ti transo
categor 115.In ~~cI,c~,c,dnd deriva de los Juicios apodicucos. en la rúbrica moti.. .ucncÍl' no designan, pues. una conciencia o conocimiento integral de la praxis
lu/"d, P.st?S ,UICIO~vienen 11continuaci6n de los juicios problemádcos (posibilidad. pOr si misma. "La transparencia ... -Icemos en la pág. 1t19- llene por origen
unposibrlidad}, ll<trl6ncos (ser-no ser). Por lo demás, las talego das Iw . I insepnrnble nexo de: la negnción ... )' el proyecto", In negación "que tOl11l1zn
que corresponden 11 lo~ iuicios npodícticos son las de 116CDSid"d y tt'Zdr. la diS~~;: '/ 1111I11(;ÓI/lo que ella niegn" y el proyectO que se define con relacién al todo
snrtrmnu• entre
lui InpodicticidJd )' necesidad sigue siendo equivoca Me parece que
UY>o
I Ibstrncto "que el agente práctico pro·yect3 en el porvenir y que aparece como la
quiere exc ul.r a necesldud, tanto causal como lóSicn: si son dad lIS y Z, IlIidad reorganizada de ICIsifUnción negada", La praxis cs. pues. translucidez en
puede: X deinr d~ producirse. el pensnmienro desaparece. In evidencia ~runl' no -mnto totnlizuci6n por la ncgnci6n de lo dndo y proyecto roorguOIzlldor. Como,
no que~a sino In necesidad causal en este caso, geométrica o matemática en ~;~ "gún e/ Ser )' Id Nud«, vivimos en lo mala fe, no creo que la tfllnsparencia de
caso, 108101 evenumlmente. n, n~ccsnri() lo nuevo el movimiento I ' ' 1.1 praxIs designe otra cosa que In coincidencin del OCIO y del nctor. de 111acclén
pnrn que huya pensnmienro, • , o srnreuce,
del sujeto uctuunre. El hombre no se distingue de su acción. El es su nccién, y
SlIrtre repite laR miSI1111Q pulabms cuando le roca comentar ÚIS llJlrflt'lftr'" '\111, en mnto que diclécncn, comporta lo lotullznci6n Y el proyecto, que en 51
Ilel p,mlfl~uJeo y lucha por insertar el método y los resultados de
~J(1I/~UlllflJeJ mismo es rotallzador. ¿Poc qué ¡nsislc Sartre en la trnnspnrencin y 111lucidez
Lévi-Strauss en 11\tn~lonnlitlod Jinlécticll, Admite de paso que: "No cnbe d d mlenrrus que, IlI1 I!I SDr ~ la NIUU" no dejaba de recordnr el Inrcl"o'nlocnire sI )'
~: efecro, ~e ~ue 1118 relll~,iones recíprocns son suscepdbles de 'c511llHnpor p~:r;: ,í (oosouos somos bajo el modo de scr.!o.que.no.sc.es)? 1.0 rlt'lón me parece Itl
las -Oienclns CXRCtas. (p. ~87). Viene, en seguida el problema de 1111 ,isuicnte. En In Crltic«, "se: propone como rarea hnllar en In historia universal
Cl&lrUCIUrIlS,"productos ,intélicos tic una rorallzucién prnc,ica y objetos siemp~ ln misma inteligibilidad (expllcaci6n releolégic«, negación y IOlllli7.néión) que
susceprlbles de un esrudio ntlnlldco y riguroso" El anal" de I '1 d 1 1'0 ICI/lfd.>:is individual. Dice y repite que "la 1Í11ic" rtl,tlidad práclica 'Y d¡II/6cl;&II.
mntrimonl •. . . tSIS e as res as r
1 eme en terminas de rcciprocldnd permite 11 Sartre inserrur lu ICOrlll de / //101M ti. Iodo, es In acción individual" (p. 361). Se rruta, pues, de mostrar
us CStrUCtu~ en 111I~'Orhl de lu~ orgnnimciones como una modalidad partlcular 'IUC lu práctico.incme, el campo social, In hiSloriu univcrsnl, implican finnlmente
de I~s orgunl7.IICIOnCS,reglas IIb"rnetus o sistcmu de relaciones en un 5entido 1.1misma inteligibilidlld quc l(l ncci6n individunl. que son susccptlbh:s, en último
~xt~rt()rcs Il I.as p~".>:IS, pero nctuulizoL!n, por las únicns pra ...:u en 1115cu Iles se ha ,lnñJisls, de la misma uunsparenciu que la praxis indivlduu!. De nlH In hip6,e~i,
IDserllldo In inerCia tic estas relllas o sisttmas. mculfisicn (p. lt1~) según la cual nosotros lo sílbemos todo. La trnnsparencin
En t".t.1 ocasión, Slftrc cmple¡1 dos veces el tc:rmtno apodicticidud. La prtme", no implic.l, pues. que el (lefor sepa todo sobre su ilcci6n (Iu cual, lD~ertn en lo
vez In~IC,t qUé 111$.reglns del matrimonio se prestan a una deducci6n al ~Iilll Imlctko.incrte. o en el grupo, es mediada por las cosas )' lo~ l1etOs), sino
matemauco.
vez d' ~1Jyo tipod' tic
"d c"ldencill apodiccic:l es el de las m IIICm,,!lCa~,
L • r. ..
13
}UC111ucci6n, en !llI\tO que tomlización y negnción, sea el moddo dc la tntcligi·
, C\'I ~nC¡¡l y apo ICII~Iad \'nn jUDlI15y SC oponen n In eVidencia diolc:ctica. bilidod y el caso ideal de lu comprehcnsibilidnd.
Hemos dicho en 111pl\glOll préccdcnre qUé hallaríamos en la or8llnizllción un' Continuemos dnndo lectura 11 las Jlnell$ que, en la plÍg, 279, .wrtn el pulÍ.
experiencia
I d 1 l'
apodrc:uclI
'6
del agente qUe presentaría ,~a primera V:·t11 al r 'on
, :ln 08 ru ( genfo "De In necesidlld como CSfcucrura nuevn de In experiencia Jlali'Ctlcn" "A
n e a 11 lenan n. Esm vez se tr;ua de: lu necesidad con que la l'b d- \U nivel más inmedialo, la experiencia dinlécticll se ha revelado como la praxiJ
exteriorizlI o se :lli!:nn, cxteriorízución que no puede dejar de produ~i;::~ aUD que produce por si misma sus propias luces parll controlar su dcSMrollo. La evi·
cuando eSI11ne~esldlld no tenga nndn cm común con In necesidad c:lus:l!, puestO que ,Icncia de eS[1lprimero expericllcin. donde el hdCttr mismo fundllbn su conoci-
cmQnn de ICIlibertad dentro del medio materinl. miento dc si, nos entres" unn certeza: es lu ~nllJtld mismn que se descubre
como prcsencin a si". El único fundamenlo concreto de Itl dialécticn hist6rlca es
111estruclUfCl dinléccicll de la acdón individunl. "El 1)4/&8r, 111praxIS, <:ntrega el
conocimiento de sI: se: Silbe lo que se hnce en cl mome:nlO mismo en que se
2(;
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hace, 110 porque el actor se conozca integralmente, sino porque, en el .1 condicrón de que 111experienciu críticn, reflexrón de la dialéctica, tome la
histérico, se confunde coo su hacer o, incluso, porque, a este nivel, proyecto praxis individual, la llbermd, como punto de partida.
morivación no se distinguen. 2. Esta alienación no por ello es menos necesaria en el sentido del. deter-
minismo -lo que significa que la Imlxis, confundidn con un ser org~olco, nc-
ruando en el medio natural, no puede dejar de hacerse materia para arruar sobre
NOTA C
la mnierla y, como consecuencia, encuentra en la materia trabajnda In ncción,
Je\'enlda pasiva, de los otros. En términos abstractos, materialidad .0 alteridad ~o
¿Es In escasez autenticamenre contingente, hecho puro y simple, presenCUl pluralidad de In~ pr"xi)) determinan necesariamente (> no por accidente) 111 ulie-
eSIQ tierra, no necesario de acuerdo con lo lógic6 o de acuerdo con el derermin !luci6n de Ins praxi).
de lo viviente? Creo que es nllel!J"rt I en el sentido que loda especie Viviente ---c:u 3. La pruxls de tul individuo conunúc siendo libre en el sentido de que
un modio natural del cunl lomo cunnto necesito pnen vivir- choco con cit'rtar cadu uno usumc libremente In condición en la cunl se encuentra en lo prácrico-
barreras, Una especie que debe uobajor para sobrevivir -cuar, recolectar, cuhivlf inerte. En 81 Sur \ /.1 Nada, Sartre tcmabe el ejemplo del jutllo frente nI letrero,
ul suelo, criar ~nimnk~ e~l\l sometida (1 In ley de lo escasee -esCO$Cll .Iel en 111 puerta de un restaurante: "Prohibido o los judíos". El ludio puede
tiempo, del espacio y hnstn de recursos no renovsbles, Es posible concebir un. .ometerse u esto prohibición o violarle. Igualmente, el obrero puede hncer huelgn
sociedad que hnya uiunfndo sobre In escasez hnsrn el punto de que las coorde, el colocarse, como esquirol, ni servido del p:món. BI poder dc 111 priJ:~iJ se halla
nlltlns histcSricns de Jo exlstencin humana sean rlldicnJmenu: rmn5formndllS, pero I¡mil,ulo por IU5 condiciones dedns, lo IIbercnd sigue siendo ilj,¡/~;I"d,1puesto que
con unn condición: In restríccién voluntarhr, consciente, racionBlmentt orgllnluda conlleva la elección de In muerte. De nlJl el valor ejemplar de lo torrum y de lo
del volumen de lus publociones. No es nbsurdo sugerir, como lo ha hecho Snrrre rencel6n unte In 10rlUr¡I: silencio o traición.
que In ngresivldnd del hombre respecto nl hombre provenga, por unn porte, dei " . La comprehensión cnplll las praxis indlviduules en lo pr(tttÍ(o-inerre.
hecho de que no todos los individuos pueden ndqu irlr los bienes, por esencia ,O¡¡ también cuenta del paso de la dialéctica \l In comra-dlaléctlca, de la praxis
escasos. Las d¡versus formas de escasez, las rclsciones entre c.scnsez )' t'xcedcnce ¡( lo prácuco-lnerte? SI y no. Se tmlll de uno experlenciu crlrlcn, no de 1I1111 de-
escasez )' superproducción relativa, escasez )' Agresividad, reclaman "",¡liSIS PCCCl- ducción rrnscendenral. Sartre debe, pues, observar las (ollllidude~ or,R(tn icns, ocu-
505 y demllndos en lugRr de un decreto meraflsico medinnre ~I cual unu ceracte pnrse de 111 dlalécticn de lo, nccesldndes, colocar, en H)llo ((1$(1, n Ins P,.IXIJ en
rfsuca, oporCnlemenU! Inevitable, de In condición biológica del hombre, sirva Jloltl ti medio de 111 matcrialldad para que la allenucién devengu inteligible: .1 In
mnrcnr COIl el sello de In necesidad (a pnrtlr de In contingencia) el enrocter Rozón dinlecticn. ABreg~lemos que la caídu en lo práctico- inerte deviene inteh-
violento del hombre y de su historin. gible (no comprehenslble) cunndo In pm_\it e~ devueltn 01 medio de In mmerin-
lidnd y de la nlteridnd (pluralidad}.
5. LII escnsez esrti Jndn como un becbo, unu coruingenciu. Bn In medida en
NOTA O
que la alienación resulta de lo escasea, deviene contingente y no aecesana.
Conviene, entonces, diStInguir lo nllcnncíón que resulte necesariamente de la mate-
Lo práctico-inerte ¿cxtr~e su Inteligibilidad de In diaJt.cticn constituyente? ;Es riahded y de In alteridad, Iueru de roda t:s~C%, y In HisloriB, t~~ cunl se hu
ocn.\Ointeligible, comprehenSlhle? ¿C6mo puede ser conocido? El pensnmienro Je ,Iesenvllclco, necesurin n partir del hecho conllngente de In escasez. SIO la escasez,
SlIrm sobre lodos estos punlO~ no está exento de cleren ambigüednd. Sin la In I ¡islorin humnna no habrín sido gohernndn por 111 lutho del hombre conlrn el
prelensi6n .le disipar lod(lS Ins oscuridndes, he nqul los pUnlOSque, o mi monera hombrc, por lo lucha dc clases. 1.:1 historia, esencialmente lucho de clases, es inte·
de ver, pnrecen esenciales:
IIgible como necesaria ¡¡ porrlr de una contingencia.
l. la experiencia cdticn, ella mlsmll reflexión drl movimiento dialéctico es 6_ Lo práeuco-incrte cn tanro que mundo Ql!enado, ¿c~ sol(1ml:l~tccompre·
11\ únlc[1 copnz de descubrir el sentido nut("1'Iricotic lo pníccico-ineru: de In ~lIi. honsiblc, Inleligible o cognoscible por In Raz6n nnnJlricR? En la meduJa en qu~
geocio, del inrerl-s, del ~t'r.de-clnse, elc. Ontológlcrunenre, trilScenden:rumentc, es cado conCIencia :l5umt libremente su condición, es comprehenslble_ En ICorln. SI
.1 portir de la diAléctica como se comprende lo cOntrn.dialoctica. Si no se pllrer displlsiér,lmos de lodo~ los conocimienros necesarios, podrll1Cl1oscomprender cómo
de In oJinlc:ctlca constiruyen 1(', praxis individual, se asimiln im:vitablementc el ~t hll I¡¡umldo cada /mlxls. Si c:onsitlernmos el conjunto del mundo prúctico-
mundo rei{irndo, el hombre del inrcrés, las cJ(lSescon lo realidnd objetiva, tia'!' inerre, éste permane.;e inteligible: no depende. ilobalmente, en cadCl sector, de
n.ormo!. En Otros términos, el mundo do lo economla IlbcCIll,el mundo tlel CllpiCll uno inrencionnlluad individual, pero qued:1 enteramente marClldó. y en Callo u~o
ltsmo y de los economistas no puede ~cr eomprc"did" como contra-dialéctica, <lnO Je sus ilSpccto~_por la CSlructura dlnlécticn, dicho en CllrilSpulabrllS, por el cnrac·
]16 217
rer sintético de los IJlOS entre los elementos, ni remitir lu exterloridad de 101
evo al proplo jdanov. Pero Sartre Las escribe con seriedad, conSCientemente,
,el nu . . . .. I d
colectivos n In interiorldad de 105 conciencies. ie por inadvertencia, La primacía de la Razón dialécricn. y p~r consrguienre ~ e
7 ¿No podría existir, .1 pesar de IOdo, un conocimiento objetivo dc 1 1,1aventura singular de la Humanidad, de la cual In _~axón dl~éctlca es, ni mismo
objct_ivaciones )'. por cnnsigui~nt?, un conocimienro por la Ruón analítiCIl de : po motor y conocimienlO, conduce Runa versión del hmorl&lsl/lo, rento en
exrerioridad en In cunl lo interioridad de la prl1XIJ se ha dispersado? Sartre debe I I~:t'n;ido de los alemanes (Dilthey, Tro(!lcsch) como en el de Sir Karl Pop~u
responder si, ya que, después de IOdo, la Razón nnalltica, 105 ciencias nuturWt\ r I L\ Razón analltica se separa de la razón dlalécuca en In medida en que <:SU!
aplican ,,1 mundo de: las máquinas, surgido de la prll.yiJ humana. ¿Por que se .e hace mnteria para actuar sobre la materialidad. De aqul r~5ulfQ que todn
h.llb~ía de e~istir un conocimiento analhico del mundo humano cuando éste, ex:: ,intcsis de nuestra cultura actual, o bien se fundn en las crencias ClCnctRS. Y In
flon~ado, pierde aquellos caracteres semejantes ti los del mundo creado por la Razón analiuca, o bien se considera fundada en el marxismo (no en el. marxls~o,
prvxis? Vacila en hacerlo porque: teme volver a la posición de aquellos iI qUIc:n~ tcninismo, sino en el marxismo dialécdco). La elección del primer. u::rmln? ~mpl.lC"
llama "nuestros eclécticos" (hnsta donde puedo saber 1, me encuentro cntre 1:1 eliminación de la praxis, de la creatividad históricn, DO deJa subsistir SIDO
ellos), .1.sll.ber· "Toman en considemción o sectores culturales que se condicionan JO mundo de hechos y de leyes en el cunl 105 Clenu(iciStlU inrenlllrán en "1\00
en mrericrided, A OtrOS que siguen siendo SumAS, a otros, finalmente, que poseen Inserrar posteriormente, valores, sin lomar ccnciencio siquieru <le que los valores
Ambos caructeres. Se puede igunlmenre definir los sectores por su contlicionnmicntn no estnrnn menos determinlldos que lo rCsblOte del mundo. En cunnro 11 1..
inremo -<IUC serln t1inlectico- y negar que sus relaciones seno diferentes .. la 'leogenclO del segundo. conduce 01 marxismo. enlendido este en el ,,,nlÍclo Il":,'
conlÍgüitloJ pum (o de cienos 101105 exteriores) (p. 144). Sartre rechaza esta plio, según lu inferprcmción que de el da Sartre, esto 1:5, conduce .\ h~ (IIOSO(11I
solución, nl menos en derecho, Pretende que U"" totali7.nción de In Hisrorin totlll It la aUlocretlción del hombre por 51 mismo, 11 través del devenir de las
sea posible -lo "tue parece excluir el concepto de una totnlizaclón "<:finilln n ociedndes.
punir ,tI! In I)rnxis lndlvldunl. Idees ele mnneru 8impllficllda. LII ~I"tcs¡s
Claro cstn que Snrtre exprésn éSlns .,~ u
del saber de nuestros conocimientos o de In culeurn, en el senthlo riguroso del
término ~1"(c5¡S, represenm cunndo m~ uno ldcu regulnllorn, en el h~ri:tonte
NOTA Ji ,tel pensam ¡CilIO. Pero, una vez m~, Sartre In e~ocn c?n ~lcnl1 conclenci» pnr~1
evirar In dlapursión, In heterogeneidad de In romlidad hlstérlcc que impura y re-
¿Por qUI! esto: pnn\grnfo? I11C objem un lector. ¿Por qué reproducir chus, lndig- prochu 1I los "ocl6cl;(OS" (p. 144). No olvidemos ~mpoco que DlIt~ley, respon-
OII.~ de Snrrre, que se refumn por si mismos o que hacen demasiado fácil la \ablc del concepto de Crltic« (/~ /11 RtlZóll ll;JIÓ'I(II, buscaba rnmblt:n UI\II res-
pnrridn pura el mntrlntnntc? No rengo In menor intención de ganar mérÍlOt pueStA 11 Murx )' NietZSche, el íundamento de una filosoflll, proh:A6meno ?
to~lll~
provocando In risu 11 expensus de un filósofo copuz de "enormidades" (en variol las ciencia¡ humnnns y principio de unn politícn (~ de unu mor~l) hlstérico.
de los sentidos de e6tlt pnlubru) 'e no por vnnidad sino por orgullo meroflslco, hllber renllzado el pro
S Ilnre (Ce , •
Del p¡lcúgrafo precedente emergen, n pesnr de IOdo, tr,'S idens, IDdlspcn~i1bles yecto que obsede It los filósofos (de Cierra escuclll fenomcnológlcn.hegellllOlll
para In interpretución de hl C,lt;(a. Al insistir en In plllfll/itllld de lal significa. .ltsde huce IIproximuJamcnle un siglo.
ciones. 111 i"6dJltubilid'ld de los siStemas. la necesidad dc 111.$medinciOll6S. Sartre !!stll reali:taclón Implica no solamenrc la primada de 111 .lventuro hi\toncu y
hulln In fenomenologla ,te la rtoal¡.Ind hist6ricn qUé hubiera podido tomar pen· .Ie ¡'I Ra:tón diak'CticlI, sino la Verdnd de estn I\ventura singular .y unn. Ra:z.6n
tada de Dilthey, Max \'(/cber o II! IlIIrodll((;ó" /J 111PiloJo/ln dI' II1 J-listOrt4 (¡}p.u: de reconciliar 111 singularidad del acontecimiento con IJ uOlvcrslIlllllIJ de
Bajo In formn de una crílico del Olnrxismo·lenin.ismo, él presenta una teorlo de: los conceptos. lo Verdad de esta avenrura implica, .\ su vez, una ~SPCCIC .Ie
la exisumcin y de In comprelwnsión que, al nivel de la episteOlologín. deriva d.:! ncce6idacl o de llpodiclicidnd: ¿Cómo podría la Verdlld haber 51.10 .h~llnl\l de )11
hisloriciSIllO n)(!mlin y se opone nI mnrxismo·lenlnismo, )' probablemente hastl1 al que es aun cUllndo provenga de la libre prllXIJ? Es necesnrio, pue~, q~~ In ¡¡ven·
Mnrx de 131Capital. tUfll singular ~C:1l libre en su movimienlo y ncces.tria en Sl~ re.ulzllClon. ConcI'
• la¡ f6rmulns sobre 111 ";rr6bllJllb/~ /ilosoJla" de nuestrA tpocn. rullgidn slmul· linción fácil si el porvenir no es necesario (o no es conoctdo. como mI) y .1,
lanenmeOlC dI! una cslerilidad total, parecen, en unn primero aprecinción, lIevarnM '0 el pnslldo )"1 no puede cambiar (o es reconOCido como no pu·
por e I contran " d' I b
. d dlst'nto de lo que hn sido). En cambio, 111 contra ICC on su suro
d len o yo ser Id' 1" (I
desde el momento en que Sartre se afana por mnrcar la IIventura In !leIlCl\ 11
1. doml/l pllllllo JdbtJr: de ncuerdo con lo que alguJ10S auditores me h,ln
';fIIJIII IIquiduoi6n de In Revolución Fmnccsll por el Em¡>e.mdor) con el sello de 111
In!ormndo sobre unn de sus conferencias, figuro entee "nuestros eolt:Cricos".
nSI como wmbitn (iguro cnlre lus "almns rlernns tic 105 libernJes", neccsidad.
2/()
218
En lo Crhi,,, se esfuerza en superar esta contradicción (el ejemplo preced
estÚ remudo de 1115 CUaJ/lOIUIJ),elevándose de 111 eomp"hMsiófI a IJ R:
(Ji.flJe/i(lS, del plnno epistemológico ni plano ontológico, Es 10 Razón dialéc' 11
ee
'lltCrnrnCnte puesto que es ella la que permite Olpt\lt, a partir de 111 pululaclén
~I~los netos, el tipo de unidad negariva que representa la mntcrlnlldad ~ obvio
llUC no hnll:lmO$ 11 este nivel la transparencia de lo praxn, Pero c) precise eo.m.

la ~ue pone en evidencio l~ necesidad de la. alienación ti partir de un h~: prender que hny una dialéctica en la dialéctica, Es decir que. en la perspecuvn
conungente (ln escasea}, lo libertad de In prllXIs en la alienación, la contiogen .re un moterioli~mo realista. la dinlécticn como cot.llill1ción produce su proPI'1
de 1.0 necesid~d y la nec~idBd ~c la contingencia. Queda por saber si, ¡: 'n : \ gaci6n como absoluta dispersión (p. 281). Podemos, en electo, comprender
sentido, ncceslll.ld y coouogencm pueden ser reconciliadas eo el aconu.'Cimi lomodamente, a In vez, 1115 relaciones de cada P"IX;S con el oro y tlllTlbién lu
. I "d enll)
srngu ar: SI. )' en que senil o, lo Verdad puede "advenir" en el momento mi~
en que el ser orgánico parece condenado o In alienación por un medio de m
rialidad y de pluralidad, abSlrllcci6n hecho de la esCII5CZ.¿Pucde una conciend ••
:o InlJIUi no querida o la unidad negativa que crea lo pululnción de acciones indlvi-
luules. Pero, sin contar que la "uansparencin" de In P'II,'(;I es una noci6n OSCUnl
la praXfJ es transpnreme a la concienci«, lo que es ouo nombre de una con
Pr.JXIf nlcanznr In Verdad .11 C51i10 de In cencienciu-conremplacién del Snhio? Icncio no tétÍC'J de sí), el conocimiento no necesitol seaulr en el menor detalle
J InfinitO dispersión de los acres Individuales. Trátese <le la le)' de Greshum lu
nllla moned« echa :1 In bueno, Iórmulns más o menos sutiles de 111 I~Orio cuanu-
tivn de: In monedo o del efecrc del oro español-e--, lo IlIl6n dialectlcc expllcll
NOTA J.l lo que ha sucedido al nivel macroscópico y se contenta con UOIIcornprehensión
.• nerul de 1115 conducms mns frecuentes, rlplcas de los individuos en lo qUé
La. Jinlécticl¡ de IIISI",'XII en 111 C,ft;(IJ difiere de In de l!l S8r y lIt NIIII". .It.lñe 11 la moneda.
Lu rnirudn hnclu de cndu para-sí un objeto puro el Otro. Ninguno conciencia puede
IlpaJerar!e de orru eonclcncln, puesto 'lile éNUI no es sujeto sino pnrn 5( mlsrnu, y
un~ vez poscldn por In otru, por su mlrnd«, por su voluntad, no es mtís que NOTA Ji
ub,f.'1O 1', en consecueneln, t'Scnpil en cuanto tul u In posesión.
La conciencio, devcnidu praxis, rruba]o, hacer, puede ser eeconoclda comu Sartre n(irmu que, fliosóficnmentc, nodo le impide escrlblr ,,1 segundo tomo de
1111. I!n esre sentido. In prm<i.I rrnbaindor« ele;a de querer lo. muerte dtll otro In C,.JIiea. Abl como Y" nadn le impide escribir una mornl. 111 Sor ,. /'1 Nmlll
¿Son renli~oblcs lns cuurro condiciones del ceconoclmienrc recíproco? rnunciubu unn morul, lo Critica muestra In necesarle prioridad de una polhiCII
¿Son CIlla, 111 ,Icfinlción de unn intersubjetividad nurénrica, para UlíliziIr una ,iguiendo 111 experlenciu dlalécricn -In experlencin que lo conclenclu udquiere re-
t.:xpre,ilín tic Merlenu.Pont)'? Curlos.imenre, Sartre se limim o indicnrlus sin .ltrl· tlexionamlo sobre su destine social, sobre la ulienuclén inevitable por el hecho
buirles una consecuencia particular. Lu razón de esra cosi·incllfcrcnclll me parece: de la materialidad y de lu alteridad, sobre la libre asunción de su ser social y,
ser 111 siguiente en lo ¡m\uico-inertc, en la sociedad de clases, codu uno 51! filialmente. sobre su libre compromiso, en la lucha de clases. ¿Cómo debe vivir
encucmra apnsionndo por lo~ conjuntos prácticos, que mantienen relaciones «in- lJdll uno su ser social, su alienación. su compromiso? No es inconcebible que
rJiclUnlcs entre s], Ln C,itlCII no trlltll, o lo hace ron ~610 de mnneen marginul 'ürtre rcsponJu a cstll pregunta, nun cunndo el pll50 de In Iihcrrod .l 111 que:
dt ,,, \'idl1 prÍ\'adll Tntlll de 111 vida social o potltica. Ahora bien, ésm, micntrJ' nndle puede escapar -la inevitable responsabilidad de ~í-11 In hbcrrod·deber u
pcrmllne-Lcntlominndll por los confliClos de clll5es, no podrá comportar c:I equi. obllBoción me parece poco fácil. Por lo demlis, e, posible que In mor"t tic; Snrm
""It.:nle de e5111tnttr5ubJltivldad nUlenlicll. 110 implique obligación, aun cuando comporte snncione~.
Por el contrario. el segundo tomo de la Critica me pllrl'(e pre~cntllr. ;\ pesor
.Ie cunnto dice S:l.rtre. dificultndes inulnseCllS. Snbemos, por supuesto, que tOdns
NOTA G
1115 modldldndes dI: 1115 cxis y de 1115 praxis sociales, circunscritas conccprualmentc.'
"n el primer lomo, paddan ser puestllS en movimlenlo en el segundo, (on Jn
"No hlly que c.~pcr¡l[ ni un instante que In Razón onolltica puedo dllr cuenl~
lucha de clases como hilo conducror. Es preciso lodavlo :lgrcgnr 111 luchl\ de lo~
<lt 1115 mernmor(osis del oro cspoñol, precisamente, como lo hemos visto, porque
lo~ lazo~ cUnntiHllivo~ dI! exterioridnd, sin desnpnrecer. son devueltos o desvillJos colonlzlldores )' de los colonizados Y. con esro segunda for~". de: luchll5. todo~
los tipos, renles o posibles, de discriminación, de no.reconoClmlento. tlel..hombrc
por laY.osde interioridaJ o, si se prenete, porque eudo piezll de oro es 11hl vex
unn unidlld dentro dc una sumn 1', por sus rc[erencíus :1 todll5 1115 otrll5. un~ por el hombte. Aun cunndo lo inteligibilidad no exige que lu 10Ia":toClon hayn
plirle! dentro del rodo. Inversomente. 11\ inteligibilidad dialéctica es prcscrv:\dl ,ido 11I obra de uno conciencio individual, la totllli:tolCi6n rctrospetlivn JI! In

22/
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Historia -:.similndn 11 una existencia individual sin OlIO totalizador que: el hislO. Je la comprensión de la batalla. no constiruye un problema. ~Por que fomtiruyc
dRt]or·Cil6sofo-- parece un proyecto contradictorio por naturnleza, problemn n un nivel superior?
Tomemos como punto de partida d ejemplo favorito de los nrokanuonos, c:tQ) Me parece que la dificultad resulta, primero de la negucion )artril,nll de la
es, el de un uconrecrrnrenrc que uburca unn innumerable rnulriplictdnd de P'''J(II nculralldad y, luego, de la cxigencin del advenimiento de la Verdad, condici6n de
individuales, divididos en dos grupos InslÍtucionalb.ado~ (el ejt!rcllO de ada l.' unidad de 111/11 Historin. Sume no pretende ser -ni pretende que hnya his-
lado es unn insnruclén) que chocan el uno con el otro, coda uno según UQ loriador- neutro entre proletarios y burgueses, colonizadores y colonizados, due-
p~o~eC:lo totullzndor, el plnn de bumlln de un Soberano. Febcicio, Napoleén han nas )' esclavos. Tampoco admire unn dialecrica del dueño )' el esclavo ni, según
vivido In b.lIllllo, cada uno :1 su manera. Ninguno la ha rorallmdo, ¿Ln ha IOta. parece, una asrucia de lo Roz6n. La hisiorla de In lucha de clases debe devenir
lizlldo el historindor? De hecho, la IOCflliznci6n del hisloriador di(jere, en 1" rdvenimienro de la Verdad e Historia 111//1, no en discurso inregrul sino .11 nivel
naturulezn, de lo experiencia vlvidn de 105 nurores: él se afann en conmr en de lo vivencindo, de lu praxi«. De ull] Las indicnciones Vtl811~ sobre los condicio-
formular juicios verdaderos sobre lo que ha pasado. EsIO s610 lo obtiene col~án. nes en que las concrencias se Irmacilln recíprocamente como conciencias. MIÍs alln.
dese sucesivamente en la perspecrivc de unos y otros: en tnl sentido, el no ve .rnn filoso (la tic 111 liberrud ~igue siendo radicalmente Inconcebible por adc-
lo bomlla m como Blucher ni como \'Qclllngton, ni como Napoleón, no v,
1, lnnmdc,
bnrallu, 1.1 reconstruye: y In piensa. Ficci6n, dice Tolstoi, porque en ultimo ¡¡nm. la 10lalización Sin roralizudor serIO, pues, 111 10111lizncI6n de 111 hisrcriu en
lisis los prcyeeros de 10$ [efes no dererrnlnan el acomeclmillnro y ésre es lu con, runclén y n partir del (in de In lucha de clases que mnrcarfn In VIctoria de
secuencio de las /Jm.'I;1S individuales que libran combare en confusu maraña.. No prolernrios y cclcnieudos, 10i cuales dejadlln de ser, por el hecho mismo de
Ilecidumos. lIs posible que en ciertas circunstancias suceda efectivnrnenre asl y 'u victoria, prol(ltQrlo~ y colonizados, )' ellminartnn ni mismn tiempo ,1 burgueses
que en erras sea diferente. Suponiendo que la sufida no dC¡lendll de lu~ prllICi/ v colon izudores.
de los soberanos, la inteligIbIlidad subsiste pUCSI.Oque lu dialéctica produce l. ¿En que sentido seria comparable una hiscoria semeian« con lo de una per
conlrtt·diall-Clica. En el peor de los supuestos, In victoria de uno de los campos sena? Si la biogrnffu de Plaubert requiere tMIOS miles de paginas, ¿euintas
~er.í un hecho que se debe verificar, no el equivnlenre de unn decisi6n tomad. páginas compcrrarfu una biogruñn ,11: lo l lumanidud? Sartre, por instunres (en
por una conciencia en función de un silogismo prácrico. En esre ejemplo, el su discurso en la Unesco sobre Kierkegaanl}, proyecta una s¡nresls de Hegel )'
lusroriudor, muy lejos de hallurse comprometido o en 01 deber de comprometerse de Kierkegaard, unn Hisrorin /1111', udvenlmienro tIc In Verdad, que no dejara caer
con uno u otro campo, dl')cmpeñll el papel de '"cero mediador; es él quien crea en el olvido nuda de lo que los hombres, gloriosos u oscuros, hnn vivido. Ahora
lo unidad dl' los ejérciros que libran bnmlla, ¿Podemos Irnnginnrnos 01 filósofo bien, cscrlm por vencedores o vencidos, lodo histeria arroja o la nado lo que
de lo historia, al que comprende In Verdad de In Historln o el advenimiento fue puro millones)' millones tic hombres In únlcn ruzón de vivir.
de lo Verdnd en lo historin al estilo del historiado¡ de lo bamlla, como tercero
medludor entre KUlIJzo( y Nnpoleón, prescindiendo, por Otra parte, dI.' ambos
jcfcs para seguir el caos de las acciones dispersas y descubrir el secreto inalcan- NOTA I
zable de In vicrorla )' In derrota?
En esrn hip6lcsl~ hlly un [olltlizudor -a sober, el hlslor!ador- y "Ibe pte. la elección existencial no ti~ In elección inremporal del cnrútlcr inteliSlble
gunrarse por qué deberla haber uno romlil8Clón sin [ollllizador. Dislingo una pra. )egún Kant. Pero hay una relaci6n cntre esas dos concepciones. Yo habia COnsll'
meen mzón: el tercero medlJlclor, en el ejemplo seleccionado, difiere esencial. grado mi tesi~ .Ie cslulllos ~uperlores 11 Lo IIIJelll por.tl 611 1" li/osollf, d~ K.lllt
mente (Iel uClor hisl6rlco. Es verdnd que tnmbién él aburca en un :lcto de con. Sarrre habla leido esu tesis durante el nño en que preparó, por scgundu vez,
trcncin una plura.lldad, menos dada que construida por el ~IO mismo de la In lesis de grado de rilOSO(l¡I. Junto) discutimos ~obre la elecci6n intemporal del
comprahensión. pero el histOriador no comprorncciJo no se proyecco hncia c:I CllrlÍctcr inreliglble en cuonco condlillci6n entre 10 absoluto de In Iibertud. ncee
porvenir; no quiere un porvenir, quiere comprender lo que ha pas'ldo. Si puede )nria ji lu responsabilidad, y el delcrminismo (enoménico. En El Ser, la NI/tltt.
lomprender ~In querer, la asimlloci6n de la comprehensi6n a Cínes cienclficos con Stlrtre rechaz;I, de paso (p. 599), la concepci6n kuntillJla -nsí como rechnza el
In (amI' rehCll1si6n aclÍv;¡ se hoce imposible. El historiador comprende los lIetord pnrcO[('sco que habrll! enlre juruJ'Oento y conrrato. Lo más frecuentemente, cuando
J partir de su proyeclo, no tiene neccsariamente un proyecto distinto 111de l. hace es 10 revela al mismo tiempo un origen de su pensamiento o una aflnldOlI
Verdad. En eSle sentIdo, In roraJizac:-ión sin tomlizodor que Sarlre busca para de éste con el peosamiento de otro. "El proyeclo fundamental, seglíl1 Sartre, cOn·
el s~gundo tomo no es en modo alguno necesario: le basUlríll con aceptar un cierne no 3 mis reluclones con mi o cual objeto particular del mundo, sino 11 mi
lorallzodor no c:-omprometido. El 101Olizador no comprometido. al menos al nivel ser-en·d·mundo en totalidad •.. ; e~te proyeCIO planlC'.1 como fin cierto tipo de

122 2.]'1
relución con el ser que el para si quiere mantener" (81 Ser y 1" Nada, p. 599) los corredores de 1.1 estaCIón • La Motte-Picquer-Grenelle-" (p. 496). Sartre
Agregl1 que ese proyecro no es ni lnseantáneo (puesto que no es "en" el ugtega que esto es una experiencm psicológica, no cetolégica, El lector notlllá
ni "intemporal" p~rn concederse tiempo después. y concluye. "Es por eso por Inmediato.n1enlC que el proyecto común se parece al de los pasajeros que se
que rechazamos In .cscogencio del CllnlCrerinteligible. de Kant". No es seguro Jlsponen a tomar el aurobús, no al proyecto común de aquellos que quieren
1.1lnlempor.llidad kanrlanu no equivalgu II In temporaliloci6n de la elccci6n rornnr la Bo~rilla. 1..1 Ilceptnci6n de los fines comunes implico el rechllzo de los
damcntal a traves de la sucesión de los actos o en In totalidad de In cooducll. liDCS personales. mi trascendencia se vuelve indiferenciada, una cualquiera, E.,
PQr otra pnrle, el proyccto sanrlsno, como lu elección knrulnnu, reserva los "1 lerto que, en detcrminndo momento, Snncc siente uno renmclén: el nosotros-
mnles liberadores", Ins c~nversjoncs. Es menos, porque el proyccto sllrlril1JlO~ ujeto ¿no serio acaso el slmbolo de una unidad absoluta y mCtnflsico de todas
en el .mundo y con relacion 111 mundo que difiere de 111 elección knnrrnna: l"51a IIISullSccaJencias? . Parece, en efecto, que suprime el conflictO original de
se deflne por uno r!llnel6n no con el ser, sino con In alternativa del bien 1115rmscendenclus. hnci6ndolll8 converger hncio ul mundo; en ese sentido, el
del mal, del desinterés y el interés. A pesar de lodo, subsiste el parentesco COI! nosctros-sujcro ídeal serlo el nosotros de una. humanidad que se hiciera dueñu
111proyecto original, con rclneión 01 ser o con relnción a 111 étlca, proyecto que le In ncrru, Pero 11\experiencia del nosorrcs se manriene en el lene no de 10
~eu In rOlolld?d. de uno existencla, no excluye lo conversi6n y no Se expreso psicología individual r sigue siendo un simple slmbolo de l:t deseable unídnd
$100 en las decisiones innumerables, ellas rambién e~c08encin (p. '%0). que entre. le Ill~ Irascendencin~. las subieuvidndes permanecen fuera de alcance l' radical-
tejen una existencin,
mente sepnradns" (pp. 497,498). En cuanto al ohieto manufucturndo, no se me
nnnifknn como tal sino a condición que el ouo me sen dado primero de ulgunu
NOTA J II1Meru. Finnlrnenre, "In experiencin del nosotros-sujeto no tiene ningun valor
le revolución metllf{sicn; depende esuechememc de Ins diferentes formns del
No hoy rasuo, en El Ser :Y 111 Nad«, de In tecría del grupo en fusi6n }' de p.lca·e1·0tro y no C~ mlÍs que un enriquecimiento empírico de JIguna., entre
In li.brmad revoludonarla, En este senddo, 00 enbe In menor duda de que J. ellas" (p. 500).
Crltir«. cuyo cornenmrisra encuentra, después, el vínculo con El Ser y 111 NaJlI, M,\s cercano n In Critica es el pasaje en donde Sartre opone Ins des experiencias
no ",preSOnto In contlnunci6n ni In simple expnnsión del priml'r libro. Se ICor. del nosorros-sujero de In clnse oprimida )' de 13 clase opresora. La clase oprimido
de un desarrollo, si se quiere, pero novador, creador, que, de nntemano, no en se vive como noscrros-obleto frenlt' 1I un 11110 (on) indiferenciado que 1:$ el
prcvlslble, como 10mpoco ero previsible MII/er;11 }' Memoria n partir de LOI tercero o la "1I~c.: opresora; 111clase opresora, en cnmbio, no se vive como ncsotros-
dlllo; illm"dhllOJ tI(1 1" aoncicucia, ) Incer brotar In Cdl;clI dc !JI Ser y 1.11 NIIJII, "\ljcto Irenrc a la clase oprimido. 1!I burgu('$ niegn In exlsrcnci« de lu~ clases. Es
seda cometer el error que rnnro Sartre como Bergson denuncian In ilusión retros. ,610 cuando In clase oprimida se coloque, por In rebelión o el aumento brusco
pecrivn tle flllulidncl. Jc sus poderes, frenlc .1 los miembros de In clase opresora como "une-mira", C5
Lo confroOlación entre la descripci6n fenomenol6gico de los nosotros-sujete en ólo entonces cuando los opresores vivlrán como nosotros. Pern eso su(edllr~ en
l!1 Su y LI Nada (pp. 49S y sig.) y el grupo en [u Crhic" ilustr« esro no\'ación. medio del temor y 11\ vergüenza. como nosotros-obleto.
Ils cierto que huen número de Ins Ideas o experiencías de In Crftlcn c~l1Ín y" La (;onclusi~n no dcjnbn ningllnn npcrwrn hoci,\ unn Cilosono opl¡ml~hl de 111
cxprc~ad8s. ll! mareria. Irnbnjadll yn esr.sí atH. ". . El u.lbajador, cualqu lem que hiHori,1 o un perfeccinnamiento de la Hlslorio. "¿Se rmm del nosotros.objelo?
St'll, SlClnleen el trabuJO su see.inStrumenlO paro el olro; el Imbnjo, cunndo no l:s dm:ctllDlcntt Jep"ndienlt .Iel lercero, es decir, de: mi ~er.p;1m.e;loQlrol' C:~ sobre
t'sró es.r~icromC!OIedeslinndo n los propios fines del rrob:tílldo[, es un modo de el fununmento dI: mi ser.fucm,pIllQ.el.orro que se constiruye. ¿Se Imm del nosorro~
ullennclon. La trascendencia oJienanu: es nqu{ el consumidor, es decir el "uno" (011) 'UJtIO? Es una experiencia psicol6aic:l que supone. de unu manero u OlrCt,qlle
cuyos proyectos el tcnbnjuclor se limita a prever ... " (p. 495). In existencill ,Iel Olro en cuanlo (,\1 nos ha sido revelada. Es. pues, en "ano
El ejemplo escogido, paro i1uStror el nosorros.sujelo, es el de lu muhlwd en <¡ue lo realidud·humuna procurtl SAlir de estc dilema: trascender ni orro o dejarse
~I P~odizo elel metro. "En ese pasadizo del metro no h¡IY más que un solo e trascender por él. Ln esencia de las relodonl" entre conciencias no es el Mil/clII
I~éntlco pro)/cero, inscrito desde hoce mucho dempo en lu mlllerin, y 1:0 donde (Ser con) es el conflicto" (p. 502).
v!ene. u vaciarse uno tlasccndencin viviente e indiferenciada... Tengo In cxpc' Aún mlÍs. en In época de 111S.r )1 LJ Nillld, ti condenaba .1 Marx III mismo
NenCIOde unn trascendencin común y dirigida hacill un objerivo único. de JI liempo que al marxismo. "Marx ha plantelldo el primer dogma de 101seriedad
cual no soy Sino unll parricull1riloci6n efímero; me inserto en In gmn corricnre cul1fldo ho of¡rmndo In prioridad del objoto sobre el sujclo y el hombre es serio
humano (jUt·, incansablemenle y desde que exisre un melro, se despnrl'llmll por cuo.nJo se toma por un objeru" (p. 669).

224 225
NOTA K liberlllU de nlejnrse de elles y de rebasarlas. Levi-Srrauss no tiene motivos ni para
negar la disunci6n entre las esrmcruras )' 111experiencia vivida de las estrucrums,
La oposición entre Lévi-Strauss y Sanre, o mejor, la répllcn de levi·Strauu • ni pnm excluir In comprehensrón concreta ele un grupo social. La Ruón dialéc-
In Orlficn, ha dudo lugnr a mntos comentarios que he vacilado en tornar Parte, rica de Sartre, en consecuencia, puede utilizar el .lnálisis estructural n rlrulo de
Ilegado mi turno, en ese: gran debate que 00 esllí exento de m:tlcntcnuldos POr herrumlenra par \ la cnprnci6n de los objetos inertes o de los srstemas, surgidos
limbos lados que conlleva oscuridad y ombigiledlld a Cllusa de In utilización POr de 1(\ realidad Jlok ..ticn. Que Lcvi·Srrau~s Ve2 en 111C,lIi," un documcnlD erno-
ambos imerlocutorcs de I~ mismas palabras, sin que podamos C:SUlr seguros de gní.(¡co no basta todavía para condenar el Ilbro, PUCStO que el modo de pensar
que les otorguen el misme sentido. La dlficulrad proviene de que el debate: pro de los primitivos y el nuestro no son Iundamentalmente heterogéneos. ¿Dónde
~enm sírnultáneamerue unu dimc:nsión ornclégica, una dimensión epistemolÓgica, .c sitúa, COlonces, la oposición irreductible?
uno dimensión pollticn (vinculudu a unu flloson" de I¡I hlsrona}, }' que 1.'81.. l. OtJll)log,rttl/J~"'B: Sartre considem a la dialécuca constituyente, es decir,
diversas dimensiones .1 veces no se: separan, y otras veces se ~epllTall para el uno .. 1.. pum o conciencia individual, como la rculidad primnrln y esencial; toda
pero no puru el orro. Por ejemplo. el esrruceurnllsmo, sí no d de l~vi.StruUII ~omprehlJn~ión conduce n esra experiencia vivida, 11 CSIll Roz6n constituyente.
mismo, ni menos 01 de sus discípulos, en la medlda en que desconoce la "'IIXII, Lévl SII3I1SS ronsidera el .lOlÍli\js e~lructural como el modo de conocer clentlfico
111ACCIón de rebllSllmie:nto de lo dado hacia UD Iuturo nuevo. se vuelve, "(JI,.", por excelenciu puesto que llega hasm los sistemas de oposicrén binaria, lns rellla.\
uolens, n los ojos de Sartre, un insrrumenm de conservnrlsmc al serv ICIO ,11' la egun III~cu;tle~ funcionen ti Ienguuie, los lnrercamblos de muieres, los mitos.
burguesla 2. P.PÍJIt /lWIÓX""'1I01/Io: el nnnlish estrucrurnl, I ncluso ,i ritme como punto
Por 111m pune, no r!lltlln pumas de eonvergencm entre Levl·StruuS5 y S.lrtre le: partida 111tornlll.ltión vivida, no lIeiol :J 111verdad científica sino separóndose
uno y otro admiten, segun parece, el vínculo corre la estrucruru del objeto y el le lo vivido, escap.mdo j la subjetividad, tomundn $U~ tI¡st(\OCIn.~respecto a las
rnc!mllt) (o nnruralezn) del conocimiento. Lu conciencln, pnrn Sartre, comprende , vltk'nciJ~ tic nuestra propia sociedad. La eomprehensién snrtriana, tal como la
la pr".-.:iJ porque el objeto presenta la misma estructuro dinlccricu que el suieeo, IOlerprChl Lcvl-Strnuss, no SJlurla del ego snnnnnc, es decir. slrnuháneamente,
lo dinlécrlcn tlt· 11\ rc.tllll"u s610 se comprende boja la condicián de que In mi,mll del egi) cccidenral, civilizado, para el cunl los prirnrivos no constiruyen sino une
realldud sen dinlécticu. LB5 estructuras de los intercambio, .1" mujeres o lll~ opo- cwpn de lo dinll'CtlCII históric.l.
siciones binsrtas de los mitos, según Lévi-Strnuss, reproducen la estructurn de 111 Bnue C!I ..n{¡lIsis esrructurul }' la cornprehensión IOtJ,!JZllOtl; no hnbrin hllSUI
realidad social o del esptriru humano. ASimismo, podemos hallar, mnto en uno ..horu incompaubrlidud r.ldicll Ji Sunre extrajera In5 consecuencias de In nfinldod
como en otro, la búsqueda de lo toralldad o de lo rotrtllzoci6n: totnlidad dd entre los estructuras de inercl., y la Rllz6n Ilonllricn, ~i U!vi·Strau,< reconociera expl]
sbtclDa de oposiciollt't uo Lévi·SlraU5S, lotollzaci6n n Imvés tle In /lrdMr de un~ Immenle (lo que, por otro parte, suele hacer por inslantcs) cl pJpel de 111
c:~riencia vivida indh'idunl, o quizás de una sociedad Blobal, en Surtre umprcbcnsi6n de In~ experiencias vlvlllns, IInres )' (lospul'S tI!.'l Il06lisi6 estruclurnl
Adem~s, si recorJnmo~ que loela regln sociol. totlo (cn6mt'no &()cinl e<, ~cJtÚn Subsisliríll. cierromente, unn oposicion entre el análisis de los SÍ.\tcma.s y la com
la expresIón de Mareel Mnuss, 1Irbitrnrio, es decir, que podrla no ser o ser 01TO. Ilrchcnsi6n ,!t las tomllz;lCl(}ne~. Pero In onlOlo&{a ,,,nrinon wme 105 sistcmllS.
nudtt impide, si por tllnhíctiCll 1(' cnrlon~le In conciencln m ismn en ~1I actividad Concede qUt In R1l26n di(llecricn se 1Iliena en las cstrllcruras, no que el pcruo·
crcatloru, qUI: ~I: coloque la diall'Cllc,¡ (onnituyente en el origen <le 1m ~im'ml1t mientO, la ~()cicdtlJ (unclone ~egún reglllS inncxibl~, :Iunc¡uc é.~(l~no prohíbnn
socialcs que In Rnz6n nnntíriro puede luego estudiar o cx;plicor. Snnre, com~l lo una pltunlitlad de I ()mblnnclones. (le ajuste) y relllustes Ll' csrrUlIuru.\ dd len
\cñnla Pouillon l. descubro:', en el transcurso mismo dt In experiencia ,Iialéttica. '(unjc, JI.' 111:>insttlucionl.~ sod:lIes Y. en último llJllÍllsi~. del mi~mo pensnmltOlO
estructuras que pertenecen ni dominio de la Rnzón nnnUtica: ". . Ln obrll de Ion incotnpatlbl~s con In IIbsoluto dl' la liberrad snrtrhlna, con el cnmercr ilimitado
Lé-vI·Strnuss aporta IlnR contrtbuci6n im,pormnrc nI estudio de esn.~ extrllñllS rea' 11: Ins posibilid.ldcs hacia 135 cu,lIcs puede proyeclarse la IIbClrmd ~Ilrrrianll, Pdm
IIdades intero~. a In vez org.lnlzndns y orsnnlzadoros, producros sintétICOS de ullll snlvllf In llbcrenu un un mundo histórico ,Ionde el pnnl.si .Iparece siempre- ~he·
toroli~nci6n práCtica y objetos s1empre susceptibles de un esrudio nnalllicC) , nado, jummentrulo. ~ocializnJo. Sartre debe rechll7..1r U~ol {llo-o(lJ (Iue ~rctende
riSUIOiO. ." (Crllird, p. ~87). Lo que sostiene: S3J'tre c.'!I que I,l.~ esrruc~ I n"ontrar 135 invarl~nres, Ins reslas según 111$cualc:~ runclo"" todo pen~arnlento y,
no son loralidades orgñnicns l' que no exisrl!n sino por las decisiones, por J. 1111 u !timo :llláli~is, toda sociednd.
acción de h15 libres prtl.\;J -pr,¡xis que llevan en ellas lo inercia o la coerd6n \ E.\¡stcllrü,l: 111dialéctitn d~ Saure no deviene! Razón dinlécuca sino bajo
.le los reglas de parentesco, o de las regios del lengunje, pero que cOnsorvlln la !tI condición de conducir .1 UOll Verdad lomliztlnre, en otrO~ tcrmlnos. a una !lJo
,afín de In hblaria de ascendencia hegelillOo.mnrxisro. Es posible, como lo es·
l. Jean PouilJon, ·'SJ.Ilre et L4.~i·Strnuss", VA,.,. 26, 1965, pp. '5·60. crlbt: ]c:.ln POlllllon. que los .Ios Inu:r!ocurores paceno de la ml~ma aperiencia

.126 227
existenclal, a saber, la puesta en comunicación de todas las sociedades, ~II Par. no ha SIdo destruida nl pOI la necesidad, ni por In escasee, ni por IIIS clases,
r~culnr tic aquellas que llamamos primitivas y Ius nuestras, desarrellcdas, indu~tri.. persi~te el hecho de que ejercemos nuestra libertad sólo en la nlienaclón y de
llzndns. A partir de esrn cxperiencin común, el uno piensa la diversidad de; 1_ que la alternativa "totalment« libre o totalment« 1II,t111I1do" nos condena, en apa-
sociedades, todas colocudas en un pie de iguaídad, como Otras moros variedndes riencia, a los rcjns "el hombre nació libre y por doquiera se halla entre
de In misma especie. o combinaciones diversas de los mismos elementos. ti (ltlO reías". La sociedad libre supone una voluntad unánime -la del eonrruro original
piensa el devenir de la Humnnidad haciéndose a través de las recuperaciones o del juramento. Pero, si la contra-dialéctica es necesarla, ¿cómo podrío el [urn-
que las lorolíd.\lkl 5ociule~ hacen unas de otras hasta llegar n una Vc:rd.ld m. mento perpetuarse en la unnnimidnd?
rolnantc.
Nndu prueba, 5111 embargo, que sen necesario escoge! entre estas dos PO~ICJOnb
elldical~ )' extremas. Por s( misma. cada sociedad encama el sentido; para "que) NOTA L
que- se sitúo, nsl \C8 en lo Imagumrio, en el momento en que la Verdad lotl1li7.ln~
ha devenido. todns lns sociedades pierden su ser y su sentido propio y 11: l!n repetidas ocasiones, Sartre se refiere n 111 libertad tal como la concibe Des-
vienen medios, o si se prefiere, alimento de la Razón sartriana o marxist« que cartes. La libertad snrtriana, en efecto, no admite norma, semejante al Dios de
absorbe los senudos discrninudos dentro de un sentido supuestamente englobante Descartes, que tnmpoco esl1Í sometido a una verdad. Exigencio, valor, interés, 5el
ti. Polluco: el unahsis estructural del lenguaje no impide la composición de te clase mareen lus etapas sucesívas de In socinlización de lu conciencio, del
p()~mIl5ori~lnlllcs como rumpoco el nnlilisis de sisremes sociales impide compone¡ llenarse de In Iibertad vncía: Cstll no obedece n las ex igencillb de: la moterla
~oCJeJII¡Je~inédhas, Lo que es más, si estns reglas o estructuras son inconscientes Irnpnjndo sino blllo el modo de la alicnnciÓn. En la Crllic." el I1nóluis o lo des
o no consdcnws, Iimiruu 1,1 llbenud de la Pf{/,:'(;¡ sin que éstu lome conciencia nipcl6n fenomenológica buscan In salvación de lo absoluto de In Iibermd , n pesar
de 0110. Pero el cinfnsis puesto en los estructuras de los sistemas, 111 no·referencin tic In IIlicnllo1ón. En 81 Sqr y 1" Nlu/tI el mismo nn(tllsl~ husen In ~nlv(lción dl
n 1st f)ru>(i¡ como Iuerue de redes lns estructuras y de todos IIIs tomllzacrones. e6Cmismo absoluto, a pesar del tiempo y sin "regresar ¡\ In concepclón Instnnmnelst«
parece, n 10$ OJI15 ,1(.' Snrtrt', elección del conservarlsrno, primoch\ de lo dudo sobre de la concíencle, de In cual un Husser] no pudo sulir" (p. 543). "Bscogc.!fI10SCh
In concleociu, de In nnturulezn (Incluso rentándose de una cultura consrltulda) nndlz.arnos, es decir, hacer que un futuro vengo 11 ununclornos lo que somos con-
sobre In lihertml, l', en consccuenciu, pecado por excelencia centra el hombre. Si firiendo un senrldo 11 nueslro pasado. De C:SHl manera, no hny unu sucesión de
no se pune del hombre y de su libertad, se escoge lo inhumono, el contra mstantes scparndo) por nrulas como en Descartes y tales que mi escogencin en el
hombre. ¡n~tllnlt T no pucdo obrnr sobre mi escogencia del instuntu TI. Escoser es hacer
Apasionado por 1" polhicu CJO 'u juventud, Lévl-Suauss se sepnró de ellu p¡¡rll 'lile surja, con rm compromiso, determinada utelUión (inltil de duración eoncrera
~cguir unn c.urern estrictomente cienrífica. Le gusta muy poco lo sociednd Induv- y continua, que es precisamente aquella que nos separa de lu realización de mis
trinl en que vivimos. Fuern del ul1ólisis compnradvo tic los sistemll$ sociales, hd posibl~ originales" (p. ~43). "Pero, en el desarrollo mismo de nucmCl tempo·
sugerrdo dos perspectivos, qUIZú convergentes- un más nllá de la sociedad, en ralizoción, podemos producir instantes si ciertos procc:sos surgen sobre el deerum
bamiento tle los procesos anteriores" (p. 544). "Un comienzo que se tlo ,omo
perpemo tambio, un m6.5 Illlci tle lo opresi6n y de Ins cInses, surgidas ni ml\100
liempo que la c5crilufll. ¿GmciM•• lCnSD, :t una realización integral de Jo té~niu'?
(O por Unll conveCSl6n a lo cordura de las sociedodes rC!lativomente inm6vlles?
• (in dc un proyec[() anterior. rn1 debe ser el inSlllnle" (,bid). Podel" Jecir,¡e, en
traducción libre, que el insmnte surge con la conversi6n, con lo objetivación del
Sartre ha seguldu el C1Imino IOverso. Hn PMado de lo (ilosoUa del pora.sr ;1 1m proyecto nnrerior, oC1lhadao rechll%adn, y, al mismo tiempo, con un proyecto
diakclica revolucionario. Pero, si la praxis alienado sigue siendo omológicamenre nuevo. Pero, como esm ruptura nunCll dein de see posible. el IOstante puede
libre, no podemo~ siqulcl'I\ concebIr lo que serln una filosofía Y. por con~i8uic:nre. \urgir en cualquier instante -:11 igual que lo conversión kllntinnn (en L4
uoa próctica de la liberrod. ¿Nada queda, entooces, en la Crífica, de lo libcrtud Rt1JiRión de/llro ,le los limites tle la simpk Raoz6/1)•..... En cado momento caplo
.Ie 111Su , /., Nada? Qued'l. en mi opinión, lo escncial: escogemo~ nue,erA eS11I escosencia inicial como contingente e injusrUicnblc. en cndo momemo me hl1110

man¡:,m .Ie ser obt~to o burgués, c.~c08emos hablar o callarnos bajO In rorturp. en perfeclo disposición de considerrulo de repente ObjlltillUII/WIC Y. como conse·
('<¡cogemosel pArtido de los opresores o de los oprimidos, escogemos reslgnnrn(l~ cucndu .. rebasarlo y convertirlo en pasado haciendo ,urgir el 111111111/0 liberador ...
C) (·ornbnlir, e5cogcmos permanecer fieles o rfllicionnr, obedecer o hlS leye- Cl Re~ordemos (// ;lIJf.mtt1 en que Raskolnikof decide denunciarse. Euos inSlllnte5 c)¡.
violorlos. Pero jamos descuhrimos otra cosa que no sen la dialéctica consllt1.udll; U1lordinarios y mnrnviUosos. en donde el proycc[() onterior se desmoronn en el
lo~ Olros han pre~tndo el jLlrnmcnro en nuestro lugur' viol&lldolo hacemos hrotJlf posado o In luz de un Ip.royeclo nuevo que surge ~obre su.q ruinos y que todllvla
el insroolc de In convcr$lón: ¿Iralclón o Ilbe.ración'? La esencia de 111 verdad no hllCe m6s que esbozn!se, ()n donde lo humilloción, lu nngunjll, In ulegr!u, la

229
228
esperanza se unen estrechamente, en donde soltamos para agarrar y en donde INDICE
.lgarrnmOJ para $Ollllr, h,ln parecido R menudo suministrar la imagen más chita
'! conmoveeloru de nuesrr« libertad" (pp. 554·555). Sartre agrega que ellos no
50n más que unu m,lnifl:Sl,.ción entre otras -lo que es verdnd-, pero Una
manifes~.ci6n esencial y simbólica y" que la libertad sartriana 00 Jebe l"ltnr prl.
sioncra ni siquiera de su propia escogencia y que no se muestra I:SUI libertad can
relación .. $U escogcncin ternporul ) no se demuestra sino dentro o por lo~ inSI"n~
de Jo) conversión.

NOTA M
Prcíacio 7
Que Sume no se ssenra obligado por su propio pasado no es óbice para que. CApíTULO
en dcrcrminntlus drcumtancins, lodo sueedn como si lo hubiera olvidado 1) In De la crínca 1,
reconstruya en forma tnl que aparezca menos estorboso con respecto n su pre-
sente, Es IIsi como esreibe "csnibamcs contra 1" c.,pirulaci6n de Munich, noscuos, CAPÍ'rUtO 11
muniqueses del 18". Ahorn hlen, Sartre no era, en modo alguno, nntl-muniqués Lo prácdco inerte, O el infierno de In vida cuotidianu
cm 1938. Recuerdo 1,llrfllChlmentCuna larga conversación, en octubre de 19\8. e A p truto !lI
con Surtre, quien, con todo lo untifnscislO y anrl-hirlenuno que ero -sobrt: este
La rocn de Sr~¡fo. o de La Bastilla al KremJin , .
punto no hnbln eotre nosorros ningunn dlíerencie, ni siquiera de rnntie-«, no
¡I(llPIRbll 111 dlplomncln tic los nntl-Munlrh en In medldu en que lIc:rtrrc¡¡brt ., e APrTULO IV
podiu ncnrrenr In guorru, es decir la muerte de los Otros. Se ncgnbo 11 disponer Los conjuntos prácticos, O entre el marxismo-leninismo y el izquier-
de sus vides. 1.0 nsornbroso e.:~ que nI Ilplnrrmiolllo no presente ningún munlqué, dismo .
como "héroe poshlvo", ninguno que haya sido ínvorable ni acuerdo üe Munirh
CApiTULO V
por razones rnornl o pollrlcnrnenre v6lidll5. En 1948, Sartre escogía el muruqueis-
mo, que tr"osfnrmll cndu divergencia de opilliólI con uno de sus amigos en con- Ln edad de oro de In conciencia histórica . 125
flicto violento, en rupturn ncompnñnllll de polémica, típicas de la "reciprocidad CAPíTULO VI
antagónicn" (cada uno quiere 111 muerte del otro). Podemos reporlllrno~ 01 libro Oc: In libertad n la violencia .•.......... , ..............••. 161
Jc Contar ) Rybnlka, p. 419: " ... Sartre se niega a admitir que Cxistll una iden-
ddad cuulquieru con su propio pll5l1do" (Simone de Beauvoir}. O aun, en l.• Observaciones finales .. . .......................•.....•.•. ¡en
página 691 del mismo libro "E.suíb3mos contra In capitulación de Munlch, no Noca A 21~
sotros, rnuniquescs del 48", ¡Tl'OJrill necesidad de afirmar que el pacifismo .1" Nota B .......................................................... 215
Sartre en 1938 me parece perfectamente honorable? Noca C ..................................................... 21Cl
Nom O .................................................. , ... 216
NOt:l E ......................... - . 218
Nora F ......................................................... 220
Nota G ................................ ,. 1 ... •••••••••••••
220
Nota H .............. _ . 221
Nota I ••• 1 t 223
Nú,'U J .., . 22'1
Nota K • • • • • • • • • • •• ~ ¡, • • .. 226
Nota L ......... , , , . 229
Noca M 130
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230
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IMPRlMIR JlL OlA 19 DE MAYO
DU MIL NOVl!CIBN'l'OS S!!TENTA
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C....ItACAS

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