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LA NEUROPSICOLOGÍA EN LA ACTUALIDAD

Geraldine Sturzenegger

Geraldine Sturzenegger

¿Cuál es según tu parecer, el mayor aporte que la neuropsicología en la actualidad brinda a las
intervenciones terapéuticas psicopedagógicas en el ámbito de las dificultades especificas del
aprendizaje/trastornos cognitivos o del neurodesarrollo?

La neuropsicología en la actualidad

El panorama actual de la neuropsicología se presenta como un amplio abanico donde coexisten diferentes
orientaciones que mutuamente se enriquecen. Junto a los modelos de la neuropsicología clínica clásica y
los de la neuropsicología cognitiva, se han ido consolidando nuevos enfoques inspirados en las
aportaciones de la medicina nuclear y la neuroimagen, que están aportando avances inimaginables hace tan
sólo unas décadas. Estos hechos además han impulsado el estudio de la conciencia y de la actividad
emocional, incluyéndolos como elementos básicos en el corpus de estudio de la neuropsicología.

Se puede afirmar que la neuropsicología está de plena actualidad dentro del ámbito de la psicología, la
medicina y las neurociencias, ya que ha experimentado un fructífero desarrollo, especialmente en las dos
últimas décadas.

La neuropsicología en el futuro: ¿hacia dónde nos dirigimos?

Resulta una incógnita descifrar cuál va a ser el rumbo real de la neuropsicología en el futuro, aunque el
crecimiento experimentado en los últimos años permite augurar que se puede convertir en una eficaz
herramienta de utilización generalizada dentro de los servicios médicos, sociales y educativos. Los avances
en el conocimiento de las relaciones cerebro-conducta se extenderán tanto al diagnóstico como a la
rehabilitación y la investigación neuropsicológica, con especial atención a la neuropsicología infantil y la
neuropsicología geriátrica. Por último, es imprescindible que la figura del neuropsicólogo se asiente en los
servicios sanitarios, sociales y educativos, consolidándose definitivamente su reconocimiento por las
instituciones.

La mejor definición de imágenes del cerebro nos permitirá profundizar más en el conocimiento de la
estructura y el funcionamiento del sistema nervioso mediante la descripción de la actividad eléctrica, la
densidad celular o la actividad química.

La neuropsicología debe conseguir definitivamente la integración conceptual de las distintas orientaciones


actualmente existentes, manifestándose cada vez más como una ciencia abierta, transversal y holística que
sirva como interlocutora de otras disciplinas, no sólo neurocientíficas, sino derivadas de la ciencia
cognitiva, la bioingeniería o la inteligencia artificial.

¿Qué nuevos desafíos ofrece este nuevo paradigma a la Psicopedagogía?

El mayor desafío, para la psicopedagogía, es aprovechar los diversos aportes interdisciplinarios, entre los
cuales se encuentra el paradigma de la neuropsicología que se constituye hoy en un aspecto importante en
el abordaje interdisciplinario del problema de aprendizaje.

Debemos tener en cuenta que en el ámbito de la evaluación neuropsicológica queda aún mucho camino por
recorrer en el diseño de pruebas de "papel y lápiz", recogiendo las aportaciones de la neuropsicología
cognitiva, que postulan acertadamente que se deben diseñar pruebas de evaluación en función de las
características de cada persona que ha sufrido daño cerebral. Cuanto más precisas sean las pruebas de
evaluación neuropsicológica, mayor será su capacidad para predecir la evolución del sujeto.
¿Cuál es la posición que debemos adoptar los psicopedagogos frente a esta nueva concepción de la
clínica?

Como psicopedagogos frente a esta nueva concepción de la clínica debemos tener un conocimiento amplio
de las bases neurobiológicas de la conducta y su rehabilitación neurocognitiva con fines psicopedagógicos,
en permanente perfeccionamiento y amplitud de saberes al respecto.

La neuropsicología clínica inicialmente sólo prestaba atención al paciente con daño cerebral, sin tener en
cuenta sus circunstancias personales, familiares o laborales. Más recientemente se ha incluido el entorno
familiar y social como una variable determinante en la evolución cognitiva y emocional del paciente con
lesión cerebral.

Desarrollo de la neuropsicología infantil y la neuropsicología geriátrica: La neuropsicología inició su


andadura como una especialidad científica interesada en el estudio de las relaciones cerebro-conducta en
personas con daño cerebral. Posteriormente, con la incorporación de las nuevas orientaciones procedentes
de las ciencias cognitivas, la neurobiología molecular y la neuroimagen, se fue consolidando un
conocimiento más sólido de las bases neuronales subyacentes en las funciones cognitivas. Sin embargo,
dicha consolidación se produjo fundamentalmente con sujetos adultos, prestando una atención muy
limitada a las relaciones cerebro-conducta en niños y niñas.

¿Existen desventajas en la evaluación neuropsicológica desde la psicopedagogía?

Si tomamos en cuenta el trabajo con niños y niñas se pueden tener en cuenta las siguientes
DESVENTAJAS: Los tests no miden exclusivamente una única función, no se han establecido muestras
suficientes en población infantil, las baterías completas son largas y engorrosas, una gran mayoría son
traducciones.

Como la neuropsicología infantil ha tenido un desarrollo más tardío, aún queda un territorio muy amplio
por investigar en neuropsicología pediátrica, neuropsicología clínica infantil y neuropsicología educativa.
La creciente preocupación por los aspectos cognitivos de diversas patologías neuropediátricas como las
dificultades de aprendizaje, el déficit de atención o los niños con bajo peso al nacer exige que se active la
investigación de nuevas técnicas de evaluación y rehabilitación neuropsicológica.

Se hace urgente profundizar y ampliar los recursos en evaluación neuropsicológica infantil, desarrollando
nuevas pruebas diagnósticas con un mayor grado de sofisticación que las existentes en la actualidad.
LA NEUROPSICOLOGÍA, UNA CIENCIA DE ACTUALIDAD
*Docente en el Máster Oficial Online en Neuropsicología Clínica de la Universidad Internacional de
Valencia

DRA. MARIANA ELENA CAIRÓS GONZÁLEZ*1 DE OCTUBRE DE 2021 0


La Neuropsicología es una rama de la Neurociencia que estudia las bases biológicas de la conducta, a
través del análisis de las relaciones entre el cerebro y el comportamiento de personas sanas o
personas que han sufrido algún daño o padecen alguna enfermedad.
Se trata de una ciencia que está de actualidad al aunar informaciones de la psicología clínica, la psicología

cognitiva, la neuroimagen estructural y funcional y la psicología educativa, entre otras. Por ello, no es
de extrañar que a día de hoy, cualquier trastorno que afecte a la mente sea estudiado desde una perspectiva
neuropsicológica.

La práctica de la Neuropsicología Clínica requiere de una formación especializada que garantice unos
criterios de calidad en el/la profesional que la ejerce. El/La neuropsicólogo/a clínico/a debe ser capaz de
estudiar, evaluar, diagnosticar, asesorar, tratar/rehabilitar y/o investigar las alteraciones neurocognitivas,
emocionales y comportamentales a través del conocimiento de los principios, los test y las técnicas de
intervención que abordan tanto las alteraciones, como los componentes intactos. Asimismo, el trabajo del
profesional de la neuropsicología clínica se extiende más allá del trato al paciente, incluye el trabajo con
la familia e implica la coordinación con otros profesionales involucrados en la evaluación y el tratamiento.

El principal ámbito de aplicación de la Neuropsicología Clínica en la actualidad son centros sanitarios


públicos o privados, en los servicios de neurología, neuropsiquiatría, neurocirugía, psiquiatría, medicina
interna y unidades de daño cerebral; centros asistenciales como residencias geriátricas, y centros de día;
centros educativos en relación con la neuropsicología infantil y las necesidades educativas especiales, y en
el ámbito legal desde la neuropsicología forense.

Sobre su inclusión en el Sistema Nacional de Salud, es necesario realizar el PIR, un sistema de formación
de postgrado con una duración de cuatro años, elaborado y desarrollado conjuntamente por los Ministerios
de Sanidad y Consumo y Educación y Cultura, en forma de residencia como el MIR. Es preciso hacer
rotación en un servicio que tenga la especialidad de Neuropsicología, cuestión que no siempre ocurre, dado
que aún no es una especialidad incluida en todos los hospitales españoles. Por ello, actualmente el Consejo
General de la Psicología de España, a través de la Comisión Nacional de Acreditación Profesional (CNAP),
tiene en marcha la Acreditación Nacional de Neuropsicología Clínica con unos criterios de formación y
experiencia profesional específicos, con el objetivo de regular y homogeneizar el perfil del/la
neuropsicólogo/a clínico/a y garantizar la calidad de los servicios ofertados por lo profesionales de España
teniendo en cuenta los criterios internacionales.

La investigación en el ámbito de la neuropsicología es primordial. Para una adecuada intervención clínica,


ésta debe nutrirse de la evidencia científica por lo que la formación continua de sus profesionales es
fundamental. En este sentido, la clínica y la investigación son áreas que se impulsan mutuamente.

En el ámbito investigador, tradicionalmente se realizaban estudios lesionales, en los que se observaba el


impacto de una lesión cerebral sobre la cognición, el comportamiento y la emoción de quien la padecía. En
la actualidad, gracias al avance de las técnicas de neuroimagen como la Resonancia Magnética, se pueden
establecer relaciones más estrechas entre los resultados de los instrumentos neuropsicológicos y los
hallazgos de la imagen cerebral, habiéndose abierto un gran campo de estudios en el ámbito de las redes
neurales que sustentan las funciones cognitivas complejas.

Más recientemente se está investigando el efecto de las Técnicas de Estimulación Cerebral No


Invasiva (TECNI), un grupo de tecnologías innovadoras que consisten en la aplicación externa de
corrientes eléctricas o magnéticas sobre el cráneo, lo que facilita la exploración funcional del cerebro.
Fundamentalmente, la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) y la Estimulación Transcraneal con
Corriente Directa (ETCD) son técnicas seguras que buscan modelar la actividad cerebral y favorecer la
plasticidad. Esta estimulación, acompañada de programas de neurorehabilitación puestos en marcha por
neuropsicólogos/as, pretende impulsar el tratamiento de diversas condiciones neurológicas o psiquiátricas.

En España, los ámbitos de investigación más explorados son aquellos con mayor repercusión clínica, como
puede ser la neurorehabilitación en el daño cerebral adquirido, la prevención, diagnóstico y tratamiento
de las demencias, los trastornos del neurodesarrollo y su implicación en el ámbito educativo y la
neurobiología aplicada a los trastornos de salud mental. Durante la última década la investigación en
neurociencia proveniente de América Latina ha tenido mayor representación dentro de la investigación
mundial. Gran parte de su desarrollo en este tiempo se ha centrado en la adaptación y estandarización de
test neuropsicológicos en población latinoamericana y en el estudio de patologías del neurodesarrollo, entre
otras muchas aportaciones.

La Neuropsicología es un campo de estudio que ha mostrado su relevancia en el diagnóstico y


tratamiento de muchas patologías, probablemente por ello, el número de titulaciones superiores ha
aumentado exponencialmente en los últimos diez años.

Actualmente, en la Universidad Internacional de Valencia (VIU) el Máster Oficial online en


Neuropsicología Clínica, en estos momentos en su 9ª edición, cuenta con un claustro de más de 60
docentes especializados, además de ofrecer una formación práctica en multitud de centros clínicos.
Asimismo, asegura una formación en el ámbito de la neuropsicología clínica desde la transversalidad,
estudiando las bases neurobiológicas de cada función, aprendiendo a evaluarlas y proporcionando
herramientas para diseñar programas de neurorehabilitación de acuerdo a las funciones evaluadas. Desde su
comienzo son muchos los profesionales de la neuropsicología en el ámbito nacional e internacional que han
impulsado su carrera profesional gracias a esta formación.
NEUROPSICOLOGÍA, PRESENTE, AVANCES Y PERSPECTIVAS
Publicado por Eduardo Valdivia | Ene 4, 2021 | Entrevistas, Neuropsicología, Profesionales, Revista
Psiconetwork | 0 |

Volvemos de nuestro receso de casi dos semanas con una interesante entrevista desarrollada con nuestra
escritora destacada, la psicóloga española Mercedes Martínez. En esta conversación Mercedes nos abre el
mundo de la neuropsicología explicándonos qué es y en qué consiste esta disciplina. Asimismo, nos habla
de temas cruciales como la vinculación de la neuropsicología con los pensamientos y las emociones; nos
habla sobre sus aplicaciones en el presente, nos habla sobre nuevas aplicaciones y de casi un sin fin de
cosas interesantes. No se pierdan esta ilustrativa y completa entrevista.

1.- ¿En términos simples – si eso cabe – de qué se trata la neuropsicología y cuáles son sus
aplicaciones en la actualidad?
La neuropsicología es la disciplina que trata de estudiar las relaciones entre el cerebro y el
comportamiento o la conducta humana, incluyendo aquí la conducta no observable como en el
funcionamiento de procesamiento cognitivo y de las emociones. Se podría decir de forma simple, que la
neuropsicología es el nexo de unión entre la neurología y la psicología.

Su comienzo como disciplina partió del hallazgo de casos con daño neurológico y por ello, se dirigió en un
primer momento al estudio de lesiones del sistema nervioso central como punto central.

Actualmente, los estudios se centran tanto en desarrollo y funcionamiento cerebral como en las lesiones; y
su expansión va mucho más allá del ámbito sanitario.

Sin duda, en el ámbito donde mayor desarrollo y repercusión ha tenido ha sido en el ámbito clínico. En él,
la figura del neuropsicólogo es de vital importancia en la evaluación y el tratamiento de trastornos tan
dispares como accidentes cerebrovasculares, epilepsias, tumores, trastornos del aprendizaje, trastornos del
neurodesarrollo, demencias, trastornos mentales, enfermedades infecciosas del sistema nervioso central,
traumatismos…

En este ámbito, en aquellos casos en los que se requiere una neurocirugía, aparte de la evaluación y
rehabilitación de funciones, el neuropsicólogo puede ayudar a delimitar las áreas cerebrales que deben
intervenirse y delimitarlas para obtener la máxima funcionalidad del paciente.
Otro ámbito de aplicación es el ámbito educativo. Este campo se nutre de los estudios de casos en
psicología infantil y de neurodesarrollo. Existen una serie de periodos de desarrollo, a los que se conoce
como periodos críticos y sensibles donde se desarrollan funciones cognitivas concretas. Los aportes de la
neuropsicología pueden permitir un progreso y mejora de habilidades en niños sin problemas asociados, o
por el contrario, podremos determinar si existen problemas de aprendizaje, o incluso trastornos del
neurodesarrollo y atenderlos a nivel clínico.
Un ámbito menos conocido es el de la neuropsicología forense, en ella se utilizan los conocimientos en
neurociencia en el tratamiento de los procesos jurídicos. La finalidad del neuropsicólogo aquí
es establecer una valoración real de los dañosque la persona ha sufrido y cómo le afectan en el día a
día, detectando posibles engaños durante la evaluación. Muchas personas intentan aprovechar la
situación para obtener beneficios económicos sin tener en realidad daños severos.
En los últimos tiempos, la neurociencia llega hasta el ámbito deportivo. La neuropsicología se utiliza para
comprender las relaciones entre el cerebro y las posibilidades motrices, y para entender también la
incidencia de diversos factores en el aprendizaje motor, como la fatiga, la sed, la ansiedad o el sueño.
Los lóbulos frontales y el cerebelo, son esenciales en el deporte.
El cerebelo se encarga, entre otras cosas, de mecanizar las secuencias complejas de los movimientos
específicos.

La capacidad de concentración, y la autorregulación cognitiva y emocional, juega un papel imprescindible


en deportes de alto rendimiento e iría de la mano de los lóbulos frontales.

Otro apunte en este ámbito es la utilidad de las neuronas espejo. Es sabido que las neuronas espejo
permiten reconocer las emociones en los demás, pero no lo es tanto que estas mismas neuronas son
esenciales en la actividad deportiva. Las neuronas espejo se activan cuando realizamos una acción concreta
o vemos a otra persona hacer esa acción. Estas hacen que en los deportes de equipo los jugadores se
sincronicen con el resto de jugadores al observar el comportamiento de los demás.

En el ámbito de la investigación, con frecuencia las investigaciones se realizan dentro de un contexto


clínico, pero también se realizan investigaciones de funcionamiento de procesos cognitivos en distintas
poblaciones, sin necesidad de ser población clínica.

La psicofarmacología, es otro gran ámbito de estudio, que aportará sin duda valiosa información para el
tratamiento de una amplia variedad de trastornos y a la par, a conocer cómo funciona el cerebro.

2.- Una cosa que me mencionaste antes y que me pareció muy interesante de cara a esta entrevista, es
que la neuropsicología no se vincula exclusivamente con las cogniciones ¿De qué manera se relaciona
la neuropsicología con las emociones?
Bien, habitualmente la neuropsicología se ha relacionado con el estudio de las funciones cognitivas,
especialmente las superiores (razonamiento, memoria, atención..) dejando de lado todo lo demás.

Ahora bien, junto a los modelos de la neuropsicología clínica clásica y los de la neuropsicología cognitiva
se han ido consolidando nuevos enfoques inspirados en las aportaciones de la medicina nuclear y la
neuroimagen, que están aportando avances inimaginables hace tan sólo unas décadas. Estos hechos además
han impulsado el estudio de la conciencia y de la actividad emocional, incluyéndolos como elementos
básicos en el corpus de estudio de la neuropsicología (Damasio, 1999).

Este autor, define la emoción como un “conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales
automáticas que forman un patrón distintivo”, “estas respuestas son producidas por el cerebro sano cuando
detecta un estímulo emocionalmente competente, ya sea de origen externo o interno” (Damasio, 2003).

La emoción, gran olvidada, es otra parte más de nosotros mismos. Nuestro sistema nervioso está preparado
para procesar información sensorial de distinto tipo, para crear emoción y para dar respuesta. Es el sistema
nervioso central, en concreto las funciones ejecutivas las responsables también de la autorregulación
emocional.

Por tanto, si la base de la emoción está en el cerebro no es tan extraño (con todas las licencias que tenemos
que tener presentes) descubrir una demencia a raíz de síntomas depresivos, encontrarnos con un paciente
con TDAH con rabietas, un paciente con daño en lóbulo frontal desinhibido comportamentalmente o
incluso mostrando conductas agresivas, etc. , etc.

Por fortuna, ya hay grandes profesionales que atienden no solo a trastornos emocionales a nivel clínico en
el ámbito de la neuropsicología, sino que se alimentan de la neuropsicología para posibilitar un desarrollo
emocional óptimo en población general (“sana”), sobre todo en niños.
3.- Pensando en algo que también conversamos previamente ¿de qué manera impacta o incide la
neuropsicología en, por ejemplo, lograr una mayor precisión en el diagnóstico?
En la neuropsicología coexisten diferentes orientaciones que se enriquecen mutuamente. Uno de esos
modelos, el modelo funcional de neuroimagen está permitiendo realizar una interpretación de la cognición
capaz de conciliar localizacionismo y holismo, a diferencia de los modelos lesionales utilizados por la
neuropsicología tradicional.

Con las técnicas de neuroimagen se permite una mejor definición de imágenes del cerebro y ello a su vez
nos permite profundizar más en el conocimiento de la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso
mediante la descripción de la actividad eléctrica, la densidad celular o la actividad química. Estas
tecnologías permitirán realizar diagnósticos clínicos de gran precisión, sin efectos invasivos, identificando
los puntos fuertes y débiles del perfil cognitivo. Sin embargo, siendo técnicas fiables y de gran utilidad, no
dejan de ser de uso limitado, especialmente por los costes.

En cuanto a la evaluación neuropsicológica tradicional, va a seguir siendo necesaria. Esta evaluación


persigue la identificación de alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales causadas por alguna
disfunción cerebral y no solo en lesiones evidentes (anormalidades neuroquímicas, efectos farmacológicos,
trastornos metabólicos..). Además, es importante añadir que diferencias neuroanatómicas y fisiológicas
pueden determinar que el patrón de déficits observado para una persona con una determinada disfunción
cerebral difiera del patrón de otra persona, aún cuando ambas puedan presentar una patología común, o
lesiones similares.

La evaluación neuropsicológica tradicional cumple una gran labor en la precisión del diagnostico en casos
donde no existen marcadores biológicos determinantes. Esto ocurre por ejemplo en alteraciones
neuropsiquiatrías, tea,…

Además del diagnostico en sí, los objetivos de la evaluación neuropsicológica son apoyar diagnostico
diferencial, contribuir a excluir causas primarias que pueden estar generando la disfunción, definir el grado
de severidad y fase evolutiva de un cuadro, establecimiento de un pronóstico, y por supuesto, sugerir
terapias de estimulación y rehabilitación cognitiva.

4.- Asimismo ¿De qué manera incide la neuropsicología sobre la prevención y rehabilitación de
diversos cuadros o afecciones?
La neuropsicología no sólo se dirige a la rehabilitación o compensación de funciones cognitivas y
emocionales, sino que la gran apuesta se dirige hacia la mejora y optimización de capacidades, y la
prevención de déficits, y esto en diferentes contextos. En este punto resaltar el envejecimiento de la
población y el papel de la neuropsicología en la lucha contra el deterioro cognitivo.

En cuanto a las intervenciones de estimulación y rehabilitación neuropsicológica , en general se puede


hablar de evidencia empírica de las intervenciones, especialmente cuando la intervención es temprana y
continua. Es importante establecer criterios de frecuencia, por factores como el de la plasticidad cerebral.

Si ponemos el foco en trastornos del neurodesarrollo, por ejemplo, la detección temprana de indicadores
de riesgo para estos niños y la estimulación en periodos críticos mitiga la sintomatología y aumenta la
eficacia del tratamiento.

5.- Pensando en los avances en neuropsicología y los tratamientos derivados..


La neurociencia está experimentando grandes cambios, y todo debido a la colaboración con distintas
disciplinas, como la química, la genética, la ingeniería o la informática. Esto, junto a la aplicación de
nuevas tecnologías, nos ofrece una observación minuciosa del cerebro y la aparición de nuevas
aplicaciones de interfaces cerebro-máquinas.

Las principales tecnologías que ahora están influyendo en el desarrollo de la neurociencia, son:

 La Inteligencia Artificial (IA), que busca detectar patrones, alteraciones o personalizar tratamientos.
 La realidad virtual, que permite crear escenarios para la investigación y la intervención de
tratamientos médicos.
 Los wereables, dispositivos pueden monitorizar señales neurológicas que observen
comportamientos o posibles disfunciones mentales.
 Las interfaces cerebro-máquina, que permiten la comunicación directa entre un cerebro humano y
una máquina. Permiten monitorizar nuestra actividad, e incluso podrán detectar enfermedades o
crear tratamientos personalizados.
En cuanto a la dirección que están tomando los estudios en neuropsicología comprenden tres grandes áreas:
la salud mental, el conectoma humano, y el desarrollo de maquinas que sean capaces de sentir y al tener
posibilidad de registrar emociones, pudieran tener conciencia.

6.- ¿En qué consiste y qué aplicaciones tiene la realidad virtual?

Entre las neurotecnologías, la realidad aumentada y la realidad virtual son las interfaces con mayor futuro y
entre las áreas de aplicación se encuentran la prevención y el bienestar, la evaluación y el entrenamiento
cognitivo.
Este tipo de soluciones se proveerán desde plataformas Cloud Computing, y cubrirán un gran abanico de
problemáticas, como el tratamiento de demencias, ictus, TEA, e incluso, la prevención de derrame cerebral.

7.- Siguiendo en esa misma línea ¿En qué consiste la irisbond?


Es un sistema que permite controlar de forma precisa e intuitiva un ordenador mediante el
movimiento de los ojos en base al principio de seguimiento ocular (eyetracking).
Es una ayuda técnica con gran repercusión para personas que sufren algún tipo de limitación. En concreto,
afectados por ELA, tetraplejía, Parálisis Cerebral pueden utilizar sus ojos para comunicarse de manera
autónoma. A raíz de estos avances tecnológicos han surgido otros como el de Tallk. Se trata de una app
que usa la cámara integrada de las tablets Samsung para analizar la mirada y permitir escribir a través
de un teclado virtual y una voz sintética.
8.- ¿Y la estimulación magnética transcraneal en la rehabilitación, en qué consiste?
La estimulación magnética transcraneal es una técnica no invasiva de estimulación de la corteza cerebral,
que permite activar o inhibir de forma segura, indolora y benigna, el tejido nervioso con el objetivo de
regular de forma controlada la actividad cerebral.

En neurorehabilitación la modalidad más frecuentemente de esta técnica es la forma repetitiva (EMTr), una
potente herramienta facilitadora de los mecanismos de plasticidad cerebral que se producen después de una
lesión cerebral que agiliza la recuperación y reaprendizaje de las habilidades perdidas.

Esta técnica surge como tratamiento alternativo y complementario para muchas enfermedades crónicas y
también para las asociadas al dolor y, gracias a que es poco invasiva, indolora y ambulatoria.

Esta técnica constituye una realidad terapéutica en la rehabilitación postictus, ya que confiere efectos
neuroprotectores incidiendo favorablemente en la modulación de la neuroplasticidad, en la readaptación de
circuitos neuronales y, a la restauración y adquisición de habilidades compensatorias.
Los diferentes estudios realizados sobre EMTr han demostrado la mejoría de los trastornos motores, la
afasia, la disartria, la disfagia orofaríngea, la depresión y las dificultades perceptivo-cognitivas.

9.- De acuerdo a tu experiencia ¿Cómo vislumbras la implicación de la neuropsicología en un futuro


próximo?
Los avances en neuropsicología han llegado para quedarse, y con ellos seguirá la expansión de esta
disciplina y el reconocimiento formal de la figura del neuropsicólogo.

La neuropsicología será cada vez más una ciencia abierta, transversal y holística que sirva como puentes
de otras disciplinas y que lleve a una mayor integración conceptual de distintas orientaciones.

Se seguirá nutriendo de las nuevas tecnologías pero no podrá desligarse de su carácter humanista, evitando
que la evaluación y rehabilitación sean reduccionistas en metodología y aplicación de intervenciones con
nuevas tecnologías.
La aplicación de esta disciplina llegará a numerosas áreas y se producirán sin duda avances en la detección
precoz, y personalización de tratamientos en disfunciones neuropsicológicas y en enfermedades mentales
como la esquizofrenia, el Síndrome de Down, o el Alzheimer, y en trastornos neuropsicológicos de la
infancia.

10.- ¿Qué ventajas observas respecto de, por ejemplo, los métodos más habituales o tradicionales en
la psicología?
Las nuevas tecnologías van a propiciar el desarrollo de programas de intervención cognitiva “a la carta”,
diseñados en función de las peculiaridades neurofuncionales específicas de cada individuo.

Los programas asistidos por ordenador ya ofrecen fructíferos resultados en el campo del diagnóstico y la
rehabilitación neuropsicológica, por lo que no resulta difícil comprender que en un futuro inmediato
prosiga la eclosión de los recursos informáticos adaptados a la rehabilitación cognitiva, diseñando
programas a la medida de las necesidades de cada paciente. Sin embargo, la utilización de recursos
informáticos en el ámbito de la rehabilitación cognitiva puede presentar problemas, al mostrar resultados
no del todo ecológicos. Otro problema añadido, son la disponibilidad de soportes informáticos para su uso
y los costes que suponen.

Por tanto, lo ideal sería que las nuevas tecnologías se incorporen como complemento de métodos
tradicionales, y sin duda bajo la guía de un neuropsicólogo.

11.- ¿Cómo observas la integración conceptual en psicoterapia con los avances en neuropsicología?
La salud mental constituye un gran ámbito de expansión en neuropsicología. En esta área, distintas
patologías clínicas se van a beneficiar de los programas de intervención neuropsicológica.

Tradicionalmente sólo se utilizaban técnicas de rehabilitación neuropsicológica en sujetos que habían


sufrido algún tipo de daño cerebral de etiología traumática, vascular, tumoral o infecciosa. Sin embargo, la
neuropsicología se está aplicando cada vez más en patologías psiquiátricas, neurológicas o educativas,
como la esquizofrenia, demencia o dificultades de aprendizaje. Además, esto se realiza desde una
perspectiva integral atendiendo a sus circunstancias personales, familiares o laborales. Lo ideal, en la
intervención de estos pacientes sería una atención integral y multidisciplinar, aunque al ser una vía que
prácticamente esta por explorar, se tiene que realizar un gran esfuerzo para integrar ambas disciplinas.
AVANCES Y RETOS DE LA NEUROPSICOLOGÍA
Sin lugar a dudas, la neuropsicología es una de las disciplinas que más se ha beneficiado de los avances que
han tenido lugar en el campo de las Neurociencias y las Ciencias Cognitivas en los últimos veinticinco
años. Los estudios con neuroimágenes, los aportes del procesamiento distribuido en paralelo, la
comprensión del funcionamiento cerebral en términos de módulos y redes neuronales, entre otros, han
permitido confirmar muchos de los supuestos básicos de la neuropsicología y, a su vez, han promovido la
reformulación de algunas ideas “clásicas” relacionadas con la forma en que están organizadas las funciones
cognitivas en el cerebro. Si bien el conjunto de avances ha dado respuesta a muchos interrogantes sobre la
relación cerebro-conducta, es de esperar que dichas respuestas generen nuevas inquietudes y enigmas que
animen el desarrollo científico en el futuro y que hablen del saludable momento por el que pasan las
ciencias del cerebro. Un eje central del quehacer de la neuropsicología está orientado a contribuir con sus
aportes a la comprensión de la relación cerebro y conducta, haciendo especial énfasis en desentrañar el
modo de aplicar los avances científicos a la práctica clínica. En otras palabras, la reflexión de la
neuropsicología en el panorama actual gira, en buena medida, en torno al aprovechamiento de dichos
avances en el desarrollo de novedosas estrategias para evaluar y rehabilitar a pacientes con diversas
alteraciones en su funcionamiento cerebral. Adicionalmente, el creciente interés de pedagogos,
administradores y economistas, entre otros, por las contribuciones potenciales de la neuropsicología en sus
respectivos campos, ha permitido replantear el papel del neuropsicólogo como profesional y el de la
neuropsicología como disciplina. Un ejemplo que ilustra lo anteriormente expuesto se puede observar en
las transformaciones que ha sufrido el concepto del trastorno por déficit de atención. En los años noventa,
se consideraba como una alteración específica de los procesos atencionales (Korkman & Pesonen, 1994); al
inicio de la década del dos mil, se reconoció el papel de los lóbulos frontales en la aparición y
mantenimiento del trastorno (Castellanos, Sonuga-Barke, Millham & Tannock, 2006); actualmente, no
basta con señalar el compromiso frontal de ésta y otras patologías, y se comienzan a detallar los circuitos
cortico-subcorticales que abarcan las áreas dorsolaterales y orbitofrontales, con sus respectivas conexiones
(principalmente cíngulo anterior, núcleo caudado y putamen) en los lóbulos frontales y áreas
somatosensoriales en los lóbulos parietales (Cherkasova & Hechtman, 2009). Estos cambios han
favorecido la conceptualización del trastorno, no como un déficit en la atención sino más bien como un
“Déficit en la intención de la conducta” (Reddy, Weissman & Hale, 2013, p. 9), es decir, en los procesos de
regulación, monitoreo y orientación del comportamiento. Así mismo, el reconocimiento de algunas de estas
estructuras sugiere que el componente emocional pudiera ser parte integral del trastorno y no solo un
epifenómeno, fruto de las exigencias del entorno escolar que enfrenta el niño con este diagnóstico. No
obstante, es necesario ser cauteloso frente a este cúmulo de avances, dado que la espectacularidad de las
nuevas técnicas puede llevar a olvidar que la esencia del trabajo en neuropsicología parte de una
comprensión detallada del componente biológico, pero su nivel de análisis es eminentemente
comportamental (Guzmán, 2013), y que es allí donde se justifica su pertinencia como disciplina anclada
principalmente en la psicología. Pasar por alto esto, induce a confusiones de tipo epistemológico, que
pudieran desdibujar su objeto de estudio con disciplinas afines de reciente aparición (Barrera & Calderón,
2013). Con este marco de referencia como telón de fondo, se pone a consideración de la comunidad
científica y académica este número monográfico de la revista CES Psicología sobre Avances y Retos de la
Neuropsicología, el cual presenta una selección de artículos derivados de investigaciones, estudios de casos
y reflexiones recientes en neuropsicología en el contexto latinoamericano (Argentina, México y Colombia),
que reflejan el interés creciente por comprender la magnitud y las características de los trastornos
neuropsicológicos, desarrollar metodologías efectivas para la rehabilitación y, muy importante en el
escenario actual, reconocer las implicaciones éticas del trabajo neuropsicológico a la luz de los nuevos
desarrollos y alcances de la disciplina. Seis artículos recogen una completa caracterización de los trastornos
neurológicos y neuropsiquiátricos que son objeto de consulta en la práctica neuropsicológica y que
contribuyen al proceso de toma de decisiones informadas, a partir de datos de prevalencia en la evaluación
de los pacientes. La caracterización neuropsicológica en una muestra muy amplia (5.747 niños y
adolescentes) de pacientes con trastornos del neurodesarrollo atendidos entre 2009 y 2012 fue el objetivo
de un grupo de investigadores del servicio de neuropsicología del Instituto Neurológico de Colombia; otro
de similares características se realizó en población adulta (371 participantes) y presenta los datos de
prevalencia de los principales trastornos atendidos en esta población durante los años 2008 y 2010 en el
Centro de Atención Psicológica y Neuropsicológica de la clínica CES de Sabaneta (Antioquia, Colombia).
Establecer la frecuencia de los trastornos neuropsiquiátricos en estudiantes universitarios, fue el objetivo de
otro de los artículos publicados, que confirma la alta prevalencia que presentan los trastornos del estado de
ánimo en esta población. El artículo titulado “Demencia semántica y demencia tipo Alzheimer” indaga por
las características neuropsicológicas de estas dos condiciones, en las que el componente semántico está
comprometido. El tema del deterioro cognitivo leve y sus características en los procesos mnémicos es
abordado en el artículo “La memoria audio-verbal en adultos mayores con deterioro cognitivo leve y un
grupo control”. Este conjunto lo cierra el artículo “Perfil cognitivo en trastorno autista de alto rendimiento
y Asperger”, en el cual se resumen los principales hallazgos en relación con las características
neuropsicológicas de estos trastornos. El tema de la rehabilitación parte de una revisión de las Bases
Neurobiológicas de la Rehabilitación, en la cual se sintetizan los estudios que apoyan esta actividad, a
partir de los cambios que se suceden a nivel cerebral luego de su afectación, En esta dirección el artículo:
“Vías de corrección alternativa para el síndrome de Déficit de Atención en la edad preescolar”, presenta
una propuesta de evaluación e intervención basada en la perspectiva histórico-cultural. Por su parte el
artículo “Intervención neuropsicológica de la memoria en un caso infantil diagnosticado con VIH”, es el
título que recoge una propuesta de rehabilitación integral en una patología tan compleja como la afectación
cerebral por el virus de VIH. Finalmente, ¿Es efectivo el entrenamiento en Neurofeedback para el
tratamiento del TDAH? es la pregunta que nos plantea este artículo, en el cual se presenta una revisión
sistemática de artículos empíricos en los que se evalúa la efectividad de esta estrategia como alternativa o
complemento del tratamiento farmacológico del TDAH. Este monográfico contiene, además, un interesante
estudio que pone en discusión las implicaciones éticas frente a los desarrollos neurocientíficos en
Colombia, tema espinoso y complejo que plantea que, finalmente, no todo lo técnicamente posible es
éticamente viable. Esperamos que esta selección, por fuerza parcializada, brinde un panorama amplio de la
neuropsicología en nuestro medio y promueva el desarrollo de la disciplina tanto en el ámbito clínico como
investigativo.
PRESENTE Y FUTURO DE LA NEUROPSICOLOGÍA
En 1982 las Naciones Unidas aprobaron el primer Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, y
en 1992, con motivo del décimo aniversario de la aprobación de ese plan, se proclamó el 1 de octubre
como el Día Internacional de las Personas Mayores.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se calcula que para el año 2025 una tercera parte de la
población europea tendrá más de 60 años, lo que subraya el necesario y valioso esfuerzo que la comunidad
científica y profesional debe realizar por mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores.
En el ámbito del envejecimiento, la Psicología juega un papel fundamental. Por ello y con motivo de la
celebración de este día, José Antonio Portellano Pérez, Profesor Titular del Departamento de
Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid, nos muestra una visión del estado actual de la
Neuropsicología, entendida como la ciencia encargada del estudio de la organización normal y anormal de
los procesos cognoscitivos, y cuyo desarrollo ha aportado grandes conocimientos al ámbito del
envejecimiento.
Resumen de la conferencia dictada en el II Congreso Nacional de Psicología del Colegio de Psicólogos
Colombiano (COLPSIC) y I Congreso Internacional de Psicología de la Asociación Colombiana
Psicología (ASCOFAPSI). Medellín, Colombia, 20 de agosto de 2009

1. La neuropsicología en la actualidad
El panorama actual de la neuropsicología se presenta como un amplio abanico donde coexisten diferentes
orientaciones que mutuamente se enriquecen. Junto a los modelos de la neuropsicología clínica clásica y
los de la neuropsicología cognitiva, se han ido consolidando nuevos enfoques inspirados en las
aportaciones de la medicina nuclear y la neuroimagen, que están aportando avances inimaginables hace tan
sólo unas décadas. Estos hechos además han impulsado el estudio de la conciencia y de la actividad
emocional, incluyéndolos como elementos básicos en el corpus de estudio de la neuropsicología (Damasio,
1999). El modelo funcional de la neuroimagen está permitiendo realizar una interpretación de la cognición
capaz de conciliar localizacionismo y holismo, a diferencia de los modelos lesionales utilizados por la
neuropsicología tradicional.

Se puede afirmar que la neuropsicología está de plena actualidad dentro del ámbito de la
psicología, la medicina y las neurociencias, ya que ha experimentado un fructífero desarrollo,
especialmente en las dos últimas décadas. La popularidad que ha adquirido la neuropsicología se
debe a diversas razones.
En primer término, se puede afirmar que el cerebro está de moda, gracias al amplio desarrollo
experimentado por las neurociencias y por la propia neuropsicología. La celebración mundial de la
Década del Cerebro ha contribuido a divulgar en la comunidad internacional la importancia que
tiene el cerebro como centro regulador de los procesos mentales.

En segundo lugar, estamos asistiendo a un progresivo incremento en el número de accidentes de tráfico, así
como a una popularización en el uso de sustancias adictivas, lo que constituye un aumento del riesgo de
daño cerebral adquirido (DCA). La creciente generalización del uso de vehículos a motor es un factor
determinante, ya que su mayor utilización conlleva un incremento en la siniestralidad, con riesgo de
presentar daño cerebral y secuelas cognitivas y emocionales.
En tercer término, el aumento en la longevidad de la población está generando un incremento en el número
de personas con deterioro cognitivo y demencias seniles, lo que exige rehabilitación neuropsicológica.
Cada vez es mayor el número de personas que sobreviven después de haber presentado patologías
neurológicas, gracias a la mejora de la calidad asistencial. Como contrapartida, también se produce un
aumento creciente en el número de sujetos con secuelas discapacitantes en el plano físico, sensoriomotriz,
cognitivo y emocional.
Por último, el amplio desarrollo experimentado por las modernas tecnologías está contribuyendo a la
creciente expansión de la neuropsicología, que cada vez muestra un territorio más amplio y abierto. El
espectacular avance de las técnicas de neuroimagen estructural y funcional, así como el de otras disciplinas
como la biología molecular y otras cibertecnologías aplicadas al estudio de las relaciones conducta-cerebro,
sitúan actualmente a la neuropsicología como un referente imprescindible dentro del ámbito de las
neurociencias (Kandel, Schwartz & Jessell, 1997).
2. La neuropsicología en el futuro: ¿hacia dónde nos dirigimos?
Resulta una incógnita descifrar cuál va a ser el rumbo real de la neuropsicología en el futuro, aunque el
crecimiento experimentado en los últimos años permite augurar que se puede convertir en una eficaz
herramienta de utilización generalizada dentro de los servicios médicos, sociales y educativos. Es probable
que nos estemos aproximando a la edad de oro de la neuropsicología, gracias a las aportaciones de la
neuroimagen, la neurociencia cognitiva y la propia neuropsicología clínica. Los avances en el
conocimiento de las relaciones cerebro-conducta se extenderán tanto al diagnóstico como a la
rehabilitación y la investigación neuropsicológica, con especial atención a la neuropsicología infantil y la
neuropsicología geriátrica. Por último, es imprescindible que la figura del neuropsicólogo se asiente en los
servicios sanitarios, sociales y educativos, consolidándose definitivamente su reconocimiento por las
instituciones.
2.1. Evaluación
En el ámbito del diagnóstico y la evaluación neuropsicológica, la utilización creciente de técnicas como la
medicina nuclear, la neurorradiología o la neuroimagen funcional y la inteligencia artificial pueden
propiciar un desarrollo exponencial en el conocimiento de las relaciones cerebro-conducta. La mejor
definición de imágenes del cerebro nos permitirá profundizar más en el conocimiento de la estructura y el
funcionamiento del sistema nervioso mediante la descripción de la actividad eléctrica, la densidad celular o
la actividad química.
Las nuevas cibertecnologías permitirán realizar diagnósticos clínicos de gran precisión, sin efectos
invasivos, identificando los puntos fuertes y débiles del perfil cognitivo en cada persona más allá de las
metodologías tradicionales. Sin embargo, la nueva cultura neuroimaginológica aplicada a la
neuropsicología y la ciencia cognitiva no pueden acaparar en exclusiva el conocimiento de las relaciones
cerebro-conducta ni el futuro de la neuropsicología. Siendo técnicas fiables y de gran utilidad, no dejan de
ser de uso limitado porque muchas de ellas siguen teniendo un coste muy elevado, no asumible por los
servicios sanitarios de muchos países. Por otra parte, la excesiva artificiosidad tecnológica de muchas
técnicas de neuroimagen también es un factor que limita su utilización generalizada. La excesiva
deificación de las modernas técnicas de neuroimagen funcional puede desembocar en una «nueva
frenología» que nos lleve a una visión fragmentada del funcionamiento cerebral. Al fin y al cabo, la
neuroimagen funcional no deja de ser una fotografía más o menos precisa de los procesos metabólicos que
subyacen bajo un determinado proceso cognitivo, pero en ningún caso la neuroimagen funcional debe ser
considerada como sinónimo de proceso cognitivo. En coincidencia con otros autores, pensamos que en el
futuro va a seguir siendo necesaria la evaluación neuropsicológica tradicional, ya que existen numerosas
diferencias interindividuales, y por tanto resulta difícil de predecir qué zona particular del cerebro cumple
cierta función en una persona determinada (Lezak, 1995; Kolb & Whishaw, 2006).
Además, en el ámbito de la evaluación neuropsicológica queda aún mucho camino por recorrer en el diseño
de pruebas de «papel y lápiz», recogiendo las aportaciones de la neuropsicología cognitiva, que postulan
acertadamente que se deben diseñar pruebas de evaluación en función de las características de cada persona
que ha sufrido daño cerebral. La aplicación del principio de validez ecológica debe propiciar el diseño de
pruebas cada vez más específicas que se adapten al tipo de DCA que presenta cada sujeto.
Una derivación de la evaluación neuropsicológica «a la medida» debe ser la predictibilidad, indicando cuál
será la evolución cognitiva que experimentará cada sujeto con lesión cerebral, en función de los datos
obtenidos en dicha evaluación. La mayor precisión de la evaluación neuropsicológica también va a permitir
definir mejor cuál será la evolución de numerosas patologías: un mismo trastorno neuropsiquiátrico puede
tener un pronóstico diferente, dependiendo de cuál haya sido el rendimiento alcanzado en los tests
neuropsicológicos. Por ejemplo: la evolución que tendrá un esquizofrénico dependerá de la eficiencia
obtenida en pruebas neuropsicológicas y su pronóstico se agravará si ha obtenido un rendimiento
neuropsicológico peor, independientemente de cuáles sean los síntomas clínicos presentados. Por esta
razón, cuanto más precisas sean las pruebas de evaluación neuropsicológica, mayor será su capacidad para
predecir la evolución del sujeto.
2.2. Rehabilitación cognitiva

La mejora en los programas de rehabilitación de las funciones cognitivas y emocionales afectadas


como consecuencia del daño cerebral adquirido sigue siendo un reto de la neuropsicología, que debe
seguir su expansión en los próximos años. Desde la aparición de la primera revista dedicada a la
rehabilitación neuropsicológica, Neuropsychological Rehabilitation, hace 30 años, han ido
apareciendo nuevas metodologías de rehabilitación neuropsicológica cada vez más eficaces. Las
nuevas cibertecnologías también van a propiciar el desarrollo de programas de intervención cognitiva
«a la carta», diseñados en función de las peculiaridades neurofuncionales específicas de cada sujeto.
Los programas asistidos por ordenador ya ofrecen fructíferos resultados en el campo del diagnóstico y la
rehabilitación neuropsicológica, por lo que no resulta difícil comprender que en un futuro inmediato
prosiga la eclosión de los recursos informáticos adaptados a la rehabilitación cognitiva, diseñando
programas a la medida de las necesidades de cada paciente. Sin embargo, el panorama no es tan idílico
como a priori podría parecer, ya que el acceso a los recursos informáticos, al igual que el de la
neuroimagen funcional seguirá estando muy limitado en amplios sectores de la población mundial.
Además, la utilización de recursos informáticos en el ámbito de la rehabilitación cognitiva puede presentar
problemas, ya que no siempre se va a producir una generalización de los resultados a la vida diaria del
paciente con daño cerebral (Wilson, 1999).
Otro ámbito de expansión de la neuropsicología en el ámbito de la rehabilitación se refiere a patologías
clínicas que se van a beneficiar de los programas de intervención. Tradicionalmente sólo se utilizaban
técnicas de rehabilitación neuropsicológica en sujetos que habían sufrido algún tipo de daño cerebral de
etiología traumática, vascular, tumoral o infecciosa. Sin embargo, se están aplicando cada vez más los
programas de rehabilitación neuropsicológica en otras patologías psiquiátricas, neurológicas o educativas,
como: esquizofrenia, demencia o dificultades de aprendizaje. Es previsible que en los próximos años se
generalice el uso de la rehabilitación neuropsicológica más allá del DCA (Arango, 2006).
La neuropsicología clínica inicialmente sólo prestaba atención al paciente con daño cerebral, sin tener en
cuenta sus circunstancias personales, familiares o laborales. Más recientemente se ha incluido el entorno
familiar y social como una variable determinante en la evolución cognitiva y emocional del paciente con
lesión cerebral. La atención neuropsicológica resulta sesgada si no se tiene en cuenta la importancia de
cada familia como factor modulador. En un futuro a corto plazo hay que seguir fomentando el
asociacionismo de familiares de pacientes afectados por daño cerebral, no sólo para salvaguardar los
derechos del afectado, sino para facilitar la eficacia de la rehabilitación cognitiva de un modo integral.
2.3. Desarrollo de la neuropsicología infantil y la neuropsicología geriátrica
La neuropsicología inició su andadura como una especialidad científica interesada en el estudio de las
relaciones cerebro-conducta en personas con daño cerebral. Posteriormente, con la incorporación de las
nuevas orientaciones procedentes de las ciencias cognitivas, la neurobiología molecular y la neuroimagen,
se fue consolidando un conocimiento más sólido de las bases neurales subyacentes en las funciones
cognitivas. Sin embargo, dicha consolidación se produjo fundamentalmente con sujetos adultos, prestando
una atención muy limitada a las relaciones cerebro-conducta en niños y niñas. De hecho, ha existido un
cierto desinterés por la neuropsicología infantil hasta fechas relativamente recientes, y como ejemplo, la
primera publicación científica de esta especialidad, Developmental Neuropsychology, no apareció hasta
1985, casi un cuarto de siglo más tarde que la revista pionera de la especialidad: Neuropsychologia.
Como la neuropsicología infantil ha tenido un desarrollo más tardío, aún queda un territorio muy amplio
por investigar en neuropsicología pediátrica, neuropsicología clínica infantil y neuropsicología educativa.
La creciente preocupación por los aspectos cognitivos de diversas patologías neuropediátricas como las
dificultades de aprendizaje, el déficit de atención o los niños con bajo peso al nacer exige que se active la
investigación de nuevas técnicas de evaluación y rehabilitación neuropsicológica.
Se hace urgente profundizar y ampliar los recursos en evaluación neuropsicológica infantil, desarrollando
nuevas pruebas diagnósticas con un mayor grado de sofisticación que las existentes en la actualidad. En los
próximos años se deben activar nuevas pruebas que definan de manera más eficaz los puntos fuertes y
débiles del perfil cognitivo, tanto en niños sanos como en los que presentan dificultades de aprendizaje o
patologías neuropediátricas (Portellano, 2007; Portellano, Martínez y Zumárraga, 2009).
Igualmente en un futuro a corto plazo hay que mejorar los métodos de rehabilitación de los déficit
cognitivos en la infancia, especialmente inspirados en la restauración de funciones favorecida por la mayor
plasticidad del cerebro infantil (Aylward, 1997; Berembaum, 1998; Portellano, 2007). Desde las
formulaciones iniciales de María Montessori, que justamente debe ser considerada como pionera de la
rehabilitación cognitiva en la infancia , se ha producido un desarrollo creciente en la investigación de
nuevas técnicas de rehabilitación neuropsicológica, pero con frecuencia resultan demasiado inespecíficas.
En el extremo opuesto del ciclo vital, la neuropsicología geriátrica continúa siendo otra asignatura
pendiente de la neuropsicología. Es cierto que existe un creciente conocimiento neurocientífico y
neuropsicológico de las demencias clásicas que mayoritariamente afectan a personas de edad más
avanzada, pero tenemos que reconocer que el conocimiento de las peculiaridades neuropsicológicas del
envejecimiento normal dista mucho de ser tan amplio como el que se tiene del envejecimiento patológico.
Conocemos proporcionalmente mejor los aspectos neurocognitivos de los ancianos con deterioro que los de
aquellos que no lo presentan, a pesar de ser el colectivo más numeroso entre la población geriátrica. En los
próximos años, urge que la neuropsicología elimine esta laguna, ya que de este modo se contribuirá a
mejorar la calidad de vida de este segmento de población.
2.4. Consolidación profesional del neuropsicólogo

Algunos países como Estados Unidos ya han realizado un importante


esfuerzo por incorporar y definir la neuropsicología clínica como una
especialidad autónoma. Desde 1981 existe un reconocimiento profesional
del neuropsicólogo en aquel país, a partir de su inclusión dentro de la
División 40 en la Asociación Americana de Psicología (Ryan & López,
1998). Este hecho supuso el primer reconocimiento de la neuropsicología
clínica como especialidad dentro de la psicología. Otros países han
iniciado más tardíamente el reconocimiento profesional del
neuropsicólogo, sin que en la mayoría de las ocasiones exista un perfil
profesional homologado. Si bien cada vez se es más consciente de la
necesidad de incorporar neuropsicólogos a los servicios asistenciales, sin
embargo, no siempre existe una consolidación del perfil técnico o
profesional.
Se hace necesario el reconocimiento pleno de la figura del neuropsicólogo, no sólo a nivel académico y
formativo, sino por parte de las instituciones médicas, sociales y educativas de los distintos países. Esta
consolidación debe producirse en los próximos años aprovechando el fuerte auge de la neuropsicología.
Las Administraciones deben incluir definitivamente la neuropsicología como una especialidad dentro de
los servicios de salud, reconociéndola como un derecho del paciente.
Además, el reconocimiento de la actividad profesional del neuropsicólogo supondrá una mejora en la
calidad de vida de los afectados con DCA, así como una forma de optimizar los recursos sociosanitarios, ya
que la rehabilitación del paciente puede permitir su mejor reincorporación sociolaboral, con la
correspondiente disminución del gasto asistencial.
Por último, el neuropsicólogo tiene que participar cada vez de un modo más activo en áreas que exceden a
las que tradicionalmente ha venido desempeñando, como el ámbito jurídico, militar, farmacológico,
geriátrico o laboral.

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