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Cuenta con más de 35 mil habitantes y, según un informe de la Federación Internacional de

Derechos Humanos (FIDH), la población ha estado expuesta a altos niveles de contaminación


del aire debido a las emisiones tóxicas del complejo, que incluyen plomo, cadmio, arsénico y
dióxido de azufre

El mismo informe revela que, a mediados del 2000, La Oroya fue identificada como una de las
10 ciudades más contaminadas del mundo.

Tanto así que colocaron a La Oroya en el puesto 5 de las ciudades más contaminadas del
planeta.

SANGRE CONTAMINADA. Investigaciones independientes realizadas en el lugar revelaron que


el 97% de los niños y niñas de entre 6 meses y 6 años, y el 98% de los infantes que tienen de 7
a 12 años, presentan niveles elevados de plomo en la sangre.

Es más, existe un estudio realizado por pediatras de un centro de salud que demostró que
hasta los recién nacidos llegaban al mundo con preocupantes niveles de plomo en la sangre.

También es causante de la pérdida de memoria, problemas de crecimiento, mal aprendizaje.


Todo esto provoca que la esperanza de vida sea de tan solo 40 años.

El alcalde de Yauli-La Oroya, Carlos Arredondo, reconoció que “en su momento había niños
que tenían plomo en la sangre”.

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Testimonios de las víctimas

Inició Rosa Amaro de 74 años, quien señaló que la neblina de los gases tóxicos que emanaba el
complejo, se transformaba como caspa que quedaba en los rostros de los niños. Precisó que
cuando protestaban recibieron amenazas.

Continuó Yolanda Zurita, quién señaló que producto de la contaminación tiene tumores y la
mayoría de la población sufre la caída de los dientes y tiene fibrosis pulmonar.

Ante la pregunta de un juez de la Corte IDH sobre sus malestares y las amenazas que recibía,
señaló que su malestar antes era leve y que después del ingreso de Doe Run, eso empeoró. Y
agregó: “Toda persona que hablaba de los riesgos a la salud era atacada no solo por los medios
de comunicación, también había volantes.

La tercera declarante fue Maricruz Aliaga, una joven que tuvo que salir de la Oroya producto
de las afectaciones que tenía, quien señaló que junto a su hermana tenía problemas
pulmonares, de infertilidad, dolores musculares y problemas odontológicos.
LA OROYA: HISTORIA DE UNA TRAGEDIA
La Oroya es una ciudad de más de 33.000 habitantes, situada en la cordillera central de Perú,

en el departamento de Junín en la provincia de Yauli.

La ciudad fue construida y creció alrededor de un complejo metalúrgico que se estableció

ya en 1922, siendo explotado por una empresa estadounidense hasta 1974, año en el que fue

nacionalizado. Fue calificada como la “capital metalúrgica de Perú y de Suramérica”

Dentro de los propietarios más recientes del complejo de La Oroya se incluyen Centromin,

empresa estatal que explotó la fundición de 1974 a 1997, y Doe Run Company (en adelante,

Doe Run Perú, o DRP), filial del estadounidense Grupo Renco.

The Renco Group, Inc. es una empresa holding de inversión familiar, de capital privado,

fundado en 1975 y propiedad de Ira Rennert, un multimillonario estadounidense.

la ciudad de La Oroya se encuentra bien posicionada para obtener considerables beneficios


derivados del aumento de la inversión en la minería peruana”.

En 1996, Centromin presentaba su Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA),

un plan de diez años vigentes en Perú. En 1997, el contrato por el que Centromin Perú
transfería las acciones a Doe Run, establecía la obligación del Estado peruano de limpiar los
suelos de la contaminación acumulada desde la creación del complejo, en 1922, hasta 1997.

Según el contrato, Doe Run debía ejecutar la mayoría de las restantes obligaciones derivadas
del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).

Concretamente, Doe Run Perú se comprometía, entre otras, a:

 Construir tres plantas de ácido sulfúrico (para las plantas de cobre, zinc y plomo) con el
fin de asegurar que las emisiones de SO2 no rebasaran el nivel máximo permitido por
ley;
 Construir una planta de tratamiento de aguas para la refinería de cobre;
 Construir un muro en la planta de zinc para evitar vertidos ácidos; y
 Construir depósitos nuevos para los residuos de arsénico, cobre y plomo, con el fin de
evitar la contaminación del río y del aire.
Plazos específicos para la ejecución de cada uno de los nueve proyectos fueron fijados.20

Posteriormente, a instancias de Doe Run, el PAMA fue modificado y prorrogado en varias

ocasiones.

En consecuencia, el plazo de Doe Run para cumplir los requisitos del PAMA se amplió a
octubre de 2009. Doe Run solicitó en 2009 una segunda prórroga, para un período de 30
meses, es decir, hasta mayo de 2012.

Así, cuando cesó la actividad en junio de 2009, Doe Run solamente había construido
infraestructuras de ácido sulfúrico para los circuitos de plomo y zinc. En cuanto al circuito para
el cobre, solamente se había ejecutado en un 57%.25

Las autoridades peruanas tampoco han cumplido su obligación de sanear los suelos,
pretextando que ello sería una pérdida inútil de recursos mientras la empresa siguiese
contaminando la zona

Como consecuencia, en 2006, La Oroya fue calificada como una de las diez ciudades más
contaminadas del mundo. En 2007, según el Instituto Blacksmith, una ONG medioambiental
basada en Estados Unidos, La Oroya todavía figuraba entre los diez lugares más contaminados
del mundo.

La prórroga del PAMA, que en principio expiraba en 2007, tuvo como efecto que la citada la
cláusula, relativa a la responsabilidad respecto a reclamaciones judiciales de terceros,
continuase produciendo efectos. Una tercera solicitud de prórroga se presentó ante la
Comisión de Energía y Minas del Congreso en marzo de 2012, que sin embargo no llegó a ser
aprobada gracias a la movilización ciudadana.

En 2009, Doe Run declaró no disponer de capital suficiente para adquirir los minerales

que se procesaban en el complejo.

Se inició entonces el proceso de liquidación.31

La empresa aduce que esta situación deriva del hecho que el PAMA no fue prorrogado en

2009, durante un periodo de crisis financiera, lo que condujo a que los acreedores de DRP a

no renovar un préstamo rotatorio que DRP requería para sus operaciones cotidianas.32
NEGANDO LA EVIDENCIA
ANÁLISIS SANGUÍNEOS Y DEL AIRE EN LA OROYA MIENTRAS EL
COMPLEJO ESTABA OPERATIVO

Según una activista de La Oroya:“Cuando Doe Run empezó a explotar el complejo metalúrgico
de La Oroya, en 1997, la empresa construyó duchas y proporcionó ropa a los trabajadores,
para que pudieran lavarse y cambiarse antes de volver a casa después del trabajo, por la tarde.

Sin embargo, al mismo tiempo, el período de negociaciones sobre salarios con los trabajadores
y los sindicatos pasó de 1 a 5 años.

Se dice que mientras Doe Run explotaba el complejo, entre 1997 y 2009, las humaredas tóxicas
expulsadas por el alto horno eran más intensas que nunca, que el aire se había vuelto
irrespirable y que hacía llorar los ojos.

Entre 1999 y 2001, se realizaron tres importantes estudios para medir la presencia de plomo
en la sangre de la población de La Oroya. Dichos estudios coincidieron en demostrar que la
población sufría un alto grado de intoxicación en sangre, presentando niveles de microgramos
de plomo por decilitro de sangre de 10 a 60µg/dl.

* El primero de estos estudios fue realizado en 1999 por una coalición de ONGs locales, el

consorcio UNES (Unión para el Desarrollo Sustentable). Fueron objeto del estudio 48 mujeres
gestantes y 30 niños menores de 3 años. Los resultados mostraron un contenido medio de
plomo en sangre de 39,49 mg/dl en las mujeres gestantes y de 41,81 mg/dl en los niños46.
Estos resultados se sitúan muy por encima de los niveles recomendados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS).

* El segundo estudio fue realizado en 1999 por DIGESA (Dirección General de Salud Ambiental)
sobre un grupo de habitantes de La Oroya y puso de manifiesto que la sangre del 99,1% de las
personas examinadas contenía plomo en niveles superiores a los recomendados por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).

* El tercer estudio fue realizado por la propia empresa Doe Run, estudiando los casos de 5.062
niños y adultos. El contenido medio de plomo en sangre era de 17,7 µg/dl, sin embargo se
elevaba a 25,7 µg/dl en las 1.198 personas que vivían más cerca del complejo metalúrgico.

El nivel máximo registrado fue de 36,7 µg/dl, en los niños de 0 a 3 años, y de 32,9 µg/dl, en los
niños de 4 a 6 años.

La conclusión de este último estudio, sin embargo, fue que las principales fuentes de
exposición a la contaminación eran el plomo acumulado en los alrededores del complejo
metalúrgico durante los 78 años de explotación, las emisiones corrientes del complejo, las de
los automóviles y otras fuentes como la pintura conteniendo plomo, etc.

Resumen de los resultados de las investigaciones54:

* El 97% de los niños de edades comprendidas entre 6 meses y 6 años, y el 98% de los niños de
7 a 12 años, presenta niveles elevados de plomo en sangre en el conjunto de La Oroya, y el
100% en La Oroya Antigua.

* El nivel presente en la población de La Oroya, de muchos de los metales considerados como


más tóxicos, es de más de 3 a 6 veces la media estadounidense, el cadmio en la orina,
superando en más de 6 veces la media en Estados Unidos.

* El promedio de arsénico en orina observado para cada grupo de edad en La Oroya es de 50


µg/l o superior, siendo hasta 4 veces más en los niños menores de 6 años. Cabe precisar que se
considera preocupante un nivel de arsénico en orina superior a 50 µg/l.

* Asimismo, se registró un contenido elevado de plomo y otros metales en sangre en


Concepción, el sitio de control. De ello se desprende que el problema de la contaminación
ambiental no está circunscrito en La Oroya, sino que se extiende por toda la cuenca del
Mantaro.

Otro estudio, realizado entre junio de 2004 y junio de 2005 sobre una muestra compuesta de

recién nacidos de La Oroya, mostró que el 75,3% de ellos tenían niveles de plomo en sangre

comprendidos entre 6 y 10 μg/dl, siendo, en el 24,7% de los casos, de más de 10 μg/dl. La

conclusión del estudio señala la necesidad de “iniciar programas de prevención en las madres

gestantes para evitar futuros daños a la salud de los recién nacidos”.55

De los estudios aquí mencionados se desprende que la contaminación en el aire, suelo y agua

es muy grave a partir de 1999, incidiendo directamente en los niveles de metales pesados

registrados en la sangre y la orina de la población de La Oroya.

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