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La Oroya
La Oroya
El mismo informe revela que, a mediados del 2000, La Oroya fue identificada como una de las
10 ciudades más contaminadas del mundo.
Tanto así que colocaron a La Oroya en el puesto 5 de las ciudades más contaminadas del
planeta.
Es más, existe un estudio realizado por pediatras de un centro de salud que demostró que
hasta los recién nacidos llegaban al mundo con preocupantes niveles de plomo en la sangre.
El alcalde de Yauli-La Oroya, Carlos Arredondo, reconoció que en su momento había niños
que tenían plomo en la sangre.
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Testimonios de las víctimas
Inició Rosa Amaro de 74 años, quien señaló que la neblina de los gases tóxicos que emanaba el
complejo, se transformaba como caspa que quedaba en los rostros de los niños. Precisó que
cuando protestaban recibieron amenazas.
Continuó Yolanda Zurita, quién señaló que producto de la contaminación tiene tumores y la
mayoría de la población sufre la caída de los dientes y tiene fibrosis pulmonar.
Ante la pregunta de un juez de la Corte IDH sobre sus malestares y las amenazas que recibía,
señaló que su malestar antes era leve y que después del ingreso de Doe Run, eso empeoró. Y
agregó: “Toda persona que hablaba de los riesgos a la salud era atacada no solo por los medios
de comunicación, también había volantes.
La tercera declarante fue Maricruz Aliaga, una joven que tuvo que salir de la Oroya producto
de las afectaciones que tenía, quien señaló que junto a su hermana tenía problemas
pulmonares, de infertilidad, dolores musculares y problemas odontológicos.
LA OROYA: HISTORIA DE UNA TRAGEDIA
La Oroya es una ciudad de más de 33.000 habitantes, situada en la cordillera central de Perú,
ya en 1922, siendo explotado por una empresa estadounidense hasta 1974, año en el que fue
Dentro de los propietarios más recientes del complejo de La Oroya se incluyen Centromin,
empresa estatal que explotó la fundición de 1974 a 1997, y Doe Run Company (en adelante,
The Renco Group, Inc. es una empresa holding de inversión familiar, de capital privado,
un plan de diez años vigentes en Perú. En 1997, el contrato por el que Centromin Perú
transfería las acciones a Doe Run, establecía la obligación del Estado peruano de limpiar los
suelos de la contaminación acumulada desde la creación del complejo, en 1922, hasta 1997.
Según el contrato, Doe Run debía ejecutar la mayoría de las restantes obligaciones derivadas
del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).
Construir tres plantas de ácido sulfúrico (para las plantas de cobre, zinc y plomo) con el
fin de asegurar que las emisiones de SO2 no rebasaran el nivel máximo permitido por
ley;
Construir una planta de tratamiento de aguas para la refinería de cobre;
Construir un muro en la planta de zinc para evitar vertidos ácidos; y
Construir depósitos nuevos para los residuos de arsénico, cobre y plomo, con el fin de
evitar la contaminación del río y del aire.
Plazos específicos para la ejecución de cada uno de los nueve proyectos fueron fijados.20
ocasiones.
En consecuencia, el plazo de Doe Run para cumplir los requisitos del PAMA se amplió a
octubre de 2009. Doe Run solicitó en 2009 una segunda prórroga, para un período de 30
meses, es decir, hasta mayo de 2012.
Así, cuando cesó la actividad en junio de 2009, Doe Run solamente había construido
infraestructuras de ácido sulfúrico para los circuitos de plomo y zinc. En cuanto al circuito para
el cobre, solamente se había ejecutado en un 57%.25
Las autoridades peruanas tampoco han cumplido su obligación de sanear los suelos,
pretextando que ello sería una pérdida inútil de recursos mientras la empresa siguiese
contaminando la zona
Como consecuencia, en 2006, La Oroya fue calificada como una de las diez ciudades más
contaminadas del mundo. En 2007, según el Instituto Blacksmith, una ONG medioambiental
basada en Estados Unidos, La Oroya todavía figuraba entre los diez lugares más contaminados
del mundo.
La prórroga del PAMA, que en principio expiraba en 2007, tuvo como efecto que la citada la
cláusula, relativa a la responsabilidad respecto a reclamaciones judiciales de terceros,
continuase produciendo efectos. Una tercera solicitud de prórroga se presentó ante la
Comisión de Energía y Minas del Congreso en marzo de 2012, que sin embargo no llegó a ser
aprobada gracias a la movilización ciudadana.
En 2009, Doe Run declaró no disponer de capital suficiente para adquirir los minerales
La empresa aduce que esta situación deriva del hecho que el PAMA no fue prorrogado en
2009, durante un periodo de crisis financiera, lo que condujo a que los acreedores de DRP a
no renovar un préstamo rotatorio que DRP requería para sus operaciones cotidianas.32
NEGANDO LA EVIDENCIA
ANÁLISIS SANGUÍNEOS Y DEL AIRE EN LA OROYA MIENTRAS EL
COMPLEJO ESTABA OPERATIVO
Según una activista de La Oroya:“Cuando Doe Run empezó a explotar el complejo metalúrgico
de La Oroya, en 1997, la empresa construyó duchas y proporcionó ropa a los trabajadores,
para que pudieran lavarse y cambiarse antes de volver a casa después del trabajo, por la tarde.
Sin embargo, al mismo tiempo, el período de negociaciones sobre salarios con los trabajadores
y los sindicatos pasó de 1 a 5 años.
Se dice que mientras Doe Run explotaba el complejo, entre 1997 y 2009, las humaredas tóxicas
expulsadas por el alto horno eran más intensas que nunca, que el aire se había vuelto
irrespirable y que hacía llorar los ojos.
Entre 1999 y 2001, se realizaron tres importantes estudios para medir la presencia de plomo
en la sangre de la población de La Oroya. Dichos estudios coincidieron en demostrar que la
población sufría un alto grado de intoxicación en sangre, presentando niveles de microgramos
de plomo por decilitro de sangre de 10 a 60µg/dl.
* El primero de estos estudios fue realizado en 1999 por una coalición de ONGs locales, el
consorcio UNES (Unión para el Desarrollo Sustentable). Fueron objeto del estudio 48 mujeres
gestantes y 30 niños menores de 3 años. Los resultados mostraron un contenido medio de
plomo en sangre de 39,49 mg/dl en las mujeres gestantes y de 41,81 mg/dl en los niños46.
Estos resultados se sitúan muy por encima de los niveles recomendados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
* El segundo estudio fue realizado en 1999 por DIGESA (Dirección General de Salud Ambiental)
sobre un grupo de habitantes de La Oroya y puso de manifiesto que la sangre del 99,1% de las
personas examinadas contenía plomo en niveles superiores a los recomendados por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
* El tercer estudio fue realizado por la propia empresa Doe Run, estudiando los casos de 5.062
niños y adultos. El contenido medio de plomo en sangre era de 17,7 µg/dl, sin embargo se
elevaba a 25,7 µg/dl en las 1.198 personas que vivían más cerca del complejo metalúrgico.
El nivel máximo registrado fue de 36,7 µg/dl, en los niños de 0 a 3 años, y de 32,9 µg/dl, en los
niños de 4 a 6 años.
La conclusión de este último estudio, sin embargo, fue que las principales fuentes de
exposición a la contaminación eran el plomo acumulado en los alrededores del complejo
metalúrgico durante los 78 años de explotación, las emisiones corrientes del complejo, las de
los automóviles y otras fuentes como la pintura conteniendo plomo, etc.
* El 97% de los niños de edades comprendidas entre 6 meses y 6 años, y el 98% de los niños de
7 a 12 años, presenta niveles elevados de plomo en sangre en el conjunto de La Oroya, y el
100% en La Oroya Antigua.
Otro estudio, realizado entre junio de 2004 y junio de 2005 sobre una muestra compuesta de
recién nacidos de La Oroya, mostró que el 75,3% de ellos tenían niveles de plomo en sangre
conclusión del estudio señala la necesidad de “iniciar programas de prevención en las madres
De los estudios aquí mencionados se desprende que la contaminación en el aire, suelo y agua
es muy grave a partir de 1999, incidiendo directamente en los niveles de metales pesados