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La cadena de montaje

La cadena de montaje

Comienzos de la industrialización argentina en el siglo XIX

Cambio de modelo económico

Video Conceptual

Referencias
Lección 1 de 5

La cadena de montaje

Una de las influencias tecnológicas más importantes del diseño moderno fue
el desarrollo de la producción en masa de las fábricas, que eliminaba el
elemento del azar y la dependencia del conocimiento tácito, la repetición y la
improvisación, característicos de la producción artesanal. Sobre todo, hizo
posible la manufactura mecanizada de productos estandarizados a partir de
piezas intercambiables, que podían venderse a precios más asequibles
gracias a la economía de escala. La producción se llevaba a cabo por parte
de equipos de obreros especializados o semiespecializados que operaban
como parte de un sistema de división de trabajo. En estas circunstancias, la
planificación del diseño adquirió importancia y los productos se concebían
por completo antes de iniciarse el proceso de producción. Las máquinas
empleadas en las fábricas influían en el resultado final de los productos y se
tenían que diseñar prototipos teniendo en cuenta las restricciones de la
maquinaria de producción disponible.

La mecanización de la producción fue un proceso relativamente lento en


Reino Unido, pero se introdujo mucho más rápido en Estados Unidos, donde
la escasez de mano de obra la convirtió en una necesidad. Empezó en su
industria armamentística, en la que la disponibilidad de piezas
intercambiables era esencial para reparar con rapidez las armas de guerra,
Estados Unidos desarrolló un sistema de producción en masa muy eficiente
que se aplicó al diseño y la fabricación de muchos otros productos (sobre
todo de metal), desde cerrojos a relojes o bicicletas. A inicios del siglo XX, el
llamado “sistema de manufactura estadounidense” estaba casi completo.

No obstante, todavía estaba ausente un elemento del sistema plenamente


desarrollado: la cadena de montaje. Esta fue puesta en marcha por Henry
Ford, quien se inspiró en la industria del envasado de la carne, que empleaba
cintas móviles para acelerar el proceso de deshuesar el ganado. Transformó
la naturaleza de la producción en masa: los obreros de las fábricas ya no
habían de desplazarse alrededor de objetos estáticos a medida que les
añadían componentes, sino que podían quedarse en un mismo lugar
mientras eran los productos lo que se movían. Esto aumentó
significativamente la velocidad de la producción y, por lo tanto, de los
beneficios. En 1913, Ford introdujo un modelo avanzado de producción en
masa en su planta Highland Park de Michigan. Combinaba división del
trabajo, estandarización de productos, piezas intercambiables y
mecanización en una cadena de montaje completa.

La aparición de estas innovaciones no pudo ser más oportuna. Un año


después de introducirse la cadena de montaje, estalló la primera guerra
mundial. La cadena de montaje entró en una fase nueva y determinante, al
servicio de la fabricación de vehículos y armamento para la guerra.
Ambulancias, camiones, avionetas, tanques, proyectiles y armas de todo tipo
se producían en masa en las fábricas de ambos bandos, relacionando
estrechamente la producción industrial con los conflictos bélicos
internacionales. André-Gustave Citroën, el primer fabricante de automóviles
en masa fuera de Estados Unidos, empezó como fabricante de munición en
París durante la guerra, empleando una cadena de montaje.

Cuando la guerra terminó, el modelo de producción industrial se transformó.


En 1927 había más ventas de segundos vehículos que de primeros y los
consumidores exigían mayor variedad y prestaciones. A finales de la década
de 1920, General Motors, máximo competidor de Ford, se situó como líder del
mercado con su estrategia de “un automóvil para cada bolsillo y para cada
finalidad”. Para ofrecer a sus clientes la variedad que reclamaban, General
Motors puso en marcha un modelo de producción industrial más flexible,
llamado “producción en serie”. Este enfoque orientado al mercado
sacrificaba cierto grado de eficiencia de producción en favor de un aumento
de ventas. También tuvo el efecto de situar el diseño en el centro de la
industria del motor.

Figura 1: Línea de tiempo con fechas claves en tiempos


de Ford

Fuente: Elaboración propia.


Modelo T de Ford

El modelo T de Ford, también conocido como “Tin Lizzie”, era un automóvil


básico. Fabricado por primera vez en 1908, fue producto de los materiales y
la eficiencia del proceso de producción de Ford Motor Company, que permitió
al fundador de la empresa, Henry Ford vender vehículos a un precio más
accesible que sus competidores. Estaba formado por dos piezas, la
carrocería y el chasis, que se unían en el proceso de ensamblaje. El atractivo
del Modelo T residía en su precio y su eficiencia; fue el primer vehículo de la
población rural, que hasta entonces sólo empleaba caballos y carros como
medio de transporte, y el mero hecho de poseer uno era símbolo de estatus.
“Voy a democratizar el automóvil”, había dicho Henry Ford en 1909. “Cuando
lo haga, todos podrán comprarse uno, y casi todos tendrán uno”.

Ford trabajó para mejorar y racionalizar sus medios de producción, lo que le


permitió reducir costes y rebajar el precio de venta. El Modelo T fue el
primero que la compañía produjo en una cadena de montaje completa con
piezas recambiables. Su producción se detuvo en 1927, pero es uno de los
automóviles más vendidos de la historia. Con 16 500 millones de unidades
vendidas en 19 años, su éxito comercial se debió a las revisiones de su
diseño a lo largo del tiempo y a su disponibilidad como biplaza descapotable,
cupé, sedán, furgoneta o pick-up. Fue el primer vehículo producido en masa
al alcance de las familias estadounidenses de clase media. Además, fue el
primer automóvil internacional que en 1921, representaba casi el 57 % de la
producción mundial de automóviles y se fabricaba en varios países.
Figura 2: Modelo T de Ford

Fuente: Esperon, 2015, http://historia-disenio-industrial.blogspot.com/2015/02/ford-t.html

Fordismo

Henry Ford ha pasado a la historia como un verdadero visionario,


no sólo en materia del automotor, sino también en reconsiderar
la forma de fabricación industrializada y comercialización. El
término “fordismo” se refiere al modo de producción en serie que
llevó a la práctica Henry Ford.

Este sistema supone una combinación de cadenas de montaje,


maquinaria especializada, altos salarios y un número elevado de
trabajadores en plantilla. Este modo de producción resulta
rentable siempre que el producto pueda venderse a un precio
bajo. (Esperon, 2015, http://historia-disenio-
industrial.blogspot.com/2015/02/ford-t.html

Figura 3: Esquema de elementos centrales del modelo Fordista


Fuente: Elaboración propia.

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Comienzos de la industrialización argentina en el


siglo XIX

Es imposible no destacar

…el papel estimulante, y al mismo tiempo inhibidor, de la


orientación agroexportadora que primó en la economía
argentina en las últimas décadas del siglo XIX y los primeros del
XX, el impacto positivo, pero plagado de obstáculos, de las crisis
y las grandes guerras, para el desarrollo de nuevos renglones de
la actividad industrial. (Regalisky, 2010-2011,
https://core.ac.uk/download/pdf/61701714.pdf).

En el año 1830 se producen reformas en los sistemas


productivos de la mano de inmigrantes europeos, los cuales
aportaban conocimientos técnicos. Las fábricas en esos años
en la Argentina correspondían solo a emprendimientos
artesanales proveedores del mercado interno: panaderías,
fábricas de fideos, jabones, licores y cervezas, se producían más
que nada alimentos, pero no se exportaba nada, además eran
todas manufacturas básicas.
A fines de 1864, el estadounidense Melville Sewell Bagley lanzó
la Hesperidina, un aperitivo que se presentó como la cura a
muchos problemas digestivos, corrientes en esa época. Así fue
el inicio de una empresa que, con el paso del tiempo, se convirtió
en una de las más importantes y tradicionales del rubro
alimenticio de Argentina y un referente indiscutido en galletas.
Al muy poco tiempo del lanzamiento de este novedoso
producto, la Hesperidina, era un éxito. Doce años más tarde, se
creó por ley, a instancias del mismo Bagley, la Oficina Nacional
de Patentes y Marcas de Argentina. Como ofrenda por su
acción, el 27 de octubre de 1876 se le concedió la patente
número uno a su invento, la Hesperidina. Así surgió la empresa
Bagley, productora de galletas y galletitas.

Recién hubo que esperar a fines del siglo XIX… que la industria
argentina comenzara a tomar forma. En el contexto
caracterizado por la división internacional del trabajo y el
sistema de patrón-obrero, el ya formado Estado argentino
ingresa al capitalismo de la mano de sus materias primas.
Contando con la pampa húmeda, el país se sirvió de ella como
una gran generadora de divisas en el mercado mundial, el cual,
basándose en el modelo agroexportador, consistía en la venta
de grandes cantidades de materias primas, sobre todo las más
requeridas en el exterior, como la carne y diversos cereales. Los
países ricos pagaban grandes precios por estos productos, lo
cual permitía satisfacer las demandas de productos
manufacturados con estos ingresos, importándolos. Por estas
políticas existían muy pocos establecimientos industriales, ya
que todas las manufacturas se compraban. Ahora bien, no solo
de las divisas vivía Argentina. En la década de 1880, el país
contrajo un fuerte déficit comercial, lo que tuvo que ser
balanceado por empréstitos (también llamada deuda externa)
que, en el contexto de crisis internacional (arrastrada desde
1873), contribuyó a que el Estado pudiera importar los bienes
manufacturados. El fin del préstamo externo fue uno de los
elementos que ocasionó la crisis de 1890.

Crisis de 1890

En un determinado momento, las exportaciones de aquellos


productos que se producían en Argentina, bajaron, ya que otros
países comenzaron a producirlas en mayor cantidad y a menor
costo. Argentina perdió su ventaja relativa en la venta de granos
y carnes, lo que desembocó en una aguda crisis económica en
1890. Se produjeron algunos alzamientos políticos en la Ciudad
de Buenos Aires con la intención de derrocar al gobierno de
turno, aunque no lo lograron, el presidente Miguel Ángel Juárez
Celman renunció ante la prensa.

Tras la renuncia de Celman, asumió el vicepresidente Carlos


Pellegrini, quien ya había manifestado ideas industriales cuando
fue periodista del diario La Prensa; en donde su tesis de
graduación El derecho electoral cuestionaba el modelo
agroexportador que mantenía el país, en cambio, él apuntaba a
un modelo más industrializado. Puso como condición para
asumir el cargo, que un grupo de banqueros, estancieros y
comerciantes argentinos suscriban un empréstito de quince
millones de pesos para hacer frente a los vencimientos
externos. Todo ese capital se logró juntar; una vez reunido, se
inaugura la gestión con medidas de ajuste y austeridad, se
nacionalizaron las obras sanitarias privatizadas antes por
Celman, se creó el Banco de la Nación Argentina y la Caja de
Producción para dar requisitos a los inversores. En el siguiente
fragmento de un discurso de Pellegrini se ve su tendencia a la
industrialización:

Si el libre cambio desarrolla la industria que ha adquirido cierto


vigor y le permite alcanzar todo el esplendor posible, el libre
cambio mata la industria naciente. La agricultura y la ganadería
son dos grandes industrias fundamentales; pero ninguna nación
de la tierra ha alcanzado la cumbre de su desarrollo económico
con solo estas industrias. Las industrias que las han llevado al
máximo de poder son las industrias fabriles y la industria fabril es
la primera en mérito y la última que se alcanza, porque ella es la
más alta expresión del progreso industrial (Discurso
parlamentario por Carlos Pellegrini).
La solución a este problema consistió en realizar un cambio del
modelo económico del país y pasar del sistema agrario a un
sistema más industrial, alentando la producción de nuevos
bienes y creando mayor riqueza, imitando los planes de
desarrollo de otros países.

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Cambio de modelo económico

Así los primeros pasos industriales fueron por los saladeros, los
cuales procesaban y exportaban carne y cueros. Estos fueron
instalados a partir de 1810 en las zonas más urbanas del país,
como en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.
Los elementos y métodos de procesamiento eran simples y
rudimentarios en sus comienzos. Con el desarrollo del ferrocarril
se buscó desarrollar el transporte argentino, imitando lo
sucedido con la industria siderúrgica en el Reino Unido. Esto
originó un mejoramiento del sector agrario argentino y un
desarrollo del sector metalúrgico británico, dado que se
compraban locomotoras, rieles y equipos a fábricas de este
origen. Se creó una de las redes ferroviarias más extensas del
mundo. (Historia de la industria en Argentina, 2021,
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_industria_en_la_Arg
entina).

Figura 4: Talleres metalúrgicos de Francisco Santilli en 1920


Fuente: [Imagen sin título sobre talleres metalúrgicos de Francisco Santilli en 1920]. (s.f.).
Recuperada de https://santilli-sa.com/marca/

El gobierno buscó generar la expansión ferroviaria invirtiendo


directamente en la construcción de ferrocarriles (ferrocarril del
Oeste) y equipándolos con rieles y material rodante de
fabricación nacional, mientras tanto, los elementos ferroviarios
eran traídos de Inglaterra.

El rubro textil también se expandía, se instaló en Buenos Aires


en 1885 la Fábrica Argentina de Alpargatas, compuesta de
capitales nacionales e ingleses, pero con mayoría de este
último, también a través de la asociación entre el fabricante de
calzado Juan Echegaray, con el productor de máquinas y telas
Roberto Fraser. Asombraba por su tecnología y capacidad,
dando ocupación en sus primeros años a quinientos treinta
operarios. Por su tamaño, esta empresa dominaba la actividad
en la Argentina, primero en la fabricación de alpargatas y luego
en otros productos en que fue diversificándose. Para 1928 la
fábrica tenía una capacidad de unos setenta mil metros
cuadrados.

Un censo de 1887 de la ciudad de Buenos Aires afirma que


existían unos cuatro mil doscientos establecimientos de los
cuales solo quinientos sesenta tenían fuerza motriz (indicador
esencial de la producción fabril), el resto eran manufacturas o
artesanías menores. La fuerza motriz instalada en estos
quinientos sesenta establecimientos era de seis mil HP en total.
Se destacaban la fábrica de alpargatas, los talleres del arsenal
militar y La Estela, dedicada a la producción de aceite. Esta
última abastecía un tercio del consumo interno de aceites. Se
fundó el 7 de febrero de 1887 mediante la agrupación de dos
entidades la Unión Industrial Argentina, contando con 877
socios.

En 1889 se instala una nueva planta textil, La Primitiva. Se


dedicaba a la fabricación de sacos de vestir y lonas
impermeables. En 1892 el informe del ministro del interior
señalaba 296 nuevas fábricas, las cuales sumaban unos doce
mil puestos de trabajo. Aproximadamente a comienzos de 1899,
Otto Bemberg fundó la Brasserie et Cervecerie Quilmes, que
desplazó a Bieckert en el liderazgo del mercado de cervezas. La
instalación de esta planta impulsó al fabricante de vidrio León
Rigolleau a instalar una nueva fábrica cerca de esa planta de
producción de cervezas, para así proveerla de botellas. El primer
chopp se manufacturó el 31 de octubre y se comenzó a producir
cien mil litros diarios. En 1908 se fundó la Compañía Azucarera
Ledesma, tres años después Enrique Wollmann y Carlos
Delcassé adquieren el total de las acciones de la azucarera. La
famosa empresa argentina Siam Di Tella surgió en 1911,
dedicada al área metalmecánica, desarrolló una máquina para
amasar pan en el preciso momento en que se suprimió el
trabajo manual del amasado de pan. Esto le ofrecía un mercado
estimado de setecientas máquinas en Buenos Aires y
aproximadamente cinco mil en el país, las cuales eran
dimensiones adecuadas para el rápido crecimiento del negocio
que vio Torcuato Di Tella. Pronto comenzó a vender entre cien y
doscientas máquinas por año, algunas se exportaron a Brasil. En
1912, un joven llamado Felipe Fort de doce años de edad, con
solo una bolsa de cacao y una piedra para refinarlo, fundó la
empresa argentina Felfort, actualmente en funcionamiento, y
una de las líderes en el mercado de chocolates y golosinas. El
censo nacional del año 1914 registró cuarenta y ocho mil
establecimientos en todo el país con más de cuatrocientos mil
trabajadores. La potencia instalada asciende a doscientos
setenta mil HP. A esa cifra se le debe agregar los cuatrocientos
mil HP instalados en las usinas de electricidad y en servicios
públicos. (Historia de la industria en Argentina, 2021,
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_industria_en_la_Arg
entina).

Actividad de repaso de lecturas

La cadena de montaje fue una de las influencias tecnológicas más importantes


del diseño moderno. Este enunciado ¿es verdadero o falso?
Verdadero.

Falso.

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Referencias

Esperon, J. L. (2015). Historia del diseño industrial. Recuperado de


http://historia-disenio-industrial.blogspot.com/2015/02/ford-t.html

Historia de la industria en Argentina. (2021). Wikipedia. Recuperado de


https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_industria_en_la_Argentina

[Imagen sin título sobre talleres metalúrgicos de Francisco Santilli en


1920]. (s.f.). Recuperada de https://santilli-sa.com/marca/

Regalisky, A. (2010-2011). Los comienzos de la industrialización en la


Argentina, 1880-1930. Una aproximación historiográfica. Revista Anual (2).
UNR, Facultad de Humanidades y Arte. Escuela de Historia. Recuperado de
https://core.ac.uk/download/pdf/61701714.pdf

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