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ECOLOGÍA INTEGRAL; UNA LECTURA DE “LAUDATO SI”

DESDE LA PERSONA HUMANA Y SU RELACIÓN CON LA


ESCATOLOGÍA

JOSÉ IGNACIO TORRES ARAYA1

PALABRAS CLAVE: Ecología integral, crisis de pensamiento ecológico, dignidad de la


persona humana, desarrollo integral sostenible, sentido escatológico.

INTRODUCCIÓN

La interacción de las sociedades humanas con la biósfera ha generado impactos,


algunos muy graves. Esta premisa abre un horizonte de pensamientos en los que se puede
analizar la situación real en la que el ser humano vive inserto. Para empezar, se puede
puntualizar en el concepto de ecología. Ecología proviene del término griego oikos-logos, el
cual significa la casa de dónde somos y vivimos. Este término en el mundo de las ciencias
no existía ya que solo se conversaba del concepto biología. Fue introducido en el vocabulario
científico por el estudioso Ernesto Haeckel (1834-1919) entre los años 1868 y 18692.

Dar el salto del concepto ecología hacia una perspectiva de ecología integral, propicia
a construir una visión completa de la vida. Laudato Si, del papa Francisco, manifiesta una
necesidad de buscar otras formas de entender y calcular el progreso sin limitarse únicamente
al desarrollo económico, político, social, tecnocientífico, financiero, en la biodiversidad y en
la cultura. Sino que manifiesta la obra del Creador; la cual toca el ser de la persona humana
en su dignidad, en medio de una crisis de pensamiento que actualmente existe en la casa
común.

La pregunta que puede surgir, en cuanto a lo anterior es: ¿Para qué el ser humano
hace todo lo que hace, con cuál objetivo y hacia dónde va? Hay una crisis de pensamiento y
en concreto sobre la temática ecológica. La relación de las sociedades humanas con la
naturaleza ha generado cambios, algunos muy complejos. Al presente, el ser humano tiene la
capacidad de imponer condiciones que han convertido el planeta en agente pasivo de cara al
poder transformador del hombre. Por eso, las consecuencias surgidas de esta revolución no
afectan, solo el medio ambiente, sino a la persona humana en su totalidad.

1
Bachiller en Filosofía y Humanidades por la Universidad Católica de Costa Rica (Costa Rica 2013), Ingeniero
con grado de Licenciatura en Electromecánica y Mantenimiento Industrial del Tecnológico de Costa Rica
(Costa Rica 2022) y actualmente seminarista de último año de Teología del Seminario Nacional Nuestra Señora
de los Ángeles, Paso Ancho San José. Oriundo de la Diócesis de Cartago.
2
CF. GOBIERNO DE MÉXICO. “Reducir nuestra huella ecológica, el mayor desafío de sociedades e individuos.”
[acceso: 01 de noviembre de 2021], https://www.gob.mx

1
El desarrollo de las generaciones ha de verse de forma integral. Bajo esta premisa se
pretende mostrar la propuesta de Francisco desde el criterio de la dignidad de la persona
humana y su impacto en el medio ambiente; a través de vetas de pensamiento que coloquen
al ser humano en perspectiva escatológica partiendo de la Revelación. Con esto se quiere
ampliar el horizonte de su existencia en el mundo, la visión holística de la vida y el anhelo
por la eternidad; en el que, la unidad va más allá del conflicto, el tiempo es superior al
espacio, la realidad sobrepasa a la idea y el Todo destaca sobre la parte. Esto fundamenta el
axioma del ya pero todavía no, como germen de una esperanza que trasciende los límites
contingentes y la inmanencia de la humanidad. Para ello, demos un paso más.

ECOLOGÍA INTEGRAL

Sobre este tema central es necesario hacerse la pregunta ¿Qué es la vida? Esta es una
interrogante que se vuelve premisa y en la que se asienta la razón de ser de la persona humana
y de todo lo que existe y es. La vida es relación. Una relación que da sentido y es germen a
la existencia humana y a todo lo que ha sido creado. Es una manifestación que se traduce en
fidelidad con el Creador.

La dimensión antropológica de la ecología integral tiene una estrecha relación con lo


que en tiempos posteriores al Vaticano II se llamó la evolución del humanismo integral, de
ahí que, “el hombre tiene el camino abierto hacia un progreso nuevo, hacia un humanismo
trascendental que le da su mayor plenitud; tal es la finalidad suprema del desarrollo
personal”3. La ecología integral es un posicionamiento ético y no es abstracto. Es una
reflexión que tiene que ver con las consecuencias, de la acción del ser humano, de cara al
futuro.

Ecología integral no se reduce a un mero concepto verde o ecologismo sesgado, sino


centra su razón de ser en la correcta antropología que sostiene la identidad y esencia del ser
humano. Esto se puede notar desde los contextos actuales que caracterizan el ámbito de la
cultura, la economía, el liderazgo político, la tecnociencia y las pequeñas comunidades
rurales o urbanas que se vinculan con el entorno.

El desarrollo sostenible o ecológico es aquel que satisface las necesidades de las


generaciones presentes básicas sin comprometer la sustentación de las generaciones futuras
y sus necesidades. Es un desarrollo que está en armonía con el medio ambiente y en comunión
con los derechos humanos.

Este concepto y forma de pensar es sin duda, una invitación a la visión integral de la
vida, partiendo de la “convicción de que todo en el mundo está conectado y que, como nos
ha recordado la pandemia [Covid-19], somos interdependientes unos de otros, y también

3
PABLO VI, Populorum Progressio, 16.

2
dependientes de nuestra Madre Tierra. De esta visión se deriva la necesidad de buscar otras
formas de entender y medir el progreso, sin limitarnos solamente a la dimensión económica,
tecnológica, financiera y al producto bruto [PIB]”4, sino dando una relevancia central a la
dimensión socio-ética y educativa, dirá el Santo Padre Francisco en el Video Mensaje que
dirigió a los participantes en el evento mundial “Countdown” Ted, sobre el cambio climático.

No es suficiente el progreso que satisfaga necesidades o que cuide el ambiente, sino


que debe estar a la altura de la dignidad de las personas. ¿Cómo se puede entender la persona
humana y su dignidad como elemento fundante en la encíclica del Papa?

LA PERSONA HUMANA Y SU DIGNIDAD-ELEMENTO FUNDANTE EN LAUDATO SI

La realización de las civilizaciones comprende una serie de movimientos que buscan


un estadio de vida cada día mejor. Esta tendencia favorece a que el pensamiento de las
naciones busque “absolutos” en medio de circunstancias relativas. Con esto se quiere decir
que, la realidad del ser humano aunque es limitada es trascendente. No obstante, el riesgo o
peligro es que este se quede con lo contingente y no de el paso a aquello que va más allá del
tiempo y el espacio.

La casa común se compone de distintas creaturas que nos acercan al Creador, el único
que es Absoluto. Dentro de esas creaturas se encuentra la persona humana, la cual posee una
naturaleza propia que la define y un carácter de misterio que la distingue. Por eso, se
diferencia de todo aquello que no es humano. El ser humano por excelencia es el Verbo
encarnado y es el modelo de toda persona humana. Bajo la mirada de este axioma
fundamental es que, “el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del misterio del Verbo
encarnado”5.

Laudato Si es una viva expresión de esto porque exalta la dignidad de la persona


humana a la luz del misterio de Cristo que se hace presente en las sociedades actuales y en
los diferentes contextos que las definen. El criterio de la ecología integral manifiesta de suyo
un salto a posicionar el mundo en clave de eternidad. Por eso, el respeto por la dignidad
humana garantiza consigo el respeto por lo demás, que configura el ADN de la casa común.

Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad


trascendente de la persona humana. Esta representa el fin último del orden social, pues, su
progresivo desarrollo debe en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el
orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario. El respeto de la dignidad
humana no puede absolutamente prescindir de la obediencia al principio de considerar al
prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios necesarios para

4
FRANCISCO, Video Mensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en el evento mundial “countdown”
ted, sobre el cambio climático, 2020.
5
CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et Spes, 22.

3
vivirla dignamente. Es preciso que todos los programas sociales, científicos y culturales,
estén presididos por la conciencia del primado de cada ser humano”6.

Hay un binomio que favorece la vida del ser humano, indistintamente del ámbito en
el que se encuentre. Esto aplica para su realización en el mundo terrenal así como en el deseo
de alcanzar la vida en plenitud. Con esto se habla del sentido de identidad y pertenencia. En
tanto más se identifique el ser humano mayor es su pertenencia. Se podría pensar; en cuanto
más humana es la condición del hombre y la mujer, mayor es su identificación con la Persona
perfecta (en mayúscula), de quien antes se hablaba, y por tanto mayor su sentido de
pertenencia al Absoluto. ¿Cómo poder concretizar esto?

Dirá el papa Francisco que, en la sensación de asfixia producida por la aglomeración


en residencias y espacios con alta densidad poblacional se contrarresta si se desarrollan
relaciones humanas cercanas y cálidas, si se crean comunidades, si los límites del ambiente
se compensan en el interior de cada persona, que se siente contenida por una red de
comunión y de pertenencia. De ese modo, cualquier lugar deja de ser un infierno y se
convierte en el contexto de una vida digna7.

Por esta razón, el reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano muchas
veces contrasta con la vida caótica que deben llevar las personas en nuestras ciudades. Pero
esto no debería hacer perder de vista el estado de abandono y olvido que sufren también
algunos habitantes de zonas rurales, donde no llegan los servicios esenciales, y hay
trabajadores reducidos a situaciones de esclavitud, sin derechos ni expectativas de una vida
más digna8.

La ecología integral es inseparable de la noción de bien común, un principio que


cumple un rol central y unificador en la ética social. Es el conjunto de condiciones de la vida
social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno
y fácil de la propia perfección. El bien común presupone el respeto a la persona humana en
cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral 9.

Esto hace fecunda “la reflexión que versa en la necesaria relación de la vida del ser
humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un
ambiente más digno”10. Por tanto, en ningún caso la persona humana puede ser
instrumentalizada para fines ajenos a su mismo desarrollo, que puede realizar plena y
definitivamente sólo en Dios y en su proyecto salvífico: “el hombre, en efecto, en su
interioridad, trasciende el universo y es la única criatura que Dios ha amado por sí

6
PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 132.
7
FRANCISCO, Laudato Si 148.
8
Ibid, 154.
9
Ibid, 156-157.
10
Ibid, 155.

4
misma”11. Por esta razón, “ni su vida, ni el desarrollo de su pensamiento, ni sus bienes, ni
cuantos comparten sus vicisitudes personales y familiares pueden ser sometidos a injustas
restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad”12 dentro del lugar que poseen
en la casa común.

LA REALIDAD DE NUESTRA ÉPOCA-CASOS

La humanidad vive inserta en un contexto de realidad que tiene como característica


la historia de las civilizaciones y su evolución. El sentido teológico de esta permite
comprender el aspecto de encarnación divina que identifica la vida del ser humano integrando
todas las vetas de la sociedad. De ahí que, el proyecto salvífico de Dios sobre la humanidad
se realiza en el dinamismo propio de la encarnación; el ser humano sólo es alcanzando por la
gracia, “en cuanto ser social, inserto en una cultura y radicado en un lugar”13.

La salvación, “tal y como lo atestiguan los datos de la Escritura, no puede entenderse


sino como la acción de Dios en una realidad concreta, que abarca la integridad de lo
humano, que podríamos llamar lugar teológico”14. Este dato antropológico debe ser
entendido en su correspondencia eclesiológica (no podemos perder de vista que en los
documentos conciliares, tanto la antropología, como la eclesiología están referenciadas a la
cristología, cfr. LG 8; GS 22), ya que ambas están referidas al misterio de la Encarnación.

Esta premisa da pie a comprender que el hombre y la mujer son seres relacionales
capaces de Dios, de los demás y del entorno que les rodea. La vida del ser humano lo
identifica el plan de Dios, es un ser libre y aunque incurrió el pecado, es llamado a la
trascendencia. El amor es trascendencia, porque desde este horizonte es que se debe
configurar el paradigma del cuido de la casa común

Se afirman categóricamente estos presupuestos porque en la actualidad hay


situaciones contradictorias que ponen en entredicho la esencia del ser humano así como de
las creaturas que sostienen la naturaleza y el mundo. Cada una debe reinar en su campo, el
ser humano es persona, así como la biosfera se forma de especies animales y vegetales, de
una biodiversidad de innumerables ecosistemas. Esto se subraya porque hoy existen
tendencias ideológicas que confunden la razón de ser de las cosas y se cae en juicios de valor
que tienden a despersonalizar la persona humana y en su contraparte a dar categoría de
humano a especies que no son humanidad.

Esto es una paradoja real que preocupa el devenir social de nuestros tiempos. Por eso,
se es víctima de un materialismo exacerbado donde el producir es más importante que la

11
PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 133.
12
Ibid, 133.
13
BUENO DE LA FUENTE, Eclesiología, 98.
14
RAMÍREZ, E. Apuntes de Eclesiología, 2023.

5
persona y los recursos, de un nihilismo que cosifica las relaciones humanas transformándolas
en un sin sentido de rupturas sociales que dañan el entretejido del ser humano y su entorno.
Lamentablemente, hoy se sufre la cultura del relativismo, la cual “es la misma patología que
empuja a una persona a aprovecharse de otra y a tratarla como mero objeto, obligándola a
trabajos forzados, o convirtiéndola en esclava a causa de una deuda”15. Situación que es
proyectada a los distintos escenarios del entorno natural y social del mundo.

Ejemplos concretos de este desequilibrio se observan en el detrimento de los recursos


naturales, los mantos acuíferos, la sobre explotación de los suelos, el calentamiento global,
las fuertes sequías, la contaminación del aire, el suelo y el recurso hídrico.

En cuanto al cambio climático, se puede decir que, demanda una respuesta decidida.
“Estamos en una autopista hacia el infierno climático, con el pie en el acelerador” 16. La
urgencia de esta crisis es innegable. “Países de todo el mundo están enfrentando las
devastadoras consecuencias del cambio climático, y es crucial tomar medidas basadas en el
consenso científico: para limitar el calentamiento global a no más de 1,5 C por encima de
los niveles preindustriales17”.

Los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio


Climático (IPCC) pronostican un aumento de la temperatura media global. Será de
entre 1,5oC y 2oC para el año 2050. Todo depende del escenario de emisiones de carbón que
genere el ser humano. Los aumentos de temperatura provocarán sequías severas en muchas
partes del mundo. A falta de agua, habrá un impacto drástico en la agricultura. Pero, también
en el suministro para zonas urbanas densamente pobladas.

“Otra gran amenaza asociada con el cambio climático es la posibilidad de que el


aumento de la temperatura acelere el deshielo de los casquetes polares. Eso provocaría un
aumento del nivel del mar en todo el mundo, Se producirá un aumentó drástico de las
inundaciones costeras, los cambios de temperatura provocarán un aumento de los niveles de
las enfermedades, Aumentará las tasas de extinción de especies, entre otras”18.

Si se da un salto cualitativo del ecosistema natural al ecosistema de la humanidad,


también existen desequilibrios que ponen en riesgo la vida de las personas. A nivel país, en
Costa Rica el sector poblacional de los adultos mayores es cada vez más afectado. Estudios
de la Universidad de Costa Rica en la Facultad de Medicina han determinado que el tema de
la vejez se ve bombardeado por la indiferencia y el abandono. Es doloroso encontrarse con
casos como el que sucedió en una de las salas de espera, en una banca, “donde quedaba una

15
FRANCISCO, Laudato Si 148.
16
SABER HOSSAIN CHOWDHURY, El cambio climático-periódico La Nación, 1.
17
Ibid, 1.
18
PICAZO, M. Así será la Tierra del año 2050, 2022.

6
señora y mientras esperaba quien la atendía apretaba en su mano un papel arrugado en el
cual se leía: Vean a ver qué hacen con mi mamá”19.

Ante situaciones como estas el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor


(CONAPAM) “creó en el año 2015 una modalidad de atención específica para casos de
personas adultas mayores en condición de abandono o situación de calle, con un estimado
de que eran 48 personas las que se tenían que reubicar por estar en esa condición”20.

En otras latitudes, la provincia de Limón es otra de las realidades que manifiestan el


frío tan tremendo de la pobreza que divide y desencarna ese horizonte de eternidad que antes
se justificó. Ya se atestiguan los datos en cuanto que, entre el “2020 y 2021 se evidenció que
la pobreza llegó a instalarse en 30% o más de quienes habitan Limón, con crecimiento de la
pobreza extrema en más de 2% (8,2 a 10,4 respectivamente) en solo un año. Si vemos el
comportamiento de la pobreza en las distintas provincias o regiones de planificación, las
grades disparidades saltan a la vista21”

Definitivamente, se asoma a nuestras vidas un sin número de casos que ponen en


riesgo el equilibrio de la humanidad y su entorno. Por esto, se necesita de la ecología de la
vida cotidiana para poder hablar de un auténtico desarrollo, que asegure la producción de una
mejora integral en la calidad de vida humana, y esto implica analizar el espacio donde
transcurre la existencia de las personas22. Pero ¿Y qué sentido tiene buscar esta integralidad?

EL “YA PERO TODAVÍA NO”

El ser humano vive en una tensión que lo pone en perspectiva hacia lo eterno. Se ha
hecho un recorrido a lo largo de este esbozo de pensamiento, en el que el anhelo de eternidad
se ha venido develando en medio de la accidentalidad de los eventos que suceden en el
porvenir del mundo en el aquí y en el ahora. No obstante, podemos preguntarnos, ¿A qué
llama Dios, a qué eleva la naturaleza humana?

El ser humano es un ser por definición que es libre. La libertad es la


autodeterminación del yo hacia el bien guiado por la razón y la voluntad. Su libertad se
enferma cuando se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades
inmediatas, del egoísmo, de la violencia, como se visualizó anteriormente. En ese sentido,
está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos
para controlarlo.

19
RODRÍGUEZ, L. De tenerlo todo a ser abandonados, así es como la vejez en Costa Rica está tomando un
nuevo rostro, 1.
20
CONAPAM, 2024.
21
ROMÁN, J. La paz del dejo, mi paz les doy, 10.
22
Cf. FRANCISCO, Laudato Si 147.

7
Hay una tensión bipolar entre la plenitud y el límite. La plenitud provoca la voluntad
de poseerlo todo, y el límite es la pared que se nos pone delante. El tiempo, ampliamente
considerado, hace referencia a la plenitud como expresión del horizonte que se nos abre, y
el momento es expresión del límite que se vive en un espacio acotado. Los ciudadanos viven
en tensión entre la coyuntura del momento y la luz del tiempo, del horizonte mayor, de la
utopía que nos abre al futuro como causa final que atrae. De aquí surge un primer principio
para avanzar en la construcción de un pueblo: el tiempo es superior al espacio23.

La dimensión escatológica envuelve la realidad entera del ser humano creado por
Dios, y desde ella es que se ilumina su experiencia en el tiempo presente. Desde el plano
eclesiológico, la Iglesia, cuerpo místico de Cristo; el ser humano perfecto, vive en
permanente y creativa tensión, entre el ya y el todavía no, que esconde su plenitud. Esta
tensión escatológica es de vital importancia, porque le permite confrontarse constantemente
con su provisionalidad (Ecclesia viatorum, in via et non in patria) y descubrirse a sí misma
en su búsqueda de fidelidad a su Señor.

Es necesario traspasar por tanto el nihilismo, la instrumentalización de la persona para


que esta se abra a la realidad trascendente, que se hace presente y se vive en el aquí y en el
ahora. La trascendencia al Absoluto nos pone en sintonía cuando se es capaz de trascender
hacia la necesidad del otro, hacia la propia periferia existencial que abre un horizonte a las
periferias de los que no tienen. Es el ya del amor, de alcanzar un equilibrio en el que lo creado
goce de lo que le corresponde en su esencia.

Estamos “hablando de una actitud del corazón, que vive todo con serena atención,
que sabe estar plenamente presente ante alguien sin estar pensando en lo que viene después,
que se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido 24”. El ya
pero todavía no que nos presenta el criterio de la ecología integral se traduce en el descender
a la precariedad de la existencia humana, porque nos permite vaciarnos de nosotros para ver
en el otro al Otro (en mayúscula), para contemplar lo creado en la naturaleza como un motivo
que nos hace tocar la plenitud.

El cosmos, el mundo, la creación, el ser humano no son un contrario al plan salvífico


de Dios, sino que es la tierra fértil en la que el Eterno trabaja. Este axioma abre un camino
que direcciona la realidad del momento temporal a un plano que supera todo lo que las
capacidades humanas pueden observar. ¿De qué se trata esto y por qué? Demos un paso más.

23
FRANCISCO, Evangelii Gaudium, 222.
24
FRANCISCO, Laudato Si 226.

8
EL “ESCATON”; EL PROYECTO DE LA TERNURA DE DIOS EN LA VIDA HUMANA

El ser humano, si bien supone también procesos evolutivos, implica una novedad no
explicable plenamente por la evolución de otros sistemas abiertos. “Cada uno de nosotros
tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en diálogo con los demás y con el mismo
Dios. La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal dentro del
universo material supone una acción directa de Dios, un llamado peculiar a la vida y a la
relación de un Tú a otro tú”25. Esto, definitivamente nos conecta con el plano escatológico.

Escatología es un pensar en el campo de la Teología que mira al misterio mismo de


Dios, en cuanto, “la promesa de salvación en clave del creyente esperanzado. Es la promesa
hecha por Dios desde la creación. Es importante pensar la salvación no como un concepto
negativo sino estar todo en Dios, comunión con Él. La obra de Dios va más allá del pecado,
no se puede reducir al pecado”26. Por eso se habla, del proyecto de la ternura de Dios en la
vida humana.

El objeto de la Escatología es la promesa de la salvación en clave del creyente


esperanzado. La obra de Dios sigue en constante creación, crecimiento, dinámico. Él ha
plasmado la creación de sí mismo, todo ha salido de Él. La creación como obra de Dios puede
verse destruida por el pecado, pero la obra de Cristo es eterna. Cualquier cosa que el barro
exprese, de Cristo se piensa como hombre y futuro.

El proyecto de la ternura de Dios pone en equilibrio la existencia humana con el orden


creado, pues se necesita del enfoque del hombre en Cristo para que se hable con el lenguaje
del amor en la obra creadora y en las decisiones que tome el ser humano. No hay división
entre lo que ocurre desde el plano temporal y espacial respecto al plano de lo eterno. Es una
sincronía que se revela desde el movimiento de la economía salvífica. Por tanto, “la plenitud
de los tiempos ha llegado, pues, a nosotros (cf. 1 Co 10, 11), y la renovación del mundo está
irrevocablemente decretada y en cierta manera se anticipa realmente en este siglo, pues la
Iglesia, ya aquí en la tierra, está adornada de verdadera santidad, aunque todavía
imperfecta"27.

Esta tensión imperfecta en la que se mueve la humanidad es necesario que sea


revestida de un enfoque vertical respecto a Dios y horizontal respecto a la casa común; es
decir, la persona humana y la obra creada. “Esto nos obliga a pensar en un solo mundo, en
un proyecto común”28. A partir de esta dinámica es que el lenguaje de la ternura y el amor se
vuelve no un discurso utópico sino una realidad. Hablar de ecología integral desde la persona
humana y su dignidad nos coloca en la perspectiva de sentir que nos necesitamos unos a

25
Ibid, 81.
26
QUIRÓS, M. Apuntes de Escatología, 3.
27
CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium, 48.
28
FRANCISCO, Laudato Si 164.

9
otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser
buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la
ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre
superficialidad nos ha servido de poco. Entre más amemos la casa común más amamos la
persona humana y viceversa29. Entonces, ¿Se puede decir que, el proyecto salvífico de Dios
sí se traduce en epifanía de amor en la obra creada?

CONCLUSIÓN

Este proyecto de amor salvífico en la realidad del ser humano actual evidencia un
paradigma en movimiento, que pone en sintonía toda su esencia con respecto a la obra creada
y el plano de la eternidad. La ecología integral permite vivir desde un horizonte en el que
todo está conectado, hay un bien común presente y futuro, existe una armonía o hermandad
con lo creado, hay una educación con un nuevo estilo de vida, nuevos valores, una cultura
del cuidado no en la lógica del dominio (como se visualizó en los casos anteriores) y otra
concepción de calidad de vida con un estilo particular, profético y contemplativo que no se
queda con la contingencia de lo temporal sino que trasciende a lo que perdura por siempre.

El carácter escatológico en perspectiva ecológica integral pone de suyo una alianza


entre el ser humano; su dignidad y el medio ambiente fundamentada en el amor que brota de
la Vida, lo cual pone sobre el tintero el valor de cada criatura, se desarrolla una conciencia
del origen común, se desarrollan gestos cotidianos que integran la vida en sociedad, se
entretejen vínculos de responsabilidad por los otros en la justicia y el compromiso social con
los más frágiles se traduce en un uso sostenible por medio del cambio de lenguaje y enfoque.

Hoy es necesaria una conversión ecológica, una metanoia en el que la gran riqueza de
la espiritualidad cristiana, generada por veinte siglos de experiencias personales y
comunitarias, ofrece un bello aporte al intento de renovar la humanidad. Aquí se propone un
modo alternativo de entender la calidad de vida, de gozar profundamente sin obsesionarse
por el consumo. La sobriedad y la humildad no han gozado de una valoración positiva en el
último siglo. Pero cuando se debilita de manera generalizada el ejercicio de alguna virtud en
la vida personal y social, ello termina provocando múltiples desequilibrios, también
ambientales30.

El proyecto de la ternura de Dios o escaton implica sin excepción alguna el


acompañamiento de persona a persona, de comunidad a comunidad, de comunidad a sociedad
y de la globalidad a la eternidad. Para esto ha sido llamado el ser humano, para estar con Dios
y pertenecerle ahora y por siempre.

29
Cf. Ibid, 226.
30
Ibid, 224.

10
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