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Asignatura:
Doctrina Social de la Iglesia
Catedrático:
Doc. José Mario Franco Castillo
Estudiante:
Acumulativo No 1
Fecha de Entrega:
10 de noviembre del 2022
Introduccion
En estos capítulos el papa nos habla de la ecología humana, ambiental
económica social y cultural, es decir, integral. Por otra parte, también sobre la
vida cotidiana y el principio del bien común como lo contrario a la individualidad
social que impera.
También nos habla de la tecnología y el poder, así como de la globalización del
paradigma tecnológico. Por otra parte, menciona la crisis ecológica planetaria y
sus consecuencias.
Esta ecología ambiental "es inseparable de la noción del bien común", que
debe comprenderse de manera concreta: en el contexto de hoy en el que
donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables,
privadas de derechos humanos básicos, esforzarse por el bien común significa
hacer opciones solidarias sobre la base de una opción preferencial por los más
pobres. Este es el mejor modo de dejar un mundo sostenible a las próximas
generaciones, no con las palabras, sino por medio de un compromiso de
atención hacia los pobres de hoy como había subrayado Benedicto XVI:
además de la leal solidaridad intergeneracional, se ha de reiterar la urgente
necesidad moral de una renovada solidaridad intergeneracional.
Síntesis e Ideas Principales
Capítulo 3
En esta reflexión se propone que nos concentremos en el paradigma
tecnocrático dominante y en el lugar del ser humano y de su acción en el
mundo. La modificación de la naturaleza con fines útiles es una característica
de la humanidad desde sus inicios, y así la técnica «expresa la tensión del
ánimo humano hacia la superación gradual de ciertos condicionamientos
materiales» . La tecnología ha remediado innumerables males que dañaban y
limitaban al ser humano. La tecnociencia bien orientada no sólo puede producir
cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser
humano, desde objetos domésticos útiles hasta grandes medios de
transporte, puentes, edificios, lugares públicos.
Se volvió contracultural elegir un estilo de vida con objetivos que puedan ser al
menos en parte independientes de la técnica, de sus costos y de su poder
globalizador y masificador. La economía asume todo desarrollo tecnológico en
función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas
para el ser humano. Pero el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo
humano integral y la inclusión social. La vida pasa a ser un abandonarse a las
circunstancias condicionadas por la técnica, entendida como el principal
recurso para interpretar la existencia.
No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No
puede exigirse al ser humano un compromiso con respecto al mundo si no se
reconocen y valoran al mismo tiempo sus capacidades peculiares de
conocimiento, voluntad, libertad y responsabilidad. Si la crisis ecológica es una
eclosión o una manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la
modernidad, no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y
el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano. Cuando el
pensamiento cristiano reclama un valor peculiar para el ser humano por encima
de las demás criaturas, da lugar a la valoración de cada persona humana, y así
provoca el reconocimiento del otro.
Por eso, para una adecuada relación con el mundo creado no hace falta
debilitar la dimensión social del ser humano y tampoco su dimensión
trascendente, su apertura al «Tú» divino.