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Visiones del desarrollo endogéno desde las comunidades locales (Quispe Miriam, 2016)

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Edgar Martínez Gómez

El texto que nos presenta la autora ofrece un balance sobre las diferentes corrientes del
desarrollo local en América Latina. El supuesto que persigue es que la mayoría de los
modelos de desarrollo responden a las necesidades específicas de cada localidad y que solo
se considerarán endógenas en la medida en que desencadenen las potencialidades a nivel
local. De acuerdo con el artículo, el desarrollo es una cuestión que tiene una larga historia,
en donde, se ha privilegiado la mirada economista cuyo centro de atención radica en el
crecimiento/reducción del PIB. En efecto, las diferentes bibliografías que dan cuenta de la
evolución del concepto “desarrollo“, plantean este carácter que ha dominado la
comprensión del desarrollo (Boisier, 2016; Tapia, 2009).

Sin embargo, el desarrollo — en tanto concepto— ha adquirido otras orientaciones que


toman distancia a la vertiente económica. Es el caso del desarrollo endógeno que, de
acuerdo con la autora, emerge a finales de los años ochenta como parte de un conjunto de
iniciativas que también surgen por esos años en Europa. No obstante, vale la pena señalar
que en este artículo no hay una exposición profunda sobre lo qué es el “desarrollo
endógeno“. En cambio, en el texto de Endogenous development and institutions (Vázquez-
Barquero y Rodríguez-Cohard, 2016) realiza una definición sólida en la cual plantea que el
desarrollo endógeno es un un proceso de crecimiento económico, de re-estructuración
territorial en donde éste ya no es simplemente un lugar, sino un entorno de interacción
constante entre recursos, iniciativas y diversidad de actores.

Me queda la impresión de que la autora plantea una ruta alterna de exposición para evitar la
discusión entre territorio y comunidad (este último es el de su mayor interés). Presta
atención al contexto de pobreza y desigualdad en el mundo y sobre todo en América Latina;
ofreciendo datos sugerentes sobre la manera en que la pobreza se ha venido comportando,
puesto que más allá de que ésta tenga una gran cobertura existen datos que sugieren que en
los últimos años se ha venido disminuyendo. La cuestión radica en que una buena parte de
la pobreza y la desigualdad se ha concentrado en nuestro continente.
La autora defiende el argumento de que los nuevos modelos de desarrollo responden
justamente a los problemas de pobreza, desigualdad, marginación y que éstos solo serán
considerados como tal, en tanto, consideren a la comunidad. Y es aquí en donde aparece el
concepto comunidad, el cual resulta interesante porque la autora no lo va a equiparar como
“desarrollo territorial“. Podría plantear a partir de estos elementos que en este texto hay una
diferenciación entre la visión europea y la latinoamericana sobre el desarrollo endógeno,
diferencia que se hace más evidente en el avance del texto cuando plantea que hay una
visión evolutiva que supone que las localidades en vías de desarrollo deben aspirar al
estadio de las sociedades desarrolladas.

En esa tesitura, es que tengo la impresión de que la autora pondera lo comunitario en los
modelos de desarrollo endógeno en Latinoamérica. Y define, como se ha señalado, a la
comunidad como un conjunto de realidades en donde interactúan organizaciones, ideales,
cooperación, solidaridad, etc. Deja la hipótesis de que la organización en comunidad es uno
de los antecedentes más longevos del desarrollo endógeno, puesto que en la región Inca
habían patrones de conducta que propiciaban la producción. En ese sentido, en la actualidad
existen diferentes visiones del desarrollo comunitario, a saber: transformador sostenible,
rural humano, desarrollo sustentable, desarrollo bolivariano, socialismo en siglo xxi.

La mayoría de las tendencias de desarrollo comunitario se encuentran ubicados en el plano


de lo rural, con acciones que van desde el cuidado del ambiente, hasta el acceso de la
justicia. La amplitud de modelos que encuentra la autora reducen la exposición sobre
algunos casos prácticos como Perú, Bolivia y Chile, que son mencionados pero no
desdoblados. Sin embargo, encuentra que los diferentes mecanismos de desarrollo de las
diferentes orientaciones coinciden con las determinantes de la región latinoaméricana.
Empero, la comunidad como objeto del desarrollo no había sido considerada en diferentes
iniciativas, aspecto que me parece sumamente rescatable porque plantea que le fueron
impuestos mecanismos de desarrollo, o se re-apropiaron las acciones originarias.

Quispe Miriam. (2016). Visiones del desarrollo endogéno desde las comunidades locales.
PERSPECTIVAS, núm 37, 95–122.

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