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DESARROLLO A ESCALA HUMANA

Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones


Manfred A. Max-Neef

4 de Mayo de 2012

Relator: Viviana Lozano


Correlator: Rodrigo González
Protocolante: Angela Milena Niño

A continuación se presentan las ideas suscitadas y debatidas tras la lectura analítica


del texto Desarrollo a Escala Humana, donde se expone el planteamiento del profesor
Max-Neef, en relación con la necesidad de re-convertir el concepto del desarrollo
desde el ser humano y la sociedad, basado en la búsqueda de satisfactores para las
necesidades humanas, incluyendo su dimensión subjetiva y material para ser, estar,
hacer y tener.

Acerca del autor


“La economía debe servir a las personas y no las personas a la economía”, es
el lema del profesor Manfred A. Max-Neef, el cual es reconocido
internacionalmente por sus teorías de pensamiento alterno a los paradigmas
tradicionales de la economía de mercado. Fue ganador del Premio Nóbel
Alternativo de Economía en el año 1983 y se ha desempeñado como docente y
consultor de la FAO y la OIT, y para 1993 se presentó como candidato a la
presidencia de su país. Actualmente es fundador y ejecutivo del Centro de
Alternativas para el Desarrollo –CPAUR- de Chile y director de la Universidad
Bolivariana del mismo país. Dentro de sus muchas publicaciones se destacan
los trabajos de “La Dimensión Perdida” del año 2007, “Desarrollo a Escala
Humana” del año 1993 y La Economía Descalza del año 1986.

Relatoría:
La relatoría inicia con la reflexión acerca de la necesidad de replantear el
concepto de desarrollo ante la evidente crisis social y económica que viven hoy
las ciudades del mundo. Profundizando en ésta idea, el autor plantea como el
paradigma del desarrollo entendido desde el crecimiento económico y
sustentado en la política neoliberal, se ha gestionado mediante estrategias que
sobredimensionan el monetarismo, las recetas financieras, y las “preferencias”
del consumidor a partir de una racionalidad economicísta, la cual ha tenido
efectos adversos a los verdaderos objetivos que se debe perseguir. Las
consecuencias no pueden ser mas evidentes, deuda externa, desempleo y
subempleo, déficit de vivienda y pobreza, lo cual induce de forma directa sobre
la toma de decisiones individuales coartando el pensamiento y la creatividad
para proponer otra manera de entender y habitar el mundo como persona y
como sociedad.
Seguido de ello, se aborda el tema central de la lectura que plantea al
desarrollo a escala humana como una perspectiva alternativa para alcanzar
una “adecuada” satisfacción de las “necesidades humanas”, comprendidas en
el ser, el estar, el hacer y el tener. Una de las particularidades de éste nuevo
planteamiento es la reconceptualización de “las necesidades”, las cuales
además de ser entendidas como carencias, se exponen también como
potencialidades para el desarrollo de las personas.
Dicha adecuada satisfacción, se considera posible si se suma por un lado la
autodependencia y por otro la articulación orgánica (de los seres humanos),
dos procesos que involucran directamente a las personas y los cuales tienen
efectos en la escala global, regional y local, y se ven materializados de forma
armónica en las dimensiones dialécticas de: naturaleza y tecnología, lo
individual y lo social, la sociedad civil y el estado, la planificación y la
autonomía, desde allí es factible crear nuevas líneas de acción.
El desarrollo a escala humana, se sustenta sobre la “Teoría de las Necesidades
Humanas” la cual es una construcción transdisciplinar, donde el objeto de
medición se convierte en sujeto que se entiende dentro de un sistema de
relaciones complejas, simultáneas y complementarias. Así, los satisfactores a
dichas necesidades son elementos que se redefinen según la cultura y las
formas de producción y consumo, y por tanto pertenecen a tiempos, espacios y
sociedades específicas y cambiantes.
El enfoque de desarrollo que se espera obtener a partir de una escala humana,
debe propender por el fortalecimiento de los espacios locales, la micro-
organización, la contextualización en lo espacial y temporal es decir en el hoy, y
la revaloración de la multiplicidad de aspectos de la sociedad civil, para con ello
trascender a una nueva manera de desarrollo. Todo ello converge en una
filosofía de las necesidades humanas que mediante la comprensión de los
procesos dialécticos y sistémicos entre “necesidades”, “satisfactores” y “bienes
económicos” alcance de forma acertada el ser, estar, hacer y tener, a través de
nuevas interpretaciones y con ideas inesperadas para abordar los problemas.

Correlatoría:
Como complemento al discurso expuesto se hace énfasis en que en las
necesidades humanas se evidencia una “subjetividad universal”, lo cual hace
que dichas necesidades no cambien, sean finitas, pocas y clasificables
(existenciales y axiológicas), trasciendan culturas, tiempos y espacios, ya que
obedecen a lo básico para la realización del ser humano en su camino hacia la
construcción de una sociedad compleja, es decir desde la construcción del ser
y el estar que parten del individuo hasta el hacer y el tener que involucran en
ello, procesos colectivos y una organización social.
La relación entre necesidades y satisfactores se media a través de los
artefactos o “bienes”, todos ellos forman parte de interacciones dialécticas y
sistémicas, que abordan lo complementario, lo complejo y lo recíproco, por ello
son objetos inseparables. Sin embargo existen prioridades marcadas por la
urgencia del tipo de necesidad, bien y satisfactor. “Es preciso reconocer un umbral
presistema, por debajo del cual la urgencia por satisfacer una determinada necesidad llega a asumir
características de urgencia absoluta” pg. 79
Así mismo se menciona además, que el fortalecimiento de la micro
organización, depende del tipo de satisfactor de las necesidades, endógenos o
exógenos. Complementando, los primeros afianzan “el devenir de los procesos
liberadores que son producto de actos volitivos que se impulsan por la
comunidad desde abajo hacia arriba”, los segundos obedecen más a ser
“impuestos, inducidos, ritualizados o institucionalizado” por lo cual no
necesariamente aportan a lo esencial de la calidad de vida y el proyecto de
realización personal y de sociedad.
Por otro lado, se hace la reflexión del si se habló o no de la calidad de vida en
el discurso, y se hace evidencia que es el tema central de discusión y para lo
cual el autor propone todas las estrategias mencionadas, sin embargo la
connotación que tiene en sí el término de “calidad de vida” ha sido visto casi
siempre desde su medición a través de los indicadores de tipo cuantitativo,
Max-Neef replantea el concepto de forma más integral involucrando otras
dimensiones a las necesidades humanas y diferenciándolas de los
satisfactores y los bienes, mediante el paradigma de que “el fin del proceso no
es el desarrollo humano, sino que es el proceso en sí”.
Por último se destaca que el fortalecimiento de la autonomía también involucra
al estado y los mecanismos que éste pueda generar para facilitar dicho
proceso.

Debate:
Uno de los puntos centrales que plantea el autor, es el de la necesidad como
carencia y potencialidad, lo tradicional ha sido entenderlas como la falta de algo
o reducirlas a la pobreza en general, parte de ese discurso también lo sostiene
Amartya Sen en su disertación sobre la calidad de vida y la pobreza, y Pierre
Bourdieu en su discurso acerca del capital social. La diferenciación entre
necesidades, satisfactores y bienes es un aporte único que hace Max-Neef, a
la teoría del desarrollo y la calidad de vida.
En una mirada compleja no se puede ceñir el discurso a un único autor, es
necesario contrastarlo y complementarlo, cada perspectiva tiene verdades
parciales. Por ejemplo respecto a la calidad de vida es necesario conocer los
planteamientos desde el utilitarismo, donde el nivel de vida se define por la
riqueza que se posee, desde John Rawls se aborda desde la dimensión social
y las motivaciones colectivas, tomando de concepto central a la “justicia”, Max-
Neef, ahonda las necesidades y los satisfactores y así otras perspectivas que
aportan diverso tipo de conocimiento.
La calidad de vida se viene presentando a partir de una serie de estadísticas e
indicadores agregados pero desde la escala local cómo medir las diferencias
de percepción al respecto?, es necesario profundizar lo cotidiano, el mundo de
lo real, lo facto, y lo político. Existen casos aplicados 1? La inquietud surge de

1
De una revisión somera en la Web, se encontró lo siguiente: El enfoque de la Escuela de Desarrollo a Escala
Humana aplicado a la satisfacción de las necesidades de hábitat de los ciudadanos desfavorecidos de África
subsahariana. Eva Álvarez de Andrés y José Miguel Fernández Güell. http://www.n-
aerus.net/web/sat/workshops/2010/pdf/PAPER_alvarez_e.pdf
experiencias barriales donde al cuestionar a la población acerca de sus
necesidades aparecen diversidad de opiniones e intereses por lo cual no es tan
preciso identificar realmente que se necesita. Históricamente en la construcción
barrial se logra poco a poco ciertos satisfactores de tipo colectivo pero que no
alcanzan a dimensionar e impactar en la calidad de vida de todos (por ejemplo
las redes de acueducto o alcantarillado, etc.)
Frente a estas inquietudes se retoma lo expuesto por Max-Neef, referente a la
denominada “democracia social” o “democracia de la cotidianidad”, donde las
relaciones sociales cotidianas en lo local permite fortalecer la micro-
organización. “Nuestro énfasis en una «democracia social» o bien en una « democracia de la
cotidianeidad» no obedece a la despreocupación por la «democracia política», sino a la convicción de
que sólo rescatando la dimensión «molecular» de lo social (microorganizaciones, espacios locales,
relaciones a Escala Humana) tiene sentido pensar las vías posibles de un orden político sustentado en
una cultura democrática.” Pg.33

La calidad de vida se ha venido midiendo desde lo objetivo, aunque existen


propuestas para incluir variables subjetivas, por ejemplo el trabajo del Oscar
Freneda donde se hace una revisión de las diferentes perspectivas para la
medición. Es necesario incluir la mirada compleja, sistémica e incluir la
dimensión de lo cultural, para la comprensión de ese juego entre las
necesidades, y su adecuada satisfacción. Desde allí es posible trascender a la
temática del hábitat de forma explícita. (en el ser, en el estar, en hacer, en el
tener).
Por ejemplo, existen otros indicadores asociados a la problemática de la
calidad de vida y el hábitat como el índice de desarrollo humano urbano –
IDHU-, el cual espacializa la calidad de vida al interior de la ciudad y la
categoriza teniendo en cuenta variables de distancias y localización de
equipamientos y servicios. En términos prácticos, el comparativo de
indicadores desde la estadística reafirma el pensamiento hegemónico de la
calidad de vida, por tanto además de las cifras es necesario entender como se
construye el indicador, qué variables incluye y hacia donde va su interpretación.

Además de los aspectos tratados se destaca la representación del mundo


actual que hace Max-Neef en relación con otros autores (por ejemplo Félix
Guattari) que analizan la crisis social, económica y ambiental que se está
dando, desde la mirada particular del ser humano, su conciencia y los efectos
inmovilizantes que ello genera en la psiquis de las personas tanto así que
genera complejos, derrotismo, dependencia, angustia y miedo frente a las
alternativas que existen para sobrellevar y mas allá superar dicha crisis,
“Nuestras razones se hacen difusas, y los que aún mantenemos una voluntad de lucha, acabamos, sin
darnos cuenta, emprendiendo luchas que nos son ajenas. De allí que nuestro primer y desesperado
esfuerzo ha de ser el de encontrarnos con nosotros mismos y convencernos además, de que el mejor
desarrollo al que podremos aspirar –más allá de cualquier indicador convencional que, más que nada,
ha servido para acomplejarnos– será el desarrollo de países y culturas capaces de ser coherentes
consigo mismas.”pg. 25.

Muchos de estos efectos sobre las personas son causa de los estereotipos que
la sociedad impone como satisfactores a las necesidades, “ser” como algunos
personajes de moda o “tener” objetos que dan prestigio como celulares de
última tecnología por poner algunos ejemplos.
La propuesta de Max-Neef y los otros autores coincide en crear estrategias
asociadas al poder de lo local, de la organización social y la mirada particular
del sujeto inmerso en un contexto globalizado, sin embargo lo más importante
de la reflexión que “es posible otra” mirada del desarrollo.

Por otro lado se hace un llamado a identificar el papel del estado y la


acertividad de las políticas públicas en esta perspectiva, ya que mucho del
letargo existente en la sociedad respecto a utilizar el derecho de participación
es debido por un lado, a la falta de difusión y desconocimiento de los
instrumentos normativos y por otro, a la falta de empoderamiento de la misma
comunidad ante la exagerada diversificación de políticas focales, que a su vez
para algunos casos y población especial pueden ser insuficientes.
En resumen, la política pública responde a necesidades específicas
identificadas, sin embargo siempre tiene un componente subjetivo de quien las
diseña y quien las ejecuta, en este sentido atienden las necesidades de forma
parcial. La relación entre lo individual y lo social en el paradigma tradicional se
termina enfocando hacia el individualismo, que redunda en el egoísmo y la
satisfacción de necesidades particulares, por ello Max-Neef obliga a repensar
el conjunto de la relación, desde las personas, pero también desde lo colectivo.
De allí la importancia de entender el vínculo histórico y la naturaleza cambiante
de los satisfactores “La forma en que se expresan las necesidades a través de los satisfactores
varía a lo largo de la historia, de acuerdo a culturas, referentes sociales, estrategias de vida, condiciones
económicas, relaciones con el medio ambiente. Estas formas de expresión tocan tanto lo subjetivo como
lo objetivo, pero están perneadas por la situación histórica del vivir de las personas. De ahí que los
satisfactores son lo histórico de las necesidades y los bienes económicos su materialización” pg53.

En el discurso de Max-Neff se rescata además, la importancia de lo endógeno,


es decir el desarrollo desde adentro, desde lo local, desde lo particular. La
democracia ayuda a identificar los satisfactores colectivos y por ello es
fundamental la participación de todos en la toma de decisiones, y recurrir a
otros recursos no tan convencionales para la satisfacción de necesidades,
como la solidaridad, la autogestión y la autonomía.
Superar los vicios y patologías generados por el sentimiento de imposibilidad
del discurso hegemónico son clave para la revaloración del camino a seguir.
“La violencia perturba directamente la necesidad de protección y, de este modo, da paso a una profunda
ansiedad. Por otra parte, el aislamiento, la marginación y el exilio político destruyen la identidad de las
personas y causan rupturas familiares con destrucción de afectos, y generan sentimientos de culpa, a
menudo acompañados de fantasías o intentos reales de autoaniquilación. Además, la frustración de los
proyectos de vida debida a una intolerancia política aniquiladora de la libertad, destruye la capacidad
creativa de las personas, lo cual conduce lentamente, a partir de un profundo resentimiento, a la apatía
y pérdida de la autoestima. pg. 47.

En este sentido el desafío que propone Manfred A. Max-Neef es superar la


dependencia, mediante la amplia comprensión holística de las necesidades
reales del ser humano y encontrar caminos para afrontarlas.

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