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COMUNICACIÓN 3

SEM. 14

TALLER DE LECTURA:
USO DE ESTRATEGIAS PARA EL DESARROLLO DEL NIVEL CRÍTICO
LOGRO:

Al finalizar la sesión, el estudiante aplica la estrategia de comprensión crítica en textos


propuestos, de manera pertinente, para reforzar la comprensión lectora.

Desarrolla las siguientes actividades:


Antes de la lectura: Me familiarizo con el texto y hago predicciones.

1. ¿Qué te sugiere el título del texto?

Es evidente que se trata de una crítica a la sociedad de nuestro país.

2. ¿De qué tratará el texto?

Sobre una crítica al comportamiento de los peruanos y su relación con nuestra realidad política y social.

3. ¿Cuál será́ el propósito comunicativo del autor?

Desvelar temas controversiales y relevantes acerca de nuestra coyuntura sociocultural para con nuestra
realidad política y social.

4. ¿A quiénes estará́ dirigido el texto?

A un público genérico, a la sociedad peruana en general.

5. ¿Qué tipo de texto será́ según su formato e intención comunicativa? (continuo-argumentativo)

Será un texto argumentativo, ya que hablará sobre un tema controversial y seguramente defenderá cierto
punto de vista.

Durante la lectura: Lee, verifica y resalta.

Perdimos la batalla y perderemos la guerra, porque nos portamos hoy más que nunca, como verdaderos peruanos

25/05/20 - 05:40

Por: César Hildebrandt – Hildebrandt en sus trece

Los peruanos hemos enfrentado algunas guerras en nuestra historia republicana, y en la mayoría fuimos
derrotados. Antes perdimos porque el enemigo tenía mejores armas y mayor número de soldados. Pero
esta vez será distinto. Esta vez perderemos por los motivos más absurdos y vergonzosos.

Dpto. HUMANIDADES 2022-2


Perderemos porque no aprovechamos una enorme ventaja que tuvimos: el factor tiempo. Cuánto desearían los
italianos y españoles haber conocido la magnitud de esta epidemia con la misma anticipación que nosotros.
Aquí, gracias a la prensa y las redes sociales, supimos desde enero que algo terrible estaba ocurriendo en China;
pero pensamos que estaba demasiado lejos como para que nos alcanzara. Creímos que sería como aquellas
epidemias que, de vez en cuando, se desatan en países africanos y nos confiamos en que pronto la ciencia le
hallaría solución.

Perderemos porque, cuando llegó a Europa, mantuvimos la confianza en que aún seguía lejos y que tardaría
mucho en llegar aquí, a pesar de que todos los días cientos de peruanos van y vienen, y que hacerlo les toma casi
el mismo tiempo que viajar en bus de Chiclayo a Lima. Además, nos confiamos en que, si llegaba al Perú, el
gobierno nos avisaría inmediatamente. Y así, recién a partir de entonces tendríamos cuidado.

Perderemos porque una vez anunciado el “caso cero” –y cuando el presidente inicialmente recomendó evitar las
reuniones masivas– nosotros hasta hicimos colas para parrandear y lo justificamos desdeñosamente diciendo que
recién había un solo infectado en el Perú y que la enfermedad mataba solo a los viejitos. Y ahora que el sistema
de salud ha colapsado, resulta que se formaron dos largas colas: una donde trasnochamos esperando por una
cama de hospital y otra donde pugnamos por comprar cajas de cerveza. Porque ni frente a la más grande
calamidad dejamos de lado nuestros vicios.

Perderemos porque no somos como los habitantes de Vietnam, un país vecino de China y que tiene mucha más
pobreza económica que el Perú. Allá, el primer infectado se detectó casi dos meses antes que en el Perú; ellos
inmediatamente establecieron una cuarentena que funcionó en solo un mes, con unos cuantos contagiados y
ningún fallecido a causa del virus. ¿Y por qué funcionó? Pues porque sus habitantes son responsables y
disciplinados. No es casualidad que fuera el único pueblo en el mundo que enfrentó una guerra contra los
Estados Unidos y la ganó.

Perderemos porque, cuando el gobierno peruano trató de imitar el ejemplo de ese país, nosotros los ciudadanos
no tuvimos la capacidad para hacerlo. ¿Por qué? Pues porque somos indisciplinados, desordenados, rebeldes,
insolidarios, egoístas, oportunistas, y un largo etcétera. Porque hace tiempo nuestros antepasados alcanzaron un
nivel humano denominado cultura Inca; sin embargo, ahora nosotros hemos degenerado hasta un nivel llamado
“cultura combi”. Somos reacios a acatar unas simples reglas de prevención e higiene, pero somos efusivos para
atacar al gobierno y culparlo del desastre que nosotros mismos provocamos.

Perderemos porque no recapacitamos ni siquiera cuando llegaron videos de Guayaquil, Ecuador, que mostraban
a la gente desesperada quemando cadáveres de sus parientes en las calles. Al verlos dijimos: “¡Qué terrible!...
Pero no hay problema porque Vizcarra ya cerró la frontera”. Como si la muerte supiera de fronteras. Ahora
vamos por ese mismo camino y hacia el mismo escenario, sobre todo en Lambayeque, Loreto, Lima. Entonces,
ya es muy tarde, alguno de ellos será nuestro abuelo, nuestro padre, nuestro hermano… o nuestro hijo.

Perderemos porque tenemos miedo de ser contagiados por los muertos, por aquellos cadáveres que ya no
respiran ni estornudan ni tosen y, por ende, no expulsan micropartículas de saliva –esas que contienen el virus–.
Sin embargo, no tenemos miedo de interactuar con el vecino, con el bodeguero, con el comerciante, con nuestros
clientes. Mientras no estornuden, presumimos que no llevan consigo el virus; y creemos que usar una mascarilla
equivale a llevar puesto un traje de bioseguridad.

Perderemos porque fuimos al colegio solo a calentar carpeta; ello acarreó nuestra escasa cultura general. Cuando
quisieron cavar una fosa común en un descampado de nuestro distrito, nos opusimos enérgicamente a ello
argumentando que el virus saldría de los cadáveres, “caminaría” por el subsuelo y brotaría hacia la superficie
para infectarnos. ¡Caray! No sabemos siquiera la diferencia entre un virus, una bacteria y una lombriz de tierra.
Y probablemente hasta sintamos temor de que los cuerpos despierten como zombis por la noche y vengan hacia
nuestras casas a atacarnos.

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Perderemos porque creemos en las palabras de una niña, por el simple hecho que ella aseguró haber
“conversado” con Dios. En cambio, no hacemos caso a las súplicas de nuestras autoridades, a pesar de que sus
recomendaciones provienen de la ciencia. Porque todavía en estos tiempos, en vez de acudir a un médico, le
confiamos nuestra salud a un brujo que nos ofrece yerbas, o a un pastor de iglesia solo porque nos asegura que
Dios le dio poderes sanatorios.

Perderemos porque cuando fuimos al banco, donde se formaba una cola y la gente aún guardaba cierta distancia,
nosotros aprovechamos el descuido de alguien para “zamparnos” en ella. Porque con nuestra viveza y criollada
generamos desorden y provocamos que se formaran los peligrosos “trencitos”. Porque para nosotros comprar
significa exigirle al vendedor que nos atienda primero e implica apegarnos al mostrador para evitar que otro se
nos adelante.

Perderemos porque no somos empáticos. Porque un día enfermamos, nos detectaron el virus y nos ordenaron no
salir de casa. Pero, al ver que nuestros síntomas eran mínimos, decidimos abrir nuestro puesto en el mercado y le
vendimos nuestros productos al prójimo, quienes de yapa se llevaron el virus. Porque en nuestra farmacia
multiplicamos hasta por cinco el precio del alcohol, pese a que las fábricas lo siguen produciendo con
normalidad y casi al mismo precio de siempre.

Perderemos porque, una vez finalizada la cuarentena, volveremos a nuestra rutina. Nuevamente abarrotaremos el
micro, la combi y el colectivo, con la mascarilla mal puesta y confiando en que el cobrador y el resto de
pasajeros estarán sanos. Por prevención, saludaremos y despediremos a nuestros amigos chocando los codos;
pero nos jugaremos con ellos una pichanga sin importar que nuestros gases pulmonares se entremezclen dentro
de la cancha. Nos reuniremos a tomar unos tragos con ellos, obviamente cada quien con su vaso; pero en una de
esas, “sin querer queriendo”, nos contagiaremos y llevaremos el virus a casa.

Perderemos porque, una vez que los restaurantes implementen el sistema de ventas por delivery, confiaremos en
que el propietario será riguroso con su personal en la higiene y prevención del Covid-19. Sí, ese mismo
restaurante que suele tener como huéspedes a cucarachas y ratas. Pero nosotros, al ver que su repartidor usa
gorro, mascarilla y guantes, confiaremos en que todo está bien con la comida que nos llevaremos a la boca.

Perderemos porque pudimos haber ganado esta guerra en menos de un mes. Nuestro aparato económico pudo
haber resistido y todas las actividades haberse reestablecido con una mínima recesión. Pero simple y llanamente
no quisimos. Preferimos ser los mismos de siempre; quizá hasta peores que nunca. Ahora se nos viene una de las
mayores crisis económicas y sociales de la historia. Si antes del coronavirus ya abundaban la informalidad, la
violencia y la delincuencia, lo que sigue es más que desalentador.

Perderemos porque, así como en el fútbol, para ganar una copa mundial no basta con mandar al campo once
peloteros y pedirles que imiten el sistema de juego de los últimos campeones. Para lograrlo es necesario,
además, contar con futbolistas de ese mismo nivel. Entonces, no se trataba de imitar una medida de aislamiento
que funcionó en otros países; era necesario que nosotros actuemos como los ciudadanos vietnamitas, chinos,
coreanos o japoneses. Pero no tenemos ese nivel cultural; esta vez, como nunca antes, nos hemos comportado
como verdaderos peruanos.

1. Si hubo alguna palabra que dificultó su comprensión, encuentra su significado, acudiendo al


diccionario y consígnalo brevemente en el espacio a continuación:

No hubo ninguna palabra difícil de comprender.

2. De acuerdo con el contexto, ¿cuál es el significado de la expresión “calentar carpeta”?

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“Perderemos porque fuimos al colegio solo a calentar carpeta; ello acarreó nuestra escasa cultura general.
Cuando quisieron cavar una fosa común en un descampado de nuestro distrito, nos opusimos enérgicamente
a ello argumentando que el virus saldría de los cadáveres, “caminaría” por el subsuelo y brotaría hacia la
superficie para infectarnos. ¡Caray! No sabemos siquiera la diferencia entre un virus, una bacteria y una
lombriz de tierra.”

▪ Resalta las claves de contexto.

▪ Ahora, escribe significado de la expresión “calentar carpeta”.

Holgazanear, desatender o estar indispuesto específicamente en el colegio.

3. En el texto se repite de manera frecuente el conector ‘porque’ ¿qué función cumple? Explica.

Funciona como una especie de anáfora en el texto, y esta le sirve al autor para hacer énfasis en su tesis
mediante los argumentos expuestos. Puesto a que siempre vuelve a mencionar con ejemplos el motivo por
el cual los peruanos perderemos frente a la pandemia.

Después de la lectura:

▪ ¿De quién o de qué se está hablando?

Se está hablando de los peruanos y la cultura desorganizada, despreocupada e ignorante que nos caracteriza.

▪ ¿Qué se dice al respecto?

Se menciona enérgicamente y a modo de crítica que el motivo principal por el cual los peruanos perderemos
frente a la pandemia del COVID-19 será precisamente por la coyuntura sociocultural que nos envuelve.

1. En el siguiente cuadro, realiza un análisis crítico del texto leído:

ANÁLISIS APRECICIÓN CRÍTICA


¿Quién es el autor? ¿Cuál es el medio de ¿Es confiable, creíble? ¿Por qué?
publicación?
Si, puesto que el autor es un periodista conocido y de
El autor es Cesar Hildebrandt, al parecer el renombre en el país.
medio de publicación es un periódico o
revista titulada “Hildebrandt en sus 13”.

¿Cuál es el tema del texto? ¿El tema se evidencia de manera implícita o


explícita? ¿Por qué?
La deficiente respuesta que tuvieron los
peruanos frente a la pandemia del COVID- Se evidencia de manera Implícita, porque el autor no
19. menciona abiertamente el tema, sino que se deduce
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según el contexto en que el escrito fue publicado.

¿Cuál es el propósito del autor? ¿Se logra cumplir el propósito del autor?

Hacer una crítica a los patrones de Sí, porque el autor defiende efectivamente su
comportamiento retrógrados que sigue postura acerca del tema y realiza una dura crítica al
nuestra sociedad, y defender su postura de comportamiento de los peruanos.
que los peruanos tuvimos una respuesta
deficiente frente a la pandemia.

¿Cuál es la postura del autor? ¿La postura es clara y precisa? ¿Por qué?

Los peruanos tuvimos una respuesta Sí, ya que expresa unilateralmente un punto de vista,
deficiente frente a la pandemia debido a y va en línea con las opiniones al igual que las ideas
nuestros negativos patrones de expuestas por el autor.
comportamiento.

¿Cuáles son los argumentos que usa el autor ¿Los argumentos son sólidos, coherentes y
en defensa de su postura? consistentes? ¿Por qué?

Principalmente usa comparaciones En general si, puesto que evidentemente defienden la


(ejemplos) de como los peruanos ejercen opinión del autor. Aunque este recurra a ideas de
patrones de comportamiento que agravan la conocimiento colectivo, y no haga uso de muchas
crisis sanitaria. citas con opiniones de otros expertos o datos
estadísticos.

¿Qué tipo de registro utiliza el autor? ¿El lenguaje usado es objetivo o subjetivo? ¿Por
qué?
Usa un leguaje informal, sin muchos
tecnicismos y alineado con su estilo de Es subjetivo, ya que el autor no recurre a cifras o
redacción rebelde. datos para exponer sus ideas, sino que lo hace de
manera subjetiva.

1. ¿Estás de acuerdo con la opinión del autor? ¿Por qué?

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Sí, porque en lo personal conozco como fue el desempeño de los peruanos al tener que responder
frente a la pandemia por COVID-19. En este sentido, doy fe de muchas de las ideas expuestas por
el autor donde se reconocen casos muy arraigados a nuestra sociedad y cultura que fueron
contraproducentes.

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