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PROCESO SALUD - ENFERMEDAD

Evolución histórica

Hablar de salud desde un enfoque integral, representa en cierto sentido un


redescubrimiento de antiguos conceptos. Hace nada menos que 3000 años antes de nuestra
era, algunas ciudades del subcontinente indio habían desarrollado ya programas de higiene y
salud ambiental tales como la provisión de baños públicos y los sistemas de desagües
subterráneos. Los aspectos esenciales de la salud estaban incorporados a las actividades de la
vida diaria, entre ellos, la higiene personal, la educación sanitaria, el ejercicio físico, los códigos
de conducta y autodisciplina y las practicas dietéticas. Hacia el año 1400 a.C., la llamada
ciencia de la vida, se destaca por el cuidado completo de la salud a través de la educación y la
promoción de la misma. Todo núcleo sociocultural ha desarrollado lineamientos pautados que
modelan un paradigma (cosmovisión) en relación con la comprensión de la salud y la
enfermedad como conceptos y/o experiencias, y también sobre la oferta y aceptación de sus
tratamientos y métodos de curación.

El problema de saber qué es enfermedad es tan antiguo como el génesis de nuestra


cultura. Así, las explicaciones míticas fueron probablemente las primeras en intentar dar una
respuesta (Peña & Paco, 2002).

En la mitología griega, Prometeo robó fuego del cielo (el uso del fuego era sólo para los
Dioses), y la humanidad fue castigada por abrir la caja de Pandora. Todas las enfermedades y
penas de la humanidad salieron fuera de la caja. Una de las desgracias y una forma de
sufrimiento fue la enfermedad (Muths).

La filosofía, caracterizada por su conocimiento más elaborado, racional y crítico, fue


segunda en otorgar respuesta; un lúcido esfuerzo lo demuestran los filósofos naturalistas de
Jonia, quienes llegaron a negar la atribución divina (extracorpórea) asignadas por el mito y la
religión (Peña & Paco, 2002).

El concepto actual de enfermedad corresponde en esencia a la idea formulada en el


siglo XVII por Sydenham, que las concibió como entidades reconocibles por manifestaciones
características, entre ellas, por una evolución o curso natural típico. Gracias a esta concepción
una misma enfermedad puede reconocerse como repetida en diferentes enfermos y así se
hace posible el estudio del diagnóstico y tratamiento de las distintas enfermedades (Chuaqui et
al.).
En las últimas décadas ha resurgido el interés por la salud integral; han tenido que
pasar veinticuatro siglos para recuperar una vieja pero eficaz perspectiva sobre la salud,
adoptada ya por los filósofos de la antigüedad: que el hombre, su estilo de vida y ambiente, por
una parte, y los índices de salud física por la otra están íntimamente correlacionados.

Según San Martín (1984), ha habido una evolución histórica en el pensamiento.


Mientras los griegos de la antigüedad hicieron de la salud un culto, a partir del momento en que
la ciencia helenística se implanta en Europa, el interés se vuelca hacia la enfermedad y lo
normal pasó a ser la ausencia de síntomas patológicos. Para este autor hay dos momentos en
el decurso del siglo XX que han marcado las definiciones sobre salud. Uno ocurre en la primera
mitad, cuando la medicina se subordina a la biología; el otro momento corresponde ya a la
segunda mitad del siglo: la salud comienza a concebirse como un proceso dinámico y variable
de equilibrio y desequilibrio entre el organismo humano y su ambiente total, haciéndose resaltar
entonces, la influencia notable de las relaciones humanas, económicas y sociales. Se habla
entonces del proceso salud-enfermedad.

Las explicaciones sobre causalidad en relación con la salud y las enfermedades,


históricamente, se han dirigido con mayor frecuencia hacia el polo “negativo”, es decir hacia la
situación de enfermedad, quizás porque las manifestaciones dolorosas y limitantes de la misma
obligan a los hombres a buscar remedios para eliminarlas o atenuarlas. Sin embargo, si nos
detenemos a pensar que la naturaleza del hombre es esencialmente social, no podemos
atribuir a lo biológico o a lo natural, exclusivamente, la causa de las enfermedades. Son
muchos los factores que actuando a nivel del ambiente humano determinan que una
enfermedad se inicie y desarrolle en ciertos sujetos e incida, con mayor o menor peso, en
determinados grupos poblacionales.

Los seres humanos vivimos en sociedad, y dentro de ella ocupamos una posición
determinada. Las circunstancias naturales y la propia dotación biológica personal adquieren
sentido en relación con el logro de un nivel o el desarrollo de una o más enfermedades
especificas, solo entendidas en ese contexto. Estos puntos de vista han dado paso a una
concepción mucho más amplia en relación con la causalidad de la salud y la enfermedad,
orientándose hacia una perspectiva ecológica.

Este enfoque ecológico retoma algunas de las ideas básicas expresadas por
Hipócrates y por los hindúes y árabes antiguos, al considerar la salud como el resultado de una
interrelación adecuada y favorable del hombre con su ambiente, que se traduce en un correcto
y armónico equilibrio de sus células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas, que permite el
ejercicio a plenitud de todas las potencialidades en concordancia con la edad y el sexo.

Podemos concluir , que desde tiempos remotos como lo marca la historia el proceso salud
enfermedad ha sufrido una serie de transiciones a medida que el hombre lo ha concebido
dentro de su entorno, en la era paleolítica la concepción fue mágica, donde todo lo atribuían a
lo sobrenatural siendo los actores principales los brujos o shamanes, tiempo de después en
Grecia surge lo natural siendo la salud una necesidad para los seres vivos acercándose un
poquito a los métodos actuales como lo son el clínico, epidemiológico y ambiental; desde la
antigüedad clásica surge la concepción de lo ideal o utópico difícil de medir, y de existir donde
los métodos fueron básicamente la elaboración de modelos de salud inalcanzables; posterior y
desde los orígenes a la presente medicina emerge la somático fisiológica, acercándose al
concepto de salud como ausencia de enfermedad los métodos empleados son la exploración
del cuerpo, exámenes de signos y síntomas, y análisis varios. A inicios del siglo XVIII surge la
concepción psicológica atribuyéndose a la salud como lo que no es del cuerpo tangible
utilizando como métodos la exploración psiquiatrita individual, el psicoanálisis, y técnica de
grupo.

La concepción Sanitaria retoma la salud como un estado positivo y colectivo. Estudiando la


transmisión social de la enfermedad, basándose en la prevención, su historia se desprende de
medidas profilácticas desde la antigüedad y desarrollándose en el método científico a partir del
siglo XIX cuyas disciplinas son la medicina preventiva y social, sanidad y salud pública,
utilizando métodos de trabajo como encuesta sanitaria a la población y su ambiente, realizando
programas de salud basados en la epidemiología, otorgando educación sanitaria a través del
fortalecimiento de la prevención individual.

Para las concepciones Economista y económico social existe cierto parecido por que su nota
característica ven a la salud como condicionante de la productividad del factor humano.
Midiendo el precio de la salud y costo de la enfermedad, la primera aparece a mediados del
siglo XX en países de industrialización y la otra después de la segunda guerra mundial,
utilizando métodos de trabajo como el análisis de costos de la enfermedad y de alternativas
para las inversiones sanitarias a través de investigaciones científicas de la salud:
epidemiológica, del método estadístico, antropológico, Sociológico, Económico, Político,
Economía de la salud, demográfico y psicológico.

La concepción denominada político legal, es la salud como derecho y obligación universal


teniendo reconocimiento legal y participación estatal basándose en los derechos del hombre, la
cual nace desde las revoluciones políticas a los sistemas de seguros sociales y de seguridad
social; cuyas disciplinas son los derechos fundamentales, de la seguridad social a la asistencia
sanitaria, utilizando métodos de trabajo basados en la misma legislación de la seguridad social
derivados de programas políticos.
¿Que es la salud?

Durante mucho tiempo la salud ha sido definida en términos negativos: Salud es la


ausencia de enfermedades e invalidez. En la actualidad, todo el mundo está de acuerdo en que
esta definición no corresponde a la realidad y no es operativa fundamentalmente por tres
razones:

Para definir la salud en términos negativos, se debe trazar con claridad un límite entre
lo normal y lo patológico, y ello no es siempre posible.

Los conceptos de normalidad varían con el tiempo, y lo que ha sido considerado


como normal en un momento dado, puede que no lo sea en una época posterior.

Las definiciones negativas no son útiles : “estar sano” representa mucho mas que el
sufrir o no una dolencia.

Una concepción positiva de la salud es difícil de medir, debido a la falta de acuerdo sobre
su definición, pero a pesar de ello existe un amplio consenso sobre que el concepto de salud
positiva es mas que la mera ausencia de enfermedad o discapacidad, e implica integridad y
funcionamiento de mente, cuerpo y adaptación social.

La Organización Mundial de la Salud, conocida con la sigla OMS, es un organismo


especializado que depende de las Naciones Unidas (UN) pero que tiene autonomía de decisión
y dispone de medios propios.

Sus funciones consisten en organizar campañas contra distintas enfermedades, promover


la inmunización, evitar la contaminación ambiental, estudiar las condiciones ambientales de
cada país miembro, su nivel alimentario y aconsejar regímenes convenientes, brindar ayuda a
los gobiernos para preservar la salud y auxiliarlos en emergencias, estimular las
investigaciones relacionadas con la sanidad, erradicar enfermedades virosicas, bacterianas,
parasitarias y mentales, prevenir accidentes, evitar el abuso de drogas causantes de
dependencias, difundir conceptos de higiene y seguridad, promover la educación sanitaria,
patrocinar campañas mundiales, otorgar becas y formar personal especializado.

Actualmente la OMS considera de fundamental importancia la protección del medio


ambiente para mantener la salud mundial.

En el año 1945, la OMS definió la salud como: “El estado de completo bienestar
físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad”
En su momento esta definición implicó un gran salto cualitativo, pues desplazó el enfoque
circunscrito a la enfermedad a un enfoque centrado en la salud positiva y su manifestación
subjetiva, implicada en el concepto de bienestar.

Por otra parte, la nueva definición tuvo el valor de elaborar un concepto integral de salud,
al incluir lo psíquico y lo social.

No obstante que esta concepción mantiene hoy su vigencia, es necesario analizarla


críticamente, destacando que:

La misma se plantea en términos absolutos (“...completo estado de bienestar...”).

Equipara bienestar a salud, lo cual no siempre es verdad. Es indudable que una


persona adicta a sustancias psicoactivas se siente bien, le desaparecen las molestias
y experimenta una sensación de bienestar en la fase de administración de droga, pero
es también indudable que este bienestar no es equiparable a la salud.

Es una definición utópica, se trata más de un deseo que de una realidad ya que un
completo bienestar físico, mental y social, es difícilmente alcanzable hoy en día, ni por
individuos, ni por grupos y colectividades.

Es una definición subjetiva, pues no habla del aspecto objetivo (capacidad de


funcionar o rendimiento) de la salud.

En el camino de las definiciones encontramos autores que plantean que la enfermedad es


un estado en el que el funcionamiento físico, emocional, intelectual, social, de desarrollo o
espiritual de una persona está disminuido o alterado en comparación con la experiencia previa.
La enfermedad tiene un efecto multidimensional que afecta múltiples niveles fisiológicos.
(Potter & Perry) .Debido a que cada ser humano es único y que el componente emocional y
socioambiental se añade al componente físico, siempre se ha dicho que no existen las
enfermedades sino los enfermos, por lo que cada persona tiene una forma de enfermar
diferente a otra, a pesar de padecer la misma enfermedad.

«Cuando la persona enferma, lo hace de forma integral, no en parcelas ni a plazos.


Todos los componentes del ser humano quedan alterados y cada uno de ellos
demanda sus propias necesidades. De tal forma que la enfermedad genera síntomas
físicos como el dolor y la disnea; síntomas psicoemocionales como miedo, ansiedad,
ira, depresión; necesidades espirituales como sentimientos de culpa, de perdón, de paz
interior; y demandas sociales como consideración y no abandono.» ¿Qué es un
enfermo?, J. Sanz Ortiz, en Medicina Interna de Farreras-Rozman, T1, p.50.,
En general, las "personas enfermas" actúan de una forma especial frente a su estado;
los sociólogos médicos llaman conducta de enfermedad a tal modificación actitudinal.

La conducta de enfermedad implica cómo el enfermo controla su organismo, define e


interpreta sus síntomas, adopta acciones y hace uso del sistema sanitario. Existe una gran
variabilidad en la forma en la que las personas reaccionan frente a la enfermedad, tanto la
propia como la ajena. Sin embargo, la manifestación de la conducta de enfermedad puede
usarse para controlar las adversidades de la vida.

La conducta de enfermedad puede convertirse en anómala cuando es


desproporcionada respecto al problema presente y la persona persiste en el papel de enfermo.

Características de las Conductas de la Salud:

Se caracterizan por ser:


1. Inestables
2. Autónomas, con escasa o nula relación entre las diferentes conductas de una misma
persona (por ejemplo: una persona que lleva una alimentación y vida muy sanas y en un
determinado momento abusa del tabaco)

Una persona, para poner en marcha una Conducta de Salud, debe percibir una amenaza
porque siempre implica un esfuerzo la conducta de salud, en esa amenaza está la
susceptibilidad y gravedad percibida. La amenaza puede relacionarse con variables
demográficas psicosociales y beneficios de poner la conducta en funcionamiento y el coste. En
la amenaza se basan las campañas de medios de comunicación, enfermedades cercanas al
individuo, e información de masas. Los costes y los beneficios se relacionan con esas variables
demográficas y psicosociales. Ej: en el medio rural se da desplazamiento para vacunar, esto es
beneficioso sin tener en cuenta el coste. Se previenen riesgos mayores, variables psicosociales
contribuyen al beneficio y al coste.

Las Reacciones Psicológicas ante la enfermedad son muy importantes para nosotros, porque
la enfermedad va a ser una vivencia para nosotros y queda consciente o inconscientemente en
el individuo, dejando huella. Esta vivencia se adscribe dentro de los fenómenos psíquicos o
interiorización del individuo. Es una reacción psicológica suscitada por una experiencia
intensamente vivida.

La vivencia de la enfermedad va a estar cargada de grandes elementos, la persona lo va a vivir


como una situación de imposibilidad de realizar sus necesidades. Corresponde con una
conducta frustrante que genera displacer psíquico.
Se dan los siguientes elementos en el ser humano:
1. Invalidez, porque bloquea al individuo.
2. Molestias; dolor físico y psíquico.
3. Amenaza... Aislamiento; la enfermedad solamente la vive el enfermo que la padece.
4. Anomalía; porque no soy igual que los demás y no puedo realizar lo que los demás.
5. Temor al dolor, es uno de los aspectos más importantes del ser humano.
6. Ruptura del proyecto existencial.

La enfermedad se va a involucrar en función del tipo de enfermedad, según sea Aguda o


Crónica, variará el pronóstico y la evolución, también la edad va a influir ya sea en edad infantil,
adulta o vejez. Porque la enfermedad se vivirá de distinta forma. El Sexo también influye, ya
sea masculino o femenino se vivirá diferente y se generará una situación diferente a su
alrededor. La cultura familiar/social es igual en toda la enfermedad, se va a generar una crisis
familiar, la enfermedad de un miembro de la familia genera una modificación del sistema
familiar, toda la familia se ve afectada. La respuesta de la familia a esta situación puede dar
lugar a reacciones de disfunción, dándose vulnerabilidad familiar. Se dan reacciones de
impacto. Cuando hablamos de enfermedades crónicas , el proceso de adaptación va a tener
una serie de implicaciones.

Factores de vulnerabilidad Familiar.

1. Tipo de enfermedad de que se trate.

2. Estructura y dinámica familiar:


a. Grado de permeabilidad de los límites (hace referencia a la realidad de los límites, tanto en
el sistema familiar como en el social. La responsabilidad no está delimitada y se pasa a otro
miembro).
b. Estilo de respuesta de la familia. (Familia que se vuelca con el enfermo, genera dependencia
den enfermo, además de bloquear las relaciones. No se proporciona apoyo emocional).

3. Factores de tensión existentes en la vida familiar. (Momento en el cual se presenta la


enfermedad, pueden ser factores de tensión internos o externos).

4. Capacidad de la familia para hacer frente a la situación. (Depende la estructura de la


dinámica familiar, de reorganización en momentos similares de crisis, capacidad de familia para
expresar sentimientos, pensamientos,

5. Redes sociales.

Componentes de las enfermedades

Las enfermedades son categorías mentales, cada una con un cierto significado
particular. Tal distinción intelectual se realiza en función de los componentes propios de cada
entidad nosológica. Consecuentemente, la información total que hace de cada entidad
nosológica lo que es, parte del análisis de unidades mínimas y parciales; cada una representa
un aspecto del proceso total de enfermedad. En algunos casos, ciertos aspectos son
desconocidos o inciertos, haciendo difícil una descripción cabal de esas entidades.

Los aspectos básicos (componentes) considerados en general para el estudio de los


diferentes procesos patológicos son varios. Cualquiera de estos componentes puede ser
utilizado como criterio taxonómico de las diferentes entidades nosológicas. Aquí se presentan
algunos de estos aspectos:

Concepto: es una aproximación intelectual que orienta sobre el tipo de enfermedad en


cuestión, y ayuda a su entendimiento.

Epidemiología: representa información significativa que tentativamente define el


contexto más probable sobre el cual puede desarrollarse una enfermedad. La ciencia de la
epidemiología considera —estadísticamente— muchas variables para definir casuísticamente
tal contexto (poblacionales, medioambientales, étnicas, genéticas, etc.)

Etiología: es la causa principal identificada; representa el punto de partida para


establecer la enfermedad. Es el factor sine qua non para la génesis del proceso patológico. Sin
embargo, en muchas enfermedades y procesos sucedáneos, la etiología es incierta o
desconocida. En este aspecto, cabe una distinción primaria, la que hace de los síndromes
entidades plurietiológicas; mientras que las enfermedades a lo sumo tienen una única causa.

Patogenia (o patogenesia): es la descripción (a veces tentativa) del complejo proceso


fisiopatológico que se desarrolla a partir de los efectos desencadenados por el factor etiológico.
Tal descripción define la transición hacia el estatus de enfermedad. La patogenia de una
enfermedad es la representación de los mecanismos alterados de la fisiología normal que
generan, sostienen y finalizan o perpetúan el proceso patológico promovido por una causa.

Hallazgos anatomopatológicos: son la evidencia físico-química del proceso de


enfermedad que ha quedado plasmado en alteraciones (lesiones) de la morfología y fisiología
normal a cualquier nivel (celular, tisular, orgánico, etc.). El hallazo de esta evidencia,
generalmente, tiene carácter diagnóstico definitivo. Existen varias técnicas y metodologías para
demostrar las diversas lesiones morfofuncionales, y determinar su interpretación en el contexto
de la patogenia; pues las lesiones pueden ser entendidas como hitos que marcan un curso: el
camino patogenésico, que conduce hacia un único tipo de enfermedad.

Cuadro clínico (o manifestaciones clínicas, o "clínica" solamente): Es un contexto o


marco significativo, definido por la relación entre los signos y síntomas que se presentan en
una determinada enfermedad. La Semiología clínica es la herramienta que permite definir un
cuadro clínico, donde cabe distinguir:

Síntomas: son la referencia subjetiva que da el enfermo sobre la propia percepción de


las manifestaciones de la enfermedad que padece. Los síntomas son la declaración del
enfermo sobre lo que le sucede ( anamnesis). Los síntomas, por su carácter subjetivo, son
elementos, muy variables, poco fiables y no muy certeros; muchas veces, su interpretación
puede ser difícil.

Signos clínicos: son los indicios provenientes de la examinación o exploración


psicofísica del paciente. Los signos clínicos son elementos sensoriales (relacionados con los
sentidos); se recogen de la biología del paciente en examinación, a partir de su observación,
olfacción, palpación, percusión, auscultación, además de la aplicación de ciertas maniobras.
Cada signo es pleno en significado, pues tiene una interpretación particular según un contexto
semiológico.

Pruebas complementarias de la Semiología clínica: comportan el aporte de información


adicional proveniente de la la biología del paciente mediante la aplicación de diferentes
técnicas, generalmente instrumentales. Los resultados aportados por las pruebas
complementarias deben ser interpretados dentro del contexto clínico.

Diagnóstico: es un complejo proceso psíquico que desarrolla el profesional, e implica


una respuesta cognitiva ante el planteo de la situación del paciente. El diagnóstico puede
determinar un estado patológico o no (también se diagnostica la salud en un paciente).

Historia natural de la enfermedad o evolución: es la secuencia o curso de


acontecimientos biológicos entre la acción secuencial de las causas componentes (etiología)
hasta que se desarrolla la enfermedad y ocurre el desenlace (curación, paso a cronicidad ó
muerte). La historia natural de una enfermedad representa la evolución del proceso patológico
sin intervención médica.

Tratamiento: Todas las acciones e intervenciones destinadas al manejo de los


síntomas que manifiesta el paciente.

Pronóstico: representa información de carácter estadístico sobre la tendencia que sigue


un proceso patológico. Muchas variables deben ser tenidas en cuenta al momento de elaborar
un pronóstico. No siempre es posible pronosticar la evolución de una enfermedad, con o sin
tratamiento.
Prevención o Profilaxis: es información concerniente a actuaciones que modifican la
probabilidad de enfermar, disminuyendo los riesgos. La prevención comporta medidas
actitudinales orientadas a evitar la enfermedad y a mejorar el estado de salud.

 Clasificaciones de las enfermedades

La clasificación de las enfermedades como entidades nosológicas son gobernadas por


la Nosotaxia, una disciplina dependiente de la Nosología. Las clasificaciones son variadas y
dependen de los criterios que se toman en cuenta.

La clasificación de las enfermedades expresa el resultado de una inmensa cantidad de


observaciones, de un intento de imprimirles orden y de una pretensión de que dicho orden no
procede de un interpretación, sino de una correspondencia, un acercamiento al orden natural
(Viesca, et al.).

«En Medicina, las enfermedades se agrupan según tengan similitudes anatómicas,


etiológicas o patogénicas. La clasificación más adecuada es la que aúna las tres
particularidades. No es, sin embargo, lo frecuente.» (Farreras & Rozman, p.1259)

 Clasificaciones internacionales

La Clasificación Internacional y Estadística de Enfermedades y Problemas


Relacionados con la Salud (CIE) es una lista de códigos publicada por la Organización
Mundial de la Salud. La CIE es una clasificación central en la Familia de Clasificaciones
Internacionales de la OMS (en inglés, WHO-FIC). Bajo revisión permanente, la CIE
actualmente en uso es la décima edición (CIE-10), desarrollada en 1992 para seguimiento
estadístico de la mortalidad.

La CIE provee los códigos para clasificar las enfermedades y una amplia variedad de
signos, síntomas, hallazgos anormales, denuncias, circunstancias sociales y causas externas
de daños o enfermedad. Cada condición de salud puede ser asignada a una categoría y darle
un código de hasta seis caracteres de longitud (en formato de X00.00). Tales categorías
pueden incluir un grupo de enfermedades similares.

Fue diseñada inicialmente como una herramienta para describir enfermedades desde
una perspectiva de salud pública. Es usada mundialmente para las estadísticas sobre
morbilidad y mortalidad, los sistemas de reintegro y soportes de decisión automática en
medicina. Este sistema está diseñado para promover la comparación internacional de la
recolección, procesamiento, clasificación y presentación de estas estadísticas.

 Clasificación de enfermedades mentales


Una importante alternativa a la codificación de la CIE es el Manual Estadístico y
Diagnóstico de Desórdenes Mentales (DSM, del inglés Diagnostic and Statistical Manual of
Mental Disorders ) de la Asociación Psiquiátrica Norteamericana (APA). El DSM es el principal
sistema diagnóstico para desórdenes psiquiátricos y psicológicos dentro de los Estados
Unidos, y es usado como adjunto a otros sistemas de diagnóstico en muchos países. Desde
1990, la APA y la OMS han trabajado conjuntamente para aunar criterios y hacer concordar el
DSM con ciertas secciones de la CIE; sin embargo, todavía existen algunas diferencias.

Concepto dinámico de la Salud

La conceptualización acerca de qué es la salud y la definición operativa de sus


indicadores constituye una tarea permanente a desarrollar. Debemos pensarla y comprenderla
no como medición de un estado sino como algo dinámico, un proceso y un recurso, algo de
gran valor tanto para los individuos como para la sociedad en su conjunto. Por tanto, la salud
se considera un recurso aplicable a la vida cotidiana y no como el objetivo de esa vida; es un
concepto positivo que se apoya en los recursos sociales y personales, así como también en la
capacidad física.

Estar sano es, desde esta concepción, poder gozar equilibradamente de nuestras
facultades, disfrutar del bienestar y contribuir productivamente al progreso social.

Este concepto de salud debe tener en cuenta todos los factores que intervienen en su
determinación y variación (ecología, ambiente, sociedad, cultura, historia, etc.) .

La salud así entendida podría ser definida como:

“Situación de relativo bienestar físico, psíquico y social - el máximo posible en


cada momento historio circunstancia sociocultural determinada- , considerando que
dicha situación es producto de la interacción permanente y recíprocamente
transformadora entre el individuo (entidad bio-psico-socio-cultural) y su ambiente
(entidad psicosociocultural bio-físico-química y económico-política)”.

Este concepto de salud surge así como un modelo interaccionista, siendo de vital
importancia el modo en que el hombre se sitúa en su contexto social. De acuerdo a cuáles
sean las reglas de juego existentes en ese contexto social, el hombre optará por un
determinado estilo de vida, en el que sus aspiraciones, motivaciones e intereses estén
representados de forma aproximada al concepto de salud.
La salud, desde este enfoque, comporta un cierto equilibrio de los organismos con el
ambiente (con determinadas condiciones ambientales que deben ser exigidas para hablar de
salud), con el mundo social (con las características de este que garantizan, mínimamente, la
satisfacción de la condición de “bienestar social”) y con un vasto conjunto de factores
psicológicos, culturales, políticos, económicos, etc., con los que se pone en correspondencia y
de los cuales se hace depender la existencia o no de dicho concepto.

 Criterios objetivos y subjetivos del proceso salud - enfermedad

Según algunos autores, entre ellos Hernán San Martín, la salud es “una noción relativa
que reposa sobre criterios objetivos y subjetivos (adaptación biológica, mental y social) y
aparece como un estado de búsqueda de equilibrio, tolerancia y compensación física,
psicológica, mental y social, fuera del cual, todo otro estado es percibido por el individuo y por
su grupo como la manifestación de un estado mórbido (enfermo)”. Como puede apreciarse,
esta idea de salud engloba aspectos subjetivos (bienestar mental y social) y aspectos objetivos
(capacidad de rendimiento) .

Los aspectos subjetivos de la salud están asociados con la noción de Bienestar:


Estar bien, sentirse bien, verse bien, son estados estrechamente ligados a la noción de
bienestar. Entendido como un estado positivo de salud (física, psíquica y social), se
operacionaliza o manifiesta en la acción, en la posibilidad de funcionar de un modo
satisfactorio y adaptado al entorno. Por ser un concepto dinámico los indicadores que
determinan este estado, estarán condicionados por las representaciones que la sociedad y
cada individuo en particular tengan respecto a lo que significa “bienestar”, en los diferentes
momentos del curso de la historia social e individual.

Los aspectos objetivos de la salud están asociados con indicadores tales como la
capacidad de rendimiento: poder crecer, producir, relacionarse adecuadamente con el entorno.
Es ejercer plenamente el derecho a vivir en armonía con el otro y con uno mismo.

 La salud y los factores sociales

Los factores sociales constituyen una dimensión insoslayable en el abordaje del


proceso de salud enfermedad.. Tanto la salud positiva como la pérdida de salud y las muertes
prematuras están estrechamente relacionadas con las condiciones sociales en que se
encuentran inmersos el individuo y la colectividad.
La incorporación de esta dimensión al concepto de salud es fundamental en educación
sanitaria. De hecho, la consecución de elevados niveles de salud positiva y la evitación de
muertes prematuras dependen, en gran parte, de la adopción por parte de los individuos,
grupos y colectividades, de conductas positivas de salud.

Reflexionemos a partir de las siguientes palabras dichas, sin duda, por un sabio:

“El Hombre ama todas las partes de su cuerpo, y por esto las
cuida y alimenta a todas. Si ama hasta la menor partícula de su cuerpo, no
dejara de alimentarla y cuidarla. Para determinar lo que es bueno para su
cuerpo y lo que le perjudica, no necesita consultar a nadie; su propio
instinto se lo dice. Podemos distinguir en nuestro cuerpo unas partes
nobles y otras viles, unas grandes y otras pequeñas. Las partes nobles no
deben subordinarse a las viles, las pequeñas no deben perjudicar a las
grandes. Quien solo satisface sus partes viles, es un hombre vulgar; el
noble pone el máximo cuidado en cultivar sus partes grandes. Si el
hombre se esfuerza en pensar y reflexionar, llega a conocer los móviles
de sus acciones, pero si no piensa, nunca alcanzara este conocimiento.
Quien desde el principio cultiva su entendimiento, jamás podrá ser
arrastrado por las tendencias inferiores; este es el única camino para
llegar a ser un gran Hombre.”

Confucio - Cuarto Libro Clásico: “Hia-Meng”

La mejora cualitativa y cuantitativa de la salud humana hoy se centra más que en la


lucha con los factores naturales, en la modificación de la conducta y de otras variables
socioculturales. El hombre tiene que luchar no tanto contra las causas naturales de muerte,
como contra sus hábitos personales. Esto significa que el hombre tiene que luchar contra sí
mismo y modificar su conducta, si quiere prolongar su vida y mejorar su salud.

La idea de que ciertos estilos de vida pueden estar relacionados con la ocurrencia de
enfermedad no es nueva. Desde hace algún tiempo, la atención de los investigadores se ha
enfocado sobre los factores sociales, psicológicos y conductuales, que están asociados con
ciertas dolencias como el cáncer, la enfermedad coronaria o los accidentes de transito.

Salutogénesis

El concepto “Salutogénesis” (génesis de la salud) ha sido propuesto por Antonowsky,


quien destaca la importancia de estudiar e intervenir sobre la mejora de la salud, más que en la
evitación del daño o la enfermedad. Por ejemplo, desde esta perspectiva interesa identificar los
factores que permiten a ciertos individuos de una determinada población estar menos
propensos a adquirir esta o aquella enfermedad (factores protectores) e incluso cuáles son
aquellos factores que promueven un mayor bienestar.

Según Polaino Lorente, las principales características de este enfoque son las
siguientes:

Establece una continuidad entre salud-enfermedad.

Se interesa mas por aquellas condiciones generales que están implicadas en el hecho
de la salud, desentendiéndose, por el contrario, de los factores específicos de los que
depende la enfermedad.

Es un modelo en el que importa más la previsión que la prevención, es decir que se


interesa por anticipar cuales son los comportamientos más adecuados para hacer
estable u optimizar la salud.

Es cooperativista, por cuanto, en lugar de tratar de evitar la presencia de factores


patógenos, trata de cooperar con ellos, de convivir con ellos de modo que
manejándolos no sean tan nocivos.

Es un modelo adaptativo, lo que importa es que el comportamiento se adapte al medio,


de manera que precisamente por esa adaptación, la salud sea posible.

Su modo de intervención es individual, pero también comunitario.

No espera que los problemas estallen y requieran de una atención de emergencia.


Marcha hacia el encuentro de los problemas, e incluso procura adelantarse a ellos.

Es un modelo extraordinariamente activo, pues considera que es el individuo quien ha


de velar por su propia salud. A él le corresponde esa tarea; sin él la génesis y
promoción de su salud resultan imposibles.

LA SALUD COMO CONSTRUCCIÓN CULTURAL

Cultura y salud

Es necesario en primera instancia interrogarnos acerca del significado de la palabra


cultura.

El diccionario etimológico plantea que, deriva de Culto. Tomado del latín cultus, us, acción
de cultivar o practicar algo, derivado de coliere, cultivar, cuidar, practicar, honrar.
1
El diccionario Sopena del año 1953 la define como “Efecto o resultado de cultivar los
conocimientos y de mejorar las facultades del intelecto por medio del ejercicio”.

El diccionario, Clarín Enciclopédico de 1997, señala que es el conjunto de condiciones


materiales e intelectuales que caracterizan una sociedad en cada etapa de su existencia.

El Diccionario de la Real Academia Española conceptualiza a la cultura como

"el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del
ejercicio las facultades intelectuales del hombre".

En la "Declaración de México", que surgió de la Conferencia realizada por la UNESCO,


en México, en 1982, para discutir las políticas culturales, se definió cultura como el conjunto de
rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una
sociedad o a un grupo social. Ella engloba, aparte de las artes y de las letras, los modos de
vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las
creencias.

Realizado este recorrido a través de la visión de diferentes autores, percibimos que no


hay una manera unívoca de percibir lo cultural. No hay una única forma de definir a la cultura y
sólo se intenta como parafrasearla con otros conceptos.

Las formas normales de comportamientos, creencias, valores y uso de recursos de


una comunidad constituyen una pauta o modo de vida. Esto se denomina cultura.

Desde un punto de vista práctico, la cultura puede verse, oírse y comprenderse de muy
diferentes maneras: observando cómo se viste la gente, mediante qué lenguaje se comunican ,
cuales son los hábitos alimentarios más comunes, la organización del trabajo y del tiempo de
descanso, o escuchando canciones, relatos o chistes que forman parte del patrimonio de ese
determinado grupo.

Los saludos son distintos según las culturas: un abrazo, un apretón de manos, un beso.
La manera de comer es parte de una cultura: con palillos de madera, con los dedos o con
cubiertos de metal. Cada cultura encierra distintas posibilidades, apoyadas en creencias acerca
de las razones para hacerlas de esa particular manera.

Las culturas se han ido desarrollando a lo largo de muchos cientos o miles de años por
personas que vivían juntas y compartían experiencias en un determinado medio. Las culturas
evolucionan, a veces, lentamente, en ocasiones con rapidez como consecuencia de
acontecimientos de carácter natural o social o del contacto con personas de otras culturas. La
mayoría de los aspectos que acabamos de citar.

Estos patrones de comportamientos, creencias y valores ayudan a la gente a


comprender la vida y sentirse cómoda. Cada cultura representa la forma que las personas han
encontrado para vivir juntas adaptadas a su medio. Dado que sin su cultura los grupos
humanos no se pueden conservar ni reproducir, y que es la forma en que los individuos
adquieren su condición social, no es de sorprender que todos los grupos humanos traten de
reforzar en sus miembros la conciencia de la importancia y el valor de pertenecer a una cultura,
así como cuidar o preservar el patrimonio cultural que la constituye.

El concepto de salud puede ser considerado como una construcción cultural, un


concepto construido socialmente a través de la historia.

Creencias, Valores y Representaciones Sociales

Las creencias proceden habitualmente de nuestros padres, abuelos y otras personas


con las cuales se mantiene un contacto directo. Aceptamos las creencias sin intentar
demostrar que son ciertas.

Cada país y cada comunidad tienen sus propias creencias. Estas forman parte del
modo de vida de las personas que integran dichas comunidades. Indican lo valorado como
aceptable y aquello que no lo es, y determinan de forma significativa las conductas de la gente
en materia de salud. La creencia de que un determinado comportamiento puede contribuir a
evitar una enfermedad (ej: realizar ejercicios gimnásticos diarios, ingerir sustancias de
preparación casera), así como también la sensación de vulnerabilidad ante la enfermedad, son
factores que contribuyen a la practica de una conducta de salud determinada.

Los Valores son las creencias y normas más importantes para el sujeto. Las personas
de una misma comunidad comparten valores y pueden, por ejemplo, desear que su comunidad
sea estable y respetada y una manera de esforzarse por hacer triunfar esos valores son la
cooperación, la solidaridad, la educación. Estos valores están asociados directamente a una
cultura particular o a un grupo socioeconómico. Se trata de un cierto tipo de normas, mas o
menos explícitas, que incluyen desde valores estéticos hasta definiciones del papel que deben
jugar los diferentes miembros de la comunidad.

Para citar un ejemplo, nos detendremos en la concepción de la mujer ideal dado que el
valor de la belleza a variado a través de los siglos.

Treinta mil años A.C. los valores de la estética femenina estaban representados en
figuras de formas abultadas, grandes nalgas y exuberancia de atributos, propios de un
exacerbado culto a la fecundidad. 150 años a.C. la famosa Venus de Milo encarna la visión de
la mujer ideal para los griegos; sus formas se ajustan a todos los cánones de simetría clásica.
Durante la Edad Media dominaba la belleza funcional, la mujer más bella era la mejor dotada
para la maternidad, de ahí las preferencias por los vientres abultados y las formas
redondeadas. En los “felices años flacos” (1920), años de desenfado, de la picardía erótica
fueron también los de la delgadez extrema; ausencia total de redondeces, piernas larguísimas,
labios finos y cabello corto; y acercándonos al nuevo milenio, los expertos auguran que se
producirá un fenómeno nunca visto en la historia de los valores estéticos, ya esta ganando
popularidad un nuevo concepto de belleza femenina. La nueva estética no es la de la mujer
más bella sino de la mejor capacitada para el esfuerzo, la competición, y el éxito.

Para el área de salud es importante tener en cuenta la teoría de las representaciones


sociales y trabajar sobre ellas, sabiendo que presentan una resistencia al cambio, que con la
mera información no alcanza para conmoverlas y será necesario realizar un trabajo desde la
discusión y la problematización en el marco de la educación para la salud.

Por ejemplo, indagando un poco más las respuestas se observa que las
representaciones sociales en salud varían según las edades.

Los niños afirman que: “es poder jugar”, “es estar feliz”, “es no estar enfermo”, “es
comer sanito”, “es cuando tenés vitaminas”, entre otras.

Los adolescentes afirman: “es estar bien con tu cuerpo y tu mente”, “es poder salir con
tus amigos”, “es hacer lo que te gusta”, “es sentirte libre y poder elegir”, etc.

Los adultos dicen: “es sentirte bien en cuerpo y alma”, “es estar equilibrado en cuerpo y
espíritu”, “es poder hacer lo que hacés todos los días”, “es el bienestar físico, psíquico y social”,
etc.

Los ancianos enuncian: “tener salud es tener un tesoro”, “es lo más grande que hay”, “
si la tenés, tenés todo”, “es algo por lo que hay que luchar”, “es el bien supremo”, etc.

Nos preguntamos entonces: ¿De qué manera, las personas, construyen las
representaciones sociales en relación a la salud y a otros conceptos? ¿Las representaciones
sociales cambian según la etapa etárea por una cuestión cronológica? ¿Cómo se da el proceso
de reformulación de conocimientos sobre la salud?

Para dar respuesta a esto será necesario abordar el concepto de representación


social, el ámbito de su surgimiento y su campo de aplicación.

Jodelet dice que las representaciones sociales son “una manera de interpretar y de
pensar nuestra realidad cotidiana, una forma de conocimiento social” , las mismas configuran lo
que conocemos como “conocimiento cotidiano”, o de “sentido común” o “conocimiento
ingenuo”. El término parte de la Psicología Social, (Moscovici, 1976) quien establece una
diferenciación con el concepto de representaciones colectivas de Durkheim.

Son un conjunto de conceptos, afirmaciones y explicaciones que se originan en la vida


diaria en el curso de las comunicaciones interindividuales y cumplen en nuestra sociedad la
función de los mitos y sistemas de creencias en las sociedades tradicionales; puede decirse
también que son la versión contemporánea del sentido común" (Moscovici, 1979).

A diferencia del pensamiento científico, las RS es una forma de conocimiento social


que nos permite interpretar y pensar nuestra realidad cotidiana y concierne a la manera cómo
nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los acontecimientos de la vida diaria. Siempre
constituye un conocimiento práctico, que de algún modo resulta útil para la vida cotidiana del
grupo que lo elabora.

La RS depende de la posición que ocupan los sujetos en la sociedad: toda


representación social es representación de algo y de alguien. Por ello, en el aspecto
metodológico del estudio de las RS, será importante obtener información sobre la posición
social, sobre indicadores de categorías sociales y realizar análisis de estructuras de creencias,
afectos y comportamientos, de los distintos grupos que "portan" las representaciones.

Las RS se distinguen de otras producciones sociales como la ciencia, el mito, la religión


y la ideología por sus modos de elaboración y funcionamiento en las sociedades modernas,
que se caracterizan por un mayor grado de complejidad que las sociedades denominadas
tradicionales.

Las RS se modifican cuando en la vida cotidiana del grupo aparecen prácticas sociales
contradictorias con ellas. En función de la magnitud del impacto de esas nuevas prácticas -y de
su reversibilidad o no- las transformaciones serán más lentas o más rápidas. La RS evoluciona
por transformaciones que alcanzan a su núcleo central (y no sólo a los elementos periféricos).
Cuando la magnitud de las nuevas prácticas es importante, los elementos periféricos no
pueden absorber o amortiguar el impacto sobre la representación y éste alcanza al núcleo
central, modificándola.

Para finalizar, desde un análisis centrado en el impacto de la enfermedad desde una


mirada existencial, se explica la misma como un proceso que se da de puertas adentro de un
organismo pero que emerge a la superficie de una existencia particular. Es un trastorno en el
cuerpo y un obstáculo para la vida. La vida es un proceso de elaboración subjetiva en el que el
sujeto se reformula constantemente.
El hombre va desplegando su existencia desde el supuesto de integridad y continuidad
vital imaginarias. Pero la enfermedad, en tanto crisis vital, quiebra esa convicción. Irrumpe en
una existencia organizada para fragmentarla y establece la necesidad de reformulación.” Su
onda expansiva impacta sobre la historia de vida, el marco familiar, la imagen corporal, la red
de vínculos, la dimensión trascendente, el propio sistema de creencias y valores, la vida
privada...
La enfermedad ocurre no sólo en el cuerpo sino en un tiempo histórico vital, un lugar,
una historia, un contexto personal y un mundo social. Es innegable su dimensión existencial y
su riqueza semántica. Si bien el dolor es un fenómeno que se expresa de cara a un otro, el
sufrimiento corroe los pasadizos de una existencia hasta ponerla de rodillas. Desbasta en
silencio.
Habitualmente, el sufrimiento habita los territorios de lo no dicho. El sufriente queda
aislado, en la palabra, en la socialización, en la posibilidad de ser plenamente comprendido, en
la profundidad de la propia conciencia.
Edad, sexo, ocupación, historia familiar…marcan el grado de afectación de una
enfermedad y de su significación en el contexto de una historia de vida, la alteración en el
esquema corporal y la percepción que el sujeto enfermo tenga de su propio cuerpo, así como
también el deterioro en la valoración de sí mismo. Sabemos que no es lo mismo la enfermedad
de un abuelo, de una madre, de un hijo, no es lo mismo un niño que un anciano que ha vivido
70 años, no es lo mismo una madre que deja niños pequeños, o un padre que es sostén de
familia.
La realidad sociocultural es un agente de sufrimiento. No siempre se sufre por lo mismo
ni de la misma manera. No todas las enfermedades gozan de la misma reputación social.
Algunas promueven sentimientos piadosos y benevolentes; otras, sólo despiertan vergüenza y
rechazo.

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