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**Capítulo 13: El Ritual del Refugio**

El aire en el Refugio de Aman estaba cargado con una energía eléctrica mientras Jack
Sparrow, John Snow, Gandalf y la tripulación del Perla Negra se preparaban para llevar
a cabo el ritual que podría prevenir la liberación de los gigantes congelados. Los
temblores se habían intensificado, sirviendo como un recordatorio constante del peligro
inminente. Cada vibración parecía un tamborileo, marcando el ritmo de una cuenta
regresiva hacia una catástrofe desconocida.

En el centro de la gran sala del castillo, Gandalf había dispuesto un círculo de piedras
antiguas, cada una inscrita con símbolos arcanos y runas místicas. Dentro del círculo, la
Brújula de los Muertos estaba colocada sobre un pedestal de piedra, su aguja girando
lentamente, como buscando la dirección correcta antes de iniciar el ritual.

—La Brújula debe alinearse con las energías ley que atraviesan este lugar —explicó
Gandalf a la atenta audiencia. —Solo así podremos canalizar correctamente el poder
necesario para fortalecer las barreras que mantienen a los gigantes encerrados.

Jack, con la mirada fija en la brújula, sentía el peso de la responsabilidad sobre sus
hombros. Sabía que su papel en este ritual no era solo el de un espectador; su conexión
con la Brújula, revelada en la traducción de las tablillas, era clave.

—¿Qué necesito hacer? —preguntó, listo para actuar.

—Debes mantener tu mente enfocada en el propósito del ritual —respondió Gandalf,


colocando su mano sobre el hombro de Jack. —Tu voluntad debe guiar la Brújula hacia
la estabilidad y el orden.

Mientras Gandalf recitaba antiguos encantamientos en un idioma que resonaba con el


murmullo del viento y el crujir del fuego, Jack cerró los ojos y concentró toda su
energía en visualizar las barreras de hielo, fuertes e impenetrables, conteniendo a los
gigantes.

John Snow y los miembros de la tripulación formaron un círculo alrededor del


perímetro, cada uno sosteniendo una antorcha que iluminaba la sala con una luz
parpadeante, creando sombras danzantes que parecían cobrar vida propia.
A medida que Gandalf elevaba la intensidad de sus cantos, la Brújula comenzó a girar
más rápido, su aguja emitiendo un brillo azulado. Los símbolos en el suelo se
iluminaban, respondiendo a la fuerza del hechizo, y un viento frío empezó a soplar
dentro de la sala, como si el mismo aire estuviera siendo succionado hacia la Brújula.

De repente, un estruendo sordo sacudió el castillo, más fuerte que cualquier temblor
anterior. Las paredes temblaron, y algunos libros cayeron de sus estantes. Sin embargo,
el círculo ritual permaneció intacto, protegido por un escudo de energía que Gandalf
había conjurado.

—¡Mantengan la concentración! —gritó Gandalf, su voz elevándose sobre el clamor.

Jack, sudando pero resuelto, seguía enfocado, su mente una imagen clara de hielo eterno
y gigantes atrapados. Podía sentir la energía de la Brújula fluyendo a través de él,
conectándolo con antiguas fuerzas que eran tanto aterradoras como maravillosas.

Finalmente, con un último grito de poder, Gandalf cerró el hechizo. La sala se quedó en
silencio, la aguja de la Brújula se detuvo, y todos los presentes sintieron un cambio
palpable en el aire.

—Lo hemos logrado —dijo Gandalf, su voz cargada de alivio y fatiga. —Por ahora.

Jack abrió los ojos, el peso de la tensión cediendo lentamente. Habían fortalecido las
barreras, pero sabía que la lucha contra las fuerzas que buscaban desatar el caos estaba
lejos de terminar.

—¿Y ahora qué? —preguntó John, mirando a Gandalf, esperando la siguiente fase de su
inesperada misión.

—Ahora, nos preparamos —respondió Gandalf, mirando hacia la ventana, donde los
primeros rayos del amanecer comenzaban a filtrarse. —Nos preparamos para lo que
venga después.
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¿Listo para ver cómo se desarrollan los eventos tras el ritual en el capítulo 14?

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