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(Xixaro) Ubaldo Nicola - Atlas Universal de Filosofía - Manual Didáctico de Autores, Textos, Escuelas y Conceptos Filosóficos-OCEANO (2009)
(Xixaro) Ubaldo Nicola - Atlas Universal de Filosofía - Manual Didáctico de Autores, Textos, Escuelas y Conceptos Filosóficos-OCEANO (2009)
Es una publicación de
GRUPO OCEANO
EQUIPO EDITORIAL
EQUIPO DE PRODUCCIÓN
Dirección: José Gay
ISBN: 978-84-494-2823-4
Depósito legal: 8-11617-XLVII
9001495091008
PRESENTACIÓN
a obra que el lector tiene en sus manos es, por su carácter riguroso, didáctico
L y divulgativo, un libro de consulta básica, para estudiantes y también para
todas aquellas personas avezadas en la consulta y lectura de textos filosóficos que
deseen conocer un enfoque actual y novedoso de la historia del pensamiento.
A lo largo de más de mil páginas el lector podrá abordar de un modo ameno y ágil,
no sólo el conocimiento de las diferentes formas de interpretar el mundo, la vida,
la ciencia y la conducta, sino también hallar una rigurosa selección de respuestas.
La estructura de la obra es novedosa puesto que, aparte de poder realizar una lec-
tura cronológica, abre la posibilidad de llevar a cabo rutas personales de consulta y
lectura gracias a un riguroso conjunto de remisiones, que permiten vincular con-
ceptos e ideas de períodos históricos distintos y de escuelas filosóficas dispares.
Por otra parte, la obra incluye una larga selección de ilustraciones y gráficos, fru-
to de una larga y paciente investigación iconográfica, que ayuda a profundizar y am-
pliar el conocimiento de los diferentes conceptos.
Los EDITORES
SUMARIO
SUMARIO
VI
SUMARIO
Vil L
Conceptos
filosóficos básicos
Este apartado de la obra agrupa y detalla, con una novedosa presentación didáctica,
los conceptos filosóficos básicos de la historia de la filosofía. A lo largo de más de
quinientas cincuenta páginas el lector, tiene la posibilidad de realizar un estimulante
periplo por la historia de las ideas, en el que doscientos ochenta conceptos son
definidos con precisión y rigor científico. La lectura de la obra es doblemente grata,
ya que los conceptos filosóficos expuestos pueden abordarse a partir de un orden
cronológico o bien siguiendo un criterio selectivo, es decir, adentrándose
directamente en un concepto concreto y a partir de éste, y siguiendo las remisiones
indicadas, decidir la propia ruta de lectura y estudio.
1 t
r--- GRECIA
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DIOSA MADRE MATRIARCADO PRIMITIVO
2
GRECIA
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ESPIRITUALIDAD PREFILOSÓFICA L
CHAMANISMO
Véase también Misticismo, Meditación
4
GRECIA
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El chamanisrno estaba todavía vivo en el extremo norte de É~,.,._'i:"921, Rasmussen solicitó a un cha-
Europa a principios del s. xx: de ahí que haya sido docu- mán esquimal que dibujase los espíritus
mentado con notable rigor por la moderna antropología con los que entraba en contacto. El que
científica. El explorador danés K Rasmussen (Eskimo Folk se muestra arriba, denominado lssitoq,
Tales, 1921) reunió una serie de ilustraciones del vuelo de largos brazos y con un único dien-
chamánico entre los últimos «brujos» inuit (esquimales). te, ayudaba al chamán a detectar a los
En la que se reproduce aquí, el chamán es sostenido por miembros de la tribu que habían viola-
los animales que ha elegido como espíritus guardianes y do algún tabú (un impedimento, una
de éstos, a través de un mecanismo de identificación, ex- prohibición ritual relativa a objetos o
trae el propio poder. personas de carácter sagrado).
/ El espíritu reprodu-
%tcido a la izquierda,
hallado casualmen-
te por el chaman du-
rante una jornada de
caza, llegó a conver-
tirse en su espíritu
guia.
5¡
GRECIA L
Aunque la distinción entre mito y razón sea En el marco del desprestigio general su-
intuitivamente evidente, resulta difícil es- frido por el mito, que se prolonga hasta el
tablecer con precisión cuál es la naturale- s. x1x, la excepción estuvo representada por
za y cuáles son los procedimientos del pen- G. B. Vico (Principios de una ciencia nueva,
samiento mítico; así, sobre esta noción se 1730), quien vislumbró en el mito una sa-
desarrolló un debate que ha estado presente biduría poética primordial: la capacidad de
a lo largo de toda la historia de la filoso- los hombres primitivos de usar la fantasía
fía. Dos han sido las principales interpre- para dar una explicación a la naturaleza.
taciones barajadas, a saber: La intuición de Vico, que vio en el mito
• el mito, incapaz de demostrar racional- una forma de conocimiento diferente pe-
mente sus propias afirmaciones, se ha ro no por ello inferior a la argumentación
mostrado a veces como una forma de in- racional, fue retomada en el s. xx por di-
telectualidad imperfecta, contrapuesta versas escuelas de pensamiento: la etno-
y subordinada al discurso lógico: un in- logía ( el estudio de los pueblos anclados
tento fallido de explicar desde una pers- todavía hoy en el estado tribal) de Lévy-
pectiva racional la naturaleza; Bruhl y la antropología ( el estudio de las
• por otro lado, se ha subrayado que el mi- condiciones típicas de la humanidad en ge-
to siempre posee su propia coherencia in- neral) de Lévy-Strauss han subrayado có-
terna, es capaz de expresar igualmente ni- mo el pensamiento primitivo sigue reglas y
veles profundos de comprensión (mediante leyes de coherencia interna muy fuertes,
procedimientos pre-racionales, emotivos, aunque abiertamente diferentes de las de
simbólicos, estéticos) y, por tanto, puede la lógica argumentativa.
ser considerado como un tipo de pensa- Finalmente, E. Cassirer (Filosofía de las
miento autónomo, diferente y no compa- formas simbólicas, 1925) ha detectado la
rable con el científico. esencia de la modalidad mítica del pensa-
miento en la incapacidad de distinguir en-
Los filósofos griegos encontraron un pun- tre el contenido y la forma del símbolo (->),
to de cohesión en la condena de los proce- es decir, entre el ámbito de lo concreto y
dimientos del pensamiento mítico, acusa- el ámbito de los significados (de esta for-
do de no prever y de no exigir ningún tipo ma, la luz y el Sol no son sólo «represen-
de demostración lógica (toda la filosofía en taciones» de la divinidad, sino divinidades
su complejidad nació a partir de una dura en sí mismas).
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GRECIA
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1 ADIVINACIÓN :
ORÁCULO
Véase también Mito, Magia, Enigma
1 término «oráculo» indica tanto la sen- todo el pueblo griego, qué se debía hacer. El
E tencia como el edificio y la forma en que,
en la Grecia antigua, se practicaba la adivi-
oráculo les aconsejó que no se defendieran;
sin embargo, a pesar de la turbación, los grie-
nación (el arte de predecir el futuro). El orá- gos lucharon, vencieron y olvidaron la sen-
culo más famoso, verdadero centro del pri- tencia sin, por otra parte, perder la confian-
mer helenismo y del mito, era el de Delfos. za en el oráculo.
Aquí la pitia (una medium), desde las pro- La explicación de este comportamiento se
fundidades de una caverna, respondía a las encuentra en la ambigüedad típica del len-
preguntas de los peregrinos observando el guaje del oráculo: el dios que habla mediante
movimiento del agua en un recipiente (en la pitia nunca se equivoca; no obstante,
Dodona se interpretaba el susurro de las fron- puesto que su voz llega a través de un ser
das de una encina; en otros lugares, el mo- humano, no se excluye la posibilidad de
vimiento de los peces en una cuba o el ape- errores. Además, el dios habla siempre re-
tito de las serpientes sagradas). Es cierto que curriendo al enigma (- ) . Dice la verdad,
la pitia hablaba en estado de trance, pero no pero usa un lenguaje abierto, susceptible de
está muy claro cómo se producía el éxtasis una multiplicidad de interpretaciones. Un
( ->). Tal vez era debido a exhalaciones de ejemplo de ello es el responso que recibió
un gas de la gruta, tal vez al simple ayuno Creso, el rico soberano de Asia Menor: «Si
unido a la plegaria, a la supresión del sueño cruzas un río destruirás un gran reino»
o a los ejercicios ascéticos efectuados bajo el (acontecimiento que realmente se verifi-
control de los sacerdotes. có, pero el desastre de la profecía no se re-
fería al reino del poderoso enemigo, sino al
Conocemos las cuestiones que los griegos suyo propio).
planteaban al oráculo de Delfos, pues los
postulantes las escribían en tablillas de plo- Muchos filósofos griegos, quizá debido a la
mo que los sacerdotes conservaron con su- admiración por estas sutilezas dialécticas,
mo cuidado en los archivos del templo. Es mantuvieron siempre un vinculo con el orá-
impresionante el carácter humilde y ordi- culo de Delfos (única institución reconoci-
nario de las preguntas: «Heraclides ruega a da por todo el mundo griego), aunque en
Zeus que le regale una fortuna y quisiera sa- sus doctrinas condenaron la mentalidad mí-
ber si tendrá un hijo de su mujer, Aigles»; tica (de la que el oráculo era una institución
«Lisanio quisiera saber de Zeus si el hijo que fundamental). Incluso Sócrates, cuando era
la mujer Annulla está esperando es suyo o joven y andaba en busca de un maestro, no
no», etc. Los habitantes de una pequeña ciu- consideró inconveniente plantear una cues-
dad enviaron una delegación para saber si el tión y preguntó quién era el hombre más sa-
préstamo pedido por una conciudadana se- bio de toda Grecia. Obtuvo esta respuesta:
ría una buena inversión. «Sócrates es el más sabio», lo que le pro-
Cabe destacar el hecho de que no siempre dujo un gran asombro. Únicamente después
se tenía en cuenta la sugerencia que daba entendió el verdadero sentido de la senten-
la pitia: antes de la invasión persa, se pre- cia: la verdadera sabiduría consiste en la con-
guntó al oráculo de Delfos, en nombre de ciencia de saber que no se sabe nada.
La pitia de Delfos con los instrumentos de la adivina-
ción (cuenco con agua, laurel y trípode). En la an-
tigüedad tardía, cuando ya Delfos había perdido
su prestigio, los estoicos explicaron la desapa-
rición de las capacidades de la pitia a partir '
de la hipótesis según la cual «la fuerza de
aquel lugar de la Tierra, de la que procedía
el aliento capaz de despertar su espíritu y
darle el poder para vaticinar, se había es-
fumado». Debido a esta explicación se iffiJ.
pensó que el trance del oráculo podía ser -;
causado por las exhalaciones de un gas; ~J
sin embargo, en la gruta no se han en-
contrado hendiduras. Tampoco la masti- ·,
cación de las hojas de laurel (que siempre
acompañan la imagen de la medíum) es ca-) ,
paz de producir manifestaciones extáticas.
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""tEste objeto extraño semejante a un guardacantón con un agujero encima (en el
q•1·1..e se introducían las ofrendas) es el omphalos, es decir, el ombligo del mun-
40, tal vez el símbolo más venerado en toda Grecia. Estaba ubicado en el
/centro del templo de Delfos, que se consideraba a su vez el centro de Grecia,
~ ~ \\!,& \ e indicaba el centro absoluto (el ombligo) del mundo.
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NATURALISMO MITO/FILOSOFIA L
J 10
GRECIA
11 L
GRECIA
partir del s. VII a.C., la educación de los gruencias (que, sin embargo, pueden expli-
A jóvenes griegos consistía en aprender
de memoria la /liada y la Odisea. Después de
carse si se piensa en la oralidad de la trans-
misión de los poemas). Por el contrario, la
la introducción de la escritura, los dos poe- crítica reciente subraya con encono la con-
mas homéricos se convirtieron en los textos cepción unitaria de las dos obras y las fre-
fundamentales del helenismo. Las historias cuentes remisiones entre los cantos, que no
de los dioses y de los héroes ilustran, como serían posibles en una redacción colectiva
en una especie de enciclopedia mítica, los (la Ilíada gira alrededor del tema ele la ira de
fundamentos esenciales del espíritu griego: Aquiles; el último canto remite al tema del
el culto a la hospitalidad y al valor indivi- primero y lo concluye).
dual, el amor y la aguda observación de la Por tanto, la diversidad detectada en la for-
naturaleza, el gusto por la belleza y la visión ma de tratar ciertas temáticas, que puede ex-
naturalista y antropomórfica de lo divino. plicarse a partir de una evolución estilísti-
Por este motivo, resulta bastante extraño que ca y moral experimentada en el decurso de
los mismos antiguos griegos tuviesen ideas una vida larga y fructífera, tampoco parece
tan confusas respecto a la vida de Homero. ser un argumento decisivo.
Según la opinión de algunos historiadores,
vivió en el s. xm a.C., en una época inme- Esta ignorancia acerca de la realidad histó-
diatamente posterior a los acontecimientos rica ele Homero subraya el valor simbólico
de la guerra de Troya (sin embargo, el mis- de dos rasgos que la tradición le ha atribui-
mo Homero recuerda estos hechos como si do: la ceguera y la vejez.
le llegaran, desde un pasado lejano); según En las sociedades antiguas, la profesión de
otros, vivió en el s. IX o incluso en el s. vm poeta de corte era una buena perspectiva
(de hecho, en el libro XIII ele la Ilíada, para los invidentes (a menudo dotados de
Homero describe la táctica bélica de la fa- una memoria excepcional); por tanto, es
lange, que se introdujo sólo en esa época). creíble que Homero fuese realmente ciego.
Esta ignorancia acerca de la época y lapa- Mas como esta idea aparece por primera vez
tria del poeta, junto con la ausencia de otras en el s. VI, prevalece un significado metafó-
indicaciones biográficas, determinó el naci- rico: la ceguera es una condición necesa-
miento de la denominada cuestión homéri- ria para la sabiduría.
ca, en la que algunos críticos llegaron a po- Los más grandes adivinos (Tiresias, Fineo)
ner en tela ele juicio su misma existencia eran ciegos; su ceguera se interpretaba co-
histórica y formularon la hipótesis según mo una compensación psíquica de sus cua-
la cual la Ilíada y la Odisea fueron, en rea- lidades extraordinarias. A pesar de que la ce-
lidad, recopilaciones de autores diversos. guera puede considerarse como la mayor ele
G. B. Vico (El descubrimiento del verdadero las puniciones (Eclipo se clavó un puñal en
Homero, 1730) sostuvo que Homero no es los ojos), también puede leerse como un don,
otra cosa que un símbolo: la personificación pues al desaparecer la sensibilidad visual, se
ele toda la poesía en la edad heroica. agudiza la percepción intelectiva. Parece que
En apoyo de esta tesis, cabe mencionar las el filósofo Demócrito (ss. v-1v a.C.) se privó
numerosas repeticiones y algunas incon- por ello de la visión voluntariamente.
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RELIGIÓN GRIEGA [
MISTERIOS
Véase también Ritos dionisíacos, Alma, Orfismo
a religión pública heredada del mito ma anticipadas por los misterios, en parti-
L homérico nunca logró satisfacer com-
pletamente la aspiración a lo sagrado del
cular por los del orfismo (->).
La causa de la gran influencia que llegaron
mundo griego. A partir del s. VII a.C.,junto a ejercer estos cultos paganos se debe a que,
a la religiosidad oficial, aunque sin susti- a diferencia de los ritos de la religión oficial,
tuirla, se desarrollaron unas particulares for- -que tendían a propiciar la benevolencia de
mas de religiosidad denominadas en su con- los dioses en función del bienestar terrenal-,
junto misterios, puesto que las creencias se dirigían hacia instancias interiores y pro-
específicas se mantenían rigurosamente en fundas del espíritu.
secreto (los ritos nunca tenían lugar en los De hecho, todos los misterios, salvo los de
templos oficiales y, a menudo, ni siquiera Mitra, tratan un tema común: el binomio
existía un lugar específico destinado al cul- muerte-resurrección, desarrollado median-
to). Estos cultos iniciáticos fueron excep- te un hecho mítico con un argumento muy
cionalmente numerosos: además de los de- similar. En el centro siempre se encuentra
dicados a Orfeo y a Dioniso, los más una pareja (marido y mujer en el caso de
importantes fueron los misterios eleusinos, Orfeo, madre e hijo en el caso de Dioniso),
consagrados a Deméter y a Perséfone y así cuya unión se rompe a causa de la muerte de
denominados porque nacieron en la ciudad una de las dos figuras y, después, se recom-
de Eleusis; los misterios de Mitra, de origen pone gracias a un nuevo nacimiento.
oriental (Mitra es una antigua divinidad so-
lar irania); los misterios de Samotracia, Hoy en día, se formula la hipótesis según
aquellos de Adonis y otros muchos más. la cual la noción de resurrección fue elabo-
Aunque fuesen practicados por élites res- rada por las religiones mistéricas sobre la ba-
tringidas (en el thíasos, una comunidad in- se de ritos aún mucho más antiguos, rela-
formal y poco reglamentada), los misterios cionados con el ciclo vegetal ( con el nuevo
ejercieron una influencia extraordinaria en nacimiento de la naturaleza en primavera).
el pensamiento filosófico, sin duda superior De hecho, existe una fuerte analogía sim-
a la que tuvo el mito homérico; su influjo, bólica entre la reencarnación del alma y el
sobre todo en el pensamiento occidental, fue renacimiento cíclico de la vegetación tras la
tan profundo que es imposible evaluarlo con muerte que ésta asume durante el invierno.
precisión. Penetraron en el mundo roma- De todas formas, esta idea de que la muer-
no (donde llegaron a su máxima difusión te nunca es una condición irreversible y de-
durante el tardío Imperio, entre los s. III y IV finitiva es el núcleo esencial de los misterios:
d.C.) y acabaron influyendo incluso en el Orfeo es despedazado por las mujeres de
cristianismo. La existencia de un alma(->) Tracia, ofendidas por su amor inconsolable
individual y su inmortalidad, la idea de una hacia su mujer muerta, pero inexplicable-
culpa originaria que iguala a todos los hom- mente (así lo cuenta el mito) su cabeza, se-
bres, la espera de la recompensa para los jus- parada del resto del cuerpo y en poder de las
tos y del castigo para los malvados después olas del océano, seguirá cantando para siem-
de la muerte, todas ellas convicciones típi- pre. Nada, tampoco un hombre, puede con-
camente cristianas, fueron de alguna for- siderarse definitiva y totalmente muerto.
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GRECIA
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DIONISISMO G:
RITOS
Véase también Orfismo, Apolíneo/dionisíaco
DIONISÍACOS
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GRECIA ----,
- - 1
/ Una de las particularidades de las representaciones de Dioniso
\ (el ánfora que reproduce su gran máscara es del s. VI a.C.) es
la visión frontal. Mientras que todos los dioses siempre se re-
presentaban de perfil, Dioniso era retratado de frente y su
mirada, fuertemente interrogante, se dirige hacia el especta-
dor. La máscara teatral procede de los cultos dionisíacos.
La danza desempeñaba
un papel importante en
el logro del éxtasis dio-
nisíaco: debía ser lo
más estrambótica po-
sible, desarticulada
e inconexa, aleja-
da de cualquier
regla, liberadora.
Para este fin, las
ménades o ba-
cantes se dotaban
del tirso, una vara
rodeada de hiedra
y cargada en un ex-
tremo con piñas, cu-
ya única función era la
( de desequilibrar a la
· danzante.
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Aristóteles, en un fragmento de la Poética, sitúa el origen de la tragedia (literalmente <iCanto del ma-
cho cabrío») en el ditirambo, el canto acompañado de danzas (y, por tanto, un verdadero espectácu-
lo) que caracterizaba los ritos dionisíacos, en los que un macho cabrío era sacrificado al dios.
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POLIS POLÍTICA, GUERRA OPLITA c..
Véase también Helenismo
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SEXUALIDAD ¡
EROS
Véase también Escala erótica, Kalokagathia
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1 término kalokagathia designa el ideal ción religiosa: «Como por la noche los ojos
E de virtud de la aristocracia griega. Según
Aristóteles, «se dice kalokagathia de lo que
humanos son atraídos por el fulgor de un
cuerpo celeste resplandeciente, así la be-
es perfectamente bueno y bello; de hecho, lleza de Autólico atrae hacia su persona to-
puede presumir de esta cualidad el que es das las miradas; todos los espectadores se
completamente hábil, valiente, no corrup- conmueven en lo más profundo del alma.
to por otros bienes como la riqueza y lapo- Algunos caen en un silencio no habitual,
tencia». A partir de esta concepción muy eli- mientras que otros gesticulan de forma igual-
tista y antidemocrática, el hombre perfecto mente significativa». No es una casualidad
debe poseer tanto las cualidades del buen que la escultura clásica griega gravitase ob-
ciudadano (valor, lealtad, etc., todas com- sesivamente en tomo a este tema central: el
prendidas en el término «bondad») como cuerpo desnudo del atleta (en el mundo sub-
las cualidades de la belleza física. Por tanto, lunar, dominado por la imperfección, sólo
la prestancia atlética, la salud, el cuidado de el cuerpo humano es tan absolutamente per-
su cuerpo y el rechazo de cualquier traba- fecto que es necesario recurrir a la geome-
jo manual (con la excepción del uso de las tría para describirlo).
armas en la batalla) eran componentes fun-
damentales de esta ética aristocrática, co- Un corolario importante de la kalokagathia
herente con una sociedad en que el trabajo fue la tesis de la imposibilidad de enseñar la
productivo se consideraba envilecedor y era virtud, un término que para los griegos no
realizado preferiblemente por los esclavos. poseía aún el significado cristiano de libre
El hombre virtuoso es, por consiguiente, ex- elección del bien, sino que indicaba la ex-
celente no sólo en las cualidades espiritua- celencia en una actuación, la capacidad de
les, sino también en las físicas. Un efecto de alcanzar el éxito en un ámbito determinado
esta coincidencia entre belleza del cuerpo y (en este sentido, son virtuosos por ejemplo
virtud ética fue la glorificación del desnudo el músico o el maestro en un arte). En la
(que, por el contrario, se juzgaba irreveren- concepción aristocrática, las virtudes polí-
te en el arte egipcio o babilónico), una in- ticas, la capacidad de mando, la impertur-
vención original del arte griego del s. va. C. babilidad que nace de la conciencia de la
En términos modernos, podemos afirmar propia superioridad, no se pueden adquilir
que los griegos eran «nudistas»: a diferen- con la educación, sino que se heredan a tra-
cia de los romanos, que consideraban es- vés de la «sangre» de los padres.
candalosa la pasión griega por la desnudez,
los griegos encontraban en el espectáculo Un único punto de contacto parcial entre la
del cuerpo humano un significado profun- idea cristiana y la griega de virtud se pue-
do y un valor moral. Pensaban que la belle- de detectar en el valor de la templanza; par-
za de un cuerpo (masculino) podía hacer te esencial de la kalokagathia, consiste en la
más cívico al hombre. capacidad de autocontrol, en ser capaz de
El historiador Jenofonte describe la reacción dominar las pulsiones personales para so-
de los espectadores admirando a un ven- meterse a las normas que regulan el mundo
cedor de los juegos en términos de conmo- humano y divino.
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GRECIA
El ideal ético-estético de la
aristocracia griega llegó a s1:1_)'
máxima expresión en las es-
tatuas del houros o Apolon,
que decoraban los templos del
período arcaico y que se carac-
terizaban por la posición fron-
tal, la simetría, 1a estilización
geométrica de la figura y de sus
órganos, la inmovilidad total y la
imperturbabilidad de la expresión.
No está claro si representaban di-
vinidades, héroes semidivinos u
hombres excepcionales (las estatuas
dedicadas a los atletas vencedores en
las competiciones gímnicas eran
muy similares).
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GRECIA
L
ENIGMA RACIONALISMO, LOGOS
1 término logos, sin duda el más im- razonamiento, pensamiento, elección, ex-
E portante de toda la filosofía griega, en
un principio significaba «palabra», «dis-
plicación, necesidad, etc.
Como los griegos no se contentaban con
curso»; sin embargo, al pasar de la con- la aplicación de la razón a los problemas
cepción mítica a la concepción filosófica, concretos, sino que exigían la construcción
llegó a indicar cualquier explicación de la de una teoría, se interesaron en gran me-
realidad en términos racionales. Heráclito, dida por aquellos discursos en que el lagos
quien utilizó esta palabra por primera vez, no parece funcionar. Seguidamente se enu-
hizo una observación importante: «Aunque meran dichos discursos.
todo ocurra según el lagos (es decir, según
la razón), los hombres son obtusos por lo • Enigma: un reto a las capacidades de la
que respecta al lagos tanto antes como des- inteligencia, una pregunta planteada de for-
pués de haber oído hablar de él, y parecen ma oscura y ambigua que, sin embargo, ad-
inexpertos al respecto». De hecho, ser ra- mite una única solución.
cionales no significa poseer una teoría de la • Antinomia: un razonamiento correcto
racionalidad. pero carente de solución, una especie de
Es posible utilizar correctamente la inte- cortocircuito del lagos. Se produce cuan-
ligencia incluso sin saber en qué consis- do el desarrollo de un discurso, a pesar de
te, puesto que la inteligencia se manifiesta ser llevado a cabo con rigor en cada pasa-
en la vida ordinaria como una habilidad, je, desemboca en dos conclusiones deno-
es decir, como una capacidad adquirida minadas tesis y antítesis: ambas igualmen-
con la experiencia. Todo el mundo, quien te válidas, pero opuestas e irreconciliables.
más y quien menos, emplea la razón, pe- La más importante y conocida antinomia
ro nadie es capaz de ofrecer una defini- es la «del mentiroso» («Epiménides el cre-
ción adecuada. tense afirma que todos los cretenses son
mentirosos»).
El origen del racionalismo helénico nace • Paralogismos: razonamientos en que exis-
de esta contradicción. Sin duda, los grie- te un error oculto bajo una coherencia apa-
gos no fueron los primeros en adoptar el rente. Aún hoy en día, denominamos a es-
lagos; sin embargo, fueron los primeros que tos razonamientos «sofismas», porque
se preguntaron, de forma persistente, qué fueron los sofistas ( en particular, los eris-
es y cuáles son sus procedimientos. La gran tas) los que se especializaron en utilizar las
cantidad de significados que este término más sutiles astucias dialecticas hasta la cap-
asumió en la lengua griega testimonia, al ciosidad. La paradoja del cornudo, por ejem-
mismo tiempo, la amplitud y la dificultad plo, se desarrolla de esta forma: «¿Admites
de la búsqueda. que posees todo Jo que no has perdido?
¿Nunca has perdido un par de cuernos?
El término lagos significó, en sus diferen- Entonces posees estos cuernos».
tes usos, discurso, cálculo, evaluación, me- • Dilema: una argumentación en la que
dida, razón de ser de las cosas, causa, jui- dos proposiciones contrarias se plantean
cio, estimación, definición, argumento, como alternativas, ambas posibles.
30
GRECIA
Otro desafío al lagos de gran interés para los griegos fue el de los rompecabezas, problemas científicos
~.~.resolver, en particular matemáticos y geométricos, que supuestamente tienen una solución. Los más
famosos fueron dos: la cuadratura del círculo (es
decir, cómo calcular el área exacta del círculo) y
la trisección del ángulo, que consiste en subdi~
vidir sin regla ni compás un ángulo en tres partes
iguales. En el s. XVI, G. Bruno, el autor de las ilus-
traciones aquí reproducidas, todavía se esforzaba
en la. resolución de estos problemas.
'-'-._,/
31 i
GRECIA
PROPORCIÓN ESTÉTICA [.
32
GRECIA
1
( El canon de Policleto sugiere otorgar movimiento (un equilibrio di-
tnámico) a la estatua mediante una relación proporcional (ponde-
ratío) entre los miembros del cuerpo.
• La pierna izquierda, flexionada y en segundo plano, debe estar en
correspondencia con la inclinación del hombro derecho.
• La pierna flexionada debe estar en correspondencia, en el mismo
lado, con el brazo flexionado.
• La pierna que sirve de apoyo debe estar en correspondencia, en el
mismo lado, con el brazo paralelo al cuerpo.
• La cabeza, de altura igual a un octavo del cuerpo, se inclina hacia
la parte opuesta respecto a la pierna y el brazo flexionados.
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33
PRESOCRÁTICOS
34
/
PRESOCRÁTICOS
35
PRESOCRÁTICOS
ESCUELA DE MILETO t
SOCIEDAD JÓNICA
Véase también Oriente/Occidente
36
/
PRESOCRÁTICOS
,t,
~' <'El desinterés por ~l trab~jo ma-
"'nual y el desprecio social que
A
\
rodeaba a los trabajadores (es-
clavos y artesanos) queda ex-
presado en la figura del dios
Hefesto, señor de la metalurgia
y del trabajo. El herrero del
Olimpo era un dios lisiado,jo-
< robado, sin ninguna dignidad,
< ridiculizado cruelmente por el
resto de la familia olímpica y
por los hombres. Con respecto
a esta cultura general del mun-
do griego, caracterizada por un
escaso interés por la tecnología
(-,,. Fracaso tecnológico), la va-
loración de las técnicas se
muestra como una especifici-
dad de la cultura jónica.
El mapa de Milete, reconstmido tras la invasión persa por Hippódamos, el urbanista más célebre de
la antigüedad, presta una gran atención a los problemas técnicos y al predominio de una concepción
democrática de la política típicos de la sociedad jónica. La ciudad se basaba en un modelo cuadricu-
lado (estructura viaria perpendicular) y en la
zonificación: los edificios públicos '·"v'
se concentraban en la franja
central y eran de fácil acceso
para los ciudadanos, cuyas
viviendas estaban dispues-
tas en las áreas residencia-
les, en la zona alta y en la
baja, muy homogéneas,
sin monumentos y
reguladas por
tipologías de
construcción
muy precisas.
37 [
PRESOCRÁTICOS
COSMOLOGÍAS UNIVERSO t.
38
PRESOCRÁTICOS
I~
o-- 7 J\
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...... ,
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--
/ \ \~,
\
(Herachto, el filósofo del devenir(-), ne-
\
gó la existencia del Sol y de la Luna con-
ceb1das en tanto que entidades matenales,
estables y d1stmgmbles Para Herachto,
los <icuerpos» celestes eran fenome-
1
: , , • • - : .' . ' .' '. ; , , , , : , \ nos meteorológicos derivados de la
/ ill))g \~5¡[,i;;::;~~ti;;:¡::E
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1
, . . , . I, • , , 1 1 ' • , , , \ condensación diaria de los vapores
~""'"""---:C-----.....-""--=-..__,._,___,._.
ttrigía
/ \ ( no se escondía bajo la Tierra, sino que, a partir
1 \ \ de un cambio de dirección ortogonal, se di~
1 ~')? / ~)::s hacia el norte geográfico para pasar ]a
~~ noche tras los montes Hiperbóreos.
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', /Jenófanes introdujo por primera vez la idea de la infinidad del Universo
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39 ¡
PRESOCRÁTICOS
i 40
/
PRESOCRÁTICOS
Naturalmente, el pensamien-
to filosófico no nace de la
nada; las primeras doc-
trinas formuladas por
los pensadores jó-
nicos consistían
en parte en una
radonalizaciQn
de temas qmt~l
• . j
pensamiento
mítico ya había
tratado. También
en la simbología
del arte preclásico se
vislumbra un fuerte
interés por los elementos
originarios: en este ejemplo,
el fuego está representado por el Sol central; el agua está
representada por los peces; y los fenómenos de la energía
y del devenir, por espirales enroscadas.
PRESOCRÁTICOS
{Una formulación
norma
\del devenir en tér-
minos modernos:
un diagrama del
~e pintor P. Klee. Toda
norma es, por natu-
•e raleza, inestable; de
•
.!ll forma paulatina, pe-
l •• ro inexorable, de-
o
e ••:g_ semboca en la ex-
cepción, originando
así una nueva regla.
norma
Puesto que todas las
transformaciones
tienen lugar en un
mundo cerrado, el
proceso será cíclico
y dinámico.
,a:<0-
1.á nbción del devenir está presente en los
símbolos de diferentes culturas. Desde arri-
.ba y en el sentido de las agujas del reloj:
(• la danza de Shiva, la divinidad hindú de
ra transformación;
• el dragón, que en la alquimia represen-
ta la metamorfosis de los elementos;
• el trisceles, un símbolo numismático (a
menudo, en este contexto, se han recupe-
rado imágenes que remiten al devenir de
Heráclito);
• el Tao (la filosofía taoísta presenta mu-
chos puntos de convergencia con la de
Heráclito);
• la esvástica, que, antes de convertirse en
emblema del nazismo, era un símbolo de
l~utadón eterna.
43 !:
PRESOCRÁTICOS
/ 44
/
~¡¡ PRESOCRÁTICOS
amor amor+odio
•
~'I~i•kt~~~~-
~ /'..
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--~ ~~vive con el od10
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;] 46
/
PRESOCRATICOS
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PITÁGORAS E.
ARMONÍA
Véase también Música de las esferas, Número
MUSICAL
48
PRESOCRÁTICOS
El instrumento utilizado por los pitagóricos para estudiar las relaciones entre música y matemática era
el monocordio, una especie de guitarra dotada de una culla que se desplaza sobre una escala nume-
rada. Si se hacen sonar simultáneamente las dos porciones de cuerda, se pueden obtener acordes o di-
sonancias. Cuando una porción es el doble de la otra (1:2), se obtiene una octava. Si se dispone la
cuña en dos tercios de la cuerda, se obtiene una relación de quínta; en tres cuartos (4:3), la resonancia
será de cuarta. '-.,_,,.,
49
PRESOCRÁTICOS
50
PRESOCRÁTICOS
....... '
...
,~...,..,,.__,.:.
t
-~t---41}
•Iª•=-
¡una representación de la inconmen-
\surabilidad propuesta por G. Bruno
(De Tríplice Mínimo, 1591). Mientras
que en las líneas horizontales y verti-
• •t
cales las esferas se tocan y, por tanto,
pueden unirse mediante segmentos
iguales a la suma de sus dimensiones,
en el caso de las diagonales esto es im-
posible, ya que su longitud supera el
51 t
PRESOCRÁTICOS
itágoras imaginaba la existencia de re- Por ejemplo, en el s. 11 el. C., el filósofo neo-
P laciones psicológicas entre los números
y llamaba números amigos a aquellos que es-
platónico Plotino llegó a considerar el Uno
como el arquetipo (- ) de la divinidad.
taban formados por la suma de los divisores
del otro. Asimismo, distinguía entre núme- La triplicidad, al estar íntimamente relacio-
ros masculinos (los impares, considerados nada con el prestigio teológico de la unidad,
perfectos) y números femeninos (pares e im- representa en cierto sentido su extensión.
perfectos). Aristóteles afirmó que, según los Dios es uno y trino en la religión cristiana,
pitagóricos, «la justicia era una propiedad pero también en muchas otras confesiones
particular de los números; otra propiedad era no monoteístas (la trimurti oriental, por
el alma; otras, la oportunidad y la inteligen- ejemplo) existen triadas divinas.
cia; se puede afirmar que encontraban, para
cada cosa, una similitud con los números». La duplicidad, al ocupar una posición in-
Esta forma precientífica ele entender las ma- termedia entre dos entes de gran prestigio
temáticas desembocó en la numerología, la mágico como son la unidad y la trtplicidad,
doctrina que afirma la existencia de un poder se ha cargado con un valor negativo que, aún
mágico de los números detectable a partir hoy en día, está presente de forma residual
de correspondencias precisas con el mundo en el lenguaje (existe una doblez moral).
natural y divino. Hoy en día, la numerolo- Pitágoras desconfiaba del dos, el primer nú-
gía sigue siendo una de las parcelas más fre- mero par (por tanto femenino e indetermi-
cuentadas por la magia (- ) y sobrevive en nado) y pensaba que, de alguna forma, le fal-
la creencias comunes como las supersticio- taba algo. Según su parecer, el dos era la
nes (por ejemplo, la idea según la cual el 13 opinión contrapuesta al verdadero saber (que
trae mala suerte). Desde el punto de vista siempre es único).
crítico, el filósofo que más se dedicó a in-
tentar comprender los orígenes y el signifi- Casi siempre se ha recurrido a la cuadru-
cado de la numerología fue E. Cassirer plicidad para representar el mundo concre-
(Filosofía de las formas simbólicas, 1921). to y real; lo creado, en contraposición almo-
mento de la creación; la experiencia humana,
El número uno desempeña, en la tradición en oposición a la divina: tuatro son las es-
mágico-pitagórtca, un papel absolutamente taciones, los elementos (- ) de la naturale-
excepcional. De hecho, no es ni par ni im- za, los humores (->) del cuerpo, las edades
par, así que Pitágoras lo denominó parim- de la vida.
par. En realidad ni siquiera es un número
verdadero, sino que representa el concepto Son menos evidentes las razones que han
mismo de la unidad (el generador, la madre convertido el siete en el «número perfecto».
de todos los números) y, por tanto, es radi- Pitágoras lo define como el momento justo,
calmente diferente del resto de cifras que, pero el prestigio del septenario es mucho
por su naturaleza, expresan algo múltiple. más antiguo: por ejemplo, en la Biblia, la ex-
Con Pitágoras se inauguró la mística de la presión «setenta y siete veces siete» se usa
unidad, destinada a tener un gran futuro. como sinónimo de infinito.
J 52
PRESOCRÁTICOS
53 i
PRESOCRÁTICOS
54
PRESOCRÁTICOS
§~;~:;-~:; ~t~_t
Maruere • -Terr-;-
55 [
PRESOCRÁTICOS
-
PROPORCIÓN PITAGORJSMO, ESTÉTICA E
l 56
PRESOCRÁTICOS
El esquema de la sección
áurea aplicado a la fachada
del Partenón.
D B
f¡+·~
1•
•
El procedimiento de la sección áurea apli~ •
cado a las formas rectangulares permite •
construir áreas proporcionales entre sí: la •
pequeña (ACFE) es a la mayor (CBDF)
lo que esta última al conjunto (ABDE). Si e •
lo comparamos con el plano de un tem-
F
•
plo griego, podemos observar que real- • • •
mente es posible (aunque no haya sido • • •
probado por ningún descubrimiento ar- •
queológico) que los arquitectos griegos
utilizasen este sistema para trazar la cel- •
da, la zona del templo dedicada a custo- E • 11: ._._,,,Jt
egún Parménides, el lenguaje (el pen- cualquier discurso. De hecho, la única fra-
S samiento) se centra siempre en el ser,
es decir, en lo que existe. El hecho de nom-
se absolutamente cierta, la única que una
mente realmente lógica y coherente podría
brar el no-ser (es decir, algo que no posea pronunciar, es siempre una: el ser es; el no-
ningún grado de realidad) es un absurdo ser no es.
posible únicamente en la fantasía, en el sue- Todos los fenómenos que, de alguna ma-
ño, en el vaniloquio o, más simplemente, nera, están relacionados con el devenir (->),
en el error. Un objeto que no existe ni si- tales como el tiempo, el movimiento, el ci-
quiera puede pensarse; por el contrario, clo vital de los organismos, la traslación de
pensar una cosa implica, antes que nada, los cuerpos en el espacio, etc., son negados
atribuirle algún grado de existencia. por esta teoría. De hecho, el devenir im-
«El firme corazón de la verdad meridiana» plica el pasaje de un ser a un no-ser (des-
que el filósofo Parménides recibe de la dio- de lo que era hasta lo que será); por tan-
sa Necesidad se puede resumir con esta to, es íntimamente ilógico. Asimismo, sería
breve frase: «El ser es y no puede no ser. El un error incluso cualquier frase que impli-
no-ser no es y no puede, de ninguna ma- que la pluralidad: no es posible afirmar que
nera, existir». Se trata de un juego de pa- cualquier A es igual a cualquier B, pues es-
labras sólo aparente. En realidad, es un ver- to implica que A no es B.
dadero reto al pensamiento lógico, fácil de
rechazar en el plano pragmático, pero difí- El mundo tal como se muestra a partir ele
cil de resolver en el conceptual. De hecho, la sensación (->), en cuyos límites las co-
¿cómo es posible que lo que no existe pue- sas pueden ser y no-ser, es admisible úni-
da convertirse en objeto del discurso? ca y exclusivamente como una opinión, una
¿Cómo pueden existir propiamente la na- hipótesis y, por tanto, fuera ele cualquier
da, el vacío, la ausencia? El lenguaje ordi- discurso lógico, coherente y riguroso.
nario, la falaz doxa, habla igualmente tan- La ontología (ciencia del ser) ele Parmé-
to de oscuridad como de luz, pero se trata nides lanza un profundo ataque contra la
evidentemente de un absurdo, ya que una validez ele la percepción sensible. De he-
condición de ausencia (la oscuridad) no cho, Parménides localiza la fuerza del logos
posee la misma realidad de una presencia. (el razonamiento) exclusivamente en suco-
La frase «está oscuro» contiene una para- herencia interna, en un estado ele inde-
doja, pues afirma la consistencia de una pendencia absoluta con respecto a las in-
irrealidad (como cualquier frase que afir- dicaciones que proceden del ambiente.
me el no-ser de alguna cosa). Si la conclusión del razonamiento se ha al-
canzado mediante el rigor ele la lógica, en-
Como el propio Parménides reconoció, su tonces hay que aceptarla, y si se opone a la
doctrina es «contraria a la opinión de la ma- evidencia ele los hechos sensibles (fenó-
yoría»: es decir, está alejada de lo que nor- menos), tanto peor para estos últimos: una
malmente se denomina el buen sentido co- percepción no se puede demostrar. Los sen-
mún (->). En su acepción más extrema, tidos pueden equivocarse, la razón no (ob-
implica el fin de cualquier filosofía y de viamente, si se usa con criterio).
l 58
PRESOCRÁTICOS
L;s··argumentaciones de Parménides fueron defendidas por su discípulo Zenón mediante una serie de
paradojas. La más conocida es la de Aquiles, el de los pies ligeros, mediante la que Zenón pretendía
demostrar la no existencia de la noción de espacio. Aristóteles lo resume de siguiente forma: «El más
lento (la tortuga), corriendo, nunca será superado por el más rápido (Aquiles) de hecho, el persegui-
dor debería necesariamente alcanzar el lugar desde donde el fugitivo se ha movido en su carrera; por
consiguiente, el más lento mantiene siempre necesariamente cierta distancia».
59 i
PRESOCRATIC OS
enón de Elea no elaboró una doctrina de hecho, múltiples, como los sentidos nos
Z propia, smo que se limitó a defender
la de su maestro con razona-
Parménides
inducen a creer. Por lo tanto, todo es Uno y
el mundo es, ciertamente, el esfero predica-
mientos que, según dijo Aristóteles en su do por Parménides, sin partes en su interior.
Física, «producen dolor de cabeza a quienes El argumento de la sorite («cúmulo») nega-
intentan resolverlos». De hecho, Zenón fue ba la cantidad. Tomemos, por ejemplo, una
el inventor indiscutible del razonamiento semilla de trigo, después dos, tres, etc.; al fi-
paradójico. No demostraba directamente la nal conseguiremos tener un buen montón.
tesis del maestro pero, de forma más sutil, Pero ¿a partir de qué semilla la cantidad de-
confutaba las confutaciones; es decir, de- ja de estar numéricamente determinada? Es
mostraba que la opinión de sus detractores imposible establecerlo: de ahí que la noción
desembocaba en conclusiones todavía me- de cantidad no pueda proponerse desde un
nos aceptables que las suyas. punto de vista lógico.
Los logoi («razonamientos») de Zenón son Una curiosa variante de este razonamiento
cuarenta en total. El más famoso es lapa- hace referencia a la calvicie: ¿cuántos ca-
radoja de la dicotomía (muy similar a la de bellos serán necesarios para que podamos
Aquiles, el de los pies ligeros: - esfera); afirmar que una cabeza está calva, medio cal-
en ella refiere que, dado un A cualquiera que va o que tiene una gran cabellera? Otra está
intenta alcanzar a un B cualquiera situado a relacionada con el ruido: una semilla que
una cierta distancia, A no alcanzará nunca cae al suelo no hace ruido, un saco de se-
a B. De hecho, A deberá realizar primero la millas, en cambio, sí. Entonces ¿cómo es es-
mitad del trayecto; después, la mitad del es- to posible si cualquier cantidad de grano
pacio restante; después, la mitad de la mi- siempre está formada por una suma de se-
tad, y así hasta el infinito. En cada unidad millas? Es decir ¿cómo puede producirse el
de tiempo, la distancia entre A y B será ca- ruido (del saco) por una suma de silencios
da vez más pequeña, pero nunca será nula. (de cada una de las semillas)?
Zenón demostró, asimismo, que la multi-
plicidad es impensable. De hecho, si lasco- Las paradojas de Zenón, que se presentan
sas fuesen múltiples, entonces estarían se- como un reto para el pensamiento, han te-
paradas de otras cosas intermedias. Sin nido una función decisiva en la historia de
embargo, nace inmediatamente una parado- la filosofía. Ciertamente, es verdad que pue-
ja, porque aquello que es múltiple debería den ser desmentidas fácilmente observando
ser, por un lado, finito y reducible a núme- el mundo natural (donde existen, sin duda,
ro (siempre es posible contar una cierta can- movimiento y multiplicidad); sin embar-
tidad de objetos) y, por otro, infinito, pues- go, su fuerza se halla en el procedimiento ri-
to que la multiplicidad implica, tal como se guroso, en la coherencia del razonamiento.
ha dicho, que las cosas estén separadas de El intento de resolverlas desde el punto de
otras cosas, estas últimas de otras y así has- vista de la lógica mantuvo ocupados duran-
ta el infinito. No obstante, no es posible que te tiempo a los filósofos griegos, en particu-
una misma cantidad sea finita e infinita al lar a Demócrito (-Átomo) y a Aristóteles
mismo tiempo: de ahí que las cosas no sean, ( - Espacio-lugar).
B 60
.........................._.......,..,..,.....,.,..., l PRESOCRÁTICOS
~ ----------- D
B
,/
/;'\•,.
\
Lá flecha inmóvil. Si una flecha atravesase el espacio, entonces sería po-
sible dividir este espacio en las partes correspondientes exactamente a
la longitud de la flecha. En cada una de estas extensiones, la flecha ocu~
paría un espacio igual a sí misma. Pero es imposible que una cosa se
mueva en el interior de un espacio igual a sí misma, ya que no tendría
ningún lugar hacia el que dirigirse; por tanto, la flecha no puede en
absoluto atravesar el espacio.
□
La imposibilidad de pensar el espacio. Si existe un
o
.f,':~sp,acio y todas las cosas existen en el espacio, como
1 a2 "' cosas afirman los detractores de
cosa
C).,.
• C)cos • •
~.
•O separadoras
•■
•
•
;:~\:~éoni~!~'a~~~~n~~~t¿
también es una cosa, de-
hería existir en otro es-
pacio, el cual, a su vez,
debería estar colocado en
cosas cosas ■• otro espacio, y así hasta
separadoras separadoras el infinito.
61 t
PRESOCRÁTICOS
] 62
1 PRESOCRÁTICOS.
l
63 l
PRESOCRATIC OS
ELEMENTOS EMPÉDOCLES [
espués de que Tales localizase el ar- !orarse, arder por amor, bullir de rabia, in-
D khé (el principio primordial) en el
agua, Anaxímenes en el aire y Heráclito
flamarse por un ideal, helarse o mantener-
se frío.
en el fuego, Empédocles determinó como
principios los cuatro cuerpos simples, aña- Las raíces, más que una sustancia específi-
diendo a los inmediatamente menciona- ca, indican una condición de la naturaleza:
dos un cuarto elemento: esto es, la tierra. el aire comprende todo aquello que se en-
Además de asumir en bloque los cuatro cuentra en estado gaseoso (por tanto, tam-
principios, dando inicio de esta forma al bién tiene un carácter «ligero»); la tierra,
pluralismo ontológico que, después, se- aquello que es compacto y sólido; el agua,
rá desarrollado por Demócrito con el todo aquello que, por lo menos, puede trans-
Atomismo (-Átomo), Empédocles en- formarse potencialmente en líquido, com-
tendió de forma diferente su naturaleza. A prendidos, por tanto, los metales, cuya po-
diferencia del arhhé en la reflexión jónica, sibilidad de fundirse se explica a partir de
que se transforma para dar origen a todas un componente (invisible) de agua. En cam-
las cosas, sus elementos (que prefirió lla- bio, la niebla y el vapor acuoso son mani-
marlos raíces del ser) se mantienen siem- festaciones del aire, y el hielo de la tierra.
pre cualitativamente estables e inalterados.
Las cuatro raíces son eternas y no gene- Según Empédocles, incluso las cualidades
radas, «no están sujetas al devenir si no es psicológicas del individuo dependen de su
por el aumento o la disminución de la can- composición elemental. El talento mostra-
tidad, cuando se unen en una unidad o se do por algunos para determinadas habilida-
desvinculan de ésta». La variedad de las des encuentra su explicación en una perfecta
sustancias naturales puede explicarse a par- combinación de los elementos (crasis) en la
tir de un ensamblaje diferente de los cua- parte del cuerpo implicada. El buen orador
tro componentes de base y de todos los fe- posee una «crasis lingúística» (una lengua
nómenos del devenir (-s>) a través de su muy adecuada para el arte del hablar); el pin-
reunión o separación. tor, una «buena mano»; el futbolista, una
«crasis del pie» particularmente eficaz.
Cada elemento coincide únicamente de
manera parcial con la materia de referen- Privada de las referencias metafísicas que
cia. La raíz «fuego» es algo más que el sim- Empédocles le ha atribuido (que, por otra
ple proceso de combustión y distinto a él, parte, no rechazó una connotación mitoló-
ya que abarca una vasta gama de fenóme- gica, viendo a Zeus en el fuego, a Hera en
nos naturales: la llama, la luz, el calor, la la tierra, a Edoneo en el aire y a Nestis en el
temperatura corpórea (fiebre), la fermen- agua), la doctrina de los cuatro elementos
tación biológica, etc. fue acogida por el mundo griego como una
teoría científica fundamental y se convirtió
Asimismo, determinados sentimientos es- en el asunto básico de una amplia gama de
tán relacionados con el fuego: el ánimo, so- doctrinas, como la medicina de los humo-
bre todo en un individuo fogoso, puede aca- res (- ) o la estereometria (-) de Platón.
1 64
PRESOCRÁTICOS
JJ (?(?(?(? aire
La transformación de los cuatro elementos, simboli-
zados por cuatro animales en una imagen alquímica
dels.xv1.
~fuego
NWmagua
tierra
fLJ7J tierra
65 l
PRESOCRÁTICOS
EMPÉDOCLES E
ODIO/AMOR
Véase también Agonismo, Elementos, Humores
í 66
,..,.........P...R,..E..s...o..c..RA_-...
T...ICº.....s........
.. ¡_;
r
---i
¡Dibujo de un chamán
\¡nexicano. La figura de
Empédocles se encon-
traba a medio camino
entre la filosofía y la an-
tigua tradición chamá-
nica (-Chamanísmo).
«Hace ya algún tiempo
fui muchacho y mu-
chacha, arbusto, pájaro
1 y pez mudo del mar»,
afirmaba, y ni siquiera
se negaba un origen di-
vino: «¡De qué hono-
res, de qué cumbres de
felicidad he caído para
errar aquí, en la Tie-
rra! » Los chamanes ci-
tan e ilustran frecuen-
temente la visión de
Empédocles de la ex-
plosión del cuerpo, de la dispersión de los miem-
bros humanos por el espacio.
67 L
-
PRESOCRÁTICOS
• 68
PRESOCRÁTICOS
69
PRESOCRATICOS
ÁTOMO DEMÓCRITO l
70
..
PRESOCRÁTICOS · i
00
71
PRESOCRÁTICOS
72
PRESOCRÁTICOS
73
r-'"'. PRESOCRÁTICOS
1 ---
SOFISTAS PROTÁGORAS, GORGIAS i;
l 74
PRESOCRÁTICOS
75
1
SÓCRATES
bservar las estatuas erigidas en honor cir1 una imagen que tendiese a caracteri-
O de los filósofos presocráticos produ-
ce una extraña impresión: todos sus rostros
zar una personalidad individual) habría
sido calificada de inconveniente, como
son semejantes y claramente sujetas a rígi- una infracción de las más elementales re-
das normas convencionales; por ejemplo, glas de la convivencia civil.
siempre representan a un anciano (ya que
la edad de la sabiduría es la vejez: - Por tanto, sólo a partir de este panora-
Homero). Las causas del fenómeno son ma puede apreciarse la desconcertante no-
múltiples. En primer lugar, estos retratos vedad del retrato de Sócrates, esculpido
fueron esculpidos bastante tiempo después tan sólo diez, veinte años tras su muerte
de la muerte de los filósofos, esto es, cuan- (399 a.C.). En evidente contraste con el
do, a partir de los ss. v-1v (- Helenismo), ideal ético-estético de la halokagathia (-)
empezó a surgir el interés por su aspecto aristocrática, según el cual en el buen ciu-
físico. Por tanto, es lógico que ya nadie re- dadano deben coincidir tanto la virtud co-
cordase las características de hombres mo la belleza física (o, al menos, el cui-
muertos un siglo atrás. En segundo lugar, dado del propio cuerpo mediante la
estos retratos no tenían de ninguna mane- gimnasia y la danza), Sócrates es descri-
ra el objetivo de celebrar la individualidad to en términos burlescos que remiten a
personal, sino el de reproducir, a partir de los rasgos de un sileno (ser mitad animal
un ejemplo específico, los rasgos ideales seguidor de Dioniso, desenfrenado y en-
del buen ciudadano. Es el mismo princi- tregado por completo al vino): el rostro
pio por el que también las estatuas de los es aplastado, los ojos bovinos y sobresa-
atletas vencedores en las Olimpiadas, a pe- lientes, la nariz chata y aplastada, corta y
sar de que seguían un modelo diferente, se gruesa, la cabeza calva y la unión de las
asemejan entre sí. orejas tremendamente alta.
Aunque tuviese una edad avanzada, el ciu- Se sabe que Sócrates era realmente muy
dadano-filósofo no es en absoluto feo; muy poco agraciado: pequeño de estatura, acha-
al contrario, la intensidad de la mirada y parrado y de barriga prominent~, encor-
los rasgos regulares de su rostro siempre vado y descuidado en el vestir. El mismo
expresan una vida vivida en la justicia y en no dejaba de ironizar sobre su aspecto; pe-
el respeto a las reglas sociales. Las convic- ro lo más extraordinario es que el retrato
ciones fisiognómicas (- Fisiognómica) do- no idealiza, sino que exhibe esta fealdad
minantes prescribían para esta figura so- como una forma de contestación evidente
cial una frente amplia y despejada, ojos contra la etiqueta iconográfica y los valo-
profundos y penetrantes, barba venerable res morales tradicionales. La imagen de
asociada a una incipiente calvicie y el en- Sócrates (como, por otra parte, el propio
trecejo fruncido, signo de la realización de filósofo en vida) contrapone una ética del
un esfuerzo mental intenso. espíritu, una búsqueda de la verdad indi-
En cualquier caso, hasta algunos años des- ferente o incluso hostil a la belleza mate-
pués de la muerte de Sócrates, un ver- rial, a la arcaica ética aristocrática basada
dadero retrato en sentido moderno (es de- en la estética del cuerpo.
76
--,
i¡ 1-................,.
F
77 [
-
SÓCRATES
HOMBRE
HUMANISMO
Véase también Ironía, Tí esti
SOCRÁTICO
ras un interés juvenil por las cuestio- Por este motivo, el problema lógico-meta-
T nes científicas, Sócrates concentró su
atención en las problemáticas del hombre,
físico de la definición conceptual (tí es-
ti), el aspecto de la predicación socrática
asumiendo como propia la famosa ins- más desarrollada por Platón, es sólo una
cripción que domina el frontispicio del de las líneas de desarrollo que se originan
templo de Delfos: Conócete a ti mismo. en Sócrates, aunque destaca por ser la más
De hecho, el diálogo socrático consistía en importante. Un numeroso grupo de dis-
un examen del alma: las preguntas que él cípulos, los denominados socráticos me-
planteaba a sus ciudadanos a través de la nores, prefirió interesarse por los conteni-
mayéutica (->) eran, sobre todo, de tipo dos éticos y humanísticos del maestro,
ético-educativo, y sólo secundariamente desarrollando temas que, en el transcurrir
de naturaleza lógica. de dos generaciones, fueron retomados por
Tal como cuenta Platón, «todo aquel que las escuelas helenísticas (->).
se ponga a razonar con él, cualquiera que
sea el argumento tratado, es arrastrado a En realidad, en toda la entera historia del
las espirales del discurso e, inevitable- pensamiento no puede datarse la exis-
mente, está obligado a seguir adelante has- tencia de ningún otro filósofo que haya
ta que no llegue a ser consciente de sí mis- gozado de un mayor número de acólitos
mo y a decir de qué forma vive y de qué y de más diversa orientación. Antístines,
forma ha vivido». por ejemplo, llevó a extremos negativos
Los sofistas ( ->) ya habían anticipado es- la desconfianza socrática con respecto a
ta tendencia hacia la antropología (estudio la búsqueda del placer (que se debe acep-
de los problemas del hombre), aunque sus tar sólo cuando no contradice la razón),
intereses humanísticos adolecían de una y anticipó temas del cinismo, enfatizan-
fuerte indiferencia ética y de una postura do la autarquía (-),la capacidad de au-
escéptica. Por el contrario, lo que impre- todominio, de soportar las fatigas y de
sionó enormemente a los contemporáneos bastarse a uno mismo. De esta forma, lle-
fue la firme voluntad de Sócrates de unir gó a afirmaciones extremadamente ra-
íntimamente el discurso teórico sobre la vir- dicales como las que a continuación se
tud con sus elecciones de vida personales. cita: «Preferiría enloquecer a sentir pla-
cer»; «La carencia de gloria es un bien»,
Las vicisitudes que en el año 399 a. C. lle- «Si tuviese a Afrodita entre las manos, la
varon a su incriminación (por los delitos mataría».
de corrupción de los jóvenes y por la in- Por otra parte, Aristipos interpretó las en-
troducción en la ciudad de divinidades ex- señanzas de Sócrates en un sentido dia-
tranjeras) y, sobre todo, su serena acepta- metralmente contrario: sostenía que el pla-
ción de la condena a muerte, tan dura cer, en cualquiera de sus formas, siempre
como injusta, supusieron un aconteci- es un bien y siempre ha de buscarse de for-
miento decisivo en toda la filosofía occi- ma activa, lo que constituye una antici-
dental y el primer momento de contacto pación del hedonismo predicado por el epi-
entre filosofía y coherencia de vida (->). cureísmo ( - ) .
J 78
SÓCRATES
] 80
SÓCRATES k :-----,
.,.,¡,.,__,,_ _ _ _ _.,...w 1
Con Sócrates, la filosofía empieza a interrogarse sobre c<f)
mo debe encauzarse la reflexión filosófica sobre el méto::.
do. A la idea de verdad como descubrimiento íntimo e in-
dividual le corresponde el tema iconográfico del pensador
solitario, absorto en sus propios pensamientos, que extrae
la sabiduría de sí mismo (la imagen reproduce una repre-
sentación del escultor Usipo, s. 1v a.C.).
/"'
81 [
7
SÓCRATES
DIÁLOGO
IRONÍA
Véase también Humanismo socrático, Sócrates silénico
} 82
SÓCRATES
83
SÓCRATES
SóCRATES/PLATóN/ARISTÓTELES ic
TÍ ESTI
Véase también Idea platónica, Pensamiento horizontal, Sustancia
na de las cuestiones más importantes resultados que ésta alcanza, no de los pro-
U de todo el pensamiento filosófico (an-
tiguo y moderno) es la respuesta a la pre-
cedimientos que utiliza. De hecho, si se in-
tentan especificar claramente los criterios
gunta «¿qué es?» (en griego tí esti). ¿Es adoptados por la mente, planteando, de es-
posible, y a partir de qué condiciones, lle- ta forma, la cuestión de una manera defi-
gar a la definición (especificación de la nitoria, surgen unas dificultades absoluta-
esencia) de una cosa? mente insuperables.
Desde un punto de vista histórico, fue Los dos filósofos más grandes de la anti-
Sócrates el primero que planteó el pro- güedad, Platón y Aristóteles, intentaron re-
blema, convirtiéndolo en el objeto de su solver el problema siguiendo dos vías que
propio método de investigación (-> se explican brevemente a continuación.
Mayéutica); sin embargo, lo desarrolló úni-
camente en relación con la definición de • Platón imaginó que a cada clase de obje-
los valores morales (qué es la amistad, qué tos (y a cada concepto presente en nuestra
es la virtud ... ). mente) le corresponde una idea perfecta y
Platón planteó esta cuestión en términos preexistente, y explicó el acto psicológi-
más generales, pues observó que, si se exa- co de la comprensión con el auxilio de un
mina el contenido de algunas palabras con- imponente aparato de teorías colaterales
cretas (por ejemplo, «silla»), también sur- (el viaje del alma por el mundo hiperurá-
gen los mismos problemas que cuando se nico: -> ).
intenta especificar la naturaleza íntima de • Aristóteles se negó a admitir un mun-
las ideas abstractas (amistad, virtud). Si se do sobrenatural de las ideas para explicar
exceptúan los nombres propios de perso- el conocimiento humano y elaboró la doc-
na (Pedro, Juan ... ), que denotan una rea- trina de la sustancia, según la cual cada
lidad individual e identificable, todo el objeto puede ser definido a partir de un
lenguaje humano está constituido por sus- listado de propiedades individualmente
tantivos, conceptos que se remiten a cla- necesarias y colectivamente suficientes:
ses de objetos cuya delimitación precisa es es decir, capaces por sí mismas de carac-
muy difícil. Por ejemplo, ¿qué es una si- terizar su esencia. Se trata de un acerca-
lla? La respuesta es fácil desde una pers- miento caracterizado por una gran co-
pectiva intuitiva, lo que demuestra que, de herencia racional, cuyo prestigio, que se
alguna manera, la mente posee un código, ha mantenido vigente durante dos mile-
un sistema para representar los conceptos nios, depende del hecho de que se puede
(mecanismo que la tradición filosófica de- aplicar perfectamente al saber matemá-
nomina categorización) a partir del cual tico-científico, en el que las nociones pue-
ordenamos los innumerables objetos del den (o, mejor dicho, deben) adoptarse só-
mundo en clases, haciendo posibles el pen- lo tras haberse realizado una meticulosa
samiento, el lenguaje y la comunicación. especificación. Por ejemplo, el concepto
Pero, por desgracia, no es posible observar de «número par» puede definirse a partir
directamente el funcionamiento de la psi- de una única característica: «ser divisible
que; somos únicamente conscientes de los entre dos».
! 84
SÓCRATES
,flproblema del tí estí aplicado a un caso concreto: intentaremos definir (explicar, nombrar) estos ob-
jetos. Los elementos que pertenecen a la serie superior se pueden describir fácilmente: los primeros
dos se pueden expresar incluso con una sola palabra (triángulo, círculo); los otros dos, con una defi-
nición más o menos aproximativa (una escalera en diagonal, la sección de un muro), Los elementos
de la serie inferior, aunque sean igualmente concretos y claros, desde un punto de vista perceptivo
no tienen significado y sólo pueden describirse con gran dificultad. Según la solución propuesta por
Platón, en este último caso funciona únicamente la percepción sensible, mientras que en el caso an-
teríor se verifica un proceso de conocimiento mediante el reconocimiento: las formas se comparan
con unos modelqs (ideas) preexistentes y catalogados en el alma. Asimismo, es significativo que, cuan-
do nos proponemos otorgar un sentido a estas formas extrañas, recurrimos a la memoria, intentando
encontrar en nuestra conciencia un esquema interpretativo adecuado.
85 E
PLATÓN
I mérito de haber formulado la prime- eterno e inmutable, como los dioses) no só-
E ra teoría orgánica del conocimiento
corresponde a Platón. Según sus afirma-
lo tiene una existencia real, sino que su gra-
do de realidad es superior al del mundo vi-
ciones, todo acto cognoscitivo es siempre sible. De ahí que existan dos niveles del ser
una reminiscencia, es decir, un recuerdo: (dualismo metafísico), ordenados por una
saber no significa adquirir nuevas cogni- disposición jerárquica: el mundo sensible y
ciones desde el exterior, sino traer a la me- el mundo de las ideas, a los que, en el cam-
moria, a la propia interioridad, lo que una po del conocimiento, le corresponden, res-
parte de nosotros (el alma: ->) ya sabe, pe- pectivamente, la percepción de las cosas (los
ro ha olvidado. En resumen, se trata de un actos de ver y de sentir, que producen úni-
proceso de anamnesis mediante el que se camente una opinión más o menos falsa)
reconstruye la verdad a través del recuer- y la ciencia, el «saber de las ideas» del fi-
do. Lo que nos proporciona el ambiente, o lósofo (dualismo gnoseológico).
sea, la percepción sensorial del mundo, es,
como máximo, un motivo, un estímulo pa- La afirmación de la superioridad ontoló-
ra la nueva evocación. En este sentido, gica y gnoseológica del mundo sobrenatu-
Platón compartió con Parménides la su- ral de las ideas ( el mundo hiperuránico
bestimación de la sensación (- ) . identificado con lo divino) favoreció una
lectura religiosa de las teorías de Platón
La teoría de Platón puede considerarse una durante la Edad Media. Ya en el s. u d.C.,
forma de innatismo (- ) : el conocimiento el neoplatónico Plotino consideró el mun-
no procede de la experiencia, sino de un do de las ideas como la primera emanación
saber preexistente, prenatal y connatural al (->) del Dios-Uno, el intelecto, mientras
intelecto. El alma es el instrumento gracias los teólogos cristianos lo adoptaron co-
al cual el hombre puede conocer: en su via- mo el Paraíso, la mente de Dios, el alma
je por el mundo hiperuránico (- Viaje del del mundo(-).
alma), el alma ha conocido las ideas, pero
en el momento en que se encarna en un Por otra parte, es también posible una in-
nuevo cuerpo las olvida y tiene que vol- terpretación laica y científica de la gnoseo-
ver a descubrirlas poco a poco, estimulada logía· platónica si se consideran las ideas
por la sensación e impulsada por el amor como modelos mentales, esquemas que
(por el deseo de belleza: - Escala erótica). preceden a la experiencia, criterios de cla-
sificación (dotados sólo de realidad psico-
Para el hombre moderno, el término idea lógica). En este sentido, el problema de
posee un significado exclusivamente psi- la explicación del concepto sigue siendo
cológico, pues indica un contenido cual- de gran actualidad. Por ejemplo, es un ele-
quiera de la mente, mientras que Platón le mento central del desarrollo actual de la
atribuía una realidad sustancial, lo que con- inteligencia artificial: ¿cómo es posible en-
fiere a su doctrina un valor ontológico, ade- señar a una máquina a reconocer (identifi-
más del cognoscitivo. El mundo hiperurá- car) un objeto cualquiera, como, por ejem-
nico de las ideas (invisible, sobrenatural, plo, una silla? (- Tí esti).
86
PLATÓN
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saban los presocráticos), ni tampoco de un proceso de se-
lección intelectual de las cualidades típicas de cada perro
individual (una idea que planteará Aristóteles). Como mues-
tra la viñeta humorística, el significado de la palabra proce-
de del hecho de que en la conciencia vuelve a emerger la no-
I f / No ción o idea eterna de la «canínídad», es decir, del recuerdo
/ f 1 funciona,. del Perro Ideal, el prototipo, la madre conceptual de todos
i 1 ¡ los perros concretos.
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87
PLATÓN
88
PLATÓN
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PLATÓN
n el Banquete, Platón afirma que, en- la atracción erótica posee una función po-
E tre todas las formas en que se mani-
fiesta el amor, es posible hallar un esque-
sitiva, puesto que es el inicio de todo el
proceso ( de hecho, la metáfora de la es-
ma jerárquico, una escala caracterizada por cala remite tanto a la noción de jerarquía
los siguientes niveles: como a la de unión). Por otra parte, en los
• en el plano más bajo se encuentra el ins- diálogos platónicos está presente una va-
tinto erótico en su forma más primitiva y lorización explícita de esta dimensión «in-
biológica: «el amor por los cuerpos»; ferior» de la pasión, aceptada con una na-
• el estadio siguiente está constituido por turalidad que, después de la experiencia
el enamoramiento, «el amor por un solo del cristianismo, será del todo irrecupera-
cuerpo», que nace de la contemplación de ble. Por ejemplo: en el Banquete no se ocul-
la belleza física de la persona amada aun- ta el sentimiento amoroso que vincula a
que, en los espíritus más perfectos, evolu- Sócrates con Alcibíades.
ciona de forma progresiva hasta la valori- • A diferencia de lo que representa para
zación de las cualidades típicamente nosotros hoy día, para Platón (al igual que
espirituales de la pareja; para los griegos), el eros(--->) no consistía
• el último estadio es el del amor puro, es en una dimensión psicológica individual
decir, depurado de toda clase de sexuali 0 (un sentimiento), sino en una fuerza cós-
dad. Quien experimenta este sentimiento mica con la que el hombre interactúa: pue-
se dirige en primer lugar hacia las cualida- de negarla, dominarla o ser dominado por
des espirituales en sí mismas (amor por el ella. Se trata esencialmente de un deseo de
valor, por la virtud) y, finalmente, hacia la belleza y desempeña una función decisiva
sabiduría en sí misma, desarrollando así la en el conjunto del sistema platónico: es la
verdadera filosofía (que literalmente signi- energía que mueve el alma en su ascensión
fica «amor por la sabiduría»). hacia el mundo de las ideas. Por esta ra-
zón, según Platón, el amor en su forma más
A menudo, en la historia del pensamiento alta es una manía, una forma de entusias-
la doctrina de la escala erótica ha sido ob- mo (--->) que desemboca en una posesión
jeto de una simplificación que la ha redu- similar al éxtasis (--->).
cido a una banal oposición entre amor vul- • La belleza, al ser el fin y el objeto del
gar (carnal) y amor celeste (asexuado, amor, siempre es anuncio del bien: inclu-
espiritual, «platónico»), de la que se ha de- so cuando se expresa mediante los cuer-
terminado una condena de la dimensión pos y suscita una pasión puramente eróti-
erótico-sexual. En realidad, puesto que el ca, contiene siempre un impulso hacia algo
discurso de Platón es más complejo, son superior. En el acto mismo de la cópula se-
necesarias algunas aclaraciones. xual es posible entrever tanto un deseo de
inmortalidad (la procreación de un nuevo
• Es cierto que el filósofo no debe dete- ser expresa el impulso del alma hacia la
nerse en los peldaños más bajos de la es- eternidad) como la nostalgia de la con-
cala amorosa, sino elevar su pasión hasta dición de originaria perfección del an-
un nivel intelectual; sin embargo, también drógino (--->),
90
PLATÓN
En la pintura de cerámica
, reproducida en este dibujo,
el hombre y la mujer presen-
/ tan cuerpos, movimientos y
posturas muy similares. El mo-
delo griego del pin up masculi-
no presentaba rasgos marcada-
/ mente femeninos, desarrollando
\de esta forma el ideal filosófico
del andrógino en el ámbito es-
tético y social.
91 1
PLATÓN
multánea en el mismo individuo de las gó- El mito surge corno explicación de la na-
nadas de ambos sexos a causa de una di- turaleza de la atracción erótica, que de es-
ferenciación fisiológica incompleta. Para ta forma se puede interpretar corno una
el mito y para el imaginario simbólico tan- inconsciente nostalgia de la antigua ple-
to occidental como oriental, la androginia nitud. Asimismo, explica la diversidad de
es una hipotética y feliz condición sexual las preferencias sexuales: quienes están
de tipo bipolar, símbolo de la plenitud del atraídos por individuos de su mismo sexo
ser, de la perfección, otorgada por la pre- procederían de una escisión macho-ma-
sencia simultánea de dos elementos con- cho o hembra-hembra, mientras que quie-
trarios, y de la armonía que nace de su re- nes practican el amor heterosexual descen-
equilibrio recíproco. derían de un antepasado bisexuado.
Finalmente, explica cómo el dualismo se-
La androginia entró en la historia del pen- xual es fruto de la decadencia. Sólo el
samiento occidental mediante el mito de hombre originario, el andrógino, era ver-
los hombres esféricos, desarrollado por dadero y completo: no le faltaba nada y,
Platón en el Banquete para explicar la na- por tanto, nada podía atraerlo o seducir-
turaleza de la atracción sexual. A través de lo. Por el contrario, ahora, únicamente en
una buena dosis de humorismo, el filóso- el coito el hombre vuelve a adquirir, de al-
fo afirma que los hombres no poseen su guna forma, la originaria esfericidad.
actual forma corpórea desde siempre; Platón concluye que, en este sentido, el
nuestros antepasados más antiguos fueron hombre actual, sexualmente connotado,
plasmados por el demiurgo con forma es- es sólo el símbolo (->) de un hombre: li-
férica, sin que hubiese entre ellos una di- teralmente, en el significado griego de la
ferenciación de tipo sexual: cada indivi- palabra, un hombre a medias.
duo poseía dobles órganos según las tres El mito del andrógino sirvió a Platón para
posibilidades lógicas, es decir, macho-ma- explicar el sentido oscuro y doloroso de
cho, macho-hembra y hembra-hembra. una ausencia que caracteriza todo senti-
Los andróginos originarios, muy rápidos miento amoroso. Tal como sugiere otro mi-
y ágiles (con cuatro piernas y cuatro bra- to del Banquete, el dios Eros es hijo de la
zos), se desplazaban rodando; orgullosos diosa Penia (pobreza) y del dios Poro (ne-
hasta la soberbia de su perfección esféri- cesidad): de hecho, el amor es «pobre, no
ca y de su estado de plenitud sexual, fue- hermoso y delicado corno muchos creen,
ron aborrecidos por la divinidad, que los sino duro, miserable, descalzo, peregrino,
castigó dividiéndolos en macho y hembra. acostumbrado a dormir desnudo por el
Platón advierte además del peligro de que suelo, al sereno en los umbrales de las ca-
la soberbia de los hombres contemporá- sas; pero el amor también es sagaz, y por
neos empuje a Zeus a realizar otra división ello capaz de las astucias más refinadas pa-
punitiva, que reduciría la especie huma- ra lograr sus conquistas».
92
PLATÓN
' >,,,
v(iJtw ~ 'll@rrw
Como simbolo de la unificación de los contrarios y de
la coincidencia de los opuestos (-), la androginia está '4:)
presente en muchos mitos y religiones. El andrógino en .•,, ~ .... '!;>
una representación hinduista, como unión del dios Shiva
(macho) y de la diosa Parvati (hembra).
,,,;/
93
PLATÓN
J 94
] PLATÓN
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95 [
PLATÓN
MÍMESIS ESTÉTICA t
J 96
PLATÓN
Concepto de
belleza
Cosas bellas
Arte, imitación
de cosas bellas
La historia del arte griego se desarrolló desde el período arcaico (de izquierda a derecha) hacia nive-
les de representación naturalista cada vez más elevados. En época de Platón, la mimesis, la capacidad
para representar el mundo tal como se muestra ante los ojos, era una conquista muy reciente. Esta cir-
cunstancia sugiere la idea de que, en cierto sentido, la protesta de Platón no fuese contra todo el ar-
te, sino contra aquel que en sus tiempos se considerase arte moderno.
97
PLATÓN
t
ESTEREOMETRÍA MEDICIÓN CIENTÍFICA
J 98
PLATÓN
99 k
ARISTÓTELES
PENSAMIENTO METAFÍSICA
i 100
ARISTÓTELES
101
ARISTÓTELES
SUSTANCIA METAFÍSICA L
102
ARISTÓTELES
,Potencia Acto
103 E
ARISTÓTELES
SILOGISMO LúGICA
.! 104
ARISTÓTELES
'
I figura [_ II figura_ __ llI figura IV figura
prem. mayor M sujeto [ M predicado M sujeto M predicado
prem. menor M predicado M predicado M sujeto M sujeto
- - - - - - .,, _ _ _ _!__ _ _ _ _ _ _ _ _1 - - - - - ~ , , " ~ - r - - - - - - - - -
conclusión
1
B
Todo Bes un C
e
B
Ningún B es un C
e
6.···w Leibniz propuso un sistema de visualización del silogismo
en que las relaciones de inclusión se muestran por la incidencia de
puntos en una recta. Las horizontales simbolizan la extensión de los
conceptos y los punteados verticales, las relaciones de inclusión o
de exclusión. Cuando caen en la línea inferior, resulta una proposi-
ción afirmativa; cuando caen fuera, una proposición negativa.
105
ARISTÓTELES
LóGICA f
INFERENCIA
Véase también Silogismo, Cuadrado de los opuestos
106
ARISTÓTELES
107
ARISTÓTELES
FíSICA, ASTRONOMÍA
ESPACIO-LUGAR
Véase también Plenum/vacuum, Átomo
108
;:
....,....,_,,A"'R"'I"'S""T""Ó"'T"'E"'L'"'E""S"'""_.:,,..,
Dernócrito Aristóteles
ºo ºo o o
00
¡
o:oºº o o oº o
:0 oO o O ºº
0 :o
o--··o···o------o---º-
0
..o
,,/ o o 0 o o 00
,.r':;>., /
Los.díbujos permiten comparar la idea de espacio de Demócrito y la de Aristóteles. Para Demócrito,
la extensión espacial no coincide con la materia, sino que la incluye, según un modelo que Einstein
definió espacio-caja: un contenedor de materia y de objetos independiente e indiferente al tipo, a la
cantidad y a la calidad de los cuerpos que en él residen. Por el contrario, según Aristóteles, el espa-
cio coincide con la materia contenida y no puede subsistir sin ella. No puede, por tanto, existir un es-
pacio vacío, porque el lugar y el espado son la superficie necesaria para «envolver» una cosa.
/ Para Aristóteles, el
\ Universo está delimi-
tado, es compacto y
está contenido en el
interior de un último
lugar: el empíreo. Ya
que no existe espacio
sin materia, más allá
del empíreo no hay
espado. Y si alguien,
objetó el atomista Lu-
crecio, avanzase has-
ta el extremo del úl-
timo margen y desde
allí lanzase una flecha
en el espacio, ¿dónde
acabaría ésta?
109
ARISTÓTELES
Jil 110
ARISTÓTELES
TIERRA
111 &
ARISTÓTELES
CIENCIAS BIOLÓGICAS
FIJISMO
Véase también Evolucionismo
1fijismo (es decir, la teoría biológica de • La forma de los órganos siempre depende
E Aristóteles) es la doctrina más longe-
va de toda la historia de la ciencia occiden-
de las funciones. En la naturaleza no son
determinantes el azar (->) ni tampoco las
tal: tras haberse integrado sin grandes va- causas eficientes o materiales, sino la fina-
riaciones en el cristianismo, puesto que se lidad: por ejemplo, un pie posee una es-
adaptaba perfectamente al concepto de crea- tructura determinada únicamente para per-
ción (->) y a la narración del Génesis, so- mitir el movimiento.
brevivió a la revolución científica moder-
na y siguió siendo considerada todavía En realidad, el fijismo no excluía a priori la
válida durante el s. xrx, hasta el nacimiento posibilidad de procesos evolutivos, cuyas
del evolucionismo darviniano. pruebas eran netamente evidentes también
A continuación se detallan los tres princi- en el mundo antiguo. De hecho, ya por
pios fundamentales de la teoría biológica aquel entonces los ganaderos se servían de
aristotélica. los cruces para mejorar las razas equinas, y
• Las especies son eternas, inmutables y se conocía la posibilidad de obtener nuevas
se transmiten inalteradas de generación especies de animales que no existían en la
en generación. No existe ninguna evolu- naturaleza mediante la domesticación y la
ción en la estructura orgánica de los ani- selección (por ejemplo, el cerdo es el pro-
males, pues cada especie ha alcanzado ya ducto de una selección progresiva realiza-
el grado máximo de perfección posible. da a partir del jabalí salvaje). Sin embargo,
Por otra parte, todas las especies se pue- todos estos fenómenos ele transformación
den ordenar en función de una escala con- biológica se explicaban como el fruto ele una
tinua, desde la más simple hasta la más acción humana que operaba en contra de
compleja. Esta escala de los seres (->) em- las leyes naturales: esto es, una modifica-
pieza con el mundo mineral y prosigue sin ción violenta de la norma biológica.
interrupciones hasta el mundo vegetal, Aristóteles planteaba unas argumentacio-
animal y humano. nes similares también para explicar otros fe-
• La biología se interesa únicamente por nómenos que habrían podido desmentir la
las especies y nunca por los individuos. Se teoría fijista. Explicaba la existencia de los
trata de una consecuencia lógica de la dis- fósiles mediante la hipótesis de que algunas
tinción realizada en la metafísica entre sus- especies habrían desaparecido debido a la
tancia (->) y accidente: la biología estudia acción de unas catástrofes cíclicas. Explicaba
las conformaciones esenciales (típicas) y se el nacimiento ele individuos anómalos, con
desinteresa por las variantes individuales. malformaciones orgánicas que los distin-
La investigación científica de Aristóteles, a guían ele la norma, ya sea como prodigios
pesar de las críticas contra la doctrina pla- divinos, ya sea recurriendo al principio se-
tónica de las ideas (-> Idea platónica), tie- gún el cual hay que centrarse necesa-
ne una gran deuda con la concepción, co- riamente en las especies y no en los indivi-
mún en el mundo griego, según la cual los duos; es decir, considerándolos excepciones,
objetos de la investigación son siempre los variantes no significativas desde el punto de
universales, no los individuos concretos. vista biológico.
112
ARISTÓTELES
1
El águila del Bestiario de Harley. Los bestiarios medie-
vales eran compilaciones alegóricas de argumento ético-
zoológico: cada uno de los capítulos estaba dedicado a
un animal, real o fantástico; siguiendo el ejemplo de las
obras de Aristóteles, después de una parte descriptiva se
destacaban las analogías simbólicas con un precepto mo-
ral o una norma de comportamiento. Por ejemplo, el águi-
la representa el peligro de volar demasiado alto, conjen-
La teratología, la ciencia que estudia do el riesgo de quemarse al entrar en contacto con efSck
las malformaciones orgánicas, fue un
problema para todas las filosofías de
la naturaleza hasta el surgimiento del
darvinismo. Tanto en la época antigua
como en la Edad Media, siempre se ma-
taba al «monstruo» (ya fuese animal o
humano) después de ser dnterpreta-
do» por un sacerdote.
·~,S->'
113
ARISTÓTELES
CIENCIAS NATURALES ¡
IDENTIDAD SEXUAL
Véase también Diferencia
114
ARISTÓTELES .
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e
....r,, <<!>
pesar de las apariencias, estas tablas anatómicas de 16s ss. XVI y XVII no describen un pene, sino
una vagina. A partir de la doctrina aristotélica, la vagina se interpretaba como un pene colocado al
revés, cuyo proceso de crecimiento se ha interrumpido durante la gestación. Durante dos mil años no
existió un término científico para designar los ovarios femeninos: en los tratados se hacía referencia
a éstos empleando la misma palabra que se utilizaba para aludir a los testículos masculinos, órkhis, y
el lector aclaraba la ambigüedad recurriendo al contexto.
115 it:
ARISTÓTELES
l problema de la ubicación del alma (es ca de la que procedía el pneuma por refina-
E decir de la sede de las func10nes vitales
e intelect~ales) en el cuerpo fue resuelto en
miento. Por otra parte, la identidad simbó-
lica entre sangre y vida queda testimonia-
la antigua Grecia por dos de sus principales da por numerosos mitos más antiguos que
escuelas de pensamiento. las reflexiones de Aristóteles. En la Biblia
(Deuteronomio) se lanza la siguiente adver-
La hipótesis más antigua se remonta a la tra- tencia: «sólo debes evitar una cosa: perder
dición nútica oriental; defendida primero por la sangre, porque para ellos [los animales
Empédocles y, en un segundo momento, por sacrificados], la sangre es como el alma».
Aristóteles y por los estoicos, encontró una (A partir de este precepto bíblico, los judíos
sistematización definitiva en el ámbito cien- siguen, todavía en la actualidad, un méto-
tífico gracias a Galeno, el médico más im- do particular para el despiece de la carne
portante de la Antigüedad (s. n d.C.). Esta que evita la posibilidad de alimentarse de
hipótesis sostenía el cardiocentrismo: el co- la sangre-alma de los animales).
razón es el lugar en que, mediante un pro- Con el descubrimiento de la circulación de
ceso de refinanúento producido gracias al ca- la sangre en el s. xvn, se verificó que el co-
lor, la sangre se transforma en pneuma (- ) , razón era simplemente un músculo; el mé-
la materia de la vida y del espíritu que es la dico mecanicista A. Borelli (1608-1679) ne-
base de todas las acciones espirituales. Según gó la existencia de la «llama vital» (el
esta teoría fisiológica, el hígado era el encar- pneuma) y consideró el corazón una simple
gado de la función que actualmente consi- bomba hidráulica sin relaciones directas con
deramos propia del corazón (la distribución la respiración y con el calor corporal.
de la sangre), mientras que el cerebro se con- La hipótesis más reciente, el cerebrocentris-
sideraba simplemente un órgano que enfria- mo, fue defendida por los médicos hipocrá-
ba el cuerpo (autorregulación térmica). Se ticos y por los pitagóricos. El pitagórico
admitía que en el interior del cráneo tenían Alcmeón demostró, mediante la práctica de
lugar algunas funciones psíquicas, pero se la disección de los animales, que todos los
negaba que el cerebro estuviese implicado; órganos de los sentidos están conectados con
las facultades del alma (- ) se explicaban co- el cerebro, y dedujo correctamente que este
mo el producto de la actividad del pneuma último es el órgano encargado de elaborar las
que circula entre los relieves (circunvo lu- percepciones.
ciones) que surcan la materia cerebral. Por
el contrario, el corazón, centro propulsor de En este ambiente, la teoría de las tres almas
la circulación pneumática (a través de las de Platón se planteó como una posición in-
arterias), se consideraba el lugar de en- termedia: aunque aceptaba el cerebrocen-
cuentro entre la vida del macrocosmos y la trismo (el alma racional tiene su sede en el
del individuo, sede fisiológica de la sensa- cerebro), Platón admitió que el corazón era
ción, del conocimiento y de las operacio- la fuente de las emociones (alma pasional),
nes que hoy en día denominamos «cere- y completó el esquema situando el alma con-
brales». Esta glorificación del corazón cupiscente (instintiva) en el vientre y la ima-
incluía también la sangre, la base fisiológi- ginación, en el hígado.
el 116
{;El sello de Martín Lutero. En la actualidad, el corazón sigue sien-
cdo un símbolo de los valores de la fe, de la pasión y del amor.
117 [
ARISTÓTELES
a doctrina de las facultades del alma que cio y de discriminación) realizan las cone-
L Aristóteles definió en De anima y en De
memoria et reminiscentia fue la teoría pre-
xiones oportunas entre los «fantasmas» (imá-
genes-pensamiento) producidos por la ima-
dominante en el campo de la psicología has- ginación.
ta el s. xvu, momento en que la distinción • Finalmente, en la parte posterior del cere-
planteada por Descartes entre res cogitans bro se encuentra ubicada la memoria (la
y res extensa (-->) inauguró la moderna di- última de las instancias mentales), una es-
cotomía entre mente y cerebro. De hecho, pecie de depósito donde se conservan co-
como todos los griegos, también Aristóteles lecciones de sensaciones e imágenes men-
vinculaba íntimamente la dimensión física tales. La hipótesis de que el pensamiento
y la intelectual del hombre, imaginando las poseía una estructura eminentemente visual
diferentes funciones de la psique (faculta- permitió a Aristóteles explicar el funciona-
des) como habitaciones (compartimentos) miento de la memoria a partir del principio
del cerebro conectadas entre sí mediante un de similitud, según el cual los recuerdos
recorrido secuencial. se asocian entre sí en función de unos cri-
Esta división entre anatomía y psicología terios de contigüidad (vecindad) y de simi-
preveía cuatro áreas. litud (o de diversidad, en el caso exactamente
• El sentido común, en el que se encauzan, opuesto). La evocación mnemónica fun-
se unifican y se traducen como percepcio- cionaría de la siguiente forma: el perro se
nes conscientes todos los estímulos proce- asocia con el lobo en virtud de la similitud,
dentes de los cinco órganos de la sensación el gato se asocia con el ratón en virtud de la
(- ) , tiene su sede en la parte frontal del ce- diversidad, el establo se asocia con el buey
rebro. Aristóteles consideraba la sensación en virtud de la contigüidad, etc.
un proceso de grabación automática del
mundo externo: «Como un sello deja su La doctrina de las facultades contenía una
huella en la cera, así los estímulos proce- serie de implicaciones de elevado relieve
dentes del ambiente se imprimen en el ce- filosófico.
rebro, como una especie de dibujo». En primer lugar, la sensación se debe con-
• La imaginación. En este compartimento, siderar un proceso totalmente pasivo.
el material bruto producido por la sensación En segundo lugar, todo el conocimiento pro-
es elaborado libremente por la fantasía y por cede, en definitiva, de una reelaboración de
la imaginativa, dando origen a imágenes los estímulos ambientales. Por lo tanto, nin-
mentales (denominadas por el filósofo fan- gún pensamiento se puede considerar, en
tasmas) que constituyen el fundamento del sentido estricto, «inventado desde la nada»
pensamiento intelectivo. Según Aristóteles, en la mente.
también los conceptos abstractos se forman Finalmente, entre la percepción y el pensa-
en la psique gracias al soporte de las formas miento se encuentra, en una posición cen-
visuales: «el alma no piensa sin una imagen tral e intermedia, la imaginación, que Aris-
mental». tóteles consideraba el puuto de contacto
• El intelecto. La cogitativa (los procesos ra- entre el hombre y el mundo, entre lo par-
cionales) y la estimativa (la capacidad de jui- ticular y lo universal.
J 118
ARISTÓTELES
119
ARISTÓTELES
COMUNICACIÓN t:
RETÓRICA
Véase también Sofistas, Figuras retóricas
ristóteles, polemizando con Platón, los estereotipos sociales, los modelos y los
A afirmó que entre 1a verdad el error exis-
y
te un espado intermedio en el que dominan
gustos dominantes, sirviéndose de sondeos
y entrevistas, para poder regular, en función
la verosimilitud, la incertidumbre y la opi- de estos últimos, el mensaje promociona!.
nabilidad; es el caso de algunos problemas Por otra parte, como observó Aristóteles, un
como, por ejemplo, los políticos o judicia- discurso que se limite a repetir lo que todo el
les, que por su naturaleza no conocen so- mundo sabe corre el riesgo de ser simple-
luciones definitivas, sino únicamente tem- mente aburrido. Para atraer la atención del
porales y probables. En este campo queda auditorio, es necesario, asimismo, que sea in-
plenamente legitimada la retórica (la téc- formativo, que contenga aspectos nuevos que
nica de la comunicación), que, favorecien- maravillen e impresionen. Para alcanzar es-
do la claridad meridiana de la exposición, te fin, son útiles la dispositio y el actio.
evita los contrastes que nacen de la in- • Dispositio. La habilidad para estructurar
comprensión recíproca. la organización del discurso de forma ade-
Seguidamente se explican las cinco etapas cuada a la oratoria. Aristóteles distingue en
en que Aristóteles subdividía los procesos ella un total de cuatro partes: esordium (even-
operativos de la retórica. tualmente precedido por un proemio), na-
• Inventio. El arte de encontrar los argu- rratio (el hecho de informar sobre los he-
mentos pertinentes. Fue la etapa más estu- chos y explicitar la tesis), confirmatio (la
diada por el filósofo; de hecho, esta etapa po- producción de las pruebas) y epilogum o con-
ne el énfasis, más que las otras, en la clusión final.
elaboración intelectual, en la forma en que se • Elocutio. La elección de un estilo apropia-
pueden hallar las mejores argumentaciones. do al argumento, al auditorio y al mismo ora-
La intuición de Aristóteles, que se convirtió dor. Determina la formación de las frases
en el fundamento de toda la tradición retóri- mediante la combinación de las figuras re-
ca, fue que si el discurso pretende ser irre- tóricas más adecuadas, los adornos y las mo-
sistible, debe partir de las mismas opinio- dificaciones puramente formales del dis-
nes del interlocutor. El arma más importante curso, capaces de otorgarle un carácter
del orador es convencer al oyente de que de- nuevo, inusual y altamente informativo.
be aceptar las conclusiones porque proceden, • Actio. El arte de recitar el discurso con las
a través de argumentos indiscutibles, de sus técnicas verbales (dicción) y no verbales más
mismas convicciones. Por tanto, la primera eficaces. En la Antigüedad era una fase po-
etapa de cualquier práctica retórica es la tó- co elaborada pero hoy en día, gracias a la di-
pica, la recensión de los lugares comunes (to- fusión de los medios de comunicación vi-
poi en griego), los puntos de vista general- suales (televisión, publicidad), ha alcanzado
mente aceptables o que, de todas formas, se una gran actualidad.
supone que son universalmente comparti- • Memoria. La habilidad esencial para re-
dos. En nuestros días, sigue siendo un acer- cordar los argumentos del discurso y su or-
camiento eficaz; por ejemplo, en el mundo den. A partir de esta concepción de la me-
de la publicidad, las agencias de marketing moria, han nacido las mnemotécnicas (-s.
son las encargadas de esta tarea. Investigan Imágenes mnemónicas).
] 120
ARISTÓTELES
121 k
ARISTÓTELES
FIGURAS METÁFORA ¡
ras la sistematización realizada por día, por otro. Como ocurre con el silogis-
T Aristóteles, la retórica (-) dejó de ser
desarrollada de forma creativa: durante más
mo (-), la metáfora esconde un término
intermedio que, aunque no aparece en ab-
de dos mil años, las investigaciones en este soluto en la formulación de la frase, es fun-
ámbito se limitaron a la catalogación de to- damental para entender su significado. En
das las posibles figuras del discurso, cla- la metáfora «Hércules es un león», el tér-
sificadas en los diccionarios de retórica ba- mino que no se ha expresado es «fuerte»
jo centenares de voces. o también «valiente», «audaz», «temera-
rio», etc. El lenguaje metafórico siempre im-
El objetivo de las figuras es otorgar al dis- plica cierto grado de ambigüedad y, por es-
curso un carácter inesperado, según un prin- ta razón, por su capacidad de aludir a un
cipio que la moderna teoría de la informa- mínimo denominador común entre dos ob-
ción formula de la siguiente manera: jetos diferentes a partir de una condensa-
«Cuanto más viola un mensaje las normas ción, es algo más que una figura del arte re-
de comunicación adquiridas (incluso per- tórico. En su Retórica, Aristóteles afirmó
maneciendo comprensible), más atrae la que «aprendemos mediante metáforas, pues
atención del espectador; su sistema de ex- dan lugar a un conocimiento mediante el
pectativas debe ser turbado de alguna for- género»; es decir, desvelan lo que es simi-
ma para que el acto informativo se realice lar entre dos palabras o dos cosas. En este
plenamente». Por tanto, la necesidad de sor- sentido, la metáfora constituye uno de los
prender al auditorio constituye el proble- procesos del pensamiento y está dotada de
ma fundamental de cualquier retórica. En su propio valor cognoscitivo.
el pasado, esto generó formas grandilo-
cuentes y ampulosas, pero la misma exi- La metonimia es similar a la metáfora, pe-
gencia se encuentra en la base de las ma- ro en ésta, la transferencia de significado
nipulaciones lingüísticas a las que la entre dos términos se realiza a partir de una
publicidad contemporánea somete tanto a contigüidad lógica, espacial, temporal o
la lengua como a la imagen. material existente entre ellos. Como todo
el mundo sabe que al trabajar se suda, to·
Entre todas las figuras, destaca por su im- do el mundo comprende el sentido de la
portancia la metáfora. Los antiguos la defi- frase metonímica «ganarse la vida con el
nían como analogía abreviada (similitudo sudor de la frente». En este caso, el efec-
brevis); de hecho, se obtiene sustituyendo to (sudor) se intercambia con la causa (tra-
una palabra con otra para sugerir una re- bajo). En otros casos, en cambio, una re-
lación de similitud entre las dos realidades. lación metonímica puede sustituir el
Si, por ejemplo, se afirma: «la tarde de la vi- continente con el contenido; por ejemplo,
da», se establece una relación entre la vejez cuando se invita a alguien a «tomar un va-
y la vida, por un lado, y entre la tarde y el so» o a {<vestir Armani».
] 122
ARISTÓTELES
"li'#~
LESSO GA.LBAII
Ésta publicidad («Hoy y mañana, estofado
Galbani») fue estudiada por R. Barthes como
ejemplo de metonimia visual: implica una in-
Esta publicidad debe ser interpretada desde un vitación a pasar del continente al contenido, a
punto de vista metafórico. La imagen y la fra- creer que en la lata hay realmente buey estofa-
se «Ama esta Coca-Cola))• sugieren la existen- do. En la actualidad, el estudio de las formas vi-
cia de algo común entre la bebida y la belleza suales de la retórica es una tarea de la semio-
;~-:Jil
chica. logía (triángulo semiótico).
123
.
j HELENISMO
J 124
HELENISMO
El individualismo,
la atención por los
problemas psicoló-
gicos o entender la
filosofía como con-
suelo del ánimo
son valores eviden-
tes en los retratos
helénicos, caracte-
rizados por un én-
fasis particular en
los ojos y en la mi-
rada (el espejo que
revela la intimidad
de la persona).
125
HELENISMO
n el helenismo, el ocaso de la libertad Para los niveles más bajos se elaboró un cu-
E política determinó una profunda trans-
formación en los procesos de transmisión
rrículum de estudios cada vez más preciso,
y de esta institucionalización nació el hábi-
del saber. En el lugar de la mayéutica (->) to de dividir la filosofía en sectores: lógica,
socrática y del diálogo platónico (útiles pa- física y ética (la más importante durante el
ra una idea de la filosofía entendida como li- período helenístico).
bre búsqueda colectiva), se impuso la ense-
ñanza en una nueva institución: la escuela. Lenta pero progresivamente, estas escuelas
Esta circunstancia generó una rápida deca- sufrieron una evolución en sentido religio-
dencia del espíritu de investigación; en un so: de hecho, la helenización de Oriente ve-
breve lapso de tiempo, las escuelas se trans- rificada a partir de la expedición ele Alejandro
formaron en círculos cerrados y elitistas, con Magno produjo, como contrapartida el
un mínimo espacio para la discusión en su desarrollo de una tendencia hacia el orien-
seno y débiles contactos con el exterior (si talismo en Grecia. El tema en torno al cual
se obvian las disputas con las escuelas ad- se mueven tanto las doctrinas helenísticas
versarias). Este hecho acabó con el anqui- como las teosofías orientales (donde es po-
losamiento de las respectivas posiciones, for- sible encontrar fuertes analogías entre los
malizándolas en tradiciones vinculantes. preceptos de vida budistas y aquellos estoi-
Esta evolución en un sentido dogmático y co-epicúreos) es la idea de una función con-
sectario afectó tanto a la Academia funda- soladora de la filosofía, entendida como la
da por Platón como al Liceo de Aristóteles terapia existencial capaz de ayudar al in-
y a otras escuelas activas en Atenas tras dividuo a convivir con sus tres miedos fun-
Alejandro Magno: la Stoá (la escuela es- damentales: la muerte, el dolor, los dioses.
toica) y el Jardín de Epicuro. En cambio, La propensión hacia una interpretación en
el cinismo (->Autarquía) y el escepti- sentido religioso de la filosofía se acentuó
cismo dieron lugar a movimientos poco durante el período del Imperio romano, y
estructurados. finalizó condicionando la estructura inter-
na de las escuelas: el maestro se convirtió en
En el interior de estas sectas o confraterni- un verdadero objeto de culto y los fundado-
dades (en estos lugares se hacía vida en co- res entraron en un proceso de auténtica di-
mún como en un college) estaban vigentes vinización. Fue el epicureísmo en particu-
relaciones jerárquicas precisas: sólo los es- lar el que más desarrolló esta tendencia.
tudiantes más dotados o avanzados en los Epicuro era considerado y llamado «el
estudios tenían un contacto directo con el Salvador», aquel que conforta tan sólo con
fundador. Los diferentes niveles de prestigio su presencia y con la mirada en particular;
y autoridad intelectual eran señalados in- el efecto terapéutico de su visión alcanzaba
cluso en los monumentos: las estatuas de virtudes mágicas, incluso en las estatuas que
Epicuro muestran al maestro sentado en un lo retrataban. El epicureísmo, anticipando
trono; Metrodoro, su discípulo predilecto, un rasgo típico del cristianismo, conside-
es retratado sentado en una silla más mo- ró la vida y el ejemplo del maestro más im-
desta; Ermarco, en un simple banquillo. portantes que la doctrina.
126
HELENISMO
( En el helenismo, junto a
la figura del filósofo de
profesión se desarrolló la
del filósofo diletante,
la del intelectual que cul-
tiva la sabiduúa griega en
familia, sirviéndose de
maestros particulares e
implicando incluso a las
mujeres de la casa.
127
r--,...¡,J _,_.H....,E..,LE""N"'I"'S"'MªO,,..,.,,,.,.""""'
DióGENES
AUTARQUÍA (CINISMO)
Véase también Helenismo
ntre las escuelas helenísticas socráti- sofía y vida (- ) y elaboró una propuesta
E cas, una de las más interesantes fue la
del cinismo, fundada por Diógenes de
que, durante siglos (incluso en la actuali-
dad), se ha conservado como el prototipo y
Sínope (413-323), llamado el cínico (tér- el ejemplo más radical de los innumerables
mino que en griego significa perro). Tal vez movimientos (heréticos, anárquicos, con-
fue justamente Diógenes quien se definió testatarios, existencialistas, etc.) que, a lo
de esta forma, presumiendo del epíteto que largo de la historia, han reivindicado como
con toda probabilidad los atenienses bien- valores la excentricidad, la contestación del
pensantes le dirigían para expresar el des- orden establecido, la libertad como elimi-
precio que sentían por él. nación de las necesidades superfluas y, en
En efecto, el estilo de vida excéntrico, an- definitiva, el rechazo de la cultura para re-
tisocial y anticultural propuesto por el ci- gresar a la naturaleza.
nismo parecía una vuelta a la naturaleza, a Diógenes persiguió estos ideales con un ri-
la animalidad: se cuenta que, durante un gor que al final le valió el reconocimiento
banquete, algunos detractores lanzaron hue- de todos los atenienses, quienes tras su
sos a Diógenes, como si fuese un animal do- muerte le erigieron un monumento (una
méstico; el filósofo, en lugar de resentirse, columna que soporta un perro) con la si-
orinó sobre los huesos tal como hace una guiente inscripción: «Tú solo enseñaste a
bestia y abandonó el banquete. También se los mortales la doctrina de que la vida es su-
dice que en otra ocasión en que fue invita- ficiente por sí misma e indicaste el camino
do a una casa suntuosa, se le rogó que no más fácil para vivir».
escupiese en el suelo por respeto hacia el La coherencia de Diógenes permanece co-
anfitrión; entonces Diógenes, tras haberse mo paradigma de un perfecto y estrecho vín-
aclarado a conciencia la garganta, escupió culo entre filosofía y vida, entre doctrina y
directamente a la cara del huésped y afirmó práctica personal (para Diógenes, éste era
que no había encontrado en toda la casa un el significado principal de la enseñanza de
sitio peor. Sócrates y de su muerte).
Existen muchas anécdotas de este tipo atri- Diógenes no poseía ni casa ni albergue fijo:
buidas a Diógenes y a otros cínicos como los atenienses -decía indicando el pórtico
su maestro Antístenes, el discípulo Crates del templo- le habían proporcionado un óp-
o Hiparquia, una de las pocas mujeres in- timo alojamiento. Al final de sus días de-
troducidas en la filosofía. Sean verdaderos cidió vivir en el célebre tonel que, con el
o falsos, son los únicos testimonios dispo- tiempo, se convirtió en el símbolo de la idea
nibles; de hecho los cínicos, además de que de que las necesidades del hombre pueden
consideraban del todo inútil cualquier in- reducirse al mínimo. Se cuenta que sólo po-
vestigación lógico-científica, no escribieron seía dos cosas: una capa para cubrirse y un
ningún texto y no profesaron ninguna doc- cuenco para beber. Sin embargo un día, tras
trina en particular. haber visto cómo un perro lamía el agua de
un charco, entendió que incluso el cuenco,
De las vicisitudes de Sócrates, el cinismo de- último testimonio de la vida civil, podía ser
dujo la importancia del vínculo entre filo- eliminado y se deshizo de él.
128
HELENISMO
En la iconografía
griega, el rostro del
filósofo cínico con-
templa al obser-
vador con mirada
insolente y provo-
cadora; la barba y
""" los cabellos están
áé;~liñados, despeinados y pegajosos, desafiando las
normas de la vida civil.
129
HELENISMO
ZENON
ESTOICISMO
Véase también Helenismo, Autarquía
l estoicismo (de stoá, el pórtico donde La moral estoica prescribía «vivir según
E los maestros impartían lecciones) fue
fundado en Atenas en tomo al año 300 a.C.
la naturaleza»: es decir, según el principio
de racionalidad que los estoicos, con una
por Zenón de Citio. En la historia de la que optimista valoración de la realidad, consi-
sin duda fue una de las más importantes es- deraban esencial en el hombre y en el
cuelas helenísticas (- ) pueden distinguir- Universo. La misma lógica (o pneuma, o
se tres períodos: Dios) que subyace en la inteligencia del
• en el estoicismo antiguo (ss. UH! a.C.) hombre mueve asimismo la naturaleza, en
Cleantes, en primer lugar y Crisipo en la que nada se origina por azar (- ) o por
segundo sistematizaron la doctrina del suerte.
maestro fundador (hasta tal punto que es Este racionalismo metafísico (cósmico, ab-
imposible distinguir el pensamiento de uno soluto) según el cual cualquier aconteci-
y de otro); miento ocurre por necesidad, junto con la
• en el estoicismo medio (ss. 11-1 a.C.) pre- visión cíclica del tiempo, dio origen a la
valeció el eclecticismo y la doctrina estoica doctrina del eterno retorno (-).
asimiló elementos neoplatónicos, epicúreos
y de derivación oriental (magia, astrología); En el hombre, la vida en función de la na-
• en el periodo imperial (ss. HII d.C.) el úl- turaleza se expresa en el sentido del de-
timo estoicismo conoció un notable apogeo, ber (la acción según el orden racional). En
regresando a los orígenes y asimilando ele- oposición al hedonismo epicúreo, que si-
mentos de la ética cínica; en este periodo se tuaba en la felicidad el objetivo de la exis-
convirtió en la filosofía (la religión) de la éli- tencia, el estoicismo distinguió entre:
te intelectual romana. Mostraron esta orien- • comportamientos necesarios que siem-
tación Séneca, el filósofo que prefirió el sui- pre han de buscarse, como el empeño en
cidio a faltar a su deber (como prevé la ética la vida civil, el respeto a las obligaciones
estoica), Marco Aurelio, el emperador «ilu- familiares, a la patria, a los pactos y a la
minado» de la antigüedad y Epicteto, el es- amistad;
clavo-filósofo que siempre permaneció es- • comportamientos injustos o lo que es lo
toicamente indiferente a su propia condidón. mismo, en contra de la razón; estos com-
portamientos siempre han de evitarse, in-
Según el helenismo, la enseñanza se divi- cluso sacrificando la propia vida ( en esta
día en tres partes: categoría entran todas las acciones dicta-
• física, fundamentada en el concepto de das por la emoción, considerada como una
pneuma: (- ) ; verdadera patología del alma);
• lógica, campo en donde los estoicos in- • comportamientos indiferentes, ni vir-
tuyeron por primera vez la distinción entre tuosos ni viciosos, de los que no se ocupa
signo, significante y significado, en una su- el sabio: salud/enfermedad, belleza/fealdad,
gestiva anticipación de las teorías semióti- riqueza/pobreza. El sabio no persigue el di-
cas contemporáneas; nero y ni siquiera se lamenta por la indi-
• ética, campo en el que rápidamente se gencia: acepta simplemente, con absoluta
concentró la reflexión. indiferencia, su destino vital.
! 130
HELENISMO
131
HELENISMO
a idea de que el tiempo tenga una fuego primordial, el cual, como una semilla,
L estructura cíclica, en analogía con la
aparición periódica de las estaciones, de
tiene en sí todas las razones y todas las cau-
sas de los seres que fueron, que son y que se-
los ritmos biológicos naturales y de las cons- rán. La formación del nuevo mundo [apoca-
telaciones en el cielo, siempre permaneció tastasis] a partir de la conflagración general
como un patrimonio común de todo el mun- de la materia se cumple cuando, gracias al
do griego, ya sea en el periodo mítico, ya sea fuego, a través del aíre se producirá una con-
en el filosófico. La hipótesis moderna de un versión en agua y una parte de ésta se de-
tiempo rectilíneo (-> Tiempo cíclico/rectilí- positará para formar la tierra».
neo) surgió con el cristianismo. Tras la periódica conflagración cósmica to-
Entre los estoicos esta convicción conoció do se renueva y vuelve a empezar desde ce-
un desarrollo particular, dada la fundamen- ro; en ausencia de estados caóticos o casua-
tal doctrina de su escuela: es decir, la fe en les, los mismos procesos físicos conducen a
la absoluta y total racionalidad del mun- la formación del mismo número de astros
do. En polémica con el resto de escuelas he- en la misma posición y dotados del mismo
lenísticas (->), los estoicos afirmaron que el movimiento.
azar (->) simplemente no existe. Todo lo Todas las cosas se repetirán incluso en los
que es tiene una razón de ser y nada se pro- más mínimos detalles (ninguno de los cua-
duce de forma fortuita, ya que cualquier les es insignificante): Heracles deberá seguir
acontecimiento posee una causa propia (a sosteniendo (infinitas veces) sus fatigas y
pesar de que nosotros muy a menudo la des- otro Sócrates sufrirá la misma condena. Por
conozcamos) y es, por tanto, totalmente ne- tanto, según los estoicos existe el destino,
cesario. Cada estado temporal del Universo orden prefijado que determina la concate-
es, por consiguiente, el producto inevita- nación necesaria de los acontecimientos. De
ble (el único posible) del precedente. este modo el pasado y el futuro parecen de
alguna manera estar unidos entre sí, justi-
Así pues, sí el tiempo cósmico se verifica a ficando así, por lo menos desde el punto de
partir de tiempos vitales y si cada mundo que vista teórico, las prácticas adivinatorias de
renace de los precedentes es perfectamente la magia(->).
racional, se deduce que cada uno de estos
mundos debe ser idéntico a los precedentes, Una vez superada por el cristianismo, que
incluso en los mínimos detalles, según el prevé un tiempo único, encaminado y ten-
principio del eterno retorno de lo igual. dente a un objetivo (no a un final periódi-
Zenón (Sobre el Universo y sobre el ser) des- co), la concepción cíclica volvió a ponerse
cribió de esta forma el gran año del mundo: de actualidad en la filosofía de s. xx después
«En el transcurso de los periodos fatales, to- de que E W. Nietzsche (1844-1900), reto-
do el Universo entra en ignición [ekpyrosis] mando la doctrina estoica, hiciese del eter-
y, por tanto, se inicia una nueva constitución no retorno el punto cardinal de la doctrina
mundial [palingenesia]. Todo termina con un del superhombre (->).
132
HELENISMO
.---:>,
'Ei gran año del mundo. En el centro, el tiem-
po (Annus) determina tanto al mundo como al
hombre. Toda la naturaleza, representada por los
cuatro elementos naturales (tierra, aire, agua y ~"'·
fuego), está implicada en sus espirales cíclicas. Én época contemporánea, la idea del eter-
no retorno de los tiempos está representa-
da en el pensamiento de E W. Nietzsche ( -
Nihilismo).
133 ¡
HELENISMO
ESPÍRITU/MATERIA ¡
PNEUMA
Véase también Alma, Inspiración
ue Epicuro (Carta a Herodoto) quien in- por muy rehnado que sea, no deja de ser un
F tentó definir con precisión la escurri-
diza noción de pneuma (literalmente, en
elemento material y puede considerarse el
componente operativo-concreto de la vida
griego, aire, soplo, respiración, espíritu, vi- y del espíritu.
da): «Un cuerpo ligero, muy similar a un
viento cálido, esparcido por todo el orga- La noción alcanzó una importante rele-
nismo», aquella sustancia invisible que ani- vancia entre los estoicos, quienes en el
ma los organismos, los llena de vida y, evi- pneuma vital de cada individuo única-
dentemente, no está presente ni en los mente vieron una articulación específica
cadáveres ni en el reino mineral. del pneuma cósmico, el espíritu univer-
En la base de esta creencia (y de su dura- salmente difundido que anima y regula el
ción hasta la edad moderna) se encontra- mundo en toda su complejidad y cada co-
ba una experiencia médico-científica fun- sa en particular. El pneuma, presente de
damental. La fisiología elaborada en el s. n forma activa en cada individuo viviente,
d.C. por Galeno, el médico más famoso de existe también de forma pasiva en el mun-
la antigüedad y máxima autoridad medie- do mineral e inorgánico: toda parte del
val, distinguía entre el sistema venoso por Universo está, por así decirlo, impreg-
el que circula la sangre (producida en el hí- nada de pneuma. Animismo, vitalismo y
gado mediante una filtración de los ali- panteísmo son elementos que caracteri-
mentos) y el sistema arterial, por el que cir- zan a esta doctrina: el pneuma cósmico
cula el pneuma. El hecho de que la fuente de los estoicos es una fuerza divina in-
más importante de informaciones anató- manente ( - Inmanentismo) y difundida
micas de la antigüedad fuese el sacrificio por toda la naturaleza. Debido a la simpli-
de animales con fines adivinatorios expli- cidad de su existencia, cada elemento po-
ca, por lo menos en parte, esta creencia; de see por lo menos un poco de éste. Por tan-
hecho, primero se degollaba al animal pa- to, cada elemento posee un alma y también
ra que muriese desangrado y, después, era la poseen los ríos, las grutas, el bosque o
diseccionado; de esta forma , la sangre ya cualquier lugar: cualquier porción signifi-
había salido de las arterias y de los vasos cativa del espacio tiene su genius loci (lite-
sanguíneos más grandes, los cuales, por tan- ralmente, «el espíritu», «el alma del lugar»).
to, se presentaban aparentemente vacíos
o llenos de aire. Segün la medicina antigua, En conexión con la teoría del micro-ma-
los «espíritus vitales» debían circular pre- crocosmos (- Microcosmos/macrocosmos),
cisamente a través de éstos. el pneuma podría entenderse asimismo co-
mo el alma del mundo(-). En el s. XVI, y
En el mundo antiguo, el pneuma vital fue respondiendo a una visión más moderna e
una noción-puente entre lo físico y lo es- intelectual, G. Bruno llegó a hablar de una
piritual, según un acercamiento previo al mente universal, una inteligencia difundi-
cartesianismo que niega una contraposición da por todo lo creado de la que todas las
absoluta entre espíritu y materia (- Res co- mentes individuales serían un componen-
gitanslres extensa). De hecho, el pneuma, te inconsciente.
l 134
HELENISMO
·, I
/
\
/
/:<">::-.
A· imitación
de la obra de
Dios, los al- Geníecillo del aíre se-
quimistas gún la visión de P Klee.
también em- ··,<;/
prendían la
Obra (la transformación del vil
metal en oro) a través del so-
plo o espíritu vital.
135 L
HELENISMO
través del ciclo fisiológico de la inspi- poeta el amante, pero no los héroes, los
A ración-espiración del aire, el individuo
lleva a cabo el intercambio continuo con el
grandes políticos o los filósofos, quienes de-
ben esforzarse en aprovechar con la máxi-
ambiente que le rodea. Según las doctrinas ma lucidez sus capacidades racionales. De
médicas dominantes hasta la época moder- hecho, la inspiración artística (poética, eró-
na, puesto que el pneuma (la energía vital tica, adivinatoria) es un tipo particular de
difundida por el Universo:->) está conteni- locura: aquella que deriva del estar ocupa-
do en el aire, a la función respiratoria a me- do por una entidad externa, literalmente po-
nudo se le han incorporado otros significa- seídos por la divinidad, de la que el pneuma
dos míticos y filosóficos. aéreo es el vehículo físico.
136
HELENISMO
Según la antigua,,
medicina, el pneu-''
-.,cc:--
ma, la parte más
ligera del aire,
puede entrar en el
interior del cuer-
po humano inclu-
so a través de las
orejas (el pneuma
transporta el sonido). f
Así, el momento de la inspi-
ración divina podía describirse ~ l>
mediante los mensajes enviados
11
V
por una paloma, símbolo visual
del espíritu pneumático inmaterial (o Espíritu
Santo).
137 [
HELENISMO
EPICURO
EPICUREÍSMO
Véase también Helenismo, Escuelas helenísticas
i 138
HELENISMO
139 ¡
HELENISMO
MÁQUINAS CiENC!ÑfECNOLOGÍA
142
HELENISMO
.<1-~>
·Lá ilusión del espectro (Herón). La estatua situada
a la izquierda de la ilustración queda oculta al ob-
servador; sin embargo, su imagen aparece en el es-
pejo colocado arriba, creando un efecto realmente
sugestivo en la penumbra del templo.
El distribuidor de
agua bendita (de'
pago). Colocado
en el interior
de los templos,
funcionaba co-
mo una verda-
dera máquina
de monedas: los
fieles debían in-
troducir una mo-
neda de cinco drac-
mas en la ranura de la
tinaja y en su caída
accionaba una palanca
que permitía la emi-
sión de un chorro de
agua bendita.
143
HELENISMO
144
HELENISMO
145
EDAD IMPERIAL
NEOPLATONISMO PLOTINO
146
EDAD IMPERIAL
El saltador de trampolín de
Paestum, pintado en la cubierta /
de un sarcófago, es la imagen
más expresiva de la espirituali~
dad tardoantigua. No existe nin-
guna pretensión de objetividad
naturalista: en un espacio vacío
e irrealista, sólo se observan for-
mas tan abstractas y simplifica-
das que asumen un claro valor
simbólico; el mar (que está di-
bujado en relieve) al que se lan-
za el saltador representa la muer-
te o, también, la vida, el destino.
147 L
EDAD IMPERIAL
dd
n la filo~oHa d
neoplatonismo, tér- griego puede de este modo convivir con el
E mino h1postas1s designa tres mveles
del ser que proceden de Dios mediante el
egipcio Osiris y con los dioses orientales ele
aspecto monstruoso, puesto que todos son
proceso de la emanación. simples representaciones, nombres del Dios
único y desconocido, un intento humano
• La primera hipóstasis, en el vértice su- de describir lo inimaginable.
premo, es Dios mismo: Plotino supera el • La tercera hipóstasis designa el nivel del
politeísmo tradicional de la religión gre- alma, el principio de la vida eterna y espi-
corromana y subraya con fuerza la unici- ritual presente en cada individuo humano
dad de Dios (el «Uno» es el único sinóni- (no en las plantas ni en los animales).
mo posible), aceptando, de esta forma, el Plotino sintetizó su doctrina recurriendo a
monoteísmo cristiano. Dios constituye la la metáfora de la luz (recuperada después
unidad a partir de la cual todo se genera: por san Agustín): Dios, la primera hipós-
de la misma manera que la luz se degrada tasis, se puede representar como una fuen-
progresivamente a partir de una fuente, así te de luz eterna e inagotable; la segunda, co-
del Uno proceden varios escalones del ser, mo la luminosidad que sale ele ella; y la
progresivamente más alejados del centro tercera, como la zona de penumbra que se-
y, por tanto, desde un punto de vista on- para el haz de luz de las tinieblas. De hecho,
tológico, con una tendencia progresiva el alma humana presenta dos tendencias:
dirigida hacia la imperfección. una dirigida hacía lo alto y a la luz, hacia la
• Desde el Uno-Dios emana la segunda hi- contemplación del Espíritu y del Uno, y otra
póstasis: el espíritu (intelecto, inteligen- dirigida hacia lo bajo, hacia el cuerpo y la
cia), una noción que la escuela de Plotino materia del mundo.
declinó de varias formas, al entenderla co-
mo la mente o el alma del mundo (-) y Con el alma termina la escala de los seres: el
también como una forma de inteligencia mundo de la materia, representado por las
en estado puro, una especie de mundo de tinieblas, es un no-ser (así como las tinie-
las ideas platónico (- Idea platónica) en blas son ausencia de luz). La materia, que
que todas las nociones son preexistentes con contiene el mal y la imperfección, no po-
respecto al (eventual) descubrimiento hu- see propiamente existencia, es como la os-
mano. Es en este nivel del ser donde se en- curidad con respecto a la luz: una condición
cuentran todo el saber humano y todo el co- de ausencia. Plotino afirma un concepto que
nocimiento y todas las verdades posibles, después repetirán todas las formas del idea-
incluidas las que el hombre adquirirá en un lismo filosófico: las sensaciones, los fenó-
futuro lejano. En este estadio se sitúan to- menos y la materia sólo existen en el alma
das las imágenes de Dios elaboradas por to- que los genera. Por tanto, el hombre está en-
das las religiones del mundo. La voluntad tre el ser y el no-ser: aunque su corporeidad
de Plotino era la de realizar un Olimpo uni- pertenezca completamente al mundo iluso-
ficado, en el que encontraran una repre- rio ele las cosas, su alma puede, si lo desea
sentación todas las formas de lo divino in- con fuerza, prescindir ele la materia e iniciar
ventadas por todas las religiones: el Zeus un proceso de regreso hacia Dios.
148
• e
" ' .
/<,;;:,..,_
CriSto y Brahma en una imagen popular hindú. También Plotino soñó con
u.n Olimpo unificado en el que los dioses de todas las religiones estarían
situados en el mismo nivel.
149
EDAD IMPERIAL
PLOTINO, NEOPlATONISMO
EMANACIÓN
Véase también Hipóstasis, Trascendencia
]orino (205-270 d.C.) polemizó con el del ser, que se transmite de una hipóstasis a
P cristianismo al afirmar que una idea per-
fecta de la divinidad implica su absoluta tras-
otra, como la conexión de tres momentos dis-
tintos según un esquema circular.
cendenda, es decir, una absoluta diversidad • La permanencia indica la perfecta inmu-
e incongruencia con respecto a nuestra rea- tabilidad del Uno, que permanece eterna-
lidad. De Dios se puede decir únicamente que mente igual a sí mismo.
es Uno y Bueno; cualquier otro atributo es • La procesión es el momento en que los se-
fruto de un antropomorfismo indebido (- ) . res «salen» del principio sin disminuirlo en
En las Eneadas, obra que recopila todos sus forma alguna.
tratados, Plotino criticó particularmente el • La conversión es el momento del retor-
concepto cristiano de creación (- ) del mun- no: la fase en que cada ser, después de haber
do por parte de Dios y propuso sustituirlo afirmado su propia existencia, tiende a vol-
por el concepto de emanación: un proceso ver a la fuente originaria.
no voluntario, espontáneo y necesario al mis- Este esquema, denominado procedimiento
mo tiempo, mediante el cual el mundo «ma- dialéctico, no debe entenderse como una su-
na de Dios por sobreabundancia», sin su in- cesión cronológica sino como una coexis-
tervención directa. tencia lógica de los tres momentos. Otros fi-
lósofos lo recuperarán en contextos diferentes
La producción del Universo a partir del Uno (_,. Sistema hegeliano y Dialéctica).
no puede ser un «proyecto» dictado por la
razón o por el amor, que son sentinúentos hu- El tercer lugar metafísico (es decir, la con-
manos no atribuibles a Dios. Además, Dios versión) reviste una particular importancia
no puede haber deseado el mundo: de lo con- para la condición humana. De hecho ex-
trario serla el responsable de su imperfección presa la tendencia del alma a abandonar la
(el mal, el dolor); en fin, Dios no puede ni si- corporeidad, el no-ser material en que se
quiera pensar el mundo, porque se encuen- encuentra, para volver a la perfecta espiri-
tra más allá de cualquier voluntad y pensa- tualidad de las hipóstasis superiores. Por
miento. Para explicar el proceso de primera vez, Plotino delimita el proceso de
emanación, Plotino sugirió una serie de me- la ascesis (- Misticismo); de hecho, afir-
táforas célebres: los grados inferiores del ser ma que la conversión (o sea,Ja necesidad y
(hipóstasis) proceden de Dios como la luz el deseo del alma de unirse íntimamente a
emana del Sol (sin disminuirlo de ninguna Dios) implica una superación de la dimen-
forma), como el perfume es exhalado por una sión racional. El acceso a un nivel más al-
rosa o como el agua se desborda de un jarrón, to de trascendencia se realiza mediante una
de la misma forma en que las ondas se ex- transformación total del individuo, pues lo
panden en un estanque después de que al- que impulsa el alma hacia el éxtasis (- ) es
guien haya tirado una piedra. Plotino descri- el amor de Dios, un deseo que supera los lí-
be este proceso de producción involuntaria mites de la razón.
150
.,.,,.,_..E_D_A_o_1...
M_P_E_R_I_A_L__¡_;;
p:-
--i
/:,El espíritu divino traza con la luz los
\confines del ser, de Utriusque cosmi
'historia (1617), debida al filósofo
y mago inglés R. Fludd. El proce-
so dialéctico triádico se describe
como un proceso circular en el que
un punto está, en primer lugar, en
sí (permanencia); después, fuera
de sí (emanación); y, finalmente,
una vez completada una vuelta,
vuelve a estar en sí (conversión),
en el punto inicial.
151 f
EDAD IMPERIAL
GNOSIS PAGANISMO/CRISTIANISMO
152
EDAD IMPERIAL
WAll
~ -~ -
153 L
EDAD IMPERIAL
154
EDAD IMPERIAL
En esta estatua de un filósofo pagano desconocido del 400 cl.C., el poder ca-
. rismático se expresa por el énfasis en los cabellos recios y largos hasta los
hombros (llegarán a ser característicos de la imagen de Cristo). Una larga tra-
dición simbólica (que se remonta al mito de Sansón) situaba la potencia en
los cabellos. A diferencia de las cabelleras de los cínicos, de los profetas bí-
blicos y de los ascetas cristianos, las de los filósofos teúrgos están cuidado-
samente (r,acionalmente) peinadas. La certeza de que tenía un signifkado
sim}iólico es evidente, ya que en muchos retratos estas melenas se atri-
bl.lyen a personas ancianas, probablemente calvas en la realidad.
,<··,
la imagen reproducida aquí arriba pertenece
al s. XIX e intenta describir la práctica de la an-
tigua teúrgia pagana, el arte mágico (fundado
sobre una teoría del politeísmo) de infundir vi-
da a las estatuas. La de la izquierda, muy simi-
lar, es una imagen cristiana que ilustra la resu-
rrección de Lázaro por obra de Jesús. Entre las
muchas semejanzas, debe notarse el uso del bas-
( tón (la varita mágica de los prestidigitadores de-
riva de estas prácticas teúrgico-cristianas).
155
EDAD IMPERIAL
156
-
w .
EDAD IMPERIAL
157
EDAD IMPERIAL
a existencia del mal es el pro.blema del propio san Agustín, quien conocía muy
L fundamental de toda religión, en parti-
cular de las monoteístas. San Agustín plan-
bien las teorías maniqueas, ya que él se ha-
bía acercado a esta secta a la temprana edad
teó la cuestión con gran claridad: Si Deus de diecinueve años.
est, unde malum?; es decir, Si Dios existe, ¿de En efecto, la resolución maniquea del pro-
dónde viene el mal? Si Dios quiere erradi- blema del mal presentaba dos ventajas no-
car el mal, pero no puede, es un Dios im- tables. La primera consistía en que ofrecía
potente; si puede, pero no quiere, es un Dios una descripción simplificada pero de gran
maligno que se divierte atormentando a sus sugestión: el contraste psicológico entre
criaturas. Ya se entienda el mal como un bondad y maldad se asumía como esque-
principio absoluto contrapuesto al bien (mal ma de lectura de todo el Universo. El se-
metafísico), ya como sufrimiento, dolor y gundo punto de fuerza residía en la heroi-
muerte (mal físico) o incluso como pecado ca búsqueda de la perfecta santidad a la que
(mal moral), el problema permanece: ¿có- eran llamados los fieles. De hecho, los ma-
mo es posible conciliar la realidad del mal, niqueos, tal como reconoció con honesti-
en cualquiera de sus formas, con la bondad dad intelectual el propio san Agustín, «pur-
de Dios? Es decir, ¿hay que admitir la exis- gaban el bien no sólo a través de una vida
tencia de dos principios de igual potencia, pura, de castidad y de renuncia a la fami-
un Dios bueno y positivo enfrentado a otro lia, sino que asimismo se abstenían inclu-
malvado y negativo? so de los trabajos manuales y seguían una
alimentación particular». En la visión dua-
Esta última es la solución más frecuente en lista no babia espacio para la incertidum-
las religiones arcaicas y politeístas. En el hin- bre, ni era posible compromiso alguno en-
duismo, la idea de Kali, la de los rasgos ho- tre verdad y error, entre virtud y perdición.
nipilantes, la diosa del mal cósmico, se con- Los maniqueos, al identificar en el espíri-
trapone a Shiva, formando una polaridad tu el componente bueno del hombre y en
de fuerzas antagonistas pero ambas mutua- la carne el malo, afirmaban la necesidad de
mente necesarias. purificar el primero mediante los sufri-
En el tiempo de san Agustín, una variante mkntos del segundo.
de este dualismo teológico era sostenida
por el maniqueísmo, una religión de origen El movimiento medieval de los cátaros, la
iranio fundada por el príncipe persa Mani secta religiosa que se difundió por el sur de
(216-277 d.C.). Según los maniqueos, el Francia desde el s. XI hasta el s. XIII siguiendo
cosmos, la naturaleza y el alma del hombre las doctrinas del mensaje maniqueo, llegó
son el campo de batalla entre dos principios incluso a practicar la endura, el rito que lo-
divinos, cuyas naturalezas y sustancias son graba la victoria definitiva del espíritu a tra-
«diferentes y adversas, pero al mismo tiem- vés de la más tenible y lenta consunción de
po eternas y coherentes, eternamente en lu- la carne: es decir, a través de la muerte vo-
cha, pero mezcladas entre sí». Son palabras luntaria por hambre.
158
EDAD IMPERIAL
159
EDAD MEDIA
160
EDAD MEDIA
Las imágenes del tiempo que retorna no siempre presentan una forma circular; sólo es esencial la re-
gularidad rítmica. La ilustración, de origen oriental, utiliza la sinuosidad de la serpiente para denotar
e]saspecto rítmico del tiempo.
161
EDAD MEDIA
a escatología es la ciencia de las cosas profecía continúa describiendo los siete án-
L últimas: es decir, la previsión del des-
tino final del hombre y del mundo.
geles que enviarán siete calamidades sobre
la Tierra, tras las cuales aparecerá el Verbo
El primer pensamiento escatológico nació de Dios e iniciará el milenio escatológico,
en el ámbito hebraico en los Apocalipsis (li- una era de absoluta paz y justicia garanti-
teralmente, del griego «revelación»), tér- zada por el retorno de Cristo a la Tierra.
mino utilizado como título para numero- Sólo al final de estos mil años tendrá lu-
sas obras redactadas en el ambiente judaico gar eljuicio Universal, con el descenso des-
desde el s. n a. C. hasta el s. n d. C., algunas de los cielos de la Jerusalén Celeste.
de las cuales están incluidas en el Viejo
Testamento (Libro de Enoc). Todas juntas for- El Apocalipsis de Juan es el ejemplo más
man un típico género literario caracteriza- elevado de una concepción escatológica
do por una gran cantidad de símbolos mis- del tiempo, centrada en la espera de un
teriosos e imágenes muy impresionantes, cambio más radical o incluso de un inmi-
un estilo literario dificil de desenmarañar y nente fin de la historia. La idea de que la
todavía más complicado por las revelacio- definitiva instauración del Reino de Dios
nes sobre el fin último de los tiempos (no- estuviese próxima se hallaba muy difundi-
ticias que los profetas habrían divulgado en da en las comunidades de la Iglesia primi-
su época sólo en el seno de un círculo res- tiva(->). A partir de numerosos pasajes de
tringido de iniciados). la predicación de Jesús, se consideraba ya
cercana la parusía, el segundo viaje de
El Apocalipsis canónico y del Nuevo Cristo a la Tierra, su definitivo regreso pa-
Testamento escrito por Juan, el apóstol del ra unirse a los fieles en eljuicio Universal.
Cuarto Evangelio, no se aleja mucho de es- La creencia, que además era una esperanza,
ta tradición. De hecho, este breve y extra- de un próximo final de los tiempos, em-
ño libro está construido a partir de la re- pezó a declinar con la llegada del s. IV a
petición obsesiva del número siete, una partir de las grandes transformaciones in-
repetición tal que incluso la redacción se ducidas por la legalización de la Iglesia cris-
presenta bajo la forma de siete cartas en- tiana. De todas formas, esta circunstancia
viadas a las primeras comunidades cris- no determinó la desaparición del espíritu
tianas. La primera visión de Juan hace re- apocalíptico, que ha sido representado en
ferencia a un libro con siete sellos que sólo otras ocasiones a lo largo de la historia: por
el ángel de Dios (Cristo) podrá abrir, de- ejemplo, en el milenarismo del s. xm, cu-
terminando, de esta forma, una serie de ya figura más descollante fue el monje cis-
acontecimientos excepcionales. A conti- terciense G. da Fiore, nacido en Calabria
nuación habla de siete toques de trompe- en el año 1130 y muerto en 1202, quien no
ta, que están en correspondencia con sie- gozó del tiempo suficiente para asistir al fln
te alucinaciones estáticas de Juan (el del mundo que él mismo no dudó en pro-
dragón, la bestia que sale del mar, etc.). La fetizar para el año 1260.
162
EDAD MEDIA
-,•~;~_¡..,y!,.:,1.)},.~!,-1.,!fY.,~.)l,.,?-..-~
i El ángel del] uicio en la
\ versión musulmana: las
~~ creencias escatológicas
~~~ .,
del islam son muy si-
,q,,,,,,;.,
\M~ milares a las bíblicas,
1...::i1:,;,.nc .
;~~,
L(...~
~~ Uno de los monstruos
\P;,,~1 - descritos por Juan en
¡J1<.J;.,, una de las innumerables
!,_;;,,¡;.., ediciones medievales del
(~..::..-j~ Apocalipsis. La influen-
W!,rt.~m cia de las visiones de
LÍG;.·· •,r
Juan (de carácter fuer-
¡411-_:;J& temente alucinatorio)
~1.:J:)'~ en el imaginario medie-
¡.:¡_\.,:,.;; . .. .
val superó en gran me-
~$$.ty~~;:rtiói~:~;~~6~,-'
tp_i;.:1.:,,A.,..1~:...u.;i,1)1""~Jt)~.,J'f'i.,,t'.,'i~,1} <-
dida a las ejercidas por.
otros textos. ·
'
~:·,:
El Apocalipsis de Juan, un texto perteneciente a la literatura vi-
<P
sionaria, influyó profundamente en el arte medieval. En la ori-
ginal solución iconográfica aquf reproducida, el fin del mundo
(anunciado por los sietes toques de trompeta y aprobado por la ~
mano de Dios) es representado por el espacio vacío.
\.
4'.' t
Esquema de la predicación apocalíptica de G. da Fiore. Los tres
círculos representan las tres edades del mundo, del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo (los ramos aluden a las dos tradiciones dife- \' *7,.C-· }
rentes y contrapuestas de la humanidad: la de los cristianos y la
de los infieles). Según el monje calabrés, el momento actual del
mundo está situado en la inminencia del segundo nodo, que se-
ñala el adviento del Espíritu Santo en el mundo (el primero re- ''i. -
presenta la llegada de Cristo a la Tierra). A partir de la suma de '
la edad de los profetas, estableció que la primera edad del mun-
do (la bíblica, concluida con Cristo) habría durado 1.260 años
y, por ende, concluyó que la segunda fase de la humanidad de-¡
bería tener también la misma duración.
163
EDAD MEDIA
e denomina «primitiva» a la iglesia cris- paración más rigurosa con la herencia pa-
S tiana de los tres primeros siglos hasta el
edicto de Constantino (313 d.C.), que es-
gana. La explosión de las herejías cristoló-
gicas (-) a partir del s. v también puede ex-
tableció el final de las persecuciones contra plicarse por la adhesión en masa de la elite
los cristianos y la concesión de la misma li- aristocrática, propensa a interpretar la nue-
bertad de culto de que gozaban numero- va confesión usando los instrumentos del
sas religiones difundidas a lo largo y ancho racionalismo filosófico clásico.
del Imperio. Desde ese momento, la rela-
ción entre creyentes cristianos y paganos se También cambió la liturgia, porque los pri-
invirtió en poco tiempo: en primer lugar, meros cristianos sólo admitían tres sacra-
el edicto de Tesalónica (380) declaró el cris- mentos, los únicos con una sólida base en
tianismo religión de Estado, prohibió los los escritos evangélicos: el bautismo, la eu-
cultos paganos e inició la persecución de las caristía y la confesión (en algunos casos, ce-
herejías; después, san Ambrosio (339-397), lebrada de forma pública, una práctica capaz
obispo de Milán y Padre de la Iglesia, rei- de provocar un clima de gran participación
vindicó para la Iglesia cristiana el papel de comunitaria).
guía de toda la sociedad. Con el transcurrir
de dos generaciones, una secta perseguida A pesar de que Tertuliano, uno de los Padres
se había transformado en la estructura fun- de la Iglesia, afirmase que «los cristianos de-
damental del Estado. El paso de la margi- ben compartir todo excepto a sus mujeres»,
nación al poder provocó grandes y profun- es bastante dudosa la existencia de un ver-
das transformaciones, que todavía hoy en dadero comunismo de los bienes en la
día son objeto de argumentaciones contro- Iglesia primitiva. Por el contrario, y a pesar
vertidas. De hecho, Martín Lutero, Calvino de las condiciones de clandestinidad, segu-
y los protagonistas de la Reforma protes- ramente fue cierto el compromiso con los
tante en el s. XVI observaron una fractura indigentes y la creación de las primeras for-
sustancial entre la Iglesia primitiva (a la que, mas de asistencia a los pobres, desconoci-
según ellos, era necesario volver) y la tra- das en el mundo pagano. Existía un clero,
dición posterior. pero sus tareas, a excepción de las de la fi-
gura central del obispo, jefe de la Iglesia lo-
En primer lugar cambió la composición so- cal, no estaban bien definidas.
cial, pues la Iglesia, que hasta aquel momento
era una asociación secreta de héroes desti- Sin embargo, el cambio de mayor relevan-
nados al martirio, llegó a ser una organiza- cia y a partir del cual se desencadenó el drás-
ción de masas y las consecuencias tuvieron tico juicio de Lutero, se produjo en la espi-
un gran alcance: se verificó una relajación ritualidad profunda: los primeros cristianos
de la tensión moral, surgieron disputas estaban convencidos de que al mensaje de
doctrinarias, nacieron formas diferentes salvación anunciado por Cristo le queda-
de religiosidad (monaquismo, ascetismo, ba muy poco tiempo y, creyendo inminen-
devoción popular), se formalizaron defini- te el día deljuicio Universal, vivían en una
tivamente los ritos y se llevó a cabo una com- dimensión escatológica (-;, Escatologta).
164
EDAD MEDIA
165
EDAD MEDIA
REVElACiúN/PAGANISMO
FUNDAMENTALISMO
Véase también Escatología
l fundamentalismo .es aquella postura noritaria, pero muy activa, del mundo pro-
E religiosa que enfatiza una vuelta a la
pureza originaria, al «fundamento» de la
testante estadounidense (en particular las
Iglesias evangélicas), al juzgar esta teoría
fe, que debe realizarse mediante la lectu- incompatible con el contenido del Génesis
ra directa del texto de la revelación: la y manifestando su hostilidad hacia todas
Biblia para el hebraísmo, el Viejo y el Nuevo las expresiones de la modernidad (laicis-
Testamento para el cristianismo, el Cordn mo, liberalismo, modernismo), reafirmó la
para el islam. Debido a su naturaleza, el fun- verdad literal de la revelación; asimismo,
damentalismo es posible únicamente en el la historia del Génesis, donde se narra que
seno de estas tres religiones reveladas, fun- Dios creó el mundo en seis días para des-
dadas en un libro sagrado a través del cual cansar el séptimo, se debía aceptar lite-
la divinidad se manifiesta directamente a los ralmente incluso como verdad científica.
hombres. A partir del principio según el cual A principios de la década de 1920 fue fa-
la palabra de Dios no puede estar vincula- moso el proceso promovido contra un pro-
da a un periodo histórico y tiene que ser ver- fesor de biología, culpable de enseñar el
dadera (perfecta) bajo todos los puntos de evolucionismo contraviniendo las leyes de
vista, el fundamentalismo niega la posibili- Tennessee, un Estado en que los funda-
dad de una interpretación alegórica o sim- mentalistas habían conseguido declarar
bólica del texto sagrado, afirmando la ne- fuera de la ley cualquier doctrina científi-
cesidad de asumirlo en el sentido literal. ca «anticristiana».
166
EDAD MEDIA
En Ja Topografra cristiana,)
Cosma Indicopleuste afir:.
mó que la forma del cos-
mos es la de un taberná-
culo (como se deduce de
muchos fragmentos de la
Biblia), una especie de ca-
ja con el cielo como tapa y
la tierra como base. Cabe
destacar que el autor de ta-
les afirmaciones fue uno de
los viajeros más activos de
la Edad Media y que llegó
en nave hasta las costas de
la India, razón por la que
recibió el sobrenombre de
«Indicopleuste},. Cosma,
acercándose a las opinio-
nes de los primeros cos-
mólogos presocráticos, afirmaba que el Sol por la noche no pasa por debajo de la Tierra, sino que gira
por detrás de las montañas septentrionales. Las líneas negras que se pueden observar en la ilustración
son los grandes ríos del mundo.
T•rr1 crau dtl6 dt l'Oddn cti i.t hol!lfflts ont I\Clb•t•· º"ª"' lt dth,g•
r•
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o Golt• ,omoiqu1
El mapa de la Tierra, tal como fue representado en la Topografta cristiana. A pesar de escribir en el
s. VI d.C., Cosma confutó la teoría científico-pagana de la esfericidad de la Tierra. A partir de la lec-
tura de la Biblia dedujo que la Tierra es plana (rectangular) y que está rodeada por todas partes por
el océano. Como se puede observar en la ilustración, a la derecha (es decir, al este, donde nace el Sol),
están el Paraíso terrestre y las míticas «tierras de allende el océano», en la que habrían vivido los pri-
meros hombres hasta el diluvio.
167 i
íiiini& ~z z#±WfJ EDAD MEDIA
as herejías que se desarrollaron entre los to pagano la idea según la cual había exis-
L ss. 1v y v, cuando acabó la clandesti-
nidad que había sufrido la Iglesia primiti-
tido un Dios que fue envuelto en vendas y
que sufrió la pena de la crucifixión.
va, fueron denominadas sectas cristológi- • El adopcionismo no consideraba a Jesús
cas porque atañían esencialmente a la figura un hijo «engendrado», sino adoptado por
de Cristo y tenían el objetivo de entender Dios Padre.
su relación con Dios, por un lado, y con la
humanidad, por otro. Seguidamente se enu- El elemento común de todas estas herejías
meran las más difundidas. era la dificultad para conciliar la potencia
divina con el sufrimiento de Cristo y la in-
• El arrianismo afirmaba que Cristo, a pe- famia de la crucifixión. La mentalidad del
sar de ser una criatura de orden superior, tiempo no podía aceptar que la persona
no tiene la misma naturaleza que el Padre. muerta en la cruz (un suplicio degradante)
Arrío (256-336), sacerdote de Alejandrfa de fuese realmente Dios. La imposibilidad de
Egipto, sostuvo la inferioridad del Hijo con sostener el pensamiento del sufrimiento de
respecto al Padre a partir de la asunción de Cristo queda demostrada por la historia ico-
que quien es generado no puede poseer la nográfica: durante el primer milenio, Cristo
misma potencia de su creador. El arrianis- nunca fue representado muriendo en la cruz.
mo, un cristianismo simplificado por el re- Para acabar con las herejías, el Concilio de
chazo de la divinidad de Cristo y, por con- Calcedonia (451) estableció la doctrina or-
siguiente, de la Trinidad, se convirtió en la todoxa de la consustancialidad: Cristo es
religión de las poblaciones bárbaras, dema- «Dios verdadero procedente de Dios ver-
siado atrasadas desde un punto de vista cul- dadero», consustancial con el Padre, es de-
tural para aceptar la sutil doctrina trinitaria cir, de su misma esencia; en Cristo coexis-
establecida por el Concilio de Nicea a tra- ten dos naturalezas, fusionadas en la misma
vés del Credo (325 d.C.). sustancia y vinculadas por una unión hi-
• El monofisismo, fundado durante el s. v postática, o sea, indisoluble, similar a la
por Eutiques, sostenía la hipótesis opuesta que funde el alma con la envoltura corpó-
al arrianismo: la naturaleza exclusivamen- rea en un ser humano.
te divina de Cristo. Las controversias cristológicas tuvieron un
• El modalismo consideraba las personas fuerte impacto en la historia del arte.
de la Trinidad como tres modos, tres fun- Contra el nestorianismo se difundió la re-
ciones o aspectos de un ser único. presentación de la Virgen con el niño Jesús
• El nestorianismo afirmaba la existencia en el regazo, pues el hecho de represen-
de dos naturalezas y dos personas en Cristo, tar la infancia de Cristo significa evocar
pero distintas y conectadas entre sí mediante evidentemente su trayectoria histórica. Para
una unión puramente espiritual (una «vi- subrayar la doble naturaleza de Cristo, la
viendo» en la otra, como en un templo). Por humana y la divina, en contra el monofi-
consiguiente, Nestorio, el patriarca de sismo, se decidió colocar las letras alfa y
Constantinopla, negaba que María fuese la omega, la primera y última letra del alfa-
madre de Dios y etiquetaba como un cuen- beto griego, al lado de la aureola.
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f}Solución que reúne tres rostros en un único ser fue condenada por la autoridad eclesiástica ante
la sospecha de modalismo, es decir, la herejía consistente en sugerir una idea falsa de la Trinidad,
como si las tres personas fuesen los rostros de una sola entidad.
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TRASCENDENCIA TEOLOGíA
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a clave del sistema teológico de sau dad, tanto la actual como la futura (no es
L Agustín es la tesis del pesimismo an-
tropológico: el mal existe únicamente en
una casualidad que el tema de la culpa de
Adán y Eva se repita con una frecuencia ob-
el hombre, no en el mundo, y consiste esen- sesiva en el arte medieval). San Agustín
cialmente en su capacidad de querer. enunció la tesis, recuperada en el s. XVI por
La vo!untas (voluntad) era una dimensión M. Lutero, de la actualidad del pecado ori-
del individuo ajena al racionalismo de los ginal, cuyos efectos se deben considerar to-
filósofos griegos, quienes resolvían el pro- davía presentes en la humanidad, a pesar
blema moral en el seno del problema cogni- de la posterior llegada de Cristo. En el in-
tivo, considerando el mal un cálculo equi- dividuo estos efectos se muestran corno una
vocado, una distracción de la inteligencia. tendencia intrínseca hacia la degeneración,
Les parecía una verdadera paradoja el he- hasta tal punto que la humanidad en su
cho de que fuese posible conocer lo que es conjunto debe considerarse una massa dam-
el bien y, al mismo tiempo, querer el mal. nationis («cúmulo de damnación»).
En cambio, con san Agustín, por primera
vez en la historia del pensamiento surgió San Agustín precisó esta doctrina en con-
el reconocimiento de la complejidad psi- traste con la herejía pelagiana. El monje
cológica del individuo humano, capaz de Pelagio interpretó el cristianismo a la luz
cometer acciones irracionales y de desear, de uua mentalidad racionalista y jurídica
a veces, el propio mal y el de los demás: el típica de las clases aristocráticas que se
vicio, la perversión, la iufraccióu de las nor- habían convertido recientemente: creía
mas, son culpas voluntarias (pecado), no absurdo condenar a los hombres actuales
errores de la razón. por el error de Adán, que se debía consi-
derar simplemente corno un mal ejemplo
En primer lugar, el pecado se presenta co- individual y no una maldición que pesa-
mo soberbia: la mala voluntad de equipa- ra sobre toda la humanidad; afirmaba la
rarse a Dios que impulsó a Adán y a los án- posibilidad de cada individuo de reali-
geles rebeldes. En la Ciudad de Dios, san zar una elección libre entre el mal y el bien
Agustín definió la soberbia sirviéndose de (libre albedrío), argumentando que, si no
la polaridad filosófica de ser/no-ser: «La fuese así ( es decir, si el hombre estuviese
causa de la beatitud de los ángeles buenos efectivamente predispuesto hacia el mal)
es su cercanía con respecto a lo que real- faltaría el factor moral esencial de la res-
mente es, mientras que la causa de la mi- ponsabilidad. En todo este conjunto de
seria de los ángeles malos es que se han ale- teorías san Agustín veía el peligroso re-
jado del ser y se han dirigido hacia sí nacimiento de la antigua soberbia, pues·
mismos, que no son el ser. Por tanto, su vi- to que el el ser humano no puede pen
cio cometido fue el de la soberbia». sar en poderse salvar por sí solo, contand,
En la doctrina de san Agustín es esencial la únicamente con sus buenas obras. La sal
idea según la cual el pecado original mar- vación eterna (-"" Gracia) es un don qu
ca de forma indeleble la naturaleza del hom- Dios otorga a unos y no a otros, siempr
bre: con Adán ha pecado toda la humani- por motivos de todo inescrutables.
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l hombre justo será salvado por su cio ele Dios (por tanto, desproveyéndole en
« E fe». Este pasaje de la Epístola a los
romanos de san Pablo es el punto de arran-
cierto sentido de su función) se debe a su
soberbia. Si se llevara hasta el límite esta vi-
que de la discusión acerca de la gracia (la sión juridica de la salvación se llegaría a una
salvación eterna del alma), sin duda alguna paradoja teológica: el hombre, libre de sal-
la noción más controvertida de toda la teo- varse o condenarse a su voluntad, sería com-
logía cristiana. De hecho, en torno al pro- pletamente dueño de sí mismo, mientras
blema sobre cuáles son las condiciones que que Dios, viéndose imposibilitado para co-
hacen posible la salvación del individuo se meter un acto de injusticia y salvar a un pe-
desarrollaron dos escuelas de pensamien- cador, estaría vinculado a una norma supe-
to incompatibles. rior y, por lo tanto, no sería libre.
Según san Agustín, el auténtico mensaje cris-
Por un lado se encuentra la posición for- tiano reside en el reconocimiento de la fun-
mulada en la Edad Media y después ratifi- damental debilidad del hombre, que tiende
cada por la Contrarreforma que, en la ac- por su naturaleza hacia el mal (-> Pesimismo
tualidad, se ha convertido en la mentalidad antropológico) y es incapaz de salvarse sin
predominante entre los católicos: la beati- la ayuda de Dios. En consecuencia, debe
tud del Paraíso es otorgada a aquellos que abandonarse con absoluta sumisión a la ini-
la han merecido en función de sus buenas ciativa divina y aceptar cualquier decisión,
obras; el día deljuicio Universal, Dios cas- incluso las que parecen injustas desde el
tigará a los malvados y acogerá a su lado a punto de vista de la justicia humana. Dios,
las almas de aquellos que encaminaron sus en sus elecciones, no está obligado por nin-
propias vidas hacia el bien. gún criterio de justicia y concede la gracia
como un don gratuito e inmotivado. La so-
Por otro lado está la posición de san lución contraria implica una limitación de
Agustín, que después adoptó la Reforma de su omnipotencia.
M. Lutero y el jansenismo, según la cual la De ahí que la virtud principal del cristia-
frase de san Pablo debe interpretarse de la no no esté tanto en las buenas acciones
siguiente forma: el hombre justo no recibi- como en la sumisión con la que acepta los
rá la salvación por las buenas acciones rea- inesémtables proyectos divinos. San
lizadas en vida (aunque estas últimas son, Agustín llegó a enunciar el principio ele la
evidentemente, un hecho positivo), sino predestinación (....,): el individuo no es
única y exclusivamente por su fe. Si se afir- bueno porque sus obras sean válidas; al
mase lo contrario, es decir, que el Paraíso contrario, sus obras son buenas porque
está garantizado para quienes hayan actua- Dios le ha permitido nacer pío. Por esta
do bien en la vida, significaría reducir a Dios razón no debe enorgullecerse con arro-
a la figura de un buen magistrado. Si el hom- gancia de su comportamiento justo, sino
bre piensa que puede salvarse por sí solo y únicamente agradecer a Dios por no ha-
predisponer con sus buenas acciones el jui- berle creado malvado.
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l hombre justo será salvado por su cío de Dios (por tanto, desproveyéndole en
«E fe». Este pasaje de la Epístola a los
romanos de san Pablo es el punto de arran-
cierto sentido de su función) se debe a su
soberbia. Si se llevara hasta el limite esta vi-
que de la discusión acerca de la gracia (la sión jurídica de la salvación se llegalia a una
salvación eterna del alma), sin duda alguna paradoja teológica: el hombre, libre de sal-
la noción más controvertida de toda la teo- varse o condenarse a su voluntad, sería com-
logía cristiana. De hecho, en torno al pro- pletamente dueño de sí mismo, mientras
blema sobre cuáles son las condiciones que que Dios, viéndose imposibilitado para co-
hacen posible la salvación del individuo se meter un acto de injusticia y salvar a uu pe-
desarrollaron dos escuelas de pensamien- cador, estaría vinculado a una norma supe-
to incompatibles. rior y, por lo tanto, no serta libre.
Según san Agustín, el auténtico mensaje cris-
Por un lado se encuentra la posición for- tiano reside en el reconocimiento de la fun-
mulada en la Edad Media y después ratifi- damental debilidad del hombre, que tiende
cada por la Contrarreforma que, en la ac- por su naturaleza hacia el mal (-> Pesimismo
tualidad, se ha convertido en la mentalidad antropológico) y es incapaz de salvarse sin
predominante entre los católicos: la beati- la ayuda de Dios. En consecuencia, debe
tud del Paraíso es otorgada a aquellos que abandonarse con absoluta sumisión a la ini-
la han merecido en función de sus buenas ciativa divina y aceptar cualquier decisión,
obras; el día de]Juicio Universal, Dios cas- incluso las que parecen injustas desde el
tigará a los malvados y acogerá a su lado a punto de vista de la justicia humana. Dios,
las almas de aquellos que encaminaron sus en sus elecciones, no está obligado por nin-
propias vidas hacia el bien. gún criterio de justicia y concede la gracia
como un don gratuito e inmotivado. La so-
Por otro lado está la posición de san lución contraria implica una limitación de
Agustín, que después adoptó la Reforma de su omnipotencia.
M. Lutero y el jansenismo, según la cual la De ahí que la virtud principal del cristia-
frase de san Pablo debe interpretarse de la no no esté tanto en las buenas acciones
siguiente forma: el hombre justo no recibi- como _en la sumisión con la que acepta los
rá la salvación por las buenas acciones rea- inescrutables proyectos divinos. San
lizadas en vida (aunque estas últimas son, Agustín llegó a enunciar el principio de la
evidentemente, un hecho positivo), sino predestinación (->): el individuo no es
única y exclusivamente por su fe. Si se afir- bueno porque sus obras sean válidas; al
mase lo contrario, es decir, que el Paraíso contrario, sus obras son buenas porque
está garantizado para quienes hayan actua- Dios le ha permitido nacer pío. Por esta
do bien en la vida, significalia reducir a Dios razón no debe enorgullecerse con arro-
a la figura de un buen magistrado. Si el hom- gancia de su comportamiento justo, sino
bre piensa que puede salvarse por sí solo y únicamente agradecer a Dios por no ha-
predisponer con sus buenas acciones el jui- berle creado malvado.
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SAN AGUSTÍN ¡
CIUDAD CELESTE Véase también Tiempo cíclico/rectilíneo,
Gracia, Pesimismo antropológico
l saqueo de Roma por parte de los godos hasta llegar a despreciar a Dios, o bien vi-
E de Ala rico en el año 41 O d. C. fue el
acontecimiento que impulsó a san Agustín
vir en el espíritu, amando a Dios hasta aca-
bar despreciando el amor por una mismo y
a escribir La ciudad de Dios, el primer texto por todo aquello que es mundano (gloria,
de la filosofía occidental centrado en el pro- dinero, salud). No existe ningún signo ex-
blema de la historia. En sentido estricto, terior que diferencie a los dos tipos ele hom-
el concepto de historia (una sucesión se- bre, pero aquel que vive en la ciudad de Dios
cuencial y dotada del sentido de aconteci- sitúa las razones ele su acción en una di-
mientos únicos e irrepetibles) es una con- mensión ultraterrena (la salvación eterna del
quista del pensamiento hebraico-cristiano: alma y de la humanidad) y, por tanto, mira
en el mundo griego, la predominante con- con distancia los angustiosos avatares de la
cepción cíclica del tiempo, según el princi- política (que en aquella época significaba la
pio del eterno retorno (_,.), implicaba que caída del Imperio romano).
las vicisitudes de la humanidad tenían un
recorrido circular en que se alternaban con La ciudad del hombre ( el conjunto de los
regularidad períodos de desarrollo y catás- acontecimientos propiamente históricos y
trofes capaces de llevar al mundo nueva- políticos) encuentra su única razón de ser
mente al punto de partida. en esforzarse sin tregua en favorecer el
Según san Agustín, la historia de la huma- desarrollo de la ciudad de Dios: esto es, en
nidad se verifica a partir de la lucha entre el hecho de propiciar la cristianización de
dos reinos. la humanidad según el divino proyecto de
• La ciudad terrena es la sociedad del día- . la Providencia. Por tanto no es cierto, tal
blo: corresponde a la naturaleza, a la mate- como sostenían los paganos, que el de-
ria, al cuerpo (en el individuo), a la historia sastre del Imperio haya tenido su origen
de los hechos y a la economía. en la disgregación interna producida por
• La ciudad celeste es la ciudad de Dios, la el cristianismo. En cambio es cierto que
comunidad de los justos, la dimensión eter- toda la historia del Imperio ha supuesto
na y, por tanto, desvinculada de la historia únicamente un episodio más del proyec-
de la revelación divina. Ninguna edad en to divino: la unificación territorial y lin-
el mundo (ni siquiera la pagana) ha estado gúística introducida por la pax romana fue
dominada exclusivamente por alguna de es- el instrumento designado por la Providencia
tas dimensiones, que coexisten siempre en para crear el ambiente más favorable a la
la realidad e interactúan entre sí. Tampoco difusión del mensaje cristiano. En definiti-
se puede identificar la ciudad terrena con el va si el Imperio se disgrega es porque ha
Imperio ni la celeste con la Iglesia: ninguna desaparecido su motivación final (según la
de las dos ciudades puede ser relacionada perspectiva ele la ciudad de Dios): además
con institución alguna, pero se identifican el Imperio no debe ser añorado, pues la in-
con una dimensión del alma, con una de- minente sociedad cristiana iniciará una nue-
cisión que cada hombre debe tomar. Atañe va etapa histórica y cuantitativamente su-
a cada individuo la decisión de vivir en el perior en el camino de la humanidad hacia
cuerpo, amándose a sí mismo y al mundo la salvación.
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Mundo divino
Mundo humano
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Primera jerarquía ! Serafines i Ven a Dios como el último objetivo de todas las cosas.
1Querubines
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185 G.
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MEDITACIÓN MISTICISMO
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~Íl. el yoga dela luz, el practicante debe adormecerse tras haberse concentrado
e:n la luz de una vela hasta llegar a identificarse con ésta. La luz lo acompaña-
rá también durante el sueño, en los sueños y en las profundidades oscuras
del inconsciente.
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MíSTICA MEDIEVAL ,
ÉXTASIS
Véase también: Meditación, Teología negativa
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a noción de ángel (de la palabra que en grafía angélica, ya que suscitó en los teó-
L griego significa «mensajero») designa
un ser sobrenatural con funciones de in-
logos cristianos la recurrente sospecha de
que un exceso en el culto podría hacer re-
termediario entre el hombre y la divini- nacer residuos ele politeísmo. Sólo así se
dad, y está presente en distintas formas en explica la atención casi maníaca con la que
las tres religiones reveladas (hebraísmo, en la Edad Media se pretendió determinar
cristianismo, islamismo). la realidad del ángel. La sutileza de las cues-
En el Antiguo Testamento la existencia de tiones tratadas por la angeología se hizo
los ángeles no fue objeto de ninguna en- tan legendaria, que aún hoy «hablar del se-
señanza doctrinaria específica, sino que se xo de los ángeles» es sinónimo de futili-
consideró como algo obvio y principal- dad. Cada punto de la vida angélica fue de-
mente carente ele cualquier relevancia teo- batido con pasión: la comida, el vestuario
lógica: el rígido monoteísmo bíblico suge- (la fonna, el color, la luminosidad), los ins-
ría no enfatizar el papel de realidades trumentos musicales utilizados en los co-
espirituales preexistentes o, en cualquier ros paradisíacos, el grado preciso de pro-
caso, autónomas frente a Dios. ximidad a Dios y cuestiones tan bizantinas
Los ángeles se convirtieron en el objeto de como «cuántos ángeles cabrían en la pun-
una verdadera ciencia (angelología), sólo ta de un alfiler».
en la Edad Media y a partir de la obra teó- Esta racionalización progresiva es bien vi-
rica de san Dionigio (-s. Teología negati- sible en la historia de la imaginería. Mientras
va). Se estableció que los ángeles eran cria- que la extraña fisonomía de los modelos ar-
turas incorpóreas, puros espíritus dotados caicos transluce una notable tensión sim-
de la misma sustancia que el demonio, bólica e imaginativa (el ángel es una ser-
provistos de libre albedrío y de una espe- piente, una cara sin cuerpo rodeada sólo por
cificlad individual, con un conocimiento alas, una rueda recubierta de ojos, un an-
intuitivo (superior al conocimiento ra- drógino ... ), a partir del Renacimiento se
cional humano); también se aceptó que amoldó a un modelo antropomórfico: el án-
eran utilizados por Dios tanto para inter- gel se redujo a un hombre dotado de alas,
venir en los acontecimientos del mundo cada vez menos sugestivo hasta los empa-
(como instrumento de la Providencia) co- lagosos angelitos del Barroco. La hiperde-
mo para gobernarlo (así, son ángeles las terminación ha sido nociva para el símbo-
Inteligencias Celestes que mueven los cie- lo, vaciándolo ele cualquier carga emotiva y
los del Universo). sustrayéndole el áura de majestad y ele mag-
La religiosidad popular añadió a esta des- nificencia. De hecho, en la religiosidad ac-
cripción muchos símbolos reservados por tual poco o nada queda de la antigua po-
la iconografía pagana a los dioses: las alas, pularidad de los ángeles.
la capacidad de volar, la posibilidad de ha- Del imponente grupo que poblaba el ima-
cerse visible al hombre y de asumir parti- ginario medieval, hoy sólo quedan las fi-
culares semejanzas. Esta contaminación no guras más eminentes ( Gabriel, Rafael,
contribuyó al libre desarrollo de la icono- Miguel), aunque bastante desvaídas.
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AUCTORITAS ESCOlÁSTICA
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verroes fue el nombre latino de ibn Estas ideas le valieron a Averroes una con-
A Ruschd, hombre de ciencias y filóso-
fo árabe-español (nacido en Córdoba en
dena de exilio (en 1195) y suscitaron la
sospecha de herejía en el averroísmo la-
1126), conocido en Occidente como «el tino, orientación filosófica difundida en
Comentador» por haber traducido y di- Occidente después de 1270 y muy parti-
vulgado las obras de Aristóteles: su Gran cularmente en París, gracias a las ense-
Comentario explicaba los textos aristotéli- ñanzas de Siger de Brabante. En 1277, el
cos frase por frase; el Comentario Medio se arzobispo Stefano Tempier condenó 219
limitaba a esclarecer su sentido; el Co- tesis sostenidas por aristotélicos ave-
mentario Pequeño resumía su significado rroístas, empezando así una polémica
general. De esta exégesis de Aristóteles, filosófica que no terminaría hasta el Re-
Averroes dedujo una serie de tesis, in- nacimiento. A pesar de la orientación ave-
compatibles tanto con el islamismo como rroísta que elevaba a Aristóteles a la ca-
con el cristianismo. tegoría de auctoritas (->) incluso por
• Afirmó la eternidad de la materia, pre- encima de la Biblia, a partir del s. xm di-
existente a Dios y, en consecuencia, no pro- cha orientación se difundió entre las ma-
ducida por éste con un acto de creación gistri artium, los profesores de formación
(->). laica que controlaban en las universida-
• Sostuvo el monopsiquismo, es decir, la des la enseñanza de las scientiae (aritmé-
existencia de una sola mente (alma) su- tica, música, geometría) y de la scientia
praindividual y universal, de la que la prima, la metafísica aristotélica ( «No se
inteligencia (psique) sería una simple y puede conocer nada nuevo partiendo del
provisional manifestación. Es decir: el estudio de la teología sagrada» era su le-
hombre no posee un alma propia, sino ma fundamental).
que participa, hasta que muere, del alma El choque entre estos intelectuales y la
colectiva. Contrariamente a las enseñan- ortodoxia religiosa alcanzó su cima con
zas islámicas y cristianas, desde el pun- el tomismo, pero a pesar de la influencia
to de vista del individuo no existe nin- de santo Tomás (para quien Averroes ha-
guna esperanza de eternidad: el alma está bía ._desfigurado las enseñanzas de
destinada a morir con el cuerpo. Aristóteles), el espíritu del averroísmo
• Definió el principio según el cual en la sobrevivió en la tradición aristotélica del
búsqueda científica las verdades de la fe de- Renacimiento (en particular en Pompo-
ben estar por debajo de las alcanzadas por nazzi). Su llamada a la superioridad de
la razón. En caso de contraste, según la razón sobre la fe, al valor de la filoso-
Averroes, vale el criterio de la doble verdad, fía natural (la práctica científica) en opo-
por el que una misma tesis puede ser si- sición a la teologfa, se convirtió en un im-
multáneamente verdadera en el ámbito portante regulador de la mentalidad
teológico y falsa en el ámbito científico. científica moderna.
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En los «triunfos»
( de santo Tomás,
·-Averroes, venci-
do por la supe-
rior ciencia del fi-
lósofo cristiano,
yace a sus pies
execrado por los
sabios como «fal-
so traducton> de
Aristóteles.
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La concordia. Santo Tomás recompuso en una cristiana de Aristóteles. Todas las representacio-
doctrina unitaria y cristiana las filosofías de Platón nes del santo muestran dos elementos en común:
y Aristóteles (situados en posición subordi- la presencia de libros (símbolo evidente de
nada a ambos lados) según un idea! de su preparación doctrinaria) y la posi-
concordia; es de-.cir, intentando de- ción hierática y simétrica del filó-
mostrar, en contra de las interpre- sofo, sentado sobre un trono ca-
taciones heréticas de Averroes, la si real, símbolo de la solidez de
posibilidad de una interpretación su construcción filosófica.
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os lógicos de la Edad Media enrique- son doctos, entonces está equivocado quien
L cieron el tratamiento aristotélico del
silogismo. Observaron que las premisas de
afirme que algunos no lo son. Y si ningu-
no de ellos lo es, entonces se equivoca quien
cada razonamiento pueden ser distintas afirme que algunos sean doctos.
por calidad (afirmativas y negativas) o por
cantidad (universales o particulares). Estos • La relación sub contraria ( entre I y O),
parámetros crean unos enlaces necesarios es aquella en la que las dos proposiciones,
entre las premisas, que los lógicos medie- particular afirmativa y particular negati-
vales esquematizaron en el diagrama co- va, pueden ser ambas verdaderas, pero si
nocido como cuadrado de las oposiciones la primera es verdadera, la segunda no es
o de los opuestos. necesariamente verdadera: afirmar que al-
gunos profesores son doctos no implica
Por razones de tipo mnemónico, se acor- necesariamente que algunos no lo sean (no
dó connotar los elementos de dicho es- se excluye que lo sean todos). Por otro la-
quema con una equivalencia estandariza- do, no pueden ser ambas falsas.
da: A, primera vocal del verbo adfirmo,
indica las proposiciones afirmativas uni- • En las relaciones subalternas (entre A e
versales; !, tercera vocal del mismo verbo, !, o también entre E y O), la veracidad ele
las afirmativas particulares; E y O son res- la primera proposición implica la veraci-
pectivamente la primera y la tercera vocal dad de la segunda, pero no lo contrario. El
de nego e indican las negativas universa- hecho de que todos los profesores sean doc-
les o las negativas particulares. De este mo- tos implica necesariamente que algunos lo
do, es posible distinguir entre cuatro pa- sean, pero no lo contrario. De la misma ma-
rejas lógicas de situaciones, que se analizan nera, el hecho de que ningún profesor sea
'3:' continuación. docto implica que algunos no lo son, pero
que algunos profesores sean ignorantes no
• La relación contraria se halla entre una implica que ninguno sea docto.
proposición de tipo A, universal afirma-
tiva, y una de tipo E, universal negativa. Las relaciones de inclusión/exclusión en-
Ambas frases no pueden ser verdaderas. tré• las afirmaciones demostradas por el cua-
Si es cierto que todos los profesores son drado ayudaban a los lógicos medievales
doctos, lo contrario (o sea, que ningún en el trabajo de reducción silogística; o sea,
profesor sea docto) debe necesariamen- que les permitía realizar la transformación
te ser falso. Pero, por otro lado, podrían lingúística y lógica de una frase a fin de ve-
ser ambas falsas (en el caso en que algu- rificar su pertenencia a una de las figuras
nos profesores, no todos, sean doctos). silogísticas reconocidas como válidas. Por
ejemplo: hay doce Apóstoles; Pablo y Pedro
• Las relaciones contradictorias (entre A y son Apóstoles; que Pablo y Pedro sean do-
O, o bien entre E e I) son aquellas en las ce no puede reducirse a una forma válida
que la verdad de una implica la necesaria y, por tanto, hay que considerar la frase co-
falsedad de la otra. Si todos los profesores mo un razonamiento falso.
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- sub-contrarias - O
El frontispicio de la Ars
combinatoria ( 1666), de
W. G. Leibniz, resume de
manera ejemplar la anti-
gua aproximación a la ló-
gica: así, el cuadrado de
las oposiciones silogís-
ticas se funde con el que
opone los cuatro ele-
mentos (-) naturales
entre sí. En otros térmi-
nos, las relaciones que re-
gulan las operaciones ló-
gicas son las mismas que,
en el mundo natural, go-
biernan las relaciones en-
tre los distintos elemen-
tos materiales.
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NEOPLATONISMO
DOCTA DE CUSA
icolás de Cusa, el filósofo más im- to y ante Dios, conceptos que escapan a
N portante del neoplatonismo del s. xv,
utilizó el método de las analogías matemá-
cualquier criterio de análisis. Dios esta más
allá de la razón humana, trasciende cual-
ticas (-> Matesis) para afrontar el proble- quier cosa y no puede ser encerrado en
ma gnoseológico en su ensayo La doctora ninguna definición.
ignorancia (1440). A partir del principio de El único modo ele afrontar el problema de
que todo conocimiento se basa en la com- Dios es recurriendo a conjeturas, término
paración, definió el conocimiento como con el que de Cusa designaba analogías
una proporción entre conocido y desco- particulares ele tipo geométrico capaces ele
nocido (se pueden conocer cosas nuevas sugerir la diferencia entre lo finito y el in-
sólo partiendo de aquellas ya conocidas). finito. Por ejemplo: la recta y el círculo son
La adquisición de nuevas nociones resul- figuras distintas (finitas), pero si se ex-
ta fácil cuando se afronta un posible desa- tiende un círculo al infinito es imposible
fío: es decir, conceptos más cercanos y si- distinguirlo de una recta. Por eso puede
milares a los ya poseídos; por el contrario, decirse que Dios, siendo infinito, es tanto
cuando se intentan resolver problemas muy una cosa como otra: es simultáneamente
alejados de nuestros conocimientos ac- recta y círculo.
tuales, de algún modo desproporcionados Estas analogías sugieren que Dios está
respecto al saber humano (por ejemplo, la más allá del principio ele no contradic-
naturaleza de Dios), hace falta confesar ción. En él se realiza la coincidencia de
nuestra incapacidad de comprender. los opuestos (->): Dios es el más y es el
Retomando con nuevos términos la anti- menos, el punto y la circunferencia, el
gua revalorización socrática del ser cons- mínimo y el máximo. La relación entre
ciente de no saber (-> Mayéutica), Nicolás Dios y el mundo puede ser explicada en
de, Cusa confirmó la existencia de una doc- términos ele contracción/explicación(->):
ta "ignorancia que nace del conocimiento Dios incluye (contiene, contrae) en sí to-
de los límites de la sabiduría humana. Si das las cosas: es como la unidad respec-
se compara la verdad con un círculo, en- to a los números, como el punto respec-
tonces el intelecto humano es similar a un to a las figuras geométricas. Por el
polígono inserto en él: por mucho que au- contrario, el mundo se entiende como la
mente el número ele lados, el polígono explicación ele esta unidad: cada parte es
nunca coincidirá por completo con la cir- una determinación ele la divinidad y se
cunferencia. Del mismo modo la mente, especifica en una indiviclualiclacl con-
por mucho que pueda progresar, nunca creta. Estas reflexiones condujeron a
llegará a comprender la verdad con una Nicolás ele Cusa a retomar las antiguas
precisión infinita. teorías ele Platón relativas al hombre mi-
Proponiendo de nuevo el tema del desco- crocosmos (-> Microcosmos/macrocosmos)
nocimiento racional de Dios elaborado por y al alma del mundo (->), influyendo así
la teología negativa(->), Nicolás de Cusa ele manera decisiva en toda la cultura del
afirmó que la docta ignorancia es el úni- s. XVI y en el resurgimiento del neopla-
co comportamiento posible ante el infini- tonismo.
200
NEOPLATONISMO
La imagen geométrica de la
coincidencia de los opues-
tos en el infinito, según la
versión de G. Bruno (De
Tríplice Minimo et mensura,
1591). La drcunferencia de
un eírculo de diámetro in-
finito acaba confundién-
dose con una recta.
201
NEOPLATONISMO
DE CUSA i
MATESIS
Véase también Dios geómetra, Docta ignorancia. Lengna sapiencial
no de los méritos del neoplatonismo re- y extraer así el oculto mensaje místico. La
U nacentista (tan importante que trans-
formó esta corriente filosófica en uno de los
matesis es una matemática que ama refle-
xionar sobre la antinomia, sobre las para-
puntales imprescindibles para el desarrollo dojas (---s, Paradojas de Zenón), sobre los pro-
del método científico moderno en el s. xvn) blemas con las características del enigma
es la confirmación de la importancia de las (---s,) o los que son insolubles (cuadratura del
matemáticas. Lo que los neoplatónicos en- círculo, trisección del ángulo).
tendían por matemáticas es distinto a la de- El mayor mérito de esta disciplina respecto
finición moderna, bien porque en el s. xv los al desarrollo de la ciencia es el haber plan-
conocimientos de matemáticas estaban aún teado el problema del infinito, que de Cusa
muy atrasados (la trigonometría fue inven- describe como coincidencia de los opues-
tada en el s.xv1, la geometría analítica en el tos (---s, ). Precisamente, en el lenguaje de la
s. XVII), o porque la mentalidad de de Cusa, matesis el infinito es «aquella figura geo-
Ficino, Bruno e incluso Kepler estaba to- métrica, impensable desde el intelecto hu-
davía alejada de los criterios de exactitud y mano, en la que todas las figuras geométri-
de rigor necesarios para la ciencia. En la pers- cas coinciden».
pectiva neoplatónica ,«matemática» signifi- De Cusa mantuvo siempre este tipo de es-
có el comentario especulativo de determi- peculaciones en el plano de la meditación
nados diagramas (figuras geométricas, filosófica, utilizando las figuras como un sim-
números) con el fin de elevarse a niveles más ple estímulo para la reflexión (buen ejem-
profundos de sabiduría. El triángulo, el cír- plo de ello son las consideraciones que ex-
culo, el cuadrado, el número uno, la forma trae del análisis de la letra N realizado en las
gráfica de las letras del abecedario, los sóli- Conjeturas, una verdadera teoría de la dia-
dos de Baco que Platón había tratado en su léctica: ---s, ). En cambio, para los platónicos
estereometría (---s,) y otras figuras fueron to- del siglo siguiente y para Bruno en particu-
davía consideradas formas arquetípicas, es lar, la matesis fue utilizada al interno de una
decir, esquemas, manifestaciones visibles de perspectiva mágica y hermética (ausente en
las perfectas ideas platónicas (->Arquetipo e de Cusa). El acontecimiento que señala el
Idea platónica). paso hacia el nuevo punto de vista fue el des-
Esta extraña geometría filosófica, en la que cubrimiento de la Cábala (-,-;,) hebrea, que
es evidente la influencia del pitagorismo, ha se produjo en Italia después de la expulsión
sido llamada matesis especulativa. Sus fi- de los hebreos de España en 1492. Los ma-
guras no sirven para demostrar nada, no son gos renacentistas vieron confirmarse lama-
instrumentos útiles para el desarrollo de nin- tesis en el principio de la geometría (---s,), se-
gún teorema científico; son imágenes sim- gún la cual cada letra del abecedario hebreo
bólicas que ejemplifican nociones trascen- (la lengua con la que Dios creó todas las co-
dentales imposibles de expresar de otro sas al nombrarlas) contiene un significado
modo; figuras para contemplar (interiorizar) y un poder trascendentes.
, 202
NEOPLATONISMO
E E
Spiritus Spiritus
Sanctus Sanctus
IEUE
unus Oeus
1Pater U Filius
Filius Spiritus
Sanctus
~ de las técnicas más antiguas de la matesis consistía en la interpretación mística de las letra;·d:l
abecedario. Las figuras muestran dos ejemplos extraídos del Libro de las figuras del monje Gioachino
da fiore (1130-1202). Debido a su forma particular, las letras griegas omega y alfa son imerpretadas
como un símbolo (un arquetipo, en la terminología neoplatónica) de la divina Trinidad.
A G
71UJ7~
según Agrippa, por los antiguos sabios
egipcios a partir de la distribución de
las estrellas.
203 t
NEOPLATONISMO
a idea de que Dios hubiese dado forma separa la materia caótica y origina los in-
L a la naturaleza mediante la geometría
no se encuentra explícitamente en Platón,
dividuos. Dios mismo tiene una naturale-
za eminentemente matemática.
pero desde que en el año 100 el. C. el es- El énfasis puesto por el neoplatonismo y
critor Plutarco la atribuyó al filósofo grie- el cristianismo en el valor absoluto (reli-
go, esta idea pasó a formar parte de la tra- gioso) de la matemática llevó a la inven-
dición platónica. ción de la matesis (- ) , un método que es-
De hecho, las ideas matemáticas y geomé- pecula sobre la expresividad metafísica de
tricas tienen un papel privilegiado en el sis- las figuras geométricas asumidas como ar-
tema platónico: son el ejemplo más perfecto quetipos, símbolos de verdades superiores.
de cómo las ideas (- Idea platónica) llegan Por esta vía, en la que confluyen sincréti-
a ser entidades absolutas y preexistentes a camente sugestiones derivadas del pita-
las cosas concretas. gorismo y del hermetismo ( - ) , se afirmó
Cuando se dibuja un cuadrado o un trián- la idea de que la matemática es una for-
gulo se alude evidentemente a formas ma ele conocimiento superior (los filóso-
ideales, y está claro que las propiedades fos platónicos amaban repetir que «dos más
geométricas se aplican sólo a estas figu- dos son siempre cuatro, incluso enlamen-
ras perfectas y prototípicas, cuyo esque- te de Dios»). El Renacimiento desarrolló
ma representa sólo una representación estas consideraciones desde el punto de
visible. No en vano se leía sobre la entra- vista mágico, recuperando así la antigua
da de la antigua Academia platónica de tradición pitagórica de la numerologia (- ):
Atenas el lema Que no entre el que no sea la idea de que las cifras son sede de sabi-
geómetra. La matemática es una privile- duría y de potencia.
giada vía ele acceso al mundo de las icle- Hoy en día, los históricos de la ciencia han
as1, un instrumento verdaderamente útil demostrado que en el s. xvu e incluso en
para la percepción de lo divino. el xvm, el desarrollo del método científi-
La Edad Media atribuyó a Dios la cualidad co no conllevó una inmediata respuesta
ele protogeómetra, queriendo así expresar de la idea neoplatónica, según la cual la
que Dios utilizó en el acto de creación las mat~mática es una forma de participación
mismas ciencias utilizadas por el hombre a lo divino. Esto explica por qué Leibniz
para investigar la naturaleza: la aritmética, e incluso Newton todavía mantenían una
a través de la que estableció el número de fuerte curiosidad hacia los aspectos ex-
cosas; la geometría, con la que determinó tracientíficos de la matemática y, aunque
su forma y la medida; la música, que ga- su pensamiento era ya racionalista y cien-
rantizó la armonía y el equilibrio dinámi- tífico, sentían fascinación por las suges-
co del Universo. En suma, la matemática tiones derivadas de la Cábala ( ->), de la
es el instrumento con el que Dios ha dado magia de los números y del arte de la com-
forma a la realidad: ésta limita lo ilimitado, binatoria (->) .
204
NEOPLATONISMO
Pater.
<llfrll-t11
M11I1dwvelHomo,
205
NEOPLATONISMO
DE CUSA r
COINCIDENCIA Véase también Docta ignorancia, Matesis,
DE OPUESTOS Contracción/explicación
n la base de la doctrü1a_de la_doc~a ig- los que se materializa cualquier tipo de con-
E norancia, el neop latomco N1colas de
Cusa afirmó que mientras que el conoci-
traste (el Sol y la Luna, el frío y el calor, el
macho y la hembra ... ).
miento humano esta siempre fundado so- De este modo, la coexistencia de una du-
bre una comparación entre elementos rela- plicidad (el todo y la nada, la fuerza y la de-
tivos, la divinidad se encuentra más allá de bilidad, lo profano y lo espiritual...) se con-
cualquier relativismo, más allá del princi- virtió en el Renacimiento en un ideal
pio lógico de no contradicción que consti- filosófico y en un estilo de vida. Pico de
tuye el saber humano. Al ser infinito, Dios la Mirandola lo expresó en la doctrina del
puede ser cualquier cosa y su contrario, pu- hombre camaleón (->), mientras que para
diéndose hablar de coincidencia de opues- el símbolo de la plenitud del ser humano
tos. En Él conviven el más y el menos, lo fue elegida la figura del andrógino (->), el
máximo y lo mínimo; Dios se puede definir mítico ser originariamente bisexual que
como el más grande en absoluto, como la Platón había introducido en el Simposio pa-
velocidad infinita y la quietud absoluta. Estas ra explicar algunos de los aspectos de la
parejas de opuestos (y todas las demás po- atracción erótica.
sibles) no pueden coexistir en nuestro mun- Por lo demás, también la teoría de la esca-
do, pero cada cosa que nos parece relativa la erótica(->), a su vez elaborada por Platón
y determinada está siempre e infinitamen- en el Simposio, fue leída por los humanistas
te presente en la divinidad. según esta nueva categoría interpretativa.
La teoría de la Coincidentia oppositorum, ela- En la conexión establecida. por Platón en-
borada por de Cusa solamente en relación tre amor sensual y amor por la sabiduría se
a Dios, fue enseguida asumida y llevada por pretendió ver un ideal de coincidencia en-
los pensadores renacentistas más allá del tre carnalidad y espiritualidad, entre amor
árübito teológico, convirtiéndose en un ele- profano y amor sagrado, justificando tam-
mento típico de la mentalidad neoplatóni- bién así la aparición de una nueva mentali-
ca. Marsilio Ficino, por ejemplo, señaló que dad basada en la revelación del cuerpo, de
también en el ser humano (copula mundi: los deseos y de las pasiones.
->) se produce una coincidencia de natu- La coincidencia de opuestos se convirtió así
ralezas opuestas (el cuerpo, que remite a la en un elemento regulador general de la men-
naturaleza, y el alma, que remite al espíri- talidad renacentista. Sólo así se explica có-
tu), mientras que los magos herméticos ha- mo durante un breve período se pensó que
llaron en esta doctrina una confirmación era posible que coexistieran en una única
teórica de la práctica alquímica, en la que sabiduría totalizadora el aristotelismo con
la transmutación en oro se produce gracias el platonismo, el cristianismo con la magia,
a la conjunción de dos metales opuestos en el arte con la ciencia.
206
NEOPLATONISMO
La coincidencia de opuestos en un cuadro de Tiziano, Amor sacro y amor profano (1515). El amor
terrenal esta representado por la mujer ricamente vestida que, significativamente, tiene como fon-
do un paisaje natural: el amor intelectual está, en cambio, representado por la mujer desnuda (des-
nuda como tiene que ser la verdad) perfilada sobre la imagen del cielo. Su superioridad está de-
mostrada por la prominencia de la figura, pero aún así, el niño que mezcla el agua dentro del
sarcófago indica la necesidad de un continuo intercambio entre el puro amor por la sabiduría y
el amor profano por los cuerpos. Las figuras en bajorrelieve sobre el sarcófago (caballos y esce-
nas de lucha) indican que la dimensión pasional e instintiva es la base de ambos tipos de amor.
207
NEOPLATONISMO
DE CUSA L
CONTRACCIÓN/
EXPLICACIÓN Véase también Microcosmos/macrocosmos
208
NEOPLATONISMO ~
-~ 1
De Cusa propuso la relación entre Dios
y mundo en términos de unidad-mul-
tiplicidad, retomando así con tér-
minos nuevos la antigua mística
pitagórica del uno, un no-núme-
.ro que la numerología (-) lla-
{ maba parimpar de donde, por
· explicación, derivan todas las
otras cifras existentes.
,":,Y>,., ,. ,, , ,'
El_filósofo y mago inglés R. Fludd (Historia de ambos Universos, 1619) transformó el diagrama de
Nicolás de Cusa en una representación del hombre microcosmos, argumentando que en cada indivi~
duo se compenetran la divina pirámide luminosa y la pirámide material y oscura. También el Sol, pun-
to de encuentro entre las dos pirámides, debe ser considerado una manifestación visible de Dios.
209
NEOPLATONISMO
Platón, en cambio, pretendió demostrar- Cuestionada en la Edad Media por sus evi-
la en el Timeo a través de un enfrenta- dentes similitudes con el animismo y el pan-
miento particular entre el cuerpo humano teísmo, la analogía entre hombre y cosmos
y el Universo, llegando así a elaborar una retomó un gran auge durante todo el
extraña fisiología de tipo simbólico (una Renacimiento, entrando a formar parte de
medicina filosófica) en la que toda la aten- los factores que favorecieron la difusión del
ción está dirigida hacia la forma de los ór- pensamiento mágico (-> Magia). Aún en
ganos (y no hacia su función). Después de los inicios del s. xvn, el astrónomo Kepler,
haber observado que las estructuras que en su ensayo sobre la Armonía de los mun-
sostienen el cuerpo humano, los huesos dos (1619), comparó la Tierra con el cuer-
y el esqueleto, pueden compararse a la po de una ballena (cuya respiración, más o
Tierra (así como la sangre puede ser com- menos fuerte durante la vigilia o el sueño,
parada al agua, el pneuma al aire y la ca- sería la causante de las mareas).
210
NEOPLATONISMO
. ·· En la ilustración, reproducida de un
tratado médico del s. x1v, se repre-
senta el funcionamiento de la per-
-..-----~J cepción visiva: el cerebro posee la mis-
ma estructura de círculos concéntricos
que el cosmos aristotélico. Las funcio-
nes del intelecto son descritas mediante cir-
cunvoluciones, capaces de funcionar, al igual
que una antena, sólo cuando entran en sin-
tonía con las circunvoluciones cósmicas,
tal y como dicta la medicina platónica.
211
NEOPLATONISMO
egún la doctrina del alma del mundo, el pero fue principalmente en el pensamien-
S Universo físico debe de ser considerado
como un ser vivo dotado de órganos, de mo-
to mágico (o sea, en el Renacimiento) don-
de la noción alcanzó mayor fortuna, con-
vimientos y, por consiguiente, también de virtiéndose en el fundamento de la idea de
un alma (-).El mundo es un gran animal simpatía universal ("""") que justificaba la
que comprende en su interior a otros ani- práctica de la alquimia y de los hechizos.
males (los cuerpos celestes, el Sol, la Luna, En la mentalidad del Renacimiento, todo
los planetas), dentro de los cuales existen, está relacionado con todo porque cada co-
a su vez, otras muchas formas animales (en- sa es sólo una pequeña parte del Universo.
tre ellas, los seres humanos). Aunque no pueda darse cuenta, el hombre
Esta idea, que estaba ya presente en las an- está correlacionado con la totalidad del cos-
tiguas tradiciones míticas y en el pensa- mos, al igual que el pie no es consciente de
miento oriental, fue introducida en la his- formar parte de un cuerpo.
toria de la filosofía por el Timeo de Platón, Así pues, equiparando los fenómenos de
quien la consideró una consecuencia ne- la fertilidad vegetal con los de la fecundidad
cesaria de la analogía entre microcosmos y animal (y aboliendo todas las distinciones
macrocosmos. En efecto, si el hombre y el entre química y biología), el Renacimiento
Universo son estructuralmente parecidos, concibió la Tierra como un gran animal don-
entonces hay que admitir que existen al- de las plantas serían los «pelos»; los bos-
gunos rasgos propios de la humanidad (la ques, el «cabello»; la madera, los «huesos»;
vida, el alma e incluso el pensamiento) tam- los ríos subterráneos, las «venas»; el agua
bién en el Universo. sería la «sangre»; las cavernas serían equi-
Como sucede a menudo con las ideas más parables al «útero» del mundo, donde na-
sencillas y antiguas, la noción de alma ha cen las gemas y los minerales. De este
resurgido en numerosas ocasiones a lo lar- modo, los alquimistas concibieron la pro-
go de la historia del pensamiento, adap- ducción de oro como una simple acelera-
tándose al contexto de cada momento. Los ción de las leyes de la naturaleza.
estoicos (- Estoicismo) la identificaron La ciencia moderna despreció el concepto
con el pneuma (-) cósmico, la fuerza di- de alma del mundo por considerarlo una
vina que gobierna el Universo entero. forma de antropomorfismo (-),perola
Plotino recuperó la noción en el seno de época romántica la incorporó dentro de la
su sistema, convirtiendo el alma del mun- filosofía de la naturaleza (-> Finito/infini-
do en una de las hipóstasis del Ser, la se- to). Schelling (Sobre el alma del mundo,
gunda emanación intermedia entre el Dios- 1798) utilizó este concepto para argumen-
Uno y el mundo material. tar el principio de la continuidad entre el
En el pensamiento cristiano (en particu- mundo orgánico y el inorgánico, en un or-
lar en el de la escuela de Chartres), el alma ganismo que puede ser considerado como
del mundo fue comparada al Espíritu Santo, un «todo» viviente(-> Absoluto).
212
NEOPLATONISMO
.,-//?;~,
Representación del cosmos idealizado como un
gran animal (s. xvm).
213 f
NEOPLATONISMO
FICINO, RENACIMIENTO ;·
COPULA MUNDI
Véase también Contracción/explicación
214
NEOPLATONISMO
·-
~-R;_oducto final de la naturaleza.
215 f
¡ . :.i.....,N'"'E""O""'P""L""A""T""O'"'N.,,IS•M•O--í.,,........,.,,......,.........,,............,.....,.._ _
] 216
NEOPLATONISMO
217 i
NEOPLATONISMO
ARQUETIPO PLOTINO ¡e
I concepto de arquetipo fue introdu- te. Para Plotino, la pintura no refleja ne-
E cido por los neoplatónicos de la edad
imperial para otorgar a las ideas (- Idea
cesariamente la copia de todo lo sensible
mediante el principio de la mímesis (-s,),
platónica) la condición de modelos eternos sino que puede utilizar las formas natura-
de las cosas, ejemplares originarios de les para expresar un significado espiritual,
donde deriva todo lo sensible. Plotino y convirtiéndose de este modo en un medio
Proclo desarrollaron una teoría orgánica para acceder al mundo del arquetipo.
de los arquetipos para designar los mate- Si, como admitió Platón, el alma es arras-
riales que forman el Intelecto divino, la se- trada hacia lo trascendente debido al amor
gunda hipóstasis que procede por emana- por la belleza, entonces hay que admitir
ción del Dios-Uno. Las matemáticas y la la necesidad espiritual del arte y reconocer
geometría son, en este caso, ejemplares: que es la única capacidad humana capaz
la figura de un triángulo trazado sobre una de remover el alma del individuo y ele in-
pizarra sólo es el reclamo visual de un es- fundirle el entusiasmo (-) y el furor por
quema perfecto y objetivo, eterno e inma- la belleza, dos de las condiciones indis-
terial (el arquetipo del triángulo). Esta ima- pensables para su ascensión.
gen abstracta del triángulo existe por igual
en Dios y en la mente del hombre: eleván- Durante el Renacimiento, Marsilio Ficino
dose al estado de arquetipo, el pensamiento y los neoplatónicos profundizaron en las
humano alcanza el nivel de divinidad. Esta observaciones plotinianas hasta llegar a con-
doctrina permitió a Plotino introducir dos vertirlas en el instrumento teórico de una
importantes novedades respecto a Platón. revolución artística.
Las obras de Sandro Botticelli, pintor que
• La teoría de las ideas podía interpretar- tuvo una estrecha relación con la Academia
se en un sentido profundamente religioso neoplatónica y con Ficino en particular,
hasta tal punto, que los teólogos medieva- protagonizaron un intento de demostrar
les, que conocieron a Platón sólo en la ver- verdades superiores, verdaderos arquetipos
sión plotiniana, creyeron en la posibilidad conceptuales que representan conceptos
de conciliar el cristianismo con la doc- filosóficos profundos. De ahí derivan la ra-
trina del filósofo griego. El mismo concepto reza de sus composiciones, la ambigú edad
de arquetipo fue asumido por san Agustín de sus figuras y la posibilidad de atri-
como «pensamiento de Dios», y las ideas buirles diferentes interpretaciones. El Na-
platónicas acabaron por ser consideradas cimiento de Venus (de Ficino), por ejemplo,
los infinitos modos en que Dios pensó el posee un preciso significado filosófico: el
mundo (creando así todas las cosas). alma (es decir, el hombre según la termi-
nología de Ficino) es la naturaleza media y
• El planteamiento plotiniana consentía la coincidencia de opuestos entre cuerpo y
una revisión de la condena platónica del ar- espíritu y entre pasión y pudor.
218
NEOPLATONISMO
,s;~dro Botticelli fue un pintor con fuertes intereses intelectuales y filosóficos y un gran amigo
de pensadores (Ficino) y literatos (Poliziano) de la Academia platónica. Sus obras más relevantes
poseían una fuerte ambigüedad de contenido y se prestan por ello a diversas interpretaciones.
Junto a las evidentes alusiones a la mitología clásica, coexisten significados referentes al henne-
tismo (-) o incluso mágicos. Esta complejidad es evidente en La primavera, donde las figuras mi-
tológicas (Flora, Mercurio) ocultan motivos referentes a la filosofía platónica (por ejemplo: el mo-
vimiento de los vestidos alude al concepto de entusiasmo).
219
NEOPLATONISMO
} 220
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221 L
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•
retratados con gran detalle .
TABVLA.·
223 l.:
NEOPLATONISMO
j 224
NEOPLATONISMO
225
NEOPLATONISMO
BRUNO, PANTEÍSMO E;
INMANENTISMO
Véase tambitn Simpatía cósmica
j 226
NEOPLATONISMO
/' En los tratados herméticos Bruno relacionó las imágenes aquí re-
\{ presentadas con la Mente, el Intelecto y el Amor, los tres principios
·· de su Trinidad mágica. Son formas de geometría divina sobre las
que meditar y reflexionar siguiendo los principios de la matesis. Lo
interesante es que se trata de dibujos geométricos muy centraliza-
dos y llamados mandala (- Inconsciente colectivo), utilizados des-
de muy antiguo en Oriente para la meditación mística.
227 [
RENACIMIENTO
ARISTOTELISMO/ e-
Véase tambitn Mito ele los orígenes,
PLATONISMO Pensamiento horizontal
228
RENACIMIENTO
La escuela de Atenas de
Rafael. El hecho de que
muchos de los personajes
no sean identificables es
también significativo: no
obstante la presencia de
las grandes personalida~
des, se quiere remarcar la
coralidad del esfuerzo en
pos de la sabiduría. Es
también significativo que
Platón aparezca con el ros-
tro de Leonardo (o que
Heráclito tenga rasgos de
Miguel Ángel): ello sim-
boliza que la antigua gran-
deza griega revive en las
obras modernas.
229 L
RENACIMIENTO
HISTORIA iE
MITO DE LOS
Véase también Magia, Inmanentismo
ORÍGENES
El moderno concepto de progreso (-->) (es Los primeros resultados ele esta nueva cien-
decir, la idea de un desarrollo continuo y li- cia no carecieron de errores. Al reconoci-
neal de la historia en el que los conoci- do prestigio ele la antigua Grecia se añadió
mientos previamente adquiridos se mejo- el de Egipto, cuna de la civilización y ori-
ran gracias a los nuevos descubrimientos) gen de toda sabiduría. El mito de Egipto es-
fue totalmente ajeno al hombre del s. XVI. A taba ya presente en Platón (en particular en
sus ojos, el único desarrollo posible con- el Timeo), pero en Aristóteles, en cambio,
sistía en el restablecimiento ele la única e in- apenas era perceptible: resumiendo los prin-
superable sabiduría antigua (la griega y la cipios del pensamiento filosófico en las pri-
egipcia). meras páginas de su Metafísica, Aristóteles
Lo arcaico, lo original, lo natural y el pen- dispuso partir directamente de Tales, des-
samiento de los antiguos se convirtió en deñando así todas las formas precedentes
norma absoluta y sede de una perfección de pensamiento. Quizá también por este
definitiva. Pero restablecer esta norma im- motivo la Edad Media relativizó el mito egip-
plicaba luchar contra las deformes inter- cio despojándolo de cualquier significado
pretaciones formuladas en la Edad Media, especial. Durante el Renacimiento, en cam-
que habían ocultado o tergiversado el ge- bio, estalló una auténtica egiptomanía: los
nuino sentido de la verdad. jeroglíficos, por ejemplo, fueron interpre-
Al descubrir cada vez más frecuentemen- tados como una lengua sapiencial (-->).
te apabullantes equívocos, atribuciones Es también digno de ser recordado cómo el
erróneas, tergiversaciones de sentido e in- mito de los orígenes egipcios ele la sabidu-
cluso falsificaciones históricas (la donación ría, ligado al afán de conocer al Platón más
de Constantino), la investigación filosófi- auténtico, provocó la creación de un Platón
ca demostró la necesidad de una investi- egipcio llamado Hermes Trismegisto (-->
gación sobre el significado real de los tex- Hermetismo), un filósofo al que hoy llama-
tos antiguos. ríamos virtual porque nunca existió .
.i 230
RENACIMIENTO
231 i
RENACIMIENTO
El moderno concepto de progreso (-s-) ( es Los primeros resultados de esta nueva cien-
decir, la idea de un desarrollo continuo y li- cia no carecieron de errores. Al reconoci-
neal de la historia en el que los conoci- do prestigio de la antigua Grecia se añadió
mientos previamente adquiridos se mejo- el de Egipto, cuna de la civilización y ori-
ran gracias a los nuevos descubrimientos) gen de toda sabiduría. El mito de Egipto es-
fue totalmente ajeno al hombre del s. XVI. A taba ya presente en Platón (en particular en
sus ojos, el único desarrollo posible con- el Timeo), pero en Aristóteles, en cambio,
sistía en el restablecimiento de la única e in- apenas era perceptible: resumiendo los prin-
superable sabiduría antigua (la griega y la cipios del pensamiento filosófico en las pri-
egipcia). meras páginas de su Metafísica, Aristóteles
Lo arcaico, lo original, lo natural y el pen- dispuso partir directamente de Tales, des-
samiento de los antiguos se convirtió en deñando así todas las formas precedentes
norma absoluta y sede de una perfección de pensamiento. Quizá también por este
definitiva. Pero restablecer esta norma im- motivo la Edad Media relativizó el mito egip-
plicaba luchar contra las deformes inter- cio despojándolo de cualquier significado
pretaciones formuladas en la Edad Media, especial. Durante el Renacimiento, en cam-
que habían ocultado o tergiversado el ge- bio, estalló una auténtica egiptomanía: los
nuino sentido de la verdad. jeroglíficos, por ejemplo, fueron interpre-
Al descubrir cada vez más frecuentemen- tados como una lengua sapiencial (->).
te apabullantes equívocos, atribuciones Es también digno de ser recordado cómo el
erróneas, tergiversaciones de sentido e in- mito de los orígenes egipcios de la sabidu-
cluso falsificaciones históricas (la donación ría, ligado al afán de conocer al Platón más
de Constantino), la investigación filosófi- auténtico, provocó la creación de un Platón
ca demostró la necesidad de una investi- egipcio llamado Hermes Trismegisto ( -s-
gación sobre el significado real de los tex- Hermetismo), un filósofo al que hoy llama-
tos antiguos. ríamos virtual porque nunca existió.
i 230
RENACIMIENTO
tf~-'>
;t El Renacimiento interpretó los jeroglíficos corno
~"una lengua sapiencial, una escritura simbólico-
·mosófica parecida a un enigma. Aquí aparecen re-
presentados el jeroglífico del concepto de {<im-
posibilidad» (izquierda) y, arriba, el que reproduce
la noción de tiempo)> (devorando las horas), ilus-
trados por A. Dürer para los Hierog!iphicae de
Orapollo.
231 ti
RENACIMIENTO
MAGIA
Véase tambitn Carisma, Hermetismo
pesar de ser un arraigado lugar común, quisieron ser magos los filósofos de tendencia
A la magia tuvo escasa importancia en
la antigüedad griega y romana, que sólo
naturalista Telesio y Campanella. Ni siquiera
los cientificos fueron inmunes a la nueva pa-
practicó la adivinación del oráculo ( -s. sión: todos, Galileo inclusive, tan alejado en
Ordculo). Aunque se trata de una dimen- sus ideas del ocultismo, sabían utilizar las
sión espiritual muy antigua de la civiliza- efemérides (el almanaque astrológico que
ción babilónica, en la historia de Occidente permite precisar el horóscopo). Copérnico
sólo empezó a ser influyente durante los y el danés Tycho Brahe no encontraron nin-
últimos siglos del Imperio romano, junto guna contradicción insalvable entre astro-
al estoicismo(->), el neoplatonismo (-s.), nomía y astrología, a la vez que Kepler, ba-
Giamblico y Proclo. Con la llegada del cris- sándose en el resultado de los influjos
tianismo y de las acusaciones de satanismo astrales, se aventuró a profetizar una guerra
por parte de la Iglesia, la magia, muy mal contra los turcos en el año 1595.
tolerada por la cultura teológica, quedó en
desuso y sólo practicada en un ámbito es- El notable peso de estos intereses en la cul-
trictamente marcado por los límites entre tura del s. xv1 no comportó ningún avance
ortodoxia y ciencia. teórico en la magia, caracterizada (como la
religión) por un intrínseco tradicionalis-
Durante el Renacimiento, el resurgir de mo: la fórmula de los hechizos era inme-
una visión laica de la vida y de un inte- jorable y expresaba un saber definitivo e in-
rés hacia la naturaleza que todavía no co- mutable. Los conceptos fundamentales del
nocía las reglas científicas hizo que la ma- pensamiento mágico del Renacimiento per-
gia se convirtiera en una parte constitutiva manecieron iguales, pudiéndose resumir
del pensamiento filosófico. Resultaba di- en las nociones de simpatía cósmica (->) y
fícil en esa época diferenciar la figura del de cualidades ocultas (propiedades de la
filósofo de la del mago. Si algunos per- materia que derivan de relaciones de for-
sonajes se consideraron de la segunda ma y semejanza, y no de relaciones de can-
categoría, fue sólo por convención: el sui- tidad estudiadas por la ciencia).
zo T. Paracelso (1493-1541), quien trans- Entre las abundantes interpretaciones mo-
formó la alquimia en farmacología; los ita- dernas destacan por su especial importan-
lianos Fracastoro (1487-1533), Cardano cia estas dos:
(1501-1576) y Della Porta; el alemán • J. G. Frazer (El ramo de oro, 1911) sos-
Agrippa (1485-1533), cuya Filosofía ocul- tiene que la magia constituye una pre-cien-
ta influyó a Bruno tanto como también lo cia, un saber imperfecto todavía inmaduro.
hicieron las doctrinas neoplatónicas de • C. Lévy Strauss (El pensamiento salvaje,
Marsilio Ficino. 1962) sostiene en cambio que se trata de
Todas las escuelas renacentistas de pensa- una forma independiente de conocimien-
miento se interesaron por las artes ocultas: to, diferente y no comparable con la cien-
además del neoplatónico Ficino, también cia, pero no por eso menos efectiva.
232
RENACIMIENTO ~
~~ 1
ABRACA DA B RA 5~.• . •.·.~.
Tii.·~. ~,,•.•1..P,S 'i( i;)'~
•··.s.º·.l;.•~.·.·.J.~.~.;.¡.i&i.·.·.•.••.'.r.'.•.
A B RAC A D A B R ·. SE C TI ¡¡e UND:.\i'.'' ..
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A B RA CA D A B itj'
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ABRACADA At:1THOlll'
ROBERTO FL,UD afil.ldcFr.ucl'Ulll)
ABRACAD ArlXli~&iD~()l(lnl=iG,
ABRACA
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
q~
'Efabracadabra, la más célebre de las fórmulas
mágicas. Se pronunciaba desde arriba hacia aba-
jo (con progresiva contracción hasta llegar a la
letra A), alcanzando así su meta: preservar de las
enfermedades por la vía reductiva, Sus efectos
eran contrarios si se pronunciaba a la inversa y
perjudicaba a la persona a la que se dirigía.
233 [
RENACIMIENTO
egún la ortodoxia cristiana, no es. lícito rrante. Sobre este cuadro, la demonología
S considerar al diablo como un simple
símbolo de tendencias psicológicas, como
medieval creó una serie de imágenes muy
bien definidas: Lucifer, literalmente «el por-
pretende la mentalidad racional contempo- tador de luz», es el jefe de los demonios;
ránea. En época todavía reciente, el papa Belzebú, el señor de las moscas; Amón, el
Pablo VI reafirmó la idea sostenida en el lobo con cola de serpiente que vomita una
s. xm por santo Tomás: el diablo es una en- llamarada. Mefistóteles, el enemigo de la
tidad real y personal y vive en el infierno y luz; y también estarían Satanás y Belfago,
en el aire, desde donde tienta al hombre. entre otros. Esta gran variedad de manifes-
Un punto teológicamente importante es el taciones diabólicas tiene una razón de ser:
que hace referencia a la bondad del diablo. el diablo ha ocultado su verdadera forma al
En efecto, éste no es malo de nacimiento: hombre y se le aparece siempre disfraza-
Orígenes, uno de los Padres de la Iglesia, do, nunca bajo su verdadero aspecto. Así
apuntó que Lucifer y los demás ángeles que como la esencia del mal es la negación de
lo siguieron en su rebelión pecaron por un la verdad, el diablo se materializa en el en-
acto de consciente voluntad. O sea: que el gaño: puede así parecer bello, razonable e
diablo no es malvado por naturaleza, sino incluso lógico (la idea de que la razón era
por libre elección; en el fondo, pertenece a un instrumento en manos del diablo para
la misma especie que los ángeles buenos. apartar al hombre de la auténtica fe preva-
Pero hay más: después de afirmar que todo leció durante toda la Edad Media como una
lo creado está en íntima perfección, la teo- duda angustiosa).
logía cristiana no podía considerar al diablo Contrariamente a lo que pueda parecer, la
como un principio absoluta y ontológica- presencia del diablo en la cultura europea
mente negativo. no alcanzó su máximo auge en la Edad
La mitología griega no produjo nunca nin- Media, sino en el Renacimiento. El Martillo
gún símbolo asimilable al concepto de dia- de las Brujas, el manual del que se sirvieron
blo, así que, a falta de un modelo mejor, el los inquisidores para sus interrogatorios, no
primer cristianismo utilizó la imagen mito- fue elaborado hasta finales del s. xv, y la ca-
lógica del sátiro, un ser mitad hombre y mi- za de brujas alcanzó su cima en el perío-
tad animal, con cola y patas de macho ca- do comprendido entre 1575 y 1625.
brío, rostro burlón, entregado a la lujuria El demonismo se desarrolló en este perío-
y relacionado con los ritos dionisíacos (->). do siguiendo las más radicales directrices
San Agustín añadió nuevas hipótesis: el dia- del hermetismo (->) descristianizado
blo vive en las tinieblas, es sensible al fue- (Giordano Bruno, en particular), dispues-
go, está formado por un cuerpo de aire y to a pactar con el Maligno con el fin de uti-
manifiesta un comportamiento sexual abe- lizar su potencia a través de trucos mágicos.
234
RENACIMIENTO
Cada siglo ha atribuido su propia imagen al diablo. En el s. xvm fue representado como "<<el fumador
de tabaco». De hecho, el diablo tiene una gran ventaja iconográfica respecto al ángel: no se ciñe por
definición a ninguna regla; al contrario de Dios, que es aquel que existe, el diablo es aquel que cam-
bia. Al igual que el mal, posee la condición del no-ser, y no tiene una naturaleza determinada. Por ello
se le ha .representado en las formas más va-
riadas, a menudo como híbrido entre el hom-
bre y la bestia (el polimorfismo biológico es/ THE
la imagen del desorden moral).
SCOVRGE
OF
DRVNKENNES.
By Wi/li,;m Horn{¡y Gent.
t.,ONDON,
ia punta de Arturo, un diagrama mágico Pdmed byG.E i. "• fot T'homAJ '81,71ü, and are tobcfolde:
(un amuleto con la propiedad de evocar at ha Shop~ in the Middk.Row in Holbor~,.
al demonio) en un dibujo de G. Bruno. at.erevntoS111ph•lnrtt, ¡ 61 S,
235
RENACIMIENTO
PENSAMIENTO MÁGICO
Antropomorfismo
1concepto de simpatía cósmica cons- glés W. Gilbert afrontó, por primera vez
E tituye la base de la magia (->), y fue
formulado por vez primera en los am-
en términos experimentales, las extrañas
propiedades del imán. Los fenómenos eléc-
bientes del tardío paga;1ismo (-> Gnosis) tricos y químicos también encontraban su
del Imperio romano. Esta afirma que en explicación en las hipótesis ele fuerzas
cada parte de la naturaleza, incluido el atractivas/repulsivas que residen en la ma-
mundo mineral, existen atracciones y re- teria (por ejemplo, entre el agua y el azú-
pulsiones, afinidades y antipatías entre ele- car existe una relación de simpatía, pero
mentos que se atraen y se oponen. entre el agua y el aceite la relación es
Es una teoría coherente con las ideas del de «antipatía»).
pneuma (->) cósmico y del alma del mun- El concepto de equivalencia está estre-
do (->), formuladas en el mismo período. chamente ligado al de simpatía: cada ob-
Si el Universo es un gran ser vivo que re- jeto de un orden determinado de la reali-
sulta penetrado por el sutil espíritu del dad goza de una particular relación con
pneuma, entonces existirá entre todos los objetos de distintos órdenes: a la rosa, per-
objetos que componen la realidad la mis- teneciente al mundo vegetal, le corres-
ma correlación que existe entre las pier- ponde el león en el mundo animal, una pie-
nas, el estómago, las manos y los demás dra concreta en el mineral, un perfume,
órganos de un ser vivo. Todo está relacio- una constelación celeste, un planeta, un ti-
nado entre sí. po de hombre, y así sucesivamente.
Del principio de simpatía universal deriva Al final de la Edad Media, estos principios
la posibilidad de acciones a distancia: to- fueron aplicados a la medicina astral (in-
das las cosas, incluidas las que están sepa- troducida en Occidente por los árabes en
radas en el espacio, tienen conexiones con- el s. xn): el cuerpo humano se considera
tinuas y constantes. Los magos del mundo como un mapa cósmico, donde a cada ór-
antiguo pensaban que los fenómenos mag- gano le corresponde un signo del Zodíaco.
néticos eran la demostración de este prin- Utilizada para fines diagnósticos, servía
cipio. En efecto, el imán atrae al hierro aun- para descubrir las predisposiciones pato-
que éste se encuentre escondido detrás ele lógicas (el signo de Géminis, por ejem-
una placa ele cristal, de cartón o de piedra: plo, en una casa astrológica negativa pre-
la atracción magnética, capaz de atravesar dispondría a padecer enfermedades
la materia, se convierte así en una fuerza pulmonares). Después de la reaparición
espiritual. Desde Tales, quien atribuía un de la peste en Europa durante el s. xv1, la
alma al imán, hasta Nicolás de Cnsa, quien medicina astral encontró una confirma-
comparó la atracción del hierro por el imán ción de los hechos en la cicliciclad con que
con el deseo de la mente humana de unir- la epidemia reaparecía (más o menos ca-
se a la sabiduría, el magnetismo fue siempre da 10 ó 12 años),justificándola con la fa-
interpretado en términos espirituales. Se en- tal conjunción de astros particularmente
cuentran restos de esta teoría en De mag- negativos (los más temidos eran Marte y
nete (1600), la obra donde el médico in- Júpiter).
236
RENACIMIENTO
~,r:,~"
,~.,
237 ¡¡
RENACIMIENTO
--------·
FICINO, BRUNO !f.
HERMETISMO
Véase también Mito de los orígenes
J 238
RENACIMIENTO
Hermes llama al silencio. Retomando el tema de la gnosis antigua, el hermetismo concibió el saber co-
rno un instrumento de poder sobre la naturaleza y sobre el resto de los mortales. Era, pues, esencial
_ mantener en secreto las doctrinas o exponerlas del modo
\ menos inteligible posible para los no iniciados.
/ ~ -P.,-,'c-.,;;..,Crr~j¡.z~,,-,,¡;;H,,_;lf'N»/ ,- {u¡<>Gy>'~ ~
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239
RENACIMIENTO
]] 240
RENACIMIENTO
Equilibrio
KETHER
Corona
Excelsa
Pilar Pilar
del de !a
juicio misericordia
241 1
RENACIMIENTO
: 242
RENACIMIENTO
n , n .,
1\:\1~
11\ ~ '11\
n ., / Talismán «para sanar al hombre de cualquier en-
'fermedad» presentado por Agrippa (Philosophia oc-
culta). En el cuadrado interior se hallan dispuestos en
sentido horizontal, uno sobre otro, cuatro «nombres de
Dios». Leídos de arriba abajo forman «otros nombres, se-
llos sagrados de la divinidad».
243
RENACIMIENTO
ARTE LLULL E:
l arte combinatoria fue fruto del genio nas investigaciones de la inteligencia artifi-
E de Ramón Llull (1232-1315), teólogo,
filósofo y misionero catalán y uno de los au-
cial (-;,), entre otras razones porque el fi-
lósofo no se detuvo en las investigaciones
tores más prolíficos (y de difícil lectura) de teóricas, sino que se empleó con determi-
la historia. Se le atribuyen casi tres centena- nación y acierto en la construcción de má-
res de obras escritas en latín o en catalán quinas combinatorias.
(unas diez obras escritas en árabe se per- Su idea era disponer en un círculo los ele-
dieron a causa de un naufragio). El objetivo mentos fundamentales que forman una no-
de su frenética actividad misionera no fue ción (por ejemplo, respecto a la idea ele Dios,
otro que el de la conversión de árabes y he- bondad, sabiduría, omnipotencia). Estas ca-
breos, por vía del convencimiento ele la sillas conceptuales entran en relación entre
verdad superior del cristianismo. Parti- sí a través de esquemas gráficos que pueden
cularmente del dogma trinitario, el mayor dibujarse en el centro de ruedas. Ya que to-
obstáculo teológico para la reunificación ele do razonamiento es una forma de relación
las tres grandes religiones monoteístas. entre nociones, resulta posible realizar una
representación del conocimiento y de sus
En la España del s. xm, la cultura árabe y la procedimientos según módulos geométri-
hebrea se hallaban en la cúspide ele un bri- cos. En la terminología moderna, el pensa-
llante proceso de crecimiento a la par que miento de Llull consiste en una descripción
convivían pacíficamente con el cristianismo topológica de las operaciones mentales en las
en un clima de tolerancia recíproca (caso cuales las relaciones entre las nociones que
único en la historia). Llull era un sincero ad- forman el discurso se expresan a través de
mirador de la cultura de los infieles y espe- relaciones de tipo espacial.
raba conseguir su conversión a través del Estos diagramas deberían permitir el des-
convencimiento racional, demostrando con cubrimiento de las leyes del pensamiento
argumentos lógicos e irrefutables la supe- asociativo. Llull, por ejemplo, demostró que
rioridad de la verdad cristiana. El arte com- en las ruedas dedicadas a problemas natu-
binatoria elaborada por Llull era fruto de rales prevalece siempre el esquema del cua-
la unión de lógica, mnemónica, retórica y drado de los opuestos (-): tierra y agua se
ciencia de la invención. Su objetivo era con- oponen a aire y fuego; primavera y verano
seguir el correcto empleo de la inteligencia se oponen a otoño e invierno, y así sucesi-
a través de aparatos lógicos, auténticas má- vamente.
quinas inferenciales capaces de demostrar De manera similar, la aplicación de las rue-
la verdad o la falsedad ele una aserción. Llull das combinatorias en teología demostraría
afirmaba que «la inteligencia exige impe- el dogma trinitario: el esquema más ade-
riosamente una ciencia general aplicable a cuado para relacionar los atributos de Dios
todos los conocimientos», y es casi inevi- (bondad, sabiduría y omnipotencia) es siem-
table ver en él a un precursor de las moder- pre triangular.
244
RENACIMIENTO
245
RENACIMIENTO
246
RENACIMIENTO ------,
-~ 1
La representación de la clavis -universalis propuesta por G._ ~runo en s_u ~tr·:,~,
tríplice mínimo et mensur~ (1?91~, .uno _d~ sus textos he!meucos de m~s di,_,
fícil comprensión. Un mito filosofico t1p1co del hermetismo fue la existen-
cia de una llave universal, es decir, de un instrumento (método) capaz de
resolver todos los problemas y de desarrollar la creatividad.
Sé
,.
--
~
B
1)
.,(!>,
'Representación llulliana de la mente de Dios, Todas las relaciones
entre sus atributos (sabiduría, voluntad, virtud, etc.) son operati-
vas a un mismo tiempo y originan un esquema gráfico reticular. __,,:::;;;;:::¡~=,=:,:::;e,,__
247
RENACIMIENTO
n 1419 se descubrió Hieroglyphica, obra Giordano Bruno (De magia, 1590) creyó
E de un desconocido autor llamado Horus
Apolo. Este texto, único dedicado en la An-
además ver en los jeroglíficos la fina lengua
de los dioses: « Las letras sagradas de los
tigüedad a la lengua jeroglífica egipcia, fue egipcios eran imágenes tomadas de las co-
inmediatamente traducido. sas de la naturaleza o de partes de ellas.
Los humanistas aprendieron de su lectura Sirviéndose de tales escritos, fueron capa-
que el mítico Hermes Trimegisto no fue ces de dominar con maravillosa habilidad
el creador del alfabeto (una forma de co- la lengua de los dioses. La invención del al-
municación ya degradada) sino de un tipo fabeto trajo consigo una grave fractura tan-
de escritura más antigua: la jeroglífica, una to en la memoria como en las ciencias di-
especie de comunicación prelingüística ba- vina y mágica». El descubrimiento de esta
sada en la visualización gráfica de los dis- sabiduría egipcia tuvo significativos efectos
tintos conceptos. sobre Bruno. F Yates (Bruno y la tradición
La respuesta del ambiente humanístico fue hermética) señala que lo más importante en
inmediata: los jeroglíficos fueron conside- su concepción «era encontrar imágenes, sig-
rados ejemplos de una lengua sapiencial fi- nos, voces, elementos comunicativos que
losófica y perfecta, capaz de referirse inme- pudiesen curar la fractura producida por los
diatamente (dibujándola) a la esencia misma pedantes en los medios de comunicación
de todas las cosas. (después de haberlos fijado en la concien:
Mientras los nombres, las palabras (sonidos cia durante experiencias estáticas), unificar
por sí mismos exentos de significado) tie- a través de ellos el Universo tal y como se
nen una relación estrictamente convencio- refleja en la psique; adquirir en consecuen-
nal con las cosas a las que aluden (y por eso cia un poder mágico y vivir la vida de un sa-
son distintas en cada lengua), la represen- cerdote egipcio en mágica comunión con la
tación de un concepto a través de un di- naturaleza».
bujo conseguirá expresar su naturaleza más
íntima o, en cualquier caso, pondrá de re- En realidad, la interpretación de los jero-
lieve aspectos ocultos e inusitados. gllficos como lengua figurada que defen-
Los humanistas pensaban que los antiguos dían los humanistas y Orapolo (que escri-
egipcios dibujaban el Sol y la Luna para sig- bió en época tardoimperial, seguramente en
nificar la idea de la edad; para representar el s. v d.C., cuando la lengua jeroglífica no
el tiempo dibujaban una serpiente mor- era ya empleada ni siquiera en Egipto) cons-
diéndose la cola, y así sucesivamente. tituye un colosal malentendido: los egipcios
La convicción de haber desvelado el secre- usaban las imágenes como signos fonéticos
to de la antigua sabiduría egipcia es bien vi- (es decir, fonogramas), de un modo seme-
sible en el estilo de las ilustraciones que jante a como se hace con las letras del al'
adornan las numerosas ediciones renacen- fabeto. Por otra parte, la complejidad de un
tistas del texto de «Orapolo»: un estilo te- auténtico lenguaje figurado requeriría un
nebroso, inquietante, mágico y sapiencial. número desmesurado de iconos.
J 248
RENACIMIENTO
// a
ll b
,..,.,.,.,,.. n
.r La mayor dificultad de la egiptología es
9 \la de entender que los dibujos trazados
por los antiguos escribas no tenían la
a t finalidad de significar el objeto repre-
sentado, sino que indicaban un sonido,
un valor fonético (el ave indicaba el soN
01 h nido «a»; la pierna el sonido «b)>, y así
sucesivamente).
249 [
RENACIMIENTO
LENGUA
SAPIENCIAL Véase también Hermetismo, Ars inveniendi
n 1419 se descubrió Hieroglyphica, obra Giordano Bruno (De magia, 1590) creyó
E de un desconocido autor llamado Horus
Apolo. Este texto, único dedicado en la An-
además ver en los jeroglíficos la fina lengua
de los dioses: «Las letras sagradas de los
tigüedad a la lengua jeroglífica egipcia, fue egipcios eran imágenes tomadas de las co-
inmediatamente traducido. sas de la naturaleza o de partes de ellas.
Los humanistas aprendieron de su lectura Sirviéndose de tales escritos, fueron capa-
que el mítico Hermes Trimegisto no fue ces ele dominar con maravillosa habilidad
el creador del alfabeto (una forma de co- la lengua ele los dioses. La invención del al-
municación ya degradada) sino de un tipo fabeto trajo consigo una grave fractura tan-
de escritura más antigua: la jeroglífica, una to en la memoria como en las ciencias di-
especie de comunicación prelingúística ba- vina y mágica». El descubrimiento de esta
sada en la visualización gráfica de los dis- sabiduría egipcia tuvo significativos efectos
tintos conceptos. sobre Bruno. F. Yates (Bruno y la tradición
La respuesta del ambiente humanístico fue hennética) señala que lo más importante en
inmediata: los jeroglíficos fueron conside- su concepción «era encontrar imágenes, sig-
rados ejemplos de una lengna sapiencial fi- nos, voces, elementos comunicativos que
losófica y perfecta, capaz de referirse inme- pudiesen curar la fractura producida por los
diatamente (dibujándola) a la esencia misma pedantes en los medios de comunicación
de todas las cosas. (después de haberlos fijado en la concien-
Mientras los nombres, las palabras (sonidos cia durante experiencias estáticas), unificar
por sí mismos exentos de significado) tie- a través de ellos el Universo tal y como se
nen una relación estrictamente convencio- refleja en la psique; adquirir en consecuen-
nal con las cosas a las que aluden (y por eso cia un poder mágico y vivir la vida de un sa-
son distintas en cada lengua), la represen- cerdote egipcio en mágica comunión con la
tación de un concepto a través de un di- naturaleza».
bujo conseguirá expresar su naturaleza más
íntima o, en cualquier caso, pondrá de re- En realidad, la interpretación de los jero-
lieve aspectos ocultos e inusitados. glíficos como lengua figurada que defen-
Los humanistas pensaban que los antiguos . dían los humanistas y Orapolo (que escri-
egipcios dibujaban el Sol y la Luna para sig- bió en época tardoimperial, seguramente en
nificar la idea de la edad; para representar els. v d.C, cuando la lengua jeroglífica no
el tiempo dibujaban una serpiente mor- era ya empleada ni siquiera en Egipto) cons-
diéndose la cola, y así sucesivamente. tituye un colosal malentendido: los egipcios
La convicción de haber desvelado el secre- usaban las imágenes como signos fonéticos
to de la antigua sabiduría egipcia es bien vi- (es decir, fonogramas), de un modo seme-
sible en el estilo de las ilustraciones que jante a como se hace con las letras del al-
adornan las numerosas ediciones renacen- fabeto. Por otra parte, la complejidad de un
tistas del texto de «Orapolo»: un estilo te- auténtico lenguaje figurado requeriría un
nebroso, inquietante, mágico y sapiencial. número desmesurado de iconos.
] 248
RENACIMIENTO
4 a
ll. b
,.,,.,,,,._,., n
é> 9
.' La mayor dificultad de la egiptología es
<\ la de entender que los dibujos trazados
por los antiguos escribas no tenían la
t finalidad de significar el objeto repre-
sentado, sino que indicaban un sonído,
un valor fonético (el ave indicaba el so~
nído «a»; la pierna el sonido «b>i-, y así
[i1 h sucesivamente).
249 E
RENACIMIENTO
1 arte de la memoria artificial ya era co- en una sucesión precisa y estandarizada: es-
E nocido y practicado en el mundo grie-
go, cuya invención se atribuyó al poeta
to es, un recorrido de lugares (loci o estan-
cias de la memoria) que fije la secuencia.
lírico presocrático Simónides de Ceos (556- Pronunciando su alocución, el rector reali-
468 a.C.). De ella hablaron Cicerón en su zará un viaje mental a lo largo de dicho iti-
De oratore y Quintiliano en su Instituto ora- nerario, reencontrando en uno y otro lugar
toria, pero aunque ambos la trataron co- las imágenes depositadas: con su descodifi-
mo realidad conocida universalmente, di- cación podrá recordar sin esfuerzo los con-
jeron o escribieron muy poco de ella. ceptos correlacionados. En su conjunto, el
En realidad, el único auténtico tratado de sistema actúa sobre dos aspectos diferentes
memoria artificial antigua que nos ha lle- de la memoria: en términos modernos, las
gado es el anónimo Ad Caium Herennium li- imagines son una técnica de registro (enviar
bri IV. Compilado por un maestro desco- algo a la memoria), mientras que los loci op-
nocido de retórica entre 82 y 86 d. C. para timizan las funciones de recuperación mne-
uso de los estudiantes, este breve manual mónica (la capacidad de evocar algo que ya
que alude a numerosas fuentes griegas so- se conoce).
bre el tema (todas ellas perdidas) resume
y sintetiza los principios del arte. Su im- Si se desea recordar muchas cosas es nece-
portancia en la transmisión del saber mne- sario que el recorrido de lugares mnemóni-
mónico al medioevo es fundamental. cos esté correctamente construido. Por otra
Es notable que el período de máximo flo- parte, el mismo sistema de_ loci (que cons-
recimiento del arte de la memoria se ubique tituye una estructura vacía) puede ser uti 0
entre los ss. XIV al xvn, una época en la que \izado nuevamente para recordar distintas
ya se conocía la imprenta. Ello excluye que cosas. Se trata, en suma, de un útil instru-
su última motivación fuese de origen ne- mento de trabajo para todos los profesio-
tamente práctica, como sustituto de apun- nales de la palabra (abogados, políticos, pre-
tes o de notas escritas (por otra parte, exis- dicadores religiosos, maestros y estudiantes)
te hoy día una extensa literatura sobre la que debe construirse mentalmente de una
potenciación artificial de la memoria basa- so la vez para siempre y, en consecuencia,
da en principios similares a los propuestos conla máxima atención.
por el antiguo arte). Los recorridos más aconsejados por los ma-
nuales renacentistas son los arquitectóni-
El método de la memoria artificial plantea cos o urbanísticos: cualquier recorrido, sin
dos distintas fases. En primer lugar hay que embargo, es válido con tal que sea se-
transformar lo que se quiere recordar en una cuencial y bien conocido por el sujeto (por
adecuada representación visual, una ima- ejemplo: a los literatos se les recomienda
gen mnemónica (- ) ligada de distintos mo- usar la estructura de la Divina comedia; al
dos a las nociones que se quiere retener en estudiante, la serie de edificios que coti-
la memoria. Las «figuras conceptuales» así dianamente encuentra en su recorrido a la
formuladas deben situarse ordenadamente escuela).
250
i RENACIMIENTO --,
"""""""'I- - - . . . . . 1
' Las estancias de la mente, los locí en donde de-
\, positar las imágenes mnemónicas, no deben es-
tar excesivamente iluminadas (para que la.:; imá-
genes no brillen) ni ser demasiado oscuras. Es
preferible que sus dimensiones sean más bien
modestas, a medida humana (como muestra la
figura), porque un espacio excesivo aumentaría
la in4eterminación de las figuras allí deposita-
das. Estas, al contrario, deben alcanzar una evi-
dencia casi «táctih en la imaginación visual.
SOR,
"'
) 0-
·tl}[;,;
~f'.?f.
·:S}_'
251 f;
RENACIMIENTO
PSICOLOGiAIMEMORIA g:
IMÁGENES Véase también Lengua sapiencial,
MNEMÓNICAS Hermetismo, Inmanentismo
252
RENACIMIENTO
'¡
I'
'!
253 l
RENACIMIENTO
RELIGIOSIDAD 10:
MUNDANIZACIÓN Véase también Hombre camaleón
Herejía cristológica'
esde finales de la Edad Media tuvo lu- meno perfectamente definible como de
D gar una mutación del sentido religioso,
que se inclinó hacia una progresiva huma-
mundanización: esto es, la sistemática re-
ducción de lo divino a lo humano. Durante
nización de la figura de Cristo. Este cam- este período, la sacralidad y las imágenes
bio tuvo lugar por vez primera en el cam- que la representan perdieron su aspecto
po del arte, en el que cada vez con más tremendum para asumir un cariz más mun-
frecuencia se trataron temas concernientes dano, que subraya al máximo el lado hu-
a la vida estrictamente terrena de Jesús. Por mano de Cristo. Así, en las imágenes del
ejemplo, los hechos de su nacimiento e in- niño Jesús se intenta hacer más evidentes
fancia o los episodios tomados de su vida fa- sus atributos sensuales y su dependencia
miliar: entre ellos,Jesús ayudando a José en de las más comunes necesidades fisioló-
su trabajo de carpintero. Por primera vez en gicas, como la de ser amamantado. Esta
la historia del cristianismo aparece una cu- desmitificación del carisma sugería lapo-
riosidad acerca de los miembros de la fa- sibilidad de alcanzar la noción de divini-
milia de Cristo. Se revalorizó la figura de san dad gracias a la sobrehumana belleza de
José, mantenida al margen hasta entonces, Cristo.
y se recuperaron de los Evangelios apócri-
fos personajes olvidados durante siglos, co- La pintura, que durante todo el Renaci-
mo Ana y Joaquín, los abuelos de Jesús. Este miento operaría una decisiva revolución en
proceso de cotidianización encontró su ex- el plano estético, comenzó a vaciarse de
presión más eficaz en la invención del pese- contenido desde el punto de vista religio-
bre, debida a san Francisco. so; dejó de ser vehículo de interpretaciones
El arte sacro comenzó a representar a Cristo teológicas para acercarse cada vez más al
en ámbitos y actitudes por completo nor- sencillo registro de los acontecimientos bí-
males y alejados de cualquier sentido he- blicos como si hubieran sido relatados por
roico. De la majestad inalcanzable y tras- un testigo ocular, y sin ningún énfasis es-
cendente del Cristo redentor, autócrata y pecial en evidenciar los sufrimientos de
soberano (--s- Iglesia primitiva), el Rena- Cristo. Tal y como aconseja un manual de
cimiento pasó a la forma opuesta de fasci- aquella época: «Produce mucha más com-
nación: Cristo es el hombre común, el «pró- pasión y arrepentimiento ver a Cristo san-
jimo», el «pobre Cristo» de todos los días. griento y deformado, que verlo bello y de-
La figura humana comenzó a ser utilizada licado. El pintor muestra la fuerza de su
no sólo para representar a Cristo, sino para arte cuando lo retrata afligido, sangrante,
encamar a Dios Padre. El mismo Cristo ofre- lleno de escupitajos, llagado, pálido y su-
cía esta base testamentaria al afirmar: «Quien cio, ya sin forma humana. De esta manera,
me ha visto a mí, ha visto al Padre». todos nos daremos cuenta de cuál fue la in-
tensidad de su dolor, de su escarnio, de su
El proceso de desacralización de Jesucristo aflicción, de sus penas y de todas sus peo-
culminó en el Renacimiento con el fenó- res miserias».
j 254
RENACIMIENTO - ,
--------~ 1
Desde finales de la Edad Media, la lactancia
de Jesús fue uno de los temas elegidos más
a menudo, ya que se presta a subrayar
l¿t naturaleza humana alcanzada por
\Cristo en la encarnación.
Durante el
s. xv1 fueron
muy comu-
nes las imá-
genes como
la del dibujo su-
perior, del pintor alemán A. Dürer, en el que se mues-
tra la desesperación de un Cristo desconsolado y ro-
to, deprimido y melancólico, casi derrotado.
255 L
RENACIMIENTO
256
RENACIMIENTO
'1.Jnb ti11 l'ftligcs rc6e1112lm rn. Las dos diferentes concepciones que estructuran
_el cristianismo, en dos imágenes del Juicio de
Dios. En el Catechismo Protestante (1546),
Melantone muestra un Cristo ajeno a cualquier
cercanía sentimental con el hombre, un juez de
terrible apariencia, colérico y cercano al desor-
den gestual. No aparecen santos ni patriarcas a
mitigar su cólera, y ni siquiera los ángeles, redu-
cidos a simples pregoneros-ejecutores del juicio
divino, pueden interceder en favor de los peca-
dores. Según su inescrutable juicio, Cristo ya ha
dividido las almas resucitadas en dos hileras com-
pactas: salvados y condenados, sin que haya nin-
guna indicación sobre el tipo de vida que llevaban
unos u otros.
257 [
RENACIMIENTO
l principio del libre examen (->), que ta, se produce siempre la transustanciación:
E cuestionaba la propia existencia de la
Iglesia católica en contraposión al deseo de
es decir, la total transformación de la sus-
tancia (->), del pan y del vino en el cuer-
un retomo a los Evangelios, sugirió a Martm po y la sangre de Cristo. Por otra parte,
Lutero la elaboración de la nueva doctrina quien administra los sacramentos debe ser
de los sacramentos, término que en teolo- un sacerdote sólo en los casos de la euca-
gía indica las señales visibles instituidas por ristía, penitencia, extrema unción, confir-
Cristo para conferir la gracia (->). En efec- mación y ordenación ( en los dos últimos
to, la Iglesia primitiva (- ) de los primeros casos es necesario a la presencia de un obis-
siglos no desarrolló ninguna teología sa- po), mientras que son los mismos espo-
cramental, introducida por primera vez por sos quienes asumen el papel de ministros
san Agustín; en el s. xm, con la sistemati- del matrimonio. El bautismo, en cambio,
zación doctrinaria realizada por santo Tomás tiene un valor particular, ya que es el úni-
de Aquino, el número de sacramentos, has- co sacramento practicado del mismo
ta entonces indefinido, fue fijado en siete modo en casi todas las variantes del cris-
(bautismo, confirmación, eucaristía, confe- tianismo. Según la teología católica, en ca-
sión, extrema unción, ordenación y matri- so de necesidad el bautismo puede cele-
monio). En 1439, en el Concilio de Floren- brarlo cualquier persona, incluso un no
cia, los siete sacramentos entraron en la cristiano o no bautizado, siempre que lo
ortodoxia de manera definitiva. haga de manera acorde con la Iglesia.
Según la doctrina católica (impuesta en el La teología luterana reduce a dos (los úni-
Concilio de Trento, a pesar de la oposición cos testimoniados en los Evangelios) los sa-
de los reformistas luteranos), el sacramen- cramentos que practica: el bautismo y la
to no es un simple símbolo (->),sino un eucaristía. En ella sólo se admite la con-
signo eficaz. En virtud del poder divino y sustanciación: el pan y el vino se transfor-
de lo que eso significa, el sacramento pro- man también en el cuerpo y la sangre de
duce una nueva realidad y confiere gracia Cristo, pero sin dejar por ello de ser mate-
santificadora a quien lo recibe. Su eficacia rias concretas (lo que reduce el evento a al-
es ex opere operato: funciona por virtud pro- go poco más que simbólico). La discusión
pia, como consecuencia necesaria de la ac- sobre el papel salvador de la Iglesia com-
ción misma, de las fórmulas verbales y de porta, además, la disolución del concepto
las materias sacramentales utilizadas en el mismo de clero: cada creyente puede ser mi-
rito (agua, aceite, etc.) e independiente- nistro del rito de la eucaristía, cuya eficacia
mente de la calidad moral del oficiante. Por es ex opere operantis: es decir, en estrecha
poco virtuoso que sea el sacerdote, cuando relación con la calidad moral tanto del ce-
celebra la eucaristía de la manera prescri- lebrante como de quien la recibe.
J 258
¡¡__
RENACIMIENTO.
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La marcada desacralización de las litur-
gias típicas de todas las variantes del pro-
testantismo no significó de ningún modo
la desaparición de su aspecto místico, vi-
sionario y extático (fenómenos muy pre-
sentes en las religiones reformadas).
Los ritos ele los cuáqueros (o shakers, literalmente «los bamboleantes>,, movimiento del s. XIX) se
cuentan entre los más extraños con los que los reformadores sustituyeron los ritos católicos. Los
miembros de los shakers, célebres por su austero modo de vida, expresan el sentido de comunidad
religiosa con danzas rituales. La más conocida es una especie de cuadrilla llamada square-order).
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259 [
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R..E..N"'A""c""1"'M""1..E..N"'T""o"""'""'"•tc
REFORMA, LUTERO L.
LIBRE EXAMEN Véase también Sacerdocio universal,
Predestinación, Mundanización
a 260
RENACIMIENTO
La asamblea de pre-
dicadores reformados
de Amberes (1567). La
fragmentación derivada
del principio del libre
examen fue combatida
a través de asambleas en
las que los predicadores
de las diferentes confe-
siones reformadas, des-
pués de un debate libre,
intentaban llegar a coin-
cidencias universales
sobre principios de fe.
-
de la crucifixión es la única admitida en las iglesias pro-
testantes (por otra parte, defensoras de la iconoclastia: -).
261 f.
RENACIMIENTO
Mono c=
UTOPÍA
Véase también Ciudad del Sol, Ciudad platónica
topía (literalmente «no lugar», «lugar cer una orientación a la razón, anticipan-
U inexistente») es el título que dio en
1516 Tomás Moro a su obra más impor-
do por la vía fantástica los posibles esce-
narios del futuro.
tante, detallada descripción de una isla ima- En sentido negativo, Marx llamó «utópi-
ginaria en la que, gracias a innovaciones cos» a los socialistas de principios del s. XIX
radicales en las instituciones y en las cos- (Fourier, Owen, Saint-Simon), quienes des-
tumbres sociales, se crea un Estado perfec- conocían la importancia de las leyes objeti-
to y capaz de garantizar a todos los ciudada- vas de la historia, pretendiendo establecer
nos bienestar, felicidad e igualdad. Aunque de inmediato la nueva sociedad anticapita-
Moro reconocía haberse inspirado en la lista. El texto de E Engels Del socialismo utó-
República de Platón, su esquema narrativo pico al socialismo científico señaló el inicio
(el viaje imaginario a un lugar inexistente, en la filosofía moderna de una corriente an-
pero minuciosamente descrito en sus deta- tiutópica que, aun reconociendo la nobleza
lles) se repitió en una gran cantidad de ver- de intenciones que suele inspirar a los utó-
siones, dando así origen a un nuevo géne- picos, considera irreal su intento de abreviar
ro filosófico-literario (utópico, de ciencia el camino de la historia, anulando las ne-
ficción) cuyos ejemplos más conocidos son cesarias etapas intermedias. Según Engels,
la Ciudad del Sol, de T. Campanella, y la lo peligroso de estos proyectos se eviden-
Nueva Atlántida de E Bacon. Dado el ca- cia en el nacimiento de un nuevo tipo de or-
rácter irrealizable que identifica a todos es- ganización política desconocida en la anti-
tos proyectos, el término «utopía» ha aca- güedad: la secta secreta de conspiradores
bado por designar en el lenguaje común profesionales, en la que el utopismo políti-
cualquier idea noble y atractiva, pero im- co se funde con el surgimiento de una men-
posible de llevar a la práctica. talidad milenarista y escatológica (➔ Esca-
tología), justificando así la práctica de la
Sobre la utilidad del pensamiento utópi- violencia y hasta del terrorismo (la Conjura
co, la cultura moderna ha manifestado ac- de los iguales, de G. Babeuf, representa un
titudes diferentes y a menudo contradic- prototipo de ello).
torias. A favor de la fecundidad de la libre En la cultura del s. xx (incluso marxista)
elaboración de un proyecto fantástico se reaparece, sin embargo, la tendencia a una
alineó Rousseau, él mismo autor de una valoración positiva de la utopía según los
utopía pedagógica ( ➔ Emilio), en la que criterios ya elaborados por Rousseau y
se observa que «los realistas enemigos de Kant. Fue en particular E. Bloch (El espí·
la utopía, con la excusa de atenerse sola- ritu de la utopía, 1918) quien expresó la
mente a lo factible, acaban defendiendo confianza en su papel crítico y decidida-
sólo lo que se hace». Fue Kant, sin em- mente provocador. La utopía es una fuer-
bargo, quien elaboró una auténtica justi- za más poderosa que cualquier ciencia o
ficación teórica: a la utopía, aunque le fal- cualquier teoría de la historia; es capaz de
te el soporte de la experiencia y de la mover a los hombres a oponerse al orden
factibilidad ( como a la metafísica), le co- existente de las cosas y a proyectar el fu.
rresponde la importante función de ofre- turo ( «a caminar erguidos») .
.1 262
RENACIMIENTO t
263 ¡¡
RENACIMIENTO
1 ideal filosófico-urbanístico renacen- fecta debe estar gobernada por las mismas
E tista (- Ciudad platónica) encontró
un último eco en la Ciudad del Sol (1602)
leyes que regulan el Universo, de tal modo
que se convierta en un verdadero medio-
imaginada por el filósofo, mago, astrólo- cosmos intermedio entre el hombre (mi-
go, profeta y agitador político Tommaso crocosmos) y el Universo (macrocosmos).
Campanella (1568-1639). Impulsado por Desde el punto de vista social, la ciudad so-
un afán de reforma universal y profunda- lar debe ser una comunidad integrada que
mente imbuido de espíritu militarista (- supere a la familia. En ella, las mujeres es-
Escatología), intentó realizar su propia uto- tán a disposición de todos y es la comuni-
pía (-s.) con la construcción en las mon- dad, no el individuo, la que decide cuándo
tañas de Calabria de una libre comunidad y cómo conviene procrear, basándose en cri-
de habitantes: la Ciudad del Sol. Pagó es- terios eugenéticos (es decir, tendentes al pro-
te intento, que lo puso en conflicto con las gresivo y continuo mejoramiento biológi-
autoridades españolas, con veintiocho años co de la especie). Campanella retomó estos
de cárcel. temas de la República de Platón y de la Utopía
de Tomás Moro.
En el proyecto de la Ciudad del Sol tienen
gran importancia las técnicas mágicas y as- Completamente innovadora es, en cambio,
trológicas; es un rasgo típico del s. XVI que la aproximación de Campanella a los pro-
hace de Campanella el último autor rena- blemas de la educación, que el filósofo qui-
centista. La fuente de su inspiración, en efec- so exenta de todo lo que fuese libresco o
to, está en la literatura hermética (-s. académico. La misma ciudad se convierte
Hermetismo), en especial en el Picatrix, uno en texto: sus muros son ilustrados por los
de los textos fundamentales de la magia (-;,) pintores como un manual. «Dentro del pri-
renacentista en el que ya se atisbaba una ciu- mer círculo de piedra se representan todas
dad mágica (la idea era la de un faro capaz las figuras matemáticas, más numerosas que
de irradiar luces de diversos colores con las las compuestas por Euclides y Arquímedes,
que los sacerdotes podían modificar la ca- con su proposición significante. En la par-
lidad de la luminosidad solar, manipulando te de fuera se coloca el mapa de toda la
así las influencias astrales en la vida de los Tierra, y después las tablas de cada provin-
ciudadanos). cia con sus ritos, costumbres y leyes. En el
La república soñada por Campanella estaba segundo círculo están todas las piedras pre-
regida por un filósofo-mago (el Gran ciosas y no preciosas, los minerales, las hier-
Metafísico) y gobernada por tres magistra- bas, los árboles» y así sucesivamente.
dos: Pon, Sin y Mor, es decir, potencia, sa- Caminando por las calles con sus padres,
biduría y amor, las tres primalidades (esen- los niños, atraídos por esas figuras, pre-
cias necesarias) que el filósofo consideraba, guntarán por su significado: ello dará ini-
en metafísica, las determinaciones del ser cio a un proceso educativo tanto más eficaz
ontológico. Esto significa que la ciudad per- cuanto menos académico.
] 264
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El mágico secreto de la Ciudad del Sol está en
su arquitectura. Situada sobre una colina en una
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amplia llanura desierta, se estructura en círcu-
los de muros superpuestos como una pirámide
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receptor de ondas sonoras, la ciudad tiende a
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atraer sobre los ciudadanos los influjos
benéficos de los astros. Como una antena re-
ceptora, los círculos superpuestos captan las in-
fluencias positivas de los planetas y, transmi-
tiéndolas a los habitantes de la Ciudad del Sol,
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' aseguran felicidad y honestidad a todos los ciu-
dadanos. Vista desde arriba, la ciudad solar tie-
ne una estructura de círculos concéntricos aná-
loga a la tradicional imagen tolemaica del
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\ I cosmos. Campanella imaginaba una ciudad má-
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I gica como un auténtico talismán de grandes di-
mensiones, dotado de un poder intrínseco que
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En el punto más alto de la ciudad se encuen-
tra el templo, en el que el Gran Metafísico pro-
mueve las conjunciones astrales más favora-
bles. Campanella imaginó un templo circular
con una gran abertura en el techo, capaz de
permitir la entrada de las influencias estelares.
265 E:
RENACIMIENTO
J 266
:¡
1 RENACIMIENTO
.0'>
'Según Hobbes el Estado es comparable al
Leviatán (monstruo bíblico de múltiples
cabezas): «Es el Dios moral al que debe-
mos, después del Dios inmortal, nuestra
paz y defensa. Con esta autoridad que le
otorgan los individuos, el Estado tiene tan-
ta fuerza y poder como para someter a dis-
ciplina la voluntad de todos>>. La famosa
portada de la obra de Hobbes, aquí re-
producida, representa al Estado-Leviatán
como un enorme monstruo cuyo cuerpo
está formado por los innumerables súb-
ditos que han suscrito el pacto; la cabeza
indica la autoridad absoluta del poder so-
berano; la espada, el poder civil y el uso
de la fuerza; el báculo, el poder religioso
y eclesiástico (que también debe atribuir-
se al Estado, según Hobbes).
267 [
l REVOLUCIÓN CIENTÍFICA t ------------
J 268
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
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ElpapeldelSolenlacreacwndel
mundo (R. Fludd, 1617) La abun- -
dancia entre los ss XVI y xvu de 1IT1á- __
genes astronom1cas como la repro- -
<lucida, poco detalladas pero fuertemente
simbólicas, muestra que la revolución copernicana implicó
sobre todo el surgimiento de una nueva sensibilidad, de un nue-
vo modo de sentirse en el Universo.
El sistema copernicano. Aunque la sustitución del Sol en lugar de la Tierra en el centro del siste-
ma conlleva una notable simplificación, el esquema copernicano del mundo resulta aún muy si-
milar al aristotélico-tolemaico: el Universo es cerrado, esférico y dividido en dos zonas: sublunar e
hiperlunar (- Mundo sublunar); los planetas siguen moviéndose según un movimiento circµla"l::.
perfecto sobre esferas cristalinas transparentes. --.,,/
269 L
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
acia mediados del s. n d.C, Tolomeo, Tierra. Estas esferas giran alrededor de un
H uno ele los más graneles científicos de
la Antigüedad, sistematizó el saber astro-
centro, un eje cósmico en el que está situa-
da la Tierra; entre ellas no hay vacío, sino
nómico. Sn Almagesto (versión árabe del tí- una quinta esencia ( o éter, una sustancia
tulo original: Gran tratado), retomando las semiespiritual). El Sol es un planeta como
teorías aristotélicas, describe el cosmos co- los demás (y éste fue, sin duda, uno de los
mo una estructura de estratos concéntricos, puntos débiles de la doctrina).
dividido en dos zonas diferentes, no ho- Una parte del Almagesto estaba dedicada a
mogéneas y estrictamente regidas por dife- las pruebas de la inmovilidad de la Tierra y
rentes leyes físicas. de su situación en el centro del Universo
(teoría geoestacionaria y geocéntrica).
• El mundo sublunar comprende la Tierra Tolomeo elabora una sola noción dotada de
y se extiende hasta la esfera de la Luna. validez científica (la falta ele paralaje: - Geo-
Como el hueso de un fruto, goza de una centrismo), pero en la Edad Media tuvieron
situación ünica pero no privilegiada: en gran acogida sus argumentos basados en el
efecto, sólo en su interior existen la muer- «sentido comün»: en especial el «de la to-
te, la imperfección y el dolor (todos ellos rre» y el «de las nubes».
fenómenos del devenir: - ) . La imperfec-
ción que reina en él impide que sea anali- • El argumento de la torre. Según Tolomeo,
zado con los instrumentos de la matemá- la caída vertical de los graves prueba la in-
tica y la geometría (aplicables segün movilidad ele la Tierra; en efecto, si ésta se
Aristóteles y todos los pensadores griegos moviese, el peso debería caer no exacta-
sólo en la astronomía, no en física ni en las mente bajo la torre, sino a su lado (ya que
ciencias naturales). El movimiento que se la Tierra, mientras tanto, se habría despla-
produce es sólo rectilíneo (gravitatorio), zado).
hacia arriba y hacia abajo.
• El argumento de las nubes. Si la Tierra
• El mundo hiperlunar llega hasta el girase sobre sí misma realizando un giro
Empíreo, en los confines del Universo, y es completo en un solo día, tendría una gran
inalterable porque es ele naturaleza divina: velocidad periférica; por lo tanto, el movi-
el Sol, la Luna y todos los cuerpos celestes miento de las nubes no pod!ia realizarse del
son una manifestación visible ele la divini- mismo modo hacia el este (en sentido con-
dad. El movimiento de los astros ha de ser, trario al movimiento de la Tierra) que ha-
pues, absolutamente perfecto, circular, eter- cia el oeste. También el vuelo de los pájaros
no y continuo, sin aceleraciones ni dismi- debe!ia ser más veloz cuando siguiera el mo-
nuciones. Los planetas, además, no son li- vimiento terrestre, y más lento cuando se
bres en su movimiento, sino que están apartara de él. De modo que, como no se
engastados en esferas cristalinas, tan trans- verifica nada de lo dicho, queda probado
parentes que resultan invisibles desde la que la Tierra no se mueve.
270
j REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
✓'?>-.
ta esfera armilar. El artefacto, de
gran complejidad, era una reproduc-
ción en escala del cosmos y estaba
formado por círculos móviles y con-
céntricos. Fue la máquina más pres- Esquema conceptual del cosmos aristotélico-tolemai-
tigiosa y complicada construida en la co. Se ha señalado que este modelo recuerda la estruc-
Edad Media. tura de una cebolla o de un fruto; en efecto, está for-
mado por esferas compactas y cri$talinas (los cielos)
encerradas una dentro de otra alrededor de la Tierra;
una especie de hueso compacto de fruto, colo-
cado exactamente en el centro.
Estrellas fijas
Cuerpos
celestes luna
•
Mundo
•
sublunar
•
Tierra
-~ Mundo
hiperlunar
271 b
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
j 272
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
El concepto de paralaje 1
1
en una ilustración de la
Cosmografía (1539) de
P. Appiano. Si la Tierra se
moviera, un cuerpo ce-
leste cualquiera (la Luna
en el ejemplo) aparecería
superpuesto en dos pun-
tos diferentes sobre el fon-
do de las estrellas fijas.
a
tierra
• o
rada del Universo, en la que la
distancia entre la Tierra y los plane-
tas fuese insignificante con respec-
to a la magnitud total del cosmos.
•
273 i
~ REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
1 _....,._,,_~
PLANETAS ARISTÓTELES, TOLOMEO, COPÉRNICO fi
Véase también Infinitud del Universo
Heliocentrisrno, Plenum!vacuum'
ERRANTES
l 274
'.'.) V
1REVOLUCIÓN CIENTÍFICA ( ~
i{ El movimiento retrógrado. En el
• • • •
. curso de unas semanas, el planeta
* •
Marte parece avanzar, detenerse,
retroceder y, por fin, iniciar la mar-
• • • •• Tauro ••
cha hacia adelante .
•
•
Planeta
•
•
'Tierra
Tierra
Movimiento
del planeta
"'Arriba,
"'" a la izquierda, el movimiento epicíclico
,,,,,,
de un planeta alrededor de la órbita deferente. A
la derecha, el movimiento epicíclico de un plane-
ta observado desde la Tierra. El planeta parece de-
tenerse, retroceder y reanudar su avance, tal como
aparece representado en la figura.
275 E
. REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
J 276
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA r
277 f
j REVOLUCIÓN
'\\
CIENTÍFICA Í
an mal astrónomo como para distinguir • Hay una pluralidad de mundos simila~
T escasamente los planetas en e! cielo es-
trellado, Giordano Bruno contribuyó tam-
res al nuestro. En torno a las estrellas gra-
vitan otros sistemas planetarios con infini-
bién en buena medida, y de modo decisi- tos mundos habitables y habitados, en los
vo, a la revolución copernicana (-s.). Su que es lícito suponer que viven otros seres,
adhesión al heliocentrismo (-s.) tuvo mo- sensibles y racionales, probablemente en
tivaciones más filosóficas que científicas, y muchos casos mucho más avanzados que
su conocimiento de la teoría de Copérnico los mismos seres humanos.
fue totalmente embrionario: el esquema (re- • El Universo es homogéneo en cada una
producido en la página siguiente) que tra- de sus partes, tanto por la materia de la
zó durante la Cena de las cenizas es un dia- que está formado como por lo que se re-
grama burdo que enfatiza únicamente el fiere a la na tu raleza del espacio, siempre
nuevo papel central asignado al Sol. y en cualquier parte expresable en térmi-
Para Bruno, la imagen copemicana del Uni- nos euclidianos. Las estrellas y sus siste-
verso representó siempre un jeroglífico, la mas planetarios están dispersas y sus-
sigla hermética de una lengua sapiencial pendidas en el vacío y no engastadas en
( ->) dentro de la que se ocultan poderosos esferas cristalinas, como pretendía la as-
misterios divinos que corresponde desve- tronomía tolemaica.
lar al mago-filósofo. Incluso su afirmación • El espacio interestelar está vacío. Existen,
más revolucionaria en el aspecto astronó- por tanto, como sostenía Demócrito, lama-
mico, la relativa a la infinitud del Universo, teria y el vacío.
tenía motivaciones exclusivamente reli-
giosas: en su perspectiva inmanentista (--a- A pesar de la importancia de estas afirma-
Inmanentismo ), según la cual Dios no es se- ciones, la contribución de Bruno al éxito
parable de la naturaleza y coincide con ella, del paradigma copernicano fue aún más
sólo un mundo infinito podía haber sido profunda y de orden más psicológico que
creado por un Dios infinito. científico en sentido estricto; se la puede
Sin embargo, el paradigma (--;.) coperni- definir como la superación de la angustia
cano y la revolución científica deben mu- del infinito. Así resume su credo (Del in.fi-
cho a las intuiciones de Bruno, que se con- nito Universo y los mundos, 1584): «Uno es
virtieron en parte integrante del modelo el lugar general, uno el espacio inmenso
astronómico dominante hasta Newton. que podemos llamar libremente vaclo; en
Veamos las tesis sostenidas por el filósofo. él hay innumerables e infinitos globos, co-
• No hay una última sphaera mundi, una ba- mo lo es éste en el que nosotros, los seres
rrera que alberga dentro de sí el cosmos. El humanos, vivimos y vegetamos ».
Universo no tiene límites externos. Con arreglo a estas teorías, la infinita in-
• El cosmos es infinito y las estrellas, infi- mensidad cosmológica, hasta entonces
nitas en número, se disponen en el espacio fuente de espanto y de reverencia religio-
en todas las direcciones. En consecuencia, sa, se convierte gracias a Bruno en algo con-
el cosmos es acéntrico y no contiene nin- cebible y practicable, al menos en el pla-
gún punto privilegiado. no de la imaginación.
'.! 278
en el De Immenso, 1591. Llevando a las úl-
timas consecuencias el principio de la homoge-
neidad estructural y material del Universo, Bruno
afirmó que el Sol está !onnado por fuego (las por-
ciones claras) y por agua (las porciones negras).
,.,;-_·,,_,
Dos mundos en contacto descritos por Bruno.
En su fantasiosa «astronomfa filosófica,,, los
mundos adoptan a menudo la forma de man-
dalas geométricos (- Inconsciente colectivo).
/ El intento de Bruno en el De
\~. Immenso de imaginar cómo ve-
ría la Tierra un observador que
viajase por el cosmos.
279 [
j REVOLUCIÓN CIENTÍFICA
r;
DESCUBRIMIENTOS REVOLUCIÓN ASTRONÓMICA
J 280
1REVOLUCIÓN CIENTÍFICA f ~
/"• ,h
Entre las sensacionales revelaciones contenidas en el Sidereus Nuncius, figuraba aquella según la cual
la Luna, en contra de las teorías universalmente aceptadas, presentaba un aspecto muy similar a la
Tierra (en la ilustración, dos dibujos extraídos de la obra).
/·
El planeta Saturno, en el dibujo de
Galileo aquí reproducido, posee un
extraño aspecto tricorpóreo. El te-
lescopio del que disponía no per-
mitía ver los anillos del planeta, pero
mostraba una forma no perfecta-
mente circular, más similar a un
huevo que a una esfera.
281 [
r-EXPERIMENTO
¡REVOLUCIÓN CIENTÍFICA fr: ....,....,_,._...,..,..._,_.__....,.._
·:1
GALILEO
Véase también Instrumentos
¡¡¡¡¡
Descubrimientos de Gali!e~
282
] REVOLUCIÓN CIENTÍFICA f
1
--1 r
283
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA 1
'
INSTRUMENTOS ÜENCJ.A/IECNOLOGIA [;
Véase también Descubrimientos
de Galileo, Experimento
' 284
\J
•~ REVOLUCIÓN CIENTÍFICA(;
11-:
---i
El gnomon, el más antiguo y simple instrumen- ·)
to científico, consistía en un bastón fijado en Y
el suelo. Si se marca sobre el terreno la sombra
proyectada por su vértice se puede llevar a cabo
o
un gran número de observaciones. En pleno ve-
rano, el curso diurno del Sol produce el arco de
la circunferencia en la parte inferior y, en in- I
vierno, el simétrico en la zona superior. Cuando I
durante un día entero la sombra avanza y retro- I
cede en una línea perfectamente recta, la Tierra I
se encuentra en el equinoccio.
285 1(
íl REVOLUCIÓN CIENTÍFICA 1f
r- EXPERIENCIAS/
i
GALILEO
Véase también Disputa
E
'J 286
~ ~
i REVOLUCIÓN CIENTÍFICA¡,
0 ~
Esquema extraído de
los Discursos en torno a
dos nuevas ciencias. A
la derecha se ilustra el
o acontecimiento físico:
la caída de un peso. El
esquema situado a la
izquierda representa el
acontecimiento geo-
métricamente: las lí-
neas verticales indican
los tiempos de caída;
las horizontales, las ve-
locidades; la diagonal,
la aceleración. De esta
forma, el peso que cae
a velocidad constante
da origen al rectángu-
lo GABF; un cuerpo
grave en caída acelera-
da origina el triángu-
lo ABE. Esta transfor-
mación geométrica
permitió a Galileo de-
~ mostrar que un peso
ÚÚ.stración original de Galileo (Discurso en torno a dos ciencias nuevas, en caída constante re-
1632). Las obras de Galileo están repletas de imágenes pictórico-cientí- corre el mismo espacio
ficas, en donde se describe un p'roceso natural en la forma más coheren- que otro en caída ace-
te respecto a la percepción sensible. Galileo era, asimismo, un destaca- lerada (de hecho, el
do pintor, y esta capacidad artística fue un elemento importante en la triángulo y el rectán-
lectura de las manchas lunares, interpretadas correctamente por el cien- gulo tienen la misma
tífico como sombras producidas por las altas montañas. área) y en un mismo
lapso de tiempo.
-.:V
~
1
1
1
1
-t,
/4:,
Galileo comprendió que los puntos de luz en la zona en sombra de
la Luna corresponden a las cimas de las cumbres más altas.
287 g/
r,,
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA f
f
2 288
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA F~
~·
//
.
289
: RACIONALISMO CLÁSICO
,·¡
r _....,....,,.......,._,....,.,_,_.,___
RACIONALISMO DESCARTES, DEDUCC!ONISMO ¡¡¡¡_
290
RACIONALISMO CLÁSICO
291
RACIONALISMO CLÁSICO
i 292
¡ RACIONALISMO ClAS!CO • ~
~~l (0f]?;::,
'La áplicación cartesiana de la duda a cualquier forma de conocimiento planteó el delicado problema
de la distinción entre la condición normal de la mente (vigilia) y los estados alternativos (sueño, fan-
tasía con los ojos abiertos, alucinaciones, etc.). El problema se origina en el hecho de que la mente, en
estas condiciones, es capaz de producir representaciones tan detalladas (y, a veces, incluso más) como
las sensibles. A menudo las visiones oníricas son tan realistas que en el despertar y durante unos ins-
tantes nos engañan, haciéndonos creer en su realidad. Las imágenes propuestas presentan dos aluci-
naciones. La de la izquierda, una ciudad nevada vista desde arriba por un individuo en pleno vuelo,
es la descripción de una alucinación provocada por el LSD y vivida por el sujeto con una perfecta sen-
sación de realidad. A la derecha se puede observar cómo ciertas alucinaciones describen imágenes de
la realidad más minuciosas y detalladas que las perceptivas.
,..<)-,_
En condiciones particulares, la mente es capaZ··dé
visualizar cosas inexistentes con el máximo de cla-
ridad. La extraña imagen del elefante es una alucina-
ción hipnopómpica (cuando el sueño es ya inminen-
4/h,, te) registrada por el psicólogo Shepard; a la derecha,
'apai-ecen dos «cocos», los monstruos que desde siempre aterrorizan en la infancia, dibujados por un
niño tras su «visión» (la fantasía infantil presenta a menudo importantes características alucinatorias).
Según Descartes no existen medios simples y definitivos para distinguir estas visiones de lo que ve-
mos en estado de vigilia: ¿quién garantiza que lo que ahora ves no sea producto de tu mente?
293
~ ¡ RACIONAL6MO CLÁSICO !
RES COGITANS/ DESCARTES, DUALISMO METAFÍSICO g¡
a fundación de la metafísica dualista te. Pero he aquí que, mientras os estoy ha-
L llevada a cabo por Descartes constitu-
ye el acontecimiento filosófico fundamen-
blando, el trozo de cera se acerca al fuego:
el sabor que aún contenía se esfuma, el olor
tal de la modernidad. Según esta teoría, desaparece, el color cambia, la forma se pier-
todo el mundo está compuesto exclusiva- de, el tamaño aumenta, se hace líquido, se
mente por dos tipos de sustancias ( - calienta, a duras penas puede ser palpado y;
Sustancia), dos realidades opuestas e in- aunque se le golpee, no producirá sonido
conmensurables entre las que no existe na- alguno. Pero, tras esta transformación, ¿si-
da en común: el pensamiento y la materia. gue siendo igual la cera? ¿Qué era, pues,
aquello que se conocía? Todas las cosas que
Para Descartes, la existencia de la res cogi- estaban supeditadas al gusto y al olfato, o a
tans (el pensamiento) puede demostrarse la vista o al tacto o al oído, han cambiado y,
a partir del procedimiento de la duda hi- sin embargo, la cera sigue siendo la misma».
perbólica (-> ): por mucho que se dude de Aquello que permanece ofrece la noción
todo, es imposible no reconocerse como exacta de materia: algo que tiene una ex-
pensamiento dubitativo, según la célebre tensión, que es flexible y mudable; en po-
máxima cogito ergo sum. cas palabras, la pura capacidad de ocupar un
La res cogitans no ocupa espacio físico, es espacio (la cera dejatia de existir únicamente
consciente de sí misma y libre; no tiene una si no ocupase un espacio).
dimensión material ni espacial. En todo Por tanto, el conocimiento de los fenóme-
el Universo sólo está presente en los seres nos naturales debe prescindir de las mu-
humanos, en los que constituye su Yo: es dables cualidades secundarias (olor, sabor)
decir, la mente consciente. sugeridas por los órganos de los sentidos;
el verdadero conocimiento es una «visión
Descartes introdujo la noción de res exten- de la mente», una representación muy sim-
sa y le otorgó características simétricas y plificada respecto a la complejidad del mun-
contrarias: materia es todo lo que no es es- do real, pero segura, exacta e incontrover-
píritu: es decir, pura extensión espacial ca- tible, porque se basa en un único parámetro
rente de consciencia. En las Meditaciones objetivo: la extensión espacial y sus deri-
metafísicas (1641) explicó ésta noción re- vaciones (altura, anchura, profundidad,
curriendo al ejemplo de la cera: «Tomemos área, tamaño, forma, movimiento, situa-
un trozo de cera recién extraído de la col- ción, duración, número).
mena: todavía no ha perdido la dulzura de
la miel que contenía, conserva aún restos Por lo que respecta al hombre, la polaridad
del perfume de las flores de las que ha si- res cogitans/res extensa se transforma en la
do extraída; su color, su forma, su tama- oposición entre mente y cuerpo y origina
ño, son manifiestos; es dura, es fría, se pue- el problema de sus relaciones recíprocas.
de palpar y; si la golpeamos, producirá algún Descartes intentó resolver el problema de
tipo de sonido. Todas aquellas cosas que, estas relaciones mediante la teoría de la
por separado, pueden permitir el conoci- glándula pineal (- ) , admitiendo su inter-
miento de un cuerpo, se encuentran en és- acción en esta glándula del cerebro.
294
7
/ RACIONALISMO CLÁSICO t.i ~
j ~ 1
érilá ilustración, el método de la perspectiva tal como lo describió Durero, El mundo (en este
caso, una modelo en posición perturbadora) debe ser observado con absoluto distanciamiento. Al
reducir la realidad a una pura extensión espacial de los cuerpos, Descartes realiza una desespiri-
tualización de la naturaleza en claro contraste tanto con la visión de Aristóteles como con el pen-
samiento mágico. El conocimiento, una representación objetiva y matemática del mundo, se in-
terpone entre el sujeto y el objeto como un diafragma. Descartes definió el conocimiento como un
speculum universi, un espejo (una pintura) que reduce la complejidad de lo real y describe el es-
queleto racional. El sujeto del conocimiento (la res cogitans) está separado y es ajeno respecto a
los objetos del mundo. Conocer implica una postura distanciada, ya que la participación en el
mundo (las pasiones, las sensaciones, las emociones y los deseos que nacen de la voluntad) sólo
son fuentes de error.
El proceso cognoscitivo
delimitado por Descartes
.-<....... _ tiene muchos puntos en común
con el paradigma mental de la perspectiva (-). De la misma forma que
la perspectiva había elaborado la idea de un sujeto reducido a un único,
inmaterial e inmóvil punto de vista inexistente en la realidad concreta,
así para Descartes el sujeto del conocimiento no es todo el individu_o,
sino sólo su res cogítans.
295 ~.
¡l RACIONALISMO .
CLASICO
tti ....,..,....,......,_,.....,....,.,.......,..,....,.._
~
,:1 ~-
J 296
1 RACIONALISMO CLÁSICO 1
1/ La glándula pineal en el inte-
\ rior de la cavidad cerebral
1
(Tratado sobre el hombre, 1644).
Las líneas indican los inter-
cambios de pneuma entre la
glándula y los nervios, que
Descartes, aplicando también
en este caso la metáfora hi-
dráulica, consideraba peque-
ños tubos a través de los cua-
les pasan los espíritus vitales.
,-/~";,\
/,,/1~\•.....
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;
.•·······•·\'
297 !'
;¡ RACIONALISMO CLÁSICO f
1 t
] 298
El s. xvn no sólo inaugu~--;-)
ró la vivisección de loSJ
animales sino que la prac-
ticó con una frecuencia y
una ferocidad hoy en día
inimaginables. El experi-
mento de la extirpación
del páncreas, que sólo
demuestra cómo el perro
consigue sobrevivir bas-
tante tiempo a pesar de la
extracdón de este órga-
no, fue llevado a cabo du-
rante todo el siglo con tal
pasión que favoreció el
extenninio de algunas ra-
zas. Los espectáculos
anatómicos se realizaban
en salas abiertas al públi-
co, siempre muy nume-
roso. Desde el punto de
vista de la ecología con-
temporánea, Descartes es
el fundador de una idea
muy discutida en la ac-
tualidad: la naturaleza
como puro dominio del
hombre.
FÍSICO MENTAL
299
:l1RACIONALISMO CLÁSICO tt ------------
'300
j RACIONALISMO CLÁSICO f
,,'j ¡;
301 [
RACIONALISMO CLÁSICO Ít-
a ciencia mecanicista que se desarrolló ejemplar. En los jardines de las personas pu-
L en el s. XVII en el ámbito del racionalis-
mo cartesiano pretendió, oponiéndose a
dientes, afirtnó, «existen fuentes en que la so-
la fuerza del agua mueve diferentes máqui-
cualquier explicación de tipo finalista, má- nas, hace sonar los instrumentos o pronunciar
gico, animista o espiritual, explicar la reali- palabras a las estatuas, según la diferente dis-
dad natural recurriendo únicamente a dos posición de los tubos que la canalizan. Los
principios: materia y movimiento. La idea nervios del cuerpo humano son como los tu-
de base de los científicos cartesianos era que, bos de estas fuentes; los músculos y los ten-
salvo el hombre (el único ser en el Universo dones son mecanismos que sirven para mo-
dotado de res cogitans: -"' Res cogitanslres verlas; los espíritus animales son el agua; el
extensa), el mundo en su conjunto debe con- corazón, la fuente de donde procede el agua,
siderarse una máquina que, por compleja y las concavidades del cerebro son el casti-
que sea, puede explicarse a partir de las le- llo [el depósito que canaliza las aguas]. Incluso
yes de la dinámica (la ciencia encargada de el alma puede parangonarse con el fontane-
estudiar los cuerpos en movimiento). En ro que en el castillo, de donde parten todos
principio abarcaba también la naturaleza vi- los tubos de estas máquinas, controla o cam-
viente: también los animales (que, según bia la apertura de los tubos».
Descartes, estaban privados del pensamien-
to) deben ser considerados únicamente au- Con respecto a las épocas restantes, lo que
tómatas semovientes; muy complicados, pe- caracterizó al mecanicismo del s. xvn fue el
ro atribuibles a mecanismos automáticos débil vínculo con los progresos efectivos de
(mecanicismo biológico). la ciencia e, incluso, de la tecnología. A lo
largo de todo el siglo, la pasión por la me-
Con toda seguridad, la máquina fue el sim- cánica mantuvo un carácter de juego, de fan-
bolo dominante en el imaginario del hom- tasía utópica, de pura maravilla filosófica
bre del s. xvn. El genio del siglo se expresa frente al mecanismo perfecto, frente al es-
en la construcción de los grandes relojes, de pectacular sincronismo de los engranajes
las escenografías teatrales, de las fuentes en- que imitan y desvelan el maravilloso mis-
riquecidas con estatuas semovientes y pája- terio de la naturaleza.
ros cantores y también en las grandiosas
«máquinas para fiestas», elaborados inge- En cuanto al precedente histórico del anti-
nios destinados a realizar prodigios duran- guo atomismo (-"' Atomo), según el cual áto-
te una sola velada y, después, ser destruidos. mo y vacío serían suficientes elementos pa-
En manos de los científicos, la máquina lle- ra explicar toda la realidad, el mecanicismo
gó a ser la principal categoría interpretativa. moderno se caracterizó por el rechazo de
En conexión con la tecnología del tiempo, es- cualquier implicación antirreligiosa. Al con-
to significó el intento de explicar toda la na- trario: según los cientfficos cartesianos, así
turaleza a partir de un modelo hidráulico. El como una máquina construida por el hom-
pasaje en que Descartes parangonó la fisio- bre manifiesta la habilidad del ser huma-
logía del cuerpo humano con el funciona- no, la perfección de la máquina del mundo
miento de una fuente es verdaderamente nos remite a un autor divino.
! 302
É RACIONALISMO CLÁSICO
>I
La medicina iatromecánica de
G. A. Borelli (1608-1679), que anali-
zó la fisiología del cuerpo humano y el
funcionamiento de los músculos a partir
del principio de la palanca mecánica, se
inspiró en el mecanicismo cartesiano. El éxito más
relevante de la medicina mecanicista fue el descubri-
miento de la circulación de la sangre que llevó a cabo
W Harwey (De motu cordis, 1628) al aplicar el modelo
hidráulico elaborado por Descartes al cuerpo humáno:~
303 f
~ t
:j RACIONALISMO CLÁSICO F- - - - - - - - - - - -
~
PASIONES DESCARTES lfil'c
a clara distinción entre mente y cuerpo mático, fruto de una sangre pura y bien
L (Res cogítanslres extensa: ->) caracte-
ristica de la metafísica dualista de Descartes
templada.
Por su naturaleza eminentemente infor-
complicó sobremanera el tema de las emo- mativa, las emociones pueden reducirse a
ciones. Los sentimientos, ya sean los «vio- dos principales: la alegría, que indica al in-
lentos» como el amor y el terror, ya sean dividuo lo útil y lo agradable, y la tristeza,
aquellos más sutiles como la nostalgia, ¿no que le advierte de aquellas cosas que son
ofrecen acaso la certeza de una relación ín- nocivas. De esta polaridad fundamental de-
tima entre la dimensión espiritual y la físi- rivan todas las pasiones secundarias: la tris-
ca? El filósofo dedicó un ensayo específico teza se convierte en odio cuando logra de-
a la confutación de esta objeción (Las pa- tectar la causa del mal; la alegría da origen
siones del alma, 1649). Según Descartes, las al amor cuando se relaciona con una per-
pasiones asumen un papel importante en la sona determinada; el deseo es la anticipa-
conservación del ser viviente; de hecho, su ción de una alegría y resulta útil porque im-
función es hacer patente al alma (la con- pulsa al individuo hacia aquello que es
ciencia) el estado de bienestar (o de males- benéfico; la admiración es la señal de una
tar) en que se halla el cuerpo. El instru- potencial fuente de alegría, etc.
mento fisiológico con que se realiza esta
interrelación entre alma y cuerpo procede Descartes resuelve la cuestión fundamen-
del espíritu vital (-> Pneuma) que se ge- tal de si las pasiones pueden condicionar
nera en el corazón tras una depuración de el pensamiento intelectivo recurriendo a
la sangre, circula por todo el cuerpo atra- los términos de afección (patología). Las
vesando nervios (según Descartes, peque- emociones influyen en la inteligencia sólo
ños tubos) e interactúa con el alma a través de forma negativa, pues disminuyen su efi-
de la renombrada glándula pineal (->). Si ciencia y entorpecen el trabajo. Esenciales
se prescinde de esta arcaica medicina pneu- para poder vivir como orientación hacia el
mática, el discurso de Descartes resulta tre- instinto de supervivencia, éstas se mues-
mendamente moderno: por primera vez, de tran como una enfermedad respecto a la ra-
hecho, las emociones son ubicadas en un cionalidad.
contexto fisiológico y, por ende, llegan a ser Por tanto, el hombre cartesiano debe po-
objeto de un análisis científico. seer un completo control de las propias pro-
La «cólera» es un estado físico en que los pensiones emotivas porque su efecto siem-
espíritus vitales están más agitados que de pre se manifiesta, en el nivel intelectivo, en
costumbre, y el «miedo» es aquel en que una disminución de las capacidades de jui-
los espíritus están más enrarecidos (como cio. Esto es tan cierto que, cuando somos
lo demuestran, respectivamente, el rubor y presa de cualquier pasión, es muy difícil
la palidez del rostro). Por el contrario, ale- usar al máximo la razón; para conseguirlo
gría y amor se verifican mediante un esta- es necesario «calmarse»: es decir, abando-
do saludable y enérgico del espíritu pneu- nar la propensión emocional.
)¡ 304
J • r
j RACIONALISMO CLASICO r ---,
,.,.,,..,_'- ~ ' 1
¡Mientras la investigación fisiognóm)-
ca renacentista (de formulacióti/
neoplatónica) había puesto el
énfasis en los ojos y en la mi-
rada (las ventanas del alma),
los estudios que se inspiran
en Descartes se interesaron
por la fisiología de las ex-
presiones del rostro (en parti-
cular de las cejas). En este caso,
la polaridad alegrfaAristeza en-
cuentra una precisa confirmación
fisiológica: todas las pasiones rela-
cionadas con la alegría impulsan -
' ~ · a lev~nta~ las cejas; las tristes,
· ) \ ~ , a bajarlas.
'
~:e·.
305
) RACIONALISMO CLÁSICO ¡
306
el RACIONALISMO CLÁSICO [,
i 0
~~
1832), el cráneo aquí ilustrado, dibujado para el
ensayo Observaciones sobre la locura (1818), mos-
traría a un sujeto con la típica conformación del
idiota.
t,~;~~;
Retrato del presunto acusado de haber propa-
gado la peste en Milán, extraído de La sentencia
contra Guglielmo Piazza (1631). Este caso fue
reconstruido por A. Manzoni en la Historia de la
columna infame.
L'Al\BOMlNEVOLE RITAATTO DI
ALD~VI o•o~A,!NFAME,cPRIMA
CAúlONE Ol!UA PESTIU:NS:IA
Dt MILANO.
307
;
RACIONALISMO CLÁSICO i
le
G. W Leibniz se considera padreel rios tal corno aparece en la figura extraí-
A de la lógica moderna por haber intui-
do la importancia de la simbolización de los
da de su ensayo Explicación de la aritmé-
tica binaria (1703). Si la línea quebrada se
términos lógicos, con lo que el razonamiento considera Oy la entera 1, los hexagramas
se convertía en una forma de cálculo ra- chinos forman secuencias que pueden
cional ( - ) . Entre sus reflexiones en este leerse corno si fuesen números. En cam-
campo destaca particularmente el descu- bio existe la posibilidad de representar ca-
brimiento de la lógica binaria, sobre todo a da número del sistema decimal con una
causa de los extraordinarios acontecimien- secuencia formada por dos símbolos (1, 2
tos que la determinaron. y 3 se transforman, respectivamente, en
001, 010 y 0ll).
Leibniz, corno los seguidores de la trndición
hermética (- Hermetismo), estaba muy in- El sistema ele notación binaria, «redescu-
teresado por la lengua china y, en particu- bierto» posteriormente por el matemático
lar, por su naturaleza ideograrnática. Pensaba G. Boole (1815-1864), constituye la base
que la escritura china era una lengua sa- de los actuales sistemas de programación
piencial (- ) visual (no alfabética), capaz (el ordenador es una máquina que susti-
de expresar, corno los jeroglíficos egipcios,, tuye los estados «abierto» y «cerrado» de
los conceptos mediante dibujos estilizados, un circuito eléctrico por los símbolos 1 y
lo que parecía confirmar la posibilidad ele O). Por tanto, Leibniz intuyó el principio
una forma de comunicación inmediata- básico sobre el que se ha desarrollado la
mente significante, más allá ele la mediación moderna revolución informática (de algu-
convencional de las palabras. El filósofo, na manera, una ciencia emparentada con
motivado por este interés, publicó en 1697 aquel «cálculo del pensamiento» que el fi-
los Novissima sínica (últimas noticias des- lósofo alemán siempre persiguió con el
de la China), una recopilación de cartas de nombre de «Lengua Combinatoria Uni-
los misioneros de la Compañía de Jesús en versal»).
China. Recién llegado ele Oriente, uno de
éstos le permitió conocer el I Ching, el Libro Sin embargo, Leibniz no llegó a entender la
de las Transformaciones, el antiquísimo tex- posibilidad de aplicar el descubrimiento a
to atribuido al mítico emperador Fu-hsi y sus intereses combinatorios; para éste, el có-
empleado corno instrumento de adivinación digo binario sólo era una simple curiosidad
oracular (- Oráculo). matemática, de modo que tendió más bien
El filósofo quedó fascinado por el sistema a ver en él la expresión de valores místicos:
ele 64 hexagrarnas; cada uno de éstos es- si se asume que el uno es Dios (el Uno, se-
taba compuesto únicamente por dos sím- gún una antigua terminología teológica) y
bolos: una línea quebrada y una comple- que el cero es el símbolo de la nada, todo el
ta. Leibniz atribuyó a este simbolismo un sistema dual asume un carácter ontológi-
sentido matemático del todo inexistente co y religioso capaz, según la opinión de
en origen y, a partir ele ello, vio un perfecto Leibniz, de demostrar la superioridad reli-
ejemplo de progresión ele números bina- giosa del monoteísmo cristiano.
308
RACIONALISMO CLÁSICO k. ~
%~~ g§§~ La tabla de los hexagramas chinos del I Ching que llevó a
@~§::ó=--:a::-:::;~~~ Leibniz a la intuición de la lógica binaria. Hay 64 hexa-
~~
R.~~
/29' W&-
""""
~
gramas y ca da uno de el1os esta· formado por seis lí-
/.~ "~~ neas que pueden estar completas o fragmentadas.
Jf ~ ' La adivinación se lleva a cabo eligiendo un he-
,:jf ,~, xagrama según la ley del azar(-); esto es, lan-
J,3// ~lt,\. zando unas monedas. A cada hexagrama le co-
z,~ ss ss == ES §E §1§ §""§ ~ \~R~\ rresponde una respuesta. La disposición en
ti~1 ~ ~ ~ == == "== ~ \~i~\ &ftculo sugiere la idea de que existe una co-
1¡11w ;,;;;_,, = :::;:: _ _ _ _.... ::: 1~1~1 rrespondencia entre los hexagramas opues-
'IWI == "-='" ;;,:= = == = ~ = ~;;~tos, de ahí que se puedan transformar el uno
\mll ~ ~ ~ ~ ¿;; ~S /¡)fo en el otro, según el principio taoísta del de-
t\\\\ ~~~ == : : :,::: NIIH venir (-) y de la armonía entre los opuestos.
• •-a----- • ~ == ~ 1
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o 1 I O• 11 IOO lOI 110 11 i
o ; s 6 7
309 ~
·--~ ¡;:
_-] EMPIRISMO
l..,¡,.m¡.,,-_ _ _ _ _ _ _
, ¡_._._! . . . , . . . . . , . . . . , . . . . . , , . . . . . . , ._ _.....,,_....,_
;J 310
...,r---,
...,.,_..,......,....,...,.,_,......,.,.........,......_1......,....E..,M..,..P'"'IR"'I""S""M"'O'"'"""'""""".
¿Qué hay en la mente de un recién nacido? La única forma de ve-
rificar la existencia de procesos mentales en un lactante es seguir
sus movimientos oculares, a partir de la suposición de que una
cosa reconocida o interesante atraerá más su mirada. La compli-
cada máquina de Fantz es un aparato estudiado para hacer ob-
jetivas y rigurosamente experimentales estas observaciones.
,~?
.d7:>
ta' t~bula rasa. Locke muestra
la mente de un recién nacido:
una hoja en blanco en la que
los estímulos ambientales y la
educación imprimirán sus ca-
racteres.
El problema del innatismo y del valor atribuible a la experiencia es todavía una cuestión de candente
actualidad en nuestro siglo. Ciertamente, hoy ya nadie sostiene como los racionalistas del s. xvn que
J\ll_?dan existir ideas (construcciones mentales organizadas) antes de nacer; de todas formas, la inves-
~~ tigación científica muestra la presencia innata de
determinadas competencias y capacidades
(por ejemplo, realizar determinados ges-
tos, reconocer rostros y emociones o, más
tarde, aprender el lenguaje). La discu-
sión moderna sobre el innatismo se ha
9,omplicado, además, por el hecho de
que hoy se admite, a diferencia de
Locke, la posibilidad de que existan
pensamientos inconscientes: toda una
esfera de la psique subyacente a la con-
311 t
EMPIRISMO
] 312
EMPIRISMO
6'c:•,
'Los casos, no muy frecuentes, de ciegos
sanados han suscitado siempre el inte-
rés de filósofos y psicólogos. Es intere-
sante, por ejemplo, el hecho de que tam-
bién los ciegos tienen representaciones
mentales netamente espaciales e inclu-
so «visuales» que pueden dibujar con
lápices especiales: la que reproducimos
es la imagen de un elefante «visto» por
un adulto ciego a partir de las descrip-
ciones recibidas.
Ty p Ho o T 1: A 2 HoRfVING-
313
EMPIRISMO
es la tendencia filosó-
E asociacionismo
l
fica y psicológica según la cual toda la
vida mental puede ser explicada como com-
mente a consecuencia, precisamente, de la
fijación de la costumbre.
La teoría del asociacionismo explicaba la in-
binación de ideas simples (de origen sen- teligencia como la capacidad de establecer
sorial) que se agregan entre sí en virtud de conexiones entre ideas al mismo tiempo pro-
«leyes asociativas». El asociacionismo im- ductivas e inusitadas.
plica el atomismo psicológico: es decir, la Además, daba razón de una serie de fenó-
creencia de que incluso los hechos psíqui- menos psíquicos: la superstición, las fobias
cos más complejos, como la inteligencia, los miedos irracionales, así como la repug'.
pueden reducirse a elementos mínimos in- nancia por algunos animales, son realidades
divisibles. psíquicas que podrían nacer de patologías
asociativas, de conexiones inadecuadas en-
El principio de asociación fue enunciado por tre determinadas imágenes y la idea de mie-
primera vez por Aristóteles, quien de todas do. Por otra parte, incluso la simpatía y el
formas sólo lo admitía en relación a la me- amor nacerían de conexiones muchas veces
moria y excluyendo, pues, que toda lamen- inconscientes entre la imagen de una per-
te funcionara a partir de éste(--> Facultades sona y otras ideas agradables.
del alma). Las leyes asociativas que, según
este filósofo griego, conectan los recuerdos El efecto filosófico de estas teorías fue el de
entre sí, son tres: proximidad espacial, con- debilitar progresivamente la noción de ra-
tinuidad temporal y semejanza o contras- zón: las leyes asociativas, efectivamente no
te (es decir: cada recuerdo evoca a su seme- son necesarias, y su resultado es sierdpre
jante y a su opuesto). eventual y nunca regido por leyes lógicas.
El escepticismo de Hume (--> Causalidad)
Los procedimientos asociativos no volvie- fue la consecuencia extrema de un asocia-
ron a llamar la atención de los filósofos has- cionismo radical: incluso la conexión en-
ta el s. xvn, cuando Locke, en el marco del tre la idea de causa y la de efecto, base de
empirismo, convirtió el asociacionismo en todo razonamiento científico, no se funda
la piedra angular de todo el pensamiento: · en un criterio más sólido que el de la sim-
todo lo que está en la conciencia (no sólo ple y.. llana costumbre .
en la memoria) nace de la combinación de
elementos simples (moléculas del pensa- Superado por la crítica de Kant, el asocia-
miento) proporcionados por la experien- cionismo no se ha vuelto a plantear en el
cia. Además de las de Aristóteles, Locke in- terreno filosófico (como principio expli-
trodujo las leyes asociativas de la casualidad cativo de toda la vida espiritual). En el
(-->), señalado las combinaciones acciden- s. xrx fue presentado por la naciente psi-
tales de ideas que se presentan repentina- cología científica como explicación de al-
mente bajo forma de intuición(--> Insight) gunos mecanismos mentales (la visión en
y, sobre todo, insistiendo en la costumbre particular); actualmente ha sido superado
(-->) como origen de las combinaciones en- incluso en este campo por la psicología de
tre ideas que se fijan de forma estable en la la Gestalt (->).
i 314
'"_"']
:--i
..,··..,1--•E•M'"'P.,.IR""I'"'S..,M'"'O_.....,..,¡¡¡..¡
'f
El esquema conceptual de
la psicología asociacionista
(K Jaspers, Psicopatología
general, 1913). Los círculos
son los elementos molecu-
lares del pensamiento. En
horizontal están las rela-
ciones asociativas: asocia-
ciones mecánicas y muchas
veces inconscientes, iguales
en todos los individuos, en
las que un término evoca al
O elemento otro por semejanza o conti-
güidad. En ve~tical están los
A uniones de actos
actos asociativos conscien-
( tes, dependientes de la ex-
' periencia del sujeto y de su
inteligencia (la capacidad de
establecer conexiones aso-
---- uniones asociativas ciativas cada vez más pro-
fundas).
315 t
EMPIRISMO
COSTUMBRE
Véase también Asociacionismo
.i 316
EMPIRISMO
,,_,,..,. /'•,
Un ejemplo experimental de cómo la costumbre condiciona la percepción visual. Las dos fotografías
representan el mismo objeto (una caja de huevos) iluminado desde arriba (a la izquierda) y desde aba-
jo (a la derecha). En el primer caso se obtiene un evidente efecto de relieve; en el segundo, el mismo
efecto se invierte y la figura aparece como una suma de concavidades. Si se intenta, sin embargo, dar
la vuelta al libro, el efecto se invierte: se ve convexo lo que antes era cóncavo, y viceversa. La expli-
cación del fenómeno está en la costumbre humana de ver los objetos en condiciones naturales, es de-
cir, iluminados desde arriba (por el Sol), de tal forma que las sombras aparecen siempre por debajo del
objeto. Esta costumbre es tan fuerte que consigue modificar el sentido de la percepción (y es signifi-
cativo que la ilusión sea menos intensa en los niños).
Según los empiristas, la asignación de un significado a una imagen depende siempre y solamente de
d.os factores, ambos regulados por la costumbre: la comparación con las experiencias anteriores y el
~1stema de relaciones asociativas utilizado. La figura de la izquierda, por ejemplo, es universalmente
Interpretada como un árbol, pero cuando va asociada (a la derecha) a otra sensación elemental (el pe-
queño cilindro) cambia de significado y aparece como el perfil de una mujer que fuma.
317 ¡
EMPIRISMO
j 318
EMPIRISMO
A
4° piso 1 1
todo bien
3° piso
todo bien
•
,T.ibla clasificatoria de un manual de botánica del
s. XVlU. A pesar de que no es practicable como
2° piso
todo bien
modelo único de la ciencia, la inducción tuvo
una función impulsora en los comienzos de la
era científica, favoreciendo el desarrollo de las
ciencias naturales que, en aquellos siglos, se ca- 1er piso
racterizaban por el predominio de los trabajos todo bien
de campo.
319 Í'.
EMPIRISMO
un divergiendo en casi todo, los repre- a través de operaciones aritméticas. Así co-
A sentantes del empirismo y del raciona-
lismo (--") del s. xvn estaban de acuerdo en
mo las matemáticas operan calculando los
números, la mente añade y resta nombres:
un punto: la importancia de !as matemáti- dos términos se unen en una afirmación;
cas y de la geometría. Fascinados por el mo- dos afirmaciones forman un silogismo (--" );
delo euclidiano, los racionalistas veían en el muchos silogismos constituyen una de-
procedimiento matemático-deductivo el pro- mostración. «Por razonamiento entiendo
totipo de cualquier tipo de conocimiento (--" cálculo. Calcular es escoger la suma de mu-
Deduccionismo cartesiano). chas cosas, una añadida a la otra, y cono-
Los empiristas, aun no aceptando esta exa- cer el resto, restada una cosa a la otra.»
geración, no negaban el valor de las mate- Razonar es, por lo tanto, lo mismo que su-
máticas, aunque estuviese claro que su va- mar y restar, según el célebre ejemplo:
lidez no se mide respecto a la realidad del
mundo, sino únicamente respecto a la co- ANIMAL+ INTELECTO = HOMBRE
herencia interna del procedimiento. La arit- HOMBRE - INTELECTO = ANIMAL
mética y la geometría no expresan datos de
hecho (sobre los que debe pronunciarse «Estas operaciones no se encuentran sola-
solamente la experiencia), sino simples re- mente en los números, sino en todas las
laciones entre ideas, construcciones men- especies de cosas que se pueden compo-
tales que no tienen nada que ver con la na- ner y descomponer: al igual que los arit-
turaleza. Lo único que se le pide a un méticos enseñan a sumar y a restar en el
teorema es que sea correcto con respecto campo de los números, los geómetras en-
a las premisas, no que afirme la existencia señan las mismas cosas en el campo de las
de algo. Una vez establecido convencio- líneas y de las figuras; los lógicos, en el
nalmente qué significan el número o la fi- campo de las consecuencias de las pala-
gura, el discurso matemático sólo debe es- bras; los políticos suman los pactos para
tar atento a no producir antinomias encontrar los deberes de los hombres; y los
(observar el principio de no contradicción). juristas suman las leyes y los hechos para
Por lo tanto, no debe sorprender que el in- ~ncontrar lo justo y lo equivocado en las
glés T. Hobbes, filósofo empirista, sea hoy acciones de los particulares.»
considerado como el precursor de la actual
ciencia cibernética (literalmente «arte de Una extensión universal similar del mé-
conducir» o ciencia del control de las má- todo computacional implicaba la con-
quinas convertidas en «inteligentes» por ciencia, de origen netamente empirista,
métodos de computación matemática). del convencionalismo lingüístico: detrás
Hobbes sugirió que se considerara lamen- de los conceptos no hay una sustancia
te como un sistema de cálculo, una má- (->),sino sólo una atribución pactada de
quina capaz de trabajar sobre las palabras significado .
.i 320
EMPIRISMO
321 ¡
EMPIRISMO
e:.
GUSTO HUME, ESTÉTICA
a atención de los filósofos del s. xvn jeto, son siempre verdaderos (incluso el amor
L se vio atraída por el nacimiento de un
fenómeno desconocido hasta el momen-
por un amigo imaginario es, como senti-
miento, completamente verdadero y real).
to: la moda. Empezando por las clases más
ricas y muy pronto en toda la sociedad, Según Hume, los juicios estéticos relativos
el vestido empezó a convertirse ante to- a la belleza o fealdad ele los objetos son
do en un instrumento de exaltación de la siempre juicios sentimentales (no racio-
personalidad, con un progresivo predo- nales). Lo demuestra el hecho ele que, en
minio de la elección individual frente a individuos distintos, un mismo objeto pue-
las imposiciones de la sociedad. Este fe- de suscitar sentimientos diversos incluso
nómeno presentó enseguida unas marca- opuestos, sin que uno sea más correcto que
das peculiaridades: la moda es subjetiva, el otro. Eu este sentido, es cierta la antigua
efímera, excéntrica, en perenne oscilación máxima: «Es bonito lo que gusta»; el cri-
entre conformismo (imitación) y extra- terio del gusto (es decir, la facultad de per-
vagancia; sobre todo mantiene una rela- cibir la belleza) es siempre subjetivo, es-
ción extraña con la idea de belleza. Puede pontáneo, intuitivo y variable a lo largo del
existir, efectivamente, tanto una belle.za tiempo e incluso en el mismo individuo.
fuera de la moda como una moda de la
fealdad (el punk actual, por ejemplo). De todas formas, existe un límite para es-
te subjetivismo radical opuesto por el sen-
Estos fenómenos sociales llevaron a Hume tido común. Efectivamente, los hombres
(Ensayo sobre el criterio del gusto, 1741) a revelan en sus juicios una considerable
la elaboración ele una nueva estética basa- uniformidad y demuestran que aprecian
da en las nociones de gusto y sentido co- la belleza a partir de criterios ampliamen-
mún. En la línea ele la teoría platónica del te compartidos según el sentido común
arte mimético (->Mímesis), argumentó estético (sin el que la noción contraria de
Hume, la belleza ha siclo considerada siem- excentricidad, tan importante en el fenó-
pre una cualidad inherente a la naturale- meno moda, no podría existir). Se sigue
za, a las cosas mismas y, en consecuencia, de ello que, ciertamente, es posible deter-
la apreciación humana (la valoración es- minar qué se entiende generalmente por
tética) se convertía en el reconocimiento «belleza», pero solamente mediante una
de un dato ele hecho. Cada idea de belle- recopilación de los juicios de hecho. Los
za, sin embargo, debe ser considerada co- criterios estéticos de hecho utilizados por
mo la expresión ele un sentimiento, es de- el ser humano no son racionalmente de-
cir, una determinación pura del espíritu, terminables, sino que únicamente especi-
una «reflexión del alma sobre sí misma», ficables por vía empírica. Así como suce-
sin ninguna relación con el ambiente. A di- de con la moda, la noción de belleza no se
ferencia de las pasiones del alma (->), que establece nunca a priori ele la experiencia
dependen ele la naturaleza del objeto de- (en una definición), sino a posteriori, co-
sencadenante, los sentimientos, en tanto mo comprobación del consenso y de los
que dependientes exclusivamente del su- estándares más extendidos socialmente.
322
EMPIRISMO --,
- - 1
En La moda (1895), el filósofo y sociólogo alemán G. Simmel consi-
dera la moda como un producto de la dinámica entre imitación y
diferenciación social. El vértice de la pirámide social adop-
ta un modo de vestir que progresivamente hacen suyo,
/por imitación, las clases subordinadas. Cuando la di-
{usión del nuevo modelo reduce su capacidad de dife-
renciar socialmente a quien lo viste, la clase hegemóni-
ca culturalmente lo descarta y lo sustituye por uno nuevo.
La explicación de Simmel se adapta especialmente a los
primeros siglos de la época moderna, en los que la ex-
centricidad aristocrática alcanzó niveles extraordinarios,
más allá de toda idea de belleza o de funcionalidad, como se
aprecia en la peluca de la figura de la izquierda.
1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 19_7_1_19_7_2-,-_19_7_3_19_7_4_ _~
1969 ,11_97_0_ _
1
Faldas cortas: el boom de los años sesenta Faldas largas: la nueva recesión
~-
En El sistema de la moda (1867), R. Barthes considera la moda como una estructura(-) de comuni-
cación dotada de un código y de una gramática como el lenguaje. Un ejemplo de este punto de vista
es el análisis de la lonoitud de la falda como barómetro económico elaborado por D. Morris (El hom-
bre y sus gestos, 1981)~Según este antropólogo, en los períodos de boom las faldas se acortan, mientras
que tienden a alargarse en las fases de recesión económica.
323 [
SIGLO DE LAS LUCES
ILUSTRACIÓN RAzóN/RACIONAL!DAD E
j 324
SIGLO DE LAS LUCES
El manicomio de Bedlam, en
Londres (el primero que se cons-
truyó) en un grabado de W
Hogarth con el significativo tí-
tulo La carrera de un libertino. El
énfasis sobre el valor de la razón
planteó el problema de la locu-
ra (-),que la Ilustración inter-
pretó en sentido ético: la locura
es la conclusión lógica de una
vida contra natura. Las damas
de la izquierda que observan al
libertino víctima de una crisis de
locura furiosa son dos visitantes.
En el s. xvm, el manicomio era
un lugar de recreo; los curiosos
podían divertirse observando a
los enfermos y burlándose de
ellos (respaldados por la con-
vicción «científica» de que don-
de no hay inteligencia no puede
existir el dolor).
325 t
SIGLO DE LAS LUCES
] 326
SIGLO DE LAS LUCES :----,
-~· 1
( Credulidad, superstición, fa-
natismo (1760) es el título
del grabado de W Hogarth
aqui reproducido. En la
Ilustración predominó el
deísmo destructivo: la acti-
tud de total ruptura con las
supersticiones religiosas del
pasado usando las armas de
la ironía ( - ) , del sarcasmo
feroz y de la irreverencia.
Pintores y grabadores tu-
vieron un papel importante
en esta campaña de pren-
sa (primera de la historia)
dirigida sobre todo a las cla-
ses menos instruidas.
J[t,·~~·
.-;:~~~i
-,.,s. '.-.:.-~..~
:*'''·· · .;;·i:>::
•,:~-}}:._~·\~.,
que se representa como un OJO que
desde. el centro del cosmos lo ve to-
do. El mtento de elaborar un nuevo
imaginario simbólico-religioso estuvo
·?f. · en la base de la masonería y de las nu-
. merosas sectas filantrópicas y sociedades se-
cretas surgidas en el s. xvm.
327 [
SIGLO DE LAS LUCES
j 328
_ _ _ _...,,_,._.,__,,...,.......,..., ·•~ SIGLO DE LAS LUCES ¡;
J !.
¡( El retrato en mármol de Voltaire, de
'"J.A. Houdon (1781, dos años después
de la muerte del filósofo), es el monu-
mento más famoso dedicado a un in-
telectual en época moderna. Siguiendo
las antiguas costumbres griegas, lasa-
biduría alcanzada por el filósofo está
simbolizada por la edad avanzada: la
decrepitud física del pensador es es-
pecialmente visible en el rostro, junto
con la agudeza y la lucidez mental. La
función social del intelectual está su-
brayada por el asiento (un trono) en el
que está situado. La continuidad con
la antigua experiencia griega se mues-
tra tanto por el «manto del filósofo>>
que cubre al pensador como por la
,wenda de la inmortalidad» que reco-
ge sus cabellos.
329 1,
:-¡
j SIGLO DE LAS LUCES f
.<l 330
SIGLO DE LAS LUCES ¡h
L
331 [
l SIGLO DE LAS LUCES ¡ L
21 332
1j SIGLO DE LAS LUCES [
/ Portada de la Enciclopedia.
\
La cámara oscu ~
ra en las tablas de
la Enciclopedia de
Diderot La pulcritud, la
precisión y la claridad
didáctica de estas repre-
sentaciones fueron un
poderoso estímulo pa-
ra la transición del J~ . tí
«mundo del más o
menos?? a la mo-
derna civilf%¡ción
industriaL:Y
333 ![
SIGLO DE LAS LUCES
J 334
SIGLO DE LAS LUCES
/"-•
<rju6rmannrufft1 ]
Aurfga m.1, clamat~
,,; 2\u<bl<in pipct t
''' Oo
1 .,.,
bfr :>.Sreme fumttttt/ /,. Una página del primer abecedario, el Orbis sensualium
~ 7AÍJ1'#1 ltl, A,di.cit, z. \ pictus de Comenius.
335 f{
SIGLO DE LAS LUCES
or su nueva forma de entender la edu- nó para Emilio, dividido en cuatro fases dis-
P cación infantil, Rousseau está conside-
rado el padre de la pedagogía (---;,) moder-
tintas, derivaba efectivamente de la doctri-
na sensista (-Materialismo) del marqués de
na. En su Emilio o de la educación (1762) Condorcet, contemporáneo y amigo suyo.
rechazó el adultismo de las didácticas ante-
riores y, por primera vez eu la historia, enun- • Toda la época de la infancia hasta los do-
ció el principio de la alteridad de la infancia. ce años debe ser ocupada por la educación
El niño no es un hombre pequeño, un adul- de los sentidos. Es absolutamente necesa-
to en miniatura, sino «otro» ser distinto, do- rio «no sólo emplearlos, sino aprender a juz-
tado de una manera propia de establecer una gar bien a través de ellos: aprender, por así
relación con el mundo. En consecuencia, la decirlo, a sentir, porque no sabemos ni to-
educación debe estar centrada en sus nece- car, ni ver, ni oír más que en la forma en que
sidades, no en las del profesor o en las de hemos aprendido».
la disciplina que se imparte.
A pesar de estos méritos, la motivación que • En la segunda fase (de los doce a los quin-
dio como resultado la aparición de Emilio ce años) se debe desarrollar la educación in-
no fue pedagógica, sino puramente filosófi- telectual, que también tiene que realizarse
ca. Con el objetivo de demostrar la barbarie a través de experiencias tan concretas y prác-
de la civilización y la excelencia del buen sal- ticas como sea posible. Más que dar nocio-
vaje (---;,), Rousseau quiso describir en qué nes, para Rousseau se trata de desarrollar en
se podía convertir un hombre si fuese edu- un sentido científico y sistemático la curiosi-
cado de forma que se respetara su bondad dad natural de Emilio.
natural. Escribió, por lo tanto, no un trata-
do sistemático, sino una novela, una utopía • Hasta los quince años (tarde para los pa-
pedagógica. rámetros modernos) no empieza la educa-
Estas preocupaciones filosóficas pesan mu- ción moral, que propone al adolescente ex-
cho sobre los contenidos de la obra, ha- periencias que desarrollen su compasión: la
ciendo, por ejemplo, que Rousseau proponga capacidad de sentir como propios los sufri-
para Emilio una educación totalmente se- mieri.tos de los demás.
parada del contexto social; imagina como
lugar educativo ideal la soledad campestre • La última etapa del recorrido es la educa-
de una granja donde el pequeño, ayudado ción social, centrada sustancialmente en una
por un limitado grupo de adultos, pueda ser prudente elección matrimonial. Rousseau
preservado de todos los contactos pernicio- no tiene nada que decir sobre el problema
sos con la vida social de la civilización mo- de la socialización infanti!: para Emilio, la en-
derna. Incluso las propuestas didácticas con- trada en la sociedad se sitúa no al principio,
cretas avanzadas por Rousseau demuestran sino al final del itinerario educativo, cuan-
la fuerte influencia de sus convicciones fi- do la formación individual ya se ha com-
losóficas. El itinerario educativo que imagi- pletado por entero.
".si 336
·1 f
'J SIGLO DE LAS LUCES l
Rousseau subraya la necesidad de que la edu-
cación natural respete las formas de desarro-
llo del niño y esté basada exclusivamente en
sus exigencias. Por primera vez, la función del
maestro se entiende como un puro servicio;
por una especie de paradoja pedagógica, el
mejor educador es aquel que menos aparece
en el proceso educativo, de forma que permi-
te al niño «aprender por sí mismo», discipli-
nando su natural instinto investigador y re-
flexionando con su inteligencia sobre sus
experiencias. La intervención didáctica debe
consistir, sobre todo, en subrayar sistemáti-
camente los aspectos de regularidad, modu-
laridad y uniformidad de la naturaleza, de tal
forma que más que aprender una ciencia,
Emilio aprenda a hacerla por sí mismo. la idea
es el autoaprendizaje, según el cual la ense-
ñanza no tiene como finalidad el trasvase de
nociones específicas, sino el desarrollo de ca-
pacidades
.."-.;/,
ya presentes .
~,,.
Ün adulto juega con un niño mos-
trando su rostro y ocultándolo tras
una máscara. El juego de «estoy y no
estoy}1 es típico de la edad en la que
el niño adquiere la conciencia de la
permanencia de los objetos (incluso
cuando no puede verlos). Nadie an-
tes de Rosseau había encontrado uti-
lidad alguna en observar los juegos
de un niño, descubriendo la notable
importancia que, tras su aparente fu-
tilidad, tienen en el campo del cono-
cimiento.
337 [
SIGLO DE LAS LUCES
J 338
( La hipótesis de la estatua de \
\_ Condillac contenía una impli-./
cación interesante, porque se
podía verificar en el terreno ex-
perimental: los niños que na-
cen sordos, mudos y ciegos no
podrtan desarrollar actividades
mentales superiores. Según
Condillac, estos «crueles ex-
perimentos de la naturaleza»
confirmaban su tesis, pero la
psicología moderna ha de-
mostrado lo contrario: en es-
tas dos imágenes, una niña, na-
cida ciega, muda y sorda,
expresa estados de placer y de
tristeza mediante una mímica
facial (universalmente com-
prensible) que no puede haber
aprendido con la experiencia.
,9,
G
D
~' .-<0::-:-,
'El materialismo del s. xvm determinó el nacimiento de los primeros intentos de construir autómatas
mecánicos, copias del hombre capaces de trabajar en su lugar (el término eslavo robot significa «tra-
bajadon>). El extraño acordeón de la izquierda intentaba imitar el sistema pulmonar y fonador del
hombre, con vistas a la construcción de una «máquina parlante». Como sucede frecuentemente, estas
especulaciones filosóficas tuvieron consecuencias tecnológicas interesantes, determinando, por ejem-
plo, el despegue de la tecnología de las prótesis anatómicas (a la derecha).
339 E
,] SIGLO DE LAS LUCES 1
~
] 340
SIGLO DE LAS LUCES
CHAOS CONFUSUM
SPIRITUS MUNDI
VOLATILIS INCORPOREUS
SPIRITUS MUNDI
ACIDUS CORPOREUS
ANIMALIA
MINERALIA
SPIRITUS MLINDI
CONCENTRATUS -----------
Orang-Ouians.
QUINTA ESSENTIA
UNIVERSI
Singe.
<tf>::>·
La «cadena de Homero», representación tradi- QUADRUPEDES.
cional de la escala metafísica de los seres.
Ecureuilvolaiit.
Chauvefo(uis.
La parte final de la escala zoológica elaborada por el
naturalista C. Bonnet: los tres peldaños últimos corn- ,·
prenden a hombre, orangután y mono. Los espacios Autl\lche_.
que quedan libres entre una especie y otra sugieren
la posibilidad de que el progreso de la investigación
descubra nuevos anillos de unión: es decir, la existen-
cia de nuevos seres intermedios.
OISEAUX.
341
~ SIGLO DE LAS LUCES
1 .~-
BU EN SALVAJE ANTROPOLOGÍA e·
Véase también Hombre salvaje, Raza
;l 342
SIGLO DE LAS LUCES ------,
-_,,,,__._,_ 1
El hallazgo de «niños salvajes» perdidos en el bos-
que (ciento trece casos desde el s. XIV hasta fina-
~ -.:7 les del s. xvm) sugirió
la idea de que pudie-
ra existir un hombre
salvaje, aislado, feliz y
en contacto con la na-
turaleza, como el que
muestra esta imagen de
U. Almovrandi (1642).
,:e-(>,,
llustración de la teoría del buen salvaje de
Rousseau. Un hombre primitivo indica el ca-
mino, es decir, el retorno a la naturaleza, a un
grupo de hombres civilizados que, a decir ver-
dad, parecen bastante perplejos.
~-
jú.t;to al hombre salvaje se su-
ponía, obviamente, que debía
existir una mujer salvaje.
343 [
SIGLO DE LAS LUCES
J 344
SIGLO DE LAS LUCES
:<'>,
El «pigmeo» llevado a Londres por E. Ty-
son, quien identificó en él 34 caracte-
rísticas anatómicas en común con los si-
mios superiores y 48 con el hombre.
Tabla de Anthropo-\
morpha (1760), de./
C. Linneo. En la ri-
gurosa clasificación de
Linneo todavía esta-
ban catalogadas, jun-
to al Homo sapiens,
otras especies semi-
humanas: el Homo sel-
vaticus, el Hamo tro-
g!odytes y el Hamo
caudatus ( es decir, el
hombre provisto de
cola que habitaba en
las inhóspitas regio-
nes de la Antártida).
345 K
SIGLO DE LAS LUCES
RAZA ANTROPOLOGíA L
U346
SIGLO DE LAS LUCES ~
F'
El ángulo facial
está formado por la
intersección de la línea que TabÍa de C. White (1795) que ilustra la continuidad en-
:{tri~·- el labio con la frente y la que, par- tre el mono (arriba, izquierda) y el hombre civilizado (aba-
tiendo de la base de la nariz, llega a la jo, derecha), según la inclinación del ángulo facial. Las fi-
base de la oreja. guras intermedias constituyen las razas humanas .
.,.<t;-._
A.polo desciende hacia la rana: la idea de Lavater de
una continuidad entre el hombre y la rana, medible
a partir de la inclinación del ángulo facial, repre-
sentada en una ilustración del grabador G. Grandville.
347 i
SIGLO DE LAS LUCES ¡,
LOCURA ILUSTRACIÓN ¡;
La idea platónica de que la locura puede ser Hasta el s. XVIII no se llegó a la primera for-
también una forma de entusiasmo (--) di- mulación de la tesis organicista, que ve en
vino, el dominio de la mente por parte de la locura la consecuencia de.una patología
un dios, llegó hasta la Edad Media. En una física. Los ilustrados subrayaron sus as-
cultura en la que los límites entre lo divi- pectos morales: su tesis defendía que la de-
no, lo humano y lo demoníaco eran muy mencia psíquica era el resultado de una vi-
débiles, resultaba difícil distinguir los sín- da tan irracional y disoluta que disgregaba
tomas de una pato logia de los del éxtasis primero el orden fisiológico y luego el psí-
(--e,) o de la posesión mística. De hecho, los quico del sujeto. Hacia mediados del s. XVI!!
«oscuros siglos» de la Edad Media fueron esta patologización de la locura llevó a la
los únicos en los que se practicaba una to- creacjón de los primeros manicomios, con
lerancia relativa: ciertamente el loco era pri- lo que se inició la práctica de la reclusión
vado de todos los derechos humanos y re- social de los alienados, suceso fundamen-
legado a la marginalidad social, pero por lo tal en la historia de la locura.
menos no se le encerraba y, en cierta me-
dida, se puede decir que era aceptado por Hoy, el movimiento de la antipsiquiatría
la sociedad. En el papel de bufón (el «lo- no solamente critica los métodos a me-
co») podía incluso reírse de los poderosos. nudo brutales de la praxis del s. XIX, sino
que también ha puesto de manifiesto la
Con el Renacimiento empezó la criminali- existencia de una locura manicomial es-
zación de 1a locura; se dejó de ver en este pecífica: la reclusión social es patógena en
estado la presencia de otro (una fuerza ex- sí misma y provoca un síndrome denomi-
traña que se apodera del individuo y se ma- nado «neurosis institucional».
l 348
SIGLO DE LAS LUCES
La peligrosidad)
de la locura co-/
mo antirrazón,
rebelión social y
contestación de
los valores, fue
advertida como
tal sólo a partir
del Renacimiento.
,f""'•
·cada época ha representado al loco de una
forma particular. En la Edad Media fue
el ser solitario, socialmente inadaptado,
desmañado pero en absoluto peligroso (el
«tonto del pueblo») hacia el que se adop-
taba una actitud de relativa tolerancia uni-
da a burlas y engaños.
349 E
SIGLO DE LAS LUCES
1breve ensayo De los delitos y de las pe- y penoso ejemplo de un hombre privado
E nas (1764), de Cesare Beccaria, cons-
tituye la más conocida (y única) contribu-
de la libertad, obligado a trabajar dura-
mente, disuade de cometer delitos porque
ción italiana a la reforma de las costumbres constituye una perspectiva más dolorosa
sociales iniciada en el s. XVIII. Fue traduci- que una muerte ciertamente vio lenta, pe-
do muy pronto a todas las lenguas europeas ro repentina».
y vino a representar el punto de vista oficial La irracionalidad de la pena de muerte re-
de la Ilustración en el terreno jurídico. sulta especialmente evidente cuando se apli-
Beccaria partió de los principios del con- ca de forma sistemática, incluso para delitos
tractualismo liberal ya consolidados en la no muy graves; en este caso, efectivamente,
conciencia europea: Estado y sociedad na- su efecto es el de multiplicar las víctimas ino-
cen de un pacto libre de los ciudadanos, centes, porque empuja al delincuente a su-
que siguen siendo los titulares de la so be- primir a los testigos. En un país en el que el
ranía. Desde este punto de vista moderno robo está castigado con la pena capital se
afrontó dos temas aún hoy de gran actua- asiste no a una disminución de los robos, si-
lidad: la práctica de la tortura en la inves- no a un aumento de los delitos que acom-
tigación judicial y la institución de la pe- pañan al pillaje (de la misma forma que la
na de muerte o capital. pena de muerte para el delito de pedofilia
El uso de la tortura con la finalidad de ex- produciría un mayor número de asesinatos
torsionar (o incluso sólo de confirmar) la de niños, con la finalidad de impedir que
confesión se condena ante todo porque es confesaran). Por lo tanto, son razones de
irracional: «O bien el delito es cierto, o oportunidad pragmática las que sostienen la
es incierto; si es cierto, no le conviene otra crítica ilustrada de Beccaria, y no conside-
pena que la establecida por las leyes, y son raciones éticas o religiosas; lo prueba el he-
del todo inútiles los tormentos porque es cho de que no dudó en admitir la pena ca-
inútil la confesión del reo; si es incierto, pital en algunos casos excepcionales: por
no se debe torturar a un inocente, porque ejemplo, aplicada a quien atente contra la
éste, según las leyes, es un hombre cuyos seguridad del Estado o «cuando un tirano
delitos no están probados». tiene_tanto poder y tantos contactos, quepo-
Beccaria también puso en tela de juicio la dría atentar contra la salud de la nación pe-
pena de muerte sin recurrir a llamamien- se a estar confinado en prisión».
tos emotivos o a tonos conmovedores. Con En la conclusión de su obra, Beccaria sin-
lúcida racionalidad, el filósofo demostró tetiza así su pensamiento: «Para que una
que la sustracción de la vida no es un re- pena no sea la violencia de uno o de mu-
medio eficaz contra el delito. «El último chos contra un ciudadano particular, debe
suplicio nunca ha disuadido a delincuen- ser: 1) pública; 2) inmediata; 3) necesaria;
tes decididos a ofender a la sociedad», 4) la mínima de las posibles en las cir-
mientras que una buena medida disuaso- cunstancias dadas; 5) proporcional a los
ria podría ser la pena carcelaria: «El largo delitos; 6) dictada por las leyes».
a 350
SIGLO DE LAS LUCES f
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351 [
SIGLO DE LAS LUCES
CLASICISMO ESTÉTICA 2
J 352
SIGLO DE LAS LUCE~
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KANTISMO
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KANTISMO
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355
KANTISMO
356
KANTISMO
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La idea filosófica de tiempo absoluto es anterior a
Newton. En esta imagen renacentista se contraponen el
tiempo real, auténtico y objetivo, que fluye con per~
fecta regularidad del cántaro de arriba (manipulado por
la mano de Dios) y las mediciones humanas. El tiempo,
por lo tanto, no es una invención del hombre, sino una
realidad independiente que éste se limita a medir.
357 [
KANTISMO
acia mediados del s. xvm el racio- palabra «cuerpo», puesto que cada cuetpo
H nalismotabula
Empirismo:
(--;,)
rasa),
empirismo ( __,
y el
las dos doctrinas
posee una extensión. La frase citada como
ejemplo tiene el mismo valor que 4 = 2 + 2,
hegemónicas en el siglo anterior, estaban en donde está claro que la segunda parte de
crisis. Tomando como única fuente de co- la proposición se limita a explicitar lo que
nocimiento los contenidos a priori por la ya está contenido en la primera. También la
mente (considerada una tabula incisa), el ra- forma empirista de actuar tiene un valor:
cionalismo clásico promovió un deduccio- los que se formulan después de la expe-
nismo (--> Deduccionismo cartesiano) cien- riencia, en efecto, son juicios sintéticos (es
tífico ciertamente no muy satisfactorio. En decir, que permiten llegar efectivamente a
el lado opuesto el empirismo, absolutizan- una infonnación nueva). Por otra parte, co-
do el valor de la experiencia, había llegado mo había demostrado suficientemente la
con Hume a conclusiones escépticas quepo- crítica de Hume, cualquier afirmación em-
nían en duda incluso el principio de cau- pírica, al no tener un contenido lógico, po-
sa-efecto (- ). Así, estas dos orientaciones drá siempre ser desmentida por otra obser-
de pensamiento parecían incapaces de des- vación contraria y, por lo tanto, no permite
cribir la práctica concreta del trabajo cientí- fundar un saber científico sólido.
fico que, sin embargo, lograba grandes éxi-
tos en el mismo período gracias al desarrollo Kant pretendió resolver este dilema afir-
imparable del newtonianismo (--;, ). mando que la mente humana es capaz de
realizar operaciones cognoscitivas sintéti-
Partiendo de esta situación, Kant intentó cas (es decir, eficaces, productivas) a prio-
construir una teoría del conocimiento capaz ri, antes e independientemente de la expe-
de evitar los defectos de los planteamientos riencia. En el ámbito de la sensación, estas
anteriores: es decir, de especificar el valor funciones de la mente regulan la percep-
tanto de la razón como de la experiencia sin ción del tiempo y del espacio; en el plano
caer en el error de dar un valor absoluto a de las más altas operaciones cognitivas con-
un solo parámetro. Los racionalistas tienen sisten en las categorías (cualidad, cantidad,
razón al afirmar que el conocimiento cien- tr)Odalidad, relación y, sobre todo, cansa-
tífico no puede depender de la eventualidad efecto: -). Estas formas sintéticas son es-
de una experiencia concreta, sino que debe quemas cognoscitivos innatos enlamen-
contener una propia necesidad intrínseca te humana (por lo tanto, universales para
(es decir, ser un saber a priori de la prác- toda la humanidad) a partir de los que el
tica); de todas fonnas, observa Kant, las afir- individuo entra en relación con el mundo
maciones realmente a priori se reducen a y lo conoce. Esto significa que todo cono-
juicios analíticos o tautologías, frases que cimiento depende de una relación entre la
se limitan a explicitar (analizar) todo lo que cosa en si y el modo (típicamente humano)
ya está contenido en el sujeto. Afinnar, por de representarla, es decir, estructurarla se-
ejemplo, que «este cuerpo es extenso» no gún los parámetros del tiempo, del espacio
añade nada a lo que ya está contenido en la y del principio de causa.
358
KANTISMO
359
KANTISMO
n filosofía, el término fenómeno no in- versal (las diferencias individuales son pa-
E dica aquello que es excepc10nal o m-
cluso monstruoso (como en el lenguaje co-
tológicas o irrelevantes).
Se distinguen distintos tipos de fenome-
mún), sino que es sinónimo de «apariencia)). nismo según la realidad que se supone más
El fenomenismo es, por lo tanto, la teoría allá de las apariencias. Kant argumentó
del conocimiento que limita las posibilida- que nuestras percepciones del mundo, aun
des cognoscitivas solamente a lo que apare- siendo fenoménicas, deben tener una fuen-
ce, al aspecto exterior y sensible en contra- te; debe existir una realidad en sí (nou-
posición a la realidad auténtica; niega, por ménica) de la que es necesario afirmar tan-
lo tanto, que las cosas en sí mismas (técni- to la existencia como la incognoscibilidad.
camente llamadas nóumenos) puedan ser Este fenomenismo moderado según el
conocidas en su objetividad. cual, en definitiva, el conocimiento de-
pende también del mundo en sí y es con-
Esta terminología cobra relevancia a partir secuencia de una relación entre sujeto y
del pensamiento de Kant. En la Crítica de objeto, fue superado por los filósofos ide-
la razón pura (1781) admitió la naturaleza alistas a través de la anulación del con-
fenoménica de todo conocimiento huma- cepto kantiano del nóumeno. Si efectiva-
no: efectivamente, todas las informaciones mente el nóumeno es por definición «lo
que se reciben del ambiente están siempre que no puede ser conocido)), la tentación
mediatizadas por las f armas sintéticas a prio- de prescindir de él es muy intensa.
ri (-s.) del espacio y del tiempo presentes en Fue Schopenhauer quien llevó hasta sus
la mente. Lo que se ve y se siente, por lo tan- extremas consecuencias este fenomenismo
to, depende también del sujeto. radical: toda forma de conocimiento es
El reconocimiento de esta limitación no siempre subjetiva, relativa y ambigua. El
condujo todavía a Kant al subjetivismo mundo auténtico y real permanece ocul-
porque, según su opinión, las formas es- to a la percepción humana: aparece úni-
pacio-temporales y las categorías de la ra- camente como vista a través de un velo de-
cionalidad son connaturales a la estructu- formado por la tela de araña formada por
ra profunda de la psique humana. Es nue_stras propias estructuras mentales, de
posible imaginar que otros animales ten- forma que no hay elementos ciertos para
gan una percepción distinta del espacio: distinguir el conocimiento adquirido en
los murciélagos, por ejemplo, exploran el el sueño y en la vigilia (-, Duda hiper-
ambiente con un sistema de radar, y la gran bólica). Según Schopenhauer, toda expe•
mayoría de las especies conoce el medio riencia humana, posible o imaginable,
ambiente usando sobre todo el olfato. En científica o artística, es siempre una «re-
el género humano, la experiencia del es- presentación)) fugaz, ilusoria y relativa res-
pacio y del tiempo tiene un carácter uni- pecto al sujeto pensante.
360
KANTISMO
1
1
Las dos espirales reproducidas siguen pareciendo iguales después de una prolongada observación e in-
cluso tras saberse que no lo son. Para darse cuenta de ello, es necesario seguir los trazos con un lápiz
y_comprobar que la espiral de la derecha está interrumpida en el centro, mientras que la otra está j
'•,/ formada por una línea continua.
Es un ejemplo extremo de cómo el
fenómeno (es decir, lo que apare-
ce a la sensación visual) no coin-
cide necesariamente con la verdad
efectiva, En este caso es fácil com-
probar 1a realidad, pero ¿cómo es-
tar seguros de que muchas o todas
nuestras percepciones no son exac-
tamente de este mismo tipo?
361
KANTISMO
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KANTISMO
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KANTISMO
•
,6'"--
El psicólogo A. Michotte (La percepción de la causalidad, 1954) ha demostrado la fuerza del principio
antropomórfico que instintivamente aplicamos incluso en el mundo de la geometría. A la pregunta de
describir una filmación corta en la que dos triángulos y un círculo se mueven en distintas direcciones,
casi todo el mundo describe espontáneamente las secuencias como acciones de seres animados, como
si las figuras lucharan entre sí, estipularan acuerdos y estuviesen movidas por causas o finalidades.
"''
. --_.,-
~
~
~~
365
KANTISMO
±l 366
KANTISMO
//
'Él precipicio de]. H. Füssli y un alud sobre los Alpes en un cuadro de P.]. de Louthertbourg. Kant
reconoció sólo la existencia de lo sublime natural: <<Las rocas que sobresalen audaces hacia arri-
ba y casi amenazadoras, las nubes de los temporales que se amasan en el cielo entre relámpagos
y truenos, los volcanes que desencadenan su poder destructor, los huracanes que van dejando la
devastación tras de sí, el inmenso océano descompuesto por la tormenta)>. Todos estos temas
han sido tratados repetidamente por la pintura romántica.
367 i
IDEALISMO
ROMANTICISMO INFINITO K
.. 368
IDEALISMO
El romanticismo tuvo ,
una relación ambiva- /
lente con la sensuali-
dad. Por una parte, la
sociedad del s. XIX lle-
vó la representación
de la sexualidad a ni-
veles inauditos (en los
ambientes más refina-
dos era inadecuado
incluso pronunciar la
palabra «píema» ); por
otra parte, el interés
por el erotismo y la
sensualidad desem-
bocó, a finales de si-
glo, en el psicoanáli-
sis de Freud.
369
IDEALISMO
a sensibilidad del hombre romántico que la naturaleza (el «no-Yo» para cada in-
L está definida por el término alemán
streben (en español, «tensión», pero tam-
dividuo) no contiene ningún condiciona-
miento objetivo insuperable. El mundo ma-
bién estremecimiento, anhelo, inquietud), terial no puede constituir un obstáculo para
con el que se expresa la concepción de la una voluntad humana (un «Yo») verdade-
vida como un esfuerzo incesante, un in- ramente determinada, por la simple razón
tento continuo de superar todos los obs- de que toda la realidad es en su conjunto
táculos, tanto materiales como espiritua- un producto (inconsciente) de la actividad
les. En el streben, ansia o «sentimiento» del del sujeto mismo (subjetivismo absoluto).
infinito, se manifiesta el rechazo a cual-
quier tipo de atadura y el deseo de tras- La prueba de este principio tan alejado del
cender la realidad cotidiana, típicos de la sentido común está en la constatación, em-
cultura literaria y filosófica de la primera píricamente verificable, de que cada tipo
mitad del s. XIX. Así como en el centro de de hombre se construye una idea del mun-
la filosofía de Kant se encontraba el con- do a su propia imagen: un corrupto tien-
cepto de límite, el romanticismo se pro- de a ver en cada acto deshonesto una con-
puso, de forma totalmente contraria, la su- firmación de sus propias tesis, descarta
peración de todos los límites: ciertamente, como excepciones los casos de honestidad
no se puede alcanzar el infinito, pero de y selecciona (inconscientemente) todos los
todas formas nos podemos acercar a él en estímulos externos para confirmar su pro-
todo lo que tiende a la infinitud; en sus de- pia concepción de la vida. En definitiva: el
rivaciones puede ser lo ilimitado, lo in- corrupto vive en un mundo corrupto, de
menso, lo inagotable, lo desmesurado, lo la misma forma que el idealista experi-
desaforado, lo innumerable, lo eterno, lo menta una realidad en la que domina el es-
trascendente, lo indefinido, lo inabarcable. píritu y el dogmático se deja condicionar
por todas las necesidades aparentes.
Corresponde a Fichte el mérito de haber
teorizado filosóficamente sobre el concep- Sosteniendo la superioridad de lo espiritual
to de streben hasta convertirlo en una pro- por encima de la finitud de la corporeidad,
puesta ética orgánica. Todo su estudio del Fichte fue el filósofo de la infinitud del Yo,
absoluto, definido como subjetividad in- único principio y fuente del conocimiento,
finita, constituye una premisa metafísica espíritu ilimitado, capacidad creadora ab-
necesaria para fundar sobre bases sólidas solutamente libre. Ciertamente, la búsque-
la idea de una libertad humana total (pun- da del infinito está destinada, por defini-
to de partida necesario para cualquier es- ción, a ser siempre insatisfactoria, pero lo
fuerzo hacia la infinitud). El significado que cuenta no es alcanzar un resultado con-
último del complejo razonamiento meta- creto, siempre parcial y superable. Lo im-
físico de Fichte, realizado con un lengua- portante, afirma Fichte, «no es ser libre, si-
je muy técnico ( «El Yo pone el no-Yo») es no convertirse, hacerse libres».
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:El interés romántico por el pasado produjo en arte el na-
cimiento de la pintura histórica, una corriente intere-
sante por la reconstrucción de la mentalidad decimo-
nónica. El tema de los grandes genios del pasado,
representados en el momento más significativo de su vi-
da, fue uno de los predilectos. Cada pintor, según sus conocimientos psicológicos y filosóficos, ofre-
cía su propia interpretación de la noción de genialidad. Leonardo, por ejemplo, personificaba el ca-
rácter polifacético del genio creador. Newton, retratado por W Blake (1757-1827) como un antiguo
dios griego, representa la genialidad en el campo científico. Kant excluía que la creatividad científi-
ca pudiese explicarse con el concepto de genio (que incluye la posibilidad de una subversión de las
reglas) y delimitaba el ámbito de esta noción al terreno artístico.
373
IDEALISMO
1ansia de infinito que caracterizó al ro- va evolución. Afirmando que era «panteís-
E manticismo, junto al deseo de los filó-
sofos idealistas de definir un principio ab-
ta» en tanto que científico y «politeísta» co-
rno poeta, Goethe vio en la naturaleza una
soluto, llevaron a una original reflexión sobre fuerza viviente, dinámica, animada y dirigi-
las relaciones entre lo finito (lo que es con- da hacia una finalidad; un complejo orgáni-
creto, individual) y la infinitud. El poeta ale- co tan estructurado que cada cosa (los indi-
mán Novalis sintetizó la nueva sensibilidad viduos, la especie) tiene sentido solamente
en los siguientes versos (Enrique de corno parte de la globalidad. También vio
Afterdingen, 1802): «Lo uno en el todo y el que en este punto se podía registrar una con-
todo en lo uno. La imagen de Dios en la hier- fluencia entre el arte y la filosofía: efectiva-
ba y en las piedras, el espíritu de Dios en los mente, tanto ésta corno la pintura, o la mú-
hombres y en los animales. De esto debernos sica o la poesía, tienden siempre a captar el
imbuimos». Lo que Novalis quiere decir es nexo que une la finitud con la infinitud.
que un espíritu sensible puede percibir la in-
finitud en cualquier cosa, en cualquier de- La relación entre finito e infinito se en-
talle del mundo, porque el infinito se mani- cuentra también en el origen de la reflexión
fiesta en las formas de la finitud. Es una idea de Hegel; según Hegel, la tesis constituti-
que la época romántica aceptó profunda- va del idealismo debe ser el movimiento:
mente, percibiendo en todas partes la pre- «Todo lo que es finito no es un verdadero
sencia de algo superior y misterioso. ser». Lo que existe en un momento deter-
minado de la historia del. mundo, tomado
Por otra parte, si bien cada detalle puede ser en sí mismo, no existe propiamente, y en
visto como un fragmento de lo universal, todo caso escapa a cualquier posibilidad de
cualquier acontecimiento se convierte en ex- comprensión. En otros términos: no es po-
presión de un valor superior. Toda la cul- sible analizar la realidad (tanto el mundo
tura de principios del s. xrx está dominada natural corno la historia de la cultura) ais-
por este esquema mental: a partir de éste, lando alguna de sus partes e intentando ex-
Schelling y Goethe formularon una filoso- plicarla por sí misma prescindiendo de las
fía de la naturaleza(-> Naturphilosophie) de rel.aciones que mantiene con el resto, por-
tipo vitalista y organicista: los fenómenos que es comprensible única y exclusivamente
vitales no se pueden explicar con las leyes a la luz de éste. Lo que es parcial, delimi-
de la química, porque la naturaleza está to- tado, incompleto, «finito» en definitiva, no
da viva incluso en sus partes más pequeñas; goza de una existencia propia y autónoma:
en una simple brizna de hierba es posible es una no-realidad que se hace comprensi-
ver la acción de fuerzas cósmicas que, a tra- ble solamente «resolviéndose» en la infini-
vés de una polaridad de fuerzas internas (de tud. Ésta tiene una naturaleza ideal, aunque
contracción y de expansión) producen la no trascendente, a la que Hegel denomina
complejidad de la naturaleza y su progresi- espíritu (-> Absoluto).
374
IDEALISMO ¡
375 (
IDEALISMO
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IDEALISMO
El galvanismo. So-
bre el movimiento
de la naturphi!oso-
phie tuvo gran im-
portancia el des-
cubrimiento de
Galvani acerca de
los fenómenos de
electricidad ani-
mal. Un asombro-
so experimento pa-
reció levantar el
velo de los fenó-
menos básicos de
la vida: después de
seccionar una rana
en dos partes, era posible producir movimiento en sus patas sim-
plemente con la aplicación de métodos eléctricos.
377
IDEALISMO
1 término absoluto, que puede ser uti- todo lo que no lo es, el absoluto es una sub-
E lizado como adjetivo (Estado absoluto)
y como sustantivo, deriva del participio pa-
jetividad infinita, una actividad dinámica y
creadora encaminada a superar los obstácu-
sado del latín absolvere: «deshacer de toda los que ella misma se impone: el Yo -es de-
atadura, liberar de todo condicionamiento». cir, el espíritu humano- crea el no-Yo -es de-
Indica, pues, lo que es originario, lo que no cir, la naturaleza- sólo para poderla superar
depende de nada y no tolera restricciones, y reafirmar su dominio sobre ella.
lo que es libre e incondicionado, sin límites,
infinito. En el lenguaje teológico designa un • Schelling (1775-1854) vio en el absoluto
principio trascendente (- Trascendencia) o, la unidad indiferenciada o identidad de na-
más simplemente, a Dios. Precisamente en turaleza y espíritu. En la naturaleza mate-
este sentido fue introducido por primera vez rial, que Fichte despreciaba como no-Yo, des-
por Nicolás de Cusa, quien en su Docta ig- cubrió un valor fundamental, simétrico al
norancia (1440) argumentó que solamente espíritu pero igualmente necesario. Se pue-
Dios, en tanto que coincidencia de los opues- de llegar a la naturaleza partiendo del espl-
tos (-),tiene derecho a este título. De to- ritu, pero se puede realizar también el pro-
cias formas, fue durante el romanticismo ale- ceso contrario: llegar al espíritu a partir de
mán cuando el término alcanzó mayor la naturaleza; lo que subyace en ambos, el
fortuna (hasta el abuso y la inflación), indi- principio indiferenciado (ni material ni es-
cando el fundamento de la realidad (su prin- piritual en sí, sino potencialmente el uno y
cipio infinito). La doctrina de los tres el otro), es el absoluto.
principales filósofo del idealismo se suele
diferenciar a tenor del significado que ca- • Hegel criticó tanto la concepción del ab-
da uno atribuye al absoluto. soluto de Fichte (espiritualidad infinita que
crea la naturaleza) como la de Schelling
• Fichte (1762-1814) concibió el absoluto (identidad de espíritu y naturaleza), sugi-
como subjetividad y actividad. Es Yo puro, riendo que el absoluto debe ser considera-
un principio espiritual, infinito e incondi- do como un resultado, como un proceso
cionado, que subyace a tocia realidad (en la que se desarrolla en el tiempo, que no un
segunda fase de su pensamiento y, volvien- ente o un concepto estático. El absoluto es
do a un planteamiento más tradicional, la progresiva espiritualización de la mate-
Fichte lo identificará con Dios). El absolu- ria, el gradual «hacerse espíritu» de la na-
to se crea a sf mismo (en el complicado len- turaleza, el lento pero constante acceder de
guaje fichteano: «El Yo se pone a sí mismo») la materia a niveles cada vez superiores de
y crea a su opuesto, el no-Yo, lo no-espiri- organización. Es un devenir metafísico (cu-
tual, lo no-activo, lo no-subjetivo; es decir ya regla de desarrollo viene dada por la dia-
la naturaleza, la realidad material y pasiva. léctica: ---;, ) que Hegel describe perfecta-
Siendo fuente tanto de sí mismo como de mente en su sistema (->).
378
IDEALISMO
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IDEALISMO
DIALÉCTICA HEGEL
egel denominó dialéctica al proceso a Hegel compartió cou Heráclito las afinna-
Hinfinito
lo
través del cual lo finito se resuelve en
(-> Finito/infinito). Este devenir
cioues de que no existe nada estable y de
que la realidad consiste en un proceso de
( - ) , que podría llamarse la «vida del es- incesante devenir. Según esto, un ser no
píritu», consiste en un ritmo ternario: el puede subsistir permaneciendo igual a sí
primer momento es la tesis (el ser en sí); el mismo. Una semilla se hace comprensible
segundo es la antítesis (el ser fuera de sí); solamente a la luz del destino que le aguar-
el tercero, la síntesis (el retomo a sí). La dia- da (el de convertirse en una planta).
léctica se realiza en cada parte de lo exis-
tente; en el mundo natural, por ejemplo, Por otra parte, si el infinito vive en la fini-
explica el funcionamiento del devenir bio- tud de lo real, entonces cada parte o frac-
lógico: en la semilla (tesis) está ya poten- ción de la realidad, aunque sea aparente-
cialmente contenida la planta (síntesis), pe- mente insignificante, tiene una razón de ser
ro para que el desarrollo se realice y ultime propia y profunda, un valor y una dignidad
es necesario que la semilla se transforme específicas. «Todo lo real es racional», afir-
radicalmente. Es decir, que se «niegue co- ma Hegel; lo que normalmente llamamos
mo tal» en el momento de la antítesis. casualidad (o suerte) no existe en absolu-
Todo el proceso se puede describir como to, sino que es el producto de un típico
un círculo en el que tienen lugar un na- error humano, fruto de la costumbre de
cimiento, un desarrollo y, finalmente, el re- considerar y explicar lo finito en cuanto tal,
torno al elemento originario enriquecido y no como momento de un proceso. Cada
por una nueva dimensión. Se puede con- acontecimiento particular y concreto en-
siderar la planta como una semilla reali- cuentra su explicación a la luz del todo.
zada que ha desarrollado plenamente su
naturaleza íntima; sin embargo, es obvio El procedimiento hegeliano alcanzó sus
que nada obliga a tomar la semilla como resultados y conclusiones mas interesan-
principio del proceso; aunque ello es con- tes en la aplicación a la historia; su obra
trario a las costumbres, podríamos poner más notable, la Fenomenología del espiritu
la tesis en la planta y considerarla como un (1~07), es el relato de las etapas median-
medio empleado por las semillas (conver- te las cuales se ha producido el avance pro-
tidas ahora en síntesis) para reproducirse gresivo del espíritu. Todas estas etapas (que
y multiplicarse a sí mismas. El resultado Hegel llama «figuras del espíritu») han si-
final es, de todas formas, idéntico; esto es do tan necesarias e inevitables como los
así porque la dialéctica se desarrolla en un engranajes de un mecanismo; en la histo-
proceso continuo, en el que cada ser (y és- ria no hay acontecimientos justos o equi-
te es el punto fundamental) se realiza a sí vocados, negativos o positivos, lícitos o
mismo, transformdndose en algo distinto. ilícitos: todo lo que ha sucedido (incluso
las guerras y las injusticias más crueles)
El método dialéctico implica que cada as- ha tenido su razón de ser precisa e im-
pecto de la realidad, en cuanto entidad fi- prescindible (una teoría bautizada con el
nita, no es nunca definitivo y absoluto; nombre de justificacionismo).
380
IDEALISMO
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IDEALISMO
382
IDEALISMO
LÓGICA
í
FILOSOFÍA
DEL
ESPÍRITU
FILOSOFÍA
DELA
NATURALEZA
~~MSSé~
¡Jjliste una estrecha relación entre el esquema hegeliano del desarrollo del espíritu (a la derecha) fla
Imagen de la izquierda, con la que el místico y mago R. Fludd, a principios del s. XVII, describía la
creación. La paloma representa la acción del Espíritu Santo que, emanado de Dios, vuelve a él siguiendo
un proceso circular después de haber cumplido con su deber de espiritualizar el mundo y la materia.
Hegel concibió su doctrina como una racionalización del cristianismo, en la que la lógica (la racio-
nalidad abstracta) ocupa el lugar de Dios y el advenimiento del espíritu a la conciencia de sí mismo es
comparable a la venida de Cristo a la Tierra.
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IDEALISMO
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IDEALISMO
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IDEALISMO
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POSTHEGELIANISMO
la
n segunda parte de su obra principal químicos y eléctricos, que produce en el
E (El mundo como voluntad y representa-
ción, 1818), después de haber afirmado la
mundo biológico los zoófitos (los seres in-
termedios entre el mundo vegetal y animal,
absoluta incognoscibilidad del mundo re- como la esponja o el coral),
gida por la doctrina del fenomenismo (-;,), Esta voluntad domina incluso al hombre
Schopenhauer afirmó que existe una par- aunque el individuo muy frecuentement¡
te de la naturaleza, una sola, que podemos no se da cuenta de ello. Schopenhauer, in-
conocer realmente, Este objeto, el único que troduciendo en la historia del pensamiento
se puede comprender «en sí» (nouménica- la noción de inconsciente (-;,) y antici-
mente) en su esencia más íntima, es nues- pando la de sublimación(-->), afirmó que
tro cuerpo, el que nosotros vivimos (o que todas las manifestaciones del amor (in-
«nos vive»), El conocimiento de nosotros cluso las más literarias) se explican por la
mismos, efectivamente, no se produce a tra- urgencia del instinto reproductor, que no
vés del principio de individuación, sino con es otra cosa que una manifestación suce-
una comprensión inmediata e intuitiva, Es dánea de la voluntad de vivir.
la primera vez en la historia de la filosofía Aun siendo una fuerza universal, la volun-
que la persona fisica del sujeto pensante se tad de vivir se encarna luego en cada indi-
convierte en tema de reflexión, viduo produciendo luchas y conflictos ge-
neralizados. Anticipando filosóficamente la
La corporeidad se revela ante Schopenhauer noción darviniana de la lucha por la exis-
como pura voluntad de vivir, el instinto pre- tencia, Schopenhauer definió la naturaleza
potente y violento de continuar subsistien- como el lugar en que se produce la conflic-
do siempre y en toda circunstancia. La esen- tividad más despiadada.
cia más profunda del Yo (de mi cuerpo) es Finalmente, dado que todo ser viviente es-
el esfuerzo de perpetuar su existencia, y es- tá destinado a la muerte, la voluntad de vi-
te impulso es tan fuerte y evidente, que es vir es un impulso irracional capaz sola-
razonable pensar que es dominante también mente de transformar la vida en una perenne
en todos los demás seres. Schopenhauer angustia (-;,) por la muerte,
concluye de ello que la sustancia metafí-
sica del mundo es precisamente la volun- E~ la visión irradonalista de Schopenhauer,
tad de vivir, la fuerza universal que empu- la razón sirve solamente para aumentar el
ja a todas las cosas a perpetuarse, la energía dolor de la existencia; efectivamente, el
activa en cada parte de la naturaleza, no só- hombre, a diferencia de los animales, sabe
lo en el reino animal, sino también en el ve- que está condenado a morir.
getal e incluso en el mineral. Y si por una parte esta conciencia lo ale-
La voluntad de vivir, efectivamente, no exi- ja del instinto (impidiéndole vivir como
ge conciencia, reflexión o capacidades cog- los animales, de forma plena y gozosa),
nitivas, porque se puede expresar también por otra no ofrece ninguna solución al
de forma inconsciente. Es la fuerza que ha- destino inevitable. Como resultado de ello,
ce crecer las piedras preciosas y los crista- el dolor es la consecuencia de toda refle-
les, que explica los fenómenos magnéticos, xión intelectual sobre la existencia,
388
POSTHEGELIANISMO
Para ilustrar la fuerza ciega y violenta que enfrenta a los seres vivos en perenne lucha por su pro-
pia supervivencia, Schopenhauer propuso la metáfora de las hormigas de Australia: al ser corta-
das en dos, estas hormigas empiezan a luchar entre sí; la cabeza muerde la cola, y ésta se defien-
de con el aguijón. Este despiadado autocanibalismo dura unos treinta minutos, hasta la muerte
de las dos partes. De Chirico, en el ciclo de los gladiadores, subraya con los medios visuales de
la pintura cómo la voluntad de vivir es una fuerza originaria y moralmente indiferente.
389
POSTHEGELIANISMO
390
POSTHEGEUANISMO
391
POSTHEGELIANISMO
: 392
POSTHEGELIANISMO
393
POSTHEGELIANISMO
INDIVIDUO KlERKEGAARD L.
Véase también Existencialismo, Estadios de la vida,
Angustia
1 aspecto más original del pensamien- salir nunca del ámbito de una perenne po-
E to de S. K. Kierkegaard radica en la rei-
vindicación del carácter concreto de la exis-
sibilidad. En cierto sentido, Kier kegaard re-
chazó la madurez: es decir, el paso de las in-
tencia, de la irreducibilidad del individuo finitas posibilidades de la juventud a la
(de cada individuo) frente a las teorizacio- concreta determinación de la vida adulta
nes abstractas de todas las filosofías. (una profesión, una familia). Se negó a te-
En clara oposición al sistema hegeliano (->), ner que elegir, decidiendo vivir en una ado-
Kierkegaard afirmó que el hombre real no lescencia perenne y sufrir para siempre las
es reducible a un concepto, porque para és- tormentosas indecisiones típicas de esta edad.
te el nacimiento y la muerte representan mu- En este estado de suspensión todo fue para
cho más que las etapas de un proceso dia- él voluntariamente incierto, en estado po-
léctico. A diferencia de los animales, cada tencial; el no-escoger sistemático hizo de
hombre es un unícum que no se puede ex- Kierkegaarcl un extranjero ante sí mismo,
plicar encuadrándolo simplemente en el gé- un ser procedente ele un mundo distinto.
nero (la humanidad) al que pertenece.
La intuición de que la categoría fundadora En este vacío de acontecimientos, las re-
de la filosofía debe ser el individuo en su sin- flexiones del filósofo danés se organizaron
gularidad llevó a Kierkegaard a ser (deseán- alrededor ele hechos minúsculos pero do-
dolo) un pensador subjetivo. Ello no signi- tados de significados cada vez más profun-
fica solamente que toda su producción dos. Así se explican sus tormentos espiri-
tuviese un marcado carácter biográfico: sig- tuales en tomo a una imprecisa «maldición
nifica también que el filósofo quiso hacer de divina» que pesaba sobre él y sobre su fa-
su propia existencia la parte esencial de su milia (una «espina en propia carne», un «te-
mensaje filosófico. rremoto», un «aguijón»). Muchos biógra-
fos han hecho lo imposible por descifrar
Desde el punto de vista de los valores do- estas alusiones siempre intencionadamen-
minantes, la suya fue una vida fracasada: es- te genéricas: lo cierto es que Kierkegaard
tudió teología por un compromiso contraí- vio morir a cinco ele sus seis hermanos y se
do con su padre moribundo, pero no llegó convenció de que estas desgracias respon-
nunca a ser pastor; se enamoró, pero rom- dían a una culpa cometida por su padre (una
pió el noviazgo antes de la boda; pasó su vi- grave blasfemia, acaso un adulterio). Pese a
da escribiendo, pero no aceptó nunca ser un ello, Kierkegaad no se decidió jamás a com·
escritor (hasta el punto de firmar con pseu- probar sus sospechas, sino que prefirió no
dónimos: Víctor Eremita, Frater Tacitumus). pedir explicaciones a su padre (mantenien·
Este rechazo de toda determinación, de to- do de esta forma todo este asunto, espiri-
da elección cualesquiera que fuese, supone tualmente muy tormentoso, en el campo de
la consecuencia de una vida que no quiso la pura posibilidad).
394
POSTHEGELIANISMO
395
POSTHEGELIANISMO
ESTADIOS DE KIERKEGAARD
Véase tambitn Trascendencia, Teología negativa,
lA VIDA Indiviuo
1 detallado análisis del modo en que los sión (una transformación total del indivi-
E individuos gobiernan su vida inspiró a
Kierkegaard la existencia de tres grandes
duo). Ser cristiano significa sentir una in-
domable impaciencia por la eternidad (la
posibilidades, alternativas entre sí, de exis- inquietud más alta del espíritu), vivir en una
tencia. dimensión de sacralidad, en una condición
de temor y temblor (título de una impor-
• La vida estética, definida en el Diario de tante obra de Kierkegaard) respecto a la di-
un seductor (1843), es propia del hombre vinidad, aun siendo conscientes de vivir en
que vive el instante, persigue todas las po- un mundo perverso que crucifica el amor.
sibilidades que se le presentan y no renun- Kierkegaard usó palabras muy duras para
cia a ninguna satisfacción. De esta forma, el condenar la aceptación exclusivamente for-
individuo se dispersa y se olvida de sí mis- mal y ritual de la fe. Dos mil años después
mo en la búsqueda de un placer que nunca de la muerte de Cristo, afirmó, el cristia-
es satisfecho y que acaba, además, por de- nismo no existe en absoluto; en cambio exis-
generar en el aburrimiento, en la indiferencia te, y éste es el mayor escándalo, el «jugar al
por todo e, incluso, en la desesperación. El cristianismo».
esteta es el hombre que «se deja vivir» y el
personaje literario de Don Juan es su figu- La fe auténtica, la única vía capaz de arran-
ra paradigmática. car al hombre de la desesperación de la an-
gustia (➔), no es la pacificación o el con-
• La vida ética es típica del buen marido suelo, sino la infracción y la paradoja. Ésta
y del buen padre, del ciudadano escrupu- va más allá de la moral comúnmente acep-
loso en el cumplimiento de sus deberes, ca- tada, más allá del conformismo bienpen-
paz de soportar los sacrificios necesarios, sante y de los principios éticos reconocidos:
respetuoso con las leyes. La norma de es- para lograr una total entrega a Dios, el au-
te tipo de hombre es la obediencia a su sen- téntico cristianismo supera las tradiciones
tido del deber, lo que representa ciertamente tranquilizantes y las normas de la razón, va
un progreso moral respecto al hedonismo más allá de la limitación de la ética social
del estadio estético. Esta elección, de todas ..y acepta convertirse en «escándalo». Ocupa
formas, no puede aún considerarse real- un lugar central en la reflexión de
mente cristiana. Recuperando los grandes Kierkegaard el episodio bíblico en el que
temas del misticismo ( en especial, la teo- Dios pidió a Abraham el sacrificio de su hi-
logía negativa: ➔), Kierkegaard vio la úni- jo Isaac. A pesar del amor que Abraham sen-
ca posibilidad de conseguir llevar una vida tía por un hijo esperado durante mucho
auténtica en el salto a la fe. tiempo, y a pesar de que este sacrificio era
contrario a la ley humana y a los principios
• La vida religiosa, según la tesis funda- de la ética natural, no dudó en obedecer a
mental de Kierkegaard, exige un total aban- Dios (poco importa que en el último mo-
dono de uno mismo en una relación íntima mento, cuando Abraham se disponía a ases-
con Dios. A esta elección de vida no se lle- tar el golpe homicida sobre su hijo, un án-
ga gradualmente, sino mediante la conver- gel bajase del cielo para impedirlo).
396
POSTHEGELIANISMO
397 i
POSTHEGEUANISMO
MATERIALISMO MARX
Véase también Alienación
DIALÉCTICO Dialéctica hegeliana, Sistema hegelian¿
a filosofía de Carlos Marx fue la conti- mediante las que cada sociedad consigue su
L nuación más significativa del sistema
hegeliano en la segunda mitad del s. xrx.
propia supervivencia material (en el capi-
talismo, a través de la producción y el con-
Marx adoptó de Hegel el método de la dia- sumo de mercancías).
léctica, al reconocer en este procedimien- Según Marx, la estructura es el eje central
to la mejor descripción de la realidad y el de una sociedad; lo que es superestructura!
método necesario para comprenderla. (ideológico) depende siempre de la base ma-
De acuerdo con el planteamiento hegelia- terial. Las contradicciones que mueven la
no, según Marx cada período histórico de- historia deben buscarse, por lo tanto, en es-
be ser también considerado como: te nivel. Todas las manifestaciones de la es-
• una totalidad estructurada (lo que Hegel piritualidad humana (arte, filosofía, ética,
llamaba «figura») en la que todas las mani- etc.) no son más que el reflejo de determi-
festaciones de la vida están fuertemente re- nadas condiciones materiales: «No es la con- :
lacionadas entre sí; ciencia de los hombres lo que determina su
• un conjunto de contradicciones que ha- ser, sino que es su ser social lo que deter-
cen inevitable el paso a la fase siguiente. mina su conciencia».
Por lo tanto, según Marx no puede existir"
Lo que Marx no aceptó del hegelianismo fue una «historia de las ideas» porque éstas no·
la tesis de la supremacía del espíritu, la vi- cambian por un proceso de evolución in-
sión idealista según la cual las ideas serían terna, sino que siempre dependen (como
el motor del proceso dialéctico. En su opi- los efectos de las causas) de las relaciones.
nión el sistema hegeliano se podía mante- de producción, el auténtico motor de la bis-:
ner como esquema abstracto, pero debía ser toria. La ilusión de que la superestructura.
totalmente invertido, de manera que el de- (la cultura) es autónoma y autosuficiente
venir del mundo material (económico) ocu- es una consecuencia de la división del trae
pase el lugar del espíritu absoluto. En con- bajo manual e intelectual, consecuencia, aC
clusión: según Marx, en todas las sociedades su vez, de la división de la sociedad en clac
es posible distinguir entre: ses. Según Marx, además, las ideas domi, _·
• la superestructura o el conjunto de ma- nantes en cada sociedad son siempre las de•·
nifestaciones del espíritu (teorías filosófi- · la clase dominante: es decir, la que posee los•
cas, religiosas, estéticas) y de las institucio- medios de la producción económica. Para
nes jurídico-políticas relacionadas con éste lograr imponer plenamente su dominio, és- _•.
(aparato estatal, burocracia ... ); ta necesita instaurar una hegemonía ideo'·
• la estructura o la base económica; esto es, lógica y cultural, presentando su propia vi-
el conjunto de las relaciones de producción sión como una verdad objetiva y universal.i;
398
....
j POSTHEGEUANISMO
Superestructura
399
POSTHEGELIANISMO
ALIENACIÓN
Véase también Materialismo dialéctiCQ
. 400
POSTHEGELIANISMO
En las catedrales góticas suele aparecer la figura de un condenado que expulsa monedas en lugar de ex-
crementos. El psicoanálisis considera este tema iconográfico como la intuición de una típica identifi:-,
cación inconsciente entre dinero y excrementos (entre el montón de mo- v'
401
POSTHEGELIANISMO
ANTROPOMORFISMO FEUERBACH
'1 402
POSTHEGELIANISMO
►plos de lectura antropomorfa: se tiende a vEt rostros humanos en la forma de las nubes, enT:l's
Construcciones, en los objetos más variados de la vida cotidiana.
403 ¡
POSTHEGELIANISMO
CIENCIA, EPISTEMOLOGíA C
POSITIVISMO
Véase también Evolucionismo, Quinto postulado
404
__P_o¡¡¡¡¡¡s_r_H_E_G_E..
L..IA"'N"'I""S'"'M"'o"""_t
¡;
---i
A la derecha, La quimica - \
revela la obra de Dios, 1
portada de la obra de
G. Wilson La religión en
la qutmica (1862). Abajo,
cartel publicitario del
s. xx. El recurso de la ter-
minología e iconografía r-'7' -:~f·
religiosas no es retórico: t- yi ¡
el descubrimiento del ¡
'!,¡111' ¡
1
1
Á
,
oxígeno a principios del
"~ ~ .] l'
s. XIX propició una au-
'' 4..,;:,.
téntica religión de la quí-
mica. La nueva ciencia ' '
permitía analizar por pri-
'
mera vez los cuatro ele-
mentos (->) despojándo-
los de su antigua aura
,,
jit \;-
\ /
mítica; al mismo tiempo,
ofrecía una explicación
:~1~{
del fuego (en términos de
combustión) capaz de
desvelar el secreto del de-
ven,ir (-) de la materia.
'0.i¿/
La investigación más
ambiciosa realizada
por el positivismo
fue el intento de ex-
plicar sobre bases fí-
sicas y materiales los
procesos del pensa-
miento. Si bien de es-
tos estudios derivan
la psicología científi-
ca y la psiquiatría, el
planteamiento posi-
tivista fue demasiado
simple y estuvo en
exceso influido por
el cientísmo. La ima-
gen muestra el apa-
rato del psiquiatra
A. Mosso para «medir las emociones» de los enfermos mentales. La
sonda, aplicada a los enfermos mediante una hendidura en el crá-
neo, registraba los cambios de calor y (a través del movimiento de la
pluma de oca) producía un «autógrafo mental».
405 t:
POSTHEGELIANISMO
R1il@)lli?f o/ ~
406
POSTHEGELIANISMO
407
i
·1
POSTHEGELIANISMO !L
esde el punto de vista pura:11ente cien- las dos doctrinas, perfectamente compati-
D tífico, la doctnna de Darwm se puede
resumir en dos proposiciones básicas:
bles entre sí, originó el neoevolucionismo
contemporáneo.
• el principio de la variación casual afirma
que entre los individuos de la misma espe- La doctrina de Darwin ha tenido un impac-
cie se producen mutaciones no programa- to sobre la cultura que supera los límites de
das y no dirigidas de los caracteres morfo- la biología.
lógicos, fisiológicos y del comportamiento;
estas particularidades individuales son en • En el plano religioso, la explicación por
parte hereditarias; via evolutiva del nacimiento del hombre se
• el principio de la selección afirma que los consideró incompatible con la teología de la
animales de todas las especies tienen ten- creación (_,.), determinando un enfrenta-
dencia a reproducirse según una progresión miento entre fe y ciencia comparable sola-
geométrica, pero la escasez de recursos dis- mente al que se produjo tras la revolución
ponibles impone una lucha por la vida con copernicana (_,.) en el s. XVI.
efectos selectivos. Esto determina la muer-
te de los individuos con variaciones indivi- • En el plano político, a finales del s. x1x se
duales menos eficientes mientras que, por abrió camino el darvinismo social: es decir,
el contrario, los más aptos tienen a su al- la idea de que el evolucionismo podía ser
cance más posibilidades de reproducirse y asumido como una suerte de programa pa-
transmitir a sus descendientes sus propias ra mejorar la especie humana, tanto a través
características hereditarias. A lo largo de mu- de los métodos de la eugenesia (programa-
chas generaciones, las variaciones especial- ción de los aparejamientos entre los más do-
mente adecuadas al ambiente se convierten tados) como a través de la selección de los
en patrimonio de toda la especie (sencilla- menos dotados. Conjugando el darvinis-
mente porque los individuos que no están mo social con la idea de raza (_,.), el na-
dotados de ellas acaban muriendo), deter- zismo transformó el concepto de selección
minando de este modo la evolución. biológica en un programa de exterminio de
las· categorías sociales coµsideradas anóma-
Contrariamente al .fijismo (-) aristotélico, las (locos, homosexuales, marginados, ju-
las especies animales no existen desde siem- díos). lgualmente falsa es la lectura social
pre, sino que son el resultado de un proce- del darwinismo, que equipara la selección
so de crecimiento evolutivo que incluye tam- natural al mecanismo de la libre competen-
bién al género humano. cia capitalista. Hoy es una opinión genera-
En los primeros decenios del s. xx, el meca- lizada que todas las interpretaciones políti-
nismo de la transmisión hereditaria de los cas del darwinismo son erróneas.
caracteres, introducido por Darwin como
una suposición, encontró una explicación • En cuanto al plano filosófico, el evolucio-
articulada en la genética que tuvo su desa- nismo se encuentra en la base de la doctri-
rrollo sobre la base de las intuiciones del na del progreso universal de H. Spencer Y
abad austriaco J. G. Mendel. La fusión de de la evolución creadora de H. Bergson.
i 408
POSTHEGELIANISMO
409
POSTHEGELIANISMO
¡ 410
POSTHEGELIANISMO
411 Pi
ANTIPOSITIVISMO
REACCIÓN ESPIRITUALISMO
Véase también, Irracionalismo
ANTI POSITIVISTA Quinto postulad~
412
ANTIPOSITIVISMO
413
ANTIPOSITIVISMO
TIEMPO-DURACIÓN g:
BERGSON
Véase también Evolución creadora
Materia/memori;
n el primer decenio de nuestro siglo, tantes se alargan como una eternidad; otros
E Einstein introdujo en la ciencia el con-
cepto de relatividad (- ) cuestionando la
dan sentido a toda la existencia marcán-
dola de forma indeleble: el momento del
aceptación acrítica del positivismo ( - )de nacimiento y el de la muerte, por ejemplo.
la tradicional noción newtoniana de espa- El tiempo vivido está lleno de significado,
cio-tiempo absoluto ( - ) . En los mismos tiene siempre un sabor particular para el
años y en el marco de la reacción antipo- sujeto; no en vano poseemos un término
sitivista (->), también la filosofía reanudó específico, aburrimiento, para designar el
la reflexión sobre estos temas. El pensa- sufrimiento que nace cuando no se con-
miento de Bergson se caracterizó en espe- sigue dar un sentido al tiempo.
cial por la atención que dedicó al concep- En la experiencia de la vida, este tiempo
to de tiempo, respecto al que distinguió psicológico, una dimensión peculiar de la
dos planteamientos posibles. espiritualidad, es subjetivo y no separable
de la memoria del pasado y ele la anticipa-
• El tiempo de la ciencia indica la noción ción del futuro (- Materia/memoria).
utilizada por los investigadores en la teo- Para el individuo concreto, éste es siempre
ría científica y en la práctica experimental. una duración: un intervalo temporal con-
Es un tiempo que goza de las siguientes creto y psicológicamente variable en el que
propiedades: ser objetivo, externo e in- se desarrollan los acontecimientos de la vi-
dependiente del sujeto humano; ser cuan- da (- ) . Más que a un collar de perlas, se
titativo, porque la cadencia de los instan- parece al hilo de un ovillo enredado.
tes (o de cualquier unidad ele medida) que
se suceden siempre con el mismo ritmo no Situándose en una línea de integración en
presenta diferencias cualitativas (cada mo- la fenomenología (- ) y el existencialismo
mento es siempre igual a todos los demás); (-), la reflexión ele Bergson tuvo un im-
ser geométrico: es decir, imaginable como pacto considerable sobre la cultura y sobre
una secuencia infinita de estados unifor- las artes visuales en particular. Se acuñó
mes; ser mecánico y espacializado: es de- el termino bergsonismo para designar la
cir, medido a partir de la dimensión espa- irrupción de la dimensión temporal en el
cial (por ejemplo, el cuadrante del reloj espacio pictórico, un elemento de poética
sobre el que se mueven las agujas). Según que aglutina prácticamente todas las van-
Bergson, se puede comparar esta concep- guardias ( - ) ele inicios del s. xx (el fu tu-
ción del tiempo a un collar de perlas, to- rismo y el cubismo, especialmente).
das iguales y distintas entre sí. La ciencia, espacializando el tiempo, lo des-
naturaliza; inesperadamente, sin embargo,
• El tiempo de la vida, el vivido por los in- la pintura se muestra capaz de invertir es-
dividuos concretos, es esencialmente cua- ta relación: a través de una deformación de
litativo: cuando se está aburrido, parece las imágenes espaciales inventa el efecto
que las horas no pasan nunca; otros ins- visual de un tiempo vivo.
414
ANTIPOSITIVISMO
415
ANTIPOSITIVISMO
MATERIA/ BERGSON
416
ANTIPOSITIVISMO
A B
D'
417
ANTIPOSITIVISMO
EVOLUCIÓN BERGSON
418
ANTIPOSITIVISMO
419
ANTIPOSITIVISMO
420
ANTIPOSITIVISMO.
Incluso en una observación prolongada, la figura tiende a no ser vista como un hexágono regular (que
es lo que es). La aplicación del método fenomenológico a la psicología de la percepción ha tenido un
efecto revulsivo y ha permitido el nacimiento de la gestalt.
421 '
ANTIPOSITIVISMO
.· 422
ANTIPOSITIVISMO
423
ANTIPOSITIVISMO
424
ANTIPOSITIVISMO
e
El buey (1946) de P. Picasso y Pájaros blancos (1958) de
G. Braque. En estos dibujos se puede ver una aplicación eri.
el terreno pictórico del principio de la reducción eidética. Las
dos imágenes no tienen nada que ver con una impresión sen-
sorial; la realidad aparece depurada de todo aspecto contingente, reducida a una descripción esencial.
No se podría extraer nada de estas imágenes sin alterar profundamente su significado.
425
ANTIPOSITIVISMO
426
ANTIPOSITIVISMO
'liiSeñal participa de la simplicidad del símbolo pero, a diferencia de éste, posee un significado (úni-
co) fijado por una convención, o código compartido.
427
ANTIPOSITIVISMO
no de los aspectos más interesantes de de las formas simbólicas (1929) sugirió que
U la reacción antipositivista del s. XX fue
el retorno a Kant. Rechazando la solución
no solamente el mito, el arte, la religión y
el lenguaje, sino también la ciencia y todo
irracionalista (--e. lrracionalismo), la co- el Universo cultural del hombre, son gran-
rriente neokantiana confirma de nuevo la diosas elaboraciones simbólicas.
confianza en la ciencia y en la visión tra-
dicional del hombre como ser racional. Por El efecto de este análisis, en coherencia con
otra parte, sin embargo, rechaza también el espíritu del kantismo, es el de salvar la
la afirmación positivista del carácter abso- validez del saber científico (dado que exis-
luto de la ciencia, contra la que propone ten formas simbólicas casi universales en
de nuevo el espíritu del criticismo kantia- el género humano, estrechamente depen-
no: es decir, la llamada a no traspasar los dientes de su conformación biológica) y, al
límites de la experiencia, la clara distin- mismo tiempo, relativizarlo (ya que la atri-
ción entre saber fundado e infundado y, so- bución de un significado a un símbolo si-
bre todo, la afirmación de la importancia gue siendo una operación aleatoria y de-
que el sujeto ejerce en el acto de conocer. pendiente de la cultura del sujeto). Incluso
Contra toda forma de dogmatismo se bus- lo que en el seno de cada civilización pa-
ca de esta forma recuperar la filosofía co- rece más objetivo y no opinable (por ejem-
mo reflexión crítica, capaz al mismo tiem- plo, la sensación visual del espacio) resul-
po de fundar la validez de la ciencia y de ta siempre determinado históricamente.
reconocer sus límites. Partiendo de este punto de vista, el histo-
riador del arte E. Panofsky (también se-
Ciertamente, proponer de nuevo la doctri- guidor del movimiento kantiano) ha de-
na kantiana implica una actualización de mostrado cómo la percepción de la
los términos: hoy, el concepto de «razón» perspectiva (-s.) es una construcción sim-
ya no puede ser el utilizado por Kant ha- bólica (y por lo tanto convencional, no na-
ce más de dos siglos. En su Ensayo sobre tural e instintiva).
el hombre (1944), E. Cassirer sugirió si- El hecho de que la perspectiva aparezca
tuar en el centro la noción de forma sim- hoy como la «verdadera» (objetiva) des-
bólica: «La razón es un término poco ade- cripción del espacio significa solamente
cuado si se quiere abrazar en toda su que «a través de la actividad simbólica, el
riqueza y variedad las formas de la vida cul- hombre, en lugar de relacionarse con la
tural del hombre. Estas formas son esen- realidad, con las cosas mismas, está, en
cialmente formas simbólicas. En lugar de cierto sentido, dialogando continuamente
definir al hombre como animal racional, se consigo mismo. Se ha rodeado de formas
debería definir como animal simbólico». lingüísticas, imágenes artísticas, símbo-
Según Cassirer, no se trata de una actividad los míticos y ritos religiosos hasta tal pun-
accesoria o eventual de la mente, sino de to que no puede ver y conocer nada más si
su característica constitutiva: en la Filosofia no es a través de esta mediación artificial».
. 428
ANTIPOSITIVISMO ·
~'\<{. ' - ~
\( ,4-•?--1
'-f:¡Jl...1: (Dibujo de A. Masson
~
para la cubierta de Acép-
hale, revista surgida en el
~
ámbito del surrealismo
L(;~~· ~;,~~~:í~~~~t~~j~ª!!~~
/ (-) en los anos treinta.
I \I
~
y transformada en cala-
vera) se convierte en el
símbolo de la pérdida
l
f. o de la superación de
(' la :acionalidad pe_rse-
, ) gmda por las corrien-
{ tes más irracionalistas
,,, )
de la cultura del s. xx.
. ·•:;J.•'ff'. .,
...,,.
'(:,'.·_
~<'L
!En\:l imaginario de muchas culturas, el ac:é,-
falo se convirtió en el símbolo de la diver,.1
sidad antropológica. Arriba, un ejemplar·
de los blemios, pueblo monstruoso de seres
con la cabeza sobre el pecho que el naturalista romano Plinio situaba en-~l
d:sierto de Libia. A la derecha se reproducen símbolos de significado pa,tL
c1almeme parecido, presentes en la cultura de los indios sudamericanos y
del pueblo chino.
429 L
ANTIPOSITIVISMO
430
ANTIPOSITIVISMO
En el icono cristiano-ortodoxo
que reproducimos, las 11neas del
techo no convergen y el basa-
mento de Cristo se desarrolla en
el espacio en sentido contrario a
la visión ocular. La teología de
los iconos (-;,,) teorizó una an-
tiperspectiva. El artista religio-
so, movido por intereses teoló-
gicos, se esforzó en contradecir
sistemáticamente todo lo que pu-
diese ofrecer una impresión rea-
lista de un lugar (ya que los
acontecimientos que describe
poseen un significado suprahis-
tórica). La idea de representar
a Cristo no se convierte en blas-
femia al ser colocado éste en un
escenario irreal e innatural (es
decir: por contraste, en un es-
pacio espiritual).
431
ANTIPOSITIVISMO
.J 432
ANTIP0SITIVISMO
Las reflexiones sobre el da-sein han influido notablemente en las artes visuales desde el s. xx, contri-
buyendo al nacimiento en pintura de la tendencia informal: una «pintura en estado salvaje», como se
la llamó, en la que aparecen los valores del signo (entendido como puro gesto existencial) y de la
materia sin que nos remitan a alguna forma o imagen.
.•Composición de E. Vedova. El
·'. _signo rápido, instintivo, no me-
ditado, reproduce en la tela la si-
tuación existencial, la gestuali-
dad motriz del artista. La pintura
se convierte en el recuerdo de
un acontecimiento.
.......•····················•·········
/ ......
@:')
··.\•.\•........... ......•.....
433
ANTIPOSITIVISMO
434
ANTIPOSITIVISMO
435
ANTIPOSITIVISMO
436
ANTIPOSITIVISMO
437
ANTIPOSITIVISMO
~~1
1
.\ 438
ANTIPOSITIVISMO - ,
-~ 1
439
ANTIPOSITIVISMO
440
ANTIPOSITIVISMO
441
ANTIPOSITIVISMO
] 442
ANTIPOSITIVISMO
luz pensamientos
color sentimientos
Mundo 2 sonido sueños
olor
gusto
dolor
tacto
PERCEPCIÓN
Yo
Ello
alma
VOLUNTAD
-- -
-
fantasías
intenciones
Vinculación • t 1
,
t
Mundo 1
1 ! ¡'-fj ! 1
' ASOCIATIVO
CEREBRO
1
i
¡ ¡ 1 !
443 .
ANTIPOSITIVISMO
444
ANTIPOSITIVISMO
(Esquema concep-
\tual del principio
holístico. Se pueden
ensamblar hasta cin-
co elementos para
formar una caja. Las
propiedades de la
caja (contener obje-
tos, dividir el espacio en
exterior e interior) son irre-
ductibles a la cualidad de uno
sólo de sus elementos.
445
11..A VOZ DEL IRRACIONALISMrn
446
lA VOZ DEL IRRACIONALISMO:1
•'
«Yo no soy un hombre; soy dinamita>:-, afirmó Nietzsche. Su concepción del super-
hombre dio origen a la caricatura aquí reproducida. «Conozco mi suerte.
Algún día se asociará mi nombre al recuerdo de una crisis (una crisis
que no ha tenido igual en la historia), a un profundo conflicto de con-
ciencia, a una decisión proclamada contra todo lo que hasta ahora ?e
creía, se exigía y se consagraba». Nietzsche fue, como pretendía, 11n
dinamitero del espíritu.
447
LA VOZ DEL IRRACIONALISMO:
448
i
LA VOZ DEL IRRACIONALISMO:
La implicación del cuerpo del artista en la obra de arte puede aparecer bajo el signo del dramatismo,
como sucede en El general (1978) de A. Rainer, a la izquierda: una elaboración en tinta sobre una
fotografía del rostro del artista (quien durante una pe,jonnance llegó a hacerse crucificar). También
puede cargarse de ironía(-): P. Manzoni produjo Cuerpos de aire (globos hinchados por su aliento),
dejó sus huellas digitales en huevos duros que luego daba a comer al público y también preparó (ima-
ge". de la derecha) latas de Mierda de artista (1961). ·v
'•o~,-
449
lA VOZ DEL IRRAC!ONAUSMO
NIHILISMO NIETZSCHE
1término nihilismo (cuyo significado cribe este nihilismo (la crisis de valores)
E estricto es «deseo de la nada») fue uti-
lizado por Nietzsche en diferentes acep-
de la época actual con términos muy efi-
caces: destacó, por ejemplo, cómo el cues,
ciones; a continuación se exponen las más tionamiento de toda certidumbre, el aban-
importantes. dono de toda posibilidad ultraterrena 0
religiosa, ha provocado en el hombre con-
• En el pasado hubo un nihilismo intrín- temporáneo un fuerte sentimiento de quie-
seco a todas las metafísicas, ya que en ellas bra y extravío existencial (un «vértigo»).
prevaleció una actitud antihumana y con- • De ahí se llega a una aguda nostalgia del
traria a la vida. Según Nietzsche, todos los pasado: el llanto por aquel período feliz
sistemas éticos, religiosos y filosóficos (la infancia de la humanidad) en el que aún
elaborados a lo largo de la historia de se creía en las fábulas (metafísica). El hom-
Occidente pueden interpretarse como es- bre moderno querría creer, pero ya no cree,
tratagemas elaboradas para infundir segu- y expresa una necesidad psicológica de li-
ridad a los débiles, quienes no aceptan la turgias tranquilizadoras. Pero por otra par-
naturaleza imprevisible de la vida y op- te ya no sabe en qué creer y no se arries-
tan por refugiarse en un mundo trascen- ga a seguir utilizando los mitos y ritos del
dente. Son reacciones de protección de un pasado. Por ello inventa otros nuevos, crea
hombre inseguro, atemorizado por su pro- nuevos tipos de fe en sustitución de losan-
pia naturaleza (por sus pasiones e instin- tiguas y reviste las ideologías políticas con • ,
tos) e incapaz de aceptarse a sí mismo. La un sentido religioso. En las experiencias • ···
máxima expresión de esta anulación del trágicas de la historia moderna provocadas · .·
hombre ha sido la religión judeocristiana: por el fanatismo ideológico-político viví- ··
la ética del amor, de la piedad y de la mor- do como una fe puede verse un desespe-
tificación del cuerpo con vistas a una hi- rado nihilismo, una «voluntad de creer a
potética felicidad ultraterrena es, única- cualquier precio» fuera de todo cuestio-
mente, una perversión del espíritu, una namiento de la realidad; lo mismo ocurre
patología de la humanidad. con la proliferación de sectas religiosas
• En una segunda acepción, con el térmi- en la persistencia de creencias mágicas (as-
no nihilismo Nietzsche entiende la muer- trología, parapsicología, ufología) y místh
te de Dios: la condición del hombre mo- cas (las apariciones de la Virgen, etc.). .• .•
derno que, a partir de la Ilustración y a • Por último existe en Nietzsche un nihi, ·.
causa de su «acrecentamiento de lapo- y
lismo activo positivo: la actitud propia del
tencia del espíritu», tiene cada vez menos superhombre ( -s-) que acepta la «muerte
fe en los valores tradicionales. Se trata de ele Dios» (el fin de toda metafísica, religión
una crisis de civilización que Nietzsche re- y sistema de valores) y que es capaz de so, . .
sume con la fórmula de «Dios ha muerto», portar las consecuencias psicológicas. ~n
en la que Dios es el símbolo de toda fe y este sentido, Nietzsche reivindicó para s1 el
de todas las metafísicas. Nietzsche des- título ele primer nihilista.
450
LA VOZ DEL IRRACIONALISMü;
451
LA VOZ DEL IRRACI0NALISMO
452
LA VOZ DEL IRRACIONALISMO
La danza dionisíaca
es un tema presente/
en toda la historia
del arte europeo. El
éxtasis se expresa
con la desarticula-
ción del cuerpo (los
brazos detrás de la
espalda, la cabeza gi-
rada) y con el desor-
den de las vestiduras.
El ejemplo de la de-
recha pertenece a un
sarcófago romano; el
de abajo, a un tapiz
de Pollaiolo (s. ~v).
-~,,,
~!
Estatua en bronce de Apolo (s. VI a.C.) ba-
ilada en el Pireo, Según Nietzsche, el espí-
ritu apolíneo del arte se expresó mejor en la
arquitectura y en la escultura, ambas fun-
dadas en los valores de la simetría, el equi-
librio y el rigor. Las artes dionisíacas, en cam-
bio, son la música y la danza: «Transfórmese
el Himno a la alegría de Beethoven en un
cuadro y no se ponga freno a la imaginación
cuando millones de seres rugen en el polvo,
perseguidos por el prodigio: sólo así podre-
mos aproximarnos a lo que es la fascinación
dionisíaca».
453
U VOZ DEL IRRACIONALISMO¡
SUPERHOMBRE NIETZSCHE ~.
454
LA VOZ DEL IRRACI0NALISMO
•.
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~...-:\' .
455
lu voz DEL IRRACIONALisMof
IRRACIONALISMO: ESTÉTICA E.
DADAÍSMO
Véase tambitn Nihilismo, Vanguardias
] 456
'LA
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VOZ DEL IRRACIONALISMO,'
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457
:LA VOZ DEL IRRACIONALISMO:
458
LA VOZ DEL IRRACIONAUSMO'
Un clásico ikebana
que hace referencia
a la primavera. En
esta composición,
formada por el ja-
rrón y las flores
(siempre tres), todo
debe estar dispuesto de manera natural y asimétrica. La esté-
tica zen valora lo vacío, la asimetría, la pobreza de materiales y
la simplicidad de la técnica, valores adoptados después por el
arte no-figurativo e-) del s. XX.
459
EPISTEMOLOGÍA
460
EPISTEMOLOGÍA
~;, .... ~ , .
Ta geometría de Riemann parte del su- :Esqtlema conceptual del «mundo con forma de silla de mon-
puesto de que en un plano no puede tar» o,riginado en la geometría de Lobacevskij. En un !'l~no
haber paralelas. Así se consigue que con esta forma es posible construir un sistema geometnco
el plano se curve sobre sí mismo has- en el que pueda haber varias rectas paralelas a una recta
ta formar una esfera. dada que pasen por un mismo punto.
461 b:
EPISTEMOLOGÍA
ientras que los griegos sólo conocían vención. Se trata de una solución que se
M los números que hoy llamamos na-
turales positivos (1, 2, etc.), a partir de la
adapta bien a la matemática elemental, pe-
ro que se muestra insuficiente para explicar
época moderna la noción de número (-s.) la naturaleza de teorías más complejas. ·
se extendió hasta denominar una serie he- • El formalismo o teoría axiomática de las
terogénea de construcciones mentales de di- matemáticas (Hilbert) identificó la validez
ferente naturaleza: números enteros, racio- de la coherencia interna de sus construc-
nales, irracionales, reales, complejos, no ciones. El ente matemático es considerado
naturales, transfinitos, etc. Los progresos en como un producto de la mente humana:
esta área del saber, particularmente acen- existe y es válido sólo cuando se consigne
tuados durante el s. XIX, estuvieron acom- definirlo sin contradicción.
pañados de una sorprendente falta de • El intuicionismo (Brouwer) trató de re-
certeza teórica, hasta el punto de que per- solver la cuestión recurriendo a la capaci-
manece todavía imprecisa la naturaleza y el dad constructiva de la mente: un ente ma-
estatus teórico del ente matemático por ex- temático puede llamarse existente si se
celencia: el número. consigue construirlo (es decir, si se es ca-
Después ele la crisis generada por el des- paz de producir un ejemplo e indicar el pro-
cubrimiento de la geometría no euclidiana, cedimiento necesario para obtenerlo).
se hizo inevitable replantearse los funda-
mentos de las matemáticas desde un punto Ninguno de estos intentos tuvo éxito: el lo-
de vista crítico. Así, durante los cincuenta gicismo encontró un obstáculo insalvablé
años a caballo del final del s. XIX y del prin- en la paradoja de Russell; el formalismo lo
cipio del s. xx nació la filosofía de las ma- halló en el teorema de Godel y el intuido,
temáticas, una nueva área ele reflexión crí- nismo no ha sabido construir un modelo
tica caracterizada ante todo por su estrecha general capaz de explicar todos los entes
compenetración con la filosofía, la lógica matemáticos (por ejemplo, la noción de in-
y las matemáticas. finito no ha podido ser construida y esca- ..
En el núcleo de esta investigación, llamada pa, por muchos motivos, a la capacidad in-
fundacionalista porque relativiza los axio- tuitiva del ser humano).
mas de base ele las matemáticas, está la no- Sin embargo, y a pesar del intenso debate
ción de número. Veamos las tres principa- que tuvo lugar en los primeros decenios del
les teorías adelantadas para definir de s. xx, el problema ele la naturaleza del nú·
manera clara esta noción fundamental. mero, y por ende de las matemáticas, per-
manece sustancialmente sin resolver; así las
• El logicismo (Frege, Russell) intenta re- cosas, el panorama en esta parcela del saber
solver el problema reduciendo el número a se caracteriza por la presencia simultánea
un principio lógico (la clase o conjunto). de numerosas teorías alternativas e incom·
Es una solución ele tipo platónico: el ente patibles entre sí. En el mismo siglo en que
matemático es pensado como algo preexis- se producen extraordinarios descubrimien·
tente, de modo que la matemática aparece tos tecnológicos, la ciencia descubre la fra-
como un descubrimiento y no como una in- gilidad de sus bases.
462
EPISTEMOLOGÍA
e .§ e e
e ·e ·e ·e
·a ·a
·e
·a
e
e
"
'2'
§ ] ~]
al' 0 _§ -g §-
/3 cS
Boole
" Q.~
j5 p X q p + q p>q p =q
La lógica es una de las escasas áreas del
Peano -p pnq p Uq p:) q p·=•q \Saber que siguen desprovistas de un len-
guaje técnico universalmente aceptado
por todos los estudiosos. Cada lógico
Whitehead
YRussell - p p•q pVq p:) q psq antepone a su propio trabajo una tabla
con los símbolos utilizados. Las razones
Hilbert de esta falta de unificación son de orden
¡; P&Q PVQ P-Q P-Q conceptual: en efecto, cada autor trata
YAckermann, 1928
los operadores lógicos (negación, con-
Hilbert junción, etc.) con matices de sentido
y Ackermann, 1959 ~P P/\Q PVQ P-Q P~Q propios, subrayados por su simbología
particular.
463 L
EPISTEMOLOGÍA
portantes intentos por resolver la crisis del • Los conjuntos normales se definen por
fundamento: es decir, especificar la natu- el hecho de no contenerse a sí mismos, ya
raleza del concepto de número. Elaborado que la totalidad (la clase) posee una natu-
por G. Frege (Principios fundamentales de raleza distinta a la de sus componentes.
la aritmética, 1903), el logicismo sugiere Muchos conjuntos naturales son de este ti-
la posibilidad de reducir las matemáticas po: una clase ele estudiantes no es un es-
a un sistema lógico. Así, el significado de tudiante; el conjunto de todos los vende-
un número podría enunciarse mediante la dores de fruta es una asociación comercial,
noción de clase (conjunto): la agrupación no una enorme frutería, etc.
de todos y exclusivamente aquellos entes • Los conjuntos no normales se definen,
(objetos de cualquier naturaleza) que cuen- en cambio, por contenerse a sí mismos co-
tan con algún atributo en común y que mo un elemento. El conjunto ele todos los
pueden ser definidos por una regla de per- colores del espectro luminoso (el blanco)
tenencia. En otras palabras, el número se- es un color en sí mismo; el catálogo de los
ría la característica común a un determi- libros de una biblioteca es en sí mismo un
nado tipo de clase; por ejemplo, el 7 libro, y esto implica que un catálogo per-
expresaría lo que hay de común con las si- fecto que contuviese todos los libros debe-
guientes clases: los días de la semana, las ría también contenerse a sí mismo.
maravillas del mundo, los reyes de Roma, La paradoja se produce cuando, al consi-
los jinetes del Apocalipsis, los sabios de la derar clases formadas por elementos, se inc
Antigüedad, etc. Aunque heterogéneos por cluyen clases de segundo nivel: es decir,
su contenido, todos gozan ele la propiedad clases ele clases. La situación aparece de
de igualdad aritmética: a cada uno de sus pronto como indefinible: es imposible es-
elementos corresponde uno y sólo un ele- tablecer si estas superclases son a su vez
mento en los otros. Llamamos número 7 normales o no normales. Russell parafra-
al conjunto de todos los conjuntos simi- seó su intuición con un célebre ejemplo.
lares a éste. lmaginemos que el barbero de un pueble-
En el programa de Frege, el concepto de cito se define a sí mismo de la siguiente
clase debía utilizarse de forma cada vez más manera: «Alguien que afeita a todos los que
compleja, explicando la naturaleza de to- no se afeitan a sí mismos». Ahora bien, si
dos los entes matemáticos y de sus ope- él se afeita a sí mismo, entra en contradic-
raciones. La imposibilidad de llevar a la ción consigo mismo, convirtiéndose en un
práctica este programa de refundación de imposible barbero que afeita a alguien que
las matemáticas sobre bases lógicas quedó se afeita a sí mismo; pero si no se afeitara
demostrada en 1903 por el filósofo inglés dejaría de ser el barbero de la definición,
B. Russell (Los principios de las matemá- pues no afeitaría a todos los que no se afei-
ticas, 1903). Russell expuso la distinción tan a sí mismos.
i 464
EPISTEMOLOGÍA
SI NO LA RECOJO,
ENTONCES SE PRESUME
QUE LA RECOJA.
~
o o ()
1/) 1/) 1/)
0 O 0
" " ....
"t'"('"t
t-' ........
< <C <C •
V V V
--~
o
o
8
do así al cartero en el símbolo de una clase), nace un problema
irresoluble referente a las cartas que llegan para el propio car- /.
tero. Si él las recoge, deja de ser cartero (inadmisible en tér-
minos lógicos); pero si no las recoge, deberá esperar a que se ~~- ·
las traiga el cartero, que es él mismo.
465
EPISTEMOLOGÍA
466
EPISTEMOLOGÍA · i.
Stringhe
467
EPISTEMOLOGÍA
RELATIVIDAD EINSTEIN ce
Véase también Simultaneidad, Quinto postulado
468
EPISTEMOLOGÍA
A
~ /"'. } ~ de la resistencia del
'---'__-_ 11------- aire, veo descender
~/~-
l la piedra en línea rec-
;;¡;,,t:. ta. Pero un peatón que observase la
maniobra desde un camino parale-
lo a la vía del tren, vería caer la piedra describiendo un arco de parábola (para este observador, el mo-
vimiento de la piedra se sumaría al movimiento del tren). Ahora pregunto: las posiciones recorridas por
la piedra, ¿están en realidad sobre una recta o sobre una parábola?» En la figura se muestra el experi-
mento realizado desde un aeroplano.
469
EPISTEMOLOGÍA
j 470
EPISTEMOLOGÍA
di>·
'.CO:ritrariamente a la ley de Newton sobre la
composición de las fuerzas, un rayo de luz
emitido por un faro viaja a la misma veloci-
dad tanto si se le suma como si se le resta la
velocidad de la Tierra.
tiempo
El cronótopo
o
'"al
¡:::
471
r--:. 1__EP""I""S'"'T"'E'""M""O""L_º...G...Í'"'A'"""..l_t................................._ _ _ __
CUÁNTICA
Véase también Indeterminación, Azar ,;
g 472
EPISTEMOLOGÍA
...
. ..
... ...·.:.
~
/'>
"í.Os ·modelos empleados para entender el átomo han sufrido profundas variaciones a lo largo del
5 , xx. El esquema de la izquierda, de A. Sommerfeld, mantiene la idea tradicional de electrones
en una órbita (ya no circular, sino elíptica) en torno al núcleo. En el modelo del centro, el con-
cepto de órbita (una trayectoria identificable) desaparece, y en el modelo de la derecha es susti-
tuido por el de nube de probabilidad. Según el planteamiento probabilístico de la cuántica, con-
secuencia del principio de indeterminación, no es posible determinar con seguridad las posiciones
de cada electrón en particular.
.,<->
Esquema conceptual de la doble naturaleza de
la luz. Si con un equipo de experimentación téc- /
nica adecuado se dispara una fuente de luz mo-
nocromática sobre una pared agujereada, se ve-
rifica que: 1) cuando sólo está abierto un agujero,
la luz se comporta según la hipótesis corpuscu-
lar;~) cuando está abierto más de un agujero, se
verifican fenómenos de interferencia que sólo
pueden explicarse con la teoría ondulatoria.
473
EPISTEMOLOGÍA
E1 principio de indeterminación,
enunciado en 1927 por el alemán
W. Heisenberg, es uno de los pilares teó-
posible prever dónde se encontrará el elec-
trón al final del suceso. De ahí se deriva la
naturaleza probabilística de la física atómi-
ricos de la física cuántica(-> Cuántica). ca: el único modo de calcular conjuntamente
La física cuántica afirma que en cualquier las dos variables (posición y velocidad) es
sistema es imposible describir simultáne- realizar un gran número de pruebas y ela-.
amente y con la adecuada precisión todas borar estadísticas en las que ambos valores
las variables observadas. La razón es que estén comprendidos dentro de ciertos lími-
el uso de instrumentos de medición influ- tes y según cierta probabilidad.
ye en el objeto medido, modificándolo al
menos en parte. En términos más genera- Este factor de imprevisibilidad no resta sig-
les, puede decirse que conocer instrumen- nificado a la física clásica: en el mundo ma-
talmente una cosa significa cambiarla. croscópico, los hechos conllevan la modi-
Estas perturbaciones provocadas por el ob- ficación de un gran número de estructuras
servador están también presentes en el atómicas y, en consecuencia, los valores es-
mundo macroscópico. Así, por ejemplo, tadísticos mantienen su estabilidad. En
sumergir un termómetro en un líquido mo- cambio, a escala microcósmica, el princi-
difica la temperatura del líquido. En el ám- pio de indeterminación desmiente la cau-
bito de la física clásica, las modificaciones salidad (-> Causa-efecto) y el determinis-
producidas por los instrumentos de medi- mo (->), sobre los que la ciencia ha basado
da son tan pequeñas que resultan irrele- durante siglos la idea de un comporta-
vantes. En el ámbito atómico, en cambio, miento predecible de la naturaleza. En el
su peso es determinante: la simple radia- ámbito atómico no existe, sin embargo, una
ción luminosa necesaria para verificar la necesidad absoluta (en el sentido de que
existencia de un electrón (radiación que un sistema de eventos puede dar lugar a
no puede ser inferior a un fotón, la unidad diversos desarrollos), pero ninguno de ellos
mínima de luz) es ya suficiente para sa- es inevitable, sino sólo más o menos pro-
car el electrón del átomo (efecto Compton). bable que otro.
No hay manera de medir partículas tan pe-
queñas sin interactuar de tal forma que Es evidente la gran relevancia epistemoló-
se modifique su naturaleza. gica del probabilismo cuántico. Einstein,
pese a considerar la cuántica limpia de
Al generalizar estas experiencias, Heisenberg errores, siempre rehusó aceptar este prin-
demostró que no es posible indicar simul- cipio: « Una voz interior me dice que ésta
táneamente la posición y la velocidad de una no es la solución exacta: es una teoría que
partícula elemental: si se mide la posición, nos ofrece mucho, pero no nos hace pe·
es imposible calcular la velocidad; y a la in- netrar más a fondo en el secreto del Gran
versa, una medición exacta de la velocidad Anciano. En cualquier caso, estoy con-
conlleva renunciar a la posición, pues es im- vencido de que Dios no juega a los dados».
474
EPISTEMOLOGÍA
El principio de indeterminación, , .
esencial en microfísica, mantie-
ne su validez teórica incluso en
los fenómenos macroscópicos.
La única manera de medir 1a pre-
sión de una rueda es retirar una
parte del aire haciéndolo pasar a
un manómetro. Esta operación
altera la presión de la rueda, aun-
que de modo irrelevante a fines
prácticos.
475
EPISTEMOLOGÍA
;¡ 476
~>
EPISTEMOLOGÍA
,.i -------
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J.~··~-
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~ (:·,,,
,. ',¡!,.,¡
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:-::=_...... ._:'
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f'/1 r- ' i Palabras en libertad (1912), de F. T .
.......~ll 141 ltUC \.·Marinetti. El futurismo también hi-
- ct:;::4r- zo hincapié en la relación entre azar
y obra de arte.
477 t
,~---.
~ EPISTEMOLOGÍA
Jl 478
EPISTEMOLOGÍA ~
...............~ 1
El científico inductivo (viñeta del episte-?~
roólogo T. Kuhn). K. Popper en La lógicaY
de los descubrimientos científicos, 1934) cri-
ticó el inductivismo (la idea de que las le-
yes científicas nacen de una generalización
del caso particular) tanto con argumentos
teóricos como con el análisis de los proce-
dimientos científicos. De hecho, el induc-
tivismo nunca parte de la observación in-
genua y desinteresada de la naturaleza, sino
del intento de falsar las teorías científicas
vigentes para sustituirlas por otras mejores.
A pesar de su prestigio en la historia de la
filosofía de la ciencia, la inducción no exis-
te en la práctica de la investigación.
A
Sistema de los axiomas
11 Proposiciones resultantes
5
479 12
EPISTEMOLOGÍA
[ 480
EPISTEMOLOGÍA
uJJJ
(aL•)i.adaht.h)
Pupilla
....)l.,1-.i).,1~1
(al·'o.;abclll Cll.·111uJ<r,,-,,,:dah IIU at-ullri;!\l(Jhj
Nervo cavo od ottieo
481 L
EPISTEMOLOGÍA
PARADIGMA
Véase también Descubrimieuto/justificación
j 482
EPISTEMOLOGÍA
IID EBEB
m
las nociones de paradigma y revolución científica se mostraron fecundas en otros ámbitos del saber.
J. Piaget las utilizó en la epistemología genética (-) para describir el desarrollo de la capacidad in-
telectual del niño. El ejemplo muestra cómo el proceso de adquisición de la perspectiva (dibujo de la
derecha) conlleva una confusa fase «revolucionaria» (dibujo central), una auténtica crisis respecto al
punto de partida (izquierda).
483 l
r- EPISTEMOLOGÍA
i - -
DESCUBRIMIENTO/ KUHN, EPISTEMOLOGÍA "".
Véase también An~rqui:~º metodológico,
JUSTIFICACIÓN Histonc1dad de la ciencia
484
EPISTEMOLOGÍA
~
-\ ·~. ~;-~,-,:.:· .>~::~ ' '-.
$,.,_.
'Kepler (El misterio cosmográfico, 1618) argumentó que el nú-
mero y la dimensión de las esferas planetarias pueden ser ex-
plicados por medio de los cinco sólidos platónicos. Lo más des-
tacable de este modelo neopitagórico de definición matemática ·",;:-~.
(y de su confrontación con la realidad del cielo) es que Kepler llegó a descubrir que las órbitas dé los
planetas no son circulares, sino elípticas. Cada uno de los cinco sólidos platónicos puede estar inscrito
y circunscrito a una esfera. Como en las cajas chinas o en las mamushkas rusas, cada sólido platónico
puede incluir una esfera capaz de contener, a su vez, otro sólido. Kepler intentó explicar el sistema
planetario sobre esta base. Dentro de la esfera más exterior (Saturno) está inscrito un hexaedro (cu-
bo) que, a su vez, contiene la esfera de Júpiter, circunscrita a su vez en un tetraedro correspondiente
a Marte, y así sucesivamente para las otras esferas: Venus (icosaedro) y Mercurio (octaedro),
H-C~✓ H-C
H
e'
485 [
EPISTEMOLOGÍA
• 486
EPISTEMOLOGÍA
487 l
CIENCIAS NATURALES
ETOLOGÍA LORENZ
Véase también Mecanismos inhibidores
Altruismo, Sociobiologí;
j 488
. CIENCIAS NATURALES
1 ... ..
Sarah
~
chocolate
...
es ia.
idéntico ~
rojo
Aunque la etología se basa en
~··;~ w -1
distinto
la observación ecológica para
dar
determinar los etogramos (uni-
dades mínimas de comporta-
miento), no descarta la expe-
e
no-no amarillo rimentación en laboratorio. Las
asir
~
Mary banana investigaciones de mayor inte-
rés filosófico son las tendentes
W'f
* .AA
nombre a crear un sistema comunica-
J ··--:,
marrón tivo (de base simbólica), de
alba:que poner r
cubo ~•--~~· intercambio entre personas y
de color ae .... animales. Algunos simios su-
489
CIENCIAS NATURALES
490
J CIENCIAS NATURALES 15
.j •
/
Válvula automática s
«mecanismo desenca-
denante>)
491
CIENCIAS NATURALES
492
CIENCIAS NATURALES :
493
CIENCIAS NATURALES
494
CIENCIAS NATURALES ¡;
rata del
desierto
perro de
caza
petirrojo oropéndola
La ley de Haenkel. Si se observan los cuatro em- La mayor parte de los cachorros de mamíferos ( e
briones que inician la serie de fotografías, resulta incluso de las aves) tienen formas semejantes:
difícil establecer cuál de ellos se convertirá en cabeza grande, ojos grandes y redondos, mejillas
un cerdo, en un buey, en un conejo o en un hom- rellenas, frente amplia, pelo suave, piel rosácea
bre. La semejanza es todavía muy acentuada en y delicada y un comportamiento torpe y gracioso.
la primera infancia: los cachorros de diferentes Todas ellas son señales que inhiben la agresivi~
especies animales se parecen más entre sí que dad de los adultos y de los estímulos lo sufi-
con sus respectivos sujetos adultos. cientemente fuertes como para producir un efec-
to intraespecífico (de hecho, los depredadores
atacan a los cachorros sólo en casos extremos).
495
~ CIENCIAS NATURALES
1 - - ·_ . . . . . . . . , ¡ ¡ ¡ . ,
INNATISMO BIOLOGÍA, ETOLOGÍA !!i!r?
'~ 496
CIENCIAS NATURALES
497 t
7
~ j CIENCIAS NATURALES
i - -
SOCIOBIOLOGÍA WILSON, INNATISMO, GENÉTICA !lli:if. ·
i 498
CIENCIAS NATURALES
Secuencia comporta-
rnental del coqueteo, de
Eibl-Eibesfeldt (Amor y
adío. Para una historia na-
tural del comportamiento
humano, 1970). Los etó-
logos han detectado la pre-
sencia de cond1c10nam1en-
tos biológicos en muchos
rasgos del comportamien-
to, aparentemente elabo-
rados en el ámbito cul-
tural. Por ejemplo: los
gestos de coquetería (con-
tacto ocular, cierre de pár-
pados, mirada huidiza) repiten de manera sim-
bólica los rituales de apareamiento de muchos
mamíferos (comportamiento evasivo, huida que invita a la persecu-
ción). En el hombre, la dinámica física de acercamiento-alejamiento es sustituida por formas ritua-
lizadas (toma de contacto y fuga) operadas a través de la mirada.
499 r
. - CIENCIAS NATURALES •
I~~
500
CIENCIAS NATURALES:
501
CIENCIAS HUMANAS
EPISTEMOLOGÍA
GENÉTICA Véase también Cognitivismo, Estructuralismo
502
CIENCIAS HUMANAS
503
CIENCIAS HUMANAS
504
CIENCIAS HUMANAS
o
h nace de la observación de la naturaleza, sino
de un proceso de evolución interior de los es-
~
quemas motores y gráficos. Como consecuencia
de ello, las creaciones gráficas de los niños de
g todo el mundo son extraordinariamente pareci-
das entre sí.
f
@
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a El análisis de la inteligencia infantil plantea evi-
dentes problemas de carácter comunicativo y ex-
e
~ perimental. El aparato que aquí se reproduce en
el dibujo de abajo es utilizado para estudiar las
capacidades de adquisición de un niño en la pri-
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Los dibujos esquemáticos de los ni-
ños obedecen a procesos de desa-
rrollo no subjetivos. Estas casitas,
tan parecidas entre sí, han sido di-
b1tjadas, de izquierda a derecha, por
un niño danés, un francés, un indio,
un finlandés y un alemán.
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505 !
CIENCIAS HUMANAS
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CIENCIAS HUMANAS
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En pintura, la única poética que puede calificarse de estructuralista es la del italiano G. Capogr'éSS·i
(1900-1972). A la izquierda, Superficie 021 (1949); a la derecha, Superficie 8 (1951); abajo, Superficie
número 205. Atribuir a todos los cuadros el mismo título, absolutamente no significativo (Superficie),
distinguiéndolos sólo con un número, es ui1o de los sistemas utilizados por el pintor para restar im-
portancia al tema, a las formas específicas representadas en el lienzo, con el fin de que destaquen los
valores puramente estructurales y compositivos.
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. La actuación expresiva de
Capogrossi se basa en la uti-
lización, en todos sus lien~
zos, de un solo signo bási-
co en variaciones infinitas:
'':~t-> una forma «en peine». La
repetición obsesiva acaba
por hacer insignificante al
propio signo, vaciándolo de
cualquier contenido infor-
mativo. De esta manera, el
valor de cada obra acaba por
consistir únicamente en la
relación, en e1 ritmo y en los
esquemas estructurales que
aparecen en cada lienzo.
507 i
CIENCIAS HUMANAS
508
CIENCIAS HUMANAS
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Í," ."·º ,._ ,.,_i,-T ""''"·" • 1•"'.: •: -C~ A "l•t I l•.<1_1t:f S:-•I 4 C_í•,,.o::lt:;1,;!: «Versos entretejidos>> de Las ala-
... ,.~_•"•·r""t•'fJ•_i,-, ,)t" ,_,. ..... -<1. ... "·'"'·r,.·"''c"":'1-..T::c; banzas de la Santa Cruz de Rabano
~ ¡,_.,, i t " l "1•1' :l. 1, J 1•: 4 ,_ 'e",_ e,• "· "."' f· T•J .... , ,-,-•f·.•.- 1>1,c,,-Í)I'} 3:
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Mauro-. A partir del antiguo ato-
t'••A$Tl\.1'f:~'!•IJ I>.~ ,- ;•'-': 1 V "'""'"·.,,,,lf.l::i~_;.,._,,.,,-,:1;, mismo.(-;,- Atomo), la estructura
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. .o..::t: de la lengua ha atraído. a menudo
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' '/if.,,,Ei?({,z.,-'}j_ el interés de los filósofos. La vir-
tualidad combinatoria de las le-
tras del alfabeto. -es decir, su ca-
pacidad para originar conjuntos
significantes (las palabras)- a pe-
sar de no significar nada en sí mis-
mas, ha sugerido un nexo con la
magia ( - ) , el misticismo ( - ) y
el arte.
509
CIENCIAS HUMANAS
; 510
l CIENCIAS HUMANAS f~
Gráfico que describe la curva de la histéresis. La histéresis es el
fenómeno por el que el valor que toma una magnitud dependiente
de otras está determinado no sólo por los valores de estas últimas en
un momento dado, sino también por los que poseía aquella ante-
riormente. Los prOcesos caracterizados por la histéresis son frecuentes
tanto en el mundo físico (histéresis magnética, dieléctrica) como en
(el psicológico. La histérisis puede ser considerada, por lo tanto,
, como una forma mínima de estructura.
511 t.
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~ CIENCIAS HUMANAS f
J 512
J CIENCIAS HUMANAS ¡Re'
Dibujos empleados por las mujeres caduveas como pinturas faciales, de Tristes trópicos. En el análisis
de este estilo Lévi-Strauss identificó el rígido dualismo que gobernaba aquella sociedad: en efecto,
se trata casi siempre de formas geométricas en contraposición con líneas curvas. Se suman dos estilos:
uno anguloso y geometrizado y otro libre, suelto y curvilíneo. Cada composición parece seguir si-
multáneamente un principio de simetría en una parte, y otro de asimetría en el resto.
s, ---------------------------------------------------------------------------------------- s,
fin medio
MIEL
INDUMENTARIA CARNE
COCINA
Representación diagramática de las relaciones estructurales entre los mitos ligados a la utilización de
la miel y del tabaco, presentada por Lévi-Strauss en De la miel a las cenizas (1966). En los ensayos
estructuralistas es típica la utilización de esquemas y diagramas normalmente empleados en el ámbi-
to de las ciencias naturales, para así superar también por este camino la tradicional división entre las
ciencias del hombre y las de la naturaleza.
513 L
CIENCIAS HUMANAS }
j 514
CIENCIAS HUMANAS
REFERENTE SIGNIFICANTE
515 L
i! CIENCIAS HUMANAS f t;
a manera en que una palabra o una distintos ele semejanza agrupables en una
L imagen se relacionan con su conteni-
do no es la misma: mientras que es ob-
escala icónica: un dibujo, por ejemplo, se-
ría menos icónico que una pintura, y ésta
vio que el término «pipa» guarda una re- menos que una escultura o una película.
lación puramente convencional con el La posición contraria, que considera la co-
verdadero objeto (referente), el signo vi- rrelación entre significante y referente siem-
sual parece tener, en cambio, una seme- pre convencional (incluso en el caso ele los
janza objetiva. signos visuales) ha siclo mantenida por U.
Pero si ello fuera cierto, se negaría la prin- Eco (Tratado de semiótica general, 1975),
cipal norma que se deduce del triángulo cuyo planteamiento antirreferencial se ex-
semiótico: la ausencia de una conexión di- presa claramente ya en la definición que
recta entre el significante y el referente na- ofrece de la semiótica: «La disciplina que
tural: es decir, entre el signo (en este caso, estudia todo aquello que puede ser em-
la imagen) y el objeto representado. Los pleado para mentir».
signos visuales tendrían en tal caso un es- El concepto en el que hay que profundi-
tatuto distinto ele los lingüísticos, y ciada zar, según Umberto Eco, es el ele la seme-
la enorme importancia ele la comunicación janza: una noción muy utilizada en la vi-
visual en la cultura humana, la semiótica cia cotidiana, pero que sin embargo resulta
se vería obligada a modificar las premisas problemática a poco que se la analice. En
básicas o, en cualquier caso, a reducir su efecto, los criterios que establecen la ana-
campo ele análisis sólo a los fenómenos ver- logía los decide siempre el sujeto que lle-
bales, desapareciendo como ciencia autó- va a cabo la comparación, independien-
noma con respecto a la lingüística. Por es- temente de la naturaleza real de las cosas
te motivo, el problema ele los iconos dio y de los signos.
lugar a fuertes controversias entre los se- El convencionalismo puede también no
miólogos y hoy sigue sin encontrar una so- ser una pura arbitrariedad subjetiva y obe-
lución universalmente aceptada. decer a códigos socialmente compartidos,
pero no deja de ser un elemento cultu-
C. S. Pierce (Semiótica, 1932) estableció ral. Sólo aparentemente aquello que es icó-
tres tipos ele signos visuales: símbolo (->), nico manifiesta su significado por medio
indicio (la mancha ele mojado que indica ele su propia naturaleza interior: su signi-
la lluvia; la flecha que señala una salida) e ficación no es nunca automática o natu·
icono (un retrato, un diagrama científico, ral, sino eminentemente cultural. Con-
una fotografía). Mientras que en los dos sideremos por ejemplo el caso extremo de
primeros casos la relación entre signo y re- una fotografía, que parece encarnar al má-
ferente es convencional y se rige por un ximo la semejanza objetiva entre lo real Y
código interpretativo, los signos icónicos lo representado: la investigación antropo-
serían, según Pierce, una consecuencia del lógica ha demostrado fehacientemente que
propio objeto por similitud. la capacidad de lectura de una imagen fo-
C. Morris (Rasgos de una teoría de los sig- tográfica es muy distinta en los pueblos
nos, 1938) señaló la existencia de grados que no conocen la perspectiva.
J 516
CIENCIAS HUMANAS ¡ · ~
((((
~ o
Dos ejemplos de intentos de realizar la iconicidad pura: es decir, 'sig-
(((( nos legibles sin ambigüedad por parte de alguien que no comparta
nuestro bagaje cultural. El primero nos lo proporcionan las imágenes
o que figuran en los envases de leche en polvo distribuidos entre las po-
blaciones analfabetas de las zonas más pobres del Tercer Mundo. No
puede haber lugar a ningún malentendido. El segundo nos lo pro-
porciona la placa fijada a la nave espacial Voyager, enviada a la deriva
en el espacio. Pero ¿y si los hipotéticos extraterrestres tuviesen un sis-
tema de comunicación basado en el olfato, el más difundido entre las
especies animales terrestres?
517 É
l CIENCIAS HUMANAS i
ANÁLISIS ÜGDEN, SEMÁNTICA ffi•
J 518
CIENCIAS HUMANAS
Bueno Malo
Tenso Relajado
Húmedo Seco
Blando Duro
cerdo
cabra
oveja•• •
• vaca
caballo
•
Método del espacio semántico pro- perro
puesto por L. J. Rips para visualizar la
animal
mamífen¡ • •
conejo
manera en que los sujetos valoran las
analogías entre las palabras. La lejanía •
espacial expresa la conceptual, permi-
ciervo
tiendo así llevar a cabo valoraciones ob-
oso • rata
gato• •
jetivas acerca de la mentalidad del suje-
to: del esquema se deduce, por ejemplo,
que según la psicología del entrevistado
• león
hay una semejanza mucho más acusada
entre una cabra y una oveja que entre
•
un león y un gato (considerado por su
ferocidad casi idéntico a una rata).
tamaño
519
CIENCIAS HUMANAS
a lingüística generativa, nacida en 1956 Por otra parte, la gramática tradicional que
L con Las estructuras de la sintaxis del
norteamericano N. Chomsky, constituye
Chomsky llama gramática superficial (la
sintaxis y el análisis lógico que se apren-
un enfoque totalmente nuevo del proble- den en la escuela) es totalmente incapaz
ma de la lengua. En el pasado los lingüis- de explicar la manera concreta con la que
tas siempre habían estudiado las palabras los hablantes estructuran las palabras en
y los textos: es decir, el producto concre- frases. Sólo la existencia de una gramática
to y final de los actos lingüísticos; en cam- profunda, presente de forma inconsciente
bio, Chornsky introduce la novedad de des- en cualquier hablante, permite esclarecer
plazar la atención más arriba, concentrando las proposiciones. Esta «gramática» pre-
su interés no en la ejecución de una len- supone la existencia de una unidad prio-
gua, sino en la competencia lingüística de ritaria de todo acto lingüístico: aunque las
los hablantes; o lo que es lo mismo: cen- palabras se pronuncien en secuencia, una
trándose en el cómo y a través de qué pro- a una, psicológicamente el hablante parte
cesos mentales consiguen los humanos nti- siempre del sentido global, del significado
lizar el lenguaje. total que quiere dar a la frase. De igual ma-
nera, para el que interpreta es fundamen-
Chomsky aplica a su teoría el calificativo de tal la atribución general de sentido sobre
generativa porque pretende explicar cómo cuya base se establece el significado de la
se generan las frases en la mente de los hom- frase (por ejemplo: en los dos diagramas
bres y, por consiguiente, en su lenguaje. de la siguiente página, leer «limpia» como
Tradicionalmente, éste había sido el campo verbo o como adjetivo). Una frase se pue-
de la gramática y la sintaxis; sin embargo, de exponer en forma activa ( Caín asesinó
Chomsky señala que la existencia de una a Abe!) o bien en forma pasiva (Abe! fue
gramática no explica en absoluto la com- asesinado por Caín), lo que lleva apareja-
petencia lingüística. Hablar una lengua no da una transformación de la gramática su-
significa conocer su gramática: se aprende perficial, aunque desde el punto de vista
a hablar antes de ir a la escuela y cualquier del significado profundo no haya la menor
adulto, por muy ignorante que sea, reco- diferencia. No son las reglas de la sintaxis,
noce casi siempre un uso indebido de su sino la gramática profunda que nadie
lengua materna. El dominio de un lengua- aprende porque es innata en todo ser hu-
je y de sus estructuras gramaticales es una mano, lo que nos permite comprender el
habilidad: es decir, una capacidad que el ha- papel desempeñado por cada palabra den-
blante primero adquiere y después aplica en tro de una frase y llevar a cabo, en caso ne-
general de manera absolutamente incons- cesario, las debidas transformaciones. Así
ciente. De hecho, utilizamos con extrema- pues, a partir de Chomsky el análisis del
da precisión unas reglas gramaticales que lenguaje se convierte en una ciencia pura-
jamás hemos especificado y sobre las que mente interdisciplinaria, uniéndose a la ló-
nuestra conciencia jamás se ha detenido. gica y, sobre todo, a la psicología.
520
CIENCIAS HUMANAS
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grupo nominal
enunciado
grupo verbal
é ~
artículo sustantivo
~
verbo grupo nominal
~
artículo sustantivo
1 1
La vieja limpia la cocina
enunciado
~
artículo
ad· etivo sustantivo
~verbo
pronombre
521
PSICOANALISIS
ELLO FREUD [
sí como la metafísica indaga el ser más inconscientes que se han acumulado debi-
A allá de la experiencia, el psicoanálisis
ha desarrollado una metapsicología (o lo
do a una incapacidad de encontrar un cau-
ce normal de salida.
que es lo mismo, un intento de explicar los
fenómenos psíquicos que se desarrollan por • El punto de vista tópico describe la es-
debajo de la conciencia). S. Freud analizó tructura de la psique según un modelo es-
el aparato psíquico, la organización inte- pacial, localizando sus funciones en áreas
rior de la mente, desde tres principales pun- topográficas. En el aparato psíquico hay tres
tos de vista: económico, dinámico y tópico. «instancias»: el Super-Yo, el Yo y el Ello
(o Id; en español el «Ello»: es decir, el in-
• La función económica de la psique con- consciente entendido como el Otro, el ser
siste en tener bajo control, al más bajo ni- desconocido que habita en cada uno).
vel posible, la libido: es decir, la pulsión Tal como especifica Freud, «llamamos Ello
sexual que circula por todo el sistema y lo a la más antigua de las regiones de la psi-
vivifica. La excitación libídica se puede que: su contenido es todo aquello que se ha
controlar mediante el desplazamiento de heredado, presente en el momento de na-
una representación a otra, desviada ha- cer, establecido por constitución y princi-
cia objetivos no sexuales con el procedi- palmente las pulsiones que proceden de la
miento de la sublimación, anulada tran- organización corporab.
sitoriamente con la remoción (mecanismo El Super-Yo es el área de la psique común-
de represión inconsciente), o bien repri- mente llamada «conciencia» o «sentido del
mida con la censura, que impide que los deber»; nace de la intetiorización de las pro-
contenidos inconscientes juzgados como hibiciones paternas en los primeros años de
inaceptables afloren al nivel de la con- vida y ejerce una función de juez y censor
ciencia. con respecto al Yo, sobre el que desarrolla
una función crítica. La diferencia con la no-
• Desde el punto de vista dinámico, el apa- ción del sentido ético de la tradición filo-
rato psíquico se presenta como un lugar de sófica consiste en que el Super-Yo actúa en
compensación de fuerzas: por una parte ac- buena parte a nivel inconsciente.
túan las instancias instintivas del incons- El Yo (o Ego) es la parte consciente de la
ciente (-) y, por otra, la conciencia (el psique, la única que está en contacto direc-
Super-Yo) impone a la conducta unas es- to con el mundo exterior; en ella encuen-
trictas normas. El cuerpo es el lugar de es- tran su lugar todas las tradicionales f acu!-
ta mediación: hay una estrecha relación en- tades del alma (-) examinadas por los
tre lo psiquico y lo somático, de tal forma filósofos (sensación, pensamiento, fantasía,
que la energía libídica se manifiesta también memoria, intelecto). Oprimido entre las ten-
a través de la fisiología y sus patologías. El dencias instintivas del Id o Ello y las pro-
síntoma neurótico (la imposibilidad o la co- hibiciones del Super-Yo, el Yo trata cons-
acción a llevar a cabo una acción) es a me- tantemente de mantener el delicado
nudo la manifestación de una masa de ener- equilibrio que constituye la salud mental
gía libídica, la descarga de unas tensiones y la personalidad del individuo.
522
PSICOANALISIS
Objeto de
conciencia
Conciencia Conciencia
consciente . - - - - - - , consciente
-----------
Inconsciente
------~
Inconsciente
523
PSICOANÁLISIS
• el inconsciente no es una parte acceso- Dos son los mecanismos peculiares del pro-
ria de la psique, sino su dimensión cons- ceso primario: el desplazamiento, por el
tante y determinante ( «Los procesos psí- que una representación cede su propia car-
quicos son en sf mismos inconscientes y ga libídica (erótica) a otra confiriéndole un
los conscientes son tan sólo actos aislados, nuevo valor emotivo y manifestándose en
fracciones de la vida psíquica total»); cierto modo a través de ella, y la conden-
• los contenidos del inconsciente están for- sación, es decir, la confluencia en una so-
mados por emociones sexuales, tanto en el la representación de la inversión pulsiona!
sentido más restringido como en el más (la carga emotiva) ele muchas otras.
amplio de la palabra (libido), que actúan Estos procesos del inconsciente son del to-
como causas determinantes de las enfer- do inaccesibles a la conciencia; pueden ob-
medades nerviosas. servarse sólo parcialmente tras haber pa-
Sobre esta base, Freud construyó una des- sado por una censura y únicamente en
cripción del aparato mental (la organiza- aquellas situaciones en las que se registre
ción interior de la psique) y lo consideró una suspensión de la vigilancia: el sueño
integrado por tres sistemas: el inconsciente (el «camino real hacia el inconsciente»),
o Ello (->), la zona de la conciencia cons- los olvidos, los descuidos, la libre asocia-
ciente o Yo, el Super-Yo, la interiorización ción de ideas, las salidas ingeniosas, los
de las prohibiciones paternas, comúnmente lapsus o las meteduras ele pata, además de,
llamado «voz de la conciencia». Cada una por supuesto, los síntomas neuróticos.
de estas partes ejerce una función y po-
see una energía propia y una peculiaridad Según Freud, el hombre está condiciona-
lógica, una modalidad específica de repre- do por una estructura dual (y autocon-
sentar los propios contenidos. tradictoria): por una parte, las pulsiones
pugnan por emerger a la conciencia y, por
Los mecanismos del Ello, llamados proce- otra, la incapacidad de cada individuo pa-
so primario, no están condicionados por ra aceptar la parte instintiva de su propio
el tiempo, con el que de hecho no guardan ser (junto con la necesidad ele controlar
ninguna relación, no siguen las reglas de los propios deseos, impuesta por la civili-
la racionalidad intelectual y desafían in- zación) da lugar a que la salud psíquica se
cluso el principio de la no contradicción: reduzca a un frágil compromiso entre las
desear una cosa y lo contrario; o bien, re- exigencias de orden y de autocontrol im-
presentando en el sueño una cosa mediante puestas por la conciencia y las pulsiones
su contrario, forman parte integrante de vitales regidas por el principio del placer,
su «lógica». Las limitaciones impuestas por que tiende a la realización inmediata, to-
la realidad natural tampoco ejercen el me- tal y absoluta del deseo.
524
PSICOANÁLISIS
Al descubrimiento del inconsciente contribuyó la llegada a Europa, en las primeras décadas del s. XIX,
de la hipnosis (utilizada al principio también por Freud), practicada desde tiempos inmemoriales en
Oriente pero totalmente desconocida en Occidente. Los extraños poderes de la práctica hipnótica (pér-
dida de la voluntad, regresión mnemónica, insensibilidad al dolor), a pesar de ser explicados con la ló-
gica reduccionista Upica del positivismo (->) -es decir, como un efecto de un fluido magnético (o ani-
mal) no del todo aclarado- permitían entrever la insospechada complejidad de los fenómenos mentales.
525
PSICOANÁLISIS
526
PSICOANALISIS
i¡
¡
1
527
PSICOANÁLISIS
SURREALISMO ESTÉTICA
E surrealismo
1 es uu movimiento artísti-
co y cultural (una de las vanguardias:
-a-) nacido en París en 1924 con el Primer
sieron un par de muy valiosas «vías pictóri-
cas hacia el inconsciente».
• La primera consiste en utilizar la pintura
manifiesto surrealista de A. Breton. Tras una para describir la actividad onírica, es decir
dura crítica de los conceptos tradicionales, ilustrar las especiales modalidades con la;
en dicho manifiesto se afirmaba que el ob- que se organizan las imágenes en el sueño.
jetivo del arte y de un nuevo estilo de vida Como consecuencia de los mecanismos de
era la «liberación del inconsciente (-a-)». desplazamiento y condensación (típicos de
los procesos inconscientes), ciertas cosas que
A pesar de las apremiantes invitaciones de en la conciencia no parecen guardar rela-
Breton, Freud se negó siempre a conside- ción, se presentan en el sueño relacionadas
rar la poética surrealista como una filia- entre sí. Es el método de las asociaciones in-
ción legítima del psicoanálisis: «No estoy congruentes, el más típico de los procedi-
en condiciones de percatarme de lo que es mientos surrealistas: consiste en combinar
y de lo que pretende el surrealismo; pue- en un solo contexto imágenes no relaciona-
de que no esté en condiciones para com- das lógicamente (el ejemplo clásico es el del
prenderlo, pues estoy muy alejado del ar- paraguas y una máquina de escribir sobre la
te». En efecto, a pesar de reconocer que el mesa de un depósito de cadáveres).
proceso primario (inconsciente) era por su
propia naturaleza preverbal (durante el sue- • La segunda consiste en utilizar la pintura
ño pensamos con imágenes), Freud poseía para hacer emerger a la superficie los con-
una cultura mucho más literaria que pic- tenidos del inconsciente. El artista se sitúa
tórica y jamás llegó a comprender el ca- en una posición de automatismo, exclu 0
rácter conceptual del arte no figurativo (-a-) yendo de su trabajo, mediante la maximi-
contemporáneo. De hecho, Breton y los zación de la velocidad ejecutiva, cualquier
representantes del surrealismo siempre le posibilidad de reflexión racional. El propio
parecieron una simple pandilla de locos Freud había inventado un método diagnós-
exaltados, de los que convenía apartarse tico (las asociaciones libres) basado en el
entre otras cosas por sus execrables acti- mismo.principio. Tras haber pronunciado
tudes anarquizantes y rebeldes (durante una palabra cualquiera, invitaba al paciente
un breve período de tiempo, Breton a responder de inmediato con otro término,
consiguió imponer a los surrealistas el primero que le viniese a la mente. La ra-
la inscripción a la Tercera Internacional pidez de la respuesta es un factor esencial:
Comunista). el sujeto analizado no ha de tener tiempo pa·
ra reflexionar (movilizando con ello las ac-
A pesar del desprecio de Freud, los surrea- tividades conscientes y censoras de su pro-
listas exploraron todas las posibles cone- pia psique), sino que ha de contestar
xiones entre el psicoanálisis y el arte. instintivamente y sin pensar. Sólo así es po·
Partiendo del principio según el cual tanto sible evitar la vigilancia de la conciencia Y
la pintura como el Ello (-a-) son esencial- abrir un camino para el afloramiento de los
mente «fabricantes de imágenes», propu- contenidos latentes del inconsciente.
;l 528
PSICOANÁLISIS
529
PSICOANÁLISIS
530
PSICOANÁLISIS
,.·<':>..
@ü;·fio, arquetipo y mito: a la izquierda se reproduce el dibujo de una paciente de]ung, cuyos sueños
estaban presididos por una obsesiva imagen recurrente y angustiosa: un ojo en medio del mar, ata-
cado a ambos lados por dos serpientes; el dibujo de la derecha, sorprendentemente similar al anterior,
es un detalle de la decoración de un mosaico de un antiguo pavimento romano. La aparición, total-
mente involuntaria e inconsciente, de símbolos e imágenes míticas en los sueños, representa según
Jung una prueba de la existencia de arquetipos universales por debajo de la conciencia individual.
Una de las formas arque.típicas del inconsciente presente en todas las culturas y en la psique indi-
vidual es el mandala, término sánscrito correspondiente a una imagen fuertemente geometrizada
(círculos y cuadrados inscritos) y
construida de tal forma que se
acentúe el valor del centro. Se tra-
ta, segúnJung, de un simbo lo del
Si Mismo, de la globalidad interior
del individuo (en la imagen supe-
rior izquierda, mandala utilizado
como instrumento de meditación
por los monjes budistas; a la dere-
cha, un ejemplo de mandala occi-
dental, una imagen de la ciudad
celeste del Apocalipsis de Saint-
Amand; abajo, a la izquierda, un
i-mandala dibujado por un niño, pa-
's.ciente de Jung).
531
PSICOANÁLISIS
egún el psicoanálisis del inconsciente duos: en realidad, la relación entre dos per-
S colectivo (-) fundado por C. G. Jung,
la función del inconsciente consiste en
sonas jamás es doble, sino cuádruple (se-
gún el esquema que se muestra en la pá-
compensar (reequilibrar) la personalidad gina siguiente), y es por lo tanto inevitable
consciente en sus aspectos unilaterales se- que se produzca una imagen distorsiona-
gún un principio de complementariedad: da de las personas de sexo contrario, juz-
cada sexo interioriza (idealiza y en parte gadas siempre no sólo por lo que son sino
asume como propias) las cualidades del también por su coincidencia con los mo-
contrario. En el inconsciente de cada va- delos inconscientes del sujeto.
rón se oculta siempre un ánima (es decir, Así se comprende el fenómeno del ena-
un componente de tipo femenino) al igual moramiento, segúnJung una forma de pro-
que en cada hembra se oculta un animus yección (el mecanismo mediante el cual
masculino. Se trata de dos arquetipos uni- un componente del inconsciente se mani-
versales e intemporales que se manifiestan fiesta en algo exterior al sujeto): el varón
en los sueños y en los mitos: el animus apa- se enamora de la mujer más similar a su
rece en las figuras del Héroe y de Dios; el componente femenina inconsciente, y vi-
ánima, en los símbolos de la tierra y del ceversa. «Ningún hombre es tan viril que
agua y en la figura de Eros, el dios del amor no tenga en sí mismo nada de femenino.
y de la misma vida. La eliminación de los rasgos femeninos ha-
ce que estas exigencias contrasexuales se
En el individuo sano (es decir, capaz de acumulen en el inconsciente. La imago de
aceptar, controlar y equilibrar su propia bi- la mujer (el ánima) se convierte en el re-
sexualidad) ambos arquetipos producen ceptáculo de estas exigencias, de talma-
un aumento de la capacidad y plenitud de nera que el hombre, en su elección amo-
la conciencia. Cuando, por el contrario, el rosa, sucumbe a la tentación de conquistar
equilibrio se transforma en insuficiencia o a aquella que mejor se ajusta al especial ca-
predominio, surge una situación patológi- rácter de su propia feminidad inconscien-
ca. SegúnJung, la homosexualidad, el tra- te; una mujer capaz de acoger sin dificul-
vestismo (y también las faltas de armonía tad es la proyección de su ánima.» Además,
de los caracteres de una mujer viriloide o aunque la masculinidad-feminidad son uni-
de un varón feminoide) dependen de una versales, su desarrollo en el individuo es-
excesiva identificación con el arquetipo tá condicionado por las experiencias de la
contrario al propio sexo biológico. Y, por vida. El arquetipo femenino en el varón, a
el contrario, la negativa a reconocer la pro- pesar de estar presente desde el nacimien-
pia duplicidad intima produce conductas to, está influido por su relación con lama-
que van desde el machismo (exacerbación dre y la hermana durante la infancia y con
de la virilidad con la que el varón trata de la hija en la madurez. Ello da lugar a que
ocultar, ante todo a sí mismo, sus propias uno tienda a enamorarse de aquellas per-
inclinaciones femeninas) hasta la neuro- sonas con las que consigue instaurar re-
sis. Ello entraña también una gran com- laciones que constituyan una prolongación
plejidad en las relaciones entre los indivi- de las ya fijadas dentro de la familia.
532
PSICOANÁLISIS
533 i
PSICOANÁLISIS
reud calificó siempre de tergiversación cierto control de los individuos, pero se-
F de su doctrina la posición de los inte-
lectuales que se manifestaron a través del
ñaló que la civilización capitalista, autori-
taria y clasista, _añade un plus de represión.
surrealismo (->) como A. Breton y de los La moral sexófoba dominante, inhibiendo
piscoanalistas que pretendían «liberar el in- el libre desarrollo del eros (-),hace que
consciente». Según el padre del psicoanáli- el individuo se sienta inseguro, autorre-
sis, la condición humana está determinada primido y pasivo y es, en definitiva, un ins-
por la necesidad de establecer un equilibrio trumento para la explotación burguesa. En
entre las dos polaridades de la psique: el Ello La psicología de masas del fascismo (1933)
(el instinto) y el Super-Yo (la conciencia), señaló la existencia de una estrecha rela-
dos fuerzas contrapuestas pero ambas ne- ción entre el fascismo y la estructura pa-
cesarias. Si se «liberara el inconsciente» se triarcal de la familia pequeñoburguesa, en
daría vía libre a fuerzas amorales y agresi- la que el padre desempeña el papel de je-
vas capaces de trastornar la personalidad fe. Como consecuencia de ello, la revolu-
del sujeto y cualquier sociedad. ción social propugnada por Marx tiene que
ir acompañada de una revolución sexual.
En El malestar en la cultura (1929), Freud
ahondó en estas reflexiones analizando el Reich fue condenado por Freud, expulsa-
coste que cualquier convivencia social im- do de todas las asociaciones psicoanalíti-
pone al individuo, obligándolo a reprimir cas, proscrito por el partido comunista aus-
sus pulsiones libidinosas. Continuando la tríaco y por el alemán y obligado al exilio
obra paterna, la civilización se presenta co- por los nazis. Incluso en Estados Unidos,
mo un Super-Yo social al que el individuo país en el que fijó su residencia a partir de
ha de adaptarse, so pena de sufrir angus- 1939, fue obligado a destruir sus libros y
tia y neurosis. Por otra parte, la civiliza- acabó muriendo en la cárcel. La razón de
ción es el mal menor; en una sociedad en semejante ensañamiento fue el hecho de
la que las fuerzas del inconsciente se pu- que Reich no se limitara a teorizar acerca
diesen desahogar libremente, el individuo de la revolución político-sexual, sino que
no sería más feliz, sino tan sólo más peli- tratara también de llevarla a la práctica, fun-
groso para los demás. dando primero la Sexpol (asociación para
la política sexual) y con la fundación pos-
En oposición a Freud, el programa enca- teriormente en Estados Unidos del Orgone
minado a la liberación del inconsciente Institute.
fue propuesto por W. Reich (1897-1957), Por la actividad desarrollada en semejan-
u na de las figuras más inquietas e impe- tes centros, Reich fue acusado de charla-
tuosas del s. xx: psicoanalista, revolucio- tanería y pansexualismo (cuando no de
nario marxista y profeta de la revolución ocultar prácticas orgiásticas); pero hoy se
sexual simultáneamente. En La función del sigue reconociendo que sus ideas fueron
orgasmo (1927) y El invento de la moral se- un importante factor de desarrollo de aquel
xual coercitiva (1932), Reich reconoció con cambio en las costumbres occidentales co-
Freud que cada civilización impone un nocido como revolución sexual.
i 534
PSICOANÁLISIS
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entre el estado eléctrico .
del cuerpo y la potencia .
orgónica (sexual) le sugi-
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rió la construcción con fi-
nes terapéuticos de unas . '. 'O ✓,•a.E.-/(~ - ¡;;...e' 1- .lf¡;;,;
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máquinas especiales que
llamó acumuladores or- '
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535
PSICOLOGÍA
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PSICOLOGÍA
537
PSICOLOGÍA
538
PSICOLOGÍA
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Í:a gestalt descubrió la presencia de algunos factores estructurantes de la visión, auténticas leyes
que regulan el acto de la percepción. Los más importantes son tres.
• El criterio de proximidad: en ausencia de otros criterios organizadores, las figuras tienden a agru~
parse en función de su proximidad. En efecto, los puntos de la primera imagen de la izquierda se
perciben como columnas y los de la segunda como hileras.
• El criterio de similitud: en un campo visual, las figuras similares entre sí tienden a agruparse entre
sí. La tercera imagen se percibe, en efecto, como un conjunto de dos columnas distintas de círculos
blancos y negros.
• El criterio del destino común: en la imagen de la derecha, la percepción tiende a ver la superposi-
ción de sólo dos curvas y no cuatro líneas curvas (tal como, a nivel lógico, sería posible) .
539
PSICOLOGÍA
540
PSICOLOGÍA
541 L
PSICOLOGÍA
El cognitivismo asume como tarea lo que Los cognitivistas ponen en tela de juicio
el conductismo consideraba imposible: el los dos pilares del concluctismo (la pasivi-
análisis de la mente. Se considera que un dad de la mente y la impenetrabilidad de
objetivo de semejante complejidad sólo se sus procesos) sobre la base de tres princi-
puede abordar a un elevado nivel inter- pios propios ele su planteamiento.
disciplinario; por esta razón, el cogniti-
vismo se define a sí mismo como una cien- • La mente no es un simple receptor de las
cia fronteriza, un saber transversal que informaciones que proceden del ambien-
pretende establecer una relación entre co- te, sino un sistema de elaboración capaz
nocimientos hasta ahora desarrollados por de autorregularse (feedback).
separado. La antropología permite esta-
blecer las posibles diferencias entre la for- • El funcionamiento de la mente es ex-
ma de actuar de la psique en las socieda- plicable mediante la analogía con una com-
des primitivas y en las desarrolladas; la putadora. La condición mental es un esta-
neurología estudia la base fisiológica de la do computerizado (basado en el cálculo),
mente, tratando en particular de resolver analizable según el modelo ele la máquina
el debate entre locacionismo y holismo de Turing, el prototipo ideal del procesador
(->) de la actividad cerebral; la informáti- electrónico. A pesar de su nombre no se tra-
ca ofrece el soporte matemático (la teo- ta de un aparato real, sino de una máquina
ría de la información), al tiempo que la ideal, puesto que cuando Turing la concibió
aportación de la filosofía reviste una es- en 1936 aún no se había desarrollado la tec-
pecial importancia. Afirma H. Gardner en nología de los microprocesadores que más
Formae mentís (1983) que «las discusio- adelante hizo posible su realización.
nes de los filósofos griegos, al igual que
las de sus sucesores del período de la • Es posible establecer una distinción en
Ilustración, ocupan un lugar destacado en términos operativos entre las conductas in-
muchas páginas ele la literatura cognitiva teligentes (en un hombre o en una máqui-
y sirven como lógico punto de partida pa- na) y los que no lo son por medio de la
ra las investigaciones contemporáneas». aplicación del test de Turing.
J 542
PSICOLOGÍA
"' ¿,,,
{ una investigación pluridisciplinaria. El cog-
nitivismo pretende ser, más que una psi-
cología, una síntesis integrada por todos
los posibles planteamientos según el mo-
delo del <<diamante». '·<:..../
:3 reguladores información
l
·2
•<O - - - - • CIBERNÉTICA Psicología
~ tecnología de lingüística
2 las m quinas
~' autómatas
product1v1dad Filosofía
economía fisiología
política ner v1osa
sociología psicología
genética
Psicología
Neurociencias
543
PSICOLOGÍA
MENTE COGNITIVISMO
. 544
·.7
____.,_.,.,_._,..,.._...,._ _ {I PSICOLOGÍA
d
MEMORIA
7542923435
CORTO
PLAZO
75.429.234.35
ÓRGANOS
SENSORIALES 75.42.923.435
iii
ESTÍMULO
En muchas pruebas experimentales se observa
un límite numérico (siete más o menos dos) a
la capacidad de gestión de la mente. Es muy di-
fícil recordar una cifra formada por 10 números;
pero cifras mucho más largas son fácilmente me-
morizables si se fragmentan en cinco o seis blo-
ques (unidades informativas) .
• •••
•• ••• •••
•••
• •••
El mismo fenómeno se registra también en las tareas de discriminación inmediata. En presencia de
una serie de segmentos de distintas longitudes, se consigue identificar de inmediato el más largo só-
lo en el caso de que su cantidad no supere excesivamente el fatídico número siete. Del mismo mo-
do, resulta difícil establecer a primera vista el número de elementos de un conjunto (por ejemplo, de
los puntos) superior a siete.
545 !
PSICOLOGÍA
. 546
PSICOLOGÍA
-=-o
,/4'---,
EsqUema conceptual del test de Turing, Si el operador (arriba) no consigue establecer una distin-
ción entre dos interlocutores, entre el hombre y el ordenador, hay que deducir que este último actúa
de manera inteligente. Según el modelo del test de Turing, la inteligencia se puede definir como un
problem solving: la capacidad (no necesaria y exclusivamente típica del hombre) de transformar una
determinada situación (los datos de un problema) en otra (la solución) cuando no se trate de proce-
dimientos obvios o automáticos.
547 [
PSICOLOGÍA
548
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Razonamiento del sentido común Lógica matemática
Esquema conceptual de M. Minsky (La sociedad de la mente). Tanto el pensamiento lógico como el or-
dinario construyen entre las ideas ciertas conexiones en cadena. La diferencia estriba en que en la ló-
gica no existen soluciones intermedias: un nexo lógico existe o no existe, no puede haber un nexo dé-
bil. La lógica requiere un solo sostén por muy largo que sea el nexo, una sola deducción impecable.
El sentido común se pregunta a cada paso si todo lo que se ha descubierto está de acuerdo con la ex-
periencia cotidiana y si se puede sostener con ulteriores pruebas.
it] 1
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21
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·TEMPERATURA DEL AGUA TEMPERATURA DEL AGUA
Representación gráfica del principio de la lógica borrosa. La lógica binaria con la que se construyen to-
dos los lenguajes utilizados por el ordenador sólo permite identificar dos situaciones; en el ejemplo en
cuestión, la presencia de fresco (de 10 a 21 grados) o no fresco. En una perspectiva borrosa, por el con-
trario, se capacita al ordenador (utilizando siempre, como es lógico, un lenguaje binario) para que dis-
tinga los estadios intermedios: es decir, las distintas condiciones de temperatura más o menos fresca.
549 [
ESTÉTICA
ARTE ESTÉTICA/FILOSOFíA
principios del s. Hegel intuyó que El rechazo del mimetismo supone también
A XIX,
el desarrollo de la espiritualidad hu-
mana tendría como consecuencia la muer-
la relativización de la perspectiva (- ) y de
las tradicionales técnicas ilusorias de re-
te del arte ( - ) , cuyo destino inminente presentación del espacio. El lienzo del pin-
parecía el de ser absorbido, por así decir- tor contemporáneo ya no es una ventana,
lo, por una filosofía superior. una pantalla ideal a través de la que se re-
Se equivocaba en parte, pues el arte, lejos cibe la imagen, sino un objeto expresivo
de extinguirse, disfruta hoy en día de una en sí mismo, significativo sólo por lo que
consideración social superior a la del pa- es (en sus valores de color, forma, compo-
sado; pero también tuvo en cierto modo sición, signo) y no por algo ajeno que de-
razón, porque lo que durante siglos se ha bería representar.
entendido con el término de «arte» ha
muerto en la actualidad. Esta aventura estético-filosófica, pero con
El punto de transición está marcado por el importantes connotaciones éticas, (-
abandono del mimetismo, el principio ela- Bello/feo) está todavía en marcha. No exis-
borado por Platón e- Mimesis) y que te, por lo menos en la actualidad, una teo-
acompaña toda la historia del arte europeo, ría del arte contemporáneo, una interpre-
según la cual la pintura o es una repre- tación exhaustiva y consolidada de su
sentación directa de objetos o se sirve en especificidad (por más que sea posible se-
cualquier caso del mundo objetual (de fi- ñalar algunos rasgos típicos como, por
guras) para expresar ciertos contenidos ejemplo, el prímitivísmo: -).
(por ejemplo, un arquetipo: -).
La apertura de las artes visuales al no fi- En cualquier caso, es cierto que el arte no
gurativismo ha supuesto una enorme am- se ha anulado con la filosofía (tal como pre-
pliación de los confines de la pintura, que veía Hegel), sino que más bien parece ha-
ya no es una imitación del mundo, sino berse fundido en ella hasta convertirse en
una libre representación del imaginario: una especie de filosofía objetual, tan es-
contrariamente a la hipótesis de Hegel, las peculativa y teórica como la tradicional.
imágenes abstractas (informales, sígnicas, De ello se deriva el carácter especialmen-
matéricas) han demostrado estar en con- 'te «aventurero» del arte moderno, la ten-
diciones de expresar cumplidamente (y a dencia general a la experimentación y el
menudo han contribuido a crear) la espi- radicalismo de las soluciones, la atención
ritualidad del hombre contemporáneo. a las motivaciones profundas del quehacer
El rechazo del mimetismo tradicional está artístico más que a la belleza de los pro-
implícito también cuando el arte actual re- ductos. Es obvio, no obstante, que la tabla
cupera formas visuales naturales: resulta de referencias filosóficas que se reproduce
evidente en este caso que el valor artístico en la página siguiente debe ser conside-
no reside estrictamente en la coincidencia rada en sentido laxo y no como indicación
de la imagen con la visión óptica, sino que de una dependencia entre el arte y la filo-
se halla en el estilo del pintor (en su téc- sofía, sino como una recíproca sugestión
nica, su sensibilidad). y un intercambio de temas.
550
ESTÉTICA
551 L
r-.. i•'I ri'
I...I _,......,E,.,.S""T""'É...TI'"'C'"'A_ _..,!. . .- - - - - - - - - - -
1 552
ESTÉTICA
553
ESTÉTICA
J 554
ESTÉTICA
El enfoque ideológico resulta especialmente evidente en el cuadro más célebre del s. xx: Homenaje a Guemica
(1937) de P. Picasso, surgido como protesta contra el bombardeo alemán de la villa vasca durante la guerra
civil española. La explícita condena de la incipiente barbarie nazi no impide que la obra sea notoria tamN
bién en el plano de la experimentación formal. Notables son la renuncia al color, la utilización del blanco
y el negro en contraposición violenta, sin medias timas; el lenguaje cubista en función de una dramática
«descomposición» de los cuerpos; el formato ciclópeo de la obra final (20 metros de base).
555
i
ESTÉTICA F
n el lenguaje común, la expresión ar- serie del árbol, en la que, con una sucesión
E te abstracto se refiere a uno de los ele-
mentos peculiares de la experiencia pictó-
de esquematizaciones progresivas, la for-
ma natural se supera por completo.
rica de nuestra época: la pérdida de la • La segunda consiste en la expresión de
tradicional relación entre imagen pictórica una pura imagen fantástica, una produc-
y realidad. ción autónoma de la psique totalmente in-
A partir del decenio 1880-1890, con el na- dependiente del mundo natural. Es el ca-
cimiento de las corrientes postimpresio- mino seguido por Kandinsky, en cuyas
nistas (y también a causa de la competen- obras la forma está determinada no por
cia de la fotografía), la experiencia pictórica la sensación visual recibida desde el mun-
occidental que se inició en el Renacimiento do exterior, sino por la voluntad interior del
entró en una crisis irreversible. El aconte- artista. Desvinculado de cualquier función
cimiento crítico fue el abandono de la mí- representativa, el signo asume vida propia
mesis, la teoría de origen platónico según y se justifica por sí mismo; formas y líneas
la cual el fin de la pintura es la imitación crean relaciones puramente rítmicas entre
de la realidad. Para C. G. Argan, «el hecho sí. El color ya no describe tampoco nada
que separa netamente, con un auténtico natural, sino que adquiere valor sólo en re-
salto cualitativo, el arte de nuestro siglo de lación con los que lo rodean, de la misma
todo el del pasado, por lo menos en el ám- manera que una nota musical posee su pro-
bito de la cultura occidental, es el paso del pia sonoridad.
figurativismo al no figurativismo o, talco-
mo se suele decir habitualmente, a la abs- Ambas soluciones se prestan a ilustrar pos-
tracción». En este sentido, por lo tanto, to- turas filosóficas. Un filósofo neoplatónico
do el arte contemporáneo es abstracto. diría que Monclrian pasa de una represen-
tación fenoménica (ocular) del mundo a
En el lenguaje de la historia del arte, el abs- otra de tipo esencial: lo que queda en el úl-
traccionismo es una de las vanguardias (-a-), timo lienzo es la arboreidacl pura, el con-
un movimiento surgido en torno a 191 O cepto, la idea abstracta de árbol ( -a- Idea
cuando el ruso V. Kandinsky pintó la pri- platónica). En el mismo proceso, en cam-
mera acuarela abstracta (Improvisación). En bio, un neo kantiano vería el afloramiento
el mismo periodo, el holandés P. Mondrian a la superficie de las estructuras espacio-
llegó a resultados del todo análogos a tra- temporales o, más simplemente, de los es-
vés de un camino totalmente distinto. Hay, quemas mentales mediante los cuales el ob-
en efecto, dos maneras diferentes de llegar servador confiere sentido a lo que ve.
a la abstracción. Más allá de los sugerentes y problemáticos
acercamientos entre poéticas y doctrinas
• La primera es un proceso tan profundo filosóficas, queda el hecho de que la expe-
de simplificación de lo real que llega al riencia conjunta del arte moderno ha si-
extremo de alterar su aspecto hasta lo irre- clo una gran aventura del espíritu ligada
conocible. Es el procedimiento seguido, a cuestiones más conceptuales que visua-
por ejemplo, por Mondrian en la célebre les, más filosóficas que representativas.
556
ESTÉTICA
La serie de composiciones de P. Mondrian acerca del tema del árbol: la primera (1908) es todavía
una imagen naturalista y en cierto modo mimética;
la cuarta (1912) es ya completamente abstracta.
Muchas formas decorativas, en apariencia puramente geométricas o en todo caso no figurativas (el ara-
besco islámico, la «greca»), nacen de procesos de abstracción, simplificación y estilización del mun-
do animal y vegetal. En la «greca»- reproducida abajo se reconoce en la parte superior el movimiento
de
V
las olas y, en la inferior, el de las patas de un perro.
557
r-,_!. . ....,....,E,..ST""E"'.T"'I"'C""A"""""""'""_f;
558
ESTÉTICA
En verano de 1907,
Picasso recibió de
su amigo A Salmon
el encargo de un re-
trato. El dibujo de
arriba es el resulta-
do final tras el des-
cubrimiento de Pi-
casso del arte negro
y el invento del es-
tilo cubista; el de Él cuadro de P. Klee (abajo) está clara- Comparación entre «hombrecitos»
abajo es el proyec- mente inspirado en el estampado del te- dibujados por los artistas primiti-
to. inicial. jido africano (arriba). Muchos artistas vistas contemporáneos Miró, Klee
·,·~.;?'
contemporáneos han asumido como y Dubuffet (arriba) y, abajo, hom-
modelos obras recogidas en museos et- bres dibttjados por niños de dos y
nológicos. tres años, recién salidos de la fase
que los psicólogos llaman «delga-
rabato» (- Estadios cognitivos).
>:--· .',
, '"',""'' ,,,.,,, ........ .
:i~tf'<-ff.··
~·. . . . .l.!
r,~í'i_·.·. t.:;·.,_:-\_
r,i,,l,"1M
559 [
ESTÉTICA
a historia del arte de la primera mitad Lyotard (La condición posmoderna, 1981)
L del s. xx se caracterizó por la sucesión
de las distintas vanguardias (_,,), cada una
llama grandes narraciones globales (Ilus-
tración, idealismo, marxismo, nazismo, fas-
de ellas portadora de un proyecto específi- cismo ... ). A pesar de estar enfrentadas en-
co de emancipación del arte y de la vida tre sí, las ideologías compartían la ambición
(_,, ). Esta lógica, según la cual la evolución de ser un metalenguaje: es decir, una cla-
artística es el resultado de la afirmación de ve interpretativa aplicable a tocios los cam-
nuevos estilos incompatibles con losan- pos disciplinarios. Cada una ele ellas pro-
teriores, entró en crisis coincidiendo con ponía una visión global del mundo y
la afirmación de la idea posmoderna. expresaba su propio punto ele vista acerca
ele todos los aspectos de la realidad. Sobre
El estilo posmoderno nació en el ámbito de este trasfondo, la revolución estética ele la
la arquitectura hacia finales de los años se- posmodernidad se presentó como un epi-
senta del s. xx, cuando se empezaron a pro- sodio de la más general crisis de las ideo-
yectar edificios basados en la combinación logías típica del mundo contemporáneo;
de los más diversos estilos del pasado y del los grandes relatos totalizadores se han va-
presente. Negándose a adherirse a una so- ciado hoy en día de legitimidad, han per-
la de las tendencias arquitectónicas codifi- dido coherencia y capacidad ele influir en
cadas (neogótico, modernismo, funciona- la política y en la historia.
lismo ... ), los arquitectos empezaron a
utilizarlas todas en un mismo edificio, yux- A nivel filosófico, la crisis de la noción de
taponiendo soluciones clásicas, barrocas, fundamento (de verdad) ha llevado a un
modernas, primitivas,Jolh ... La unidad de «movimiento posmoclerno» (además de
estilo, uno de los criterios centrales de las Lyotard, Foucault, Derrida, Vattimo) cu-
estéticas modernas, es sustituida por el plu- yos lejanos orígenes hay que situar en el
ralismo de las formas: la presencia simul- desafío irracionalista ( _,, Irracionalismo)
tánea en una misma obra de puntos de vis- de Nietzsche. Estos filósofos posmodernos
ta distintos y antagónicos. niegan que los distintos ámbitos de la rea-
lidad puedan explicarse desde un único
Tras sus comienzos en el ámbito urbanísti- punto de vista, y afirman que no hay nin-
co, el posmodernismo fue asumido como gún fundamento definitivo de la realidad y
categoría interpretativa de la actual situa- del conocimiento. A la idea ele un pensa-
ción de la sociedad y de la filosofía. Según miento fuerte contraponen la necesidad ele
los posmodernos, la época actual ha reba- un pensamiento débil que acepte el carác-
sado la noción de modernidad, entendida ter problemático ele cualquier conocimiento
como una afirmación de un pensamiento y la imposibiliclacl de explicaciones unita-
fuerte y capaz, por lo menos en perspecti- rias del mundo. En oposición a cualquier
va, de adquirir el fundamento (la verdad tendencia neopositivista, subrayan el ca-
definitiva). A las vanguardias artísticas co- rácter arriesgado ele la ciencia fundada no
rrespondían en el ámbito político las gran- sobre una razón absoluta, sino en una más
des ideologías, que el filósofo francés J. E realista «racionaliclacl».
J 560
ESTÉTICA
o o o o o o
o o o o
o o
o □ □ F
o o o t
□□□
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o o o }i
561
Antología
de textos
563 L
MILESIOS
BOY
ARMA
AVEN
TAN
564
MILESIOS
Milesios: Tales,
Anaximandro, Anaxímenes
n la primeras páginas de la Metafísica, recogiendo las doctrinas de los pensa-
E
de
dores griegos que le precedieron, Aristóteles afirma que Tales y sus discípulos
Mileto, Anaximandro y fueron los primeros filósofos, ya que afron-
Anaxímenes,
taron en términos racionales -y por lo tanto, sin recurrir a una explicación mítica-
el problema de la arjé. Se trata de una convención, pues es evidente que semejan-
te avance de la espiritualidad humana no pudo ocurrir de golpe y repentinamen-
te. Pero la narración de Aristóteles es, sobre todo, una precisa definición de la fi-
losofía, ya que sitúa la esencia del nuevo estilo de pensamiento no en la originalidad
de los problemas, sino en el método, en los procedimientos utilizados para llegar a
una respuesta. La filosofía, en definitiva, comienza cuando el pensamiento deviene
racional, ya sea en el sentido de que trata de seguir procedimientos lógicos, ya sea
en el de encontrar en la realidad pruebas que acrediten las afirmaciones acuñadas.
Y aunque hoy puedan parecernos pobres las respuestas de Tales y de los Milesios
por el sistemático rechazo de lo probable, de lo posible, de lo fantástico, son ya del
todo racionales.
La historia de la escuela filosófica de Mileto, hoy ciudad de Turquía, está directa-
mente relacionada con los avatares políticos de Asia Menor entre los ss. VI y IV a.C.
Después de haber aprovechado su favorable posición en los intercambios comercia-
les hasta llegar a conocer un gran desarrollo civil y tecnológico (uso del hierro y de
la moneda), Mileto fue muchas veces destruida durante las ocupaciones persas, y eso
marcó el fin de la primera escuela filosófica.
De Tales, nacido aproximadamente en 624 a.C. y muerto en 545 a.C., no tenemos
ninguna noticia cierta, pero sí numerosas anécdotas (aunque, seguramente, todas
fruto de la invención). Su figura, en efecto, está condicionada por ser el primero
de la serie y el mejor ejemplo del estereotipo del filósofo: Tales es observador de la
naturaleza (fueron los fenómenos de la humedad los que le sugirieron su primera
doctrina), genial inventor, político empeñado en las luchas contra los persas y,
además, geómetra, astrónomo y escrutador del cielo tan entregado a la observación,
que cae en un socavón del camino provocando la risa de
una criada tracia (es la imagen del filósofo que, inmer-
so en sus profundas especulaciones, ya no está en con-
diciones de afrontar la vida cotidiana).
Tales no dejó obra escrita. De Anaximandro
(h. 610-547 a.C.) y de Anaxímenes (h. 596-525
a.C.), cuya contribución en realidad se limita a
ofrecer una respuesta diferente al mismo proble-
ma de Tales, nos ha llegado apenas un fragmento
de cada uno.
565 E
MILESIOS
El principio es el
1 agua (Tales)
EL PROBLEMA ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Hay en lugar de mítico-fantástica. Lo confirman las ra-
un principio primordial (arjt, en griego) del que to- zones aportadas por Tales: las semillas, como todo
do deriva? lo nutricio, son húmedas.
LA TESIS El principio primordial se halla, según Conocemos el pensamiento de Tales sólo a través
Tales, en el agua. La respuesta puede parecer des- de los testimonios de otros filósofos. Entre todos
ilusionadora, pero su importancia reside en el he- destaca Aristóteles, quien dedicó las primeras pági-
cho de que por primera vez en la historia del pen- nas de la Metafísica al breve resumen que sigue de
samiento se busca una solución de tipo racional los pensadores que le precedieron.
r~ Las primeras filosofías fueron • La mayor parte de los que filosofaron primero pensaron que los
L..<~naturalistas)>; es decir, buscaron principios de todas las cosas fueron sólo aquellos materiales. En
una explicación exclusivamente efecto, afirman que aquello de lo que todos los seres están consti-
natural de los fenómenos tuidos, de lo que derivan originariamente y en lo que se resuel-
naturales. ven por último, es el elemento y es el principio de los seres, en cuan-
to es una realidad que permanece idéntica a pesar del transmutarse
de sus afecciones ... Por esta razón creen que nada se genera y na-
da se destruye, ya que una tal realidad se conserva siempre.
La aqé es el principio, lo que Y de la misma manera que no decimos que Sócrates se genera
permanece al cambio. en sentido absoluto cuando deviene bello o músico ni tampoco
decirnos que perece cuando pierde estos modos de ser, por el he-
cho de que el sustrato (es decir, Sócrates mismo) continúa exis-
tiendo, así debemos decir que no se corrompe, en sentido abso-
luto, ninguna de las otras cosas: debe, en efecto, existir alguna
realidad natural (o una sola o más de una) de la que derivan to-
das las otras cosas, mientras ella continúa existiendo inmutable.
r-- Las argumentaciones de Tales se , Sin embargo, no todos estos filósofos están de acuerdo acerca
basan en fa observación y el ) del número y de la especie de un tal principio. Tales dice que ese
razonamiento. principio es el agua (por esto afirma que también la Tierra flota
en el agua), deduciendo sin duda su convicción del constatar que
la nutrición de todas las cosas es húmeda, y que incluso el calor
se genera de lo húmedo
y vive en la humedad. De
ahí resulta que aquello qe
lo que todas las cosas se
generan es, precisamen-
te, el principio de todo.
Deduce, por tanto, esta
convicción de este hecho
y del hecho de que las se-
millas de todas las cosas
tienen una naturaleza hú-
meda y el agua es el prin-
cipio de la naturaleza de
las cosas húmedas.
Todo es agua)
566
El principio es lo infinito
( Anaximandro) 2
EL PROBLEMA ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Existe antagónicas: la tierra, el agua, el aire, el fuego; es de-
un principio primordial del que derivan todas las cir, todos los elementos naturales son el resultado
cosas? (una situación de momentáneo equilibrio) de em-
LA TESIS Con un notable salto intelectual respecto parejamientos de opuestos: el calor se opone al frío,
a Tales, Anaximandro ya no sitúa la arje en un ele- lo seco se opone a lo húmedo. Pero también el cos-
mento natural, sino en el ápeiron, término que en mos en su totalidad ha de ser el producto de unan-
griego indica lo ilimitado, lo infinito: una realidad tagonismo fundamental, y aunque el universo apa-
primigenia e indiferenciada, sin límites ni confines. rece definido, limitado, determinado en cada
Probablemente, el razonamiento que lo condujo a componente suyo, hay que pensar que tuvo un ori-
esta conclusión fue el siguiente. Cada parte del uni- gen y que está sostenido por un principio diame-
verso es el resultado de una oposición entre fuerzas tralmente contrario: el dpeiron.
MONISMO
las doctrinas de los Milesios constituyen el primer ejemplo rudimentario
de monismo, término aplicado a todas las filosofías que suponen la de-
rivación de la multiforme realidad de un principio único. El monismo se
contrapone en metafísica al dualismo, sostenido de modo diverso tan-
to por Platón como por Descartes, y al pluralismo, sostenido por Aristóteles.
ARJÉ
Al parecer, fue Anaximandro quien empleó por primera vez el término,
que en griego indica el principio, el fundamento, aquello de lo que to-
do ha tenido origen y que mantiene vivo el mundo. los Milesios seña-
laron la arjé en un elemento natural (el agua, el aire, el ápeiron), pero
ya los filósofos de la generación siguiente elaboraron respuestas más
refinadas al problema: Heráclito identificó la arjé con el devenir, y Pitágoras
con el número. Posteriormente, el término se mantuvo en la tradición
y fue empleado por Platón y Aristóteles para designar en sentido ge-
nérico ya sea la materia de la que están hechas las cosas, ya sea la fuer- El origen del universo
za que da vida a la naturaleza (o incluso la ley que la gobierna). (Rajasthan, s. XVII).
El principio es el aire
(Anaxímenes) 3
EL PROBLEMA ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Hay diese a lo que luego los griegos llamaron pneuma, es
un principio primordial originario? decir, el aliento caliente y rarefacto, de naturaleza
LA TESIS Quizá realizando una cierta vuelta atrás res- más espiritual que material, que está presente en to-
pecto a la solución de Anaximandro, Anaxímenes do ser vivo y que se exhala del cuerpo con el último
identificó la arje con un elemento natural: el aire. aliento. Más que una sustancia natural, el aire de
En realidad, es probable que con este término alu- Anaxímenes es el principio de la vida.
567 t.
MILESIOS
El aire como principio infinito. • Anaxímenes, hijo de Euristrato, fue amigo de Anaximandro.
También él dice que una e infinita es la sustancia que hace de
sustrato, como el otro, pero no indeterminada como aquél
sino determinada, y la llama aire. '
Del aire derivan todos los El aire difiere en las sustancias por rarefacción. Atenuándose
elementos por transformación deviene fuego, condensándose viento, luego nube y, creciendo
la condensación, agua y después tierra y después piedras y el
resto a partir de éstas. También supone eterno el movimiento
mediante el que se origina la transformación.
También el aire, como el infinito, Otro dice que es el infinito y lo limitado en cuanto al núme-
no tiene confines. ro (el que es propio de aquellos que admiten multiplicidad de
principios), otro el infinito y lo limitado en cuanto a la mag-
nitud ... , como afirman Anaximandro y Anaxímenes, quienes
admiten un único elemento, pero infinito por magnitud [de
Simplicio l.
APEIRON
La traducción literal de este término es sin límite. Anaximandro lo em-
plea para indicar la mezcla originaria de todas las cosas, indefinida,
indistinta y caótica, de la que, a través de sucesivas separaciones cau-
sadas por la alternancia de calor y frío, se ha generado el mundo talco-
mo lo conocemos. Los griegos no elaboraron una idea de infinito pa-
recida a la idea moderna, sino que asociaron siempre esta idea a las
nociones de indeterminación, falta, negatividad.
El conocimiento del
universo (Rajasthan, s. XVII).
568
HERÁCLITO
Heráclito
h. 540-480 a.c.
569
HERÁCLITO
p-c,· · Los procesos de desarrollo del ..J' De este lagos, que existe siempre, los hombres no tienen in-
'ífii/J.ensamiento no son inherentes al telección, ya sea antes de haberlo escuchado, ya sea inmediata-
pensamiento mismo. mente después de haberlo escuchado. Si bien, efectivamente, to-
das las cosas ocurren según este lagos, ellos se parecen a personas
inexpertas que se ponen a prueba en palabras y en obras tales
como aquellas que yo explico, distinguiendo según naturaleza
cada cosa y diciendo cómo es. Pero a los otros hombres queda
vedado aquello que hacen los despiertos, del mismo modo que
no son conscientes de lo que hacen durmiendo.
pensamiento ha sido posible por Es necesario que aquellos que hablan empleando la mente se
su intrínseca racionalidad. 1 basen en lo que es común a todos, como la ciudad sobre la ley,
y en un modo aún más sólido. Todas las leyes humanas, en efec-
to, sacan alimento de la única ley divina: ya que ella domina
todo cuanto quiere, colma todas las cosas y avanza más que ellas.
racionalidad se puede analizar ·.•.>dNadie, entre todos aquellos a lobs dque he escuchadod, sedha atdre-
sí, independientemente de los , vi o a esto: reconocer que 1asa i uría está separa a e to as
procesos en los que se desarrolla. las cosas.
Los mejores aspiran a la gloria \ Respecto a todas las otras, una sola es la que prefieren los me-
inmortal. , jores: la gloria inmortal respecto a las cosas pasajeras. El resto,
en cambio, piensa sól() en saciarse como bestias.
¡ta filosofía no se dirige directamente . Yo he indagado en mí mismo. Los confines del alma no los po-
[a/rnundo, sino que llega a través de / drás encontrar nunca, por más que recorras sus caminos; así
la búsqueda del alma. de profundo es su lagos.
5 Nunca
. nos bañamos en el
mismo r10
~
EL PROBLEMA ¿Tiene el mundo una estructura co- LA TESIS la tesis del devenir universal sugerida por
herente o es contradictorio? ¿Es estable o está so- Heráclito en algunos aforismos es una de las más cé-
metido a una perenne mutación? lebres e importantes de toda la historia del pensa-
570
HERÁCLITO
rniento occidental: nada hay estable y definitivo en mos, porque existir, vivir, significa transformarse; es
la naturaleza; todo cambia perennemente, de mo- decir, cambiar la propia condición actual por otra.
do que puede muy bien decirse que nunca nos ba- Toda cosa está sujeta al tiempo y a transformaciones
ñamos dos veces en el mismo río. Cada cosa es y no infinitas: nada hay en el mundo que sea verdadera-
es al mismo tiempo. El universo entero está someti- mente estático y lo que parece detenido o constan-
do a un eterno fluir y la vida implica contradicción, te es en realidad mudable, como el agua del río. En
agonía y guerra. Nosotros mismos somos y no so- resumen: el ser de las cosas es su devenir.
LOGOS
El término logos es quizá el más importante de todo el vocabulario fi-
losófico, pero es difícilmente traducible porque contiene una plurali-
dad de significados relacionados entre sí: palabra, enunciado, defini-
ción, discurso, explicación, cálculo, medida, valoración, razón, causa,
pensamiento, necesidad, y otros. La afirmación de que el /ogos está
universalmente distribuido significa que la racionalidad no es una pe-
culiaridad del hombre, sino la sustancia misma de la realidad entera.
El principio es el fuego
( o el dinero) 6
EL PROBLEMA ¿Cuál es el origen del mundo? ¿Hay mer princípio en un elemento material ( vease 1, 2 y
un principio primordial del que todo deriva? 3). Sin embargo, en el caso de Heráclito e1 fuego es
LA TESIS La arjt, el principio generador de la reali- más una metáfora que un particular elemento na-
dad, consiste en el fuego. En efecto, todo deriva del tural, lo que queda bien demostrado por el símil
fuego y en el fuego se transforman todas las cosas. de la moneda: por su capacidad de mutar una cosa
En cierto sentido, la respuesta de Heráclito parece en otra, el fuego puede ser sustituido por el símbo-
similar a la de los pensadores de la escuela filosófi- lo del dinero, capaz de intercambiar una mercan-
ca de Mileto, quienes ya habían identificado el pri- cía por cualquier otra.
571 [
HERÁCLITO
7 El padre de todo es
la guerra
EL PROBLEMA ¿Por qué todas las cosas están en de- que, oponiéndose, determinan un todo armónico
venir? ¿Cuál es la energía que da vida al mundo? así como la oscuridad es necesaria para la luz y ei
LA TESIS El devenir se realiza a través de un conti- día es complementario de la noche. La vida existe
nuo discurrir de un contrario a otro. Así pues, la ley no donde hay conciliación de contrarios (sinónimo
que regula el mundo es, aparentemente, la guerra, de muerte), sino lucha y oposición. Lo uno vive la
el contraste entre elementos opuestos en perma- muerte ele lo otro, como lo otro muere Ia vida del pri-
nente alternancia recíproca. Lo que es verdadero, mero. Entre los opuestos hay guerra constante pero
según Heráclito, es lo superficial: bajo el antago- también una secreta armonía, una mutua necesidad
nismo dominante se puede vislumbrar una ley de recíproca: no habría salud sin enfermedad ni sa-
armonía, porque las cosas en contraste, para existir, ciedad sin hambre. Dicho en otros términos: no pue-
tienen necesidad unas de otras. Es verdad que los de haber una subida que a la vez, desde otro pun-
contrarios se oponen, pero más verdadero aún es to de vista, no sea también una bajada.
No puede haber vida sin • La guerra es padre de todas las cosas, de todas es el rey, y a
antagonismo. los unos desvela como dioses y a los otros como hombres; a los
unos hace esclavos, a los otros libres.
r . El ser profundo de las cosas es ) Lo mismo son lo vivo y lo muerto, lo despierto y lo dormi-
tLiiempre una unidad de opuestos. do, el joven y el viejo: éstos, en efecto, cambiando se trans-
forman en aquéllos; y aquéllos, cambiando a su vez, se trans-
forman en éstos.
f.EI devenir es el paso de cada cosa Las cosas frías se calientan, las calientes se enfrían; lo que es
L. a la condición opuesta.
húmedo se seca, lo que es árido se humedece.
[En toda contradicción hay implícita La armonía escondida vale más que la que aparece.
r una armonía.
El camino hacia arriba y hacia abajo es uno y el mismo.
Todo es uno.
J 572
PITÁGORAS
Pitágoras
h. 570-500 a.c.
i de Pitágoras conocemos tantas leyendas y po-
S quísimas noticias ciertas, es porque el filóso-
fo se convirtió (así lo quiso) en un mito antes
de morir. Se sabe que creció en la isla de Samos,
pero hacia los cuarenta años se trasladó, quizá por
motivos políticos, a Crotona, en la Magna Grecia.
Allí fundó una secta, una orden políticas y reli-
giosas de fuertes connotaciones místicas que en
poco tiempo consiguió dominar numerosas co-
lonias. Fue una experiencia equívoca, pues la di-
rección marcadamente aristocrática del poder pi-
tagórico provocó una violenta rebelión popular
que culminó con la destrucción de la escuela. Al
parecer, el filósofo consiguió salvarse y murió po-
co después en Metaponto.
Al igual que Cristo, Buda y Mahoma, tampoco
Pitágoras escribió nada: prefería impartir sus en-
señanzas a través de breves sentencias o con el
ejemplo de su vida. Sin embargo, a diferencia de
los grandes patriarcas religiosos y al igual que los
demás filósofos, no deseaba que su pensamiento
se divulgase y menos aún que fuese discutido.
Formulaba sus sentencias (en griego mathémata) . /c;c.
Busto de Pitágoras. La presencia
de modo perentorio y definitivo (como dogmas), orientalizante del turbante alude a los
permitiendo sólo a los discípulos más iniciados viajes a Oriente (o a Egipto) que la
hacer preguntas, mientras que los neófitos (acus- tradición atribuye al filósofo de Samas.
máticos) sólo podían escuchar. Razones de se-
cretismo imponían que nadie tomase apuntes; así
pues, es lógico que tras la muerte del filósofo ha-
ya sido imposible distinguir su doctrina de la de
sus seguidores.
Asimismo, muchas anécdotas sugieren una figura vinculada todavía en parte a la
tradición prefilosófica. Creía en la reencarnación de las almas (metempsicosis), se-
ñalando sus propios padres hasta Apolo, y al parecer en ciertas ocasiones habló con
animales, afirmando reconocer en ellos el alma de un amigo difunto. Si Pitágoras per-
tenece con todo derecho a la historia de la filosofía es porque consideró el saber co-
mo el instrumento principal de la purificación religiosa: sólo amando la sabiduría
se puede estar en sintonía con la armonía del universo (según parece, el término fi-
lósofo fue acuñado por él). En la primera cita propuesta tenemos noticia de en qué
consistía la armonía de la que habla Aristóteles (Metafísica): los denominados Pitagóricos
veían en el número el principio de todas las cosas.
573 L
PITÁGORAS
8 La música es armonía
de números
EL PROBLEMA ¿Cuál es la estructura del Universo? to físico ( véase sobre todo 1) y Heráclito en el deve-
¿En qué consiste 1a armonía y, en concreto, la ar- nir (véase 5). A diferencia de nosotros, sin embargo,
monía musical? ¿Qué es el número? con el término nümero no indicaba un ente abstracto
lA TESIS Pitágoras individualizó la arjé, es decir, la na- un puro contenido de la mente, sino un eleme,nto esen~
turaleza íntima del todo, fundamento y causa de toda cial de 1a realidad. Por ello, el número pitagórico po-
cosa, en el número; los pensadores de la escuela filo- see también una dimensión espacial y se sitúa como
sófica de Mileto lo habían encontrado en un elemen- un ente intermedio entre la aritmética y 1a geometria.
if/ número es el principio ordenador • Parece que los Pitagóricos, quienes pensaban que el prin-
· de fa realidad material. / cipio es el número, lo pensaron además ya sea como materia,
ya sea como cualidad accidental y condición de las cosas que
son.
unidad es par e impar, ni par ni Como elementos del número ponían lo par y lo dispar, el uno
dispar. pensado como infinito y el otro como limitado; la unidad la
consideraban derivada de ambos (decían, pues, que es par y
dispar); de la unidad pensaban que nació el uúmero y que en
los números consistía, como he dicho, todo el mundo ...
( El número no es un ente abstracto, También los Pitagóricos piensan que el número no es de un
sino que coincide con la materia y solo modo -el matemático-, sino que no lo consideran sepa-
posee una dimensión espacial. rado de las cosas y afirman que las cosas perceptibles están com-
puestas por números. De números, en efecto, se compone el·
cielo entero, pero no de números formados por unidad sin mag-
nitud, ya que ellos atribuyen magnitud a las unidades. En cuan-
to a la primera unidad dotada de magnitud, parece que no sa-
bemos decir cómo está compuesta ..
f_a ciencia de los números puede ex- Los Pitagóricos fueron los primeros que se dedicaron a las
e pfícar cada aspecto de fa reafídad. ciencias matemáticas haciéndolas progresar; y puesto que en-
contraron en ellas el propio nutrimento, fueron del parecer que
existen y son generadas y afirmaron que una determinada pro-
piedad de los números se identifica con la justicia y otra con el
alma y con el intelecto .. ,, y que lo mismo vale, más o menos,
para cada una de las otras propiedades numéricas.
La músíca es un ejemplo de armo- En los números identihcaban, además, las propiedades y las
nía matemática entre los sonidos. relaciones de las armonías musicales. En definitiva, les parecía
evidente que todas las otras cosas modelan sobre números su en-
tera naturaleza y que los números son la esencia primordial de
todo el universo físico.
La armonía musical rige el orden del Por todas estas razones concibieron los elementos de los nú-
universo. meros como elementos de tocia la realidad, y el cielo entero
como armonía y número. Y todas las concordancias con las
propiedades y las partes del cielo y con el entero orden uni-
versal que cotejaban en los números y en las armonías, las re-
cogían y las adaptaban a su sistema.
574
PITÁGORAS
l
NÚMERO
Pitágoras identificó la arjé con el número, el punto de par-
tida, fundamento y causa que los Milesios encontraron en
un elemento físico. Cualquier figura geométrica, y por lo
tanto cualquier cuerpo existente, puede ser pensado co-
mo una cantidad finita y numerable de elementos base
unitarios: los números. Todo es número y todo es nume-
rable. Con esta certeza, Pitágoras construyó la primera
matemática y elaboró una metafísica, un ideal de orden,
racionalidad y armonía universal. La idea pitagórica de nú-
mero, sin embargo, es distinta de la moderna: el núme-
ro no es un ente abstracto, sino algo concreto y real, una
dimensión esencial de las cosas. Así pues, el número pi-
tagórico poseía también una dimensión espacial: en ella
hay triángulos, cuadrados, etc.
SECTA PITAGÓRICA
La figura de Pitágoras aparece todavía a mitad de camino
entre el filósofo y el antiguo chamán (el brujo de las cul-
turas arcaicas). Lo demuestra la lista de extrañas reglas de
purificación que impuso a sus discípulos (verdaderos ta-
búes o acciones absolutamente prohibidas por motivos re-
ligiosos). Son éstas: 1) no comer habas; 2) no recoger lo
que se ha caído; 3) no tocar un gallo blanco; 4) no des-
menuzar el pan; 5) no encaramarse a las vigas; 6) no ati-
zar el fuego con el hierro; 7) no morder un pan redondo
entero; 8) no arrancar las guirnaldas; 9) no sentarse sobre
una jarra; 1O) no comer el corazón; 11) no mirarse en un
espejo junto a la lumbre; 12) alisar el lecho al levantarse (nótese cómo El cosmos como instrumento
la regla 4 no puede coexistir lógicamente con la 7). musical (A. Kircher, 1665).
En lo alto, Apolo dirige como
MÚSICA CÓSMICA primer motor la armonía de
Una de las ideas que han tenido más éxito de Pitágoras es la de que las nueve Musas, que
los astros producen en su movimiento una música perfecta y divina, li- corresponden a las esferas
teralmente celestial. Si no conseguimos oírla es sólo a causa de la cos- cósmicas. En la mitolog[a
tumbre, fenómeno psicológico que hace que un sonido continuo se egipcia, la serpiente que las
vuelva inaudible para la conciencia perceptiva. atraviesa simbolizaba la
fuerza vital.
EL PROBLEMA ¿Qué es el alma? ¿Es inmortal? ¿Qué con- corpóreas (no necesariamente humanas, sino tam-
fiere vida al animal, separándose de él a su muerte? bién animales), en un ciclo que puede ser inte-
LA TESIS Pitágoras fue el primer filósofo occiden- rrumpido sólo por medio de una adecuada purifi-
tal que sostuvo la teoría de la metempsicosis, la tras- cación. Las reglas en la que se inspiran las normas
migración de las almas de un cuerpo a otro a su éticas y los ritos purificadores son las puramente
muerte. Debido a una culpa originaria, el alma es~ matemáticas de. la armonía y la proporción. (De.
tá obligada a reencarnarse en sucesivas sustancias Dióge.nes Laercio.)
575
PITÁGORAS
El alma (inmortal y presente en " Los Pitagóricos afirmaban que todas las cosas que partici-
todo ser vivo) está formada por pan del calor (por lo que las plantas también son seres vivos)
éter, el quinto elemento, una están dotadas de vida, y que, sin embargo, no todas tienen al-
sustancia material pero muy sutil e ma. Afirmaban que el alma es una partícula del éter frío y del
invisible. éter caliente, que difiere de la vida justamente porque partici-
pa del éter frío: y que es inmortal, porque inmortal es aquello
de lo que se ha separado.
El alma humana tiene tres Afirmaban que el alma del hombre se divide en tres partes:
componentes. intelecto, mente y ánimo; el intelecto y el ánimo son comunes
también a los otros animales, mientras que la mente es propia
sólo del hombre.
También el pensamiento está Afirmaban que el alma se nutre de la sangre y que los razo-
formado por étec ) namientos son respiraciones del alma; y que alma y razona-
mientos son invisibles, porque también el éter es invisible ...
El alma no está contoklda Afirmaban que el alma está junto a las venas, las arterias y
necesariamente por fa mente / los nervios, pero que si tiene fuerza y está encerrada en sí mis-
racional. ma; entonces está unida a los razonamientos y a las obras.
El alma sobrevive al cuerpo. Afirmaban que cuando el alma es atrapada por el cuerpo, va-
/ ga sobre la tierra por el aire como un cuerpo. Y que Hermes es
el guardián de las almas, y que por esto precisamente se le
llama Acompañador, Portero y Ctonio, puesto que es él quien en-
vía a las almas salidas de los cuerpos a los lugares a ellas des-
tinados, sea la tierra, sea el mar. Afirmaban que las almas pu-
rificadas van hacia lo alto, mientras que las impuras ni se acercan
ni se unen entre sí, sino que son atrapadas por las Erinias en
cepos de los que no pueden escapar.
[_- Los sueños son enviados por las \ Afirmaban que todo el aire está lleno de almas y que tales
[a/mas de los difuntos. También los ./ eran considerados los demonios y los héroes; y que ellos en-
animales sueñan. vían los sueños y los síntomas de enfermedades a los hombres,
y no sólo a los hombres, sino también a los rebaños y a los otros
ganados.
El rito religioso establece el Y que por ellos [por las almas de los demonios y de los hé-
contacto entre fas almas. :> roes] existen las purificaciones y las ceremonias rituales, el
arte adivinatorio, los vaticinios y todas las cosas que son de
tal género.
El alma tiende al bien, pero el Afirmaban que la mayor tarea de los hombres es persuadir
hombre es en sí un ser inquieto. un alma para el bien, apartándola del mal; que el hombre es fe-
liz cuando tiene un alma buena, pero que no está nunca tran-
quilo ni sigue siempre la misma corriente.
!Uf producción de esperma tiene su \ Afirmaban que los animales son generados por los ani-
L sede en el cerebro. :/ males mediante el semen, y que la tierra no puede generar;
J 576
PITAGORAS
Afirmaban que el embrión toma forma en cuarenta días; des- La gestación del feto sigue las leye,si
pués, el niño se completa y viene a la luz en siete, nueve o co- decimales de la numeración j
mo máximo diez meses, según las relaciones con la armonía. matemática.
Afirmaban que el niño tiene en sí todas las relaciones de la · Hay vida mientras los componentes;
vida; y que éstas, conectándose, lo mantienen unido, aña- \. del individuo permanecen en · •·.;
diéndose cada parte en el momento debido según las relacio- relación armónica, -~·"'""'
nes con la armonía.
Afirmaban que los sentidos en general, y la vista en parti- ( Dado que conseguimos ver -_ --1
cular, están formados por un vapor muy caliente mediante el también a_ través del agua, la vista._j
que podemos ver a través del aire y del agua; porque el calor ha de reC1bir un flwdo muy sut//,
se condensa por el frío circundante, mientras que si el vapor como un vapor caliente.
que está en los ojos fuese frío, se dispersaría en contacto con
el aire frío. Por esto probablemente llaman a los ojos puertas
del Sol. Las mismas cosas dicen de los otros seutidos.
( Busto de Pitágoras. La
serpiente que trepa por el
costado derecho del filósofo
es un símbolo de pertenencia
a la orden sacerdotal.
577 t
PITÁGORAS
¡y,rtud moral y salud física son ejem- Que la justicia es fidelidad a los juramentos y que por esto
l"- p/os de armonía. Zeus es llamado el protector. Y que la virtud es armonía y así
también es la salud, el bien y la divinidad; y que por ello el
todo está compuesto según armonía, Que la amistad es igual-
dad armónica.
[H,ay sustancias impuras que siempre Afirmaban que es preciso honrar a los dioses y a los héroes,
t:_qe_~_en evitarse, porque son fuente pero no de la misma manera: a los dioses con loas, vestidos de
de contaminación. blanco y en pureza; a los héroes, a partir del mediodía. Que la
pureza se obtiene por medio de los ritos de purificación, los
baños y las abluciones, apartándose de los lutos y de contactos
sexuales y de toda otra impureza, absteniéndose de las carnes
ya tocadas y de las de animales muertos por muerte natural, de
las trillas, de las melanurias, de los huevos, de los animales ovi-
paros, ele las habas y de otras cosas de las que se invita a abs-
tenerse a aquellos que siguen las iniciaciones en los templos.
¡:;ta doctrina de Pitágoras debía per- \ Es admirado también el cuidado que tuvieron en guardar el
ti-!J))anecer en secreto y transmitirse ) secreto de sus doctrinas. Porque hasta Filolao, nadie tuvo no-
sólo oralmente. ticia de los Pitagóricos durante enteras generaciones: fue Filolao
el primero en divulgar los tres famosos libros, de los que se di-
ce fueron adquiridos por Dion de Siracusa a instancias de Platón,
pagando por ellos cien minas a Filolao, quien a la sazón se ha-
Haba en situación de dura y grave pobreza. Filolao formaba par-
te de la secta de los Pitagóricos, y por e11o es plausible que po-
seyese los libros.
METEMPSICOSIS (REENCARNACIÓN)
Es la teoría que defiende la inmortalidad del alma y su transmigración
de uno a otro cuerpo a la muerte del primero. Aún hoy profesada en
Oriente por las religiones hinduista y budista, la doctrina de la reen-
carnación llegó a Grecia con la secta mistérica d_e los. órficos y con las
enseñanzas de Pitágoras. Su importancia en la historia de la filosofía re-
side en que fue adoptada por Platón como explicación mítico-filosófi-
ca de la anamnesis.
i 578
;PARMENIDES Y ZENÓN¡
Parménides y Zenón
h. 515-450 a.c.
579 [
PARMÉNIDES Y ZENÓN
10 El viaje hacia
la verdad
EL PROBLEMA ¿Se puede distinguir el verdadero co~ bolo de la oscuridad en la que vive el hombre común
nocimiento ele la opinión? ¿En qué condiciones se que se deja guiar por los sentidos; después de una di~
puede alcanzar la verdad? fícil ascención, el viaje concluye frente a las puertas
LA TESIS La elevada densidad simbólica del poema de del templo, en cuyo interior, después de haber sido
Parménides dificulta su interpretación, sobre todo en admitido no sin dificultad, Parménides recibe la doc-
su primera parte, dedicada a ilustrar el proceso que trina del Ser -idea central de su filosofía- directamente
lleva al conocimiento a través la metáfora del viaje. El de la boca de la diosa Necesidad. El sentido de la me-
reconido hacia la verdad comienza en las casas de la táfora es que la verdad no es alcanzable sin esfuerzo
Noche, el barrio popular de la ciudad de Elea, sím~ y, sobre todo, no es alcanzable por todos.
La meta de Parménides. • Las yeguas que me llevan hasta donde mi deseo quiere lle-
gar/ me acompañaron después de haberme conducido y pues-
to sobre el camino que dice muchas cosas,/ que pertenece a la
divinidad y que lleva a todos los lugares al hombre que sabe.
/ Allí fui conducido.
¡Las niñas le indican lo que empuja • En efecto, allí me condujeron sagaces yeguas/ tirando de mi
¡¿,a}a verdad; quizá representan el ) carro, y unas niñas indicaban el camino./ El eje de las ruedas
pensamiento, lanzaba un silbido agudo,/ inflamándose (en cuanto era com-
primido por dos rotantes / círculos de una parte a otra) cuan-
do se apresuraban en el curso de su acompañarme / las niñas
Hijas del Sol, después de haber dejado las casas de la Noche,/
hacia la luz, quitándose con las manos los velos de la cabeza .
puerta es el símbolo del paso .·• Alh está la puerta de los caminos ele la Noche y del Dia, / con
1
del error (la oscuridad) a la un arquitrabe y un umbral de piedra a ambos extremos;/ y la puer-
verdad (la luz). ta erigida en éter está cerrada por grandes batientés, / y de ella la
Justicia, que tanto castiga, tiene las llaves que la abren y cierran.
La verdad a que Parménides se La niñas, entonces, dirigiéndole suaves palabras,/ con prudencia
refiere es fruto de una divina la persuadieron para que el pestillo del cerrojo/ sin demora reti-
revelación (el paso a través de la rase de la puerta. Y ésta, abriéndose inmediatamente,/ produjo
puerta sagrada). una vasta apertura de los batientes, haciendo rodar/ los quicios
en sentido inverso, los broncíneos ejes/ fijados con clavos y ro-
blones. De allí, inmediatamente, a través de la puerta,/ derecho
por la calle maestra las niñas condujeron carro y yeguas.
La diosa Justicia personifica las Y la diosa de buen ánimo me acogió, y con su mano mima-
nociones de racionalidad, no derecha/ tomó y empezó a hablar así y me dijo:/ «Oh jo-
neces,dad y destino. ven, tú que, compañero de inmortales guías, / con las yeguas
que te traen llegaste hasta nuestra morada,/ alégrate, puesto
que no una infausta suerte te ha llevado a recorrer / este ca-
mino (de hecho, está fuera de la via andada por los hombres),
/ sino la ley divina y la justicia».
F la Verdad es, metafóricamente · «Es preciso que todo lo aprendas: / y el sólido corazón de
!hablando, una esfera: homogénea, / la muy precisa Verdad/ y las opiniones de los mortales, en las
compacta, única y siempre idéntica que no hay una verdadera certeza./ Sin embargo, también es-
a sí misma. to aprenderás: cómo las cosas que aparecen,/ era necesario que
verdaderamente fuesen, siendo todas en todo sentido.»
] 580
: PARMÉNIDES Y ZENÓN ~
' F
SER
Ser es el término fundamental del pensamiento fi-
losófico occidental. Su ambigüedad deriva del he-
cho de que puede ser empleado de dos maneras
distintas: como cópula, es decir, como forma verbal
asociada a un sujeto (Sócrates es... ), o bien en ab-
soluto, siendo él mismo sujeto: el ser (que, a su vez,
es y no-es). La posibilidad de emplear una palabra
como atributo o en absoluto no es exclusiva del ver-
bo ser, sino que otras nociones pueden padecer el
mismo tratamiento lingüístico; por ejemplo, el tér-
mino bello puede ser entendido como adjetivo o co-
mo sustantivo (/o bello, en absoluto).
ONTOLOGÍA O METAFÍSICA
Ambas definen el estudio del ser en general. El mun-
do está hecho de cosas múltiples, pero todas, en
cuanto son, participan de la categoría del existir (es
decir, del ser). La metafísica, prescindiendo de los
aspectos accidentales presentes en cada cosa, es-
tudia el ser en cuanto ser. Las posiciones pueden ~
ser diversas, pues se puede hipotizar sobre la unici-
dad del ser (monismo) como hizo Parménides, o bien
sobre su duplicidad (dualismo de idea-realidad en
Platón, mente-cuerpo en Descartes) o, por último, Retrllto de Zenón. En el
(como en Aristóteles) sobre un pluralismo metafísico. mundo griego, la venda en
torno a 'la cabeza era símbolo
VERDAD/OPINIÓN de sacralidad.
la contraposición establecida por Parménides entre verdad (alétheia) y
opinión (doxa) se convertirá en un tema clásico del pensamiento oc-
cidental. Opinión es la creencia que se basa en datos sensibles y per-
ceptibles, incluso cuando éstos parecen ciertos y evidentes; verdad es
la convicción basada en argumentos racionales, incluso cuando éstos
parecen en total contraste con las evidencias sensibles.
• Pues bien: yo te diré, y tú escucha y recibe mi palabra,/ cuá- Sólo el ser puede ser pensado.
les son los únicos ca.minos de búsqueda que pueden pensarse:
/ el uno dice que es, y que no es posible que no sea, / es el ca-
581 t
' (
iPARMÉNIDES Y ZENÓN fr
'!
:1 /
El no-ser es una noción en sí ··.t mino de la Persuasión (porque tiene detrás a la Verdad); el otro
misma contradictoria. Y dice que no es, y que es necesario que no sea,/ y yo te digo que
éste es un camino en el que nada se aprende./ De hecho, no
podrías conocer lo que no es porque no es algo factible,/ ni po-
drías expresarlo ...
12 Hombres
con dos cabezas
EL PROBLEMA ¿Es pensable el devenir? realidad, no existe. Como paso de una condición
LA TESIS Siempre que afirmamos una negación, de ser a otra de no-ser, toda mutación de toda
es decir, la existencia de una condición de no- especie es siempre pura apariencia: la verdadera
ser, caemos en un error lógico. Por ello el de- estructura del mundo consiste en un ser inmu-
venir, que Heráclito puso en la base de toda table y eterno.
¡;tos hombres que utilizan el verbo } • Es necesario decir y pensar que el ser sea: en efecto, el ser
L~.. ser y el verbo no-ser acaban . es, / la nada no es: estas cosas te exhorto a considerar. / Y por
razonando con dos cabezas. lo tanto, de este primer camino de búsqueda te mantengo ale-
jado,/ pero también de aquel en el que los mortales que nada
saben/ van errando como hombres con dos cabezas: en efec-
to, es la incertidumbre/ la que en su seno guía una insensata
mente.
Afírmar fa existencia del no-ser ··.) Éstos son arrastrados, / sordos y ciegos al mismo tiempo y
lleva a paradojas insolubles. aturdidos, raza de hombres sin juicio / que consideran el ser
y el no ser una misma cosa / y no una misma cosa, y por ello
hay un camino reversible de todas las cosas ...
13 El ojo
que no ve
EL PROBLEMA ¿Verdadero es lo constata ble con los so de un estado a otro; por ejemplo, ¿cómo negar
sentidos o lo que es demostrable con la razón? que la muerte es un devenir? Todo esto, según
LA TESIS Los cinco sentidos parecen testimoniar con- Parménides, no demuestra de hecho la existencia
tinuamente la existencia de muchas formas de de- del movimiento y de la muerte, sino sólo que los
venir: el movimiento de los cuerpos, por ejemplo, sentidos son engañosos. Es verdad que la vida coti-
parece el paso de una condición de ser (en un lu- diana requiere el uso de los órganos de los sentidos,
gar) a la de ya-no-ser-más. Asimismo, las transfor- pero a través de ellos no se llega a la verdad. La ra-
maciones naturales pueden ser descritas como el pa- zón, y no el ojo, ve lo verdadero.
F,' No Juzgar la doctrina del ser en Pero tú de este camino de búsqueda aleja el pensamiento,/
'@,e a sensación, sino en base a la ni el hábito, surgido de numerosas experiencias, a este camino
lógica racional. te fuerce/ a mover el ojo que no ve, la oreja que no oye y la len-
gua, sino con la razón juzga la prueba muy discutida/ que por
mí te ha sido dada./ Queda sólo pronunciarse acerca del ca-
mino/ que dice lo que es.
] 582
] s;
;jPARMÉNIDES y ZENÓNI
¿Qué necesidad lo habría obligado/ a nacer, después o an- · El ser no puede ser generado
tes, si derivase de la nada?/ Por esto es necesario que sea por <L un no-ser.
entero, o que no sea para nada.
Y tampoco del ser derivará la fuerza de una certeza / que naz- No hay una tercera posibilidad: e/JTJ
ca algo que esté junto a otro algo. Por esta razón ni el nacer/ ser o es, o no es. :.;,,.::d
ni el perecer concede a él !ajusticia soltándolo de las cadenas,
/ sino que firmemente lo retiene. La decisión en tales cosas es-
tá en esto:/ es o no es. Así, se ha decidido, como es necesa-
rio, / que debe abandonarse un camino en cuanto es impen-
sable e inexpresable porque no es de lo verdadero/ el camino;
y en cambio el otro es, y es verdadero.
¿Y cómo podría el ser existir en el futuro?¿ Y cómo podría ¡· El ser no puede ir sujeto al devenili!I
nacer?/ En efecto, si nace, no es; y tampoco será si debiera ser \ .~J
en el futuro. / Así, el nacimiento se apaga y la muerte perma-
nece ignorada.
Y tampoco es divisible, porque todo entero es igual;/ ni hay · El ser indivisible no se puede
en alguna parte un algo más que pueda impedirle el ser uni- ( descomponer en partes.
do, / ni hay un algo menos, sino que está por entero lleno de
ser. /,Por esto es todo entero continuo: el ser, en efecto, se
cohesiona con el ser.
Pero es inmóvil, en los límites de grandes lazos/ y sin prin- /. El ser es siempre idénifco a si
cipio y sin un fin, ya que nacimiento y muerte/ son alejados '\ mismo.
y los repele una verdadera certeza. / Y permaneciendo idénti-
co en lo idéntico, en sí mismo yace, / y en este modo perma-
nece allí sólido.
En efecto, necesidad inflexible/ lo retiene en el seno del lí- Al ser no puede faltar/e nada;
mite que lo encierra por completo,/ ya que está establecido ( debe, por tanto, ser perfecto.
que el ser no sea sin cumplimiento:/ nada> en efecto, falta; si
en cambio lo fuese, faltaría de todo ...
583 E
]PARMÉNIDES Y ZENóN[
ff Todas las, palabras que designan En efecto, ninguna otra cosa es o será/ a excepción del ser,
pues la Suerte lo ha vinculado/ a ser entero e inmóvil. Por eso
r...f!Ntcond1oon de no-ser son falsas.
serán nombres todas/ aquellas cosas que han establecido los
mortales, convencidos de que sean verdaderas: / nacer y pere-
cer, ser y uo ser,/ cambiar de lugar y mudar de luminoso color,
½fL~ esfera es idéntica en cada una Además, puesto .que hay un límite extremo, él está/ cum-
Gfcde .sus partes; posee perfección, plido en toda parte como una masa de muy redonda esfera/ y
homogeneidad y unidad. Es la a partir del centro igual en cada
mejor imagen del sec parte: en efecto, ni en algún mo-
do más grande / ni de ningún
modo más pequeña es necesario
que sea, en una parte o en la otra.
15 La paradoja de Zenón:
el movimiento no existe
EL .PROBLEMA ¿Es posible demostrar con argumen- nes sostienen la existencia del no ser. Por medio de ra-
tos racionales la verdad de la doctrina de Parménides zonamientos que dan dolor de cabeza (según la defini-
según la cual solamente existe el ser? ¿Es posible ción de Aristóteles, de cuya Física se ha extraído el tes-
demostrar la inexistencia del no-ser? timonio), demuestra que afirmar la realidad de una
LA TESIS Zenón no intenta demostrar directamente manifestación cualquiera del no ser (el movimiento,
la tesis del maestro, sino que, más sutilmente, se li- la traslación de los cuerpos, la multiplicidad, la velo~
mita a refutar 1as tesis de sus oponentes; es decir, qui e- ciclad), conduce a conclusiones aún más paradójicas.
j 584
3) El movimiento no es real. Si se fotografía la flecha en
El razonamiento de Zenón, partiendo de que todo lo que es instante de su movimiento,
a lo largo de un espacio igual a sí o se mueve o está quieto, que obtendrá una serie de instantáneas
nada se mueve en el instante y que lo que se mueve lo hace en las que la flecha aparece
siempre a lo largo de un espacio igual a sí a cada instante, detenida, Pero un movimiento no
parece que proceda así: la flecha que se mueve, que está en ca- puede nacer de la suma de
da instante a lo largo de un espacio igual a sí, no se mueve des- momentos de quietud.
de el momento en que nada se mueve en el instante; pero lo
que no se mueve está en calma desde el momento en que to-
do o se mueve o está en calma; entonces, la flecha que se mue-
ve está en calma mientras se mueve y por todo el tiempo de la
traslación.
4) Este argumento niega la multiplicidad sosteniendo que si Si las cosas son múltiples, entonc~l'¡
los entes son muchos, entonces será en todo punto necesario deberían ser o bien finitas (una iYii
que sean tantos cuantos son y ni uno más, ni uno menos. Y cantidad determinada) o bien - -
si son tantos cuantos son, serán entonces tanto limitados co- infinitas, pues están separadas unas
mo finitos. Pero si los entes son muchos, son también infini- de otras por otras cosas (que
tos: en efecto, en medio de los entes siempre hay otros, y otros tendrían necesidad de otras cosas
en medio de éstos y aún otros más en medio de los anteriores. para resultar separadas).
Y de ese modo, los entes son infinitos.
585 L
DEMÓCRITO
Demócrito
h. 460-360 a.c.
;J 586
También el alma está
compuesta de átomos 16
EL PROBLEMA ¿Es posible subdividir una porción de menuzando progresivamente una materia se llega a
espacio físico o de cualquier objeto material en par~ un mínimo indivisible (e invisible): el átomo (lite-
tes siempre más pequeñas hasta el infinito? ¿O bien ralmente en griego, sin división). Así, en Demócrito el
hay un postrer límite? átomo se convierte en el elemento de partida para una
LA TESIS Demócrito elaboró la hipótesis atómica tra- serie de complejas especulaciones: su existencia pre-
tando de resolver las paradojas planteadas por Zenón vé, antes que nada, el vacío (en el que los átomos pue-
(véase 15). Encontró la solución negando que para den moverse); también conlleva la homogeneidad es-
la materia del mundo físico tuviese validez la misma tructural del Universo, formado en todas sus partes
divisibilidad infinita de los entes matemáticos. Se pue- por combinaciones diversas de los propios átomos;
de subdividir hasta el infinito un número, pero des- por último, sugiere la existencia de infinitos mundos.
• Principio de todas las cosas son los átomos y el vacío, y to- ( Sólo existen átomos y vacío.
do el resto es opinión subjetiva.
Hay infinitos mundos generados y corruptibles; nada vie- Los mundos son infinitos.
ne del no ser, nada puede perecer y disolverse en el no ser.
Los átomos, infinitos en magnitud y número, se mueven en Un vórtice cósmico selecciona /os·•:~(j
el universo vagando vertiginosamente, y ele ese modo generan infinitos átomos según su magnitQif,j
todos los compuestos (fuego, agua, aire, tierra). originando así los cuatro elementos.
También esos compuestos (fuego, agua, aire, tierra) son unio- Todas fas cosas son combinacionéITI
nes y combinaciones de distintos átomos, pero éstos últimos, de átomos. ...:];j
en cambio, no son ni descomponibles ni alterables,justamente
por su solidez.
Incluso el Sol y la Luna están compuestos de tales átomos ( También el afma y los cuerpos ·,;¡
(lisos y redondos); e igualmente el alma, que forma un todo celestes están formados de átomos'.!
con el intelecto.
1 odo se prodducedcon forme a nece sidad, ya que la causa de ( La diversa combinación de átomos.:.~¡
1a 1ormación e to as 1as cosas es e1 movimiento vertiginoso explica cada fenómeno. ·
que él llama justamente necesidad.
DETERMINISMO
Consiste en la convicción de que todos los fenómenos, ya sean natu-
rales o psíquicos, están vinculados entre sí por conexiones necesarias
y dependientes de la ley de causa-efecto,
con exclusión de cualquier explicación que
introduzca las nociones de azar o causa fi-
nal. Según los deterministas, si se conoce
con exactitud el estado de cualquier pro-
ceso en curso, siempre es posible prever con
exactitud los resultados futuros. Después
de haber sido proclamado por vez prime-
ra por Demócrito, el determinismo reapa-
reció con notable fuerza en la denominada
revolución científica del s. XVII y con el pen- {' Otro retrato imagínario de
samiento positivista del s. XIX. Demócrito.
587 L
DEMÓCRITO
17 Sólo existen
átomos y vacío
EL PROBLEMA Si las cosas están formadas por una agre- ponen un alfabeto se pueden formar, combinándolas,
gación de átomos, ¿cómo se explica la diversidad en- infinitas palabras. Entre los átomos hay sólo diferen-
tre las cosas? cias cuantitativas (magnitud, forma geométrica) y la
LA TESIS Según Demócrito, para responder a la obje- diversidad cualitativa de las cosas (aparente) se ex-
ción es suficiente ver que con las pocas letras que com- plica por el gran número de combinaciones posibles.
Las cualidades sensibles son • Opinión es el color, opinión es lo dulce, opinión lo amar-
aparentes. go; verdad, los átomos y el vacío, dice Demócrito, y mantiene
que todas las cualidades sensibles -que supone relativas a quie-
nes tenemos sensación de ellas- derivan de la distinta agrega-
ción de los átomos, pero que por naturaleza no existe, de he-
cho, ni blanco, ni negro, ni amarillo, ni rojo, ni dulce o
amargo ...
sólo átomos y vacío; fas Los hombres creen que el blanco, el negro, lo dulce, lo amar-
percepciones son también go y el resto de las cualidades semejantes son algo real, cuan-
combinaciones de átomos. do en realidad ente y nada son todo lo que existe: no en vano
Demócrito también empleaba estos términos, llamando entes a
los átomos y nada al vacío.
El átomo no tiene cualidades Los átonios, que son cuerpos pequeñísimos, no poseen cua-
sólo perceptibles en los lidades sensibles, y el vacío es un espacio en el que estos cor-
compuestos. púsculos se mueven todos arriba y abajo eternamente y tren-
zándose entre sí o chocando y rebotando, de modo que van
disgregándose y agregándose recíprocamente entre sí en com-
puestos siempre cambiantes; es así como producen todas las
otras agregaciones mayores y nuestros cuerpos y sus afeccio-
nes y sensaciones.
no sufre nunca ningún -f.) ( Suponen, además, que los cuerpos primderos son inalterables
tipo de modificación. algunos atomistas y precisamente segui ores de Epicuro, por
creerlos infrangibles por su dureza; otros, los seguidores de
Leucipo, los creen indivisibles por su pequeñez) y que ni si-
quiera pueden sufrir por fuerza externa aquellas modificacio-
nes a las que todos los hombres (que extraen su ciencia de las
sensaciones) los creen sujetos .
[El átomo no se ve afectado por el ) Ningún átomo puede calentarse o enfriarse, secarse¡ do hdu-
L... ambiente en que se ha/fa. .. medecerse, volverse blanco o negro o recibir otras cua i a es
por cualquier modificación.
J 588
DEMÓCRITO
• Al llevar una vida sin ley muy similar a la de las fieras, los ¡ El temor y la utilidad recíproca haQj\
hombres de la generaciones primitivas salían a los pastos des- \:_ dado origen a la sociedad, .,J
perdigados por aquí los unos y por allá los otros, procurándo-
se la hierba que fuese más agradable de sabor y los frutos que
los árboles producían espontáneamente. Eran continuamente
agredidos por las fieras, y la utilidad les enseñó a ayudarse mu-
tuamente; así, reunidos en sociedad bajo la presión del temor,
comenzaron poco a poco a reconocerse por el aspecto.
Y si antes emitían voces privadas de significado e inarticu- (' La naturaleza de las palabras
ladas, gradualmente comenzaron a articular las palabras; y es- ~ puramente convencional.
tableciendo entre ellos expresiones convencionales para de-
signar cada uno de los objetos, vinieron a crear un modo de
significar las cosas conocido por todos.
Pero dado que semejantes reagrupaciones de hombres se for- i Dado que el género humano no{~
maron en todas las regiones habitadas de la tierra, no pudo haber \ ha originado de una sola cepa, h<ilJ
una lengua de igual sonido para todos, ya que cada uno de aque- hay ninguna lengua universal.
llos grupos combinó los vocablos como se le ocunia; de ahí la ra-
zón de que sean variadísimos los caracteres de las lenguas y de que
aquellos primeros grupos diesen origen a las distintas nacioues,
Al no haber encontrado todavía nada de cuanto es útil a la vi- ( .. La invención del lenguaje ha
da, aquellos primeros hombres vivían dominados por las inco- -__ favorecido el nacimiento de
modidades: iban desnudos de todo vestido, no estaban acos- técnicas y, por lo tanto, de la
tumbrados ni a resguardarse en lugar alguno ni a utilizar el fuego civilización entera.
y no tenían más alimento que el salvaje ... No se proveían de fru-
tos para eventual necesidad y así, durante el invierno, muchos
morían a causa del frío y de la falta de alimentos,
Pero enseñados por la experiencia, no pasó mucho tiempo Todos los conocimientos han sida::c;_ri,
para que aprendiesen a refugiarse en cavernas durante el in- < aprendidos de fa experiencia. La ,J
vierno y a conservar aquellos frutos aptos para ello, Descubierto inteligencia reside en las manos
el fuego y las otras cosas útiles a la vida, al poco también des- y en la mente.
cubrieron las artes y todos los otros medios que favorecen la
vida en sociedad. Así, en general, el mismo uso de cada cosa
fue el maestro de los hombres, haciendo familiar el aprendi-
zaje de cada una de las habilidades a este ser bien dotado y que
dispone de eficientes cooperadoras para cualquier ocurrencia:
las manos, la razón y la versatilidad de la mente,
589 l
DEMÓCRITO
[[ifel caos inicial no había cuerpos ) • En la primitiva comunión de todas las cosas, el cielo y la tie-
Le diferenciados. rra tenían un único aspecto, ya que sus materias estaban mez- ·
dadas.
[ . El diferente peso de los atamos A continuación, separándose los cuerpos el uno del otro, el
r::.:::.,,produjo una primera separación. mundo fue asumiendo el orden que hoy presenta; el aire reci-
bió un movimiento constante y su parte ígnea se ubicó en las
regiones más altas de la atmósfera, ya que esa materia tendía
a las alturas a causa de su ligereza.
¡;¡· · . Los cuerpos celestes se han \ Por esta razón, el Sol y la multitud de astros cayeron en el
lfóimado como consecuencia de un / vórtice general; en cambio, la parte fangosa y turbia, con mez-.
movimiento vortiginoso. da de elementos húmedos, se depositó en un lugar a causa
de su peso; y rotando y girando continuamente sobre sí mis-
ma, formó el mar a partir del elemento líquido y la tierra, fan-
gosa y del todo blanda, con las partes más sólidas
fil/ nacimiento de la vida se explica Y ésta, al principio, tomó consistencia bajo el ardor del fue-
f!L . con proc~sos de putrefacción y go solar; y después se fueron hinchando por doquier las zonas
fermentación. húmedas por causa de las fermentaciones de sus superficies
causadas por el calor; y a su alrededor se produjeron putrefac-
ciones envueltas por sutiles membranas (un proceso que to-
davía puede observarse en pantanos y lugares cenagosos: en-
friándose el espacio, el aire se calienta de repente, en lugar de
cambiar de temperatura lentamente).
¡taacción del calor y del frío explica Y como quiera que las zonas húmedas producían embriones
tia.evolución de los procesos vitales. (por la acción del calor) del modo que ya se ha citado, de no-
che éstos recibían alimento de la niebla que caía de la atmós-
fera, mientras que durante el día les bastaba el calor del SoL En
definitiva: a medida que estos hechos iban cumpliendo su cre-
cimiento y sus membranas, ya inútiles, se disecaban y lacera-
ban, salían a la luz las variopintas especies de animales.
¡"Las diferencias entre los animales Aquellos animales que poseían más calor, se elevaron a las
,dependen de la estructura atómica. regiones del aire, mudándose en volátiles; los que en cambio
poseían una constitución terrena engrosaron los órdenes de los
reptiles y de los demás animales terrestres; los que habían ad-
quirido una naturaleza especialmente húmeda, buscaron un
elemento conforme a su naturaleza y se denominaron así acuá-
590
DEMÓCRITO
MATERIALISMO
La convicción de que todos los fenómenos -comprendidos los espiri-
tuales y psíquicos- pueden explicarse como resultado final de proce-
sos materiales y mecánicos. Los materialistas niegan la existencia del
alma y de toda sustancia espiritual, reconociendo únicamente la exis-
tencia de la sustancia corpórea. Aunque el término se acuñó en el
s. XVI, coincide con la doctrina de Demócrito: el alma, el pensamiento
e incluso los dioses, están compuestos por átomos materiales.
591
SOFISTAS
Sofistas: Protágoras
y Gorgias
ofistas, literalmente los sabios, es el nombre que recibió un grupo de intelectua-
S les que en la Atenas de mediados del s. V empezó a hacer del saber una profe-
sión impartiendo, con gran escándalo de los filósofos, lecciones de retórica y elo-
cuencia a los jóvenes de la clase dirigente que pretendían dedicarse a la carrera política.
Dado que la prestación de servicios pagados estaba mal considerada por los ciuda-
danos atenienses de buena condición social, los sofistas fueron tratados con despre-
cio por la élite intelectual. En realidad eran todos metecos, es decir, extranjeros, y ex-
cluidos por lo tanto de la vida política y de los derechos derivados de la posesión de
la ciudadanía.
El sofista, en una pintura del s. XIX. El relativismo cognoscitivo sostenido por los sofistas, según el
cual no hay nínguna verdad absoluta sino sólo un enfrentamiento entre opiniones diversas, acabó
por conceder una importancia extraordinaria a la retórica, el arte del discurso y de la persuasión, la
capacidad de vencer en la polémica más allá de la intrínseca bondad de las propias razones.
592
SOFISTAS
PROTÁGORAS
Protágoras, el más célebre de los sofistas, nació en Abdera en 491 a.C. La estima
que gozó entre sus contemporáneos está testimoniada por su amistad personal con
Pericles y por el encargo de redactar las leyes para la colonia de Turi, fundada en 480.
Este prestigio social no le ahorró, sin embargo, grandes problemas con la justicia ate-
niense: fue acusado de impiedad por un escrito en el que sostenía la imposibilídad de
afirmar la existencia o inexistencia de los dioses, debido tanto a la oscuridad de los
argumentos como a la brevedad de la vida humana. Fue condenado y expulsado de
Atenas y sus obras fueron quemadas en la plaza de la ciudad. Murió en 481 a.C., al
naufragar la nave en la que huía a Sicília.
GORGIAS
La vida de Gorgias, nacido hacia 485 a.C. en Lentini, Sici_lía (vivió 108 años en per-
fecta salud física), estuvo marcada por fuertes alternancias de éxitos y fracasos: via-
jó por toda Grecia ejercitando con gran éxito el arte retórico, acumuló una ingente
fortuna económica y dirigió la formación de numerosos seguidores. Lo acompañó una
merecida fama de dialéctico capaz de desarrollar razonamientos aplastantes para sos-
tener opiniones muy alejadas del buen sentido y de los comunes valores; por ejem-
plo, que nada existe, su tesis más célebre, o bien que Elena, la adúltera responsable de
la guerra de Troya, no fue culpable.
593
SOFISTAS
20 El hombre es la medida
de todas las cosas
EL PROBLEMA ¿Hay una verdad no opinable? ¿En válida, pero afirmaba también la necesidad del es-
qué consiste el conocimiento humano? tudio y de la educación en la idea de que, si bien no
LA TESIS La experiencia individual es el único cri- hay proposiciones verdaderas absolutas, hay que dis-
terio real de verdad. No hay leyes eternas ni verda- tinguir entre opiniones mejores o peores, más o me-
des objetivas, sino sólo opiniones. Pero la relativi- nos útiles para el individuo y la sociedad. La tarea
dad de los juicios no debe llevar al derrotismo: el del sofista comprende también, por lo tanto, un as-
libre contraste de las opiniones (dialéctica) elige pecto constructivo y socialmente fecundo: el de di-
siempre la mejor solución, la más útil. Por ello, si rigir a los ciudadanos hacia los valores y las elec-
no hay ninguna verdad, la tarea educativa del filó- ciones más adecuadas para 1a situación concreta.
sofo es esencial. Es significativo que Platón estima- Los fragmentos que siguen, extraídos del Teeteto de
ra a Protágoras hasta el punto de dedicarle uno de Platón, son una apología; es decir, tratan de expre-
sus diálogos. Es verdad que, como todos los sofis- sar el discurso que, de haber seguido con vida, ha-
tas, sostenía la inexistencia de una verdad objetiva bría opuesto Protágoras a las objeciones de Sócrates.
V' No hay un criterio de juicio . • SóCRATES Protágoras afirma que medida de todas las cosas
iobjetivo; cada verdad es siempre 1 es el hombre: de aquellas que son, por lo que son, y de aque-
tal para un sujeto. llas que no son, por lo que no son, entendiendo por medida la
norma del juicio y por cosas los hechos en general; así es que
el sentido es éste: que el hombre es la norma que juzga todos
los hechos. Los que son por lo que son, los que no son por lo
que no son. Y por esto admite sólo lo que parece a los indivi-
duos particulares, y en tal modo introduce el principio de re-
latividad. Según él, por lo tanto, quien juzga las cosas es el hom-
bre. En efecto, todo lo que aparece a los hombres también es;
y lo que no aparece a ningún hombre, tampoco es ...
Subjetivas son todas las PROTÁGORAS Yo afirmo, sí, que la verdad es propiamente co-
sensaciones. Cada individuo mo he escrito: que cada uno es medida de las cosas que son y
percibe el mundo a su modo. de las que no son; pero hay una diferencia infinita entre hom-
bre y hombre, y justamente es por ello que las cosas aparecen
y son para uno en un modo, y para otro en otro.
[:'Enseñar, por lo tanto, significa no •· Y estoy así lejos de negar que no haya sabiduría y hombres
Cbuscar una imposible verdad, sino > sabios; antes bien, llamo sabio a quien transmutando aquello
predisponer al interlocutor a por lo que ciertas cosas parecen malas y lo son, consigue ha-
mejorar sus juicios. cer que esas mismas co?as parezcan buenas y lo sean. Y tú no
combatas mi razonamiento deteniéndote en las palabras, sino
trata mejor de entender lo que quiero decir, con cada vez más
claridad.
Los diversos sabores que los Recuerda aquello que ya antes dijimos: que a quien está en-
individuos encuentran en fas fermo las comidas parecen y son amargas, y a quien está sa-
comidas es una prueba del no, por el contrario, son y parecen agradables. Pero no es lí-
subjetivismo perceptivo que no cito inferir de ello que de estos dos el uno sea más sabio que el
puede ciertamente constituir un otro (porque no es posible), y tampoco se debe decir que el en-
criterio de sabiduría. fermo, porque tiene tal opinión, sea ignorante, y que el sano
sea sabio porque sea de opinión contraria. Es en cambio ne-
cesario mutar un estado en el otro, porque el estado de salud
es mejor. Y así, también en la educación necesita cambiar el
hombre de un hábito peor a otro mejor.
j 594
SOFISTAS
Ahora bien: para estos cambios, el sofista emplea los <lis- ( El sabio es como un médico: debe. ,
cursos como el médico los fármacos, pero ninguno induce a prescribir a su interlocutor la rec~fo:i
quienquiera que sea que tuviese opiniones falsas, a tener opi- más adecuada.
niones verdaderas; ni de hecho es posible que uno piense co-
sas que para él no existen, o cosas extrañas a aquellas ele las
que tenga en ese momento una determinada impresión, por-
que éstas sólo son siempre verdaderas para él.
Pues bien: quien por un estado de ánimo inferior tenga opi- Debe sanar las almas como el
niones conformes a la naturaleza de este ánimo suyo, puede médico sana los cuerpos.
ser inducido, creo, a un ánimo superior, a tener opiniones dis-
tintas que sean conformes a ese ánimo superior: son justa-
mente aquellas fantasías que algunos definen verdaderas por
ignorancia, y yo digo simplemente mejores las unas que las
otras, pero ninguna más verdadera.
Y los sabios, amigo Sócrates, disto mucho de llamarlos re- <.' Es como un agricultor: interviene
nacuajos; al contrario: respecto a los cuerpos los llamo médi- según la necesidad.
cos, respecto a las plantas, agricultores. Y digo que estos agri-
cultores introducen en las plantas, si alguna se enferma, en
lugar de sensaciones malas, sensaciones buenas y saludables
y no sólo verdaderas; y los sabios y los buenos retóricos hacen
que aparezca el bien en las ciudades, en lugar del mal.
( Protágoras en un cómic
contemporáneo.
595,
SOFISTAS
'~O se puede cambiar la opinión de En efecto, esta cosa parecerá justa y hermosa a una ciudad y
bs)ndividuos, pero sí es posible esta otra cosa también será justa y hermosa para esa misma ciu-
disponer/es a mejores juicios dad mientras así lo repute y sancione: pero será sabio el hom-
elevando su educación. bre que sustituya cada cosa particular que a los ciudadanos re-
sulte mala por otras cosas que sean un bien y aparezcan como
tales. Por la misma razón también el sofista, que es capaz de
educar de ese modo a sus alumnos, es hombre sabio y merece
ser pagado por éstos con mucho dinero.
¡!!atrabajo es importante; debe Y así algunos son más sabios que otros, y ninguno tiene opi-
~star bien pagado y Sócrates ha de
1 niones erradas; y tú debes resignarte, quieras o no, a ser me-
"ieñ'erto en justa consideración. dida de las cosas. En esto que se ha dicho se funda justamen-
te la solidez de mi doctrina y tú podrás contradecirla de nuevo
si deseas hacerlo, oponiéndole argumentos continuos; y si des-
pués quisieras valerte ele preguntas, entonces pregunta; porque
ciertamente no hay que huir de ello, sino que cualquiera que
posea cordura preferirá actuar así a hacerlo de cualquier otro
modo.
FENOMENISMO
En filosofía, el término fenómeno indica lo que de una cosa aparece,
en contraposición a lo que es en sí misma. Se llama fenomenismo a la
idea de que el conocimiento humano no puede considerar la realidad
en modo absoluto y objetivo, sino sólo percibir de ella las apariencias
(los fenómenos, precisamente). Los sofistas inauguraron la doctrina fe-
nomenista confiriéndole un fuerte significado subjetivo, relativo y es-
céptico: no hay verdades y tampoco afirmaciones universales, sino que
todo depende del sujeto y de la situación en la que se encuentre. Son,
sin embargo, posibles otras soluciones (véase fenómeno/nóumeno).
RELATIVISMO
Es la teoría según la cual no hay verdades absolutas, ya que cualquier
afirmación es siempre relativa al punto de vista personal, a la sociedad
a la que se pertenece y al modo de pensar característico de la especie
humana. Las consideraciones relativistas de Protágoras y de los sofistas
parecieron encontrar su confirmación en la diversidad de usos y cos-
tumbres de los distintos pueblos.
RETÓRICA
Los sofistas descubrieron que el logos puede ser utilizado también pa-
ra mentir, seduciendo e impresionando favorablemente al auditorio.
El lenguaje, por lo tanto, no es simplemente el espejo de la realidad co-
mo había supuesto Parménides (véase 11), sino un medio a través del
que los hombres establecen las reciprocas posiciones de poder. Quien
crea poseer la verdad podrá buscar argumentos convincentes fundados
en la evidencia de razonamientos resolutivos; en cambio, quien carez-
ca de verdades empleará argumentos persuasivos válidos sólo para un
auditorio concreto y no siempre basados en la lógica, sino más bien que
impresionen: es decir, dirigidos al corazón y a las emociones. El se-
gundo método ha obtenido con frecuencia más éxito que el primero.
596
SOFISTAS
1) Nada existe; 2) aunque algo existiera, no sería compren- La tres tesis nihilistas.
sible para el hombre; 3) aunque fuese comprensible, sería in-
comunicable e inexplicable a los demás.
Que nada exista lo argumenta de este modo: admitido que Nada existe.
algo exista, existe sólo o lo que es o lo que no es, o bien exis-
te a la vez lo que es y lo que no es. Pero ni existe lo que es, co-
mo se demostrará, ni lo que no es, como se confirmará; ni, por
último, como también se explicará, el ser y el no ser al mismo
tiempo. Por lo tanto, nada existe.
Pero tampoco existe el ser, puesto que si el ser existe, o es eter- No existe el ser.
no o es generado o bien es a la vez eterno y generado; pero no es
ni eterno ni generado, ni lo uno y lo otro a la vez, como demos-
traremos; en consecuencia, el ser no existe. Porque si el ser es
eterno (comencemos por este punto), no hay ningún principio ..
597 ¡'
SOFISTAS
22 El poder mágico
de las palabras
EL PROBLEMA ¿Se puede persuadir a un interlocu~ bilidad de la imputada, argumentando que la mujer
tor siguiendo vías racionales? ¿Para qué sirve el len- fue raptada contra su voluntad pero no con violen-
guaje? ¿Por qué la lengua puede ser tan fácilmente cia, sino a través del poder ejercido sobre ella por
utilizada para mentir? las palabras de su seductor. Empleando con des-
LA TESIS Gorgias responde a estas preguntas me- treza el lenguaje es posible, en efecto, producir mo-
diante el análisis de un caso muy conocido en la an- dificaciones físicas en quien las escucha (el llanto o
tigua Grecia: la traición conyugal de Elena, motivo el sonrojo por vergüenza, por ejemplo). Con mayor
que desencadenó la guerra de Troya. Imaginando razón, por lo tanto, la lengua puede ser utilizada pa-
que desarrolla una arenga defensiva, Gorgias de- ra manipular la mente del interlocutor, anular su vo-
muestra con una fuerte vena de ironía la no culpa- luntad y seducirlo.
Elena fue raptada por el poder • Si Elena fue raptada por la fuerza y violentada contra la ley
mágico de la paklbra. y ultrajada contra la justicia, está claro que del raptor es la cul-
pa, ya que la ultrajó, como está claro que la raptada, en tanto
que ultrajada, sufrió una desventura ... Si luego fue la palabra
la que persuadió e ilusionó su ánimo, tampoco esto es difícil
de excusar y justificar.
Las palabras son capaces de En efecto, la palabra es un gran dominador que, con peque-
modificar el estado psicológico del ñísimo e invisible cuerpo, sabe cumplir cosas divinas: consi-
interlocutor. gue calmar el miedo, eliminar el dolor, suscitar la alegría y au-
mentar la piedad. Y como esto ha lugar, lo explicaré.
la poesía produce efectos similares Porque es necesario explicarlo al juicio de los oyentes: yo en-
al encantamiento. tiendo y llamo a la poesía en sus varias formas un discurso con
metro, y quien la escucha es invadido por un escalofrío de es-
panto, por una compasión que arranca las lágrimas o por un
desgarrador grito de dolor; y el alma sufre, por efecto de las pa-
labras, su propio sufrimiento al oír fortunas y desgracias de he-
chos y de personas extranjeras ..
Hay una estrecha relación entre Por lo tanto, los inspirados encantos de las palabras son por-
retórica y magia. tadores de alegría y liberadores de pena. Añadiéndose, en efec-
to, a la disposición del alma la potencia del encanto, ésta la
ablanda y persuade y arrastra con su fascinación. De fascina-
ción y magia se han creado dos artes consistentes en errores
del ánimo y en engaños de la mente.
La palabra puede engañar porque ¡Y cuántos, a cuántos, cuántas cosas hicieron y hacen creer,
los hombres no tienen por medio de discursos fingidos! Que si todos tuviesen recuerdo
representaciones seguras del de las cosas pasadas, conciencia de las presentes y previsión de
pasado y del futuro. las futuras, el mismo discurso no sería de igual eficacia, cual
es en cambio para aquellos que precisamente no consiguen ni
recordar el pasado, ni meditar sobre el presente ni adivinar el
futuro; así, en la mayor parte de los casos, los más escogen la
impresión del momento como consejera del alma. Dicha im-
presión, por ser falaz e incierta, en falaces e inciertas fortunas
implica a quien de ellas se sirve.
598
SOFISTAS
¿Qué razones impide~ ahora creer que Elena fue arrastra- Con las palabras se puede ejercer·::
da por el halago de las palabras, y tan poco en cambio por su una auténtica violencia íntelectuaL j
voluntad, como si hubiese sido raptada con violencia? Así se
constataría el imperio de la persuasión, que no teniendo la apa-
riencia de la ineluctabilidad tiene, sin embargo, la potencia.
En efecto, un discurso que haya persuadido una mente obliga
a la mente que ha persuadido a creer en lo dicho y a consen-
tir en los hechos. De modo que quien ha persuadido, en cuan-
to ha ejercido una constricción, es culpable, mientras que quien
fue persuadida, en cuanto constreñida por la fuerza de lapa·
labra, es en modo injusto difamada.
Y puesto que la persuasión, junto con la palabra, consigue La palabra es utilizada para mentir·,
también dar al alma la impronta que desea, es necesario apren- por ciertos entendidos: por los
der antes que nada los razonamientos de los astrólogos, quie- abogados en el tribunal y en las
nes sustituyendo hipótesis por hipótesis, destruyendo una, disputas filosóficas.
construyendo otra, hacen aparecer a los ojos de la mente lo
increíble y lo inconcebible. En segundo lugar, los debatidos
oratorios de pública necesidad (políticos y judiciales), en los
que un solo discurso inspirado en la verdad, pero escrito con
arte, suele deleitar y persuadir a la masa. En tercer lugar, los
debates filosóficos, en los que se revela también con qué ra-
pidez la inteligencia facilita el cambiar las convicciones de
la opinión.
El oráculo.
599
SOFISTAS
Este Encomio a Elena debe Por lo tanto ¿cómo puede considerarse justo el deshonor lan-
considerarse como un juego zado sobre Elena, quien, sea que actuara como actuó porque
dialéctico. estaba enamorada, sea porque fue halagada con palabras, sea
porque fue raptada con violencia, sea porque fue obligada por
constricción divina, en cada caso es libre de culpa? He des-
truido la infamia de una mujer con la palabra, he tenido fe en
el principio que me propuse al inicio del discurso, he intenta-
do eliminar la injusticia de una deshonra y lo infundado de una
opinión. He querido escribir este discurso, he querido que fue-
se para Elena un encomio y para mí un juego dialéctico.
J 600
SÓCRATES
Sócrates
4 70-399 a.c.
s sorprendente lo poco que sabemos de
E la figura histórica y hasta del pensa-
miento concreto del padre fundador de la
tradición filosófica occidental. El hecho es
que, como Jesús y muchos otros grandes pro-
fetas religiosos, Sócrates decidió no escribir
nada y confiar el propio mensaje ya fuese
al coloquio interindividual o a la fuerza con-
creta del ejemplo, tanto en el modo de vivir
como en el de morir. Si sus ideas han sobre-
vivido es sólo porque Platón, el mejor de sus
discípulos, convirtió al maestro en el prota-
gonista de todas sus obras, aunque no hay
ninguna certeza de que el personaje de los
diálogos platónicos se corresponda con la
verdad histórica.
Lo único cierto que sabemos es que fue hi-
jo del escultor Sofronisco y de la comadro-
na Fenareta, y se casó conJantipa, con la que
tuvo hijos. De joven se distinguió por su va-
lentía en la batalla de Potidea y se interesó
por las ciencias. Aunque polemizó con las
soluciones relativistas y escépticas de los so-
fistas, fue influido por ellas, situando deci-
didamente al hombre y sus problemas en el Só~rates(Paris, Louvre). Pese a que este
centro de la reflexión filosófica. No fundó busto fue esculpido después de su muerte,
ninguna escuela, sino que ejerció la filosofía Sócrates fue el primer filósofo realmente
en la plaza discutiendo, contradiciendo y pro- retratado. Las imágenes de todos los
vocando a los conciudadanos como una es- filósofos presocráticos son una pura
pecie de predicador laico. invención.
El papel de conciencia crítica y civil que
asumió Sócrates, quien se autodefinía como
el tábano de los atenienses por su insistencia en el planteamiento de preguntas fasti-
diosas, hizo que algunos atenienses le considerasen como un elemento desestabili-
zador. En 399, los ciudadanos Anito y Meleto lo acusaron de impiedad -esto es, de
no creer en los dioses-y de corromper a los jóvenes. Coherente con sus propios prin-
cipios, Sócrates rechazó cualquier tipo de culpabilidad y aceptó sin protestas la con-
dena a muerte. Por la Apología de Sócrates, escrita por Platón, conocemos la sereni-
dad con la que bebió cicuta después de una última discusión con los discípulos sobre
el tema de la inmortalidad del alma. Sus últimas palabras fueron: Recordad que debe-
mos un gallo a Esculapio.
601 [
SÓCRATES
23 La importancia de saber
que no se sabe
EL PROBLEMA ¿Qué es posible conocer? ¿Es posible paradójica; removiendo los valores del buen senti-
un conocimiento absoluto? do común, el elogio socrático del no-saber provoca
LA TESIS No se puedé c.9nocer algo si no se parte re- en el interlocutor una enérgica y beneficiosa sacu-
conociendo la propia ignorancia. Parece obvio, pe- dida intelectual.
ro Sócrates destaca có:ino la presunción de saber es En el siguiente pasaje, extraído de la Apología de
de hecho el mayor obstáculo para el descubrimien- Sócrates de Platón, el filósofo se dirige a los jueces
to; así, el saber que no 'S§ sabe constituye ün criterio que van a emitir su sentencia. Cabe observar cómo
válido para distinguir á,los verdaderos sabios de los polémica e irónicamente nombra como ejemplo de
falsos. Sócrates sostiene estas argumentaciones de falsos sabios a los mejores clientes de los sofistas:
una manera fuertemente irónica e intencionadamente poetas, retóricos y políticos.
La búsqueda del saber será, \ Tratad de entender las razones por las que refiero esta histo-
precisamente, la causa de fa 1 ria: busco demostraros dónde se ha originado la calumnia que
desgracia de Sócrates. recae sobre mí.
central es: ¿qué es la Después de haber sabido aquello, yo me hacía estas refle-
sabiduría? xiones: ¿qué intenta decir el dios y qué esconde bajo sus enig-
mas? Yo, en lo que a mí respecta, soy bien consciente de no ser
sabio, ni mucho ni poco: entonces, ¿qué quiere decir afirman-
do que soy el más sabio de todos? A buen seguro no miente,
porque eso no es posible para un dios. Así, quedé por mucho
tiempo en la incertidumbre sobre el sentido de la respuesta.
[(Antes, Sócrates buscó la sabiduría Luego me dediqué con todas mis energías a buscar el modo
Q:_. en un maestro, de resolver el enigma. Fui a uno de aquellos que tienen fama de
ser sabios con la intención de encontrar elementos para refutar
al oráculo, si es que era posible hacerlo de algún modo, y para
contraponer el hecho de que éstos eran seguro más sabios que
yo, mientras se decía que yo era el más sabio de todos.
Existe cierta diferencia entre ser Interrogando, pues, a éste (no es necesario que diga su nom-
sabio y creerse sabio. bre: baste decir que la impresión que voy a contaros me viene
de uno de los hombres políticos) y hablándole, me pareció que
en efecto a él le parecía (también a muchos otros, pero sobre
todo a él) que era sabio, pero en realidad no lo era. Entonces
intenté demostrarle que se creía sabio, pero que por el con-
trario no lo era.
, 602
SÓCRATES
Por esto gané su odio y t<imbién el de muchos de los pre- ( El ignorante cree saber El sabio :i'ií
sentes. Mientras me iba, reflexioné que, en efecto, yo era más \ _ sabe que no sabe. ,;.;;
sabio que aquel hombre: cada uno de nosotros dos, de hecho,
adolece de no saber nada de lo bello y de lo bueno, pero él cree
saber algo y en realidad no sabe, y yo, en cambio, no solo no
sé, sino que no creo tampoco saber y, por lo tanto, creo que
soy más sabio que él precisamente por esta pequeña diferen-
cia: la de que no creo saber lo que no sé.
Luego acudí a otro de aquellos que parecían ser más sabios , Enmascarar la ignorancia de los:-~
que yo, y recogí las mismas impresiones. Y también en este ca- \ falsos sabios provoca rencor. 111
so me gané su resentimiento y el de muchos otros. Así pues,
procedí sistemáticamente después de tener estas experien-
cias a tener otras semejantes, y con dolor y temor me di muy
bien cuenta de estar recogiendo sólo odio. Por otra parte, me
parecía necesario dar el mayor peso a la respuesta del dios: ne-
cesitaba, pues, continuar yendo por ahí para comprender qué
r
'.-,--
quiso decir el oráculo respecto a todos aquellos que parecían
saber algo.
¡;
~;
Lo juro por el perro (es preciso que os diga la verdad), ciu-
,~\
~i
!f{
dadanos atenienses, que he experimentado las impresiones que
estoy por deciros: en mis investigaciones sobre la palabra del
dios, precisamente aquellos que eran tenidos en mayor consi-
<~. La verdadera sabiduría es
inversamente proporciona{
al prestigio social.
lt
!1t
deración que otros han resultado, por así decirlo, los menos
provistos de sabiduría; los que parecían, en cambio, modes-
tos, estaban más cerca de ser sabios.
lit,
J Debo, pues, narraros la gran fatiga que me supuso el conti- /
nuo errar de uno a otro lado para llegar a descubrir cómo el \
Ni la política ni la poesía nacen
de la sabiduría.
1
f
oráculo se me hacía irrefutable. En efecto, después de haber-
me entretenido con los políticos fui a ver a los poetas, a los
!:li que escriben tragedias, a los que escriben himnos y a otros,
1
llT'
buscando sorprenderme al descubrirme ser más ignorante que
cualquiera de ellos.
1
rl
Atendiendo a aquellas de sus composiciones que me pare-
cían mejor elaboradas, preguntaba qué es lo que habían que- (_
Cualquiera, si quiere, está en
condiciones de escribir un texto
~::'./
-\J
.:: rido decir para aprender así algo de ellos. Me avergüenzo, ate-
nienses, de deciros cómo están las cosas, pero debo hablar: casi
literario.
t1
-
todos los presentes, por así decirlo, estarían en condiciones de
expresarse mejor que ellos sobre aquellos versos que ellos mis-
mos habían compuesto.
í'. En poco tiempo, pues, nuevamente me di cuenta de cómo / La poesía deriva de una inspiracíón;1
fE. tampoco los poetas hacen las cosas que hacen por sabiduría,
sino por una suerte de natural inclinación y bajo inspiración,
como los adivinos y los profetas.
divina, semejante al oráculo. :¡
IJ
d-
1l-f
También éstos dicen, en efecto, muchas cosas bellas, pero
no saben nada de lo que dicen. Me pareció que a los poetas les
¿ Aunque los poetas poseyeran · · «'1
sabiduría, ésta no derivaría de _elfds)i
ocurre precisamente algo parecido y, al mismo tiempo, me di
cuenta de que ellos, a causa de su poesía, creen ser los más sa-
bios de los hombres incluso en todo lo demás, cuando no lo
son en realidad. Así que los he dejado con la convicción de
603 t
SÓCRATES
¡:ta· sabiduría no es un conocimiento Finalmente, acudí en busca de los artesanos: así como esta-
L.. técnico. Saber hacer una cosa ba íntimamente convencido de ser, por así decirlo, del todo ig-
concreta no constítuye una norante, me imaginaba que ellos sabían, en cambio, muchas
sabiduría ní un saber no y hermosas cosas. En cuanto a la verdad de esto, no me enga-
especíalízado. ñé: ellos sabían, en efecto, muchas cosas que yo no sabía y eran
por ello más sabios que yo. Pero, oh, ciudadanos atenienses,
también los valientes artesanos me parecieron tener el mismo
defecto que había comprobado en los poetas: por el hecho de
estar en condiciones de hacer bien su trabajo, cada uno creía
ser muy experto también en los asuntos de Estado, y esta pre-
sunción ofuscaba su auténtico saber.
Sabía es aquel que admite su ·') Sabed, ciudadanos, que con esta indagación he atraído mu-
propio no sabe, 1 chas enemistades sobre mí, las más malignas y las más gra-
ves, y de ellas me han venido las numerosas calumnias y el tí-
tulo de sabio. En efecto, quien de vez en cuando esté presente
en mis conversaciones, pensará que soy un experto en aque-
llas disciplinas de las que pueda tener que convencer a alguien
que sea ignorante en ellas.
FHªY una díferencía entre el saber Por el contrario, atenienses, es sólo el dios el que de hecho
lr/Mno y el accesible a los hombres. acaba por revelarse sabio al afirmar con aquella respuesta que
la sabiduría de los hombres cuenta poco o nada.
FE/caso de Sócrates tiene un valor Parece que incluso el dios no se refiera expresamente a
t.,~-- simbólico genera'- Sócrates, sino que se haya servido de mi nombre como de un
ejemplo para decir, ¡oh, hombres!, que de vosotros el más sa-
bio es aquel que, como Sócrates, ha reconocido no valer nada
en Jo que al saber se refiere.
c·Avergonzar a los falsos sabías es Por ello, todavía hoy continúo en mi búsqueda y en mi in-
L. un deber de alto valor cívico. vestigación bajo el impulso del dios, cuando pienso que algu-
no de entre los ciudadanos o los forasteros sea sabio y, después
de que no me aparezca tal, llevo la respuesta del dios a una ul-
terior confirmación, demostrándole que no es sabio. En esta
ocupación mía no he tenido tiempo de hacer algo que merez-
ca loas ni públicas ni privadas, y habiéndome dedicado por en-
tero al servicio del dios, me encuentro en la más absoluta de
las probrezas.
] 604
SÓCRATES
IRONÍA
Con la ironía se dice una cosa entendiendo por ella otra, a menudo
precisamente su exacta contraria. Por ejemplo, cuando se exclama
«¡Perfecto!» ante una respuesta claramente equivocada. Sócrates hi-
zo de la ironía el instrumento principal de su método mayéutico. Hacía
preguntas al interlocutor fingiéndose del todo ignorante y sugería una
serie de cuestiones aparentemente ingenuas enfatizando la sab·1duría
del otro, aunque en realidad lo que hacía era arrastrar al interlocutor
a contradicciones insolubles.
MAYÉUTICA
Literalmente el arte de la comadrona o arte de la obstetra. Indica
el método de indagación de Sócrates descrito por Platón en el Teeteto.
Sócrates nunca proporcionaba soluciones, sino que se limitaba a ha-
cer preguntas con la idea de que el interlocutor, oportunamente in-
terrogado, descubriese (o diese a luz) la verdad dentro de sí.
HUMANISMO SOCRÁTICO
Indica la nueva tendencia inaugurada por los sofistas y por Sócrates de
situar en el centro de la reflexión filosófica los problemas del hombre,
y no los de la naturaleza y el mundo físico. Sócrates recogió la invita-
ción de Protágoras a hacer del hombre la medida de todas las cosas,
iniciando en el hombre, y no fuera de él, la búsqueda del criterio de
la verdad.
La muerte de Sócrates
CONCEPTO (s. XVIII). Los vestidos
En líneas generales, designa cualquier contenido de la mente; en sen- y las actitudes de los amigos
tido estricto designa un término universal, esto es, capaz de indicar de Sócrates remiten a la
una clase entera de objetos (por ejemplo, silla, perro, amor, vida, etc.). tradicional iconografía de los
En la vida ordinaria todos sabemos, en general e intuitivamente, qué ángeles y de los Apóstoles. El
significan estos sustantivos; sin embargo, no estamos en condiciones significado es claro: la muerte
de proporcionar una definición simple, clara y exhaustiva de ellos. Y de Sócrates sólo puede
esto sucede tanto con los términos que se refieren a valores mora- compararse a la de Cristo.
les o abstractos, como con
los que aluden a objetos
concretos. Es imposible,
por ejemplo, especificar
cuáles son las caracterís-
ticas singularmente nece-
sarias y colectivamente su-
ficientes para que un
animal sea llamado perro.
Sócrates descubrió el pro-
blema del concepto bus-
cando definiciones correc-
tas de los valores morales
(como amistad o valentía);
Platón consideró el con-
cepto como el conoci-
miento de una idea eterna
e innata de la mente hu-
mana; Aristóteles lo redu-
jo al conocimiento de la
esencia.
r---•..,l. . . . . . ;¡
s...ó_c_RA_T_E_s_ _ _
'
l
24 Conócete a ti
mismo
EL PROBLH.1.A ¿Cuál es el objetivo de la filosofía? ¿Se La verdad es una conquista personal y, por lo tanto,
puede enseñar la verdad? la educación es siempre autoeducación, un proceso
LA TESIS La filosofía no enseña la verdad, sino que de maduración interior que únicamente puede esti~
ayuda al individuo para que pueda descubrirla por mularse, pero no provocarse desde el exterior. El si-
sf mismo. No ofrece tampoco soluciones, sino un guiente pasaje está extraído del diálogo Alcibfades
método para razonar a partir de nosotros mismos. de Platón.
mw, filosofía tiene como objetivo el '\ • SóCRATES Dime, entonces: ¿con qué arte podremos cuidar
l[L. perfeccionamiento del sujeto. } de nosotros mismos?
ALCIBfADES No lo sé.
SóCRATES Hasta aquí estamos de acuerdo en que no será aquel
que mejore cualquier objeto que nos pertenezca, sino aquel que
nos haga mejores a nosotros mismos.
ALCIBfADES Muy cierto.
Perfeccionar una cosa implica SóCRATES Ahora bien, ¿sabríamos cuál es el arte que mejo-
conocer!, como enseñan fas ra la calidad del calzado si no conociésemos el zapato?
técnicas. ALCIBfADES Imposible.
SóCRATES Y según esto, tampoco sabríamos qué arte perfec-
cionará la hechura de los anillos si no conociésemos el anillo.
ALCIBfAD!'S Cierto.
Filosofar significa conocerse. \ SóCRATES Avancemos otro paso. ¿Podríamos conocer qué arte
] mejora al hombre de no saber quién somos nosotros mismos?
ALCIBiADES Imposible.
En el templo de Dellos estaba SóCRATES ¿Y puede darse que sea una bagatela conocerse a
«Conócete a ti mismo». sí mismo y que fuese un bobo quien escribió aquellas palabras
sobre el templo de Delfos, o se trata por el contrario de una co-
sa difícil y no apta para todos?
ALCIBfADES Me ha parecido, Sócrates, que es cosa de todos; pe-
ro tal vez se trate de una tarea extremadamente difícil.
m:~onocerse a sí mismo es fácí/ sólo S(JCRATES ¡Bien! Puede, Alcibíades, ser fácil o no, pero pa-
~:;-:~ en apariencia. ra nosotros el problema es éste: si nos conocemos a nosotros
mismos, conoceremos quizá también el cuidado que debe-
mos tener con nosotros mismos; si no, no lo conoceremos nun-
ca.
ALCIBfADES Así es.
valorarse como individuos es
preciso poseer un modelo de ~ SóCRATES Dime, entonces: ¿de qué modo se podría descu-
hombre. brir en qué consiste el si mismo? Porque, en consecuencia, po-
dremos descubrir quizá qué somos nosotros, pero quedando ~a
primera cosa en la oscuridad, seguramente nos será imposi-
ble descubrir la segunda ... ¿Qué es, pues, el hombre 7
AtcrnfADES No lo sé.
El hombre podrá ser cuerpo y
pero sólo se debe analizar el ) SóCRATES Pero tú sabes, al menos, que es algo que se sirve
alma. del cuerpo.
.l 606
SÓCRATES
607 i
SÓCRATES
Él componente racional del alma es SóCRATES ¿Podríamos señalar en el alma una parte más di-
L.. sede de lo divino. vina que aquella en la que residen el conocimiento y el pen-
samiento?
ALCIBÍADES No podemos.
SóCRATES Esta parte del alma es semejante a lo divino, y si la
enfocamos se aprende a conocer todo lo que hay de divino: in-
telecto y pensamiento; y se tiene la mejor posibilidad de co-
nocerse a sí mismo en el mejor modo.
NADA PUEDE
~ AR A UN BUEN HOMBRE.
EN LA VIDA NI EN LA
MUERTE.
608
SÓCRATES
El filósofo es un
obstetra de almas 25
EL PROBLEMA ¿En qué consiste el trabajo del filó- en favorecer el nacimiento de la verdad en el alma del
sofo? ¿Qué procedimiento de búsqueda es más ade- interlocutor. El trabajo que conduce a este resultado,
cuado para la consecución de la verdad? un auténtico proceso de gestación, prevé un método
LA TESIS Por medio de una comparación, que se ha de búsqueda mayéutico basado en el coloquio indi-
hecho célebre, entre el trabajo de la partera y el del vidual, en el arte de escuchar y de objetar y en el uso
filósofo, Sócrates sostiene que la tarea del sabio no sistemático de la ironía para desbaratar las defensas
consiste en proponer afirmaciones verdaderas, sino intelectuales preconstituidas. (Del Teeteto de Platón.)
• SóCRATES ¡Oh, mi querido amigo! ¿Tú no has oído decir La actividad del filósofo puede ser
que yo soy hijo de Fenareta, una mujer muy capaz y vigorosa \ comparada con la de las
comadrona? comadronas. Sócrates pretende ser
TEETETO Sí, lo he oído decir. una obstetra de almas.
SóCRATES Y que yo ejerzo el mismo arte, ¿lo has oído decir?
TEETET0 ¡No, nunca!
SóCRATES Sepas, pues, que así es. Pero no lo vayas diciendo a
los otros. No saben, querido amigo, que yo poseo este arte, y no
sabiéndolo no dicen eso de mí, sino que más bien dicen que soy
el más extravagante de los hombres y que no hago más que sem-
brar dudas. También esto lo habrás oído decir, ¿no es cierto?
TEETETO Sí.
SóCRATES ¿Y quieres que te diga por qué?
TEETETO De buen grado te escucharé.
SóCRATES Intenta entender bien en qué consiste el trabajo Era costumbre en Grecia que
de la comadrona, y comprenderás más fácilmente qué quiero '( las mujeres ancianas fuesen
decir. Tú sabes que mientras pueda concebir y engendrar, nin- obstetras.
guna mujer ejerce de comadrona para otras mujeres, sino que
sólo lo hacen aquellas que ya no pueden engendrar.
TEETET0 Está bien.
SóCRATES Se dice que eso es así por Artemisa, quien tuvo en / La obstetra es, por definición,
suerte presidir los partos a pesar de ser virgen. Ella, pues, no \ estéril.
concedió a mujeres estériles el don de ejercer de comadronas,
puesto que la naturaleza humana es demasiado débil para ad-
quirir un arte del que no haya tenido experiencia; asignó, pues,
este oficio a aquellas mujeres que por su edad no podían en-
gendrar, honrando así la semejanza que tenían con ella.
TEETETO Es lógico.
SóCRATES ¿Y no es también lógico e incluso necesario que La obstetra no puede tener hijos,
sean las comadronas las que puedan reconocer mejor que na- pero ha vivido personalmente
die si una mujer está o no embarazada? experiencia.
TEETETO Ciertamente.
SóCRATES ¿Y no son las comadronas las que suministrando fár-
macos y haciendo encantamientos pueden despertar los dolo-
res o hacerlos más leves si quieren, y facilitar el parto y tam-
bién provocar el aborto, si lo creen necesario, cuando el feto es
inmaduro todavía?
TEETETO Es verdad.
609 f
SÓCRATES
,Ea filosofía es más complicada que SóCRATES Éste, por lo tanto, es el oficio de las comadre-
E. . la obstetricia. Pensar, en efecto, / nas, y es grande aunque sin duda menor que el mío. De he-
puede generar tanto lo verdadero cho, a las mujeres no les ocurre el parir ora fantasmas, ora
(la vida) como lo falso. seres reales, ni que ello sea cosa difícil de distinguir: porque
si esto ocurriese, grande y bello oficio sería para las coma-
dronas distinguir lo verdadero de lo no verdadero, ¿no te
parece?
TEETETO Sí, así me parece.
filosofía es un arte de obstetricia SócRATES Ahora bien: mi arte ele obstetra en todo el resto se
espiritual. asemeja al de las comadronas, pero se diferencia en que opera
sobre los hombres y no sobre las mujeres, y provee a las al-
mas parturientas y no a los cuerpos. Y la mayor capacidad s~-
ya es que, gracias a ella, yo sea capaz de discernir con seg~n-
dacl si fantasma o mentira pare el alma del joven, o si cosa vital
y reaL
610
SÓCRATES
Puesto que esto tengo en común con las parteras, también También el filósofo, como la
yo soy estéril pero de sabiduría; y el reproche que tantos me obstetra, es estéril (de sabiduría):,_:]
han hecho -que interrogo a los otros sin nunca manifestar mi no posee ninguna verdad.
pensamiento sobre ninguna cuestión, ignorante como soy- es
reproche verdadero.
y la razón es precisamente ésta: que el dios me obliga a ha- El trabajo del filósofo consiste en ;,
cer de obstetra, pero me prohibió engendrar. Por lo tanto, yo ayudar al interlocutor a generar la/
soy cualquier cosa menos sabio y ninguna sabiduría ha si- verdad, a descubrirla en sí mismo.
do nunca descubierta por mí ni generada por mi ánimo; en
cambio, algunos de quienes aman estar conmigo parecen del
todo ignorantes, pero frecuentando mi compañía todos ob-
tienen, siempre que el dios se lo permite, un provecho ex-
traordinario como comprueban ellos mismos y también los
otros.
Y está claro que de mí no han aprendido nada, sino que El alma, aunque preñada de
muchas y bellas cosas han encontrado y generado por sí verdad, tiene, sin embargo,
mismos; pero, esto sí, el mérito de haberlos ayudado a ge- necesidad de una guía espiritual.
nerar es del dios y mío. Y he aquí la prueba. Muchos que
no sabían esto y creían que el mérito era del todo suyo, mu-
chos que me miraban con cierto desprecio, un día se ale-
jaron de mí más pronto de lo necesario por su propia vo-
luntad o instigados por otros; y una vez alejados de mí,
no hicieron más que abortar por los malos acoplamientos
en los que incurrieron, y todo lo que con mi ayuda habrían
podido parir, por defecto de crianza lo estropearon, teniendo
en más consideración a mentiras y fantasmas que a la ver-
dad; y acabaron pareciendo ignorantes a sí mismos y a los
otros.
Después hay otros, ¡oh Teeteto!, que no me parecen pre- Para encontrar la verdad hay que
ñados; y entonces me doy prisa en colocarlos en otra par- buscarla, estar preñados de ella.
te, sabiendo que éstos no tienen necesidad de mí; digamos
que con la ayuda del dios consigo muy fácilmente encontrar
con quien puedan unirse y obtener además un provecho
de esa misma unión. Y así, son muchos los que se unen a
Próclico y a muchos otros sabios y hombres divinos. Pues
bien, mi excelente amigo, me he extendido larga y profu-
samente en esta historia porque tengo la sospecha de que tú,
y lo piensas tú mismo, estas preñado y tienes los dolores del
parto. Así pues, confía en mí, que soy hijo de comadrona y
conozco el arte del obstetra.
611 t
,.....__-
r-- SÓCRATES
Has reacciones rencorosas hacia los Que si después, examinando tus respuestas, encuentro que
!, discursos de Sócrates demuestran alguna de ellas es fantasma y no verdad y te la quito de encima
hasta qué punto acierta en un y la expulso de ti, no te enojes conmigo como hacen las muje-
problema de verdad importante. res con sus hijos en su primer parto. Son muchos los que sien-
ten hacia mí esta animadversión, y ella es tanta que me mor-
derían si tratase de quitarles de encima alguna necedad; y lejos
como están de saber que ningún dios es malévolo con los hom-
bres, no piensan que si yo hago esto es por benevolencia; en
verdad no actúo con malevolencia, sino sólo porque no juzgo
lícito aceptar lo falso.
26 El filósofo
desea morir
EL PROBLEMA ¿Por qué vale la pena vivir? ¿La muer- (vea.se 30) según la cual la dimensión biológico-cor-
te del cuerpo implica el fin definitivo del individuo? poral es el mayor obstáculo para el camino ele la per-
¿Hay vida después de la muerte? fecta realización espiritual, se transformará en un
LA TESIS Derribando la opinión común, Sócrates afir- lugar fundamental de 1a tradición filosófica occi-
ma que el sabio desea acelerar la liberación del al- dental. En tiempos más recientes, Nietzsche verá en
ma espiritual de la cárcel corpórea, y no prolongar ello el inicio de la decadencia intelectual de
sin fin la vida. Acogida favorablemente por la cul- Occidente (véase 180). El fragmento está extraído
tura religiosa cristiana, la tesis socrático-platónica de la Apologfa de Sócrates de Platón.
dos posibilidades: la muerte es Ella es, en efecto, una de estas dos posibilidades: o la muer-
fa nada o la transmigración te coincide con la nada y después de muerto no se tienen ya más
del alma. sensaciones, o bien, por cuanto se dice, consiste en una suerte
de cambio y de trasmigración del alma de esta sede a otra.
t Si la muerte es la nada,
tcomparab/e a un sueño sin sueños, Si no hay, pues, ninguna sensación sino una especie de sue-
es preferible a la vida. ño semejante al de quien duerme sin soñar, con la muerte se ob-
tendría una ganancia extraordinaria. Si uno escoge una noche
en la que por haber dormido tan bien no haya tenido sueño
alguno, y si compara esa noche con otras noches y otros días de
su vida, debería reflexionar y decir cuántos otros días y cuántas
otras noches vivió en su existencia con más satisfacción y pla-
cer que aquella noche; de modo que estoy dispuesto a creer que
no sólo un ciudadano cualquiera, sino el mismo Gran Rey re-
conocería que en comparación con todos los otros, esos días Y
esas noches se pueden contar con los dedos. Si tal es la muer-
te, yo la defino sin duda como una ganancia: de este modo, en
efecto, todo el tiempo parece no ser más que una única noche.
la muerte es el paso del alma a Si, por el contrario, la muerte es una suerte de trasmigración
la ultratumba, es una magnifica de esta vida a otro lugar y es verdad lo que se dice -esto es, que
ocasión para encontrar hombres todos los muertos se reúnen en aquel lugar- ¿qué bien podría
ilustres. ser mayor que éste, señores jueces? Pues si uno, llegado al Hades
después de ser liberado por quienes se dicen jueces, encontra-
612
SÓCRATES
Es preciso, pues, que también vosotros, señores jueces, es- La tranquilidad interior del hombre ¡
téis bien dispuestos a la esperanza ante la muerte, y que sólo honesto es superior a la muerte. '
penséis esto: que ningún mal puede golpear al hombre recto
ni cuando vive ni cuando está muerto, y que sus acciones no
son indiferentes a los dioses.
Incluso esto que ahora me ocurre a mí, no sucede por ca- ( Cualquier acontecimiento, incluso:-,-__¡
sualidad: para mí está muy claro que el morir en este punto la condena a muerte, tiene su
y liberarme de todos los fastidios es lo mejor que podría su- razón de ser:
cederme. Por esto no me ha detenido nunca ninguna señal di-
vina, y por mi parte no monto en cólera por quienes me han
condenado ni por mis acusadores.
Sin embargo, ellos me han condenado y me han acusado cre- Condenable no es sólo la sentenda;1
yendo hacerme un daño) y ese diverso entendimiento suyo ha- sino la voluntad malvada que la -~'
ce que recaiga sobre ellos una justa reprobación. inspira.
A pesar de ello, esto les ruego: castigad, hombres, a mis hi- La vida de Sócrates ha de ser
jos cuando Jleguen a la pubertad, molestándoles del mismo tomada como ejemplo a seguir
modo en que yo os molestaba a vosotros si pareciese que se
cuidan de la riqueza o de cualquier otra cosa antes que de la
virtud; y si llegaran a exhibir algún valor sin valer nada, re-
prendedlos como yo os he reprendido a vosotros por no apli-
carse en cosas que valgan la pena y por creer contar para al-
go cuando, en cambio, no cuentan para nada. Si hicieseis esto,
yo y mis hijos habremos obtenido justicia de vosotros.
Pero ya es hora de irse: yo a la muerte, vosotros a la vida. Sólo dios conoce la verdad.
Quien después de nosotros se encamine hacia la meta mejor,
será ignoto por todos, salvo por el dios.
613 i
PLATÓN
Platón
Atenas, 428-34 7 a.c.
e ha dicho que toda la filosofía oc-
S cidental no es más que un colosal
comentario a Platón. Lo cierto es que
Platón sigue siendo el único filósofo
que no ha dejado de ser estudiado en
ninguna de las fases históricas de los
últimos dos milenios; tanto, que po-
dría ser definido como de perenne ac-
tualidad.
De origen aristocrático (alardeaba de
antepasados ilustres), al entender que
el poder debía entregarse a los más sa-
bios, consideró natural que la profe-
sión filosófica llevase a la política y al
gobierno de la ciudad. Estas ambicio-
nes políticas no se tradujeron en una
carrera personal, pero sí en la inven-
ción ele una nueva institución social:
la escuela filosófica. En ella, la futura
clase dirigente de Atenas podría for-
marse bajo la tutela del maestro. El fi-
lósofo dedicó su vida entera a la di-
rección de esta escuela, la Academia
(nacida como una simple palestra cer-
cana a los jardines ele Acaclemos), a ex- Platón (París, Louvre), réplica de un original
cepción ele una serie de desafortuna- del s. IV a.c.
dos viajes a la corte del tirano Dioniso
en Siracusa, con la ilusoria esperanza de fundar un Estado modelo en Sicilia (una ciu-
dad gobernada por un rey-filósofo). Los acontecimientos fundamentales de esta vida
totalmente dedicada al estudio y a la investigación fueron el encuentro con Sócrates
(hacia los veinte años de edad) y, nueve años más tarde, las dramáticas vicisitudes
del proceso y condena a muerte de su maestro. Estos hechos causaron a buen seguro
un trastorno en la vida del joven Platón, quien hizo de ellos argumento ele sus mejo-
res escritos, además ele mantener a Sócrates como protagonista de sus 36 diálogos.
'614
PLATÓN
¿Cómo buscar
lo que se ignora? 27
EL PROBLEMA Sócrates enseñaba que sabio era aquel el problema ele su oligen recurriendo a la doctrina
que sabía que no sabía. Pero entonces, ¿cómo es po- de la reminiscencia, según la cual para el alma cono-
sible e1 conocimiento? Si las ideas no nacen de la cer es recordar lo que sabía antes de reencarnarse en
experiencia sensible, ¿dónde se originan? el cuerpo. Se trata de la tesis central de todo el pla-
LA TESIS Platón, siguiendo el camino inaugurado por tonismo, sostenida con el recurso a una serie de doc-
Parménides (véase 13), excluye que las ideas puedan trinas adyacentes, en particular la creencia órfico-pi-
derivar de los sentidos: son una pura visión intelectual, tagórica de la metempsicosis o trasmigración de las
una representación en la pantalla de la mente. Resuelve almas (véase 9). El pasaje que sigue pertenece al Menón.
• MEN()N Cómo, Sócrates, buscarías lo que ignoras absolu- ¿ el problema: ¿cómo se puede
tamente? ¿Y cuál de las cosas que ignoras sería objeto de tu bús- \ conocer lo que se ignora?
queda? Y si la encontraras, ¿cómo podrás darte cuenta de que es
ésa precisamente la que buscabas, si no la conocías?
SóCRATES ¡Comprendo qué quieres decir, Menón! ¡Date cuen- {.· Sócrates define el problema cornq¡j
ta de que propones un buen argumento erístico! El argumento erístico; esto es, puramente retórlcQ
según el cual el hombre no puede ni buscar lo que sabe ni bus- y capcioso.
car lo que no sabe: lo que sabe porque, conociéndolo, no tiene
necesidad de buscarlo; lo que no sabe, porque tampoco sabe qué
es lo que busca.
MENÓN ¿Y no te parece, Sócrates, que es éste un razonamiento
bien hilvanado 7
SóCRATES ¡A mí no!
MENÓN Dime por qué.
SóCRATES Sacerdotes y sacerdotisas cuyo corazón desea dar ra- 1 Los órficos sostenían la
zón del propio ministerio. Y las mismas cosas las dice también <: inmortalidad del afma y la
Píndaro y muchos otros poetas, y poetas divinos. Y esto dicen metempsicosis (es decir el paso
(piensa si crees que dicen la verdad): dicen que el alma huma- alma a nuevos cuerpos).
na es inmortal, y que una vez alcanza su cumplimiento (lo que
se llamamos morir) renace y nunca se destruye; por ello afirman
que es necesario vivir la vida lo más santamente posible ..
Así pues, como el alma es inmortal y muchas veces renacida / Para el afma inmortal, que ya ha ,
y como ha visto nuestro mundo y el del Hades, nada tiene que \ recorrido innumerables veces el
aprender. Que nadie se sorprenda porque sea capaz de hacer que cíe/o de la vida, conocer significa
emerja de nuevo en la mente lo que ésta ya sabía de la virtud y recordar.
de todo el resto. Puesto que, por otra parte, la naturaleza entera
está emparentada consigo misma y el alma todo lo ha aprendido,
nada impide que el alma, recordando una sola cosa (recuerdo que
los hombres llaman aprendizaje) encuentre por sí misma todas
las otras siempre que uno sea valiente e infatigable en la búsqueda.
Sí, buscar y aprender son, en su conjunto, pura reminiscencia.
615 L
PLATÓN
[La paradoja del conocimiento tiene, No debemos, por lo tanto, fiarnos del razonamiento erístico:
pues, solución. nos volvería perezosos y suena dulce sólo a los oídos de la gen-
te sin vigor; el nuestro, por el contrario, nos hace laboriosos
y enteramente dedicados a la búsqueda; convencido de estar
en la verdad, deseo averiguar contigo qué es la virtud.
ANAMNESIS O REMINISCENCIA
En griego, anamnesis significa recuerdo, reminiscencia. El término in-
dica la teoría de origen mítico-filosófico con la que Platón explica el pro-
blema del concepto y del conocimiento en general. El alma (la mente
humana) no adquiere conocimiento del exterior, sino que recuerda en
su interior lo que una vez adquirió para olvidarlo después. Retomando
la teoría ya sostenida por Pitágoras de la metempsicosis, Platón piensa
que las almas transmigran de un cuerpo a otro y que, antes de des-
cender a un nuevo cuerpo, tienen la posibilidad de contemplar las
ideas, los modelos perfectos de las cosas. Este conocimiento, perdido
con los esfuerzos del nacimiento, se despierta después gracias a la
observación de las cosas. Dicho de otro modo: la percepción del mun-
do externo no suministra ningún conocimiento: sólo un estímulo del re-
cuerdo. El conocimiento llega a través de una visión intelectual, cuan-
La Academia platónica en un do conseguimos reconocer las formas esenciales y prototípicas (es decir,
cómic contemporá11_~0· las ideas) en la complejidad del mundo real.
EL VERDADERO FILÓ-
SOFO ENSEÑA LA VIRTUD
MÁS CON EL EJEMPLO QUE
CON LAS PALABRAS, Los
HOMBRES NO TIENEN NECESI-
DAD DE PRECEPTOS PARA
APRENDER A CAMINAR POR LA
FATIGOSA CALLE QUE LLEVA
AL BIEN, SINO DE VER A
ALGUIEN QUE LA RECORRE
CON SERENIDAD.
28 El conocimiento es
un recuerdo
EL PROBLEMA ¿Qué hace posible el conocimiento? LA TESIS El proceso que lleva a la formación de los
¿Cómo conseguimos emplear los conceptos gene- conceptos no nace de la experiencia: no nos forma-
rales? Es decir, ¿cómo logramos clasificar los obje- mos la idea de caballo observando muchos caballos.
tos según clases de pertenencia? La prueba es que nada en la naturaleza puede ser ori-
616
PLATÓN
gen de la idea abstracta de semejanza (aunque, ob- En palabras actuales, si eliminamos la componente
viamente, hay cosa que juzgamos semejantes). Platón mítico-religiosa del pensamiento platónico podemos
resuelve el dilema proponiendo la teoría del innatis~ afirmar que el pensamiento se estructura en esque-
mo: el alma conoce las cosas recordándolas, es decir, mas conceptuales innatos, en potencia al nacer y
apelando a la memoria el súbito recuerdo de lo que desarrollados después por el aprendizaje sensorial.
vio en el mundo ultraterreno antes de reencarnarse. El siguiente fragmento está extraído del Fedón'.
• SóCRATES Así pues, tú que dudas de esto, ¿de qué modo El conocimiento es un recuerdd.'-\'.;}!3,
lo que llamamos aprendizaje es reminiscencia? ésta es la tesis por demostrar. .. •'iF2
SIMMIAS Que yo precisameute dude no es cierto; sucede que
tendría que experimentar en mí mismo esto de lo que razo-
namos. Es decir ... , recordar ... Escucharía con mucho gusto
cómo podrías demostrarlo.
SóCRATES De este modo: seguramente, ambos estamos de acuer-
do en que si alguien se acuerda de algo es porque antes ha
tenido cognición de ello.
SIMMIAS En efecto.
SóCRATES Así pues, ¿estamos de acuerdo también en que El mecanismo asociativo entre
cuando uno tiene cognición de algo en el modo que digo, se ideas se basa en el recuerdo.
trata de una reminiscencia? ¿Qué modo es el que digo? Éste.
Si alguien, vista una cosa u oída o tenida otra sensación, no
solamente conoce esa tal cosa, sino que le viene además otra
a la mente (otra cuya cognición no es la misma, sino distinta),
¿no empleábamos la palabra en su justo valor cuando decía-
mos, a propósito de esta otra cosa venida a la mente, que ese
alguien se había acordado?
SrMMIAS ¿Cómo dices?
SóCRATES Por ejemplo: la noción de hombre es una, y la no- ( Por ejemplo: el recuerdo de
ción ele lira es otra. hombre remite (recuerda) a
SIMMIAS Sin duda. objetos personales.
SóCRATES Pues bien, ¿no sabes que cuando los enamorados
ven una lira o una capa u otro objeto cualquiera del que su en-
amorado se sirva, ocurre que reconocen la lira y, al mismo tiem-
po, ven de nuevo en su mente la figura del enamorado a quien
pertenece la lira? Eso es reminiscencia.
Así, de todos estos ejemplos ¿no resulta que la reminiscen- / La asociación mental adviene
cia adviene en dos modos, por vía de semejanza y por vía de \ semejanza o diferencia.
desemejanza? Sí. Bien: pero cuando alguien se acuerda de al-
go por vía de semejanza, ¿no le sucede también necesariamente
que piensa si la cosa que ha despertado el recuerdo esté o no,
en cuanto a la semejanza, falta de alguna parte respecto a aque-
lla de la que ha despertado el recuerdo?
SIMMIAS Necesariamente.
SóCRATES Juzga entonces si la cosa es así. Hay algo de lo que Toda comparación presupone fa
afirmamos que es igual, ¿no es cierto? Y no hablo de madera posesión de un criterio de
con madera, piedra con piedra o algo similar; sino más bien semejanza.
de algo que está allí y distinto de todos estos iguales; hablo del
igual en sí. ¿Podemos afirmar de este igual en sí que es algo
o no es nada en absoluto?
S!MMIAS Debemos afirmarlo, seguramente.
617 '
r---■··¡ 1 ..................P N.....,..,..,..,...,..¡¡¡,,,Í..,....,.....,....,.....,..,..,..,....,........,..,.....,_,,....,..,
..L""A"'T'"'O"".
ff,fjdea de semejanza precede a los SóCRATES ¿Y dónde hemos adquirido este conocimiento?
&YJQos: comparativos. ¿No lo hemos obtenido de esos iguales de los que se hablaba
antes, maderas o piedras u otros objetos cualesquiera, al ver
que son iguales? ¿No hemos sido inducidos por esos iguales
a pensar en el igual que es distinto a ellos? O bien, ¿no te pa-
rece que sea distinto? Considera también este punto. ¿No su-
cede en ocasiones que piedras iguales y maderas iguales pa-
rezcan, aun siendo los mismos, iguales a unos y a otros no?
S!MMIAS Seguramente.
~~:J_ontradicción lógica entre SóCRATES Y dime, ¿puede darse el caso de que lo igual apa-
lfi.mejanza y diversidad no tiene rezca desigual? ¿Es decir, que la igualdad parezca desigualdad?
origen en fa experiencia. SIMM!AS Imposible, oh Sócrates.
SóCRATES En efecto, estos iguales y lo igual en sí no son la mis-
ma cosa.
SIMMIAS Me parece bien, oh Sócrates.
SóCRATES Pero tú has podido pensar en retener en la mente
el conocimiento de ese igual gracias a estos iguales, aunque se-
an distintos de aquel igual, ¿no es verdad?
SIMMIAS Muy cierto.
SóCRATE s Y como algo símil o disímil respecto a éstos, ¿no?
SIMMIAS Precisamente.
~q~,j~icios comparativos implican el SóCRATES Porque no hay diferencia. Basta con que tú, vista
lrít9ste con un prototipo ideal. una cosa, consigas pensar en otra a partir de ella, sea esa otra
símil o disímil. He aquí que precisamente en este proceso has
tenido necesariamente un caso de reminiscencia.
S!MMIAS Muy bien.
SóCRATES Y dime, ¿nos ocurre a nosotros algo similar respec-
to a aquellos iguales que observamos en las maderas y en los
otros objetos iguales sobre los que discurríamos antes? ¿Nos
aparecen iguales como precisamente es lo igual en sí, o están
faltos de él en alguna parte? Es decir, ¿son idénticos a lo igual
o están faltos de algo?
S!MMIAS Más bien están faltos.
~gcpnocer, identificar una cosa por SóCRATES Y entonces, cuando uno, vista una cosa, pien-
fqzque es, implica un juicio de
w:,c, ...." ....
sa de este modo: «Esto que ahora veo tiende a ser como otra
semejanza con un modelo. cosa, precisamente como uno de esos seres que existen por
sí mismos; y, no obstante, le falta algo y no puede ser co-
mo aquél; antes bien, es inferior», Y bien: ¿no estamos de
acuerdo en que quien piensa así de algún modo debe ha-
berse hecho antes una idea del ser del que afirma que la co-
sa vista se parece, pero respecto a la que es, en comparación,
defectuosa?
SIMMIAS Necesariamente.
] 618
•
··.j PLATÓN ¡í1 ....,.....,.........._
••'_.,........,..,....,..,....,..,...,....,...¡w,...··· 1
1
SóCRATES Por lo tanto, es necesario que ya de antes haya-
mos tenido una idea de lo igual; es decir, antes del momento
en el que, viendo por primera vez los iguales, pudimos pensar
que todos estos iguales aspiran a ser como lo igual, pero le que-
dan inferiores.
SIMMIAS Es así.
SóCRATES Y, por lo tanto 1 estamos de acuerdo también en
esto: que este pensamiento no se ha podido formar en nosotros
partiendo de otro, ni es posible que se forme de otro sino del
ver y del tocar o de cualquiera otra de estas sensaciones; por-
que todas para mí valen ahora lo mismo.
SIMMIAS Valen lo mismo respecto a lo que ahora quiere de-
mostrar nuestro razonamiento.
SóCRATES Pero, naturalmente, es de estas sensaciones que
debe formarse en nosotros el pensamiento de que todos los
iguales que caen bajo estas sensaciones aspiran a ser aquello
que es lo igual en sí y respecto a lo que, sin embargo, restan Riillro de Platón.
inferiores. ¿O no es así?
S!MMIAS Así es.
SócRATES Por lo tanto, antes de que comenzásemos a ver, La idea de igualdad precede a
a oír y, en definitiva, a hacer uso de nuestros otros sentidos, juicios de igualdad.
era necesario que nos encontrásemos ya en posesión del co-
nocimiento de lo igual en sí, de lo que realmente es, si después
debíamos reenviar a ese igual los iguales que nos resultaban
de las sensaciones, y pensar que todos tienen el ansia de ser
como aquél, aunque le queden por debajo ...
Si, por lo tanto, es verdad que nosotros, adquirido este cono- Las ideas de semejanza, diversidaq;~
cimiento antes de nacer, lo hemos llevado con nosotros nacien- igualdad y todas las demás ideas:J!JIJ
do, querrá decir que antes de nacer y apenas nacidos conocía- preceden a fa experiencia; es decir:
mos ya no sólo lo igual y, por lo tanto, lo mayor y lo menor, sino son innatas,
también todas las otras ideas; porque ahora no estamos razo-
nando sólo acerca de lo igual, sino que también de lo bello en sí,
de lo bueno en sí, de lo justo en sí y de lo santo y, en definitiva,
como decía, de todo aquello a lo que, en nuestro disputar, ya sea
interrogando o sea respondiendo, ponemos este sello, que es
en sí. De donde resulta necesariamente que, antes de nacer, de-
bemos haber tenido conocimiento de todas estas ideas.
S!MMIAS Así es.
SóCRATES Y también resulta (salvo que, una vez en posesión El alma inmortal conoce todas
ele estos conocimientos, no nos encontremos luego, a cada su- ideas.
cesivo renacer nuestro, en la condición de haberlas olvida-
do) que precisamente en nuestro perenne renacer no cesamos
nunca de saber, y conservamos este saber por toda la vida.
Porque el saber es esto: adquirido un conocimiento, conser-
varlo y no haberla olvidado. ¿No es esto, oh Simmias, lo que
llamamos olvido, pérdida de conocimiento?
S!MMIAS Propiamente esto, oh Sócrates.
SóCRATES Muy bien; pero si, por el contrario, adquiridos El alma, sin embargo, ha olvidadq/!jj
los conocimientos antes de nacer, los perdemos naciendo, y temporalmente las ideas a causa:l@
si valiéndonos después de los sentidos relativos a ciertos ob- su traumático renacer en un cuerpo.
jetos dados, recuperamos en cada uno de ellos aquellos co-
619 t
PLATÓN
FS Así pues, la percepción de las nocimientos que teníamos ya de antes, entonces esto que no-
h:frosas sensibles no es más que un ) sotros llamamos aprender, ¿no será un recuperar conocimien-
estimulo a la evocación de las tos que ya nos pertenecían? Y si empleamos para esto la pala-
ideas innatas. bra recordar, ¿no la empleamos en su justo significado?
SIMMIAS Ciertamente.
EL P.ROBLEMA ¿Qué es la filosofía? ¿Cuáles la tarea aventura del esclavo fuera de la caverna representa
del filósofo? la experiencia filosófica; el mundo fuera de la ca-
LA TESIS El texto que a continuación se cita, con el verna es el mundo de las ideas, el único verdadera-
que se inicia el libro VII de la República, es uno de mente real; el Sol que ilumina el mundo verdade-
los más famosos de toda la historia de la filosofía. ro es la idea de Bien, que guía al conocimiento; el
La figura del filósofo y sus atribuciones se delinean retorno del esclavo es el deber del filósofo de im-
por medio de una compleja metáfora. La caverna plicar a la sociedad en la experiencia de la verdad;
oscura es nuestro mundo; los esclavos encadenados la incapacidad del esclavo para readaptarse a la vi-
son los hombres; las cadenas son las pasiones y la da de la caverna es la inadaptación social de los fi-
ignorancia; las imágenes sobre el fondo de la ca- lósofos; la mofa del esclavo es la suerte del sabio; el
verna son las percepciones sensoriales; la liberación asesinato final del esclavo-filósofo es la muerte de
del esclavo es la acción liberadora de la filosofía; la Sócrates.
;:-- La caverna representa nuestro • SóCRATES Compara nuestra naturaleza, por lo que respecta
Lmundo, en el que reina la opinión; a la educación y falta de educación, con una imagen como ésta.
las cadenas representan la Imagina, dentro de una morada subterránea en forma de caver-
ignorancia y fas pasiones. na, con la entrada abierta a la luz y tan amplia como la entera an-
chura de la caverna, a unos hombres que están allí desde niños)
encadenados de piernas y cuello y obligados a permanecer dete-
620
...N...,............,¡¡¡¡,,1~
....,.....,.....,._..,.........,.....,......,......,~,......,....,....,P,..L...,AT...,Ó
J !l 1
nidos y a mirar sólo haeia delante, incapaces, a causa de la ca-
dena, de girar la cabeza.
Alta y lejana brilla a sus espaldas la luz de un fuego y entre La luz representa la verdad, e/ ·,.;1l!
el fuego y los prisioneros se extiende, realzada, una calle. muro, la separación entre verdadé'éll.
Imagina un pequeño muro construido a lo largo de ésta, co- y falsa realidad. ·
mo las pantallas qne los titiriteros ponen delante de las per-
sonas para mostrar los títeres por encima de ellas.
GLAUCO Lo veo.
SóCRATES Imagina que ves a hombres que acarrean a lo Las estatuas: las cosas del
largo del muro toda suerte de objetos: estatuas y otras fi- sensible.
guras de piedra y madera, trabajadas de cualquier modo; y,
como es natural, algunos porteadores hablan, otros callan.
GLAUCO Extraña imagen la tuya, y extraños también los pri-
sioneros.
SóCRATES Si aquellos prisioneros pudiesen conversar en- ...y las toman por la realidad.
tre ellos, ¿no crees que pensarían en llamar objetos reales
a sus visiones?
GLAUCO Por fuerza.
SóCRATES ¿Y si la prisión tuviese un eco en la pared de en-
frente? Cada vez que uno de los pasantes hiciese sentir su
voz, ¿crees que la juzgarían distinta de aquella sombra qne
ante ellos pasa?
GLAUCO ¡No, por Zeus!
SóCRATES Para tales personas, en definitiva, la verdad no pue-
de ser otra cosa que las sombras de los objetos artificiales.
GLAUCO Por fuerza.
SóCRATES Examina ahora cómo podrían soltarse de las ca- La vía del verdadero conocimien(Q)!¡
denas y curarse de la inconsciencia. Admite que les ocurriese comienza con la liberación de}afI§J
un caso como éste: qne uno fuese liberado, obligado impre- cadenas de la ignorancia.
vistamente a levantarse, a girar su cabeza, a caminar y elevar
la mirada a la luz; y que haciendo esto sintiese dolor y el res-
plandor lo incapacitase para vislumbrar los objetos de los que
antes veía las sombras.
¿Qué crees que respondería si se le dijese que antes veía va- ({ No engañado por la percepción ·:ri¡
cnidades privas de sentido, pero qne ahora, estando más pró- \ sensible (las sombras), el filósofo,,Vff',
ximo a lo que es y siendo dirigido hacia los objetos que tienen la verdad.
más ser, puede ver mejor? Y si, mostrándole cada uno de los
objetos que pasan, se le preguntara o se le obligara a respon-
der qué es, ¿no crees que se quedaría dudoso y juzgaría más
verdaderas las cosas que veía antes que las que le fuesen mos-
tradas ahora?
GLAUCO Cierto.
621 [
PLATÓN
1 ,,.;. La verdad es deslumbrante; su ; SóCRATES Y si se le obligase a mirar la misma luz, ¿no sen-
~iúcubrimiento puede confundirnos 1 tiria dolor en los ojos y no huiría volviéndose hacia los obje-
temporalmente. tos sobre los que puede sostener la vista? ¿Y no los juzgaría re-
almente más claros que aquellos que le fueron mostrados?
GLAUCO Así es.
SóCRATES Y si luego se le arrastrase fuera de allí a la fuerza,
obligándole a recorrer la áspera y escarpada cuesta y no se le
dejase hasta haberlo sacado a la luz del Sol, ¿no sufriría y no
se irritaría por ser arrastrado? Y, llegado a la luz, tendría los
ojos tan llenos de ella que no podría ver una sola cosa de las
que ahora llamamos verdaderas.
GLAUCO No podría, desde luego; al menos momentáneamente.
f. La posesión de la verdad produce SóCRATES Si deseara ver el mundo superior, tendría que acos-
L ~- un rápido incremento del saber, tumbrarse. Y antes observará muy fácilmente las sombras y lue-
una ascensión a lo verdadero. go las imágenes de los seres humanos y de los otros objetos re-
flejados en el agua, y al fin los objetos mismos; y de éstos, luego,
volviendo la mirada a la luz de las estrellas y de la Luna, podrá
contemplar de noche los cuerpos celestes y el cielo mismo más
fácilmente que ver durante el día el Sol y la luz del Sol.
GLAUCO Cómo no.
i;,,
El objetivo de la ascensión SóCRATES Finalmente, creo yo, podrá observar y contemplar
t:::. '.cognoscitiva es la contemplación cuál es verdaderamente el Sol, y no sus reflejos en las aguas u
del bien en sí mismo (el Sol). otras superficies, sino el Sol en sí, en su propio dominio.
GLAUCO Por fuerza; y después, hablando del Sol, podría ya con-
cluir en que es éste el que produce las estaciones y años, y el
que gobierna todas las cosas del mundo visible, y es causa, en
cierto modo, de todo aquello que él y sus compañeros veían.
,.. El sabio tiene el deber de SóCRATES Y acordándose de la primera morada y de la sabi-
-!· -; Comunicar sus descubrimientos a duría que allí había y de los compañeros de prisión, ¿no crees
toda la sociedad. que se sentiría feliz del cambio y que sentiría piedad por ellos?
GLAUCO Cierto.
!Quien posea la verdadera sabiduría SóCRATES En cuanto a los honores y elogios que de vez en
L: será marginado al mundo de la / cuando se intercambiaban entonces, y a los premios reserva-
ignorancía. dos para quien fuese más agudo en observar los objetos que
pasaban y más recordase los que solían desfilar antes y después,
adivinando de esta forma el siguiente, ¿crees que los ambi-
cionaría y que envidiaría a aquellos de entre los prisioneros que
tuviesen honores y poder? ¿O que se encontraría en la condi-
ción que se cuenta de Homero y preferiría «ser siervo en el cam-
po de cualquier labrador sin caudal» y sufrirlo todo antes que
tener esas opiniones y vivir en aquel mundo? . .
GLAUCO Así pienso también yo; aceptaría todo antes que vivir
de aquel modo.
Al sabio le resulta difícil Reflexiona ahora sobre este otro punto. Si nuestro hombre
comunicarse con quien no sabe descendiese de nuevo allá abajo y se sentara en el mismo lu-
nada y cree saberlo todo. gar, ¿no tendría los ojos llenos de tinieblas, viniendo súbita-
mente del Sol?
j 622
PLATÓN
SóCRATES Esta imagen, querido Glauco, hay que aplicar- El punto fundamental reside en
la a nuestro discurso anterior: debemos comparar el mundo abandonar el mundo sensible (la
cognoscible con la morada de la prisión y la luz del fuego caverna) por el inteligible.
que hay dentro al poder del Sol. Si luego consideras que el
ascenso y la contemplación del mundo superior equivalen
a la elevación del alma al mundo inteligible, no concluirás
muy diferente de corno lo hago yo, si es que quieres cono-
cer mi parecer.
El dios sabe si corresponde a lo verdadero. He aquí mi pa- Una vez en posesión de fa verdad, __
recer: en el mundo cognoscible, lo más elevado y dificil es per- el filósofo deberá retornar al muo</Q
cibir la idea de bien; pero cuando se ha visto, la razón nos lle- sensible, viendo la verdadera
va a colegir que ella es la causa de todo lo que es recto y bello; realidad.
y en el mundo visible ella genera la luz y la soberanía de la luz,
y en lo inteligible ejerce de soberana, verdad e intelecto. Y quien
quiera conducirse sabiamente en privado o en público, debe-
rá verla.
GLAUCO Estoy de acuerdo también yo, en la medida en que
me es posible.
SóCRATES Tú estás de acuerdo conmigo también en este otro / El filósofo debe huir de la tentación'
punto, y no te extrañes de que quien ha llegado a esta altura · de extrañarse del mundo.
no quiera ocuparse de las cosas humanas, y de que su alma se
vea continuamente estimulada a vivir en la altura. Es natural
que sea así, si también para esto vale la imagen de antes.
GLAUCO Es natural.
SóCRATES ¿Y crees que pueda parecer extraño si uno, pasan-
do de las visiones divinas a las cosas humanas, se muestra tor-
pe y parece ridículo porque su vista está todavía oscurecida?
¿Y si, incluso antes de haber recuperado el hábito en aquella
tiniebla reciente, se ve obligado a contender en los tribunales
o en cualquiera otra sede discutiendo sobre las sombras de la
justicia o sobre las copias que dan lugar a estas sombras, y a
batirse sobre la interpretación de estos problemas con quien
no ha visto nunca la justicia en sí?
GLAUCO No es de extrañarse.
SóCRATES Pero una persona razonable se acordaría de que 51 bien al filósofo puede resultar/e
los ojos están sujetos a dos clases de perturbaciones, y por dos dificil vivir en el mundo, posee la
motivos: cuando pasan de la luz a la tiniebla y de la tiniebla fuerza interior de la verdad.
a la luz. Y si pensase que estos mismos hechos se producen
en el alma, cuando viese a alguien turbado e incapaz de visión
alguna, no se reiría insensatamente, sino que buscaría saber si,
623 !
viniendo de una vida más espléndida, está cegado por la falta de
costumbre; o si procediendo desde la ignorancia a una condi-
ción de mayor esplendor, está demasiado deslumbrado. Y asi, di-
ria que uno es feliz por su condición y por su vida, y tendria pie-
dad del otro. Y si quisiera reírse de él, su risa seria menos ridícula
que la que golpeara al alma que viene de lo alto, de la luz.
GLAUCO Sí, así parece.
EROS-AMOR
Mientras que en la actualidad vemos en el amor un sentimiento, una
pasión relativa a la psicología del individuo, los antiguos vieron en el
eros (la traducción griega de amor) una fuerza natural y primordial re-
lacionada no sólo con la atracción sexual, sino también con la amistad
y con la política. Erótico, en efecto, es propiamente todo lo que une, lo
que armoniza los contrastes sin negarlos, lo que consigue mantener
unidas entre sí a realidades distintas.
"'" Es el nexo con el cuerpo lo que • Parece que hay un camino que nos lleva, mediante el ra-
~/i,pide al espíritu la conqwsta de la zonamiento, a esta consideración: mientras tengamos cuerpo
verdad. y nuestra alma esté unida a este maléfico elemento, no obten-
dremos del todo aquello que ardientemente deseamos; esto es,
la verdad .
~>? Agresividad social y guerra son Guerras, tumultos y batallas son producto del cuerpo y sus
is,;.- consecuencia de fas pasiones. deseos. Todas las guerras tienen su origen en el ansia de ri-
quezas y, necesariamente, nos procuramos las riquezas por cau-
sa del cuerpo, en cuanto somos esclavos a su servicio.
il 624
PLATÓN
Pero el colmo de todo ello. es que si se nos concede un po- / La dimensión corporal domina ta_nt9
co de calma y de libertad respecto al cuerpo y nos dedicamos en el reposo como en fa .,, .::.l
a la reflexión, éste se vuelve a presentar mientras pensamos, inmovilidad.
provocando confusión y trastorno. Y así sucede que, por su
culpa, no conseguimos vislumbrar la verdad.
La lógica lo confirma. Si, en efecto, no nos es dado com- Si el abandono del cuerpo es la
prender límpidamente nada con el obstáculo de la carne, no condición de acceso a la verdad,
hay posibilidad de conquistar la visión de las cosas; o bien es- hay que desear la muerte.
tá reservada para después de la muerte, porque sólo entonces
y no antes estará el alma a solas consigo misma y separada del
cuerpo. En cambio, durante la vida estaremos, por lo quepa-
rece, tanto más cercanos a la verdad cuanto más limitemos el
contacto con el, salvo en casos de extrema necesidad.
No nos dejaremos contaminar por la naturaleza del cuerpo, El cuerpo es impuro, irracional,
sino que nos mantendremos separados de él hasta que la di- contaminante.
vinidad misma nos libere. Sólo así, limpios, libres de la in-
sensatez del cuerpo, será posible que entremos en contacto
con seres de análoga pureza y que conozcamos por nosotros
mismos todo lo que es simple; es decir, lo que con toda pro-
babilidad es la verdad misma.
La Academia platónica.
\' Mosaico romano conservado en
el Museo Nacional de Nápoles.
625
PLATÓN
r~;;__ Originariamente, en la especíe • Aquello que debéis empezar a aprender se refiere a la ori-
!:8umana se distinguían tres géneros 1 ginaria naturaleza de los seres humanos y a su evolución, por-
sexuales. que en un lejano pasado nuestra naturaleza no era propiamente
la actual, sino que se presentaba de distinto modo. En primer
lugar, en efecto, la especie humana estaba formada por tres gé-
neros y no por dos, como ahora: además del macho y de la hem-
bra, había un tercer género que participaba de ambos, del que
sólo resta hoy en día el nombre, aunque en realidad ya haya
desaparecido.
tercer género era el andrógino, '_).· En aquellos tiempos, el andrógino existía verdaderamente
macho-hembra. como género distinto y participaba, de nombre y de hecho,
de los otros dos: tanto del macho como de la hembra, mientras
que lo que hoy resta no es más que el nombre, que además se
considera un insulto.
~\-:_Estos géneros originarios poseían ::¿,, En segundo lugar) cada uno de estos seres era, en cuanto a
st<!dos los órganos en doble pareja; la forma, compacto y esférico, con espalda y costados dispues-
también los genitales. tos en círculo; tenía cuatro manos y piernas en igual número
que manos; sobre un cuello cilíndrico había dos caras en todo
idénticas, pero una sola cabeza; las orejas eran cuatro; los ge-
nitales, dobles, y todo el resto como pueda uno figurarse a par-
tir de estos datos. En cuanto al caminar, podían hacerlo erec-
tos, como ahora, en la dirección que desearan; y cuando querían
correr, podían rodar como los acróbatas al hacer volteretas: apo-
yándose alternativamente sobre las extremidades, que eran ocho.
el Sol es el símbolo masculino y :_)\ Eran tres los géneros y ésta la razón: originariamente, el ma-
Tierra el femenino, entonces la 1 cho descendía del Sol, la hembra de la Tierra y el género que
Luna podría simbolizar el participaba de ambos, de la Luna, ya que a su vez la Luna par-
andrógino. ticipa del Sol y de la Tierra.
El desafío a dios de los hombres Comprensiblemente, pues, eran esféricos y procedían en mo-
originarios: un tema presente en do circular) asemejándose a sus progenitores. De fuerza y vigor
muchos mitos. extraordinarios, eran muy arrogantes. Por esto prepararo:1 ~n
asalto a los dioses, y todo lo que cuenta Homero a proposJto
de Efialtes y de Otos (cómo emprendieron la escalada del cie-
lo con la intención de imponerse a los dioses) se refiere a esos
hombres.
1 626
PLATÓN
Zeus y los otros dioses, pues, deliberaron sobre qué de- /, Sí los dioses no aniquilaron la -'Y.1
bían hacer y se hallaron entonces en gran dificultad: no se '\ especie humana fue por egoísta :{J
resolvían, en efecto, a matar a los hombres y aniquilar su conveniencia_
especie fulminándolos como habían hecho con los gigan-
tes, porque eso habría significado la pérdida total para sí
mismos de los honores y de los sacrificios provenientes de
los hombres; pero los dioses tampoco querían pasar por al-
to tamaña altanería.
Por fin, tras mucho reflexionar, Zeus habló: i<Creo haber _; Los originarios hombres esféricos-_:_:;;7:1
dado hallado el modo que nos permita, al mismo tiempo, de- \ fueron separados en dos partes; ,,:_·Jj
jar que siga habiendo hombres y poner fin a su desenfreno,
una vez debilitados. Cortaré en dos a cada uno de ellos y
así serán a un tiempo más débiles y más útiles, ya que cre-
cerán en número. Ahora caminarán erectos, sobre dos pier-
nas. Pero si continuasen siendo altaneros y rehusaran some-
terse, les cortaré otra vez en dos, de modo que tendrán que
caminar con una sola pierna, a saltitos.» Dicho esto, cortó
a los hombres en dos partes como los que cortan las serbas
para preparar conservas o quienes cortan huevos con un
hilo de crin ..
Una vez que la naturaleza del hombre fue así duplicada, [ El instinto sexual es. el deseo. de..SI)\íl
cada mitad, teniendo nostalgia de su otra mitad, se reunía , recomponer fa ongmana umdadifj!Jj
con ella; se abrazaban la una con la otra quedando asidas ser esférico. ""
y, por el deseo de fundirse en un solo ser, morían de ham-
bre y también de inacción, pues rechazaban hacer cualquier
cosa la una sin la otra. Y cuando una de las mitades moría y
la otra la sobrevivía, ésta última buscaba otra mitad y a és-
ta se unía, ya se tratase de una mitad de mujer completa
(siendo precisamente lo que hoy llamamos una mujer) o de
una mitad de hombre. De este modo, la especie humana iba
extinguiéndose.
Y así Zeus, compadecido, inventó otro artificio y trasladó f¡ Oportunos ajustes hicieron posib(ec:•1
sus órganos genitales a la parte delantera (hasta entonces los \ el acoplamiento sexual. ttl
·•·~~-.:,,..
habían tenido en la parte externa y no era uniéndose, sino so-
bre la tierra, como las cigarras, como engendraban y se repro-
ducían). Trasladó, decíamos, los genitales a la parte delante-
ra y por medio de ellos permitió que el engendramiento fuese
el resultado de una relación entre ellos, cumpliéndose en la
hembra por la acción del macho.
Su objetivo era que, en el abrazo, si un hombre se unía a una / El papel reproductivo del
mujer, hubiese concepción y, con ello, continuación de la ra- \ acoplamiento macho-hembra.
za humana.
Si, en cambio, un macho se unía a un macho, se habría sa- l El papel del acoplamiento macho·:i
ciado en la unión, pudiendo volver a la acción; es decir, pu- \ macho. -~
diendo ocuparse también de otros aspectos de la vida. Así, y
desde tiempos muy lejanos, se ha instaurado el amor por sus
semejantes: es el amor que restablece nuestra primitiva natu-
raleza, aquel amor que se esfuerza por hacer de dos seres uno
sólo, que es como decir que se esfuerza por sanar la natura-
leza humana.
627 [
PLATÓN
¡{La' atracción heterosexual es propia ··' Cada uno de nosotros es, pues, la parte complementaria de
Íit de la mitad del andrógino / un hombre, porque ha sido cortado de un ser único para ob-
originario. tener dos, como se hace con los lenguados. Por lo tanto, cada
uno busca siempre su complemento. Así, todos los que son en-
tre los hombres una parte cortada del género mixto que se
llamaba andrógino, desean a las mujeres y es de este género
que derivan, en su mayor parte, los adulterios; igualmente, pro-
vienen de este mismo género todas las mujeres a las que les
gustan los hombres, y las adúlteras_
F&# lésbica deriva del corte de un ser Por el contrario, las mujeres que son el resultado del corte
fi_'. O(lg,na(lo doblemente hembra, () operado sobre la mujer primitiva, no tienen ningún interés por
los hombres, sino que se vuelcan más bien hacia las mujeres,
y es de este género que provienen las lesbianas.
homosexual deriva del corte de Todos aquellos que son el resultado del corte operado so-
un primitivo ser macho-macho. bre el macho originario desean a los machos; y mientras son
niños, como son fragmentos del macho primitivo, aman a los
hombres, disfrutan al tenderse junto a ellos y al estar en sus
brazos: son, entre los niños y los adolescentes, los mejores, por-
que por naturaleza son los más viriles.
El valor positivo de la atracción ) Es verdad que algunos sostienen que son desvergonzados,
entre machos. pero esto es falso, pues si se comportan así no es por falta de
pudor, sino por valentía, virilidad y por un temperamento de-
cidido, y se unen con quien es semejante a ellos. Una eficaz
prueba de ello es que una vez han madurado, sólo hombres de
tal naturaleza saben ocuparse de los asuntos del Estado, Y cuan-
do son adultos, aman a los muchachos y, por su naturaleza, no
piensan en casarse ni en tener hijos, sino que es la ley la que
los obliga a hacerlo, ya que ellos estarían contentos con pasar
la vida juntos, sin casarse. Así pues, en líneas generales, un tal
individuo se siente igualmente proclive a amar a los mucha-
chos y a enamorarse de los amantes, uniéndose siempre a lo
que les es afín.
f?-·. La relación entre machos, sin Y así, cuando tienen ocasión de unirse con aquella mitad
lf/nálidad de reproducción, supera la de la que estamos hablando, entonces quien ama a los mucha-
dimensión sexual. chos o a cualquier otro se siente presa de un fuerte sentimien-
to de afecto, de intimidad y de amor, y rechaza, por asi decir-
lo, el separarse del otro siquiera un instante. Sin embargo,
aquellos que pasan juntos la vida entera son personas incapa-
ces de decir qué desean obtener la una de la otra, Nadie, en
efecto, diría que se trata de compartir el goce sexual: es decir,
que sea ésta la razón del placer que cada uno de ellos experi-
menta en el vivir junto al otro con tanto empeño. Es otra co-
sa a la que, manifiestamente, el alma de cada uno de ellos as-
pira: una cosa que no se sabe expresar con palabras, un deseo
del que se tiene sólo un presentimiento oracular y del que se
habla mediante enigmas,
el fondo de la atracción sexual, Si cuando están acostados juntos se presentara Hefesto ante
hay siempre la nostalgia de la ellos y con sus instrumentos en mano les preguntara: «¿Qué
unidad originaria del ser humano, deseáis obtener, hombres, uno del otro?» Y si ante su dificul-
tad para responder prosiguiese diciendo: «¿Es de esto de lo que
' 628
PLATÓN
Existe el temor de que si no nos comportamos con modes- El posible castigo de la arrogancia
tia a los ojos de los dioses, nos encontraremos una vez más di- humana: una ulterior división del
vididos en dos, y tendremos entonces que andar de una a otra cuerpo.
parte como los personajes retratados de perfil en los bajorre-
lieves de las estelas: aserrados en dos por la nariz, convertidos
en astrágalos que se rompen en dos.
629
, ....1. . . . . . . . .
LA""T'"'Ó'""N'""""""'""""'""'"""I......................................................._
P...
El nexo entre Amor y Belleza. ·l' Ésta es la razón por la que Eros pasó a ser compañero y ser-
vidor de Afrodita, puesto que fue concebido durante los fes-
tejos por su nacimiento, y es también la razón por la que por
naturaleza orienta su amor hacia lo bello, siendo bella la mis-
ma Afrodita.
nace de la necesidad y del \ He aqui, pues, la suerte que le correspondió a Eros, en cuan-
deseo. Y to hijo de Poros y de Penia. En primer lugar, es siempre pobre
y está bien lejos de ser tierno y bello, como cree la gente; más
bien al contrario, es rudo e híspido, siempre va descalzo, ca-
rece de casa, duerme sobre la desnuda tierra y sin mantas, acos-
tado a cielo abierto en portales o en los caminos. Todo esto
porque, compartiendo la naturaleza de la madre, convive con
la indigencia.
amor es activo y emprendedor. Mas, por otra parte, conforme a la naturaleza de su pa-
dre, espía la ocasión favorable para poner las manos en las
cosas bellas y buenas, puesto que es valiente, impulsivo y ve-
hemente; hábil cazador, está siempre tramando algo; apasio-
nado pensador, capaz de encontrar soluciones brillantes, pa-
sa todo el tiempo amando la sabiduría: es experto en
sortilegios y en la preparación de filtros mágicos, como un
sofista.
sabiduría no es buscada ni por Veamos cómo están las cosas. No hay ninguno entre los dio-
ignorantes ni por quienes se / ses que se empeñe en la búsqueda de la sabiduría; no hay nin-
creen sabios. guno que desee hacerse sabio, porque ya lo es. Por otra par-
te, cualquier otro que sea sabio no se empeñará nunca en la
búsqueda de la sabiduría.
630
PLATÓN
631
PLATÓN
f?-ólo quien ama se sitúa en una SóCRATES ¿Pero quiénes son entonces, Dio tima, los que se
¡ciill1ensión de búsqueda. empeñan en la búsqueda de la sabiduría, si no son ni los sabios
ni los ignorantes?
D1ornv1A ¡Eso es evidente incluso para un niño! Son aquellos que
se encuentran en medio de estos dos extremos, entre las cuales
debe hallarse Eros. La sabiduría, en efecto, se sitúa entre las co-
sas más bellas, y es a lo bello hacia lo que Eros se vuelca; de es-
to se deriva, por necesidad, que Amor es amante de la sabidu-
ría; y siendo amante de la sabiduría, es una vía intermedia entre
el hombre sabio y el ignorante. La causa de que en él estén pre-
sentes estos dos aspectos hay que buscarla, otra vez, en su naci-
miento: su padre es sabio y rico en recursos intelectuales; suma-
dre, en cambio, no es sabia y está desprovista de recursos. He aquí,
pues, querido Sócrates, cuál es la naturaleza de este demonio.
ALMA
Literalmente, el término griego psk¡ué, traducido al latín por anima, sig-
nifica viento, soplo vital. Designa el principio que da la vida, y está pre-
sente en todos los seres vivos (no sólo en el hombre, sino también en
los animales), de los que se separa sólo con la muerte. Platón la defi-
ne como lo que está en condiciones de moverse de por sí: incorpórea,
inmaterial, inmortal. Aunque es una sustancia simple e inmaterial, en
su interior el alma está subdividida en tres partes: la racional, que tiene
sede en el cerebro; la emocional-pasional, que la tiene en el corazón;
la deseosa-instintiva, que se halla en el vientre. Este estrecho nexo
con el cuerpo, que se renueva en cada ciclo vital según el principio de
la metempsicosis, impide al alma realizar plenamente su propia natu-
raleza espiritual. Es la razón por la que el filósofo desea morir, es de-
cir, separarse de la prisión corporal.
IDEA PLATÓNICA
En el lenguaje ordinario, con el término idea entendemos genéricamente
un contenido cualquiera de la mente. Para Platón, por el contrario, la
idea posee una propia realidad en sí misma, es eterna e inmutable y
existe antes de ser pensada por una mente. Es el modelo único y per-
fecto de todo lo que en nuestro mundo es múltiple e imperfecto. La
idea de perro, por ejemplo, constituye el prototipo ideal de esta espe•
cie a partir de la que decidimos si un determinado animal puede o no
ser nombrado de este modo. Platón ofrece una descripción mítica de
la teoría imaginando un mundo de las ideas en el Hiperuranio (esto es,
un lugar ultraterreno visitado por las almas durante la trasmigración de
un cuerpo a otro).
33 La escala
de Eros
EL PROBLEMA ¿Es positivo el amor también cuando quica. En el nivel más bajo se parte del enamora-
se expresa como pasión, enamoramiento, deseo se~ miento por la belleza de un cuerpo, pero pronto se
xual? advierte que la belleza es la misma en todos los cuer-
LA TESIS Todos los posibles tipos ele amor se dispo- pos y se llega a amar la belleza en sí, a apreda~la e:n
nen, según Platón, a lo largo de una escala jerár- todas sus manifestaciones: en el alma, en las mstl-
j 632
PLATÓN
tuciones, en las leyes, en las ciencias. El amor pa- inicio ele un posible recorrido de crecimiento espi-
sional, por lo tanto, si bien ha de ser superado en ritual. Al igual que en el fragmento anterior, Sócrates
vistas a formas siempre más elevadas de espirituali- vuelve a traer las palabras oídas a Diotima, la sacer-
dad, resulta de alguna manera justificado como el dotisa extranjera.
• DIOTlMA También tú, Sócrates, podrías iniciarte en estos ( Todos aman, pero pocos saben qué,
misterios del amor. En cuanto a los misterios últimos y al úl- es y a dónde conduce el amor.
timo grado de la revelación que, si se siguen escrupulosamente
los grados intermedios, son la meta final de las cosas antedi-
chas, no sé si serás capaz de acceder. Sin embargo, te hablaré
igualmente de ello y, por lo que a mí respecta, no ahorraré fuer-
zas en el empeño. Tú intenta seguirme, si estás en condicio-
nes de hacerlo.
En verdad sucede que quien proceda rectamente hacia esta < El amor puede nacer como
meta, deberá empezar por dirigirse desde joven hacia la be- enamoramiento y atracción por un::~'.:
lleza de los cuerpos y, ante todo, si es justo el camino que le cuerpo hermoso.
indica quien le ejerce de guía, a amar sólo un cuerpo bello y a
generar bellos discursos sobre él. Pero después deberá com-
prender que la belleza que reside en aquel determinado cuer-
po es hermana de la belleza que reside en otro, y que, si se de-
be perseguir lo bello en una forma sensible, sería una gran
estupidez no juzgar como única e idéntica la belleza que re-
side en todos los cuerpos.
Si esto es así, por fuerza deberá convertirse en amante de to- ( El amor ha de llegar a contemplar}a
dos los cuerpos bellos y atenuar la intensidad de su amor por belleza en todos los cuerpos...
un solo cuerpo, que podrá desdeñar y tener apenas en cuenta.
En consecuencia, será la belleza que reside en las almas la ..hasta concebir la belleza en
que valorará con mayor aprecio que la belleza física y, por lo sentido espiritual.
tanto, si existiera belleza de alma en alguien que no fuese
fúlgido ejemplo de flor de juventud, estará contento de amar-
lo, de cuidarlo, de hacer para él aquel tipo de discursos que
cuadran mejor en los jóvenes; así, se verá conducido a amar
lo bello que reside en las ocupaciones y en las reglas de vida,
y a darse cuenta de la afinidad de todo esto consigo mismo,
para llegar a valorar la belleza física como algo de muy escaso
relieve.
Asimilado un estilo de vida, deberá ser guiado hacia los co- \. El amor llega a vislumbrar la belleza·,
nocimientos para que, en ese punto, descuhra la belleza del en toda realidad. ··-
conocimiento y, volviendo la vista a la extensa esfera de lo be-
llo sin mostrar un apego exclusivo (como alguien esclavizado
por la belleza de un muchacho, por un determinado hombre
o por una ocupación), se emancipe de la hajeza y de la mez-
quindad de semejante servidumbre. Se dirigirá entonces a la
contemplación del inmenso océano de lo bello y alumbrará un
gran número de discursos bellos y sublimes y de pensamien-
tos inspirados en un amor desinteresado por la sabiduría has-
ta que, reforzado y consolidado su poder, percibirá finalmen-
te un único conocimiento acerca de lo bello, del que ahora te
hablaré. Tú esfuérzate en concederme toda la atención que
te sea posible.
633 [
PLATÓN
El momento culminante de la En efecto, quien haya sido debidamente guiado por la vía de
ascensión erótica da la posesión la instrucción amorosa hasta el punto de contemplar los ob-
de una ciencia de la belleza en sí. jetos bellos por grados en el justo orden, cuando haya llegado
al fin de su aprendizaje tendrá la visión fulgurante de una be-
lleza admirable en su naturaleza. Aquella belleza, oh Sócrates,
en pos de la que se habían desplegado todos nuestros esfuer-
zos anteriores: una belleza que es ante todo extraña a la gene-
ración y a la corrupción, que no crece ni disminuye y que, en
segundo lugar, no es belleza desde un punto de vista y fealdad
desde otro, ni más en un momento dado que en otro, ni res-
pecto a algo y no respecto a otra cosa, ni belleza en un cierto
lugar y fealdad en otro, belleza para algunos y fealdad para
otros.
Existe una idea de la belleza en sí, Y tampoco la belleza se le mostrará, por ejemplo, en un ros-
sin objetivaciones. tro, en las manos o cualquier otra cosa que sea parte del cuer-
po; ni bajo los despojos de un discurso o de un conocimien-
to; ni corno existente en otro lugar o en un objeto distinto (por
ejemplo, en un ser vivo, en la tierra, en el cielo o en cualquier
otra cosa). Se le mostrará, en cambio, como si misma, en sí mis-
ma y por sí misma, en la unicidad y en la eternidad que le per-
tenecen. Por el contrario, todas las otras cosas bellas partici-
pan de ella en un modo tal que, cuando nacen o dejan de existir,
ella en nada aumenta o disminuye, y no se altera en ningún
modo.
Los grados de la belleza forman Cuando uno, pues, elevándose de este modo a través de un
una escala continua. amor recto por los muchachos, comienza a vislumbrar lo be-
llo, habrá entonces casi llegado a la cumbre de la ascensión. He
aquí cuál es el justo camino para proceder hacia la disciplina
del amor solos o con la guía de otro: el punto de partida está
en las cosas bellas de este mundo; el de llegada está en lo be-
llo, y hacia él nos elevamos progresivamente con la ayuda, por
así decirlo, de escalones.
;_Así pues, incluso el enamoramiento Se parte de un solo cuerpo; luego se pasa a dos y, después, a
L)uede ser el inicio de un recorrido todos los cuerpos bellos; de los cuerpos bellos a las bellas obras
positivo. y de las bellas obras a los bellos conocimientos, hasta que, ele-
vándose por encima de los bellos conocimientos, se llega al fin
a aquel conocimiento que no es sino el de lo bello en si mis-
mo. Así, en el último grado de esta ascensión estaremos ante
lo bello y puro como tal.
El amor por la belleza en sí produce Es precisamente por ese momento de la vida, querido
una me1or calidad de hombre. Sócrates, y más que por ningún otro, por el que vale la pena
haber vivido: ¡cuando se contempla lo bello en sí! Y si un día
consiguieses por ventura contemplarlo, llegarás a pensar que
no es en absoluto comparable ni con el siempre refulgente
oro ni con un vestido suntuoso ni con los muchachos o los
jóvenes cuya simple visión ahora te deja estupefacto y dis-
puesto (tú como muchos otros, puesto que como todos ellos
también tienes los ojos puestos en los amados y buscas el es~
tar siempre en su compañía), si fuese posible, a no comer m
beber, sino únicamente a contemplarlos y a pasar el tiempo
junto a ellos.
634
PLATÓN
¿Qué pensar, entonces, de ~a condición de un hombre que 1 El tono fuertemente místico con ef,,
haya llegado a ver lo bello en sí, puro, inmaculado, íntegro; \ que Platón describe el resultado dJJ.i
qué de quien sin la carga de la carne, de los colores de los hom- la ascensión erótica en este elogio
bres y de todas las otras vanidades mortales, pueda contem- del amor y de la belleza fue
plarlo en sí mismo, bello y divino, en la unicidad de su forma? retomado por el Cristianismo y por
¿Crees acaso que valdría poco la vida de un hombre cuya mi- Plotino (véase 52).
rada se orientase a aquel sublime objeto, que pudiese con-
templarlo provisto de cuanto sirve a ello, que viviese a él em-
parentado? ¿No valoras más bien que sólo allí, viendo lo bello
con los medios gracias a los que es visible> podrá engendrar
no ya fantasmas de virtud, porque no es un fantasma con lo
que él ha tenido contacto, sino la verdadera virtud, porque
vendrá de haber tenido contacto con lo verdadero? Ahora bien:
a quien engendra y hace crecer la verdadera virtud, ¿ no le es-
pera acaso convertirse en amigo de los dioses? ¿Y no es a él,
más que a ningún otro en el mundo, a quien compete volverse
inmortal?
Cuando el delirio
es un don divino 34
EL PROBLEMA ¿Qué es la locura? ¿Son patológicas capaz ele predecir el futuro: si no conseguimos atri-
todas las formas de locura? ¿Es el amor una locura? buir un sentido a sus frases inconexas es sólo por-
LA TESIS En el siguiente pasaje, originario del Fedro, que no estamos en condiciones de comprender la
Platón afirma que la pasión amorosa excluye la re- lengua que a través de ella hablan los dioses. La lo-
flexión racional y, por lo tanto, es una forma transi- cura puede ser una forma de participación del mun-
toria de locura. Por otra parte, no siempre la locu- do divino, y el amor, incluso el pasional y emoti-
ra debe ser considerada dañina. Hay tipos de locura vo, es siempre un bien: al menos, un inicio en la vía
positiva, como la de la profetisa de Delfos, el oráculo del conocimiento (véase 33).
• No es veraz que se deba preferir más a quien no ama que {_· El amor es una forma positiva de
a un enamorado, con el pretexto de que éste delira y el otro, locura.
en cambio, está sano y es sabio.
Eso estaría bien dicho si el delirio fuese siempre un mal; en { Existen formas benéficas de locura ºi
cambio, los mayores dones provienen y nos son dados de ese ::,1i
estado de delirio que nos ha siclo entregado como don divino.
Pero que cante victoria esta teoría sólo después de haberse El delirio amoroso puede ser un don¡
demostrado que el amor no es enviado por los dioses al ena- divino. ",,j
morado y al amado para su provecho. Está en nosotros de-
mostrar lo contrario; es decir, que esta especie de delirio es
la mayor fortuna concedida por los dioses.
635
ARISTÓTELES
Aristóteles
384-324 a.c.
ristóteles nació en Estagira, en la
A Grecia septentrional cercana a los
confines de Macedonia. Después de
haber quedado huérfano, se trasladó
a Atenas con dieciocho años de edad,
y allí frecuentó la escuela de Platón
durante veinte años, hasta la muerte
del maestro en 347 a.C. Dejó Atenas
por su desacuerdo con la nueva di-
rección de la Academia, fundó una es-
cuela propia en Assos y, como una es-
pecie de moderno visiting professor,
visitó numerosas islas griegas. Su vi-
da cambió radicalmente cuando, en
342, Filipo II, rey de Macedonia, lo
llamó a su corte como preceptor de
Alejandro, el joven de trece años des-
tinado a conquistar el mundo y a me-
recer el título de Magno. Por un azar
único en la historia, se encontraron ,<:"é·
reunidos el máximo filósofo y el más Aristóteles (Vienna, Kunshistorisches Museum).
genial político de la Antigüedad; y es
una verdadera lástima que ni el alum-
no ni el preceptor recordasen después los seis años que pasaron juntos. Aristóteles
permaneció en la corte macedónica hasta que Alejandro subió al trono, en 336. Al
año siguiente retomó a Atenas y fundó una escuela: el Liceo. Durante diez años di-
rigió esta institución -que hoy sería una especie de instituto de investigación- con un
éxito tal que eclipsó por un tiempo la fama de la Academia platónica. Además de
coordinar el trabajo de numerosos colaboradores, Aristóteles impartía cursos a los
escolares (las lecciones denominadas esotéricas sobre materias de mayor dificul-
tad) y conferencias dirigidas al público (lecciones exotéricas), lamentablemente, hoy
perdidas. A la muerte de Alejandro y con el surgimiento en Atenas de sentimientos
antimacedónícos, se vio obligado a exiliarse a Calcis, donde fallecería algunos me-
ses más tarde.
Las obras de Aristóteles están divididas en grupos. 1) Sobre lógica: Categorías, Organon,
Refutaciones de los Sofísticas; 2) Sobre física: Física, Meteoros, Alma; 3) Sobre ética: Éti-
ca a Nicómaco, Magna moralia. 4) Sobre retórica y lingüística: Retórica, Poética; 5)
Sobre biología: Investigaciones sobre los animales (zoología), Las partes de los anima-
les (anatomía y fisiología), Reproducción de los animales (genética y embriología),
Movimiento de los animales.
'] 636
ARISTÓTELES
La filosofía nace
del asombro 35
EL PROBLEMA ¿Por qué los hombres desean cono- es posible vivir sin interrogarse sobre el mundo que
cer? ¿De qué nace la filosofía? nos rodea. No se puede vivir sin filosofar, al menos en
LA TESIS El deseo de conocer es intrínseco a la na- las sociedades económicamente desarrolladas. En
turaleza humana y nace del asombro frente a la be- efecto, según Aristóteles, dado que la filosofía es una
lleza del mundo. Todo conocimiento produce una actividad desinteresada y no inmediatamente útil pa-
sensación de alegría, sea que se trate de una simple ra resolver problemas de la vida cotidiana, para que
percepción o, con mayor razón, cuando proviene de una civilización desarrolle una reflexión filosófica
una pura intuición intelectual (una iluminación del es necesario que haya resuelto los problemas más
espíritu). Por ello también filosofaban los nacidos urgentes de supervivencia. Los textos que siguen
antes del advenimiento de la filosofía: porque no hasta el punto 39 han sido extraídos de la Metafísica.
• Todos los hombres tienden por naturaleza al conocimien- La alegría producida por las ·z,¡
to: signo evidente de esto es la alegría que experimentan por \ sensaciones visibles demuestra qY,?[b
la sensaciones, ya que éstas, aparte de su utilidad, son queri- el conocimiento es tanto un placer
das de por sí. Y la más apreciada de todas es la que se ejercita como un instinto.
mediante los ojos.
En efecto preferimos, por así decirlo, la vista a todas las otras / El de la vista es el más importante,[!.,
sensaciones, y no sólo cuando miramos con un objetivo prác- { de los sentidos y el más semejante;,ll
tico, sino también cuando no pretendemos realizar ninguna al conocimiento en sí. ----
acción. Y la razón de ello reside en el hecho de que esta sen-
sación, más que ninguna otra, nos permite adquirir conoci-
miento y nos presenta con inmediatez numerosas diferencias ...
Tanto al inicio como ahora, los hombres han tomado el mo- l La filosofía nace del asombro frent~!'I
tivo para filosofar del asombro, ya que desde el principio han -.; a los m1stenos naturales. ✓-:;}].
sentido sorpresa por los fenómenos más simples de los que no
sabían darse cuenta y después, poco a poco, se han encon-
trado frente a problemas más complejos, como la naturaleza
de la Luna y del Sol, o las estrellas y el origen del universo.
Queda claro que nos dedicamos a esta búsqueda sin atender ;: La filosofía es pura actividad
a ventajas exteriores, sino que, así como llamamos libre a quien '< contemplativa.
vive para sí y no para otro, así consideramos tal ciencia.
637 1.
ARISTÓTELES
36 La diferencia entre
el hombre y el animal
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la inteligencia? ciencia, ya que ésta no puede limitarse a la simple
LA TESIS Aristóteles propone una jerarquía de los se- experiencia, sino que debe construir un pensamien-
res vivos basada en su respectiva capacidad de co- to conceptual: es decir, producir entramados de ca-
nocímiento. Mientras que los animales poseen sólo tegorías en las que encuadrar las experiencias con-
capacidades sensoriales, la memoria y las facultades cretas. El ejemplo de la medicina es claro: para que
intelectivas permiten al hombre hacer experiencia; es haya ciencia no basta con saber curar casualmente a
decir, unificar en bloques coherentes la multiplici- uno u otro individuo, sino que es necesaria una teoría
dad caótica de los datos sensibles. A su vez, la expe- que explique la razón de que un determinado reme-
riencia es la base sobre la que apoyamos las más so- dio sea válido para todos los individuos que sufren
fisticadas operaciones de la racionalidad, que se define una determinada enfermedad. La experiencia se con-
corno la capacidad de identificar cuanto hay de uni- tenta con el qué de los hechos (cómo, cuándo, en qué
versal en un hecho concreto. Esta capacidad, carac- modo ocurren); la ciencia busca comprender el por-
terística y exclusiva del hombre, es esencial para la qué de su verificación.
Todos los animales poseen • Es un hecho natural que todos los animales poseen sensibi-
L sensibilidad, pero difieren por sus lidad, pero en algunos la memoria no nace de tal sensibilidad, y
capacidades mnemónicas y, por lo en otros sí. Y precisamente por esto, estos últimos son más inte-
tanto, por su inteligencia. ligentes y tienen mayor capacidad de aprender respecto a aque-
llos privados de capacidades mnemónicas; y son inteligentes.
Tanto fa memoria como la Todos los animales que no pueden percibir los sonidos (como la
inteligencia necesitan del oído. abeja y cualquiera otra clase similar de animal) carecen de capa-
cidad para aprender; por el contrario, tienen capacidad para apren-
der todos los que están provistos de oído, además de memoria.
Sólo los hombres realizan una En la vida de los animales, sin embargo, están presentes sólo
verdadera experiencia. imágenes y recuerdos, mientras que tienen una limitadísima par-
te de la experiencia; en la vida del género humano, en cambio,
están presentes actividades artísticas y racionales.
La ciencia generaliza siempre El arte nace cuando de una pluralidad de nociones empíricas
experiencias particulares. se produce un único juicio universal que abraza todas las cosas
semejanzas entre sí.
¡ La medicina, por e1emplo, busca En efecto, la experiencia se limita a reconocer que una cierta
' remedios válidos para todos los medicina se adapta a Calias, afectado por cierta enfermedad, o in-
que sufren la misma enfermedad. cluso a Sócrates o a muchos otros tomados individualmente; pe-
ro juzgar que una determinada medicina sea adecuada a todos és-
tos considerados como una única especie, es deber del arte médico.
638
..·...~1 ............A...R_I...s...T ..Ó...T..E...LE..s..........·.....1~
Por· qué la metafísica
es necesaria 37
EL PROBLEMA ¿Cuáles son los presupuestos de toda tación de las primeras se reducirían a bien poca e.o-
investigación científica? sa. Las ciencias prácticas, en efecto, necesitan de una
LA TESIS Según Aristóteles, existen dos tipos de cien- filosofía primera capaz de analizar a nivel puramen-
cias: las teoréticas (metafísica, matemática, física) te teórico lo que todas las particulares formas del sa-
tratan de lo que es necesario y se ocupan sólo de lo ber tienen en común: esto es, la noción de ser. La
que es universal; las práctico-empíricas (medicina, medicina estudia el ser en cuanto cuerpo vivo; la po-
ética, política ... ) tratan de lo que es posible y se ocu- lítica estudia el ser de la sociedad; la ética, el ser co-
pan de hechos, casos y experiencias particulares. mo acción; la matemática, el ser como cantidad; só-
Puesro que tienen que ver directamente con el mun- lo la filosofía estudia primero al ser en cuanto ser,
do y producen, por lo tanto, resultados tangibles, las en abstracto e independientemente de cualquier otra
segundas gozan de mayor prestigio, pero sin la apor- determinación particular.
• Desde un punto de vista estrictamente práctico, parece que En tanto que producen resultadosc%j
la experiencia no difiere, de hecho, del arte; vemos, al contra- tangibles, fas ciencias empíricas:/·ilb
rio, que los empíricos obtienen un éxito mayor respecto a quie- basadas en la experiencia parecen
nes se basan sólo en la razón, sin tener una adecuada expe- superiores a las teoréticas.
riencia.
La razón de esto reside en el hecho de que la experiencia Las ciencias empíricas se ocupa·n···.·.:i-~
es conocimiento de lo particular, mientras que el arte es co- de individuos; es decir, de casos·<rEJ
nocimiento de lo universal. Todas las actividades prácticas y concretos.
productivas se ocupan de lo particular, ya que el médico se
cuida del hombre por vía accidental: se cuida de Calias o de
Sócrates o de cualquier otro individuo que así se llame y pa-
ra el que ser hombre es algo accidental.
Por lo tanto, si un médico no tiene en cuenta la experiencia Un médico, por ejemplo, debe
y se basa sólo en el razonamiento y conoce lo universal pero adecuar fa teoría al caso en
ignora lo particular que hay en éste, muchas veces errará en examen.
la cura, puesto que es precisamente lo particular lo que nece-
sita curar.
Pese a esto, nosotros creemos que el conocer y el entender Las ciencias teoréticas son más ..?~J
son propiedades más propias del arte que de la experiencia; profundas que las empíricas porq@j
también consideramos más sabios a quienes son competentes examinan las causas, y no sólo fas
que a quienes siguen la sola experiencia, ya que pensamos que, manifestaciones de los fenómenos.
en todo caso, la sabiduría acompaña al conocimiento; y esto
se debe al hecho de que los unos conocen la causa, y los otros
no. Los empíricos, en efecto, saben el qué, pero no el por qué;
estos otros, en cambio, saben discernir el por qué y la causa.
Y también por esta razón creemos que quienes dirigen cual- <{.· Sólo quien conoce las causas de/q~
quier actividad profesional son más dignos de respeto y tienen fenómenos puede preverlos, y . !el
mayor conocimiento y son también más sabios que los simples estará por ello en condiciones de
ejecutores, ya que conocen las causas de sus mismos productos, dirigir y organizar el trabajo
mientras que los ejecutores, comportándose de manera seme- humano.
jante a ciertos seres inanimados, actúan, pero actúan sin saber lo
que están haciendo, como hace el fuego cuando arele. Pero los
que dirigen son más sabios no en virtud de su actividad prácti-
ca, sino porque poseen la teoría y distinguen las causas.
639 E
ARISTÓTELES
; Se puede afirmar que se conoce En general, lo que distingue al que sabe del que no sabe es
i bien una ciencia cuando se está en la capacidad de enseñar, y es ésta la razón por la que creemos
condiciones de enseñarla. que el arte puede acercarse a la ciencia más que la experiencia
ya que aquellos que conocen el arte pueden enseñar, mien~
tras que los otros no.
Al conocimiento de fas causas no se Creemos, por otra parte, que ninguna sensación puede iden.
[llega por medio de la percepción. tificarse con la sabiduría; las sensaciones son, indudablemen-
te, fundamentales para la adquisición de conocimientos par-
ticulares, pero no nos explican las causas de nada; no nos diceni
por ejemplo, por qué el fuego es caliente, sino sólo que es ca-
liente ...
. Una vía fecunda para la definición Por lo tanto, lo que resulta evidente es que la sabiduría es
lde la sabiduría consiste en indagar una ciencia que se ocupa de ciertas causas y de ciertos princi-
las características del hombre sabio. pios. Puesto que nuestra investigación versa precisamente so-:
bre tal ciencia, debemos examinar qué causas y qué principios
constituyen el objeto del que la sabiduría es ciencia. Pero qui-
zá esta búsqueda pueda conducirse con mayor claridad si con-
sideramos las opiniones que tenemos en torno al sabio.
j't! sabio no conoce todo, sino que En primer lugar, creemos que el sabio conoce todas las co-
· sabe orientarse en cada ciencia. sas en los límites de lo posible, pero sin que tenga un conoci-
miento de tales cosas en su particularidad.
Retrato renacentista de
Arístóteles.
j 640
ARISTÓTELES
En segundo lugar, consideramos sabio a quien está en con- La verdadera sabiduría es siempre
diciones de comprender las cosas difíciles y no fácilmente intuitiva: es decir, se opone al
accesibles al humano conocimiento: experimentar una sensa- sentido común.
ción es, en realidad, algo común a todos, y por ello es algo
fácil y no constituye indicio de sabiduría.
Por otra parte, creemos que es más sabio el que, en cada Sabiduría es, en esencia,
rama de la ciencia, conoce las causas con mayor exactitud y conocimiento de fas causas,
sabe mejor cómo enseñarlas.
Y, entre las ciencias, aquella que es preferible por sí misma y a Las ciencias teoréticas son, por fo
los fines del conocimiento es más auténticamente ciencia res- tanto, superiores a fas empíricas. - .-
pecto a la que nos interesa por sus resultados prácticos. Y la que Hay una jerarquía entre fas ciencias.
es superior también es más auténticamente sabiduría respecto
a la que de ésta depende, ya que es indispensable que el sabio no
reciba órdenes, sino que sea él quien las dé, y que no sea él quien
obedezca a otro, sino que el menos sabio debe obedecerle a él..
La metafísica es
ciencia del ser 38
EL PROBLEMA ¿Qué estudia la metafísica? es por su naturaleza fugaz y pasajero. Ser hombre o
LA TESIS La metafísica, la filosofía primera que ana- animal no depende del color del cabello, de la edad,
liza los métodos y las premisas de las ciencias par- del peso y de todos los demás posibles accidentes ca-
ticulares (las filosofías segundas), estudia el ser en suales y fortuitos eventualmente presentes: depen-
cuanto ser. Lo que significa que esta ciencia, pres- de, por el contrario, de algo sustancial y universal.
cindiendo de las infinitas determinaciones concretas El verdadero ser de una cosa coincide con su sus-
asumidas por el ser (del que cada cosa, en cuanto es, tancia, es decir, con lo que no puede no ser en ella,
participa), analiza de manera abstracta la noción de so pena de la transmutación de dicha cosa en otra.
realidad. ¿Qué entendemos cuando decimos que una Si, por ejemplo, convenimos en que la sustancia del
cosa es la que es? ¿Por ejemplo, que un determina- hombre (su ser) es la racionalidad, deberemos incluir
do ser es un hombre o un animal? No aludimos, cier- en la categoría hombre todo lo que razona, indepen-
tamente, a todo lo que está presente sólo en aquel dientemente de cualquier otro factor accidental, y
determinado ejemplar que consideramos, o a lo que excluir a quien no posea esta característica.
• Hay una ciencia que considera el ser-en-cuanto-ser y las La metafísica estudia el ser en
propiedades que le competen en cuanto tal. cuanto tal.
Ella no se identifica con ninguna de las ciencias particulares: La metafísica es la filosofía primera,;
en efecto, ninguna de las demás ciencias considera el ser-en- presupuesto de todo sabei
cuanto-ser como universal objeto de búsqueda, sino que cada
una de ellas delimita una parte del ser y estudia sus caracte-
rísticas, como hacen, por ejemplo, las ciencias matemáticas.
641 i
ARISTÓTELES
1
~fUérmino ser es po/isémico: posee El término ser se emplea con distintos significados, pero se
ilímuchos y diferentes significados refiere siempre a una unidad y a una realidad determinada. No
(como el término (<sano»). se utiliza, pues, por homonimia, sino del mismo modo en que
decimos sano respecto a todo lo que se refiere a la salud: en
cuanto la conserva, en cuanto la produce, en cuanto es sínto-
ma de algo o en cuanto algo está en condiciones de recibirla.
O también en el modo en el que denominamos médico a todo
lo que se refiere a la medicina: porque posee el arte de la me-
dicina, porque por naturaleza tiene disposición por ella o por-
que es obra de la medicina; y podríamos dar otros ejemplos de
cosas que se dicen en el mismo modo que éstas.
f[fa palabra «sen> puede designar fa , Así pues, también el término ser se emplea en muchos sen-
f:sustancía esencial de una cosa o un -) tidos, pero todos con referencia a un único principio: algunas
aspecto suyo accidental. Puede cosas se llaman seres porque son sustancia, otras porque son
emplearse, además, para designar afecciones de la sustancia, otras porque son vías que llevan a
fa nada (el no-ser). la sustancia, o bien porque son corrupciones, privaciones, cua-
lidades, causas productivas, causas generadoras tanto de la sus-
tancia como de lo que se refiere a la sustancia, o también por-
que son negaciones de algunas de dichas referencias o de la
sustancia misma. (Por esto decimos que también el no-ser es
en-cuanto-no-ser.)
(;e; · Cada ciencia se ocupa de un En definitiva, como hay una única ciencia de todas las cosas
faspecto concreto del ser (incluso de que son llamadas sanas, así sucede también en los otros casos.
los accidentales). En efecto, compete a una única ciencia no sólo el estudio de
las cosas que se dicen en un único sentido, sino también de
642
...
·¡¡¡,~
. ~1
'1 ...,.....,..A..,R"'I"'S""T""Ó""T""E""L"'E"'S"""""""üa'
aquellas que se dicen _en senJ.idos diver:5os pero en refen~:1cia a
una única naturaleza: mcluso éstas, en cierto modo, tamb1en ex-
presan un único significado.
Es evidente, pues, que los seres serán objeto de una única cien- La metafísica se ocupa del ser C0/1!"/ffi!
cia, precisamente en-cuanto-seres. Sin embargo, en cualquier ca- sustancia. .,J~
so la ciencia tiene como objeto, esencialmente, lo que es pri-
mero: es decir, aquello de lo que depende y en virtud de lo que
se denomina todo el resto. Así pues, si esto es la sustancia, el fí-
lósofo deberá conocer las causas y los principios de la sustancia.
Ciencia es conocer
las cuatro causas 39
EL PROBLEMA ¿Cuáles son las causas del devenir? jeto en cuestión, como el trabajo del artista en el ca-
¿En qué sentido los hechos ocurren por necesidad? so de la estatua; 3) una causa formal: la estructura
LA TESIS La sustancia de cualquier ser coincide con interna que determina la realidad de un objeto, co-
su causa. Pero un hecho nunca se produce por una mo el modelar la estatua; 4) una causa final: el ob-
sola causa. Cabe individualizar: 1) una causa mate- jetivo por el que una cosa nace o se produce. Las úl-
rial: la sustancia concreta de la que un objeto está timas dos causas, escasamente analizadas por los
compuesto, como el bronce de una estatua; 2) una filósofos anteriores, son de superior importancia res-
causa eficiente: el proceso que ha producido el ob- pecto a las primeras.
• Es clara la necesidad de adquirir la ciencia de lis causas { Hay que establecer una 1erarquia,¡7;j
primeras: en efecto, decimos conocer una cosa cuando cree- \, entre los cuatro significados de{}f!ij
mos conocer la causa primera. Por su parte, las causas se en- concepto de causa.
tienden en cuatro significados distintos.
En un segundo sentido decimos que causa es la materia y el <,·. Causas se llaman también la
sustrato; en un tercer sentido decimos que causa es el princi- materia, el movimiento y el fin
pio del movimiento; en un cuarto sentido decimos que es cau-
sa la opuesta a esta última, es decir, el objetivo y el bien: en efec-
to, éste es el fin de la generación y ele todo movimiento,
Estas causas han sido adecuadamente estudiadas por noso- El concepto de causa ha
tros en la Física; no obstante, debemos examinar también aque- examinado por los filósofos
llos que antes de nosotros han afrontado el estudio de los se-
res y han filosofado en torno a la realidad, Es claro que ellos
hablan de ciertos principios y causas, Ahora bien, remitirse a
ellos tendrá una cierta ventaja para el presente estudio: o en-
contraremos algún otro género de causa, o adquiriremos una
sólida creencia en las causas de las que ahora hemos hablado.
Brevemente y atendiendo a los más relevantes, hemos exa- ¡ ... pero ninguno ha sabido analiz~ri,l
rninado qué filósofos tienen discurso en torno a los principios \ a fondo las causas formales y ,i~
Yen torno a la verdad, y en qué modo tienen discurso, finales.
643 [
ARISTÓTELES
El cosmos aristotélico De este examen hemos sacado las siguientes conclusiones: nin-
(A. Cerllarius, Armonia guno de los que han tratado sobre el principio y sobre la cau-
Macrocósmica, 1660). sa ha hablado de otras causas fuera de nuestras distinciones
planteadas en los libros de la Física, pero todos parecen haber
aludido en cierto modo precisamente a ellas, si bien de mane-
ra confusa.
Las causas materiales y eficientes Algunos, de hecho, hablan del principio como materia, ya
han sido identificadas. sea que lo entiendan como único o como múltiple, ya sea que
lo presenten como corpóreo o como incorpóreo. Algunos otros
han visualizado, en cambio, la causa motriz.
· Platón subrayó la importancia de la Ninguno, sin embargo, ha informado con claridad acerca de
causa formal. la esencia de la sustancia. Pese a ello, quienes se han pronun-
ciado al respecto más que los otros, han afirmado la existencia
de formas.
)Sin embargo, nadie ha considerado Por último, del fin por el que tienen lugar las acciones, cam-
las causas finales. bios y movimientos, dicen que en un cierto modo es causa, pe-
ro no dicen después en qué modo lo sea, ni dicen cuál sea S?
naturaleza. Quienes ponen la inteligencia o la amistad, admi-
ten, sí, que estas causas son un bien, pero no hablan de ellas
l 644
como si fuesen el fin por eL que algunos seres son o se produ-
cen, sino como si los movimientos derivasen de ellas.
Así pues, que nosotros hayamos definido con exactitud tan- Para la comprensión de un hech<;r;_f!g¡
to el número como la naturaleza de las causas es algo que creo necesario el análisis de todos los¡zJ!!I
bien atestiguado por tocios estos filósofos, en tanto que ellos tipos de causa.
no han sabido determinar otras. Por otra parte, es evidente que
hay que estudiar todos los principios en estos (cuatro) modos,
0 bien en alguno de estos (cuatro) modos.
• En primer lugar, es necesario decir por qué la naturaleza la tesis: todo en la natura/eza/(~-
es una de las causas finales (. .. ) una causa fma!. ·:<>Jf;¡;
Pero nace una duda: ¿qué veta el que la naturaleza opere sin La hipótesis contraria: todo en)_if.a
ningún fin y no en vistas de lo mejor, como Zeus origina la llu- naturaleza sucede por casuafidq,éfllJ
via: no para hacer crecer el trigo, sino por necesidad? De he-
cho, lo que se ha evaporado debe enfriarse y, una vez enfria-
do, se convierte en agua y cae; y que el trigo crezca cuando
esto ocurre es un hecho accidental. Del mismo modo, cuando
el grano, supongamos, se estropea en la era, no ha llovido con
este fin: es decir, que no ha llovido para que el trigo se arrui-
ne, sino que ha llovido por accidente.
Por lo tanto, nada veta que este estado de cosas se verifi- Si todo fuese casual no
que también en los seres vivos y que, por ejemplo, los incisi- causas finales, sino sólo
vos nazcan por necesidad agudos y aptos para cortar, y los mo- accidentales.
lares, en cambio, planos y útiles para masticar la comida: pero
que todo esto ocurra no para tales fines, sino por accidente. Y
así también con las otras partes en las que parece haber una
causa final.
Y, por lo tanto, aquellos seres en los que todo se ha produ- Los organismos complejos esta._ff·~.J¾J.i]
cido accidentalmente, pero del mismo modo que si se hubie- formados sólo por una afortuna~!f!I,
se producido en vistas a un fin, se han conservado por el he- combinación. ·~
cho de que por casualidad han resultado constituidos en un
modo oportuno: otros, en cambio, no se hallan en tal situación,
645 !&.
ARISTÓTELES
1
sino que se han perdido o se van perdiendo como aquellos bue-
yes con rostro humano de los que habla Empédocles.
it,era la regularidad de los \ Éste, o más o menos éste, es el razonamiento que podría po-
f~]iQ:,nenos naturales desmiente '>) nernos en apuros: pero es imposible que suceda así. En efecto
esta hipótesis. las cosas citadas y todas aquellas que son por naturaleza se ge'.
neran de este modo, siempre o en su mayoría, mientras que es-
to no se verifica en las cosas fortuitas y casuales.
f/:lfrr!bién la regularidad de la Por otra parte, en todas las cosas que_ tienen un fin sucede
~y_(esión temporal de los que en virtud de éste se hacen algunas cosas antes, y otras des-
fenómenos desmiente la hipótesis pués. Por lo tanto, como una cosa está hecha, así ella está dis-
de la casualidad. puesta por la naturaleza y, por el contrario, como está dispuesta
por naturaleza, así está hecha, de modo que no exista impe-
dimento alguno. Pero ella está hecha para un fin: así pues, es-
tá dispuesta por naturaleza a un tal fin. Por ejemplo: si la ca-
sa form¡3,se parte de los productos naturales, estaría generada
con las mismas características con las que ahora es producida
por el arte; y si las cosas naturales fuesen generadas no sólo por
naturaleza, sino también por arte, estarían producidas en el
mismo modo en que lo son por naturaleza. Porque una cosa
tiene como fin la Otra.
't,/Jfinalismo está presente tanto en En definitiva: algunas cosas que la naturaleza es incapaz de
@1na_turaleza como en el arte. efectuar, las cumple el arte; otras, en cambio, las imita. Y si las
cosas artificiales tienen una causa final, es evidente que así tam-
bién sucede a las cosas naturales: en efecto, el antes y el des-
pués están en relación recíproca, y en el mismo modo tanto en
las cosas artificiales como en las naturales.
~/;fínalismo es evidente en los ·-'}> Pero esto se pone de manifiesto de manera particular en otros
Wímales y en las plantas. animales que no operan ni por arte, ni por búsqueda, ni por
voluntad: tanto es así, que algunos se preguntan si alguno?
de ellos, como las arañas, las hormigas y otros de tal género,
trabaja con la mente o con algún otro órgano ...
;Ery la naturaleza hay una materia y Y a quien procede así, gradualmente, también le parece que
fil_t¡a forma. La forma es la causa las cosas útiles son producidas en las plantas para el fin, como
final. las hojas para proteger el fruto. Si la golondrina crea su nido
y la araña la tela según naturaleza y en vistas a un fin, también
las plantas generan hojas para sus frutos y disponen las raíces
no arriba, sino abajo, para poder nutrirse por ellas. Y es evi-
dente que tal causa está precisamente en las cosas que son ge-
neradas y existen por naturaleza.
646
Por lo demás, también s,e verifican errores en los productos <f La existencia de monstruos
del arte (el gramático escribe de modo incorrecto y el médico \ demuestra que también fa
se equivoca en la dosis del fármaco); es obvio, por lo tanto> que naturaleza, como el arte, puede
esto también puede ocurrir en los productos naturales. Así pues, cometer errores.
si existen cosas artificiales en las que lo que es exacto es tal
en virtud de la causa final, mientras que en las partes equivo-
cadas se contemplaba lograr un
fin que no se ha alcanzado, la
misma cosa ocurrirá también en
los productos naturales: así, los
monstruos son errores de una
causa final determinada. Y en las
estructuras físicas fundamenta-
les, si los bovinos no hubiesen
estado en condiciones de alcan-
zar un cierto término o un cier-
to fin, esto habría llevado a la
corrupción de algún principio,
como es corrupto el semen en ( Aristóteles en la famosa obra
el caso de los monstruos. ~-· Escuela de Atenas, de Rafael.
Dios es el motor
inmóvil 41
EL PROBLEMA ¿Cómo se debe pensar a Dios? Aristóteles la noción de una divinidad creadora del
LA TESIS Según Aristóteles, es posible probar la exis- mundo. Dios no es la causa inicial, sino la final; no
tencia de Dios a partir de la explicación de la reali- es lo que ha dado vida y origen al mundo por el sim-
dad del movimiento. Todo lo que se mueve, en efec- ple hecho de que, para Aristóteles como para todos
to, debe ser puesto en movimiento por algo distinto los griegos, el mundo siempre ha existido y no ha
que, a su vez, presupone otro agente motor, y así su- sido en ningún modo creado. Dios es el punto de
cesivamente. Es obvio que la cadena no puede pro- llegada, la meta final a la que tiende toda la realidad.
seguir hasta el infinito: necesariamente tiene que Lo que es bello atrae, aunque sin moverse; lo ama-
existir un primer motor capaz de conferir movimiento do atrae al amante como un imán; lo perfecto (y por
a las cosas sin que él mismo esté en movimiento. Tal lo tanto inmóvil) es por definición atractivo. (De
motor inmóvil es Dios. Pero sería erróneo atribuir a la Metafísica.)
• Hay algo que se mueve siempre con un movimiento con- / El movimiento de los astros es
tinuo, y ese algo es el movimiento circular (esto no sólo re- '<' circular y perfecto.
sulta del razonamiento, sino que es también un dato de he-
cho); por esto, el primer cielo debe ser eterno.
Hay, pues, también al_gdo que mueve. Y pue_sto que _lo que al ( El movimiento de los astros "'.;]
mismo tiempo es mov1 o y mueve es un termino 1nterme- , presupone algo que los mueve si/Jif¡
dio, debe necesariamente haber algo que mueva sin ser movi- estar a su vez en movimiento.
do y que sea eterna sustancia y acto.
Y lo que mueve así es, precisamente, el objeto del deseo y el (_ También fa belleza, desarroffando.:e/J
d e 1a inteligencia, puesto que mueven sin ser movidos. Su prin- , deseo, mueve (atrae) sin moversi?};!li
cipio es idéntico: objeto del deseo es, en efecto, lo que a nosotros
647 t
ARISTÓTELES
la causa final a la que las Que la causa final compete a las cosas inmóviles resulta cla-
cosas tienden es inmóvl1 e ramente de la distinción entre aquello a lo que la acción tien-
independiente de la historia. de y lo que la acción obtiene: en el primer caso, el fin es in-
móvil; en el otro, no.
motor inmóvil y causa final. _:\ Y una tal causa (el primer motor) mueve como mueve el ob-
} jeto del amor y, a través de lo que es movido por ella, mueve
a todo el resto.
í!/¡ík/ m
... ovimiento, incluso el perfecto Lo que se mueve puede también ser distinto de como es; así
Ef!k:l9? astros, es siempre una forma que si el primer movimiento por el cual los cielos son movidos
de devenir, aunque sea respecto a es la traslación, entonces ellos, en cuanto se mueven, pueden
su posición en el espacio. serlo distintamente, según el lugar, pero no según la sustancia.
r~~grel primer motor, lo que mueve Pero puesto que hay algo que se mueve, siendo esto mismo
11!:,,. sin ser movido, no conoce el inmóvil y estando en acto, esto no puede ser en ningún caso
devenir: distinto de como es. El primero de los cambios es, en efecto, el
movimiento de traslación, y la circular es su primera forma: y
éste es el movimiento causado por el primer motor.
ífí!JLm.otor inmóvil (o causa final) es El motor, pues, existe por necesidad, y en cuanto tal es bello
ll[g;gue empuJa a las cosas a ser lo y, en este sentido, es principio de todo. Y la necesidad se pue-
que son. de definir en modos distintos: puede expresar la fuerza con-
traria a la inclinación natural, o aquello sin lo que no exi.ste ni
el bien ni la perfección de algo, o lo que no puede ser en ab-
soluto distinto de como es.
Dios es pura inteligencia, Por sí mismo, el pensamiento tiene por objeto dilucidar lo
:oa,,nsamiento que se piensa a sí que es lo mejor posible para sí mismo; y en el sentido más ple-
mismo. no, el pensamiento tiene por objeto lo que es excelente en el
sentido más pleno. La inteligencia se piensa a sí misma susti-
tuyéndose por lo inteligible y, en efecto, se hace ininteligible
a sí misma en el acto de tocar y comprender su objeto; así que
la inteligencia y lo inteligible se identifican .
•~ 648
ARISTÓTELES
La inteligencia, pues, es lo que está en condiciones de reci- Incluso la inteligencia humana no e$:
bir lo inteligible y la esencia, pero es en acto cuando los po- nunca potencial, sino siempre en ·
see: y más que la capacidad, es esta posesión la que parece for- acto: no es posible conocer una
mar lo que la inteligencia tiene de divino; y la actividad del cosa sólo <<potencialmente».
pensamiento es la mejor y la más placentera cosa posible.
El Museo de Alejandría en
Egipto.
La virtud está
en el justo medio 42
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la virtud? ¿Existe se adquiere y desarrolla con el ejercicio, excluye sis-
una regla general de comportamiento? temáticamente los vicios contrapuestos del exceso
LA TESIS Así como 1a salud del cuerpo está deter- y el defecto, y realiza una mediación bajo el control
minada por el equilibrio fisiológico de sus compo- de la razón. La valentía, por ejemplo, es la virtud
nentes, del mismo modo la virtud consiste en la dis- media entre temeridad y cobardía. Los fragmentos
posición a elegir el justo medio. Esta capacidad, que que siguen han sido extraídos de la Ética a Nicómaco.
• Ante todo, debemos notar que las acciones están sujetas a La salud depende del equilibrio de
volverse imperfectas o por exceso o por defecto (para que nos los hábitos de vida.
sirvan de testimonios evidentes en torno a cuestiones oscu-
ras), como podemos ver a propósito ele la fuerza y de la salud:
en efecto, la fuerza se perjudica tanto por el exceso como por
la falta de ejercicio gimnástico, y paralelamente, la sobrea-
bundancia o la parquedad en el beber y en el comer arruinan
la salud, mientras que la justa proporción la produce, aumen-
ta y preserva.
649
¡ .. A...R...1...
rJ ........... sr º...-T""E'"'L""E'"'s_ _ _¡ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..,....,,__
...
r.,.•. .·.·.rambién la virtud consiste en un Así ocurre también respecto a la moderación, la valentía y las
c. equilibrio entre tendencias demás virtudes. En efecto, quien huye o teme cualquier cosa y
opuestas. nada afronta, se vuelve tímido; quien en cambio no teme a na-
da, sino que arremete contra todo, se vuelve temerario; para-
lelamente, quien goza de toda suerte de placer y no se abstie-
ne de ninguno se vuelve intemperante; quien, en cambio, los
rehuye como hacen los rústicos, se vuelve insensible; es decir:
la moderación y la valentía se arruinan tanto por exceso como
por defecto, mientras que la vía intermedia los preserva.
íí{.····•.•.·.·..•.· Tanto el exceso como el defecto '.> La virtud es, por lo tanto, una disposición del propósito con-
_ son negativos. sistente en el término medio respecto a nosotros mismos, de-
finida por la razón y como el hombre sabio la determinaría. Es
un término medio entre dos vicios: uno el del exceso y otro
el del defecto; precisamente, mientras que algunos vicios lo son
por defecto, otros lo son por exceso de lo que se debe hacer,
sea en las pasiones o en las acciones; la virtud, en cambio, en-
cuentra y elige el justo medio.
En ética, el más alto valor es el Por esto, según su esencia y según la razón que establece
término medio. su naturaleza, la virtud es un término medio, pero respecto al
bien y a la perfección es el punto más elevado.
SUSTANCIA
Literalmente, lo que está debajo. Es el concepto cardinal de la metafí-
sica aristotélica, y es también el más ambiguo y complejo. Sustancia
es cada ente, cada individuo, cada cosa que existe per se• es decir,
que no posee naturaleza accidental o eventual, sino necesaria. Sustancia
es, por lo tanto, todo lo que tiene una vida propia, goza de determi-
nadas propiedades, puede sustituir al sujeto en la práctica lingüística y
posee una (y una sola) esencia, junto a una variable cantidad de acci-
dentes.
ESENCIA
Hablamos de esencias siempre que respondemos a la pregunta «¿Qué
es?» Por ejemplo: «¿Qué es un estudiante?», «¿Qué es un profesor?»,
«¿ Qué es un presidente?». Describimos las esencias produciendo de-
finiciones. La esencia necesaria de una cosa -es decir, la descripción de
su naturaleza Intima y sin la que dejaría de ser lo que es- coincide con
la sustancia. Se puede describir la esencia como lo que permanece Y
queda inmutable a pesar del cambio. Especificar la esencia resulta sen-
cillo en algunas áreas del saber (por ejemplo, matemática y geometría),
pero es más difícil en otras: definir qué es el amor y la vida es enorme-
mente más complejo que definir la noción de triángulo.
ACCIDENTE
Es lo que en una sustancia puede ser y no ser, las cualidades que de-
penden de lo casual, del azar, de las variaciones individuales La edad, la
belleza o el humor de un individuo son accidentales, así como la medi-
da de los ángulos de un triángulo (mientras que es esencial que estos
ángulos sean tres y que sumen 180'). Toda sustancia consiste en una
esencia necesaria más un cierto número de cualidades accidentales,
650
ARISTÓTELES
CATEGORíAS
Las reglas fundamentales, los modos más gene-
rales, las nociones básicas que para Aristóteles es-
tructuran ya sea el lenguaje, el pensamiento o la
realidad misma. Una adecuada red de categorías
debería estar en condiciones de especificar todo
lo que se puede decir de un objeto. Aristóteles pro-
pone la siguiente tabla de categorías: sustancia,
cualidad, cantidad, lugar, tiempo, relación con el
entorno, acción en acto, acción inmediata.
CAUSA
Es todo lo que responde a la pregunta ¿por qué?
Según Aristóteles, todo el conocimiento puede ser
definido como la comprens·1ón de por qué ocurren
los fenómenos, aunque éstos no tengan una so-
la causa. Hay que distinguir entre causas materia-
les (la materia de la que las cosas están compues-
tas), causas eficientes (las que las producen), causas
formales (la estructura, la organización interna) y
causas finales (el objetivo, el fin por el que una co-
sa existe). Las dos primeras tienen carácter acce-
sorio, mientras que las últimas son fundamenta-
les. Aristóteles, en efecto, relaciona el concepto
de sustancia con el de causa: comprender la verdadera causa de un he-
cho es intuir su esencia, su especificidad y su necesidad. Á.ri;lóteles en una caricatura
actual.
MATERIA/FORMA
Cualquier objeto está formado por una materia y una forma. Ésta no
indica el aspecto exterior y visible, sino la estructura, la organización
interna que hace a ese objeto ser lo que es. La materia es pasiva, mien-
tras que la forma coincide con la esencia necesaria. La forma de un ani-
mal, por ejemplo, indica la especie a la que pertenece.
POTENCIA/ACTO
La potencia indica la posibilidad de la materia para adquirir una de-
terminada forma. El acto indica la realización de esta posibilidad. La
potencia está en la materia como el acto está en la forma.
651 1
CÍNICOS Y ESCÉPTICOS
Cínicos y escépticos:
Diógenes y Pirrón
DIÓGENES
Cuando Diógenes de Sinope (413-323
a.C.) murió, los atenienses le dedi-
caron un monumento: una columna
sobre la que reposaba un animal (un
perro), símbolo del regreso a la na-
turaleza (o, mejor, a la autenticidad
de la vida) de la que el filósofo fue
profeta, a la par que testimonio. Su
vida no fue fácil: el desprecio de los
placeres, el completo dominio del
propio cuerpo, la anulación de las pa-
siones, ele las necesidades y ele cual-
quier vínculo social estable, requie-
ren ele un gran esfuerzo, disciplina,
prestancia física y de una indomable
tensión moral.
Diógenes posefa todas estas cualida-
des, así como una acusada atracción
por la sátira, la paradoja y el humor.
Iconoclasta, profanador, contrario Diógenes en el tonel (s. x1x).
a cualquier tipo de erudición e in-
cluso de cultura, Diógenes siempre
prefirió expresarse mediante la ac-
ción, el comportamiento y las elecciones concretas, más que mediante textos escritos.
PIRRÓN
Nacido en Elide (pequeña ciudad del Peloponeso) en 365 a.C. y muerto en 275 a.C.
Con Anaxarco, gran amigo y filósofo seguidor de Demócrito, participó en la expe-
dición ele Alejandro Magno a Oriente (334 a 324 a.C.). En la India tuvo la ocasión
de conocer a los filósofos gimnosofistas, literalmente aquellos que alcanzan la sabi-
duría con e1 cuerpo y que hoy en día conocemos como maestros yoga. Pirrón quedó
profundamente impresionado tanto por ellos como por sus doctrinas, así como
por la capacidad para soportar el dolor de los faquires orientales. El escepticismo
(literalmente, búsqueda), corriente filosófica también conocida, en su honor, como
pirronismo, supone una disposición de pensamiento que eleva la duda al rango de
sistema: siguiendo la idea ele la absoluta inexistencia de afirmaciones reales, resul-
ta del todo imposible determinar que una proposición cualquiera sea verdadera o
falsa. Pirrón únicamente dejó escrita una oda laudatoria dedicada a Alejandro, por
lo que su pensamiento sólo puede reconstruirse a partir de los distintos testimonios
de sus numerosos discípulos.
: 652
:t CINICOS y ESc<mcos
II
Cómo vivía Diógenes,
llamado el perro 43
EL PROBLEMA ¿Cómo hay que vivir? ¿Es importan- Diógenes fue el primero de una nutdda pléyade de
te la cultura? ¿En qué consiste la virtud? filósofos que entendieron. la.sabiduría como el re-
LA TESIS Se han contado más anécdotas y leyendas chazo de la vida ordinaria. Provist0s.d.e una túniG:a
de la vida de Diógenes que de cualquier otro filóso- y una escudilla, orgullosos de su pobreza, vagaban
fo. Considerando su peculiar forma de vida, es im- mendigando por las ciudades de Grecia predicando
posible evitar hacerse una serie de preguntas. ¿Por el ascetismo, el retorno a la vida natural, el abando-
qué vivía. en un tonel? ¿Por qué rehusaba cualquier no de toda actividad intelectual y el desprecio a las
tipo de comodidad, hasta el punto de vestir sólo una comodidades. Los atenienses consideraron que ta~,
túnica o de lamer el agua de los charcos,. como ha- maña excentricidad, rayana en la locura, era_ en cam-
cen los perros? ¿Y qué quería decir con su busco un bio rica en amonestaciones, de modo que termina-
homhre, su respuesta a todo aquel que le preguntaba ron por apreciar a aquel filósofo que comía, dormía
por su caminar a plena luz del día por las calles de y realizaba sus necesidades corporales delante de to-
Atenas llevando un farol encendido (una costumbre do el mundo y sin importarle el lugar. (Los siguientes
que le valió ser conocido por sus. contemporáneos pasajes han sido extraídos de La vida de filósofos, de
como Sócrates el loco) en Ia mano?' Diógenes Laercio.)
En cierta ocasión vio cómo un ratón corria sin rumbo ni me- La anulación de todo deseo.
ta (no buscaba un lugar donde dormir, no tenía miedo de la
oscuridad ni deseaba nada de lo que se considera deseable), y
de este modo discurrió el remedio a sus penurias.
Según algunos, fue el primero que redobló su túnica, lleva- La independencia de las
do por la necesidad de dormir envuelto en ella, y llevaba con- necesidades.
sigo una escudilla en la que recogía sus viandas. Se servía in-
diferentemente de cualquier lugar para toda actividad, ya fuese
desayunar, dormir o conversar. Y solía decir que los atenien-
ses incluso le habían procurado un lugar en el que recogerse:
el pórtico de Zeus y la sala de las procesiones.
Al principio se apoyaba en un bastón sólo cuando se en- La autarquí?: ~ue cada indivi.d~o.>t"¡.;~
contraba enfermo, pero acabó por llevarlo siempre consigo. ocupe de s1 mismo. _:,.Li~
No desde luego en la ciudad, pero sí cuando recorría los ca-
minos, escudilla en mano.
He aquí un ejemplo de su razonar: « Todo pertenece a los dio- La riqueza de quien no posee:,S\ll
ses; los sabios somos amigos de los dioses; los bienes de los dio-
ses amigos son comunes. Por eso los sabios lo poseen todo>>.
Una vez vio a una mujer suplicando a los dioses de un mo- La refígión como evento
do muy poco conveniente. Deseando liberarla de sus superche-
653 I!;.
,J:J CÍNICOS y ESCÉPTICOS R [V,
resistencia física como valor En otra ocasión, pidió a cierto individuo que le procurase un
ético. lugar donde alojarse. Como éste demoraba su respuesta,
Diógenes escogió un tonel como habitación. Y si en verano se
revolcaba en la arena caliente, durante el invierno se abraza-
ba a las estatuas cubiertas de nieve, buscando siempre acos-
tumbrarse a las dificultades.
44 Diez argumentos
contra la verdad
EL PROBLEMA ¿Es posible conocer la verdad? ¿Son canzar cualquier juicio inopinable, universal e in-
posibles los juicios objetivos? discutible. En efecto, dada la incerteza universal que
LA TESIS El escepticismo, movimiento filosófico ini- envuelve 1a naturaleza del mundo y del hombre, no
ciado por Pirrón, sostiene la imposibilidad de al- es posible afirmar ninguna proposición sin que
1 654
CÍNICOS Y ESCÉPTICOS f
sea al mismo tiempo posible encontrar pruebas de la to es, la suspensión de todo discurso afirmativo ( en
existencia de la proposición Contraria. De ahí se con- griego, epojé). El testimonio que a continuación se
cluye que el único comportamiento correcto que el incluye resume los diez tropos (argumentos) más uti-
filósofo puede asumir sea el no tener opiniones; es- lizados en las argumentaciones estéticas.
• El primer tropo se refiere a la diferencia de los seres vi- / Lo que es agradable o útil depende
vos respecto al placer y al dolor, al daño y a la utilidad. De don- ' de la especie a que el sujeto
de se deduce que dichos seres vivos no reciben las mismas im- pertenece.
presiones de los mismos objetos y, por ello, tal conflicto genera
por necesidad la epojé, la suspensión del juicio.
Algunos seres vivos sfe originan sifn 1:1ezclarse enbtre ellos, co- < Cada especie animal percibe el
mo 1os que viven en e1 uego, e1ave émx o 1as 1om rices. Otras, . mundo en base al tipo de órganos .. '
a través de la unión de los cuerpos, como el hombre. Dado que de los sentidos de que dispone. ~··
unos y otros están formados de manera diversa, también sus
sensaciones son diferentes. Así, por ejemplo, los halcones tie-
nen un sentido ele la vista agudísimo, y los canes un olfato muy
sensible.
Así pues, es lógico que a la diferencia en el sentido de la vis- ( Cada especie desarrolla un modd dg
ta corresponda la diferencia en el sentido de las expresiones. vida peculiar i
Ysi el tallo es comestible para la cabra, para el hombre en cam-
bio es amargo; y si la codorniz se alimenta de cicuta, ésta es
mortal para el hombre; y si el cerdo come sus excrementos, el
caballo no lo hace.
Por otra parte, hay quien prefiere cultivar la medicina y quien El concepto individual de lo
los campos, y hay quien se dedica al comercio; y la misma pro- siempre subjetivo.
fesión causa daño a algunos, y a otros ventajas. De ello se de-
riva, consecuentemente, la necesidad de suspender el juicio.
El tercer tropo está determinado por la diferencia de los po- - Los mismos objetos dan origen a
ros que transmiten las sensaciones, Así, la manzana causa la sen- ( percepciones muy distintas. Se
sación de ser pálida a la vista, dulce al gusto y fragante al olfa- infiere que no hay nada de cierto
to. Y la misma figura puede verse de un modo u otro, a tenor en ellos.
del espejo en que se refleje. De ello se infiere que a lo aparente
no corresponde una determinada forma más que otra distinta.
El cuano tropbo sedrefierecla las disposiciones inddividualefs y, en (_" De la diferencia de los estados de
genera1, a1 cam io e con iciones como 1a sa1u , 1a en erme- . conciencia experimentables por el
dad, el sueño, la vigilia, la alegría, el dolor, la juventud, la vejez, individuo nacen ulteriores ·· -
el coraje, el miedo, la necesidad, la abundancia, el odio, el amor, elementos de subjetividad.
el calor, el enfriamiento o la facilidad o dificultad en la respira-
ción. La diversidad de las impresiones está condicionada por las
distintas condiciones ele las disposiciones individuales.
Ni siquiera la condición de los locos es contraria a la natu- En el fondo, también la de los locos,
raleza. ¿Por qué (la locura) debería ser más propiamente suya es una condición natural.
que nuestra? También nosotros observamos el Sol como si
655
r- c...íN"'1""c""o""s""'Y""'""Es...c...É...P...T..
1.'....
11111
1c...o...s_i........................................_...,.__,__
gran diversidad entre las leyes y El quinto tropo afecta a la educación, a las leyes, a las creen-
l s[urnbres de los pueblos sugiere
la inexistencia de valores
cias en la tradición mítica, a los pactos entre los pueblos y a las
concepciones dogmáticas. Abraza los puntos de vista sobre lo
universales. que es hermoso o feo, verdadero o falso, bueno o malo, sobre los
dioses y sobre la formación y corrupción del mundo fenoméni-
co. Una misma cosa puede ser justa para unos e injusta para otros,
o buena y mala. Los persas no consideran extraña la unión cor-
poral con las propias hijas; los griegos, al contrario, la conside-
ran pecaminosa. Los masagetas, como refiere Eudoxo en el pri-
mer libro de su Vuelta a la Tierra, admiten la comunidad de las
mujeres, mientras que los griegos no la admiten. Los habitantes
de Cilicia practican la piratería, y los griegos, en cambio, no la
practican.
En el modo de concebir las Cada pueblo cree en sus propios dioses; hay quien cree en la
también hay fuertes providencia, y hay quien en cambio no cree. Los egipcios em-
diversidades. balsaman a sus muertos antes de sepultarlos; los romanos los
incineran; en Peonia los arrojan a los pantanos. La consecuencia
es la suspensión del juicio sobre la verdad.
objetos que componen el El sexto tropo·se refiere a las mezclas y uniones. Según és-
mundo son complejos: los tas, nada aparece en estado puro, nada consiste exclusivamen-
elementos naturales no se te en sí mimo, sino que todo aparece conjuntado con el aire, la
presentan nunca en estado puro. luz, la humedad,lo sólido, el calor, el frío, el movimiento o las
exhalaciones, o sujeto a otros determinados influjos. El púr-
pura muestra un cdlor distinto a la luz del Sol, de la Luna o de
una lámpara de noche. También la tez de nuestro rostro mues-
tra un color distinto a mediodía y al atardecer.
;l/f\f También las nociones Una piedra levantada en el aire por dos personas puede de-
ld.ªPiJrentemente objetivas, como el jarse caer fácilmente en el agua porque, siendo pesada, el agua
peso, se.demuestran relativas. la aligera; o porque, siendo ligera, el aire la hace pesada. Pero
ignoramos cuáles son sus propiedades particulares.
lvV· ·La forma de los objetos está Además el Sol, cuando se levanta, tiene un aspecto distinto
!iiliempre condicionada tanto por.el al que presenta cuando está en mitad del cielo. Y así, un mis-
punto concreto desde donde los mo cuerpo parece distinto según se halle en un bosque o en
observamos, como por su posición campo abierto. También la imagen cambia al cambiar la posi-
en el espacio. ción del objeto, y el cuello de la paloma parece distinto según
esté girado en una o en otra posición. Ya que el conocimiento
de estas cosas depende de la relación entre el espacio y la po-
sición, su propia naturaleza se nos escapa completamente.
j] 656
El octavo tropo se reJiere a la cantidad y la cualidad de las La naturaleza de muchas cosas-Véii'íál
cosas, a la multiplicidad de sus condiciones, determinadas por con la cantidad. El vino es tanto.}~
el calor o el frío, por la velocidad o la lentitud, por la ausen- benéfico como dañino: depende de
cia o variedad de los colores. Así como el vino, bebido mo·- cuánto se beba.
deradamente, refuerza el organismo, bebido en cantidades ex-
cesivas lo debilita; lo mismo sucede con los alimentos y otras
cosas similares.
Lo que se encuentra a la derecha, no se encuentra en ella por Definimos las palabras por con···tra_..st_f.•'11•·.•
naturaleza, sino que se entiende como tal sobre la base de la recíproco, sin que pueda ,_;¿:;.¡J
posición que ocupa respecto a otro objeto; cambiada la posi- establecerse qué significa en si
ción, deja de estar a la derecha. Análogamente, padre e hijo son misma cada una de ellas.
términos relativos; del mismo modo, el día está condicionado
por el Sol, como toda realidad está condicionada por nuestro
pensamiento. Estos términos o con-
ceptos relativos, considerados en sí HE DESCUBIERTO QUE
mismos y por sí mismos, no son co- AÚN POSEÍA ALGO
nocibles. SUPÉRFLUO.
TROPOS
Son, literalmente, los modos. Esto es, las
vías, los argumentos utilizados por los es-
cépticos para desmentir las afirmaciones
dogmáticas (es decir, absolutas e indis-
cutibles) y llegar a la suspensión de jui-
cio (epojé escéptica). Cada tropo descri-
be una situación problemática sin vía de
salida, de la que resulta un contraste in-
salvable entre dos opiniones verdaderas.
LA EPOJÉ ESCÉPTICA
Epojé es el término griego que Pirrón y
los escépticos empleaban para referirse
a la duda, a la necesaria suspensión de
cada uno de los juicios que caracteriza-
ban su pensamiento: ni aceptar ni re-
chazar. La epojé escéptica nace de la con-
sideración de que siempre es posible
demostrar lo contrario de toda afirma-
ción, de modo que, por lo tanto, ningu-
na proposición puede ser cierta en sen-
tido absoluto. Cada saber, incluso el saber
que no se sabe socrático, se reduce a un
opinable punto de vista. A diferencia de la epojé fenomenológica, la ~enes en su famoso tonel,
epojé escéptica es un procedimiento destructivo. La conclusión es la en una viñeta de cómic
aphasia; esto es, el silencio. contemporáneo.
657 ~·
EPICURO
Epicuro
341-270 a.c.
os arqueólogos han podido consta-
L tar que muchos hogares griegos y ro-
manos poseían esculturas del rostro de
Epicuro, algunas de ellas de pequeño ta-
maño. Es cierto que los antiguos amaban
atesorar imágenes de los sabios, pero aquí
nos encontramos ante un caso verdade-
ramente especial, ya que se han hallado
estatuillas del filósofo de Samos inclu-
so en los hogares de gente común y sin
intereses intelectuales. La explicación a
este fenómeno es de gran relevancia fi-
losófica: se creía que la contemplación
del rostro de Epicuro tenía la virtud de
serenar el espíritu, pero no por magia, si-
no por la fuerza del ejemplo del Salvador
(la elección de este apodo para referirse
a un filósofo demuestra hasta qué pun-
to la búsqueda de un sentido filosófico
tenía ya un sentido religioso). Epicuro
comparaba su filosofía con la medicina:
quería convertirse en el terapeuta del es- ~-
piritu, el médico del alma que alivia los E¡,icuro (Nápoles, Museo Nacional). La gran can-
sufrimientos crónicos (la angustia vital) tidad de efigies de Epicuro deriva de una creencia
o el cirujano de !as pasiones que trata de popular: que la contemplación de su rostro fuerte y
extirpar los males (los deseos, las insa- sereno otorgaba serenidad.
tisfacciones). La filosofía es !a medicina
más indicada para las tres patologías psí-
quicas mds frecuentes: el temor a los dioses, el pensamiento de la muerte y el dolor
físico. En la búsqueda de un sano y moderado placer de vivir, ofrece un remedio uni-
versal, un bien a disposición de todos. De hecho, la escuela de Epicuro debía ser muy
parecida a una moderna casa de reposo: un sencillo y tranquilo jardín en los subur-
bios de Atenas, lejos del fragor de la ciudad y de la política. Allí el filósofo acogía a
todos sin distinción: mujeres, esclavos, incluso prostitutas arrepentidas; curaba el
cuerpo con los remedios clínicos más adecuados, y el espfritu con la fuerza del ejem-
plo. Él mismo, gravemente enfermo y presa de grandes sufrimientos, escribió una úl-
tima carta a cierto amigo proclamando en ella que la vida es dulce, feliz y siempre dig-
na de ser vivida.
De Epicuro nos han llegado: tres Cartas, cuarenta Máximas, el Testamento, la Carta a
Herodoto, sobre física; la Carta a Pitocles, sobre los fenómenos celestes; la Carta a
Meneceo, sobre ética.
j 658
EPICURO
El placer es la finalidad de
una vida bienaventurada 45
EL PROBLEMA ¿Cuál es la mejor manera de regular menudo un dolor futuro. Según Epicuro, la solución
la propia vida? ¿En qué consiste la felicidad? ¿Es más sabia está en calcular; es decir, en someter la
bueno tener muchos deseos? búsqueda de la felicidad al juicio de la razón. Para
LA TESIS El placer y la felicidad son, sin duda, los ello es necesario eliminar los miedos inútiles (el mie-
criterios que guían al ser humano. el problema ra- do a la muerte, al dolor) y moderar las necesidades,
dica en establecer cuál es el verdadero placer. Es de- de manera que su goce no se torne en lo contrario.
cir, cómo optimizar el bienestar personal teniendo Y, sobre todo, es preciso cultivar la tranquilidad de
en cuenta que a un gozo inmediato corresponde a ánimo, la serenidad. (De la Carta a Meneceo.)
Debemos meditar, por lo tanto, sobre las cosas que nos pro- La fel1ódad es el prinCJpal prob~ma,
curan felicidad, porque en verdad si disfrutamos de ella lo po- del individuo. ·
seemos todo, y si nos falta hacemos todo lo posible por tenerla.
Por consiguiente, los principios que siempre te he ido repi-
tiendo, practícalos y medítalos, aceptándolos como máximas
necesarias para llevar una vida feliz.
En primer lugar, considera a la divinidad como un ser in- - Si los dioses 1nterv1n1esen en la vida·,
mortal y bienaventurado, como indica la noción común de \ humana -como piensa la mayoría',_)
lo divino. Y no le atribuyas nunca nada opuesto a su inmor- alcanzar la felicidad no dependería
talidad ni discordante a su bienaventuranza. Al contrario, pien- de nosotros.
sa como verdaderos todos aquellos atributos que contribuyan
a salvaguardar su felicidad al tiempo que su inmortalidad.
Los dioses existen. Su conocimiento es evidente. Ahora bien: Los dioses existen, pero no se
no existen en el modo en que la mayoría los consideran, por- ocupan de los hombres.
que considerados de ese modo se les priva de todo el funda-
mento de su existencia. No es impío el que niega los dioses del
común de los hombres, sino al contrario, el que aplica a los dio-
ses las opiniones de esa mayoría, ya que tales juicios a propó-
sito de los dioses no son prenociones, sino presunciones vanas.
Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es la muerte no debe ser fuente de
nada, porque todo bien y todo mal reside en las sensaciones, temor: cuando existe, no existimo~, :
y la muerte consiste en estar privado de sensación. Por lo tan- nosotros,· cuando existimos
to, la recta convicción de que la muerte no es nada para noso- nosotros, no existe ella.
tros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque
le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva del de-
seo de la inmortalidad. Nada hay que cause temor en la vida
659 i
j EPICURO
1
es justo desear la muerte. El A pesar de ello, la mayor parte de la gente unas veces rehu-
se limita a vivir fa vida con ye la muerte viéndola como el mayor de los males, otras la
plenitud. invoca como remedio de las desgracias de esta vida. El sabio,
sin embargo, ni rechaza la vida ni teme la muerte, porque ni es
contrario a la vida, ni considera un mal el dejar de vivir. Y así
corno de entre los alimentos no escoge los más abundantes, si-
no los más agradables, del mismo modo disfruta no del tiem-
po más largo, sino del más dulce. Quien exhorta al joven a una
buena vida y al viejo a una buena muerte es un insensato, no
sólo por las dulzuras de la vida, sino porque el arte del bien vi-
vir y del bien morir son una misma cosa. Y aún es peor quien
dice: «Hermoso sería no haber nacido, pero ya nacidos, cru-
cemos cuanto antes el umbral del }Iades ... ».
¡¡Tanto el temor como el deseo de la Recordemos también que el futuro no es nuestro, pero tampo-
!1Lmuerte limitan nuestra libertad. co puede decirse que no nos pertenezca del todo. Por lo tanto, no
hemos de esperarlo como si tuviera que cumplirse con certeza,
ni tenemos que desesperamos como si nunca fuese a realizarse.
felicidad consiste en el placee Por este motivo afirmamos que el placer es el principio y el
fin de una vida feliz, porque lo hemos reconocido como un bien
primero y connatural, a partir del cual iniciamos cualquier elec-
ción o aversión, y a él nos referimos al juzgar los bienes se-
gún la norma del placer y del dolor.
aumenta con el cálculo. Y, puesto que éste es el bien primero y connatural, por este
motivo no elegimos todos los placeres, sino que en ocasiones
renunciamos a muchos cuando de ellos se sigue un trastorno
aún mayor. Y muchos dolores los consideraremos preferibles
a los placeres, si obtenemos otro mayor, cuanto más tiempo ha-
yamos soportado el dolor. Así pues, por su naturaleza conna-
tural a nosotros, todos los placeres son un bien, pero no por ello
debemos escogerlos a todos. De modo similar, todo dolor es un
mal, pero no siempre hay que rehuir el dolor. Hay que juzgar
sobre el placer y el dolor según el cálculo y la consideración de
los beneficios y los perjuicios, porque algunas veces el hien se
torna en un mal y otras, al contrario, el mal resulta ser un bien.
independencia de los deseos y Consideramos un gran bien la independencia de los deseos, pe-
limitaciones de las necesidades ro no porque debamos siempre conformamos con poco, sino pa-
favorecen el verdadero placer ra que, no teniendo mucho, con este poco nos baste. Estamos
profundamente convencidos de que quienes gozan con mayor
dulzura de la abundancia son aquellos que menos la necesitan, y
de que todo lo que la naturaleza reclama es fácil de obtener, Ydi-
] 660
EPICURO
Cuando decimos que el placer es la única finalidad, no nos El verdadero placer consiste
referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, como afir- tranquilidad de ánimo.
man algunos que desconocen nuestra doctrina o no están de
acuerdo con ella o la interpretan mal, sino al hecho de no sen-
tir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma. Pues ni los ban-
quetes ni los festejos continuados, ni el gozar con jovencitos
y mujeres, ni los peces ni todo cuanto ofrecen las mesas bien
servidas, nos hacen la vida agradable, sino el juicio certero que
examina las causas de cada acto de elección o aversión, y que
ahuyenta las falsas opiniones de las que nace esa gran turba-
ción qne se apodera de las almas.
661 L
EPICURO
sabiduría es más valiosa que el ) El principio y bien máximo de todo esto es el juicio; por ello
conocimiento de las doctrinas. el juicio, de donde se originan las restantes virtudes, es más va~
lioso que la propia filosofía, y nos enseña que no puede existir
una vida feliz sin que sea al mismo tiempo juiciosa, bella y jus-
ta, ni es posible vivir con prudencia, belleza y justicia sin ser
feliz. Pues las virtudes son connaturales a una vida feliz, y el
vivir felizmente se acompaña siempre de la virtud.
NECESIDADES
Epicuro distingue tres tipos de necesidades, a saber: 1) necesidades na-
turales y necesarias, que deben satisfacerse siempre (por ejemplo, ham-
bre, sed y sueño). Dependen de las necesidades biológicas del cuerpo
y, de no ser satisfechas, provocan la muerte. 2) Necesidades naturales
pero no necesarias, a satisfacer con moderación o, posiblemente, en
absoluto (por ejemplo, comer bien o en exceso, o excederse en el de-
seo sexual). 3) Necesidades no naturales y no necesarias, que no deben
satisfacerse nunca por su naturaleza artificial (gloria, éxito, riqueza, sa-
lud, belleza).
HEDONISMO
Corresponde a la doctrina epicúrea según la cual el placer es el fin y el
principio de una vida bienaventurada, el objetivo hacia el que todo in-
dividuo orienta su acción. Según Epicuro, sin embargo, es preciso dis-
tinguir entre el placer efímero (felicidad, gozo) y el placer estable, defi-
nido por vía negativa como la ausencia de dolor. Dado que el sabio sólo
persigue el segundo tipo de placer, el epicureísmo condena la satis-
facción indiscriminada de todo deseo, sosteniendo la necesidad del ra-
cionalismo ético. Esto es, un control consciente de la razón sobre las
emociones y las pulsiones del ánimo, un auténtico cálculo del placer.
" 662
ESTOICOS
SÉNECA
Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba (España) en 4 a.C.
y murió en Roma en 65 d.C. Recibió una educación exqui-
sita que le brindó la posibilidad de profundizar en las doc-
trinas pitagóricas y estoicas. Emprendió con éxito la carre-
ra política hasta convertirse en consejero del emperador
Nerón, del que fue, además, preceptor. En el año 62, caído
en desgracia, se retiró de la vida política; transcurridos tres
años fue acusado de traición y recibió de Nerón la orden de
-
suicidarse. Tácito narra en los Anales cómo el filósofo acep-
tó la injusta condena sin perder el ánimo, poniendo en prác-
tica el principio estoico de la ataraxia (indiferencia). Séneca (Nápoles, Museo
Nacional).
MARCO AURELIO
Marco Aurelio, emperador y filósofo, nació en Roma en 121 d.C. en el seno de
una familia noble. Fue adoptado por el emperador Antonio, a cuya muerte, en
161 d.C., sucedió en el trono. Murió en Vindobona, actual Viena, en 180 d.C.
Adherido a la causa estoica, concibió la filosofía como una íntima reflexión sobre
la existencia. Recogió su pensamiento en 12 libros de máximas filosóficas: Coloquios
con uno mismo o Meditaciones.
663 fi.
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EL PROBLEMA ¿Cuál debe ser el criterio de guía del ma de pasión. Las grandes emociones, ya sean las ne-
comportamiento humano? gativas como el terror o las positivas como el amor
LA TESIS Del mismo modo que el animal se guía por interrumpen siempre la fluidez racional del pensa~
el instinto, así el hombre debe dejarse guiar por la ra- miento, por lo que deben evitarse. Los párrafos si-
zón, pues en ella reside su naturaleza íntima. Esto sig- guientes, a propósito de Zenón de Citio, han sido ex-
nifica que el hombre sabio debe evitar cualquier for- traídos de la Vida de los filósofos de Diógenes Laercio.
unidad fundamental en el • Dicen los estoicos que la naturaleza no hace ninguna dis-
mundo natural. tinción entre las plantas y los animales, pues ella regula in-
cluso la vida de las plantas, privadas como están de impulso
y sensaciones. Y, por otra parte, en nosotros se generan fenó-
menos del mismo modo que en las plantas.
[s'i/'Ifaturaleza del mundo animal es Pero como los animales han sido dotados, por añadidura, del
!lfí!:c' el instinto. impulso por medio del cual realizan sus propios fines, se deriva
que su disposición natural se verifica en seguir dicho impulso.
naturaleza del hombre es la Y dado que los seres racionales han recibido la razón para
racionalidad. poseer una conducta más perfecta, su vivir según la razón coin-
cide con el vivir según la naturaleza, en tanto que la razón se
añade en ellos plasmando y educando al instinto.
ser humano es racional por Por eso Zenón definió en su obra De la naturaleza del hom-
naturaleza, bre el vivir de acuerdo con la naturaleza, como vivir según la
virtud: porque la naturaleza nos guía a la virtud.
47 Cómo curar la
inquietud
EL PROBLEMA ¿Es posible vivir sin sufrimiento? ¿Qué fiera la soledad, y crean continuamente nuevas ne-
convierte al hombre en un ser inquieto e insatisfe- cesiG;ades. Así pues, la cualidad del sabio es la in-
cho? diferencia, y la finalidad de su existencia es la apa-
LA TESIS El sabio debe seguir el ideal de la imper- tía, que nace de la anulación de todo deseo. Las
turbabilidad, es decir, debe poner su componente palabras de Séneca que siguen a continuación fue-
emocional bajo control racional. Las emociones ron dirigidas por el filósofo a Sereno, un joven an-
son enfermedades del ánimo que afectan al indi- sioso de buenos consejos. (De La tranquilidad del
viduo, lo aíslan de la sociedad haciendo que pre- alma.)
Buscamos que el alma pueda proceder en equilibrio y ar- La búsqueda de las condiciones
monía, estar en paz consigo misma y satisfecha de su estado; que hacen posible la
que nada turbe su alegrí? y que se mantenga siempre serena, imperturbabilidad.
sin exaltarse ni abatirse. Esa será la tranquilidad. Así pues, bus-
carnos cómo alcanzarla; después, tú tomaras del remedio co-
mún lo que sea bueno para ti.
Mientras tanto, hay que poner el mal en su conjunto al des- La insatisfacción es la patología del
cubierto, y cada uno sabrá reconocer el que le afecta. Al mis- ánimo más común.
mo tiempo, te darás cuenta de cómo la insatisfacción por tu
propia persona es un tormento menor comparado con el que
experimenta quien por motivos de apariencia o por la carga
que ella representa, se ve obligado a fingir más por el respeto
humano que por voluntad.
Todos sufren de esa misma enfermedad, tanto los afligidos La insatisfacción se manifiesta de
por la volubilidad, por el aburrimiento o por los continuos diversas formas.
cambios de humor, como los que lloran cuanto han dejado
atrás o los que se abandonan a la pereza y a la indiferencia.
Añade también a aquellos que se comportan como quien tie-
ne el sueño ligero: se mueven continuamente en la cama cam-
biando de posición, hasta que encuentran reposo en el ago-
tamiento. A fuerza de cambiar el estado de su propia vida,
alcanzan finalmente un estado en el que se ven sorprendidos
no por el cansancio frente a nuevos cambios, sino por la ve-
jez, que siente pereza ante la novedad. También están aquellos
que son poco volubles, mas no por la coherencia de su ca-
rácter sino por inercia, y viven no como querrían, sino como
lo han hecho siempre.
Innumerables, pues, son las variedades del mal, pero el efec- La inquietud y la actividad inútil
to es siempre único: sentirse insatisfecho de uno mismo. Y eso son el producto de la
deriva de los desequilibrios internos y de los deseos inciertos insatisfacción. ..
y no realizados. Los inquietos, en efecto, o bien ni siquiera
intentan obtener lo que desean, o bien no lo consiguen, y por
ello viven en una esperanza vana, siempre inestables y agita-
dos, como sucede forzosamente a quien no es capaz de tomar
sus propias decisiones. Buscan por todos los medios satisfa-
cer sus deseos. Hacen proyectos y después realizan acciones
deshonestas y arriesgadas y, si sus esfuerzos no les reportan el
éxito, les ~tormenta una vergüenza inútil y se lamentan no tan-
to por haber deseado el mal como por haberlo deseado sin ob-
jeto.
...así como la indecisión y la
Entonces les asalta el remordimiento por lo que han hecho, incapacidad para tomar elecciones
Yel miedo de volver a hacerlo. Y aparece en ellos la agitación definitivas.
del espíritu que no encuentra vía de escape, porque no saben
ni dominar las pasiones ni dejarse arrastrar por ellas. Ahí es-
tá la incertidumbre propia de una vida que no puede reali-
zarse, y la pereza de un espíritu entorpecido por los deseos no
realizados.
El inquieto no se realiza ní en fa
Y todo esto se agrava cuando la irritación por algún fraca- vida pública ni en la privada.
so les lleva a refugiarse en sí mismos y en la soledad del es-
tudio, tan difíciles de soportar para un ánimo propenso a la
665 [
ESTOICOS
El inquieto interioriza sus propias De ello nacen ese fastidio, esa insatisfacción, esa inquietud
pulsiones negativas. del espíritu que no encuentra paz en ningún lugar, esa peno-
sa y amarga resignación a la propia inactividad, sobre todo cuan-
do el afecto se avergüenza de confesar las causas y por ver-
güenza oculta sus tormentos: las pasiones, encerradas a cal y
canto y sin vía de salida, se sofocan solas.
1 Aun aislándose del mundo, el De ahí el estado ele ánimo de quien odia el propio aisla-
L inquieto odia la soledad. miento y se lamenta por no tener nada que hacer; de ahí la
envidia por el éxito ajeno. De hecho, la inercia de la infeli-
cidad alimenta el odio; quien no es capaz de alcanzar el éxi-
to desea que los demás fracasen. Quien sufre ese rechazo del
éxito ajeno y de esa falta de esperanza en el ánimo se irrita
con la suerte, se lamenta de su propio tiempo, se encierra en
sí mismo incubando su pena, mientras se aburre y avergüenza
de sí mismo.
Los viajes sin motivo son un Y entonces emprenden viajes sin una meta precisa, y pasan
síntoma de esta enfermedad. de una orilla a otra poniendo a prueba en tierra y mar su vo-
lubilidad, siempre descontentos con lo que hacen. <iVamos a
Campania.» Pero enseguida los lugares refinados les aburren.
«Busquemos tierras salvajes: visitemos Calabria y los bosques
de Lucania.)> Y, en cambio, en aquellas tierras desoladas bus-
can un oasis ameno para distraer la vista, ávida de gozo, de la
vasta desolación propia de esos lugares salvajes. «Vayamos a
Taranta, busquemos su famoso puerto, su templado clima in-
vernal y su riqueza, en un tiempo suficiente para satisfacer el
hambre de la población ... Pero no, volvamos a Roma: mis oídos
llevan mucho tiempo alejados del fragor y de los aplausos.
¡Quiero disfrutar de nuevo de un espectáculo en el que se vier-
ta sangre humana!»
666
.,.x..,1....,.....,.ES""'T""'O'"'"IC_O...,S.......,.....,·....,11
y así emprenden un viaje,tras otro y pasan de uno a otro es- El fin de una vida frenética no
pectáculo. Como dice Lucrecio: «Así huye cada cual de sí mis- otro que el de olvidarse de uno
mo». Pero ¿de qué sirve, si en realidad no se consigue huir de mismo.
uno mismo? Cada cual se persigue y acosa a sí mismo como un
compañero que lo oprime.
Debemos convencernos de que el mal que sufrimos no de- ¡f El cansancio de vivir puede llevar
pende de los lugar~s en donde estemos, sino de nosotros mis- \._ incluso al suicidio.
mos. No tenemos fuerzas para soportar nada, ni fatigas ni pla-
ceres, ni mucho menos a nosotros mismos. Ésa es la razón por
la que algunos se sienten empujados al suicidio: porque las me-
tas que se fijan, a fuerza de cambiarlas, les llevan continuamente
a las mismas cosas y no dejan espacio a la novedad. La vida y el
mismo mundo empiezan a causarles náuseas, y en su mente apa-
rece la interrogación típica de quien se marchita en sus propios
placeres: «¡Siempre lo mismo! ¿Hasta cuándo durará esto?»
La ventaja de ser
espontáneos 48
EL PROBLEMA ¿Cómo pueden conciliarse la razón y el propio crecimiento espiritual no debe llevarnos a
el instinto, la dimensión espiritual y la corporal? despreciar el cuerpo o a angustiarlo con inútiles prác-
¿Hasta qué punto es sabio ser racionales? ¿Cómo ticas ascéticas. Las cualidades del sabio son la simpli-
debe vivirse la vida cotidiana? cidad, la espontaneidad y la inmediatez; es decir, las
LA TESIS Seguir los dictámenes de la razón no signi- de quien se acepta por lo que en realidad es. Al conM
fica convertirse en esclavos de la racionalidad, po- trario, 1a ansiedad, la artificiosid.ad de 1os comporta-
niendo bajo férreo control lógico todos y cada uno de mientos, el frenesf de vivir sin reposo, el deseo de via-
los momentos de la existencia, sino seguir el ideal jar sin objeto, son síntomas patológicos de una
de una moderada racionalidad. Igualmente, perseguir personalidad que no acepta su propia naturaleza.
¡Cuánta felicidad nos procura, en cambio, la escueta y poco La sencillez no se halla entre fas
elegante sencillez de quien no oculta su propia naturaleza! Con virtudes más apreciadas.
todo, incluso este modo de vivir corre el riesgo de no ser apre-
ciado, ya que a la gente le suele causar fastidio todo lo que re-
sulta demasiado accesible.
Pero cuando es reconocida por todos, la virtud no corre ries- <°.· El punto de equilibrio está siempréé7
go alguno de perder su valor Es preferible, además, ser des- • en el justo medio. .. a.:
preciados por la sencillez que atormentarse en una continua
667
ESTOICOS
Sociabilidad y búsqueda interior Es también preciso saberse recoger en uno mismo: frecuen-
deben conciliarse. tar distintas personas turba el equilibrio interno, despierta las
pasiones y agrava las debilidades y los males no sanados. Es
necesario saber alternar la soledad y la compañía de los otros.
La primera nos hará sentir el deseo de estar con los demás, y
la segunda nos hará querer estar con nosotros mismos. Y la una
será el remedio de la otra: la soledad nos sanará del disgusto
provocado por la muchedumbre, y la compañía de otros nos
sanará del aburrimiento de la soledad.
Distracción, danza y juego son tan Y no es necesario, ni mucho menos, someter nuestro áni-
necesarios como lo son las mo a una tensión continua, sino que debemos concederle dis-
obligaciones. tracciones. Sócrates no se avergonzaba por jugar con los niños;
Catón reponía su ánimo fatigado por las cuestiones públicas
con un vaso de vino; Escipión, general y soldado victorioso,
amaba danzar. Y al danzar no se dejaba llevar por esos movi-
mientos lánguidos tan de moda hoy y que superan en afecta-
ción a los femeninos, sino que danzaba como un auténtico hom-
bre. Así se comportaban nuestros antiguos padres, quienes en
las jornadas de fiesta y diversión solían danzar de manera viril
y sin perjuicio de su decoro, incluso cuando eran observados
por enemigos.
(La salud del cuerpo y de fa mente Debemos conceder descanso a nuestro espíritu: una vez des-
iiequiere fa alternancia de trabajo y cansado, estará más fuerte y afianzado. Del mismo modo que
descanso. es preciso no forzar en exceso los campos fértiles porque un
cultivo sin interrupción los agotaría enseguida, así el esfuer-
zo continuo termina por apagar el arrojo del ánimo: con un
poco de descanso y reposo, recuperará su vigor. La fatiga pro-
longada provoca cansancio, y la mente pierde lucidez.
La moderación siempre es Por otra parte, los hombres no buscarían relajarse tan apasio-
necesaria. nadamente si el juego y la diversión no fuesen un placer natu-
ral. El abuso, sin embargo, restaría toda firmeza y vigor al áni-
mo; la salud también necesita del sueño, pero si se prolonga
durante día y noche, se convierte en una especie de muerte. Hay
una gran diferencia entre dejar algo en suspenso y ponerle fin.
Son varias fas modalidades de Los legisladores instituyeron las jornadas festivas para que
; alternancia entre trabajo y reposo. los hombres pudiesen reunirse y disfrutar de algunos momen-
tos de ocio, y para alternar las fatigas con algún recreo indis-
pensable. Algunos prohombres se concedían cada mes algunos
días de reposo, otros se dividían diariamente entre actividad
y reposo. Así hacía el gran orador Cayo Asinio Folión, quien
pasadas las cuatro de la tarde dejaba de trabajar hasta las seis.
Pasada esa hora no leía ni siquiera la correSpondencia, evi-
tando así cualquier preocupación, y en esas dos horas se des-
cargaba del cansancio acumulado durante toda la jornada. Otros,
en cambio, hacían una pausa a mediodía y reservaban las
horas vespertinas a ocupaciones de menor importancia.
Nuestros antepasados incluso prohibieron que, pasadas las
668
ESTOICOS
En algunas ocasiones conviene achisparse pero no para em- Incluso una ligera ebriedad sirve
brutecerse con la bebida, sino para calmarse con ella. La ebrie- ayuda.
dad, en efecto, arrastra las penas, renueva el fondo de nuestro
ánimo y borra la melancolía. No es casualidad que se llamase
Libre el inventor del vino: no porque el vino suelte las lenguas,
sino porque libera al espíritu de la esclavitud de las penas, lo
refuerza, lo aviva y hace que sea más audaz en toda acción.
Pero igual que ocurre con la libertad, también el vino necesi-
ta de moderación. Se cuenta que Solón y Arcesilao sentían de-
bilidad por el vino; Catón fue repreudido por su afición a la
bebida: un buen ejemplo para la rehabilitación de este vicio
que, en cambio, sirvió para desacreditar a Catón. Cierto es que
no conviene ser en exceso indulgente, pues de otro modo el
ánimo caería en una fea costumbre; sin embargo, de vez en
cuando es bueno dar vía libre a la libertad y el goce y aban-
donar la severa sobriedad.
Si creemos al poeta griego, <iA veces es hermoso cometer lo- l Por último, un poco de locura
curas»; y Platón dijo: <iEn vano llama a la puerta de la poesía '< también resulta útil.
quien es siempre dueño de sí mismo,,. Y Aristóteles: <iNunca
hubo un ingenio grande sin un poco de locura».
Sólo una mente inspirada podrá hablar con grandilocuencia la inspíración artística se ve
y por encima de los demás: sus cantos superan la dimensión favorecida por la ruptura de
humana cuando, guiada por la inspiración divina, desprecia esquemas habituales.
las cosas vulgares y ordinarias.
ATARAXIA
Literalmente, imperturbabilidad, ausencia de turbación. Es decir, el ideal
de vida común a todas las escuelas helenísticas. Se trata de un modo
de resolver el problema de la felicidad por vía de la negación: la única
felicidad posible reside en la ausencia de su contrario, el dolor. Para los
epicúreos, la ataraxia se identifica con el placer estable; para los es-
669 i
ESTOICOS
Me resigno a
mi destino
,-,~,;,.
La ataraxia, la indiferencia toicos, con la indiferencia hacia las pasiones y el completo dominio de
estoica, en una viñeta las emociones; para los cínicos, con la renuncia a todo tipo de necesi-
humorístíca. dad; para los escépticos, con la epojé. La ataraxia debe ser practicada
porque la naturaleza de lo deseado o temido es desconocida.
DEBER
La noción fundamental de la ética estoica, conjugable en la máxima vi-
ve de acuerdo con la naturaleza, entendiéndose por naturaleza tanto
el mundo que nos rodea como la naturaleza del hombre, que forma
parte de la universal. Dado que la naturaleza coincide con la racionali-
dad, la regla de vida estoica equivale también a la máxima vive de acuer-
do con la razón. Así pues, todas las acciones sugeridas por la razón y
conformes a la naturaleza son justas.
49 Mira en tu interior:
hallarás la fuente del bien
EL PROBLEMA ¿En que consiste la filosofía? ¿Cómo en la reflexión sobre la existencia, en la búsqueda
hay que vivir? interior, en la meditación sobre la vida. El lugar en
LA TESIS Mira en tu interior: hallards la fuente del bien, donde se habita y el papel en la sociedad no tienen
siempre dispuesta a brotar si sabes cavar en tu interior. importancia alguna. El filósofo puede ser empera~
Esta máxima encierra el núcleo fundamental del doro esclavo (como lo fue Epicteto); lo esencial es
pensamiento de Marco Aurelio: la filosofía consiste su capacidad de buscar en sí mismo.
filosofía es introspección; esto ¡Oh, sí! ¡En ningún lugar más que en su propia alma podrá
es, meditacíón interior. retirarse un hombre con mayor tranquilidad y de la manera
más sencilla! Sobre todo aquel que guarde en su interior cosas
tan preciadas, que sólo con mirarlas se obtenga paz para el co-
670
ESTOICOS
Nunca obres contrariamente a tu voluntad. Tampoco actúes Que fa norma del obrar se
sin proponerte como meta un bien común sin la necesaria pon- en valores éticos universales.
deración o, en lugar de eso, con duda o incertidumbre.
Igualmente, las palabras rebuscadas en exceso no ornarán En fa vida cotidiana hay que
tu pensamiento, ni lo harán el exceso de discursos o de ocu- mesurado.
paciones.
Además, que el dios que habita en tu interior sea tutor de un El individuo no tiene valor en-s(;<::¡;i
hombre viril, venerable durante años, consciente de su rectitud sino como parte del incesante f!Uiff:í
innata, romano, emperador y dispuesto a ocupar su puesto. racional del mundo. · ·-
Así, aquel que oiga sonar el clarín que lo llama a abandonar La serena aceptación de ta
la vida, estará preparado para abandonarla.
671
PLOTINO
Plotino
204-270
as últimas palabras que Plotino, aquejado
L de una grave enfermedad de la garganta,
pudo musitar en su lecho de muerte, consti-
tuyen una perfecta síntesis de su entera doc-
trina: Buscad siempre que la divinidad que hay
en vosotros se reúna con la divinidad que hay
en el universo. Evidentemente, el rigor moral,
la profundidad teológica y el ansia religiosa de
este filósofo llamado pagano, no tienen nada
que envidiar al Cristianismo, que de hecho se
valió de sus doctrinas reconociendo el valor
de la fuerza ascética de este gran pensador de
la Antigúedad.
Plotino nació en Licópolis (Egipto), y estudió
filosofía en la escuela neoplatónica de
Ammonio Saccas, en Alejandría. Para conocer
con más profundidad las filosofías orientales,
a la edad de treinta y nueve años siguió a las
tropas romanas en una expedición a Persia. Al
igual que el filósofo Pirrón (véase 44), tuvo
ocasión de conocer las doctrinas de los maes-
tros indios, de los que quedó profundamente 'Í1tanica representación conocida de Plotino.
impresionado. Finalmente se estableció en
Roma, donde fundó su propia escuela y al-
canzó rápidamente gran celebridad. Sus lecciones eran seguidas por auténticas mu-
chedumbres e incluso por el emperador Galieno y su esposa Solanina. Beneficiándose
del apoyo de importantes políticos, Plotino fundó una nueva ciudad en Campania.
Se trataba de una comunidad libre, gobernada por filósofos según los principios de
la República de Platón. El proyecto de Platonópolis, sin embargo, fracasó a causa de
las conjuras urdidas por los cortesanos de palaci9. Plotino falleció poco después, a la
edad de sesenta y seis años.
;¡j 672
PLOTINO
La transcendencia
del Uno 50
EL PROBLEMA ¿Cómo debe ser pensado Dios? ¿Qué dad tan diversa a la nuestra que debemos excluir
podemos afirmar de la divinidad? cualquier posibilidad de comprensión. De Dios só-
LA TESIS En franca polémica con el Cristianismo, lo se puede decir que es Uno, ya que la multiplici-
Plotino subraya enérgicamente el carácter de abso- dad parece ser una peculiaridad exclusiva del mun-
luta trascendencia que debe atribuirse a Dios. do terrenal. La elevadísima espiritualidad que brota
Ninguna cualidad humana puede asumirse como de estas páginas de Plotino, así como la clara afir-
característica de la divinidad, ni siquiera las posi- mación de la unicidad de Dios, representan el vér-
tivas como el amor o la justicia. Dios es una reali- tice extremo del pensamiento pagano antiguo.
• Sucede que antes de la multiplicidad existía el Uno, del La realidad es múltiple, pero no
que deriva lo múltiple, ya que, en toda serie numérica, la uni- caótica. Es preciso, pues,
dad ocupa el primer lugar. En realidad, todos enseñan así el presuponer un principio unitario dél
caso de la serie numérica, ya que los números sucesivos tam- que todo derive.
bién están compuestos por la unidad. Pero en el caso de la se-
rie de los seres reales, ¿qué necesidad hay de que también aquí
exista una especie de unidad de la que surja la multiplicidad?
Es decir: sin la existencia del Uno, la multiplicidad nacería de
cada unidad existente, componiéndose cada una de ellas de
cualquier manera, sin orden y al azar.
¿Alguno creerá que el Uno mismo constituya, a un mismo El Uno es la suma de todos los
tiempo, la totalidad de los seres vivos? Ahora bien: o ese Uno seres.
es índividualmente cada una de las unicidades que conforman
la totalidad, o bien será esa misma totalidad.
Si ese Uno está constituído por la reunión de todos los se- El Uno no puede ser
res, el Uno será posterior a todos los seres. Pero si el Uno es contemporáneo a los seres,
anterior a todos los seres, significa que todos los seres serán
diferentes a Él, como Él será también distinto a todos los se-
res. Y si contemporáneamente existen tanto Él como los seres,
no habrá un principio. Sucede, en cambio, que Él es el prin-
cipio que existe con antelación a todos los seres, con la finali-
dad de que, después de Él, pueda también existir la totalidad
de los seres.
Si, por el contrario, Él fuese cada uno de los seres que confor- / El Uno precede a todos los seres y ·
man la totalidad, uno cualesquiera de esos seres será entonces no coincide con ninguno de ellos..
idéntico a otro cualesquiera ser. Y así, en esa totalidad de conjunto
no habría diferenciación de género alguna. Así pues, el Uno no
es uno más entre todos los seres, sino que los precede a todos.
¿Qué es el Uno? Es la potencia de todos los seres. Si esta po- El Uno es el todo potencial.
tencia no existiera, no existiría ni la totalidad de los seres ni el
intelecto (vida primera y absoluta). Pero lo que está por en-
cima de la vida es la causa de la vida, ya que no es la actividad
de la vida (es decir, la totalidad de los seres vivos) lo que se da
en primer lugar, sino que en realidad es como si esa totalidad
brotase de una fuente.
673
~. t...l. . . . . . P. ...L...º.T....IN......º.................l.i. - - - - - - - - - - - -
¡¡¡¡t<!·•···m.. etáfora del Uno como fuente Piensa en una fuente que no tenga otro principio que ella
~,, __ perenne... misma, pero que ofrezca al hombre rfos manados de ella mis-
ma sin que esos ríos la agosten. Al contrario, persevera en su
manar con tranquilidad, Piensa en los ríos nacidos de esa fuen-
te: supón que, antes de alejarse de ella y diferenciarse entre
sí, fluyen juntos durante un tramo pero sabiendo cada uno
de ellos, por así decirlo, hacia dónde fluirá su corriente.
... y como raíz del árbol. O piensa, en cambio, en un árbol gigantesco: su vida lo in-
vade todo, mientras que su principio permanece inmóvil y no
se dispersa en el todo. Al contrario, se afianza con solidez, por
así decirlo, en sus propias raíces. De este modo, ese principio
proporciona vida al árbol en toda su multiplicidad; el árbol, sin
embargo, permanece inmóvil en sí mismo porque ya no es múl-
tiple, sino principio de múltiples formas de vida ..
j['ilho es la trascendencia absoluta, \ Es bien cierto que Él no e_s ninguno de estos seres de los que
lflnconmensurable respecto a todas Y es principio; sin emb~rgo, El es de un modo tal que nada pue-
las categorías humanas, incluida la de decirse acerca de El (ni de su ser, ni de su esencía, ni de su
del sec vida), y ello nos indica precisamente que su ser está por enci-
ma de todas estas cosas. Si fueses capaz ele aprehenderlo des-
pués de haberle desprovisto incluso del ser, te verías envuelto
por un prodigioso estupor.
Uno no puede entenderse por Lánzate entonces a Él: lo hallarás reposado en su morada y
medio de la razón. serás capaz de entender su sentido si lo percibes usando tu in-
tuición y si, dejando a un lado las cosas posteriores a Él y que
a Él deben su existencia, abarcas su grandeza con la mirada.
TRASCENDENCIA
Literalmente, movimiento que lleva más allá; esto es, superar cualquier
cosa que se pueda tomar como referencia. Indica la condición de un
ente (casi siempre Dios) externo y por encima del mundo, irreducible
a la condición humana. El énfasis en la idea de trascendencia sugiere la
inconmensurabilidad entre el mundo divino y el humano. Es decir, la
absoluta incapacidad humana para entender y definir la naturaleza de
Dios. La noción contraria es la inmanencia.
EMANACIÓN
Doctrina filosófica de origen oriental. fue introducida en Europa por
Plotino como respuesta al problema de la creación del mundo. Este na•
cimiento se describe como un proceso de irradiación mediante el cual
la multiplicidad surge del Uno. Es decir: de Dios, que permanece uno e
inmutable, surgen sucesivos grados de realidad, cada uno de ellos ema-
nado del inmediatamente precedente. El emanantismo presupone una
jerarquía de los seres que depende de su lejanía respecto a Dios, lo que
se traduce en una progresiva pérdida de perfección. Cada estado par-
ticular del proceso de emanación recibe el nombre de hipóstasis.
a 674
PLOTINO
• El Uno es todas las cosas y, al mismo tiempo, ninguna de El Uno (Dios) no es la simple sum~;:i
ellas, Quiero decir que es el principio de todo, pero no es todas de todas fas cosas. . <jJ
las cosas de cualquier modo, sino que es todo de manera tras-
cendente. En el cielo, de hecho, todas las cosas deben encon-
trarse como después de una carrera. O, mejor aún, las cosas no
se hallan todavía en el Uno, sino que se hallarán en ÉL
¿Cómo es posible entonces que todas las cosas deriven de la el problema radica en cómo la J~j
simplicidad del Uno, mientras que en una identidad pura no multiplicidad del mundo deriva ..::;i,
puede haber nunca ninguna variedad, ningún pliegue l de la unidad de Dios,
Ahora bien: precisamente porque nunca existió nada en El mund~ surge (brota) de Dios Pº_ P_,_@
Él, precisamente por eso afirmo que todo debe brotar de ÉL emanaoon. ~-ii!
Antes bien: a fin de que el ser sea, por eso afirmo que Él no es
el ser, sino tan sólo el padre del sec Y esta que yo denomino
paternidad es primordiaL
Me explicaré: ya que en su perfección no busca nada, nada La emanación es el proceso por ~L]
posee ni nada precisa. Él derrama, por asi decirlo, y su exu- que una realidad florece de otrapQ!j
berancia da origen a una realidad nueva. Pero el ser genera- superabundancia (así como el calor
do de este modo vuelve inmediatamente a Él, que queda lle- emana del fuegoJ
no. Y, al nacer, se observa a sí mismo y se hace Espíritu.
Seamos más precisos: el Se r se crdea de su estrecha orienta- ( El Ser, el Espíritu y el Alma, surgen :1
ción hacia el Uno; 1a contemp1ación e sí mismo crea e1 Espíritu \ por emanación del Uno, z¡
del ser, Ahora bien, dado que, para contemplarse, el Espíritu
debe estar orientado también hacia sí mismo, Él se convierte
en Espíritu y Ser a un mismo tiempo.
Así pues, el Ser es un segundo Él, y por eso sus creaciones, / Del Uno, inmutable y eterno,
emanadas al exterior de su fuerza exuberante, son tan pare- surgen realidades en orden
cidas a ÉL Además, esta imagen del Ser equivale a la de Aquel jerárquico descendente,
que emanó antes del Ser. Y esta fuerza activa que brota del Ser
es el Alma, que se convertirá en lo que es, mientras que el
Espíritu permanece inmóvil. Esto es así porque el Espíritu bro-
ta mientras Lo que existía antes que él continúa inmóvil.
El Alma, sin embargo, no permanece inmóvil en su creación. Al / El Alma, la última de las hipóstasis,")
contrario, cuando el Alma genera su imagen ya posee movimien- puede volver al Uno o alejarse dectfl
to. Y mientras atiende al cielo en el que nació, se llena de Espíritu; hasta caer en lo material,
pero si avanza en una dirección opuesta (imagen de sí misma),
genera la sensibilidad; y en las plantas, la potencia vegetativa,
675 f
PLOTINO
Existe una continuidad entre los Nada, por otra parte, está separado, nada está aislado de aque-
niveles de emanación que baña el llo que le precede. Siguiendo esta idea, podría decirse que el
mundo natural. alma humana está más adelantada que las plantas. Se adelan-
ta a ellas, entendámonos, en el de sentido de que la potencia
vegetativa presente en las plantas pertenece al Alma. Bien cier-
to es que el Alma humana no está presente por completo en las
plantas, sino que está en ellas en tanto que ha obrado de ta]
modo que, en su proceso y en su necesidad, ha conseguido
crear de lo peor un nuevo ser en los niveles inferiores.
Escogiendo la via del retomo a Por último, también su parte superior (aquella que pende del
Dios, el Alma (el hombre) recorre espíritu) deja que el Espíritu que hay en ella_ esté reposado y
en sentido inverso el camino de las quieto. Todas ~stas gradacion~s son y no_ son EL Son El porque
emanaciones. provienen de El, pero no son El porque El no ha hecho otra co-
sa que dar. El es como un lento río de vida que no deja de pro-
longarse. Cada uno de sus tramos es un distinto que, en su con-
junto, forma un todo compacto en sí mismo. Y si cada cosa que
surge es por sus características perennemente nueva, ello no
causa que lo viejo se pierda en lo nuevo.
676
PLOTINO
La ·belleza es siempre
elevación del alma 52
EL PROBLEMA ¿Cómo debemos considerar el mun- material de las artes, tiene el poder de reproducir con
do material en el que vivimos? El arte y el amor por sonidos el principio mismo de la armonía. A través
la belleza, ¿pueden considerarse instrumentos de de la creación y del disfrute del arte, así como vi-
elevación espiritual? viendo las experiencias del amor y de la filosofía, el
LA TESIS El arte posee la capacidad de expresar las alma pone en marcha un proceso de purificación y
ideas de manera concreta. En ellas, el esplendor de emprende el camino de regreso a la divinidad. Esto
lo inteligible pasa a lo sensible. La música, la más in- también puede verse en Platón (véase 33 y 34).
¿Hay algo que preceda a estas cosas hermosas? He aquí el ob- La naturaleza de la belleza es objeto¡
jeto ele nuestra demostración. Ahora bien, ¿cuál es, en pro- de búsqueda.
piedad, la causa de que algunos cuerpos nos resulten hermo-
sos? ¿Qué hace que determinados sonidos sean reconocidos
por el oído como bellos? ¿Por qué todas aquellas realidades es-
trechamente vinculadas al alma son siempre de gran belleza?
El principio de la belleza, ¿es único e idéntico para todas las
cosas o, contrariamente, la belleza corporal es una y la de las
cosas otra? Y si fuesen dos, ¿cuáles serían? Y sí una sola, ¿cuál?
En efecto, algunas cosas, como los cuerpos, son hermosas Algunas cosas, como la virtud, son··.·
pero no por causa del propio sujeto, sino que por participa- intrínsecamente belfas. Otras, como
ción. Otras cosas, en cambio, son la belleza por sí mismas, co- el cuerpo, pueden no serlo.
mo sucede con la naturaleza de la virtud. ¿Y los cuerpos? ¿No
veis cómo los mismos cuerpos resultan a veces hermosos y a
veces no? Es como afirmar que ser cuerpo es una cosa, mien-
tras que ser hermoso es en cambio algo muy distinto. Entonces,
¿cuál es este principio presente en los cuerpos? He ahí el pri-
mer objetivo de nuestra investigación sobre el tema.
¿Qué es, en realidad, lo que atrae hacia sí la mirada del es- . Fascinación y seducción constituyen ·
pectador, atrapándole en el encanto de la visión? Si descubri- \ el mínimo grado de la atracción
mos ese principio, quizá seamos capaces de alcanzar otras estética.
visiones hermosas. Volvamos, pues, al principio, y determi-
nemos ante todo en qué radica la hermosura de los cuerpos.
Ella es algo que se capta intuitivamente y que el alma ex- Consideramos bello lo que es
presa casi entendiéndola. Y reconociéndola, la acoge y, por así armónico; es decir, fo que es
decirlo, se recuesta junto a ella. Y si en cambio se cubre de fe- conforme a la espiritualidad
aldad, el alma la rechaza, la niega y se distancia, ya que no se humana.
siente en armonía. con ella, sino ajena, Pero nosotros conside-
ramos que el alma, siendo por naturaleza lo que es y provi-
r--1. . . . . . PL_o_TI-No
__ .,¡¡¡,1---------
niendo como proviene de la esencia superior en el orden de los
seres, si columbra algo congenial a ella o, al menos, algún ras-
tro de tal afinidad, se alegra por ello. Golpeada por el miedo,
se refugia en sí misma y sólo sale movida por el recuerdo de
sí misma y de aquello que le pertenece.
estructura fa materia de Así pues, en primer lugar la idea coordina las distintas par'
unitaria, otorgándole tes que formarán el objeto futuro, agrupándolas en una uni-
belleza. dad. Después reduce ese objeto a un todo coherente. Finalmente,
crea la unidad mediante la correspondencia. Desde que la idea
es una, también el objeto formado por ella deberá ser uno (lo
será, entiéndase, en el límite de sus posibilidades). Y así la
belleza residirá en ese objeto reducido a una unidad, y lo ha-
rá en cada una de sus partes y en su conjunto. Pero cuando la
idea se apodera de un objeto que ya es uno por sí mismo y
cuyas partes son todas similares, la belleza se vierte, por así de-
cirlo, en su entera totalidad.
supone participar de lo Un ejemplo: imaginad una naturaleza que, con el mismo pro-
divino. cedimiento que sigue el arte, otorgue belleza a las cosas. En un
principio la otorga a un entero edificio, p~rte por parte; a con-
tinuación la otorga a una única piedra. Este es, en verdad, el
modo en que un cuerpo se hace hermoso: gracias a la comu-
nión con una forma racional de origen divino.
~?\/La materia se hace significante Pero ¿cómo puede lo corpóreo ponerse de acuerdo con lo
flj;L¿,_estructurándose en un sentido que es superior al cuerpo? Pues bien, ¿podrías decirme cómo
espiritual. juzga el arquitecto la belleza de una casa después de haber con-
mensurado la forma externa de la casa a su forma íntima? La
razón reside en el hecho de que, retiradas las piedras, sólo hay
de externo la propia forma interna. Sometida, es cierto, en la
masa material exterior, pero existente e indivisible aunque re-
conocida en la multiplicidad.
'fii{:Ef iuicio de la belleza nace de la Ahora bien, en cuanto la intuición sensible descubre la idea
fd:f'J:.:_,:_correspondenoa interior con el en los cuerpos, sintetiza la multiplicidad corpórea y la reduce
objeto. a una indivisibilidad interna. Es decir: la entona, la adapta Y
conforma a su forma más íntima. Así, la marca de la virtud que
aflora en el rostro de un joven resulta siempre del agrado del
hombre virtuoso: precisamente porque está de acuerdo con su
auténtica virtud, que es aquella interior.
] 678
Jdi
}f
_,...,.......,..,.....,.......,...,..,..,........,....,....., ,l PLOTINO f
1/1
....,l1........................................~~ ~
La belleza del color es co,sa bien sencilla. Existe en virtud de Apreciamos los _colores, la luz Ylll1:
una forma y se debe a la acertada presencia de la luz (realidad fuego. Son fenomenos naturaléil'"
incorpórea, razón, idea) sobre la oscuridad de la materia. Por en los que la materia tiende a la
ello, el fuego es en sí mismo más hermoso que ningún otro incorporeidad.
cuerpo: porque, comparado con los demás elementos, ocupa
prácticamente el lugar de la idea. Es, en efecto, sublime por su
posición: situado casi en los límites de la naturaleza incorpó-
rea, es el más sutil de todos. No acoge en sí las otras cosas,
mientras que muchas otras cosas lo acogen. De hecho, muchas
cosas se calientan al contacto con el fuego> mientras que el fue-
go no se enfría nunca.
Además, el color del fuego es natural, mientras que las otras El fuego es la cosa del mu,odo<''
cosas reciben de él la forma del color, que brilla y refulge co- natural más parecida al
mo si fuese una idea. Pero aquello que por falta de vigor de- pensamiento.
bilita su luz ya no es bello, puesto que no participa entera-
mente de la idea de color.
En cuanto a los sonidos, existen armonías que resultan mu- La música expresa relaciones
das para los sentidos pero que, sin embargo, son fuente de ar- armónicas inmateriales.
monías manifiestas. De este modo consienten que el alma dis-
frute de la inteligencia de la belleza, en tanto que revelan lo
que es idéntico en lo diverso. De ello se deduce que es pro-
pio de las armonías sensibles el ser medidas por una ley de la
armonía, en una relación que no es genérica pero sí dócil a la
creación ideal y al tema dominante.
Y baste, por ahora, con todo lo que se ha dicho sobre las Además de la belleza sensible,
cosas bellas en el ámbito de lo sensible. Cosas bellas que, existe una belleza espiritual.
por cierto, son imágenes (o más bien sombras furtivas, por
así decirlo) que penetran en la materia para adornarla. Y
cuando se revelan ante nosotros, nos llenan de encanto.
Existe, sin embargo, una belleza trascendente que la sensa-
ción no ha tenido la suerte de alcanzar, pero que el alma, pe-
se a carecer de órganos de los sentidos, ve y juzga. Y noso-
tros, dejando atrás la sensación, debemos ascender para su
contemplación.
Pero así como no habríamos podido expresar con palabras Sólo un espíritu que ya sea bello.!"¿¡¡¡
la belleza que se ofrece a nuestros sentidos sin haberla visto capaz de apreciar la belleza de laMI
en alguna ocasión y sin haberla poseído como tal (como su- cosas espirituales. ~·,
cede a los ciegos de nacimiento), tampoco podemos hablar de
la belleza de las costumbres sin haberla hecho nuestra pri-
mero, junto a la belleza de las ciencias y de otros valores si-
milares. Tampoco hablamos del esplendor de la virtud, des-
conocido para quien no sea capaz de imaginar cuán hermoso
es el rostro de la justicia y de la templanza. ¡No son tan her-
mosas ni Venus ni la estrella del alba!
Aquellos cuya alma está fijada a tales entidades son por fuer- La belleza espiritual también püéf/é;Fi
za videntes; videntes que gozan de un estupor más grande del suscitar pasión y enamoramienfQ,J}iJ
que experimentaron al contemplar la belleza física, porque han
conseguido alcanzar la prueba de la verdad. De ahí los senti-
mientos que, por fuerza, surgen para el cortejo de lo bello: es-
tupor, sacudida sutil, anhelo, amor y deliciosa agitación.
679 ¡¡.
PLOTINO
La capacidad de aprehender la Ahora bien, también las realidades invisibles pueden inspi-
belleza varia en los individuos. rar sentimientos tales. De hecho, las almas los viven, y me atre-
vo a decir que todas, aunque más aquellas que son por natu-
raleza más amorosas. Así sucede también respecto a la belleza
física. Todos tienen ojos para verla, eso es cierto, pero no to-
dos sienten del mismo modo su puñalada. La advierte más que
nadie quien puede llamarse amante.
¡Ji alma se eleva amando la belleza El alma purificada se convierte en idea y razón, se hace to-
tespiritual, y se hace ella misma aún talmente incorpórea e intelectual, y Dios, fuente de la belleza
más hermosa. y de todos los demás valores espirituales, la posee por com-
pleto. Por eso, el alma que asciende a la esfera del Espíritu se
hace más bella. Y, además, el Espíritu y las cosas que de él sur-
gen constituyen la belleza propia, doméstica y para nada ex-
traña o ajena al alma, pues sólo entonces es real y exclusiva-
mente alma.
li E/ camino de la belleza conduce al Es justo decir, por lo tanto, que lo bueno y hermoso del al-
L.,.. bíen. ma consiste en asemejarse a Dios, puesto que de Él derivan
la belleza y todo lo que de decoroso existe en la realidad. La
fealdad, que desde su origen es un mal, es naturaleza total-
mente distinta a esta realidad. De manera que podemos afir-
mar que lo buena es bello, o que el bien y la belleza son una
misma cosa.
l 680
SAN AGUSTÍN
·san Agustín
e onecemos la vida de
Aurelio Agustín (354-430
d.C.) mucho mejor que la de
ningún otro pensador de la
Antigüedad. Sus Confesiones,
de hecho, y aunque no pue-
dan considerarse una auto-
biografía en el sentido actual
de la expresión (lo que intere-
sa al autor no es su historia co-
mo individuo, sino como
hombre que busca a Dios), son
aún un texto único, una ven-
tana abierta a los pensamien-
tos más profundos, a los re-
cuerdos, a los remordimientos
y a las meditaciones de un
hombre del medioevo. Nacido
en Tagaste (el actual Túnez), San Agustín retratado por Botticelli (s. XIV). La mano derecha
tras finalizar sus estudios clá- posada sobre el corazón alude al valor de la fe; la esfera armi-
sicos fue profesor de retórica lar y los textos de geometría aluden a su firme intención de re-
en Cartago primero, en Roma cuperar para el Cristianismo todo lo positivo que produjo la cien-
después y, por último, en cia pagana.
Milán. Allí conoció al obispo
Ambrosio, quien tuvo un papel fundamental en su abandono del maniqueísmo, cau-
sa a la que san Agustín fue fiel durante nueve años. Su lenta conversión al catolicis-
mo tuvo lugar gracias a sucesivas conquistas intelectuales favorecidas por la cons-
tante y fecunda presencia de s~ madre Mónica. En 387 abandonó su cátedra de retórica
y dejó Milán para regresar a Africa, donde se entregó tanto a la reflexión religiosa y
teológica como a la persecución herética (especialmente contra el pelagianismo, he-
rejía que defendía una concepción optimista de la naturaleza humana, a la que con-
sideraba capaz de obrar el bien gracias a sus únicas fuerzas). No es fácil poner de ma-
nifiesto la importancia de san Agustín en la historia del cristianismo. Sin lugar a dudas
el más importante de los Padres de la Iglesia, supo asentar la nueva religión sobre las
bases del antiguo neoplatonismo. Por haber sabido recuperar sistemáticamente to-
do lo salvable del antiguo pensamiento filosófico, san Agustín constituye en la his-
toria un puente insustituible entre el mundo antiguo y la civilización cristiana.
San Agustín escribió más de trescientas obras. Las más importantes son: La Trinidad,
obra maestra teológico-filosófica (399-419); Contra los Maniqueos (388); Confesiones
(397); Sobre el bautizo contra los Donatistas ( 401); Sobre la gesta de Pelagio ( 417);
La gracia de Cristo y el pecado original (418); La ciudad de Dios (413-427).
681 f
~ - ; _ ,_ _s_A,..N_A_G_u_s...T...Í_N_ _ _
,
53 La creación y el misterio
del tiempo
EL PROBLEMA ¿Cómo conciliar la eternidad de Dios do en el tiempo, entonces se hace más difícil con-
con la finitud temporal del mundo? Si Dios es eter- cebir correctamente la perfección divina. Ésta, en
no, ¿no sería lógico que también el mundo lo fuese? efecto, habría dividido la misma creación en fases
De otro modo, ¿qué hacía Dios antes de crear el mun- temporales muy precisas; es decir, en un antes y un
do? ¿Es factible pensar un Dios ocioso e inactivo? después. La respuesta de san Agustín es clara: Dios
LA TESIS Estas preguntas planteadas por los filóso- eterno, está fuera del tiempo. Al crear el mundo, creÓ
fos paganos son menos capciosas de lo que a prime- también el tiempo; sin su creación, el tiempo nunM
ra vista parecen, ya que su respuesta implicaba una ca habría existido.
aclaración del concepto de creación criticado por el Los textos que se citan a continuación pertenecen a
neoplatonismo (véase 51). Si Dios ha creado el mun- su obra Confesiones.
!J:y;f{ltes de crear el mundo, Dios no • He aquí mi respuesta a quien se pregunta qué hacía Dios
!íil'cf!acía nada.
De hecho, si hubiese antes de crear el cielo y la tierra. Mi respuesta no será como
hecho algo, habría creado el la de aquel que, según se dice, eludió graciosamente la difi-
mundo. cultad de la cuestión diciendo: «Dios preparaba el infierno pa-
ra aquellos que quieran indagar cuestiones demasiado profun-
das». Una cosa es comprender, otra bromear. No seré yo quien
responda de ese modo. Yo afirmo que tú, oh nuestro Dios, eres
el creador de toda criatura. Y si por el nombre de cielo y por el
nombre de tierra se entiende toda criatura, yo me atrevo a afir-
mar que, antes de crear el cielo y la tierra, Dios no hacía na-
da. Y si, de hecho, estaba haciendo algo, ¿qué otra cosa podía
hacer, más que crear una criatura?
t:fi!;Relac,onar las noCJones de Dios y -, ¿ Cómo podían transcurrir siglos y siglos, si tú que eres el au-
l@.é tiempo lleva a contradicciones "7 tor de todos los siglos no los habías creado todavía? ¿Podían
insolubles. acaso existir tiempos no creados por ti? ¿Y cómo podían trans-
currir los tiempos si nunca habían existido? Siendo tú el creador
de todos los tiempos, de existir un tiempo anterior a la crea-
ción del cielo y ele la tierra, ¿cómo podemos afirmar que per-
manecías inactivo?
fJ?mpo y creación coinc!den. Son, Tú creaste el tiempo, y el tiempo no podía transcurrir antes de
~';.-,:,_____ pues, la misma cosa. que tú lo crearas. Y si el tiempo no es anterior al cielo y a la tie-
rra, ¿por qué hay quien se pregunta qué hacías? Si no existía el
tiempo, no existía el entonces. Tampoco precedes los tiempos
con el tiempo; de otro modo, no precederías todos los tiempos.
fllitOS vive en una dimensión distinta: \ Tú, sin embargo, precedes cada paso con la grandeza de la
í!f'; la eternidad. :í' omnipotente eternidad, y trasciendes todo futuro porque es fu-
turo, y una vez arribe, el futuro se convertirá en pasado. Tú, en
cambio, siempre eres el mismo y tu tiempo de vida nunca se
reducirá. Tus años ni van ni vienen; los nuestros, en cambio,
van y vienen para que todos puedan llegar. Todos tus años son
estables y permanecen inmóviles en un punto; los que se van
no son atrapados por los que llegan, porque no pasan. Los nues-
tros, en cambio, habrán terminado ele llegar cuando no lleguen
más. Tus años son una sola jornada, y tu jornada no es cada jor-
nada, sino la jamada porque tu hoy no da paso al mañana y no
se convierte en ayer. Tu hoy es la eternidad.
·~ 682
,, w
.1 SAN AGUSTÍN 1
...1.1............................................. f~
Por eso, has creado coeterno a ti a quien decías: Yo te he crea- la eternidad y el tiempo son
do hoy. Tú has creado todos' los tiempos y tú eres anterior a to- inconmensurables.
dos los tiempos, y nunca existió un tiempo sin tiempo. Así pues,
tú no hacías nada en ningún tiempo, ya que el tiempo es cre-
ación tuya. Y no hay tiempo alguno coeterno a ti, porque tú
pennaneces y si el tiempo permaneciese, ya no sería tiempo.
Así pues, ¿qué es el tiempo? ¿Quién será capaz de explicar- Empleamos. la noción de tiempo ~1.(j¡I
lo de manera breve y sencilla? ¿Quién podrá aferrar con el pen- saber de/mirla. ..:.:si
samiento semejante noción, hasta el punto de proporcionar una
palabra exacta? Y, sin embargo, ¿qué idea hay más clara y fa-
miliar que la del tiempo en nuestros discursos? Cuando ha-
blamos de ella o escuchamos a otros hacerlo, la comprendemos
con facilidad. ¿Qué es el tiempo? Si nadie me Jo pregunta, lo
sé. Si quiero explicárselo a quien me lo pregunta, no lo sé.
Pese a todo, puedo afirmar con seguridad que si nada ocu- ~./ Sólo parece existir el presente... •})
rriese, no existiría el pasado. Si nada estuviese por llegar, no
existiría el futuro. Si nada existiese, no existiría el presente.
Ahora bien: ¿cómo pueden existir estos dos tiempos, pasa- ... aunque la existencia del prese~r~,
do y futuro, si el pasado ya no está y el futuro aún no ha lle- se revela como un «no ser» (paSa'r,'~
gado? Si el presente fuese siempre presente y no se convirtie- desaparecer).
ra en pasado, ya no existiría el tiempo, pero sí la eternidad.
¿Cómo podemos decir que exista el presente si, en tanto que
es tiempo y que transcurre en el pasado, la causa de su ser es
el dejar de ser? Es decir, que no es posible decir que el tiem-
po realmente exista, puesto que tiende hacia el no existir.
Hablamos de tiempo largo y tiempo breve, y sólo en relación Sólo pasado y futuro poseen
al pasado y al futuro. Llamamos largo al pasado que tuvo ini- medida.
cio, por ejemplo, hace cien años; y también consideramos lar-
go el futuro que llegará dentro de cien años. Pero breve es el
pasado de hace diez días y el futuro que llegará en diez jorna-
das. Mas, ¿cómo puede ser largo o breve lo que no existe?
El pasado ya no está, y el futuro todavía no ha llegado. No ¿Cómo puede ser largo aquello··· q.·.".·.[~.;]
digamos, pues, que el pasado es largo, sino que fue largo; y di- ya no existe o que no existe . ->~
gamos del futuro que será largo. Señor mío, mi luz, en esto tu todavía? · ...
verdad se burlará del hombre. ¿ Cuándo fue largo ese pasa-
do? ¿Fue largo cuando era pasado o cuando todavía era pre-
sente? Tenía la posibilidad de ser largo sólo cuando existía lo
que podía ser largo. Ahora, en cambio, el pasado ya no existe,
y por ello no tiene la menor posibilidad de ser largo. No diga-
mos, pues, que aquel tiempo pasado fue largo, pues no volve-
remos a encontrar ni siquiera aquel tiempo que haya sido lar-
go, ya que el tiempo pasado no existe.
Sin embargo, oh Señor, distinguimos los intervalos de tiem- { El tiempo sólo puede ser medidq,~ijJ
po, 1os comparamos y 1os estimamos como más 1argos 1os unos, \. el presente. ...:.lá
más breves en cambio los otros. También medimos en cuánto
es aquel tiempo más largo que el otro o en cuánto más breve,
y respondemos que éste es el doble o el triple, aquél la mitad o
igual. Nosotros, sin embargo, medimos el tiempo en el preciso
instante en que transcurre, y lo medimos percibiéndolo.
683 íi
SAN AGUSTÍN
t Pero hay pruebas (la memoria y la ¿Quién podría medir un pasado que ya no existe o un futu-
, profecía) de que tanto el pasado ro que todavía no ha llegado, a menos que osara afirmar lapo-
como el presente deben existir. sibilidad ele medir lo que no existe? Por ello el tiempo sólo se
puede medir y percibir en el momento en que transcurre. Luego,
cuando ya ha pasado, no se puede medir porque ya no está,,,
:El pasado sólo existe en el presente ¿Quién podrá negar la existencia de tres tiempos, tal y como
' y en forma de memoria. hemos aprendido en la escuela siendo niños y como enseña-
mos a los niños? Éstos son pasado, presente y futuro. ¿Y quién
negará que sólo existe el presente y que los otros dos no es-
tán ya? ¿O quizá también existen, pero cuando el tiempo fu-
turo se convierte en presente, procede del misterio y al miste-
rio regresa cuando deja de ser presente y se convierte en pasado?
¿Dónde vieron el futuro los profetas, si el futuro todavía no
existía? No se puede, de hecho, ver aquello que no está, Y aque-
llos que cuentan el pasado no harían honor a la verdad si no lo
estuviesen viendo en sus propias mentes, ya que si no existie-
ra, no sería posible verlo, Así pues, también el futuro y el pa-
sado existen.
Y también el futuro existe, pero Si el futuro y el pasado existen, quiero saber dónde están, Y
sólo en el presente y como mientras no sepa dónde están, sí sabré al menos con seguridad
anticipación. que estén donde estén, no estarán como futuro y pasado, sino
como presente. Porque aunque exista el futuro, no es toda-
vía; y aunque exista el pasado, ya no es. Así pues, doquiera es-
tén y sean lo que sean, no serán si no son presente. Cuando se
narran acontecimientos pasados que sucedieron realmente, no
se traen a la memoria los acontecimientos propiamente suce-
didos, sino aquellos conceptos que, sugeridos por sus imáge-
nes y tamizados a través de los sentidos, se imprimieron como
huellas en el alma. Mi infancia, que ya no existe, pertenece a
un pasado inexistente. Pero cuando evoco lances de mi in-
fancia y los narro, lo hago desde el presente, porque mi in-
fancia sigue viva en mi memoria.
La predicción del futuro -la Confieso, oh Dios mío, no saber si la causa por la que se pre-
profecía- se basa en la dice el futuro es análoga, de manera que puedan preverse las
interpretación de señales presentes. imágenes de cosas que todavía no existen. Sé ciertamente que
nosotros solemos premeditar nuestras acciones futuras y que,
mientras la premeditación existe, la acción premeditada no exis-
te todavía porque aün es futura. Luego, cuando iniciemos la
acción premeditada, entonces dicha acción dejará de ser fu-
tura y se hará presente. De cualquier modo actúe esta miste-
riosa precisión del futuro, es bien cierto que no es posible ver
nada sino lo que es presente. Lo que es no es futuro, sino pre-
sente.
l 684
SAN AGUSTÍN
Me hablas de un ejemple tomado entre tantos. Veo la auro- Un ejemplo de predicción humaha:?j
ra, pronostico la salida del Sol. Lo que veo es presente; lo que mañana saldrá el Sol. .. :]
pronostico es futuro. No es futuro el Sol, que ya existe, pero
sí su salida, que todavía no se ha producido. Pero no podré
pronosticar su salida si mi ánimo no la imagina primero corno
ahora que estoy hablando de ella. Pero ni la salida del Sol es
esa aurora que percibo en el cielo, aunque lo preceda, ni la ima-
gen que tengo en mi ánimo. Percibo los dos hechos como pre-
sentes para poder preanunciar la futura salida del Sol. El fu-
turo, pues, no existe todavía, y si todavía no existe, no es. Si
no es, no puede verse en absoluto. Pero se puede predecir,
en cambio, en base al presente que ya existe y que se ve.
Y tú, oh Rey de tu creación, ¿de qué manera revelas el futu- Los caminos de la predicción divina;;
ro a las almas? Tú lo has revelado a tus profetas. ¿De qué ma- son inescrutables. ·
nera muestras lo que está por suceder? ¿ Cómo, tú a quien na-
da es futuro? Aquello que no es no puede, en efecto, ser
enseñado. Mi inteligencia está demasiado alejada de eso: co-
mo me supera, no llego. Sólo podré alcanzarlo gracias a tu ayu-
da y cuando tú me lo concedas. Oh dulce luz de mis ojos in-
teriores.
Ni el futuro ni el presente existen: eso ya quedó bien claro. La solución agustiniana: toda
Y, en propiedad, tampoco puede decirse que los tiempos sean percepción humana radica en
tres: pasado, presente y futuro. Quizá sería mejor decir que los la experiencia del presente.
tiempos son el presente del pasado, el presente del presente
y el presente del futuro. Y esos tiempos están en el alma y no
los veo en ninguna otra parte. El presente del pasado es la me-
moria; el presente del presente es la intuición; el presente del
futuro es la espera.
CREACIÓN
Si bien el primer libro del Antiguo Testamento, el Génesis, explica
con abundancia de detalles cómo creó Dios el mundo, fue san Agustín
quien proporcionó al pensamiento cristiano la primera definición filo-
sóficamente correcta del concepto de creación, además de afrontar las
delicadas consecuencias que dicho concepto implicaba. Dos son las
cuestiones que se sitúan en el centro de la reflexión teológica: 1) ¿la
creación debe ser entendida desde la nada o bien, como supusieron
los antiguos filósofos griegos, es necesario aceptar el principio lógico
de que nada nace de la nada, y admitir así que Dios se limitó a dar for-
ma a una materia preexistente y eterna? 2) Si Dios creó el mundo por
medio de un acto libre, ¿cómo pudo permitir la existencia del mal? Es
éste el problema de la responsabilidad de Dios respecto a su criatura.
Un problema que Plotino y los neoplatónicos quisieron resolver desa-
rrollando la hipótesis de que el nacimiento del mundo se produjo no
por un acto de decisión voluntaria de Dios, sino a través de un proce-
so de emanación, automático y exento de responsabilidad.
685 l
r--..1. . l ...........sA""N""""A""G""U'"'S""T""Í""N............1.r............................_,...,........,.,..._,,.....,_
'i;!f,i{el problema: si Dios existe y es •Así concebía tu creación: finita y ebria de tu infinidad. Decía:
!'ibúeno, ¿cuál es el origen del mal? he aquí Dios, y he aquí ahora sus criaturas. Dios es bueno y
enormemente superior a ellas. En tanto que bueno, creó cosas
buenas, y así las llena y rodea de bondad. Entonces, ¿dónde es-
tá el mal? ¿De dónde y por dónde ha penetrado aquí aden-
tro? ¿Cuáles son sus raíces? ¿Cuál su semilla?
¡/gi;~e[r_u_ede hipotizar la inexistencia ¿O en realidad no existe? Y siendo así, ¿por qué temer entonces
!!!!i.de/. mal. Pero el temor al mal no algo que no existe? Si lo tememos sin razón alguna, entonces ese
admite dudas. temor es un mal que atormenta en vano nuestro corazón. Y será
un mal aún más grave en tanto que nada hay que temer, y, sin em-
bargo, tememos. Entonces, o existe un mal objeto de nuestro te-
mor, o ese mal es nuestro propio temor. Pero ¿de dónde provie-
ne el mal si Dios, que es bueno, ha creado todas estas cosas buenas?
IW/ífsegunda hipótesis considera el Ciertamente, Él es el bien mayor, el Bien sumo, y las cosas que
liiii±'L .. mal como imperfección de la hizo son menos buenas. A pesar de todo, tanto el creador como
materia. las criaturas son buenos. ¿De dónde viene, pues, el mal? ¿Quizá
venga de su propio origen, porque en la materia existía el mal y al
darle Dios orden y forma, no mutó algunas de sus partes en bien?
l~fipótesis choca con el principio Y esto, ¿por qué? ¿Acaso el Omnipotente se vio incapaz de con-
E,,. .de la omnipotenoa de Dios. vertir esa materia y transformarla por completo, de modo que no
quedase ni rastro del mal? ¿Por qué quiso conservar alguna par-
te y no empleó toda su omnipotencia para eliminarlo completa-
mente? ¿O quizá podía la materia existir en contra de su volun-
tad? O si la materia era eterna, ¿por qué la dejó subsistir en ese
estado y durante tanto tiempo, durante los infinitos siglos trans-
curridos, y después de tanto tiempo decidió cambiarla?
lifNéi'es posible exphi:ar el mal como Y si se sintió acometido por el deseo repentino de actuar, ¿por
m!lááimperfección divina cualquiera. qué no utili~ó su omnipotencia para destruir la materia que-
dando sólo El, íntegramente real, sumo e infinito? Y si no era
correcto que siendo bueno no construyese algo bueno, ¿no ha-
bría debido eliminar y destruir la materia mala, estableciendo
desde un principio una materia buena de la que crearlo todo?
¿Cuál era su omnipotencia si no podía crear ningún bien sin
la ayuda de una materia no creada por Él? Estos pensamientos
se mezclaban en mi pobre corazón apesadumbrado por los tor-
mentos más punzantes, fruto del temor a la muerte y de no ha-
ber descubierto todavía la verdad.
íl 686
- - - - - - - - - - -.....- ..
, -........
s ...
A.. N""A'"'G
...
· _u_s_T..,ÍN............. 1¡
TIEMPO CÍCLICO/LINEAL -
Las culturas arcaicas y el mundo grecorromano poseían una idea del
tiempo basada en el concepto de lo cíclico. Posiblemente, la consta-
tación de una regularidad temporal en el movimiento de los astros y la
constancia de los ritmos biológicos llevó a los pensadores a conferir,
por extensión, una análoga estructura cíclica al tiempo considerado en
su conjunto. Así como las estaciones son siempre las mismas, nada su-
cede en el mundo que no haya sucedido en otras ocasiones. La se-
gunda gran concepción del tiempo, elaborada por la cultura hebrea y
transmitida al cristianismo hasta asentarse de manera definitiva en la
cultura europea, es la lineal y progresiva. Según ésta, el tiempo tuvo
un inicio (con la creación del mundo), tendrá un final (con el juicio uni-
versal) y su desarrollo es la historia: es decir, un desarrollo rectilíneo de
hechos irreversibles e irrepetibles.
MAL
La existencia y la naturaleza del mal constituyen los problemas fun-
damentales de la teología. La tesis de san Agustín es que el mal no exis-
te, no pudiéndose definir esta noción salvo por vía negativa, como au-
sencia del bien. A la constatación de los terribles males que afligen al
mundo (muerte, sufrimiento, desastres), san Agustín responde que des-
de un punto de vista global, considerando el universo en su totali-
dad, estos fenómenos revelan la necesidad de su existencia pese a
ser tan dolorosos para el individuo que los experimenta.
PECADO
La única formal de mal existente en la totalidad del universo es la mal-
dad humana, que se expresa en el pecado. Es decir, en el alejarse lavo-
luntad humana de la ley de Dios. En el hombre, la tendencia al peca-
do no es eventual sino esencial, y es la expresión de su íntima naturaleza
degenerada y culpable. Para salvarse, necesita de la ayuda de Dios.
k\-:
Ff_-j'.4'.;~p)i\~Wii.~--- .-1)--- ¡¿_Representación medieval del
t'- _:afOOt1fto1li tUudem:~~-"l)Ql'e;r
2L :®Jl,.t1Nruur dS cleifuw.t m)o '<(:.tiempo ciclico.
687 fil.
SAN AGUSTÍN
55 Un recuerdo de infancia: el
hurto de las peras
EL PROBLEMA ¿Dónde nace la tendenda humana a tendencia al pecado es innata y carente de motivo·
hacer el mal? ¿Por qué se realizan acciones malva- casi siempre se hace el mal por el mero placer d¡
das sin utilidad ni objetivo? hacerlo, sin más objeto que el placer de la trasgre-
LA TESIS El recuerdo autobiográfico de un peque- sión. Dicho de otro modo: por su propia naturale-
ño huno cometido durante la adolescencia ofrece za, el hombre se siente atraído por el mal, y sólo la
a san Agustín la ocasión de realizar una investi- ayuda ele Dios puede salvar el alma humana de la
gación psicológica sobre la maldad del hombre. La perdición.
El hurlo ~asgrede tanto la ley • Tu ley, Señor, condena claramente el hurto; una ley que
divina como fa humana. está escrita en los corazones humanos y que ni la maldad mis-
ma puede destruir. Pues, ¿qué ladrón hay que soporte a otro la-
drón? Ni siquiera un ladrón rico soporta al que roba movido
por la indigencia.
En ciertos casos, la trasgresión no Pues bien, yo quise robar y robé; y lo hice no por necesidad
, .• tiene objetivo. Se peca sólo por el o por penuria, sino por mero fastidio de lo bueno y por exce-
simple placer de peca, so de maldad. Porque robé cosas que tenía ya en abundancia y
otras que no eran mejores que las que poseía. Y ni siquiera dis-
frutaba de las cosas robadas; lo que me interesaba era el hur-
to en sí 1 el pecado.
El hurto de las peras. Había en la vecindad de nuestra viña un peral cargado de fru-
tas que no eran apetecibles ni por su forma ni por su color.
Fuimos, pues, muchachos perversos, a sacudir el peral duran-
te la medianoche, ya que hasta esa tardía hora habíamos alar-
gado, según nuestra mala costumbre, los juegos. Nos llevamos
varias cargas grandes, pero no para comer las peras nosotros,
sino para echárselas a los puercos. Y si algunas peras proba-
mos, lo hicimos sólo por el gusto de hacer lo que nos estaba
prohibido.
El pecado lleva a la negación de ¿Qué fue, pues, miserable de mí, lo que en ti amé, hurto mío,
todo vato, delito mio nocturno, en aquel decimosexto año de mi vida? No
eras hermoso, pues eras un hurto. Pero, ¿eres acaso algo real,
para que yo ahora hable contigo? Bonitas eran aquellas frutas
que robamos, pues eran criaturas tuyas, ¡oh, tú, creador de to-
das ellas, sumo Bien y verdadero Bien! Hermosas eran, pero no
• 688
SAN AGUSTÍN
De estos modos peca el alma cuando se aparta de ti y bus- El hombre puede evitar el pee_ª_.d·g·¡¡¡i¡·J!'·
ca fuera de ti la pureza y el candor que sólo volviendo a ti pue- sólo con la ayuda de Dios. 1Jííl
de encontrar.
689 J.
.¡DIONISIO Y SAN ANSELMO
Teólogos medievales:
Dionis10 y san Anselmo
PSEUDO-DIONISIO
EL AREOPAGITA
Aún hoy, apenas tenemos noticia
del denominado Dionisio el
Areopagita, autor de una Jerarquía
celeste. La brevedad (apenas unas
pocas páginas) de este tratado con-
trasta con su enorme éxito editorial
(incluso durante la Edad Media) y
con su gran influencia en el pensa-
miento místico y ascético. Al igual
que otros aparecidos en la época de
Carlomagno, el tratado fue atribui-
do al Dionisio antiguo, quien, tras
convertirse en el Areópago gracias
a los discursos pronunciados por
san Pablo, fue obispo de Atenas y
aproximó la oscura Europa de en-
tonces a la luz del pensamiento grie-
go. Esta prestigiosa atribución, jus-
tificada por el fuerte pathos místico
de la obra, se debió en gran medi-
da al hecho de ser una obra anóni-
ma. Sin embargo, los humanistas
del Renacimiento validaron dicha Mateo escribe el Evangelio inspirado por un ángel. En la
atribución autorial demostrando en Edad Media, las obras del Pseudo-Dionisia se elevaron ca-
e! desconocido autor una evidente si al mismo nivel que las Sagradas Escrituras.
influencia de Proclo, filósofo grie-
go discípulo de Plotino (412-
485 d.C.). Al Pseudo-Dionisio se le atribuyen 10 cartas y 4 tratados:Jerarquía celes-
te, Jerarquía eclesiástica, Los nombres divinos y Teología mística.
{j] 690
~DIONISIO Y SAN ANSELMOi
Todo lo que
Dios no es 56
EL PROBLEMA ¿Qué podemos afirmar de Dios? Dios no puede ser definido como luz si no afirmamos
LA TESIS El pensamiento filosófico de Dionisio apa- primero que también es oscuridad. No se le puede lla-
rece como puente entre el cristianismo y las tenden- mar amor porque su lejanía respecto al hombre le im-
cias místicas y ascéticas de la última filosofía pagana pide conocer el mundo. Dios, el Uno, es inefable; es
representada por el neoplatonismo de Plotino (véase decir, absolutamente trascendente e inconmensura-
50). Retomando las tesis de Plotino, Dionisia for- ble, ajeno a cualquier criterio humano. La teología que
mula el principio básico del misticismo cristiano-me- en ello se fundamenta debe por fuerza ser negativa.
dieval: sólo es posible hablar de Dios por la vía de la Dios es oscuridad y silencio y no se le puede descri-
negación; es decir, determinando aquello que Dios no bir utilizando adjetivos humanos, ni siquiera los po-
es. Caen de este modo todos los falsos atributos que sitivos como, por ejemplo, amor o justicia. Los textos
la devoción popular atribuye a la divinidad. Así pues, propuestos han sido extraídos de la Teología mística.
• Cuanto más nos elevamos hacia el cielo, más se contraen \. Pocas son las palabras que
las palabras por la visión en conjunto de lo inteligible. . describen conceptos abstractos.
Así, penetrando en la oscura niebla que flota sobre la inteli- f,·.. Nmguna palabra puede descnbi(~;]
gencia, encontraremos no la brevedad de las palabras, sino la DIOS. '·"'"
ausencia absoluta de palabras y de pensamientos.
A medida que descendemos ele lo sublime a lo ínfimo, nues- l La lengua humana está orientada,i)J
tro discurso se amplía hasta adquirir una extensión propor- ' \_. hacia un mundo concreto. Cuaqef~
cional; pero a medida que ascendemos de las cosas inferiores el espíritu se eleva a lo divino, el
hacia las que se hallan encima de todo, el discurso se abre- lenguaje se vuelve inútil.
via. Y cuando concluimos nuestra ascensión, se vuelve por
completo mudo para unirse totalmente a Él, que es inefable.
Decimos, pues, que la causa ele todas las cosas y que está por • Hablando de Dios, la_ lengua_ deb_e_.J_•_:_r¡
encima de todas las cosas no carece ni de sustancia, ni de vi- (z proceder por negaoon, pudiendo•:{
da, ni de razón ni de inteligencia. Además, no es ni un cuer- únicamente afirmar aquella que -"'"
po ni una figura ni una forma, y no tiene ni cantidad ni cali- Dios no es.
dad ni peso, ni ocupa un lugar. Ni ve ni posee un tacto sensible.
Al no participar de las pasiones materiales, ni siente ni cae
en la sensibilidad ni conoce desórdenes ni perturbaciones.
Tampoco es débil, y no está sujeta a los errores de la sensibi-
lidad. No tiene necesidad de luz, no sufre mutación o corrup-
ción o división o privación o disminución alguna. No es nin-
guna ele las cosas sensibles ni posee ninguna de ellas.
Así pues, y continuando la ascensión, decimos que no es /' Dios está fuera de la comprensión ',l
ni alma ni inteligencia. Que no posee ni imaginación u opi- \" humana. Atnbuir a la divinidad JJ
nión o razón o pensamiento. No es ni palabra ni idea, no se cualidades humanas significa
puede expresar ni pensar. No es número, orden, grandeza, pe- disminuir fa trascendencia.
queñez, igualdad, desigualdad, similitud o diversidad. No es-
tá quieto ni se mueve; tampoco reposa. No tiene potencia ni
es potencia. No es luz, no vive ni es vida. No es sustancia, ni
eternidad ni tiempo. No es objeto ele contacto intelectual, no
es ciencia, no es verdad ni realeza ni sabiduría. No es uno,
no es unidad, no es divinidad ni bondad. No es espíritu como
nosotros podemos entenderlo, ni filiación ni paternidad.
691 [
1
.,......,.,..._,,_..ÁlmoNrsro Y SAN ANSÉLMOÍ"
1@]1p9co puede pensarse que Dios No es nada de todo lo que nosotros o cualesquiera otro ser
~:_,-conozca el mundo humano. conozca, y no es ninguna de las cosas que no son ni ninguna de
las cosas que son. Ni los seres la conocen en lo que ella misma
es, ni ella conoce a los seres en el modo en que éstos existen.
ÉXTASIS
Última etapa del recorrido místico,
consiste en la superación y negación
de cualquier búsqueda racional de
Dios (búsqueda que a menudo cons-
tituye el objetivo de las primeras eta-
pas del mismo recorrido). Para alcan-
zar el endiosamiento (es decir, la total
identificación con Dios), el místico de-
be superar todas las determinaciones
conceptuales hasta realizar una total
comunión con lo divino, incluso de ti-
po emotivo, pasional e irracional. Para
San Anselmo de AoS~ superar los niveles de la razón, debe
obispo de Canterbur,j( por fuerza salir de si mismo.
57 La prueba ontológica de la
existencia de Dios
EL PROBLEMA La existencia de Dios, ¿puede ser pro- fuerza existir realmente. En conclusión, la definición
bada mediante un razonamiento lógico? de Dios como aquello que nada supera en grandeza
LA TESIS La argumentación de san Anselmo consis- (definición de la que ningún ateo podrá disentir) im-
te en una reflexión sobre la idea de perfección. plica su existenda. El ateo lo es únicamente porque
Supongamos la existencia de dos tipos de perfección: es estulto e insípido (en latín, insipiens significa sin
una que existe realmente, otra que la mente imagi- sal; se sobreentiende que sin sal en la cabeza, lo que
na. Cualquiera concluiría que la primera perfección significa sin inteligencia), y utiliza las palabras sólo
es mayor que la segunda, puesto que a esta última le en su significado más superficial. El texto propuesto
falta una característica fundamental: la existencia. ha sido extraído del Pmslogion. Para la crítica de Kant
Pero si Dios es el ser más peifecto, entonces debe por a los argumentos de san Anselmo, véase 140.
692
lmoNfüo v SAN A N S E L M O ~
Pero acaso no exista tal naturaleza, puesto que el corazón ~ Incluso un ateo debe aceptar esa·
del lerdo dice: Dios no existe. Sin lugar a dudas, cuando el mis- ,:.· definición racional. ,_:,:-5
mo lerdo escucha mis palabras (Dios es la mayor perfección
que se pueda pensar) entiende lo que escucha y lo recibe en
su intelecto, pese a que no sea capaz de entender que Dios exis-
ta. Pues una cosa es que algo llegue al intelecto, y otra cosa es
entender que ese algo exista.
Cuando un pintor piensa en lo que está a punto de pintar, Las cosas pueden existir o en elW
lo tiene en su intelecto pero no es capaz de entender que lo pensamiento o en la realidad, . : .
que todaVÍa no ha pintado exista. En cambio, una vez ha ter-
minado su pintura, lo que ha pintado reside ya en el intelec-
to y entiende que exista.
Así pues, incluso el lerdo está convencido de que exista, al Ciertamente, la perfección diviif?D
menos en el intelecto, la más perfecta cosa pensable posible. pensable. el problema radica.m
De hecho, cuando escucha esto lo entiende, y ese entenderlo establecer si también es real.
supone que lo entendido está en el intelecto. Ahora bien, ese
algo de lo que nada más perfecto puede pensarse, no puede
existir sólo en el intelecto.
En efecto, si sólo existiese en el intelecto, podríamos pensar La perfección divina debe serr{i!¡fill
que existiera también en la realidad, y esta segunda existencia de otro modo no seria la mayorimll
sería mayor que la primera. En consecuencia, si ese algo de lo las perfecciones. Seria otra,
que nada más perfecto puede pensarse existe sólo en el inte- pensable y real y superior a aquélla.
lecto, debemos concluir que ese algo respecto al que nada más
perfecto se puede pensar y aquello de lo que se puede pensar
algo más perfecto, son necesariamente una única e idéntica
cosa. Lo que, sin embargo, es inadmisible.
Así pues, sin duda existe algo de lo que nada más perfecto ¡,· la perfección total es, por
pueda pensarse, sea en el intelecto, sea en la realidad. No pue- •{ definicíón, existente.
de pensarse que Dios no exista. Aquello cuya inexistencia pue-
da pensarse, no es Dios.
Él existe de un modo tan veraz, que no puede ni siquiera ~.i. . Dios ~o puede ser pensado COílJ:~•
pensarse que no exista. De hecho, es imposible pensar que 1v"~ no existente. .. .JII
exista algo de lo que pueda pensarse su no existencia. Ese al-
go sería más perfecto que aquello de lo que pueda pensarse
que no exista.
Dios es lo único que no puede Así eres tú, Señor y Dios mío: eres tal, que en absoluto se pue-
pensarse como inexistente. de pensar que no existas. Si una mente pudiera pensar en cual-
quier cosa más perfecta que tú, entonces esa criatura sería su-
perior al Creador y lo juzgaría, lo que es del todo absurdo. De
hecho, se puede pensar que cualquier cosa fuera de ti y que no
seas tú no existe.
No hay nada más real que Dios. Sólo tú existes del modo más auténtico y veraz, y entre to-
dos posees el ser en su máxima expresión, ya que cualquiera
otra cosa existente no existe de manera tan auténtica y veraz
como tú, por lo que tiene menos ser que tú.
'la existencia de Dios sólo puede ser Pero entonces, ¿por qué el corazón del lerdo le dice: Dios no
' negada dejando de pensar en lo existe, cuando es tan evidente para cualquiera que posea una
que las palabras significan mente capaz de razonar que tú existes más que ninguna otra
cosa? Pues, precisamente, porque es lerdo e insípido. Pero
veamos cómo el insípido ha podido llegar a creer algo que no
puede ni siquiera pensarse.
i'Cada negación de Dios consiste en Una cosa puede ser pensada de dos maneras: o cuando se
1 un juego de palabras. piensa la palabra que la significa, o cuando se piensa en la mis-
ma cosa que es significada. Ahora bien, atendiendo a la pala-
bra, puede pensarse que Dios no existe, pero atendiendo a la
cosa, no és posible.
['Objeción: el ateo piensa realmente De cualquier modo, ¿cómo puede el corazón del insípido de-
L, que Dios no existe. cir algo que no puede siquiera ser pensado, si decir desde el co-
razón y pensar son la misma cosa? Si es cierto que lo dice des-
de el corazón, será cierto que también lo pensó. Y si no pudo
pensarlo, entonces no será verdad que lo dijera desde suco-
razón.
El equivoco sólo es posible Sin embargo, no existe un único modo de pensar. Un modo
deteniéndonos en la superficie es aquel consistente en pensar una cosa pensando sólo la pa-
de los conceptos y de las palabras, labra que la indica. Otro es aquel por el que se entiende lo que
sin entender su significado. la misma cosa es. En el primer modo se puede pensar que Dios
no existe; en el segundo, en cambio, es imposible hacerlo.
Sise prescinde de su significado, las . En efecto, nadie capaz de entender lo que son el fuego y el
L,_, palabras pueden utilizarse de / agua, podrá pensar que el fuego sea en realidad agua. En cier-
cualquier manera. to modo sí podrá pensarlo, pero sólo de palabra. Igualmente,
nadie que entienda lo que es Dios podrá pensar que Dios no
exista, aunque pronuncie estas palabras en su corazón o como
palabras sin significado o según un significado del todo im-
propio.
fste argumento no se basa en la fe, De hecho, Dios es la mayor perfección pensable posible. Q\)ien
lL, sino únicamente en la razón. entiende esto de manera correcta, entenderá también que El es
de un modo tal que no es posible negar su existencia ni tan só-
lo con el pensamiento. Quien entiende cómo es Dios, no pue-
de pensar que no exista.
694
SANTO TOMÁS DE AQUINO
las ptincipales obras de santo Tomás de Aquino son: Cuestiones disputadas (Quaestiones
disputatae de veritate, 1259); Suma contra los gentiles (Summa contra Gentiles, 1269-
1273); Suma teológica (Summa Theologiae), incompleta a la muerte de su autor.
695 1
¡ISANTO TOMAS DE AQUINOI
58 Dios no diferencia
entre fe y razón
EL PROBLEMA ¿Qué relación debe existir entre la te- do contrario implicaría suponer que Dios habría
ología y la filosofía? mentido deliberadamente al ser humano dotándo-
LA TESIS La filosofia es la puerta a la teología: am- le de una capacidad, la razón, en apariencia formi-
bas son disciplinas diferenciadas, pero comparten la dable y verídica, pero que en realidad es falaz y con-
misma escala jerárquica. La filosofía puede consi- trasta con el resto de la creación. Pero Dios no puede
derarse como una teología natural, sometida y sub- ser malvado hasta tal punto con sus criaturas. El tex-
ordinada a la teología de la revelación. Pensar en mo- to propuesto pertenece a la Suma contra los gentiles.
■€('.ncipios lógicos son intuitivos. Pues los principios presentes naturalmente en la razón son
tan ciertos, que resulta imposible creer en su falsedad.
~íos no puede haber dotado al Además, las ideas que el maestro suscita en el alma de su dis-
ffl'mbre de falsos principios lógicos. cípulo contienen la doctrina del primero, siempre que aquél no
recurra a la ficción, pues serta un delito atribuir a Dios falsedades.
mente humana, creada por Por eso, todo lo que se opone a estos principios se opone
puede conocer la verdad. también a la sabiduría divina, y en consecuencia no puede
venir de Dios. Aquello que se tiene por fe, aquello que pro-
viene de la revelación divina, nunca podrá estar en contradic-
ción con las nociones de nuestro conocimiento natural. Además,
las razones contrarias atan nuestro
intelecto hasta el punto de impe-
dimos conocer la verdad. Por ello,
si Dios nos infundiese conoci-
mientos opuestos, impediría que
nuestro intelecto alcanzase el co-
nocimiento de la verdad. Y eso no
puede pensarse de Dios.
TOMISMO
Sistema filosófico y teológico de santo
Tomás. Se convirtió en parte integrante
de la doctrina de la Iglesia. Su principio
básico es que razón y fe trabajan juntas,
aun existiendo diferencias entre ambas.
..,.d¡:r;,,_ Así, la razón puede 1) demostrar algu-
, ''-AYriba, caricatura frontal de nas verdades de la fe, como por ejem-
santo Tomás. A la derecha, el plo la existencia y la unicidad de Dios; 2)
santo en su trono. Su explicar los misterios de la fe a través de
hieratismo refleja la solid~z dtf} imágenes, metáforas y similitudes; 3) res-
su pensamiento:27 ponder a las objeciones de los ateos.
1lsANTO TOMÁS DE AQUINol'. - - ,
1 1 1
Dos de ·las cinco pruebas
de la existencia de Dios 59
EL PROBLEMA ¿Es posible probar la existencia de Dios? rísticas de la realidad presuponen un ente fundador.
[A TESIS A diferencia de las aportadas por san Anselmo Respectivamente: 1) un Motor Inmóvil; 2) una Causa
(véase 57), las pruebas aportadas por santo Tomás ape- Incausada; 3) un Ser absolutamente necesario; 4) un
lan a la experiencia, que no a la lógica. Su punto de par- Ser petlecto; 5) una Inteligencia ordenadora. Cada uno
tida es siempre un elemento tomado del mundo real: de estos temas retoma argumentos clásicos de la físiH
1) el movimiento; 2) la sucesión de causa y efecto; 3) ca aristotélica (véase 40). Por último, santo Tomás em-
la contingencia; 4) los distintos grados de perfección; plea tecnicismos del filósofo griego, confiando en la ca-
5) el finalismo. Todas las vías se desarrollan siguien- pacidad persuasora de su método en unos tiempos
do un recorrido similar, demostrando que las caracte- dominados por la filosofía aristotélica.
• La existencia de Dios puede probarse a través de cinco vías. r.'.~.• El movimiento se analiza en -~-
Ll primera es la más evidente de todas, y es la que se infiere del 't términos fuertemente metafüi '.
movimiento. Que algunas de las cosas de este mundo se mueven como paso de la potencia al acto.
es algo cierto, y así consta a los sentidos. Pero todo lo que se mue-
ve lo hace por un impulso ajeno. Así, todo se mueve como po-
tencia hacia aquello a lo que se mueve, y todo mueve en tanto
que acto. El movimiento significa pasar de la potencia al acto.
Es necesario, pues, que lo que se mueve sea movido por otra í·.
cosa. Pero si lo que mueve se mueve a su vez, es necesario que ~;
sea movido por otra cosa, y ésta por otra. No es posible, sin em-
bargo, proceder de este modo hasta el infinito, porque en tal ca-
so no existiría un primer motor y, en consecuencia, no existiría
alguna cosa que moviese a otra, porque un segundo motor sólo
mueve si es movido por un primer motor, al igual que el bastón
sólo se mueve gracias al movimiento que la mano le imprime.
Así pues, es necesario alcanzar un primer motor que no sea ¿-. El primer motor es Dios.
movido por ningún otro. Y ese primer motor no es otro que Dios. ,\
La segunda vía es la que se infiere de la naturaleza de la causa J.,~.:. .· Cada efecto procede de una caq
eficiente. En las cosas sensibles encontramos un orden de las cau- , pero la regresión no puede s_eó.:la
sas eficientes, pero ni se encuentra ni es posible encontrar que infinita.
cualquier cosa sea causa eficiente de sí misma: en tal caso se pre-
cederla a sí misma, lo que es del todo punto imposible. Ni siquiera
es posible que en las causas eficientes se proceda hacia el infinito.
697 ~•.
SANTO TOMÁS DE AQUINO
causa primera que produce sin Pero si en las causas eficientes se tendiese al infinito, no exis-
ser producida es Dios. ) tiría una primera causa eficiente y, de este modo, no existiría
tampoco el efecto último ni las causas eficientes intermedias,
lo que es manifiestamente falso. Así pues, es necesario poner
una primera causa eficiente, que todos llamamos Dios.
] 698
ERASMO
Erasmo
1466-1536
1 flamenco Geert Geertsz, españoliza-
E do como Desiderio Erasmo de Rotter-
dam, fue uno de los más grandes huma-
nistas de su tiempo. Licenciado en teología
por la Universidad de Turín y ordenado sa-
cerdote, aunque pidió y obtuvo dispensa
papal de vestir hábitos y celebrar la misa.
Su crítica sarcástica a la Iglesia de su tiem-
po, perfectamente expresada en su Elogio
de la locura (su obra más conocida), anti-
cipó en media generación algunas de las te-
sis de Lutero. De hecho, no pocos de sus
contemporáneos le acusaron de haber pre-
parado el camino a la escisión protestante.
Sin embargo, y a pesar del público reque-
rimiento de Lutero para que se uniera a
la protesta antipapa!, Erasmo escogió no
tomar partido por ella. Aprobaba parcial-
mente las tesis revolucionarias luteranas,
pero prefirió asumir una posición de am-
bigua neutralidad que, a la postre, le gran-
jeó la oposición de católicos y protestan- /,',,
tes. Obligado a tomar partido en contra de Ertismo (Hans Holbein el Joven). El tema de
su voluntad, decidió refutar la doctrina lu- las flores, casi siempre presente en los retratos
terana en su Sul libero arbitrio. No dejó, pe- de Erasmo, alude a la pasión del filósofo
se a ello, de criticar la decadencia moral de humanista por la belleza de la naturaleza.
la Iglesia renacentista y, especialmente, de
la corte pontificia. Su traducción del griego al latín del Nuevo Testamento, así como
la edición crítica de los textos de los Padres de la Iglesia (sobre todo de san Agustín),
constituyen una importante etapa de la tradición cristiana.
Obras: Manual del soldado cristiano (1504); Elogio de la locura (1509); edición críti-
ca del Nuevo Testamento, traducido del griego al latín (1516); Sobre el libre albedrío
(1524).
699 L
,..,·•·¡¡.,]1 r
.....,..,....,E..,RA.....,S""M""O..,........,.....,...,,.............,........,.....,..,........,.....,..........,_
60 La locura de Cristo
y la de los cristianos
EL PROBLEMA ¿En qué consiste una vida auténtica- servación de los ritos; la segunda es la locura de los
mente cristiana? ¿Cuál es el confín entre la locura hombres de ciencia y de aventureros que desafían lo
patológica y la insensatez del conformista? desconocido por amor al conocimiento, y ésta es so-
LA TESIS La irracionalidad no es siempre negativa, bre todo la de los auténticos cristianos, que lo aban-
y las normas sociales no siempre son compatibles donan todo y, a veces, llegan incluso a ser capaces
con una vida auténticamente cristiana. Aunque la de contravenir las costumbres sociales para imitar
distinción es a menudo problemática, existen dos ti- la locura de la cruz. En un alarde de ironía, Erasmo
pos de locura: la primera es la de los ricos, la de llega a imaginar que la locura personificada despliega
los poderosos, la de los prelados hipócritas, la de y desarrolla el elogio de sí misma (Del Elogio de la
aquellos que reducen el cristianismo a la mera ob- locura).
puede presentarse con un • Los mortales suelen hablar de mí, y no ignoro la mala fa-
rostro alegre. ma que tengo, aun entre los más locos. Pero soy yo la única, sí,
la única que, con mi influencia, serena a hombres y dioses. y
prueba convincente de ello es que, apenas he llegado ante es-
ta numerosa audiencia, todos vuestros rostros se han ilumina-
do con nueva e insólita alegría. Habéis desarrugado el cefio,
habéis aplaudido con una sonrisa tan afable y encantadora que,
cuando contemplo a los aquí presentes, os veo tan borrachos
como los dioses homéricos. Y antes estabais sentados, tristes y
hundidos, como recién salidos de la cueva de Trofonio.
!t'IJ~ltcción de Cristo de encamarse El mismo Cristo, que encarna la sabiduría del Padre, acude
ÍIÍY•L..en un hombre podría llamarse en ayuda de la insensatez humana haciéndose necio al asu-
locura. mir la naturaleza del hombre y aparecer en forma humana: se
hizo pecado para redimirnos del pecado.
f[(jsto eligió la locura de la cruz y se Y no quiso redimirnos sino con la insensatez de la cruz y por
i:)§{: -rodeó de ((pobres de espíritu». medio de apóstoles idiotas y obtusos, a quienes predica la in-
sensatez, enseña a alejarse de la sabiduría, llama a imitar a los
nifios, a los lirios, a los granos de mostaza y a los pájaros (to-
das ellas cosas estúpidas y sin inteligencia, guiadas por el ins-
tinto y carentes de cuidado y de artificio).
·La ritualidad exasperada puede Mas para no extendernos hasta el infinito y para ofreceros el
llevar a una forma de locura. cuerpo de la idea, os diré que a mi parecer toda la religión cris-
tiana tiene cierto parentesco con la locura, y nada tiene que ver
con la sabiduría. ¿Queréis pruebas? Observad ante todo que
son los niños, los ancianos, las mujeres y los ignorantes qme-
ti 700
ERASMO
En segundo lugar, ved cómo todos los primeros fundadores la vida de los apóstoles también
de las religiones abrazaron una vida de extraordinaria sim- puede calificarse de locura.
plicidad, declarándose enemigos acérrimos de la cultura.
Finalmente, no hay locos más rematados que los poseídos Loca es una vida auténticamente
por el ardor de la piedad cristiana: podrás verles entregar to- cristiana.
dos sus bienes, olvidar las injurias, dejarse engañar, no dis-
tinguir entre amigos y enemigos, aborre~er los placeres, abun-
dar en ayunos, vigilias, lágrimas, sufrimientos e injurias;
despreciar la vida y ansiar la muerte. En una palabra: pare-
cen haber perdido toda traza de sentido común, como si su es-
píritu viviese en otra parte y no en el cuerpo. ¿Y qué es todo
eso, sino locura? No es cosa por la que maravillarse, pues los
mismos apóstoles parecían ebrios de mosto y Pablo fue con-
siderado como loco por el juez Festo.
Pero ya que me he vestido con la piel del león, considere- El deseo místico de renunciar al
mos lo siguiente: que toda la felicidad soñada de los cristia- cuerpo para vivir una espiritualidad
nos, esa que con tanto ahínco buscan, no es otra cosa que una pura puede llevar a la locura.
suerte de loca insensatez. Y que se me perdone la expresión;
atiéndase, mejor, a su sentido. En primer lugar, existe una coin-
cidencia entre cristianos y platónicos: que el alma humana es-
tá inmersa en el cuerpo y atada a él como por una cadena, y
que la misma pesadez del cuerpo la impide contemplar la ver-
dad y gozar de ella. Es por ello que Platón define la filosofía
como la contemplación preparatoria de la muerte, como aque-
lla que aleja la mente de las cosas visibles y corporales, como
hace la muerte.
Ahora bien: mientras el alma hace un uso correcto de los la locura patológica nace cuando la
órganos corporales, decimos que está cuerda. Pero cuando mente no está en sintonía con el
despedaza sus cadenas y empieza a conseguir su libertad ca- cuerpo.
si como si escapase de la cárcel, entonces la llamamos in-
sana y loca. Si esto es fruto de la enfermedad o de algún de-
fecto orgánico, todos se avienen en llamarla locura hermosa
y buena.
A pesar de ello, vemos cómo esos hombres predicen el Pero abandonando el cuerpo, la
porvenir, saben lenguas y cien- mente se vuelve capaz de
cias nunca aprendidas preceden- extraordinarias prestaciones.
temente y llevan la impronta de
lo divino. No hay duda de que
eso ocurre porque la mente, al
sentirse más libre del contacto
con el cuerpo, empieza a mostrar
su vigor natural. Creo que esto
explica por qué quienes se deba-
ten entre la vida y la muerte ex-
perimentan algo semejante, lle-
gando a hablar maravillas como
si estuviesen inspirados.
701 !
~I.:I;
,·-•-------------•1·"•)
rf¡/ijj"Muchas formas de misticismo
ERASMO •··-..............................................__
UJJ!enudo el sabio le parece loco al A estos les sucede en la realidad algo parecido a lo que, se-
¡fjÚgf)orante, como ya argumentó
1
gún nos dice el mito de Platón, sucedía a los prisioneros de la
Platón (véase 29). Otras veces es el cueva (quienes únicamente veían las sombras de las cosas).
ignorante quien parece loco a ojos Un hombre que consigue escapar de su encierro en la caver-
del sabio. na vuelve a ella y anuncia a sus compañeros que ha visto las
cosas verdaderas, y les advierte que están muy equivocados si
creen que en el mundo no existen más que míseras sombras.
Este hombre que posee la sabiduría se compadece ele todos sus
compañeros, deplora y lamenta su locura y se duele al verles
poseídos por una ilusión tan desmedida. A su vez, ellos se ríen
de él corno de un loco que desvaría y lo expulsan sin más de
la caverna.
ll¡fPiterios de juicio que funda_n la El común de los mortales actúa igual: siente admiración só-
e/lQ(IJlil (y que, por lo tanto, definen lo por las cosas corpóreas y cree que son las únicas que exis-
la locura) son variables. ten. Al contrario, los espíritus religiosos desprecian las cosas
cuanto más relativas al cuerpo sean, y se entregan a la con-
templación de las cosas invisibles.
Hay hombres orientados a lo Los hombres de mundo otorgan el primer puesto en impor-
otros a la espiritualidad. tancia a las riquezas, el segundo a los placeres corporales y el
tercero y último al alma; como no puede ser vista con los ojos,
muchos niegan su existencia. Los que son piadosos, por el con-
trario, tienden primeramente a Dios, el más simple de tod9s
los seres, y después al alma, que es lo que más se acerca a El.
Así, no piensan en el cuidado del cuerpo ni se aplican en él, y
desprecian el dinero de corazón como si fuese inmundicia. O
si se ven obligados a tratar estos asuntos, lo hacen de mala
gana y con desdén, teniendo como si no tuvieran y poseyendo
como quien no posee.
La mente humana es dúctil y ::) Pero entre estas dos categorías en que se dividen los seres
del estilo de vida del -x humanos existe una diferencia muy notable. Para empezar,
individuo. digamos que si bien todos los sentidos guardan una cierta
afinidad con el cuerpo, algunos de ellos son más materiales,
como por ejemplo el oído, la vista, el olfato y el gusto. Otros,
en cambio, están mucho más notablemente separados de la
materia, como son la memoria, la inteligencia y la voluntad.
De este modo, la fuerza del alma la defenderá constantemente
de sus tendencias.
t?c . Quien está orientado a la Lógicamente, si toda la fuerza del hombre piadoso se dirige
!i!füspiritualidad se vuelve torpe en la a todo aquello que se aleja de los sentidos materiales, éstos se
vida cotidiana... debilitan y entumecen. El vulgo, por el contrario, tiene las fa-
cultades espirituales muy escasamente desarrolladas, y mucho
en cambio los sentidos materiales. Ello explica lo que hemos
oído decir de algunos santos: que bebieron aceite tomándolo
por vino.
J 702
•ifi &
_ _ _...,......,..,.._.,.........,....,.....,. .Jffl_¡ ....,._,,.,.E.,.RA.,....S""M""'O....,..,.......,.¡¡f¡..¡{~
En cuanto a las pasiones, )as hay que presentan una mayor ... huye de las pasiones
relación con la materialidad del cuerpo: el amor carnal, la gu-
la, la ira, la soberbia y la envidia. El hombre piadoso desata
contra ellas una lucha sin cuartel, mientras que el vulgo no
concibe la vida sin ellas.
Vienen después los sentimientos medios y casi naturales, ... y rechaza incluso los v,/c,co<m
tales como el amor patrio, el afecto a los hijos, familiares y comunes y acreditados.
amigos, a los que el vulgo da mucha importancia, pero las
gentes piadosas tratan de desarraigarlos de su alma o, como
poco, los subliman en la esfera más elevada del espíritu. Así,
no aman a su padre en tanto que padre suyo (¿qué ha ge-
nerado sino el cuerpo, cuya generación también se debe a
Dios padre?), sino como a un hombre bondadoso en el que
se refleja la imagen de la inteligencia suprema, la única a
la que llaman sumo bien, y fuera de la que nada merece ni
amarse ni ser buscado.
Con esa misma regla miden los demás asuntos de la vi- Cada aspecto de la vida puedesrrg;¡
da, de manera que todo lo visible, aunque no debe des- interpretado por vía mundana 9Jt/i!
preciarse totalmente, sí debe ser valorado menos que lo in- espiritual.
visible.
Afirman también que en los sacramentos y en los ejerci- El ayun_o, por ejemplo, no debef~J
cios de piedad se reúnen cuerpo y espíritu. En el ayuno, por cons1st1r solo en pr1vaoones ,. . :.:~
ejemplo, no tiene demasiada importancia la abstención de car- corporales.
nes y de cenas, considerados por el vulgo como ayuno abso-
luto. Éste debe ir en cambio dirigido al dominio absoluto de
las pasiones, de modo que se reduzca el abandono a la ira y a
la soberbia y, así, el espíritu no sienta tanto el lastre de la ma-
teria y del cuerpo y pueda elevarse al goce de los bienes ce-
lestiales.
Lo mismo piensan del sacramento de la eucaristía. Por otra parte, una ritualidad
Sostienen que, si bien la exterioridad del rito no debe ser se hace hipócrita.
rechazada, éste no aprovecha y hasta puede resultar noci-
vo de no llegarse hasta el elemento espiritual que repre-
sentan los signos visibles. Se representa en ella la muerte
de Cristo, y los hombres deberían imitarla a través del do-
minio y la extinción de sus pasiones carnales, enterrándo-
las para resurgir a una vida nueva donde vivir unidos con
Dios y con todos sus hermanos. Así obra y a eso tiende el
hombre piadoso.
La masa, en cambio, piensa que el sacrificio de la misa no El místico obra una devaluación\f.i1~1A
consiste en otra cosa que en acercarse al altar, oír el rumor sistemática de lo mundano. Pociziill
de las voces y alzar los ojos para observar otras ceremonias se- eso, el hombre de mundo le tiene
mejantes. No sólo en estos ejemplos que traigo a colación si- por loco.
no en todo lo que es la vida, el hombre religioso rehuye de to-
das las cosas corporales de su vida y tiende hacia las eternas,
invisibles y espirituales. Y, lógicamente, como quiera que en-
tre los dos tipos de hombre existe un profundo desacuerdo pa-
ra todas las cosas, se tachan de locos mutuamente. Pero este
apelativo, a mi entender, cuadra mejor al hombre piadoso que
al vulgo.
703 íi
ERASMO
LIBRE ALBEDRÍO
El problema del libre albedrío y el de la graoa, estrechamente relacio-
nado, tuvieron una importancia fundamental en la polémica que dio vi-
da a la Reforma protestante. La cuestión es la siguiente: ¿tiene el hom-
bre realmente total libertad de acción? ¿O bien se ve de algún modo
condicionado hacia el bien o hacia el mal? Sin el libre albedrío, es difí-
cil admitir la responsabilidad ética. Con todo, pensar que sea el hom-
bre quien decida su suerte eterna a través de un correcto ejercicio de
esa libertad, parece limitar de algún modo la omnipotencia divina. y
por otra parte, admitiendo que el hombre esté por su constitución pre-
dispuesto únicamente al mal (y por lo tanto, que no goce de un albe-
drío realmente libre) se puede justificar la misma existencia de Dios y
nuestra necesidad de su ayuda.
GRACIA
El problema de la gracia, central en la polémica teológica entre refor-
mistas y católicos, se expresa del siguiente modo: ¿el hombre puede
salvarse por sí mismo simplemente observando el cumplimiento de los
diez mandamientos y acumulando buenas acciones, o bien la salvación
eterna es un don que Dios concede basándose en criterios totalmente
inescrutables para el hombre? La primera solución destaca la respon-
sabilidad humana; la segunda salvaguarda la noción de la omnipoten-
cia y libertad divinas. Algo que, al menos en el plano lógico, vendría a
estar limitada por la humana.
El rostro alegre de la locura.
LOCURA
Es difícil y acaso del todo imposible llegar a una definición filosófica-
mente adecuada de la locura, término que ha variado su significado a
lo largo de la historia del pensamiento. En efecto, definir la locura im-
plica determinar cuál es su concepto contrario; es decir, resolver el di-
fícil problema de indicar expresamente qué es la razón y la racionalidad.
En última instancia, el problema se ve complicado por la constatación
de que puedan existir puntos de contacto entre la locura y la razón,
cuando ésta se presenta en forma de genialidad, creatividad artística
o inspiración poética (véase 34).
61 La responsabilidad ética
presupone el libre albedrío
EL PROBLEMA ¿El hombre está éticamente predeter- por lo tanto debe ser capaz de ejercer su libertad con
minado, o bien su voluntad es totalmente libre de libre albedrío. Pero subraya con firmeza que el hom-
escoger entre el bien y el mal? ¿Tiene razón Lutero bre no puede salvarse actuando correctamente en su
al sostener la maldad natural del hombre? vida terrena; esto es, contando con sus propias fuer-
LA TESIS En Sobre el libre albedrío, de donde se to- zas y sin la ayuda divina. Admitir este principio su-
man los textos reproducidos, Erasmo toma posición pondría negar la propia necesidad ele Dios, redu-
sobre la controvertida cuestión teológica de la gra- ciendo su papel al de simple ejecutor de decisiones
cia, es decir, sobre las condiciones que posibilitan la tomadas por otros. En conclusión, la grada divina
salvación eterna del alma. Y lo hace enunciando una es la primera condición de la salvación; k1s segun-
tesis prudente y alejada de todo extremismo. Sostiene das, la libertad del hombre y sus obras meritorias.
Erasmo, en abierta polémica con Lutero, que si el En respuesta a estas tesis, Lutero escribió el polé-
hombre puede pecar debe ser moralmente libre y mico ensayo De'/ albedrío siervo (véase 63).
;j 704
ERASMO
• Quedémonos con la solución del medio: existen buenas El hombre no debe reivindicar cor[_;\
obras, aunque imperfectas, de las que el hombre puede va- orgullo sus buenas acciones, pero ,'/1
lerse sin caer en la soberbia; existe cierto mérito, pero es pre- tampoco describirse a sí mismo
ciso reconocer que la conquista de todo logro se debe a Dios.
Quien haciendo examen de conciencia sepa reconocer cuán-
tas debilidades, vicios y delitos hay en la vida de los mortales,
peor de cuanto es.
1
estará presto a renunciar a cualquier pretensión de arrogancia.
Pero por justo que sea hacerlo, no llegaremos a decir que el
hombre no es más que un cúmulo de pecados, puesto que
Cristo nos habla de un nuevo nacimiento y Pablo ele una nue-
va criatura.
l
Pero, ¿por qué guardar espacio al libre albedrío? Para poder
acusar justamente a las maldades que se ocultan voluntaria-
Sin el libre albedrío no existiría la
responsabilidad moral. !
mente de la gracia divina, para evitar a Dios toda calumniosa
acusación de crueldad o de injusticia, para alejar de nosotros
la desesperación o la presunción, para que todos nos empe-
l
'
ñemos en tenerlo.
Éstas son las razones que han llevado a los grandes autores De cualquier modo, la voluntad
a admitir la existencia del libre albedrío. Pero esa facultad se- humana no basta para alcanzar la
ría ineficaz de no contar con la ayuda incesante de 1a gracia de salvación.
Dios, lo que precisamente nos ahorra toda forma de orgullo.
Y me podríais preguntar, ¿cuáles la utilidad del libre albe- Sin el libre albedrío, el hombre
drío, si nada puede hacer por sí mismo? Y yo responderé con viviría determinado.
otra pregunta: ¿de qué serviría el hombre si Dios lo modela-
se como el alfarero la arcilla, o si Dios lo manejase como si
de una piedrecilla se tratara?
705
~..,..i.... ....,....,L
..U"'T""E""R"'O""'""'""""'"""""'~·
.. ...,......,....,......,..,.....,...,...,........,...,_
Lutero
1483-1546
1acontecimiento fundamental en
E la vida del monje agustino Martín
Lutero fue su viaje a Roma en 1511. La
escandalosa vida de la corte pontificia
y el desolador espectáculo de la venta
de indulgencias, cuyas ganancias ser-
vían para financiar la construcción de
la basílica de San Pedro, le convencie-
ron para iniciar una protesta que en po-
co tiempo estremeció a toda Europa.
Las 95 tesis que en 1517 clavó en la
puerta de su convento, en Wittenberg,
proponiéndolas como tema de discu-
sión para sus conciudadanos, aunque
partían de la cuestión concreta de la
venta de indulgencias, terminaban por
cuestionar la propia existencia de la
Iglesia, del clero y de los sacramentos
(con exclusión del bautismo y de la eu-
caristía, de segura base testamentaria).
Fue ésa la chispa que provocó un in-
cendio seguramente superior a las ex-
pectativas del propio monje agustino.
En pocos años, la ruptura con Roma
fue irreversible, y Lutero se convirtió
en el fundador de la nueva religión pro-
testante. También su vida cambió, por ~,~
supuesto: abandonados los hábitos, ca- Retrato de Martín Lutero, debido a Lucas Cranach
sado con una ex monja, obligado por el Viejo (1526). Tanto la Biblia como la posición de
el temor de ser perseguido a vivir casi la mano sobre el pecho aluden al valor de la fe.
prisionero en el castillo de Wartburg
bajo la protección del Elector ele Sa-
jonia, Lutero dedicó el resto ele su vida a definir nuevas doctrinas teológicas, a la pri-
mera traducción ele la Biblia al alemán y al desesperado intento por evitar que los desa-
cuerdos religiosos catalizaran la inconformidad política ele los campesinos, provocando
una guerra civil.
Obras: Comentario a la Epístola a los romanos (1515); Noventa y cinco tesis sobre las
indulgencias (1517); La cautividad de Babilonia (1520), La libertad del cristiano (1520),
Manifiesto a la nobleza cristiana de Alemania (1520); De servo arbitrio (1525).
-.~ 706
,..:..,i_ _,..LU""T""'E""R"'"0"'""'""'""'"......,11
Sólo-la fe conduce a la
salvación ( no las obras) 62
EL PROBLEMA Puesto que el hombre puede pecar, ¿aca- nas obras. Admitir una relación automática y obli-
so por ello ha de ser moralmente libre? ¿Está el hom- gada entre las acciones meritorias y la salvación eter-
bre de alguna manera predeterminado desde el pun- na del alma reduciría a Dios al papel de mero con-
to de vista ético, o es en cambio su voluntad totalmente table, a una especie de divino notario del bien y del
libre para elegir entre el bien y el mal? ¿Cuánto influ- mal. La omnipotencia de Dios implica, en cambio,
yen las buenas acciones en la salvación del alma? que ninguna de sus decisiones puede ser prevista o
LA TESIS El hombre es libre sólo cuando se abando- condicionada de ninguna manera, por lo que la vir-
na a la voluntad de Dios, cualquiera que ésta sea. tud principal del buen cristiano sigue siendo única-
Por supuesto, no puede creer que ganará el paraíso mente 1a fe, el total abandono a la inescrutable vo-
simplemente acumulando la mayor cantidad de bue- luntad de Dios. (De La líbertad del cristiano.)
• Para entender cabalmente qué es un cristiano y en qué con- Libertad y servidumbre coexisten ~~~
siste la libertad que Cristo ha ganado para él y le ha ofrecido, enun- la vida del cristiano. ,é;\~
ciaré dos proposiciones: 1) un cristiano es libre señor sobre to-
da cosa y no está subordinado a nadie; 2) un cristiano debe servir
en todo y está subordinado a todos y cada uno, Ambas proposi-
ciones están claramente expuestas en san Pablo: Yo soy del todo
libre y soy siervo de todos, Y también: No debéis tener ninguna deu-
da con nadie, sino la de amaros los unos a los otros. Pero el amor es
servicial y se subordina a aquel que ama, Así lo dijo también Cristo:
Dios ha enviado a su hijo, nacido de mujer y sometido a la ley
Para comprender estas dos afirmaciones contradictorias en- El hombre posee dos dimension~¡¡¡¡
tre sí, la de la libertad y la de la servidumbre, debemos pensar una espiritual y otra corporal, di
que todo cristiano posee una doble naturaleza, espiritual y cor-
poraL Por el alma se le llama hombre espiritual, nuevo, inte-
rior; por la carne y la sangre se le llama hombre corporal, vie-
jo y exterior. Justo por esta diferencia, la Sagrada Escritura habla
en los términos contrapuestos de la libertad y la servidumbre,
como acabo de decir.
. No saca ningún provdecho el alm a, pues , de que el dcuerpo <l Actos, obras y comportamientos'~
v1sta vestimentas sagra as como 1as que 11evan sacer otes y , no influyen en la espiritualidad,,''di:~
eclesiásticos, y de que éste se presente en las iglesias y en lu-
gares consagrados; ni de que éste se ocupe de las cosas sagra-
das; ni de que materialmente implore, ayune, emprenda pere-
grinaciones y realice buenas obras, que en cualquier época
podrían ser efectuadas por medio del cuerpo y en el cuerpo,
707 !,'
LUTERO
los actos y los comportamientos Ha de haber otra cosa que acarree y confiera al alma inte-
pueden ser hipócritas. gridad y libertad. Puesto que todas estas obras y comporta-
mientos puede asumirlos y ejercerlos incluso un malvado,
un hipócrita y un santurrón. Aún más: de ese tipo de con-
ducta no puede derivarse sino un pueblo de auténticos hi-
pócritas.
La inobservancia de los ritos no Al contrario, el alma no sufre ningún daño si el cuerpo lleva
afecta a la fe espiritual. vestiduras profanas, si recorre lugares que no están consagra-
dos, si come o si bebe, si no emprende peregrinaciones, si no
reza y si descuida todas las obras que emprenden los hipócri-
tas, a los que nos hemos referido antes.
Sólo la lectura del Evangelio es Ni en el cielo ni en la tierra tiene el alma otra cosa en la que
eficaz. vivir y ser justa, libre, cristiana, sino e? el Santo Evangelio, la
palabra de Dios predicada por Cristo. El mismo dice: Soy la vi-
da y la resurrección, quien cree en mí vive eternamente ..
Sólo la fe conduce a la salvación. Por eso, razonablemente, la única obra, la única ocupación
del cristiano, debería ser ésta: compenetrarse bien con la Palabra
y con Cristo, ejercitar y reforzar esa fe continuamente, ya que
ninguna otra obra puede hacernos cristianos.
Creer, y no actuar, es la verdadera Cristo dijo a los judíos que le preguntaban qué debían ha-
cualidad esencial del cristiano. cer para llevar a cabo obras divinas y cristianas: Ésta es la
única obra divina: que vosotros creáis en aquel que Dios ha en-
viado ..
1 . . los mandamientos subrayan ¿Cómo es que la fe sola puede volvernos justos y, sin obra al-
'.n.uestra incapacidad de observarlos. guna, darnos una riqueza sobreabundante, cuando se han pres-
El hombre no puede salvarse sólo crito en las Escrituras tantas leyes, mandamientos, obras y com-
con sus fuerzas. portamientos? Aquí hace falta observar con diligencia y retener
con decisión que sólo la fe sin obra alguna nos hace justos, li-
bres y sanos, como veremos mejor en lo que sigue. Y hace fal-
ta saber que toda la Sagrada Escritura está dividida en dos ti-
pos de palabras, que son los mandamientos o leyes de Dios y
las certezas o promesas.
!IOs'mandamientos no son una lista Los mandamientos nos enseñan y prescriben una serie de
de obras que garanticen la buenas obras, pero éstas no son, por el simple hecho de ser in-
salvación. Son una admonición al dicadas, hechos consumados. Ciertamente, los mandamientos
hombre para que comprenda su nos orientan, pero no nos ayudan; nos enseñan aquello que se
propia ineptitud. debe hacer, pero no nos dan la fuerza para realizarlo. Han sido
ordenados, por lo tanto, para este fin: que el hombre pueda
constatar en sí mismo su propia incapacidad para el bien Y
aprenda a desconfiar de sí mismo ..
obras, aunque son meritorias, Todo eso permite comprender fácilmente que la fe tenga
no producen la salvación. un poder tan grande y que ninguna buena obra puede igua-
larla. Ninguna buena obra está tan cerca de la palabra de
Dios como la fe; ninguna buena obra puede estar en el al-
ma, puesto que en el alma reinan sólo la Palabra y la fe. Así
como es la Palabra, así será el alma gracias a ella: del mis-
mo modo que el hierro enrojece como el fuego, cuando se
somete a éste.
] 708
LUTERO
Así pues, constatamos que la fe le basta a un cristiano y que La interioridad de la fe hace libré ál:
éste no tiene necesidad de ninguna obra para ser justo. Y si no cristiano. ,'
tiene necesidad de ninguna obra, entonces está ciertamente
desvinculado de todos los mandamientos y de todas las leyes;
y si está desvinculado, ciertamente será libre. Esta es justa-
mente la libertad cristiana: la fe sola, lo que no implica que de-
bamos permanecer ociosos o hacer el mal, sino que no tene-
mos necesidad de ninguna obra para llegar a la justificación y
a la beatitud.
Aunque en su interior el hombre, según el alma, está sufi- La salvación por la sola fe no
cientemente justificado a través de la fe y tiene todo lo que de- significa vivir en el ocio.
be tener, esta fe y esta suficiencia, sin embargo, deben ser acre-
centadas hasta la otra vida; pues aunque el alma prevalezca en
esta vida corporal sobre la tierra, también debe gobernar al
cuerpo y practicar con la gente.
Entonces se inician las obras y le es imposible mantenerse El hombre debe obrar bien a titulo ,
ocioso, entonces el cuerpo debe ser adiestrado y ejercitado con gratuito, sin pretender que Dios l~j
ayunos, vigilias, fatigas y con toda disciplina moderada, para deba la salvación eterna por
que se vuelva obediente y conforme al hombre interior y a la aquello que ha hecho durante la
fe y no la obstaculice ni se le resista, como tiene por costum- vida.
bre cuando no se le pone freno. Porque cuando el hombre
interior está unido a Dios, está contento, gozoso por el amor
de Cristo, que ha hecho tanto por él, y pone todo su gozo en
servir a Dios con libre y gratuito amor.
Por ello, antes de cualquier obra buena, la persona debe ser El cristiano debe ser libre
buena y justa en cualquier caso, pues buenas obras parten y interiormente y siervo
provienen de la persona justa y buena. Así como dice Cristo: exteriormente.
Un mal árbol no da frutos buenos. Un buen árbol no da frutos ma-
los ... De todo ello deriva la conclusión de que un cristiano
no vive ya en sí mismo, sino en Cristo y en su prójimo: en
Cristo mediante la fe; en el prójimo mediante el amor. Por la
fe se eleva sobre sí mismo hada Dios, por el amor desciende
desde Dios por debajo de sí mismo, permaneciendo, sin em-
bargo, siempre en Dios y en el amor divino; como a propósi-
to dice Cristo: Veréis los cielos abiertos y los ángeles subir y
bajar sobre el Hijo del hombre. He aquí la verdadera libertad es-
piritual del cristiano, que libera el corazón de todos los peca-
dos, leyes y mandamientos, que domina cualquier otra liber-
tad, como el cielo a la Tierra. Que Dios nos conceda entenderla
y conservarla. ¡Amén l
709 1
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EL PROBLEMA ¿Dónde nace la capacidad de hacer e1 hay una predisposición congénita al pecado.
bien? ¿Es fruto de la libre voluntad, o bien es con- Recuperando temas de la reflexión agustiniana (vé-
secuencia de la ayuda divina? ¿Puede el hombre sal- ase 55), afirma que sólo una visión pesimista del ser
varse por sí solo, contando únicamente con sus fuer- humano convierte la ayuda de Dios en algo indis-
zas? pensable para el hombre. Pensar lo contrario -esto
LA TESIS Polemizando con la tradicional doctrina es, sostener que el hombre es capaz de elegir libre-
católica del libre albedrío -según la cual el hombre mente entre el bien y el mal- significa afirmar que
no está naturalmente predispuesto ni al bien ni al el hombre podría salvarse con sus propias fuerzas
mal, por lo que en el acto libre de su elección resi- solamente, sin la intervención de la determinante
de la responsabilidad moral-, Lutero sostiene que ayuda de la gracia divina. (De De servo arbitrio).
fa_tapacidad de hacer el bien no • Una vez demostrado que nuestra salvación, al margen de nues-
lle. deriva de la libre voluntad del
hombre, sino que sólo de la ayuda
tras fuerzas y de nuestras decisiones, depende únicamente de la
obra de Dios, como espero probar irrefutablemente en el curso de
divina. la polémica, ¿acaso no se deduce claramente de ello que hasta que
Dios no se haga presente en nosotros con sus acciones, todo lo que
hagamos será malo y por fuerza haremos obras sin ningún valor
para la salvación? ¿Que no somos nosotros, sino sólo Dios, quien
otorga nuestra salvación, y que nosotros, antes de su intervención,
no hacemos nada salvífica, tanto si queremos como si no?
hombre tiende a la maldad. Esto significa que si el hombre no tiene el espíritu de Dios,
no hará el mal en contra de su propia voluntad y a la fuerza, co-
mo tirado del cuello, a semejanza de un ladrón o de un bandi-
do al que se conduce al castigo en contra de su voluntad, sino
que más bien lo bará espontáneamente y con toda deliberación.
illl_m_,_ uando el hombre es obligado Por otra parte, esta libertad o voluntad de actuar no puede
lliifliiírla fuerza a actuar bien, sigue abandonarla u obligarla o cambiarla con sus propias fuerzas,
siendo malvado en su interior. sino que continúa deseando el mal y disfrutando de él; y aun-
que exteriormente está por fuerza obligado a actuar de otro mo-
do, sin embargo en su interior la voluntad persiste contraria
o irritada con quien la constriñe y la contrasta, mientras que
no se irritaría si pudiese cambiar ella misma, y de buen grado
secundaría entonces a esa fuerza externa,
esta consíderación para Esto es, lo que entendemos por necesidad: el hecho de que la
negar el libre albedrío. voluntad no pueda cambiar y dirigirse en otra dirección, sino
que, en cambio, en la mayor parte de los casos se disponga a que-
rer, mientras se la niega, como demuestra su irritación. Lo que
no ocurriría si ésta fuese libre o dispusiese del libre albedrío.
la gracia dfvína nos induce Contrariamente, cuando Dios actúa en nosotros, la voluntad,
al bien. mutada y amorosamente insuflada por el Espíritu de Dios, ac-
túa y desea con puro placer, con inclinación y espontaneidad;
ya no obligada, sino, en cambio, dispuesta a no ser dirigida en
dirección contraria por ningún adversario. Y no puede ser ven-
cida o retenida ni siquiera a las puertas del infierno, sino que
persevera en el querer, en el apreciar y en el amar el bien.
i1ll 710
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LUTERO
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En definitiva, si nos hallamos bajo el dominio del Dios de El hombre puede salir del
este mundo pero sin el socorro y sin el espíritu del verdadero sólo con ayuda de Dios.
Dios, somos prisioneros de su voluntad, tal y como Pablo di-
ce a Timoteo, pues no podernos querer sino lo que él quiere.
Puesto que él, Satanás, es el hombre fuertemente armado que
vigila el atrio de su casa para someter a aquellos a quienes po-
see, a fin de que no susciten ninguna rebelión o sentimiento
contrario a él. De otra manera, no podría subsistir el reino de
Satanás.
De esta manera, cumpliríamos los deseos de Satanás con nues- El hombre no puede combat1tt•
tra voluntad y de buen grado. Nuestra voluntad no serta tal si fue- mal (Satanás) con sus solas fue~
se constreñida; por así decirlo, la constricción es más bien una
no-voluntad. Pero si aparece alguien más fuerte y, una vez ven-
cido Satanás, nos lleva consigo como presa, de nuevo resultare-
mos siervos, pero siervos del Espíritu y prisioneros del vence-
dor (y se trataría entonces de una voluntad regia), y así querríamos
y haríamos de buen grado lo que Él, el Vencedor, deseara.
Así, la voluntad humana se encuentra entre ambos como un El hombre debe escoger entre.dril!·
jumento; si es Dios quien monta su grupa, querrá ir e irá allí don- servidumbres, o Dios o Sataná,:~,
de Dios quiera, tal y como dice el Salmo: Yo soy para ti como un
jumento y siempre estoy contigo. Si es en cambio Satanás quien
monta su grupa, querrá ir e irá allí donde Satanás quiera; y no es
suya la facultad de correr en busca de uno u otro caballero, si-
no que ambos caballeros luchan entre sí para tenerlo y poseerlo.
De ello se deriva que el libre albedrío, sin la gracia de Dios, No existe la libre voluntad
no es libre en ningún caso, sino inmutablemente prisionero hombre.
y esclavo del mal, incapaz por sí mismo de dirigirse al bien.
Se deduce, entonces, que el libre albedrío es un título divino La libertad de Dios y del
que no compete a nadie más que a la divina majestad, y ésta pue- excluyen mutuamente.
de hacer y hace (como reza el Salmo) todo lo que quiere en el cie-
lo y en la tierra. Y atribuírselo al hombre sería como atribuirle
la misma divinidad, lo que serta el más grave sacrtlegio posible.
Por esto, los teólogos deberían abstenerse de este término El libre albedrío es sólo de
para hablar de la capacidad humana y reservarlo sólo a Dios;
tendrían, pues, que haberlo eliminado de la boca y ele los dis-
cursos de los hombres y, como nombre sagrado y venerable,
asignarlo a Dios, a quien pertenece.
Y si los teólogos hubiesen querido atribuir una cierta fuerza Tras la idea del libre albedrío
a los hombres, habrían tenido que definirla con un término esconde la presunción nun1an,1:.:
distinto al del libre albedrío, tanto más cuando se ha recono-
cido y constatado cómo el pueblo se deja engañar y engatusar
miserablemente por este término, puesto que lo entiende y
lo interpreta de manera muy distinta a como lo interpretan y
definen los teólogos. Libre albedrío, de hecho, es una expre-
sión demasiado imponente, grandiosa y robusta; y el pueblo
considera que por ella se significa, como corresponde a la
naturaleza y extensión del término, una energía tal que per-
mite volverse libremente a Dios o a Satanás, sin ceder o dejarse
sujetar por ninguno de los dos.
711 ¡:
CUSA
Nicolás de Cusa
1401-1464
icolás Chrypffs, nacido en Kues
N (castellanizando como Cusa), cer-
ca de Tréveris (Alemania), es el filósofo
más importante del s. xv. Como era fre-
cuente en la Alta Edad Media, se formó
viajando por el territorio que en el siglo
siguiente recibirla el nombre de Europa.
De origen alemán, hijo de un pobre bar-
quero, sus primeros estudios transcu-
rrieron en Deventer (Holanda) con los
Hermanos de la Vida Común, una con-
gregación religiosa inspirada en la mís-
tica alemana. Se inscribió después en la
Universidad de Heidelberg (Alemania)
y completó sus estudios en Padua, ciu-
dad célebre por su facultad de Derecho. 1
De hecho, el joven Nicolás se decantó
primero por los estudios jurídicos, y de-
cidió pasar de la abogacía a la teología
después de perder su primer caso en los
tribunales. Se ordenó sacerdote a los
veinticinco años, alcanzando los grados
de prelado, obispo (en Brixen) y, final-
mente, cardenal (en 1448 ) · Nicolás de Cusa en el monumento dedicado a él en
El concilio de Basilea le encargó repre- San Pietro in Vincoli, en Roma.
sentar a la Iglesia latina en una misión
diplomática en Grecia, con el ambicio-
so programa de promover la reunifica-
ción con la Iglesia ortodoxa. Para Nicolás de Cusa y para todo su siglo, aquella fue
una excepcional ocasión de enriquecimiento cultural: los textos de los clásicos de
la Antigüedad que el filósofo llevó a Italia, junto a un nutrido grupo de sabios que en-
señaron a los doctos italianos la lengua griega ( olvidada durante siglos), representa-
ron una etapa fundamental en el desarrollo del Humanismo.
Trabajó para la reforma religiosa, poniéndose de parte del papa en la controversia re-
lativa al poder que se debía asignar a los concilios episcopales, y pagó caro este
afán político: pagó su enfrentamiento con Segismundo, duque de Tiro!, con muchos
años de cárcel.
Obras: La docta ignorancia, su obra más importante (1440); Las conjeturas (1445);
El idiota (1450); El juego de la pelota (1463).
712
CUSA
Elogio de la docta
ignorancia 64
EL PROBLEMA ¿Hasta dónde puede llegar la conciencia puestos se han extraído de la obra homónima). En
humana? ¿Se puede analizar a Dios en términos ra- relación a Dios, lo único que puede hacerse es con-
cionales? fesar la total imposibilidad de comprender: el hom-
LA TESIS Aplicando en teología la reflexión socráti- bre es como un cazador que busca siempre una pre-
ca sobre el saber que no se sabe (véase 23) y reto- sa en fuga, pues su mente, si bien de un lado puede
mando los temas característicos del misticismo me- concebir a Dios como perfección absoluta, de otro
dieval (véase 56), Nicolás de Cusa formula la es del todo incapaz de llenar de contenidos positi-
doctrina de la docta ignorancia (los pasajes pro- vos esta idea de perfección.
• Cuanto mejor uno sepa que no se puede saber, más docto Los grandes fenómenos naturales. · .
será. Por ejemplo, a propósito de la grandeza y esplendor del escapan a! conocimiento humánó.J
Sol, se es más docto al negar que sea comprensible con la vis- Con mayor razón se nos escapa fa
ta que al afirmarlo; y a propósito de la grandeza del mar, más infinitud de Dios.
cuando se niega que cuando se afirma que puede ser medido
con la medida válida para los líquidos; y mucho más docto
será cuando se niegue, y no cuando se afirme, que la grande-
za absoluta no contraída, enteramente sin término e infinita
(parangonada al esplendor del Sol o a la extensión de mar o a
cualquier otra cosa), sea mesurable por la medida de la mente,
que está constreñida respecto a la mente.
Repara en esto: el intelecto desea saber. Sin embargo, el deseo Toda representacíón humana de -_·-
natural no lo impulsa a conocer la quididad [la esencia] de un Dios es por definición inadecuar/aJ
Dios afín a él, sino a conocer un Dios tan grande que su grande-
za no conozca límites. Por eso Dios es mayor que todo concepto
o saber. El intelecto no estaría contento de sí mismo si tuviese una
imagen de su creador tan pequeña e imperfecta que siempre pu-
diese ser mayor y más perfecta. De seguro el creador es siempre
mayor que cualquier cosa comprensible y cognoscible, aunque
ésta tuviese una perfección infinita e incomprensible.
Observa ahora cómo Dios, excediendo el poder de ser hecho, ( Dios es posibilidad pura, más
es ante todo aquello que puede ser hecho. No hay nada que pue- de cualquier relación.
da ser hecho más perfectamente que Él, y que Él no preceda.
Él es, entonces, todo aquello que todo perfectible y todo per- Para los hombres, la perfección e5'"
fecto puede ser. Por lo tanto, es aquel perfecto que es también una idea limite... ·
la perfección de todos los perfectos y de todos los perfectibles.
El intelecto se alegra de poseer este inagotable alimento de per-
fección, del que sabe que podrá nutrirse de manera inmortal
y perpetua, vivir con delectación y progresar siempre en sabi-
duría, así como poder crecer y mejorar.
Así, quien descubre que su tesoro es infinito, incontable, in- La mente se aferra ya sea
comprensible e inagotable, goza más que quien lo encuentra a fa existencia, ya sea
finito, numeral y comprensible. El papa León Magno, que así a la incognoscibilidad.
lo entendió, ha dicho en un sermón en el que exalta la inefa-
bilidad de Dios: «Sentimos que en nosotros está el bien por-
que hemos sido vencidos por él. Nadie se aproxima tanto al
713 E
CUSA
¡~'La filosofía busca fa verdad como Ya ves que los filósofos cazadores, esforzándose por cazar la
IF; un cazador que sü,ue a su presa esencia de las cosas ignorando la de Dios, y tratando de hacer
siempre en fuga. evidente la esencia de Dios que permanece siempre ignota, se
fatigan _en vano porque no entran en el campo de la docta ig-
norancia.
65 Conocer es...poner
en proporc1on
EL PROBLEMA ¿A través de qué procesos actúa el co- círculo calculando el área de un polígono inscrito con
nocimiento? ¿Cómo podemos hacerlo progresar? el mayor número posible de lados. Pero así como es-
LA TESIS Conocer, afirma Nicolás de Cusa, es estaM te polígono, aun resuelto en un gran número de la-
blecer una proporción entre lo conocido y lo ignoto, dos, nunca llegará a coincidir con la circunferencia,
entre lo que ya se conoce y lo que se conocerá. Por de la misma manera la mente humana jamás posee-
consiguiente, el proceso de progresión del conoci- rá la verdad. Por una parte se confirma la incognos-
miento debe ser lento y gradual; los objetivos de toda cibilidad de Dios, que escapa por definición a cual-
búsqueda cognoscitiva no pueden ir mucho más allá quier proporción humana; por otra, por primera vez
del actual nivel de conocimientos. Nos podemos acer- en la época moderna se enfatiza la importancia de la
car a la verdad sólo en aproximaciones sucesivas, así matemática, la ciencia de las proporciones, que Nicolás
como los geómetras tratan de calcular el área de un de Cusa identifica con el pensamiento mismo.
Conocer es establecer una Quienes investigan, juzgan las cosas inciertas comparándolas
entre fo que se quiere y poniéndolas en proporción con un presupuesto que sea ver-
conocer y fo que ya se sabe. dadero. Cualquier investigación tiene un carácter comparativo y
emplea la forma de la proporción. Y cuando los sujetos de la in-
vestigación se pueden parangonar con un presupuesto verdade-
ro y ser conducidos hasta ellos por una vía breve, entonces el co-
nocimiento resulta fácil. Pero si tenemos necesidad de dar muchos
pasos intermedios, nacen las dificultades y la fatiga. Esto se ve en
la matemática, donde las primeras proposiciones son remitidas a
los primeros axiomas, ya conocidos, con facilidad, mientras que
resulta más difícil reconducirlos a las proposiciones sucesivas y
hay que hacerlo a través de las proposiciones precedentes.
>l 714
01
_ ............................................................,..,',.................c...u_s_A_ _ _ .,¡¡,.,----i
Sin embargo, llegar a la exactitud de las combinaciones en Muchos filósofos, al reflexionai'fi!¡¡
las cosas corporales y a una proporción perfecta entre lo co- sobre la cantidad de nociones qúli'!lll
nocido y lo ignorado es algo superior a las capacidades de la escapan al conocimíento humano,
razón humana, por lo que a Sócrates le parecía no conocer otra han reconocido en la ignorancia el
cosa que su propia ignorancia; y Salomón, hombre muy sabio, único conocimiento verdadero.
sostenía que todas las cosas son difíciles e inexplicables con nues-
tras palabras; y cierto otro sabio dotado de espíritu divino
dice que la sabiduría y el lugar de la inteligencia están ocultos
a los ojos de todos los vivos.
Tanto es así que incluso Aristóteles, el más profundo de los
pensadores, afirma en su filosofía primera que en las cosas más
La sabiduría persigue la docta '?I"'
ignorancia, es decir, fa ignoraf!~iji
evidentes por su naturaleza encontramos una dificultad simi- de quien se da cuenta de ser ufl
lar a la de una lechuza que intenta mirar al Sol. Ello significa ignorante.
que deseamos saber que no sabemos, puesto que el deseo de
saber qué hay en nosotros no debe ser vano. Y si podemos con-
seguirlo, habremos conseguido una docta ignorancia.
Una vez comprobado que la igualdad es gradual, ya que una Todos los esquemas cognosciti"_<í/~
cosa es más o menos igual a otra y no a una tercera según las del ser humano tienen carácter_.'.~
conveniencias e inconveniencias respecto a cosas parecidas en proporcional y relativo.
el género, en la especie, en la situación local, en la capacidad
de influencia y en el tiempo, resulta evidente que no se pue-
den encontrar dos o más cosas idénticas entre sí, sino que exis-
ten otras cosas parecidas, y así hasta el infinito. Por ello la me-
dida y la cosa medida, en tanto que se aproximen a ser iguales,
serán siempre distintas entre sí.
Por ello el intelecto, que no es la verdad, nunca llega a com- 4_,. La mente es como un polígono ./·\f~
prenderla de manera lo bastante precisa como para no po- inscrito en un círculo: por más.qúéJJ
derla comprender de manera más precisa, hasta el infinito; y se aumente indefinidamente el
tiene con la verdad una relación similar a la del polígono con número de lados del polígono,
el círculo: el polígono inscrito se parecerá más al círculo cuan- nunca coincidirá con fa
tos más lados tenga, pero no será nunca igual a él, aunque sus circunferencia.
ángulos se multipliquen hasta el infinito, a menos que no se
haga idéntico al propio círculo.
715 [
CUSA
De la verdad se puede predicar \ Es evidente, pues, que en lo que concierne a la verdad no sa-
sólo la incognosc,bl1idad, la bemos otra cosa que es incomprensible en su realidad de ma-
inconmensurabilidad respecto a los nera precisa; que la verdad es como la necesidad más absolu-
parámetros humanos. ta, que no puede ser menos ni más de lo que es, y que nuestro
intelecto, en cambio, es posibilidad. La esencia de las cosas
que es la verdad de los entes, es inalcanzable en su pureza; per'.
seguida por todos los filósofos, ninguno la ha descubierto co-
mo una realidad en sí. Y cuanto más doctos seamos en esta
ignorancia, más cerca estaremos de acceder a la verdad.
66 Los opuestos
coinciden en Dios
EL PROBLEMA Si Dios es infinito, ¿podemos conocerlo? diablemente entre sí. Un triángulo y una línea rec-
LA TESIS Puesto que el conocimiento humano está ta, por ejemplo, son para nosotros figuras geomé-
basado en la proporción y en la medida, el infinito, tricas bien diferenciadas entre sí y no equiparables;
la verdad y Dios, reticentes a cualquier criterio pro- en Dios, en cambio, coinciden. De hecho, si se pro-
porcional, serán siempre algo incognoscible para el longa al infinito la base de cualquier triángulo, ter-
hombre. En Dios están presentes, a un mismo tiem- minará por ser indistinguible de una línea recta. En
po y de manera infinita y perfecta, todos los ele- resumen: entre lo infinito (Dios) y lo finito (el hom-
mentos que en nuestro mundo se oponen irreme- bre) no hay relación, sino inconmensurabilidad.
fTodo es relativo en nuestro mundo; • Ya que es evidente que entre lo infinito y lo finito no hay
Éfodo es infinito y absoluto en Dios. relación, es también evidente que, donde Se encuentre siempre
un excedente, no se podrá alcanzar nunca un máximo absolu-
to, porque lo excedente y la excedencia son finitos, mientras
que lo máximo, como tal, es necesariamente infinito ...
¡cEI in/Jnito anula la diversidad entre Las oposiciones convienen a las cosas que admiten un exce-
'.m{r¡imo y máximo, entre afirmacíón dente y un excedido, y lo hacen de diversas formas. En cam-
y negación. bio,jamás corresponden al máximo absoluto, que está por en-
cima de toda oposición. Y dado que el máximo absoluto está
absolutamente en acto en todas las cosas que pueden ser y es
tal sin ninguna oposición, sino que el mínimo coincide con
el máximo, está también por encima de toda afirmación y ne-
gación.
Dios es, por lo tanto, tanto Todo lo que se concibe como existente no es más de lo que
máximo como mínímo, tanto luz no existe. Y todo lo que se concibe como no existente, no es
como oscuridad, tanto afirmación menos de todo lo que no es. Por todo lo que es, lo es de talma-
como negación nera que nunca es nada y es máximamente lo que también es
mínimamente. Decir: Días, que es él mismo lo máximo absoluto,
es luz, es lo mismo que decir: Dios es máXimamente luz y mí-
nimamente luz. De otro modo, en efecto, el máximo absoluto
no estaría en acto en todas sus posibilidades; es decir, no se~
ría infinito y no sería el límite de todas las cosas y por ningu-
na de ellas limitado.
716
NEOPLATÓNICOS
Neoplatónicos: Ficinio y
Pico della Mirandola
MARSILIO FICINO
El punto de inflexión en la vida de Marsilio Ficino
(1453-1499) se produjo en 1462 (hacia sus treinta
años de edad), cuando Cosme de Médicis le confió
la traducción del griego al latín de todos los Didlogos
de Platón, recientemente adquiridos en Grecia y co-
nocidos hasta entonces sólo a través de la tradición
medieval. Para ayudar al filósofo -que poco antes
había terminado sus estudios en Pisa y Florencia-
ª completar tamaña empresa filológica, el mece-
nas puso a su disposición una villa en Careggi, cer-
ca de Florencia, que muy pronto se convirtió en un
activo centro intelectual conocido con el nombre
de Academia platónica. Allí tradujo Ficino las obras
de Platón, Porfirio, Proclo, Plotino, Dionisia el
Areopagita, Hermes Trismegisto, Orfeo, Hesíodo y
otro muchos, contribuyendo de manera decisiva al
renacimiento de los estudios clásicos. Ficino falle-
ció a la temprana edad de cuarenta y seis años.
Retrato de Marsilicio Ficino.
717 [
NEOPLATÓNICOS
1
67 El hombre es copula mundi,
el centro del Universo
EL PROBLEMA ¿Qué es el alma humana? ¿Cuál es la y cristianismo, entre magia y religión. Es. al con-
posición del hombre en el Universo? trario, posible determinar un núcleo común de ver-
LA TESIS Si Ficino dedicó casi por entero su breve vi- dad en estas tradiciones tan dispares: la dignidad cós-
da a la traducción de textos clásicos, fue a causa de mica del hombre, que Ficino resume en la fórmula
su peculiar modo de entender la filosofía y sus co- horno copula mundi. El hombre es el ténnino medio
metidos. Ésta, de hecho, puede definirse como la bús- el centro, una entidad intermedia en la jerarquía d~
queda de los orígenes de la Revelación divina, mi- lo creado, a medio camino entre el animal y el ángel.
sión que sólo puede cumplirse a través de la Por ello, desde el punto de vista de la especie está
reconstrucción de un milenario recorrido que se ini- destinado a jugar un papel dominante en el Universo.
cia con el persa Zaratustra y con Hennes Trimegisto, Y por ello, desde el punto de vista del individuo se
el mítico sabio egipcio, continúa con Orfeo y encuentra perennemente ante una encrucijada exis-
Pitágoras, llega hasta Platón y confluye finalmente tencial: puede degradarse hasta alcanzar lo animal o
con la religión judeocristiana y el misticismo neo- puede elevarse hasta alcanzar una condición angéli-
platónico del Pseudo-Dionisia. No existe, por lo tan- ca. Su entero destino está totalmente en sus manos.
to, en líneas generales, desacuerdo entre platonismo (De la Teología platónica.)
El afma tiene una naturaleza '\ • El alma es tal que aferra las cosas superiores sin abandonar
intermedia. } las inferiores, y así, en ella las cosas superiores se conectan con
las inferiores. El alma es, en efecto, inmortal y móvil, y por ello
por un lado concuerda con las cosas superiores, y por otro con
las inferiores. Y si concuerda con ambas, las desea ambas.
¡~/¡puesto del alma está en el tercer : Una tal naturaleza parece sumamente necesaria en el orden del
lí:2-:.esca/ón del orden universal. Por ) mundo: para que ejerza de término medio adecuado después
encima están Dios y el mundo de Dios y el ángel y por encima del cuerpo y de las cualida-
angélico; por debajo, la materia y des que se disipan en el tiempo y en el espacio: un término que
las cualidades físicas. esté de alguna manera dividido por el decurso del tiempo y aún
no dividido por el espacio.
Aunque adherida al cuerpo, el Es ella la que se inserta en las cosas mortales sin ser mortal,
alma es inmortal. porque se inserta íntegra y no dividida, y también así, íntegra
y no dispersa, se retira de éste. Y puesto que mientras rige los
cuerpos se adhiere también a lo divino, es señora de los cuer~
pos y no compañera de ellos. Éste es el máximo milagro de la
naturaleza.
Por su naturaleza intermedia, el Otras cosas por debajo de Dios son, cada una en sí, entidades
alma puede conocerlo todo. singulares: ella es al mismo tiempo todas las cosas. Tiene en sí
la imagen de las cosas divinas, de las que depende, y las razo-
nes y los ejemplares de las cosas inferiores, que en cierto mo-
do ella misma produce. Convertida en la intermediaria de to-
das las cosas, posee las facultades de todas las cosas ... Pero como
es la verdadera conexión entre todas, cuando migra hacia una f.]
-p:frt)i
718
.ii
...Í1... NEOPLATÓNICOS
1 _______ l_c--,
no deja la otra, sino que migra de
una a la otra y las conserva siem-
pre todas; así que podemos lla-
marla con justicia el centro de la
naturaleza, la intermediaria de to-
das las cosas, la cadena del mun-
do, el rostro del todo, el nudo y
la cópula del mundo.
ftcino.
El hombre es
un camaleón 68
EL PROBLEMA ¿En que consiste la superioridad del nidad del hombre, del que se ha extraído el siguien-
hombre respecto al resto de las criaturas? te fragmento, debía iniciar aquel congreso univer-
LA TESIS Todo el pensamiento de Pico se resume en sal de sabios de todas las religiones que Pico inten-
el intento de individuar el núcleo de la verdad par- tó llevar a cabo inútilmente: se trataba, sin duda, de
tiendo de las tres religiones monoteístas (hebraís- un público muy particular, lo que explicarla el tono
mo, islam, cristianismo). Con la esperanza de con- inspirado y las sutiles alusiones a la cultura hebrea
ciliar la cábala hebrea con la teología cristiana, el y a la sabiduría oriental. De hecho, la doctrina del
pensamiento filosófico con la magia, la doctrina pla- hombre camaleón, según la cual el hombre no posee
tónica con los escritos de Hermes Trimegisto, Pico ninguna virtud especifica, sino que resume en sí to-
se entregó a una ingente labor de comparación de das las cualidades de los seres vivos, es de alguna
textos, auxiliado por una memoria que lo hizo cé- manera compatible con la teoría oriental de la me-
lebre entre sus contemporáneos y que le permitió tempsicosis, según la cual el alma de los muertos se
dominar la lengua hebrea, el árabe, el caldeo y, por reencarna en otros cuerpos, humanos o animales
supuesto, el griego y el latín. El Díscurso sobre la dig- (véase 9).
• Con todo derecho, el hombre es llamado y reconocido co- Al crear a los seres del mundo,
mo un gran milagro y un animal realmente maravilloso ... Ya Dios le dio a cada uno una
Dios, el gran Arquitecto y Padre, había fabricado esta mora- cualidad específica.
da del mundo y de la divinidad que vemos, este templo au-
gustísimo, según las leyes de su arcana sabiduría. Embelleció
la región supraceleste con las inteligencias, animó los orbes
etéreos con las almas inmortales, pobló las zonas del mundo
inferior, llenas de excrementos y deshechos, con una ingente
multitud de animales de todas las especies.
Pero, concluido el trabajo, el Artífice deseaba que hubiese i Antes de la creación del hombre, · ,
alguien capaz de entender la razón de tan grande obra, de apre- \- todas las cualidades ya habían siq_qj
ciar su belleza, de admirar su grandeza. Por ello, después de atribuidas.
haber creado todas las otras cosas (como atestiguan Moisés y
Timeo), pensó al fin en crear al hombre. Pero entre los ar-
quetipos ya no quedaba de qué formar la nueva progenie hu-
mana; ni en las arcas más tesoros como herencia que legar al
nuevo hijo; ni en los escaños del orbe entero un sitial donde
pudiese asentarse el contemplador del Universo. Ya todo es-
taba lleno: todo había sido distribuido en los órdenes sumos,
medios e ínfimos.
719
NEOPLATÓNICOS
Dios concedió al hombre una Decretó al fin el supremo Artesano que, no pudiendo entre-
pequeña cantidad de todas las garle nada propio, le fuese común todo lo que había otorgado
cualidades. a cada ser particular. Tornó entonces al hornhre, obra de fi-
gura aún no diferenciada, y, colocándolo en el centro del mun-
do, le habló de este modo: «¡Oh Adán!, no te hemos dado ni
un lugar determinado, ni un aspecto propio ni un don parti-
cular, para que tú puedas tener y poseer el lugar, el aspecto y
los dones que inconscientemente has pedido siguiendo tus de-
seos y tus sentimientos. La naturaleza de los otros seres vi-
vos ya está definida y constreñida por leyes por nosotros pres-
critas: tú, no limitado por ninguna constricción, podrás definir
tu propia naturaleza según tu arbitrio, cuyo poder te he en-
tregado ...
720
NEOPLATÓNICOS
721
'1
r--,..'.~1...,.....,..,....... ª
B.,.R""U"'N""O"""'""""...,.....
Bruno
1548-1600
as razones que llevaron a la Inquisición ro-
L mana a condenar a muerte por herejía a
Giordano Bruno, el más grande filósofo del
s. xvr, son todavía hoy motivo de las más aca-
loradas discusiones. Nacido en Nola, cerca de
Nápoles, a los quince años ingresó en el con-
vento dominico de Nápoles, llamando ense-
guida la atención tanto por sus excepcionales
dotes memorísticas como por su poco orto-
doxo comportamiento. Acusado del asesina-
to de un compañero de la orden, abandonó los
hábitos y escapó primero a Roma y luego a
Ginebra, donde se hizo calvinista por pura
conveniencia. Estuvo después en Toulouse y
París, donde publicó El cerero, una comedia
de tono francamente más pornográfico que
desprejuiciado, y Las sombras de las ideas
(1582), un tratado de mnemotécnica dedica-
do al rey Enrique Ill. '~
Brúno en una litografía del s. XIX (Roma,
Llegado a Inglaterra en 1583, entró en rela- Gabinetto Nazionale delle stampe).
ción con la corte de Isabel 1, quien lo impre-
sionó profundamente, e impartió lecciones en
la Universidad de Oxford (de la que, sin embargo, fue expulsado bajo acusación de
plagio tras exponer como propias ciertas doctrinas tomadas de los textos de Ficino).
Su peregrinar lo condujo a Wittenberg, Praga, Helmstadt, Frankfurt, Zurich y, fi-
nalmente, a Venecia. La fatal decisión de regresar a Italia (sometida a una de las
más duras inquisiciones europeas) se debió a la invitación de Giovanni Mocenigo,
un noble veneciano deseoso de aprender el arte de la memoria. Y fue precisamente
éste quien, insatisfecho por las enseñanzas recibidas y probablemente resentido por
el carácter voluble y arrogante del filósofo, lo denunció al Santo Oficio. Bruno per-
maneció en la cárcel siete años y sufrió dos procesos: uno en Venecia y otro en Roma.
Se opuso claramente a las repetidas invitaciones a retractarse de sus doctrinas, en es-
pecial la relativa a la infinitud del Universo, y fue quemado en la hoguera sin ha-
berse reconciliado con el Crucifijo, del que, según cuenta la leyenda, apartó la vista
antes de morir.
··~ 722
El mundo es
un gran animal 69
EL PROBLEMA ¿Hay diferencia entre el mundo anima- como existe una mente en las cosas, también existe una
do y el inanimado? ¿Qué es el alma? ¿Cómo se con- mente del todo, un intelecto universal o alma del mun-
jugan la forma y la materia en la naturaleza? do (Dios, en definitiva). La ruptura con la ortodoxia
LA TESIS Llevando las teorías del neoplatonismo a sus cristiana no podía ser más drástica: al considerar a
últimas consecuencias, Bruno llega a una concepción Dios un principio vital e inmanente a la naturaleza, la
panteísta e inmanentista; todo está vivo porque en teoría sostenida por Brnno recuperaba el espíritu del
cualquier parte de la realidad, incluso en el mundo antiguo paganismo. En el siguiente pasaje de la obra
mineral, está presente un principio formal y vital; es De la causa: principio y uno, uno de sus diálogos me-
decir, una estructura interna, una necesidad que ha- tafísicos, el personaje de Teófilo representa al propio
ce ser a cada cosa lo que es. Lo que llamamos mente Bruno, mientras que Diesen, cuyo papel en realidad
no existe sólo en el hombre, sino también en los ani- se reduce al de un simple apoyo, enmascara a
males, en las plantas, en las gemas y en los minerales, Alexander Dicson, autor de un texto sobre el arte de
aunque obviamente de manera no consciente. Y así la memoria artificial inspirado en las teorías de Bruno.
Así el alma del Universo, en tanto que anima y da forma, vie- El alma es tanto la forma
ne a ser parte intrínseca y formal de éste; pero como también causa de tos entes.
endereza y gobierna, no es una parte, no tiene razones de prin-
cipio, sino de causa ...
DICSON No cabe duda de que ~s esforzáis en ello, puesto / El problema está en el modo en qü~¡·
que no hay nadie entre los fi!óso10s, sin importar su reputa- , el afma se une a fa materia. _ -"-.L
ción, incluso entre los peripatéticos, que no conciba que el
mundo y sus esferas estén animados de algún modoº Me gus-
taría entender ahora de qué modo queréis que esta forma se
insinúe a la materia del universo.
TEóFILO Se conjuga con ella de tal modo que la naturaleza El afma se une a fa materia
del cuerpo, que por sí sola no es bella, se hace participe de la belleza se une a los cuerpos.
belleza como es capaz, desde el momento en que no hay be-
723 1í
BRUNO
En tanto que dotados de una DICSON Me ha parecido oír algo muy nuevo: ¿pretendéis aca-
forma, todos los objetos de la so que no sólo la forma del Universo, sino todas y cada una de
naturaleza, poseen un alma. las formas naturales, son alma?
TEóFILO Sí.
DICSON Por lo tanto, ¿todas las cosas están animadas?
TEóFILO Sí.
DICSON ¿Y quién estará de acuerdo con esto?
TEóFILO ¿Y quién podrá negarlo con razón?
DICSON Es de sentido común que no todas las cosas tienen vi-
da ... En resumen, ¿pretendéis que nada exista que no posea al-
ma y que no posea principio vital?
f'<-: Todo ente posee una estructura Por mínima y pequeña que sea cualquier cosa, tiene en sí par-
L.ii)terna, un principio espiritual que te de la sustancia espiritual; y ésta, si encuentra el sujeto dispuesto,
guía su desarrollo. se extiende a ser planta o a ser animal, y recibe miembros de cual-
quier cuerpo que comúnmente se dice animado. Porque el espí-
ritu se encuentra en todas las cosas y no hay un mínimo cor-
púsculo que no contenga en sí una porción de éste.
[Tenía razón Anaxágoras al afirmar DICSON Me descubris un cierto modo verosímil con el que se
· que todo está en todo. podría sostener la opinión de Anaxágoras, quien afirmaba que ca-
da cosa estaba en las otras cosas porque, al estar el espíritu o el
alma universal en todas las cosas, de todo se puede generar todo.
iTódo en el mundo o es animal o es TEóFILO No digo que sea verosímil, sino verdadero. Porque
t?: animado. ese espíritu se halla en todas las cosas y si éstas no son ani-
males, son animadas; si no son según el acto sensible de la ani-
malidad y la vida, sí son según el principio y verdadero acto
primero de la animalidad y la vida.
Lo demuestran fa propiedad de Y no digo más porque prefiero obviar las propiedades de mu-
fármacos para influir sobre chas piedras y gemas, que rotas, pulverizadas y dispuestas en
el espíritu. desorden, tienen la virtud de alterar el espíritu y generar nuevos
afectos y pasiones no sólo en el cuerpo, sino también en el al-
ma ... Y nosotros sabemos que tales efectos no se derivan ni pue-
den provenir de una cualidad puramente material, sino que se
refieren necesariamente a un simbólico principio vital y animal..•
;con razón creen los magos que los Dejo dicho que no sin razón hacen tantas cosas los nigro-
fnoesos retienen algo del individuo. mantes con los huesos de los muertos; y creen que éstos re-
tienen, si no todo, sí al menos una parte del acto de vida, que
después utilizan con efectos extraordinarios ..
Hay un afma de cada cosa y del Si entonces el espíritu, el alma, la vida, se encuentra en to-
mundo en su conjunto. das las cosas y, según determinados grados, llena toda lama-
teria, es porque en realidad llega a ser el verdadero acto Y la
] 724
_ _,,_....,....,_...,.._,,.....,..,.._, ] BRUNO --,
........,..<!,_ . . . . . . . . . . . , 1
verdadera forma de todas las cosas. Así pues, el alma del mun-
do es el principio formal constitutivo del universo y de todo
lo que éste contiene.
Digo que si hay vida en todas las cosas, el alma vendrá a ser El alma plasma la materia
la forma de todas las cosas: aquélla preside la materia por com- forma de todas las cosas.
pleto y se enseñorea en sus compuestos, dando lugar a la com-
posición y a la consistencia de las partes.
Así, mutando esta forma de sede y de apariencia, es impo- Tambíén fa materia, como el
sible que se anule, porque no es menos existente la sustancia es una sustancía inmutable
espiritual que la material. misma.
Por lo tanto, sólo las formas exteriores cambian y se anulan, Sólo la apariencia de los
porque no son cosas en sí mismas, sino propiedades de las co- cambia.
sas; no son sustancias, sino accidentes y circunstancias de la
sustancia ...
725 ![
BRUNO
íiéSe equivocan los aristotélicos (los .,-) Absí pues, tenemos unbplrincipio intrínseco formh al, eterno y
t',.sofistas) al individuar el ser en el su sistente e incompara emente mejor del que an imagina-
individuo .. do los sofistas, quienes discuten acerca de los accidentes igno-
rando la sustancia de las cosas, y que llegan a considerar co-
rruptibles las sustancias porque denominan a ese principio
mayor y principalmente sustancia resultante de la composi-
ción; lo que no es más que un accidente que no contiene en
sí estabilidad o verdad alguna y que se resuelve en nada.
¡71:y al considerar al individuo como Dicen que el verdadero ser del hombre resulta de la compo-
[c_un Compuesto de materia y forma / sición; ese ser que en realidad es alma y perfección y acto del
(véase 39i cuerpo vivo, o bien algo que resulta de cierta simetría en la
complexión de los miembros.
, Esto lleva a temer a la muerte, que Así que no sorprende que se preocupen tanto y teman tan-
· es la separación entre materia y
alma. to a la muerte y a la disolución, como aquellos a los que es ya
inminente la desdicha del ser.
Pero en realidad, ni la materia ni el Contra esa locura grita en voz alta la naturaleza, asegurán-
afma perecen. donos que ni los cuerpos ni el alma deben temer a la muerte,
porque tanto la materia como la forma son principios absolu-
tamente constantes.
, El infinito no es perceptible por los • Los sentidos no nos impulsan hacia el infinito y no favo-
sentidos. recen en nada nuestro conocimiento de él, puesto que no le
competen; la molesta turba del Sofista (Aristóteles) sólo pue-
de sostener de modo equívoco que lo que expresan los senti-
dos es la verdad.
726
'"71
~ BRUNO
-·~- _ , _ , , , ~
No es menos obra de insensato quien afirma que la finitud (.J: Es falso que la finitud del cosmo~
del Universo se puede demostrar por medio de los sentidos, esté demostrada por los sentido{Jfj
puesto que más allá de la extrema órbita de las estrellas fijas no
hay ningún cuerpo luminoso que le pueda indicar nada; es co-
mo si alguien afirmara que se puede precisar el límite de un
bosque por medio de los sentidos, pnes no se ven los árboles
que hay más adelante.
Pero nosotros, en cambio, afirmamos que la infinitud del Observando la naturaleza tenemos;;,
universo se puede percibir con los sentidos, ya que los senti- la ilusión de estar siempre en ~t_]j
dos desplazan siempre el centro del horizonte hacia su peri- centro.
feria y lo convierten en su compañero invisible: por lo que con-
vierte en centro cualquier punto de la periferia (cuando se haya
desplazado hacia la periferia).
Por ello los sentidos enseñan que si estuviésemos en cual- Si viviésemos en otro planeta, . .:,.···}~
quier otro astro, estartamos igualmente en el centro y desde allí seguiríamos teniendo la ilusión dfJ2
la Tierra parecería igualmente encontrarse en un punto de la estar en el centro del cosmos.
circunferencia.
El centro del espacio infinito puede establecerse en cualquier (' Mas el centro puede estar en tpdsr)
punto. Igualmente, de hecho, una misma grandeza se extien- partes sólo en un cosmos infinito,jjj
de de cualquier parte. Será preciso, por lo tanto, convencerse
de que los cuerpos de la naturaleza no tienen límite, sino que
lo que tiene límite es la armonía contemplada por los sentidos
y por el alma que hay en ellos.
Llamamos fijo a un astro que brilla. De hecho, así aparecen Es falsa la creencia de que las
los cuerpos luminosos respecto a los planetas. Pero quien lo- estrellas fijas están todas en
grase observar tal cuerpo con una mirada más penetrante que misma esfera cósmica, y que por
la del vulgo, podría negar fácilmente que, a excepción de los sie- tanto todas están lejanas de la
te planetas, todos los otros mantienen la misma distancia res- Tierra por igual.
pecto a la órbita en que se encuentra el punto de observación.
Compara, pues, una estrella de las más pequeñas con algu- Í La observación del cielo demuest0;¡
na estrella de la Virgen o con cualquier otra gran estrella qne \ que las estrellas son de diferente;_l)
diste más de aquélla: en distintos momentos la verás a dis- tamaño.
tinta distancia ...
Se disuelve así la idea de un cielo que tiene fijas sus estrellas { Esto demuestra que no existe :\).i
mediante relaciones estables y que mueve todos los cuerpos ce- ninguna esfera de las estrellas lija,zi
lestes en un solo movimiento, a los que no les estaría permiti-
do moverse por su fuerza interna
más de lo que le estaría permitido
moverse a un nudo de madera, si la
madera estuviese quieta. Por lo tan-
to, considera finalmente de qué ma-
nera se puede surcar la atmósfera in-
mutable (poderla surcar está fuera
de toda duda) y desecha estos deli-
rios infelices de los sofistas.
727!
r-.. fül B...
J,1;1,r................
1------
R""U""N'"'O..........,..,.,.¡¡¡.,
l'/¡i"féi .El Universo es infinito y esta La perfección de las cosas no ha sido atribuida oportuna-
Wll!infinitud evidencia su perfección. mente a este mundo por su sentido y sus afirmaciones. ¿Cómo
pudieron pensar que todas·las cosas estuviesen encerradas en
un espacio limitado, si siendo infinitas pueden siempre suce~
der en espacios tan grandes y vastos? Aun admitiendo que exis~
ta un hombre tan grande, dotado de un ingenio parejo al de
la totalidad de los hombres, ¿qué impide que existan otros hom-
bres que participen de su perfección en el orden del género y
en las partes de la materia que de este modo se difunde?
728
r--,
!
Magos y naturalistas:
Paracelso, Agrippa, Telesio
PARACELSO
Pese a que gustaba firmar sus obras con el nombre
de Philippus Aureolus Theophrastus, Paracelso era
en realidad suizo, y Theofrast Bombastus von
Hohenheim su auténtico nombre. Nacido en
Einsiedeln (1493) y muerto en Salzburgo (1541),
fue médico y mago, profesiones entre las que no
veía ninguna incompatibilidad. Al contrario: fue
gracias a una convicción de tipo mágico y pre-
científico -a saber, que en el hombre microcós-
mico debían encontrarse todos los elementos na-
turales (tierra, aire, fuego y agua)- como obtuvo
la inspiración para inventar la farmacología. De he-
cho, mientras la medicina antigua preparaba re- '
medios basados sólo en materias orgánicas,
Paracelso descubrió la eficacia propia de los reme-
dios químicos.
AGRIPPA
Cornelius Agrippa von Nettesheim, filósofo y al-
quimista alemán, nació en 1446 en Colonia y mu- f!litfilósofos interpretando las
rió en 1535. Después de haber tentado la carrera estrellas (s. xv).
militar, se decantó por los estudios humanísticos
y científicos, con especial interés por la teología, la alquimia y la.astrología. Enseñó
en las universidades más prestigiosas de la época, como la de Pavía, donde estableció
una academia para el estudio de las ciencias ocultas. Su estilo sin prejuicios provocó,
sin embargo, la hostilidad del ambiente académico, hasta el punto de que en los úl-
timos años de su vida sufrió persecuciones en toda la regla. El núcleo central de to-
da su reflexión se basó en la posibilidad de conciliar la tradición filosófica occidental
con la hebraico-cabalística y con el pensamiento mágico.
TELESIO
Bemardino Telesio nació en Cosenza en 1509, donde murió a la edad de ochenta años.
Formado en Padua y Nápoles, su texto principal, De la naturaleza según sus propias
leyes, es una obra típica del Renacimiento, densa en divagaciones y observaciones so-
bre los fenómenos más disparatados. En ella Telesio sostuvo que para conocer la
naturaleza era necesario tan sólo adecuarse a sus propias leyes: en el fondo, también
el hombre, incluso poseyendo el raciocinio, forma parte de esa naturaleza que aspi-
ra a estudiar y, por lo tanto, si el conocimiento se fundamenta sobre datos inopina-
bles obtenidos por la experiencia sensible, no hay posibilidad de error:
729 ![
Í MAGOS Y NATURALISTAS i
La. medicina.~
m1crocosm1ca
EL PROBLEMA ¿Cómo puede progresar la ciencia y tradición), sino también de origen mineral. El cuer-
en particular la medicina? po humano, en efecto, debe ser considerado como un
LA TESIS A partir de la convicción filosófica, amplia- sistema químico curable con minerales como el azu-
mente difundida en el Renacimiento, de que el hom- fre, el mercurio o la sal. Estas ideas dependían aún en
bre resume en sí mismo al entero cosmos, Paracelso gran medida de creencias mágicas y alquímicas (e in-
dedujo una innovadora práctica médica basada en cluso astrológicas), pero por otra parte determinaron
el principio de que la farmacopea puede incluir no el principio de la medicina moderna. El fragmento
sólo medicamentos de naturaleza orgánica (como era que sigue está extraído de la Opera paragrana.
f'Tódo el Universo está formado por • Igual que uno se ve a sí mismo al espejo incluso en los ras-
[Los cuatro elementos; así, también gos menos perceptibles, así, no menos claramente, el médico
lo están los seres individuales. debe llegar a conocer al hombre examinándolo en el espejo de
los cuatro elementos.
,"· El médico ha de considerar al Éstos muestran una imagen perfectísima del entero micro-
[2':jJaciente como un microcosmos. cosmos, como si éste se transparentase a través de un límpido
cristal tras el que estuviese encerrado. El hombre debe ser para
el médico claro y transparente como es transparente el rocío
destilado, en el que nada puede haber que se escape a la vista.
conocer los elementos que Por lo tanto, el hombre es una imagen impresa en el espejo
forman la materia. por los cuatro elementos: disueltos los elementos, se disuelve
también el hombre. Si se elimina lo que es externo al espejo,
ya no podrá verse la imagen interna.
realidad está formada por una Lo que se encuentr3. en el ángulo más remoto de la Tierra
densa red de correspondencias propaga su sombra hasta el hombre; lo que se encuentra en el
ocultas. fondo del mar imprime su imagen en el hombre, o lo plasma;
lo que se encuentra bajo el polo antártico envía su reflejo has-
ta el polo ártico, y lo que está en el polo ártico imprime su re-
flejo en el hombre que se encuentra bajo el polo antártico.
Hay correspondencias también ? ¿Qué es la Venus del zodíaco sino la matriz del vientre? De
entre los astros celestes y los , hecho, la Venus del zodíaco produce la medicina de lama-
elementos terrestres. triz. ¿Qué sería la concepción del vientre si la Venus del mun-
do no la provocase? ¿Qué es el hierro, sino Marte? ¿Qué es
Marte, sino hierro? Ambos son Marte, ambos son hierro. ¿Qué
diferencia hay entre aquel Sol, aquella Luna, aquel Mercurio,
aquel Saturno, aquel Júpiter, que están en el cielo y los que es-
730
f;"
MAGOS Y NATURALISTAS 2
Si los médicos ignoran todo esto, no conocen suficiente- Sólo un profundo conocimientó ..1~
mente los arcanos. Si no saben qué produce el cobre o qué ge- la naturaleza permite entender.él
nera el vitriolo, ignorarán también qué cosa provoca la lepra. origen de las enfermedades.
Si no saben qué favorece la herrumbre en el hierro, ignora-
rán también qué es lo que produce las úlceras. Si no saben qué
provoca los terremotos, no sabrán tampoco qué provoca los
temblores febriles. Es en lo externo en donde hay que apren-
731 t
~ 1 MAGOS Y NATUML!Su\S 1
der qué enferma al hombre: él mismo no puede mostrar nada
de todo esto.
MICROCOSMOS/MACROCOSMOS
Correspondencia estructural entre el macrocosmos -es decir el mundo-
y el microcosmos -es decir, el hombre considerado como un verdade-
ro_ Universo en miniatura-. Esta id_ea ya se s_uponía de muy antiguo
origen en los tiempos de Platón, quien la trato en el Timeo -el diálogo
dedicado a los argumentos científicos-, pero no se convirtió en un con-
cepto clave hasta el Renacimiento, cuando se erigió en uno de los prin-
cipios básicos del pensamiento mágico.
72 Las simpatías de
la naturaleza
EL PROBLEMA ¿Qué es y cómo funciona la magia? raleza y descubre los lazos de antagonismo o de afi-
LA TESIS La posibilidad de llevar a cabo operaciones nidad electiva (simpatía) que oponen o vinculan los
mágicas se basa en la existencia de corresponden- objetos. El efecto final es la transformación en sen-
cias invisibles entre los órdenes naturales: a cada tido psicológico de los fenómenos naturales: por
cuerpo celeste corresponde una planta, un animal, ejemplo, el azúcar se disuelve en el agua porque en-
una cualidad ética, un tipo de hombre, y así suce- tre los dos elementos hay amistad, mientras la no so-
sivamente. Conociendo estas relaciones secretas, lubilidad del aceite depende de una antipatía que lo
el mago sobrepasa las leyes ordinarias de la natu- opone al agua. (De La filosofía oculta de Agrippa.)
f@fY_ una correspondencia entre los • Cada estrella tiene naturaleza, características y condicio-
l!í!J,tdenes de la naturaleza, entre las nes propias; por medio de sus propios rayos reproduce sus sig-
estrellas y los entes del mundo. nos y caracteres en los elementos, en las piedras, en las plan-
tas, en los animales y en sus extremidades. Por ello a cada cosa,
debido a su disposición armónica y a la estrella que infunde en
ella sus rayos, le es concedido un signo o carácter especial, im-
preso en ella, que representa aquella estrella y aquella armonía
] 732
i MAGOS Y NATIJRAUSTAS • 1
y que contiene una particµlar virtud, diferente de todas las de-
más por género, por especie o por disposición de la materia
que le subyace.
Pero visto que entre tanta variedad de cosas no se puede co- Hay una correspondencia enm.e_.:~li-f;fl
municar un conocimiento científico si no es por lo poco que hombre y el cosmos en su total/c{áqj
la sabiduría puede percibir, omitiendo ahora lo que se puede
investigar sobre las plantas, sobre las piedras, sobre todas las
otras cosas y en las extremidades de tantos animales, deten-
gámonos únicamente en la naturaleza humana. Siendo ésta la
imagen más perfecta de todo el Universo y conteniendo toda
la armonía celeste, podemos encontrar en ella, sobradamente,
los signos y las características de todas las estrellas y de los in-
flujos celestes.
El hombre es un cosmos
en miniatura 73
EL PROBLEMA ¿Hay una relación entre el hombre y o bien del mundo animal (e incluso del vegetal) o
el Universo? bien del espiritual mundo angélico. Puede llegarse
LA TESIS A finales de la Edad Media y en el al Universo partiendo del hombre, y viceversa. Son
Renacimiento se asentó la idea de una equivalen- evidentes los efectos ú.ltimos de esta doctrina: de
cia estructural entre ser humano y cosmos en su to- la unicidad y de la centralidad cósmica del hombre
talidad. El hombre, síntesis viviente de toda la na- derivan su supremacía sobre las otras especies vi-
turaleza, posee todos los elementos de lo creado: es vientes y el derecho a un dominio general sobre la
tierra, agua, aire y fuego (la inteligencia), participa naturaleza. (Del Diálogo sobre el hombre, de Agrippa.)
En él, en este material y terrenal cuerpo del hombre, se en- En el hombre conviven los cuatrq;¡;¡¡
cuentran, bajo las formas de su genuina propiedad, los cuatro elementos y el éter, la materia :~::~@
elementos: el fuego, el aire, el agua y la tierra. Hay también un espirítual de los cielos.
corpúsculo espiritual y etéreo, que es el vehículo del alma y
que corresponde por analogía al cielo.
Está la vida vegetativa, que en el hombre desarrolla las mis- ¿; En el hombre está presente la
mas tareas que en las plantas, ya que practica las funciones nu- \. dimensión vegetativa, la __ ,,__ , ''"
tritiva, de crecimiento y reproductora. Está el sentido, ya sea o la espiritual.
interno o externo, de las bestias. Hay un alma celeste dotada
de razón y muy valiente. Está la participación en el intelecto
angélico y en la mente divina. En el hombre se encuentra la
posesión verdadera y divina de todas estas cosas, conjugadas
en una sola. Esto es lo que afirma Hermes en el Pimandro, don-
de dice: la naturaleza interior envolvió al hombre con un amor
propio, lo colmó de sí misma y se fundió en él, entera y pro-
733 K
MAGOS Y NATURALISTAS
¡7[f;Todas las cualidades de los astros En efecto, el hombre está en relación con todas las estrellas
0:.:...est?Jn presentes en el ser humano. y planetas. Se encuentran en él la estabilidad y la inmutabili-
dad de intenciones de Saturno; dejúpiter, la clemencia, !ajus-
ticia y la majestuosidad; de Marte, la constancia y la firmeza de
ánimo; del Sol la luz, la razón, el juicio que distingue lo justo
de lo injusto, la luz que purifica de las tinieblas de la igno-
rancia; de Venus, el amor y el deseo del aumento y de la pro-
pia multiplicación; de Mercurio, la inteligencia, la agudeza de
ingenio, el discurso racional, la perspicaz vivacidad de los sen-
tidos; de la Luna, el dirigirse a las cosas terrenales para con-
servar la vida y la capacidad de desarrollar el crecimiento en si
mismo y en las otras cosas ...
E/hombre es el más perfecto de Por ello se llama mundo menor al hombre: porque es el vin-
t . . todos los seres; su destino es el culo, el nudo y la percepción última del mundo mayor... Y si
dominio del mundo. bien se llama mundo menor al hombre, todo el mundo ma-
yor y todos los mundos particulares están obligados a servirle.
74 También los
animales piensan
EL PROBLEMA ¿En qué consiste el pensamiento hu- fragmento, en abierta polémica con las tesis de los
mano? ¿Son diferentes las capacidades intelectivas aristotélicos acusados de abstracción metafísica,
humanas y las animales? Telesio sostiene la tesis del sensualismo radical: todo
LA TESIS Las teorías científicas propuestas por Telesio, conocimiento humano se reduce a la simple sensa-
del que se reproduce un fragmento extraído de su ción, pues ésta se basta por sí misma y sin la inter-
obra De la naturaleza de las cosas segun sus propias le- vención de la inteligencia para explicar las leyes de
yes, parecen hoy muy primitivas, pues el filósofo, re- la naturaleza. No hay nada de particular en lo que lla-
firiéndose a las antiguas doctrinas de los presocráti- mamos inteligencia, nada cualitativamente distinto
cos (véase 8, 17), quiso explicar toda la realidad como o superior a una sensibilidad refinada. Pensando que
el resultado de dos fuerzas antagónicas: el calor y el el pensamiento sea reducible a la sensación y que és-
frío. Sin embargo, sus afirmaciones sobre la objetivi- ta baste para conocer el mundo, Telesio deduce la te-
dad y la autonomía de la naturaleza representaron sis de que también los animales piensan, ya que no
uno de los inicios de la revolución científica. En el se les puede negar su capacidad perceptiva.
Cada intento de interpretar el , • Aquellos que han escrutado la construcción de este mun-
mundo racionalmente fracasa, / do y la naturaleza de las cosas que contiene antes de que lo
porque aplica a la naturaleza hiciésemos nosotros, parece que trabajaron mucho con es-
esquemas propios del hombre. casos resultados. ¿Qué consiguieron ver, si todos sus dis-
cursos se oponen los unos a los otros y a las cosas? Conviene
creer que les sucedió que, demasiado confiados en sí mismos
y sin haber observado, como era necesario, las cosas mismas
y su fuerza, ellos mismos hayan puesto en las cosas la gran-
deza, la inteligencia y las facultades que ellos mismos creían
poseer. Pero compitiendo en sabiduría con Dios en su bus-
car los principios y las causas del mundo con la razón, y en
su creer y querer que debían inventar aquellas que no con-
734
MAGOS Y NATURALISTAS
Hay que establecer tres principios de las cosas: dos agentes Si la materia no es inerte es porque-,
naturales (el calor y el frio) y una masa corpórea que, para am- sobre ella actúan los dos principios ;
bas naturalezas, será propia, congruente y adaptada tanto a ex- del calor y el frío.
pandirse y extenderse como a condensarse, a restringirse y a
asumir cualquier disposición que posean el calor y el frio.
Pero ésta es inerte, ignara y casi muerta, oscura e impoten- Expansión y condensación son fas
te y, por lo tanto, no se expande nunca y no se renueva: aque- dos leyes fisicas fundamentales.
lla parte suya que parece expandirse lo hace manifiestamente
bajo la acción del calor que la sustituye; y la que se contrae, lo
hace por la acción del frío que la condensa y restringe.
Para conocer la constitución de las plantas y de los anima- También en el mundo animal, e
les, es necesario primero que conozcamos las cosas de las que incluso en el vegetal existen formás:
están formados. Y no aludo a las partes del cuerpo, sino a aque- de espiritualidad. ··
lla parte que es propia de ellos: es decir, el alma ... El alma es
una sustancia existente por sí misma, inherente tanto al cuer-
po como al propio tejido y a los órganos, de modo que la mis-
ma alma hace todo lo que el animal hace, sirviéndose tanto del
cuerpo y de las partes individuales de él, como de los mismos
órganos.
El mismo sentido que ve y establece que todos los hom- Aplicando fa lógica a fa percepción •
bres presentes son bípedos, ve y establece del mismo modo sensible y empírica, se llega a un
que son bípedos todos los ausentes. Ello prueba con suficien- conocimiento verdadero y universal'
cia, creo, que precisamente el sentido que siente, compara y
conecta las cosas semejantes, constituye lo universal.
Pero si se quiere que el asunto esté aún más claro, considé- Se puede comprobar, por ejemplo,
rense las bestias, que los mismos peripatéticos [los aristotéli- que también los animales están
cos] sacan a relucir: las bestias están dotadas sólo de sentidos; capacitados para emplear conceptos
sin embargo, tienen conocimientos universales casi corno los universales.
hombres. No se puede dudar en absoluto de que reconocen al
hombre, al león, al animal y a la planta tanto como a las dife-
rencias entre una y otra cosa, así como saben que el fuego
calienta y que el aire y el agua son maleables ...
El espíritu percibe las cosas, porque percibe que está in- La pasividad de la percepción
fluido, modificado y movido por ellas. Y la sensación que se garantiza su veracidad.
tiene de todas las cosas de este tipo se verifica siempre del mo-
do en que se ha dicho ...
735 l
1 .~
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. - - ;!1 MAGOS Y NATURALISTAS
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.
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..,F[·í·o y calor son los dos principios Puesto que tanto el cielo como la Tierra, los cuerpos mayo-
~: cósmicos universales. res del mundo y los primeros en ser formados por Dios según
el testimonio de las Sagradas Escrituras, están constituidos el
uno por el calor y el otro por el frío; y puesto que todos los de-
más componentes están hechos de Tierra modificada por el ca-
lor del Sol, parece claro que el calor y el frío son los principios
agentes de todas las cosas.
lí[frflb.1.'én el frío es necesario para la En efecto, a excepción de la Tierra misma, ninguno de los
112s.. vida, por oposición al ca/oc otros está constituido por el frío, sino que todos lo están por
el calor; y para que devinieran como son, fue necesaria tam-
bién la obra de un frío que graduase y moderase la acción del
calor, y puesto que uno de los dos primeros cuerpos es obra del
frío, parece que podemos concluir que éste debe ser igualmente
concebido como uno de los dos principios agentes.
NATURALISMO
Es la posición filosófica sostenida por los primeros filósofos griegos (véase
1, 17) y por Telesio, según la cual: 1) nada existe fuera de la naturale-
za; 2) Dios es sólo la energía o la lógica interna de la naturaleza; 3) hay
que indagar en la naturaleza sin recurrir a ningún principio de tras-
cendencia, sin partir de esquemas mentales o convicciones metafísi-
cas previas.
736
CAMPANELLA
Campanella
1568-1639
ocos filósofos han tenido una vi-
P da tan agitada como Tommaso
Campanella. Nacido en Stilo, Calabria,
ingresó en la orden de los Dominicos,
donde despertó muy pronto sospechas
de herejía por sus doctrinas, en las que
el interés por la magia y la astrología
(temas caros a los pensadores del
Renacimiento) se mezclaba con un ori-
ginal deseo de renovación social y po-
lítica. Campanella fue acusado por el
gobierno español de haber organiza-
do una revuelta en su país natal con el
objetivo de realizar en las montañas
de Sila un modelo de comunidad per-
f eeta según los principios indicados en
la Ciudad del Sol, su más importante
texto filosófico, y condenado a muer-
te. Logró evitar la hoguera fingiéndo-
se loco perdido (es decir, demostran-
do a sus jueces ser insensible al dolor,
hasta el punto de reír y conversar ama-
blemente durante las torturas). La pe-
na de muerte le fue conmutada por la
de prisión perpetua, pero los veinti-
siete años que Campanella pasó en pri- Retrato de Tommaso Campanella.
sión no fueron del todo inútiles.
Estudioso infatigable, jamás cejó en su
empeño intelectual, y fue justo en ese
período cuando escribió sus obras más importantes. Liberado en 1626 y llevado a
Roma cono personaje célebre y admirado por el propio papa, Campanella sufrió, sin
embargo, otros procesos judiciales, promovidos esta vez por la Inquisición, que sos-
pechaba de sus ideas teológicas. Sintiéndose inseguro, escapó a Francia, donde fue
acogido con benevolencia por el rey Luis XIII, quien le facilitó una pensión que le
permitió vivir tranquilo los últimos diez años de su vida, ocupado en la redacción de
sus últimas e imponentes obras (los dieciocho libros de la Metafísica y los treinta de
la Teología).
Obras principales: La Ciudad del Sol (1602); Del sentido de las cosas y de la magia
(1604); Apología de Galileo ( 1626).
737 L
CAMPANELLA
75 La maravillosa
Ciudad del Sol
EL PROBLEMA ¿Es posible construir un entorno vital, como una enorme antena, las influencias astrales
una dudad, que ayude a los hombres a ser mejores? positivas de los siete planetas. A pesar de ello, se tra~
LA TESIS Ciertamente, la propuesta urbanística for- ta del primer ejemplo de utopía urbana (un género
mulada por Campanella en La Ciudad del Sol (obra literario destinado a ulteriores desarrollos) de la épo-
de la que se han extraído todos los fragmentos pro- ca moderna. El diálogo imaginario de Campanella
puestos) se resiente todavía de la cultura mágica tiene lugar entre un caballero de la orden de Malta
típica del Renacimiento: los círculos superpuestos y un viajero genovés, almirante al servicio de
de la ciudad han de ser siete, de manera que capte, Cristóbal Colón.
t"fHifabulosa Ciudad del Sol se sitúa )_, CABALLERO Cuéntame, te ruego, todo cuanto te aconteció du-
l:s~n la isla de Taprobana, tal vez la rante la navegación.
actual Ceilán. GENOVÉS Ya te he contado cómo di la vuelta al mundo y tam-
bién cómo llegué a la isla de Taprobana y me vi obligado a sal-
tar a tierra, y cómo después, huyendo de la furia de los habi-
tantes del lugar, salí de la selva y me hallé en una gran llanura
sita justo bajo la línea equinoccial.
CABALLERO Y allí, ¿qué te sucedió?
GENOVtS Encontré enseguida un escuadrón de hombres y mu-
jeres, armadas incluso ellas. Muchos de ellos entendían mi len-
gua, y me condujeron a la Ciudad del Sol.
CABALLERO Dime, ¿cómo está construida esta ciudad? ¿Y có-
mo se gobierna?
está estructurada en siete GENOVtS La mayor parte de la ciudad está edificada sobre una
círculos, en analogía con la colina que se alza en mitad de una vasta llanura. Sus murallas,
estructura del Universo. sin embargo, se extienden mucho más allá de las pendientes de
dicha colina, y al ser ésta tan grande, el diámetro de la ciudad
supera las dos millas, y su circunferencia es de más de siete.
Como la ciudad está construida sobre pendientes, hay más edi-
ficios de cuantos podría haber si se hallase en la entera llanura.
La ciudad está dividida en siete círculos inmensos, cada uno de
los cuales recibe el nombre de uno de los siete planetas.
''"" r,,,,,,,r puertas están orientadas Estos círculos están conectados entre si por medio de cuatro
según los puntos cardinales. calles que llevan a las cuatro puertas de la ciudad, y éstas se
abren a los cuatro puntos cardinales. Está construida de tal for-
ma que si fuese tomado el primer círculo de muralla, se nece-
sitaría un mayor esfuerzo para tomar el segundo y otro ma-
yor para el tercero, de forma que habría que tomarla siete veces
para conquistarla.
Vfi.. En la cúspide de esta ciudad ·_._\ GENOVÉS En la cima del monte se abre una plaza, en cuyo
(éas,endente hay un templo orcular 1 centro se levanta un templo de maravillosa factura. El templo
que imita la esfera cósmica. es perfectamente circular y carece de muros alrededor, sino que
está construido sobre columnas robustas y muy hermosas que
sostienen una cúpula. Edificada con arte admirable, en el cen~
tro de ésta existe una cúpula menor que tiene una abertura por
encima del altar, que es único y está situado en el centro del
templo. El pasillo a lo largo del cual están dispuestas lasco-
l 738
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Sobre el altar no hay más que un gran mapamundi, en el que ¡ Una hendidura en el techo del -i ·,,;¡
están representadas todas las constelaciones, y otro en el que \ templo permite recoger las _..
está representada la Tierra. En el cielo pintado sobre la cúpu- influencias positivas de los astros.
la brillan las estrellas más importantes del firmamento, cada
una con tres versos al lado que definen su nombre y las in-
fluencias que ejercen sobre las cosas terrenas. Están igualmente
representados los polos y los círculos, que son incompletos a
causa de la falta de la parte inferior de la esfera, pero que se
pueden ver en los globos del altar. En el pavimento resplan-
decen piedras precíosas y siete lámparas, siempre encendidas,
con los nombres de los siete planetas.
739 [
CAMPANELLA
Los acoplamientos bien Dado que, cuando se ejercitan en la lucha, hombres y mujeres
programados mejoran la raza. están desnudos como los antiguos griegos, los maestros saben
quiénes son o no aptos para la procreación y qué cuerpos son los
mejores para unirse. Así, tras haberse lavado, se dedican a la pro-
creación cada tres noches. Las mujeres sanas y hermosas se em-
parejan con hombres fuertes y virtuosos, mientras que las mu-
jeres gruesas se destinan a hombres delgados y las delgadas a
gruesos, de manera que se alcance un equilibrio.
C Las modalidad y la hora de los Por la noche, los niños preparan el lecho a las parejas y és-
L.cacoplamientos son decididos por tas se acuestan según lo prescrito por la maestra o el maestro.
los dirigentes. Nunca practican el coito hasta concluida la digestión y las ple-
garias. Disponen de estatuas de hombres ilustres para que las
mujeres las contemplen. Después se asoman a la ventana, pi-
den al Dios del Cielo que les conceda una buena descendencia
y se acuestan en celdas separadas hasta llegada una determi-
nada hora en que los maestros las despiertan para el empare-
jamiento. Esa hora es determinada por el Astrólogo y el Médico.
Se intenta captar las influencias Buscan siempre escoger el momento en que Mercurio y Venus
positivas de los astros. salen por el horizonte antes que el Sol, asumiendo respecto a
éste una posición que resulte favorable, mientras Júpiter, Saturno
y Marte se encuentran, respecto a ésos, en una posición den-
tro de la franja zodiacal ele significado igualmente favorable.
También el Sol y la Luna, planetas que a menudo determinan
el destino, deben hallarse en la misma condición ...
Algunas cualidades morales están Ellos creen que la pureza de la persona, que favorece las vir-
presentes desde el nacimiento. tudes, no es algo que se adquiera con la práctica y necesita de
una disposición natural que permita el desarrollo de las vir-
tudes morales. Aquellos que no están dotados de una buena
naturaleza observan las leyes únicamente por temor a ser cas-
tigados y, apenas les es posible, destruyen la república abier-
tamente o en secreto. Por eso, todos los esfuerzos deben con-
centrarse en la selección de los nasciturus y en la observación
de las dotes naturales, y no hay que dejarse engañar por la
riqueza o la nobleza.
740
CAMPANELLA
La familia debe
ser abolida 11
EL PROBLEMA La institución familiar, ¿es natural e en la ciudad ideal, y ser sustituidas por un ambien-
insustituible? ¿Hay modos alternativos respecto a la te de vida totalmente comunitario. Sólo esas refor-
familia para educar a los jóvenes? mas radicales, que abarcan incluso la comunidad de
LA TESIS Retomando tesis ya enunciadas por Platón las mujeres, pueden dar lugar al nacimiento de un
en la República, Campanella sostiene que tanto la fa- nuevo tipo de hombre que supere el egoísmo y el in-
milia como la propiedad privada deben ser abolidas dividualismo.
• CABALLERO Pero dime, amigo, los magistrados, los fun- La Ciudad del Sol se basa en una
cionarios, los cargos, la educación y todo el modo en que se filosofía comunitaria, tanto para los
vive, ¿son propios de una república, de una monarquía o de bíenes como para fas mujeres. -
una aristocracia?
GENOVÉS Estas gentes llegaron a ese lugar de la India para es-
capar a la furia de los tártaros y de otros saqueadores y tiranos,
por lo que, todos de acuerdo, decidieron iniciar una vida filo-
sófica, compartiéndolo todo. Para respetar el principio de la ab-
soluta comunidad de los bienes, decidieron compartir incluso
a las mujeres, aunque ésa no es costumbre en su país de origen.
Todas las cosas son comunes, estando en manos de los ofi- Los vicios sociales nacen de la
ciales su distribución: no sólo el alimento, sino también las propiedad privada y de la institución
ciencias, los honores y las diversiones son comunes, de modo familiar
que nadie puede apropiarse de nada. Ellos sostienen que el con-
cepto de propiedad nace del poseer una casa, tomar una mujer
y tener hijos. De ahí nace el amor propio que lleva a cada uno
a desear enriquecerse y acumular bienes para sus herederos.
Así, quien es potente y temido defrauda a la república, mien-
tras que el débil y pobre de nacimiento se hace avaro, intrigante
e hipócrita. Todo eso, sin embargo, tiene solución: una vez eli-
minado el amor propio, sólo queda el amor a la comunidad.
CABALLERO Así pues, nadie querrá trabajar y esperará que lo la abolición de la propiedad privada
haga otro, como Aristóteles argumenta contra Platón. produce un hombre mejo,
GENOVÉS No soy hábil en las disputas filosóficas, pero puedo
decirte que ellos aman a su patria de manera sorprendente,
más de cuanto se dice la amaban los romanos, y lo hacen con
total desinterés. Y creo que si no tuviesen parientes o amigos
ni la ambición de hacerse famosos y respetados, nuestros mon-
jes y sacerdotes serían igualmente más desinteresados y cari-
tativos con todos.
741
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-..· . 7 ....,....,C,..AªM""P""A""N""E""L""LA""""""""'""'"[...,...,....,......,....,.........,..,.......,.....,.,.__
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sociedad comunitaria y no CABALLERO Así, pues, en la Ciudad del Sol no habrá amistad
basada en la familia también pues no pueden hacerse favores entre sí. '
puede desarrollar valores éticos. GENOVÉS Al contrario: es grandísima, pues es hermoso el ver
que entre ellos no pueden darse cosa alguna, pues todo lo re-
ciben de la comunidad, cuidando mucho los oficiales que na-
die reciba más de lo que merece, pero que todos tengan cuan-
to necesitan. Y el amigo se reconoce entre ellos en las guerras
en la enfermedad y en las ciencias, donde se ayudan y se en'.
señan entre ellos. Y todos los jóvenes se llaman hermanos, y
llaman padres a los que tienen quince años más que ellos, e hi-
jos a los que tienen quince años menos que ellos. Y además es~
tán los oficiales atentos a todo, para que en la relación frater-
nal nadie cometa injusticia con otro.
Un original sistema
78 didáctico
EL PROBLEMA ¿Cuál es el mejor método de ense- rallas están pintados con representaciones del saber
ñanza? ¿Es posible transmitir la cultura a todos in- humano, por lo que la enseñanza es posible sin ma-
distintamente? yor esfuerzo que el de, simplemente, obse1var las fi-
LA TESIS El sistema didáctico imaginado por guras. Tras reflexionar sobre esta innovadora pro-
Campanella para la Ciudad del Sol es realmente in- puesta, Comenius, el gran pedagogo del s. xvn,
novador: todas las paredes de los siete círculos o mu- inventó el abecedario.
ffñ la Ciudad del Sol, la cultura está ·)· • En la Ciudad del Sol hay un solo libro para todos, que con-
f;,. a disposición de todos los . " tiene todas las ciencias; y Sabiduría lo da a leer a todo el pue,
ciudadanos. blo, como hacían los pitagóricos. Sabiduría ha ordenado plas-
mar en todas las murallas el saber contenido en ese libro.
cara exterior del primer jirón En los muros exteriores del templo se han dibujado las es-
muralla se han dibujado todas trellas, todas en perfecto orden y descritas con tres versos. En
las figuras matemáticas. Por dentro el interior del primer circulo de muros se han dibujado más fi-
está el mapa de la Tierra. guras matemáticas de las descritas por Euclides y Arquímedes,
cada una con Su expresión matemática. En la parte exterior es-
tá el mapa de la Tierra, con sus subdivisiones en Estados y re-
giones y con la descripción de sus respectivas costumbres, le-
yes y religiones. Están dibujados todos los alfabetos del mundo.
contrastados con el que se utiliza en la Ciudad del Sol.
los muros del segundo círculo En el interior del segundo círculo de muros están las piedras
. están las imágenes del mundo ) preciosas, los minerales y metales de todo tipo, dibujados o en-
mineral. castados en el muro, con dos versos descriptivos para cada uno.
En el exterior están dibujados mares, lagos y ríos, además de
vinos y todo tipo de esencias con indicaciones sobre su origen
y las características que los distinguen.
enseñanza elemental tiene lugar Además, hay numerosos expertos en estas materias que edu-
observando las figuras. -) can a los niños. Éstos, jugando libremente y sin constriccio-
nes, alcanzan a conocer la historia del mundo antes de cum-
plir los diez años.
742
CAMPANELLA
A todos se les enseñan todas las materias desde niños. A par- (; El objetivo no es la especía/ízac.ióíl,;ií¡i
tir de los tres años de edad, los niños aprenden la lengua pa- \e profesional, sino una formación ..:'2íl
seando cerca del muro en grupos de cuatro. Cuatro ancianos integral y ética.
los guían y les hacen de maestros, haciéndoles también jugar
y correr para que crezcan robustos. Los niños van siempre des-
calzos y a cabeza descubierta hasta la edad de siete años. Los
ancianos les llevan a los talleres de sastres, pintores, orfebres
y demás, y observan a qué oficios se sienten más inclinados.
Desde los siete años, empiezan todos a asistir a las clases de La enseñanza superior es poliéd···n·•·tg~
ciencias naturales ... Hay cuatro profesores de esta materia, y no olvida el cuerpo. :.;,;ia
de manera que en cuatro horas se dan clases a cuatro escua-
dras. Y mientras unos toman lecciones de una determinada
materia, otros hacen ejercicios físicos o se dedican a activida-
des útiles para la colectividad. Después se dedican a la mate-
mática, a la medicina y a otras ciencias, discutiendo y com-
pitiendo unos con otros. Cada uno se ocupará en la vida de
aquella rama del saber en la que hayan demostrado ser mejo-
res. Cada ciencia o profesión tiene su jefe responsable. Los mu-
chachos van también al campo para aprender cómo alimentar
a las bestias y cultivar las mieses.
743 l
MAQUIAVELO
Maquiavelo
1469-1527
icolás Maquiavelo pertenece a
N la selecta lista de hombres que
pueden enorgullecerse de haber da-
do origen, con su nombre propio, a
una nueva palabra del vocabulario.
Cierto es que maquiavélico se utili-
za con frecuencia en sentido des-
pectivo, pero también hay que tener
en cuenta que sus numerosos de-
tractores nunca fueron del todo sin-
ceros. El rey de Prusia Federico II,
por ejemplo, llegó a escribir un en-
sayo en contra de la noción de razón
de Estado sostenida por el pensador
florentino, pero luego, en la prácti-
ca, aplicó con intensidad el princi-
pio del realismo político.
De familia noble aunque no rica,
Maquiavelo recibió una buena edu-
cación humanística y fue durante ca-
torce años secretario de la República
florentina, labrándose una reputa-
ción de estadista que estaría luego
en la base de sus obras políticas. En
1512 tuvo que dimitir tras el regre-
so de los Médicis a Florencia (1512),
y apartado de la actividad política y
confinado a una vida solitaria en el
campo, aguardó el cambio de clima Retrato de Nicolás Maquiavelo.
político componiendo comedias y en-
sayos de historia y de arte militar. En
1520 fue llamado por los Médicis y reinició una modesta actividad política, aunque
este relativo éxito le valió, en definitiva, una última desilusión: cuando en 1527 se
restauró la República florentina, el viejo secretario de cancilleria, ya próximo a la muer-
te, fue de nuevo excluido.
Maquiavelo escribió dos comedias: La mandrágora y Clizia, así como numerosas obras
histórico-políticas: El príncipe (1513), Discursos sobre la primera década de Tito Livio
(1513-1521), Sobre el arte de la guerra (1521) e Historias Florentinas (1521-1525).
744
MAQUIAVELO
• Queda por ver cuáles deben ser las maneras y el gobierno de La relación entre moral y política
un príncipe respecto a súbditos y amigos ... Me ha parecido más se plantea en su verdad fáctica:
conveniente ir a la verdad real de la cosa que a su representación es decir, en su realidad de hecho,
imaginaria. Muchos se han imaginado repúblicas y principados y no según principios abstractos.
que nadie ha visto jamás ni se ha sabido que existieran realmente;
porque hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vi-
vir, que quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debe-
ría hacer aprende antes su ruina que su preservación, pues un
hombre que quiera hacer en todo profesión de bueno, labrará su
ruina entre tantos que no lo son. Por ello, si quiere mantener-
se, un príncipe debe aprender a poder no ser bueno y a emplear
o no esa capacidad en función de la necesidad.
Dejando, a un lado las cosas imaginadas a propósito de un Al evaluar a los hombres comunes;\;
príncipe, y discurriendo las que son verdaderas, digo que to- tenemos claros los criterios del :·_-jj
dos los hombres, cuando se habla de ellos -y sobre todo los Juicio ...
príncipes, por estar en un lugar más elevado- son designa-
dos con alguno de los rasgos siguientes que les acarrean o cen-
sura o alabanza. Y es por esto que uno es tenido por liberal,
otro por tacaño; uno es considerado dadivoso, otro rapaz; uno
cruel, otro clemente; uno desleal, otro fiel; uno afeminado y
pusilánime, otro fiero y valeroso; el uno humano, el otro so-
berbio; el uno lascivo, el otro casto; el uno íntegro, el otro
astuto; el uno rígido, el otro flexible; el uno ponderado, el otro
frívolo; el uno devoto, el otro incrédulo, y así sucesivamente.
Yo sé que todo el mundo reconocerá que sería algo digno de los Pero la moral ordinaria llevaría a la,,;
mayores elogios que un príncipe estuviese en posesión, de entre destrucción del Estado: en politica__-i
las cualidades enumeradas, de aquellas tenidas por buenas. Mas, hay virtudes perniciosas y vicios
puesto que la condición humana no permite poseerlas ni obser- beneficiosos.
varlas enteramente, le es necesario ser prudente y evitar la infa-
mia de aquellos vicios que le arrebatarían el Estado, y mante-
nerse a salvo de los que se lo quitarían, si le es posible; pero si no
le es posible, puede incurrir en ellos con menos miramientos. Y
que no se guarde de incurrir en la infamia de aquellos vicios sin
los que difícilmente pueda salvar su Estado; porque, si se consi-
dera todo como se debe, encontrará algo que parecerá virtud y; si-
guiéndolo, se ganará su mina; y algo más que parecerá vicio y, si-
guiéndolo, obtendrá su seguridad y su bienestar.
745
7 &
r-,.••·•1.....,..... M,..A""Q"'"U""IA""V""E""L""O"""".....,¡¡'.,.;
80 Cuándo es necesiaria la
crueldad, y cuándo la piedad
EL PROBLEMA ¿La política debe ser moderada por la supuesto, lo ideal para el Príncipe sería ser al mis-
piedad? ¿Es mejor para el príncipe ser amado que mo tiempo temido y amado, pero en la práctica am-
temido, o viceversa? ba~ cosas?º son fácilmente conc.il\ables. Así pues,
LA TESIS La política debe usar todos los instrumen- qmen gobierna el Estado debe decidir cada situación
tos que garanticen su éxito. También la moderación con arreglo a la oportunidad. Lo que no debe ha-
es necesaria, pero la bondad sistemática termina por cer en ningún caso es sujetar la práctica del gobier-
afectar el orden de la sociedad, produciendo daños no a las normas que regulan la ética individual (De
aún mayores que un uso realista de la violencia. Por El principe).
[é~sar Borgia, llamado el Valentino, • Digo que todo príncipe debe desear ser tenido por clemente
~-'·· hijo del papa Alejandro VI, y no por cruel, pero no debe estar menos atento a no hacer mal
representa el mejor ejemplo de uso de esta clemencia. César Borgia era considerado cruel y, sin
príncipe. embargo, su crueldad restableció el orden en la Romaña, res-
tauró la unidad y la redujo a la paz y a la lealtad al soberano.
[f:/í/J_olítica, la piedad produce más Un príncipe, por lo tanto, no debe preocuparse por la fama
~, daños que ventajas. de cruel si a cambio mantiene a sus súbditos unidos y leales;
porque con poquísimos castigos ejemplares será más clemen-
te que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten
que los desórdenes continúen, de lo que se derivan siempre
asesinatos y rapiñas; porque estas últimas suelen perjudicar: a
la entera comunidad, rni~ntras que las ejecuciones ordenadas
por el príncipe perjudican sólo a un particular.
Aun cuando haga uso de la Al contrario: debe ser grave al creer y al moverse, y no tener
crueldad, el príncipe no debe miedo de sí mismo; y proceder de manera temperada con pru-
aparecer como una persona cruel. dencia y humanidad, que la demasiada confianza no lo vuelva
incauto y que la demasiada desconfianza no lo tome intolerable.
!lJ;ffahto la piedad como la crueldad Nace de aquí una cuestión ampliamente debatida: si es me-
Y!ah,útiles. La crueldad es necesaria. jor ser amado que temido, o viceversa. Se responde que sería
menester ser lo uno y lo otro; pero, puesto que resulta dificil
combinar ambas cosas, cuando haya que renunciar a una de las
dos, siempre será mucho más seguro ser temido que amado;
motivaciones de esta política Porque, en general, se puede decir lo siguiente de los hombres:
son de orden psicológico. son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que
son, huyen del peligro y están ávidos de ganancias; y mientras les
haces favores son todo tuyos, te ofrecen la sangre, los bien~s, la
vida, los hijos -como anteriormente dije-, cuando la necesidad
está lejos; pero cuando se te viene encima, te vuelven la cara.
il)¿¡'i'..En política, la amistad se basa Y aquel príncipe que se ha apoyado enteramente en sus pro-
fuííllicamente en el interés recíproco. mesas, encontrándose desnudo y desprovisto de otros prepa·
rativos, se hunde: porque las amistades se adquieren a costa ?e
un precio, y no con grandeza y nobleza de ánimo, [las amis-
l! 746
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7
MAQUIAVELO ..,,.
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y los hombres sienten menos respeto a ofender a uno que se El temor al castigo produce
haga amar, que a uno que se haga temer; pues el amor emana políticos más sólidos que los
de una vinculo basado en la obligación, el cual, por ser los hom- amor.
bres malvados, queda roto en toda ocasión oportuna; pero el
temor emana del miedo al castigo, que jamás te abandona. El
príncipe, no obstante, debe hacerse temer de manera que si le
es imposible ganarse el amor, evite el odio; porque bien pue-
de combinarse el ser temido y el no ser odiado. Conseguirá es-
to siempre que se abstenga de tocar los bienes de sus ciuda-
danos y de sus súbditos, y a sus mujeres.
y si a pesar de todo le resulta necesario ejecutar alguien, de- La crueldad política debe estar
berá hacerlo cuando haya justificación oportuna y causa ma- siempre justificada y nunca
motivada por intereses
nifiesta. Pero, por encima de todo, debe abstenerse de todos
los bienes ajenos, porque los hombres olvidan con mayor ra-
pidez la muerte del padre que la pérdida del patrimonio.
Además, motivos para arrebatar los bienes no faltan nunca, y
el que comienza a vivir con rapiña encontrará siempre razo-
nes para apropiarse de lo que pertenece a otros ...
Entre las admirables acciones de Aníbal, se cuenta que te- En tiempos de guerra, fa crue/da. d;EJ
niendo un ejército muy numeroso en el que había hombres de es imprescindible. ,.:.lill
países muy diversos que iba a combatir en tierras extrañas,
nunca surgió ninguna disensión ni entre ellos ni contra su
Príncipe, tanto en la buena como en la mala fortuna.
Esto no pudo provenir más que de su inhumana crueldad, Aníbaf alternaba momentos de. ii"
que, junto con sus infinitas virtudes, le hizo siempre respetable piedad y de crueldad. Los segundosi
y terrible a los ojos de sus soldados. Y sin ella no le habrían bas- servían para resaltar, por conTtasre,..,
tado sus otras virtudes para obtener el mismo efecto. Y los es- los primeros.
critores, poco reflexivos en esto, por una parte admiran sus
acciones, y por otra condenan el principal motivo de éstas ...
• Aun cuando es digno de elogio que un príncipe manten- El príncipe debe mantener fa pafáb[~
ga su fe y viva con integridad y no con astucia, cada uno lo en- empeñada según su conveniencia.:..:JJ
tiende; no en vano la experiencia de nuestra época demuestra
que los príncipes que han logrado grandes cosas no han he-
cho demasiado caso de la fe y han sabido manipular con as-
tucia las mentes de los hombres; y al final, han superado a
aquellos príncipes que confiaban en la lealtad.
747 [
MAQUIAVELO
El príncipe debe alternar la ley Debéis, pues, saber que hay dos maneras de combatir: una
y la fuerza ... con las leyes y otra con la fuerza: la primera es propia del hom-
bre; la segunda lo es de las bestias. Pero como a veces la pri-
mera no basta, es necesario recurrir a la segunda.
...y más específicamente, debe ser Por lo tanto, un príncipe debe saber hacer buen uso tanto del
zorro y !eón,· es decir, animal como del hombre. Los escritores de la Antigüedad han
astuto y agresivo. enseñado este principio a los príncipes de forma encubierta,
describiendo de qué forma Aquiles y muchos otros príncipes
antiguos fueron confiados a los cuidados del centauro Quirón,
para que los educase bajo su disciplina. Tener como precep-
tor a un ser medio animal y medio hombre no significa otra co-
sa que un príncipe debe saber emplear ambas naturalezas, y
que la una no puede perdurar sin la otra. Estando, pues, el prín-
cipe obligado a saber comportarse a veces como una bestia, de
entre ellas ha de elegir el zorro y el león; porque el león no .
sabe defenderse de las trampas ni el zorro de los lobos. Es ne-
cesario, pues, ser zorro para conocer las trampas y león para
l
atemorizar a los lobos.
El príncipe debe actuar en Por consiguiente, un señor prudente no puede ni debe man~
1
interés del Estado. tener la palabra dada cuando tal cumplimiento se vuelva en
contra suya y hayan desaparecido, además, los motivos que
obligaron a darla.
La propensión a la traición es Y si los hombres fuesen todos buenos, este precepto no lo se-
connatural a la especie humana. ría; pero como son malos y no mantienen lo que prometen,
tampoco tú tienes por qué mantenérselo a ellos.
así, fa traición debe ir siempre Jamás le faltaron a un príncipe motivos legítimos con los que
enmascarada. En política, la disimular su inobservancia. De esto se podrían dar infinitos
apariencia es tan importante como ejemplos modernos, y mostrar cuántas paces, cuántas prome-
fa sustancia. sas han sido hechas en vano por culpa de la infidelidad de los
prfncipes: y el que ha sido más zorro, a ése le ha ido mejor. Pero
también es necesario saber matizar
-'\ esta condición y ser un gran simu-
lador y disimulador: y son tan sim-
ples los hombres y dependen tanto,
de las necesidades presentes, que
aquel que engaña encontrará siem-
pre a quien se deje engañar.
REALISMO POLiTICO
Es el principio enunciado por Maquiavelo,
según el cual la acción política encuen-
tra en sí misma su justificación, alga-
rantizar el orden y la libertad de la con-
vivencia civil. La política, por lo tanto,
constituye una ciencia autónoma e in-
Otro retrato dé._,. dependiente de cualquier sistema ético
Maquíavelo./ o religioso.
748
MORO
Moro
1478-1535
74q
Trabajar todos y trabajar
82 menos en la isla de Utopía
EL PROBLEMA ¿Es posible hacer más justo el siste~ iguales y todos se ocupan en la agricultura o en
roa productivo? ¿En qué condiciones podría el tra~ la artesanía, de tal modo que la rotación del tra~
bajo convenirse en una actividad gratificante? ¿Es bajo impida la aparición de diferencias sociales.
preferible la formación integral del hombre o la es~ También se trabaja poco, porque en una sociedad
pecialización profesional? en la que todos trabajan, queda incluso espacio
LA TESIS En la isla de Utopía no hay diferencias para el tiempo libre, la diversión y las actividades
de sangre o de género; todos los ciudadanos son recreativas.
buena educación debe ser .) • udn arte que to dos, hombres yd mudjereds, conofcen muy bien,
tanto práctica como teórica. es e 1 e 1a agricu 1tura. Lo apren en es e la in ancia, en par-
te aprendiendo las bases en la escuela, en parte ejercitándolo
casi como un juego en los campos cercanos a la ciudad. De es-
ta manera no sólo aprenden la teoría, sino que ejercitan sus
propios cuerpos en su práctica.
La ropa se produce en familia. ,0, Los vestidos son iguales para todos los habitantes de la isla (sal-
./ vo las diferencias en el vestir que distinguen a los dos sexos y a los
célibes de los casados) y siempre idénticos para todas las edades;
ello no impide que sean de atractivo corte, ni que resulten có-
modos tanto en verano como en invierno, Cada familia confec-
ciona sus propios vestidos, aunque respecto a los demás oficios,
cada hombre y también cada mujer aprende uno en particular.
Hay profesiones femeninas y Las mujeres, por su constitución más débil, se dedican a los tra-
masculinas. bajos menos duros, como la elaboración de la lana y del lino. Del
resto de los trabajos, los más duros son ejercidos por los hombres.
¡:;¡ · Se favorece fa formación En general, casi to.dos los niños son educados en la profesión
lliiL. vocacional, incluso cambiando el ) de sus padres, porqúe es algo que llevan en la misma sangre.
ambiente famí/íar. Pero si alguien se siente atraído hacia otro oficio, es adoptado
por la familia en la que se practica la actividad por él elegida.
En tal caso, tanto su padre como el magistrado cuidan de que
sea puesto al servicio de un jefe de familia serio y honesto. Del
mismo modo, si alguien especializado en un oficio quiere apren-
der otro, se le permite hacerlo en idénticas condiciones. Una
vez conseguidos los dos, puede ejercer el que más le agrade, a
condición, sin embargo, de que la ciudad no necesite más de
uno de ellos.
!tfn_e_cesario el justo equilibrio entre · La principal, por no decir única, misión de los encargados
12L trabajo y reposo. /1 del control, es la de velar para que nadie se entregue a la ocio-
sidad, sino que todos se apliquen al máximo a su trabajo, pe-
ro sin por ello fatigarse trabajando como bestias desde el alba
J 750
A f2
>j MORO 1·•_·-•--•
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1
hasta el anochecer, pues una- tal condición es mucho peor que
la misma esclavitud.
Y, sin embargo, ésta es la condición de los trabajadores en
todas partes, excepto en Utopía.
Allí se divide la jornada en veinticuatro horas iguales, y En una sociedad Justa, seria posibl~]¡
dedican sólo seis al trabajo. Trabajan tres horas antes del me- trabajar sólo seis horas al día. ___ ;j¡
diodía, y a continuación almuerzan y dedican dos horas al re-
poso; después trabajan otras tres horas, para terminar con la
cena. Contando la primera hora desde el mediodía, se acues-
tan a las ocho de la tarde y duermen ocho horas.
Cada cual pasa el tiempo que les queda entre el trabajo, la l_•-_ El tiempo libre se emplea en
comida y el descanso, como mejor cree; pero no en lascivias u \ actividades formativas.
otras ocupaciones inocuas, sino que, estando libres de fatiga
corporal, se empeñan útilmente en cosas agradables y prove-
chosas. Estas horas de tiempo libre a menudo se dedican al es-
tudio. Según una solemne tradición, cada mañana antes del al-
ba se celebran lecciones públicas a las que están obligados a
asistir sólo los que han sido elegidos para estudiar.
A pesar de ello, hay que reconocer que muchos, tanto hom- La elección profesional debe seg«i/~
bres como mujeres de todas condiciones, se agolpan en el el criterio de la vocación persona!!i:5!1
lugar de los cursos para escuchar sus lecciones: unos a unas,
otros a otras, según sus preferencias. Pero si alguno prefie-
re dedicar este tiempo libre a los trabajos de su oficio (co-
mo sucede a muchos, cuyo intelecto no alcanza la elevación
contemplativa que requieren las artes y las ciencias), nadie
se lo impide; al contrario, se les felicita por ser útiles a la
República.
Pero ahora considerad atentamente algo, o de otro modo po- ' Un horario de trabajo reducido
dríais engañaros. Sabiendo que sólo dedican seis horas al tra- {_" empobrece a la sociedad.
bajo, podríais pensar que de ello se derive una gran carencia
de bienes. No es así, porque ese limitado número de horas
no sólo es suficiente, sino que basta y sobra para poder vivir
cómodamente.
Lo comprenderéis enseguida si observáis atentamente la mu- (: En nuestra sociedad trabaja sóló ?f~
cha gente ociosa que hay en otras naciones. En primer lugar, , una pequeña parte de la poblacióaJ
casi todas las mujeres, que son más de la mitad de la pobla-
ción (allí donde las mujeres tienen alguna ocupación, enton-
ces son los hombres los que no hacen nada); después, la gran
turba ociosa de los sacerdotes y la de aquellos que se hacen
llamar hombres de la Iglesia. Añadámosles los ricos, en espe-
cial los propietarios de terrenos, que la gente suele llamar gen-
tilhombres o nobles.
Incluid en este número a sus servidumbres, esa chusma Si el trabajo fuese distribuido
de bergantes y espadachines sin oficio que les rodean. \ igual, todos podrían trabajar
Añadámosles ciertos mendigos robustos y sanos que es- menos.
conden su vivir ocioso tras de una enfermedad o malfor-
mación. Os daréis cuenta entonces de que las cosas que los
hombres necesitan para vivir se producen con el trabajo de
unos pocos.
751 [
MORO
EL PROBLEMA¿ Qué soluciones pueden adoptarse pa- les era contemporánea. Las mujeres pueden partici-
ra mejorar la convivencia social? ¿Es lícita la se- par en las actividades bélicas, aunque -afirma el fi-
xualidad extra matrimonial? lósofo- las mejores guerras son aquellas en las que
LA TESIS No obstante la reafirmacíón de los valores no hay necesidad de combatir; en ciertos casos pue-
tradicionales de la familia y del matrimonio, la con- den obtener el divorcio, y son castigadas lo mismo
dición ele las mujeres descrita por Moro en la isla ele que el marido en caso de adulterio o de una relación
Utopía es mucho mejor que la realidad histórica que sexual anterior al matrimonio.
fam,ha es el elemento base del Diré ahora cómo se comportan unos con otros, cuáles son
tejido social. las relaciones entre las personas y cómo tiene lugar la distri-
bución de las cosas, En primer lugar, la ciudad está formada
por familias, por lo general constituidas por vínculos de san-
gre, Cuando se casan (si es que tienen la edad justa), las mu-
jeres se van a vivir a la casa del marido. Los hijos varones, en
cambio, como todos los descendientes de este sexo, perma-
necen siempre en la misma familia, El jefe de familia es el va-
rón más anciano, a menos que su mente esté afectada por la ve-
jez: en este caso, lo sustituye el que más se le acerca en edad.
Un rigfrJo control demográfico Para evitar que el número prescrito de ciudadanos ni dismi-
determina la estructura de las nuya ni aumente más de lo debido, se ha establecido que nin-
familias. guna familia (en cualquier ciudad, sin contar los bosques cir-
cundantes, suman unas seis mil) tenga menos de diez o más de
dieciséis hijos adultos. Para los niños, en cambio, no se puede
fijar ningún límite, Esta regla es fácil ele cumplir asignando los
hijos de las familias más numerosas a las menos numerosas. Si
sucede que la ciudad supera el número establecido de nuevos
nacimientos, éstos son enviados a otra ciudad que carezca de
los suficientes.
La fundación de colonias es el En el caso ele que los habitantes ele la isla sean demasiado nu-
remedio para el aumento de la merosos, se escogen algunos para que vayan a vivir a una ciudad
población. construida en la cercana tierra firme, donde hay muchos terrenos
vírgenes y abandonados, La nueva ciudad observa las mismas le-
yes que la isla y acoge, si así lo desean, a los indígenas del lugar.
En tal caso, los dos pueblos, uniéndose y conviviendo, se habi-
túan pronto a los mismos usos y costumbres, y esto con gran pro-
vecho para ambos, Los habitantes de Utopía, con sus leyes, lo-
gran que una tierra que antes era estéril e incapaz de nutrir a los
indígenas, sea pronto capaz de sostener ambas poblaciones.
algunos casos, el colonialismo y Pero si los habitantes de la zona no aceptan vivir con ellos y se-
la requisa de las tierras están gún sus leyes, entonces los expulsan del territorio que han to-
justificados por un superior interés mado, Si aquéllos se niegan o se rebelan, los combaten, De he-
económico general. cho, están convencidos de que no hay guerra más justa que aquella
contra quien mantiene una tierra improductiva, impidiendo a los
demás poseerla y cultivarla cuando es la ley de la naturaleza que
se pueda aprovechar para explotarla y tener de qué vivir.
l 752
MORO
La mujer no se casa antes.de los dieciocho años; el varón, <, La sexualidad prematrímoniaf
no antes de cumplidos cuatro años más. Tanto el hombre co- se desaprueba.
mo la mujer sorprendidos en secreta libido antes del matri-
monio son severamente castigados, y a ambos se les prohíbe
para siempre el matrimonio, a menos que el supremo magis-
trado les perdone la falta. Tanto el padre como la madre de la
familia en cuya casa se ha producido el escándalo son expuestos
a la desaprobación pública, por su poca diligencia en su obli-
gación de velar por los hijos.
Castigan tan severamente estos deslices por estar convenci- < La libertad sexual va contra
dos de que, de no frenar las libertades sexuales, pocos se uni- la institución matrimoníal.
rán en el amor del matrimonio, en el que se debe pasar la vi-
da entera con la misma persona y compartir con serenidad
dolores y desgracias.
Por lo demás, en la elección de la esposa y el marido siguen { Antes del matrimonio, la pareja
con la máxima seriedad y convicción un ritual que, a mi pa- debe verse desnuda.
recer, es absurdo y ridículo. Una dama honorable y honesta
muestra la prometida, sea virgen o viuda, completamente des-
nuda a su pretendiente. Del mismo modo, un anciano sabio
y discreto muestra a la novia a su pretendiente desnudo. Reírnos
de esta costumbre, desaprobándola y considerándola estúpi-
da. Ellos, en cambio, se sorprenden de la estupidez de otros
pueblos que, en la venta de un potrilla de poca monta, sos-
pechan y rehúsan comprarlo si no lo ven sin manta ni silla,
aunque con ellas el potro está casi desnudo ..
Se han visto inducidos a considerar el asunto con la máxi- < La indisolubilidad del matrimonio
ma atención porque en esa parte del mundo son los únicos en- y los casos aceptados de divorcio.
tre todos los hombres que se contentan con una sola mujer y
el matrimonio sólo se rompe por la muerte, salvo en caso de
adulterio o de comportamientos intolerables por parte de un
cónyuge. En estos casos, el Senado concede a la parte ofendi-
da el permiso para casarse de nuevo, mientras que el otro vi-
virá en la infamia y sin poder casarse de nuevo.
Sucede a veces que el hombre o la mujer no van de acuerdo (' El dívorcio por consenso.
y hallan ambos a alguien con quien esperan vivir mejor.
Entonces se divorcian de común acuerdo y contraen nuevo
matrimonio con otra persona. Esto sucede sólo con el con-
sentimiento del Senado, después de que los magistrados y sus
esposas hayan examinado atentamente el caso. El permiso no
se concede a la ligera porque saben que nada hay más peligroso
para la estabilidad del amor conyugal que la fácil esperanza de
un nuevo matrimonio.
Quien rompe el vínculo conyugal es castigado con la más 1 Las penas previstas para
dura esclavitud. Si los culpables de un adulterio están casados, ' el adulterio.
entonces las dos partes ofendidas obtienen el divorcio y pue-
den casarse entre sí (si lo desean) o con quien prefieran. Pero
si una de las partes ofendidas sigue amando al culpable de una
tal perfidia, no está obligada a renunciar al matrimonio, siem-
pre que esté dispuesta a seguir al cónyuge en la esclavitud a la
que se le condena por su grave pecado. Así, a menudo suce-
753 f
MORO
f ................................................,_,___
¡::.
f/!ii5 mejores batallas son aquellas en \ A menudo lamentan y se avergüenzan de una victoria ga-
[E;¿ fas que no se combate. } nada con sangre, ya que juzgan absurdo comprar una mer-
cancía, por muy valiosa que sea, a un precio tan excesivo.
Se complacen mucho si logran derrotar al enemigo con ha-
bilidad y engaño. Celebran este triunfo con festejos públi-
cos, erigiendo un monumento a una acción que consideran
heroica .
~)También fas mujeres participan en ;\ Pero así como el Estado no empuja a nadie a una guerra en
![_. _ fas acciones bélicas. ../ contra de su voluntad, del mismo modo no impide a las mu-
jeres que sigan a sus maridos, si lo desean; al contrario: las
estimulan y alaban a quienes lo hacen. En el campo, todas avan-
zan junto al marido; en la batalla, todos se rodean de hijos, pa-
rientes y amigos, de modo que la natural predisposición les lle-
ve a ayudarse entre sí. Regresar sin la esposa se considera un
deshonor para el hombre, así como para la mujer regresar sin
el esposo o para el hijo hacerlo sin el padre. Por ello, si el ene-
migo es tan aguerrido que obliga al combate cuerpo a cuerpo,
La ejecución de Moro,"':,
en una ilustración de la época/
romántica .
.3 754
MORO
El derecho a
la eutanasia 84
EL PROBLEMA ¿Es justo 'poner fin con la muerte a los dignamente su vida, poniendo fin, con un suicidio
sufrimientos de los enfermos terminales? ¿Debe el asistido, a sufrimientos incurables por la ciencia mé-
suicidio ser prohibido por ley? dica. También avanzado, y hoy de gran actualidad,
LA TESIS Una de las más avanzadas reformas pre- es el principio de que los portadores de diferencias
vistas por Tomás Moro se refiere a la licitud de la eu- y deformidades físicas tengan derecho al mismo res-
tanasia, es decir, al derecho del moribundo a acabar peto que las personas sanas.
• Burlarse de alguien por sus deformidades o mutilaciones (.•· ;/s;::eto por las deformidades .]
es considerado inconveniente y vergonzoso, no para quien ,
es objeto de la burla, sino para quien la hace, considerando
equívocamente como un defecto lo que el otro no ha podido
en absoluto evitar.
De la misma manera, así como consideran errado a quien no El justo equilibrio en el cuidado
conserva su belleza, juzgan insolente y reprobable ayudarla del cuerpo.
con los artificios del maquillaje. Saben por experiencia que
la belleza no hace a las mujeres tan queridas por el marido co-
mo la honestidad y el respeto.
Pero no obligan a nadie a suicidarse en contra de su volun- { Aun así, el suicidio requiere
tad, ni por ello le conceden menos cuidados. Para quien lo de un «permiso».
acepta, morir de ese modo se considera algo honorable. Pero
el que se quita la vida sin haber recibido el permiso de los ma-
gistrados y sacerdotes, es juzgado indigno y se le abandona en
cualquier ciénaga sin darle sepultura.
UTOPÍA
Literalmente, no lugar, es decir, «lugar que no existe», término esco-
gido por Tomás Moro para su obra homónima y que pasó luego al len-
guaje común para designar la descripción de una sociedad ideal, or-
denada según los principios de justicia e igualdad. Los filósofos han
debatido largamente sobre la utilidad de elaborar modelos de Estados
perfectos, y por lo tanto inalcanzables en la práctica.
755 [
GALILEO
Galileo
1564-1642
acido en Pisa de una familia de la burguesía
N media (el padre era músico y comerciante),
Galileo Galilei se trasladó a Florencia a los diez
años, donde recibió su primera educación. Se ins-
cribió en la facultad de Medicina por voluntad de
sus padres, pero no le interesaron demasiado es-
tos estudios y no obtuvo el título. Le atraía, en
cambio, la matemática, que empezó a estudiar
con éxito bajo la tutela de Ostilio Ricci, discípu-
lo del gran matemático Nicolas Tartaglia. Algunas
invenciones notables (por ejemplo, una balanza
para determinar el peso específico de los cuer-
pos) le valieron el nombramiento de profesor de
matemática en la Universidad de Pisa, en la que
permaneció durante tres años estudiando en par-
ticular el problema de la caída de los cuerpos gra-
ves. En 1592 se trasladó a la Universidad de
Padua, donde residió durante dieciocho años (qui-
zá los más intensos y felices de su vida).
En 1610 hizo públicos sus extraordinarios des-
cubrimientos obtenidos con el telescopio en su . "'·
obra Nunzio sidereo, que le proporcionó una fa- Retrato de Galileo.
ma inmediata pero que a la postre le acarreó la
hostilidad de los teólogos y los astrónomos aris-
totélicos. Regresó a la Toscana bajo la protección
del gran duque Cosme ele Méclicis, y en 1613 escribió las Demostraciones en tomo a
las manchas solares en lengua vulgar, para obtener el consenso en todos los ámbi-
tos, e inició una obra de propaganda de las teorías astronómicas copernicanas. Esta
actividad, en particular las cuatro cartas abiertas dirigidas a Benedetto Castelli so-
bre las relaciones entre ciencia y fe, provocaron la denuncia al Santo Oficio y la so-
lemne amonestación del cardenal Bellarmino. En 1623 escribió Il Saggiatore y en 1623,
después de la elección del nuevo papa Urbano VIII (quien siempre se había mostra-
do benevolente con él), el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo. Fue de
nuevo convocado por la Inquisición y obligado a abjurar. Fue retenido en confina-
miento en Villa Méclicis y luego en la aldea ele Arcetri, donde escribió su última obra,
los Discursos y demostraciones matemáticas en tomo a dos nuevas ciencias, publicada
en 1638.
Obras más importantes: Nunzio sidereo (en latín, 1610); Il Saggiatore (1623); Diálogo
sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632); Discursos y demostraciones mate-
máticas en tomo a dos nuevas ciencias (1638).
756
GALILEO
• Acerca del problema general planteado por la Madama La Biblia contiene la verdad, pero
Serenísima, me parece que muy sabiamente ha afirmado que puede ser malinterpretada.
las Sagradas Escrituras no pueden nunca afirmar lo falso ni
equivocarse, siendo todas sus proposiciones de absoluta e
inviolable verdad. Lo único que yo habría añadido es que, si
bien las Escrituras no pueden equivocarse, no podemos ex~
cluir que se hayan equivocado algunos de sus intérpretes y glo-
sadores, y de diversas maneras.
Entre éstos habría uno muy grave y frecuente: el quererse , El verdadero significado de una
atener al significado literal de las palabras. Si así fuese, no ' frase no siempre coincide con su
sólo se harían patentes múltiples contradicciones, sino que se sentido literal.
incurriría en graves herejías e incluso en blasfemias, porque
sería necesario atribuir a Dios pies, manos y ojos, y también
sensaciones físicas y emociones propias del hombre, como la
ira, el pensamiento, el odio e incluso el olvido de las cosas pa-
sadas y la ignorancia de las futuras.
Por lo que, como en las Escrituras se encuentran muchas Los profetas utilizaron una lengua··
afirmaciones que, tomadas al pie de la letra, presentan un con- imaginativa para hacerse entender:~:¡
tenido distinto del auténtico, pero por otra parte están for- por sus contemporaneos.
muladas de esta manera para superar la ignorancia del pueblo,
así para los pocos que merecen diferenciarse del pueblo ig-
norante es necesario que los glosadores expongan sabiamen-
te el auténtico significado y expliquen asimismo los motivos
por los que se ha utilizado aquella forma particular para un
determinado contenido.
Establecido entonces que en muchos pasajes las Escrituras La Biblia no expone verdades
no sólo pueden transmitir significados divergentes a los de las científicas.
palabras tomadas al pie de la letra, sino que puede darse el ca-
so de que incluso se vean en la necesidad de hacerlo, me pa-
rece que en las discusiones de carácter científico deberían de-
jarse a un lado.
757
r
~
1 .
..... ....,G,.,A"""'L"'IL""E'"'0..,.,.....,....,.,1""'•.•
1. . . . . . . .
t
[;fi:tuchos pasajes de la Biblia deben -. Así pues, si las Escrituras atenuaron sus dogmas fundamen-
iLL,,_ ser mterpretados en sentido 7 tales, llegando a atribuir a Dios condiciones lejanas y contra-
metafórico. rias a su esencia con la simple finalidad de adecuarse a la ca-
pacidad de comprensión de pueblos rudos e incultos, ¿quién
querrá obstinarse en sostener que, renunciando a este fin, al
hablar incluso casualmente de Tierra, Sol o de cualquier otra
criatura, haya escogido atenerse con el máximo rigor al signi-
ficado restringido y limitado de las palabras?
ser comprendidos, los profetas Con mayor razón, porque habrían afirmado a propósito de
debieron ajustarse a los } estas criaturas cosas bien lejanas de los planteamientos gene-
conocimientos científicos de la rales de las Sagradas Escrituras; es más: cosas tales que, de ha-
época. ber sido presentadas como verdades desnudas y crudas, habrtan
sin duda comprometido su fininalidad, dejando al pueblo más
reacio a recibir los mensajes de la salvación del alma.
Es más segura una observación i\ Estando así las cosas y siendo evidente que dos verdades nun-
científica natural que una _/ ca pueden ser contradictorias entre sí, es tarea de los sabios glo-
interpretación bíblica. sadores dedicarse a descubrir el verdadero significado de los
pasajes bíblicos, ele acuerdo con las conclusiones a las que se
llega mediante la observación de la naturaleza, ciertas y segu-
ras porque son sensiblemente manifiestas o porque están de-
ducidas de demostraciones metodológicamente incontestables.
caso de oposición entre Biblia y Aún más: puesto que, como he dicho, aunque dictadas por
ciencia, debe predominar la el Espíritu Santo, por las razones aducidas las Escrituras pre-
observación científica. sentan en muchos puntos exposiciones cuyo verdadero signi-
ficado está muy alejado del literal -y como por otra parte no
podemos afirmar con certeza que todos los intérpretes hablen
inspirados por Dios-> me parecería un modo sabio de actuar el
impedir a cualquiera la vinculación de todos los pasajes de la
Escritura como si debiese de algún modo dar por fuerza revi-
siones verídicas en materia de fenómenos naturales, después
de que los sentidos y las demostraciones científicas hayan lle-
] 758
GALILEO
Yo opino que la autoridad de las Sagradas Escrituras se ha Las verdades que hay que
propuesto como único fin convencer a los hombres acerca de buscar en la Biblia son de
las cuestiones que, siendo necesarias para la salvación y tras- tipo ético y religioso.
cendentes respecto a las posibilidades del lenguaje humano,
no podían con otra ciencia u otro medio haber aparecido co-
mo creíbles sin la intervención del Espíritu Santo.
Pero que Dios mismo, quien nos ha hecho entrega de los sen- No hay en la Biblia ninguna
tidos, de la inteligencia y del lenguaje, haya querido, hacién- doctrína astronómica.
donos arrinconar estos dones, hacernos evidente con instru-
mentos diferentes lo que con aquéllos podemos conocer, es algo
que no me parece que sea necesariamente creíble, sobre todo a
propósito de aquellas ciencias que tienen en las Escrituras un
tratamiento completamente irrelevante y fragmentario. Como
es precisamente el caso de la astronomía, presente de una ma-
nera tan sumaria que ni siquiera cita los nombres de los pla-
netas. Por otra parte, si los primeros escritores sagrados hu-
biesen tenido la intención de comunicar al pueblo la verdad
acerca de la disposición y el movimiento de los cuerpos celes-
tes, no habrían hablado tan poco sobre ello, que es lo mismo
que no decir nada en relación con los continuos, complejísi-
mos y admirables avances que caracterizan a esta ciencia.
• Me parece distinguir en Sarsi la firme creencia de que en el ,.. Es un error establecer el valor de _i}J
fllosofar es necesario apoyarse en la opinión de algún autor cé- { un texto basándose en el prestigió_c'-j
lebre, de manera que nuestra mente, cuando no esté guiada por de su autor
el discurso de otro, permanezca absolutamente estéril e infe-
cunda y tal vez considere que la filosofía sea un libro y una fan-
tasía de un hombre, como la Ilíada o el Orlando furioso, obras
en las que lo menos importante es que lo escrito sea real.
Señor Sarsi, esto no es así. La filosofía está escrita en este También la naturaleza es un
enorme libro que continuamente está abierto ante nuestros libro compuesto por Dios.
ojos (me refiero al universo), pero que no puede comprenderse
si antes no se enseña a comprender su lengua y a conocer los
caracteres en los que está escrito.
759 E
GALILEO
Las matemáticas son el instrumento Este libro, la naturaleza, está escrito en lenguaje materrtáti-
de fas investigacíones físicas. co, y los caracteres son triángulos, círculos y las demás figuras
geométricas, medios sin los que resulta imposible entender hu-
manamente ni una palabra; sin ellos, se deambula vanamente
por un oscuro laberinto.
INTERPRETACIÓN O HERMENÉUTICA
En el lenguaje común, interpretar significa elaborar la comprensión de
un texto cuyo sentido no sea claro de inmediato. La interpretación ha
atraído a menudo el interés de los filósofos por aspectos problemáticos
como, por ejemplo, los siguientes: 1) ningún texto es absolutamente
claro, por lo que cada lectura será, al menos en parte, interpretación;
2) un texto puede ser siempre leido e interpretado de diversas mane-
ras, según se privilegien sus aspectos formales y literales o su signífí-
cado profundo o, incluso, si se buscan posibles mensajes ocultos en me-
táforas o símbolos. Con el nombre de hermenéutica (arte o técnica de
la interpretación), la reflexión sobre este tema ocupa un lugar impor-
tante en la filosofía del s. xx1.
760
GALILEO
EXPERIENCIA/EXPERIMENTO
La experiencia es una observación genérica del medio; se basa en la
percepción sensorial; no se repite nunca de la misma manera y en oca-
siones depende de la cualidad y de la disposición del sujeto. El expe-
rimento científico, por el contrario, se desarrolla en el laboratorio (re-
duciéndose, por lo tanto, la complejidad del mundo real); intenta
responder a una cuestión precisa; se sirve de instrumentos y aparatos
técnicos; puede repetirse en cualquier lugar y por cualquier persona;
no depende en absoluto de la calidad humana del experimentador.
AUTORIDAD (AUCTOR/TAS)
Es el prestigio reconocido al autor de un texto. La mentalidad medie-
val y pre-científica tendía a establecer una estrecha relación entre au-
toridad y verdad, excluyendo así que algunos textos pudiesen ser pues-
tos en discusión y limitando la discutibilidad de otros en base a un rígido
sistema jerárquico. Los textos revelados (la Biblia y los Evangelios) no
se podían criticar en absoluto por ser obra del mismo Dios; a conti-
nuación estaban las obras de los Padres de la Iglesia, consideradas fun-
damento de la ortodoxia; y por último los textos de los grandes filó-
sofos griegos, considerados como el máximo e insuperable nivel
alcanzable por la capacidad intelectual humana.
761 !;';
GALILEO
la naturaleza hay categorías Por lo tanto, digo que siento cómo la necesidad me obliga,
principales (forma, tamaño, en cuanto concibo una materia o sustancia corpórea, a conce-
movimiento) y secundarías bir al mismo tiempo que está terminada y formada de esta o
(color, sabor). aquella forma, que es respecto a otras o grande o pequeña, que
está en este o en aquel lugar, en este o en aquel tiempo, que
se mueve o está quieta, que toca o no toca otro cuerpo, que
es una, algunas o muchas no puedo imaginar un modo de se-
pararla de estas condiciones; pero que deba ser blanca o roja,
amarga o dulce, sonora o muda, de olor grato o ingrato, no sien-
to que la mente me fuerce a deber aprehenderla necesariamente
acompañada de tales condiciones; es más: si los sentidos no es-
tuviesen en guardia, quizá el discurso o la imaginación por si
misma no alcanzarían nunca a entenderla.
Las cualidades secundarias , Por esto vengo pensando que estos sabores, olores, colores,
son subjetivas. J etc., no sean otra cosa por parte del sujeto en el que nos pare-
ce que residen que meros nombres, y que tengan solamente su
residencia en el cuerpo sensitivo, de modo que, apartado el ani-
mal, todas estas cualidades sean borradas y aniquiladas por más
que nosotros, aunque les hayamos puesto nombres particula-
res y diferentes a aquellos de los primeros y reales accidentes,
quisiésemos creer que fuesen verdaderamente y realmente dis-
tintas de aquéllos.
!(/. El tacto, por ejemplo, puede Creo que con algunos ejemplos explicaré mi concepto más
fm;Oporcionar indicaciones objetivas claramente. Muevo una mano ora sobre una estatua de már-
de la forma de los objetos. mol, ora sobre un hombre vivo. En cuanto a la acción que vie-
ne de esa mano, es la misma para esa mano sobre uno y so-
bre otro sujeto, que es la de aquellos primeros accidentes:
es decir movimiento y tacto, y no por otros nombres la lla-
mamos.
las cosquillas, provocadas por Pero el cuerpo animado que recibe tales operaciones siente
el tacto, son subjetivas. diferentes efectos según sea tocado en una parte o en otra; si
es tocado bajo la planta de los pies, encima de las rodillas o ba-
jo las axilas, siente, además del mero toque, otro efecto, al que
nosotros le hemos impuesto un nombre particular, llamándo-
lo cosquillas: tal efecto es completamente nuestro, y en abso-
luto de la mano; y me parece que se equivocaría gravemente
quien quisiera decir que la mano, más allá del movimiento y
del tocamiento, tuviera en sí misma otra facultad distinta de
ésta: esto es, las cosquillas, como si las cosquillas fuesen un ac-
cidente que residiese en ella.
f?' Las cosquillas dependen de la Un poco de papel o una pluma, ligeramente rozados por en-
l@nsibilidad de la piel del sujeto, no cima de cualquier parte de nuestro cuerpo, cumple, en cuanto
de la cualidad del cuerpo tocado. a él, exactamente la misma operación, que es moverse y tocar;
pero en nosotros, tocando entre los ojos, en la nariz o debajo
de ella, excita un cosquilleo casi intolerable, y en otras partes
apenas se hace sentir. Pero ese cosquilleo está por entero en
nosotros y no en la pluma, y apartado el cuerpo animado y sen-
sible, ésta no es más que un mero nombre. Pues bien: de se-
mejante y no mayor existencia creo que puedan ser muchas de
las cualidades que son atribuidas a los cuerpos naturales, co-
mo sabores, olores, colores y otros.
'l 762
7
- - - - - - - - - - - - - - - - il;,J GALILEO
Un cuerpo sólido, y como se suele decir, muy material, mo- La percepción táctil varía en
vido y aplicado sobre cualquier parte de mi persona, produ- diferentes partes del cuerpo.
ce en mí aquella sensación que nosotros llamamos tacto; y és-
ta, si bien ocupa todo el cuerpo, sin embargo parece residir
principalmente en la palma de las manos, y más en las yemas
de los dedos, con las que sentimos pequeñas diferencias de as-
pereza, finura, suavidad y dureza, que con otras partes del cuer-
po no distinguimos tan bien; y de estas sensaciones unas nos
son más gratas y otras menos, según la diversidad de figura de
los cuerpos tangibles, lisas o escabrosas, agudas u obtusas, du-
ras o débiles: y este sentido, que es más material que los otros
y que está hecho de la solidez de la materia, parece que tenga
relación con el elemento de la tierra ...
763
Las cualidades subjetivas no Pero que en los cuerpos externos para excitar en nosotros los
sin los órganos de los sabores, los olores y los sonidos, se necesite algo más que ta-
sentidos. maños, formas, multitudes y movimientos lentos o veloces, yo
no lo creo; y considero que extirpadas las orejas, la lengua y la
nariz, permanecen sin problemas las formas, las palabras, los
números y los movimientos, pero no ya los olores, los sabo-
res ni los sonidos, que fuera del animal vivo no son más que
nombres, como no más que nombres son las cosquillas y los
cosquilleos, eliminadas las axilas y la piel en torno a la nariz.
ii/,rgún Galeno, los nervios nacen en Y sucedió aquel día que se estaba buscando el origen y el na-
ll~serebro; según Aristóteles en el cimiento de los nervios que, además, es una famosa contro-
corazón. versia entre los médicos galenistas y los peripatéticos; y mos-
trando el anatomista cómo, partiendo del cerebro y pasando
por la nuca, el enorme nudo de los nervios se iba luego dis-
tendiendo por la columna vertebral y derramando por todo el
cuerpo, y que sólo una rama finísima como un hilo llegaba al
corazón, volvióse a un gentilhombre que conocía por ser filó-
764
GALILEO
SIMPLICIO Señores, quiero que sepan que esta disputa sobre fl significado de una experienc_. ;11s~,_:
el origen de los nervios no está en absoluto terminada y de- solo se puede negar con el .{:?'g¡.
cidida, como quizá alguno piense. significado de otras experiencias.
SAGREDO Ni será nunca seguro mientras haya interlocutores
como usted; pero esto que decís no disminuye la extravagan-
cia de la respuesta del peripatético, quien contra tan sensata
experiencia no responde produciendo otras experiencias o ra-
zones de Aristóteles, sino con la sola autoridad y el puro Ipse
dixit [del latín: «El lo afirmó».]
SIMPLICIO Yo creo, y en parte sé, que no faltan en el mun- ¿No es irreverente criticar
do cerebros muy extravagantes, cuya vanidad no debería re- a gigantes del pensamiento
dundar en perjuicio de Aristóteles, de quien me parece que ha- como Aristóteles?
bláis quizá con demasiado escaso respeto; y sólo su antigüedad
y el gran nombre que ha adquirido en la mente de tantos hom-
bres destacados deberían bastar para mantenerlo a salvo de to-
dos los letrados.
¿Dudáis acaso de que si Aristóteles hubiese visto las nove- Si Aristóteles hubiese dispuesto .q~¡t;¡
dades descubiertas en el cielo, no habría cambiado sus opi- un telescopio, habría modificadQ.SÜJJ
niones y no habría enmendado sus libros para acercarse a teoría astronómica.
las doctrinas más sensatas, alejando de él a aquellos pobre-
cillos de cerebro que de modo en exceso pusilánime se em-
peñan en querer sostener cada cosa que dijo, sin comprender
que si Aristóteles fuese tal y como se lo imaginan, sería un ce-
rebro rebelde, una mente obstinada, un ánimo lleno de bar-
barie, una voluntad tiránica? ¿Y que considerando a todos los
demás como unos necios borregos, quisiera que sus leyes fue-
sen antepuestas a los sentidos, a la experiencia 1 a la misma
naturaleza?
Son sus secuaces quienes han dado la autoridad a Aristóteles, Hay un impulso psicológico que_.·. ;¡,)1
y no él quien la ha usurpado o tomado; y esto es así porque es inclina a fiarse más de un gran ,.: j~
más fácil cubrirse bajo el escudo de otro que aparecer a cara autor que de la experiencia directa.
descubierta, y temen y no se arriesgan a alejarse un solo paso
y antes que poner cualquier alteración en el cielo de Aristóteles,
pretenden de manera impertinente negar aquello que ven en
el cielo de la naturaleza.
765 !±.
BACON
Bacon
1561-1626
ás que un filósofo puro, Francís
M Bacon quiso ser un político. Hijo del
lord guardasellos de la reina Isabel, fue
introducido en la corte muy joven y re-
cibió una educación jurídica que com-
pletó con la carrera diplomática. Después
de su primer encargo en una misión di-
plomática en Francia, Bacon se convirtió
en asesor legal de la corona. En este car-
go debió de afrontar una dura prueba
cuando el conde de Essex, su protector,
fue acusado de traición por la reina y pro-
cesado. A Bacon le correspondió enton-
ces la incómoda tarea de preparar la re-
quisitoria contra el amigo, quien acabó
condenado a muerte y decapitado. A pe-
sar de la fidelidad demostrada, Bacon no
consiguió imponerse realmente en su ca-
rrera política hasta finalizado el reinado
de Isabel, y debió conformarse con in-
gresar en la Cámara de los Comunes. Las
cosas, sin embargo, cambiaron con la lle-
gada al trono deJacobo 1: en pocos años,
el filósofo llegó a ser primero lord guar-
dasellos y, a continuación, lord canciller,
adquiriendo los títulos de barón de
Verulam y vizconde de Saint Albans. En
1621, esta brillante carrera fue brutal-
mente interrumpida por una acusación
de corrupción: como juez, en efecto, ha- <~ ··
bía aceptado regalos de un acusado, a cu- Retrato de Bacon, de PauI van Somer.
yo favor Bacon manipuló la sentencia.
Bacon, que llevaba una vida desenfrena-
da y lujosa, consiguió evitar la cárcel, tras reconocer la veracidad de las acusaciones
Incapacitado para cualquier cargo público, se retiró a vivir aislado, dedicándose a los
estudios y a su actividad de escritor.
Obras: De la dignidad y del progreso del saber humano y divino (1605); Novum Organum
(en referencia al Organon, el ensayo de Aristóteles dedicado a la lógica, 1620); De la
dignidad y del progreso de las ciencias (1623); Nueva Atlántida ( 1626).
,''"'
] 766
BACON
• Los prejuicios y las falsas nociones que penetraron en el in- El error se lija en la costumbre y por
telecto humano fijándose profundamente dentro de él, no sólo ello tiende a pasar desapercibido.
obstaculizan la mente en un sentido que dificulta el acceso a la
verdad, sino que incluso (una vez que este acceso es concedido)
resurgirán ele nuevo y serán causa de molestias también en la
misma creación ele las ciencias: a menos que los hombres, ad-
vertidos, no se preparen cuanto les sea posible contra ellos. Cuatro
son los tipos de prejuicios que asedian la mente humana.
Los prejuicios de la tribu están basados en la propia natu- La percepción refleja más el modo
raleza humana y en la propia tribu o raza humana. Por lo tan- de conocimiento del hombre que
to, se afirma falsamente que los sentidos son la medida de la realidad.
todas las cosas. Al contrario, todas las percepciones, sean de
los sentidos o de la mente, derivan de la analogía con el hom-
bre, y no de la analogía con el universo.
Los ídolos de la caverna son ídolos del hombre en cuanto in- El error puede nacer de una
dividuo. Cada cual, de hecho (aparte de las aberraciones pro- predilección del individuo.
pias de la naturaleza humana en general), tiene una especie de
cueva o caverna propia que refracta y deforma la luz de la na-
turaleza, sea a causa de la naturaleza propia y singular de ca-
da individuo, o a causa de la educación y de las conversacio-
nes con otros, o de la lectura de libros y de la autoridad de
aquellos que son admirados y honrados, o a causa de la diver-
sidad de las impresiones según sean recibidas por un ánimo ya
condicionado y prevenido, o libre y equilibrado.
Porque el espíritu humano (tal y como se presenta en los in- Toda lectura es síempre una
dividuos) es muy diferente y muy fácilmente modificable y ca- interpretación desde un punto
si sujeto al azar. Por ello precisamente afirmó Heráclito que de vista personal.
los hombres buscan las ciencias en sus pequeños mundos pri-
vados, y no en el mundo mayor y común a todos.
Los ídolos del foro. Después están los ídolos que derivan prác- El lenguaje genera equívocos.
ticamente de un contrato y de las recíprocas relaciones entre los No siempre las palabras
seres humanos: los llamamos ídolos del foro a causa del comercio corresponden a las cosas.
y de los acuerdos de los hombres. Los hombres, de hecho, se re-
767 :,
r-----'.
1 ..J BACON l----------
•¡¡¡;;,{., ._ _ _ _ _ _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .,.,,,,. .
Las palabras son un óptimo lacionan por medio de los discursos, pero los nombres se impo-
instrumento para mentir nen a través del entendimiento del vulgo y tal error e inoportu-
na imposición estorba extraordinariamente al intelecto.
También la mala filosofía Por otra parte, las definiciones y explicaciones de las que se
produce errores. han proveído los hombres instruidos y con las que se han pro-
tegido en algunas ocasiones, de ningún modo poseen remedio.
Aún peor: las palabras violentan el intelecto y lo confunden y
conducen a los hombres a innumerables y vanas controversias
e invenciones.
• El arte que presentamos (y que solemos llamar interpreta- A diferencia de la lógica deductivii"f;¡
ción de la naturaleza) es una clase de lógica, no obstante exista el nuevo método debe facilitarc;,:JÍj
una enorme e infinita diferencia entre este arte y la lógica or- instrumentos útiles para la
dinaria. También la lógica vulgar declara destinar y preparar ayu- investigación experimental.
das y protecciones al intelecto: esto es lo que nuestro arte y la
lógica ordinaria tienen en común. Pero difieren entre ellos prin-
cipalmente por tres razones: por su finalidad, por el orden de
las demostraciones y por el punto de partida de la investigación.
La finalidad que nuestra ciencia se propone es la de inven- El saber debe tener un fin
tar no razonamientos, sino artes; no cosas conforme a los prin- operativo, vuelto hacia la
cipios, sino principios mismos; no razones probables, sino de- experiencia.
signaciones e indicaciones de obras. A una intención diferente
le sigue, por lo tanto, un resultado distinto. Allí es el adversa-
rio quien es vencido y obligado por la disputa; aquí es la na-
turaleza la que es vencida y obligada por la obra.
Para tal fin se concilian también la naturaleza y el orden de La deducción silogística funcion~?íi!
las demostraciones. De hecho, en la lógica vulgar casi todo el tan sólo en el ámbito língüistico,;~
trabajo tiene al silogismo por objeto.
Por lo tanto, si las nociones de la mente (que son como el El silogismo deductivo trabaja laf¡j
alma de las palabras y las bases de toda esta estructura y de es- palabras; la inducción, la realidadil
te edificio) son vagas, falsamente o arbitrariamente abstraídas
de las palabras, no suficientemente definidas y delimitadas y,
en fin, en muchos casos erróneas, todo el edificio se hunde.
BACON
[JI método deductivo es estéril y no \ Rechacemos, pues, el silogismo, y no sólo por lo que con-
L'produce conocimientos científicos. ! cierne a los principios (para los que ni tan sólo los lógicos lo
aplican), sino también por cuanto guarda relación con las pro-
posiciones medias que sin duda el silogismo produce y alum-
bra, pero que son estériles en obras, alejadas de la práctica y
privadas de valor en relación con la parte activa de la ciencia.
~.Ias·ciencias de la naturaleza deben · Dejemos, pues, al silogismo y a las famosas y alabadas de-
L:~. . basarse en fa inducción. ·:) mostraciones de este tipo la jurisdicción sobre las artes popu-
lares y opinables (de las cuales no nos ocupamos); en la inves-
tigación sobre la naturaleza hacemos uso de la inducción, tanto
si es para las proposiciones mayores como para las menores.
Sólo la inducción parte de la Pensamos, por lo tanto, que la inducción es la forma de de-
realidad evidente del mundo. mostración apoyada por el sentido, controla de cerca a la na-
turaleza y está cercana a las obras, casi mezclándose con ellas.
INDUCCIÓN
Proceso cognoscitivo que a partir del examen de un cierto número de
casos particulares llega a formular una ley general, cuyo valor se ex-
tiende más allá de los casos considerados. Se tiene una inducción per-
fecta cuando se examinan todos los casos en los que un fenómeno pue-
de verificarse, e imperfecta cuando no es posible. En el primer caso, las
conclusiones son evidentemente exactas; en el segundo, gozan tan só-
lo de un valor estadístico. Normalmente se la opone a la deducción.
2 770
DESCARTES
Descartes
1596-1650
or la crítica a la que sometió toda la
P herencia cultural del pasado y por la
lucidez con la que intentó construir un
nuevo sistema, René Descartes es uni-
versalmente considerado el padre de la
filosofía moderna.
Nacido en La Haye (región de Tours) de
familia noble, recibió la educación pri-
maria en el célebre colegio jesuista de
La Fléche. En 1616 se diplomó en de-
recho por la Universidad de Poitiers;
dos años después, sin embargo, se en-
roló voluntario en la Guerra de los trein-
ta años, en defensa de la libertad de
Holanda. Después de esta breve expe-
riencia militar se mudó a París, donde
permaneció hasta 1628. En este perío-
do escribió su.primer ensayo importante
sobre las Reglas del buen razonar, pu-
blicado póstumamente en 1701. El de-
seo de una vida solitaria le llevó a aban-
donar París para trasladarse a Holanda,
donde, exceptuando breves viajes, per- r~
maneció hasta 1649. Este año aceptó la Descartes (retrato de Frans Hals).
invitación de la reina Cristina, deseosa
de profundizar en sus estudios filosófi-
cos, para mudarse a Estocolmo, en Suecia, donde poco después moriría de pulmonía.
De carácter muy prudente y asustado por la condena de Galileo a manos de la
Inquisición, decidió no publicar su Tratado del mundo o de la luz por miedo a un jui-
cio negativo de los jesuitas, pese a considerarla su obra más importante.
771 L
DESCARTES
EL PROBLEMA ¿Cuáles son las peculiaridades del pen- plemente de sus propias capacidades intelectivas
samiento científico? ¿Hay un método que salva- sino que debía poseer un método que garantizase 1;
guarde del error? validez de los resultados. El pensamiento científico
LA TESIS El método es el problema en tomo al que gi- debe, por lo tanto, estructurarse según procedimien-
ra la reflexión de los filósofos ocupados en la revolu- tos propios, distintos a los empleados en la vtda co-
ción científica de los ss. XVI y xvn. La cuestión había tidiana. Es notable, por ejemplo -y está bastante ale-
nacido de una consideración histórica. Si incluso per- jada de la opinión común- la idea de Descartes acerca
sonalidades dotadas de una enorme inteligencia co- de la investigación científica, que debe ser según él
mo Aristóteles habían cometido errores, a veces cra- ser absolutamente desinteresada; es decir, indiferen-
sos, tanto en astronomía como en medicina ( véase te a cualquier tipo de utilidad o interés social. (De
88), era evidente que el científico no podía fiarse sim- Reglas para la guía de la inteligencia.)
Un error frecuente consiste en • Existe entre los hombres 1a costumbre de que, cada vez que
>t1·ansfo11nar en idénticas cosas descubren una semejanza entre dos cosas, las juzguen ambas,
similares entre sí. incluso en lo que ésas tienen de distinto, según lo que han
verificado como verdadero en una u otra.
~íf).-;'\si, de la comparación entre las Así, comparando erróneamente las ciencias -que conciernen
~rtesy las ciencias se deduce que enteramente a la cognición, que es de naturaleza espiritual- con
éstas son de diverso género. las artes -que requieren cierto ejercicio y hábito del cuerpo-,
ven que no todas las artes pueden ser aprendidas al mismo tiem-
po por una misma persona. Al contrario: llega más fácilmente
a ser buen artista quien sólo ejercita una (puesto que las mis-
mas manos no pueden ser aptas para cultivar los campos y to-
car la citara o diversos oficios de ese género, tanto en su con-
junto como uno sólo de ellos). Y considerando lo mismo para
las ciencias y distinguiendo entre ellas según la diversidad de
su objeto, han creído que se debe intentar conquistarlas de una
en una y dejando a un lado las otras.
[l¡fi/9.él pensamiento científico debe ;lis En esto se han engañado por completo. De hecho, como to-
!'die Onico, independientemente del } das las ciencias no son otra cosa que el saber humano, que es
ob¡eto al que se aphque. siempre uno y el mismo por distintos que sean los objetos a los
que se aplica, no se puede hacer en éste mayor distinción de la
que hacemos al separar la luz del Sol de la variedad de cosas que
ilumina, y no hay necesidad de recluir la mente en determinado
límite; y, en cambio, el conocimiento de una única verdad no nos
desvía, como sí lo hace el ejercicio de cierto oficio, del reen-
cuentro con otra verdad, sino que más bien nos ayuda.
f;);.. la ,eflexión sobre el método Y me parece algo realmente curioso que muchos indaguen
téientífíco es más importante que las diligentemente las costumbres de los hombres, las virtudes
específicas aphcaciones secto11aks. de las plantas, los movimientos de los astros, las transforma-
ciones de los metales y los objetos de otras disciplinas pareci-
das, y que mientras tanto casi ninguno se dedique a pensar
en la recta mente, es decir, en esta sabiduría universal, cuando
si todas las otras son dignas de estima no es tanto por sí mis-
mas, sino porque le rinden tributo a ésta.
DESCARTES
Y, sin duda, no sin razórr proponemos ante todo esta regla, El estudio del método científico no
puesto que nada nos aleja tanto de la recta vía de búsqueda de puede especializarse.
la verdad que el dirigir los estudios no ya a un fin general, si-
no a algún fin particular.
No hablo de fines perversos y condenables como lo son el El estudio del método debe tener
falso renombre y la ganancia deshonesta: es evidente que los como fin él mismo, sin proponerse
modos fraudulentos y las cosas falsas adaptadas a la inteli- ninguna utilidad práctica.
gencia del vulgo abren una vía mucho más expedita que el só-
lido conocimiento de la verdad. Me refiero en cambio a fines
honestos y laudables, porque a menudo somos engañados por
éstos de manera muy sutil, como cuando nos dedicamos a in-
vestigaciones útiles para la comodidad de la vida o por ese pla-
cer que se halla en la contemplación de la verdad, y que en es-
ta vida es casi la única felicidad completa y no turbada por
ningún dolor.
Ya que podemos seguramente esperar estos frutos legítimos Cualquier fin, incluso loable, a que
de la libre ciencia; pero si los incluimos dentro del tema de es- se someta la investigación, podría
tudio, a menudo sucede que mucho de lo que es necesario pa- desviarla de su libre desarrollo.
ra el conocimiento de otras cosas se pasa por alto, ya sea por-
que a primera vista parece poco útil o porque atrae escasamente
nuestra curiosidad.
Y podemos afirmar que todas las·ciencias están tan conec- Existe una fundamental unidad del
tadas entre sí, que es mucho más fácil aprenderlas todas jun- sabec
tas que separar una sola de ellas del resto.
Así pues, si uno se propone indagar en serio la verdad de las La reflexión sobre los mecanismos
cosas, no debe elegir una ciencia particular; puesto que to- del conocimiento produce un afán
das están relacionadas entre sí y cada una depende de las de- de saber utilizable en varias
disciplinas.
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773
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más; sino que debe pensarse sólo en aumentar la luz natural
de la razón, no para resolver esta o aquella dificultad escolar
sino para que en los casos simples de la vida el intelecto acon~
seje a la voluntad qué es lo que debe elegir. Y muy pronto ad-
vertirá con sorpresa que ha hecho progresos mucho mayores
que quienes se ocupan de cosas particulares, y habrá conse-
guido no sólo aquellos resultados que los otros anhelan, sino
también resultados más altos que los que ellos podían esperar.
MÉTODO
Es el conjunto de reglas y prescripciones útiles para evitar el error y
garantizar la validez del resultado. El intento de formalizar un método
del pensamiento (del científico en particular) fue uno de los más tena-
ces objetivos filosóficos desde los albores de la revolución científica mo-
derna, abandonado luego a causa de la dificultad de la empresa. En
efecto, determinar con exactitud los pasos necesarios para un correcto
método cognoscitivo equivale a explicar la naturaleza de la inteligencia
y de la creatividad.
DUDA METÓDICA
Mientras que los escépticos proponían una duda absoluta que deriva
de la suspensión de cualquier juicio (epojé), Descartes vio en la duda
metódica un momento preliminar del conocimiento. Su objetivo no es
demostrar la imposibilidad de cualquier afirmación, sino remover todos
los prejuicios que impiden ésta. Un análogo uso metodológico de la du-
da, a propósito de proposiciones indudables, fue propuesto también
por Bacon (véase 89) y Husserl (véase 189).
DUALISMO CARTESIANO
Es la doctrina metafísica que considera al mundo compuesto por dos
sustancias: la materia (res extensa) y el pensamiento (res cogitans). Entre
estos dos modos de ser de la realidad hay una diferencia y una oposi-
ción absolutas: el pensamiento es inextenso (es decir, no posee una d1°
mensión espacial), consciente de sí mismo y libre. Por el contrario, la
materia es siempre extensa y está situada en el espacio, no es consciente
de sí y, al estar mecánicamente determinada, no es libre.
92 Duda hiperbólica: ¿y si un
. engana
genio - dor... ?.
EL PROBLErvl.A ¿Es posible formular y reconocer afir- un genio maligno que confunda nuestras percep-
maciones absolutamente ciertas? ciones. El objetivo final de la duda, sin embargo, no
LA TESIS Hay que dudar de todas las afirmaciones es negar la existencia de una determinada verdad,
que no sean intuitivamente evidentes. Para hacer la sino aislar proposiciones tan simples como inobje-
duda aún más drástica, Descartes propone imaginar tables. (De Meditaciones metafísicas.)
Hay que someter a la crítica los • Ya me percaté hace algún tiempo de cómo desde mis pr~-
prejuicios adqwrfr!os con la meros años admití como verdaderas una cantidad de falsas opi-
educación. niones, y de cómo sobre ellas fundé principios tan inseguros que
J 774
d DESCARTES 1
- ; i j- ~ · ~
Con todo, aunque a veces los sentidos nos engañan en lo pe- / . Incluso la sensación de nosotros _·:./¡
queño y en lo lejano, quizá haya otras cosas de las que no se \ mismos como cuerpos y personas/]
pueda dudar razonablemente, pese a que las recibamos por no es segura.
medio de los mismos: por ejemplo, que estoy aquí, que estoy
sentado junto al fuego, que visto un batín, que tengo estepa-
pel en las manos y cosas por el estilo.
¿Y cómo podría yo negar que son mías estas manos y este 1,·.· En efecto, ciertas patologías .¡J
cuerpo? A no ser que me asemeje a esos insensatos cuyos ce- \ psíquicas confunden la personalidad
rebros están talmente turbados y ofuscados por los vapores de y hacen que el individuo se sienta
la bilis, que afirman en todo momento ser reyes y son en cam- otro.
bio mendigos, o vestir oro y púrpura cuando, en cambio, es-
tán desnudos, o imaginan que son tinajas o que tienen un cuer-
po de vidrio. Pero ellos están locos, y lo estaría también yo si
me guiase por su ejemplo.
Sin embargo, debo considerar que soy un hombre y que, • Incluso fa concíencia puede poner~~A
en consecuencia, tengo la costumbre de dormir e imaginar en { en duda: ¿cómo estar seguros de .,J
sueños las mismas cosas que cuando estoy despierto, y a ve- no estar soñando? · -·,
ces otras cosas mucho menos verosímiles que aquellos in-
sensatos cuando están despiertos. ¿Cuántas veces no he so-
ñado, por la noche, que estaba aquí, en este mismo lugar, que
estaba vestido, que estaba junto al fuego, aunque estuviese des-
vestido y en mi lecho?
Es cierto que ahora me parece no estar viendo este papel con J.·. Hay sueños muy realistas, casi «lTJ~f¡
los ojos adormecidos, y que esta cabeza que muevo no está \ reales» que la realidad. ,;s,
adormilada, y que conscientemente y sensiblemente extiendo
mi mano y que la siento: lo que sucede en el sueño no parece
tan claro y definido como todo esto.
Pero, pensándolo más detenidamente, recuerdo haber sido No hay criterios seguros para
engañado a menudo mientras dormía por similares ilusio- ( distinguir la vigilia del sueño.
nes. Y deteniéndome en este pensamiento, veo de manera
tan manifiesta que no hay indicios concluyentes ni señales lo
bastante reales que hagan posible distinguir con claridad la vi-
gilia del sueño, que me sorprendo; y mi sorpresa es tal que ca-
si es capaz de persuadirme de que estoy durmiendo.
Supongamos ahora que estamos dormidos y que todas estas i Las imágenes onírícas retoman _laS.JfJ.
particularidades, es decir, el abrir los ojos y el mover la cabe- "'. imágenes sensibles archivadas enJ~iÉ&
memoria; nunca son invenciones
za y el extender las manos y otras tantas, no son sino falsas ilu-
siones; y pensemos que tal vez nuestras manos y todo nuestro puras.
775 fil
DESCARTES
·-- Tampoco la fantasía inventa nunca Y, a decir verdad, los propios pintores, aún cuando se es-
nada; se limita a ensamblar de fuerzan con el mayor artificio en representar sirenas y sátiros
modo original las partes de la de formas monstruosas y extraordinarias, no logran atribuirle
realidad. formas o naturaleza enteramente nuevas, sino que hacen sólo
cierta mezcla y composición de los miembros de los distintos
animales. O bien, si por ventura su imaginación es lo bastan-
te extravagante para inventar algo nuevo o algo de lo que no
hemos visto nunca nada parecido, de tal manera que su obra
nos representa una cosa absolutamente simulada y falsa, es se-
guro que al menos los colores que la componen deberán ser
verdaderos.
De ello se puede concluir que Y aunque por la misma razón por la que estas cosas gene-
existen ideas básicas, de cuya rales, es decir, estos ojos, la cabeza, las manos y otras, pue-
mezcla nacen todas fas den ser imaginarias, hay que confesar, sin embargo, que exis-
representaciones mentales. ten cosas aún más simples y más universales, que son
verdaderas y existentes. Y de la mezcla de estas cosas, de la
misma manera en que se mezclan algunos colores verdade-
ros, se forman todas estas imágenes de las cosas que existen
en nuestros pensamientos, ya sean verdaderas o reales, si-
muladas y fantásticas.
¡ Estas ideas simples atañen a las De este género de cosas está hecha en general la naturaleza
L.c.ualidades objetivas de la materia: corpórea y su extensión; y así también incluso la figura de las
extensión, cantidad y tiempo. cosas mismas, su cantidad o grandeza y su número; como tam-
bién el lugar en el que se encuentran, el tiempo que mide su
duración y otras cosas parecidas.
Las ciencias naturales son menos Por todo ello, deduciremos quizá sin errar que la flsica, la as-
certeras que las matemáticas, tronomía, la medicina y todas las demás ciencias que depen-
basadas sólo en deducciones de den de la consideración de las cosas compuestas, son cierta-
postulados simples. mente dudosas e inciertas. Mientras que la aritmética, la
geometría y las otras,,ciencias de este tipo, que no tratan sino
de las cosas más simples y generales sin preocuparse en de-
masía de si en realidad existen o no en la naturaleza, poseen
algo ele cierto y de indudable.
Las verdades matemáticas Puesto que, ya esté dormido, ya esté despierto, dos y tres
prescinden de fa experiencia. siempre formarán el número cinco, y el cuadrado no tendrá
más de cuatro lados; y no parece ser posible que unas verdades
tan manifiestas incurran en sospecha de falsedad o de insegu-
ridad.
r· .Cabe la hipótesis de que toda la No obstante, está grabada en mi mente una antigua idea, a
lr!'iilidad no sea más que la obra de saber: que existe un Dios omnipotente, que me ha creado tal Y
~~!~: Y;,!,l
un Dios que nos engaña.
;~~~cr!ei~~,~~~~éentit1~~~:::gq~::ee~~~ae~~~~t;~~
j 776
DESCARTES
Y, además, así como yo juzgo en ocasiones que los otros El engaño divino podría incluso
se engañan hasta en las cosas gue creen saber con mayor cer- crear la ilusión de las verdades
teza, es también posible que El haya querido que yo me en- matemáticas.
gañe siempre que realizo la suma de dos y tres, o que enu-
mero los lados de un cuadrado, o que jnzgo cualquier otra
cosa aún más fácil, si es que puede imaginarse cosa más sen-
cilla que esta.
Pero tal vez Dios no haya _querido que yo sea engañado El hecho de que sea posible el error;
de tal modo, puesto que de El se dice que es soberanamen- cognoscitivo hace posible la J
te bueno. Sin embargo, si a su bondad le repugna haber- hipótesis de un Dios engañador
me hecho capaz de engañarme siempre, también debería re-
pugnarle el hecho de permitir que yo me engañe en alguna
ocasión; y, sin embargo, no puedo poner en duela que lo ha-
ya permitido.
Pero no basta haber hecho estas observaciones: es también Estas consideraciones van contra
preciso que me ocupe de recordarlas, porque aquellas antiguas sentido común y los hábitos
y ordinarias opiniones regresan con frecuencia a mi mente, cognoscitivos consolidados.
puesto que su uso prolongado y familiar les da el derecho ele
ocupar mi espíritu contra mi deseo, y de convertirse en casi
dueñas de mis creencias.
Y he aquí la razón de que crea ser más prudente si, colo- La via de la duda excluye la
cándome en el bando contrario, empleo todos mis esfuerzos posibilidad del error
en engañarme a mí mismo, fingiendo que todos los pensa-
mientos son falsos o imaginarios hasta que, habiendo equi-
librado mis prejuicios de ese modo, éstos no puedan inclinar
mi opinión ni de un lado ni de otro, y mi juicio jamás vuel-
va a estar dominado por malos usos ni separado de la recta
vía que puede conducirlo al conocimiento de la verdad.
Estoy, en efecto, absolutamente seguro de que no puede ha- La hipótesis de un genio maligno
ber peligro ni error en esta vía, y que no sabría hoy conceder engañador.
demasiado crédito a la desconfianza, puesto que ahora no se
trata de actuar, sino sólo de meditar y conocer.
Supondré, pues, que exista no un Dios auténtico y fuente de La duda debe ejercitarse de manera·
verdad soberana, sino algún genio maligno de extremado po- constante, hasta convertirla en un_ : )
der y gran inteligencia que dedica todas sus artes a hacerme hábito mental. · ··
errar. Y pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las
figuras, los sonidos y todas las cosas externas que vemos no
son sino ilusiones y engaños, de los que se sirve para sorprender
mi credulidad. Consideraré tener todas estas cosas.
777
~-~ ._.,.....D"'E"'S'"'C""A'""'"R"'T"'E"'S""'"""""'I...,!
¡¡v, duda se ejerce constantemente, Y permaneceré, pues, obstinadamente asido a este pensa-
!hasta convertirse en una costumbre miento; y si con este medio no estuviese en mi poder el al-
mental. canzar verdad alguna> al menos estará en mi poder el suspen-
der mi juicio. Estaré, pues, muy atento a no creer ninguna
falsedad, y prepararé concienzudamente mi espíritu contra to-
das las astucias de este gran engañador: así, por fuerte y astu-
to que sea, nunca podrá imponerme nada.
(ftapráetica de la duda va contra la Pero este designio es penoso y laborioso, y cierta pereza me
c:L«normalidad» psíquica, ya que los devuelve insensíblemente al curso de mi vida ordinaria. Y del
hábitos mentales formados en la mismo modo que aquel es-
vida cotidiana presionan en sentido clavo, que disfrutaba en sue-
contrario. ños de una libertad imagina-
ria, teme ser despertado Pero, señor Des7artes,
cuando empieza a sospechar de duele la GLANDU-
que su libertad no es sino sue- LA PINEAL?
ño y se alía con estas ilusio-
nes placenteras para ser en- eguro que es
gañado más tiempo, así yo or el abuso de
ustancias ...
recaigo en mis antiguas opi-
niones. Y, en contra de mí
mismo, temo despertarme de
éstas por temor a que las la-
boriosas vigilias que sucedan
a la tranquilidad de este re-
poso no me reporten alguna
luz o claridad en el conoci-
miento de la verdad, sino que
sean insuficientes para ilumi-
nar las tinieblas de la dificul-
tad que se han agitado antes.
EL PROBLEMA ¿Cuándo puede llamarse verdadera tanda extraordinaria, puesto que justamente a
una afirmación? causa de su manifiesta evidencia, estas ideas pue-
LA TESIS Podemos considerar que una idea es ver- den ser asumidas como postulados de un razona-
dadera cuando se presenta a nuestra intuición con miento científico y deductivo (véase 96). Toda
todas las señas de 1a evidencia: es decir, cuando ciencia se basa en presupuestos obvios y univer-
es clara en sí, bien distinguida de las otras y do- sales, en principios intuitivos que, por su misma
tada de un grado de certeza tal que le permita su- simplicidad, no pueden ni siquiera ser explicados.
perar el filtro de la duda metódica (véase 92). Es Por lo tanto, la intuición de las ideas evidentes no
cierto que las ideas que cumplan con esos requi- es un procedimiento mental discursivo, no se desa-
sitos serán muy simples, incluso obvias (por ejem- rrolla en el tiempo a través de pasos lógicos, sino
plo, que los cuerpos, cualquiera que sea su for- que consiste en una iluminación, un inmediato
ma, poseen una extensión); sin embargo, desde el aparecer de la verdad. (De Reglas para la guía de
punto de vista de Descartes tienen una impor- la inteligencia.)
l 778
{41~
--º-E.s._c_A_R.TE_s_....,..,,;i,.,¡
. . .·¡¡.,¡ .
• Por intuición entiendo-no la inconstante aportación de los ;: La intuición es una forma de
sentidos o el engañoso juicio de la imaginación, que crea siem- \-: conocimiento inmediata y no.
pre malentendidos y errores, sino un concepto de la mente pu- discursiva.
ra y atenta tan obvio y evidente, que creemos firmemente en
la inexistencia de duda alguna.
O lo que es lo mismo: por intuición entiendo un concepto (- Una pura intuición no puede
indudable de la mente pura y atenta, que nace de la sola luz , equivocada.
de la razón y que es más verdadero que su misma deducción,
que por otra parte ya hemos visto antes que el hombre no pue-
de realizarla incorrectamente.
Así, cada uno puede intuir con el ánimo que existe, que pien- Hay verdades evidentes adquirib·l·°';,¾Í
sa, que el triángulo está delimitado sólo por tres líneas, la es- me/uso por S1mple mtwoon y smé)&iJ
fera por una sola superficie y cosas semejantes: cosas que exis- razonamiento,
ten en un número mayor de cuanto la mayoría piensa, pues la
mayoría desdeña ocupar la mente en cosas tan sencillas y las
aleja de sí.
COGITO
la doctrina cartesiana del cogito (abreviación de cogito ergo sum, «pien-
so, luego existo»), indica la evidencia con que cada individuo reconoce
su propia existencia como sujeto pensante. la conclusión del razona-
miento conduce a la afirmación de dos verdades resistentes a la duda
metódica, y que se pueden emplear con plena efectividad como postu-
lados de la reflexión metafísica: 1) el pensamiento es una realidad en sí
misma (una sustancia) diferenciada y distinta a la materia; 2) el ser hu-
mano es tanto res cogitans (un sujeto pensante) como res extensa (en
tanto que cuerpo).
EVIDENCIA
la evidencia, término introducido en filosofía por Descartes, es la mo-
dalidad psicológica con la que la mente se representa algunas verda-
des como claras y distintas, absolutamente ciertas e inopinables. A
las evidencias no se llega con el razonamiento, sino por intuición in-
mediata. El método para distinguir las intuiciones verdaderas de las fal-
sas es el ejercicio de la duda metódica. las evidencias, al ser verdade-
ras por definición, pueden ser asumidas como postulados de
razonamientos deductivos.
Pienso,
luego existo 94
EL PROBLEMA ¿Hay algo de lo que no se pueda du- tancia es extraordinaria: por más que parezca sim-
dar? ple y banal, se trata, de hecho, de una idea absolu-
LA TESIS Después de haber dudado de todo, queda tamente cierta y que puede ser asumida como pos-
una cosa irrebatible: quien duda piensa, es una ser tulado de partida para ulteriores y más complejos
pensante. Parece una afirmación obvia: cogito, ergo razonamientos deductivos. (De Meditaciones meta-
sum, pienso (dudo), luego existo. Pero su impor- físicas.)
779 [
DESCARTES
ejercicio metódico de la duda. ) • Puesto que, al parecer, nuestros sentidos nos engañan,
Hay que dudar incluso de los . vamos a suponer que nada existe que sea tal y como nos lo ima-
principios científicos. ginamos. Y como hay hombres que caen en cegueras y para-
logismos incluso razonando sobre los más simples argumen-
tos de geometría, pensé que yo era víctima del error como
cualquier otro, y rechacé por ello como falsos todos los razo-
namientos que entonces había considerado demostrados,
¡°Esposible dudar de estar soñando. En fin: considerando que los mismos pensamientos que te-
[;:;,_ nemos cuando estamos despiertos pueden llegarnos también
cuando dormimos, aunque entonces no haya en ellos nada de
verdadero, me decidí a fingir que todo lo que había entrado en
mi espíritu hasta entonces no fuese más verdadero que las ilu-
siones de mis sueños.
F,;:",- Pero como la duda es un Pero inmediatamente después me di cuenta de que, mientras
l_pensamiento, no se puede dudar me proponía considerar como falsas todas las cosas, era nece-
de ser pensantes. sario que yo, que las pensaba, fuese algo. Por lo que, dado que
esta verdad, pienso, luego existo, era tan firme y cierta que no
habría podido negarla ni la más extravagante suposición de los
escépticos, juzgué que podía tomarla sin dudar como el prin-
cipio primero de mi filosofía ...
•·· r 0
·-'" ergo sum, pienso, luego , De manera que, después de haberlo pensado bien y tras exa-
existo: esta afirmación es / minarlo todo cuidadosamente, es preciso concluir y tener co-
absolutamente cierta. mo cosa cierta que la proposición Yo soy, yo existo, es necesa-
riamente verdadera en toda ocasión que la pronuncie o que la
conciba en mi espíritu.
hecho de pensar nos permite ·'.} Ahora bien, ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con cla-
afirmamos sólo como seres ridad qué soy; ele suerte que, en adelante, preciso del mayor
pensantes, pero no todavía como cuidado para no confundir imprudentemeilte otra cosa con
individuos dotados de cuerpo. lo que yo soy, y así no enturbiar ese conocimiento, que sos-
tengo como el más cierto y el más evidente de cuantos cono-
cimientos he tenido antes.
ta.·rea/idad de la duda sólo legítima \ Por ello, examinaré de nuevo y desde el principio lo que
i;::1/ fa_ existencia de un pensamiento ) yo creía como existente antes de alcanzar estos últimos pen-
-· -una res cogitans (sustancia samientos; y quitaré de mis antiguas opiniones todo lo que
pensante)- y no de un cuerpo. pueda combatirse mediante las razones que acabo de ale-
gar, ele suerte que no quede más que lo enteramente indu-
dable.
;;:[ Otras certezas eran el percibir, el Además de eso, yo consideraba que me nutría, que andaba,
b:-:_ pensar y el poseer un alma. que sentía y que pensaba, y refería todas esas acciones al alma;
pero no me detenía a pensar qué fuese el alma; y si lo hacía,
imaginaba que fuese algo extremadamente ralo y sutil, como
un viento, una llama o un delicado éter insinuado y difuso por
mis otras partes más groseras.
j 780
DESCARTES
En lo tocante al cuerpo, no dudaba en absoluto de ;;u na- ( Parece evidente la existencia de IOlO:]
mraleza, pues pensaba conocerla muy distintamente y, si hu- cuerpos, de la materia y del espac/o.i
biese querido explicarla según las nociones que entonces te- en que se mueven.
nía, la hubiese descrito de este modo: entiendo por cuerpo
todo aquello que puede estar delimitado por una figura, que
puede estar situado en un lugar cualquiera y llenar un es-
pacio, de suerte que todo otro cuerpo quede excluido; que
puede ser captado por el tacto, por la vista, por el oído o por
el gusto o el olfato; que puede moverse de distintos modos
pero no por sí mismo, sino por alguna otra cosa ajena por
la que es tocado y de la que recibe la impresión de movi-
miento ...
Pero, ¿y yo? ¿Quién soy yo, ahora que supongo que hay Todas estas creencias, sin embargo;:3
alguien extremadamente poderoso y, si es lícito decirlo así, ma- no han superado la prueba de la U
ligno y astuto, que emplea todas sus fuerzas y habilidades en duda metódica e hiperbólica.
engañarme? ¿Acaso puedo estar seguro de poseer el más mí-
nimo de esos atributos que acabo de atribuir a la naturaleza
corpórea? Me detengo a pensar en ello con atención, paso re-
vista una y otra vez, en mi espíritu, a todas estas cosas, y no
hallo ninguna de la que pueda decir que está en mí. No es ne-
cesario que me entretenga en enumerarlas.
Pasemos, pues, a los atributos del alma, y veamos si hay al- La existencia del cuerpo ha sido
gunos que estén en mí. Los primeros son nutrirme y andar; puesta en duda. ·
pero, si es cierto que no tengo cuerpo, es cierto entonces tam-
bién que no puedo andar ni nutrirme.
Otro atributo es sentir, pero no puede uno sentir sin cuer- Así como fa percepción.
po, sin mencionar que yo he creído sentir en sueños muchas
cosas y que, al despertar, me he dado cuenta de que no las ha-
bía sentido realmente.
Otro es pensar: y aquí sí hallo que el pensamiento es un atri- Sólo el pensamiento no puede- no-~¿4
buto que me pertenece, siendo el único que no puede sepa- existir, porque no se puede dudar}]
rarse de mí. Yo soy, yo existo: eso es cierto, pero ¿por cuánto sin pensar.
tiempo? En verdad, por todo el tiempo en el que estoy pen-
sando, pues quizá me podría ocurrir que, si yo cesase de pen-
sar, cesaría al mismo tiempo de ser o de existir.
No admito ahora nada que no sea necesariamente cierto; yo La duda demuestra la existencia ?i
no soy, por lo tanto y hablando con precisión, sino una cosa de una res cogitans, una cosa :.J
que piensa: esto es, un espíritu, un intelecto o una razón, una pensante.
serie de vocablos cuyo significado me era antes del todo des-
conocido.
Soy, en consecuencia, una cosa cierta y a ciencia cierta exis- La certeza de existir como ser
tente. Pero ¿qué soy? Ya lo he dicho: algo que piensa. ¿Y qué pensante tiene carácter
más? Excitaré aún mi imaginación, a fin de averiguar si soy fundamental; puede ser asumida
o no algo más. Yo no soy esta reunión de miembros llamada como postulado para cadenas
cuerpo humano; yo no soy un aire sutil y penetrante, difun- deductivas.
dido por todos esos miembros; yo no soy un viento, un soplo,
un vapor ni nada de cuanto pueda fingir e imaginar, puesto
que ya he dicho que todo eso no era nada; y, sin modificar ese
supuesto, sigo convencido de que soy algo.
781 k
INNATISMO
Designa cualquier teoría que postule la presencia en el hombre de de-
terminadas ideas, competencias, habilidades o aptitudes del compor-
tamiento ya desde su nacimiento y, por lo tanto, antes de cualquier ex-
periencia. En el mundo antiguo fue innatista la doctrina platónica de la
anámnesis; en el moderno, la posición de Descartes, en cuyas doctri-
nas asegura que las ideas dotadas de evidencia no son aprehendidas
por la experiencia, sino que son parte constitutiva de la mente huma-
na. Por el contrario, la demostración de la inexistencia de las ideas in-
natas fue uno de los puntos cardinales del empirismo.
Descartes en su estudio.)
.] 782
iJ DESCARTES
t
-
Y no me cansé mucho en buscar por cuáles era preciso co- / El problema está en encontrar ?°k-1
menzar, pues ya sabía que debía hacerlo por las más simples \ postulados evidentes de los quej;I¡
y fáciles de conocer. Y considerando que, entre todos los que derivar las cadenas subsiguientes.
hasta ahora han investigado la verdad en las ciencias, sólo
los matemáticos han podido encontrar algunas demostracio-
nes o razonamientos ciertos y evidentes, no dudé que tenía
que empezar por las mismas que ellos ya habían examinado,
aUn cuando no esperaba sacar de aquí ninguna otra utilidad
que la de acostumbrar mi inteligencia a la búsqueda fundada
en la verdad y no en falsos razonamientos.
Cómo demuestro la
existencia de mi cuerpo 96
EL PROBLEMA ¿Cuántas y cuáles son las sustancias que prueba de la eluda (véase 92). Segón Descartes, el úni-
constituyen la realidad? Junto al pensamiento, ¿exis- co modo de demostrar la existencia del mundo con-
te acaso una sustancia extensa, es decir, la materia? siste en reflexionar sobre la existencia de Dios. Si el
LA TESIS El ejercicio de la duda demuestra la exis- mundo no existiese, todas las sensaciones, aparen~
tencia de un sujeto espiritual, capaz de producir el ternente realistas, sólo podrían ser el fruto de un en-
pensamiento. Pero además de esta sustancia pensante gañ.o divino. Habría que considerar a Dios corno un
(res cogitans), por definición no extensa en el espa- supremo engañador, pero ello va en contra tanto de
cio, ¿existe una sustancia material (el mundo, los ob- la fe como de la lógica, porque ese Dios dejaría de te-
jetos, el cuerpo que hospeda la mente)? El sentido ner una naturaleza divina. Junto a la realidad espili~
común afirma la existencia de la realidad corporal tual existe, pues, una realidad material que se ca-
como una evidencia intuitiva que no necesita de conM racteriza por hallarse extendida en el espacio. Res
firmación alguna. Pero esta consideración no puede cogitans y res extensa, espíritu y materia, mente y
ser asumida por Descartes, puesto que se funda en cuerpo, son las dos sustancias metafísicas de lo real.
percepciones cuya condición de verdad no pasa la (De Principios de la filosofía.)
783 ~-
DESCARTES
Las percepciones parecen causadas Ante todo, experimentamos en nosotros mismos que todo
por algo externo a nosotros lo que sentimos viene de otra cosa que no es nuestro pensa-
mismos: algo que no es mental. miento, porque no está en nuestras manos la variedad de sen-
saciones,
Se puede suponer que sea Dios Es cierto que podríamos preguntarnos si Dios u otro ser
quien nos provee de estas podría ser este algo. Pero, puesto que sentimos (o, más bien,
sensaciones en cada instante de puesto que nuestros sentidos a menudo se excitan perci-
nuestra vida, y que el mundo biendo clara y distintamente una misma materia en longi-
extenso no existe en realidad tud, anchura y profundidad, una materia cuyas partes tie-
nen formas y movimientos distintos y de la que proceden
las sensaciones que tenemos de los colores, de los olores,
del dolor, etc.), si el mismo Dios presentase a nuestra alma
la idea de esta materia o si simplemente permitiese que ella
nos fuese producida por algo carente de extensión, forma
y movimiento, no podríamos encontrar razón alguna que
nos impidiese creer que Dios se divierte engañándonos;
puesto que concebimos esta materia como una cosa distin-
ta a Dios y a nuestro pensamiento, y puesto que nos pare-
ce que la idea que tenemos se forma en nosotros cuando
aparecen los cuerpos exteriores, a los que ella se asemeja
enteramente.
·Pero un Dios engañador no puede Y puesto que Dios no nos engaña -puesto que esto, como
existir; por lo tanto, fa materia ya ha quedado claro, no se aviene en absoluto con su natura-
extensa existe realmente. leza-, debemos concluir que existe cierta sustancia corpórea
en longitud, anchura y profundidad, que existe actualmente
en el mundo con todas las propiedades que manifiestamente
sabemos le pertenecen. Y esta sustancia es precisamente lo que
se llama el cuerpo o también la sustancia de las cosas mate-
riales.
La materia tiene como única La naturaleza de la materia o del cuerpo en general no con-
característica la extensión espacial. siste en tratarse de algo duro, pesado o de un color determi-
nado, o en algo que despierta nuestros sentidos de algún mo-
do, sino sólo en lo siguiente: que se trata de una sustancia
extensa en longitud, anchura y profundidad.
La dureza no es intrínseca a la Y en lo que concierne a la dureza, de ésta sólo tenemos la
noción de materia. siguiente noticia obtenida por medio del contacto: las partes
de los cuerpos duros se resisten al movimiento de nuestras
manos cuando entran en contacto con ell¡3.s; pero si todas las
veces que movemos nuestras manos hacia algún lugar, los cuer-
pos que estuviesen en ese lugar se retirasen apenas éstas se
acercaran, no sentiríamos nunca su dureza. Y, de hecho, no te-
nemos ninguna razón para creer que los cuerpos que se reti-
rasen de ese modo perderían por ello la condición que los ha-
ce cuerpos.
784
DESCARTES
De donde se deduce que_ su naturaleza no consiste en la du- Dureza, color, peso, etc., son
reza que sentimos a veces en ella, y ni siquiera en el peso, el cualidades accidentales (pueden
calor o en cualquier otra cualidad de ese tipo; puesto que al existir); pero donde hay materia hay
examinar un cuerpo podemos pensar que éste no tiene nin- siempre extensión.
guna de estas cualidades y, sin embargo, sabemos distinta y
claramente que ese cuerpo tiene todo aquello que lo convier-
te en cuerpo, puesto que posee longitud, anchura y profundi-
dad. De lo que se deduce que, para ser, no tiene necesidad de
ser de una manera determinada, y que su naturaleza consiste
sólo en esto: que es una sustancia que posee extensión.
El modelo hidráulico
del cuerpo humano 97
EL PROBLEMA ¿Cómo funciona el cuerpo humano? táfora de la fuente: el cuerpo actúa siguiendo los mis-
LA TESIS Todo cuerpo vivo es una máquina, un me- mos principios que regulan el funcionamiento de
canismo muy complejo pero que funciona, en defi- aquellos mecanismos hidráulicos que, en los jardi~
nitiva, de acuerdo con las leyes de la mecánica. Para nes reales, ponen en movimiento aguas y estatuas.
explicar este concepto, Descartes introduce la me- (Del Tratado sobre el hombre.)
• Supongo que el cuerpo no es otra cosa que una estatua o El problema: construir un modelo
una máquina de tierra que Dios forma expresamente para ha- funcional del cuerpo humano.
cerla lo más parecida posible a nosotros: de manera que no só-
lo le da el color externo y la forma de todos nuestros miem-
bros, sino que también dispone en su interior todas las piezas
que son necesarias para hacer que camine, coma, respire e imi-
te todas nuestras funciones que podemos imaginar como pro-
cedentes de la materia y no dependientes de otra cosa que no
sea la disposición de los órganos.
Vemos relojes, fuentes artificiales, molinos y otras máquinas El movimiento del autómata puede
parecidas, las cuales, aunque están hechas por los hombres, ser producido de manera mecánica_:_
tienen sin embargo la capacidad de moverse de muchas ma-
neras. Y me parece que no podría imaginar tantos tipos de mo-
vimiento en esta que supongo ha sido creada por la mano de
Dios, ni atribuirle tanto artificio que me impida tener razones
para pensar que puedan existir aún más.
Así como habréis podido ver en las grutas y en las fuen- La tecnología hidráulica constituye
tes que hay en los jardines de nuestros reyes, en las que la el mejor modelo del cuerpo
fuerza con la que se mueve el agua al brotar de su fuente humano.
es del todo suficiente para poder mover distintas máquinas
e incluso para hacerlas tocar algún instrumento o pronun-
ciar algunas palabras, según sea la disposición de los tubos
que la conducen.
Y, en realidad, se puede muy bien parangonar los nervios de i Las cañerías de las fuentes son
la máquina que os describo a las cañerías de estas fuentes ani- · comparables al sistema venoso.
madas; sus músculos y sus tendones con los diversos meca-
nismos que sirven para moverlas; sus fluidos animales al agua
785 [
l DESCARTES
,2;También las funciones fisiológicas :\ Por otra parte, la respiración y otras acciones semejantes que
rL . pueden ser imitadas por para ella son naturales y ordinarias y que dependen del curso
de los fluidos, son como los movimientos de un reloj o un mo-
mecanismos hidráulicos,
lino, que el curso ordinario del agua puede hacer continuos.
fi;/ . La percepción puede ser >::, Los objetos externos, que con su sola presencia actúan sobre
{/;ómparada a los mecanismos de las !/ los órganos de sus sentidos, y que de este modo la obligan a
máquinas hidráulicas. moverse de muchas y distintas maneras según sea la disposi-
ción de l:as partes de su cerebro, son como esos extraños que
al entrar en alguna de las grutas de esta fuente, causan por sí
mismos, sin saberlo, los movimientos que se realizan en su pre-
sencia. De hecho, sólo pueden entrar caminando sobre cier-
tas baldosas dispuestas de tal modo que, si por ejemplo se acer-
can a una Diana que se baña, la obligan a esconderse entre
los juncos; y si pretenden seguirla, verán aproximarse a ellos a
un Neptuno que los amenazará con su tridente; y si se diri-
gen a otro lado, harán que surja un monstruo marino que les
vomitará agua en la cara, o cosas parecidas, según el capricho
de los ingenieros que las hayan realizado.
La razón es similar a la sala de Y cuando el alma razonable se aloje en esta máquina, tendrá
controles de esta máquina. su sede principal en el cerebro y residirá allí como el fontane-
ro que, cuando quiere provocar o impedir o cambiar de algún
modo sus movimientos, debe estar en los castillos al que van a
dar todas las cañerías de esta máquina.
DEDUCCIÓN
Proceso cognoscitivo habitualmente contrapuesto a la inducción, que con•
siste en llegar a las conclusiones partiendo de determinadas premisas ini-
ciales o postulados. Para que la deducción sea válida es necesario que la
derivación (inferencia) se desarrolle de manera correcta, según parámetros
lógicos. Para que las conclusiones sean verdaderas, es necesario que los
postulados sean válidos. Después de haber sido estudiada en la Antigüedad
por Aristóteles, la deducción fue considerada por Descartes y los raciona-
listas del s. xv11 como la única fuente de conocimiento verdadero.
MECANICISMO
Es la idea de que el mundo en su conjunto es una inmensa y complicada
máquina, y que, por lo tanto, todos los fenómenos son explicables por las
leyes que gobiernan la materia y sus movimientos. Al excluir la posibilidad
de que en la naturaleza actúen fuerzas psicológicas o teleológicas, el me-
canicismo defendido por Descartes y los científicos racionalistas contribu-
yó notablemente a la crítica del pensamiento mágico y a la introducción en
la ciencia de criterios matemático-cuantitativos.
786
HOBBES
Hobbes
1588-1679
a vida del filósofo inglés
L Thomas Hobbes fue ejemplar
por su coherencia. Desde la in-
fancia mostró una fuerte predilec-
ción por los estudios clásicos, tan-
to que con sólo quince años
tradujo del griego al latín la Medea
de Eurípides. Acabados sus estu-
dios en Oxford, trabajó como pre-
ceptor de varias familias nobles,
en compañía de las cuales realizó
numerosos viajes por Europa. En
Italia tuvo ocasión de encontrar
a Galileo, y en Francia estuvo en
contacto con los círculos cartesia-
nos. Como preceptor de Carlos de
Estuardo, en 1640 se fue con la
corte al exilio de París, durante la
dictadura de Cromwell; tras el re-
greso al trono de los Estuardo, su
fidelidad a la corona fue premiada
con una pensión que garantizó al
filósofo la independencia finan-
ciera. Vivió hasta la edad de no-
venta y dos años.
La fama de Hobbes va ligada so- Retrato de Thomas Hobbes.
bre todo al Leviatán, el texto en
que expresó con máxima claridad
las doctrinas del mecanicismo cien-
tífico y del absolutismo político. Su vida se vio condicionada por esta obra, porque la
audacia de las tesis sostenidas provocó sospechas de herejía; el intento de fundar la
autoridad del Estado sobre una base exclusivamente racional fue también interpre-
tado como una invitación al ateísmo. Además, por haber aplicado por primera vez los
principios del mecanicismo a las funciones mentales, reduciendo el pensamiento a
operaciones aritméticas de adición y sustracción, hoy se considera a Hobbes el leja-
no precursor de la actual cibernética, la ciencia que controla las máquinas inteligen-
tes por medio de cálculo matemático.
787
HOBBES
98 El hombre no es
un animal social
EL PROBLEMA ¿Los hombres se agregan en socieM ría origen a una incontrolable serie de violencias y
dades instintivamente o por necesidad? ¿Se puede atropellos. Justamente porque el contrato que fun-
comparar la sociedad humana con las creadas por da toda sociedad humana tiene carácter artificial, es
los animales poltticos (abejas y hormigas)? necesario que el Estado sea absoluto, soberano y po-
LA TESIS En conflicto con la tradicional tesis aris- tente, así como capaz de suprimir cualquier inten-
totélica que veía en la sociedad el producto de un to de imposición del interés personal. Los hombres
instinto primordial, Hobbes sostiene que, a dife- sólo podrán abolir cualquier forma de antagonismo
rencia de los animales, en e1 género humano no exis- recíproco (que, según Hobbes, sería predominante
te ninguna sociabilidad instintiva. Entre los indi- si los súbditos se transfo1masen en ciudadanos y ad-
viduos no existe un amor natural, si no sólo una quiriesen el derecho a juzgar la cosa pública) reco-
explosiva mezcla de temor y de necesidad recípro- nociéndose como súbditos de una autoridad exter-
ca que, de no ser por la regulación del Estado, da- na: el Estado (Del Leviatán.)
El hombre no es un animal '\ • Es verdad que algunas criaturas vivas, como las abejas y las
naturalmente social. , hormigas, viven en sociedad (y son por ello enumeradas por
Aristóteles entre las criaturas políticas); y, sin embargo, no tie-
nen otra dirección que sus juicios y apetitos concretos, y no
poseen la palabra con la que la una pueda significar a la otra
qué piensa que podría ser ventajoso para el beneficio común.
Por eso, quizá algunos quieran saber por qué el género hu-
mano no puede hacer lo mismo. Respondo.
Sólo la sociedad humana \ Primero, porque los hombres están continuamente en com-
conoce la guerra ... 1/ petición por el honor y por la dignidad, lo que no sucede en-
tre estas criaturas. En consecuencia, entre los hombres surgen,
sobre esos fundamentos, la envidia y el odio y, en fin, la gue-
rra; entre aquéllas, en cambio, no es así.
... distingue entre interés Segundo, porque entre estas criaturas el bien común no di-
público y privado. fiere del privado, y siendo ellas por naturaleza propensas a su
bien privado, procuran con éste el beneficio común. Pero el go-
zo del hombre consiste en compararse con los otros hombres ...
La razón implica valoraciones Tercero, porque estas criaturas, no teniendo (como el hom-
y crítica. / bre) el uso de la razón, no ven ni creen ver culpa alguna en la
administración de sus asuntos comunes, mientras que entre los
hombres hay muchísimos que piensan que son más sabios y
más capaces de gobernar la cosa pública que los otros; éstos se
esfuerzan en reformar y en renovar, algunos de un modo, otros
de otro, y llevan a la división y a la guerra civil.
Sólo el lenguaje humano hace Cuarto, porque estas criaturas, si bien tienen de algún mo-
posible la mentira. do el uso de la voz para darse a conocer la una a la otra los pro~
pios deseos y aficiones, están faltas sin embargo de aquel arte
de la palabra por el cual algunos hombres pueden representar
a los otros lo que es bueno bajo el aspecto del mal y lo que es
malo bajo el aspecto del bien, y aumentar o disminuir la apa-
rente grandeza del bien y del mal, dejando insatisfechos a los
hombres y turbando su paz según su voluntad.
j 788
'.,)
S ..,.,...,..,,..¡¡¡.,t~
..,..11..,...,....,...H,..O•B•B"'E"'....
Quinto, porque las criaturas irracionales no pueden distin- La agresividad humana no depeª.·,'d.j.'.·.·
guir entre injuria y daño; pbr eso, mientras se encuentran a su de cond1oones matenafes. f>:'fül
gusto, no se sienten ofendidas por sus compañeras, mientras
que el hombre es más turbulento cuanto más se encuentra a su
gusto; es entonces, de hecho, cuando más desea mostrar su sa-
biduría y censurar las acciones de quienes gobiernan el Estado.
En fin, porque el acuerdo entre estas criaturas es natural, El pacto que funda la sociedad
mientras que el que existe entre los hombres es sólo por pac- ( humana es artificial.
to y es artificial. No es extraño, pues, que (además del pacto)
se requiera algo más para hacer que su acuerdo sea constante
y duradero; es decir: un poder común que los sujete y refre-
ne y que dirija sus acciones hacia el beneficio común.
CONTRATO SOCIAL
Teoría por la que la constitución de los hombres en sociedad no fue un
suceso natural o instintivo, sino el fruto de un pacto: un contrato ori-
ginario que puso fin al estado de naturaleza. En el s. xv11, la teoría con-
tractualista fue adoptada tanto por las filosofías políticas favorables
al absolutismo (Hobbes), como por las favorables al liberalismo (Locke).
ABSOLUTISMO
Teoría política elaborada por Hobbes en oposición a la liberal y de-
mocrática. Los principios del absolutismo son: 1) la indivisibilidad del
poder soberano, que debe desembocar en una sola institución, ya sea
un hombre o una asamblea; 2) el deber de obediencia de los súbditos;
3) la superioridad del Estado sobre la ley: el soberano no está vincula-
do por ningún contrato social a sus súbditos, los cuales, en cambio, es-
tipulan entre ellos un contrato negativo, privándose de toda libertad
personal; 4) la prohibición del tiranicidio y de toda rebelión, incluso
cuando el soberano actúe en contra de los intereses de los súbditos;
5) la fusión de la autoridad política con la religiosa.
El Estado soberano
es un Dios mortal 99
EL PROBLEMA ¿Dentro de qué límites puede ejercer to más fuerte sea el Estado, menores serán las trans~
su libertad el individuo? ¿Hasta dónde puede ejercer gresiones. Hobbes fue el teórico del absolutismo po-
la fuerza el Estado para imponer el respeto a la ley? lítico: consideraba al Estado como una entidad dig~
LA TESIS El hombre no es, como sostuvo Aristóteles, na de veneración, como un Días mortal apenas
un animal naturalmente social (como la abeja o la inferior al Dios inmortal; como un Leviatán, el in-
hormiga, véase 98): observa la ley y respeta la segu- vencible monstruo descrito en la Biblia (Libro de Job).
ridad de los otros sólo cuando está atemorizado por El fragmento que sigue, como el posterior, también
la fuerza que el Estado ejerce. En consecuencia, cuan- pertenece al Leviatán.
789 !i
HOBBES
rrEl;contrato social prevé la renuncia • La única vía para erigir un poder común capaz de defen-
~t. a la libertad individual. der los hombres de la agresión extranjera y de las injurias re-
cíprocas, y capaz con ello de preservarles de tal modo qne con
la propia indnstria y con los frutos de la tierra puedan nutrir-
se y vivir satisfechos, es la de conferir todos sus poderes y to-
da su fuerza a un hombre o a una asamblea de hombres que
pueda reducir todas sus voluntades, por medio de la plurali-
dad de las voces, a una voluntad única.
Jtif" Estado nace cuando todos los Esto significa designar un hombre o una asamblea de hom-
~!{;,in.dividuos se reconocen en uno bres que sostenga la parte de cada persona, y que cada uno acep-
sólo y le obedecen. te y se reconozca a sí mismo como autor de todo lo que quien
sostiene la parte de su persona hará o será causa en las cosas
que conciernen a la paz y a la seguridad comunes, sometiendo
así toda voluntad suya a la voluntad de él, y cada juicio suyo
al juicio de él.
renuncia a la libertad debe \ Esto es más que el consenso y que la concordia; es una uni-
ser recíproca. j' dad real de todos ellos en una sola y misma persona, realiza-
da con el pacto de cada hombre con cada otro, de tal manera
que cada hombre diría a cada otro: yo autorizo y cedo mi dere-
cho de gobernarme a mi mismo a este hombre, o a esta asamblea
de hombres, con esta condición.· que tú le cedas tu derecho y auto-
rices todas sus acciones del mismo modo.
el Estado realiza la voluntad '.\,~,\ Hecho esto, la multitud así unida en una persona recibe el
de todos, debe ser venerado. l nombre de Estado (civitas, en latín), Ésta es la generación de
aquel gran Leviatán o más bien (para hablar con mayor reve-
rencia) de aquel Dios mortal al que todos nosotros debemos
nuestra paz y nuestra defensa, por debajo del Dios inmortal.
Estado impone el respeto a la \ En efecto, por medio de esta autoridad entregada al Estado
ley sólo mediante la fuerza '! por cada particular, es tanta la potencia y tanta la fuerza que le
y el terroc han sido conferidas y de que tiene uso, que con el terror de és-
tas es capaz de modelar las voluntades de todos en la paz in-
terna y en la ayuda recíproca contra los enemigos externos.
Definición de Estado y de En esto consiste la esencia del Estado, que (si se quiere de-
soberanía. finir) es una persona de cuyos actos cada miembro de una gran
multitud, con pactos recíprocos el uno con relación al otro y vice-
versa, se ha hecho autor, con el fin de que ella pueda usar la fuer-
za y los medios de todos como piense que sea ventajoso para la paz
y la defensa común. Quien administra la parte de esta persona
recibe el nombre de soberano, y de él se dice que ostenta el po•
der soberano; cualquier otro es súbdito suyo,
~/hduso siendo voluntano, el pacto ',,) Se consigue este poder soberano de dos modos. El primero
,;;;;, que instituye la soberama del viene dado por la fuerza natural, como cuando un hombre ha-
Estado es irrevocable. ce que sus hijos y los hijos de sus hijos se sometan a su go-
bierno, en tanto que es capaz de destruirlos si se resisten: o co-
mo cuando somete a sus enemigos a su voluntad mediante la
guerra, dándoles la vida con esa condición. Se obtiene del otro
modo cuando los hombres se ponen de acuerdo entre sí para
someterse voluntariamente a algún hombre o a alguna asam-
blea de hombres, confiando en ser así protegidos de todos los
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11
...·.,i --------------11'-·
HOBBES
1
demás. Este último modo puede ser llamado Estado político o
Estado por institución, sierrdo el anterior un Estado por ad-
quísición.
ESTADO DE NATURALEZA
indica, en las teorías políticas de los ss. xv11 y xvrn, la condición de los
hombres antes de estipular cualquier contracto social; en ella, los indi-
viduos vivían aislados unos de otros y sin ninguna organización esta-
tal. Se trata, obviamente, de una condición hipotética y no de una fase
histórica precisa, ya que un semejante aislamiento de los individuos pon-
dría en crisis la misma continuidad de la especie. Según Hobbes, tal
estado de naturaleza estaría dominado por la guerra de todos contra
todos; según Locke, en cambio, estaría regulado por el principio de
reciprocidad, por el que se evitaría la violencia para no recibir violencia.
• Cuando se razona, no se hace más que concebir una suma Cada operación mental es reduflk/~
total a partir de la adición ele partículas, o concebir un resto a a una antmettca de signos. _ _-:·IJSill
partir de la sustracción de una suma respecto a otra; esto (si se
hace mediante vocablos) es concebir la consecuencia de los
nombres de todas las partes con el nombre de la totalidad, o
de los nombres de la totalidad y de una parte con el nombre
de la otra parte.
Estas operaciones no se hallan sólo en los números, sino ¡- Todas las formas del saber, en
también en todas las especies de cosas que se pueden sumar \~· especial las ciencias físicas, se
juntas la una con la otra y restar la una de la otra. En efecto, basan en el cálculo.
tal como los aritméticos enseñan a sumar y sustraer en el cam-
po de los números, así los geómetras enseñan las mismas co-
sas en el campo de las líneas, de las figuras (sólidas y superfi-
ciales), de los ángulos, de las proporciones, de los tiempos, de
las unidades de velocidad, fuerza, potencia y similares.
Las mismas cosas enseñan los lógicos en el campo de las con- También la lógica puede describir,~¡
secuencias de los vocablos, sumando dos nombres entre sí pa- como el cálculo de las . _¿¡¡
ra hacer una afirmación, dos afirmaciones para hacer un silo- proposiciones.
gismo, varías silogismos para hacer una demostración; y de la
suma sustraen una proposición para encontrar la otra.
791 !'
HOBBES
~a matemática es capaz de describir Los escritores de política suman los pactos entre sí para en-
t.. kls ciencias humanas. ; contrar los deberes de los hombres, y los juristas suman las le-
yes y los hechos para encontrar lo que es correcto y lo que es
incorrecto en las acciones de los particulares. En suma, en cual-
quier materia en la que hay espacio para la suma y la sustrac-
ción, hay también lugar para la razón; y donde éstas no en-
cuentran lugar, la razón no tiene nada que hacer.
;J 792
_1___PA_s_c...,A_L_ _ _ !,.,,~
Pascal
1623-1662
laise Pascal inició su vida como
B niño prodigio. Fue educado
personalmente por su padre y nun-
ca asistió a la escuela, mostrándo-
se tan especialmente versado en las
ciencias matemáticas y ftsícas, que
fue admitido a muy temprana edad
en los círculos culturales de París.
A los dieciocho años inventó lapas-
calina, el primer ejemplo de má-
quina calculadora, para ayudar a su
padre en el trabajo de recaudación
de impuestos. Siguieron otros des-
cubrimientos científicos (expe-
riencias sobre el vacío, problemas
de matemática), pero el aconteci-
miento central de su vida fue el de
su conversión. En 1646 entró en
contacto con el movimiento janse-
nista y quedó impresionado por el
rigor y el ascetismo de aquella op-
ción ele vida. La radicalización ele
este proceso ele conversión, favo-
recida por la influencia ele su her-
mana Jacqueline (quien ingresó --~
como religiosa en el austero mo- Pascal retratado por Philippe de Champagne.
nasterio ele Pon-Royal), culminó
en la experiencia mística de la no-
che del 23 ele noviembre ele 1654, descrita en el Memorial. A los treinta y un años ele
edad, Pascal decidió alejarse del mundo y reunirse con su hermana en la soledad del
monasterio. Murió ocho años después, y sólo abandonó el aislamiento que se había
impuesto para defender al movimiento Jansenista ele la acusación ele herejía, lo que
hizo en dieciocho cartas abiertas (las llamadas Cartas provinciales) y firmadas con
pseuclónimo. Su obra más conocida son los Pensamientos, una recopilación ele las no-
tas personales publicada por sus amigos pocos años después ele su muerte.
793 E
PASCAL
EL PROBLEMA ¿Se puede probar la existencia de Dios? azar se tratase. Hay una puesta en juego: la conduc-
¿A través de qué vías se puede conquistar la fe? ta virtuosa de nuestra vida; un posible beneficio: la
LA TESIS Pascal excluye la posibilidad de que la exis- beatitud del Paraíso; una posible pérdida: la renuncia
tencia de Dios pueda ser demostrada con argumen- a los placeres mundanos. La apuesta es muy razona-
tos lógicos (véase 57) o consideraciones racionales ble porque el jugador juega un bien finito (la propia
sobre la perfección de la naturaleza (véase 59), inca- vida terrenal) para ganar, si vence, un premio infini-
paces por sí mismos de probar la obra de un divino to. El paso se cierra con una interesante observación
creador y que parecen decisivos sólo a los ojos de psicológica: más que por los razonamientos, la fe es-
quien ya ha escogido interiormente la fe. No nos acer- tá estimulada por los comportamientos exteriores y
camos a Dios a través de frías elucubraciones menta- por las costumbres de vida. Para creer, pues, es ne-
les, sino con el sentimiento y la sensatez: algo más pa- cesario vivir como si se creyese: ir a misa, recitar las
recido al buen sentido común que a la lógica rigurosa. plegarias de rodillas y con las manos juntas, santi-
Es razonable, e'n efecto, vivir como si Dios existiese, guarse con agua bendita ... La fe es también un me-
y lo es hasta tal punto que sería conveniente apostar canismo psicológico, y la devoción formal desarrolla
sobre esta opción. Pascal propone plantear la cues- una disposición mental a creer. Las tres series de tex-
tión de la existencia de Dios como si de un juego de tos propuestos provienen de los Pensamíentos.
existencia de Dios no puede • Examinamos este punto y decimos: Dios existe a na existe.
probarse. ¿Pero de qué lado nos inclinaremos? Nada puede determinar
la razón a este respecto: hay en medio un caos infinito. En el
extremo de esta distancia infinita se juega un juego del que re-
sultará cara o cruz. ¿Cómo apostaréis? Según la razón, no po-
déis hacer ni una ni otra apuesta; según la razón, no podéis ex-
cluir ninguna de las dos.
Aunque la razón no ayude, se No acuséis, por lo tanto, de error a aquellos que han toma-
debe igualmente escoger, do partido, porque no sabéis nada al respecto. «No; yo no les
acusaré por haber tomado una opción, sino por haber escogi-
do; porque, aunque incurre en el mismo error quien escoge
cruz y quien escoge cara, están ambos equivocados: la opción
correcta es la de estar callado.» Sí, pero es necesario hablar; no
es un hecho voluntario: como al estar en una barca, si hay que
bailar se debe bailar. ¿Qué escogeréis, pues? Veamos. Ya que es
preciso escoger, veamos qué es lo que más nos interesa.
No se puede eludir la decisión Tenéis dos cosas a perder: la verdad y el bien; y dos cosas a
·sobre la existencia o no de Dios. empeñar: vuestra razón y vuestra voluntad, vuestro conoci-
miento y vuestra beatitud; por otra parte, vuestra naturaleza
tiene dos cosas a evitar: el error y la infelicidad. Vuestra ra..:.-
zón no sufre un daño mayor por una elección que por la otra,
porque ineludiblemente hay que tomar una opción. He aquí
un punto seguro.
La ventaja de apostar sobre la Pero, ¿y vuestra beatitud' Sopesemos las pérdidas y las ga-
existencia de Dios. nancias de escoger cruz: es decir, que Dios existe. Valoremos
los dos casos: si vencéis, lo ganáis todo; si perdéis, no perdéis
nada. Así pues, apostad que existe sin dudarlo. «Es de veras
sorprendente. Sí, apostar es preciso. Pero quizá apuesto de-
masiado.>> Veámoslo.
794
PASCAL
Puesto que hay las mismas probabilidades de ganar que de < La posible ganancia supera la
posible pérdida.
perder, aunque no pudieseis ganar más que dos vidas en lugar
de una, ya valdría la pena apostar; si hubiese tres vidas a ga-
nar, deberíais jugar (porque estáis en la necesidad de jugar)
y seríais imprudente, visto que estáis obligado a jugar, si no
arriesgaseis vuestra vida para ganar tres en un juego en el que
hay las mismas probabilidades de ganar que de perder. Pero
está de por medio una eternidad de vida y de felicidad.
Y estando así las cosas, aun en el caso de que hubiese infi- ¿ La relación entre una ganancia _.:·;s~
nitas probabilidades y una sola a favor vuestro, tendríais igual- incierta, pero infinita, y una pérdid_?j
mente razón en apostar uno para tener dos y actuaríais in- igualmente incierta, pero finita,
sensatamente si, estando obligado a jugar, rechazaseis arriesgar hace ventajosa la apuesta.
una vida contra tres en un juego en el que entre infinitas pro-
babilidades existe una a favor vuestro, que puede suponer ga-
795 L
PASCAL
nar una infinidad de vida infinitamente feliz. Pero hay aquí pre-
cisamente una infinidad de vida infinitamente feliz a ganar, una
probabilidad de vencer contra un número finito de posibilida-
des de perder, y lo que arriesgáis es, a su vez, finito ..
En el común juego de azar, la Cada jugador de azar arriesga con certeza por una ganancia
ganancia no es sólo incierta, sino que no es cierta; y no en menor grado arriesga el finito sin la
ciertamente finita, certeza de ganar el finito, sin que por otra parte peque con-
tra la razón. No hay una distancia infinita entre la certeza de
lo que se arriesga y la incertidumbre de la ganancia; esto es
absolutamente falso.
i Ciertamente, estas consideraciones «De acuerdo, pero yo tengo las manos atadas y la boca ce-
no llevan de por sí a la fe. rrada; se me obliga a apostar, y no soy libre; no se me da tre-
gua, y mi carácter es tal que no puedo creer. ¿Qué queréis, pues,
que haga?»
Pero sirven para aquietar la Es verdad, pero tomad al menos nota de vuestra incapa-
racionalidad. cidad de creer, visto que la razón os lleva a ello e igualmente
no podéis hacerlo. Poneos manos a la obra, pues, pero no
para convenceros de la existencia de Dios con ulteriores
pruebas, sino mediante una disminución de vuestras pa-
siones.
lo más útil a la fe es encontrar una Vos quereis encaminaros hacia la fe, y no conocéis el cami-
guía espiritual. no; queréis curaros de la incredulidad, y pedís la medicina:
aprended de aquellos que han tenido vuestros mismos condi-
cionantes y que apuestan ahora todos sus bienes; son personas
que conocen el camino que vos querríais seguir y que están cu-,
radas del mal del que vos queréis curaros.
Para desarrollar la fe, comportarse Imitad el modo en que han comenzado: haciendo lo mismo
como si se creyese resulta útil. que si fuesen creyentes, tomando el agua bendita, encargan-
do misas, y así sucesivamente. Incluso en vuestro caso, esto
os hará creer y os volverá dóciles como ovejas. •«Pero eso es
justo lo que terno.» ¿Y por qué? ¿Qué podéis perder?
EL PROBLEMA ¿Qué conducta realiza más plenamente dición humana. Lo que más buscan los hombres es
la naturaleza humana? tener distracciones; lo que más temen es estar solos
LA TESIS Detrás del frenesí de la vida cotidiana es~ y quietos en una habitación, sin hacer nada. El ob-
tá siempre la fuga de si mismo, el intento de atur- jetivo real de cualquier tipo de actividad o compro-
dirse para no afrontar las cuestiones verdaderamente miso, incluso éticamente honorable, es llegar inad~
importantes de la existencia: la inevitabilidad de la vertidamente a la muerte, alejando la conciencia de
muerte, la miseria y la infelicidad de la propia con- nuestra finitud.
l 796
...................
PA...s...c.A111L.................it¡¡¡.l ~
Aburrimiento. Nada es tan insoportable para el hombre co- Jl La vida tiende a la actividad y ·719
rno estar en pleno reposo, sih pasiones, sin asuntos que des- ~;: al movimiento. Nada es más . ..i.
pachar, sin distracciones, sin una sola ocupación. Advierte en- insoportable para el hombre como
tonces su nulidad, su abandono, su insuficiencia, su no tener proyectos o compromisos.
dependencia, su impotencia y su vacío. Enseguida se activa-
rán en el fondo de su alma el aburrimiento, la melancolía, la
tristeza, la aflicción, el despecho y la desesperación.
Si un hombre que dispusiese de medios suficientes para vi- Muchos empeños no sirven más,.
vir fuese capaz de estar feliz en su casa, no saldría de ella pa- que para distraer la mente. ::'.
ra echarse a la mar o sitiar una plaza. No se compraría un gra-
do en el ejército a tan alto precio de no resultarle insoportable
quedarse en su ciudad; y si busca conversaciones y la dis-
tracción del juego, lo hará sólo por no conseguir quedarse plá-
cidamente en su casa.
Sea cual fuere la condición que imagine111os, del reunir to- ~:··. La dolorosa reflexión sobre la B
dos los bienes que pueden tenerse resultará que la de ser rey "· existencia y sobre la muerte es •
es la más bella condición del mundo, siempre que nos imagi- universal. En su interior, todos los
nemos a ese rey acompañado de todas las satisfacciones posi- hombres se sienten asustados e
bles. Pero si lo imaginamos privado de distracciones mientras infelices.
valora y reflexiona lo que es, la felicidad y la comodidad lo
abandonarán y sucumbirá inevitablemente a cuantas amena-
zas pueda ver, a cuantas revueltas puedan producirse y, en fin,
a la enfermedad y a la muerte, que son inevitables; y así, si es-
tá privado de lo que se llama distracción, será infeliz, y más in-
feliz aún que el más mísero de sus súbditos que pueda jugar y
distraerse.
No es esta posesión plácida, y que nos permite pensar en §.'. El verdadero objetivo es el
la infelicidad de nuestra condición, lo que se busca, ni los pe- ~ aturdimiento, la fuga de sí.
797 ~
PASCAL
w;tTodas las actividades mundanas, Esto explica el hecho de que los hombres amen tanto el rui-
filflSfuso las honorables, ocultan una do y la confusión; esto explica por qué la prisión es una pena
huida de los problemas tan horrible; esto explica por qué el placer de la soledad es una
existenciales, cosa incomprensible. Y, en fin, explica que la razón principal
de la felicidad de la condición de los reyes es que todos se es-
fuerzan incesantemente en distraerles y en procurarles todo ti-
po de placeres.
sociales de felicidad El rey está rodeado de personas que no piensan en otra co-
sa que no sea divertirle e impedirle pensar en sí mismo.
Porque sería infeliz, incluso siendo un rey, si pensara en ello.
He aquí todo lo que los hombres han podido inventar para
ser felices.
psicológico de la distrawon Y aquellos que filosofan sobre este argumento y que juzgan
es el olvido de la muerte. muy poco razonable que la gente pase el día entero corriendo
detrás de una liebre que se podría haber comprado en el mer-
cado, no entienden nada de nuestra naturaleza. Esa liebre no
nos impediría la visión de la muerte y de otras miserias, pero
la caza sí puede hacerlo, porque nos distrae.
alcanzar cualquier objetivo Éstos también se imaginan que, una vez obtenido un
no nos da satisfacción. cierto cargo, enseguida podrán descansar placenteramen-
te, y no advierten la naturaleza insaciable de su avidez.
Creen sinceramente buscar el reposo, y de hecho no bus-
can más que la distracción. Se mueven por un instinto se-
creto que les lleva a buscar ocupaciones y distracciones
en el exterior, originado por el sentimiento de sus ince-
santes miserias.
flí!fieNn_ _·m_oda para engañarse a uno Están también movidos, sin embargo, por otro instinto
¡¡¡n¡w10 es posponer a un perpetuo secreto, que es un vestigio de la grandeza de nuestra na-
futuro el momento de la quietud, turaleza primigenia que les hace intuir que la verdadera fe-
en el que dedicarse a la reflexión licidad no reside, en efecto, más que en la quietud y no en
sobre la inevitabilidad de la muerte. el revuelo; y estos dos instintos contrapuestos originan un
confuso propósito en el fondo de sus almas, invisible a sus
ojos, que les empuja a tender al reposo a través del tra-
siego y a imaginar siempre que la satisfacción de la que no
gozan llegará cuando, una vez superadas ciertas dificul-
tades, podrán abrirse camino definitivamente a la quietud
y al reposo.
IEI rep.oso siempre es placentero en Así transcurre toda la vida. Se busca el reposo comba-
tura, pero aburrido y doloroso tiendo una serie de obstáculos; y, una vez que se han su-
en el presente. perado, el reposo se vuelve insoportable; porque se piensa
en las miserias en que nos encontramos o en las miserias
que nos amenazan. E incluso en el caso de que nos viése-
mos al amparo de todas estas miserias, el aburrimiento sal-
dría a flote por su propia iniciativa desde el fondo delco-
razón, donde está arraigado, y llenaría el espíritu con su
veneno.
Jíl 798
PASCAL
Y si a estas alturas nuestra vista se detiene, que la imaginación La complejidad infinita del
vaya más allá: antes se cansará ella de concebir que la natura- supera las posibilidades de la
leza de ofrecerle materia. Todo este mundo visible es sólo un imaginación humana.
punto imperceptible en el amplio seno de la naturaleza. Ninguna
idea se le aproxima. Podemos incluso agrandar nuestras con-
cepciones más allá de los espacios imaginables: en comparación
con la realidad de las cosas, no concebimos más que átomos.
Es una esfera infinita, cuyo centro se halla en todo lugar y Que la mente humana no constoa:z,
su circunferencia, en cambio, en ninguno. En definitiva: que concebir el Universo, sugiere
nuestra imaginación se pierda en aquel pensamiento, consti- existencia de Dios.
tuye la mayor señal sensible de la omnipotencia de Dios.
Pero para presentarle otro prodigio igualmente maravilloso, La inmensidad del mundo no es'Sfel
que busque, entre lo que conoce, las cosas más diminutas. Que sólo espacial. En cada partícula gf~
un ácaro le ofrezca, en la pequeñez de su cuerpo, partes in- materia existen mundos enteros.
comparablemente más pequeñas: patas con articulaciones, ve-
nas en esas patas, sangre en esas venas, humores en esa sangre,
gotas en esos humores y vapores en esas gotas; y, subdividien-
do estas últimas cosas, que agote sus fuerzas en tales concep-
ciones hasta que el postrer objeto al que pueda llegar sea, por
ahora, el de nuestro razonamiento. Creerá entonces que aca-
so sea ésta la más extrema minucia de la naturaleza.
799 !;'
dimensiones de la realidad Quiero mostrarle ahora un nuevo abismo. Quiero represen-
fuera de la escala del hombr~ tarle no sólo el universo visible, sino la inmensidad natural que
incapaz de comprender tanto lo se puede concebir en el ámbito de aquella visión fugaz de áto-
inmensamente grande como lo mo. Que divise una infinidad de universos, cada uno de ellos
inmensamente pequeño. en posesión de su firmamento, sus planetas y su tierra, en las
mismas proporciones que el mundo visible; y, en esa Tierra,
animales y, en definitiva, otros ácaros, en los que hallará lo que
descubrió en los primeros. Y encontrando sucesivamente en
los otros las mismas cosas, sin pausa y sin fin, que se pierda en
tales maravillas, que asombran por su pequeñez tanto como las
otras con su inmensidad.
[l:a·ci·encia es incapaz de describir el -;J¡ Quien se considere de esta manera sentirá consternación
!;),puesto y el papel ocupado por el ; de sí mismo, y viéndose suspendido en la masa que le ha da-
hombre en el orden de lo creado. do la naturaleza entre los dos abismos del infinito y de la na-
da, temblará a la vista de tamañas maravillas; y creo que, cam-
biando su propia curiosidad por admiración, estará dispuesto
a contemplarlas en silencio, más que a indagarlas con pre-
sunción.
El clima de encendída.,
espiritualidad del movimientO)
jansenista produjo una serie
de curaciones calificadas
de milagrosas.
~ 800
Porque, en suma, ¿qué ~sel hombre en la naturaleza? Un &.'· No sólo la infinidad del todo exceq
nada respecto al infinito, un todo respecto a la nada, algo com- ~'. de nuestra comprensión, sino ::~
prendido entre el todo y la nada. Infinitamente lejano de la también la nada de la que todo ha
comprensión de estos extremos, el término de las cosas y su sido creado.
principio permanecen para él invenciblemente ocultos en un
secreto inescrutable: igualmente incapaz de entender la nada
hacia la que es conducido y el infinito que lo engulle.
¿Qué hará, pues, sino divisar alguna apariencia de la zona ..l.• El destino del hombre está en la "'111
intermedia de las cosas, en una eterna desesperación por co- "\ medianía, en el oscilar entre _-_JJlll
nacer el principio y el fin? Todas las cosas han salido de la na- opuestos e insolubles misterios.
da y se dirigen hacia el infinito. ¿Quién seguirá semejantes y
tan maravillosos procesos?
Por no haber considerado estos dos infinitos, los hombres (.:. El intento de la ciencia de sonde,il;,I
se han dirigido temerariamente a la investigación de la natu- lo infinitamente pequeño y lo .~
raleza como si guardasen alguna proporción con ella. Es ex- infinitamente grande no es más que
traño que hayan querido descubrir los principios de las co- pura y vana presunción.
sas y pretendido llegar a conocerlo todo partiendo de ellos,
con una presunción tan infinita como su objetivo: porque es
cierto que no se puede concebir un plan semejante sin una pre-
sunción o una capacidad infinitas, como la naturaleza.
DISTRACCIÓN (DIVERTISSEMEND
Con divertissement, imperfectamente traducido del francés como dis-
tracción o divertimento, Pascal entiende el conjunto de las ocupacio-
nes, a menudo honorables y para nada divertidas, que el individuo ac-
tiva para llenar la vida y la mente, evitando así afrontar los angustiosos
problemas de la existencia: la muerte y la miseria humana.
801 E
SPINOZA
Spinoza
1632-1677
aruch (Benito) Spinoza nació en
B Amsterdam en una familia aco-
modada de judíos españoles refugia-
dos en Holanda para huir de la per-
secución de la Inquisición católica.
Estudió en la escuela hebrea, pero
completó su educación con un libre
pensador de formación católica. Su
conocimiento del latín le dio acceso
a los clásicos de la filosofía y a las
obras de los autores más modernos
(Descartes, Bacon, Hobbes). Los ro-
ces con la comunidad hebraica de
Amsterdam, que veía en aquel joven
brillante y excesivamente original un
peligro para la ortodoxia religiosa,
fueron aumentando a medida que
perfilaba su original sistema filosófi-
co. El choque intelectual culminó con
la excomunión: Spinoza fue deste-
rrado de la sinagoga, abandonado por
los amigos judíos e incluso por sus
parientes (su hermana intentó sus-
traerle la herencia paterna). Un fa-
nático intentó apuñalarlo, y sólo la
juvenil agilidad del filósofo evitó lo
peor. Desterrado de su comunidad, ····'>-
Spinoza se refugió en una pequeña al- Retrato de B. Spinoza.
<lea cercana a Amsterdam y empezó
a ganarse la vida como cortador de
vidrios ópticos. No obstante su tenor de vida más bien humilde, defendió siempre
con coherencia sus ideas y rechazó los numerosos premios y reconocimientos ofre-
cidos por nobles admiradores de religión cristiana. En 1673 rechazó la oferta de en-
señar en la alemana Universidad de Heidelberg, alegando que cualquier cargo pro-
fesional y oficial habría limitado su libertad de pensamiento. Murió de tuberculosis
tres años después, con sólo cuarenta y cuatro años.
Obras: Tratado breve sobre Dios, el hombre y la felicidad (1661); Tratado de la enmien-
da del entendimiento (1661); Tratado teológico político (1676); Ética demostrada se-
gún el modo de los geómetras (1677).
802
'I
SPINOZA
• Definiciones
I. Como causa del ser, entiendo aquello cuya esencia im- Esencia y existencia son los términ0$
plica la existencia: es decir, aquello cuya naturaleza no pue:. del argumento ontológico de san ,_;
de ser concebida de otro modo que existente. Anselmo.
II. Se dice finita en su género una cosa que puede ser limi- Definición de finitud.
tada por otra de la misma naturaleza. Por ejemplo: decimos
que un cuerpo es finito porque concebimos siempre otro ma-
yor. Así, también un pensamiento está limitado por otro pen-
samiento. Pero ni un cuerpo puede ser limitado por un pen-
samiento, ni un pensamiento por un cuerpo.
III. Por sustancia entiendo aquello que es en sí y esconce- < Sustancia es lo que existe de por se¡
bido por sí: es decir, aquello cuyo concepto no necesita del
concepto de otra cosa a partir del que deba ser formado.
IV Por atributo entiendo aquello que el intelecto percibe de Atributos (espiritu y cuerpo) y
la sustancia como constituyente de su misma esencia. modos son manifestaciones
(infinitas) de la sustancia.
V Por modo entiendo las transformaciones de la sustancia;
es decir, aquello que es en otro y por cuyo medio es también
concebido.
VI. Por Dios entiendo el ente absolutamente infinito, esto / Dios es la única sustancia.
es, la sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de <~:
los cuales expresa una esencia eterna e infinita.
803 f
SPINOZA
es al mismo tiempo libertad y VIL Se dice libre aquella cosa que existe por la única ne-
necesidad. cesidad de su naturaleza y se determina a actuar por sí sola;
es en cambio necesaria, o más bien coaccionada, aquella que
es determinada por otro para existir y operar según una cier-
ta y determinada razón.
l!f/./'á eternidad de Dios se deduce de VllI. Por eternidad entiendo la misma existencia, en cuanto se
gf/Ldefinición como única sustancia. concibe necesariamente de la sola definición de la cosa eterna.
ATRIBUTOS
En la terminología de Spínoza, los atributos son aquello que la mente
humana puede percibir de la sustancia, es decir, de la naturaleza y de
Dios, en cuanto constituyentes de su esencia. Siendo el Dios-naturale-
za infinito, infinitos deben ser también sus atributos; pero de todos ellos,
la limitación de la psique humana sólo permite percibir dos: el pensa-
miento y la extensión. En otros términos: el pensamiento y la extensión,
que el dualismo cartesiano admitía como sustancias, deben ser califi-
cados como simples atributos de la única y verdadera sustancia.
PANTEÍSMO
El término fue acuñado en época moderna, pero designa la doctrina
común al mundo griego y profesada después por algunos filósofos he-
réticos (Bruno, Spinoza); según éstos, Dios coincide con la naturaleza
del mundo: la potencia divina es la causalidad que regula y gobierna la
naturaleza. Se trata, en la práctica, de un sinónimo de inmanentismo.
INMANENTISMO
En términos generales, inmanente es aquello que, siendo parte inte-
grante de la sustancia de una cosa, no puede existir sin ella. la inma-
nencia, pues, es la noción contraria a la trascendencia. Imaginando a
Dios como un ente no distinto del mundo, en el ámbito teológico el in-
manentismo coincide con el panteísmo.
Retrato de Spinoza}
j 804
SPINOZA
• Llamamos Dios a un ser del que todo puede afirmarse: es- / Dios es aquel de quien todo puede,·::
to es, un número infinito de atributos, de los que cada uno, en
\ afirmarse. . ,.,.;~
su especie, es infinitamente perfecto.
Para que nuestro pensamiento sea claramente expresado, ,-- Cuatro proposiciones relativas
propondremos cuatro proposiciones: 1) no existe una sustan- -:. al concepto de sustancia.
cia finita, sino que cada sustancia debe ser infinitamente per-
fecta en su género; es decir: en el intelecto infinito de Dios no
puede haber ninguna sustancia más perfecta de la que ya exis-
te en la naturaleza; 2) no existen dos sustancias iguales; 3) una
sustancia no puede producir otra sustancia; 4) en el intelecto
infinito de Dios, no hay ninguna sustancia que _no exista for-
malmente en la naturaleza.
Por cuanto concierne a la primera proposición -esto es, que (, La inexistencia de una sustancia
no hay sustancia finita-, si alguien quisiera defender lo con- . finita deriva de la definición de · <Yj
trario, nosotros le preguntaríamos: esta sustancia, ¿está limi- sustancia: «aquello que no necesita·•,
tada por sí misma, ha querido por sí misma ser limitada y no de otro para existir».
ilimitada? O mejor, ¿está limitada por su causa, que o no ha
podido o no ha querido darle más?
La segunda p rodposición -quedno ex1d·sten dos sdustancias igua- (. Si la sustancia es infinita, no es ya>:¡
les- nosotros 1a emostramos icien o que ca a sustancia es . posible pensar en una pluralidad d!!J
perfecta en su género, ya que si hubiese dos sustancias igua- sustancias. La sustancia es única.
les, necesariamente la una limitaría a la otra y, consecuente-
mente, aquélla no sería, en tal caso, infinita, como ya antes he-
mos demostrado.
805 E
SPINOZA
Dada la inicial definición de Por cuanto concierne al tercer punto -esto es, que una sus-
sustancia, si una sustancia tancia no puede producir otra sustancia-, si alguien quisiera
produjese otra, ésta debería ser en defender lo contrario, nosotros preguntaríamos: la causa que
todo idéntica a la primera, hasta el produciría esta sustancia, ¿tiene o no los mismos atributos que
punto de coincidir con ella. la producida? La segunda hipótesis es imposible, ya que nada
viene de la nada. Queda, por lo tanto, la primera. Entonces pre-
guntamos desde el principio: en el atributo, que sería la causa
del producto, ¿la perfección es igual? ¿O bien es menor o ma-
yor que en el producto? No puede ser menor por las razones
ya aducidas. Ni mayor, porque el otro entonces sería limita-
do, lo que es contrario a todo lo que ya hemos demostrado. Por
lo tanto, la perfección debería ser igual y, en consecuencia,
las dos sustancias deberían ser iguales, lo que es claramente
contrario a la demostración precedente.
f:Tanto la hipótesis cristiana de que ·_\_;; d Pdor o tra pdarte_, lo que hdabsido creado no ha phobdido sder crea-
b_ el mundo ha sido creado de fa ! o e 1a na a, smo que e e necesariamente a er si o crea-
nada por Dios como la do de alguna cosa ya existente: pero no podernos comprender
neoplatónica de la emanación con nuestro intelecto que todo lo creado haya podido salir de
(véase 51), son impensables. algo, sin que éste algo no haya disminuido mínimamente.
,,,. Dios, la Sustancia, no ha sido Por último, si queremos referir a una causa la sustancia que
~'ªusado por nada porque es causa es el principio de las cosas que nacen de su propiedad, debe-
desí mismo. remos buscar la causa de esta causa y de nuevo la causa de
esta causa, y así hasta el infinito. De modo que, si al final es ne-
cesario detenerse y reposar en alguna parte, habrá sin duda que
hacerlo en esta sustancia única.
ff_Jn_•. Dios (la Sustancia de la realidad \_._;,. El cuarto punto -esto es, que no hay sustancias o atributos
EL.entera) no puede haber nada más J en el intelecto infinito de Dios, más allá de los que formalmente
que cuanto existe en fa naturaleza. existen en la naturaleza- nosotros lo demostramos: 1) con la
potencia infinita de Dios, que hace que en él no pueda haber
causa que lo determine a crear una cosa antes que otra; 2) con
la simplicidad de su voluntad; 3) con el argumento de que Dios
no puede omitir hacer todo aquello que es bueno; 4) con el ar-
gumento de que lo que todavía no es no podrá ser nunca, ya
que una sustancia no puede crear otra sustancia.
Dios y naturaleza son De todo esto se concluye que todo absolutamente se afirma
la misma cosa. de la naturaleza; en otras palabras: que la naturaleza está com-
puesta por infinitos atributos, cada uno ele los cuales es infi-
nitamente perfecto ·en su género. Lo que responde plenamen-
te a la definición que se da de Dios.
Se puede objetar que la A cuanto hemos dicho hasta ahora -esto es, que nada exis-
coincidencia de Dios con fa te en el intelecto infinito de Dios que no esté formalmente en
naturaleza limite a Dios de algún la naturaleza-, alguien podría objetar: si Dios ya lo ha creado
modo. todo, ya no podrá crear nada más, Pero que Dios no pueda cre-
ar nada más es algo contrario a su omnipotencia.
rfero Dios es necesidad y, salvo que ·>_p Por lo tanto: nosotros admitimos en primer lugar que, efec-
f§e /imite su omnipotencia, ya debe tivamente, Dios no puede crear nada más. En segundo lugar
haber creado todo lo creable, afirmamos reconocer que si Dios no pudiese crear todo aque-
llo que es susceptible de ser creado, esto sería contradictorio
con su omnipotencia, pero no admitimos como algo contrario
:] 806
SPINOZA
¿Por qué, por otra parte, insistir tanto? ¿No se argumenta De modo similar, no es blasfemo<-.'!~
de la misma manera la omnisciencia de Dios? Si Dios lo sabe afirmar que Dios no puede . ,±ll
todo, no puede, pues, saber nada más; pero que Dios no pue- aprender nada, porque esto deriva
da saber nada más, es algo contrario a su perfección. Aun si de su omnisciencia.
Dios lo tiene todo en su infinito intelecto y, por su infinita per-
fección, no puede saber nada más, ¿por qué no podemos de-
cir que todo lo que tiene en el intelecto lo ha producido y
hecho, de tal suerte que existe y existirá formalmente en la
naturaleza?
Ya que, por lo tanto, sabemos que todo está igualmente en Pensar que el mundo haya sido :,;-¡;0
el intelecto infinito de Dios y que no hay motivo por el que creado por Dios en el tiempo y é_¡íjj
hubiese debido crear una cosa antes o después que otra, sino etapas sucesivas, lleva a insolubles
que podría haberlo expresado todo en un solo instante, vea- contradicciones.
mos si no podremos nosotros, a nuestra vez, servirnos con-
tra nuestros adversarios de las mismas armas que usan contra
nosotros. De este modo: si Dios ya no puede crear, sin que na-
da le quede aún por crear, nunca podrá crear de hecho lo que
puede crear; pero que no pueda crear lo que puede crear, es
contradictorio. Por lo tanto, las razones por las que hemos afir-
mado que todos los atributos que existen en la naturaleza son
un único ser y no entes distintos, son las siguientes.
1) Ya hemos descubierto que debe existir un ser infinito y Por debajo de los infinitos at.ribV/_rfilllt.
perfecto, por el que no puede entenderse sino un ser tal que la naturaleza (Dios) consiste en,l!Ílll
de él deba afirmarse absolutamente todo. De hecho, un ser que única sustancia.
tiene una cierta esencia debe tener atributos, y cuanta más
esencia se le atribuya, más atributos hay que asignarle; y, ló-
gicamente, si este ser es infinito, debe tener un número infi-
nito de atributos. Y es precisamente por ello por lo que nos-
otros lo llamamos ser infinito.
2) Cada cosa en la naturaleza tiene una causa, pero la na- La comunicación entre los dístin_t~~
turaleza en su totalidad no puede tener una causa. Y puesto seres de la naturaleza implica }YJ!I
que lo que existe sin ser causado es Dios, Dios y la naturale- unidad.
za coinciden.
3) Ya hemos visto que una sustancia no puede producir otra La unidad que vemos en la
sustancia, y también que si una sustancia no existe, es im- naturaleza: de hecho,
posible que empiece a existir; sin embargo, en ninguna de las más seres distintos, el uno no
sustancias que sabemos que existen en la naturaleza, mien- podría comunicarse con el otro.
tras las consideremos sustancias separadas, vemos que haya
necesidad alguna de existencia, de modo que la existencia no
pertenece a su esencia tomada separadamente: de esto debe
necesariamente seguirse que la naturaleza, que no nace de al-
guna causa -y de la que, sin embargo, nosotros sabemos bien
que existe- debe ser un ente perfecto al que pertenece la exis-
tencia.
807
1-'----S..,.Pl""'N""'O""'ZA......,.......,......,.t----------
'lil[óbstan,te las posibles objeciones, De todo cuanto hemos venido diciendo hasta aquí, resulta
rtá!Extens1on es un atributo tanto de evidente que afirmamos que la extensión debe ser un atribu-
la naturaleza como de Dios. to de Dios, lo que parece incompatible con la esencia de un ser
perfecto. Ya que la extensión es divisible, el ser perfecto se com-
pondría de partes, lo que parece incompatible con Dios, por
ser un ser simple. Además, cuando se divide la extensión, se
encuentra en un estado de pasividad, lo que es igualmente
incompatible con la esencia de Dios, que no es pasivo; y nada
puede partir de otro sujeto, desde el momento en que él mis-
mo es la primera causa eficiente de todas las cosas.
~féh.samiento y ext~nsión son ?os Después de haber tratado de la esencia de Dios, sólo nos res-
l!1í!i!i atnbutos de Otos. ta una palabra por decir acerca de sus atributos; esto es, que
aquellos que nosotros conocemos son en número de dos: pen-
samiento y extensión; ya que aquí sólo hablamos de los atri-
butos que se pueden realmente llamar atributos de Dios y por
los que nosotros lo conocemos en sí mismo, y no como actúa
fuera de sí.
rl;ªP_._._ensamiento y extensión son fas Todo lo que los hombres atribuyen todavía a Dios más allá
!!iíil/cas dos manifestaciones de Dios de estos dos atributos y que es efectivamente propio de él,
comprensibles a los hombres. debe ser o una denominación extrínseca -por ejemplo: él exis-
te por sí mismo, es único, eterno, inmutable, etcétera- o bien
operaciones -por ejemplo: él es causa predestinante y regula-
dor de todas las cosas-. Lo que en verdad es totalmente propio
de Dios, sin que, sin embargo, se pueda comprender qué cosa
sea ÉL
es definible como naturaleza Debemos brevemente dividir toda la naturaleza en dos par-
naturalizante (creadora) y tes: la naturaleza naturalizante y la naturaleza naturalizada. Por
naturaleza naturalizada (creada). naturaleza naturahzante entendemos un ser que por sí mismo,
sin el auxilio de ninguna otra cosa (como todas las propieda-
des o atributos que ya hemos descrito), es conocido claramente
y distintamente. Tal ser es Dios.
NATURALEZA NATURALIZANTE/
NATURALEZA NATURALIZADA
Para Spinoza, la naturaleza naturali-
zante es Dios (y sus atributos) enten-
dido como causa inmanente a la ma-
teria misma: es decir, aquella interna
actividad productiva y creativa que vi-
vifica el mundo. La naturaleza natura-
lizada es la misma cosa, pero no des-
de el punto de vista de la causa, sino
de los efectos. En resumen: la natura-
Spinoza en una interpretaciófr~ leza es la única realidad existente; la
moderna . .' naturaleza coincide con Dios; la natu-
raleza es madre e hija de sí misma.
g 808
Leibniz
1646-1716
otado de una extraordinaria in-
D teligencia, Gottfried Wilhelm
Leibniz se formó como autodidac-
ta, aprovechando la extensa biblio-
teca de su padre, profesor universi-
tario de derecho. A sus estudios de
jurisprudencia añadió estudios de
matemática ( cálculo infinitesimal)
y de filosofía, proyectando una re-
forma general del saber: la funda-
ción de una ciencia universa! enci-
clopédica que se elaboraría por
medio de la colaboración organiza-
da de las mejores mentes europeas.
Para poner en práctica este proyec-
to cultural, Leibniz se entregó a una
intensa actividad diplomática que
le llevó a fundar numerosas tertu-
lias culturales y academias cientí-
ficas (fue importante la de Berlín,
creada en el año 1700) de una ca-
pital a otra. En 1670 obtuvo un
puesto como consejero en la Can-
cillería del Elector de Maguncia, Y Retrato de Leibniz.
en 1676 fue nombrado biblioteca-
rio del duque de Hannover. En
Holanda tuvo ocasión de conocer personalmente a Spinoza. También estuvo en con-
tacto con el zar Pedro el Grande, quien bajo su influencia dio vida a la Academia de
San Petersburgo.
Esta frenética actividad cultural y diplomática que caracterizó la vida del filósofo tam-
bién determinó el carácter de sus escritos, que consisten casi exclusivamente en en-
sayos breves u ocasionales, en proyectos y apuntes para vastos programas de inves-
tigación. Sus últimos años de vida sufrieron la amargura de la polémica con Newton
respecto al descubrimiento del cálculo infinitesimal, de las hostilidades de la Francia
de Luis XIV y del abandono del mismo duque de Hannover, quien en 1714 se con-
virtió en rey de Inglaterra.
Obras principales: El arte combinatorio (De arte combinatoria, 1666); Nuevo sistema
de la naturaleza y de la comunicación de las sustancias (1695); Ensayo de Teodicea
(1719).
809 L
LEIBNIZ
106 ¿Porqué
tenemos ojos?
EL PROBLEMA ¿Puede una explicación física y meca- Dios no pueden ciertamente ser casuales, fortuitas, au-
nicista dar razón de la realidad? tomáticas o predeterminadas; deben tener un sentido
LA TESIS En clara polémica con Descartes (véase 97) y, por lo tanto, haber sido realizadas en vistas a un fin.
y con los científicos mecanicistas, Leibniz defiende Una perfecta descripción de los efectos de la cicuta,
que la simple descripción de los mecanismos concre- por ejemplo, no explica para nada la verdadera ra-
tos de un fenómeno no constituye una explicación del zón de la muerte de Sócrates. Cada cosa que existe tie-
fenómeno mismo. El mecanicismo, además, al negar ne una causa final que define su objetivo y existencia
que los objetos y el mundo en su conjunto puedan ser y nada se verifica sin una profunda razón suficiente;
comprendidos sólo por medio del criterio de la causa esto es, sin una razón que explique por qué es así y no
final (véase 40), llega a conclusiones profundamente de otro modo. Recuperando el criterio de la causa fi-
antirreligiosas. En efecto, según Leibniz, de la noción nal, ya localizado por Aristóteles como verdadera sus-
de omnipotencia divina hay que deducir dos certi- tancia de los fenómenos, Leibniz reabre una reflexión
dumbres: 1) Dios, al crear el mundo, ha tenido que metafísica que lo llevará a refutar a Spinoza (véase 104)
realizar elecciones; 2) este mundo no es el único que y a elaborar el concepto de mónada. (Del Discurso de
Dios pudo crear, sino el mejor. Pero las elecciones de metafísica.)
Se equivocan los científicos • No quiero acusar a los filósofos modernos que pretenden
mecanicistas al no tomar en alejar las causas finales de la física: estoy obligado, sin embar-
consideración las causas finales. go, a admitir que las consecuencias de esta opinión me pare-
cen peligrosas, sobre todo cuando está relacionada con aque-
lla según la cual parecería que los fines han de ser excluidos
totalmente, casi como si Dios no se propusiera ningún fin ni
bien cuando actúa, o como si el bien no fuese el objeto de su
voluntad.
F Sólo una aproximación fínalísta Considero, por el contrario, que justo ahí es donde se debe bus-
;puede explicar el orden perfecto de car el principio de todas las existencias y de las leyes de la natu-
la naturaleza. raleza, ya que Dios nos propone siempre lo mejor y lo más per-
fecto ... Él no hace nada por azar y en nada se parece a nosotros,
a quienes alguna vez se nos olvida lo que es oportuno hacer...
tV~mos porque tenemos ojos, como Todos aquellos que reconocen la admirable estructura de los
lz defiende el mecan,i:Jsmo; pero es animales están predispuestos a reconocer la sabiduría del autor
igualmente verdadero, como de las cosas; mientras que aquellos que tienen algún sentimien-
defiende el fínalísmo, que los ojos to de piedad y una cierta sensibilidad por la verdadera filosofía,
han sido hechos para ver yo les aconsejo que se·alejen de las frases de ciertos espíritus pre-
tendidamente fuertes, según cuya opinión vemos porque tene-
mos ojos, sin que los ojos hayan sido hechos para ver.
La explicación mecanícísta de los Cuando se profesan seriamente estas opiniones, que atribu-
fenómenos naturales suprime la yen todo a la necesidad de la materia o a un cierto azar (si bíen
necesidad de Dios. la una y el otro deben parecer ridículos a quienes entienden lo
que hemos explicado más arriba), es difícil poder reconocer un
autor inteligente de la naturaleza.
810
pr Tl
LEIBNIZ 1
Como si, para justificar una conquista hecha por un prínci- La descripción de las causas
pe al tomar una importante fortaleza, un historiador dijera que \\_ eficientes no conduce a una
lo sucedido se ha debido a que los corpúsculos de la pólvora verdadera explicación de los
en contacto con una chispa se han expandido con una veloci- fenómenos.
dad capaz de empujar un cuerpo duro y pesado contra los mu-
ros de la fortaleza, a la par que los tentáculos de los corpús-
culos que componen la caña del cañón estaban tan bien
enlazados entre sí que no se distinguían bajo aquel apremio,
en lugar de mostrar cómo la previdencia del conquistador le
hizo escoger el tiempo y los medios oportunos, y su potencia
se impuso sobre todos los obstáculos, ..
Pienso que no pocos efectos naturales se pueden demostrar <', Las causas eficientes y las causas .. .>.,
por una doble vía, lo que supone que se conserven las causas finales no deben ser absolutas, ya J
eficientes, o bien la causa final. Es oportuno hacer tales afir- que coexisten en muchos
maciones para conciliar aquellos que pretenden explicar me- fenómenos.
cánicamente la formación del tejido fundamental de un ani-
mal y de todo el mecanismo de sus partes, con aquellos que
justifican esta misma estructura por medio de las causas fi-
nales. Ambas vías son buenas: la una y la otra pueden ser úti-
les no sólo para admirar el arte del Gran Artesano, sino tam-
bién para llegar a realizar algún descubrimiento útil en física
y en medicina.
Si es legítimo servirse de una modesta comparación, la ha- ,· En las obras humanas hay siempre 1
bilidad de un artesano se elogia no solamente mostrando el <: un proyecto (causa final) y una ,.
proyecto que tuviese en mente al construir las piezas de su má- sabiduría ejecutora, relativa a fas
quina, sino también al explicar cómo funcionan los instru- causas eficientes.
mentos de los que se ha servido para modelar cada pieza, so-
bre todo cuando tales instrumentos son inventados simple e
ingeniosamente.
Y Dios es un artesano suficientemente hábil para producir En la obra de Dios hay una
una máquina mil veces más ingeniosa que la de nuestro cuer- proyección altísima que utiliza las
po, sin servirse de otra cosa más que de algún líquido bas- leyes normales de la naturaleza,
tante simple creado expresamente, de modo que basten luego
las leyes ordinarias de la naturaleza para desarrollarlo -corno
así ocurre- con el fin de producir un efecto tan admirable; pe-
ro también es cierto que esto no sucedería si el autor de la na-
turaleza no fuese Dios.
Pienso, sin embargo, que el camino de las causas eficientes, El mecanicismo construye modelos···
que es más profundo y, en un cierto sentido, inmediato y a muy simplificados del mundo; no ..
priori, se presenta en cambio de forma muy difícil de explicar consigue explicar la vida biológica,
cuando se llega a los detalles; y creo que nuestros filósofos a
menudo están aún muy lejos de poderlo comprender
Pero la vía de las causas finales es más fácil, y sirve siem- Sin finalismo, no es posible
pre para adivinar verdades importantes y útiles; en cambio, comprender el funcionamiento del.
para encontrar la otra vía, más física, sería necesario mu- cuerpo humano.
cho más tiempo: la anatomía nos provee de ejemplos bien
claros.
811
LEIBNIZ
causas fina/es no explican los Estoy de acuerdo en que la consideración de estas causas no
diminutos mecanismos de la sirve para nada con relación a los paniculares de la física, y no
naturaleza, .. deben en absoluto emplearse para explicar este o aquel fenó-
meno.
w,· ,.y no deben usarse en sentido , En esto se han equivocado nuestros Escolásticos, y los mé-
t. . obvio. que un reloj tenga la ) dicos de otros tiempos han seguido su ejemplo creyendo dar
finalidad de medir el tiempo, no cuenta de las propiedades de los cuerpos al mencionar for-
explica nada. mas y cualidades sin cuidarse de examinar su modo de obrar,
como si quisieran contentarnos diciendo que un reloj tiene la
propiedad relojística derivada de su forma, sin considerar en
qué consiste dicha propiedad .
, El abuso de las causas finales se > Pero este defecto y mal uso de las formas no debe hacernos
ié]Jebe distinguir del uso razonable y . rechazar una realidad cuyo conocimiento es tan necesario en
moderado. metafísica, que sin él considero que no se pueden conocer bien
los primeros principios ni elevar la mente al conocimiento de
las naturalezas incorpóreas y de las maravillas de Dios.
MÓNADA
El término mónada, literalmente unidad, simplicidad, lo que no se pue-
de dividir, era típico de la tradición pitagórica y neoplatónica (Nicolás
de Cusa, Bruno). Leibniz lo adoptó para designar la unidad de medida
de la fuerza viva, espiritual e incorpórea, que constituye el fundamen-
to último de la realidad.
l 812
LEIBNIZ
Ahora bien: lo múltiple :'º puede obtener su realidad más (' La unidad básica de la realidad nó]i
que de sus unidades propiamente dichas, y éstas tienen un ori- puede ser pensada sólo en cuantoj¡j
gen y naturaleza del todo diversos de los puntos matemáticos, matería y extensión.
que no son más que términos de la extensión y modificacio-
nes. De ello queda claro que lo real no puede ser compuesto.
Por eso, para encontrar aquellas unidades reales tuve que re- La mónada, fa partícula mínima y.·.:.·::1
currir a un punto real y animado, por decirlo así, o a un áto- unitaria de lo real, es un <<átomo}h;;]
mo de sustancia, que debe implicar una cierta forma o activi- sustancia»_
dad para construir un ser completo.
Fue necesario, pues, retornar, y casi rehabilitar, las formas sus- No es posible prescindir de las
tanciales, tan desacreditadas hoy día; pero de un modo tal que causas finales (sustancia/es) de
fuesen inteligibles, y que mantuviese bien diferenciado el uso fenómenos.
que debe hacerse de ellas del abuso que se hace de las mismas.
Encontré, pues, que su naturaleza consiste en la fuerza de Las mónadas deben ser entendidas"
la que procede algo análogo al sentir y al apetecer; y que, por como átomos de vida.
eso, es necesario concebirlas a imitación de cuanto entende-
mos como alma.
Pero como el alma no debe utilizarse para dar razón del cuer- < La mónada no explica los
po del animal en sus detalles, así igualmente consideré que ta- mecanismos concretos de la
les formas no deben ser aplicadas en la explicación de los pro- naturaleza, sino fa profunda razón
blemas específicos de la naturaleza, mientras que son necesarias de ser de cada ente.
para establecer verdaderos principios generales.
La mónada es
un átomo espiritual 108
EL PROBLEMA ¿Qué es y cómo debe entenderse el es~ otra. Sin embargo, si se parte del principio de que no
píritu? hay nada en el universo que no pueda ser entendido
LA TESIS La mejor forma de entender la noción de mó~ por una mente humana, hay que concluir que en to~
nada es compararla con la mente humana, de la que da mente cabe, al menos potencialmente, todo el mun-
ella es, en realidad, sólo una parte infinitesimal. Al igual do. Así es para cada una ele las mónadas; ésta es un mi-
que una mente humana cualquiera, también la móna- crocosmos, un espejo del universo que es, al menos
da es algo unitario e indivisible, pues posee una vida potencialmente, inteligible. Al igual que un verdade-
interna y es capaz de conectarse a todas las otras. ro átomo espiritual, posee todas las características de
Ciertamente, esta conexión no puede darse de modo la espiritualidad: percibe -es decir, conoce el mundo
directo (las mónadas no tienen ventanas, afirma una cé- desde un punto ele vista concreto-- y apetece-es decir,
lebre sentencia de Leibniz), de la misma manera que desea, tiende siempre a la realización de un fin, un pro-
no es posible para una mente unirse directamente a yecto-. (Del Discurso de metafísica.)
• Toda sustancia es como un mundo entero y como un es- (f.' Cada mónada representa todas las;¡
pejo de Dios o de todo el universo, que ésta expresa asumo- \. otras; contiene en sí el Univers1·:~::~
do, más o menos como una misma ciudad es representada de entero.
distinto modo según las distintas posiciones en que se en-
cuentra el que la mira.
813 [
LEIBNIZ
mónada es un microcosmos. ::) Así, de alguna manera el universo se multiplica tantas ve-
J ces cuantas son las sustancias, y la gloria de Dios es multipli-
cada similarmente por las muchas representaciones, todas di-
ferentes, de su obra.
mónada convene en sí todas '" Se puede incluso decir que cada sustancia lleva de algún mo-
las leyes del Universo. f do en sí el carácter de la sabiduría infinita y de la omnipoten-
cia de Dios, y que lo imita por cuanto es capaz de hacerlo.
mónada resume la entera ) Ésta, en efecto, expresa, aunque de modo confuso, todo lo que
historia del Universo. J sucede en el universo: pasado, presente y futuro; lo que de algún
modo se asemtja a una percepción o a un conocimiento infinito.
Toda mónada está conectada a ·1, Y ya que a su vez todas las otras sustancias expresan aquélla y
todas las demás. 1/ se coordinan con ella, se puede decir que ésta extiende su poder
sobre todas las otras, a imitación de la omnipotencia del Creador.
todas las percepciones que • Hay mil señales que nos llevan a juzgar que en cada mo-
afectan a los órganos de los mento se dan una infinidad de percepciones en nosotros, pero
sentidos alcanzan la conciencia sin apercepción y sin reflexión; esto es, cambios en el alma de
(apercepción). los que no nos damos cuenta porque las impresiones son o de-
masiado pequeñas o demasiado numerosas o demasiado uni-
das, así que no se consigue distinguirlas si no es en parte; a pe-
sar de eso, no cesan de hacer sentir sus efectos y de hacerse
sentir, al menos confusamente, en su conjunto.
Un ruido habitual cesa de ser De tal modo, la costumbre hace que no prestemos atención
pero las ondas sonoras al movimiento de un molino o a un chorro de agua, cuando he-
continúan golpeando el oído. mos permanecido cerca durante un cierto tiempo. No es que
este movimiento no afecte siempre nuestros órganos y que no
suceda algo en el alma que responda a ello a causa de la ar-
1
1
LEIBNIZ
1
1,
monía del alma y del cuerpo; sino que estas impresiones que
están en el alma y en el cuerpo, privadas de las atracciones de
la novedad, no son lo bastante fuertes como para reclamar
nuestra atención y nuestra memoria, atraídas por objetos más
interesantes.
No se duerme nunca tan profundamente como para no te- Que nos despertemos por un ruiq3ii
ner alguna sensación, aunque sea débil y confusa, y nunca nos demuestra que los sonidos taml>(~
despertaría el más grande estruendo del mundo si no tuviése- son percibidos en el sueño.
mos la percepción de su inicio, por pequeño que sea, como no
se rompería nunca una cuerda por el mayor esfuerzo si no fue-
se tensada y alargada al menos un poco por medio de esfuer-
zos mínimos, aunque la pequeña tensión que éstos producen
no se manifieste.
815 t
LEIBNIZ
1
f'."r_ Aunque inconscientes, estas Estas pequeñas percepciones, por sus consecuencias, son de
11;'. impresiones influyen en nuestro una eficacia mayor de lo que se piensa. Son las que forman
juicio. aquel no sé qué, aquellos gustos, aquellas imágenes de las cua-
lidades de los sentidos, claras en su conjunto pero confusas en
sus partes, aquellas impresiones que los cuerpos exteriores pro-
ducen sobre nosotros y que encierran el infinito, aquellos vín-
culos que cada ser tiene con todo el resto del universo.
FINALISMO
Actuar por un fin y medir respecto a éste los propios medios es al-
go típico de la actividad humana. Según la hipótesis finalista, tam-
bién la naturaleza se movería por un criterio análogo de intencio-
nalidad, obviamente no siempre consciente. Lo que determina el
movimiento de los astros celestes o la evolución biológica de las es-
pecies animales no es la casualidad y ni siquiera un rígido determi-
nismo, sino el alcance de un objetivo. Teorizado por primera vez por
Aristóteles (véase 40), aceptado por el cristianismo -que hizo de él
un sinónimo de la Providencia divina- y convertido durante el
Renacimiento en uno de los fundamentos del pensamiento mágico,
el finalismo entró en una crisis definitiva con el surgimiento de la re-
volución científica.
la tecnología humana y el • El cuerpo orgánico de todo ser vivo es una especie de má-
mundo biológico hay quina divina o de autómata natural, que sobrepasa infinita-
un salto cualitativo. mente cualquier autómata artificial.
Una máquina ensambla En efecto, una máquina construida por el arte humano no es
componentes simples y máquina en cada una de sus partes; por ejemplo: el diente de una
no vive en sr. rueda de latón consta de partes o fragmentos que ya no son na-
da artificial, y ya no tienen nada que conserve los caracteres de la
máquina con relación al uso al que la máquina fue destinada.
En un animal, cada partícula Pero las máquinas de la naturaleza -esto es, los cuerpos vi-
está dotada de vida. vos- son aún máquinas en sus mínimas partes, hasta el infi-
;'ll 816
LEIBNIZ
Cada uno de los fragmentos de materia puede ser repre- ( Todo está en todo.
sentado como un jardín lleno de plantas o como un estanque ,.-
lleno de peces. Pero cada rama de una planta, cada miembro
de un animal, cada gota de sus humores, es también un jardín
semejante y un estanque semejante.
Y si bien la tierra y el aire interpuesto entre las plantas del / En_ c~da partícula de lo real existe1!\]
jardín, o el agua interpuesta entre los peces del estanque, no \ mmusculos mundos vivos, tan __.jf¡
son planta ni son pez, sin embargo también contienen algo de pequeños como para resultar
ellos, pero mayormente en forma tan diminuta como para invisibles.
resultamos imperceptible.
Así, no hay nada de inculto, de estéril, de muerto en el uni- Nada hay casual en la naturaleza,:m¡
verso, y no hay caos ni confusión más que en apariencia, co- accesorio, inútil o confuso. ;Aj
mo la que puede aparecer en un estanque visto desde una dis-
tancia desde donde no se divisa más que un movimiento
confuso y, por decirlo así, un gorgotear de peces en el estan-
que, sin que se distingan los peces.
De aquí se ve que cada cuerpo vivo tiene una entelequia do- ¡[ Cada viviente posee una mónad~};l
minante, que en el animal constituye el alma. Pero los miem- {. dominante: el alma. «Entelequia_>:;J,gjj
bros de aquel cuerpo vivo están llenos de otros seres vivos (de el estado perfecto de un ente que
plantas, de animales), cada uno de los cuales tiene, a su vez, ha alcanzado su fin.
su propia entelequia o alma dominante.
En cuanto a las sustancias corpóreas, pienso que la masa, si i Masa, extensión, impenetrabilidag{,
se considera sólo lo que es divisible, es puramente un fenó- ·\_ materia, son sólo manifestacion~g~
meno; que cada sustancia tiene verdadera unidad en sentido exteriores de las mónadas.
metafísico riguroso, y que ésta es indivisible, ingenerable e in-
corruptible; que cada materia debe estar llena de sustancias
animadas o al menos vivas; que las generaciones y corrup-
ciones no son más que transformaciones de lo pequeño a lo
grande y viceversa, y que no hay partícula de materia en que
no se encuentre un mundo de una infinidad de criaturas, tan-
to orgánicas como no.
Pienso, sobre todo, que las obras de Dios son infinitamen- / Sólo la doctrina de las mónadas ·;;;21
te más grandes, más bellas, más numerosas y mejor ordena- \ describe la real perfección del
das de lo que se cree comúnmente; Universo.
y que la máquina o la organización
-es decir, el orden- es como esen-
cial en ellas hasta en las más mí-
nimas partes. En consecuencia, no
hay hipótesis que dé a conocer la
sabiduría de Dios mejor que la
nuestra, según la cual por todas par-
tes hay sustancias que revelan su
perfección, y son igualmente espe-
jos, aunque diferentes, de la belle-
za del universo, mientras nada que-
da vacío, estéril, inculto o sin
percepción.
l"\Retrato de Leibniz.
817 t
LEIBNIZ
El mundo contiene la máxima • Cuando se dice que sólo la bondad ha dete.rminado a Dios
cantidad de bien posible. a crear este universo, hay que añadir que su bondad lo ha lle-
vado antes a crear y a producir todo el bien posible, pero que
su sabiduría ha hecho su selección y ha escogido lo mejor con-
secuentemente; y, en definitiva, que su potencia le ha dado la
posibilidad de realizar el plan que pensara ...
no habría podido crear un Hacer un bien menor de lo posible es faltar contra la sabi-
mundo ulteriormente duría o contra la bondad. Ser lo mejor, y ser deseado por los más
perfeccionable. virtuosos y por los más sabios, es la misma cosa. Y se puede de-
cir que, si nosotros pudiésemos entender la estructura y la eco-
nomía del universo, encontraríamos que éste está hecho y está
gobernado exactamente del modo que los más sabios y virtuo-
sos podrían esperar, no pudiendo Dios dejar de obrar así.
¡¡r:iP
acto de la creación divina tuvo Sin embargo, tal necesidad es sólo moral. Sin duda, si Dios
tLque haber sido libre, voluntario y hubiese producido lo que produjo movido por una necesidad
no determinado. metafísica, habría producido todos los posibles o no habría pro-
ducido ... Pero como no todos los posibles son compatibles en:
tre sí en un mismo universo, es ésta la razón por la que no to-
dos los posibles pueden ser producidos; de lo que se concluye
que Dios no tuvo ninguna necesidad, metafísicamente hablan-
do, de crear el mundo.
La perfección del mundo debe Se puede afirmar que, apenas Dios decreta crear alguna cosa,
concordar con su interna se establece un conflicto entre todos los posibles que pretenden
complejidad. Un mundo su existencia; y aquellos que, conectados juntos, comportan va-
globalmente más perfecto es rias realidades, más perfección, más inteligibilidad, prevalecen.
imposible. Es verdad que todo este conflicto no puede ser sino ideal; es de-
cir: no puede ser más que un conflicto de razones en el intelecto
perfectísimo y no puede dejar de actuar del modo más perfec-
to ni, por lo tanto, dejar de escoger lo mejor.
¡· Admitir cualquier imperfección en Por otra parte, Dios está obligado por una necesidad moral
lee/ mundo significa criticar a Dios. a hacer las cosas de modo que nada mejor sea posible: de lo
contrario, no sólo otros tendrían razón en criticar lo que Dios
hace, sino que Él mismo no podría estar satisfecho de su pro-
pia obra y se reprocparía su imperfección; lo que contrasta con
la suprema felicidad de la naturaleza.
ü 818
LEIBNIZ
El Gran Relojero y la
armonía preestablecida 112
EL PROBLEMA ¿Es posible alguna relación entre es- un brazo y, efectivamente, el fenómeno se realiza,
píritu y materia? no es porque su voluntad espiritual haya influido
LA TESIS La teoría de la armonía preestablecida consM sobre el cuerpo, sino porque las dos dimensiones
tituye el corazón del pensamiento de Leibniz y el que forman el individuo, espíritu y cuerpo, han si-
punto de llegada de toda su compleja doctrina mo- do perfectamente sincronizadas por la sabiduría di-
nadológica. La comparación entre dos relojes de vina, de modo que el acto sucede apenas después
péndulo sirve para explicar la difícil relación entre del pensamiento, incluso sin una precisa relación
mónada y materia -es decir, entre espíritu y cuerpo de causa-efecto. Ciertamente, la complejidad del
o, para emplear la terminología cartesiana, entre res proyecto divino, capaz de programar en el inicio de
cogítans y res extensa-. Excluida cualquier posibili- los tiempos todas las relaciones entre la acción y
dad de comunicación directa entre espíritu y cuer- el pensamiento de cada uno de los individuos, su-
po, Leibniz explica la coordinación aparente entre pera muy de largo a toda imaginación humana. Esto
ambas dimensiones de lo real por medio de una pre- demuestra que la perfección del mundo es aún ma-
cisa programación en el origen por parte de Dios. yor de lo que comúnmente se cree. (De una carta
En otros términos: si un individuo piensa en levantar de 1696.)
• He explicado el acuerdo que existe entre el alma y el cuer- Espíritu y cuerpo son. comparable~¡~
po con una comparación entre el acuerdo de estos dos entes y a dos re!o1es smcron,zados. ·::':L::Sfl
el de dos péndulos de diferente estructura, que marcarian siem-
pre exactamente la misma hora en el mismo instante.
Esto podría suceder de tres modos: 1) conectándolos de mo- Sólo existen tres explicaciones
do que estén obligados a oscilar simultáneamente; 2) encar- de tal sincronía.
gando a un hombre que los regule el uno respecto al otro;
3) construyéndolos desde el principio tan exactos y buenos,
que puedan funcionar en virtud de su estructura. Éste es, sin
duda, el mejor medio. He aquí cómo alma y cuerpo pueden
estar de acuerdo.
1) Por un influjo del uno sobre la otra, lo que es conforme 1) El espíritu influye sobre el cuerpgJ
a la opinión común de las escuelas pero del todo inexplicable. y viceversa... ....>.d
2) Por 1a intervención de Dios, quien se ocuparía de regular ... 2) Dios coordina cada
continuamente al uno respecto a la otra según el sistema de modificación del cuerpo y
las causas ocasionales, de modo que el estado del uno daría del espíritu...
ocasión a Dios de provocar en la otra las impresiones corres-
pondientes: sería un milagro continuo muy poco conforme
con la sabiduría divina y el orden de las cosas.
3) Por una exacta y autónoma regulación de cada uno de los ..3) Desde el inicio del mundo,
dos entes, de modo que puedan avanzar conjuntamente en vir- Dios ha programado los cuerpos
tud de su propia naturaleza: esto es lo más bello y más digno y espíritus del Universo.
de Dios. Y es mi sistema de armonía preestablecida.
819
LOCKE
Locke
1632-1704
a vida deJohn Locke está indi-
L solublemente vinculada a las vi-
cisitudes de la segunda revolución
inglesa, que concluyó en 1689
con el advenimiento al trono de
Guillermo de Orange y la instaura-
ción de un régimen liberal.
Nacido en Wrington, muy cerca de
Boston, Locke estudió y fue después
profesor (de griego y de retórica) en
Oxford, aunque nunca estuvo satis-
fecho con la enseñanza recibida, que
definió como palabras oscuras e in-
vestigaciones inútiles. Como autodi-
dacta se interesó por las ciencias mé-
dicas (anatomía, fisiología, física),
hasta el extremo de ganarse el ape-
lativo de doctor sin serlo.
En 1667 abandonó sus compromi-
sos en Oxford para seguir las tu-
multuosas vicisitudes políticas de
Lord Ashley, canciller de Inglaterra,
futuro conde de Shaftesbury y má-
ximo exponente del naciente parti-
do whig. Tuvo así ocasión de viajar
a Francia y entrar en contacto con
los ambientes cartesianos del conti-
Retrato de]ohn Locke.
nente. Su militancia política en las
filas de la coalición liberal le llevó a
Holanda, en donde organizó la expedición de Guillermo de Orange, cuya victoria ha-
bría de determinar el definitivo éxito personal de Locke.
Los méritos políticos ele Locke son notables: fue el teórico de la democracia, el pre-
dicador de la tolerancia y el profeta de una clara distinción entre Estado e Iglesia. Los
méritos filosóficos, sin embargo, no son menores: con su reflexión, la tradición in-
glesa del empirismo alcanzó su plenitud y clara conciencia.
Obras: Cartas sobre la tolerancia (1659); Ensayo sobre el entendimiento humano (1690);
Tratados sobre el gobierno civil (1690); Pensamientos sobre la educación (1693); La
racionalidad del Cristianismo (1695).
] 820
LOCKE
· La mente es una
hoja en blanco 113
EL PROBLEMA ¿De qué deriva el conocimiento? ra que se ha hecho célebre: cuando nacemos, la men-
¿Existen conocimientos o competencias innatas? te humana es una tabula rasa, una hoja en blanco en
lA TESIS En polémica con Descartes (véase93), Locke la que la práctica del mundo exterior y la reflexión del
demuestra la inexistencia de ídeas innatas con argu- individuo sobre sí mismo imprimirán las marcas que
mentos extraídos de la experiencia: los niños, los lo- llamamos conocimiento. Resulta falsa, pues, la idea
cos, los salvajes, no poseen ninguna idea de Dios ni de fundamental del racionalismo cartesiano, según la cual
los principios geométricos básicos. Esto demuestra ex- determinadas verdades evidentes e intuitivas (ideas cla-
perimentalmente que nada hay de innato en el cono- ras y distintas) deben por fuerza ser anteriores a cual-
cimiento, sino que todo se aprende con la experiencia. quier experiencia. Los textos siguientes han sido ex-
Para ilustrar esta teoría, Locke recurre a una metáfo- traídos del Ensayo sobre el entendimiento humano.
• Consideran algunos incontestable que hay en la inteli- la teoría cartesiana de las ideas
gencia ciertos principios innatos o ciertas nociones primarias innatas.
o comunes; podría decirse que se trata de caracteres impre-
sos en nuestra mente que el alma, al recibirlos desde el pri-
mer momento de su existencia, lleva consigo al mundo.
Si mis lectores estuviesen libres de todo prejuicio, para con- El aprendizaje de la experiencia
vencerlos de la falsedad de esta suposición no tendría más que basta para explicar toda forma de , 1
mostrarles cómo los hombres pueden adquirir todos los co- conocimiento.
nocimientos que poseen mediante el simple uso de sus facul-
tades naturales, sin el auxilio de ninguna noción innata; y có-
mo pueden alcanzar la certidumbre, sin tener necesidad de
ninguna de tales nociones o principios originarios.
Así pues, y según mi opinión, se convendrá fácilmente que La hipótesis innatista es, ante
sería incongruente suponer que las ideas de los colores sean in- todo, inútil.
natas en una criatura a la que Dios ha otorgado la vista y la ca-
pacidad de recibir estas ideas de los objetos exteriores median-
te los ojos. Y no sería menos irracional atribuir a impresiones
naturales y a caracteres innatos el conocimiento que tenemos
de muchas verdades, ya que podemos observar en nosotros mis-
mos la existencia de las facultades apropiadas para permitir-
nos conocer aquellas verdades con igual facilidad y certeza que
si hubiesen sido grabadas en la mente desde el origen ...
No hay opinión más comúnmente aceptada que aquella se- El argumento de los cartesianos:
gún la cual existen ciertos principios, tanto especulativos como innatas deben ser aquellas ideas
prácticos (ya que nos referimos a ambos), sobre cuya verdad universalmente consideradas
concuerdan todos los hombres universalmente: y de esto se de- verdaderas.
duce que dichos principios deben ser impresiones constantes
que el alma de los hombres recibe con la misma existencia, y
que ella lleva consigo en el mundo de modo tan necesario y
real como posee todas sus facultades naturales ...
Pero lo peor es que el argumento del consenso universal, del Pero no existe, de hecho, ninguna
que se hace uso para demostrar la existencia de principios in- verdad universal.
natos, me parece una demostración de la inexistencia de nin-
gún otro principio similar, ya que no existe ningún principio
sobre el que todos los hombres convengan universalmente.
821 11
LOCKE
~l
básicos de la lógica Y, para empezar por las nociones especulativas, he aquí dos
tampoco son universales. célebres principios de demostración a los que se atribuye la
cualidad de principios innatos más que a ningún otro. El pri-
mero: todo lo que es, es. El segundo: es imposible que una cosa
sea y no sea al mismo tiempo. Estas dos proposiciones se han to-
mado en tantas ocasiones como máximas universalmente acep-
tadas que, sin duda, parecerá extraño que alguien ose dudar de
ese t!tulo. Sin embargo, me tomaré la libertad de decir que, le-
jos de recibir esas dos proposiciones un consenso general, pa-
ra una gran parte del género humano no son ni siquiera co-
nocidas .
niños y los locos no conocen .) Ya que, por encima de todo, es evidente que los niños y los
ningún principio lógico. ., idiotas no tienen la mínima percepción de estos principios y
no piensan en ellos de ninguna manera: lo que basta para des-
truir este consenso universal, que debería ser el necesario da-
to concomitante de todas las verdades innatas.
Ni siquiera cabe suponer la Así pues, me parece que afirmar la existencia de verdades
existencia de pensamientos grabadas en el alma que el alma no percibe o no entiende en
inconscientes. absoluto constituye casi una contradicción, en tanto que si
el acto de imprimir significa algo, no puede ser más que ha-
cer que ciertas verdades sean percibidas. En efecto, imprimir
algo en la mente sin que la mente lo perciba es, en mi opi-
nión, apenas inteligible. Por lo tanto, si los niños y los idio-
tas poseen un alma o una mente que posea en sí tales im-
presiones, es inevitablemente necesario que los niños y los
idiotas las perciban, que conozcan necesariamente tales ver-
dades y que convengan con ellas; pero puesto que esto no
sucede, es evidente que tales impresiones no existen en ab-
soluto.
El acto del pensamiento implica Luego, si no son nociones grabadas naturalmente, ¿cómo
conciencia. pueden ser innatas? Y si hay nociones grabadas, ¿cómo pue-
den ser desconocidas? Afirmar que una noción está grabada
en la mente y afirmar al mismo tiempo que el alma no la co-
noce y que hasta ahora nunca se ha apercibido de ella, sig-
nifica hacer de esta impresión una simple nada. No se pue-
de afirmar de ninguna proposición que esté en la mente
cuando ni ésta la ha percibido todavía ni nunca ha sido cons-
ciente de ella ...
fi[i;F Con mayor razón, no existen .·./ Si las máximas especulativas, de las que hemos hablado en
fü:i principios universales de carácter - el capítulo anterior, no son acogidas por todos con un con-
práctico o ético. senso efectivo -como hemos probado hasta el momento-, es
mucho más evidente en cuanto respecta a los principios prác-
ticos que éstos están bien lejos de recibir un consenso uni-
versal. Y creo que sería bastante difícil citar una norma moral
de naturaleza tal que fuese acogida con un consenso tan ge-
neral y tan rápido como la máxima lo que es, es, o que pueda
pasar por una verdad igualmente manifiesta como el princi-
pio es imposible que una misma cosa sea y no sea. De lo que se
deduce con claridad que el privilegio de ser innatos corres-
ponde mucho menos a los principios de la práctica que a los
de la especulación; y que se tiene mayor derecho a dudar que
:l 822
LOCKE
Para saber si hay algún principio de moral sobre el que to- La historia y la experiencia
dos los hombres coincidan, apelo a cualquiera que tenga al- demuestran fa inexistencia
gún conocimiento, aunque sea modesto, de la historia del de principios indiscutibles.
género humano que emana y que, por decirlo así, haya mira-
do más allá del humo de la chimenea de su casa. ¿Dónde pue-
de existir una verdad de orden práctico que sea universalmente
acogida sin ninguna duda o dificultad, como debería serlo si
fuese innata?
Otra razón que me hace dudar de la existencia de algún El hecho de que haya w,.vº"" ,,
principio innato en la práctica es que, por lo que creo, no en el campo ético excluye la
es posible plantear ninguna regla moral de la que no se pue- universalidad de los juicios.
da con justicia pedir la razón: y esto sería totalmente ri-
dículo y absurdo si tales principios fuesen innatos o in-
cluso sólo evidentes por sí mismos, puesto que cada
principio innato debe ser tan evidente por sí mismo que
no se precise de ninguna prueba para constatar su verdad,
ni de ninguna razón para acogerlo con un consenso uni-
versal y completo.
Por otro lado, si estas reglas de la moral son innatas y es- Si las ':glas morales fue:en innatg~
tán impresas en nuestras mentes) no alcanzo a comprender có- no senan violadas tan faofmen_t~!i~
mo los hombres puedan violarlas tranquilamente y con ple-
na confianza. Considerad un ejército que saquea una ciudad
y ved qué consideración para la virtud o principio moral y qué
remordimiento de conciencia demuestra por los crímenes que
comete. El bandidaje, el homicidio, el estupro, no son más que
juegos para quienes ha sido concedida la inmunidad a cual-
quier castigo y censura.
¿No ha habido acaso naciones enteras, incluso entre las / Existe una diversidad enorme enlas,
más civilizadas, que hayan aceptado el exponer a sus infan- \ costumbres sociales y en las leyes[jii
tes a dejarles morir de hambre o a ser devorados por fieras
feroces tan permisible como el ser traídos al mundo? Hay to-
davía naciones en las que los recién nacidos son enterrados
vivos con sus madres si sucede que éstas mueren durante
el parto; o bien se les mata si un presunto astrólogo declara
que han nacido bajo una mala estrella. En otros lugares, el
hijo mata a su padre y a su madre sin ningún remordimien-
to cuando éstos han alcanzado una cierta edad ... Y Garcilaso
de la Vega relata que cierto pueblo del Perú tenía la costumbre
de mantener con vida a las mujeres que tomaban prisione-
ras, para hacer de ellas concubinas y de engordar a los hi-
jos que tenían con ellas para después devorarlos, destino que
deparaban a las madres después de que éstas dejaban de dar-
les niños. Los topinambur creían que para ganarse el paraí-
so debían vengarse de sus enemigos y devorar el mayor nú-
mero posible de ellos. No disponen siquiera de un nombre
para designar a Dios, y no poseen religión ni culto. Aquéllos
a quienes los turcos canonizan y disponen en el grupo de los
santos llevan una vida que no se podría contar sin herir el
pudor.
823 g
LOCKE
¡rn1ando nace, fa mente está vacía Suponemos, pues, que la mente es una hoja en blanco, pri-
LyPrivada de cualquier contenido. vada de todo carácter y sin ninguna idea. ¿De qué modo lle-
gará ésta a recibir ideas?
¡ ·.· Todo el conocimiento nace de la . ¿Dónde y cómo adquiere esa cantidad prodigiosa de ideas
experiencia del mundo exterior y de 1 que la imaginación del hombre, siempre creativa y sin lími-
la reflexión 1nterio, tes, le ofrece con una variedad casi infinita? ¿De dónde surgen
todos los materiales de la razón y del conocimiento? Respondo:
de la experiencia. Es éste el fundamento de todos nuestros co-
nocimientos; de aquí extraen éstas su origen primero. Las ob-
servaciones que hacemos tanto respecto a los objetos externos
y sensibles como respecto a las operaciones interiores de nues-
tra mente, que percibimos y sobre las cuales nosotros mismos
reflexionamos, proveen a nuestra inteligencia de todos los ma-
teriales,del pensamiento.
TABULA RASA
Metáfora que considera que, en el momento del nacimiento del indi-
viduo, la mente se parece a una tabula rasa: es decir, una hoja en blan-
co; sintetiza la crítica desarrollada por el empirismo a la doctrina del in-
natismo defendida por Descartes y los racionalistas. Por definición, todo
lo conocido es siempre algo aprendido tanto por la percepción del me-
dio como por la reflexión sobre la propia condición interior.
114 La mente no
inventa ideas
EL PROBLEMA ¿Cuáles el proceso a través del que se se limita a reelaborar en formas de creciente abs-
forman las ideas? ¿En qué consiste el poder creati~ tracción los datos y observaciones que recibe del ex-
vo de la mente? terior, según la fórmula empirista nada hay en el
LA TESIS En sentido restringido, cabe afirmar que la intelecto que antes no haya estado en la percepción. La
mente humana no inventa ninguna idea, puesto que regla es también aplicable a las nociones más abs-
todos sus contenidos son atribuibles en ültimo tér~ tractas, que aparentemente poco tienen que ver con
mino a la percepción. La mente, en otros términos, sucesos perceptivos.
En un último análisis todo el • Antes que nada, los sentidos permiten el ingreso de ideas
conocimiento puede atribuirse concretas que empiezan a decorar aquel local vacío; y lamenª
a la percepción. te, familiarizándose poco a poco con algunas ideas, las pone de
nuevo en la memoria y les otorga un nombre.
J 824
LOCKE ---,
-~ 1
A continuación, se presentan a la mente otras ideas que és- (.· Los conceptos generales se forma(!{]
ta abstrae de las primeras, y aprende gradualmente el uso de por abstracción a partir de las · ·
los nombres generales. De esta manera, la mente se abastece percepciones.
de ideas y de lenguaje: es decir, de los materiales sobre los que
ejercerá su facultad discursiva. Y a medida que aumentan es-
tos materiales sobre los que la mente actúa, el uso de la ra-
zón se vuelve más evidente cada día.
Pero si bien la adquisición de las ideas generales, el uso de Ningún concepto general es innato:¡
los nombres comunes y la razón crecen por lo general jun-
tos, no veo sin embargo que esto demuestre de algún modo
que estas ideas sean innatas.
Reconozco que hay ciertas verdades cuyo conocimiento se Lo que fue adquirido mucho tiempo,
encuentra en la mente desde mucho tiempo atrás, pero esto ( atrás, tiende por costumbre a ser :
sucede de un modo que demuestra cómo estas verdades no confundido con innato,
son en absoluto innatas. Si en verdad le prestamos atención,
veremos que las verdades de esta especie se componen de ide-
as en absoluto innatas, sino adquiridas: puesto que las prime-
(Retrato de Loche.
825
r--, ~---------
1
l"""""""'A--"""'""'~·
LOCKE
1;---:
"
ras ideas son aquellas que los niños tienen después de la im-
presión de las cosas ext~riores con las que se relacionan a me-
nudo, y que más frecuentemente se imponen a sus sentidos .
Estas convicciones rutinarias •_l\_> De estas ideas de tal modo adquiridas, la mente llega a des-
carecen a menudo de toda / cubrir que algunas concuerdan y otras son discordantes; y es-
coherencia. to probablemente sucede a partir del momento en que ésta lle-
ga a hacer uso de la memoria y está capacitada para recibir ideas
distintas.
formación precede al lenguaje Pero tanto si esto sucede como si no, es al menos cierto que
y al pensamiento racional. los nifios forman esta especie de juicio mucho antes de ha-
ber aprendido el uso de las palabras y antes de haber alcanza-
do lo que comúnmente llamamos edad de razón. Así pues, an-
tes de saber hablar, un niño conoce la diferencia que existe
entre las ideas de lo dulce y de lo amargo (es decir, que lo dul-
ce no es lo amargo) con la misma certeza que tendrá más tar-
de, cuando hable y diga que el ajenjo y las peladillas no son lo
mismo.
EMPIRISMO
En términos generales, empirista es la actitud de quien: 1) ve en la ex-
periencia el criterio último de verdad (lo que la razón sugiere que de-
be considerarse verdadero sólo si supera el control experimental); 2) si-
túa la percepción (y por tanto la experiencia) en la base de todo el saber,
considerando que a partir de la sensación también es posible explicar
las funciones superiores de la mente (memoria, fantasía, inteligencia),
pero no a la inversa.
CONVENCIONALISMO LINGÜÍSTICO
la filosofía ha discutido con frecuencia la naturaleza de la lengua
(véase 11, 22) y su origen (véase 130), elaborando dos interpretacio-
nes alternativas: 1) la hipótesis naturalista, defendida por Platón, sos-
tiene la existencia de una conexión intrínseca entre el sonido de una
palabra y su significado, tal como parece evidente en las onomatope-
yas (por ejemplo, el pío pío del gorrión o el kikirikí del gallo; 2) la hi-
pótesis convencionalista, expuesta por primera vez por Aristóteles y
defendida también por locke, según la cual la conexión entre sonido
y significado sería totalmente arbitraria, como demuestra el hecho
de que no sólo las palabras normales, sino también las onomatopeyas,
varían entre una lengua y otra (para los franceses, el canto del gallo es
cocorocó).
LIBERALISMO
Teoría polltica defendida por locke en oposición al absolutismo de
Hobbes y convertida en el fundamento teórico de la democracia mo-
derna. Éstos son sus principios: 1) el contrato social se estipula no só-
lo entre los ciudadanos, como afirmaba Hobbes, sino también entre és-
tos y el Estado; 2) el objetivo del Estado es la salvaguarda de los derechos
fundamentales del individuo (libertad, propiedad privada), cuyo ejerci-
cio ya era presente, aunque de modo imperfecto, en el estado de na-
turaleza presocial; 3) el Estado no está por encima de la ley, sino que
está obligado a observarla; 4) el ciudadano se reserva el derecho de re-
belión cuando un aparato del Estado intente perjudicar siquiera uno de
los derechos inalienables del individuo.
] 826
LOCKE
• Pese a que el hombre posee una variedad de pensamientos / El pensamiento posee una ",!í
tan grande que otros como él podrían obtener provecho y deleite \ dimensión autónoma y anterior :j
de éstos, éstos están dentro de su pecho, invisibles y ocultos para a la verbalización.
los demás, y no se podría conseguir que surgieran por sí mismos.
Y puesto que sin la comunicación de los pensamientos no se po- Ninguna sociedad habría podido (Sí)
dria disfrutar de los placeres y ventajas de la sociedad, fue necesa- surgir sm una forma cualqwera ,,,·~·}TI
rio que el hombre descubriese algún signo exterior y sensible ca- de comunicación del pensamiento.
paz de hacer que aquellas ideas invisibles de las que están construidos
sus pensamientos pudiesen llegar a ser conocidas por otros. Nada
era más adecuado para tal objetivo, ya sea por abundancia ya sea
por rapidez, que los sonidos articulados que el hombre descubrió
ser capaz de producir de manera tan sencilla como variada.
De ta l modo, podemdos codncebir cóm obhs_palabras, que por (,. las palabras son signos: es nem ,.,.,,
natura1eza eran tan a ecua as a aque1 o ~euvo, 11egaron a ser , indican convenciones.
empleadas por los hombres como signos de sus ideas: no por al-
guna conexión natural que pueda existir entre sonidos con-
cretos articulados y ciertas ideas -puesto que en tal caso, no ha-
bria entre los hombres más que un solo lenguaje-, sino por una
imposición voluntaria que consigue que una palabra dada sea
asumida arbitrariamente como representante de una idea dada.
Por ello, el objetivo de las palabras es el de ser signos sen- {_•. No existe conexión alguna entre::_:jJ
sibles de las ideas; y su significado propio e inmediato son significado y sonido de las pa/abra§j
las ideas que determinan su existencia.
827 L
LOCKE
La sociabilidad es un instinto • Dios, habiendo hecho del hombre una criatura para la que,
natural. en su juicio, no era bueno estar sola, lo sometió a potentes obli-
gaciones de necesidad, comodidad y tendencia a entrar en so-
ciedad, e igualmente lo adaptó con la inteligencia y el lengua-
je a conservarla y a disfrutar de ella.
Existe una continuidad entre La primera sociedad existente, aquella entre marido y mujer,
familia y Estado. dio origen a la existente entre padres e hijos; y a ésta se su-
mó, con el tiempo, la del patrón y el siervo. Y si bien las tres
podían coincidir y generalmente se encontraban juntas y no
constituían más que una sola familia en la que el patrón o la
patrona tenían una forma de gobierno propio de la familia, ni
cada una de ellas ni todas juntas alcanzaban a constituir la
sociedad política, como veremos tras examinar los diferentes
objetivos, obligaciones y límites de cada una de ellas.
r Tanto la familia como el Estado se La sociedad conyugal está constituida por- un contrato vo-
Ltundan sobre un pacto contractual. luntario entre hombre y mujer, y si bien ésta consiste princi-
palmente en la comunión y en el derecho de uno sobre el cuer-
po del otro -que es necesario a su fin principal, que es la
procreación-, sin embargo ésta conlleva mutua ayuda y asis-
tencia y también una comunión de intereses necesaria no sólo
para reunir su cuidado y cariño, sino también para su común
prole, que tiene derecho a ser nutrida y mantenida por ellos
hasta que sea capaz de proveerse por sí misma.
[La propiedad privada es un derecho ) • El poder supremo no consiste en quitar parte de sus pro-
l. natural innegociable. piedades a un hombre sin su consentimiento. En efecto, sien-
do la conservación de la propiedad el fin del gobierno y la ra-
zón por la que los hombres entran en sociedad, se presupone
y requiere que el pueblo posea necesariamente una propiedad;
J 828
LOCKE
La razón por la que los hombres entran en sociedad es la sal- Ningún Estado puede impedir el
vaguarda de su propiedad, y el fin por el que éstos eligen un ejercicio de este derecho.
legislador y lo autorizan es que puedan instituirse leyes y es-
tablecerse reglas capaces de custodiar y delimitar la propiedad
de cada miembro de la sociedad, y de limitar el poder y mo-
derar el dominio de cada parte o miembro de ésta ...
Siempre que los legisladores intenten sustraer la propiedad Cabe un derecho de rebelión contra
del pueblo o hacerlo esclavo de un poder arbitrario, entran en el Estado que niegue la propiedad
estado de guerra con el pueblo mismo, que por lo tanto que- privada. ·
da absuelto de toda ulterior obediencia.
Por ello, en los Estados bien ordenados, el poder legislativo Los legisladores también deben
se pone en manos de diferentes personas que, reuniéndose en estar sometidos a la ley
los modos prescritos, tienen el poder de hacer leyes de por sí
o junto a otras para, a continuación, retirarse y estar someti-
das ellas mismas a las leyes que han creado.
Pero es necesario que exista un poder siempre activo que / La separación entre el poder •·:.:
presida la ejecución de las leyes que han sido creadas y que si- ( ejecutivo y el legislativo es garandé1
guen estando en vigor. Por ello, el poder legislativo y el poder de democracia. ·"··..
ejecutivo suelen estar separados.
La tolerancia y
sus límites 118
EL PROBLEMA ¿Qué límites al ejercicio de la libertad ditos y admitir todo tipo de Iglesia en su propio te-
existen en una sociedad democrática, especialmen- rritorio, Locke aclara los límites del principio mis-
te en el ámbito religioso? ¿Qué relaciones deben mo: una sociedad democrática no puede aceptar nin-
existir entre Estado e Iglesia? guna secta secreta u obediente a un país extranjero,
LA TESIS Después de aclarar el revolucionario prin- así como no puede permitir el ateísmo, sinónimo de
cipio de la tolerancia religiosa por el que el Estado inmoralidad y de falta de responsabilidad. (De Cartas
debe desinteresarse del credo religioso de los súb- sobre la tolerancia.)
• La tolerancia hacia aquellos que tienen opiniones diferentes La tolerancia religiosa se basa
en materia de religión es en tal medida coherente con el tanto en valores de fe como
Evangelio y con la razón, que la existencia de hombres ciegos en argumentos racionales.
a tan clara luz parece una monstruosidad.
829 l
1-j ,_.....,_LO-CK..,E..,........,..,...,..ii.,.""'....,.....,....,....,._....,._ _ _ __
J!/1 fanático nunca reconoce serlo, i_, Yo no quiero acusar aquí ni al orgullo ni a la ambición de los
t!iiino que oculta su fanatismo bajo ? unos, ni a la carencia de moderación ni al fanatismo falto de
motivaciones irracionales. caridad y mansedumbre de los otros: son éstos defectos pro-
bablemente inseparables de la condición humana y, sin em-
bargo, nadie quiere que se le imputen abiertamente; no hay, en
efecto, apenas nadie que, alejado por su culpa del recto cami-
no, no busque cubrir esos defectos de una apariencia diversa y
honorable para ser alabado.
necesario separar la Iglesia del Por otra parte, con el fin de que nadie descubra la persecu-
Estado, la fe de la política. ción y una crueldad poco cristiana con el pretexto de la dili-
gencia del Estado y de la observancia de las leyes, ni que, al
contrario, otros exijan, en nombre de la religión, licencia pa-
ra sus costumbres viciosas e impunidad para sus delitos; con
el fin de que nadie, digo, haga imposición a sí o a otros, en la
veste de súbdito fiel del soberano o en aquella de sincero ado-
rador de Dios, considero que antes que nada es preciso dis-
tinguir entre materia civil y religiosa, y que hay que fijar con-
venientemente los límites entre Iglesia y Estado. De no actuar
asi, no será de ningún modo posible regular los conflictos en-
tre quienes efectivamente desean -o fingen desear- la salva-
ción de las almas o la del Estado.
¡¡:¡"El.único deber del Estado es el de El Estado es, a mi modo de ver, una sociedad humana cons-
fbrganizar la vida ovil y garantizar el tituida únicamente con el fin de la conservación y promoción
respeto de los derechos naturales de los bienes civiles. Llamo bienes civiles a la vida, a la liber-
de cada individuo. tad, a la integridad física y a la ausencia de dolor, así como a la
propiedad de objetos externos como tierras, dinero, muebles y
demás.
Las leyes del Estado se deben ,'j. Es deber del magistrado civil conservar sana y salva la justa
en criterios de laicidad e ·Y propiedad de todos los bienes propios de esta vida, tanto para
igualdad. todo el pueblo en general como para cada súbdito en particu-
lar, mediante leyes igualmente válidas para todos ...
!f9spoderes de la magistratura civil \ No me corresponde indagar ahora hasta qué punto se ex-
itL. deben estar reglamentados. Y tienden los poderes del magistrado en cada uno de los pue-
blos; sé solamente lo que sucede en general cuando nace un
conflicto sin que haya un juez. Se dirá: entonces el magistra-
do, que es más fuerte, hará que suceda lo que considere más
acorde a su interés: Respondo: es cierto; pero lo que se bus-
ca aquí es la norma del recto actuar, y no el triunfo del du-
doso proceder.
!€? ley del Estado sólo debe proh1b1i \, Pero, para entrar en mayores detalles, diré en primer lugar
¡/éi,que sea dañino para la sociedad. / que el magistrado no debe tolerar ningún dogma adverso y con-
trario a la sociedad humana o a las buenas costumbres, que son
necesarias para la conservación de la sociedad civil.
IPEstado no puede admitir sectas o En segundo lugar, un mal más oculto pero también más
~l. · sociedades secretas. peligroso para el Estado es el representado por quienes
se atribuyen a sí mismos y a los miembros de su secta al-
guna prerrogativa concreta que, oculta en palabras pro-
nunciadas con la intención de engañar, es contraria al de-
recho civil.
] 830 ,::;;
>):!¿
:JJJit;M
1.....,......,...L,.OC""'K""E,_..._...,....;¡,I~
.,¡"...
En tercer lugar, aquella,Iglesia en la que quienes sean ad- El Estado no puede admitir /g.le_í!~
mitidos estén al servicio de otro soberano al que deban obe- a las órdenes de otro Estado. .cil't1;ffl
diencia no podrá tener nunca el derecho de ser tolerada por el
magistrado. Con este pacto, en efecto, el magistrado daría
lugar a la creación de una jurisdicción extranjera en su terri-
torio y en sus ciudades, y aceptaría que entre sus ciudadanos
se enrolasen soldados contrarios a su Estado ...
En cuarto y último lugar, no deben de ningún modo ser to- El ateísmo no puede ser_ tolera~_!J,_;_J
lerados quienes nieguen la existencia de una divinidad. Para porque es smon,mo de mmoralidai/.J
un ateo, en efecto, ni la palabra dada, ni los pactos, ni los ju-
ramentos, que son los vínculos de la sociedad humana, pue-
den ser estables o sacros; eliminado Dios aunque sólo sea con
el pensamiento, todas esas cosas caen. Además, quien por me-
dio del ateísmo elimina la religión de los fundamentos, no pue-
de revindicar para sí mismo el privilegio de la tolerancia en
nombre de la religión.
831 [
BERKELEY
Berkeley
1685-1753
l inmaterialismo,doctrina ela-
E borada por el obispo irlandés
George Berkeley, parece enérgica-
mente contraria al sentido común: la
materia no existe, es pura apariencia,
Sólo existe el espíritu, del que la men-
te humana no es más que un compo-
nente; las cosas que nos parece per-
cibir desde el mundo exterior sólo son
ideas, puros contenidos de la mente,
Los objetos materiales sólo existen
en la mente de quien los percibe y só-
lo en el momento en que son perci-
bidos. Los razonamientos de este ti-
po tendían a un fin apologético, es
decir, a demostrar la existencia de
Dios. Si el mundo no nos parece una
masa caótica de sensaciones subjeti-
vas y si conseguimos sobrevivir en él
a pesar de que, en realidad, no es en
absoluto como nos parece (es decir, Retrato de Berkeley, en la National Portrait
material), es sólo por la continua in- Gallery de Londres.
tervención de la divinidad, que en to-
do momento nos provee del conocimiento más adecuado a la situación y al contex-
to. Son tesis bastante extremas, pero lo que convierte a Berkeley en uno de los
pensadores más estudiados ho, son.las sutiles e ingeniosas argumentaciones con las
que las defendió, ·
Su vida personal estuvo marcada por una brillante carrera eclesiástica: ordenados.a-
cerdote anglicano en 1710, fue nombrado obispo de la pequeña diócesis irlandesa de
Cloyne en 1734, donde permaneció hasta su muerte, dos décadas más tarde. En su
juventud tuvo ocasión de viajar a Francia e Italia en calidad de capellán de familias
nobles, pero el episodio más relevante de su existencia fue sin duda el fallido inten-
to de fundar un colegio misionero en las islas Bermudas, En 1728 embarcó rumbo al
nuevo continente, pero permaneció tres años en Rhode Island a la espera de que
llegasen de Inglaterra los fondos que le habían sido prometidos, Como homenaje a
esa larga estancia en tierras norteamericanas, el estado de California dedicó a Berkeley
una de sus ciudades más importantes.
Obras: Ensayo sobre una nueva teoría de la visión (1709); Tratado sobre los principios
del conocimiento humano (1710); Diálogo entre Hylas y Filonús (1713); Alcifrón o el fi-
lósofo diminuto (1732).
832
,·.;-e¡
---------- il BERKELEY
Pero no se debe creer que al admitir esto esté restando algo i" Sin embargo, esta admisión no,_:I
a la realidad de la materia -es decir, a los objetos exteriores-; ~t: niega la realidad de la materia._ ;
ya que esto es justamente lo que defienden muchos filósofos
que, con todo, están muy lejos de negar la materia.
Para entender bien esto, debéis saber que los filósofos divi- / Según la filosofía tradicional'. _las¡c¡¡flj
den las cualidades sensibles en primarias y secundarias. Las pri- \. cua/Jdades pnmanas (extenswn,[ííi!II
meras son la extensión, la forma, la solidez, la gravedad, el mo- forma, tamaño, movimiento.. )
vimiento y la quietud, y ellos consideran que éstas existen no dependen del sujeto.
realmente en los cuerpos. Las otras, en cambio, son las que ha-
bíamos enumerado anteriormente -es decir, todas las cualida-
des sensibles que no son las primarias-, y ellos afirmari que és-
tas no son más que sensaciones o ideas que no existen en más
lugar que en la mente. Pero estoy seguro de que todo esto ya lo
sabéis. Por mi cuenta, hace ya tiempo que conocía esta teoría
tan difundida entre los filósofos, pero nunca como hasta aho-
ra me había convencido tan plenamente de su verdad.
FILONÚS Entonces, tú crees todavía que la extensión y las for- t{. Ésta es la tesis que se pretendcJ;!fí
mas son inherentes a las sustancias exteriores que no piensan. "- defender: no hay diferencia en@;fj
HYLAS SL cualidades primarias y secundarias.
FILONÚS Pero, ¿qué pasaría si los mismos argumentos que se
introducen contra las cualidades secundarias se mostraran tam-
bién válidos contra estas otras?
HYLAS Bien: entonces estaría obligado a pensar que también las
cualidades primarias sólo existen en la mente.
FILONúS ¿Crees que precisamente la forma y precisamente // Según el pensamiento tradicional li!!i,.fij
la extensión que percibes con los sentidos existen en el obje- \. cualidades primarias también de!Je.f/Jj
to exterior, es decir, en la sustancia material? ser percibidas por los animales.
833 t
BERKELEY
un animal muy pequeño, un HYLAS Para mí está claro que también en los demás anima-
ácaro por ejemplo, tendrá ) les tienen el mismo uso.
percepciones adecuadas a su FILONÚS Pero de ser así, ¿no sería necesario que ellos mis-
tamaño. mos fuesen capaces de percibir sus propios miembros a través
de los sentidos, así como a los cuerpos que los pueden dañar?
HYLAS Evidentemente.
FIL0NÚS Entonces, será necesario suponer que un ácaro pue-
da ver tanto su pie y objetos de la misma dimensión, o meno-
res, como cuerpos de dimensiones considerables, aunque los
primeros te parezcan apenas visibles o, como máximo, sólo vi-
sibles bajo la forma de minúsculos puntos.
HYLAS Eso es algo que no puedo negar.
FILONÚS Y a las criaturas más pequeñas que un ácaro, ésos
les parecerán aún más grandes.
HYLAS Seguro que lo parecerán.
FILONÚS De manera que lo que tú apenas puedes distinguir, a
otro animal extremadamente pequeño le parecerá como una
enorme montaña.
j 834
BERKELEY
FILONúS Pero de lo que tú has dicho se deduce que tanto la la percepción de fa extensión
extensión que tú percibes, la percibida por el ácaro y las di- síempre guarda refación con
ferentes extensiones percibidas por animales más pequeños, extensión del sujeto dotado de
son siempre todas la verdadera extensión de la pierna del áca- sentidos.
ro. Y esto significa que tus mismos principios te llevan a un
absurdo.
HYLAS En verdad parece que aquí haya alguna dificultad.
FILONÚS Podrás decidirte rápidamente si tienes el valor de Así pues, también los juicios
pensar respeto a esta cualidad con la misma independencia extensión son subjetivos.
que has utilizado para las demás cualidades. ¿No hemos re-
conocido como un buen argumento que ni el calor ni el frío
existían en el agua porque ésta a una mano parecía caliente y
a la otra fría?
HYLAS Lo hemos reconocido.
FILONúS ¿Y no se razona del mismo modo cuando se con- La forma y la cualidad de los ;z;;j!jl
cluye que en un objeto no hay ni extensión ni forma porque cuerpos dependen de fa modalidailíl
al ojo de uno puede parecer pequeño, liso yredondo, mien- de observación.
tras que al mismo tiempo puede parece, grande, rugoso y an-
guloso al de otro?
HYLAS Es justo el mismo razonamiento. Pero esto, ¿sucede al-
guna vez?
FILONúS Puedes hacer el experimento cuando quieras, mi-
rando con el ojo izquierdo a simple vista y con el derecho a
través de una lente.
HYLAS No sé ya cómo defenderla; y, sin embargo, todavía me
resisto a abandonar la extensión, porque veo muchas y muy
extrañas consecuencias que bien pueden derivar de esta afir-
mación.
FILONÚS ¿Te parecen extrañas? ¿De verdad te parecen ex- También fa extensión, en tanto
trañas? Has debido ya admitir tantas y tan diversas cosas, que juicio mental, sólo existe
que espero que ahora no te alteres ante cualquier otra cosa en fa mente.
sólo porque sea extraña. Por otra parte, ¿no sería extraño
que ese modo general de razonar que se aplica a todas las
otras cualidades sensibles no se pudiese aplicar también a
la extensión?
835 [
~ª-""""""""""'B"'E"'R'"'K""E""L'"'E""'Y..,......,.....,,.Í........,....,....,..........,.._...,._ __
ffiR~(pensamiento y materia son dos Si se admite que en una sustancia que no percibe no puede
l!iropúestos, entonces todo lo que la existir ninguna idea y nada parecido a una idea, se deduce cier-
mente piensa no puede existir en el tamente que ninguna forma -es decir, ningún tipo de exten-
mundo material. sión que podamos percibir o imaginar o de la que podamos te-
ner una idea- puede realmente ser inherente a la materia, y eso
sin hablar de la especial dificultad que tendríamos en concebir
una sustancia material que sea el sustrato de la extensión, y
que incluso la preceda y sea diferente de ella.
~úalquier cualidad percibida sólo Cualquiera que sea la cualidad sensible, ya sea ésta la for-
!l!!!fexiste para aquel que la percibe. ma o el sonido o el color, parece siempre imposible que pueda
subsistir en alguna cosa que no la perciba.
HYLAS Renuncio de momento a mi tesis, pero me reservo el de-
recho de retractarme si luego me diese cuenta de haber dado
algún paso en falso.
~J~f- Los Juicios comparativos (más HYLAS Me viene a la mente haber oído hablar en alguna par-
!l!!!fg.rande, más pequeño) expresan te acerca de la distinción entre la extensión absoluta y la ex-
relaciones entre ideas y no implican tensión sensible. Por lo tanto, aunque se reconozca que lo gran-
en absoluto la existencia del de y lo pequeúo no son verdaderamente inherentes a las
tamaño. sustancias mismas debido a que sólo consisten en la relación
que otros entes extendidos tienen con las partes de nuestro
cuerpo, nada nos obliga sin embargo a pensar lo mismo de la
extensión absoluta, que es algo abstraído de lo grande y de lo pe-
queño, de esta o de aquella magnitud o forma concreta. Y lo
mismo vale para el movimiento: rápido y lento son en todo
relativos a la sucesión de ideas en nuestras propias mentes.
Aunque la percepción capte FILONÚS Dime entonces: ¿qué es lo que distingue un movi-
grados de tamaño, el miento o una parte de la extensión de otra? ¿No es algo sen-
tamaño no es en sí pensable. sible, como un cierto grado de velocidad o de lentitud, un cier-
to tamaño o una cierta forma especial para cada una de ellas?
HYLAS Me parece correcto.
FILONÚS Entonces, privadas de todo tipo de propiedad sen-
sible, esas cualidades no tienen ninguna diferencia específi-
ca y numérica.
HYLAS No la tienen.
Los conceptos abstractos FlLONúS Cabe, pues, decir que esas son la extensión en ge-
(movimiento, extensión) sólo neral y el movimiento en general.
existen en la mente. HYLAS Digámoslo así.
FILONÚS ¿Pero no es un principio reconocido por todos que
cada cosa que existe es particular? ¿Cómo, entonces, podría exis-
tir en cualesquiera sustancia corpórea el movimiento o la ex-
tensión en general?
HYLAS Se necesitaría de una gran cantidad de tiempo para
resolver esta vuestra dificultad.
fi'iif_,és posible pensar el tamaño en FILONúS Yo creo, en cambio, que la cuestión puede ser re-
~/istracto. Sólo se puede imaginar suelta con rapidez. Sin duda tú sabes decir si puedes o no pue-
cuerpos más o menos grandes, des formar esta o aquella idea. Así pues, decidamos también
nuestra discusión sobre la base de este criterio: si puedes for-
mar en tu pensamiento una idea abstracta distinta del movi-
miento o de la extensión privada de todos los modos sensibles
como son rápido y lento, grande y pequeño, redondo y cua-
836
......,,,,,.._............,.......,.....,..__,.....,._,.,.¡¡1....,........,B..,.E...,RK"""E_L,...EY.......,.......,liiia,I¡
INMATERIALISMO
Idea defendida por Berkeley, según la cual la creencia común de la exis-
tencia de la materia no se puede defender ni en el plano lógico ni en
el experimental. El filósofo llega a tal conclusión llevando hasta sus úl-
timas consecuencias el principio defendido por el empirismo de que e/
ser de las cosas consiste en ser percibidas. De hecho, Berkeley demuestra
la imposibilidad de la existencia de una realidad material autónoma de
la mente que la percibe. El hecho de que los hombres parezcan perci-
bir más o menos las mismas cosas no demostraría la existencia de una
referencia material de las percepciones, pues sólo la gloria de Dios es
capaz en su omnipotencia de sincronizar las mentes de todos los hom-
bres, proveyéndoles en el mismo momento de las mismas percepcio-
nes. Dios es una Mente infinita, y gracias a ella las cosas continúan exis-
tiendo aun cuando no son percibidas.
HUME
Hume
1711-1776
Sésofía,
filósofo; pero más allá de la filo-
sé siempre hombre. En esta
máxima del filósofo David Hume,
nacido en Edimburgo, hay que en-
tender no tanto una glorificación
del género como la desconfianza en
la posibilidad de que la filosofía
ofrezca un anclaje seguro en cual-
quier verdad. El pensamiento de
Hume, en efecto, concluye la tradi-
ción del empirismo inglés en un
sentido escéptico: radicalizando el
criterio de la experiencia hasta sus
últimas consecuencias, se termina
por anular la propia filosofía.
Y, sin embargo, tocia la vida de
Hume estuvo marcada por un pro-
fundo amor a la filosofía. Siendo aún
muy joven, consiguió oponerse a la
voluntad paterna ele emprender es-
tudios de derecho, rechazando obs-
tinadamente ocuparse de otra cosa /•.
que no fuese la filosofía -disciplina Retrato de D. Hume.
por la que sintió una precoz pa-
sión-. Así, a los dieciocho años, una
potente intuición le llevó a conce-
bir las ideas básicas de la doctrina que después desarrollaría en su obra maestra, el
Tratado sobre la naturaleza humana. Fue una experiencia intelectualmente tremenda:
esta intuición, la ocurrencia repentina de un nuevo escenario del pensamiento, empu-
jó al joven filósofo a un semejante empeño en los estudios que acabó minando su sa-
lud. Una larga fase de depresión psíquica fue el precio de este entusiasmo por la nue-
va doctrina que, sin embargo, no tuvo la acogida esperada. Su propensión al ateísmo
y al escepticismo, así como las inspiraciones irracionales ele su pensamiento, asus-
taron al mundo académico de tal modo, que Hume nunca consiguió entrar en él.
Alcanzó, sin embargo, fama y éxito por otras vías: tanto como escritor ele una mo-
numental Historia de Inglaterra como por diversos encargos diplomáticos en Francia,
en calidad ele secretario del embajador inglés.
Obras: Ensayos morales y políticos (1742); Diálogos sobre la religión natural (1751);
Historia natural de la religión (1754); Búsqueda sobre el intelecto humano (1759).
] 838
r HUME
1 · Observemos dos
bolas de billar... 120
l:
EL PROBLEMA ¿La casualidad es sólo un esquema men- movimiento allí donde ésta se detiene, pero no vere~
1
.. tal o existe verdaderamente en la realidad? ¿Cuáles
son los límites del conocimiento experimental?
I.A TESIS El principio básico de todo pensamiento cien-
tífico es el de causa-efecto: determinados sucesos pue-
den ser previstos como consecuencia necesaiia de las
mos nada más allá de estas dos evidencias sensibles,
y menos aún alguna relación necesaria de causaMefecM
to. Hume admite la existencia de cierta constancia de
los fenómenos, pues en ocasiones descubrimos regu-
laridades típicas en el movimiento de los cuerpos. Pero
causas que los han producido. Sin embargo, Hume afir- esto sólo implica costumbre y en absoluto necesidad
1
.
' i
;P
ma que si se lleva hasta las últimas consecuencias el
llamamiento empirista a fiarse sólo de la experiencia
concreta y verificable, habrá que admitir que nada hay
en la naturaleza similar a tal principio. Observemos el
choque de dos bolas de billar: veremos una coincidencia
espacial y temporal, porque la bola golpeada se mue-
lógica: si nunca hubiésemos observado un choque en-
tre dos bolas de billar, no estaríamos capacitados para
prever su movimiento. La carga escéptica y destructi-
va de esta tesis es fundamental en la historia de la fi-
losofía: a partir ella, en efecto, se inició la reflexión de
Kant (véase 135). Los textos siguientes han sido ex-
ve inmediatamente después de la primera e inicia su traídos del Tratado sobre la naturaleza humana.
• Tenemos una bola de billar totalmente inmóvil sobre una Observemos el choque entre dos
mesa y otra bola que se mueve hacia ella con rapidez; las dos ' bolas de billa, ..
bolas se golpean y aquella de las dos que primero estaba in-
móvil, adquiere un movimiento. Esto constituye un ejemplo
de la relación de causa y efecto tan perfecto como cualquier
otro que podamos conocer por medio tanto de la sensación
como de la reflexión. Por ello, lo examinaremos.
Es evidente que las dos bolas se han tocado la una contra .. contigüidad espacial y
la otra antes de que el movimiento fuese comunicado a la se- precedencia temporal son
gunda, y que no se produjo intervalo alguno entre éste y el mo- efectivamente observables.
vimiento de la segunda bola. Por eso, la continuidad en el tiem-
po y en el espacio es una circunstancia requerida para que opere
una causa cualquiera. Es igualmente evidente que el movi-
miento que es causa precede al movimiento que es efecto. Por
lo tanto, la prioridad en el tiempo es otra circunstancia que se
requiere para toda causa,
Pero esto no es todo. Hagamos la prueba con otras bolas cua- Se puede incluso notar una
lesquiera de la misma especie y en idénticas circunstancias, y constancia en los fenómen0s físirnt~
comprobaremos siempre que el impulso de una produce el mo-
vimiento de la otra. He aquí, pues, una tercera circunstancia:
es decir, la confluencia constante entre la causa y el efecto.
Cualquier objeto similar a la causa produce siempre algún ob-
jeto similar al efecto. En esta causa no puedo descubrir otra
cosa más allá de estas tres circunstancias de la contigüidad, de
la prioridad y de la conjunción constante.
La primera bola está en movimiento y toca la segunda; in- / Pero, aparte de estos tres
mediatamente, la segunda se pone en movimiento; y cuando elementos, nada más resulta
hago la prueba con la misma o con bolas similares, en la mis- de la observación.
ma circunstancia o en circunstancias similares, compruebo que
después del movimiento y del choque ele una sigue siempre el
movimiento de la otra. Siempre se verificará el mismo fenó-
meno, a despecho de cómo considere o examine la situación.
839 [
~_I____ HU_M_E_ _ _ I--------
Y será siempre el mismo fenómeno que se verifica cuando tan-
to la causa como el efecto están presentes a los sentidos.
relación de causa-efecto sólo Veamos ahora en qué se funda nuestra inferencia cuando con-
hipotizarse como deducción: cluimos de la presencia de uno de éstos que el otro ha existido
no puede constatarse por vía o existirá. Supongamos que yo vea una bola que se mueve en
experimental. línea recta hacia otra; inmediatamente, concluyo que ambas
chocarán y que la segunda se pondrá en movimiento. Ésta es
la inferencia de la causa al efecto; y de esta naturaleza son to-
dos los razonamientos que hacemos en la conducción de la vi-
da; en esto se funda toda nuestra creencia y de esto deriva to-
da la filosofía, con la única excepción de la geometría y de la
aritmética. Si pudiésemos explicar la deducción que extraemos
del choque de las dos bolas, seríamos también capaces de dar
explicación de esta operación de la mente en todos los otros
casos.
efecto natural deriva de Con todo, ninguna inferencia de la causa al efecto equivale
una causa por motfvos a una demostración. He aquí una prueba evidente de ello. La
puramente lógicos. mente siempre puede concebir que un efecto cualquiera siga
las huellas de una causa cualquiera, y que un suceso cualquiera
siga a otro; ahora, todo lo que nosotros concebimos es posible,
al menos en un sentido metafísico; pero dondequiera que in-
tervenga una demostración, lo contrario es imposible e im-
plica contradicción.
efecto puede ser previsto Por eso, no existe demostración para una conjunción cual-
por necesidad lógica. quiera de causa y efecto. Y éste es un principio que todos los
lllósofos generalmente admiten. Habría sido necesario para
Adán (salvo en el caso de una inspiración divina) haber teni-
do experiencia del efecto que resulta del choque de las dos bo-
las. Habría debido ver en otros casos que cuando una bola cho-
ca contra otra, la segll.nda siempre se pone en movimiento.
[fi;-?da previsión en el ámbito físico Se colige, entonces, que todos los razonamientos que con-
~se basa en el supuesto de que las ciernen a la causa y al efecto están fundados en la suposición
leyes de la naturaleza son de que el curso de la naturaleza continuará siendo uniforme-
constantes. mente el mismo. Nosotros concluimos que causas similares
producirán siempre efectos similares en circunstancias simila-
res. Podría ahora ser oportuno considerar qué nos induce a for-
mular una conclusión de envergadura tan infinita.
J 840
_ _ _.....,........,.......,.....,.........,_,..,.1.......,_,...H_,U..,.M..,.E......,........,.....,1~
Es evidente que Adán, con toda su ciencia, nunca habría si- ~.--. La constancia de las leyes naturálé;i
do capaz de demostrar que el curso de la naturaleza debe con- , puede verifícarse, no demostra2~~
tinuar siendo uniformemente el mismo y que el futuro debe
ser conforme al pasado. Nunca se puede demostrar que lo que
es posible pueda ser falso; y en tanto que nosotros podamos
concebir tal cambio, será posible que el curso de la naturale-
za pueda cambiar.
Pero yo digo más y afirmo que Adán no habria conseguido ¡,_. No hay necesidad lógica de que eµ,~
probar con cualquier argumento probable que el futuro deba ~ el futuro valgan las mismas leyes,~
ser conforme al pasado. que en el pasado.
Todos los argumentos probables están fundados en la supo- [ La experiencia ilumina el pasado;ll
sición de que hay conformidad entre el futuro y el pasado, y , .. pero no dice nada del futuro. · :_¡lil
por eso no pueden probar tal suposición. Esta conformidad es
una cuestión de hecho y, si debiera ser probada, no admitiría
otra prueba que no fuese la extraída de la experiencia. Pero
nuestra experiencia del pasado no puede probar nada para el
futuro, si no es sobre la base de la suposición de que exista al-
guna semejanza entre pasado y futuro. Por eso se trata de un
punto que no admite en absoluto prueba de ningún tipo, así
que nosotros lo damos por concedido sin prueba alguna.
841 ¡;z.
HUME
CAUSA-EFECTO
Una idea fundamental del pensamiento científico y de la psicología co-
mún es que exista una relación necesaria entre determinadas causas y
determinados efectos, de manera que conociendo las primeras se pue-
dan prever las segundas. A través de una apremiante argumentación
de tipo empírico -es decir, deducida de la experiencia real-, Hume de-
muestra, sin embargo, que la relación causa-efecto se basa sólo en la
costumbre: es decir, representa una simple y no motivada creencia
psicológica (útil para la vida ordinaria, pero no fundada lógicamente).
Estas escépticas conclusiones darán origen a la reflexión de Kant.
COSTUMBRE
la tendencia típica de la psique humana a reaccionar de modo cons-
tante y sin una adecuada reflexión racional frente a sucesos repetitivos.
El nexo rutinario es, obviamente, muy débil, puesto que describe una
instintiva disposición del sujeto a creer algo sin auténticos motivos ló-
gicos o necesarios. Pese a ello, según Hume, la costumbre es el meca-
nismo fundamental de los procesos intelectivos y el fundamento psi-
cológico de algunas falsas creencias muy importantes; por ejemplo, la
existencia de las relaciones de causa-efecto.
MORAL DE LA SIMPATÍA
Concepción de Hume que interpreta que la moral es un sentimiento
y, por lo tanto, un estado afectivo no racional que se basa en la cons-
tatación de la utilidad. Bueno es lo que es útil, y si este principio no con-
duce a la explosión de egoísmos individualistas opuestos es porque el
hombre aprecia también la utilidad social, además de la personal. Moral
es lo que contribuye a la felicidad universal de la sociedad en la que
se vive.
EL PROBLEMA ¿Cuál es el significado del término un ejemplo. Percibo un objeto con cualidades especí-
sustancia? ¿Tiene sentido la metafísica? ficas: se mueve, es negro, peludo, maúlla y tiene bi-
LA TESIS La noción de sustancia --es decir, aquello que gotes. Decido llamar gato a todos los objetos que, más
la tradición metafísica ha señalado a partir de Aristóteles o menos, presentan como característica estas cualida-
como la esencia última (no accidental) de las cosas- des. Esto facilita enormemente la comunicación, por-
no significa nada; esta palabra, sustancia, no describe que está convencionalmente aceptado que cualquie-
ni designa nada real. En efecto, en el ámbito del pen- ra que hable de gatos se refiere a la misma colección
samiento empirista (orientado hacia la concreción de de cualidades sensibles. Pero esto no debe inducir a
la experiencia) cabe concluir que en la realidad exis- creer, como postulan los metafísicos, que exista una
ten sólo determinadas cualidades especiales de los ob- felinidad, es decir, una sustancia (del latín sub-stare,
jetos que 1a mente, después de haber cultivado por se- estar debajo) inherente a todo gato y presente en to-
parado, reúne juntas y conecta a un térrnino lingüístico dos los gatos, siempre y exclusivamente (es decir, no
para facilitar la memoria y la comunicación. Veamos presente en todo lo que no sea un gato).
~::ta· noción de sustancia, idea base • Me gustaría mucho preguntar a aquellos filósofos que ba•
fiiggla metafísica, no tiene ninguna san la mayor parte de sus razonamientos en la distinción entre
realidad. sustancia y accidente -y que se imaginan que nosotros tenemos
ideas claras de la una y del otro-, si la idea de sustancia nos de-
riva de las impresiones de sensación o de las de reflexión.
J 842
HUME
Si nos es transmitida por los sentidos, que nos digan por cuá- { Lo que los metafísicos llaman
les y en qué modo: si es percibida por los ojos, debe ser un co- , sustancia no es perceptible
lor; si se percibe por los oídos, un sonido; si se percibe por el los sentidos,
paladar, un sabor; y así sucesivamente para los otros sentidos.
Estoy seguro de que nadie querrá defender que la sustancia
sea un color, un sonido, o un sabor.
La idea de sustancia, si realmente existe, debe, por lo tanto, Tampoco deriva de la reflexión, >.)j
derivar de una impresión de reflexión. Pero las impresiones de ( es decir, de la autopercepcíón de laJ
reflexión se reducen a pasiones nuestras o emociones, nin- propia interioridad,
guna de las cuales es posible que represente una sustancia.
No tenemos, pues, ninguna idea de sustancia que sea dis- < Cada una de las así denominadas (1
tinta de la de una colección de cualidades específicas, ni po- , sustancias es una colección __ _J
demos darle ningún otro significado cuando hablamos ora- de cua/ídades sensibles,
zonamos sobre ella.
La idea de sustancia, como también la de modo, no es más También los nombres que designan,,
que una colección de ideas simples que, unidas por la imagi- \ sustancias son colecciones de ·_/<;j
nación, poseen un nombre especial que se les ha asignado y cua/ídades simples, ·'
mediante el cual podemos recordar esta colección a nosotros
mismos y a los otros.
Pero la diferencia entre todas estas ideas consiste en esto: , El error está en suponer un
que las cualidades específicas que forman una sustancia se re- <\ sub~estrato (la sustancia) por
fieren comúnmente a algo desconocido, respecto a lo que se debajo de los objetos dotados
las supone intrínsecas. de cua/ídades,
~'""\
""'~°':-Jb..
j
843 !'
HUME
Cada nuevo descubrímíento O bien: si se reconoce que esta función no puede tener lu-
modífíca la ídea de sustancia. gar, se piensa que, al menos, está estrecha e indisolublemente
unida por las relaciones de contigüidad y causalidad. En con-
secuencia, cualquier nueva cualidad simple que descubramos
en posesión de la misma conexión con las otras> la compren-
deremos inmediatamente junto a ellas, aunque no figurase en
nuestra primera representación de la sustancia.
ha descubierto, por ejemplo, Así, la idea del oro puede en un primer momento ser la de
la solubílídad es una cualidad un cierto color amarillo, de un cierto peso, de una cierta ma~
de la sustancia (<oro». leabilidad y fusibilidad; pero, descubierta su solubilidad en el
agua regia, añadimos esta cualidad a las otras, suponiendo que
pertenece a la sustancia como si su idea desde el principio hu-
biese formado parte de aquella idea compleja.
Cuando alude a una sustancia, \ El principio de unión, siendo considerado como la parte prin-
""•-'····'·ªu' concepto constituye una ) cipal y hasta constitutiva de la idea compleja, permite añadir
síntesis mnemónica para un cualquier cualidad que se muestre después, la cual quedará
conjunto de cualidades específicas. comprendida en aquélla como las otras que se hayan presen-
tado primero.
EL PROBLEMA ¿En qué se basan y cómo se deter- que se ha establecido colectiva y convencionalmente
minan los juicios morales? como tal, sobre la base de la consideración empíri-
LA TESIS Dado que es siempre posible intentar cla- ca de que ciertos comportamientos facilitan la vida
rificar por vía teórica los conceptos del bien y del colectiva, mientras que otros la obstaculizan. Pero
mal, Hume no niega que el uso de la razón pueda estas decisiones de valor ético son siempre relati-
contribuir positivamente a la ética; pero afirma que vas a la situación específica y a un concreto mo-
si se analizan los comportamientos reales de los mento histórico, y no se fundan en ningún princi~
hombres -incluso los considerados virtuosos-, la pio eterno o universal. No existen valores absolutos,
racionalidad cuenta menos de lo que parece. En sólo soluciones más adecuadas y mejores que otras.
realidad, seguimos reglas de moralidad y de justi- De este modo, la cuestión moral deja de ser teóri-
cia no sobre la base de deducciones abstractas, si- ca para tornarse empírica, pudiéndose resolver con
no según el sentimiento específico de su utilidad la concreta observación del comportamiento real
colectiva. Según Hume, en efecto, justo es todo lo de los hombres,
ft{~ discute sí la moral está fundada • Se ha generado una controversia, iniciada recientemente Y
ts:~n. la razón o en el sentimiento, si muy digna de examen, en torno a los fundamentos generales
es universal o subjetiva como el de la moral: si éstos derivan de la razón o del sentimiento; si
gusto estético. nosotros conseguimos su conocimiento por medio de una se~
ríe de argumentos y de inducción, o bien de un sentimiento in-
mediato y de un sutil sentido interno; si, como todo juicio bien
fundado de verdad y de falsedad, tal conocimiento es el mis-
mo para todos los seres provistos de razón y de inteligencia,
o si, como la percepción de lo bonito y de lo feo, ésta resulta
enteramente basada sobre la estructura y sobre la constitución
específica de los hombres.
HUME
Los argumentos adoptados por cada una de las dos partes Tanto la primera hipótesis,
son tan plausibles, que tiendo a sospechar que tanto los unos defendida por los racionalistas,
como los otros pueden ser sólidos y satisfactorios, y que tan- como la segunda, defendida por los
to la razón como el sentimiento concurren en casi todas las empiristas, parecen plausibles
determinaciones y conclusiones morales.
Es probable que la sentencia final que juzga a caracteres y Pero en el momento de la elección,
acciones como amables o bien odiosas, dignas de estima o de el sentimiento prevalece siempre
crítica, la sentencia que les otorga el signo del honor o el de sobre la fría razón.
la infamia, de la aprobación o de la censura, que hace de la
moralidad un principio activo y que hace que la verdad sea
nuestra felicidad y el vicio nuestra infelicidad, es probable,
digo, que esta sentencia final dependa de algún sentido o sen-
timiento interior, dispuesto universalmente por la naturaleza
en todos los hombres. Ya que, contrariamente, ¿qué podría
tener una influencia de tal naturaleza?
Pero para preparar la vía a tal sentimiento y conseguir un A la razón corresponde una
adecuado discernimiento de sus sujetos, encontramos que a importante tarea preparatoria.
menudo es necesario que precedan muchos razonamientos,
que se hagan cuidadosas distinciones, que se llegue a con-
clusiones correctas, que se comparen objetos distantes, que
se examinen relaciones muy complejas y que se determinen
y constaten hechos de carácter general.
Pero, si bien esta cuestión que concierne a los principios ge- 1 En cualquier caso, la cuestión no
nerales de la moral es digna de atención y es importante, es (; puede resolverse con una díscusióii_!
del todo inútil que nosotros, ahora, nos tomemos más mo- teórica. , .,,. ....
lestias por tales búsquedas. En efecto, si en el curso de esta
búsqueda tenemos la fortuna de descubrir el verdadero origen
de la moral, se verá entonces fácilmente la causa de que tan-
to el sentimiento como la razón entren en todas las determi-
naciones de tal naturaleza.
La viva sensibilidad que, sobre este punto, se encuentra tan En la reflexión mora( el filósofo se
ampliamente distribuida entre los hombres, otorga a un filó- encuentra a la par con el hombre
sofo la seguridad suficiente como para no poderse equivo- común.
car demasiado al formular el catálogo de las cualidades en
cuestión, o para no correr ningún peligro de disponer erró-
neamente los objetos de su contemplación; sólo es preciso
que entre en su corazón por un momento y considere si de-
searía o no que le fuese atribuida esta o aquella cualidad, y si
tal imputación o tal otra podría venir de un amigo o de un
enemigo.
845
HUME
1.........................................___
IT;
la razón compete la tarea de El razonamiento no tiene otra tarea que la de descubrir las
formular una teoría ética, circunstancias que son comunes a tales cualidades, en uno y
universalizando los casos otro sentido, de prestar atención a la convergencia de, por un
particulares. lado, las cualidades que comportan estima, y por otro, las cua-
lidades que comportan crítica; y, por lo tanto, de llegar al fun-
damento de la ética y encontrar los principios generales de los
que en última instancia deriva cada crítica y cada aprobación.
Las máximas éticas racionales Puesto que ésta es una cuestión de hecho y no de ciencia abs-
generalizan casos particulares, tracta, podemos esperar algún resultado solamente si seguimos
decididos por el sentimiento. el método experimental, deduciendo máximas generales de la
confrontación de casos particulares.
tW'(No se llega nunca a una elección El otro método científico, con el que se llega antes a esta-
¿,:ética por deducción de principios blecer un principio general abstracto que después se ramifica
abstractos. en una variedad de inferencias y conclusiones, puede ser en
sí mismo más perfecto, pero se adapta menos a la imperfección
de la naturaleza humana y es una fuente habitual de ilusiones
y de error tanto en ésta como también en otras materias.
Igual que la ciencia moderna \ Los hombres ya están curados de su pasión por las hipótesis
estudia la naturaleza por via j y por los sistemas de filosofía ele la uaturaleza, y no escucha-
experimental, asila ética debe rán más que los argumentos derivados de la experiencia. Es ho-
estudiar los comportamientos ra de que intenten una reforma parecida en todas las búsque-
humanos reales. das morales y que rechacen cualquier sistema de ética, aun sutil
e ingenioso, que no se base en los hechos y en la observación.
---"'7;;,.,.,,:l>,·~' ·:
;fJ 846
VOLTAIRE
Voltaire
1694-1778
l 10 de febrero de 1778, cuando
E Frarn;:ois Marie Arouet, llamado
Voltaire, regresó a París después de
veintiocho años de ausencia para asis-
tir a la representación de Irene, su úl-
tima comedia, una multitud enorme
se reunió para aclamar al anciano fi-
lósofo, quien ya superaba entonces la
edad de ochenta años y se acercaba a
su fin. Fue el digno epílogo de una vi-
da dedicada a la lucha contra el fana-
tismo religioso y la arrogancia políti-
ca, en la que el compromiso social se
alió a una prosa tan elegante como sar-
cástica y mordaz. Voltaire fue sin du-
da el padre espiritual de la Ilustración
francesa, el emblema mismo del mo-
vimiento. No faltaron, sin embargo,
momentos difíciles en su vida, sobre
todo en los primeros años de su ma-
durez: el filósofo fue arrestado dos ve-
ces y encarcelado en la Bastilla por or-
den de los arrogantes nobles, cuya
prepotencia jamás dejó de denunciar.
El barón de Roban, un sencillo burgués 'BiÍsto de Voltaire. La expresión sonriente, evidente
hijo de un aposentado notario de París, en todos los retratos de Voltaire, subraya la ironía
hizo que sus siervos lo apaleasen bru- que caracterizó sus escritos y su pensamiento.
talmente por negarse a sostener un
duelo con él. Obligado a exiliarse en Londres a la edad de treinta años, Voltaire entró
en contacto con la cultura inglesa y acusó la influencia de la filosofía de Locke y de
la metodología científica inaugurada por Newton, que nunca dejó de divulgar por
el continente. En 1746 se reconcilió con la corte, gracias sobre todo a la buena in-
termediación de Mme. Pompadour, fue recibido solemnemente por la Académie y
nombrado historiógrafo de Francia.
Voltaire escribió numerosas comedias (Edipo, 1718; Bruto, 1730; La muerte de César,
1733); cuentos filosóficos (El mundo como va, 1746; Zadig, 1747; Memnone, 1750;
Micromega, 1752; Cándido o el optimismo, 1759); ensayos (Cartas filosóficas o Cartas
inglesas, de 1733, condenadas y quemadas en la plaza del Verdugo de París; Elementos
de la filosofía de Newton, 1737; Poema sobre el desastre de Lisboa, 1755, afectada cin-
co años antes por un terrible terremoto; Tratado sobre la tolerancia, 1762; Diccionario
filosófico, 1764; Cuestiones sobre la Enciclopedia, 1776).
VOLTAIRE
Las responsabilidades del ) f No cabe duda dhe que los cristianos pretefndían que su religión
cristianismo. ., uese dominante, asta que toda la Tierra uese cristiana. Se tor-
naron entonces y necesariamente en enemigos de toda la Tierra, al
menos hasta que ésta hubiese sido convertida. Eran, además, ene-
migos entre sí en todos los puntos de sus numerosas controversias.
[ El problema de la tolerancia se > Está claro que cualquier individuo que persigue a un hombre,
~plantea tanto en el plano individual su hermano, por el solo hecho de no ser de su opinión, es un
como en el político. monstruo. Sobre este punto no existe la menor dificultad. Pero
el gobierno, los magistrados, los príncipes, ¿cómo se comporta-
rán respecto a aquellos que practiquen un culto distinto al suyo?
La política tiende a ser tolerante Si se trata de extranjeros poderosos, es evidente que un prín--
los potentes e intolerante con cipe intentará incluso aliarse con ellos. Francisco I, el cristia-
los débiles. nísimo, se aliará con los musulmanes contra Carlos V, que era
catolicísimo. Francisco I financiará a los luteranos alemanes
para apoyarlos en su revuelta contra el emperador; pero em-
pezará, según costumbre, quemando a los luteranos de su pro-
pia nación. Por conveniencia política los paga en Sajonia; y por
conveniencia política, los quema en París.
\/ La represión violenta de fas Pero ¿qué podrá suceder? Las persecuciones crean seguidor:5,
¡¡piniones lleva siempre a resultados / y muy pronto Francia estará llena de nuevos protestantes. Al pnn-
opuestos a los deseados. cipio se dejarán ahorcar, pero más tarde ahorcarán a su vez. Se
empezará con las guerras civiles, después vendrá la matanza d~
San Bartolomé, y este rincón del mundo se convertirá en el ma-
yor infierno que jamás haya podido imaginar fantasía alguna .
.1 848
7
VOLTAIRE
¡Insensatos! ¡Nunca habéis podido ofrecer un culto puro al ( Cuando la intolerancia religiosa
Dios que os ha creado! ¡Monstruos que necesitáis supersti- funde con la lucha política, el
ciones como el buche de los cuervos necesita de la carroña! Ya resultado es devastador
os ha sido dicho y nada queda por añadir: si tenéis entre voso-
tros dos religiones, sus seguidores se degollarán entre sí; si te-
néis treinta, todos vivirán en paz.
De entre todas las religiones, la cristiana es sin duda la que / El cristianismo debería practicar fa
debe inspirar una tolerancia mayor, ya que los cristianos han tolerancia.
sido hasta ahora los más intolerantes. Ya los apóstoles estaban
en desacuerdo sobre diferentes puntos. Enseguida existieron
treinta evangelios, cada uno de los cuales pertenecía a una co-
rriente diferente; y, a partir de finales del primer siglo, se pue-
den contar treinta sectas distintas de cristianos en Asia Menor,
en Siria, en Alejandría y hasta en Roma.
Todas estas sectas, desprestigiadas por el gobierno romano La intolerancia también está
y obligadas a la clandestinidad, se perseguían entre si incluso presente entre fas minorías.
en los subterráneos por los que se arrastraban; injuriarse era
todo cuanto podían hacer en aquel estado de abyección: por
otra parte, todas ellas estaban compuestas casi exclusivamen-
te por la escoria de la sociedad.
Cuando fmalmente los cristianos acogieron los dogmas de ( La historia de la Iglesia está repleta:,
Platón, mezclando un poco de filosofía con su religión y se- de conflictos internos. <'!
parándola firmemente del judaísmo, fueron imponiéndose gra-
dualmente, pero permanecieron divididos en muchas sectas;
nunca la Iglesia cristiana ha sido auténticamente una. Ya na-
ció en medio de las disputas entre judíos, samaritanos, fari-
seos, saduceos, esenios, discípulos judíos de Juan y terapeu-
tas. Estuvo, pues, dividida desde la cuna, y lo estuvo incluso
durante las persecuciones que padeció bajo los primeros em-
peradores romanos.
ff?·.ocasiones, la intolerancia política .,, Esta horrible discordia, que perdura desde hace muchos siglos
tL .. va acompañada de la caridad / es una lección que debe hacernos meditar sobre el mutuo debe;
personal por razones económicas. de perdonar nuestras faltas; la discordia es el peor mal del géne-
ro humano, y la tolerancia es su único remedio. Nadie puede du-
dar de tal verdad, sea que medite con calma en la soledad de su
estudio, sea que discuta moderadamente con sus amigos. ¿Por
qué los mismos que admiten como individuos la indulgencia, la
benevolencia y la justicia, cargan después en público, encoleri-
zados contra esas virtudes? ¿Por qué? Porque el interés es su Dios
y están dispuestos a sacrificarlo todo al monstruo que adoran.
verdad defin,t1va sólo está en las ·\ Cada secta, como es sabido, es sinónima de error; no existen
cíencias exactas. sectas entre los estudiosos de la geometría, del álgebra o de la
aritmética, porque todas las proposiciones de estas ciencias son
verdaderas. Nos podemos equivocar en todos los demás cam-
pos. ¿Qué teólogo tomista o escolástico podría verdaderamen-
te afirmar que está seguro de lo que dice?
TOLERANCIA
Mucho han insistido los pensadores ilustrados como Voltaire, y los teóricos
del liberalismo (véase 118) sobre el concepto de tolerancia. La idea es
la de que, pese a estar compuesto de una masa de fieles, el Estado de-
be ser por sí laico, indiferente y desinteresado por las cuestiones de con-
ciencia que afectan a los ciudadanos. Por otro lado, la Iglesia debe re-
nunciar al ejercicio de la fuerza tanto en el proselitismo como en la
resolución de las cuestiones teológicas internas. El fundamento filosó-
fico de estas doctrinas, en abierto contraste con la tradición milenaria,
radica precisamente en considerar la fe como un mero acto interior
de la conciencia.
] 850
_.....____ ....,........................ ,
•._·.·_._-¡·
""
VOLTAIRE
Hay fanáticos de sangre fría: son los jueces que condenan a Existe el fanatismo, aún peor,
muerte a quienes no han cometido otro delito que el de no las sentencias,
pensar como ellos; y esos jueces aún son más culpables y más
dignos de la execración del género humano, en tanto que, no
encontrándose en un exceso de furor, parece que podrían es-
cuchar la razón.
No hay otro remedio para esta enfermedad epidémica que El fanatismo no puede combatirs,~Ji
el espíritu füosóf1co, que, difundido por doquier, acabará sua- directamente, pero si prevenirs,e:f'j¡J
vizando las costumbres de los hombres y previniendo los ex- con la cultura.
cesos del mal; porque en cuanto el mal hace algún progreso,
no queda sino huir y esperar a que la atmósfera se purifique.
Las leyes y la religión no sirven contra esta peste de los áni- El fanatismo, en tanto que cuestió,¡¡
mos; la religión, lejos de ser para ellos un alimento saludable, psicológica, no puede ser abolic/~
se transforma en veneno para sus cerebros infectados. Estos por las leyes.
miserables tienen continuamente presente el ejemplo de Aod,
que asesina al rey Eglon; de Judith, que corta la cabeza a
Olofernes, después de haber yacido con él; de Samuel, que cor-
ta al rey Agag en pedazos. No ven que estos ejemplos, respe-
tables en la Antigüedad, son abominables en el presente y re-
caban sus iras y cóleras de la misma religión que los condena.
Las leyes son todavía muy impotentes contra esos excesos El fanático no puede ser disuadii~q
de rabia: es como si leyerais a un exaltado un decreto del con- con argumentos racionales, ._:!;.;i:;J
sejo del rey. Ellos [los exaltados] están persuadidos de que el
Espíritu Santo que les inspira está por encima de las leyes, y
de que su entusiasmo es la única ley que deben escuchar. ¿Qué
responder a un hombre que os dice que prefiere obedecer a
Dios que a los hombres y que, en consecuencia, está seguro de
merecer el cielo degollándoos?
851 L
VOLTAIRE
teresó a los intelectuales del s. xvm, sea con el Poema y una obra maestra de un nuevo género literario, el
sobre el desastre de Lisboa -dedicado al tenible terre- cuento filosófico, intensamente utilizado durante la
moto que a mitad del siglo destruyó la capital portu- Ilustración y posteriormente abandonado. Educado
guesa-, sea con Cándido (de la que se ha extraído el en la doctrina del todo irá bien predicada por su tu-
fragmento reproducido). No es fácil definir qué es tor Pangloss (claramente una parodia de Leibniz),
en realidad este texto: ciertamente, no es un tratado Cándido representa el incurable optimista capaz de
filosófico ni tampoco una novela, puesto que las te- sentenciar ante las peores tragedias (enfermedades
rribles vicisitudes del protagonista se desarrollan de robos, catástrofes naturales, abusos y vejaciones de to~
modo casi surrealista y frenético, tanto, que se anula do tipo) que no podia ser de otra manera, porque éste es
cualquier trama. Cándido es una fábula tragicómica el mejor de todos los mundos posibles.
Todos los protagonistas pasarán Los viejos sirvientes de la casa sospechaban que era hijo
rápidamente desde su inicial de la hermana del barón y de un buen y honrado gentilhom-
felicidad a inenarrables travesías. bre de los alrededores: la doncella nunca quiso casarse con
él porque no pudo demos-
trar más de setenta y un
cuartos de nobleza. El resto
de su árbol genealógico se
había perdido por la injuria
del tiempo. El barón era uno
de los más poderosos seño-
res de Westfalia; su castillo
tenía una puerta y ventanas,
y su salón estaba decorado
hasta por un tapiz. Si era ne-
cesario, con todos los canes
de su hacienda se podía for-
mar una jauría; los palafre-
neros podían hacer de pe-
rreros y el vicario de la aldea
podía convertirse en su gran
capellán. Todo el mundo lla-
maba Monseñor al barón, y todos reían sus ocurrencias. La se-
ñora baronesa, qu,e pesaba cerca de trescientas cincuenta li-
bras, era por esa razón muy considerada y cumplía los honores
de la casa con una dignidad que la tornaba aún más respeta-
ble. La hija Cunegunda, de diecisiete años, tenía un colorido
vivaz y era fresca, rolliza y apetitosa. El hijo del barón parecía
en todo digno de su padre.
figura de Pangloss es una sátira El preceptor Pangloss era el oráculo de la casa, y el joven
de Leibniz. Cándido escuchaba sus lecciones con toda la buena fe de su
edad y de su carácter. Pangloss enseñaba la metafísico-teólo-
go-cosmolonigología. Sabía demostrar de modo admirable que
no podía existir causa sin efecto y que en este mundo -el me-
jor de los mundos posibles-, el castillo del señor barón era el
más hermoso de los castillos, y la señora baronesa, la mejor de
las baronesas posibles.
J 852
VOLTAIRE ¡
«Está demostrado -decía- que las cosas no pueden ser de \/ Leibniz defendía que éste es el
otra manera: estando todo predispuesto para un fin, todo es . mejor de los mundos posibles.
necesariamente para el mejor fin. En efecto, la nariz ha sido
creada para llevar las gafas, y así tenemos gafas. Las piernas
están visiblemente proyectadas para llevar calzones, y nosotros
tenemos calzones.
Las piedras están hechas para ser labradas y para construir (; Es fácil entrever en la doctrina de?.]
castillos: así, el barón tiene un castillo hermosísimo, pues- Pangloss una sátira de las «causas..::i
to que el más respetable seflor de la provincia debe ser el me- finales" tan apreciadas por
jor alojado; y puesto que los cerdos están hechos para ser co- Aristóteles y Leibniz.
midos, nosotros comemos carne de cerdo todo el año. En
consecuencia, quienes han afirmado que todo está bien han
dicho una tontería: deberían decir que todo es de la mejor
manera.»
Un día Cunegunda, paseando por los alrededores ele! casti- La ironía es la cualidad esencial del"n
llo, vio entre los matorrales al doctor Pangloss impartiendo \' pensamiento y de la escritura de_ .,J
una clase de física experimental a la camarera de su madre, Voltaire.
una morenita muy graciosa y muy complaciente. Teniendo la
damisela Cunegunda una gran predisposición para las cien-
cias, observó, sin abrir boca, las reiteradas experiencias de que
fue testigo; vio claramente la razón suficiente del doctor, los
efectos y las causas, y volvió al castillo toda agitada, pensati-
va y llena del deseo de ser instruida, pensando que ella habría
podido ser perfectamente la razón suficiente del joven Cándido,
y que él habría podido ser la suya.
Al día siguiente, levantándose de la mesa después de comer, La rapidez con que termina la vida··.)
Cunegunda y Cándido se encontraron detrás de un biombo; \ beata de Cándido, testimonia las.".Ii
Inadvertidamente, la joven Cunegunda dejó caer el pañue- casualidades de las vicisitudes
lo, Cándido lo levantó; ella le cogió inocentemente la mano; humanas.
el joven besó aquella mano con
una vivacidad, una sensibilidad
y una gracia especiales; las bo-
cas se encontraron, las rodillas
temblaron, las manos se perdie-
ron.
Obras: Discurso sobre las ciencias y las artes (1750); Discurso sobre el origen y funda-
mento de las desigualdades entre los hombres (1755); La nueva Eloisa (1761); El con-
trato social (1762); Emilio o De la educación (1762); Confesiones (1770).
"~ 854
ROUSSEAU ---,
~~· 1
Todo degenera en las
manos del hombre 126
EL PROBLEMA ¿Puede la educación determínar la na- ción de la vida civil, aislado por lo tanto del contacto
turaleza del hombre? La historia, ¿es progreso o de- con sus coetáneos y bajo la guía de un educador dis-
cadencia? creto. El maestro, efectivamente, no debe enseñar
LA TESIS Si es verdad que el hombre nace bueno y nada de modo directo, sino que debe en cambio li-
se vuelve vicioso sólo por la mala influencia de la mitarse a facilitar el brillante desarrollo espontáneo
sociedad en la que vive, la reforma de la educación del alumno. Así, desarrollando la instintiva curiosi-
puede convertirse en el instrumento adecuado para dad de Emilio por los fenómenos naturales, el edu-
crear una humanidad nueva y mejor. Emilio (obra cador conseguirá transmitir el pensamiento cientí-
de la que se ha extraído el fragmento propuesto) fico sin destrozar la natural bondad del muchacho,
es la historia de un niño educado según natura. Es quien también podrá progresar desde el punto de
decir: en una tranquilo pueblo del campo, en direc- vista ético sólo con reflexionar sobre sus propias ex-
to contacto con la naturaleza y lejos de la corrup- periencias.
• Todo es bueno al salir de las manos del Autor de lasco- La civilización vuelve et mundo
sas, todo degenera en las manos del hombre; él obliga a un te- artificial, corrompe el medio
rreno a producir productos propios de otro, a un árbol a dar los y altera los equilibrios ecológicos.
frutos de otro; mezcla y confunde los climas, los elementos, las
estaciones; mutila a su perro, a su caballo, a su esclavo; lo al-
tera todo, lo trastorna todo, ama las deformidades y los mons-
truos; nada quiere como lo produce y entrega la naturaleza,
ni siquiera el hombre; es preciso adiestrarlo a su conveniencia,
como un caballo de monta; es preciso moldearlo a su manera,
como un árbol de su jardín. Sin nada de esto todo iría aún peor,
y nuestra especie no quiere ser formada a medias.
En el estado en que ahora las cosas se encuentran, un La presión social manipula la me!ft!ll
hombre, abandonado a sí mismo desde el nacimiento, sería del individuo desde su nacimieatBf~
entre los demás el más alterado de todos. Los prejuicios, la
autoridad, la necesidad, el ejemplo, todas las institucio-
nes sociales en que nos hallamos sumergidos, sofocarian en
él la naturaleza y nada pondrían en su lugar. Este se en-
contraría como un arbusto que el azar hace nacer en medio
de una carretera y al que enseguida los viandantes golpean
por todas partes y doblan en todos los sentidos, hasta aca-
bar con él.
Nacemos débiles y tenemos la necesidad de fuerzas; nace- Todas las cogniciones nacen de I{{~
mos desprovistos de todo y tenemos necesidad de asistencia; relación con el ambiente. Así pqesJJi
nacemos estúpidos y tenemos necesidad de juicio. Todo lo que es la educación la que forma las
no tenemos desde el nacimiento y que necesitamos cuando so- mentes.
mos grandes, nos es dado mediante la educación. Esta edu-
cación nos viene o de la naturaleza, o de los hombres o de
las cosas.
855 fil
ROUSSEAU
Una correcta formación integra los El discípulo en el que se contradigan sus lecciones recibidas
tres momentos educativos. será mal educado y nunca logrará estar de acuerdo consigo mis~
mo: en cambio, aquél en quien tales enseñanzas caigan por com-
pleto en los mismos puntos y tiendan a los mismos fines, será el
único que proceda hacia su objetivo y viva coherentemente con~
sigo mismo. Sólo éste habrá sido educado correctamente ...
DECADENCIA MORAL
Idea defendida por Rousseau según la cual la historia no ha producido
un progreso sino una regresión del género humano, especialmente des-
de el punto de vista ético. La primera etapa de esta decadencia moral se
debió a la introducción de la propiedad privada, con el consecuente na-
cimiento de la envidia, del robo, de la política y de la revolución; la se-
gunda etapa fue la invención de la magistratura; la tercera, la transfor-
mación en sentido autoritario del poder soberano legítimo.
BUEN SALVAJE
Es la idea de que el hombre natural -o sea, el hipotético individuo que vi-
ve aislado en el estado de naturaleza- es superior al civilizado desde el
punto de vista ético. Lo vuelve mejor el perfecto equilibrio que mantiene
con la naturaleza y el ambiente, además de la falta de todas aquellas ne-
cesidades superfluas que angustian al hombre moderno. Puesto que un
tal salvaje sólo deseará las cosas que conoce, no podrá ser infeliz y no co-
nocerá los vicios inducidos por la decadencia moral de la civilización.
EDUCACIÓN NEGATIVA
Es la idea guía de la pedagogía de Rousseau, según la cual se aprende
sólo por uno mismo. El educador, pues, no debe transmitir ningún sa-
ber, sino que deberá: 1) evitar al alumno las perniciosas influencias mo-
rales de la sociedad humana; 2) satisfacer sistemáticamente su natural
curiosidad en cualquier ámbito; 3) predisponer situaciones de vida ap-
tas para favorecer su espontáneo crecimiento.
856
ROUSSEAU
Si considerase solamente la fuerza y el efecto que se deri- Vista como principio, la libertad
va, diría: mientras un pueblo está obligado a obedecer y obe- un bien irrenunciable al que
dece, hace bien; pero hará mejor sacudiéndose ese yugo en defender incluso con la fuerza.
cuanto le sea posible hacerlo, puesto que reconquistando su
propia libertad sobre la base del mismo derecho por el que le
fue quitada, o está legitimado a recuperarla o bien nadie tenía
el legítimo derecho de quitársela.
Pero el orden social es un derecho sagrado que sirve de ba- El orden social no es natural.
se y fundamento a todos los demás. Sin embargo, este derecho <.
no viene de la naturaleza; está, en cambio, fundado en con-
venciones. Se trata de saber cuáles son esas convenciones ...
Supongamos que los hombres han llegado a un punto en que ( La sociedad nace cuando el estad0.'7
los obstáculos que se oponen al mantenimiento de su estado de de naturaleza (en que los indivi:Jll.oáj
naturaleza prevalecen, con resistencia, sobre las fuerzas que ca- viven aislados y en estado salvaje)
da individuo puede emplear para mantenerse en tal condición: deja de ser practicable.
en tal caso, el estado primitivo ya no podría subsistir y el gé-
nero humano perecería si no cambiase su propio modo de ser.
Ahora bien: puesto que los hombres no pueden generar nue- La ventaja de la vida social es la
vas fuerzas, sino solamente unificar y dirigir las existentes, no < agregar las fuerzas individuales.
tienen ya otro medio, para conservarse, que el de formar por
agregación una suma de fuerzas que pueda prevalecer sobre la
resistencia de sus obstáculos, y ponerla en marcha mediante un
solo principio de acción y hacerla actuar concertadamente.
,-,,--. f'
ROUSSEAU
F:I/ contrato que funda la sociedad Esta suma de fuerzas no puede nacer más que de la partici-
[debe garantizar al mismo tiempo la pación de varios individuos: pero puesto que la fuerza y la li-
libertad individual y el respeto de bertad de cada hombre son los primeros instrumentos de su
fas normas comunes. conservación, ¿cómo podrá emplearlas sin dañarse a sí mismo
y sin desatender los cuidados que se debe a sí mismo? Estas di-
ficultades, reconducidas a la cuestión que me he planteado
pueden enunciarse en los siguientes términos: <<Encontrar un;
forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza
común tanto a la persona como a los bienes de cada asociado
y mediante la cual cada uno, uniéndose a los demás, no obe'.
dezca más que a sí mismo y permanezca libre como antes». Es
éste el problema fundamental, cuya solución ofrece el contra-
to social.
Los principios del contrato social, Las cláusulas de este contrato están determinadas de talma-
aun no estando explicitados, nera por la naturaleza del acto, que una modificación inclu-
fundan el derecho y sólo se toman so mínima las volvería vanas y privadas de cualquier efecto;
evidentes cuando son violados. de modo que, si bien nunca han sido enunciadas formalmen-
te, éstas siguen siendo las mismas, tácitamente admitidas y re-
conocidas en todas partes hasta que, por haber sido violado el
pacto social, cada uno recupera sus derechos originarios y re-
toma su libertad natural, perdiendo la libertad convencional
para obtener aquella a la que había renunciado en primera
instancia.
ffoda sociedad se basa en principios Estas cláusulas se reducen todas, si son correctamente en-
!L,. de reciprocidad: cada individuo / tendidas, a una sola: ésta es, la total alienación de cada asocia-
renuncia a la libertad sólo si todos do, con todos sus derechos, a la comunidad. De hecho, en pri-
los demás hacen lo mismo. mer lugar, y puesto que cada uno se entrega enteramente, la
condición es igual para todos; y siendo la condición igual pa-
ra todos, nadie tendrá el menor interés de tornarla gravosa pa-
ra los demás.
::.·rn renuncia a la libertad individual Además, puesto que la alienación se hace sin reservas, la
[!debe ser total. El hombre social ya unión es tan perfecta cuanto puede serlo y ningún asociado tie-
no es titular de ningún derecho, ne ya nada más que pretender. De hecho, si a los individuos les
quedase algún derecho, puesto que no habría ningún superior
común capaz de pronunciarse entre ellos y el público, cada uno,
siendo bajo algún aspecto juez de sí mismo, pretendería pron-
to serlo en todo; pero en este caso, continuaría subsistiendo el
estado de naturileza y la asociación se convertiría necesaria-
mente en tiránica o vana.
Las normas del contrato son ' En fin: donándose cada uno a todos, nadie se entrega a na-
impersonales y vinculantes para / die. Y puesto que no hay ningún asociado que no adquiera el
todos los miembros de la sociedad. mismo derecho que se le concede, se gana el equivalente de to-
do lo que se pierde y una mayor fuerza para conservar lo que
se tiene.
[El contrato transforma la suma de j Si entonces se resta del pacto social lo que no es inherente
Ll:/as voluntades individua/es en una a su esencia, se encontrará que éste se reduce a los siguientes
única voluntad general. términos: «Cada uno de nosotros pone en común su propia
persona y todo su propio poder bajo la dirección suprema de
la voluntad general; y a nuestra vez, recibimos a cada miembro
en el cuerpo colectivo como parte indivisible del todo».
J 858
n
Esta persona pública, que se forma mediante la unión de to- Todas las instituciones politicas.•·. ✓,.'~.¡.
das las demás, recibía antes el nombre de ciudad y hoy toma experimentadas en la historia son/;;I
el de República o cuerpo político; cuando es pasiva, sus miem- intentos de dar forma organizadaa
bros la llaman Estado; y cuando es activa, Soberano. Potencia este organismo.
cuando entra en relación con las que se parecen a ella. Por lo
que concierne a los asociados, éstos toman colectivamente el
nombre de pueblo y se denominan individualmente ciudada-
nos en tanto que participan en la actividad soberana, y súb-
ditos en cuanto se hallan sometidos a las leyes del Estado. Pero
a menudo estos términos se confunden y se toman el uno por
el otro; basta saberlos distinguir cuando son utilizados en to-
da su precisión.
La voluntad general, no de
todos o de la mayoría 128
EL PROBLEMA ¿Quién debe establecer cuál es el bien sencilla suma estadística de las opiniones individua~
social? ¿Es la democracia la mejor forma de gobier- les (por ejemplo, con los votos), puesto que sumando
no? tantos egoísmos no se obtiene ni altruismo ni con-
LA TESIS Las reflexiones desanollaclas por Rousseau ciencia civil. Como ya afirmaba Heráclito: si es mejor,
en esta célebre página del Contrato social han tenido la opinión de uno vale por la de diez mil (véase 4).
un fuerte impacto sobre las vicisitudes políticas de la Construir una voluntad general amante del bien común,
Europa moderna. Primero inspiraron a Robespiene la capaz de realizar el interés colectivo y de lograr al mis-
instauración del Terror durante los años más cruentos mo tiempo la libre adhesión de cada ciudadano, sig-
de la Revolución francesa; luego proveyeron argu- nifica cambiar la naturaleza del hombre. Las reglas so-
mentos en apoyo de las doctrinas autoritarias del Estado ciales deben ser interiorizadas y vivirse corno un deber
y después, en el s. XX, defendieron la práctica de los ético y no como una obligación impuesta por la con-
estados totalitarios en sus variantes marxista-leninis- vivencia. La persona debe socializarse de alguna ma-
ta y nazi-fascista. Rousseau adopta, en efecto, posi- nera, debe abandonar el individualismo para trans-
ciones violentas contra las costumbres de la demo- formarse en un ser colectivo y capaz de pensar en los
cracia: el bien común no puede ser establecido por la demás no como instrumento, sino como fin.
• La voluntad general sólo puede dirigir las fuerzas del Estado La voluntad general debe
en función del fin por el que éste ha sido instituido: esto es, el a los intereses particulares.
bien común. En efecto, si la oposición de los intereses espe-
ciales ha hecho necesaria la institución de la sociedad, ésta a
su vez ha sido posible por la concordancia de esos mismos in-
tereses.
El vínculo social está formado precisamente por lo que hay Al suscribir et contrato social,
de común en estos diferentes intereses, y si no existiese nin- individuo renuncia a su
gún punto sobre el que acordar todos los intereses, ninguna so- individualidad.
ciedad podría existir. Ahora bien: la sociedad debe ser gober-
nada únicamente tomando a este interés común como base.
859 [
ROUSSEAU
f::La voluntad general (la soberanía) Defiendo, por lo tanto, que no siendo la soberanía otra co-
1;; se funda y se legitima a sí misma. sa que el ejercicio de la voluntad general, ésta no puede ser
nunca alienada; y que no siendo otra cosa que un ser colecti-
vo, el soberano no puede ser representado si no es por sí mis-
mo: el poder puede ser transmitido, pero no la voluntad.
f''. _ . La voluntad general no puede Efectivamente, si no es imposible que una voluntad particu-
ildocufarse a fa opinión individual de lar concuerde en algún punto con la voluntad general, es por
cada ciudadano. otro lado imposible que tal acuerdo sea duradero y constante,
puesto que la voluntad particular tiende por su propia natura-
leza a las preferencias, mientras que la voluntad general lo ha-
ce a la igualdad.
(;' _ El soberano puede seguir los El soberano puede perfectamente decir: yo quiero ahora
L consejos de los súbditos, pero no lo que quiere tal hombre o, al menos, lo que él afirma que-
puede someter fas decisiones rer. Pero no puede decir: lo que este hombre querrá maña-
comunes a una voluntad particular. na, lo querré yo a mi vez, porque es absurdo que la volun-
tad se fije vínculos para el porvenir y porque permitir algo
contrario al bien del ser que quiere no depende de ningu-
na voluntad.
\5' El ejercicio de fa voluntad general 1 Si entonces el pueblo promete sencillamente obedecer, con
lt:.excfuye fa disensión individual: al f este acto el mismo pueblo se disuelve y pierde la calidad de
súbdito sólo fe incumbe fa pueblo; en cuanto hay patrón desaparece el soberano, y des-
obediencia. de ese momento, el cuerpo político queda destruido.
r~ai~ ser verdaderamente general, fa \ Por la misma razón por la que la soberanía es inalienable,
Í:',:yofuntad común debe expresarse - :_-; también es indivisible. La voluntad, en efecto, o es general o
"-· de modo unitario a través de no lo es; es la del cuerpo del pueblo o la de únicamente una
instituciones únicas e indivisibles. parte suya. En el primer caso, esta voluntad declarada es un ac-
to de soberanía y constituye ley; en el segundo, no es más que
una voluntad particular o un acto de magistratura: se trata, co-
mo máximo, de un decreto.
voluntad general difiere incluso La voluntad general es siempre recta y tiende siempre a la
de fa suma de fas opiniones utilidad pública; pero de esto no se deduce que las delibera-
individuales. ciones del pueblo tengan siempre la misma rectitud. Se quie-
re siempre el propio bien, pero no siempre se ve con claridad
cuál es; nunca se corrompe al pueblo, sino que se le engaña)
y es sólo entonces cuando el pueblo parece querer lo que está
mal.
•.e Cuando uno de esos grupos de Se puede afirmar entonces que ya no hay tantos votantes _co-
Ytinterés toma el poder, fa sociedad mo hombres hay, sino como asociaciones existan. Las dife-
se vuelve dictatorial. rencias son menos numerosas y dan un resultado menos ge-
j 860
ROUSSEAU h
Para obtener la expresión verdadera de la voluntad general / Sólo prohibiendo todo -,.,
1
es preciso, pues, que no exista en el Estado ninguna sociedad \ asociacionismo se evita la tiranír.J
parcial y que cada ciudadano piense con su propia cabeza.
La superioridad
del hombre salvaje
129
EL PROBLEMA ¿Cómo nació la civilización? ¿Qué re- nicioso fue el nacimiento de la propiedad privada,
lación existe entre el progreso moral y el progreso causa del egoísmo, de la envidia y de los peores vi-
tecnológico? cios. El estado de naturaleza del que habla Rousseau
LA TESIS El hombre no nace malvado: se torna mal- no se refiere a una fase precisa de l?. condición hu-
vado viviendo en sociedad. Dando un vuelco a la mana y no coincide en absoluto con la condición de
tradicional óptica interpretativa de la historia -que las actuales sociedades tribales. Es una pum hipó-
en el nacimiento de la civilización ve el desarrollo tesis de trabajo, una categoría teórica, la respuesta
hacia formas mejores y más complejas de sociabi- a una pregunta filosófica concreta: ¿cómo seria el
lidad-, Rousseau defiende la superioridad ética del hombre si fuese educado no por los demás hombres, si-
hombre salvaje. Viviendo solo, sin poseer nada, em- no directamente por la propia naturaleza?
peñado en una lucha cotidiana por la existencia en Voltaire definió el Discurso sobre el origen y funda-
contacto directo con la naturaleza, el hombre pri- mento de las desigualdades entre los hombres, texto
mitivo no conocía la mentira ni la agresividad. del que se ha extraído este fragmento, como un pan-
Mataba para alimentarse, pero no tenía la noción de fleto contra el género humano, añadiendo que es im-
delito. La evidente maldad del hombre moderno no posible pintar con colores más enérgicos los horrores
deriva entonces de una tara o de un pecado original de la sociedad humana. Nadie nunca ha usado tanto
(véase 55), sino de la naturaleza artificial, contra- ingenio para reducirnos a bestias: después de haberlo
natura, de las relaciones sociales. Especialmente per- leido, se sienten ganas de caminar a cuatro patas.
ROUSSEAU
I' El objetivo es describir el estado ) • ¡0 h, hombre! Lohs tiempbos dde dlosdqu e hablaré están ya
... natural del hombre, anterior a la muy 1ejanos: ¡cuánto as cam ia o es e 1o que eras! Es, por
civilización, decirlo así, la vida de tu especie lo que me dispongo a des-
cribirte según las cualidades que has recibido, que tu edu-
cación y tus costumbres han podido depravar, pero no des-
truir.
Hoy sólo se puede tener nostalgia Existe una edad, lo sé, en la que todos los individuos huma-
de la juventud de la humanidad. ) nos querrían detenerse; tú buscarás, en cambio, la edad en que
desearías que tu especie se hubiese detenido. Estando descon-
tento de tu presente estado por motivos que auguran descon-
tentos aún mayores para tu infeliz posteridad, de seguro que-
rrías poder volver atrás. Y este sentimiento debe constituir
un elogio para tus lejanos predecesores, una crítica para tus
contemporáneos y un motivo de espanto para los que ten-
drán la desgracia de vivir después de ti...
La supenoridad del estado salvaje Así pues, concluimos diciendo que mientras erraba por los
reside en la armonía con el bosques sin trabajo, sin palabra, sin domicilio, sin guerra ni
ambiente natural. vínculos, sin ninguna necesidad de sus similares, sin deseo
alguno de dañarlos y hasta sin reconocer individualmente a
ninguno ele ellos, el hombre salvaje, sujeto a pocas pasiones
y mucho más a sí mismo, no tenía más que los sentimientos
y las luces propios de aquel estado; y no sentía más que las
necesidades verdaderas; y no miraba más que lo que quería
ver; y su inteligencia no hacía mayores progresos que su va-
nidad.
862
ROUSSEAU
A medida que las ideas y los sentimientos se suceden, que la La danza colectiva alrededor del
mente y el corazón se ejercitan, el género humano continúa do- fuego fue, probablemente, la
mesticándose, las relaciones se amplían y los vínculos se es- primera ocasión de sociabilidad.
trechan. Empezó entonces la práctica de reunirse ante las ca-
bañas o alrededor de un gran árbol; el canto y la danza,
verdaderos hijos del amor y del ocio, se convirtieron en la di-
versión o, mejor, en el pasatiempo de los hombres y de las mu-
jeres desocupados y holgazanes.
Cada uno empezó a mirar a los otros y a querer ser a su vez La danza colectiva se bastó para
mirado; así empezó a tener valor la estima pública. Aquel que producir enseguida los peores
cantaba o bailaba mejor de todos, el más bello, el más fuerte, vicios: envidia, vanidad.,.
el más hábil o el más elocuente, se convirtió en el más consi-
derado; y fue éste el primer paso hacia la desigualdad y, al mis-
mo tiempo, hacia el vicio. De estas primeras preferencias na-
cieron por un lado la vanidad y el desprecio, por otro la
vergúenza y la envidia; y el fermento producido por estos nue-
vos fermentos dio finalmente lugar a funestos productos pa-
ra la felicidad y la inocencia.
Apenas los hombres habían empezado a apreciarse recípro- La defensa del prestigio social
camente cuando surgió en su mente la idea de la considera- produjo el nacimiento de la
ción: así, todos pretendieron tener derecho a ella y ninguno etiqueta, de las leyes y de la
fue capaz de lograr evitarlo impunemente. Nacieron así los pri- venganza.
meros deberes de las buenas maneras -así sucedió también en-
tre los salvajes-y toda injusticia cometida voluntariamente se
convirtió en ultraje, puesto que más allá del mal derivado de
la injuria, el ofendido veía también el desprecio hacia super-
sona, a menudo más insoportable que el mismo mal sufrido.
Fue así cómo las venganzas se tornaron terribles y los hom-
bres sanguinarios y crueles: castigando cada uno el desprecio
que se le había demostrado de un modo proporcional a la im-
portancia que a sí mismo se atribuía el ofendido.
Es éste justamente el estadio al que habían llegado la mayor Estos vicíos son observables entre
parte de los pueblos salvajes conocidos por nosotros; y mu- los actuales pueblos primitivos, cuya
chos se han apresurado a concluir de esto que el hombre es condición no se debe confundir con
naturalmente cruel y que necesita disciplina para ser endul- el estado de naturaleza.
zado, lo que puede verse en el hecho de que no se habían dis-
tinguido con suficiente precisión las ideas y en que no se ha-
bía observado cuán lejanos estaban ya tales pueblos del
primitivo estado de naturaleza.
En realidad, nada hay más dulce que el hombre en su estado Desde el punto de vista ético, el
primitivo. En aquel entonces, el hombre estaba ubicado por salvaje natural era superior al
la naturaleza a igual distancia de la estupidez de los brutos que hombre moderno.
de las luces funestas del hombre cívico, y era empujado por el
instinto o por la razón a defenderse del mal que lo amenaza-
se. La piedad natural le impedía causar el menor daño y nada
le empujaba al mal, ni siquiera después de haberlo recibido ...
863
ROUSSEAU
El desarrollo de la sociedad Pero hay que observar que una vez nacida la sociedad, las re-
determinó el nacimiento del laciones ya instituidas entre los hombres les exigían otras cua-
sistema jurídico. lidades que las inherentes a su primitiva constitución. Puesto
que la moralidad empezaba a introducirse en las acciones hu-
manas y puesto que cada uno, antes de que hubiese leyes, era
único juez y vengador de las ofensas recibidas, la bondad ade-
cuada al puro estado de naturaleza ya no convenía a la socie-
dad naciente; era preciso que los castigos se volviesen más
severos a medida que las ocasiones de ofensa se volvían más
frecuentes, y el terror a las venganzas debía ocupar el puesto
del freno de las leyes.
, Las primeras sociedades tribales, De este modo, si bien los hombres se habían vuelto menos
L_ :_aún cercanas al estado presocial, resistentes y si bien la piedad natural ya había sufrido alguna
fueron las más felices de la historia alteración, este período de desarrollo de las facultades huma-
humana. nas (que se halla justo a medio camino entre la indulgencia del
estado primitivo y la petulante actividad de nuestro amor pro-
pio) debió ser la época más feliz y más duradera.
la inmovilidad de las sociedades Cuanto más se reflexiona sobre esto, tanto más se entiende
... tribales primitivas demuestra su cómo esta condición era la menos sujeta a las revoluciones y
perfección. era la más adecuada al hombre, y cómo éste la abandonó sólo
a causa de algún funesto azar que, por bien ele la utilidad co-
mún, nunca debió haberse producido. El ejemplo de los sal-
vajes -casi todos han sido descubiertos anclados en este esta-
dio- parece confirmar que el género humano estaba hecho para
quedarse siempre así, que esta condición constituye la verda-
dera juventud del mundo y que tocios los sucesivos progresos
han sido aparentemente pasos hacia la perfección del indivi-
duo, pero en realidad han llevado a la decrepitud de la especie.
En las sooedades tribales, el Mientras los hombres se conformaban con sus rústicas ca-
individuo permanece bañas, mientras se limitaban a coser sus vestidos de piel con es-
económicamente autónomo e pinas o raspas, a adornarse con plumas y conchas, a pintarse el
independiente. cuerpo con variados colores, a perfeccionar o embellecer sus ar-
cos y sus flechas, a construir con piedras cortantes sus canoas
de pesca o sus rudos instrumentos musicales; mientras se de-
dicaban únicamente a tareas que un hombre podía realizar so-
lo, a artes que no necesitaban el concurso o la participación
de muchas manos, los hombres vivieron libres, sanos, buenos
y felices, y siguieron disfrutando entre sí de las mieles de una
relación independiente.
Propiedad privada y división del Pero desde el momento en que un hombre necesitó la ayuda
trabajo son causas de la de otro, en cuanto comprobó que a un solo hombre podía ser-
degeneración le útil tener provisiones para dos, la igualdad desapareció. Se
introdujo entonces la propiedad, el trabajo se tornó necesario
y los vastos bosques se trocaron en campos que debían ser re~
gados con el sudor de los hombres; campos en los que muy
pronto la miseria y la esclavitud germinaron y crecieron jun-
to a las mieses.
pAgricultura y metalurgia fueron las La metalurgia y la agricultura fueron los dos artes cuyo des-
½[f!Jleras ocupaciones profesionales. cubrimiento produjo esta gran revolución. Si para el poeta
fueron el oro y la plata, para el filósofo fueron el hierro Y el
.i 864
F
ROUSSEAU L.
1
1
Este origen es tanto más natural en cuanto es imposible con- [ Sólo el trabajo da derecho a la
cebir la idea de una propiedad nacida de otra fuente que no · propiedad.
sea el trabajo manual; de hecho, no parece que el hombre pue-
da ofrecer algo más que su propio trabajo para apropiarse de
cosas que él no ha creado. Sólo el trabajo otorga a quien cul-
tiva un derecho sobre el producto de la tierra que ha culti-
vado, amén de conferirle un derecho sobre el terreno, al me-
nos hasta llegada cosecha. Y así, año tras año, esa posesión se
torna continua y termina por convertirse fácilmente en pro-
piedad.
Su propio interés le impulsó a mostrarse distinto de lo que < La necesidad de los demás ha
realmente era. Ser y parecer se tornaron dos cosas absoluta- desarrollado la hipocresía social,
mente diferentes y de esta distinción nació el fasto imponen-
te, la sagacidad que engaña y todos los vicios que son su sé-
quito. He aquí el hombre, antes libre e independiente y ahora
sometido, por así decirlo, a la multitud de nuevas necesida-
des, a toda la naturaleza y, sobre todo, a sus similares, de los
que en cierto sentido se torna esclavo incluso cuando se con-
vierte en su patrón; el rico necesita sus servicios; el pobre
necesita de su ayuda; y ni siquiera la mediocridad lo pone en
condiciones de pasar sin ellos.
-
¡ . ;.,.1_ _ R..,º...u...s_s_E..,A_u___f..,
f
¡?/sistema productivo hace difícil las )_y Debe entonces buscar sin pausa cómo interesarlos en su suer-
[{:::·; relaciones sociales sinceras. te y actuar de modo tal que ellos, en realidad o en aparien-
cia, encuentren un provecho en trabajar para su beneficio: es-
to lo vuelve astuto y artificioso con los unos, imperioso y duro
con los otros; y lo lleva a la necesidad de engañar a todos aque-
llos de quienes tiene necesidad, cuando no consigue que és-
tos lo teman y no halla su propio beneficio en servirles útil-
mente.
leyes que regulan la sociedad Tal fue o debió ser el origen de la sociedad y ele las leyes. És-
un hombre artificioso, lejos tas dieron nuevos impedimentos al débil y nuevas fuerzas al
de la simplicidad natural. rico, destruyeron definitivamente la libertad natural, estable,
cieron para siempre la ley de la propiedad y de la desigualdad,
transformaron una hábil usurpación en un derecho irrevoca-
ble y sometieron a todo el género humano, desde entonces y
para siempre, al trabajo, al servicio y a la miseria, en favor del
beneficio de algún ambicioso.
f:fla degeneración provocada por la Es fácil ver cómo la formación de una sola y única socie-
II:.,:civifización se ha extendido por dad hizo del todo indispensable la de todas las demás y có-
todo el planeta. mo, para oponerse a
tantas fuerzas reuni-
das, fue del todo ne-
cesario unificarse a la
vez. Las sociedades,
multiplicándose o ex-
tendiéndose rápida-
mente y por doquier,
cubrieron muy pronto
toda la superficie de la
Tierra hasta que ya no
fue posible encontrar
un solo rincón del en-
tero universo en que
fuese posible liberarse
del yugo y alejar la ca-
beza ele la espada, a
menudo injustamente
empuñada, que todo
hombre ve constante-
Rousseau en contacto con Id·;, mente suspendida so-
naturaleza/ bre él.
] 866
ROUSSEAU
Las palabras
para decir «te amo» 130
EL PROBLEMA ¿Cómo nació el lenguaje? habia defendido (véase 18)- de la utilidad social o
LA TESIS La reflexión conducida por Rousseau en como consecuencia de una planificación racional.
su Ensayo sobre el origen de las lenguas, del que se Los gestos y acciones se bastan para resolver to-
ha extraído el siguiente fragmento, confirma la ten- dos los problemas prácticos de la vida; las palabras
dencia general de su pensamiento: lo que es origi- sólo son imprescindibles para expresar el significa-
nario y primitivo es también genuino, poético y vi- do del amor o del odio. El primer lenguaje de los
tal; al contrario, lo que es artificial, producido por hombres era, pues, poético, expresivo y muy vin-
la evolución cultural y civil, es frío, racional y de- culado a los estados de ánimo. Después llegaron las
generado, (si no muerto). El lenguaje nació bajo el gramáticas: se ganó en claridad, pero se perdió en
estímulo de las emociones y no -como ya Demócrito poesía.
• Las necesidades dictaron los primeros gestos y las pasio- En contra de la opinión general, el·¡
nes arrancaron las primeras voces. Siguiendo el curso de los lenguaje nació de las emociones, J
hechos con la guía de estas distinciones, se debería razonar so-
bre el origen del lenguaje de un modo del todo distinto a có-
mo se ha hecho hasta ahora.
Las lenguas orientales, las más antiguas que conocemos no Las lenguas primitivas no tienen
tienen nada de metódico ni racional: son vivas y figuradas. \ nada de racional y sí mucho de ""
Alguien ha convertido el lenguaje de los primeros hombres en poético. ·
lenguas de geómetras, mientras nosotros creemos que fueron
lenguas de poetas.
Las lenguas tienen origen en las necesidades morales, en las ¿: Las necesidades económicas
pasiones. Las pasiones aproximan a los hombres, mientras que \ competición; las pasiones del
la necesidad de buscar su supervivencia les obliga a evitarse. ánimo, unen.
Las primeras voces no fueron arrancadas por el hambre o la
sed, sino por el amor, el odio, la piedad y la cólera.
Como los frutos no huyen de nuestras manos, nos podemos (" la lengua tiene, ante todo, la
nutrir de ellos sin hablar; podemos seguir en silencio la pre- • función de expresar los estados
sa con la que saciar el hambre; pero para conmover a un joven ánimo.
corazón, para rechazar a un agresor injusto, la naturaleza dic-
ta acentos, gritos y gemidos. Son éstas las más antiguas pala-
bras inventadas, y he ahí por qué las primeras lenguas fue-
ron apasionadas y cantarinas, antes de ser simples y melódicas.
Por un progreso natural, todas las lenguas cultas deben cam- / Las transformaciones raciona/es i ¡
biar de carácter y perder fuerza, ganando en claridad; cuanto sufridas por todas las lenguas han
más nos apliquemos en perfeccionar la gramática y la lógica, destruido su original carga poética.
más se acelerará este progreso; y para que una lengua llegue a
ser fría y monótona, basta fundar Academias junto al pueblo
que la habla.
867 r
CONDILLAC
Condillac
1715-1780
tienne Bonnot, abate de Condillac,
E fue uno de los grandes represen-
tantes de la cultura del siglo de las
Luces, capaz de conciliar los hábitos
eclesiásticos y la fe con el gusto por
la vida y el pensamiento laico.
Nacido en Grenoble en el seno de una
antigua familia, tras realizar sus pri-
meros estudios en el colegio de los
jesuitas ingresó en la facultad de
Teología de la Sorbona, en París, aun-
que pronto abandonó los estudios teo-
lógicos para dedicarse a la filosofía,
profundizando especialmente en las
doctrinas de Locke y Newton.
Entró así en relación con las mayores
figuras de la cultura de su época
(Diderot, D'Alembert, Rousseau) y en
1746 expuso su célebre hipótesis de la
estatua en Ensayos sobre el origen de
los conocimientos humanos, su obra
más importante. Su interés por los fe-
nómenos de las sensaciones le llevó
a participar, junto a Berkeley y
Diderot, en los debates que surgieron //""·.,
a raíz ele las primeras operaciones ele
cataratas (una práctica médica que Retrato de Condillac (Biblioteca Nacional, París).
abordó los antiguos problemas de la
visión desde una nueva perspectiva).
En 1758, las acusaciones de herejía y ateísmo le obligaron a abandonar París y se
estableció en Parma, ciudad en la que vivió durante casi diez años y en la que fue pre-
ceptor de Fernando de Borbón, hijo del duque de Parma, amén de ejercer una nota-
ble influencia en los intelectuales italianos.
De regreso a París, rechazó el cargo de preceptor del hijo del Delfín de Francia y se
retiró al castillo familiar a orillas del Loira, donde dedicó sus últimos años a los es-
tudios ele lógica, pedagogía y economía agraria.
J 868
CONDILLAC
• El principal objeto ele esta obra es mostrar cómo todos / Todas fas facultades humanas
nuestros conocimientos y todas nuestras facultades proce- provienen de fas sensaciones.
den de los sentidos. O, por decirlo de manera más exacta, de
las sensaciones, porque verdaderamente los sentidos no son
más que la causa ocasional.
Los sentidos no sienten: es el alma sola la que siente con la La capacidad de percibir no
ayuda de los órganos, y de las sensaciones que la modifican localizada en los órganos de los
obtiene todos sus conocimientos y todas sus facultades. Esta sentidos.
investigación puede contribuir infinitamente al progreso del
arte ele razonar.
Pero se me objetará que ya está todo dicho, puesto que desde ¼l Aristóteles sostenía que todos
Aristóteles se viene repitiendo que nuestros conocimientos pro- los conocimientos provienen de lat:
ceden de los sentidos. Aristóteles, estamos de acuerdo, es uno sensaciones.
de los mayores genios de la antigüedad, y quienes formulen
tal objeción poseen sin duda mucho ingenio ... Ignoro cuál fue
la razón que empujó a Aristóteles a asentar su principio sobre
el origen de nuestros conocimientos, pero lo que sí sé es que no
nos ha dejado ninguna obra donde esté desarrollado este prin-
cipio. Y también sé, por otra parte, que Aristóteles procuraba
ser totalmente contrario a las opiniones de Platón.
Imaginemos una estatua organizada en su interior como Imaginemos, por hipótesis, poder
nosotros y animada por un espíritu privado de toda especie de dotar a una estatua de
ideas. Supongamos, además, que su exterior marmóreo no le conocimiento.
permite el uso de ninguno de sus sentidos, y reservémonos
la libertad de abrirlos, según nuestro arbitrio, a las diferentes
impresiones a las que son susceptibles.
Creemos que debemos comenzar por el olfato, ya que de to- El olfato es el menos espiritual de
dos los sentidos es el que menos parece contribuir al conoci- /os sentidos.
miento del espíritu humano. A continuación, deberán ser obje-
869
í
CONDILLAC
t
f )flcfuso una percepción mínima y ') El principio qude ddeterminda e1 desarrollo de sus facultades, y
1
k aislada pone en movimiento ; que está conteni o entro e 1as mismas condiciones, es sim-
mecanismos mentales complejos. ple: siendo todas necesariamente agradables o desagradables, la
estatua está interesada en gozar de unas y sustraerse a las otras.
Ahora bien, se nos dirá que este interés es suficiente para dar
lugar a las operaciones de la inteligencia y de la voluntad. El jui-
cio, la reflexión, los deseos, las pasiones, y demás, no son sino
la sensación misma que se transforma diferentemente.
De la percepción extraemos los ·•.> Por eso nos parece inútil suponer que el alma derive inme-
elementos mínimos del 7 diatamente de la naturaleza todas las facultades de las que es-
pensamiento que luego articulamos tá dotada. La naturaleza nos proporciona órganos para adver-
y complicamos en la mente. tirnos con el placer lo que debemos buscar, y con el dolor Jo
que debemos evitar. Pero aquí se detiene, dejando a cargo de
la experiencia el cuidado de hacernos contraer hábitos y ter-
minar la obra que ha iniciado.
pt El experimento mental prevé fa Advierto, por tanto, que es muy importante ponerse exac-
t~ 8i1:ntífícación con fas condiciones 1/ tamente en el lugar de la estatua que hemos de observar. Es
de la estatua. preciso comenzar a existir con la estatua, disponer de un solo
sentido cuando ella posee sólo uno, adquirir sólo las ideas que
ella adquiera, contraer únicamente los hábitos que ella contrae.
En una palabra: es necesario no ser sino que lo que ella es. La
estatua podrá juzgar las cosas como nosotros lo hacemos tan
sólo cuando disponga de todos nuestros sentidos y de toda
nuestra experiencia; y nosotros sólo juzgaremos como ella cuan-
do soportemos la privación de todo lo que a ella le falta. Creo
que a los lectores que se pongan exactamente en su lugar no
les será difícil entender esta obra; los otros me opondrán múl-
tiples dificultades.
] 870
_!]____c_o_N_n..,1L-LA...c_ _ f..,.l--i
Y esta sensación es apropiada para hacerle distinguir las co- Ba~ándose en e5!0~ pa~áme_tros;:}JXI
sas ya que, lejos de ser uniforme, se ve modificada desigualmente sena capaz de d1stmgwr ob¡etos::Ji!JJ
por todo lo que encuentra duro, blando, áspero o liso; es decir, diferentes.
por todas las impresiones que el tacto nos procura.
Es apropiada también para hacerle distinguir las cosas en Percibiría fa extensión de los
tanto están provistas de extensión, ya que se las representa co- cuerpos y su ubicación en el
mo situadas necesariamente en lugares distintos: dadas dos co- espacio.
sas sólidas, cada una excluye a la otra del lugar que ocupa.
Por consiguiente, para atribuir carácter de cuerpo a las ma- El tacto y la movilidad de la mano;ff{]
neras de ser, basta con que los órganos móviles y flexibles aña- son suficientes para construir u~jjj
dan a cada una de ellas la resistencia y la solidez. La mano sir- representación del ambiente.
ve especialmente para tal fin: palpando, la mano obtiene una
sensación de solidez que abarca todas las otras sensaciones ex-
perimentadas por ella, la incluye dentro de determinados lí-
mites, la gradúa y la circunscribe. la estatua advierte enton-
ces su propio cuerpo a partir de esta sensación, así como los
objetos y el espacio.
Se siente en todas partes de su cuerpo. Por eso, ya no vuel- El sentido de si mismo como
ve a confundirse con sus modificaciones ni a multiplicarse a individuo se basa en la
la par que ellas: ya no es el calor y el frío, sino que siente ca- del cuerpo.
lor en una parte y frío en otra.
Mientras la estatua no pone sus manos más que sobre ella, La diferencia perceptiva
puede considerarse a sí misma como si ella fuese todo lo que mismo y el mundo origina la
existe. Pero si, en cambio, toca un cuerpo extraño, el yo que conciencia individual.
se siente modificado en la mano no se siente modificado en
dicho cuerpo. Sin embargo, si la mano dice yo, no recibe la
misma respuesta. De este modo, la estatua considera sus ma-
neras de ser como subsistentes fuera de ella.
Así como ha formado la sensación de solidez para su cuer- 1, Comprendemos, por analogía, qu!¡',:1
po, así la forma también respecto a todos los demás objetos. Y { también los demás seres poseen_;_::l!J
esa sensación, que ha proporcionado a tales maneras de ser un conciencia de sí mismos.
carácter de consistencia en un caso, también lo proporciona
en el otro, con la diferencia de que el yo, que entonces se res-
pondía a sí mismo, cesa ahora de responder.
La estatua no advierte, por lo tanto, los seres en sí, sino tan Aun utilizando únicamente el ta~_t,o;;,¡
sólo sus propias sensaciones. Cuando varias sensaciones dis- la estatua puede comprender la :;}!:/
tintas y coexistentes son circunscritas dentro de los límites en diferencia entre ella y el mundo.··-
los que el yo se responde a sí mismo, adquiere conocimiento presentarse como individuo y
de su propio cuerpo; cuando varias sensaciones distintas y co- hacerse una idea de los objetos
existentes son circunscritas dentro de límites en los que el circundantes.
yo ya no se responde a sí mismo, la estatua adquiere idea de
871
CONDILLAC
SENSUALISMO
Doctrina filosófica que considera que cualquier contenido de la mente
es un producto más o menos refinado de las sensaciones. Dicho de otro
modo: el conocimiento se reduce al sentir y a las operaciones de trans-
formación que la mente realiza sobre los contenidos de la percepción.
Las capacidades psicológicas que llamamos inteligencia, memoria, aten-
ción y juicio no requieren de la intervención de ningún principio parti-
cular o específico. Tras haber sido enunciado en la Antigüedad por los
sofistas, el sensualismo fue reformulado en la época moderna por Telesio
(véase 74), Campanella y, especialmente, por Condillac, quien hizo de
la demostración de tal principio la razón misma de su filosofía.
jj 872
KANT
Kant
1724-1804
Obras científicas precríticas: Historia natural universal y teoría general del cielo. (1755);
El fuego (1755). Obras del período crítico: El único argumento posible para una de-
mostración de la existencia de Dios (1763); Observaciones sobre el sentimiento de lo be-
llo y lo sublime (1764); Crítica de la razón pura (1781); Metafísica.de las costumbres
(1787); Crítica de la razón práctica (1788); Crítica del juicio (l 790);La religión en
los límites de la simple razón (1794); Para una paz perpetua (1795).
s13 r
KANT
EL PROBLEMA ¿De qué se puede tener certeza? mentariedad: no sólo porque uno es interno y la otra
LA TESIS La prosa de Kant se presenta habitualmen- externa al individuo, sino también porque la sensa-
te densa en términos técnicos y en un estilo estric- ción de pequeñez que produce el espectáculo del
tamente controlado, pero este pasaje de la Crítica de Universo enfatiza, por contraste, la conciencia del po-
la razón pura (del que se reproducen los párrafos 134 der absoluto, de la autosuficiencia y de esa universa-
al 140) es famoso por su tono de fntima participa- lidad que habitualmente denominamos voz de la conw
ción. Según el filósofo, hay dos cosas que tienen el ciencia. Si el hombre es nada respecto al cosmos, es,
poder de conmover su ánimo: el cielo estrellado y la sin embargo, legislador absoluto en el terreno moral,
constatación de la fuerza de la ley moral interior. Entre y puede asumir como nonna de su obrar no la utili-
ambas cosas existe oposición, pero también comple- dad o la conveniencia, sino el interés universal.
estrellado y la ley moral: dos "}) • Dos cosas llenan el espíritu de admiración y reverencia
certidumbres. ) siempre nuevas y crecientes, cuanto más frecuentemente y por
más tiempo se detiene el pensamiento en ellas: el cielo estre-
llado sobre mf y la ley moral en mi.
Dos datos ineludibles de la Ambas cosas no tengo que buscarlas más allá de donde al-
conciencia. canza mi mirada, envuelta en la oscuridad, ni tampoco en lo
trascendente; debo, simplemente, presumirlas: las veo ante mí
e inmediatamente las conecto con la conciencia de mi existir.
El cielo estrellado sugiere la La primera comienza por el Jugar que ocupo en el mundo sen-
infinitud de la naturaleza, la sible exterior, y extiende la conexión en la que me encuentro a
eternidad del tiempo. inconmensurables grandezas en las que hay mundos sobre mun-
dos y sistemas de sistemas; y además de eso, a los tiempos ili-
mitados de su movimiento periódico, de su inicio y de duración.
ítí[lley moral tiene un fundamento La segunda parte de mi yo invisible, de mi personalidad, y
íl/iil'.interior: implica la conciencia del me representa en un mundo que posee una infinita verdad, aun-
deber, de la necesidad de la acción que perceptible sólo por el intelecto, y con el que (mas, por
moral y de su universalidad. ello, también con todos esos mundos visibles al mismo tiem-
po) me reconozco en una conexión no simplemente acciden--
tal, como en el primer caso, sino universal y necesaria.
if:i;':'En relación con la infinitud de la La primera visión es la de un conjunto innumerable de mun-
[l!í/Y[aleza, el hombre aparece débil dos que anonada, por así decirlo, mi importancia como cria-
y determinado. tura animal, y que deberá restituir al planeta la materia de la
que está hecha (un simple punto en el universo) después de
haber sido dotada por un breve tiempo (no se sabe cómo) de
fuerza vital.
a la ley moral el hombre La segunda, por el contrario, eleva infinitamente mi propio
está dotado de una infinita valor como valor de una inteligencia que es gracia de mi per-
potencialidad. sonalidad y en la que la ley moral me revela una vida inde-
pendiente de la animalidad y hasta de todo el mundo sensible:
al menos por Jo que puede deducirse del destino final _el~ mi
existencia en virtud de esta ley, cuya destinación no esta hm1~_
tada por las condiciones y los confines de esta vida, sino que
tiende al infinito.
] 874
KANT
El tribunal
de la razón 134
EL PROBLEMA ¿Puede la razón analizarse a sí misma? ridica: al igual que en un tribunal en el que juez y acu-
LA TESIS Si se asume que el conocimiento está condi- sado fuesen la misma persona, la razón, si quiere de-
cionado por los esquemas mentales preexistentes en terminar cuáles son sus propios límites de acción, de-
el sujeto (véase 139), entonces el análisis crítico de los be citarse a juicio a sí misma y analizarse a sí misma
fundamentos del saber consistirá en el intento de la para verificar los límites de sus propia legalidad: es de-
mente de analizarse a si misma. Esta situación para- cir, establecer cuándo y dónde se produce un conoci-
dójica puede ilustrarse con una metáfora de índole ju- miento verdadero y cuándo, en cambio, el error.
• Hay que recurrir a la razón para que asuma nuevamente la Sólo la mente puede analizarse a,s[;]
más ardua de sus tareas -es decir, el conocimiento de sí mis- misma. Sólo la razón puede ,5j
ma- y establezca un tribunal que la tutele en sus justas preten- fundamentar la razón.
siones, pero que quite de en medio las privadas de fundamento
y que no lo haga arbitrariamen-
te, sino según sus leyes eternas e
inmutables. Y este tribunal no es
otro que la misma critica de la ra-
zón pura. Con esta expresión no
pretendo aludir a la critica de li-
bros y sistemas, sino a la crítica
de la razón en general.
CRITICISMO
Actitud filosófica creada por Kant
que consiste en someter a crítica los
resultados de la propia actividad
mental y de toda experiencia hu-
mana en general, con la finalidad de
establecer sus limites, su validez y su
posibilidad. Su presupuesto es que
la mente debe vigilarse a si misma e
inspeccionar sus propias elaboracio-
nes a fin de mantener bajo control
determinadas tendencias naturales
de la psique; principalmente, la pro-
pensión a generalizar casos concre-
tos formulando leyes universales de
valor metafísico (es decir, no verifi- { Kant representado en
cables por la experiencia). \. su vejez.
Una revolución en la
filosofía del conocimiento 135
El PROBLEMA ¿Cuál es la base del saber? ¿Puede la LA TESIS Oponiéndose totalmente a la perspectiva
filosofia del conocimiento convertirse en una ver- tradicional de la filosofía del conocimiento, Kant
dadera ciencia? afirma que el acto cognoscitivo no es, como le pa-
875 ¡
KANT
rece al sentido común, exactamente una adecuación bidas por la mente; son como una especie de"'"'"º' ,,
de la mente al objeto conocido. Al contrario: son los jos que se interponen entre la mente y el 01
esquemas mentales ya presentes en la mente los que Kant establece un innovador programa de investi~
determinan qué podemos conocer del objeto. Estos gación: en el centro de la filosofía del
esquemas funcionan como un filtro, seleccionando hay que situar estas fonnas a priori de la mente, uni-
las modalidades de la realidad que pueden ser reci- versales y necesarias.
íF La filosofía debe renovarse \ • Debo pensar que el ejemplo de las matemáticas y de la f¡.
,0/guiendo el ejemplo de fa física y ./ sica, que son hoy lo que son gracias a una revolución tan
de fas matemáticas. mediata como radical, sea lo bastante digno de atención
para reflexionar sobre el punto esencial del cambio de meto- as
do, que tan provechoso les ha sido a ambas disciplinas, y pa-
ra imitarlo aquí -o intentarlo al menos-, por cuanto nos per-
mite hacerlo la analogía de las mismas con la metafísica (en
tanto que conocimientos racionales).
,z, Todos los intentos por explicar el -,_:,'} Hasta ahora se ha admitido que todo nuestro conocimienfo'
Lfonocimfento como adecuación de 1 debía basarse en los objetos, pero todos los intentos de esta,
fa mente al objeto conocido han blecer en torno a ellos cualquier realidad a priori -usando con!
fracasado. ceptos con los que nuestro conocimiento, asumiendo tal
supuesto, habría podido ampliarse- han resultado en vano.
ip'"La mente debe ser considerada Así pues, hágase ya la prueba y compruébese si seremos
[tomo base del conocimiento, y no afortunados en los problemas de la metafísica
el mundo exterior. hipótesis de que los objetos deben ser por
conocimiento, lo que sería más acorde con la ansiada
lidád de disfrutar de un conocimiento a priori que siente
sobre los objetos, antes de que éstos nos sean dados.
~.;/Así como Copémico desplazó del Aquí procede actuar como en el caso de la primera
[¿¿ Jentro del Universo a fa Tierra y Copérnico, quien, al ver que no podía explicar los
colocó en su fugar al Sol, en el tos celestes si admitía que todo el ejército de astros
centro de fa investigación cabe torno al espectador, intentó lograrlo haciendo girar al vv,,c.,.··,.,n
ahora colocar al sujeto observador, vador y dejando en quietud a los astros. Cabe ahora
y no al objeto. rar la realización de un intento similar en la metafísica, y ...,,,,,,,e>
cario en la intuición de los objetos.
íZGSólo un análisis de fas facultades Si la intuición debe regirse por la naturaleza de los
2... cognoscitivas del hombre puede tos, no veo, de ningún modo, cómo podría saberse de ahí
implicar principios a priorí. quier cosa a priori. Si, en cambio, el objeto (en cuanto
to del entendimiento) se rige por la naturaleza de
facultad intuitiva, puedo representarme muy bien esta
bilidad.
fC-Q_es fa mente del que observa fa 1) O los conceptos, con los que cumplo esta determinació.,.
lQgg se adecua al mundo extenor. .. se basan también en el objeto -y en este caso me encuent~~-\,~
la misma dificultad respecto al modo en que puedo con°f;
cualquier cosa a priori-.
;l 876
KANT
2) O bien los objetos -o.lo que es lo mismo, la experien- ... o bien es el objeto el que
cia, en la que ellos son los únicos conocidos (en tanto que ob- adecuarse a los conceptos del
jetos dados)- se basan en estos conceptos. observa.
Así pues, repentinamente veo una más fácil vía de salida Si la protagonista del conocim,_e__.n_._[R~
en el segundo caso, porque la experiencia es un tipo de co- es la mente del observador, ,>¡!í
nocimiento que requiere el concurso del intelecto, cuya pri- entonces será posible encontrar7ós
mera regla debo suponer por mí mismo que sea la de que to- principios a priori que regulan su
dos los objetos me han sido dados. Y a causa de ello, todos los funcionamíento.
objetos de la experiencia deben a priori basarse necesariamente
en ellos, y concordar en todo con ellos.
En lo que respecta a los objetos en tanto que son simple- La filosofía del conocimiento debITTfi'j
mente pensados por la razón -es decir, necesariamente-, pe- estudiar los principios a priori d~?ff~
ro que de ningún modo pueden ser dados en la experiencia (al mente y la relación creada entre
menos como los piensa la razón), los intentos de pensarlos éstos y los objetos.
(¡deben, sin embargo, poderse pensar!) nos proporcionarán
una excelente piedra de toque de lo que nosotros asumimos
como el renovado método a priori, que es el mismo que noso-
tros mismos proponemos.
A PRIORI/A POSTERIOR!
Apriorístico es todo juicio elaborado sin necesidad de recurrir a la expe-
riencia. Se trata casi siempre de afirmaciones que se limitan a explicar
mejor un elemento ya implícito en el sujeto. Por ejemplo: la afirmación
este cuerpo tiene un peso puede ser pronunciada siempre, incluso antes
de evaluar el cuerpo en cuestión, ya que no hay ningún cuerpo que ca-
rezca de peso. A posteriori, en cambio, son aquellos juicios que pue-
den ser enunciados sólo como consecuencia de una experiencia parti-
cular y concreta: por ejemplo, la afirmación este cuerpo es muy pesado.
La mente debe
criticarse a sí misma 136
EL PROBLEMA ¿Cuál es la tendencia espontánea de más allá de esos límites, y que debe por ello ser con-
la mente en el ámbito cognoscitivo? trolada. Hay en la psique un impulso irresistible a
LA TESIS La razón humana debe proceder a una au- superar el ámbito de la experiencia verificable para
tocrítica, estableciendo de una vez por todas cuá- formular conjeturas hipotéticas, doctrinas metafísi-
les son los límites de su radio de acción (y más allá cas o, más simplemente, fantásticas (entre los múl-
de los cuales sólo podría aventurarse abandonando, tiples significados que el término crítica asume en
obviamente, toda pretensión de certeza). El proce- los textos de Kant, figura también el de restringir a
der kantiano actúa sobreentendiendo que la mente la mente para que no sobrepase los límites de su pro-
tiene una espontánea e irrefrenable tendencia a ir pia validez).
877 f¿
KANT
~? El objeto de tal filosofía no es -:\ t La adphcación,total de upn órgano semejante consti.tuirá un sis-
t'./áúmentar nuestro conocimiento... "! ema e 1a razon pura. ero como sea que este sistema aun
siendo muy requerido, deja abierta todavía la cuestión 'de si
también aquí es posible una extensión en general de nuestro
conocimiento, y en qué casos, se podrá entonces considerar
una ciencia de la simple valoración de la razón pura, de sus
fuentes y de sus límites, como la propedéutica del propio sis-
tema de la razón pura.
~,Ir ... sino una crítica negativa a ta \ Una ciencia concebida de tal modo no debiera ser denomi~
i!fetensíón de la razón de explicarlo ) nada doctrina, sino tan sólo crítica de la razón pura; y su uti-
todo, señalándole sus limites lidad respecto a la especulación sería, en realidad, sólo negati-
insuperables. va, ya que más que para ampliarla, serviría simplemente para
purificar nuestra razón liberándola de los errores, lo que ya su-
pone un gran beneficio.
¡ 878
lti
KANT
Los juicios analíticos (afirmativos) son, por lo tanto, aque- Diferencía sustancial entre juicios·;;<::;
llos en los que se piensa la conexión entre predicado y su- analíticos y juicios sintéticos. ... ;]
jeto mediante la identidad, mientras que se llamarán jui-
cios sintéticos aquellos en los que dicha conexión se piense
sin identidad,
879 t
KANT
f;¡' Dado que no hay cuerpo sin ·.1/ Si digo, por ejemplo, todos los cuerpos son extensos, tenemos
Lext_enSión, notar la extensión de un un juicio analítico. En efecto, no tengo necesidad de ir más allá
cuerpo es algo obvio (un juicio del concepto que relaciono con la palabra cuerpo para encon-
analítico). trar la extensión que a él se vincula. Para hallar ese predicado
no necesito más que descomponer dicho concepto; es decir'
adquirir conciencia ele la multipliciclacl que pienso que él con:
tiene siempre. Se trata, pues, de un juicio analítico.
i'iDado que los cuerpos pueden ser Por el contrario, si digo Todos los cuerpos son pesados, el pre-
!_pesados o ligeros, la afirmaoon de dicado constituye algo completamente distinto de lo que pien-
que todos son pesados no sería so en el simple concepto de cuerpo en general. Consecuen-
exactamente obvia (un juicio temente, de la adición de semejante predicado surge un juicio
s1ntét1co). sintético.
ESPACIO Y TIEMPO
Espacio y tiempo son nociones sobre las que mucho han reflexionado
los filósofos (véase 53,184,189) y que tienen un papel fundamental en
el conocimiento científico. Las observaciones escépticas de Hume -que
llevando a sus extremas consecuencias la perspectiva empirista, de'.
mostraron la inconsistencia de las nociones de espacio y tiempo redu-
ciéndolas al fruto de un simple hábito- animaron a Kant a formular la
completa prospectiva del criticismo. Kant cree resolver este desafío con-
siderando el espacio y el tiempo como dos formas sintéticas a priori de
la percepción. Dicho de otro modo, el espacio y el tiempo no son rea-
lidades absolutas y extrañas al hombre, ni tampoco hábitos subjeti-
vos, sino dos esquemas mentales que estructuran íntimamente la psi-
que humana. En cuanto tales, son universales: es decir, están presentes
del mismo modo en todos los hombres de todas las épocas. Por lotan-
to, sobre estos esquemas se puede fundar una ciencia que no tenga
la presunción de ser objetivamente verdadera (es decir, de describir el
mundo en su objetividad), sino, más modestamente, de ser universal'
(es decir, válida para todos los hombres).
880
KANT
cado diferente. En consecuencia, lograríamos apre- cho más grande, también el espacio sería distinto:
hender sensiblemente determinaciones que para un microbio no percibe la misma dimensión espa-
nosotros son puramente teóricas: por ejemplo, la no- cial que un elefante. Por lo tanto, el mundo en que
ción de milésima de segundo. Y si fuésemos seres vivimos es, al menos en parte, también el fruto de
dotados de un cuerpo mucho más pequeño o mu- nuestro modo, peculiarmente humano, de existir.
• El espacio no representa ninguna propiedad de las cosas, ( Lo que llamamos espacio no es una,:
ni en sí mismas ni en sus relaciones mutuas; es decir, ningu- dimensión objetiva de la realidad,_;_]
na propiedad inherente a los objetos mismos y capaz de sub-
sistir una vez hecha abstracción de todas las condiciones sub-
jetivas de la intuición ...
El espacio no es más que la forma de todos los fenómenos ( El espacio es el modo en que la
de los sentidos externos; es decir, la condición subjetiva de psique estructura fa conciencia
la sensibilidad. Sólo en esa condición nos será posible alcan- fenoménica que proviene del
zar la intuición externa. mundo.
El tiempo no es algo que exista por sí mismo o que sea in- / Tampoco el tiempo es una realidad ;
herente a las cosas como su determinación objetiva, es decir, \ objetiva. '
algo que subsista una vez hecha abstracción de todas las con-
diciones subjetivas de su intuición.
El tiempo no es más que la forma del sentido interno: esto El tiempo es un esquema psíquico, · 1
es, del intuirnos a nosotros mismos y a nuestro estado inter- una forma a priori de la mente.
no. El tiempo es la condición formal a priori de todos los fe-
nómenos en general.
En tanto que forma pura de toda intuición externa, el es- / También el esquema temporal es
pacio se refiere, como condición a priori, sólo a los fenóme- condición de existencia de las
nos externos. Por el contrario, toda representación, tenga o no intuiciones espaciales_ Tiene, por
por objeto cosas externas, corresponde en sí misma, como de- tanto, carácter fundador.
terminación del psiquismo, al estado interno. Ahora bien:
éste se halla sometido a la condición formal de la intuición in-
terna y, consecuentemente, pertenece al tiempo. De ello se de-
duce que el tiempo constituye una condición a priori de todos
los fenómenos en general.
En toda sensación
hay un a priori 139
EL PROBLEMA ¿Cómo funciona la percepción? diente de los órganos de los sentidos: lo que vemos
LA TESIS La innovadora descripción del funcíona- o sentimos depende indudablemente de lo que en
miento de la percepción constituye la base de la doc- verdad existe en el mundo, de las ondas luminosas
trina kantiana del conocimiento. A lo largo de to- o sonoras que llegan a la vista o al oído. Pero la vis-
da la historia del pensamiento, ningún filósofo había ta no funcíona como un máquina fotográfica; una
puesto en duda el dogma de la pasividad de la sen- parte de la percepción (su forma) depende exclusi-
sación: la vista no puede elegir lo que ve, así como vamente del sujeto, de los esquemas (espacioHtemH
el oído no decide lo que oye. Los órganos de la per- porales) a priori que estructuran su psique. En otros
cepción sólo pueden registrar de forma pasiva -y términos: el mundo en sí (el nóumeno) no cambia,
con más o menos fidelidad- las impresiones que le pero si la mente humana cambiase (si, por ejemplo,
llegan del exterior. Ciertamente, Kant admite tam- el hombre estuviese dotado de órganos perceptivos
bién que hay un aspecto de la percepción (la mate- diferentes de los que posee) viviríamos en un mun~
ria de la percepción) que es totalmente indepen- do distinto, para nosotros, del actual.
KANT
Fenómeno es el producto de una La intuición que se refiere al objeto mediante una sensa-
intuición sensorial. ción se llama empírica. El objeto indeterminado de una intui-
ción empírica toma el nombre de fenómeno.
En todo fenómeno hay una Llamo materia en el fenómeno a aquello que corresponde a
[.materia, dada por el objeto, y una la sensación. A lo que, en cambio, hace que la multiplicidad
forma, presente en el sujeto. del fenómeno pueda ser ordenada en relaciones concretas lo
llamo forma del fenómeno. '
i Las formas a través de las cuales el Dado que aquello en lo que sólo las sensaciones se ordenan
sujeto organiza la materia y pueden ser puestas en una determinada forma no puede, a sú
fenoménica son a priori, anteriores voluntad, ser sensación, la materia de todo fenómeno nos es da-
a cualquier experiencia sensorial. da sólo a posteriori, pero su forma respectiva debe en todos los
fenómenos encontrarse ya a priori en el alma, y debe ser con7
siderada, por lo tanto, separadamente de toda sensación .
. . . .é
aª
@'
La casa de la metafísica antes ,
y después de la C rttica de la)' / / .·
razón pura.
J 882
KANT
• Así pues, sea cual sea·el contenido de un concepto, tanto La existencia de un objeto no pa,edJi
en su cualidad como en su extensión, nos vemos obligados a derivar de su definición conceptu_aj(~
salir de él si queremos atribuir existencia a dicho concepto.
En los objetos de los sentidos, eso sucede relacionándolos La_ ve~ific~ción perc~ptiva _es el úr7iS9j
con alguna de nuestras percepciones según marquen las leyes entena Cierto de ex1stenC1a. ,-_,i::J:c¡
empíricas. Pero no existe medio alguno de conocer la exis-
tencia de los conceptos del pensamiento puro, puesto que ten-
dríamos que conocerla completamente a priori.
El concepto de un ser supremo es una idea muy útil en no De la idea de Dios como ser
pocos aspectos. Pero, precisamente, por tratarse de una sim- perfecto no deriva la existencia
ple idea es totalmente incapaz de ampliar por sí sola nuestro de Dios.
conocimiento respecto de lo que existe.
Todo el esfuerzo y el trabajo invertidos en la conocida prue- Entre el plano de la lógica y el de,!~¡
ba ontológica de la existencia de un Ser supremo ha sido, pues, existencia hay un salto, como lo /Ji~
inútil. Queda demostrado que, mediante simples ideas, un hom- entre la contabilidad de los gastos
bre podría ganar los mismos conocimientos que dinero podrá domésticos (falsificables) y la
ganar un mercader que, para mejorar su propia condición, op- riqueza efectiva.
tara por añadir algunos ceros al balance de sus cuentas.
El imperativo categórico en
cuatro casos 141
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la ley moral? ¿Cómo fin sólo en sí misma y en ninguna otra parte. Es sig-
se determina el valor ético del comportamiento? nificativo que Kant sintiese la necesidad de añadir
LA TESIS La doctrina del imperativo categórico, nú- el análisis de algunos casos concretos a la enuncia-
cleo de la doctrina kantiana, afirma que un com- ción teórica de la doctrina. En efecto, en el plano de
portamiento puede llamarse moral cuando puede la ética, la psique tiende espontáneamente a relati~
ser universalizado; es decir, cuando es fiel a una nor- vizar y justificar mediante consideraciones particu-
ma que supera el caso concreto, la utilidad o el in- lares y acciones específicas que en la teoría se nie-
terés personal. En otros términos, existen según Kant gan. Pero si un comportamiento entra en el
comportamientos que la concíencia reconoce justos imperativo categórico, pudiendo ser universalizado
o erróneos en sí mismos, independientemente de las como ley general, no es negociable y deberá, sin du~
consecuencias y de la situación concreta en la que da, ser puesto siempre en acto. (De Metafísica de las
se explican. La acción debida encuentra su propio costumbres.)
• Si pienso un imperativo hipotético en general, no sé que ;_._ Todo imperativo hi¡x,tético está
contendrá hasta que se me presente. Si, en cambio, pienso \ determinado por el fin que
un imperativo categórico, sé inmediatamente qué es lo que persigue.
contiene.
883
KANT
PRIMER CASO
¿Puede el dolor justificar el Debido a una serie de males sufridos que han terminado por
suicidio? llevarle a la desesperación, un hombre siente un gran disgus-
to por la vida. Pero aún se halla en posesión de su razón, por
lo que puede preguntarse si quitarse la vida constituye o no
una violación del deber hacia sí mismo.
;,,- . La cuestión ética se resuelve >. Se pregunta entonces si la máxima de su acción podría con-
/mediante la generalización: ¿podría / vertirse en ley universal natural. Su máxima sería: por amor
el suicidio convertirse en norma? a mí mismo, establezco el deber de poder abreviar mí vída desde
el momento en que, prolongándola, puedo esperar más males que
satisfacciones. Se trataría ahora de saber sólo si este principio
del amor a sí mismo podría convertirse en una ley universal
natural.
naturaleza es instinto de vida y Sin embargo, se advierte de inmediato que una naturaleza se~·
no puede admitir el deseo de ) mejante, cuya norma es destruir la vida misma basiár1dc1sein,,-
muerte. tamente en ese sentimiento cuya especial función es instar
desarrollo de la vida, sería una contradicción consigo misma
no podría subsistir como naturaleza.
!('}/ suicidio y la eutanasia están en , Por consiguiente, esta máxima no puede ocupar en ao,w11a-.
contradicción con el principio / to el lugar de una ley universal de la naturaleza, y es por
categórico. completamente contraria al principio supremo de todo a.h ..,c,,,,,;
CASO SEGUNDO
En una situación totalmente A otro individuo, la necesidad le obliga a pedir dinero
Cixcepcional (por ejemplo, ante una / tado. Aunque sabe que no podrá devolverlo, sabe también
situación de gran necesidad no se lo prestarán si no se compr?mete seriamente a devol~
económica), ¿sería lícito no cumplir verlo en una fecha determinada. El sentirá sin duda un
la palabra dada? deseo de cumpltr con su promesa, pero aún le quedará
ciente conciencia como para preguntarse si no está
y si es contrarío al deber el tratar de salvar su neces,id,,d
manera.
¿Qué sucedería si todos los Sin embargo, suponiendo que tomase semejante decisión, la
individuos en condiciones máxima de su acción significaría: cuando me encuentro en una
semejantes se comportasen de este situación de necesidad económica pído dinero prestado prome-:
modo? tiendo devolverlo, aunque sé que no lo haré. Pues bien, es muy
sible que este principio del amor a sí mismo o de la propia
sidad esté ligado a mi futuro bienestar, pero por el momento
cuestión es: ¿es esto justo? Yo transfonno, entonces, la
del amor a sí mismo en una ley universa) y me hago la <i!Tuieiílte,
pregunta: ¿que sucedería si mi máxima se convirtiese en
uníversal?
] 884
KANT
Ahora bien: veo inmediatamente que jamás podría valer co- Mantener fas promesas es un
mo ley universal de la naturaleza. Porque admitir como ley imperativo categórico que en
universal que todo hombre que crea encontrarse en una si- ningún caso admite excepción.
tuación de necesidad pueda prometer cualquier cosa que se le
pase por la cabeza sin tener el propósito de cumplirlo, torna-
ría imposible cualquier promesa e inalcanzable lo que quere-
mos conseguir con ella, puesto que nadie creería ya entonces
lo que se le promete, sino que se burlaría de ello como si de
vanas ficciones se tratara.
CASO TERCERO
Un tercer individuo se siente en posesión de un ingenio tal, \ No desarrollar a fondo el propio . l
que cualquier aplicación que hiciese del mismo podría con- talento, ¿constituye un pecado de.:.
vertirle en un hombre útil en muchos aspectos. Pero como dis- omisión?
fruta de una posición acomodada, preflere abandonarse al pla-
cer antes que esforzarse en extender y perfeccionar sus felices
aptitudes naturales. No obstante, se pregunta si su máxima de
descuidar los dones naturales, que es en sí misma acorde a
su tendencia al goce, concuerda igualmente bien con lo que se
llama deber.
Ahora bien: él ve claramente que, pese a una ley universal Si se generalizase este
como ésa, sin duda una naturaleza podría aún subsistir, in- comportamiento, toda la cultura
cluso cuando el hombre (como el habitante de los mares del sufriría una regresión.
Sur) dejase arruinar su talento sin pensar más que en condu-
cir su vida en pos del ocio, del placer, de la propagación de la
especie; del goce, en suma. Pero él no puede en absoluto de-
sear que eso se convierta en ley universal de la naturaleza, o
que ello sea innato en nosotros como instinto natural.
Porque, como ser racional, desea, necesariamente, que to- ,, El imperativo categórico impone a/
das sus facultades se desarrollen en él, dado que le han sido \ cada individuo desarrollar mejor ,rf.5;
otorgadas para que le sirvan a toda clase de fines posibles. propias capacidades.
CASO CUARTO
Finalmente, un cuarto individuo a quien la suerte le sonríe, { La indiferencia hacia los demás,
razona de este modo al ver luchar a los hombres (a quienes ' éticamente lícita?
podría ayudar) con grandes dificultades: ¿Qué me importa? Que
cada uno sea tanfelíz como al Cielo le plazca o como le dicte su
propio entender Yo jamás le sustraeré la mínima parte de lo que
tiene; al contrario: nunca le envidiaré. Simplemente, no siento que
deba contribuir en algo a su bienestar o ayudarle en su necesidad.
Y si tal manera de pensar se convirtiese en una ley univer- ( Es posible la existencia de una ·J
sal de la naturaleza, la especie humana podría sin duda sub- sociedad basada en la indiferenci.Yi
sistir, en mejores condiciones que cuando se habla continua- el egoísmo; de existir, seria sin duda
mente de simpatía y de benevolencia y se afana incluso en menos hipócrita que otras.
practicarlo llegado el caso; pero luego, al contrario, en cuan-
to se da la ocasión se engaña y se trafica con el derecho de
los hombres o se les daña de cualquier otro modo.
Hay un método seguro para Todos éstos no son más que algunos de los numerosos de-.
resolver los problemas éticos: beres reales o, al menos, de los que nosotros consideramOS
preguntarse si el proceder en como tales, cuya derivación del único principio que hemos
cuestión pudiese llegar a ser expuesto salta de manera sin lugar a dudas evidente a la vis-_
, universal. ta. Es preciso que pueda desearse que lo que es una máxima
de nuestras acciones se convierta en ley universal. Éste es el
canon que permite la apreciación moral de nuestra acción en
general.
SUBLIME
Es, en el campo de la estética, el juicio de belleza sobre
objetos de por sí impresionantes, desmesurados, capaces de
suscitar no una impresión de armonía, sino también
tencia, miedo o dolor sin límites. Según Kant, existe un
blime matemático -la contemplación de la infinitud
ca- y un sublime natural -la observación de los
Un alud en los Alpes (P. J. de asombrosos de la naturaleza (los huracanes, las altas
Luotherbourg). La noción de ñas, los abismos, etcétera)- que el hombre busca movido
subl"ime natural tuvo una nota- su propia naturaleza.
ble influencia en la pintura de
la primera mitad del S:--XJX.
886
KANT
• Lo bello concuerda con lo sublime en que ambos gustan El juicio estético no depende de la
por sí mismos. Además, ambos también no presuponen ni percepción ni de ninguna actividad,j
un juicio de los sentidos ni un juicio determinante del inte- racional.
lecto, sino un juicio de reflexión.
En consecuencia, el placer no depende en ellos de una sen- El juicio estético se basa en una
sación (como para lo agradable) ni de un concepto determi- comparación entre el objeto y la
nado (como para lo bueno), aunque se refiere, sin embargo, mente humana que la imaginación···
a conceptos (si bien indeterminados) para los que el placer es- realiza.
tá ligado a la pura exhibición o a la facultad de exhibirse. De
modo que en una intuición dada, esta facultad (o, en otros tér-
minos, la imaginación) se considera acorde con la facultad de
los conceptos del intelecto o de la razón, y en provecho de ella.
Por ello, ambos juicios son singulares, pero se proponen co- «Me gusta» es una afirmación
mo juicios universales respecto a cada sujeto, si bien única- subjetiva. <<Es bello» es universal.
mente pretenden el sentimiento del placer y no el conocimiento
del objeto.
Pero saltan a la vista, también, las considerables diferencias. Lo bello es limitado y comprensible
Lo bello de la naturaleza tiene que ver con la forma del obje- por la razón (el intelecto). Lo
to, la cual consiste en la limitación; lo sublime, en cambio, sublime no tiene límites y se dirige a
se puede encontrar incluso en un objeto carente de forma en la imaginación.
cuanto implique o provoque la representación de lo ilimitado,
pensado por lo general en su totalidad. De modo que lo bello
podría ser considerado como exhibición de un concepto in-
determinado del intelecto, y lo sublime como exhibición de
un concepto indeterminado de la razón.
887
KANT
relación entre mente y objeto •. Entre los dos tipos de placer hay, además, otra notable dife-
bello es lineal, directa y única. ) rencia con relación a la especie. Lo bello implica directamente
un sentimiento de agilidad e intensificación de la vida, y por
ello se puede conciliar con los atractivos y con el juego de la
imaginación.
la relación entre mente y objeto , _El sentimiento de lo sublime, en cambio: es un placer que
sublime es ambigua y j solo surge md1rectamente; es decir, que esta producido por el
contradictoria. sentimiento de un impedimento momentáneo, seguido por una
efusión más fuerte de las fuerzas vitales; por ello, en tanto que
emoción, no se presenta en el uso de la imaginación como un
juego, sino como algo serio.
Lo sublime también produce Por lo tanto, lo sublime no puede ser vinculado a atracción
extrañamiento, angustia y terror, alguna; y puesto que el espíritu no es atraído simplemente por
el objeto, sino que es atraído y rechazado, alternativamente, el
placer de lo sublime no es tanto una alegría positiva como al-
go que contiene, sobre todo, maravilla y estima. Es decir, algo
que merece ser llamado un placer negativo.
lo sublime gusta porque subraya Pero he aquí la diferencia más importante entre lo sublime y
nuestra limitación, estimula la lo bello: si tomamos en consideración ante todo sólo lo subli.::
imaginación e incita a ir más allá de me de los objetos naturales (el del arte está siempre
los límites de lo humano. la condición del acuerdo con lo natural) hallaremos que la
lleza natural (presente de por sí) incluye en su forma una
nalidacl por la que el objeto aparece como predispuesto
nuestro juicio y, por ello, constituye en sí mismo un
7
de placer. En cambio, lo que sin razonamiento y en la_u-;b':J_~---n~•~--••.,),,¼_i;,i;
aprehensión produce en nosotros el sentimiento de lo.., 0
¿Es posible
143 la paz?
EL PROBLEMA ¿Es posible eliminar la guerra? ¿En cana y liberal a nivel planetario. No obstante
qué condición se podría alcanzar una paz perpe- extinguible antagonismo en las relaciones hmmaioas,.S
tua y mundial? la paz perpetua y la coexistencia pacífica entre
LA TESIS Para conseguir la paz mundial, todas las pueblos son posibles y factibles si se expanden a
naciones del mundo deben reunirse en una única cala internacional los principios de justicia
federación de Estados libres y establecer un derecho elaborados por las constituciones en vigor en
internacional basado en una constitución republi- liberales. (De Metafísica de las costumbres.)
.l 888
- - - - - - - - - - - - - - ':i'!j KANT
Debemos actuar basándonos en ella como si se tratase de al- Que en realidad sea o no posible,,¡:¡
go posible -aunque de seguro no lo es-. Y en vistas a este ob- no importa. Es necesario pensar ~il :1
jetivo, establecer la constitución (quizás el republicanismo de la paz como un acontecimiento
todos los Estados tomados en conjunto y en particular), que posible.
juzguemos como la más apta para regirnos y para poner fin a
estas guerras impías hacia las que todos los Estados, sin ex-
cepción, han dirigido hasta ahora sus instituciones internas,
como si se tratase de su fm supremo.
De este modo, si no podemos lograr tal objetivo y si para < La paz tiene que llegar a
nosotros continúa siendo siempre un piadoso deseo, al menos, idea reguladora que guíe la
ciertamente, no nos engañaremos proponiéndonos la máxima conducta de los políticos.
de tender a ello sin cesar, porque éste es nuestro deber.
• El estado de paz entre hombres que viven unos junto a La sociedad humana produce una:s;a
otros no es un estado natural, sino más bien un estado de gue- conf/íctívidad imposible de erradié~
rra. Aunque no siempre estallan las hostilidades, existe, sin
embargo, la constante amenaza de que suceda.
Se trata de algo, pues, que debe estar instituido, puesto que ·· La paz no es una condición natur~'f8
la ausencia de hostilidad no representa garantía alguna de paz. ( sino una posible conquista. ;'J
Ysi tal garantía no es ofrecida por un vecino a otro (lo que só-
lo puede ocurrir en un estado de legalidad), el primero puede
tratar al segundo, al que habrá exigido esta garantía, como un
enemigo.
En primer lugar, la constitución está fundada según los prin- 1 La constitución debe ser . . :::;:]
cipios de la libertad de los miembros de una sociedad ( en cuan- \. 0 republicana; es decir, que garantff,fo
to hombres); en segundo lugar, según los principios de de- libertad, igualdad y obediencia a
pendencia de todos de una única legislación común (en cuanto una única ley
súbditos); en tercer lugar, según la ley de su igualdad (en cuan-
to ciudadanos). La única constitución que deriva de la idea del
contrato original, sobre el que toda legislación jurídica del pue-
blo debe fundarse, es la republicana.
ff[Sise dejara decidir a los pueblos, '\ Si (como por fuerza debe suceder con esta constitución) pa-
2<, muchas guerras podrían evitarse. .'.'; ra decidir que se deba llevar o no a cabo una guerra se requie-
re el consenso de los ciudadanos, entonces lo más natural es
que, teniendo que decidir ellos mismos todas las calamidades
de la guerra (el combate entre personas; el pagar de su propio
bolsillo los costes de la misma; el reparar con grandes sacrifi-
cios los daños que deja tras de sí y, para colmo de desgracias
aún hay otra que amarga la paz: cargarse de deudas que, a cau'.
sa <le las próximas nuevas guerras, jamás se extinguirán), re-
flexionarán mucho antes de dar inicio a un juego tan brutal.
La paz sólo puede garantizarse En cambio, en una constitución en la que el súbdito no sea
convirtiendo a los súbditos en ciudadano -una constitución, por lo tanto, no republicana-,
ciudadanos protagonistas de la decidir la guerra es la cosa sobre la que menos se reflexiona en
política. el mundo, puesto que el soberano no es un conciudadano, si-
no que es el propietario del Estado. Y la guerra no afectará en
absoluto ni a sus banquetes, ni a sus partidas de caza ni a sus
castillos en el campo.
!l 890
FICHTE
Fichte
1762-1814
a vida dejohann Gottlieb Fichte parece
L confirmar el principio fundamental de su
doctrina: no hay límites objetivos insupera-
bles a la libertad del hombre; cualquier indi-
viduo, siempre que lo desee con la debida in-
tensidad, puede superar todos los obstdculos
con tal de realizarse plenamente a sí mismo.
Nacido en el seno de una humilde familia
campesina, conoció lo que es y significa la
miseria (de niño trabajó cuidando ocas). Su
extraordinaria inteligencia atrajo el interés de
un rico y noble ciudadano de su ciudad na-
tal, Rammeneau (Sajonia), quien le pagó los
estudios. Fichte se inscribió en la facultad de
Teología dejena y comenzó a estudiar apa-
sionadamente los textos de Kant, hasta el Fiéhte representado en un dibujo de su
punto de que su primer escrito juvenil tiempo (Milán, Colección Bertarelli).
(Ensayo de una crítica de toda revelación,
1791), publicado anónimamente, fue atribuido al mismo Kant, quien tuvo que in-
tervenir para aclarar el equívoco. Convertido de pronto en un autor famoso, Fichte
fue reclamado por la Universidad de Jena, donde residió durante cinco años -quizá
los mejores de su vida- tan plenos de acontecimientos y de obras, que acabó des-
pertando la envidia de sus colegas. La ocasión para desacreditarle tuvo su origen en
una polémica sobre ateísmo: Fichte, siempre generoso y apasionado en la polémica
intelectual, se comprometió demasiado en la defensa de un discípulo suyo, acusado
de sostener que el ateísmo no era sinónimo de inmoralidad y que si la ética consti-
tuía el núcleo esencial de cualquier religión, se podía ser religioso (virtuoso) aun
sin creer en Dios. Fichte fue despedido y tuvo que comenzar de nuevo. Abandonó
Jena para trasladarse a Berlín, ciudad en la que sobrevivió gracias a clases privadas.
Volvió así a vivir en una situación de suma pobreza, que sin embargo aceptó con or-
gullo, considerándolo como una ocasión de crecimiento moral. Poco tiempo después
volvió a la enseñanza y en 1810, año de la fundación de la Universidad de Berlín, fue
nombrado profesor y más tarde rector de la misma. A tan extraordinario aconteci-
miento contribuyó sin duda el compromiso político en la lucha contra Napoleón, ma-
nifestado en su Discurso a la nación alemana. Fichte murió con poco más de cincuenta
años, como consecuencia indirecta de su compromiso moral: fue contagiado de có-
lera por su mujer, quien lo había contraído socorriendo a soldados como enfermera
voluntaria en varios hospitales militares.
Obras: Lecciones sobre el destino del sabio (1794 ); Principios fundamentales de la doc-
trina de la ciencia (1794); Introducciones a la doctrina de la ciencia (1797); Discurso a
la nación alemana (1808).
891 f
FICHTE
r
Todo lo pone
145 el sí mismo
EL PROBLEMA ¿Es posible determinar el principio todo saber reside en la autoconciencia, en la afir-
fundamental del conocimiento? ¿Qué es el conoci- mación yo soy (Yo= Yo). Esto cambia los términos
miento? fundamentales con los se había abordado hasta en-
LA TESIS Según Fichte, todo el sistema del saber se tonces el problema del conocimiento. La validez
basa en un acto de espontánea, intuitiva y no con- de un acto cognoscitivo no depende ya de una pre~
dicionada autocreación del sujeto pensante. Incluso sunta correspondencia entre el objeto pensado y el
antes de enunciar cualquier juicio, aunque sea una sujeto pensante, sino que se basa en una actividad
simple comprobación de semejanza (como A= A), totalmente interior al sujeto e independiente del
el sujeto debe intuirse a si mismo como conciencia mundo. El texto reproducido y los dos siguientes
pensante. Así pues, el verdadero principio base de han sido extraídos de la Doctrina de la cíencia.
j
.] 892 .-1:·
;lit,,
FICHTE
Es el Yo quien
determina lo que no es 146
EL PROBLEMA ¿Qué características debe tener un ser sumido, según Fichte, en la fórmula El Yo pone el no-
pensante? ¿Cuál es el objeto del conocimiento? Yo. Ambos momentos comprenden la conciencia y
LA TESIS La novedad de la doctrina de Fichte radi- son necesarios a ella, que asume por ello una natu-
ca en la definición del sujeto pensante ya no en tér- raleza contradictoria. En efecto, el pensamiento es a
minos de ser, como en toda la tradición filosófica pre- un mismo tiempo tanto autoconciencia del sujeto
cedente, sino en términos de actividad. En efecto, el pensante como identificación con el concepto pen-
primer paso de la deducción en Fichte -la afirma- sado (este segundo aspecto es lo que comúnmente
ción de que el Yo se posiciona a sí mismo (véase llamamos pensamiento). De este modo, según Fichte
145)-, significa que cualquier sujeto pensante está se origina una contradicción, que no es sino la acti-
perenne e inconscientemente empeñado en una obra vidad en que precisamente consiste la conciencia.
de definición de sí mismo, de lo que él es y, por lo Con otras palabras: ser un individuo significa re-
tanto, por antítesis dialéctica, de lo que no es. De ello construirse en todo momento, estableciendo, por
se deduce el segundo momento de la deducción, re- oposición antitética al mundo entero, lo que se es.
• Nada se ha puesto originariamente, excepto el Yo; sólo és- La autoconstruccíón del yo implica',!
te ha sido puesto absolutamente. Por ello, así, es posible opo- la determinación de un contrario,:::,]
nerse al Yo absolutamente. Y lo que se opone al Yo es el no-Yo.
YO
El Yo, pronombre con el que cada
individuo se designa a sí mismo, se
convirtió en objeto de reflexión a
partir de Descartes, quien asumió
el fenómeno de la conciencia de sí
como definición del hombre (véase
94). Fichte entiende con este tér-
mino una actividad absoluta, libre,
incondicionada y en cierto modo di-
vina, según la cual todo individuo
se construye a sí mismo.
NO-YO
Por exclusión, Fichte entiende por
no-Yo todo lo que lo distingue de
sí mismo: los objetos, el mundo en
. su totalidad, los demás seres hu-
. manos. Incluso el cuerpo del sujeto
sede del Yo, entendido como auto- {Fic~te, miembro de la defensa
conciencia, forma parte del no-Yo. .pastva.
FICHTE
147 Cuando el Yo se
enfrenta al no-Yo
EL PROBLEMA ¿En qué consiste el conocimiento? tanto al objeto del conocimiento como al límite que
¿En qué consiste la ley moral? se interpone a nuestra libertad. El segundo aspecto es
LA TESIS El tercer paso de la deducción metafísica en el que interesa sobre todo al filósofo, puesto que si ver-
Fichte constituye una síntesis de los dos anteriores, daderamente el no-Yo es en realidad fruto de una ac-
pero se sitúa en un plano distinto. Efectivamente, mien- tividad inconsciente del individuo, puede concluirse
tras que las dos primeras etapas -la construcción del que no existen verdaderos obstáculos para explicar su
Yo por parte de sí mismo y la simultánea delimitación l~be.rtad m~s .que los q:1e él mismo s.e ponga. No hay
del no-Yo- suceden por debajo del conocimiento cons- hm1tes objetivos.ª la hbertad: todo individuo puede
ciente del sujeto -es decir, sin que se dé cuenta de ello-, llegar a ser (o meJor: ya lo es) lo que realmente desee
la etapa tercera considera las relaciones entre Yo y no- ser. El fin de la filosofía, por lo tanto, es ayudar al
Yo tal como aparecen en la percepción consciente de hombre a liberarse por sí mismo de los vínculos que
la realidad. Yo y no-Yo se manifiestan aquí como da- el mismo se determina, y a hacerlo como parte de un
tos objetivos, separados y diferenciados. En el estado proceso inconsciente de autoconstrucción metafísi-
ele conciencia de la vida ordinaria, el no-Yo (el mun- ca. Lo importante, sintetiza Fichte, no es ser libre si-
do, la naturaleza, los demás seres humanos) representa no liberarse. '
El Yo y el no-Yo coexisten • Las oposiciones que deben ser unificadas están en el Yo ca'~
contradictoriamente en la mo conciencia. Tanto el Yo como el no-Yo son productos de aé.-:
conciencia. tos originarios del Yo. La conciencia misma es un producto del
primer acto originario del Yo, aquel por el que el Yo se pone a -
sí ínismo.
] 894
FICHTE
El objeto no es puesto sino en tanto se resista a una activi- Al explicarse de la potencia creativa,¡
dad del Yo. Sin esta actividad del Yo, no hay objeto. Respecto ( del sujeto, la finitud del no-Yo
al objeto, esa actividad se halla en la misma relación que lo de- resulta ser, en definitiva, un
terminante con lo determinado. Un objeto puede ser puesto «obstáculo necesario».
sólo en tanto se resista a esa actividad, y en tanto no se resis-
ta a ella, no hay objeto.
El resultado de las investigaciones llevadas a cabo hasta el <•.'. Conocimiento y actividad son ·•-:]
momento es, por lo tanto, el siguiente: respecto a un objeto procesos dinámicos, una continuá:/,Xl
posible, la actividad pura del Yo que se vuelve sobre sí mis- superación por parte del Yo de la•'"
ma resulta un esfuerzo; y conforme a lo demostrado antes, más resistencia opuesta por el no-Yo.
bien un esfuerzo infinito. Este esfuerzo infinito representa la
condición de la posibilidad de todo objeto: sin esfuerzo, no
hay objeto.
CONCIENCIA/AUTOCONCIENCIA
En filosofía, estos dos términos tienen respecto al uso que se hace de
ellos en la vida cotidiana un significado técnico más complejo. La au-
toconciencia, en efecto, es algo más profundo que la mera conciencia
de sí mismo, ya que es muy distinto el modo en que se es consciente
de sí que el modo en que se es consciente de la existencia de los ob-
jetos del mundo. Pensar algo, tener conciencia, presupone, implícita-
mente, la conciencia de existir como autoconciencia, como sujeto
dotado de la conciencia de sí mismo.
La misión del
intelectual 148
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la ley moral? ¿Cuál duetos de su actividad interna. En realidad, lograr
es el deber social del intelectual? el total dominio del mundo exterior y someter a la
LA TESIS La metafísica idealista elaborada por Fichte propia voluntad todo lo que parezca casual e irra-
(véase 146), que hace del no-Yo el producto de una cional constituye una meta utópica. Si el hombre lo-
actividad inconsciente del Yo, establece las premi- grase ese empeño, se volvería semejante a Dios. Pero
sas de una ética basada en la noción de superación. lo importante no es ser libre -es decir, gozar de una
Sien efecto el Yo se construye a sí mismo y al mun- libertad objetiva-, sino líberarse; es decir, esforzarse
do que lo rodea, entonces todos los obstáculos que en tender al perfeccionamiento de sí mismo y de la
se oponen a la perfecta realización de su libertad po- sociedad en la que se vive. (De Lecciones sobre el des-
drían ser superados, ya que no son más que pro- tino del sabio.)
895 [
FICHTE
. La tarea del hombre, someter la • Someter a uno y dominar libremente, según la propia ley
!'. realidad a la ley moral, es infinita. todo lo que es irracional es el fin último del hombre. Fin que~
La ética impone una continua absolutamente inalcanzable y que seguirá siéndolo por siempre
superación de los resultados basta que el hombre deje de ser hombre y se convierta en Dios'.
conseguidos.
Está, efectivamente, implícito en el concepto mismo de hom-
ética se convierte en el esfuerzo , bre el que su meta última deba seguir siendo inalcanzable, y
dinámico hacia una meta / que su camino hacia ella no tenga nunca fin.
inalcanzable.
Hay que afirmar, pues, que la misión del hombre no es al,
La ética es incesante canzar esta meta, sino que puede y debe acercarse cada vez más
autoperfección. a ella. Y por ello, el acercamiento indefinido a dicha meta es su
verdadera misión como hombre; es decir, como ser racional pe-
ro limitado, como ser sensible pero libre.
¿Dogmatismo o idealismo?
149 Depende del carácter
EL PROBLEMA ¿Por qué se elige un sistema filosófi- dogmatismo, que considera la libertad del indívidu()
co? ¿Qué sistema filosófico garantiza la libertad? como fundamentalmente determinada por su
LA TESIS Fichte sintetiza todas las posibilidades fi- rienda vital; 2) el idealismo, que, aun
losóficas en dos perspectivas fundamentales: 1) el importancia del aprendizaje, considera al
896
FICHTE
esencialmente libre, como urí constructor de sí mis- lidades morales del sujeto. En conclusión, quien
mo capaz de imponer al mundo su propia voluntad. es idealista -es decir, interiormente libre-, profesa
Ambas teorías parecen situarse en el mismo plano, el idealismo y vive en un mundo efectivamente li-
ya que no existen argumentos decisivos en favor ni bre; el que es dogmático, por el contrario, cree vivir
de una ni de otra. En realidad, dice Fichte, la elec- en un mundo dominado por la necesidad objetiva,
ción no se produce según un convencimiento pu- porque en su interior ya no siente amor por la li-
ramente racional, sino según el carácter y las cua- bertad. (De La doctrina de la ciencia.)
• Idealismo y dogmatismo: éstos son los únicos sistemas : Idealista es quien cree en su propia:--':
filosóficos posibles. Según el primero de ellos, las represen- <. libertad; dogmático quien se .0,:
raciones acompañadas del sentimiento de necesidad son pro- considera determinado por el
ducto de la inteligencia (que es el presupuesto que las justi- mundo en que vive.
fica); mientras que según el segundo sistema, son el producto
de algo existente en sí mismas y que es su explicación ...
Ninguno de estos dos sistemas puede confutar directamen~ ( Ambas filosofías son incompatíblés'I
te al otro, pues la polémica que tienen entablada se refiere al · entre sí. 'i
primer principio, que no puede ya deducirse de otro. El uno
logrará confutar el principio del otro sólo cuando sea admiti-
do el suyo propio. Se niegan total y absolutamente.
De ello se deriva una cuestión interesante: a alguien que se Es necesario analizar los criterios_·d~l
apercibiese de este hecho -lo que no es difícil en absoluto- preferencia. -~~[
¿qué le induciría a preferir uno de los dos sistemas, y no otro? ...
La discusión entre el idealista y el dogmático estriba propia-
mente en esto: si la autonomía del Yo debe sacrificarse a la
de la cosa, o viceversa.
La elección de una filosofía depende, pues, de cómo uno sea, ( La elección depende de las
pues un sistema filosófico no es un utensilio muerto que pue- cualidades humanas del sujeto.
da dejarse o tomarse según se nos antoje, sino que está ani-
mado por el alma de la persona que lo posee.
Un carácter débil por naturaleza o debilitado por la frivoli- ( La filosofía de un individuo depen~~
dad, el lujo refinado y la servidumbre espiritual, no se eleva- . de su carácter. .'.·:J
rá nunca hasta el idealismo ... Para ser fHósofo (suponiendo
que el idealismo se confirme como la única filosofía verdade-
ra), hay que haber nacido filósofo, haber sido educado filó-
sofo y haberse educado a sí mismo para serlo. No hay arte hu-
mana que convierta a nadie en filósofo.
Por ello, esta ciencia se augura muy pocos prosélitos entre 1 El idealismo, filosofia de la libertad;¡
los hombres ya hechos; si quiere tener alguna esperanza, de- ' es característico de la juventud. ·
berá buscarla en la juventud, cuya fuerza innata aún no ha su-
cumbido a la laxitud de nuestra época.
IDEALISMO/DOGMATISMO
Tomemos un sujeto pensante cualquiera y examinemos sus pensa-
mientos. Según Fichte, hay dos alternativas posibles: o se concluye que
todas las actividades mentales del sujeto son causadas por la expe-
riencia anterior y actual -y se cree, por lo tanto, que el hombre está
determinado por lo externo, que está condicionado por las percepcio-
nes y por la realidad-, o bien se infiere que, a pesar del evidente apor-
te de la experiencia, la espiritualidad supera el horizonte de la realidad
concreta y se cree por lo tanto en un hombre libre, constructor de sí
FICHTE
150 La supremacía
del pueblo alemán
EL PROBLEMA ¿En qué consiste el carácter de un pue~ trasfondo resulta importante la peculiaridad mostra-
blo? ¿Cuál es el papel que tiene la lengua en la for- da por el pueblo alemán, que ha sido capaz de con-
mación ele una cultura? servar su lengua original intacta. Según Fichte, haber
LA TESIS No es la mezquina situación geográfica lo rechazado sistemáticamente cualquier contaminación
que determina la realidad de un pueblo, puesto que el lingüística con los demás pueblos es la demostración
hombre funda una patria bajo cualquier pedazo de cie- de la superioridad de los alemanes, de su amor a la li-
lo, sino un elemento espiritual: la lengua. En efecto, bertad, sostenido por una connatural espiritualidad
el lenguaje no es sólo un medio de comunicación, idealista. Esto les convierte en los únicos depositarios
sino también el instrumento con el que la concien- en el mundo moderno de la antigua sabiduría origi-
cia construye su propia espiritualidad. En cierto sen- nal, amén de conferirles el deber de civilizar al resto
tido, somos las palabras que utilizamos. Sobre este de la humanidad. (De Discurso a la nación alemana.)
Los pueblos se distinguen por el • La primera diferencia entre el destino de los alemanes y
territorio que habitan y por la el de los otros pueblos de origen germánico estriba en que los
lengua que hablan. alemanes se quedaron en los primitivos asentamientos del pue-
blo originario, mientras que los otros emigraban a nuevas re-
giones. Los alemanes conservaron su lengua y la desarrollaron;
los otros adoptaron una lengua extranjera que, lentamente;
transformaron a su modo. De esta diferencia inicial surgieron_
las ulteriores diferencias.
El elemento geográfico, que los De los cambios que hemos señalado, el primero -cambiar de '·
teóricos del Estado suelen territorio- es insignificante. El hombre reconstruye una patria_
considerar de gran importancia, no bajo cualquier pedazo de cielo y las costumbres nacionales, k ·
tiene en realidad ninguna. jos de modificarse con el cambio de región, frecuentemente se'
imponen a la nueva patria y la modifican. Con todo, la divel'~
sidad de las influencias naturales en las zonas habitadas por
pueblos germanos no es demasiado grande.
r Los alemanes tamb,en han Ni debe darse importancia a la circunstancia de que, en l?s, :- - -
!protagonizado cambios territoriales, pueblos conquistados, los germanos se hayan mezclado con las:
pero ello no ha influido en su poblaciones indígenas, pues los vencedores, los dominadoresi',
carácter. -y, por lo tanto, los forjadores del nuevo pueblo surgido dela
fusión de las dos razas- fueron únicamente los germanos. Por
otra parte, la misma mezcla que se dio entre los german?s in:___ -,.
migrantes y los galos, cántabros y demás pueblos, se d10 :s.1 :_
bien en menor medida- entre los germanos que permanect~:"_;
ron en su patria y los eslavos, de manera que ninguno de fos
pueblos de estirpe germánica puede jactarse de tener mayo;,
pureza de raza que otro.
t: la diferencia reside en la lengua. ' Mucho más importante -tanto como para establecer una--~~:+
) soluta antítesis entre los alemanes y los demás pueblos de /i:
cendencia germánica- es la segunda diferencia: la de la leng
898
FICHTE
Y quiero decir claramerÍte que la importancia del hecho no La lengua es sede de la identidad
reside en la naturaleza específica de la lengua que conserve cultural.
una estirpe, o de la que otra estirpe asuma, sino en que el pri-
mer pueblo conserve su propia lengua y que el segundo asu-
ma una lengua extranjera. Y tampoco lo que importa es sa-
ber de quiénes descienden los que siguen hablando su propia
lengua, pero sí que esta lengua se haya hablado sin interrup-
ción, puesto que los hombres son forjados por la lengua en
mayor medida que la lengua es forjada por los hombres ...
Si llamamos pueblo a los individuos que viven en las mis- 1 Es la comunidad lingüística la que . ·
mas condiciones externas capaces de influir en su lengua, y · forja el espíritu de un pueblo. ·
que son además capaces de petleccionar dicha lengua mediante
el continuo intercambio que hacen de ella, habrá que decir que
la lengua de este pueblo es lo que es necesariamente, y que no
es el pueblo quien expresa sus conocimientos, sino que son
los conocimientos los que se expresan a través de él.
Después de milenios y a pesar de las transformaciones que El pueblo alemán es el único que ha'
durante dicho período ha sufrido sin duda la forma externa de conservado una lengua originaria.
la lengua de este pueblo, dicha lengua sigue siendo única, ori-
ginaria, viva fuerza vocal ele la naturaleza obligada a brotar, a
fluir sin tregua a través de las cambiantes vicisitudes, hasta lle-
gar a ser lo que la necesidad exigía que llegase a ser, y que
será en el futuro lo que la necesidad le obligue a ser.
Retrato de Fichte.)
QOO C
SCHELLING
Schelling
1775-1854
Obras: Ideas para una filosofía de la naturaleza (1797); Sobre el alma del mundo
Sistema de idealismo trascendental (1800); Bruno, o del principio divino y
cosas (1802); Investigaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad humana
j 900
SCHELLING
La materia es
vida que duerme 151
EL PROBLEMA ¿Hay un principio unitario que ex~ simples mecanismos de la naturaleza, cuya comple-
plique los fenómenos del espíritu y de la materia? jidad racional supera cualquier ciencia humana.
LA TESIS Según Schelling, un mismo principio sus- Recuperando temas planteados por el pensamiento
tenta las naturalezas inorgánica y orgánica. En efec- mágico renacentista (véase 72), Schelling concluye
to, y contrariamente a cuanto afirmaba Descartes que no hay nada muerto en el Universo, que todo es-
(véase 96), la mate1ia no puede ser definida en opo- tá concatenado con todo de tal modo que forma un
sición al espíritu porque ella misma es, inconscien- gran animal, un macrocosmos estructuralmente si-
temente, inteligente. Tanto es así, que la tecnología milar a un ser humano. (De Ideas para unafilosofia
humana no ha llegado ni siquiera a imitar los más de la naturaleza.)
La filosofía supera esta antítesis, en tanto establece que la ac- / Tanto la inteligencia máxima (el
tividad inconsciente es originariamente idéntica a la consciente genio) como la mínima (la
y brota de la misma raíz que ésta; identidad de la que ofrece prue- naturaleza) proceden por vías no
ba directamente en la actividad, sin duda consciente e incons- conocidas.
ciente a un mismo tiempo, y que se manifiesta en las produc-
ciones del genio, e indirectamente,fuera de la conciencia, en los
productos naturales, en tanto se observa en ellos la más completa
fusión de lo ideal con lo real.
Todo esto se explica por la existencia de una productivi- / También la naturaleza está
dad inconsciente -aunque originariamente afín a la conscien- \ determinada por una intrínseca
te-, de la que percibimos su reflejo en la naturaleza y que, des- actividad creadora.
de el punto de vista del modo de ver natural, debe aparecer
como ese único e idéntico impulso ciego que permanece acti-
vo, aunque en diferentes grados, desde la cristalización hasta
· el vértice de la formación orgánica.
SCHELLING
.El finalismo domina la naturaleza. / Según esta perspectiva, la naturaleza, no siendo más que el
o.rganismo visible de nuestro inte_lecto, no puede producir
smo lo que es conforme a reglas y fmes, y está obligada a pro-
ducirlo.
, La naturaleza (lo reaO es una Pero si la naturaleza no puede producir sino aquello que es
fprehistoria del espíritu (lo ideal) El conforme a reglas, y si lo produce necesariamente, se deduce
-éSf)íritu es naturaleza consciente de que también en la naturaleza pensada como autónoma y real y ·
sí misma. en la relación de sus fuerzas, el origen de tales productos con-
forme a reglas y fines debe a su vez poderse demostrar como
necesario; y, por lo tanto, que lo ideal debe también surgir asu
vez de lo real, y ser explicado a partir de él.
[fª razón humana es el efecto final La naturaleza alcanza su más alta f\nalidad -llegar a ser¡e
fii. .del proceso de materialización _;) teramente objeto de sí misma- gracias a su última Y má,s:l,
-'"- de la materia. reflexión, que no es otra cosa que el hombre o, de un Ill:.
más general, lo que llamamos razón. De tal manera que por•
mera vez se logra el completo retorno de la naturaleza a,s_i
ma, y resulta evidente que la naturaleza es ori~n~ri~ment~:
tica a lo que en nosotros se reconoce como pnnc1p10 CO$i:
e inteligente.
l 902
SCHELLING
EL PROBLEMA ¿Qué es el arte? ¿Qué diferencia hay espíritu y materia, consciente e inconsciente, men-
entre arte y filosofía? te y objeto. Por lo tanto, la intuición estética re-
LA TESIS Toda obra de arte es tanto un objeto con- presenta una forma de conocimiento tan válida co-
creto como un producto del espíritu. De hecho, to- mo la lógico-discursiva. Más aún: por su carácter
da creación artística presupone tanto la presencia global y totalizante, el arte se acerca más a la verdad
del oficio -es decir, de una eficaz capacidad de ma~ que la filosofía misma. Mientras que en la filosofía
nipulación de lo real- como la inspiración -factor el hombre alcanza la verdad mediante la razón,
totalmente inmaterial y espiritual-. Y mientras que creando o gozando del arte se le acerca con todo
el oficio se adquiriere con la experiencia, la inspi~ su ser. Por eso, el arte es objetivo y goza de validez
ración es sugerida por el inconsciente y parece pro- universal, de una capacidad de comunicación su-
venir del exterior, de la naturaleza misma. En con- perior a cualquier otro instrumento intelectual. (De
clusión: el arte nace de la perfecta confluencia de Sistema de ídealismo trascendental.)
• La intuición postulada debe abarcar aquello que existe se- Una teoría de la creación artística-
parado del fenómeno de la libertad y en la intuición del pro- debe determinar el punto de
ducto natural; esto es, la identidad del consciente y del in- contacto entre espíritu y naturaleza.
consciente en el Yo y la conciencia de esta actividad. El producto
de esta intuición limitará por un lado con el producto natural
y, por el otro, con el producto de la libertad, y deberá reunir
en sí los caracteres de ambos.
El producto postulado no es otra cosa que el producto del Sólo el arte, y no la ciencia, puede·
genio; o bien, puesto que el genio es sólo posible en el arte, el ser genial.
producto artístico.
El hecho de que cualquier producción estética esté basada El impulso creador es involuntario:.'
en una antítesis de actividad, se puede ya inferir con derecho no surge de una decisión conscien'fü
del declararse los artistas involuntariamente impelidos a la pro- de la inteligencia. ····
ducción de sus obras: produciéndolas, no hacen sino apagar
el irresistible impulso de su naturaleza.
Como la producción estética surge del sentimiento de una con- El arte produce una síntesis del
tradicción aparentemente insoluble, así también ella, según con- sujeto (el artista) y del objeto (la
fesión de todos los artistas y de todos cuantos participan de su obra).
entusiasmo, culmina en el sentimiento de una infinita armonía.
El hecho de que este sentimiento que acompaña a la ejecu- Esta síntesis se le aparece al artista'
ción de la obra se produzca junto a una conmoción, demues- como un don. La inspiración pare~Ri
tra que el artista atribuye la resolución de la contradicción que provenír del exterior.
surge en su obra no sólo a sí mismo, sino a un don espontá-
neo de su naturaleza.
Si, además, el arte es actuado por dos actividades totalmen- El genio combina naturaleza e
te distintas, el genio entonces no es ni una ni otra, sino lo que inteligencia. .-'
está por encima de ambas.
Si en una de esas dos actividades -la consciente- hemos de la dimensión profesional del arte
buscar lo que comúnmente se llama arte y que, sin embar- (el oficio) puede ser aprendida.
go, no es sino una parte ele él (es decir, lo que en él es ejer- La inspiración, en cambio, es un
Citado con conciencia, meditación y reflexión; lo que puede don de la naturaleza.
(V\"'l f
SCHELLING
El arte produce formas de Si la intuición estética no es más que una intuición intelec<:ii\
esp1ritual1dad concretadas en / tual vuelta objetiva, se entiende que el arte es el único órgario(\~:
objetos. Es una filosofía de la y documento verdadero y eterno junto a la filosofía, el cual}}
ínte/ígencia inconsciente. siempre y una y otra vez atestigua lo que la filosofía no puede'..;.;
representar externamente. Esto es, lo inconsciente en su actuar--_-{>
y producir y su originaria identidad con lo consciente. -- ·
El arte produce una revelación Precisamente por esto, el arte es para el filósofo todo cuami}
filosófica de lo Absoluto.
hay de más alto, puesto que le abre el santuario donde arde en·
eterna unión, como en una sola llama, lo que en la naturalez3.<
y en la historia está separado y lo que en la vida y en la ac~
ción y en el pensamiento debe escaparse a sí mismo eterna,;: /
mente. Para el arte, la visión de la naturaleza que el filóso(q:,JI
se construye artificialmente es la visión originaria y naturaL·,·''º'
] 904
HEGEL
Hegel
1770-1831
a vida de Wilhelm Friedrich Hegel pue-
L de resumirse en su carrera académica.
Nacido en Stuttgart en el seno de una fami-
lia acomodada (su padre era funcionario del
Estado), tras realizar sus estudios juveniles
-en los que se apasionó particularmente por
el conocimiento del mundo griego y en las
cuestiones teológicas- ingresó en la famosa
Universidad de Tubinga (un seminario pro-
testante). Allí conoció a dos de los futuros
protagonistas culturales de la época román-
tica, Hólderlin y Schelling, con quienes com-
partió su inicial entusiasmo por la Revolución
francesa. Sin embargo, el posterior desarro-
llo de la situación francesa, especialmente el
· Terror, desvanecieron pronto su entusias-
mo juvenil y Hegel derivaría, ya en su ma-
durez, hacia actitudes decididamente con-
servadoras e incluso reaccionarias.
Hegel trabajó como preceptor privado has-
ta que en 1801, a instancias de Schelling, se
trasladó ajena, la ciudad alemana de más vi-
da cultural. Allí fue profesor universitario y
avanzó todos los peldaños de la carrera has- R t t d H ¡
.
ta convertirse . Iar (l 8 18 ) d e la pres- era o e ege.
en tltu
tigiosa cátedra de filosofía de la Universidad de Berlín, gozando de un amplio con-
senso hasta su muerte. Hegel fue siempre sensible a las instancias culturales de su
época y estuvo muy bien informado sobre los progresos alcanzados en muchas
áreas del saber, aunque supo también presentarse como la antítesis del genio turbu-
lento y romántico. A diferencia de Schelling y Fichte, que firmaron sus principales
obras siendo muy jóvenes, Hegel construyó su sistema filosófico lentamente. Y tal
vez pensara en sí mismo cuando, al definir el modelo ideal de filósofo, describió a
Platón con estas palabras: Platón estudió junto a muchos filósofos, se esforzó duramente,
viajó. No fue, en verdad, un genio productivo ni poético, sino más bien una mente que
procedía lentamente.
,...,....,... 1:
HEGEL
i
[iC.la filosofía no precede, sino que 0¡ • La filosofía siempre llega demasiado tarde para pronun-
f/&7c_justifica la realk!ad a postenon: ciarse sobre la doctrina ele cómo debiera ser el mundo. Como
pensamiento del mundo, aparece por primera vez en el tiem-
po después de que la realidad haya cumplido su proceso de for-
mación y esté ya hecha ...
] 906
HEGEL
En la vida ordinaria se <lenomina 1 sin pensarlo, realidad a Lo que sólo es accidental, no -):,\~
cualquier capricho, al error, al mal y a todo lo que está en esa sustancial, no es verdaderamenté~
misma línea, como también se hace con cualquier existencia real.
defectiva y pasajera. Pero incluso para el modo común de pen-
sar, una existencia accidental no merecerá ya el enfático nom-
bre de real: lo accidental es una existencia sin más validez que
un posible, que pudiera no ser del mismo modo que es.
Sin embargo, la separación ele la realidad ele la idea es es- La separación entre
pecialmente cara al intelecto, que tiene a los sueños de sus abs- racionalidad conduce al
tracciones por algo veraz y se muestra tan envanecido de su pensamiento utópico.
deber ser, que incluso en el campo político va predicando de
buen grado.
Pero la ciencia filosófica ha de crear sólo con la idea, que no 4/.·.•. Si toda realidad es la expresión_ :_d_~I~
es tan impotente como para limitarse a sólo deber ser, y no ser \ una forma de racionalidad, la ::f.lil
efectivamente: tiene que actuar con una realidad de la cual filosofía debe examinar todos los
aquellos objetos, instituciones, condiciones, etc., son sólo el aspectos de la realidad.
lado externo y superficial.
FINITO/INFINITO
Según Hegel, la filosofía renuncia a comprender cuando aisla sus pro-
pios objetos de estudio considerándolos de por si: es decir, como fi-
nitos. Por el contrario, comprender realmente significa situar a cada
objeto en el contexto al que pertenece como parte necesaria: la fun-
ción de un órgano sólo se comprende conociendo el cuerpo al que
pertenece. Ningún acontecimiento histórico es racional en sí, sino
únicamente como etapa de una secuencia inevitable; ningún indivi-
duo tiene valor en sí, sino sólo como componente de un grupo (fa-
milia, sociedad, Estado). Toda parte llega a ser comprensible a par-
tir de la totalidad; sólo se puede comprender todo finito partiendo
de lo infinito.
JUSTIFICACIONISMO
Es la idea de Hegel de que todo lo que es real -es decir, todo lo que
existe en la naturaleza y todos los acontecimientos de la historia hu-
mana- es de por sí racional y, por lo tanto, necesario y justificado. No
hay que pensar en la racionalidad como en algo abstracto e inmaterial
o bien en un deber ser del mundo respecto a lo que el mundo es de
hecho, porque la racionalidad es la sustancia de todo lo que existe, in-
cluso de la materia y de la naturaleza. En resumen: nunca ha sucedido
nada por azar; no hay nada fortuito u ocasional en el mundo; todo lo
que sucede tiene su profunda razón de ser; el mundo no podría exis-
tir de modo distinto al que es y todo lo que existe (pese a que parez-
ca banal, secundario, obvio) tiene su importancia como parte necesa-
ria del todo.
907 r
HEGEL
EL PROBLEMA ¿Con qué actitud debe la filosofía in- -es obvio que las estructuras de la mano o del híga-
teresarse por el mundo? do sólo pueden ser entendidas a la luz de su función
LA TESIS En su conjunto, la realidad forma un or- fisiológica-, así la filosofía sólo puede entender lo
ganismo, una estructura unitaria en la que cada par- que parece finito, contingente o pasajero, analizán-
te.sólo puede ser entendida en relación al todo al dolo como parte de un todo que lo engloba. Lo fi. .
que pertenece. Del mismo modo que en fisiología nito existe únicamente como parte de lo infinito y
sería absurdo estudiar una parte de un cuerpo en en toda cosa existente, incluso la más pedestre se
sí misma y aislada del organismo al que pertenece puede percibir el necesario despliegue del EspirÍtu,
i"JOi Cuando el pensamiento intenta •" Si la reflexión o el sentimiento -o cualquier aspecto que asu-
Vsuperar la realidad, se vuelve vano. ·/ ma la conciencia subjetiva- considera el presente como algo
vano, lo sobrepasará y conocerá mejor; pero se habrá situado
entonces en el vacío; y puesto que sólo en el presente hay
realidad, no será sino vanidad.
cr¿ tarea de fa filosofía es partir de Y viceversa: si la idea pasa por ser sólo una idea, una repre-
~Llo real para llegar a fo universal. sentación en una opinión, la filosofía, en cambio, garantiza
juicio de que nada es real excepto la idea. Se trata entonces
de reconocer, en la apariencia de lo temporal y transitorio·,
sustancia que es inmanente y lo eterno que es actual.
fEFrriundo consiste en una inmensa En verdad lo racional, que es sinónimo de idea, se presenta
íS'L gama de manifestaciones del al realizarse en la existencia externa en una infinita riqueza de:
Espíritu racional. formas, fenómenos y aspectos; y rodea su núcleo de una abt.
garrada corteza en donde la conciencia se detiene primero.y·
que el concepto traspasa, para encontrar el pulso interno y seµ':',-.:·:·
tirlo, todavía palpitante, en las form~s externas. Pero las rela_~;
ciones infinitamente.variadas que se forman en esta exteriori.~_,::';
dad con la aparición en ella de la esencia, este material infinit?..
y su disciplina, no son objeto de la filosofía.
i'.1:á'filosofía no debe perderse en fo De otro modo, la filosofía se inmiscuiría en cosas que no_le
t{:::". particular en sí, sino analizarlo conciernen y ofrecería respecto a ellas buenos consejos que
como realización de un superior puede ahorrarse. Platón podía pasar por alto recomendara
principio racional. las nodrizas que no permaneciesen pasivas y quietas co~ .los
niños, sino que los mecieran en sus brazos. Igualmente, F1ch~e
podía dejar de lado cualquier recomendación sobre la cumph-
mentación del pasaporte, como el sugerir que debieran figurar
en él no sólo todos los datos del presunto titular, sino
cluso su retrato. No hay ya, en casos semejantes, traza
de filosofía; y ésta puede abandonar una semejante
<linaria sabiduría, en tanto que puede mostrarse
respecto a esta infinita cantidad de argumentos.
;,l 908
HEGEL
Así pues, este tratado, en tanto contiene la ciencia del Estado, { También el Estado es una
no deberá ser otra cosa que el intento de entender y presentar objetivación de la racionalidad.
al Estado como algo racional en sí.
En tanto que escrito filosófico, se mantendrá muy alejado La filosofía no debe hipotizar un
de construir un Estado como debiera ser. Las enseñanzas que Estado ideal, sino explicar el que
aquí se ofrezcan no alcanzarán a enseñar el Estado tal y co- ya existe.
mo debiera ser, sino más bien de qué modo debe ser recono-
cido como universo ético. Hic Rhodus, híc saltus.
Tarea de la filosofía es la de entender lo que es, puesto que También las doctrinas filosóficas
eso que es, es la razón. Por lo demás, en lo que respecta al representan un estadio de la
individuo, cada uno no es más que el hijo de su tiempo: y tam- racionalidad.
bién la filosofía es el tiempo mismo aprehendido con el pen-
samiento.
/Hegel__.,tif . su estudio.
\En la pequeña ilustración
superior, retrato de juventud
del filósofo.
HEGEL
La filosofía no puede y no debe Es tan insensato pensar que una filosofía cualquiera pueda ex-
sobrepasar la realidad. ceder su mundo actual, como pensar que cada individuo deje
atrás su tiempo y vaya más allá de Rodas. Si su teoría, de hecho
superase esto, si construyese un mundo como debe ser, ese mun~
do existirá, pero sólo en su intención: será un elemento dúctil
con el que cualquier cosa se dejará plasmar. Con una pequefia
variación, esta frase sonaría así: Aquí la rosa, aqui danza.
lf. La filosofía muere donde hay Lo que está entre la razón como espíritu autoconsciente y
Lábstracción, o sea separación entre la razón como realidad presente, lo que diferencia esa razón
pensamiento y realidad, entre ideas de ésta y no deja hallar su satisfacción en ella, es el obstácu,
y mundo objetivo. lo que constituye cualquier abstracción que ni se ha liberado
ni se ha hecho concepto. Reconocer la razón como la rosa en
la cruz del presente supone, por lo tanto, gozar de ésta. Tal
reconocimiento racional es la reconciliación con la realidad
que la filosofía consiente a quienes han advertido, una vez, 1~
exigencia interna de comprender y de mantener, precisamente,
la libertad subjetiva en lo que es sustancial y, del mismo mo-
do, de estar en la libertad subjetiva no como en cualquier co-
sa individual y accidental, sino como en algo que es en si y.
por sí.
ABSOLUTO
Los filósofos idealistas entienden por Absoluto la interpretación racio-
nalizada de Dios. Para Fichte es el principio de infinita y libre creativi-
dad presente en toda persona; para Schelling es el elemento creador
de la realidad que, sin ser materia ni espíritu, da origen a ambas di0
mensiones de lo real y, por lo tanto, subyace en ellas, indiferentemen-
te espíritu y naturaleza, sujeto y objeto. Para Hegel, el Absoluto es el
Espíritu o Razón, siempre que se precise que la razón hegeliana no es
algo extraño y contrapuesto a la naturaleza, sino que coincide con ella.
DIALÉCTICA HEGELIANA
Con el término dialéctica, Hegel denomina al proceso triádico a tra'
vés del cual el Espíritu, y por lo tanto la realidad toda que coincide
con él, se objetiviza. En este devenir pueden determinarse tres mo-
mentos: el primero es la tesis, en la que se considera el ser (la cosa)
en sí; el segundo, la antítesis, en la que el ser se encuentra fuera de
sí; y el tercero, la síntesis, que designa a la cosa retornada a sí. El pro-
ceso dialéctico debe ser pensado de manera unitaria, pues la sucesión
de tres momentos puede ser descrita como un círculo: el tercer mo-
mento, después del desarrollo de la contradicción, implica un mow
miento de retorno al estado inicial (ahora enriquecido por los cam-
bios sucedidos).
J 910
HEGEL
Todo se afirma,
se niega, se supera 157
EL PROBLEMA ¿De qué modo es pensable el devenir? negación, expresa un estadio pasajero. Esto signifi-
¿Cuál es la estructura fundamental del pensamien- ca que para que cualquier cosa cambie debe negarse
to y de la realidad? a sí misma, debe convertirse en lo opuesto de sí mis-
LA TESIS Aplicable a cualquier elemento de la reali- ma, hallando después -y finalmente- una síntesis
dad, la doctrina del devenir dialéctico constituye la que por una parte suprima y por otra conserve algo
estructura de todo el sistema hegeliano. La transfor- del estado original. De esto deriva que todo estado
mación es una ley universal (nada le es extraño) re- de la realidad, todo ser, se encuentra en cada instan-
gulada por tres momentos. El primero de ellos, la te- te en una condición contradictoria. Y lo que es se
sis o afirmación, indica la cosa en sí, lo que ella es al afirma y existe en un modo determinado pero al mis-
inicio del cambio considerado. La última, la sínte- mo tiempo se niega, deviene otra cosa. Hegel com-
sis o reafümación, indica lo que la cosa va a llegar a parte con Heráclito la idea de que, al existir, todo ser
ser al final del proceso; y la intermedia, la antítesis o realiza una unidad de los opuestos (véase 7).
• El logicismo tiene, considerado según la forma, tres as- Los tres momentos de fa dialécticarn
pectos: 1) el abstracto o intelectual; 2) el dialéctico o negati- La conexión no es cronofógica,,_sfrit/1
vo-racional; 3) el especulativo o positivo-racional. lógica. -""
Estos tres aspectos ya no constituyen tres partes de la lógi- ( En el momento abstracto, todo es·:0
ca, aunque son momentos de cualquier acto lógico real (es de- • pensado en sí por lo que es, . J
cir, de todo concepto o de toda verdad en general). Y todos
pueden ser agrupados bajo el primer momento, el intelectual,
y de este modo pueden estar separados entre sí, aunque de es-
te modo no son considerados en su verdad. La exposición que
aquí se hace de las determinaciones del logicismo, como tam-
bién de su división, es igualmente dada sólo de manera anti-
cipada e histórica.
La dialéctica está considerada comúnmente como un arte ex- (,·. El término dialéctica tiene un
trínseco que, mediante el arbitrio, lleva la confusión entre con- negativa.
ceptos determinados e introduce en ellos la simple apariencia de
contradicciones: de modo que no estas determinaciones, sino es-
ta apariencia es una nada y, por el contrario, la determinación del
intelecto es lo verdadero. Frecuentemente, la dialéctica no es más
que un juego subjetivo de raciocinios columpiándose arriba y
abajo, absolutamente faltos de contenido y cuya desnudez se
oculta tras un modo de razonar de gran sutileza.
Q11 ¡
HEGEL
Al devenir, todo se niega Toda cosa finita tiene esta propiedad: que se suprime a sí mis"
a sí mismo. ma. La dialéctica constituye, en consecuencia, la fuerza motriZ
del progreso científico, y es el único principio por el que la co-
nexión inmanente y la necesidad entran en el contenido de la
ciencia: en ella reside, sobre todo, la verdadera y no extrínsé~
ca elevación sobre lo finito.
Ef tercer momento se encuentra Lo racional, aun cuando sea algo pensado y abstracto, es al
con el primero. mismo tiempo algo concreto, porque no es unidad simple y for:
mal, sino unidad de determinaciones distintas. Por eso la filo,
sofía no tiene en absoluto nada que hacer con abstracciones'cL:· ·
pensamientos formales, sino únicamente con pensamientos con-'
cretas.
EL PROBLEMA Dios (el Absoluto, el Espíritu, la derar esta noción apropiada sólo al mundo sensibl_é:_
Racionalidad), ¿permanece eternamente inmóvil o una peculiaridad de lo contingente· que se tratata _de
está sujeto al devenir, es decir, inserto en un ciclo superar para lograr alcanzar un Principio Absoluto iri~, ··
de cambios? dependiente del tiempo. Sobre el trasfondo de esta tra~
LA TESIS Todos los filósofos metafísicos, desde dición resalta la revolución ontológica llevada a cabo,
Parménides hasta Fichte y Schelling, excluyeron el de- por Hegel el Espíritu Absoluto (Dios, la racionalidad)
venir de su campo de investigación. Incluso quienes se realiza en el tiempo, en un proceso evolutivo, en la
admitían la posibilidad del cambio, tendían a consi- historia. (De Lecciones sobre la historia de la filosofia.)
i"EI devenir siempre se ha concebido • Pasar del ser al devenir -incluso si se trata sólo de una pri~
" en abstracto. mera unidad, todavía abstracta, de determinaciones opuesta57
ha sido una gran idea.
Ser, nada y devenir forman una He aquí por qué esta filosofía no ha desaparecido: su ori.nti,,' >
triada inseparable. pío es esencial y se puede encontrar al inicio de mi
inmediatamente después del ser y la nada.
i 912
HEGEL
Haber reconocido que el ser y el no ser son abstracciones sin {i Lo opuesto al ser no es el no-,:er,-,c:¡
verdad y que la verdad primera es sólo el devenir, ha signifi- sino la transformación,
cado una gran conquista ...
• ¿En qué se funda la diferencia entre filosofía y religión? La la filosofía como racionalización ··;:01
filosofía es la actividad que convierte en la forma del concep- del cristianismo. .Jfil!
to lo que es en la forma de la representación.
El contenido es el mismo y debe ser el mismo: es decir, la
verdad. Ella es este contenido para el Espíritu del mundo en
general, para el Espíritu del hombre.
Cuando la conciencia
era infeliz 160
EL PROBLEMA ¿En qué consiste, esencialmente, el sitiva del espíritu humano que tiende hacia Dios y una
pensamiento religioso? componente negativa, transmutable y no esencial. El
lA TESIS La figura de la conciencia infeliz describe el hombre medieval, en otros términos, llega a concebir
pensamiento sentimental-religioso típico de la Edad a Dios, pero en el momento en que actúa este des-
Media. En este estadio de desarrollo, la conciencia al- cubrimiento pone a Dios como contrario de sí mis-
canza un sólido conocimiento de su propia existencia mo. En este modo de pensar, lo que es verdadera-
e intenta una primera definición de sí misma. Por una mente esencial traspasa siempre el horizonte humano
parte, se reconoce como esencia -es decir, se entien- y puede, por lo tanto, ser alcanzado sólo a través de
de como un fenómeno unitario y que tiende hacia Dios, la negación de la propia inesencialidad: es decir, de la
que es, por definición, esencialidad-. Por otra parte, propia individualidad humana. De esto derivan mu-
se reconoce como inesencial, individual y transmuta- chos rasgos característicos de la cultura medieval (en
ble-es decir, sujeta al devenir-. El conflicto se resuelve el muy romántico modo en que Hegel imaginaba la
a través de una dolorosa e inquietante escisión no con- Edad Media): la devoción, el ascetismo místico, un
ciliable entre Dios y hombre, entre Espíritu e indivi- pensamiento musical que no llega al concepto. (De La
duo, entre Infinito y sujeto, entre una componente po- fenomenología del Espíritu.)
913 ![
HEGEL
{~ª conciencia infeliz, aun siendo en " • Esta conciencia infeliz, escindida en sí y así constituida
lZ/sí unitaria, se concibe como una j siendo tal contradicción de su esencia una conciencia, su pri~
escisión en dos partes antagónicas mera conciencia debe siempre contener también a la otra; y de
pero inseparables. tal modo, mientras ella considera haber conseguido la victoria
y la calma, debe inmediatamente ser expulsada por cada una
de las dos conciencias.
[Tor una parte, la conciencia infeliz ;,? Pero su verdadero retorno a sí misma, su conciliación con-
tá~ne conocimiento de existir como ; sigo misma, representa el concepto del espíritu que, ahora vi-
fenómeno unitario y, por otra, tal, ha entrado en la esfera de la existencia. Por esto, como con-
descubre en sí una realidad ciencia indivisa, ella es al mismo tiempo conciencia duplicada·
contradictoria, el intuirse de una autoconciencia a otra. Ella misma es una y
otra conciencia, y la unidad de ambas es también su esencia.
Pero ella no es todavía por sí esta esencia misma, no es toda-
vía la unidad de ambas autoconciencias.
fo que es esencíal no cambia y Siendo en primer lugar sólo unidad inmediata de ambas con-
no es individual, entonces fa ciencias, pero no siendo esas dos conciencias para ellas lo mis-
conciencia participa de la mo, sino más bien siendo ambas conciencias opuestas. Una,
inesencialidad porque se percibe la simple e intransmutable, le es la esencia misma, mientras
como individual y mutable. que la otra, la que se transforma de distintas maneras, le es lo
inesencial.
~{ La penetración de esta escisión \ Ambas son para ella esencias recíprocamente extrañas. Ella
timpone una elección: fa conciencia -{) misma, siendo la conciencia de esta contradicción, se pone det
se define a sí misma como lado de la conciencia transmutable y es a sí misma lo inesen-
inesencial y pone la esencia, apenas cial. Pero como conciencia de la permanencia o de la esencia
descubierta, fuera de sí, en Dios. simple, debe proceder a liberarse de lo inesencial; es decir, ali-
berarse de sí misma. En efecto, si bien para sí es sólo concien.:.
cia transmutable y si bien la conciencia intransmutable le es
extraña, ella misma es, sin embargo, conciencia simple y, por
lo tanto, intransmutable; conciencia de la que ella es tan cons-
.l 914
HEGEL
ciente como de su esencia; pero de tal modo que ella, para sí,
aún no es esta esencia.
Por eso, la posición que ella da a esas dos no puede consti- (. La conciencia infeliz se
mir su recíproca indiferencia (es decir, una indiferencia de sí \ autoculpabiliza de su propia
misma frente a lo intransmutable). Por el contrario, ella mis- supuesta inesenciaffdad
ma es inmediatamente esas dos conciencias; y para ella es la
relación de ambas como relación de la esencia con la no-esen-
cia, de modo que la no-esencia deba ser eliminada.
Pero mientras las dos conciencias le son al mismo tiempo ( La escisión de la conciencia produs~¡
esenciales y contradictorias, ella es sólo el movimiento con- \ inquietud y contradicción. . ..::tJ
tradictorio en el que el contrario no llega a la calma del pro-
pio contrario, sino que, al contrario, se reproduce en él nue-
vamente como contrario.
ESTADO ÉTICO
la idea hegeliana de que el Estado es la encarnación suprema de la
moralidad humana y, por lo tanto, es de por sí sede de valores. Se con-
trapone tanto al liberalismo como al absolutismo, y presupone la idea
de que el Estado es una totalidad orgánica: es decir, no una suma de
personas, sino una especie de ser vivo en el que el todo posee una cua-
lidad (la vida) no poseída por las partes individuales. Así como un de-
do no tiene vida por separado del cuerpo, el individuo aislado no tie-
ne sentido sin el Estado. No son los ciudadanos los que fundan el Estado,
sino el Estado quien funda a los individuos.
La guerra es la salud
de los pueblos 161
EL PROBLEMA ¿Puede la creación de una organización a la noción de patria. Lo que une a todos los seres
mundial de Estados acabar con la &:ruerra? ¿Puede exis~ humanos en una especie única, en cambio, no es
tir una dimensión internacional del derecho? más que una determinación biológica de escasas con-
I.A TESIS Kant sostenía que la formación de una alian- notaciones espirituales. De ello se deduce que la so-
za mundial de Estados podría llevar a la instaura- beranía política debería residir exclusivamente en
ción de un derecho internacional eficaz y, por lo tan- el Estado nacional; y, dado que las naciones se en-
to, al fin de las guerras (véase 144). Para Hegel, nada cuentran entre sí en una situación natural -es decir,
de todo eso es posible. Nunca, según él, podrá exis- en ausencia de cualquier forma de contractualidad
tir una república de la humanidad, puesto que no exis- recíproca-, de ahí sucede que la guerra sea el único
te un espíritu de la humanidad, sino tan sólo un es- modo de resolver los enfrentamientos. Sin embar-
píritu de los pueblos. Sólo en los Estados nacionales go, la guerra no sólo es inevitable, sino también ne-
hay una dimensión unitaria de la espiritualidad, un cesaria para la salud espiritual de los pueblos, cu-
modo de ser característico y reconocible de los pue- ya compatibilidad (autoconciencia) se refuerza
blos, un amor por las propias diferencias que lleva definiéndose en contraposición con un enemigo.
• El principio del derecho internacional -en tanto que de- Para ser eficaz, el derecho · ·,Iq
recho universal que debe ser válido en sí y por sí entre los internacional debería ser vinculantfti&
Estados, a diferencia del contenido particular de los tratados
positivos- es que los tratados de los que dependen las obli-
gaciones de los Estados entre sí, deben ser respetados.
915 g
HEGEL
Pero no existe ninguna sociedad Pero, puesto que la relación entre ellos tiene como principio
'mundial; los Estados particulares no su soberanía, los Estados están, por lo tanto, en su estado na-
están vinculados por ningún tural, los unos frente a los otros, y sus derechos tienen la mis-
contrato. ma realidad pero no por una voluntad universal constituida
por poder, por encima de ellos, sino por su voluntad particu-
lar. Esta determinación universal queda, pues, en el deber ser
y la situación deviene un avatar de la relación regulada por tra~
tados, y de la supresión de la misma.
Los Estados sólo están limitados No hay pretor, árbitro supremo ni mediador alguno entre los
por la soberanía popular. Estados, e incluso éstos lo son sólo de modo accidental: es de-
cir, según la voluntad particular. La concepción kantiana de una
paz perpetua mediante una coalición de Estados que allane cual-
quier controversia y, en tanto que poder reconocido por todo
Estado particular, resuelva cualquier disensión y por lo tanto
baga imposible cualquier decisión mediante la guerra, presu-
pone la humanidad de los Estados, la cual depende de razones
y consideraciones morales, religiosas o de cualquier naturale-
za, En general, depende siempre de una voluntad soberana par-
ticular y, por lo tanto, sigue afectada por la eventualidad.
Los enfrentamientos entre Estados Por consiguiente, el conflicto entre Estados, en tanto las vo-
no están regulados por ninguna luntades particulares no encuentren un arreglo, sólo puede set
moralidad superior, sino sólo por la decidido por la guerra. Pero qué ofensas hay que considerar
oportunidad y la guerra. como infracción determinada por los tratados o qué lesiones
del reconocimiento y de la dignidad; eso queda en sí indeter-
minado, puesto que un Estado puede poner su infinitud y su
dignidad en cada una de sus individualidades particulares: y
cuanto más proclive a esta irritabilidad sea una individualidad
fuerte, tanto más se verá impelida por una larga paz interna a
buscarse y procurarse una materia de actividad.
ideal de una paz perpetua que Durante la paz, la vida civil se expande más, todas las mu-
privara al mundo de toda rallas se quedan en su lugar y, a la larga, se convierten en una
contradicción produciría contención para los hombres: sus singularidades se fijan y se
estancamiento y muerte. vuelven cada vez más rígidas. Pero la unidad del cuerpo co-
rresponde siempre a la salud, y si las partes se tornan rígidas,
sobreviene la muerte. A menudo la paz perpetua se pretende
como un ideal que la humanidad debe alcanzar. Así, Kant pro-
puso una liga de principios que debería allanar la contienda
entre Estados. La Santa Alianza tuvo intención de ser, más o
menos, una institución semejante.
Negación y lucha son esenciales Pero sucede que el Estado es un individuo, y que en la in-
para la vida del Estado. dividualidad está contenida esencialmente la negación. Por lo
tanto, incluso si un cierto número de Estados se constituyese
en familia, esta unión, en tanto que individualidad, se debe-
ría crear una antítesis y generar un enemigo.
. .. La guerra produce inseguridad No sólo los pueblos resultan reforzados por las guerras, sino
i: ,sobre la propiedad, pero refuerza / también las naciones que sufren discordias internas, pues ad-
la unidad interna de los Estados. quieren paz interna mediante las guerras en el exterior.
Ciertamente, de la guerra proviene la inseguridad sobre la pro-
piedad, pero esta inseguridad de las cosas no es más que mo-
vimiento, por otra parte necesario.
916
HEGEL
Mucho se oye hablar en ·los púlpitos sobre la inseguridad, la La condena de la guerra esconde
vanidad y la inestabilidad de las cosas temporales; pero, en tan- a menudo intereses personales.
to no sea perturbado, cada uno piensa: conservaré lo mío. Pero
si esta inseguridad se produce realmente y es, por lo tanto, al-
go serio, entonces el conmovido discurso edificante desarro-
llado sobre cualquier tema se convierte en proferir maldicio-
nes contra los conquistadores.
Pero, pese a esto, las guerras tienen lugar. Los Estados cre- Ningún interés personal podrá de~-_:
cen de nuevo vigorosamente y la charlatanería enmudece an- ner el desarrollo de la historia. ·
te las serias réplicas de la historia.
El Estado es una
gran familia 162
EL PROBLEMA ¿Qué es el Estado? Reafirmando la unidad interna característica de la
LA TESIS El Estado es una sustancia ética consciente familia (tesis), y tras haber pasado por la disper-
de sí. En esta frase, breve y aparentemente inocua, sión de la sociedad civil (antítesis), el Estado se
está sintetizada una poderosa e innovadora con- presenta como un organismo vivo y necesariamente
cepción de la sociedad humana de gran peso pa- compacto y unitario: una auténtica familia exten-
ra la historia política de la humanidad durante los sa. Es éste el momento culminante e insuperable
tres últimos siglos. Hegel, en efecto, expresa en es- de la eticidad, que es lo más completo y perfecto
te pasaje una verdadera estadolatría-es decir, una que ha producido el desarrollo de la espiritualidad
divinización de 1a noción de Estado-. humana.
• Edl Estado es ladsulstafncia éticda c onsciendte de s1,, la reu- <. El Estado como reunión del principio,
nión e1 principio e a ami1ia y e 1a socie ad civi1: la mis- de la familia con el de la sociedad ___ ¡
ma humanidad, que está en la familia como sentimiento de civil.
amor, es la esencia del Estado, la cual, sin embargo, median-
te el segundo principio del querer que sabe y es activo por sí,
recibe junto a la forma de universalidad sabida. Ésta, con sus
determinaciones que se desarrollan en el saber, tiene por con-
tenido y objeto absoluto la subjetividad que sabe; es decir, que
quiere para sí esta racionalidad.
FEUERBACH
Feuerbach
1804-1872
euerbach fue un filósofo monotemático, inte-
F resado en la investigación de un único proble-
ma: « La primera tendencia que se hizo luz en mí no
fue la ciencia o la filosofía, sino la religión. Como
consecuencia ele esta tendencia, hice ele la religión
el fin y la profesión ele mi vicia ... Mi primer pensa-
miento fue Dios; el segundo, la razón; el tercero y
último, el hombre». En realidad, estaba interesado
no tanto en el problema ele la existencia ele Dios co-
mo en el proceso ele la formación ele la idea ele Dios
en el pensamiento humano, y toda su filosofía pue-
de resumirse en esta máxima: no es Dios quien crea
al hombre, sino que es el hombre quien crea a Dios.
Nacido en Lanclshut (Baviera), Ludwig Feuerbach
estudió teología en la Universidad ele Heidelberg.
Posteriormente se trasladó a Berlín para seguir los
cursos ele Hegel, por quien quedó literalmente des- Retrato de Feuerbach.
lumbraclo (de Hegel he aprendido en un mes todo lo
que antes no aprendí en dos años). La ruptura con su
maestro, sin embargo, surgió pronto y se concretó en Pensamientos sobre la muerte y
la inmortalidad, ensayo que por la tesis anticristiana que sostenía (inmortal es la hu-
manidad, no el individuo singular) le costaría a Feuerbach la carrera universitaria. Su
fama ele ateísmo determinó la completa marginación del filósofo del ambiente aca•
clémico. Sólo en 1848, invitado por la asociación ele estudiantes revolucionarios de
Heidelberg, tuvo la oportunidad ele impartir un curso universitario, que sería publi-
cado tres años más tarde (Lecciones sobre la esencia de la religión). El resto ele su vi-
cia vivió en soledad, apartado y en miserables condiciones económicas.
918
FEUERBACH
• Rigurosamente hablando, sólo cuando piensas en Dios, Estamos habituados a creer que
piensas. Y en verdad, sólo Dios es la facultad de pensar reali- también las nociones abstractas
zada, cumplida, llevada a cabo. Sólo pensando en Dios piensas tienen un referente natural.
la razón como ella es en realidad, incluso si después te presentas Aplicamos este hábito incluso a las
de nuevo -con la_ imaginación- a este ser como un ser distin- nociones de razón y pensamiento,
to de la razón, ya que tú, en cuanto ser sensible, estás habitua- inventando así a Dios.
do a distinguir el objeto de la intuición, el objeto real de la re-
presentación del mismo, y ahora transfieres a través de la
imaginación este hábito al ser de la razón. Por ello, de nuevo
atribuyes contradictoriamente a la existencia de la razón, al ser
pensado, la existencia sensible de la que has hecho abstracción.
En tanto que ser metafísico, Dios es la inteligencia satisfe- ¡ Dios es la inteligencia que se piensa:i
cha en sí misma, o viceversa: la inteligencia satisfecha en sí a sí misma.
misma, la inteligencia que se piensa a sí misma como ser ab-
soluto, es Dios en tanto ser metafísico. Por ello, todas las de-
terminaciones metafísicas de Dios son determinaciones reales,
si son reconocidas como determinaciones del pensamiento.
Y así, entonces, el intelecto se pone a sí mismo como ser ori- ( Dios es fa inteligencia que se
ginario, primario y anterior al mundo: es decir, que hace de sí -,_ confiere realidad a sí misma.
-el ser de la naturaleza primero por grado, pero último en el
tiempo- el ser primero incluso en el tiempo.
El intelecto es, por si, el criterio de toda realidad y de todo lo t Los hombres han atribuido a Dios :7
que puede efectuarse. Lo que es irracional se contradice y es fas características de su inteligencfiJ
nada; lo que contradice la razón, contradice a Dios. Si, por ejem-
plo, contradice a la razón el conectar al concepto de realidad
suprema los límites de la espacialidad y de la temporalidad, nie-
ga a Dios, contradiciendo aquéllos su esencia. La razón sólo
puede creer en un Dios en armonía con su esencia, en un Dios
que no está por debajo de su propia dignidad, sino que, al con-
trario, representa sólo su propia esencia. La razón no se hace
dependiente de Dios, sino que hace depender a Dios de ella.
Lo que ydo reconozco como esencial al intelecto, lo pongo <,'. Los atributos de Dios son los
como sien o en Dios. Dios es aque 11 o que e1 inte1ecto piensa · instrumentos de la inteligencia
como lo sumo. Pero, precisamente en lo que yo reconozco co- humana.
919 [
FEUERBACH
Pensando a Dios, el hombre se Tal como piensas a Dios, te piensas a ti mismo; la medida_d~
construye a sí mismo. tu Dios es la medida de tu intelecto. Si piensas a Dios como )ic
mitado, tu intelecto es limitado; si piensas a Dios como ilimi;-'
tado, tampoco tu intelecto conocerá límites. Si, por ejemplo,
piensas a Dios como un ser corpóreo, no puedes pensarte-_siri
cuerpo; si, en cambio, niegas la corporeidad en Dios, entoné~k
afirmas y atestiguas con ello _la libertad de tu intelecto respec',
to a los límites de la corporeidad. ··
¡: Toda imagen de Dios describe una Al pensar en un ser sin límites estás representando sólo seli~_
cualidad humana al infinito. siblemente tu intelecto sin límites. Declarando pues, a este_sé]Z
sin límites como el más esencial de todos los seres, com0 -_e(
ser supremo, en verdad no dices más que esto: el intelecto~$
el ser supremo.
f,- Dios es Uno porque es la La unidad del intelecto es la unidad de Dios. La conciencia
L. proyección de fa unicidad de los de su unidad y universalidad es esencial al intelecto; él misrri.Oi~
procedimientos lógicos y racionales. no es más que la conciencia ele su unidad como absoluta un:_i_:,.··
dad. En otros términos: lo que para el intelecto es conformeik
intelecto, para él es una ley absoluta, universalmente válida;~~,'.
le hace imposible pensar que lo que lo contradice, falso y si.rfi
sentido, sea, en alguna ocasión, verdadero; y viceversa: que:~~
alguna ocasión sea falso lo que es verdadero, irracional lo qüf
es racional.
Witeofogía describe a Dios como el El intelecto es el ser infinito. La infinitud se identifica i;n',;"
· ser perfecto; es decir, no mediatamente con la unidad, y la finitud con la multiplicidad¡!
comparable con nada, excepto la finitud, en sentido metafísico, se funda en la distinción_-e~-;}
consigo mismo. tre existencia y esencia. Finito es aquello que puede Ser ~~~>,
frontado con otros individuos de la misma especie; infinito_:_~:,:_
aquello similar sólo a sí mismo: carece de iguales y, por lo tarh{;
to, no puede incluirse como individuo en un género, sinqj'.¡~~:~;
más bien es indistintamente género e individuo en uno, es~n:;:-/:{
cia y existencia. --,-
También fa mente humana no '► Tal es, precisamente, el intelecto. Él tiene su esencia e~-}5:t(;
{Juede compararse a nada que no mismo. Por consiguiente, no tiene nada junto a sí ni fue:ª-1,fü\
sea ella misma. sí que pueda serle sustituto; es incomparable porque él m1s1~~i;'.':
es la fuente de todas las comparaciones; es inconmensurabl::-<
porque él es la medida de todas las medidas, porque me~':i
mos todo con el intelecto; no puede ser subordinado a :1m?-~1?--
ser superior de ningún género porque él mismo es el prmcrp10,
de todas las subordinaciones, subordina a sí mismo todasJas
cosas y todos los seres.
{Para fa mente (y, por fo tanto, para Las definiciones de los filósofos especulativos de Dios_cómp
LDios), la existencia es indistinguible el ser en el que no se puede distinguir existencia y esencia-, ~C?,7,,_
de la esencia. mo el ser que es, él mismo, todos los atributos que posee,,,_a~k'_-:-
como que en él predicado y sujeto son idénticos, todas e~t?l,{
definiciones son sólo conceptos deducidos de la esencia de.l}isx;'
telecto. ,e
¡ 920
FEUERBACH
El intelecto -o la razón- ;s, en definitiva, el ser necesario. Dios es pensado como ser necesaritJ:j
La razón es porque sólo la existencia de la razón es razón, por- porque las ideas de necesidad y d_e;i
que si no hubiese ninguna razón, ninguna conciencia, todo realidad de la existencia son
(tanto el ser como el no ser) sería nada. Sólo la conciencia fun- connaturales a nuestra psique.
da la diferencia entre ser y no ser. Sólo en la conciencia se re-
vela el valor del ser, el valor de la naturaleza. Porque, ¿exis-
te, en general, algo? ¿Existe el mundo? Simplemente porque,
si no existiese algo, no existüia nada; si no hubiese razón, exis-
tiría la irracionalidad. Por lo tanto, el mundo es porque sería
absurdo que el mundo no fuese. Hallarás el verdadero sentido
, de su ser en el absurdo de su no ser.
• En su relación con las ideas religiosas, la razón conscien- La religión es una ilusión perniciosa·;~;
te no tiene más que destruir una ilusión. Una ilusión, sin em- -,J
bargo, todo lo contrario a inocua, puesto que ejercita sobre
el hombre una influencia fundamentalmente perniciosa y fu-
nesta, destruye sus fuerzas para la vida real y le hace perder el
sentido de la verdad y de la virtud.
El mismo amor, en efecto, el sentimiento en sí más puro, El amor religioso es contra natura:·:·_;_¡
es corrompído por la religión y transformado en un sentimiento
puramente ilusorio y aparente. El amor religioso no ama al
hombre más que por amor a Dios: es decir, ama al hombre só-
lo aparentemente, cuando en realidad ama a Dios.
El hecho mismo de que el hombre Mas en la religión, el hombre tiene como objeto su ser igno-
se sienta escindido de Dios to. Debe demostrarse, por tanto, que esta antítesis, este desa-
significa que éste no es cuerdo entre Dios y el hombre en el que se basa el origen de la
verdaderamente otro ser. religión, es una falta de armonía del hombre con su propio ser.
La íntima necesidad de esta demostración surge ya del hech()
de que si realmente el ser divino, que es el objeto de la religión,
fuese algo d1stmto al ser del hombre, no se podría verificar
un desacuerdo. Si Dios realmente es otro ser, ¿_qué me impor-
ta su perfección?
Sólo se puede escindir lo que Sólo hay escisión entre seres que están en discordia uno con
en sí es unitario. otro, pero deben ser un solo ser, pueden serlo y, por consi-
guiente, esencialmente, verdaderamente, son un solo ser.
Dios, por lo tanto, es una Por lo tanto, de este principio general debe ya resultar que
creación de la mente. el ser, del cual el hombre se siente dividido, es un ser innato
en él, pero al mismo tiempo un ser de naturaleza distinta, co-
mo el ser o el poder que le da el sentimiento, la conciencia de
la conciliación, de la unidad con Dios, o lo que hace todo uno
consigo mismo.
i 922
SCHOPENHAUER
Schopenhauer
1788-1860
ocos filósofos han tenido tan escaso éxi-
P to en vida como Arthur Schopenhauer.
Su obra maestra, El mundo, escrita con só-
lo treinta años, fracasó de tal modo que mu-
chas copias tuvieron que ser convertidas
en pulpa. Obtuvo una cátedra en la
Universidad de Berlín en 1820 (ocasión pa-
ra una célebre polémica con Hegel) y du-
rante veinticuatro semestres, hasta 1831,
intentó impartir lecciones, pero su voz fue
absolutamente ignorada: después del pri-
mer semestre, ningún estudiante se inscri-
bió en su curso. En 1833, abandonada la
enseñanza, se trasladó a Frankfurt, donde
permaneció hasta su muerte. La fama tan
inútilmente perseguida le llegó, sin em-
bargo, en sus últimos años con la publica-
ción de Parerga y paralipomena, una bri-
llante recopilación de aforismos escrita con
un estilo popular y muy atractivo.
Estos grandes fracasos tuvieron como ra-
zón principal las pésimas relaciones de
Schopenhauer con el mundo académico:
en su opinión, las lecciones de Fichte eran
aburridas; las de Schelling, vacuas; Hegel
merecía los peores insultos (mercenario,
sicario de la verdad, charlatán de mente ob- Retrato de Schopenhaua
tusa, insípido, nauseabundo, iletrado que
alcanza el colmo de la audacia garaba-
teando los más locos y mistificadores sin sentidos ... ). Es evidente que si al filósofo no le
faltaban razones, tampoco carecía de nervio polémico. Por otra parte -y tal vez esto
haya contribuido a su escaso éxito-, hay que tener en cuenta la novedad de su pensa-
miento, abierto por primera vez en la historia de la filosofía occidental a la espiritualidad
oriental, en particular el Budismo y el Hinduismo (los Veda y los Upanishad).
Obras: La cuádruple raíz del principio de razón suficiente (1813); Sobre la vista y los co-
lores (1816); El mundo como voluntad y representación (1818); Sobre la voluntad en la
naturaleza (1836); Parergay paralipomena (1851).
SCHOPENHAUER Í·
l 924
SCHOPENHAUER
NIRVANA
Término técnico de la filosofía budista que entró en la tradición oc-
cidental gracias a Schopenhauer. Indica la condición de ausencia de
dolor que nace de la supresión de todas las pasiones y de la volun-
tad de vivir. Schopenhauer explica el nirvana, la experiencia de la na-
da, con estas palabras: «lo que queda después de la supresión de la
voluntad no es, para todos aquellos a quienes la voluntad anima to-
davía, s·,no la nada. Pero también es verdad que para todos aquellos
en quienes la voluntad se ha convertido o suprimido, este mundo tan
real, con todos sus Soles y Vías lácteas, no es tampoco otra cosa más
que la nada».
EL PROBLEMA ¿Qué relación hay entre el sueñ.o y la ves. Todos soñamos alguna vez, y hay suefios tan
vigilia? ¿Es posible distinguir entre esos dos estados? realistas que al terminar nos dejan en la duda de si
LA TESIS Para sostener su tesis fenoménica, según la realmente estamos pasando del sueño a la vigilia 0
cual cualquier conocimiento no es más que una sim- viceversa. Anticipando notablemente algunos de ios
ple representación mental (fenómeno) y en nada dis- te!11as del p~icoa1:álisis (véase 186), Schopenhauer
tinto al producto de la imaginación, Schopenhauer afirma la existencia de una profunda unidad entre la
retoma el tema, ya planteado por Descartes, de la in- vida cotidiana y los fenómenos oniricos: el conteni-
capacidad de distinguir entre sueño y vigilia (véase do del suefio nunca es del todo ilógico y; sobre todo
92). No hay argumentos lógicos para demostrar que nunca es inmotivado, porque depende de los deseos'
la existencia no es más que un sueño prolongado, in- de las imágenes percibidas recientemente y de la ex:
terrumpido (cada noche) por otros suefios más bre- periencia real del soñador.
Sueño y realidad: ¿dónde está la • Soñamos, ¿acaso no es toda la vida un sueño? O para ser
diferencia? más exactos, ¿hay un criterio seguro para diferenciar sueño' y
realidad, fantasmas y objetos reales?
r_-: - las visiones oníricas tienen el ) Aducir la menor vivacidad y claridad de la imagen soñada
k,mismo grado de verosimilitud que respecto a la real no merece ninguna consideración, puesto qlie'
las perceptivas. todavía nadie ha tenido presente al mismo tiempo lo uno y lo
otro para confrontarlos, sino que sólo se ha podido confrontar
el recuerdo del sueño con la realidad presente.
pi;'(ay una profunda unidad entre los ') La lectura continua se llama vida real. Pero cuando la hdrir
t';;:_Jueños y la vida real y cotidiana. habitual de la lectura (la mañana) termina y llega la hora d~I
reposo, entonces nos dedicamos de mala gana, sin orden m-?2r
j 926
SCHOPENHAUER
Una página leída así, aisladamente, no tiene relación con la También los sueños tienen relación--·
lectura ordenada. Sin embargo, no permanece muy alejada de con la vida.
ésta, si se piensa que también el conjunto de una lectura or-
denada empieza y termina de pronto, y por lo tanto se debe
considerar sólo como una página más larga.
Aunque los simples sueños son distintos de la vida real, pues- Las visiones oníricas nunca son
to que no están en conexión con la experiencia (y ello se nos absurdas: tienen síempre una
revela al despertar), sin embargo es propio de ellos la cone- conexión con fa experiencia del
xión con una experiencia que ya pertenece, como su forma, soñado, La vida entera, por lo
a la vida real. El propio sueño muestra también una conexión tanto, es indistinguible del sueño.
que se encuentra a veces en sí mismo. Por lo tanto, si para juz-
gar los sueños buscamos un punto de referencia externo al sue-
ño y a la vida, no encontraremos en su esencia ninguna dife-
rencia precisa y estaremos obligados, pues, a conceder a los
poetas que la vida es un sueño prolongado.
REPRESENTACIÓN FENOMÉNICA
Es, para Schopenhauer, toda la reali-
dad en tanto que objeto de conoci-
miento por parte de un sujeto. Todo
lo que conocemos existe sólo en re-
lación con el individuo que conoce: es
una intuición suya. Es decir, se trata
de una representación mental, térmi-
no que Schopenhauer utiliza en sen-
_tido negativo, como opuesto de ob-
jetividad: cualquier representación es
siempre subjetiva e ilusoria; alude al
mundo, pero esconde, al mismo tiem-
po, el verdadero e incognoscible as-
pecto de las cosas. <Schopenhauer y su perro.
Toda la naturaleza es, Esta clave que nos ha servido para penetrar la esencia de la
esencialmente, voluntad de vivir. 1
cosa en sí, y que sólo podía dárnosla el conocimiento inme-
diato de nuestro propio ser, debemos aplicarla al conocimien-
to del mundo inorgánico.
La voluntad de vivir, origen del ) De todo esto resulta que la voluntad debe alimentarse a sí
sufrimiento, es un principio misma; la voluntad está siempre hambrienta y no hay nada fue-
autónomo. ra de ella: de ahí la caza, la ansiedad, el sufrimiento ...
voluntad de vivir lleva en sí su Así, cada hombre tiene constantemente fines y motivos que
propio fin. regulan su conducta y sabe, en cualquier caso, explicar su ac-
ción más simple. Pero si le preguntáis por qué desea existir, no
sabrá responder ni siquiera en un sentido general; incluso en-
contrará absurda la pregunta. Y con ello estará confesando que
no es otra cosa que voluntad.
vida humana alterna el hastío Los esfuerzos y deseos humanos son de una naturaleza tal,
con la persecución de fines que confieren brillo a todas sus realizaciones como si éstas fue-
ilusorios. sen el fin último de la voluntad. Pero apenas los hemos satis,
fecho, cambian de fisonomía; olvidados o relegados entre las
antiguallas, siempre, confesémoslo o no, son apartados como
ilusiones desvanecidas.
[Cada actividad o proyecto humano Afortunado aquel a quien aún le resta algún deseo que aca-
' nace del intento de esconder el riciar, o alguna inspiración: podrá continuar por largo tiempo
dolor de vivir. el juego del perpetuo paso del deseo a su extinción, y de su ex_,
tinción al nuevo deseo. Un juego que lo hará feliz si el paso
es rápido, e infeliz si es lento. Pero al menos no caerá en es(!
estancamiento que es la fuente del hastío terrible y paralizan-
te de los deseos vagos, sin un objeto preciso y ebrios de lan-
guidez mortal.
11 928
SCHOPENHAUER
miento, por etéreo que pueda parecer, tiene como do -afirma Schopenhauer- como para desearle a
fin la continuidad de la especie. El amor es sólo el ningún ser vivo la vida en este valle de lágrimas. Es
instrumento utilizado por la naturaleza para per- por ello que la naturaleza ha asociado el orgasmo
petuu el género humano. Si el hombre no estu- al acoplamiento: para inducir al individuo a supe-
viese dominado por el instinto erótico, no traería rar el sentimiento de culpa ligado al acto de la pro-
jamás hijos al mundo, porque nadie es tan malva- creación.
• Cualquier enamoramiento, por mucho que intentemos- Todas las formas del amor son
trirsc etéreo, hunde su raíz sólo en el instinto sexual; inclu- manifestaciones del instinto sexual.
so es del todo y ante todo un concreto impulso sexual, muy
agudamente especializado y rigurosamente individualizado.
El éxtasis encantador que sufre un hombre cuando ve una El sentimiento de la belleza tiene
mujer hermosa que a él le parece conveniente y que le hace como fin la optimización de la
imaginar la unión con ella como el bien sumo, es justamente procreación.
d sentimiento de la especie que, al reconocer claramente en
ella su sello, quisiera perpetuarlo con ella misma. De esta de-
cidida inclinación hacia la belleza depende la conservación del
tipo de especie: por eso actúa con semejante fuerza.
Por lo tanto, el hombre se guía por un instinto que tiende El individuo, incluso creyéndose
a la mejora de la especie, aunque se haga la ilusión de buscar libre, está en realidad determinado
sólo un incremento del propio placer. En efecto, tenemos aquí por instintos biológicos
un instructivo esclarecimiento de la esencia íntima del instin- fundamenta/es.
929
SCHOPENHAUER
El instinto sexual está dirigido al Este deseo sostenía una relación con todos sus deseos rema-
bienestar de la especie, no del nentes en todo idéntica a la que la especie mantiene con el
individuo. individuo: es decir, como una cosa infinita y una finita. Lasa-
ciedad, al contrario, aparece sólo por el _bien de la especie y no
cae por ello en la conciencia del mdlVlduo -quien, animado
por la voluntad de la especie, se sacrificaba en aras de un fin
que no era el suyo propio-.
VOLUNTAD DE VIVIR
El impulso prepotente que empuja a cualquier ser a perpetuar lo más
posible su existencia en la condición actual. Schopenhauer considera
esta fuerza como fundamento universal y verdadera sustancia de toda
la realidad. Está presente de manera consciente en los hombres y en los
animales como instinto de supervivencia, pero se revela también en.el
mundo natural e incluso en el material como resistencia al cambio. Todo
ser se opone al devenir, a su propia muerte o disolución como enti-
dad individual. Lo demuestran incluso las piedras, cuando oponen su
propia dureza y resistencia al intento de romperlas.
930
SCHOPENHAUER
Pero ese estado, o como se le .quiera llamar, no puede defi- No se trata, sin embargo, de una
nirse como un verdadero conocimiento, puesto que no entra forma de conocimiento.
dentro del esquema sujeto-objeto y, por otra parte, sólo es
accesible a la experiencia directa y no puede ser comunicado
a los demás. Nosotros, que nos asentamos con firmeza en el
terreno de la filosofía, debemos contentarnos aquí con el co-
nocimiento negativo, satisfechos de haber alcanzado el lími-
te extremo del positivo.
Habiendo reconocido en la voluntad la esencia del mun- < La experiencia estática consiste en
do y en todos los fenómenos mundanos la objetividad de , una autonegación del sujeto, una
esta voluntad, habiendo perseguido esta objetividad desde anulación de la conciencia.
el impulso inconsciente de oscuras fuerzas naturales has-
ta más lúcidas acciones humanas, no queremos eludir sus
consecuencias: que con la libre negación, con la supresión
de la voluntad, se suprimen también todos aquellos fenó-
menos y aquel perenne sofoco e impulso sin meta y sin fon-
do, por todos los grados de la objetividad, en el cual y me-
diante el cual el mundo toma forma; suprimida la variedad
de las formas que se suceden de grado en grado, suprimi-
do, junto con la voluntad, todo su fenómeno también; y fi-
nalmente, las formas universales de tiempo y espacio; y, por
último, la más simple forma fundamental de éste: sujeto y
objeto. No más voluntad, no más representación, no más
mundo,
Ante nosotros no resta más que la nada. Pero lo que se El sentimiento psicológico de
rebela contra esta disolución en la nada, nuestra propia e angustia que acompaña fa nada
íntima naturaleza, no es sino una forma más -una mani- demuestra el dominio de fa
festación- de la voluntad de vivir. Voluntad de vivir somos voluntad de vivir
nosotros mismos; voluntad de vivir es también nuestro pro-
pio mundo. Ese horror que sentirnos ante la nada no es
sino una manifestación de la avidez que sentimos por la vi-
da, y de que no somos más que esta voluntad, y sólo ésta
conocemos.
Pero volvamos la mirada desde nuestra miseria personal y La experiencia mística vive la
del horizonte cerrado, y hagámoslo hacia aquellos que supe- nulificación del individuo de manera.!
raron el mundo; esto es, hacia aquellos en quienes la volun- positiva.
tad, una vez alcanzada la plena conciencia de sí, se encontró
a sí misma en todas las cosas y libremente renegó de todas ellas;
aquellos que únicamente esperan a que se desvanezca la últi-
ma huella de la voluntad, junto con el cuerpo al que esa vo-
luntad da vida,
931
SCHOPENHAUER
NOLUNTAD
Del verbo latino no/o: «no querer». Para Schopenhauer, es la única ma-
nera de oponerse a /a voluntad de vivir y lo único que permite salir de
la dimensión del dolor. Significa renunciar a la vida, hasta extirpar de
uno mismo el insano, doloroso e irracional deseo de vivir, y alcanzar un
estado de ausencia, de nulificación de la persona a través del ayuno, el
silencio, la castidad, la humildad, hasta llegar a una forma de ascesis
laica, un éxtasis sin Dios o nirvana.
932
KIERKEGAARD
Kierkegaard
1813-1855
óren Kierkegaard acertó de pleno al
S profetizar que su biografía sería es-
tudiada por la posteridad tanto como
¡'>' IS:;~,i .0 .:,
,< ;.,~;<, ',,··. . '
su pensamiento. El misterio que toda-
vía hoy rodea su existencia no ha si-
do en absoluto aclarado por la lectura
de las miles de páginas de su impo-
nente Diario. Sin embargo, la vida de
Kierkegaard carece casi de sucesos.
Nació en Copenhague, donde murió a
los cuarenta y dos años; sólo se alejó
de su ciudad natal en ocasión de dos
breves viajes a Berlín. Se licenció en
teología (con la tesis Sobre el concepto
de la ironía), pero tras tormentosas re-
flexiones renunció a la profesión de
pastor y vivió de la renta que había he-
redado de su padre. Se dedicó a escri-
bir, pero se negó a considerar la escri-
tura como una profesión, llegando
incluso a firmar con pseudónimos. Se
enamoró de Regina Olsen, pero sin mo-
tivo aparente rompió el noviazgo poco
después, casi atemorizado por su de-
cisión. Más de una vez se refirió a una
oscura maldición que pesaba sobre su
familia, e incluso en el lecho de muer- Retrato de Kierkegaard.
te aludió a esa espina clavada en el co-
razón que tanta angustia procuró a su
vida. Se cree que su padre le transmitió una culpa grave (acaso debida a una terri-
ble blasfemia) pero -y éste es el punto fundamental- siempre evitó exigir una ex-
plicación definitiva a su padre. Puede decirse, en fin, que la vida de Kierkegaard fue
ejemplarmente vacía. Y esto, que parece una paradoja, no es en realidad sino cohe-
rencia entre vida y pensamiento, entre la existencia y la doctrina de un filósofo que
entendió la filosofía como una desgarradora y ascética meditación introspectiva
sobre temas como la nada, la angustia, la fe y el significado de la existencia.
Obras: O lo uno o lo otro (1843); Diario de un seductor (1843); Temor y temblor (1843);
El concepto de angustia (1844); Etapas del camino de la vida (1845); La enfermedad
mortal (1849).
KIERKEGAARD
«Ese individuo»:
170 un excelente epitafio
EL PROBLEMA ¿Qué tiene más valor, el individuo o cuentan: sólo cuenta el Estado (véase 156). Según
la especie? ¿Debe la filosofía construir un sistema Kierkegaard, el único modo para salir de este siste~
totalizador del mundo o analizar la condición de ma sofocante consiste en reivindicar como única al~
la existencia individual? ternativa posible la singularidad. En su complejidad
LA TESIS En la filosofía de Hegel, la parte no tiene original e irreductible a ningún modelo, cada indi-
relevancia alguna respecto al todo al que pertenece: viduo constituye la contestación viviente de todo
el individuo tiene valor sólo como componente de sistema. Este primer fragmento está sacado del Diario
la especie; los individuos, las personas reales, no de un seductor.
rHay una certeza absoluta acerca de Y aquel que no cedió y cayó en las Tennópilas no estaba tan
la verdad de este parámetro. / seguro como lo estoy yo en este desfiladero: El Individuo. En
efecto, él debía impedir a las hordas atravesar ese desfiladero: si
934
KIERKEGAARD
Y, sin embargo, si tuviese que elegir un epitafio para mi tum- «Ese Individuo» es fa frase que el
ba, no elegiría otro que Ese Individuo, aun cuando esta cate- filósofo quisiera ver escrita en su,
goría no se comprende todavía. Lo será luego. Cuando todo tumba.
era sistema sobre sistema, puse con esta categoría, el Individuo,
al sistema en el punto de mira de mi polémica, y ahora ya no
se habla de sistema. Mi posible importancia histórica está ab-
solutamente ligada a esta categoría.
Quizá mis escritos serán pronto olvidados, como los de tan- Kierkegaard confía su fama en
tos otros. Pero si esta categoría es justa, si esta categoría está la posteridad a la categoría
en su sitio, si yo aquí he dado en el blanco, si he comprendi- de Individuo.
do bien que ésta es mi tarea -todo lo contrario de alegre y
cómoda y alentadora-, se me concederá esto, aun a precio de
inenarrables sufrimientos interiores, aun a precio de indeci-
bles sacrificios exteriores. Yo permaneceré entonces, y mis es-
critos conmigo.
El seductor
y el instante fugaz 171
EL PROBLEMA ¿Cómo hay que vivir? ¿Cuáles son los imitable y único el momento vivido. El estera abo-
modelos posibles de vida? ¿Qué significa vivir esté- rrece la monotonía, pero como el momento es siem-
ticamente? pre, por definición,fagaz, pronto llega al tedio y a la
tA TESIS Según Kierkegaard, cabe distinguir tres mo- desesperación. Quien vive estéticamente está deses-
dos fundamentales de vivir: una concepción estéti- perado, lo sepa o no, y la desesperación es la última sa-
ca, una ética y una tercera basada en la fe. El texto lida de la vida estética. La desesperación es siempre
propuesto delinea las características de la primera. una elección: se puede dudar sin elegir dudar, pero
La vida estética, representada por la figura de Don no se puede elegirlo sin desesperar. Sólo la deses-
Juan, el prototipo del seductor, es típica del que, bus- peración aleja al hombre de lo que es accidental; el
cando la máxima satisfacción en el presente, huye de individuo se elige a sí mismo en su propia validez eter-
cualquier tipo de repeticíón tratando de hacer in- na, sólo desesperándose. (De O lo uno o lo otro.)
Pero la expresión estética del goce, en su relación con la per- La elección estética fragmenta la
sonalidad, es el estado de ánimo. En el estado de ánimo está pre- vida en una serie de estados de
sente, en efecto, la personalidad, pero presente de forma vaga. ánimo.
Quien vive estéticamente intenta todo lo posible para per- Vivir en el estado de ánimo significa
derse en el estado de ánimo, trata de acogerse completamen- existir sólo en el momento presente:_
te a él, hasta que en él no reste nada que no pueda ser absor-
ido, porque tal residuo tiene siempre un efecto perturbador,
ue aleja del goce.
935
KIERKEGAARD
La vida estética renuncia a cualquier Cuanto más vagamente la personalidad se encuentra preM
proyección, se desarrolla en una sente en el estado de ánimo, tanto más el individuo está en
condición pre-ética. el momento, y ésta es de nuevo la expresión más adecuada pa--
ra la existencia estética; ella es en el momento. De ahí las enor-
mes oscilaciones a las que está expuesto el que vive estética-
mente.
ESTADIOS DE LA VIDA
Según Kierkegaard, los tres diferentes modos de concebir y vivir la exis'
tencia: estético, ético y religioso. Entre ellos no hay conciliación posible
ni puede verificarse síntesis alguna, desmintiendo de este modo la uni-
versalidad de la dialéctica hegeliana. Entre los distintos modos de vida
sólo se puede realizar una elección definitiva, según el principio de o lo
uno o lo otro. Lo demuestra el hecho de que el paso de uno a otro
sólo puede producirse a través de una conversión, es decir, de un cam-
bio global y radical del sujeto.
la desesperación
del hombre ético
EL PROBLEMA ¿Cómo hay que vivir? ¿Puede un ideal quien observa la ley y respeta los_co_mpto.ll}ti.?,{:ifi.~·
ético dar significado a la existencía? miliares, sociales y políticos. Pero.pf:~~q?:l~t%~~}~;\:
LA TESIS Del fracaso de una aproximación ~stética elección de vida es capaz de reali,z~~ _pJ~ñáp:i~~-->-"4f: '
a la existencia nace, a través de la desesperación, individuo; sólo puede_re_ali,zar!o,1~:J\~µJi
la posibilidad de una vida ética. Así como la prime- problemas fundamentales. d~J.a.::~_X_i_§.tf
ra está representada por la figura del s~cluctor, la se- manecen sin respuesta en _una•~i~l~}Jf
gunda lo está por la del buen maríclo. Etico es aquel to a una concepción religi°'S.);J~~:~4~/ª~l:iif'.
que escoge quíén desea ser y se impone la discipli- al problema del signi.fi.cado últlmó_;"ª~::J~T··.
na necesaria para llegar a serlo. Ético es quien es fiel, (De O la uno o lo otro.) ·
:. ':::;·;:::::)>-:::<J·\'./,:Jz_:..;
La elección ética concibe la vida • El individuo se elige a sí mismo como una concreció:·~¡l"
como construcción, proyecto y tiplemente determinada, por lo que se elige según su co"1ti-
deber, nuidad. Esta concreción es la realidad del individuo, pero da--
do que la elige según su libertad, tambiéil'puede decirse,qúec.__es
su posibilidad o, para no emplear una expresióil' tan e_stétíc~.•
que es su tarea.
La elección estética reduce el futuro Quien vive estéticamente no hace sino ver posíbilidadés P.()l'
a una serie de posibilidades. doquier; para él, éstas constituyen el contenido del futurc,. mie_p.-:
tras que quien vive éticamente ve tareas por todas partes. El in-
dividuo, pues, ve ésta, su real concreción, como tarea, como
objetivo, como fin.
Construyendo su futuro. el Pero que el individuo vea su posibilidad como su tárea ex~
individuo ético se somete a reglas. presa, precisamente, su soberanía sobre sí mismo a la que no
renunciará jamás, aunque por otra parte no siente gus~o pqr l_a
soberanía del todo apacible que es siempre la del rey sm rem_?·
Esto da al individuo ético una seguridad de la que care~~J:>or
completo el que vive estéticamente. El que vive estéticai:rie.n.~e
espera todo del exterior.
936
KIERKEGAARD
Kierhegaard (a la derecha)
jugando al ajedrez.
• En una fábula de los hermanos Grimm se narra que un jo- La angustia es la condición que
ven salió en busca de aventuras para aprender a sentir la an- define la esencia de la naturaleza
gustia. Dejemos ir a ese aventurero sin preguntarle de qué mo- humana.
do podría toparse con lo terrible por el camino.
937
KIERKEGAARD
Es preciso aprender a convivir Quisiera decir, sin embargo, que esto -el aprender a sentir
con la angustia. angustia- es una aventura a través de la cual debe pasar cada
hombre a fin de no caer en la perdición, o por no haber estado
nunca angustiado o por hallarse inmerso en ella. Por el con-
trario, quien aprendió a sentir angustia en el modo justo, ha-
brá aprendido lo más alto.
La angustia no es miedo, sino un No la angustia como los hombres suelen entenderla -es de-
sentimiento dirigido hacia cir: la angustia que proviene del exterior, la que está fuera del
et interior. hombre-, sino la angustia que él mismo produce.
Todas las diversas modalidades de Solamente en este sentido cabe entender el relato del
angustia están presentes en fa Evangelio, cuando dice que C,isto se sintió angustiado hasta
experiencia terrenal de Cristo. la muerte, y también cuando El le dice a Judas: Lo que tengas
que hacer, hazlo pronto. Ni siquiera la terrible expresión de
Cristo, que angustió al propio Lutero cuando predicaba sus
palabras: ;Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado!, ni
siquiera estas palabras expresan tan fuertemente el padeci-
miento. En efecto, con las últimas se indica un estado en el
que se halla Cristo; las primeras indican la relación con un es-
tado que no es.
¡La angustia posee una gran fuerza Y ningún gran inquisidor tiene preparadas torturas tan te-
de penetración psicológica. rribles como la angustia, ningún espía sabe atacar con tantaas-
tucia a la persona sospechosa en el momento preciso en que es
más débil, ni sabe preparar tan bien los lazos para atraparla co-
mo sabe hacerlo la angustia; ningún juez, por sutil que sea, sa-
be interrogar tan a fondo al acusado como la angustia, que no
lo deja escapar jamás, ni en la diversión, ni en el alboroto, ni
en el trabajo, ni de día, ni de noche.
i La posibilidad es fuente primaria Aquel que esté formado por la angustia estará formado me•
de angustia. diante posibilidades; y sólo quien esté formado por la posibi-
lidad estará formado según su infinidad. Por ello, la posibili-
dad es la más pesada de todas las categorías. A menudo, sin
embargo, se escucha decir lo contrario: que la posibilidad es
muy leve y la realidad muy pesada.
iffl la vida ordinaria, la presencia de Por lo general, la posibilidad de la que se dice que es tan le~
~._numerosas posibilidades se asume ve se entiende como posibilidad de felicidad, de fortuna, et·
como valor positivo. cétera. Pero ésta no es en absoluto la posibilidad; ésta es una
invención falaz que los hombres, en su corrupción, colorean
para tener al menos un pretexto para lamentarse de la ~ida -Y
de la Providencia y para tener ocasión de darse importancia an~
te sus propios ojos.
938
KIERKEGAARD ----,
--~ 1
No: en la posibilidad todo ,es igualmente posible, y quien fue La experiencia de la total libertad de
realmente educado mediante la posibilidad, ha comprendido eleccíón produce una parálisis y'Yó}
tanto el lado terrible como el placentero. Si alguien sale de la sufrimiento psicológico superiores a~
escuela de las posibilidades sabiendo, mejor que un niño sa- toda experiencia real.
be el abecedario, que no puede pretender absolutamente na-
da de la vida y que el lado terrible, la perdición, el anonada-
miento, habitan junto a cada hombre; y si ha sacado provecho
de la experiencia de que la angustia, de la que él se angustia-
ba, lo asalta en el momento siguiente, entonces dará a la rea-
lidad otra explicación; exaltará la realidad, e incluso cuando
ésta pese gravemente sobre él, recordará que ella es mucho
más ligera de cuanto lo fue la posibilidad.
Pero para que un individuo esté formado tan absoluta e in- La experiencia de la angustia no
finitamente mediante la posibilidad, debe ser sincero ante la sólo es dolorosa: posee, asimismo,... ·
posibilidad y debe tener fe. Por fe yo entiendo aquí lo que por un valor formativo. Es fa vía maestra
una vez Hegel, a su modo, determinó muy justamente: la cer- hacia la fe religiosa.
teza interior que anticipa lo infinito. Si los descubrimientos de
la posibilidad son extraídos con sinceridad, la posibilidad des-
cubrirá todas las cosas finitas, idealizándolas, sin embargo, en
la forma de la infinidad, y abatirá en la angustia al individuo
hasta que éste, por su parte, la venza en la anticipación de la fe.
ANGUSTIA
Mientras que el miedo nace de un peligro determinado, la angustia no
tiene causas específicas, sino que es el vértigo de la libertad: es decir,
la ansiedad paralizante, la náusea psíquica que se apodera del indivi-
duo cuando examina las infinitas posibilidades, tanto positivas como
negativas, que incumben a su existencia.
Abraham ¿profeta
o asesino? 174
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la fe religiosa? ¿Cuál se 141). Para la ley del mundo, Abraham es el ase-
es la psicología del hombre de fe? sino de su hijo, pero su grandeza reside en haber
LA TESlS El ejemplo bíblico del sacrificio de Isaac obedecido el mandato divino de inmediato y en si-
por parte de su padre, Abraham, le sirve a lencio, sin discutir ni pensar. Sólo esto significa te-
Kierkegaard para ilustrar la idea de que el salto a ner fe, y no pensar que incluso Dios debería seguir
la fe comporta la superación de la moral común, im- las leyes de este mundo. Es verdad que el acto de
pone comportamientos que nunca podrían conver- Abraham se puede interpretar como una forma de
tirse en norma universal y, en consecuencia, que no supremo egoísmo, puesto que por salvar su alma
pueden considerarse éticos en sentido kantiano (véa- acepta sacrificar a su hijo.
939
KIERKEGAARD
Kierkegaard no niega que en el hombre ele fe, en el mayor amor a sí mismo convive con el ma)'_o_r
el hombre que sitúa la salvación de su alma por en- amor _al Otro (e~ decir, Dios). Es una paradoja, pe~
cima de cualquier todo, haya un componente psi- ro la fe es, precisamente, esta paradoja. (De Temor
cológico egoísta; afirma, sin embargo, que en la fe, y temblad
La pérdida de un hijo es la peor • Muchos padres han creído perder en su hijo su más pr~-"-
desgracia. ciado tesoro, y de haber sido así despojados de toda esperanza
en el futuro. Y, sin embargo, ningún hijo ha sido el hijo de.J~
promesa en el sentido en que Isaac lo fue para Abraham. ·. ''
Dios pidió a Abraham que Muchos padres han perdido a su pequeño hijo, pero éste
sacrificase a su único hijo. les fue quitado por la mano de Dios, por la insondable efü~.
mutable voluntad del Omnipotente. El caso de Abraham no 'es
en absoluto diferente. Una más grave prueba le estaba reser-
vada; la suerte de Isaac estuvo en su pul}_o, q_ue asía el cuf_ht~·
llo. ¡Tal es la suerte del anciano frente a·su única esper.~?zzt!
El sacrificio del hijo era una ¡ Quién dio fuerza al brazo ele AbrahamfJ§'.
prueba de fe. alto su diestra y le impidió ca~r e.n lR /.!JlP"teí:i
paraliza al espectador. ¿Quiénclio f1-1erf~
e impidió que sus ojos se nub.larar.\P~J-<>
ni al carnero? ¡Esta escena ciega a{_-~p~fI~·.,-:
es bastante raro que no qued~ .~i_elt~..i~_lf~-~f:~
aún que dignamente cuente._fo.q11e:~.!.l~~~HS.l\\:>
mos: no era sino una prueba:.. · · ··
.. .aceptando ciegamente la Si hubiese sido otro hombre, quizá habría amado a Díó;f. :e,
voluntad de Dios. ro no habría creído; porque amar a Dios sin_tener·f~ sig~!, '"'"-t:{S}
reflejarse en sí mismo, pero amar a Dios con fe significa_i~~-~_f;j;;;1i
jarse en Dios. · · ·· · ·
Según Kant, morales son los La moral es, propiamente, lo general, y en cuanto gen.t,r~~,1~,¡
, comportamientos universa/izab/es. lo que vale para todos. En otro·sentido, puede decirsec¡u'?i'sl!.?;/¿f¡
que es válido en todo instante ... Considerado como ser·;"; .... "\
940
KIERKEGAARD ¡
También puede formularse la paradoja diciendo que existe ( Para un cristiano, fa ética es sólo
un deber absoluto hacia Dios porque, en este deber, el indi- obediencia a la voluntad de Dios.
viduo se refiere, en cuanto tal en modo absoluto, al Absoluto.
Veamos una paradoja de este tipo en la historia de Abraham. ( Sí se decide por Dios, los criterios "J
Desde el punto de vista moral, la relación que lo liga a Isaac
se expresa diciendo que el padre debe amar al hijo. Esta rela-
de la ética se tornan relativos. A,
ción moral desciende así a lo relativo frente a la relación ab-
soluta con Dios.
Si se pregunta por qué, Abraham no puede responder otra ( El acto de Abraham es, por una
cosa que esto: que es una prueba, una tentación, lo que ex- parte, egoísta, pero por otra es
presa la unidad de una conducta en la que él actúa por amor un acto de obediencia,
a Dios y por amor a sí mismo.
941 [
COMTE
Comte
1798-1857
ue el propio Auguste Comte
F quien sintetizó en pocas y efica-
ces palabras su recorrido intelectual:
«Había cumplido catorce años y ya
sentía la necesidad fundamental de
una regeneración universal, a la vez
política y filosófica, bajo el activo im-
pulso de la saludable crisis produ-
cida por la Revolución francesa, cu-
ya fase principal se produjo antes de
mi nacimiento. La luminosa in-
fluencia de una iniciación en las ma-
temáticas en el seno de mi familia,
felizmente desarrollada en la Escuela
Politécnica de París, me hizo pre-
sentir de forma instintiva la única vía
intelectual que podía conducir real-
mente a esta gran renovación: la ley
de las tres etapas». Comte dedicó to-
da su vida a esclarecer el significado
de esta ley, desarrollando una doc-
trina filosófica (que fue asimismo una
nueva visión del mundo, una verda-
dera religión) a la que denominó po-
sitivismo. No tuvo una vida fácil ni
afortunada: en 1826, una violenta cri- Retrato
· ·
de Comte, por A Etex, conservado en el Temple
sis nerviosa lo llevó al manicomio, y de¡ "Humanité de París.
la desenfrenada hostilidad de los me-
dios académicos contra su Cursa de
filosofía positiva le impidó obtener la
anhelada cátedra de matemáticas en la Escuela Politécnica. Comte renunció a los in-
gresos de su obra y vivió pobremente, con la sola ayuda ele amigos y discípulos. Eh
sus últimos años de vida se acentuaron sus intereses religiosos y fundó una nueva
Iglesia (un culto ele la humanidad y de la ciencia), de la que se proclamó sumo pon-
tífice y que definió con minuciosos detalles litúrgicos.
942
COMTE
Esta ley consiste en el hecho de que cada una de nuestras Tres son las grandes etapas del
concepciones fundamentales, cada sector de nuestro conoci- desarrollo: teológica, metafísica
miento, pasa sucesivamente a través de tres etapas distintas: y científica.
la etapa teológica o ficticia, la etapa metafísica o abstracta y la
etapa científica o positiva.
En otras palabras: el espíritu humano, por su naturaleza, Cada etapa describe un modo
adopta sucesivamente tres métodos de filosofar en todas sus global de entender el mundo.
investigaciones, cuyo carácter es esencialmente diferente e in-
cluso opuesto: al principio, el método teológico, luego el me-
tafísico y, por último, el método positivo. De ahí provienen tres
tipos de filosofía o de concepción general sobre el conjunto de
los fenómenos, que se excluyen mutuamente. La primera es el
punto de partida necesario de la inteligencia humana; la ter-
cera, su sistematización definitiva y fija, mientras que la se~
gunda vale sólo corno momento ele tránsito.
En la etapa teológica, el espíritu humano orienta sus inves- / En la etapa teológica se explican los,,
tigaciones fundamentalmente hacia la naturaleza íntima de las \ fenómenos naturales con fa
cosas, las causas primeras y las causas últimas de todos los intervención de la divinidad.
943
COMTE
fa etapa metafísica, los dioses En la etapa metafísica que, en el fondo, no es sino una sim-
son sustituidos por principios ple modificación general de la anterior, los agentes sobrenatu-
abstractos. rales han sido sustituidos por fuerzas abstractas, verdaderas en-
tidades inherentes a los diversos seres del mundo y concebidas
como capaces de producir ellas mismas todos los fenómenos
observados, cuya explicación consiste en asignar a cada uno la
entidad correspondiente.
¡:-- En la etapa científica, las \, Por último, en la etapa positiva, reconociendo la imposibili-
L'.' matemáticas se aplican al estudio dad de alcanzar las razones absolutas, el espíritu humano re-
de fas leyes físicas. nuncia a buscar el origen y el destino del universo y a conocer
las causas íntimas de los fenómenos, para dedicarse únicamente
a descubrir, con el oportuno uso combinado del razonamien-
to y la observación, sus leyes efectivas: es decir, sus relacio-
nes invariables de sucesión y semejanza. La explicación de los
hechos, reducida, pues, a sus términos reales, no es ya otra co-
sa que el vínculo puesto entre los diversos fenómenos parti-
culares y algunos hechos generales. De ahí deriva el progreso
de la ciencia, que tiende cada vez más a reducir el número de
leyes.
F<'La teoría newtonfana explica una Así, para citar el ejemplo más admirable, decimos que los
f~erie de fenómenos ligados al peso fenómenos generales del universo son explicables, en cuan-
de los cuerpos... to ello sea posible, por la ley newtoníana de la gravedad, por·
que por un lado esta hermosa teoría nos muestra toda la m ..
944
COMTE
Determinar qué son en sí mismos atracción y peso, cuáles { ... pero ha renunciado a explicar qu~
sus causas, son problemas que consideramos insolubles, que es el peso en sí.
no pertenecen al dominio de la filosofía positiva y que aban-
donamos con razón a la imaginación de los teólogos o a las su-
tilezas de los metafísicos.
Explicaciones de esta índole -que hacen sonreír cuando <.' La cíencia evita preguntarse cuá{~-5:"'.'.
se pretende conocer la naturaleza íntima de las cosas y el _ la naturaleza íntima de los objetos)¡
modo en el que se generan los fenómenos- son, sin embar- que mide. '·"
go, todo cuanto podemos obtener como más satisfactorio,
en cuanto nos muestran como idénticos dos órdenes de fe-
nómenos que durante largo tiempo fueron considerados sin
relación entre sí. Ningún espíritu sano intenta hoy ir más a
fondo.
REDUCCIONISMO
Es la convicción, típica del positivismo, de que todos los fenómenos
-sean éstos naturales, de la vida o del espíritu- son producto de sis-
temas complejos, pero siempre descomponibles en sus partes sim-
ples, mecánicas y materiales. Puesto que la operación reduccio-
nista no se desarrolla con la misma facilidad en todos los ámbitos
del saber, el positivismo terminó proponiendo un orden jerár-
quico de las diversas disciplinas a partir de la física, considerada
el modelo insuperable y perfecto al que todas las ciencias de-
bían adecuarse.
POSITIVISMO
El positivismo fue un vasto y complejo movimiento del pensamiento
que, surgido en la Francia de mediados del s. x1x, se difundió después
por todo Occidente hasta convertirse en la tendencia hegemónica en
la cultura de ese fin de siglo. Sus características fueron la optimista con- dotilde de Vaux (1814-1846),
fianza en la ciencia y en el progreso tecnológico y una fuerte polémi- amiga de Comte y sacerdotisa
ca contra la filosofía tradicional, acusada de abstracción y dogmatis- del Gran Ente, la religión
mo. El método positivo proclama el determinismo, el materialismo y el positivista de la humanidad
reduccionismo. fundada por el filósofo en los
últimos años de su vida.
945 L
MARX
Marx
1818-1863
inrich Karl Marx nació en Tréveris,
E Alemania. Sus padres, de origen ju-
dío, habían renunciado a la religión a
causa de las leyes antisemitas entonces
vigentes en el Palatinado. Tras graduar-
se en la Universidad de Berlín, se em-
pleó como periodista y pronto llegó a
ser redactor de la «Rheinische Zeitung»
( «Gaceta de Renania»).
Expulsado de Prusia por sus ideas re-
volucionarias, emigró a París, donde
tuvo ocasión de relacionarse con los
mayores exponentes del movimiento
anarquista (el francés Proudhon y el ru-
so Bakunin) y, sobre todo, con Friedrich
Engels, quien sería su amigo, mecenas
y colaborador a lo largo de toda su vida.
Durante su estancia parisina escribió los
Manuscritos económico-filosóficos (1844),
que nunca publicó. Expulsado también
de París, huyó a Bruselas, donde en 1848
dio a la prensa el Manifiesto Comunista,
escrito en colaboración con Engels.
Se vio obligado a abandonar Bélgica y
encontró refugio definitivo en Londres,
donde pasó el resto de su vida. Sólo la
Retrato fotográfico de Marx.
ayuda económica de Engels le permitió
mantener a su numerosa familia, pese a
las restricciones de todo tipo, y llevar a cabo un vasto programa de investigación his-
tórica, política y económica que desembocó en El capital, la monumental obra cuyo
primer volumen apareció en 1867 (los otros dos los publicó póstumamente Engels).
A la investigación teórica, Marx añadió una intensa actividad como organizador po-
lítico que culminó en 1864 con la fundación de la Primera Internacional de
Trabajadores.
Obras principales: Tesis sobre Feuerbach (1845); La sagrada familia (1845); La ideo-
logía alemana (1846); Miseria de la filosofía (1847); Manifiesto del Partido Comunista
(1848); Crítica de la economía política (1859); Crítica al programa de Gotha (1875);
El capital (tres volúmenes, publicados en 1867, 1885 y 1894, respectivamente).
! 946
MARX
La historia es lucha
de clases 176
EL PROBLEMA ¿Puede definirse la ley de desarrollo se verifica según esquemas mecanicistas, sino siguiendo
de la historia? las leyes de la dialéctica descubiertas por Hegel (véa-
LA TESIS El Manifiesto Comunísta (del que se extraen se 157). El mundo feudal, el capitalismo burgués y
los textos de esta antología) representa la más perfec- la futura sociedad comunista son, respectivamente, la
ta ejemplificación divulgativa del materialismo dia- tesis, la antítesis y la síntesis de una compleja tríada
léctico. Por una parte, según Marx, la interpretación dialéctica. Cada momento histórico posee una iden-
de la historia requiere la adopción de un criterio ma- tidad específica propia, pero desarrolla en su seno aque-
terialista, puesto que el motor del desarrollo históri- llas contradicciones que a la larga producirán su su-
co reside en las condiciones económicas concretas y peración. En consecuencia, la dialéctica hegeliana debe
no en las convicciones ideales, en las normas jurídi- mantenerse pero vuelta del revés, colocando como su-
cas o en las luchas políticas. Por otra parte, sin em- jeto el movimiento histórico real, no el Espíritu, la
bargo, la evolución de las estructuras productivas no Idea o el Absoluto, sino el desarrollo de la economía.
• La historia de todas las sociedades que han existido has- Toda la historia se reduce a la lucha
ta el presente es la historia de la lucha de clases. Libre y es- de clases.
clavo, patricio y plebeyo, barón y siervo de la gleba, miem-
bro de la corporación y aprendiz, en una palabra, opresor y
oprimido, se han encontrado siempre el uno enfrentado al otro;
han librado ininterrumpidamente, de forma abierta o encu-
bierta, una lucha que en ocasiones concluyó con una trans-
formación revolucionaria de toda la sociedad, o con la común
ruina de las clases en lucha.
En las más lejanas épocas de la historia encontramos casi por En todos los períodos históricos ha
doquier una completa articulación de la sociedad en diversos habido una clase dominante y otra
órdenes o estados, una gama multiforme ele posiciones socia- explotada.
les. Patricios, caballeros, plebeyos y esclavos en la antigua Roma;
señores feudales, vasallos, miembros de las corporaciones, apren-
dices y siervos de la gleba en la Edad Media y, además, casi
todas estas clases contienen otros estamentos sociales.
947
MARX
burguesía ha desmitificado la Ha ahogado en las gélidas aguas del cálculo los sagrados te,
ideología religiosa medieval. mores del fervor religioso, de la exaltación caballeresca y de las···
cuitas de los pequeños burgueses. Ha situado entre lasjlusio~
nes la dignidad personal; ha situado tan sólo a la inconscienc
te libertad de comercio en el lugar de las libertades garantiza,·
das, gratuitas y plenamente adquiridas. En una palabra: há
situado la explotación árida, directa y descarnada, en lugar
de la explotación enmascarada con ilusiones religiosas y poli~/·
ticas. La burguesía ha privado de su aureola a todas las activi'¡\,
dades hasta entonces venerables y consideradas con religio~cf'¡.
temor. Ha transformado en trabajadores asalariados al médic:ót:
al jurista, al sacerdote, el poeta y el científico. ··
¡>Ha. transformado la familia en una La burguesía ha arrancado el velo a sus patéticas y serttié'.'
empresa económica. mentales relaciones familiares y les ha atribuido una. mera_ r,e;;,.; ·
ladón económica. ··
'C Colonialismo y globalización del El impulso hacia una salida para sus productos caclaye~:~¡</~
[~comercio han abolido las fronteras amplia lleva a la burguesía a competir en todo el globo terr~t .
económicas. queo. Debe establecerse en todas partes, ensancharse en}º(>
das partes, en todas partes establecer contactos. A.travésd~·!.,>::·.:. .c:·-·,,,,::''.ª
explotación de los mercados mundiales, la burguesfa ha ot91\, O¡ ,i<rl
gado un carácter cosmopolita a la producción y al conS11T'()·.e:r,\¿.(-:\::.:'.)--?"'
todos los países. Con gran disgusto de los reaccionarios, le.~a,¡· ': ·
robado a la industria el soporte del suelo nacional. ·· ..-¡ '''")fo¡J,. ·
-<:: >s
¡-- Las materias primas, a menudo en Las antiguas industrias nacionales fueron ahogadas .Y:J.''·
i zonas pobres del planeta, se núan siéndolo. Han sido suplantadas por nuevas-indm:t~
--- · · convierten en un problema. cuya introducción se convierte en una cuestión de
J 948
1
MARX
Las antiguas necesidades, que eran satisfechas por la pro- ( La dimensión internacional de la
ducción nacional, son sustituidas por necesidades que exigen economía relativiza el papel del ~]
productos provenientes de tierras y climas lejanos. La circu- Estado nacional.
lación y la interdependencia multilateral entre las naciones
sustituyen a la antigua autosuficiencia y al aislamiento local y
nacional.
Lo mismo sucede con las producciones del espíritu. Los pro- Se acaban las culturas nacionales.
ductos espirituales de cada nación se convierten en un bien
común. La unilateralidad y las restricciones nacionales cada
vez más se tornan imposibles, y de las diversas literaturas na-
cionales y locales surge una literatura mundial.
Y como en el caso del medio rural respecto a la ciudad, del ( El dominio de Occidente.
mismo exacto modo, la burguesía ha finalmente conseguido
que Oriente dependa de Occidente, que los pueblos campe-
sinos dependan de los burgueses y las naciones total o par-
cialmente bárbaras, de las naciones civilizadas.
La burguesía elimina cada vez más la dispersión de los me- El Estado capitalista es
dios de producción, de la propiedad y de la población. Ha con- concentrador.
densado a la población, centralizado los medios de producción
y concentrado la propiedad en pocas manos. La consecuencia
inevitable ha sido la centralización política. Provincias inde-
pendientes, tal vez apenas confederadas, con intereses, leyes,
gobiernos y aduanas distintos, han sido unificadas en una na-
ción y bajo un solo gobierno, una sola ley, un solo interés de
clase nacional y una única aduana.
949 r
MARX
El progreso tecnológico ha Aun cuando la burguesía detenta el dominio de clase sólo.des- '
transformado la naturaleza, ha de ha,ce un siglo, ha generado fuerzas productivas colosalés/,c>
creado un mundo nuevo. un .numero mayor de cuantas hayan generado todas las ge)1~~ ::\:_:,:(·i
rac10nes pasadas. Sometimiento de las fuerzas naturales _-in_a-/ ' ,
quinarias, aplicación de la química a la industria y la agric1Jlt
tura, navegación a vapor, vías férreas, telégrafo eléctrico, culti'V_Cf<--_;::-:~:\
de inmensas extensiones de tierra, navegación de lqs ,r_íos _111.}/"-;:
deos de población surgidos como por encanto ... ¿Qué ot;o,si,,''
glo anterior tuvo el presentimiento de que en el seno del trabajh5
social estuviesen adormecidas tales fuerzas productivas? --":-<{\
capitalismo se ha desarro!fado a Ya se ha visto que los medios de producción -y d~d11it~i\f/.-r
partir de las contradicciones del cambio sobre cuya base se construyó la burguesía- fuerori-g~~/<i-<
feudalismo. nerados en la sociedad feudal. En un determinado estadio del
desarrollo, estos medios de producción y de intercambfoc,ios
lugares en los que la sociedad feudal producía e intercam):,fac
ba, la organización feudal de la agricultur~·Ly la manufacu_~,t~;-___ ,
en síntesis, las relaciones feudales de propiedad- ya no s~ ;,
correspondían con las fuerzas productivas desplegadas/\
Atrasaban la producción en lugar de ayudarla a progresar/8e,,:;!
transformaron en otras cadenas, Debían ser destruidos .yfg!"t.}•;c:
ron destruidos. En su lugar irrumpió la libre competencia,5<11¡,'tf
su correspondiente constitución política y social y.con_el:_p_q/f
der económico y político de la clase burguesa. · ,.,
Adiferencia del pasado, la causa de En las crisis comerciales se destruye regularmente no, d~1¿'~tjfJi¡;ir
' las crisis es la superproducción de gran parte de los productos acabados, sino también de lasJg,e,ré','' <
mercancías. zas productivas a disposición. En la crisis estalla una epideJ.l;!j~r--
social que parecería un contrasentido respecto de todas las-épb_-i
cas precedentes. La sociedad se encuentra de pronto retroc_e~
diendo a una condición momentánea de barbarie. Es com_o_-sJ
una gran carestía o una guerra ele exterminio le hubiese c9r_tad9
todos los víveres; la industria y el comercio parecen ai1iquilad0,_$,~ ,
¿Por qué? Porque la sociedad posee demasiado comercio, ,de,-,
masiacla industria, demasiados víveres, demasiada civilíza_ción/
950
MARX
¿Con qué medios la burguesía supera las crisis? Por una par- Cada crísís cíclíca se supera
te, con la destrucción forzada de una cantidad de fuerzas pro- provísionafmente ensanchando
ductivas y, por otra, con la conquista de nuevos mercados y el sistema capitalista.
con la explotación más radical de los antiguos. ¿ Con qué me-
dios, pues? Preparando crisis más violentas y generales y re-
duciendo los medios para prevenirlas. Las armas con las que
la burguesía echó por tierra al feudalismo se dirigen ahora con-
tra la propia burguesía.
La burguesía, sin embargo, no sólo ha construido las ar- El papel del proletariado.
mas que la conducirán a la muerte, sino que también ha pro-
creado los hombres que deberán empuñar esas armas: los tra-
bajadores modernos, los proletarios.
COMUNISMO
Es la sociedad sin clases -y, por lo tanto, sin Estado- que inevitablemente
seguirá a la fase burguesa-capitalista de la historia, tras una temporal
fase intermedia: la dictadura del proletariado. En el comunismo no exis-
tirá ya la propiedad privada de los medios de producción (las fábricas);
la riqueza social se distribuirá según el principio siguiente: a cada uno
según sus necesidades, para cada uno según su capacidad.
REVOLUCIÓN
La victoria revolucionaria del proletariado es una etapa inevitable de la
historia. En palabras de Marx, «el progreso de la industria, de la que la
burguesía es el vehículo ·,nvoluntario y pasivo, no lleva al aislamiento
de los obreros a través de la competencia, sino a la unión revolucio-
naria mediante la asociación. Con el desarrollo de la gran industria se
le quita a la burguesía el sostén del fundamento mismo sobre el que
produce y adquiere productos. Produce, antes que ninguna otra co-
sa, a sus propios sepultureros. Su declive y la victoria del proletariado Crisís de superproducción y
son igualmente inevitables». colapso del capitalismo.
951
MARX
EL PROBLE1\1A ¿Cuáles son las razones que hacen ne- contra los desastres sociales producidos por la pro-
cesario el advenimiento del comunismo? piedad privada, sino que acabará finalmente por im-
LA TESIS La clase burguesa nace en el seno del mun- ponerse como única solución posible del desarro-
do feudal, lo niega y lo supera dando origen a la so- llo histórico. Así pues, la revolución proletaria es
ciedad capitalista. Pero, para la ley del devenir dia- absolutamente inevitable; no es un acto de justicia
léctico, el desarrollo del capitalismo comporta la puesto que la clase obrera no tiene ningún ideal qu;
emergencia del proletariado y de las contradicciones realizar, sino el resultado necesario del devenir real
que producirán su superación. La sociedad comu- de la historia. El comunismo no es un ideal al que la
nista no nacerá como consecuencia de una tensión realidad deberá conformarse, sino el movimiento real
ética o utópica, de la carga de prédicas moralizantes que suprime el estado de cosas existente.
1.a. lucha obrera nace como protesta • El proletariado pasa a través de distintos grados de desa-
• individual y de grupo. rrollo. Su lucha contra la burguesía comienza con su existen-
cia. Al principio son obreros individuales que luchan; luego,
los obreros de una fábrica; después, los trabajadores de un sec-
tor en un lugar dado. Todos se aúnan contra los burgueses que
los exploran en forma directa.
;Al principio, los obreros identifican No dirigen sus ataques solamente contra las relaciones bur-
kjl}as_ máquinas como su enemigo. guesas de producción, destruyendo las mercancías extranjeras
que compiten con las que ellos producen: destruyen las má-
quinas, dan fuego a las fábricas, tratan de reconquistar las po-
siciones, ya superadas, del trabajador medieval. En esta fase,
los obreros forman una masa dispersa por la competencia y di-
fundida por todo el país. La cohesión de un gran número de
obreros no es todavía consecuencia de su unión, sino más bien
de la unión de la burguesía, la cual, para alcanzar sus propios
fines políticos, debe poner en movimiento a todo el proleta,
riado, y todavía es capaz de hacerlo.
la lucha obrera está, al principio, En esta fase, pues, los proletarios no luchan contra sus ene-
hegemonizada por la burguesía. migos, sino contra los enemigos de sus enemigos: los restos de
la monarquía absoluta, los propietarios, los burgueses que no
son industriales, los pequeños burgueses. Todo el movimiento
histórico está concentrado en manos de la burguesía; cada vic-
toria que se obtiene es una victoria de la burguesía.
las crisis cíclicas del capitalismo La creciente competencia entre burgueses y las crisis e?~
aceleran la unificación del merciales que de ellas derivan tornan cada vez más precano
proletariado. el salario obrero. El rápido desarrollo y el incesante mejora-
miento de las máquinas tornan inseguras sus condiciones de
952
1
MARX
De vez en cuando ganan los obreros, pero no de manera de- La centralización de las luchas
finitiva. El resultado efectivo de su lucha no es el éxito inme- obreras está favorecida por las
diato, sino más bien la cada vez más difundida unión de los nuevas tecnologías industriales y
obreros. Tal unión está promovida por el crecimiento de los por la rapidez en las
medios de comunicación producidos por la gran industria y comunicaciones.
que ponen en contacto a los obreros de diversos lugares. En
una lucha de clases, esta conexión es necesaria para centrali-
zar muchas luchas locales extendidas por doquier en una lu-
cha nacional del mismo carácter. Toda lucha de clases es, sin
embargo, una lucha política. Y la unión, que costó siglos a los
burgueses de la Edad Media con sus carreteras vecinales, la
realizan los modernos proletarios en pocos años gracias al
ferrocarril.
Esta organización en clase de los proletarios -y por lo tanto La tendencia a fa formación de una
en partido político-, puede saltar e1:1, cualquier momento por clase compacta es irreversible.
953
MARX
;.La causa del proletariado conquista Por último, cuando la lucha de clases se aproxima a su re-
· parte de los sectores intelectuales solución, el proceso de disgregación en el seno de la clase do-
burgueses. minante, en el seno de toda la vieja sociedad, asume un ca-
rácter tan áspero y violento que una pequeña parte de la clase
dominante se separa y se une a la clase revolucionaria: esto es,
1 a la clase que tiene el porvenir en sus manos. Así como en el
I' pasado una parte de los nobles se volcó hacia la burguesía,
ahora una parte de los burgueses -en particular esa parte de
i los ideólogos burgueses que se ha elevado a la comprensión
teórica del conjunto del movimiento histórico- se suma al pro-
letariado.
pro/etarización creciente impulsa De todas las clases que hoy en día se enfrentan a la burgue-
a las clases medías al sía, sólo el proletariado es una clase realmente revoluciona".'
conservadurismo. ria. Las otras clases caen en la ruina y mueren con la gran in-
dustria; el proletariado es su producto más específico. Las clases
medias, los pequeños industriales, los pequeños comerciantes,
los artesanos, los campesinos, todos combaten a la burguesía
para evitar su desaparición como clases medias. No son, pues,
revolucionarios, sino más bien conservadores. Además, son
reaccionarios porque tratan de que vuelva atrás la rueda de la
historia. Cuando son revolucionarios, lo son para acercarse al
proletariado; es decir, que no defienden sus intereses presen-
tes sino los futuros, y abandonan su específico punto de vista
para situarse en el del proletariado.
El subproletariado como fuerza de La hez proletaria, esa putrefacción pasiva de los estratos rn~s
choque de la burguesía. bajos de la antigua sociedad, puede verse catapultada al _movi-
miento a causa de una revolución proletaria. Estará mas dis-
puesta a dejarse comprar por intrigas reaccionarias, de con-
formidad con el conjunto de sus actitudes vitales.
954
MARX
Las condiciones de vida de la vieja sociedad están ya anu- Las mutadas condiciones de vida
ladas en las condiciones de vida del proletariado. El proleta- hacen al proletariado ajeno a la
riado carece de propiedades: sus relaciones con esposas e hi- ideología burguesa.
jos no tienen nada en común con las relaciones de la familia
burguesa; el trabajo industrial moderno, la moderna sumisión
al capital -siempre la misma, tanto en Inglaterra como en
Francia, en América como en Alemania- le ha extirpado todo
carácter nacional. La ley, la moral, la religión, son para los pro-
letarios otros tantos prejuicios burgueses, tras los cuales se
ocultan otros tantos intereses burgueses.
Todas las clases precedentes, aquellas que conquistaron el El proletariado no posee nada ni
poder, han tratado de asegurarse las posiciones ya ganadas y tiene nada que perder; por eso
no han dejado de sujetar a toda la sociedad a las condiciones vencerá.
de su beneficio. Los proletarios pueden conquistar las fuerzas
productivas de la sociedad sólo en el momento en que revo-
can el sistema de apropiación concreto, y por ello el conjunto
de los sistemas de apropiación existentes hasta entonces. Los
proletarios no tienen que asegurarse nada de lo que es suyo:
han de destruir toda la seguridad privada y todas las asegu-
raciones privadas hasta entonces existentes.
Todos los movimientos surgidos en el pasado fueron movi- La revolución proletaria será la
mientos de minorías o del interés de las minorías. El movi- primera revolución de fa mayoría..
miento proletario es el movimiento autónomo de la inmensa
mayoría en interés de la inmensa mayoría. El proletariado, es-
trato más bajo de la actual sociedad, no puede alzarse, no pue-
de enderezarse sin que salte por los aires toda la superestruc-
tura de los estratos que forman la sociedad oficial.
Al principio, la lucha de los proletarios contra la burguesía En los comienzos la lucha proletaria
es nacional -si bien no por el contenido, sí por la forma que puede tener una dimensión '
reviste-. El proletariado de cada país debe, en primer lugar, nacional.
actuar deprisa con su propia burguesía.
Todas las sociedades hasta el presente se han basado en la Sin revolución no hay posibilidad de ·
oposición de las clases que oprimen y de las clases oprimidas. mejoras para el proletariado. La
Pero para poder oprimir a una clase hay que asegurarle las con- tendencia es hacia el progresivo
diciones mediante las que pueda conservar al menos y a du- empeoramiento.
ras penas su propia existencia servil. El siervo de la gleba se ele-
vó, en su servidumbre, hasta la dignidad de miembro del
Común, como el pequeño burgués lo hizo hasta convertirse en
burgués: bajo el gobierno del absolutismo feudal. El obrero mo-
derno, por el contrario, en lugar de elevarse con el progreso de
la industria, desciende cada vez más dentro de las condiciones
de su clase. El obrero se vuelve pobre y la pauperización se de-
sarrolla aún con mayor rapidez que la población y la riqueza.
De ello se deduce con claridad que la burguesía es incapaz de El producto final del capitalismo es
permanecer a largo plazo como clase dirigente de la sociedad y una insostenible pauperización de
de imponer a ésta como ley reguladora sus propias condiciones las masas. ...
esenciales de vida. Es incapaz de dominar porque es incapaz de
asegurar la existencia de su esclavo en los límites de su esclavi-
tud, porque se ve obligada a dejarlo hundirse en una posición en
la que debe alimentarlo, en lugar de ser alimentado por él.
955
MARX
956
NIETZSCHE
Nietzsche
1844-1900
s cierto que Friedrich Nietzsche
E fue consciente de su destino:
«Conozco mi suerte: se ligará mi nom-
bre al recuerdo de una crisis como no
hubo otra en la Tierra. Yo no soy sólo
un hombre; yo soy dinamita. Con-
tradigo como nunca nadie lo ha hecho
antes». Transcurrido ya un siglo de su
muerte, esa profecía puede darse por
cumplida. Tanto se lo considere el fi-
lósofo del nazismo o, por el contrario,
como el profeta de la crisis de su siglo
en Occidente, Nietzsche continúa sien-
do, con diferencia, el pensador más in-
fluyente de todo el s. xx. E incluso más
allá de los limites de la filosofía.
Con sólo veinticuatro años obtuvo una
cátedra en la Universidad de Basilea,
tras haberse licenciado en filología clá-
sica en Bonn. Allí estrechó lazos de
amistad con Richard Wagner y leyó El
mundo como voluntad y representación
de Schopenhauer. Su brillante carre-
ra académica se interrumpió diez años
más tarde, en 1879. A la decisión de
abandonar la enseñanza por serios pro-
blemas de salud, le siguió un largo pe- Nietzsche retratado por E Costantini.
ríodo de agitados viajes a Suiza, Fran-
cia e Italia. A esta etapa -originada tras
la ruptura con Wagner y la superación del pesimismo de Schopenhauer- pertene-
cen sus obras más significativas. El 3 de enero de 1889, estando en Turín, padeció una
crisis de locura (causada por la agudización de una enfermedad venérea contraída en
su juventud) de la que no logró restablecerse. Vivió la última década de su vida
confiado al cuidado de su madre y, más tarde, de su hermana.
957
NIETZSCHE
Apolíneo y dionisiaco son dos • Habremos dado un gran paso para la ciencia estética cuan-
aspectos fundamentales de la do lleguemos no sólo a la comprensión lógica, sino también a
espiritualidad. la inmediata seguridad de la. intuición de que el desarrollo
del arte está vinculado a la duplicidad de lo apolíneo y lo. dio,
nisíaco. Y lo está del mismo modo que la generación depénde
de la dualidad de los sexos, a través. de una constante Juc_hay
de una pacificación que sólo se produce periódica_meti_te;_ :: -
. El espíritu apolíneo se expresa en De sus dos divinidades artísticas, Apolo y Dioniso, procede
Lfas artes plásticas; el dionisíaco, en nuestro conocimiento de que en el mundo griego existe u_na
la música. enorme contraposición, por orígenes y fines, entre el arte del
escultor -que es apolíneo-y el arte no figurativo de la músi-
ca -o bien el arte de Dioniso-.
El mundo griego halló en la Estos dos impulsos, tan diferentes entre sí, marchan·a la par,
tragedia una síntesis entre ambas uno al lado del otro, por lo general en abierto contraste entre
tendencias. sí y estimulándose mutuamente a parir frutos cada vez más vi-
gorosos para perpetuar en ellos la lucha de aquella antítesis que
el término general de arte supera sólo en apariencia. Hasta que
al final, gracias a una milagrosa intervención metafísica de la
voluntad helénica, aparecen juntos, y en ese emparejamiento
producen finalmente la obra de arte tanto dionisíaca como apo~
línea, que es la tragedia griega.
Sueño y embriaguez corresponden Para aproximarnos más a estos dos impulsos, comencemos
a apolíneo y dionisiaco, por imaginarlos como los mundos artísticos separados del sue-
respectivamente. ño y de la ebriedad; entre estos fenómenos fisiológicos se no-
ta un contraste correspondiente al que subsiste entre lo apolí-
neo y lo dionisíaco.
958
NIETZSCHE
La bella imagen de los mundos del sueño, en la produc- / El mundo del sueño es a la vez vita!J
ción de los cuales el hombre es un gran artista, es la premisa \ e ilusorio. -:{ij
de todo el arte figurativo y, como veremos, de una importan-
te parte de la poesía. Obtenemos goce de la comprensión in-
mediata de la figura; todas las formas nos hablan, nada hay de
indiferente o superfluo. Sin embargo, a pesar de la máxima vi-
talidad de esta realidad de sueño, continuamos percibiendo el
resplandor de la ilusión: ésta es, al menos, mi experiencia, tan
frecuente y asimismo común, que podría aportar diversos tes-
timonios y las opiniones de los poetas.
El hombre filosófico alimenta en primer lugar el presenti- Que los sueños son la realidad
miento de que también detrás de esta realidad, en la que exis- verdadera es algo que ya afirmó
timos y vivimos, se oculta una segunda, totalmente diferen- Schopenhauec
te, y que también ésa es tan sólo ilusión. Schopenhauer describe,
además, el talento natural de algunos a los que de tanto en tan-
to las cosas y las personas se le manifiestan como simples fan-
tasmas o imágenes de sueño, como el signo de una aptitud
filosófica.
Pues bien: así como el filósofo se comporta con la realidad El artista apolíneo interpreta la
de la existencia, así el hombre sensible al arte se comporta con realidad tal como el hombre común'
la realidad del sueño: observa atentamente y de buen grado, interpreta los sueños. -'
pues a través de esas imágenes se explica la vida; y a través de
esos hechos, se ejercita para la vida. Pero no sólo percibe en
sí, en su totalidad, imágenes placenteras y amigas: le pasan por
delante también las cosas serias, sombrías, tristes, oscuras, los
obstáculos imprevistos, las ironías del destino, las espantosas
esperas; en una palabra, toda la Divina Comedia de la vida,
Infierno incluido, y no se trata sólo de un juego de sombras
(porque él vive y sufre en estas escenas) y en cualquier caso
nunca falta aquella fugaz sensación de ilusión. Quizá algunos,
como yo, recuerdan en ocasiones que en los peligros y temo-
res del sueño se han puesto a gritar para darse valor, y con éxi-
to: ¡Es un sueño! ¡Quiero seguir soñando!
La verdad suprema, la perfección de estos estados en con- La inspiración apolínea nace del
traposición a la realidad cotidiana, comprensible de manera acuerdo con la armonía de fa
incompleta, y también la profunda conciencia de la naturale- naturaleza.
za -que en el sueño y en el soñar cura y ayuda-, son la ana-
logía simbólica de la facultad vaticinadora y en general de las
artes, gracias a las cuales la vida es posible y en todo digna
de ser vivida.
Pero también esa delicada línea de confín, que la imagen oní- El mundo onírico no es caos, sino
rica no puede atravesar si no es asumiendo un efecto patoló- libertad creativa. Apolo es
gico (en caso contrario la imagen nos conduciría al engaño co- luminoso, solar.
mo burda realidad) no puede faltar en la figura de Apolo: esa
959
NIETZSCHE
Cuando millones
se hinquen en el polvo •..
1 EL PROBLEMA ¿Qué es el espíritu dionisíaco? ¿Cómo to preciso del espacio y del tiempo,
!
1 debe situarse el hombre respecto de la vida? de los demás individuos y ele los objetOs de!Lniun,do.
LA TESIS Dioniso es la imagen de la vida, la sa1ud y exterior. Nada, sin embargo, hay-de externc><,pata
la juventud. Es instinto, pasión y ebriedad creati- quien anula el sentido de sí mismo. El hombre-_dio:...
1 va: describe la condición de un hombre aún perfec- nisíaco, sea el Superhombre o el loco, el ebrio atur-
.11 tamente integrado en la naturaleza. Quien experi- dido por el vino o las drogas, participa de fa vida'de
menta el éxtasis dionisíaco supera el principio de forma directa y sin mediaciones; superanclO lós H~
·11 individuación (principiwn inclívicluationis): es decir, mites entre sí mismo y el mundo, retorna a ser Una
aquella premisa de la vida ordinaria por la cual se simple parte de la naturaleza, percibiéndose como
¡I es, y uno se siente, un individuo situado en un punH tal y nada más.
Hay momentos en los que el ., Schopenhauer ha descrito el inmenso horror que invade al
carácter ilusorio de toda la hombre cuando de repente confunde las formas de conoci-
1 conciencia se toma manifiesto, miento de la aparición, puesto que el principio de la razón; en
cualquiera de sus manifestaciones, parece asumir una excep~
ción.
960
NIETZSCHE
Si a este horror se añade el .estático arrebato que brota de En otros momentos se puede
la más íntima interioridad del hombre -más aun: de la natu- perder la conciencia de la propia
raleza- por la misma violación del principium individuationis, individualidad personal.
echamos entonces una mirada a la esencia de lo dionisíaco, a
la que nos aproximamos principalmente a través de la analo-
gía con la ebriedad.
O por influjo de bebidas narcóticas, alabadas por todos los La ebriedad dionisíaca se puede
hombres y los pueblos de los orígenes, o por la poderosa pro- alcanzar a través de las drogas.
ximidad de la primavera, que penetra alegremente a toda la na-
turaleza, se despiertan esos impulsos dionisíacos, en cuya exal-
tación lo subjetivo se desvanece en el completo olvido de sL
También en la Edad Media alemana, batallones cada vez más Ciertas manifestaciones patológicas '
densos se agitaban bajo el mismo poder dionisíaco, cantando ocultan la emergencia de lo
y bailando de pueblo en pueblo: en estos bailes de Sau Juan dionisíaco.
y de San Vito reconocemos los coros báquicos griegos.
La tierra ofrece espontáneamente sus frutos y los animales la dimensión dionisíaca pone en
feroces de las montañas y de los desiertos se acercan mansa- contacto con las leyes profundas
mente. El carro de Dioniso está cubierto de flores y guirnal- y ocultas de la naturaleza.
das: bajo su yugo avanzan el tigre y la pantera. Inmortalícese
el Himno a la alegría de Beethoven en un cuadro, y no nos que-
demos cortos en nuestra imaginación: cuando millones se hin-
quen estremecidos en el polvo, entonces será posible aproxi-
marse a lo dionisíaco.
Ahora el esclavo es un hombre libre; ahora, infrínjanse las Dioniso subvierte las reglas sociales,
inflexibles y hostiles limitaciones que la necesidad, el arbitrio la etiqueta y la buena educación: es
o la costumbre descarada han impuesto entre los hombres. el dios de la locura.
Ahora, en el Evangelio de la armonía universal, cada indivi-
duo no sólo se siente cerca, reconciliado, fusionado con su pró-
jimo, sino que, además, deviene uno con él.
El hombre se presenta cantando y bailando como miembro Dioniso es instinto, vitalidad, alegría
de una unidad superior: ha olvidado caminar y hablar y está a de vivir.
punto de librarse danzando en el aire. Sus gestos revelan el he-
chizo. Ahora que los animales hablan y la Tierra da leche y
miel, también en él se manifiesta algo sobrenatural: se siente
como Dios, se libera estático y exaltado, así como en el sue-
ño veía moverse los dioses.
961 :
NIETZSCHE
ESPÍRITU DIONISÍACO
Es, en apretada síntesis, el espíritu de
la vida que Nietzsche contrapone a la
apolínea y mortífera razón. Mientras
ésta nace de la huida frente a lo im-
previsible de los hechos de la vida real,
a los que trata de petrificar con leyes,
reglas e interpretaciones varias, lo dio-
nisíaco acepta la vida en todas sus for-
mas, incluido el caos, el azar y la falta
de significado. Para Nietzsche, pues,
Dioniso y Apolo son, respectivamente,
símbolos de vida y muerte, fuerza vital
y racionalidad, salud y enfermedad, ins-
Danza dionisíaca.-''
tinto e intelecto, oscuridad y luz, d_e-
venir e inmovilidad, ebriedad y sueño.
la racionalidad a toda costa es la • Sócrates fascinaba: parecía un médico, un salvador. -¿Es pre-:
tara origina/ de la filosofía. ciso demostrar aún el error ínsito en su fe, en -la racionalidad a
toda costa? Es un autoengaño de los filósofos y moralistas creer
haber salido ya de la décadence sólo por hacerle la guerra.La
salida va más allá de sus fuerzas: aquel que eligen como me-
dio, como salvación, es él mismo otra expresión de décadén-
ce; ellos transforman su expresión, pero por sí solos- no la eli-
minan. Sócrates fue un equívoco; toda la moral de mejorá,
incluso la cristiana, fue un equívoco ...
la historia de la filosofía es La más viva luz del día, la racionalidad a toda costa, la vida
decadencia, enfermedad del luminosa, fría, cauta, consciente, sin instinto y en contrapo-
espíritu. sición a los instintos, fue ella misma tan sólo una enfermedad
-otra enfermedad-y no fue en absoluto un retorno a la.virtud,
a la salud o a la felicidad ... Deber combatir al instinto, ésta es
la fórmula de la décadence: mientras la vida se eleve, felicidad
e instinto son la misma cosa.
i 962
NIETZSCHE
¿Ha entendido quizá también esto el más agudo de todos los ( En el pasado, la filosofía fue una,,,,
que se engañan a sí mismos? ¿Se lo ha dicho a sí mismo, en la renuncia a la vida. Por eso Sócraté:·J
sabiduría de su coraje frente a la muerte?( ... ) Sócrates qu'iso quiso morir.
morir: no fue Atenas, sino él mismo quien se dio la copa de
veneno; él obligó a Atenas a entregarle la copa envenenada.
Sócrates no es un médico, se dtjo por lo bajo a sí mismo: aquí el
médico es sólo la muerte ... Sócrates fue, durante mucho tiem-
po, sólo un enfermo.
• Vagando entre las más refinadas y las más toscas morales Todas las concepciones morales
que hasta ahora han reinado en la Tierra y que reinan aún, pueden ser reducidas a dos
he encontrado de manera regular determinados rasgos recu- modelos fundamenta/es.
rrentes y relacionados entre sí, hasta que por último se me re-
velaron dos tipos básicos con una diferencia radical.
Hay una moral de los amos y otra de los esclavos; agrego de { La moral de los amos y la de los
inmediato que en todas las culturas superiores y más mixtas se esclavos, pese a contraponerse,
presentan asimismo intentos de mediación entre ambas morales pueden coexistír en un mismo
y, más a menudo, incluso la confusión entre las dos y sus mu- período histórico e incluso en un
tuos equívocos (además de su duro paralelismo, en ocasiones in- mismo individuo.
cluso en un mismo individuo y en el seno de una misma alma).
Las diferenciaciones morales de los valores han nacido bien / La moral de los amos valoriza
bajo una especie dominante -que tomaba conciencia con placer ' propios valores personales, la
de sus diferencias respecto a sus súbditos- o bien bajo los súb- ferocidad y el coraje individual,
ditos -los esclavos y los sometidos de cualquier tipo-. En el pri-
mer caso, cuando son los dominadores quienes determinan el
concepto de bueno, se perciben como distintivos y determi-
nantes los estados elevados e intrépidos del alma. El hombre no-
ble separa de sí a las criaturas en las que se manifiesta lo con-
trario de similares estados elevados e intrépidos: los desprecia.
Nótese que en esta primera morn.1 el contraste bueno y no bue- Para el noble dominante, bueno es loJ
no significa noble y despreciable: el contraste bueno y malo que es fuerte y malo lo que es débiL¡
963
NIETZSCHE
Las primeras concepcíones éticas Es sabido que, en todas partes, las definiciones de valor mo-
colocaban en el centro la calidad ral fueron primero atribuidas a los seres humanos y sólo más
del individuo, y no sus acciones. tarde a las acciones, motivo por el cual es un grave error que
los historiadores de la moral inicien el camino a partir de in-
terrogantes tales como: ¿por qué ha sido alabada la acción com-
pasiva?
En la moral de los amos, el La especie de los hombres nobles se siente a Sfmísma como
individuo es la fuente de valores. determinante de valores: no necesita hacerse llamar buena, ella
piensa que lo que me condena es de por sí condenable, sabe
que es el elemento que confiere el primer valor a las cosas, es
creadora de valores. Honra todo lo que sabe de sí: una moral
de este tipo es autoglorif-icación.
:La ética del amo también puede ser En el fondo existe la sensación de plenitud, de poderque
compasiva y filantrópica. quiere desbordarse, la felicidad de la máxima tensión, lacona
ciencia de una riqueza que querría dar y reponér: --~?mbi~p_él
noble ayuda al infeliz, pero no -o casi no~ por cpmp~~ión,ji:
no más bien por un impulso generado por la sobrea~ul'dancia
de poder... · ·
La moral de los esclavos es Muy distintas son las cosas con el segundo tipo délllotal:
pesimista, escéptica, sometida. la moral de los esclavos. Puesto que los violentadós, los opri0
midos, los que sufren, los prisioneros, los inseguros y los ago-
tados hacen moral, ¿cuál será el elemento común a sus-valo-
raciones morales? Probablemente· hallará expresión Una
sospecha pesimista hacia la situación humana en su conjunto,
quizá una condena del ser humano y de su situación. Los' es-
clavos no ven con buenos ojos las virtudes de los poderosos:
su mirada es escéptica y desconfiada, posee una sutil descon-
fianza hacia todo bien venerado en el mundo de los poderosos,
quisiera convencerse de que, allí, incluso la felicidad es falsa..
·· Piedad y compasión son los valores Se ponen en evidencia y se iluminan, por el contrario', las ca~
de fa ética servil. racterísticas que sirven para facilitar la existencia de los que
sufren: he aquí que se exaltan la compasión, la mano genero".'"
sa y dispuesta a ayudar, el corazón tierno, la paciencia, la la-
boriosidad, la humildad, la cordialidad, ya que en este caso son
las características más útiles y casi el único remedio para so-
portar la opresión de la existencia.
La moral de los esclavos prescribe La moral de los esclavos es, esencialmente, una moral utili-
~cciones buenas y malas. Concierne taria. Aquí reside el centro de radiación de esos famosos co~-
a las conductas, no a los individuos. fa
trarios, bueno y malo: en el mal se siente el poder y peli-
grosidad, un cierto espanto, sutileza y fuerza que no consienten
que aflore el desprecio.
964
NIETZSCHE
GENEALOGÍA DE LA MORAL
Las doctrinas éticas del pasado siempre habían visto en los valores mo-
rales un sistema absoluto y universal, independientemente del perío-
do histórico y del lugar geográfico (véase 141 ). La hipótesis genealó-
gica de Nietzsche sugiere en cambio la posibilidad de desarrollar una
historia de los valores morales percibiendo su nacimiento en determi-
nadas condiciones histórico-sociales. El efecto es, obviamente, una re-
lativización de los valores mismos, que desvela el contenido humano
(demasiado humano, según Nietzsche) que está en la base.
MUERTE DE DIOS
El anuncio de la muerte de Dios, el núcleo de la reflexión de Nietzsche,
indica el progresivo declive en la cultura del hombre moderno de to-
das aquellas filosofías, religiones e ideologías, que en el pasado cum-
plían la tarea de ilusionarlo y consolarlo. El Superhombre, el hombre
que es capaz de resistir psicológicamente este hecho, ya no tiene ne-
cesidad de ilusiones tranquilizadoras porque acepta la vida con espíri-
tu dionisíaco en su intrínseco caos y ausencia de sentido.
/ Retrato fotogrctfico de
\ Níetzsche.
965
NIETZSCHE
NIHILISMO
Nietzsche distingue diversas acepciones de este término. El nihilismo
pasivo_ indica la nulificación de lo humano producida por la filosofía y
el c'.1st1an1smo, las dos mayores perversione_s -auténticas patologías del
espintu-woduc1das por la historia de Occidente. El nihilismo activo y
pos1t1vo indica, por el contrario, la capacidad del Superhombre para
aceptar la dimensión de la nada, de la falta de objetivo y de sentido co-
mo esencia de la vida. ·
SUPERHOMBRE .
Sintetizando la ambigua exposición de Nietzsche, el Superhombre es
aquel que: 1) acepta la muerte de Dios; 2) conduce su exi.stencia con
espíritu dionisíaco; 3) supera la angustia del curso deltiempo viviendo
una vida bajo la enseña del eterno retorno;.4) se sitúa frente almu_n-
do en una actitud de voluntad de poder -es decir, no se d~ja deterQJi,
nar por objetividad alguna, sino que asigna a los opjetos efsignifitªdo
que más le agrada-. · · ·
' x'.,;)r;:({~\\·./::_
\¡)i}.{,t
182 Dios ha muerto.
¡Lo hemos matado nosotro~!l'f,:f
-:_-:--'.ft;U\{t -
EL PROBLEMA ¿En qué consiste la fe religiosa? ¿Es ta es la premisa de un rescate de la época: tÍ~\:t\_~;
útil o es perjudicial? mutación del género humano que _concluirá,con:_el
LA TESIS El gran acontecimiento de la historia de la advenimiento del Superhopibre. En efec_to,-el 'c:ri~.;,
humanidad no es el nacimiento de Cristo, sino la tianismo era lo' más pernicioso y pervertido que los
muerte de Dios. Nietzsche alude a un hecho histó- hombres pudieron inventar, ¿Qué ha hecho el _áis:..
rico concreto: a partir de la Ilustración se profun- tianismo sino defender todo lo que es_nocivopar~ e_l
dizó progresivamente 1a secularización de la cul~ hombre? Ha envenenado el espíritu-humano predi-
tura europea. El hombre se hizo adulto y comenzó cando la humildad contra el orgullo, la caStidad-cot1.-
a vivir sin sentir necesidad de cuentos infantiles. Es tra el instinto, la compasión y elamOr contra el do.-
cierto que la crisis nihilista de los valores tradicio- minio y la fuerza. La r'eligión (todas las religiones)
nalmente vinculados a la religión ha dejado un va- es un vicio. El protagonista del diálogo imaginado
cío, una sensación de crisis nada fácil de resolver, por Nietzsche, el loco, representa al propio-filóso-
pero no hay duda de que la necesidad de Dios ya es fo. En realidad no está loco en absoluto, sino, qµe
menor en la conciencia del hombre moderno. Dios así lo consideran los interlocutores por h rareza,de
ha muerto porque los hombres lo han matado, y és- su mensaje._ (De La gaya ciencia.)
~,.,,,;º''"º" encendida a la luz del \ • EL LOCO ¿Habéis oído lo de ese loco que encendió una lin-
día alude a la anécdota de .l terna a la clara luz de la mañana, corrió al _mercado y se puso
Diógenes, quien «buscaba al a gritar: « ¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!»? Y puesto que allí_se
hombre» por las calles de Atenas. hallaban muchos que no creían en Dios, provocó grandes car-
cajadas. «¿Es que se ha perdido?», dijo uno. «¿Se ha extra-
viado como un niño?», añadió otro. «¿O tal vez está escon4i-
do? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha
emigrado?», gritaban todos en una gran confusión.
í{'J:lm_ uerte de Dios es un asesinato El loco saltó en medio de éstos y los traspasó con su mirada:
~L cometido por los hombres. <<¿A dónde ha ido Dios?», gritó. «¡Os lo voy a decir. Hemos si~
do nosotros quienes lo matamos: ¡vosotros y yol ¡Somos nosotros
sus asesinos! Pero, ¿cómo lo hemos hecho?»
.l 966
NIETZSCHE
¿Cómo hemos podido vaciar el'mar bebiéndolo hasta su úl- ( La pérdida del horizonte representi/j¡
tima gota? ¿Quién nos dio la esponja para borrar todo el ho-
',. la disolución de los valores. 'csil
rizonte?
¿Qué hicimos para liberar a esta Tierra de la cadena del Sol? / La Tierra desvinculada del Sol indíca1
¿Dónde se mueve ahora? ¿Dónde nos movemos nosotros? \ el dechve de cualqwer punto f,rme/1
¿Fuera de todos los soles? ¿No es la nuestra una eterna caída? el derrumbe de todos los valores --
¿Atrás, al costado, adelante, por todos lados? tradicionales.
¿Existe aún un arriba y un abajo? ¿Acaso no estaremos va- La larga serie de preguntas indicagt¡
gando a través de una infinita nada? ¿No sopla sobre noso- extravío, fa condición crítica del, .,:~]
tros el espacio vacío? ¿No se ha tornado más frío? ¿No que- hombre contemporáneo.
da sino llegar la noche, siempre la noche? ¿No debemos
encender la linterna en la mañana? Del estrépito que ha-
cen los sepultureros mientras entierran a Dios, ¿no oímos
nada? ¿No olemos todavía el hedor de la divina putrefac-
ción? ¡Hasta los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto!
¡Dios sigue muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo
nos consolaremos nosotros, los asesinos de todos los asesi-
nos? Cuanto había de más sagrado y más poderoso en el
mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos; ¿quién lim-
piará de nosotros esta sangre? ¡ Con qué agua podremos
lavarnos?
¿ Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados deberemos (. Matando a Dios, los hombres
inventar? ¿No es, para nosotros, demasiado grande el ta- sustituyen a la divinidad.
maño de esta acción? ¿No deberíamos nosotros mismos
convertirnos en dioses, para parecer al menos dignos de
ella?
Nunca hubo una acción más grande: ¡todos los que ven- <. El asesinato de Dios es un explosiVgj,1
gan después de nosotros pertenecerán, en virtud de esta ac- , hecho histórico. ..ZJ
ción, a una historia más elevada de cuanto lo han sido todas
las historias habidas hasta hoy!»
En este punto, el loco calló y dirigió de nuevo su mirada a la dimensión cósmica indica la
su auditorio: también éste callaba y lo observaba con asom- importancia del advenimiento.
bro. Por último, arrojó violentamente al suelo su linterna, que
se rompió y apagó. «He llegado demasiado pronto, muy pron-
to: aún no es mi tiempo. Este enorme advenimiento está to-
davía en la calle, haciendo su camino; no ha llegado aún a oí-
dos de los hombres».
Rayo y trueno requieren su tiempo; la luz de las constela- { Aunque han matado a Dios, los
dones necesita su tiempo; las acciones necesitan su tiempo, hombres no lo saben todavía.
aun después de haber sido cumplidas, para que sean vistas y
escuchadas. Esta acción está más lejos de ellos que las más le-
janas constelaciones, y sin embargo son ellos quienes la han
cumplido».
Se cuenta que aquel mismo día el loco irrumpió en varias l La muerte de Díos implica, .....:l
iglesias, y que entonó en ellas su Requiem aeternam Deo. obviamente, la decadencia de tod9]
Expulsado de ellas e interrogado después, se dice que el loco las Iglesias.
se limitó a responder: «¿Qué otra cosa son estas iglesias, si-
no las fosas y los sepulcros de Dios?»
967 i.
NIETZSCHE
La distancia que separa al ) • Y así habló Zarathustra al pueblo: «Yo os enseñaré qué es
Superhombre del hombre el Superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué
es similar a la que divide habéis hecho para superarlo? Todos los seres, ha~ta hoy, han
al hombre del mono. creado algo que iba más allá de ellos mismos, y vosóJ.ro~ en
cambio queréis ser la marea baja de esta gran oleadatyolvera
ser bestias antes que superar al hombre. ¿Q¡¡é es ~l.)'Jl.Clnf?)P":
ra el hombre? Algo que hace reír o que provosaJ,lrt.ª?l?f?~P
sentimien.to de vergüenza .. Lo .mismo._será_,ef.'h.?-~}J?~J\Pif~i;,er.
Superhombre: motivo de risa o de dolorosa vergüe¡¡~g; •· ·
El tránsito a la condición de Habéis recorrido el camino que va del gusano al li~~hf:,'te-
Superhombre implica un salto ro todavía resta en vosotros mucho de-gus~no ....Yll~.vvez/ui_~t,e,is
evolutivo, un cambio profundo de monos, y también hoy el hombre es más mono que cualquier
la naturaleza humana. mono del mundo. Hasta el más sabio de entre vosotros no:.~S
más que un ser híbrido, a medias entre la planta y el espectr().
¿Acaso es esto lo que os ordeno ser? ¿Fantasmas o plantas? ¡Mirad:
yo, por el contrario, os enseño a convertiros en Superhombres!
El Superhombre, he ahí el verdadero sentido de la tíerra .. Que
vuestra voluntad diga: que el Superhombre se convierta.en el
sentido de la tierra.
La tierra y sus valores deben ¡Os lo suplico, oh hermanos, ¡sed fieles a la_tierra y no creáis
,, sustituir a Dios y a fas religiones. en quienes os hablan de esperanzas ultraterrenas! Son mani-
puladores de venenos, lo sepan o no. Menosprecian la v~da, son
unos moribundos, unos envenenados de los cuales la Tierra es-
tá cansada. ¡Que se vayan en paz! Tiempo atrás, el pecado con":'
tra Dios era el peor sacrilegio, pero hoy Dios ha muerto, y por
eso han muerto también estos seres sacrílegos. Pecar contra la
Tierra, he ahí lo más terrible que se pueda hacer hoy; ¡estimar
más las vísceras de lo inescrutable que el sentido de la Tierra!
r- La tíerra es, antes que nada, el Antes, el alma miraba con desprecio al cuerpo y entonces ese
l-. cuerpo, que la tradición filosófica desprecio era lo más elevado: ella deseaba que fuese _magro,
opone al alma. hambriento y horrible. Pensaba que de es~ modo evitaba al
cuerpo y a la Tierra. ¡Oh, el alma era ella misma homble, ma-
gra y hambrienta, y la alegría de aquella alma era la crueldad!
968
NIETZSCHE
Decidme también vosotros, herínanos míos, ¿qué os dice Invirtiendo la tradición, es preciso
el cuerpo a propósito de esta vuestra alma? ¿No es ella pobreza, escuchar la voz del cuerpo, de la
suciedad y un miserable bienestar? En verdad, el alma no es naturaleza y de los instintos.
más que un sucio río. Hay que ser mar para acoger en sí un río
tan sucio sin volverse impuro.
Es la hora en que diréis: « ¡Qué me importa mi virtud! Aún El Superhombre vive más allá
no me ha tornado airado. ¡Cuán cansado estoy de mi Bíen y del sentido moral.
de mi Mal! ¡Todo ello es pobreza y suciedad, y un miserable
bienestar!>>
¿Ya habéis hablado así? ¿Gritado así? ¡Ay de mí, si nunca El Superhombre ama los excesos
os hubiese oído gritar de ese.modo! ¡No es vuestro pecado, incluso en el pecado; acepta la
no, sino que es vuestra moderación la que clama venganza al locura del acto creativo.
cielo, la avaricia que conserváis en vuestros propios pecados!
¿Dónde está el relámpago que debe lameros con su lengua?
¿La locura con la que debéis ser vacunados? Pues yo os en-
seño a convertiros en Superhombres: ¡ellos son ese relámpa-
go, ellos son esa locura!>,
Cuando así hubo hablado Zarathustra, una voz de la mul- El hombre se halla actualmente en. ·
titud gritó: «¡Ya hemos escuchado bastante al virtuoso, aho- una incíerta situación de tránsito.
ra queremos verlo!» Y el pueblo rió de Zarathustra. Pero el fu-
námbulo, que creía que esas palabras se dirigían a él, se puso
a actuar. Zarathustra sin embargo miró al pueblo y se asom-
1 1
Aquello que hay de grande en el hombre es que es un puen- Si existe un abismo a recorrer,
te y no un fin: lo que se puede amar en el hombre es que él entonces el hombre es el puente
es un tránsito y una caída. entre las dos orillas.
969 r
NIETZSCHE
1:' Atravesar este abismo implica un Yo amo a quienes no saben vivir aun cuando éstos sean los
¡,,: riesgo personal. que caen, porque ellos son los que atraviesan.
f'. · la destrucción del pasado es Yo amo a los grandes despreciadores porque son los grandes
L. necesaria para la edificación del adoradores, son saetas de nostalgia hacia la otra orilla. Yo amo
futuro. El Superhombre no cree en a quienes no sólo detrás de las estrellas buscan una razón pa-
ningún más allá. ra sacrificarse e ir al fondo, sino que se sacrifican por la Tierra
para que ésta sea un día propiedad del Superhombre.
El Superhombre vive, conoce y Yo amo a aquel que vive para conocer y al que quiere cono-
trabaja con el fin de su propio cer para que un día el Superhombre pueda vivir. Y así, quiere
perfeccionamiento; y, por tanto, se su propia destrucción. Yo amo a aquel que trabaja e inventa pa'
niega en su estado actual. ra construir la casa del Superhombre y preparar para él la Tierra,
el animal y la planta, porque h_aciendo eso quiere su propia des-
trucción.
Superhombre extrae de sí mismo Yo amo al que ama su virtud, porque la virtud es voluntad de
los valores morales. destrucción y saeta ele la nostalgia. Yo amo al que no guarda en
sí ni una gota de su espíritu; al contrarío, quiere ser entera-
mente el espíritu de su propia virtud, y así pasará como espí-
ritu sobre el puente.
r El Superhombre supera y critica el Yo amo al que de su propia virtud hace su propia incli11a-
L. . concepto mismo de valor moral. ción y su destino: así, por amor a su virtu.d, queriá -s.~guti;.yit.
vieudo y, al mismo tiempo; dejar de vivir. Yo amo,al CJc)ieh<:o
quiere tener muchas virtudes. Uua virtud vale 111~s ff').~.9-~~
virtudes, porque ella es doblemeute un nudo;alque¡s¡,_ff~tíl{eJ'
destino.
1EI Superhombre vive en el presente, Yo amo al que justifica a los que veudrán y absuelve a los que
L_en la realidad. Rechaza a Dios y se han desaparecido, porque él quiere ir al foudo a causa de los
hace instrumento de transición hombres del presente. Yo amo al que castiga a su propio Dios
hacia una humanidad superior. porque lo ama, ya qtie él perecerá por la cólera de su Dios.Yo
amo a aquel cuya alma permanece profuuda aun eu la herida.
y puede ser destruido hasta por uu pequeño hecho, porque así
irá de buenas ganas al otro extremo del presente.
La renovación hacia el Yo amo a aquel cuya alma es muy rica, tanto que se olvida de
LSuperhombre implica la voluntaria sí mismo y de todas las cosas que son en él. De este modo, to-
negación del hombre actual. das las cosas se convertirán en su destrucción. Yo amo al que.
es libre de espíritu y de corazón, porque su cabeza será la vis-
cera de su corazón; su corazón, sin embargo, lo empujará a-la
ruina.
El anuncio del Superhombre. Yo amo a todos aquellos que sou como pesadas gotas que
caen una a una de una negra nube sobre el hombre: ellos anun-.
cian que está por llegar el rayo y pereceu como a11u 11ciaclores.
J 970
NIETZSCHE f ~
--~ 1
Ved: yo soy un anunciador del rayó, soy una de esas gotas que
caen de la nube. Ese rayo se llama Superhombre».
• Qué sucedería si, un día o una noche, un demonio te roza- / Si el tiempo tuviese una estrudura:\q
ra furtivo en la más solitaria de tus soledades, y te dijera: «Esta · cicfica, todo volverla a presentars~-; ·
vida, como tú ahora la vives y hasta ahora la has vivido, ten- infinitas veces del mismo modo. ··
drás que vivirla una y otra vez en innumerables veces, y no ha-
brá en ella nada nuevo; cada dolor y cada placer y cada pen-
samiento y suspiro y cada cosa indeciblemente pequeña y
grande de tu vida, deberá retomar a ti, y todas en la misma se-
cuencia y sucesión; y así, esta araña y esta luz de luna entre las
ramas y así este instante y yo mismo. La eterna clepsidra de la
existencia es siempre vuelta del revés y tú con ella, ¡mota de
polvo!»
¿No te revolcarías en el suelo, no te castañetearían los dien- La pérdida del sentido lineal e
tes, no maldecirías al demonio que así te ha hablado? ¿O bien irreversible del tiempo supondría
has vivido por una vez un instante inmenso, en el que ésta una revolución en la psicología
habrfa sido tu respuesta: «Eres un Dios y jamás escuché al- humana.
go más divino»?
Si ese pensamiento se apoderase de ti, tal cual eres ahora, te / El hombre común huye espantados··
haría sufrir una metamorfosis y quizá te trituraría, <{¿Quieres · de la idea del eterno retomo. El
tú esto una y otra vez, innumerables veces?». Esta pregunta, Superhombre la acepta con alegría.
referida a cualquier suceso, pesaría sobre tu conducta como el
más grande de los pesos. O bien, ¿cuánto deberías amarte a
ti mismo y a la vida, para no desear ninguna otra cosa que
esta última y eterna sanción?
ETERNO RETORNO
Partiendo de la idea de una estructura cíclica del tiempo basada en la
asunción de la total racionalidad del mundo, los estoicos llegaron a la
conclusión de que cada ciclo temporal debía de nacer y desarrollarse
del mismo modo que el anterior. Nietzsche retoma esa idea: si en un
proceso de fases recurrentes nada sucede por casualidad, todo debe
repetirse exactamente.
971 L
FREUD
Freud
1856-1939
• 972
...
FREUD
El caso
de Anna O. 185
EL PROBLEMA ¿Existen patologías fisicas provocadas los síntomas desaparecían de forma automática y de-
por causas estrictamente psíquicas o espirituales? finitiva cada vez que Anna O. lograba focalizar, con
LA TESIS El caso de Anna O. es fundamental en el la ayuda de la hipnosis, detenninadas imágenes, pen-
nacimiento del psicoanálisis. La paciente mostraba samientos o hechos del pasado, presentes en esta-
un cuadro sintomático de lo más extraño y com- do latente en su memoria. El impacto filosófico de
plejo: parálisis causadas por inmotivadas contrac- semejante descubrimiento no es fácil de describir,
ciones musculares, inhibición de conductas y esta- y el propio Freud se ocupó durante el resto de su vi-
dos de confusión. Freud y el doctor Breuer da de dar cuenta de ello. Baste pensar en la milena-
empezaron a someter a la paciente al sueño hipnó- ria cuestión de las relaciones entre alma (espfritu,
tico, induciéndola a expresar en voz alta los pensa- pensamiento) y cuerpo, que, después de Freud, ya
mientos que la oprimían. El psicoanálisis nació cuan- no pudo ser afrontada en términos de oposición o
do los dos jóvenes médicos se dieron cuenta de que incomunicabilidad. (De Estudios sobre la histeria.)
Esta situación llevaba ya unas seis semanas, cuando se pu- El síntoma neurótico desaparece
so a razonar en estado de hipnosis acerca de su dama de com- tras la evocación de determinadas
pañía inglesa, a quien no amaba, y refirió entonces, visible- imágenes (relacionadas con el
mente horrorizada, que una vez había ido a su habitación y trauma desencadenante).
visto a su perrito, aquella bestia repugnante, beber de un va-
so. Ella no dijo nada, pues quería ser cortés.
Después de haber desahogado enérgicamente el enojo que En la psique de Anna O., la visión
todavía le restaba en su interior, pidió de beber, tomó sin in- del perrito se había superpuesto a_j
hibición una gran cantidad de agua y despertó de la hipnosis contenídos reprimídos y censurados.
con el vaso en los labios. Después de eso, la perturbación desa-
pareció para siempre. De igual modo se disiparon unos raros
y obstinados caprichos tras relatar la vivencia que los había
ocasionado.
Un gran paso se dio cuando, del mismo modo, desapareció De esta observación casual nació
el primero de sus síntomas permanentes: la contractura de la el método psicoanalítico.
pierna derecha que, cierto es, ya había aminorado notable-
mente. A partir de estas experiencias -es decir, que los fenó-
menos histéricos de esta enferma se disipaban en cuanto se re-
producía durante la hipnosis aquel suceso que hubiere
ocasionado el síntoma-, se desarrolló un método técnico-te-
rapéutico que no dejaba nada que desear en materia de con-
secuencia lógica y de realización sistemática.
r-'. FREUD
1 ·--
regresión mnemónica al suceso Cada síntoma de este enredado cuadro clínico fue exami-
traumático. nado; todas las circunstancias en las que se había manifesta-
do fueron relatadas en secuencia inversa, comenzando con los
días anteriores a cuando la paciente cayó en cama, y yendo ha-
cia atrás hasta las circunstancias de su primera manifestación.
[E/gran descubrimiento: imágenes y Cuando se narraba esto, el síntoma quedaba eliminado pa-
!ka/abras consiguen curar el cuerpo. ra siempre. Así las paresias por contracturas y las anestesias,
las diversas perturbaciones de la visión y la audición, las neu-
ralgias, la tos, los temblores, etcétera -incluidas también las
perturbaciones del lenguaje- se desahogaron en palabras...
i trau~á~~~~:~ó~ 1!;~~~c;~~
mecanismos inconscientes de
Resultó absolutamente impracticable abreviar el trabajo, pro-
curando evocar de manera directa en su recuerdo la primera
causa de los síntomas. Ella no lo hallaba, se confundía, y to-
censura. do marchaba más lento que cuando se la dejaba desovillar, con
calma y seguridad, los hilos del recuerdo hacia atrás. Pero co-
mo en la hipnosis vespertina se iba demasiado despacio, pues
la enferma estaba fatigada y dispersa por el desahogo de la otrás
dos series, y; además, los recuerdos necesitaban su tiempo :t>,a-
ra desplegarse con vividez plena, se fue elaborando el siguien-
te método. ,
F'la identificación del núcleo central Corno este laborioso análisis de los síntomas se refería a los
c6de la histeria dentro del complejo meses de verano de 1880, durante los cuales se fue preparan-
patológico. do la enfermedad, obtuve una perspectiva completa de la in-
cubación y patogénesis de esta histeria, que paso a exponer
muy brevemente.
alucinación inicial de Anna O. Cayó en un estado de duermevela y vio cómo desde la pared
una serpiente negra se acercaba al enfermo para morderlo (es
muy probable que en el prado que se extendía detrás de la ca-
sa hubiese de veras serpientes, que ya antes hubiesen pravo~
cado terror a la muchacha que ahora estuviesen proporcio-
nando el material de
.l 974
FREUD
Ella quiso espantar al animal, pero estaba como paralizada; La visión alucinatoria se
el brazo derecho, que pendía sobre el respaldo, se había dor- con la parálisis motora.
mido, volviéndose anestésico y parético. Cuando Anna lo ob-
servó, los dedos se mudaron en pequeñas serpientes remata-
das en calaveras (las uñas). Cuando la serpiente desapareció,
quiso en su angustia rezar, pero se le denegó la lengua: no pu-
do hablar en ninguna hasta que por fin dio con un verso in-
fantil en inglés y logró entonces volver a pensar e incluso a
orar en esa lengua.
Cuando al día siguiente quiso recoger un aro abandonado La estabilización del síntoma
entre los matorrales tras el juego, una rama retorcida le evocó neurótico.
otra vez la alucinación de la serpiente y, al mismo tiempo, el
brazo derecho le quedó extendido y rígido. Y a partir de en-
tonces se le repitió siempre que un objeto más o menos ser-
penteante le provocaba la alucinación.
De esta manera, la histeria íntegra llegó a su término. La pro- El psicoanálisis nace como
pia enferma se había trazado el firme designio de terminar con cure, terapia del relato.
todo coincidiendo con el aniversario de su llegada del campo.
Por eso, a comienzos de junio empezó a cultivar la talking cu-
re con la mayor energía.
El último día, ayudándose mediante la disposición del cuar- La evocación de sucesos hasta
to tal como había estado el de su padre, reprodujo la alucina- entonces censurados produce
ción angustiosa antes referida y que había sido la raíz de to- desaparición de los síntomas.
da su enfermedad y en la que sólo había podido pensar y rezar
en inglés; inmediatamente después, habló en alemán y que-
dó libre de las incontables perturbaciones a que antes estuviera
expuesta. Dejó Viena para efectuar un viaje, pero fue necesa-
rio aún más tiempo para que recuperase por completo su equi-
librio psíquico. Desde entonces, goza de una salud perfecta.
El sueño es
satisfacción del deseo 186
EL PROBLEMA ¿Cuál es la naturaleza del sueño? ¿Hay instintos. El hambre, por ejemplo: basta con dor-
vínculos entre el mundo onírico y el de la vigilia? mirse con el estómago vacío para tener sueños rela-
LA TESIS Abandonada la técnica de la hipnosis, Freud cionados con los alimentos. Por otra parte, es sufi-
descubrió en los sueños la vía regia al inconsciente. ciente que un deseo, de cualquier naturaleza, sea
El sueño es sustancialmente la satisfacción de un de- vivido con gran intensidad, para que influya en las
seo, casi siempre de origen sexual. Pese a la sim- imágenes oníricas. No es raro que los niños sue-
plificación popular del psicoanálisis -según la cual ñen con lo que más ardientemente anhelan, o in-
los sueños siempre tendrían un significado ligado cluso se lo representen bajo la forma de alucinación.
a la sexualidad-, e1 añadido de ese casi es, según Es evidente entonces que el sueño, pese a sus apa-
Freud, necesario. No cabe duda de que los deseos riencias, no carece de lógica ni de relaciones con el
de los que el sueño es expresión pueden nacer tam- mundo de la vigilia. Este fragmento y el siguiente
bién de necesidades insatisfechas relativas a otros corresponden a La interpretación de los sueños.
975 t.
FREUD
'El análisis de los sueños es similar a • Cuando después de atravesar una estrecha garganta se lle-
una exploración geográfica. ga de pronto a una altura donde los caminos se separan y se
abren amplias vistas por doquier, es lícito detenerse un mo-
mento y reflexionar en qué dirección dirigiremos nuestros pa-
sos. Algo similar nos sucede tras haber superado esta primera
interpretación del sueño. Hemos alcanzado la claridad de un
conocimiento imprevisto.
Existe una lógica onírica. El sueño no se puede comparar con el sonido discordante de
un instrumento musical emitido por un toque extraño antes que
por la mano del ejecutante; no carece de sentido, no es absurdo,
no se basa en la premisa de que una parte de nuestro patrimo-
nio representativo duerme mientras otra comienza a despertarse.
El sueño manifiesto, recordado al ¿Qué cambios han sufrido los pensamientos del sue~o~#tes
dia siguiente, ya ha sufrido de que de ést'os se formase el sueño manífiesto que- recq!d~-111P5-
una censura. al despertar? ¿Cómo se produce ese cambio? ¿De dóndepfo-
viene el material que ha sido ebborado bajo la forma de s1,1e-
fio? ,
La complejidad de la vida onírica ¿De dónde provienen algunas de las particularidades que he-
depende de los mecanismos del mos hallado en los pensamientos del sueño, por ejemplo lapo-
inconsciente. sibilidad de contradicciones? ¿Puede el suefio enseñar algo nue-
vo sobre nuestros más íntimos procesos psíquicos? ¿Puede su
contenido corregir opiniones en las que creíamos durante el día?
976
-
FREUD
El complejo
de Edipo 187
EL PROBLEMA ¿Qué determina la psicología de los jada en los objetos de amor, y totalmente deseante,
seres humanos? indiferente al principio de realidad. El particular ob-
LA TESIS En el complejo de Edipo, sin duda la teoría jeto del amor infantil es la madre. El niño siente ce-
psicoanalítica más popular, Freud sintetiza su revo- los del padre, cuyo sitio quisiera ocupar. En la an-
lucionaria visión de la infancia. El bebé no es ese ser tigua tragedia de Edipo, Freud descubrió la fuerza
puro y asexuado descrito por la tradición. Si bien de de los mecanismos inconscientes. La historia de
forma absolutamente inconsciente, también el niño, Edipo contiene la fantasía inconsciente por la que
como el adulto, está dominado por el instinto se- todos los niños pasan; en el mito, tras haber mata-
xual. Más aún -y con mayor precisión-: el bebé po- do a su padre, Edipo se casa con Yocasta sin saber
see una sexualidad perversa; es decir egocéntrica, fi- que ésta es su madre.
El destino de Edipo nos conmueve porque podría haber si- El resultado de fa tragedia se
do el nuestro, puesto que, antes de nuestro nacimiento, el orá- con su preñez psicológica.
culo ha decretado idéntica maldición para nosotros y para él.
Quizá todo nos estaba dado a nosotros de tal modo, que La ambivalencia de sentimientof;;.:\7
dirigimos el primer impulso sexual a la madre, y el primer odio hacia los progenitores es universJtJf~
y el primer deseo de violencia contra el padre.
El rey Edipo, que ha matado a Layo, su padre, y se ha casa- El complejo de Edipo emerge
do con su madre, Yocasta, es reflejo de la satisfacción de un final de fa primera infancia.
deseo de nuestra infancia.
Poniendo de relieve en su análisis la culpa de Edipo, el poeta (' La vicisitud edípica se desarrolla eQ,/i
nos obliga a tomar conciencia de nuestra intimidad; una in- \'. la intimidad inconsciente. _;_:iíJ
timidad en la cual los impulsos, aunque reprimidos, siempre
están presentes.
Igual que Edipo, vivimos sin ser conscientes de los deseos, { El deseo por fa madre está
ofensivos para la moral, que nos ha impuesto la naturaleza; y \ censurado y removido de la
tras su manifestación, todos quisiéramos apartar la mirada conciencia.
de las escenas de nuestra infancia.
q77 R
FREUD
:.!f polaridad psicológica entre amor Presumo que las pulsiones del hombre sólo sean de dos ti-
'Mdio es similar a la polaridad física pos: las que tienden a conservar y a unir, a las que llamamos
entre fuerzas de atracción tanto eróticas (exactamente en el sentido en que Platón usa-
y de repulsión. ba el término Eros en el Simposio) como sexuales (extendien-
do intencionalmente el concepto popular de sexualidad), y las
que tienden a destruir y a matar, Estas últimas las agrupamos
en la denominación de pulsión agresiva o destructiva.
Entre amor y odio hay Como puede usted ver, se trata sólo de dilucidar de modo
antagonismo, pero también teórico la contraposición entre amor y odio, universalmente
complementariedad. conocida, y quizá originariamente conectada con la polaridad
de atracción y rechazo que también participa ele su campo de
estudio.
Cada conducta depende de la No nos pida ahora que pasemos rápidamente a los valores de
füL combinación de ambas fuerzas. bien y de mal. Ambas pulsiones son igualmente indispensables,
porque los fenómenos de la vida dependen de su concurrencia
y de su contraste .
.J 978
FREUD
Ahora bien: parece que casi ríunca una pulsión de un ti- Toda pulsión amorosa con10011Fé
po puede actuar ele forma aislada; está siempre conectada (li- una cuota de agresividad, y
gada, como decimos nosotros) con cierto monto de su con- viceversa_
traparte, que la modifica a medias o, en ocasiones, subordina
el alcance de esta última en determinadas condiciones.
Así, por ejemplo, la pulsión de autoconservación es cierta- Las conductas reales dependen, en¡;J
mente erótica, pero ello no exime que deba recurrir a la agre- cualquier caso, de una estructura-_),$!
sividad para cumplir cuanto se espera. Del mismo modo, la motivacional compleja. ·-·-
pulsión amorosa, dirigida a los objetos, necesita un quid ele
la pulsión de apropiación si de veras quiere apoderarse de su
objeto. La dificultad para aislar ambos tipos ele pulsión en sus
manifestaciones ha provocado que durante todo este tiempo
no hayamos lograr identificarlas.
Los actos humanos están también sujetos a otra complica- la coincidencia entre pulsión eróti~q
ción. Es muy raro que el acto sea obra ele un solo acto de pul- y destructiva explica el sadismo. ·
sión, el cual por otra parte debe ser ya una combinación de
Eros y de destrucción. Por lo general, deben concurrir muchos
motivos similarmente estructurados para hacer posible el ac-
to. Por lo tanto, cuando los hombres son incitados a la guerra,
es posible que se despierte en ellos toda una serie ele motivos
aceptables, nobles y vulgares, de alguno de los cuales se habla
abiertamente mientras que otros son silenciados. No es el mo-
mento de enumerarlos.
El placer de agredir y de destruir es, por cierto, uno ele ellos. (_· El sadismo psíquico explica muchos"
Innumerables crueldades de la historia y de la vida cotidia- hechos históricos, sea como causa}),
na confirman la existencia y la fuerza de los citados placeres. como efecto. ·· ···~
El hecho de que estos impulsos destructivos estén mezcla-
dos con otros, eróticos e ideales, facilita, obviamente, su
satisfacción.
A veces, cuando oíamos hablar de las atrocidades de la ¡ En toda psique existe un instinto dfl
historia, tenemos la impresión de que los motivos ideales \ muerte (autodestructivo) simétrico:ci
han servido como pantalla a las ansias de destrucción; en al de vida. · · ·"-
otras ocasiones, por ejemplo, la crueldad de la Santa
Inquisición, los motivos ideales, han predominado en la
conciencia, mientras que los motivos destructivos aporta-
ban a aquellos un reforzamiento inconsciente. Ambos ca-
sos son posibles.
Quisiera volver un momento más sobre nuestra pulsión des- La agresividad social es una
tructiva, menos conocida de lo que requiere su importancia. exteriorización del instinto de
Especulando un poco estamos persuadidos, en efecto, de que muerte.
opera en todo ser vivo y que su aspiración es la de llevar a és-
te a la ruina, reconduciendo su vida al estado de la materia
inanimada. Con toda seriedad se le adjudica el nombre de pul-
sión de muerte, mientras que las pulsiones eróticas vienen a
representar los esfuerzos hacia la vida.
La pulsión de muerte deviene pulsión destructiva cuando, / Una parte del instinto de muerte se::;
con la ayuda de determinados órganos, se dirige hacia fuera, ·· refleja sobre el propio individuo. >J
contra los objetos. Por decirlo así, el ser vivo defiende su vida
en cuanto destruye la ajena.
979 f::.
~:;::: Háy una conexión entre pulsión No obstante, una parte de la pulsión de muerte permanece
f/1$utodestructiva y conciencia ética. activa dentro del ser vivo, y nosotros hemos intentado deri-
var una serie de fenómenos normales y patológicos a partir
de esta interiorización de la pulsión destructiva.
fi%j~tapacidad de la psique humana En cambio, que estas fuerzas de pulsión destructiva se diri-
~: .• para controlar los instintos jan al mundo exterior, descarga al ser vivo y no puede sino pro-
es un hecho. porcionar un efecto beneficioso. Ello sirve como excusa bio-
lógica a todos los impulsos execrables y perniciosos contra los
que combatimos.
[W~rcí_ no existen explicaciones claras Debe admitirse que estos impulsos están más cerca de la na-
Lí:Jg_por qué sólo los hombres tienen turaleza que la resistencia con la que los contrastamos y de los
tales capacidades. cuales aún tenemos que hallar una explicación. Quizá usted
tenga la impresión de que nuestras teorías son una especie de
mitología, en absoluto feliz. Es verdad. Pero, ¿acaso Ilo·lléga
toda ciencia natural a una especie de mitología? ¿No es así;-pa-
ra usted, en el campo de la física?
La agresividad no es Para los fines inmediatos que nos hemos propuesto, de lo di-
del todo evitable. cho anteriormente extraemos la conclusión de ·que no-hay :es::
peranza de poder suprimir las inclinaciones agrésivas de los
hombres.
g7?!(fI_ instinto agresivo no puede ser Partiendo de nuestra mitológica doctrina de las pulsiones,
f4'i> combatido frontalmente: debe llegamos fácilmente a una fórmula para definir las vías indi-
-·· limitárse desarrollando a su rectas de lucha a la guerra. Si la propensión a la guerra es un
antagonista, el Eros. producto de la pulsión destructiva, es obvia la necesidad de
recurrir al antagonista de esta pulsión: el Eros. Todo lo que
hace que surjan vínculos emocionales entre los hombres, de-
be actuar contra la guerra. Estos vínculos pueden ser de dos
tipos.
La guerra puede ser combatida ·.\ En primer lugar, relaciones que, pese a carecer de meta se-
enfatizando la pulsión erótico- .Y xual, se asemejan a las que se tienen con un objeto de amor. El
amorosa en todas sus formas... psicoanálisis no necesita avergonzarse si aquí se habla de amor,
porque la religión dice lo mismo: Ama a tu prójimo como a ti
mismo. Ahora bien, ésta es una exigencia fácil de plantear, pe-
ro difícil de realizar.
r;¡¡-.¡oproponiendo modelos sociales El otro tipo de vínculo emocional es el que se establece me-
I!:::·,\, de identificación positivos. diante la identificación. Todo lo que provoca solidaridad sig-
nificativa entre los hombres despierta sentimientos comunes
iu 9so
de este tipo: las identificaciones. S6bre ellas reposa buena par-
te del equilibrio de la sociedad humana.
Forma parte de la innata e inevitable desigualdad entre los La distinción entre líderes y
hombres el hecho de que ellos se distingan en líderes y se- gregarios se funda en una
guidores. Los seguidores, que representan la inmensa mayo- que difiere del principio de
ría, necesitan una autoridad que tome decisiones por ellos, y autoridad paterna.
por lo general se someten incondicionalmente a ésta.
El ideal sería una comunidad humana que hubiese someti- Sólo una humanidad totalmente \'il
do su vida pulsional a la dictadura de la razón. Ninguna otra racional, sin emociones, podría ,;J
cosa podría producir una tan perfecta y duradera unión en- realizar la paz perfecta.
tre los hombres, capaz de resistir incluso a la renuncia de re-
cíprocos vínculos emocionales. Pero, con toda probabilidad,
ésta es una esperanza utópica.
Quisiera tratar todavía un problema, que en su carta usted (' Incluso la condena a la guerra
no plantea y que, sin embargo, me interesa particularmente. , merece una explicación.
¿Por qué nos indignamos tanto contra la guerra, usted, yo y
tantos otros? ¿Por qué no la tomamos como una de las mu-
chas penosas calamidades de la vida? La guerra parece con-
forme a la naturaleza, plenamente justificada desde lo bioló-
gico y muy poco evitable en la práctica.
Quizá ello lleve a la extinción del género humano, ya que ( Reprimiendo el instinto erótico,
perjudica la función sexual de más de un modo, y ya hoy las , la civilización puede llevar a
razas incultas y los estratos atrasados de la población se mul- extinción de la humanidad.
tiplican con mucha mayor rapidez que los estratos sociales de
elevada cultura.
Quizá este proceso pueda compararse con la domesticación La civilización puede compararse_:,:-?;J
de ciertas especies animales; sin duda, comporta modifica- con la domesticación. .',01
ciones físicas. No obstante, no nos hemos familiarizado aún
con la idea de que la civilización sea un proceso orgánico de
ese tipo.
Sensaciones que para nuestros progenitores estaban carga- La plasticidad de la psique fija
das de placer se nos han convertido en indiferentes o incluso las modificaciones.
intolerables. Hay razones orgánicas que explican que nuestras
exigencias ideales, éticas y estéticas hayan cambiado. De to-
dos los caracteres psicológicos de la civilización, dos parecen
ser los más importantes: el reforzamiento del intelecto -que
puede iniciar así el dominio de las pulsiones-y la interioriza-
981 [
FREUD
Ei:>> El hombre civilizado es ) Ahora bien: puesto que la guerra contradice del modo más
tintrínsecamente distinto al bárbaro. estridente toda la actitud psíquica que nos ha impuesto el pro-
ceso de civilización, debemos necesariamente rebelarnos con-
tra ella: simplemente, no la soportamos más.
[Efúnico modo de eliminar fa guerra ¿Cuánto debemos esperar hasta que también otrQs se vuel-
b:_ -.es la civilización total del género van pacifistas? No se puede decir, pero quizá no ·sea utópi-
humano. co esperar que la influencia de dos factores (una actitud
más civilizada y el justificado temor a los efectos de una
guerra futura) ponga fin a las guerras en el porvenir. Por
medio de qué vías, si directas o indirectas, es algo que no
podemos adivinar. Entre tanto, hay algo que podemos de-
cir: todo lo que favorece a la civilización, trabaja t_ambién
contra la guerra. · ·
982
FREUD
983 l
BERGSON
l
1
Bergson
1859-1941
Pocos filósofos han alcanzado en
da una celebridad similar a la de
vi-
j 984
BERGSON
El tiempo de la vida es la
duración del presente 189
EL PROBLEMA ¿Puede la conciencia utilizar la mis- confunde con el pasado inmediato (las sensacio-
ma noción de tiempo que emplea la ciencia? nes apenas percibidas, los recuerdos recientes) y
LA TESIS En el siguiente fragmento de Materia y con el futuro inmediato (la acción, el proyecto de
memoria, de fuertes connotaciones agustinianas conducta). La ciencia considera sólo el aspecto
(véase 53), Bergson identifica la experiencia con- cuantitativo, suponiendo un tiempo escandido por
creta del presente con la fundamental dimensión un orden geométrico y espacial formado por mo~
mental del tiempo. Para el individuo, desde el pun- vimientos distintos pero todos iguales entre sí. En
to de vista psicológico, el tiempo consiste en la du- cambio, el individuo vive el tiempo según un cri~
ración del presente: una noción diferente e incom- terio cualitativo: algunos momentos son, para la
patible con una aproximación científica. En efecto, conciencia que los vive, un relámpago; otros pue-
la duración es por naturaleza poco definible: se den durar una eternidad.
• Entre el pasado y el presente hay mucho más que una di- La dimensión del tiempo está
ferencia de grado. Mi presente es lo que me interesa, lo que escandida por el presente.
para mí vive; es, en una palabra, lo que me incita a la acción,
mientras que mi pasado es esencialmente impotente. Insistamos
sobre este punto: ya el hecho de contraponer el pasado a la
percepción presente nos será de ayuda para comprender me-
jor la naturaleza de lo que llamamos recuerdo puro.
¿Qué es, para mí, el momento presente? La característica del La realidad psicológica del presentgz¡
tiempo es el transcurrir; el tiempo transcurrido es el pasado, es la duración del tiempo. . J¡]
y llamamos presente al instante que transcurre. Pero aquí no
se trata de un instante matemático. Hay, sin duda, un presen-
te ideal, ,puramente concebido: un límite indivisible que se-
pararía el pasado del futuro. Pero el presente real, concreto,
vivido, del que hablo cuando hablo de mi percepción presen-
te, este presente ocupa necesariamente una duración. ¿Dónde
se sitúa entonces esta duración? ¿Más acá o más allá del pun-
to matemático que determino idealmente cuando pienso en el
instante presente?
Es hasta demasiado evidente que esta duración se encuen- / El tiempo como duración no se
tra contemporáneamente más acá y más allá, y que lo que \ puede circunscribir
llamamos mi presente confina a la vez con mi pasado y con mi matemáticamente; limita con el
futuro. Esto es así, porque es al futuro hacia donde este mo- pasado inmediato y con el futuro
mento se proyecta y porque si pudiese fijar este presente in- inmediato.
divisible, este elemento infinitesimal de la curva del tiempo,
ese momento me indicarla la dirección del futuro. Así pues, es
preciso que ese estado psicológico que llamo mi presente sea a
la vez una percepción del pasado inmediato y una determi-
nación del futuro inmediato.
INTUICIÓN
Es el proceso mental por el que se
llega a comprender de modo inme-
diato y directo cualquier verdad. La
filosofía del conocimiento siempre
ha distinguido y opuesto la intuición
al razonamiento discursivo, el cual se
desarrolla en el tiempo según etapas
escandidas por la lógica de la de-
ducción. En cuanto súbita ilumina-
ción del espíritu, la intuición man-
tiene todavía intacta una fuerte
connotación misteriosa, pudiéndose
Bergson en su mesa de trabajo.) identificar en ella una de las fuentes
' de la creatividad.
'.1 986
BERGSON
7
En esta continuidad de devenir que es la realidad propia, f Así pues, el cuerpo es enlace -entr,~:::;
el momento presente está formado por el corte casi instantá- pasado Y futuro. .· .dlil
neo que la percepción practica en la masa que discurre, y es-
te corte es precisamente lo que llamamos el mundo material:
nuestro cuerpo ocupa el centro de éste, es esa parte del mun-
do material que nosotros podemos sentir directamente trans-
currir; la actualidad de nuestro presente consiste en el estado
actual de nuestro cuerpo.
La materia, extendida en el espacio, debe ser definida como Hay una conexión entre fa 1
un presente que recomienza sin cesar. De forma inversa, nues- percepción psicológica del tíempoyt
tro presente es la materialidad misma de la existencia: es de- la idea de realidad. ~
cir, un conjunto de sensaciones y movimientos, y nada más.
Este conjunto es determinado como único para cada uno de
los momentos de la duración, puesto que sensaciones y mo-
vimientos ocupan los lugares del espacio y porque en un mis-
mo lugar no puede haber más cosas al mismo tiempo.
Evolución no
significa progreso 191
EL PROBLEMA ¿Debe entenderse como progreso la pródiga, porque derrocha una enorme masa de ener-
teoría de 1a evolución biológica de Darwin? gía en intentos evolutivos destinados al fracaso; tam-
LA TESIS A menudo, la cultura moderna ha interM poco es inteligente, porque no realiza elecciones, si-
pretado la teoría de la evolución biológica de Darwin no que persigue todas las soluciones posibles; no
con un sentido marcadamente optimista: el meca- se parece en absoluto a un ingeniero que ejecuta un
nismo de la selección determinará un avance, lento proyecto, sino más bien a un fontanero que tapa agu-
pero continuo y progresivo, de las formas de vida ha- jeros según las necesidades del momento. Por lo tan-
cia estadios cada vez más complejos y perfecciona- to, la especie humana no representa la culminación
dos. Casi como si la naturaleza persiguiese un fin, de un recorrido finalizado, sino sólo uno de los nu-
desarrollase un proyecto preordenado. Las cosas no merosos posibles resultados de la evolución. (De
son exactamente así; la naturaleza no es avara, sino La evolución creadora, al igual que 192 y 193.)
• Hay que tener en cuenta los regresos, las detenciones, los _/ La evolución no se desarrolla
accidentes de todo tipo y, sobre todo, no olvidar que cada es- de manera planificada.
pecie se comporta como si el movimiento general de la vida se
detuviese en ésta en lugar ele atravesarla: cada especie piensa
sólo en sí misma, vive sólo para sí.
De ahí las luchas innumerables de las que la naturaleza es / La selección natural comporta
teatro; de ahí una desarmonía que golpea y ofende, pero de una dispersión de energía.
la que no hay que hacer responsable al principio de la vida.
Grande es, pues, en la evolución, la parte que corresponde a
la contingencia.
Contingentes son, en la mayoría de los casos, las formas La evolución no planifica, sino que.
adoptadas o, mejor dicho, inventadas. Contingente, y relativa procede al azar, explorando todos.
a los obstáculos que se presentan en un lugar y en un momento los recorridos posibles. ···
dado, es la disociación de la tendencia primordial en estas o
aquellas tendencias complementarias, que crean líneas de evo-
lución divergentes. Contingentes las detenciones y los retro-
cesos; contingentes, en gran medida, las adaptaciones.
987 ,
BERGSON
m;~fevofución se ba~a en u?a f~erza :> Sólo dos cosas son auténticamente necesarias: una acumu-
[f;.:,_·__ oega e 1rraoonal. lación gradual de energía y una canalización elástica de ésta en
direcciones variables e indeterminadas, en cuyos extremos es-
tán los actos libres.
EVOLUCIONISMO
Las doctrinas que han extendido a la cultura y a la sociedad las leyes
descubiertas por Darwin acerca del desarrollo biológico de las espe-
cies animales han terminado por hacer de la evolución un principio me-
tafísico finalista, adecuado para explicar toda la realidad. Bergson ata-
ca el optimismo implícito en estas doctrinas, demostrando que una
correcta interpretación de los datos científicos no justifica la convicción
de que en la naturaleza estén en acto procesos mecánicos, racionales,
finalistas, providenciales o, más simplemente, dirigidos hacia una me-
ta, sea cual sea ésta.
192 la inteligencia
no explica la vida
EL PROBLEMA ¿Puede 1a inteligencia explicar el fe- La vida es un impulso constructivo que explora en
nómeno de la vida? ¿Se puede explicar la inteligen- todo momento todas las posibles variantes, sin se-
cia humana a partir del fenómeno de la vida? guir un proyecto preciso. Es una ola que _arrast,ra y
LA TESIS El milenario intento por comprender la na- supera cualquier obstáculo, sin abandonarlo defini-
turaleza de los fenómenos vitales a través de la ca- , tivamente. El primer obstáculo fue la capacidad de
pacidad de la inteligencia está destinado al fracaso. movimiento que, desde el mundo vegetal y ttaS tni-
La vida del individuo, así como la de toda la hu- llones de fracasos evolutivos, terminó en el desarrollo
manidad, es, por definición, libre, no previsible y no animal. Pero ni siquiera esto se desarrolló en una so-
encuadrable en ningún diseño preordenado. La vi- la dirección: algunas especies prosiguieron fa vía del
da procede según un doble carril: por una parte es instinto; otras, la de la inteligencia. Entre estas últi-
pura creación de lo nuevo y por otra, íntegra con- mas, desde luego, la especie humana, no sólo inte-
servación del pasado. La evolución biológica no per- ligente -ya que instinto e inteligencia son diferen-
sigue ningún fin y no se desarrolla según criterios tes- pero no opuestos: el instinto animal está rodeado
económicos o racionales; antes bien, está dominada por un halo de inteligencia, y la inteligencia hu-
por el despilfarro, por la dispersión de energía vi- mana no funcionaría si no se basara también en el
tal en todas las direcciones, incluso hacia aquellas aporte del instinto. En conclusión: la inteligencia no
destinadas a un fracaso seguro y a desaparecer mer- consigue explicar la vida, sino que la vida explica la
ced a la dura ley de la selección natural darwiniana. inteligencia.
r- La filosofía puede analizar la vida \.? • Una filosofía fundada en la intuición será la negación de la
L_. del espíritu sólo a través del . ciencia y, antes o después, será barrida por la ciencia si no se
proceso evolutivo. decide a buscar la vida del cuerpo allí donde ésta efectivamente
se encuentra: en la vía que conduce a la vida del espíritu.
e La vida -es decir, el impulso Pero en este caso, la filosofía no tendrá nada que hacer con
V
L, .~volutivo- se asemeja a una ola este o aquel ser vivo: la vida entera, a partir del impulso inicial
que arrastra al obstáculo que la ha lanzado al mundo, le parecerá una ola que sube y se
de la materia. opone al movimiento descendente de la materia.
fl~l i·m···pulso vital conoce numerosos En la mayor parte de su superficie, a diferentes alturas, la co-
t&Vntos de detención, pero conduce rriente es convertida por la materia en un vórtice: sólo ella pa-
a la humanidad sin interrupciones, sa libremente sobre un punto y arrastrando consigo al obstácu~
lo, que hará más pesado su camino pero no lo detendrá. En este
01 988
BERGSON
Por otra parte, esta ola que sube es conciencia y, como tal, El impulso vital, en su extremo más-¡
incluye numerosas virtualidades que se compenetran y a las avanzado, supera la dimensión
que no convienen ni la categoría de la unidad ni la de multi- material produciendo la concienéia~,
plicidad, ambas constituidas por la materia inerte. Sólo la ma-
teria que la ola arrastra consigo, y en cuyos intersticios ello se
insinúa, puede dividirla en individualidades distintas. Así pues,
la corriente pasa a través de las generaciones humanas sub-
dividiéndose en individuos. Esa subdivisión ya estaba vaga-
mente esbozada en la ola, pero no habría sido actuada sin la
materia.
Así se crean de continuo las almas, las cuales no obstante, Una vez que alcanza el nivel de la
en cierto sentido preexistían, y son tan sólo arroyuelos en que conciencia, el curso evolutivo se
se divide el gran río de la vida, discurriendo a través del cuer- ramifica en múltiples direcciones.
po de la humanidad.
El movimiento de una corriente es distinto de lo que éste atra- La conciencia humana depende de
viesa, siempre y cuando acepte sus sinuosidades: la conciencia la estructura cerebral, así como ef ,-
difiere del organismo que ella anima pese a sufrir ciertas vici- curso de un río depende del lecho
situdes. Ya que las acciones posibles, prefiguradas en un esta- que él mismo ha excavado.
do de conciencia, hallan en cada momento un principio de eje-
cución en los centros nerviosos; el cerebro subraya en cada
momento las articulaciones motoras del estado psíquico.
Así, a los ojos de una filosofía que se esfuerza por reabsor- La filosofía debe integrar esquemas
ber la inteligencia en la intuición, numerosas son las dificul- racionales en una más profunda
tades que desaparecen o se atenúan. Una filosofía tal no sólo comprensión intuitiva.
hace más fácil la especulación, sino que nos da, además, ma-
yor fuerza para vivir.
989
BERGSON
------------
7 !_:
Por intuición reconocemos la \ Todos los seres vivos están unidos y todos obedecen al mis-
profunda unidad de todos los / mo y formidable impulso. El animal tiene su punto de apoyo
fenómenos naturales. en la planta, el hombre en la animalidad, y la humanidad en-
tera en el tiempo y el espacio, Es como un ejército desmesura-
do que galopa al flanco de cada uno de nosotros, delante y de-
trás de nosotros, en una carga arrolladora, capaz de vencer todas
las resistencias y de superar numerosos obstáculos, incluso qui- l
zá a la muerte.
1
j
fuerza en la lucha por conquistar la materia y por reconquis-
990
_l_,.........,B...E•R"'G""s"'o•N---•'~
tarse a sí misma. Dicha conquistá, dadas las condiciones par-
ticulares en las que se ha realizado, exigía que la conciencia se
adaptase a los hábitos de la materia y concentrase sobre ésta
su atención; es decir, que se determinara especialmente como
inteligencia.
No obstante, la intuición subsiste, aunque vaga y, sobre to- Las respuestas a las grandes <:
do, discontinua, semejante a una lámpara casi apagada que se cuestiones filosóficas siguen siendo..i
reanima a ratos, por breves instantes. Y se reanima cada vez intuitivas.
que está en juego un interés vital. Arroja una luz débil y os-
cilante sobre nuestra personalidad, nuestra libertad, el lugar
que ocupamos en el universo, sobre nuestro origen y quizá
también sobre nuestro destino; y aunque sea débil, sirve para
romper la oscuridad de la noche en que nos abandona la in-
teligencia.
De estas indtuicionesdevanescenf t es, qfue iluminan s u objeto <' La intuición, actividad creadora en ;
sólo a ratos, ebe apo erarse la i1oso ia; en primer 1ugar pa- -.. estado puro, es superior a la razó~ i
ra sostenerlas, y luego para dilatarlas y unirlas en un conjun- discursiva. ~·
to. Cuanto más avanza en su trabajo, más advierte que la in-
tuición es el espíritu mismo y, en cierto sentido, la vida misma:
la inteligencia se recorta en ella a través de un proceso que imi-
ta a ese que ha generado la materia. Sólo así se revela la uni-
dad de la vida mental: situándose en la intuición para mo-
verse desde ésta a la inteligencia,
ya que desde la inteligencia es
imposible pasar a la intuición.
IMPULSO VITAL
Consiste en la fuerza ciega e irracio-
nal que determina el fluir de la vida
y la evolución biológica. Procede sin
planificación alguna en todas las di-
recciones posibles de desarrollo sin
seguir un diseño determinado, nin-
gún fin, ningún objetivo. Es creación
pura, libre e imprevisible.
\Retrato de Bergson.
991 i
7 !
!
PEIRCE Y JAMES
El pragmatismo:
Peirce y James
PEIRCE ¡
Charles Sanders Peirce (1839-1914) no fue un fi-
lósofo profesional. Se consideraba a sí mismo an-
te todo un lógico, y en vano intentó obtener una
cátedra de esa disciplina. Vivió aislado y en la ma-
yor pobreza (trabajaba para el servicio costero ele
Estados Unidos). Nunca pudo publicar La gran 1
lógica, el único texto que logró concluir. Dejó una
importante cantidad ele escritos (apuntes, artícu-
los para periódicos y revistas) adquiridos luego
por la Universidad de Harvarcl y publicados pós-
tuma mente (Recopilación de escritos de Peirce, 1
1931-1935). En palabras del autor, el pragma-
tismo, teoría fundada por él, se define así: «Una
actitud, una orientación fuera ele toda teoría par-
1
ticular, consistente en apartar la mirada de todo
lo que es causa primera, primer principio, cate-
goría, supuesta necesidad, para dirigirla a los re-
sultados, a las consecuencias».
t
JAMES
El filósofo y psicólogo estadounidense William Ret}ato fotográfico de S. Peirce.
James (1842-1910) nació en el seno de una fa-
milia adinerada y ele fuertes intereses intelectua-
les. Durante su juventud viajó continuamente por
Europa para asimilar a fondo la cultura de su tiem-
po. Tras licenciarse en Medicina, en 1869 optó por
estudiar psicología como autodidacta y se con-
virtió en el primer docente universitario ele esta
disciplina en Estados Unidos. En 1873 fundó en 1
Harvarcl el primer laboratorio de filosofía experi- 1
mental.
i
Retrato fotográfico de W James.
992
PEIRCE Y JAMES
Cómo 'establecemos
nuestras creencias 194
EL PROBLEMA ¿Mediante qué proceso se forman cir, se consideran infalibles. Por ello, concluye
nuestras creencias? Peirce, debe sostenerse el método científico, el úni-
LA TESIS Peirce (y es de su autoría el fragmento co que somete sus resultados a continuas verifica-
citado a continuación) comienza examinando tres ciones, renuncia a la infalibilidad y progresa co-
estrategias mentales a las que denomina: 1) méto- rrigiéndose a sí mismo. Para aplicarlo es necesario,
do de la tenacidad, característica de quien de for- sin embargo, desplazar la atención hacia las conse-
ma obstinada se niega a discutir sus creencias; 2) cuencias de una teoría, hacia los resultados con-
método de la autoridad, el que realiza el contrato cretos a los que ésta conduce. El paso es funda-
social prohibiendo las opiniones que difieren de mental para comprender el pragmatismo, que no es
la norma; 3) método metafísico (o a priori), que sino la aplicación del método científico a los pro-
se basa en 1a razón, pero produce sistemas teóricos blemas filosóficos. La verdad de cualquier afirma-
incontrolables. Estas tres estrategias tienen en co- ción consiste en las consecuencias a las que da ac-
mún que no admiten la posibilidad del error: es de- ceso y por éstas debe ser juzgada.
• Cuando un avestruz esconde la cabeza en la arena al apro- Así como el avestruz esconde la
ximarse un peligro 1 probablemente elige la mejor vía. Se oculta cabeza para no ver, de la misma
a sí misma el peligro y entonces se dice con calma que no hay manera el hombre trata de evitar
peligro, y si se siente perfectamente segura de qne no lo hay, ¿por toda evidencia contraria a sus
qué tendría que levantar la caheza para verlo? Un hombre pue- convicciones.
de actuar en la vida alejando sistemáticamente de su vista todo
lo que puede causar un cambio en sus opiniones, y si lo consi-
gue, yo no veo qué se puede decir contra su modo de actuar.
Sería una impertinencia egoísta objetarle que su procedi- La realidad psicológica del hombre
miento es irracional, ya que esto equivaldría simplemente a no se reduce a pura racionalidad.
decir_ que su método de establecer las creencias no es el nues-
tro, El no se propone ser racional y, de hecho, a menudo ha-
blará con desprecio de la débil y engañosa razón humana, Por
eso, dejadlo pensar como quiera,
Pero este método de fijar creencias, que puede llamarse mé- r La confrontacíón continua con otras
todo de la tenacidad, es incapaz en los hechos de sostener su · inteligencias determina una
postura. El impulso social va en su contra, El hombre que lo dimensión social de las convicciones
adopta encontrará que otros hombres piensan de modo dife- personales.
rente; y en un intervalo de lucidez, le podrá venir a la mente
que las opiniones de esos otros son tan buenas como las su-
yas, lo que removerá su confianza en sus creencias.
Supongamos ahora que, en lugar de hacerlo la voluntad del in- El Estado podría sustituir al
dividuo, quien actuase fuese la voluntad del Estado, Supongamos individuo.
993
PEIRCE Y JAMES
, _. Pero una estrategia autoritaria Pero ninguna institución puede asumir la tarea de regular
\¿_iempre es imperfecta y sólo puede las opiniones en todas las materias. Sólo las más importantes
subsistir en sociedades simples. pueden vigilarse y, para las restantes, el espíritu del_ hombre
debe ser abandonado a la acción de las causas n·aturales. Esta
imperfección no será causa de debilidad mientras los hom-
bres estén en un estado de cultura tal que una opinión no in-
fluya en la otra; es decir, mientras no sean capaces de sumar
dos más dos.
Duda, búsqueda y libertad de Pero aun en los Estados más infestados de sacerdotes habrá
. pensamiento no son extirpables. individuos que se eleven por encima de esa condición. Estos
hombres poseen un sentimiento social más vasto, ven que en
otros países y en otras épocas, los hombres han adJTiitido doc-
trinas diferentes a aquellas en las que ellos mismos fueron
criados. No pueden evitar ver que es un simple azar que sus
enseñanzas sean las que son, o que ellos están rodeados de
usos y asociaciones que han hecho y hacen que crean lo que
creen.
¡, .. -La existencia objetiva de culturas Su candor no puede resistir a la reflexión de que no existe
L.diferentes induce a la duda crítica. razón para atribuir a sus puntos de vista un valor más eleva-
do que los de otras naciones u otros siglos. Y esto hace nacer
la duda en sus espíritus. Ellos se darán cuenta, además, de que
dudas similares deben existir en sus espíritus en compara-
ción con toda creencia que parezca determinada por el capri-
cho tanto propio como del de quienes dan origen a las opinio-
nes populares.
J 994
PEIRCE Y JAMES
Cuando la acción de las preferencias naturales no esté impedi- El debate artístico y metafísico
da y cuando, bajo las influencias de éstas, los hombres conversen ejemplos a seguí,
y consideren cada argumento bajo luces diferentes, las creencias
se desarrollarán en armonía con las causas naturales. Este méto-
do se asimila a aquel que ha permitido que las concepciones del
arte alcanzaran su madurez. El ejemplo más perfecto de ello se
puede encontrar en la historia de la filosofía metafísica.
Sistemas de esta naturaleza no se han apoyado habitualmente ¡ Arte y metafísica implican una
en hechos observados o, al menos, no en un grado considera- referencia a las convicciones
ble. Más bien han sido adoptados porque sus proposiciones personales, no a fa realidad en
fundamentales parecían acordes a la razón. Ésta es la expresión cuanto tal.
apropiada; ella no indica lo que es acorde a la experiencia,
sino lo que nos encontramos inclinados a creer.
Este método es mucho más intelectual y respetable, desde el ( El limite de tal método reside, sín?J
punto de vista de la razón, que los anteriormente considerados. embargo, en fa perenne posibilida;JJ
Pero su fracaso ha sido más evidente. El método hace de la in- de opinar, en la incapacidad de
vestigación algo similar al desarrollo del gusto, pero el gusto, /legar a conclusiones respecto
desafortunadamente, siempre es más o menos cuestión de mo- de fa verdad.
das y, en consecuencia, los metafísicos nunca llegaron a un acuer-
do estable, sino que el péndulo ha oscilado adelante y atrás en-
tre una filosofía más materialista y otra filosofía más espiritualista,
desde los tiempos más remotos hasta los más recientes.
Para satisfacer nuestras dudas es necesario, por lo tanto, en- l El objetivo es llegar a un método ){:i
contrar un método en virtud del cual nuestras creencias pue- \. capaz de producir un .:?J
dan estar causadas no por factores humanos, sino por alguna conocimiento cierto.
uniformidad externa, por algo sobre lo que nuestro pensa-
miento no tiene efecto.
Algunos místicos imaginan que poseen tal método bajo la El misticismo ha resuelto la
forma de una particular inspiración proveniente de lo alto. necesidad de certeza en fa
Pero ésta es sólo una forma del método de la obstinación, en revelación.
el que la concepción de la verdad como algo público todavía
no se ha desarrollado.
La uniformidad exterior no sería exterior, a nuestro enten- < El objetivo es hallar proposicionés·:·¡
inopinables y universales; es decit~J
der, si su influencia quedase restringida a un solo individuo.
Debe ser algo que actúa, o que puede actuar, sobre cada hom- válidas para todos los hombres.
bre. Y por más que estas acciones sean necesariamente tan di-
ferentes como diferentes son las concepciones individuales, el
método debe ser tal, no obstante, que la conclusión última de
cada hombre sea la misma.
Tal es el método de la ciencia. Su hipótesis fundamental, ex- 1 El método científico renuncia a .. ;¿,2
presada en lenguaje coloquial, es la siguiente: existen cosas rea- \., definir fa realidad, pero selecciona./¡¡~
les cuyos caracteres son completamente independientes de opiniones según criterios objetivos.
995 E
PEIRCE Y JAMES
El pragmatismo resuelve las • El método pragmático permite ante todo resolver contro-
paradojas de la metafísica. versias metafísicas que de otro modo podrían ser intermina-
bles. El mundo, ¿es uno o múltiple? ¿Admite la fatalidad y la
libertad? ¿Es material o espiritual? He aquí conceptos que, uno
u otro, podrían no ser verdaderos: la discusión en torno a ellos
estaría, pues, siempre abierta.
que cuenta son los efectos, las Con el fin de obtener la claridad perfecta en torno a las ideas
expectativas, los resultados. relativas a un objeto, debemos considerar sólo los efectos de
carácter práctico que éste es capaz de determinar a nuestro en-
tender, las impresiones que debemos esperar de él, las reac-
.'.1 996
PEIRCE Y JAMES
En mis cursos universitarios suelo presentar los problemas Si dos conceptos conducen a la
de este modo: ¿en qué diferiría el mundo según fuese verda- <: misma consecuencia, son
dera esta o aquella alternativa? Cuando no puedo descubrir indistinguibles.
diferencia alguna, considero que la oposición entre ambas ideas
carece de significado. El significado práctico de los conceptos,
en otros términos, en un caso de esta índole, es lo mismo: aho-
ra, una idea no posee para nosotros otro significado que este
carácter práctico.
Toda la función de la filosofía deberla consistir en el des- Las doctnnas metafísicas deben .
cubrimiento de qué diferencia habría, para vosotros y para mí, evaluarse por las consecuencias cju~.1
en determinados momentos de la vida, según fuese verdad es- implican.
ta o aquella otra fórmula del Universo.
997
"''I
'~
B PEIRCE Y JAMES
El pragmatismo continúa fa ,> La postura del pragmatismo es conocida desde hace mucho
tradición empirista inglesa. tiempo porque es la misma que la del empirismo, pero aquél
lo presenta, a mi entender, de forma más radical y, sin embar-
go, de forma tal que levanta menos objeciones que cualquie-
ra de las formas asumidas hasta ahora por el empirismo.
(E/pragmatismo no es una doctrina, Al mismo tiempo, cabe poner de relieve que el pragmatismo
~•. no señala una verdad, sino que no se inclina por ninguna solución particular. Es sólo un mé-
sugiere un método de todo. Pero el triunfo universal de este método determinaría un
investigación. cambio notable en lo que he llamado temperamento filosófico.
Así como vemos al típico hombre de la corte momificarse en
una república, y al típico cura ultramontano esterilizarse en un
país protestante, así veremos momificarse al típico profesor ul-
trarracionalista. Entre la ciencia y la metafísica habría un va-
liosísimo acercamiento: las veríamos trabajar en la más estre-
cha colaboración.
!Támbién fa metafísica ha tratado de ) Así, el mundo siempre ha aparecido como una especie de
Ei':C explicar el mundo con palabras enigma cuya clave debía buscarse y descubrirse bajo la forma
capaces de describir su esencia. de una palabra, de un nombre que habría arrojado luz com-
pleta o conferido todo el poder deseado. Esta palabra designa
el principio del mundo, y el poseerla, en cierto modo, equi-
vale a poseer el mundo mismo. Dios, la materia, la Razón, el
Absoluto, la Energía: he aquí nombres que son otras tantas so-
luciones. Una vez poseídos estos nombres, no os queda nada
] 998
PEIRCE Y JAMES
Así pues, con el pragmatismo las teorías se convierten l Las doctrinas filosóficas deben serc;cq
en instrumento de investigación, en lugar de ser la respuesta ¾: instrumentos de investigación Y_:_á(J,'.0]
a un enigma y el fin de toda investigación. Las teorías no nos enunciados dogmáticos. · ,..-
sirven para descansar, sino para avanzar y, si es preciso, nos
permiten reconstruir el mundo. Todas nuestras teorías es-
taban cristalizadas: el pragmatismo les ha dado una elasti-
cidad que nunca habían tenido y las ha puesto en movi-
miento.
999 E
PEIRCE Y JAMES
¡_Una metáfora de la arquitectura: el Como muy bien ha dicho el pragmatista italiano Papini
L: pragmatismo es como un pasillo, [Giovanni, en un principio cercano a las posturas de Peirce y
un paso obligado para llegar a las James y más tarde apologista del cristianismo], el pragmatis-
habitaciones del sabe, mo ocupa entre nuestras teorías la posición de un pasillo en un
hotel. Numerosas habitaciones se abren a este pasillo. En una
podemos encontrar a un hombre ocupado en escribir un tra-
tado a favor del ateísmo; en la de al lado, a otro que reza de ro-
dillas para tener fe y valor; en la tercera, a un químico ... Todos
ellos utilizan necesariamente el mismo pasillo: todas deben
atravesarlo para entrar en su habitación y para salir de ella.
1000
------------.. .j. ....._.........c..R..o..c..E.............'..Í~
Croce
1866-1952
l filósofo, historiador y críti-
E co literario italiano Benedetto
Croce vivió consagrado a la escri-
tura, sin intentar siquiera el cami-
no de la enseñanza académica. La
ausencia de necesidades materia-
les, el prestigio internacional al-
canzado y un indudable valor, le
permitieron mantenerse indepen-
diente durante las dos décadas de
fascismo, período en el que siguió
profesando sin ambages su fe libe-
ral, lo que lo convirtió en un sím-
bolo viviente de las aspiraciones
democráticas del pueblo italiano.
Esta aversión a cualquier tipo de
intimidación intelectual lo llevó a
la ruptura de su amistad con
Giovanni Gentile, filósofo y mi-
nistro de Educación durante la dic-
tadura, con el que mantuvo una
encendida polémica.
Después de su interés inicial en /'>e,.
una discusión crítica del marxismo, Retrato de B. Croce
bajo la influencia del filósofo he-
geliano-marxista Antonio Labriola,
la reflexión de Croce se centró en la noción de historicismo, intentando profundizar
de manera crítica la teoría de Hegel (véase 157), según la cual toda la realidad es re-
ducible a la historia (leer a Hegel es un debate con mi propia conciencia, afirmó en cier-
ta ocasión). Esta aproximación idealista y post-hegeliana a la filosofía tuvo una no-
table influencia en la cultura italiana de la primera mitad del s. xx; a partir de la segunda
posguerra, sin embargo, perdió progresivamente arraigo y prestigio.
1001 t
CROCE
7
196 El hombre es un compendio
de historia universal
EL PROBLEMA ¿Hay distinción entre filosofía e his- samiento abstraído del tiempo, sino siempre juicios
toria? históricamente determinados. Cualquier problema
LA TESIS Ningún juicio, ningún objeto de conoci- filosófico puede comprenderse sólo a la luz de los
miento pueden plantearse fuera de la historia, por- hechos que lo han generado, y todo conocimiento
que se tratará siempre de hechos situados en el tiem- está siempre condicionado por el tiempo. Pero tam-
po e insertos en un proceso en marcha. Y esto es bién el ser humano, tanto en general como en par-
cierto incluso para una piedra, porque la piedra es ticular, es reducible a la historia: todo ser vivo es un
realmente un proceso en marcha, que resiste a las fuer- compendio de la evolución de la especie a ,la que per-
zas de disgregación o cede poco a poco, y mi juicio se tenece y de todo el acontecer universal. Este y el si-
refiere a un aspecto de su historia. La filosofía, por guiente son fragmentos de La historia como pensa-
lo tanto·, se identifica con la historia: no hay un pen- miento y acción.
El principio del historicismo. \ • No basta con decir que la historia es juicio histórico, sino
· que hace falta añadir que todo juicio es juicio histórico o his-
toria sin más.
í&} Todo·juicio concierne a un hecho Si el juicio es relación de sujeto y predicado, el sujeto -es de-
/;L,histórico, porque no hay hechos cir, cualquier hecho que se juzgue- es siempre un hecho his-
fuera de la historia. tórico, algo que deviene, un proceso en marcha, porque no se
encuentran ni conciben hechos inmóviles en el mundo de la
realidad.
la percepción está siempre Es juicio histórico incluso la más obvia percepción juzgante
históricamente determinada. ) (si no juzgase, no sería siquiera percepción, sino sensación cie-
ga y muda): por ejemplo, que el objeto que veo junto a mi pie
es una piedra, y que no saldrá volando como un pájaro al ru-
mor de mis pasos, por lo que será conveniente que lo aparte con
el pie o con el bastón; porque la piedra es realmente un proce-
so en marcha que resiste a las fuerzas de disgregación o cede
lentamente, y mi juicio se refiere a un aspecto de su historia.
Toda forma de conocimiento está Pero no nos podemos detener aquí, renunciando a desarro-
inserta en un orden histórico. llar la ulterior consecuencia: que el juicio histórico no es ya un
orden de _conocimientos, sino el conocimiento sin más, la for-
ma que ocupa y agota todo el campo cognoscitivo, sin dejar lu-
gar para otra cosa.
f:"::Todo conocimiento verdadero está En efecto, cada conocer concreto debe estar ligado a la vida
idétlnado a la vida y, por lo tanto, a y junto al juicio histórico: es decir, a la acción, al momento
la historia. de la suspensión o de la expectativa de ella, dirigido a sortear,
como se ha dicho, el obstáculo que encuentra cuando no ve
clara la situación de la que deberá asomar en su determinación
y particularidad.
Sólo un conocimiento erudito e Un conocer por conocer, al contrario de lo que algunos ima-
inútil se abstrae del contexto ginan, no tiene nada de aristocrático ni de sublime, tal como
histórico. lo ejemplifica el pasatiempo idiota de los idiotas y de los mo-
mentos de idiotez que hay en cada uno de nosotros. Pero
realmente no ocurre nunca porque es intrínsecamente impo-
J 1002
~
.....j ................c...R...º......c...E...............,..,¡;¡.,f ~
l
Y los intelectuales que señalan como vía de salvación el ale- L~ creación intelectual y artística_ :~.-~¡.·¡
jamiento del artista o del pensador del mundo que lo rodea, siempre una respuesta a verdaa'.~C@J
su deliberada actitud de no participar en los vulgares contras- problemas concretos del mundo.
tes prácticos (vulgares en cuanto prácticos), no advierten que
están señalando así la muerte del intelecto. En una vida pa-
radisíaca, sin trabajo ni apuros, en la que no surjan obstácu-
los que superar, tampoco se piensa, porque ha desaparecido
todo motivo para pensar; ni propiamente se contempla, por-
que la contemplación activa y poética alberga en sí misma
un mundo de luchas prácticas y afectos.
No hay que esforzarse mucho para demostrar que incluso la ¡ Incluso la investigación científica:
llamada ciencia natural, con su complemento e instrumento ,-:; pura nace de exigencias "º"'º· .. '"'"
en las matemáticas, se funda en las necesidades prácticas de la
vida y se dirige a satisfacerlas. Esta idea tuvo su gran divul-
gador, en el umbral de los nuevos tiempos, en Francis Bacon ...
A la teoría de que todo conocimiento genuino es conoci- ¡ Sólo fa filosofía no parece estar
miento histórico, no se le opone la ciencia natural -que, jun- ' históricamente determinada.
to con la historia, trabaja en el mundo y en el submundo-, si-
no la filosofía o, si se quiere, la tradicional idea de una filosofía
que tenga los ojos dirigidos al cielo y del cielo alcance o es-
pere la suprema verdad.
Esta división de cielo y tierra, esta concepción dualista de El pensamiento metafísico parece?¡]
una realidad que trasciende la realidad, de una metafísica so- estar particularmente fuera de fe,,¿'¡
bre la física, esta contemplación del concepto sin juicio (o fue- historia.
ra de él), le otorga su carácter peculiar, que es siempre el mis-
mo -llámese realidad trascendente, Dios o Materia, Idea o
Voluntad-y que se supone situado por debajo de o contra una
realidad inferior y meramente fenoménica.
Se puede decir que, con la crítica histórica de la filosofía <.• El hegelianismo ha derrumbado los:::
trascendente, la filosofía misma, en su autonomía, está muer- vínculos tradicionales de sujeción <1.~i
ta, porque su pretendida autonomía se fundaba precisamen- fa historia a fa metafísica.
te en su carácter de metafísica. Ha tomado su lugar la histo-
ria, ya no la filosofía -o, lo que viene a ser lo mismo, la
filosofía en cuanto historia y la historia en cuanto filosofía-.
La filosofía-historia, pues, tiene corno principio la identidad
ele lo universal y lo individual, el intelecto y la intuición, y
1003 E
CROCE
f
rt~onomía, ética, arte y filosofía son • Las formas fundamentales y originales de la historiografía
[:!??, cuatro actividades cognoscitivas son: política o económica; de la civilización, del ethos o de la
fundamenta/es. religión; del arte y del pensamiento o filosofía.
!Lb
V-..
✓
útil (economía), lo bueno (ética), Y aunque suela manifestarse una especie de desconfianza ha-
L ... lo bello (arte) y lo verdadero cia la discriminación de estas cuatro formas de la historia, no
(filosofía) abarcan todo el sabe, han sido ya encontradas y distinguidas por un filósofo indivi-
dual, por más que haya podido razonar sobre ellas y formular
mejor su distinción, sino por la conciencia del género huma-
no, que no se ha referido nunca a otras fuera de ellas, ni ha re-
conocido jamás otras que no estuviesen subordinadas a (o re-
sueltas en) ellas, como tampoco ha mencionado, que se sepa,
j 1004
otros valores que no sean lo bello, lo verdadero, lo útil, lo bue-
no, o sus transparentes sinónimos.
Si alguien llegase a encontrar o proponer otras, que lo diga Estas cuatro categorías
o lo intente; pero, además de la ya mencionada autoridad del todo el conocimiento posible.
género humano (al que es lícito, sin duda, oponerse, pero no
es lícito oponerse con ligereza), está la dificultad de que no
basta con añadir una o más categorías nuevas, como si el or-
den de aquellas cuatro fuese una enumeración que pueda con-
tinuarse a la manera discontinua propia de las enumeraciones,
sino que hace falta reunirlas, repensándolas en función de
un nuevo nexo sistemático y dialéctico, en un nuevo orden ne-
cesario de sucesión ideal (ideal pero no abstracta, ideal y ya
no temporal o cronológica, como a veces se la suele neciamente
interpretar y criticar).
1005 [.
CROCE
Toda actividad creativa implica, en De todos modos, sean cuales fueren estas esferas de activi-
todo caso, la libertad creativa. dad, el principio que las anima a todas es la libertad, sinónimo
de la actividad o espiritualidad, que no sería tal si no fuese per-
petua creación de vida. Nadie ha experimentado .nunca ni lle-
ga a concebir la idea de un crear forzado, un crear mecánico,
un crear por encargo y subordinado; y, en efecto, la sola aso-
ciación de estos vocablos carece de sentido.
La actividad creativa se desarrolla Otro sinónimo de la misma actividad alude al perpetuo en-
sobre sí misma. Puede haber riquecimiento que le es propio, al perpetuo crecer de la espi-
regreso en ciertos aspectos, pero el ritualidad sobre sí misma, donde nada se pierde de lo que se
progreso es fa norma del devenir ha creado y en nada se detiene: el perpetuo progreso. Puede
histórico. llegar a hablarse de decadencia y, en efecto, se habla, precisa-
mente en referencia a cierto tipo de obras y de ideales que apre-
ciamos ... , pero en sentido absoluto, y en historia, nunca hay
decadencia que no sea a la vez formación o preparación de nue-
va vida y, por lo tanto, progreso.
1006
HUSSERL
Husserl
1859-1938
I filósofo alemán Edmund
E Husserl inició sus estudios en
ciencias (matemáticas y astronomía)
y se doctoró en Viena con una tesis
sobre el cálculo de variables. De
1884 a 1886, asistió en la capital aus-
tríaca a las clases del fílósofo alemán
Franz Brentano, quien lo influyó
con su teoría relativa al carácter in-
tencional del acto psíquico. Decidió
dedicarse a la investigación filosó-
fica e inició una brillante carrera aca-
démica, primero en la Universidad
de Halle, por último Gotinga y
Friburgo. Después de haber escrito
sus primeras obras bajo la influen-
cia de Brentano, desarrolló un mé-
todo original al que llamó fenome-
nología. En 1933 fue apartado de la
enseñanza a causa de las leyes anti-
semitas. A su muerte dejó numero-
sos manuscritos (cuarenta y cinco
mil páginas taquigrafiadas, conoci-
das como el Archivo Husserl de
Lovaina), los cuales sirvieron para
componer varios volúmenes; el más
importante de ellos es La crisis de las
ciencias europeas y la fenomenología Retrato Jotogrdfico de Husserl.
trascendental, publicado en 1950.
Sin proponerse como teoría, sino co-
mo método general, la fenomenología, original acercamiento de Husserl al proble-
ma del conocimiento, constituye una de las filosofías más fecundas del s. xx; ha ori-
ginado una auténtica escuela fenomenológica, cuyo principal representante fue el
alemán Martín Heidegger, con influencia incluso en el campo científico, en especial
en el ámbito de la sociología, la psiquiatría y la psicología.
1007 .
HUSSERL
fenomenología propone una En el intento de dudar que se fija sobre una tesis, y, según
duda sistemática, relativa } hemos supuesto, en una tesis cierta y sostenida, se lleva a ca-
a tesis específicas. bo la desconexión en y con una modificación de la antítesis,
a saber, con la posición del no-Ser, la cual constituye así la otra
base del intento de dudar.
La fenomenología no está En Descartes prevalece esta otra base hasta el punto de po-
en la duda universal. derse decir que su intento de duda universal es propiamente
un intento de negación universal.
fenomenología tampoco está Nosotros prescindimos de esto; no nos interesa ningún com-
interesada en el análisis ponente analítico del intento de dudar, y mucho menos su aná-
de la propia duda. lisis exacto y exhaustivo.
cCE" La fenomenología propone \ Nos limitamos a poner de relieve el fenómeno de poner entre
~ql?'!lente abstenerse de emitir un '! paréntesis, que no está ligado al fenómeno del intento de du-
juicio sobre los fenómenos. dar -aun cuando pueda ser colegido de él con especial facili-
dad-, sino que también puede presentarse en otras comple-
xiones no menos que por sí solo.
Esta abstención no excluye la Con referencia a toda tesis podemos, y con plena libertad,
existencia de una verdad. practicar esta peculiar epojé: un cierto abstenerse de juzgar, que
es conciliable con la convicción no quebrantada y en casos in-
quebrantable, por evidente, de la verdad. La tesis es puesta fue-
ra de juego, puesta entre paréntesis, convirtiéndose enlamo-
dificación tesis entre paréntesis, así como el juicio se convierte
en juicio entre paréntesis.
debe tener un campo de ) En lugar, pues, del intento cartesiano de llevar a cabo una
aplicación limitado. duda universal, podríamos colocar la epojé universal en nues-
dl 1008
tro nuevo sentido rigurosamente determinado. Pero con bue-
nas razones limitamos la universalidad de esta epojé.
Pues si fuese tan amplia como en general puede ser, dado En efecto, fa fenomenología nd :J\;¡J
que puede modificarse con plena libertad toda tesis o todo jui- pretende conducir al escepticismo:{t)]
cio, o colocarse entre paréntesis toda objetividad susceptible
de ser sujeto de un juicio, no quedaría dominio alguno de jui-
cios no modificados, ni mucho menos de ciencia. Pero nues-
tros designios se enderezan, justamente, a descubrir un nue-
vo dominio científico que se conquiste justo por medio del
método de colocar entre paréntesis, pero limitado.
Esta limitación puede formularse en dos palabras. Ponemos Lo que la fenomenología pretende;:¡
fuera de juego la tesis general inherente a la esencia de la ac- suspender son las creencias
titud natural. Colocamos entre paréntesis todas y cada una de ingenuas sobre los datos objetivos
las cosas abarcadas en sentido óntico por esa tesis: así, pues, de la realidad.
este mundo natural entero, que está constantemente para La conciencia asume el mundo
nosotros al alcance de la mano, y que seguirá estándola per- como un presupuesto, algo ya dado
manentemente, como realidad de que tenemos conciencia, aun- que precede a la conciencia.
que nos dé por colocarlo entre paréntesis.
Si así lo hago, como soy plenamente libre de hacerlo, no por / Precisamente es esta actitud fa quei1
ello niego este mundo -como si fuese un sofista- ni dudo de su '· la fenomenología pretende evitar j
existencia -como si fuese un escéptico-, sino que practico la
epojé fenomenológica. En otras palabras: no asumo el mundo
que me es dado de manera constante ya siendo antes de mí -co-
mo hago, directamente, en la vida práctica natural, pero tam-
bién en las ciencias positivas- ni, en definitiva, como un mun-
do que no es terreno universal apto para un conocimiento que
procede a través de la experiencia y el pensamiento. Ya no ten-
go ninguna experiencia de lo real en un sentido ingenuo.
Así realizo la epojé fenomenológica, la cual, por lo tanto, El propósito de la epojé es acerca(~~)
me impide también la realización de cualquier juicio, de cual- ¿ al mundo como si lo descubr,ese ·· '
quier toma de posición predicativa con respecto al ser y al ser por primera vez.
así y a todas las modalidad de ser de la existencia espacio-tem-
poral de lo real.
1009 L
El mundo de la vida y • El mundo-de-la-vida está para nosotros, los que vivimos
el de la existencia. ) en vela en él, siempre ya ahí, siendo para nosotros de ante-
mano; es siempre el suelo para toda praxis, ya sea teórica o ex-
tra-teórica.
Es el horizonte de cada hecho ·_·y_:1 A nosotros, los sujetos en vela, siempre interesados prácti-
y de cada sentido. camente de algún modo, el mundo no nos está dado como ho-
rizonte, no una vez accidentalmente, sino siempre y necesa-
riamente como campo universal de toda praxis real y posible.
tr Pensamos el mundo en su
tZ::globalidad de manera diferente a
\ Pero hay una diferencia fundamental entre el modo de la con-
/ ciencia del mundo y el de la conciencia de las cosas, el de la
como pensamos los objetos. conciencia de objetos (en un sentido muy amplio, pero pura-
mente en la dimensión del mundo-de-la-vida), mientras que,
por otra parte, la una y la otra configuran una unidad insepa-
rable.
ff{Cada objeto es siempre una parte \ Las cosas, los objetos (siempre entendidos en la dimensión
L, ... del mundo, que Siempre se da / del mundo-de-la-vida) están dados como cosas y objetos váli-
como presupuesto. dos para nosotros (en cualquier modo de la certeza de ser), pe-
ro, en principio, tan sólo de modo que son conscientes como
cosas, como objetos en el horizonte del mundo. Cualquier co-
sa y objeto es algo, algo a partir del mundo, del mundo que nos
es consciente constantemente como horizonte.
rr/inundo es algo singular que hace Por otra parte, el mundo no es siendo como un ente, como
L. posible la pluralidad. un objeto, sino que es siendo en una unicidad para la que lo
plural carece de sentido. Todo plural y todo singular sacado de
él presupone siempre el horizonte del mundo. Esta diferencia
del modo de ser entre un objeto en el mundo y el mundo mis-
mo prescribe a ambos, evidentemente, formas correlativas de
conciencia radicalmente diferentes.
FENOMENOLOGÍA
Según Husserl, hay que combatir la predisposición que nos lleva a con-
siderar los resultados de los procesos perceptivos como descripciones
objetivas del mundo, y los contenidos ordinarios de la mente como ver-
dades obvias. Hay que adoptar, en cambio, una actitud fenomenológi-
ca, desprejuiciada, desinteresada y crítica, en primer lugar hacia los há-
bitos mentales del mismo sujeto. La fenomenología, en efecto, no se
propone como un nuevo sistema filosófico, sino como un método apli-
cable a los más dispares campos del conocimiento. Es un ejercicio que
el sujeto hace sobre sí mismo con el fin de llevar las ideas lógicas, los
conceptos y las leyes, a la claridad y distinción desde el punto de vista
gnoseológico. La práctica de la epojé fenomenológica permite volver a
las cosas mismas, es decir, al fenómeno, entendido no como pura apa-
riencia en contraposición a una hipotética cosa en sí, sino como el ma-
1
1010
HUSSERL
EPDJÉ FENOMENOLÓGICA
La observación de Husserl de hacer epojé-es decir, colocar entre pa-
réntesis todos los hábitos, los prejuicios, la,wnvicciones ingenuas y las
consideraciones obvias~ no se propone como un procedimiento,exclusi-
vamente destructivo. A diferencia de la e¡,,e,jé escéptica, la fenomeno-
lógica no pretende demostrar la inexistencia de una verdad,walquiera
sino, por el contrario, demostrar que el ejercicio de la duda, metódica y
la suspensión de todo saber positivo ya adquirido son instrumentos de
higiene mental. El investigador fenomenológico debe despejar la men-
te de todo lo que es ficticio, no necesario, casual y personal, para colo-
carse en la situación de un espectador ingenuo y desinteresado. Después
de haberse liberado así de una parte de sí mismo, con un trabajo largo
y fatigoso, estará en condiciones de analizar con la debida objetividad
tanto el mundo como los fenómenos de la conciencia y el espíritu. Retrato de Husserl.
Cuando la ciencia
produce sin sentido 200
EL PROBLEMA ¿Dónde nace la crisis de la civiliza- eirá todo el proceso histórico de la humanidad a una
ción contemporánea? ¿En qué sentido puede ha- sucesión cíclica de civilizaciones que nacen de vez
blarse de crisis de la ciencia? en cuando, se desarrollan y mueren, sin intentar si-
LA TESIS La crisis de la ciencia no es interna a las dis- quiera individualizar el sentido de su transcurso. Es
ciplinas concretas, porque nadie pone en duda la irre- verdad que no hay en absoluto un sentido de la his-
futabilidad de las teorías individuales demostradas toria y que cualquier investigación de su significado
por los científicos. La crisis concierne, en cambio, al último se reduce a una interpretación (un punto de
significado en su conjunto de la ciencia, su capaci- vista condicionado, como poco, por la subjetividad
dad de dirigirse al hombre real y, por lo tanto, tam- del historiador). Todo esto es lo que el positivismó
bién a su espiritualidad, de responder a sus pregun- intentaba evitar procurando un ideal de impersona-
tas fundamentales, relativas siempre a los significados lidad y objetividad de la ciencia; sin embargo, se-
y no a los hechos. Si, por ejemplo, el estudio de la ñala Husserl, es lo único que cuenta en definitiva,
historia, tal como afirma la ciencia positivista, debe cuando no se considera el estudio de la historia co-
limitarse sólo a los hechos documentables, se redu- mo actividad separada de la vida.
• ¿Qué tiene la ciencia que decirnos sobre la razón y la sin- las ciencias exactas no dicen nada ;1
0
razón? ¿Qué sobre nosotros, los seres humanos, en cuanto su- ( sobre el hombre en cuanto ser ·'
jetos de esta libertad? La mera ciencia de los cuerpos mate- espiritual y libre.
riales nada tiene, evidentemente, que decirnos, puesto que ha
hecho abstracción de todo lo subjetivo.
Por otra parte, en lo que se refiere a las ciencias del espíri- Las ciencias humanas (psicología,
tu, que en todas sus disciplinas especiales y generales consi- historia) imitan a las exactas,
deran al hombre en su existencia espiritual y, por consiguien- transformando el espíritu en un
te, en el horizonte de su historicidad, su cientificidad exige -se objeto y tratándolo como un
dice- que el investigador excluya cuidadosamente toda posi- fenómeno natural.
ble toma valorativa de posición, todo preguntar por la razón
1011 t
HUSSERL
La reducción de la historia a una Pero, ¿puede el mundo, y la existencia humana en él, te-
ct:,,w.eo«mde hechos constatables ner en verdad un sentido si las ciencias no admiten como ver-
acaba ocultando su sentido dadero sino lo constatable de este modo objetivo 7 ¿Si a la his-
profundo, toria únicamente le es dado enseñarnos que todas las
configuraciones del mundo espiritual, los vínculos que han
cohesionado a los hombres, los ideales y normas, se forman
-simplemente-y se deshacen como olas fugitivas? ¿Que la ra-
zón muta una y otra vez en sin sentido y las obras buenas en
castigos, y que siempre ha sido así y que así será por siempre
jamás?
La aproximación científica a la ¿Podemos darnos por satisfechos con ello? ¿Podemos vivir
historia lleva a la pérdida del en este mundo en el que el acontecer histórico no es más que
significado, una concatenación incesante de ímpetus ilusorios y de amar-
gas decepciones?
F'.Uriá nueva ciencia debería estudiar El espíritu y sólo el espíritu es en sí mismo y para sí mis-
Le,. la espiritualidad según sus mo; el espíritu es autónomo y en esta autonomía -y sólo en
principios (incluida la subjetividadi ella- puede ser tratado de manera verdaderamente racional, de
manera verdadera y radicalmente científica.
¡>, El divorcio entre ciencia y mundo- Aunemos condensadamente las ideas fundamentales de nues-
Ídíe,la-vida ha producido la crisis de tra exposición: la crisis de la existencia europea, de la que hoy
la cultura europea, que en la tanto se habla y de la que dan testimonio tantos síntomas de
ciencía ha construido su destino. descomposición de la vida, no es un oscuro destino, no es una
fatalidad impenetrable; se vuelve inteligible y aprehensible des-
de el trasfondo de la teleología de la historia europea que la fi-
losofía está llamada a descubrir,
l 1012
HUSSERL
La crisis pudo así revelarse como un aparente fracaso del ra- Otra consecuencia de la crisis
cionalismo. Pero la raíz del fracaso de una cultura racional no ciencias es el surgimiento de
radica -como ya quedó dicho- en la esencia del racionalismo tendencias irracionalistas en la
como tal, sino sólo en su cosificación alienada, en su degra- civilización contemporánea.
dante revestimiento con los ropajes del naturalismo y del ob-
jetivismo.
La crisis de la existencia europea sólo tiene dos salidas: la Sólo un giro radical de las cienciasvs
decadencia de Europa en la alienación respecto de su propio (un heroísmo de la razón) puede ··
sentido racional de la vida, la caída en el odio espiritual y en resolver la crisis.
la barbarie, o el renacimiento de Europa desde el espíritu de
la filosofía mediante un heroísmo de la razón que supere de-
finitivamente el naturalismo.
El mayor peligro de Europa es el cansancio. Luchemos con- Sólo un gran esfuerzo de voluntad: ·
tra este peligro de los peligros como buenos europeos, con esa permitirá a Occidente reconstruir· s4'.i
valentía que ni siquiera se arredra ante una lucha infinita; re- saber desde loscimientos. · ··
surgirá entonces del incendio destructor de la incredulidad,
del fuego lento de la desesperación sobre la misión de
Occidente, de las cenizas del gran cansancio, el Fénix de una
nueva vida interior y de una espiritualización nueva. Será la
garantía primera de un futuro grande y remoto para la hu- Templo de Apolo
manidad, porque sólo el espíritu es inmortal. (ll.,:Lichtenstein, I 964).
1013
·e:
~ Í SUGERENCIAS DE CONSULTA ,.
SUGERENCIAS DE CONSULTA
~
Propuesta de lectura de los textos de la Antologia a través de veintinueve preguntas filosóficas
fundamentales a las que diferentes autores de distintas épocas han dado respuesta.
] 1014
I SUGERENCIAS DECóNSULTA 1~
96 DESCARTES Cómo demuestro la existencia 183 NIETZSCHE El sentido de la tierra es el
de mi cuerpo 783 Superhombre 968
104 SPINOZA Dios es sustancia: para existir
no necesita nada 803 ¿QUÉ ES EL CUERPO HUMANO?
108 LEIBNIZ La mónada es un átomo espiritual 813
121 HUME ¿Qué es la sustancial Un haz de 26 SÓCRAfES El filósofo desea morir 612
percepciones 842 31 PLATÓN Tres fueron los géneros sexuales 626
147 FICHTE Cuando el Yo se enfrenta al no-Yo 894 71 PARACELSO La medicina microcósmica 730
152 SCHELLING La naturaleza lo ignora, pero 73 AGRIPPA El hombre es un cosmos
es inteligente 902 en miniatura 733
157 HEGEL Todo se afirma, se niega, se supera 911 84 MORO El derecho a la eutanasia 755
97 DESCARTES El modelo hidráulico del
¿QUÉ ES LA REALIDAD? cuerpo humano 785
167 SCHOPENHAUER ¿Para qué se vive?
5 HERÁCLITO Nunca nos bañamos en el Para seguir viviendo 927
mismo rio 570 185 FREUD El caso de Anna O. 973
14 PARMÉNIDES El ser es una esfera redonda 583 190 BERGSON Entre el pasado y el futuro
40 ARISTÓTELES La causa final y el origen está el cuerpo 986
de los monstruos 645
86 GALILEO El lenguaje del gran libro de la ¿QUÉ DEFINE LA EXISTENClA?
naturaleza 759
107 LEIBNIZ Cómo llegué a descubrir la mónada 812 47 SÉNECA Cómo curarla inquietud 664
132 CONDILLAC Para conocer el mundo, basta 75 CAMPANELLA La maravillosa
con tocarlo 870 Ciudad del Sol 738
155 HEGEL Lo real es racional y lo racional 102 PASCAL Por qué no conseguimos estar
es real 906 tranquilos en una habitación 796
111 LEIBNIZ Vivimos en el mejor de los
¿EXISTE UN MÉTODO CIENTÍFICO? mundos posibles 818
125 VOLTAIRE De cómo Cándido fue
39 ARISTÓTELES Ciencia es conocer las expulsado del Hermoso Castillo 851
cuatro causas 643 126 ROUSSEAU Todo degenera en las manos
88 GALILEO Seria verdad, si Aristóteles no del hombre 855
lo negase 764 133 KANT El cielo estrellado y la ley moral 874
90 BACON Inducción: un saber de las obras, 146 FICHTE Es el Yo quien determina lo que
y no de las palabras 769 ooes ~
95 DESCARTES Cuándo los razonamientos 172 KIERKEGMRD La desesperación del
están encadenados 783 hombre ético 936
120 HUME Observemos dos bolas de billar... 839 199 HUSSERL El mundo de la vida 1009
137 KANT La diferencia entre juicios analíticos
y sintéticos 878 ¿CÓMO ES PRECISO VIVIR?
1015 [
SUGERENCIAS DE CONSULTA f....,....,.,.........,.....,....,....,.,....,...,..........,
122 HUME Lis elecciones morales se fundan 83 MORO Amor y guerra entre los habitantes
en el sentimiento 844 de Utopía 752
141 KANT El imperativo categórico en cuatro 168 SCHOPENHAUER No hay amor sin sexo 928
casos 883 171 KIERKEGAARD El seductor y el instante
149 FICHTE ¡Dogmatismo o idealismo? fugaz 935
Depende del carácter 896
169 SCHOPENHAUER L, única solución es ¿CÓMO DISTINGUIR ENTRE SUEÑO,
olvidarse de existir 930 VIGILIA Y LOCURA?
179 NIETZSCHE Cuando millones se hinquen
en el polvo... 960 34 PLATÓN Cuando el delirio es un don divino 635
60 ERASMO L, locura de Ctisto y la de los
¡QUÉ ES EL TIEMPO? cristianos 700
92 DESCARTES Duda hiperbólica: ¡y si un
53 SAN AGUSTÍN L, creación y el misterio genio engañador...' 774
del tiempo 682
166 SCHOPENHAUER Quizá la vida sea un
138 KANT Espacio y tiempo no son realidades, sueño prolongado 926
sino esquemas mentales 880
186 FREUD El sueño es satisfacción del deseo 975
184 NIETZSCHE Vivir como si todo hubiese
de retornar 971
¿CÓMO NACIÓ LA SOCIEDAD?
189 BERGSON El tiempo de la vida es la
duración del presente 985
98 HOBBES El hombre no es un animal
¿QUÉ ES LA MATERIA? social 788
116 LOCKE L, ptimera sociedad fue entre
15 ZENÓN L, paradoja de Zenón: el mujer y marido 827
movimiento no existe 584 129 ROUSSEAU LI superiotidad del hombre
16 DEMÓCRITO También el alma está salvaje 861
compuesta de átomos 587
51 PLOTINO Dios no ha creado el mundo: ¿EXISTE RELACIÓN ENTRE MORAL
ha emanado de Él 675 Y POLÍTICA?
70 BRUNO Habitamos uno de los infinitos
mundos 726 79 MAQUIAVELO Hay vicios beneficiosos y
72 AGRIPPA Lis simpatías de la naturaleza 732 virtudes dañinas 745
87 GALILEO El tacto y las cosquillas: 123 VOLTAIRE L, discordia es la peste;
cualidades objetivas y subjetivas 761 la tolerancia, el remedio 848
11 O LEIBNIZ En cada gota hay un jardín lleno 127 ROUSSEAU El hombre nace libre, pero
de plantas 816 está encadenado 857
119 BERKELEY ¿LI materia? No existe: es una 150 FICHTE L, supremacía del pueblo alemán 898
idea de la mente 833 181 NIETZSCHE L, moral de los vencedores
151 SCHELLING L, matetia es vida que y la moral de los perdedores 963
duerme 901
¿QUÉ ES EL ESTADO?
¿QUÉ ES LA VIDA?
81 MAQUIAVELO El ptincipe debe ser
9 PITÁGORAS El aire está lleno de almas 575 a veces zorro y a veces león 747
19 DEMÓCRITO Cómo la vida nace del 99 HOBBES El Estado soberano es un
vórtice atómico 590 Dios mortal 789
69 BRUNO El mundo es un gran animal 723 118 LOCKE La tolerancia y sus límites 829
192 BERGSON La inteligencia no explica la vida 988 128 ROUSSEAU L, voluntad general, no de
todos o de la mayoría 859
¿QUÉ ES EL AMOR? 144 KANT Para una constitución republicana
mundial 889
33 PLATÓN L, escala de Eros 632 148 F!CHTE La misión del intelectual 895
76 CAMPANELLA El amor entre los habitantes 162 HEGEL El Estado es una gran familia 917
de la Ciudad del Sol 739 176 MARX L, histotia es lucha de clases 94 7
&! 1016
¿ES LA HISTORIA PROGRESO? 104 SPINOZA Dios•es sustancia: para existir
no necesita nada ' 803
175 COMTE Las ciencias en la era del 140 KANT La existencia de· Dios nunca podrá
pensamiento positivo 94 3 ser probada 882
177 MARX El movimiento que suprime el
estado de cosas existente 952 ¿CÓMO ES POSIBLE LA SALVACIÓN?
191 BERGSON Evolución no significa progreso 987
197 CROCE El desarrollo del espíritu es 55 SAN AGUSTÍN Un recuerdo•de infancia:
circular, no rectilíneo 1004 el hurto de las peras 688
200 HUSSERL Cuando la ciencia produce 61 ERASMO La responsabilidad ética
sin sentido 1011 presupone el libre albedrío 704
63 LUTERO La voluntad humana siempre
¿ES POSIBLE LA PAZ? es esclava: o Dios o Satanás 710
174 KIERKEGMRD• Abraham ¡profeta
7 HERÁCLITO El padre de todo es la guerra 572 o asesino? 939
80 MAQUIAVELO Cuándo es necesaria la
crueldad, y cuándo la piedad 746 FE Y RAZÓN: ¿OPOSICIÓN O ACUERDO?
124 VOLTAIRE Contra los fanáticos, el ridículo
universal 850 58 SANTO TOMÁS DE AQUINO Dios
143 KANT ¿Es posible la paz? 888 no diferencia entre fe y razón 696
161 HEGEL La guerra es la salud de los 62 LUTERO Sólo la fe conducea, la salvación
pueblos 915 (no las obras) 707
188 FREUD ¿Es posible la paz? El debate 85 GALILEO La Biblia debe ser interpretada 757
con Einstein 978 159 HEGEL La filosofía explica qué representa
la religión 913
¿QUIÉN ES DIOS? 164 FEUERBACH Del hombre que cree al
hombre que piensa 921
41 ARISTÓTELES Dios es el motor inmóvil 647
50 PLOTINO La transcendencia del Uno 673 ¿QUÉ ES LA BELLEZA?
54 SAN AGUSTÍN Si Dios es bueno, ¿quién
ha creado el mal? 686 32 PLATÓN Quien ama desea lo que no tiene 629
56 DJONJSJO Todo lo que Dios no es 691 52 PLOTINO La belleza es siempre elevación
66 CUSA Los opuestos coinciden en Dios 716 del alma 677
105 SPINOZA Dios es el ser del que puede 142 KANT ¿Es hermoso un huracán!
afirmarse todo 805 No, es sublime 887
I 12 LEIBNIZ El Gran Relojero y la armonia 153 SCHELLING El arte es la revelación
preestablecida 819 filosófica en los objetos 903
160 HEGEL Cuando la conciencia era infeliz 913 178 NIETZSCHE Apolo y Dioniso: el sueño
163 FEUERBACH ¿Quién creó a Dios' y la ebriedad 958
El hombre 919
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?
182 NIETZSCHE Dios ha muerto. ¡Lo hemos
matado nosotros! 966
25 SÓCRATES El filósofo es un obstetra
¿SE PUEDE PROBAR LA EXISTENCIA de almas 609
DE DIOS? 29 PLATÓN El destino del filósofo y el mito
de la caverna 620
57 SAN ANSELMO La prueba ontológica 35 ARISTÓTELES La filosofía nace del asombro 637
de la existencia de Dios 692 134 KANT El tribunal de la razón 875
59 SANTO TOMÁS DE AQUINO Dos de las 154 HEGEL La filosofía siempre llega
cinco pruebas de la existencia de Dios 697 demasiado tarde 906
10 l PASCAL Conviene apostar sobre la 180 NIETZSCHE ¿Sócrates? Un hombre
existencia de Dios 794 muy enfermo 962
1017 ¡
ÍNDICE DE AUTORES
ÍNDICE DE AUTORES
]
AGRIPPA véase MAGOS YNATURALISTAS: 70 Habitamos uno de los infinitos mundos 726
PARACELSO, AGRIPPA, TELESIO 729
CAMPANELLA 737
ANAXIMANDRO véase MILESIOS: 75 La maravillosa Ciudad del Sol 738
TALES, ANAXIMANDRO, ANAXÍMENES 565 76 El amor entre los habitantes de la
Ciudad del Sol 739
ANAXÍMENES véase MILESIOS: TALES, 77 La familia debe ser abolida 741
ANAXIMANDRO, ANAXÍMENES 565 78 Un original sistema didáctico 742
ARISTÓTELES 636
CÍNICOS Y ESCÉPTICOS: DJÓGENES
35 La filosofia nace del asombro 637 YPIRRÓN 652
36 La diferencia entre el hombre y
43 Cómo vivía Diógenes, llamado el perro 653
el animal 638
44 Diez argumentos contra la verdad 654
37 Por qué la metafísica es necesaria 639
38 La metafísica es ciencia del ser 641
COMTE 942
39 Ciencia es conocer las cuatro causas 643
40 La causa final y el origen de los 175 Las ciencias en la era del pensamiento
positivo 943
monstruos 645
41 Dios es el motor inmóvil 647
42 La virtud está en el justo medio CONDILLAC 868
649
131 Imagina que eres una estatua. 869
BACON 132 Para conocer el mundo, basta
766
89 Estudiar los errores para evitarlos con tocarlo 870
767
90 Inducción: un saber de las obras,
y no de las palabras 769 CROCE 1001
196 El hombre es un compendio de
BERGSON 984 historia universal 1002
189 El tiempo de la vida es la duración 197 El desarrollo del espíritu es circular,
del presente 985 no rectilíneo 1004
190 Entre el pasado y el futuro está
el cuerpo 986 CUSA 712
191 Evolución no significa progreso 987 64 Elogio de la docta ignorancia 713
192 La inteligencia no explica la vida 988 65 Conocer es poner en proporción 714
193 La intuición es el instinto de la 66 los opuestos coinciden en Dios 716
naturaleza 990
DEMÓCRITO 586
BERKELEY 832 16 También el alma está compuesta
119 ¿La materia? No existe: es una idea de átomos 587
de la mente 833 17 Sólo existen átomos y vacío 588
18 Cómo los hombres inventaron
BRUNO 722 el lenguaje 589
69 El mundo es un gran animal 723 19 Cómo la vida nace del vórtice atómico 590
--~ 1018
ÍNDICE DE AUTORES
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veces león 747
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ÍNDICE DE TÉRMINOS
1024
-i1ÍNDICE DE TÉRMINOS
Mímesis 96 Pecado 687 Sensualismo 872
Misterios 14 Pedagogía 332 Sentido común 548
Misticismo 184 Pensamiento horizontal 100 Ser 581
Mito de los orígenes 230 Perspectiva 430 Silogismo 104
Mito 6 Pesimismo antropológico 176 Símbolo 426
Mónada 812 Phi!osophes 328 Simpatía cósmica 236
Monismo 567 Planetas errantes 274 Simultaneidad 470
Moral de la simpatía 842 PlenuumNacuum 110 Sistema hegeliano 382
Muerte de Dios 965 Pneuma 134 Sociedad jónica 36
Muerte del arte 386 Polis 24 Sociobiología 498
Mundanización 254 Positivismo 404,945 Sócrates silénico 76
Muudo sublunar 270 Posmodernismo 560 Sofistas 74
Museo 140 Potencia/Acto 650 Streben 370
Música cósmica 575 Pragmatismo 434 Sublimación 526,925
Música de las esferas 54 Predestinación 256 Sublime 366,886
Naturaleza naturalizante/ Primitivismo 558 Superhombre 454,966
Naturaleza naturalizada 808 Problema cuerpo-mente 298 Surrealismo 528
Naturalismo 736 Progreso 410 Sustancia 102, 650
Naturalismo religioso 10 Proporción áurea 56 Tabula rasa 824
Naturphilosophie 376 Proporción 32 Teología de los iconos 174
Necesidades 662 Quinto postulado 460 Teología negativa 182
Neoplatonismo 146 Racionalismo 290 Terapia del relato 977
Newtonianismo 354 Raza 346 Test de Turing 546
Nihilismo 450,966 Reacción antipositivista 412 Teúrgia 156
Nirvana 925 Realismo político 748 Tí esti 84
Noluntad 390,932 Reducción eidética 424 Tiempo cíclico/lineal 687
No-Yo 893 Reduccionismo 945 Tiempo cíclico/
Número 46,575 Referencialidad rectilíneo 160
Numerología 52 semántica 516 Tiempo-duración 414
Odio/Amor 66 Reflejo condicionado 536 Tolerancia 850
Ontología o Metafísica 581 Relatividad 468 Tomismo 196,696
Optimismo 330 Relativismo 596 Tragedia 18
Oráculo 8 Representación Trascendencia 172,674
Orfismo 20 fenoménica 927 Triángulo semiótico 514
Oriente/Occidente 34 Res cogitans/Res extensa 294 Tropos 657
Pansofía 334 Retórica 120,596 Utopía 262,755
Pánta Rhei 572 Retorno 680 Vanguardias 554
Panteísmo 804 Revolución copernicana 268 Verdad/Opinión 581
Paradigma 482 Revolución 951 Verificación/Falsación 478
Paradoja del Ritos dionisíacos 16 Viaje del alma 88
Cristianismo 939 Romanticismo 368 Vida 448
Paradojas de Zenón 60 Sacerdocio universal 258 Voluntad de vivir 388,930
Pasiones del alma 304 Secta pitagórica 575 Yo 893
Patografía 438 Sensación 62 Zen 458
1025 [
ÍNDICE GENERAL l
ÍNDICE GENERAL
] 1026
i¡
Angelología
ET
1 -,
190
Retórica 120 Auctoritas 192
Figuras retóricas 122 Averroísmo 194
Tomismo 196
HELENISMO 124 Cuadrado de los opuestos 198
1027 L.
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ÍNDICE GENERAL
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MAGOS Y NATURALISTAS: DESCARTES 771
PARACELSO, AGRIPPA, 91 El método del buen
TELESIO 729 razonamiento 772
71 La medicina microcósmica 730 92 Duda hiperbólica: ¿y si un genio
72 Las simpatías de la naturaleza 732 engañador. .. 7 774
73 El hombre es un cosmos en 93 Las verdades evidentes son
miniatura 733 intuitivas 778
74 También los animales piensan 734 94 Pienso, luego existo 779
95 Cuándo los razonamientos
CAMPANELLA 737 están encadenados 783
75 La maravillosa Ciudad del Sol 738 96 Cómo demuestro la existencia
76 El amor entre los habitantes de mi cuerpo 783
de la Ciudad del Sol 739 97 El modelo hidráulico
77 La familia debe ser abolida 741 del cuerpo humano 785
78 Un original sistema didáctico 742
HOBBES 787
MAQUIAVELO 744 98 El hombre no es un animal
79 Hay vicios beneficiosos social 788
y virtudes dañinas 745 99 El Estado soberano es un Dios
80 Cuándo es necesaria la mortal 789
crueldad, y cuándo la piedad 746 100 Hombre = animal + racional 791
81 El príncipe debe ser a veces
zorro y a veces león 747 PASCAL 793
101 Conviene apostar sobre la
MORO 749 existencia de Dios 794
82 Trabajar todos y trabajar 102 Por qué no conseguimos estar
menos en la isla de Utopía 750 tranquilos en una habitación 796
83 Amor y guerra entre los 103 Somos nada para el infinito,
habitantes de Utopía 752 todo respecto a la nada 799
84 El derecho a la eutanasia 755
SPINOZA 802
GALILEO 756 104 Dios es sustancia: para
85 La Biblia debe ser interpretada 757 existir, no necesita nada 803
86 El lenguaje del gran libro de 105 Dios es el ser del que puede
la naturaleza 759 afirmarse todo 805
87 El tacto y las cosquillas:
cualidades objetivas y subjetivas 761 LEIBNIZ 809
88 Sería verdad, si Aristóteles no 106 ¿Por qué tenemos ojos? 810
lo negase 764 107 Cómo llegué a descubrir la
mónada 812
BACON 766 108 La mónada es un átomo
89 Estudiar los errores para espiritual 813
evitarlos 767 109 Algunas pequeñas
90 Inducción: un saber de las percepciones son
obras, y no de las palabras 769 inconscientes 814
jj] 1032
1 ÍNDICE GENERAL it:::
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A ÍNDICE GENERAL
!
149 ¿Dogmatismo o idealismo? 168 No hay amor sin sexo 928
Depende del carácter 896 169 La única solución es
150 La supremacía del pueblo olvidarse de existir 930
alemán 898
KIERKEGAARD 933
SCHELLING 900 170 "Ese individuo": un excelente
151 La materia es vicia epitafio 934
que duerme 901 171 El seductor y el instante
152 La naturaleza lo ignora, pero fugaz 935
es inteligente 902 172 La desesperación del hombre
153 El arte es la revelación ético 936
filosófica en los objetos 903 173 Sólo los ángeles y
los animales desconocen
HEGEL 905 la angustia 937
154 La filosofía siempre llega 174 Abraham ¿profeta o asesino? 939
demasiado tarde 906
155 Lo real es racional y lo COMTE 942
racional es real 906 175 Las ciencias en la era del
156 Todo lo que llamamos finito pensamiento positivo 943
no existe 908
157 Tocio se afirma, se niega, MARX 946
se supera 911 176 La historia es lucha de clases 947
158 También lo Absoluto está 177 El movimiento que suprime
en devenir 912 el estado de cosas existente 952
159 La filosofía explica qué
representa la religión 913 NIETZSCHE 957
160 Cuando la conciencia era 178 Apolo y Dioniso: el sueño
infeliz 913 y la ebriedad 958
161 La guerra es la salud ele los 179 Cuando millones se hinquen
pueblos 915 en el polvo .. 960
162 El Estado es una gran familia 917 180 ¿Sócrates? Un hombre muy
enfermo 962
FEUERBACH 918 181 La moral de los vencedores
163 ¿Quién creó a Dios7 y la moral de los perdedores 963
El hombre 919 182 Dios ha muerto. ¡Lo hemos
164 Del hombre que cree al matado nosotros! 966
hombre que piensa 921 183 El sentido ele la tierra es el
Superhombre 968
SCHOPENHAUER 923 184 Vivir como si todo hubiese
165 ¿Qué es el mundo 7 ele retornar 971
Mi propia representación 924
166 Quizá la vida sea un sueño FREUD 972
prolongado 926 185 El caso de Anna O. 973
167 ¿Para qué se vive? 186 El sueño es satisfacción
Para seguir viviendo 927 del deseo 975
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ÍNDICE GENERAL
(fj 1
187 El complejo de Edipo 977 195 El significado de una idea
188 Es posible la paz? El debate es su consecuencia 996
con Einstein 978
CROCE 1001
BERGSON 984 196 El hombre es un compendio
189 El tiempo de la vida es la de historia universal 1002
duración del presente 985 197 El desarrollo del espíritu
190 Entre el pasado y el futuro es circular, no rectilíneo 1004
está el cuerpo 986
191 Evolución no significa HUSSERL 1007
progreso 987 198 Hagamos epojé, pongamos
192 La inteligencia no explica el mundo entre paréntesis 1008
la vida 988 199 El mundo de la vida 1009
193 La intuición es el instinto 200 Cuando la ciencia produce
de la naturaleza 990 sin sentido 1011
1035 E