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Sujeto de la educación 2° 1°

Torres Florencia Romina Ivana

Actividades
1. Realizar un esquema conceptual o síntesis acerca del impacto que puede generar la
vivencia de cambios físicos en la adolescencia.

El impacto psicológico de los cambios puberales


En algún momento u otro, el adolescente se pregunta quién es y qué hacer con su cuerpo. Al
mismo tiempo, los cambios puberales pueden influir en la inserción en el grupo de coetáneos y
en las relaciones con el otro sexo. Un efecto que suele encontrarse es compararse con los
otros, y en general, sentirse incomodos con los cambios vertiginosos del cuerpo, tratando a
veces de ocultarlos.

Ser la misma persona en un cuerpo diferente

La identidad se refiere al sentimiento de continuidad de sí mismo y al conocimiento firme de


como aparecemos ante los demás. Los cambios puberales afectan a estos aspectos y suponen
un reto para la adaptación de la persona. Cuando se estudia la relación entre la maduración y
las representaciones de si mismo, es preciso tener en cuenta la edad cronológica y el curso o
grado escolar debido a su significación psicosocial. El impacto de maduración implica un
conjunto de factores biológicos, cognitivos, interpersonales y culturales.

Una simple observación de las conductas de la vida cotidiana de los chicos y chicas
adolescentes lleva a dos conclusiones:

 En primer lugar, el adolescente medio es cuando menos sensible a estos cambios:


cualquier adolescente se pasa muchas más horas en el espejo que las que solía pasar
de niño; cuida más su aspecto o lo descuida voluntariamente para dar una imagen
buscada a conciencia; no quiere hacerse fotos porque no se gusta o se hace muchas
porque le parece que ninguna le hace justicia.
 En segundo lugar, esta mayor sensibilidad va en la dirección de un sentido crítico
exacerbado, siguiendo aparentemente normas idealizadas de atracción física. Esto los
lleva a sentirse insuficientes, incomodos, feos, torpes, inseguros, a juzgar con rígidos
parámetros la apariencia física de los otros, sean de su edad o sobre todo adultos, a
adoptar con igual rigidez normas en cuanto a su propia indumentaria y aspecto físico.

Los chicos suelen estar más satisfechos de los cambios que las chicas, por lo cual se da un
impacto positivo de una maduración precoz en ellos.

En el caso de las chicas, la relación entre el estado puberal y la satisfacción con la imagen
corporal depende de la edad cronológica: a los 12 años, cuanto más desarrollada este la chica,
menos satisfacción con su cuerpo físico; a los 13 y medio no se aprecia relación y a los 15 es
positiva.
Frente a los estereotipos de belleza femeninos y masculinos, y a los valores culturales ligados
al aspecto físico, los chicos y chicas que experimentan cambios precoces no están situados a la
misma altura: los chicos se aproximan más a ese canon masculino que las chicas al femenino.

Desarrollo físico y contexto

El desarrollo físico y sus relaciones con la esfera psicológica, se ve claramente afectado por e
contexto en el que se produce. El momento de aparición de algunos cambios relacionados con
la pubertad, especialmente la llegada de la primera menstruación, no solo depende de
factores genéticos sino también de factores ambientales. Las condiciones de vida en los
diferentes lugares del planeta son en parte responsables de las diferencias de edad media
respecto a la menarquia. Así, los jóvenes que viven en países donde la salud y una dita cuidada,
esta asegurada, tienen su primera menstruación antes que aquellas que habitan en lugares
donde se corre el riesgo de sufrir malnutrición y diversas enfermedades.

Fenómeno tendencia secular que habla de factores históricos con la maduración física.

El medio social más amplio, así como las relaciones específicas de los compañeros y la familia,
determinan en buena medida la representación que los adolescentes elaboran de la pubertad
y el significado que le confieren.

Los medios de comunicación ocupan un importante papel en la trasmisión de patrones y


valores relacionados con la apariencia física y la sexualidad. Todas estas normas siguen
conteniendo, por lo general, diferentes mandamientos para ambos géneros. Este hecho se
refleja en el acoso que sufren especialmente las chicas para que se atengan a un modelo de
atractivo físico muy restrictivo, representando a veces por mujeres con aspecto casi
preadolescente, longilineas y con un peso inferior al saludable. Junto a esto, nuestros medios
nos suelen presentar a través de la publicidad mujeres hipersexualizadas y reducidas a la
categoría de objetos.

Las adolescentes interiorizan estos parámetros a la vez que se rebelan contra ellos. Estas
contradicciones las pueden llevar muchas veces a la frustración, la baja autoestima y la
depresión, y en un número menor de casos, pero en proporción actualmente preocupante, a
enfermedades mentales como la anorexia y la bulimia. El que los estándares relacionados con
el físico, y con ello el aumento de problemas de alimentación, se extiendan a los chicos añade
nuevos motivos de preocupación.

A partir de esto, los adultos deberían conceder la importancia que tiene a la pubertad y así
entender la relevancia con razón le otorgan los propios adolescentes.

La pubertad significa madurez biológica, desarrollo de la identidad, nuevas formas de relación


con los otros, asunción de nuevos papeles. Estas tareas implican retos importantes para los
adolescentes en cuyo logro no se participa tratándolos de “pavos”, superficiales, feos o
bellísimos. Si serviría de gran apoyo tratar seriamente en el curriculum escolar estos aspectos
tanto en sus facetas mas conceptuales como en aquellas afectivas y sociales. por otro lado, la
existencia y el buen funcionamiento de centros de salud para adolescentes posibilitan el
acceso de estos a fuentes de información y ayuda privilegiados en donde los chicos y chicas
pueden plantear confidencialmente sus dudas y recabar apoyo para sus problemas.

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