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Esquema Delitos de Maltrato
Esquema Delitos de Maltrato
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Niños, niñas y adolescentes: Todas las personas que aún no cumplan los dieciocho años de
edad, sin importar las características personales de la víctima. De esta forma, es sujeto de
protección cualquier niño o niña (personas que no han cumplido catorce años) y
adolescente (desde los catorce años hasta que cumpla los dieciocho años de edad).
Personas adultas mayores: Todas las personas que han cumplido sesenta años, sin requerir
condiciones o situaciones de vulnerabilidad adicionales (por ejemplo si es autovalente o no).
Personas en situación de discapacidad: Toda persona “que teniendo una o más deficiencias
físicas, mentales, sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o
permanente, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve impedida o
restringida su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con
las demás” (Artículo 5° de la Ley N° 20.422 que establece normas sobre igualdad de
oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad). La amplitud de este
precepto, principalmente en lo que respecta al tipo de condiciones de salud y su
temporalidad, permite subsumir un sinnúmero de situaciones en las que una persona puede
encontrarse, sin que se requiera previamente una calificación médica o certificación
administrativa.
1) Aspectos generales:
El artículo 403 bis establece dos figuras: en su inciso primero, un delito base con
sujeto activo común, y en el inciso segundo, una hipótesis agravada que sólo se configura si
la persona que comete la conducta tiene un “deber especial de cuidado o protección”
respecto de la víctima. Son delitos residuales, al contener en ambos casos cláusulas expresas
de subsidiaridad (“salvo que el hecho fuere constitutivo de un delito de mayor gravedad”).
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En ambos casos, el bien jurídico protegido sería la integridad física o corporal de las
personas.
Como la figura base tiene una pena principal de falta (prisión en cualquiera de sus
grados o multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales), los/as adolescentes no
responderían penalmente por estos hechos. El delito calificado o agravado eleva la sanción a
presidio menor en su grado mínimo.
Se debe entender que será de relevancia toda conducta que tenga la potencialidad
de lesionar o poner en riesgo la integridad física de la víctima, siendo necesario considerar
objetivamente diversas circunstancias del caso en concreto, como la edad de la víctima, su
condición física, su estado de salud, el contexto en que ocurrieron los hechos, entre otros.
3) Figura agravada:
El inciso 2° del artículo 403 bis regula una figura calificada del maltrato corporal
relevante, que se configura cuando la persona que comete la conducta tiene un deber
especial de cuidado o protección.
Dentro de esta hipótesis se incluyen todas aquellas fuentes normativas que permitan
atribuir a otra persona un deber específico de cuidado o protección de la integridad física
del sujeto pasivo, como la ley, actos administrativos, sentencias judiciales y actos jurídicos.
Por lo tanto, podrán ser sujetos activos calificados todas las personas que tengan
obligaciones emanadas de la ley en virtud de sus relaciones familiares (principalmente
madres y padres respecto de sus hijos/as, y descendientes en relación a personas adultas
mayores); quienes tengan contratos de trabajo en áreas relacionadas con la educación
(profesores/as, parvularios/as, transportistas escolares) o cuidado de personas en situación
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Por último, respecto a esta figura agravada, cabe indicar que incluye una hipótesis
omisiva, sancionando a aquella persona que teniendo un deber especial de cuidado o
protección respecto a la víctima, no impidiere su maltrato debiendo hacerlo.
La jurisprudencia ha estimado que se verifica el tipo penal simple del artículo 403 bis,
en casos en que los padres, madres, padrastros, tíos/as o abuelos/as cachetean, golpean,
asfixian o zamarrean a niños, niñas y adolescentes, al igual que en casos de parvularias o
educadoras de residencias de niños y niñas. De manera similar, se han sancionado casos en
que hijos/as, nietos/as u otros/as parientes cachetean, golpean, empujan fuertemente o
lanzan objetos a personas adultas mayores y personas en situación de discapacidad.
El tipo penal sanciona las conductas que tengan la capacidad de humillar y degradar
a la víctima. Así, deben afectar la dignidad o integridad moral, pero no es necesario que
afecten otro derecho (por ejemplo que la conducta provoque un daño psíquico o logre
doblegar la voluntad de la víctima). Si se afecta otro bien jurídico, se estará ante la presencia
de un concurso de delitos (por ejemplo en el caso de tratos degradantes que impliquen
violencia física, se podrá estar ante un concurso con la figura de maltrato corporal
relevante).
Los ejemplos dados por la doctrina y jurisprudencia española incluyen, obligar a una
persona a desnudarse; simular que se le va a matar poniéndole una pistola en la sien;
arrastrar a la víctima e introducirle su cabeza al inodoro; cortar el pelo al cero; y conductas
constitutivas de bullying. Por su parte, durante la tramitación legislativa, se hizo referencia a
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amarrar a un poste o no cambiarle los pañales a una persona que se encuentra en una
residencia de larga estadía. Asimismo, podrían incluirse conductas discriminatorias contra
personas en situación de vulnerabilidad (por ejemplo por su nacionalidad, raza, etnia, grupo
social, sexo, orientación sexual, identidad de género, edad, enfermedad o situación de
discapacidad); la creación de perfiles falsos en redes sociales con información falsa de la
víctima; y la divulgación de conversaciones o registros audiovisuales íntimos de la persona
ofendida.