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ECOSISTEMA

VAGINAL
Obst. Ángela Macías Gaytán
Salud Familiar y Comunitaria I
ECOSISTEMA VAGINAL
El ecosistema vaginal son los microorganismos que colonizan la vagina,
está formado por diferentes mecanismos que mantienen sano el tracto
genital femenino, como la composición del epitelio vaginal o la flora
habitual, dirigidos en gran parte por la función del sistema endocrino y el
sistema inmunológico.

La vagina se mantiene sana gracias a la acción de bacterias llamadas


lactobacilos o bacilos de Döderlein, se alimentan del glucógeno que se
almacena en las células de la pared vaginal y lo metabolizan
convirtiéndolo principalmente en ácido láctico y peróxido de hidrógeno
(entre otras sustancias), lo cual contribuye a que la mucosa vaginal
mantenga un entorno ácido, con un pH de aproximadamente 4.0.
ECOSISTEMA VAGINAL
La presencia de lactobacilos en la vagina hace que
todos los organismos extraños que llegan hasta
ella encuentren un entorno poco adecuado para su
proliferación.

Otro importante sistema protector es el moco


cervical, que actúa sobre la mucosa vaginal,
protegiéndola de la invasión de microorganismos.
El moco sale del cuello uterino y a su paso por las
paredes vaginales contribuye a su lubricación y,
por lo tanto, a su protección. También obtura la
entrada del cuello uterino.

La microflora vaginal conforma un ecosistema


dinámico que responde a influencias orgánicas y
vitales tales como la edad, la situación hormonal,
el embarazo, etc.
Ecosistema vaginal
● Durante la menopausia, los niveles de producción de
estrógeno descienden y ello repercute en la fragilidad
epitelial de la mucosa vaginal y en la disminución de la flora
vaginal, con lo que la vagina pierde en gran parte su
capacidad de protección natural.
Y lo mismo ocurre durante los períodos de lactancia, en los
que la producción estrogénica también está reducida para
mantener la interrupción de la ovulación y favorecer la
lactancia.

El ciclo menstrual ejerce un control periódico de la


producción de estrógeno, cuyos niveles varían de manera
perceptible entre las fases folicular y luteínica de ciclo.
Así, en la siguiente tabla podemos ver los efectos que las
diferentes situaciones vitales (reguladas por la producción Fuente: Dra. Sharon L. Hillier. Universidad de Pittsburgh
de estrógeno y progesterona) tienen en la composición del
epitelio de la mucosa, la cantidad de glucógeno (y por tanto
de conversión en ácido láctico por la acción de los
lactobacilos) y la acidez del medio vaginal.
Factores que pueden alterar el ecosistema vaginal

● Ciclo menstrual: Durante la menstruación, el ambiente vaginal se hace menos ácido (pH
6 o más), pues los lactobacilos descienden debido a que se unen a los hematíes de la
sangre menstrual en lugar de mantenerse en las células epiteliales que recubren la
vagina.

Coito: Durante los años reproductivos de una mujer, el pH de su vagina suele ser de 4.0-
4.5. No obstante, se ha demostrado que el esperma actúa como un potente alcalinizador
que reduce la acidez vaginal en unos pocos segundos, manteniendo la vagina
neutralizada (a un pH superior a 6-7) durante varias horas después del coito, tiempo
durante el cual el esperma puede alcanzar el tracto reproductivo superior en su objetivo
reproductor; y estas condiciones también pueden ser aprovechadas por los patógenos,
ya que encuentran un medio en condiciones adecuadas de alcalinidad para su
colonización. Por tanto, la presencia de semen en la vagina provoca la neutralización de
los mecanismos naturales de protección.
Factores que pueden alterar el ecosistema vaginal
● Uso de productos intravaginales: Como duchas o agentes secantes. Este tipo de
productos destruyen la capa protectora de moco vaginal y con ella la flora natural que
contribuye a mantener el equilibrio ácido.

Contraceptivos hormonales: El uso de estas sustancias altera los niveles normales de


estrógeno y progesterona, con lo cual el equilibrio de la mucosa se ve alterado a su vez.

Lactancia: Puede interrumpir la ovulación y provocar una situación de reducción de


estrógenos. Al mismo tiempo, se reduce la presencia de glucógeno en el epitelio vaginal,
con lo cual el pH aumenta y la mucosa se convierte en caldo de cultivo para los
patógenos.

Antibióticos: La acción de los antibióticos no se limita a destruir los patógenos del


organismo, sino que muchas veces también provoca un descenso de «los
microorganismos buenos», de la flora natural que puebla las mucosas y cuya acción
equilibra los niveles de acidez y la integridad del epitelio.
Factores que pueden alterar el ecosistema vaginal
Menopausia: Durante la menopausia se producen cambios
vaginales debido a la falta de estrógeno. La vagina y el vestíbulo
vulvar disponen de receptores de estrógeno, pero tras el inicio
de la menopausia (perimenopausia), el estrógeno provoca una
disminución de las capas epiteliales y de la reposición de
glucógeno en las paredes mucosas, con lo que el metabolismo
del glucógeno en ácido láctico y ácido acético se ve alterado.
Además, el estrógeno también mantiene la vascularidad vaginal,
lo que ayuda a una lubricación normal, por lo cual, tras la
menopausia, la vagina se vuelve más seca, por lo que pierde
eficacia en su labor de higiene y también aumenta su fragilidad
epitelial.
El sistema endocrino
El sistema endocrino se ocupa de regular las
diversas actividades del organismo, mediante el
delicado mecanismo de liberación/inhibición de
hormonas y otras sustancias segregadas por las
glándulas. Las hormonas regulan las diferentes
funciones corporales, como la producción de
energía, la temperatura corporal, el deseo
sexual, el ciclo menstrual y las funciones
reproductoras.
Respuesta inmunitaria

Las células epiteliales del tracto genital femenino son la primera línea
de defensa contra los patógenos invasores. Cuando se produce la
infección, las células epiteliales sintetizan unas sustancias
denominadas defensinas, citocinas y quimiocinas, que se encargan de
activar células inmunitarias específicas. Las defensinas son pequeñas
moléculas que actúan con rapidez contra bacterias, hongos y virus. Las
citocinas contribuyen al desarrollo y supervivencia de linfocitos que
residen en el epitelio vaginal.
También contamos con anticuerpos específicos (como IgA o IgG) que
proliferan en las secreciones vaginales, cuyo trabajo consiste en
inactivar agentes infecciosos específicos.
Las células dendríticas
Las células dendríticas (células de Langerhans) forman parte del sistema inmunitario
y se encuentran principalmente en las mucosas. Su función principal consiste en
buscar sustancias extrañas y transportarlas hasta los ganglios linfáticos, células CD4,
que son las encargadas de organizar la respuesta inmunitaria y poner en marcha un
proceso de reacción a la infección para librarse de los organismos patógenos o para
poder reconocerlos en el futuro y dar una rápida respuesta de defensa si vuelven a
entrar en el organismo.

En resumen, todos estos mecanismos forman un delicado engranaje de acciones


enlazadas que dependen íntimamente unas de otras, que se estimulan entre sí y
que deben ser entendidas como un todo articulado, que contribuye a proteger el
tracto genital femenino de su mayor exposición a patógenos externos, aunque
pertenezcan a sistemas diferentes y aparentemente tengan actuaciones
independientes.
SECRECIONES VAGINALES
La secreción vaginal es un líquido que contiene una mezcla de
secreciones vaginales y moco cervical. La cantidad de secreción
vaginal producida varía de una mujer a otra, pero suele ser normal y
saludable.
El embarazo, el cambio hormonal o la presencia de una infección
también pueden afectar la consistencia y la cantidad de secreción
vaginal.
La secreción vaginal puede ser normal o anormal. En muchos casos,
no supone un problema.
La secreción vaginal normal es clara, puede ser espesa o ligera, y
generalmente no tiene olor. La cantidad producida y la consistencia
pueden cambiar en diferentes momentos durante el ciclo menstrual
de una mujer. Por ejemplo, puede volverse más pesada, más espesa
y más notable cuando una mujer está ovulando. También puede ser
blanca en este momento.
Tipos de secreción vaginal
Blanca: Los diferentes tonos de secreción blanca pueden ser normales, especialmente si ocurren durante la
ovulación o justo antes del período menstrual. La secreción vaginal blanca y ligera con un fuerte olor a pescado
puede indicar Vaginosis bacteriana (VB), que es la infección vaginal más común en mujeres entre 15 y 44 años.
Otros síntomas pueden incluir ardor al orinar y picazón vaginal, cuando la infección es causada por hongos.

Amarilla: La secreción amarilla puede o no indicar una infección. Si es de color amarillo pálido, inodoro y no
acompaña a otros síntomas, puede no ser motivo de preocupación.
En otros casos, la secreción amarilla puede ser un signo de una infección de transmisión sexual (ITS) o una
infección bacteriana.
Las causas de la secreción amarilla incluyen:
Tricomoniasis, que también puede causar picazón, dolor al orinar y un olor desagradable.
Clamidia, que a menudo no presenta ningún síntoma.

Transparente: La secreción vaginal transparente suele ser normal. Sin embargo, la cantidad puede variar durante
el ciclo menstrual de una mujer. Por ejemplo, la secreción transparente puede ser elástica y tener una
consistencia de clara de huevo en el momento de la ovulación.
Prevención
• Evite las duchas, que pueden destruir las bacterias buenas que ayudan a
prevenir las infecciones vaginales.
• Use ropa interior de algodón, que absorbe la humedad y puede prevenir una
infección por hongos.
• Practique sexo seguro usando un condón, limitando el número de parejas
sexuales y haciéndose la prueba regularmente para detectar Infecciones de
transmisión sexual.
• Use jabones, tampones y toallas higiénicas sin perfume. Los productos
perfumados o fuertes pueden alterar el equilibrio natural de las bacterias en la vagina,
lo que puede aumentar el riesgo de infección.
¿Cuándo consultar al médico?

Es esencial consultar a un médico si se desarrolla alguna de


las siguientes situaciones:

• Secreción verde, amarilla o gris


• Picazón o ardor vaginal
• Secreción que es burbujeante, espumosa o que se parece
al requesón
• Un olor desagradable o a pescado
• Dolor pélvico
¡GRACIAS!
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