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La salud integral de la persona analiza todos los factores que afectan su bienestar.

La
salud y la enfermedad no son cosas separadas. En cambio, puede pensar en ellas como
un camino que está conectado, con la salud en una dirección y la enfermedad en la otra.
Algunas cosas lo llevan hacia la salud y otras lo alejan de ella. La salud integral de la
persona enfatiza la restauración de la salud, la promoción de la resiliencia y la
prevención de enfermedades.

Comprender cómo los lugares en los que ha vivido afectan su salud puede ayudarlo a
prevenir algunas enfermedades. Abordar los problemas lo antes posible puede ayudar a
restaurar su salud.

El cuidado personal, un estilo de vida saludable y aprender nuevas formas de controlar


el estrés pueden ayudarlo a mantenerse más saludable. El estrés crónico puede empeorar
muchas enfermedades. Estas incluyen diabetes, enfermedades cardíacas, obesidad, dolor
crónico y depresión.
Ejemplos de salud integral
Hay una serie de hábitos y prácticas diarias que promueven el autocuidado y evitar
situaciones que puedan afectar negativamente a nuestro bienestar. Estas acciones están
alineadas con la filosofía de la salud integral. Algunos ejemplos son:

Dormir las horas necesarias. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y descansar el


tiempo que solicite naturalmente, aunque lo recomendable es dormir entre seis y ocho
horas diarias (más en el caso de niños y adolescentes).
Buena alimentación e hidratación adecuada. Se debe poner atención a la forma de nutrir
el organismo porque tiene un impacto directo en nuestro bienestar. La calidad de nuestra
alimentación y la cantidad adecuada de líquidos que ingerimos son aspectos
fundamentales que influyen significativamente en nuestra vitalidad diaria.
Mantenerse activo con regularidad. La OMS recomienda al menos entre 150 a 300
minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana para los adultos. En el
caso de niños y adolescentes lo óptimo son 60 minutos al día.
Gestión adecuada del estrés. Una cuestión que repercute directamente en el bienestar
emocional, pero también en el estado físico.
Fortalecer las redes de contacto. La vida social forma parte de nuestro bienestar como
seres humanos. Tener un grupo cercano de apoyo y sentirse parte de una comunidad son
elementos básicos que deben estar presente.
La salud integral y el papel que tienen los centros de salud integral
Para lograr un buen estado de salud no solo hay que poner el foco en la presencia o no
de enfermedades. Con esto en mente, la salud integral pretende englobar todas las ramas
relevantes para el bienestar del individuo.
El concepto de salud integral no solo se entiende como la ausencia de enfermedades,
sino que comprende tres ramas de la salud: física, mental y social.

Conocer nuestro cuerpo, comprender nuestra forma de pensar y habilidades sociales, así
como identificar y atender nuestras necesidades inherentes, son pilares esenciales para
construir una vida plena y satisfactoria.

Este conocimiento profundo nos proporciona herramientas para afrontar los desafíos de
la vida y cultivar un bienestar integral, pero necesitamos profesionales que nos ayuden
en esta tarea. Los planes de estudios del Máster en Intervención Social online o del
Máster en Gestión Sociosanitaria online de UNIR incluyen este concepto, pues es
fundamental que quienes trabajen en este ámbito lo comprendan a la perfección con tal
de poder ofrecer una atención de alta calidad a sus pacientes.

¿Qué es la salud integral?


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la salud es un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”. Este es el concepto de salud integral, donde entran en acción diferentes
ámbitos que definen el bienestar de la persona.

Tradicionalmente, la atención médica ha tratado únicamente las enfermedades que


afectan a los individuos, pero en la salud integral se intenta ampliar esta visión. Se
busca prevenir las enfermedades y adquirir hábitos de vida saludables desde la niñez.

Ejemplos de salud integral


Hay una serie de hábitos y prácticas diarias que promueven el autocuidado y evitar
situaciones que puedan afectar negativamente a nuestro bienestar. Estas acciones están
alineadas con la filosofía de la salud integral. Algunos ejemplos son:

Dormir las horas necesarias. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y descansar el


tiempo que solicite naturalmente, aunque lo recomendable es dormir entre seis y ocho
horas diarias (más en el caso de niños y adolescentes).
Buena alimentación e hidratación adecuada. Se debe poner atención a la forma de nutrir
el organismo porque tiene un impacto directo en nuestro bienestar. La calidad de nuestra
alimentación y la cantidad adecuada de líquidos que ingerimos son aspectos
fundamentales que influyen significativamente en nuestra vitalidad diaria.
Mantenerse activo con regularidad. La OMS recomienda al menos entre 150 a 300
minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana para los adultos. En el
caso de niños y adolescentes lo óptimo son 60 minutos al día.
Gestión adecuada del estrés. Una cuestión que repercute directamente en el bienestar
emocional, pero también en el estado físico.
Fortalecer las redes de contacto. La vida social forma parte de nuestro bienestar como
seres humanos. Tener un grupo cercano de apoyo y sentirse parte de una comunidad son
elementos básicos que deben estar presentes.
Felices amigos divirtiéndose juntos

Salud integral vs. bienestar integral


Aunque ambos términos están muy relacionados entre sí, por lo que resulta bastante
difícil diferenciarlos, podríamos definir el bienestar integral como un concepto algo más
amplio.

Este engloba varias áreas de la vida, entre las que se incluye lo que entendemos por
salud integral, pero también otras como la realización personal, vital, espiritual…
dependiendo de cada individuo. Es un concepto que trata de incluir todos los aspectos
vitales de una persona y que estos se encuentren en un estado óptimo.

¿Qué papel tienen los centros de salud integrales en la atención sociosanitaria?


La atención sociosanitaria busca mejorar la calidad de vida de aquellas personas que se
encuentran en una situación vulnerable, muchas veces dependientes de terceros. En este
contexto, un centro de salud integral representa un papel muy importante dentro del
ámbito sociosanitario.

Un centro de salud integral es una entidad cuya misión es la de unificar la atención


primaria común, la atención urgente (PAC) y servicios especializados en un único
edificio. Al estar todo ubicado en un mismo espacio propicia una mejor comunicación
entre los profesionales por carecer de la barrera de la distancia y trabajar de forma
colaborativa. La cercanía y la óptima coordinación de los especialistas redundan en un
mejor tratamiento de la sintomatología que presente el paciente al abordarse desde
diferentes áreas. Esto, a su vez, repercute en la calidad en salud.

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