La Hija Inesperada Del CEO - Fabiana Souza

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Copyright © 2022 Fabiana Souza

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cualquier parte de este trabajo en cualquier forma o por cualquier medio sin el permiso
previo por escrito del autor.
Primera Edición: 2022

Río de Janeiro - RJ
Portada: Fabiana Souza

Revisión y maquetación: Fabiana Souza
Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, eventos e incidentes
son productos de la imaginación del autor o se usan ficticiamente para establecer la
trama. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, establecimientos
comerciales, eventos o lugares reales es pura coincidencia.
RESUMEN
SINOPSIS
NOTA DEL AUTOR
PRÓLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
EPÍLOGO 1
EPÍLOGO 2
AGRADECIMIENTOS
SOBRE EL AUTOR
SINOPSIS
Una noche.
Una reunión.
Un embarazo inesperado.
Melissa Barbosa es una estudiante de publicidad fuerte y decidida que, en una divertida
noche con su amiga, conoce a un hombre guapo y atractivo que despertará todos sus
sentidos. Después de arrepentirse de haberlo dejado solo, durmiendo en la habitación del
hotel, no esperaba que la maravillosa noche que habían pasado los uniría para siempre.
João Victor Prado es el director general de Construtora Prado. Decidida, bella y

seductora. Una noche conoce a la mujer que cambiará su vida para siempre. Todo lo que
tenían era sólo una noche. Una noche que quedó marcada en la mente y el corazón de
cada uno.
Ocurre un reencuentro inesperado.
Él no sabe que ese encuentro resultó en una hija.
¿Cómo le dará Melissa la noticia al director ejecutivo y cómo lidiará con su lujuria por
él?
¿Cómo reaccionará João Victor cuando sepa que tiene una hija? Dos personas
que el destino quiere unir.
Una chica fuerte y un chico decidido. serán capaces de
dejar que el amor suceda?
NOTA DEL AUTOR
¡Hola, queridos lectores!

Bienvenidos a conocer la historia de Melissa y João Victor.
Este libro es muy especial para mí y espero que lo sean también para ti. Fue escrito
con mucho esfuerzo y amor.
Quiero aprovechar y decir que tiene escenas de contenido sexual, por lo que
recomiendo su lectura para mayores de 18 años.
Espero que les guste y por favor califiquen al final!
¡Besos y feliz lectura!
Fabian
Revisado según la Nueva Ortografía de la Lengua Portuguesa Algunas

partes elegimos un idioma más cercano a lo que hablamos en nuestra
vida cotidiana, especialmente en el habla de los niños.
“¿No te envié yo?

Sé fuerte y valiente; No desmayes ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo dondequiera que vayas”.
Josué Capítulo 1 Versículo 9

PRÓLOGO
Toronjil
¡Embarazada!
Miro la prueba en mi mano, sin creer lo que estoy viendo.

Esto no puede estar pasando. Miro por encima del lavabo del baño y veo las otras cinco
pruebas positivas.
¡¿Cómo pasó esto?!
¡Usted sabe cómo! Mi mente acusa.
Embarazada de un hombre con el que me quedé una sola noche, pero que no se ha
ido de mis pensamientos, y es esa noche a la que vuelan mis pensamientos, cuando lo
conocí. Una sola noche que cambiará mi vida para siempre. Cuando lo sentí de tantas
maneras es imposible describirlo. Pasé días, semanas pensando en él.
Suspiro.
¿A quién quiero engañar? Sigo pensando... Si cierro los ojos, puedo recordar cada
detalle, cada toque, cada beso, tus caricias. La explosión que sentí en mi corazón y las
mariposas en mi estómago. Nunca había tenido esa conexión con nadie antes, y todo me
conmovió mucho.
Observo mi reflejo en el espejo, me levanto la camisa y coloco mis manos sobre mi
estómago aún plano. Un bebé está creciendo allí. un pedazo de mi y
su. Siento sentimientos encontrados. Nunca había pensado en ser madre tan pronto, aún
no he terminado la universidad y ni siquiera tengo estructurada mi vida profesional, pero
desde que me vino a la mente la posibilidad de quedar embarazada, renunciar a mi bebé
nunca fue una opción. .
Mis preguntas son muchas...
¿Qué pasa si no puedo ser una buena madre?
¿Qué pasa si no soy suficiente?
Sé que va a haber muchos desafíos para ser madre soltera, pero cuanto más miro el
reflejo de mi vientre en el espejo, más se pierden esas dudas y una certeza gana fuerza
dentro de mi corazón.
Mientras una lágrima silenciosa rueda por mi mejilla, hago una promesa.
Pase lo que pase, siempre haré todo lo posible para ser la mejor madre para mi bebé.
CAPITULO 1
Toronjil
dos meses antes
Abro la puerta de mi armario pensando en qué ropa me voy a poner para ir

al club con Bianca. Solo mi mejor amigo para sacarme después de un día
agotador sirviendo mesas en el restaurante de mis padres. Tienen un pequeño
restaurante aquí en Nova Esperança, en el interior de Río de Janeiro.
Yo ayudo haciendo un poco de todo, ya que solo hay tres personas además de
mis padres que trabajan allí. Hace unos meses casi tuvimos que cerrar las
puertas, pero con un poco de esfuerzo estamos consiguiendo mantenerlo.
No somos ricos, pero tenemos suficiente.
Miro mis opciones y termino eligiendo un vestido negro ajustado justo por
encima de la rodilla con un escote pronunciado. También me llevo una sandalia
plateada a juego.
Empiezo a prepararme, ya que esta vez no me lo puedo perder, es el
cumpleaños número 20 de Bianca, así como la inauguración de la primera
discoteca aquí en la ciudad. Nova Esperança es una ciudad del interior, pero
está muy evolucionada en comparación con algunas otras ciudades del interior, tenemos una
fábrica de chocolate, donde atrae a muchos turistas. Creo que lo único que faltaba era
una discoteca, ya que si queríamos ir a bailar, teníamos que ir al siguiente pueblo.
Me pongo la ropa, hago un maquillaje de ojos más llamativo y me suelto el pelo.

Bianca debe estar llegando y me imagino lo emocionada que está. Somos amigos
desde siempre, nos conocimos en la escuela cuando éramos niños y no nos hemos
separado desde entonces. Ella es unos meses mayor que yo, y mi opuesto, si bien mi
cabello es claro y ojos marrones, ella es una morena de ojos verdes, además de ser la
extrovertida del dúo, yo soy la más tímida. Creo que por eso nos llevamos tan bien, uno
completa al otro.
Ella trae un poco de locura a mi vida, y yo traigo un poco de moderación a la de ella.
— MELLL.. ha llegado tu mejor amigo! - Bianca entra a mi cuarto

gritando emocionado.
“Justo a tiempo, estoy listo. - respondo mirándola. Ella lleva un hermoso
vestido rojo. "¿A quién quieres matar hoy, eh?"
- ¿A él le gustó? – dice, dándose la vuelta. - ¡Te ves hermosa amiga!
¡Hoy te sacas esas telarañas, seguro!
Pongo los ojos en blanco. No es que no haya tenido sexo en mucho tiempo.
Han pasado algunos meses desde que rompí con Renato. Salimos un tiempo en la
secundaria y fue con él que perdí la virginidad.
Rompimos porque se fue a otro estado para la universidad, incluso intentamos una
relación a distancia, pero estábamos en diferentes fases y, en realidad, no quería que
continuara. Así que era mejor así.
Salimos de mi habitación y encontramos a mis padres en la sala viendo la televisión.
Tu Carlos y Doña Carina. Soy una mezcla de los dos, los ojos de mi padre y el cabello
de mi madre.
- ¡Hija, te ves hermosa! Mi mamá se levanta del sofá y viene a abrazarme. - Disfrutar
y disfrutar mucho. — Guiña un ojo al final de su discurso.
- No mucho. Mi papá dice celoso.

Me río y respondo: — Pueden
dejar mis amores, lo disfrutaré con moderación.
— Tía, puedes dejarme vigilar a Mel. Ella no hará nada que yo no haría. Mi amigo
dice riendo. Eso es lo que temo. — Mi padre bromea y Bianca hace pucheros.
Nos despedimos de ellos y salimos a la calle. El coche de la aplicación ya nos

está esperando. Mientras nos dirigimos al club, veo pasar la calle a través de la
ventana, y siento que la ansiedad se acumula dentro de mí, como si sintiera que
después de esta noche, nunca volveré a ser el mismo.
CAPITULO 2
Juan Victor
No sé por qué todavía me dejo llevar por las ideas de Vinícius. Tengo mucho
trabajo en la constructora, y en vez de estar ahí, aunque sea sábado por la
noche, estoy aquí, en una discoteca. Vinícius pensó que teníamos que venir, ya
que fue la constructora la que concibió todo el proyecto.
Construtora Prado es una referencia en el mercado nacional, ofrecemos
todos los servicios, desde arquitectos, ingenieros, hasta mano de obra y
publicidad.
Mi padre, Seu João Lucas, creó la constructora desde cero. Provenía de una
familia humilde, trabajando desde temprana edad, pero sin dejar nunca de lado
sus estudios. Consiguió una beca para la escuela de arquitectura, que es donde
conoció a mi madre, que estudiaba ingeniería. Después de un tiempo, consiguió
una pasantía en una empresa de renombre, donde creció. Se dio cuenta de que
la mayoría de las empresas ofrecían a sus clientes solo el servicio básico.
Teniendo el cliente, muchas veces contratamos diferentes empresas, para
diferentes áreas.
Seu João Lucas quería reunir todas las áreas en un solo lugar, así que
concibió un proyecto, se lo presentó a su jefe, quien se convirtió en un gran
apoyo, y con un poco de ayuda y el dinero que recaudó a lo largo de los años,
logró crear un pequeña empresa, donde podría ofrecer todo el
servicios, desde el diseño del proyecto hasta su publicidad.

Empezó con pequeños proyectos, de casas, y fue creciendo. Hoy somos un
referente en proyectos de grandes estructuras.
Mi padre es mi gran inspiración, me enseñó mucho. Desde pequeño iba tras él
a la constructora, y cuando tuve edad comencé a trabajar allí. Nunca me dio
privilegios solo por ser su hijo, al contrario, me enseñó a trabajar duro para lograr
mis metas, decía que por ser el jefe tenía que dar ejemplo y trabajar el doble.
Hace unos meses decidió jubilarse y viajar por el mundo con mi madre,
nombrándome el CEO. No quiero decepcionarlos, quiero trabajar duro para que la
empresa crezca cada vez más. Miro hacia un lado y veo a mi amigo venir con
nuestras bebidas.
"JV relájate... el trabajo te estará esperando cuando regreses". - Dame la bebida.
“Ahora mira a tu alrededor, está lleno de mujeres y necesitas encontrar a alguien
que te quite esa cara de limón agrio. – dice, con una pequeña sonrisa.
“Debería estar trabajando. – Resoplar. – ¿Sabes cuántos contratos tengo que

leer?
- ¡Saber! Porque soy yo quien lo prepara, ¿lo has olvidado? Y por eso mismo
necesitas relajarte, estás muy tenso. Creo que es falta de sexo. - Ríete al final.
No me molesto en responder. Siempre tengo mis citas, cuando era más joven
siempre terminaba la noche juntos. Ahora, creo que me he calmado, sin esa
desesperación de disfrutar todo, pero sigo teniendo mis contactos y cuando quiero
tener sexo, solo hago una llamada. Pero con tanto trabajo últimamente, ni siquiera
he tenido tiempo para eso. Que Vinicius no me haga caso, pero a lo mejor tiene
razón, necesito relajarme.
Tomo un sorbo de mi agua con gas, ya que estoy conduciendo, y miro alrededor
del club. La inauguración está siendo todo un éxito, el local está repleto. Miro
alrededor del lugar y me detengo en la pista de baile.
Y ahí es cuando la veo.
Linda.
Precioso.
Bailar como si nada más importara.
Me hipnotizo.
Buscando.
admirativo.
Deseando.
¿Quién será esta mujer?
No puedo ver su rostro claramente, solo su balanceo, su cabello rubio
acompañando sus movimientos. No puedo apartar la mirada, y lo que veo es
suficiente para tomar la decisión de ir al tuyo.
fecha.
— Vinicius, me voy. - le hago saber que esta a mi lado hablando
con una mujer.
"¿Qué quieres decir, JV?" Acabamos de llegar.
“Encontré algo más interesante. Te veo mañana. - salgo de la cabaña
sin esperar tu respuesta.
Camino entre la gente bailando y divirtiéndome. Llego lentamente detrás de ella y
por un momento me quedo allí, observando, hasta que coloco mis manos en su
cintura. En ese mismo momento ella deja de bailar, pero no voltea, cuando empiezo
a moverme al ritmo de la música, ella se relaja y sigue mi ritmo.
Acerco mi cara a su cabello y respiro su aroma. Es único. Bajo un poco la cabeza

y acaricio el hueco de su cuello, sintiéndola temblar. Ella finalmente se da la vuelta.
Estoy impresionado con su belleza, con sus rasgos delicados. Su mirada se clava
en la mía y nos miramos el uno al otro. Pone sus manos en mi pecho y sube, hasta
envolver sus brazos alrededor de mi cuello. Tiro de su cintura, acercándola. Ninguno
de los dos habla, ninguno de los dos aparta la mirada. Es como si estuviéramos en
una niebla, donde solo existimos nosotros dos.
Realmente quiero besarte.

Y ella parece tener el mismo pensamiento, porque se pasa la punta de la lengua
por los labios, como si estuvieran secos, y aparta la mirada de mi boca. Es el
estímulo que necesitaba para acercar mi rostro, lentamente, dándole tiempo para
alejarse si no quiere. Pero ella no se aleja.
Finalmente apoyo mi boca ligeramente sobre la de ella, tomando pequeños
bocados, probando, saboreando. Cuando no puedo resistir más, profundizo el beso.
Mi lengua pide paso, exigiendo, queriendo todo. Llevo una de mis manos a la parte
de atrás de su cuello, enredando mis dedos en su cabello, nuestras lenguas se
entrelazan y ella suelta un gemido.
He tenido mis aventuras, incluso salí una vez, pero nunca sentí nada parecido a
lo que estoy sintiendo ahora. Es una explosión de sensaciones. Siento que mi polla
se pone cada vez más dura. Bajo mi mano de su cintura y paso su culo apretándolo.
Los. Ella se acerca, ajustando su cuerpo contra el mío, y sé que si no paramos ahora
vamos a montar un espectáculo en medio de la pista de baile. Tomando la iniciativa, poco
a poco voy rompiendo el beso. Cuando nos alejamos, estamos sin aliento.
ÿÿ
"Wow..." dice con los ojos brillantes.

Yo sonrío. Mi mano va a su rostro, acariciándolo.
— Mi nombre es João Victor y el tuyo, hermosa?
- Melissa. – responde ella un poco tímida.
sonreír. Se ve aún más hermosa, tímida.
“Melissa…” repito, saboreando su nombre. - ¿Me crees si hablo?
que eres la mujer más hermosa que he conocido?
"¿Esa es tu línea?" - Habla con voz de risa. - Estoy seguro de que usted
debe conocer mujeres hermosas.
"No como tu. – Dijo sinceramente. - ¡Eres única!
No sé qué tiene ella que me encantó de inmediato.
Tus mejillas se sonrojan.
"¿Qué piensas de que salgamos de aquí?"
Melissa duda un poco, y lo entiendo, ahora me está conociendo.
"¿Siempre eres heterosexual así?" - Arqueó una ceja.
- Alguna vez. Desde que te vi, te deseé.
Ella está sorprendida por mis palabras.
- Yo no te conozco. ¿Y si eres un loco que quiere secuestrarme y vender mis órganos?
Solté una carcajada.

“Creo que vas a tener que arriesgarte. Respondo, todavía riéndome. — Pero te aseguro
que la única locura que deseo es brindarte una noche inolvidable. Entonces, ¿estás
dispuesto a arriesgarte conmigo?
Me mira fijamente por lo que parece una eternidad, y justo cuando creo que va a
inventar una excusa, me responde con una sonrisa: — ¡Top! Quiero arriesgarme contigo.
Sonrío, pensando que va a ser una de las mejores noches de mi vida.

CAPÍTULO 3
Toronjil
No puedo creer que me encontré con esta locura, yo no soy así, pero hay algo
en él que me atrajo, algo en la mirada que me hizo aceptarlo.
“Necesito advertir a mi amigo. Miro a un lado y la veo hablando.
con un hombre.
—¡Bianca! - Yo lo llamo. - Me voy. - dije, deteniéndose a su lado.
- ¿Qué? - frunce el ceño. - ¿Por qué?
"Conocí a alguien. Me llamó para ir a otro lugar. Ella abre mucho los ojos. “Sé lo
que vas a decir… yo no soy así… pero hay algo en él, Bianca.
"Amigo, si quieres esto, ¡vete!" Sabes que soy el primero para ti

Anímate a disfrutar de la vida, me acaba de
sorprender. "Es una locura, ¿no?" - Dije un poco aprensivo.
"¡Para ti, seguro!" – suelta una carcajada. - Pero si quieres y eres
sentirse seguro, ¿por qué no? Súper apoyo. Ahora, ¿quién es el tipo?
Señalo a João Victor que está de espaldas.
— Wow… si es así de atrás, ¿te lo imaginas de frente? Me mira con una amplia
sonrisa. – Disfruta la noche, amigo, y mándame un mensaje diciéndome dónde
estás, por si acaso.
- ¿Usted va a esta bien? Es tu cumpleaños y estoy siendo un mal amigo.
“No te preocupes por mí, encontré algunos universitarios. Voy a estar bien. ¡Ahora va!
Me despido de ella y camino hasta donde está João Victor. toco tu brazo
advirtiendo de mi presencia, quien me mira, dirigiéndome una sonrisa.
- ¿Lo haremos? - Pregunta. Niego con la cabeza asintiendo.
Mientras caminamos de la mano fuera del club, pienso en cómo llegué a este momento.
Tan pronto como llegamos Bianca y yo, fuimos a la barra y pedimos un trago de tequila. El
lugar es realmente hermoso, son tres pisos, con la barra de punta a punta y está muy lleno.
Después de beber, fuimos a la pista de baile, sin importarnos nada a nuestro alrededor.
Fue entonces cuando sentí su presencia. Tus manos en mi cintura.

Cuando lo miré, fue como si mi corazón diera un vuelco y al mismo tiempo se acelerara.
Podía sentir mis manos frías y las mariposas en mi estómago. Era alto, le pegaba en el
pecho con tacones, pelo negro corto a los lados. Su camisa estaba metida hasta los codos
y podía ver sus músculos a través de ella.
Pero fueron sus ojos los que me llamaron la atención, los que me hicieron jadear, eran
tan claros como la miel que parecían verdes. Y la intensidad con la que me miraba, era
como si pudiera leer todos mis secretos.
Y cuando nos besamos, ah... fue increíble, sentí que estaba flotando.
Y yo quería más. Mucho más.
Por eso acepté ir con él. No soy impulsivo, soy el tímido, que piensa en mil situaciones
antes de tomar una decisión, pero cuando lo hago, es difícil volver atrás, y con él, sentí algo
diferente. No sé qué explicar, pero tengo muchas ganas de explorar ese sentimiento.
Llegamos afuera y nos dirigimos al estacionamiento. Se detiene junto a lo que parece un

auto caro y abre la puerta para que entre, luego hace lo mismo, se sienta y lo enciende.
— Me hospedo en el Hotel Real que está cerca, ¿te parece bien que vayamos allí? -
Pregunta.
- No. - Contesto. - No eres de aquí, ¿verdad?
“No, del Capitolio. Solo vine para la inauguración, y ante la insistencia de mi amigo. Como
pensé que sería tarde para volver, decidí reservar una habitación en el hotel.
"O ya tenías motivos ocultos..." bromeo.

"Tal vez ya sentí que te iba a conocer".
Eres bueno en esto, en coquetear. - dije riendo.
“Peor que no. Creo que está siendo exclusivo contigo.
“¡Lo estás haciendo de nuevo! – estallé en carcajadas.
Él también se ríe.
“Lo siento, te garantizo que es totalmente natural.
Mientras tomo mi celular y le escribo un mensaje a Bianca, pienso en cuánto João Victor
tiene un encanto natural que puede ser peligroso para el corazón de cualquier mujer,
incluido el mío.
CAPÍTULO 4
Toronjil
Tan pronto como llegamos al hotel, entramos y vamos directamente al ascensor

que está vacío. Presiona el piso, y en cuanto las puertas se cierran, João Victor me
pilla por sorpresa presionándome en el espejo y besándome.
Una mano va a la parte de atrás de mi cuello tirando suavemente de los
mechones de mi cabello y la otra va caminando a lo largo de mi cuerpo. Siento su
mano en mi muslo derecho y la deslizo a través de mi vestido hasta llegar a mis bragas.
Presiona su dedo sobre mi lugar exacto y jadeo. Lo abrazo, pongo mis manos
detrás de su espalda y lo acerco más a mí, hasta que no queda espacio entre
nosotros, como si quisiera fusionarme con él. Y tal vez eso es lo que quiero.
Nuestras bocas permanecen cerradas en un beso mientras empuja mis bragas
hacia un lado y pasa su dedo por mi entrada sintiendo mi excitación.
"Eres realmente sexy…" jadeó. Gimo en protesta cuando retira su dedo,

llevándoselo a la boca para saborear mi sabor. “Es tan bueno como pensé que era.
- Me deja un beso en la boca y se aleja alisándome el vestido, cuando suena el
ascensor en nuestro piso.
Me apoyo contra el espejo, sintiéndome flácida, y él tiene una sonrisa de
suficiencia en su rostro. No sé cómo me las arreglo para salir del ascensor y entrar
en la habitación sin tropezar.
- Póngase cómodo. No tenemos que hacer nada que tú no quieras. — dice João
Victor, tomando un agua y ofreciéndomela.
Los dos ya estábamos imaginando lo que sucedería cuando accediera a ir con él,
pero es bueno saber que dejó la elección en mis manos.
Pero no cambiaré de opinión. Lo quiero. como nunca quise otra
persona.
Después de beber un poco de agua, me acerco a él. toco tu cara,
sintiendo su barba bien recortada.
Sus manos van a mi cintura, me pongo de puntillas y le doy un beso, luego beso
su barbilla, su mejilla, su cuello hasta llegar a su oído y susurrar: — ¡Te quiero, Víctor!
Quiero sentirte dentro de mí... ¡hazme tuya! –
Siento que sus manos me agarran con más fuerza y deja escapar un gruñido.
Sin perder tiempo, levanta mi vestido y pronto estoy solo en mis bragas.
- Tu eres linda...
Le desabrocho la camisa y él me ayuda a quitármela. Mis manos van a sus
pantalones, abriéndolos y rápidamente está solo en calzoncillos.
João Victor se pone de rodillas, me quita las sandalias y me saca las bragas.
Coloco mis manos sobre sus hombros mientras lleva su cabeza a mi muslo y desliza
su nariz hacia mi vagina. Pronto siento su lengua en mi hendidura.
“Ahh…” jadeo, echando mi cabeza hacia atrás.

Pasa su lengua de punta a punta, lamiendo y chupando mi clítoris.
Separa más mis piernas e inserta un dedo dentro de mi canal.
Siento su barba rozar mi piel y me excita aún más. Mis manos agarran su hombro y
le clavo las uñas, lo que aumenta la presión de su lengua. Cuando no puedo soportarlo
más, exploto en un orgasmo.
Mis piernas se sienten tambaleantes y tiene que estabilizarme en el suelo para
levantarme. — Eres deliciosa Mel… Creo que ya soy adicto a ti.
“Yo también quiero saborearte. “Me acerco y le quito los boxers.

Él está completamente desnudo. Su polla es grande, gruesa y con venas. Se me
hace la boca agua al saborearlo. Pero cuando hago un movimiento para agacharme,
me agarra del brazo y me detiene.
“Hermosa, si me tocas ahora, no creo que pueda soportarlo. ¡Necesito entrar en ti!
Diciendo eso, me agarra por los muslos y me levanta, haciéndome

Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y me dirijo hacia la cama.
Juan Victor
Ella será mi perdición. Estoy seguro.
Coloco a Melissa con cuidado en la cama y me coloco sobre ella. Mi boca codiciosa
busca la de ella. Mis manos van a sus pechos, son del tamaño perfecto y se ajustan
perfectamente. Juego con el pezón poniéndolo más duro y ella gime en mi boca. Deslizo
mis labios por tu cuello, lamiendo hasta llegar a tu seno izquierdo.
Paso mi lengua suavemente sobre su pezón rosado, luego lo chupo con fuerza. Ella
se retuerce debajo de mí. Tomo una de mis manos entre sus piernas y me doy cuenta
de lo mojada que está.
"Estás lista para mí ahora..." Meto un dedo y ella gime más fuerte.
Con mi pulgar hago círculos en su clítoris.
- Ven por mí otra vez, hermosa... - Me agarra del pelo, retorciéndose cada vez más.
- Quiero hacerte disfrutar en todos los sentidos. – Levanta sus caderas, rodando contra
mi mano hasta alcanzar el placer.
“¡Te necesito dentro de mí ahora, Víctor! - Yo sólo me alejo
para sacar el preservativo de la cartera, que estaba tirada al suelo.
Vuelvo a la cama ya colocándola y encajo entre sus piernas. de regreso
bésala y entraré despacito. Es tan apretado.
"Joder... ¡Eres perfecta!" - Empiezo a moverme. - Vaya...
- Eso es hermoso, quiero escuchar tus gemidos...

Empiezo a empujar más profundo, sus piernas están alrededor de mi cintura,
apretándome, lo que hace que todo mejore. Atrae mi cabeza contra su boca y me besa.
El único sonido que escuchamos es el movimiento de nuestros cuerpos juntos. Me alejo
y la miro, sus ojos están cerrados.
“Abre los ojos Melissa… quiero que vengas a mirarme.

Ella los abre inmediatamente. Desciendo mi boca sobre sus pechos y empiezo a
chupar, mientras masajeo el otro con mi mano. Mel pasa sus uñas por mi espalda,
rascándome.
- Víctor... me voy a venir...
Incremento las embestidas yendo más fuerte y ella viene gimiendo mi nombre.
Me libero poco después de mirarlo a los ojos. Es intenso, un placer que
nunca lo había sentido antes.

Ambos respiramos con dificultad, mi cabeza descansando en el hueco de su
cuello. Entonces me caigo a su lado y tiro de ella sobre mí. Lo único que puedo
pensar es que quiero más de esta mujer.
CAPÍTULO 5
Toronjil
Perfecto.
Si tuviera que definir mi noche en una palabra, sería esta. Miro hacia un lado y
veo a João Victor durmiendo profundamente. Recuerdo la noche que pasamos y
llego a la conclusión de que nunca había sentido tanto placer, ni llegado al
orgasmo tan rápido y tantas veces, teniendo en cuenta que solo había tenido una
persona antes que él.
Después de nuestro sexo en la cama, fuimos a darnos una ducha y tuvimos
una ronda más en el baño. Era como si no pudiéramos quitarnos las manos de
encima. Luego pidió un bocadillo al servicio de habitaciones y hablamos mientras
comíamos. Nada demasiado profundo, dijo que es licenciado en arquitectura,
tiene treinta años, que sus padres son su base y que le encanta el chocolate.
Lo que pensé que era lindo.
Dije que estoy estudiando publicidad en la universidad, tengo diecinueve años

y vivo con mis padres. Después de nuestra breve conversación volvimos a la
cama y nos perdimos una vez más el uno en el otro. Agotados, terminamos durmiendo.
Me desperté hace unos minutos con la luz, tomo mi celular y veo que son las seis
de la mañana.
Dejé escapar un suspiro.
Necesito irme a casa, había acordado dormir en casa de Bianca. Mis padres se van a
levantar pronto para empezar a trabajar en el restaurante y no quiero que me vean llegar
ahora.
No sé por qué se me encoge el corazón sólo de pensar en irme.
Paso una mano suavemente por la cara de João Victor. No intercambiamos números de
teléfono ni hablamos de volver a vernos. Era lo que yo quería, pero no tomé la iniciativa por
miedo a que me rechazara, diciendo que solo fue una noche. Y es por ese mismo miedo,
que me levanto lentamente sin despertarlo y me dirijo hacia el baño. Me visto rápidamente
y me paro a su lado en la cama.
Sigo mirándolo y preguntándome si alguna vez lo volveré a ver. Él movió
yo de una manera que no puedo explicar.
Lo sé, me encariño fácilmente con la gente. Y me lastimo fácilmente también. yo creo
demasiadas expectativas y luego termino frustrado.
Tomando una respiración profunda, me alejo. Me dirijo hacia la puerta, con la sensación
que estoy dejando una gran parte atrás.
Juan Victor
Incluso antes de abrir los ojos, me siento como si estuviera solo en la cama. No quiero
pensar que se fue sin despedirse. Nuestra noche fue perfecta. He tenido mis aventuras,
pero nunca me he sentido una mujer tan entregada como ella. Su cuerpo respondió al mío
por completo, una química como ninguna otra. Y estaba seguro de que ella sentía lo mismo.
Me armo de valor y abro los ojos. Confirmo que tengo razón y que ella no está en la
cama. Me levanto y la busco por todas partes con la esperanza de encontrarla, pero me
frustro. Ella no está aquí. Tus cosas no están aquí. Busco billete y nada.
Melissa simplemente se fue como si hubiera sido una noche más. Me siento frustrado.
Incluso enojado. Nunca antes había sentido esa conexión con ninguna otra mujer.
Quería conocerla.
Ten más de ella.
Cuando estábamos juntos en la cama, podría haber jurado que ella quería lo mismo, sin
embargo, podría ser que yo me equivoque y ella no sintiera nuestra conexión, podría ser
que yo estaba creando expectativas sobre algo que no significaba nada para mí. su.
Quizás fue lo mejor. No puedo distraerme con las relaciones, y ahora con esta nueva
etapa en mi vida, necesito concentrarme
en la empresa, centrarse en elevar aún más el estado de la empresa constructora.

Respiré hondo y fui a la ducha.
Quien sabe un día...
CAPÍTULO 6
Toronjil
Me despierto con alguien empujándome. Miro y veo a Bianca mirándome con una
sonrisa de Gato con Botas. Cuando llegué a casa, mis padres ya se habían ido a trabajar.
Me di una ducha y me fui a la cama. Tardé un rato en conciliar el sueño recordando a
João Victor. Tus ojos, tu calor. Tu intensidad.
Dejé escapar un suspiro cuando lo recordé de nuevo.
— Vamos amigo, despierta... ¡Quiero todos los detalles! – Bianca me lleva
mis pensamientos.
- ¿No duermes? ¿Qué hora es?
Hace mucho que pasó la hora del almuerzo. Y a diferencia de ti, dormí muy bien. Justo
después de que me escribiste, me fui. – Resoplar. - No pude quedarme más, un idiota
derramó bebida en mi vestido, y en vez de disculparse, tuvo el descaro de coquetear
conmigo.

"¿Y no estabas interesado?"
"Era hermoso, no lo puedo negar... esos ojos... ¡y qué cuerpo!" Pero estaba
acompañado por una rubia y coqueteando conmigo, ¡¿puedes creerlo?! Un idiota. -
Terminó de hablar, rodando los ojos.
Sonrío porque sé que hay más en esta historia. Conozco a mi amiga y no me lo

cuenta todo.
Pero quiero saber de ti. ¿Como fue? Cuenta todo y en detalle por
pequeño favor - Habla, riendo.
Me siento en la cama y empiezo a contar. No todo, porque quiero guardarme
algunos detalles. Me interrumpe varias veces con comentarios y algunas preguntas.
Finalmente cuando termino de contar, ella me mira con la boca abierta.
"¡No puedo creer que te hayas escapado!" Quien simplemente se alejó sin hablar
con él. Sin sexo de despedida, sin dejar una nota. - Todavía me mira con
incredulidad. – ¡Qué desperdicio, señorita Melissa!
— Confieso que quería mucho más… — Suspiro. - Pero yo no quería quedarme.
escucharlo dejarme.
"¿Y quién dijo que te iba a dejar?" Creo que te apresuraste.
— Bianca… es guapo, exitoso, parece tener dinero y vive en la capital,
seguramente debe tener muchas mujeres hermosas detrás de él, qué querría él
con alguien del campo, más joven que él, con quien tuvo ¿Solo una noche? –
Nunca fui insegura, siempre supe mi valor, pero al mismo tiempo, al ver nuestras
diferencias, tenía miedo.
“No puedo creer que esté escuchando a Melissa. - Dilo, en serio. “Eres hermosa,
eres inteligente, y cualquier chico sería afortunado de estar contigo. Y te conozco,
que te hayas entregado así, fue porque sentiste una conexión con él.
— Lo sentí, no fue un encendido cualquiera, fue una conexión real. Pero también
sentí miedo. Tenía miedo de todo lo que sentía y junto con el miedo a que me
rechazara, me escapé. Fue solo una noche y ya estaba tan, encantada. Soy un
tonto, ¿no?
- No, no es. A veces así es como comienza el amor. De una manera que no te
imaginas, en una cita que no planeas, y no debes sentirte tonto por querer hacerlo.
- Mis ojos se llenan de lágrimas. “Te sentías inseguro, y eso está bien. Simplemente
no puedes dejar que la inseguridad te impida tomar riesgos y vivir. - Termina tu
discurso abrazándome.
- ¡Gracias amiga! Pero no creo que sea buena para este sexo casual, conozco
al chico y luego me emociono, creando sentimientos. Ella trata de contener una
risa. - Ahora no sirve de nada sentir pena, tal vez se suponía que iba a ser así...
Solo un recuerdo.
CAPÍTULO 7
Toronjil
Dos meses despues
Estoy sentada en mi cama mientras la boca de Bianca está abierta con el descubrimiento
de que pronto será tía. Después de sentir náuseas varias veces y notar que mi período se
había retrasado, decidí hacerme una prueba de drogas. No quería creer en esa posibilidad
ya que siempre usábamos condones, pero era inevitable que esa posibilidad no se me
pasara por la cabeza. Y se ha comprobado después de todas las pruebas que realmente
estoy embarazada.
- ¡¿Voy a ser tía?! – Bianca ha estado vibrando desde que le dije. – ¿Cómo te sientes,
amigo?
- ¿Sinceramente? En ese momento de tranquilidad. He llorado, me he desesperado un
poco por no saber que esperar, pero ahora estoy feliz. Sé que va a ser duro, pero desde que
vi el positivo en la prueba, he aceptado que aquí hay un bebé que me va a necesitar mucho.
“Y yo estaré a tu lado y seré la mejor tía/madrina del mundo.

“No esperaba menos de ti. – digo, con una sonrisa.
De repente, ella se pone seria.
"Estaré lejos..." Hace una pausa. - No puedo creer que no podré acompañarte en
todo momento. - Tus ojos se llenan de lágrimas. - No quieres moverte ahora, ¿verdad?
- No, no voy a ir.

Mi objetivo siempre ha sido estudiar y trabajar en la capital. Amo mi ciudad, el
lugar donde nací y me crié, pero sé que si quiero crecer profesionalmente, es en la
capital donde tengo las mejores oportunidades. Podría haberme ido ya, gané una
beca para estudiar Publicidad en una universidad de allí, pero en ese momento el
restaurante no iba muy bien y decidí quedarme para ayudar a mis padres, aunque
ellos insistieron en lo contrario. Pero no podía hacer eso, dejarlos solos en esto. Así
que me quedé, incluso bajo protestas.
Empecé a estudiar a distancia y ya voy por la mitad del curso. Y ahora que el
restaurante se ha estabilizado, había accedido a compartir apartamento con Bianca.
Estudia Negocios, el plan era que se mudara cuando se graduara. Pero consiguió
una pasantía en una gran empresa de construcción en la capital y pensó que era
hora de un cambio. Sus padres siempre la apoyaron, así que se transfirió a la
universidad y alquiló un departamento con su ayuda, pidiéndome que lo compartiera.
Ahora todo ha cambiado. Tengo mis ahorros que podría conservar hasta que
consiga un trabajo allí, pero ahora embarazada, no veo cómo. Además de ser un
lugar desconocido, estoy seguro de que sería difícil conseguir trabajo en este estado.
Y están mis padres.
No sé cómo reaccionarán cuando se enteren del embarazo.
Se sentirán decepcionados. Mis ojos se llenan de lágrimas.
'Mel, no seas así... todo va a estar bien'. Estoy seguro.
“Mis padres estarán decepcionados de mí.
“Puede que se sorprendan al principio, por supuesto… pero te aman.
Pronto estarán locos de que van a ser abuelos. – Bianca me anima. “Y haré todo lo
posible para estar siempre allí, y después de que nazca el bebé, puedes mudarte.
— ¡Gracias amiga... por estar siempre a mi lado, por ser la mejor amiga del mundo!
- sostenga sus manos.
"Así que lloro..." Ella se ríe. Luego me mira y sé que me quiere
pregunta algo.
- ¿Qué? Puedes hablar.
Se queda en silencio por un momento hasta que pregunta.
—¿Y el padre de tu bebé?

Ya sospechaba que se trataba de eso. Y yo me he hecho la misma pregunta. Por
supuesto, si supiera dónde encontrarlo, lo diría. Sin importar si quería ser parte de
eso o no. En estos meses traté de olvidarlo, pero no pude.
Después de unos días de nuestro encuentro, traté de encontrarlo en las redes
sociales, pero fue imposible. Si supiera tu apellido. Dejé escapar un profundo suspiro.
— No sé, amigo. No sé cómo puedo encontrarlo, ni siquiera sé su apellido.
— ¿Y si lo buscamos en internet?
Mis mejillas se sonrojan, no le dije que ya lo había intentado. —
Eh… Ya lo probé hace un tiempo, pero hay muchos con lo mismo
Nombre...
"Zorra... sabía que no te resistirías a tratar de encontrarlo". - dice riendo. - ¡Ya se!
– deja escapar un grito. – Podemos intentar obtener alguna información del hotel
donde se hospedó.
— No había pensado en eso, pero se me hace difícil dar información sobre los
invitados.
- Vale la pena intentarlo. - Sonreír.
Nuestra conversación se interrumpe cuando mi madre nos llama para almorzar. Mi
amigo inventa una excusa y se despide. Ella sabe que necesito hablar con ellos a
solas. Es hora de contarles sobre mi embarazo. Espero que no estén demasiado
decepcionados, estaría devastado si los lastimaran.
**
En la mesa de la cocina, observo a mis padres hablando mientras almuerzan.

No puedo tragar nada. Estoy nerviosa. He pensado en varias formas de saberlo, pero
nada parece correcto.
— Hija, ¿estás emocionada por la mudanza? – pregunta mi madre.
Contengo la respiración y siento que mis manos se enfrían. No hay manera de
retrasarlo más.
- Yo no voy...
Mi padre inmediatamente me mira con el ceño fruncido.
¿Por qué no Mel?
Me quedo en silencio tratando de encontrar la mejor manera.
- ¿Melissa? – insiste mi padre.
Reúno todo el coraje para responder.

- Estoy embarazada.
Los dejo ir y veo su reacción. Mi padre palidece y los ojos de mi madre se agrandan.
“¿Qué quieres decir con que estás embarazada? ¿Qué clase de broma es esta Melissa? - Mío
el padre habla en voz alta y no se ve muy feliz.
“Lo siento, papá. - digo, con mis lágrimas comenzando a caer.
- Calma amor. Deja que Mel te explique correctamente. - pregunta mi madre intentando
calma a mi padre.
“Sé que te estoy defraudando. Pero no es broma, estoy embarazada.
“Cariño…”, susurra mi mamá.

¿Qué hay del padre Melissa? – Carlos se levanta y empieza a ponerse nervioso.
“Lo conocí en una fiesta, quedamos un par de veces, es de la capital.
Pero no sé cómo encontrarlo. No sabe que va a tener un bebé, y puede que nunca lo sepa.
"Así que se aprovechó de ti, ¿es eso?" Vino al interior, se quedó con
una chica inocente y se alejó?
— No, padre… no fue así. - Yo también me levanto. “Él no se aprovechaba de mí, me
gustaba. Y no soy un niño, quería quedarme con él, y tomamos precauciones. No sé lo que
pasó.
Mi mamá se me acerca y me tira en un abrazo.
— No sirve de nada pelear ahora Carlos, Melissa está embarazada y eso no va a cambiar.
Ella necesita nuestro apoyo ahora mismo. - Se aparta y me mira a los ojos - Todo va a estar
bien, hija.
Y creo en ella, porque sé que no estaré solo.
unos meses después
- AHHH... - grito sintiendo un dolor enorme, es como si fueran yo.

rasgando por la mitad.
- Respira, hija. Nuestra niña casi se ha ido. - yo escucho el mio
mi madre habla, pero mi atención está centrada en el dolor que estoy sintiendo.
¡Dios mío, no sabía que era así!
Estamos en el hospital, de madrugada comencé a sentir contracciones, y fue un

subidón. Pero no fue hasta esta tarde que rompí fuente y mi dilatación fue lo
suficientemente buena. Finalmente podré encontrarme con el rostro de mi hija, que
tantas veces he imaginado.
“Vamos Mel, una vez más, respira hondo y empuja con todas tus fuerzas. Ella casi
se ha ido. - Dr. Dice Luana, que me acompañó desde el principio.
Mi madre me lleva de la mano, y sé que mi padre está en la recepción con Bianca,

que vino corriendo de la capital, no sé ni cómo.
En la siguiente contracción, hago lo que me pide el médico, empujo con todas las
fuerzas que tengo dentro.
— AHHHH!!!!!
Y entonces, escucho el sonido más hermoso del mundo, el grito de vida de mi hija.
Mi pequeña Julia.
Mi respiración es rápida, estoy cansada, estoy sudada, pero nada de eso importa
cuando la enfermera se acerca con mi hija en brazos. Ella es tan hermosa, tan
perfecta. Siento mis lágrimas bajar, acerco mi boca a su cabecita, depositando un
beso.
En silencio agradezco a Dios que todo salga bien, dicen que cuando
nace un niño nace una madre, pero para mí fue desde el momento en que me
enteré de su existencia. Nació un amor tan grande, tan pleno y una sensación de
protección, que solo creció a medida que crecía mi vientre. Y ahora, mirando a mi
hijita, tan pequeña, siento que voy a estallar de tanto amor, de tanta felicidad.
“Ahora la vamos a llevar a hacer todos los trámites, pronto

te encuentras en la habitación, ¿de acuerdo?
Asiento sin fuerzas.
“Ella es hermosa, hija. ¡Felicidades! Mi madre besa mi cabeza.
"Ella es, ¿no es así?" ¿Contaste los dedos? – pregunto, haciendo reír a mi mamá
y al doctor.
- Todos los deditos contados, hija, no te preocupes.
Suspiro, aliviado y feliz.
Quería tanto que llegara este momento y poder sentirla junto a mí, tantas veces
imaginé cómo sería su carita, si se parecería a mí oa su padre. Juan Victor. Solo
pensar en él hace que mi corazón se hunda. En todo ese tiempo, nunca lo olvidé. Él
fue y es un recordatorio constante, junto con
nuestros momentos. ¿Cómo se sentiría si supiera que en ese momento se

convirtió en padre?
Sonrío ante mi pregunta.
Espero que algún día puedan encontrarse.
CAPÍTULO 8
Toronjil
Tres años después
Me despierto sintiendo besos en mi mejilla. Finjo que sigo durmiendo, y cuando

menos lo espera abro los ojos tomándola por sorpresa y haciéndole cosquillas. Mi hija
se ríe y es el mejor sonido del mundo.
— Por madre.
“Mamá quiere darte muchos besos.
- Hambre. – Para enfatizar, Julia se pasa la mano por el vientre.
sonreír.
"Ven entonces, te prepararé la leche".
Me levanto y comienzo mi ritual de higiene con mi hija. Le doy un baño rápido y
aprovecho para tomarlo también. Llevo unos shorts blancos cómodos y una blusa
verde holgada. A mi hija le llevo un vestido rosa que le encanta.
Todavía es temprano, pero estoy seguro de que mis padres ya están despiertos y,
por el olor, ya están preparando el almuerzo. Hoy no es un día cualquiera, es el día
que me mudo a la capital.
Sonrío pensando en ello, recordando todo lo que he pasado hasta ahora. La
sorpresa inicial cuando supe que estaba embarazada, mis miedos y ansiedades, luego
el miedo de defraudar a mis padres y el alivio de saber que estarían a mi lado.
Una vez listo, vamos a la cocina. Como pensé, mi madre está cocinando algo en la
estufa y el olor es delicioso.
- Buen día madre.
— Buenos días, mis bellezas. – Respondió, sonriendo.
Siento a Julia en la silla y voy a prepararle la leche.
- ¿Donde esta el padre?
— Fue al restaurante para adelantar algunas cosas, pero viene pronto. Apenas durmió
esa noche.
Mi padre es el que más se está sintiendo con mi cambio, el que
Al principio se mostró reticente con mi embarazo, ahora Júlia es su novia.
Preparo la leche y se la paso a Julia. Mi hija es muy independiente, le gusta hacer las
cosas sola, aprendió a caminar muy temprano, además de tener una buena habilidad
para hablar, claro, todavía se mezclan algunas palabras y letras, y tengo que tener
cuidado porque a ella le encanta. repetir las palabras nuevas que escucha. Mientras bebe
la leche, preparo mi café y pienso en el día ocupado que vamos a tener.
Nuestras cosas están todas empacadas. Extrañaré mi hogar y especialmente a mis

padres. Siempre han sido mis seguidores. Después de la conmoción inicial de descubrir
mi embarazo, se volvieron locos por su nieta. Estuvieron a mi lado en cada cita, y el día
que supimos que era niña, lloramos todos juntos en la consulta del médico.
Mi embarazo fue tranquilo, seguí trabajando en el restaurante y estudiando. Ahora

estoy debidamente capacitado, por eso decidí mudarme a la capital. Quiero buscar algo
en mi zona, aunque sé que al principio no será tan fácil, quiero ir en busca de mi
estabilidad económica. Voy a compartir el apartamento con Bianca, ella nunca dejó de
convencerme de mudarme con ella. Pero Júlia era todavía muy pequeña, ahora es mayor,
casi tres años, la puedo poner en la guardería.
Mi amiga siempre estuvo allí también, como dijo que haría.

Hablábamos siempre por teléfono y vídeo, además de que ella venía a visitarnos, y el día
del parto Bianca estaba firme en la sala de espera.
El día que nació mi princesita fue uno de los más felices de mi vida.
julio
Mirándola ahora, es imposible no pensar en João Victor. Se convirtió en el rostro de

su padre. Pelo negro y lacio con rizos en las puntas, y los ojos ilegibles de su padre, a
veces color miel, a veces verdes.
sonreír.
Ella es mi orgullo.
En estos años que pasaron, João Victor fue un recuerdo agridulce en mi vida.
¿Cómo podría ser al revés si tengo una mini copia en casa? A veces me
pregunto, ¿cómo está él?
¿Se casó? Ese pensamiento me hace temblar.
¿Qué pensarías si supieras que tienes una hija?
Salgo de mis ensoñaciones con mi hija llamándome.
- Mamá, cabo.
Terminamos nuestro café, y mientras la dejo viendo la tele en la sala, voy
ayudar a mi madre con el almuerzo.
**
Las horas pasan rápido. Pasamos el almuerzo hablando y cuando me doy cuenta
es hora de nuestro viaje. Siento mariposas en el estómago ante la perspectiva del
cambio, pero sé que será para bien.
Mis padres ya están llorando.
— Mis amores, no sean así... Les prometo que en cuanto podamos, iremos a
visitarlos. Y quiero que vayas allí también. - Abrazo fuerte y beso a cada uno, que son
mi refugio seguro.
"Te vamos a extrañar mucho, hija". – dice doña Carina.
- ¿Me extrañas abuela? – pregunta Julia.
"¡Siempre mi hermosa nieta!" Ella lo abraza y lo besa.
— Ven a darle un abrazo al abuelo Julinha. - Es el turno de Carlos.
"¡Los voy a extrañar mucho, chicos, y por favor estén bien!" ¡Os quiero! - Hablo con
lágrimas en los ojos.
- ¡Te amamos tambien! - Mi madre dice.
Salimos y nos dirigimos hacia el coche. Pongo a Julia en su silla y me despido de
ellos una vez más.
Me subo al coche y empiezo a conducir.
Los voy a extrañar mucho, y solo me queda agradecerles por lo mucho que me
ayudaron, me apoyaron, me regañaron en los momentos en que pensé que no iba a
poder manejarlo, pero sobre todo lo mucho que me acogieron y me dio amor, no
solo yo, pero mi niña. Los cambios siempre son difíciles, es un proceso que a
veces puede ser doloroso, al que quisiera volver corriendo, pero que sé que
será importante para mi crecimiento profesional y personal.
Miro por el espejo retrovisor y veo a mi hija jugando con su muñeca. sonreír
y avanzo hacia nuestra nueva vida y nuevas oportunidades.
CAPÍTULO 9
Toronjil
Después de conducir durante unas horas, finalmente llegamos a nuestro destino.

Bianca vive en una zona bien ubicada en Barra da Tijuca, sus padres tienen una buena
situación económica y la ayudaron con el departamento. Ya es de noche y no puedo ver
mucho afuera, pero pude ver que hay una plaza al lado, a mi hija le encantará. Y hablando
de ella, miro por el retrovisor y veo que está dormida. Pobrecita, me cansé del viaje.
Estaciono el auto en un lugar cerca del edificio y tomo mi celular para llamar a Bianca.
- ¿Ya llegaran?
“Estamos justo en frente de ti.
- ¡¿Qué?! - gritos – Voy a bajar ahora mismo Mel... no te vayas. - Y cuelga.
¿Adónde iría, Bianca? pienso riendo.

No tarda mucho y ella aparece en la puerta. Salgo del auto y ella viene corriendo hacia
mí, abrazándome fuerte.
- ¡Te extraño mi amigo! No puedo creer que estés realmente aquí.
— Bueno, créeme. Ahora tendrás que aguantarme. - dije riendo.

"¿Dónde está mi princesita?" – pregunta, ya abriendo la puerta trasera. -Hola princesa
de parte de la tía...
Miro y veo que mi hija ya se ha despertado.

- Tía... - Mi hija la abraza, le encanta esta tía.
Bianca le pide ayuda al portero para que me lleve las maletas, que no tienen
muchas.
"Te mostraré los alrededores y luego pediré una pizza para que podamos celebrar nuestro aniversario".
llegada de ti. Más tarde ayudo a ordenar la habitación.
El apartamento no es muy grande, pero es acogedor. Tiene una sala de estar con
un sofá color crema, TV frente a él, una mesa de comedor de cuatro plazas que
separa la sala de estar de la cocina, un baño compartido y dos dormitorios en suite.
En la habitación en la que me voy a quedar ya hay una cama doble, y por ahora
Julia seguirá durmiendo conmigo. Tiene un pequeño armario en el lado derecho y el
baño. Bianca pide la pizza y nos acomodamos en el sofá, con mi pequeño jugando
en la alfombra.
"¡Primero que nada, tengo noticias que contarte!" – Bianca habla emocionada.
- ¿Qué?
Ella hace suspenso y sabe que lo odio. Arqueo mi ceja.
"¡Te conseguí un trabajo!"
Abro mis ojos.
- ¿Serio?
“Tendrás que ir el lunes para una entrevista, pero estoy seguro de que puedes.
Es la misma empresa para la que trabajo. Solo hay un detalle, la vacante es para la
secretaria del director general. No hubo vacantes abiertas para publicidad.
"No hay problema amigo. - digo emocionada. - Pensé que tomaría tiempo
encontrar algo. Y luego, estando allí, podría ser más fácil conseguir algo en mi área.
"Yo también pensé lo mismo. - Nuestra conversación es interrumpida por el sonido
del timbre.
Bianca pone nuestra pizza en la mesa de café, junto con vasos y jugo.
Solo doy una pieza para que Julia la pruebe. En un ratito es la hora de tu leche.
Mientras comíamos, continuamos nuestra conversación.
— ¿Y el director general, cómo es? – pregunto curiosa.
- ¡Un gato! Le cae bien a todo el mundo en la empresa, siempre es amable, pero
también es exigente con su trabajo. Lástima, tiene una novia que es insoportable.
No sé cómo sigue con ella.
“Debe gustarte mucho. - Supongo.
“No sé… a él no parece gustarle mucho. Y Vinicius piensa

la misma cosa.
—¿Vinicius? - Pregunto.
Ella rueda los ojos.
“Es abogado y el mejor amigo del jefe.
- ¿Y qué más? - Yo insisto.
- Nada mas.
Sigo mirándola. Me está ocultando algo.
— Sobre el CEO, enseguida hablaste de que era un gato, ¿y con este Vinicius no dices
nada?
Ella resopla.
— No pasa nada... También es guapo, lástima que sea un gilipollas.

Siento que hay una historia detrás de esto. — Es a él a
quien le vas a hacer la entrevista, el jefe está fuera y no volverá hasta dentro de una
semana.
- Todo bien. Solo tendré que comprar algo de ropa más formal y también necesito
buscar una guardería para Jú.
“Podemos ir al centro comercial mañana. Y en cuanto a la guardería, no la necesitarás.
La empresa cuenta con su propia guardería donde los empleados pueden dejar a sus
hijos.
Mantengo la boca abierta.
- ¿Estoy soñando? Porque un trabajo y una guardería en el mismo lugar,
solo puede ser un sueño. No tendré que alejarme de mi hija.
Esa era una de mis preocupaciones. Mi hija todavía es muy pequeña y nunca he
estado lejos de ella por mucho tiempo. En el restaurante de mis padres, a veces se
quedaba en la oficina, donde tenía una pequeña cuna. Otras veces, en el rincón que mi
madre le hizo especialmente en la cocina, pero siempre había alguien familiar por ahí, y
yo siempre me escapaba y me quedaba con ella un rato.
Tenía miedo de dejarla en alguna guardería, pero ahora estoy más aliviado sabiendo
que si consigo este trabajo, puedo estar cerca. Y algo me dice, que este trabajo puede
ser una gran oportunidad en mi vida.
CAPÍTULO 10
Toronjil
Hoy es mi día de entrevista. Soy un poco nervioso. Pasé el domingo

tratando de calmarme, pero es difícil. Es todo nuevo, tengo miedo de fallar.
Bianca me explicó casi todo sobre el funcionamiento de la empresa y, aunque
estaba nerviosa, me siento preparada. Sé que no tengo experiencia, pero soy
centrado y trabajador. Tengo que conseguir este lugar, para mí y para Julia.
Ayer fuimos al centro comercial, compramos algo de ropa y almorzamos
allí, luego volvimos a casa. Terminamos de ordenar la habitación y pasamos
el resto del día viendo películas para niños. Termino mi café y le pregunto a
Bianca por millonésima vez: "¿Estás segura de que está bien que se quede
contigo?".
- He dicho que no. Tengo mi propia habitación. Y el único que puede hablar
es el jefe que está de viaje y Vinicius que estará muy ocupado haciendo su
entrevista. - Responde, alimentando la fruta cortada en la boca de mi hija.
Bianca comenzó como pasante en la empresa y luego fue contratada, ahora
trabaja con el cierre de cuentas. Estoy muy orgulloso de mi amigo.
"Entonces creo que será mejor que nos vayamos tan pronto como no quiero llegar tarde".
Le limpio la boca a mi hija y le cepillo los dientes. Agarro mi bolso y me
dirijo hacia la puerta. Mientras hago todo en automático, trato de mantener
pensamientos positivos para la entrevista.
La empresa no queda lejos, está bien ubicada, todo espejado por fuera, con el nombre
muy grande de la constructora. El edificio no es muy alto, parece tener un máximo de seis
pisos. Bianca entra en el parking de la empresa de al lado y aparca el coche, hoy vinimos en
el mio por la sillita de Jú, y como estaba un poco nerviosa se vino conduciendo.
Entramos en el salón y mi boca se abre con tanto lujo. Tiene una amplia recepción y sillones
colocados en el lado izquierdo. En el lado derecho están los ascensores.
- ¡Buena suerte Mel! No estés nervioso. Todo estara bien.

— Mamá afortunada. – dice Julia, levantando su cabecita, sobre el regazo de mi amiga
para darme un beso.
“Después de ese beso, estoy seguro. Los amo.
Se dirigen hacia el ascensor y yo hacia la recepción.
- Buen día. Tengo una entrevista con el Sr. Nunes.
La recepcionista hace una llamada, confirma la entrevista y me entrega el gafete de
visitante.
— Puedes ir al ascensor, está en el sexto piso.
Te agradezco y voy allí.
Cuando el ascensor se detiene en el piso, encuentro otra recepción, solo que más pequeña.
Hay algunas sillas y sofás esparcidos por ahí. Me acerco a la recepcionista que me mira con
una sonrisa y le cuento la entrevista. Pide esperar y me siento en uno de los sofás. Paso mi
mano por mis pantalones, preguntándome si he elegido el atuendo correcto. Todos se ven
elegantes y, por lo que puedo decir, no tienen uniforme, solo ropa de negocios. Opté por un
pantalón beige y una blusa de seda negra. No tengo tiempo para pensar mucho, porque una
señora llama a mi
Nombre.
— Buenos días, señorita Barbosa, soy Rosa, la secretaria de Vinicius, él vendrá a usted.
Puedes seguirme por favor. – dice con una sonrisa, y me gustó enseguida. Debe tener unos
cincuenta años y lleva un vestido azul.
- Si señora. - Dijo levantándose.
“Por favor, solo Rose. Así me siento más joven. - Sonreír.
Baja por un pasillo a la derecha y yo la sigo. Nos detenemos frente a una puerta donde
ella llama y la abre, diciendo que puedo pasar. En este momento creo que mi presión
arterial baja un poco, porque siento que me voy a desmayar de
nervioso.
¡A Melisa! Me regaño mentalmente.

¡Entrarás y lucirás! Piensa en tu hija.
Levanto los hombros en una postura de confianza y entro. Encuentro una habitación
grande con ventanas del piso al techo, que dan una linda vista al exterior.
Hay un sofá en el lado izquierdo y algunas sillas. Hay un pequeño bar al otro lado. Miro
hacia adelante y veo a un hombre mirándome.
— Buenos días, señorita Barbosa. Se pone de pie y extiende su mano. - Puedessentarte.
- Buen día. Gracias. - dije, saludándolo y sentándome. Él es

muy guapo, alto y rubio. Ahora entiendo a Blanca. Sonrío internamente.
"¿Trajiste un currículum?"
- Sí, lo hice. – Lo entrego.
Lee mientras habla.
— Bianca te nominó para la vacante de secretaria, pero dijo que
No tenía experiencia en el área.
— Me gradué recientemente en publicidad. Antes solo trabajaba en el restaurante de
mis padres en el campo, pero siempre he hecho un poco de todo, y te garantizo que no te
defraudaré. - Trato de sonar seguro.
— Bueno, la vacante es para ser secretaria del director general, la primera renunció
porque se muda a otra ciudad con su esposo. Y claro... no es fácil aguantar a la JV. - Dice
con una pequeña risa y sé que está bromeando. – Es muy exigente con sus empleados.ÿÿÿ
JV... Siento una sacudida en el pecho cuando dice estas letras, pero no lo pienso mucho y
respondo rápidamente. — Solo necesito una oportunidad, Sr. Nunes.
— Por favor llámame Vinicius. Cuando dicen Senhor Nunes parece

que están llamando a mi padre.
sonreír.
“Llámame Melissa entonces.
Me hace varias preguntas más y respondo rápidamente. Me caía bien, es simpático,
divertido sin ser forzado.
— Según tengo entendido, tú y Bianca sois amigas, ¿no? - Pregunta.
- Mejores amigas. Nos conocemos pequeños y ya no nos separamos. - respondo

sonriendo.
“Um…” Tengo la impresión de que quiere hacer más preguntas sobre ella, pero no
continúa.
Me gustas Melissa. Por ahora estás contratado, pero el JV tendrá la última palabra. Él
está de viaje y probablemente no llegue hasta dentro de una semana, así que soy yo quien
te está entrevistando para poner en marcha el proceso. Pero estoy seguro de que le
gustarás.
Dejé escapar un suspiro de alivio.
— Gracias Vinicius. No sabes lo importante que es esta oportunidad
para mi. Más aún sabiendo que estaré cerca de mi hija.
Él frunce el ceño, mirándome.
- ¿Usted tiene una hija?
- Tener. ¿Eso es un problema? – pregunto nerviosa. – Bianca me dijo que aquí había
una guardería para los hijos de los empleados.
- Si tenemos. Y mantén la calma, no es problema, solo me sorprendió.
Me relajo.
— Su nombre es Julia, tiene casi tres años. - Sonrío cuando hablo de mi hija.
- Espero conocerte pronto. – dice, con una sonrisa.

Acordamos que voy a empezar al día siguiente, me pide que vaya al departamento de
recursos humanos y dice que puedo registrarme en la guardería, que está en el tercer piso.
— ¡Bienvenida a Construtora Prado, Melissa!
Salgo de tu habitación emocionado. Voy al piso de Recursos Humanos y hago todos
los trámites. Luego voy a la habitación de Bianca, ella ya me había dicho dónde estaba.
Llamo a la puerta y escucho que me ordena entrar.

“¿Adivina quién es el nuevo empleado? – anunció emocionado.
— Ahh… ¡Estaba seguro de que todo iba a estar bien! - Bianca se levanta viniendo a
abrazarme con Jú en su regazo.
— Empiezo mañana, está bien. - Aprieto a mi hija.
'¿Madre feliz?' – pregunta, acariciando mi mejilla.
"¡Mucho, mi princesa!"
“Tenemos que celebrar. Voy a preparar una cena especial hoy. - ¿Está por ahí?
Siempre le gustó cocinar, y lo hace muy bien.
- Combinado. Ahora mejor nos vamos, no quiero molestarte más, amigo. Dale un beso
a tu tía, Jú.
"Basta, nunca te interpondrás en mi camino". - Dice, aceptando el beso.

Nos despedimos y me dirijo afuera.
Me siento feliz, emocionado por esta oportunidad.
Me gustó mucho la compañía. Toda su estructura y la propuesta de sumar varios sectores
y ofrecérselo al cliente es increíble. Las pocas personas con las que he tenido contacto son
amigables y parecen felices trabajando aquí. Y lo mejor es que el sueldo es muy generoso.
Podré proporcionar cosas mejores para mi hija. Quién sabe, tal vez alquilar un apartamento
pequeño para nosotros dos.
No es que esté insatisfecha con el lugar en el que estamos ahora, al contrario, estoy muy
agradecida con mi amiga por apoyarme siempre, pero siempre quise que mi hija tuviera su
cuartito, con su cama, sus juguetes, como refugio. Es como si un nuevo ciclo de mi vida
estuviera comenzando. Antes, por mucho que trabajara en el restaurante y ganara mi dinero,
todavía me sentía dependiente de mis padres. Ahora, todos estos cambios, es como un
punto de inflexión. Puedo sentirme más maduro. empoderado Siempre he escuchado esa
palabra, pero nunca me la he tomado, nunca he sentido su significado exacto, hasta ahora,
cuando puedo decir que por fin me siento dueña de mi propia vida, de donde dependeré.
únicamente en mí mismo. Esto puede ser aterrador, pero también refrescante.
CAPÍTULO 11
Toronjil
Pasé el día esperando mi nuevo trabajo. Es una gran oportunidad de ser parte de
una empresa respetada y respetada en el mercado. Puedo aprender mucho y
cuando surge una vacante para publicidad, postulo.
Saco mi celular y llamo a mi mamá, dándole la noticia. Está encantada con la noticia
de que ahora estoy empleado. Hablamos un poco más, también hablo con mi padre
que luego pide hablar con su nieta, cuelgo prometiendo ponerme en contacto pronto.
— Mamá, quiero chocolate… — Escucho a Julia preguntar y la miro. estamos en

Alfombra de salón con varios muñecos repartidos.
— Hija, ya tenías uno cuando llegamos. - Si la dejas, ella quiere
Como chocolate todos los días, pero lo limito a un día a la semana.
"Por favor... sólo uno más..." Y pone su dedo meñique estirado frente a él.
Sonrío, es difícil resistirse, así que tomo un pequeño trozo.

“Vas a cenar brócoli. Estiro mi dedo a través del tuyo. Ella hace un poco, pero
sabe que no funcionará. Desde que Bianca le enseñó a hacer promesas con el dedo
meñique, no ha regresado.
Seguimos jugando, hasta que escuchamos que la puerta se abría y Bianca entraba.
- ¡Llegué!
- Tía - Julia corre a abrazarla.

— Amor de tía... que olor tan agradable.
— Mamá le dio un baño a Jú. La tía tiene que ducharse.
río de tu discurso.
“¡¿Estás diciendo que apesto?! - Bianca parece ofendida.
para mi hija que suelta una carcajada.
— Dime, hija, que tu tía es muy perfumada.
- Tía tan fragante. - Contestar prolongando la palabra.
- Muy bien. - Deja un beso en tu cabeza. - me quedo con uno
Dúchate y estaré lista para preparar la cena y saberlo todo!
**
La cena estuvo deliciosa, preparó carne con verduras, incluido el brócoli de Jú.
Hablamos y le conté todo lo que pasó en la entrevista. Después de acostar a mi hija,
estamos tomando una copa de vino en la sala de estar.
— Vinicius es un gato. - Decido provocarla.

Ella me mira
seriamente. "Es un mujeriego, ¡eso es!" Cuidado amigo, coquetea con todos, pero no
vale nada.
“No te preocupes, porque no tengo la intención de involucrarme con nadie.
- Pero deberías. Vinicius no, porque ese de ahí... humpf. Pero conocer a un buen
chico. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
Mis mejillas se sonrojan.
“Mi vida ha sido muy ocupada… trabajando y estudiando. En mi tiempo libre solo
quería disfrutar de mi hija, no quería que se sintiera excluida.
“Estoy seguro de que ella siente todo tu amor. Y tú también necesitas algo de tiempo
para ti.
Sé que tiene razón, pero desde que quedé embarazada solo me he centrado en
terminar la universidad y el bienestar de mi hija. Aunque tenía una red de apoyo, con
mis padres, Júlia era mi responsabilidad. Creo que quería suplir de alguna manera la
ausencia de su padre, que hasta ese momento nunca cuestionó, pero sé que es cuestión
de tiempo, porque a veces la sorprendí mirando la forma en que llamaba al mío. Y
ahora, viviendo en la guardería con otros niños, no sé cómo será cuando ella empiece a
preguntar por él, cómo le voy a responder.
Decido cambiar de tema.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
— ¿Ya te quedaste con Vinicius? - Decido quitarme esta duda pronto.
Sus ojos se agrandan, sus mejillas se ponen rojas.
- ¿Qué?
“Desde la primera vez que lo mencionaste, sentí que había algo más que no
me estabas diciendo. Y ahora, por tu reacción, estoy seguro.
Ella baja la cabeza. Cuando me mira, veo dolor en sus ojos. - Es complicado.
– Suspiros. – Terminamos haciéndonos amigos. Siempre tuvo esa forma más
ligera, más juguetona, seguía coqueteando y yo lo tomaba a broma, hasta que
un día fuimos a un bar a celebrar un contrato, después del trabajo. Nos
emborrachamos y terminamos besándonos.
Fui a su casa y tuvimos sexo.

¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Fue tan malo? – Bromeo, pero ella no se ríe.
“Porque fue la mejor noche de mi vida. Entonces será lo peor. - Tomar una
respiración profunda. - A la mañana siguiente, me fui, él seguía durmiendo...
"No puedo creer que hayas hecho lo que hice..." interrumpo.

“No… dejé una nota. Tuve que irme porque tenía una reunión temprano y no
podía llegar tarde. Pero en la empresa, cuando nos conocimos, fingió que no
había pasado nada. Me trató incluso un poco más distante, me sentí como un
idiota. – Pausa – Por la noche, cuando el personal me llamó para el happy hour,
aunque no me gustaba mucho, decidí ir a relajarme. Pero para mi sorpresa,
Vinicius estaba ahí, besando a otra mujer. Luego los vi salir juntos del bar y me
pregunto adónde habrán ido. - Terminar de contar con los ojos llorosos.
- Tú estás enamorada.
- ¡Claro que no! – Limpiar el rabillo del ojo con los dedos. – Me sentí utilizada.
Fingió ser mi amigo, luego me insinuó hasta que tuvimos sexo, solo para fingir
que al día siguiente no pasó nada y aún así salir con otra persona. E incluso
tiene el descaro de preguntar por qué de repente soy raro. Estúpido.
"Dijiste que estabas borracho, ¿y si él realmente no recuerda?" – Intento

poner algo de claridad, por lo poco que he visto de Vinicius, no parece ser
ese tipo de hombre. - ¿Cuándo pasó eso?
— No me lo creo, es decir, estaba muy feliz, pero… – Se encoge de
hombros – Fue unos meses antes de que vinieras aquí.
"Amigo... deberías haber hablado conmigo". Sé que siempre quieres ser
fuerte, duro, pero no tienes que serlo todo el tiempo, ¿de acuerdo? Ella
trata de dar una pequeña sonrisa. “Sabes que siempre puedes contar
conmigo, ¿no? Y como tu mejor amigo, te daré un consejo, deberías hablar
con él. Si fingió que no recordaba, en realidad era un imbécil, y no se
merece la increíble mujer que eres, pero si hubiera alguna otra razón, ¿por
qué no querrías saberlo? Me mira pensativa, pero no responde. Poco
después, se despide diciendo que se va a dormir. Yo hago lo mismo
yendo a mi habitación. Beso la mejilla regordeta de mi princesa y me
acomodo en la cama.
Necesito descansar, pero todavía estoy un poco nervioso por lo de hoy.
También pienso en mi conversación con Bianca, ella siempre decía que no
quería encariñarse con nadie y ahora la veo enamorada. Espero que siga
mi consejo y hable con Vinícius.
CAPÍTULO 12
Toronjil
“Esta va a ser tu mesa. La computadora tiene un diario electrónico, que está

sincronizado con el del Sr. Prado. En el cajón está la carpeta con todos los teléfonos
importantes que puedas necesitar. Le gusta tenerlos a mano. – Rosa sigue explicando
todo lo que necesito saber. Ni bien llegué a la empresa, dejé a Julia en la guardería
y me dirigí al piso de presidencia, donde ya me esperaba Rosa. Vinicius la había
soltado por la mañana para que me explicara todo. — En este piso solo están las
habitaciones del señor Prado y del señor Nunes, entonces cuando alguien llega a
este piso es porque ya lo han dejado en la recepción principal. De lo contrario, te
llamarán.
Absorbo la mayor cantidad de información posible, con ganas de aprender todo y
no perder esta oportunidad. También hablamos un poco sobre nuestra vida personal.
Le digo que tengo una hija y ella me dice que está casada y tiene dos hijos un poco
mayores que yo.
La mañana pasa rápido, solo respondí algunas llamadas. A la hora del almuerzo,
Bianca pasa por mi mesa y me invita a almorzar. Voy rápidamente a la guardería
para ver cómo está Julia. Veo a través de la puerta que está jugando con otra niña,
que parece ser un poco mayor. Mi corazón está tranquilo, viéndola adaptarse bien.
Por la mañana, hizo un pequeño berrinche para quedarse.
— ¿Cómo es tu primer día? – Bianca pregunta cuándo

estamos sentados en una mesa en un restaurante cerca de la empresa.
— Estaba un poco nervioso al principio, pero luego fue suave. rosa y
un amor.
- Ella es. También necesito presentarte a las otras chicas, te gustarán. Siempre
tratamos de almorzar juntos, pero a veces es difícil que todos tomen el mismo tiempo.
El mesero se acerca y tomamos nuestros pedidos.

— Creo que lo que más anhelo es conocer al director ejecutivo.
— João Victor es tranquilo, seguro que le gustarás. - Dice tocando su celular y no
se da cuenta de mi cara de sorpresa.
Juan Victor.
El mismo nombre.
¿Lo será? – Por un momento considero esa posibilidad.
No.
Imposible.
Por supuesto que no es lo mismo. Sería demasiada coincidencia que me detuviera en la
empresa del padre de mi hija.
El mesero trae nuestros pedidos y comimos, charlando un poco.
Decido no hablar de lo que pensaba. no es el
Los días pasan volando, ya llevo una semana trabajando aquí y disfrutándolo
mucho. Logré aprender todo lo necesario, también conocí a las chicas de las que
hablaba Bianca. Susana y Carol, la primera es la recepcionista en el mismo piso que
el mío, Carol trabaja en finanzas. Me gustaron mucho, almorzamos juntos unos días y
también se nos unió Rosa.
También me acerqué a Vinícius, almorzamos el otro día, cuando Bianca no pudo.
Es divertido, me contó un poco sobre su vida y creo que podemos ser grandes amigos.
Incluso fue a la guardería a encontrarse con Júlia, que quedó encantada con el tío
Vini, como él mismo se hacía llamar, para desesperación de Bianca, que todavía
insiste en no hablarle.
Salgo de mis pensamientos con el sonido del ascensor. Acabo de regresar de
almorzar y no tuve tiempo de sentarme, cuando miro a una mujer
que se acerca. Debe ser alguien importante para que Susana no me haya llamado.
Cuando se detiene frente a mi escritorio, me mira de arriba abajo, altiva, como si
fuera insignificante.
— Quiero hablar con João Victor.
Grosero. Ni siquiera es una buena tarde. - Buenas
tardes señora. El señor Prado no está.
— Es señorita. Por ahora. - Entrecierra los ojos.
— Como te informé — recalco bien la última palabra — él no está.
Por supuesto que está aquí. ¿Qué clase de empleado eres que no sabe si el
jefe está o no? - Suspira, como si estuviera aburrido. – Mira, vine a sorprender a
mi prometido, así que si no quieres perder tu trabajo mejor no nos molestes. –
Dicho esto, camina hacia la oficina del señor Prado y entra, sin darme tiempo a
decir nada.
Ahora entiendo toda tu arrogancia, debes pensar en ser la prometida del jefe.
Bueno, Bianca me habló de ella, y por lo poco que vi, incluso siento un poco de
pena por él en este momento por tener que aguantarla, seguramente la debe amar
mucho.
Juan Victor
Cansado.
Así es como me siento ahora mismo. Llego a mi piso de la empresa y no veo a
la secretaria que contrató Vinícius. Miro el reloj en mi muñeca y veo que todavía
es la hora del almuerzo. Me dirijo a mi oficina, descarto mi maletín sobre la mesa y
me dirijo a la barra que mantengo en el lado derecho de la habitación. Necesito un
trago después de la semana que he bebido.
Tomo un sorbo de whisky y observo la vista a través de la ventana. Esta vista
siempre me ha encantado desde que era pequeño, cuando vine con mi padre. El
edificio de la empresa está ubicado frente a un parque arbolado, y siempre que
puedo trato de llegar temprano para correr alrededor. ES
libertador.
Respiracion profunda.
Últimamente me he estado sintiendo sofocado. Siempre corriendo de un lado a
otro, entre viajes y encuentros, me pregunto si es así como quiero seguir. Pero luego
recuerdo que esta empresa era lo que siempre quise, y amo lo que hago, pero ya no
sé si eso es suficiente para mí.
Pasé una semana en São Paulo, resolviendo problemas con una empresa que
quería contratarnos. Generalmente no trato con este tipo de negociación, pero como
es una empresa estadounidense muy importante, que está abriendo una sucursal en
Brasil, decidí ir yo mismo. Fue agotador, pero logramos resolver todos los detalles y
se convirtieron en mis nuevos clientes.
No puedo ser un hipócrita y quejarme, he logrado elevar aún más el estatus del
constructor desde que me convertí en CEO. Ahora también somos un referente
internacional y es muy gratificante tener este reconocimiento.
Es solo que, incluso con todo el éxito en el lado profesional, no puedo evitar
sentirme frustrado o tal vez, angustiado sería la mejor descripción.
Siento que falta algo, pero no estoy seguro de qué.
¡Mentir! – pienso en el mismo momento.
Sé lo que falta, o más bien quién falta. Ha pasado un tiempo desde que pensé en
ella. O me obligué a no pensar. Con tanto trabajo y tratando de hacerlo funcionar con
Lorena, traté de bloquear mis recuerdos. Sin embargo, durante el último mes, ella no
se ha ido de mis pensamientos y no entiendo por qué. Tal vez el fin de mi relación
sea la razón.
Mi celular suena en mi bolsillo. Descuelgo y veo que es Lorena llamándome.
De nuevo.
Bufo.
Hablé con ella antes de viajar y le dejé claro que nuestra relación ya no funcionaba,
pero no creo que se tomara en serio lo que le dije. Salimos durante seis meses y nos
conocimos en una fiesta en una empresa cliente, ella trabajaba como anfitriona. Noté
desde que llegué al lugar, sus miradas en mi dirección. Pensé que era hermosa, y
después de que terminó su trabajo la llamé para tomar una copa, hablamos y
terminamos en mi cama. Después de eso, intercambiamos números de teléfono y
comenzamos a salir.
No hice una solicitud formal para una cita, simplemente sucedió y cuando lo vi, ya
la estaba llevando a cenar a la casa de mis padres. Mi madre no la quería mucho y
pensé que eran los celos de su madre, un gran error.
Al principio, Lorena siempre fue amable y cariñosa, nunca la vi hacer nada que me
hiciera pensar lo contrario. Pero como dicen, mamá tiene un sexto sentido y, con el
tiempo, comenzó a mostrarse como otra persona. posesivo. Celoso.
controlador. Ya no era la Lorena de cuando la conocí.
Cada vez que podía, miraba mi celular, aparecía en los mismos lugares que yo,
diciendo que era una coincidencia. No me gustaban mis amigos, especialmente
de Vinicius, noté que ella estaba tratando de alejarme de él, y estas cosas
comenzaron a molestarme. Nunca se llevaron bien, lo que siempre fue motivo de
peleas entre ella y yo, pensé que era una broma tonta de los dos. Vinicius me lo
advirtió diciendo que estaba forzada, que era una persona para mí y una persona
completamente diferente para los demás.
Entonces comencé a notar mejor sus actitudes, especialmente cuando pensaba
que yo no estaba y no me gustaba lo que estaba descubriendo. Deteniéndome a
reflexionar, me doy cuenta de que nunca la conocí realmente.
No le gustaba hablar de sí misma, solo decía que era huérfana y que trabajaba
como recepcionista en eventos. Ni siquiera fui a su casa, como mucho la busqué en
la puerta del edificio, ella siempre se inventaba una excusa diciendo que la casa
estaba hecha un desastre.
Y nunca me importó hasta que junté todas las situaciones. El colmo fue lo que
ella me hizo.
Hace unas semanas, estaba en un almuerzo de negocios con un arquitecto,
cuando apareció Lorena y montó un escándalo, alegando que la estaba engañando.
La arquitecta estaba tan asustada y avergonzada que pronto se fue. Tuvimos una
gran pelea ese día, y dije lo que había estado pensando, que sería mejor que nos
separáramos. Ella, por supuesto, no lo aceptó, dijo que me amaba, que sería su
esposo.
Me asusté un poco con la convicción con la que hizo esa afirmación, nunca
hablamos de matrimonio, solo una vez, viendo una película, comentó que no quería
tener hijos, que no quería arruinar su cuerpo . Fue uno de los puntos en los que me
di cuenta de que nuestros pensamientos no coincidían, porque realmente quiero
tener hijos.
Hoy me doy cuenta que me asenté en la relación, ella estaba ahí, disponible, así
que dejé que sucediera. Supongo que tenía tantas ganas de dejar de pensar en
ella, que realmente no pensé a dónde iba. Que aparentemente fue mi error.
Rechazo tu llamada.
Desde el día que aclaré que terminé la relación, no la he vuelto a ver. Incluso
apareció en mi apartamento, pero no la dejé. Me siguió llamando y cuando contesté,
le dejé claro que no iba a cambiar de opinión. Después de ese día, no me volvió a
buscar.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho la puerta abrirse. Me doy la vuelta,
sorprendida e irritada de encontrar a Lorena allí.
- Hola mi amor... - Dijo acercándose, luego de cerrar la puerta. ¿Está por ahí?
se acerca lo suficiente para darme un beso.
— ¿Qué haces aquí Lorena? - dije, empujándola.

"Escuché que ya habías llegado y decidí venir aquí para
hablemos.
“No sé de qué más podemos hablar. Todo quedó claro.

— ¡No puedo creer que realmente estés tomando en serio esta idea de que
rompamos, João Victor! - Habla, poniéndose rojo. - ¡No acepto eso! Te amo y
quiero casarme contigo. Tengo planes y no voy a aceptar que me dejes así.
— No sé de dónde sacaste esa idea, Lorena. nunca te di

Entienda esto. No me casaré contigo.
Ella se ve furiosa ahora. Puedo ver en tus ojos lo mucho que estás tratando de
mantener controlado
"¿Es otra mujer?" ¿Quién es la puta?
—¡No tienes mujeres! – exclamo. – ¿No ves que somos diferentes? ¿Que
queremos cosas diferentes? "¿Es porque no me gustan tus amigos?" ¿O por qué
no quiero hijos?
Podemos llegar a un acuerdo, amor.
— Por favor, Lorena, no insistas. Eres una mujer hermosa, inteligente, seguro
que encontrarás a alguien que te ame y quiera las mismas cosas que tú.
“Aparentemente no soy lo suficientemente bueno para ti, ¿verdad? –

Pregunta con esputo.
Suspiro, cansado.
- No es eso. Simplemente no eres el indicado para mí, y yo tampoco lo soy.
su.
Lorena me mira con una expresión cerrada e indescifrable. Pensé que nuestra
situación estaba resuelta, pero no creo que se dé por vencida fácilmente.
— ¡Solo que no quiero a otro, te quiero a ti, João Victor! - Dice, acercándose. -
No me rendiré, lo tengo, ¡eres mío! - Me toma por sorpresa cuando pone sus
manos en mi rostro y acerca su boca a la mía, iniciando un beso.
Apenas tengo tiempo para poner mis manos en su cintura y apartarla, cuando
se abre la puerta de mi oficina. Giro la cabeza y no puedo creer lo que veo.
Vinicius está ahí, pero mi atención no está dirigida a él, sino a ella.
La mujer que pasó meses en mis pensamientos, y para ser honesto, que todavía
lo hace. Ella me mira con los ojos muy abiertos, tan sorprendida como yo.
CAPÍTULO 13
Toronjil
¡Maldición! ¡Qué mujer más insufrible!

Vino mirándome como si yo no fuera nadie. Lo que es hermoso, es snob.
Miro a la puerta una vez más. Estoy de pie, caminando de un lado a otro sin
saber qué hacer.
¿Está él ahí? - Pienso.
— ¡Hola Mel! – Ni siquiera noté que Vinícius se acercaba. - ¿Que cara es esa?
¿Sucedió algo?
— Hmm… ahí está la prometida del jefe… llegó diciendo que quería
sorprenderlo y no había tiempo para impedirle entrar. - Lo suelto todo de una vez
sin respirar. – Ni siquiera sabía que había llegado, ahora no sé si entrar o
quedarme aquí. No quiero perder mi trabajo.
- Cálmate... Respira. -Pon tus manos en mis hombros. “No perderás tu trabajo
por esto. Lorena es así, si se cree dueña del lugar. Ahora, novia?
— Así se presentó, como la futura señora Prado.

Vinicius suelta una carcajada.
“Creo que está delirando. Vamos para allá.
Se va, tirando de mí de la mano y entra sin llamar a la puerta.
Cuando entramos, creo que interrumpimos algo. Estaba a un lado, y cuando se da cuenta
de que tiene compañía, se da la vuelta.
¡No puede ser!
Abro mis ojos. ¡ES
EL! – Mi mente grita.
Juan Victor.
El padre de mi hija.
Siento que mi corazón se acelera, se siente como si pudiera salirse de mi boca en
cualquier momento.
Nos estábamos mirando el uno al otro. Sus ojos no dejan los míos, él también parece
sorprendido de verme. Paso las manos juntas con nerviosismo y las siento frías.
No puedo creer que João Victor esté aquí, frente a mí. Hago una inspección rápida de él y
veo que todavía es hermoso. Se ve más fuerte, está en un traje, lo que hace que todo el
conjunto sea tentador.
Y tus ojos... ¡Ah! Estos siguen siendo los mismos.
Intensos.
Analítica.
Como si tratara de descifrar lo que estoy pensando en este momento.
Pero también puedo ver algo más...
— Entonces, JV… – Vinicius nos saca de nuestra burbuja, yendo a saludar al
amigo. “Pensé que te ibas directo a casa.
— Tuve que dejar unos documentos aquí. – João Victor responde con
una voz ronca.
"¿Estamos interfiriendo con algo?" – pregunta Vinicius, intercalando
la mirada entre él y Lorena. – Mel dijo que tu prometida estaba aquí.
no me muevo Se siente como si mis pies estuvieran pegados al suelo. João Victor frunce
el ceño y mira a Lorena.
- ¿Prometida? Creo que Lorena se confundió. Ya no estamos juntos.
Espero que todo esté claro ahora. - Respondió dándole una mirada fría.
No sé qué pasó, pero seguro que no quería estar en su lugar.
en ese momento.
Se ve enojada, como si estuviera nerviosa. Abre la boca para decir algo, pero cambia de
opinión. Me lanza una mirada que no entiendo y responde, mirando a João Victor.
- ¡Eso no va a quedar así! No sabes con quién estás tratando. - Dice,

provocándome un escalofrío.
"¡Finalmente has llegado a tus sentidos!" – dice Vinicius después de que ella se marcha
dando un portazo. Se dirige a João Victor dándole un abrazo. - Estás teniendo un
lanzamiento mi amigo. Pero después de que hablamos, ahora quiero presentarte a tu nueva
secretaria, Melissa.
Él me mira.
Y recién ahora me doy cuenta, él es mi jefe. ¡Cielos!
— Hola Melisa. Se acerca y extiende su mano.
¡Di algo Melisa!
“H-hola. - tartamudeo, encajando mi mano en la suya. Siento un shock cuando nuestras
manos se tocan, y un aleteo en mi estómago. Puedo apostar que mis mejillas están rojas.
"Bueno, los dejaré solos para que se conozcan". un trago despues

¿JV? – dice Vinicius, ajeno a la tensión.
- Claro.
Vinicius se va, dejándonos solos. Mi mente me dice que me escape, agarre a mi hija y
me acurruque con ella, pero al mismo tiempo mi corazón, que late rápido, me dice que me
quede y enfrente al hombre que nunca he olvidado.
CAPÍTULO 14
Juan Victor
Finalmente estamos solos.
Cuando la vi parada en mi oficina, pensé que era un espejismo.
Una encarnación de mis deseos. Pasé semanas, meses pensando en ella, y al mismo
tiempo tratando de hacerme pensar que era solo una más.
No fue.
Mirándolo ahora estoy seguro de ello. He conocido a muchas mujeres y me he
conectado con muchas otras, pero ninguna me ha sacudido como ella. No sé qué
hechizo me lanzó, pero desde que la vi en ese club, no he podido conectarme con
otra mujer. Y lo intenté, lo intenté con todas mis fuerzas para sacarlo de mi sistema,
pero finalmente me di por vencido.
Seguíamos mirándonos, estudiándonos, tratando de adivinar el próximo movimiento
del otro. Ella es aún más hermosa. Su cabello suelto luce más claro, lleva puesto un
vestido azul que acentúa sus curvas, sus senos lucen más grandes. Su imagen en mi
cabeza no hace justicia a lo que estoy viendo, pero no solo eso, veo un brillo diferente
en sus ojos.
“Nunca esperé encontrarte aquí. – Decido tomar la iniciativa, ya que ninguno de los
dos parece saber muy bien qué hacer o decir. Me tomó un tiempo asimilar que ella
era la secretaria que contrató Vinicius.
¿Qué posibilidades hay de que la mujer con la que solo he estado una vez,
pero que no se ha ido de mis pensamientos, sea mi secretaria? - Reflejo en el
pensamiento.
- Mucho menos yo. Nunca imaginé que mi jefe serías tú. Puedo sentir el
nerviosismo en tus palabras. 'Espero que no tengas ningún problema… porque
ya nos conocemos.'
— No te preocupes, confío en la elección de Vinicius. Y en cuanto a
conocernos, creo que es una ventaja. - Yo sonrío.
No pensé que recordarías mi nombre. Abre un poco los ojos y sus mejillas se
tiñen de rosa.
Me acerco unos pasos.
“Nunca olvidé tu nombre, Melissa. No de ti. - Yo confieso.
Ella me mira tratando de saber si mis palabras son ciertas. Cuando parece
encontrar la respuesta, también confiesa: — Yo tampoco. Tampoco podía.
No entiendo muy bien la última frase, pero no pierdo el tiempo tratando de

analizarla, doy otro paso, y ahora estamos cara a cara. Puedo sentir su aliento
golpeando mi boca, su pecho subiendo y bajando rápidamente. Ella no me es
indiferente. Y me vuelve loco.
Levanto la mano y toco su mejilla, nuestros ojos aún están juntos.
otro.
“No puedo creer que estés aquí, frente a mí. Dije suavemente, como si ella
pudiera desaparecer en cualquier momento. Desvío mi mirada a su boca. - No
sabes cuánto deseo besarte ahora mismo.
Cierra los ojos, absorbiendo mis palabras. Cuando los abre, parece decidida.
Sus manos van a mi cara tirando de ella hacia abajo, sus labios tocan los míos.
No reacciono ni un segundo, porque en ese momento, tomo la dirección del beso.
Coloco mis manos en su cintura, atrayéndola hacia mí.
No es un beso ligero, es voraz, caliente. Como si tuviéramos sed, y solo

encontraríamos agua en la boca del otro. Mi lengua pide paso, y ella corresponde,
chupándola. Muerdo su labio inferior, ella gime.
Nuestro beso es exigente. Es nostalgia. Querer decir todo y nada al mismo
tiempo.
Levanto una mano, rozando su pecho. Mi miembro ya está duro, y sé que lo
siente apretado en su vientre. Puedo apostar que si toco tu
coño, ella estará empapada. Muevo mis labios por su cuello, dando pequeños
chupetones y ella se retuerce en mis brazos.
“Quiero tanto sentirte, Melissa…” le susurro al oído.
Parece despertarla, porque siento que se pone rígida y se aleja lentamente.

Extraño tu calor al instante.
"Eso no debería haber pasado... Lo siento... Dios mío..." Pasa sus manos
por la cara avergonzada. - Tienes novia.
“Oye…” Tomo su mano. Definitivamente no puedo dejar de jugarlo. –
Ambos lo queríamos. Y no tengo a nadie.
"Usted es mi jefe. No debimos besarnos, no quiero complicar las cosas.
Yo entiendo. Pero no dejaré que use eso como excusa para irse, no cuando
está aquí, tan cerca de mí, no cuando está claro que ambos queremos lo
mismo. Y después de ese beso, es como si me hubieran puesto una pieza,
pero sé que debo tomármelo con calma para no asustarla.
- Todo bien. Si así lo quieres.
Ella se sobresalta por mis palabras, y veo un destello de decepción cruzar
su mirada. Cuando ella tiene su mano en la manija de la puerta, la llamo y le
hablo, dejándole claro:
“Esto no ha terminado todavía.
Y es verdad. En todo en mi vida, cuando decido algo, lo tomo muy en serio.
Y ahora no será diferente, ya me di por vencida con ella una vez y no me
rendiré de nuevo. Más aún, cuando estoy seguro de que el sentimiento es
recíproco.
“¡No puedo creer lo que me estás diciendo JV! – Vinicius y yo estamos en

un bar al que solemos ir. Le conté todo sobre mi reunión con Melissa. - Bueno,
sentí un ambiente diferente entre ustedes.
— Bueno, créeme, amigo. – digo con una sonrisa. - Esta vez
No dejaré que se escape.
- ¡Mierda! Eso hace un libro. Recuerdo cómo eras en ese momento, no
podía dejar de pensar en ella, pero no quería rendirme. le dijiste
¿Quién fue tras ella?

— No… — Recuerdo ese momento. Después de un mes, volví a esa ciudad con la
esperanza de volver a encontrarla. Lo que no pasó. Incluso siendo un pueblo de campo,
donde pensamos que todo el mundo se conoce, no era tan así. Me alojé en el mismo
hotel y caminé unos días buscándolo. Pero solo tenía su nombre y descripción, lo que
se convirtió en una tarea imposible. No era mi intención asustarte.
— ¿Cómo besarla apenas se encuentran, por ejemplo? - dice riendo.

“Ella tomó la iniciativa. Lo que no significa que no lo tomaré la próxima vez.
“Estoy feliz por ti hermano. Aunque sé poco sobre Melissa, ya puedo decir que es
una gran persona. - Toma un trago de cerveza. - Cuando me dijiste que habías roto con
Lorena, me sentí aliviado.
Y después de hoy, estoy seguro de que fue la mejor decisión. Pero te daré un consejo,
échale un ojo, porque la forma en que te hablaba y te miraba no era normal. Creo que
ella está tramando algo.
“A mí tampoco me gustó. Pero no creo que ella vaya a hacer nada. Ahora, cambiando
de tema, ¿cómo están las cosas por aquí? ¿Ya te llevaste bien con Bianca?
“De todos modos, mi amigo. No sé qué pasó para que ella me tratara así. – se ve
realmente confundido. Estoy seguro de que mi amigo está muy enamorado de ella. –
Ah… ¿sabías que ella y Mel son mejores amigas?
Estoy sorprendido. No esperaba eso. La mejor amiga de Mel lleva mucho tiempo
trabajando para mí, empezó como becaria y fue creciendo, siempre escucho cosas
buenas de ella, pero no tenemos mucho contacto. Sabía que ella no era de aquí, pero
nunca le pregunté de qué ciudad era, y todo este tiempo, si hubiéramos hablado, tal
vez hubiera dado con el nombre de la mujer que me desvelaba.
Continuamos hablando hasta que decidí llamarlo una noche.

Necesito irme a casa, descansar del viaje, del largo día que he tenido.
Y sobre todo, necesito pensar en mis próximos pasos. Sé que tengo que tomármelo
con calma con Melissa. Conquistarla poco a poco, demostrar que la quiero como nunca
quise a otra.
Porque sí, lo quiero. Siempre quise.
Más tarde, mientras apoyo la cabeza en la almohada, pensando en el día de hoy, me
pregunto si estoy soñando. queria tanto encontrarla
que ahora parece que no es real, que todo era solo un sueño en mi mente.
Solo pensar que a partir de mañana podré verla todos los días me pone
eufórico. No puedo evitar pensar que el destino me está dando una
segunda oportunidad, y no voy a pensar dos veces antes de aprovecharla.
Porque no tenerlo ya no es una opción.
CAPÍTULO 15
Toronjil
¡Nos besamos!
Toco mis labios con la punta de mis dedos y cierro los ojos recordando.
Cuando João Victor dijo que quería besarme, no pensé en otra cosa, solo actué.
Nuestro beso fue uno de reconocimiento. Como si nuestras bocas nunca

debieran estar separadas. Sus manos eran como carbones sobre mi piel. No
podía pensar con claridad. Era como si volviera a la primera vez que nos
besamos. Todas esas sensaciones volvieron con aún más fuerza.
Sus labios sabían mejor de lo que recordaba. Yo quería

huir sintiendo la necesidad de quedarse.
E incluso debajo del vestido, sentí su polla dura. Cuando susurró que quería
sentirme, salí de mi trance. No somos dos personas comunes que se están
conociendo ahora, tenemos una historia, una de la que todavía no sabe todo.
No podía dejarme ir, a pesar de que quería cada toque y beso.
Cuando aceptó mis palabras sin responder, me sentí un poco

decepcionado. Contradictorio, lo sé...
Pasé el resto del día en mi escritorio, esperando que no me necesitara, no sé

si tendría el coraje de enfrentarlo nuevamente en tan poco tiempo. Cuando me
dieron la hora de salida, recogí a mi hija y me fui.
¡Dios mio!
No es solo mi jefe, es el padre de mi hija. El que nunca se fue de mis
pensamientos, y que en el fondo tenía la esperanza de algún día conocerlo.
¿Qué juego del destino es este?

¿Cuáles son las posibilidades de encontrarnos en estas condiciones, después de años?
¿Cómo saber que nuestra única noche juntos tuvo una consecuencia?
¿Qué pensará João Victor?
No sé qué hacer.
Estás soñando despierta otra vez. - Bianca me da un codazo, sentándose a
mi lado en el sofá. Cuando llegó, le conté todo lo que había pasado. Ella se
sorprendió, quien hubiera dicho que su jefe era el mismo hombre que tanto
hemos estado buscando. — Todavía no puedo creer que no junté las piezas y
descubrí que mi jefe y el tuyo João Victor eran la misma persona.
“No tenías forma de saberlo, amigo. Solo lo veías de espaldas y yo siempre
Lo llamé Víctor.
“Sí… pero debería haber pensado en esa posibilidad. Vinicius
Yo también estaba en el club ese día. - Cuenta cerrando los ojos.
- ¿Como asi? Que no me dijiste.
- Lo sé, lo siento. Recuerda que te dije que un idiota tenia
derramó una bebida en mi vestido y me la tiró encima? Fue el.
Abro los ojos con sorpresa.
- Wow... Entonces lo tuyo viene de esa época, aún sin conocerse realmente.
Sigue siendo el mismo idiota, te lo aseguro. - Voltear los ojos. –

Pero ahora, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a decirle que tiene una hija?
“No sé cómo actuar ahora, Bianca. ¿Cómo voy a ser tu secretaria? Y como
¿Debo mencionar que en nuestra única noche juntos tuvimos una hija?
— Tranquilo, amigo... vamos por partes. En cuanto a tu trabajo, actuarás con
normalidad. Ahora en relación a Jú es más complicado, no será fácil de contar.
Puedes esperar un rato, hasta que te sientas más seguro. – Pausa – Pero por lo
que me dijiste, os entendisteis muy bien. - Sonreír.
- No comienza...
- Solo hay una cosa, amigo. ¿Vinícius sabe de Júlia, y si habla con João Victor?
- ¡Dios mio! No había pensado en eso. - Me levanto y camino hacia un lado.

Para el otro. – ¿Y si te rechaza?
— ¿Quién rechazaría tu mini copia? – Responde con cara de indignado. – En
cuanto a Vinicius, esperemos que no diga nada antes de que estés listo.
Suspiro y vuelvo a sentarme a su lado.

Ahora cuéntame sobre el beso. - Pregunte emocionado.
“¡Fue tan bueno, amigo! Parecía que había millones de mariposas en el
mi vientre. Simplemente no entendí la parte de la novia que ya no es una novia.
“No te dejes llevar por eso. Ya dijo que se acabó, así que nada.
para poner obstáculos, ¿eh?! - Dice, arqueando una ceja.
— No pongo nada, porque no va a pasar nada. Solo quiero conocer mejor al padre
de mi hija y asegurarme de que sea una buena persona.
"Te estás engañando a ti mismo, amigo…" Sonreí de lado. - Bueno, tendrás la

resto de la noche para preparar.
Voy al dormitorio y me acuesto junto a mi hija. Solo necesito sentir tu
oler. Acaricio su cabello, pensando en lo que dijo Bianca.
Sí, necesito prepararme para volver a encontrarme cara a cara con él. João Victor
dijo que no había terminado, signifique lo que signifique. Y desde que lo vi, en esa
oficina, se abrieron todos los sentimientos que estaban guardados en una caja. Lo
deseé. Yo lo queria. Incluso más que la primera vez.
Estaba celosa de verlo con Lorena, aunque no tenía ningún derecho sobre él, y
poco después, aliviada de saber que ya no estaban juntos. Con él, siento una montaña
rusa de emociones. Me siento vivo, como si pudiera tocar el mundo. No quiero
nombrar todavía lo que estoy sintiendo, pero ya he decidido que no voy a huir. Fui un
cobarde una vez, no lo volveré a ser.
Y en cuanto a nuestra hija, esperaré un poco más para decírtelo, necesito saber quién
es el verdadero João Victor sin la niebla de sentimientos que estoy sintiendo.
CAPÍTULO 16
Toronjil
Me despierto temprano a la mañana siguiente. Sorprendentemente, logré dormir

bien, pero mientras me preparaba, mis pensamientos volaron hacia él. No me gusta no
tener el control de la situación, no saber qué esperar. Sigo creando mil teorías en mi
cabeza y solo puedo ponerme más ansioso.
Dejo mis pensamientos a un lado cuando el ascensor llega a mi piso.
Saludo a Susana y me dirijo a mi mesa. Miro la puerta de Víctor, pero está cerrada.
Me instalo y me pongo a trabajar. Un poco más de media hora después, escucho

pasos que vienen hacia mí. Miro y es él. Lleva un traje gris hoy, necesito hacer una nota
mental para acostumbrarme a verlo así y no querer saltar sobre él.
¡ENFOQUE!
- Buenos días Melisa. Por favor, ven a mi habitación para que podamos pasar el
calendario. – dice, de manera formal.
- Si claro. “No sé cómo no tartamudeé.
Me levanto, recojo la tableta y respiro hondo.
¡Si Melissa enfoca!
Llamo a la puerta y me deja entrar. Ya está sentado en su silla, concentrado en la
pantalla de la computadora. Me arreglo mejor en tu cuarto. ¿Está por ahí?
Es grande, mucho más grande que la de Vinicius, tiene una puerta a la izquierda,
un sofá de cuero, una mesa de café y algunas sillas, además de una pequeña
barra. Su escritorio está ordenado, tiene un marco con una pareja mayor que
supongo que son sus padres. Sonrío cuando veo un bote de chocolates al lado
de la computadora. Nuestra hija ciertamente heredó eso de él.
- Puedessentarte. Me imagino que debo tener muchas reuniones programadas.
– Envía señales contradictorias, su mirada transmite calor cuando me mira, pero
su voz es fría.
“Sí, hoy hay uno a las dos y otro a las seis.
Unos quince minutos después, salgo de su oficina sin saber qué pensar.
No habló del beso de ayer y confieso que me lo imaginé diciendo algo, todo lo
contrario. Tampoco hizo ningún movimiento hacia mí. No sé si estar aliviado o
decepcionado.
¡Decepcionado!
Resoplé y volví al trabajo. Lo dejaré para pensar en eso más tarde.
Juan Victor
Cuando Melissa sale de mi habitación, dejo escapar un largo suspiro. Necesité

todo mi autocontrol para no acercarme a ella y besarla. Pasé la noche anterior
pensando en formas de acercarnos, y he llegado a la conclusión de que tengo
que darle espacio para que me conozca, para que sepa quién soy. Entonces,
eso es lo que voy a hacer.
Paso el día con mucho trabajo. Estar una semana sin venir a la empresa es
acumular problemas. Incluso trabajando de forma remota, siempre hay problemas
que resolver en persona.
Me quedo en la empresa hasta las nueve de la noche tratando de hacer todo
el trabajo que puedo. Vinícius pasó rápidamente por mi habitación y se fue, al
igual que Melissa.
Cuando llego a casa por la noche, solo me ducho, me como un sándwich y me
acuesto.
**
- ¡Víctor! – Me estoy concentrando en un proyecto, que no noté cuando Melissa

entró en mi oficina. Lleva en la mano un paquete de
restaurante.
- Hola, lo siento. Estaba distraido.
- Yo imaginé. Ya pasó la hora del almuerzo y todavía no has comido.

Entonces, ordené algo para ti.
Mi corazón se calienta con tu gesto. Han pasado dos semanas desde nuestro beso
y puedo decir que nuestra relación ha evolucionado. Hemos hablado más y la siento
más abierta conmigo. Ella contó un poco sobre sus padres, su graduación. Por otro
lado, también conté algunas cosas sobre mí. Todavía no he intentado acercarme, no
porque no quiera, porque con solo mirarla es imposible no querer besarla, sino porque
creo que todavía es un poco reticente, no sé qué. .
— Gracias Mel. Ni siquiera vi pasar el tiempo.

No sabía que tenía hambre hasta que olí la deliciosa pasta frente a mí.
- ¿Usted ha almorzado? siéntate

- Ya si. Solo vine a traer el almuerzo, tengo algunas llamadas que hacer. Ella mira
el bote de chocolates y toma uno.
sonreír. Esta ha sido nuestra rutina desde hace unos días. Después del almuerzo ella
siempre viene a mi habitación y se lleva un chocolate.
**
Los días pasaron rápido y cuando lo vi había pasado un mes.

En ese tiempo nos acercamos, pero también era un tormento verla todos los días y no
poder tocarla como me gustaría.
- Listo. Este es el último. – Melissa trajo unos papeles que
necesitaba mi firma.
"¿Vas a cenar conmigo hoy?" – pregunto, terminando de firmar, y la miro. Ella está
de pie allí, con los ojos muy abiertos, seguro que no esperaba esta pregunta. Yo, en
cambio, he dado suficiente espacio, ha llegado el momento de actuar.
- ¿Cena?
Me levanto y doy unos pasos más cerca.
“Sí, solo una cena, Mel.
“¿Por qué quieres cenar conmigo? - Pregunta.
“Porque me conoces lo suficiente como para saber que te deseo.
Al igual que creo que tú también me quieres. No huiré, ¿y tú?
“Mientras hablo, me estoy acercando. Mis manos se envuelven alrededor de su cintura
y la atraigo hacia mí, provocando que un gemido escape de sus labios. Sus manos
aterrizan en mi pecho. Ella mantiene su mirada en la mía y veo el deseo reflejado en
ellos.
Acerca su boca a la mía y dice cerca de ella: “No.

Ya no corro más, Víctor.
Y eso es suficiente para perderme en tus labios. Nuestros idiomas se encuentran.
Sin romper el beso, empujo su cuerpo hasta que está contra la pared.
Agarro su trasero y la levanto, haciéndola cruzar las piernas sobre mi cintura.
Libero su boca y paso mis labios por su cuello y hacia abajo hasta que llego a la
parte superior de su pecho.
Melissa gime y se retuerce.
"Víctor..."
"Me encanta cuando me llamas así..."
Incluso vestida, presiono mi polla contra su entrada y ella se frota más contra
mí.
“Eso… roza contra mí… Quiero verte correrte así, Mel…” Vuelvo a atacar sus
labios. Sus manos tiran de mi cabello exigiendo más. Ella se retuerce y se retuerce.
Sé el momento exacto en que se corre y me trago todos sus gemidos. Mi polla
está dura en mi ropa interior, estoy seguro de que necesitaré hacer mis necesidades
en el baño más tarde.
Inclino nuestras frentes, nuestras respiraciones se aceleran.
"¿Te gustaría cenar conmigo hoy?" – repito la pregunta en un susurro.
ella me mira
- Aceptado. - Hablas con sencillez, y mi sonrisa es amplia.
CAPÍTULO 17
Toronjil
"¿Estás seguro de que este vestido está bien?" – pregunto, indeciso.

— ¡Por millonésima vez, te ves hermosa Mel! Definitivamente lo hará más fácil
vida de jefe. – dice Bianca riendo.
Pongo los ojos en blanco y la ignoro.
Estamos en mi habitación y estoy casi lista para cenar con Víctor.
Después de besarnos en su sala de estar, volví a mi escritorio y me quedé con una
sonrisa por el resto del día. ¡Que locura!
No esperaba que me invitara a cenar hoy. En el último mes, no ha tratado de acercarse
a él más que conversaciones, y entendí que me estaba dando espacio, dándome la
oportunidad de conocerlo. Y así lo hice. Conocí tu lado comercial, tu lado divertido, tu
lado familiar cuando dijiste que ibas a almorzar con tus padres todos los domingos.
También hablé un poco de mí, pero siempre tengo mala conciencia por no contarte lo
más importante.
Nuestra hija.
Es tan natural en mi mente decir nuestra hija, y he ensayado varias veces para
decírselo, pero algo me bloquea. En el fondo creo que tengo cierto miedo, nunca
hablábamos de niños. Cuando João Víctor
Dije que no me iba a escapar, desafiándome a lo mismo, decidí tirarme. ambos

sentimos. Ambos queremos. No sirve de nada negarlo.
— Mamá, yo también quiero ir. – Julia está sentada en la cama, de mal humor.
Me siento a su lado y la atraigo hacia mi regazo.
— Hija, es una cena de adultos. Pero te prometo que mañana será solo
tú y yo. - Beso tu carita.
- Jú, deja salir a mami y vamos a hacer una pijamada y a comer
mucho chocolate.
"Ehh..." Ella se ilumina instantáneamente, saltando de mi regazo y arrojándose
Blanca.
Le doy una mirada de desaprobación.
“Sin damas de chocolate.
Se miran y sonríen en cómplices.
Mi celular suena con un mensaje. Lo recojo y veo que Víctor ya ha llegado.
Me levanto de un salto y me pongo las sandalias. Llevo un vestido rosa claro que me
llega a la mitad del muslo, con encaje en las mangas. Tomo mi bolso y me despido de
ellos.
— Pórtate bien, hija, dentro de un ratito estará mamá. Te amo. - les dejo un
beso en tu mejilla regordeta.
— Está bien mamá. Te amo.
sonreír.
"Amigo, no te prives. No tengas miedo de lo que pueda pasar. Disfruta la cena.
Como Joao Víctor. – Bianca me habla al oído mientras me abraza.
Llego a la puerta del edificio y lo veo apoyado contra la puerta del auto.
Guau... Es precioso. Con jeans, camisa de vestir negra y una chaqueta.
- ¡Estás linda! Dice, mirándome de arriba abajo y dándome un beso cuando estoy lo
suficientemente cerca.
“Te ves hermosa también.
Nos montamos en el coche y nos dirigimos al restaurante. En el camino, vamos a
charlando bromas sobre nuestros gustos musicales.
Nos detenemos frente al restaurante, João Victor baja y le entrega la llave al valet,
luego viene a abrirme la puerta. El restaurante que eligió es italiano y destila lujo.
— Buenas noches, señor Prado, señora. – La recepcionista nos guía a la mesa

reservada, João Victor tira de mi silla, como un caballero. -O
el camarero vendrá a servirle.

Ella se va y pronto se acerca el mesero, decidimos hacer nuestros pedidos pronto. El pide
raviolis de camarones y yo pido ñoquis de ricotta con salsa blanca.
- ¿Te gustaría algo de vino? - Pregunta.

— Solo acepto una copa, soy un poco débil con las bebidas.
Ordena y el mesero se va.
- ¿Que pasó? Víctor me mira con una sonrisa torcida.
“Se siente como un sueño para ti estar aquí, frente a mí. - El pone su
pasa la mía sobre la mesa y la acaricia con el pulgar.
- No es. - Yo sonrío. Y si lo es, por favor no me despiertes. "¿Es
extraño pensar que es como si te hubiera conocido toda mi vida?"
“No lo creo, yo siento lo mismo.
Llegan nuestras bebidas.
Dime algo sobre ti que yo no sepa. – pregunta, llevándose el vaso a la boca.
Tengo una hija y ah... ¡también es tuya! – Pienso, pero respondo: – Siempre quise
tener un perro.
"¿Y por qué nunca lo tuve?"
— Mis padres trabajaban mucho y yo siempre estaba con ellos ayudando
tú. Entonces no tendría tiempo libre para darles la atención que necesitaban.
“Cuando era niño tuve uno, Luck. Recuerdo que me encantaba pasar horas jugando con
él, cuando era adolescente ya era muy mayor y nos dejó. Después de eso no quería otro,
creo que estaba un poco traumatizado, sentí mucho su pérdida.
- Lo siento mucho.
Nuestro momento se interrumpe cuando llegan nuestros pedidos.
— Hmm... ¡esta comida es deliciosa! – digo, mientras me llevo otro bocado a la boca.
“Recuerdo que dijiste que te encantaba la comida italiana, y este es uno de mis restaurantes
favoritos. Alegro que te haya gustado.
sonreír. Así que es difícil no enamorarse.
Nuestra cena transcurre sin problemas, pero en cierto momento de la noche, siento un
escalofrío en la piel, una sensación extraña, como si me estuvieran observando, miro a mi
alrededor, pero no veo a nadie.
- ¿Todo bien? – pregunta frunciendo el ceño.
Digo que sí y sigo hablando, soltando ese sentimiento.
¿Tus padres no están pensando en mudarse aquí? tu estas aqui y yo

Recuerdo que dijiste que sois muy unidos, ¿no?
- ¡Sí mucho! Pero no sé si venderían el restaurante, les gusta mucho.
"¿Y volverías?"
- No en este momento. Quiero decir, amo ese lugar y tengo muchos
recuerdos, pero ahora mismo, creo que pertenezco aquí.
"Me alivia escuchar eso, pero tampoco me molestaría.
ve allí. – dice con una sonrisa.
- ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
- Claro.
— ¿Por qué rompieron Lorena y tú? Ella dijo que te ibas a casar.
“Honestamente, no sé por qué dijo eso. – Resoplar. - Nuestra relación no iba
bien, yo ya estaba deseando terminarla. En resumen, ella era una persona al
principio y resultó ser otra persona al final, además de tener algunas situaciones
de las que ni siquiera vale la pena hablar. Ella también me mintió, escondió
cosas, y odio las mentiras o las omisiones, para mí una es tan mala como la
otra. En mi opinión, la omisión es solo una forma diferente que la gente suele
usar para disfrazar la mentira.
Mi corazón se congela con tu discurso. Estoy haciendo lo mismo, ¿no?
Omitir información que cambiará tu vida.
Después de eso todo pasa como un borrón, no siento el tiempo pasar,
cuando veo que el mesero pregunta si queremos postre. Hemos decidido no
hacerlo, y él va a recibir la factura. Con todo listo, nos dirigimos al coche.
“Me encantó nuestra noche. – dice João Victor, cuando aparca el coche un
un poco más lejos de la entrada al edificio.
- Yo también. Me quito el cinturón y lo enfrento.
Lleva sus manos a mi cara y su boca roza la mía.
“Quería besarte toda la noche. - Confesar.
"¿Por qué no te besaste?"
Él sonríe antes de estrellar su boca contra la mía. Es un beso caliente, tu
lengua domina la mia. Víctor tira de mí por la cintura y estoy sentada rápidamente
en su regazo. Mueve el asiento hacia atrás para acomodarme mejor. Llevo mis
manos debajo de su camisa, necesitando tocarlo. Sus manos suben por mi
muslo y enrollan mi vestido alrededor de mi cintura. Víctor me toca a través de
mis bragas y lo siento duro debajo de mí.
“Eres tan buena Mel… y siempre estás lista para mí. - Él

Empuja sus bragas a un lado y mete un dedo en mi entrada.
— Hmm… Víctor… — Muevo en su mano. Su boca va a mi pecho ya descubierto,
lame y chupa el pezón hinchado. - Víctor, por favor...
"Lo sé... te lo daré, mi hermosa..." Se aparta solo para abrir la puerta.

pantalones y sacar la polla de su ropa interior. Me posiciona y me penetra de inmediato.
“Ahh…” gimo, arqueando mi espalda.
“Maldita sea… ¡eso es realmente bueno! Eres el paraíso cariño.
Empezamos a movernos juntos, en sincronía. El entra fuerte
yo, y subo y bajo columpiándome.
"Joder…" jadea.
Víctor va más y más profundo, más y más fuerte. Nuestras bocas se buscan. Es
intenso y estamos al límite.
"Me voy a correr, Víctor..."
- Deja Mel...
Mirándolo a los ojos me corro, y al mismo tiempo, él también tiene un orgasmo diciendo
mi nombre.
— Melisa...
Estamos desacelerando lentamente. Descanso mi cabeza en el hueco de su cuello
mientras pasa sus manos por mi espalda.
"Eso fue una locura. ¿Y si alguien nos viera? – pregunto mirando alrededor, porque
recién ahora me doy cuenta de dónde estamos. Veo que las ventanillas del coche están
empañadas.
- No se preocupe. Nadie puede vernos desde afuera y no tienen
nadie en la calle. Nunca te expondría así.
Joao Victor me da un besito y me pregunta: —
¿Pasarás la noche conmigo? No estoy listo para dejarte todavía.
Mi corazón se aprieta, es lo que más deseaba, pero no puedo. Yo no
Ni siquiera debería haber tenido sexo con él sin decir la verdad.
- Perdon no puedo. - Me mira un poco desilusionado. – Tengo una cita mañana por la
mañana con Bianca. - Dije una verdad a medias.
- ¿Mañana entonces? Duerme en mi casa. Podemos pedir algo para comer y quedarnos
allí.
No se rendirá y no sé si tengo fuerzas para negarlo.
“Te prometo que haré todo lo posible para pasar la noche contigo. –
Decido irme por la tangente.
Me bajo de él y siento su líquido correr por mi muslo. Olvidamos el condón.
- Lo siento mucho. Me olvidé por completo del condón. - Hablar con el

ojos muy abiertos. – Estoy limpio, nunca tengo sexo sin condón.
“También estoy limpio y con medicación. - sonrío para tranquilizarlo.
Dejo un casto beso en sus labios y me despido.
Te espero mañana. Buenas noches Mel.
— Buenas noches, Víctor. Salgo del coche y me dirijo al interior del edificio.
sentirse feliz y satisfecho.
CAPÍTULO 18
Juan Victor
Estoy trabajando en la oficina de mi casa cuando escucho el timbre de la

puerta. Estaba tan absorto que olvidé que había pedido el almuerzo. Tengo
dos personas que trabajan para mí, una viene una vez a la semana a limpiar
y la otra tres veces a la semana a cocinar y mantener la casa ordenada. Hoy,
como me da pereza descongelar algo, preferí ordenar.
Aparte del hecho de que esperaba con ansias la llegada de Melissa por la
noche. Llamé por la mañana para ver cómo estaba y si podía recogerla más
tarde, pero dijo que prefería encontrarme aquí y me pidió mi dirección. Ahora
me veo como una adolescente con las hormonas al rojo vivo, esperando que
el día pase rápido. Abro la puerta y encuentro a Vinícius con mi pedido en la
mano.
“Espero que hayas pedido más comida.
"Según recuerdo, no te invité". – Tiene entrada libre a mi edificio. –
¿Encontraste la entrega abajo?
“Outch…” Se lleva las manos al corazón. – Entonces me lastimaste JV. Y
sí, llegué en el momento en que el portero iba a liberar la entrada e hice el
favor de pagar, entonces, técnicamente, es mi comida, ya que la pagué.
“Por suerte para ti, siempre pido más comida. - Hablo, mientras vamos a la cocina.
Pido dos cervezas y nos acomodamos en la mesa.
— ¿Cómo fue ayer con Mel?
- Fue increible. Ella es increíble. - Yo sonrío.
“¡Amigo, estás enamorado! – exclama.
Yo no. Realmente lo soy y no soy el tipo de hombre que lo niega hasta el último
momento. Me enamoré de ella desde que la vi en ese club, y el sentimiento ha estado
latente todo este tiempo. No pensé que la volvería a ver, pero el destino así lo quiso, y
no voy a huir de este sentimiento que parece crecer cada vez más. No dejaré que se
me escape esta segunda oportunidad de tenerlo.
"No lo negaste...", dice.

“No quiero negarlo. - Admitir.
Él levanta su cerveza en un brindis y yo hago lo mismo.
"¡Que seas feliz hermano!" - dice y hace una pausa. - Y déjame ser el
padrino de boda. Y de niños. - Ríete al final.
Cerramos nuestras cervezas y nos reímos con él.
"Sabes que va a tener que ser recíproco, ¿verdad?" También seré tu padrino.
Abre mucho los ojos y busca un trozo de madera para tocar, pero no lo encuentra.
- Aparta la boca JV, todavía va a ser mucho tiempo.
Sonrío y pienso que tal vez no.
Vinicius se marcha a última hora de la tarde. Decido tomar una ducha para esperar
a Mel. Mientras me alisto, pienso en anoche. Solo hubiera sido mejor si ella hubiera
accedido a venir a mi casa.
Estoy eligiendo un vino cuando escucho sonar mi celular. Cuando lo levanto, veo
que es Lorena. Es la tercera vez que me llama hoy y no entiendo por qué. No tenemos
nada más de qué hablar. Dejo escapar un suspiro y rechazo su llamada. Al mismo
tiempo suena el timbre. Solo puede ser Mel, ya había despejado su entrada.
"Hola..." dice mientras abro la puerta. Tomo su mano y tiro de ella adentro,
apoyándola contra la puerta cerrada. La beso entonces.
— Ahora sí… Hola. - le digo, cuando termino el beso. - Bienvenido a mi casa.
"¿Por qué no me sorprende que vivas en el ático?" Aqui es lindo. –

Dice, mientras camina por la habitación, observando todo.
— Cuando lo compré, fue más por la vista. Ven, déjame mostrarte. – La llevo al
balcón, con vista al mar.
“Wow… es realmente increíble. Su pelo se mece con el viento.
- ¡Eres increible! - murmuro.
Ella se ríe y me mira.
No lo estás poniendo fácil, Víctor.
“¿Y quién dijo que quiero ponértelo fácil, Mel? Envuelvo tu cintura, acercando tu
cuerpo al mío. – Me fascinaste desde el primer momento, no tuve oportunidad.
“Yo tampoco lo creo. Sus brazos van alrededor de mi cuello. - Yo tengo

miedo a Víctor. - Susurro.
— De que?
— De hacerme daño. – Suspiros. - De lastimarte.
Tus ojos se llenan de lágrimas. Se ve tan vulnerable en este momento y mi corazón
se hunde.
“Nunca te lastimaría, Mel… no con intención. Me gustas, y lo único que quiero es
hacerte feliz. Paso un dedo por su mejilla, limpiando una lágrima que cae.
— Lo siento… debe ser el pms. - Él olfatea, y trata de sonreír. Me abraza y apoya su

cabeza en mi pecho. La sostengo contra mí y bajo la cabeza, respirando su aroma.
Nos quedamos así, sintiéndonos el uno al otro. Nuestros corazones latiendo en

sincronía.
Y ahí es cuando me doy cuenta de que haré cualquier cosa para hacerla feliz. Ahí
es cuando me doy cuenta de que ella era la parte que faltaba en mi vida.
Ahí es cuando me doy cuenta de que me tiene en sus manos.
Toronjil
¡Estoy enamorada!
No puedo ni quiero negar ese sentimiento.
Creo que siempre he estado en la verdad.
Cuando nos conocimos por primera vez, estaba encantado, y con mi escape por la
mañana, me quedé con un sentimiento de "qué pasaría si". Y ese es uno de los peores
sentimientos. ¿Qué podría haber pasado si me hubiera quedado? ¿Y si hubiera dejado
una nota? ¿Y si lo hubiera despertado? Hay muchas posibilidades...
Y luego, cuando me enteré del embarazo, el sentimiento y las preguntas se hicieron

más intensos. Y si me hubiera quedado, ¿estaríamos juntos? ¿Habría participado en mi
embarazo? Estas son preguntas para las que nunca tendré respuestas, solo puedo tratar
de no cometer los mismos errores.
Cuando no lo veía, era fácil guardarme mis sentimientos.
Fueron guardados como tesoros en mi corazón. Pero ahora que nos hemos vuelto a
encontrar, que cada día estamos más cerca, es imposible disimular, porque se desborda.
Cuando Víctor dijo que le gustaba, me emocioné, vi la verdad en sus ojos y sentí que
el sentimiento es mutuo.
"Pedí una pizza, ¿de acuerdo?" - Estamos en el sofá. Ya ha recorrido el penthouse
conmigo, y es enorme. Son tres plantas, en la primera están la sala, el comedor, la
cocina y la oficina, en la segunda hay cuatro dormitorios, el suyo, dijo que dejaría para
más adelante, además de una sala de televisión con un televisor enorme. En el tercer
piso se encuentran la piscina y el área gourmet. Quedé encantado con todo.
- Yo amo Pizza.
Víctor nos sirve vino y charlamos mientras esperamos la pizza.
Sonrío cuando llega la pizza y veo que pidió una de chocolate.
"Ya te habrás dado cuenta de que me encanta el chocolate, ¿verdad?" – dice, encogiéndose de hombros.
Tanto como nuestra hija. Ayer cuando llegué, ella ya estaba dormida. Mi amigo, como
imaginé, estaba esperando que yo supiera los detalles. Conté, omitiendo la parte del
automóvil, por supuesto. Hoy, fue todo el día de Julia. La llevé a la plaza cerca de mi
casa y como era sábado estaba llena de niños, jugaba tanto que volvía cansada. Por la
tarde vimos películas para niños. Bianca nos acompañó al cine y me dio fuerzas para
conocer a Víctor. Mirándolo ahora, me siento como un mentiroso, ocultando sobre su
hija, tomando momentos de él con ella. No puedo mirarlo más sabiendo que estoy
escondiendo algo.
— João Victor, ¿has pensado alguna vez en tener hijos? - Comienzo.

Mira hacia arriba y frunce el ceño.
- Sí. De hecho, siempre ha sido mi deseo tener al menos dos hijos.
Soy hijo único, así que siempre he extrañado tener un hermano. Hasta la adolescencia,
que fue cuando conocí a Vinícius y nos hicimos amigos. Se convirtió en un hermano
para mí, así que compensó esa falta. - Responde. – Y tú, ¿quieres tener una mini Mel
andando por ahí?
"Sí, pero tal vez ella está detrás de su padre". - Yo sonrío. – Víctor, necesito
hablar contigo sobre un asunto importante. - Es hora de que tengamos esta
conversación, no puedo postergarla más.
Detiene la pizza a la mitad y me mira fijamente.
- OK. ¿Sucedió algo? - Pregunta.
Cuando voy a hablar, suena su celular. No hace ningún movimiento para
responder.
- Conoce.
— No, déjalo jugar. Dime de qué quieres hablar.
— Puedo esperar, debe ser importante, responde.
Él resopla pero se levanta para contestar.
- ¿Qué sucedió? - Escucho su conversación. – ¿Qué quieres decir?... ¿Están
todos bien?... Por favor, denme todo el apoyo necesario, estaré allí mañana.
Mantenerme informado. - Cuelga, con cara de preocupación.
- ¿Sucedió algo?
“Sí, un accidente de construcción. No había nadie allí en ese momento, lo cual
es un alivio, pero tendré que ir a São Paulo mañana.
- Lo siento mucho. - dije abrazándolo.
Me aprieta antes de alejarse.
'¿De que querias hablar?'
“Podemos hablar cuando regreses. creo que ahora eres
necesitando relajarse.
“Tienes razón…” Desliza la punta de su nariz por mi cuello. - Ahora solo quiero
quedarme así, aferrado a ti.
Su boca se encuentra con la mía y me olvido de todo.
Nuestras ropas abandonan rápidamente el cuerpo y son arrojadas al suelo de la
habitación.
Su boca ahueca mi pecho, jugando con el pezón. Mis uñas arañan su espalda.
— Quiero saborearte Víctor… - Me alejo poniéndome de rodillas. Su miembro es

erecto, imponente. Coloco mis manos sobre él, apretando ligeramente desde la
base hasta la parte superior. Deslizo mi lengua hasta la punta de su cabeza,
saboreándolo, y él se estremece. Lo sostengo con más fuerza haciendo movimientos
circulares y me lo llevo a la boca, tragando hasta que llega a mi garganta.
“Cariño… ¡joder! Sostiene mi cabello guiando mi cabeza. - Si no quieres que me

corra en tu boca, mejor te vas.
No paro. Mirándolo a los ojos, aumento la intensidad del agarre y sigo chupándolo.
Toco tus bolas masajeándolas.
- Oh...
Él gruñe y lo siento untar en mi boca. No dejo de chupar hasta que me limpio la
última gota. Víctor me pone de pie, pegado a él, paso mis manos alrededor de su
cuello, con una sonrisa.
“Eso fue sexy. - Murmura besándome. Sus manos recorren todo mi cuerpo.
"Te quiero dentro de mí…" digo, alejándome de él por completo.

Tomo una de sus manos y lo llevo a la mesa del comedor. Acerco una silla y hago
que se siente. Me mira lleno de deseo y expectación. Me paro frente a él y sostengo
su pene, masturbándolo varias veces. Observa cada uno de mis movimientos, fuego
en su mirada. Y tengo muchas ganas de quemarme.
Me coloco de espaldas a él y bajo mis caderas lentamente, guiando su
pene dentro de mí.
Ambos jadeamos juntos cuando él entra completamente en mí. Sus manos están
en mi cintura y empiezo a moverme.
"Cariño..." gime en mi oído.
Me inclino hacia adelante y descanso mis brazos sobre la mesa, moviéndome
arriba y abajo sobre su polla. Lo miro, y está perdido en su placer. Sus ojos están
cerrados y su boca está ligeramente abierta.
"Eso es delicioso... más rápido, Mel..."
Coloco mis manos sobre las tuyas y las deslizo por mi cuerpo, hasta que alcanzas
en mis pechos, donde los aprieta con el puño.
- Ah... - Subo la velocidad y Víctor se estremece cada vez que bajo sobre su polla,
chupándola.
Deja besos por toda mi espalda. Giro la cabeza para acceder a su boca y nuestras
lenguas se encuentran. Siento su cuerpo temblar debajo del mío, y sé que está cerca
de correrse, así que disminuyo un poco la velocidad, lo que provoca un gruñido de él.
Chupa mi lengua y le doy un ligero mordisco al labio inferior.

Víctor baja una de sus manos a mi coño y hace movimientos circulares sobre mi
clítoris, mientras que la otra mano sigue castigando mi pecho.
Nuestra conexión es intensa. Es lujuria, deseo, lujuria. Pero también pasión, cariño,
amor.
Nuestros gemidos son ahogados por la boca del otro y nuestros

movimientos llegan a su límite cuando nos juntamos. Estamos sudorosos
y sin aliento, pero estoy seguro de que mi sonrisa refleja la suya. Apoyo
mi cabeza en su hombro y él me presiona contra él.
"No conocía ese lado dominante tuyo..." Siento su aliento sobre el mío.
cuello. - Y el mal...
Me río de su discurso y él me sigue. Creo que podría quedarse así
para siempre.
CAPÍTULO 19
Toronjil
Llego a casa por la mañana y corro a ver a mi hijita. Víctor me dejó aquí y fue
directo al aeropuerto. Julia está durmiendo en mi cama con Bianca a su lado. Llego
sin hacer ruido, me siento a su lado y le doy un beso en el cabello acariciando. Bianca
se desplaza hacia un lado y abre los ojos.
"Cariño... ¿Ya llegó?" ¿Qué hora es? – pregunta bostezando.

- Es demasiado pronto. - respondo en un susurro para no despertar a mi hija.
- ¿Sucedió algo? Se apoya en un brazo mirándome con preocupación.
- No nada. Después te cuento. Ahora solo voy a cambiarme de ropa y acostarme un

rato. Estoy muy cansada.
- Supongo. Él sonrió, volviendo a la cama.
Pongo los ojos en blanco y me levanto para cambiarme de ropa, ya me duché en
casa de Víctor. Cuando me acuesto, al otro lado de mi hija, pienso en todo lo que ha
pasado en las últimas horas.
Nuestra noche fue intensa. Después de la sala de estar, nos duchamos juntos y
fuimos a su habitación, donde finalmente lo conocí. Su habitación es espaciosa, sin
muchos muebles, solo lo básico. Una cama enorme que cabe
fácilmente cuatro personas allí, un televisor al frente y cabeceras a un lado. Fuera del baño
y closet.
Volvimos a tener sexo, solo que ahora en su cama, y con más calma.
Víctor adoró mi cuerpo y me amó hasta el amanecer, donde nos acostamos cansados sobre
las sábanas. Sentí que nos conectamos de una manera más emocional, y varias veces me
vino a la mente la palabra amor. Pero, antes de hablar de cómo me siento, necesito hablarte
de Julia. Y lo habría hecho, si no fuera por esa llamada.
A la mañana siguiente, me desperté en el pecho de Víctor, sintiendo los latidos de su

corazón, y pensé, podría despertarme así todos los días. Hicimos el amor de nuevo, y
después de ducharnos, me dejó aquí. No estoy seguro de cuándo volverá, pero ya he
decidido que en cuanto llegue, lo primero de lo que voy a hablar es de nuestra hija.
Con todos estos pensamientos, mis ojos se sienten pesados y sé que no

Tardaré mucho en dormir.
"¡Mami, mira, guau guau!" - Mi hija grita emocionada.

Pasamos la tarde en la playa. Julia estaba encantada con el mar, no quería salir del agua,
pero como el tiempo está un poco nublado, no la dejé quedarse mucho tiempo. Bianca fue a
almorzar con las chicas de la empresa, trató de convencerme de ir, pero yo preferí pasar un
día con madre e hija. "Es hermoso, ¿verdad, hija?"
- ¡Yo quiero! - Empezar a saltar en el lugar. Lo he visto todo, cuando pones algo
cosa en la cabecita, es difícil quitársela.
“Princesa, no podemos tener un cachorro en este momento. Vivimos en un lugar pequeño
y les gusta el espacio para jugar. - digo agachándome frente a él.
Ella frunce el ceño, casi juntándolos.

“Pero paso mucho tiempo en la casa, mamá.
sonreír. Ella es muy inteligente.
— Pero a los perros les gusta mucho correr. – Trato de convencer. - Hagámoslo así, te
prometo que te daré un perro cuando nos vayamos a vivir a una casa con un gran patio
trasero, ¿de acuerdo?
Ella suspira, dejando caer sus hombros.

- Va a tardar mucho.
- Te prometo que no, hija. - Levanto mi dedo meñique y ella ya entiende, haciendo el
parejo y emocionado. – ¿Qué tal un helado?
Fuimos a la heladería y luego de vuelta a casa. Vimos dibujos animados el resto del
día. Llamé a mis padres y prometí que los visitaría pronto. Todavía no te he dicho que
encontré al padre de Julia, prefiero hablar en persona, seguro que habrá muchas
preguntas y no sé si estoy preparado para responderlas, sobre todo con nuestra
relación incierta. Cuando ya estoy en la cama a dormir, suena mi celular, es Víctor.
Solo ver tu llamada hace que mi corazón se acelere.
- Hola.
- Hola, linda. ¿Te desperté?
- No. Estoy acostado.
“Me las arreglé para liberarme casi ahora. Quería estar allí contigo.
Y desearía que estuvieras aquí.
“Joder… no hables así. Mi deseo es tomar un avión e ir directo a
su casa. - Romper. – ¿Es cliché si digo que ya te extraño?
Sonrío aunque él no puede verlo.
“No, porque ya estoy sintiendo el tuyo también. ¿Como están las cosas?
“Un poco complicado. Tendré que esperar a los forenses del lugar, pero parece que
algún empleado dejó una máquina encendida y terminó cortocircuitando el lugar. Se
incendió en algunos suministros. Necesitaré contratar a más personas para el progreso
del trabajo. - Escucho tu suspiro. “Creo que no podré volver hasta el fin de semana. No
quería alejarme pero...
“Ninguno, pero lo entiendo. No se preocupe. enfócate en resolver los

cosas allá, te espero aquí.
“Es bueno escuchar eso… Cuando regrese, quiero pasar todo un fin de semana
contigo. Preferiblemente en una habitación, donde te haré gritar mi nombre en voz alta.
- ¡Me gusta esta idea!

“Quería tocarte ahora. Sentir si estás mojada, como si ya estuviera dura con solo
escuchar tu voz. - Dice con voz ronca, haciendo que se me ponga la piel de gallina.
"Um... tal vez estoy... tal vez necesito hacer mis necesidades..." bromeo.
"Cariño... Cariño... " murmura. - No puedo esperar a volver.
Hablamos un poco más y termino la llamada con un corazón cálido y una sonrisa en mi
rostro.
Me siento feliz.
Quiero disfrutar de esta sensación de que todo saldrá bien, porque sé que las cosas
serán diferentes después de mi conversación con João Victor.
No sé cómo va a reaccionar cuando sepa que tiene una hija o porque no se lo dije de
inmediato, solo espero que no se dé por vencido con nosotros.
Juan Victor
Mientras cuelgo el teléfono, respiro hondo, sintiendo mi pene duro.
Después de la maravillosa noche que tuvimos, hoy fue estresante. El lugar de trabajo era
un desastre. Necesitaba hablar con los bomberos y tuve una reunión con todos los
empleados. Pedí un informe de lo ocurrido con urgencia y me puse en contacto con Vinicius
para que me ayudara en el proceso. Gracias a Dios nadie resultó herido. El trabajo tendrá
que parar por unos días y necesitaré contratar más empleados para acelerar su progreso y
poder entregarlo a tiempo. No me gusta fallar a mis clientes.
Tan pronto como llegué al hotel, me duché y llamé a Melissa. Hablar con ella siempre es
como un bálsamo. Ella me da calma y paz. Sin embargo, en este momento, me siento
frustrado por estar tan lejos. Miro mi polla, dura y erecta en mis bóxers, no podré dormir sin
hacer mis necesidades.
Llevo mi mano a mi ropa interior y saco mi polla. Me paso el pulgar por la cabeza y ya siento
mi líquido preseminal. Pienso en Melissa, nuestra noche de anoche. Estaba muy caliente
con la forma en que tomó el control durante el sexo. Me volvió loco.
Me excito más cuando me la imagino aquí, desnuda. Mi boca sobre sus pechos, su terso
coño al alcance de mis manos. Como imagino, mi mano se cierra alrededor de mi miembro.
Comienzo a mover la mano en un bonito movimiento de ida y vuelta.
Pienso en Mel retorciéndose debajo de mí, gimiendo en mi oído mientras penetro

profundamente. Aumento el agarre de mi polla y acelero los movimientos de mi mano.
Siento gotas de sudor acumularse en mi frente. Me imagino empujando más y más fuerte, y
ella rogando por más, hasta que siento que llega el orgasmo. Mis músculos se contraen y
siento la presión en mis bolas. Rujo de placer llamando su nombre mientras chorros de
semen caen sobre mi vientre.
Relajo mi cuerpo en la cama, sintiendo los latidos acelerados de mi

corazón. Mi respiración es irregular, y ese es el efecto que Mel tiene en
mí, incluso desde lejos.
CAPÍTULO 20
Toronjil
"¿Vamos a almorzar conmigo hoy, Mel?" – Vinícius se acerca a mi mesa invitándome.

Hasta ahora, el día en la empresa ha sido tranquilo, solo unas pocas llamadas telefónicas
y hablé rápidamente con João Victor sobre la reprogramación de algunas reuniones,
parecía muy ocupado.
“Por supuesto, si no te importa que Bianca venga con nosotros. Ya había estado de
acuerdo con ella.
- No me importó. No puedo decir lo mismo de ella. – Resoplar.
"Necesitas hablar. Cojo mi bolso y me dirijo al ascensor.
Vinícius entrecierra los ojos siguiéndome.
“Lo sabes, ¿no? ¿Por qué empezó a odiarme de la noche a la mañana?
"Yo no soy el que tiene que hablar, tal vez tú eres el que necesita recordar".
El ascensor se detiene en el pasillo y salimos. Veo a Bianca hablando con un
hombre cerca de la puerta de salida.
- ¿Quién es ese chico?
Miro a Vinicius que tiene una expresión cerrada, contengo una risa.
Creo que alguien está celoso. Nos acercamos cuando se están despidiendo.
"¿Adivina quién va a almorzar con nosotros hoy?" – anuncio mirando a Vinicius.

"¿No tuviste amigos para almorzar?" Bianca pone los ojos en blanco.
— Mel es mi amigo. – contesta Vinícius y pasa su brazo por encima de mi hombro.
“Ustedes, dejen de bromear. Almorcemos en cuanto tenga hambre.

– Decreto.
Vamos al restaurante que está cerca de la empresa, donde la comida es deliciosa.
Hacemos nuestros pedidos y llegan pronto.
"Entonces amigo, ¿quién era el hombre con el que estabas hablando en el
¿empresa? – Decido preguntar y satisfacer la curiosidad de Vinicius.
- Un amigo. Tuvo una reunión con uno de los arquitectos y nosotros
encontramos por casualidad.
“Parecía muy íntimo. – Habla Vinicius.
- Todavia no. Él me pidió salir.
"Buena suerte a él. Necesitará. - Deja escapar una carcajada.
- ¡Eres un idiota! ¿Por qué necesitaría suerte? - explota Bianca. –
Las mujeres con las que te enrollas que necesitan una prima para aguantarte.
“No tengo ninguna queja sobre ellos. Al contrario, están satisfechos.
“Claro, te los quedas, pero luego qué, ¿al menos te acuerdas? – Bianca habla con
sarcasmo. Me siento como si estuviera en un partido de tenis, mirando de uno a otro.
Bianca está sentada a mi lado frente a Vinicius, los dos uno frente al otro.
- ¿Qué quieres decir con eso? - Entrecierra los ojos.

— Chicos... comamos, luego hablarán, este no es el lugar.
“Nunca olvido con quién estoy. ¿Por qué dijiste eso, Blanca? - insiste, entrecerrando
los ojos.
"Olvida lo que dije. – Suspiros. – Voy a volver a la empresa, tengo algunas llamadas
que hacer, luego hablamos Mel. - Levántate y empieza a caminar.
—¡Bianca!
— ¡Amiga!
La llamamos al mismo tiempo, pero fue en vano, ella nos ignora y
proceder a la salida.
— Deja a Vinicius, démosle un poco de tiempo.
“Por favor, Mel, solo dime que yo no lo hice. - Vinicius me mira asustado.
“Lo que te puedo decir es que ella tiene razones para estar así. Porque
no tratas de recordar el momento en que las cosas cambiaron.
“Joder…” Se pasa las manos por la cara varias veces. – Tengo flashes, de los dos
juntos. Pero pensé que era sólo un sueño. Un deseo mio. Recuerdo que las cosas
cambiaron después de que fuimos al bar a celebrar un contrato, debo haber bebido
mucho ese día porque no recuerdo bien.
“Es un buen punto de partida.
- Necesito hablarle. – Dice, pidiendo la cuenta.
- Tómatelo con calma, trata de entender todo primero, ¿de acuerdo?
Él asiente, pagamos la cuenta y regresamos a la empresa. Escribo un mensaje para
Bianca preguntando cómo está. No toma mucho tiempo y ella responde que está bien,
pero la conozco lo suficiente como para saber que no es verdad. Está enamorada y no
sabe cómo lidiar con eso.
Vuelvo al trabajo y al final de la tarde me sorprende la presencia de Lorena.
¿Que está haciendo ella aquí? - Pienso.

Se acerca a mi mesa con la misma postura de orgullo que yo
recuerda. Pero esta vez, hay algo en su mirada que me asusta.
— Hola secretaria. - Hablar con desenfreno.
- Buenas tardes señorita. - Mantenga la calma. – El señor Prado no está aquí.
- Yo se. - Sonreír. – Vine a hablar contigo mismo.
- ¿Conmigo? – No entiendo por qué ella podría querer hablar conmigo.
“No te hagas el tonto. Ya sé que tienes una aventura con João Victor, pero vine a
dejarte claro que es mío. No sé qué vio en alguien aburrido como tú, pero seguro que
es divertido. Así que te doy una advertencia, no te dejes llevar, pronto se enfermará.
“No tienes derecho a venir aquí a mi trabajo y hablarme así. ¡No tienes nada más!
¿Por qué no lo dejas en paz? Me levanto y me quedo cara a cara con ella.
“Eres demasiado inocente, solo te está usando para divertirse. Nosotros

Nos vamos a casar y no dejaré que nadie lo arruine, ¿entendido?
"¡Estás desequilibrada y no puedes aceptar que él no te quiera!"
“Ya di mi advertencia, niña. No quieras pagar para verlo, podrías lastimarte. -
Discurso amenazante. Luego se va, dejándome aprensivo. No me gustó la forma en
que habló y especialmente su mirada.
"¡No puedo creer que te haya amenazado, Melissa!" - Bianca parece que se va a ir.
a través de la puerta en cualquier momento y ve tras Lorena. - ¡Qué vaca!
- Vaca. – repite Julia, que estaba distraída con el dibujo. yo y bianca
Nos miramos conteniendo la risa.
— Hija, no puedes decir eso, es feo.
- Dijo la tía.
— La tía se equivocó, Jú, ¿tú no? – Bianca intenta arreglarlo. Julia balancea el
cabeza y de vuelta a su dibujo.
“No podemos decir nada delante de ti.
Blanca sonríe.
“Ella es muy inteligente. Pero al volver, tienes que decírselo a João Victor.
— Lo sé, me asusté mucho por la forma en que dijo... pero esperaré a que regrese de
su viaje.
"Lo que sea, no dejes de hablarme".
- Puede dejar. Ahora dime, ¿cómo estás?
Bianca deja escapar un largo suspiro antes de responder:
— Vinicius fue a mi oficina queriendo saber lo que dije en el restaurante, terminamos
discutiendo y… nos besamos.
- ¿Como asi? – pregunto con una sonrisa.
— Puedes deshacer esa sonrisa Melissa, no fue gran cosa. - Él habla,
enrojecerse.
"Lo sé, fingiré creerlo". Pero en serio, habla con él. Le gustas.
"Lo haré, ya lo he decidido".

Sonrío, satisfecha con su decisión.
CAPÍTULO 21
Juan Victor
Los días se prolongaron. Pensé que resolvería las cosas rápidamente, pero tomó
más tiempo de lo esperado. Hoy es viernes y no le dije a Melissa que vendría, así que
decidí sorprenderla.
Aparco el coche y salgo. Un viento helado golpea mi cara, sacudiendo los mechones
de mi cabello y me estremezco levemente. Llueve poco en Río de Janeiro, y eso me
basta para ver a la gente abrigada.
Me dirijo al interior de la empresa de construcción mientras miro la hora en mi reloj de
pulsera, Mel debe estar almorzando. En la recepción veo un movimiento de algunos
empleados y niños desparramados por el lugar, lo que me resulta extraño.
- ¿Lo que está sucediendo aquí? Le pregunto a la recepcionista.
—¡Señor Prado! Me alegro de que hayas llegado. – dice ella, aliviada. – Tuvimos un
problema en el piso de la guardería, se reventó una tubería e inundó algunas
habitaciones. Traté de comunicarme con el Sr. Nunes, pero no respondió. Los
responsables de la guardería pensaron que era mejor llamar a los padres para que
recogieran a sus hijos.
Paso una mano por mi cabello con frustración. Un problema más por resolver, y solo
desearía poder acercarme y abrazar a Mel. Bueno, eso tendrá que esperar para más
adelante.
— Intenta ponerte en contacto con todos los padres, diles que tienen el resto del
día libre, es viernes por la tarde, no habrá problema. También llame a la empresa que
mantiene el edificio, dígales lo que está pasando y pídales que envíen a alguien lo
antes posible.
- Sí señor. Lo haré ahora mismo.
“Voy a ir allí a ver cómo está el piso. si vinicius
llegar pedir encontrarme.
Le agradezco y me dirijo hacia el ascensor. Salgo al tercer piso y me doy cuenta
del desorden que hay. Toda esta planta está destinada a guardería, cocina y área
médica para empleados. Observo el lugar y ubico la cañería reventada en una de las
paredes, el piso está lleno de agua que no deja de caer. Tendré que cerrar el registro,
no habrá condiciones para que nadie siga trabajando en el edificio hoy. Camino por el
pasillo y algunas habitaciones ya han sido desocupadas, me acerco a una donde hay
un profesor en la puerta, observo el lugar y la habitación no se inunda. Algunos niños
están sentados juntos y otra empleada está en su teléfono celular.
— Sr. Prado.
- Buenas tardes. ¿Cómo están las cosas por aquí?
— La mayoría de los niños ya han sido entregados a sus padres. Esta habitación no es
fue afectado, pero pensamos que lo mejor para la seguridad, para liberar a todos.
"Ellos hicieron lo correcto. Voy a despedir al resto de los empleados también, no
podrán trabajar así.
“Solo ellos se quedaron. – Señala al grupo de seis niños. – Me imagino que los
padres deben estar en el almuerzo o en alguna reunión. Carla está tratando de
ponerse en contacto.
Cuando voy a contestar, siento una pequeña mano tirando de mis pantalones,
llamando mi atención. Miro hacia abajo y veo a una niña, de no más de tres años, con
cabello negro y mejillas sonrosadas.
"¿Eres un príncipe?" – pregunta, dejándome sin palabras. Nunca me hubiera
esperado esa pregunta. Ella me mira esperando mi respuesta.
Miro al profesor como pidiendo ayuda.
“Julia querida, él no es un príncipe. - Responde ocultando un
la risa. – Es el dueño de este lugar.
Júlia, que ahora he descubierto que se llama, abre su boquita como si
sorprendido, luego me mira fijamente.
“Los príncipes también tienen dinero.
No lo soporto y me echo a reír. Me agacho frente a él, tratando de estar un poco

a su altura.
— Creo que eres una princesa y que te escondes aquí. Toco su nariz con la punta
de mi dedo. Mirándola de cerca ahora, siento una sensación extraña, es como si la
conociera de alguna parte. Una emoción se apodera de mi pecho y no entiendo. Es
como si tuviera alguna conexión con esta niña. Niego con la cabeza, solo puedo
estar volviendome loco. Ella deja escapar una risita.
— Mamá y tía dicen que soy un marica.

Y tienen razón. Ahora, ¿por qué crees que soy un príncipe?
— Porque eres linda, eh… — responde levantando las palmas de las manos. Una
sonrisa escapa de mis labios. — Me encantan los pincipes. las pinzas Mamá dice
que ya no puede soportar la película de pinzas.
Me río. He visto que esta chica es parlanchina, a la que le gusta hablar.
Hacía mucho tiempo que no me reía tan espontáneamente.
“Bueno, no veo muchas películas de princesas.
Ella se ve indignada por mi discurso, se pone las manitas en las caderas y
responde: — No puedes. ¡Las pinzas son tan geniales!
"Te prometo que lo veré, ¿de acuerdo?

Me da el dedo meñique y no entiendo.
El profesor que hasta ahora estaba en silencio viendo nuestra interacción.
se pronuncia riendo.
"Creo que ella quiere que le prometas con un dedo meñique".
Miro a Julia y acerco mi dedo al de ella que lo envuelve.
“Mamá dice que no puedes romper una promesa de meñique.
- No voy. - Te lo aseguro. Supongo que tendré que ver algunas películas.
Ella sonríe pareciendo satisfecha con mis palabras.
- ¿Quieres ser mi amigo?
— Me encantaría ser tu amiga Julia.
Ella se acerca y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, dándome un abrazo.
Por un momento no reacciono, pero luego pongo mis brazos alrededor de su
pequeño cuerpo, devolviéndole el abrazo. Siento que mi corazón se acelera, no
entiendo por qué, tal vez necesito ir al médico.
“Yo también quiero un abrazo. - Escucho la voz de Vinicius. Julia se aparta y lo
mira.
— Tío Vin. - Corre a abrazarlo. Él la levanta, haciéndole cosquillas,

mientras ella se ríe. – Basta, tío Vini.
¿Cómo se conocen entre sí? ¿Es la hija de alguien que conoces?
— Me acabo de enterar de la pipa, estaba terminando una reunión cuando alcancé a
mirar mi celular. - Se acerca hablando. — Sí, ya les he pedido que se comuniquen con
la empresa de mantenimiento, y liberaré al resto del personal, habrá que cerrar el
agua.
— Tío Vini, mira, tengo un nuevo amigo. – dice Julia señalándome, que sonríe.
— Eso es genial, Jú, pero no olvides que yo soy el tío genial, eh… - responde Vinícius.
Miro hacia un lado y veo que la maestra se ha alejado, y está hablando por su celular.
“No sabía que ya eras así con Mel. – Me mira burlonamente.

- ¿Como asi? – Tu pregunta es extraña.
“Buscando a su hija. – mira a Julia que sigue en su regazo.
- ¿Qué? - Pregunto.
Él me mira y se pone serio.
"¿No sabías que ella es la hija de Mel?"
— Qué broma más ridícula, Vinicius. - digo, riendo.
Pero cuando no me acompaña, me pongo serio. Fijo mis ojos en Julia. Parece que mi
mundo se detiene en ese momento, no escucho nada más alrededor, ni veo nada. Mi
atención está totalmente enfocada en ella.
¿Qué quieres decir con que Melissa tiene una hija?
¿Por qué no me dijiste?

No entiendo, por qué lo ocultaría, ¿no quiere que me acerque a su hija? ¿O no te
tomas nuestra relación lo suficientemente en serio como para que te conozca?
Miro de cerca sus rasgos. Ella tiene algunas cosas que me recuerdan a
Cariño, pero no sé... es difícil creer que no confiaba en mí.
Julia me mira ahora. Me atrapan sus ojos, que son un poco verdes.
Mi corazón da un vuelco, doy dos pasos hacia atrás, como si me hubieran golpeado. No
puede ser...
Me reconozco en tus ojos.
Siento que mi corazón se
acelera. Mi respiración se acelera.
Siempre me enfrento a las situaciones que me presenta la vida, pero en este momento
parezco un niño asustado ante la posibilidad de que lo que estoy pensando sea cierto.
No... Mel me lo habría dicho, ¿no?

¡Todas las pistas están aquí, frente a ti! – Mi mente grita.
¡Semen!
¡Una hija!
— ¡JV! – Vinícius me saca de este torbellino de pensamientos.
Lo miro y me acerco, extendiendo la mano para agarrar a Julia. Viene sin protestar,
seguramente Vinicius no debe estar entendiendo nada. Julia me rodea el cuello con sus
bracitos y apoya su cabecita en mi hombro, confiando en mí, como si también me
reconociera. Bajo la cabeza y respiro el aroma de su cabello, cierro los ojos y le doy un
beso en la cabeza. Siento lágrimas pinchar mis ojos.
No sé cómo describir mis sentimientos en ese momento. Siempre quise tener hijos,
nunca pensé que ya podría tener uno. Ya me había encantado con ella, con su ingenio, y
ahora solo con la posibilidad de que sea mi hija, parece que el sentimiento ha crecido.
Posiblemente no, porque aún sin tener una confirmación oficial, siento en mi corazón
que es mi hija. Todos los datos coinciden, la época en que Mel y yo estuvimos juntos y la
edad de Julia, pero principalmente sus ojitos no lo niegan, son idénticos a los míos.
- ¡Mierda! – escucho exclamar a Vinicius y lo miro. nos mira con

asombro. Creo que vinculaste los hechos. - ¿Es eso posible?
Solté una risa amarga.
- No tengo dudas.
— Ya logramos hablar con la mamá de Julia, ella viene. – Aparece diciendo el profesor.
- Mami. – Julia levanta la cabeza y aplaude emocionada.

La dejo en el suelo y me inclino, acariciando su mejilla. Mi hija es hermosa,
definitivamente una princesa.
“Tengo que irme ahora, pero nos veremos pronto, ¿de acuerdo?
- Está bien, príncipe. - Bésame la mejilla.
"Adiós, la princesa del tío". - Tirando un beso en tu cabeza.
Nos alejamos de ella y nos dirigimos al ascensor, apretando la planta baja.
Mi cabeza da vueltas, necesito salir de aquí y pensar en todo lo que he descubierto.
- ¿Príncipe? – pregunta Vinícius, rompiendo el silencio, tratando de contener la

risa, y cuando no puede, se echa a reír.
— Vete a la mierda, Vinicius. - No lo soporto y también me río. - Hacerlo
¿qué? Así me ve mi hija.
— Mi hija… guau… – Me aprieta el hombro y me abraza. - ¡Felicidades hermano!
- Gracias. - Le devuelvo el abrazo.

"¿Tienes alguna duda?" - Pregunta.
"¿La miraste?" - Arqueo una ceja. - Es mi cara. No tengo
dudas, todo acierta.
“Pobrecita, tirando de ti…” Sacude la cabeza negativamente, sonriendo.
Le muestro el dedo medio cuando llegamos a la planta baja.

— ¿Puedes encargarte de todo aquí en la empresa? Necesito algo de tiempo. Y
Por favor, no me digas nada sobre mi descubrimiento, ¿de acuerdo?
- Claro. Pero JV, necesitas hablar con Mel.
"Lo sé... sólo..." Resopló. Ahora no podré estar cerca de ella. ¡Ocultó que
tenemos una hija Vinicius! ¿Después de que estemos juntos? No puedo entender,
no ahora.
Me despido de él y me dirijo hacia el estacionamiento del edificio. Entro en el
coche, respiro hondo y me quedo allí unos minutos, con las manos agarradas al
volante. Cuando me armo de valor y enciendo el auto, la veo venir. Ella corre y
casi resbala en el piso mojado, en un impulso abro el auto para encontrarme con
ella, pero rápidamente descarto esa idea.
Ah... Melissa... ¿Por qué me ocultaste esto?
CAPÍTULO 22
Toronjil
Corro hacia la entrada de la empresa constructora y casi resbalo. Me detengo por un

segundo para recomponerme y empiezo a caminar de nuevo. Estaba almorzando con las
niñas cuando me llamaron para que recogiera a mi hija de la guardería. Mi primer
pensamiento fue que le había pasado algo, luego más tranquilo, entendí que se trataba
de una tubería rota. Dejé a las chicas en el restaurante y vine corriendo. En el vestíbulo
veo a Vinícius hablando con las chicas de la recepción.
— Vinicius.
Se gira y me mira extrañado. Lo que no entiendo. En los últimos días nos hemos vuelto
más cercanos. Él y Bianca todavía se están poniendo raros. Ella aún no está lista para
hablar con él, y él está ansioso, lo que me queda a mí, por escuchar sus arrebatos. No
me importa, quiero verlos juntos.
— Ay Melisa.
- ¿Está todo bien? Me pidieron que recogiera a Julia.
— Sí, solo una pipa. Los empleados también son liberados.
Puedes irte a casa.
- OK. ¿Estás seguro de que está bien? Usted es extraño.
"No es nada, solo ese problema". Va a quedar todo bien. Dale un beso a la niña de mi
parte. - Habla y aléjate.
No puedo creer lo que dijo, y la forma en que estaba actuando, algo me dice que tiene
algo que ver conmigo. Me dejo ir en el piso de la guardería y me dirijo hacia la habitación
de mi hija. La veo hablando animadamente con la maestra. Cuando me ve, viene corriendo
hacia mí.
— Mamáeeee.
- Hola hija. - La tomo en mi regazo.
“Mami, conocí a un príncipe. - Pon tus manos en tu cara con tu
ojos muy abiertos.
- ¿Príncipe?
“Sí, y él es mi amigo.
— ¿Qué historia es esta hija?
Está hablando del señor Prado. – explica el profesor. “Vino hasta aquí para ver cómo
estaba todo, y esta joven parece haberle tomado cariño. Y creo que también fue recíproco.
- Termina de hablar con una sonrisa y no tiene idea de lo que me provoca su discurso.
¿João Victor llegó de un viaje y estuvo aquí?

¡No... no puede ser!
¡Él no puede saber así!
Bajo a Julia, tomo mi celular y lo llamo. La última vez que hablamos fue anoche, esta
mañana solo envió un mensaje de buenos días. No dije que iba a volver. El celular suena
hasta que va al buzón de voz.
— ¿Estás seguro de que João Victor estuvo aquí? – le pregunto ansiosa a la maestra,
y si le parece extraña la forma informal en que lo llamo, no lo demuestra.
- Tener. Entonces apareció también el señor Nunes. ¿Algún problema?

- No gracias.
Tomo la mano de mi hija saliendo de allí. João Victor se enteró, estoy seguro. Y ahora
que se explica la expresión de Vinícius, él también ya sabe.
Llamo a Bianca, necesito a mi amiga.
- Hola, cariño. ¿Donde estas?
— Ya me bajo del ascensor, fui a buscar a Jú. ¿Donde estas? - Estoy nervioso.
— Estoy cerca de la recepción.

- ¡Espérame! - Cuelgo sin despedirme.
Cuando me acerco a ella, siento que se me caen las lágrimas. Ella me mira sobresaltada.
- ¿Que pasó? – pregunta abrazándome.

'¡Él ya lo sabe todo Bianca!' ¡Él tenía que saber por mí, no así! – gimoteo.
- Mami...
- Tranquilo amigo... Respira. - Se aleja mirándome. – Estás asustando a Julia. Vámonos
a casa, yo conduciré, no estás en forma para nada.
Me paso una mano por la cara, secándome las lágrimas, pero no parecen querer parar.
Me agacho para hablar con mi hija.
— Jú, mamá solo está un poco triste, pero va a estar bien.
"Quédate tisti no mami". - Habla, acurrucándose en mí.
“Pasará, ¿de acuerdo? Te amo hija. - La tomo en mi regazo.
- Yo también.
- ¿Vamos chicas? – Bianca nos llama.
Asiento y me dirijo hacia el coche. En el camino trato de controlar las lágrimas, pero es
difícil. Siento que mi pecho se contrae y mi estómago se enfría, y no en el buen sentido.
Solo quiero que me dé la oportunidad de explicarlo todo.
Juan Victor
Llego a casa, descarto mi corbata en el sofá y me dirijo directamente al bar para tomar
una copa. Preparo un trago de whisky y lo bebo de un trago, y luego preparo otro.
¡Dios mío, una hija!

Siempre quise tener hijos pero pensé que me casaría primero, pero parece que la vida
tenía otros planes y quería darme un regalo temprano.
Porque así lo considero, un regalo.
julio
Tan linda.
carismático.
hablador.
Me río. Creo que se parecía a mi madre en este sentido, que ama
una conversación.
Y es tan parecida físicamente a mí que es imposible negar lo obvio.

Pensé que me estaba volviendo loco cuando me sentí protector con ella, y luego todo
tuvo sentido.
Antes pensaba que faltaba algo en mi vida, y cuando volví a encontrarme con
Melissa, pensé que ella era la pieza que faltaba, y en cierto modo lo es. Melissa
me completa. me pone nervioso desafíame.
Pero ahora... es como si mi mundo estuviera completo. como si todo
El rompecabezas de mi vida estaba montado.
Tomo la botella y voy al sofá.
- ¡CUM! - Grito.
Me siento sofocado con todo este descubrimiento. Como si el aire no viniera
a mis pulmones lo suficiente.
Descarto el vaso en la mesa de café y bebo del cuello de la botella, no soy
bebedor, pero hoy necesito hacerlo. Mi mente está zumbando con todas mis
preguntas. Entiendo que Mel no me lo dijo al principio, nuestro reencuentro fue
tan inesperado para mí como lo fue para ella, ninguno de los dos esperaba esto,
pero después, ¿cuándo nos acercamos más?
¿Cuándo hablamos de nuestra vida? ¿Cuándo nos juntamos? No entiendo por
qué no me lo dijo después.
Paso las próximas horas sentado en el sofá con una botella diferente cada vez
que se acaba la otra. Ya no sé qué bebida estoy bebiendo. He perdido la cuenta
de cuantos he tenido. No sé qué hora es, solo sé que es de noche porque está
todo oscuro. Escucho mi celular sonar en la distancia, pero lo ignoro. No quiero
hablar con nadie.
Me paso la mano por la cara y limpio los rastros de lágrimas. Lloré.
Lloré por el tiempo que perdí en la vida de mi hija, sé que es pequeña, que podré
recuperar, pero nunca podré ver sus primeros pasos, su primera risa, su primera
palabra y me duele.
“Necesito hablar previamente con ella. - Hablo un poco enredado. Yo necesito
Nos vemos, necesito que me expliques.
Me levanto con un poco de dificultad del sofá y tropiezo hasta donde dejé mi
celular. No sé cómo puedo pedir un coche de la aplicación y poner la dirección
de Mel, pero todavía estoy al tanto de pedir uno y no conducir. Salgo de casa y
me dirijo al ascensor. Mi celular vuelve a sonar y veo que es Vinicius.
Lo siento hermano, pero no ahora.

Cuando salgo del vestíbulo, el coche se detiene. Tal vez no debería ir en este
estado ya esta hora a su casa, pero no puedo esperar hasta mañana. Cierro los
ojos por un momento y me despierto con el conductor llamándome. Bajo y me
dirijo hacia el vestíbulo. yo digo que quiero
yendo al apartamento de Melissa, el portero me mira con desconfianza, pero suena.

Menos de cinco minutos después, salgo a tu piso.
Está en la puerta de tu apartamento. Se ve asustada, tiene la cara hinchada, me
imagino que es de tanto llorar, pero nada de eso le resta belleza. Lleva pantalones
de chándal y una camiseta blanca, tiene el pelo suelto. Ella me mira con aprensión.
Cuando me acerco lo suficiente a donde está ella, hago la pregunta que me ronda
por la cabeza: “¿Por qué Melissa? - Mi voz parece un poco distante. Me siento
enfermo y mareado. Puse una mano en la pared.
— ¡Estás borracho, Joao Víctor! Dime que no manejaste? –

Pregunta, luciendo furiosa ahora.
Sólo bebí un poco. – Y para enfatizar, acerco mi pulgar a la
indicador. - Y no, no conduje.
Al menos no ha perdido la cabeza. – Resoplar. – Ven, entra. - Se acerca y pone
mi brazo sobre su hombro y me toma de la cintura, apoyándome hasta que entra al
departamento.
“Podría entrar solo. – digo, sentándome medio de lado en el sofá. ES
la primera vez que entro aquí, por lo que veo es pequeño pero acogedor.
“No te estás defendiendo, Víctor.
- Usted no me respondió. - Ignoro tu discurso anterior. Por supuesto que puedo
manejarlo, humpf, si quiero puedo irme.
“No estás en condiciones de tener esta conversación en este momento. Es mejor
dejarlo para mañana.
- ¡NO! ¡Quiero saber por qué escondiste a mi hija!
"Shhh... ¡Baja el volumen!" Julia está durmiendo y tú terminarás despertando a.
Y no te lo escondí, te lo iba a decir. – Se pasa las manos por el pelo. – Mira, Víctor,
tenemos mucho de qué hablar, pero ahora no, amanece, no estás sobrio y no te
ayudará hablar ahora.
Sé que tiene razón, pero no quiero irme. Quiero tirar de su brazo y traerla a mi
regazo, abrazarla, besarla, pero no hago nada de eso.
Así que me levanto para irme.
- Yo vuelvo mañana.
- ¿Qué? - Frunce la frente. - ¡No dejarás en este estado a Víctor!
Dormirás aquí, en el sofá.
Por un momento creo que me va a dejar dormir con ella, en su cama.
“Melissa…” Trato de protestar, pero me interrumpe.
"Melissa nada, te quedas!" Señala el sofá, donde me vuelvo a sentar.

Te conseguiré una almohada y una manta. Si quieres usar el baño, es
la primera puerta a la derecha en el pasillo.
Diciendo eso, se aleja y no ve la sonrisa que dejo escapar. No tarda
mucho, ella vuelve dándome todo. Cuando se aleja, agarro su muñeca
y me mira.
- Gracias.
— Buenas noches, Víctor. Ella negó con la cabeza y caminó hacia el
Sala. Tomo una respiración profunda y me acomodo en el pequeño sofá.
CAPÍTULO 23
Toronjil
Llego al dormitorio, cierro la puerta y apoyo mi espalda contra ella, liberando un

respiracion profunda. Mi corazón late deprisa.
Más temprano, cuando llegué a casa, sentí que había un peso en mi corazón,
aplastándolo. Mi pequeño inteligente entendió que yo no estaba bien y se quedó
conmigo todo el tiempo. Me duché, cuidé a Julia, vi dibujos con ella, todo en
automático, sin prestar mucha atención. Cuando ella dormía, me permitía llorar.
Bianca trató de hablarme, pero necesitaba algo de tiempo. Me quedé en el porche
viendo caer la lluvia y pensando en todo lo que había pasado en las últimas horas.
Joao Victor se debe haber quedado atónito por todo. ¿Me estaba odiando?
Intenté llamarlo varias veces y al no tener respuesta llamé a Vinícius.
Salgo de mi inercia y tomo mi celular enviándole un mensaje a Vinicius, João

Victor tampoco le contestaba y acordamos que quien tuviera noticias se
comunicaría primero.
Me acuesto en la cama y miro a mi hija, acaricio sus mejillas redondas. Fue
una sorpresa cuando sonó el intercomunicador y el portero dijo quién estaba abajo.
Estaba borracho, nunca lo había visto en ese estado. Suspiro. Necesitar

duermo, pero mi mente piensa lo contrario porque no se detiene.
Su mirada herida en mi dirección no deja mi cabeza. Me siento terrible por causar esto.
Pienso en la inevitable conversación que tendremos mañana, o más bien pronto, y las
posibles variables. Me siento inquieto, impaciente. No sé si querrá ser parte de la vida de
su hija, y por mucho que esté enamorada, Julia siempre será lo primero.
— Mamá, ¿por qué no puedo despertar al príncipe? – vuelve a preguntar Julia.

Estamos en la cocina bebiendo nuestro café. Apenas llegamos a la sala, encontramos
a João Victor todo encorvado y dormido. Mi hija estaba extasiada porque su “amigo
príncipe” estaba allí y comenzó a hacer muchas preguntas.
“Ju, está cansado. Cuando juegas mucho, no te quedas

cansado y dormir para recuperar energía? – Bianca le habla.
"¿Jugaba mucho tía?"
“Mucho, así que necesitas descansar. - Vuelve tus ojos a mí. - Qué
te parece si la llevo al centro comercial a jugar?
No tengo tiempo de responder, porque Julia inmediatamente
dice: — Ah... no tía, quiero jugar con mi amiga.
Mi amigo pone cara de tristeza.
— Oh, la tía tenía tantas ganas de salir contigo. Otro día puedes jugar
como su amigo.
Sigo su conversación y en silencio agradezco a Bianca, ella
sabe que necesito estar a solas con Víctor para que podamos hablar.
"Mami, ¿puedo jugar con el pincipe al día siguiente?"
— Si quiere, puede, hija.
- Hurra. - Levanta los brazos y agita las manos con entusiasmo. –
¿Puedo llamar al tío Vini?
Bianca mira en mi dirección con los ojos muy abiertos, ni siquiera yo esperaba esta
petición. — Jú, Vinícius debe estar ocupado, vamos los dos solos, otro día te vas con él. -
Prueba un poco nervioso.
— Por favor, tía Bianca. - Junta tus manos y haz una cara que
es imposible negar nada.
Miro a mi amigo con una sonrisa, ya sé que lo va a llamar.
Ella me mira y entrecierra los ojos.
"Me deberá, señorita Melissa".
O acabará agradeciéndome, doña Bianca. – Yo provoco.
Ella va a su habitación para hacer la llamada mientras preparo la mesa del desayuno.
Cuando termino de lavar los vasos y miro hacia un lado, no veo a mi hija.
Voy a la sala y Júlia le da un codazo en el brazo a João Victor.
"Despierta, príncipe..." murmura algo. - Príncipe...
"Hija..." Llamo acercándome.
— Mamá, él no quiere despertar. -Pon tus manos en tus caderas y haz pucheros. Le
doy una sonrisa que se desvanece cuando miro a la persona detrás de ella.
Julia se da vuelta y comienza a saltar.
— Mira… mi amigo se despertó.
João Victor cambia su mirada entre Júlia y yo. Siéntate, llevándote las manos a la
cabeza. Imagino que debes tener resaca. Voy a la cocina y tomo un vaso de agua y una
pastilla. Cuando regreso a la sala, Julia está sentada en su pierna abrazándolo. Tiene los
ojos cerrados, pero cuando parece sentir mi presencia, los abre y están llorosos.
“Te traje un medicamento para el dolor de cabeza. - Me acerco y me rindo.

Toma la pastilla y la toma, agradeciendo.
"Julia, preparémonos". Bianca entra en la habitación.
— Mi amiga despertó tía, ahora podemos jugar, ¿no? Ella lo mira esperando una
respuesta.
Víctor me mira a mí y luego a ella. Él pasa su mano por su cabello y sonríe.
— Necesito irme a casa princesa, pero te prometo que pronto jugaremos mucho.
Ella está un poco molesta, pero acepta lo que dice. Él le da un beso en la mejilla y va
con Bianca a arreglarse.
- ¿Puedo usar el baño?
- Claro. Te espero en la cocina con un café cargado.
Él asiente y se dirige hacia el baño. No tarda mucho y aparece en la cocina.
- Gracias. – Gracias cuando te entrego la copa. - me quiero a mi mismo

Perdón por lo de ayer, no debería haber aparecido en ese estado aquí.
"Víctor..." Antes de que pudiera responder, Bianca y Júlia entraron interrumpiéndome.
— Vamos amigo. ¿Usted va a esta bien? – Mira a João Victor, que

se agachó para hablar con su hija.
- Voy. Gracias por eso. Me refiero a dejarnos solos.
— Vamos Jú, dale un beso a tu madre, Vinicius ya debe estar abajo.
—¿Vinicius? – pregunta Víctor y quien responde es Julia, saltando en su lugar.
— El tío Vini va a jugar con nosotros, ¿no es lindo?

Le doy un beso a mi hija y los acompaño hasta la puerta. cuando me doy la vuelta,
Joao Victor me mira fijamente.
“Creo que podemos hablar ahora.
CAPÍTULO 24
Juan Victor
“Creo que podemos hablar ahora. - digo en cuanto ella cierra la puerta.
“En primer lugar, tienes que creer que nunca quise ocultarte nada. -
Empieza nervioso. Me siento en el sofá y ella se acomoda en un sillón frente
a mí. Puedo sentir lo tensa que está, su pie balanceándose como un tic
nervioso.
Cuando desperté, la primera persona que vi fue mi hija. Hermosa y feliz
de que su “amiga” esté aquí. Cuando Mel nos dejó solos, me preguntó si
estaba herida porque me vio con la mano en la cabeza. Ella es muy
perceptiva. Dijo que cuando se enferma, su madre le da un abrazo muy
fuerte, y eso es lo que me hizo. Me sentí completo en ese pequeño abrazo.
“Cuando nos conocimos y nos juntamos, sentí algo diferente que nunca
antes había sentido con nadie. Fue intenso y aterrador a partes iguales. -
Continuará.
"¿Entonces por qué te fuiste sin despedirte?" - Pregunto,
interrumpiéndola.
“Porque tenía miedo. No quería oírte dejarme el otro día. – Me parece
incómodo estar expuesto. Tenía miedo de que me rechazaras, eso es todo.
- Suelta una carcajada impotente. – Es una tontería, lo sé. yo
Me quedo con un chico por una sola noche y ya estoy enamorada. Entonces, antes de
que digas que fue solo una cogida, elegí irme.
“Mel…” Trato de hablar, pero ella me interrumpe.
“No, por favor déjame terminar esto primero. Asiento y ella continúa. — Estuve casi
dos meses pensando en ti, y te confieso que intenté encontrarte en internet, pero sin
éxito. Luego vinieron las náuseas y sospeché que podía estar embarazada, a pesar de
que usábamos condones.
- Ellos fallan...
Ahora estoy seguro. - Sonreír. - Me hice una prueba y salió positiva. Estaba
embarazada. En ese momento aparecieron muchas dudas. Iba a venir aquí con Bianca,
pero con el embarazo preferí esperar y tener a mi hija allá.
“¿Pensaste en tomar…” No necesito terminar para obtener mi respuesta.
- No. ¡Nunca! – responde con decisión. – Desde que me enteré que estaba
embarazada, que un pedazo de nosotros estaba creciendo en mi vientre, la amé. Nunca
fue una posibilidad no tenerlo. Y no me arrepiento, Julia es la luz de mi vida. - Hablar con
emoción. – Tuve el apoyo de mis padres y de Bianca.
"Estoy aliviado de que hayas tenido personas que te aman de tu lado esta vez".
momento, pero desearía haberlo estado yo también.
“Traté de encontrar alguna información sobre ti. Bianca tuvo la idea de intentar ir al
hotel donde te hospedabas, pero fue inútil.
“Regresé por ti. - le digo tomándola por sorpresa.
- ¿Como asi?
“Cuando me desperté en esa habitación y vi que te habías ido, me enojé. Era como si
nuestra noche no significara nada para ti, mientras que para mí significaba todo. Porque
Mel, aún sin entender, aún sin saber en ese momento, me enamoré de ti. Ella abre
mucho los ojos. - Solo que fui muy terco, pensé que si no te quedabas es porque yo no
sentía lo mismo, así que me obligué a no pensar en ti. Solo que fue una tarea inútil,
porque no sales de mis pensamientos. Hasta que decidí volver a tu ciudad.
"¿Fuiste tras de mí?"

- Fui. Pero incluso para un pueblo pequeño, no todos se conocen.
- Sonrío y ella también. – Solo tenía tu nombre y descripción, así que no
tenía como. Cuando llegué a casa, me obligué a olvidarte. Solo serías un recuerdo.
Ella deja escapar una risa amarga.

“Creo que ambos apestamos en esto.
“Creo que ambos asumimos lo que el otro pensaba y sentía. - Sonrío sin humor. - Porque
cariño? Entiendo que no me digas enseguida cuando nos volvamos a ver, pero ¿entonces
qué?
Ella deja escapar un suspiro.
“No te lo dije al principio porque realmente no te conocía. No sabía nada de ti, cómo iba a
venir a ti y decirte, oh, recuerda esa noche, así que hubo una consecuencia. No podía hablar
así, así que decidí conocerte primero. Y conocí el hombre increíble que eres. Se levanta y se
sienta a mi lado en el sofá. - No quería involucrarme sin decírtelo, pero estaban pasando
cosas y cuando te vi ya estaba locamente enamorado de ti. - Mi corazón se acelera cuando
la escucho decir abiertamente que está enamorada de mí. Mel se pasa las manos por debajo
de los ojos tratando de secarse las lágrimas que caen. Mi deseo es tirar de ella a mis brazos
y no soltarla. – El día antes de tu viaje, estaba decidido a decírtelo, pero recibiste esa
llamada, así que pensé que sería mejor hablar cuando volviera. No quería que supieras eso.
Lo siento mucho.
Tomo sus manos y les doy un ligero apretón.

“Entiendo a Melissa, y lamento no haber estado ahí para ti cuando me necesitabas. Te
prometo que a partir de ahora ya no tendrás que pasar nada solo. Pero... - Suspiro. Ella me
mira y parece entender lo que voy a decir porque quita sus manos de las mías.
"Ya no quieres estar conmigo, ¿verdad?" - Dice, levantándose con una sonrisa triste.
Me rompe el corazón verla así, solo que no puedo mentirme a mí mismo. Entiendo que no
hay un culpable en esta historia, las cosas simplemente sucedieron, pero siendo honesto
conmigo mismo, me siento un poco dolido. Como si no confiara lo suficiente en mí.
Puede que esté siendo un idiota y probablemente también un estúpido, pero necesito algo
de tiempo para ponerme en orden, para entender mi papel como padre de Julia.
Me levanto y me acerco a ella.

“Lo que más quiero es estar contigo Mel, pero necesito tiempo para procesar todo. Quiero
centrarme en nuestra hija, quiero llegar a conocerla,
saber todo sobre ella.

Ella asiente, aparta la mirada de la mía y camina hacia el otro lado de la
habitación, poniendo más distancia entre nosotros. Me doy cuenta de que no es
solo una distancia física lo que está poniendo, sino también emocional. Siento que
Mel se acerca a mí y solo puedo culparme por eso.
“Si quieres hacer una prueba de ADN para confirmarlo, lo entenderé.
“No tengo dudas, Mel. ¡Ella es mi cara! - Yo sonrío. – Pero, puede ser necesario
para el reconocimiento de paternidad. Me informaré debidamente y os lo haré saber.
- Todo bien. ¿Cuándo quieres decírselo a Julia?

- ¡Lo más rápido posible! Quiero que sepa pronto que soy su padre. Espero que
le guste esta noticia.
"Estoy seguro de que le encantará". Eres su príncipe amigo. –
Sonreímos juntos. Podemos hablar con ella mañana si quieres.
- ¡Por supuesto! - tartamudeo nervioso. – Mañana por la tarde me paso, podemos
ir a donde ella quiera. - Pausa. – ¿Cómo fue tu embarazo?
¿Cómo fueron los primeros meses de Julia, su primera palabra? tengo mucho que
saber
Ella sonríe.
- Ya vuelvo. - Dicho esto, desaparece por el pasillo. No tarda mucho y ella
regresa con un cuaderno rosa y me lo entrega.
“Creo que esto te gustará, te aclarará muchas dudas.
Cuando lo cojo veo que es un álbum de fotos. Abro la primera página y hay una
foto de Melissa embarazada, todavía con una barriga pequeña, pero puedo ver una
ligera ondulación. Me siento en el sofá y hojeo las otras páginas, cada una
representa un momento de su embarazo, con detalles escritos de lo que sintió, lo
que pensó y cada vez que nuestra hija se movió.
“Te ves hermosa embarazada.

"Una pelota, quieres decir, ¿verdad?" - Dice sonriendo y recién ahora me doy
cuenta de que está sentado a mi lado. – Empecé a hacer este disco para mí, quería
conservar cada momento, pero luego, también para vosotros.
- ¿Por mí?
— Tenía la esperanza de que algún día supieras de la existencia de Julia, y
pensé que sería bueno guardar todos los recuerdos. - Dice con las mejillas
enrojecidas.
— ¡Gracias Mel! Que pienses en mí significa mucho. puedo

¿quedate con el? Entonces te devolveré.
Ella asiente con la cabeza.
— Ahora creo que mejor me voy, necesito ducharme, cambiarme de ropa.
- Si claro. Se levanta y va a la puerta de la sala, abriéndola. Camino hacia allí
y me paro frente a ti.
“No voy a renunciar a nosotros. - digo mirándolo a los ojos.
Coloco una mano en su mejilla y la acaricio con el pulgar. Beso su frente y me
dirijo hacia el ascensor.
Toronjil
Cuando João Victor sale por la puerta, dejo escapar el aliento que ni siquiera me di cuenta
que estaba conteniendo. Me siento en el sofá y reproduzco toda nuestra conversación en mi
cabeza. Se sentía de la misma manera cuando nos conocimos.
¡Cielos! Qué estúpidos éramos al suponer cosas.
Si hubiéramos hablado esa noche, las cosas podrían haber sido diferentes.
Pero no quiero pensar en eso ahora, no quiero volver a lo que pudo haber sido,
necesito mirar hacia adelante, seguir adelante.
Entiendo que Víctor necesite algo de tiempo, pero eso no significa que duela
menos. Vi en sus ojos lo dolido que estaba que no le dijera pronto, pienso en su
cabeza, compartimos una cama, pero no confiamos. Y está tan equivocado al
pensar eso.
Le daré el tiempo que necesita, pero también me protegeré. No quiero que me
lastimen, y ahora todo lo que importa es nuestra hija. Nuestra atención debe estar
enfocada en él.
Escucho mi celular sonar a lo lejos, corro a buscarlo de la habitación y veo que
es mi madre. Creo que ha adivinado que necesito una vuelta, incluso si es desde
lejos.
- Madre.
- ¡Hola hija! Llamé porque ya te extraño. – Sonrío, hablamos casi todos los
días.
“Yo también, madre. Me gustaría que estuvieras aquí ahora. - Creo que ella
nota algo en mi voz.
"¿Qué pasó Melisa?"
Respiracion profunda.
— Encontré al padre de Julia.
La línea está en silencio y hasta creo que se ha cortado la llamada, pero ella vuelve a hablar.
“Dime directamente Melissa.

Y cuento. Te lo cuento todo, desde cómo nos juntamos realmente, hasta
nuestra última conversación de hace un momento. A veces lloro, pero es un alivio
poder hablar con mi madre, que siempre ha sido mi fortaleza. Ella escucha
atentamente, haciendo algunas preguntas en ciertos puntos, hasta que termino
mi informe.
“Hija, lamento que te hayas guardado todo esto para ti.
Ojalá me hubiera dado cuenta antes de que algo te estaba molestando.
— No mamá, no estaba lista para hablar.
— Lo que te puedo decir, es que nunca estarás sola Mel, yo y tu padre siempre
estaremos aquí para ti y Julia. Y por lo que me dijiste, creo que le gustas mucho
a João Victor, pero necesita su tiempo para entenderlo todo. No puede ser fácil
descubrir de la noche a la mañana que tienes una hija.
— Lo sé... pero esta distancia... es mala madre.

— Confía, hija, en que todo será como tiene que ser.
CAPÍTULO 25
Juan Victor
Llego a casa y voy directo a darme una ducha. Me miro en el espejo del
baño y no puedo creer que abracé a mi hija en ese estado. Mientras me ducho,
una sonrisa no desaparece de mi rostro, no puedo creer que mañana mi hija
sepa que soy su padre.
¿Le gustará?
Trataré de ser el mejor padre para ella ya que tuve el mejor ejemplo en
casa. Mi padre fue mi primer mejor amigo, y lo sigue siendo hasta el día de
hoy, con él aprendí a ser quien soy, y espero ser una décima parte para Julia
de lo que mi padre fue para mí.
Después de la ducha, descongelo algo para comer y solo entonces me doy
cuenta de lo hambrienta que estaba. Me paso el resto del día trabajando, ayer con
todo eso, quedaron algunos asuntos pendientes. Al comienzo de la noche decido
arreglarme e ir a casa de mis padres, necesito hablar con ellos.
Cuando paso junto a mi cama, veo el álbum de Mel encima. Lo recojo y lo
hojeo una vez más. Perdí la cuenta de cuántas veces lo he visto desde que
Mel me lo dio. Mi hija ha sido encantadora desde que era un bebé. Me duele
el corazón por no haber estado en estos momentos a tu lado, pero estoy
segura que haré todo lo posible para estar siempre ahí de ahora en adelante.
Dejo el álbum en la mesilla de noche y antes de irme llamo a Vinicius, que debe estar
cabreado conmigo.
— ¡Joder, JV!
- ¡Lo siento hermano! Necesitaba estar solo.
— Lo sé, pero estaba preocupado, estaba por ir a tu casa.
“Lo siento, en serio. No quería preocuparte.
'¿Cómo estuvieron las cosas?'
"¡Mañana me presentarán oficialmente a mi hija!" – Te digo, emocionada.
— ¡Demasiado hermano! ¿Y sabes cuál es mejor? - No esperes a que responda. - YO

No perdí el rango de mejor tío.
— No olvides que tienes a la tía Bianca, ¿de acuerdo? Y por cierto, ustedes dos
juntos, en el centro comercial, ¿eh?
Me lo imagino rodando los ojos.
“No mucho, solo por la chica bajita.
- Saber. Ahora déjame ir, porque voy a pasar por la casa de mis padres.
- Todo bien. Diles a los tíos que estaré allí mañana.
Sonrío ante tu discurso. Desde que nos hicimos amigos, mis padres lo adoptaron y
sus padres me adoptaron a mí. Me despido, tomo las llaves del auto y me dirijo a la casa
de mis padres.
**
“Hijo, qué sorpresa estás aquí hoy. – Mi madre habla en cuanto me ve entrar en la
habitación. Mis padres están en la sala de televisión viendo una película. Me acerco a
ella abrazándola y depositando un beso en la parte superior de su cabeza. Me acerco a
mi padre y lo saludo de la misma manera.
- Estaba con nostalgia. - Me encogí de hombros.
"Hijo mío, te cargué durante nueve meses, te conozco lo suficiente como para
sé que hay algo ahí.
“Ella nunca extraña, hijo, así que cuéntanos qué has estado haciendo. - Mi padre habla.
Niego con la cabeza y me siento en la silla junto a él. Pasé el viaje desde mi
apartamento hasta aquí, practicando cómo decírselo, pero creo que ser directo, sin
tonterías, es lo mejor. - Yo tengo una hija.
Silencio.
Mis padres no dicen nada. De repente, mi madre se echa a reír.

— Deja de bromear, Joao Víctor.
— Beatriz, no creo que nuestro hijo esté jugando.
Cuando se da cuenta de que hablo en serio, su risa se desvanece, dando paso a la
incredulidad.
— ¿A qué te refieres, Joao Víctor Prado? - Dice mi madre, levantándose del sofá.
— Se llama Julia y tiene casi tres años.

“Pero…” Me mira, luego mira a mi padre.
— João Victor, explícanos bien esta historia. — Pregúntale a mi padre.
Les cuento todo desde el principio. Cuando termino, mi madre está encantada.
—¡Una nieta! ¡Tenemos una nieta, amor! - Habla y abraza a mi padre.

Luego viene hacia mí, me levanto para recibir su abrazo, pero me sorprende un tirón en
la oreja.
- ¡Oh Madre!
"¡Esto es para que aprendas a no hacer esto nunca más!" - Suéltame la oreja y abrázame
entonces. - Felicidades mi hijo.
Mi padre también vino a felicitarme.
"¿Y cuándo vamos a encontrarnos con ella?"
"Pronto papá, mañana hablaremos con ella y le diremos que yo soy el
Su padre. - Tengo una sonrisa que no me cabe en la cara.
"Entonces trata de traerlos aquí". - Insinúa mi madre.
Hablamos un poco más y luego me voy.
De camino a casa, decido pasar por el centro comercial y comprarle un regalo a mi hija.
Mi primer regalo para ella. Sé que le encantan las princesas y los príncipes, pero quiero
darle algo diferente. Mientras conduzco, pienso en las opciones.
¡Estoy nervioso!
Siento que me suda la frente y trato de levantar la mano para secarla, pero no puedo.
Mis manos están llenas de bolsas y todavía tengo un osito bajo el brazo, creo que me he
pasado un poco con los regalos. estoy parado
frente a la puerta del apartamento cuando se abre, revelando a Melissa.

Recupero un poco el aliento, se ve hermosa, viste un jumpsuit blanco con una blusa
roja y tenis. Sencillo y hermoso. En ese momento, me olvido de toda la charla de
necesitar tiempo, mi deseo es acercarla a mí y besarla.
"Hola... ¿de qué se trata todo esto?" – Preguntó suspicaz, mirando a su alrededor.
todas las bolsas
“Algunos regalos, no mucho. digo, encogiéndome de hombros.
- ¿Alguno? ¡Parece que compraste toda la tienda, Víctor! Terminarás mimándola.
– Me regaña, pero tiene una sonrisa.
- ¿Usted me podría ayudar?
Mel agarra algunas bolsas y entramos. Llegamos al salón y aparece Julia
procedente del pasillo. Ella me mira y sonríe.
- ¡Tú llegaste! – Corre a mi encuentro y solo tengo tiempo para salir del
soportar en el sofá y agacharse para abrazarla.
— Le dije a Jú que venías a por nosotros para ir al parque. Desde entonces, no
dejaba de preguntar cada cinco minutos si llegabas. "¿Es cierto que vamos al patio
de recreo de los pincipes?" – pregunta Julia mientras se aleja. - Es si. ¿Recuerdas
que prometí ir a jugar contigo? - Ella asiente en confirmación y salta en su lugar.
Sus ojos se desvían hacia el oso en el sofá, ampliándolos.
- Que oso... - Ella se acerca a él y me mira. - ¿Es suyo?

No, es tuyo. – Tomo el oso entregándoselo, quien lo mira con admiración y lo
abraza. Es grande, mi hija apenas puede abrazarlo. - Traje otras cosas también. –
Estoy sacando todo de la bolsa y ella saltando y aplaudiendo mientras le paso los
juguetes.
— Mira, mamá... muchos juguetes.

“Muy bien, hija. Pero sabes lo que tenemos que hacer cuando recibimos nuevos
regalos, ¿no? – pregunta Melissa, que está observando nuestra interacción, con una
sonrisa en los labios.
— Lo sé mamá, hay que darles los juguetes viejos a los amigos que no los tienen,
¿no?
“Así es, mi amor.
No sé si es posible, pero ahora admiro aún más a Melissa.

Me mira y me sorprende mirándola. Él sonríe y desvía la mirada, poniéndose de pie.
Será mejor que nos vayamos pronto. Hace sol hoy, pero todavía hace un poco de
frío.
Melissa toma la bolsa y Julia el oso.
— Podemos ir en mi coche, que ya tiene la sillita.
— No será necesario, ya lo he arreglado. - Contesto.
En el coche acomodo a Júlia en su sillita, que compré ayer en el centro comercial.
Puedo sentir la mirada de Melissa sobre mí, pero ella no dice nada.
El parque no queda lejos, tiene varios juguetes y una plaza con muchos árboles, un
lugar perfecto para hacer un picnic. No tarda mucho y Julia corre y salta, de un juguete
a otro, y la seguimos como dos padres babeantes. Su energía parece no agotarse
nunca.
— ¿Cuándo quieres contarlo? – me pregunta cariño. Estamos sentados en un
banco mientras Julia está en el saltador.
"¿Qué te parece ir a mi casa? Pediré un refrigerio y
hablamos ahi? “Eso es lo que quiero, los dos en mi casa.
Melissa asiente y busca a Julia, que tiene un poco de rabieta por no querer.
salir, pero cuando le digo que nos vamos a mi casa, se vuelve a emocionar.
- Nooossa... - dice Julia en cuanto entramos al salón de mi apartamento.

- Aquí está el chico grande. ¿Tienes un cachorro?
Arrugo la frente.
- ¿No porque?
“Realmente quiero un cachorro, pero mamá dice que les gusta la casa grande y
vivimos en la casa pequeña. - Dice haciendo una cara triste. Miro a Melissa que me
mira fijamente negando con la cabeza.
—¡De ninguna manera, Víctor! - Murmullos. Sonrío, porque pronto mi
la niña está recibiendo un cachorro.
Ordeno un refrigerio y le muestro a mi hija el apartamento. Le encanta la piscina y
prometo que la próxima vez la llevaré a bañarse.
Mirándolos a los dos en el porche en este momento, mientras pongo la mesa

con nuestros bocadillos, me siento feliz. Es como si ya pertenecieran aquí. Y ese
sentimiento crece más y más en mí, porque eso es lo que quiero.
Ellos aquí, conmigo, como una familia.
- ¡Víctor! - Estaba absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de Mel
Acercarse. - Te estoy llamando desde hace mucho tiempo.
“Lo siento, estaba distraído.
- ¿Todo bien? - Pregunta.
- Si claro. - Yo sonrío.
— Creo que ya podemos hablar con Julia, ¿qué te parece? ¿Está por ahí?
está en la sala jugando con el oso.
Sentí mariposas en el estómago y junté las manos con nerviosismo. Cariño
se da cuenta y sostiene mis manos acercándose.
“Ella ya te adora.
“Me temo que no le gusto como padre. - Me encogí de hombros.
- No lo sé...
"Oye... ¡eso es imposible!" - Garantías sonriendo.
Melissa es hermosa así, con una amplia sonrisa. Tan cerca de mí que puedo
oler su cabello. Mis manos, que todavía están en las suyas, dan un ligero tirón
acercándola a mí. Su sonrisa se desvanece, hasta que se pone seria. Llevo mi
mano derecha a su cara, deslizándola en una suave caricia con el dorso de mi
mano. Mel cierra los ojos e inclina la cabeza hacia mi mano, como pidiendo más.
Acerco mi boca a la de ella, sintiendo su aliento y ella abre los ojos mirándome con
deseo.
No puedo resistir más y mi boca va contra la de ella. Mi lengua pide paso,

acariciando la tuya. Ella deja escapar un gemido que es ahogado por mi boca.
Agarro su cintura y la acerco más. Sus manos recorren mi vientre y lentamente
suben hasta llegar a mi cuello. Mel se frota contra mí como si buscara algún tipo
de alivio y empiezo a sentir que mi polla se endurece. Dejo escapar un gruñido y
bajo el beso a su cuello.
No sé dónde estaba mi cabeza cuando pensé que podía alejarme de ella.
"Victor... por favor..." gime.

— ¿Qué, Mel? Dime lo que quieres que te dé.
Se entrega a mis brazos, excitada, lo que me pone aún más cachondo. Vuelvo
mi boca a la tuya mientras mi mano sube
apretando tu pecho. Mel gruñe y lleva su mano a mi miembro, apretándolo ligeramente

sobre los pantalones cortos. Justo cuando está a punto de alcanzar el interior, un grito
nos saca de nuestra bruma.
— MAMÁEEEE.
Nos alejamos inmediatamente como si nos hubieran pillado in fraganti.
Con nuestras respiraciones irregulares, nos enfrentamos, y una sonrisa de complicidad
surge de los dos.
“Volvamos a eso más tarde. - declaro, y me dirijo hacia el baño,
porque sin condiciones comparecer frente a mi hija en ese estado.
CAPÍTULO 26
Toronjil
Respiro un poco antes de dirigirme hacia mi hija. Víctor me hizo temblar las rodillas,
no esperaba que me besara, a pesar de que era lo que deseaba todo el día. sonreír. Si
no fuera por nuestra hija, creo que habríamos tenido sexo aquí mismo en la cocina.
Paso mis manos por mi ropa y me dirijo hacia la sala de estar. Julia está sentada en
la alfombra jugando.
“Mami, me dejaste solo. - Hacer un pico.
— Oh… que niña tan sensible… – digo, tomándola en brazos y colmándola de
besos, que luego se echa a reír.
— ¿Puedo participar yo también? – Víctor parece sereno.
— Puedes, príncipe. - Él sonrió.
Me acomodo en el sofá, le hago señas a Víctor para que haga lo mismo y coloco a
Julia entre nosotros. El tiempo ha llegado.
— Hija, mamá tiene algo muy importante que decirte. - Comienzo.
- ¿Que mamá?
Víctor parece que se va a desmayar en cualquier momento.
— Sabes que tengo a mi papá y a mi mamá, verdad, que son tu abuelo y tu abuela.
— Lo sé, me gustan mucho el abuelo y la abuela. – Dice con una sonrisa.

"Y también tienes una mamá y un papá".
Ella me mira con su pequeña cabeza hacia un lado dudosa.
“Pero solo tengo a mamá.
“Tú también tienes un papá, Julia.
Aparta la mirada de Víctor y luego vuelve a mirarme a mí.
"¿Dónde está papá entonces?" – pregunta, levantando las manos.
Miro a Víctor y niego con la cabeza animándolo a hablar.
- Soy tu papi, Jú. - cuenta, con la voz entrecortada.
Mi hija lo mira.
"Pero eres mi amigo, príncipe...", dice confundida.
“Pero ahora, también soy tu papá.
- ¿Mi papá?
- Sí.
Ella me mira, como si buscara confirmación. Cada vez me sorprende más la percepción
de mi hija. Es muy joven, pero entiende muy bien lo que decimos y puede expresarse muy
bien, incluso con algunas palabras equivocadas.
Cuando niego con la cabeza afirmativamente, vuelve a mirarlo y esboza una sonrisa.
Julia se lanza sobre el regazo de Víctor, tomándolo por sorpresa. Sus pequeños brazos se
envuelven alrededor de su cuello en un abrazo. Observo la emotiva escena, siento cuando
unas lágrimas se deslizan por mi rostro.
Deseaba tanto este momento, el encuentro de padre e hija. Me huelo la nariz, lo que llama
la atención de Víctor, quien también me mira con una gran sonrisa en su rostro.
"¡Tengo un papá pincipe!" – dice Julia emocionada mientras se aleja. – Ahora, tengo
papá y mamá y abuela y abuelo... ah... tía Bianca y tío Vini. Mucha gente. - Abre los brazos
para demostrar.
— También tienes una abuela y un abuelo más, que son mis padres. –
Víctor cuenta. – Y están muy emocionados de conocerte.
- ¡Que bueno! Otro abuelo y abuela. – Julia aplaude.
Lo miro sorprendida, no sabía que ya se lo había dicho a sus padres. Qué encontraron,
con una nieta apareciendo de la nada.
— Puedes detener a Mel, puedo ver tu cabeza dando vueltas desde aquí. Tenga la seguridad de
que a mis padres les encantó saber que tiene una nieta.
- ¿Papá? – Habla Julia llamando su atención, y él sonríe emocionado. —
¿Vas a vivir en nuestra casita?
Está bien, no me esperaba eso. Víctor me mira en busca de ayuda.

— Hija, tu papá vive aquí en esta casa. - Lo explicaré. - pero te vas
siempre puede venir.
Ella me mira fijamente y espero que no pregunte más, porque honestamente, no sé
cómo responder. - ¿Almorzamos entonces? – pregunta Víctor desviando la atención de
nuestra hija, lo cual agradezco.
— ¿Tienes chocolate?
sonreír. Todavía no te he dicho cuánto se parece mi hija a él en ese sentido.
— Aquí siempre hay chocolate, hija. - Víctor habla con aire victorioso.
- No solo es una mini copia tuya, sino que también hereda tu gusto por el chocolate. -
Él sonrió. “Pero esta jovencita solo puede comer una pieza. – digo, frotando su nariz.
"Oh…" murmura. Víctor le guiña un ojo y ella se ríe. Ya

Noté que lo tiene en su dedo meñique.
Fue más fácil de lo que esperaba. Julia es muy cuestionadora, siempre quiere saber el
porque de todo. Pensé que iba a hacer muchas preguntas, pero se lo tomó bien.
Terminamos de comer y ayudo a Víctor a empacar, aunque él dice que no tiene por qué
hacerlo. A veces siento que quiere decirme algo, pero se da por vencido.
“Ojalá te hubieras quedado en mi casa. - Estaciona el

coche delante del edificio. Miro hacia atrás y Julia está durmiendo.
“Ojalá me hubiera quedado yo también. - Asumo. Pero tú mismo pediste tiempo, Víctor.
No quiero seguir creando expectativas, quiero lidiar con la realidad.
La verdad es que quería tirarme a sus brazos, sin pensar en nada, pero no puedo
actuar así. Cuando estemos juntos de nuevo, quiero que esté seguro de que quiere esto.
Nuestra relación involucra más que a nosotros dos, involucra a nuestra hija, quien si antes
estaba encantada con él, ahora que sabe que es su padre, lo parece aún más.
“Lo entiendo, pero Mel, no quiero que te rindas con nosotros.

- Yo no voy. – Afirmo.
Él sonríe más cerca y coloca un beso en mis labios.
Salimos del auto y él levanta a su hija dormida en su regazo. Llegamos a mi piso y
abro la puerta del apartamento. Cuando llegamos al salón, encontramos a Vinicius y
Bianca besándose en el sofá.
- Tos-tos... - Simulo una tos, porque ni siquiera notaron nuestra presencia.
Cuando escuchan, se separan asustados, mirándonos. tengo uno

una gran sonrisa en mi rostro, miro a Víctor que también sostiene una.
“No es en absoluto lo que estás pensando. – Bianca dice una frase cliché.
Pongo los ojos en blanco. Vinicius y Victor sueltan una risa baja, mientras Bianca
resopla y se dirige hacia el pasillo.
Voy tras la bestia. – Vinicius la sigue.
Guio a João Victor a mi cuarto y mete a su hija
delicadeza en la cama.
“Ella jugaba mucho. Me pondré una toalla mojada y me pondré el pijama.
La besa en la frente y Julia se remueve, abriendo los ojos.

- Buenas noches papi. - Hablar somnoliento y volver a dormir.
— Buenas noches, hija mía. – João Victor se emociona cada vez que Júlia lo llama
padre. Y lo hace de una manera tan natural, como si siempre lo hubiera llamado.
Salimos de la habitación y lo conduzco hasta la puerta. Sus ojos están llorosos.

“Cada vez que escucho que me llamas así, mi corazón se siente como si fuera a
explotar.
“Me puedo imaginar la sensación.
"¡Gracias por darme este regalo!" Eres una madre increíble.
Besa la parte superior de mi cabeza y luego mis labios.
CAPÍTULO 27
Toronjil
"¿Entonces quieres decir que eras como una familia feliz ayer?" – Bianca bromea.
Nos dirigimos hacia la empresa y hoy llegamos en su coche. Conseguimos charlar
rápidamente por la mañana y le conté cómo me fue.
“¿Por qué no me cuentas sobre la escena de ayer, eh? - silenciar desde
Tema.
- ¿Qué escena? – comete un error.
Me río.
"¡Hablemos un poco más tarde, doña Bianca!"
Ella pone los ojos en blanco, pero veo una leve sonrisa en su boca. Me
alegro de que te estés llevando bien. Solo que no se dan cuenta de lo
enamorados que están. Llegamos a la empresa y me detengo en el piso de la
guardería para dejar a mi pequeño.
"Mami, ¿papá me va a ver hoy?"

- Creo que si.
— Te extraño… — Su discurso me hace sonreír.
Estoy seguro de que él también está interesado en ti. Ahora dame un beso y vete
con la maestra.
Me da un beso de tortazo y sigue con la maestra.
Voy a mi piso y todavía no llega João Victor. Comienzo mi trabajo archivando

documentos y programando reuniones. Al cabo de un rato miro la hora y ha pasado más
de una hora desde que llegué. Es raro que João Victor no haya llegado todavía, siempre
llega antes que yo. Pasan unos minutos más cuando escucho el sonido del ascensor.
— Buenos días Mel.

— Buenos días, señor Prado. Arqueó una ceja y sonrió. –
Había una niña que te extrañaba hoy.
“Lo sé, y yo también. ¿Por qué crees que vengo?
¿ahora? Estaba con ella en la guardería.
- ¿Serio? - Estoy sorprendido.
- Mucho. - Camina hacia su habitación, deteniéndose en la puerta. – ¿Almuerzo, yo,
tú y Julia?
- Sí. – respondo con una sonrisa.
Y mantengo esa sonrisa el resto de la mañana, incluso cuando tengo que resolver un
problema con la presentación incorrecta de un contrato.
A la hora de comer, Bianca me manda un mensaje pidiéndome que almorcemos, yo
le respondo que voy a almorzar con Víctor y Júlia, y como era de esperar me manda
muchos mensajes seguidos burlándose de mí.
João Victor me llama y pasamos por la guardería a recoger a nuestra hija que se pone
toda tonta. Me doy cuenta de que los maestros nos miran, no solo a ellos, sino también
a otros empleados. Seguro que ya sabes que Julia es su hija. Eso no me importa, de
hecho nunca me importaron los chismes, lo que me importa es mi familia y ellos saben
exactamente quién soy.
Vamos a un restaurante que está un poco más alejado de la empresa.
Hay un área infantil donde Júlia quiere ir pronto. Hacemos nuestros pedidos y la dejamos
jugar un poco antes.
"Papá mira...", dice mientras baja por el tobogán.
- ¡Qué bien, hija!
"Ahora solo está papá..." Me quejo burlándome de él, que se echa a reír.
— ¿Celos, señorita?
- Claro que no. - Me encogí de hombros.
Vamos a nuestra mesa cuando el camarero nos llama para decirnos que han llegado
nuestros pedidos. Pedimos la comida favorita de nuestra hija, bistec y papas fritas.
Nuestro almuerzo es tranquilo, João Victor y Júlia crearon un
fuerte conexión en tan poco tiempo. Él presta atención a todo lo que ella dice y tiene
una sonrisa en su rostro cada vez que ella lo llama papá.
"Papá, estoy lleno..." Se pasa la mano por el vientre. Víctor y yo soltamos un
risa que es interrumpida por una voz que no esperaba escuchar tan pronto.
- ¿Papá? – Lorena se detiene al lado de nuestra mesa con la cara blanca,
como si hubiera visto un fantasma. – ¿A qué te refieres, Joao Víctor?
“No te debo ninguna explicación, Lorena.
Ella me mira, luego a mi hija, su cara se pone roja y puedo apostar que no es de
felicidad. Si dice algo sobre mi hija, no lo aceptaré y haré que se lo trague.
"¿Entonces por eso estás con esta mujer?" ¿Has hecho ADN, para saber si
realmente es tu hija? – Deja muchas preguntas.
"No voy a dejar que hables así de mí, ¿entiendes?" - digo, levantándome de la silla.
— Mamá… — Oigo gemir a Julia.

"Seguro que te estás dando en el pecho". - Sigue bromeando.
— ¡BASTA LORENA! - Víctor grita y se pone de pie. Noto que algunas personas
nos miran. “No permitiré que les hables así. No te debo la satisfacción de mi vida, así
que déjanos en paz.
— ¡Así no se quedará, Joao Victor! – Dice con un dedo levantado. - No permitiré
que me humilles así, pagando una familia feliz cuando se suponía que íbamos a estar
preparando nuestra boda.
— Estás en necesidad de tratamiento, Lorena.
Ella lo mira, luego mira a Julia y finalmente a mí.
"Disfrútalo mientras puedas, pequeña secretaria..."
Me siento y tomo a Julia en mi regazo, que está asustada.
"Cálmate bebé, está bien. - Beso tu cabecita. - Es mejor preguntar
dice João Víctor.
“Mel…” Intenta hablar, pero lo interrumpo.
“Entonces Víctor, por favor.
Él asiente pidiendo la cuenta, en ese momento Júlia se calma y va a su regazo,
pagamos la cuenta y vamos al auto. De regreso a la empresa, no dejo de pensar en lo
que dijo Lorena, más precisamente, en la forma en que lo dijo. La forma en que nos
miró me hizo temblar. Parecía haber tanta ira en sus ojos. Nunca hice nada por ella,
cuando me involucré con Víctor ya habían terminado, parece más una obsesión para
ella. Su tono amenazador no pasó desapercibido, y esta es la segunda vez que dice
algo así.
Necesito hablar con Víctor sobre esto, se ve cada vez más como una mujer
desequilibrada y no sé qué podría hacer.
**
Llegamos a la empresa y dejamos a Julia en la guardería antes de ir a nuestro piso.
- Vamos a hablar. – João Victor pone su mano en mi espalda

que conduce a su habitación. - Siento lo de esa escena en el restaurante.
—No fue culpa tuya, Víctor. La que no acepta el fin de su relación,
parece obsesionado con casarse contigo.
— Te prometo que no dejaré que se acerque a ti, ni a Julia. - Di, a mi lado.
“Ella vino aquí a la compañía. - Yo cuento.

- ¿Como asi? - Frunce el ceño -
Cuando estabas de viaje, ella vino aquí para decirme que me alejara de ti. No sé
cómo se enteró de que estábamos juntos, pero dejó muy claro que solo lo hacía por
diversión y que pronto te cansarías.
"Eso no es cierto Mel", pone sus manos alrededor de mi cara. “Lo último que quiero
es jugar contigo. - Me mira intensamente. “No sabes lo importante que eres para mí,
lo especial que eres.
Mis manos rodean su cintura y me acurruco en sus brazos, sintiéndome protegida
en ellos, como si nada malo pudiera alcanzarme.
Nos quedamos así durante unos minutos, sintiéndonos, sin decir nada.
“Ella me asustó la primera vez y ahora también. - Confieso rompiendo el silencio.
— Por que?
— La forma en que me miró, la forma en que dijo que no me iba a dejar estar
contigo, que eras de ella… - Me alejo para mirarlo. “Me sentí como una amenaza,
Víctor.
"No voy a dejar que nada te pase, ¿entiendes?" Le voy a prohibir que entre a la
constructora, que es lo que debí haber hecho. También llamaré a un detective privado
que hace algún trabajo para la empresa cuando sea necesario.
- ¿Vas a investigarla?
“Sí, tenemos que saber más sobre ella, lo que sí sé es
superficial. Confía en mí, no te pasará nada.
- Yo confio.
El escuchar mi confirmación de que confío en él parece hacerlo feliz,
porque sonríe y me besa. Toda mi determinación de no establecer
expectativas se desvanece cuando estoy en tus brazos.
¿Pero a quién le importa?
Cuando eso es lo que quiero... estar con él, en sus brazos, en su piel y
en su corazón.
CAPÍTULO 28
Juan Victor
Los días parecen haber pasado volando, han pasado dos semanas desde
que le dijimos a Julia que soy su padre. En ese tiempo, me acerqué mucho
más a mi hija. Iba a verla todos los días a la guardería. Y el mejor momento
es cuando me sonríe, como si yo fuera su superhéroe, o en este caso el
príncipe. Por la noche, he estado tratando de salir temprano de la empresa
constructora y cenar con ella. Jugamos un rato y luego la pongo a dormir. Los
momentos que estamos juntos son inexplicables, no sabía que necesitaba
tanto en mi vida hasta que lo tuve.
Con Mel las cosas son un poco más lentas. Desde lo que pasó en el
restaurante me siento un poco nerviosa, sé que ella va cada vez que puede a
la guardería para ver si nuestra hija está bien.
No quiero que se asuste. No dejaré que les pase nada, se lo prometí a Mel
y ella confió en mí. Ya le prohibí el ingreso a Lorena a la empresa y me
comuniqué con el detective, él me daría respuestas lo antes posible. No
entiendo por qué Lorena pensó en mí. ¿Por qué esta obsesión por casarse?
Mi celular vuelve a sonar sobre la mesa, es de un número desconocido.

Respondo y nadie dice nada. Cuelgo molesto. Ha pasado una semana estos
Las llamadas han comenzado y sé que es ella. Su número está bloqueado, entonces
llama de otros, lo que no entiendo es el silencio, no dice una palabra.
Ella no se atreve a meterse con mi familia.
Sonrío ante ese pensamiento.
Familia.
Así es como me siento cuando estoy con ellos.
Solo hemos intercambiado algunos besos furtivos, pero la tensión de algo más siempre
está ahí, presente, flotando en el aire. Lo único que quiero es llevarla a mi casa y no
dejarla ir. Estoy pensando en hacer un viaje, llevarlos a mi casa en la playa. Seguro que
les gustará mucho, porque descubrí que a Júlia le encanta la playa.
Mi celular vuelve a sonar y sonrío al ver que es una llamada de

mi madre. Me está pidiendo que lleve a su nieta a conocerla.
- Buen día madre.
- ¡Buenos días, ingrata! ¿Cuándo vas a traer a mi nieta aquí, eh?
— Pronto, doña Beatriz. Quería que ella se acostumbrara a mí primero.
'¿Y cómo te va?'

- Mejor imposible. ¡Ella es increíble, mamá! Tan espontáneo y amor
hablar, me recuerda a ti en eso.
- Ah hijo... no sabes lo feliz que estoy de verte así. - Te extraño
discurso emocional.
“Quiero tratar de ser el mejor padre para ella.
“Ya eres un hijo. Con solo preocuparte por ser el mejor, ya estás haciendo tu parte.
“Quiero llevarlos a la casa de la playa, y tan pronto como regrese, prometo llevarlos allí.
— Así que espero João Victor, si no, haré una pequeña visita a la empresa.
río de tu discurso. Nos despedimos y Vinícius no tarda en entrar en mi habitación.
— ¿Qué sonrisa es esa JV? - Pregunta. – No, no hace falta decirlo. Miel y Julia.
"Por supuesto, ¿hay algo mejor?"

Se sienta en la silla frente a mí.
- No para ti. - Sonreír.
“Quiero aprovechar que estás aquí y pedirte pasar unos días con la empresa. Voy a
llamar a Mel para hacer un viajecito a la playa.
“Puedes contar conmigo, hermano. Espero que lo hagas bien pronto, definitivamente.
Alguien vendrá y te lo robará. Levanta las cejas riéndose.
— Ni bromees con eso Vinicius, Mel es mía. No dejaré que ningún imbécil se acerque.
Mi discurso lo hace reír.

"Eres un JV rudo. Solo espero ser el padrino.
“Por supuesto, junto con Bianca. – Yo provoco. Ya hemos hablado de que los atraparon
in fraganti en la casa de Mel. Espero que lo hagan bien.
— Vine aquí para hablar del accidente en la obra de São Paulo. - cambio
de sujeto - Ya he recibido los informes.
- ¿Y entonces?
“Como sospechábamos, un cortocircuito fue la causa. El empleado olvidó la máquina
encendida y durante mucho tiempo se estropeó.
El empleado ya ha sido identificado y despedido de la empresa.
- Lo hiciste bien. Este tipo de falta de atención puede ser fatal en algunos casos.
- Sí. Ahora me voy, tengo una reunión con los españoles. - Levántate y camina hacia la
puerta. – Ah, ¿noticias de Luis?
- Por ahora nada. – Resoplar.
“Cualquier cosa, dímelo.
Cuando se va, llamo al escritorio de Mel y le pido que venga a mi oficina.
No tarda mucho y ella entra.
— Hola João Victor, ¿necesitas algo?
— Sí, que tú y Julia vengáis de viaje conmigo. - digo, levantándome y caminando hacia
él.
- ¿Viaje?
- Sí. Tengo una casa en la playa y creo que nos vendrá bien
desconectémonos de todo aquí. Podemos ir el jueves y volver el domingo.
"¡Pero el jueves es mañana!" ¿Y la empresa?
“¡Necesitas relajarte Mel! Y no te preocupes, Vinicius lo hará
cuidar de todo por aquí.
Ella me mira un poco reticente. Me acerco y tomo sus manos.
—¡Por favor Mel! - Hablo intentando que la expresión sea lo más proxeneta posible.
Y creo que funciona, porque respira hondo y asiente.

- Todo bien. Creo que podría ser genial.
Sonrío con fuerza, pero por dentro quiero saltar. Este viaje definirá muchas
cosas en nuestras vidas. Ya he decidido que no dejaré que Mel se escape, no
necesito espacio, solo la necesito conmigo.
Toronjil
Cierro la maleta y la pongo en el suelo. Julia salta por la habitación, emocionada

por el viaje. No sé si hice bien en aceptar ir a este viaje, pero cuando me miró con
esos ojos, no pude negarme. También sé que tiene razón cuando dijo que necesito
relajarme, con toda esta confusión con Lorena, he estado muy angustiada, sumado
a las pesadillas que he tenido de que le hace daño a mi hija, todo empeora.
— Amigo, João Victor ya está aquí. - Ni siquiera me di cuenta de que Bianca entraba en la
habitación. Cuando Júlia escucha el nombre de su padre, salgo corriendo por la puerta. sonreír.
Son dos palos.
"¿Estoy haciendo lo correcto, amigo?" – pregunto con un asomo de indecisión
apareciendo.
“Mel, eres la persona más valiente que conozco. – Camine unos pasos más
cerca. – Trabajaste mucho para criar a Jú, no dejaste tus estudios, tu trabajo.
Siempre con una sonrisa en la cara, aunque al final del día fueras un desastre.
Me río de lo que dice.

- ¡Quieres eso! Jú y João Victor, los tres juntos, como una familia. Y eso es lo
que ya eres. - Continuará. “Entonces sé valiente una vez más y ve a buscar a tu
hombre. - Termina haciéndome reír.
- Yo te amo amiga. - digo mientras la abrazo. “No sé qué haría sin ti.
- ¡Yo se! ¡Soy demás! - Risas.

Tomo una maleta mientras ella toma la otra y salimos de la habitación.
Encontramos a Julia hablando sin parar y a Víctor luciendo muy concentrado en
sus palabras. Se da cuenta de nuestra presencia y se levanta del sofá.
— Hola Melisa. Blanca. – Asiente con la cabeza.
"Estamos listos, podemos irnos si quieres", le digo.
"Déjame apretar a esta jovencita primero". – dice Bianca recogiendo a Julia y
llenándola de besos. - Te extrañaré princesa.
- Yo también tía.
“Oh… cosa linda. – Después de que la suelta, se enfrenta a João Victor. - No sé si

ya sabes, pero yo sé pelear, ¡mucho!
“Está bien… eso es bueno, ¿no? – Responde un poco dudoso, mirándola sin entender y
yo también, definitivamente no sabe pelear.
- ¡Mucho! Recuerda que si le haces daño a mi amigo.
Solté una risita ante su amenaza. Después de que nos despedimos,
Víctor toma nuestras maletas y nos vamos.
Es temprano en la noche y, sorprendentemente, el tráfico está en calma.

Trabajamos medio tiempo hoy y luego nos fuimos a casa. No queríamos viajar demasiado
tarde. Julia duerme después de comer un bocadillo, mientras Víctor y yo hablamos. Es
bueno, es ligero.
Un poco más de dos horas Víctor se detiene frente a una puerta blanca. Presiona un
control y la puerta se abre. La casa es hermosa, puedo ver un hermoso jardín del lado
izquierdo, la pared tiene una iluminación diferente, resaltando las flores. Tiene dos plantas,
la superior está rodeada por un balcón de extremo a extremo. Bajamos del auto y él abre la
puerta trasera tomando a Julia en sus brazos.
"Entremos, luego vendré a buscar las bolsas".

Estoy de acuerdo y me dirijo a la puerta principal. Ayudo a Víctor con la llave, y cuando la
puerta se abre, estoy seguro de que es una de las casas más hermosas que he visto en mi
vida. Es una mezcla de rústico y moderno. En la sala de estar hay un sofá gris, con cojines
de colores esparcidos, frente a una enorme televisión. En el otro lado hay una mesa rústica
de madera en la que caben fácilmente diez personas.
— Vamos arriba y dejemos a Julia en su cuarto y luego te enseño todo.

Subimos por una escalera que está al costado de la habitación. En el segundo piso cuento
cuatro puertas, Víctor se dirige a una y la abre. La habitación es grande, tiene una cama
doble y una tv al frente, y la pared donde está la cama, tiene unas pequeñas flores decoradas.
Junto a la cama hay una puerta y en la pared de enfrente otra. Imagino que podrían ser el
baño y el armario. Víctor deposita a Julia con cuidado sobre la cama y la rodeo de almohadas,
dejo la lámpara encendida y nos vamos.
— Esta habitación es de Julia, quiero que ella elija la decoración. Este de enfrente
es mío – pausa – esperemos que pronto sea nuestro.
Abre la puerta y todavía estoy de pie en el mismo lugar procesando sus palabras. No
está siendo sutil. — Hay una pareja que vive cerca que hace la limpieza.
Cuando decidí que vendría, llamé y pedí comprar algunos comestibles.

Pero si falta algo, podemos ir a la ciudad mañana.
- Todo bien. - Estoy de acuerdo. Miro su cuarto, es más grande que el otro, las
puertas están en los mismos lugares, y la pared donde está la cama, está pintada de
azul con pequeñas mezclas de blanco. A medida que me acerco, noto que parecen
nubes. Puedo ver algunos detalles en amarillo también.
“Significa verano. La habitación de Julia, te habrás dado cuenta, es primavera. Los
otros dos dormitorios son de invierno y otoño. — ¡Es increíble, Joao Victor! Me encantó
la idea.
“Bueno, no puedo tomar todo el crédito por eso. llamé a uno
decorador a quien se le ocurrió la idea, pero yo elegí los colores y los diseños.
Me muestra las otras habitaciones que son tan hermosas como las otras.
Bajamos y vamos a la cocina, que es toda moderna. Seguimos un pasillo que conduce
a una puerta doble.
“Esta es la sala de juegos. – Es enorme, con mesa de billar, videojuegos y otro tipo
de juegos. – Cuando compré esta casa, estaba al principio de la universidad, y con todo
el estrés de los estudios, exámenes y trabajo, necesitaba un refugio. La sala de juegos
fue una de las primeras cosas que renové. Solía venir mucho con mis amigos, pero
luego, con la intensificación del trabajo en la constructora, terminé por quedarme sin
tiempo. Había olvidado lo mucho que me gusta este lugar.
“Es realmente hermoso aquí. Apuesto a que has tenido muchas fiestas aquí. - Arete.
"Eres la primera mujer que traje aquí, quiero decir, después de la
mi madre. – respondió, tomándome por sorpresa.
"¿No la Lorena?"
Camina unos pasos y se detiene lo suficientemente cerca como para sentir su aliento
chocar con el mío.
- Usted es la única. - Habla en un susurro firme. Y yo le creo, veo la verdad en sus
palabras. Antes de que pueda responder, sonríe y toma mi mano. Aún no has visto lo
mejor...
Nos detuvimos frente a una puerta corredera de madera. Víctor la abre y salimos a
un porche. Es enorme, en el lado izquierdo hay un
asador, fregadero y una mesa, del lado derecho hay una hamaca, cojines grandes y
coloridos esparcidos por el piso, además de un sofá de mimbre, los costados están
rodeados por puertas corredizas de vidrio, y el mismo tipo de puerta divide las
habitaciones por la mitad Me gusta la idea, un lado puede ver al otro.
Afuera está cubierto de hierba y tiene una bonita piscina. Seguimos caminando,
bajando unos escalones que nos llevan directos a la playa. Pierdo el aliento ante la
vista, es increíble. La luz de la luna se refleja en el agua.
Entro y me quito las zapatillas. Siento la arena en mis pies.
Abro los brazos y cierro los ojos, solo sintiendo el sonido de las olas y el viento en mi
cabello.
Siento la presencia de Víctor incluso antes de que me toque. Él pone sus manos
alrededor de mi cintura, abrazándome. Apoyo mi cabeza en su pecho y coloco mis
manos sobre las suyas, suspirando.
Estábamos perdidos en ese momento, cada uno por su cuenta
pensamientos, hasta que un viento más frío me hace temblar.
"Entremos o te congelarás aquí". Voy a buscar las bolsas. –
Regresamos tomados de la mano y se siente natural, como si hiciéramos esto todo el tiempo.
— Prepararé una merienda para nosotros y la leche de nuestra hija.
Él sonrió.
“Es muy bueno escucharte decir eso, hija nuestra.
Entramos y mientras Víctor recoge las bolsas, yo voy a la cocina. Preparo la leche
de Jú y la dejo enfriar. Estoy seguro de que te irás a dormir enseguida. Hago unos
sándwiches y jugo. Víctor vuelve y nos sentamos a comer.
— A Jú le va a encantar la playa. - Comentario.
- Espero que si. Tengo muchas ganas de disfrutar estos días contigo.
Seguimos hablando y en medio de una frase dejo escapar un bostezo. —
Será mejor que descanses, puedes dejarme limpiarlo aquí.
“Todavía es temprano, pero creo que el viaje me ha desgastado un poco. - Me estiro
y tomo los vasos llevándolos al fregadero. - Los dos juntos terminamos más rápido y
ni siquiera es tanto.
Mientras yo lavo, Víctor seca. Agarro el vaso de leche y me dirijo hacia las escaleras.
Nos detenemos frente a la habitación de Julia. Víctor me mira como si esperara

algo. Tal vez lo mismo que yo. Desvío mi mirada a su boca, lo único en lo que puedo
pensar es en que quiero besarlo.
Tomando la iniciativa, me acerco y con la mano libre toco su rostro, me pongo de
puntillas y pongo mis labios sobre los suyos. toma un segundo
volver a pagar. Él pega nuestros cuerpos juntos, y su lengua devora la mía. Muevo mi
mano a la parte de atrás de su cuello y enredo mis dedos en su cabello, tirando ligeramente.
Él gime y puedo sentir su dura erección contra mi estómago. Estoy bastante seguro de
que mis bragas están mojadas. Con nosotros nunca es sólo un beso, siempre queremos
más. Sin aliento, detenemos lentamente el beso.
“¡Eres mi perdición, Melissa!

Sonrío y le doy un beso rápido.
— Buenas noches, Víctor.
Entro en la habitación y pienso en lo bien que me hace sentir Víctor. Me motiva, me
da ganas de romper barreras. Me reta a ser más. Espero que al final de este viaje los dos
tengamos lo que queremos y que sean las mismas cosas.
CAPÍTULO 29
Toronjil
Me despierto con pequeñas manos jugando con mi cabello. Miro a Julia, que está
sonriendo.
— ¿Acodo, madre?
- Mi linda. La tiro en un abrazo, bañándola con besos. Ella suelta una carcajada.
Levanto mi teléfono y veo que son las ocho.

- ¿Dónde está papá?
— No sé, hija, ¿vamos a levantarnos a buscarlo?
Ella sacude la cabeza efusivamente y aplaude. Nos levantamos y hacemos nuestra
higiene matutina. Abro la cortina del porche y abro la puerta, sintiendo el viento fresco de la
mañana. El sol brilla en el cielo, es un hermoso día.
Abro mi maleta y decido deslizar un bikini debajo de mis pantalones cortos y mi blusa de
tiras.
— Mamá, congelada. – Señala tu traje de baño.
Terminamos de vestirnos y salimos de la habitación. Al bajar las escaleras ya puedo oler
el café y algo más que no puedo identificar. Encuentro a João Victor en la cocina en
pantalones cortos, revolviendo algo en la estufa.
Por un momento lo miro fijamente, en realidad creo que podría estar babeando.
Mis ojos recorren tus costillas sobre tu definido vientre, mi deseo es
pasar la lengua por cada uno. Aprieto una pierna con la otra tratando de apaciguar la córnea,
subo mis ojos solo para encontrar los tuyos sobre mí con una sonrisa torcida. Siento mis
mejillas calentarse instantáneamente.
- ¿Algo que te guste? – bromea levantando una ceja.
Pongo los ojos en blanco, disimulando, como si no me hubieran atrapado.
— Buenos días, Víctor. El olor es maravilloso.
- Buenos dias papi.
- Buenos días mis princesas. – Camina hacia nosotros y me planta un beso en la frente y
luego hace lo mismo con su hija, levantándola en brazos. - Hice panqueques. Espero que lo
disfruten.
Nos acomodamos y Víctor nos sirve, corto un trozo de panqueque y me lo llevo a la boca.
— Hmm… — Dejé escapar un gemido, es realmente delicioso.

Siento los ojos de Víctor sobre mí y lo miro fijamente.
"Esto lo hace difícil, cariño..."
Me río y seguimos bebiendo nuestro café.
'Podemos pasar la mañana en la playa y luego ir al pueblo a almorzar, ¿qué te parece?'
- Pienso que es una gran idea. Ya estamos vestidos para la playa, ¿verdad, hija?
— Sí... estoy congelada papi...
- ¿Congelado? - Frunce las cejas. – ¿Es ese muñeco de nieve?
— Olaf. - respondí riendo.
- Literatura.
- Hola hija.
— Vamos a ver una película con una pincesa. Lo prometiste con un dedo meñique, y tienes
que cumplir verdad mama?
- Eso. - Estoy seguro de que la risa.
“Podemos verlo por la tarde y mamá lo verá con nosotros.
- WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - Grito emocionado. Yo no tanto, creo que
me sé de memoria todas las líneas de los personajes de todas las películas, de tanto verlas. Suspiro.
Lo que no hacemos para ver felices a nuestros hijos.
Después del desayuno, ordeno la cocina y Víctor se pondrá los shorts.
Luego vamos a la playa. En la parte donde nos quedamos no hay nadie, Júlia pronto insiste
en meterse al agua, yo aplico el protector solar y su padre la lleva. Forro una toalla en la arena
y me quito la camisa y los pantalones cortos, luego me acuesto. Voy a disfrutarlo y quemarme
un poco. Hace tanto tiempo que no hago esto, cuando voy es muy temprano en la mañana o
cuando ya se ha puesto el sol. Luego de una
tiempo siento gotas de agua en mi vientre. Abro los ojos para encontrar a Víctor de
pie a mi lado. Me siento y miro alrededor, Julia está jugando con la arena. Víctor se
sienta a mi lado.
"No lo haces fácil, ¿verdad?"
“No sé de qué estás hablando. ¿Dormiste bien por la noche? – provoco,
recordando tu erección ayer.
"No pude dormir hasta después de tocarme pensando en ti". “Logra dejarme sin
palabras. Su mano toca mi muslo y aprieta un poco más fuerte. Muerdo mi labio
inferior para contener un gemido. Acerca su boca y chupa mi labio. Su mano se
desliza hasta mi cintura. Cuando su lengua pide paso, escuchamos un pequeño llanto.
— Ahhh...
Miramos en la dirección del grito y encontramos a nuestra hija frente a nosotros
con una sonrisa.
— Mamá y papá se están besando.
Nos miramos sin saber cómo actuar.
— ¿Papá se va a vivir con Jú y mamá? – Pregúntale a João Víctor.
"Hija, no es así...
Mi discurso es interrumpido por
Víctor. "Es lo que más quiero, hija, y espero que pronto todos podamos
vivir juntos.
Él responde haciendo que mi hija salte emocionada. Lo miro regañando.
- ¡Víctor! No deberías seguir poniendo eso en su cabecita.
- ¿Y porque no? Es lo que quiero cariño. – Su discurso hace que mi corazón se
acelere, pero aun así no está bien que se lo diga a Jú, no quiero que se decepcione.
“Pero no es así, tenemos que hablar.

"¡Y nos vamos hoy!" – Decreto.
Siento un escalofrío ante sus palabras, un buen escalofrío de anticipación, de
anticipación.
Juan Victor
El día fue maravilloso. Después de la playa, volvimos a casa a ducharnos y

vestirnos. Fuimos al centro de la ciudad y almorzamos allí.
También fuimos a algunas tiendas y Mel compró souvenirs para todos, incluidos mis
padres. Les dije que esperan nuestra presencia para
el almuerzo del domingo, en su casa, y que lo están deseando. Estaba súper nerviosa,
pero logré calmarla. Estoy seguro de que mis padres la amarán.
Cuando regresamos era temprano en la noche, ayudé a Julia a bañarse y Mel preparó
su almuerzo. Nosotros también nos dimos una ducha y ahora estamos en la sala recostados
en el sofá, con nuestra hija entre nosotros, viendo la segunda película de princesas.
Confieso que en realidad estoy disfrutando, que Vinicius no me escucha, miro a Julia con
la cabeza apoyada en mi brazo y veo que ya se durmió. Noté que tiene la rutina de
acostarse y levantarse temprano, y hoy debe estar muy cansada, ya que jugó mucho en la
playa. Miro a Melissa y la veo concentrada en la película, parece que no se quejó cuando
Jú eligió la película. Me muevo para recoger a mi hija y le llama la atención.
"Vaya, no me di cuenta de que ya estaba dormida".

“Por supuesto, estabas muy concentrado en la película. - Arqueo una ceja.
- Ni tanto. “Reembolso, y ambos sabemos que estás mintiendo.

Recojo a Julia y la llevo al dormitorio, con Mel siguiéndonos.
La pongo en la cama y Mel la cubre colocando varias almohadas a su alrededor.
Necesito acordarme de comprarle una cama más pequeña, no solo para aquí, sino también
para mi apartamento. Los quiero a los dos en mi casa. Enciendo el vigilabebés que compré
y salimos de la habitación sin hacer ruido.
"¿Te gustaría tomar un poco de vino conmigo?" - Pregunto.
- Claro.
Bajamos las escaleras y vamos a la cocina. Tomo el vino de la bodega y lo abro, tomo
las copas también. Mel está cortando unos trozos de queso y pan.
Cogimos todo y decidimos quedarnos en el porche. Dejo todo en una mesita en la esquina,
incluido el monitor de bebé en caso de que Julia se despierte. Vuelvo a buscar dos
frazadas, el piso donde está el sofá tiene una alfombra, pero aún con las puertas cerradas
hace un poco de frío.
Forro una de las mantas y nos sentamos.
“Un brindis, los nuevos cambios. Toco mi vaso con el de ella.
— Un brindis, por nuevos comienzos. – Brindar y tomar un sorbo de vino.
Después de beber el mío, dejo la taza en el suelo junto a ella y hago lo mismo con la
de ella.
“Quiero esto para nosotros, un nuevo comienzo. - Comienzo. – Desde que te vi en ese
club, no te has ido de mis pensamientos, aun cuando pensaba
que ya no te encontraría. Más tarde, cuando nos volvimos a encontrar, creí que era el
destino el que nos daba una segunda oportunidad.
— Yo también he pensado en ti siempre y lamento no haberte dicho nada antes de
Julia. - Habla con voz ahogada. - Tenía miedo de tu reacción, de que no quisieras hijos,
aunque mi corazón sabía que nunca la rechazarías.
“Nunca Mel, pero entiendo tu miedo. - Toma tus manos. “Estaba un poco molesto, por
supuesto, sentí que no confiabas en mí. Pensé que necesitaría algo de espacio, pero me
equivoqué. Estás aquí – coloco su mano sobre mi corazón – Todo lo que necesito eres
tú en mi vida, como mi novia, mi prometida, mi esposa.
Yo te amo.
Las lágrimas corren por sus mejillas. Es un alivio poder decir que la amo.
Estuve siendo un idiota todo este tiempo, cuando en realidad, ella siempre fue la que yo
quise, y si continuaba con el mismo comportamiento podría terminar perdiéndola. Y eso
no aguantaría.
- Yo también te amo Víctor... - Se acerca y pone sus manos en mi rostro acariciando
con las yemas de sus dedos. Su boca roza la mía.
Llevo mis manos a su cintura y tiro de ella haciéndola sentarse con sus piernas alrededor
de mi cintura. “No sabes cuánto tiempo he esperado este momento, cuánto he querido
que sintieras lo mismo por mí.
“Siento a Mel…” Mi boca toma la suya en un beso hambriento. Mi
el lenguaje busca lo suyo.
Mel se frota contra mí y siento que mi polla se endurece. Detengo el beso el tiempo
suficiente para quitarle la camisa y luego vuelvo. Toco sus pechos a través de su sostén,
apretando ligeramente. Mi boca viaja por su cuello y regazo mientras lo abro. Mi boca se
hace agua cuando sus tetas caen en mi cara y rápidamente coloco una en mi boca,
chupando, lamiendo. Mel presiona mi cabeza contra su pecho pidiendo más, y le doy a
la otra la misma atención. "Oh…" sonidos incomprensibles salen de su boca.
Sus pechos son su punto caliente y si continúo se correrá así, pero quiero que llegue
al orgasmo conmigo, dentro de ella. Me aparto y la pongo en su cama, rápidamente me
pongo la camisa y los pantalones de chándal, dejando solo mis bóxers.
Llevo mis manos a sus pantalones cortos y los saco, teniendo una visión de su marca.
emoción de las bragas. Toco ese lugar manchado y ella se retuerce.
- Víctor...
- Necesito entrar en ti, amor... - le dije poniendo una mano a cada lado de sus
bragas y quitándoselas. También me quito rápidamente los bóxers y me coloco
encima de ellos. Mel tira de mi cara, besándome. Sus movimientos son rápidos
mientras sus piernas se envuelven alrededor de mi cintura y es lo suficientemente
fuerte como para que podamos girar, yo estoy abajo y ella arriba.
Mel gime cuando mi polla se desliza dentro de su coño y ella frota aún más fuerte.
"Quiero hacer algo que he querido hacer desde una edad temprana..."
- ¿Qué? - Yo murmuro.
Ella baja la cabeza y por un momento creo que me va a chupar la polla, pero no.
Desliza su lengua por todo mi vientre, lamiendo y trazando todos mis pedacitos. Pasa
suavemente las puntas de sus uñas por mi pecho, excitándome más.
“Eso es lo que estabas pensando antes en la cocina. digo con una sonrisa.
"Tal vez…" se ríe.

“Montame… Quiero sentir tu calor.
Ella me mira a los ojos y se posiciona hacia mi polla.
Sosteniéndolo en sus manos, lo encaja en su entrada, descendiendo lentamente, en
una lenta y deliciosa tortura.
"Caliente..." siseo. Coloco mis manos en su cintura mientras ella me domina,
arriba y abajo, montándome. Su mirada se bloquea en la mía y no tiene idea de lo
sexy que se ve, pareciendo una amazona. El único sonido que se escucha es nuestra
respiración y gemidos.
“Cariño…” lo llamo por su nombre.
"Ahhh..." gime, retorciéndose.
Levanto mi torso justo hasta llegar a sus pechos y me meto uno en la boca
mientras aprieto el duro pezón del otro. Mel se retuerce encima de mí.
Nuestra lujuria es incontrolable, de hecho siempre lo ha sido. Basta con tocarse, para
querer siempre más. Cada toque es como un rastro de fuego que necesita ser
consumido. Y ahora que hemos declarado nuestros sentimientos, todo se ha vuelto
más intenso.
Me acuesto y empiezo a moverme con ella. Mis embestidas se vuelven más
fuertes cuando su coño me aprieta.
— Más, Joao Victor... eh...
- Su pedido es una orden...
Nuestras pieles están sudorosas, nuestras respiraciones son jadeantes.
Honey grita y ruega por más

Paso mi mano por su vientre y me detengo encima de su montículo hinchado,
Toco su clítoris haciendo círculos.
- VÍCTOR. - Grita, apretándome más fuerte. Siento que está cerca de ti
placer y aumentar los empujes.
"Ohh…" gime, disfrutando.
Lo miro a los ojos todavía nublados por el orgasmo.
- Yo te amo. - Hablo, disfrutando después.
CAPÍTULO 30
Toronjil
Descanso encima de Víctor, nuestras pieles están pegadas, pero ninguno de los dos
hace ningún movimiento para alejarse, lo cual es bueno, porque no sé si podría levantarme
ahora, mis piernas se sienten tambaleantes. Sus manos hacen una caricia de ida y vuelta
en mi espalda.
No sé cómo explicar el sentimiento que me llevó esta vez. Fue intenso. sintió
nuestra conexión en la piel, en los ojos y sobre todo en el corazón.
- ¿Sal conmigo? Deja caer la pregunta.
- ¿Hablas en serio? Me coloco encima de él y lo miro fijamente.
- ¡Mucho! Sus ojos son verdes en este momento, mirándome.
sonreír. Solo si estuviera loco para negar su pedido.
- ¡Acepto!
Una sonrisa se extiende por su rostro y me atrae para otro beso.
— Las bolsas ya están en el auto, ¿vale? – pregunta Víctor involucrando

mi cintura y besando suavemente mis labios.
Hoy es domingo, y desde el día que nos declaramos, me ha tratado así, más
cariñoso, más apasionado, creo que antes estaba un poco estancado, sin saber
mis sentimientos, pero ahora que todo está claro, parece que fue una luz verde
para que tanto él como yo nos sintiéramos libres para jugar sin restricciones.
Ayer disfrutamos más de la playa y luego nos quedamos en casa, disfrutando de

nuestra hija, y cuando ella dormía, nos quedábamos juntos. Fue perfecto estos
días, solo nosotros tres, juntos como una familia.
“Lo voy a extrañar aquí. - dije suspirando.
“Podemos volver cuando queramos, este puede ser nuestro refugio.
Sonrío de acuerdo y beso sus labios suavemente. Llamo a Julia, que está
jugando en el salón, y nos dirigimos hacia el coche. Todavía es temprano, pero hoy
es el almuerzo en casa de sus padres. Confieso que estoy un poco ansiosa, pero
él me tranquilizó, dijo que son increíbles y creeré sus palabras.
El viaje de regreso toma un poco más de tiempo porque había algunos atascos,
pero finalmente llegamos. Miro hacia atrás y Julia está jugando con el oso que le
regaló su padre.
"Puedo sentir tu tensión desde aquí..." Lo miro.
“No puedo evitarlo, es una mezcla de ansiedad y nerviosismo,
Finalmente voy a conocer a mis suegros. - digo con una sonrisa al final.
“Me gusta cómo suena eso. - Bésame y sal del auto. - Quien quiere
conocer al nuevo abuelo y la nueva abuela?
-Uuu...
Salgo del coche y los sigo. La casa parece una mansión. Está rodeado de
césped y flores por todas partes. Incluso antes de que nos acerquemos a la puerta,
se abre para revelar a una mujer de mediana edad con cabello castaño y ojos muy
similares a los de su hijo, y ahora a los de su nieta. Ella tiene una sonrisa amistosa
cuando se acerca.
— Hijo, pensé que era… - Empieza a hablar, pero se detiene cuando mira a
Julia. Se lleva las manos a la boca y le lloran los ojos. – ¿Es esa mi nieta?
- Si madre. Esta princesa aquí es Julia.

- ¡Hola abuelo! – dice Julia con una sonrisa, no es nada tímida.
- ¡Oh Dios mio! Ella es tu cara, João Victor. - Estira los brazos y Julia
se juega. Se abrazan y susurran como si ya fueran grandes amigos.
- Hijo. – Aparece un hombre muy parecido a Víctor, solo que mayor.
- Papá. - dice yendo a abrazarlo. Es agradable ver su relación, es la misma que la mía con
mis padres. Pensar en ellos hace que mi corazón se encoja de anhelo, les hablé antes del
viaje. Tengo que ir allí y hablar con ellos.
— Mira, amor, nuestra nieta.
Mi hija también se tira en el regazo de su abuelo, está encantada de que haya más gente
en la familia.
— Papá, mamá, quiero presentarles a Melissa, mi novia. Mi corazón se acelera cuando
me presenta como su novia. Su madre me mira fijamente, pareciendo solo ahora darse
cuenta de mi presencia. – Mel, ellos son Joao Lucas y doña Beatriz, mis padres. — Encantado
de conocerla, señorita Beatriz.
— No señora, por favor, solo Beatriz. - Se acerca y me abraza.

- Tu eres linda.
Sonrío tímidamente.
“Tenía muchas ganas de conocerte. Pero este chico solo

acurrucado... - Le deja un ligero golpe en el brazo.
"Madre... ¿así es como me tratas?" Ni siquiera me habló bien... - Dice Víctor haciendo
pucheros.
Doña Beatriz sonríe y lo abraza.
— Encantado de conocerte, Melisa. – Seu João Lucas se acerca con Júlia todavía
en su regazo y le tiende la mano. - Bienvenida a la familia, querida.
- Gracias. Sonrío y aprieto su mano.
- Entremos querida, tenemos otra visita en la habitación esperándote.
- ¿Visitar? – pregunta Víctor, pero no tiene tiempo de responder porque al poco rato
aparece Vinicius masticando algo. Se detiene en el lugar cuando nos ve y abre mucho los
ojos mirando a Beatriz.
—¡Vinicius! ¡No puedo creer que hayas ido a remover las ollas! – regaña Beatriz
con él, pero tiene una mirada cariñosa.
— ¡Tío Vinny! – Júlia se baja del regazo de su abuelo y va a abrazar a Vinicius.
"La princesita del tío..." Él la levanta y le da la vuelta. ella deja caer un
risa. Cuando miro a mi alrededor, todos están sonriendo.
— Salvado por J. – Víctor habla con su amigo. - ¿No tienes casa? - Implicar con él.
"Sabes que me amas..." dice encogiéndose de hombros. - Hola Mel... - Pone a Jú en el

suelo y se acerca a mí, dándome un beso en la mejilla. - yo no iba
te pierdas la presentación oficial de tu hija.

- Y la novia. – comenta Beatriz.
— Hmm… ya estamos saliendo. - Sonriendo, se dirige a Víctor dándole uno de esos
abrazos de hombre con palmaditas en la espalda. - ¡Felicidades hermano! Y felicitaciones
Mel por aguantar a este tipo aquí.
sonreír.
— Vamos todos a la mesa y la comida ya debería estar lista. – Beatriz mira a Vinicius.
"Eso es si no se lo comió todo..."
- ¡¿Qué es esa tía?! Solo pellizqué una pequeña porción del pastel.
fresa, sabes que no me puedo resistir, ¿verdad?
— ¡Mamá, no puedo creer que hayas hecho pastel de fresas para los vagos de
Vinicius!
Vinícius ríe y guiña un ojo a João Victor.
“Hijos, dejen de ser celosos. Yo también hice chocolate Víctor. - Ahora sonríe
abiertamente.
"Oooh... ¡chocolate!" – Habla Julia.
— La princesita del tío, te tienen que gustar las fresas, el chocolate es malo...
— Sal de ahí Vinícius... Dime, hija, ¿cuál es el mejor?

"Chocoate..." dice y aplaude.
Sonrío ante la escena de la disputa y nos dirigimos a la mesa, entre las burlas de los
dos y las risas de los demás.
Víctor estaciona el auto frente a mi edificio al final de la tarde. El almuerzo estuvo

delicioso, y todo fue muy divertido. Sus padres son personas increíbles, que me trataron
súper bien y amaban a su nieta. Julia estaba muy cómoda en su casa. Doña Beatriz
insistió en mostrarme todo, y la casa es hermosa. En la parte de atrás hay un hermoso
jardín, que descubrí que es su pasatiempo.
“Quería que vinieras a mi casa.

sonreír.
“Mañana trabajamos los dos y necesito empacar mis cosas.
"Oh…" murmura.
“La próxima vez, ¿de acuerdo?

Me acerco y junto nuestros labios. Víctor muerde levemente mi labio inferior y
luego lo succiona, su lengua se entrelaza con la mía y dejo escapar un gemido que
es amortiguado por sus labios. Detengamos el beso poco a poco. Inclino nuestras
frentes juntas, esperando que la respiración se normalice.
“Necesito entrar y acostar a nuestra jovencita.
- Yo te ayudo.
Salimos del auto, les traigo las maletas a Julia y Víctor. En mi piso, abro la puerta
del apartamento y por la penumbra sé que Bianca no está en casa. Voy al dormitorio
y pongo a Julia en la cama. Víctor deja las bolsas en la esquina y se acerca
depositando un beso en la frente de su hija. Salimos y lo acompaño hasta la puerta.
Antes de abrirlo, me presiona contra él y me besa. Te tengo en tus brazos y me rindo.
"¡La próxima vez, te quiero en mi casa!" - susurra contra mi boca cuando

terminamos el beso. - Buenas noches, novia. – Dice con una sonrisa.
Suspiro mientras cierro la puerta.

Mientras ordeno la ropa, pienso en mi novio.
¡Novio! Cuando me doy cuenta, tengo una amplia sonrisa.
Repaso nuestros momentos en el viaje, tu declaración. Quería tanto volver a verlo
y ahora que estamos saliendo, parece un sueño. Mi corazón parece explotar de
felicidad y solo espero que nada arruine este momento.
CAPÍTULO 31
Juan Victor
Salgo de una reunión en la Zona Sur y suena mi celular. Miro la pantalla y respondo
rápidamente.
- ¿Alguna novedad? - Iré directo al grano. Hace poco más de dos semanas que contacté al
detective para obtener información sobre Lorena, y hasta ahora no ha encontrado nada.
— Sí, João Victor, y creo que te sorprenderás. Cuando podamos

¿Encuéntranos?
"Podría ser ahora mismo, acabo de salir de una reunión cerca de la tuya".
oficina y estoy libre.
- Perfecto. Te esperaré. Hasta luego.
Cuelgo con la sensación de que no me gustará lo que tiene
para decirme. Resoplé y me metí en el coche.
Las últimas semanas han sido increíbles con mi hija y Mel.
Desde que regresamos de nuestro viaje hace dos semanas, pasamos más tiempo juntos.
Siempre tratamos de tener al menos una comida juntos, generalmente la cena, donde puedo
acostar a nuestra hija.
Cada detalle que conozco de ella es un paso al que me siento más cerca y al que puedo soltar
la culpa de no haber estado en sus primeros años.
Los fines de semana nos quedábamos en mi apartamento. Al principio Júlia dormía con
nosotros, pero luego nos acostumbramos a dormir solos en otra habitación. Por supuesto,
pusimos un monitor para bebés, y también vi a Mel yendo allí varias veces.
Quería sorprender a mi niña. Y un día, cuando llegaron, la habitación de Julia estaba

lista. El cuadro era de las princesas y la cama tenía forma de carruaje. Mi pequeña no
paraba de saltar y hablar de lo hermosa que era, Mel ya sonreía de la emoción. Mi hija ya
no quería salir de la habitación.
Mi casa que antes estaba siempre ordenada, sin nada fuera de lugar, hoy por donde
camino encuentro una muñeca o un juguete perdido. No sabía que me gustaría tanto este
desastre y, sinceramente, no veo la hora de tenerlo todo todos los días.
Cuando llego frente a la oficina del detective, ya está en mi escritorio.

espera.
— Buenas tardes, Joao Víctor.
— Buenas tardes, Luis. - Saludo. – Entonces, ¿qué descubriste?
“Directo al grano, eso me gusta. Siéntate. Saca una carpeta del cajón y me la entrega. –
Ese es el informe, y ya para decir que esta mujer, Lorena, no es buena persona.
Hojeo las páginas y encuentro un resumen de su vida, incluidas sus calificaciones

escolares, y me pregunto cómo logró eso. Me sorprende cuando encuentro fotos de un
apartamento viejo y mal mantenido, pero lo que más me sorprende son las fotos en una
pared de este apartamento. Estas son mis fotos. En varios momentos, en bares, restaurantes,
con amigos y hasta con mi familia.
Ella me estaba siguiendo. ¿Pero por qué?

Recuerdo que ella siempre sabía dónde encontrarme o que siempre sabía algo que
había hecho durante el día. Ahora entiendo cómo sabía estas cosas. Sigo mirando las
sábanas y las fotos cambian, por la mía con Mel.
Lorena estuvo observándonos todo este tiempo, ¿cómo no me di cuenta?

Una foto de Julia ocupa un lugar destacado y eso me hace cerrar la mano en un puño,
con enojo.
- ¿Qué significa todo esto? - Pregunta.
— Me tomó un tiempo encontrar algo, porque la dirección que me diste de su casa no es
la real. Fui allí y nadie sabía un
mujer llamada Lorena o con sus caracteristicas. Pasé unos días analizando el lugar,
pero ella no apareció.
“Cuando la recogí, siempre estaba frente a este edificio, pero
En realidad nunca entré. – Hablo, confundido.
“Creo que este edificio se usó como fachada, por lo que pensarías que ella vivía allí.
“De verdad, ella siempre inventaba una excusa para que yo no entrara, y
Finalmente, dejé de hablar de eso.
“Bueno, pude averiguar por los pocos datos que me diste que ella es huérfana y fue
criada por una tía. Tuvo una vida relativamente tranquila hasta que cumplió la mayoría
de edad, cuando murió su tía y empezó a trabajar. A partir de ahí, pude encontrar
informes de que ella se involucró con personas peligrosas y comenzó a dar pequeños
golpes a los hombres ricos. Le pedí a un amigo que revisara sus cuentas y tarjetas. Casi
no tiene dinero en el banco y, a partir de los datos, noté que siempre realiza compras
en un determinado mercado. Me paré frente a él durante días esperando a que
apareciera.
Hasta que un día tuve suerte
Estoy sorprendido mientras continúa, esta no es la persona que conocí.
Sabía que era huérfana, pero nunca supe que fue criada por una tía. ¿Y estafas a los
ricos? ¿Podría ser esto lo que ella quería hacerme, golpearme?
— La seguí hasta un edificio en una zona un poco peligrosa. Investigué y averigüé

cuál era tu apartamento. Esperé hasta que se fue por la noche para entrar.
- ¿Como? – pregunto asombrado. Sé que debe tener sus maneras, pero eso no
impide que me sorprenda. Será mejor que no lo sepas. - Sonreír. – En fin, cuando entré
me encontré con el lugar todo revuelto, mucha ropa desparramada, y ahí estaba esta
pared con varias de esas fotos pegadas que viste. Puedo decir con certeza que te está
acechando.
No puedo quedarme quieto, así que me levanto y empiezo a caminar por la habitación.
Paso mis manos por mi cabello tratando de entender que es lo que ella quiere con todo
esto. Al principio parecía centrada, dijo que hacía algo de modelaje y siempre le creí.
Luego su comportamiento cambió, o salió lo real, porque ahora creo que siempre estuvo
fingiendo para mí.
¿Qué crees que debería hacerse ahora? ¿Ir a la policía?

— No, porque lo que tenemos no vale nada oficialmente, ya que lo obtuve

por medios no legales. Pero si quieres un consejo, he trabajado en muchos
casos y visto muchas cosas, y esta mujer me parece peligrosa. No debemos
subestimarlo. Contrate seguridad para usted, su esposa e hija, quienes en mi
opinión son sus objetivos.
'¿Qué quiere ella?'
- Tú. Tu dinero. Por lo que me has contado, su intención era casarse contigo,
¿no?
“Sí, cuando rompí con ella, empezó con la idea de que íbamos a
comprometerse y casarse, pero nunca alenté eso.
- Está arruinada, arruinada, debe estar cansada de recibir pequeños golpes
y vio en ti una oportunidad para cambiar su vida. Cuando rompiste y
comenzaste una nueva relación, ella sintió que todo su plan estaba amenazado.
No digo que no pudiera haberse enamorado, pero creo que la ambición y el
dinero son las cosas que la movían.
- ¡Dios mio!
“Voy a seguir investigándola, porque algo me dice que no se detendrá ahí.
Salgo de su oficina con la cabeza doliendo. Me considero una persona

tranquila hasta cierto punto, pero si se mete con mi familia o con alguien que
quiero, me voy al extremo. En el auto, llamo a la empresa que provee los
guardias de seguridad para la empresa constructora y les digo lo que necesito.
Son para enviar a los profesionales hasta el final del día. Ahora necesito hablar
con Mel, que será la parte más difícil, no quiero que vuelva a tener miedo o
aprensión, pero tampoco quiero ocultarle nada.
Toronjil
Me siento como si estuviera en uno de esos cuentos de hadas que a mi hija

le encanta que le lea. Pero así es como me he estado sintiendo estas últimas
semanas. Desde nuestro viaje, Víctor y yo hemos creado una especie de rutina.
Durante la semana almorzamos o cenamos juntos, él tiene su momento con
su hija y luego tenemos nuestro momento. Sonrío al recordar cuando Bianca
casi nos pilla teniendo sexo en el cuarto de lavado. Júlia ya estaba durmiendo
y Bianca estaba en la sala viendo una película, y el único lugar disponible en
ese momento era la lavandería. Yo estaba encima de la lavadora y Víctor
estaba entre mis piernas con los pantalones bajados, pero
todavía en ropa interior, hasta que Bianca entró y gritó. Aprendimos nuestra lección de
cerrar siempre la puerta.
Los fines de semana vamos a su casa. A Júlia le encanta quedarse allí, más ahora que
tiene un cuartito solo para ella. Me emocioné el día que mostró la habitación. Siempre
quise regalarle uno de esos, pero siempre era inviable, principalmente por falta de espacio.
Pensé que sería rara, pero al contrario, creo que extrañaba más dormir en el mismo lugar
que mi pequeña. A veces, João Victor lanza algunas indirectas sobre que vivamos con él,
pero no estoy de acuerdo. Aunque lo amo, sigo pensando que es un poco temprano para
eso.
Me temo que apresuraremos las cosas y terminaremos arruinándolo todo.

— ¡Ay Mel!
Miro hacia arriba y encuentro a mi amigo sonriendo. Finalmente, ella y Vinicius se
entendieron. Estoy feliz por ellos.
— Hola amigo, ¿perdido en este piso? ¿O has venido a visitar a cierta persona?
Ella rueda los ojos.

“Almorzamos juntos, tonto. Vine aquí para darte esto. – Me muestra una bolsa de la
dulcería que está en la esquina de la empresa, donde tienen las mejores trufas que he
comido.
- ¡Vaya! No puedo creerlo, estaba pensando en pasarme después del trabajo.
- No espero mucho y luego atrapo una trufa mordiéndola. - Mmm...
"Para que veas lo buen amigo que soy..."
"¡Lo eres, y por eso te amo!"
El sonido del ascensor llama nuestra atención y João Victor sale de él con una
expresión no tan buena. Puedo sentir tu preocupación desde lejos. Dejo la trufa a un lado,
porque ya no puedo tragar nada más.
“Tenemos que hablar con Melissa. - dice y entra a su cuarto, sin
saluda a Bianca o espera mi respuesta.
- Ve allí amigo. Parece que algo sucedió. Cualquier cosa me llamas.
Me despido de ella y voy a la oficina de Víctor, lo encuentro llenando un vaso de whisky

y bebiéndolo todo de una vez. Deja el vaso sobre la mesa y se queda quieto.
"Víctor..." llamo. Él no se mueve, así que doy unos pasos hacia él. Cuando estoy lo
suficientemente cerca, toco su brazo. Parece salir de su trance y se gira hacia mí.
Su mirada es intensa en mi dirección. Ya puedo identificar algunas situaciones en las

que tus ojos intensifican el color, por ejemplo cuando Víctor está claro o cachondo se ponen
verdes. En este punto, son de color marrón muy oscuro, por lo general en estas situaciones
es cuando Víctor está estresado o tiene algún problema. Y eso es lo que veo en sus ojos
ahora, preocupación, pero también veo un destello de ira y... ¿miedo?
- ¿Qué sucedió?
Me tira de la cintura y me abraza fuerte. Puse mis brazos alrededor de su cintura y apoyo
mi cabeza en su pecho. Tu corazón late rápido. No sé qué pudo haber pasado, pero puedo
sentir su tensión en el aire. No digo nada, espero su momento, y después de unos minutos,
besa la parte superior de mi cabeza y se aleja lo suficiente para atacar mi boca. Me
sorprende su lengua pidiendo paso. Su beso es posesivo, como si tuviera miedo de que en
cualquier momento me vaya. Le correspondo en la misma medida, si eso es lo que necesita
en este momento, eso es lo que le voy a dar.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y me pongo de puntillas profundizando el

beso, sus manos están por todas partes en mi cuerpo. Cuando nos quedamos sin aliento,
nos detenemos lentamente hasta que toca su frente con la mía. "Amor..." susurro.
Él sonríe, todavía con los ojos cerrados.

“Me encanta cuando me llamas así. – Dice, abriendo los ojos.
- Habla conmigo. - Pregunto.
“Tuve una reunión con el investigador del que te hablé. - Comienza. – Se enteró de que
ella está involucrada con gente peligrosa, que solía golpear a hombres ricos.
- ¡Nuestro!
“Él descubrió dónde vive ella realmente y se metió en la casa cuando ella no estaba allí.
João Victor se pasa las manos por el pelo y tal como son, puedo apostar
que no es la primera vez.
“No quiero ocultarte nada, Mel, pero tampoco quiero que te preocupes por lo que te voy
a decir.
"Así que ya me estás asustando". ¿Qué fue Víctor?
“Tenía una pared con fotos mías, de los lugares a los que voy, con mi familia y…” Hace
una pausa y lo veo apretar la mandíbula, como si tratara de contenerlo.
enfado.
- ¡Víctor!
Suspira y finalmente
dice: — Había fotos tuyas y de Julia también...
Doy un paso atrás, poniendo mis manos sobre mi boca. Justo cuando pensaba
que estaba viviendo un cuento de hadas, que nada podía detenernos, esta mujer
aparece de nuevo. Ahora que mis pesadillas por fin se han detenido, Lorena regresa
para atormentarnos. ¿Qué quiere esta mujer? ¿Por qué tomarnos fotos? No me doy
cuenta de que estoy llorando hasta que Víctor me acaricia la cara y me seca las
lágrimas.
- ¡No llores Mel, no dejaré que se te acerque! Desde
ahora tú y Julia andaréis con seguridad. "¿Qué
quiere esta mujer, Víctor?" ¿Por qué esta obsesión contigo?
“No tengo respuesta para eso, pero el detective continuará
investigándola, y encontraremos algo que pueda ser usado en su contra.
Me hundo en sus brazos, buscando seguridad. Siento tus caricias en mi cabello
y tu voz diciéndome que todo va a estar bien. Realmente quiero creer esto, pero
algo me dice que no será tan fácil. Cierro los ojos por un momento y rezo en silencio
para que esta mujer nos deje en paz.
CAPÍTULO 32
Toronjil
Estoy en una habitación, pero no reconozco el lugar, está escasamente amueblado

y no puedo ver claramente porque entra poca luz. Miro a mi alrededor y no veo a
nadie. Voy a la manija de la puerta y trato de abrirla, pero no puedo.
- ¿HAY ALGUIEN AHÍ? – grito, golpeando con los puños la puerta.

no escucho nada
¿Que lugar es ese? ¿Dónde están Víctor y mi hija?
¡Cálmate, respira Melissa! – me repito.
Oigo un ruido detrás de mí y cuando me doy la vuelta, Víctor está arrodillado en el
suelo, Julia está a su lado llorando. Trato de correr hacia ellos, pero mis pies se
sienten como si estuvieran atrapados en el suelo.
"Amor..." digo con lágrimas rodando por mis mejillas.
"Me lo robaste, ahora te voy a robar la vida". – Miro hacia un lado y aparece Lorena
con una pistola apuntándoles. Quiero gritar, pero no sale ningún sonido. – ¡Di adiós
a ellos, pequeña secretaria!
Mis lágrimas se intensifican, mi cuerpo duele por la fuerza que ejerzo tratando de
moverme, finalmente logro moverme y correr hacia ellos. Pero cuanto más corro, más
lejos están. Escucho un disparo, Víctor y
mi hija desaparece. Empiezo a gritar fuerte, fuerte, siento un dolor como si me

estuvieran desgarrando por dentro.
- ¡NO! Escucho mi propia voz, mi grito de dolor.
- ¡Cariño! ¡Amor! Despierta, es solo una pesadilla. - Escucho de fondo una voz
que me llama, una voz dulce, suave, y quiero aferrarme a ella. Siento unos brazos
apretándome, así que me despierto.
- Víctor...
"Fue solo una pesadilla..." Me abraza. Me aferro a él como si mi vida dependiera
de ello. Recuerdo la pesadilla, la desesperación. Mi corazón está apretado,
angustiado. Las lágrimas ruedan por mi rostro.
“Soñé que te había lastimado a ti ya nuestra hija… fue tan real, Víctor.
- Shii... cálmate, amor. ¡Nosotros estamos bien! - Vuelve a la cama y tira de mí.
a tus brazos - ¡Ven, descansa!
Me acurruco en sus brazos y con las caricias en mi brazo vuelvo a dormir.
Juan Victor
— Entonces, JV, ¿alguna noticia de Luís? – pregunta Vinicius, sentándose frente

a mí, en el restaurante donde estamos almorzando. Tuvimos una reunión y nos
detuvimos a comer.
“Nada concreto. Ha estado observando tus pasos, pero hasta ahora no ha
encontrado nada que realmente pueda usarse.
Han pasado casi tres semanas desde mi reunión con el investigador.
Lorena se quedó callada, no me volvió a buscar, hasta hace unos días, cuando volví
a recibir llamadas de un número desconocido en mi celular.
Hablé con Luís sobre las llamadas y decidió ponerse en contacto con un amigo
de la policía para tratar de rastrear de dónde vienen las llamadas.
He estado más preocupado por esta situación, especialmente después de la
pesadilla de Melissa hace unas semanas. Me mató verla así
agonía, desesperación, lágrimas corriendo por su rostro. Y lo que me marcó fue su grito
de dolor. Lo único que podía hacer era calmarla.
"¡Maldito hermano, eso está jodido!" - resopla Vinicius, y yo vuelvo mi atención a
él. - Sabes que cualquier cosa puede contar conmigo, ¿verdad?
- ¡Yo se! ¡Semen! Solo quiero poder vivir mi vida en paz con mi
esposa e hija.
Mel y Julia prácticamente se mudaron a mi casa. Me resultó más seguro para ellos,
además de poder estar más cerca. Al principio Mel todavía estaba un poco reticente, no
quería dejar sola a su amiga, pero fue la propia Bianca quien le dio fuerzas para ir. Mel
aceptó y dijo que era solo por un tiempo, lo que ella no sabe es que no la dejaré salir de
mi casa, o mejor dicho, de nuestra casa nunca más. Ella no se da cuenta, pero ya actúa
y se siente la dueña de la casa. Movió algunas cosas, agregó otras, como algunas
almohadas, algunos marcos de fotos, y ahora solo un empleado hace la limpieza. Mel
dijo que la comida hizo un punto de hacerla, y yo siempre la ayudo, incluso con las cosas
pequeñas.
Y luego está nuestra hija, que es una ventaja en todo. Amo tu alegría cuando me ves
llegar a casa y vienes corriendo a abrazarme. O cuando me hace sentarme con ella y
tomar el té con las muñecas. O simplemente cuando los tres estamos en nuestra
pequeña burbuja, a veces solo viendo una película de princesas, yo en el medio con
cada uno en un brazo. Es la definición de felicidad para mí.
He estado pensando cada vez más en pedirle a Mel que se case conmigo. Hacerla
oficialmente mi esposa. Incluso se lo mencioné a su padre cuando hablamos por teléfono.
Mel quería hablarles de nosotros en persona, pero un día estaba hablando con los dos
por el altavoz y entré, escucharon mi voz, por supuesto, y Mel no pudo ocultarlo.
Su padre fue un poco distante conmigo al principio, me imagino porque Mel pasó el
embarazo sola, pero en una conversación privada, cuando me propuse llamar, le aclaré
que la amaba y que pronto le pediría que lo hiciera. Cásate con él. Después de eso me
citó para que me presentara en su casa. Solo estoy esperando a que pase este revuelo
para hacer el pedido.
Para mí, así defino este momento, como un tumulto, que
pronto lo superaremos, y será solo otra sacudida tonta.
Me despierto de mis pensamientos con mi celular sonando, miro la pantalla y contesto
rápidamente cuando veo que es el guardia de seguridad que me acompaña.
el mel
"¿Pasó algo, Carlos?" – pregunto sin contemplaciones.
“Señor, lo siento. Sólo distráeme un segundo ayudando a un caballero y
Se llevaron a la señorita Melissa. - Dice con nerviosismo en la voz.
Mi cuerpo se congela cuando termina de hablar y creo que por mi expresión Vinicius
se da cuenta de que algo ha pasado y lo veo pidiendo la cuenta. Inmediatamente me
levanto y salgo del restaurante sin esperarlo.
- ¡CUM! ¿Cómo permitiste que esto sucediera?

'Fue muy rápido señor. Melissa se fue diciendo que quería ir a la dulcería que está
en la esquina de la empresa, la acompañamos, yo caminando a su lado y Pedro en el
carro. Solo me detuve para ayudar a un señor que se le había caído la bolsa, y fue
entonces cuando la escuché gritar. Corrí allí, otro hombre ya la estaba metiendo dentro
de un auto.
"¡No puedo creer que ustedes hayan dejado que esto suceda!" - Estoy nervioso, me
tiemblan las manos. Siento que Vinicius se acerca y me pone la mano en el hombro.
Peter los sigue en su coche, señor.

- ¡¿QUÉ?! ¿Y justo ahora dices eso? - Siento que podría perder
paciencia en cualquier momento. - ¿Dónde están?
Dijo que tomaron un camino que conduce al campo, pero que aún no han entrado en
ningún pueblo. Aparentemente, no se dieron cuenta de que los estaban siguiendo.
“Dime que siga siguiéndolos desapercibido. Tan pronto como sepas adónde van,
házmelo saber de inmediato. En cuanto a ti, ve a mi casa y encuéntrame allí.
Cuelgo y rugo de rabia. No puedo creer que fueran incompetentes y permitieran que
se la llevaran. Melissa debe estar asustada y me rompe el corazón solo pensar en ella
en este estado. No se atreven a tocar un mechón de tu cabello.
— ¿Qué pasó Joao Víctor?

— Se llevaron a Melissa, Vinicius. Se llevaron a mi esposa. “Te diré todo lo que me
dijo el tipo de seguridad.
Se acerca y me abraza.
"¡Vamos a encontrar su JV!"
— Necesito llamar a Luis y pedirle que se reúna conmigo en mi casa. También tengo
que buscar a Julia de la guardería, no quiero dejar a mi hija allí.
¡SEMEN! – Pensar en mi hija me pone más nervioso.

“En este momento, sé que es difícil, ¡pero debes mantener la calma, hermano!
Hagámoslo así, yo manejo, porque no estás en ninguna condición, mientras tanto llamas a
Luís y pides encontrarnos en tu casa.
Voy a llamar a Bianca y pedirle que recoja a Julia y la lleve a casa de inmediato.
Asiento con la cabeza y le agradezco por tomar la iniciativa, realmente no estoy en

forma para nada. Hago la llamada y Luis dice que me va a encontrar enseguida. Rezo para
que Mel esté bien y aguante porque, cueste lo que cueste, la traeré de vuelta.
Toronjil
Hoy amanecí con una opresión en el pecho, una sensación extraña. No le dije a Víctor
para que no se preocupara más por mí. Sé que después de mi última pesadilla se volvió
más cuidadoso. Lo bueno es que no volví a tener otras pesadillas ni a sentirme inquieto
así. Era como si todo el cuidado y el amor que Víctor me estaba mostrando eclipsara todo
lo demás.
Me sentí amada en las pequeñas cosas.
Pero hoy fue diferente... No tenía sueños, pero una aflicción constante me acompañaba
mientras me preparaba para el trabajo o dejaba a Jú en la guardería.
Víctor fue directo a una reunión en otra empresa y no volvería hasta la tarde.
Paso la mañana en la oficina y decido pedir un bocadillo aquí mismo.
Bianca me invitó a almorzar, pero no estaba de humor. Mi celular suena y sonrío cuando
veo el nombre de mi madre en la pantalla. La última vez que hablamos, se enteraron de mi
relación con Víctor. Ella estaba feliz, mientras mi padre refunfuñaba un poco e insistía en
hablar con él por teléfono.
No sé de qué hablaron, porque Víctor no me lo quiso decir, pero dijo que lo antes posible
íbamos a Nueva Esperanza para que nos presentaran oficialmente.
"Hola mamá..." respondo con una sonrisa.

- ¡Hola hija! ¿Cómo estás? ¿Y mi nieta?
- Estamos bien. Ju está en la guardería. - No te dije lo de estar viviendo temporalmente
con Víctor, sino tendría que explicarte por qué y no quiero preocuparte.
"¿Cuándo vienes a visitarnos?" ¡Te estamos extrañando mucho!

“Hablé con Víctor y pronto lo haremos. yo tambien estoy con

¡mucha nostalgia!
- Tu padre y yo hemos estado hablando mucho sobre un tema, hija...
- ¿Qué?
"Hemos estado pensando en vender el restaurante y la casa y mudarnos a
la capital, así estaríamos más cerca de ti.
Su discurso me toma por sorpresa.
“Madre… amas este lugar.
— Sí, pero ya estamos cansados, hija. Y con su mudanza y citas ahora, estoy seguro de
que no está en sus planes vivir aquí de nuevo.
Queremos estar cerca de ti. El restaurante va bien ahora, y creo que no será difícil venderlo,
al igual que la casa, que está bien mantenida.
— ¡Si ustedes creen que es lo mejor, solo puedo decir que estaré muy feliz de tenerlos
a mi alrededor!
Sonrío emocionado. Los extraño mucho y solo la posibilidad de que se muden aquí me
hace extremadamente feliz. Hablamos un poco más y apago el teléfono sintiéndome más
ligera. Parte de esa angustia desapareció. Creo que mi madre sintió que necesitaba algo
amor materno.
Un poco más animada, decido comprar trufas en la dulcería de la esquina.
Aviso a seguridad y nos vamos. Al principio fue difícil acostumbrarse a caminar con ellos.
Por donde pasaba, la gente seguía mirándome, pero luego me relajé y entendí que era por
mi seguridad. Uno siempre se queda afuera de la habitación de mi hija, y los otros dos me
siguen a donde quiera que vaya.
Voy.
"¿No es mejor ir en coche, señora?" – pregunta uno de ellos, Pedro.

— Te dije que me llamaras Melissa, Pedro. Y no creo que sea necesario, la tienda está
en la esquina.
“Entonces Carlos te acompaña caminando y yo los sigo en el carro.
"Está bien, si crees que es mejor así".
Mientras él se sube al auto que está estacionado en un lugar estratégico, Carlos y yo
caminamos hacia la calle. Después de unos minutos, no siento la presencia de Carlos a mi
lado, miro hacia atrás y lo veo ayudando a un anciano que dejó caer su bolso. Es mejor no
intentar ningún truco. - Escucho una voz espesa muy cerca de mí y me giro rápidamente.
Hay un hombre el doble de mi tamaño
tamaño, apuntando un arma en mi dirección.

"Puedes llevarte la bolsa, pero no me hagas daño". - Estoy nervioso.
“No quiero la bolsa, te quiero a ti. – Diciendo eso, me agarra del brazo y me
aleja. Dejé escapar un grito, atrayendo la atención de las personas que nos rodeaban.
Veo un auto estacionado más adelante y sé que se dirige hacia ti.
Abre la puerta del auto y me empuja, trato de liberarme, pero aprieta mi brazo más
fuerte, empujándome adentro, cerrando la puerta.
Miro por la ventana y veo al guardia de seguridad corriendo hacia nosotros. El
hombre desconocido se sube al coche y luego se marcha.
"¡Por favor déjame ir!" ¡Yo tengo una hija! - pregunto llorando.
"¡Cállate, niña! ¿Todavía no entiendes? Lorena tiene planes para ti.
Cuando dice su nombre, todo tiene sentido. ¡Ella es la que está detrás de esto!
¡Respira Melisa!
Mis manos están frías y mi cuerpo está temblando de nervios. Necesito mantener
la calma. — Mi novio tiene dinero, seguro que te puede pagar el doble de lo que
ella te ofreció por ayudarla. Y te prometo que no iré a la policía.
El hombre suelta una carcajada que me asusta.

“¿Crees que soy un idiota? Sé que tu noviocito tiene mucho dinero, y va a pagar
muy bien tu rescate, y además, Lorena y yo somos más que socios en esto, somos
amantes.
Estoy un poco sorprendido por lo que dice, pero decido no decir nada más, sé
que no ayudará. Mis lágrimas siguen corriendo por mi rostro y todo en lo que
puedo pensar es en mi hija. Que ella esté a salvo.
El coche sigue funcionando y no sé cuántas horas estoy aquí. He perdido la
noción de los lugares, pero parece que nos dirigimos hacia el interior. El cielo
empieza a dar las primeras señales de que se acerca la noche.
¿João Victor me está buscando?
Se suponía que debía haber aceptado ir en auto como dijo Pedro. Pensando en eso,
tengo un chasquido. ¡Estaba en un auto siguiéndome a mí ya Carlos!
¿Lo vio todo y logró seguirme?
Miro hacia atrás subrepticiamente, pero no puedo ver mucho. Espero que esté
detrás de nosotros.
"¿A dónde me llevas? - Pregunta.
"Lo sabrás muy pronto, ya estamos allí".

Después de un rato, gira por un camino de tierra y estaciona frente a una casa que
parece vieja. Mi corazón está acelerado, tengo miedo de lo que pueda encontrar dentro.
Se baja y viene a mi lado abriendo la puerta. Me agacho más en el asiento y él se acerca
para agarrarme.
Empiezo a abofetearlo, tratando de defenderme de alguna manera, pero me agarra del
pelo y tira de mí con fuerza, haciéndome caer al suelo. Me duele la cabeza y cuando
intento levantarme del suelo siento que me arden las rodillas.
Miro hacia abajo y están rallados, con un poco de sangre.
- ¡Apresúrate! Toma mi brazo de nuevo, llevándome hacia la casa. Miro a mi alrededor
y no hay otras casas cerca, el lugar parece desierto.
- ¡Por favor déjame ir!

Abre la puerta y me empuja con tanta fuerza que caigo al suelo.
"Mira, mira... ¿qué tenemos aquí?" - Miro hacia arriba y Lorena está.
mirando con una sonrisa que me hace temblar.
Me arrastro hacia atrás y miro alrededor de la habitación como si buscara una salida.
Es una habitación sencilla, con solo un viejo sofá, un televisor, una mesa y algunas sillas.
- ¿Que quieres conmigo? – pregunto, mezclando miedo e ira.

"Primero, quiero dinero, ¡mucho dinero!" Lo que sería mío por derecho cuando me case
con João Victor, si no te hubieras interpuesto en mi camino.
"¡Él nunca se casaría contigo!" – digo, levantándome del suelo.

— ¡SE CASARÍA SÍ! - Grito. – ¡Estaba enamorado de mí! – Habla y camina unos pasos
hasta donde estoy. - Te advertí que te alejaras, pero no quisiste escucharme, aún queda
esa niña, que dices que es su hija.
"¡No hables de mi hija!" – Gruñido.
Lorena me agarra del pelo y tira acercando nuestras caras.
"¿Todavía no entiendes quién está a cargo aquí?" ¿Tendré que pedirle a mi amigo que
te muestre? - Dice mirando al hombre que lanza una sonrisa en mi dirección. Mis ojos se
abren con miedo y ella sonríe ante mi reacción. “Sabes, desearía haberme llevado a tu
hija. Pero sabía que sería casi imposible con esos guardias de seguridad pisándole los
talones. Así que tuve que conformarme contigo.
Me suelta y pasa la punta de su uña por mi mejilla.

"No sé lo que vio en ti...
— Lorena, será mejor que llamemos pronto para pedir el rescate. – dice el hombre.
“No, esperemos un poco más. dejarte sufrir sin saber donde
tu novia es Ponla en el dormitorio y cierra la puerta.
Me lleva por un pasillo angosto y abre una puerta, arrojándome.
a cama.
— Me gustaría mucho jugar contigo... Lorena no es celosa. - Habla,
acercándose, mientras yo me encojo lo más que puedo. Toca mi mejilla con una
mirada depredadora. Giro la cabeza y muerdo su mano.
"¡Ay... perra!" - Me da una bofetada en la cara tan fuerte que en el mismo

momento noto el sabor de la sangre en mi boca.
'¿Por qué tardas tanto?' - Lorena entra preguntando y mira
yo. - ¿Que hiciste?
“Nada… solo esta perra que me mordió la mano.
Salen de la habitación y me dejan en paz. Dejé escapar el aliento que no sabía
que estaba conteniendo. Me toco la boca con las yemas de los dedos y me
estremezco ante el aguijón del dolor. Miro a mi alrededor, y no hay por donde
escapar, la ventana tiene barrotes. Recuerdo mi pesadilla, cómo me sentía.
Me tapo la cara con las manos y lloro. Pienso en mi familia, mi hija, João Victor.
Pienso en tantas cosas que no he hecho o cuánto no he dicho lo suficiente que
los amo.
Escuché en alguna parte que cuando alguien está en una situación de peligro,
su vida pasa como una película frente a él. Nunca había pensado mucho en eso,
hasta que me pasó a mí. Toda mi vida pasa frente a mí. Todos los momentos con
mis padres, mi amigo que siempre estuvo a mi lado, el momento en que conocí a
João Victor, el nacimiento de nuestra hija. Qué felices éramos en la playa.
Cuando pienso en todo esto, mi llanto se hace más lento. Después de unos
minutos, un poco más tranquila, levanto la cabeza y limpio los rastros de lágrimas
de mi rostro. No puedo bajar ahora. Nunca me rendí, no voy a hacer eso ahora.
Estoy seguro de que Víctor me está buscando.
¡Solo necesito mantenerme fuerte!

CAPÍTULO 33
Juan Victor
Llego a casa en tiempo récord. Unos minutos más tarde suena el intercomunicador
anunciando la llegada de la seguridad. Abro la puerta y también encuentro al
detective ya otro hombre que no reconozco de pie junto a ellos.
— Buenas tardes, Joao Víctor. Este es Moreira, el amigo de la policía del que te
hablé. Con toda esta situación, pensé que lo mejor era traerlo, él nos puede ayudar.
– Luis presenta al hombre
- Por favor entra. Este es Vinicius, mi amigo.
Se saludan y nos sentamos.
“Por favor, díganos qué pasó. – pregunta Moreira. – Cualquier detalle puede ser
relevante en estos casos.
Miro a Carlos y niego con la cabeza para que empiece a contar. Ahora,
escuchando más de cerca, mi cuerpo no está frío sino caliente, con la ira queriendo
aflorar. Melissa debe haber estado aterrorizada. Siento que mi garganta se aprieta
y no obtengo suficiente aire. Respiracion profunda. No puedo desmoronarme,
necesito ser la roca de mi familia en este momento.
"¿Alguien tiene alguna idea de quién podría ser este hombre?" – Dirijo mi
atención hacia ellos, me llama la atención la pregunta de Moreira.
— ¡Debe ser cómplice de Lorena! No había pensado en eso todavía, pero estoy
seguro de que ella es la responsable de llevarse a Mel.
- Si estoy de acuerdo. – Luis habla. – En mi investigación, en los lugares donde la

seguí, no noté a nadie que me llamara la atención. Solo estaba en casa la mayoría de los
días, y cuando salía era para ir al mercado.
"¿Podría ser alguien del mercado?" – pregunta Vinicius.
Luis se encoge de hombros.
“Lo bueno es que tenemos seguridad siguiéndolos. Este secuestrador debe haber visto
solo a un guardia de seguridad y aprovechó su distracción para atraparla.
Ciertamente no sabía sobre el otro en el auto, lo cual fue muy afortunado.
Nuestra conversación es interrumpida por el timbre.
- ¡Papá! – Mi hija me abraza las piernas en cuanto abro la puerta. – La tía Bianca fue a
buscar a Jú.
Me agacho y la levanto, dándole un fuerte abrazo. Huelo su aroma a fresa y mis ojos
pican con lágrimas no derramadas.
No puedo llorar ahora, mi hija me necesita.
"Papá, ¿dónde está mamá?"
“Mamá tardará un poco en llegar, pero pronto estará aquí contigo. – Levanto la vista y
miro a Bianca, quien me mira sin entender nada.
— Almorcemos con el tío, princesa. – Vinicius aparece a mi lado. –

Puedes dejar que le explique todo a Bianca.
Acepto y la quito de mi regazo.
- Entonces me voy a la habitación y me quedo contigo un rato, hija.
Ella sacude su pequeña cabeza felizmente y salta junto a ellos hacia la cocina.
“Con la otra seguridad siguiéndolos, será más fácil encontrarlos. – Luis habla.
“Señor, he tratado algunos casos de secuestro, y en la mayoría de ellos, el objetivo de

los secuestradores es el dinero. Pero en ese caso, no podemos saber qué quiere
exactamente esta mujer. – dice Moreira, haciéndome sentir aprensivo.
– Creo que tenemos que actuar lo antes posible.
- ¿Qué sugiere, señor? - Pregunto. “Llama al
otro guardia de seguridad y pregunta dónde están.
Mientras tanto, voy a la comisaría a reunir a otros policías. Una vez que tenga una
ubicación de la ciudad donde se encuentran, debemos dirigirnos allí. Será más rápido
cuando necesitemos actuar.
Acepto, tomo mi celular y llamo a Pedro.
- ¡Jefe! – Respuestas al primer timbre.
"¿Sigues siguiéndolos?"
“Sí, siguen dirigiéndose hacia el interior.

'¿Has notado?'
“No señor, estoy manteniendo una distancia segura.
— pregunta la matrícula. – Moreira habla a mi lado.
Le paso el número de placa a Moreira y le pido a Pedro que en cuanto tenga idea de
la ciudad a donde van, que me avise de inmediato.
Cuelgo el teléfono con un sentimiento de impotencia. Mi esposa en peligro y yo no puedo
hacer nada.
Moreira va a la comisaría y llamaré en cuanto tenga
información. Dejo a los demás en la habitación y me dirijo a mi hija.
“Papá se comió todo…” dice mi niña tan pronto como me ve entrar a la cocina.
- Así es, hija, hay que comer de todo para crecer fuerte.
— ¿Como papá?
Sonrío y le doy un beso en la cabeza.
“Al igual que mamá, princesa.
— João Victor, ¿tienes alguna novedad? – Puedo entender la angustia de Bianca.
- Ninguno aún. Sus hombros se hunden con los míos.

responder. Vinicius la rodea con el brazo, consolándola.
— Me quedaré con Julia en la habitación.
"¿Quieres que te haga un bocadillo?" Apuesto a que no has comido nada hasta ahora.
"No gracias, no tengo hambre. – No recuerdo cuál fue mi última comida, todavía no
había almorzado cuando me llamó Carlos, pero ahora no baja nada.
Llevo a mi hija a mi habitación y prendo la televisión, pongo unos dibujos de princesas.

Acaricio su cabello castaño y es imposible no pensar en Mel. Fallé, no la protegí. Han
pasado horas y aún no tenemos noticias concretas. me siento impotente
No sé cuánto tiempo pasa hasta que escucho sonar mi celular, lo contesto.

rápidamente hablando en voz baja, porque Julia duerme a mi lado.
- ¿Noticias?
“Se detuvieron en una casa y vi que el hombre arrastraba a la señorita Melissa adentro.
No sé si estar irritado por lo que dice o aliviado de saber que Melissa

bueno, en la medida de lo posible.
Pedro me da la ubicación y en cuanto cuelgo, inmediatamente llamo a Moreira.

Quedamos en encontrarnos en treinta minutos frente a la comisaría.
- Te amo hija. - digo, dejando un beso en su frente y saliendo de la habitación.

habitación entonces.
Llego a la sala y cuando me miran saben que tengo noticias.
- llamó Pedro. Ya tenemos la ubicación de Mel, me reuniré con el
Moreira frente a la comisaría.
“Nosotros vamos contigo JV. - No esperaba nada más de mi amigo.
— Bianca, ¿puedes quedarte con Julia?
“Por supuesto, ni siquiera tienes que preguntar. Solo trae a mi amigo a salvo. - Ve
al dormitorio.
Ese es el punto, traer a mi esposa a casa.
Será mejor que esperes en casa. – Habla Moreira, por tercera vez.
"¡Ya te dije que voy contigo!" Puedo ir contigo o solo, pero no
Renuncio a ir detrás de mi esposa.
Estamos fuera de la comisaría y hay al menos diez hombres preparándose. No
hay manera de que pueda quedarme aquí esperando. Cuando está a punto de
replicar de nuevo, escucho sonar mi teléfono. No reconozco el número y me sube la
adrenalina cuando imagino que podría ser Lorena. Les hago una señal, se quedan
en silencio y contesto en el altavoz.
- Hola.
"Amor, te extraño...
— Lorena, ¿dónde está Melissa? ¿Que hiciste?
“Dios mío, la están tratando muy bien. - Deja escapar una carcajada. –
Tal vez con algunos rasguños.
"Si la lastimas...
- ¡CÁLLATE! - Grito cortándome. - No estás en condiciones de
no decir nada. Quiero dinero. Cinco millones a cambio de tu secretaria.
— Ese dinero no lo tengo en mis manos, Lorena, sabes que es imposible conseguir
tal cantidad a esta hora.
“Tienes hasta mañana al mediodía para conseguirlo. Llamaré con la información

para el intercambio. “Déjame hablar con ella, ver si está bien.
— Tendrás que confiar en mi palabra, amor… — Dicho esto, cuelga.

Rujo de rabia y casi dejo caer mi celular al suelo.
"Cálmate, vamos a buscarla". – dice Vinicius, apretándome el hombro.
Todos vamos a los autos y continuamos nuestro viaje a la ciudad de la que nos
habló Pedro. Vinicius maneja mi auto y voy a su lado, con Luís sentado atrás.
Mis pensamientos vuelan a Melissa. Mi amor. Pienso en lo fuerte y

decidida que es, y espero que se mantenga así.
¡Solo aguanta un poco más amor, ya voy! – pienso en silencio.
Toronjil
Puedo ver por la tenue luz que entra por las rendijas de la reja de la ventana que
el día está aclarando. No sé cuánto tiempo llevo aquí, tengo la garganta seca, me
duele el estómago. Estuve en alerta todo el tiempo con miedo de que el hombre
volviera e intentara algo conmigo. Solo de pensarlo se me eriza el vello de los brazos.
Oigo movimiento fuera de la puerta y se abre.
“Te traje algo de comer. - Lorena entra hablando y se va

una bandeja sobre la cama, con pan y agua.
"¿Cuándo voy a salir de aquí?"
"Cuando quiero chica!" Ya hablé con João Victor y lo hará
proporcionar el dinero que pedí. Lástima que no te tendrá a cambio.
- ¿De qué estás hablando? – pregunto tratando de mantener mi voz firme, pero lo
que dice me sacude. “Él piensa que va a ser un intercambio, tú por el dinero. Sonrió
como si estuviera contando un secreto. - ¡Solo que si yo no me quedo con él, tú
tampoco!
- ¡Estás loco! ¡Mira lo que haces, Lorena!

"¡Sé muy bien lo que estoy haciendo, y no dejaré que te lo quedes!" Me mira tan
enfadada que doy un paso atrás. Ahora entiendo lo que ella realmente quiere. Ella
quiere matarme. ¿Cómo puede una persona ser así? ¿Llegar a ese punto para
alguien que no quiere tener nada que ver con ella?
Ella se va y yo estoy solo otra vez. Miro el agua y pienso en beberla, me muero de
sed, pero no confío en Lorena. No sé si podría haber puesto algo dentro. Prefiero no
arriesgarme. Cojo el vaso y tiro el agua al suelo. Me siento en la cama y pido que esta
pesadilla termine pronto.
Juan Victor
Finalmente llegamos a donde está Melissa. El lugar está desierto, las casas están
muy lejos unas de otras, y hay muchos árboles esparcidos por ahí, lo que puede
facilitar que no nos vean. Estacionamos nuestros autos un poco más lejos de la casa
para que no nos vieran.
“Uno de mis hombres fue a revisar la casa. En la imagen de calor se ve a tres
personas adentro, el problema es que cada uno está en un lugar diferente. – dice
Moreira, viniendo a mi encuentro. – Ahora tendrás que esperar aquí, João Victor.
“¡Joder no! ¡Yo también voy a entrar!

"¿Quieres a tu esposa viva y bien?" Entonces, hagamos nuestro trabajo. Si tenemos
que preocuparnos por ti allí también, va a ser complicado.
Entiendo lo que quiere decir, pero eso no lo hace más fácil de aceptar. Es mi esposa
adentro y el solo hecho de estar tan cerca me pone ansioso. Quiero tomarla en mis
brazos y abrazarla hasta que esté seguro de que está bien.
“Es la mejor JV, son profesionales y saben lo que hacen. – dice Vinicius y acepto a
regañadientes. La policía está en un círculo revisando los detalles. Cuando terminan,
caminan en fila hacia la casa.
“Ya llamé y pedí que viniera una ambulancia para acá. – dice Luis.
- Lo hiciste bien. – Escucho responder a Vinicius, pero mi atención está muy lejos.
No puedo soportar esperar allí, así que decido seguir a la policía a una distancia
segura. - ¡Juan Victor!
La policía rodea la casa. Veo a uno de ellos dispuesto a derribar la puerta mientras
otro tiene algo en las manos. No puedo ver claramente lo que es, a pesar de que es
de día. El policía derriba la puerta y el otro tira algo dentro y empieza a salir humo.
Entran en la casa y mi expectación aumenta.
"¿Qué diablos estás pensando? – Recién ahora me doy cuenta de que Vinicius,
Luís y los guardias de seguridad me seguían. Cuando voy a contestar escucho un disparo.
Los pelos de la nuca se me erizan y no lo pienso dos veces antes de correr dentro de la
casa.
Cuando entro veo policías alrededor de la habitación y el cuerpo de un hombre en el suelo.
“Señor, no debería entrar aquí. – Habla un policía, pero lo ignoro.
corriendo hacia un pasillo.
- ¡MIEL! ¡MIEL! - Grito tu nombre por el lugar.
- ¡Víctor! - Oigo tu voz. Me detengo frente a una puerta y giro el pomo.
Encuentro a Lorena haciéndole un escudo a Melissa, con un brazo debajo del cuello
de Mel, y con la otra mano apuntando con un arma a su cabeza.
"¡Fuera o le disparo!"
Me congelo en la escena y levanto mis manos. Inspecciono rápidamente a Mel, tiene
los labios partidos y la cara hinchada. Las lágrimas caen por su rostro. Me rompe verla
en este estado.
"¡Déjala ir, Lorena!" ¡Terminó! Estás rodeado. - hablo mientras camino
unos pocos pasos en la habitación.
“Amor…” susurra Mel.
"Quédate ahí, no te acerques más". - Lorena balancea el arma, lo que me pone
nervioso. Está fuera de control, y eso es un peligro.
- Todo bien. Solo permanece calmado.
“Solo estás preocupado por este…” Aprieta su agarre en el cuello de Mel. – Sabes,
João Victor, después de ser mayor de edad y estar solo en el mundo, mi vida no fue
fácil, tuve que hacer muchas cosas para sobrevivir y me involucré con algunas personas
equivocadas, por así decirlo.
— Lo sé Lorena, pero todo se puede resolver. Tu puedes cambiar tu vida. –
Intento darle algo de razón.
Ella ríe.
"¿Y quién dijo que quiero cambiar?" Tener dinero y ropa cara y joyas es lo que me
gusta. Todo empezó cuando me involucré con Lopes, y empezamos a estafar a hombres
ricos. Pensaron que me estaban usando, pero yo era el que les robaba. Pero entonces,
apareciste. - Ella sonríe. - Y me enamoré de mí mismo. Quería dejar atrás esta vida de
golpes y casarme contigo. Su expresión cambia a ira. – ¡Pero esta chica tenía que
aparecer y arruinarlo todo!
— Podemos empezar de nuevo, ¿qué te parece? ¿Solo nosotros dos? – Siento que
pende de un hilo, cualquier palabra equivocada puede ser fatal.
"¿CREES QUE SOY UN IDIOTA?" - Gritos perdiendo el control. - ¡Me estás engañando,
pero ya no te creo! Si no estarás conmigo, tampoco estarás con ella.
Y lo que sucede a continuación es muy rápido. Lorena balancea su brazo armado hacia
mí y estoy seguro de que me va a disparar. Miro a Melissa y susurro te amo. Ella abre
mucho los ojos mirando detrás de mí y empuja a Lorena que se distrae por un segundo
con el movimiento.
Oigo el chasquido del arma, pero no quito los ojos de los de Mel. Oigo otro crujido y siento
que me arde el brazo.
- ¡VÍCTOR! - Caigo al suelo y cuando me doy cuenta, Mel está cerca de mí. - Amor
habla conmigo...
"Cariño... ¿estás bien?"
"Lo estoy, solo quédate conmigo..."
Cierro los ojos por un segundo. Creo que me golpearon, me quema el brazo
y siento un dolor que se irradia por todo mi cuerpo.
- ¡Abre los ojos Víctor! - Escucho a Mel a lo lejos y me obligo a obedecer su orden.
Escucho otras voces y pasos cerca. Siento que alguien pone algo en mi brazo y mi visión
se oscurece.
CAPÍTULO 34
Toronjil
Estoy en la sala de espera del hospital esperando noticias de João Victor.

Todo se siente como una pesadilla y solo quiero despertarme pronto y ver que no fue
nada más que eso. Pero la realidad me golpea en la cara cuando veo que se acerca
el doctor. Me levanto de mi silla y mi ansiedad aumenta.
¿Cómo está, doctor? – pregunto nerviosa. Creo que ya no tengo lágrimas, y que
en cualquier momento me va a bajar la adrenalina y me voy a desmoronar. No quería
que me vieran hasta que supe de Victor.
- ¡Él está bien! – responde, después de lo que parece una eternidad. Y dejé
escapar un suspiro, aliviado. – La bala le hizo un pequeño pinchazo en el brazo, nada
grave, pero fue suficiente para que saliera sangre y con la caída terminó inconsciente.
Está en la habitación si quieres verlo.
Tuvimos que darle un sedante porque estaba muy agitado.
“Mel, ahora que sabes que está bien, es tu turno de ser consultado. – Vinicius
habla a mi lado. Me quedaré con él hasta que te liberen.
—Quiero verlo… —Mientras hablo, me siento mareado y necesito apoyarme en

Vinicius.
- ¡Cariño! - Dice nervioso - Primero irás al médico. Si te pasa algo, el JV se volverá
loco.
Asiento y sigo al doctor. Se realizan varias pruebas y vendajes en la rodilla y la

boca. Me acuesto en la cama y el médico dice que me va a poner una vía
intravenosa, porque estoy deshidratado, y alguna medicina para relajarme. Solo
quiero descansar un momento ahora que sé que mi amor está bien.
Pienso en todo lo que pasó y los riesgos que tomamos Víctor y yo. Había
escuchado un ruido fuerte en la casa, luego voces y un sonido que sonaba como
un disparo. Me asuste. Lorena entró corriendo a la habitación donde yo estaba,
apuntándome con el arma y colocándose detrás de mí. No entendí lo que estaba
pasando hasta que escuché la voz de João Victor llamándome por mi nombre.
Me sentí aliviado de verlo. Pero ese alivio duró hasta que me di cuenta de que
Lorena estaba perdiendo el control. Pensé que me iba a disparar, pero cuando la vi
apuntando a Víctor, me asusté. Todo en lo que podía pensar era en nuestra hija.
Observé como susurraba que me amaba y al mismo tiempo vi aparecer a un

policía detrás de él, haciendo un movimiento con la mano que entendí era para
agacharme. Cuando fui a bajarlo terminé empujando a Lorena, entonces el policía
le disparó, pero asustada, ella terminó disparándole a Víctor.
Esos segundos de agonía cuando vi a Víctor caer al suelo fueron horribles. Se

sentía como si estuviera viendo todo en cámara lenta. Afortunadamente ahora sé
que estamos todos bien y me permito descansar.
Juan Victor
Siento una mano recorriendo los mechones de mi cabello. No sé quién es, pero
es un buen cariño. Escucho un pitido constante en la distancia. Muevo el brazo y
siento una punzada, lo que me hace detenerme de inmediato.
- ¡Se está despertando! - Escucho la voz de mi madre.
Llamaré al médico. - Mi padre habla. ¿Médico?
Abro los ojos, pero la luz me molesta y me hace parpadear varias veces hasta
que me acostumbro. Trato de decir algo, pero mi garganta está seca. Miro a mi
alrededor y mi mamá está llorando, mi papá está a su lado con las manos sobre los
hombros a modo de apoyo.
— ¿Cómo te encuentras, Joao Víctor? - Miro al doctor frente a mí. "A-agua..."
tartamudeo.
"Podrás beber pronto, pero primero necesito examinarte y

haz algunas preguntas, ¿de acuerdo?
Asiento con la cabeza.
“¿Recuerdas lo que pasó?

Trato de obligar a mi mente a recordar cómo terminé aquí, pero los recuerdos
están borrosos. Recuerdo estar en una reunión, luego una llamada telefónica.
¡Toronjil!
Mis ojos se abren cuando los recuerdos de lo que pasó vuelven a mi mente. La
angustia de no saber dónde estaba Mel, yo yendo a su encuentro. El disparo.
“Mel…” digo y llevo mi mano a mi cabeza, lo cual duele.

- ¡Tranquilo hijo, Mel está bien! - Mi madre dice.
- Quiero verla. Trato de levantarme, pero el doctor empuja mis hombros hacia atrás.
— Necesitas que te examinen, te rozó una bala, pero perdió sangre y en la caída te
golpeaste la cabeza contra el suelo. Por eso está un poco desorientado. En cuanto a su
esposa, está siendo medicada. Tiene algunos moretones y está deshidratada, pero va a
estar bien. Pronto podrás verla.
Se refiere a Melissa como mi esposa y no lo corrijo, disfruté escucharlo, y pronto será

lo que será. Respiro aliviado de que no haya pasado nada más grave, no sé qué haría sin
ella.
El médico comienza a realizar los procedimientos necesarios y en menos de
a la media hora ya estoy bebiendo agua.
- ¡Estaba tan preocupado hijo, nunca más me asustes así!
"Lo siento mamá, no era mi intención que me dispararan". - Yo sonrío. – ¿Cuánto
tiempo he estado aquí?
“Un día, te registraste ayer. Con la medicación, dormiste de un tirón. - Mi padre es el
que contesta. – Fuimos a ver a Melissa, está bien.
A los médicos les pareció mejor darle un tranquilizante para que su cuerpo descansara y
se recuperara mejor.
- ¿Es mi hija?
— Está con Vinicius y Bianca en casa. Tan pronto como nos llamó para contarnos lo
sucedido, vinimos aquí de inmediato. Mi madre me deja un beso en la frente. - Ahora
descansa hijo.
Mis ojos casi se cierran cuando una pregunta me viene a la mente.
— Mamá, ¿y Lorena?
“Ella no pudo resistirse.
Dejé escapar un suspiro y lamenté que las cosas resultaran de esta manera. Podría
haber tomado un camino diferente, pero fueron sus elecciones las que la llevaron a este
momento. Cada persona tiene que asumir sus propias decisiones y asumir las consecuencias
de su elección.
**
Incluso antes de abrir los ojos, sé que ella está aquí. Respiro hondo y me llega su olor.
Abro los ojos y Melissa está sentada en una silla al lado de la cama. Ella duerme con su
cabeza en la cama y su mano sosteniendo la mía. Miro por la ventana y ya es de noche
afuera. Debo haber hecho algún movimiento porque cuando giro mis ojos en su dirección,
ella me está mirando. Los ojos lagrimean.
“Victor…” Se levanta y me abraza fuerte.

- No llores amor... estamos bien... - le dije abrazándola de vuelta.
— Me asusté mucho, João Victor, cuando te vi caer y esa sangre.
"Yo también estaba asustado cuando te vi en su punto de mira, y tengo que

pedir perdón por dejar que esto suceda. Dije que te protegería y...
- ¡No! - Cariño me corta. – No tienes la culpa de nada. ¡Me salvaste!
Me contaron lo que le pasó a Lorena.
“Fue el resultado de la vida que ella eligió.
- Yo se...
Melissa acerca sus labios a los míos y me besa. Intento profundizar y
Levanto mi brazo, pero termino murmurando de dolor y ella se aleja.
“No puedes hacer un esfuerzo.
- ¿Cómo estás? Toco su labio rojo.
- Mejor. Dormí mucho y me dieron de alta, pero no podía irme de aquí sin ti. Sus padres
insistieron en quedarse, pero yo no acepté, les pedí que se quedaran con Jú.
¿Y nuestra hija?
— Hice una videollamada. Los tíos la cuidaron muy bien.
- Te amo cariño. - dije sonriendo y sosteniendo su mano junto a mi corazón.
- ¡Yo también!
Al día siguiente, por la mañana, me dieron de alta y nos fuimos a nuestra casa.
Encontrar a mi hija fue una de las mejores cosas. Se divirtió mucho al vernos y no quiso
moverse del regazo de Mel, quien en cuanto vio a su hija se emocionó.
Los días transcurrieron en paz. Melissa y yo hablamos mucho sobre lo que pasó. Al
principio tuvo algunas pesadillas y le sugerí que viera a un psicólogo. Ella aceptó, y con
mucho diálogo y amor, lo fue superando día a día.
Dejé la empresa en manos de Vinicius y decidí tomarme unas semanas de descanso.

Llamé al padre de Mel y dispuse ir allí, sin que Mel lo supiera. Quiero sorprenderla y no
se enterará hasta que estemos en camino. No saben lo que pasó, decidimos contarles en
persona.
Salgo de la tienda con el paquete en mis manos. Le dije a Mel que necesitaba arreglar
algunas cosas en la empresa, pero la verdad es que fui a una joyería a comprar su anillo
de compromiso. Voy a pedirle que se case conmigo en este viaje. Paso junto a la gente
en el centro comercial con una gran sonrisa en mi rostro.
Después de todo lo que hemos pasado, solo quiero gritar mi amor por ella en voz alta.
Llego a casa y todo está en silencio. Escondo el anillo en la oficina y voy en busca de
mi esposa y mi hija. Los encuentro en nuestra habitación, Julia durmiendo con su cabecita
sobre el vientre de su madre, mientras Mel le acaricia el pelo. Me acerco y Mel sonríe
mirándome. Me siento en el borde de la cama y deposito un beso en la frente de mi hija y
otro en los labios de mi esposa.
- Hola amor... llegó rápido.
“Acabo de firmar algunos papeles. Tengo una propuesta para ti.
- ¿Cual? – Curiosa pregunta.
- Un viaje. Nosotros tres. ¿Qué piensa usted?
- ¿Para la playa? - Dice sonriendo con anticipación.
- Mejor. ¡Pero es una sorpresa! Empaca tu maleta con algo de ropa para
calor y frio Vamos temprano mañana.
- ¿Ya? ¡¿Por qué siempre me coges desprevenido con estos viajes, eh?!
"Sabes que al final, amor...

- ¡Te amo!
Me acuesto en la cama junto a ella y la abrazo. Todo mi mundo está aquí, en este
cama y me siento el hombre más feliz del mundo.
CAPÍTULO 35
Toronjil
- ¡No creo! – exclamo en cuanto me doy cuenta de cuál es el destino de nuestro viaje.
Víctor me despertó con muchos besos y como era muy temprano nos quedamos en la
cama un poco más. Luego se levantó y fue a preparar nuestro desayuno mientras yo me
arreglaba y despertaba a nuestra hija. Desde ayer cuando me hablaste del viaje, me siento
ansiosa. No quiso decir cuál era el lugar, incluso pensé que era la casa de la playa, pero lo
negó.
Estoy seguro de que este viaje será un respiro en nuestras vidas. Fueron días difíciles
después del secuestro. Tenía pesadillas, no podía dormir bien. Tenía miedo de que en
cualquier momento apareciera alguien y nos hiciera daño. Pero con mucho amor y cuidado,
todo fue encajando.
"Mami, ¿dónde está papá?"

“Papá debe estar haciendo tu leche, hija.
Acabo de terminar de trenzar tu cabello. -¿Soy bonita? – Pregunta
corriendo, cuando termine.
"¡Eres una princesa!"
Entramos en la cocina y encontramos a Víctor haciendo huevos revueltos.
Tomaremos nuestro café y él se preparará. Después de que todos estén listos, continuamos.
al coche.
Durante la primera hora de viaje no me di cuenta a dónde íbamos, estaba un poco
distraída, pero cuando llegué a cierto tramo, vi que nos dirigíamos a mi ciudad.
Sonrío eufóricamente.
“Pensé que era hora de conocer a mis suegros. - Víctor habla

quitando los ojos de la carretera por un momento y mirándome.
- Yo te amo. – Esto es lo que puedo decir para expresar mi forma de
gracias por todo.
Toma mi mano y me da un beso en los dedos.
Extraño mucho a mis padres, todo lo que quería en el momento difícil que pasé era
el regazo de mi madre. Seguro que lo dejarían todo y saldrían corriendo, pero no
quería contarles lo que pasó para no preocuparlos.
Llegamos a la calle de mi casa y ya puedo sentir una nostalgia apoderándose de
mis sentimientos. Estacionamos frente a mi casa, que tiene una pared blanca y una
puerta amarilla. Mi madre debe haber notado que llegamos porque pronto aparece en
el portón, me mira con ojos emocionados y no espero más para correr hacia sus
brazos que ya están extendidos hacia mí. Es un abrazo lleno de añoranza, amor,
cariño. Los dos lloramos y luego siento unos brazos a nuestro alrededor, y sé que es
mi padre. Deja un beso en la parte superior de mi cabeza y susurra cuánto me ha
extrañado. Nuestro momento también es interrumpido por una princesita desaparecida.
- ¡Abuela abuelo! – Mi padre la toma en sus brazos y los dos la abrazan.

— ¡Mi nieta… cómo has crecido! - Dice mi madre pasando el
manos en su mejilla y abrazándola de nuevo.
Víctor se acerca y pone su brazo alrededor de mi cintura. Creo que
solo ahora son conscientes de su presencia.
Mi madre es la primera en saludarlo con un abrazo. “Es un placer
conocerla finalmente, señora.
“Por favor, solo Carina.
Víctor sonríe y mira a mi padre que lo mira serio.
- Sr. carlos. - Extiende su mano y mi padre le corresponde.
— Entonces usted es João Victor... Creo que tenemos mucho de qué hablar,
jovencito.
“Él es mi papá, abuelo.
— Padre… — Hablo al mismo tiempo que mi hija.
— ¡Vamos adentro, hice un almuerzo especial!

"¿Sabías que vendríamos?" - cuestiono intercalando la mirada entre ella Victor.
“Amor, fue una sorpresa solo para ti y nuestra hija. Ya lo había arreglado con tus
padres.
“Realmente fue una sorpresa y fue el mejor lugar que podrías haber elegido. Dejo un
beso en tus labios.
Almorzamos en un ambiente festivo, Doña Carina hizo lasaña. Ella sabe que es una
de mis comidas favoritas. Después de comer, ayudo a ordenar la cocina mientras los
hombres salen al porche para tener un momento y hablar. De hecho, escuché a Víctor
llamando a mi papá para conversar. Tengo un poco de curiosidad por su contenido. Mi
hija va a ver la televisión y decido contarle a mi madre los últimos acontecimientos.
“Hija, deberías habernos llamado de inmediato. Nos íbamos a la misma hora. - Dice
con lágrimas cayendo. – No puedo imaginar tu sufrimiento. Y nosotros, sin saber nada.
— Mamá, no seas así, se acabó. ¡Ahora estamos todos bien! yo no quería

les preocupa, pensé que era mejor decírselo en persona.
- ¿Te encuentras bien?
- ¡Sí! Feliz y enamorado.
— ¡Qué bien, hija mía! Y pronto, estaremos más juntos.
- ¿Como asi?
“Ya tenemos comprador para el restaurante y la casa.
- ¿Serio? Pregunto con los ojos muy abiertos. - Yo pensé que fuese
sólo una idea todavía.
"No... y ahora, más que nunca, estoy seguro de que estamos
haciendo lo correcto Queremos estar más cerca de nuestras niñas.
Sonrío feliz y celebro abrazarla.
Continuamos nuestra conversación hasta que apareció Víctor y dijo que teníamos una
cita esta noche.
- ¿Como asi? ¿Para donde vamos? -
¡Sorpresa! - Habla, sonriendo.
— No te preocupes por Julia, nos la quedamos. - Dice mi padre, entrando a la cocina
con una cara clara. Le da dos palmaditas en el hombro a Víctor y le ofrece una cerveza,
que él acepta. Parece que esta conversación entre ellos fue buena y tengo curiosidad por
saber.
Juan Victor
Los padres de Mel son grandes personas. Estaba un poco nervioso por conocerlos
en persona, a pesar de que ya hablamos por teléfono. Melissa es una mezcla de los
dos, y puedo entender lo apegada que está a ellos. La casa es sencilla, pero
acogedora, huele a hogar. Mel me muestra su antigua habitación y me la imagino
perfectamente allí. La pared tiene varios tonos de rosa, como si fuera un degradado.
Después del almuerzo, pronto me propuse llamar a mi suegro para tener una
conversación seria. Salimos al porche, y nos sentamos en las sillas que están ahí.
“Quiero comenzar diciendo que lamento no haber estado con Melissa durante su
embarazo. Pero también estoy aliviado de que tenga tu apoyo.
“No podría ser de otra manera. Al principio, confieso que no estaba muy feliz, no
me lo esperaba. Más aún de un hombre que ni siquiera era su novio, un extraño. Ella
tenía planes de ir a la capital, estudiar y trabajar, y ya lo había pospuesto una vez para
quedarse a ayudar en el restaurante cuando él no estaba bien. Me sentí culpable en
ese momento, no quería que se rindiera, pero ella siempre fue así, pensaba en los
demás y luego en ella. Hace una pausa y respira hondo. “Cuando me dijo que estaba
embarazada, la vi renunciar nuevamente a sus sueños. “Pero ella no se dio por
vencida. - Yo digo.
"No…" Él sonrió. – Trabajaba de día y estudiaba de noche. Nunca dejes ir tus

sueños. Creció, maduró. Y la admiro. Estoy muy orgulloso de quién es ella. - Vuelve
tus ojos a mí. “Pero ella siempre será mi niña. Entonces, João Victor, quiero saber
cuáles son tus intenciones con ella.
Me siento como un adolescente cuando voy a proponerle matrimonio a la primera chica en

asunto.
“Quiero casarme con ella, y me gustaría mucho tu bendición.
Se pone serio mirándome, parece que pasan varias horas y no pocas
minutos cuando finalmente sonríe.
“Tienes mi bendición, hijo mío. Vi en tus ojos lo mucho que
la ama
Dejé escapar un suspiro de alivio. La primera parte se ha completado, ahora viene

la parte más importante de mi plan, que es el orden. Y para eso, tengo algunas
sorpresas para ella.
"Bueno, voy a necesitar tu ayuda con mi plan..."
- ¡Estás linda! – Hablo cuando veo a Melissa entrar en la habitación. Lleva un vestido
negro con tirantes hasta la rodilla que acentúa todas sus curvas. Ella se ve increíble.
Mi pensamiento es pecaminoso, porque quiero arrancarte ese vestido y recorrer mi

lengua entre el valle de tus senos y bajar hasta encontrar tu punto más sensible.
“Te ves hermosa también. - Dice sonriendo, y me saca de la mía.

pensamientos inapropiados.
Nos despedimos de todos y nos dirigimos al coche.
La primera parada es el restaurante de mariscos de la ciudad, que descubrí a través de
Bianca que a Mel le encanta. Entramos y la recepcionista nos lleva a nuestra habitación.
colina baja.
“¿Cómo supiste que amo este lugar?

"Tengo mis fuentes..." digo encogiéndome de hombros.
Mel toma nuestras órdenes, ya que conoce mejor el lugar, y conversamos.
- ¿Es un sueño? – pregunta, después de comerse un trozo de la tarta de chocolate que

pedimos de postre.
“Eres mi sueño seguro. - digo, sacándole una carcajada.
Pido la cuenta y volvemos al coche.
— ¿Y ahora, señor Prado?
“Ahora…” Me acerco y paso mis dedos por su cabello. - Realmente quiero besarte.
“He estado esperando esto toda la noche.

Mi boca toma la suya en un beso caliente. Nuestras lenguas se encuentran y se baten
en duelo. Sus manos suben por mi vientre, dejando un cálido rastro dondequiera que toca.
Libero su boca y bajo por su cuello. Ella deja escapar un gemido que va directo a mi polla.
Necesito todo mi autocontrol para parar.
"Más tarde... todavía tengo más sorpresas esperándote..." digo, jadeando.

“¿No podemos saltar? - hace un puchero adorable.
"No…" Sonrío y le doy un beso, arranco el auto de inmediato y me voy.

hacia mi segunda sorpresa.
**
"¿Estamos en serio aquí?" Los ojos de Mel están muy abiertos.

“Pensé que podríamos recordar esa noche.
- Me gustó.
Estamos en el mismo club donde nos conocimos. Nos dirigimos hacia el bar y
les pido a los cantineros un agua con gas, porque estoy manejando, y extrañamente
familiar desde el día que nos conocimos, Mel pide la bebida de la casa. Después
de beber, nos dirigimos a la pista de baile. Suena música pop, Mel me da la
espalda y comienza a moverse. Coloco mis manos en su cintura y sigo sus
movimientos. Ella baila de una manera sexy y cautivadora. Beso su cuello y la
siento temblar en mis manos.
Ella se da la vuelta y me mira. Sus ojos están dilatados, veo fuego en ellos. Mel
trae su boca a la mía y mordisquea mis labios, solo dándome un poco de sabor,
provocándome pero sin besarme por completo.
Bajo mis manos a su trasero y le doy un ligero apretón, acercándola a mí ya mi
erección que ya se nota en mis pantalones.
“Me encantó que me trajeras aquí, pero ¿podemos irnos ahora? - Habla, con
claro deseo en su voz.
“Pensé que no ibas a preguntar.
Junto nuestras manos y me dirijo hacia la salida.
— Probablemente Julia se habrá ido a dormir a la habitación de mis padres,
pero no podremos hacer ruido.
'¿Quién dijo que vamos allí?'
- ¿No? – Preguntar, sorprender.
“Todavía tengo una sorpresa más para ti.
Sonriendo, enciendo el auto y me dirijo hacia la sorpresa más importante. Mi
corazón late más rápido cuando nos acercamos al hotel donde nos alojamos
juntos por primera vez. Miro hacia un lado y veo que sus ojos brillan, ella ya sabe
a dónde vamos. Ella me mira y sonríe.
"No podría terminar con una mejor sorpresa..."
Aparco el coche y nos subimos. Voy a recepción y cojo la llave de la habitación.
Cuando llamé para hacer la reserva, me aseguré de que fuera la misma habitación
que la última vez y, sorprendentemente, estaba disponible.
Entramos en el ascensor y dentro hay otra pareja. Nos miramos sonriendo y creo que
pensamos lo mismo, solo que ahora hay dos personas más con nosotros y es imposible
revivir ese momento.
Llegamos a nuestro piso y nos detenemos frente a la puerta.
- ¿Listo? – pregunto – ¿Para
ti? Alguna vez.
Abro la puerta y ella es la primera en entrar. Mel da unos pasos y se detiene,
llevándose las manos a la boca.
— João Victor… — Susurra.
Miro alrededor de la habitación y él es como le pedí. Hay rosas esparcidas por todas
partes. Se encienden algunas velas en puntos estratégicos y la sala está tenuemente
iluminada. En una mesa contigua, hay una botella de champán y fruta, además de chocolate
derretido.
Ahora es el momento más importante de la noche, donde espero recibir el ansiado sí.
Estoy ansiosa, pero sé que esta es la certeza más grande de mi vida. En esos pocos
minutos en los que mira a su alrededor, pienso en lo que pasamos para llegar aquí. En
desacuerdos, en palabras no dichas o en lo que pensábamos que era lo que el otro quería.
Y cómo lidiamos con todas estas situaciones, eso es lo que nos trajo aquí, en este punto
exacto. Crecemos y maduramos no solo como pareja, sino también individualmente.
Mis manos se sienten frías y mi corazón sigue acelerado. Mi mente parece haber decidido
tener todos los pensamientos a la vez.
Sin embargo, todo se calma dentro de mí cuando Melissa se vuelve hacia ella. Sus ojos
intensos que me instigan ya la vez me transmiten paz, me miran fijamente. Ella sonríe. Una
sonrisa tan grande y hermosa que estoy seguro que es capaz de iluminar a todos a su
alrededor.
Doy unos pasos hasta que estoy lo suficientemente cerca de ella. Pongo mi mano
derecha en su rostro, acariciándola con la yema de mis dedos, con la otra mano la agarro
por la cintura. Melissa pone sus manos sobre mis hombros, cierra los ojos por un segundo
y los abre. Puedo ver el brillo contenido en ellos.
El amor.
— No me esperaba esto… ¡es todo tan increíble!
“Quería que esta noche fuera especial.
"¡Todos a tu lado están, mi amor!" – Poniéndose un poco de puntillas, Melissa acerca
su boca a la mía y me besa. Aprieto su cintura y la acerco más. Tu calor me irradia. –
¡Hazme el amor, João Victor!
- No. - Ella se aparta y me mira con el ceño fruncido sin entender mi

respuesta y esa es mi señal.
Toronjil
- ¿No? - mascullo sin entender.

Todo está siendo perfecto. Desde la cena en mi restaurante favorito, la discoteca donde
nos conocimos, hasta aquí, donde nos alojamos por primera vez.
Cuando crucé la puerta del dormitorio y vi la decoración, me emocioné. Cada detalle hace
que mi corazón rebose de amor y quiero que Víctor lo sienta en cada caricia, en cada
beso. Por eso no entiendo tu negativa a hacerme el amor. Lo miro sin entender y él se
aleja unos pasos.
“No quiero hacerle el amor a mi novia. – Y entonces sucede.
João Victor se arrodilla. Mis ojos se abren ante el pensamiento que pasa por mi cabeza,
mete la mano derecha en su bolsillo y saca una pequeña caja. – Quiero hacerle el amor a
mi prometida.
Abre la caja y aparece el anillo más hermoso. Es de oro rosa con pequeños diamantes
alrededor.
"Amor..." susurro, en este momento no puedo decir nada. Miro
tus ojos y siento que los míos se mojan. Esboza una sonrisa.
“Conocerte fue una de las mejores cosas que me ha pasado. Eres un regalo en mi vida
y me diste el mejor regalo del mundo que fue nuestra hija. Cuando nos conocimos, sentí
que algo cambió dentro de mí y fue una tontería no tomarlo en serio. - Sonrío con tu
discurso, fuimos unos tontos. “Pero el destino quería que tuviéramos un vínculo de por
vida, y no iba a decepcionar al destino dejando pasar esta oportunidad. Me renuevas y me
motivas cada día a querer ser lo mejor para ti, siempre. Te amo mucho Mel, y aquí, de
rodillas, mirándote a los ojos, prometo amarte en todo momento y nunca soltarte las
manos. ¿Aceptas casarte conmigo?
- ¡SÍ! ¡SÍ! - lloro emocionada, con lágrimas corriendo por mis mejillas. Me tiro a sus
brazos y casi pierde el equilibrio. - ¡Yo te amo! - digo sosteniendo su rostro y besándolo.
“El anillo…” Toma mi mano y se la pone, colocando un beso encima.
"¿Puedes ahora hacer el amor con tu prometida?" – pregunto con una sonrisa en los
labios.
- ¡Definitivamente sí! Se pone de pie tirando de mí.
Le doy la espalda y tiro de mi cabello hacia un lado dejando al descubierto mi

cuello. Víctor se acerca y me deja un beso en la nuca que me hace temblar.
Desabrocha lentamente mi vestido, que cae a mis pies. Doy un paso fuera de él,
vuelvo a mi frente y estoy solo en ropa interior y tacones altos. La mirada que me da
es de deseo, de lujuria, pero también de amor y cuidado. Siento que mi cuerpo se
calienta cuando Víctor lo recorre con la mirada.
Me acerco y le desabrocho la blusa, lentamente, casi como una tortura, no sé si

por mí o por él. Alcanzo el último botón y paso mi dedo entre el hueco de su ropa
interior y el vientre. Su mirada se dilata y noto el momento exacto en que pierde el
control. Sus manos vuelan a mi cintura y tiran de mí haciéndome chocar contra su
musculoso pecho. Su boca viene a la mía en un beso posesivo.
Víctor me levanta y apenas tengo tiempo para envolver mis piernas alrededor de
su cintura. Me pone en la cama y se aleja quitándose la ropa y desnudándose por
completo. Se me hace la boca agua mientras observo su polla liberarse con fuerza e
imponerse. Lo sostiene y hace movimientos de ida y vuelta, masturbándose. Dejo
escapar un gemido y él sonríe lascivamente.
Me quita la sandalia derecha y besa mi pierna hasta la rodilla, haciendo lo mismo

con el otro lado. Víctor se sube a la cama y se cierne sobre mí. Acerco su cara a mí
besándolo. Chupo su lengua mientras siento su toque en mi pecho. Mueve el beso
por mi cuello hasta el valle entre mis pechos. Su boca toma mi seno derecho,
succionando y lamiendo, mientras su mano agarra el pezón hinchado de mi otro seno.
Mi espalda se arquea de placer y me siento mojada.

"Victor..." Baja la mano hasta llegar a mis bragas. Sus dedos lo recorren y sé que
puede sentir la prueba de mi excitación.
Lo mueve hacia un lado y pasa un dedo de punta a punta, hasta introducirlo en mi
canal. - Ah....
Me balanceo en su mano y cuando estoy cerca de alcanzar el orgasmo, se detiene.
y lo quita. Hago un sonido de protesta y él sonríe.
"Quiero que te corras en mi boca, con mi lengua follándote..."
- Diciendo eso se aleja y rápidamente me quita las bragas. Toma una de mis piernas
y la coloca sobre su hombro. Lo baja y siento su lengua recorrer toda mi longitud.
Agarro las sábanas con fuerza, Víctor chupa y lame jugando con mi clítoris. me muevo
hacia su boca, pidiendo más, coloca una mano en mi estómago impidiendo mis
movimientos.
“Um…” jadeo. Continúa castigándome con su lengua, y sin aguantar más,
exploto en un orgasmo.
Me siento suave, lánguido. Lo miro y veo mi placer en sus labios.
— Necesito entrar en ti ahora, Mel… — Víctor me agarra de la cintura y me

gira para que quede boca abajo y luego a cuatro patas. Me acaricia el culo y
luego, sin previo aviso, entra en mi coño. - ¡Córrete!
Víctor se mueve y siento vibrar todo mi cuerpo. Nuestro
los gemidos se mezclan mientras su polla se sumerge más y más profundo.
“Eres perfecta… maravillosa…” Golpea mi trasero suavemente y lleva su mano
a mi clítoris, haciendo movimientos circulares. Mi sexo palpita y siento un temblor
en el bajo vientre que crece a medida que intensifica sus movimientos.
“Ohhh…” murmuro mientras me corro. Víctor sale de mí y me da la vuelta,

entrando en mí enseguida otra vez.
“Quiero mirarte. - Dice volviendo a moverse. Yo no
Tengo tiempo para razonar porque el placer me domina.
Su cuerpo choca contra el mío y envuelvo mis piernas alrededor de su cintura.
Víctor desliza sus manos sobre mis pechos, apretando, su boca buscándome con
avidez. Su lengua me domina, paso mis manos por su espalda hasta llegar a su
trasero, donde entierro mis uñas en una súplica silenciosa para que penetre más
profundo.
Nuestras pieles están sudorosas. Gemidos incomprensibles salen de nuestros
labios. Aumentando sus embestidas, Víctor chupa mi pecho.
Siento mi sexo contraerse, es una sensación que empieza abajo y crece y domina
todo mi cuerpo. Nuestras miradas se encuentran y la conexión es instantánea.
No es solo sexo, no es solo lujuria, es amor, es pasión. Con unas cuantas
embestidas más, vuelvo a desbordarme de placer. Es como una montaña rusa
en caída libre, mis pies tiemblan, mi respiración se entrecorta y estoy seguro de
que este es uno de los orgasmos más intensos que he tenido. Poco después,
Víctor se une a mí y siento su líquido llenándome.
Los dos jadeamos, con una sonrisa en el rostro y la certeza de que el amor
nos envuelve, haciéndonos más fuertes. Y que la complicidad con la que
Actuamos a diario y cada pequeña cosa que aprendemos unos de

otros, nos motiva a ir siempre juntos.
EPÍLOGO 1
Toronjil
Me miro en el espejo una vez más y suspiro. Hoy es uno de los días más
importantes de mi vida.
¡El día que me case con el hombre más increíble del mundo!
Estoy solo en una de las suites de la casa de mi suegra. Pedí estar solo un
momento para decir una oración y agradecer por todo. Deslizo mis manos sobre
mi vestido blanco, es palabra de honor con escote corazón, y encima está atado
hasta las muñecas, la falda se abre al final con una cola que se desliza del piso. Mi
cabello está atado en un moño delicado con algunos mechones sueltos. Me siento
como una verdadera princesa. Es tarde y hay una hermosa puesta de sol. Elegimos
tener una ceremonia íntima, solo con familiares y amigos cercanos, en la casa
de mis suegros, porque no queríamos esperar demasiado para casarnos. Ya
vivíamos juntos y acabo de terminar de llevarme el resto de cosas mías y de Jú.
Hoy hace exactamente tres meses desde la petición más especial que recibí.
Siento una lágrima caer.
- ¡Ah no! Ni siquiera pienses en llorar, arruinará tu maquillaje. – Bianca entra
hablando.
“Es la emoción, amigo. – Tomo un pañuelo y lo limpio con cuidado. – ¿Cómo está
Víctor?
“Hacer un agujero en el suelo y amenazar con venir aquí por ti. - Dice
Poner los ojos en blanco y sonreír, bien podría hacer precisamente eso.
- ¡Estoy listo!
Bianca me mira y sonríe.
“¡Estoy tan feliz por ti, mi amigo! Deseo que seas muy feliz y bendecido.
"Esto hace que sea difícil no llorar…" digo tirando de ella en un abrazo. - YO
¡te amo mucho! Y gracias por apoyarme siempre.
Escucho a Bianca resoplar y nuestro momento es interrumpido por mi hija.
quien entra corriendo.
— Mami… — Se ve hermosa con el vestido de dama. - Papá dijo que no puede
esperar más...
- ¡Eres hermosa hija! Quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti.
¡tú! – Habla mi padre, que entró con ella.
"Entonces no quieres verme llorar..." Lo abrazo fuerte. - ¡Gracias por todo papá!
- ¿Está listo? Hay un novio muy nervioso abajo.

— ¡Muy pronto! - Tomo el ramo sobre la cama.
Bajamos las escaleras y nos dirigimos al patio trasero, donde se llevará a cabo la
ceremonia. Todos se ubican en sus asientos y comienza la música de entrada. Julia va
delante de mí y empiezo a dar los primeros pasos hacia el hombre de mi vida.
João Victor se ve hermoso en su esmoquin. Solo pienso en quitármelo pieza por

pieza hasta tenerlo desnudo frente a mí. Siento mis mejillas calentarse. No es el
momento de tener estos pensamientos, pero le echo la culpa a las hormonas. No
hemos tenido sexo durante una semana. Se me ocurrió la idea de mantener el celibato
hasta la noche de bodas, pensé que todo el tiempo estaría bien. No hace falta decir
que a Víctor no le gustó la idea y no me lo puso fácil. En cada oportunidad me instigó,
tocándome, besándome, haciéndome caricias que me ponían la piel de punta, y al final,
yo estaba rogando para hacer el amor, pero luego se contuvo y dijo que con tanta
cachonda acumulada, nuestra noche de bodas. sería épico. Sonrío al recordar su
discurso. Ni siquiera puede imaginar la sorpresa que tengo para él.
João Victor se inclina y besa a nuestra hija, que se sienta al lado de mi madre.
— Cuida a mi hija, es preciosa. – Habla mi padre y lo abraza, dándole palmaditas en la

espalda.
'¡Con mi vida!' - Víctor responde mirándome. - ¡Te ves increible! - Toma mi mano y
besa el dorso. Sonrío y nos enfrentamos al juez de paz.
La ceremonia no lleva mucho tiempo, ya que no queríamos algo demasiado largo y

agotador. El juez cumple todo el rito y luego dice la sentencia principal.
- Los declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.
Nos enfrentamos, Víctor pone sus manos en mi cara y me besa. Un beso que sella
nuestro amor.
Después de recibir todos los elogios, nos dirigimos a la pista de baile para bailar la
primera canción como marido y mujer. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y
coloca sus manos en mi cintura. Empezamos a movernos lentamente. Nuestros ojos no
se desvían.
- ¿Contento? - Pregunta.
- ¡Mucho! Me haces sentir como la mujer más realizada del mundo.
Víctor apoya su frente contra la mía y me acerca a él.
"Tú me haces feliz, ¿y sabes cuándo voy a ser aún más feliz?" - Pregunta, pero no
esperes una respuesta. - Cuando pueda quitarte ese vestido y dejar salir toda mi voluntad.
Me río. Vamos a salir de aquí e ir directamente a la casa de la playa, vamos a pasar

una semana de luna de miel allí. Pensamos en hacer un viaje, pero nos decidimos por la
casa de la playa por todo el significado que tiene. Fue allí que declaramos. Fue allí donde
volvimos a estar juntos y fue allí donde Víctor me invitó a salir, así que no podría haber
sido un lugar mejor.
Nuestra hija se quedará con sus abuelos. Mis padres, con la venta del restaurante,
buscan una casa para comprar cerca de nosotros, y van a pasar esta semana en casa de
mis suegros. Inmediatamente después de la propuesta, comí en la casa de Víctor, que
ahora es nuestra, así que todos se conocieron y se llevaron muy bien.
"No puedo esperar…" Sonrío. - No sé si seremos capaces de hacer muchas travesuras...
Víctor me mira sin comprender y frunce el ceño. toma tus manos

que están en mi cintura y los coloco en mi vientre.
- ¡Vamos a tener un bebé! - Hablo, emocionado.
Descubrí que estoy embarazada hace menos de una semana. Me sentía mal, pensé
que era por el nerviosismo con la proximidad de la
boda, pero cuando empezó a convertirse en una rutina y comencé a cansarme de algunos
alimentos, comencé a sospechar. Me hice un análisis de sangre y confirmé el embarazo.
Nadie lo sabe todavía. Quería que João Victor fuera el primero en enterarse, y esperaba
que estuviéramos solos, pero mi ansiedad no me deja.
Víctor me mira con los ojos muy abiertos, en este punto ya no estamos bailando y
siento que todos los ojos están puestos en nosotros.
- ¿Estas embarazada? Hace la pregunta en un susurro, como si no lo creyera.
- ¡Si amor! Siento lágrimas corriendo por mi rostro. Víctor mira mi barriga y luego
vuelve a mirarme a mí. Puedo ver todas tus emociones con solo esa mirada. Se inclina y
me da un beso en el vientre. Oigo gente jadeando junto con algunos aplausos. Víctor se
levanta y las lágrimas corren por sus mejillas. Presiona sus labios contra los míos en un
casto beso.
- ¡Gracias mi amor! - Abrázame por la cintura. – Gracias por no desistir de nosotros y

darme esta hermosa familia. Yo te amo.
Pequeñas manos tiran de mi vestido y cuando miro, Julia está saltando a nuestro lado.
Víctor la levanta y nos envuelve en un abrazo. Nuestra pequeña burbuja de felicidad,
nuestro pequeño mundo privado.
EPÍLOGO 2
Juan Victor
unos meses después
Miro a mi hijo en mis brazos y esbozo una sonrisa. Hoy cumple dos meses de
vida y Mel decidió hacer una celebración y reunir a nuestra familia y amigos.
Cuando me contó sobre el embarazo el día de nuestra boda, no sabía que podría
estar más feliz. Al poder seguir todas las etapas y cambios de su embarazo, fue
como si me librara de la culpa de no haber estado presente durante el embarazo
de Julia.
El día que nació mi hijo, pensé que me iba a desmayar. Simplemente no sabía
si era por el agarre de Mel en mi mano o por ver nacer a mi hijo.
Después de lo que pareció una eternidad, la escuché llorar. João Miguel nació con
los pulmones llenos mostrándonos a qué vino.
Juan Miguel.
Melissa eligió el nombre, y no pude ser más tonto. Uno más, por la tradición
familiar. Mientras que Júlia es completamente mi tipo, João Miguel es una mezcla
de nosotros, tiene el cabello abundante y claro de Mel y mis ojos, solo que su
apariencia es más verde. Tal vez incluso cambiar el color.
Cuando Júlia supo que iba a tener un hermanito, se puso un poco celosa, pero
demostramos con todo nuestro amor, que nada cambiaría, solo se multiplicaría y ella
Me encantó la idea de ser la hermana mayor. Hoy no suelta a su hermano, dice que van a
ser los mejores amigos.
“Amor… te estaba buscando. - Mel entra en la habitación.
— Le cambié el pañal a este niño grande… — Mi hijo parece entender lo que digo
porque deja escapar una sonrisa desdentada.
Mientras descendemos las escaleras, observo a mi hermosa esposa. Honey se está
poniendo cada vez más hermosa. Al poco tiempo de nuestro matrimonio, se fue a trabajar
al área de publicidad de la empresa y no he recibido más que elogios de su parte.
Llegamos a la sala y veo a todos reunidos. Mis suegros vendieron el restaurante y la
casa de campo, comprando una casa cerca de nuestro departamento. Se pasan el día
disfrutando de sus nietos o viajando con mis padres, que se han convertido en sus mejores
amigos. Mi hija está distraída, jugando en un rincón con su amigo de cuatro patas, Olaf.
Sonrío, recordando lo feliz que estaba cuando llegué con el cachorro hace unos meses.
Julia todavía estaba en la fase de celos por el embarazo de Mel, así que pensé que un
cachorro podría ayudar. Y yo tenía razón.
Mel todavía no lo sabe, pero he estado investigando algunas casas para comprar. Una
casa con un gran patio trasero para que nuestros hijos corran y jueguen.
— JV, ¿podrías dejar ir un poco a mi ahijado? – pregunta Vinicius y toma a mi hijo en

sus brazos. – Oye, JM… ¿Quién es tu tío favorito, eh?
Mi hijo le sonríe, y pronto Bianca está a su lado.

"Claro que soy la tía favorita...
- Va soñando...
Se siguen molestando y se dirigen hacia la mesa de dulces. Mel envuelve sus brazos
alrededor de mi cintura y se acurruca contra mí.
“Justo cuando pensé que se iban a reconciliar…”, dice ella.
“Después de lo que pasó, puede ser un poco más difícil, pero estoy seguro de que se
aman. - Hablo mi opinión. "Bueno, esa es una historia para otro día..." Me mira y se pone
de puntillas. “Tengo una sorpresa para ti, que involucra lencería roja y luego ambos
desnudos. - Termine de hablar en un susurro.
La sostengo contra mí para que sienta que me dejó solo con estos
palabras y sonrisa.
- ¿Te he dicho hoy que te amo?
"Sí, pero puedes decirlo de nuevo..."
- ¡Yo te amo!
¡EL FIN!
AGRADECIMIENTOS
¡Quiero agradecer a Dios primero! Sin Él nada sería posible.

Toda la fuerza, competencia y coraje que Dios me dio en cada palabra escrita aquí.
Quiero agradecer a mi madre Iraci, que siempre está a mi lado,

dando fuerza y coraje. ¡Gracias!
Y a ti, querido lector, que llegaste hasta aquí, ¡gracias!
¡Hasta la próxima!
SOBRE EL AUTOR
Fabiana Souza es de Río de Janeiro. Le encanta estar con la familia y los amigos.
Los libros siempre han sido una de sus pasiones, desde niño escribía cuentos, pero
recién ahora decidió aventurarse a mostrar sus obras.
Siempre ha sido una lectora voraz y ama los libros con finales felices.
Sigue al autor en las redes sociales
Instagram: @autorafabianasouza
Wattpad: Autora Fabiana Souza

La Hija Inesperada Del CEO - Fabiana Souza

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Copyright © 2022 Fabiana Souza

Todos los derechos reservados. Se prohíbe el almacenamiento o la reproducción de

Primera Edición: 2022

Portada: Fabiana Souza

João Victor Prado es el director general de Construtora Prado. Decidida, bella y

NOTA DEL AUTOR

¡Hola, queridos lectores!

¡Besos y feliz lectura!

Revisado según la Nueva Ortografía de la Lengua Portuguesa Algunas

“¿No te envié yo?

Josué Capítulo 1 Versículo 9

Miro la prueba en mi mano, sin creer lo que estoy viendo.

dos meses antes

Abro la puerta de mi armario pensando en qué ropa me voy a poner para ir

Me pongo la ropa, hago un maquillaje de ojos más llamativo y me suelto el pelo.

— MELLL.. ha llegado tu mejor amigo! - Bianca entra a mi cuarto

- No mucho. Mi papá dice celoso.

Nos despedimos de ellos y salimos a la calle. El coche de la aplicación ya nos

servicios, desde el diseño del proyecto hasta su publicidad.

“Debería estar trabajando. – Resoplar. – ¿Sabes cuántos contratos tengo que

Acerco mi cara a su cabello y respiro su aroma. Es único. Bajo un poco la cabeza

Realmente quiero besarte.

"Wow..." dice con los ojos brillantes.

Solté una carcajada.

Sonrío, pensando que va a ser una de las mejores noches de mi vida.

"Amigo, si quieres esto, ¡vete!" Sabes que soy el primero para ti

- ¿Usted va a esta bien? Es tu cumpleaños y estoy siendo un mal amigo.

Fue entonces cuando sentí su presencia. Tus manos en mi cintura.

Llegamos afuera y nos dirigimos al estacionamiento. Se detiene junto a lo que parece un

"O ya tenías motivos ocultos..." bromeo.

Tan pronto como llegamos al hotel, entramos y vamos directamente al ascensor

"Eres realmente sexy…" jadeó. Gimo en protesta cuando retira su dedo,

“Ahh…” jadeo, echando mi cabeza hacia atrás.

“Yo también quiero saborearte. “Me acerco y le quito los boxers.

Diciendo eso, me agarra por los muslos y me levanta, haciéndome

- Eso es hermoso, quiero escuchar tus gemidos...

“Abre los ojos Melissa… quiero que vengas a mirarme.

nunca lo había sentido antes.

Dije que estoy estudiando publicidad en la universidad, tengo diecinueve años

en la empresa, centrarse en elevar aún más el estado de la empresa constructora.

Solté una carcajada.

Sonrío porque sé que hay más en esta historia. Conozco a mi amiga y no me lo

Dos meses despues

“Y yo estaré a tu lado y seré la mejor tía/madrina del mundo.

- No, no voy a ir.

—¿Y el padre de tu bebé?

— No sé, amigo. No sé cómo puedo encontrarlo, ni siquiera sé su apellido.

En la mesa de la cocina, observo a mis padres hablando mientras almuerzan.

Reúno todo el coraje para responder.

“Cariño…”, susurra mi mamá.

unos meses después

- AHHH... - grito sintiendo un dolor enorme, es como si fueran yo.

Estamos en el hospital, de madrugada comencé a sentir contracciones, y fue un

Mi madre me lleva de la mano, y sé que mi padre está en la recepción con Bianca,

“Ahora la vamos a llevar a hacer todos los trámites, pronto

nuestros momentos. ¿Cómo se sentiría si supiera que en ese momento se

Tres años después

Me despierto sintiendo besos en mi mejilla. Finjo que sigo durmiendo, y cuando

el miedo de defraudar a mis padres y el alivio de saber que estarían a mi lado.

Nuestras cosas están todas empacadas. Extrañaré mi hogar y especialmente a mis

Mi embarazo fue tranquilo, seguí trabajando en el restaurante y estudiando. Ahora