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Facultad de Ciencias de la Educación y

Psicopedagogía
Asignatura: Historia General de la Educación I
Año lectivo: 2020
Profesora: Dra. María Celeste Forconi
Material de cátedra

Otras formas de aprendizaje: La música profana de los Goliardos

Poética profana del siglo XII

La Europa de finales del s. XI y principios del s. XII se desarrolló una sociedad en la que surgía
la burguesía como nuevo estamento con vocación de poder, debido a los grandes cambios económicos,
comerciales e industriales. La apertura de la navegación a puertos extra continentales y el uso de las
nuevas rutas encontradas enriquecieron rápidamente a artesanos y comerciantes.

En las florecientes ciudades medievales se desarrollaron las nuevas Universidades europeas.


En este contexto surgió un grupo de intelectuales, los goliardos (goliardi), eran estudiantes y monjes
vagabundos (clerici vagantes) que recorrían los caminos de Europa entre los s. XI y XIII,
representantes típicos de una época en la que la expansión demográfica, el desarrollo del comercio y
la construcción de las ciudades rompen las estructuras feudales.

Han pasado a la historia de forma anecdótica por su comportamiento libertino, llevaban una
vida licenciosa, cambiaban poemas y canciones por alojamiento, comida y vino. Pero, sin duda, hubo
una gran aportación del movimiento goliardesco a la cultura europea, y fue el cultivo de una poesía
culta, aunque profana. Escribían sobre el vino, el amor y los placeres del mundo.

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Diversos concilios y sínodos de los silgo XII y XIII los condenan no sólo por su disipada forma
de vida, sino también por la literatura crítica del orden establecido. Sufrieron persecuciones y
condenaciones en diversos concilios de la Iglesia, en 1239 se generalizó la orden de raparles el pelo.

Es que sus obras son sátiras mordaces contra los que consideran los males del mundo: el dinero,
la falsa nobleza del alma, los intereses por el poder terrenal de los nobles y de los dignatarios
eclesiásticos, etc. Como señala Le Goff sobre las diferencias entre el monje y los goliardos “hay dos
tipos de vida que se enfrentan en una confrontación extrema: la vida activa y la vida contemplativa, el
paraíso en la tierra frente a la salvación apasionadamente buscada fuera del mundo; esta diferencia es
lo que hay en el fondo del antagonismo entre el monje y el goliardo y lo que hace de este último un
precursor del humanista del Renacimiento.”

El poder establecido jamás ha tolerado la crítica. Esto es lo que les ocurrió a los goliardos, su
poesía de parodia y denuncia, no gustaba al poder y éste determinó acabar con aquellos maestros y
discípulos que cantaban al amor, a la vida, al vino y las mujeres, que se reían del Papa, de los obispos
y abades, mientras recorrían los Estudios Generales, Escuelas y Universidades para oír las últimas
reflexiones de los mejores profesores. Tuvieron su apogeo en los siglos XII y XIII. Representaron el
papel de la contracultura, precisamente en los días de mayor esplendor cultural del medievo en la
Europa occidental con el nacimiento de las Universidades.

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De todos los manuscritos que conservan canciones profanas latinas, el mayor y el más célebre
es el llamado Carmina Burana. Esta colección se reunió, entre los siglos XII y XIII en el monasterio
benedictino de Benediktbeuern, al sur de Múnich. Los autores de estos poemas fueron obra de los
goliardos, clérigos o estudiantes que llevaban una vida errante y desordenada. El códice recoge un total
de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín, algunas partes en un dialecto del germano antiguo medio,
y del francés antiguo.

En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales,
por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, pero también incluye poemas del género “satírico-
moral” que hacía una crítica aguda a los estamentos sociales y eclesiásticos.

Algunos fragmentos de los cantos.


La belleza de las muchachas hirió mi pecho.
Aquellas a las que no puedo tocar, las poseo con toda mi alma.
En segundo lugar se me reprocha el juego,
Pero tan pronto como el juego me deja desnudo y el cuerpo frio mi espíritu se enciende.
Es entonces cuando mi musa compone mis mejores canciones.
En tercer lugar hablemos de la taberna.
Quiero morir en la taberna.
Donde los vinos estén cerca de la boca del moribundo;
Luego los coros de los ángeles bajarán cantando:
“Que Dios sea clemente con este buen bebedor”

Más ávido de voluptuosidades que de la salvación eterna,


Con el alma muerta, sólo me importa la carne.
¡Qué difícil es domeñar la naturaleza!
¡Y permanecer puro de espíritu ante la vista de una bella!
Los jóvenes no pueden obedecer una ley tan pura
Y no hacer caso de la disposición de su cuerpo.

Carmina Burana
De todos los manuscritos que conservan canciones profanas latinas, el mayor y el más célebre
es el llamado Carmina Burana. Esta colección se reunió, entre los siglos XII y XIII en el monasterio
benedictino de Benediktbeuern, al sur de Múnich.1 Los autores de estos poemas fueron obra de los
goliardos, clérigos o estudiantes que llevaban una vida errante y desordenada. El códice recoge un

1
HOPPIN, Richard H. La música Medieval, Ed. Akal. Madrid, 2000, p. 280.

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total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín, algunas partes en un dialecto del germano antiguo
medio, y del francés antiguo.
En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por
el amor carnal y por el goce de la naturaleza, pero también incluye poemas del género “satírico-
moral” que hacía una crítica aguda a los estamentos sociales y eclesiásticos.

Poemas del siglo XII en la música del siglo XX.

En la década del 30 del silgo XX un compositor alemán Carl Orff (1895- 1982)2 escogió 25
canciones del Codex Carmina Burana y las ordenó para su representación escénica en una cantata.
El fragmento más conocido de esta cantata es el O Fortuna, que constituye la primera parte del
preludio y que se repite al final de la obra.

2
MARTÍNEZ, Pedro Pascual “Los goliardos desaparecieron hace siete siglos”, Revista ALDABA, n° 28, 1996, Centro
Universitario UNED Melilla.

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