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INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL

UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR


NO 77 “SAN AGUSTIN ECATEPEC”

“ANEMIA
NEONATAL,
TODA UNA
VIDA
A LA CUAL
AUTOR: LUNA
RODRIGUEZ VIGILAR”
ANGELICA ANAETZY

PROFESORES: HERNANDEZ
JUAREZ
RAFAEL

MENDONZA
LOPEZ
GLORIA

CURSO: RESIDENCIA EN MEDICINA FAMILIAR 1ER AÑO

FECHA DE ENTREGA: 21 - MAYO – 2018

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INDICE

INTRODUCCION………………………………………………………………………………………..….. 3

DESARROLLO………………………………………………………………………………………………… 4
Definición……………………………………………………………………………………………………...4
Incidencia………………………………………………………………………………………………………4
Etiología………………………………………………………………………………………………………..4
-Factores psicosociales……………………………………………………………………………….4
-Factores gastrointestinales………………………………………………………………………..4
-Factores dietéticos…………………………………………………………………………………….5
Tratamiento…………………………………………………………………………………………………..5
-Farmacológico…………………………………………………………………………………………..5
-Remedios caseros……………………………………………………………………………………..6
-Efectos secundarios…………………………………………………………………………………..6

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………………. 8

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………………………. 9

INTRODUCCION

2
El nacimiento de un bebé, es para muchas mujeres y/o parejas un suceso muy esperado, en
general, las mujeres embarazadas llevan un control prenatal, son estos cuidados los que
pueden determinar los riesgos del producto al nacimiento. Por otro lado la llegada del bebé
a los brazos de los padres marca un compromiso y responsabilidades, de estos últimos al
producto; estos cuidados consisten desde la alimentación propia del lactante, la higiene
hasta la consulta médica de control, todo esto con el fin de ver un resultado favorecedor. No
obstante se ha encontrado que un elevado porcentaje de recién nacidos presentan anemia,
en cuyos antecedentes perinatales no se identificaron factores de riesgo predisponentes para
anemia, en cambio en los pocos que bebés que se presentó la anemia, se pudo demostrar
como principal factor de riesgo a la placenta previa, seguida de la incompatibilidad a grupo
y Rh.
Los pacientes con anemia neonatal pueden cursar de forma desapercibida o con clínica
poco específica y en los casos más graves las presentaciones de forma aguda presentaran
datos de taquipnea, taquicardia, hipotensión, etc. Esta variación del cuadro clínico hace más
difícil la identificación de esta patología. No obstante aquellos pacientes con clínica
inespecífica pueden cursar con succión débil, letargia, irritabilidad o más específicos como
los datos de hipoperfusión tisular ya mencionados anteriormente, los cuales de no tratarse
adecuadamente evolucionan a choque hipovolémico; es por esto último que la causa de
mayor temor de los médicos en este periodo sea la identificación tardía y complicaciones de
la anemia neonatal.
Es por ello que se recomienda realizar un chequeo de control en la primer consulta del
recién nacido, sin embargo la realidad de la práctica diaria, está muy por debajo de las
expectativas de las recomendaciones para la detección, ya que no es común observar
solicitudes de laboratorio a niños aparentemente sanos, puesto que en las rotaciones que he
tenido (ginecología y pediatría) como la consulta externa de medicina familiar no he
observado al momento una solicitud de laboratorio de control para determinar niveles de
hemoglobina en el recién nacido, aunque por el otro lado, cabe realizar la pregunta de si
¿algún padre optaría por realizar una muestra de laboratorio a su hijo aparentemente sano?
Lo cual aunado a lo anterior dificultaría más realizar este tamiz sin justificación evidente.
Una vez identificada la anemia en neonato, se debe tener en cuenta factores de riesgo
perinatales asociados a esta patología, con lo cual valoraremos antecedentes de infecciones
perinatales, edad gestacional, cuadro clínico manifestado y debutante; siendo necesario
completar el estudio con la exploración física y los laboratorios, con lo cual se podrá
determinar el pronóstico y el tipo de manejo de los mismos. Todo lo anterior dará pauta
para determinar la afectación, consecuencias y quizá un probable origen de esta anemia; sin
embargo en otras situaciones este origen se puede remontar a causas multifactoriales, con lo
cual el tratamiento no solo será dependiente de los niveles de hemoglobina que maneje el
lactante, sino del estado clínico, su capacidad de tolerancia a hipoxemias tisulares, la
identificación de los signos, así como la corrección de los mismos, siendo imprescindible el
manejo inicial de las enfermedades asociadas a esta patología, difiriendo el manejo de
reposición hipovolémica solo a aquellos casos con datos de choque.

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RESUMEN:
Definición:
De acuerdo a Fernández Garcia, una anemia neonatal se define como aquella disfunción de
la masa eritrocitaria a nivel periférico, cuya concentración de hemoglobina está por debajo
de 2 desviaciones estándar para la edad del paciente.
Los valores normales de la hemoglobina y del hematocrito, por lo tanto van a depender de
variaciones fisiológicas en función de la edad, sexo, raza y solo en el caso de Hernández
Merino la altura del nivel del mar influye también. Por lo tanto una anemia neonatal
mostrara cifras de hematocrito central < 45% o hemoglobina (Hb) < 15 g/dl durante la
primera semana de vida. De forma fisiológica, la Hb desciende hasta alcanzar su nivel más
bajo a las 8-12 semanas (9 g/dl en el pretérmino y 11 g/dl en el niño a término).

Incidencia:
Si bien, la mayoría de los autores consultados, reportan a la anemia neonatal, como aquella
situación de consulta frecuente pediatría y/o en el primer contacto, ninguno de los artículos
leídos maneja una cifra de incidencias precisa para esta patología. Lo cual hace pensar que
aunque la incidencia sea elevada el tiempo de evolución y las manifestaciones clínicas son
prioritarias para modificar la presencia o no, de esta patología. No obstante en el artículo de
anemia neonatal dentro de las 24 horas e vida: prevalencia y factores perinatales asociados,
se realizó un estudio, en donde se determinó que la incidencia se enfoca más a niños
pretérmino de bajo peso comparado a un 5% por anemia hemolítica en las primeras horas
de vida, con lo cual, se determina nuevamente que esta patología puede deberse a múltiples
causas.

Etiología:
Debido a que el origen es multifactorial, es necesario evaluar la edad del paciente al
momento de presentar la anemia, ya que el manejo y el abordaje diagnostico será diferente
en cada situación: tal es el caso de los niños con anemia en la primer semana de vida, a
quienes se deberá buscar a groso modo 3 primeras causas de anemia, como lo es, la
perdida sanguínea (en el caso de gemelos o hacia la madre, es decir una transfusión feto-
feto o feto-madre), otra situación a tener en cuenta es el aumento de la destrucción de los
glóbulos rojos y la última es la disminución de la producción de los mismos. Si ya
valoramos estas situaciones y se reportan negativas al momento, habrá que buscar
alteraciones de forma más específicas, partiendo de un nivel fetal, neonatal hasta el
neonato. En el primer escalón de búsqueda tenemos factores fetales internos, maternos
fetales y los placentarios, por lo que se deberá hacer hincapié en la búsqueda intencionada
de antecedentes para placenta previa, desprendimiento de placenta normoincerta o
hematomas de la misma. En caso de no presentar ningún antecedente positivo, avanzamos
al nivel feto-neonatal en el cual se valorará el atrapamiento placentario, es decir productos
que hayan tenido circular de cordón, presentación pélvica, cesárea, parto en avalancha, o
ligadura precoz del cordón, siendo este último uno de los factores más mencionados en los

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artículos como antecedente de importancia para la anemia neonatal. En cuanto al tercer
escalón de búsqueda, se contempla en los neonatos la ruptura de cordón o hematoma
umbilical, hemorragias internas intracraneales (la mayoría de los cuales, presentan
antecedente de sufrimiento fetal agudo), así como los datos previos de atrapamiento
placentario. Usualmente la anemia en los primeros días de vida suele ser a menudo
secundaria a un trastorno hemolítico neonatal, sin embargo, ante la duda se deberá buscar
exhaustivamente la causa o las causas que generan la anemia.
Fisiopatología:
En cuanto la fisiopatología, se menciona un descenso fisiológico de los niveles de la
hemoglobina, debido a la transición que se vive en el organismo neonatal dentro de los
primeros 4 meses, en donde el hígado deja de ser el órgano hematopoyético principal, para
dar lugar a la medula ósea, es en esos momentos que la hematopoyesis disminuye
drásticamente hasta alcanzar niveles mínimos de hemoglobina a las 6-9 semanas de vida,
con posterior recuperación de los niveles normales. Por lo tanto la formación de los
hematíes puede verse alterados en forma, tamaño y distribución, en donde las anemias por
ende serán el resultado de disbalances en estos procesos.
Clasificación de las anemias:
En la clasificación de las anemias neonatales, la mayoría coincide en los criterios
morfológicos y fisiológicos, no obstante, existe otra clasificación que solo mencionan en 1
solo artículo, la dividen en 2 grupos: por trastornos como consecuencias de la incapacidad
para formar hematíes y trastornos resultantes de la destrucción incrementada, sin embargo
actualmente se sigue utilizando la primera clasificación mencionada.
El tipo fisiopatológico toma en cuenta la respuesta reticulocitaria, a su vez subdividiendo la
misma en arregenerativas, las cuales cursan con respuesta reticulocitaria baja y traducen la
existencia de una medula ósea deficiente o inactiva; siendo de tipo crónica este tipo de
anemia. En cuanto a las regenerativas existe una respuesta reticulocitaria elevada, con
incremento de la regeneración medular, lo cual es traducido como anemias hemolíticas o
hemorrágicas. Respecto a las de tipo morfológicas, está se basa en los valores de los índices
eritrocitarios, incluyendo el VCM, HCM, CHCM, por lo cual, determinara las anemias
normociticas (la cual usualmente se debe a hemorragias agudas), macrociticas (causada por
déficit de ácido fólico y/o vitamina B) y las microciticas, (en las cuales se debe a
deficiencias de hierro, infecciones o en un escenario poco común las talasemias). Otra
clasificación, no menos importante es de acuerdo al tiempo de instauración, es decir aguda
y crónica, en las cuales el tiempo de descenso de los hematíes determinará esta categoría.
Diagnóstico:
Para realizar el diagnóstico nos basaremos en la historia clínica, como se mencionó en la
etiología, para la búsqueda intencionada de los riesgos pre, peri y natales, los cuales nos
orientaran para determinar el posible origen de la anemia, en cuanto a la exploración
clínica, debemos valorar probable anemia a un niño con succion pobre, aquel que no

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presenta llanto enérgico, que se encuentra con tendencia a la somnolencia, así como
palidez, en caso de ser una anemia en agudo, la taquicardia, taquipnea, palidez, diaforesis y
datos de choque hipovolémico nos ayudarán a determinar el diagnostico. Si bien es cierto
que debemos tener en cuenta los antecedentes perinatales, la mayoría de los artículos pasan
por alto la valoración del TORCH y solo en el artículo de pediatría integral se menciona, lo
cual habla de que podemos pasar por alto infecciones graves, pero poco comunes. En
cuanto a los exámenes complementarios, se debe comenzar por lo básico, es decir una
biometría hemática completa, posterior a esto grupo y Rh sanguíneo, frotis de sangre
periférica, coombs directo, recuento reticulocitario, bilirrubinas, otros artículos como el de
Mesquita M e Irimain R., mencionan la realización de 2 test: kleihauer en la madre para
descartar transfusión fetomaterna y el test de APt en hemorragia digestiva para descartar
sangre deglutida materna, si bien estos test nos ayudarán en caso de que no se pueda
corroborar el origen de la anemia, la realización y costos son elevados, por lo que en el
resto de los artículos es comprensible que no se tengan en cuenta como métodos de
diagnóstico. En cuanto a la ecografía cerebral y abdominal, si bien sirven para determinar
hemorragias internas, difícilmente podríamos ver a un niño en la consulta externa con una
hemorragia sin síntomas coadyuvantes previos que pasaran desapercibidos para diferir la
realización de dicho ultrasonido.
Tratamiento:
De acuerdo a un artículo, en el que se realizó una búsqueda de anemia neonatal y su
tratamiento, menciona que el 50% de los recién nacidos de bajo peso, (menor de 1kg),
recibirán una transfusión durante las primeras 2 semanas de vida y el 80% al menos habrán
recibido una transfusión al finalizar la hospitalización.
Si bien, la mayoría de los artículos logran coincidir en el manejo con sales de hierro
(sulfato ferroso) para la deficiencia del hierro, otros más mencionan el hierro parenteral si
hay alteraciones en la absorción o si no se tolera, para ambos casos, el tratamiento deberá
durar de 2 a 3 meses tras la recuperación de las cifras normales de hemoglobina, por otro
lado la dieta es parte fundamental del manejo, si hay tolerancia, en caso contrario
corresponderá dosis intramuscular como se ha comentado previamente. En cuanto a las
transfusiones, se hace lo posible por diferirlas, debido a su compromiso cardiovascular
(expansión masiva), además de sus posibles efectos secundarios, infecciones o múltiples
punciones, riesgo de incompatibilidad por premura en caso de anemias con choque
hipovolémico, etc.
Por lo anterior, se prefiere realizar una prevención, a través de un cribado universal para la
detección de ferropenia realizado entre los 9 y 12 meses, en el cuál toman en cuenta a los
grupos de riesgo como prematuros, recién nacidos de bajo peso, aquellos lactantes que no
están con seno materno, lactantes que no toman leche de vaca antes del año de edad,
lactancia inadecuada, o niños con enfermedades que aumenten el riesgo de ferropenia o
ingesta de medicamenros que interfieran con la absorción.

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CONCLUSION:
La anemia neonatal es una situación, que compromete la vida del neonato en diferentes
grados, cuya presentación varia con la edad del paciente, sin embargo si es persistente pone
en puede producir un aporte inadecuado de oxígeno a los tejidos vitales y en casos graves
puede dañar al corazón y cerebro; si bien la prevalencia se liga con los antecedentes
perinatales, muchos de los cuales pasan desapercibidos, ya sea por falta de pericia al
interrogatorio o por ignorancia de la mamá durante el embarazo y/o falta de control
prenatal. En cuanto a los principales antecedentes perinatales las infecciones, la placenta
previa y el desprendimiento prematuro de esta, hacen de los factores de riesgo más
comunes. Por lo que es de vital importancia la realización de una buena anamnesis, así
como prevención de las mismas o identificación oportuna para el manejo, ya que en el
estudio del hospital de Paraguay en 2015 presentaron mejor respuesta a las patologías
maternas tratadas oportunamente, que en niños cuyas madres tenían alteraciones y no se dio
manejo. Por otro lado en cuanto a los antecedentes fetales, el embarazo gemelar es el
mayor factor de riesgo para presentar anemia, por secuestro hemorrágico de un feto a otro,
así como recién nacidos pretérmino por el riesgo de hemorragia intracerebral y de bajo
peso, con el mismo riesgo.
Por otro lado, debemos recordar que todo producto, presentará entre las 12 semanas de vida
anemia fisiológica, debido a la capacidad de respuesta reducida de generar eritropoyetina
por la medula ósea, por lo cual, debemos tener el aforo para discernir entre ambas
etiologías de anemia. Por lo que aparte de considerar los antecedentes perinatales,
evaluaremos las manifestaciones clínicas que pueda presentar el paciente, como los
síntomas las marcados como taquicardia, taquipnea, choque hipovolémico, o por el otro
lado buscar síntomas inespecíficos como palidez, estancamiento de peso o pobre ganancia,
periodos de apnea y bradicardia, entre otros.
Con las manifestaciones clínicas y el interrogatorio, se podrá solicitar los laboratorios de
control, en los cuales determinaremos el origen, o nos encaminará a determinar el grado de
anemia que presenta el bebé, por lo general los auxiliares de gabinete básicos, son la
biometría hemática, bilirrubinas, perfil de coagulación, grupo y Rh en caso de
incompatibilidad materno-fetal y coombs directo para valorar hemolisis. No obstante otros
más pueden requerirse si el diagnostico no está integrado, como ultrasonidos y tomografías,
en los cuales posiblemente la anemia sea secundaria a una hemorragia.
En cuanto a las medidas de prevención se manejan principalmente, el cribado ferroso, el
cual se realiza en poblaciones de riesgo (bajo peso, prematuros, etc.), en las 9 semanas de
edad, sin embargo una de las limitantes en este tipo de test, es la falta de asistencia a la
consulta por parte del paciente y sus padres, ya que no todos continúan en valoración del
niño sano. Por otro lado, al detectar a esa población lo ideal es hacer conciencia de los
posibles riesgos para desarrollar anemia neonatal, por lo que se podrá prescribir el sulfato
ferroso desde los 2 meses, así como insistir en lactancia materna y alimentación
complementaria de forma adecuada. En cuanto al manejo de las demás anemias neonatales,

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se deberá tratar la causa primaria de acuerdo al diagnóstico y mencionar a la familia que es
primordial su apoyo en el manejo médico, para evitar abandonos y complicaciones de la
anemia.
BIBLIOGRAFIA:
Anemia neonatal, Bonastre-Blanco E, Thió-Lluch, Monfort-Carretero, An Pediatr Contin.
2012;8:73-80 - Vol. 8 Núm.2, 5-13

Anemias en la infancia y adolescencia. Clasificación y diagnóstico, Hernandez Merino,


Pediatr Integral 2015; XVI(5): 357-365

¿Es posible evitar las transfusiones de sangre en la anemia del prematuro?, Becerra
Tamarín, Actas de Reuniones Clínicas Medwave 2004 Ago;4(7)

Anemias en la infancia. Anemia ferropénica, Fernández García, Aguirrez Abalaga, Atención


Primaria Área V. Gijón. Asturias, bol pediatr 2006; 46: 311-317

Anemia neonatal, Arca, X., Carbonell-Estrany, Protocolos Diagnóstico Terapeúticos de la


AEP: Neonatología, Esp Pediatr 2012;(2) 49: 46

Anemia neonatal dentro de las 24 horas de vida: prevalencia y factores perinatales


asociados, Mesquita M, Iramain R., Troche Z., Pediatr. (Asunción) vol.32 no.1 Asunción
2015

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