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¿Aditivos

alimentarios o
alimentos
adictivos?
Me gustaría comenzar este ensayo sobre un contexto base, ¿Qué son realmente los
aditivos alimenticios?
Los aditivos alimenticios, son todas aquellas sustancias que agregamos a alimentos y
bebidas con el fin de mejorarlos en algún aspecto (desde que se produce hasta que se
consume), ya sea potenciar su sabor, olor o mejorar su conservación, entre otros. Estos
se clasifican según la función que ejercen, pudiendo ser antioxidantes, aromatizantes,
espesantes, colorantes, conservantes, edulcorantes o estabilizantes entre otros 20 tipos
diferentes de aditivos que nos podemos encontrar en cualquier alimento. Este tipo de
sustancias aparecen en su gran mayoría designados por una E y una serie de dígitos que
la acompañan, aunque también los podemos encontrar listados por su nombre. La E,
indica que el adictivo ha pasado previamente por los controles de seguridad de la Unión
Europea y pueda circular en nuestros sustentos alimenticios. Por otro lado, los números,
hacen referencia al tipo de aditivo del que se está haciendo uso. (colorantes,
emulsionantes, conservantes…etc.)
Es cierto que los aditivos se empezaron a usar hace cientos de siglos atrás, como la sal o
el azúcar para conservar carnes o mermeladas, al igual que especias como la canela y
los clavos o el dióxido de azufre en el vino. Estos se tratan de aditivos naturales,
utilizados por la necesidad de conservar los alimentos de la mejor forma posible.
Aportan cierto nivel nutricional y sin ellos, no hubiera sido posible la erradicación
parcial de algunas enfermedades tales como la listeriosis o el botulismo, que tan fácil
era que terminasen con la vida de todos aquellos que comúnmente las padecían.
Lo que actualmente se discute, son los beneficios y consecuencias de los aditivos
artificiales, aquellos sintetizados en laboratorios. Para profundizar en las consecuencias
que tienen estas sustancias, analizaré su impacto teniendo en cuenta diferentes factores.
La principal preocupación se da desde el punto de vista social, en los efectos que los
aditivos generan en nuestra salud. Ciertos conservantes y potenciadores de sabor como
la sal o el vinagre, también conocidos como cloruro de sodio y ácido acético, son
beneficiosos e incluso necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
A pesar de que todos los aditivos autorizados por la Unión Europea cumplan un
reglamento y supuestamente no sean perjudiciales en su consumo, las evidencias que
ofrecen los aditivos sintéticos distan mucho de ser beneficiosas.
A continuación, expongo una noticia de la prensa «El País», donde la Unión Europea
declara la prohibición del aditivo E171 o dióxido de titanio. Esto solo da que reflexionar
acerca de porqué prohíben algunos y otro no o si los demás serán tan inocuos como
dicen ser. De igual manera, según un artículo publicado por la «Sociedad española de
alergología e inmunología clínica», sobre alergias infantiles, existen evidencias de niños
que presentan cuadros clínicos graves tras la ingesta de ciertos colorantes y
potenciadores de sabor como lo pueden ser el glutamato monosódico o el sorbitol que
en tantos chicles se encuentran.
A nivel social, otro punto a tener en cuenta es la adicción que generan ciertos tipos de
aditivos, no solo salubre, si no también estéticamente hablando. Se ha establecido un
prototipo de alimento “bonito” el cual si se excede en tamaño, forma, color...es
desechado. Dando lugar estas acciones a un gran desperdicio de materia. Asimismo,
estas acciones juegan un papel importante económicamente. Las empresas producen
haciendo uso de los aditivos que les es permitido obteniendo así, productos con buena
estética y sabor, lo cual no encaja con la realidad de los alimentos naturales. Esto les
permite aumentar los precios para justificar la calidad del producto, haciendo que
pequeñas familias agrícolas pierdan su posición en el mercado y que muchas personas
busquen una alternativa más barata a lo que serían alimentos de gran aporte nutricional
y saludables, como las frutas y verduras. Hoy en día encontrar cultivos de origen
biológico y sin aditivos es complicado y no esta al alance del bolsillo de todos, por lo
que llevar un estilo de vida sana es cada vez más complicado.
En lo que a la subida y aumento de precios establecidos respecta, el estado juega un
papel crucial. Las políticas impuestas por los gobiernos sobre los precios máximos en
productos de primer necesidad, tratan de favorecer y ayudar a que llevemos un estilo de
vida sano, aun así, los productos llenos de aditivos como lo es la bollería industrial o los
alimentos procesados, siguen liderando como los más baratos del mercado.
Centrándome en el factor medioambiental, todos aquellas cosechas plagadas de aditivos
y residuos que dejan las fábricas, terminan por adentrarse en la tierra. Provocando así un
gran problema de contaminación en el agua y a su vez en la flora, debido al tránsito y
comunicación entre raíces subterráneas que existe. La contaminación por medio del
agua afecta de manera global a la población y a los animales que esta ingiere. Si el pasto
y alimento que nutre a nuestro ganado también esta cargado de colorantes y
conservantes, no salen ni los animales ilesos de esta contaminación.
Por último, un factor que me gustaría tener en cuenta sería el moral. Éticamente nada
relacionado con desperdiciar la comida que no siga un canon especifico o aprobar el uso
de sustancias que circulan libremente por nuestros alimentos, causando afectos positivos
sí, aunque muy negativos también a largo plazo, no es correcto. No está bien visto
moralmente, ya que perjudica en general en muchos ámbitos como lo es la salud de la
población, el medio y los alimentos que consumimos.
A modo de conclusión y contestando a mi pregunta de indagación, opino que los
alimentos con aditivos, que son la gran mayoría, podrían estar bajo una mayor
regulación, ya que permitir y normalizar el consumo de alimentos fuera de época y
perfectos genera respuestas adversas por parte de nuestro cuerpo como la ansiedad o
estrés por la perfección o las distintas anomalías en lo que a salud respecta.
Bibliografía:
Aesan - Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Gob.es [en
línea], [consulta: 1 mayo 2023]. Disponible en:
https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/
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EJECUTIVO, D. y OPERATIVA, G., Número E. Autoridad Europea de


Seguridad Alimentaria [en línea]. [consulta: 1 mayo 2023]. Disponible en:
https://www.efsa.europa.eu/es/glossary/e-number.

Los Aditivos Alimentarios: El mal de todo paciente, el olvido de todo


alergólogo. Portal SEAIC [en línea], 2016. [consulta: 1 mayo 2023].
Disponible en: https://www.seaic.org/profesionales/blogs/alergia-
infantil/los-aditivos-alimentarios-el-mal-de-todo-paciente-el-olvido-de-
todo-alergologo.html.

MEDINA, M.Á., 2021. La Comisión propone prohibir como aditivo el dióxido de


titanio, presente en chicles, helados y salsas. Ediciones EL PAÍS S.L [en línea].
[consulta: 1 mayo 2023]. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2021-05-
06/la-comision-propone-prohibir-el-dioxido-de-titanio-como-aditivo-
alimentario-presente-en-chicles-helados-y-salsas.html.

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