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Aunque se asocian a los tiempos modernos, los aditivos alimentarios llevan siglos utilizándose. Se
emplean desde que el hombre aprendió a conservar los alimentos de la cosecha para el año siguiente y
a conservar la carne y el pescado con técnicas de salazón y ahumado. Los egipcios utilizaban colorantes
y aromas para el atractivo de algunos alimentos, y los romanos empleaban salmuera (nitrato potásico),
especias y colorantes para conservar y mejorar la apariencia de los alimentos. Gracias al desarrollo de
la ciencia y la tecnología de la alimentación en los últimos 50 años, se han descubierto varias sustancias
nuevas que pueden cumplir funciones beneficiosas en los alimentos, y estas sustancias, denominadas
aditivos alimentarios, están hoy al alcance de todos. y según el Codex alimentarius6, el concepto de
aditivo se refiere a cualquier sustancia que, indepen-dientemente de su valor nutricional, se añade
intencionadamente a un alimento con fines tecnológicos. en cantidades controladas.
¿Qué son los aditivos alimenticios?
Los aditivos alimenticios son cualquier sustancia o mezcla de sustancias que directa o indirectamente
modifican las características físicas, químicas o biológicas de un alimento.
Los aditivos deben ser inocuos; su empleo debe justificarse por razones tecnológicas, sanitarias,
nutricionales y deben responder a las exigencias que establezca el código alimentario.
Para conservar y preservar los alimentos, evitando la pérdida de cualidades nutritivas del alimento a lo
largo del tiempo y que éste se pueda utilizar más tarde en condiciones óptimas.
Los aditivos se usan también para modificar la percepción sensorial de los alimentos haciéndolos más
atractivos para el consumidor mediante la modificación de color, textura, sabor u olor.
Hay 4 grandes familias de aditivos alimentarios, codificados desde E - 100 a E - 500 (E por Europa).
Los aromas, naturales o artificiales, no se consideran aditivos y deben constar, con todas las letras en
la etiqueta.
¿Qué son los colorantes?
Unos son naturales y otros son sintéticos, los más frecuentes son:
Conservantes
• El dióxido de azufre y los sulfitos (E220-228) - ayudan a evitar los cambios de color en frutas y
verduras secas.
• Propionato cálcico (E282) - evita que salga moho en el pan y en alimentos horneados.
Antioxidantes
• Tocoferoles (E306-309), (Butilhidroxianisol ó E320) y BHT (Butilhidroxitoluol ó E321) -evitan que los
aderezos para ensaladas se pongan rancios. • Ácido ascórbico (E300) y ácido cítrico (E330) - conservan
el color de las frutas y verduras recién cortadas.
Entre Aditivos que aumentan o potencian cualidades sensoriales: Los aditivos también se utilizan para
conferir ciertas características a los alimentos, que mejoran su textura y facilitan su procesamiento.
Algunos ejemplos son:
• Edulcorantes - tanto los edulcorantes 'de carga' como los edulcorantes 'intensos' confieren un sabor
dulce a los alimentos.
• Potenciadores del sabor - que se emplea para realzar y potenciar el sabor de los alimentos.
acidulzantes, correctores de la acidez (que se usan para controlar la acidez de productos alimenticios),
El uso de aditivos en alimentación no debe suponer un riesgo para la salud si se siguen los controles
que establece la ley para asegurar su inocuidad.
El uso de ciertas sustancias químicas es casi inevitable para mejorar el aspecto de los alimentos,
conservarlos o aumentar su vida útil. Un reciente estudio pone en duda la inocuidad de ocho aditivos,
si se consumen con frecuencia:
Un reciente estudio realizado por dos expertos estadounidenses: concreta ocho ingredientes que
podrían causar alguna alteración en el consumidor si se ingieren con frecuencia. Los autores ponen
en duda la inocuidad de estos aditivos. Ya que los aditivos que se usan en alimentos pasan estrictos
controles de seguridad:
Hidroxibutilanisol (BHA). Esta sustancia está catalogada como antioxidante y se utiliza para evitar que
los alimentos elaborados o que contienen aceite se deterioren, ya que evita el enranciamiento de las
grasas. Sin embargo, por ahora, está demostrado su efecto cancerígeno en roedores, aunque no en
humanos. Según los expertos, los tumores verificados en ratas están localizados en órganos que el
humano no tiene.
Parabenos. La función principal de este conservante es evitar los mohos en los alimentos. Se sospecha
que pueden provocar alteraciones hormonales, disminuir la producción de testosterona y
espermatozoides en hombres y en mujeres, y se han encontrado restos en tejidos con cáncer de
mama. Se usan en cosméticos, suelen generar alergias y están prohibidos en diferentes países.
Aceite parcialmente hidrogenado. Esta sustancia tiene una ingesta máxima recomendada de dos
gramos. Su uso no está prohibido, pero su consumo habitual puede acumular grasas trans,
responsables de la obstrucción arterial y problemas cardiacos. Se localiza en comida rápida frita.
Nitritos de sodio. Son aditivos (nitratos y nitritos) muy comunes y necesarios, utilizados para evitar las
bacterias en los alimentos. Sin embargo, en el interior del organismo pueden formar nitrosaminas, un
poderoso compuesto cancerígeno. La vitamina C contrarresta este efecto, por lo que la industria los
empieza a añadir en sus composiciones para evitar males mayores.
Colorante caramelo. Según los últimos estudios, se sospecha que el colorante caramelo puede causar
cáncer entre los consumidores. Sin embargo, tanto las Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria lo
consideran seguro y desmienten cualquier tipo de relación con alteraciones en la salud de los
consumidores. Este aditivo se utiliza para dar color, sobre todo, en las bebidas de cola.
Hidrolizado de proteína vegetal. Es un aditivo que proporciona sabor a los alimentos. Es una proteína
vegetal que al consumirla, puede formar en el interior del organismo glutamato monosódico. No se ha
declarado como sustancia nociva, pero sí una posible relación de debilidad muscular. Esta sustancia se
encuentra en alimentos listos para consumir, que solo requieren su calentamiento en el microondas.
Castoreum. Se usa para dar sabor a los alimentos, es aceite de castor y mejora el sabor a vainilla y
frambuesa de los alimentos que lo requieren. No supone peligro para la salud en humanos.
ADITIVOS SEGUROS
Por legislación, los aditivos no deben suponer ningún riesgo para la salud, ya que pasan rigurosos
controles científicos que verifican su seguridad. A los aditivos alimentarios se les exige:
Formar parte de la lista admitida de aditivos alimentarios de la Unión Europea. Que E tal.
ADITIVOS INSEGUROS
La mayoría de aditivos son inocuos y algunos, recomendables. Pero muchos son innecesarios y un buen
número, perjudiciales.
E 102 Tartracina. se relaciona con los trastornos de comportamiento en los niños. Desde el año 2008,
los alimentos que llevan este colorante deben indicar obligatoriamente en la etiqueta que “pueden
tener un efecto adverso sobre la actividad y la atención de los niños”. Sin embargo, se permite
incomprensiblemente su utilización para colorear golosinas. En Noruega está prohibido.
E 310 Galato de propilo, E 311 Galato de octilo y E 312 Galato de dodecilo. Reducen la eficacia del
sistema inmunitario, según experimentos realizados con animales, y son alergénicos, sobre todo el E
311..
E 161 g Cantaxantina. Se añade a la alimentación de las gallinas para dar color a las yemas de los
huevos. También se usa para pigmentar productos cárnicos. La OMS sospecha que esta sustancia
provoca daños hepáticos.
E 180 Litolrrubina BK. Puede dañar los riñones, la glándula tiroides, el páncreas y el sistema
inmunitario. Sólo está permitido en las cortezas de queso, pintalabios y maquillaje.
E 171 Dióxido de titano. Existen estudios en animales que lo relacionan con daños sobre los sistemas
inmunitario y reproductivo. También muestran un efecto provocador de cáncer de colon y recto.