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Boglione Hnos. y Barrera S.R.L. vs. Finocchietti, Matías José s.

Ejecutivo
CCC 8ª, Córdoba, Córdoba; 05/07/2005; Rubinzal Online; RC J 1782/05

Sumarios de la sentencia
Juicio ejecutivo - Título ejecutivo

Título ejecutivo es aquél que consigna una obligación líquida, exigible, de plazo
vencido, de dar sumas de dinero, todo lo cual debe constar en el título mismo o
instrumento que debe bastarse a sí mismo.

Juicio ejecutivo - Título ejecutivo

Un título ejecutivo no sólo ha de ser suficiente, sino que debe bastarse a sí


mismo, es decir contener todos los elementos que se requieren para el ejercicio
de la acción ejecutiva. Debe consignar la obligación de dar una suma de dinero y
dicha cantidad debe ser líquida o fácilmente liquidable. Además, la obligación
debe ser exigible, lo cual supone la concurrencia de dos circunstancias: que sea
de plazo vencido y que no se halle sujeta a condición. La ausencia de cualquiera
de las condiciones requeridas hace inhábil el título para la ejecución.

Excepciones

No se viola la verdad jurídica objetiva porque se establezca que las defensas


causales no pueden oponerse en los procesos ejecutivos, debiendo tal
exploración efectuarse dentro de la órbita de garantías que ofrece un proceso
acorde a este tipo de cuestiones; específicamente las que concede el juicio
declarativo.

Juicio ejecutivo - Título ejecutivo

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Los títulos de crédito son instrumentos de circulación del crédito. La circulación
hace indiscutiblemente a su más íntima esencia y aquella es difícil de concebir
sin los caracteres de abstracción y ejecutabilidad que integran a éste. Hablar de
título como prueba del crédito significa presuponer que el control del órgano
ejecutivo se dirige a la existencia del mismo; pero ello no es exacto, ya que el
órgano se limita al título, sin preocuparse de cumplir con ulteriores indagaciones.

Juicio ejecutivo - Título ejecutivo

El título ejecutivo es un acto jurídico que tiene eficacia constitutiva, porque es


fuente inmediata y autónoma de la acción ejecutiva, la cual es, por lo tanto en su
extensión y en su ejercicio, independiente del crédito.

Juicio ejecutivo - Título ejecutivo

El título ejecutivo es un documento al cual la ley atribuye efecto de prueba


integra del crédito respecto del que se pide la ejecución.

Excepciones

En los juicios ejecutivos no resultan admisibles las defensas causales, aún


cuando aquellos tengan por objeto la ejecución de un pagaré y se haya
entablado entre las partes directas de la obligación sustancial. Y ello así porque
la regla liminar en orden a la admisibilidad de excepciones en el juicio ejecutivo,
es que éstas deben acotarse al análisis de la ejecutividad del título, lo que
excluye las defensas fundadas en la causa de la obligación ejecutada.

Contrato de transporte - Pagaré

Tratándose de pagarés, la admisión de defensas fundadas en la causa del


libramiento desnaturaliza la finalidad económica de los documentos cambiarios,
cuya literalidad y autonomía han sido establecidas no sólo para facilitar su
circulación, sino para acordar al acreedor posibilidades de un cobro cierto y
pronto a través del proceso ejecutivo.

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Contrato de transporte - Juicio ejecutivo

La autonomía de la acción ejecutiva se traduce en la imposibilidad de remitirse a


piezas extrañas al título, para extraer de ellas alguna particularidad con
influencia decisiva en el documento base de la acción, ya que tal exploración
sólo puede efectuarse dentro de la órbita de garantías que ofrece un proceso
acorde a este tipo de cuestiones; específicamente las que concede el juicio
declarativo.

Contrato de transporte

Los conflictos referidos a la causa de la obligación solo son viables de ser


considerados en juicio de conocimiento, aún cuando el actor haya mencionado la
causa de la obligación. Ello es así porque el título ejecutivo persigue el
cumplimiento de la obligación y no la declaración de su existencia.Únicamente el
desconocimiento de la teoría de la acción ejecutiva y en virtud de un mal
entendido principio de economía procesal, puede explicarse que en algunos
casos se haya permitido discutir la causa de la obligación. El debate sobre la
relación sustancial debe ventilarse en proceso aparte.

Acciones cambiarias: directa y de regreso - Contrato de transporte -


Pagaré

El pagaré constituye título hábil para proceder mediante la vía ejecutiva,


contando el sentenciante con dos oportunidades para analizar la habilidad del
título: al iniciarse la ejecución y al momento de sentenciar, sin que quede
impedido de rechazar las excepciones cuando hacen referencia a la causa de la
obligación por haber dado trámite a las defensas o aceptado la producción de la
prueba ofrecida.

Facultades de la alzada

Al Tribunal de apelación, por aplicación de principio dispositivo y de congruencia,


le está vedado pronunciarse sobre aquellas defensas o cuestiones introducidas
recién en la alzada y que no fueron motivo de alegación o debate alguno en
primera instancia, esto es en los escritos de constitución del proceso, demanda y

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contestación.

Texto completo de la sentencia


En la ciudad de Córdoba, a cinco días del mes de Julio de dos mil cinco, se
reunió la Excma. Cámara Octava de Apelaciones en lo Civil y Comercial
integrada por los Sres. Vocales Doctores Graciela Junyent Bas, Héctor Hugo
Liendo y José Manuel Díaz Reyna con la asistencia del actuario Dr. José Antonio
Sartori, con el objeto de dictar sentencia en los autos caratulados BOGLIONE
HNOS. Y BARRERA S.R.L. C/ FINOCCHIETTI, MATÍAS JOSÉ - EJECUTIVO
POR COBRO DE CHEQUES, LETRAS O PAGARES - RECURSO DE
APELACIÓN EXP. Nº 24257/36 con motivo del recurso de apelación interpuesto
en contra del fallo del Sr. Juez de Primera Instancia y Trigésimo Segunda
Nominación Civil y Comercial, por el que resolvía: Sentencia Número Doscientos
diez. Córdoba, treinta y uno de Agosto de dos mil cuatro. 1) Mandar a llevar
adelante la ejecución en contra del Sr. Matías José Finocchietti, hasta cubrir la
suma de pesos tres mil trescientos veintiuno ($ 3.321,00) con más la
actualización e intereses establecidos en los considerando VI) y costas. 2)
Regular los honorarios del Dr. Carlos A. Porporato en la suma de pesos mil
quinientos ($ 1.500,00) y los del Dr. Ignacio Villada en la suma de pesos
doscientos cuarenta y cinco ($ 245,00). Protocolícese, hágase saber y dese
copia.

El tribunal se planteó las siguientes cuestiones a resolver:

A la Primera Cuestión: ¿Es justa Sentencia apelada?

A la Segunda Cuestión: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?

De conformidad con el orden establecido por el sorteo para la emisión de los


votos A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA, LA SEÑORA VOCAL
DOCTORA GRACIELA JUNYENT BAS DIJO: 1) Contra la sentencia relacionada
cuya parte resolutiva ha sido transcripta supra, interpone recurso de apelación la
parte demandada, que fuera concedido mediante proveído de fs. 77 vta.

La parte demandada expresó agravios a fs. 89/93 vta, los que fueron
contestados por la actora conforme constancias de fs. 97/98 vta. Firme el

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proveído de autos a estudio, queda la causa en estado de ser resuelta.

2) Apelación: se agravia por cuanto en el Considerando III el a-quo expresa que


la vinculación de los documentos base de la acción a un convenio de pago
suscripto entre la actora y la sociedad Campo del Lago SA, es inadmisible en
atención a la naturaleza ejecutiva que revisten los mismos, toda vez que con un
argumento puramente sacramental el juzgador incurre en exceso ritual
manifiesto, apartándose de la verdad jurídica objetiva que emana de un convenio
de pago en el que claramente se hace referencia a que los pagarés son cuotas
del convenio.

Afirma que resulta imposible desvincular los documentos en ejecución con el


convenio de pago celebrado entre la actora y Campo del Lago, cuando el pagaré
integra la cuota y por ende integra el convenio de pago, por lo que responden a
la misma obligación.

Los documentos de autos, argumenta, al estar necesariamente ligados a la


causa de una forma inescindible pueden equipararse a aquellos denominados
causales por la doctrina.

Cita Doctrina. Para desvincular, argumenta, o escindir algo "tan ligado"


necesariamente se requieren razones fundadas que el a-quo no ha dado y por
las cuales se pueda razonablemente entender el porqué de esta desvinculación.

Se torna imperativo, afirma, la vinculación de ambos instrumentos en el caso


sentenciado, ya que el propio convenio de pago está instrumentado en pagarés
en lugar de cuotas, por lo que se trata de un hecho notorio que debió ser
atendido por el juzgador. Cita doctrina de la Corte Suprema.

Se agravia el apelante en cuanto se desvincula los pagarés del convenio de fs.


14, cuando el propio accionante al contestar las excepciones está vinculando
ambos instrumentos. Dice aplicable la teoría de los actos propios. Adita que no
puede sostenerse en el caso de autos que el trámite del juicio ejecutivo haya
sido obstáculo para la procedencia de la discusión sobre la postura defensiva
esgrimida, ya que no se requiere amplitud probatoria incompatible con este
proceso, donde sólo cabía analizar con sana crítica el convenio de fs. 14 con los
documentos.

De todas formas, aduce, no se trata en el caso de discutir la causa en si misma

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(existencia de la deuda etc.) sino que se trata de la legitimación sustancial
pasiva que surge ostensible del convenio de fs. 14, del que no se colige otra
conclusión de que los documentos pagarés base del presente juicio fueron
librados por el compareciente como director de la sociedad Campo del Lago
S.A., sociedad ésta a la que debería haber demandado la firma actora. Cita
doctrina de esta Cámara en anterior integración.

Le agravia al recurrente que el propio juzgador como director del proceso,


estaba facultado para declarar inadmisible la defensa impidiendo su ingreso al
proceso, al igual que la prueba. Sin embargo, continúa, una vez sustanciada
resulta arbitrario y contrario a la garantía de defensa en juicio y debido proceso,
soslayar no sólo las pruebas sino el argumento defensivo en el mismo, mediante
un rechazo totalmente infundado. Argumenta que una vez que la defensa
ingresa al proceso, y mediante una prueba compatible con el juicio ejecutivo se
acreditan cuestiones determinantes, no puede el juez soslayar todo ello bajo el
ropaje de una autonomía que no es tal en el caso.

En definitiva, dice, el actor ha consentido la discusión causal, el tribunal ha


admitido la excepción y ha abierto a prueba la causa, por lo que resulta
insuficiente y contradictorio ampararse en el escudo del trámite previsto en el
juicio ejecutivo para soslayar la cuestión.

Una vez incorporadas y admitidas las pruebas, necesariamente deben valorarse


por el Tribunal y en relación con los documentos base de la demanda, lo que el
sentenciante no hizo. Haber soslayado la prueba torna el fallo en arbitrario.

Se agravia porque el a-quo no valora la prueba documental más relevante en el


pleito y que resulta determinante en la cuestión litigiosa, el convenio de fs. 14.

Afirma, que no valora el a-quo la cláusula segunda de dicho instrumento en


cuanto estipula como forma de pago de la deuda en 24 pagarés iguales
mensuales y consecutivos de $ 1.107 cada una con vencimiento la primera el día
10 de Julio de 2001 y así sucesivamente. Advierte que ni siquiera se menciona
la palabra cuota, sino directamente "pagaré" por lo que de la interpretación literal
y objetiva de dicha cláusula no queda lugar a duda que las cuotas son los
pagarés cuyo monto y vencimiento se menciona.

Ni siquiera, continúa, merita el efecto probatorio de los propios documentos base


de la acción obrantes a fs. 9/11 toda vez que de su contenido surge la

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coincidencia del monto y fecha de los mismos con las cuotas e incluso el
domicilio de la sociedad Campo del Lago S.A. En efecto, expresa, estos
documentos corresponden a las cuotas 3, 4 y 5 del convenio de pago de fs. 14
ya que los documentos ejecutados vencieron los días 10/9,10/10, y 10/11
respectivamente resultando concluyente la coincidencia de los montos y fecha
de vencimiento de los pagarés y las mensualidades del convenio que son la
misma obligación.

Tampoco valora el a-quo, argumenta la prueba testimonial rendida en autos,


mediante la declaración de la testigo Silvia Griffa, obrante a fs. 40/50 de autos,
no obstante haber sido admitida por el tribunal y la contraria.

Este testimonio, afirma, corrobora lo que emana del convenio de fs. 14 cuando la
testigo declara que se hacía convenio de pago, que a veces estaba compuesto
por pagarés o documentos, como si fueran varias cuotas y cuando declara que
no conoce que el Sr. Finochietti haya garantizado alguna deuda de la empresa
Campo del Lago S.A., ello en forma general, y en el caso de la firma actora
tampoco porque todos los convenios eran iguales.

Tacha de contradictorio el decisorio, ya que afirma el sentenciante que aún en el


caso de pasar por alto la limitación e indagar la causa de la obligación, está
reconociendo que el análisis de la causa no es obstáculo por el mero hecho de
tratarse de un juicio ejecutivo, ya que si la autonomía y abstracción impide
analizar la causa, no cabe otra conclusión que no analizarse.

Se agravia por la interpretación que hace el a-quo en cuanto a que el


compareciente personalmente asumía la obligación de pago por el hecho de que
el propio texto de los documentos hacen alusión a que han sido suscriptos en
garantía del mentado convenio.

Expresa que no ha interpretado el juzgador que para que pueda entenderse


firmado por el compareciente en garantía debía haberse expresado de ese modo
en el convenio y haber firmado el convenio en forma personal, vale decir,
concluye, que debió emanar claramente de dicho convenio que se constituía en
codeudor o fiador solidario de las obligaciones asumidas por Campo del Lago
S.A., ya que para que exista fianza es menester que una parte se obligue
accesoriamente como garante, ya que la fianza no se presume.

Adita que no surge del convenio que el compareciente librara pagarés como

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garantía de cumplimiento de las obligaciones asumidas por la sociedad Campo
del Lago. La leyenda que surge de los pagarés "gtía. convenio firmado 10-03-01,
no implica otra cosa que garantizar al acreedor la vía ejecutiva para, en caso de
incumplimiento ejecutar al deudor Campo del Lago SA. Este agregado de los
documentos le da precisamente el carácter de causales ya que relacionan
claramente la causa por la cual fueron librados, por lo que de la correcta
interpretación de los mismos con el convenio, no puede entenderse de manera
alguna que hayan sido librados a título personal.

En ese marco, relata, claro está que los pagarés cuotas del convenio
necesariamente fueron firmados en representación de la sociedad Campo del
Lago S.A. La firma en tal carácter es la única que no puede faltar, y es la que no
puede descartarse a la luz de la sana crítica racional y en el marco de las
presunciones judiciales del art. 316 del CPC, la suscripción a título personal
pasa a ser una mera conjetura que no emana del convenio que los propios
documentos vinculan.

En definitiva, concluye, la omisión de aclarar el carácter en que firmó los


documentos, no puede per se convertirlo en deudor de una obligación que no
contrajo. Esta, es, afirma, la verdad jurídica objetiva e inocultable que se deberá
considerar para hacer justicia en autos; resolver en contrario sería avalar el
exceso ritual manifiesto en que incurrió el juzgador de primera instancia.

Invoca inconstitucionalidad del art. 549 del CPC. Hace reserva de plantear
recurso de Inconstitucionalidad. Alega que la aplicación al caso del art. 549 del
CPC resultaría atentatoria del derecho de defensa en juicio, por coartar defensas
sustanciales, cuyo ejercicio no perjudica el trámite previsto para el juicio
ejecutivo. Hace reserva del caso federal.

3) La parte actora por las razones que expone en el escrito ya referenciado, al


que me remito por razones de brevedad, requiere el rechazo del recurso
interpuesto, con costas.

4) Ingresando al tratamiento de la cuestión, cabe determinar que el


planteamiento de la demandada se concreta en la afirmación de que carece de
legitimación pasiva para ser demandado, ya que su firma inserta en los
documentos base de la acción fue puesta por la sociedad Campo del Lago SA,
conforme afirma acreditado con el convenio de pago glosado a fs. 14 de autos, y
con la testimonial rendida.

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5) Centrado el thema decidendum, y entrando concretamente a los agravios de
la apelación cabe recordar que título ejecutivo es aquél que consigna una
obligación líquida, exigible, de plazo vencido, de dar sumas de dinero todo lo
cual debe constar en el título mismo o instrumento que debe bastarse a sí mismo
(Podetti - Título Ejecutivo, J.A. 950-IV-11). Nos enseña el maestro Alsina las
condiciones que debe reunir el título para ser merecedor de esta vía de
excepción: la base del procedimiento es la existencia de un título ejecutivo, el
cual no sólo ha de ser suficiente, sino que debe bastarse a sí mismo, es decir
contener todos los elementos que se requieren para el ejercicio de la acción
ejecutiva. Debe consignar la obligación de dar una suma de dinero y dicha
cantidad debe ser líquida o fácilmente liquidable. Además, la obligación debe ser
exigible, lo cual supone la concurrencia de dos circunstancias: que sea de plazo
vencido y que no se halle sujeta a condición. La ausencia de cualquiera de las
condiciones requeridas hace inhábil el título para la ejecución.

6) Respecto de las defensas articuladas, que cuestionan los documentos en


consonancia con el convenio de pago glosado a fs. 14, cuadra memorar que
para obtener un proceso ejecutivo es necesaria la promoción de una acción
fundada en la existencia de un título ejecutivo.

En el caso que nos ocupa denuncia el apelante un exceso de rigor formal, con
renuncia a la verdad jurídica objetiva, al sentenciar el iudicante desechando las
excepciones por atacar la causa de la obligación.

En tal orden de ideas, cabe adelantar que no se viola la verdad jurídica objetiva,
porque se establezca, como lo hizo el iudex, que las defensas causales no
pueden oponerse en este tipo de procesos, debiendo tal exploración efectuarse
dentro de la órbita de garantías que ofrece un proceso acorde a este tipo de
cuestiones; específicamente las que concede el juicio declarativo.

Recordemos que los títulos de crédito, como los que se ejecutan, son
instrumentos de la circulación del crédito. La circulación hace indiscutiblemente a
su más íntima esencia y aquella es difícil de concebir sin los caracteres de
abstracción y ejecutabilidad que integran a éste. Hablar de título como prueba
del crédito significa presuponer que el control del órgano ejecutivo se dirige a la
existencia del crédito; pero ello no es exacto, ya que el órgano se limita al título,
sin preocuparse de cumplir con ulteriores indagaciones (conf. Bonfanti Garrone,
Títulos de Crédito, Ed. Abeledo Perrot, 1970, Pág. 91).

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La historia nos enseña que los títulos de crédito han nacido de una exigencia
práctica, que es aquella de crear una normativa concreta, es decir,
verdaderamente un crédito y crearla de la única forma posible, o sea restando
eficacia a las negativas del deudor.

Ahora bien, la suscripta no es ajena al debate doctrinario que existió en torno a


la posibilidad de oponer excepciones o defensas causales ante la ejecución de
un título ejecutivo, más cabe destacar que en sub lite se trata de títulos
ejecutivos-pagarés. Lo cierto, expresan Bonfanti y Garrone que “a nuestro
entender aquel que firma una letra o un pagaré tanto o más tiene conciencia que
está creando un título ejecutivo potencial contra si mismo, como que está
creando un título de crédito o de pago circulatorio.”(Ob. Cit. Pág. 95).

Asimismo que “estos conflictos (con referencia a la causa) son ajenos a la letra o
pagaré en si mismos, su circulación, su fuerza crediticia, su ejecutabilidad frente
a todos los obligados respecto del legítimo tenedor”...(pág. 79) Por otra parte
que “Leibman ve en el título ejecutivo un acto jurídico que tiene eficacia
constitutiva, porque es fuente inmediata y autónoma de la acción ejecutiva, la
cual, es, por lo tanto en su extensión y en su ejercicio, independiente del crédito
.”(pág. 85) Citando a Carnelutti, expresa que “ el título ejecutivo es en definitiva
un documento al cual atribuye la ley efecto de prueba integra del crédito
respecto del que se pide la ejecución (pág. 86).

El Tribunal Superior de Justicia, se ha enrolado en la doctrina que niega la


posibilidad de oponer excepciones causales en el juicio ejecutivo, habiendo
establecido, en fallo dictado al amparo de la causal prevista en el art. 383 inc. 3
del CPC, en sentencia Nº 35 del 2004, in re "KITROSER, HÉCTOR M. C/
CESAR W. DINIA - EJECUTIVO - RECURSO DE CASACIÓN", que "... en los
juicios ejecutivos no resultan admisibles las defensas causales, aún cuando
aquellos tengan por objeto la ejecución de un pagaré y se haya entablado entre
las partes directas de la obligación sustancial. Y ello así porque la regla liminar
en orden a la admisibilidad de excepciones en el juicio ejecutivo, es que éstas
deben acotarse al análisis de la ejecutividad del título, lo que excluye las
defensas fundadas en la causa de la obligación ejecutada. Si por causa de la
obligación debe entenderse la relación jurídica sustancial o el hecho o acto
jurídico generador de la obligación de pagar una suma de dinero, es claro que la
defensa articulada por el recurrente se relaciona con ella puesto que el
ejecutado ha intentado discutir la existencia de la causa. Ello así, en principio,

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resulta obvio que la excepción argüida escapa a los medios defensivos que
autoriza el proceso ejecutivo... Tratándose de pagarés, la admisión de defensas
fundadas en la causa del libramiento desnaturaliza la finalidad económica de los
documentos cambiarios, cuya literalidad y autonomía han sido establecidas no
sólo para facilitar su circulación, sino para acordar al acreedor posibilidades de
un cobro cierto y pronto a través del

proceso ejecutivo. "Es esta, por lo demás, la solución adoptada en forma


prácticamente unánime por la jurisprudencia" (Palacio - Alvarado Velloso:
"Código Procesal Civil y Comercial de la Nación", T. 9, pág. 355) como lo prueba
en nuestro medio la reseña que formula Mario Martínez Crespo en su "Código
Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba - Ley 8465" (pág. 646)....
tal como este Tribunal ha sostenido, el fundamento apuntado desconoce la
autonomía de la acción ejecutiva, que se traduce en la imposibilidad de remitirse
a piezas extrañas al título para extraer de ellas alguna particularidad con
influencia decisiva en el documento base de la acción, ya que tal exploración
sólo puede efectuarse dentro de la órbita de garantías que ofrece un proceso
acorde a este tipo de cuestiones; específicamente las que concede el juicio
declarativo. (Cfr. Sentencia. nro. 57 del 29.04.98 en autos: "Di Calvo, Salvador
Juan J. c/ Miguel Angel Bassi - Ejecutivo - Recurso de Casación". (énfasis
agregado).

En ese orden cabe concluir en que los conflictos referidos a la causa de la


obligación, entendido como el conflicto de intereses que puedan surgir entre las
partes directamente vinculadas con relación a las pretensiones, sólo son viables
de ser consideradas en juicio de conocimiento, aún cuando el actor haya
mencionado la causa de la obligación (C4CC 13-2-79). Ello es así porque el
título ejecutivo persigue el cumplimiento de la obligación y no la declaración de
su existencia. El maestro Alsina dice que únicamente el desconocimiento de la
teoría de la acción ejecutiva y en virtud de un mal entendido principio de
economía procesal, puede explicarse que en algunos casos se haya permitido
discutir la causa de la obligación. El debate sobre la relación sustancial debe
ventilarse en proceso aparte.

7) Así, siendo que en el sublite, se trata de un juicio ejecutivo sustentado en tres


pagarés vencidos e impagos, con cláusula sin protesto librados por el
demandado en autos, resulta improcedente el análisis del convenio de pago
suscripto por el accionante y la sociedad Campo del Lago S.A. para sustentar
una posible falta de legitimación pasiva. Ello no obstante la inserción de la

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leyenda en los pagarés de que son en garantía del crédito de fecha marzo de
2001, ya que no obstante tal leyenda, no surge ostensible de los títulos que tal
garantía haya sido firmada por Campo del Lago S.A.

Si bien asiste razón al apelante en el sentido que existe clara coincidencia entre
los pagarés en ejecución y los consignados como cuotas 3, 4 y 5 del convenio
de pago acompañado en sustento de la defensa, no es menos cierto que ello no
alcanza para con el limitado ámbito cognocitivo del juicio ejecutivo, concluir en el
rechazo de la ejecución.. Ello dado que, como se estableció, no procede la
discusión de aspectos adicionales, concernientes a la causa de la obligación, en
el caso si se cumplió o no el convenio de pago, y si la firma estampada en los
documentos lo fue por la empresa Campo del Lago S.A., toda vez que como
regla, el proceso ejecutivo se ciñe al examen formal y externo del documento
base de acción. A mayor abundamiento cabe destacar que en los pagarés en
ejecución ninguna mención a Campo del Lago S.A. figura en los mismos, sino
simplemente que son firmados en garantía del convenio de marzo de 2001. Por
ello si el demandado firmó los pagarés como Director de Campo del Lago S.A.,
tal circunstancia no surge del tenor literal de los documentos en ejecución, razón
por la cual la defensa ha sido correctamente rechazada, ya que para concluir en
una resolución diferente requiere un juicio de conocimiento, que pueda valorar
aspectos extracartulares.

La prueba a producir en estos casos no es simple y rebasa la sumariedad del


proceso ejecutivo, tal como surge de los propios agravios, donde se pretende el
análisis de operaciones comerciales entre terceros.

Recordemos que en el marco del juicio ejecutivo se persigue el cumplimiento de


una obligación, pero no la declaración sobre la existencia o no de dicha
obligación, por lo que está limitado el conocimiento jurisdiccional.

Igualmente se ha dicho: “... que la excepción de inhabilidad se limitará a las


formas extrínsecas del título, sin que pueda discutirse la legitimidad de la causa.”
(Podetti, Ramiro, “Tratado de las ejecuciones”, ed. Actualizada por Guerrero
Leconte, Pág. 271, Ed. Ediar, Bs. As., 1.997).

Por ello es que el debate sobre la existencia y demás vicisitudes referidas a la


relación sustancial que habría dado origen a los títulos cambiarios debe
ventilarse en proceso aparte, por lo que no corresponde aquí su tratamiento,
postergándose dicho análisis para el eventual juicio ordinario posterior de

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repetición que el agraviado puede interponer.

Incluso aquella doctrina partidaria de la procedencia de las excepciones


causales en el juicio ejecutivo cambiario (Héctor Cámara), al igual que la
jurisprudencia que la recibió, entiende que solamente puede tener acogida entre
las partes directamente relacionadas por la cambial.

Por otra parte, cuando se admite la discusión ideológica o sustancial de la


causa, posición que adelanto no comparto ni es la doctrina sentada por el Alto
Cuerpo Provincial, asimismo dichos extremos deben ser manifiestos, es decir,
patentes e inequívocos. Porque si hay temas de alguna complejidad o con
margen de duda, debe forzosamente remitirse el debate a un juicio con mayor
amplitud defensiva que el ejecutivo (C8CCC, Sent. 127 del 10-9-98, citado por
Matilde Zavala de González, Doctrina Judicial, Solución de casos T 3
Ed.Alveroni, pág. 217).

8) No empece a la solución adelantada la circunstancia que el iudicante, no


desechó in límine las defensas articuladas y la prueba ofrecida, ya que, acorde
con lo dispuesto por el art. 549 del C.P.C., resulta facultad del sentenciante
aceptar o desestimar las medidas probatorias que aprecie como
manifiestamente inconducentes.

Asimismo como dice “Guasp”, “... la ejecución procesal se produce, no por la


sola virtud del título ejecutivo, sino por obra de la sentencia de remate, que en
más o en menos puede modificar los pedimentos de aquel...” (conf. La ejecución
procesal en la Ley hispánica, Barcelona 1951 separata págs. 60-61). Asimismo
el deudor puede proponer para su examen distintas defensas, sin que el
imprimirle trámite o el despacho de medidas probatorias impida al Juez que
decida la suerte de las defensas en la sentencia de remate.

El pagaré, constituye, a través de las normas contenidas en el Decreto 5965/63,


título hábil para proceder mediante la vía ejecutiva, contando el sentenciante con
dos oportunidades para analizar la habilidad del título: al iniciarse la ejecución y
al momento de sentenciar, sin que quede impedido de rechazar las excepciones
cuando hacen referencia a la causa de la obligación por haber dado trámite a las
defensas o aceptado la producción de la prueba ofrecida.

En definitiva, tratándose el presente de un juicio ejecutivo la discusión sobre la


causa de la obligación que esgrime el apelante, no puede ser tratada en la

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especie, pues excede el estrecho marco del proceso. Ello podrá ser meritado en
un juicio de conocimiento posterior, de conformidad con lo dispuesto por el art.
557 del Cód. Procesal.

Por ello, estimo, que la decisión adoptada por el a-quo, además de ajustarse a
derecho, protege adecuadamente el derecho de defensa de la parte demandada,
quien de otra forma vería limitada su posibilidad defensiva al limitado ámbito
cognocitivo del proceso ejecutivo, pudiendo violarse así la verdad jurídica
objetiva, al dictar un decisorio definitivo, con autoridad de cosa juzgada material,
sin que el demandado haya tenido la posibilidad de probar adecuadamente los
extremos que aduce.

En definitiva, el planteo revisor colisiona con los caracteres que regulan el


proceso ejecutivo en nuestra ley procesal según lo establecido por el Tribunal
Superior de Justicia y lo resuelto por este tribunal en numerosos
pronunciamientos; y no es útil para revertir la suerte de este proceso, cuya
resolución no dictamina sobre la existencia o inexistencia del derecho sustancial,
lo que podrá ser motivo de otra acción.

9) Con respecto a la denuncia de inconstitucionalidad del art. 549 del CPC, debe
ser desechada por extemporánea y por no haber sido planteado en primera
instancia. Recordemos que las pretensiones de las partes constituyen la primera
limitación a que debe ceñirse el tribunal en su ámbito de conocimiento y
decisión. En la segunda instancia, además del contenido de la demanda, la
expresión de agravios integra también esa limitación. Por ello, el planteo de
inconstitucionalidad efectuado al momento de expresar agravios, no puede ser
analizado por no haber integrado los planteos de las partes en primera instancia.
En tal sentido se ha dicho "Al Tribunal de apelación por aplicación de principio
dispositivo y de congruencia, le está vedado pronunciarse sobre aquellas
defensas o cuestiones introducidas recién en la alzada y que no fueron motivo
de alegación o debate alguno en primera instancia, esto es en los escritos de
constitución del proceso, demanda y contestación."(Conf. Recursos Ordinarios
en la Jurisprudencia Civil y Comercial de Córdoba, Ortiz Pellegrini y otr. Ed.
Lerner, pág. 297).

10) Las costas se imponen a la parte demandada por resultar vencida (art. 130
del CPC). Con respecto a la regulación de honorarios, conforme a las pautas
cualitativas establecidas en el art. 36 del CA., y siendo que la apelación se
rechaza por distintos fundamentos a los esgrimidos en la contestación de

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agravios, se establece el porcentaje regulatorio del Dr. Carlos A. Porporato en el
treinta y cinco por ciento del mínimo de la escala del art. 34.

A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR VOCAL DOCTOR


HÉCTOR HUGO LIENDO, DIJO: Adhiero a la solución propiciada por la Sra.
Vocal preopinante, expidiéndome en igual sentido.

A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR VOCAL DOCTOR JOSÉ


MANUEL DÍAZ REYNA, DIJO: La cuestión debe resolverse conforme lo propicia
la Dra. Junyent Bas, expidiéndome en el mismo sentido.

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA, LA SEÑORA VOCAL DOCTORA


GRACIELA JUNYENT BAS, DIJO: Corresponde: I) Rechazar el recurso de
apelación de la demandada confirmando el decisorio. II) Costas de la alzada son
a cargo de la recurrente, a cuyo fin se establece el porcentaje regulatorio del Dr.
Carlos A. Porporato en el treinta y cinco por ciento del mínimo de la escala del
art. 34.

Así voto.

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR VOCAL DOCTOR


HÉCTOR HUGO LIENDO, DIJO: Adhiero a la solución propiciada por la Sra.
Vocal preopinante, expidiéndome en igual sentido.

A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA, EL SEÑOR VOCAL DOCTOR JOSÉ


MANUEL DÍAZ REYNA, DIJO: La cuestión debe resolverse conforme lo propicia
la Dra. Junyent Bas, expidiéndome en el mismo sentido.

Por lo expuesto, SE RESUELVE: I) Rechazar el recurso de apelación de la


demandada confirmando el decisorio. II) Costas de la alzada son a cargo de la
recurrente, a cuyo fin se establece el porcentaje regulatorio del Dr. Carlos A.
Porporato en el treinta y cinco por ciento del mínimo de la escala del art. 34.
PROTOCOLÍCESE Y BAJEN.

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