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Las obligaciones de por sí son exigibles, porque es un rasgo inherente a ellas, siendo
que su inexigibilidad puede darse por diferentes factores, asi tenemos por ejemplo
que una obligación este prescrita y que dicha prescripción haya sido declarada
judicialmente, ya sea en vía de proceso autónomo o en vía de excepción, entonces,
deviene en inexigible, pues la posibilidad de solicitar su cumplimiento judicialmente
se ha extinguido.
También una obligación deviene en inexigible cuando esta resulta ser una obligación
modal, ello debido a que las obligaciones son clasificadas de acuerdo a como deben
cumplirse, clasificándose en obligaciones puras o modales (sujetas a condición
suspensiva o resolutoria; plazo o cargo).
Ahora bien, en el caso que el Juez obvie este requisito para ordenar ejecución, el
ejecutado podrá formular contradicción (oposición) atacando la ejecución por la
causal de iliquidez de la obligación, esto es, alegando y probando, que la cuantía de
la obligación no está determinada y tampoco es pasible de determinarse mediante
operación aritmética, con lo cual el juez tendrá que declarar fundada la contradicción
y denegar proseguir con la ejecución.
c) Nulidad formal del título ejecutivo: Esto es, que dicho título carece de los
requisitos formales exigidos por la ley bajo sanción de nulidad o no cuenta con los
requisitos extrínsecos que confieren a un título o documento mérito ejecutivo.
Los títulos ejecutivos extrajudiciales podrán ser posibles de cuestionamiento formal
si no cumplen con los requisitos de ley, como por ejemplo, en el caso que el título
ejecutivo lo constituya una escritura pública que contenga la obligación que se
pretenda ejecutar, y esta no cumpla con los requisitos exigidos por la Ley del
Notariado, dicho documento será nulo formalmente, asimismo, en el caso de títulos
valores que no cumplan los requisitos esenciales señalados en la Ley de Títulos
Valores, entonces, estos también serán nulos formalmente.
d) Falsedad del título ejecutivo: Lo cual implica que éste no sea auténtico por no
corresponder su contenido o firma en él impresa a la realidad del acto o hecho
producidos (máxime si son inexistentes) o a la persona a quien se le atribuye,
pudiendo comprender la falsedad la elaboración íntegra del documento contrario a
la verdad o su adulteración.
Aquí, el ejecutado podría alegar que el título ejecutivo ha sido adulterado, ya sea en
todo o en parte, y como tal no tiene mérito ejecutivo.
Por otro lado, tenemos a la dación en pago como otro medio de extinción de las
obligaciones, así, el acreedor puede exigir o el deudor puede ofrecer una prestación
que no sea la adecuada, cuando se les haya reconocido una facultad en ese sentido.
Bajo esta perspectiva, la dación en pago es el medio extintivo de obligaciones por
ejecución de una prestación diversa al objeto de la deuda.
La condonación implica un acto de liberalidad por parte del acreedor quien realiza
un acto parecido a la donación pero no respecto a un bien, sino en relación a un
crédito.
El mutuo disenso, implica dejar sin efecto un acto jurídico bilateral o plurilateral, por
acuerdo de las partes.
2.- Por otro lado en el artículo 690-D se establece que cuando el mandato se
sustenta en título ejecutivo de naturaleza judicial, solo podrá formularse
contradicción dentro del tercero día y bajo las causales de: a)cumplimiento de lo
ordenado y b) extinción de la obligación. Para ambos casos se necesita prueba
instrumental.
Al respecto, Marianella Ledesma Narváez sostiene que: “cuando se concluye
el proceso de cognición con una sentencia de condena, termina toda posibilidad de
discusión en relación a la existencia del derecho subjetivo y de la obligación misma.
Ya no podrá discutirse sobre lo resuelto y cubierto por la cosa juzgada, sin embargo,
ello no impide que el ejecutado pueda seguir formulando otras alegaciones al
desarrollo del proceso; en tal sentido, este podrá exigir el riguroso cumplimiento de
las normas procesales propias de la ejecución misma”.
Precisamente, por lo anotado es que en el artículo bajo comentario se permite
al ejecutado de un título judicial poder contradecir alegando que ha cumplido con lo
ordenado o en su defecto la obligación se ha extinguido.
Ahora bien, como tenemos desarrollado líneas arriba una obligación se
extingue por el pago, la dación en pago, la novación, la compensación, la
condonación, la consolidación, la transacción y el mutuo disenso.
Para que el ejecutado sustente las causales antes mencionados no basta la
afirmación, por el contrario, este debe presentar, en el mismo escrito que contiene
la contradicción a la ejecución, los medios de prueba respectivos, que para el
supuesto que desarrollamos sólo se refiere a pruebas documentales que demuestren
lo alegado en la contradicción, de hecho, si no se cumple con este requisito el Juez
calificará como inadmisible la contradicción.
Finalmente, es importante resaltar que cuando estamos frente a la presencia
de un proceso único de ejecución cuyo mandato ejecutivo o de ejecución se sustente
en título ejecutivo de naturaleza judicial, la contradicción que formule el ejecutado
sólo puede fundarse en las causales previstas en el numeral 3 del artículo 690-D del
Código Procesal Civil, es decir, las referentes a cumplimiento de lo ordenado y
extinción de la obligación, siendo que la contradicción sustentada en otras causales
da lugar al rechazo liminar de la contradicción por parte del juez ejecutor, por ello,
como reflexión final podemos dejar establecido que al momento de formular una
contradicción no es válido que para el caso de ejecuciones de naturaleza judicial se
pretenda hacer valer las causales de contradicción referentes a un título ejecutivo
de naturaleza extrajudicial, de hecho, si se procede de esta forma no existe
posibilidad alguna de que la contradicción pueda ser viable a los intereses del
ejecutado.