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Paradigma de la cotidianeidad
1.- incorpora las múltiples interacciones que se producen entre los sistemas y su
ecosistema.
4.- el contexto social es creado por la propia praxis de las personas, en la búsqueda
de aprobación desde los parámetros fijados por el consenso logrado por de las
conductas colectivas cotidianas. Podríamos hablar aquí de “lo instituido”: normas,
modas, costumbres, etc.
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La paradoja que abre al cambio este sistema institucional aparentemente cerrado,
repetitivo y condicionante, es el mismo ejercicio de los diversos roles que día a día, cada
adulto despliega en una amplia gama de contextos: “lo instituyente”.
Cambia el sistema y cambia el hombre, cambia el hombre y también el sistema.
No hay un antes y un después, o un origen y un efecto o resultado, la vida cotidiana en un
“siendo” de acciones múltiples e impredecibles.
Estudia las acciones del vivir del hombre en su vida cotidiana, poniendo la mirada
en los procesos psicológicos que se despliegan dentro de este marco. Abordando así: el
conversar, el sentir, el recordar, el percibir, el pensar, entre otros, como procesos de
construcción que realiza el hombre adulto de cualquier comunidad social, a través de las
interacciones complejas en las que está inmerso en su vivir cotidiano.
La Psicología General desde este paradigma aborda cómo los adultos, a través de la
reflexión, la autocrítica y la acción, motivados por la búsqueda de un nuevo consenso,
pueden cambiar el modo de construir la realidad.
Estudia cómo percibe, siente y piensa, un adulto en la complejidad de las interacciones
cotidianas.
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de una cultura, ejerciendo un rol, compartiendo con el grupo, donde el criterio de validez
de sus afirmaciones se funda en el criterio de aceptabilidad (consenso).
Al decir del Dr. Maturana, la sociedad marca al sujeto, y el sujeto construye la sociedad en
interacción con el medio ambiente natural y social; es la posibilidad de pensar en los
sistemas sociales como abiertos, donde surge la dinámica de la interacción. Nos muestra
una realidad que no es otra que nuestra idea de realidad: la vida cotidiana emerge del
conjunto de interacciones subjetivas: sujeto-sujeto, sujeto-objeto donde la subjetividad
adquiere un significado propio y se transforma en una realidad independiente, a través de
la acción la actividad humana transforma el mundo de interpretaciones subjetivas en una
realidad objetiva y coherente. La acción del adulto es decisión, elección y también
apuesta. En la noción de apuesta existe la conciencia de riesgo e incertidumbre.
El mundo de la realidad cotidiana es el mundo del sentido común, el que
proporciona orden y otorga sentido y significado al aquí y ahora. La actividad humana
transforma el mundo de interpretaciones subjetivas en una realidad objetivada con cierta
coherencia lógica y con cierta estabilidad; la realidad es una construcción que se hace
cotidianamente. Esta acción implica afrontar riesgos, lo inesperado, lo incierto y es allí
donde necesitamos aprender a navegar en un océano de incertidumbre, a través de
archipiélagos de certeza.
La cotidianeidad se ordena a través de roles prescriptos y predeterminados los que
nos anteceden y a los que accedemos cuando formamos parte activa de la sociedad.
Desde la Psicología General estudiamos cómo los roles que despliegan los adultos se
modifican a través del actuar; la acción es incertidumbre en sí misma.
El interjuego entre la realidad y la anticipación es verdaderamente la fuerza
dirigente de la vida humana. La evolución del desorden al orden puede explicarse según
las condiciones por las cuales un sistema inicialmente homogéneo se puede volver
inestable de tal modo que en esa inestabilidad algún desvío o fluctuación se amplifique y
todo el sistema evolucione hacia una nueva situación de equilibrio ya no homogéneo en el
sentido anterior ( Dr, Illya Prigogine).
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Si nos pensamos como seres simultáneamente biológicos, emocionales,
intelectuales, sociales, racionales, históricos, que vivimos en un universo de lenguaje,
de ideas y conciencia, podemos pensar en la complejidad del hombre como una
condición inherente a su ser. Por lo que el conocimiento del ser humano debe reconocer
esta gama de expresiones con las fluctuaciones e inestabilidad que hacen a su vivir
cotidiano. Esto es dejar de lado los factores de equilibrio, orden y estabilidad, y poder
aceptar la inseguridad como una característica de la vida, ya que cuando aceptamos el
caos, es entonces que cobra sentido e importancia la creatividad.
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El Entrevistador es un observador participante, en tanto aunque “deje hacer” no
puede eludir su rol conductor.
(*) Producción de Cátedra: Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe. República Argentina